El hombre Ferrater Mora

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HOMBRE por la posición adoptadaen relación con el Droblema de la naturalezade la conciencia. Con el fin de evitar tanto el dualismo de 1o psíquico y de lo físico como un idealismo que, en último término, arbitraba en favor de la realidad mental, Holt sostuvo un monismo neutral según el cual la realidad no es ni fí- sica ni mental. A despecho de su insistencia en que seguía siendo fiel al neorrealismo, en el sentido de admitir que cada realidad se ex- plica en razón de lo que es sin apelar a otra realidad distinta de ella, Holt tuvo que incli- narse hacia un reduccionismo que, además, estaba fundado en una concepciónde la rea- lidad por analogía con estructuras lógicas y matemáticas, las únicas que exhibían un ca- rácter verdaderamente <<neutral>. Holt man- tenía que no hay un pensamiento distinto del objeto pensado,o, mejor dicho, que el pen- samiento de un objeto es parte de éste, pero si bien esto podía-interpretarse como un ex- tremo <objetivismo>,podía asimismo enten- derse como un idealismo sui generis. El idealismo, según Holt, era inadmisible, pero esta negación engendraba varias dificultades entre las cualesno era la menor el dar cuenta de la existencia y naturalezadel error. Con el fin de salvar su monismo objetivista y al mismo tiempo reconocer e1 hecho de que existen operáciones mentales, Holt elaboré un conductismomodificado segúnel cual los reflejos se integran produciendo novedades en la conducta. El interésdel pensamiento de Holt radica en el tratamientode las dificulta- des originadas por su posición radicalmente objetivista. Esta última fue modificada, al fi- nal, en un sentido materialista y, por tanto, no ya <<neutralista>. Obras: The Concept of Consciousness, 1914. - The Freudian Wish: The Freudían Wish and lts Place in Ethics, 1915. - Animal Drive and the Learning Process; an Essay Towards Radical Empiricism, vol. I, 1931. - La contribución de H. al volumen The New Realism, de 1912, en el ensayo <The Place of Illusory Experience in a Realistic World>. - Para la última fase del pensamiento de H. véase su artículo <Materialism and the Crite- rion of the Psychic>, Psychological Review, 44 (1937),33-s3. HOMBRE. Lo que algunos filósofos han llamado <el problema del hombre> ha sido entendido a menudo como el problema de si <el hombre>, <<los hombres>>, <la especie hu- mana)>, etc. tiene o no una <naturaleza>, en el sentido de si tiene o no alguna propiedad que 1680 le pertenezca en exclusiva, que constituya su .eienciatr, y que, por tanto, permita distinguir en forma esencial y no sólo gradual entre el hombre y los demás animales, especialmente los llamados <animalessuperiores>. Junto a este problema se ha planteado el del <puesto del hombre en el universo>, así como el de la <misión> o <destino> del hombre, pero estos últimos problemashan estado a menudo su- bordinados al primero. Puede conteitarse al primer problema posi- tiva o negativamente. La respuesta negativa ha adoptado cuando menos dos formas bási- cas. Uña consiste en mantener que si hay di- ferencias entre el hombre y otros animales son diferenciasde grado y no de <<esencia>>. Esta respuesta ha sido abonadapor las inves- tigaciones de las cuales resulta que ciertos rasgos que han sido considerados por algunos como esoecíficamente humanos -el len- guaje, en tanto por lo menos que comunica- ción; la construcción de artefactos; la organi- zación en formas sociales, etc.- se encuen- tran en otros animales. Otra respuesta, muy distinta, consiste en afirmar que el hombre no tiene ninguna <<naturaleza>> o <esencia>,ya seaporque lo que tiene es <<historia>>, infinita- menle flexible, ya sea porque ser hombre es .<hacerse hombre> o <<hacerse a sí mismo>. La primera respuesta es básicamente natural¡sta: ia sesunda'es o historicistao <existencia- listoi La respuesta positiva ha sido la más fre- cuente y de ella han resultado numerosas<<de- finiciones del hombre>: el hombre es un ser que conoce. es un ser racional, es un animal social, es un animal que hace o fabrica cosas, es un ser que es capaz de <<representar>' de <hablar>, étc. Estas definiciones han inten- tado establecer la llamada dffirentia speci- ./ica o. simplemente, differentia, y han reci- bido diversas formulaciones: homo sapiens, homo ratíonalis, homo socialis, homo faber, homo pictor, homo loquax, etc. Aunque el predominio <masculino> en mu- chas culturas ha llevado a representarse el hombre principalmente bajo forma masculina -lo qué explica el uso de la expresión 'el hombre' (o sus equivalentes en muchas len- guas) para referirse a los dos sexos-' <el problema del hombre> es <el problema del hombre y de la mujeo, esto es, <el problema del ser humano>, el cual es sexualmente <es- Decificable). pero sin que ello lleve' o deba il.uur, u proáucir .deiiniciones distintas> para cada componente sexual. Cuestiones generales relativas a <el hom-

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Definición_Hombre Ferrater Mora, diccionario

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HOMBRE

por la posición adoptada en relación con elDroblema de la naturaleza de la conciencia.Con el fin de evitar tanto el dualismo de 1opsíquico y de lo f ísico como un ideal ismoque, en último término, arbitraba en favor dela real idad mental, Holt sostuvo un monismoneutral según el cual la realidad no es ni fí-sica ni mental. A despecho de su insistenciaen que seguía siendo fiel al neorrealismo, enel sentido de admitir que cada realidad se ex-plica en razón de lo que es sin apelar a otrarealidad distinta de ella, Holt tuvo que incli-narse hacia un reduccionismo que, además,estaba fundado en una concepción de la rea-lidad por analogía con estructuras lógicas ymatemáticas, las únicas que exhibían un ca-rácter verdaderamente <<neutral>. Holt man-tenía que no hay un pensamiento distinto delobjeto pensado, o, mejor dicho, que el pen-samiento de un objeto es parte de éste, perosi bien esto podía-interpretarse como un ex-tremo <objetivismo>, podía asimismo enten-derse como un ideal ismo sui generis. Elidealismo, según Holt, era inadmisible, peroesta negación engendraba varias dificultadesentre las cuales no era la menor el dar cuentade la existencia y naturaleza del error. Conel fin de salvar su monismo objetivista y almismo t iempo reconocer e1 hecho de queexisten operáciones mentales, Holt elaboréun conductismo modificado según el cual losreflejos se integran produciendo novedadesen la conducta. El interés del pensamiento deHolt radica en el tratamiento de las dificulta-des originadas por su posición radicalmenteobjetivista. Esta última fue modificada, al fi-nal, en un sentido materialista y, por tanto,no ya <<neutralista>.

Obras: The Concept of Consciousness,1914. - The Freudian Wish: The FreudíanWish and lts Place in Ethics, 1915. - AnimalDrive and the Learning Process; an EssayTowards Radical Empiricism, vol. I, 1931. -La contribución de H. al volumen The NewRealism, de 1912, en el ensayo <The Place ofIllusory Experience in a Realistic World>. -Para la últ ima fase del pensamiento de H.véase su artículo <Materialism and the Crite-rion of the Psychic>, Psychological Review,44 (1937),33-s3.

HOMBRE. Lo que algunos filósofos hanllamado <el problema del hombre> ha sidoentendido a menudo como el problema de si<el hombre>, <<los hombres>>, <la especie hu-mana)>, etc. tiene o no una <naturaleza>, en elsentido de si tiene o no alguna propiedad que

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le pertenezca en exclusiva, que consti tuya su.eienciatr, y que, por tanto, permita distinguiren forma esencial y no sólo gradual entre elhombre y los demás animales, especialmentelos llamados <animales superiores>. Junto aeste problema se ha planteado el del <puestodel hombre en el universo>, así como el de la<misión> o <destino> del hombre, pero estosúltimos problemas han estado a menudo su-bordinados al primero.

Puede conteitarse al primer problema posi-tiva o negativamente. La respuesta negativaha adoptado cuando menos dos formas bási-cas. Uña consiste en mantener que si hay di-ferencias entre el hombre y otros animalesson diferencias de grado y no de <<esencia>>.Esta respuesta ha sido abonada por las inves-tigaciones de las cuales resulta que ciertosrasgos que han sido considerados por algunoscomo esoecíf icamente humanos -el len-guaje, en tanto por lo menos que comunica-ción; la construcción de artefactos; la organi-zación en formas sociales, etc.- se encuen-tran en otros animales. Otra respuesta, muydistinta, consiste en afirmar que el hombre notiene ninguna <<naturaleza>> o <esencia>, yasea porque lo que tiene es <<historia>>, infinita-menle flexible, ya sea porque ser hombre es.<hacerse hombre> o <<hacerse a sí mismo>. Laprimera respuesta es básicamente natural¡sta:ia sesunda'es o histor ic ista o <existencia-listoi

La respuesta positiva ha sido la más fre-cuente y de ella han resultado numerosas <<de-finiciones del hombre>: el hombre es un serque conoce. es un ser racional, es un animalsocial, es un animal que hace o fabrica cosas,es un ser que es capaz de <<representar>' de<hablar>, étc. Estas definiciones han inten-tado establecer la llamada dffirentia speci-

./ica o. simplemente, differentia, y han reci-bido diversas formulaciones: homo sapiens,homo ratíonalis, homo socialis, homo faber,homo pictor, homo loquax, etc.

Aunque el predominio <masculino> en mu-chas culturas ha llevado a representarse elhombre principalmente bajo forma masculina-lo qué explica el uso de la expresión 'elhombre' (o sus equivalentes en muchas len-guas) para referirse a los dos sexos-' <elproblema del hombre> es <el problema delhombre y de la mujeo, esto es, <el problemadel ser humano>, el cual es sexualmente <es-Decif icable). pero sin que el lo l leve' o debai l .uur, u proáucir .dei in ic iones dist intas>para cada componente sexual.

Cuestiones generales relativas a <el hom-

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bre> han sido tratadas por varios autores bajoel nombre de <antropología (vÉasr) filosó-fica>. Otros las han tratado bajo el nombre<filosofía del espíritu> (vÉase). Las entradasque figuran en el <<Cuadro sinóptico> al finalde la presente obra bajo la rúbrica <Anffopo-logía filosófica y filosofía del espíritu> danuna indicación del género de conceptos usa-dos por muchos filósofos. Otras cuestiones re-lativas al <<hombre> son las debatidas en lasentradas que figuran en el mismo cuadro bajorúbricas tales como <Psicología>, <Sociolo-gía, Filosofía de la Sociedad y del Derecho>.

En casi todas, si no en todas, las culturas,sociedades y civilizaciones ha habido, o hay,una <idea del hombre>. Aquí nos limitaremosa bosquejar las ideas que han predominadodentro de la titulada <<filosofía occidental>.

Es común distinguir en los orígenes de lafilosofía griega entre un <período cosmoló-gico> y un <período antropológico>. El pri-mero es el período presocrático propiamentedicho (véase PnnsocnÁrIcos); el segundo, elperíodo de los sofistas y Sócrates. Esta distin-ción no es muy exacta, pues hallamos entrelos oresocráticos reflexiones acerca del hom-bre.-Pero tiene su justificación cuando menosen 1o siguiente: los presocráticos tendían aconcebir al hombre en función del cosmos,mientras los sofistas y Sócrates tendían a con-cebir el cosmos en función del hombre. Poreste motivo el período antropológico ha reci-bido asimismo el nombre de <período antro-pocéntrico> (véase AnrnoeocENrRISMo).

Sea cosmológica o antropológica, la filoso-fía griega suele entender el hombre como el<<ser racional>>, o, mejor dicho, como el ani-mal que posee <razón> o <<logos>, (toóv l,ó-yov éIov, o el (rrlóv l,oytróv. Ello significaentender el hombre como una cosa cuya natu-raleza consiste en poder decir lo que son lasdemás cosas. Esta cosa puede ser una <<cosamaterial>> o una <<cosa espiritual>, pero es ca-racterístico de la filosofía griega concebir elhombre, por así decir lo, como <<cosidad>.También es característ ico de la f i losofíagriega concebir el hombre como algo que es(1o que sucede inclusive cuando se lo concibecomo <<substancia racional>). En algunos ca-sos apunta en el pensamiento griego una ideadel hombre como ser esencialmente dinámicoa diferencia del carácter esencialmente está-tico del cosmos. Así, para Platón y la tradi-ción platónica (y neoplatónica), el hombre-o, más exactamente, el alma- tiene la po-sibilidad de ascender o descender, de hacerse<<semejante a los dioses>> o <enajenarse de los

HOMBRE

dioses>. Pero aun en este caso el carácter <di-námico> de la ¡ealidad humana se halla cir-cunscrito dentro del marco de lo que es. Elhombre ¿s esto o aquello: un ser racional, unser social, un ser <<ético>, etc. Lo es porque loha sido siempre, esto es, porque su naturale-za ha sido siempre lo que es, y no puede de-jar de ser nunca lo que esencialmente es.

La concepción griega del hombre puedeadmitir que el hombre ha sido <formado> (yhasta que 1o ha sido de un modo distinto detodos los demás seres); Pero en ningún casoadmite oue el hombre ha sido creado. Lo ú1-timo en cambio, es lo característico del ju-daísmo y del cristianismo, y lo que ha ejer-cido una indeleble influencia sob¡e todas lasconcepciones filosóficas íntimamente relacio-nadas con las religiones judía y cristiana (y,luego, también la mahometana). Como tam-bién el mundo ha sido creado según las cita-das concepciones religiosas, parece que eneste respecto no hay diferencia fundamentalentre e1 hombre y el mundo. Y, en ciertomodo, no la hay, pues tanto el hombre comoel mundo son concebidos como criaturas, se-res creados (por consiguiente, seres cuya<realidad> no es propia, porque en vez de ser<cosidad> es fundamentalmente <nihilidad>).Pero una vez admitida la llamada <criaturi-dad> del hombre y del mundo, hay que esta-blecer una diqtinción fundamental: el mundoha sido creado para el hombre, el cual a lavez ha sido creado <<a imagen y semejanza deDios>. Así, pues, el hombre no es, en elfondo, nada, pero es al mismo tiempo la rea-lidad suprema en el mundo (lo que significaque el hombre es lo que se halla en principiomás próximo a Dios y a los seres inmaterialescreados por Dios antes que el hombre). Esta(<superioridad> del hombre se manifiesta nosólo en su <posición> en el mundo, sino tam-bién en el carácter de la real idad humanamisma. En efecto, y harto paradójicamente,aunque en las concepciones citadas -y en lasfilosofías a ellas ligadas- el hombre, por serfundamentalmente nihilidad, no tiene ser pro-pio, a la vez el hombre aparece como algomás y algo distinto que una cosa: una <inti-midad>. De ahí que el ser del hombre le seade alguna manera más <<propio> en estas con-cepciones de 1o que lo había sido en el pensa-miento griego. En el cristianismo -al cualnos confinaremos desde ahora en esta seccióndel presente artículo- el hombre es vistocomo persona (vÉe,se), y no como cosa (porelevada que ésta sea). Es visto asimismocomo una real idad en la cual la experien-

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cia ----como experiencia íntima- y la historia-como peripecia y drama decisivos- soningredientes fundamentales. En todo caso. elcristianismo ha destacado, y aun exaltado, unconflicto dentro del hombre que el pensa-miento griego no había hecho iino iniinuar.Para algunos filósofos griegos, en particularpara_.los f i lósofos de ló qrle se ha l lamado<tradición platónicu, el hómbre. cuando me-nos como hombre concreto, es, como se dijoluego, <ciudadano de dos mundos>>: el munáosensible _y el mundo inteligible, bien que enúltimo término su realidad como ser rdcionallo haga definitivamente ciudadano del se-gundo.de dichos mundos. para las concepcio-nes cristianas, el hombre se halla asimismo<entre dos mundos>>. Se halla suspendido en-tre Io finito y lo infinito; junto a úna inmensamiseria se manifiesta en él una inmensa sran-deza. Así lo expresó sobre todo pascal, af ha-blar del hombre como una <(caña>), pero una<caña pensante>. Pues <la naturaleza delhombre ----escribió Pascal en sus pensamien-/o.r- se considera de dos maneras: una, se_gún su fin, y entonces es grande e incompara-ble; otra, según la muchedumbre. como sejuzga de la n¿itr¡raleza del caballo y del perropor su carTera, y entonces es abyecto y vil. Heaquí los dos. caminos que hacen j izgar alhombre tan diversamente y que hacen dlscutirtanto a los filósofos>.

La anterior.exposición de las concepcionesgrrega y cnstrana acerca del hombre es muvsumaria, debe tomarse, pues, sólo como meráindicación de la naturaléza de ciertas tenden-cias muy generales en la <filosofía del hom-bre>>. Dentro de ellas se alojan muy diversasconcepciones. Ya dentro de la Edad Media sepueden notar varias tendencias ligadas cadauna de ellas a alguna de las grandós tradicio-nes filosóficas. Por ejemplo, puede hablarsede una idea del hombre en la tradición asusti-niana distinta de la que aparece en la trad-iciónaristot"élica (y aristotélico-tomista). de la queaparece en lo que puede considerarse como<tradición occamisto>, etc. En muchos casosse puede aclarar la correspondiente idea delhombre examinando la cbncepción que setiene en cada caso de la naturaieza v fbrmasdel conocimiento. En este respecto ie puededecir que hay ideas distintas del hombie se-gún éste se conciba como un ser que conocepor medio de abstracción efectuadá sobre lascosas. como un ser que conoce mediante lai luminación interna o-i luminación divina. etc.A fines de Ia Edad Media y durante el Rena-cimiento se abren paso otias ideas del hom-

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bre, muchas de ellas arraigadas en las con-cepciones cristianas; otras,lrraigadas en lasideas suscitadas por la <<nueva imagen delmundo>>; otras, arraigadas en las ideas susci-tadas por nuevos modos de considerar la so-ciedad, etc. Es imposible dar cuenta, siquieraesquemáticamente, de tales múlt iples ideas.En general, puede decirse que aunque la defi-nición del Renacimiento como <<descubri-miento del hombre como hombre> es falsa opor lo menos unilateral, es cierto que en elRenacimiento y comienzo de la época mo-derna se suscitaron múltiples nuevas ideas so-bre el hombre y su puesio en el mundo. Al-gunas de estas ideas consistieron en subravarla <trasmundanidad> del ser humano; otás,en subrayar su <<intramundanidad>. Estas últi-mas son las que han ocupado más a menudola atención de los historiadores de la filosofía.Se ha puesto de relieve que la imagen helio-céntrica del mundo determinó cambios muvconsiderables en las ideas acerca del ser hu-mano. En la concepción geocéntrica, el hom-bre parecía ocupar cósmicamente un <<lugarcentral>, pero a la vez ocupaba el <lugar infe-rioo>, ya que el mundo sublunar era óonside-rado, especialmente en las direcciones aristo-télicas, como el mundo de la comrpción y delcambio, a diferencia del mundo .,trasluñar>.En la concepción heliocéntrica, el hombre pa-rece ocupar un lugar <marginal>, pues la Tie-rra es sólo uno entre los astros y no el <cen-tral>, pero alavez parece ocupar un lugarmly exaltado y, en todo caso, ya no el <lugarinferior> de la corrupción y del cambio.-Eluniverso parece haberse <nivelado> y elto haconducido a la idea de la <<nivelación> delhombre. Pero al destruirse la imagen de unajerarquía f i ja de mundos. el horn-bre quedacomo sumergido en el infinito, más todavía,el hombre parece part icipar de lo inf ini to(vÉASE). Esta idea (desde luego, vaga) de loinfinito como <<medida del hombre> ha tenidounaconsiderable importancia dentro del pen-samiento moderno. También ha tenido sümaimportancia la idea del hombre como <sesui-dor y maestro de la Naturalezarr, como .el?o-minadon (mediante la ciencia y las técnicas)de la Naturaleza. A ello se ha ido agregandoIa idea del hombre como ser cultural y -como

ser. histórico, ya implícita en concepciones an-teriores, pero desarrollada con deialle y ma-durez solamente en la época moderna y, enparte, en la contemporánea.

Dentro de estas tendencias muy generalesha habido asimismo muy diversas doctrinasacerca del hombre en la época moderna. por

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eiemplo, ha habido doctr inas material istas'

iá;; i i t t" ; , Janteístas. individual istas' etc' Se

ir" á.it"ñótiiá; asimismo la idea de la <reli-

niOn ¿" la Humanidad> (A. Comte)' Como en

Eoo"ut *ttriores' han sido importantes las di-

u'attua aonaapaiones que se han tenido del co-

nó.irni"nto para deteiminar qué ideas^funda-

mentales sobre el hombre se han manllestaoo'

Et'ini"i.tunt" comprobar que la. importancia

dada a los problemas gnoseológicos en la Il-

iosofía moderna ha contribuido grandemente

a destacar el valor singular del hombre como

<<fundutn"nto último dél conocimiento>' Ello

sucede no solamente en doctrinas como la de

il;;;;;t, fundada en el Cogito y,.en general'

en el ideal ismo (vɡse)' sino tambren en va-

r ias corr ientes empir istas. Así ' .para cltar un

solo eiemplo, cuando Hume quiere examlnar

los fu'ndamentos del conocimiento establece

oue el único modo de hacerlo con fruto con-

,'iit" "n

referirlo a la <<naturaleza humana>>'

"8. "ui¿ánt" -escribe Hume- que todas las

ciencias tienen una relación, mayor.o menor'

con la naturaleza humana. y que aunque.pa-

rezcan muY aleiadas de ella acaban por volver

. áir" ¿i uí rnó¿o o de offo' (Trearise' Inrro-

cluct ion). Así, no sólo la lógica' la moral ' la

crítica v la política, sino también la matema-

ii.", ü'ri"é"ría natural y la religió-n natural

dependen en alguna medida. según Hume' oe

la'<.ciencia del hombre,,. Todo ello no slgnl-

il.;;;l; filosofía moderna sea unilateral-

Á""ó ántiopocentrista y ni siquiera -en.el

sentido apuntado al principio- antropolo-gica. Peró signif ica que es caracterist lco oe

il".rtói p""tádores modernos estimar que el

i;;;b;; ét io'no el ,,centro' de todas las for-

Áas de conocimiento y, de consiguiente' que

el acceso al mundo se da únicamente p-or me-

áio áii ttornot". Junto a ella se ha manifestado

iuiÑ"n.iu. tan claramente expuesta.en la fa-

mosa frase de Pope' de que <el estudlo proplo

de la humanidad es el hombre>' por cuanto lo

principal es <conocernos a nosotros mlsmos>)(ourselves to know).'- ó"tá" mediados del pasado siglo han abun-

daáo las ideas filosóficás sobre el hombre'en

ni- ou.t" promovidas por los nuevos modos

áe uer el hómbre y la historia humana revela-

dos por autores como Hegel ' Comte' Marx'

Darwin, Di l they. Freud, etc' Junto a el lo se na

intentado sistematizar filosóficamente el co-

"""itié"t" acerca del hombre por medio de

ta l lamada <antropología f i losól ica> (vease

AnrnopoLocí¡) y también por medro oel lla-

mado <conocimiento del hombre" (pslcolo-

giu, ánt.pofogía, caracterología, etc')' Tanto

HOMBRE

en la antropología filosófica como en el cono-

cimiento ¿'el hómbre se han tenido en cuentaproblemas, temas y motivos que-' ,aunque no

interamente desconocidos antes del siglo xtx'

no se trabían profundizado y radicali'ldo su-

f icientemente. Así sucede con la ldea de lo ln-

"óniói"nt", tanto individual como colectivo'

i" lá"" ¿" ia historicidad del hombre; la idea

de las dimensiones cultural y social d-el hom-

bre como dimensiones básicas. etc' No pode-

mós detenernos en cada uno de estos proble-

mas. temas y motivos. pero consideramos que

ouede avudár a comprender el modo como ac-'tualmenie se enfrentan los problemas aqtroPg-

lósico-f i losóficos reproducir la descrtpctonqu?hu ¡"ctto Francisbo Romero de las diver-

s'as teorías acerca del hombre propugnadas

áuiunt" nuestro siglo. Agregaremos.a la des-

crioción de dicho autor algunas teorias no ln-

cluidas en su lista.-- Lai teorías en cuestión son: 1) La que hace

.o*ittl. la esencia del hombre en el espíritu

¡dÁ;i (Max scheler, Werner sombart' Ni-

colai Hartmann. en parte Aloys Müller) ' 2) Laque insiste en el papel desempeñado. por. la

iimbolización y el sentido. y detrne.al nomDre

como animal symbol icum (pnnctpalmente

Ernst Cassirer, pero también Eduard Spran-

n"tl. ¡l La que parte de la historia y puede ca-

íucieri2urse'como historicismo (vÉASE) (como

Ln Oiitt'"" v varios de sus discípulos)' 4) La

áu. ¿"."iiUo.a en el sociologismo por,desta-

iar el papel fundamental de lo social en el

ñornutb (E. Durkheim, L. Lévy-Bruhl ' enparte f. üannheim)' 5) La que hace del hom-

bre algo que va siendo constantemente' que se

va eli'eiendo incesantemente a sí mismo' por

no t"ña, propiamente naturaleza (Ortega y

óasset). ó¡ ia manifestada en las diversas

t"náinóiuí del existencialismo (vÉ¡ss)' en

sántiOo estricto o amplio (J.-P' Sartre' K.' Jas-pers, en pafie Unamuno)' 7) La que detlne el

hombre según ciertos ca-racteres naturales' es-pecialmen-te psicobiológicos ( Freud)' pero

irrli¿" ""lltil"os

y .vitales' (L' Klages' Th'

Lessing, O' Spengler) . 8) La que delrne al

hombri como persona (personalismo contem-

ooráneo, especialmente personal lsmo cr ls-

iiano). 9) La teoría del propio Romero'.segun

la cual <la capacidad de perctbtr obJetlva-

mente es el fundamento de 1o humano>' cle

rnóáo qu" el hombre es esencialmente el ser

.,"át-'0" iuzgar,r- l0) La teoría del hombre

.orno t"t que]a través de la historia' y me-

diante un pioceso dialéctico' pasa de la- i<91a-ienación>-a la " l ibertad"

(marxismo)' . l I) La

i"ái iu ¿"1 hombre como <intel igencia sen-

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HOMBRE

tiente> y como <<animal de realidade s>> (Zu_biri). 12) Lateoría del hombre como un'sis_tema de conducta (conductismo, incluyendoel l lamado <<conduct ismo lógicoo, áe G.Ryle). 13) La teoría del hombrJco.o.". n*tural poseedor de razón en cuanto <<razón ins_trumental> (John Dewey) . 14) La teoría delhombre como <modo áe sei e l

" r . rooo u

como una realidad no definible ni por ef*seóni por el <devenir>>; del hombre

"brno "ruUr_tancia individual de naturaleza histórica>.j 5) !q l.orfu que subraya los aspectos narura_les oet nombre dentro del marco de la evolu_ción de las especies y que, sin descuidar loscaracteres distintivos de la cultura y la histo_ria humanas, pone de relieve aspecio.

"o*u_nes entre la estructura del ser humano y la devarias especies animales, especialmenie ma_míferos superiores (<etologíá humano).

Algunas de las teorías son combinaiión devarias de las mencionadas. Así, por eiemol,o.la doctr ina de Francisco Romerb upiou"it ielementos de la teoía basada en el eipíritu; laexistencial ista usa elementos de la iersona_lista y viceversa; la simbolistu u"oeé . i i . rÁresultados de la historicista, etc. Lás teoríashoy más en favor -y ade-más, en conflictomutuo- son la <<conduciista" y la <etoló_gica>.

Aunque dividimos ta bibliografía en variassecciones, debe tenerse en cueñta que algunasde las obras citadas hubieran podido i".í;i;;;en más de una sección. Los trabajos de algu_nos de los autores a que nos hemos referi?oen el texto del artículo (especialmente ad f_nem) constan en las bibliografías dedicadaé atales autores y no los reproducimos aquí. Re_mrtrmos asimismo a la bibl iografía de Anrno-poLocíA, donde f iguran también algunos delos trabajos aquí mencionados; puedJcomole_tarse la información bibl iográfica sobró eltema recurriendo a las bibliografías de Cul_TYRA; PspÍnnu; Hrsronra; PensoNe; las bi-bliografías de varios artículos indicaáos baioIos- epígrafes <Antropología fllosófica v Fi-ilsotía del Espíritu"; <Filosofía de Ia Hisioria vde la Cultura>. <Sociología, Fi losofía de láSociedad y del Derecho" y

"psicololía, pug_

den también consultarse ai efecto.Esencia del hombre: Johannes Rehmke.

Der Mensch, 1928. - Erich Jaensch, Crunul_formen menschlichen Seins, 1929. - E. S;i_fert, Die Wissenschajl vom Menschen in iirGegenwaft, 1930. - Theodor Haecker, Waslst d9r ltlerys-clt?, 1933 (trad. esp.: ¿eué es ithombre?, l96l). - Gaerano ihuu"ñci. Srn_gio sulla natura dell'uomo, I93j. - Wern"er

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HOMBRE-MÁqUINE. La idea del <hom-bre-máquinu, del <hombre como máquino>.la comparación del hombre con una máquina,tiene una larga historia. En el pensamienlo oc-croental puede remontarse a los griegos. Secita al efecto a Empédocles, a Demécriio, a losepicúreos (especialmente a Lucrecio), a los lla_mados <médicos-fi1ósofos>, a la tradición hi-pocrática y galénicq' en general, se consideranprecursores de la idea del <hombre-máquino>a todos los que trataron de explicar las áctivi_dades mentales por elementos corporales vmateriales, sean los átomos, los varios .ele'-mentos> o los <<humores>>. No es siemoreclaro, en los autores y tendencias menciona-dos, que pensaban en términos de una <má_quinar>. A veces ocurría así, si nos atenemos aoperaciones efectuadas por palancas y bombas,rrenos y amorttguadores. con procesos como