El siglo XIX -...

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Georges Duby & Michelle Perrot El siglo XIX Historia de las mujeres - 4

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GeorgesDuby&MichellePerrot

ElsigloXIXHistoriadelasmujeres-4

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Títulooriginal:Storiadelledonne.L'ottocentoGeorgesDuby&MichellePerrot,1991GenevièveFraisse,MichellePerrot,NicoleArnaud-Duc,JeanBaubérot,CécileDauphin,MicheladeGiorgio,DominiqueGodineau,NancyL.Green,AnneHigonnet,Marie-ClaireHoock-Demarle,Anne-MarieKäppeli,YvonneKnibiehler,AnneliseMaugue,FrançoiseMayeur,StéphaneMichaud,JoanW.Scott,ElisabethG.Sledziewski,JudithR.WalkowitzMaríaJoséRodríguezGaldo,PilarBallarín,FaustoDopico,HoracioGutiérrez,GracielaMalgesini,MarinaMayoral,EnideMesquitaSamara,MaryNash,MaríadelCarmenSimónPalmer,porloscapítulosespañolesTraducción:MarcoAurelioGalmarini

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EstaHistoriade lasmujeres respondea lanecesidadde ceder lapalabra a lasmujeres.Alejadas,desdelaAntigüedad,delescenariodondeseenfrentana losdueñosdel destino, reconstruir su historia significa describir su lento acceso alos medios de expresión y su conversión en persona que asume un papelprotagonista.Esteanálisisimplica,asimismo,quelasrelacionesentrelossexoscondicionanlosacontecimientos,olaevolucióndelassociedades.Nosebuscanconclusionestajantessinoquelasmujeresencuentren,alfin,suespaciopropio.

Tomandolaperiodizaciónhabitualyelespaciodelmundooccidental,estaobrasedivideencincovolúmenesindependientesperocomplementarios.Estecuartovolumen estudia el nacimiento del movimiento feminista en el marco de lasrevolucioneseconómicasysocialesdelsigloXIX.

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Tomo4

ElsigloXIX

BajoladireccióndeGenevièveFraisseyMichellePerrot

DominiqueGodineauElisabethG.SledziewskiNicoleArnaud-DucStéphaneMichaudMarie-ClaireHoock-DemarleMicheladeGiorgioJeanBaubérotNancyL.GreenFrançoiseMayeurAnneHigonnetYvonneKnibiehlerJudithR.WalkowitzJoanW.ScottCécileDauphinAnne-MarieKäppeliAnneliseMaugue

CapítulosespañolesbajoladireccióndeMaríaJoséRodríguezGaldo

FaustoDopicoMaryNashPilarBallarínMarinaMayoralMaríadelCarmenSimónPalmer

EnideMesquitaSamaraHoracioGutiérrezGracielaMalgesini

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RevoluciónFrancesa.ElgiroElisabethG.Sledziewski

Se ha repetido muchas veces que las mujeres no ganaron nada con laRevolución,ya seaporqueéstanocambióapenas su condición,ya sea, por elcontrario,porquelacambió,peroparaempeorarla.

Estosdospuntosdevistaconvergentesyantagónicosdescuidanporiguallaimportanciadelaconmociónrevolucionaria:conmocióndemasiadoprofundaydemasiadogeneralcomoparanoafectaratodoslossectores,atodoslosactoresde la sociedad; conmocióndemasiado fecunda comoparano ser prometedora,peseasusestragos.

Por tanto, consideraremos que la Revolución Francesa constituye unamutación decisiva en la historia de las mujeres. En primer lugar, pura ysimplemente,porquetambiénlofueenlahistoriadeloshombres(esdecir,losindividuosdelotrosexoylossereshumanosensuconjunto).Además,porqueesta mutación fue la ocasión de un cuestionamiento sin precedentes de lasrelacionesentre lossexos.Lacondiciónde lasmujeresnosólocambióporquetodo cambiaba entonces y porque la tempestad revolucionaria no debía dejarnada en su lugar. Más profundamente, la condición de las mujeres cambióporque la revolución planteó la cuestión de las mujeres y la inscribió en elcorazónmismodesucuestionamientopolíticodelasociedad.

En esto estriba la gran novedad. Tanto en Francia como en el extranjero,quieneshacenlaRevolución,oquieneslacombaten,yaunquieneslaobservannopuedenconcebirlaciudadrevolucionadaynisiquieraelactorevolucionario,sin definir el rol de las mujeres.Muestra clara de que la mutación tiene unaenormeamplitud,dequeloquesequiebraesenverdadtodaunacivilizaciónyque lo hace hasta en sus cimientos domésticos: la Revolución Francesa sepreocupaporlarelaciónentrelossexosdelamismamaneraenquelohicieronantesqueellael cristianismonaciente, la reformaoel racionalismodeestado.Peroestavezseponensobreeltapetecuestionesinéditas,talescomoladellugar

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de las mujeres en la sociedad, y no ya tan sólo en el orden doméstico. LaRevoluciónFrancesaeselmomentohistóricodeldescubrimiento,porpartedelacivilizaciónoccidental,dequelasmujerespuedenocuparunlugarenlaciudad.NilaIlustracióneuropea,nilarevoluciónnorteamericana,hantenidoocasióndepolitizardeestamanera laviejacuestiónde lasmujeres,ydescubriralmismotiempoquenoconcerníasolamentealascostumbres.

Pero,¿porquésemejantedescubrimientoenesemomentopreciso?¿Quién,en la Revolución Francesa, hace que se cuestione el bloqueo sexista de lopolítico?¿Dequémanera?Y,porcierto,¿quéresultadeello?

Este cuestionamiento revolucionario sobre el lugar de las mujeres en laciudad no ha culminado necesariamente, ni mucho menos, en solucionesrevolucionarias.Descubrir que lasmujeres pueden tener un lugar no significadárselo.Inclusopodríasucederqueelmerohechodeplantearunacuestióntanescandalosahayaprovocadoenquienes laplanteabanmásbien reaccionesquerespuestas, y, en consecuencia, un discurso reaccionario sobre la mujer allídondeeradeesperarinnovaciones.

Portanto,esprecisodestacaralmismotiempolaaudaciadelaRevoluciónysu renuncia histórica. En efecto, se ha negado a enfrentar la cuestión de larelación entre los sexos en la ciudad, como si se hubiese asustado de haberlapuestosobreeltapete.Peronohayqueolvidarquelahapuestosobreeltapete.

Haymujeresenlaciudad

Paratodossusadversarios,tantoloscontemporáneoscomolosdelpasado,laRevolución, al emancipar a lasmujeres, es particularmente culpable de haberintroducidoelvicioenelcorazónmismodelordensocial.Desdelaimagendelas tejedorasydeotras furias de la guillotina, hasta la de la ciudadanaque sedivorcia,cogelasarmas,discuteoescribe,losfantasmasdelasubversióndelasmujeressehanabiertopasolibrementeeneldiscursocontrarrevolucionario.Enresumen, es como si esta irrupción del sexo débil en lugares y en papelesimpropiosresumieralapromocióndetodoslosdébiles,comosiestacapacidadqueseatribuíaalasmujeresbastaraparaexpresarlainversióndelmundo.

Subversivas

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Bonald, teórico de la monarquía, echa precisamente en cara a losrevolucionarioselhaberarruinadola“sociedadnatural”,enlaquelamujer“essúbdito y el hombre es poder”. Los dos términos se entienden aquí comocontrarios, y la mujer “súbdito” es un ser sometido a otro, incapaz decomportarsecomosujetoautónomodesusactosy,enconsecuencia,comosujetodederecho.SegúnBonald,todoquedaenorden“mientraselhombre,poderdeesta sociedad, se mantiene en el sitio que la naturaleza de esta sociedad leasigna; si su debilidad le hace descender de allí, si obedece a aquella a quiendebemandar,desobedeceaquienélmismodebeobedecer”.Enotrostérminos,elhombrequedejalasriendasalamujerfaltaasusdeberesnaturalesparaconDiosyparaconelrey.Perohayalgopeor:conellodalaseñalparalasubversióngeneralizada.“¡Quéleccióndanaluniversolasdeplorablesconsecuenciasdeladebilidaddelpoderydelorgullodelsúbdito!Alhacerbrillarantelosojosdelaparte más débil de la sociedad los engañosos destellos de la libertad y de laigualdad,ungeniomalhechorsoliviantaaaquéllacontralaautoridadlegítima”.Asípues,paraBonaldlascosassonmuyclaras:laRevoluciónnohubierasidotanrevolucionariasisehubiesemantenidoalasmujeresalmargendelamisma.

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M.Garnier,sigloXVIII.Lamarchadeldragón.París,MuseoCarnavalet.

Igual razonamiento encontramos en el inglés Burke, pensador liberal,diputadolaboristayenemigonomenosacérrimodelaRevolución.Estaúltima,escribeen1796,hainstituido“elmáslicenciosodelossistemasdecostumbres,elmásdepravadoyalmismotiempomásgrosero,elmássalvajeyelmásferoz”quepuedaconcebirse.Unsistemaque,deunmodonotable,liberaalasmujeres,relaja los vínculos delmatrimonioyque transgrede las leyes inmutables de ladistribuciónsexualdelosroles,atalpuntoquehasta“lasprostitutasdeLondres,quecomercianconlainfamia”,laencuentranvergonzosa.Losmediosqueutilizala Revolución para mejor confundir las señales civilizadoras son “llevarquinientas o seiscientas mujeres ebrias a pedir en la barra de la Asamblea lasangredesushijos”,obienenvilecerelmatrimonioaldarlerangodecontratocivil,yfacilitareldivorcio.“Entrelosjacobinos,lamezcladesexosseabandonaalazar”,seindignaBurke.Ytruenacontrala“suciaequidad”aqueaspira“estesistema, ¡qué otorga a las mujeres el derecho de ser tan licenciosas comonosotros!”.

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Palabras admirables, sin duda, que indican a las claras el fondo delescándalo.LaRevolucióneselúnicorégimenquesehaatrevido,medianteunadecisión política, a reconsiderar la jerarquía de los sexos. Aun cuando, comosuponen sus adversarios, sólo se haya tratado de una estratagema “para lograrmás fácilmente la desorganización del cuerpo social”, ha cometido laimprudenciadeabriralasmujeresuncréditopolíticoilimitadodelque,apartirdeesemomento,quierensacarprovechotodoslosseresnaturalmentedestinadosalsometimiento.“Sedicequelasmujereshanestadodemasiadotiempobajoelyugo del marido. Es inútil extenderme”, agrega Burke, “sobre las funestasconsecuenciasquepuede teneruna leyquequitea lamitad inferiordenuestraespecielaproteccióndelaotramitad”.Estasconsecuenciasnosólosonfunestasparalapazdelasparejas,sinotambiénparatodoelcuerposocial.

MujerescivilesBurke tiene razón.LaRevolucióndioa lasmujeres la ideadequenoeran

niñas.LesreconocióunapersonalidadcivilqueelAntiguoRégimenlesnegabaylasmujeresseconvirtieronensereshumanoscompletos,capacesdegozardesusderechosydeejercerlos.¿Cómo?,convirtiéndoseenindividuos.

La Declaración de 1789 reconoce a todo individuo el derechoimprescriptible a “la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a laopresión”.Enconsecuencia,todamujer,aligualquetodohombre,eslibreensusopinionesyensuselecciones,ytieneaseguradalaintegridaddesupersonaydesus bienes. En este sentido, las hijas ya no se ven desfavorecidas en lasdistribuciones sucesorias. “¿Acaso mi madre no me ha llevado en su vientrecomo a los otros hijos?”, exclamaba la Mère Duchêne en marzo de 1791,mientrasque laConstituyentedecreta la igualdaddederechosa las sucesionesabintestatysedisponeaabolirelprivilegiodemasculinidad.LaConstituciónde septiembre de 1791 define de idéntica manera para mujeres y hombres elaccesoalamayoríadeedadcivil.Además,sereconocealamujerlasuficienterazónylasuficienteindependenciacomoparaseradmitidaencalidaddetestigoenactoscivilesycomoparacontraerlibrementeobligaciones(1792).Accedealrepartodelosbienescomunales(1793).EnelprimerproyectodelCódigoCivilpresentado a la Convención por Cambacérès en 1793, la madre goza de lasmismasprerrogativasqueelpadreenelejerciciodelapatriapotestad.

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Perosonsobretodolasgrandesleyesdeseptiembrede1792sobreelestadocivilyeldivorciolasquetratanenpiedeigualdadaambosespososyestablecenla más estricta simetría entre ellos, tanto en el procedimiento como en elenunciadodederechos.Elmatrimoniocomocontratocivil,quetantohorrorizaaBurke, se basaba en la idea de que ambos contratantes eran igualmenteresponsablesycapacesdeverificarpor símismossi secumplíacorrectamentecon las obligaciones que su acuerdo creaba. En caso de que así no ocurriera,teníanoportunidadderescindirelcontrato,sinnecesidadsiquieradepresentarseante el juez, siempre que lograran entenderse sobre… su desacuerdo. La leydisponíaqueelmatrimoniosedisolvieramediantedivorcio,yafueraporsimpleincompatibilidaddecaracteres,yapormutuoconsentimiento,ya,ysóloentercerlugar,pormotivosdeterminados,esdecir,bajoformacontenciosa.Lasociedad,pues, no interviene en las discusiones de la pareja, a no ser que las mismasadoptenlasformasdeunlitigioquelospropiosinteresadosnopuedansuperar,en cuyo caso sólo lo hace a petición de estos últimos. De esta manera, elmatrimonionoesunfinensímismo,sinounmedioparalafelicidadindividual.Si deja de serlo, o si se convierte en un obstáculo para esta felicidad, pierdesentido.

¿Por qué son importantes estas disposiciones legislativas? ¿Qué giroimprimenalahistoriadelasmujeres?

Enprimerlugar,juntoconeladvenimientodelamujercivilqueseproducepor entonces, se observa una real transformación en la condición de lasfrancesas.Enefecto,éstasadquieren,demaneramasiva,unaauténticaestaturadeciudadanas,esdecir,deindividuoslibresyracionalescapacesdegobernarse.Laconquistade las libertadescivilesno incluye,claroestá, lade losderechoscívicos,peroessuclaveyhacemásinaceptablesuausencia.Portanto,sepuededecir que estas mujeres, convertidas en ciudadanas, enmiembrosmayores deedaddelasociedadcivilydelEstadodederecho,sevenlógicamentellevadasapensarquetambiénellastienenunlugarenlaciudad,enlasociedadpolítica.Yaactuarcomosilatuvieran,porcierto.Deellodapruebalaespectacularentradade los militantes en el debate público de la época revolucionaria, en que elmovimientosocialyelmovimientopolíticosontandifícilesdesepararquelasamasdecasaquereivindicanmedidaseconómicasylasesposasquefelicitanallegisladorporhaberinstituidoeldivorciointervienentambiénpolíticamente,alavistayasabiendasdetodos.

En este sentido, los antifeministas del siglo siguiente no dejarán de tener

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razóncuandosostenganquelaRevolución,aldesestabilizarelmatrimonioyelordendoméstico,abriólacajadePandoradelasreivindicacionespolíticasdelasmujeres.Quienpuedeelegirsumaridoydivorciarsepuedepretender,sinduda,enlamultitud,elegirsugobernante.LaRevoluciónhacreadomaloshábitosenlasmujeres.Esloque,amenosdediezañosdelestadodegraciade1792-1793,deploran los redactores del Código Civil. En contrapunto con las parrafadasbrutalmente machistas de Bonaparte, la discusión del consejo de estadodesarrolla el tema obsesivo del desorden de las costumbres femeninas y de laruina de la autoridad marital. Así pues, el 5 vendimiario del año X (27 deseptiembre de 1801), Portalis insiste en el hecho de que la sumisión de lasesposas y las hijas no debe entenderse en términos de sometimiento político,sino en términos de naturaleza. Puesto que su estatus social inferior es unaexigenciafísica,nosignificaenabsolutoqueselasoprimaoqueselasprivedeunpoderlegítimo.Porelcontrario,lasociedadretomasusderechosyrestituyealasmujeresunaposiciónespecíficadelacuallaRevoluciónlashabíadespojadosin consideración alguna. “Así pues, no es en nuestra injusticia”, exclamaPortalis, “sino en su vocación natural, donde las mujeres han de buscar elprincipiodelosdeberesmásausterosqueselesimponeparasumayorbeneficioyenprovechodelasociedad”.Hanquedadomuylejoslosdiputadosqueabolíanel privilegio de masculinidad, revolucionaban el matrimonio y acogían laspeticionesdelasciudadanasrevolucionarias.Auncuandotampocoestosúltimosfueranfeministas,almenospensabanquelasmujeresteníanalgoqueganarconlaRevolución,yque,enconsecuencia,eranormalquesecomprometieranconella.

MujerescívicasConlaRevolucióncomienzalaeradeltodo-política.Eneltérminodeunas

semanas,durantelaprimaverade1789,unpuebloignorantedelosasuntosdelaciudad pasa a apasionarse por ellos. Un viajero alemán, JoachimCampe, queescribe a sus compatriotas desde París, se asombra del “cálido interés que lagente,queensumayorpartenosabe leerniescribir”,muestrapor losasuntospúblicos, y describe las costumbres sorprendentes de una nación en la cual la“participaciónde todos” parece requerirse para discutir acerca de todo: aquí yallí, leyendo o haciéndose leer por unasmonedas los carteles, los folletos, lasoctavillas, se reúnen“gruposnumerosos […]dehombresymujeresde lamás

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variadaíndole”.Lasmujerestambiénestánallí,“pescaderasydamaselegantes”.Deentradaocupan,enelágoramoderna,unlugarquenoesespecífico,puessemezclanconelpueblociudadanodelotrosexo,peroquees indudablementeelque les corresponde. Y nuestro observador prusiano no se engaña: en estaescuela de civismo, un pueblo progresa, acrecienta todas sus capacidades.“¡Imaginadporunmomentoelefectode[…]estaparticipaciónde todosen lacosa pública sobre el desarrollo de las facultades intelectuales, sobre lainteligencia y la razón!”. Si se aplica esta observación a las mujeres —yapescaderas, ya burguesas— que la Revolución instala como ciudadanas en laplazapúblicasepuedecomprenderporquéeséstaunaetapa tandecisivaparaellasy,almismotiempo,porquéestanvivalareaccióncontralamujercívica,tan descomunal el deseo de encerrar a las mujeres, ya en tiempos de laRevolución.Pues,puedeadmitirsequeelpueblosevuelvainteligenteyracional;pero, ¿y lasmujeres?Muchos de quienes se baten heroicamente a favor de lainstrucción, del sufragio universal, a fin de que el último de los campesinospueda convertirse en un ciudadano ilustrado, se niegan categóricamente aextender a lasmujeres los beneficios de esta promoción y se espantan ante laideadequeéstapudieraconferirlespoder.Pues integrara lasciudadanasenelcuerpo político es hacer de ellas individuos que deciden, sujetos activos de laRevolución,enpiedeigualdadconloshombres:hipótesisqueparamuchos,enesaépoca,eraintolerable.Encambio,mástranquilizadoraeslaideadequeloshombreshacenlasleyescivilesemancipadorasparalamujer,puesenestecasolamujerconservasucondicióndeobjeto:objetodeunalegislaciónprogresista,pero,detodasmaneras,objeto.

Es el caso de la gran mayoría de los revolucionarios y, entre ellos, losjacobinos,que,conalgunasexcepciones,sonmasivamentepartidariosdelretirode lamujer a lavidadoméstica.Mása la izquierdaaún, ensalzandoalmismotiempoeldivorcioylosencantosdelamujerenelhogar,elagitadorChaumetteestigmatizasinatenuanteslosclubespolíticosfemeninos,prohibidosquincedíasantes:“¿Desdecuándoseestilaquelamujerabandonelospiadososcuidadosdesufamilia,lacunadesushijos,paraacudiralaplazapúblicayocuparlatribunade las arengas?”. Un año ymedio antes, el 13 de abril de 1792, Santerre, decondición cervecero y figura muy popular del movimiento democrático, sequejabaenlosmismostérminosdelcelocívicodelasparisinas.“Loshombresdeestedistrito”,diceesteorador,“prefieren,alvolverdesutrabajo,encontrarsucasa en orden y no ver llegar a sus mujeres de una asamblea en la que no

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siempre su espíritu gana en dulzura, demanera que ven conmalos ojos estasasambleas que se repiten tres o cuatro veces por semana”… Pero hay queremontarseaseptiembrede1791,almomentodelamonarquíaconstitucionalyla moderación triunfante, para descubrir la inspiración común de todos esospartidarios del statu quo sexista. Francia acaba de dotarse de un régimen quetiende a la felicidad de todos. ¿Incluso la de las mujeres? Sí, respondeTalleyrand, “sobre todo la de lasmujeres”, con la condición de que “ellas noaspirenal ejerciciode losderechosy las funcionespolíticas”.Si “enprincipioabstracto, parece imposible de explicar” que, en nombre de la libertad y laigualdad,seveaala“mitaddelgénerohumanoexcluidadetodaparticipaciónenel gobierno por la otra mitad”, y a todas estas mujeres, revolucionarias deprimerahora,privadasdederechoscívicos, “hayunordende ideasenque lascosassondeotromodo”,aseguraTalleyrand.Esteordeneseldelanaturaleza,ode lo que, bajo este término, invocan incansablemente los hombres de laRevolución Francesa, presas de vértigo ante las consecuencias de unaemancipacióncivildelasmujeres,quecasitodoshanapoyadoconsusvotos.Lanaturaleza,dicen,exigequeestasconsecuenciasseanestrictamenteciviles.Allíestán para recordar a las ciudadanas demasiado entusiastas que es en el hogardondegozaránplenayhonorablementedelosbeneficiosdelaRevolución.

El advenimiento de la mujer cívica, pues, parece haber al mismo tiempoimplicado y excluido a la mujer civil gracias al advenimiento revolucionario.Implicadas,puesnadieseengañaalrespecto,estasfrancesas,quesehacenporfinadultasjuntoasusesposos,accedenparasiemprealaconcienciahistóricaysaben que tienen un papel que desempeñar en la ciudad. Por lo demás, nadiesueña siquiera con negárselo. Pero queda por determinar cuál es el papelreservado a las mujeres y si una ciudadanía que se ve limitada, en el planopolítico,alainformaciónyalconsentimiento,esenverdadunaciudadanía.Enestesentido,laampliacióndelosderechoscivilesdelamujerpuedeserelmediopara hacer aceptable, en la civilización de los derechos del hombre y delciudadano,sumarginacióndelopolítico.Lasciudadanas,diceTalleyrand,debenserinstruidas,escuchadas,respetadas,colocadas“bajoelimperiodelalibertadydelaigualdad”.Paraeso,tienenqueafirmarforzosamentesupersonalidadcivil.“En elmomento en que ellas renuncian a todo derecho político, adquieren lacertezadeverafirmarse,yhastaacrecentarse,susderechosciviles”.

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LasilotasdelaRepública

PrecisamenteaTalleyrand,en respuestaal Informe de septiembrede1791,dedicalainglesaMaryWollstonecraftsufamosaVindicacióndelosderechosdelamujer,queviolaluzen1792.Este“libroimperecedero”,comoescribiráFloraTristánmediosiglodespués,eselecode laDeclaracióndelosderechosdelamujer y de la ciudadana, redactada en septiembre de 1791 por Olympe deGouges,ydelopúsculodeCondorcettituladoSobrelaadmisióndelasmujeresen la ciudadanía, de julio de 1790. Estos tres textos merecen un examenparticularmenteminucioso.Desarrollan tresargumentacionesdiferentesa favorde los derechos de las mujeres. Estas defensas convergen en su invocacióncomúnde los principios de libertad y de igualdad, y en su reprobación de lasinstitucionesqueescarnecenestosprincipios.Perohacenoírpreocupaciones,enelfondomuydistintas,quesonotrastantasposicionesrespectodelarevolucióndelarelaciónentrelossexos.Puesesindudableque,paraestostresautores,laRevoluciónFrancesatambiéndeberevolucionarlarelaciónentrelossexos.

AlegatosafavordelamujerPero, ¿qué es lo que hay que revolucionar prioritariamente en la relación

entre los sexos? Si hubiera que caracterizar cada una de estas posicionesejemplaressepodríadecirqueparaCondorcetsetratadelestatusjurídicodelamujer;paraGouges,supapelpolítico;yparaWollstonecraft,susersocial.Lostresestándeacuerdoacercadelaurgenciadeunaformulaciónexplícitadelosderechos de la mujer. En esto armonizan con el conjunto del discursorevolucionario:¿nopasatodo,enlaRevoluciónFrancesa,porlaideadequehayderechos que conquistar? Pero estos derechos no tienen en absoluto elmismosentidoparalostresautores.AllídondeCondorcetveunaexigenciadelarazónpolítica y la corrección de una asimetría perjudicial a la geometríaconstitucional,OlympedeGougesveelobjetodeunamovilizaciónhistóricadelasmujeres,mientras que segúnMaryWollstonecraft, la reivindicación de losderechoses,paraelsexooprimido, laoportunidaddeunaverdaderamutación.El punto de vista de Condorcet es teórico, y no lo seguirá ninguna gestiónlegislativa específicamente destinada a combatir la exclusión política de lasmujeres. El punto de vista de Olympe de Gouges, por el contrario, es el delcompromiso militante en una lucha de liberación contra la tiranía de los

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hombres.ElpuntodevistadeMaryWollstonecraftsecentramásradicalmente,pero también de manera más programática, en la dimensión cultural de laopresiónde lasmujeresyde la reivindicaciónde susderechos, a considerabledistanciadelaluchapolítica.Estostrestiposdeenfoque—filosófico,políticoyético— pueden distinguirse siempre en el debate sobre los derechos de lasmujeres,inclusohoyendía.

Legrand,sigloXVIII.Matrimoniorepublicano.París,MuseoCarnavalet.

Ensuanálisis,publicadoel3dejuliode1790enelnúm.5delJournaldelaSociétéde1789,Condorcetplanteaeltemadelaexclusióndelasmujeresdelaciudadaníaylotratacomouncasodelproblemamásgeneraldeladesigualdad.“O bien ningún individuo de la especie humana tiene verdaderos derechos, obientodostienenlosmismosderechos;yquienvotacontraelderechodeotro,seacualfueresureligión,sucolorosusexo,reniegaenesemismomomentodelos suyos”.La negativa a integrar a lasmujeres en la comunidad cívica no sediferenciaennadadelostracismoideológicooracialyessusceptiblealamismacríticaqueesteúltimo:ladelasdiscriminacionesque,afavordelhábitoydelosprejuicios, continuaron floreciendo sin la menor perturbación de quienes

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trabajabanporconvertirlaigualdaddederechosen“elfundamentoúnicodelasinstituciones políticas”. ¿Acaso el propio Condorcet no fue partidario delsufragiocensitariohasta1789?

Por tanto, la exclusión de las mujeres es un olvido, un retraso de laconciencia.Sihombresilustradospudieronatentarcontrasuspropiosprincipios,“privandotranquilamentealamitaddelgénerohumano”delosderechosque,almismo tiempo, reconocían a todo ser racional, ello se debe a un defecto devigilancia,excusable,despuésdetodo,pues“entodoslospueblosconocidoshahabidodesigualdadlegalentreloshombresylasmujeres”yporqueelmundonoserecomponeenundía.Peroelfilósofoesoptimista.Nohayningunarazónparaque no se conceda a las mujeres la igualdad de derechos, puesto que no hayningún razonamiento que pueda justificar elmantenimiento de la desigualdad.En otros términos, una posición intelectualmente insostenible estáhistóricamente condenada al fracaso a cortoplazo.Se tratadeuna abstraccióntaningenua,capazdeprovocarlasonrisasinoserecordaraqueCondorcetpagóconlavidasucompromisopolítico.Entodocaso,merecelapenadestacarqueeste discurso, a la vez valiente e idealista, encierra una paradoja: planteaexplícitamente una cuestiónque todos los fundadores de la civilizaciónde losderechosdelhombrehannegadosinsombraalgunade remordimiento,pero laplanteaparademostrarqueesta cuestiónnodebe separarsede laproblemáticageneraldelaigualdaddederechosyque,enestesentido,noconstituyetemadedoctrina específica alguna.El problemade la relación entre los sexos quedaráregulada cuando la igualdad de derechos deje de ser un problema.Condorcet,razonando en el plano de los conceptos puros y con desconocimiento de ladimensión tan particular del sexismo real, termina por desactivar la bombafeministaqueélmismohacontribuidoapreparar.Susargumentosafavordelasmujeres son, sobre todo, acusaciones contra la imbecilidad de todadiscriminación. “¿Porqué los seres expuestosa embarazosya indisposicionespasajerasnopodríanejercerderechosdelosquejamássehasoñadosiquieraconprivar a quienes padecen de gota todos los inviernos o a quienes se resfríanfácilmente?”.El académico revolucionario se equivoca al ver en esto tan sólounacuestióndelógicajurídica;perotieneelméritodeplantearlacuestión.

Completamente distintos son el tono y el proyecto deOlympe deGouges.Paraellanosetratadearmonizarlascategoríasdelderechopolítico.Setratadearrastraralasmujeresalasaltodelasinjusticiasqueloshombresseobstinanenperpetraryque laRevoluciónsólohaexacerbado.Mujerescontrahombres: la

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revelacióndelosderechosdelahumanidadracionalhaceestallarelescándalodelaluchadelossexos,quehadominadoelmundoyalaqueeshoradeponerfin.Contrariamente a Condorcet, para quien el sexismo sólo es un avatar de ladesigualdad,OlympedeGougespiensaquelatiraníaejercidasobrelasmujereses enverdad lamatriz de todas las formasdedesigualdad.Así, laRevoluciónFrancesanopudoeliminarlosfundamentosdelascárcelesquederribaba.Dejóen su lugar el principio mismo del despotismo. Y como dio el poder a loshombres,éstosutilizaroneseprincipioparacombatirsusconsecuencias,queyanopodíansoportar.Deestamanerarecondujeroneinclusoreactivaronlaguerradelossexos,mientraslograbanrompersuspropiascadenassocialesypolíticas(nosinlaayudadelasmujeres,porotraparte).Tantasluchas,tantasesperanzas,dice indignadaOlympedeGouges,para terminar,al finyalcabo,enunmerodesplazamientodelatiranía,quenoensueliminación.

Enconsecuencia,hayqueproseguirelcombaterevolucionarioenelfrentedeladefensadelasmujerescontraloshombres.EsmenesterconvertirestenuevofrenteenlacontinuaciónpolíticadelaRevolución.Ycomenzarconladenunciadelasinsuficiencias,delasinconsecuenciasdeestaRevolución.“¡Oh,mujeres!Mujeres,¿cuándodejaréisdeestarciegas?¿Quéventajashabéis recibidode laRevolución? Un desprecio más acusado, un desdén más pronunciado. En lossiglos de corrupción, sólo habéis reinado sobre la debilidad de los hombres.Vuestro imperio está destruido; ¿qué os queda, pues? La convicción de lasinjusticias del hombre. La reclamación de vuestro patrimonio, fundado en lossabios decretos de la naturaleza”.No sin cierta analogía con lo que cincuentaaños más tarde hará Marx a propósito de la explotación del hombre por elhombre,OlympedeGougesveenlaRevoluciónFrancesaelfindelasilusionessobre la explotación de lamujer por el hombre y destaca almismo tiempo labrutalidadmoraly lasaludhistórica implícitaenelpasodel idiliogalantea laera del desprecio. Por tanto, ha llegado la hora de la movilización. “¡Mujer,despierta! Las campanadas de la razón se dejan oír en todo el universo;¡reconoce tus derechos!”. Y en primer lugar, el de pedir cuentas al enemigo.“Hombre, ¿eres capaz de ser justo? […] ¿Quién te ha dado el poder soberanopara oprimir a mi sexo?”. A decir verdad, esta pregunta no espera ningunarespuesta. ¿Cómo podría argumentar el despotismo puesto que la fuerza brutasustituye al derecho? Las ciudadanas deben dar la respuesta. Declarando losderechosdelamujerydelaciudadanaeimponiéndolospordecreto.

Enmarcados por los llamamientos a la lucha contra los hombres, el

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Preámbulo y los diecisiete artículos de la Declaración de la mujer y de laciudadanaseinspiranfielmenteenelmodelodelaDeclaracióndelosderechosdelhombreydelciudadano,del26deagostode1789.Porlodemás,OlympedeGouges se limita a trasponer a lasmujeres las ventajas del estadodederecho,insistiendoenelcarácterbisexuadodelacomunidadcivilypolítica.Nadamuyoriginal,portanto,enestetextoprovocador,anoser,precisamente,elespíritudeprovocaciónqueloanima.Recordarquelosderechosdelhombresedeclinanenfemeninoy vigilar que esta declinación sea efectiva equivale a decir con todaclaridadqueeluniversalismode losderechosesunasupercheríayque,con laficción de hablar en nombre de la humanidad entera, habla tan sólo del sexomasculino.Al feminizarexplícita,casiobsesivamente, laDeclaración de 1789Olympe de Gouges pone en jaque la política del macho, desenmascara lasexclusionesimplícitasylasambigüedadesdevastadorasdeununiversalismoporencimadetodasospecha.“Laantorchadelaverdadhadisipadotodaslasnubesdelaestupidezydelausurpación”,exclamalapoetisamediocre,peroauténticamujerdelaIlustración.Yanoestápermitidodejarseengañar.PeroúnicamentelavigilanciapolíticadelasmujerespuedeimpedirqueloshombresconfisquenlaRevolución. A las mujeres corresponde desvelar el sentido liberador de estaRevolución.

OlympedeGouges afirma, en el artículoXde suDeclaración: “Lamujertiene derecho a subir al cadalso; también debe tener el derecho de subir a latribuna”.Dosañosmástardeesguillotinadacomogirondina,unosdíasantesqueMme.Roland.Hastaelúltimomomentosucompromisoespolítico.

Con Mary Wollstonecraft el tono cambia. En ésta, lo mismo que en elnorteamericanoThomasPaine,elentusiasmoqueprovocaladeclaracióndel89es ante todo moral, así como también es moral el rechazo de los valoresaristocráticos de la civilización inglesa.A pesar de su sostenido interés por laRevoluciónFrancesa,delaquepublicaunahistoriaen1794,asusojos,ellugarprivilegiadodelaemancipacióndelasmujeresnoresideenlaesferapolítica.Laexclusión del sexo femenino que pronuncian los constituyentes franceses esinadmisible, y Mary Wollstonecraft no deja de proclamarlo con elocuencia,interpelando a Talleyrand. Y echándole en cara su “inconsistencia” y su“injusticia”porhabertoleradosemejantelagunaenlanuevaconstitución.Perola incapacidad cívica que afecta a la mujer sólo es un síntoma, en sí mismomenor, de una tendenciamuchomás grave: la que convierte al hombre en elúnicoverdadero representantedelgénerohumano,y“consideraa losseresdel

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sexo femenino comomujeres antes que como criaturas humanas”.A partir deestasegregaciónseconstruyetodaunacivilizacióndelanegación,quenodejade comportarse como si la mujer no perteneciera a la categoría de los seresracionales.En eso estriba el escándalo fundamental, en esa negativa a admitirquelahumanidadpuedeserdoble,quepuedeexistirbajodosformassexuadas,tanhumanaunacomolaotra.Yelescándaloprosiguecuandolasociedadensuconjuntoseorganizaalrededordelaexigenciadequeunsolosexomantengaelmonopoliode la razón.Todas las instituciones tienencomofunción,por tanto,excluirydeshumanizaralasmujeres,probarquecarecendeloesencial.

Vindicacióndelosderechosdelamujeresmásunlibrosobrelasituacióndela diferencia de los sexos en la sociedad occidental en mutación que unprograma militante. Su objetivo principal no es conseguir que las mujeresasumanunpapelactivoenpolítica,enpiedeigualdadconloshombres,sinoenhacer que se reconozca su responsabilidad en la ciudad. A ellas correspondeelegirsudestino,aellascorrespondeasumir,conplenoconocimientodecausa,su contribución a los esfuerzos de la comunidad. Esta contribución esespecíficamentefemenina,deacuerdoconlanaturaleza.PeroauncuandoMaryWollstonecraft opte por una división de los roles y encuentre acentosrousseaunianosenlaexaltacióndelastareasdelamadreenelhogar,insisteenlanecesidaddeunfundamentoracionalparalaaceptacióndelaespecializaciónen loscuidadosde laesferaprivada.Por tanto,hayunabismoentre laesclavadoméstica, encadenada a las cosasde la casay con la creenciadeque en elloreside la compensaciónde sumemez, y la ciudadana ilustradaocupada en losdeberes de ama de casa y de madre republicana. La maternidad debe vivirsecomounatareacívicaynocomolaantítesisdelainstrucciónodelespíritu.Porlodemás,estecontrasentidoacercadelamisióndomésticadelasmujeresesloqueaveceslasalejadesufamilia.Perolosresponsablessonloshombres,puestoque jamás han querido asumir el riesgo de confiar a las mujeres la reflexiónsobre su propia vocación, y, por el contrario, se la han impuesto como uncastigo.

Mary Wollstonecraft puede parecer en retroceso respecto de la posiciónconquistadoradeOlympedeGouges, puesno reivindicapara lamujer sino elderechodecomprenderdóndeestásulugar,envezdeconsentirservilmenteaél.El lugar,ensímismo,nocambia.Pero lomás importantedeestaautoraes suideadeque la emancipacióndel sexooprimidonopasapor lanegaciónde suidentidad.ParaMaryWollstonecraftnopuedehaberauténtica libertadsobre la

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basedelrenunciamientodelasmujeresasuser,esdecir,asucalidaddesujetoracional y sexuado. “¿Quién ha erigido al hombre en único juez, si la mujercomparteconéleldondelarazón?”.EstapreguntaformuladaalcomienzodelaVindicación tiene un doble alcance. No cabe duda de que cuestiona la tiraníamasculina;perotambiénabreelhorizontenuevodeunarazónfemenina,deunamanera femenina de juzgar, en resumen, de una alternativa racionalista a lalógica masculina que hasta entonces ha dominado la civilización. Por haberabordadoestaapertura,MaryWollstonecraftesrevolucionaria,yporelloledebetantoalmovimientofeministaposterior.

AlegatosendefensadelademocraciaLaideadequelahumanidadesdobleydequelapalabra“hombre”nopuede

servir como referente de un verdadero humanismo político a causa de susolapada ambigüedad subyace al análisis que en la primavera de 1793 realizaGuyomar,diputadodelaMontaña.Elpartidariodelaigualdadpolíticaentrelosindividuos o importantísimo problema de la igualdad de derecho y de ladesigualdaddehecho:todounprogramaeltítulodeestaadmirablerequisitoria,quesindudaconstituye la reflexiónmásprofunda,y también lamásmoderna,sobrelanecesariaintegracióndelasmujeresenlademocracia.GuyomarretomaantelaConvenciónlosprincipalesargumentosqueyaadelantaranotrosafavorde los derechos cívicos de las mujeres. Lo original en Guyomar, además dehablarencalidaddediputado(CondorcetnoloeraenelmomentodepublicarsuAdmisióndelasmujeres…),esqueelevalaparticipacióndelasciudadanasenlavidapolíticaalacategoríadecondiciónnecesariadelademocracia.Alainversa,suexclusiónnosolamenteesunatrasgresiónalosprincipiosdelaDeclaraciónde1789yalaquesepreparaenesefinaldeabrilde1793.Eslanegaciónmismadelademocracia,laobstrucciónlisayllanadesufuncionamiento.Lasmujeres,dice Guyomar, son los “ilotas de la República”: la existencia de ilotas, esospariasdelasociedadespartana,incompatiblespordefiniciónconlademocracia,hace impensable que el pueblo que pretende echar las bases de la civilizacióndemocráticamoderna permita la subsistencia en tal sistema de unmotivo tanindudabledemalfuncionamiento.¿Sejustificalaexclusióndelasmujeresporlapresencianecesariadeéstasensuscasas?Entonces,ironizaGuyomar,“tambiénhabría que decretar la de todos los hombres cuya presencia es igualmentenecesaria en los talleres”. Y concluir que, desde el momento en que hay

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democracia,esdecir,desdeelmomentoenquehayciudadaníaactiva,“lagranfamiliadebepredominarsobrelapequeñafamilia”.Tantoparalasmujerescomopara los hombres. Pues la democracia no es sólo la igualdad de derechos,predicadaporCondorcet,sinoalgomás,laeficaciaenactodelpoderdeldemos,el ejerciciomás dinámico posible de su kratos, de todas sus capacidades. Unpuebloverdaderamenteeficazendemocraciadebe,portanto,estarcompleto.Esmenester “duplicar la cantidad de hijos de la patria” con el añadido de lasmujeres,yasí“aumentarlamasailustradaenlaciudad”.

Comoseadvierte,elpuntodevistadeGuyomarnoestanformalcomoeldeCondorcet.Tampocosecolocaenelterrenodelareivindicaciónfeminista,comohacen,inclusoantesdelcomienzodelaeradelfeminismo,lospuntosdevistadeOlympedeGougesydeMaryWollstonecraft.Guyomarrazonaentérminosdedemografía política y concibe la democracia como una lucha que requiere elmáximocompromisodelosciudadanostantoencalidadcomoencantidad…Y,por tanto, también el de las ciudadanas.Una democracia hemipléjica no tienesentido.Ningúnhumanismopolíticopuedereivindicarlaconseriedad.Inclusoleprohibirájugarconlaspalabrasydareltítulodeciudadanasaestasmujeresque,almismotiempo,excluye.Asílascosas,“habráquellamarlasmujeresohijasdeciudadanos,pero jamásciudadanas.Oelimináis lapalabraoacordáisaella lacosa”.Enrealidad,elhumanismopolíticolucharácontraesaseudodemocracia,ylaluchaformarápartedelcombatedemocrático…querequerirálógicamentelaparticipación de las mujeres. En este sentido, la fundación del Club de lasciudadanas revolucionarias, el 10 de mayo de 1793, es la respuesta de lasmujeresaldiscursodeGuyomardel29deabril.

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