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EL JUEGO PEDAGOGÍA y DIDÁCTICA

Manuel SAÍNZ – PARDO Educador de Juventud.

Realizador de Televisión Autor de diferentes libros de

juegos, manualidades y teatro de títeres

INTRODUCCIÓN

Amigo lector, acabas de abrir la puerta a un mundo especial, distinto a lo que conoces como medios de diversión; has abierto el grandioso portalón para contemplar el panorama más amplio y feliz: el juego. Para ti el juego es algo imprescindible, algo que necesitas tanto como el alimento.

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Pero hasta ahora has entendido como juego unos cuantos aspectos muy determinados de actividad física en los que participabas con otros muchachos espontáneamente: corríais, jugabais con una pelota, con patines, montabais en bicicleta o utilizabais unos pequeños instrumentos de tamaño a escala reducida que generalmente llamabais juguetes, como trenes, coches, motos y otros muchos objetos fabricados para vosotros, porque con ellos os sentíais felices. Era la época de vuestra niñez.

Y, de pronto, cuando has pasado las primeras páginas del

libro te encuentras con que, en efecto, te habla del juego, pero de muy distinta manera, es la explicación de lo que es el juego en general, además de cómo se juega y otras muchas teorías para que conozcáis bien lo que hacéis cuando los utilizáis para diversión, que sepáis por qué jugáis, dónde está el entretenimiento en cada juego, en qué consiste obtener el placer con lo que hacéis, la alegría que sentís cuando estáis “metidos en juego” y otras muchas cosas más.

Estáis ya en la edad juvenil y era necesario que

conocierais la etapa anterior, la de la niñez, para lograr con más eficacia la que tenéis por delante porque en éstas páginas vais a encontrar el futuro de tus otros juegos, tu otra forma de entretenimiento, sin encontrar instrumentos prefabricados, sino con ese mundo que has abierto, que es tan grande, tan dilatado, tan inmenso, que vas a tener que buscar tú lo que tienes que hacer, lo que más te gusta, lo que más deseas por medio de tu libertad personal para hacer, crear, buscar, descubrir y alcanzar tu propia manera de satisfacción recreativa, porque ya no será por medio de los clásicos juegos, sino utilizando tu propia iniciativa para desarrollar tu creatividad.

Entra ya, pues, en el mundo de tu propia diversión en la

que vas a ser tú mismo el protagonista, el creador de los juguetes, de los juegos, del construir, elaborar, fabricar y hacer esta magia que tienes en tus manos con la aplicación de tu inteligencia, porque es la inteligencia la que crea y descubre tus ideas, pero son las manos las que lo realizan.

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Piensa que nada es tan insoportable al hombre como estar en completo reposo, sin pasión, sin actividad, sin esparcimiento, sin la posibilidad de intervenir, porque entonces no sentirá nada, solo se encontrará con su propio abandono, su insuficiencia, su permanente vaciedad. Y esto es lo que no deseas, lo que tú no quieres.

Por ello en esas ocasiones, no lo intentes nunca porque en

ese momento comprobarás y comprenderás muy a fondo, que jugar ya no es sólo correr, saltar, pelearse, dar patadas a una pelota o moverse buscando la violencia, la lucha incontrolada para ganar como sea, como tampoco te llenará el otro juego, el del azar, el de la suerte, en el que no interviene tu voluntad sino la destreza de un tramposo mal intencionado o la desgracia imprevista de un mal juego con las consecuencias consiguientes de los enfados, las depresiones y el mal humor de que la máquina electrónica no te haya caído en los puntos que necesitas para acertar, que por ese se llaman “tragaperras” y son perniciosos, y provocadores de enfermedades mentales. Eso no es JUEGO.

Nuestro JUEGO es una acción o una actividad voluntaria,

realizada en ciertos límites fijos de tiempo y lugar, según una regla libremente aceptada, pero absolutamente imperiosa, provista de unos fines a cumplir en sí mismo, acompañada de una sensación de placer y júbilo, de una conciencia tranquila, por ser de una manera de actuación y servicio, de participación abierta al trabajo con los demás.

Por ello entra siempre en el placer de hacer, construir, dar

forma, transformar la materia plástica para hacer surgir una obra de arte, utiliza las manos que tu puedes dominar para hacer algo aprovechable para tu campamento, tu hogar juvenil o para ti mismo sintiendo con ello el bienestar espiritual que inunda el alma humana cuando está satisfecha, cuando se siente feliz:

CUANDO JUEGA DE VERDAD, POR SENTIR LA SATISFACCIÓN DE LA OBRA BIEN HECHA.

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I - LA CREACION Y DIOS, JUGANDO, CREÓ EL UNIVERSO

La Biblia, en el libro primero llamado GENESIS, voz griega

que significa generación, contiene la historia de la creación de todas las cosas y la descendencia de los hombres desde Adán, porque antes, todo era desolación, el vacío, la nada, las tinieblas, y viéndolo así, 1 “En el principio creó Dios el cielo y la tierra”. Y luego siguió con la luz, los mares, las plantas, las estrellas y los animales. Vio Dios que todo era bueno y por fin díjose entonces Dios 26 “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre las aves del cielo, sobre los ganados, y sobre todas las bestias y sobre cuantos animales se mueven sobre ella” 27 Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó hombre y mujer”. 31 Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho”. “2-1 Así fueron acabados los cielos y la tierra y todo su cortejo. 2 Y rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el séptimo día de cuanto hiciera; 3 y bendijo al día séptimo y lo santificó, porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho.”1.

Y no es una heterodoxia afirmar que el Creador, cuando

cada día hacía una parte del universo, lo hacía convencido de que “lo que hacía era bueno” y confirmó cuando terminó su obra: “ser muy bueno cuanto había hecho”, luego lo hacía libremente, con placer, con gusto, porque sentía la satisfacción de su trabajo, que son las principales características que especialmente destacaremos al definir el juego. Y así Dios tuvo el

1 Textos transcritos literalmente de la Sagrada Biblia, publicada por la B.A.C..- Vigésima Edición. Madrid 1973.- Página 4.

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entretenimiento de crear el universo, y sintió la necesidad de crearlo porque no había nada. Por ello, más adelante en la misma Biblia, en el Libro de los Proverbios, en el llamado de la Sabiduría, capítulo 8 párrafo 22 nº 30 nos confirma su juego cuando dice: “22 El Señor me tuvo consigo al principio de sus obras, desde el principio, antes que crease cosa alguna. 23 Desde la eternidad tengo yo el principado “de todas las cosas”, desde antes de los siglos, primero que fuese hecha la tierra. 24 Todavía no existían los abismos, o mares, y yo estaba ya concebida; aún no habían brotado las fuentes de las aguas, 25 no estaba sentada la grandiosa mole de los montes, ni aún había collados, cuando yo había ya nacido; 26 Cuando no había creado la tierra, ni los ríos, ni los ejes del mundo. 27 Cuando extendía él los cielos, estaba yo presente, cuando con ley fija encerraba los mares dentro de su ámbito, 28 cuando circunscribía al mar en sus términos, e imponía ley a las aguas para que no traspasasen sus límites; cuando asentaba los cimientos de la tierra; 30 con él estaba yo disponiendo todas las cosas; y eran mis diarios placeres el holgarme continuamente en su presencia, 31 el holgarme en la creación del universo; siendo todas mis delicias el estar con los hijos de los hombres.”2

Al leer éste fragmento del Libro de los Proverbios, ¿no nos

está diciendo la Sabiduría Divina lo que sentía cuando estaba creando el Universo? Estos sentimientos, placeres y entretenimientos ¿no corresponden al juego, al placer, que nosotros sentimos cuando montamos o instalamos un Belén en Navidad? ¿No es la misma sensación que notamos en nuestro interior anímico al crear montañas, ríos, bosques, praderas con musgo, colocar figuras de barro, animales, pastores junto al fuego, leñadores, lavanderas y el portal del Nacimiento? Nosotros también jugamos al crear todo lo necesario para el Belén.

Todo este montaje que hacemos en Navidad ¿no lo hacemos con la satisfacción lúdica de ser creadores de un universo pequeño? ¿no celebramos el día que lo terminamos, aunque solo sea con una frase: ya está, para descansar y

2 Biblia citada: Libro de los Proverbios- página. 761.

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después contemplarlo cada día, en cada momento que pasamos por delante, para sentirnos satisfechos de nuestra obra?

PUES, ¿POR QUÉ NO PUDO ESTAR JUGANDO EL

CREADOR DEL UNIVERSO CUANDO INSTALABA EN LA NADA: LA TIERRA, LA LUZ, LAS ESTRELLAS, EL AGUA Y LOS

MARES, LAS MONTAÑAS, EL CIELO Y EL HOMBRE? EN DEFINITIVA, LO QUE HIZO FUE CREAR EL NACIMIENTO DEL

UNIVERSO.

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UN PARAISO SIN JUEGO Y después de haber terminado su obra, se entiende que

Adán y Eva tenían todo a su disposición y podían moverse por todas partes disfrutando de la naturaleza exuberante y atractiva, de los animales, de las plantas y flores, es decir, que podían disponer de todo para su satisfacción, para su recreo, y muy especialmente para lo que hoy conocemos y llamamos jugar y divertirse sin límites.

El Génesis lo aclara bien: “Mientras tanto estaban ambos

desnudos, el hombre y la mujer sin avergonzarse de ello. Estaban en el Paraíso y les dio poder para gozar de todo lo que había creado: todos los ganados, las aves del cielo y a todas las bestias del campo.” Pero les puso una exclusiva condición: “De todos los árboles del paraíso podéis comer, pero del árbol de la ciencia, del bien y del mal no comáis, porque el día que de él comiereis, ciertamente moriréis.” Y todos sabemos que desobedecieron el mandato y a causa de ello nacemos todos los seres humanos cargando con el pecado original.

Sin embargo voy a intentar ver el Paraíso con otra

perspectiva distinta, voy a sugerir una ficción, una fantasía, voy a imaginar que el Creador les deja todo lo necesario para seguir viviendo: para comer, dormir, elegir alimentos, incluso poder matar animales para comer carne, frutos y todo lo necesario para sobrevivir, para mantener sus cuerpos con vida. Sigamos suponiendo que Dios se retractara de la anterior disposición y les prohibiera el juego, esto es, no utilizar ninguno de los elementos existentes en el paraíso para su distracción, para divertirse, para disfrutar, para no percibir ninguna sensación de bienestar recreativo. No podrían tomar una flor y percibir su olor; no podrían acercarse a los animales para jugar con ellos; no mirar el paisaje con deleite; no bañarse en el lago para retozar; no subirse a los árboles en busca de alimentos o no pasear por los jardines para admirar la belleza de la naturaleza, etc. En definitiva, la sentencia podría ser: vuestro organismo puede vivir pero sin notar sentimientos íntimos, ni intenciones de jugar con ninguna de las creaciones naturales que tenéis a vuestro alrededor. Les había suprimido solamente una palabra: JUEGO. Todo lo demás seguía siendo el Paraíso que estaba a su

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disposición, pero no podían tocar, oler, mirar, coger, utilizar o transformar nada que les pudiera transmitir unas sensaciones alegres, de buen humor, de gozo personal íntimo, de transmitir creatividad, pensar, sentir, reír, expresar sentimientos, mirarse a los ojos, hacer mímica, correr, saltar, hacer volatines, golpear dos ramas para hacer ruido, tampoco podrían articular palabras para entenderse, porque podrían provocar hilaridad, etc.,etc., nada que pudieran hacer con intención de juego. ¿Qué podría pasarles a Adán y Eva? Podríamos deducir que caerían sin remedio en lo que hoy llamamos una depresión.

Nada es tan insoportable al hombre como estar en

completo reposo, sin pasión, sin actividad, sin esparcimiento, sin la posibilidad de intervenir porque entonces no sentirá nada: su abandono, su insuficiencia y su vanidad, será lo único que tenga. Por ello caerá en la pereza, en la desidia, en las pocas ganas de hacer nada que le conducirá irremediablemente al desánimo, al desencanto y, todo ello, a la mayor tristeza que es la galbana.

La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) “define la

depresión como un síndrome que agrupa síntomas somáticos y síntomas psíquicos en torno a un núcleo central. Este centro sería la tristeza patológica, la pérdida de impulsos y la sensación de vacío. Además la enfermedad afecta a la autoestima, se pierde confianza en uno mismo y aparecen sentimientos de culpabilidad”.3 Sin el juego, esto es lo que les hubiera ocurrido a nuestros primeros padres.

¿En qué se convertiría entonces el paraíso sin la palabra

JUEGO? ¿Podrían seguir viviendo? ¿O se convertiría en una gran soledad, en un inmenso desierto de silencio, en un panorama imposible? Estarían siempre quietos, sentados, inmóviles, con una gran angustia, llenos de tristeza, de malestar, de incomprensiones, enfados, situaciones llenas de preguntas sin respuestas. ¿Qué hacemos? El tedio, el aburrimiento, la inactividad, la melancolía, los sentimientos tristes, vagos, sin encontrar un final.

3 Luis Muiño- Psicoterapeuta, Revista MUY.- nº 319

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En esta soledad ni siquiera podrían tener una actitud contemplativa porque también forma parte del juego intelectual, ya que es una forma de gozar y recrearse contemplando el maravilloso paisaje o disfrutando del Dios indulgente.

Adán piensa: Nuestra vida se ha detenido de golpe.

Podemos respirar, comer, beber, dormir. ¿Para qué? En nuestra triste realidad vital no podemos impedir hacerlo, pero no hay una vida verdadera en nosotros.

La falta del juego les había conducido a una tremenda y

cruel depresión, tan desesperada que podían llegar al suicidio. La Creación es un juego de Dios, un juego insondable e

inescrutable Sabiduría; el lugar de recreo que había creado para la gloria de Dios, el Paraíso, se había convertido en un espacio vacío.

Ante esta situación y por inspiración divina Adán y Eva

levantan los ojos al Creador y le piden que les devuelva el JUEGO porque se dan cuenta de que el JUEGO ES VIDA, y son perdonados por el Creador, porque la Sabiduría de Dios dice: “A diario era yo su delicia y delante de él jugué en todo tiempo” (Proverbio 8.30). Se trata de la Sabiduría de la creación. No concede al mundo y a la vida de Adán y Eva más importancia que la que le corresponde a la creación. La fe responde de un modo infantil a la petición del juego y la Sabiduría teológica culmina en la libertad de los hijos de Dios y de todos los hombres en tanto que símbolo cósmico, supera las categorías del hacer, del tener y del lograr, para situarse en las categorías del ser, de la existencia auténticamente humana y de la alegría demostrativa que en ella experimentaron. Entonces, el juego, de momento, es un placer intrínseco, individual, que el ser humano tiene y todos los seres vivos sienten en su interior para hacer algo agradable, y/o desagradable, que le guste, tenga necesidad de hacer y trate de hacerlo. Esta es mi definición personal, la que yo siento cuando juego, porque me conduce a una satisfacción espiritual, anímica, de gozo y de recreo que se traduce en un gran bienestar.

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A pesar de todo, estamos con los pies en el suelo atraídos por la gravedad de la Tierra y no tenemos más remedio que tratar de deshojar todo lo que entendemos por juego y hasta dónde nos puede llevar desde el punto de vista educativo, que es lo que tenemos obligación de demostrar.

¿QUÉ ES EL JUEGO?

Y al primero que acudo en busca de ayuda es al que me

hizo descubrir mi centro de interés cuando adquirí su primer libro, que siempre fue base para todos los posteriores. Me estoy refiriendo a Johan Huizinga que me convenció por completo con su libro HOMO LUDENS.

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PRIMERA TEORIA DE HUIZINGA Por todo ello me complace empezar este capítulo con el

texto de Huizinga en su comienzo del libro citado por ser el primero y más definitivo, en sus conceptos definitorios de lo que es el JUEGO y que abarca a todos los seres vivos que tienen necesidad de jugar.

4“El juego es más viejo que la cultura, pues, por mucho que

estrechemos el concepto de ésta, presupone siempre una sociedad humana, y los animales no han esperado a que el hombre les enseñara a jugar. Con toda seguridad podemos decir que la civilización humana no ha añadido ninguna característica esencial al concepto del juego. Los animales juegan, lo mismo que los hombres. Todos los rasgos fundamentales del juego se hallan presentes en el de los animales. Basta con ver jugar a unos perritos para percibir todos esos rasgos. Parecen invitarse mutuamente con una especie de actitudes y gestos ceremoniosos. Cumplen con la regla de que no hay que morder la oreja al compañero. Aparentan como si estuvieran terriblemente enfadados. Y, lo más importante, parecen gozar muchísimo con todo esto. Pues bien, este juego retozón de los perritos constituye una de las formas más simples del juego entre los animales. Existen grados más altos y más desarrollados: auténticas competiciones y bellas demostraciones ante espectadores.”

OTRAS TEORIAS SOBRE EL JUEGO De entrada me atrevería a decir que con este párrafo

trascrito del libro de Huizinga, ya está dicho casi todo y daríamos por concluido este libro. Pero afortunadamente no puede ser así porque el tema es muy amplio, muy complejo y hay que analizar todavía muchos otros conceptos dentro de esta fase teórica para cotejar , contrarrestar y conocer lo que otros estudiosos del tema han escrito para que cada lector discuta, alabe o rechace, según su criterio, con quién se queda más satisfecho y porque en este

4 Johan Huizinga.- HOMO LUDENS, pág. 11.- Edición 1957-Buenos Aires

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libro no pretendo crear escuela, aunque sí demostrar cuál es nuestro camino y pedagogía empleada porque en este aspecto sí que tiene ya unas bases muy firmes que no quiero transgredir porque ya estoy muy convencido de sus valores y después de más de sesenta y cinco años aplicándolos ya no encontraría ni el más mínimo argumento para cambiarlo.

Y para demostrarlo nada mejor que un ejemplo que

pertenece a lo que en una conferencia desarrollada ante un grupo de maestros les expuse, muy resumido. En la primera parte les decía que desde el siglo pasado muchos pensadores han tenido la convicción de que la cultura humana brota del juego, porque el “homo ludens” fue anterior del “homo faber”. Sin embargo, a pesar de la importancia del tema, aún no se ha llegado a una definición válida y estable porque la evolución social de la humanidad nos lo está complicando con el trabajo y el tiempo libre, que es lo que ahora predomina y lo trataremos con suficiente amplitud cuando lleguemos al capítulo correspondiente.

De momento éstas son algunas de las teorías que existen

sobre el juego y aunque ninguna de ellas puede ser considerada como la buena o la mejor, solo quedan aquí expuestas para poder sacar conclusiones más adelante.

1. Teoría de la distracción.- Se trata de la opinión más

antigua y extendida de nuestros días, en la que el juego se considera como un entretenimiento que libera de las preocupaciones y la fatiga. Es evidente que no puede aplicarse al niño porque no necesita válvulas de escape, ni casi descanso porque juega desde que se despierta por la mañana y no necesita defenderse demasiado de la fatiga de sus variados deberes. Reconozco que habría que especificar edades, situaciones escolares, regiones en las que vivan y algunas otras pegas que podríamos hacer a esta primera teoría, pero no podemos extendernos demasiado porque entonces estaríamos haciendo una enciclopedia y no es este el caso.

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2. Teoría del exceso de energía.- Según Schiller y Espencer el juego será “un medio de expresión y liberación de fuerzas.” Resulta difícil aplicar esta teoría a los niños cuando se les ha visto fatigarse con el juego, llegando incluso al límite de sus fuerzas, además de que, lo que caracteriza a la actividad lúdica no es la energía empleada, sino la dirección que se da a esta energía.

3. Teoría del atavismo.- Es la que se encuentra en los

juegos de los niños ciertas formas ancestrales, donde se descubren los mismos instintos: caza, lucha, etc. Y los mismos ritos: fórmulas mágicas de las cancioncillas, poder de ciertos gestos, etc. Pero también hay que señalar que los juegos, cada vez más, se ven influenciados por la sociedad en la que el niño vive.

4. Teoría del ejercicio preparatorio.- Esta es la que

defiende uno de los más estudiosos del juego, el biólogo Kart Groos, quien considera que el juego es pre-ejercicio, aprendizaje, adiestramiento de los órganos para las futuras funciones del movimiento, la caza, la lucha y el amor. Pero el juego es algo más que un ejercicio preparatorio de fuerza biológica, ya que los juegos de exploración y creación sobrepasan el concepto biológico y tienen ya significado psicológico.

5. Teoría del juego y el trabajo.- Ya en su “Crítica del

juicio” Kant alude a la diferencia entre el juego y el trabajo. “El arte, escribe, es distinto del oficio. El primero es llamado liberal, el segundo puede ser calificado de mercenario. Se mira el primero como si fuera un simple juego; vale decir, como una ocupación placentera en sí misma, que no precisa tener otra finalidad. El segundo, por el contrario es considerado como un trabajo: es decir, como una ocupación desagradable en sí misma que solo atrae por el resultado que promete (por ejemplo, la recompensa) y

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que por consiguiente, puede ser impuesta como una obligación”.5

Un dualismo tan neto entre juego y trabajo parece

insostenible para la filosofía actual, por ejemplo para Dewey o Gentile. El “proyect” como acto de vida sentido y con perspectivas, desenvuelto en el ambiente social, constituirá para Kilpatrick, un modelo para una vida digna; por consiguiente, no encuentra diferencias de valor entre el pequeño que construye su castillo de arena y Leonardo pintando la Ultima Cena o un estadísta trabajando a la carta en las Naciones Unidas. Dewey niega que la vida propiamente humana puedan hallarse ocupaciones sin objeto; vale decir privadas de sentido”.

“El juego y el trabajo- escribe Dewey- no son antitéticos en

su significado intrínseco, como generalmente se cree, excepto cuando condiciones indeseables establecen entre ellos un neto contraste. Uno y otro comportan la búsqueda de una finalidad; uno y otro requieren la selección y adaptación de los materiales necesarios para alcanzarla. La diferencia reside, sobre todo, en la duración del proceso que influye sobre la manera más o menos directa en que se conciertan medios y fines. En el juego el interés es más directo; de allí la concepción que ve en el juego una actividad cuyo fin es la actividad misma, independientemente de ulteriores resultados. Este concepto es fundamentalmente justo. Sin embargo es erróneamente interpretado cuando induce a suponer que la actividad lúdica es instantánea, sin elementos imprescindibles y sin resultados”.

“La caza, por ejemplo es para el adulto una de las formas

más comunes del juego. Resulta fácil encontrar en ella previsión y dirección de la actividad hacia aquello que persigue”. “A medida que la finalidad de aquella se vuelve más remota y determinada –requiriendo un prolongado esfuerzo para realizarse- el juego se convierte en trabajo. A semejanza del juego, el trabajo es una actividad dirigida a un resultado”.

5 Kant. Crítica del juicio, parte I, sec. I, libro II. Pág. 43

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El trabajo difiere del juego no en cuanto actividad subordinada a un resultado que la trascienda, sino en cuanto la idea del resultado genera un proceso activo más duradero (…) Conviene saber por qué se ha difundido tanto la idea de que el juego, contrariamente al trabajo, es una actividad subordinada a la obtención de un resultado tangible, ulterior. Podemos encontrar la clave del problema examinando la forma extrema de subordinación: la fatiga (…). El trabajo degenera en fatiga cuando las condiciones económicas no son libres…6

De la misma manera Gentile escribe que “la actividad

psíquica del niño que juega es igual a la del adulto que se inclina sobre sus elaborados papeles en busca de la verdad, o sobre el fatigoso arado en busca del pan”; “que el juego tiene siempre su seriedad, similar a la del trabajo: y que la actividad del niño jugando no es intrínsecamente diferente a la del hombre adulto que trabaja.”7

Hemos querido reproducir parte de los pasajes más

importantes de las “Cartas sobre la educación estética” para señalar en ellas el germen de las teorías más modernas sobre el juego. Inmediatamente fueron fuente de inspiración para Fräbel y Spencer; luego, cuando Spencer elaboró la teoría del juego “como gasto de energías excedentes”, aparecieron las doctrinas de Groos, de Stanley may, de Carr, de Buytendijk, de Pieget y de Chateau.

Existen otras muchas teorías, como la del “deseo del

dominio” de Adler, la que lo considera como sustitutivo o sucedáneo de la actividad sería de Claparede o la de “jugar con la belleza” de Schiller. Todavía quedan otros muchos aspectos que sería excesivo y fuera de lugar el citar aquí por ser todos ellos puntos de vista parciales que no definen en definitiva lo que es el juego, sino como aspectos añadidos, para completar con otras definiciones. Lo complicado, lo difícil, lo complejo es llegar a una definición correcta es que la realidad misma del juego lo impide ya que, desde los movimientos del niño de pecho que

6 J. Dewey. Democracia y educación. N.Y. pág. 237-241 7 G. Gentile. Preliminares al estudio del niño. Roma 1824

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juega agitando las piernas, llevando sus manos a la boca o agitando un sonajero, hasta las introvertidas actitudes del juego de adultos, cualquiera que sea, pasando por la amplísima gama de formas de jugar de los niños de todas las edades y niveles psicosomáticos, existen suficientes razones y puntos en que apoyar cada una de las teorías conocidas y otras muchas que todavía se pueden suscitar, que no conocemos porque no podemos estar al día en todo.

Por otro lado tendremos que definir y separar entre el

concepto “juego” y el de “jugar”, es decir, entre la actividad objetiva del juego que estamos analizando y la sensación subjetiva de jugar, de estar ya participando en aquello que hayamos elegido, con lo cual ya nos estamos divirtiendo. También tenemos que aclarar y diferenciar el jugar sin nada, sin ningún objeto y/o hacerlo con lo que genéricamente entendemos por juguete.

PEDAGOGIA DEL JUEGO

No obstante no quisiera dejarles sin una idea más clara de

lo que puede ser el juego al ampara de pedagogía y la psicología, porque precisamente la verdadera teoría del juego es la que participa de todas las anteriores citadas, ya que todas tienen aplicación a la mecánica del juego.

Desde el punto de vista del individuo que juega, estas

actividades resultan entretenidas, agradables, a veces descansadas, otras estimulantes, excitantes o meros pasatiempos que también pueden venir con una buena carga de cansancio. El efecto suele ser muy variado. El sujeto que juega puede sentirse descansado o fatigado, aliviado o preocupado, y hasta lamentándose de lo que está haciendo. Todo ello entra perfectamente encajado en la lógica función vital que está ejercitando. Es la respuesta de la biología. Por lo tanto ya podemos adelantar la definición más aceptable del juego “como una actividad que, aunque realizada sin finalidad particular y solo por la satisfacción que proporciona, constituye un instrumento para las continuas adaptaciones y reajustes del individuo a la vida, con sus demandas presentes y futuras.”

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Por ello el niño, el joven y el adulto juegan porque necesitan satisfacer sus necesidades de expansión, de recreo, de entretenimiento, de placer y de ejercicio según su edad y principales características biológicas, por lo tanto, todo dentro de las normas que sus cuerpos les exijan en cada momento y las circunstancias ambientales así lo reclamen. De esta manera el niño lo necesita como preparación para la vida, obedeciendo a unos condicionamientos innatos a impulsos heredades; el joven lo realiza porque lo necesita para su desarrollo fisiológico y mental, y el adulto practica el juego en oposición al trabajo, como mantenimiento físico o entretenimiento recreativo de su tiempo libre.

En resumen, y esto es lo que más nos interesa destacar, el

JUEGO es una función esencial en la vida de todos los seres humanos que ejercemos espontáneamente de forma individual o colectiva para satisfacer la necesidad de actividad y de expansión anímica. LA OPINIÓN DE LOS NIÑOS

Antes de concluir éste capítulo dedicado a definir y analizar

qué es el juego, que espero haya quedado aclarado por proceder de estudios hechos por los más importantes especialistas, me gustaría dar la oportunidad a los niños porque nos van a dejar muy sorprendidos y , después de todo, si hemos estado exponiendo las versiones, digamos sabias y muy estudiadas de los adultos, justo es que también demos la oportunidad de conocer lo que piensan los niños que, en definitiva, son los que más necesitan jugar y por lo tanto es importante saber lo que quieren.

El motivo principal de disponer yo de éstas declaraciones,

proviene de un ensayo personal realizado hace treinta y seis años durante la celebración de la Feria Internacional del Juguete que se desarrollaba desde hacía muchos años en Valencia, la “Ciudad de los Niños” como se la conoce desde entonces con toda justicia. Creado por iniciativa del Director de la Feria, Don Juan Gomar Sanchis en 1963, el Congreso Internacional de Niños, se celebraba al mismo tiempo que el desarrollo de la Feria

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en el que colaboraban, además de la Feria, la Agrupación de Fabricantes de Juguetes, el Excmo. Ayuntamiento de Valencia y algunas otras entidades como Televisión Española, en cuyo Congreso participábamos con charlas, conferencias, coloquios, etc. diversas personas invitadas por los organizadores, procedentes de profesiones relacionadas con los niños y desarrollábamos cada año un tema distinto que pudiera ser de interés de los chavales que asistían al Congreso. A mí me invitaron a los dos primeros celebrados con los temas “El juguete” y “La prensa infantil”.

Después de estos dos celebrados quedó suspendido

durante siete años y en 1971 me prepusieron reanudarlo con nuevas ideas y distinto a lo ya anteriormente realizado. Y así lo hice, transformé completamente la forma, el proceso y el desarrollo del Congreso.

Hice un proyecto original en el que los que hablaban sobre

el tema eran los niños, no había conferencias aburridas para los participantes y sí unas reuniones con técnica educativa de grupos.

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Y cuando en febrero de 1971 celebramos el III Congreso

Internacional de Niños, recuperado del silencio de siete años, y bajo mi dirección, con el tema a desarrollar que yo había propuesto en el proyecto por ser el primero después de la pausa y que era precisamente “El juego”, no podía suponer que aquel primer ensayo iba a necesitarlo al cabo de 36 años como ayuda intelectual a unos contenidos sobre el mismo tema escritos por especialistas adultos de alto nivel intelectual.

Aquel Congreso estaba formado por unos países que

entonces tenían representación en España y se ofrecieron a participar, en respuesta a nuestra invitación. Aunque me haya extendido un poco en este preámbulo de los niños, creo que era necesario para conocer el cómo y por qué presento esta aportación de los niños al presente trabajo.8

En estos Congresos no solo trataban los temas elegidos

por mayoría para desarrollar cada año siguiente, sino que en el de éste año 1971 añadimos una petición oficial a la UNESCO (a pesar de que al final del celebrado se enviaban varias copias completas de la Memoria que se hacía de cada Congreso en aquel año y se enviaban a diversas entidades, Ministerios de Educación, Ayuntamiento, Diputación de Valencia y a otros centros oficiales que nos lo solicitaban como colegios, escuelas y muy especialmente a la Universidad Laboral de Cheste (Valencia).

Pero en aquel año se remitió una petición con el fin de que

se reformara la Declaración de los Derechos de los Niños y se aceptara en sus Principios el “Derecho al juego y a jugar de los niños” que en la Declaración proclamada por la Asamblea de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959 entonces vigente se habían olvidado incluir entre sus principios y NO figuraba reconocido el juego ni el derecho del niño a jugar.

En una nueva edición que hicieron en marzo de 1960, sí se incluye, pero en estos términos de vaguedad y casi de

8 Para mayor ampliación y saber más de estos temas, consultar las Memorias presentadas en los Congresos de cada año archivados en el Ayuntamiento de Valencia.

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compromiso en el Principio nº 7, párrafo 3º “el niño debe disfrutar de juegos y recreaciones” tan distinto al resto de los derechos que están redactados más tajantes y contundentes. Lo dirigimos a la sede de la UNESCO en Nueva York y desconozco si la corrección fue por nuestra petición, porque nunca nos contestaron.

En estos Congresos, entonces solo se trataba de una

esporádica reunión de niños que libre y espontáneamente expresaban esos deseos en los que iban implícitos cada una de sus esencias biológicas, en cada una de sus vidas infantiles y con los conocimientos propios de cada edad, con su personalidad, preparación de estudios, formación familiar, manera de ser, ambiente social y distintas procedencias, incluso de países extranjeros, que por ser hijos del Embajador o del personal agregado y empleado en la misma, participaban en el Congreso con todos los seleccionados españoles. De aquí las variadas opiniones seleccionadas, de forma aleatoria y a título de ejemplo, entre los ciento ochenta participantes que habían asistido. Podemos imaginarnos la cantidad tan interesante que podíamos haber expuesto y sorprendido por la calidad de sus respuestas que tenemos incluidas en la “Memoria” que se hizo del Congreso, pero basta con una muestra.

INTERVENCIONES DE LOS NIÑOS Cuando en febrero de 1971 celebramos el II Congreso

Internacional del Niño reunidos en la capital de Valencia, del cual daremos cuenta con más detalle en el capítulo correspondiente, uno de los temas a desarrollar fue precisamente “El juego”. En aquella ocasión los niños expusieron algunas opiniones que, por proceder de edades entre los 10 y 15 años, nos dejaron sorprendidos.9 Estas son algunas de las opiniones que nos dejaron escritas en sus cuadernos, de acuerdo con el sistema

9 Son respuestas espontáneas; individuales dentro del grupo de edad al que pertenecían; sin ninguna influencia ni ayuda, puesto que debían responder como en un examen o mejor, como en un test, sinceramente, exponiendo lo que pensaban y con su propia redacción.

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educativo de técnicas de grupo, a la pregunta: ¿Qué es el juego?

• Respuestas del grupo de 10 años: o El juego es necesario ya que para ser social hay que divertirse jugando con las demás personas. o No solo tenemos que estudiar sino también jugar. o El juego es bonito y es para pasar el tiempo contentos. o El juego enseña a aprovechar las horas. o Los juegos quitan el aburrimiento. o Los juegos me quitan los problemas de estudio.

• Del grupo de 11 años: o El juego lo necesitamos los niños o Si no tuviéramos juego no tendríamos infancia. o Beneficia nuestra salud y desarrolla nuestra inteligencia. o Sirve después para coger los deberes con más alegría.

• Del grupo de 12 años: o El juego pasa rápidamente. o El juego se inventó para no aburrirse. o Pues si trabajáramos siempre, o estudiáramos, no sabríamos vivir en sociedad. o Son necesarios para descansar de los trabajos. o Son bonitos cuando se realizan bien.

• Del grupo de 13 años: o El juego es nuestro mejor deseo o Después del juego hacemos los deberes mejor. o Nos gustan los juegos movidos, no los tranquilos. o Son el arma contra el aburrimiento. o Las horas de juego y estudio deben ser iguales.

• Del grupo de 14 y 15 años: o El juego lo usaron, lo hemos usado y lo usarán todos los hombres, ya que contribuye a su desarrollo físico e intelectual divirtiéndose y con él a veces aprendemos cosas útiles.

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o El juego es, a nuestro parecer, una diversión que complementa al estudio y que consideramos que también es necesario para el perfeccionamiento de cada uno, pues nos ayuda a saber perder y a ser honestos. o Creemos que el juego es una de las cosas más buenas que han inventado, sobre todo para los niños.

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II - EL NIÑO Y EL JUEGO “Tema de estudio fascinante, si los hay, para el psicólogo

y el maestro, es el juego infantil. Y, sin embargo, no se puede afirmar que haya sido debidamente estudiado en su vertiente empírica, ni se haya llegado a comprender el sentido ni formulado una teoría coherente que lo descifre. No es que falten teorías ni que los hechos sean raros o de difícil identificación, puesto que niños y animales están ahí, jugando ante el observador permanentemente. Pero es un caso típico de lo difícil que es aprehender y codificar científicamente un hecho de experiencia.

Tampoco faltan razones que expliquen esta paradoja. Se

hace difícil distinguir claramente cuándo una actividad es juego y cuando otra cosa. Todavía más, ¿qué otra cosa es la actividad cuando no es juego? Llamarlo “actividad seria” es ensanchar la grieta oscura intermedia aparte de carecer de criterios claros para definir los campos. El juego posee las características de un tipo de conducta psicológica y puede observarse, pero difícilmente se somete a un control experimental en el laboratorio. Es fenómeno, pero siempre en un sujeto, y en circunstancias dadas, que a menudo son otros sujetos que juegan. Para colmo, el tiempo del fenómeno se enmarca en el tiempo-evolutivo- del sujeto…

Estas son las dos causas de dificultad: circunscribir el

fenómeno y encuadrarlo en el sentido del desarrollo. Intentaremos convertir estas breves líneas en un mínimo boceto sobre el asunto empezando por el marco teórico.

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NUEVAS TEORIAS SOBRE EL JUEGO Una teoría energética del juego, anticipada por H. Spencer,

lo interpreta como, escape de la energía sobrante, con la consiguiente reducción de la tensión: el niño sano juega más que el delicado y que el adulto. Cuando más bajo se encuentra un animal en la escala biológica, más energías emplea en buscar la comida y eludir al enemigo. Según asciende va adquiriendo habilidades que ahorran energía. El sobrante de ésta se liberaría en el juego. Los animales superiores juegan más que los inferiores. Y más que todos, el niño. Lo que no explica es por qué se suceden diferentes formas de juego, por qué la energía sobrante descargada por el trabajo no es juego y por qué los niños continúan jugando cuando están cansados.

Un profesor de Basilea, Kart Groos, pensando, como

Darwin, que sobreviven las especies mejor adaptadas a las condiciones cambiantes del medio, adelantó la hipótesis de que el juego es una preparación para la vida adulta. Se juega como entrenamiento para la lucha por la vida y para la pervivencia. El gato, jugueteando con el ovillo, aprende a cazar ratones. El niño, moviendo las manos y los dedos, balbuciendo y gateando, aprende a controlar su cuerpo.

La llamada ley biogenética, propuesta por el biólogo

Haecker, dio pie a Stanley Hall para proponer, como explicación del juego, su hipótesis de la recapitulación: el individuo tiene que pasar durante su existencia por las mismas etapas de desarrollo que atravesó la especie a lo largo de la evolución filogenética. La ontogénesis recapitula la filogénesis. El juego sería el mejor compendio.

Los psicoanalistas ven en el juego infantil una acción

impulsada por deseos –como en el sueño y en la fantasía- eludiendo el ajuste de un control obligatorio y creando un clima propicio a la proyección de las represiones sufridas por efecto de las exigencias que se plantea al niño la vida entre personas adultos. En el juego puede sucedáneos sobre los cuales descarga reacciones reprimidas (v.g. muñecas) o encuentra vías de sublimación de los instintos (v. g. jugar con “arena y agua”, ya que no puede hacerlo con “las heces y la orina”) gracias a las

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cuales conserva el equilibrio energético necesario para una vida sana (homeostasis).

Estas y algunas otras hipótesis pueden catalogarse como

interpretaciones especulativas del juego por sus vuelos filosóficos, aunque no carentes de información empírica. Nos interesan más las versiones psicológicas, ceñidas a la evolución individual más bien que a la filogenética.

FORMAS DE JUEGO Stern repartió los juegos en dos grandes clases: En la primera se ordenan los que conciernen a la conquista

del cuerpo (juegos motores) con el propio cuerpo como instrumento, la conquista de las cosas (juegos de destrucción y juegos constructivos) y los juegos de representación de papeles (metamorfosis de las personas y de las cosas).

En la segunda se encuentran los juegos de imitación

simple, los juegos con representación complementaria y los juegos combativos.

Carlota Bühler sostiene que toda la maduración importante

ocurre durante el juego. Entre otras cosas, el juego enseña los rudimentos de la cooperación social, y el niño, privado de él continuará encontrando dificultades en su desarrollo posterior.

Distingue cinco grupos: 1. Juegos funcionales o sensomotóricos.- Durante el

primer año de vida, el niño ejercita infatigablemente sus miembros y encuentra placer en sus propios movimientos.

2. Juegos receptivos.- Hacia el final del primer año

empieza a descubrir la forma, y su atención es atraída por los juguetes. Al año golpea una torre construida con bloques, alrededor de dos meses más tarde puede esperar y dejar que la torre permanezca de pie y

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examinarla. Ejercita la percepción mirando estampas, fotografías, dibujos… Luego escucha cuentos extasiado y se los hace repetir.

3. Los juegos imaginativos, también llamados simbólicos,

ficticios o de ilusión, confieren algún significado a la acción, por encima de la materialidad de los actos. Predominan de tres a cuatro años, antes de los juegos de construcción. El niño finge ser el padre o la madre y copia los actos de éstos. Su imaginación inventa compañeros de juego o personajes fantásticos, en los que descarga sus tensiones y alivia sus problemas sociales. -¿quieres que te explique quién era el “Poco”?- nos decía un niño de esta edad. Y proseguía: -El “Poco” se subía a las sillas (y lo hacía él mismo), se arrastraba por el suelo (revolcándose al tiempo que lo explicaba) y escribía en la máquina de su papá (hubo que pararle).

4. Los juegos constructivos empiezan normalmente

después de los cuatros años y medio. Bühller muestra, en un ejemplo, cómo este tipo de juego difiere del imaginativo. Mientras la madre recoge la colada, sus dos niños, uno de tres y otro de seis años, le ayudan a apañar las pinzas. El de tres se mete las pinzas en el bolsillo y los vende “como galletas”, mientras su hermano las junta y combina de distintas maneras, y le pregunta al menor que adivine lo que parecen: un caballo, un aeroplano, etc. El mayor quería ver un resultado y no se contentaba con la acción ni con la mera ficción ficción imaginativa.

5. Juegos colectivos.- Desde el punto de la cooperación

mostrada en el juego, se puede clasificar en solitario, mirón, paralelo, asociativo y cooperativo. El niño pequeño, hasta el año y pico, juega en solitario, sin intentar divertirse con otro. Desde el año se divierte, a demás, mirando a los demás jugar y en contacto verbal. En el juego paralelo, cada niño usa sus juguetes o todos el mismo juego, pero sin intercambio en la acción o en la comunicación. En el asociativo se

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toman ideas o juguetes unos de otros e incluso pueden relacionarse, pero cada uno las ejecuta por su lado. El juego cooperativo congrega a varios niños para realizar una actividad, cuyo resultado no está fuera del mismo juego, como en el caso anterior, sino que depende de la acción conjunta de los miembros del grupo. En este caso se trata de juegos colectivos.

LAS CATEGORIAS DEL JUEGO Existen –dice Piaget- tres categorías principales de juego,

y una cuarta que representa la transmisión entre el juego simbólico y las actividades no lúdicas o de adaptación “seria”.

1. De ejercicio.

La forma primitiva del juego, y única representada a

nivel sensorio-motor, pero que se conserva parcialmente en lo sucesivo, es el “juego de ejercicio” que no comporta ningún simbolismo ni técnica alguna lúdica, sino que consiste en repetir, por puro placer, actividades adquiridas, por otra parte, con el objeto de adaptación; por ejemplo, el niño que ha descubierto por casualidad la posibilidad de balancear un objeto suspendido reproduce, al principio, el resultado para adaptarse y para comprenderlo, lo cual no es un juego, y luego, hecho esto, utiliza esta conducta por simple “placer funcional”” (K. Bühler), o por placer de “sentirse causa” y en afirmar un saber recién adquirido (lo mismo que hace el adulto con un coche recién adquirido o con un nuevo aparato de televisión).

2. Juego simbólico

Luego viene el juego simbólico… que tiene su

apogeo entre los dos-tres y los cinco-seis años. En tercer lugar aparecen los juegos reglados (bolos, tabas, salto a la rayuela…), que se transmiten socialmente del niño a niño y que crecen en importancia, por eso mismo, según progresa en la vida social.

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En fin, a partir del juego simbólico se desarrollan juegos de construcción, impregnados todavía, al principio, de simbolismo lúdico, pero que tienden seguidamente a construir verdaderas adaptaciones (construcciones mecánicas, etc.) o soluciones de problemas y creaciones inteligentes.

Según Gratito-Alphandery y Saxo, “Piaget determina

tres grupos de estructuras: el ejercicio, el símbolo y la regla, siendo juegos de construcción la transición entre estos tres y las conductas adaptadas. En el primer caso, la estructura se ejerce en el vacío, sin otro propósito que el placer del funcionamiento: la gata lucha con su pequeño a arañazos y dentelladas; en el niño salimos del circuito estrecho de los reflejos, y el juego de ejercicio puede interesar a las funciones superiores; por ejemplo, hacer preguntas por el placer de preguntar, sin interés por las respuestas ni por el problema mismo…”

Para Piaget, el juego simbólico marca el apogeo del

juego infantil. “Obligado a adaptarse sin tregua al mundo social de adultos, cuyos intereses y reglas permanecen exteriores, y a un mundo físico que todavía comprende mal, no consigue satisfacer las necesidades afectivas e incluso intelectuales de su yo… Le es, por ello, indispensable disponer de un sector de actividad, cuya motivación no sea la acomodación a lo real, sino por el contrario la asimilación de lo real al yo, sin coartaciones ni sanciones: tal es el juego, mientras que la imitación (cuando constituye un fin en sí) es acomodación más o menos pura a los modelos exteriores, siguiendo la inteligencia equilibrio entre la asimilación y la acomodación.”

3. Sensorio motor.

Como se ve, Piaget apenas concede importancia al

juego sensorio-motor, anterior al simbólico. Como comentará M. Spencer Pulaski, el psicólogo ginebrino , “distingue los estadios primeros del juego, primordialmente, por el placer funcional, expresando en sonrisas y

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carcajadas que acompañan a la actividad. En la imitación el niño parece estar haciendo un esfuerzo serio para acomodarse a nuevos objetos y actividades. En el juego está asimilando los objetos y actividades a su propia satisfacción. Por puro placer construye castillos de arena o simula volar como Superman. Semejante actividad no es ya un esfuerzo por aprender, sino solamente un despliegue gozoso de acciones conocidas.”

“El mismo Piaget con toda su pasión por la

clasificación, tiene dificultad en distinguir las etapas tempranas del juego frente a la conducta sensorio-motórica, en general. Menciona “el placer de la comida”, al nivel reflejo del primer estadio (cero-un mes); y en los estadios segundo y tercero (uno-cuatro meses), apenas puede referirse a otra cosa que al “regocijo creciente” mostrado por sus hijos, a medida que las conductas adaptativas se volvían más fáciles y familiares. En el cuarto estadio (ocho-doce meses) describe cómo Lorenzo, que está aprendiendo a apartar la mano de su papá para alcanzar un juguete, termina por sentirse más interesado en el forcejeo con el papá que por el juguete. Aparta la mano del papá y rompe en risas, olvidando el juguete que quería atrapar. De esta manera, el interés por el objeto se transfería a la acción misma, y lo que era una adaptación inteligente se vuelve momentáneamente juego. En el quinto estadio (doce-dieciocho meses), el niño altera algunos patrones de respuesta conocidos, para observar los resultados del cambio… Combina gestos, por ejemplo, y los repite como un ritual, haciendo de ellos un juego motor… como cuando Jacqueline se coge el pelo estando en el baño, se le resbala la mano, que cae en el agua salpicando, lo cual le reproduce una experiencia nueva que le seduce, y la repite produciendo chapoteos en el agua ese día y los siguientes. Sólo en el sexto estadio, de uno y medio a dos años, empieza a manifestarse el juego simbólico, en el cual un objeto se convierte en símbolo de otra cosa remotamente parecida. Jacqueline finge beber de una caja, e invita a todos los presentes a hacer lo propio. Es justamente la época en que se interioriza la conducta

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sensorio-motórica y asoman los primeros indicios de la representación simbólica.

4. De ficción.

Los juegos de ficción se contraponen a los

motóricos, precisamente por este carácter simbólico y lúdico. De la misma forma se distinguen de la imitación porque la función de ésta es copiar acciones y acomodarse a objetos, mientras que el juego simbólico desfigura la realidad y la acopla al capricho de la fantasía. “La imitación y el juego representan, de esta forma, los extremos de dos funciones –acomodación y asimilación- que más contribuyen al equilibrio”. El logro de éste, está reservado a la inteligencia.

ACTIVIDADES LUDICAS Nuestros propios trabajos en torno al juego y a su

significado evolutivo nos permiten hacer algunas puntualizaciones, siquiera sean provisionales por el momento.

En el juego se descubren, por lo pronto, distintos tipos de

actividad y de interés tanto si se indagan los hechos observables de este comportamiento infantil característico como si se consulta la interpretación dada por los teóricos al fenómeno.

Según se desprende de los ensayos aludidos, el juego da

ocasión al niño para desplegar los tipos siguientes: 1. Actividad puramente funcional, específica del niño, carente en sí misma de finalidad consciente y emitida por escaso control de las reacciones, siendo, por tanto en gran medida, irresponsable. 2. Actividad placentera, derivada tanto del ejercicio de la función como de las circunstancias reforzantes de dicho ejercicio, como pueden serlo la presencia gozosa de los papás, la compañía y cooperación de los iguales en el grupo, etc.

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3. Autoexpresión, tanto motórica como simbólica, lo que impugna la actividad psicomotriz de contenidos imaginativos, pasando a ser tabuladora creativa y fantástica, pero señalándose por un distanciamiento en ocasiones compensatorio, frente a la realidad. 4. Autoexploración, en cuanto que sirve para poner a prueba las habilidades y capacidades del niño, en contraste con la realidad y en comparación competitiva con los compañeros del juego. Es, asimismo, factor de equilibrio emocional y de control afectivo por imposición del medio físico y social, que pone en juego la inteligencia como reguladora de las propias facultades y limitaciones. 5. Imitación voluntaria, en el sentido de que la reiteración consecutiva al aprendizaje revela que el efecto de la acción es apetecido. En tal sentido, la imitación se convierte andando el tiempo, en transformadora y mediadora de la destreza asimilada, conectándola con las formas útiles de la actividad lúdica. El niño, por ejemplo, se vuelve sensible a los efectos de la propaganda, registrándose a veces un corrimiento de intereses por esta causa. 6. Función adaptativa, por cuanto concurre a facilitar insensiblemente la asimilación de lo real y la acomodación del sujeto a las exigencias que le plantea el medio para una airosa adaptación. 7. Anticipación de la vida adulta, e iniciación a la actividad seria donde se incluyen los juegos reglados y socializados, pero asimismo ciertos ensayos adolescentes de formas ulteriores de vida, como la iniciación al noviazgo, el baile y diversiones, o el vender periódicos para ganarse un dinerillo.

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EL COMPORTAMIENTO En visión sucinta se agrupan las anteriores modalidades en

tres categorías o tipos de comportamiento, que desempeñan funciones radicalmente diferentes:

I.Una actividad placentera, efecto del puro ejercicio o de

la satisfacción de la necesidad, que podemos llamar JUEGO FUNCIONAL.

II.Un segundo género de comportamiento cuya principal función parece ser facilitar la autoexpresión y la exploración de las propias capacidades en el marco de normas comparativas, individuales y de grupo, lo que le hace competitivo al mismo tiempo que devuelve al sujeto la información que precisa para encuadrarse en papeles, normas y funciones. Atento que el impulso lúdico reside primeramente en la tendencia expansiva y no en la intención de autorregulación o acomodación, podríamos denominarlo JUEGO EXPANSIVO o EXPRESIVO, con lo cual se presta la merecida atención a las muestras de conducta simbólica, a través de las cuales se exhibe con frecuencia.

III.El tercer tipo de juegos pone al descubierto una vertiente útil, mirada del otro lado adulto; y de hecho se desenvuelve en épocas evolutivas en que es de esperar alguna compostura y la observancia de normas reveladoras de cierta vertiente ADAPTATIVA, e incluso ANTICIPATORIA de la vida, en oposición a la irresponsabilidad del periodo infantil y supuesta la adaptación ensayada en el proceso de expansión. Se puede trazar, con cierta aproximación, las etapas del

juego en sus distintas modalidades. El recorrido sigue más o menos el orden de la lista, pudiendo jalonarse en torno a las edades de mayor densidad de la forma aproximada siguiente:

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PUNTUALIZACIONES La dificultad que encuentra “el mismísimo Piaget, con toda

su pasión clasificatoria”, en frase de Spencer Pulaski, para explicarse el juego sensomotórico proviene, probablemente, del concepto que tiene del juego.

Califica de anticuada la hipótesis de la recapitulación

hereditaria, de Stanley-Hall (el individuo, en el transcurso de su evolución ontogenética, recapitula la marcha de la evolución filogenético) ; y sin dejar de reconocer el mérito de K. Groos al descubrir una significación funcional en el juego infantil desechando las interpretaciones banales al uso, le discute que haya que concebirlo como un ensayo de las actividades futuras del individuo. Aprueba, en cambio, la idea de Buytendijk, de atribuir el juego a leyes de la dinámica infantil y no a pura expansión y liberación de energías. Pero al asignar al juego una función de asimilación compensatoria de la acomodación, Pieget se ve constreñido a limitar el concepto de juego al simbólico y, con alguna dificultad, al constructivo y al regulado. A través del simbolismo, incluye la teoría freudiana que iguala la función del juego a la del sueño en el papel catártico de las presiones y represiones de la vida consciente. Pero descuida el juego motórico, porque no le cabe en el contexto de su teoría.

Para el autor del presente escrito cabe una teoría del juego

más ajustada a los hechos, sin necesidad de cambiar de fundamento explicativo según se trate de una u otra actividad

Tipo de juego Edad aprox. - años Puramente funcional 0 – 1 Placentero irresponsable 1 – 2 Expansivo autoexploratorio 3 – 6 De imitación voluntaria 5 – 10 Adaptativo 8 – 11 Anticipatorio 12 – 16

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lúdica, como es el caso en Pieget que, al tratar los juegos constructivos y los reglados, acomoda su versión “asimilativa”, llegando incluso a reconocer que tales juegos constituyen un puente “adaptativo” a la actividad productora y social, que son manifestaciones “serias” de la conducta.

Lo que define sustancialmente el juego no es el mero

“placer de la función” tal como lo apostula C. Bühler, sino más bien el “placer de la función realizada en su estado de ejercicio automatizable y rutinario”. Cualquier función que se ejerce en el periodo oportuno resulta placentera, lo mismo si se exterioriza en forma lúdica que si se verifica en forma seria. “en el fondo –opina J. Chateau_ el juego del bebé y la actividad seria, fuente de goce sensorial, como chuparse el pulgar o besarse el brazo desnudo, son del mismo orden; por una parte y por la otra es el goce sensual el que dirige el acto”.

De ahí la dificultad de discernir el juego motórico de la

actividad sensomotriz escuetamente como tal. También la imitación causa placer, y lo mismo se diga del empleo de la inteligencia en la solución de situaciones problemáticas o en el mero ajuste equilibrado de reacciones a patrones de estímulos, evitando o superando la confusión y el desorden. No distingue al juego la producción de placer, sino la forma como se realiza la actividad placentera.

Ahora bien, si ello es así cabe extraer algunas

consecuencias acerca del sentido de otras teorías y como aplicación útil de la evolución. La primera es que las fases de afianzamiento y estabilización de las adquisiciones se dan a todas las edades y, por lo tanto, el juego también. Otra, que puesto que las actividades progresivas de cada época son distintas también lo serán las clases de juego. Una tercera sugiere que las formas de facilitación rutinaria, propias del juego en una época, tenderán a emplear como vehículo de mecanización las ya automatizadas en etapas precedentes. Desde luego, la noción de juego así concebida es unívoca, puesto que todas las conductas atravesarían del periodo de aprendizaje al de destreza gracias al ejercicio lúdico. Se infiere algo importante, todavía, y es que una misma actividad será seria o lúdica dependiendo del grado de desarrollo y de habilidad

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alcanzado por quien la ejecuta y precisamente en relación con el ejercicio implicado.

No cabe, pues, hablar con propiedad de unas actividades

serias y otras de juego. La práctica que es seria para un niño de cinco años puede y probablemente será ocasión de juego para otro de siete o de diez. La dificultad de Piaget en distinguir una actividad lúdica de otra seria, en el período sensomotórico, depende de la lupa teórica interpuesta que le impide contemplar la misma actividad como una y otra cosa, según que se esté aprendiendo o se realice una vez aprendida para “amarrarla” firmemente, repitiéndola en forma automática hasta la saciedad. Esta se producirá cuando la destreza en cuestión no necesita ya más repeticiones para poderse utilizar ventajosamente con otros fines, los cuales pueden ser nuevamente lúdicos, como cuando se emplea la destreza manual fina para aprender a escribir (seria) o para barajar cartas (lúdica); incluso la escritura, una vez aprendida, sirve para divertirse si se emplea diestramente, por ejemplo, para contar chascarrillos o escribir una carta amorosa. El lugareño de escolaridad inmadura no puede sentir este placer.

JUEGOS MOTORICOS Tras la anterior aclaración se cae de su peso que cualquier

actividad motórica, transcurrido el periodo de ensayo y aprendizaje, constituye un medio o situación de juego, es más exige el juego.

En el primer año todo lo que hace el niño empieza siendo

“serio”. A mitad del año, la actividad reiterativa y onomatopéyica parece entretenerle particularmente. Tiene carácter lúdico hasta el final del año. Cuando logre la coordinación sensorial disfrutará juntando la repetición de determinados ruidos, por ejemplo, con la habilidad recién aprendida de andar, arrastrando un caballito de palo, que al rodar hace sonar estrepitosamente un timbre…Cuando logra empalmar sensaciones, arrojando juguetes al suelo y siguiéndolos en su caída, repite la acción por juego innumerables veces; luego pasa al juego del “cucú”, que le sirve para soldar las percepciones parciales de una misma persona, agregando esta representación alternante a las risas y

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movimientos en los brazos de la mamá, ya bien dominados desde hace tiempo…

En el segundo año le entretiene la conversación solitaria

con sus juguetes, el manipularlos a su antojo, esparciéndolos por el suelo. Como ya tiene dominada la articulación de sonidos, ensaya ahora cadencias con ellos, a imitación del habla adulta. De semejante manera está adquiriendo la percepción de la pluralidad, del detalle, de la variedad de estimulación, y las provoca desparramando los juguetes. Está terminando de interiorizar las sensaciones cinestésicas , y por ello manipula todo cuanto llega a sus manos, lo aprieta contra su pecho o lo destroza si a mano viene. La jerga, el ejercicio cinestésico, el control fisiológico, la curiosidad táctil y la percepción detallista son actividades transformadoras en el segundo año, anabólicas o catabólicas, de aprendizaje o de juego, según lo avanzado del ejercicio.

En el tercer año sigue afanado en simular las experiencias

y, por ello, todavía ensimismado en juegos de “lenguaje” autista. Le entretienen actividades que incrementen la coordinación motórica, la habilidad de las manos, la percepción sincrética.

Lo que ocurre es que estamos “jugando” con las palabras.

Hablamos de juegos motóricos y de juegos simbólicos, y una vez que fijamos el problema o concepto en un vocablo nos sentimos aliviados, como si hubiéramos encontrado la solución con solo haber aplicado la palabra. Pero, en primer lugar, “lo motórico” es juego y es actividad seria, y además el “juego motórico” se reviste de variadas trazas. Estos son los dos cabos del nudo, como se ha visto: qué cosa es juego y cómo cambia, es decir, cuantas clases hay desde el punto de vista evolutivo.

Bastará apuntalar la hipótesis sobre el juego con dos

experimentos cruciales, entre otros que estamos llevando a cabo como parte de una investigación sobre el tema “Crucial” se dice de algún asunto, dato o problema, que plantea una “encrucijada”, que viene a ser lo mismo poniéndonos en el brete de elegir. “Experimentum crucis” o crucial es el que decide cuál de dos hipótesis es válida.

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El primer caso se plantea en parques infantiles. Los niños escogen los juegos que van con su edad. No hay más que observarlos. Pero hemos querido comprobarlo en forma fiable. Se ha tomado un número de fotografías de grupos de niños jugando a deslizarse por el tobogán, y de otros grupos girando en el carroussel o disco del que penden anillos, y que da vueltas impulsado por los chavales colgados de las mismas. Las medias de edad de cada grupo se diferencian significativamente, de manera que se excluye cualquier teoría que atribuya a ambos juegos el mismo carácter por el hecho de que ambos sean “motóricos”. Los niños se deslizan por el tobogán de vez en cuando un poco antes y algo después. En cambio, disfrutan al colgarse y girar en el carrousel entre los siete y los diez años, por término medio.

Uno y otro juego ejercita distintas habilidades en estado

avanzado de dominio. Para un niño de cuatro años, colgarse y girar acelerando el impulso con los pies, representa un ejercicio que probablemente no es capaz de realizar sino con esfuerzo y penosamente. Un rapaz de nueve años, por su parte, podrá ocasionalmente echarse tobogán abajo, pero será porque le entran ganas de hacer alguna travesura con otros de su edad, o para meterse con los menores, teniendo la sensación de dominio sobre ellos, o ensayando posturas nuevas, etc.

El pequeño encuentra en el tobogán una ocasión de

“terminar” el proceso de sensación cinestésica y cenestéisca, propio del segundo y tercer año, y lo concluye en forma lúdica. Por otra parte, el tipo de sensación es más bien en paralelo, estando juntos, pero haciendo cada cual su ejercicio. El juego reúne actividades como subir escaleras, arrastrar el trasero, recibir empujones de cuando en cuando, correr desde la rampa a la escalera, agarrar y empujar al compañero… que son habilidades ya dominadas en su mayor parte, y se divierte coordinándolas y utilizándolas “instrumentalmente” para fines más actuales, como puede serlo el aprender a “estar y entretenerse con los demás”. Pero liquidar la fase de aprendizaje parece una de las finalidades más “divertidas”.

El carroussel brinda la oportunidad de concluir el dominio

de las extremidades, las somete a tensiones de fuerza, ejercita el

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impulso de los pies, se cuelga de los brazos, cae sobre las extremidades inferiores, elásticamente, gira en torno al palo central y, por rotación de la cadena, improvisa respuestas para cada una de las posiciones eventuales… y todo ello cooperativamente, realizando en grupo la operación entera, de modo que, sin la acción de todos a una, el juego no se puede practicar. El niño de cuatro años no sería capaz de abarcar las evoluciones de un grupo así de numeroso. Para él supondría esfuerzo lo que para los ocho-diez años es alegre entretenimiento. ¡ASI ES EL JUEGO!

EL JUEGO Y LOS ANIMALES En el estudio del juego hemos podido insinuar en algunas

ocasiones, como los animales también juegan, también participan, de forma instintiva, jugar entre sí aunque también les hemos visto jugar con objetos: correr detrás de una pelota, traerla en la boca para que de nuevo se la tiren lejos, correr tras ella siguiendo sus movimientos y así hasta el cansancio…del niño, generalmente. Estas escenas las hemos visto, naturalmente, con los perros, pero también lo hacen los gatos cuando juegan con el ovillo de lana. A estos comportamientos los llamamos conductas instintivas que son diferentes según las especies.

Estos actos son tan característicos como la forma física de

los animales, y no cabe separarlos de su morfología. Siempre se refieren al medio ambiente, pero, en oposición a los reflejos, no están condicionados en el modo de su realización por “estímulos del mundo exterior”. “No se haría justicia a la naturaleza de los instintos si se redujeran a reflejos” dice Von Holst.

No todos los esquemas son congénitos. Hay animales en

los que la conducta instintiva es invariable. Recordemos cómo una gacela en el desierto, cuando nace, inmediatamente trata de ponerse de pie, con todos sus titubeos y dificultades, pero se levanta y a los pocos minutos mueve las patas, hace ejercicios y antes de ponerse a mamar, después de que su madre la ha lamido y retirado la placenta, lo primero que hace es el ejercicio de mover las patas porque nace con el instinto grabado en sus genes de que, al nacer, es más importante tener las patas

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preparadas y en condiciones para poder correr ante un peligro, que comer. Luego su madre ya le prepara con sus lamidos para reconocerse, para quedar marcadas por el olfato y los gruñidos correspondientes para identificarse entre sí, y a partir de este momento y si en los alrededores no existe ningún peligro, es cuando recibe el primer alimento. A partir del instante de concluir con su primera comida, ya está preparada para, instintivamente y sin que su madre la explique cómo debe hacerlo, da los primeros saltos, las primeras carreritas alrededor de la madre, para hacer los primeros ejercicios serios preparatorios por si hay que salir corriendo junto a su madre y con toda la manada. Y no ha recibido lecciones de nadie para establecer este orden de prioridades desde el mismo instante en que su madre gacela la ha depositado sobre la hierba, a ser posible alta, para ocultarla, como medida preventiva ante los posibles predadores.

Nadie enseña a un niño a jugar. También los animales

desde su nacimiento y cuando han pasado el periodo de lactancia en la madriguera que les prepara a saber conocer a sus hermanos porque están amontonados unos sobre otros, (me refiero naturalmente a los mamíferos según su especie) ya empiezan a retozar, a molestarse unos con otros para conocerse y a partir de aquí, jugar entre ellos. La naturaleza implanta fuertes propensiones al juego en todos los animales, sean grandes, pequeños, con patas o alas para volar, a todos, para asegurarse que serán satisfechas sus necesidades para el desarrollo vital y, entre éstas, están las del juego, como medio preparatorio. El juego es, en esencia, práctico y experimental como ejercicio psicomotor en andar, correr, saltar, agitación de movimientos, de equilibrio y una amplia serie de actividades musculares, de relación, de aprendizaje para obtener el alimento y en general para sobrevivir.

No todos los esquemas son congénitos. Hay animales en

los que la conducta instintiva parece ser invariable, pero el esquema del medio no está todavía formado en algunos animales jóvenes para jugar. Tengamos en cuenta que no estamos haciendo un libro sobre zoología completa, ni siquiera un pequeño tratado, por lo tanto, sólo daremos algunos ejemplos muy claros y específicos que se refieran a esta relación entre algunos animales y el juego.

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“Se cree que la función de jugar es en el animal joven ejercitar los músculos que necesitan hacer un esfuerzo para desarrollar, ablandar las articulaciones que permanecerán rígidas si nunca se las obliga a moverse, a aumentar la respiración, la rapidez de los reflejos, etc… Los movimientos de un animal joven no son, en efecto, fundamentalmente diferentes de los que efectuará más adelante cuando sea adulto; antes, al contrario, parecen una prefiguración gratuita, sin contenido (fuera de los estímulos normales) de las actividades adultas de la especie: el gato saltará sobre el ratón, como juega a saltar sobre un tapón de corcho; el perro acosará a la presa a la que quiere alcanzar o hará uso de sus mandíbulas para fines más útiles que destrozar una corteza. Los corderos y los cabritillas se topan, como más adelante los machos de su especie defenderán sus prerrogativas de “rey de rebaño”. El movimiento sigue siendo el mismo.

Se puede, pues, inferir de esto que el juego del animal

tenía un doble fin: 1. Dar al ser joven que está creciendo las posibilidades de desfogue muscular y nervioso que necesita más que un adulto. 2. Permitirle hacer sin motivo el aprendizaje de las funciones vitales de su especie.10 El juego es una especie de “aparentar” que facilita al animal joven la acción de ejercitarse en los movimientos de los adultos. Si esto va implicado por instintos innatos y no por imitación, puesto que estos juegos son iguales en individuos aislados que no tienen modelo de imitar, que no tienen cerca de sí ningún adulto o joven de su especie capaz de enseñarles esos movimientos”.11 En principio porque, en adelante, solo voy a exponer lo que

mi experiencia me ha permitido conocer directamente, ya que no 10 Así parece puede explicarse jueguen al escondite los perros que más adelante habrán de buscar la pieza, si son cazadores, o al criminal, si son policías. (Nota del traductor) 11 Guy Jacquin. “La educación por el juego”. Edición S.E Atenas, S.A. Madrid 195

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soy especialista en zoología, ni naturalista, sino solamente puedo aplicar mis conocimientos sobre el juego y mi experiencia principal conseguida como realizador de Televisión Española al haber participado durante varios años haciendo los programas con mi gran amigo y maestro el malogrado especialista y creador de la defensa de todos los animales, Félix Rodríguez de la Fuente a quien, como curiosa anécdota en nuestras biografías, yo le recibí por primera vez en el único estudio de emisión que Televisión Española, casi recién nacida, todavía tenía en el paseo de la Habana,77 de Madrid y esto ocurrió un sábado día 3 de julio de 1965, cuando Félix entraba en el plató y yo le recibía como productor y regidor (que entonces ejercía las dos funciones porque éramos muy pocos) y le acompañé hasta la única mesa desde la que debía hablar, ante la cámara, para desarrollar su primera charla sobre “Los halcones”, en aquel programa dedicado cada fin de semana al entretenimiento: caza, pesca, fotografía y dos comentarista que se alternaban para hablar de dos temas: uno era Jaime de Foxá que disertaba sobre cómo pasar el día al aire libre, y Félix, que desde ese día hablaría siempre de los animales, los halcones, en el primero y alternando con los lobos y otros mamíferos a los que había que proteger, como el lince.

A partir de esa fecha nos hicimos muy amigos y pronto

pusimos en antena la primera serie titulada FAUNA con 66 programas, luego ANIMALIA y VIDA SALVAJE, con 25; PLANETA AZUL, con 159; otros en Televisión Escolar con el título FELIX EL AMIGO DE LOS ANIMALES y por último El hombre y la tierra en sus primeras emisiones. Esta es mi amplia experiencia y conocimiento de los animales con el Dr. Félix Rodríguez de la Fuente. El siguió con EL HOMBRE Y LA TIERRA que fue la obra más larga, completa y extraordinaria que realizó y que por pura coincidencia de la vida murió, mientras rodaban unas escenas en Alasca para este programa, en accidente de la avioneta que utilizaban para planos aéreos, un 14 de marzo de 1980, el mismo día que cumplía 52 años.

De él aprendí a ver cómo jugaban sus cachorros de lobo

cuando mantenía un grupo de cinco lobos en cautividad en un recinto de la Casa de Campo de Madrid para “acuñar” y adaptarse a las reacciones de la manada cuando, el “jefe de la

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manada” entraba en el espacio en que vivían y se inclinaban, agachaban la cabeza, se tumbaban en posición supina y se mantenían en posición de total sumisión al “jefe” mientras éste no hiciera un movimiento significativo de que les aceptaba desde su posición de superioridad. El “jefe” de “manada” era Félix, así reconocido por todo el grupo después de un largo proceso de “acuñación”. Cuando él hacía la señal convenida y reconocida por todos los lobos de que les aceptaba, de que les dominaba, entonces era cuando venía la sesión de juego con todos y cada uno de ellos, que para demostrar su alegría se subían a sus hombros, le lamían la cara, le rodeaban jugando y moviéndose a su alrededor. Les hacía revolcarse, dar carreras, cumplir sus órdenes con movimientos de sus manos, de su cuerpo, o de voces determinadas, que los lobos, salvajes, cumplían perfectamente mientras jugaban con él. Félix siempre me decía que no podía manifestar, ni expresar ninguna sensación, de miedo o preocupación, porque hubiera destruido la “acuñación lúdica” que les había enseñado y, de ocurrir un cambio de semblante, de actitud o de demostrar que era el “jefe del grupo”, el lobo que de forma natural se consideraba como “el mejor”, el verdadero del grupo, le hubiera atacado. Yo observaba desde el exterior de la verja y siempre junto a la puerta para abrirla en el momento oportuno en que él me lo pidiera. Tenía total confianza en su trabajo, en su superioridad, pero había que mantener una precaución lógica “pero, sin que lo notasen los animales, ni en él ni en mí.” Así era la jornada que con mucha frecuencia acudíamos a jugar con los lobos. El resto de los días o después que nos marchábamos, a distancia y ocultados, observábamos las nuevas reacciones del grupo que, seguían jugando, pero ya bajo la sumisión del más fuerte, el lobo dominante, el de mayor jerarquía así establecido en el grupo.

En otras ocasiones acudíamos a la reserva natural de

animales en Aldea del Fresno y realizaba otras experiencias y nos daba lecciones al equipo de lo que había que hacer, cómo comportarse con los animales para “invitarles al juego”, nos hacía observar las situaciones en los momentos en los que, libremente los “animales jugaban”, puesto que la reserva era muy grande en extensión, la recorríamos en vehículo adecuado para internarnos por todos los rincones y poder observarlos, tomando notas y escuchando las explicaciones de Félix.

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En uno de los programas de “Planeta Azul” en nº 64 que se

emitió el día 12 de febrero de 1972 nos demostró las experiencias del profesor Konrad Lorentz, del Instituto “Max Planck”, (y por lo tanto pudo ser visto en toda España por Televisión Española) el programa titulado “Las experiencias del profesor Lorentz”, todo el proceso de “troquelación” y reacciones de los gansos al nacer, que consiste en: “si una oca que acaba de romper el cascarón del huevo ve a un hombre en lugar de sus padres, no solamente no muestra una reacción de fuga, sino que comienza a adoptar frente a él aquella conducta instintiva innata que suele tenerse para con los padres verdaderos que dispensan sus cuidados. A partir de ese momento los patitos seguían al profesor a todas partes siguiendo un orden de formación en fila, les daba la comida, les trasladaba por el recinto alambrado del patio donde hacía la experiencia, y las crías le acompañaron constantemente, las introducía en el nido, las daba el calor necesario y las atenciones como si fuera su verdadera madre. Por ejemplo las llevaba al estanque a nadar, les sacaba siempre siguiéndole y mantenía el juego de la experiencia con plena disposición de acuñación o “troquelado” como el profesor Lorentz calificaba al experimento, que mantuvo con éxito hasta que crecieron los gansos. La experiencia quedó desarrollada en el libro publicado por Konrad Lorentz y que está en la bibliografía final de éste libro.

Para finalizar este capítulo que se podría ampliar si

estuviéramos tratando exclusivamente este tema, lo haremos con las palabras del Dr. Rodríguez de la Fuente en su libro “Los animales y su medio ambiente”, pag. 28. Dice así: “Entre los lícaones, dotados de las mandíbulas más poderosas entre los cánidos, no existen prácticamente las querellas cruentas. Todo lo resuelven jugando: a lengüetazos, entre los alegres movimientos de los enhiestos y blancos rabos. Dicen los etólogos que para evitar la agresividad intraespecífica, los licaones conservan las pautas de conducta infantil durante toda la vida. En sus relaciones sociales son eternos cachorros que anteponen el juego a cualquier otro sistema de comunicación”.

Y sí se necesita una demostración atractiva, entretenida, a

la que acude mucha gente, y no digamos los niños, que no hay

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quien los separase, no hay nada más que detenerse ante el escaparate de una tienda donde venden animales de todas clases, desde los reptiles más peligrosos, pasando por todas las especies más conocidas, especialmente tropicales, muy variada en el caso de las aves, y comprobaremos los más llamativos y divertidos juegos entre los perritos, los gatos, los pájaros y otras variedades, que nos convencerán que los animales también juegan.

¿Acaso los animales que se muevan en todo tipo de

ejercicios y movimientos, enseñados, dominados y participando con ellos, los domadores, no están siempre jugando? El dominio del ser humano sobre estos jugadores no es más que una paciente incrustación, aceptada por los animales, que, instintivamente también juegan, sin necesidad de enseñarles.

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III EL JUGUETE

LA HISTORIA DEL JUGUETE

El juego es tan antiguo como el hombre, pero los juguetes empleados por lo niños no han estado siempre destinados a ese fin. En otros momentos históricos, y aún hoy en grupos étnicos primitivos, los juegos populares, patrimonio cultural de los niños del mundo, formaron parte de los ritos religiosos y mágicos de los adultos.

Los juguetes más antiguos que se conocen son similares a

los que utilizan hoy los niños de tribus primitivas y cumplen tres misiones que continúan siendo esenciales: satisfacer la necesidad de posesión del niño, familiarizarle con objetos que utilizan los adultos y ayudarle a expresar su afectividad.

Por ejemplo, el juego de KALAHA que es uno de los juegos

más antiguos del mundo. Se cree que su origen se remonta a siete mil años por lo menos y que se jugaba en toda Asia y Africa.

Para jugar al Kalaha se hacen unos agujeros en la arena.

Precisamente estos agujeros han revelado la antigüedad del juego, porque se han encontrado cavidades de este tipo en las ruinas de la antigua ciudad de Siria, Aleppo. También se han hallado estas cavidades en columnas de los templos de Karnak y en los escalones de la Acrópolis de Atenas.

Todo lo que se necesita son doce pequeños recipientes y

dos un poco más grandes, además de treinta y seis piedrecitas. El truco del juego consiste en la elección del recipiente con el que los jugadores inician sus jugadas. Al final de este libro

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expondremos completo el juego, cómo se juega y sus reglas, que son muy sencillas.

Cada cultura ha concedido un valor al juego y al juguete.

También a esto prestaron los romanos una atención especial. Para ellos el juguete tenía un valor afectivo: formaba parte del niño. Cuando un niño moría, sus juguetes, objetos amados que le habían proporcionado placer y compañía, eran sepultados en la misma tumba. En muchas ocasiones y en muchos pueblos el juguete y el juego servían para superar ritos de iniciación, para recibir la formación moral del grupo dominante o los conocimientos didácticos previstos. El juego de la oca, por ejemplo es antiquísimo, pero sus casillas se han transformado a lo largo del tiempo bajo la influencia de los acontecimientos.

Muchos juegos populares se remontan a tiempos

inmemoriales, como los palillos, el guá, las tabas, los bolos, el aro, el clavo. Todos ellos han ocupado y ocupan muchas horas de la vida de los niños y adolescentes de todo el planeta. Igual que los acertijos, los juegos de palabras y de ingenio. En la cultura occidental, los tableros o juegos de mesa han sido durante mucho tiempo patrimonio de los adultos, y algunos de ellos, de ciertos estamentos de la sociedad. La socialización del juego en nuestra cultura va de la mano de la revolución social y el desarrollo industrial.

Alfonso X el Sabio declara en su introducción al “Libro de

los juegos”, que Dios quiso dar a los hombres toda clase de alegrías en la vida para que disfrutando de ellas, lograsen soportar mejor las penas y los trabajos que pudieran sobrevenirles. Muchos de los juegos que se incluyen en este libro tienen más de un milenio: juegos moriscos que datan del antiguo Egipto, como el ajedrez, las damas o el dominó. Y juegos de entrenamiento de la nobleza del siglo XIII, ya que un caballero que se preciara debía ser un buen jugador.

La alta Edad Media avanza en la instrucción de sus

escuderos; para ello se requieren caballos de madera, lanzas, escudos, espadas, que facilitan el aprendizaje de movimientos básicos que los caballeros deberán realizar en los troncos. Para agilizar ese adiestramiento se incorporan ruedas y balancines a

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los caballos –hasta entonces solo de madera- se construyen columpios y patinetes que permiten desplazamientos más ligeros. Las guerras –hecho cotidiano- se imitan en pequeño y dan lugar a una nueva industria que comprende la creación de soldaditos de plomo y madera, carros, arrastres, etc.

En el florecimiento de la poesía, y posteriormente de las

novelas de caballería, enriquece el teatro y con él toda suerte de títeres, marionetas y teatrillos.

Los juegos de guerra, las casas de muñecas y los

pequeños teatros suponen una misión muy evolucionada del juego: permiten al niño conocer las relaciones entre los objetos y los roles sociales que determinan su uso; le ayudan a representar dramáticamente el mundo adulto, convirtiéndose en juez y parte, con lo que alcanza mayor grado de autonomía.

Las casas de muñecas conocidas desde muy antiguo,

empiezan a generalizarse en la Edad Media. Como en la mayoría de los juguetes, en su construcción se empleaba madera, hueso, marfil y terracota. Las piezas eran escasas y estaban en manos de los hijos de los señores feudales y sus allegados. Nunca en manos de los hijos de los siervos, que ayudaban a sus padres en el trabajo desde la infancia.

A partir del siglo XVI los laminadores abren un horizonte

para la fabricación de juguetes. La producción, aunque mayor, continúa siendo escasa hasta el Renacimiento, cuando comienzan a emplearse máquinas más sofisticadas y planchas de cobre y cinc. La culminación de los juguetes de chapa llega en el siglo XIX con la serigrafía y los motores eléctricos.

Todavía en el siglo XVIII el sentido del juego y del juguete

se aparta mucho del actual. Los materiales: pasta de papel, porcelana, madera, marfil; las técnicas: modelado, bruñido, cincelado, tallado, pintura al óleo y dorado, hacían de la mayoría de ellos piezas únicas, con un valor preciosista y una fragilidad manifiesta. De 1865 a 1950 el celuloide reemplaza a los materiales anteriores. La llegada del plástico, con la facilidad de manipulación, de resistencia y el bajo coste convierte al juguete en un producto de consumo generalizado.

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No se pueden olvidar otras fases del desarrollo industrial

que han contribuido al perfeccionamiento del juguete gracias a inventos fundamentales: la pila, en el año 1800; la goma elástica en 1820; el procesado del aluminio en 1866; el motor eléctrico en 1821. En nuestros días la teledirección, el control por rádar o la microelectrónica, sitúan al niño en un lugar privilegiado ante la era tecnológica. Pese a ello, la introducción en ese campo ha de ser gradual: de la sencillez de la cuerda, el muelle, la fricción o la palanca, a la sofisticación de las tecnologías más avanzadas que, inevitablemente encontrará el niño de hoy en su mundo de adulto.12

Ya lo tiene con la revolución de la informática y los

juguetes virtuales que ya son una realidad, de todo lo cual, tendremos un capítulo al final.

LA ILUSION DEL JUGUETE

“Juguete, en concreto, es palabra mágica que encierra a un

tiempo, como regalo de Reyes (el símil viene aquí muy al caso) atractivos materiales bien tangibles e ilusión imprecisa y maravillosa.

No es pura coincidencia el auge del juguete perfecto con

esta época difícil y esforzada que nos tocó vivir. Mas no se crea que aquella perfección viene solo de ese apogeo de la técnica contemporánea, sino más bien, sin duda, del ansia de que lo grato y liberador –no digamos ya lo infantil- lo “juguetón”, sea plenamente placentero y evasivo.

Vacación del alma y no solo para los niños –todos lo

somos y hemos de procurar serlo un poco- el juguete restaura la sonrisa, suscita el interés por lo que no lo tiene desde un punto de vista práctico y positivo- el “fin sin fin” Kautiano- y es siempre un regalo, quizá el único sin trampa (con tener, a veces, tantas

12 Anónimo. Obtenido de unas hojas sueltas de mi archivo, sin fecha ni identificación de la revista

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“trampas” los juguetes), que la técnica brinda a nuestra generación un poco como desagravio.

No es el momento de divagar sobre la teoría que explica,

total o parcialmente, el arte como juego; ni de cansar a nadie con las agudas consideraciones de Eugenio d’Ors Sobre “el hombre que trabaja y juega”, ni de aludir a la real importancia de lo lúdico en la armoniosa distribución del quehacer humano. Menos, de insertar una farragosa erudición sobre juguetes de otras épocas, la célebre muñequita de Tarragona, y tanto más, entre los antiguos; los ingeniosos artilugios del “otoño de la Edad Media” y del inmediato e influido Renacimiento –juguetes “para todos”, animando con figuras los relojes públicos; artificios suntuarios como el artesonado giratorio y espejeante del castillo de Belmonte, etc. –o las joyas- juguetes del barroco, así como las perfectas armas –miniatura, apenas accesibles a los niños, por príncipes que fuesen, que se desquitaban jugando con vulgares caballitos- sin balancín hasta el siglo XVIII- con campanillas y sonajas o, incluso, con perrillos falderos, en compañía de todo lo cual se dejaron pintar por Velásquez, por Mazo o por los “pequeños maestros” holandeses.

Más fatigaría aún la relación de los auténticos juguetes –

muñecas, cochecitos, soldados- en los que quizá quepa incluir a las avecillas enjauladas – con que Bayeu, Agustín Esteve o Goya pintan a los niños de las Casas de Osuna, de Osorio o las “niñas de Medinaceli”.

Pero no debe olvidarse cómo el pincel agilísimo y

“juguetón” del Goya optimista del antiguo régimen se recreaba pintando juguetes infantiles, como los niños inflando una vejiga o en el balancín, o “de mayores”, cual el “Pelele” manteado por las mozas en uno de sus cartones para tapices o los zancos sobre los que, más que andar, juegan, aumentando su estatura y su inestabilidad, los mocetones, compañeros, sin duda, de aquellas alegres manteadoras del muñeco.

Queremos, más que a todo eso, referirnos al clima histórico

artístico que, en uno u otro tiempo, pero siempre bajo signo equivalente, el del barroco como constante, preside o favorece la aparición del juguete, más o menos incluible en el campo de las

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artes aplicadas. Sin duda los hubo siempre, pero solo entonces, en aquellas épocas no clásicas, merecieron mayor atención de los artistas y fueron objeto de su creación –“ad usum pueri”- o de reproducción deleitosa”.13

QUÉ ES JUGAR En principio está tan relativizada la respuesta que está

supeditada a cada momento, a la necesidad que tengamos o sintamos para poder elegir lo que deseamos. Es la idea más clara que podemos exponer al amparo de la pedagogía y la psicología, porque verdaderamente la teoría del juego más acertada es la que participa de todas las anteriores citadas ya que todas tienen aplicación a la mecánica del juego.

Desde el punto de vista del individuo que juego, estas

actividades lúdicas resultan entretenidas, agradables, a veces descansados, otras estimulantes, excitantes o meros pasatiempos. El efecto suele ser muy variado. El sujeto que juega puede sentirse descansado o fatigado, aliviado o preocupado. En otras palabras, desde la perspectiva biológica estas ocupaciones parecen desempeñar alguna función vital del individuo, porque biológicamente está haciendo una actividad, aunque sea realizada sin finalidad particular y solo por la satisfacción que proporciona, constituye un instrumento para las continuas adaptaciones y reajustes del individuo a la vida, con sus demandas presentes y futuras.

Por ello el niño lo necesita como preparación para la vida

obedeciendo a unos condicionamientos innatos, a impulsos heredados. Por ello también el adulto opone el juego al trabajo para las continuas adaptaciones y reajustes de su vida.

En resumen, y esto es lo que más nos interesa destacar,

jugar es una función esencial en la vida del ser humano, en especial en los primeros años infantiles y juveniles, que ellos

13 Revista de la Feria del Juguete FEJU , nº 23- 11-feb,1964. Fragmento del artículo escrito por Felipe Mª Marín, Director del Museo de Bellas Artes de San Carlos.

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reciben y ejercen espontáneamente y sin ayuda, pero que podemos satisfacer su necesidad de actividad poniendo a su disposición los objetos indispensables.

LOS JUGUETES El estudio del juego nos ha puesto en primer plano la

existencia del juguete y el uso del mismo, y hasta podríamos preguntarnos si juego y juguete se encuentran tan indisolublemente unidos como para que no puedan existir el uno sin el otro. En estricto rigor científico tendríamos que decir que no, pues como ya hemos visto se puede jugar con las cosas más abstractas, y aún siendo concretas como pueden ser el agua, la arena, las piedras, etc., no significa que tengamos que considerarlos realmente como juguetes. Por otro lado también la intencionalidad podría cambiar el concepto de juguete, pues lo que para unos es un instrumento de trabajo, una herramienta por ejemplo, para otros puede ser un elemento de distracción, de entretenimiento aunque no sea exactamente un juguete. Pero, en fin, matizar hasta estos extremos nos llevaría a conclusiones muy discutibles, aunque muy interesantes, pero me parece que en esta ocasión tendremos que dejarlo aparcado para otro momento porque tenemos que simplificar.

No obstante debemos aclarar el concepto de juego y jugar

aunque ya tengamos las definiciones claras. Pero unos matices más concretos, sí que nos pueden venir bien para no meter todo en el mismo saco y al meter la mano para buscar un juguete resulta que hemos obtenido un juego, que no es lo mismo. Con un ejemplo podemos aclararlo: si en ese saco introducimos la mano con intención de obtener un juguete, un objeto prefabricado y con mucha tecnología como puede ser un avión último modelo, muy sofisticado en tecnología electrónica, resulta que sí, que hemos sacado un juguete, pero que , ahora depende de la mano que lo haya buscado porque si es un niño de cuatro años, de muy poco le va a servir para jugar. Y por el contrario si la mano que reclama solo un juego, aunque sea de poca distracción y le sale un puzle de mil piezas, tampoco le resuelve el problema. ¿Estará el problema en el multisaco recargado y mezclado? ¿No será el procedimiento empleado? Porque no es

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lo mismo buscar, que encontrar. En el saco no se ve lo que hay, y nos encontramos con lo que sale. Si buscamos lo que nos gusta, lo que deseamos, lo que necesitamos, lo que nos apetece para entretenernos en ese momento, es evidente que tenemos que adoptar el sistema de ver la oferta y elegir. Porque elegimos para nuestra edad, gusto, necesidad y clase de elemento recreativo. Elegimos o juego o juguete, porque ya conocemos la diferencia de aplicación de cada cosa por cuanto que nuestro trabajo nos lleva al estudio más completo de lo que conocemos como juventud, que corresponden a edades superiores a los 12 años, y con lo expresado en otro epígrafe que se refiere a niños desde 0 a 12 años, podemos considerar que es una referencia y en cambio necesitamos espacio y tiempo para referirnos al juego, en general, de la juventud.

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EL JUEGO Y SUS CLASIFICACIONES Esta es una interesante aportación que propongo para el

conocimiento esquemático del juego y la infancia y además que permite obtener una amplia perspectiva teórico-práctica de la relación entre ambos.

El juego, en el campo de la infancia rozando más o menos

con el de la adolescencia, ha sido estudiado muy a fondo por psicólogos y pediatras, llegando a clasificaciones que agrupan a casi toda clase de juegos.

Estas clasificaciones son, por lo general, completa síntesis

de las características y propiedades que contienen los juegos. Ha sido el propio Borotav el que ha sintetizado todas estas

clasificaciones en tres grandes grupos: 1. Juegos verbales, imitativos y juegos de iniciación 2. juegos de fuerza y habilidad 3. juegos intelectuales En estos grandes grupos se encuentran, prácticamente,

todos los juegos que en la actualidad puede realizar un niño, pues aparte de esta sintética clasificación de Borotav, he procurado recuperar y añadir la máxima ampliación que yo conocía y he practicado como profesional de la enseñanza además de algunos poco conocidas que he seleccionado de la bibliografía consultada. Veamos su contenido.

I JUEGOS VERBALES, IMAGINATIVOS Y MAGICOS,

JUEGOS DE INICIACION En este primer epígrafe se encuentra el grupo más amplio

de clasificación, ya que presente treinta y cuatro clasificaciones agrupadas en siete apartados. Debe notarse con especial mención el apartado segundo que contiene una completa relación de las bromas, consideradas como juegos de buen humor, graciosos, mímicos un poco teatrales, para hacer reir al niño.

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• Juegos ejecutados también por los mayores.

1. Para divertir, para hacer reír, para hacer que no llore. 2. Para emocionar con procedimientos narrativos. 3. Para aprender a hablar, a caminar, etc. 4. Muecas y frases de deseo, de afecto, etc. 5. Para hacer conocer su propio cuerpo, los seres y objetos circundantes, como los que encontramos alrededor de la cuna, piezas de su propio atuendo como zapatitos, gorros de colores o muñecos de trapo.

• Primeras creaciones lúdicas del niño en contacto con la vida cotidiana.

1. Gestos y frases dirigidas a los animales. Gestos y frases imitando a los animales. 2. Gestos y frases dirigidas a las plantas, las flores, las frutas. 3. Gestos y frases dirigidas a objetos: juguetes principalmente. 4. Gestos y frases ejecutadas en presencia de fenómenos naturales: lluvia, viento, nieve, etc. 5. Gestos y frases dirigidas a jugar con los animales, haciendo movimientos de imitación.

Hasta aquí presuponemos que todo ello pertenece al juego con niños pequeños, más o menos desde el primer año que todavía está en la cuna. De ahora en adelante ya tenemos que cambiar de actitudes, diferenciar bien el momento en que necesita reír, calmarle si está triste o animarle si se encuentra en disposición próxima al aburrimiento, aunque todavía no sepa lo que es esto porque no sabe diferenciar las situaciones.

Por ello pretendemos: hacerle bromas actuando como un

payaso. Más adelante las propuestas de los juegos van cambiando según la edad y las posibilidades de entretenimiento.

1. Bromas sobre nombres y apellidos. Bromas

recíprocas entre niños y niñas. Bromas referentes a los defectos de un juguete o a las faltas cometidas por su muñeca. Bromas referentes a las profesiones,

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imitando defectos o incorrecciones que cometen sus juguetes de forma imaginaria. Solicitud de reconciliación entre jugadores.

2. Hacer, decir frases de doble sentido, frases difíciles de repetir, como trabalenguas, siempre adecuados a su edad y conocimientos.

3. Frases oportunas: invitación al juego, cese del mismo, etc.

• Simples diversiones individuales o colectivas: creaciones de artistas por imitación, con niños de 4 años.

1. Monólogos o diálogos simples. 2. Interpretaciones, mímicas y escenas con diálogos o

recitadas. 3. otras diversiones individuales o colectivas de

estructura simple. 4. Creaciones plásticas: fabricación de figuritas, de

estatuillas. 5. Juguetes: instrumentos de ruido, de música; ruedas,

molinos, etc. Fabricación y manipulación.

• Juegos de suerte sencillos. 1. Procedimientos mecánicos de designación y de

eliminación, por ejemplo: el que saque la paja más corta.

2. Fórmulas de designación y de eliminación de figuras con fotos de prensa con animales, personajes conocidos, objetos: zapatos, guantes, bolsos, etc.

3. Fórmulas de designación y de eliminación que forman parte integrante del juego, reconocimiento de edificios de la región o comunidad.

• Juegos “rituales” y “mágicos”.

1. Ceremonias rituales con características de juego,

relacionadas o no con ceremonias escolares. 2. Juegos “mágicos” ejecutados para hacer llover, para

asegurarse el buen día de sol y otros.

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3. Juegos de augurio, por ejemplo “deshojar la margarita”.

4. Juegos y fórmulas de adivinación: para descubrir un objeto perdido o escondido, para descubrir defectos y errores en láminas preparadas, etc.

• Juegos de simulacros.

1. Simulacro de actividades “institucionales”: militares, jurídicas, escolares, hospitales con médicos y enfermeras, curación con caramelos o “lacasitos”.

2. Simulacro de ceremonias matrimoniales y otras ceremonias festivas de los adultos, por ejemplo el alcalde del pueblo y sus concejales.

3. Simulacro de actividades domésticas: casa de muñecas, comiditas, limpieza o recibir a una amiga que llega de la calle.

4. Simulacro de actividades económicas: hacer la compra, recibir al repartidor de la tienda y abonar los gastos, recibir al cartero teniendo que firmar la recepción del paquete por venir certificado o contra reembolso.

5. Juguetes: muñecos, soldaditos de plomo, etc. II JUEGOS DE FUERZA Y HABILIDAD Aquí se encuentran fundamentalmente, los juegos de

acción física donde la persona es particularmente motriz. Al leerlos tenemos, por ventura, que acordarnos de nuestros años de infancia ya que en este epígrafe, sí que puede decirse, que todos hemos sido protagonistas.

He aquí sus apartados: • Juegos de habilidad propiamente dicha.

1. Juegos de habilidad de las manos y dedos. 2. Juegos de habilidad con los pies. 3. Juegos de reflejos rápidos, a propuesta del profesor.

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4. Otros juegos de habilidad: con varias pelotas pequeñas pasándolas de manos mientras se tiran al aire.

5. Juegos de trompo, carreras de chapas (tapones de botellas), pulsando con papirotazos.

• Juegos de habilidad con diversos objetos.

1. Construcciones con tacos de madera. 2. Bolas, canicas y objetos redondos o irregulares. 3. Pelar cáscaras de frutos variados, frescos o secos,

con mayor rapidez y habilidad. 4. Monedas: colocarlas por orden del valor estampado,

amontonarlas por diámetro de mayor a menor o utilizarlas para hacer pagos con ellas, según el objeto ofrecido.

5. Modelado con plastilina, arcilla o masa de harina.

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PROGRAMA DE JUEGOS DE EDUCACION FISICA

Lecciones-Cuento (Texto adaptado al pequeño vocabulario conocido en esta edad)

Cuatro veces por semana. Diez a doce minutos de duración. Se cambiará de lección cada semana.

Juegos dirigidos Cuatro veces por semana. De diez a quince minutos. Pequeña intensidad. Cuatro a seis juegos por quincena. Aprendizaje y práctica. No se hará competición.

Juegos libres Dos veces por semana. Sesiones de diez a quince minutos. De los anteriores, los más conocidos por el niño. Ayudarles respetando sus iniciativas. 3

a 6

años

Paseos- marchas Hasta un máximo de dos kilómetros. Una vez a la semana. Durante los mismos, hacer algún recorrido corto (50 a 100 metros), por terrenos ligeramente accidentado.

Lecciones- Cuento Dos veces a la semana. Duración de diez a quince minutos, cambiando el texto-por lo menos en parte- a la segunda semana. Cada lección valdrá para dos o tres semanas.

ED

AD

ES

7 a

9 añ

os

Gimnasia Educativa

Dos sesiones por semana, hasta veinte minutos de duración máxima. Cada tabla valdrá para tres semanas. Repetir tres veces como máximo cada ejercicio. Intercalar algún juego de pequeña intensidad a la mitad de la tabla, aproximadamente.

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• Juegos de fuerza.

1. Levantar objetos y utensilios pesados, al principio pequeños.

2. Lanzar objetos y utensilios algo más pesados. 3. Lucha cuerpo a cuerpo, de defensa, sin tirarse al

suelo. 4. Pruebas de fuerza de los brazos y piernas

5. Empujar y derribar: justas y torneos en tono de

prueba y fintas. 6. Tracción: tirar de la cuerda entre parejas o equipos. 7. Salto simple de longitud y de altura, con cuerda y

sobre arena. 8. Carrera simple, con meta fija.

• Juegos de fuerza y habilidad a un tiempo

1. Juegos de lanzar:

o Lanzar piedras del mismo peso y tamaño a mayor distancia

o Lanzar otros objetos equivalentes en forma y peso

o Bolas, lanzar a rodar por el suelo o Lanzamiento de bolas sobre bolos verticales a

ver quien tira más con cada bola lanzada o Pelotas lanzadas con la mano a mayor

distancia o Pelotas lanzadas con golpe de accesorios:

palas o raquetas o Balones. Lanzamientos con el pie a mayor

distancia o dirección señalada

2. Saltar:

o Saltar libremente en altura o Saltar sobre obstáculos: piedras de distinto

tamaño, troncos, banquetas o bancos

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3. Subir y llevar:

o Juegos de subir y llevar piedras, troncos cortados

o Cargar con un compañero, primero uno que sea pequeño y luego otro de su edad.

4. Carrera y persecución:

o Carrera y persecución con meta fija y movil, es decir, cambiable a otro lugar más difícil

o Carreras y persecución en movimientos variables, cambios de dirección, librando obstáculos, haciendo fintas y quiebros por los árboles y matorrales.

5. Juegos sobre el agua, nieve o hielo

o Juegos de natación burlesca, sin método, con movimientos inesperados, hundirse, saltar, etc.

o Juegos de invierno: deslizarse sobre un plástico, subir con raquetas de tenis atadas..

o Juegos aéreos: descenso en tirolinas con polea canalizada, con movimiento de manos y piernas sobre la cuerda tensa, solo con manos alternas o con manos alternas y un pie fijo.

o Salto de un río con cuerda atada en la rama de un árbol y cruzar el río colgado con las manos en la cuerda y dando el grito de Tarzán

III JUEGOS INTELECTUALES Este tercer epígrafe es, sin duda, un grupo muy amplio,

propio para hacer los juegos en el aula en días de meteorología adversa, ya sea por frío, lluvia, nieve o fuerte viento, causas suficientes para utilizar tranquilamente la cabeza con numerosos juegos mentales, como pueden ser juegos de picaresca, de farsa, de memoria, de reflexión rápida, de adivinación, de recuerdos o simplemente de pensar.

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1. Juegos de rápida reflexión: con las matemáticas. 2. Juegos de memoria: recitar versos, frases hechas. 3. Juegos de adivinación: quién dijo tal frase, recitando

el primer verso de un romance o cualquier poesía, quien es el autor.

• Juegos de esconder objetos.

1. Esconder algo y encontrarlo. 2. En campo abierto, boscoso, con arbustos en

abundancia, esconderse un niño y descubrirlo.

• Juegos de combinación con tableros preparados

1. Tres en raya 2. Las cuatro esquinas 3. Ajedrez sobre tablero o sobre baldosas con figuras

de niños 4. Damas en tablero

Todos estos juegos son especialmente adecuados a unas

edades en las que se desea conquistar el espacio circundante, empeñar la inteligencia pragmática en la dirección de los movimientos y descargar una suma creciente de energías musculares, las cuales presuponen, sin embargo, una gran disponibilidad de espacio: calle, campo y aire libre, más los juegos que se realicen en el interior del centro con amplitud suficiente.

Esta necesidad contrasta con la verdadera condición del

niño moderno y con la creciente restricción del espacio vital en el ámbito de un centro ciudadano. Así cuando la naturaleza requiere juegos de movimientos en espacios libres para la expansión de fuerzas vitales en desarrollo en plenas escenas naturales, la civilización interviene aportando un conjunto de juegos más o menos sedentarios. Estas dificultades estarán siempre resueltas con la preparación y la imaginación creadora del educador dispuesto a encontrar siempre soluciones. Como decía Melchor Gaspar de Jovellanos: “Para el hombre laborioso, el tiempo siempre es elástico y da para todo. Sólo falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo”.

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IV JUEGOS DE APLICACIÓN DEPORTIVA “Los juegos infantiles de Educación Física, dice mi

compañero y amigo Rafael Chaves, que en su diferente intensidad y características especiales, constituyen eslabones que conducen al muchacho (en el camino de su formación general) hacia la práctica de los deportes, motivo por el cual les llamamos predeportivos; y no asuste esto a nadie, pues es progresión pura, máxime sabiendo que deben “abonar” el terreno de la juventud, a fin de poner a ésta en condiciones de colocar a nuestra Patria- claro está, si los aplicamos con éxito- en situación de recoger buena cosecha de triunfos, no solo en el aspecto deportivo, en fecha no muy lejana”.14

Como tengo intención de dedicar un capítulo completo a

“Los juegos deportivos”” en general, vamos a dedicar esta fase infantil ahora, que encaja más con todo que llevamos escrito, y, en su momento, se ampliará al resto de edades y amplitud de juegos deportivos. Rafael lo expone en cuadro sinóptico y así lo presentamos por su claridad y síntesis el plan de trabajo para niños de 3 a 9 años.

LOS JUEGOS Y JUGUETES IDONEOS PARA CADA EDAD. COMO ELEGIR UN JUGUETE

Llega el momento de elegir un juguete para hacer un

regalo. La primera tentación que se interpone entre la razón y el deseo es la de situarnos en nuestra infancia. Mal comienzo. No todas las infancias son iguales, pero sobre todo, cada edad requiere un tipo de juguetes y cada niño tiene un gusto distinto para el juego, pues ya hemos visto que es más importante y tiene más valor íntimo el juego que el juguete. Conocemos ya que el juego puede ser compartido, en cambio el juguete suele ser más personal. Por otro lado, el niño o la niña a quien va destinado el regalo será muy difícil de acertar si no tenemos en cuenta, primero , la edad, luego el tamaño, la función de uso que habrá de darle para jugar, los materiales de los que está fabricado y 14 Rafael Chaves: Manual de Juegos para Educación Física. Edición Madrid, noviembre 1951.

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otros que habrá que tener en cuenta, como pueden ser los colores que sean fijos, y los materiales lavables. Hay que prever la peligrosidad que puede llevar consigo si se rompe durante el juego, como producir aristas, extremos cortantes o puntiagudos. Que cumplan las normas de seguridad es uno de los requisitos fundamentales que deben garantizar los juguetes.

Pedir que todos los juguetes del mercado cumplan

rigurosamente todas estas condiciones es poco menos que imposible sobre todo si se tiene en cuenta que, el que resulta apropiado para un niño de ocho años no lo será para un hermano menor que juega junto a él. Hay que exigir que los juguetes indiquen las edades para los que están concebidos y los riesgos que entrañan para los otros más pequeños.. El juguete debe responder al interés del niño, debe proporcionar la oportunidad de ser jugado en el espacio en el que vive. El poder adquisitivo está creciendo y no es difícil encontrar niños rodeados de juguetes y, sin embargo están aburridos.

Otro aspecto a tener en cuenta al adquirir juguetes es el

tamaño y pensar en el lugar en el que se va a guardar, cómo hacerlo para mantener un orden que nos de facilidades para encontrar el que reclama el niño en ese momento, como encontrar las piezas que se han desprendido o roto y como conservarlas de forma accesible para cuando el papá se decida a repararlo.

Los juguetes se rompen al ser utilizados; los niños los

desmontan por curiosidad; en ocasiones descarga sobre ellos o con ellos, sus emociones o situaciones de enfado, cansancio o deseo de jugar con otros distintos. Todo esto trae consecuencias de reciclaje, reparaciones y en mayor medida, la decisión de echarlos al cubo de la basura. Desde el punto de vista pedagógico el error se encuentra en la excesiva adquisición de juguetes a causa de las numerosas fiestas que socialmente se están festejando: Papá Noel, San Nicolás, los Reyes Magos, los cumpleaños, el Ratoncito Pérez, primeras comuniones, onomásticos y algunos triunfos escolares. Todo contribuye a la adquisición de juguetes y más juguetes, porque a ello se suman los de los abuelos, los tíos, los amigos tanto del niño como de la familia. Y los juguetes se acumulan y esta montaña de objetos de

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jugar crea en el niño una total melancolía porque no sabe cuál elegir, que juguete del montón es el que más le gusta, ni siquiera tiene capacidad selectiva para saber cuál es el mejor, el más interesante, el que más le atrae para ponerse a “jugar” con él, es decir, no encuentra en su interior esa satisfacción, anímica e impulso que necesita para echar mano al que más le atrae. Es posible que esté alegre y contento porque a la vista tiene muchos juguetes que “son suyos”, de su propiedad, pero entre todos no encuentra cual es con el que quiere jugar. Al final echa una mirada tediosa a todos, puede que los extienda por el suelo pero se levanta triste y se va.

Confieso que no es una fantástica leyenda. En varias

ocasiones he podido comprobarlo con gran interés por observar los gestos, de los movimientos que hacían, analizarlos silenciosamente, íntimamente llenar mi cerebro de preguntas, de infinitos porqués y no he encontrado la solución. Yo también me contagié de tristeza porque esta realidad está en miles de casas con niños en las mismas circunstancias y me sentía responsable por, no solo por no encontrar en ese momento la respuesta sino porque la solución exige un profundo estudio analítico entre padres, educadores, fabricantes de juguetes, psicólogos, doctores en pedagogía y tal vez más personas que en este momento no encuentro en mi memoria, y me quedo más triste y confuso porque sé que estos cursos, simposios, reuniones y hasta congresos completos dedicados al tema se han celebrado, he asistido a varios, se han emitido y publicado posibles soluciones, pero en ninguno de ellos se ha emitido el dictamen concluyente y definitivo para solucionar el problema. ¿Difícil? ¿Imposible?

Escuetamente complicado. Y demasiadas opiniones sin

razonar, analizar y discutir. Pero alguien con más conocimientos, mejor cerebro preparado y un profundo estudio bien realizado del tema, con el tiempo, dará a los jóvenes interesados la solución definitiva. ¡Lástima no llegar a conocerla!

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UNA CLASIFICACION DE LOS JUGUETES MUY INTERESANTE

A continuación voy a insertar un excepcional trabajo sobre

la clasificación de los juguetes que he encontrado entre mis viejos papeles conservados con algunas dificultades, pero que al leerlos me han entusiasmado porque encajan perfectamente en el tema que estamos tratando de la división de los juguetes. Aquí lo encaja dentro de las distintas edades y características que deben tener para jugar.

Esta clasificación la he encontrado entre las hojas sueltas

de una revista bastante antigua que no puedo identificar ni el título ni la fecha a que pertenece, por el deterioro del papel amarillento, pero que su contenido es muy importante para darlo a conocer. Si antes de terminar el libro encuentro algún indicio de la identidad del autor y la revista, por supuesto pasará al capítulo de la bibliografía. Lo voy a transcribir literalmente, con el mismo formato y aunque en su texto existan aspectos discutibles o ya conocidos, todo el conjunto es muy interesante y encaja perfectamente en el capítulo que estamos desarrollando pues hace la clasificación por edades de ambos sexos y con un minucioso contenido.

ACTIVIDADES, JUEGO Y JUGUETES PARA CADA EDAD o De 0 a 1 año Es la edad para los chupetes, los collares de dentición y otros objetos que se pueden llevar a la boca sin peligro: muñecos de trapo o de goma que han de ser blandos, lavables y de colores vivos. Gatear, coger cosas y tirarlas serán también actividades predilectas. Los sentidos despiertan y los niños comienzan a seguir con la vista objetos que se mueven: muñecos colgantes, tentetiesos. También llega la primera fascinación con los sonidos de cajas o pelotas de música, campanillas, sonajeros y cascabeles.

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Mover sus extremidades, observar sus manos, tocar los objetos que tiene más próximo. Actividad motriz de piernas al aire. Movimientos de brazos, manos a la boca y sonajas de distintos tonos. o De 1 a 2 años Comienza la imitación de los actos y movimientos de las personas mayores; para ello los niños se sirven de arrastres, correpasillos y otros instrumentos que ayudan a afianzar movimientos. Colaboran con los adultos que les visten y dan de comer. Es la edad oportuna de comenzar a apilar objetos, abrir y cerrar cajas, crear los propios sonidos con tambores, panderetas u otros instrumentos y desafiar tímidamente el equilibrio con los primeros balancines. Da de comer y cuida a la muñeca. La mueve y zarandea. Carros, coches de madera.- Empieza a pintar con lápices de colores.- Juega con arena o serrin.- Le gustan los ositos de trapo.- Empiezan a morder objetos blandos y se lleva todo lo que puede, a la boca. o De 2 a 3 años Les interesarán los cacharros y recipientes que puedan llenar y vaciar de contenido, transportar cosas, ensartar y apilar construcciones de bloques de madera sencillos. Los triciclos, caballos con ruedas, pelotas y balones, plastilina, tizas, cubos, palas, moldes, y cacharros pueden entretener mucho en esta edad y son muy útiles en las primeras actividades creativas. Imitaran cómicamente las acciones cotidianas de los adultos y disfrutarán con telas y trajes: los primeros disfraces. Les gusta la arcilla, plastilina, masa de harina.- Amontona bloques, ya sean de madera o de plástico.- Les gusta sentarse en el césped (sobre una manta).- Empieza a pedir el columpio y el tobogán.

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o De 3 a 4 años Los niños ya son capaces de trasladarse en juguetes a pedales: triciclos o coches. Les gustará saltar, subirse y desplazarse por debajo de los muebles, y realizar juegos corporales con los adultos. Serán capaces de pintar con ceras, con construcciones algo más complejas, juguetes desmontables, clavos y martillos. Comenzarán a reproducir el mundo de los adultos y a jugar con cosas, granjas, animales, gasolineras, trenes sencillos, pueblos, juegos de tiendas, cacharros de cocina y útiles empleados en otros oficios. Ya pueden prestar atención a libros con dibujos y pequeñas historias. Ya juega a casitas.- Juegos en el agua durante el aseo.- Juegos de esconderse con la ropa.- Juguetes de movimientos articulados.- Necesita motricidad: andar, sentarse, levantarse, etc. o De 4 a 5 años Los niños tienden a hacer complicadas representaciones del mundo adulto: se disfrazarán, jugarán a médicos, conductores, novios o maestros. Comienzan a asociarse con otros niños, a hacer amigos y tener bandas y pandillas. Pueden ya, por tanto, jugar a juegos de sociedad con reglas simples, como la tula, el escondite inglés o la zapatilla por detrás. Les gustará llevar la contraria y hacer cosas diferentes a las que se les dice. Comenzará a despertarse un gran interés por el mundo físico: charcos, arena, planos inclinados, balanzas, péndulos; deslizarse en patinete, empujar carretillas, trepar por redes. Ya pueden recortar, pegar, coser cartones, modelar barro y arcilla y jugar con marionetas. Comienzan a contar breves narraciones, canciones sencillas, trabalenguas y poesías. También es la edad de los puzzles y rompecabezas. Mayor necesidad de moverse.- Juegos de rodar, saltar, volatines, etc. en el césped o arena.

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o De 5 a 6 años Continúa el interés por los puzzles, el dibujo, el coloreado y la pintura. Les gustará ya copiar letras y números, inventar cosas uniendo envases y cajas con pegamento, escuchar cuentos sobre animales que actúan como seres humanos y relatos sobre su vida cotidiana. Construirán casas y castillos y disfrutarán más con los disfraces, los títeres y los juegos de habilidad con resultados tangibles, como telares, mecanos o bancos de carpintero con herramientas. Podrán ser un poco más audaces y atreverse con la bicicleta de dos ruedas, la cuerda de saltar y los patines. Les gustarán las muñecas articuladas, las pompas de jabón, los calidoscopios; hacer teatro y representar cosas que ven en el cine o la televisión. Es la edad de los porques sobre todo lo que les rodea; de organizar, discutir y planear el juego con más niños. Comienzan a tener la paciencia suficiente para sentirse atraídos por juegos sedentarios como el dominó, el parchís, la oca. Balones grandes.- Columpios y tobogán.- Juguetes desmontables para satisfacer su necesidad por dentro.- Muñecas grandes para cambiar vestidos.- Puzzles de figuras geométricas. o De 6 a 7 años Renace el interés por la tierra y el agua. Se introducen en sus juegos de mesa favoritos los anagramas, las damas chinas, los juegos de naipes sencillos. Preferirán los cuentos con poco texto y letra manuscrita, con muchas ilustraciones; historias de animales y de la naturaleza se contarán entre sus favoritos. Les gustará jugar a la escuela, a la casa, vestirse de mayores, los juegos de acción y loas construcciones, cada vez algo más complicadas. Construcciones de elementos para sobreponer.- Casas de cartulina para montar.- Recortes de papel.- Pintar con varios colores combinados.- Juegos de grupos para el

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corro, agachaté, correr a por el pañuelo que estará en el centro, etc. o De 7 a 8 años Pasarán un tiempo largo jugando a lo mismo, porque ha aumentado su capacidad de abstracción y de concentración. Les gustará inventar cosas, armar y desarmar, idear objetos útiles y arreglar juguetes rotos. Dibujar, recortar, leer. Comienzan a interesarse por colecciones organizadas de cosas, por los juegos de magia, el trompo, las canicas, los recortables más complejos, el arco y las flechas, los trineos. Las bicicletas siguen proporcionando grandes satisfacciones. Juegos al aire libre: carreras de cangrejos, el tonelete, potencia y equilibrio, el pino sobre la pared. o De 8 a 9 años Podrán hacer recetas sencillas de cocina, experimentos espontáneos para satisfacer su curiosidad, inventar juegos, obras de teatro y representarlas. Pasarán tardes enteras ente el parchís, el monopoli, la lotería o el ajedrez. Es el momento de los clásicos de la literatura infantil, de Salgorí a Andersen o Julio Verne; historias cómicas-por qué no Guillermo- y revistas ilustradas que expliquen como hacer cosas. También hay lugar para máscaras y disfraces, y para la flauta, la guitarra y otros instrumentos. Juegos de aire libre en grupos: la botella borracha situada en el centro y el resto sentados.- Tirar de la cuerda entre dos o en grupos.- La carretilla. o De 9 a 10 años En esta edad los niños pasarán más tiempo dedicándose a sus cosas: leer, escribir sus propias historias, dibujar, hacer rompecabezas o solitarios; pasatiempos, juegos de memoria, de química, electrónicos y de mecánica. Aunque esto no quiere decir que abandonen los juegos en grupo,

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que serán de ejercicio físico: partidos de diversos juegos, de pelota, natación. También es posible que compartan con un amigo o amiga los juegos que en otras ocasiones realizan en solitario y que sigan dedicando tiempo al teatro y a la interpretación musical. El abanico de lecturas posibles se amplía considerablemente y abarca ya otros géneros como el biográfico o el polifacético. o De 10 a 12 años Ya es edad para el tren eléctrico, los mecanos, el aeromodelismo, las maquetas, la construcción de pequeño mobiliario; nace el interés por la jardinería, los animales, la naturaleza. Crece el gusto por la literatura y divierte crear sociedades secretas, bailar e ir de fiestas. La pata coja sujetando la pierna o la mano.- Las cuatro esquinas sobre marcas en el suelo.- El látigo.- El columpio cogidos de las manos y uno sentado, tira del contrario para levantarlo.- Torneo llevando a caballo y peleando con las manos.

JUGAR CON JUGUETES

Lo primero que tengo que hacer es estar en forma, para

entrar en juego. No tengo más remedio que utilizar mi imaginación creadora hasta que me lleve a la realidad del estudio, del análisis a fondo del tema que debo desarrollar, que vendrá por sí mismo, por pura lógica, que, sin buscarlo se pondrá en marcha por su propio impulso. Pero antes tengo que divagar un poco para situarme y ponerme en juego.

Conozco una leyenda finlandesa que, por su contenido que

había estudiado y analizado hace ya muchos años, al presentarme ante este problema de escribir un libro sobre “EL JUEGO”, me sugirió de inmediato ese capítulo del principio del PARAISO SIN JUEGO.

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Aquí ya no se trata de juego, que ya conocemos su

concepto propio y como principio básico de todo, sino de jugar, pero con juguetes, puesto que ya hemos visto que existen muchas maneras de jugar, muy dispares, distintas y variadas en función de la actividad que se utilice. El valor pedagógico que tiene esta leyenda es muy importante porque si en la fantasía creada para el Paraíso, lo presentaba sin posibilidades de utilizar los medios que hubiera para entretenerse, es decir, el juego, aquí, en esta leyenda sí existen esos medios que son los juguetes y por lo tanto son dos conceptos distintos en distintas situaciones. En el primer caso se prohíbe la palabra juego: disfrutar, gozar, divertirse con todo lo que había al alcance de los primeros seres humanos, que era mucho. En esta ocasión, creados los juguetes, dice la leyenda que en Finlandia la

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consideran, no solo muy importante, sino que fue la creadora de los juguetes de los niños.

Todo comienza en un país desconocido, un muchacho

comerciante de juguetes de todas clases, entra en el país con su carromato abarrotado de juguetes sin que ni las autoridades, ni la policía se aperciba de la carga que transporta, a pesar de la orden absoluta y tajante de que en ese pueblo estaba prohibida la venta de juguetes. Los niños vivían tristes, melancólicos y aburridos, paseando por las calles. El vendedor desconocía la prohibición y comenzó a desempaquetar su mercancía ante la gran sorpresa de los niños que se amontonaron a su alrededor. Esto hizo que creciera el tumulto y el interés de los niños creando una turbación de orden público, con la consiguiente alteración de la tranquilidad existente.

Acude la policía con cierta violencia, detiene al muchacho

vendedor, le adelanta la información de que el tirano gobernante de aquel pueblo tenía prohibido por ley absoluta, la existencia y comercio de los juguetes en su territorio. Fue encarcelado porque una niña tenía entre sus manos una muñeca que deseaba comprar de la que se quedó entusiasmada y en consecuencia la autoridad totalitaria de aquel hipotético estado, estimó que la mejor solución era retirar al vendedor y su mercancía de la calle por perturbar el orden público, encerrándole en la mazmorra entre rejas. Los niños les siguieron entristecidos, desconcertados y alterados.

La niña de la muñeca la escondió entre sus vestidos, empezó a sentir afecto y cariño hacia el vendedor y le siguió hasta la cárcel y todos los días iba a verle por el ventanuco de la mazmorra donde el aturdido muchacho pasaba las horas más tristes porque no le dejaban llevar la alegría a los niños.

La niña de la muñeca ya enamorada del vendedor, hizo

todo lo posible por alterar al pueblo entero. La leyenda termina, adelantando y simplificando el relato, con la rebelión de todos los niños contra el tirano, ayudados por sus padres y todo el pueblo; asaltaron la cárcel, liberaron al joven vendedor; la niña tuvo su recompensa de la muñeca y el amor; todos los niños obtuvieron el juguete que deseaban y el pueblo consiguió derrotar al tirano, cambiarlo por uno honesto y justo vecino que con su sabiduría y

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buen hacer llevó la felicidad a todo el pueblo hasta entonces oprimido.

Desde entonces los niños pudieron disfrutar de los

juguetes para entretenerse y divertirse y acompañar a la pareja enamorada que fueron los protagonistas que, como les unió el amor y como en todos los cuentos les llegó la felicidad, además de que la niña se quedó con su muñeca.

Con ello podemos añadir el colorín, colorado, la historia se

ha terminado, pero a nosotros nos ha abierto la puerta del tema que tenemos que asumir porque es de los juguetes de lo que estamos tratando, no por suprimirlos, sino por todo lo contrario: conocerlos, demostrar para qué sirven, cuantas clases de juguetes hay, como se deben utilizar, etcétera. Esta es la lectura, la conclusión que debemos obtener de esta historieta, que solo es la introducción que nos abre las puertas a una reflexión más profunda del valor educativo de los juguetes: que son para jugar. ORACIÓN DE UN NIÑO ANTE UN JUGUETE BÉLICO

Señor que todo lo has creado, tengo en mis manos un juguete como los que usan los hombres para matar a los demás hombres… Con juguetes como éste, pero de verdad, se mata en Vietnam, en Palestina, en Irlanda y … ¿Por qué no decirlo?... también, aunque en menor escala se mata entre nosotros. Yo tengo este juguete porque me lo han regalado porque me han engañado diciéndome que era bonito, porque lo he visto en la televisión y en el cine. Pero pienso que Tú,

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que eres padre del Amor, no aprobarás que yo juegue con este objeto que imita instrumentos que sirven para matar. Por eso, en esta Navidad te ofrezco, Señor de la Paz y de la Vida, este juguete, y te pido que ilumines a los niños de todo el mundo para que no quieran más juguetes bélicos. A los padres que no los compren, y a los fabricantes y vendedores para que dejen de envenenar nuestra infancia con juguetes QUE SIRVEN PARA MATAR.

Lorenzo Vidal

HOMENAJE AL MAGISTERIO Supongo que el autor de este bello texto que me he

permitido ofrecer en verso, porque el original está en prosa de columna periodística, es, o ha sido un buen Maestro de Enseñanza Primaria, que el Señor bendiga, si todavía vive, porque ésta oración la leí por primera vez en la antigua revista MAGISTERIO ESPAÑOL de papel muy amarillento, en la página 17 del ejemplar correspondiente al 28 de diciembre de 1974 y desde entonces, la conservo como un tesoro porque yo también soy Maestro de la misma generación, que recibía por suscripción el periódico y en 1956 me hicieron una crítica muy favorable a mi primer libro titulado “Manual de Teatro de Títeres”, del que más adelante utilizaré como medio del Juego Dramático.

Desde su publicación conservo esta oración enmarcada y

plastificada, para estímulo de mis cuatro hijos, de mis diez nietos y mis cuatro biznietos, (hasta ahora) y ejemplo de la actual generación, tan distinta y tan distante en la primacía de los valores humanos.

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Juego de niños, de Pieter Brueghel

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IV - DIDÁCTICA DEL JUEGO

Ya tenemos una idea clara de lo que es el juego, con suficientes definiciones aclaratorias y conocimientos del valor educativo a través de los juguetes. Ahora tenemos que preguntarnos: ¿cómo se juega? Porque si nos encontramos con muchos juegos, con distintas clasificaciones y con muy variadas formas de jugar, habrá que pensar y aclarar cómo podemos utilizarlos. Está claro, necesitamos la didáctica del juego. Lo que pretendo con este capítulo es una pedagogía del aprendizaje, es decir, cómo tenemos que ir aplicando en cada caso para ponerlo en marcha, de lamisca manera que una larga tradición didáctica, renovada incesantemente y perfeccionada, por lo menos en apariencia, ha abastecido de métodos y sistemas de aplicación y desarrollo. En nuestros días el aprendizaje también tiene lugar en práctica de cómo jugar. Naturalmente se pretende dar una formación de principios conociendo ya las diferencias de conocimientos como base de partida para conocer qué es lo que sabe y qué lo que desconoce. Sin embargo todavía tenemos margen para añadir conceptos para que por medio de la didáctica aprendan a conocer todavía toda la clase de juegos que existen y desconocemos.

Partimos de la premisa de que, si el juego es algo bueno

que tenemos que practicar para entretenernos, debemos suponer que ha de ser algo lejano al juego infantil y que tenemos que introducirnos en las complicadas actividades que habrá que desarrollar de acuerdo con la edad adolescente, porque debemos suponer que han de ser actividades de otra envergadura para que pueda ser realizada por un solo individuo o por varios, porque no serán iguales los juegos o, al menos deberán

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distinguirse por lo que vamos a llamar “reglas del juego”. Desde el punto de vista de los jugadores ya sea individual o en equipo, estas actividades resultarán entretenidas, agradables, a veces descansadas, otras estimulantes, excitantes, meros pasatiempos o tal vez aburridos. El efecto suele ser muy variado. El sujeto que juega puede sentirse descansado o fatigado, aliviado o preocupado y en ocasiones abúlico, triste por problemas íntimos y hasta sin ganas de jugar. En otras palabras, desde la perspectiva biológica estas ocupaciones parecen desempeñar alguna función vital en el individuo que en un momento determinado, se siente apático, desagradable o tal vez afectado por alguna enfermedad que le inhibe o le hace rechazar el jugar, ya sea solo o con participación de otros.

Cabe, pues, considerar desde el punto de vista biológico,

que jugar es una actividad que, aunque sea realizada sin una finalidad concreta y solo se haga por la satisfacción que proporciona, constituye un instrumento muy eficaz para las continuas adaptaciones y reajustes del individuo a la vida, con sus demandas presentes y futuras. Por ello el muchacho adolescente, también lo necesita como “preparación para la vida” obedeciendo a unos condicionamientos innatos, a impulsos heredados. Por la misma razón que el adulto opone el jugar en su tiempo de ocio, al trabajo obligatorio, imprescindible para ajustar las continuas adaptaciones y reajustes de su vida profesional y recreativa.

En resumen, y esto es lo que más nos interesa destacar, la

necesidad de jugar es una función esencial en la vida de la juventud, ejercida libremente, de forma espontánea y sin ayuda, pero que podemos satisfacer su necesidad de actividad recreativa poniendo a su disposición los medios necesarios para cumplirlo con más facilidad, ya que al ser más amplio el programa que les ofrecemos, tienen más posibilidades de elegir lo que más le apetece y por lo tanto disfrutar, satisfacer más alegremente, su necesidad de jugar, porque busca el juego más adecuado a sus características personales. Sabe lo que le gusta, lo tiene a su disposición y elige lo mejor para él.

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LA ACTIVIDAD NECESARIA La captación de la idea del dinamismo juvenil condujo al

nacimiento de la escuela activa. Y hoy, perfilados los lógicos errores –teoréticos y operativos- del movimiento activista nadie duda de la participación de la juventud en la necesidad del aprendizaje. Los manuales de psicología de la educación dedican extensos capítulos a la problemática de la motivación y el interés, temas que se hallan en estrecha relación con el fenómeno. Los educadores, por consiguiente, han convertido el dinamismo en uno de los supuestos básicos de la enseñanza tanto en actividades ya de por sí movidas, animadas o de impulso enérgico, como pueden ser los deportes o las actividades del juego durante el recreo, sino que animan a que los entretenimientos del exterior, en el campo, al aire libre sean siempre activos.

No es que tengan que ser tan activos como para llegar a la

agresividad, sino todo lo contrario. Se trata de tener un objetivo definido como el sosiego, aunque pueda parecer una paradoja. La actividad de la juventud debe ser práctica en ejercicios, movida en juegos, activa en cambios y variaciones de los trabajos a realizar, para no crear una parsimonia en el ambiente juvenil que necesita del impulso y aplicación de energías naturales. Más que nunca le falta a la juventud el equilibrio biológico de la actividad y el sosiego; compaginar, según las actividades de cada momento el sosiego espiritual con los ejercicios físicos. Recordemos como con demasiada frecuencia en los centros de enseñanza se ocasionan alteraciones de la convivencia motivados por grupos exaltados, apasionados, impulsivos o muy próximos a la violencia a causa de no controlar o confundir el dinamismo juvenil, con la falta de sosiego en ciertas actividades. La tensión, la fatiga e incluso la angustia descontrolada, son síntomas que caracterizan a nuestros centros de enseñanza.

Dentro de este marco casi destructivo se manifiesta el

joven como si perdiera la alegría de vivir; apenas siente esa paz que suele invadir el alma después de una jornada del trabajo escolar, de una tensión de exámenes o de agotadora práctica de gimnasia deportiva exagerada o competiciones deportivas muy

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alteradas. El cambio inmediato al juego tranquilo, sereno que proporcionan ciertas actividades como los trabajos manuales, las competiciones de ajedrez, y de juegos de mesa, y muy particularmente el cambio a las asignaturas intelectuales utilizadas como juegos, son soluciones muy adecuadas para encontrar este equilibrio entre las actividades excesivamente activas alteradoras del orden y la pedagogía del sosiego con los imprescindibles valores intelectuales y espirituales, que casi van desapareciendo, para cargar las actividades libres, prácticas, beneficiosas por lo que tienen de juego, en las de libertinaje del comportamiento. Sin duda más de un lector preguntará: “pero, ¿cómo puede efectuarse ésta pedagogía? Aunque sea otra de las modas de nuestro tiempo la búsqueda de panaceas que solucionan los problemas de nuestro tiempo, alguna aparecerá para llevar a cabo una pedagogía del sosiego, que afiance, cimente y dé más riqueza a las actividades creativas, en las que intervengan las manos como medio de dinamizar, hacer, mover, actuar, aumentar y estimular más la creatividad, que es mucho más necesaria.

Llenando de ocios con actividades vivas, que entusiasmen,

se evitará en los muchachos la natural indolencia, el sentido de tiempo perdido, la sensación de andar solo en la casa o en la calle.

DIDÁCTICA DE LA ACTIVIDAD

El gran pensador americano John Dewey elaboró una

doctrina en forma muy completa, tanto desde el punto de vista pedagógico como desde el psicológico y filosófico. Es fácil en consecuencia, ver cómo sus conceptos didácticos derivan lógicamente de estos puntos de vista.

Para comprender la solución que Dewey aporta a los

problemas de la naturaleza psicológica del conocimiento y del proceso de su adquisición, conviene encarar primero cómo concibe el autor la relación entre sujeto y ambiente. Experimenta el sujeto ante todo la impresión de las cosas, que, por consiguiente, lo forman esencialmente (punto de vista sensual-empirista), ¿o es sobre todo un ser reactivo que aguarda el

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choque de lo real para reaccionar (Lay)? El hombre, dice Dewey es un ser activo que interviene espontáneamente en el curso de los fenómenos. La acción creadora caracteriza las relaciones entre el sujeto y el mundo. El hombre transforma las cosas del medio físico y establece nuevas relaciones y nuevas estructuras en el ambiente social.

Así en el proceso de observación, el sujeto no se limita a abrirse a las excitaciones provenientes de las cosas. “…en su origen, la observación específica y analítica se halla casi siempre en relación con la necesidad imperativa de hallar medios y fines en el transcurso de la acción. Cuando se hace algo y se desea el éxito… hay que utilizar los ojos, el oído y el tacto como guías de la acción. Ni siquiera se puede jugar, sin emplear constante y vigilantemente los sentidos. En toda forma de trabajo, los materiales, obstáculos, instrumentos, fracasos y éxitos deben ser minuciosamente observados. La percepción sensorial no se produce para sí misma. sino porque representa un factor indispensable para alcanzar lo que se quiere hacer”15

El pensamiento, como la observación, sirve de

instrumentos para la tarea de adaptación del hombre. Para el niño en particular carece de valor en sí mismo y solo le sirve como instrumento para resolver los problemas prácticos de su vida cotidiana y lograr sus fines lúdicos.

“La organización intelectual nace y, durante algún tiempo, se desarrolla cuando se organizan necesarios para el logro de un fin. No resulta de un llamamiento directo a la aptitud reflexiva. La necesidad de pensar para realizar algo más que el pensamiento es más fuerte que la de pensar por pensar”.16 Se ve al pensamiento, así, en el contexto de una acción. La estrecha relación que existe entre estas dos formas de actividad se manifiesta al principio y al final del acto reflexivo. El hombre es estimulado a reflexionar cuando, en el ejercicio de una actividad, halla dificultades, cuando se presentan dudas o alternativas. Analiza entonces la situación, investiga las causas y encara los posibles efectos de su acción o del fenómeno que se desarrolla 15 (5, Pág.190) Bridgman, P.W. “The logia of modern physics”. N.Y. 1927 16 Piaget, J. La naisance de l`intelligence chez l`enfant. Delachaux & Niestlé, Neuchâtel, 1937.

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ante el. Concluido el acto reflexivo, la validez de las conclusiones obtenidas se corrobora en la acción. La alternativa elegida en la búsqueda de la acción conduce al propósito deseado o bien no conduce a el, lo que significa que la reflexión es adecuada a la naturaleza de la actuación (que es “verdadera”) o que no es adecuada. En tal cuadro de actividad inserta Dewey su famoso análisis del acto de pensamiento en que distingue “cinco pasos lógicamente distintos:

1. La percepción de una dificultad 2. Su determinación y definición 3. La sugestión de una solución posible 4. El desarrollo, por razonamiento, de las consecuencias de

la sugestión 5. Las observaciones y la experimentación ulteriores, que

llevan a aceptar o rechazar la sugestión, es decir, a la conclusión de creer o no creer”.17

Según él “el rasgo esencial de la verdadera escuela activa

consiste en desarrollar en el alumno la obligación interior de experimentar por si mismo lo que ha creado, rece una asociación de ideas, un acto moral o un producto técnico. La buena escuela activa no se caracteriza sólo porque lleve a los alumnos a hallar por si mismos las ideas nuevas, a realizar trabajos manuales que pueden tener hasta algún valor económico, sino porque los incita a verificar por si mismos la fidelidad, la objetividad de su trabajo independiente”.18

¿Por qué tiene tanta importancia en la pedagogía el control

de si mismo? Porque mediante él quiere desarrollar en el alumno una capacidad de crítica para consigo mismo y para con su trabajo. El alumno debe de aprender a hacer esfuerzos sostenidos, a luchar contra su propia inercia, a vencerse. De un egocéntrico debe de convertirse en un heterocéntrico que reconoce valores incondicionales de cultura y de moral. Aprendiendo a controlar el muchacho debe de llegar a ser disciplinado, y capaz de orientar su conducta según sus valores

17 Piaget, J.- Clases, relations et mombres. Paris 1942. 18 Piaget, J. Obra citada Pág. 81

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objetivos. Ahora bien, el primer valor es el ideal de la perfección. Su reconocimiento es la base de la realización fiel de todos los demás valores (1. Pág.74-75). Al adquirir el hábito de no contentarse sino con su trabajo considerado concluido, de obedecer siempre a la ley de la materia que considera, el muchacho se obliga a sí mismo a asimilar lo mas perfectamente posible los valores con los que se pone en contacto. Cuando el problema es de orden científico, la búsqueda de un trabajo perfecto equivale a buscar la verdad. Sea que se desarrolle en el terreno de lo científico o de lo practico, la persecución de lo ideal de perfección tiene valor moral.

¿Cuáles son, pues, las ramas de enseñanza que permiten

realizar del mejor modo ese ideal educativo?. En el primario los trabajos manuales y las ciencias naturales a las que se suman, en el secundario, otras prácticas. Entre los trabajos manuales, el profesor Kerschensteinar atribuye el mayor valor a los que se hacen de madera, pues la calidad de los productos es mas fácil comprobable por el alumno. Éste verificará con mediciones si las dimensiones de un objeto son exactas y a simple vista podrá advertir si los cortes de la sierra son rectos (1 Pág. 48 y sig.). Así pues, describe con admirable penetración todas las reflexiones aritméticas y geométricas que exige la preparación del plan de trabajo de una construcción de madera (1, Pág. 49-55)

Esto es lo que en la didáctica de la actividad recomiendan como pedagogos para que el muchacho que ejecute actividades concretas, como trabajos manuales y experimentos, físicos, químicos y biológicos, recomiendan para el desarrollo de sus prácticas manuales. Y para aclararlo mas, el pedagogo recomienda que el muchacho en prácticas de actividades manuales, se quede convencido de que el monitor no se lo proporcione totalmente todo, porque lo importante es que el muchacho practicante, y en periodo de aprendizaje, siente que aplica en el trabajo toda su creatividad y capacidad de conocimientos. Creemos que el docente adquirirá una disciplina mental en la medida que una enseñanza interesante le conduzca a desarrollar conocimientos coherentes y aptitudes diferenciadas y eficaces en la didáctica de la actividad.

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LA TECNOLOGIA EDUCATIVA

Dentro del contexto educativo se utiliza este concepto como la forma de abordar y resolver los problemas que plantea la educación práctica orientada al juego de las actividades manuales. Por lo tanto se podría considerar y un conocimiento y desarrollo de la Tecnología Educativa debe formar parte de la cultura general de una persona que pueda formar parte de un complejo educativo de la juventud.

La tecnología Educativa es una forma sistemática de

enseñar, desarrollar y evaluar el proceso total de enseñanza de aprendizaje y formación basada en términos específicos, en cuyas investigaciones sobre el aprendizaje y la comunicación con el joven, aplicando una coordinación de recursos humanos, metodológicos, instrumentales y ambientales que conduzcan a que la formación del muchacho sea mas eficaz.

Dentro del contorno, aun impreciso, de la Tecnología

Educativa, se destaca claramente su carácter operativo. Entre el SABER (ciencia-principios) y el HACER (técnica- procedimientos) se tiende un puente firme y colosal de lo que llamamos el SABER HACER. Pero el buen SABER HACER descansa en una planificación certera, precisa y completa.

• Certero en señalar objetivos. • Precisa al identificar y delimitar los problemas. • Y completa, porque el proceso total de enseñanza-

aprendizaje no se puede repartir en trozos.

Por definición la Tecnología Educativa se basa en la CIENCIA, aplica la TÉCNICA y practica la INVESTIGACIÓN. Por lo tanto lleva a la educación a niveles de empresa en desarrollo que utiliza nuevos procedimientos. De aquí el interés que tiene para una organización juvenil en fase de crecimiento.

Lo podemos descomponer en los bloques siguientes:

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RECURSOS HUMANOS Directivos Educativos Monitores Orientadores Asesores Técnicos Auxiliares

METODOLOGÍA Objetivos Programación Grupos Orientación Evaluación Enseñanza programada Presentación de la información Trabajo intelectual Experiencia puesta al día RECURSOS INSTRUMENTALES Gráficos Audio-Visuales Prensa escrita Difusión y publicidad RECURSOS AMBIENTALES Hogares juveniles Albergues juveniles Campamentos fijos Campamentos de estancia provisional Espacios de aire libre Mobiliario Instalaciones de actividades DESARROLLO Se tiende inexorablemente a una enseñanza individualizada y en grupo. ESTRATEGIA Hacer Tecnología Educativa no requiere contemplar el conjunto total de factores. Una estrategia flexible permite una adaptación a los problemas que vayan surgiendo, pero la planificación para obtener una rentabilidad de los procesos no está basada en gastar poco, sino en gastar bien, señalando unos objetivos evaluables que permitan tomar decisiones y rectificar.

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V - LA CIVILIZACION DEL OCIO.

¿QUÉ ÉS? Hace algún tiempo llegaron a España las alarmantes

noticias de Dumacedier, Weber, Grazia y algunos otros sobre la reducción de las jornadas de trabajo a extremos increíbles y el disfrute de un amplio tiempo libre como consecuencia de los avances de la ciencia, la técnica y su aplicación en lo social. La incredulidad ante la inminente “civilización del ocio” que un equipo de científicos estaba anunciando y demostrando, llegaba a extremos tan alarmantes que los que tenían que preparar el futuro de esa civilización lo recibían con indiferencia. Hoy todos aquellos avisos son una realidad en muchos países y en el nuestro estamos ya en una fase de desarrollo inquietante.

Será un mundo dominado por la ciencia al servicio de una

técnica cada vez más compleja y eficaz. Serán unos hombres que habrán conocido una nueva forma de vida en la que el trabajo será cuatro veces menor que el de hace unos años y en cambio será sustituido por el tiempo libre que modificará profundamente las relaciones humanas, las relaciones y el reparto de las actividades individuales y colectivas.

Está claro que el habitante de la civilización del ocio se

encuentra ya en las aulas escolares superiores y hay que enseñarle a jugar, a ocupar ese tiempo libre que se le avecina porque es lo que más va a necesitar en el futuro.

Sí, como ya conocemos, jugar es sentir una satisfacción

íntima por la actividad que se realiza con libertad e intencionalidad recreativa, en el juego caben las paradojas más extrañas y contrapuestas. Desde el punto de vista del ser que

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juega, estas actividades resultan a veces entretenidas, agradables, descansadas; otras estimulantes, excitantes o meros pasatiempos. El efecto suele ser variado.

El sujeto que juega puede sentirse descansado o fatigado,

aliviado o preocupado. En otras palabras, desde la perspectiva biológica, estas ocupaciones parecen desempeñar alguna función vital en el individuo. Cabe, pues, ampliar la definición que ya conocemos porque nos vamos a encontrar como una actividad, aunque realizada sin finalidad particular y solo por la satisfacción que proporciona, constituye un instrumento para las continuas adaptaciones y reajustes del individuo a la vida, con sus demandas presentes y futuras.19

Por ello el muchacho lo necesita “como preparación para la vida” obedeciendo a unos condicionamientos innatos, a impulsos heredados. Por ello también el adulto opone el juego al trabajo para las continuas adaptaciones y reajustes de su vida.

En resumen, y esto es lo que más interesa, el juego es una

función esencial en la vida del niño, que ejerce espontáneamente y sin ayuda, pero que podemos satisfacer sin necesidad de actividad poniendo a su disposición los objetos indispensables.

Pero todavía no hemos hablado de esos elementos de

juego que denominamos juguetes. Entonces si no tienen con qué y siente la necesidad de jugar. ¿Qué hace? ¿Se cruza de brazos, se sienta en la escalera o donde pueda y espera a “encontrar” con qué jugar?

EL TIEMPO LIBRE “Veloz el tiempo corre, y queda sólo el dolor de haberlo

perdido” (Final del soneto titulado “Del tiempo”, de Juan de Arguijo)

19 Jofre DUMAZEDIER, “HACIA UNA CIVILIZACION DEL OCIO”. Editorial Estela, S.A.- Edición Junio 1964

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No sé si alguna vez os habéis parado a pensar qué es el tiempo, pero sí podemos asegurar que lo has visto correr en actitud pasiva, has notado que se te escapaba de las manos y que, a continuación percibías una sensación de vacuidad, de soledad angustiosa por no haber hecho “nada”.

Es difícil explicar en qué consiste el tiempo porque es uno

de los misterios que más ha aterrado al hombre. Es tan complicado, que desde que el ser humano empezó a hacer consideraciones filosóficas acerca de las causas y efectos de las cosas naturales, en lo primero que pensó fue en esa “duración o continuada existencia de las cosas”, es decir, en el tiempo y aún hoy no se ha llegado a conclusiones definitivas ni a entender bien, por qué transcurre, desde cuándo se empieza a medir, ni cuando terminará. Es algo enigmático, sin forma ni figura, intangible, invisible, imposible de oír y sin embargo lo “sentimos” pasar. Cuando tenemos un sentido práctico tratamos de apoderarnos de él, de aprisionarlo, de hacerlo visible, de convertirlo en algo tangible representado en la materialidad de una obra a la que hemos dedicado “nuestro tiempo”. Por el contrario cuando lo dejamos escapar, cuando corre silencioso pero implacable, cuando pasa a nuestro lado sin prestarle la más mínima atención porque preferimos la pasiva inactividad, el cómodo reposo o la utilización efímera y vacía, tenemos que decir con tristeza que “hemos perdido el tiempo”.

Si observamos las grandes obras de la humanidad nos

daremos cuenta que todas ellas son producto de tres factoras: inteligencia, manos, y tiempo, es decir, la aplicación de las facultades cerebrales por un lado, y por otro la utilización de las manos para manejar las herramientas necesarias y por último el tiempo que tarde en hacerlo para la consecución de la obra. Y ya está aquí el tiempo. ¿Pueden calcular, desde el maestro arquitecto con su imaginación y con sus manos proyecta sobre un papel lo que van a realizar por medio de dibujos, líneas, cálculos, etc. la obra que le han encargado? Sabemos que no es posible. Sabemos que algunas catedrales han necesitado varios siglos, es decir “mucho tiempo” en terminarlas, sin importar cuánto, lo que sí es imprescindible es que la obra se realice. Sólo al mirar hacia atrás y contemplar el tiempo transcurrido es cuando podemos sentir satisfacción o angustia, alegría o pesar,

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según hayamos empleado muestro tiempo, porque, todos tenemos, necesariamente, inevitablemente que ocuparlo para hacer la obra, tenemos que darle alguna aplicación a nuestro tiempo, hacer “algo” en él, llenarlo con ese “algo” para que luego dé la respuesta a esa mirada hacia atrás, a todo lo que hemos hecho en el tiempo que ha transcurrido desde la idea a la terminación de la obra. Lo importante en nuestra respuesta es saber cómo y con qué hemos llenado ese espacio de tiempo para que sea plenamente satisfactoria.

Por otro lado el ser humano distribuye generalmente su

tiempo de una jornada de las veinticuatro horas que todos tenemos para emplear en nuestro trabajo, y que los sociólogos han denominado de “los tres ochos” para emplearlas en la siguiente forma: ocho horas para trabajar, ocho horas para dormir y otras ocho para lo que llaman el “tiempo libre”.

Este último grupo es el que nos interesa porque los otros

dos damos por supuesto que se emplean conveniente y obligatoriamente por ser imprescindibles. Ahora bien, descartando el poco tiempo (cada vez menos) que dedicamos en la inevitable acción de comer ¿cómo se emplea el resto del tiempo libre? Los procedimientos de ocuparlo son variadísimos y normalmente esta ocupación del tiempo tiene actualmente más importancia por sus consecuencias, por sus efectos, que por sus causas.

Así es. En la práctica de llenar con “algo” el espacio del

tiempo libre solo se conocen dos grupos: la diversión o el aburrimiento como efecto del procedimiento que se siga en la ocupación: si lo que hace agrada, satisface una necesidad de expansión, todo esto estimula a la creación de vivencias y actividades que conducen a un estado de alegría y bienestar, recibiendo unas sensaciones de gozo tanto internas como externas, entonces nos encontramos ante el tiempo libre recreativo. Si por el contrario nuestras acciones nos conducen a situaciones desesperantes, angustiosas, tal vez de remordimiento, o si nos abandonamos en una pasiva inactividad, en un “dulce no hacer nada”, es inevitable caer en la estructura esencial del aburrimiento con todas sus terribles consecuencias: actitudes antisociales, soluciones cómodas y fugaces, delitos,

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vicios y libertinajes, sus aspiraciones caen en el vacío y les falta una finalidad de acción creadora que llena, que ocupe plenamente ese imperativo de actividad.

Tengamos en cuenta que estamos hablando de un

“Tiempo libre” y por lo tanto seleccionado, elegido por nuestro libre albedrío y por lo tanto sin posibilidad de culpar a la Sociedad por nuestra mala fortuna, desgracia o implicación en nuestro hundimiento físico y psíquico en el que hemos caído.

Para el otro lado de la decisión existen multitud de

procedimientos para ocupar este tiempo libre y convertir en ocio lo que de otra forma sería ociosidad. El ocio es una situación activa del hombre libremente elegida en la que el alma humana adquiere su más alta y específica nobleza. La ociosidad, por el contrario, es una actitud pasiva, de dejar correr el tiempo porque no se sabe qué hacer.

A proporcionaros un brillante rayo de luz en tus dudas, a

dejar caer unos granos de arena que vayan formando un montón importante, o tal vez una poderosa montaña de ideas con abundancia en el caudal de vuestros conocimientos, viene este libro a tus manos. Son muchas posibilidades de aficiones caídas en el mar de los amplios procedimientos que existen para ocupar el tiempo libre, pero acaso sean los que estabais esperando, las que necesitabas para encauzar tus dudas y elegir, más que un camino, una amplia autopista, en la que, en todo caso, serán soluciones variadas en las que elegir lo que más interesa a cada uno según sus gustos y cualidades y que desde ahora llamaremos “la actividad preferida”que os proporcionarán gratas horas de esparcimiento, de alegría y satisfacción.

Entonces, para vosotros, el tiempo dejará de ser un

misterio porque sabréis dominarlo y cuando estéis abstraídos en vuestras aficiones, cuando estéis gozando con las actividades que estéis practicando, habréis logrado aquello que el sabio pensador Jovellanos decía: “Para el hombre laborioso el tiempo es elástico y da para todo; sólo le falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo”.

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Si al volver la mirada hacia atrás os encontráis con una obra entre las manos, sea de la clase que sea, pero que está hecha por vosotros y sentís satisfacción y gozáis con lo que habéis hecho, notareis que os recorre un escalofrío al consideraros autores de ella y la mostrareis con orgullo a los demás, entonces habréis conseguido un triunfo sublime y grandioso porque habéis ocupado vuestro tiempo libre con una afición que os satisface.

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TIEMPO DE JUEGO LIBRE Poco a poco, vamos dando pasos que nos han de llevar a

la plena actividad del juego. Descubierto y conocido lo suficiente la teoría del juego ¿por qué nos metemos ahora con el tiempo libre si ya sabemos que sólo podemos jugar cuando disponemos de tiempo? Fácil respuesta: porque son fases concatenadas, que están perfectamente enlazadas y es como el camino: nos conduce a un final que habíamos planeado llegar.

Descubierto el valor que el tiempo en sí mismo tiene, ha

ido creciendo la necesidad de disponer de él especialmente para el trabajador, ya que el trabajo constituye la base del sustento y progreso personal y, como consecuencia del trabajo, el tiempo para descansar, entendiendo por tiempo libre al que se podía dedicar al reposo, al descanso o para utilizarlo como se quiera. Tal vez nos habría hecho falta dedicar un párrafo a la obligación de trabajar, las fiestas y otras situaciones sociales muy importantes que, acaso, teníamos que haber previsto antes. Pero estamos metidos a fondo en una gran paradoja: no tenemos tiempo para hablar del tiempo. De todas formas en el desarrollo de este tema lo iremos aclarando en su momento.

Veamos. Tiempo libre es una expresión reciente surgida

en estrecha relación con la industrialización y no ha empezado a emplearse de modo general hasta el pasado siglo XX.

Lo que en la expresión “tiempo libre” quiere decirse con la

palabra “tiempo”, se entiende fácilmente, si no se obliga a dar una definición exacta. San Agustín formuló ya este problema de un modo clásico, decía: “¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me interroga, no lo sé.” Tiempo significa para nosotros aquellos periodos más o menos largos de una vida humana, periodos irrepetibles, dotados de comienzo y fin, mesurables por medio del reloj, o calculados haciendo cosas. Por ejemplo, desde que yo empecé a escribir esta página hasta ahora en que puedo poner un punto para terminar, ya ha pasado algún tiempo. ¿Cuánto? Casi puede calcularlo el lector al leerlo de nuevo, pero lo más importante es que, una vez escrito lo anterior, yo me siento “libre” para

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continuar con otro tema, porque ya “ha pasado el tiempo” del anterior. Por lo tanto continuemos.

El significado del calificativo “libre” no precisa aquí de

consideraciones metafísicas. Nos basta con partir de la evidente experiencia: el hombre se siente así mismo libre en determinados periodos de su vida, se siente libre en su doble significación: “libre de” y “libre para”.

En el sentido “libre de”, el tiempo libre es concepto opuesto

al tiempo sujeto, en el cual no podemos disponer libremente de nuestro tiempo. El tiempo libre quiere decir aquel tiempo en el que actuamos por nuestro propio impulso y deliberación, siguiendo nuestros deseos e inclinaciones.

Esta versión del tiempo libre, se considera como una casa

privada, principalmente en contraposición al tiempo en que se realiza un trabajo o servicio a otros. Pero no se debería usar, en general, al concepto de tiempo libre como concepto opuesto al trabajo, sino distinguirlo sencillamente del trabajo, del estado de ánimo individual o colectivo en el que el individuo se siente ajeno a su trabajo, al que estamos obligados primariamente para satisfacer nuestras necesidades vitales. El tiempo libre no incluye, en principio, el trabajo como actividad orientada a un fin, sino solamente al trabajo no voluntario. Precisando, no nos referimos al sentido negativo de “estar libre de algo” sino en su sentido positivo de “estar libre para algo”.

La evolución hacía un mayor “tiempo libre” es inevitable y

cierta. Así lo afirmaba, al menos entre otros, el Instituto Tecnológico de Massachussets de los E.E.U.U. en un informe donde asegura que: “Hacia 1985, los ciudadanos de cualquier nación bien desarrollada no trabajarán más de cuatro horas diarios y cuatro días a la semana”. Está claro que por la situación social actual, se pasaron un poco, pero no cabe duda que las horas de trabajo se van reduciendo, al menos en algunos países como Francia que ya están reclamando las 35 horas semanales y los que estamos todavía con las 40 horas están ya al caer las peticiones de las 35. Esto nos da base suficiente para afirmar en sólidos cimientos lo que deseamos exponer.

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Existen dos conceptos que siempre han estado emparentados y que hoy, debido a su moderno encuadramiento psicosociológico, tienen acepciones casi idénticas. Son el OCIO y el TIEMPO LIBRE.

Para definir el OCIO nada mejor que acudir a la sanción

lingüística de la Red Academia de la Lengua. En la edición de su diccionario oficial de 1992 dice:

1. “Cesación del trabajo, inacción o total omisión de la

actividad. 2. Tiempo libre de una persona. 3. Diversión u ocupación reposada, especialmente en obras

de ingenio, porque éstas se toman regularmente por descanso de otras tareas.

4. Obras de ingenio que uno forma en los ratos que le dejan libre sus principales ocupaciones.”

Todas las acepciones se concretan en dos actitudes: una

pasiva y otra activa. La pasiva es la que se refiere a la cesación del trabajo y a los ratos que le dejan libre sus ocupaciones. La activa se dirige, primero muy concretamente a la diversión u ocupación reposada por descanso de otras tareas y luego muy especialmente, al tiempo libre de una persona, que puede llenar ese tiempo con múltiples actividades voluntarias, es decir del tiempo disponible después de las ocupaciones. OCIOSIDAD Y ABURRIMIENTO

Sin embargo, todo este panorama que hemos presentado

hasta ahora respecto al juego y la posibilidad del entretenimiento, la diversión y el placer, tiene su aspecto negativo, su lado oscuro, porque puede empezar por convertir el ocio en ociosidad. En castellano el término OCIO ha estado cargado de cierto desprestigio, al recibir la herencia significativamente viciosa de la ociosidad, que hasta la tenemos sentenciada como “la madre de todos los vicios”. Todavía la R.A.E.L. conserva como primordial esta acepción de la : “Ociosidad. (Del lat. Otiositas, atis) f. Vicio de no trabajar, perder el tiempo o gastarlo inútilmente.” Pero todavía nos afecta más al implicarlo como un efecto pernicioso

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de los juegos en su segunda acepción: “2. Efecto del ocio, como juegos, diversiones, etc.” Y de aquí se deriva el vocablo ocioso que lo complica y rebaja aún más su depreciación: “Ocioso, sa. (del lat. Otiosus) adj. Dícese de la persona que está sin trabajo o sin hacer alguna cosa. Que no tiene uso ni ejercicio de aquello a que está destinado. /3. Desocupado o exento de hacer cosa que le obligue. U.t.c.s. // Inútil, sin fruto, provecho ni sustancia. “20

En otras épocas, concretamente en el siglo V de nuestra

Era, se arremetía contra la palabra “acedía”, que proviene del latín acétum, que significa vinagre, áspero, desapacible. Dícese más comúnmente de las personas o de su genio.”21

Según el diccionario, es decir, algo así como considerarlos

desagradables, amargados. Según el teólogo Juan Casiano en su obra De institutis coenobiorum et de octo principalium vitiorum remediis22 dedicado a la lucha contra el spiritus acediae: Acedía es la forma más antigua del aburrimiento que conocemos: sólo en nuestro círculo cultural tiene ésta palabra una significación que patentemente se entiende como aburrimiento, y aún difusamente como melancolía.

Verdaderamente en aquel tiempo se consideraba como

una peligrosa enfermedad entre los monjes puesto que les producía lo que Casiano llamaba el tedio, el fastidio, la tristeza ocasionada por la falta de un quehacer activo, tanto en el interior del monasterio, como en los jardines exteriores, porque a los monjes internos, como a los que viven aislados en ermitas, a éstos con mayor motivo, la soledad, les producía una angustiosa tristeza por mucha vocación, felicidad espiritual y estado animoso que tengan, siempre hay situaciones de crisis motivadas por la monotonía existencial y el hastío de sí mismos los consideraban “no ser útil a nadie”.

20 Diccionario de la R.A.E.- Entradas: ocio, ociosida y ocioso. Ed. Vigésima primera, de 1992 21 R.A.E.id. Voz acedía 1.f. Acepción 3. fig. Desabrimiento, aspereza de trato. 22

Edición del texto original por Joh. De Amerbach, 1485.

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El mismo Santo Tomás de Aquino analiza en su “Summa Teológica”, la cuestión de la acedía, que llegó a considerarla perniciosa, por esto creía que era necesario un “impulso afortunado de acción”, porque la melancolía es opuesta al trabajo, a la acción productiva y al amor creador, en el sentido cristiano. “El amor cristiano obliga a la actividad”. Así, pues, Santo Tomás agarra, como siempre, el problema por la raíz.

Pero, puesto que estamos buscando los precursores

históricos del aburrimiento en general, creemos que la acedía de Santo Tomás sufrió, respecto a la de Casiano, una conceptuación distinta. Ya en la primera fase, Santo Tomás llama a la acedía “una especie de tristeza” y más tarde tristeza espiritual.” Finalmente en su libro “Quaestione de Malo” (8,1) lo denomina “tristeza secular” que podríamos traducir como mal del siglo. La acedía de la que habla Santo Tomás es más bien melancolía que aburrimiento. Esto se patentiza muy claramente cuando opone la doctrina de San Gregorio a la de San Isidoro. El primero diferencia seis características unidas a la acedía: la malicia, el rencor, la pusilanimidad, la desesperación, la torpeza y la mentira ilícita. Todo ello está en conexión originaria con el aburrimiento. San Isidro es más duro al considerar la acedía con acritud y maldad.

Sin embargo Santo Tomás sigue insistiendo, ahora desde

un punto de vista psicológico, “que la acedía de la tristeza, puede derivar a la ociosidad, la desesperación, la somnolencia, la inquietud del cuerpo, la inestabilidad y la palabrería inútil.”.23

Por ello proponía estimular la actividad en los monjes como

solución. La razón para el cambio de acento que se produce un

Santo Tomás estriba probablemente en el hecho de que en la Edad Media la acedía se encuentra principalmente en el ámbito de la actitud mística. La acedía señala la decadencia de la mística por el camino del hedonismo. Este Santo considera a la acedía como un vicio egoísta, el querer no hacer nada para

23

Santo Tomás. II, II, 35.

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contemplarse y dedicarse a sí mismo. Un rasgo importante del hedonismo consiste en que continuamente le amenaza el peligro del aburrimiento, del vacío interior, lo cual crea la necesidad de buscar nuevos excitantes.

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EL ABURRIMIENTO SEGÚN BLAS PASCAL Ya más próximo a nuestra época, Pascal, en sus famosos

“Pensees” dedica una serie de aforismos o greguerías al tema que estamos tratando. Primero lo encuadra dentro de sus límites: el hombre. Las bestias no se aburren, dice. Por muy negativo que sea el aburrimiento, ya es algo que le distingue de los otros seres de la creación. Pero también es algo profundamente negativo, que le rebaja casi al terreno de los seres inanimados. Refleja, pues, el aburrimiento de la dualidad del ser de la persona: el hombre es como una caña pensante, débil y fuerte. Débil, porque es limitado; fuerte, por saber que lo es gracias al privilegio de su pensamiento y de su voluntad.

Vamos a citar un largo párrafo de Pascal en el que se hace

hincapié en el lado negativo del aburrimiento: “Los hombres tienen un secreto instinto que les lleva a buscar la distracción y la desocupación por fuera, disgusto que procede de su continua miseria. Tienen también otro instinto secreto, resto de la grandeza de nuestra primitiva naturaleza, el cual les hace conocer que el hombre no es hombre, en efecto, más que en el reposo, y no en el tumulto”… “Así transcurre toda la vida. Se busca el reposo combatiendo, y si se salvan esos obstáculos que se combaten, el descanso llega a ser insoportable a causa del aburrimiento que produce.

Se hace de nuevo entonces necesario salir de él mediante

el tumulto, mediante el pensamiento en las cosas que amenazan o en las miserias que se tienen..”

Hasta aquí la cita de Pascal que hemos recortado por excesivamente larga. No es necesario explicarla porque hemos resumido la idea, suficientemente clara. Solamente quisiéramos precisar las dos notas fundamentales de Pascal: en primer lugar, el aburrimiento se halla unido a la conciencia del tiempo; cuando estamos aburridos lo que pesa y cuando no lo estamos, luchamos contra él, tratando de evitar su paso y ello es ya otra muestra de la brevedad de la vida humana.

La segunda nota de los análisis de Pascal es la

insatisfacción de la vida: cuando estamos aburridos nos encontramos angustiados, ante la nada. Pero en lugar de ser

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conscientes y quedarnos ahí demostrando la finitud humana, tendemos a romper su círculo y a evadirnos de lo que es nuestro ser: una caída y una recaída en el inevitable tedio vital.”

Se cierra así el círculo inexorable de las vivencias

humanas que van del hastío al hastío pasando por el hastío. Un lector, no acostumbrado a Pascal o que acabe de oir hablar de él por primera vez, debe protestar: no todo es aburrimiento en la vida. En efecto el lector “pascaliano” lo ha leído muchas veces en Pascal: también es creación, impulso, conciencia trágica de la vida (como diría después Unamuno inspirado en este autor) “continua batalla entre el reposo y el movimiento: sístole y diástole, como nuestro corazón.”

Lo importante es saber despertar a tiempo, encasar la vida,

llenarla con motivaciones de interés vital: hacerse persona y crear de nuevo el mundo. Esta labor es lo suficientemente seria como para considerarla revolucionaria. La futilidad de la existencia ha de ser derrocada en un golpe de estado interno, personal y sustituida por los más altos valores. Este es, de momento el mensaje esperanzado que transmitimos a la juventud.

EL OCIO Y EL TIEMPO LIBRE ACTUAL Algo semejante a lo que sucedió con la acedía, ha ocurrido

con las expresiones OCIO Y TIEMPO LIBRE. Antes no expresaban más que la significación directa de los dos términos. Era un tiempo no ocupado, Hoy TIEMPO LIBRE es algo más. Ha adquirido un matiz activo, una entidad positiva, con significación muy cercana al moderno concepto del OCIO.

Resumiendo estas observaciones podemos situar

comparativamente: ociosidad, ocio y tiempo libre. Lo primero, la ociosidad ha quedado suficientemente clara en los párrafos anteriores. Veamos ahora qué entendemos por OCIO Y TIEMPO LIBRE.

Si la ociosidad es pasividad, vacío de actividad, laxitud

física y espiritual, negación al trabajo y abandono a la “dulce

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vida” que dicen los italianos, el ocio es simplemente cesación del trabajo obligatorio, con o sin ocupación suplementaria.

El ocio y la ociosidad se diferencian del tiempo libre en

que este en rigor lingüístico, señala la simple disponibilidad, mientras que ocio es como una toma de posición disfrutadora de esa disponibilidad; ocio viene a ser una subjetivación del tiempo libre. En el ocio caben tanto la inactiva pasividad, como la actividad u “ocupación felicitaría” aceptando la afortunada expresión de Ortega y Gasset. Es precisamente ésta segunda dimensión, la activa, quien da al ocio un valor positivo y protagonizador.

En esta “ociosificación” ocupacional del tiempo libre se

fusionan en una realidad plena de dimensión y significado: como vehículo positivo de actividad humana, consistente y dinámica, apta para la integración en la cultura. Ocio y tiempo libre han adquirido en nuestro tiempo, casi volumen físico. Ambos son indistintamente usados por las lenguas más representativas de la cultura occidental.

Dumacedier define el ocio como “un conjunto de

ocupaciones a las que el individuo puede dedicarse voluntariamente, sea para descansar, para divertirse, para desarrollar su información, su formación desinteresada, su voluntaria participación social o su libre capacidad creadora, cuando se ha liberado de sus ocupaciones profesionales, familiares y sociales”.24

El ocio sigue siendo hoy día descanso, pausa, inacción, pero entendido como moderno hallazgo y encartación sociológica, el ocio organizable, medible, aprovechable, es más bien ocupación.

Podríamos escindir el ocio en dos grandes direcciones: la

clásica como inactividad u ociosidad, y la moderna, como actividad u ocupación. Nos limitaremos aquí a conocerlo en esta segunda acepción, es decir como conjunto de ocupaciones

24 Joffae Dumacedier. “hacia una civilización del ocio”. Editorial Estela, S.A.- Barcelona 1968

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voluntarias que no son obligaciones profesionales, familiares y sociales.

Como puede inferirse, el campo de actividades designadas

para el ocio es amplísimo. Por ello mas que hablar de concepto definido, se puede hablar de concepto netamente concretado por un talante o dirección que señala uno de los dos modos en que podemos netamente dividir el tiempo en que transcurre nuestra vida: el de la obligación que preocupa (laboral, familiar, social…) y el de la ocupación que no preocupa por no ser obligatoria.

Pintura, música, escultura, coleccionismo, deporte, tertulia,

lectura, aficiones manuales domésticas, excursionismo, teatro en todas sus variedades: escenificado, leído, representado, teatro de títeres y marionetas, variedades musicales, grupos musicales, rondallas de instrumentos de cuerda, rondallas con instrumentos típicos de cada región, coros de voces masculinas, voces femeninas, corales mixtas de diversas tesituras y por último, por no alargar la relación, lo que llamamos en términos muy genéricos las AFICIONES. En efecto, la vida entera cabe en estas aficiones si las dividimos en artísticas, y todos los oficios artesanos. Y, por lógica: TODOS LOS JUEGOS que hemos dado a conocer.

LA JUVENTUD, ¿TIENE TIEMPO LIBRE? Más antes de continuar con el tema conviene hacernos

algunas preguntas y poner las respuestas en claro. La primera y más importante: ¿Realmente existe el tiempo libre? Sí, en tanto, en cuanto hay trabajo y no se trabajan las veinticuatro horas de cada día. La tesis es bien sencilla: el ser humano tiene divididas las veinticuatro horas en lo que se conoce como jornada de los tres ochos: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y otras 8 horas para comer y tiempo libre. Luego ya tenemos una parte del día solo para dedicarla a comer y a la actividad recreativa que podemos dedicar a lo que nos apetezca, puesto que el descanso ya está cubierto por las ocho horas de sueño. Luego, si todos tenemos teóricamente, ocho horas para dedicarlas en lo que nos apetezca ¿por qué unos las emplean bien en el tiempo libre, y

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otros dicen no tener tiempo para nada? ¿Dónde está el problema? En que no nos hemos propuesto cómo emplear el tiempo libre.

Pongamos el ejemplo de los jóvenes en sus etapas de

estudios. Los jóvenes tienen horas libres fuera de las tareas escolares: 1. Salen más temprano de los centros de enseñanza. 2. Tienen libre todos los fines de semana del año que son 104 en total. 3. Vacaciones cada tres meses: Navidad, Semana Santa y verano, que suponen 113 días libres en total al año. Todo ello supone el total de tiempo libre.

PERO QUE OCURRE AHORA. ¿TAMBIEN LOS JOVENES SE ABURREN?

Pues sí. Se ha comprobado en múltiples encuestas, lo

manifiestan ellos con reiterada insistencia y lo demuestran con esas torpes actuaciones antisociales que van proliferando en las grandes ciudades y se extienden por las pequeñas hasta penetrar en los pueblos limpios, ingenuos, sencillos e inocentes.

Ahí está para demostrarlo la diaria noticia de los medios de

comunicación que informan de una nueva “hazaña” protagonizada por adolescentes que se aburren y para “hacer algo” se inician en el gamberrismo o el delito. No saben qué hacer con su tiempo libre y se agrupan en pandillas de las que surgen los más disparatados actos, simplemente como diversión, como antídoto a su aburrimiento.

Nos referimos a esas acciones cometidas por grupos de

adolescentes que, como solución a no saber qué otra cosa pueden hacer, sustraen motocicletas o automóviles para escandalizar con los escapes libres o sentir el vértigo de la velocidad; las pandillas que “por entretenimiento” pinchan las cubiertas de los vehículos, provocan a los pacíficos transeúntes, desvalijan viviendas, o levantan hogueras con los libros de texto en señal de rebeldía y protesta hacia la sociedad. En todo ello se evidencia que son mentes vacías, que carecen de contenido espiritual y de una educación que les impulse a un quehacer positivo. En definitiva, cumplen con la estructura esencial del

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aburrimiento: sus aspiraciones corren en el vacío. Les falta una finalidad de acción creadora. Todo lo que tienen en el cerebro es acudir a la solución más cómoda y fugaz: espectáculos, bailes, fiestas, y juergas improvisadas. Tristemente pertenecen a la generación que se agrupa bajo el nombre que se han autoimpuesto y que solo escribirlo produce ya un escalofrío por lo que representan: me refiero a los grupos más perniciosos, molestos, incómodos y peligrosos que se les conoce como los del botellón.

Entonces, ¿qué hacer? Como hemos visto, una primera idea al pensar en el tiempo

libre, la constituye la idea del descanso. Tiempo libre y descanso son dos realidades que han sido hermanas gemelas durante años, por entenderse que la una completaba a la otra. Pero ello nos lleva a otra importante consideración: las horas libres que podían dedicarse a una metódica y necesaria recuperación de energías, a un goce espiritual y físico que proporcione la tranquilidad y el sedante, a esa enervante actividad laboral o escolar, a la satisfacción de un ocio sano y recuperador.

Por otra parte en el mundo moderno, el tiempo libre no se

dedica ya al simple reposo o al merecido descanso. Hoy la sed de descansar ha sido sustituida por la sed de divertirse. Ello motiva que los sociólogos y los educadores se ocupen del problema de los tiempos libres, porque, sin duda, son algo que pesa en la manera de comportarse de la humanidad. Es evidente que una mente vacía, una mente sin principios, es una mente angustiada por la soledad, las dudas y la desorientación.

Nuestros tiempos libres los podemos llenar con actividades

útiles o actividades importantes. Con acciones positivas o indiferentes para nuestra personalidad, para la sociedad, para la cultura, para el bien común o para nuestro beneficio espiritual personal, pero lo que no cabe duda es el que podemos organizar libremente, el que debemos llenar de interés para una existencia sana, en definitiva, el tiempo de actividad provechosa que supone inclinación o propensión a una actividad no practicada por necesidad, sino por verdadero entusiasmo y con entera libertad.

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Entendido así el tiempo libre, la pura recreación o diversión

se convierte en juego activo, de participación del joven, en su propia formación al configurarla o incrementarla con deducciones y aportaciones personales, que fácilmente se infieren al preocuparse y ocuparse de lo que está haciendo. La simple diversión se transforma en interés y conocimientos de los hechos humanos y sociales.

El progreso humano y los fenómenos modernos se

entienden como algo más profundo a una sencilla manifestación de moda o snobismo. En definitiva, el tiempo libre se convierte en el espacio propio, en nuestro propio tiempo: el tiempo que nosotros queremos para nuestras cosas, para nosotros.

Es mi tiempo, el que me pertenece, el que no es de otros,

aquel en el que la autoridad soy yo mismo, la libertad es mi libertad y la ejerzo por mí mismo y en consecuencia la respuesta es también mi respuesta donde la responsabilidad no tiene otras muletas o apoyos que no sean las propias convicciones y fuerzas del individuo en sí mismo.

Para que, cuanto llevamos bien definido, no quede en

estrictas especulaciones más o menos teoréticas de aquellas realidades que hemos venido comentando, vamos ahora a dejar un poco “el logos” del tema y a cambio, vamos a afrontar su “praxis”, para convertirlo en pruebas convincentes y testimoniales de lo que se puede hacer. Como es natural solo serán presentadas a título de ejemplos en fase de iniciación, pero serán algunas de las posibilidades y procedimientos que existen con los que podemos contar para conseguir un fecundo aprovechamiento del juego en el tiempo libre.

LAS AFICIONES

Comenzamos la última y mas atractiva fase, la que nos lleva a la aplicación práctica y activa de todo lo necesario para hacer realidad todas las teorías que hemos venido tratando hasta ahora, es decir, a partir de este momento vamos a comenzar a utilizar el tiempo libre que nos queda para cumplir nuestros

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deseos de juego distinto a lo que ya hemos comentado en los capítulos anteriores de jugar con juguetes.

Partimos de las aficiones porque esta palabra ya nos trae

como demostración que vamos a jugar con aquello que más nos gusta y podemos elegir. En efecto, una afición “ es una inclinación que sentimos por algo o hacia algo”, es una atracción o imán que nos lleva gustosamente a una acción continuada y periódica cuya realización nos agrada y casi instintivamente absorbe parte de nuestro tiempo y dedicación. Más, las aficiones siendo personales, no se practican aisladamente. Ellas nos ponen en contacto con otros. Así un coleccionista de sellos necesita de otros coleccionistas para intercambiar ejemplares que ya tengamos repetidos, cambiarnos también ideas sobre la especialidad a coleccionar, nos orienta sobre los mercados existentes, comercios mas interesantes, posibilidades de obtener el sello muy difícil de encontrar que nos falta. Las aficiones congregan a grupos con el mismo interés, crean y relacionan las amistades que se amplían por medio de la correspondencia postal, electrónica o personalmente. Esto significa el valor humano y social que tienen las aficiones más próximas y sin límites con los más distantes. Queremos decir con esto que el mundo de las aficiones no se acaba en el individuo que se encierra en su casa para disfrutar, seleccionar, organizar y cuidar su colección en el tiempo libre, sino que, además de repartir y controlar, aprovechar y encontrarse en cualquier momento el poder disfrutar de su afición, encuentra siempre otras muchas ocasiones para ampliar esa situación de entretenimiento. Para ello existen mercadillos especiales, exposiciones, certámenes, donde existe el intercambio, la compra-venta y el aprendizaje al contemplar una exposición especializada. Por todo ello representan uno de los medios más eficaces para relacionarse con otros aficionados y sin más límites de ocupación de tiempo que el que se proponga, tenga o desee tener, que es siempre el que individualmente se marque.

El gran entretenimiento reside en el cuidado, conservación,

clasificación, pegar piezas, ordenarlas, construir tableros, cajas con departamentos, etc. y el único problema menos aceptable es la ordenación, colocación y conservación en la casa, haciendo baldas, estanterías, cajones para guardarlo todo y algunas otras

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pequeñas dificultades que surgen, como hacer etiquetas para reconocimiento de cada pieza, incluyendo fecha, procedencia, nombre y características. Dan mucho trabajo, pero es aquí donde reside la ocupación del tiempo libre, la diversión y el entretenimiento si es que eres realmente aficionado.

La amplitud, variedad y cantidad a conservar, nos limita la

oferta a los más conocidos y por ello los más solicitados. He aquí algunas sugerencias que cada lector ampliará con sus conocimientos más próximos, principalmente en la especialidad de: COLECCIONISMO.

Sellos de correos.- Monedas, nacionales o de otros

países.- Tarjetas postales.- Cromos de temas muy variados.- Estampas religiosas.- Cromos de modelos de aviones, barcos, coches, motos.- Chapas de tapar botellas.- Etiquetas de diversos productos.- Ceniceros.- Búhos pequeños o de distintos tamaños.- Medallas deportivas.- Placas de equipos deportivos.- En botánica: mariposas, colección de hojas de árboles, insectos.- Minerales de todas las formas y clases.- Fotografías antiguas.- Fotos de artistas famosos de cine, teatro, deportes, grupos musicales.- Discos musicales.- cine, teatro en todas sus versiones, fotografía, video cámara, música clásica, periodismo, lectura…y seguir buscando vosotros.

LAS ACTIVIDADES CULTURALES Y ARTISTICAS En la práctica de las actividades manuales es donde reside

el verdadero ideal de la Pedagogía: el aprender deleitando. En efecto, la realización práctica de estas actividades tienen como finalidad la de despertar, estimular, desarrollar y perfeccionar una serie de aptitudes, cualidades y conocimientos que forman parte muy importante de la educación integral del hombre, hasta el punto de que acaso sea lo menos parcial de cuantas asignaturas se estudian, pues mientras la mayoría de estas se refieren a puntos muy concretos y definidos de la formación intelectual o una mera instrucción y aportación de conocimientos culturales, a través del ejercicio práctico de las actividades manuales se logra el desarrollo de un amplio conjunto de valores humanos, intelectuales y morales que surgen espontánea e

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imperativamente de la necesidad de hacer, de expresar, al mismo tiempo que se perfecciona la destreza y la habilidad manual, tan necesaria en estos tiempo. Por ello, la capacidad de imaginación, de inventiva y creación artística; el perfeccionamiento del sentido estético; el afán de superación por la obra bien hecha; el contacto con la materia y las formas; la armonía de movimientos, el puntual funcionamiento de las relaciones psicomotoras principalmente de los miembros superiores, el ejercicio físico y la necesidad de actividad ampliamente satisfecha, con variedad y plenitud de centros de interés hacen que estas actividades sean las mas completas dentro del campo de la educación.

Todo ello nos ha movido a iniciar un amplio programa de

realizaciones que abarque la información, orientación , equipos, materiales, divulgación y desarrollo de todo lo relacionado con las actividades manuales.

LA FORMACIÓN MANUAL: PRIMEROS PASOS Antes de empezar estas actividades debes conocer unos

principios elementales que te ayudarán mejor a entender lo que vas a hacer. No se trata de que trabajes como un autómata o como una pieza más de una máquina, sino que tienes que poner en lugar preeminente esta frase como lema porque representa la síntesis de toda la formación manual que recibas siempre: LA INTELIGENCIA CREA, LA MANO REALIZA. Tienes que convencerte de que todo lo que elaboren tus manos está siempre regido e inspirado por tu inteligencia.

Tendrás que imaginar, prever, crear y solucionar los

problemas que te plantee lo que estés construyendo, por lo que desarrolla tú inventiva. Tendrás que hacer formas nuevas, corregir defectos, terminar la obra bien hecha, por lo que se desarrollará tu afán de perfección y superación. Tu sentido de la estética, te exigirá elegir y buscar la belleza y el arte. Tal vez llegue a ser el brote de una vocación y, sin duda alguna, el despertar de una serie de actitudes y cualidades que han permanecido aletargadas y han esperado el estímulo que las haga nacer. A través de estos ejercicios manuales, te

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acostumbrarás a las formas, las proporciones, las dimensiones relativas y comparadas, el cálculo y el peso resistencia y conocimiento de materiales. Te darán también las nociones precisas para la apreciación y el control, para la investigación y el descubrimiento.

Observando las cualidades de la materia, podrás prever el

uso de cada uno de los elementos que necesitas para realizar el trabajo. Al aplicar la imaginación creadora llegarás a razonar e intuir las etapas sucesivas del trabajo que estarás elaborando. Y, en fin, el desarrollo de estas actividades manuales te obligará a precisar, a corregir tus observaciones, a desarrollar tus movimientos, a dominar tus impulsos, refinar tus sensaciones táctiles y a equilibrar tu sistema nervioso asociando siempre el trabajo intelectual con el esfuerzo muscular por pequeño que sea, respondiendo, en definitiva a una necesidad psicofísica.

ACTIVIDAD Y JUEGO Y he aquí uno de los fundamentos más importantes de

estas actividades manuales. A lo largo de todas estas páginas hemos venido hablando del juego, de cómo jugar, pues aquí tienes el medio mas bonito, el más interesante, el que tiene más posibilidades de recrear tu ansia de jugar, que todo lo anterior, a pesar de ser muy importante.

Tu tienes necesidad de hacer cosas, de jugar con las manos, de construir, y lo has manifestado alguna vez espontáneamente cuando has querido ser un guerrero y como no tenías espada te la has fabricado con dos palos cruzados atados con una cuerda y con ello te has divertido hasta que te han vencido porque tu espada era débil y te han desarmado de un golpe, o también, ¿por qué no? has salido triunfante ganando a tu compañero con una espada que pensabas, que era victoriosa como la “Tizona” de el Cid, y solo eran dos palos que tu has convertido en espada. Pero has jugado con tus propios juguetes y, además, hecho con tus propias manos. Todo ello porque te gusta jugar y hacer, porque ves en este juego una actividad cuyo fin es la actividad misma y no el resultado.

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Por esto comprenderás mejor a una eminente profesora italiana que destacó en la investigación pedagógica de la actividad infantil y que hace muchos años a mediados del siglo pasado dijo esta frase muy importante:

“El niño aspira a la acción. Si nosotros le ofrecemos los medios para esta acción, le hacemos feliz. Si esta actividad es útil, su necesidad de movimiento, en lugar de crear un desorden, es creador de trabajo”. Esto es lo que precisamente tienes que hacer tú: pensar en todo momento que éstas actividades son de entretenimiento, de recreación y te gustaran hacerlas.

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¿QUÉ VAS A REALIZAR? Descubrir las propias cualidades artísticas y considerarse

creador de algo, son intimas satisfacciones humanas al alcance de todos. Unas veces para distraerse, a través de una actividad constructiva. Otras, porque se necesita crear y, en el transcurso de la elaboración, se encuentra un placer recreativo. Realizar actividades manuales es tomar entre sus manos un material, a veces insignificante y de escaso valor, para convertirlo en un objeto bonito, en el que descubrirás con profunda satisfacción que tú eres el autor. Y, además, que tu obra encierra ciertas cualidades estéticas, porque gusta al que la contempla.

Esta necesidad del espíritu humano ha ido siempre

paralela a esa otra de manifestar, palpablemente, la emoción profunda que cada uno ha sentido delante de la naturaleza, las cosas o los seres. Esta emoción la ha trasmitido a los demás, por medio de obras de arte. Para ello se ha servido de sonidos, palabras, líneas, volúmenes, colores, formas y toda clase de materiales. Cada uno utiliza lo mas apropiado para traducir sus sensaciones. Por esto, no cuenta el medio empleado, sino el valor de la emoción expresada y la calidad de la imaginación creadora, impulsados por una constante actividad.

En las actividades manuales encontrarás esa necesidad de expresión perfectamente armonizada con la necesidad de actividad, que serán los factores más importantes, que han de intervenir en tu estímulo y ayuda. Solo cuando hayas llevado a la práctica los ejercicios, podrás comprobar esta maravillosa realidad.

¿PARA QUÉ LO HACES? Estas actividades no son un deber más de tus obligaciones

escolares, ni mucho menos, porque en el Colegio esto ya no te obligan a realizarlo. Sin embargo si que me gustaría que lo hicieras como un juego, como un simple pasatiempo, que te acostumbraras a que en tu tiempo libre, buscaras la forma de jugar con las manos.

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Primero debes convencerte de que, a pesar de las técnicas tan avanzadas que dominan el progreso humano, a pesar del automatismo y la electrónica aplicada a los medios de producción y de todos los bienes necesarios obtenidos con la máxima perfección, el hombre todavía necesita de unas manos tranquilas, serenas, equilibradas y exactas para llevar a cabo esa obra de expresión artística. En el lenguaje del espíritu no existen perfecciones técnicas ni máquinas electrónicas que lo sustituyan.

Por las actividades manuales te acostumbrarás a observar,

a controlar, a verificar tu pensamiento, a conocer la materia y sus propiedades. Afirmará tus sensaciones, desarrollarás los movimientos de tus manos y en suma, adquirirás gracia, soltura y exactitud en el equilibrio de tu sistema nervioso, por asociación continua del trabajo cerebral y el trabajo muscular.

Por otro lado, te llevarán a buscar siempre las

realizaciones mas complicadas. Tu espíritu de invención y de perfeccionamiento te obligará a exigirte cada vez más, a desear un trabajo bien hecho. Por la búsqueda de los colores las líneas y las formas, tu gusto se desarrollará para encontrar actitudes claras y llenas de personalidad. Por último, tu espíritu de observación se estimulará de tal manera que llegarás a adquirir una intuición especial, que dejará huella permanente en tu memoria de una manera precisa y definitiva.

¿CÓMO DEBES PROCEDER? Ya sabes lo que vas a realizar y con que finalidad debes

hacerlo. Pero no debes de actuar de manera desordenada o improvisada. Lo mismo que una casa nunca se empieza por el tejado, sino después de afianzados los cimientos, existe una ordenación sistemática para levantar sobre ellos todo el edificio.

Tu formación normal es parte de todo un complejo

arquitectónico en el que interviene no solo la solidez de la estructura, sino la belleza y perfección de sus líneas. Quiero decir que tu formación total depende no solo de la adquisición de muchos conocimientos culturales, sino de que se apoyen en una belleza de espíritu, que se manifieste en todas tus actuaciones.

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Al hacer una actividad manual, debes mantener un criterio

riguroso de ordenación metódica, al menos al principio. Solo así el resultado será coronado por el éxito y te evitaras muchos fracasos. Para ello, en cualquier ejercicio, procede siempre por este orden:

1. Estudio previo del objeto a construir. 2. Preparación del material y útiles. 3. Trazado de diseños y planos. 4. Ejecución. 5. Montaje. 6. Acabado. 7. Critica del objeto terminado. Finalmente debes de ser tú, en primer lugar, quien resuelva

los problemas, porque es el mejor procedimiento que vas a encontrar para desarrollar tu iniciativa, para demostrar tu capacidad de inventiva y para saber hasta donde puede llegar tu preparación y constancia para hacer frente a las dificultades que te presente tu trabajo y resolver las situaciones complicadas por ti mismo, porque la dificultad de un trabajo no consiste en el esfuerzo físico que exija, sino el grado de inventiva, imaginación, fantasía y originalidad que puedas aportar y esto depende de tu voluntad. No olvides que estas jugando.

RECUERDA QUE… La práctica de las actividades manuales te sirve para… … adquirir sensibilidad hacia la belleza y la estética, … desarrollar la forma del sentido y el color, … obtener habilidad y destreza en las manos, … cultivar el buen gusto, … habituarte a un trabajo organizado y preciso, … hacer una obra útil y práctica, … dominar y valorar la materia, … crear o estimular aficiones, … armonizar el funcionamiento de la sensibilidad y

mecánica de las manos.

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EL JUEGO DRAMÁTICO

JUGANDO CON LOS TITERES Juguetes con movimiento Dentro del tema que hemos tratado de la historia del

juguete, hemos hecho alusión a la existencia, ya en la Edad Media, de juguetes mecánicos y es cierto, porque cuando los romanos se movían por toda la península ya los niños jugaban con muñecos movidos por hilos y con ellos se hacían representaciones de entretenimiento, como veremos más adelante, pero es que en cuanto a la antigüedad de estos muñecos todavía nos hemos quedado cortos, puesto que ya se conocían en Egipto mucho antes que en la época romana.

En efecto, en unas excavaciones realizadas en la tumba de

Jeluis, un arqueólogo francés llamado Gayet, encontró un barquito de madera con unas figuritas de marfil que tenían los brazos y las piernas articuladas y con perforaciones en las manos y pies con el fin de introducir por ellos unos hilos con los que movían los muñecos.

Los muñecos como juego han sido utilizados por todos los

niños y en todas las épocas. Lo demuestran así los descubrimientos realizados en un cementerio infantil de Roma, en el que fueron hallados varios muñecos de los que dice el arqueólogo que los descubrió: “que hacían mover los juguetes por medio de bramantes atados a los miembros como si fuesen títeres de teatro”. Y más adelante afirma: “con este imaginario juego, los niños solían divertirse moviéndoles con los hilos”.25

También en España, en Ontur, población albacetense con

importantes restos romanos, parece ser que, en 1946 cuando abrían una zanja unos albañiles se encontraron un sarcófago, y en las excavaciones realizadas por la Comisaria General del Ministerio, en la zona denominada Las Eras se encontraron 25 Bololetti: Observaciones sobre cementerios de los santos mártires de los antiguos cristianos de Roma.- Lib. II, cap. XIV

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varios enterramientos con ajuares domésticos y restos de juguetes entre ellos varios muñecos con el cuerpo y miembros articulados. En uno de los sarcófagos, al parecer perteneciente a una niña a juzgar por los restos y una muñeca de marfil. En total fueron cuatro muñecas las que hasta entonces se habían descubierto, todas de marfil, una de las cuales está en el Museo Arqueológico Nacional. También se encontraron unos vasitos de vidrio, trozos de mármol, copas de cobre y algunos otros objetos; todo fue datado como del siglo III.26

De Italia sabemos positivamente que en la Roma clásica ya existían también muñecos articulados que utilizaban en las fiestas llamadas “Atelanas”, una especie de pequeños sainetes descriptivos de la vida campesina y que se fueron convirtiendo en una crítica de la vida basados en hechos reales, como lo prueban algunos títulos de Pomponio: “La tocadora de lira”, “El panadero”, “Los pescadores” y otros. Estas representaciones se hacían en las fiestas como farsas cómicas y al final del espectáculo hacían las actuaciones con muñecos articulados y movidos por los actores, que ya contaban con un personaje popular llamado “Maccus”, que quería decir algo así como gracioso y atolondrado, características que se mantendrán más adelante en el personaje napolitano llamado “Pulcinella”.

Juguetes mecánicos Y ya en el siglo XVI eran muy famosos los muñecos

italianos articulados y manipulados, que influyeron decisivamente en los españoles, los cuales debían alcanzar en la época una gran perfección técnica, pues intervenían en ellos, no solo artistas en el tallado de las figuras, sino matemáticos e ingenieros. Prueba evidente la tenemos en el célebre Juanelo Turriano, (que estudiaremos ampliamente al hablar de España) uno de los más famosos italianos que intervienen en este desarrollo de los juguetes con movimiento.

También fue célebre por el ingenio que aplicó en estos juguetes, un médico, matemático y filósofo llamado Jerome Cardan, nacido en Pavía en 1501 y que es el más antiguo escritor que por su saber universal, puso una atención seria y 26 Manual de teatro de títeres.- M. Sainz-Pardo- pag. 85 y 11- 1953

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casi científica en los libros que escribió sobre los mecanismos de los muñecos. En el primer libro titulado “De subtilitate” publicado en Nuremberg en 1550 y el segundo fue una especie de enciclopedia que titulaba “De varietate rerum”. En el libro XIII de esta última obra el autor trata de los más humildes productos de la mecánica y cita, entre los pequeños experimentos una especie muy singular de muñecos que él describe con minuciosidad. He aquí lo que en su incansable peregrinar observó en tierras de Sicilia: “Vi dos sicilianos que operaban con verdaderas maravillas en medio de dos estatuas de madera, haciendo juegos entre ellas. Un solo hilo las atravesaba de parte a parte. Ellas estaban atadas por un lado a una estatua de madera que permanecía fija y del otro a la pierna que el manipulador hacía mover. Este hilo era tenido desde los dos lados. No había ninguna clase de danzas que estas estatuas no fuesen capaces de imitar; hacían los movimientos mas sorprendentes con los pies, las piernas, los brazos y la cabeza, todo con las posturas más variadas, que yo no podía hacer, lo confieso. Me di cuenta de que tenía que haber un ingenioso mecanismo, porque allí no había muchos hilos, sino solo uno en aquella estatua y éste estaba siempre extendido. Yo he visto atar muchas figuras de madera puestas en movimientos por numerosos hilos alternativamente encogidos y extendidos, y esto no tiene nada de maravilloso. Yo debo decir, sin embargo, que esto era un espectáculo verdaderamente agradable, que los movimientos y los pasos de muñecos estaban de acuerdo con la música.

En el segundo pasaje es más concreto y se expresa así:

“Si yo pudiera, dice Jerome Cardan, enumerar todas las maravillas que las han hecho ejecutar por medio de los hilos a las estatuas de madera vulgarmente llamadas “megatelli”, un día entero no me sería suficiente, porque estas pequeñas figuras juegan, combaten, cantan, danzan y tocan la trompeta”. (1)

Lo cual supone que, al estilo de las que construiría Juanelo

para el Emperador Carlos debían tener un ingenioso mecanismo de relojería y la cuerda atravesada tendría la finalidad de evitar que se cayeran con sus movimientos. Esto es lo que suponemos después de reconstruir la escena gráficamente. De lo que no podemos dudar es de la admiración, asombro y diversión de los

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niños y demás espectadores a juzgar por lo que el mismo Cardan manifiesta en sus palabras de extrañeza e incredulidad, y esto siendo, lo que llamaríamos hoy un científico.

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LOS TITERES MECANICOS EN ESPAÑA La historia de estos muñecos en España es una elocuente

ratificación de lo que venimos afirmando en este estudio. Su evolución es similar a la de otros países pero, quizá porque lo conocemos más ampliamente o porque tuvieron una mayor perfección, el caso es que presentan una característica muy desarrollada y particular: la presencia del ingeniero excepcional que se trajo el Emperador Carlos I a Yuste.

Efectivamente, cuando el Emperador Carlos I se retiró al

monasterio de Yuste y como hombre muy interesado por la mecánica, “solo se lleva –según frase de Ortega y Gasset- en su formidable resaca hacia la nada, estos dos elementos del mundo que abandona: relojes y Juanelo Turriano”.27

Es Juanelo Turriano un gran matemático, en España por sus grandes obras de mecánica y de hidráulica. Aunque de origen italiano, entra al servicio de CarlosI desde que el Emperador estuvo recorriendo los dominios italianos, mantuvieron una gran amistad desde que se conocieron pues Juanelo le acompañaba a todas partes, no como servidor, sino como ingeniero que le hacía relojes especiales, obras hidráulicas, etc., de tal manera estaban compenetrados que, como ya he dicho, se lo llevó al Monasterio de Yuste cuando el Emperador se retiró, después de abdicar en su hijo Felipe II, y liberarse de la pesada carga del reinado de España.

Este notable ingeniero, llamado también el segundo

Arquímedes, consiguió unos muñecos mecánicos de tan extraordinario perfeccionamiento que los frailes del monasterio se quedaban asombrados ante lo que ellos creían que tenía algún mágico artificio. “Esta fue quien se esmeró más, con nuevas máquinas cada día, en deleitar en aquel retiro de San Jerónimo el ánimo del César. Porque muchas veces, después de comer, sacó a la mesa imagencillas armadas de hombres y caballos, unas tocando cajas de guerra, otras resonando con clarines y algunos de ellos chocando feroces entre sí con las lanzas enristradas. Algunas veces echó desde el aposento pajarillos de 27 Charles Magnin: Histoire des marionetetes en Europa. Pag. 121

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madera, que iban y volvían volando, pensando el prior del convento que acaso se halló presente algún mágico artificio”.28

A este mismo tipo de juegos y juguetes se refiere otro

cronista de la época, Ambrosio de Morales, cuando dice que Juanelo “había construido una dama de más de un tercio de alta, que puesta sobre una mesa danzaba por toda ella al son de un tambor que ella misma va tocando.” Desde luego, tal vez estos títeres del Emperador no son como espectáculo organizado tal y como nosotros lo conocemos, pero sin duda alguna, el mismo Juanelo se encargaba de representar escenas después de ajustar y calcular perfectamente los movimientos de cada muñeco, pues, como sigue diciendo Estrada: “cuando sonaba el clarín se veían a algunos títeres que como enemigos avanzaban unos contra otros, atacándose con lanzas”, lo que prueba la perfección mecánica que consiguió de estas escenas, aunque todavía parece ser que fue más asombroso un águila mecánica, que según se cuenta “voló al encuentro del emperador Carlos a su entrada de Nuremberg”, y una mosca de hierro que “cogió sin ayuda de nadie su gallardo vuelo, hizo una ronda entera y después de una vuelta ya sin fuerza, como si tuviera entendimiento, se posó sobre su braza”, dejando maravillado al propio emperador.

Lo que es indudable, es que Juanelo hizo revivir en España

la afición por los títeres con movimiento mecánico, al igual que aquellos hieráticos de los que hemos hablado al Principio. El citado Ambrosio de Morales dice a este respecto: “Ha querido Juanelo, por regocijo, renovar las estatuas antiguas que se movían…y aunque son títeres y cosa de risa todavía tienen mucho de aquel alto ingenio”.

Pero no son las únicas referencias que tenemos de los

títeres mecánicos en España. Parece ser que se fue extendiendo esta diversión, aunque ya hemos dicho que dentro de una selecta minoría por su costosa construcción, que permitía solamente a los privilegiados su posesión.

28 Fausiano Estrada: Guerra de Flandes, libro I.- Historia de España de Modesto Lafuente. Edición 1853

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Sin embargo trascendieron al dominio público, aunque casi siempre en manos de extranjeros, probablemente italianos, como veremos en varias citas. Por ejemplo lo que dice Cotarelo y Valledor: “…los titiriteros mostraban sus muñecos a embobados lugareños al son de ruidosas campanillas, haciéndoles representar historias o batallas en retablos que figuraban castillos, ciudades o diversas escenas divididas en compartimentos. En su mayoría eran italianos, pues italiana parece ser la diversión”.29

LAS ACTIVIDADES MANUALES

EN LA NATURALEZA A pesar de que las manualidades están todavía muy

marginadas en el conjunto de las actividades de nuestra Organización, sin pensar en el perjuicio que con ello nos estamos haciendo, ya podíamos tener, como en tantas otras cosas, la primacía y la dirección, pues cada año viene la reconfortante campaña de campamentos que es el único lugar donde todavía se conserva con algún interés, la práctica de actividades manuales. No obstante todavía se relega a planos de segundo término a causa de una errónea catalogación como “actividad económicamente cara”.

Y es así cuando, por rutina y falta de información se acude

a complicadas actividades que exigen costosos equipos de herramientas, grandes cantidades de materiales, mucho tiempo para realizar un objeto y someterse a modelos preestablecidos, cuando los tres factores mas importantes de la práctica de estas actividades son: economía, rapidez en la ejecución para hacer la mayor cantidad y libre expresión.

A estas, condiciones responden un buen numero de

actividades: mosaicos, con todas sus clases de variedades de papel de revistas de colores ya fuera de uso de lectura; tarjetas postales, cerámicas, piedras, cristales de botellas de colores,

29 Cotarelo y Valledor: El teatro de Cervantes. Edición 1915

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cáscaras de huevo, trozos de mármoles, etc. Todos son materiales que no hay que comprar, están asequibles porque son de deshecho.

Otra actividad interesante y económica: el modelado. No

diréis que la arcilla, plastilina, masa de harina con agua, el yeso, escayola y otros productos parecidos son caros, y con ellos se pueden hacer muchos objetos como hacía el hombre primitivo de cerámica y no compraba barro.

Manual de Aire Libre. Doncel

En el campamento se pueden hacer mosaicos con las piedras utilizadas en la construcción llamada grava, que siempre

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se pueden obtener gratis, si se pide al constructor con amabilidad indicando la finalidad de uso, ya que sería una pequeña bolsa que no arruina a nadie. En el monte hay semillas en abundancia; en el campamento el cocinero os puede facilitar también algunos: arroz, lentejas o judías. Con bolitas de papel de seda de varios colores, también se pueden hacer bellos mosaicos.

Todo esto se encuentra a vuestro alcance sin gastar dinero

o con un mínimo. ¿Queréis una actividad muy interesante y sin totalmente gratis? Puedes seguir leyendo y no os arrepentiréis.

Si lo que deseáis es que la naturaleza, el bosque, las

raíces de las orillas de los árboles, los montones de ramas cortadas, sarmientos amontonados y secos, que cerca de los viñedos existen os proporcionen una de las mas bellas actividades, después de pedir permiso al labrador propietario de dichos montones, removerlas y descubrir el arte que existe en plena naturaleza.

Para ello poner en marcha vuestra imaginación, hacer

despertar vuestra iniciativa y caminar por el bosque sin otro afán que el de descubrir las muchas obras de arte natural que están escondidas entre las hojas, en el suelo del bosque, junto a los arbustos o simplemente tiradas en el suelo, y encontrareis muchas ramas que tienen formas especiales que os llamaran la atención. Las cogéis, las miréis por todos los lados, las movéis ante vuestros ojos, con intención escrutadora de que algo vais a descubrir y, si no es siempre, estar seguros que alguna “obra de arte natural” os está esperando.

Se trata de despertar la iniciativa, desarrollar al máximo las

cualidades imaginativas, forzar la expresión artística, la sensibilidad y demostrar, a través de un lenguaje de sentimientos artísticos, de expresión, de reforzar la imaginación hasta el máximo, para encontrar esa belleza oculta en las ramas, las raíces, los trozos de árbol cortados, que tanto abundan en el suelo o entre las ramas de los arbustos. Son formas naturales que, al observarlas con atención descubriréis que “se parece a”, “tiene forma de”, “yo creo que es”, bien entendido que no está completo en la rama o raíz, porque habrá que suprimir trozo de ramas, cortes de lo que sobra; si quito esto, y rebajo esto otro ya

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es mas seguro el parecido a lo que tu imaginabas. Es muy raro que tú lo encuentres alguna vez completo: la ayuda de la navaja es imprescindible. Pero después de unos cortes pequeños, que suprimas la parte que no sirve y vayas viendo la figura que has encontrado te sentirás feliz.

Manual de Aire Libre. Doncel

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Lo mas importante de esta actividad es que no tienes que

buscar entre las ramas “a ver si tiene forma de pájaro”, ni de otra forma preconcebida, porque nunca la encontraras. Lo bonito de esta actividad es que tu estas de marcha por el bosque; que vas andando, hablando con tus compañeros, sin buscar nada concreto y de pronto ves una rama que te llama la atención y, sin saber por que, la tomas entre tus manos, la mueves en distintas direcciones, la miras por todas partes y te das cuenta que no “tiene nada”. La tiras y sigues adelante y habrá otra rama que también, sin buscarlo, si no mirando al suelo por los lados del camino, en un descanso para comer el bocadillo u otros paseos por el interior del bosque con muchas ramas cortadas porque ha habido una tala, allí te está “esperando” lo querías encontrar. Y gozas con tu triunfo en las manos, lo enseñas a todos para que “vean” lo que “tú ves”. Aquello si tiene “forma de”, o “se parece a”. Aquello “es” lo que tu imaginación creadora ha visto y encontrado. Aquello “es una obra de arte natural” que estaba en el bosque, en el camino, entre el montón de ramas acumuladas para leña, entre las podas amontonadas de los viñedos o en el coloño de ramas que iba a quemar el labrador porque “ya que no servía para otra cosa”.

Y sin embargo es una obra de arte natural que tu

imaginación ha descubierto; que tu sensibilidad artística ha creado con unos pequeños cortes de navaja; que tu sentido de la creatividad ha descubierto, porque te gusta la naturaleza, disfrutas al contemplarla y hasta en el suelo hay obras de arte hechas por la propia naturaleza que, al descubrirlas, te permite hacer un pequeño museo en tu campamento, para la contemplación, disfrute y asombro de los visitantes. Entre estas páginas encontraras algunas fotos como ejemplos de lo que otros han descubierto.

CREACIONES CON RAMAS Pero no acaban aquí las prácticas que se pueden hacer

teniendo como materia prima las ramas de los árboles. Un valioso complemento a la actividad descubridora de belleza natural, es la que puedes hacer aportando fantasía, creando

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formas caprichosas o de variados animales y otros objetos, con la combinación y adaptación adecuada de varias ramas.

Ahora el trabajo es más libre, más personal, puesto que

depende de lo que tu creatividad vaya soltando de tu inteligente cerebro. Aquí ya tienes unos ejemplos de que “la inteligencia crea, la mano realiza”. Solo tienes que buscar unas cuantas ramas de árboles que no sean muy duros de trabajar con navaja su madera, como álamos, pinos, abetos o muchas clases de arbustos que están mas asequibles. Los ejemplos que te ofrezco en estas páginas te ayudaran a construir algunos y a crear otros distintos, que es el juego mas entretenido porque tienes que ponerlo todo lo necesario, por tu parte: el modelo que quieres hacer, como cortar las ramas, como enlazarlas, montarlas y mirarlas hasta conseguir tu obra bien hecha: original y creada por ti mismo.

LA ACTIVIDAD DEL JUEGO DEPORTIVO

La práctica del juego deportivo es tal vez la faceta humana donde se ven con mas claridad determinados hechos que en la vida normal no pasan desapercibidos: el que se quiere servir del esfuerzo para realizar “su” juego individual es rechazado por el resto del equipo. ¡Que magnifico sería si en la vida cotidiana se hiciese lo mismo!. Los zánganos y convidados sobrarían, se autoexcluirían.

Y es que sin la existencia de juego limpio difícilmente

concebimos la práctica de deporte alguno. En el juego normalmente nos manifestamos tal cual somos: en esta manifestación que hacemos de nuestra persona podemos lograr que se nos valore o, por el contrario, que se nos subestime, en función de nuestras propias acciones.

En la actividad deportiva pueden darse los brotes

antisociales, la mentira y el engaño, la trampa y la “chapuza”, el aprecio y elección de los fuertes, el menosprecio y abandono de los débiles, el individualismo y el exhibicionismo, la falsa humildad y la soberbia. El juego limpio es justamente lo contrario de todo esto.

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El deporte supone jugar con limpieza, aunque a veces

perjudique el resultado del encuentro. La elección de este camino en cualquier actividad humana, a la larga, significa caminar más y con más seguridad, porque hace mas firme y sólida nuestra andadura.

Es algo normal que los deportes, sobre todo en los

deportes de asociación, existan unas reglas; unas normas que todos, de común acuerdo, hemos aceptado para que el juego discurra por cauces de armonía y limpieza. Estas normas tienen como finalidad sancionar, positiva o negativamente, los actos correctos o incorrectos. El juego limpio, en este caso, todos lo entendemos como la actuación de cada uno entendiendo el espíritu y letra del reglamento acogiéndonos de buen grado, sin violencia y acaloradas manifestaciones, a las decisiones del juez o arbitro, respetando conscientemente, en definitiva, las reglas del juego.

La práctica deportiva no debe servir para deshonrarnos ante los demás y ante nosotros mismos. Ser un caballero en el deporte es el resultado de un duro y querido deseo de serlo y manifestarlo; no es algo que se suele improvisar en un día, como no lo es el triunfo o el logro de un record si no es a través del constante entrenamiento.

El juego sucio, tramposo y violento, es el arma que

esgrimen y usan aquellos que son incapaces de vencer u obtener el triunfo por sus propios medios; por eso se valen de la trampa, del engaño y de los medios más bajos para salir adelante. ENSEÑAME

ENSEÑAME A OBEDECER LAS REGLAS DEL JUEGO.

ENSEÑAME A NO DAR NI RECIBIR ELOGIOS INMERECIDOS.

ENSEÑAME A GANAR, SI ME FUERA POSIBLE, PERO SI NO PUDIERA, ENSEÑAME, SOBRE TODO A PERDER

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EL JUEGO LIMPIO

La Tregua Sagrada pacifica las luchas intestinas ya crónicas entre los pueblos peloponesos y durante la celebración de las fiestas de Olimpia. Pero una vez cesado el periodo de su vigencia la guerra continúa entre los eternos contendientes. La guerra es a la vez como una constante maldición que pesa sobre los pueblos y al mismo tiempo, un quehacer cotidiano para el que hay que estar debidamente preparados. La equitación, las carreras de carros, el lanzamiento de jabalina, la carrera, el salto, la lucha… son medios específicamente idóneos de preparación para la habitual y terrible próxima batalla. La práctica diaria de aquellos ejercicios es muy importante, pero importa más las demostraciones durante la gran fiesta de Zeus en Olimpia, ser el mejor de los mejores de cada una de sus especialidades, es lo que mas interesa ante el dios poderoso. Es así como se gesta en Olimpia, en épocas cuya cronología deportiva aun no se había iniciado, comienza a cimentarse las bases de un inmediato y glorioso futuro. Es en el año 776 a.C. cuando se escribe por primera vez en las tablas sagradas de Olimpia del corredor Corebo de Elida, sobre la distancia de un “estadio”.

Como casi todas las grandes creaciones humanas

colectivas, los Juegos Olímpicos tuvieron unos comienzos sencillos. En un principio la solemnidad olímpica solo duraba un día y consistía en una sola prueba, la carrera, con un solo premio. Pero poco a poco, y gracias a la iniciativa de unos y el espíritu de emulación de otros el programa fue ampliándose. A la carrera primitiva que consistía en recorrer el estadio en toda su longitud, añadieron otras competiciones.

Pero no es esto lo que debemos escribir ahora, porque

para ello ya tenemos un libro titulado “Pedagogía del deporte” que se encarga de exponer este tema con amplia y bien representada literatura.

Nosotros tenemos que destacar específicamente al deporte

como juego, de conformidad con los principios lúdicos que hemos propuesto en capítulos anteriores y, por lo tanto,

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entendemos que “el JUEGO LIMPIO es toda intención desinteresada, noble y espontánea de participar en una actividad deportiva, cuyos fines consistan en dar esparcimiento al espíritu, a la vez que energía, desarrollo y belleza al cuerpo, sin que exista mercantilismo alguno”.

“Pues bien, esta armoniosa aspiración a desarrollar

conjuntamente el espíritu y el cuerpo humano, la encontramos por primera vez en Grecia. Luego se enturbia y se pierde en Roma; revive en la Edad Media, en la época de los torneos; resucita con el renacimiento; desaparece, por segunda vez, en plena Edad Moderna, entre la ociosidad cortesana; vuelve a resurgir en el siglo XVIII, aunque con timidez, y florece, por fin esplendorosamente en nuestros mismos días.”30

Y así entiendo que el juego limpio es la verdadera forma

de expresarse en nuestro idioma para jugar, con ello hacemos referencia a la existencia o necesidad de que haya claridad de medios, honestidad de objetivos, limpieza de fines, autenticidad en los procedimientos utilizados, correcto y honesto comportamiento y, en definitiva, transparencia de actitudes.

El JUEGO LIMPIO es la expresión sincera de lo que

nosotros entendemos por “obrar en conciencia” y ampliamos no solo al deporte, sino a todos los juegos: los aquí representados de muchas maneras, los omitidos por error, olvido, desconocimiento o descuido.

EL JUGO LIMPIO DIGNIFICA,

EL SUCIO ENVILECE

NORMAS PARA MEDITAR EL JUGADOR

Ser señor de si mismo, dueño de nuestros impulsos, contenedor de nuestros instintos, o como decía Kipling, “mantener la cabeza tranquila cuando todo a tu lado es cabeza perdida”, “soñar sin caer en la esclavitud de nuestros sueños”, en

30 f. Valserra.. HISTORIA DEL DEPORTE.- Edit. Plus-Ultra-Madrid. 1944

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esto consiste el autodominio, pero mejor que decir en que consiste seria saber cada uno por propia vivencia, lo que es el autodominio, lo que significa “ser señor de si mismo”.

También a partir de ahora, si eres educador, maestro,

monitor de niños, instructor, profesor, deportista de cualquiera de los muchos deportes que se pueden practicar, tienes que tener el convencimiento absoluto y total de que el primero que ha de mantener la firmeza, la serenidad y la fortaleza de su personalidad, ese eres tú. Dominar nuestro tiempo no es ser esclavo de sus sensaciones y de sus defectos, de sus arbitrariedades y conveniencias de cada momento. Autodominarnos es mandar y controlar nuestra personalidad integra, especialmente en nuestro espíritu y convicciones íntimas que tienen que dar ejemplo en todo momento ante los muchachos que quieres educar, que tienes que dominar y ante los cuales nunca puedes fallar. Estas normas no son órdenes que tienes que cumplir, sino ejemplo de vida que tienen que conocer tus muchachos que cumples el primero para enseñar con tu propia personalidad, porque cumples y mantienes presente, en todo momento.

EN TODA CLASE DE DEPORTES • Honra siempre al contrario. • Esfuerzo, sudor, alegría y mirada limpia: esto es el deporte. • Al deportista se le conoce por su modo de comportarse PARA TODA CLASE DE JUEGOS Y JUGADORES Estas meditaciones, normas o consejos, no van dirigidos a

un determinado deporte, ni a ningún jugador en particular. Estas normas con para todos los que JUEGAN, sean deportivos, juegos libres, tengan como “cancha” de juego una mesa, estadio, una zona acotada de tierra, campo preparado, abierto o cerrado, pista remozada o campo abierto, libre natural o cualquier otra forma de juego. Sólo existe el limite de la definición con que empezamos este libro: “EL JUEGO es un placer intrínseco, individual que el ser humano tiene y siente en su interior para hacer algo

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agradable y/o desagradable, que le guste, tenga necesidad de hacer y trate de hacerlo voluntariamente para conseguir una satisfacción”. Es decir: para todos los que quieran JUGAR. Y no podemos hacer una relación nominal porque sería interminable. ¿Participas en algún juego? Pues en estas reflexiones puedes encontrar algo que te interese personalmente. Aunque también puedes pensar, meditar y recapacitar, sobre todos y cada una de ellos porque van a ti dirigidos.

También, a partir de ahora…

En el terreno de juego. • El buen deportista no se enfada con la derrota. • En el deporte generalmente no hay suerte: casi siempre

gana el mejor. • Queremos construir un deporte limpio y prometedor. • El deporte supone jugar con limpieza, aunque a veces

perjudique el resultado del encuentro. • No a las trampas para que sean concebidas como

errores arbitrales. • La naturaleza esta siempre en acción y maldice toda

negligencia • El deportista fácil a la vanidad es un hombre indefenso. • Para el espíritu, como para el cuerpo, el que limita la

acción limita su energía. • La actividad deportiva es un imán que atrae la madurez

plena. • El deportista de espíritu fuerte busca obstáculos para

superarse; el de espíritu débil los soporta. • La mayoría de los deportistas son capaces de simpatizar

con las penalidades y derrotas de los compañeros, pero para simpatizar con los éxitos se requiere eso que se denomina estilo.

• El deporte forma hombres para la vida. • El hombre es un conjunto indivisible. Cuerpo y espíritu,

aunque distintos son inseparables. • Ser deportista no consiste solamente en amar el deporte. • El buen deportista es el que puede prescindir de los

aplausos de los demás, menos de los de su corazón.

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• Honor, caballerosidad y nobleza son cualidades que el deportista practica dentro y fuera de la cancha.

• El espíritu del buen deportista se ríe de las mentiras de la fama.

• Ser los primeros y buenos es una meta de los deportistas, pero cuando no podaís ser los primeros, ser por lo menos buenos. Es más fácil de lo que piensas.

• A los equipos solamente los salva la cooperación y buena voluntad de todos los jugadores.

• Los intereses del equipo están por encima del lucimiento personal.

EL JUGADOR • Solo en medio de la actividad desearas vivir cien años si

lo haces bien. • El juego limpio dignifica, el sucio envilece. • Al jugador se le conoce por su modo de comportarse, no

por las victorias que consigue. • El jugador demasiado confiado de sus posibilidades será

un débil. • El joven atleta recoge el triunfo con sus propias manos

ganado con el esfuerzo de la constancia. • El autentico deportista se conoce, se gobierna y se

vence. • Da posibilidad de juego a los demás. • Felicita al que le salen las cosas bien y anima al

desafortunado. • La norma no ha de ser para ti un peso, sino algo que te

dará claridad y sentido en el juego. • Se aprende jugando: no desperdicies la oportunidad. • El contrario no es un enemigo, es un compañero de

juego. • Basta un instante para conseguir el triunfo, pero es

preciso mucho tiempo y esfuerzo para forjar al triunfador. • No confundas el éxito con el mérito. • La finalidad del juego, aunque sea ganador, hay que

conseguirlo con honestidad. • Quien en una competición, con perjuicio propio, ayuda a

un compañero, gana el más noble de los triunfos.

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TODA CLASE DE JUEGOS • Las derrotas son muy amargas pero nunca son estériles. • El juego sucio es siempre indigno de un jugador. • La meditación es un lujo; la acción una necesidad. • Serena tu animo, evita los gestos y gritos histéricos; solo

demuestran falta de dominio • Fatigarse y seguir; esta es la gran clase de éxito. • En el juego no pienses nunca ganar con mañas y

engaños; te avergonzaras de ti mismo y no te satisfará el triunfo.

LOS AFICIONADOS • El deportista fácil a la vanidad es un hombre indefenso. • El espectador deportivo no se irrita aunque pierda su

equipo. • El espectador deportivo no debe considerar justo la

injusticia cometida a favor de su equipo. • El forofo es la antitesis del deportista. • El que va al estadio para ver ganar a su equipo, corre el

riesgo de verle perder, si el contrario es mejor. • Aplaude la buena jugada aunque sea del contrario. • Aficionados, si; forofos, no. • La mejor forma de mostrar la desaprobación de una

jugada, es el silencio. • Algunas secuencias deportivas son el mejor ejemplo de

lo que no debe ser el deporte. • Del hincha se puede copiar la pasión por las

cosas pequeñas, pero le descalifica su parcialidad.

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VI - FUERA DE JUEGO

LOS NO ADAPTADOS AL JUEGO Sabemos que la juventud, con sentido genérico, es un

proceso dinámico, una etapa de la vida que comienza con la pubertad y termina en la madurez. No obstante, y a efectos del desarrollo de este tema centramos la JUVENTUD identificada y superpuesta de forma oscilante con la adolescencia, entre los 12 y los 21 años. Al menos así lo estimó el Consejo Nacional de la Juventud. Es joven por tanto, el que encontrándose en periodo de desarrollo y formación forma parte de un grupo de edad.

Y por INADAPTADOS, quienes no reúnen las

características esenciales para la “normalidad social”. Es decir, quienes no cuentan con capacidad para cubrir sus propias necesidades o posee motivos nocividad también y, según Hauyes, puede estimarse inadaptación “la insuficiencia de aptitudes o los trastornos de carácter, comportamiento y actitud social, y a veces por las tres causas, de origen hereditario o adquirido en el hogar familiar por ejemplos vividos en el propio hogar por sus progenitores. Como vemos en termino INADAPTADO se encuentra de moda y sirve para designar al golfo, al granuja, al delincuente, al neurótico, psicópata, retrasado, subnormal, enfermo, etc. Por esto nos interesa la precisión. Según el Consejo Nacional de la Juventud, el INADAPTADO es: “El individuo que se aleja de forma continua y evidente de las formas de convivencia normales de la sociedad, y adopta aptitudes que repugnan o dañan estas formas y a la convivencia social, con una conducta

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que se haya en franca rebeldía con ellas, y que puede constituir un peligro para la sociedad y para si mismo”.

En definitiva, los que no están con nosotros, los que no pertenecen a nuestra Organización, los que podemos considerar, en nuestro concepto, que venimos analizando, estudiando, definiendo y hemos aclarado suficientemente que están FUERA DE JUEGO.

Pero no podemos adelantarnos a calificar, encajar,

maltratar y clasificar injustamente que no pueden participar con nuestro JUEGO, sin, al menos ofrecer una breve, pero convincente, demostración. No podemos, como ocurre cuando hacemos un mosaico, demostrar, por una tesela imperfecta, que el mosaico no tenga valor. El valor del mosaico completo y terminado, es siempre infinitamente superior al valor al valor de una o varias teselas de distinto tono, clase o color, que haya quedado dentro de la belleza del conjunto.

Hemos definido y complementado nuestro capitulo JUEGO

LIMPIO, con las suficientes razones para seguir jugando con la transparencia, la honestidad y la limpieza suficiente, como para sentir que juegan con nosotros los que:

• Por capricho de tener un animal de mascota mientras es

pequeño, simpático y juguetón, pero luego lo abandonan en un contenedor, en la calle libremente, o en el campo abandonado porque ya no sirve al niño de juguete vivo y gracioso.

• No están con nuestro juego los que, cuando dicen que van a “jugar”, hacen trampas, engañan a sus contrarios para ganar.

• No están en nuestro juego, los padres que amontonan juguetes en los desvanes, habitaciones o rincones, porque en los cumpleaños, fiestas de Navidad y Reyes, compran y regalan a sus hijos cantidades inmensas de juguetes que los miran, sonríen después de haberlos desempaquetado y a continuación los dejan en el suelo porque no saben que juguete les interesa mas, se olvidan de el, lo amontonan en su habitación o, lo que es peor, dedican un trastero especial o una habitación libre,

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para amontonar decenas de juguetes que, en ocasiones, ni han desempaquetado. Esto lo puedo afirmar y demostrar porque lo he visto.

• No pueden entrar en nuestro JUEGO, los padres que, por capricho, rabieta, enfado, gritos, lloros e histerias, infantiles, transigen en comprar otro juguete mas dentro de los inútiles, solo porque no saben imponer su autoridad paternal, o maternal, que es mas frecuente, para razonar, convencer y demostrar al niño que, “aquello” no lo necesita, porque ya tiene suficientes juguetes para entretenerse.

LOS VIDEO JUEGOS Y pasemos dentro de este capitulo, al FUERA DE JUEGO

de los mas perniciosos, perjudiciales y negativos juegos que padece la sociedad, y con ellos los niños, los adolescentes y la juventud en general.

Los videojuegos son evidentemente algo mas que una

diversión, un entretenimiento, son: un vicio; un fenómeno que necesita un estudio e investigación por parte de los responsables estatales para comprobarlo desde todos los puntos de vista imprescindibles: educativo, financiero, psicológico, tecnológico, social, de salud, etc.

Lástima no poderme extender en este tema final que

considero, en principio no como un juego, sino como una obsesión perjudicial y enfermiza por apasionamiento, que expone al niño o utilizador, (no digo jugador porque esta claro que no entra dentro de nuestro concepto de juego) a temas violentos, en los que sirve de forma virtual y se considera héroe participante, en los golpes, heridos, sangre, uso de armas, robos, asesinatos, uso de drogas, lenguaje obsceno, sexo a la vista, y otros muchos estímulos dañinos para la personalidad del niño, del adolescente y de la juventud en general. El problema no puede ser mas serio, porque conducen y provocan enfermedades mentales muy graves.

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Es muy difícil continuar con este tema antijuegos, después de todo lo expuesto en las paginas anteriores, pero es necesario dar un aviso urgente y alarmante, a todos los educadores, padres de familia, médicos organizaciones juveniles y autoridades estatales del peligro de los juegos virtuales en los que entran los llamados: videojuegos, las maquinas tragaperras, las consolas electrónicas, los programas de televisión, los teléfonos móviles, las “play station” las “nintendo”, las conexiones con internet o las múltiples siglas que están apareciendo que representan las trampas para caer mas fácilmente. He aquí algunas: MUD, COK, COLMUD, DUM, MAGE, MOO, MUCK, y otras muchas combinaciones. No puedo continuar porque honestamente desconozco gran parte de todo este movimiento económico-social que se esta desarrollando en el mundo cibernético y mi información es mínima. Pero si lo suficiente para considerar el inmenso peligro educativo que se esta desarrollando con la ciencia virtual, que conduce a enfermedades mentales, físicas en las manos, los ojos, crisis de sudoración, insomnio, obsesión, pesadillas y riesgos cardiovasculares como consecuencia de las muchas horas continuas y estáticas que dedican en estas maquinas infernales. Es explotar la virtualidad que contiene todo acto de estimulación, que no es real, es una trampa, un engaño. ESTA FUERA DE NUESTRO JUEGO.

Y lo peor es que, ¿CÓMO SERÁ EL FUTURO?

Mi más sincero agradecimiento a Zaida Fernández de Carranza con la que sin su colaboración no hubiera podido mecanografiar este trabajo y que tan amable y pacientemente me ha dedicado su tiempo.

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