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6 EL PÉNDULO/Diciembre 2000 LAS ANÉCDOTAS DE GRECIA L as anécdotas de Grecia. Macedonia de humor, publicado por la editorial Planeta, es el título del nuevo libro que Ramón Irigoyen ya ha presentado en Madrid, en un acto que presidió el embajador de Grecia en el Círculo de Bellas Artes el pasado día 4 de octubre, San Sebastián, Pamplona, Barcelona y Granada. En fecha no decidida, el libro se presentará en el Instituo Cervantes de Atenas. De las diversas presentaciones se han hecho eco los más variados medios de comunica- ción, desde los telediarios de TVE-1 y de la Televisión Griega, a todos los diarios madrile- ños y de otras ciudades españolas. Ramón Irigoyen nació en Pamplona y residió en Atenas de 1966 a 1969. De 1973 a 1986 fue profesor de Latín del antiguo Colegio Universitario de La Rioja. En 1986 dejó definitiva- mente la docencia para dedicar- se con exclusividad a la literatu- ra. Ha publicado dos libros de poesía: Cielos e inviernos y Los abanicos del Caudillo; un libro de narrativa: Inmaculada Cienfuegos y otros relatos: tres libros de historia: Historia del virgo, La locura de los césares. Las anécdotas de Roma y el actual Las anécdotas de Grecia. Macedonia de humor.; y cuatro libros de recopilación de artícu- los: El humor de los amores, Puñaladas traperas, Madrid. Sus gentes, calles y monumentos y Locas por el ejército. También ha publicado cinco libros de traducciones del griego antiguo y moderno: Medea, de Eurípides; Antología poética, de C.P Cavafis, Ocho poetas griegos del siglo XX, Poemas, de C.P. Cavafis, y Orientaciones, de Odiseas Elitis. -EL PÉNDULO.- De su anterior libro, La locura de los césares. Las anécdotas de Roma, el historiador César Vidal resaltó su lenguaje iró- nico, punzante y amenísimo. Escribio Vidal, en El Mundo, que era “todo un ejemplo de pieza divulgativa, pensada para un arco muy amplio de lectores, pero apoyada en su sólido anclaje documental”. ¿Qué ha pretendido hacer en Las anéndotas de Grecia? -RAMÓN IRIGOYEN.- Siempre que escribo algo -poesía, relatos, artículos o, como ahora, divulgación histórica...- mi única pretensión es siempre escribir lo mejor posible. Trabajo documentado, claro, ágil, y con las mayores dosis posibles de humor. Pero, claro, no me corresponde a mí decir si estas pretesiones de estilo las logro o se quedan en verduras de las eras, que dice Julio Iglesias, digo, don Jorge Manrique. -E.P.- Ya que se pone usted tan humilde, ¿qué es lo peor del libro? -R. I.- Como ya lo digo en el prólogo, lo peor, sin duda, es su título. Las anécdotas de Grecia es un título abusivo. Habría sido un artículo más exacto Las anécdotas de la Grecia antigua. En el mundo occidental, durante siglos, hemos mutilado Grecia ocupándonos, casi exclusivamente, de la Grecia antigua. -E.P.- ¿Quiénes han sido los principales cul- pables de ello? -R.I.- Sin duda, las personas que más han amado Grecia: los propios hele- nistas. En la universidad sólo estudiábamos la Grecia arcaica y la Grecia clásica. Ya la Grecia helenística, que se inicia, en el siglo IV, con Alejandro Magno, se consideraba demasiado moderna y ya no se estudiaba. -E.P.- Y ¿cómo eran considera- das en la universidad la Grecia bizantina y la Grecia moderna, que nace, en el siglo XIX, con la independencia respecto a los turcos? -R.I.- Los griegos bizantinos han sido para la universidad despreciables gitanos; y los grie- gos de los siglos XIX y XX algo, en nuestra cultura racista, toda- vía más despreciable: negros de Harlem. - EP.- ¿Insinúa que los helenis- tas actuales creen que los grie- gos contemporáneos son RAMÓN IRIGOYEN “ El doble significado de la palabra Macedonia - estado político y conjunto de frutas- resulta divertido. No hay que olvidar que los griegos anteriores e incluso contemporáneos de Filipo de Macedonia consideraban bárbaros a los macedo- nios. Desde este punto de vista, el subtítulo Macedonia... en el título Las anécdo- tas de Grecia es una pulla antinacionalista. Luego, los macedonios se heleniza- ron... Y, hace sólo cinco o seis años, los griegos contemporáneos han protestado airadamente porque se ha creado el nuevo estado de Macedonia- que ellos hora consideran como algo exclusivamente griego-, surgido de la desintegración yugoslava.Una entrevista de Roberto Iglesias Fotografías de Jesús Rocandio

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6EL PÉNDULO/Diciembre 2000

LAS ANÉCDOTAS DE GRECIA

Las anécdotas de Grecia. Macedonia dehumor, publicado por la editorialPlaneta, es el título del nuevo libro que

Ramón Irigoyen ya ha presentado en Madrid,en un acto que presidió el embajador deGrecia en el Círculo de Bellas Artes el pasadodía 4 de octubre, San Sebastián, Pamplona,Barcelona y Granada. En fecha no decidida, ellibro se presentará en el Instituo Cervantes deAtenas.De las diversas presentaciones se han hechoeco los más variados medios de comunica-ción, desde los telediarios de TVE-1 y de laTelevisión Griega, a todos los diarios madrile-ños y de otras ciudades españolas. Ramón Irigoyen nació en Pamplona y residióen Atenas de 1966 a 1969. De 1973 a 1986 fueprofesor de Latín del antiguoColegio Universitario de LaRioja. En 1986 dejó definitiva-mente la docencia para dedicar-se con exclusividad a la literatu-ra. Ha publicado dos libros depoesía: Cielos e inviernos y Losabanicos del Caudillo; un librode narrativa: InmaculadaCienfuegos y otros relatos: treslibros de historia: Historia delvirgo, La locura de los césares.Las anécdotas de Roma y elactual Las anécdotas de Grecia.Macedonia de humor.; y cuatrolibros de recopilación de artícu-los: El humor de los amores,Puñaladas traperas, Madrid.Sus gentes, calles y monumentosy Locas por el ejército. Tambiénha publicado cinco libros detraducciones del griego antiguoy moderno: Medea, deEurípides; Antología poética, de

C.P Cavafis, Ocho poetas griegos del siglo XX,Poemas, de C.P. Cavafis, y Orientaciones, deOdiseas Elitis.

-EL PÉNDULO.- De su anterior libro, Lalocura de los césares. Las anécdotas de Roma, elhistoriador César Vidal resaltó su lenguaje iró-nico, punzante y amenísimo. Escribio Vidal,en El Mundo, que era “todo un ejemplo depieza divulgativa, pensada para un arco muyamplio de lectores, pero apoyada en su sólidoanclaje documental”. ¿Qué ha pretendidohacer en Las anéndotas de Grecia?-RAMÓN IRIGOYEN.- Siempre que escriboalgo -poesía, relatos, artículos o, como ahora,divulgación histórica...- mi única pretensiónes siempre escribir lo mejor posible. Trabajodocumentado, claro, ágil, y con las mayores

dosis posibles de humor. Pero, claro, no mecorresponde a mí decir si estas pretesiones deestilo las logro o se quedan en verduras de laseras, que dice Julio Iglesias, digo, don JorgeManrique.-E.P.- Ya que se pone usted tan humilde, ¿quées lo peor del libro?-R. I.- Como ya lo digo en el prólogo, lo peor,sin duda, es su título. Las anécdotas de Greciaes un título abusivo. Habría sido un artículomás exacto Las anécdotas de la Grecia antigua.En el mundo occidental, durante siglos,hemos mutilado Grecia ocupándonos, casiexclusivamente, de la Grecia antigua.-E.P.- ¿Quiénes han sido los principales cul-pables de ello?-R.I.- Sin duda, las personas que más han

amado Grecia: los propios hele-nistas. En la universidad sóloestudiábamos la Grecia arcaicay la Grecia clásica. Ya la Greciahelenística, que se inicia, en elsiglo IV, con Alejandro Magno,se consideraba demasiadomoderna y ya no se estudiaba.-E.P.- Y ¿cómo eran considera-das en la universidad la Greciabizantina y la Grecia moderna,que nace, en el siglo XIX, con laindependencia respecto a losturcos?-R.I.- Los griegos bizantinoshan sido para la universidaddespreciables gitanos; y los grie-gos de los siglos XIX y XX algo,en nuestra cultura racista, toda-vía más despreciable: negros deHarlem.- EP.- ¿Insinúa que los helenis-tas actuales creen que los grie-gos contemporáneos son

RAMÓN IRIGOYEN“ El doble significado de la palabra Macedonia - estado político y conjunto defrutas- resulta divertido. No hay que olvidar que los griegos anteriores e inclusocontemporáneos de Filipo de Macedonia consideraban bárbaros a los macedo-nios. Desde este punto de vista, el subtítulo Macedonia... en el título Las anécdo-tas de Grecia es una pulla antinacionalista. Luego, los macedonios se heleniza-ron... Y, hace sólo cinco o seis años, los griegos contemporáneos han protestadoairadamente porque se ha creado el nuevo estado de Macedonia- que ellos horaconsideran como algo exclusivamente griego-, surgido de la desintegraciónyugoslava.”

Una entrevista de Roberto IglesiasFotografías de Jesús Rocandio

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-R.I.- No, yo creo que, en este punto, loshelenistas de hoy han mejorado muchorespecto a los helenistas de hace cuarentaaños. Los helenistas de hoy se han salvadopor la televisión. Como, por desgracia, devez en cuando, ocurren en Grecia desgra-cias, de las que informan los telediarios, y,afortunadamente, también nos visitanalgunos equipos griegos de fútbol y debaloncesto, los helenistas de hoy ya se hanenterado de que los griegos son blancos.De cualquier forma, esta ya buena infor-mación sobre el color de la piel de los grie-gos no ha tenido ninguna repercusión enlos estudios universitarios de la lenguagriega: en la universidad sólo hay cátedrasde griego antiguo. No hay niguna cátedrade griego moderno. Incluso la llamada pro-nunciación erasmiana del griego es unaantigualla que habría que suprimir.

-E.P.-¿No le parece demasiado fuertedecir esto de los helenistas?

-R.I.- No, en absoluto. Los helenistas sonchicos muy fuertes: basta con asomarse alos temas a los que se dedican...- lingüísti-

ca indoeuropea, arqueología, métrica grie-ga...- para tener seguridad de que puedenencajar todo tipo de críticas. Nunca hayque olvidar que son sabios y que están muypor encima de las críticas de los pobreshumanos.

-E.P.- ¿Cómo están estructuradas Lasanécdotas de Grecia por decirlo con unapalabra -estructuradas- tan gongorinacomo casi inventada en la universidad?

-R.I.- El libro está dividido en dos partes.En la primera parte se cuentan anécdotas -basadas, sobre todo, en las Vidas paralelasde Plutarco- de nueve estadistas, entre losque destacan Solón, Temístocles, Pericles,Alcibíades, Alejandro Magno....

-E.P.- ¿Y la segunda parte...?-R. I.- Reúne anécdotas - basadas, sobre

todo, en las Vidas de los filósofos ilustres,de Diógenes Laercio- de trece filósofos:Tales, Pitágoras - un genio gilipollas-.Heráclito, Sócrates, Platón, Artistóteles,varios filósofos cínicos, Epicuro... y unafilósofa, Hiparquia.

-E.P.- ¿Por qué ese subtítulo de

Macedonia de humor? -R.I.- Por una feliz ocurrencia de Belén

López, editora del libro. El doble significa-do de la palabra Macedonia - estado políti-co y conjunto de frutas- resulta divertido.No hay que olvidar que los griegos anterio-res e incluso contemporáneos de Filipo deMacedonia consideraban bárbaros a losmacedonios. Desde este punto de vista, elsubtítulo Macedonia... en el título Lasanécdotas de Grecia es una pulla antinacio-nalista. Luego, los macedonios se heleniza-ron... Y, hace sólo cinco o seis años, losgriegos contemporáneos han protestadoairadamente porque se ha creado el nuevoestado de Macedonia- que ellos hora con-sideran como algo exclusivamente griego-,surgido de la desintegración yugoslava.

-E.P.- ¿Y el humor?-R.I.- El humor es como el aire: impres-

cindible para vivir. ¿No ve cómo en LaRioja, una región donde siempre se hasabido vivir, hasta los frailes - como el pro-pio Berceo- gastan buen humor?

LAS ANÉCDOTAS DE GRECIA

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LAS ANÉCDOTAS DE GRECIA

Octubre de 1973 es una fecha crucialen la historia de la educación en LaRioja a causa de la llegada del

espléndido humanista, el padre (de una hija)Irigoyen Larrea. Procedía de la Universidad deNavarra, donde estudió filología clásica(según San Mateo). Recaló en aquella univer-sidad hermana, que tantas glorias intelectua-les sigue enviando a La Rioja, tras un fructífe-ro periodo de formación en el SeminarioConciliar de Pamplona, donde, sin duda, suspiadosos profesores forjaron sus muchas vir-tudes. Tantas logró, que no quedó lugar parael vicio, ni en su cuerpo ni en su alma, aunqueél, tiernamente, solía decir que no estaba libreni de polvo ni de paja. Con las solas armas de la filología grecolati-

na, Irigoyen Larrea navegó en su juventud

hacia el Oriente, pero se detuvo antes de lle-gar a los Santos Lugares, precisamente enAtenas. Allí practicó la oralidad –mucho más ymejor que en Pamplona– y al fin pudo compa-ginar lo mucho leído con lo poco experimen-tado, penetrando una y mil veces por los veri-cuetos recorridos antes por los dioses paga-nos. Tuvo tentaciones, sí, pero de todas salióvictorioso. Su fortaleza de espíritu era tal quepodía ceder a ellas, comprobando luego quede esa forma quedaban inmediatamente ven-cidas. Así hubo día que logró cuatro y hastasiete victorias, aunque, humilde y discreto,nunca blasonó de ellas.Tras el largo y duro periodo de formación,

Irigoyen Larrea era ya un hombre hecho yderecho. La Patria le llamaba como a tantosespañoles, pero él, imbuido de la virtud de la

Caridad, cedió su puesto en filas a uno de losmuchos excedentes de cupo. ¡Qué más hubieraquerido Irigoyen Larrea que sumar a su dilata-do curriculum el mérito de soldado! Sinembargo, no cayó en la tentación de la sober-bia. Hoy se sabe que el que fue en su lugar alcampamento de Cerro Muriano se ha jubiladocon el grado de sargento. ¡Qué hubiera sido deél en su Almendralejo natal! ¡Cuánta hambrequitó el ejército popular que hoy desaparece!Esto lo sabía bien el maestro Irigoyen Larrea ylo enseñó con el ejemplo: quitándose de laboca lo que dio a otros, gratis et amore.Su primer puesto –mejor, su primer destino–

lo desempeñó en el Colegio Universitario deLogroño (luego, de La Rioja) en comunión consus hermanos Pedro Arrarás y Aurelio Arteta,recios filósofos de parecidos orígenes y alta for-mación. Había algunas diferencias entre ellos,no obstante. Por aquel tiempo, las teorías deSan Carlos Marx y del Beato Bakunin hacíanfuror entre profesores y discípulos aventaja-dos, lo que era patente en la doctrina deArrarás y de Arteta, pero no tanto en la deIrigoyen Larrea. Éste último era también secre-tamente marxista, pero su mentor ideológicoera un tal Groucho. Hoy sabemos que el mar-xismo de Groucho era una más de las muchasescuelas de que se alimentó la universal doctri-na redentora, pero entonces no estaba muyaceptada. Quizás por eso, tozudo como buennavarro, Irigoyen Larrea perseveró.Descubrió con Aristóteles y Groucho Marx

que era el humor lo que le faltaba al marxismode San Carlos para dar resultados prácticos ycomenzó a experimentar. Por ahí se habíanadentrado ya Groucho y sus hermanos, peroIrigoyen Larrea llevó sus aportaciones teóricasa las últimas consecuencias: las aplicó a lascondiciones objetivas, a la superestructura y ala dialéctica capital-trabajo. En efecto, consi-guió resultados espectaculares. En cuanto pro-vocaba unas cuantas carcajadas se empezabana notar cambios revolucionarios. Por ejemplo:tras varios ataques de risa inducidos porIrigoyen Larrea, se hizo realidad la muerte delcélebre culebrón –no me refiero al deFuenmayor–, cuya vida superaba en longevi-dad a la de Matusalén. Igual suerte corrieronlos dinosaurios de Valdecevillo, los primerosViernes del Mes y la Sección Femenina (facciónPrietas las Piernas). Luego supimos que lacaída del muro de Berlín, que sorprendióincluso a la CIA, fue en parte obra suya. Hastaen los confines de la China se extendió suinfluencia, pues sabido es que los chinos noparan de reír y hablan mil dialectos.

IRIGOYEN LARREA: SEMBLANZA DEL MAESTRO DE INICIANDOS

Por José Luis Gómez Urdáñez

Así, confiado en el éxito, Irigoyen Larreaaplicó el humor a todo: recurría a la gelote-rapia mañana, tarde, noche y madrugada.Y desde luego, la llevó a la didáctica delgriego y del latín. Riendo, leyendo y tradu-ciendo, sus discípulos acabamos apren-diendo diversas lenguas. El maestro siem-pre recomendaba probar varias hasta darcon la que más se adecuaba al pasaje encuestión, a sabiendas de que otro pasajepodía exigir nuevas pruebas. Realmente,practicar el método fue maravilloso.Los riojanos y riojanas que tuvimos la

suerte de ser desasnados por IrigoyenLarrea a la tierna edad de dieciocho o vein-te años recordaremos siempre su cariñosamanera de tratar a los discípulos –mejortodavía a las discípulas: lo digo con envi-dia, obviamente– y la eficacia psicopeda-gógica (y física) de sus métodos lingüísti-cos. Y eso que en aquellos tiempos nohabía medios audiovisuales ni La Rioja eraun “espacio inteligente”. Por no tener, noteníamos ni universidad, ni ordenadores,ni carreras virtuales. Aquellos estudios,que no se llamaban todavía titulaciones,eran a pelo, mediante la técnica del boca aboca y otras tan viejas como el mundo.Entre el “Ilustrad dum vexat” y el enseñardeleitando, el maestro siempre eligió elsegundo método, pues sabía ilustrar ydeleitarse. Sólo un defecto podríamos admitir hoy

del maestro (a la vista de cómo nos ha ido).¡Qué mal nos preparó para el futuro enmateria de Religión! Un aspecto tan impor-tante en la formación de las juventudesfue, sin embargo, descuidado por IrigoyenLarrea. Obsesionado por la filología, pen-saba que su deber como traductor era pro-bar todos los sinónimos, antónimos, inclu-so los barbarismos y los modismos popula-res. En esto, como en todo, era incansable,pero en su virtud anidaba el error. Cuandotopaba en el texto griego o latino con unablasfemia –los clásicos eran paganos lospobrecitos– debía buscar todas las posibi-lidades de traducción. Y ahí brillaba sugenio. Un torrente de formas populares,herencia de la secular tradición navarro-riojana de los carreteros y los arrieros, bro-taba de sus privilegiadas meninges, siem-pre, siempre en beneficio de sus discípulos–y discípulas–, que a veces se atolondrabana causa de la sabiduría del maestro. Tanto se atolondraban, que aún años

después podían dejarse caer una blasfemiadelante de cualquiera sin reparar en quelos que la oían no pensaban que era unatraducción libre de un verso de Catulo,sino una crítica contra el Orden PopularÚnico Subvencionado (OPUS). Tantoaprendieron que no podían escuchar unsermón sin notar algún defecto de traduc-ción. Por ejemplo, oían hablar de las Once

Mil Vírgenes y recordaban al maestro quedemostró que jamás, jamás pudo nadiereunir a tantas. Eran solo seis, por más queel Vaticano no rectifique. ¡Qué sabrán ellosde vírgenes!Reían tanto sus discípulos al salir de las

iglesias, que al fin fueron expulsados, conlo que se inició la actual tendencia a la bajaen la asistencia a los oficios (algo intolera-ble en la España de entonces, desgraciada-mente permitido hoy incluso en las buenasfamilias). Identificado el maestro IrigoyenLarrea como inspirador de tal tendenciafue condenado por la jerarquía a vivir sólode su pluma (o de su pelo, que en esto nosuele hacer distingos, la jerarquía claro,que él sí). Por eso, como tantos otros, se recluyó en

la corte. Privado del contacto con discípu-los –y ¡ay! discípulas–, se refugió en laescritura. Escribió poemas, se asomó a laprensa diaria, tradujo textos griegos, ase-soró a dramaturgos, hasta compuso letri-llas de afamados cantores. Con un talKavafis hizo pareja de hecho en el Parnaso.

Nunca aceptó el puesto de gerente que leofreció una multinacional japonesa dedi-cada al negocio de los preservativos, ni elde jefe de ventas de una empresa gallegade exportación de almejas. De haber conti-nuado en el Seminario de Pamplona,hubiera llegado a cardenal. Méritos, lo quese dice méritos, le sobran todavía hoy, perohumilde como es, nunca aceptaría la púr-pura. Sabido es, además, que no soportaencontrarse con el nuncio.No acumuló más riquezas que las de la

amistad y la inteligencia compartida. Diomucho y recibió otro tanto. Vive, come etfolga, que no es poco hoy en día.

Nota Bene. Ramón, maestro, gracias por las cenas

que me pagaste, por los versos que me leís-te –como sólo tú sabes hacerlo– y, sobretodo, por los cien libros que me dejaste enel verano de 1974. Ni un príncipe delRenacimiento ha tenido mejor preceptorliterario que yo.

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LAS ANÉCDOTAS DE GRECIA