ELBARCELONA:-LUNE DILUVIS 18 DE ENERO PE i»»?' O

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BARCELONA:-LUNES 18 DE ENERO PE i»»?' 537 EL DILUVIO Diario político, de avisos, noticias 7 decretos EDICIQy de la TARDB *«Ucclf»i emiéllitrt Blueht, i bit, bit. \ AlBlalitrMln! f/a/t ntl, »#• T, M/M "'•cío. ^ ****** m.iftJJ.VAAi Kr ,N ÉXIL0I ^ HM,OU.—D««p»cho d« lociJldides y palco» i M 1 1^* "«"«""hr», «n «El Iot«nlon, Hiiudch, 6; Caoh ll«rl»ar»o, I)agniirl»,a, Conflt«rU I.» P »ln *,n -M>- ^^^•o; Colmado P«l»yo, Rambla da Canalatan, 9, y en la aacoraal de li. Janeoia, Paaao da Orada, B8. Crónica, <X±SLi^±GLm ¿Siguen los abusos en el Cementerio del Sud-Oeste? cj^^uita de lo que hasta ahora hemos expuesto, que importándosele un comino al QI t? , ^e la nueva Necrópolis asi las disposiciones de la Iglesia como lo ordenado en "in 0^ mon'0 Por qua se rige aquel fúnebre recinto, so ausenta cuando le viene en gana, ^en •í0BUpar*6 ^ ^ t j , r quiea 1° sustituya, y abandona su despacho con inusitada fr«- cio Cla. precediéndose er.toi.ces al sepelio de los cadáveres, sin que, según preacrip- r .r'Wamentaria, figure el V.* B.* de ese CÍÍOSO presbítero en laa papeletas de enter- ""•oto católico. Conon|0<''8 e,'ai,> e' administrador interino de la nueva Necrópolis, en vez de poner en extpj miento de la Justa de Cementerios tan graves abusos, lejos de exigir a cara el c«d& cumpliniiento de sus deberes, habilualmento ha mandado dar sepultara á los leg r,>|0r^s • ' " 0' v-° B " del capellán, existiendo entre ambos empleados las más cordia- la ac>ones. ¿Y acaso osta falta de inspección da documentos por parto del capellán de iii,ri| "'"^"'is, no puede dar lugar á gravísimas oquivocacionesT ¿No puede muy bien el caDAii0^0' y Tu'z48 M ''•J* dado más de una vez, de que, á causa de no inspeccionar i-ecibi, 'a documentsclon, se entierro PU il rocínto católico un cadáver que debía NQ(>rá "opultura en el departamento civil, » vico-versaT Claro está que el capellán de la ^'«m» v!1'' Sud 08»,a resolverla, y tal vez haya resuelto ys en tales casos el pro- ese prn ? umando el cadáver enterrado equivocadamente. Pero xacaso la incuria de la Ijfi^ toro> "l08 caprichosamente impone á veces ol cumplimiento de los cánones de r-ioQT Y>a 011 , u seQt'd0 exagerado, no da entonces lagar á una verdadera profana- foift . en o' caso probable de que el cadáver equivoosdamente inhumado yaciese en la ^«os !fUn' y *ooin)R <,0 61 80 mbieran sepultado otros difuntos, ¿no se cometaria en- ' Quad 86r'e profanacionosT e' ^Pell*111^*' í u e , ' en I"6' Por por "of"1» con frecuencia abandona su cargo haiij *11 del Cementerio del Sud Oeste. Pero, al menos las ocasiones en que ni se í&cion6a nt0-<*0 la Necrópolis, ni alejado de su despacho, ¿guarda Iss debidas oonside- D )os |ot ^ trunientos al público? Ya en una de nuestras anteriores ediciones relata- da secn»e(CaD^a'0S0* sucesos ocurridos en aquel recinto funerario el miércoles de la pasa- fin de oht*' 00,1 motivo do haberse presentado en el despacho del referido presbítero—4 «sta cind íer 8U P*1"* poder verificar un sepelio—un conocido comerciante de ^''dotu ^* 8'<l0 P01" ,'entu'* e' wándalo á que hacemos referencia el único pro- n.0sHo en n * ' 'nt8mP0raDt* capellán? Dígalo un coronel de artillería, también may co- ^nio .UareeloDa, quien, habiendo acudido con idéntico objeto que el aludido comer- ''Wpaolio del capellán, asi él como los amigos que lo acompañaban quedáronse

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BARCELONA:-LUNES 18 DE ENERO P E i»»?' 537

E L DILUVIO Diario político, de avisos, noticias 7 decretos

EDICIQy de la TARDB *«Ucclf»i emiéllitrt Blueht, i bit, bit. \ AlBlalitrMln! f/a/t n t l , »# • T, M/M

"'•cío. ^ ****** m. i f t J J .VAAi Kr,N ÉXIL0I ^ HM,OU.—D««p»cho d« lociJldides y palco» i M 11 * "«"«""hr», «n «El Iot«nlon, Hiiudch, 6; Caoh ll«rl»ar»o, I)agniirl»,a, Conflt«rU I.» P»ln*,n-M>-

^ ^ ^ • o ; Colmado P«l»yo, Rambla da Canalatan, 9, y en la aacoraal de l i . Janeoia, Paaao da Orada, B8.

Crónica, < X ± S L i ^ ± G L m ¿S iguen los abusos en el Cementerio del Sud-Oeste?

c j ^ ^ u i t a de lo que hasta ahora hemos expuesto, que importándosele un comino al QI t? , ^e la nueva Necrópolis asi las disposiciones de la Iglesia como lo ordenado en "in 0^ mon'0 Por qua se rige aquel fúnebre recinto, so ausenta cuando le viene en gana, ^en •í0BUpar*6 ^ ^ t j , r quiea 1° sustituya, y abandona su despacho con inusitada fr«-cio Cla. precediéndose er.toi.ces al sepelio de los cadáveres, sin que, según preacrip-r . r 'Wamentar ia , figure el V.* B.* de ese CÍÍOSO presbítero en laa papeletas de enter-

""•oto católico. Conon|0<''8 e,'ai,> e' administrador interino de la nueva Necrópolis, en vez de poner en extpj miento de la Justa de Cementerios tan graves abusos, lejos de exigir a cara el c«d& cumpliniiento de sus deberes, habilualmento ha mandado dar sepultara á los leg r,>|0r s • ' " 0' v-° B " del capellán, existiendo entre ambos empleados las más cordia-la ac>ones. ¿Y acaso osta falta de inspección da documentos por parto del capellán de iii,ri| "'"^"'is, no puede dar lugar á gravísimas oquivocacionesT ¿No puede muy bien el caDAii0^0' y Tu'z48 M ' ' • J * dado más de una vez, de que, á causa de no inspeccionar i-ecibi, 'a documentsclon, se entierro PU i l rocínto católico un cadáver que debía NQ(>rá "opultura en el departamento civil, » vico-versaT Claro está que el capellán de la ^'«m» v!1'' Sud 08»,a resolverla, y tal vez haya resuelto ys en tales casos el pro-ese prn ? umando el cadáver enterrado equivocadamente. Pero xacaso la incuria de la I j f i ^ toro> "l08 caprichosamente impone á veces ol cumplimiento de los cánones de r-ioQT Y>a 011 ,u seQt'd0 exagerado, no da entonces lagar á una verdadera profana-foift . en o' caso probable de que el cadáver equivoosdamente inhumado yaciese en la ^ « o s !fUn' y *ooin)R <,0 61 80 mbieran sepultado otros difuntos, ¿no se cometaria en-

' Quad 86r'e profanacionosT e' ^Pell*111^*' í u e , ' en I"6' Por por "of"1» con frecuencia abandona su cargo haiij *11 del Cementerio del Sud Oeste. Pero, al menos las ocasiones en que ni se í&cion6a nt0-<*0 la Necrópolis, ni alejado de su despacho, ¿guarda Iss debidas oonside-D)os |ot ^ t runientos al público? Ya en una de nuestras anteriores ediciones relata­da secn»e(CaD^a'0S0* sucesos ocurridos en aquel recinto funerario el miércoles de la pasa-fin de oht*' 00,1 motivo do haberse presentado en el despacho del referido presbítero—4 «sta cind í e r 8U P*1"* poder verificar un sepelio—un conocido comerciante de ^ ' ' d o t u ^ * 8'<l0 P01" ,'entu'* e' wánda lo á que hacemos referencia el único pro-n.0sHo en n*' 'nt8mP0raDt* capellán? Dígalo un coronel de artillería, también may co-^ n i o .UareeloDa, quien, habiendo acudido con idéntico objeto que el aludido comer-

''Wpaolio del capellán, asi él como los amigos que lo acompañaban quedáronse

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<Mtuptf«ctoi al oir las maUonantos frases qao sallaba por aquella boca y loa deseotn-puostos ademanes que hada el ministro del D vino Maestro. Responda el dueño de una agencia funeraria establecida en esta capital, i . quien, con ocasión de efectuar el ente­rramiento del cadiver embalsamado de una señora, fallecida en San Feliu da Buxalleu, provincia de Gerona, ocurrió una escena que merece ser referida. Llegaba el agente eo debida forma asi los documentos expedidos por el obispo de aquella diócesis como por el gobernador civil de la provincia; pero al capellán de la nueva Necrópolis mstlósele entre ceja y ceja no autorizar el sepelio, alegando que para podar clectusrsa era nece»a-rio el permiso del obispo de Barcelona, exigencia que, tratAndose como as trataba de un cadáver embalsamado, constituye un vardadoro absurdo. No reconozco para nari»»1 obispo de Gerona—dijo el obstinado capellán,—y después de echar muchas balsdronadss en presencia de varios parientes de la difunta y de algunas otras personas que iormaban parte de la comitiva fúnebre, todos quienes suplicábanle permitiera el enterramiento^ prometiéndola que en tanto se efectuaba irlase a Obispado en busca del permiso, vol­vióles la espalda y salió del despacho diriéndoles que «si no les gustaba qae lo dejaran». Completamente inútiles resultaron cuantos recados se le dirigieron para que volviese *' despacho, y en vista da la testarudez del cura no hubo ¡nU remedio «o tomar ca-rrnaje é Ir al Obispado en basca del permiso para la inhumación. Anfis de que el 0"' cargado de obtenerlo regresara á la Necrénolis transcurrieron corea da <ip« hoMifl, du­rante las cuales resultaron también del to( o infructuosas las tontUivas realizadas P0' los del funerario cortejo á fin da vencer la incomprensible resistencia del presbítero-¿Qué másT Hasta los empleados en las oficinas del Obispado mostraran gran extraños* al enterarse de la conducta del capellán, habiendo dicho al encargado de recoger el Psr miso que no debia aquél haber desplegado tan excesivo celo ni ser ten intransigen'9' pues lo que procedía era dar inmediatamente sepultura al cadáver, á condición de q0 se ofreciera cumplir el insignificante requisito. .

Podríamos referir muchos sucesos de la propia índole que los relatados; pero ¿á q" cansar al lector con la monótona relación da unos abusos cometidos siempre en I*/11 y ma forma por el capellán de la Necrópolis del Sud-Oeste? Basta y sobra con lo diol'0- J lo que acerca de otros asuntos diremos en próximos números, para que pueda form*1" juicio exacto de cómo cumple sus obligaciones el representante permanente de la auto ridad eclesiástio» en aquella fúnebre mansión.

CteLcetílla.* A cansa de hallarse ausente el teniente de alcalde señor Castellar y de ocupar

dentalmeute la Alcaldía el señor La Llave, se han encargado do las Tenencias de los o» trltos do la Audiencia y de la Concepción los concejales señores Monner y Girona.

Las pruebas oficiales de marcha del erncero Alfonto X I I I se han aplazado hasta próximo lañes.

Kl vapor inglús Hermann, salido de Cardiff con dirección á Barcelona, con un ^ í j , mentó de carbón mineral, ha entrado de arribada en el puerto de Lisboa, á causa <•« bóraele rote el eje de la hélice.

Anoche, «1 subir á uno de lois ( i cochos del tranvía de Sans, rooibiú una "flora un f , ^ te empujón que á poco la hace caer al suelo. El que le dió el empollón apeijso de' Dta culo y ochó á andar más que de prisa, sin que la atropellada señora cayera en 1» ^ . o r 0 , de que se trataba de un ratero; pero á los pocos momentos ochó do monos el moneo que contenía 35 pesetas y una a hsja de plata.

La Comisión municipal de Bibliotecas, Museos, etc., ha acordado se construyan 00 Coleocion Zoológica algunas jaulas para varias hembras do la sección de mamíferos q «atin próximas á reproducirse; y que, por la cantidad de 600 peietas, so adquiersn pareja de pavos reales para completar la colección de dicha especie de aves, y «'g" otros animales.

Vjjriaa 00misiones de republicanos visitaron ayer el cementerio de Sarriá 00"*¿jf^j¡ de tributar mi recuerdo á los qae en defensa de la Rtpnblica murieron en las cal i* aquella población el 11 de Enero de 1874.

t a subasta relativa á los trozos 1 y 9." de la carretera de Falquóe á Jorba, sooc'01^

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4.' fia tu OUM de «orlminabi ¿qué m á s quiara»?

El Gobierno quier» mo«trar»8 clemente. Sa asegura que va á incluir «I indulto del marqué» entre los vario» que habrá de proponer 6. la regente el día del cumpleaños del rey. De este moao «1 campeón de ¡a moralidad tendrá que quedar agradecido al Gobierno que tanto le ha perjaO'' cado. A la manera de aquel tirano que hacia primero á los pobres para levantar luego h o R p i t a " les y meter en ellos á los que un día fueron ricos, como una gracia, dirlase que después de ha­berse complacido ciertos poderosos elementos en presentarnos como un criminal al hombro que el pueblo cree honrado, se le quiere ahora conceder la gracia del indulto para que éste teng» que estar agradecido á los mismos que lo han martirizado, „

Mas no es esta, sin embargo, la razón en que se funda el proyecto ese que dicen que el yo-bierno tiene de conceder el indulto al marqué» de Cabriñana. Es que, como dice don Francisco SUvela, el que parece haber salido condenado en d»s meses de cárcel es todo el pueblo honrauo d« Madrid que iabla hsoho causa común con el autor de las denuncias municipales.

Y la cosa se presenta un poco delicada para el Gobierno. ¿Sa alegran, 6 tiemblan?

Dice un periódico: Ahora es cuando pueden ya estar satiafachos y frotarse las manos de gusto los acusados por el marqués de Cabriñanu. El mismo tribunal que no encontró motivo»

Jara condenarles á ellos, los ha tenido para condenar al señor de Urbina. Pero no; no estar»" »n satisfecho», añade el mismo periódico. Quizá tiemblen en lugar de alegrarse. Quizá ¡quiu»

sabe! hubiesen querido que el problema hubiese podido tener solución sin que se llegase á tau' to. Que por mAs ciego» que haga la pasión y la seguridad del triunfo, hay peligros que los aun el que carezca del sentido de la vista. En cambio t i marqués—esto es ya de otro diariO'-dosea ir á la cárcel, renunciando el derecho que de apelar tiene, para convencerse de lo que pU" de soportar un pueblo que hizo oausa común con él, ya que de lo otro está conveaoido: de i " ' que son capaces de hacer ciertos prohombres.

1 Buen par de aauntoal El otro asunto que hoy comparte con éste los honores de la controversia acalorada y de lo»

comentarios tristes y desesperantes, es «1 de la cuestión de Cuba. A los telégrama» que a' c°'

la Union. |Y aún se siente con valor y con gusto para hacer frases mortiñeanto» el señor 1 novas contra los que hablan de crlsisl Decididamente es este un pafs al que puede tratársele puntapiés per lo* que mandan.

I Vaya una «xpUcacionl El Gobierno niega que la ida del señor Soler á Washington obedezca á misión import*11'*

alguna. Y para demostrarlo así, habla de escrúpulos de corrección, de confianza en DupuV iome, que no hay motivos para dejar de seguir teniendo, y de otras lindezas por el estilo-mo si el que el señor Soler hubiese ido con instrucciones para el mismo Dupuy de Lome B'K. .' { case que el primero hubiese de hacer de embajador en lugar del que tenemos en la R8?1!!' '?!, Lo que no niega, ni tan siquiera aparenta conocerlo, es lo que dice el corresponsal de The* l ' ' respecto á Weyler. jPara qué había de ocuparse de esto, sí hay cosa» que no pueden o011^^^. sel Mas ahora se nos ocurre tina pregunta. jPor qué se callan ya coma muerto» e»os p8rl° eos que en Madrid llamaban filibustero á The Times cada vez que con la franqueza del co vencimiento no» decía este periódico la verdad de lo que ocurría en Cuba? {Por qué hoy <I vienen los hechos á demostrar que Tho Times no se engañaba ni cuando nos pintaba el Pte* le ni cuando no» presagiaba el porvenir, no tienen esos tales periódicos de aquí la f¡'an<l'r ¡ng de confesar que este desenlace que hoy tocamos se lo debemos en primer término á ello», a que llamaban filibustero á The Times porque no» decía la verdad y desbarataba el juego a que aqill noa embaucabanl [Franquezal Ya... pero...

¡Hombral ¿quiere usted callar? No nol «xplicattVM el por qué de esa sorpresa que aparentan algunas publicación*» .c^*

«es aue se hace camino el rumor de un arreglo, de un paso en la senda de las negociación Ion los Estados-Unidos, de algo que revele el propósito de querer transigir ya con los 'l45e0'',„g la República en lo que respecta al acuerdo para solucionar el conflicto de Cuba. tNo son «» Bublioacionei la» que más se esfuerzan hoy ñor convencernos de que la guerra no dismiiW ; S* nne Wevler dirigiéndola es un desastre, de que ni hay tal pacificación de Pinar del ni" ' ta habrá por el camino que la» cosa» de Cuba llevan» Pues si es así, tqué otro remedio q"" oue entrar ñor el aro de las transacciones con los Estados-Unidost Comprendorlamo» esa s Brasa »i la»1ale» p^lioaníODes siguiesen tan ciegas como al principio y creyesen t o ^ ' ^ d a

la ¿¿erra e x ^ i v s E-oafta habla de salir triunfante de todos sus conflicto», M M C U ^ Se ha caldo del bu «o, siquiera s-^wde! cuando las más convencidas hoy del d e » » " ^ ^ <«« publicartiones, A Juzgar por el C^or con que combaten á lo» que ayer í"?1^'i' '¿e ^ena ese aparentar sárpresal Dijeran que Gobierno como el de Cánovas debió, da ¿aet do» »»»*•, en lugar de prestarse á entrar por el camino que é nos dijo que era indigao, a'J yan que ello» (la» publicaciones) y cuanto» nan defendido un día tan wlo la poUtiat» de 1» BUO

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5.* ^ *in reiormai han «ido uno» insensato» y con «u insensatez no» han traído á este trance; do/an ('ue cua'lu'er* gobernanta menos CAnova», qun no quiao nunca rttorma», e» el llama-6| * P'nsar en esto; dijeran, en íln, que nada as mA« deprasivo para lu nación española como

1Ue el mismo quo se lió la manta á la cabeza desafiando las iras de la Itopública de la Union ilo» 4 '0( I*"''110* españolea que pedían las reforma*, sea el que boy ande en tratos con aque-Con <1u.'*nM desafió, y obrarían con alguna lógica; p»ro sorprender»» por lo que está ya en el

"vencimiento de todo* que tiene que noeptarsa temprano mA» bien que tarde, para evitar '•yore» peligro», e»o no •• ni racionul ni serio; es bulo.

Hay qua lijarse on «1 ó igaao da Sagasta. ci ? l Corno no lu6 de los periódico» que se adhirieron á la protesta formulada por Bl Impar-55* y Haraldo; pero «stA ól solo haciendo mé» dafio al ministro da Ultramar y A Wejlsr que Jr"»» lo» periódico» de la protesta junto». Hay qu» Ia«r lo que dice cada dia el tal diario. iDe Het *' co'<'ra 6101 datosl Lo cierto e« que «ta» operaciones de convertir el oro en bi-lu» ü ^< <'ue no> '1& 'a ahora, son cosas por todo extremo sustanciosas. Pero ty cr»» Alguien Oohi e*Pue* da dicha» f »taa cu»a» que no» »irve El Correo, y qua no se rebaten por ñadí», el don 00 'evi,intn actl1 d» ellas para tomar medidast ¡Si.... ja... ja.,,l F.l (¡obierno siguaafirmán-^jJU» a^uóllo, lo de Cuba, va bien, y que lo do aquí va mejor Claro; »l para lo» hombre» que «IUU •n mando van bien, ipor qué hablau de decir otra co»at Esto e» deliciólo da puro ^ io r »erA no decirlo.

XaouardoB y vatlolalos.

tenor lenibie réplica. Aguardemos unoa din», añadió í»te, y no «earno» impa-« T"Un Mpublicano, aludiendo A In* li A»e» mortillcaiite» qun so atribuyen A CAnova», A pro-jPJJJ1 de lo» que hablan de crisis, exclabama: Lo mi»mo cmntan que hacia Gonzalei Uravo lo. i?** Ante» d» salir para el extwnjíro. Esta época va teniendo ya mucho parecido con la de

«Oes del 68. feo. k la Habana se proyecta ahora una nueva manifestación, qu» »erA la ciento, un qu* ano decía esta tarde: Es curioso lo que sucede con la capital de eaa pobre Isla de Cuba cr '* detangra y que »e arruina. En lugar dn llevar luto por los que mnereD, quiera haeeroo» 'ría lúe «e «lente alegro y contenta. A menos que no suceda en la Habana ahora lo que ocu-«ggV^Homa con los Céiarea, lo» cualea se complacían ca hacer reír hasta A los destinados al

li(ln~rCo'no la llegada de Romero A Madrid ha coincidido con la condena del marqué» deCabri-Isn! YUn rePublicano ha exclamado: iQué complacencia» tiene la fortuna para lo» que tríun-1& j ' | Otro reputlieano exclamó al punto: tRecuerdan ustedes esta otra complacencia qu» tuvo 1u« , i nu P*ra.. .1 pero, no; no diremo» el nombre, por »i acaso. Lo qua »i heme» de daoir es S>na • "lora'eja que se dedoce del recuerdo de este repúblicam HV cumple, le ahorramos las put-"Cla» por »u triunfo de ahora A don Francisco. Es verdad qua do todos modo» no se lo dií-. ^ l a m o » B .

E n broma. j ^ . ' n ^ u n o cómo acertar.

d» u " ""culos huyo de las personalida-. "i» i,r. ,a •ion•, y ^ la• «"tica», porque •"ÍRon»! a,meterm9 O" nadie, no falta algún

i**iral Nn ,nbr•• lPar*cuAndo deja usted la y Pr«n,a '•onoce usted la verdadera misión de b,* combati i0* P^'ádico» tienen la obligación »• "^cialí. !?' abu•0•. do corregir los defee-'"«nte» A \ c,e, «ncauzar las desbordodas co-"•'o cA^r'i ''0,0- Usted, qúe se dedica al gé-,,¿"ndMv!,1j00> ipoVqüé'no pono en ridiculo A «« dr.iít0n' el diputado, que usa corsé laja, y

«aiin.?*.61 «e marcha A lo» ' ' • o t r a , ? ,iens * ^ familia de«nuda ""iSonL ^ marcha A lo» Vivero» * comer

. Vo,n0¿,u,>ach«lequer«t ^'"idnro ,•• creyendo realiiar un» mieion í Ve' «i«« do 4 don Melilon en un articulo, ÍL'fmanaV0,'^lg,• y viene otra P«f»ona. P''01* * • dice; (5U• 1,0 citado anteriormente, y

|,r*n^í0iCAlSmbr*' i^uí 'd*» tiene usted de Ya * omo •« atreve ueted A mermar lo»

prestigios da don Melitonl ¡Poner al deacubi»'-tola» falta» de un diputado A Córtes, que es, ademAs, miembro correspondiente de la Acade­mia de Bella» Letra» de Porto-Merluccial

—4Pero e» verdad que tiece en cuero» A »u familiat

— SI, aeftor, la tiene; pero eso no quita para quo »ea un diputtdo de la nación y haya perte­necido do» voc»» A la comUion encargada da informar sobro la industria corcho-taponera.

—Pues yo crol que con mi critica realizaba una de la» misione» déla pren»a. Sí don Meli-ton e» un mal e»po»o. justo e» el que »o le dig».

- I Y lo» prestigios' lY la suprema invest'du. ra del oaigot lY la respetabilidad que lo tg propial

- t Y la muj»rt lY lo» obicoil tY la chai»-queral

E.to de loa pre.tigio» ya picando «o historia Ya nadie puede aludir al abdómen d« , „

?er«onaje, «m que salga i.Jgupo invocando S respeto que se lo debe por »u posición politiV, Ya no i» permiU decir que un aplaudidg

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6/ dnrmAtico tiene erisipela, puee no faltará quien so indigne y exclame:

; > olvidan uetadeg en un momento de lo» rripttos que merece eia persona. I Islán uete-dee mérniando au preetigio.

—iQuó tiene que ver el prestigio con laeriei-pelnt

L% llamante teoría da loe prestigios se va ex-tendiRDdo... extendiendo, hasta que llegue á aerno» imposible toda queja.

Yo entré la otra tarde á que me ateittran en cierta barbería humilde, de cuyo nombre no me acuerdo.

Habla allí diez ó doce personas esperando torno, y yo al verlas quise huir, para no tener que estarme una hora aguardando el mió; pero los dependientes nO me dejaron repasar los umbrales...

—¡Fh, caballero! Cinco minutos nada más. —¡No se vaya ustedI — Va usted á ser servido ahora mismo. —Siéntese usted, caballero, y lea los perió­

dicos... El que entra en la barbería es inútil que tra­

te de volverse atrás; y yo, que conozco cómo las gastan los dependientes, hube de decidirme

á esperar resignado que llegass rai turno. ., nll'orfin,el maestro, con aire de autorio»a' me dijo, seíialándome el asiento:

—iQué va á sert -Afeitarme. , Nunca hubiera entrado en aquella cás»!

maestro «e puso á dorme jabón con la "V'í.'í solemnidad que si me estuviera otorgando bienes espirituales del bautismo.

Después comenzó á pasarme la navaja,»'?fP' pre con aire de euprema autoridad, y por u '" ' mo me dió un tajo en la mejlllo, del qa« MW, convaleciente.

—lAyl—grité ye. —Eeo no es nada—replicó éí, —Pero me duele. —iSilenciol—volvió á decir mi verdugo. —1N0 me puedo quejart . —De ninguna manera—dijeron A corólo»0"

pendientes. —tPorquéí « -Por la respetabilidad del maestro..ij*»»

¿So atreverla usted á mermar su prestigio* . No supe quó contestar, y huí para siemp''8 "

la barbería. Lula Taboada-

Diez cosas dignas de saberse. La sal hace cortar la leche; por consiguiente,

al preparar condimentos ó salsa», es conve­niente no agregarla «ino al fin de la prepara­ción hecha.

— F.l agua hirviendo quita la mayor parte de las manchas de (ruta; se vierta el agua hirvien­do, como á través de un cedazo, á fin de no hu­medecer más género que el necesario.

—El jugo del teníate maduro quita el azúcar y las manchas del moho del lienso y de las manos.

—Una cucharada de esencia de trementina, agregada á la lejía, ayuda poderosamente á blanquear el lienza.

—F.l almidón cocido se mejora mucho oon la adición de un poco de goma arábiga ó de blan­co de ballena.

—La cera amarilla y la sal limpiarán y puli -íán como cristal, el hierro más oxidado.

Se envuelve un pedazo de cera en un trapo

y se frota con éste el hierro calentado; dtip'1 con papel polvoreado con un poco de sal. , t0

—Una disolución de ungüento m»rcu"" «| la misma cantidad de petróleo, conetituy mejor remedio para las chinches. i«

Se aplica sobre las tablas del catre o o habitación. ,n.

- E l petróleo suaviza el cuero de lO»,28??, !! u otro cualquier cuero endurecido porl*. (".««a dad, y lo pone flexible y blando como «' >u nuevo. ¿jL

- E l petróleo hace brillar como plat»10*,, d» sillos de estaño; basta verterlo en un tfapu luna y frotar el metal. - ¿e

El petróleo también limpia las monena" los mueble» barni/ados. ^jj»,

—El agua fría de lluvia y un poco deJ jd* quita la grata de cualquier género q"8 P lavarse.

Acosado por un mendigo, le dió anoche un caballero dos céntimos.

—iY qué voy A hacer con estot—dice el hom-htn can mal humor.

-Guárdelos usted..., y podrá dárselos á tío pobre.

Un pintor enseña A un amigo el M " * un majadero, que acaba de pintar:

—iQuó te pareoel—le pregunto. -Es t á hablanclo. —| Líbrenos DiosI —iPor quót -P( orque no diria más que tontería»-

'*~Obra^jue^Thallan en "anta en e«tTA^/nl«fr«c/on. con gran rebaj* deprecio1 pan lot señores suscrilores i £ 1 Diluvio. ^«^e,*,'

Lai JJiUeiat dtl Clauttro, 8.' i»arta de I.a¡ Rutnat de Mi Convirtió IJn » 9¡rj&rsMWIáifóas¿laMr*. • • • • • , • • . • • RmeUftion" <** üoel tobn la guerra aiml, por Luis Carreras, 2 tomo» 1 •* Orwm» drama* de Shakeiptare, con lámina», a tocifs.. . :, » lliiloria General dt Inglaterra, con láminu, 2 toioA 1J¡ Proeetoi eélibrei dt todqi l^j)aítee, 2 tomos abultados 20

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7 . '

a r t o s x > o z * l o s a l a - x r L t o x - o i s (Telégrafo, teléfono y cable.)

Aloanoo hasta madloclia INCENDIO EN GLASGOW.

tteaffifo' -Telegrafían de Glangow que «a lia proiiiQido en aquella ciudad «n aool-ciUj . u<) b<* Kuaibruilu la cqpiteruaciou entro las oJasea comeroiale* ^ induatmle* do la fu^ • So trata d<j un violento incendio qco ha cauiado lumeDaoa porjuicio». IQICIOÍ" «i tri)£|> en *lniaceu do aoeit»a vegetalea y miaeralea. Quedaron en un momento dea-bg,j * ' veinte mil barrica* que aervtau de envaao al liquido almacenado y que se doa-IHU ? alendo y comunicando ol incendio y la deítrucclon ti «u paso. Al poco ralo co-p^eose el fuego ft do* grandes fibrioaa ailuadas & ambo* lados de loa almacene* de Cij^T**0-Antes de que pudiera dominarse el incend'o, quedaron lo* ostablecimiontoa Hu»adta'monle <i',stru,do8- Se calcuian un cuarenta mil libraa esterlinas laa pérdida* *cen |r>ür e' • '"icitro. Se ignora cómo se inicio el fuego, si bien todos los síntoma*

•uponer que aa trata de un hecho impremeditado y puramente casual. LA SALUD DEL CZAR.

!,9clio*iS' Telegrafían de San Petersburgo qr.» lo» rumores alarmante* que han ular *,'<U00* pofiódioos extranjeros aoerca de la salud del exar »on muy exa-

"^'ale '98'un ln'ortn'* d-í carft4tor lidedigoo. Confiesan, no obumle. en lp» ootfo» luo ^ w ' H08 el «oberano ptdaae una ligara f^tig» k oonsMuenoia del exoatiro trabajo i *lij0 ''""•«gado, y que ao reiitínto de la herida que ae causó en el cráneo durante au Pr»ct; •,*poo; mas esperan uo alivn completo despuoi de la oaeracioo que habrá de »* «nr;»,*,.? 0' có^bre módico alamao Dr. Bergmann. aun cuando QSU doiignaoior» pare-

" 'J.I informe* telegr^S^oi da que queda beaba re­ñí uu caso lora, se presiinltera de la facultad ir á la capital del imperio á una déla* mayores

SHERMAN RESISTIÉNDOSE A HACER DECLARACIONES, p NOTICIA CONFIRMADA.-LOS FILIBUSTEROS.

íe' h'uiK\' ÍS—89 ÍMa recibi''0 telógramat de Nue-va York que tratan con detenimiento ** KuJ- e"a<'0 la cuestión cubana y de la actitud del Gobierno yankeo con respecto

Kan de i'ra..y ,M insurrectos de la Gran Anttlla. Kn au mayoría las impreaiones oue )!•-':r*t*rio / t-,ta,los Unido* son optimista* y favorable* á Rspaña. Dlcese que el

i9 ^"tado dei Gobierno de la República del Norte se resiste á d

ilones que lle-,110 el futuro *e-

T^Hf^" " l " ,1't»do dei Gobierno de la República del Norte *« resma a dejarse Inter-i '* nao ^kl>^0 ^ue au •"ul,c'<>n próxima al desempeño del supremo cargo diplomático

^"bes qn011 '0 'mPono 0' deber de reservar ñus opinionea y abstenerle de nacer declara-Pidiera ° Pudiernn degenerar en compromiso* grave* para lo sucesivo, por lo» cuale* ^0(la,.er'e el (¡obierno obligado 4 arrostrar conlUotoa dlficile* y pooo tentajosoa ó del r, S & ^ j o s o a p a r a o l p a á * . 10 dal cu-ilV*'0' Sherman, á poaar de toda* aus reserva*, ha dicho que el Gobier-s n>oion"pL P*rt8 80 Impondrá eevoratnento el deber da mantener la pa« con (ieConQrm ex'ra,,'J9ra8-ProOur*ndo reosbar la araiatad de todo» lo* pueblo» civilizado*, o que ni xamKin Ja f ^ . i . i i n rmií^iil Hnl sonador Mr. Sharoian. aue ba olvida-

k ¿ d S REFORMAS EN CUBA.—SAMSON Y DALILAn. U Kr«n</^—^" '0* clrc"'08 P0'^0* 10 'ia dicho que f un cuando las operaciooos no"*0 '** rer ^ ' ^ ^ A lilu:s de este me* ú en lo* primero» dias del próximo sa implao-„, 'cía» que M en Cuba. Según se asegura, el Gobierno, en vista de que todaa las

0 'ka refn *** rac>ban esUc eonl'ormes en dar la insurrección por quebrantada, cree al ha eat^^* deben aplicarse pronto, como medio para auxiliar el logro de la paz. c«nF'QciPio aiefl *do' cen ueD éx^0> c" e' teatro Real a ópera Sansone e Dulila. Desde »OP 'Potidsn '>£l>>"c<>• I " " "e,,a*,á «i' teatro, no dejó de aplaudir, llamando á es-

*• ' ^nóg ra f006 ' 4 l o ' c*ntento,' ^ n****-™ Goula, que dirigía la ópera, y á lo» pin-

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544 ASUNTO REPARAZ.-DEFUNCION.-iEL PAÍS».

Madrid, 18.—El / m p a r a a n n u n ú a 011 su edición de hoy que el Gobierno tieno ol propósito do que se decida á favor do los tribunales militaros Ja competencia refereni al asunto Reparaz. - A

Ha fallecido en Valladolid, á la edad de 79 años, el general Gonzakz Iscar, que i"0 ministro de la Guerra en tiempo de la República. .k0

Dice E i Pai» de hoy: «Diga lo que quiera la prensa oficiosa, es lo cierto que so esi» realizando trabajos para elevar los derechos arancelarios respecto á determinados «r culos. Loque ocurre es que el Gobierno, atendiendo á razones do peso expuestss P una comisión de diputados y senadores catalanes que se encuentra en Madrid, ha ionio que variar el rumbo en aquellos trabsjos.»

NOTICIAS DE FILIPINAS. Madrid, ÍS.—Telógrama oficial de Manila: «El capitán general & ministro Guerr»^

En persecución constonte, las tropss rebeldes han tenido 11 muertos por uno de nueB|U, parte. Hoy ha fondeado el vapor l i l a da Luson. Las tropas fueron recibidas con om siasmo.—Polavieja.»

LA a a z p j u DB COB,).

Madrid, lí.—Telegramas de la Habana dan cuenta dj la brillaote serenata oon$l ha sido obsequiado el señor Rabell, ¡oía do los reformútas. A. la recepción que 0011 ,-or motivo hubo en casa del señor Rabell asistió el gobernador civil de la Habana a8 ej Porrüa, la Junta de Defensa, el general Arólas, jefes y oficiales de todas las »rnlfl1 A y hijo del general Weyler, el jefe de voluntsrios, y representaciones de todos los c'fC1?' 6e

5ramios de la prensa local y madrileña y de todos los partidos politices. Entre esW aliaban loa señores Amblard y marqués de Montero. iodo*

El Diario de la Marina, refirióndose á dicha fiesta, dice que la concordia de 1 ^ los partidos cubanos, puesta en ella de manifiesto, prueba que se hace posible o' . jl0 bleoimiento de las reformas que han de llevar la pacificación & la Isla. Enaltece o ^

Eeriódico Isa virtudes de los peninsulares, y añade que la fiesta en cssa del Beñ0p 0,j5». ay que considerarla como un abrazo de todos los partidos bajo la soberanía de Ü P

SAeASTA.-INFORBíES CONTRADICTORIOS.-CUANDO VENDRA LA CRÍslS'

Madrid, 18.—Hoy recibirá el señor Ssgasta la visita del Comiió del distrito delfi"' pital de esta córíe, que será presentado por el señor Aguilera. íimoí^6'

En algunos círculos se ha dicho, con referencia á informes de algunos ÍQt,.";eí da jefe del partido fuiionista, que éste aprovechará Ja ocasión para hacer declarado e trascendencia; pero otros informes, también al parecer dignos de crédito, a8.e8"i par''' el señor Sagasta no saldrá de la reserva que se tiene impuesta y no dirá nada de P cular. jnsvan8'

Los rumores de crisis que ayer hicieron algunos circular parece que se lian uief*"3 cido en sus efectos. Intimos del señor Cánovas afirmaban ayer que el jefe del rtUrft no acometerá la modificación parcial del Ministerio hasta que so aproxime 1» "P" de Córtes.

ol AZCARRAOA Y TETÜAN.-OPTIMISMOS.-lMPORTANTISIttO.

Madrid, 18.—Anoche conferenciaron los ministros de la Guerra y de Estado despacho del primero. nlDgun

No parece qae se comunicaran en esta conversación noticias de interés, poo* ^ MO*1 parte importante había recibido el Gobierno de Filipinas ni de Cuba; pero cftnJ,.etu»B impresiones muy optimistas acerca de la campaña de Cuba. Tanto el duque d'V a0lon como el señor Azoárraga están cada día más esperanzados en la próxima tern» de la guerra en la gran Aotilla. . ¡¡gcb6

Anoche, al retirarse á su casa el señor Cánovas desde la Presidencia, volcó o en que iba en el jardín de la Huerta. El señor Cánovas no sufrió daño alguno.

{Do nuestros correapanBale»)

Imprenta de EL PRINCIPADO, Escudillers blanoh», 3 bis, bájol.