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ITINERARIO ÉTICO DE LA PERSONALIDAD HISTÓRICA DE COLOMBIA volumen iii • época hispánica Fundación Ciudadelas Educativas de Colombia

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ITINERARIO ÉTICO DE LA PERSONALIDADHISTÓRICA DECOLOMBIA

volumen iii • época hispánica

Carrera 5 No. 15-80 piso 16Bogotá, D.C., ColombiaPBX: (1) 587 8750 Ext: 11621Tel.: 336 7147 Ext. 115 htt p://iemp.procuraduria.gov.co

Itinerario ético de la personalidad histórica de ColombiaPrehispánica · Hispánica · Republicana Moderna · Contemporánea

FundaciónCiudadelas Educativasde Colombia

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Obra completa:ITINERARIO ÉTICO DE LA PERSONALIDAD HISTÓRICA DE COLOMBIA

Volumen III • Época Hispánica

Material pedagógico desarrollado por:©Fundación Ciudadelas Educativas de Colombia

Para:© Instituto de Estudios del MinisterioPúblico – IEMP, 2010© Procuraduría General de la Nación, 2010

Editor:Instituto de Estudios del Ministerio Público – IEMPCarrera 5 15 - 80 piso 16Bogotá, D. C., Colombia pbx: (1) 587 8750 ext. 11621Tel.: 336 7147 ext. 115http://iemp.procuraduria.gov.co

Todos los derechos reservados. Se prohibe la reproducción total o parcial del contenido de este libro sin el permiso expreso del editor.

Dirección de investigación: Ricardo Zornosa SalazarFundación Ciudadelas Educativas de Colombia

Investigación de contenido:Diego Luis ZornosaMaria Consuelo RojasFundación Ciudadelas Educativas de Colombia

Diseño gráfi co y edición:Ana María De TamayoFundación Ciudadelas Educativas de Colombia

Investigación de imágenes:Maria Paulina RubioFundación Ciudadelas Educativas de Colombia

Supervisor de la investigación:Cesar Augusto NietoAsesor IEMP - PGN

Coordinación editorial:Hernán Hel Huertas O.Diseñador gráfi co IEMP - PGN

Impresión y encuadernación:Imprenta Nacional de Colombia

Impreso en ColombiaBogotá, noviembre de 2010Primera edición1000 ejemplares

Esta publicación fue editada y fi nanciada por el Instituto de Estudios del Ministerio Público

ISBN Obra completa: 978-958-734-068-6ISBN volumen: 978-958-734-071-6

ALEJANDRO ORDÓÑEZ MALDONADOProcurador General de la Nación

MARTHA ISABEL CASTAÑEDA CURVELOViceprocuradora General de la Nación

CHRISTIAN JOSÉ MORA PADILLADirector Instituto de Estudios del Ministerio Público

Las imágenes y demás recursos gráficos complementarios al texto de esta publicación, han sido utilizadas con fi nes educativos. Su uso requiere la mención de su fuente.

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ÉPOCA HISPÁNICA

volumen iii

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Época Hispánica | Página 2

CARACTERIZACIÓN GENERAL

1. Autoridad ética suprema reconocida: Poder sobrenatural - Monoteísmo Católico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32. Subordinación ética directa: La Iglesia y la Monarquía . . . . . . . . . . . . . . . . . 43. Noción del bien y del mal: Monismo católico (La Creación tiene un solo origen) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54. Códigos éticos vigentes: Los Diez Mandamientos y las leyes de la Iglesia . 65. Motivaciones éticas: Premio y castigo divino en la vida eterna . . . . . . . . . . 76. Sentido último de la vida: Hacer la voluntad de Dios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77. Sentido de la historia: El sentido de la historia es la salvación del pueblo de Dios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88. Función principal ética del gobierno: Promover los deberes divinos y civiles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89. Doctrinas: Escolástica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 910. Actitud frente al mundo real: Lo sagrado es algo real . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1011. Estabilidad ética: Principios perdurables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1012. Factores de unidad: Unidad ética Estado- Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

DIMENSIÓN POLÍTICA

1. Origen del Poder y de la Autoridad: Sobrenatural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122. Sistema Político: Monarquía hereditaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133. Noción de la Ley: La ley humana es refl ejo de la Ley divina. . . . . . . . . . . . . 134. Noción de Justicia: Primero, dar a Dios lo que es de Dios . . . . . . . . . . . . . . . 155. Noción de Libertad: La libertad es para liberarse de las cadenas del error eligiendo el mayor bien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166. Noción de Igualdad: La igualdad de los Hijos de Dios. . . . . . . . . . . . . . . . . . 177. Relación entre el poder espiritual y el poder temporal: Unidad . . . . . . . . . . . 208. Gobierno y territorio: Fundación de Ciudades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219. Milicia: Para la defensa de la fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

DIMENSIÓN ECONÓMICA

1. Principio Económico Rector: Riquezas para Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252. Recursos: Dios, tierra y trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283. Moneda: Valor real y estable. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

DIMENSIÓN CULTURAL

1. Matrimonio y Familia: Unión sagrada espiritual y estable . . . . . . . . . . . . . . . 322. Educación: Educación para salvar el alma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333. Ciencia: Ciencia universal católica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344. Arte, arquitectura y música: El arte es sagrado: de Dios y para Dios . . . . . . 365. Prestigio y control social: Virtud y Nobleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

ÉPOCA HISPÁNICA

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Página 3 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

Caracterización General

Poder sobrenatural Monoteísmo católico

1. AUTORIDAD ÉTICA SUPREMA RECONOCIDA

Ley de Indias de la Santa Fe Católica,Libro I, Título I (Facsímil)

1 «La verdadera fuerza en la cual confi ar era la Divina Providencia. En buena parte esta actitud se sustentaba teológicamente. La persona era una unión indivisible de alma y cuerpo. Cuando sobrevenía una epidemia, los santafereños miraban en primer lugar al Cielo. Era un «acto de Dios». (Fundación Misión Colombia, Historia de Bogotá, tomo III Conquista y Colonia, Pág. 60. Salvat Villegas Editores, Bogotá, 1989)

2 Consagración, misterio cristiano donde, mediante las palabras sagradas del sacerdote, ocurre la Transubstanciación o transformación del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, según promesa e institución del mismo Jesucristo. Cf. San Mateo 26, 26 –28; I Corintios 11, 23-29

3 Romanos 14, 11

Durante la época hispánica el gobierno y la sociedad –instruidos por la Iglesia– reconocieron a Dios,

Creador de todo el universo, dueño absoluto de todas las cosas y fuente suprema de toda autoridad. Así mismo, aceptaron que el mismo Dios hecho hombre, Jesucristo, era el Señor de todo, de todos los hombres, de las patrias, de las leyes y de la política.

El reconocimiento de la autoridad divina se dio a la par con la confi anza de los hispanoamericanos en la Divina Providencia1 y, además, mediante actos rituales popula-res signifi cantes de su fe y de su adoración a Dios. Por ejemplo, las gentes en la calle se arrodillaban cuando, tras el tintineo de la campana, pasaba el sacerdote con el viático para los moribundos o los campesinos suspendían su trabajo y se postraban en tierra cuando oían a lo lejos el tañido de las campanas de la iglesia parroquial anunciado-ras de la Consagración2 que allí estaba ocurriendo sobre el altar. En Hispanoamérica se cumplía así textualmente el precepto bíblico «al nombre de Jesús dóblese toda rodilla en el cielo, en la tierra (…) » 3 Estas costumbres colombianas, como muchas otras, se forjaron durante la época hispánica y siguieron vivas en la sociedad hasta bien entrado el siglo XX.

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Época Hispánica | Página 4

La iglesia y la monarquía

SUBORDINACIÓN ÉTICA DIRECTA2.

"Historia de Nueva-España"

Cartas de Relación

Autor: Hernán Cortés

Edición de 1770, México

Fondo Marco Fidel Suárez

Biblioteca Nacional de Colombia

Los hispanoamericanos se subordinaron al Papa

y al Rey de España, como autoridades temporales le-gítimas. 4 Sin embargo, el Papa, merced a un principio de derecho internacional me-dieval, era el poder supremo de toda la cristiandad a quien obedecían los reyes y prín-cipes.5 El poder del Papa era tal que, incluso, concedía y confi rmaba las conquistas del gobierno español.6

Por esta razón, en asuntos so-ciales, espirituales y morales,

4 Comentario del Papa León XIII, Immortale Dei, 1885, 28. «Hubo un tiempo en que la fi losofía del Evangelio gobernaba los Estados. Entonces aquella energía propia de la sabiduría cristiana, aquella su divina virtud había compenetrado las leyes, las instituciones, las costumbres de los pueblos, impregnando todas las clases y relaciones de la sociedad; la religión fundada por Jesucristo, colocada fi rmemente sobre el grado de honor y de altura que le corresponde, fl orecía en todas partes secundada por el agrado y adhesión de los príncipes y por la tutelar y legítima deferencia de los magistrados; y el sacerdocio y el imperio, concordes entre sí, departían con toda felicidad en amigable consorcio de voluntades e intereses. Organizada de este modo la sociedad civil, produjo bienes superiores a toda esperanza. Todavía subsiste la memoria de ellos y quedará consignada en un sinnúmero de monumentos históricos, ilustres e indelebles, que ninguna corruptora habilidad de los adversarios podrá nunca desvirtuar ni oscurecer».

5 Santo Tomás de Aquino, IV Sentencias, distinción 37 – «La Santa Iglesia tiene sólo la espada espiritual en el sentido de que ésta ha de usarla ella directamente, pero tiene así mismo la espada temporal, en cuanto a la orden de emplearla, porque debe ser desenvainada a su señal, como dice San Bernardo... en la cosas que atañen al bien civil hay que obedecer al poder secular antes que al espiritual... a menos que el poder espiritual esté unido al poder secular, como pasa con la Iglesia o con el Papa quien, en virtud de una disposición de Dios, es rey y sacerdote» (…) por eso, «el Papa ostenta la autoridad suprema, tanto en las cuestiones espirituales como en las temporales.» (Comentario a las «Sentencias» de Pedro Lombardo, II, Dis. 44, q. 2, a, 3)

6 CAVELIER GERMÁN, Las Relaciones entre La Santa Sede y Colombia, Bogotá, Editorial Kelly 1988 Tomo I, Pág. 12 – «Un hecho de gran trascendencia se pasa por alto en las exposiciones y estudios sobre el dominio español en América, a saber, que la llamada conquista obedecía no a un capricho de los navegantes y hombres de guerra sino a un principio de derecho internacional medieval que, dando al Papa el poder supremo sobre toda la Cristiandad, le atribuía la facultad de dar o confi rmar las conquistas que los príncipes cristianos hicieran...»

7 Leyes de Burgos, http://es.wikipedia.org/wiki/Leyes_de_Burgos

http://www.testimonio.com/espanol/colecciones/tabula/burgos.htm8 Así lo expresa la Doctrina: ¿De qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? Marcos 8,36; Mateo 16,

26; Lucas 9, 25

el Rey fue fi el a la autoridad de la Iglesia y a su doctrina, a las Leyes de Burgos7, a las de servicio social y hospitalario y a las de educación, buscando como propósito funda-mental la salvación de las almas para la vida eterna, pues este bien superior justifi caba toda la ley y todo esfuerzo8.

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Página 5 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

3. NOCIÓN DEL BIEN Y DEL MAL

Monismo católicoLa creación tiene un sólo origen

Grabado sobre el Apocalipsis, Albrecht Dürer.1497 y 1498.

“ (...) toda conducta hu-mana debía ordenarse a Dios para ser buena, cumpliendo los Manda-mientos (...)”

El cristianismo aportó a la nueva raza mestiza hispanoamericana una noción

novedosa e inesperada del bien y del mal. Enseñó que la Creación tenía un solo origen: Dios, Bien Absoluto, con existencia real, en tanto que el mal, estrictamente, no existía, no era ser ni esencia, ni substancia sino «ausencia de bien», así como la obscuridad era ausencia de luz.9

¿Cuál era, pues, el origen de los ángeles malos y del demonio, seres superiores que luchaban por apartar a los hombres de Dios? El cristianismo contestó: son seres que Dios creó buenos porque Él creó todas las criaturas buenas.10 De Él, Sumo Bien, no podía salir nada malo; no obstante, ellos recibieron de Dios el bien de la libertad11 y lo corrompieron en libertinaje o arbitrariedad amándose tan neciamente a sí mismos, hasta despreciar a Dios y ofenderlo. Así, pues, la carencia de humildad, la soberbia, fue desde el principio causa del pecado y (...) por este pecado entró la muerte al mundo.12

Esta noción tuvo implicaciones éticas y morales decisivas en la época hispano-

9 Mientras la obscuridad no tiene ser en sí misma y para defi nirse forzosamente tiene que relacionarse con la luz, en cambio, ésta, independiente de la obscuridad, es movimiento de «fotones» con masa y velocidad.

10 «Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto«. Génesis 1:3111 Según la teología cristiana, la libertad, por ser un bien, solo sirve para hacer bien; es decir, la libertad sirve para que cada hombre,

personalmente, elija el mayor bien posible entre otros bienes que le dio Dios, de tal manera que tal elección voluntaria lo conduzca a la Felicidad que únicamente se encuentra en la presencia de Dios. Si, por el contrario, el hombre ordena la libertad para servirse a sí mismo, para buscar la falsa y efímera felicidad en sí mismo, entonces, la libertad deja de ser bien, deja de ser libertad para

convertirse en libertinaje o arbitrariedad en el egoísmo.12 Catecismo de la Iglesia Católica

americana pues se entendió que toda conducta humana debía ordenarse a Dios para ser bue-na, cumpliendo los Mandamientos y, por tanto, no cabía en la mente ningún relativismo moral.

La iglesia y la monarquía

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Época Hispánica | Página 6

Actualización para periodistas.La sociedad colonial s. XIV y XVIIAutor: SENABLAA

4. CÓDIGOS ÉTICOSVIGENTES

los diez mandamientos y las leyes de la iglesia

En esta época rigieron en el territorio hispánico los Diez Mandamientos13 en-

señados por la Iglesia y la Corona Española. Fueron Ley Suprema e inmutable que estaba por encima de los intereses o caprichos temporales de los legisladores y, por tanto, garantizaba la justicia por igual a todos en toda época y lugar. La Monarquía Hispánica ordenó sus leyes civiles al cumplimiento de los Mandamientos obedeciendo las bulas papales que mandaban a los monarcas mirar por la cristianización de los indios. 14

13 http://www.corazones.org/moral/10_mandamientos/a_10mandamientos.htm14 CAVELIER GERMÁN, Las Relaciones entre La Santa Sede y Colombia, Bogotá, Editorial Kelly 1988 Tomo I, Pág. 22. «Las

dos celebres bulas Inter coetera de Alejandro VI, de 3 y 4 de mayo de 1493, legitimaron la posesión castellana de las tierras descubiertas por Colon, y además mandaron a los monarcas que miraran por la cristianización de los indios, para lo cual le concedió las dos gracias de la exclusiva evangelización y el de la presentación patronal para las dignidades eclesiásticas. La bula Eximiae devotionis sinceritas de 16 de noviembre de 1501, del propio Alejandro VI, otorga a la monarquía española, a perpetuidad, la principal renta eclesiástica de la iglesia española, o sea el diezmo de Indias, con el objeto de que doten y funden

las iglesias en esos nuevos territorios.15 Los Cinco Mandamientos de la Iglesia son: El primer mandamiento, oír misa entera los domingos y fi estas de precepto; el segundo

mandamiento, confesar los pecados mortales al menos una vez al año y en peligro de muerte y si se ha de comulgar; el tercer mandamiento, comulgar por Pascua de Resurrección; el cuarto mandamiento, ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia; el quinto mandamiento, ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Además de los Diez Mandamientos fueron enseñados a la población los Cinco Manda-mientos de la Iglesia15 desde el primer año de la escuela primaria y permanentemente en el púlpito de los templos.

Consejo de IndiasRecopilación de leyes de los reynos de las IndiasMadrid: I. de Paredes, 1681

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Página 7 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

SENTIDO ÚLTIMO DE LA VIDA

6.hacer la voluntad de dios

5. MOTIVACIONESÉTICAS

premio y castigo divino en la vida eterna

Los hispanoamericanos se motivaron por salvar su alma e ir al cielo si llevaban

una vida virtuosa, cumpliendo a cabalidad los Mandamientos, esto es, amando «a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo». Por otra parte, tuvieron temor de condenarse eternamente en el Infi erno si infringían la justicia divina16; justicia que conocían insobornable17, que no necesitaba testigos ni pruebas porque la mirada de Dios estaba presente en todo lugar y en toda conciencia para premiar o castigar en la vida

16 «Nada temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma. Temed antes al que puede arrojar alma y cuerpo en el infi erno» Mateo 10, 28

17 «Tu Padre que ve en lo secreto te dará por ello la recompensa»; Mateo 6, 18; « Y tú, Salomón , hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con un corazón perfecto y de buena voluntad, porque el Señor escudriña todos los corazones, penetra todos los pensamientos del entendimiento. Si lo buscares, lo hallarás; pero si lo abandonares, te desechará para siempre.» Paralipómenos 28, 9

18 Apocalipsis, 2, 2319 Catecismo de la Doctrina Cristiana, Gaspar Astete.

eterna a cada persona según sus pensamien-tos, obras u omisiones. La Escritura enseñó: «Yo soy el que escudriña la entrañas y los corazones y que os daré a cada uno según vuestras obras».18

En esta época lo que dio sentido último a la vida fue hacer la voluntad de Dios para

ganar el cielo. La educación hispánica inculcó desde la primaria el catecismo de la Iglesia, el cual, en su primer artículo enseñó que la vida del hombre en la tierra tenía un itinerario preciso: «Conocer, amar y servir a Dios para luego gozarlo eternamente en el cielo».19

Esta educación religiosa predominante en Hispanoamérica fue enfática en la prepara-ción para la vida después de la muerte y así forjó una sociedad de vida sobria, sin lujos ni grandes ambiciones económicas, que giraba alrededor de la iglesia, del confesio-nario y de la comunión.

¿YO PARA QUE NACÍ?

¿Yo para qué nací? Para salvarme.Que tengo que morir es infalible;Dejar de ver a Dios y condenarme

Triste cosa será, pero posible.¡Posible...! ¿y río y duermo

y quiero holgarme?¡Posible...! ¿y tengo amor a lo visible?

¿Qué hago? ¿En qué me ocupo?¿En qué me encanto?

¡Loco debo yo ser, pues no soy santo!

Atribuida a Lope de Vega(siglos XVI y XVII)

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Época Hispánica | Página 8

La Monarquía Católica inculcó los de-beres antes que los derechos. Enseñó

que todos los seres humanos racionales y conscientes22 tenían el deber de hacerse merecedores de derechos mediante su buen comportamiento.

SENTIDO DE LA HISTORIA7.el sentido de la historia es la salvación del pueblo de dios

8. FUNCIÓN PRINCIPAL ÉTICA DEL GOBIERNOpromover los deberes divinos y civiles

El cristianismo enseña que la historia humana en conjunto tiene unidad y un

solo sentido, no siendo una sucesión de acontecimientos fortuitos separados entre sí a lo largo del tiempo. Este sentido de la historia, preciso, trascendente y providen-cial, consiste en la salvación del pueblo de Dios para la vida eterna. 20

Por esta razón, la redención del género hu-mano en la Cruz de Cristo21, se constituyó en el eje del mundo (Redemptio axis mundi) y Cristo, Señor y centro de la historia; a partir de uien se empezaron a contar los años, ha-cia atrás o hacia delante, estableciendo así el calendario cristiano que hoy sigue vigente en el mundo occidental.

20 LEONARDO POLO – Presente y Futuro del Hombre ? Ediciones Rialp S. A., Madrid, 1993, p.131 ?»Hay tres hechos centrales en el cristianismo que tienen carácter histórico: el pecado de origen, el fi n del mundo y la Encarnación del Verbo. La revelación es historia de la salvación del pueblo de Dios.»

21 La devoción de la cristiandad por la Misa diaria se explica por cuanto en cada Misa se celebra el Sacrifi cio de Cristo que actualiza

la Redención, centro y cúspide de la historia y de la vida cristiana.22 La Doctrina católica tradicional enseña que las personas inconscientes, bebés, niños sin uso de razón o dementes, al no poder

ejercer su voluntad plenamente, gozan de dignidad humana. No así, quien, consciente, comete un delito o vive en el pecado.

Ermita de El Humilladero, La

Veracruz y San Francisco, en la plaza de las Yerbas, Bogotá.

1876Alfredo J. Gustin

Museo del 20 de Julio

Antonio José Amar y Borbón.Virrey de Nueva Granada(1803-1810)Oleo de autor no identifi cado del siglo XIX. Museo Nacional de Colombia, Bogotá

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Página 9 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

9. DOCTRINAS

escolástica

23 La Doctrina Católica sostiene que si bien todos los hombres «potencialmente» son hijos de Dios y, por tanto, pueden llegar a ser dignos sobrenaturalmente, empero no todos los hombres tienen tal dignidad en «acto» pues se requiere, ante todo, «llegar a ser» hijos de Dios, aceptando y sirviendo a la Verdad que es Cristo. La Doctrina dice: «A todos los que le recibieron (a Cristo) que son los que creen en su nombre, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios». (Juan 1, 12) Por otra parte, esta Doctrina hace diferencia entre los hijos de Dios y los hijos del diablo. (1 Juan). Por ejemplo, la práctica de la justicia, hace dignos a los hombres, los hace hijos de Dios y les da derechos. Por el contrario, los hijos del diablo ,por practicar la injusticia, no son «dignos» y no merecen derechos.

24 Escolástica, http://es.wikipedia.org/wiki/Escol%C3%A1stica 25 Santo Tomás de Aquino, http://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_de_Aquino 26 Gil Tovar Francisco, Historia del arte Colombiano, El arte en la España de los conquistadores, Vol. 5, pág. 663 Salvat Editores,

Barcelona, 1983). En primer lugar hay que advertir que, si bien los grandes descubrimientos geográfi cos y la conquista fueron sucesos del Renacimiento, la inmensa mayoría de los hombres que los realizaron eran poseedores de una típica mentalidad medieval; y de la Edad Media recibieron el impulso tremendo que los lanzó a la aventura. Su cultura, como medieval también, era, sobre todo, una cultura religiosa.

La doctrina ética predominante en His-panoamérica fue la escolástica24, mo-

vimiento fi losófi co que asimiló la fi losofía clásica dentro de la revelación cristiana, siendo su mayor representante Santo Tomás de Aquino.25

Los hispanoamericanos desde la escuela primaria hasta la educación universitaria recibieron los principios escolásticos como

parte fundamental de su formación. Esta educación se refl ejó en todos los ámbitos de la vida.

Es importante tener en cuenta que los espa-ñoles que poblaron las tierras hispanoame-ricanas traían la formación escolástica me-dieval pese a que durante el descubrimiento de América y la época virreinal se vivía en Europa el renacimiento.26

Triunfo de Santo Tomas de Aquino (Benozzo Gozzoli, 1471, museo de Louvre, Paris - Francia)

Así mismo, los gobernantes velaron para que los gobernados conocieran y observaran las leyes y normas civiles, las cuales conducían a una vida virtuosa acorde con los principios religiosos. (Véanse las Leyes de Burgos ya mencionadas, Capítulo 2, nota al pie número 7).

La teología cristiana infl uyó el gobierno, sus políticas y sus leyes. Según éstas cada persona, al nacer, posee dignidad humana «potencialmente» y, por tanto, a cada uno le es un deber hacerla «actual» y mantener tal condición viviendo en la verdad y en las virtudes. Así, cada persona está obligada a

bautizarse, a hacer actos virtuosos para ser digno «hijo de Dios»23 pues quien vive en el delito o en el pecado no se considera digno.

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Época Hispánica | Página 10

lo sagrado es algo real

ACTITUD FRENTE AL MUNDO REAL10.

11. ESTABILIDAD ÉTICA

principios perdurables

Durante esta época los hispanoamerica-nos atendieron la noción católica que

considera lo sagrado algo verdaderamente «real». Por ello, los comportamientos in-dividuales, familiares y sociales giraron alrededor de lo sagrado. La sociedad experi-mentó un sentimiento sumiso de su precaria y mortal condición humana: el hombre sintió que «no es más que una criatura» no más que «ceniza y polvo»27 en las manos de Dios. Los templos, las cosas sagradas, fueron considerados pertenecientes a un mundo sublime «aparte» del mundo profano.

El sentido de lo sagrado fue más allá de lo específi camente religioso: por ejemplo, en la época hispánica, en particular, la palabra se consideró sagrada en la cotidianidad, especialmente en los negocios; «Aunque

27 Génesis, XVIII, 2728 «Señor, Tú tienes palabras de Vida Eterna» San Juan 6, 68

el pago no era exigible por la ley humana, existía la obligación moral de hacerlo». Asimismo, el cuerpo humano se consideró «templo de Dios» y el matrimonio un sacramento inviolable.

Los principios morales u obligaciones fundados

en el cristianismo se con-sideraron de origen divino y, por tanto, inmodifi cables por los hombres.28 Por ello, ni los gobiernos ni las so-ciedades tuvieron interés en

cambiar sus principios ni sus instituciones sino en perfeccionar lo existente. En este sentido, el mundo, las sociedades y los gobiernos debían ordenarse a la doctrina inmutable y no la doctrina al mundo ni a los gobiernos cambiantes.

La limosna para la Vírgen del Campo.Ramón Torres Méndez. Cuadros de Costumbres

Publicación del Banco Cafetero. Bogotá - ColombiaEdiciones Sol y Luna

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Página 11 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

FACTORES DE UNIDAD12.unidad éticaestado - iglesia

«(…) los españoles y los portugueses levantaron una

construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía

está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas

diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron

a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y

la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido

inmensas. Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México

hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica

y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas

distintas.»31

OCTAVIO PAZ

L a Iglesia y el Estado creyeron ser miem-bros diferentes entre sí pero comple-

mentarios; miembros de un solo cuerpo, con un solo espíritu, con un pueblo en común a quien evangelizar y servir, es decir, con una misma misión trascendente. Por esta unidad Hispanoamérica tuvo un mismo idioma, una misma moneda y una misma fe en medio de matices culturales de gran riqueza. El lugar donde la Corona Española y la Iglesia lograron la plenitud de su unión fue Hispanoamérica. 29.

29 El arte en la España de los conquistadores. Vol. 5, pág. 666. Salvat Editores, Barcelona, 1983. En realidad, y aunque parezca extraño, solamente América iba a ser la gran unifi cadora racial y lingüística de los españoles. Gil Tovar Francisco, Historia del

Arte Colombiano.30 Octavio Paz, escritor mejicano y premio Nobel de Literatura [1990]. http://wizard.webquests.ch/1492.html?page=1328

Representación del mestizaje de los primeros siglos de la Conquista de América.Imagen tomada de: www.kalipedia.com

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Época Hispánica | Página 12

1 Tratado de Tordesillas por el cual el Papa Alejandro VI determinó los territorios americanos correspondientes a España y Portugal. 2 http://www.delsolmedina.com/TestamentoTexto-1.htm

EN EL NONBRE DE DIOS TODO PODEroso Padre e Fijo e Spiritu Sancto, tres personas e vna es-sençia diuinal, criador e gouernador vniuersal del çielo e de la tierra e de todas las cosas visibles e ynuisibles, e de la gloriosa virgen María, su ma-dre, rreyna de los çielos e señora de los ángeles, nuestra señora e aboga-da, e de aquel muy exçelente prínçi-pe de la iglesia e cauallería angelical, sant Miguel (,,,) POR ENDE, sepan quantos esta carta de testamento vieren como yo Doña YSABEL, por la gracia de Dios rreyna de Castilla, de León, de Aragón, de Seçilia, de Granada, de Toledo, de Valençia, de Galizia, de Mallorcas, de Seuilla.

Fiel a las escrituras, la sociedad hispánica (y su gobierno), reconoció que el poder

espiritual-religioso era de mayor jerarquía que el poder material o temporal, puesto que todo poder procedía de Dios.

«No hay autoridad sino por Dios» (Roma-nos 13, 1)

«No tendrías esta autoridad sino te fuera dada del Cielo». (Jesucristo a Pilato según San Juan 19, 11)

Los reyes españoles se reconocieron sobe-ranos por la gracia de Dios y su lealtad a la autoridad divina fue tan grande que a partir del año de 1496 -después del Tratado de Tordesillas1- se empezaron a llamar Reyes Católicos con más frecuencia que Reyes de España. El texto introductorio del Testamen-to2 de la Reina Isabel I de Castilla, fi rmado en Medina del Campo en el año de 1504, es elocuente de la forma como el poder político invocaba el nombre de Dios en sus actos

públicos, reconociéndolo como autoridad suprema y origen de todas las cosas:

Escudo de armas de la Real Audiencia de

Santa FeHISTORIA - OBJETOS

TESTIMONIALESMuseo NacionalAnónimo (1550)

Técnica: Cosido y bordado a

mano (Hilos/Tela)Dimensiones: 164x133

cm No. Registro: 97

1. ORIGEN DEL PODER Y DE LA AUTORIDAD

sobrenatural

Dimensión Política

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monarquía hereditaria

SISTEMA POLÍTICO2.

El sistema político de la época hispánica fue la Monarquía Española, sucesión

hereditaria de los miembros de la familia real en la autoridad del Estado, con el título de Rey de España o Rey Católico.

La Monarquía fundó en Hispanoamérica reinos de la misma categoría de los reinos españoles. Por ello, nombró Virreyes, quienes gozaban de las mismas facultades del Rey. En ningún caso fundó colonias, como sí lo hicie-ron otros imperios en el territorio americano.

3 http://www.gabrielbernat.es/espana/acea/index.html#top Casa de Contratación de Sevilla creada en 1503 para atender los asuntos hispanoamericanos; es decir, para estimular, encausar y controlar el tráfi co con el nuevo Mundo. El Real y Supremo Consejo de Indias, 1524-1834 en sus manos estuvo todo el gobierno político y administrativo de todos los territorios de las Indias y asesor de la Monarquía para los asuntos indianos. Tenía jurisdicción sobre los asuntos eclesiásticos, civiles, militares y comerciales. Las instituciones que funcionaron directamente en Hispanoamérica fueron: «los Virreinatos, máxima autoridad dentro de un área determinada, gozaba de las mismas facultades del Rey, aunque las instrucciones para su gobierno las recibía directamente del Consejo de Indias. Capitanías generales dirigidas por un jefe militar que desarrollaba el poder civil y judicial localizadas solamente donde existían confl ictos. Gobernaciones en territorios pacifi cados. El poder lo ejercía el presidente de la Real Audiencia que eran los más altos tribunales de Justicia con jurisdicción civil y criminal. Tenían Oidores que conformaban las Reales Audiencias. Los cabildos, instituciones urbanas pioneras en Hispanoamérica que hicieron las veces de los municipios españoles de la Edad Media, en los cuales estuvo representado ampliamente al pueblo, siendo así cuna y defensa de las libertades populares. Presidido por el corregidor representante del Rey. Al fundar una ciudad se creaba inmediatamente el Cabildo«. Además, existieron los Adelantados que fueron los exploradores y descubridores del territorio.

4 SUMA TEOLÓGICA I-II°, q. 90 art. 1 y 2 - La ley es la regla y medida de nuestros actos. Ley deriva de «ligar» los actos al bien común.

5 Ibidem, I-II°, q. 90 art. 4

3. NOCIÓN DE LA LEY

la ley humana es reflejo de la ley divina

Las instituciones principales de la Monarquía con los que se administró Hispanoamérica fueron3: la Casa de Contratación de Sevilla y El Real y Supremo Consejo de Indias.

Y las instituciones que funcionaron direc-tamente en Hispanoamérica fueron: los Virreinatos, las Presidencias, las Capitanías generales, las Audiencias, las Gobernacio-nes y los cabildos. Por otra parte, existieron los Adelantados que fueron exploradores y descubridores.

En la época hispánica rigió la doctrina escolástica según la cual «La ley4 es

el orden de la razón hacia el bien común,

Escudo de La Real Audienciaes.wikipedia.org

promulgada por aquél que tiene el cuidado de la comunidad.»5

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La Corona Española considerando que Dios es fuente de todo poder y Supremo Gober-nante de su propia Obra, dedujo que toda ley humana se deriva de la Ley eterna. Por tanto, debía ser obedecida por los hombres, seres inferiores creados de la nada por Dios. Santo Tomás el mayor exponente de la Es-colástica enseñó:

«Siendo la Ley Eterna la razón o plan de gobierno existente en el Supremo Gobernante, todos los planes de gobierno existentes en los gobernantes inferiores necesariamente han de derivar de la Ley Eterna (…) Por consiguiente toda ley, en la medida en que participa de la recta razón, se deriva de la Ley Eterna. Por eso dice San Agustín: «nada hay justo y legítimo en la ley temporal que no hayan tomado los hombres de la Ley Eterna».

Santo Tomás de Aquino6

6 SANTO TOMÁS DE AQUINO ? Suma Teológica I-II°, q. 93 art. 37 Ibidem, I-II°, q. 97 art. 1 ad 1°8 J. A. DOERING – SUAREZ Y ROUSSEAU, Confrontación de sus Ideas sobre el Estado. «Para Suárez el Derecho reconoce un

fundamento metafísico en Dios. Se basa en el Decálogo, a la vez que en la naturaleza que Dios ha querido dar a las cosas. (De Legibus, prefacio). El Derecho natural, puesto que es de origen divino, puede regir determinadas cosas y fi jar los límites del Derecho positivo.» (Ibidem, capítulo 20, parágrafos 2 y 3)

Por tanto, la ley inmutable no puede ser modifi cada, ni substituida por posibles leyes humanas que, separándose de la eterna, plas-marían los caprichos o intereses particulares y temporales de los legisladores de turno.

Para la escolástica, por supuesto, la ley hu-mana varía en la medida en que exista una razón mejor en orden al bien común, pero tuvo en cuenta que «la ley natural es una participación de la Ley Eterna y por eso, es inmutable, debido a la misma inmutabilidad y perfección de la Razón Divina, autora de la naturaleza (…) además la ley natural está integrada por preceptos universales que se mantienen siempre idénticos.»7

La Ley Divina está expresada en los Man-damientos revelados por Dios y, por ser inmodifi cable esta Ley, constituye una vara de medir estable, una ley en la que todos creen por igual y respetan porque no puede ser condicionada ni convenida por nadie. De esta manera, garantiza la justicia por igual a todos los hombres, en todas las circuns-tancias y tiempos. Por ejemplo, el mandato divino: no matarás, es un principio eterno, no sujeto a modifi caciones.

Los hispanoamericanos reconocieron tam-bién a Francisco Suárez8 prestigioso jesuita que en este tema coincidió con la doctrina de Santo Tomás de Aquino.

Francisco Suárez. Granada 1548 – 1617.Imagen tomada de: es.wikipedia.org

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Página 15 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

4. NOCIÓN DE JUSTICIA

Primero dar a Dios lo que es de Dios

Para el gobierno y la sociedad hispánica, Dios es el Juez Supremo que establece

leyes perfectas e inmutables y juzga por igual a todos los hombres, sean éstos gober-nantes o no. Todos temen por igual la justicia divina más que la justicia humana porque el premio o el castigo divino son eternos, mientras que las penas de la justicia temporal, por grandes que parezcan, son insignifi cantes ante la eter-nidad. En última instancia los jueces humanos también tienen que rendir cuenta al Juez Supremo.

«El Señor nos mandó pre-dicar al pueblo y testifi car que Jesucristo ha sido por Dios constituido juez de vivos y muertos.» (Hechos 10, 34,42)

El gobierno español conside-ra que la justicia humana debe ser refl ejo de la justicia divina, pedagogía y preparación para el inevitable juicio fi nal. Por ello, el peor crimen no es matar físicamente a otro -aunque es duramente condenado- sino matar el alma para la vida eterna. Jesucristo enseñó:

9 La Corona Española -tal como dice el Requerimiento (véase notas 22 y 25)- busca ante todo convertir «al cristianismo a sus habitantes, para que ellos vivan felices eternamente en la gloria del cielo después de su muerte».

10 «La Inquisición fue un Tribunal mixto, del Estado y de la Iglesia, que se ocupaba de juzgar los delitos relacionados con la fe y las buenas costumbres. Los Reyes Católicos - Isabel y Fernando - fundaron en 1480 el Tribunal de la Santa Inquisición con la autorización del papa Sixto IV. El Tribunal de la Santa Inquisición estaba integrado por varios eclesiásticos, expertos conocedores del dogma y moral católicos. También participaban en el Tribunal los jueces civiles, doctos en las leyes del reino. Los religiosos se ocupaban de califi car los delitos relacionados con la fe y las costumbres, sin pronunciar sentencia de muerte. Los jueces emitían las sentencias, de acuerdo a las leyes del reino. http://www.genealogia.org.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=209&Itemid=41

11 Los monarcas españoles lograron del Papa Alejandro VI la Bula Intercoetera (marzo de 1493) que les dio derecho a excluir a los extranjeros de las Indias Occidentales.

«Nada temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma. Temed antes al que pueda arrojar alma y cuerpo en el infi erno» (San Mateo 10,28)

Por tanto, la corona española, declarada abiertamente católica,9 combate todo lo

que pueda perder a las almas y todo lo que obstaculice la evangelización a la que todo hombre tiene derecho para la salvación de su alma. La santa inquisición es así un tribunal del gobierno español de carácter civil y religioso10 para garantizar el derecho a la salvación eterna protegiendo al pueblo de las ideas extranjeras, enemigas del cristianismo, que enton-ces subvierten el orden so-cial y los principios éticos y morales en Europa. Por ello, la corona española establece

guarniciones militares en los litorales para controlar tanto la entrada de extranjeros a Hispanoamérica como la salida de ellos desde Europa hacia América.11

Padrón sabatino de viudas indígenas. Album del Obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón (1791)Biblioteca del Palacio Real, Madrid. Facsímil en la Biblioteca Nacional de Colombia, BogotáRevista Credencial Historia.

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12 LEONARDO CASTELLANI. El Evangelio de Jesucristo. Ediciones Dictio, Buenos Aires, 1957. Pág.. 22913 ANNA MARÍA ESPLENDIANI, JOSÉ ENRIQUE SANCHEZ BOHORQUEZ, EMMA CECILIA LUQUE DE SALAZAR,

Cincuenta años de Inquisición en el Tribunal de Cartagena de Indias, 1610-1660 - De la Roma Medieval a la Cartagena Colonial: El Santo Ofi cio de la Inquisición. Bogotá, Centro Editorial Javeriano, CEJA, 1997, Pág. 32

14 SANTO TOMÁS DE AQUINO - SUMA TEOLÓGICA: «La justicia es una virtud moral que inclina constantemente la voluntad a dar a cada uno su derecho.»

15 ENELIA GRAJALES DE SANTOS, Los Derechos de Dios, Quebecor Impreandes, Bogotá, 2000, Pág, 2716 «¡Oh qué hombre tan infeliz soy yo! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte, o mortífera concupiscencia?». Romanos 7,v24

5. NOCIÓN DE lIBERTAD

La libertad es para liberarse de las cadenas del error eligiendo el mayor bien

A la pregunta, ¿para qué es la libertad?,

la Iglesia de la época Hispánica, fi el a la doc-trina y a los evangelios respondió: la libertad es para liberarse de las ca-denas de la ignorancia, de las bajas pasiones,

del error y del pecado que esclavizan a los hombres.16

«Porque la ley del espíritu de vida, que está en Cristo Jesús, me ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.»

Romanos 8, 2

Indígenas rezando Doctrina Cristiana.Album del Obispo

Baltasar Jaime Martínez Compañón

(1791)Biblioteca del Palacio

Real, Madrid.Facsímil en la

Biblioteca Nacional de Colombia, Bogotá,

Revista Credencial Historia.

«La Inquisición es una defensa contra la invasión extranjera, un caso de defensa pro-pia y de instinto de conservación colectivo.»Leonardo Castellani. 12

El tribunal de la inquisición o santo ofi cio, por tanto, cumple en este sentido una función política. Además, fi scaliza costumbres, el libertinaje sexual, la blasfemia, la brujería y la bigamia entre otros delitos.

«Los procedimientos adoptados por la Inquisición fueron en cada época los mismos utilizados por los mismos otros tribunales civiles y eclesiásticos: mientras dichos tribunales juzgaban para condenar, el Santo Ofi cio juzgaba para reconciliar al cristiano con Dios. Esa fue la justifi cación de una institución que fue aceptada por los cristianos durante seis siglos.»13

De acuerdo con lo anterior, se entiende que el principio fundamental de justicia, propio de la corona española, es fi el a la doctrina católica. Se fundamenta en garantizar a cada cual lo que le corresponde14, esto es:

«Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (San Mateo 22, 21)

Por supuesto, entiende que primero está Dios que los hombres y, por tanto, hace cumplir ante todo los derechos de Dios,inherentes a Él respecto de sus criaturas hechas a su imagen y semejanza. Derechos considerados inalienables, imprescriptibles, irrenunciables, indiscutibles y perfectamente exigibles, debido al poder coercitivo que Dios ejerce como Legislador Supremo de todos los hombres.15

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Página 17 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

NOCIÓN DE IGUALDAD6.

La igualdad de los hijos de Dios

17 LEÓN XIII- Encíclica «Libertas».18 El libro del Génesis dice que Dios advirtió a Adán y Eva que no comieran del fruto del conocimiento del Bien y del mal porque

entonces el pecado y la muerte entrarían al mundo. Pero el astuto demonio les sedujo diciéndoles: si coméis de este fruto «seréis como dioses»; y ellos, llenándose de soberbia, cayeron, desobedecieron al Señor, rompieron su primera Alianza con Él, pervirtieron la libertad para salirse del Reino de la Verdad y del Bien y así conocieron la muerte y el dolor y, por tanto, fueron expulsados del Paraíso.

19 La Iglesia, fi el a los Evangelios y a la Tradición siempre condenó el concepto de libertad religiosa. San Cipriano y San Agustín dijeron que ésta era la «libertad del error». Los Papas en sus encíclicas hasta el concilio Vaticano II también condenaron la Libertad Religiosa. Por ejemplo, Gregorio XVI la consideró libertad de la perdición.

20 Todos los hombres son considerados Hijos de Dios. Sin embargo, para el cristianismo es necesario mantener esta fi liación divina, no renunciar a ella, aceptar a Cristo, el único Salvador de la humanidad.

Así, pues, en la época hispánica la libertad es considerada como un bien dado por Dios a los hombres y, por tanto, solo sirve para hacer el bien, para que los hombres elijan el mayor bien dentro de los infi nitos y deleitosos bienes de la creación; es decir, Dios desde el paraíso les dio facultad de gustar del bien, de moverse libremente dentro de la verdad y el bien,17 pero, no les abrió el camino hacia el mal, ni hacia el pecado, ni la corrupción, que es la negación de Él, porque hubiera sido contradictorio.

Por supuesto, el ser humano estuvo en capacidad de elegir el mal desde su creación en el paraíso18 y, por ello, cayó en el pecado. Pero esta posibilidad de elegir el mal no se llama libertad sino arbitrariedad o libertinaje. Es decir, si la libertad, que es un bien, se usa para el mal deja de ser libertad. Jesucristo enseñó que la libertad sólo es posible en la verdad. Dijo:

«Si perseveraréis en mi Palabra seréis verdaderamente mis discípulos. Y conoceréis la Verdad, y la verdad os dará la libertad» (San Juan 8, 31-32)

Para los hispanoamericanos no cupo en sus mentes el concepto de libertad para negar lo verdadero, ni para elegir el error. Por ejemplo, así como nadie considera que tiene libertad para elegir a su padre carnal, así mismo, nadie imaginaba tener libertad para elegir a su Padre celestial. Es que Jesucristo había enseñado:

«El camino, la verdad y la vida soy Yo. Nadie viene al Padre sino por Mí.»(San Juan 14, 6)

Por tanto, ni la Iglesia ni la Monarquía Ca-tólica fi el al Papa y a la Doctrina aceptaron el concepto de libertad religiosa.19

El cristianismo hizo un gran aporte en la historia introduciendo en la civiliza-

ción humana dos principios fundamentales: el primero fue la ley del amor a Dios y a los hombres; incluso el amor a los enemigos: «Amad a vuestros enemigos y orad por los

que os persiguen» (San Mateo 5, 44); y el segundo fue el dar a todos los hombres la posibilidad de llegar a ser hijos de Dios20

por adopción sin distinción de raza, sexo, ni condición social. Las escrituras enseñan:«No hay distinción entre gentil y judío, entre

Funcionario colonial Biblioteca Nacional de Colombia, BogotáRevista Credencial Historia.www.bicentenarioindependencia.gov.co

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Época Hispánica | Página 18

21 http://www.delsolmedina.com/TestamentoTexto-1.htm22 http://www.nueva-acropolis/historia/Leyes_de_Indias.htm23 «En especial, las Leyes de Burgos tuvieron una trascendencia muy próxima a los intereses de las huestes conquistadoras. A partir

de ellas se defi nió el texto del Requerimiento, curiosa disposición que debía leerse bajo notario en cada lugar geográfi co donde el Conquistador se encontrara frente a una nueva tribu o agrupación poblacional en terrenos no conquistados, con el fi n de dar la oportunidad a los nativos de ser conquistados de una manera pacífi ca, es decir, por aceptación de los principios cristianos y del derecho de la corona española a administrar, por delegación papal, las nuevas tierras, evitándoles de ese modo la guerra, de la que por lo general no iban a salir muy bien librados».

24 http://www.congreso.gob.pe/ntley/LeyIndiaP.http://es.wikipedia.org/wiki/Leyes_de_Indias LEYES DE INDIAS, Libro primero, Título Primero, de la Santa Fe Católica. Recopilación de Leyes de las Indias- 1680.

circunciso y no circunciso, de bárbaro y escita, de esclavo y libre, sino que Cristo es todo el Bien y está en todos.» (I Colosenses 3, 11)

Esta igualdad la tenía clara el pueblo en la época hispánica. El cronista español Pedro de Cieza de León lo refl eja en sus crónicas sobre el Perú:

«Considerando que, pues nosotros y estos indios, todos traemos origen de nuestros antiguos padres Adán y Eva y que por todos los hombres el hijo de Dios descendió de los cielos a la tierra, vestido de nuestra humanidad recibió cruel muerte de Cruz para nos redimir (…)

Los Reyes Católicos llevaron a las leyes estos principios fundamentales: la Reina Isabel en su testamento (1504) ordenó que los indígenas no fueran discriminados sino considerados igualmente vasallos, tanto como los españoles.21 Incluso ordenó que, ante el mismo delito fuera más severamen-te castigado el español que el indio.22 Las Leyes de Burgos23 (1512), las Ordenanzas de Granada (1526), las Leyes Nuevas de In-dias (1542), las Ordenanzas de Poblaciones (1573), las Ordenanzas de Alfaro (1612) y, fi nalmente, la Recopilación de las leyes de los Reinos de las Indias (1680), tuvieron como preocupación fundamental la correc-ta administración y el buen trato hacia los indígenas. Por ejemplo, las Leyes de Indias dicen:

« (…) a los naturales les vayan siempre pacificando y doctrinando, sin que por ninguna vía ni ocasión puedan recibir daño, pues todo lo que deseamos es su bien y conversión» 24

La aplicación de estos dos principios dio como resultado el mestizaje, orgullo de los hispanoamericanos, que ningún otro imperio civilizador ha producido en la historia, ni en la misma magnitud, ni contundencia.

Es importante aclarar que la Monarquía Española en virtud de la noción de igualdad no constituyó colonias en Hispanoamérica25, como sí lo hicieron las monarquías nórdicas en

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Página 19 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

25 Los historiadores modernos han aplicado la noción nórdica de colonia a los reinos españoles en América, a pesar de que estas dos palabras tienen dos enfoques éticos totalmente diferentes. Desde la Grecia antigua la «colonia» implicaba expulsar, exterminar o someter a los primitivos habitantes. Sin embargo, en los reinos españoles hispanoamericanos sucedió lo contrario: mediante las Leyes de Indias la Monarquía ordenó la protección de los indígenas y fomentó el mestizaje.

26 En Norteamérica el centro de colonización fue el «fuerte» recreado posteriormente por Hollywood en sus películas de vaqueros. Es por ello que la población indígena se redujo abruptamente durante el período de colonización (1570-1825) del 99,6% al 3,7%. (véase: National Bureau of Economic Research - Engerman, Stanley and Sokoloff, Kenneth. ‘Factor Endowments: Institutions and Differential Paths of Growth Among New World Economics: A View from Economic Historians of the United States.’ NBER Historical Working Paper No. 66. November 1994.-Table 3, Panel A http://www.nyu.edu/econ/user/debraj/Courses/Readings/EngermanSokoloff.pdf

27 FRANCISCO GIL TOVAR, Historia del Arte Colombiano, Volumen VI, Salvat, Barcelona, 1983. Pág. 72128 Cristo redimió a todo el género humano en la Cruz (Redención Objetiva o satisfacción vicaria). No obstante, para hacerse efectiva la

Redención individual es necesario que cada hombre tome y se apropie de la Redención, es decir, acepte a Cristo, viva en comunión con Él y practique los Mandamientos y los Sacramentos (Redención subjetiva o actual).

Por otra parte, es importante resaltar que para el cristianismo la noción de igualdad está relacionada directamente con la Justi-cia. El que hace méritos recibe más que el negligente, el virtuoso más que el pecador. La Doctrina enseña que Dios ama a todos los seres humanos y que además juzgará a cada uno al fi nal de su vida rectamente dándole según sus obras y según los talentos que haya recibido de Él. Dios demuestra su amor haciéndose hombre y muriendo en la Cruz para redimir a todos los hombres del pecado, darles el derecho al cielo y la fi liación divina por igual; y, por otra parte, Dios anuncia que será justo Juez premiando o castigando. A los virtuosos los premiará porque en vida voluntariamente hicieron suya la Redención aceptando a Cristo y su Cruz redentora, cumpliendo sus Mandamientos y practi-cando los sacramentos, es decir, haciendo efectiva o actual28 la Redención y la fi liación divina y, a los demás los castigará porque re-chazaron a Cris-to, su Cruz, la Redención, los Mandamientos y los Sacramentos, es decir, porque voluntariamente no aceptaron ser hijos de Dios por adopción.

Grabado en madera, dibujo de Felipe Guaman Poma

Norteamérica, sino reinos incorporados a los otros reinos españoles regidos por el mismo rey para formar la gran unidad española. La Monarquía trajo a Hispanoamérica su experiencia unifi cadora. Isabel la Católica acababa de consagrar la unificación de los reinos hispánicos en dura lucha con el mundo musulmán. Gracias a este sentido católico unifi cador se produce un hecho que evidencia esta diferencia radical frente al proceso de poblamiento anglosajón: la monarquía católica en América no erigió centros de colonización (fuertes militares)26

sino centros de evangelización (iglesias doctrineras, capillas y catedrales), los cuales en total superaron la cifra de setenta mil a lo largo del continente americano.27

Los resultados del respeto de la Monarquía católica por los indígenas también son bien evidentes: en los reinos españoles hispanoamericanos no sólo surgió una nueva raza (el mestizaje entre el indio y el español ya mencionado), sino, además se preservaron muchas y diversas etnias indígenas hispanoamericanas que todavía hoy existen a lo largo y ancho del territorio colombiano. Cabe destacar, que la raza negra se incorporó rápidamente al proceso de meztizaje, marcando una diferencia importante con respecto al proceso seguido en Norteamérica, en donde sólo hasta mediados del siglo XX es integrada de manera plena a la sociedad.

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Época Hispánica | Página 20

RELACIÓN ENTRE EL PODER ESPIRITUAL Y EL PODER TEMPORAL

7.Unidad

Tanto la Iglesia como la corona españo-la aceptaron tener un único y común

origen: «No hay autoridad sino por Dios» (Romanos 13, 1).

Además, ambas entendieron que eran dos potestades diferentes, una del orden sobre-natural y otra del orden temporal, pero com-plementarias entre sí y subordinadas, que tenían a su cargo el mismo sujeto, el pueblo hispanoamericano. Por tanto, tenían que tra-bajar mancomunadamente, con los mismos

Mapa de la Flota de Sir Drake en CartagenaIlustración tomada de: es.wikipedia.org

principios, sin discrepancias doctrinales que afectaran a la población. Pero esta unión no era sólo por fi nes prácticos sino porque la doctrina católica les recordaba que:

«Todo reino dividido en partidos contrarios quedará destruido, y una casa dividida en facciones camina hacia su ruina» (San Marcos, 11, 17)El resultado de esta unión fue una grandiosa civilización que iba desde la Patagonia en el

sur, hasta California y la Florida en el norte: Hispanoamérica un continente unido con un mestizaje exube-rante en costumbres y tradiciones, con un mismo lenguaje, una misma moneda, unas mismas instituciones, una misma visión éti-ca y una misma fe, origen de las naciones actuales.

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Página 21 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

8. GOBIERNO Y TERRITORIO

Fundación de ciudades

El propósito fundamental del gobierno español en Hispanoamérica –según

los documentos de la época– fue convertir«al cristianismo a sus habitantes, para que ellos vivan felices eternamente en la gloria del cielo después de su muerte».29

Siendo entonces la salvación de las almas para la vida eterna el objetivo principal de la corona española, ésta fundó en Hispanoamérica tal cantidad de iglesias -centros de evangelización- que fueron origen de la inmensa mayoría de las ciudades actuales hispanoamericanas.30

«Más de setenta mil iglesias construidas en la América Hispánica durante casi tres

29 Texto del «Requerimiento» español: «Caciques e Indios de la Tierra Firme: os haremos saber que hay un Dios, un Papa y un Rey de Castilla que es el amo de esta tierra porque el Papa, quien es el vicario todopoderoso de Dios, y que dispone del mundo entero, la ha otorgado al Rey de Castilla, a condición de que él convierta al cristianismo a sus habitantes, para que ellos vivan felices eternamente en la gloria del cielo después de su muerte. Así, pues, Caciques e Indios, venid, venid. Abandonad vuestros falsos dioses, adorad el Dios de los cristianos, reconoced al Rey de Castilla como vuestro Rey y vuestro amo. Prestadle juramento de obediencia y lo que hagáis hacedlo en su nombre y por orden suya: sabed que si resistieres, os declararemos la guerra para daros muerte, someteros a la esclavitud, despojaros de todos vuestro bienes y haceros sufrir todo el tiempo y cuantas veces lo juzguemos conveniente, siguiendo los derechos y costumbres de la guerra.»

30 LA CIUDAD HISPANOAMERICANA - EL SUEÑO DE UN ORDEN - CEHOPU - Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo. Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. España, 1989 – Pág. 58. «El proceso de concentración urbana sorprende por su rapidez y su volumen. Hacia 1580 existe constancia de la fundación de al menos 230 ciudades permanentes y en 1630 de unas 330. Probablemente en ambas fechas su número llegó a ser el doble.»

31 FRANCISCO GILTOVAR, Historia del Arte Colombiano, Volumen VI, Salvat, Barcelona, 1983. Pág. 72132 http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1573_382/Ordenanzas_de_Felipe_II_sobre_descubrimiento_nueva_1176.shtml

ORDENANZAS DE FELIPE II SOBRE DESCUBRIMIENTO, NUEVA POBLACIÓN Y PACIFICACIÓN DE LAS INDIAS, 13 julio de 1373 N°.124

33 http://www.arquitectuba.com.ar/monografi as-de-arquitectura/la-fundacion-de-las-ciudades-hispanoamericanas/ En cuanto al templo mayor, las Ordenanzas determinan: Para el templo de la iglesia mayor parroquia o monasterio se señalen solares, los primeros después de las placas y calles y sean en «ysla» entera de manera que ningún otro edifi cio se les arrime sino el perteneciente a su comodidad y ornato. Especifi ca además que la edifi cación debe estar en alto, es decir, que para ingresar a ella deban subirse unas gradas a los efectos de generar autoridad. Generalmente la iglesia mayor estaba ubicada al este de la Plaza Mayor. Una vez fi jado el lugar de la iglesia, se señalaba el sitio para la Casa Real, la Casa del Consejo y el Cabildo, todos ellos en torno a la Plaza Mayor. Los hospitales para enfermos de males no contagiosos operarían junto a la iglesia, formando parte de su claustro, mientras que los destinados a la cura de enfermedades endémicas debían ubicarse en lugares donde ningún viento que pasase por ahí fuera a dar a la población, prefi riéndose siempre en terrenos altos.

34 FRANCISCO GIL TOVAR, Historia del Arte Colombiano, Volumen VI, Salvat, Barcelona, 1983. Pág. 722

siglos son una clara muestra de que no fue el oro el móvil de aquellos aventureros que cruzaron el Atlántico hacia el Nuevo Mundo». FRANCISCO GIL TOVAR31

Además, la corona española estableció en sus leyes32 la obligación -antes de fundar una ciudad- de construir una iglesia en el lugar más destacado33 y nombrar un cura.

«A partir del tercer viaje de Colon las órdenes del Rey eran muy claras: no podía fundarse ninguna población sin contar con un cura designado por el Consejo de Indias y, en todos los casos, el primer edifi cio en levantarse debía ser la iglesia.» FRANCISCO GIL TOVAR 34

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Época Hispánica | Página 22

9. MILICIA

para la defensa de la fe

35 ORDENANZAS DE FELIPE II SOBRE DESCUBRIMIENTO, NUEVA POBLACIÓN Y PACIFICACIÓN DE LAS INDIAS, 13 julio de 1573 «Antes que se conçedan descubrimientos ni se permita hazer nueuas poblaçiones asi en lo descubierto como en lo que se descubriere se de orden como lo questa descubierto paçifi co y debaxo de nuestras obediençias se pueble asi despañoles como de indios y en lo poblado se de asiento y perpetuidad en entrambas repúblicas como se dispone en el libro quarto y quinto especialmente a donde se trata de las poblaçiones y assiento de la tierra»

36 La teología cristiana enseña que la Santa Hostia consagrada por el sacerdote es Cristo mismo, presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

37 Durante la Consagración, al renovarse el misterio de la Redención de la humanidad ocurrida en la Cruz del Calvario, los fi eles reciben las gracias de este misterio.

38 http://www.arquitectuba.com.ar/monografi as-de-arquitectura/la-fundacion-de-las-ciudades-hispanoamericanas/

Antes del descubrimiento de América, España victoriosa había defendido

militarmente su fe católica durante ocho siglos continuos frente al imperio musul-mán. Este hecho explica el espíritu español de los siglos XV al XVIII: el talante de la cruz y la espada.

Las Ordenanzas Militares de Su Majestad Carlos III (1769) son elocuentes de la forma como la virtud en la profesión militar espa-ñola se sustentó en las raíces profundas de un cristianismo a ultranza. Tales ordenanzas

Cartagena, Grabado en Atlas de Ogilby, Londres 1671. Revista Credencial Historia

Con estas y otras órdenes35, el Gobierno español buscó garantizar que las ciudades pobladas de indios y españoles en mestizaje se construyeran en paz alrededor de la presencia real de Cristo36 sobre el Altar y que recibieran en cada Misa las gracias de la Redención37.

En otras palabras, la monarquía católica intentó construir el reinado social de Cristo, la ciudad de Dios agustiniana, en la que todo estuviera ordenado al Creador, en la que todo, incluso el urbanismo, girara alrededor de Dios y de la Iglesia. Y así se confi guraron las ciudades hispanoamericanas no sólo es-piritualmente, en sus costumbres y virtudes, sino física y espacialmente.

Es importante anotar que desde el descubrimiento se consideró el nuevo mundo como la representación del paraíso terrenal. Después de su tercer viaje Colón así lo expresó ante los Reyes Católicos:

«Sant Isidro y Beda y Strabo y el Maestro de la Historia Scolástica y Sant Ambrosio y Scoto y todos los sacros theo’logos conciertan qu’el Paraíso Terrenal es en el Oriente, (…) Grandes indicios son estos del Paraíso Terrenal, porqu’el sitio es conforme a la opinión d’estos sanctos y sacros theólogos.»38

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A partir del siglo XVI el ejército católico español defendió con celo y vigor a sus reinos de ultramar asediados por potencias europeas que enviaban sus navíos corsarios a las costas hispanoamericanas.40 Fue esta la razón por la cual las fortalezas militares españolas no se construyeron al interior del territorio sino a lo largo de las costas, especialmente las del norte; fortalezas magnífi cas41 de piedra y cal y canto que aún subsisten dando testimonio de que el proceso bélico, a diferencia de las naciones nórdicas americanas42, no se dio al interior sino hacia fuera.

39 Ordenanzas Militares de Su Majestad Carlos III (1769) - Título X - Crímenes militares y comunes y penas que a ellos corresponden - Artículo 1°- http://www.scribd.com/doc/16392026/Reales-Ordenanzas-de-Carlos-III

40 LA CIUDAD HISPANOAMERICANA - EL SUEÑO DE UN ORDEN - CEHOPU - Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo. Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. España, 1989 , página 123 – «A partir de entonces algunas de las más importantes ciudades hispanoamericanas se verá rodeada de perímetros amurallados, fortalezas, castillos, baterías, fosos y baluartes de todo tipo».

41 IBIDEM, pág. 126 «La realización de los proyectos de fortifi cación demuestra la habilidad y maestría de sus autores para acoplar y acomodar los principios teóricos de las técnicas militares del momento (con su complejo sistema de trazados y simetrías), a las variadas situaciones topográfi cas…)»

42 Al interior del territorio norteamericano colonizado por Inglaterra, Francia y Holanda se pueden observar hoy innumerables fortalezas militares, principiadas a partir de los famosos «fuertes» de vaqueros recreados por Hollywood que fueron enclaves imprescindibles de la colonización. En Hispanoamérica la colonización fue diferente, se buscó ante todo la evangelización y el mestizaje. Por ello, los enclaves evangelizadores fueron las iglesias, los templos, las capillas doctrinales, los centros educativos o los hospicios.

Ataque a Cartagena de Indias por la Armada Inglesa (1741)

es.wikipedia.org

«El que blasfeme el Santo Nombre de Dios, de la Virgen o de los Santos será inmediatamente preso y casti-gado»,(…) El que con reparable fre-cuencia jurare execrablemente, será corregido con tres días de prisión (…) el que robare, ocultare maliciosa-mente, u ocasionare que otros roben Cus-todia, Cáliz, Patena, Copón o cualquiera otro vaso sagrado así en paz como en guerra y tanto en mis dominios como en países extranje-ros, o de enemigos, será ahorcado, (…) el que con irreveren-cia y deliberación conocida de despre-cio, ajare de obra las sagradas imágenes, ornamentos, o cualquiera de las cosas dedicadas al divino Culto o las hurtare será ahorcado». 39

defendieron la fe en el ejército condenando severamente las blasfemias, el jurar en vano, el robo de vasos sagrados, el ultraje a imágenes divinas y a sacerdotes, entre otros muchos.

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Época Hispánica | Página 24

«Disuelta la resistencia inicial de los aborígenes, el Imperio Español no necesitó imponerse en América a tra-vés de la fuerza. Ni siquiera requirió guarniciones, la arquitectura militar fue casi nula. Se mostró arrogante en las islas y en los puertos que podrían haber caído en manos de los ingleses o de los piratas. Pero la mayoría de las ciudades no vislumbraron jamás la posibilidad de crear un aparato arquitectónico defensivo contra sus poblaciones circundantes, que, una

43 ÁLVARO GÓMEZ HURTADO, refi riéndose a la pacífi ca Bogotá en el prólogo a las Narraciones de Eduardo Posada, Biblioteca de Bogotá, Villegas Editores,1988, Págs. 17 y 18

vez consolidada la conquista, siempre fueron amigas, siempre fueron pacífi -cas. El perfi l de la enorme mayoría de las ciudades españolas en América no lo marcaron las torres de los castillos sino las de las iglesias.»

Álvaro Gómez Hurtado43

Primer desembarco de Cristobal Colon en el «Nuevo Mundo», en la Isla de San Salvador. 12 de Octubre de 1492(1892) Library of Congress. Imagen tomada de: es.wikipedia.org

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Página 25 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

Dimensión Económica

1. Principio económico rector

Riquezas para Dios

«No podéis servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas».

(San Mateo 6, 24)

En las monumentales y espléndidas construcciones de la época hispánica

-aún en pie-, puede apreciarse su carácter eminentemente religioso. Sus torres so-bresalen por encima de los tejados de las ciudades virreinales enarbolando la cruz. Es que en esta época inundada del espíritu católico, de iglesias, capillas, catedrales, universidades, conventos y colegios orna-mentados de imágenes cristianas se puede evidenciar que la riqueza es un medio para agradar a Dios, fi n supremo. Los mejores frutos, el oro, la plata y el arte son para Él, pues desde el principio Yahvé reprendió a Caín por no haberle ofrecido lo mejor.

«Y al cabo de tiempo hizo Caín ofrenda a Yahvé de los frutos de la tierra, y se lo hizo también Abel de los primogénitos de sus ganados, de lo mejor de ellos; agradóse

Yahvé de Abel y su ofrenda,» pero no de Caín y de la suya. Se enfureció Caín y andaba cabizbajo;» y Yahvé le dijo: «¿Por qué estás enfurecido y por qué andas cabizbajo? ¿No es verdad que, si obraras bien, andarías erguido, mientras que, si no obras bien, estará el pecado a la puerta? Y siente apego a ti, y tú debes dominarle.» (Génesis 4, 3–7)

En Hispanoamérica el apetito desordenado de poseer y acumular riqueza fue refrenado por la doctrina ense-ñada en la escuela, en el púlpito y por la sociedad que ejerció control social; esta doctrina dice que el oro y la plata no son para los hombres sino para Dios:

«Por lo demás mía es la plata, dice el Señor de los ejérci-tos, y mío el oro.» Ageo, 2,8

Iglesia de Santa Clara. Vista del interior. Siglo XVII. Tomada de: www.ciudadviva.gov.co

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1 «(...) ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús contestó: El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.»Amar a Dios sobre todas las cosas.» (San Marcos 12,28–30)

2 Jesucristo en el Nuevo Testamento reitera la obligación de los hombres de dar sus mejores ofrendas a Dios por encima de cualquier otra consideración como la necesidad de los pobres. «Hallándose en Betania, en casa de Simón el leproso, cuando estaba recostado a la mesa, vino una mujer trayendo un vaso de alabastro lleno de nardo auténtico de gran valor, y, rompiendo el vaso de alabastro, se lo derramó sobre la cabeza. Había algunos que, indignados, se decían unos a otros: ¿Para qué se ha hecho este derroche de ungüento? Porque pudo venderse en más de trescientos denarios y darlo a los pobres. Y murmuraban de ella. Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la molestáis? Una buena obra es la que ha hecho conmigo;» porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, y

cuando queráis podéis hacerles bien; pero a mí no siempre me tenéis.» (San Marcos 14, 3–7)3 Se refi ere a la Misa o actualización del Sacrifi cio Redentor de Jesucristo sobre el Altar.4 En pocas ciudades hispanoamericanas se construyeron construcciones civiles de importancia. Ciudad de México o Lima, por

ejemplo, tuvieron sedes espléndidas para el gobierno virreinal. No obstante, en este tipo de construcciones prevaleció la austeridad.

Además, la doctrina enseña que el oro y la plata son codicia en manos de los hombres, –ya sean éstos ricos o pobres–, pero en el Altar son renuncia voluntaria de los bienes terrenales, entrega al Señor, esplendidez, despojo de lo más preciado de sí; son re-nuncia y sacrifi cio gratos al Señor que de esta manera ve a su pueblo cumplir el primer Mandamiento1 y creer fervientemente en la verdadera riqueza que está en el cielo y no en la tierra. «Atesorad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín los corroen y donde los ladrones no horadan ni roban.» (San Mateo 6, 20).

La doctrina también enseñó los rigurosos principios litúrgicos eternos, –exigentes de renuncia, ricos en ofrendas–, porque Yahvé no quería dejar al arbitrio de los hombres ni a su espontaneidad la solemnidad del culto con la que Él quería ser adorado2. Por el contrario, durante el Antiguo Testamento preparó a su pueblo en el esplendor litúrgi-co para el momento señalado cuando Él se hiciera presente sobre el altar de la nueva alianza en cuerpo, alma, sangre y divinidad.3Este momento ya había llegado.

«Yahvé habló a Moisés, diciendo: «Di a los hijos de Israel que me traigan ofrendas; vosotros las recibiréis para mí de cualquiera que de buen corazón las ofrezca.» He aquí las ofrendas que recibiréis de ellos: oro, plata y bronce.»

(Éxodo 25, 1–4)

Instruidos de tales enseñanzas, los his-panoamericanos no dedicaron sus vidas a construir bancos ni grandes empresas industriales ni comerciales ni elaborados sistemas fi nancieros ni tributarios; tampoco edifi caciones civiles de gran envergadura,4

con excepción de las fortifi caciones milita-res apostadas a lo largo de las costas para defender la fe católica de las potencias enemigas.

Por otra parte, las enseñanzas católicas fueron reiterativas para inculcar en los hispanoamericanos las virtudes del trabajo y la generosidad, virtudes para contrarrestar la inclinación desordenada a la codicia haciendo del oro un dios todopoderoso. La doctrina enseñó a trabajar la tierra con las manos para suplirse de lo necesario.

«Yo no he codiciado ni recibido de nadie plata, ni oro, ni ves-tido, como vosotros mismos lo sabéis; porque cuanto ha sido menester para mí y para mis compa-ñeros, todo me lo han suministrado estas manos, con su tra-bajo.»

Hechos de los Apóstoles 20, 33–34

Canéfora.

Taller boyacense.

Madera tallada,

policromada y estofada.

Museo de Arte Colonial

www.ciudadviva.gov.co

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5 La verdadera dialéctica doctrinal se plantea en esta cuestión. En la época moderna, la dialéctica ha sido presentada al mundo entre capitalismo y comunismo. No obstante, estas dos últimas posiciones son igualmente materialistas y antropocéntricas.

6 La principal oración católica, el Padre Nuestro, enseñada por Jesucristo a los hombres, pide a Dios su reinado tanto en la tierra como en el Cielo: «Santifi cado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo».

7 El Descubrimiento de América fue la más grande empresa científi ca y cultural no sólo para el bien de la cristiandad sino para toda la humanidad que de una u otra manera se benefi ció de América. La primera carta de Colón a la reina Isabel la Católica expresa el júbilo del triunfo católico con el Descubrimiento.

Cristóbal ColónImagen tomada de: www.larepublica.com.Artículo: En el Museo Histórico NacionalCristóbal Colón, almirante de la mar océana28 de diciembre, 2006 - AÑO 11 - Nro.2414

En síntesis, con este principio rector tras-cendente y teocéntrico, antítesis del es-píritu materialista y antropocéntrico,5 las riquezas fueron destinadas por la Iglesia y la monarquía principalmente para agradar a Dios, propagar celosamente la fe católica o para salvaguardarla de los enemigos y de las herejías. Se entiende, por tanto, por qué surgió Hispanoamérica, un continente fruto de un espíritu profundamente religioso que no regateó la riqueza material para propagar la fe y consolidar el reinado de Jesucristo en la tierra,6 reinado que la Iglesia y la mo-narquía se sintieron obligadas a establecer en reciprocidad por la sangre redentora de Cristo en la cruz.

«(...) tú has sido entregado a la muer-te, y con tu sangre nos has rescatado para Dios de todas las tribus, y len-guas, y pueblos y naciones, con que nos hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes; y reinaremos sobre la tierra hasta que después reinemos contigo en el cielo.»

Apocalipsis 5, 9–10

Por todo lo anterior se entiende además por qué el nombre que tomaron los reyes españoles de Reyes Católicos obedeció a su propósito principal de propagar la fe católica ordenando todos los recursos disponibles al establecimiento del reinado social de Jesucristo pues no concibieron mayor em-presa. La reina Isabel la Católica fi nanció los viajes de Cristóbal Colón7 empeñando

sus joyas y los reyes sucesivos fi nanciaron generosamente misiones católicas, iglesias, capillas, conventos, universidades, colegios, hospitales y hospicios. La primera carta de Cristóbal Colón a la Reina Isabel la Católica al descubrir el nuevo mundo muestra con claridad el propósito cristiano español de su exitosa expedición:

«Así que, pues Nuestro Redentor dio esta victoria a nuestros ilustrísimos rey e reina y a sus reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cristian-dad debe tomar alegría y hacer gran-des fi estas, y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrán, en tornándose tantos pueblos a nuestra santa fe…»

Primera Carta de Colón a la Reina Isabel la Católica.

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Época Hispánica | Página 28

Dios, tierra y trabajo

RECURSOS2.

Durante la época hispánica la Iglesia encargada de la educación enseñó

que los seres humanos debido al pecado original8 debían trabajar la tierra para comer y vivir.

«Mediante el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a confundirte con la tierra de que fuiste formado; puesto que polvo eres, y a ser polvo tornarás.» Génesis 3:19

"Los que siembran con lágrimasSegarán con júbiloYendo, iban llorososLlevando la semilla para la siembra;Volviendo vendrán con alegría trayen-do sus gavillas". (Salmo 125)

Por ese motivo el hombre hispánico sembró la semilla en la tierra y espe-ró la lluvia y el sol oportunos para co-sechar y sobrevivir; esperó del cielo, de la mano providente de Dios: entonces rezó y trabajó, ora et labora9, atendiendo las escrituras:

8 Antes del pecado original los hombres gozaban de cuatro dones preternaturales: 1. inmortalidad, 2. impasibilidad porque no necesitaban comer, ni sufrían enfermedad ni dolor, 3. ciencia y conocimiento. Génesis 3:17 Y a Adán le dijo: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer, y comido del árbol de que te mandé no comieses, maldita sea la tierra por tu causa; con grandes

fatigas sacarás de ella el alimento en todo el discurso de tu vida y sutileza.9 Lema Benedictino, ora y trabaja.

«Si seguís mis preceptos, y observáis mis mandatos y los cumplís, os enviaré lluvias a sus tiempos, y la tierra producirá sus granos, y estarán los árboles cargados de frutos. Y con tanta abundancia que la trilla de las mieses alcanzará la vendimia y la vendimia la sementera; y comeréis vuestro pan en hartura y habitaréis en vuestra tierra sin temor ninguno.» Levítico 26, 3 –5

«Y así ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que es el que hace crecer y fructifi car. Tanto el que planta, como el que riega, viene a ser una misma cosa. Pero cada uno recibirá su propio salario a

medida de su traba-jo. Porque nosotros somos unos coadju-tores de Dios; voso-tros sois el campo que Dios cultiva, sois el edifi cio que Dios construye por nuestras manos.»1Corintios 3:7–9

Por otra parte, la Iglesia católica ba-sada en la doctrina condenó los intere-ses económicos ya fueran altos o bajos. Yahvé había ense-ñado:

Benito de Nursia en un detalle de un fresco

de Fra Angelico en el Convento de San

Marcos en Florencia.Imagen tomada de:

es.wikipedia.org

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Página 29 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

10 Excepcionalmente en Europa los Borbones para atender a la defensa de la fe católica frente al imperio turco y a los protestantes adquirieron deudas con la banca inglesa. Ya entonces se daban los primero brotes de la decadencia del imperio español.

11 http://www.nyu.edu/econ/user/debraj/Courses/Readings/EngermanSokoloff.pdf National Bureau of Economic Research - Engerman, Stanley and Sokoloff, Kenneth. ‘Factor Endowments: Institutions and

Differential Paths of Growth Among New World Economics: A View from Economic Historians of the United States.’ NBER Historical Working Paper No. 66. November 1994.-Table 3, Panel A

Paisaje tropical (Acuarela) Manuel María PazComisión Corográfi ca

«Si le prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés» (Éxodo 22,25)

«Dar préstamo sin esperar nada a cambio»(San Lucas 6, 35).

Y con respecto al crédito e hipoteca la Igle-sia recordó la enseñanza de las escrituras:

«No tomarás en prenda muela de molino, sea la de arriba o la de abajo, porque el que eso te ofrece te empeña lo necesario para su propia vida. (Deuteronomio 24, 6)

En general, el desapego al dinero y al lucro se entiende porque para el cristiano auténti-co el cuidar del dinero se considera afl icción, vanidad, tormento, castigo divino. Así lo reveló el Señor:

«Dios, al hombre que le es grato, le da sabiduría, y ciencia, y contentamiento; mas al pecador le envía afl icción e inútiles cuidados de acumular y almacenar bienes para dejarlos a quien Dios quiera; lo que no menos es vanidad e inútil tormento de ánimo.» Eclesiástico 2, 26

Tributos. Por otra parte, para la sociedad católica hispánica fue lícito y un deber reli-gioso pagar tributo tanto a la Iglesia como a la Monarquía, «(…) no sólo por castigo sino por consciencia» (Romanos 13, 7)

Jesucristo mismo confi rmó los tributos tanto al poder religioso como al poder civil. (San Marcos 12, 44 y San Mateo 22, 21)

Ante la pregunta, ¿es lícito pagar tributo al César o no?, Jesucristo contestó: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (San Mateo 22, 21)

Frente a este precepto, el gobierno español consideró que si bien el poder temporal cumplía funciones particulares en la socie-dad, éste venía de Dios y que el rey, (por ser hombre, criatura de Dios), al fi n de su vida terrena tendría que dar cuenta a la Di-vinidad del uso del poder y de la riqueza; riqueza que debía estar ordenada fi nalmente al servicio de Dios.

Durante esta época los impuestos fueron muy pocos. Hispanoamérica, como tal, no conoció propiamente el término deuda externa.10 Sin embargo, debido a su gran unidad política, cultural y económica y además a la exportación de lana gozó de una economía próspera superior a la de las colonias norteamericanas.11

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Época Hispánica | Página 30

En síntesis, en Hispanoamérica se vivió una situación similar a la ocurrida durante la edad media en Europa. La descripción de esta época europea del historiador francés Henri Pirenne coincide con la vivida en Hispanoamérica:

«La concepción del mundo de la Iglesia se adapta admirablemente a las condiciones económicas de esa época donde la tierra es el único fundamento del orden social. La tierra, en efecto, ha sido dada por Dios a los hombres para hacerlos vivir aquí abajo en vista de la salud eterna. El

12 Henri Pirenne, HISTOIRE ÉCOMOMIQUE DE L’ OCCIDENT MÉDIEVAL, Brujas, Deselée de Brouwer, 1951 (citado por Rubén Calderón Bouchet, Apogeo de la Ciudad Cristiana, Biblioteca Dictio, Vol 33, Buenos Aires, 1978, Pág. 238

13 http://es.wikipedia.org/wiki/Real_espa%C3%B1ol14 Aunque los historiadores modernos infl uidos por el lenguaje capitalista o marxista han llamado «colonias» a los reinos españoles

de ultramar, es importante anotar que la palabra colonia no fue utilizada por la Monarquía ya que no correspondía con su propósito fundacional en América. En cambio, utilizó el concepto de Reinos de ultramar intentando integrarlos a la misma España con los mismos privilegios. La estructura administrativa de la época hispánica en ultramar y toda la legislación de la Monarquía sobre las Indias demuestran que jamás imaginaron establecer colonias como sí las establecieron los pueblos anglosajones.

objetivo del trabajo no es la riqueza sino el sostenimiento de su condición de esperar el paso de la vida mortal a la eterna. El renunciamiento del monje es el ideal sobre el cual toda la sociedad debe fi jar sus ojos. Aspirar a la fortuna es caer en el pecado de codicia. La pobreza es de origen divino y de orden providencial. Corresponde a los ricos aliviar la pobreza por la caridad. Los monasterios dan ejemplo, pues el superávit de las cosechas es almacenado para poder repartirlo gratuitamente entre los necesitados como hacen las abadías con el grano de sus silos.»12

CampesinaRamón Torres Méndez. Cuadros de Costumbres

Publicación del Banco Cafetero. Bogotá - ColombiaEdiciones Sol y Luna

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Página 31 | Itinerario Ético de la Personalidad Histórica de Colombia

3. MONEDA

Valor real y estable

En la época hispánica la moneda fue el «Real», generalmente de oro o de

plata con valor real en sí mismo para el in-tercambio de productos y mercancías. Esta moneda por su valor intrínseco era un bienen sí mismo que permitía intercambiarla por otro bien; circuló en España y por toda Hispanoamérica13 siendo motivo de unidad de todos los reinos españoles, incluyendo los de ultramar.14

Los reyes católicos establecieron en 1497 por medio de la Pragmática de Medina del

Campo el peso y la cantidad de plata que debía poseer el «Real» acuñado.

Tuvo un valor estable de adquisición directa, medida de valor de las cosas que podían representarse por medio de las unidades que ella representaba e instrumento de liberación de deudas conservando indefi nidamente su valor.

“Mercado en Mompox”. Alcide d ’Orbigny.“Memorias del río Magdalena”.Anibal Noguera, CRÓNICA DEL RÍO GRANDE DE LA MAGDALENA.Bogotá, Fondo Cultural Cafetero, Vol. II, 1980. (p. 527).Sala de libros raros y manuscritos. Biblioteca Luis Ángel Arango. Banco de la República

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Época Hispánica | Página 32

1. MATRIMONIO Y FAMILIA

Unión sagrada espiritual y estable

En esta época se fundó en Hispanoamé-rica la institución del matrimonio cató-

lico con carácter sacramental entre un solo hombre y una sola mujer, el cual organizó la sociedad en familias, núcleos de formación cristiana que inculcaban en los hijos virtudes morales, la urbanidad, la cortesía, el trabajo, el amor y la fi delidad a la nación.

El matrimonio católico según la doctrina es una unidad espiritual indisoluble, es decir, válido hasta la muerte de alguno de los cónyuges, buscando con ello garantizar la estabilidad emocional de los esposos, de los hijos y la armonía social.

La doctrina enseñó la indisolubilidad del matrimonio fundada en las palabras de Jesucristo:

«Así ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios, pues, ha unido, no lo desuna el hombre.» (San Mateo 19:6)

Según la organización de la monarquía his-pánica bajo los Reyes católicos, la familia fue el primer órgano de poder del Estado, teniendo el padre plenos derechos sobre sus hijos.

Para promover y garantizar el respeto, el amor y la estabilidad de la familia propios del matrimonio católico trabajaron unidos la Iglesia y la monarquía: por una parte, la Iglesia enseñando e inculcando en el púlpito, en la catequesis y en la escuela valores como la virginidad, la castidad y la fi delidad según el modelo de la Virgen María y de San José; y, por otra, la Monarquía legislando seve-ramente contra todo aquello que atentara contra la estabilidad familiar. Por ejemplo, fue considerado delito penal la bigamia o infi delidad masculina pues la femenina era inaudita en el ámbito católico.

Al mismo tiempo, la Iglesia y el Estado inculcaron la castidad y respeto al cuerpo humano de acuerdo con la doctrina que dice:

«¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en voso-tros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él. Porque el templo de Dios es santo, y ese templo sois vosotros.»

(1Co 3:16–17)

Vida republicanaImagen tomada

de: www.kalipedia.com

Dimensión Cultural

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Educación para salvar el alma

EDUCACIÓN2.

En la época hispánica se enseña el con-cepto católico de educación según el

cual el ser humano debe desarrollar plena-mente las potencias de su alma, a saber: me-moria, inteligencia y voluntad. Esto con el fi n de liberarse de la ignorancia y del error; de dominar las pasiones conociendo, aman-do y sirviendo a Dios para luego gozarlo en el Cielo. La invitación de Cristo fue:

«Sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto» San Mateo 15, 48

Por tal razón la educación fue exigente y totalmente religiosa buscando no sólo adquirir conocimientos, me-morizarlos y analizarlos sino forjar la voluntad para hacer de cada uno señor y dueño de sí mismo venciendo sus pasiones, creando buenos hábitos de vida. La monar-quía dejó entonces la edu-cación en manos de la Igle-sia, principalmente de las órdenes religiosas, Jesuitas, Dominicas, Franciscanas.

Proliferaron los colegios, los internados masculinos y femeninos y las universidades. En el Virrei-nato de la Nueva Granada se establecieron

23 colegios de secundaria y cientos de es-cuelas primarias, así como 5 universidades de las 26 fundadas en Hispanoamérica1. En aquella época proporcionalmente existieron más centros educativos en Hispanoamérica que en Francia.2 En todos ellos se formaron

los alumnos en la Escolás-tica, especialmente en el conocimiento de la suma teológica.

Además, la monarquía es-pañola promovió el cono-cimiento y las destrezas artesanales estableciendo requerimientos técnicos para su ejercicio:

"Ninguno podrá en lo sucesivo abrir tienda, ni trabajar por sí solo como maestro, sin estar exami-nado y aprobado por el maestro mayor o alcalde del gremio y los dos vee-dores y examinadores".

Art. del reglamento dictado por el OidorJuan Antonio Mon y Velarde3

1 LUIS CORSI OTÁLORA– Los Realistas Criollos– Academia Boyacense de Historia, Tunja 1994, Págs. De a 16 – En la misma época en Europa existieron 34 universidades.

2 ÍDEM – «En la Nueva Granada (siglo XVIII) solamente los jesuitas tenían 13 colegios con 5000 alumnos, en tanto que en toda Francia, faro de la cultura, para una población 30 veces mayor disponían de 100 establecimientos del mismo tipo.»

3 SALVAT– Historia del Arte Colombiano, Volumen IX, Pág. 1182, Barcelona, 1983

Fray Cristóbal de Torres. Fundador del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Pintura de Gaspar de Figueroa. Grabado de Rodríguez - 1881-1887. Banco de la República - Biblioteca Luis Ángel Arango

Padre Manuel María Albis. Párroco del pueblo de AndaquíesAcuarela: Manuel María Paz

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3. CIENCIA

Ciencia universal católica

4 «Que no os conforméis a este siglo, sino que os transforméis por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que es agradable, lo que es perfecto». Romanos 12:2

5 SALVAT– Historia del Arte Colombiano, Volumen IX, Pág. 1182, Barcelona, 19836 http://www.monografi as.com/trabajos14/universidad-orig/universidad-orig.shtml

En la época hispánica el cristianismo enseñó que la ciencia humana tenía

capacidad de elevarse al orden sobrenatural gracias a uno de los dones del Espíritu Santo que permitía juzgar rectamente las cosas creadas en orden al fi n último sobrenatural.

Además, enseñó en las aulas y en la vida práctica que la ciencia no se quedaba en el orden sobrenatural sino que estudiaba tam-bién las causas segundas del orden natural. Es decir, enseñó y demostró su interés por las ciencias naturales, las cuales desarrolló para sentar las bases de la ciencia moderna.

Las órdenes religiosas venidas a América –jesuitas, franciscanos, dominicos o be-nedictinos– habían fundado los primeros centros universitarios en Europa6, en buena parte fruto de la regla de San Benito, «Ora et Labora», puesto que ésta había organi-zado las actividades diarias de los monjes destinándoles desde el siglo V cuatro horas diarias de estudio de fi losofía. De esta cos-tumbre disciplinada y permanente surgió en la edad media el hábito de estudio, el espíritu de investigación y la organización

Passifl ora mollissimaFrancisco Escobar Villarroel

Expedición Botánica

Los artesanos fueron orientados por la Iglesia y la monarquía en el santo temor de Dios y para que sus obras plasmaran la voluntad divina4. De esta manera buscaron dar la mayor gloria de Dios, «Ad Mayorem Glorian Dei.», haciendo brillar el mensaje cristiano en el arte de las iglesias, capillas y oratorios.

«Los maestros estaban obligados, de acuerdo con las ordenanzas sobre los artesanos, a la manutención, vestuario y buena crianza de sus aprendices, «instruyéndolos primeramente en el santo temor de Dios y después en la mecánica del ofi cio».5

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7 La palabra «universidad» (en latín «universitas») para designar un centro educativo de estudios superiores y de investigación es medieval europeo. Las universidades propiamente dichas surgieron en Occidente de los conventos. En China, Persia y Arabia existieron antiguamente centros de conocimientos específi cos, o en Grecia la Academia de Platón; sin embargo, la universidad moderna no es producto de éstas sino de la civilización católica. Ejemplo de ello son las universidades medievales católicas hoy todavía existentes como Oxford, Cambrigde, Bolonia, Salamanca, Alcalá de Henares, París, Padua, Coimbra entre muchas otras que conservan desde entonces el esquema académico universal y sistemático de lo que hoy conocemos con el nombre de Universidad.

8 Después de la invasión bárbara y de la caída del imperio romano la cultura clásica, (de Grecia y Roma), quedó prácticamente olvidada. Solamente los monjes en sus abadías lograron salvar para las generaciones siguientes esta cultura que ha sido base de Occidente. Por ejemplo, es difícil entender los desarrollos posteriores en Filosofía en Derecho – ocurridos en Europa o América – sin el previo conocimiento clásico.

9 Las creencias religiosas de las culturas indígenas tenían elementos comunes con el cristianismo. Por ejemplo, las nociones de pecado, expiación y sacrifi cio entre otras. Esta circunstancia hizo comprender con mayor claridad y profundidad la teología de la Cruz de Cristo y la Redención. Así mismo la creencia indígena en el espíritu femenino creador, madre tierra, ayudó a comprender la teología católica mariana. A esto ayudó la imagen maternal de la Virgen María aparecida en muchísimos lugares. Por ejemplo, a la indígena María Ramos en Chiquinquirá, al indio San Diego en México (Guadalupe) o al cacique de los Guanares, Coromoto. Todo ello subyugó al pueblo indígena hispanoamericano, desde entonces mariano, como se pueden ver todavía hoy los muchísimos santuarios marianos indígenas existentes a lo largo y ancho de Hispanoamérica.

sistemática de materias, cursos, programas y métodos, todo ello plasmado inicialmente en las siete artes liberales: el trivium que enseñaba la elocuencia mediante tres artes: el arte de escribir (gramática), el arte de hablar (retórica), y el arte de argumentar (dialéctica o lógica), y el quadrivium con-formado por cuatro materias: aritmética, geometría, astronomía y música.

Es importante resaltar que la ciencia se había desarrollado durante la edad media y el renaci-miento gracias al cristia-nismo, especialmente en las abadías y conventos creadores de las primeras universidades7 que acu-mularon y ordenaron co-nocimientos, rescatando entre otras cosas la cul-tura clásica del llamado naufragio romano.8 Sin este conocimiento, sin las universidades y centros educativos católicos la ciencia moderna no hu-biera sido posible, pues ésta no surgió al azar sino –como lo dijera Newton– a hombros de gigantes.

«Si he logrado ver más lejos ha sido porque

he subido a hombros de gigantes» Isaac Newton a Robert Hooke en una carta sobre la ley de gravitación universal refi riéndose a Copérnico, Galileo y otros científicos cristianos.

Al llegar a América el cristianismo trajo consigo esta milenaria riqueza cultural y científi ca refl ejada en la avanzada fi losofía y teología cristiana y clásica, en la doctrina

que deslumbró con su belleza y profundidad a los indígenas9 y aún en inventos antiquísi-mos elementales como la rueda, no conocida en América, en la ciencia de la navegación con su brújula y su astrolabio, en la imprenta, en la fun-dición de metales, en los alambiques para la pro-ducción de licores, en las técnicas de construcción que habían permitido le-vantar las catedrales, los puentes y los acueductos. El interés monárquico y de la Iglesia por la

ciencia hizo que en los reinos hispanoame-ricanos se fundaran varios observatorios as-tronómicos y veintiséis (26) universidades,

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4. ARTE, ARQUITECTURA Y MÚSICA

El arte es sagrado: de Dios y para Dios

En la época hispánica el cristianismo enseñó que los atributos divinos son

la verdad, el bien y la belleza, «trascenden-tales»10 inseparables entre sí. Es decir, que ninguno de éstos se podía concebir indepen-diente o aislado de los otros, porque entre ellos conformaban la unidad del Ser.

10 En la teología católica los trascendentales divinos son el Verum, (la Verdad), el Bonum (el Bien) y el Pulchrum (la Belleza) inseparables entre sí en la Unidad del Ser.

Virgen Candelaria

Arte colonial

Imagen tomada de:

Colección Fundación José Felix Llopis

una cantidad importante teniendo en cuenta que en las colonias anglosajonas en Amé-rica durante el mismo período se fundaron apenas cuatro (4).

Además, el espíritu científi co llevó a la monarquía española, (con Carlos III), a promover la real expedición botánica en el Nuevo Reino de Granada realizada por el sabio José Celestino Mutis, con el objetivo de recolectar y clasifi car especies vegetales y animales; expedición que vinculó a un selecto grupo de científi cos y artistas, dando resultados de gran importancia vigentes aún en la época contemporánea.

En la época hispánica la monarquía católica, gracias a su ya mencionado espíritu de curiosidad científi ca e interés de exploración, emprendió lo que muchos han llamado la mayor empresa del milenio que terminó con

el descubrimiento de América, un continente que dio conocimiento a Europa y al mundo de insospechadas riquezas geográfi cas, de recursos naturales y de una gran diversidad étnica. Este descubrimiento en aquella época supuso un conocimiento científi co comparable –relativamente – al que hoy tendría que tener una potencia científi ca para descubrir un nuevo planeta y habitarlo aprendiendo de él.

En verdad, la ciencia española para descubrir a América suponía el entrelazamiento sorprendente de muchos conocimientos e inventos anteriores. Por ejemplo, la cartografía, la astronomía, las ciencias náuticas, pero por encima de todo el ímpetu explorador católico, hoy llamado espíritu científi co, entonces íntimamente vinculado con la fi losofía y la teología.

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11 «El arte une la esfera de lo terrenal con la esfera de lo celestial». San Agustín12 «Yahvé habló a Moisés, diciendo: «Sabrás que yo llamo por su nombre a Besalel, hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Judá.

Le he llenado del espíritu de Dios, de sabiduría, de entendimiento y de ciencia en toda clase de obras, para proyectar obras artísticas, para labrar el oro, la plata y el bronce, para tallar piedras y engastarlas, para tallar la madera y ejecutar trabajos de toda suerte. Le asocio Odolías, hijo de Ajisemec, de la tribu de Dan. He puesto la sabiduría en el corazón de todos los hombres hábiles para que ejecuten todo lo que te he mandado hacer». Éxodo 31, 1–6

13 «Mía es la plata, mío es el oro, dice Yahvé de los ejércitos». Ageo 2, 9

Además, enseñó que el hombre creado a imagen y semejanza de Dios debía refl ejar en sus obras esta unidad inseparable. Es decir que para el hombre debía ser unidad indivisible la verdad conocida mediante la lógica, el bien obrado con su voluntad y la belleza expresada y gozada en lo estético. Por tanto, no era posible concebir la ética sin lógica ni estética, ni ésta sin lógica ni ética. Se entiende así por qué para el cris-tiano auténtico la belleza, – el arte – debe ser expresión del bien y de la verdad y por qué el arte que no es así es falso o mero esteticismo.

Dios quiere que el arte, la belleza, lo estéti-co, sea el vehículo preciso e imprescindible para que el hombre se acerque a Él que es belleza. «Tú eres belleza» exclamó tres veces San Francisco en su éxtasis místico al recibir los estigmas.

Y Dios quiere que nos acerquemos a Él me-diante el lenguaje ex-quisito y fascinante de la belleza porque éste es sagrado, capaz de elevar el espíritu humano y de unir la esfera de lo terrenal con la esfera de lo celestial.11 Es por eso que Yahvé promete a los artistas piadosos, – como a Besalel12 – llenarlos de su Espíritu

creador para que los hombres le adoren debidamente en la liturgia. Dice Yahvé re-fi riéndose al artista privilegiado:

«Le he llenado del espíritu de Dios, de sa-biduría, de entendimiento y de ciencia en toda clase de obras, para proyectar obras artísticas, para labrar el oro, la plata y el bronce para tallar piedras y engastarlas, para tallar la madera y ejecutar trabajos de toda suerte». Éxodo 31, 3–5

Por lo anterior se entiende la motivación de los muchos y talentosos artistas virreinales así como la creación de una inmensa y di-versa cantidad de manifestaciones artísticas sagradas. El arte español fundido en rico mestizaje con el arte indígena, así como las riquezas, el oro y la plata,13 que embellecie-ron los altares fueron todos para rendirle la mayor gloria y tributo al Rey de reyes, al Señor de señores. La liturgia, las procesio-

nes, los objetos sagra-dos, cálices, copones y la arquitectura de las iglesias y capillas fue-ron motivo del mejor y más inspirado arte, haciendo contraste con las edifi caciones, ceremonias y cosas profanas que, sin dejar de ostentar sobria be-lleza, no mostraron el grado de exuberancia debida solo a Dios.

Vida colonialImagen de la colección: coleccion.educ.ar

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Juan Rodríguez FreyleImagen tomada de: www.uwosh.edu

El espíritu religioso contagió todo. Las casas de la época hispánicas se construye-ron alrededor del patio central íntimo a la manera de pequeños conventos que invita-ron al recogimiento de la vida interior; los cuadros que adornaron sus paredes fueron imágenes religiosas y el lugar privilegiado fue el oratorio familiar.

El urbanismo de las ciudades se desple-gó en cuadrículas y retículas, en calles y carreras entre-cruzadas sobre la hermosa y variada geografía ameri-cana alrededor de la santa hostia, del cuerpo de Cristo presente en el altar de la iglesia loca-lizada en la plaza principal, porque las leyes españolas ordenaron: «no se puede fundar nin-guna ciudad que

previamente no tenga construida la iglesia y no tenga nombrado un cura párroco».

La plaza virreinal cua-drada y austera presidida por la iglesia principal y rodeada de los edifi cios principales de gobierno fue el lugar de encuentro por antonomasia de la sociedad hispánica. Las calles fueron trazadas a escala humana con espo-rádicos arcos, definidas por casas de lado y lado construidas de cal y canto y ornadas de balcones y ventanas de madera.

Durante la época hispánica la literatura, la poesía y la música también tuvieron carác-ter predominantemente sacro, aunque ya entonces durante las reuniones sociales se componían y recitaban versos profanos y se bailaba la contradanza, la danza y el vals.En el campo musical, los jesuitas introdu-jeron instrumentos europeos en la cultura indígena creando un mestizaje en la música del que subsiste todavía un magnífi co libro de corales.

En 1783 se representaron en Bogotá las pri-meras tonadillas escénicas y al año siguiente se fundó la primera banda.

La literatura provenía de las clases altas que entonces eran las que sabían leer y escribir. Las primeras expresiones literarias en don-de se relataron tradiciones, costumbres y hechos heroicos fueron las crónicas.

Son sufi cientemente conocidos en la lite-ratura de la época hispánica el sacerdote Juan de Castellanos, Juan Rodríguez Freile, Hernando Domínguez Camargo, Luis de Góngora y Argote y la religiosa de Tunja Francisca Josefa del Castillo, autora mística de relevancia latinoamericana, entre muchos otros destacados escritores.

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5. PRESTIGIO Y CONTROL SOCIAL

Virtud y nobleza

La sociedad hispánica tenía una clara y franca visión jerárquica que venía en

vigor en Occidente desde Aristóteles, vi-sión observada en el mismo orden natural y social.

Así, esta sociedad estuvo estratifi cada según categorías en la que en la cima se encontraba la nobleza originada del caballero cristia-no, emblema de integridad, moralidad y honradez. Esta nobleza basada en la virtud cristiana debía obligatoriamente mantenerse viva de generación en generación dentro de los miembros de la familia; de ahí que la familia y el apellido eran signos de nobleza y virtud, que comprometían el comportamien-to de los miembros de la familia afanosa por garantizar las buenas costumbres y el consecuente prestigio dentro de la sociedad. Las Escrituras exhortaban a las familias. Desde tiempos inmemoriales prometían a las buenas, honradas y virtuosas familias lo siguiente:

«En su descendencia per-manecerán sus bienes. Sus nietos son una heredad santa y su posteridad se mantuvo constante en la alianza y, por ellas durará siempre su descendencia. Nunca perecerá su linaje y su gloria.» (Eclesiástico 44, 11,–14)

En síntesis, la fa-milia fue sello de prestigio y de con-fi anza social porque la pertenencia a una familia prestante garantizaba las vir-tudes cristianas, la honradez y la urbanidad de sus miembros así como en la época actual el título, la pertenen-cia a una universidad prestigiosa, garantiza la idoneidad profesional de los egresados.

Por lo anterior se explica por qué para la mujer casada fue un honor y una dignidad recibir el apellido de la familia del esposo. La preposición «de» (por ejemplo, en María «de» Pérez) signifi caba afi liación a una es-tirpe, a una nobleza, a una virtud implícita en el apellido.

El caballero cristiano, mezcla de caballerosidad y cristiandad, fue extracto último de los idea-les hispánicos imposible de en-tender desde la óptica moderna

Vida colonialImagen de la colección: coleccion.educ.ar

MercadoRamón Torres Méndez. Cuadros de CostumbresPublicación del Banco Cafetero. Bogotá - Colombia

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14 Jesucristo, entre sus muchos seguidores, nombró inicialmente 12 apóstoles (San Mateo 10, 1–3). Entre ellos a Pedro, el primer Papa. Aquellos a su vez eligieron y consagraron a sus sucesores, obispos, (Hechos de los Apóstoles 1, 23–27), de acuerdo con su probada fi delidad a Cristo y a las necesidades de crecimiento de la Iglesia. Sucesivamente, sin interrupción a lo largo de los siglos, los obispos han consagrado nuevos obispos formando una larga cadena, la línea apostólica desde Jesucristo.

Johann Moritz Rugendas, 1824.«Indios en una plantación de Mina Gerais» (acuarela). Fuente: Wikimedia Commons)

Vida colonial: vendedoresImágenes de la colección: coleccion.educ.ar

o contemporánea. Empeñaba su palabra en cualquier negocio o actividad con su propia vida, velaba celosamente por las buenas costumbres y la urbanidad de sus hijos en el hogar y en la calle, consideraba que su trabajo debía tener un sentido trascendente y por eso rechazaba los trabajos meramente

serviles; se consideraba paladín de una causa y como el Quijote se creía deshacedor de entuertos e injusticias; obedecía principios supremos y menospreciaba los asuntos ex-clusivamente materiales.

En el orden religioso la sociedad hispánica reconoció las jerarquías y las respetó con fi delidad, especialmente la del Papa, máxima autoridad de la Iglesia y la de los obispos en virtud de pertenecer ellos a la línea apostólica14 instituida por Jesucristo.

En el campo político reconoció a los Reyes de España como máxima autoridad ya que, como herederos máximos de la nobleza cristiana, simbolizaban el ideal del pueblo.