El Suicidio en La Poblacion de Edad Avanzada
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El suicidio en la población de edad avanzada
Por: Laura I. ReilloConsejera Profesional, MA, CPL
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El suicidio en la población de edad avanzada
Introducción
Es común en nuestra sociedad el pensar que el suicidio es un problema de los jóvenes y
es un sector de la sociedad al que se le da mucho énfasis. No hay duda de que el problema del
suicido requiere atención para todas las edades, pero creo que se debe dar mas énfasis a este
problema en los ancianos. En la actualidad, la población de edad avanzada es una de las que
mayor riesgo corre de presentar esta conducta. Estudios y las estadísticas más recientes indican
que el número de suicidios e intentos de suicidio en ancianos está aumentando
considerablemente. También vemos en los periódicos y noticias cómo el número de suicidios o
intentos de suicidio en este grupo de la sociedad va en considerable aumento. Cada día son más
los casos de suicidio en nuestros ancianos. El cambio en el estilo de vida ha influido en esta
problemática a nivel mundial. La sociedad se está convirtiendo en una sociedad de ancianos, se
espera que para el año 2030 el 50% de la población mundial sea de ancianos.
Dado todos estos cambios es indispensable dedicar más tiempo al estudio del suicidio en
los ancianos. Se deben identificar claramente los factores de riesgo suicida en el anciano y los
factores protectores ante esta conducta. Además, se debe trabajar en la creación de programas
que vayan dirigidos a la prevención del suicidio. En otras palabras, debemos conocer todos los
aspectos relacionados con la conducta suicida para así poder ayudar a estas personas a evitar
estos pensamientos suicidas o peor aún a consumar el acto del suicidio. Como evidencia del gran
problema que representa el suicidio, en Puerto Rico se elaboró la Ley núm. 227, la cual va
dirigida a que se entienda el problema de comportamiento suicida y a crear la Comisión para la
Implantación de la Política Pública en Prevención del Suicidio. Como se puede apreciar, ya se
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están tomando medidas para trabajar con esta problemática, pero aún falta mucho por hacer. En
este trabajo se pretende presentar los aspectos más importantes para la identificación de la
conducta suicida en los ancianos, así como los factores que ponen en mayor riesgo a esta
población, los factores que los pueden proteger y algunas medidas que podría utilizar el
consejero para prevenir esta conducta en la población de ancianos.
Definiciones de términos importantes
Para el mejor entendimiento de este trabajo a continuación se definirán los términos
relevantes y más significativos del mismo. La palabra suicidio proviene del latín (sui caedere)
que significa matar a uno mismo. Por suicidio se entiende el acto de quitarse la propia vida
(Wikipedia, 2008). Para fines de esta monografía se definirá como anciano a cualquier persona
mayor de 65 años de edad. El intento de suicidio puede ser visto de dos maneras, el intento
frustrado, donde el individuo no logra suicidarse por variadas razones y el intento logrado,
donde la persona logra quitarse la vida. Estos son los términos claves para poder entender el
contenido de este trabajo.
Trasfondo histórico del suicidio
El suicidio ha existido en todas las sociedades desde tiempos remotos. La visión de las
personas sobre este acto ha variado a lo largo de la historia, así como su frecuencia y modo de
ejecutoria. En la Europa antigua, sobre todo durante el Imperio romano, el suicidio se consentía e
incluso era considerado un acto honroso. Para el filósofo romano Séneca, el suicidio era el acto
último de una persona libre. Sin embargo, San Agustín consideraba el suicidio como un pecado
(Encarta, 2007).
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El suicidio era, tiempo atrás en occidente, algo vergonzoso para la familia; era sinónimo
de debilidad, de enfermedad, de conducta inadecuada y por ello pocos o casi nadie lo daban a
conocer. Hoy día es distinto, se ve como causa de una posible enfermedad y se trata de buscar
ayuda (Wikipedia, 2008).
Actualmente el suicidio es un mal social que afecta a toda la humanidad. Según las
estadísticas en Estados Unidos, las cifras de suicidio han aumentado considerablemente, siendo
la población de edad avanzada la que más crecimiento ha presentado. En Puerto Rico, la
problemática también ha aumentado, del año 1999 al 2007 la cifra de suicidios ha aumentado
alarmantemente. Las estadísticas de la Policía de Puerto Rico (2008), demuestran que del año
2004 al 2007 el grupo de personas comprendido entre las edades de 65 a 69 años ha sido el que
mayor número de suicidios ha presentado. Además, dentro del mismo grupo el aumento ha sido
considerable en los últimos años. Estos datos evidencian la necesidad de tomar medidas para
trabajar con esta problemática y disminuir estas cifras.
Es muy preocupante que los casos de suicidio en ancianos hayan aumentado tan
alarmantemente en los últimos años. Sin duda este es un tema muy controversial que ha traído
muchos debates a nivel mundial. Muchas personas están en contra de esta práctica, algunos la
favorecen y la Iglesia Católica la condena. En el presente, el suicidio es un asunto muy delicado
que hay que atender y prestarle la debida atención para poder combatirlo. Este es un tema que
seguirá provocando discusiones a través de los años debido a la interpretación del mismo en el
ámbito moral.
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Factores que aumentan el riesgo de la conducta suicida en el anciano
En la actualidad los cambios en el estilo de vida han provocado que los ancianos se
conviertan en uno de los grupos de mayor riesgo ante la conducta suicida. Cuando las personas
se retiran en muchas ocasiones no encuentran que hacer con su tiempo libre y esto los puede
llevar a sentirse inútiles o a pensar que sus vidas ya no tienen sentido. Además de todo esto, esta
es una etapa del desarrollo que trae consigo muchos cambios, tanto físicos como psicológicos.
En la mayoría de los casos, el anciano ya no se tiene el mismo vigor ni entusiasmo de antes y en
adición aparecen las dolencias físicas. En esta etapa, es importante estar consientes de que el
anciano necesita de mayores cuidados, ya sean médicos, físicos, de apoyo y afectivos.
De acuerdo a Osgood (1992), existen ciertas características comunes en las personas con
instintos suicidas. Entre éstas se destacan que la conducta es aprendida e influenciada por el
ambiente, puede ser producida por alguna muerte cercana en la niñez, en ocasiones proceden de
familias disfuncionales o que haya historial familiar de alcoholismo, depresión o enfermedad
mental. A la hora de identificar conductas suicidad y ayudar a estas personas debemos tener en
cuenta su historial familiar e identificar aquellos sucesos de su vida que puedan tener alguna
relación con este tipo de conducta. Es notable que a la larga los eventos impactantes vividos en la
niñez y la relación familiar pueden afectar directamente las decisiones que pueda tomar el
anciano.
La conducta suicida en los ancianos tiene unos rasgos que la distingue de la conducta de
los jóvenes. Según Pérez (2004), entre estos rasgos se encuentra que realizan menos intentos que
los jóvenes y más suicidios, utilizan métodos más mortales, demuestran menos señales de aviso,
el suicidio es muy bien planeado y pueden realizar un suicidio pasivo. Dado todas estas
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características, poder identificar la conducta suicida en el anciano es mucho más difícil que en la
persona joven. Por tal motivo se debe estar atento a la más mínima advertencia o sospecha de
comportamiento suicida.
Según los estudios, los ancianos tienden a sentirse rechazados por los más jóvenes, lo
que los puede llevar a la depresión. La depresión es una enfermedad muy común en los ancianos
y también una de las causas principales de la conducta suicida. Se considera que dos tercios de
los suicidios geriátricos están asociados a la depresión. Así que se tiene que trabajar muy
arduamente por mermar el número de ancianos con depresión y por consiguiente el número de
atentados de suicidio.
Un artículo publicado por Pérez (2004), divide los factores de riesgo suicida en el
anciano en varios grupos. Dentro de estos se encuentran los factores médicos, donde incluye las
enfermedades crónicas, las frecuentes hospitalizaciones y cirugías, y las enfermedades o
medicamentos prodepresivos. Otro factor influyente es el psiquiátrico, aquí se agrupan las
depresiones, alcoholismo, trastornos de sueño, psicosis y confusión mental. Dentro de los
factores psicológicos se podrían incluir sentimientos de inutilidad y soledad, falta de proyectos y
tendencia a vivir el pasado. En los factores familiares se puede destacar la pérdida de un ser
querido, la viudez, los cambios frecuentes de domicilio y el ingreso forzoso o la adaptación a un
hogar de ancianos. Finalmente se presentan los factores socio-ambientales que incluyen la
jubilación, el aislamiento, la actitud de la sociedad hacia los ancianos, la competencia con los
jóvenes y el desprestigio.
A todos estos factores se les puede añadir otro muy doloroso, que es el maltrato al que
en muchas ocasiones son expuestos los ancianos. Este maltrato se puede manifestar de diferentes
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formas como el maltrato físico, psicológico, sexual, económico, social o por omisión. Lo
lamentable de esta situación es que en la mayoría de las ocasiones es perpetuada por los
familiares y las personas más allegadas a los ancianos. Esta situación lo que provoca en el
anciano es desconfianza hacia su cuidador, lo que puede posteriormente llegar a convertirse en
depresión, una de las principales causas del suicidio.
De acuerdo a la Dra. Fernández, existen otras características adicionales que podrían
aumentar la probabilidad de presentar conducta de intento de suicidio en las personas, entre éstas
se encuentran ser de excesiva riqueza o pobreza en la escala social, ser del sexo masculino, ser
divorciado, vivir en el medio urbano o estar desempleado. La doctora también expone que los
medios de comunicación juegan un papel importante en este tema. Ella argumenta que las
imágenes que se pasan por televisor son en ocasiones muy crudas y hasta llegan a glorificar el
suicidio como una manera de inmortalidad, llevando a algunas personas a optar por esta
conducta como la única solución a su problema. Aquí se puede observar otro factor influyente,
que son los medios de comunicación. Éstos pueden tener un impacto muy negativo en una
persona depresiva o con la sintomatología de una persona con conducta suicida. Por lo tanto se
debe supervisar constantemente los programas que los ancianos ven en el televisor.
Todos estos factores son detonantes para la conducta suicida en el anciano. Esto
demuestra que este sector de la sociedad es uno muy propenso a manifestar conductas
autodestructivas. La unión de varios de estos factores puede llevar al anciano a la desesperación
y al pensamiento erróneo de que el suicidio es la única salida que tienen ante su situación. En
este aspecto se puede apreciar la relación que existe entre la pobre salud física y mental, el
maltrato sufrido y el pensamiento suicida en los ancianos. Hay que estar alerta ya que son
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muchos los factores que influyen y pueden activar este comportamiento. Para los ancianos debe
ser muy difícil enfrentarse a todos estas situaciones sin la ayuda necesaria.
Formas más comunes de suicidio en el anciano
Es de pensar que las formas en que se lleva a cabo el suicidio varían de acuerdo a la edad
o etapa del desarrollo de cada individuo que lo realiza y los ancianos tienen sus modos
característicos y más comunes de ejecutarlo. A continuación se presentarán las formas de
suicidio más comunes entre los ancianos. Se debe tener presente que los ancianos escogen los
métodos más mortales para llevar a cabo su suicidio. De acuerdo a Vidal (1999), entre los
métodos más comunes para los hombres se encuentran utilizar armas de fuego, el ahorcamiento y
el salto al vacío. Por otra parte, las mujeres prefieren utilizar métodos como el envenenamiento o
la sobredosis de drogas. Algunos ancianos pueden optar por las formas de suicidio pasivo o
“conductas suicidas encubiertas”, las cuales son lentas y silenciosas. Entre estos métodos, los
ancianos pueden optar por rechazar la alimentación, los medicamentos o el tratamiento médico.
Como se puede apreciar son muchas las formas en que un anciano puede cometer el
suicidio. Esta decisión es una que está muy relacionada con los factores de riesgo suicida.
Depende de cada situación en particular y el modo de pensar del anciano el método que
utilizará para llevar a cabo el suicidio. También influye mucho en la hora de tomar la decisión el
nivel de actividad física que presente el anciano. Un anciano que no tenga la fuerza física para
suicidarse, va a optar por la forma pasiva del suicidio, ya sea dejar de alimentarse o no ingerir
sus medicamentos. Se debe tener basto conocimiento de los factores que aumentan el riesgo de la
conducta suicida como también de los métodos preferidos por los ancianos, para así poder tener
un marco de referencia amplio y poder ayudarles más efectivamente.
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Prevención del suicidio en el anciano
A la hora de trabajar con la prevención del suicidio se debe tener en cuenta la etapa del
desarrollo con la que se va a trabajar, los factores que aumentan el riesgo del suicidio y los
métodos preferidos para llevar a cabo el suicidio en ese sector de la sociedad. Para propósitos de
este trabajo se presentará información para la prevención del suicidio en los ancianos, aunque
muchas de estas técnicas también se podrían utilizar con poblaciones de otras edades, pero el
énfasis mayor va a ser en los ancianos.
Según Vidal (1999), existen ciertas estrategias designadas para la prevención del suicidio
en los ancianos. Dentro de éstas se pueden mencionar el preparar mejor a los médicos primarios
en cuanto a los conocimientos para poder reconocer a tiempo las señales de la depresión, que es
una de las principales causas de suicidio entre los ancianos. También se debe enfatizar la
importancia de los factores psicosociales en la toma de esta decisión. Otro factor es la
identificación precoz de los ancianos en riesgo y proveerles de los servicios adecuados. Además,
es muy importante las visitas frecuentes a los hogares de los ancianos, crear redes de apoyo que
se fundamenten en principios de comprensión, participación activa, solidaridad, cuidado y
dignidad.
Según Pérez (2004), a estos factores aún se le pueden añadir otros. Dentro de los factores
adicionales que éste presenta se encuentran, que el anciano posea las habilidades sociales
necesarias para poder integrarse positivamente a los grupos sociales, como tener confianza en sí
mismo, autocontrol, perseverancia y una buena autoestima. Además, es indispensable para el
anciano el apoyo que reciba de su familia, saber pedir ayuda y consejos en las dificultades, ser
receptivo a experiencias ajenas y a las nuevas evidencias, mantener buenas relaciones
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interpersonales e identidad cultural. Un factor muy importante es saber emplear adecuada y
sanamente el tiempo libre, así como expresar a personas de confianza sus sentimientos. No se
pueden dejar sin mencionar que el anciano debe evitar el consumo de sustancias adictivas, estar
integrado a la sociedad y mantener buenas relaciones con las generaciones más jóvenes. Sería
beneficioso que el anciano no sea portador de enfermedades mentales, sobre todo de la
depresión, y que pueda pertenecer a una sociedad con actitud de respeto y veneración hacia los
ancianos. Como medida de prevención se puede orientar a los ancianos sobre cómo se pueden
beneficiar de las fuentes de salud mental existentes en su comunidad, ya sean gubernamentales o
no gubernamentales.
Todas estas técnicas o estrategias mencionadas constituyen lo que se conoce como los
factores protectores del comportamiento suicida en el anciano. Por estos factores se entiende
todo aquello que ayude a reducir el riesgo de la realización del acto suicida en un grupo
poblacional, en este caso los ancianos. Dentro de todos estos factores los más importantes a la
hora de trabajar con ancianos son poder trabajar efectivamente con el problema de depresión,
integrarlos positivamente a la sociedad, lograr que tengan buenas relaciones con los más jóvenes
y crear conciencia en la sociedad para que ésta se convierta en una de respeto y valoración hacia
los ancianos. Como se puede apreciar existen muchos factores de riesgo en la conducta suicida
del anciano pero también existen un gran número de factores protectores para trabajar con la
reducción de esta conducta. La reducción del número de suicidios en el anciano es posible, lo
que se necesita es trabajar este problema a profundidad, realizar estudios específicos con este
grupo de población de manera que se obtenga mayor información actualizada, trabajar
directamente con los familiares de estos envejecientes y crear una conciencia colectiva en la
sociedad sobre este mal social que ya está propagado a nivel mundial.
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En Puerto Rico como medida de prevención ante el suicidio se creó la Ley núm. 227,
conocida como Ley para la Implantación de la Política Pública en Prevención del Suicidio, del
año 1999, que va dirigida a que se atienda el problema del suicidio en la isla y a crear la
Comisión para la Implantación de la Política Pública en Prevención del Suicidio. Esta medida indica
la gravedad del problema de suicidio en la isla de Puerto Rico, pero también el deseo de trabajar por
disminuir las cifras de este problema social. La prevención lo que pretende principalmente es
trabajar para poder erradicar algún problema o situación que afecte a las personas de una sociedad,
en este caso el suicidio. Se debe colaborar como ciudadano para poder mejorar la calidad de vida de
todos los que conforman nuestra sociedad y por ende la calidad de vida a nivel mundial.
Rol del consejero en la identificación y la prevención de la conducta suicida en ancianos
El consejero como profesional de la salud tiene un compromiso y un papel muy
importante en este problema social del suicidio en los ancianos. Todos los consejeros deben
estar preparados para poder atender clientes con conductas suicidas, pero de no ser así, por lo
menos debe saber identificar las características comunes y los factores de riesgo que presentan
las personas con esta conducta y poder referirla a un profesional especialista como sería un
psicólogo o un psiquiatra. Según la Dra. Mattiussi (2006), para identificar la presencia de
depresión, una de las principales causas del suicidio en los ancianos, es muy útil la Escala de
Depresión de Beck y la Escala de Depresión de Hamilton (HAM-D). Por otra parte, para la
identificación de las ideas de suicidio, ella sugiere usar los primeros cinco puntos de la Escala de
Ideación Suicida de Beck. Esta última escala también permite la identificación de conductas
autodestructivas, que son formas comunes de llevar a cabo el suicidio por los ancianos.
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Los consejeros siempre deben estar al día en las últimas investigaciones y las nuevas
informaciones que salen diariamente sobre este tema. Es indispensable conocer las características
de una persona con ideación suicida, los factores de riesgo, los factores protectores y qué se
puede hacer como consejero ante esta situación tan lamentable. En adición, el consejero debe
estar siempre actualizado en cuanto a la ley se refiere, debe conocer las leyes existentes y las
nuevas políticas que surgen para poder ayudar a sus clientes. En Puerto Rico ya existen leyes
para la prevención del suicidio, como lo es la ley núm. 227 del 12 de agosto de 1999. Esta ley lo
que pretende es atender el problema del comportamiento suicida en la isla y crear la Comisión
para la Implantación de la Política Publica para la Prevención del Suicidio. También existe la
ley núm. 180 del 1 de septiembre de 2006. Esta ley lo que expone es que se reconozca el
problema del suicidio en Puerto Rico, el estigma social que trae consigo, cómo esta conducta
afecta económicamente y lo complejo del problema. Hoy día, para el consejero esta labor de
recolección de datos, se ha facilitado un poco con la utilización del Internet en el campo laboral.
Otro factor que podría ayudar al consejero en la prevención del suicidio en ancianos es
poder identificar los lugares donde con mayor frecuencia estas personas cometen este acto. Se
debe estar siempre muy pendiente de las estadísticas realizadas y actualizadas sobre este tema.
Según las estadísticas más recientes, el lugar donde con mayor frecuencia se cometen los
suicidios es en el hogar. Por esto es indispensable crear un programa de trabajo que incluya a los
familiares de estas personas.
Según los factores de protección, sería muy beneficioso que el consejero trabajara con el
anciano un plan de manejo del tiempo de ocio. En esta etapa del desarrollo, ellos pasan mucho
tiempo sin hacer nada, lo que aumenta en muchos casos la aparición de la depresión. Por lo tanto
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es necesario saber distribuir bien el tiempo, de manera que se utilice en tareas útiles y del agrado
y beneficio del anciano.
También el consejero podría crear programas de prevención de suicidio en colaboración
con otros profesionales de la salud. Dentro de estos, se podrían crear redes de autoayuda,
programas donde los ancianos puedan compartir socialmente con otros ancianos o con personas
de diferentes edades, capacitar a los ancianos con talleres sobre temas pertinentes a su etapa de
desarrollo y crear proyectos donde ellos puedan trabajar, demostrar sus destrezas y habilidades y
sentirse útiles. Otra técnica podría ser brindarles charlas sobre algunas de las condiciones
médicas más comunes en los ancianos y brindarles herramientas sobre cómo tratarlas de manera
efectiva y dónde solicitar la ayuda necesaria. Lo más importante de todos estos programas es
poder integrar al anciano a la sociedad de manera efectiva, hacerle ver que todavía es útil y
necesario y que no es un estorbo o una carga para los demás.
El consejero podría trabajar en conjunto con los medios de comunicación, que son
actualmente un mecanismo de gran impacto en la sociedad. Se podría llevar a cabo una campaña
de prevención del suicidio a través de comerciales transmitidos por televisión. De esta manera se
podría llegar a impactar una población mucho más alta. A través de estos comerciales se lograría
orientar a la ciudadanía de este problema social, cómo poder identificar a una persona con
instintos suicidas, quiénes están mas propensos a presentar dicha conducta y dónde puede
buscar la ayuda necesaria para su prevención. Estas son algunas de las tareas que un consejero
puede hacer para trabajar con esta problemática social. Depende de cada consejero y del
compromiso que éste tenga con su profesión ponerlas en práctica para mejorar la calidad de vida
de sus clientes y de la sociedad en general.
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Conclusión
El suicidio en el anciano es un problema a nivel mundial. Las estadísticas así lo
confirman con el aumento alarmante en el número de suicidios cometidos por ancianos. Tanto
los profesionales de la salud como los ciudadanos en general deben estar muy atentos a este
tema. Los ancianos presentan grandes cambios es sus vidas durante esta etapa del desarrollo, se
enfrentan tanto a cambios físicos como psicológicos. Esta edad es una en la que se necesita
mucho apoyo y comprensión para poderla sobrellevar efectivamente. Lamentablemente, en
ocasiones, los ancianos no encuentran la ayuda necesaria a tiempo y caen en depresión y otras
causas que los pueden llevar al pensamiento erróneo de que el suicidio es la mejor opción para
acabar con sus problemas. Por lo tanto es fundamental en esta situación el apoyo que el anciano
reciba por parte de sus allegados. A pesar de que esta conducta se presente, existe evidencia de
que hay medidas efectivas para eliminar este pensamiento en los ancianos. Se debe estar muy
atento a los pensamientos y comportamientos manifestados por los ancianos, para así poder
buscar la ayuda necesaria a tiempo. En esta problemática el factor tiempo es fundamental, un
diagnóstico hecho a tiempo puede salvar una vida.
Con este trabajo se pretende que las personas que lo lean conozcan un poco más a
profundidad el tema del suicidio en los ancianos. También se intenta crear conciencia de la
seriedad de esta problemática y alentar a los individuos a indagar y buscar más información al
respecto. Cada uno de los ciudadanos de una sociedad tiene la responsabilidad de trabajar por
mejorar la calidad de vida de los ancianos y hacer valer sus derechos. Esto sería un acto de
agradecimiento a esas personas que de joven trabajaron por crear una mejor sociedad para
nosotros los ahora jóvenes. Si ellos no se hubiesen preocupado por el fututo, ¿dónde estaríamos
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nosotros ahora? Así que por respeto y veneración a estos ancianos debemos trabajar todos los
ciudadanos en conjunto, en especial los profesionales de la salud y los familiares de los ancianos,
para mermar este número de suicidios que cada día van en alarmante aumento.
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Referencias
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Nación. Recuperado el 9 de septiembre de 2008, de
http://claridadpuertorico.com/content/view/401925/
Lex Juris Puerto Rico. (2008). Ley Núm. 180 del año 2006. Recuperado el 4 de septiembre de
2008, de http://www.lexjuris.com/
Lex Juris Puerto Rico. (2008). Ley Núm. 227 del año 199. Recuperado el 4 de septiembre de
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Vidal, D. A. (1999). Factores de riesgo suicida en el anciano. Revista Argentina de Clínica
Neuropsiquiátrica, 8, 2, 103-112.
17
Wikipedia: la enciclopedia libre. (2008). Suicidio. Recuperado el 2 de septiembre de 2008, de
http://es.wikipedia.org/wiki/Suicidio