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Pagos por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad (PACS) e Implicaciones para las Instituciones de Acción Colectiva Resumen Examinamos el potencial para incrementar los niveles de conservación de mecanismos de recompensa externos, tal como los pagos por servicios ambientales (PSA), así como el grado en que los enfoques alternativos (como incentivos individuales versus colectivos) interactúan con las normas sociales que subyacen a la acción colectiva asociados con el manejo de los recursos fitogenéticos (RFG). Los análisis se basan en experimentos de campo en dos lugares de estudio en el Altiplano Andino. Comunidades rurales de subsistencia en el Altiplano Norte de Perú y comunidades con sistemas de agricultura más comerciales en el Altiplano Sur en Bolivia. Esto nos permite representar contextos diferentes de mercado. Los resultados indican que generalmente no se puede asumir que los mecanismos de recompensa externos inequívocamente provean incentivos a los usuarios de los recursos para aumentar sus esfuerzos de conservación. Diferentes sistemas de recompensa influencian diferentes tipos de usuarios de los recursos de formas diferentes y complejas, y así pueden diferenciarse en su eficacia dependiendo del contexto del mercado. Antecedentes conceptuales La conservación de servicios ambientales (incluyendo aquellos relacionados con la conservación de la agrobiodiversidad) está sujeta a problemas asociados a bienes públicos, donde hay divergencias entre los intereses privados/individuales y sociales. La conservación en fincas de un portafolio diverso de variedades de cultivos puede estar asociada con beneficios locales, nacionales y globales de carácter público. Los beneficios públicos locales incluyen las contribuciones a la resiliencia del agroecosistema, el mantenimiento de los procesos evolutivos, el conocimiento tradicional y cultural, y los valores de opción futuro que pueden disfrutar todos los agricultores dentro de una comunidad. Los mercados, sin embargo, tienden en gran parte a favorecer sólo aquellas variedades con características comerciales. Bajo tales circunstancias, los agricultores solamente tienen un incentivo para cultivar variedades comerciales a fin de maximizar beneficios privados/ individuales, mientras se benefician gratuitamente de aquellos que continúan cultivando una diversidad de variedades (incluidos los cultivos tradicionales) que generan beneficios públicos. También hay evidencia que los usuarios de los recursos naturales, incluyendo los agricultores, pueden cooperar hasta cierto punto para superar dilemas sociales relacionados con la sobreexplotación de los recursos comunitarios y la provisión de bienes públicos. Mecanismos de recompensa externos, como PSA, pueden proveer a los usuarios de los recursos de un incentivo para conservar lo que beneficia a la sociedad en general, y por lo tanto ha sido elogiado como un instrumento eficaz para facilitar la conservación. Generalmente en las comunidades rurales la acción colectiva hacia la conservación está basada en motivaciones “intrínsecas” que conducen a un comportamiento pro-social. Esto se debe normalmente a que las personas están impulsadas no sólo por el interés propio, sino por normas sociales, como por ejemplo el altruismo, la reciprocidad y la justicia local. Estas normas están determinadas por preferencias sociales, tales como el cooperativismo condicional así como incondicional o la aversión de desigualdad, afectando así estrategias de acción colectivas hacia la conservación. Como las preferencias sociales son formadas endógenamente, el comportamiento de conservación depende de factores socioeconómicos, culturales e institucionales. En estos contextos, hay una preocupación respecto a que los mecanismos de regulación externa, como PSA, puedan desplazar el comportamiento pro-social existente obstaculizando de esta manera los esfuerzos de conservación. El grado de tal desplazamiento depende de Proyecto “Pagos por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad (PACS)” Bioversity International Via dei Tre Denari 472a 00057 Maccarese Roma, Italia Contacto: Adam Drucker [email protected] Resultados del Proyecto PACS en Bolivia/Perú - Hoja Divulgativa 4

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Pagos por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad (PACS) e Implicaciones para las Instituciones de Acción Colectiva Resumen

Examinamos el potencial para incrementar los niveles de conservación de mecanismos de recompensa externos, tal como los pagos por servicios ambientales (PSA), así como el grado en que los enfoques alternativos (como incentivos individuales versus colectivos) interactúan con las normas sociales que subyacen a la acción colectiva asociados con el manejo de los recursos fitogenéticos (RFG). Los análisis se basan en experimentos de campo en dos lugares de estudio en el Altiplano Andino. Comunidades rurales de subsistencia en el Altiplano Norte de Perú y comunidades con sistemas de agricultura más comerciales en el Altiplano Sur en Bolivia. Esto nos permite representar contextos diferentes de mercado.

Los resultados indican que generalmente no se puede asumir que los mecanismos de recompensa externos inequívocamente provean incentivos a los usuarios de los recursos para aumentar sus esfuerzos de conservación. Diferentes sistemas de recompensa influencian diferentes tipos de usuarios de los recursos de formas diferentes y complejas, y así pueden diferenciarse en su eficacia dependiendo del contexto del mercado.

Antecedentes conceptuales

La conservación de servicios ambientales (incluyendo aquellos relacionados con la conservación de la agrobiodiversidad) está sujeta a problemas asociados a bienes públicos, donde hay divergencias entre los intereses privados/individuales y sociales. La conservación en fincas de un portafolio diverso de variedades de cultivos puede estar asociada con beneficios locales, nacionales y globales de carácter público. Los beneficios públicos locales incluyen las contribuciones a la resiliencia del agroecosistema, el mantenimiento de los procesos evolutivos, el conocimiento tradicional y cultural, y los valores de opción futuro que pueden disfrutar todos los agricultores dentro de una comunidad.

Los mercados, sin embargo, tienden en gran parte a favorecer sólo aquellas variedades con características comerciales. Bajo tales circunstancias, los agricultores solamente tienen un incentivo para cultivar variedades comerciales a fin de maximizar beneficios privados/individuales, mientras se benefician gratuitamente de aquellos que continúan cultivando una diversidad de variedades (incluidos los cultivos tradicionales) que generan beneficios públicos.

También hay evidencia que los usuarios de los recursos naturales, incluyendo los agricultores, pueden cooperar hasta cierto punto para superar dilemas sociales relacionados con la sobreexplotación de los recursos comunitarios y la provisión de bienes públicos. Mecanismos de recompensa externos, como PSA, pueden proveer a los usuarios de los recursos de un incentivo para conservar lo que beneficia a la sociedad en general, y por lo tanto ha sido elogiado como un instrumento eficaz para facilitar la conservación. Generalmente en las comunidades rurales la acción colectiva hacia la conservación está basada en motivaciones “intrínsecas” que conducen a un comportamiento pro-social.

Esto se debe normalmente a que las personas están impulsadas no sólo por el interés propio, sino por normas sociales, como por ejemplo el altruismo, la reciprocidad y la justicia local. Estas normas están determinadas por preferencias sociales, tales como el cooperativismo condicional así como incondicional o la aversión de desigualdad, afectando así estrategias de acción colectivas hacia la conservación. Como las preferencias sociales son formadas endógenamente, el comportamiento de conservación depende de factores socioeconómicos, culturales e institucionales.

En estos contextos, hay una preocupación respecto a que los mecanismos de regulación externa, como PSA, puedan desplazar el comportamiento pro-social existente obstaculizando de esta manera los esfuerzos de conservación. El grado de tal desplazamiento depende de

Proyecto “Pagos por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad (PACS)”

Bioversity International Via dei Tre Denari 472a 00057 MaccareseRoma, Italia Contacto: Adam Drucker [email protected]

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las preferencias sociales específicas del usuario del recurso y las interacciones con las recompensas externas. Más específicamente, se puede suponer que el incremento de los incentivos económicos para la conservación de los servicios públicos ambientales a través de recompensas individuales puede erosionar normas existentes pro-sociales. De otra parte, el uso de recompensas colectivas en forma de incentivos a nivel grupal puede realmente complementar esas normas.

Sin embargo, las respuestas a tales mecanismos de incentivos pueden variar considerablemente de una comunidad a otra dependiendo de las normas sociales que prevalecen. Existe evidencia que sugiere que aunque las estrategias reguladoras puedan complementar los esfuerzos de la comunidad, bajo ciertas circunstancias pueden ser ineficaces o incluso reducir los niveles de conservación. En particular, parece que los incentivos externos podrían ser beneficiosos donde los mecanismos auto-reguladores son débiles o inestables, pero podrían ser ineficaces o incluso nocivos donde las reglas y normas pro-sociales son fuertes y robustas. Por lo tanto, es importante tener en cuenta las preferencias sociales en el contexto de la aplicación de las estrategias en marcos regulatorios como PSA, incluso bajo mercados diferentes y contextos grupales, con el fin de apoyar el mejor diseño de mecanismos de recompensa; y con la idea de facilitar la capacidad de construir en lugar de debilitar patrones existentes de acción colectiva.

Un acercamiento al entendimiento de preferencias sociales es el uso de experimentos enmarcados en el campo. Tales experimentos pueden dar una luz sobre la dinámica del comportamiento de los usuarios de los recursos cuando se enfrentan a diferentes situaciones de ganancias sujetas a sus contextos de grupo. Sin embargo, hasta el momento, la aplicación sólo se ha limitado al uso de investigación experimental de campo en cuanto a la provisión de bienes públicos en comunidades rurales pobres y el impacto de mecanismos de recompensa PSA. Adicionalmente, no tenemos conocimiento de ninguna aplicación en el contexto de la diversidad de los recursos genéticos cultivados.

Juego experimental puesto en marcha

Es en este contexto que un juego de bienes públicos fue enmarcado alrededor de decisiones relacionadas con la asignación de tierra para el cultivo de diferentes variedades de quinua. Cada participante hizo parte de un grupo de 4 jugadores y se le asignó un número de unidades de tierra. Para controlar la heterogeneidad en la dotación de tierras, organizamos grupos homogéneos (4 unidades de tierra cada uno), así como grupos heterogéneos (2 participantes con 2 unidades de tierra cada uno y 2 participantes con 6 unidades de tierra cada uno).

Participantes de más de 12 rondas deciden cuántas unidades de tierra destinar a la conservación de una variedad tradicional amenazada. Como los precios de mercado para esta variedad son inferiores a los de una variedad comercial, el agricultor incurre en gastos privados para la conservación. Aún así, el cultivo de la variedad tradicional está asociado con los beneficios para la conservación pública que beneficia a cada comunidad una vez que se alcanza cierto umbral (en este caso un grupo total de 7 unidades de tierra). Se jugaron 6 rondas, antes de introducir incentivos económicos para la conservación y el juego de seis rondas adicionales con recompensas individuales que disminuyen los gastos privados de conservación o con las recompensas colectivas que incrementan los beneficios de conservación para el bien público.

El grado óptimo social, es decir, cuando los beneficios totales del grupo se aprovechan al máximo, se logra cuando todos los

miembros de grupo asignan la totalidad de sus unidades de tierra para conservación. Sin embargo, un dilema social surge desde el incentivo privado de los participantes para no cultivar una variedad tradicional y en cambio aprovechar de forma oportunista las actividades de conservación de otros; alternativamente los participantes podrán optar por asignar un cierto número de unidades de tierra a la variedad tradicional para asegurar que el umbral puede ser alcanzado, considerando las expectativas respecto a cómo los otros miembros de grupo puedan asignar sus unidades de tierra. Con recompensas externas, el conjunto de estrategias óptimas privadas incluiría la conservación de más unidades de tierra dependiendo de las expectativas del comportamiento de otros, pero no hay ninguna estrategia dominante que permita que un grado óptimo social siempre pueda ser alcanzado.

Entre febrero y abril de 2010, se organizaron cuatro sesiones en el Altiplano Sur de Bolivia y cuatro más en el Altiplano Norte de Perú. La mitad de estas sesiones se hizo de manera individual y la otra mitad con recompensas colectivas. Cada sesión fue organizada con 20 participantes provenientes de familias de agricultores o comunidades (vecinas) cultivadores de quinua, que fueron seleccionadas de zonas diferentes dentro de los dos sitios de estudio.

Los agricultores participantes se organizaron al azar en tres grupos “uniformes” y dos “heterogéneos” de cuatro participantes cada uno. Los agricultores no sabían quién más estaba en su grupo. Sin embargo, después de cada ronda, los participantes fueron informados sobre las asignaciones individuales de tierra de sus pares de grupo (anónimos) y el incentivo total en conjunto. Esto permite que los miembros de grupo puedan formarse expectativas del comportamiento de sus miembros de grupo en futuras rondas.

Con el fin de proporcionar un incentivo para comportarse de una manera realista, dos rondas de ganadores fueron seleccionadas al azar - una de los juegos de línea base y una del juego de recompensas, y los participantes fueron remunerados con dinero real respecto a los puntos ganados en estas rondas del juego. Incluyendo un pago fijo de participación, se pagó un promedio de US$ 7 a los agricultores, que es aproximadamente el equivalente al salario diario en ambas regiones de estudio.

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(9) En el sitio peruano, los beneficios derivados de la conservación a nivel de grupo mediante recompensas colectivas en realidad pueden aumentar los incentivos para la acción colectiva.

(10) En el sitio peruano, las recompensas colectivas pueden, sin embargo, desplazar las normas basadas en reciprocidad. Posiblemente algunos agricultores podrían esperar una mayor acción colectiva de los miembros del grupo en virtud de la recompensa colectiva y por lo tanto asumir que los beneficios públicos se generen sin su contribución.

(11) En el sitio boliviano, hay cierta evidencia de un efecto de “alivio de culpabilidad” asociada a las recompensas individuales. Debido al incremento en el nivel de ganancia individual de la conservación, los agricultores se sienten menos obligados a contribuir con la conservación. Esto parece ser relevante sobre todo en los grupos que están por encima del umbral para la generación de beneficios colectivos.

(12) En el sitio boliviano, las recompensas individuales parecen dar un incentivo adicional para la conservación a los agricultores que son impulsados por el altruismo, complementando de este modo esta norma pro-social.

(13) En ambos sitios, las recompensas parecen posibilitar una dinámica inversa anti-social. En contextos donde la cooperación es muy frágil debido a la presencia de oportunistas, el aumento de los incentivos a nivel individual puede tener un efecto estabilizador debido a la motivación de las personas para adherirse a normas pro-sociales. Esto aumentaría la confianza para la cooperación de los demás y así facilitaría las dinámicas pro-sociales.

Conclusiones

Los resultados indican que generalmente no podemos asumir que los mecanismos externos de recompensa inequívocamente provean a los usuarios de los recursos de incentivos para incrementar sus esfuerzos de conservación. Diferentes sistemas de recompensa influyen en los tipos diferentes de usuarios de los recursos en formas diferentes y complejas, y por lo tanto puede diferir en su eficacia dependiendo del contexto del mercado.

Por ejemplo, en el sitio boliviano se notó que las recompensas colectivas no parecen generar ningún cambio de comportamiento y por lo tanto no son efectivas (aunque este resultado puede también estar relacionado con el nivel de recompensa ofrecido). En el sitio peruano, las recompensas colectivas pueden tener un efecto positivo en la conservación a través de la provisión de beneficios mediante esfuerzos colectivos de conservación, pero al mismo tiempo puede provocar el oportunismo de algunos agricultores. Esto genera una preocupación acerca del efecto de desplazamiento de normas pro-sociales. Por tanto, se debe considerar cuidadosamente el impacto general para la conservación relacionado a los diferentes tipos de comportamiento de los agricultores dentro de las comunidades.

Las recompensas individuales en el Altiplano parecen despertar dinámicas pro-sociales. En el sitio boliviano, parecen proporcionar a los agricultores altruistas de incentivos para aumentar la conservación. En ambos sitios de estudio, estos premios o recompensas parecen ser un medio potencial para estabilizar el comportamiento pro-social, de modo que estos resultados sugieren que las recompensas individuales efectivamente pueden aumentar los niveles de conservación debido a una reversión de la dinámica anti-social.

Resultados:

(1) Los agricultores de las comunidades bolivianas tienen sistemas de producción de quinua más comercializados y asignan una pequeña proporción de sus tierras para la conservación de variedades no comerciales. Ellos confían menos en patrones de acción colectiva y en promedio conservan menos unidades de tierra en el juego de la conservación de la agrobiodiversidad en comparación con los participantes peruanos.

(2) En el sitio peruano, los agricultores con menos recursos (ya sea en términos reales de las explotaciones o de unidades de tierra hipotéticamente asignadas en el juego) contribuyen menos a la conservación. Esto posiblemente se debe a una aversión a la inequidad así como un primer comportamiento de seguridad (es decir, ellos primero tratan de obtener beneficios individuales antes de invertir en proyectos de grupo para asegurar un beneficio en un bien público local). Los grupos heterogéneos conservan menos que los grupos uniformes.

(3) En ambos sitios, los agricultores cooperan incondicionalmente, es decir, que ellos conservan alguna parte de sus unidades de tierra en la primera ronda sin haber conocido el grado de disposición a cooperar por parte de otros miembros del grupo. Este comportamiento es probable que sea impulsado por una combinación de expectativas positivas debido a la confianza en el cooperativismo de los demás, así como el altruismo. Las expectativas desde luego se desarrollan a medida que el juego continúa.

(4) En ambos sitios, los niveles iniciales de conservación en gran medida determinan la conservación en rondas posteriores, por lo que parece que el altruismo juega un papel clave para garantizar la acción colectiva. No hay diferencias en la relevancia de esta norma pro-social en ninguno de los dos sitios.

(5) En ambos sitios, los niveles de conservación oscilan en torno al umbral, por lo que el umbral parece tener un efecto estabilizador en los niveles de conservación.

(6) En el sitio boliviano, el comportamiento de oportunismo estratégico (free-riding) parece debilitar los niveles de conservación en la ronda inicial. En ambos sitios hay un número similar de participantes con un comportamiento de oportunistas (entre 33% y 40%).

(7) En el sitio peruano, hay más participantes que siguen un comportamiento basado en la reciprocidad (el 36 %) que en el sitio boliviano (el 19 %). Esto parecería indicar que el comportamiento pro-social parece ser reducido en contextos de agricultura comercializada. Esto concuerda con las conclusiones que el cooperativismo condicional disminuye con el grado de comercialización a nivel individual (medido por la cantidad de quinua vendida en los mercados) dentro de los dos sitios.

(8) En ambos sitios, el nivel de conservación aumenta significativamente bajo recompensas individuales (en ambos grupos uniformes y heterogéneos), pero las recompensas colectivas sólo parecen tener un efecto facilitador de la conservación en los grupos heterogéneos de Perú. Sin embargo, esta conclusión puede parcialmente indicar que los niveles de recompensa colectiva usados en el juego fueron insuficientes para promover un incremento de los niveles de conservación.

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Estos resultados destacan la importancia de realizar una evaluación cuidadosa de las preferencias sociales existentes de relevancia para el éxito de las instituciones formales (como PSA) traídas desde afuera a la comunidad. Con la creciente aplicación de los esquemas PSA en el campo, hay una necesidad de investigación urgente de estudio específico de sitio, incluso mediante la experimentación en campo, con el fin de ampliar la comprensión de las maneras por las cuales los sistemas de recompensas externas pueden afectar las prácticas de manejo de los recursos existentes, bajo diferentes contextos de mercados y grupos. Esto también es muy importante para ayudar a los tomadores de decisiones a diseñar esquemas de pagos por servicios de conservación de la agrobiodiversidad de tal modo que estos esquemas puedan aprovechar, apoyar y complementar patrones existentes de acción colectiva.

Mayor información y citas completas en:

• Narloch,U.,Pascual,U.andDrucker,A.G.2011.Doexternalrewardscrowdoutcollectiveaction?ExperimentalevidencefromtheAndes.UniversityofCambridge,DepartmentofLandEconomy(Mimeo).

• Narloch,U.,Pascual,U.andDruckerA.G.2010.Pro-socialbehaviourunderexternalrewards:ExperimentalevidencefromfarmingcommunitiesinPeruandBolivia.11thBiennialConference,InternationalSocietyforEcologicalEconomics,22-25AugustOldenburgandBremen,Germany.

El esquema anterior es un componente del programa de trabajo de Bioversity International sobre “Pagos por Servicios deConservación de la Agrobiodiversidad”, el cual es financiado por la Fundación Syngenta para la Agricultura Sostenible (SFSA)yelProgramadelCGIARsobreAcciónColectivayDerechosdePropiedad(CAPRi),yapoyadopor lacolaboraciónconjuntade laFundaciónM.S.SwaminathanparalaInvestigación(MSSRF),India;laFundaciónparalaPromocióneInvestigacióndeProductosAndinos(PROINPA),Bolivia;elCentrodeInvestigacióndeRecursosNaturalesyMedioAmbiente(CIRNMA),Perú;yelDepartamento

deEconomíadeTierrasdelaUniversidaddeCambridge,ReinoUnido.

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