Magnesio - P. Ignacio Puig

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  • 8/10/2019 Magnesio - P. Ignacio Puig

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    por Ignacio Puig , S. I.1978

    del Sitio Web Scribdcontribucin deDaniel Piovezan

    Compilacin de Estudios de eminencias mdicas, zootcnicas yagronmicas sobre los beneciosos efectos del magnesio en el

    hombre, en los animales y en las plantas

    ndice PrologoI. Captulo - Posee El Magnesio Virtudes Curativas?II. Captulo - El Magnesio En El Organismo HumanoIII. Captulo - El Magnesio En ZootecniaIV. Captulo - El Magnesio En Agricultura EpilogoI. Apndice - Como Debe Tomarse El Magnesio?II. Apndice - Contenido De Magnesio y De Calcio En Los Principales ElementosIII. Apndice - Principales Dolencias Para Las Que Se Recomienda El Empleo De Las

    Sales De MagnesioIV. Apndice - Bibliografa

    PRLOGOLa presente obra recoge varios artculos de diferentes autores, consagrados a divulgar elimportante papel que desempea el magnesio en los organismos vivientes, como sus efectoscurativos en el hombre y en los animales, los prodigiosos resultados del mismo aplicado a lasplantas y, en general, su poderosa intervencin en el metabolismo vital.

    Sobre todo, los diez artculos de Francisco M anzanal , S. I., han tenido la virtud de interesar agran nmero de perso nas que han practic ado, con excelente resultado, la cura del magnesioen ellos recomendada y que lueg o, espontneamente, se han constituido en los grandespropagadores de las virtudes cura tivas del magnesio.

    No se crea, sin embarg o, que con estos artculos se descub re algo totalmente nuevo oignorado respecto al magnesio. Desde hace aos se conoca su in tervencin en el metabolismo orgnico y no pocas de susvirtudes curativas, segn lo dan a entender los excelentes preparados hechos a base de salesde magnesio, tales como, DELBIASE (en forma de comprimidos y de crema) LIDACRN (en forma slida) LIDATINE (en forma lquida) MAGNOGENE (en grajeas) HALMAGNOL (en ampollas) ms recientemente HALGENOS JULI-4 (en forma lquida), etc.

    Sin embargo, hablando en general, se haba prestado escasa atencin a la importancia que elelemento tiene en el mundo orgnico, hasta que recientes experiencias, llevadas a caboprincipalmente en Francia y en los Estados Unidos y recopiladas con gran maestra por el

    Padre Manzanal, han tenido la virtud de llamar la atencin del pblico sobre lo mucho quepuede esperarse del elemento magnesio, ingerido, no en forma metlica naturalmente, sino ensales, particularmente de cloruro y carbonato .

    http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_IV_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_III_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_III_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_II_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_II_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#EP%C3%8DLOGOhttp://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#CAPITULO_IV_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#CAP%C3%8DTULO_PRIMEROhttp://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#PR%C3%93LOGOhttp://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_IV_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_III_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_III_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_II_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#AP%C3%89NDICE_PRIMEROhttp://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#EP%C3%8DLOGOhttp://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#CAPITULO_IV_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#CAP%C3%8DTULO_III_http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#CAPITULO_IIhttp://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#CAP%C3%8DTULO_PRIMEROhttp://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#PR%C3%93LOGOmailto:[email protected]://www.scribd.com/
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    Que, por lo menos en Barcelona, son muchas las personas que, se sirven de las sales demagnesio para alivio de sus males y aun como alimento (pues autoridades mdicas aseguranque el magnesio debera figurar en la dieta ordinaria), lo demuestra la admiracin de algunasdrogueras de dicha ciudad que en un mes venden ms sales de magnesio que antes vendanen diez aos.

    No vamos a extendernos, en este prlogo, haciendo la apologa del magnesio, puesto que staya se hace - y por cierto bien cumplida, segn creemos - en el decurso del presente libro. Solamente queremos precisar, antes de terminar, el carcter del mismo, que es ms bien unacomplicacin o refundicin de lo que especialistas en las respectivas materias (mdicos,ganaderos y agricultores) han observado y experimentado con respecto al papel biolgico delmagnesio.

    Aunque el fondo bsico de este libro, sobre todo en lo que respecta al hombre, son losaludidos artculos del Padre Manzanal, quien a su vez se ha servido principalmente de la obradel doctor Delbet, hemos de hacer constar, que en l figuran extractos de otros varios autores.

    Asimismo, hemos utilizado los informes que nos han proporcionado cuantos se han servidodarnos a conocer los efectos beneficiosos del magnesio que en s han experimentado.

    En esta complicacin de datos o, si se quiere, refundicin de trabajos de otros autores, hemosprocurado la mayor unidad y orden, reuniendo en captulos separados lo referente al hombre, alos animales y a las plantas, lo que no siempre se encuentra bien delimitado en otros autores.

    Esperamos que la presente obra servir para ampliar el campo de accin del magnesio. Regresar al ndice

    CAPTULO PRIMEROPOSEE EL MAGNESIO VIRTUDES CURATIVAS?Entendemos que, en todo libro, revista y, en general, en cualquier escrito, lo primero quedebera hacerse - y no siempre se hace - es justificar el ttulo que se le ha puesto, a no ser quel mismo se caiga por su peso o que, en el decurso de la exposicin, aparezca claramente

    justificado.

    Al encabezar esta compilacin de escritos sobre el magnesio le hemos puesto por ttuloVirtudes Curativas del Magnesio, con lo cual parece queremos dar a entender que elmagnesio posee virtudes curativas, como as es en efecto.

    A) MARAVILLOSOS EFECTOS DEL MAGNESIO A no pocas personas que tan slo habrn odo hablar del magnesio al designar los polvos deque se sirven los fotgrafos para producir chispazos de luz blanca deslumbradora, o al tratardel purgante denominado magnesia, les ha de parecer raro que se pueda escribir un libro quetrate exclusivamente de las virtudes curativas del magnesio. Por esto hemos credo del caso comenzar esta compilacin justificando el ttulo que le hemospuesto, a fin de que nadie nos pueda tildar de que no ponemos en prctica lo que creemosdebe hacerse en todo libro y de que en l caemos en el mismo defecto que reprochamos enotros.

    Dice el refrn que la mejor manera de demostrar el movimiento es andando; pues esto es loque ahora vamos a hacer en este captulo introduccin:describiremos una serie de maravillosos efectos curativos, obrados con el magnesio, no

    precisamente bajo la forma metlica, sino de sales, como el cloruro, sulfato o carbonato enlectores de esta obra, los cuales adems de experimentar en s sus saludables efectos, nos lohan escrito o comunicado de palabra.

    http://www.bibliotecapleyades.net/salud/salud_magnesio01.htm#indice
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    En la imposibilidad de aducirlos todos, nos limitaremos a dar a conocer en este lugar algunospocos. 1. Cura la artrosis debida al cido rico

    (De una carta fechada el 28 de octubre de 1956):Un amigo mo me recomend el libro las Virtudes Curativas del Magnesio, el que, unavez ledo, me decidi a poner en prctica el tratamiento a base de cloruro de magnesio.Los resultados no han podido ser ms sorprendentes ni ms halageos, ya que, alpoco ms de un mes de tomarlo todas las maanas en ayunas, me vi casi totalmenterestablecido (hoy completamente) de las dolencias que me aquejaban. Me encontrabaexcesivamente sobrecargado de cido rico y, como consecuencia de ello, sufra unagrave artrosis en ambos rodillas, particularmente en la izquierda, y estaba decidido adejarme operar, sabiendo que me tena que quedar la articulacin rgida, o sea, cojopara toda la vida; pero es que haca cerca de cinco meses que me tena imposibilitado ycon unos dolores terribles. Afortunadamente este peligro desapareci tomando el clorurode magnesio y hoy me encuentro mucho mejor que diez aos antes.

    Tambin sufra de dilatacin de la aorta (tengo cincuenta y dos aos) y hoy puedo decirque ya no me inspira ninguna preocupacin; pues, en opinin del doctor que me hamirado ltimamente en la pantalla, me encuentro perfectamente.

    Aparte de lo que antecede, se siente uno a los pocos das de tomar el cloruro, con unagran energa y vitalidad, que hace que hasta el carcter se transforme, ya que leproporciona una euforia y optimismo sin igual.

    Me complazco en proporcionarle los detalles de este mi caso, para que sirva deestmulo y de ejemplo a aquellos que sufren, no solamente de las dolencias reseadas,sino de todas aquellas que son propias de las personas de edad.

    2. Hace desaparecer el temblor senil

    (De una carta fechada el 2 de marzo de 1956):

    Desde que terminaron de publicarse los artculos del P. Francisco Manzanal sobreVirtudes Curativas del Magnesio, he sido un propagandista del cloruro de magnesio.

    Yo lo tomo desde entonces y sus efectos han sido ms y mejores de lo que yoesperaba. Empec por tomarlo para aliviarme del temblor senil que me impeda escribiry hasta poner mi firma, si no era sujetndome la mano derecha con la izquierda, y metemblaba la mano al beber, y dems usos. A los cuatro das de tomar una dosis bastantefloja, ya not sus efectos, pero no quise dar crdito, hasta a los trece das en que, sinquerer, di un grito de entusiasmo al ver la facilidad y constancia en poder manejar lapluma y dems enseres. Padeca desde muchos aos hemorroides constantes y se me han curado totalmente,y esto que ya trataban de operarme. Ahora, a pesar de los tiempos reinantes, esto eraen febrero de 1956, sin usar bufanda y saliendo de casa varias veces al da, no hecogido ningn resfriado. Otra ventaja he observado en mi ya achacoso cuerpo;optimismo, alegra de vivir, agilidad de mis piernas y rodillas a mis 62 aos. Son muchas las personas que me agradecen les haya aconsejado el cloruro demagnesio. Es un laxante eficaz y el ms econmico.

    3. Desvanece el agotamiento intelectual

    (De una carta fechada el 17 de junio de 1957):Me dirijo a usted para solicitarle el libro Virtudes Curativas del Magnesio. Tengointers en tenerlo; pues conozco el resultado satisfactorio que ha obtenido con eltratamiento del magnesio un seor que sufra desgaste y agotamiento intelectual yahora sigue trabajando incansable. Como soy enfermera y tambin otros me han

    hablado de los efectos del magnesio, es por eso que deseo tener este libro.

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    4. Otros notables efectos beneficiosos del magnesio A. Un hombre de carrera, de unos 60 aos de edad, padeca de cierta infeccin

    intestinal crnica. Un amigo le proporcion Virtudes curativas del magnesio.Despus de dos meses, escribi estas textuales palabras:Hace un mes que tomo magnesio y me he librado de un achaque que haca 35aos lo llevaba conmigo.

    B. Hace algn tiempo se present un individuo diciendo que, poco antes, apenaspoda valerse por el reuma; incluso le haban de vestir. A los pocos das detomar magnesio, le desapareci el mal y ahora - dijo - me siento como unatleta, y comenz a gesticular como tal. Todava dijo ms:Mi madre - aadi - que ya pasa de los 80 aos, desde que toma magnesio seencuentra como una joven.

    C. Un lector que toma magnesio y que est entusiasmado con l por los buenosefectos que le ha producido, fue a visitar a un amigo suyo que saba estabaenfermo. Se lo encontr en cama aquejado de fuertes dolores, pues padeca dela prstata y le haban de operar. Le recomend tomara magnesio, comoefectivamente lo hizo. A los pocos das, se lo encontr en la calle, tranquilo, sinhaber sido operado y como si nada hubiese tenido.

    B) EN LOS CASOS REFERIDOS NO SE TRATAR DE SUGESTIN? Antes de contestar directamente a esta pregunta, hay que saber qu es sugestin, lo cualvamos a hacer aduciendo dos casos: uno provocado por el profesor Slosson y el otro referidopor el psiclogo Gillet.

    Primer caso: Un da el profesor Slosson llega a clase con un frasco de un lquido transparente.Sus alumnos, al entrar, concentran sus miradas intrigantes en el frasco. El profesor, a su vez,fija sus ojos centelleantes en los discpulos y les dirige unas breves palabras de aclaracinpara justificar su modo de proceder. Se trata de un experimento sumamente delicado para elque reclama la cooperacin de los jvenes del aula. El doctor Slosson infunde a sus alumnos el convencimiento de que jams han percibido un olortan fuerte como el del lquido que conserva en el frasco; con todo, les advierte que, durante laexperiencia que piensa realizar, no se sentirn excesivamente molestados por el olor dellquido. Les ruega encarecidamente que, una vez haya destapado el frasco, le vayan indicando cundoempiezan a percibir la accin odorfica del lquido, para que l pueda precisar la velocidad depropagacin de las partculas existentes.

    El profesor quita cuidadosamente el tapn del pequeo frasco, echa unas gotas del lquidosobre un pedazo de algodn y se retira convenientemente para no dejarse inficionar tan decerca por el influjo del lquido. Qu sucede?

    A los quince minutos, los alumnos de la primera hilera de los bancos levantan la mano: hannotado ya el escozor del lquido. Unos intervalos ms, los de la segunda serie dan tambinseales de haber respirado el aire contaminado por las partculas del lquido. Apenas hatranscurrido un minuto, las tres cuartas partes de la clase se sienten impresionados por el olor,hasta el punto de que muchos pretenden abandonar el aula.

    La voz del profesor resuena de nuevo, entremezclada con una sonrisa.No han de temer los jvenes universitarios: el lquido del frasco que ha producido efectos tanalarmantes, no es sino agua pura, de clara transparencia, cuyas molculas gozanntegramente de las propiedades esenciales del agua.Los alumnos de aquella clase han sido vctimas, no de la peligrosa contaminacin de un lquidomeftico, sino de un fenmeno psicolgico, conocido vulgar y cientficamente con el nombre desugestin.Este hecho - anota Jos O. Martnez, S.L., al reproducirlo en su libro Cmo curar laneurastenia? - que, tal como acaba de ser escrito, parece extraordinario e increble, en suscaracteres generales es muy frecuente.Este primer caso es un ejemplo palpable de heterosugestin, es decir, de sugestin provocadapor otro.

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    El que a continuacin ofrecemos, presentado por Gillet, es de autosugestin, de sugestinprovocada por uno mismo.

    A un hotel de nfima calidad llega un hombre de mediana edad. Las tinieblas denssimas de lanoche se avecinan. El forastero, despus de haber cenado se retira al aposento.

    A altas horas de la noche, el husped se despierta por el acceso de tos. Es asmtico y elahogo le oprime. Anda a tientas por la habitacin, hasta que al fin llega a los cristales. Laasfixia aumenta. No puede hallar la falleba de la ventana. Impaciente, acosado por el dolor, destroza con sus puos los cristales.Ah! Qu diferencia! Qu mejora! - exclama.Devora el aire puro de la noche... La tos va desapareciendo. El forastero se calma. Se acuestade nuevo. Pasa lo restante de la noche con normalidad absoluta.

    Al da siguiente, al despertarse, advierte con horror que ha aporreado el cristal del reloj depared..., cuyo aire apolillado haba estado respirando la noche anterior, y en el que habaencontrado el remedio para el asma que le asfixiaba!Ejemplo notable de autosugestin - exclama Jos O. Martnez, S. I. al reproducirlo en el libroantes citado. Si bien es verdad - aade - que la sugestin es muy frecuente en todos los rdenes de lavida, hay que tener, con todo, presente la posicin de los que, imbuidos en ideas psicolgicasnada cientficas y a las veces supersticiosas, ensanchan desmesuradamente el campo de estehecho y atribuyen a sugestin lo que, en realidad, no lo es. Ya que hablamos de sugestin ytenemos ante la vista ese nmero de falsos psiclogos... Se trata de los milagros de Lourdes.

    Al llegar a sus odos las relaciones de esas curaciones, los influidos de doctrinas perniciosas,sin detenerse a examinar, slo tienen unas palabras.Todo eso...? Superchera...!, no es sino sugestin!Lean los tales, lo que escribe el doctor Boinerie acerca de este particular:En Lourdes no hay sugestin, pues las curaciones que all suceden no corresponden a ningntipo de sugestin, pues las curaciones son sbitas, como las curaciones funcionales, peroestables como las curaciones orgnicas.Y a todo esto se dir: qu es sugestin? Se han dado muchos definiciones de sugestin, las ms de las veces incompletas o inexactas. Una de las que ms satisface es sin duda la que propone el psiclogo Fernando MaraPalmes , S.I., en un artculo aparecido en la revista madrilea Razn y Fe:Sugestin - dice - es un proceso psquico que se verifica con cierto grado de automatismo porparte de las actividades inferiores, es a saber: de la razn y del libre albedro.He aqu delineados, segn esta definicin, los dos elementos esenciales a toda sugestin.

    En primer lugar se requiere:a. un proceso psquico inferior, que se reduce a un fenmeno ms o menos complicado deasociacin, por el cual un fenmeno suscita a otro, hasta llegar a un movimientocorporal interior o exterior, o a una tendencia, a un sentimiento, a un conocimiento o acualquier otro fenmeno mental, sin exceptuar actividad mental alguna; y, adems

    b. un grado ms o menos pronunciado en el psiquismo superior, respecto de dichoproceso. Ni el primer elemento separado del segundo, ni ste separado del primero sonsugestin. Esta se halla constituida esencialmente del complejo o junta de los dos.

    A la vista de esta definicin de sugestin y de los casos particulares antes referidos, veannuestros lectores, si las curaciones anteriormente expuestas, obtenidas con el tratamiento desales de magnesio, pueden explicarse puramente por sugestin.

    C) SE DESCARTA QUE EL MAGNESIO OBRE SOLO POR SUGESTINPor si alguno de nuestros lectores no queda, con lo hasta aqu expuesto, enteramente

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    convencido de que el magnesio obra fsica y qumicamente en el organismo humano y nopuramente por sugestin, le ofrecemos a continuacin un caso notable, referido verbalmentepor el mismo interesado.

    El aludido relator enferm de tifus cuando tena unos 33 aos de edad. Sali bien de laenfermedad; pero el mdico le advirti que, despus de algn tiempo, experimentara a mediatarde fuertes dolores intestinales debidos a fermentaciones provocadas por algn alimento, quel entonces no podra prever cul sera. Y as fue en efecto: Algn tiempo despus, le vinieron dichos dolores.

    Acudi a otro mdico, pues entonces resida en otra poblacin, y ste le dijo que debaaveriguarse el alimento que se los ocasionaba; cosa no siempre fcil, aadi. Le pregunt sisola tomar leche, y, al responderle afirmativamente, le sugiri que pasase tres das sin tomarotro alimento ms que leche. Como no se le reprodujeron los dolores, la conclusin fue que elresponsable del mal no era la leche. Entonces el mdico le dijo que aadiese pan a la leche, y al primer da de hacer esto, lerepitieron los dolores. El mdico ya no dud de que el causante del mal era el pan y, enconsecuencia, que deba abstenerse de tomarlo.

    Con esta abstencin fueron pasando los meses y aun los aos, sin que nuestro informantefuera molestado de los dolores; con la particularidad de que poda comer macarrones, fideos ysmola, sin que le sobrevinieran los dolores intestinales, a pesar de estar hechos de harinadichos alimentos: es que esta harina no ha sufrido fermentacin previamente como la del pan.

    Despus de transcurrido mucho tiempo, un buen da le repiten los dolores, no obstante estarpersuadido de que no haba comido pan. Acudi de nuevo al mdico. ste le sugiri le fuese nombrando los manjares que haba comido y, al saber que uno de elloseran albndigas, exclam el mdico:No diga ms; es que una buena parte de albndigas estn hechas de pan.

    Aos ms tarde, un cocinero, que saba que nuestro individuo no poda comer pan, quisoprobar si esto era pura aprensin, dndole a comer pan sin que el interesado se diese cuenta.

    A este fin calent en el horno miga de pan sin que llegara a tomar el color tostado, y la triturde manera que pareciese smola. Naturalmente, el individuo en cuestin, ignorante de la treta,comi de aquella smola como lo vena haciendo con la smola legtima, y esta vez levolvieron los dolores. El cocinero, pues, pudo convencerse de que los malos efectos del paneran realmente debidos al pan y no fruto de la imaginacin.

    En tiempo rojo y durante los primeros aos de la posguerra, nuestro comunicante poda comerpan sin dolor alguno: es que aquel pan negruzco todo lo era menos pan legtimo. Volvi eltiempo del pan blanco y ya no poda comer de l. En 1954, al enterarse de las maravillas que obraba el magnesio, comenz a tomar cada da

    alguna de sus sales, y desde entonces puede comer todo el pan que quiera y sin que se lereproduzca la pasada dolencia, despus de ms de 40 aos que deba abstenerse de l: ahoratiene ya 77 aos.Que el magnesio tiene virtud intrnseca para actuar favorablemente en el organismo humano yque no obra por pura sugestin, se deduce tambin por los testimonios mdicos de grancompetencia que lo aseguran y por los muchos casos que se refieren en el segundo captulode este libro, como tambin cientficamente estudiando las propiedades inherentes a esteelemento introducido en el organismo bajo la forma de alguna de sus sales, es decir, no bajo laforma metlica, sino inica.

    Y todava queda descartado cualquier resquicio de sugestin sabiendo que las sales demagnesio no slo previenen y curan muchas enfermedades en los animales como largamentese explica en el captulo 3. de este libro, sino tambin en los vegetales, en los que portestimonio de agricultores han obrado verdaderas maravillas.

    Va a hacer sugestin en los animales que ingieren sin saberlo, o en las plantas que carecen

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    de todo conocimiento? Regresar al ndice

    CAPITULO IIEL MAGNESIO EN EL ORGANISMO HUMANOLas carencias y desequilibrios en la parte orgnica de los alimentos del hombre causanterribles estragos. Conocidas de todos son las carencias de vitaminas, las cuales han atrado de tal manera laatencin de los sabios, que han emprendido contra esas carencias una lucha seguida devictorias. No as con respecto al desequilibrio mineral del hombre que contina haciendoestragos, sin encontrar oposicin. Pues, por una parte, este desequilibrio ha sido menos estudiado por los sabios, y por otra,sucede que los poderes pblicos lo fomentan inconscientemente y la opinin pblica continaignorndolo.

    A) LA SALUD Y EL EQUILIBRIO MINERAL EN EL HOMBREComo hace notar Francisco Manzanal, S. I., la atencin de todo el mundo se dirige a conseguirel don natural que juzga ms precioso: su salud. Es que la conservacin de la salud, la preservacin y cura de las enfermedades infecciosas,admite una solucin diversa y ms eficaz que la que se sigue ordinariamente, es decir, la de lalucha contra los microbios por medio de antispticos, vacunas y sueros. stos van creciendocontinuamente y no pocas veces dan lugar a efectos perniciosos y aun contraproducentes, queya no tratan de ocultar los galenos que quieren ser sinceros.

    Hoy da, desde hace algn tiempo, empieza a dirigirse ms la atencin sobre el terreno dondese desarrolla el microbio, que sobre el microbio mismo; en una palabra: atiende ms a ladisposicin del organismo que al microbio que lo invade continuamente. Y con razn. Es que lafuerza del microbio, segn se ha comprobado, radica en la pobreza del terreno, cuyaresistencia natural queda frecuentemente paralizada por causas diversas. Por esto, Pasteur pudo decir a este respecto:El microbio no es nada, el terreno es todo.Pues bien, una de las causas ms importantes de la mala disposicin del terreno delorganismo humano en su lucha contra los microbios es el desequilibrio mineral. He aqu un pasaje del doctor Alexis Carrel , que da luz sobre el particular:

    Los microbios y los virus se encuentran por doquier: en el aire, en el agua, en nuestroalimento. Se hallan siempre presentes en la superficie de la piel y en las mucosas digestivas yrespiratorias. Sin embargo, en mucha gente permanecen inofensivos. Entre los sereshumanos, unos estn sujetos a ciertas enfermedades y otros son inmunes a las mismas. Esteestado de resistencia proviene de una constitucin especial de los tejidos y de los humores,que impide la penetracin de los agentes patgenos o los destruye cuando han penetrado. Esta es la inmunidad natural. Ella preserva a ciertos individuos de casi todas las enfermedades - prosigue diciendo eldoctor Carrel.

    Es una de las cualidades ms preciosas que el hombre puede desear. Ignoramos sunaturaleza. Parece depender, a la vez, de cualidades provenientes de los progenitores y de

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    otras adquiridas en el curso del desarrollo. Hay razas sensibles o resistentes a ciertas enfermedades. Se observan familias predispuestasa la tuberculosis, apendicitis, cncer, enfermedades mentales. Otras, en cambio, resisten atodas las enfermedades excepto a las degenerativas que sobrevienen a la vejez. Pero lainmunidad natural no se debe solamente a la constitucin hereditaria; proviene tambin del

    gnero de vida y de la alimentacin, como lo ha demostrado Reid Hundt hace tiempo.Nosotros no sabemos todava qu modo de vida podr producir en el hombre la resistencianatural a las infecciones. La prevencin de cada enfermedad por inyeccin de vacunas osueros especficos, los exmenes mdicos repetidos en la poblacin, la construccin degigantescos hospitales y sanatorios son medios costosos y poco eficaces para desarrollar lasalud de una nacin. La salud debe ser una cosa natural de la que no hay que preocuparse. Adems, la resistenciainnata a los individuos un vigor y una intrepidez de la que carecen los que deben su vida a lamedicina y a la higiene. Las ciencias mdicas, en adelante, deberan orientarse a la bsqueda de esos factores de lainmunidad natural.Tales son los nuevos puntos de vista del doctor Carrel, respecto de la salud y la manera deconservarla o de recuperarla cuando se ha perdido, que a ms de uno podrn parecerrevolucionarios.

    De dos fuentes principales hace provenir el citado mdico la inmunidad natural espontnea: delas propiedades hereditarias del organismo y de las conseguidas en el curso de su desarrollocontinuo por el rgimen de vida y de la alimentacin. El terreno de nuestro organismo,cualquiera que ste sea, se puede disponer mejor o peor contra los agentes que le van aatacar por medio de las segundas propiedades. Respecto de las primeras propiedades, las ciencias no pueden nada: cada uno debercontentarse con las que le han cado en gracia. Las otras, sin embargo, son susceptibles deperfeccin y mejoramiento, y los hombres de ciencia han dado pasos, con sus estudios yexperiencias, para encontrar esos factores de la inmunidad natural.Mltiples estudios y experiencias han llevado a la conclusin de que, en la inmunidad natural,tiene una parte principalsima lo que muy ajustadamente se ha dado en llamar equilibriomineral. En este captulo nos esforzamos en divulgar, segn lo hace el P. Manzanal, los modosconcretos de conseguirlo y fomentarlo.En el organismo humano hay dos clases de elementos qumicos, llamados respectivamenteorgnicos y minerales. Los elementos orgnicos son el carbono, hidrgeno, oxgeno y nitrgeno, por ser los queprincipalmente constituyen los compuestos orgnicos. Los elementos minerales, que enconjunto forman del 4.3 y 4.4 por 100 del peso del cuerpo humano adulto, son, por ordendecreciente en cantidad, el calcio, fsforo, potasio, azufre, cloro, sodio y magnesio. Todava deben sealarse los llamados oligoelementos, por hallarse en cantidadesinsignificantes, los cuales, por orden decreciente en cantidad son: el yodo, flor, hierro, bromo,aluminio, cobre, manganeso, cinc, arsnico, silicio y boro.

    Los elementos minerales, considerados en conjunto, desempean un triple papel: unos sirvena la formacin del esqueleto y tejido; otros intervienen en la formacin de fermentos y diversoscatalizadores bioqumicos; otros forman disoluciones inicas e intervienen en sus condicionesde equilibrio, tan importantes en los fenmenos vitales.

    Frecuentemente, cuando la proporcin de los elementos minerales no tienen el valor deseadoen el cuerpo humano, las perturbaciones que de ello se siguen pudense atribuirindiferentemente, ya al exceso de uno de los elementos, ya a la carencia del antagnico, queno est en cantidad suficiente para equilibrar al otro que es, relativamente, demasiado

    abundante.Pongamos por ejemplo la proporcin que hay en un terreno entre el potasio y el magnesio (K/

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    Mg), que es de especial importancia para los vegetales. Si abunda mucho el potasio conrelacin al magnesio, podemos decir que las plantas son envenenadas por un exceso depotasio, o tambin que son envenenadas a causa de la carencia de magnesio, que nocontrarresta en las plantas la absorcin de potasio o sus efectos.

    Es una ley universal la necesidad de un equilibrio mineral determinado para asegurar eldesarrollo y funcionamiento armnicos, tanto del hombre, como de los animales acuticos yterrestres y de las plantas. Si ste falta, vendrn trastornos del organismo. Un desequilibriopronunciado hace sentir prontamente sus efectos, pero tambin un desequilibrio pequeopuede causar trastornos considerables, si contina durante mucho tiempo. Puede servir de ejemplo el caso de aquellas regiones pobres en yodo; algunos de sushabitantes, al faltarles este alimento insignificante, sufrirn trastornos de la glndula tiroidea ytendrn el llamado vulgarmente mal de paperas o bocio.

    B) DESEQUILIBRIO MINERAL EN EL HOMBRE POR FALTA DE MAGNESIOEntre los elementos minerales del organismo humano hay tres que constituyen un interesantetro de mutua dependencia, a saber: magnesio calcio sodio

    Estos tres elementos para formar equilibrio deben encontrarse en el hombre, segn se cree, talcomo se encuentran en la naturaleza, por ejemplo, en las cscaras de los huevos de pjarossalvajes. Repetidas experiencias, de las que ms adelante se hablar, han llevado a la afirmacin deque el magnesio juega un papel importante en la vida de las plantas, de los animales y, porextensin, del hombre, con el mismo derecho que otros tres elementos ms conocidos: elnitrgeno, el fsforo y el potasio.

    En el hombre los huesos son el principal depsito de magnesio, aunque contienen ocho vecesms calcio que magnesio; tambin existe en los tejidos muscular y nervioso y en la sangre. Copisarov seala en el hombre la siguiente proporcin de magnesio: huesos, 31.7 a 46.6 por1000; hgado, 22.5 por 1000; bazo, 6.2 a 7.5 por 1000; pelo, de 9.2 a 127 por 100. El plasmadel hombre adulto contiene de 2.4 a 3 miligramos de magnesio por 100 centmetros cbicos;los glbulos rojos, de 61 a 7.1 miligramos por 100 y la sangre completa, 4.5 miligramos por 100centmetros cbicos.

    Es un hecho innegable que una gran parte de las personas se hallan bajo los efectos deldesequilibrio mineral, particularmente por falta de magnesio en su organismo. Naturalmenteque esta escasez proviene de una alimentacin deficiente en este elemento mineral. El agricultor francsH. Vilain seala tres causas principales del desequilibrio mineral en el

    organismo humano, en una conferencia pronunciada en Lachapelle (Francia), donde posee ycultiva una gran finca. 1. Una ley mal hecha, que no conoce como abonos ms que tres elementos: nitrgeno,

    potasio y fsforo. Un abono que los contenga es legalmente completo, de suerte que elcultivador es impulsado a creer que a las plantas no les faltar sustancia til, si hanrecibido estos tres elementos. Somos un rebao - dice - dirigido por un pastor, bueno omalo, a quien seguimos con sus consecuencias. La ley sobre los abonos - contina el mismo autor refirindose a la ley francesa - nosobliga a contentarnos con tres elementos, siempre los mismos, para todos los terrenos,para todas las especies y variedades de plantas. Esto es sencillamente absurdo. Vosotros - dirigindose a sus conciudadanos - habis contactado conmigo este error yyo soy feliz al mostraros que la aldea de Lachapelle revive, aunque sea fuera de la ley.

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    2. El abono de la potasa y el empleo de sales de potasio puras: Por todas partes se repite:Cuanto ms potasa empleis, tanto ms abundantes sern vuestras cosechas. Y elresultado es que el exceso de potasa ha creado un envenenamiento potsico crnico,sobre todo all donde, en lugar de silvinita, que aporta con la potasa otros muchoselementos tiles, se han empleado sales puras: cloruro, sulfato, nitrato.

    El anlisis ha revelado que los abonos ordinarios, con mucha potasa o poco o nada demagnesio y de sodio, acarrean modificaciones importantes en el equilibrio mineral de losvegetales, aumentando el porcentaje del potasio con relacin al del magnesio. Se hanobtenido, sin abonos, remolachas que contienen cinco veces ms potasa que magnesia.Con la aplicacin de distintos abonos, las remolachas de la misma variedad contenan150 veces ms de potasa que de magnesia.

    3. El abuso del superfosfato como fuente de cido fosfrico: El superfosfato contiene un 50por 100 de yeso. Donde el superfosfato es empleado con exceso, las plantas absorbendemasiada potasa del suelo; de ah la perturbacin del equilibrio mineral y el riesgo deintoxicacin del ganado. El kuhima-phos o escorias Thomas, que es superfosfato sin yeso, no tiene estospeligros ltimos.

    Descubierta la raz de los males, ya se ve dnde debe aplicarse la segur: evitar elexceso de potasa, yeso y amonaco en los terrenos, y suministrarles magnesio en formade fosfato, nitrato, carbono y sal marina no purificada. De este modo se asegura elequilibrio mineral en los vegetales y animales y, consecuentemente, en el hombre quese alimenta de ellos.

    La prodigiosa influencia que se atribuye al cambio de aires para la salud, no puede explicarsepor un mero cambio de stos. Pero, teniendo en cuenta que cambiar de aires es cambiar tambin de agua, suelo y dealimentos de composicin mineral distintas, entonces se explica fcilmente este influjo tanextraordinario sobre la salud. La eficacia indiscutida de las estaciones termales es debidaprimeramente a la mineralizacin caracterstica de las aguas, y tambin a los alimentosproducidos sobre el suelo, que lleva consigo algunos de los elementos tan raros que escapan aveces al anlisis corriente.

    Por su parte el mdico francs Pedro Delbet aduce las siguientes razones para demostrar quela alimentacin de los pueblos civilizados es actualmente menos rica en magnesio que en otrostiempos.

    La primera es el refinamiento de la sal. Antes se usaba en la mesa y en la cocina la sal gruesay gris, es decir, la sal sin especial refinamiento. En tiempo hmedo se licuaba, en tiempo secoy caluroso se converta en masa un poco dura. Esta delicuescencia de la sal se deba a lapresencia del cloruro magnsico. El anlisis de dicha sal gruesa y gris mostr que contena por kilogramo 1.7 gramos demagnesio. Para evitar la incomodidad que representa el humedecimiento de la sal, se comenza eliminar una gran parte del cloruro magnsico, de suerte que ahora la sal refinada slocontiene de 0.35 a 0.45 gramos de magnesio, en vez de 17 que tena antes, o sea una cuartaparte. De slo este hecho resulta que la racin magnesiana ha disminuido unos 50 gramoscada ao por persona. La segunda causa de la disminucin del magnesio es el cernido de las harinas, siguindose deello un pan desmineralizado. Sobre este punto leamos, en primer lugar, estas lneas de Alexis Carrel :Nuestra vida est influenciada en muy grande escala, por los diarios. La publicidad esthecha nicamente en inters de los productores y nunca de los consumidores. Por ejemplo, seha hecho creer al pblico que el pan blanco es superior al moreno. La harina ha sido cernidade un modo cada vez ms completo, y as ha sido privada de los principios ms tiles. Se conserva mejor y el pan se hace ms fcilmente. Los molineros y panaderos ganan msdinero. Los consumidores comen sin duda un producto inferior. Y en todos los pases donde el

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    pan es la parte principal de la alimentacin, las poblaciones degeneran. Sumas enormes seinvierten en la publicidad comercial. Gran cantidad de productos alimenticios y farmacuticos, intiles y frecuentemente nocivos,han venido a ser una necesidad del hombre civilizado.

    Alexis Carrel est perfectamente de acuerdo con Pedro Delbot, quien nos dice:

    El pan era antiguamente el alimento ms rico en magnesio. Era la principal fuente de l parala humanidad occidental que se alimentaba de pan. El pan y la sal solamente eran el smbolode la hospitalidad, eran los elementos fundamentales de ella. Ahora bien, se ha llegado aeliminar del pan la mayor parte del magnesio contenido en el trigo. Esta falta grave contra la higiene alimenticia no tiene otra explicacin que la satisfaccin de lavista. La nica razn de preferir el pan blanco es el agrado que su blancura produce a la vista.Se paga esta elegancia con una disminucin de la energa y de la salud. El magnesio seacumula en las envolturas del grano, envolturas a las que se aplica la molinera perfeccionada,y las logra descartar.Se han analizado las distintas harinas y salvados. Los resultados, por cada 100 gramos, en miligramos de magnesio, son:

    La aberracin sobre esta cuestin es tal, que la harina que contiene una notable cantidad demagnesio (62 miligramos por 100 gramos) recibe el calificativo de baja. Y por este error insospechado, la mayor parte del magnesio est destinado a los animales enla harina de baja calidad y en el salvado. Por consiguiente, con razn se puede decir que los perfeccionamientos de la molinera son unacausa importante de la degeneracin, que es causada por la mala mineralizacin de losalimentos.

    Pedro Delbet viene de nuevo sobre este punto capital:

    En este asunto la molinera tiene la primaca, pues en nuestro pas el pan es el alimentoprincipal. Por un error inimaginable, el cernido de las harinas ha sido apurado tanto, que elprecioso magnesio del trigo ha sido eliminado del pan blanco. Yo he demostrado que el panblanco es cancergeno .Por su parte, Schrumpf-Pierron nos notifica que, en el pas donde se come mucho pan, ste, sies bueno, suministra la mayor parte del magnesio alimenticio. Pero, he aqu que nuestro pan contiene siete veces y media menos de magnesio (MgO) que elque toman los campesinos de Egipto. Si nuestro pan europeo tuviese la convenientemineralizacin magnesiana, un individuo que consumiese 500 gramos de pan ingerira 830miligramos de magnesio, mientras que ahora slo ingiere 320 miligramos.

    La tercera causa de la pobreza del magnesio en la vida moderna proviene de la agricultura. P.Delbet experimentaba que las patatas degeneraban en cierta regin al cabo de tres aos quese haban plantado en ella. Era preciso importarlas de los Pases Bajos, Flandes y Monte San Miguel, es decir, de terrenosparticularmente ricos en magnesio.

    Es cosa enteramente averiguada que las plantas fijan el magnesio en tiempo de sumaduracin; que unas especies lo fijarn ms que otras, supuesta siempre una relacinproporcional entre el contenido de la planta en magnesio y el del suelo.

    C) MANERA DE OBTENER EL EQUILIBRIO MINERAL EN EL HOMBRE Acabamos de ver que el organismo humano se halla en desequilibrio mineral particularmentepor la falta de magnesio.

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    Ahora bien, este desequilibrio mineral produce estragos sin cuento en los seres humanos, porno encontrar apenas oposicin, es decir, reaccin para alcanzar el debido equilibrio. Hombres de ciencia que se han preocupado de este grave problema y lo han estudiado afondo han estampado frases como stas:Los microbios patgenos son muy temibles en los organismos desequilibrados; pero en el

    mundo equilibrado, no seran quiz ms que una curiosidad de laboratorio.Pero es el caso que estos microbios llevan tras s la mayor atencin de los mdicos e impidenas - y por eso sobre todo son temibles - descubrir la verdadera causa de las enfermedadesque aquejan al gnero humano: el desequilibrio mineral, y de poner ah el remedio.

    Mientras que la lucha contra los microbios acapara una mayor actividad de los sabios y ladiligencia de los servicios sanitarios, se asegura la multiplicacin de estos mismos microbios aquienes se pretende combatir, se aumenta su virulencia, ofreciendo por todas partes unaexcelente disposicin para su desarrollo: los organismos desequilibrados del hombre, animalesy plantas. Y los abonos minerales que pueden restablecer, al menos en parte, un equilibrio mineral msperfecto, se emplean frecuentemente de tal manera que son responsables de un desequilibriomineral que no cesa de aumentar.

    Y bajemos a casos concretos. El doctor Hurfez-Sacleux ha constatado cada ao casos deenteritis graves en los nios, y ha establecido una relacin proporcional entre los casos de estaenfermedad y la cantidad de leche de vaca que toman los nios.

    H. Vilain hace notar que precisamente se dan estas enfermedades cuando el alimento de lasvacas es a base de remolachas, cuya composicin mineral es muy poco variada, sobre todo sien los abonos predominan las sales de potasio, como se aconseja desatinadamente a loscultivadores. En consecuencia, que el desequilibrio mineral de la leche de dichas vacas es lacausa de las enfermedades graves de estos nios que se alimentan de ella.

    Una buena y equilibrada alimentacin mineral ser la base de nuestra salud y de larecuperacin de excelentes cualidades en la sociedad.

    Para evitar la deficiencia alimenticia de magnesio, es preciso intensificar el cultivo de lasespecies y variedades ms aptas para fijarlo, y poner a disposicin de la planta todo elmagnesio que ella pueda fijar tilmente. ste es el camino que se debiera seguir. Pero se haelegido otro camino, con la subsiguiente perturbacin del equilibrio mineral. Se siembran trigos hbridos que se desenvuelven en terrenos pobres en magnesio, en vez deenriquecer los terrenos con abonos de magnesio. Se siembran variedades incapaces de fijar elmagnesio del suelo en proporciones convenientes.

    Los ingenieros agrnomos han de determinar qu variedades son las de mejor constitucinpara la salud. Cuando stas estn bien determinadas, quedar el trabajo de hacerlas adoptar.Las variedades, incapaces de fijar el magnesio en las proporciones debidas, deberan serproscritas.

    Un punto muy importante para llegar a la obtencin del equilibrio mineral estriba en elconocimiento de su relacin con las glndulas endocrinas. Sabido es que estas glndulas rigen, en su mayor parte, la salud y el desarrollo vital delorganismo. En este punto podemos asentar como cierto este principio: a todo desequilibriomineral prolongado corresponde un desequilibrio endocrino, que repercutir notablemente enlos individuos sometidos a l. De ah no nos extraar que los individuos de una regin presenten especiales caractersticasrespecto de los de otras regiones, que tienen un influjo mineral distinto en las glndulasendocrinas, rectoras de la vida y del desenvolvimiento del organismo.

    Los nuevos planes a realizar son numerosos: determinar cul es la mineralizacin ideal, caracterstica del alimento perfectamentesano

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    determinar cules son las plantas que pueden adquirir una mineralizacin mejor precisar el modo de cultivo de las distintas plantas y las frmulas de abonos ms aptas

    La produccin de tales alimentos se generalizara, haciendo ver a los cultivadores que ellospueden producir tales alimentos, que ellos deben producirlos y que esto es en su provechopropio, consiguiendo frutos no slo de excelente calidad, sino tambin en mayor cantidad.

    El pan, por ser primero de los alimentos, ha ocupado la atencin de H. Vilain. Insiste en que sesiembren las mejores variedades de trigo para la salud del consumidor.

    A estos trigos se les debe dar un cultivo que mejore todava las cualidades de su excelentecomposicin mineral, pues sta puede variar entre lmites no pequeos. Y, por fin, hay queutilizar debidamente estos trigos. Elimnese el salvado, que no es digerible; pero, sobre todo,de ningn modo se quiten el germen y las envolturas internas, tan ricas en vitaminas yminerales tiles, a fin de obtener un pan ms blanco.

    La panificacin directa es un excelente medio y muy poco conocido por aprovecharperfectamente el trigo de buena calidad. El trigo no se muele, sino que se pone en agua atemperatura conveniente durante cierto tiempo. Los granos de trigo absorben agua, se hinchan, se reblandecen, el germen pasa de la vida deletargo a la vida activa, se enriquece en vitamina, segrega diastasas, que le permiten digerir lasreservas nutritivas del albumen. Entonces se machaca y se transforma directamente en pastade pan. Se elimina el salvado, pero las sales solubles del salvado quedan en la pasta. No queda msque echarle sal, hacerlo fermentar y cocerlo. Este pan es muy fcil de digerir, por contener lasdiastasas del germen y las solubles del salvado. Este pan es adems, ms econmico.

    De todo lo dicho hasta aqu ya no puede dudarse de que nuestra salud exige una alimentacinms abundante en magnesio, sobre todo si se tiene en cuenta los efectos saludables y el grannmero de enfermedades que previene o remedia las ingestin de las sales magnsicas,segn hemos de ver ms adelante.

    Parece, pues, que para evitar donde se pueda las enfermedades sin nmero, que son laconsecuencia directa o indirecta de la carencia o desequilibrio mineral, es preciso y urgenteasegurarnos una alimentacin ms rica en magnesio. Cmo obtenerla? Los medios son dos:uno artificial, natural el otro.

    Sin duda, cada uno puede aadir, en forma de sales, a su alimentacin los mineralesdeficientes. Este procedimiento tiene su eficacia, como lo demuestran los enfermos curadosque lo han tomado siguiendo los consejos del doctor Delbet. Pero por dos razones este mtodono es plenamente satisfactorio; pues as los beneficiarios seran una minora, y es un medioanormal, porque se tomaran como medicamentos pedidos en la farmacia, ingredientes quedeberan estar en nuestra alimentacin ordinaria.

    El medio que mejor conviene seguir es el natural. Dado que los desequilibrios, o al menos su aumento cada da ms acusado, son consecuenciade algunos errores sealados por P. Delbet, el medio mejor es corregir estos errores, de lasiguiente manera:1. Es preciso, en primer lugar, asegurarse un pan convenientemente mineralizado. Un pan

    de esta clase sera suficiente para aumentar nuestra racin magnesiana enproporciones considerables.

    Para llegar a esto, se deberan tomar las siguientes medidas:

    A. No usar para la panificacin ms que trigos ricos en magnesio (2 gramos almenos por kilo) y relativamente pobres en potasio

    B. Prohibir por una ley el cernido de las harinas por debajo del 80 por 100C. Volver a los procedimientos de panificacin integral de antes. Las personas

    robustas que deben hacer un trabajo fatigante, preferiran el pan ntegramentecompleto. La generalidad de la gente adoptara el pan moreno. El pan blancosera reservado para los disppticos

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    D. Se debiera tener presente y estudiar la panificacin directa, sin harinas, de quehemos hablado antes.

    2.

    3. Esta modificacin del pan debera hacerse posible y ser completada por una reforma dela agricultura. La agricultura debe producir buen trigo, sin el cual no se puede hacerbuen pan, y procurar que las dems plantas, y consecuentemente los animales, tenganla mineralizacin conveniente, el equilibrio deseado.

    Hemos indicado antes que los abonos qumicos pueden traer perturbacionesperniciosas en la composicin de los vegetales; pero tambin se pueden obtener conotras frmulas de abonos minerales de una alta calidad mineral. Los seores Vilain yKuck, curando a sus animales con simple modificacin de la frmula de sus abonos, hanpuesto de manifiesto la importancia de esta cuestin y lo que se puede lograr en estepunto.

    Parece urgente dar a este problema el lugar que se merece. Podra tener lugar lainstitucin de un control para el anlisis de los productos de la tierra. Aquellos cuyacomposicin fuese juzgada malsana, deberan ser apartados del consumo.

    4. La vuelta a la buena sal, gruesa y gris, a pesar de su ligero inconveniente de lahigroscopia, no debiera ser descuidada. Pedro Delbet ha sido el heraldo de estas ideas.El ha tomado el trabajo de publicar libros, para dar a conocer estas verdades, semillasde resurreccin. El no est contento con la sola administracin de las sales halgenas del magnesio, enforma de comprimidos o de solucin en agua. Este es un medio individual, no la solucinde este problema serio y universal de la sociedad moderna, a que siempre ha aspirado.

    A sta conducirn los medios ltimamente expuestos.Otro mdico francs, el Dr. Vctor Pauchet , de la Facultad de Medicina de Pars, se esfuerzacomo su connacional, el Dr. Pedro Delbet , en dar la receta para la incorporacin de magnesio

    en el organismo: el pan integral y la sal sin refinar. Y as en su obra Permaneced jvenes, escribe (pgs. 56 y 57):El magnesio se introduce normalmente en el organismo consumiendo pan integral osalmuera, que lo contienen en abundancia. El pan blanco y la sal blanca no contienenmagnesio y, por lo tanto, el individuo se halla privado de ese precioso auxiliar. Esta lagunapuede colmarse absorbiendo sales de magnesio, preparadas en los laboratorios; pero, paraqu recurrir a este medio artificial, cuando el uso del pan integral y de la salmuera constituyenmedios tan simples y naturales?Y para que nadie se llame a engao acerca del verdadero pan integral, el mismo Dr. Pauchet explica claramente de qu pan integral habla, cuando dice:Una palabra sobre el pan integral. Se le desacredita mucho; se le echa en cara que esindigesto. A esto respondo que hay pan integral de muchas maneras. El pan que se vendegeneralmente bajo el nombre de pan integral no tiene de ste ms que la etiqueta. Lo hacencon harina blanca a la que aaden un poco de centeno y de salvado. Esta horrible e indigesta mezcla no tiene nada de comn con el pan integral, cuya fabricacines muy difcil, si el panadero no posee una instalacin especial. La molienda de Grahamnecesita una manipulacin especial y una serie de tamizajes para obtener una harina fina.

    Los molinos actuales - contina diciendo el doctor Pauchet - no estn montados, por logeneral, para poder llevar a efecto esta molienda. Hace algunos aos, bajo la influencia del Dr.Montennis, se cre en Pars, en la calle Las Casas, una panadera moderna, pero quebr,pues el filntropo que sostena aquella obra se desalent ante la indiferencia de losparisienses. Ms tarde Heudebert, e] gran fabricante de productos alimenticios higinicos, haemprendido la fabricacin de un pan integral que corresponde a la frmula perfecta. Hace pocole preguntaba yo cul era el resultado comercial de sus ensayos. S, s, ya se vende el pan integral, pero..., sobre todo, a los extranjeros. Es lstima que, anteel esfuerzo de un compatriota, los franceses no se preocupen de sostenerle y de aprovecharse

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    de este alimento natural. El verdadero pan integral recuerda, por el gusto y el aroma, elexquisito pan moreno o campestre de otro tiempo. Todos cuantos padecen de estreimientohan de consumir pan integral.

    D) EL MAGNESIO Y SU PAPEL EN TERAPUTICA HUMANAPor lo dicho, ya no es de maravillar que el magnesio haya adquirido, desde hace algunos aos,una importancia teraputica cada vez ms considerable. Elemento de transicin entre metales y metaloides, presenta gran actividad como agentecataltico o de fijacin para los metales alcalinotrreos, especialmente para el calcio y elfsforo.

    La fijacin del calcio slo puede realizarse por intermedio de ciertos agentes orgnicos,ayudados por agentes qumicos en los que se han fijado los fisilogos en estos ltimos aos yhan estudiado su papel. En todos los trabajos, los autores, se han dedicado a establecer elpapel de fijador representado por el magnesio, y a precisar, en los estudios sobre el raquitismoexperimental, que el magnesio ayuda enrgicamente a fijar el calcio sobre los huesos de losanimales hechos raquticos. El magnesio, cuya accin sobre las secreciones de las glndulas endocrinas es muyimportante, parece actuar como intermediario de las glndulas paratiroides, cuyo papel sobreel metabolismo del calcio es primordial. Las glndulas paratiroides contienen 5.8 por 100 demagnesio y la ingestin experimental del magnesio aumenta claramente la actividad de lasglndulas paratiroides. Hoy da est bien establecido que, entre las substancias que poseen la secrecin ms fijativasobre el calcio orgnico, la que mejor papel desempea, es la hormona paratiridica en primerplano.

    La hipoparatiroida conduce a una serie de trastornos entre los cuales los principalescaracterizan la tetania, y, a consecuencia de la diferencia de la fijacin del calcio orgnico y poraumento de la excrecin del calcio resultante, se ha observado la aparicin de una serie deestados patolgicos caracterizados por estados convulsivos en los nios, as como en losdeprimidos, cualquiera que sea la causa de la depresin general.

    El magnesio juega un papel considerable en el equilibrio de la fijacin paratirodica y se puedeigualmente considerar como el verdadero regulador de esta secrecin. Las experiencias hanmostrado que las sales magnsicas actan en sentido inverso que las sales de calcio. La hiperparatiroida aumenta la excrecin del magnesio, mientras que disminuye la del calcio.La ingestin de las sales magnsicas excita la secrecin paratirodica oponindose a ladescalcificacin paratirodica, derivada de la hiperparatiroida, y los trastornos convulsivos quese presentan.

    Los trabajos de Tibberts y Arch muestran claramente que la asociacin del magnesio y delcalcio favorece la eliminacin del calcio orgnico en- exceso, y puede concluirse de susexperiencias que el magnesio y sus sales constituyen agentes teraputicos de primer ordencontra los trastornos de la ateroma, favoreciendo diferentes rganos, particularmente sobre lasarterias y tejidos articulares. Se ha podido comprobar, en el servicio hospitalario, el aclaramiento sobre pantalla de lasaortas oscuras y la desaparicin de los ostiofitos, como consecuencia de un tratamiento deyoduro magnsico.

    La accin del magnesio sobre la asimilacin del fsforo no es menos importante. Laexperimentacin ha demostrado que el magnesio representa un papel considerable en laformacin de los fosfatos. Es necesario en la hidrlisis de las lecitinas, que dan el cidoglicerofosfrico, y el cido ortofosfrico. La mezcla de sales clcicas y de estos dos cidos daorigen al glicerofosfato de cal, compuesto particularmente asimilable, tanto en cuanto al fsforo

    como al calcio, utilizado para regular el equilibrio en fsforo y calcio del organismo.No deja de ofrecer inters indicar aqu los resultados de algunas experiencias. Mientras que la

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    ingestin de fosfato triclcico no determin ninguna absorcin del calcio, la del fosfato clcico-magnsico permiti comprobar una disminucin de un 50 por 100 de la cantidad de calcioeliminado por las orinas, demostrando que la presencia del magnesio ayuda a la retencin dela cal, tanto alimenticia como medicamentosa. Por tanto, aqu para ayudar a la medicacin clcica, es oportuno una indicacin importantsima

    que permita comprobar la necesidad de una asociacin de sales magnsicas con las de fsforoy de calcio para facilitar la absorcin. Estas experiencias, rigurosamente ejecutadas, permitensu comprobacin y establecimiento.

    Por otra parte, el magnesio asociado al bromo o al yodo da origen a dos productoshalogenados (bromados y yodados) de magnesio, cuya utilidad teraputica es de las msimportante. En el bromuro magnsico, el magnesio aumento su buena tolerancia y refuerza suactividad por su accin antiespasmdica. En lo concerniente al yoduro de magnesio, laabsorcin es an ms prometedora. Su actividad teraputica es mucho ms poderosa y tambin ms durable que la de losproductos yodados utilizados por la accin hipotensora del magnesio que refuerza la accinhipotensa del yodo. As se han podido expresar los resultados quimioteraputicos obtenidos enlas sales yodadas de magnesio.

    Inspirndose en esta importante documentacin y en el tratamiento quimioterpico del cncer,por H. Hartmaan, se ha estudiado y redactado la frmula de un complejo yodoyoduradomagnsico, en el cual el magnesio debe ejercer una accin teraputica. Este complejo fue experimentado primero sobre animales en aplicaciones locales para eltratamiento de diversas afecciones cutneas, llagas infecciosas, ulceraciones, etc. P. Groulade, veterinario, dio a conocer en una comunicacin los resultados experimentalesconstitutivos de una prometedora labor que pueda conseguir su aplicacin a la medicinahumana.

    Tambin el doctor Graciansky, dermatlogo, ha experimentado ampliamente la accin delyodoyodu-ro magnsico sobre las diversas variedades de lceras infecciosas de los miembros.Esta medicacin fue utilizada, sea en tintura diaria o bien en un da s y otro no, resultandoindiscutible que el tratamiento determin una cicatrizacin de las lceras. Segn la citada comunicacin del doctor Graciansky, esta cicatrizacin fue a vecesnotablemente rpida. La lcera, hasta este momento abierta, se cerr rapidsimamente.

    Al cabo de un da o dos, la serosidad se concret en forma de costras, que se curaronrpidamente, dejando aparecer una piel delgada, pero que desde el primer momento fuesuficiente para que la lesin pudiera considerarse como curada. Ms frecuentemente lacuracin fue ms lenta. La costra se form como antes, pero ms o menos rpidamente. Laconclusin que se sac fue que, en general, se requieren tres semanas para conseguir lacuracin de una lcera de importancia media.

    Recientes estudios han demostrado, en detalle, cmo el magnesio interviene en accionesbactericidas y virucidas del organismo humano. Lo daremos a conocer, segn lo refiere el director del Hospital de la Cruz Roja , de Madrid,doctor D.Carlos Blanc-Soler .El organismo humano - dice - dispone de una serie de recursos para luchar contra el paso debacterias y virus al torrente circulatorio a partir del intestino o de cualquier otro rgano, no slopor la accin macrfaga y destructora de los leucocitos, sino principalmente por la accinbactericida de determinadas substancias, como la lisozina, la espermina, etc. Una de las ltimas substancias descritas con poder bactericida y virucida, que existenormalmente en la sangre, es la properdina. Es sta una globulina que se une al complemento y al ion magnesio, dando lugar as a unsistema enzimtico. Es suficiente la falta de una parte del complemento o del ion

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    magnesio, para que el sistema enzimtico de la properdina deje de tener accin virucida,segn se ha demostrado recientemente por el virus de la enfermedad de Newcastle.

    E) DELBET, PALADN DE LA TERAPUTICA MAGNESIANANo cabe duda que el mdico francs doctor Pedro Delbet ha contribuido como nadie avalorizar la teraputica del magnesio. En los apartados siguientes hemos de hacer desfilar una serie impresionante de efectoscurativos, obrados por medio de las sales de magnesio. Por esto agradecern sin dudanuestros lectores que les demos a conocer al hroe de tantas hazaas curativas, al paladn dela teraputica magnesiana; lo que vamos a hacer presentndolo tal como nos lo ofrece eldoctor F.A. Cid.

    Al leer esta descripcin, no podemos menos de representarnos al doctor Delbet, no ya comoen una foto esttica, sino como en un pelcula cinematogrfica sacada a lo largo de susmuchos aos de vida (ms de 90).

    El famoso profesor Delbet, discpulo de Dastre, mantuvo tenazmente - a pesar de sus noventa

    y tantos aos - un frreo ndice en direccin al polo de la ciencia inexpugnable: la quetrasciende al conocimiento humano, la que cada da, en mayor cuanta, suma sus misterioscon ms muertes.

    Las particularidades del cloruro de magnesio no podan menos que fascinar, desde el primerinstante, al abigarrado grupo de sus contemporneos. Y como el espritu humano tiendeconstantemente a buscar analogas, no es de extraar que en un principio le pretendieranasignar casi un papel, si se nos permite la palabra, teleptico. Pero, all donde surgen regiones sombras, comparece en seguida el espritu investigador deDelbet con su penetrante mirada, saturada de curiosidad. Su voluble fantasa cientfica, yafrvola, ya genial, pero siempre inquieta, transform inflexiblemente esta confusa hiptesis desus contemporneos en una pattica afirmacin: las virtudes curativas de las sales halgenasde magnesio.

    Muchas cosas, si el espacio nos lo permitiera, podramos decir de este paladn de la ciencia,coronado, ahora, por una vejez gloriosa. Mas, preferimos recordar aquel hombre de anchafrente y bien formado, que ya exteriormente llamaba la atencin por su elevada estatura y porteimponente, que se establece - a fines de siglo - en el laboratorio de su maestro, en la calle deUlm.

    Sus rasgos reflejan un rostro armonioso y bien dibujado, labios finos, mentn lleno y carnoso yfrente magnficamente abombada sobre unos indefinibles ojos de mirada de acero. Cuando porlas maanas atraviesa, con su andar amplio y decidido, la puerta de la trastienda de sulaboratorio, irradia una seguridad bienhechora; todos sus contemporneos le reconocen unapaciencia infinita, incansable.

    De temperamento ms melanclico que impetuoso, ms tenaz que impulsivo, el animosoDelbet - entonces joven sabio Delbet - observaba cuidadosamente los fenmenos, y, de lamisma manera que cruza por sus habitaciones con grandes pasos firmes y rudos, as caminacon pausa y decisin en sus investigaciones, pasando de una observacin a otra, lenta, peroinflexiblemente. No procede por arranques fulminantes y arrebatadores, sino por conclusiones prudentes y, porlo mismo, irrecusables, y no hay impugnacin ni encarnizamiento capaces de alterar suprofunda calma.

    Esta tranquilidad, este tesn, esta grandiosa y perseverante paciencia, esta entrega de la vidapara la vida de la ciencia, este ex profeso olvido del pensamiento en la penumbra del misterio,tenan que resurgir. En 1891 demuestra que el lavaje del peritoneo con antispticos favorece lainfeccin. La antisepsia, basada en los descubrimiento de Pasteur, haba revolucionado el

    campo de la ciruga. Pero, si la esterilizacin de los instrumentos y de las manos permanecaigual, la accin de los antispticos sobre las llagas era puesta en duda.

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    El licor de Labarraque , el cido fnico y un sin fin de productos atacan los microbios ydestruyen las clulas. Para el pensamiento cientfico de su poca, la segunda conclusin noreza la mayora de las veces. Pero Delbet va ms lejos; sabe, desde Metchnikoff, el papel de los glbulos blancos en la luchacontra la infeccin, y constata que una solucin de cloruro de magnesio aumenta su poder

    fagocitario. En un momento, las obscuras horas de soledad en el laboratorio y los dasenterrado en sus estudios prorrumpen en un estallido que hace volver todas las miradas hacial.

    Y es entonces cuando Delbet concreta parsimoniosamente un mtodo que bautiza decitofilctico. Su objeto: exaltar la vitalidad de las clulas; un medio de accin: una sntesis decompuestos rgano-magnsicos, que sus enfermos del Hospital Necker llaman su droga y ala cual denomina Delbiase.

    A partir de este momento, queda aparentemente oscuro dentro de su gloria. Y de la mismamanera que la vida de su juventud linda casi en lo desconocido, los quince aos quetranscurrirn hasta la nueva comunicacin, sern de un ntimo recogimiento que le permitir irdesmenuzando la trascendencia de su eslabn.

    Y as en la Academia de Medicina expone que en el mundo civilizado la racin magnesiana vadisminuyendo: el pan es demasiado pobre de magnesio, la sal refinada, las conservas seconsumen con exceso. Y habla de la desmineralizacin fisiolgica magnesiana del hombre hacia los cuarenta aos,desmineralizacin agravada todava por la alimentacin deficiente en magnesio. Llega aafirmar que el agricultor debe incorporar el magnesio en sus abonos para mejorar lascualidades higinicas de los vegetales alimenticios y restituir al suelo el magnesio sacado porsus cosechas. Esto debe ser poltica del Estado:Del Ministerio de Agricultura depende la salud pblica - dice.Y mientras sus estudios - sobre la enfermedad que agota ms a la humanidad: el cncer -

    prosiguen infatigablemente consumiendo sus horas, van surgiendo nuevas comunicaciones:Accin frenadora del cloruro de magnesio en la multiplicacin de las clulas atpicas en eldesarrollo anrquico (Academia de Medicina, 1. de mayo de 1932).El cloruro de magnesio favorece la evacuacin biliar y mejora la digestin (Academia deMedicina, 1. de mayo de 1936).De la resistencia general conferida al organismo por las sales de magnesio (Academia deMedicina, con el Dr. Palios, 1. de julio de 1939).Delbiase y prostatismo. Disminucin de pH urinario (Academia de Ciencias, 25 de mayo de1940).Y citando obras y ms trabajos, trazaramos la vida del profesor Delbet.

    Como todos los hombres de ciencia, su existencia est alejada del mundo y oscura entre suluminoso pensamiento. La humanidad slo premiar al descubridor del medicamento efectivodel cncer, y es muy posible que olvide en l uno de sus precursores.

    No querramos que ocurriera al profesor Delbet, el primero de los mdicos modernos que hadebido tomar sobre s la suerte ingrata eternamente reservada a los que llegan antes detiempo, aquello de que en todas las pocas los precursores han de ser sacrificados. Este ha sido el motivo de que hablsemos de l, a travs de sus obras.

    F) MLTIPLES EFECTOS CURATIVOS DEL MAGNESIO Ante la multitud de efectos curativos atribuidos al magnesio, que nuestros lectores podrnluego apreciar, si continan leyendo este libro, no ha faltado quien le haya llamadodespectivamente panacea. Podemos, sin embargo, llamarle panacea - como advierte el Padre Manzanal - en el verdadero

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    sentido de la palabra, con una pequea acotacin explicativa.

    Si se consideran las sales de magnesio como medicamentos, entonces con razn se las puedellamar en sentido peyorativo panacea; pero, si se las considera como alimentos necesarios, acuya falta se deben muchas enfermedades, que desaparecen con la toma de cloruro demagnesio o de otra sal magnsica, entonces la experiencia ha demostrado que son unaverdadera panacea, por la multitud de enfermedades que curan. Esta son tantas, que si no las visemos confirmadas por los hombres de ciencia, nospareceran sospechosas. Pero he aqu que son casos realmente sucedidos y comprobados por la experiencia. Nosbastar para nuestro intento revisar los comunicados que el doctor Delbet ha dirigido a la

    Academia de Medicina francesa. P. Delbet, de la Academia de Medicina, es nombradoPresidente de la Asociacin Francesa para el Estudio del Cncer. Por un camino distinto hallegado a las mismas conclusiones que H. Vilain. Los dos proclaman la necesidad del magnesio en la economa mineral del mundo actual.

    Esta necesidad proviene, en parte al menos, del refinamiento meramente caprichoso y pocoracional de los alimentos, que han sufrido menoscabo de su equilibrio mineral, especialmentepor la deficiencia del magnesio. Vamos a exponer brevemente cmo P. Delbet ha comprobado experimentalmente que elcloruro de magnesio obra en multitud de curaciones, dejando para ms adelante tratar condetenimiento de las enfermedades infecciosas, tales como la difteria y el cncer, que tambinson curados o, cuando menos prevenidas, por el cloruro de magnesio. 1. El cloruro de magnesio y la fagocitosis:

    En el ao 1914, el doctor Delbet se admira de los daos de la antisepsia (conjunto deprocedimiento destinados a eliminar, alejar y destruir los microbios patgenos).Esta - nos dice - dirige sus tiros a los microbios y mata las clulas.

    Por eso, en vez de ir directamente a la destruccin del microbio, se prefiere aumentar laresistencia y actividad de las clulas, para que ellas triunfen de los microbios. A estaaccin protectora y exaltacin de la actividad celular la ha llamado citofilaxia; conceptoque debe aadirse, si es que no sustituir, al de antisepsia.

    En el tratamiento de las llagas con diversas soluciones investiga el doctor Delbet cul deellas exalta ms las propiedades citofilcticas de los glbulos blancos, tan importantesen la lucha contra la infeccin. Hasta entonces se crea que la solucin del cloruro desodio al 8 por 100 era lo mejor. Las nuevas experiencias del doctor Delbet han demostrado que el cloruro de magnesiocristalizado en solucin acuosa el 22 por 1.000, ejerce una accin tal sobre los glbulosblancos, que duplica la accin de stos en la destruccin de los microbios.

    La solucin de cloruro de magnesio ejerce benfica influencia sobre las llagas, yconserva esta influencia cuando es inyectada en el sistema circulatorio. La experienciase hizo en un perro. Se le inyectaron en una vena 150 centmetros cbicos de estasolucin. Se tomaron muestras de sangre antes y despus de la inyeccin. A losglbulos blancos de estas muestras se les inyectaron microbios de un mismo cultivo. Deesta manera, los glbulos blancos bajo la influencia del cloruro de magnesio destruyerontriple nmero de microbios que se haban tomado antes de inyectar la solucin al perro.

    Con las debidas precauciones el doctor Delbet ha hecho pruebas en el organismohumano, y ha experimentado los mismos efectos: los glbulos de la sangre reaccionanms activamente contra los microbios, invasores del organismo humano, si les ha sidoinyectada la solucin del cloruro de magnesio.

    2. Euforia y resistencia a la fatiga:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Cloruro_de_magnesio
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    Adems de estimular la accin fagocitaria de los glbulos blancos, tanto externa comointernamente, se podra pensar si el cloruro de magnesio favorece a otras clulas dedistinta actividad. Fue en el Hospital de Necker cuando se us, por primera vez, por va bucal. Haba unsoldado gravemente herido que rehusaba la inyecciones.

    El doctor Delbet dijo una maana a las enfermeras:Probemos de darle la solucin por va bucal.

    A estas palabras las enfermeras insinuaron una sonrisa.Por qu se ren ustedes?, les pregunta el doctor.Todas lo tomamos, respondieron ellas.Por qu lo toman?Es que nos da nimo en el trabajo. Hemos notado que los enfermos mostraban ciertobienestar, y a nosotras nos ha producido el mismo efecto.

    Por este suceso, que podramos llamar casual, el doctor Delbet administraba estasolucin a todos los heridos de su servicio. Las enfermeras, satisfechas por la sensacinde euforia, de energa y de resistencia a la fatiga, hicieron propaganda de la solucin.Muy a menudo, un gran nmero de personas tomaban regularmente esta solucin. Estepaso deba traer otros consigo. Sucedi que muchas personas que buscaban el efecto tonificante del cloruro demagnesio, sufran distintos padecimientos que desaparecan. Se produjeron curacionesen extremo variadas, que fueron relatadas al doctor Delbet.

    El doctor Vctor Pauchet, de la Facultad de Medicina de Pars, en su obra Permaneced jvenes, exalta de varias maneras el poder del magnesio para el bienestar corporal. As, por ejemplo, para gozar de salud recomienda consumir cloruro demagnesio (pg. 51). Esta recomendacin es consecuencia de lo que antes haba dicho (pg. 37):Los que consumen regularmente cloruro de magnesio excitan las tiroides yexperimentan una impresin legtima de rejuvenecimiento y de vida. No consumis salblanca ni pan blanco, que no contienen magnesio; consumid pan moreno y salmueraque lo contienen.

    3. Desrdenes digestivos:

    Un mdico envi al doctor Delbet su propia observacin. Tena perturbacionesintestinales penosas y persistentes. A pesar de un severo rgimen y un tratamiento deagentes fsicos (diatermia, rayos infrarrojos), su estado no haba cambiado apenas. Se somete, por fin, a la accin del cloruro de magnesio con una dosis de 2 gramos porda, suprimiendo todo medicamento. Los resultados fueron excelentes: desaparecen losdolores de la regin epigstrica y las perturbaciones intestinales. Aumenta 10 kilos de

    peso, su aspecto exterior se transforma y puede llevar las ocupaciones ordinarias sinfatiga.

    El cloruro de magnesio, tomado de una manera continua, reduce las evacuaciones enlos diarreicos. En otros, aunque al principio traiga algunas perturbaciones, el resultadode su accin habitual es una regulacin. Hace tambin que las materias fecales pierdansu olor desagradable.

    El doctor Rodrguez Mndez, en su obra titulada Apuntes sobre Medicamentos, diceponderando las ventajas de los bizcochos de perxido de magnesio (pgs. 133 y 479),conocidos con los nombres de hopogn y perhidrol magnsico, que estndestinados a combatir muchos padecimientos gastrointestinales, y, al mismo tiempo,hace constar expresamente que el perxido no irrita ni causa accidente alguno.

    En una obra de los doctores S. Milne Edwards y P. Vacasseuh, publicada nada menosque en 1835, con el ttulo de Manual de Materia mdica, al referirse al carbonato demagnesio calcinado, se dice textualmente (pg. 289):

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    Es muy ventajoso su uso, en casos de acidez de las primeras vas, que se observamayormente de esta manera como anticido y absorbente para neutralizar los cidosque se desenvuelven con demasiada frecuencia en el estmago en ciertascircunstancias. Ofrece igualmente grandes recursos, en casos de envenenamiento porlos cidos, en razn de la facilidad con que se combina con estos cuerpos y de no sernocivas las sales que resultan de esta combinacin. Un poco ms adelante (pg. 299),tratando del subcarbonato de magnesio, asegura que sus usos son los mismos que losde la magnesia calcinada y se emplea mucho en los mismos casos. Y termina diciendo:En fin, se emplea con mucha ventaja en casos de mal de piedra, que dependen de lasuperabundancia de cido rico.

    4. Accin sobre la piel:

    Es interesante la accin del cloruro de magnesio sobre picores que quiz se deban aalteraciones de la piel o a lesiones nerviosas. Una criada no poda lavar sin sentir despus picazones en las manos, que no la dejabandormir, acompaados a menudo de eczema. Haba sufrido muchos tratamientos sinresultado satisfactorio. Tomando 2 gramos de cloruro de magnesio diarios, ledesapareci la molestia. Puede lavar sin inconveniente ni molestia.

    La seora de un mdico sufra mucho de sabaones. Despus de la ineficacia de lostratamientos preventivos y curativos, renuncia a ellos, comenzando a tomar un poco decloruro de magnesio en el mes de septiembre. Con este tratamiento se pas el inviernosin sabaones. Otras personas han constatado la eficacia del cloruro de magnesio comopreventivo de los sabaones.

    Hablando concretamente de una enfermedad de la piel curada por las sales demagnesio, el doctor Delbet expone a qu se deben estos efectos curativos, dentro de suteora general de la citofilaxia. Se expresa en estos trminos:Una dosis de 2 gramos de cloruro de magnesio, tomada por va digestiva, no puedetener ninguna accin antisptica sobre los microbios de las glndulas sebceas. Acausa, pues, de una modificacin de las clulas, las glndulas triunfan de los agentespatgenos. Puede considerarse esto como acrecentamiento de la actividad celular. Yorepito que el magnesio debe considerarse como alimento, no como medicina.

    5. Operaciones quirrgicas e intoxicaciones de cloroformo:Varios efectos del cloruro de magnesio indicaban el uso de los enfermos antes de sufriruna operacin: una reaccin ms rpida y eficaz contra las infecciones, desodorificacinde las materias fecales y, sobre todo, su accin sobre el sistema nervioso.

    Se evita, ante una operacin de esta clase, una emocin desordenada y el agotamientoque ella trae, mediante el uso regulador del cloruro de magnesio que, al cabo de unoscuantos das, proporciona una especie de equilibrio del sistema nervioso. Tambinmodera las sensaciones superexcitadas y, a la vez, da ms energa.

    Un punto quedaba oscuro: su accin sobre el narctico. Delbet hizo la experiencia sobreel cloroformo, realizando la prueba con conejos. En ella lleg a la conclusin de quevarias dosis de inyecciones de cloruro de magnesio, administradas en los dasanteriores a la operacin, reducen la toxicidad del cloruro, por lo cual Delbet recomiendase practiquen inyecciones de cloruro de magnesio, como preparacin a las operacionesquirrgicas.

    El antes citado doctor Rodrguez Mndez, en su libro Apuntes sobre Medicamentos,dice, a propsito de las sales de magnesio (pg. 404):

    Los estudios de Mcltzer prueban que sus sales (cloruro y sulfato) poseen gran poderinhibitorio y anestsico. Bajo su accin ha efectuado (Meltzer) intervencionesquirrgicas.

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    6. Los achaques de la vejez:Los avanzados en edad, por debilitacin del sistema nervioso, tienen cierta rigidezmuscular que se manifiesta en diversas acciones: la marcha es un poco sacudida, albajar de una escalera necesitan apoyo... Personas de esta clase han recuperado, bajo

    la influencia del cloruro magnsico, la marcha flexible y elstica de su juventud.La primera manifestacin de esta rigidez es una modificacin de la escritura, que sehace irregular. En un grado ms avanzado est el temblor senil. Todos estosinconvenientes, pequeos o grandes, desaparecen bajo la accin del cloruro demagnesio.

    En un hombre de sesenta y nueve aos, el temblor comienza a disminuir a las tressemanas de tomar todos los das 2 gramos de cloruro de magnesio. Al cabo de cincosemanas, la escritura, que le era imposible desde haca dos aos, se hace normal.

    Una anciana de sesenta y siete aos tena, adems de otros temblores ms pequeos,temblor de los miembros superiores, con grandes oscilaciones, de manera que no podallevar nada a la boca. Toma una dosis de 3 gramos por da. El temblor disminuyerpidamente. Cesa la dosis de cloruro magnsico, sobreviene a los pocos das eltemblor. El cloruro de magnesio se lo hace desaparecer de nuevo y definitivamente.

    Las sales de magnesio obran tambin sobre algunos temblores patolgicos y hacendesaparecer las sensaciones de calambres.

    Entre las enfermedades ms propias de la vejez figuran las perturbaciones en la prstata, quese manifiestan en desrdenes molestos, frecuentemente penosos, a veces graves. Pues bien,en todos los desrdenes de miccin, graves o leves, el uso regular de comprimidos demagnesio ha hecho desaparecer o disminuir el mal. Un anciano retentista completo se dispona a una operacin de prstata. Como preparacin

    para ella toma cloruro de magnesio. Y he aqu que comienza la mejora, y sale curado delhospital, sin haber sido operado, por el benfico influjo del cloruro de magnesio.

    El aumento de la racin de magnesio detiene la evolucin de la hipertrofia prosttica, que esuna plaga de la humanidad, y a veces la hace desaparecer. Adems, parece ser unpreservativo de los desrdenes prostticos, pues los que lo usan comnmente, no los hantenido.

    Las investigaciones que se han hecho sobre rganos muy importantes de los ancianos, nosdicen que las caractersticas de estos rganos afectados por la edad son la disminucin delmagnesio y el aumento del calcio; y, por consiguiente, la proporcin, el equilibrio debido,disminuye entre estos dos importantes elementos. En los adultos el valor de esta proporcin es doble que el valor de esta misma proporcin enlos ancianos. Esta disminucin del magnesio no es un hecho secundario, ya que el aumentodel calcio; y, por consiguiente, la proporcin de accidentes y cadas de la vejez. Por eso esnecesario que el contenido en sales magnsicas de los alimentos sea tanto ms rico, cuandola edad es ms avanzada.

    El magnesio favorece la fijacin del calcio all donde su presencia juega un papel fisiolgiconormal, por ejemplo, en los huesos; mientras que lo elimina de las partes donde su presenciaes patolgica. Ejerce, pues, una accin reguladora.

    Al eliminar el calcio patolgico, el cloruro de magnesio es un excelente preventivo de lahipertensin. Los depsitos de calcio, que hacen perder su elasticidad a las arterias,desempean un papel importante en ciertas hipertensiones y en los accidentes que de ellasprovienen. La eliminacin de estos depsitos calcreos tiene, pues, una importancia grande en

    la prctica, que es favorecida por el cloruro de magnesio. Segn esto, el magnesio resulta unmedicamento muy indicado para evitar la arteriosclerosis.

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    No hay contradiccin en que el magnesio fije en unas partes del calcio y lo elimine de otras,pues el calcio se encuentra formando distintos compuestos en las diversas partes del cuerpo.

    La accin del cloruro magnsico tambin se manifiesta en la actividad cerebral. Un escritoragradeca al doctor Delbet el efecto de las sales de magnesio; pues, gracias a ellas, escribi sultima obra con suma facilidad. El reuma tambin desaparece mediante la toma de la solucindel cloruro de magnesio. Se deber tomar en pequeas dosis (una copita), maana y tarde,hasta que se note la curacin, con alguna breve interrupcin. En el organismo dbil de los ancianos los efectos del magnesio son magnficos; sin embargo,en el organismo lleno de vida de los jvenes puede an acelerar el ritmo vital produciendoefectos no saludables. Por eso, advertimos - dice Delbet - por bien de los jvenes, que no esconveniente que ellos abusen de ello, sino que lo usen con moderacin.

    En las mismas ideas abunda el Dr. Pauchet antes aducido en su obra Permaneced jvenes (pgina 57), cuando escribe:Y para acabar este captulo, dos palabras sobre el magnesio. Actualmente los mdicos seocupan mucho de la cuestin del magnesio introducido en el organismo como medioteraputico. Se ha demostrado que, en todo individuo, la presencia del magnesio est enrelacin directa con el grado de vigor.

    Rico en magnesio al principio de la existencia, el organismo posee cada vez menos a medidaque el individuo envejece y se torna senil. Parece ser que, para prolongar el perodo de vigoren el adulto, para combatir las diferencias orgnicas, la absorcin de sales de magnesioprestara grandes servicios.

    G) TERAPUTICA MAGNESIANA DE LAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS

    Los efectos curativos del magnesio se extienden, en general, a todas las enfermedadesinfecciosas. Podramos narrar minuciosamente casos de curacin en distintas enfermedades, pero nos

    limitaremos a las lneas generales de esta materia. Iremos extractando, segn lo hace el P.Manzanal, las observaciones y notas del doctor Neveu en las principales enfermedades queha tratado. 1. Gripe y afecciones de las vas respiratorias:

    El doctor Neveu atenda desde 1923 a 1939 a los enfermos de las Hermanitas de losPobres en Rochefort-sur Mer. La cuarta parte de los ancianos, fsicamente agotados,mora cada ao de bronconeumona, siendo tratados por los medicamentos usuales. El ao 1934 comienza el doctor Neveu el tratamiento magnesiano en el asilo. Daba atodos los enfermos con fiebre la solucin de cloruro de magnesio, en dosis de 125centmetros cbicos cada seis horas. Los efectos fueron excelentes: los enfermoscuraban rpidamente.

    En el invierno de 1934-1935 vino una fuerte epidemia de gripe, que atac a todos losancianos. Todos salieron inclumes de ella por la solucin de cloruro de magnesio. stales cortaba la fiebre. Los que fueron atacados de bronconeumona gripal, recibieron elmismo tratamiento, adems se les inyectaba aceite alcanforado. Curaban todos en elespacio de tres a cinco das.

    En el mes de mayo, pasada la epidemia, haba muerto en el asilo un solo enfermo debronconeumona gripal, mientras que la mortalidad en la ciudad haba sido muy elevada.Este contraste inesperado fue sealado en el Ayuntamiento de la ciudad. En lo sucesivolos ancianos adoptaron este mtodo curativo, y cuando se sentan indispuestos o confiebre, iban a pedir a la Hermana Enfermera la solucin de cloruro de magnesio a la quehaban puesto el nombre de la bebida que corta la fiebre.

    El doctor Neveu nos narra su propia curacin. Sintindose insomne y con malestargeneral, aparecieron los sntomas claros de la neumona. Acostado en el lecho, se hizollevar la solucin. Era un viernes cuando empez a tomar la solucin. Al domingo

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    siguiente, aunque no perfectamente curado, se levantaba para visitar a un amigo suyoque estaba enfermo. A partir de este momento, se puede decir que su neumona habasido cortada por el cloruro de magnesio.

    Dice el doctor Neveu que ha tratado en su clientela desde 1934, no pocos casos degripe, neumona y bronconeumona por el cloruro de magnesio, con un xito constante:He tratado en particular - son sus palabras - nios, en bronconeumonas consecutivasa la gripe o a la tosferina, que sin duda no hubieran curado por un tratamiento distintodel magnesio.

    Estas palabras del doctor Neveu se ven perfectamente confirmadas por las distintasobservaciones que de cada enfermedad nos transmite. No es nuestro intentoreproducirlas. Baste decir que la curacin, en general, es rpida; si se ha dado alpaciente una dosis suficientemente fuerte de la solucin al principio de la enfermedad,habr que aumentar esta dosis en cantidad o en nmero, hasta conseguir unamineralizacin magnesiana suficiente.

    Estas observaciones muestran el poder citofilctico de la mineralizacin magnesiana enlas afecciones pulmonares agudas, ya sean de gripe o bronconeumona,pleuroneumona o bronconeumona. La solucin magnesiana cura, en efecto, las

    enfermedades agudas de las vas respiratorias.La tosferina tambin ha sido tratada por la solucin de cloruro magnsico. Laexperiencia fue hecha en un orfelinato en 1935. Es preciso comenzar el tratamiento muya los comienzos, al notar la primera tos. De esta manera el tratamiento magnesia-nocorta la tosferina. Comenzando un poco tarde, modera los accesos de tos y corta laenfermedad.

    Estos resultados en la tos ferina se pueden tener por ciertos, dado el suficiente nmerode casos tratados por el doctor Neveu. En un caso desesperado cuando la penicilina yla estreptomicina se mostraban impotentes para combatir la enfermedad, la. solucin decloruro de magnesio salv del inminente peligro a una nia de siete meses.

    El tratamiento magnesiano posee igualmente una notable accin contra el asma,

    bronquitis crnica y el enfisema. El doctor Neveu nos dice:He obtenido resultados admirables en enfermos que haban agotado todos losrecursos de la teraputica clnica, y que varias veces haban tenido tratamientos deaguas medicinales.

    A estos enfermos hacales tomar por la maana y por la tarde 125 centmetros cbicosde la solucin durante veinte das. Este tratamiento era renovado cuantas veces suestado de salud lo haca necesario. En caso de crisis aguda, de congestin o de fiebre,les haca tomar la misma dosis cada seis horas.

    Para el doctor Neveu el mejor tratamiento contra el asma y la bronquitis crnica es stede la solucin de cloruro magnsico.

    2. Afecciones de otros aparatos:Restan todava muchas enfermedades cuya curacin puede realizarse por la solucinde cloruro de magnesio. Es suficiente para nuestro intento mencionar las msprincipales. Comenzaremos por el fornculo. El tratamiento magnesiano se opone a la evolucin deun fornculo, al principio de su formacin. (Fornculo, en lenguaje vulgar, divieso.)

    Varios enfermos atacados de fornculos y que haban ensayado todos los remedios, sehan curado con el siguiente tratamiento: 125 centmetros cbicos de la solucin decloruro de magnesio, maana y tarde, durante veinte das. Los fornculos que tenantendencia a renovarse, reventaban despus de un corto perodo inflamatorio; luegodesaparecan definitivamente. El tratamiento magnesiano es, a juicio del doctor Neveu,el mejor tratamiento de la forunculosis.

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    El doctor Neveu tambin ha curado por este tratamiento varios ntrax.

    La intoxicacin alimenticia tambin ha desaparecido por la solucin de cloruromagnsico. Asimismo la enfermedad de eczema desaparece mediante el tratamientomagnesiano. La dosis es de 125 centm