Límite de mi lenguaje como límite de mi mundo · 2 El sistema filosófico es una totalidad...

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Factótum 13, 2015, pp. 45-69 ISSN 1989-9092 http://www.revistafactotum.com Límite de mi lenguaje como límite de mi mundo David Coble Sarro Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid (España) E-mail: [email protected] Resumen: La frase “Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo” de Wittgenstein se ha de interpretar sistemáticamente desde los conceptos primitivos (en el orden constructivo-conceptual) de experiencia, representación y límite, y desde el resto de conceptos fundamentales. Se diferenciará entre forma (manera de combinación) y estructura, y entre la lógica y su aplicación. Los límites de mi lenguaje señalan (muestran) los límites del mundo, que son los límites de la lógica proyectada sobre lo óntico. Palabras clave: Ludwig Wittgenstein, a priori, estructura, forma, lógica, proyección, óntico, composición. Abstract: Wittgenstein's sentence “The limits of my languages are the limits of my word” has to be systematically interpreted from the primitive concepts (in the constructive-conceptual order) of experience, representation, and limit, as well as from the rest of fundamental concepts. It will be differentiated between form (mode of combination) and structure, and between logic and its application. The limits of my language refer to (show) the limits of the world, that are the limits of the logic as projected on the ontic. Keywords: Ludwig Wittgenstein, a priori, structure, form, logic, projection, ontic, composition. 1. Introducción Vamos a hacer el ensayo de interpretar la afirmación de Wittgenstein en el Tractatus: “Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo”. Y para ello hemos de dar una somera y precisa idea de lo que entendamos aquí por una tal interpretación; dilucidando en primer lugar, y de modo preceptivo, que hemos de entender por una interpretación en el ámbito de la filosofía (una idea concisa de interpretación de textos filosóficos), y sobre esta, y desde esta, ofrecer una idea (concepto) de lo que sería una interpretación de la expresión 'los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo', como una aplicación en concreto de nuestro concepto de interpretación. Entendemos que el entendimiento de lo que un autor de filosofía quiera decir (comunicar) con una expresión (o conjunto de expresiones) requiere siempre de una interpretación de tal expresión; y por tal entendemos un reconocimiento de los conceptos aludidos en la expresión, tal cual son ligados en la expresión, y en el marco de una trama conceptual sistemática. Es decir, se tratará de un reconocimiento de una parte de un sistema conceptual y lógico-deductivo (como necesariamente lo es todo sistema filosófico), 1 que se ha de entender a la luz del todo sistemático; de suerte que su interpretación quedará supeditada tanto al reconocimiento del sistema conceptual (totalidad cerrada de conceptos) como al reconocimiento del papel que juegan los conceptos vinculados en la expresión, así como la expresión misma en su condición de afirmación del sistema. Se tratará, pues, de establecer, o cuando menos dilucidar en la mayor medida posible, los conceptos introducidos en las expresiones, y cuál es su posición (y función) exacta en el sistema, o lo que es lo mismo, su relación con el resto de conceptos; y de modo prominente e insoslayable, cuál o cuáles conceptos son los que fundan el sistema (que podrán ser conceptos primitivos o no; y llamo primitivo al que no es definido en el sistema aunque pueda estar definido fuera de él). Los conceptos fundamentales definen, pues, ya 1 Ya que consta de conceptos (como unidades de sentido -cabría decir-) que entran en una trama de relaciones según exigencias deductivas (lógicas) totalmente insoslayables (imperativas), de las que depende la implementación o desarrollo de una totalidad conceptual ya definida en los conceptos primitivos y principios sistemáticos. RECIBIDO: 17-03-2015 ACEPTADO: 04-05-2015 Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015)

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Factótum 13, 2015, pp. 45-69ISSN 1989-9092http://www.revistafactotum.com

Límite de mi lenguaje como límite de mi mundo

David Coble Sarro

Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid (España)E-mail: [email protected]

Resumen: La frase “Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo” de Wittgenstein se ha deinterpretar sistemáticamente desde los conceptos primitivos (en el orden constructivo-conceptual) de experiencia,representación y límite, y desde el resto de conceptos fundamentales. Se diferenciará entre forma (manera decombinación) y estructura, y entre la lógica y su aplicación. Los límites de mi lenguaje señalan (muestran) loslímites del mundo, que son los límites de la lógica proyectada sobre lo óntico.Palabras clave: Ludwig Wittgenstein, a priori, estructura, forma, lógica, proyección, óntico, composición.

Abstract: Wittgenstein's sentence “The limits of my languages are the limits of my word” has to be systematicallyinterpreted from the primitive concepts (in the constructive-conceptual order) of experience, representation, andlimit, as well as from the rest of fundamental concepts. It will be differentiated between form (mode ofcombination) and structure, and between logic and its application. The limits of my language refer to (show) thelimits of the world, that are the limits of the logic as projected on the ontic. Keywords: Ludwig Wittgenstein, a priori, structure, form, logic, projection, ontic, composition.

1. Introducción

Vamos a hacer el ensayo de interpretar laafirmación de Wittgenstein en el Tractatus:“Los límites de mi lenguaje significan los límitesde mi mundo”. Y para ello hemos de dar unasomera y precisa idea de lo que entendamosaquí por una tal interpretación; dilucidando enprimer lugar, y de modo preceptivo, que hemosde entender por una interpretación en elámbito de la filosofía (una idea concisa deinterpretación de textos filosóficos), y sobreesta, y desde esta, ofrecer una idea (concepto)de lo que sería una interpretación de laexpresión 'los límites de mi lenguaje significanlos límites de mi mundo', como una aplicaciónen concreto de nuestro concepto deinterpretación.

Entendemos que el entendimiento de lo queun autor de filosofía quiera decir (comunicar)con una expresión (o conjunto de expresiones)requiere siempre de una interpretación de talexpresión; y por tal entendemos unreconocimiento de los conceptos aludidos en laexpresión, tal cual son ligados en la expresión,y en el marco de una trama conceptualsistemática. Es decir, se tratará de unreconocimiento de una parte de un sistema

conceptual y lógico-deductivo (comonecesariamente lo es todo sistema filosófico),1

que se ha de entender a la luz del todosistemático; de suerte que su interpretaciónquedará supeditada tanto al reconocimiento delsistema conceptual (totalidad cerrada deconceptos) como al reconocimiento del papelque juegan los conceptos vinculados en laexpresión, así como la expresión misma en sucondición de afirmación del sistema. Se tratará,pues, de establecer, o cuando menos dilucidaren la mayor medida posible, los conceptosintroducidos en las expresiones, y cuál es suposición (y función) exacta en el sistema, o loque es lo mismo, su relación con el resto deconceptos; y de modo prominente einsoslayable, cuál o cuáles conceptos son losque fundan el sistema (que podrán serconceptos primitivos o no; y llamo primitivo alque no es definido en el sistema aunque puedaestar definido fuera de él). Los conceptosfundamentales definen, pues, ya

1 Ya que consta de conceptos (como unidades de sentido -cabríadecir-) que entran en una trama de relaciones según exigenciasdeductivas (lógicas) totalmente insoslayables (imperativas), de lasque depende la implementación o desarrollo de una totalidadconceptual ya definida en los conceptos primitivos y principiossistemáticos.

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implícitamente, toda la trama conceptual ylógica (el sistema lógico-conceptual), en loque cabría llamar institución de un espacioteórico en cuanto a su estructura y alcance.2

Es interesante, y necesario en laperspectiva de una investigaciónsistemática, tratar de establecer, y siempreen función del examen semántico de textos(fuentes primarias) en coordinación,3 quéjuicio puede ser considerado como elprincipio del sistema; y desde ese momentotratar de aclarar cómo este cumple su papelen el mismo, revelándose toda laconstrucción como una aplicación de aquelprincipio. También señalar con firmezacuando este no actúa como base -si elexamen de los textos arrojase razonessuficientes-, de modo que pudiera decirseque hay un déficit en su aplicación, lo quecabría entender como una quiebra delsistema (por cuanto este es una totalidadprefigurada en sus principios y conceptosfundantes). Asimismo, han de indagarsecuáles son las principales afirmaciones en elsistema que se derivan de aquel principio, yexponer tal derivación; pero también lafunción y posición de cada afirmación (tesis)en el sistema, lo que equivale a establecersu vinculación lógica (conceptual) respectoal resto, y esto siempre desde el examen delos conceptos a relacionar. Así, elreconocimiento de los conceptos es la tareabásica de la interpretación y entendimientode un sistema filosófico, y por talentenderemos, en concreto, elreconocimiento de lo que en la Lógica serefiere como intensión conceptual; esta es elconjunto de notas conceptuales(características) que definen un conjunto deentidades (extensión conceptual o grupo). Esnotorio y claro que por el reconocimiento deuna intensión se hace posible elreconocimiento de una extensión, y que laintensión es lo que define la extensión, y loque constituye el concepto. Y si bien estopuede resultar algo obvio, no parece

2 El sistema filosófico es una totalidad (unidad) conceptual yteórica que viene definida (prefigurada y en definitivadeterminada) en los conceptos fundamentales y en los principiosdel sistema; pues desde ellos se acota lo que ha de entrar en elmismo, y se define un espacio conceptual que ha de serimplementado en su misma proyección, como ocurre, porejemplo, en la Física donde los principios generales son aplicadoso desarrollados en concreto en cada área particular; esto es loque cabría llamar principio de aplicabilidad y concreción de losprincipios sistemáticos.

3 Como único medio de dilucidar o interpretar correctamente,a título de certeza, o en defecto de evidencia y análisisconcluyentes (deductivamente), a título de interpretacionesracionales y verosímiles, a tenor de consideraciones semánticas ysistemáticas; ya que la lectura aislada de pasajes, suele ser unabase insuficiente para arrojar resultados admisibles (ya a título decerteza o a título de probabilidad o verosimilitud -aceptaciónracional provisional-).

innecesario manifestar tal compromiso,desde que en no pocas exposiciones estatarea, aun presente, no se realiza con elrigor y alcance necesario. Es bastante comúnno distinguir entre definiciones originales ycriterios, que pueden tomarse comoaquellas, cuando en realidad solo dan lugara definiciones derivadas (subsidiarias de lasoriginales).4

En nuestro caso presente trataremos deinterpretar, en el modo indicado, unaafirmación que hace Wittgenstein en elTractatus Lógico-Philosophicus, a saber, “Loslímites de mi lenguaje significan los límitesde mi mundo”. Esta consistiráesencialmente, tal como hemos indicado, enun reconocer la vinculación (dependencia)conceptual que en ella se propone; y ello enuna perspectiva sistemática, a saber, en elmarco del sistema conceptual que puedapresentarse en el Tractatus. Así, lainterpretación ha de ser el reconocimientodel sistema propuesto; que a su vez ha deconsistir en un reconocimiento de susconceptos fundamentales, ya sean primitivos(los de experiencia, representación), o bienno primitivos o definidos en el sistema (losde lo a priori, lógica, sustancia del mundo,forma, objeto, y estructura). Estableceremoscomo idea básica, y de cara a laargumentación y discusión, que la lógica encuanto tal no hace afirmación alguna sobreel mundo ni determina nada por sí misma; lanaturaleza de la lógica queda recogida einstituida por el solo principio de no-contradicción; y si la lógica exige algo en elmundo se debe a que ya se ha filtrado ciertaafirmación sobre el (así por ejemplo, laexistencia de objetos desde el principio deanaliticidad, o sea, desde la exigencia decoherencia en el concepto de análisis).Veremos también el concepto de a priori, yel de lo a priori ligado a aquel (tal cualpuedan estar definidos, si bien o mal), yasimismo cómo pueda caracterizarse elconcepto “lógica” desde él; la lógica será una priori primario, como lo que está antes decualquier otro a priori que no sea la lógica encuanto tal. Lo a priori es un conceptoconstruido sobre el concepto de experiencia,como lo que es independiente de y anterior ala experiencia (ninguna experiencia es apriori, todo podría suceder de otra manera).5

4 Un ejemplo de esto sería la definición de forma comoposibilidad de la estructura (y de estructuración), que es derivadarespecto a la definición original, y auténtica, o sea, la de formacomo manera de combinación. La primera es una determinación,una propiedad, de lo definido en la segunda.

5 Es es un enunciado obvio, y en rigor, analítico en sentidokantiano; pues en el concepto de experiencia ya está incluido elconcepto o propiedad de no ser a priori (la experiencia es pordefinición lo a posteriori).

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Para Wittgenstein no es posible elconocimiento a priori (de lo a priori), pues loa priori será o bien lo dado antes de laexperiencia (hechos en cuanto verdaderos ofalsos) y así, la lógica, la forma del mundo, yel espacio lógico.6

Si hay o no una posición realista(Realismo),7 es una cuestión muy batallonaque quizá no tenga una respuesta conclusivay definitiva, sea la que fuere; desde que enel Tractatus no hay elementos de juicio, queen su totalidad y coordinación, seansuficientes. Podría admitirse como conclusiónfirme que la representación lo es de unarealidad independiente (pues el «solipsismollevado hasta sus últimas consecuenciascoincide con el realismo»),8 pero estodependería de dar todo el peso de laargumentación a a esa expresión. El tonogeneral de las proposiciones del Tractatusparece ser el del Realismo, tomados almargen de la expresión susodicha; además,el Realismo parece ser lo más probabledesde que se acepta la lógica como parte delo a priori (de lo que es independiente de laexperiencia),9 junto a la substancia delmundo (necesidad de objetos yestructuración), y desde que cabe hablar deun determinismo lógico, al mismo tiempoque de un determinismo onto-lógico delcorrelato de la representación; o sea, desdeque el relativismo lingüístico quedadesenmascarado como un relativismoontológico. Desde aquí se comprendería quelos límites del lenguaje signifiquen los límitesdel mundo, en un sentido realista.

No es claro de suyo cómo pueda ellenguaje condicionar (limitar) el mundo, y endefinitiva la realidad y el mismo espaciológico (espacio del sentido), sino en tantoque los signos (bajo el imperio o proyección

6 En rigor Kant introduce el concepto de lo a priori (comocorrelato del concepto validez a priori o representación a priori)como lo anterior e independiente de toda experiencia intuitiva (cf.:«Sólo podríamos saber a priori que un pensamiento es verdaderosi por el pensamiento mismo (sin objeto de comparación)resultara recognoscible su verdad.» T, 3.05) y solo después sobreeste concepto así definido, lo caracteriza o determina, primerocomo algo formal y luego como algo subjetivo, o quizás conambas determinaciones en una misma argumentación(justificación).

7 Recordemos para evitar posibles malentendidos: la tesis deque hay una realidad independiente de y anterior larepresentación, que por lo tanto es descubierta en pero noconformada en la representación.

8 «Se ve aquí cómo, llevado a sus últimas consecuencias, elsolipsismo coincide con el puro realismo. El yo del solipsismo secontrae hasta convertirse en un punto inextenso y queda larealidad con él coordinada.» T, 5.64. Esto aparece como algovago, y difícil de interpretar sino imposible; pues no se dan másconceptos en un análisis, ni mayores explicaciones que lo que semuestra en el texto citado.

9 O sea, de toda experiencia posible.

de la lógica10) ponen un límite a lo quepueda ser representado (una limitaciónsígnico material ‒cabría llamarla‒). Lainvestigación dará como resultado que los'límites de mi lenguaje significan los límitesde mi mundo' ha de interpretarse (y solopuede interpretarse bajo consideracionessistemáticas) como que el mundo, comoobjeto de representación, es una parte de larealidad, y que el límite de la representación(del lenguaje) señala, o refleja como sucorrelato, el límite de lo representado, o sea,la realidad y el espacio lógico (en tantopuede admitir se que sea representado dealgún modo); señala pues lo pensable oposible o totalidad del sentido, y la realidadcomo esa misma totalidad en cuantoverdadera o falsa. El límite de lorepresentable (objeto de representación) eslo pensable o posible (el sentido o totalidadde sentido), y a este apunta el límite dellenguaje como instrumento derepresentación. Pero, aún más, veremos queel lenguaje (en sus límites globales comosistema) apunta a la lógica en su aplicación(óntica), y en ultimo término a la lógicamisma; esta es la que determina laexistencia de nombres y de objetos (desdelos postulados de analiticidad y deisomorfía); de modo que se dilucida elsentido en que el lenguaje determina elmundo: una determinación ontológica, y, endefinitiva, una determinación lógica. Ensuma, si cabe hablar de determinación dellenguaje sobre el mundo, ha de admitirsecomo base una determinación ontológicasobre el lenguaje. La existencia de objetospara que los nombres tengan correlato y lasproposiciones sentido es más una imposiciónsobre el lenguaje que una imposición dellenguaje.

El determinismo del lenguaje entendidodesde la noción de uso social (convencional-operacional) de los signos (nombres yproposiciones) no estorba el determinismológico-óntico de base (desde el principio deanaliticidad); y veremos que desde esanoción de uso descriptivo no se pone enclaro la posición idealista (no realista) delTractatus, sino que el Realismo o bien quedaadmitido definitivamente, o bien, al menos,como posibilidad admitida más o menosvagamente y con más o menso probabilidad.En todo caso observaremos un nivel deabstracción propio en los conceptos y susimplementaciones; que nos darán la baseconceptual adecuada (los distintivos tipos dea priori, substancia, representación) para

10 O sea, el principio de no-contradicción, o exigenciamáximamente abstracta de coherencia en las afirmacionesónticas.

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intentar dilucidar sistemáticamente elsentido del vínculo, ya identidad yaequivalencia de los límites, y eldeterminismo que parece sugerir laexpresión de marras.11

2. Lo a priori, la lógica, y la substanciadel mundo: los objetos

El Tractatus Lógico-Philosophicus esesencialmente un tratado sobre lógica, talcomo indica su mismo título; si bien seríamás adecuado decir que es uno sobre onto-logía, ya que si la lógica es como el telónúltimo o instancia última, con todo el tratadose revela como una exposición sobre laconstitución lógica del sentido y de larealidad; es decir, nos habla de modoexplícito de la aplicación de la lógica, almismo tiempo -si bien, de modo implícito, ogeneralmente implícito- de lo que sea lalógica en cuanto tal.

La aplicación de la lógica decide quéproposiciones elementales hay. Lo quepertenece a la aplicación es cosa que lalógica no puede anticipar. Esto es claro: lalógica no puede chocar con su aplicación.Pero la lógica ha de tocarse con suaplicación. La lógica y su aplicación, pues,no pueden invadirse una a otra.(Wittgenstein, Tractatus, 5.557)

O sea, la lógica no es lo mismo que suaplicación; nos expone cómo se configuranla realidad y el mundo (y el sentido mismo)desde la aplicación de la lógica, y endefinitiva qué es la lógica en cuanto tal almargen de su aplicación. Para entender loque sea la lógica ha de entenderse lo quesea lo a priori, pero, también al revés: lo apriori solo puede entenderse desde, aunqueno solo de, el concepto “lógica”. Y podemosseguir sosteniendo que lo a priori es unconcepto anterior (en el orden constructivo-conceptual) al de la lógica, que se nos revelacomo un a priori primario. Asimismo, ambosconceptos son clave para entender lasexpresiones “proposición sin sentido”-sinnlos- y “elucidatoria” (cf. SanfélixVidarte, 2008: 7 y 13): “los límites de milenguaje significan los límites de mi mundo”.

Así se entendería el determinismo dellenguaje sobre el mundo (y el sentido) comoun determinismo óntico, y en definitiva,

11 El límite de mi lenguaje no podría ser igual al limite de mimundo en el sentido de ser el mismo límite pues se trata de doslímites (numéricamente dos); se trataría o bien de dos límitesequivalentes, o bien de dos límites iguales (específicamente, ensu carácter). Nuestro resultado final será que la expresión demarras nos habla de dos límites iguales en cuanto expresan unúnico límite esencial (el que impone de modo esencial la lógica).

lógico; uno que introducen los postulados deanaliticidad del lenguaje y de isomorfismo,que en suma responden a una exigencialógica (de coherencia, como rasgo esencial ydefinidor de la lógica).

Wittgenstein se pregunta: ¿Existe algo apriori en el mundo? Es decir, se plantea sihay algo que ya viene dado antes del mundoy de su representación. Lo a priori sería loanterior a toda representación, no solo a laexperiencia, y lo anterior a nuestrarepresentación (a toda representación); y endefinitiva, sería, lo que determina y ponelímites a nuestra representación, y, ensuma, a nuestra posibilidad de representar.

Lo a priori12 y la lógica son conceptosque Wittgenstein introduce como próximos aprimitivos en el orden constructivo-conceptual;13 y lo a priori puede entendersecomo un concepto fundamental respecto dela lógica y puede ser considerado como sufundamento y carácter básico. Lo a priori esdefinido como lo que es independiente de laexperiencia y es anterior a esta; pero, enrigor, como lo que es anterior y determinatoda representación (experiencia o no). Asínos dice:

Esto aclara la cuestión de por que lasproposiciones lógicas no pueden serconfirmadas por la experiencia, comotampoco pueden ser refutadas por ella.[...], sino que tampoco debe poder serconfirmada por ella. (Wittgenstein,Tractatus, 6.1222)

También nos dice a continuación que:

Esto guarda relación con el hecho deque ninguna parte de nuestra experienciaes tampoco a priori. Todo lo que vemospodría ser también de otra manera. Engeneral, todo lo que podemos describirpodría ser también de otra manera. No hayorden alguno a priori de las cosas.(Wittgenstein, Tractatus, 5.634)14 O sea, «a priori» hace referencia en

primer lugar a la experiencia, pero, en rigor,a toda representación; se refiere, en la citaanterior, a la experiencia, en cuanto no está

12 Lo a priori no es una expresión que aparezca en elTractatus, pero esto no impide que de algún modo se introduzcaun concepto que podría ser referido por tal; y, además, comoconcepto próximo a los primitivos, lo que vamos a justificar.

13 En el orden de construcción de los conceptos, o sea, de sudefinición. El concepto de experiencia es primitivo, junto al derepresentación, pues desde estos se definen los de a priori, y elde lógica.

14 Pero también: “No existe una figura verdadera a priori.” T,2.225, “Un pensamiento correcto a priori sería un pensamiento talque su posibilidad condicionaría su verdad. ” T, 3.04, y “Todoinferir sucede a priori”, T, 5.133.

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dada de antemano, antes de la propiarepresentación. La experiencia es lo quevemos y lo que describimos, que es el ordende cosas que nos encontramos ydescribimos, y que nunca puede ser unorden a priori; de modo que lo a priori es loque viene dado antes de todo orden decosas, o sea, antes de toda representaciónde un orden de cosas (experiencia). Noobstante, en la expresión «No hay ordenalguno a priori de las cosas», “a priori” serefiere a la experiencia, a la parte delmundo; pero el sentido implícito es el dealgo anterior a toda representación engeneral, ya sea un hecho, ya un hecho encuanto meramente posible (un sentido comoparte del espacio total del sentido). Lacuestión de si podemos conocer algo a priori(tener una verdad a priori, o, creer algo apriori, o, inferir a priori), e distinta de la desi podemos tener una representación apriori (al margen de su verdad o falsedad, y,así, de si hay conocimiento o no con ella).15

El espacio lógico es una condición derepresentación, pues como totalidad desentido dada a priori, es el marco dondecada proposición representa un estado decosas (o combinación de tales).16 Así, elespacio lógico será parte de lo a priori, perocomo totalidad no es algo representado sinomostrado; es lo que ostenta cadaproposición y cada sentido particular posible,que si es algo a priori y representado, puespuede hacer figura a priori de la realidad,precisamente en cuanto sentido, en cuantomera posibilidad, como parte del espaciológico.17 El espacio lógico será algo a priori(totalidad del sentido posible) y dependiente

15 Adelantando un tema, puede sostenerse (de modoverosímil, y no zanjando el asunto) que el espacio lógico es partede lo a priori, pero es algo que se muestra en cada proposición,pues como totalidad del sentido es el fundamento y marco de laproposición (de un sentido individual posible). CuandoWittgenstein afirma es que no puede haber una figura verdaderaa priori, admite que pueda haber una figura a priori, pero parecereferirse a sentidos individuales posibles; cada proposiciónrepresenta un estado de cosas posible (con independencia deque sea verdadero o falso), o sea, representa su sentido, puesno otra cosa es el sentido. Lo que no puede ser dicho(representado), y sólo puede ser mostrado, es la forma lógica(forma de figuración); y el sentido es el estado de cosas posible,en cuanto posible, y en cuanto posee (y ostenta) una formalógica. Por tanto, las formas de las proposiciones no son algo quese figure, como cabría esperar si se establece un paralelo con laarmazón del mundo, representable mediante el conjunto de lasproposiciones lógicas (“Las proposiciones lógicas describen elarmazón del mundo o, más bien, lo representan.” T, 6.124).También cabe esperar que las proposiciones lógicas representan,cada una por separado, una cierta relación formal entreestructuras -proposiciones-; pero para representar esta parecenecesario poder representar cada forma proposicional (cadaforma lógica). ¿Incoherencia,pues?

16 Como veremos con detalle y justificaremos, la proposiciónrepresenta un estado de cosas posible, precisamente como partedel espacio lógico, o sea, como parte de la totalidad de losestados posibles.

de la lógica, que es lo a priori primario,puesto que la lógica es condición de sentido,precisamente desde que es condición formalsuprema de estructuración (combinación oconexión), o sea, en el sentido preciso deque es condición de la forma -forma lógica-.La forma lógica –como justificaremos– es lamanera que en que se conectan los objetos.Cada forma lógica como manera decombinación (conexión) ha de ser una partede lo a priori, y además ha de ser una partedada antes de todo estado de cosas posible,y en general antes del espacio lógico; ya quela forma es (tiene la propiedad de ser) la“posibilidad de la estructura”, o sea, de laconexión o combinación de objetos. La formadetermina, pues, la posibilidad de lopensable y lo posible, determina la totalidadde los estados de cosas posibles en cuantoposibles (el espacio lógico).

La substancia del mundo es un conceptofundamental para entender lo que sea ellímite de lo representado, y de la totalidaddel sentido (espacio lógico), y así, paraentender la identidad de los límites de larepresentación con los límites de lorepresentado, y en qué sentido puede ellenguaje determinar el pensamiento y elmundo. En principio el concepto “substancia”parece coincidir con el de lo a priori, o bienparecen ser equivalentes; ya que lasubstancia del mundo es definida como “loque persiste independientemente de lo quees el caso” (T, 2.024); si bien, lo queWittgenstein parece indicar es el conceptode substrato, algo que subyace a loscambios, y tiene la propiedad de persistir através de estos. La substancia es el conceptode lo que subyace y permanece; respectodel mundo es algo que subyace y es estable,común, algo fijo y persistente de mundo amundo: “El objeto es lo fijo, persistente; laconfiguración es lo cambiante, inestable” (T,2.0271); y “Es forma y contenido” (T, 2.025)lo que ha de interpretarse como que lo quesubyace y persiste son tanto los objetos, enel sentido de que siempre han de darseobjetos, como la conexión de estos (pues losobjetos solo pueden darse, y pensarse, enconexiones),18 en el sentido de que siempreha de haber conexiones, de ahí que se digaque la substancia es el objeto; en suma, traslos objetos y las configuraciones cambiantespersiste la configuración misma y la

17 Lo a priori se refiere a lo anterior a la experiencia, que es larepresentación en cuanto verdadera o falsa, o sea, en cuantocomparada con la realidad. “Representación” es un concepto másamplio que el de “experiencia”.

18 Cf. T, 2.0121: “Que las cosas puedan ocurrir en estados decosas, es algo que debe radicar ya en ellas […] tampocopodemos representarnos objeto alguno fuera de la posibilidad desu conexión con otros.”

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presencia de objetos; y solo así, cabeentender que la substancia sea forma ycontenido.

Habrá de establecerse si lo a priori y lasubstancia del mundo son conceptosequivalentes, es decir, si refieren el mismoobjeto (si tienen la misma extensión). Ellodependerá de lo que se entienda por espaciológico, pues se hará claro que ni el mundo nila realidad pueden ser parte de lo a priori. Elresultado será que el espacio lógico nopuede ser parte de la substancia del mundo,pues esta es la forma que ha de compartirtodo mundo, y por ello es la forma de larealidad, y del espacio lógico. La realidadengloba a todos los mundos posibles, puesen todo lo que no es el caso pero es posibleestá comprendido todo mundo. En suma, lasubstancia del mundo cabe pensarla como lasubstancia de la realidad y del mismoespacio lógico; ya que lo que persiste y escomún a todo mundo es la exigencia deobjetos y conexiones. El mundo es una partede la realidad, del mismo modo que paraLeibniz la serie actual de composibles es unaentre la totalidad de series (mundos)posibles.19

¿Qué son los objetos? ¿cómo sonintroducidos? ¿qué relación guardan con lo apriori, y con la substancia del mundo? Losobjetos son los elementos de la realidad ydel sentido, lo simple en la realidad, aquellode lo que se componen los estado de cosas;por tanto, son lo simple en el ámbito óntico.Son introducidos como correlato de losnombres, que son los elementos (entidadessimples) de la proposición; desde que elpostulado de la analiticidad del lenguaje (delanálisis completo) exige la aceptación designos simples últimos. Pero esto es unaexigencia de la lógica (exigencia decoherencia), que toma el concepto deanálisis, y establece que de haber análisis hade ser completo, y un análisis completo(real) ha de terminar en entidades simples(nombres).20 Por otra parte no es solo el

19 Hay una clara coincidencia a este respecto. Leibniz sostieneque la realidad es lo posible, o sea, la totalidad de lo posible; todolo posible exige existir, pero no todo existe, solo existiría un seriede composibles, la que comporta mayor perfección o grado derealidad.

20 Cf. T, 3.201: “Llamo “signos simples” a estos elementos, y ala proposición, “completamente analizada”. Cf. Hierro Sánchez-Pescador (1997): “Los elementos últimos de la proposición sonaquellos signos simples a los que hemos llegado cuando lahemos analizado del todo”. Según Wittgenstein (T, 3.2-3.202),estos signos son nombres. Cf. T, 3.203: “El nombre significa(bedeutet) el objeto, y este es su significado (Bedeutung)”. Cf.Lombardi (1999: 58): “Wittgenstein recupera su antiguoargumento: "[…] Así pues, la pabra 'Nothung' debe desapareceren el análisis del sentido y en su lugar deben entrar palabras quenombren simples. A estas palabras las llamaremos con justicianombres genuinos" (IF 39)”.

análisis completo del lenguaje lo que sepone en juego desde el principio, comosostienen Hierro y Lombardi, sino más biensería el análisis completo en sentido general(óntico), desde que Wittgenstein admiteimplícitamente que si existe el complejo (locompuesto) ha de existir lo simple.21 En ellenguaje es la exigencia de un sentidopreciso la que determina al exigencia departes simples en el lenguaje. Por tanto, hade haber un análisis completo del lenguaje,por que el lenguaje, como algo compuesto(como todo compuesto), solo puede existirdesde la existencia de lo simple (partessimples del lenguaje). En este nivel de lateoría se trata de justificar la necesidad deobjetos, es decir, la introducción delconcepto objeto; y se hace desde elconcepto de análisis completo y desde elmismo concepto de lo complejo; no se tratade ver cómo realizar el análisis completo (cf.Lombardi, 1999: 62), para establecer losobjetos en concreto. El análisis completo dellenguaje es no solo postulado sinojustificado teóricamente en un nivel muyabstracto de la construcción conceptual delTractatus: desde el concepto de finitud(límite) de la complejidad de lo complejo,desde el mismo concepto complejidad. Losobjetos que puedan existir en concreto semuestran en los usos convencionales ysociales de los signos mismos, así como laexistencia de estos mismos signos simples.22

En rigor, el concepto fundamental es el deexigencia de precisión en el sentido; y estoes una exigencia simbólica, o delpensamiento; es decir, se trata de unaexigencia psíquica, y hasta biológica -cabríadecir-. La introduccción de los objetosresponde a la exigencia de sentido preciso.23

Por tanto, los objetos (su necesidad) noson introducidos con la introducción delprincipio de isomorfía y la doctrina de lareferencia, que, al combinarse con elprincipio de analiticidad aplicado al lenguaje,exige la introducción de objetos como

21 Cf. T, 3.23: “La exigencia de la posibilidad de los signossimples es la exigencia de la precisión del sentido.”

22 En suma: 1º) Principio óntico general o principio deanaliticidad de lo óntico: lo compuesto exige lo simple (límite en lacomponibilidad y en la descomposición); 2º) el lenguaje (algocomplejo) para existir y cumplir su función representativa(representación sígnica), ha de constar de partes (signos)simples; 3º) estas partes simples ha de ser nombres (teoríareferencialista del significado de Russell), pues solo los nombrestienen referencia y no sentido (el sentido implica un signocomplejo, ya una descripción, ya una proposición); 4º) los objetos(entidades simples) son lo significado por los nombres (nopueden ser descritos, ni definidos, solo referidos, y, en definitiva,mostrados en el uso social de los nombres).

23 Esto suena claramente a la idea de Nietzsche de unanecesidad biológica de ver unidades en la realidad, o sea, defingir cosas o unidades de sentido.

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correlatos de los nombres;24 pues los objetoses lo primero en ser introducido, y losnombres lo segundo, desde los objetos(como su correlato conforme al principio deisomorfía). Veremos en qué sentido estosprincipios (postulados básicos) junto a lanoción de uso descriptivo del lenguaje(defendida por Ruiz Abánades),25 permitenhablar de una determinación del lenguajesobre el mundo, y en concreto si ladeterminación de la que habla RuizAbánades es suficiente y sostenible; o sea,un sentido que sólo se funda en le noción deuso descriptivo y social de los nombres.Veremos que no.

El objeto es la substancia del mundo,pues su existencia (presencia) es lo fijo ypersistente de mundo a mundo (de realidada realidad), pues todo mundo requiere dealgunos objetos, aunque estos seandiferentes. Además, este conlleva laconexión, pues no hay objetos al margen deconexiones de objetos; de modo que elcontenido se da junto con la forma, pues nohay objeto sin conexión (cf. T, 2.027: “Lofijo, lo persistente y el objeto son uno y lomismo.”). Pero esta substancia es algo apriori, pues si subyace y persiste tras lasconfiguraciones ha de de ser algoindependiente de lo que es el caso(configuraciones dadas), y no en vano senos dice que es lo que persisteindependientemente de lo que es el caso. Elobjeto es, pues, pues la sustancia del mundoes materia y forma, y los objetos son lasubstancia del mundo. La materia de lasubstancia del mundo es la necesidad deobjetos (que tenga que haber objetos oentidades ónticas simples), y la forma de lasubstancia es la necesidad de conexión delos objetos (que tenga que haberconexiones); pero en el objeto por sunaturaleza ya se da como contenido y comoforma (necesidad de conexión), por lo que elobjeto es la sustancia del mundo (contenidoy forma). Coincidimos, pues, con Lombardien que el objeto, como substancia, es algofijo, y en el sentido de que no haya unamisma colección de objetos fijados paracada mundo (cf. Lombardi, 1999: 61). Perono admitimos que los objetos sean algopuramente lógico, una mera posibilidad, ocomo «nudos de una red» («puntos delespacio lógico»);26 pues la expresión “algopuramente lógico” es ambigua; es cierto si

24 Entidades simples o átomos del lenguaje, que solo tienenreferencia y no sentido, y es lo único que puede, por tanto, serparte simple del lenguaje, signo simple.

25 Cf. Ruiz Abánades (2009: 75): “Cabe entender así por quéen el Tractatus sólo tienen sentido las proposiciones declarativas:porque son las únicas verificables, y es este el rasgo distintivo deeste juego.”

por ella se entiende que solo es la lógica(principio de no contradicción o exigencia decoherencia) lo que interviene; pero el casoes que los objetos son entidades ónticas, yno es la sola lógica la que interviene, sino lalógica aplicada al mundo en un sentidoontológico (máximamente general), al exigirque han de existir entidades simples(objetos).27 Los objetos pueden ser puntos onudos del espacio lógico, pero no parecenser algo “puramente lógico”; de hecho,Wittgenstein sostiene que son las entidadessimples que han de existir como parte de larealidad, habida cuenta de que existe locomplejo. Se trata de que estos objetos sonalgo introducido como partes de la realidad ydel sentido, independientemente del sentidorealista o idealista que pueda tener o notener; con justificación o sin ella, con éxitoteórico o no, el caso es que Wittgensteinintroduce los objetos como partes derealidad, precisamente como partes simples,y así no son postulados como «algo algopuramente lógico», como sostieneincorrectamente Lombardi.

Por otra parte, como sostiene Lombardi,ha de considerarse que “En la medida en quehaya objetos complejos, debe haber objetossimples, pues de lo contrario” (Lombardi,1999: 58), porque solo si existen los objetoslas proposiciones elementales pueden llegara tener sentido por sí mismas, sin necesidadde recurrir (ad infinitum) a otras paraestablecer su sentido y verdad/falsedad.28

Esto parece ser una razón secundaria para laintroducción de los objetos, añadida alpostulado de analiticidad (si existe locomplejo existe lo simple como sucondición). Por tanto, también desde estohabrá de discutirse en qué sentido cabríahablar de un determinismo lingüístico.

Asimismo, Wittgenstein nos dice que elobjeto es la forma del mundo. El concepto“substancia del mundo” es equivalente alconcepto “forma del mundo”; ya que laforma del mundo es lo que el mundo real

26 Cf. Lombardi (1999: 71): “Un objeto es una entidadpuramente lógica que pertenece al plano de lo posible y no al delo existente. […] Los objetos son los nodos de una red lógica, los“puntos” del espacio lógico compuesto por todos los estados decosas.”

27 O sea, la lógica, en sí misma, se reduce al principio decoherencia, y no hace afirmación óntica alguna sobre el mundo;sólo la hace en el sentido de exigir coherencia una vez hecho unaafirmación óntica.

28 Cf. Lombardi (1999, 58): “En otras palabras, si no sepostularan ciertos Objetos últimos en conexión directa con losNombres […] ninguna proposición podría expresar algo definido:el sentido de la proposición S1 dependería de la verdad de otraproposición S2, y así ad infinitum.” Esto es lo que Wittgensteinafirma en T, 2.0211, y es coherente con la afirmación de que laposibilidad de que exista precisión en el sentido depende de laexistencia de partes simples en la proposición (lenguaje).

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(actual y existente) tiene en común con todootro mundo posible (en el espacio lógico yrealidad), o , sin más, es lo común entre losmundos posibles. La forma del mundo comoestructura sería, a tenor de la definición deforma, la manera como se combinan todaslas entidades del mundo; pero Wittgensteinse refiere a la forma como algo común, loque tienen en común cualquier mundoposible, de modo que esta ha de ser -cabeinterpretar- la posibilidad de estructura, perono la manera de combinarse sino lanecesidad de que haya combinación. Laforma del mundo es la posibilidad del mundo(estructura), y de todo mundo (todaestructura), la condición de existencia decualquier mundo posible, por lo que ha deinterpretarse como la substancia del mundo,puesto que la posibilitad de estructura (y lanecesidad de combinación), es lo quepersiste y lo fijo de un mundo a otro. Laposibilidad de estructuración es lo común,porque es lo que exigen los objetos, y todomundo ha de estar constituido por objetos(que son simples, elementos del mundo).29

Es manifiesto que por muy diferentedel real que se piense un mundo ha detener algo en común con él —una forma—.(Wittgenstein, Tractatus, 2.022)

Esta forma fija está constituida por losobjetos,30 o como Wittgenstein también dicees la “forma del objeto”, pero no la formaque tiene el objeto (que es simple), sino laforma como la posibilidad de estructura, quese introduce como parte del concepto objetoen cuanto que necesita estructurarse(conectarse) con otros objetos para poderdarse. Esto es lo que puede llamarseexigencia de estructuración, que es afirmadade un modo implícito y casi enigmático -pococlaro-; es lo que se afirma de modo crípticoal afirmar que “la forma del objeto es laposibilidad de su ocurrencia en el estado decosas” (T, 2.0141), y que “el objeto es lofijo, persistente; la configuración es locambiante” (T, 2.0271), y al decir que “Lasubstancia del mundo sólo puede determinaruna forma y no propiedades materiales.Porque éstas sólo vienen a ser

29 O sea, es la unidad o entidad mínima no descomponible enotras. Esto es al parecer lo que ha motivado hablar de “atomismológico”, pero cabe interpretar que los objetos solo caben llamarseátomos lógicos en el sentido de que han de conectarse, y puedenconectarse, con otros objetos, conforme al principio de nocontradicción (exclusión). Se trata de un átomo ante todo en unsentido óntico (átomo óntico), y se habla de atomismo lógico en elsentido de que es por exigencia lógica (de coherencia) por lo quese postulan los objetos. En suma, “átomo” es un concepto ónticodeterminado por la lógica; y ha de verse en qué sentido.

30 Cf. T, 2.023: “Lo que constituye esta forma fija sonprecisamente los objetos.”

representadas por las proposiciones, sólovienen a ser formadas por la configuraciónde los objetos.” (T, 2.0231).

En definitiva, y de modo claro, la forma(de cualquier entidad, no solo objetos) es laposibilidad de estructuración, ya que, pordefinición, es la manera de combinarse losobjetos.31

La forma es la posibilidad de laestructura. (Wittgenstein, Tractatus,2.033)32

3. La lógica, el espacio lógico y la realidad

Podemos admitir que la lógica es algo apriori, pero cabe y debe preguntarse si esclaro lo que sea la lógica, y así la expresión'la lógica es a priori'; ya que no viene dadode un modo trivial cuál es el conceptomanejado. En un primer momento podríaparecer que estaría constituida porproposiciones (las proposiciones o leyeslógicas) que no dicen nada sobre el orden delas cosas, sino sobre la red (toda red) quehaya de describir ese orden o cualquierorden posible (realidad); o sea, sobre laspropiedades estructurales (formales-lógicas)que ha de presentar toda representaciónsobre la realidad, y, como veremos, todaproposición como figura y signo depensamiento y de la realidad. Así, afirma:

Las proposiciones de la lógica, pues,no dicen nada. (Son las proposicionesanalíticas.) Las teorías que presentan unaproposición de la lógica como llena decontenido son siempre falsas.(Wittgenstein, Tractatus, 6.011 y 6.111)

Así, la lógica, según parece a botepronto, es caracterizada como algo a priori,a saber, el conjunto de proposicioneslógicas; por cuanto estas tienen una valideza priori, que deriva del hecho de que sóloexhiben explícitamente relacionesestructurales posibles entre posiblesproposiciones sobre la experiencia:

De ello resulta que podemos pasartambién sin las proposiciones lógicas, yaque en una notación adecuada podemosreconocer las propiedades formales de lasproposiciones mirando simplemente esas

31 Cf. T, 2.031: “En el estado de cosas los objetos secomportan unos con otros de un modo y manera determinados.”

32 Las proposiciones y los pensamientos que representantambién tendrán una forma o posibilidad de estructuración; queno será sino la posibilidad de relaciones estructurales con otrasproposiciones y pensamientos.

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proposiciones. (Wittgenstein, Tractatus,6.011 y 6.122)

Lo cierto es que, tras un análisis de latrama conceptual y en rigor, por 'lógica' nopuede entenderse el conjunto deproposiciones lógicas, o sea, leyes lógicas;estas no dan lo que en rigor cabe llamar'lógica' -y que Wittgenstein admite de modoimplícito-, a saber, la exigencia ocompromiso de coherencia (no-contradicción) en las afirmaciones ónticas y,en general, sobre el sentido; pues las leyeslógicas son proposiciones onto-lógicas, en laque hay presuposiciones ónticas, si bien muygenerales, y en general, sobre laconstitución del sentido.

En la lógica nada es casual: sí la cosapuede ocurrir en el estado de cosas, laposibilidad del estado de cosas tiene quevenir ya prejuzgada en la cosa.(Wittgenstein, Tractatus, 2.012)33

Un somero examen de las leyes lógicasbasta para confirmar el concepto lógica dadoimplícitamente, y ya dado con los conceptosde objeto y estado de cosas (conexiones).Así, por ejemplo, a→b, a, ├ b (modusponens), es una “ley lógica”, que nos diceque admitidos la entidad a, y que a implicab, entonces ha de admitirse b; donde se veclaro que se aplica el principio de coherencia(principio de no contradicción) a las dosprimeras premisas combinadas, pero que lalógica en cuanto tal (como principio decoherencia) no dice cómo haya de estarformado el mundo (ni el sentido); la lógica,en sí misma, nunca afirmaría que hubieraentidades de algún tipo, ni que unas sesiguieran de otras; tan solo nos obliga aafirmar algo después de haber hecho unasafirmaciones previas (después de unasposiciones ónticas y compromisos en elsentido, es un compromiso a mantener esoscompromisos ónticos). Las mal llamadasleyes lógicas serían algo en lo que-digamos- se proyecta34 la lógica, o que lalógica llena; pero solo después de llenar-digamos- el espacio básico del sentido, los

33 Es decir, para el observador atento y con un mínimo deanálisis (descomposición) conceptual, se hace claro que aquí seda ya el concepto lógica, o sea, el de no contradicción, pues lacosa (objeto) conforme a su naturaleza (propiedades) determina apriori aquellos conexiones en las que puede entrar (las cosas conlas que puede conectarse porque las propiedades de estas noson excluyentes con las de la primera). Aquí, subyace comopresupuesto implícito el concepto lógica.

34 Wittgenstein no usa esta expresión para describir la«aplicación» de la lógica (principio de coherencia en loscompromisos ónticos- de sentido); la usa en otro sentido, noobstante, con la cautela oportuna, resulta útil para ayudar aentender esta aplicación.

objetos y la necesidad de conexión (lasubstancia del mundo), o sea, lospresupuestos ónticos generales. Laproposición elemental es un presupuesto yaonto-lógico, ni meramente lógico, nimeramente óntico. Todo esto es lo que RuizAbánades admite más o menosimplícitamente cuando comenta laproposición 5.557 del Tractatus:

La aplicación de la lógica decide quéproposiciones elementales hay. Lo quepertenece a la aplicaciónnes cosa que lalógica no puede anticipar [...]» diciéndonosque «la lógica sólo funciona si se le dandeterminadas proposiciones elementales,pero qué proposiciones elementales ledamos a la lógica para que opere con ellases cosa que no depende de la propia lógica.(Ruiz Abánades, 2009: 79)

pero esto es confundente, pues lo queWittgenstein implícitamente y de hechosostiene es que la aplicación de la lógica (yno la mera lógica, coherencia) al lenguajedetermina la necesidad de objetos y susconexiones, pus al lógica (coherencia) almargen de lo óntico, de toda aplicación nodetermina nada.

Pero el caso es que el concepto queWittgenstein pueda en definitiva dar no esalgo fácil de reconocer; y quizás no bastecon decir que es un principio o exigencia decoherencia al establecer el sentido; pues lacoherencia misma no tiene sentido ni cabidaa no ser que se admita siempre algo que seponga bajo coherencia; o sea, la coherenciaes siempre coherencia de algo, y enconcreto, es coherencia en los objetos y susconexiones (es decir en la aparición de losobjetos). De modo que la lógica sería algoque no puede concebirse al margen de algoque pueda resultar coherente (el sentido, lasconexiones), y así siempre supondríaontología en general. Cuando dice que “lalógica trata de cualquier posibilidad y todaslas posibilidades son sus hechos” (T,2.0121), habría que entender posibilidadcomo algo que requiere ya de unaspresuposiciones ónticas (que hay ciertosobjetos y conexiones), y así, que la lógicaes, en definitiva, onto-logía; por tanto uncompromiso de coherencia con uncompromiso óntico de base y como correlato(precisamente como sustrato decoherencia). No obstante, en el análisisconceptual, cabe distinguir el compromiso decoherencia en cuanto tal del compromisoóntico (que conlleva el primero), y puededecirse que la lógica como compromiso decoherencia es independiente de y anterior a

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todo compromiso óntico, ya comocompromiso óntico particular, ya comocompromiso óntico en general, o sea, de quehaya un compromiso óntico cualquiera. Lalógica por sí no lleva a un compromiso óntico(por sí misma no se aplica), sino, que es elcompromiso óntico el que requiere laaceptación y aplicación de la lógica. Así, quela lógica trate de cualquier posibilidad no eslo mismo que decir que la lógica es todaposibilidad; Wittgenstein sugiere que lalógica es algo previo a todo compromisoóntico y posibilidad, precisamente como lacoherencia que es condición de todaposibilidad. En definitiva el propioWittgenstein diferencia la lógica de suaplicación; la lógica es algo distinto de lasposibilidades de la que trata; y así, de suaplicación, pues la posibilidad es algo dondese aplica la lógica.35 Por otra parte, tambiénsostiene que “algo lógico no puede sermeramente posible” (T, 2.0121); con lo queparece decir que la posibilidad, que aquísería este algo lógico (algo en lo que seaplica la lógica) ha de ser algo además deposibilidad, y verosímilmente habría deinterpretarse como que es algo que tieneque ser parte de la realidad.36 O sea, lo quees posible (un estado de cosas, o unacombinación de tales) o se da o no no se da,es necesario que o se de o no se de; ya quelo posible como lógico (no contradictorio),no necesariamente ha de darse (constituir elmundo o totalidad de los estado de cosasque se dan efectivamente).37

Esto parece no tener importancia, peroresulta necesario para establecer de quémanera pueda decirse que la lógica es algo apriori (y así, que tienen validez a priori);pues es claro que Wittgenstein presenta lalógica como algo a priori, como cuando dice:“La lógica está antes de toda experiencia”(T, 5.552), o bien “Que la lógica sea a prioriconsiste en que nada ilógico puede serpensado” (T, 5.4731). De aquí puedededucirse que la lógica es la condición delpensamiento y del sentido, y así unacondición (¿formal?) de coherencia; y esteconcepto explicaría en parte la afirmación:

35 No es seguro que pueda recrearse con exactitud lo queWittgenstein pueda querer decir; con todo, esta interpretación nosparece la más verosímil, y cabe admitirla aún a título provisional.Por tanto, aunque la lógica conlleve necesariamente, comocorrelato, un compromiso óntico (y en general, de sentido), lomejor sería decir que la lógica conlleva una ontología, pero loóntico no es algo que en rigor pertenezca a la lógica, sino quesería algo en que se aplica o de lo que trata.

36 La posibilidad sería parte del espacio lógico (totalidad delsentido) y Wittgenstein afirmará que lo posible ha de ser endefinitiva, algo real (parte de la realidad), o sea, algo que se da ono se da efectivamente.

37 Cf. T, 2.04: “La totalidad de los estados de cosas que sedan efectivamente es el mundo.”

Las proposiciones lógicas describen elarmazón del mundo o, más bien, lorepresentan. No “tratan de nada”.(Wittgenstein, Tractatus, 6.124)

O sea, en rigor y contra Wittgenstein, noes que las proposiciones lógicas no traten denada, sino que no dicen cómo estáconstituido el mundo en cuanto a quéobjetos y conexiones haya de haber, solodicen que han de existir objetos yconexiones entre estos (de modo quedescriben el armazón del mundo, pero no elmundo); en definitiva, afirman que ha dehaber una cierta armazón o modo deconstitución; en suma, son proposicionesonto-lógicas, donde se introducenafirmaciones ónticas, esto es, que hayobjetos (algún tipo cualquiera de entidad -talcomo hemos argumentado y establecido másarriba-), y que estos se conectan. Estas sonafirmaciones ya ónto-lógicas, pues -como elmismo Wittgenstein sugiere- la existencia (ysu posibilidad misma) de objetos y deconexiones de estos está supeditada a lalógica, a la condición de no excluirse(contradicción); y una proposición lógica espor añadidura onto-lógica, desde que retomaposiciones ónticas (en general de sentido), ya la coherencia -digamos- en un primer nivelse añade la coherencia en un segundo nivel:se daría proposición elemental (conexión deobjetos) y en cada proposición molecular,38

y, por ende, en cada ley lógica.39

Así, resulta claro que la lógica (elconcepto mentado por tal expresión) esdistinto al concepto mentado por laexpresión 'ley lógica' (o 'proposición lógica');y desde aquí se puede entender cómo lalógica es condición del sentido (de laposibilidad de estados de cosas). Estopermitirá entender que la lógica da un límiteabsoluto o global a lo que puede serpensado, o sea, al espacio lógico, y desdeaquí al limite del lenguaje como límite de larepresentación de aquel espacio; pero lo daen cuanto determina la existencia de objetos(¿en sentido realista?) y de sus conexiones,o sea, el sentido en cuanto constituido desdela suposición onto-lógica fundamental: la

38 Es, como se aprecia comunmente, una Función lógica deproposiciones elementales, constituida desde operaciones lógico-sintácticas. Sería una combinación-conexión de proposicioneselementales desde operadores lógicos.

39 En cada objeto, en el sentido de que todo objeto requierepara poder existir presentarse en conexión con otros objetos (yademás solo puede ser pensado en tal conexión); y la conexiónestá sujeta a la condición de coherencia (no pueden combinarseobjetos que se excluyan, pues esto sería como admitir queexistirían y no existirían al mismo tiempo).

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necesidad de objetos (que son simples),40 yde sus conexiones. Este determinismo lógicose daría en parte por medio del lenguaje,desde los postulados de analiticidad dellenguaje y de isomorfía del lenguajerespecto de la realidad.

Pero la lógica, así entendida (de unmodo cabal), no da el concepto de lo a priorien su totalidad, ya que el concepto de lo apriori solo se ve ejemplificado por la lógica(como tipo de a priori), pero no integradoúnicamente por esta. Wittgenstein, loejemplifica de nuevo, y lo reafirma, desde elconcepto de geometría, ,que no sería unmétodo lógico como la aritmética; y alpresentar a la geometría como algo (una reddescriptiva peculiar) que tiene validez apriori, de modo que lo que tiene validez apriori (con anterioridad e independencia dela experiencia) es algo a priori, una parte deuna esfera que es independiente de laexperiencia (de todo conocimiento orepresentación en cuanto verdadera o falsa).Pues no otra cosa se deduce de que suspropiedades puedan establecerse a priori.Así lo sugiere Wittgenstein:

Aunque en nuestra figura las manchasson figuras geométricas, la geometría nopuede, sin embargo, obviamente, decirnada sobre su forma y posición efectivas.Pero la red es puramente geométrica,todas sus propiedades pueden indicarse apriori. (Wittgenstein, Tractatus, 6.35)

A ello aún habría que añadir el espaciológico, como parte de la esfera de lo a priori(opuesta a la esfera de las cosas dadas osusceptibles de darse en la experiencia). Elespacio lógico ha de ser, por coherencia, lamisma realidad en cuanto considerada comopuramente posible; o sea, es aquello a loque apunta, sino en primera lugar, sí demodo esencial el pensamiento. La realidadcomo totalidad puede ser pensada, pues ellenguaje en su totalidad es la totalidad deproposiciones con sentido (que ostentan unsentido o estado de cosas posible en cuantoposible) ya verdaderas ya falsas; pero lo queno puede ser representado es el espaciológico, totalidad del sentido que oficia detrasfondo, pues no puede serlo cada sentidoparticular (cada estado de cosas en cuantomeramente posible), que solo se muestra.

La proposición determina un lugar en elespacio lógico. La existencia de este espaciológico viene garantizada únicamente por laexistencia de las partes integrantes, por la

40 Cf. T, 2.02: “El objeto es simple.”

existencia de la proposición con sentido.(Wittgenstein, Tractatus, 3.4)

Que el espacio lógico sea algo a priori yno representable cabe reconocerlo másfácilmente cuando nos dice: Cualquier cosaestá, por así decirlo, en un espacio deposibles estados de cosas” (T, 2.013). Portanto, el sentido de la proposición consentido ha de ser el estado de cosas posibleen cuanto meramente posible (la meraposibilidad), y este es una parte del espaciológico; y la proposición con sentidodetermina un lugar en este espacio alofrecer un sentido, pero ellas mismas no esuna parte de este espacio (pues es una merafigura).41 Desde aquí se puede entender queel espacio lógico ha de ser una parte de laesfera de lo a priori, que coincide con lo queno puede ser representado y se muestra enla representación, aunque solo sea porquees palmario que el espacio lógico comototalidad de lo posible (en cuantomeramente posible, en cuanto posibilidadpura) es algo que ha de existir conanterioridad a independencia de laexperiencia (orden de las cosas o mundo).42

Cada sentido particular, estado de cosasposible y hechos en general, es lago a priori,y parece que puede ser representado desdeque Wittgenstein nos sugiere que lo posibleen cuanto tal, puede ser representado apriori, pues no es considerado en cuantoverdadero o falso.43 Lo que no puede darsees una figura verdadera a priori, porque ellosería admitir una proposición (de un hecho,lo que es el caso) como si su verdad(correspondencia) fuese dada a priori, puesesto supondría que el hecho mismo esnecesario o a priori y no parte de laexperiencia, pero la experiencia puede sersiempre de otra manera; y lo que sí puedeser a priori es la figura (representación) porcuanto refiere un estado de cosas posible encuanto posible (el pensamiento de la meraposibilidad). Así el espacio lógico, comoesfera de lo posible, puede ser a priori, perono algo representable. Si se admite que cadasentido particular lo es, ya no se cumpliríaaquello de que todo lo a priori solo semuestra; por tanto, el sentido no es algoque se represente.

41 O sea, una representación sígnica figurativa.42 O sea, siguiendo el desarrollo conceptual de Wittgenstein

(que no es necesariamente el desarrollo según un orden literal otextual) el orden de cosas es el mundo o totalidad de los estadosde cosas efectivos, de lo que es el caso o totalidad de los hechos.

43 Es decir, en cuanto es o no parte de la experiencia; o si sequiere, de la realidad y el mundo (ser parte de la realidad seríaconsiderarlo como verdadero o falso, y como parte del mundohabría de ser una representación verdadera, auténtica.

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No existe una figura verdadera apriori. (Wittgenstein, Tractatus, 2.225)

La realidad en cuanto totalidad de losestados de cosas posibles en cuanto se dano no se dan, y por tanto, totalidad de lo quepuede ser representado, podría serinterpretada erróneamente como parte delespacio lógico; se ve claro el error desde loya dicho, donde se ha de apreciar que larealidad es algo distinto de esa totalidad encuanto meramente posible (con indiferenciaa su darse o no darse);44 y así, solo difierenrespecto al modo de considerar el objeto, noen el objeto mismo (aunque cabríaargumentar que algo como mera posibilidadya es un objeto distinto). La deducciónpuede realizarse desde la definición derealidad en combinación con el siguientepasaje:

La figura representa el estado de cosasen el espacio lógico, el darse y no darseefectivos de estados de cosas.(Wittgenstein, Tractatus, 2.11)

O sea, representa lo real (la realidad) enel espacio lógico. Por tanto, el sentido, elestado de cosas en cuanto meramenteposible, se muestra en la proposición, comola misma forma lógica; esta es algo a priori,como condición del sentido, manera decombinarse y así posibilidad de la estructurao conexión (pues la conexión no es más quela estructura misma).45

Asimismo, las proposiciones de la lógica,en su totalidad, nos dan una «figuraespecular del mundo»;46 o sea, nos dan laarmazón del mundo, que ha de ser la tramade relaciones entre las formas que presentanlos estados de cosas; puesto que toda leylógica representa una relación entre formasde conexión. Es coherente sostener quetambién definen el armazón lógico delmundo y del espacio lógico y el de larealidad, desde que las relaciones entreformas se refieren en definitiva a todaconexión, no solo a las conexiones que sedan (las que constituyen el mundo).Wittgenstein sugiere que el armazón lógicose proyecta y articula en torno o en base ala proposición, y, así, determina el espacio

44 Cf. T, 2.06: “El darse y no darse efectivos de estados decosas es la realidad.”

45 Desechamos nuestra primera hipótesis, que sostenía quecada estado de cosas (y hecho) en tanto sentido (algomeramente posible) puede ser representado.

46 Cf. T, 6.13: “La lógica no es una teoría sino una figuraespecular del mundo. La lógica es trascendental.” Si bien escierto que con esta expresión Wittgenstein introduce una nuevaconfusión ente conceptos; pues la lógica es condición derepresentación, no esta misma o algún tipo de esta.

lógico; según cabe interpretar, las leyeslógicas que constituyen el armazón delmundo, limitan y establecen la totalidad delos estados (conexiones) posible, pues laconexión de estas conexiones expresada enlas leyes lógicas restringe las conexionesmismas (los estados); el armazón lógico entorno a la figura es, precisamente, elconjunto de relaciones con otrasproposiciones que una proposición ha decumplir. Así se ve que el armazón lógico entorno a la figura determina el espacio lógico(como totalidad de estados posibles):

El armazón lógico en torno a la figuradetermina el espacio lógico. La proposiciónatraviesa el espacio lógico entero.(Wittgenstein, Tractatus, 3.42)

Wittgenstein nos dice: “La lógica no esuna teoría sino una figura especular delmundo. La lógica es trascendental” (T,6.13).47 Aquí con la expresión 'lógica' ha dereferirse al conjunto de leyes lógicas, que eslo se ordinariamente se entiende por talexpresión en la teoría lógica; o sea, unconjunto de leyes formales, al nivel másabstracto, en las que se relacionanproposiciones. Estas ‒según Wittgenstein‒no dicen nada del mundo, pero no obstante,este conjunto de proposiciones es lo queconstituiría una figura especular del mundo,lo que representando las leyes (su totalidad)darían la armazón del mundo; y así, unafigura especular del mundo sería -cabeinterpretar- una figura del armazón delmundo, pues esta armazón es lo que elmundo refleja.

El concepto proposición lógica guardarelación, ha de guardarla, con el concepto de«intuiciones a priori», y así habría de serexpuesto a propósito de este; así, porejemplo, respecto del principio decausalidad.48 Este, como otros por el estilo,que no son leyes (proposiciones generales)que describen el mundo sino la forma deestas leyes; pues con esto quiere indicarseque las leyes no son sino proposicionesgenerales, y lo que se mal llama proposición(por la urgencia de referirse de algún modoa esas entidades) no puede ser proposiciónalguna. Así Wittgenstein afirma que elprincipio de causalidad no es una proposiciónque describe el mundo sino una descripción

47 Esta afirmación -aquí adelantada, por exigencias deargumentación y discusión- la veremos con más detalle alconsiderar las proposiciones de la matemática y las proposicionesde la ciencia natural, pero ante todo al considerar el concepto deproposición que ofrece Wittgenstein.

48 Tal como hemos ya asentado, las leyes lógicas son un apriori derivado y dependiente, por lo menos en gran pa,rte, de lasintuiciones a priori (piénsese, por ejemplo en el Modus Ponens).

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de la forma que ha de tener cualquier redque queramos utilizar para describir elmundo (una descripción de la descripción delmundo). El principio de causalidad, portanto, tiene un carácter de necesidad y tieneuna validez a priori que le viene de sucarácter de condición formal de larepresentación (descripción) del mundo. Así,nos dice “La ley de causalidad no es una ley,sino la forma de una ley” (T, 6.32).49 Esteprincipio y otros son partes integrantes de laesfera de lo a priori, entendido como lo quees independiente de la experiencia, yademás sería un a priori de carácter formalpor cuanto como principio señala la forma enque se han de dar las conexiones entre lascosas; o sea, constituye una determinaciónde la forma lógica que han de presentar loshechos, que así no podrán presentar unaestructura o configuración cualquiera entresus objetos. La forma que da la ley decausalidad es una condición formal para laforma del estado de cosas (lo queWittgenstein refiere como forma lógica); ysería una forma lógica, esto es, con carácterlógico, como toda forma de cualquier tipo(pues toda forma, como modo decombinación posible ha de ser lógica).50

El estado de cosas es la conexión oconfiguración de los objetos (cosas); es, portanto un tipo y caso concreto de estructura,a saber, aquella donde se combinan objetos.Para los que el poder conectarse con otrases esencial, pues no se podrían dar, de nodarse en conexión con otras. Así, las cosasrequieren de estructuración (requieren deotras cosas -de relación y compañía, cabríadecir-); la forma que es (determina) laposibilidad de estructuración (estructura,conjunto de cosas conectadas), ha de seresencial al objeto mismo; o sea, la condiciónde estructuración (conexión) es condición delobjeto, y así se habla de la forma del objetocomo de la forma lógica. Pero la forma lógicano parece coincidir con la forma del mundo,sino que sería su fundamento, si la forma delmundo es la sustancia del mundo; la formalógica del mundo sería la forma comoarmazón del mundo, la formacorrespondiente a la totalidad de estados de

49 Cf. T, 6.35-6.361: “Leyes como el principio de razón, etc.,tratan de la red, no de lo que la red describe. Si hubiera una leyde causalidad podría rezar así: «Hay leyes naturales». Pero, porsupuesto, tal cosa no puede decirse; se muestra. En el modo deexpresión de Hertz cabría decir: sólo son pensables conexioneslegaliformes.”

50 La forma que expresa, por ejemplo, el principio decausalidad, es un modo de combinación, pero -digamos- a unnivel mas menos abstracto que el de forma lógica de la realidad;es un especificación según un principio a priori de la forma lógica,y da así una categoría o tipo de esta. Es claro que en hay unacoincidencia con el planteamiento de Kant.

cosas y sus conexiones entre sí, lo que serefiere como armazón del mundo, que vieneconstituido por el conjunto de leyes lógicas.Esto es así desde que los estados de cosasadmiten una trama de conexiones entre sí,trama que se efectúa de una manera, y,según parece y es verosímil, admite elconcepto de forma; y esto desde que elconcepto de forma es el de una manera decombinación, y una posibilitad de estructuracualquiera (un estado de cosas, unaproposición, una estructura de proposicioneso teoría, etcétera).

El estado de cosas es una conexión deobjetos (cosas). (Wittgenstein, Tractatus,2.01)

Poder ser parte integrante de unestado de cosa es esencial a la cosa.(Wittgenstein, Tractatus, 2.011)

Considérese también:

Parecería algo así como un azar que ala cosa capaz de darse de modo efectivopor sí misma le correspondieraposteriormente un estado de cosas Que lascosas puedan ocurrir en estados de cosas,es algo que debe radicar ya en ellas. […] Aligual que no podemos en absolutorepresentarnos objetos espaciales fuera delespacio, ni temporales fuera del tiempo,tampoco podemos representarnos objetoalguno fuera de la posibilidad de suconexión con otros. (Wittgenstein,Tractatus, 2.0121)

O también:

Si conozco el objeto, conozco tambiéntodas las posibilidades de su ocurrencia enestados de cosas. (Cualquier posibilidad deeste tipo debe radicar en la naturaleza delobjeto.) (Wittgenstein, Tractatus, 2.0123)

Desde aquí se entendería que la realidades el conjunto o totalidad de los estados decosas (conexiones o configuraciones)posibles, suma de los que se dan (se handado o están por darse y constituyen elmundo) y los que no se dan (los que no sehan dado, ni se dan, ni se darán, y queconstituirían otros mundos); y ello conformea la naturaleza de los objetos, pues solo enesta naturaleza radican sus posibilidades deconfiguración, y en definitiva coincidiría-verosímilmente con esta-; así nos dice:

El darse y no darse efectivos deestados de cosas es la realidad.(Wittgenstein, Tractatus, 2.06)

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La realidad incluiría tanto a los estadosque se diesen o fueran el caso como aaquellos que siendo posibles no fueran elcaso, o, como también dice Wittgensteinconfundentemente, hechos positivos yhechos negativos: “el darse y no darseefectivos de estados de cosas es la realidad”.

Asimismo, el estado de cosas que se daefectivamente es lo que es el caso o elhecho, y así la totalidad de los hechos (loque es el caso) es el mundo.51 Así el espaciológico sería el espacio de las posibilidades encuanto tales, puras posibilidades, que oficiacomo espacio previo (metafísicamente cabríadecir) donde se ha de instituir la realidad. Aello contribuye la afirmación de que hayhechos positivos y negativos:

Llamamos hecho positivo al darseefectivo de estados de cosas; al no darseefectivo, hecho negativo. (Wittgenstein,Tractatus, 2.06)

De esta suerte, la aplicación (oproyección) de la lógica sería en primer lugaruna proyección que determina lascondiciones ónticas máximamente generales(la substancia del mundo); el espacio lógicoes el resultado de la aplicación de la lógica ala esfera del ser, desde la sustancia delmundo hasta las intuiciones a priori, lasleyes lógicas, y el armazón del mundo, quees finalmente el soporte inmediato delespacio lógico; de modo que cabe ver uncurso y graduación de carácter metafísico ‒podría decirse‒ en lo que Wittgenstein llamaaplicación de la lógica.

Con nuestra interpretación de laexpresión 'espacio lógico', damos unconcepto (delimitado en su intención y baseconceptual) que nos permite dar unainterpretación sistemática y satisfactoria dela 'aplicación de la lógica', y un conceptoespecificado de esta que incluye suimplementación (modo y estructura de laaplicación-proyección), aunque Wittgensteinsolo emplee el término 'proyección' para larelación mundo-lenguaje. Creo haberexpuesto razones suficientes para admitir,pese a la apariencia inicial que pueda darse,que por 'lógica' Wittgenstein refiere unconcepto de lo primario y puramente formal(exento de toda consideración óntica enconcreto), como condición de sentido, o sea,de suposiciones ónticas (como son, porejemplo, los objetos y los estados de cosas

51 Cf. T, 1: “El mundo es todo lo que es el caso.” Cf. T, 1.1: “Elmundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.” Cf. T, 1.11:“El mundo viene determinado por los hechos, y por ser éstostodos los hechos.”

posibles; es decir, el concepto de coherencia(de exigencia de tal) en la estructuración(combinación de entidades cualesquiera). Sibien este concepto apunta a la exigencia deestructuración, esta no parece ser parte delconcepto (de coherencia), a pesar de que serequiera de algo que se preste a lacoherencia. Así las cosas, la lógica sería endefinitiva y en esencia la exigencia(principio) de no-contradicción.

La afirmación de que la lógica “Estáantes del cómo, no antes del qué” (T,5.552), en la combinación (análisis) de losconceptos, y en la combinación de lospasajes, tiene ‒cabe pensar como tesis muyplausible‒ poco peso; la lógica también hade estar antes de qué (de lo óntico), ya que“La lógica trata de cualquier posibilidad ytodas las posibilidades son sus hechos” (T,2.0121), “Que la lógica sea a priori consisteen que nada ilógico puede ser pensado” (T,5.473), “La lógica llena el mundo; los límitesdel mundo son también sus límites” (T,5.61), marcan el sentido general ypreponderante. La lógica es lo a prioriprimario o fundamental, como base del restode lo a priori, y en definitiva, de los estadode cosas efectivos o no.52

4. La lógica, el pensamiento y la proposición (el lenguaje) como medios de representación

Wittgenstein introduce ‒si bien de modotácito e implícito, pero reconocible‒53 elconcepto genérico de representación (comoprimitivo, junto al de experiencia), en el que-cabría decir- algo cualquiera está por algocualquiera (en un cierto sentido); desde elque establece una estructura o sistema(teoría) de la representación respecto alespacio lógico y la realidad. De modo quehemos de considerar cómo desde este puede

52 Llegamos a la conclusión de que se establece distintaspartes de lo a priori: lo a priori primario, constituido por la lógica;lo a priori secundario o la substancia del mundo (que subsume laforma del mundo y la forma lógica -de la proposición-), donde solose considera la onto-logía en cuanto tal (compromiso óntico-lógico general, la exigencia de objetos y sus conexiones); lo prioricomo intuiciones a priori (descripción de la red descriptiva -ej.principio de causalidad-); lo a priori como leyes lógicas, o seacomo leyes óntico-lógicas (dadas por la substancia del mundo ylas intuiciones a priori); lo a priori como armazón del mundo (dadopor las leyes lógicas en cuanto conectadas); lo priori como elespacio lógico, la totalidad del sentido o de lo pensable o posibleen cuanto tal, no en cuanto o verdadero o falso (dado por los apriori anteriores junto a contenidos); lo a priori , o cada sentidoparticular que se muestra en cada proposición.

53 Esto es, reconocible vía deductiva desde los conceptos quecabe interpretar como sus tipos, y desde expresiones explícitas(como 'representar' y 'representación'), así, por ejemplo, en T,4.125‒4.126, 4.4611, 2.11, 2.15, 2.174, 2.201, 2.202.

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darse una interpretación sistemática de laequiparación (identidad delos límites).54

La lógica y el espacio lógico (como lasustancia del mundo, las intuiciones a priori,las leyes lógicas y la armazón del mundo,que operan como intermediarios) han de sercondiciones a priori del pensamiento de larealidad y de la realidad misma; la lógica porcuanto da la condición suprema de no-contradicción,55 y el resto de a prioris comocondiciones óntico-lógicas sucesivas. Ha deindagarse en qué sentido concreto soncondiciones óntico-lógicas, si lo son ensentido subjetivo trascendental kantianodando entrada a un idealismo trascendental,o bien si son subjetivas trascendentales perono en sentido realista (clara y decididamenterealista); y aun todavía, si puede hablarsede un «lingualismo crítico» o «criticismolingüístico» al modo de Stenius.

Lo que sea la lógica en cuanto tal (almargen de su aplicación) ha quedadoclaramente establecido. Ahora es tiempo deconsiderar lo que sea el espacio lógico desdelos conceptos de pensamiento y proposición,así como desde el de representación que,como una panorámica más general, englobaa aquellos; y desde los subconceptos o tiposde proposiciones (de la ciencia natural,proposiciones lógicas -ahondando en lo yadicho-, y proposiciones matemáticas); peroasimismo desde los de representaciónsígnica y representación simbólica (signo ysímbolo), y representación figurativa y nofigurativa, como tipos de representaciónasociables entre sí para dar entrada anuevos tipos (subtipos).56 El espacio lógicoes condición óntica lógica del pensamientode estados de cosas efectivos no (en cuantoson el caso o no son el caso), precisamentecomo el espacio total del sentido, de laposibilidad pura. Desde aquí podremosapreciar, en parte, el sentido en que lalógica y el espacio lógico son condiciones derepresentación, y más aún, cómo el que losean pueda dilucidar el sentido de laequiparación de los límites. La lógica definelo que es pensable en su totalidad, pues

54 Del límite del lenguaje (mi lenguaje) con el límite del mundo(mi mundo); ya no se ve cómo se pueda dar una interpretaciónsistemática fuera de este concepto y su implementación. Se trataen definitiva de dilucidar cómo la representación del mundo pormedio del lenguaje condiciona la representación del mundo, ydesde aquí tratar de entender aquello de «el mundo es mimundo».

55 O sea, el principio de no-contradicción al que Wittgensteinno hace alusión explícita, pero que no obstante es tomado comoorigen y centro de la lógica, pues las condiciones estructuralespuras, las formas dadas (en el sentido de relaciones entreestructuras) en las proposiciones lógicas, sólo cabe pensarlascomo aplicaciones inmediatas de tal principio.

56 Así la proposición sería una representación sígnica y a lavez figurativa, pero quizás un tipo, no todas ellas.

fuera de esta nada puede ser pensado; asíes la condición formal y suprema delsentido; pero también lo es el espacio lógicocomo totalidad del sentido, que ya vienedada antes de todo pensamiento(representación y experiencia); si bien, estedepende de las leyes lógicas que loinstituyen, desde que aplican la lógica(coherencia) a las suposiciones ónticasmáximamente generales, o sea, que hayobjetos (entidades simples) y que estosobjetos se estructuran o bien en conexionessimples o inmediatas (estados de cosas), obien en conexiones mediatas además deinmediatas, o sea, estos estados de cosascombinados entre sí desde operadoreslógicos (que tienen a la base suposicionesónticas). Así, la proposición a→b (siendo a yb proposiciones elementales o no), supone elprincipio de causalidad, que sería una ley deleyes, o mejor, la forma de las leyes (formade las descripciones generales, referente asu posibilidad, y que es la posibilidad deestas leyes).57 Esta suposición óntica esanterior a las leyes lógicas, pues es su basemisma; y junto a la de la existencia deobjetos, y la lógica (coherencia), constituyeel espacio lógico (totalidad del sentido, delos estados de cosas posibles y suscombinaciones).

La proposición es una representaciónsígnica y a la vez figurativa del pensamiento,y desde este, de la realidad y del mundo(como parte de realidad); pero también,verosímilmente, del espacio lógico. El signoy el símbolo se distinguen -segúnWittgenstein- por ser dos formas derepresentación, o sea, por apoyarse larepresentación en dos lugares diferentes; enel signo la representación se apoya en loarbitrario (y accidental) que varía de unlenguaje a otro, y las definiciones son reglasde traducción entre signos y lenguajesequivalentes.58 Así nos dice que “signo es losensorialmente perceptible en el símbolo” (T,3.32), y que “el signo es ciertamentearbitrario” (T, 3.333), con lo que hacereferencia al pensamiento como lorepresentado en primera instancia, a losconceptos que pueden ser representados porel mismo signo, como los conceptos deexistir y tener una cualidad con la palabra

57 Cf. T, 6.32: “La ley de causalidad no es una ley, sino laforma de una ley.” Cf. T, 6.34: “Todas aquellas proposiciones,como el principio de razón, de la continuidad en la naturaleza, delmínimo gasto en la naturaleza, etc., etc., todas ellas sonintuiciones a priori sobre la posible conformación de lasproposiciones de la ciencia”. Se mantiene, pues, el concepto deforma y su propiedad esencial de ser posibilidad de una conexióncualquiera.

58 Cf. T, 3.343: “Definiciones son reglas de traducción de unlenguaje a otro.”

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'ser'.59 En suma, hace referencia a losimbólico, y esto es el pensamiento.

La proposición es una representaciónsígnica (¿un tipo de tal?), ya que es un signoque representa figurativamente un posibleestado de cosas; la proposición o signoproposicional es una figura de la realidad porcuanto representa un posible estado decosas que ha de darse o no darseefectivamente; y ya no como meramenteposible (pura posibilidad que se abstrae deldarse o no darse), sino en cuanto que se deo no se de (o bien, como también loexpresa, como o hecho positivo o hechonegativo):

[…] proposición es una figura de larealidad: pues conozco el estado de cosasrepresentado por ella si comprendo laproposición. (Wittgenstein, Tractatus,4.021)

La proposición sería figura de la realidaden cuanto es figura del pensamiento, y así laforma de la realidad ha de ser la forma delpensamiento que la representa, perotambién la forma de la representaciónsígnica (proposición en este caso).60 Cuandodice que «La figura representa un posibleestado de cosas en el espacio lógico.» T,2.202, ha de interpretarse como que lafigura, ya sígnica ya simbólica (proposición ypensamiento), representan un estado decosas posible que se da o no se daefectivamente; o sea, una parte de larealidad, en el espacio lógico; pues estesería el trasfondo de la realidad, o espacioque la engloba, en cuanto constituido poresos mismos hechos pensados comomeramente posibles (como sentidos). El

59 Cf. T, 3.223: “Cabría, pues, escoger también dos signosdistintos, pero ¿dónde quedaría entonces lo común en ladesignación? En el lenguaje ordinario sucede con singularfrecuencia que la misma palabra designe de modo y maneradistintos ‒esto es, que pertenezca a símbolos distintos‒, o quedos palabras que designan de modo y manera distintos seanusados externamente de igual modo en la proposición. Así lapalabra «es» se presenta como cópula, como signo de igualdad ycomo expresión de existencia; «existir», como verbo intransitivo,parejo a «ir»; «idéntico», como adjetivo; hablamos de algo, perotambién de que algo sucede. (En la proposición «Verde es verde»‒donde la primera palabra es el apellido de una persona y laúltima un adjetivo‒, estas palabras no tienen tan solo significadodistinto, sino que son símbolos distintos.).”

60 Pues también cabe incluir, conforme a las definicionesconceptuales, el concepto como pensamiento de unageneralidad; algo distinto al pensamiento que representa unestado de cosas; y así a una expresión conceptual (de unconcepto) como representación sígnica si bien no figurativa. Ypuede haber ‒cabe quizás interpretar con coherencia, aunqueexigiría una investigación específica‒ representaciones sígnicasfigurativas no proposicionales (como pueda ser una expresiónpredicativa compleja, con diversos complementos verbales). Cf.T, 3.1: “En la proposición se expresa sensoperceptivamente elpensamiento.”

estado de cosas es lo pensado, representadosimbólicamente, en el pensamiento (figurasimbólica o representación figurativasimbólica),61 y lo representado en laproposición en cuanto esta representasígnicamente el pensamiento; de suerte que,como puede apreciarse, proposición ypensamiento son representacionesfigurativas en relación de dependencia; asíde lo sígnico respecto a lo simbólico, peromás aún de lo simbólico respecto de losígnico, pues según se sugiere la proposición(el lenguaje) es un medio y condiciónindispensable para el pensamiento.62

La totalidad de los pensamientosverdaderos es una figura del mundo.(Wittgenstein, Tractatus, 3.01)

El pensamiento puede expresarse en laproposición de un modo tal que a losobjetos del pensamiento correspondanelementos del signo proposicional.(Wittgenstein, Tractatus, 3.2) 63

Si la totalidad de los pensamientosverdaderos es una figura del mundo, latotalidad de todos los pensamientos(verdaderos o no) es una figura de larealidad; pero no una figura del espaciológico en cuanto totalidad de estadospuramente posibles (lo posible en cuantotal), pues el sentido individual y el sentidototal no son algo que se represente. Elespacio lógico es condición a priori de cadarepresentación particular e incluso de larepresentación de la realidad y del mundo,precisamente desde que cada proposición“determina un lugar en el espacio lógico” ydesde que “Cualquier cosa está, por asídecirlo, en un espacio de posibles estados decosas” (T, 2.013).64

Asimismo, hemos de añadir a lo dichoque tanto la proposición como elpensamiento tienen una forma de figuración,que es la manera en que los elementosestán conectados unos con otros (ya signos,

61 O sea, y exactamente, representación simbólica estructuralo que da cuenta de la forma (de la estructura o configuracióncomo proyección-concreción de la forma; o mejor, conexiónconforme a la lógica. Repárese en el paralelismo con Aristóteles,con su distinción entre forma en sentido pleno o eterna y formaen concreto; y en la coincidencia con la distinción kantiana entreforma lógica (condición trascendental) en cuanto tal y esta mismaen cuanto encarnada en cada juicio empírico.

62 Lo que ya nos pone sobre la pista de una determinaciónlingüística del pensamiento y, desde este, del mundo (y realidad).

63 Cf. T, 3.02: “El pensamiento contiene la posibilidad delestado de cosas que piensa. Lo que es pensable es tambiénposible.”

64 Este pasaje decisivo aclararía el sentido ambiguo eindeterminado de otros pasajes, que por sí mismo o bien encombinación no permiten una interpretación definitiva.

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ya elementos de pensamiento, ya cosas, yaconexiones), pues la forma por su concepto(manera de combinación) determina laposibilidad de la estructura. De modo queesta forma lógica ya no solo es la forma dela realidad,65 como Wittgenstein diceexplícitamente, sino que, por coherencia, ycomo algo reconocido implícitamente, habríade admitirse que también el espacio lógicoposee una forma, pues los estado de cosasse combinación entre sí, medianteoperadores lógicos, mediante intuiciones, y ala postre mediante leyes y teorías; a pesarde que se diga que son independienteslógicamente, en rigor no deducibles unos deotros. La forma es en todo caso la base de laconexión, ya pensada como real ya pensadacomo meramente posible (meramentepensada). La forma es, precisamente, elmodo de representar de la figura (yapensamiento ya proposición); que es, portanto, el representar de acuerdo a la formalógica, esto es, la forma de la realidad.66

La figura no puede, sin embargo,situarse fuera de su forma derepresentación. (Wittgenstein, Tractatus,2.174)

Lo que cualquier figura, sea cual fueresu forma, ha de tener en común con larealidad para poder siquiera —correcta ofalsamente— figurarla, es la forma lógica,esto es, la forma de la realidad.(Wittgenstein, Tractatus, 2.18)

Si la forma de la figuración es la formalógica, la figura se llama la figura lógica.(Wittgenstein, Tractatus, 2.181)

Cualquier figura es también una figuralógica. (Por el contrario, no toda figura es,pongamos por caso, espacial.)(Wittgenstein, Tractatus, 2.182)

Es sorprendente que se plantea que laforma de la figuración pueda no ser la formalógica, ya que esto es imposible; la forma dela figuración ha de ser lógica, y además uncorrelato exacto de la forma de la realidad,pues esta es la base de la representación.Esta forma de la realidad (de cada sentidoparticular, y de la representación), es unmodo de conexión, o sea, la manera en quelas cosas (y las conexiones mismas) han decombinarse para ser posibles y reales; se ve,

65 Cf. T, 2.18: “Lo que cualquier figura, sea cual fuere suforma, ha de tener en común con la realidad para poder siquiera—correcta o falsamente— figurarla, es la forma lógica, esto es, laforma de la realidad.”

66 Aunque Wittgenstein habla de forma lógica para referirse ala forma de la proposición, el concepto de forma tiene un sentidogeneral teórico más amplio.

pues, que es la lógica como exigencia decoherencia, la que en combinación con laadmisión de objetos (que son simples), loque determina la existencia y necesidad dela forma (lógica), haciendo de ella algonecesario: precisamente, es la condición deconexión, y la condición de la posibilidad dela estructura. Y, así, también es condición derepresentación, que es la estructura queapunta a la realidad; y lo que obliga a larepresentación a ser isomórfica respecto a larealidad. Desde aquí habrá de dilucidarse, siello es posible,67 la equiparación de loslímites. La forma en general como condiciónde estructuración representativa y sígnica eslo que Wittgenstein llama forma general dela proposición, pues con esta viene dada laesencia de la proposición; y -como puedeapreciarse- la esencia (o forma general) dela proposición es la exigencia deestructuración conforme a forma, y estaexigencia de estructuración se expresa en eltener que describir cómo se comportan lascosas unas respecto a otras.68 En definitiva,la forma de la estructura es un conceptogenérico, el de manera de conexión, quedetermina la posibilidad de estructura, peropara toda estructura concebible, ya searealidad o representación, ya orepresentación simbólica o sígnica, yaisomórfica o no, ya más compleja ya menoscompleja.

En consonancia con el concepto deforma general de la proposición, está el de laproposición elemental; que es larepresentación figurativa y sígnica de unestado de cosas elemental, o estructura realelemental (simple), aquella consistente en launión de cosas (objetos); pues estos sonalgo simple, y lo que es referido por losnombres de la proposición elemental. Y ellodesde que el análisis -según Wittgenstein-no puede extenderse indefinidamente yrequiere un término, de suerte que se hande admitir objetos (entidades simples) y laproposición elemental (su conexión). Esto

67 Lo que no prejuzgamos, sino que tratamos de averiguar. Nodebemos descartar la posibilidad de que la afirmación de laequiparación de los límites no sea interpretable de un modosistemático y claro (un prejuicio del investigador), pues pudierahaber una falla en el sistema (confusión o quizás vacióconceptual, o carencia de un desarrollo apropiado).

68 Cf. T, 4.5: “Está claro que en la descripción de la forma másgeneral de la proposición sólo puede ser descrito lo esencial deella; de lo contrario no sería, ciertamente, la más general. Quehaya una forma general de la proposición es cosa que vieneprobada por el hecho de que no puede haber proposición algunacuya forma no hubiera podido ser prevista (esto es, construida).La forma general de la proposición es: las cosas se comportan detal y tal modo.” Cf. T, 2.15‒2.151: “Esta interrelación de loselementos de la figura se llama su estructura y la posibilidad de lamisma, su forma de figuración. La forma de figuración es laposibilidad de que las cosas se interrelacionen al igual que loselementos de la figura.”

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62 David Coble Sarro

sería así a pesar de que el mundo fuerainfinitamente compuesto; donde cada hechoestaría integrado por infinitos estados decosas, y cada estado de cosas integrado porinfinitos objetos, y por otros estados decosas).69

Está claro que tenemos un concepto de

la proposición elemental, prescindiendo desu forma lógica especial. (Wittgenstein,Tractatus, 5.555)

A pesar de la ambigüedad quenuevamente introduce Wittgenstein, en estecaso con la posibilidad de la infinitud en lacomplejidad del mundo, ya que Wittgensteinha introducido un límite en la complejidad, yal parecer desde el lenguaje si se considerael pensamiento como un tipo de lenguaje(en algún sentido a esclarecer y justificar).Los objetos son entidades simplesintroducidas a tenor de la exigencia deprecisión en el sentido, lo que llevaría a unlímite en la descomposición (análisis) dellenguaje; lo que se conoce como exigenciade un análisis completo del lenguaje, de laproposición. Y así la exigencia de un análisiscompleto en el lenguaje viene dada comocorrelato y desde la exigencia de un análisiscompleto en el pensamiento. En suma, todocompuesto existe desde lo simple (desde suspartes elementales), pero el lenguaje solopuede existir como complejo y realizar sufunción representativa, si existe previamentelo simple en el pensamiento (y en elmundo), o sea, lo simple a representar;pues esto es condición para la existencia delsentido preciso.

Asimismo, a tenor de lo anterior, ha detexistir un límite en la descomposición de lasproposiciones (a pesar de que el mundo, losestados de cosas) sean infinitamentecompuestos de otros); y este límite vendríadado desde la «conexión inmediata» de losnombres -según nos dice Wittgenstein-,pues ha de reconocerse una conexión entresignos en la proposición que no puedadescomponerse en otra conexión, y esta esla conexión entre nombres, una conexiónelemental o irreductible (simple) en elinterior de cualquier proposición (conexiónde signos) no simple; y esta esprecisamente la que le permite hablar deproposición elemental o simple.70

69 Cf. T, 4.2211: “Aunque el mundo sea infinitamentecomplejo, de modo que cada hecho conste de infinitos estados decosas, y cada estado de cosas, de infinitos objetos, aún entoncestendría que haber objetos y estados de cosas.”

70 Lo segundo, o sea, la coincidencia de los límites, es lainterpretación que vamos a defender desde este punto de nuestroestudio; ya que la trama conceptual revela que Wittgensteinsostiene es una conformación del mundo que es independiente

La proposición más sencilla, laproposición elemental, afirma el darseefectivo de un estado de cosas. Un signode la proposición elemental es que ningunaproposición elemental pueda entrar encontradicción con ella. La proposiciónelemental consta de nombres. Es unatrama, una concatenación de nombres. Esmanifiesto que en el análisis de lasproposiciones hemos de llegar aproposiciones elementales que constan denombres en conexión inmediata. Seplantea aquí la cuestión de cómo se efectúael nexo proposicional. (Wittgenstein,Tractatus, 4.21)

El límite en el lenguaje lo constituyen losnombres (signos simples o partes simples yúltimas del lenguaje), que a primera vistaparece que vienen dados desde la exigenciade proposiciones simples (elementales), queserían conexiones simples o inmediatas; queserían necesarias para que existan el restode conexiones (y puedan tener sentido y serverificadas). Este sería un argumentosecundario y adicional respecto a lajustificación y racionalidad básica, a saber, laanaliticidad óntica: si existe lo complejo hade existir lo simple, no es posible unacomposibilidad infinita. Hierro nos habla deun análisis completo del lenguaje enWittgenstein, pero no especifica en quésentido y la razón que lleva a Wittgenstein apostular tal análisis.71 En verdad, más queun principio postulado (ex abrupto) es unointroducido desde el concepto de conexión,como la necesidad de una conexióninmediata entre nombres, que no seareducible a otra conexión, o sea, lanecesidad de proposiciones elementales. Laexigencia de nombres como entidadessimples y últimas del lenguaje (elementos osignos simples), vendría dada como unaimposición de la teoría referencialista dellenguaje, tomada de Russell, y según la cuallas proposiciones no son nombres, ni losnombres pueden ser proposiciones; esto es,no pueden significar hechos, de suerte queno pueden tener sentido y solo referencia(desde que sentido es algo compuesto yrepresentable desde una proposición).72 La

del lenguaje, que ha de representarla en el pensamiento y en ellenguaje(figurarla).

71 Wittgenstein ha de dar alguna razón por al que postula unanálisis completo del lenguaje; no de que este termine en signossimples, pues ello es razonado o al menso sugerido (solo en losimple se puede detenerse el análisis, solo en lo indivisible puededetenerse la división). Esto último responde claramente a unaexigencia lógica, de coherencia.

72 Cf. Hierro Sánchez-Pescador (1997, 223): “Los elementosúltimos de la proposición son aquellos signos simples a los quellegamos cuando la hemos analizado del todo. SegúnWittgenstein estos signos son nombres.”

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exigencia de nombres (signos simples),elementos o entidades últimas del lenguaje,viene dada por lo visto por la lógica, comouna exigencia de que existan las partessimples si ha de existir el todo (el lenguaje),desde que este solo puede existir si existenaquellas (partes simples); en suma, unlenguaje infinitamente descomponible(analizable) es algo imposible, pues nopuede haber representación si no hay partessimples en la representación (signossimples); entonces el análisis mismo ha deser finito, y por ende tener un término, unlímite. Pero, como hemos visto, esta finituden el lenguaje (en su componibilidad) vienedada por la finitud en la componibilidad delpensamiento; o sea, por la exigencia deobjetos, lo primero en introducirse.

Asimismo, el carácter figurativo de laproposición y el que esta tenga que encarnaruna forma lógica como condición pararepresentar el pensamiento, y desde este unestado de cosas real o bien meramentepensado, es algo que puede apreciarsedesde las proposiciones de la ciencia naturaly desde las proposiciones de la matemática.Las primeras son, precisamente, un tipo defiguras de la realidad; donde la forma lógicao forma de la configuración viene dada enuna combinación de conceptos empíricos, enestas se expresan los estados de cosas(conexiones); las segundas son -segúnWittgenstein- un tipo de proposicioneslógicas, pues se trata de tautologías, que noexpresan pensamiento alguno.73 Lasproposiciones de la ciencia natural, porejemplo la teoría de Newton, son una redque describe la realidad (red descriptiva), yno han de ser confundidas con lasproposiciones lógicas, pero tampoco conprincipios como el de causalidad que danuna descripción de la red (descripción de ladescripción), al mostrar cómo describimos elmundo. Así, tendrían un estatuto especial, alno ser ni proposiciones lógicas niproposiciones empíricas.74 Por su parte las

73 Si bien de un cierto tipo, el definido al parecer por laidentidad entre números. Cf. T, 6.2‒6.21: “La matemática es unmétodo lógico. Las proposiciones de la matemática sonecuaciones, es decir, pseudoproposiciones. La proposiciónmatemática no expresa pensamiento alguno.”

74 O más exactamente, no serían proposiciones de ningúntipo, pues la proposición es la figura de la realidad; y lacausalidad es la forma (lógica pero derivada) de las proposicionesde la ciencia. Apréciese la coincidencia, parcial, con Kant. Para elconcepto de principio de la ciencia, ver T, 6.32‒6.321: “La ley decausalidad no es una ley, sino la forma de una ley. «Ley decausalidad» no es un nombre genérico.” Cf. T, 6.33‒6.34: “Nocreemos a priori en una ley de conservación, sino que conocemosa priori la posibilidad de una forma lógica. Todas aquellasproposiciones, como el principio de razón, de la continuidad en lanaturaleza, del mínimo gasto en la naturaleza, etc., etc., todasellas son intuiciones a priori sobre la posible conformación de lasproposiciones de la ciencia.” Para descripción de la red, por

llamadas leyes lógicas tampoco son leyes,pues por 'leyes' Wittgenstein significaproposiciones generales sobre estados decosas, o sea, interpretándolo, proposicionesempíricas generales; y, como se ha dicho,las leyes lógicas dan la forma de lasrelaciones entre proposiciones (modo deconexión entre estructuras), por lo menos encuanto dan reglas de transformación entreestructuras (reglas de deducción). Las redesson contingentes e intercambiables(podemos tomar o unas u otras), pero laforma de la red (la armazón del mundo),que viene dada por las proposiciones lógicasy por los principios -que Wittgensteindenomina también intuiciones puras-, esalgo necesario y no elegible.

Las proposiciones matemáticas, en suconjunto, podrían ser consideradas en unprimer momento como constituyendo unlenguaje (lenguaje matemático); pero elcaso es que en el planteamiento deWittgenstein esto no es posible, desde quesus formulas no representan estados decosas, sino que -como ha quedado claro-muestran formas con las que podemos tejerredes descriptivas, o sea, representar elmundo; y ello porque el lenguaje estádefinido como conjunto de proposiciones, osea, representaciones sígnicas(sensoperceptibles) y figurativas de larealidad,75 y las mal llamadas proposicionesmatemáticas no representan realidad alguna(aunque cabe admitir que representan unaconexión de ciertas entidades). Esto equivalea decir que carecen de sentido, desde que elsentido es el estado de cosas posible (encuanto meramente posible). La proposición yel pensamiento tienen sentido, porqueambos son representaciones (figurativas) dela realidad (y del espacio lógico), o sea, deun estado de cosas;76 las proposicionesmatemáticas son pseudoproposiciones (cf. T,6.2), son parte de la Lógica (cálculo osistema deductivo o de transformaciones deproposiciones). Las llamadas proposicioneslógicas, y las matemáticas como un tipo deestas, no son proposiciones, puesto que noson descripciones del mundo, sinocondiciones y reglas para construirpensamientos y proposiciones, y paraestablecer relaciones estructurales entreellas; este algo que no puede ser

ejemplo, ver T, 6.35: “Leyes como el principio de razón, etc.,tratan de la red, no de lo que la red describe.”

75 Cf. T, 4.001 (totalidad de las proposiciones), 4.01(proposición como figura), 4.02 (proposición como signoproposicional).

76 Representación sígnica y simbólica, respectivamente (pero-verosímilmente- sin agotar estas). Repárese, además, que notoda representación ha de ser figurativa (formal-estructural), comoa estas alturas ha de resultar patente.

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representado por la proposición, y solopuede ser mostrado, precisamente por sercondición de representación de la realidad.Las teorías, descripciones empíricas delmundo, junto a sus condiciones a priori(desde la lógica en sí, hasta la armazón delmundo), y consideradas junto a lospostulados o teorías que introducen lascondiciones ónticas generales (nombres,objetos, y su conexión), permitirán en rigorun planteamiento del sentido en que ellenguaje (sus límites) determinan los límitesdel mundo, y si esta determinación conllevao no un sentido, o permite unainterpretación realista o no o hace.

Asimismo, en el planteamiento (sistemateórico-conceptual) de Wittgenstein nocabría hablar -puede pensarse, en unaprimera aproximación- de la ciencia dellenguaje como ciencia natural, en cuanto ellenguaje no es un hecho (estado de cosas) adescribir y representar, sino un medio derepresentación del mismo. Pero el caso esque Wittgenstein nos habla explícitamentede la proposición como un hecho más,77 demodo que este admitiría ser objeto derepresentación (descripción); así cabe hablarde 'ciencia del lenguaje' (comorepresentación teórica o red), y también deesta ciencia como 'ciencia natural', pues todaciencia sería natural en cuanto lo es de loshechos, y en cuanto todos los hechos seríannaturales (el mundo como totalidad de loshechos sería la naturaleza, o sea, elmundo.78 El lenguaje como hecho, parte delmundo, da la clave y el origen para entendertodo a priori y su dependencia; y en últimainstancia si puede hablarse de realismo o no,y si de forma clara y conclusión o no, o enqué sentido y en qué grado de probabilidadsi no fuera posible la certeza.

A primera vista el lenguaje no parece serlo que determina el mundo y la realidad,sino que son condiciones óntico-lógicassimbólicas las que determinan mediante ellenguaje, en cuanto este recoge condicionesa priori, óntico-lógicas más o menosgenerales (sustancia del mundo, intuiciones

77 Cf. T, 3.14: “El signo proposicional es un hecho.” O, sea, laproposición (signo proposicional) es un hecho.

78 De modo análogo a como las leyes lógicas son pariguales(cf. T, 6.127), y no admiten jerarquía alguna ‒en cuantotautologías‒, todos los hechos son pariguales ‒podríamosinterpretar‒ en cuanto estados de cosas. El problema es que sedisolvería la distinción ontológica entre los hechos y surepresentación, y así las proposiciones serían tantorepresentaciones de hechos como hechos susceptibles derepresentación. La distinción se conservaría en un nivel deabstracción más alto, sin prejuzgar los tipos de entidades quepuedan ser hechos. Así ha de ser, si se quieren conservar lospensamientos (representaciones simbólicas) como hechos yobjetos de la psicología; que Wittgenstein preserva, incluyendo lateoría del conocimiento en ella (como un subcampo de ella).

a priori, leyes lógicas, armazón del mundo,espacio lógico). Estas condiciones parecenser referidas como subjetivas y dejando alindividuo solo con su representación(solipsismo), pero esta representaciónresultaría serlo de una realidad objetiva(orden independiente del sujeto y delconocimiento de este), si se toma como datoprimario y determinante la afirmación deWittgenstein de que el solipsismo queintroducen estas condiciones a priori ha decoincidir en definitiva con el realismo:

Se ve aquí cómo, llevado a sus últimasconsecuencias, el solipsismo coincide con elpuro realismo. El yo del solipsismo secontrae hasta convertirse en un puntoinextenso y queda la realidad con élcoordinada. (Wittgenstein, Tractatus, 5.64)

Discutiremos en qué medida y sentidopuede hablarse de realismo o no; y veremosque hay una determinación del lenguajesobre el mundo (y la realidad, y el sentido),que puede entenderse como unadeterminación óntico-lógica de lascondiciones generales ontológicas engeneral; por tanto, una determinación dealgo en el mundo (el lenguaje) sobre larealidad, determinando su estructurafundamental, su carácter a priori, desde elcarácter a priori de sí mismo (a priori óntico-lógico del propio lenguaje). Al hilo de esto seestablecerá igualmente en qué sentido ymedida puede decirse que existe enWittgenstein (en el Tractatus) un relativismopráctico social, o sea, una determinación dela ontología por el uso social de los signos,tal como observan Ruiz Abánades yLombardi; el primero rechazando unareferencia sustancial de los nombres (a suentender, el mito positivista de lo dado), y elsegundo con su insistencia en la elucidacióndel uso de los signos, y de su referencia (niuso ni referencia pueden ser explicados, sinomostrados). Veremos cuál es el alcance yfunción de este relativismo al uso social dellenguaje; este será un relativismo ydeterminismo a posteriori, mientras que elllamado “criticismo lingüístico” sería undeterminismo por y relativismo al lenguajeen el establecimiento de las condiciones apriori de la ontología (la ontología misma).79

79 Por ontología habríamos de entender más bien laconcepción óntica, sus condiciones fundamentales; mientras quela serie de cosas y objetos en cada caso establecida a posteriori(en la experiencia biológica, y el uso social del lenguaje) serían elresultado de esa ontología combinada con la praxis socio-lingüística.

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5. La lógica, mi lenguaje y mi mundo: determinismo, realismo, solipsismo

Así, lo que sea el límite del lenguaje y ellímite del mundo, y más aún y desde ello, loque signifique la expresión “Los límites de milenguaje significan los límites de mi mundo”(T, 5.6) es una función de lo queentendamos por 'lenguaje', 'mundo', 'límitedel lenguaje', 'límite del mundo', y por'lógica', y, en rigor, la interpretación correctade la afirmación de Wittgenstein habrá devenir dada, si es en verdad posible, por losconceptos que puedan las expresiones que laconstituyen; en definitiva, de si enWittgenstein pueden reconocerse unosconceptos claros (e incluso de si estosexisten realmente), mentados por estasexpresiones u otras.80

Es claro que el lenguaje es la totalidadde las proposiciones, y que estas sonrepresentaciones figurativas y sígnicas de larealidad y el mundo (y de estos comototalidad, pero -como hemos visto- ni delcada sentido particular ni espacio lógico).También es claro que el mundo es la partede la realidad que es el caso, o sea, «latotalidad de lo que es el caso» o totalidad delos hechos (estados de cosas efectivos);también ha quedado razonablemente claroque la lógica es lo a priori que da lacondición formal al mundo en el nivel másabstracto, o sea, formal en cuanto exige lacoherencia; por tanto, que es la condición detoda forma (manera de combinarseentidades). La lógica no solo llena el mundo(se aplica al mundo), sino que llena (seproyecta o se aplica a) el espacio lógicoprimero y luego a la realidad y el mundo.

Desde la trama conceptual, reconocibleen el Tractatus, en primer lugar y de modotrivial cabe decir que el límite del lenguajeha de ser un límite en la representaciónsígnica (sistema de signos), por definición; ymás exactamente, en la representación porsignos proposicionales (proposiciones). Demodo que, por un lado y de modoprominente, el límite hace referencia al (y endefinitiva coincide con el) espacio o totalidadque el lenguaje puede representar; estatotalidad ha de ser lo que representa la«totalidad de las proposiciones» (consentido).81 Esto constituye, sin duda, una

80 Más allá de una apariencia de que hay tales, forjada porexpresiones y definiciones defectuosas y aparentes.

81 O sea, el lenguaje; entendido como potencialidad, en sudecurso, como sistema abierto de representación, es un lenguajeque puede forjarse indefinidamente con unos signos y reglassígnicas (sintaxis sígnica) conforme a la sintaxis lógica. Cf. T,3.324: “Un lenguaje sígnico, pues, que obedezca a la gramáticalógica ‒a la sintaxis lógica‒.”

limitación material y a la vez lógica a lasproposiciones que pueden formar unlenguaje (sistema de proposiciones), y así alo que puede ser pensado (y en generalrepresentado). Pero Wittgenstein nos hablade « los límites del lenguaje», en plural, node un solo límite, y así ha de indagarsecuáles puedan ser estos, o por lo menos losmás importantes. Estos límites, como yahemos señalado, son de dos tiposfundamentales; a saber, a priori u óntico-lógico, por un lado, y a posteriori o práctico-sociales (uso social de los signos).82

La restricción lógica consiste parece abote pronto limitarse a que la proposición hade tener una forma lógica (una manera decombinar donde las entidades combinadasno se excluyan); pues sólo así puede ser unafigura de la realidad (y del mundo), perotambién del pensamiento y del espaciológico. Pero, según Wittgenstein- el límiteesencial y primario del lenguaje es el queimpone la lógica, o sea, que nada que lasatisfaga (que no la aplique) puede serpensado: «nada ilógico puede serpensado»;83 nada que no esté llenado con lalógica puede ser siquiera concebido en elpensamiento. Pero «los límites del lenguajetambién son los límites de la lógica»; o sea,se trata de los límites (limitaciones ocondiciones) que la lógica impone en suaplicación (en cuanto llena el mundo, larealidad, el sentido mismo, el espacio lógico,y el propio lenguaje), no de los límites de lalógica (condiciones sobre la lógica).84 Hemosde ver estos límites de la lógica sobre ellenguaje, para entender los límites de lorepresentable; y, en verdad, ya los hemosreconocido; desde el primero, la existenciade partes simples en el pensamiento uobjetos; la existencia de partes simples en ellenguaje o nombres); la existencia en elmundo de objetos y de sus conexiones, osea, la substancia del mundo); lasintuiciones a priori, como la de causalidad;las proposiciones o leyes lógicas; la armazóndel mundo. Es claro, por tanto, que ellenguaje determina a priori el mundo (surepresentación) en cuanto está determinadopor los límites o condiciones lógicas; lafinitud en la composición es un límite dadopor la lógica en una aplicación ónticageneral: el concepto de lo infinitamente

82 Este, en rigor, también es un a priori óntico-lógico; pues queel significado tenga que establecerse en el uso es una necesidada priori, algo determinado por la aplicación de la lógica allenguaje.

83 Cf. T, 3.03: “No podemos pensar nada ilógico, porque de locontrario tendríamos que pensar ilógicamente.”

84 La lógica o exigencia de no contradicción no es algo queadmita condiciones, sino que ella es la condición suprema detodo, el a priori primario.

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compuesto no es autocontradictorio eimposible, pero repugna a la exigenciafundamental de unidades de sentido, desentido preciso. Las condiciones lógicas sonlas de la lógica en su sucesiva aplicación:serie de condiciones óntico-lógicas más omenos generales y dependientes.85

Si el límite del lenguaje, como sistemade representación (totalidad de lasproposiciones), tiene su límite en lo quepuede ser pensado, en lo posible (espaciológico, o totalidad del sentido), ha deadmitirse que el límite de este espacio ha deser el límite del lenguaje. Pero el límite delespacio de lo posible y pensable viene dadopor la lógica (principio de no-contradicción)en combinación con -digámoslo así-posiciones ónticas generales (onto-logía); osea, la lógica requiere de la posibilidad deobjetos y de conexiones entre estos, y deestas mismas (estructuras ónticas), asícomo de contenidos subjetivos, intuiciones apriori (dice Wittgenstein), como lacausalidad, que permiten conectar losobjetos (y conexiones); es decir, lasconexiones requieren de unos modos ocategorías de conexión, que no serían sinocondiciones formales a priori y subjetivas dela conexión; esta son reglas para que seefectúe la conexión según una manera(forma lógica) posible, y serían -comoWittgenstein admite implícitamente-condiciones formales de la propia formalógica.86 En suma, el lenguaje muestra suslímites en parte como los límites de la lógica,que son las condiciones ónticas generalesque la lógica impone en su aplicación (en loóntico). A este a priori ontológico habría queañadir otro a priori ontológico de carácterdistinto, pero igualmente a priori; a saber ela priori de la necesidad de la praxis o usosocial de los signos, y en particular de losnombres. Los objetos mismos (entidadesconcretas) no son ni algo sustancial ni algodado a priori, son establecidos porconvenciones, y solo pueden ser mostradosen el uso social de los signos; pero estanecesidad (de praxis a posteriori) si es algoa priori: un a priori de la praxis a posteriori.Aquí cabe hablar de un determinismolingüístico a priori de la necesidad de praxis(a priori de la necesidad de algo aposteriori), dado por la propia lógica (en su

85 Insistiendo en lo que ya hemos expuesto: la trabazón delmundo es un a priori óntico-lógico que depende de la existenciade leyes lógicas, que depende de la existencia de intuiciones apriori, que a su vez depende de la exigencia de objetos yconexiones. La exigencia de objetos, unidades del pensameinto(del sentido preciso) es el límite lógico fundamental.

86 Cuando Wittgenstein nos habla de conexiones, se refiere auna combinación que ha de tener un cierto carácter; así ha derealizarse como conexión causal, o como conexión de algún tipo.

aplicación). A esto es a lo que, en rigor, sereduce, el relativismo al lenguaje del quehablan varios autores;87 es decir, una praxis(algo a posteriori) determinada a priori porla exigencia de objetos y conexiones(sustancia del mundo), y en definitiva por laaplicación de la lógica sobre el lenguaje,como ente, en al que determina la existenciade partes simples (nombres).

La lógica y la substancia del mundo, elespacio lógico, las leyes lógicas, y lasintuiciones a priori (como la causalidad),constituirían parte de lo místico, y de loinexpresable, o sea, lo inexpresable que semuestra en la representación del mundo, yque es condición para la constitución delmundo y de su representación.88 La lógica,en su aplicación óntica, sería aquello quepone (determina) un límite o términoesencial a la constitución del sentido y de larealidad; a saber, un límite óntico-simbólico.

Así las cosas, “Los límites de mi lenguajesignifican los límites de mi mundo” (T, 5.6)ha de ser interpretada, en definitiva, comoque los límites del lenguaje son los límitesdel mundo, por cuanto el lenguaje no puederepresentar nada fuera del mundo y de larealidad; y como que los límites de larealidad (y del mismo espacio lógico, delsentido) vienen dados por la lógica (suaplicación) como condiciones, pues, a priorióntico-lógicas. Por tanto, es de rigor lógico,sobre la trama conceptual dada, que loslímites del espacio lógico y de la realidad (ydel mundo), del objeto de la representaciónen general y del espacio previo de sentido(espacio lógico), sean los límites dellenguaje, pues hasta donde se extiendan elespacio lógico y la realidad se extenderá lorepresentable (el objeto, constituido poraquellos), y por ende su representación en laproposición (o sea, el lenguaje); así, loslímites del mundo y la realidad y del espaciológico son lo primero a que apuntan loslímites del lenguaje (el lenguaje mismo).89

87 Cf. Sanfélix Vidarte (2008: 11): “para hacerle comprender loque es un nombre ya no sería decir ejemplos de los mismos, sinoutilizarlos nosotros mismos con la esperanza de que nuestro usode ellos termine por mostrarle de qué se trata.”. Para “vida delsigno” véase Marrades Millet (2008: 32): “mientras que enWittgenstein el significado del signo no es ninguna entidadmetafísica, sino una realidad social.” Cf. Marrades Millet (2008:38): “Wittgenstein se sirve del modelo del organismo vivo paraesclarecer la naturaleza del significado lingüístico.” Cf. MarradesMillet (2008: 34): “Cada acto de habla puede considerarse comouna actualización de las posibilidades semánticas implícitas en eljuego de lenguaje.”

88 Ya que lo absurdo es tan impensable, y por endeinexpresable, que la lógica y lo ético.

89 Si bien en la proposición en cuanto representa elpensamiento, que es la representación simbólica de aquellos, yun término mediador para la representación sígnica figurativa(proposición).

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Pero, en definitiva, el lenguaje apunta a osignifica los límites impuestos por la lógicaen su aplicación, a lo óntico, y en primerlugar a lo óntico-simbólico (pensamiento osentido); pues estos son los límites que serevelan en el pensamiento y en el lenguaje,o sea, en la representación del mundo y larealidad. Por tanto, los límites del lenguajeapuntan a los límites que la lógica impone ensu aplicación al pensamiento y al propiolenguaje.90

Desde aquí habría que entender demodo sistemático y cabal la afirmación: «elsolipsismo llevado hasta sus últimasconsecuencias coincide con el realismo», ydictaminar de modo matizado y crítico si sesostiene, si es coherente con lasafirmaciones básicas. En rigor, la negacióndel solipsismo es la consecuencia delsolipsismo coherente hasta el final, pero estono parece implicar el realismo, sino más bienel idealismo, entendido comointersubjetividad, y a la postre comocomunidad en las condiciones óntico-lógicas.No hay nada en el Tractatus de lo que sesiga el realismo, el compromiso de unarealidad independiente y anterior a larepresentación, y no concebida en larepresentación; a no ser la existencia dedescripciones alternativas del mundo, dondeparece admitirse la posibilidad de llegara auna realidad independiente en un proceso decontrastación y mejoramiento de teorías;pero el caso es que se nos dice que lasteorías científicas serían descripciones delmundo igualmente válidas, “El mundo es loconcebido en cada red (en cada teoría...)” yno hay “una teoría más verdadera que otra",y, en general, “la aplicación de la reddetermina el mundo a figurar” (RuizAbánades, 2009: 80), y “así, a cada red, acada teoría científica, a cada lenguaje, lecorresponde un mundo diferente einconmensurable” (Ruiz Abánades, 2009:80-81). Por tanto, no habría teorías másadecuadas y próximas a la realidad queotras. Pero tampoco hay nada, o no parecehaber algo, sobre lo que se siga o se afirme,ni clara ni confusamente, el idealismo.

El fundacionismo no homogéneoatribuido por Muñoz Sánchez a Wittgenstein

90 Así, no solo los limites del mundo serán los límites de lalógica en cuanto aplicada el mundo (en cuanto lo llena), sinotambién -por coherencia sistemática- los límites del espacio lógicoy la realidad lo serán de la lógica en cuanto que llena estos. Puesla lógica en cuanto tal, en sí misma, no tiene más límite que suesencia: la no contradicción o imperativo de mantener loscompromisos ónticos. Cf. T, 5.61: “La lógica llena el mundo; loslímites del mundo son también sus límites.” Se afirma conclaridad que los límites de la lógica son los límites del mundo.Pero la lógica llenaría igualmente el espacio lógico y la realidad,no sólo el mundo (parte de la realidad), pero también el lenguaje.

en obras posteriores al Tractatus,91 noimplica ni el Idealismo ni el realismo, y másbien parece a puntar al realismo. Que solohaya un fundamento a su vez fundamentadopor el edificio entero, o sea, por lofundamentado, no es algo que niegue sinmás el realismo, por lo menos el realismocrítico y científico en el que pueda estarpensando Wittgenstein. La concepciónsistemática de la fundamentación (cf.Marrades Millet, 2008: 42), una que tienelugar en un sistema de creencias que sesostienen mutuamente como si fuese unorganismo vivo, un todo orgánico (cf.Marrades Millet, 2008: 38), parece apuntarmás bien a la existencia de una realidad detipo estructural o legaliforme, consistente enconexiones, a las que la ciencia seaproximaría gradualmente.

Esta realidad estructural sería algoirrenunciable para la ciencia, pues esta soloopera desde la aceptación de que existenconexiones (y hasta cosas) independientesdel conocimiento (de los procesos ymaterialidad de este). El mismo éxito parcialy acumulativo en la contrastación, en lacomparación de las proposiciones con larealidad, dice Wittgenstein en el Tractatus,debería ser suficiente para aceptar unarealidad independiente.

Marrades nos habla de unafundamentación sistemática de las creenciasen Wittgenstein, donde no habría creenciasprivilegiadas a modo de fundamento firme eindependiente del resto, sino un «sistema decreencias» que es como un organismo vivodonde cada parte sustenta a las demás.92 Asícada creencia es una virtualidad delorganismo-totalidad que se ha actualizado-en sentido aristotélico-, una expresión de lavitalidad del sistema de creencias;93 peroaquí lo que nos interesa es que toda estaconcepción sistemática y organicista de lascreencias no nos dice en el fondo nada sobreuna posición idealista. Más bien el sistemacomo “elemento vital del signo” (MarradesMillet (2008: 34) apuntaría (si es que apuntaa algo) al realismo estructural; pues lacontrastación sistemática es la característicaesencial de la ciencia; el aglutinamiento dehipótesis, consecuencias teóricas y su mutua

91 Cf. Muñoz Sánchez (2013, 16): “concepción delconocimiento y de la justificación según la cual todo conocimientoo creencia justificada descansa en una creencia no inferencialindubitable.” Se trataría de un fundacionismo no homogéneo. Cf.Muñoz Sánchez (2013, 18): “La genialidad de Wittgenstein habríaconsistido en encontrar en las certezas no proposicionales unabase que soporte el edificio del conocimiento.”

92 Cf. Marrades Millet (2008: 39): “las partes del sistema [...]en su conexión con el resto del organismo.”

93 Cf. Marrades Millet (2008: 40): “‘animada’ por un sistema decreencias que son el fundamento de la argumentación.”

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interdependencia, el carácter inductivo queen definitiva posee toda hipótesis y todosistema de tales, es lo que Wittgenstein ‒muy verosímilmente‒ plantea en elTractatus, o sea, lo que plantea Bunge(1983: 634, 97, 327, 329-330, 676, 106,112, 667) de un modo claro, y másdesarrollado y explícito.

El procedimiento de la inducciónconsiste en que asumimos la ley mássimple que cabe armonizar con nuestrasexperiencias. (Wittgenstein, Tractatus,6.363)

Pero ese procedimiento no tiene unafundamentación lógica, sino sólopsicológica.

Está claro que no hay fundamentoalguno para creer que ocurrirá realmente elcaso más simple. (Wittgenstein, Tractatus,6.3631)

Que el sol vaya a salir mañana es unahipótesis; y esto quiere decir: no sabemossi saldrá. (Wittgenstein, Tractatus,6.36311)

No hay una necesidad por la que algotenga que ocurrir porque otra cosa hayaocurrido. Sólo hay una necesidad lógica.(Wittgenstein, Tractatus, 6.37)

A toda la visión moderna del mundosubyace el espejismo de que las llamadasleyes de la naturaleza son las explicacionesde los fenómenos de la naturaleza.(Wittgenstein, Tractatus, 6.371)

Y así se aferran a las leyes de lanaturaleza como a algo intocable, al igualque los antiguos a Dios y al destino. Yambos tienen razón y no la tienen. Pero losantiguos son, en cualquier caso, más clarosen la medida en que reconocen un finalclaro, en tanto que en el nuevo sistema hade parecer como si todo estuvieraexplicado. (Wittgenstein, Tractatus, 6.372)

6. Conclusiones

“Los límites de mi lenguaje significan loslímites de mi mundo” ha de interpretarse enrigor sistemático como que los límites dellenguaje, en cuanto posibilidades deestructuración del lenguaje (del lenguajecomo espacio estructurado que cumple unafunción representativa), señalan y muestranlos límites de la lógica en su aplicaciónsucesiva a lo óntico, precisamente en cuantomuestran los límites del mundo y en cuantolos límites del mundo son esencialmente loslímites de la lógica (“La lógica llena elmundo; los límites del mundo son también

sus límites”), o sea, los límites impuestospor la lógica en su aplicación al mundo, peroen general en su aplicación a lo óntico,determinando las condiciones ónticasgenerales (ontología).

Estos son los sucesivos límites que lalógica impone en su aplicación “sucesiva”, ensu llenar el mundo y la realidad.

Estos límites son los siguientes. Primerola necesidad de coherencia en cualquierconcepción del mundo, y en cualquierontología (conjunto de condiciones ónticasgenerales). En segundo lugar, la exigenciade objetos como unidades de sentido(sentido preciso). Junto a la anterior, laexigencia de objetos y de su conexión comopartes de la realidad, lo que Wittgensteinllama substancia del mundo o forma delmundo. Luego, desde la aplicación conjuntadel principio de isomorfía y la teoríareferencailista del significado, la exigencia denombres (partes simples del lenguaje, quehan de ser nombres en el sentido de Russell,pues solo estos no tienen sentido, y tienenúnicamente referencia), en tanto que nopuede ser infinitamente compuesto si ha deser una representación del pensamiento consentidos preciso.

La aplicación de la lógica (principio decoherencia, no-contradicción) sobre unaparte del mundo (el pensamiento) determinael límite esencial del pensamiento y de larealidad, y por ende el del propio lenguajecomo medio de representación.

Tras la necesidad de objetos yconexiones, la lógica determina la necesidadde una substancai del mundo. La lógica ensu curso de aplicaciones determina tambiénla existencia de las intuiciones a priori (comoel principio de causalidad); pues estossuponen objetos ya establecidos vía lógicaaplicada, y los propios principios comomanera de, y condición formal para,concretarse la forma lógica o manera deconexión de los objetos, han de responder ala condición de coherencia (condición lógicasuprema, que puede entenderse como unacondición formal general en el sentido de serla condición que ha de cumplir cualquiercombinación de partes, cualquierestructuración); en suma, las intuiciones apriori son principios formales determinadosen su base óntica por la aplicación de lalógica; o sea, toda intuición a priori es apriori en cuanto condición respecto a lasconexiones de objetos, pero la existencia deobjetos y su necesidad de objetos comocondiciones generales para la existencia dehechos (y del sentido, etc) es previa. Lasllamadas leyes lógicas resultan de la

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Factótum 13, 2015, pp. 45-69 69

aplicación de la lógica, desde la introducciónde objetos y conexiones (de la necesidad detales) hasta las intuiciones a priori. Laarmazón del mundo, como conjunto y tramade leyes lógicas que dan la trama de larealidad (y del sentido), es un a priorióntico-lógico determinado por la sucesivaaplicación óntica de la lógica, desde la queintroduce los y su conexión objetos hasta lasleyes lógicas; la armazón del mundo es unadeterminación formal óntico-lógica(condición óntica general, parte de lo quehemos llamado Onto-logía) que se añade alas demás, que son no obstante suscondiciones (no existe sin objetos y susconexiones, sin intuiciones a priori, ni leyeslógicas).

Asimismo, que los objetos solo puedanser mostrados y elucidados en un uso socialde los nombres y las proposiciones, pone demanifiesto no ya un relativismo al lenguajedonde este determina el mundo, sino másbien una determinación de una parte delmundo (el pensamiento) sobre el resto, encuanto se le somete a la lógica; es decir, encuanto se le aplica el principio decoherencia: el pensamiento como medio derepresentación, y como sentido preciso, soloexiste si no es infinitamente compuesto (el

concepto “lenguaje infinitamentecompuesto” es autocontradictorio si se tratade una representación del sentido preciso).Además, la aplicación de la lógica determinala necesidad de objetos y sus conexionescomo correlatos en la realidad), así como elresto de condiciones ónticas a priori (aprioris ónticos). Por tanto, se trata de unadeterminación óntico-lógica del mundo, de loóntio-simbólico, que, junto a la lógica,determina el resto; o sea, da la pauta enaplicación de la lógica sobre el resto. Elcriticismo lingüístico o determinismolingüístico, pues, no es más que este llenar yproyectarse de la lógica sobre lo ónticodesde el pensamiento, estableciendo lascondiciones óntico-lógicas sucesivas desde laexistencia (necesidad) de objetos. Ladescripción del mundo (las proposicionesverdaderas) es algo determinado a priori porlas condiciones óntico-lógicas, dadas a priori.Esto también determinaría a priori lanecesidad de un uso-praxis social paraestablecer la referencia de los nombres; es,pues, una consecuencia de la lógica en sullenar lo óntico, en su aplicación a lo ónticopara determinar lo óntico. Y esta tramaconceptual parece apuntar al realismo, a loque Wittgenstein mismo sostieneexplícitamente.

Referencias

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