EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

16
El amor triunfa sobre la naturaleza humana Claves para la buena comunicación 15 consejos certeros Viaje en bus El cristianismo, a prueba CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN

Transcript of EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

Page 1: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

El amor triunfa sobre la naturaleza humana

Claves para la buena comunicación15 consejos certeros

Viaje en busEl cristianismo, a prueba

C A M B I A T U M U N D O C A M B I A N D O T U V I DA

EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN

Page 2: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

1. Juan15:9,12

Año 12, número 11

¿Buscas libros, compactos o videos que te comuniquen fuerzas, te motiven y te ofrezcan soluciones? Visita nuestro sitio web o ponte en contacto con cualquiera de los distribuidores que se indican a continuación.

www.conectate.orgwww.audioconectate.org

México, Centroamérica:Conéctate A.C.Apdo. Postal I-719Mitras CentroMonterrey, N.L., 64000MéxicoE-mail: [email protected]: (01-800) 714 4790 (nº gratuito)

+52 (81) 8123 0605+52 (81) 8134 2728 (fax)

Chile: Casilla de Correos 14.702Correo 21, Sucursal La MonedaSantiagoTel: (09) 469 7045E-mail: [email protected]

Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Bolivia: E-mail: [email protected]

Colombia, Venezuela, Ecuador, Antillas:Conéctate ColombiaApartado Aéreo # 85178BogotáColombiaTel: (1) 7586200E-mail: [email protected]

España:ConéctateApdo.62628080 Madrid(34) 658 64 09 48

Resto de Europa:ActivatedBramingham Pk. Bus. Ctr.Enterprise WayLuton, Beds. LU3 4BUInglaterraE-mail: [email protected]: +44 (0) 845 838 1384

Estados Unidos:Activated MinistriesPO Box 462805Escondido, CA 92046–2805E-mail: [email protected]: 1-877-862-3228 (nº gratuito)

Director GabrielSarmientoDiseño GentianSuçiProducción SamuelKeating

©AuroraProductionAG,2011

http://es.auroraproduction.com

Espropiedad.ImpresoenTaiwánporJiYiCo.,Ltd.

Amenosqueseindiqueotracosa,losversículoscitados

provienendelaversiónReina-Valera,revisiónde1960,

©1960SociedadesBíblicasenAméricaLatina;©renovado

1988SociedadesBíblicasUnidas.Utilizadosconpermiso.

A N U E S T ROS A M IG OS

Al nacer descubrimos la calidez y seguridad del amor de nuestra mamá, y poco a poco también de nuestro papá. Esas son nuestras primeras impresiones de la vida y el punto de partida de

nuestras relaciones humanas. En los primeros meses y años de la infancia esa es básicamente la única expresión de amor que necesitamos para sentirnos plenos y realizados: el incondicional cariño de piel que nos brindan nuestros progenitores. No obstante, a medida que vamos creciendo, nuestro universo se expande. Las relaciones humanas y sentimentales se van haciendo más complejas. Y nos percatamos de que no toda la gente nos ama como nuestros padres.

Pocos son los que nos dicen: «Estoy orgulloso de ti», o: «Sigue adelante, que tú puedes». Es más, muchas veces lo que oímos son las antípodas de eso. Aprendemos que las amistades hay que ganárselas, que no somos los seres más importantes del planeta y que para que las relaciones fluyan hace falta una cuota importante de humildad, generosidad e interés en los demás. El trato que damos a nuestros semejantes y el que recibimos de ellos llegan a ser un factor de mucho peso, que además consta de una miríada de aristas y recovecos.

Las relaciones interpersonales constituyen una de las pruebas más difíciles que nos presenta la vida. A la vez, sin embargo, pueden ser muy gratificado-ras. Surge entonces la pregunta: ¿Cómo podemos sacar el máximo provecho de esas relaciones y a la vez contribuir a que sean positivas para los demás? Jesús nos reveló el secreto en palabras llanas: «Como el Padre me ha amado, así también Yo os he amado», y: «Este es Mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como Yo os he amado»1. Si nos acercamos a Él, Su amor se hará parte de nosotros e impregnará nuestras relaciones con los demás.

GabrielEn nombre de Conéctate

2

Page 3: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

del OTRo lado del ESCRITORIO

no parecía que fuera a tener contem-placiones conmigo. Para colmo, su computadora se quedó atascada, así que tuvo que reiniciarla. Murmuró que iba a tomarse una aspirina y volvería en un minuto.

En su ausencia pedí a Dios que me diera buen tino para abordar la situación. De golpe lo vi todo desde otra perspectiva. Por un momento procuré no pensar en lo irritada que me sentía con todo aquel papeleo y traté de imaginarme cómo sería estar del otro lado de aquel escritorio.

Mientras esperábamos que se reiniciara el computador, le pregunté a Olga si alguna vez se había topado con una complicación como la mía. Aquello dio comienzo a un diálogo entre dos mujeres agotadas y hastiadas de la situación.

Olga me explicó que apenas llevaba unos meses trabajando en aquel lugar. El año anterior se había divorciado y había pasado por una

etapa muy difícil de adaptación. Me mostré comprensiva y le conté que era misionera y que estaba en Argentina para compartir el amor de Dios con la gente del país, a la que le he tomado mucho cariño.

Al cabo de un rato pudo volver a entrar en el sistema e ingresar los datos correctamente.

En los días que siguieron hablamos varias veces por teléfono, pues tenía que verificar cómo iba el trámite. Cada vez que lo hacíamos nuestra comunicación se tornaba más amistosa y menos tensa. Cuando pasé finalmente a retirar la documentación, Olga se tomó la molestia de verificar que estuviera todo en orden. Nos despedimos como buenas amigas.

Cuando salí sonriendo a la calle, el viento de la tarde me golpeó el rostro. El haberme interesado en los problemas de una persona había transformado una situación conflic-tiva para ambas en una experiencia positiva.

Natalia Nazarova es asimismo tr aductor a y profesor a de idiomas. Vive en A rgentina y está afiliada a La Fa milia Inter nacional (LFI). ■

Natalia Nazarova

Estaba por hacer unos trámites legales cuando, al revisar la documentación, descubrí asombrada que había discrepancias entre varios papeles. Lo que ini-cialmente parecía fácil de rectificar terminó tomándome varias semanas y requirió numerosas gestiones.

En una de las dependencias administrativas donde me mandaron me encontré en un cara a cara con Olga. Me dio la impresión de que era una funcionaria muy eficiente, pero un poco seca. Nuestro primer intercambio fue áspero. La mía probablemente era una de las muchí-simas complicaciones con las que había tenido que lidiar aquel día, y

3

Page 4: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

el instinto de CONSERVACIÓN

cambios que nos imponen. Si nos dejamos dominar por ese miedo y permitimos que sofoque nuestra fe, disminuye nuestra confianza en la providencia divina. Así las cosas, nos convencemos de que debemos tomar las riendas de la situación y hacer algo para corregir lo que no anda bien. Eso no es forzosamente malo, pues la reacción de lucha o huida es innata en nosotros. Ante un peligro reaccionamos automáticamente con medidas encaminadas a proteger nuestra persona y a nuestros seres queridos.

La dificultad, sin embargo, está en dar con un término medio entre nuestra naturaleza humana y nuestra naturaleza espiritual. Los cristianos somos «nuevas criaturas»; no solo tenemos una faceta humana. «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas»1. El Espíritu de Dios habita en nosotros. «¿No sabéis que sois templo de Dios

1. 2Corintios5:17

2.1Corintios3:16

3.Juan15:4

4.Gálatas5:22,23

5.Filipenses2:4(NVI)

Hace poco vi un programa de la televisión británica ambientado en la primera parte de la Segunda Guerra Mundial. Los nazis habían derrotado a Francia, y la invasión de Gran Bretaña era inminente. La incertidumbre, el temor del futuro y el instinto de pre-servar su propia vida y la de los suyos condujo a algunos a mostrar menos consideración por sus semejantes que en circunstancias normales. Muchos acapararon, otros robaron, y otros más llegaron a cometer asesinatos.

En contraste, otras personas reac-cionaron de manera diametralmente distinta. Demostraron heroísmo, no por sus hazañas, sino mediante pequeños actos desinteresados. Encararon sus dificultades con

dignidad. Muchos se ayudaron unos a otros. Velaron por el bienestar de sus vecinos y compartieron lo que tenían.

Al confrontar esas dos reacciones divergentes me percaté de los retos a los que nos enfrentamos cuando nos vemos en circunstancias difíciles o de incierto desenlace. En épocas de convulsión social o económica, cuando se altera el statu quo y todo parece patas arriba, es natural que la gente se preocupe ante todo por sí misma. Obviamente no todo el mundo reacciona de la misma forma; en algunas personas, el instinto humano de conservación se mani-fiesta más fuertemente que en otras.

Cuando la inestabilidad impera en el entorno en que vivimos es natural que nosotros también nos desestabilicemos. Cuando lo que considerábamos tierra firme se vuelve como arenas movedizas, el temor puede apoderarse de noso-tros: temor al futuro y temor a los

4

Page 5: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

el instinto de CONSERVACIÓN

y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?»2 Estamos en Jesús, y Él en nosotros. «Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano [la rama] no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no perma-necéis en Mí»3.

Nuestras reacciones a las cir-cunstancias y sucesos deben estar condicionadas por la presencia de Cristo en nosotros. Aunque por naturaleza prime en nosotros el instinto de conservación, el Espíritu de Dios puede atenuar ese impulso y ayudarnos a reaccionar de manera más equilibrada y compatible con la naturaleza de Cristo. «El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza»4.

No es fácil, pues la naturaleza humana es tan —valga la redun-dancia— humana y dicta nuestra reacción automática. Preocuparnos por alguien, por su necesidad,

situación o lucha, no es lo prioritario en nuestra escala individualista. De ahí que exista el peligro de minimi-zar o ignorar las necesidades de otra persona por atender a las nuestras.

Si emprendemos atropellada-mente la realización de planes que sirven a nuestros propios intereses sin consideración por quienes nos rodean, lo más probable es que tomemos decisiones que perjudiquen a otros. Las promesas y los compromisos pactados con anterioridad pasarán a segundo término y nos centraremos en lo que más nos convenga. Ello puede provocar decepción y resentimiento, y dañar amistades. Si permitimos que nuestra naturaleza humana prevalezca sobre el Espíritu de Dios que mora en nuestro interior, con nuestro egoísmo vamos dejando una estela de sufrimiento.

Cuando eso ocurre, también nosotros sufrimos. Quizá no se trate de un sufrimiento visible y palpable,

por lo menos en el momento, pero indefectiblemente nos afecta. Perdemos la bendición de Dios y el respeto de los demás. En alguna parte leí que por regla general una persona descontenta con el producto de una empresa acaba diciéndoselo a otras 50 personas en el curso de su vida. Si con actos motivados por puro instinto de supervivencia lesio-namos la fe que otros depositaron en nosotros, corremos el riesgo de que nunca vuelvan a confiar en nosotros plenamente. Hasta es posible, incluso probable, que transmitan esa desconfianza a otras personas. Es decir, que tanto ellos como nosotros salimos perjudicados.

Satisfacer uno sus necesidades y las de sus seres queridos no está mal. Sin embargo, los discípulos de Jesús que estamos llenos del Espíritu de Dios debemos dejar de concentrar-nos solo en nuestras necesidades y pensar también en las ajenas. «Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás»5. Dar con un buen equilibrio en ese aspecto debiera ser nuestro objetivo.

Peter Amsterdam y su esposa, María Fontaine, dirigen el movimiento LFI. ■

Peter Amsterdam

5

Page 6: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

nuestrA M I S IÓN

Dios pone a ciertas personas en nuestra vida para que las ayudemos a superarse y llegar a ser todo lo que Él dispuso que fueran. La mayoría de las personas no alcanzan todo su potencial si no tienen a alguien que crea en ellas. Eso significa que tú y yo tenemos una misión. Dondequiera que vayamos debemos infundir ánimo a los demás, elogiarlos, espolearlos para que lleguen más alto. Una persona con la que hemos departido debería quedarse con la sensación de que está mejor que antes. La Biblia dice que el amor es benigno1. Cierta traducción lo expresa así: «El amor busca la forma de ser cons-tructivo»2. Dicho de otro modo, el amor procura mejorar la vida de los demás.

Joel Osteen31. 1Corintios13:4

2.TraduccióndirectadelNew Testament in Modern English,

deJ.B.Phillips

3. Lo mejor de ti,FreePress,NuevaYork

E L EFEC T O de l RE S PE T O

El gerente de un banco siempre echaba una moneda en la taza de un mendigo al que le faltaban las dos piernas y que solía sentarse en la calle a la salida de la entidad. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las personas, el gerente siempre insistía en recibir a cambio uno de los lápices que vendía el pordiosero.

—Usted es un comerciante —le decía—. Siempre espero obtener buenos artículos cuando hago negocios con un comerciante.

Un buen día aquel hombre sin piernas desapareció de la vereda. Pasó el tiempo. El gerente se olvidó de él, hasta que una vez entró en un edificio público y se encontró en un puestecito concesionado con el otrora mendigo que estaba atendiendo su pequeño negocio.

—Estaba seguro de que tarde o temprano usted se aparecería —le dijo al gerente—. Usted tiene mucho que ver con el hecho de que yo esté aquí. Siempre me decía que yo era un comerciante. Comencé a creér-melo y a dejar de verme como un limosnero. Empecé a vender lápices, muchos. Usted me infundió amor propio. Me ayudó a verme con otros ojos.

Narración de Randy Stanford

una nota S A LVAdora

Susana veía su situación muy negra. Tenía que resolver unas cuestiones

penosas de su pasado. Su marido se había distanciado afectivamente de ella.

Su familia pasaba por apuros económicos. De algún modo se las arreglaba para poner

buena cara en su lugar de trabajo, aunque le rondaba la idea de quitarse la vida.

Por aquel entonces recibió una tarjeta navi-deña con unas palabras que había escrito su jefe

de su puño y letra. Decía: «No sé qué haríamos sin ti. Gracias por ser tan competente y servicial».

Tiempo después ella comentó: «Enmarqué esa tarjeta y la puse en la cocina. Es como un recorda-

torio de que no estoy tan mal».No dejemos, pues, de enviar tarjetas y notas de

ese tipo. ¿Quién sabe? A lo mejor es justo lo que alguien necesita para cobrar fuerzas.

David Egner

6

Page 7: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

Cuanto más nos preocupamos por la felicidad ajena, mayor es nuestro propio sentido de bienestar. La verdadera compasión surge al ver el sufrimiento de otra persona. Nos sentimos responsables y deseamos hacer algo por ella. Tenzin Gyatso, xiv Dalái Lama (1935– )

la amabilidad, bendición por partida dobleLilia Potters

El día estaba nublado y lluvioso. De igual ánimo andaba yo, algo que nos pasa a todos, supongo.

Sentada a mi escritorio me acordé de que era el cum-pleaños de una señora con la que mantengo una larga amistad. Es soltera, de mediana edad, enfermera desde hace treinta años, y le encanta su trabajo. Como sé que no tiene familia en esta ciudad, decidí llamarla. No me falló la intuición, pues resultó que ese día le tocaba un turno de trabajo hasta bien entrada la noche, lo que no le dejaría espacio para celebrar su cumpleaños. Así y todo, me contestó muy jovial, feliz de que la hubiera llamado.

Después que colgué, me quedé pensando que ella sin duda agradecería alguna atención en su cumpleaños.

Pero como yo no estaba de humor, descarté la idea. Sin embargo, el gusanillo de hacer algo por mi amiga me siguió molestando todo el día. Por fin cedí, y esa noche me dirigí al hospital con una tarjeta, una tarta de queso y una flor hecha con globos moldeables.

La sonrisa de gratitud de mi amiga y sus exclamacio-nes de alegría me convencieron de que había hecho bien. Generoso pago para tan poco esfuerzo.

Al llegar a casa me di cuenta de que no solo había alegrado en su cumpleaños a una amiga que estaba sola, sino que yo misma me había reanimado. Al hacerla feliz, yo misma me había sentido bien.

¿No es eso lo que suele ocurrir cuando dedicamos tiempo y esfuerzo a hacer algo por los demás? Quien beneficia a otros con su amabilidad, a sí mismo se beneficia.

Constantemente se nos presentan oportunidades de hacer gestos amables o abnegados en favor de los demás. Lo extraordinario es que eso también tiene un efecto positivo en nosotros mismos. Como un bumerán, la bendición retorna al que la concede.

Lilia Potters es escritora y redactora. Vive en EE.UU. ■

7

Page 8: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

El autobús iba atestado. Yo estaba de pie, con el rostro encendido. El corazón me latía con fuerza. En alguna parte había leído que una mujer encinta en posición de descanso consume más energías que una persona común y corriente trepando una montaña. En todo caso, no era precisamente por estar descansando que tenía el corazón acelerado y la cara al rojo vivo.

Estaba que echaba chispas. Imagínate. Barrigona como estaba, con más de siete meses de embarazo, y nadie tenía la decencia de ofrecerme un asiento. Había sido una de las últimas en abordar el vehículo, pues prácticamente todos los demás se habían adelantado a empellones para asegurarse un puesto.

Desde hacía varios años trabajaba como voluntaria en cierto país asiático. Luego de una agotadora jornada colaborando en un programa para los desfavorecidos, el único medio de transporte a mi alcance era el autobús municipal, de aire irrespirable y atiborrado de pasajeros. Comprendía que se sintieran fatigados al final del día, pero no su grosera descortesía. ¿Quién no le ofrecería su asiento a una mujer encinta? Me quedé inmóvil, contra-riada, hasta que llegué a mi paradero.

Al día siguiente le conté sin remilgos mi molestia a una compañera. Se mostró comprensiva y me contó un par de experiencias que ella había tenido con pasajeros maleducados. Estuvimos largo rato perorando sobre la descortesía y desconsideración con que se comporta a veces la gente.

Mi marido nos escuchó varios minutos sin comentar nada, pero luego manifestó algo que nos ayudó a ver las cosas más objetivamente.

LE NTITUD Y PR ESTE Z A

Lentoparasospechar;prestoparaconfiar.Lentoparacensurar;prestoparajustificar.Lentoparaofender;prestoparadefender.Lentoparacomprometer;prestoparaescudar.Lentoparadesdeñar;prestoparaapreciar.Lentoparaexigir;prestoparacompartir.Lentoparaprovocar;prestoparaayudar.Lentoparaelrencor;prestoparaelperdón.Anónimo

—Queremos que nuestros programas y obras sociales ayuden a la gente. No obstante, en los buses es donde realmente se pone a prueba nuestro amor.

Tenía razón. Dedico la mayor parte del tiempo a ayudar al prójimo; sin embargo, en la comodidad de mi casita, con todas mis necesidades satisfechas, yo andaba criticando a las mismas personas que pretendía ayudar. ¿Quiénes se merecen mi amor y empatía? ¿Solo las personas que demuestran cierto grado de urbanidad que yo considero elemental?

A veces hace bien viajar en un autobús asfixiante, repleto de gente, para sentir en carne propia las inco-modidades que otras personas sufren a diario, entender lo afortunada que soy y recordar que todo el mundo precisa y merece cariño, respeto y consideración.

Bonita Hele es escr itor a y r edactor a. Vive en los EE .UU. y está afiliada a LFI. ■

Bonita Hele

VIAJE EN BUS

8

Page 9: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

Madrugada del 27 de febrero de 2010: El mayor terremoto que ha azotado a Chile en 50 años —8,8 en la escala de Richter— y uno de los más fuertes de la historia de la humanidad. Se caen casas y edificios por toda la zona centro sur de Chile. Minutos después, un maremoto golpea la zona costera y deja cientos de víctimas. Testigos dicen que las aguas del tsunami resonaban como el rugido de 100 leones.

A nosotros, como a millones de conciudadanos, nos resultó impo-sible abstraernos de la campaña de solidaridad convocada luego de la catástrofe. Enseguida se organizó un grupo de voluntarios de La Familia Internacional. Mucha gente necesi-taba ayuda urgente en todo sentido. En esos momentos el amor lo mueve a uno con una fuerza mayor que la de una sacudida telúrica.

Con la colaboración de diversos patrocinadores, en los días siguientes nos preparamos con víveres, agua, mantas y otros artículos de primera necesidad. Nos dirigimos a la ciudad de Constitución, una de las más

EN LA TRAGEDIA AFLORA EL AMOR

asoladas. Al llegar repartimos lo que llevábamos, reiterándoles a todos que Dios los ama, que está a su lado, que los acompañó en la catástrofe y los acompañará en la reconstrucción. Les dábamos abrazos; llorábamos y orábamos con ellos.

Nos impresionó la solidaridad de los chilenos, que viajaron en masa a ayudar a los desamparados. Muchos camiones y vehículos particulares se agolpaban en la carretera, portando ayuda para los afectados, banderas y letreros que rezaban: «¡Fuerza, Chile!» En un país que aún no supera sus divergencias políticas, el nuevo presidente expresó en su discurso de posesión: «La naturaleza volvió a recordarnos la importancia de la unidad nacional. Todos somos sobrevivientes de esta tragedia».

Unidad, ese era el lema impe-rante. Así como amor y solidaridad. Si bien hubo desmanes y saqueos, fueron muchas más las historias de fraternidad, adhesión y respaldo. Numerosas personas nos confi-denciaron que antes escasamente se relacionaban con la gente de las casas vecinas, pero que luego del

siniestro se unieron como nunca. La primera reacción de muchos fue averiguar cómo se encontraban sus seres queridos y de ahí salir a la calle a indagar por su prójimo. Vecinos de un mismo barrio que casi ni se conocían terminaron consolándose, preocupándose unos por otros y brindándose protección. Las familias estrecharon sus vínculos. Hubo incluso personas que estaban enemistadas y luego de la tragedia se avinieron y dejaron atrás viejas rencillas.

El amor en momentos así adquiere incluso un perfil de heroísmo, como en el caso de unos pescadores que rescataron a numerosos veraneantes que habían quedado incomunicados en una isla y trabajaron sin cesar hasta que el maremoto, en una de sus arremeti-das, arrasó también con ellos.

No esperemos a que haya una catástrofe. Anticipémonos. Seamos más amables hoy.

Gabr iel García es editor de Conéctate . Vive en Chile y está afiliado a LFI. ■

Gabriel García

9

Page 10: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

Me subí al avión que me iba a llevar de vuelta a casa luego de visitar Toronto (Canadá). Un caballero se sentó en el asiento contiguo al mío. Llegó hablando en su iPhone. Enseguida me percaté de su acento sudafricano, ya que el año anterior había visitado ese país para asistir a una conferencia.

Al rato, Andrew Harrison y yo estábamos enfrascados en una amena conversación que duró el resto del vuelo. Él tenía un montón de anécdotas que contar; yo me dediqué más que nada a escucharlo. Me habló de sus experiencias como conductor de grupos de turismo de aventura. Durante algunos años se había dedicado a llevar equipos de compañeros de trabajo —muchos de ellos con cargos directivos— en excursiones de aventura por zonas inhóspitas de Sudáfrica, experiencias que los exigían al límite.

Sonreía muy complacido mientras me contaba con lujo de

Jessie Richards

detalles las disyuntivas, los enigmas y los desafíos a los que sometía, en grandes espacios naturales, a aquellos oficinistas. Al verse en situaciones de gran exigencia física y ante pruebas de índole emocional, y sintiéndose además tremendamente asustados, empezaban a transformarse: adqui-rían perspectivas distintas y percibían aspectos de sí mismos y de sus colegas que antes no veían ni entendían. En la mayoría de los casos, volvían a su hogar y a su trabajo habiendo resuelto importantes cuestiones personales.

Pensé que sería fascinante pro-barlo: llegar a conocerme más a fondo y entender mejor a mis compañeros mediante una experiencia extrema. Reflexioné también sobre lo inte-resante que debía de ser estar en su pellejo. Primero, por el solo hecho de vivir una aventura y recorrer lugares atractivos y apasionantes; pero sobre todo por ver a tantas personas adquirir una nueva conciencia de las cosas y transformarse.

No todos los días tengo ocasión de hablar con alguien como Andrew. Pensé por eso que con todos sus años de experiencia trabajando con la gente de una forma tan interesante podría darme excelentes consejos y recomendaciones.

—En todos tus años como orga-nizador de esas actividades, ¿cuál dirías tú que ha sido el asunto o problema que más frecuentemente ha habido que resolver en esos grupos de personas? —le pregunté.

—La comunicación. El asunto más complicado casi siempre es la comunicación.

—¿Será porque la gente que trabaja junta no se habla mucho?

—¡No tienen problemas para hablar! Lo que casi nadie hace bien es escuchar.

Aquello fue una revelación para mí, aunque después pensé: «¡Qué tonta soy! Si es obvio». Lo he oído muchas veces, pero igual tengo claro que no he aprendido a escuchar

CREO QUE AHORA ENTIENDO

10

Page 11: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

como debería. Antes mencioné que en la conversación con Andrew me dediqué más que nada a escuchar, pero eso fue porque me interesaban sus anécdotas. Sin embargo, no puedo decir que siempre sea así.

Andrew siguió hablándome de otros puntos relacionados con la comunicación. Decía que la comu-nicación no es tal si las personas no se entienden. Es muy frecuente que alguien piense que se comunicó bien porque dijo lo que quería decir, de palabra o por escrito, pero que en realidad no sepa si su interlocutor lo entendió. En muchos casos, la otra persona capta algo completamente diferente de lo que el primero quiso expresar.

Para averiguar si hemos comuni-cado eficazmente lo que queríamos decir, o entendido lo que alguien nos dijo, es preciso hacer preguntas y, por supuesto, escuchar.

Hace poco oí una charla de Peter Kreeft que reforzó esta nueva

enseñanza de prestar atención a los demás. Decía atinadamente: «No muchos tienen grandes dotes para hablar, pero todos podemos ser buenos escuchadores». Creo que a veces me preocupo mucho por ser una buena oradora y me olvido de que la mayoría de las veces no es eso lo que la gente quiere o necesita.

Kreeft también manifestó: «Que nos escuchemos unos a otros es inusual, excepcional. Cuando escu-chamos siempre sucede algo». Tengo vivos recuerdos de ciertas ocasiones en que descubrí algo extraordinario por el simple hecho de escuchar. Lamentablemente, esas ocasiones fueron pocas. Podrían haber sido más.

No sé si comprometerme a escuchar más hasta el día en que me muera sería una resolución muy realista, pero al menos esta semana me propongo detenerme más a prestar atención. ¿Por qué habría de limitarme a mis propios pensamien-tos cuando puedo beneficiarme de los

de los demás, y en particular de los de Dios?

Me vino una cosa más sobre el valor de escuchar: Hay fases en nuestra vida en que pensamos que no tenemos mucho que aportar. Yo misma ahora me siento así. Tenemos nuestras batallas y hasta nos senti-mos un poco perdidos. Queremos ayudar a los demás, pero ¿qué podemos decirles que con certeza haga que se sientan mejor? Tal vez hay situaciones en las que nada que dijéramos contribuiría a mejorar las cosas. Pero todos desean que alguien los escuche y los comprenda. Si soy capaz de prestar oído a los demás, siempre habrá algo estupendo que puedo hacer por ellos. Y lo más probable es que lo valoren más que cualquier cosa que pudiera decir.

Jessie Richards es directora del Departamento de Servicios para la Misión de LFI, que produce Conéctate. Vive en EE.UU. ■

CREO QUE AHORA ENTIENDO

11

Page 12: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

A todos nos vendría bien mejorar nuestras relacio-nes con quienes nos rodean. La Biblia ofrece numerosos consejos muy útiles sobre el tema. Nos indica cómo trabajar con otras personas, cómo tratarlas, etc. La Escritura habla de la paciencia, la benignidad, el desinterés y la generosidad; pero luego dice que lo más importante es el amor. «El mayor de ellos es el amor»1. El amor es el ingrediente fundamental en nuestras relaciones con los demás.

El distintivo de la labor de Jesús fue el amor, y a nosotros nos exhorta a amar como Él lo hizo: «Un manda-miento nuevo os doy: Que os améis

1. 1Corintios13:13

2. Juan13:34

3.V.1Juan4:20

Alfinalde1Corintios13—sugrancapítulosobreelamor—,Pablomencionatresvirtudescristianas:lafe,laesperanzayelamor,cadaunadelascualesencierraunaparadoja.

Elamorimplicainteresarseporpersonasquelamayoríapreferiría-mosignorar.

Laesperanzanosinfundefuerzasparavermásalládecircunstanciasquedeotromodopareceríanimposibles.

Encuantoalafe,siempresigni-ficarácreerenloindemostrableycomprometerseconloquenuncasabremosconcerteza.

Philip Yancey

evidente que Él considera que tene-mos que aprender a congeniar; si no, ¿para qué nos juntó con ellas? Debe de ser posible; de lo contrario, no nos habría puesto en tal situación.

Solo crecemos y aprendemos cuando se nos pone a prueba. Por eso, conviene tomarlo como un reto. «¿Qué puedo hacer para crecer en mis relaciones con los demás?» En parte, la respuesta a esa pregunta está en profundizar nuestra relación con Jesús, pues cuando estrechamos nuestra relación con Él, manifes-tamos más amor al prójimo. Si amamos a Dios, amaremos también a los demás, ya que amar a nuestros semejantes es una expresión de amor a Dios. He ahí el propósito primor-dial de nuestra vida: amar a Dios y a nuestros semejantes. ¡Lo más importante es el amor! ■

Lo más

Importante ES EL

amorMaría Fontaine

unos a otros; como Yo os he amado, que también os améis unos a otros»2. ¿Cómo podemos pretender que amamos a Dios, a quien no vemos, si no somos capaces de amar a las personas con quienes convivimos y trabajamos todo el tiempo? ¿Cómo podemos afirmar que amamos a personas que no hemos visto si no amamos a quienes vemos todos los días?3

En la vida, Dios nos junta con ciertas personas: parientes, colegas, jefes, clientes, vecinos. Nos guste o no su compañía, Él nos puso con ellas, y es nuestro deber amarlas. Si nos cuesta llevarnos bien con ellas, es

12

Page 13: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

La buena comunicación depende de unos pocos principios cardinales. Si aprendemos a aplicarlos, tenemos grandes posibilidades de labrar relaciones felices y productivas.• Sinceridad. Para empezar una

relación con buen pie hay que ser sincero y franco.

• Tacto. Aunque es imperativo ser sincero, también es importante expresarse con gentileza y consi-deración, sobre todo con personas susceptibles y cuando se traten temas delicados.

• Sabiduría. La sabiduría nos enseña a tener tacto. Las páginas de la Biblia contienen gran cantidad de consejos prudentes aplicables a la vida cotidiana. También es posible imbuirse de sabiduría para hacer frente a las situaciones particulares que uno vive pidiéndosela a Dios. La Biblia promete que nos será concedida1, pero tenemos que pedírsela.

• Amor. Puede que no hagamos ni digamos todo a la perfección;

1. Santiago1:5

2.Mateo7:12

pero si los demás ven que estamos motivados por el amor, los enredos o malentendidos de poca monta no pasan a mayores.

• Oración. Hay veces en que rezar con una persona sobre una situación que la afecta a ella y también a ti es lo mejor que se puede hacer para llegar a un buen entendimiento.

• Optimismo. Un carácter optimista suele suscitar reacciones igualmente positivas.

• Sentidodelaoportunidad. Tan importante como saber qué decir es saber elegir el momento para decirlo, y reconocer también cuándo conviene quedarse callado.

• Mostrarseaccesible. El dicciona-rio define a una persona accesible como «de fácil acceso o trato; abordable; afable». Si alguien sabe que te tomarás la molestia de escucharlo, puedes tener la certeza de que te has ganado su amistad.

• Prestaratención.Es reco-mendable que escuches lo que te quieren decir los demás sin interrumpirlos, ni apurarlos, ni terminar las frases por ellos. Escuchar con atención es la mejor

manera de fomentar un diálogo constructivo.

• Amplituddemiras. Las opiniones de las personas y su forma de abordar los problemas son tan diversas como las mismas personas. Permitir que la otra parte exprese lo que piensa y lo que siente manifiesta respeto y propicia intercambios fructíferos y positivos. La gente se sentirá mucho más cómoda con nosotros y acudirá a pedirnos consejo si sabe que la escucharemos con una actitud abierta, aunque no siempre coinci-damos con sus puntos de vista.

• Empatía. Debemos ser sensibles a lo que complace o desagrada a los demás, a sus necesidades y estados de ánimo. Pongámonos en el lugar del otro. Sigamos la Regla de Oro2.

• Sentidodelhumor. Unas cuantas risas pueden resultar muy oportu-nas para evitar que un intercambio de difícil pronóstico se torne demasiado intenso. Mejor no tomarse las cosas a la tremenda.

• Claridad. Habría menos malentendidos entre las personas si estas no se anduvieran con tantos rodeos y no recurrieran a tantas insinuaciones. Es mejor decir las cosas sin ambages que dejar intrigado al interlocutor. Si no estamos seguros de que nos entendió, mejor preguntárselo.

• Esfuerzo.A veces cuesta comuni-carse; no hay vuelta que darle.

• Constancia. Las personas que se comunican con frecuencia se entienden mejor y tienen mayores probabilidades de resolver sus diferencias en cuanto surgen. ■

claves para la buena comunicaciónKeith Phillips

13

Page 14: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

LEC TUR AS E N R IQUECE DO R AS

Samuel Keating

Jesúsquieresertuamigomáscercanoyleal.Siaúnnolocono-ces,hoymismopuedesestablecerunarelaciónpersonalconÉl.Hazestasencillaoración:

Jesús, quiero conocerte. Deseo que vivas en mí. Quiero sentir Tu amorosa presencia.

Los buenos amigos son francos, aun cuando saben que al princi-pio una verdad puede doler.

Más valen golpes leales de amigo, que besos falaces de enemigo. Proverbios 27:6 (NBJ)Los amigos celebran juntos sus victorias.

¿Qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara y barre la casa y busca con diligencia hasta encon-trarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: «Gozaos conmigo, porque he encon-trado la dracma que había perdido». Lucas 15:8,9

El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este Mi gozo está cumplido. Juan 3:29Los verdaderos amigos se hacen presentes en los momen-tos difíciles.

El atribulado es consolado por su compañero. Job 6:14

En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17Los amigos te ayudan a ser mejor persona.

El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el prójimo. Proverbios 27:17 (LPD)

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero. Eclesiastés 4:9,10Los amigos se dan buenos consejos.

El cordial consejo del amigo [alegra] al hombre. Proverbios 27:9Los amigos se perdonan.

Quien pasa por alto la ofensa, crea lazos de amor; quien insiste en ella, aleja al amigo. Proverbios 17:9 (DHH)Los amigos no chismorrean.

El chismoso aparta a los mejores amigos. Proverbios 16:28Elige con acierto tus amistades.

El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado. Proverbios 13:20

Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano. Proverbios 18:24 (NVI)Jesús fue el arquetipo del amigo fiel y nos reveló su secreto.

Ámense los unos a los otros, como Yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Juan 15:12,13 (LPD)

Samuel Keating es director de producción de Conéctate. Vive en Milán (Italia). ■

L A AM I S T A D

14

Page 15: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

Amistades que son ciertas nadie las puede turbar. Miguel de Cervantes (1547–1616)

No esperes que tu amigo venga a descubrirte su necesidad; ayúdale antes. Juan Luis Vives (1492–1540)

Cada amigo representa un mundo dentro de nosotros, un mundo posiblemente inexistente antes de que él llegara; es solo a través de ese encuentro que nace un nuevo mundo. Anaïs Nin (1903–1977)

La única manera de tener un amigo es ser un amigo. Ralph Waldo Emerson (1803–1882)

Amistad nunca mudable por el tiempo o la distancia, no sujeta a la inconstanciadel capricho o del azar, sino afecto siempre lleno de tiernísimo cariño, tan puro como el de un niño, tan inmenso como el mar.José Zorrilla (1817–1893)

La amistad supone sacrificios y solo el que está dispuesto a hacerlos sin molestia la comprende de verdad. Noel Clarasó (1905–1985)

Un buen amigo es un hombre para el cual no tenemos secretos y que, a pesar de todo, nos aprecia. León Daudí (1905–1985)

A veces ser un amigo significa dominar el arte de la oportunidad. Hay un tiempo para el silencio. Un tiempo para sustraerse y permitir que la gente se lance a su propio destino. Y un tiempo para prepararse para recoger los pedazos cuando todo haya terminado. Gloria Naylor (1950– )

Un amigo es aquel en quien pode-mos derramar todo el contenido de nuestro corazón, paja y grano, sabiendo que la más gentil de las manos lo tomará y lo tamizará, conservando lo que vale la pena, y que con el aliento de su bondad soplará y echará fuera el resto. Proverbio árabe

Solo dos personas pueden decirte la verdad sobre ti mismo: un enemigo que ha perdido los estribos y un amigo que te quiere entrañablemente. Antístenes (445–365 a.C.)

Una amistad delicadamente cince-lada, cuidada como se cuida una obra de arte, es la cima del universo. José Ortega y Gasset (1883–1955)

No hablaré mal de nadie, y de todos diré todo lo bueno que sepa. Benjamin Franklin (1706–1790)

Si lloras, lloro contigo;alégrame tu contento;lo mismo que sientes siento,¿y me llamas mal amigo?Tirso de Molina (1575–1648)

Lo mejor que podemos hacer por otro no es solo compartir con él nuestras riquezas, sino revelarle las que posee. Benjamin Disraeli (1804–1881) ■

R E FLE XIO N ES

El vErdadEro amigo

15

Page 16: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN - activated.org

En cierta oportunidad dije a Mis seguidores: «Traten a los demás como quisieran que los trataran a ustedes»1. Muchos conflictos se resolverían si la gente se rigiera por ese sencillo principio. No solo es el modo indicado de actuar, sino además el más inteligente. Cuando lo practicas, por más que inicialmente sufras un perjuicio, a la larga se te compensa con demostraciones de amor y otras cosas buenas. Si edificas tu vida y tu carácter sobre la base de tratar a los demás como quisieras que te trataran a ti, es inevitable que te devuelvan el favor siendo respetuosos y amables contigo. Pero recuerda que de ti debe partir la iniciativa.

Todos los días tienes oportunidades de mostrar buena voluntad. Todos los días se te presenta la alternativa de hacer lo que más te conviene a ti o lo que más conviene a otra persona. A veces puede resultar difícil obrar bien, sobre todo cuando la persona con la que debes tratar no ha obrado bien contigo. Podría parecerte que los demás no se merecen que los trates con amor y amabilidad, o que no vale la pena que te sacrifiques por ellos. Sin embargo, Yo no dije: «Trata a los demás como te hayan tratado a ti». Mi código de conducta trasciende con mucho el concepto que se tiene habi-tualmente de la justicia. Quiero que vivas en un plano superior. Cualquiera puede portarse bien con quienes se portan bien con él. Más mérito tiene la persona capaz de portarse bien con quienes se portan mal con ella, y por tanto goza de más bendiciones Mías.

1. ParáfrasisdeMateo7:12

DE JESÚS, CON CARIÑO

La regLa de oro