Folleto la Rabia

2
Medidas de prevención post-exposición La vacuna antirrábica para humanos es elaborada en base a cerebro de ratón lactante la cual se aplica en dosis de 2ml. por vía subcutánea y periumbili- cal. 1. Aseo local de la herida con agua y jabón; poste- riormente se puede em- plear cloruro de benzalconio al 1%, soluciones yodadas al 5% o alcohol del 40 al 70%. 2. La sutura de la herida debe diferirse; en caso contra- rio, deberá infiltrarse la herida con gammaglobulina humana antirrábica o suero. 3. La administración de antibióticos y toxoide tetánico debe valorarse en cada caso particular. 4. Inmunoprofilaxia. Suero hiperinmune o gammaglo- bulina y vacuna antirrábica. El tratamiento inmediato después de la exposición al virus de la rabia (ej. mordedura) impide el desarrollo de los síntomas, los cuales en ausencia de tratamiento con- ducirían irremediablemente a la muerte. Es recomenda- ble lavar con agua y jabón, cuidadosamente y sin raspar la herida, ya que de este modo se ayuda a eliminar el virus, y acudir de inmediato a un centro hospitalario para recibir atención especializada. Control del animal sospechoso 1. El animal (perro o gato) debe ser capturado y mante- nido en observación por un médico veterinario durante los siguientes diez días. 2. En caso de que el animal sea sacrificado debe tenerse especial cuidado con la preservación adecuada del cere- bro, con la finalidad de poder establecer el diagnóstico definitivo de rabia. LA RABIA Nada es mas efectivo que el cuidado de la salud Angela Andrea Quintero Jiménez Tatiana Martínez Padilla Carlos Arturo Fernández Carlos Alberto Holguín Alejandra Cardona Henao Grace Francis Cortes Manso

description

Folleto la Rabia

Transcript of Folleto la Rabia

Medidas de prevención post-exposición

La vacuna antirrábica para

humanos es elaborada en

base a cerebro de ratón

lactante la cual se aplica

en dosis de 2ml. por vía

subcutánea y periumbili-

cal.

1. Aseo local de la herida

con agua y jabón; poste-

riormente se puede em-

plear cloruro de benzalconio al 1%, soluciones yodadas

al 5% o alcohol del 40 al 70%.

2. La sutura de la herida debe diferirse; en caso contra-

rio, deberá infiltrarse la herida con gammaglobulina

humana antirrábica o suero.

3. La administración de antibióticos y toxoide tetánico

debe valorarse en cada caso particular.

4. Inmunoprofilaxia. Suero hiperinmune o gammaglo-

bulina y vacuna antirrábica.

El tratamiento inmediato después de la exposición al

virus de la rabia (ej. mordedura) impide el desarrollo de

los síntomas, los cuales en ausencia de tratamiento con-

ducirían irremediablemente a la muerte. Es recomenda-

ble lavar con agua y jabón, cuidadosamente y sin raspar

la herida, ya que de este modo se ayuda a eliminar el

virus, y acudir de inmediato a un centro hospitalario

para recibir atención especializada.

Control del animal sospechoso

1. El animal (perro o gato) debe ser capturado y mante-

nido en observación por un médico veterinario durante

los siguientes diez días.

2. En caso de que el animal sea sacrificado debe tenerse

especial cuidado con la preservación adecuada del cere-

bro, con la finalidad de poder establecer el diagnóstico

definitivo de rabia.

LA RABIA

Nada es mas efectivo que el

cuidado de la salud

Angela Andrea Quintero Jiménez

Tatiana Martínez Padilla

Carlos Arturo Fernández

Carlos Alberto Holguín

Alejandra Cardona Henao

Grace Francis Cortes Manso

El virus de la rabia se encuentra difundido en todo

el planeta y ataca a mamíferos, tanto domésticos,

como salvajes, incluyendo al ser humano. Se en-

cuentra en la saliva y en las secreciones de los ani-

males infectados y se inocula al hombre cuando

animales infectados lo atacan y provocan en el

hombre alguna lesión por mordedura.

Patología

La patología en la especie humana es la siguiente:

Infección por herida o mordedura. Antiguamente

también se transmitía por operaciones como el

trasplante de córnea.

El virus tiene una primera multiplicación en las

células musculares, de ahí pasa a las neuronas y

finalmente a los ganglios nerviosos.

El lugar donde la enfermedad se manifiesta más

acusadamente es el cerebro (encefalitis). Sin em-

bargo, el tiempo que tarda en desarrollarse esta

etapa es bastante largo y depende de muchos facto-

res.

Los virus comienzan a pasar de unas neuronas a

otras a través de los contactos sinápticos, lo que

hace que el sistema inmune sea incapaz de detec-

tarlos.

La rabia o hidrofobia1 es una enfermedad agu-

da infecciosa viral del sistema nervioso cen-

tral ocasionada por un Rhabdoviridae que causa

encefalitis aguda con una letalidad cercana al

100%. Es la zoonosis viral conocida más antigua

Vectores

La rabia tiene una larga lista de animales que ac-

túan como intermediarios, llamados vectores como

son perros, gatos, murciélagos, mangostas, zorros,

hurones, mapaches y lobos.

Los indicios para saber si un murciélago presenta

rabia son:

Cuando vuelan, suelen chocarse unos a los otros.

Cuando salen de día.

Cuando caen al suelo.

En general los demás animales presentan una se-

creción salival abundante ,que actúa como cultivo

del virus, y en etapas avanzadas sangrado de orifi-

cios.

LA RABIA Sintomatología

Sintomáticamente, el enfermo pasa por 4 fases:

1. Fase de incubación: Dura entre 60 días y 1

año y es asintomática.

2. Fase prodrómica: Dura entre 2 y 10 días.

Aparecen síntomas inespecíficos.

3. Fase neurológica: Dura entre 2 y 7 días.

Afecta al cerebro. El paciente puede manifes-

tar hiperactividad, ansiedad, depresión, deli-

rio, sentimientos de violencia, ganas de ata-

car, parálisis, espasmos faríngeos (horror al

agua).

4. Fase de coma: Dura entre 1 y 10 días. El pa-

ciente entra en coma y finalmente muere por

paro cardíaco, o bien por infecciones secun-

darias.

A partir de la segunda fase, es mortal en el 99,9%

de los casos. La única opción de tratamiento es su-

ministrar inmunoglobulinas e inyectar una vacuna

contra el virus, lo que sólo es eficaz durante la fase

de incubación.

Un diagnostico seguro es post-mortem. No obstan-

te, se puede diagnosticar por microscopía gracias a

la aparición de los llamados “cuerpos de Negri” en

las células.