El riesgo de crédito

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El riesgo de crédito Introducción La operación más típica de las entidades de crédito, junto con la aceptación de depósitos, es sin duda alguna la concesión de créditos. Estos como es lógico conllevan la asunción del riesgo de insolvencia por parte del acreditado. Ante esto el dilema que se le presenta a toda entidad de crédito es el siguiente: ¿Hasta que nivel de riesgo es aceptable asumir en cada operación?. Si no concedemos créditos no asumimos riesgos; pero difícilmente podremos hacer frente a los costes de explotación (no ya generar beneficios) si no realizamos este tipo de operaciones. La condición previa para que la marcha de una entidad de crédito sea estable y conforme a las previsiones efectuadas, radica en que la calidad de su cartera de inversiones (fundamentalmente préstamos y créditos). Para que el nivel de calidad de la inversión sea el adecuado es preciso contar con un equipo humano capacitado, así como con unos procedimientos de análisis que sean pertinentes a efectos de calificar el riesgo de cada operación y su seguimiento. El nivel de morosidad o de fallidos en la banca y cajas de ahorro no tiene que ser muy diferente entre unidades de negocio de las mismas características de tamaño y actividad. Las desviaciones sobre el standard del sector o del grupo de entidades similares suelen explicarse por una mala política de análisis de riesgos o por un excesivo deseo de crecimiento a cualquier precio. La morosidad y consiguientemente el riesgo suelen correr parejos con la situación económica del país. Así a una época de bonanza económica se corresponde un bajo índice de fallidos y morosos por operaciones de préstamo y crédito. Por el contrario cuando la crisis económica arrecia se suceden las suspensiones de pagos y quiebras de empresas con lo que los fallidos en la banca son mas cuantiosos. Los factores claves para determinar el riesgo de insolvencia o si se prefiere la incertidumbre de una determinada operación de préstamo son los siguientes: 1) La solvencia del acreditado. Para esto hay que conocer lo mejor posible al cliente y para ello es básico el análisis de su situación económico - financiera

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El riesgo de crédito Introducción La operación más típica de las entidades de crédito, junto con la aceptación de depósitos, es sin duda alguna la concesión de créditos. Estos como es lógico conllevan la asunción del riesgo de insolvencia por parte del acreditado. Ante esto el dilema que se le presenta a toda entidad de crédito es el siguiente: ¿Hasta que nivel de riesgo es aceptable asumir en cada operación?. Si no concedemos créditos no asumimos riesgos; pero difícilmente podremos hacer frente a los costes de explotación (no ya generar beneficios) si no realizamos este tipo de operaciones. La condición previa para que la marcha de una entidad de crédito sea estable y conforme a las previsiones efectuadas, radica en que la calidad de su cartera de inversiones (fundamentalmente préstamos y créditos). Para que el nivel de calidad de la inversión sea el adecuado es preciso contar con un equipo humano capacitado, así como con unos procedimientos de análisis que sean pertinentes a efectos de calificar el riesgo de cada operación y su seguimiento. El nivel de morosidad o de fallidos en la banca y cajas de ahorro no tiene que ser muy diferente entre unidades de negocio de las mismas características de tamaño y actividad. Las desviaciones sobre el standard del sector o del grupo de entidades similares suelen explicarse por una mala política de análisis de riesgos o por un excesivo deseo de crecimiento a cualquier precio. La morosidad y consiguientemente el riesgo suelen correr parejos con la situación económica del país. Así a una época de bonanza económica se corresponde un bajo índice de fallidos y morosos por operaciones de préstamo y crédito. Por el contrario cuando la crisis económica arrecia se suceden las suspensiones de pagos y quiebras de empresas con lo que los fallidos en la banca son mas cuantiosos. Los factores claves para determinar el riesgo de insolvencia o si se prefiere la incertidumbre de una determinada operación de préstamo son los siguientes: 1) La solvencia del acreditado. Para esto hay que conocer lo mejor posible al cliente y para ello es básico el análisis de su situación económico - financiera

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bien a través de sus ingresos personales y patrimonio, bien , en el caso de las empresas, a través de sus estados financieros. b) Las características de la operación en sí; ya que pueden ser sintomáticos cara a determinar una mayor o menor cantidad de riesgo. -El plazo (a mayor plazo mayor riesgo). - La cuantía (a mayor cuantía mayor riesgo). Se entiende aquí la cuantía no solo de la operación concreta sino el total de las deudas en relación con el patrimonio del acreditado. Las evaluaciones acerca de la tensión financiera que comporta la operación para el acreditado debe de hacerse teniendo en cuenta todas sus cargas anteriores. - La modalidad del crédito (a mayor ejecutoriedad existe un menor riesgo). Existen, además, determinadas modalidades de crédito, como el descuento comercial en las que el riesgo se atenúa, tanto por las garantías (derechos de cobro) como por el plazo, los ingresos en cuenta y la ejecutoriedad de los documentos descontados. - La finalidad de cada operación de crédito o préstamo (Puesto que financiar circulante implica mayores riesgos que financiar inmovilizado). c) Las garantías complementarias. Aunque la finalidad del banco no sea nunca el resarcirse de una mala operación con una buena garantía, lo cierto es que un complemento a las garantías de carácter personal ayuda a una buena resolución de la operación. Esto es así tanto por la posibilidad, no deseada, de ejecutar las garantías, como por la constatación de que una garantía importante contribuye a que el acreditado busque medios de pago antes que perder o poner en peligro aquella.1 Otros riesgos directamente relacionados con la insolvencia son los derivados de la concentración de créditos. Un número elevado de operaciones con un mismo acreditado (o con un grupo económico) además de aumentar el riesgo por la cuantía de la suma de las operaciones, obliga a la entidad prestamista a una vigilancia mucho mas estricta de la marcha de las operaciones del cliente, toda vez que las dificultades de aquel repercutirán de forma muy directa en la entidad financiera. Un elevado riesgo concentrado en un cliente puede generar el que un solo fallido de al traste con una entidad financiera y por otro lado obligará a aquella a proveer de fondos, caso de necesidad, a aquel cliente bajo la "amenaza" de una suspensión de pagos. A lo largo de las siguientes páginas se van a esbozar los rudimentos del análisis de los riesgos derivados de las operaciones crediticias. Se

1Las garantías mas usadas en Banca son: El afianzamiento personal de terceras personas que avalen al acreditado y las garantías reales. Entre las garantías reales hay que distinguir: 1) Las hipotecarias (el pago se asegura con bienes raíces); 2) Las monetarias (el pago se asegura con depósitos de dinero que se constituyen en la misma entidad); y 3) Prendarias (básicamente las constituidas mediante la pignoración de valores mobiliarios).

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comenzará por describir el proceso de concesión de créditos para continuar con la documentación que todo expediente de concesión de riesgo requiere. Se verá después el análisis que es preciso realizar antes de autorizar una operación para continuar con su seguimiento y analizar algunas de las causas mas típicas de la morosidad en banca.

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El proceso de concesión de créditos El proceso de concesión de créditos supone la realización de una serie de pasos o fases que pueden clasificarse o dividirse en las siguientes: 1) Solicitud; 2) Comprobación; 3) Estudio de la operación; 4) Concesión; 5) Formalización ; y 6) Disposición de fondos por parte del peticionario. La solicitud de concesión de un crédito comienza con la petición por parte del interesado a quien se le indica debe rellenar un impreso de solicitud. Dicho impreso responde generalmente a un modelo standard en el que se solicita información acerca de los aspectos básicos cara a la concesión del préstamo o crédito. Por lo general los impresos suelen adolecer, una vez rellenos, de dos deficiencias básicas: 1) la omisión de algunos datos, por desconocimiento o por la proximidad y familiaridad del cliente con la oficina que tramita la operación, y 2) los errores debidos a falta de comprensión de lo solicitado. Es básico que la solicitud esté firmada por el peticionario y , en su caso, por los avalistas. Asimismo son fundamentales los datos acerca de la finalidad y modalidad de inversión para poder determinar en una primera aproximación si el importe y el plazo al que se solicita son correctos. Conjuntamente con la solicitud suelen requerirse los siguientes documentos complementarios: PERSONAS FÍSICAS Fotocopia del NIF o cédula de identificación de los intervinientes. Justificante de la inversión e identificación del riesgo a acometer. Ultima nómina o certificación de haberes. Copia de la última declaración de renta. Justificantes de otros ingresos. Escrituras públicas de propiedades. PERSONAS JURÍDICAS Escritura de poderes de los representantes de la sociedad. Fotocopia del DNI o cédula identificativa de los representantes. Estados financieros de la sociedad. Ultima declaración del impuesto de sociedades.

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Escrituras públicas de propiedades . Proyecto o presupuesto de la inversión que se va a llevar a cabo. Además de estos datos que se solicitan a los peticionarios, los impresos de solicitud suelen llevar un apartado ( o existe otro impreso ad hoc) en el que se recogen informaciones de los empleados de la entidad concesionaria. Por lo general se trata de los informes del delegado de la oficina tramitante y del jefe de la zona en cuestión. El informe del delegado de la oficina que tramita el expediente, debe de incluir al menos los siguientes apartados o aspectos: 1) Conocimiento del cliente y de sus relaciones con la entidad (saldos, evolución, etc...); 2) Evaluación del ámbito de actuación del cliente; y 3) Relaciones comerciales del cliente que puedan ser conocidas por la entidad, tales como operaciones con otros clientes o personas de la localidad. El informe antedicho se considera de máxima utilidad, toda vez que será la oficina de la zona la que podrá dar los datos de partida para un análisis en profundidad de la información aportada por el cliente. Se recomienda que este tipo de opiniones sobre la clientela se basen en la comprobación de determinados aspectos acerca de su solvencia y no en meras constataciones de su saldo con la entidad o de opiniones consolidadas en el tiempo. A la opinión del delegado de la oficina que tramita la información debe de a adirse el informe del jefe de zona de la entidad bancaria. En este informe se hará constar, además de un estudio de la información contenida en la solicitud, una evaluación de la situación socio - económica de su zona de actuación y un informe de la evolución económica de la oficina que tramita la información ( niveles de inversión; de morosidad,; etc.). Con estas dos acotaciones a la información presentada por el cliente el expediente está listo para ser verificado. Recuérdese que las informaciones del delegado de la oficina y del jefe de zona deben de ser el contrapunto que permita a los analistas de riesgos el enjuiciar la información de una forma mas cercana a la realidad. A continuación la entidad procederá a verificar o validar la información contenida en la solicitud de préstamo. Como es lógico esta validación será tan exhaustiva como corresponda a la importancia de cada operación en cuestión. Para ello se procederá a: - La verificación registral de la fincabilidad, y en su caso ausencia de cargas y gravámenes, de los bienes declarados por el solicitante. Esto se consigue mediante notificaciones registrales. Hay que se alar que en el seguimiento de riesgos puede ser aconsejable el volver a comprobar este punto de la declaración del acreditado si existiesen dudas acerca de su exactitud con el paso del tiempo.

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- La inspección ocular de los bienes muebles declarados por el solicitante. en el caso de las operaciones de carácter hipotecario esta inspección debe de sustituirse por una tasación pericial acerca de las características y valor del bien aportado como garantía hipotecaria. - Para el caso de operaciones con garantía prendaria se hace necesaria la inspección de los bienes, así como en su caso la solicitud de la constitución de una póliza de seguro en la cual figure como beneficiaria la entidad prestamista. Con esto se cubren los riesgos de impago como consecuencia del siniestro de los bienes pignorados2. En el caso de la pignoración de acciones u otros títulos de carácter mobiliario se suele pedir el resguardo del depósito de aquellas. - También suelen solicitarse en determinadas operaciones de cierta cuantía los informes de sociedades especializadas que informan acerca de aspectos tales como: !) Inspecciones físicas de los bienes del solicitante. 2) Verificaciones registrales. 3) Valoraciones aproximadas. 4) Rentas anuales estimadas. 5) Información aproximada de las relaciones con otras entidades de financiación. - La información de los riesgos ya contraídos por el peticionario así como su "historial" con las entidades de financiación. Estos datos se obtienen de la central de información de riesgos del Banco de Espa a (CIR) y en su caso del registro de aceptaciones impagadas (RAI) al objeto de constatar su no inclusión en el mismo. - Por último se procederá al estudio del demandante y de la operación solicitada. Esto conlleva evaluar la solvencia del peticionario, y ver la adecuación y conveniencia de la operación a conceder. Para llevar a cabo esta tarea se realizará un estudio económico - financiero en el que se tomarán como base las declaraciones del solicitante así como las informaciones complementarias solicitadas al mismo o conseguidas directamente por la entidad por cualesquiera de los procedimientos anteriormente descritos. Con respecto al citado estudio hay que se alar que su amplitud y minuciosidad dependerá de cada operación ( cuantía, conocimiento del acreditado, etc.). Es importante que sea realizado por un departamento o por personas ajenas a las que han recabado la información y debe de tenerse en cuenta que no se trata de un informe decisorio sino mas bien consultivo; ya que la concesión o denegación corresponderá a instancias superiores.

2En el caso de los prestamos hipotecarios es obligatoria la contratación de un seguro de incendios a favor de la entidad concesionaria del préstamo y por importe del valor del préstamo concedido. Esta circunstancia es aprovechada por las entidades de crédito para inducir a los demandantes de préstamos a contratar pólizas de mayor cuantía y cobertura con entidades aseguradoras vinculadas al grupo bancario o financiero en cuestión.

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Cara a la evaluación de la solvencia del demandante se deberán valorar al menos los siguientes aspectos: Capacidad de pago del solicitante. Suficiencia de su patrimonio. Volumen de negocio con la entidad. Análisis patrimonial o de sus estados financieros. Análisis económico del sector donde actúa el peticionario. Por su parte en lo que respecta a la adecuación y conveniencia del proyecto que se pretende acometer será preciso preguntarse al menos sobre los siguientes apartados o aspectos: Finalidad y características de la inversión. Evaluación global del proyecto de inversión. Adecuación del plazo y tipo de interés. A partir de esta fase en la que ya se ha solicitado y evaluado la información y se ha elaborado un informe al respecto, se entra en la fase de aprobación Con todos los datos anteriores se elabora un expediente que tras su revisión se remitirá al órgano decisor (diferente según la importancia de cada operación) quien decidirá conceder o no el préstamo. Un factor clave a la hora de proseguir con la tramitación de un expediente es la comprobación de aquellos aspectos del mismo de los que pueda obtenerse pruebas de su veracidad. En otras palabras, aunque no todos los aspectos de lo declarado por el solicitante pueden ser comprobados deben de comprobarse lo mas relevantes y , sobre todo, paralizar el expediente en el momento en el que se detecten diferencias entre lo declarado y lo comprobado. Quien declara falsedades, comprobadas y no menos errores de elaboración, en el documento de solicitud es probable que esté intentando ocultar alguna carencia o exagerar su capacidad financiera por lo, con toda seguridad, que no será el mejor cliente. Una vez acordada la concesión de la operación se debe de proceder a su instrumentación o formalización documental. A este respecto caben diferentes modalidades de las que las mas usuales son: 1) Crédito 2) Préstamo 3) Aval.

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El crédito se instrumenta en una póliza de préstamo y crédito. Esta póliza que deberá de estar intervenida por corredor de comercio es la base para la operación en la que normalmente solo se solicitan garantías de tipo personal. El préstamo pude ser con garantía personal (con lo que también se instrumenta mediante póliza intervenidas por corredor de comercio colegiado) y con otro tipo de garantías. En el caso de que se trate de una operación con garantía hipotecaria el préstamo se instrumenta en escritura pública ante notario. En el caso de préstamos con garantía de valores se usa la póliza intervenida por corredor de comercio pero con el acompa amiento de una póliza de pignoración de valores a favor de la entidad concesionaria3. En otros prestamos con garantías reales se acude también a la instrumentación mediante pólizas de préstamo y crédito y de pignoración (con o sin desplazamiento de la prenda). Otra forma de instrumentar las operaciones de préstamo es a través de lo que se conoce como "efecto financiero" en el que el soporte de la operación es una letra de cambio y en la que los intereses totales de la operación son cobrados "al tirón". Por último los denominados prestamos sindicados y subastados por la importancia de la cuantía de los mismos así como por la cantidad de partes intervinientes se formalizan en escritura pública ante notario. Los avales se instrumentan en pólizas de fianza o afianzamiento intervenidas también por corredor de comercio colegiado. Formalizada y firmada la operación debe de ponerse la cantidad prestada a disposición del acreditado. La disposición se hace generalmente a través de la apertura o situación de los fondos en cuenta corriente a favor del prestatario y puede ser total o parcial, según se disponga de los fondos en una o varias veces. El expediente En este apartado repasaremos algunos de los documentos requeridos para el estudio y aprobación de las operaciones de préstamo, crédito y aval. El expediente de cada operación es el dossier comprensivo de toda la documentación que sustenta cada una de las operaciones estudiadas por la entidad. Es el lugar de necesaria referencia cuando se quiere conocer algún

3 A veces no se hace esta segunda póliza por sustituirse por una inclusión en la primera de la obligatoriedad de depositar los títulos, o el resguardo del deposito de aquellos en la entidad concesionaria.

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dato acerca del acreditado o del contrato establecido con el mismo. Toda esta documentación deberá de estar junta o al menos en el expediente constará donde encontrar aquella que no se encuentre físicamente unida a aquel. El expediente hay que entenderlo como algo dinámico, que se va enriqueciendo a lo largo del transcurso de la operación y que permite el seguimiento y control de aquella. De la importancia de una buena documentación de las operaciones nos habla la Circular 22/87 del Banco de Espa a, en su modificación de 20 de Octubre de 1987 al referirse a la clasificación de los riesgos dudosos. Así establece " Todos los créditos superiores a cuatro millones de pesetas que no se encuentren adecuadamente documentados. Cuando los titulares sean Sociedades, la documentación deberá comprender los oportunos estados contables actualizados (balances, cuentas de resultados, etc.) que permitan su análisis económico financiero". Los expedientes que se encontrasen en esta situación (mal documentados) darán lugar a que los activos sean clasificados como dudosos, y en consecuencia habrá que provisionar al menos un 10% de su importe, siempre de acuerdo con lo preceptuado en la referida circular 22/87. Entendemos que "documentación adecuada" es aquella que posibilita el tomar decisiones razonables4. Esta documentación debe de contener datos pertinentes y suficientes para poder evaluar al acreditado y a operación en cuestión; poder seguirla e informar acerca de las posibilidades de recuperación de la inversión con las que se cuenta. La búsqueda de esta información es una tarea ardua y sobre todo sumamente costosa. La cantidad de operaciones que se tramitan, la escasa cuantía de muchas de ellas y la mala organización administrativo - contable de buena parte de los acreditados dificultan sobremanera la búsqueda y actualización de la información necesaria5. Sin ánimo de exhaustividad diremos que la documentación básica de todo expediente es la necesaria para: - Conocer la solvencia del acreditado y aportar datos suficientes para evaluar la operación. - Ver la evolución e la operación, así como de su titular y las posibilidades de recuperación de la inversión.

4Hay que entender aquí que la información tiene un coste por lo que existen límites en la búsqueda de datos que ayuden a la toma de decisiones. Será la cuantía de la operación y la relación coste - beneficio entre los datos buscados y su pertinencia para tomar decisiones lo que nos dará la clave de donde cesar en el requerimiento de nuevos datos.

5 Una buena organización de búsqueda y gestión de la información acerca de las operaciones es básica, y ahorra mucho dinero, en la administración de los créditos. La información, los expedientes únicos por cliente y los procedimientos sistemáticos de revisión y demanda de informaciones complementarias ahorran costes y evitan muchos fallidos.

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Conocer las posibilidades de recobro en el caso de que la operación deba de pasar a los servicios jurídicos de la entidad. En el primer apartado estarían los documentos acreditativos de la personalidad de los solicitantes ( DNI, NIF, Tarjeta de residencia, poderes bastanteados, escrituras de constitución, etc.). Aquellos otros que se refieren a la solvencia de los prestatarios y su capacidad de generación e recursos ( Nóminas, estados financieros, copias declaraciones de renta y sociedades, proyectos de inversión, análisis de los estados financieros, etc.). Asimismo el expediente debe de contener la información referente a las garantías que en el caso de las garantías de tipo personal incluiría las declaraciones de bienes de los acreditados y avalistas; las verificaciones registrales y tasaciones periciales,; los informes externos solicitados; los datos de la CIR del Banco de España y del RAI, o sus equivalentes en el país en el cual se opere, y el informe de la entidad prestamista. Cuando las garantías sean hipotecarias será preciso tener constancias de los justificantes de propiedad, cargas y gravámenes, tasaciones, pólizas de seguro (con cesión a la entidad), licencias de construcción etc.. También se requerirá la tasación pericial en el caso de las garantías prendarias y cuando se trate de depósitos afectos a la operación se requerirá documentación acreditativa de la afectación y justificativa del bloqueo del depósito. La documentación necesaria incluirá también, en este primer apartado, constancia documental de la operación así como de las condiciones en las que se aprobó y por quién. También contendrá datos suficientes acerca del destino de los fondos y en su caso documentación acreditativa de la realización de la inversión (destino de los fondos) y datos que permitan opinar sobre su viabilidad. En cuanto al segundo apartado - datos para el seguimiento de la operación - hay que contar con información que permita comprobar si se mantienen las condiciones que permitieron la concesión de la operación en su momento. Como es lógico esta parte del expediente es la más difícil de actualizar y el requerimiento de datos al acreditado o la búsqueda de los mismos dependerá de la cuantía de la operación y de la situación en que se encuentre el acreditado. Así no será igual el seguimiento de una operación de préstamo al consumo por un millón de pesetas que la de un cliente en suspensión de pagos y con varias operaciones en curso. Los datos que se perseguirán son los ingresos y gastos de los particulares, así como sus incidencias patrimoniales relevantes y en el caso de empresarios y sociedades los estados financieros y en su caso los análisis económico - financieros a realizar sobre la situación del acreditado. Cuando las operaciones se encuentren en situación irregular (mora, fallido, etc.) en el expediente constará la identificación de los impagados y el posible historial de moras anteriores; la situación de vigencia de las garantías y de los avalistas; copia de los requerimientos de pago enviados e información

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sobre los intentos de cobro realizados y en ocasiones informe sobre las posibilidades de recuperación. Cuando una operación requiere ser pasada a la asesoría jurídica para que inicie los trámites de cobro, es preciso facilitar a esta las declaraciones de bienes, verificaciones y tasaciones (actualizadas), la póliza o escritura de la operación y los informes sobre las posibilidades de recuperación (bienes, avalistas, porcentaje de recobro estimativo, etc.). Cerraremos este apartado con una relación de aquellos aspectos de un expediente que los servicios de inspección del Banco de Espa a suelen evaluar para considerar adecuada o no a documentación de la operación en cuestión6. - Solicitud firmada de la operación en la que se identifiquen claramente las condiciones (plazos, tipos, cuantías y condiciones de devolución). - Identificación plena de deudores y avalistas. - Finalidad de la operación y beneficiario último de la misma. - Riesgos de los titulares y avalistas (declaraciones propias y de la CIR). - Estados financieros, proyectos, planes de negocio, etc. - Informes documentados que dieron lugar a la concesión y capacidad jurídica de quienes aprobaron la operación. - Declaraciones de bienes, comprobaciones registrales y tasaciones independientes. - Situación pasiva del titular, avalistas y del grupo económico.

6 Esta relación no es exhaustiva y se basa exclusivamente en la constatación de las practicas y observaciones formuladas habitualmente en los informes de inspección del Banco de Espa a.

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Evaluación del riesgo crediticio Objetivo “Evaluar si la capacidad de generación de fondos de la empresa prestataria va a ser suficiente para devolver el capital prestado mas los intereses correspondientes”. Para ello es importante determinar: a) Qué estoy analizando (debe darse un enfoque diferente para una empresa industrial, comercializadora, entidad financiera, proyecto de inversión, inmobiliario,...), y qué es lo que debo analizar (no es lo mismo empresa independiente, que empresa perteneciente a un grupo y que es mero eslabón en la cadena de valor: ej. Telefónica móviles dentro del grupo Telefónica). b) Que tipo de operación que voy analizar, si es a corto o a largo plazo (situación financiera actual de la empresa y liquidez, frente a solvencia y posición en el mercado,...) (el. postfinanciación de una exportación a 3 meses frente a un crédito para financiar la expansión en el extranjero). Análisis del sector Sirve para intentar conocer las variables básicas que conforman la actividad empresarial en ese sector. Dependiendo de la actividad y del tipo de sector que se analiza se fijará más en unos o en otros conceptos, pero por lo general y si se trata de una empresa industrial y de una operación a largo plazo, se intentará determinar, básicamente:

- Barreras de ingreso al sector: inversión necesaria, economías de escala, acceso a canales de distribución, reacción de las empresas instaladas.

- Situación de la competencia: muchos o pocos competidores, equilibrio entre ellos. crecimiento rápido-lento-decrecimiento del sector, estructura de costes (fijos y variables), utilización de capacidad instalada, barreras de salida (sociales, activos especializados, etcétera ... ).

- Productos sustitutivos: el. Telepizza y Fast-food frente a restaurantes tradicionales.

- Poder negociador de clientes: concentrado por volumen de compra, producto no diferenciado, amenaza de integración hacia atrás (el. grandes almacenes).

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- Poder negociador de proveedores: si son pocos o muchos, producto diferenciado o no, integración hacia adelante. * Fuentes de información externa: Memorias de las propias empresas.

Asociaciones Patronales de cada sector, publicaciones especializadas y prensa nacional y extranjera, Secretaría General Ministerio de Economía, Oficina de Información Económica de la CE, etc.

* Fuentes de información interna: Información de clientes de su propio

sector. El análisis de la empresa En la medida en que se pueda tener información, y dependiendo del tipo de empresa a analizar, es necesario conocer: - Producto/mercado: monoproducto o diversificado, diferenciado o no, estacional o no, en qué fase del ciclo de vida del producto, y del mercado. Recuerde que Producto, en sentido amplio, puede ser también un servicio. - Proceso de producción: intensidad en mano de obra o en capital, especializado o no, integrado o subcontratado, continuo o no, estacionalidad. Grado de ocupación de las instalaciones, patentes.... - Comercialización: canales, mayoristas, minoristas,... diversificación o concentración de sus clientes, poder negociador (volumen, producto diferenciado, precios, plazos.... pedidos o contratos de suministro a medio plazo, exclusiva o no,...

- Laboral: intensidad en mano obra, especialización, poder negociador, conflictividad.

- Gerencia: experiencia en el negocio, cotización en Bolsa carácter unipersonal o familiar, reputación y antecedentes, sucesión, estabilidad en la cúpula directiva y en el accionariado,... Coincidencia de accionistas o consejeros con otra empresa o grupos... - Financiación: rentabilidad. solvencia, liquidez. Desde el punto de vista del accionista y desde el punto de vista de acreedores. Información escrita que suele requerir: Empresa: Memorias de la empresa (estados financieros, informes de

auditoría y de gestión completos, información sobre su actividad, sobre su cotización en Bolsa, etc). Solicitud de lista de los principales clientes (en ocasiones petición de copia de la Declaración de Operaciones), de los principales proveedores, y principales bancos. petición de cartera de

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pedidos o de obra adjudicada (volúmenes y plazos), escrituras de constitución o de ampliación de capital, etc.

Terceros: Referencias bancarias o de proveedores en su caso.

Registro Mercantil y de la Propiedad (cargas de los activos). CNMV (cifras, participaciones y consejeros). CIRBE y RAI si disponibles. Prensa y Publicaciones. Directorios (DICODI, FOMENTO, Guía de Accionistas, ICEX, Guía Telefónica). Informes comerciales.

Internas:Otros clientes del mismo sector, experiencia de la operativo con ella

(saldos que mantiene, descubiertos o retraso en pagos .... ). La información y las impresiones del departamento operativo correspondientes son clave.

Otros: Dependiendo del tipo de empresa a analizar puede ser que haya que

solicitar alaún documento o información específica: Por ejemplo, en un proyecto inmobiliario, el título de propiedad del suelo, licencias de construcción, declaración de obra nueva,... En un proyecto de inversión, el contrato de explotación, licencias y permisos. En las operaciones de leasing, contrastar el proveedor y la factura, etc.

En todo caso, SIEMPRE RESULTA NECESARIO CONTRASTAR LA "CALIDAD" DE LA INFORMACIÓN QUE SE MANEJA.

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EL ANALISIS FINANCIERO DE LAS OPERACIONES

* Documentos básicos utilizados (además de la información se alada anteriormente): Balances, Cuentas de Resultados y Estado de Origen y Aplicación de Fondos (EOAF) de al menos los tres últimos años.

- Balance: Refleja la situación patrimonial y financiera de la empresa en un momento dado. Es estático.

- Cuenta de Resultados: Ingresos y gastos (no cobros y pagos) de un período determinado. Es dinámica.

- EOAF (estado de origen y aplicación de fondos): Evolución desde una situación estática de un balance a otra situación estática posterior a través de la cuenta de resultados. No refleja ingresos y gastos, sino fondos obtenidos y aplicados en un lapso de tiempo entre dos balances.

* Balances típicos:

Empresa Empresa Hipermercados Constructora Industrial Comercial A P RP AF RP RP AF RALP AF RP AF RALP RALP AC RALP AC RACP AC RACP AC RACP RACP - Empresa industrial: Importante activo fijo, (maquinaria e instalaciones), que necesariamente tienen que ser financiadas con recursos permantentes (RP+RALP). Intensiva en capital y mano de obra (costes fijos).

- Comercializadora: Apenas si dispone de AF (oficina y quizá algún almacén o delegación). Dependiendo de cómo compre y cómo venda, tendrá unos circulantes mayores o menores, pero en principio, sus activos serán primordialmente existencias y cuentas a cobrar, mientras que su financiación será de proveedores, y algo de recursos permanentes que financien el AF y cubra "anormalidades" en la evolución de sus circulantes activos (fondo de maniobra positivo). Poco intensivos en capital (sí algo en capital circulante) y costes fijos muy bajos generalmente.

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- Hipermercado: Cobro al contado de casi todas sus ventas y paga

aplazadamente sus compras. Tiene un exceso de liquidez durante una serie de días, y si los flujos son constantes, puede invertir en activo fijo (nuevos centros), aunque su financiación sea a corto plazo (fondo de maniobra negativo). Pero necesita constancia de sus flujos de ingresos, porque sus márgenes suelen ser muy peque os y aunque en peque a proporción, tiene costes fijos (amortización y personal).

- Constructora: Normalmente activos fijos elevados, pero también sus circulantes (largos períodos de cobro). Necesidad de financiación con recursos permanentes de una parte importante de su circulante. Consideraciones en torno a partidas de balance A) Activo Fijo: Inversiones a larao plazo. - Inmovilizado Material:

- Adecuación a su actividad (por dimensión y uso) - Valoración: reservas ocultas, revalorizaciones unilaterales. - Amortización: Adecuación de la acumulada y dotada. - Cargas. - Inmovilizado Inmaterial: - Valoración de gastos I+D - Otros gastos amortizables (indemnizaciones despidos, campa as publicidad, etc) - Patentes, marcas, (ver situación si son importantes). - Leasing: importes, compa ías, deudas. - Fondo de Comercio. Sólo si hay transmisión de la empresa. - Inmovilizado Financiero: - Participaciones directas o indirectas. Relación accionarial,

comercial e industrial. - Valoraciones, e información sobre las filiales. No sólo valor contable, también deuda. Por ello intentar analizar el consolidado. - Préstamos a filiales se cobran? "efecto dominó". B) Activo circulante: Inversiones con posibilidad de realizacion a corto plazo (realizable) o inmediata (disponible). - Deudores comerciales (clientes, ef. com. a cobrar,...). - tipo de clientes y calidad de los mismos (morosidad y provisiones). - contrastar los períodos de cobro que dice la empresa con el período medio teórico. Reclasificación a largo plazo en su caso. - Aseguramiento (crédito y caución, CESCE...

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- Descuento y factoring.

- Otros deudores: De dónde procede esa deuda. Razonabilidad de cobro. Plazo de la deuda.

Cómo se ha instrumentalizado, - Saldos a cobrar a compa ías del grupo o asociadas: cómo funciona el grupo. Operativa de cobro. - Contraste del volumen de descuento y RAI. - Existencias (obra en curso): - Contrastar la información de la empresa con la rotación teórica. - Producto especializado o commodity, perecedero o no. - Trabajo bajo pedido o programado.

- Valoración (a precio de coste, o de mercado). - Previsión por deprecíacíón.

- Que no haya prenda sobre existencias. - Inversiones Finacieras. Temporales: - Que sean realmente a corto plazo. Si no, se reciasifícan a inmovilizado. - Que no garanticen financiación concedida. C) Recursos Propios - Capital: - Si está totalmente desembolsado. - Acciones nominativas o al portador. Distribución del accionariado. - Ampliación de capital realizadas con cargo a reservas, con aportación de fondos? - Reservas: - Revalorizaciones unilaterales y provisiones, no admisibles. - Ver la política de dividendos capitalización por no reparto de beneficios. - Subvenciones de capital: sólo sí a fondo perdido y se cumplen las condiciones de concesión (si no, son deuda). Ver si cobradas o no. D) Deuda a largo plazo

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- Destino de los fondos. - Parte a corto de la deuda a largo. - Garantías. - Vencimientos. E) Deuda a corto plazo

- Acreedores comerciales (proveedores, ej. com. a pagar): - Confrontar información de la empresa. - Coherencia con condiciones de cobro a clientes. - Instrumentado en facturas? letras aceptadas?

- Acreedores no comerciales:

- Compa ías del grupo, Entidades Públicas. - Ojo a los saldos con Seguridad Social y con trabajadores.

- Deuda bancaria:

- Contrastar con CIRBE - Razonabilidad gastos financieros - Reclasificar a corto la parte correspondiente de la deuda a largo. - Garantias. - Qué entidades. REFERENCIA A LA CUENTA DE RESULTAL)OS Es preciso fijarse en su evolución y conocer el porqué de esa evolución: cifra de ingresos, evolución de los costes (en cifra absoluta y como % de los ingresos), coherencia de éstos con la actividad que realiza la empresa y con su estructura financiera, comportamiento como fijos o variables,... Atención a los ingresos y gastos extraordinarios, y al "juego" de amortización, provisiones y beneficio. Las variaciones importantes o la falta de coherencia de alguna de las partidas deben ser explicadas. REFERENCIA AL EOAF Se trata de un documento que permite observar la forma en que se han realizado en un período las inversiones y gastos de una empresa y las fuentes de financiación e ingresos necesarios para realizar aquéllas. Pone en relación la cuenta de resultados (fondos generados por las operaciones) con las diferencias entre los balances del principio y final del período contemplado. Orígenes de fondos Aplicaciones de fondos F.G.O. positivo F.G.O. negativo

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Aumento de pasivo Reducción pasivo (devoluc. fondos) Disminuc. activo (desinversión) Aumento activo (inversión) RELACIONES 0 RATIOS FINANCIEROS Advertencia previa: El análisis financiero NO SE BASA EN LOS RATIOS, sino en intentar, a través de los documentos de que disponemos y con la información con que se cuenta, evaluar una REALIDAD que va más allá de meras partidas contables y meras"leyes" financieras. Esa realidad es compleja, no hay dos empresas iguales, por lo que se tiene que tener en cuenta sus peculiaridades. Los ratios son sólo instrumentos que ayudan a analizar esa realidad, al poner en relación entre si unos conceptos representados por partidas contables, pero no pasan de ser meros instrumentos, y además su interpretacion debe hacerse siempre en base a las peculiaridades de cada empresa : un ratio "bueno" para una empresa puede ser “malo" en otra (por ejemplo, un fondo de maniobra negativo en un hipermercado y en una constructora). A continuación se recogen algunos de los ratios más comunes, pero pueden ser aplicados éstos o cualquier otro que sea idóneo para analizar algún punto concreto. RATIOS

RENTABILIDAD R.O.S.= Beneficio neto/Ventas R.O.E.= Beneficio neto/R.Propios R.O.I..= Beneficio neto/Activo

LIQUIDEZ Fondo Maniobra = AC-PC = (RP+RALP)-AF Liquidez = AC/PC Liquidez estricta = (AC-inventario)/PC Test ácido = A Disponible /PC SOLVENCIA Solvencia = A Real/PExigible = A/(RALP+RACP) Endeudamiento = RP/Pasivo Apalancamiento = PExigible/RP = (RALP+RACP)/RP Cobertura A Fijo = (RP+RALP)/AF ROTACIONES Pdo. medio cobro = (deud.comerc.lventas)*365 Rotac. inventario = (invent./coste ventas)*365 Pdo. medio pago = (acreed.comerc.lcompras)*365 Pdo. medio mad. = (pm.cobro + rot.invent)-pm.pago

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EFICIENCIA Intensidad capital = Ventas/Activos Inv. ciclo explot = Deud.com. + invent - acreed.com. CAPACIDAD PAGO Benef.Antes Int.lmptos/Intereses = BAIT/1 AUTOFINANCIACION (Beneficio retenido + amortiz.)/ Inversión anual. SITUACIÓN CONTABLE DE SUSPENSIÓN DE PAGOS Y OUIEBRA TÉCNICA a) Suspensión de pagos: El activo real es superior al pasivo exigible, pero la falta de liquidez impide atender los pagos de la deuda. Es un problema de liquidez, no de solvencia. En general: ACTIVO PASIVO R. Perman AF RACP AC b) Quiebra técnica : El activo real es inferiór al pasivo exigible. Es un problema de solvencia. Ejemplo: ACTIVO PASIVO real Capital 110 Pérdidas acum. (140) 100 P.exigible 130 ---------- ---------- 100 100

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P A

Deuda GARANTIAS Para cubrir el riesgo de un posible incumplimiento se pueden adoptar garantías reales sobre bienes: prenda, hipoteca, personales (avales de socios o de un tercero, depósitos afectos... No entramos en ellos por lo amplio de la casuistica en la Normalización de las mismas. DECISIÓN DE INVERSIÓN - ASUNCIÓN DEL RIESGO Depende de multitud de criterios. Entre otros y sin ánimo de ser exhaustivos pueden citarse: - Del riesgo de la empresa en sí, tanto operativo como financiero. - De los términos en que se presente la operación, así como, en su caso, las Garantías estimadas necesarias. - De la concentración de riesgos del banco con esa empresa o en ese sector, y de la estrategia futura respecto a diversificación (sectores, importes, plazos, tipos de operación,...). - De la experiencia previa con nuestra entidad. Confianza en la honestidad y el conocimiento del negocio por parte de la gerencia. - En todo caso, de la percepción existente de la relación entre rentabilidad y riesgo asumido.

- De situaciones coyunturales del banco o del mercado de dinero. Un inciso que creemos conveniente tener en cuenta-. Desde el punto de vista de la empresa, la diversificación de sus fuentes de financiación (deuda comercial, financiación bancaria, obligaciones, bonos .... ) multiplica su capacidad de acceso a crédito y ademas, dentro de una misma fuente de financiación (por ejemplo, financiación bancaria) la diversificación del número de proveedores financieros multiplica asimismo su acceso a credito. Normalmente se piensa en términos de "esta empresa puede soportar perfectamente un riesgo de X millones", o de "en esta empresa estoy dispuesto a invertir X", pero esto lo pueden aducir 5, 7 ó 15 bancos, con lo que, en algunos casos, los recursos captados (y debidos por la empresa) a los bancos pueden ser de 5X, 7X 6 15X. Esto puede ser difícil de controlar en el corto plazo, especialmente en empresas con las que no hay experiencia previa. SEGUIMIENTO DEL RIESGO

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Es tan importante como la evaluación inicial, porque la empresa es un ente dinámico, sujeto a evolución interna y a cambios en su entorno. Es necesaria la revision periódica, dependiendo su frecuencia de la naturaleza de la empresa (sector estable o sujeto a cambios, empresa ya madura o en fase de expansión, mayor o menor riesgo operativo o financiero .... ). Para ello es imprescindible contar con información actualizada (semejante a la se alada anteriormente), revisión de CIRBE y RAI, y vigilancia de la operativo de la empresa. Sin ánimo exhaustivo se recogen una serie de posibles "se ales de alarma": - Conocimiento de dificultades en empresas del mismo sector. - Conocimiento de dificultades en empresas pertenecientes al mismo grupo, o relacionadas accionarial o gerencialmente. - Conocimiento de dificultades en clientes o proveedores de la empresa. - Cambios importantes en la empresa: ej. muerte del titular de la empresa, reorganización de personas y/o cargos, cambios en la organización del grupo, cambios de accionariado o de consejeros, fusiones, escisiones,... - Cambios en personalidad jurídica o en estatutos (ej. poderes, cambio de domicilio social,...). - Alteración de rotaciones de cobros, inventarias o pagos sin justificación "razonable". - Fuerte disposición repentina de sus líneas de crédito y aumento de compras sin razón aparente (no hay un pedido extraordinario ni unas condiciones temporalmente ventajosas de abastecimiento). - Retirada de otros bancos, o sustitución de sus proveedores habituales (comerciales y financieros). - Situaciones excepcionales huelgas en la empresa o en sus clientes y proveedores, malas noticias de prensa - Sustitución de cuentas de "Proveedores" por "Efectos a pagar". - Poca transparencia informativa. - Devaluaciones o alteraciones bruscas en las condiciones de mercado. - Endurecimiento de las condiciones de competencia: entrada de nuevos

competidores, guerras de precios, estancamiento del mercado - Retrasos en los pagos por falta de firnas con poderes, o por vacaciones SEGUIMIENTO DEL RIESGO En los niveles de gestión el seguimiento del riesgo es una disciplina de carácter obligatorio si se quiere mantener una permanente y dinámica valoración del riesgo de la entidad. En este sentido cobra especial importancia el seguimiento de la cartera de inversiones, en especial la de créditos.

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El riesgo de las operaciones crediticias debe de ser seguido sistemática y continuadamente. Para ello conviene dise ar unos procedimientos sistemáticos de revisión que incluirán: 1) Un catálogo de aspectos a revisar, 2) Un manual de procedimientos, 3) Las fechas de revisión y 4) Unos impresos para efectuar el seguimiento. El seguimiento de las operaciones tiene que ser a la vez automático y ágil. Deben de existir "se ales de alerta" que indiquen que se ha producido alguna incidencia significativa en la operación y que requiere un análisis detallado. Los informes o expedientes de seguimiento deben de contener no solo la relación de comprobaciones efectuadas y las posibles incidencias; sino también como se han solucionado. Estos expedientes deben en suma permitir una reconstrucción completa del historial de cada operación. La evaluación del riesgo de los clientes no se agota en la evaluación cara a la concesión de cada operación puesto que los factores de riesgo son variables y pueden dejar sin validez una decisión tomada de forma acertada en otro momento anterior de tiempo. Es más la estadística nos muestra que son mas los fallidos y morosos debidos a la falta de seguimiento de las operaciones que a las concesiones iniciales erróneas. En muchas ocasiones la variación del riesgo de cada cliente puede detectarse en base a elementos de su entornos ajenos a aquel. Así una mala marcha del sector en el que opera o la quiebra de uno de sus clientes nos pueden dar las claves de una previsible dificultad de nuestro cliente para hacer frente a sus compromisos de pago. La anticipación es en definitiva la clave para la elaboración de un plan de salida o de reforzamiento de las garantías. Desde el punto de vista genérico de gestión de la entidad el riesgo de la clientela hay que seguirlo a través de índices que nos revelen la evolución del riesgo y la detección de puntos conflictivos. Esto se hace a dos niveles diferentes: * Seguimiento de los clientes(importantes) a través de se ales de alerta. * Seguimiento de cada oficina mediante la evolución de sus índices de calidad.

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Se presenta a continuación un modelo de impreso para el seguimiento genérico de riesgos en una entidad financiera. VERIFICACIÓN A EFECTUAR COMPROBA

DO POR Y FECHA

Se han cumplido las condiciones básicas de la operación (tipos, plazo, amortización y comisiones).

La documentación existente en el expediente es la adecuada.

La aprobación esta hecha por persona autorizada y está registrada en las actas correspondientes.

El préstamo esta documentado en documento público y está la copia en el expediente.

Las garantías aportadas siguen vigentes y son suficientes.

Las hipotecas han liquidado el impuesto correspondiente. Se tiene copia o está en trámite la recepción de aquella.

La financiación se aplicó a la finalidad prevista.

Se han cancelado las operaciones refinanciadas antes de proceder a realizar la nueva operación.7

Se han bloqueado los saldos acordados.

Se han cumplido las compensaciones comerciales acordadas.

La calidad del papel descontado responde a lo acordado.

No se conocen circunstancias que permitan suponer una merma en la capacidad de pago del acreditado.

Ha concertado el cliente nuevas operaciones (en ese caso se ha procedido a examinar los expedientes de forma conjunta)

7 En las refinanciaciones de operaciones incursas en mora es preceptivo que se liquide previamente la operación originaria antes de proceder a concertar una nueva.

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INFORMACIÓN UTILIZADA POR ENTIDADES DE CRÉDITO PARA EVALUAR EL RIESGO CREDITICIO Por las características particulares del negocio bancario es necesario establecer un sistema organizativo capaz de evaluar el riesgo crediticio mediante el cual se controlen las operaciones crediticias. Para realizar un análisis de riesgo de las operaciones de crédito hay que considerar: A) Aspectos Generales: - Análisis general de la situación patrimonial de la entidad de cara a la política crediticia activa. - Análisis sectorial de la política crediticia activa a nivel nacional y por zonas geográficas. - Situación económica nacional e internacional ( de regresión o de expansión) - Posturas tradicionales de la entidad de crédito en política crediticia activa. - Nuevas formas de actuación en política crediticia activa. B) Operatoria corriente a seguir frente a una solicitud de crédito: Para ello es necesario disponer de fuentes de información que aseguren un riesgo controlado y que ayuden a la entidad a una correcta toma de decisión. FUENTES DE INFORMACIÓN DIRECTAS * Solicitud de información al cliente: - Datos de identificación (Nombre o razón social, dirección, NIF/CIF, socios, accionistas, pertenencia a grupos, fecha de constitución, capital social...)

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- Datos económico-comerciales (Estados financieros, personal empleado, volumen de exportaciones, papel comercial nacional y extranjero, principales proveedores y clientes, sociedades en las que participa, leasing, descripción de la producción) - Datos sobre garantías ofrecidas (Depósitos en entidades de crédito, Bienes inmuebles, datos de inscripción registral, cargas sobre bienes inmuebles, tipo de seguros concertados, inversiones financieras, otros bienes muebles como vehículos etc.) - Otros datos de interés ( Consejo de administración, relaciones con otras entidades, antecedentes bancarios: saldos medios, riesgos personales, depósitos de valores, descuento comercial, riesgo de firma etc... Dentro del análisis de riesgos el apartado de los antecedentes bancarios constituye uno de los aspectos más importantes a la hora de tomar la decisión por la entidad, ya que la experiencia acumulada a lo largo de las relaciones con el cliente permite analizar su evolución. * Visitas personales Es conveniente la visita a la ubicación física de la empresa para constatar los datos suministrados por el cliente y lograr una adecuada armonía en la relación banco-cliente que salve las barreras frías y distantes de un simple expediente. De esas visitas se pueden obtener conclusiones valiosas sobre la integridad, experiencia, iniciativas, habilidad y prudencia de los recursos humanos existentes en la empresa. FUENTES DE INFORMACIÓN INDIRECTAS Con el fin de comprobar los datos obtenidos de forma directa y detectar posibles actuaciones fraudulentas por parte del cliente, es importante acceder a otras fuentes de información que analizadas junto con las anteriores ayuden a que la decisión final sea lo más objetiva posible. Tales fuentes son: a) Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI) Para conocer la solvencia y cumplimiento de las obligaciones de pago contraídas anteriormente por el cliente. La información que deben suministrar las entidades de crédito es: * Altas de las operaciones impagadas con la siguiente información: - Nombre o razón social del librado. - NIF/CIF

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- Librador - Indicación si el efecto está o no protestado. - Fecha de vencimiento e importe. * Anulación de las aceptaciones impagadas por los siguientes conceptos: - Error de la entidad bancaria, en cuyo caso se producirá la baja en el registro. - Impagado satisfecho - Anulación de demanda - Desconocido Esta información debe ser enviada por las entidades de crédito al RAI el cual procede a su tratamiento informático obteniendose: - Relación de aceptaciones impagadas en períodos mensuales - Relación histórica de aceptaciones impagadas - Fichero histórico de aceptaciones impagadas. También resulta conveniente recavar información sobre las demandas judiciales para comprobar si el cliente se encuentra en alguna de ellas, por las repercusiones que éstas pueden tener en su patrimonio. b) Central de información de riesgos (CIR) Se trata de un servicio del banco de Espa a donde aparece mensualmente los riesgos contraidos por las entidades de crédito y sus titulares. Los riesgos se tipifican en: - Directos: son los préstamos y créditos concedidos por la entidad declarante o de las operaciones de leasing que la misma concierte con sus clientes y títulos-valores de renta fija que posea excepto las emitidas por el Estado y otros organismos de la Administración. - Indirectos: son los contraidos por la entidad con quienes garantizan o avalan operaciones de riesgo directo. Los datos y circunstancias de los titulares, por riesgos contraídos, que las entidades deberán remitir al CIR son: Identificación, sector (publico o privado) actividad económica, provincia y situaciones especiales como quiebra, suspensión de pagos, moratoria o insolvencia . Mientras que los datos y circunstancias sobre los riesgos son: Conceptuación del riesgo como directo o indirecto, instrumentación del

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riesgo, moneda de la operación, garantías recibidas, situación (corriente, vencido, dudoso o moroso). Los límites establecidos por la CIR para declarar los riesgos directos e indirectos son: - Que el riesgo directo total de la entidad declarante con su cliente sea igual o superior a 4 millones de pesetas. - Que el riesgo indirecto total de la entidad declarante con su cliente sea superior a 10 millones de pesetas. - Si el cliente está incurso en suspensión de pagos, quiebra, moratoria o insolvencia, se declarará siempre, prescindiendo de la cuantía. El CIR también puede facilitar, previa solicitud , esta información de clientes no declarados por ella, pero se requiere acompa ar una autorización firmada del cliente investigado. c) Registro de la Propiedad y Registro Mercantil Se acude al Registro de la Propiedad para comprobar la veracidad de los datos suministrados por el cliente en lo referente a bienes inmuebles para comprobar si están o no libres de cargas, ver quién es el titular etc. En el Registro Mercantil se comprueban datos referentes a la fecha de constitución, capital social, ampliaciones, socios-accionistas, etc. d) Agencias de Información En el caso de nuevos clientes o clientes poco conocidos, las entidades de crédito recurren a servicios prestados por las Agencias de Información las cuales elaboran informes comerciales sobre el cliente. e) Clientes y Proveedores A través de los clientes y proveedores habituales se puede obtener una valiosa información para completar todo lo anterior sobre la calidad de los productos, puntualidad en la entrega, plazo de vencimiento de los giros, etc. 5. EL CONTROL DEL RIESGO. El control del riesgo crediticio es una cuestión de orden público de la que no sólo se ocupan las entidades que lo asumen, sino también las autoridades políticas a través de sus Bancos Centrales y autoridades monetarias. Pretenden la seguridad de los fondos reembolsables tomados en depósito y el correcto funcionamiento del Sistema de Pagos. Para asegurar su estabilidad, no

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deben imponerse exigencias justificadas tan sólo "en el peor de los casos", pues ello acabaría redundando en la pérdida de eficiencia del propio sistema. En consecuencia, debemos distinguir entre los sistemas de control interno, que establecen las entidades y los de control externo, del que se ocupan las autoridades supervisoras. 5.1. Los Sistemas de Control Interno. Se implementan a través de la unidad de Auditoría Interna o de Intervención. Antes de la aparición de las grandes firmas internacionales de auditoría, con capacidad para desarrollar su misión y certificar la veracidad de los Estados Económico-financieros de los grandes bancos, en la segunda mitad del siglo XX, el control de la operativa y del cumplimiento de la ortodoxia bancaria lo llevaban a cabo las unidades de Intervención, que desde las centrales supervisaban a todas las unidades operativas con interventores regionales, locales y de oficina. Pero la llegada de las grandes firmas de auditoría internacionales, junto con la obligación impuesta por la legislación mercantil en nuestro país, la supervisión interna de las entidades de crédito se encomendó a éstas y, para reducir su coste y facilitarles el trabajo, se crearon los Departamentos de Auditoría Interna, donde un grupo de profesionales adiestrados en la materia ejercen la doble función de un primer control y de preparación de la información que periódicamente requiere la Auditoría Externa, nombrada por el Consejo de Administración para emitir su informe anual, que se transcribe literalmente en la Memoria de cada ejercicio económico y del que se da copia a la autoridad monetaria. 5.2. El Control Externo de las Entidades de Crédito. Las funciones de supervisión, control y disciplina de los sistemas financieros la ejercen sus autoridades monetarias y en nuestro caso esta misión corresponde al Banco de España. Su justificación se basa en el interés público y social de la actividad bancaria, que administra fondos de los depositantes y gestiona el Sistema de Pagos del país y se debe articular sobre los criterios de prudencia del buen banquero, como regla de comportamiento profesional, los criterios de la doctrina académica y el consenso de autoridades, expertos y entidades. Los sistemas de control externo deben estar bien estructurados y ser coherentes a fin de no impedir el desarrollo de actividades perfectamente asumibles desde el punto de vista del riesgo, ni de inhibir por su rigurosidad la búsqueda de controles propios en las entidades, llevándolas a confiar en que, cumplido el criterio oficial, tienen resuelto el problema de gestión del riesgo, cuando esto no puede ser así. Un correcto sistema de control debe exigir unos mínimos, que las entidades deben cumplir, al mismo tiempo que concienciar a los responsables de la gestión de la importancia de su tarea, por lo que hoy día se tiende a dar más importancia a la función supervisora, que por un lado permite a los gestores medir sus resultados de acuerdo a unos patrones mínimos y, por otro, ser medidos por los servicios de inspección para que, traspasados, inicien un diálogo con las entidades a fin de determinar la gravedad de la situación y sus medidas correctoras, atendiendo a las circunstancias particulares de cada una. La regulación del riesgo establecida por las autoridades financieras, independientemente de su eficacia, provocan un nuevo riesgo, que empieza a abrirse

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paso en la doctrina bancaria, el Riesgo de Incumplir la Normativa, consecuencia de su complejidad. Los instrumentos reguladores de la actividad crediticia implican diferentes grados de rigor, según requiera el aspecto que se regula. Así, algunos riesgos no necesitan regulación específica, por ser las propias entidades las primeras interesadas en cubrirlos, a veces con unos costes significativos, como son los fraudes y estafas cometidos por terceros o por los propios empleados y directivos, los robos y atracos. Otros riesgos están simplemente sometidos a vigilancia especial, como son el Riesgo de Interés y el de Liquidez (“mismatching”) para los que la Circular 5/93 del Banco de España exige que los órganos de dirección de las entidades establezcan políticas especiales de supervisión y de emergencia y un Coeficiente de Caja del 2%, quedando el propio Banco Central como prestamista de última instancia. El Riesgo de Crédito, tanto el derivado del Riesgo de Transacción, como el Riesgo Político, está sometido a cobertura a través de un Coeficiente de Solvencia para los activos normales (Circular 5/93, de acuerdo con la Directiva 93/6/C.E. de 15 de marzo) o a través de las provisiones exigidas por la Circular 4/91 para los activos perjudicados. Otros riesgos están sometidos a límites cuantitativos, como son:

El Límite de Concentración de Riesgos, que se establece en el 25% de los Recursos Propios (RP) para un prestatario o grupo, reduciéndose al 20% si el prestatario no consolida su balance con el de su grupo. Adicionalmente, el conjunto de los riesgos concedidos que superen el 10% de los R. P. de la entidad, no puede exceder el 800% de los mismos.

El Límite de Participaciones en Empresas, que es el 15% de los R.P. del

Capital de la empresa participada, junto con el 60% de los R.P. de la entidad para el conjunto de participaciones que superen el 10% del Capital de las empresas participadas.

El Límite del Inmovilizado Material, situado en el 70% de los R.P., pero

sin tener en cuenta los inmuebles adjudicados en pago, los cedidos en leasing y los de la obra social de las Cajas de Ahorros.

El Límite a las Posiciones Cambiarias, porcentaje sobre los R.P.

mínimos de las entidades que el Banco de España fija entidad por entidad, teniendo en cuenta sus circunstancias particulares.

Por fin, puede haber riesgos que estén totalmente prohibidos. En la legislación española no existe en prohibiciones en la actualidad, pero se podían establecer en determinadas circunstancias. No obstante, hay algunas actividades como la toma de seguros en nombre propio o ajeno (a través de Brokers), la negociación de títulos-valores en Bolsa para la clientela y la gestión de Fondos de Inversión, que las entidades crediticias no pueden ejercer directamente, pero que terminan haciéndolo a través de empresas filiales o participadas.

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A “sensu contrario” y como peculiaridad del sistema financiero español, las entidades de crédito no tienen ninguna limitación para desarrollar actividades no financieras, como la prestación de servicios inmobiliarios, de asesoramiento,“trading”, etc.

LA RECUPERACIÓN DE LAS OPERACIONES MOROSAS Y FALLIDAS.

LA MOROSIDAD Y SUS CAUSAS El estudio de la morosidad en banca permite determinar las responsabilidades de cada uno de los niveles intervinientes en la concesión y desarrollo de las operaciones, pero sobre todo permite aprender de los errores y evitar causas similares en la medida de lo posible. La morosidad hay que entenderla como algo diferente del impago o fallido. Aunque en ocasiones la morosidad deviene en insolvencia, no siempre tiene que ser así. En muchos casos la morosidad solo es una forma de aumentar el crédito con el banco por vías no ortodoxas y , desde luego, forzados por la necesidad. La morosidad es consustancial con los vaivenes de la situación económica y por lo tanto es también inherente a cualquier entidad de crédito. La preocupación de la entidad será limitar la importancia de aquella a la vez que se intenta el cobro de las liquidaciones pendientes. Sin embargo, respecto a la gestión del riesgo por parte de las entidades financieras es más fácil definir el objetivo que llevarlo a la práctica. No obstante existe una serie de requisitos fundamentales para que se de una buena gestión, tales como: A) Que los responsables de la gestión entiendan todos los problemas inherentes al manejo de los activos y pasivos de la entidad. Es decir: * Conocer la situación actual. * Entender las consecuencias de los desequilibrios entre activos y pasivos. * Analizar y valorar las alternativas posibles * Enjuiciar los nuevos riesgos que la entidad asume. B) Que la entidad y los responsables de la gestión tengan y comprendan los datos necesarios. * Disponer de sistemas adecuados de medición de riesgo * Estados financieros actualizados * Análisis de liquidez y de sensibilidad de la variación de los tipos de interés, de cambio y otras variables pertinentes.

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C) Que exista una voluntad corporativa de actuar. Este requisito supone: * Contar con la decisión de centrar los problemas. * Vencer resistencias muy arraigadas a la innovación y al cambio. * Superar posibles enfrentamientos entre posiciones diferentes sobre la gestión adecuada. * Ceder competencias. D) Contar con la estructura organizativa adecuada para lograr las decisiones necesarias. En definitiva, una buena política de gestión y cobertura de riesgos de una entidad exige como mínimo los siguientes requisitos: a) Una información completa y actualizada de los riesgos. b) Un conocimiento profundo de instrumentos y mercados por parte de los gestores. c) Distinción clara de responsabilidades acompa ada de una comunicación constante entre quienes toman las decisiones y quienes las ejecutan. d) Infraestructura flexible que permita llevar a cabo las decisiones adoptadas. Esa infraestructura debería obedecer a una política y contar con unos mecanismos que: - Detecten variaciones de riesgos. - Permitan disponer de fondos a corto plazo sin desequilibrar las posiciones cubiertas. - Mantengan los niveles de liquidez necesarios. - Mantengan las pérdidas en límites tolerables. - Estructuren coberturas.

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Centrándonos en el Riesgo de Crédito, las políticas de éxito en la recuperación de impagados se enfocan en una triple vertiente: 1) Prever la aparición de impagados: Hay que partir de la base de que el impagado se va a producir y por ello hay que prepararse. Formas: - Disponer de medios estadísticos por modalidad, sector, zona.... - Apoyarse en el credit scoring. - Establecer criterios A B C dependiendo de su importancia. - Preparar desde el inicio los tiempos de actuación. 2) Planificar la actuación del equipo de cobro. Para ello es necesario: - Conocer la carga previsible * Asuntos tratables a nivel de zona o

sucursal * Asuntos del área precontenciosa * Asuntos del área contenciosa - Distribuir los asuntos en escala de tiempo * Establecer un criterio de tratamiento * Exigir fechas claras de paso de un

área a otra. - Saber en todo momento donde están los asuntos * Por Área * Por Zona * Por Antigüedad * Por Responsables -Disponer de una calificación de los asuntos con probabilidad de recuperación a medio plazo. 3) Trabajar coordinadamente servicios centrales y red de ventas pero con descentralización. Sus razones son: - Sobre el terreno se desenvuelven mejor los asuntos. - Quien informa el expediente de concesión (ventas) debe implicarse también en la recuperación. - No recargar los servicios centrales. * Peligro: colapso del punto de venta.

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* Solución: crear un área alternativa por productos, áreas, importes, gravedad... - La actuación telefónica es fundamental a la hora de gestionar un crédito moroso. Debe hacerse con equipos coordinados en funciones y horarios. LAS CAUSAS DE MOROSIDAD La causa más inmediata de toda suspensión de pagos está en el desequilibrio de tesorería provocado por un incremento de las necesidades de fondo de maniobra superiores a los fondos de maniobra arbitrados por la empresa. Cuando la diferencia entre el fondo de maniobra que el negocio exige se amplia por razón de una bajada de ventas que hace acumular stock, por ejemplo, las soluciones a corto plazo que las empresas pueden emplear (basadas en acudir al crédito a corto plazo o al descuento de efectos) se acaban, comienza a aparecer la posibilidad de la suspensión de pagos. En ese caso el crédito bancario debería acabarse o tener un límite. En caso distinto, la entidad crediticia se ve arrastrada en la caída. Dónde debería estar ese límite? No existe respuesta exacta. Un primer límite o freno a un crédito concedido por un banco a simple riesgo (sin garantías reales a corto plazo) está en el propio fondo de maniobra de la empresa prestataria. Sin embargo los balances reflejan una realidad en un momento dado pero del pasado y además son susceptibles de ser trucados, ello da una idea de las dificultades de apreciación. Para los particulares, al igual que para las empresas, la dificultad estriba en calcular cuál puede ser el fondo de maniobra de una economía doméstica. Para ello una ayuda puede ser la encuesta de presupuestos familiares elaborada por el INE, según la cual la familia media espa ola emplea aproximadamente 2/3 de su presupuesto familiar en gastos corrientes y algo más de 1/3 en gastos extras y ahorro. Las entidades de crédito tienen medios para conocer esa situación ya que muchos créditos tienen carácter registral. No obstante en la práctica la cartera de activos precontenciosos está formada por más de un 70% de prestatarios donde la regla del tercio se incumplió bien en el momento de la concesión o un a o o 6 meses antes de la aparición de la primera cuota impagada. Las causas que provocan ese sobrepasamiento del tercio son: - Incremento desmesurado de gastos por encima de las posibilidades económicas. - Freno en la corriente de ingresos: paro, fin de contrato.... - Accidente o fallecimiento del cabeza de familia.

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- Cambios en el estado civil (especialmente divorcio) - Acontecimiento familiar (bodas, comuniones, bautizos...) - Gasto externo colusivo ( multas, impuestos...) El seguimiento del riesgo con independencia de que estén dando o no se ales de alerta es una asignatura pendiente. El que se de una elevada inversión en el análisis de solicitudes y muy poca en el seguimiento de riesgos constituye una causa importante en la producción de impagados, dado que muchas situaciones de deterioro se podrían haber detectado antes. El que no exista esa inversión en el seguimiento se debe a que su coste resulta prohibitivo si se piensa en un análisis continuado sobre la mayoría de los expedientes. No obstante, ciertas herramientas estadísticas permiten hoy saber las poblaciones de más riesgo y las que ante determinados acontecimientos del entorno más pueden verse afectadas en la liquidez. El mismo "credit scoring" ( estudiado en un apartado posterior) puede utilizarse como pronosticador de grupos sobre los que hay mayor posibilidad de que se produzca morosidad. Por ello una actuación por muestreo periódico de determinados clientes sería un coste controlable por el que se constataría si una situación financiera se ha agravado o mejorado. En algún momento y para ciertos clientes enclavables en grupos de riesgo se debería volver a la práctica de la solicitud de avalistas o fiadores en una proporción mayor a la actual. Así la experiencia muestra que determinadas profesiones por su tipo de trabajo exigen determinados gastos de representación, viajes etc... viéndose sometidos a situaciones más fáciles para sobrepasar la citada "regla del tercio". Las causas de la morosidad son múltiples como múltiples son los negocios y los avatares de aquellos. Sin embargo existen numerosas ocasiones en las que la morosidad es causada por un descuido de la entidad bancaria a la hora de seguir sus propias operaciones o de conceder aquellas. Así suelen citarse como posibles causa de morosidad: - El estudio poco completo de las operaciones. - La permisividad del "papel pelota" y de las "ruedas de talones". - Poco seguimiento de las operaciones ya concedidas. - La morosidad anterior no conocida debido a renovaciones, nuevas operaciones o a cambios de titules. - Renovación de las operaciones sin el estudio adecuado. - Operaciones con plazo superior al indicado en la propuesta.

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- Irregularidades en la admisión de papel comercial para su descuento, como son la generalización de las admisiones o inclusión de papel no aceptado ( si no se acordó previamente). - Concentración excesiva de los riesgos. - Defectos formales o falta de intervención de fedatario público en la concesión. - Uso de los fondos diferente al especificado en la solicitud (enjuagar pérdidas, operaciones especulativas, etc.). Aunque estas y otras causas de índole similar no sean las únicas que originan la morosidad, no es menos cierto que todas ellas pueden ser evitadas por la entidad financiera. Solo con esto la morosidad de un banco o caja de ahorros puede disminuir en forma cuantiosa. En este sentido las inspecciones internas de los bancos juegan un papel crucial al ser los encargados de detectar este tipo de situaciones, lo que llevaría a un análisis mas minuciosos de los riesgos de una determinada sucursal en la que se hubiera detectado algún caso de: * Admisión de papel colusión, "pelota" o ruedas de talones8. * Operaciones con defectos formales o sin fedatario público. * Valoraciones incorrectas o sin actualizar. * Existencia de titulares interpuestos para evitar la concentración del riesgo. * Falseamiento de la información declarada en la propuesta9. * Existencia recuente de pasivos "inflados" a final de mes. * Mala calidad del papel a descontar (mas impagados de la media, falta de informes sobre el librado, etc.). * Defectos en la gestión de las operaciones por parte de la oficina, tales como: 1.- Retraso en comunicar la existencia de morosos. 2.- Demora en la correspondencia de apuntes entre la central y la oficina

8 Se incluiría aquí los giros cruzados entre empresas o titulares del grupo. También son sospechosos los descuentos de papel con cláusulas diferentes a las habituales en el sector o con cuantías y vencimientos diferentes a los habituales o a los del sector en que se opera.

9 Cuando se detecte una clara ocultación de riesgos o una falsedad en la solicitud del cliente la operación debe de ser inmediatamente paralizada. No es justificable la concesión de una operación de crédito o préstamo una vez que se comprueba la voluntad de ocultar o falsear datos por parte del solicitante.

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3.- Negligencia, retrasos o errores en la comunicación formal a los morosos de su retraso en el pago de cada vencimiento. 4.-Ocultación de riesgos mediante la aplicación directa de efectos. 5.- Participación de empleados de la oficina en determinadas operaciones o connivencia con los acreditados. 6.- Aceptación de riesgos superiores al nivel de autorización de la oficina. 7.- Propuestas vencidas sin que se halla propuesto al cliente su renovación, reducción o cancelación al vencimiento. 8.-Expedientes mal documentados. 9.- Admisión de papel de mala calidad de forma continuada Todo lo expuesto hasta aquí tiene como misión principal, precisamente, no llegar a plantearnos la gestión de la recuperación de las operaciones morosas y fallidas. Pero la actividad crediticia, como toda actividad humana por muy profesionalizada que esté y por muchas cautelas y garantías que se tomen, no está exenta de riesgos y, consecuentemente, de siniestros, que en nuestro caso se manifiestan a través del retraso de nuestros clientes en el cumplimiento de sus obligaciones de pago y en la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones. En algunos casos será por circunstancias sobrevenidas fuera del control de la clientela y del nuestro propio, en otros, por fallos de una o ambas partes. A pesar de que el daño se nos produce independientemente de su causa, resulta imprescindible reflexionar sobre ella, a fin de aprender de la experiencia, de los errores propios y ajenos y poder tomar las medidas correctoras oportunas en lo sucesivo. Por tanto, la morosidad y los incumplimientos se empiezan a evitar con una buena Política de Prevención, que necesariamente se ha de basar en el estudio de los siniestros previos. A continuación, hay que establecer una Política de Recuperaciones, que vamos a desarrollar a continuación. 6.1. Fase Previa. A) Organización de un Departamento Especializado. Esta necesidad no había sido sentida por las entidades españolas hasta la crisis económica de los años 1992 y siguientes. Sólo el Banco Popular Español se había anticipado creando un departamento especializado en esta misión. Posteriormente, su ejemplo fue imitado por todos, incluso comenzaron a aparecer empresas independientes especializadas en recobros. Hasta entonces, las operaciones morosas se ponían en mano de los Departamentos Jurídicos, que, en general, enfocaban su trabajo más al recobro que a la recuperación y, a este respecto, hemos de decir que existe una gran diferencia entre ambos conceptos, ya que no siempre se puede recobrar una operación fallida, pero con más frecuencia se puede "recuperar", es decir, renegociar el riesgo en otros términos

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aceptables a las partes, que facilite el posterior recobro, de manera que el concepto recuperación resulta más amplio y engloba al de recobro. Fijados claramente los objetivos de la unidad de recuperación, su organización es secundaria y no existen modelos universales, así que cada entidad puede hacerlo del modo que le resulte más conveniente. Pero dado que la misión a cumplir tiene aspectos jurídicos, económico-financieros, técnicos, humanos, etc. sus miembros deben tener diferentes perfiles profesionales para cubrir los diferentes aspectos mencionados. A título indicativo podemos decir que convendría distinguir entre una sección especializada en los préstamos personales y de pequeña cuantía y otra en los corporativos y de mayor montante. También conviene distinguir entre equipos especializados en la recuperación de bienes inmuebles y otros en las de bienes muebles y fungibles. Igualmente, se puede optar por subcontratar a terceros todas las recuperaciones de los préstamos personales y de menor importe, o de constituir una filial exclusivamente ocupada de monetizar los inmuebles adjudicados en pago. En definitiva, todas las fórmulas son válidas a condición de que se adapten eficazmente a las necesidades de cada entidad. Sólo nos queda insistir en que hoy resulta imprescindible tener un departamento especializado en estos menesteres, ya que la recuperación de la morosidad no es solamente una cuestión jurídico-contenciosa. B) Establecimiento de los Sistemas de Información y Seguimiento. Organizada la unidad, hay que definir los sistemas de información y seguimiento de la tarea que se le encomienda. Lo más importante es que la información contable que sobre morosidad maneje la unidad especial provenga del sistema contable general de la entidad financiera, a fin de que no haya discrepancias entre los datos oficiales y los de gestión interna. Evidentemente, con esto no queremos decir que un departamento de recuperaciones se entere de un moroso cuando ya lo sea y así se refleje en la contabilidad de la institución. Muy al contrario, las informaciones que ha de manejar la unidad responsable han de ser diversas, fiables y, en la medida de lo posible, facilitadoras de actuaciones preventivas. Otro aspecto importante consiste en elaborar fichas de control y seguimiento de las gestiones que se realicen con cada cliente dudoso o en mora. Incluso los fallidos y totalmente provisionados requieren un seguimiento por si es posible recuperar alguna cantidad en algún momento posterior, amparándonos en los largos plazos que la legislación nos otorga para establecer reclamaciones ante los tribunales competentes. Estas fichas, que pueden ser una o varias, según se estructuren, deben contener información relativa al cliente y dudoso o moroso, al tipo de operación u operaciones que tenemos con él y a las condiciones más importantes del contrato o contratos, como importe, destino de los fondos, plazo, tipo de interés, garantías, parte amortizada y parte viva, cantidades en mora y pendientes de vencimiento con su desglose correspondiente de cifras por principal, intereses ordinarios y moratorios, etc. Adicionalmente, se deben recoger por fechas las gestiones realizadas más importantes y sus resultados, así como las provisiones dotadas por la entidad.

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Estas fichas por cliente o por operación, si el moroso tiene varias operaciones en esta situación, se deben ir integrando por sucursal o departamento, región o división, etc. hasta resumirse, según las necesidades de información, en un Estado de Morosidad global, para que nos resulte fácil movernos de las cifras generales a los desgloses más minuciosos y viceversa. Para esta labor, la microinformática es una herramienta valiosísima, pero eso sí, asegurándonos que los datos de la unidad concuerden siempre con los de la contabilidad general de la entidad. El momento de abrir estas fechas es:

Cuando se produzca una situación de mora, esto es, que una cuota de un préstamo permanezca vencida y no pagada más de tres meses o cuando haya transcurrido este tiempo desde el vencimiento de más del 25% de un riesgo determinado (Circular 4/91).

Cuando la situación sea de insolvencia, es decir, que la empresa

presente patrimonio negativo en su balance, pérdidas acumuladas, una inadecuada estructura económico-financiera, suspensión de pagos, haya presentado un convenio de quita y espera a sus acreedores o cualquier otra situación que ofrezca a la entidad crediticia dudas razonables sobre el reembolso de sus créditos.

Con toda la información descrita y debidamente informatizada, el responsable de la unidad debe asignar a sus colaboradores misiones y objetivos muy concretos, para que cada uno sepa cuál es su misión en el esquema general del equipo. El responsable debe convocar reuniones periódicas, según resulte necesario, para la correcta gestión, coordinación y resolución de las cuestiones que se deriven del trabajo.

6.2. Gestión de la Morosidad. El fin último de la gestión de la morosidad es proteger la Cuenta de Resultados y esto se puede hacer desde una doble perspectiva, desde la gestión de las recuperaciones y desde la de minimizar el impacto que las provisiones establecidas por la regulación en vigor, en nuestro caso por la Circular 4/91 del Banco de España, suponga para dicha Cuenta de Resultados. Hemos indicado que el concepto de recuperación es más amplio que el de simple recobro y abarca las gestiones de recobro, las renegociaciones, las adjudicaciones en pago de deudas y las ventas de los activos adjudicados. Los recobros son más fáciles cuando los retrasos en el cumplimiento de las obligaciones de pago de los acreditados se deben a situaciones de dificultad transitoria, tanto si son de personas físicas, como de empresas. En general, no suelen revestir mayores problemas y los contratos prevén la aplicación de unos intereses moratorios, que tienen como finalidad penalizar y disuadir de los retrasos y que son mayores que los ordinarios. A veces, una pequeña mora se puede evitar con una acción preventiva de la entidad, recordándole al deudor antes de su vencimiento la obligación que se le avecina para que vaya poniendo los medios de obtener la

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liquidez necesaria. En otros casos, producido el impago, hay que insistir para recobrar y estar precavido para que un deudor de diferentes acreedores, ante la imposibilidad de hacer frente a todas sus deudas, no nos deje sin cobrar por parecerle que somos menos exigentes que los otros. Por tanto, una buena gestión de recobro en pieza por llevar unos completos registros de los vencimientos futuros, así como del conocimiento anticipado (seguimiento) de la liquidez y situación económico-financiera de nuestro acreditado. Otras veces, con más frecuencia en el caso de los riesgos con empresas, conviene llegar a la renegociación de las condiciones del riesgo otorgado, por resultar las inicialmente pactadas de imposible cumplimiento al obligado. En estos casos es inútil insistir en el recobro, porque como decía el famoso torero cordobés "El Guerra”, “lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. Por consiguiente, se impone negociar con el deudor unas nuevas condiciones que eviten que el riesgo moroso se convierta en fallido. Hay casos en los que la renegociación consiste en un mero alargamiento del período de amortización, pero en otros, como el de deudores atravesando una grave crisis económica, no sólo hay que replantearse todo el riesgo en mora, sino estudiar la situación de la empresa en su conjunto, sus proyectos, su viabilidad, etc. y establecer un nuevo marco de relación en el que se puede contemplar desde el otorgamiento de nuevas facilidades para ayudarle a salir de las dificultades, hasta recobro total o parcial en especie. Como se puede deducir, el perfil profesional de los responsables de llevar a cabo esta misión exige conocimiento, experiencia y una gran dosis de habilidad negociadora, ya que, con frecuencia, el deudor se encuentra tan afectado por la situación que atraviesa, que ha de ser el mismo bancario el que le abra caminos y le ofrezca soluciones en beneficio de todos. Cuando esto no es posible, no queda más remedio que ir a la ejecución de garantías y recobro por vía contenciosa a fin de adjudicarnos algún bien, que monetizado más tarde, nos reembolse total o parcialmente el crédito que concedimos. Llegado este caso, las dificultades aumentan, primero por la lógica oposición del moroso, luego por la complejidad de estos procedimientos. Una vez que hemos conseguido adjudicarlos un activo, hemos de contemplar su rápida venta, sobre todo en el caso de los no financieros y sin mercado secundario y en el de los inmuebles. El apartado de los inmuebles requiere una consideración especial, por ser los que sirven de garantía con más frecuencia (préstamos hipotecarios) y por las peculiaridades que presentan. Si son urbanos y están terminados, pueden tener inquilinos de difícil desalojo, o podemos encontrarnos con tercerías de dominio. Si están en construcción, hay que conocer la situación urbanística en que se encuentran, si las licencias correspondientes están en orden y si los proyectos respetan la normativa urbanística de la zona. También procede estudiar si se pueden vender en el estado en que se encuentran o conviene "poner dinero bueno sobre el malo" para facilitar su venta. Estas nuevas inversiones sobre activos adjudicados no son bien vistas por las entidades, pero a veces, el sentido práctico demuestra que es la única manera de recuperar lo perdido.

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Por fin, hay que mencionar que mientras se van ejecutando todas las tareas citadas, va pasando el tiempo y con su simple transcurso surge la necesidad de ir provisionando los riesgos en mora, lo que significa debitar la Cuenta de Resultados para abonar el correspondiente importe en una cuenta en la que hay que ir dotando las cantidades que marca la Circular 4/91 para cada tipo de riesgo moroso, a fin de que el patrimonio de la entidad no sufra merma en caso de que no tengamos éxito en nuestra labor de recuperación. Si este extremo se confirmara, tendríamos que terminar dando de baja del balance el riesgo moroso contra la provisión dotada y contabilizarlo en cuentas de orden como fallido. El adecuado juego de las gestiones recuperartorias, con el de causar el menor impacto posible a nuestros resultados con una buena gestión de las provisiones es uno de los pilares sobre los que se basa la gestión de la morosidad, el otro pilar es la política de prevención. Ambas se derivan del buen hacer, la prudencia y el aprendizaje de los propios errores.