Medidas Cautelares - Gallegos Fedriani

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Ver VocesVoces : ADMINISTRACION PUBLICA ~ MEDIDAS CAUTELARES --------------------------------------------------------------------- ----------- Título: Las medidas cautelares contra la administración nacional (Principios jurisprudenciales) Autor: Gallegos Fedriani, Pablo Publicado en: LA LEY 1996-B, 1052 --------------------------------------------------------------------- ----------- SUMARIO: I. Introducción. -- II. Finalidad de las medidas cautelares. -- III. Cuestiones procesales. -- IV. Requisitos para su procedencia. I. Introducción En el tema en análisis se encuentran en pugna las facultades que deben reconocerse a la Administración Pública para el cumplimiento de sus cometidos esenciales por un lado y, por el otro, los derechos de los administrados frente a tal comportamiento de la Administración. En ese conflicto de intereses debe intervenir el Poder Judicial de la Nación, haciendo uso de las atribuciones que le son propias, como uno de los poderes del Estado, y utilizando las herramientas procesales que las respectivas leyes y códigos le reconocen. Cabe precisar que no deben desconocerse las facultades discrecionales que la autoridad administrativa posee en la materia en análisis, pero de allí en modo alguno se puede concluir que discrecionalidad implique imposibilidad de control por parte del Poder Judicial de la Nación y en especial del Fuero Federal y ello en la medida que en términos genéricos corresponde al mismo el control de legitimidad del accionar administrativo(1). En materia federal existe la posibilidad de una medida cautelar en una acción contra el Estado nacional, ya sea que la pretensión se incluya en la demanda o se deduzca en el curso de ésta. Al decir del maestro Cassagne frente al vacío legislativo específico respecto al tema en análisis, para la procedencia de las medidas cautelares contra la administración rigen los criterios establecidos para la suspensión del acto (2). "A la prerrogativa de la Administración para obtener el cumplimiento del acto por sus propios medios o ejecutarlo por sí (ejecutoriedad), le corresponde como contrapartida la garantía otorgada al 1

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--------------------------------------------------------------------------------Título: Las medidas cautelares contra la administración nacional (Principios jurisprudenciales) Autor: Gallegos Fedriani, Pablo Publicado en: LA LEY 1996-B, 1052

--------------------------------------------------------------------------------SUMARIO: I. Introducción. -- II. Finalidad de las medidas cautelares. -- III. Cuestiones procesales. -- IV. Requisitos para su procedencia.

I. Introducción

En el tema en análisis se encuentran en pugna las facultades que deben reconocerse a la Administración Pública para el cumplimiento de sus cometidos esenciales por un lado y, por el otro, los derechos de los administrados frente a tal comportamiento de la Administración.

En ese conflicto de intereses debe intervenir el Poder Judicial de la Nación, haciendo uso de las atribuciones que le son propias, como uno de los poderes del Estado, y utilizando las herramientas procesales que las respectivas leyes y códigos le reconocen.

Cabe precisar que no deben desconocerse las facultades discrecionales que la autoridad administrativa posee en la materia en análisis, pero de allí en modo alguno se puede concluir que discrecionalidad implique imposibilidad de control por parte del Poder Judicial de la Nación y en especial del Fuero Federal y ello en la medida que en términos genéricos corresponde al mismo el control de legitimidad del accionar administrativo(1).

En materia federal existe la posibilidad de una medida cautelar en una acción contra el Estado nacional, ya sea que la pretensión se incluya en la demanda o se deduzca en el curso de ésta.

Al decir del maestro Cassagne frente al vacío legislativo específico respecto al tema en análisis, para la procedencia de las medidas cautelares contra la administración rigen los criterios establecidos para la suspensión del acto (2).

"A la prerrogativa de la Administración para obtener el cumplimiento del acto por sus propios medios o ejecutarlo por sí (ejecutoriedad), le corresponde como contrapartida la garantía otorgada al administrado de la suspensión de la ejecución del acto administrativo. El ejercicio del poder debe ir indisolublemente ligado a un adecuado sistema de garantía. Por ello, junto a las prerrogativas (v. gr. ejecutoriedad del acto administrativo) se arbitran garantías (v. gr. suspensión de la ejecución o indemnización) ... La suspensión de la ejecución del acto administrativo puede tener lugar por decisión administrativa, judicial o legislativa ... la suspensión judicial tiene lugar cuando los particulares agraviados por el acto administrativo peticionan ante el órgano jurisdiccional para impedir su ejecución. La decisión impugnada es sometida a la revisión del órgano judicial, quien podrá suspender su ejecutoriedad a través de la medida cautelar de no innovar" (3).

II. Finalidad de las medidas cautelares

El fin de las medidas cautelares en todo proceso contencioso es asegurar la "operatividad" de la sentencia a dictarse; en el sentido que lo decidido en ella pueda ejecutarse y que por el transcurso del tiempo el objeto del litigio no haya desaparecido convirtiendo la cuestión en abstracta o insubstancial.

Así se ha dicho que la finalidad del proceso cautelar consiste en asegurar la eficacia práctica de la sentencia que debe recaer en un proceso y la fundabilidad de la pretensión que constituye su objeto no depende de un conocimiento exhaustivo y profundo de la materia controvertida en el proceso principal, sino de un análisis de mera probabilidad acerca de la existencia del derecho discutido (4).

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En efecto, diversas medidas que pueden requerirse dentro del denominado proceso cautelar, tienen como finalidad asegurar la eficacia práctica de la sentencia o resolución que debe recaer en el proceso principal (5).

Ello por cuanto las medidas cautelares tienden a impedir que, durante el lapso que inevitablemente transcurre entre la iniciación de un proceso y el pronunciamiento de la decisión final, sobrevenga cualquier circunstancia que imposibilite o dificulte la ejecución forzada o torne inoperante los efectos de la resolución definitiva (6).

La procedencia de medidas cautelares se halla condicionada, como principio, a que se acredite la apariencia o verosimilitud del derecho invocado por quien la solicita y el peligro en la demora, que exige la probabilidad de que la tutela jurídica definitiva que la actora aguarda de la sentencia a pronunciarse en el proceso principal no pueda en los hechos realizarse, es decir que, a raíz del transcurso del tiempo, los efectos del fallo final resulten prácticamente inoperantes (7).

III. Cuestiones procesales

Diversas cuestiones procesales plantea el requerimiento y el dictado de medidas cautelares, entre las que cabe mencionar que puedan ser decretadas aun por juez incompetente, que sean resueltas sin que la parte contraria sea escuchada ("inaudita parte"), que no determinen la competencia para el juez que deba entender en la cuestión principal (por aplicación del principio de que lo accesorio sigue la suerte de la principal), que no interrumpan la perención de instancia del proceso principal o que no subsistan al dictado de la sentencia definitiva adversa a las pretensiones del actor.

En efecto, según surge del artículo sexto, inciso cuarto del Código Procesal es juez competente para decretar medidas precautorias el que lo será respecto de la pretensión principal (8).

El desplazamiento de la competencia, implícitamente admitido por el segundo párrafo del art. 196 del Cód. Procesal se limita, en principio, a la primera instancia. Los jueces incompetentes por razón de la materia, valor y grado, deben abstenerse de revisar o modificar medidas precautorias cuando las causas no fueren de su conocimiento (9).

Sin embargo las medidas cautelares o sus modificaciones, dictadas por jueces incompetentes y apeladas por los interesados, pueden ser revisadas por un tribunal de grado de otro fuero, en el cual el juicio ha continuado ulteriormente su trámite (10).

Toda vez que las medidas cautelares pueden solicitarse mediante un proceso autónomo o bien, si se requieren dentro del proceso principal tienen diverso objeto y procedimiento (como es, entre otras circunstancias, el que deba formarse incidente al tiempo de la apelación contra su procedencia por ante las Cámaras de Apelaciones) se ha decidido que los trámites vinculados a las medidas cautelares carecen de eficacia interruptiva de la perención del proceso principal y ello se justifica porque siendo independientes de la sustanciación de aquél, no tienden a hacerlo avanzar hacia la sentencia (11).

En forma contraria al principio de bilateralidad en materia procesal las medidas cautelares se decretan y cumplen sin audiencia de la otra parte conforme los términos del art. 198, primer párrafo del Cód. Procesal (12).

Los términos del art. 15 de la ley 16.986 (Adla, XXVI-C, 1491) no autorizan a entender que una medida de no innovar dispuesta en un amparo subsista después del fallo final que rechaza la demanda, por el hecho de que en éste se haya guardado silencio sobre dicha medida. Ello es así, pues las medidas cautelares carecen de autonomía y, por lo mismo, son sólo el presupuesto de las definitivas que se adoptan en el pronunciamiento que pone fin al pleito (13).

IV. Requisitos para su procedencia

Respecto a la procedencia de tales medidas es un lugar común la exigencia de un daño irreparable en la demora y la verosimilitud del derecho invocado.

Requisitos a los que cabe agregar la contracautela por los posibles daños que puede irrogar el cumplimiento de la medida decretada.

La citada contracautela puede ser juratoria, personal o real y corresponde al juez determinarla conforme las circunstancias de la causa.

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El análisis que debe efectuar el juzgador para su dictado no es definitivo, no exigiéndose para su procedencia una máxima certeza.

En efecto las medidas cautelares no exigen de los magistrados el examen de la certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud. Es más, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra que atender a aquello que no excede del marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo agota su virtualidad (14).

Los requisitos de verosimilitud del derecho invocado y del peligro que se cause un daño grave e irreparable, se hallan de tal modo relacionados que, a mayor verosimilitud del derecho cabe no ser tan exigente en la gravedad e inminencia del daño y, viceversa, cuando existe el riesgo de un daño extremo e irreparable, el rigor acerca del fumus se puede atenuar (15).

Si bien es cierto que existe jurisprudencia en el sentido de que los requisitos mencionados se hallan relacionados de modo tal que a mayor peligro en la demora no cabe ser tan exigente con la acreditación de la verosimilitud del derecho y viceversa, ello es posible cuando, de existir realmente el peligro en la demora se haya acreditado en forma mínima la verosimilitud del derecho invocado (16).

El requisito en la demora debe juzgarse de acuerdo con un juicio objetivo, o derivar de hechos que puedan ser apreciados incluso por terceros (17).

Las medidas cautelares sólo pueden decretarse bajo la responsabilidad de la parte que la solicitare, quien debe dar caución por todas las costas y daños y perjuicios que pudiere ocasionar en caso de haberla pedido sin derecho conforme el art. 199, inciso primero del Cód. Procesal y es el juez quien debe graduar la calidad y monto de la caución de acuerdo con la mayor verosimilitud del derecho y de las circunstancias del caso. La simple caución juratoria sólo es admisible en los supuestos de máxima verosimilitud(18).

Salvo supuestos excepcionales, la contracautela debe ser real o personal y no simplemente juratoria, a fin de que queden debidamente garantizados los eventuales derechos de quien sufre la medida, ello, claro está, siempre que su monto no torne ilusorio el derecho del peticionante. La decisión para modificar la contracautela debe basarse no sólo en la mayor o menor verosimilitud del derecho y las circunstancias del caso, sino también en la magnitud del menoscabo patrimonial que eventualmente pudiera derivarse, elementos de ponderación que la ley ritual deja encomendada a la discreción y prudencia del juzgador (19).

Corresponde transformar la caución real en juratoria toda vez que la caución real es, en principio, facultad privativa del tribunal que la concede de acuerdo a la mayor o menor verosimilitud del derecho y las circunstancias del caso (20).

No se configura prejuzgamiento cuando el tribunal se halla en la necesidad de emitir opinión acerca de algún punto relacionado con la materia controvertida, lo que ocurre, entre otros casos, al decidirse sobre la admisión o rechazo de una medida cautelar (21).

Las medidas cautelares no exigen el examen de la certeza sobre la verosimilitud. El juicio en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra que atender a aquel que no excede del marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad (22).

Las medidas cautelares no exigen el examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud. Es más, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra que atender a aquello que no excede del marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad (23).

La presunción de validez de los actos de los poderes públicos, "impide disponer por vía de una medida cautelar la suspensión de la aplicación de leyes o decretos provinciales impugnados, ante la instancia originaria de la Corte, por inconstitucionales si no se invoca la irreparabilidad del perjuicio que aquélla pudiera producir a la actora. Ello obliga a una estricta apreciación de las circunstancias del caso, toda vez que a los requisitos usualmente exigibles para la admisión de una medida cautelar semejante debe agregarse la acreditación del peligro irreparable en la demora, y asimismo la consideración, ineludible, del interés público(24).

Cuando la medida cautelar se intenta frente a la administración pública es necesario que se acredite prima facie, y sin que esto suponga un prejuzgamiento de la solución de fondo, la manifiesta arbitrariedad del acto recurrido, dado el rigor con que debe apreciarse la concurrencia de supuestos que

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la tornan admisible. Y ello es así porque sus actos gozan de presunción de legitimidad y fuerza ejecutoria, razón por la cual, en principio, ni los recursos administrativos, ni las acciones judiciales mediante las cuales se discute su validez, suspenden su ejecución, conforme lo dispone el art. 12 de la ley nacional de Procedimientos Administrativos (25).

Corresponde mantener la medida cautelar dispuesta cuando la administración no acompaña en sus agravios el acto administrativo por el cual dispuso el traslado del acto investigado ya que si bien todo acto administrativo goza de presunción de legitimidad (art. 12, ley 19.549 --Adla, XXXII-B, 1752--), ello es así, en tanto se encuentre debidamente motivado, más aún cuando se discute el tipo de tareas que realiza el actor (26).

El principio según el cual las medidas de no innovar proceden respecto de actos administrativos o legislativos habida cuenta de la presunción de validez que ostentan, debe ceder cuando se lo impugna sobre bases prima facie verosímiles (27).

A partir de la presunción de legitimidad de que gozan los actos administrativos, es requisito fundamental para admitir la pertinencia de medidas cautelares contra tales declaraciones, la comprobación de su manifiesta ilegalidad o arbitrariedad, pues sólo concurriendo dicha circunstancia resulta susceptible de ser enervada la recordada presunción (28).

La prohibición de innovar supone un remedio procesal que debe ser aplicado con carácter restrictivo, principio que adquiere mayor vigor en los litigios contra la administración pública o sus empresas, en virtud de la presunción de validez de que están investidos prima facie los actos de los poderes públicos (29).

La procedencia de las medidas cautelares está subordinada a una estricta apreciación de los requisitos de admisión --peligro en la demora y verosimilitud del derecho-- de los que surja acreditada prima facie la ilegalidad o arbitrariedad manifiesta del acto y un cuidadoso resguardo del interés público comprometido (30).

A partir de la presunción de legitimidad de que gozan los actos administrativos, es requisito fundamental para admitir la pertinencia de medidas cautelares contra tales declaraciones, la comprobación de su manifiesta ilegalidad o arbitrariedad, pues sólo concurriendo dicha circunstancia resulta susceptible de ser enervada la recordada presunción (31).

A partir de la presunción de legitimidad de que gozan los actos administrativos y su correlativa ejecutoriedad, es requisito ineludible para admitir la pertinencia de medidas cautelares contra tales decisiones, la comprobación de su manifiesta arbitrariedad o ilegitimidad (32).

Cuando lo que se encuentra en juego es la seguridad pública el requisito de acreditación de la verosimilitud del derecho debe apreciarse con suma estrictez, y de no llegarse a una convicción sobre tal verosimilitud, en la forma indicada, el derecho que el peticionario desea cautelar debe ceder ante la necesaria protección de la comunidad (33).

En los litigios contra la administración pública o sus entidades descentralizadas, además de los presupuestos de las medidas de no innovar en general establecidos en el art. 230 del Cód. Procesal, se requiere, como requisito específico, que la medida solicitada no afecte un interés público al que deba darse prevalencia, como es el ejercicio de control que tiene el Banco Central de la República Argentina sobre la actividad de las entidades financieras (34).

No son admisibles las medidas cautelares de no innovar respecto de actos que suponen el ejercicio del poder de policía (35).

Si bien la Corte no debe resignar su función de custodio de la Constitución, debe evitar, con medidas precautorias, comprometer la actuación de los poderes públicos en un ámbito tan sensible como el de las economías regionales de una actividad donde se destaca la importancia del poder de policía (36).

No puede sostenerse, en principio, que el peligro en la demora --que el particular aduce en apoyo de su postura-- sea eximente o atenuante de la exigencia de la verosimilitud de su derecho, estando en juego la salud pública. Cuando lo que se encuentra en juego es la salud pública, el requisito de acreditación de verosimilitud del derecho debe apreciarse con suma estrictez, y en el supuesto de no llegarse a una convicción sobre tal verosimilitud, en la forma indicada, el derecho que el peticionario desee cautelar debe ceder ante la necesaria protección de la comunidad. Ello exige examinar, especialmente, si la

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suspensión del acto cuestionado, en su caso, puede generar mayores daños que los derivados de su ejecución (37).

El régimen de medidas cautelares suspensivas en materia de reclamos y cobros fiscales debe ser examinado con particular estrictez (38).

A los requisitos ordinariamente exigibles para la admisión de toda medida cautelar, tratándose de la suspensión de una obra pública, de agregarse la acreditación del peligro irreparable en la demora y, además, la ineludible consideración del interés público(39).

Dentro de las medidas precautorias, la innovativa es una decisión excepcional porque altera el estado de hecho o de derecho existente al tiempo de su dictado, ya que configura un anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo final de la causa, lo que justifica una mayor prudencia en la apreciación de los recaudos que hacen a su admisión (40).

Una medida precautoria coincidente con el objeto del pleito no resulta procedente en tanto ella desvirtuaría el instituto cautelar por cuanto el objeto de la medida se confunde con el resultado al cual se pretende arribar por medio de la sentencia definitiva (41).

Las medidas precautorias no proceden en el amparo cuando coinciden con el objeto del mismo (42).

La procedencia del resarcimiento que consagra el art. 208 del Cód. Procesal exige --en evidente remisión al art. 1071, Cód. Civil-- la demostración de que el solicitante de la medida precautoria abusó o se excedió en el derecho que la ley otorga (43).

Las resoluciones que decretan o deniegan medidas cautelares no constituyen sentencia definitiva a los efectos del recurso extraordinario, salvo cuando se demuestre que el perjuicio que la decisión pueda ocasionar es de imposible reparación ulterior, supuesto de excepción que no se configura en el caso en que se revocó la decisión que había hecho lugar a la medida de no innovar solicitada por delegados de accionistas y accionistas de la CAP, toda vez que los daños que eventualmente pudieran derivarse de la imposibilidad de ejercer los derechos reclamados por los actores podrán ser compensados mediante una indemnización a cargo del Estado nacional, cuya solvencia es indiscutible (44).

Aún en situaciones de emergencia económica del Estado, la presunción de solvencia que ampara a las provincias hace improcedente la traba de embargos preventivos sobre sus valores (45).

La resolución que dispone medidas cautelares es siempre provisional y debe ser modificada o suprimida atendiendo a la variación o a la invalidez de las circunstancias. No cabe invocar cosa juzgada material o formal respecto de las decisiones que decretan medidas precautorias (46).

Las interlocutorias que deniegan medidas precautorias no constituyen pronunciamiento definitivo a los efectos de la apelación ordinaria, ni cabe extender a su respecto la jurisprudencia que en materia de recurso extraordinario equipara a definitiva aquellas providencias que producen un perjuicio irreparable (47).

No es sentencia definitiva a los efectos del recurso ordinario de apelación para ante la Corte, la que dejó sin efecto una medida cautelar innovativa (48).

No revisten el carácter de sentencia definitiva a que alude el art. 14 de la ley 48 (Adla, 1852-1880, 364), las decisiones atinentes a medidas cautelares, máxime si con ello no se causa un perjuicio de imposible o insuficiente reparación ulterior. La sola afirmación de hallarse comprometidos derechos amparados por cláusulas constitucionales, no es suficiente para obviar el cumplimiento de aquel recaudo, criterio especialmente aplicable a las cuestiones vinculadas con actos administrativos del orden nacional en la medida en que se invoque a su respecto la existencia de un perjuicio económico, habida cuenta que se encuentra de por medio la solvencia de la Nación (49).

Las resoluciones sobre medidas cautelares, sea que las ordenen, modifiquen o levanten, no revisten carácter de sentencia definitiva en los términos que exige el art. 14 de la ley 48 para la procedencia del recurso extraordinario, principio sobre el cual no cabe hacer excepción en el caso en que el a quo no hizo lugar a la medida precautoria solicitada para que se abone al actor junto con su haber de retiro el plus del 25 % establecido por el dec. 2474/85, cuya declaración de invalidez parcial demandó. Ello así, toda vez que se ha resuelto una cuestión procesal con suficientes fundamentos del mismo carácter y el

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recurrente no demostró que la resolución le irrogara un gravamen de imposible o insuficiente reparación ulterior, máxime si se considera la solvencia indiscutible del Estado nacional (50).

Las resoluciones que decretan medidas cautelares no son susceptibles de revisión por vía del recurso extraordinario en tanto no constituyen sentencia definitiva, salvo, cuando la medida adoptada produce un agravio de tardía e insuficiente reparación ulterior, por lo que lo decidido resulta equiparable al definitivo a los fines del art. 14 de la ley 48. Así ocurre en el caso en que se suspendió un acto eleccionario en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y todo otro llamamiento que se efectúa hasta que recaiga sentencia en el amparo, ya que tal prohibición enerva las consecuencias de las resoluciones tendientes a la normalización de la Universidad de Buenos Aires (51).

Si bien las resoluciones que decretan medidas cautelares no son susceptibles de revisión por vía del recurso extraordinario en tanto no constituyen sentencia definitiva, tal principio cede cuando la medida adoptada produce un agravio de imposible o insuficiente reparación ulterior (52).

Si bien las resoluciones dictadas en materia de medidas cautelares, ya sea que las acuerden, mantengan o denieguen, no son susceptibles de revisión por la vía del recurso extraordinario en tanto no constituyen sentencia definitiva, este óbice cede cuando lo resuelto excede el interés individual de las partes y atañe también a la comunidad en razón de su aptitud para perturbar la percepción de la renta pública (53).

Las acciones meramente declarativas no admiten, en principio, medidas cautelares en razón de que no tienen que proteger una prestación futura a cumplir, salvo en aquellos supuestos en que la otra parte pudiere hacer ineficaz la declaratividad, por actos sobre la cosa o el derecho(54).

La sola circunstancia de tratarse de una acción declarativa no excluye la procedencia de medidas precautorias (55).

La suspensión precautoria de los efectos de actos administrativos no pueden dispensarse por vía judicial como objeto autónomo de un proceso especial sin previamente acreditar que tal suspensión ha sido pedida a la administración y denegada por ésta o que el perjuicio invocado no es susceptible de ser reparado por los cauces ordinarios (56).

Especial para La Ley. Derechos reservados (ley 11.723).

(1)CLEMENTE, Oscar Díaz, "Instituciones de Derecho Procesal", ps. 604/605. (2)CASSAGNE, Juan Carlos, "Derecho Administrativo", t. II, p. 304, Ed. Abeledo Perrot. (3)DROMI, José Roberto, "Derecho Administrativo", t. I, ps. 206/207, Ed. Astrea, año 1992. (4)CS, "in re": "Estado nacional (Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos c. Provincia de Río Negro s/ su solicitud de medidas cautelares", sentencia del 24/7/91, La Ley, 1992-A, 110. (5)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala I, "in re": "Farías, Eduardo I. c. Secretaría de Ind. y Com. y otro s/ amparo", sentencia del 5/8/92. (6)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Godoy, Norberto J. c. Ministerio de Economía y Obras Públicas s/ medida precautoria" del 3/12/92. (7)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Playas Subterráneas S.A. c. Estado nacional (Subsecretaría de Energía) s/ juicio de conocimiento", sentencia del 14/5/92: (8)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala III, "in re": "Banco Avellaneda c. Banco Central s/ medida cautelar", sentencia del 18/6/92. (9)CS, "in re": "Knapp, Alejandro B. y otros c. Arinco S.C.A. s/ nulidad de acto jurídico", sentencia del 21/2/89. (10)CS, "in re": "Chelli, Ricardo V. c. Cía. Financiera SIC S.A.", sentencia del 26/3/91. (11)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Umansky, Israel I. c. Estado nacional (Ministerio de Economía A.N.A. D.G.I.) s/ juicio de conocimiento en general", sentencia del 20/2/92. (12)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala II, "in re": "Héctor Enrique Perino s/ medida precautoria", sentencia del 15/4/93. (13)CS, "in re": "Velázquez, Luis c. Nación Argentina", Fallos: 306:506. (14)CS, "in re": "Albornoz, Evaristo I. c. Nación Argentina", Fallos: 306:2060, La Ley, 1985-B, 212. (15)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala II, "in re": "Continental Illinois National Bank And Trust Company of Chicago c. Banco Central s/ nulidad", 9/4/92. (16)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": O.S.P.E.G.Y.P.E. c. Ministerio de Salud y Acción Social s/ amparo incidente", 31/3/92.

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(17)CS, "in re": "Estado nacional (Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos) s/ solicitud de medidas cautelares", sentencia del 24/7/91. (18)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala III, "in re": "Corrflor 636 S.R.L. c. ENTel s/ amparo", sentencia del 3/7/92. (19)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala II, "in re": "Fernando Gómez Radio T.V. S.R.L. c. Estado nacional Poder Ejecutivo s/ juicio de conocimiento", sentencia del 16/3/93. (20)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala III, "in re": "Izar, Ana María c. Telefónica de Argentina S.A. s/ amparo", sentencia del 4/6/92. (21)CS, "in re": "Telecor S.A.C. e I. c. Provincia de Catamarca s/ restitución de inmueble", sentencia del 26/4/88. (22)CS, "in re": "Antonio González S.A. c. Provincia de Mendoza s/ inconstitucionalidad", sentencia del 9/12/93. (23)CS, "in re": "Iribarren, Casiano R. c. Provincia de Santa Fe s/ acción declarativa", sentencia del 22/12/92, La Ley, 1993-B, 264. (24)CS, "in re": "Arizu, Enrique e Hijos S.A. c. Provincia de Mendoza", tomo 307:2267. (25)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Playas Subterráneas S.A. c. Estado Nacional Subsecretaría de Energía s/ juicios de conocimientos", 10/5/92. (26)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Incidente sobre recurso de apelación en efecto devolutivo en autos Santoro, Natalio A. c. Instituto Servicios Sociales Bancarios s/ juicio de conocimiento", 11/8/92. (27)CS, "in re": "Iribarren, Casiano R. c. Provincia de Santa Fe s/ acción declarativa", sentencia del 22/12/92, La Ley, 1993-B, 264. (28)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala I, "in re": "Incidente de apelación medida cautelar en autos Mitjavila, Adrián c. A.N.A. s/ medida cautelar", sentencia del 5/5/92. (29)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Incidente sobre recurso de apelación en efecto devolutivo en los autos: Belt S.A. y otros c. D.N.A. s/ juicio de conocimiento", sentencia del 15/4/92. (30)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala III, "in re": "T.V.A. Televisión Abierta S.R.L. c. Poder Ejecutivo nacional y otros s/ medida precautoria", sentencia del 19/5/92. (31)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala I, "in re": "Incidente de apelación medida cautelar en autos: Mitjavila, Adrián c. A.N.A. s/ medida cautelar", sentencia del 5/5/92. (32)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala I, "in re": "Inofar S.A. c. Estado nacional --Ministerio de Salud y Acción Social-- s/ medida precautoria", sentencia del 15/10/92. (33)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Playas Subterráneas S.A. c. Estado nacional --Subsecretaría de Energía-- s/ juicio de conocimiento", 14/5/92. (34)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Banco Comercial del Norte S.A. y otro c. Banco Central s/ apelación res. 582/91, sentencia del 9/10/92. (35)CS, "in re": "Coluccio, Roque y otros c. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires", Fallos: 307:1994. (36)CS, "in re": "Arizu, Enrique e Hijos S.A. c. Provincia de Mendoza", Fallos: 307 2267. (37)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala IV, "in re": "Abbot Laboratories Arg. S.A. y otros c. Estado nacional --Ministerio de Salud y Acción Social-- s/ medida precautoria", 3/11/92. (38)CS, "in re": "Firestone de la Argentina s/ Recurso de apelación IVA-medida de no innovar" 11/12/90, La Ley, 1991-A, 441; "Massalin Particulares S.A. c. Dirección General Impositiva", 9/12/93. (39)CS, "in re": "Astilleros Alianza S.A. de Construcciones Navales, Industrial, Comercial y Financiera c. Estado nacional Poder Ejecutivo s/ daños y perjuicios", sentencia del 8/10/91. (40)CS, "in re": "Bulacio Malmierca, Juan Carlos y otros c. Banco de la Nación Argentina", sentencia del 24/8/93, La Ley, 1994-B, 131. (41)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala II, "in re": "Alessandro, Juan Carlos c. COMFER P.E.N. s/ medida precautoria", sentencia del 11/5/93. (42)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala III, "in re": "Microsules y Bernabó S.A. c. Estado nacional", sentencia del 2/4/92. (43)CS, "in re": "Giménez, Delfor Ariel c. Provincia de Santiago del Estero", Fallos: 308: 1061. (44)CS, "in re": "Mosse, Aldo Abel y otros c. Nación Argentina", Fallos: 303: 1617. (45)CS, "in re": "Puente, Roberto A. c. Provincia del Neuquén s/ cumplimiento de contrato", sentencia del 16/2/93. (46)CS, "in re": "Estévez, Antonio y otra c. Chemea Inmobiliaria", Fallos: 289:181. (47)CS, "in re": "Río Ancho S.R.L. c. Banco Hipotecario Nacional", Fallos: 300:1039. (48)CS, "in re": "Ferri, Celina y otros c. Banco Hipotecario s/ incidente art. 250 del Cód. Procesal", sentencia del 12/4/94. (49)CS, "in re": "Hernández, José y otros c. Nación Argentina", Fallos: 306:250. (50)CS, "in re": "Rivas, Adolfo Armando c. Estado nacional", sentencia del 26/3/87, La Ley, 1987-C, 367. (51)CS, "in re": "Bugueiro, José J. y otros c. Universidad de Buenos Aires", Fallos: 308:856.

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(52)CS, "in re": "Carlés de Ahorro y Préstamo para la Vivienda S.A. y Banco Comercial Hipotecario y Edificadora de Córdoba S.A. c. Banco Central de la República Argentina", sentencia del 28/3/89. (53)CS, "in re": "Trebas S.A. s/ prohibición de innovar", sentencia del 22/6/89, La Ley, 1990-B, 418. (54)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala II, "in re": "Confederación Unificada de Bioquímica de la República Argentina y otros --inc-- c. Poder Ejecutivo Nacional --A.N.S.A.L.-- s/ juicio de conocimiento", sentencia del 13/11/90. (55)CS, "in re": "Provincia de Mendoza c. Compañía Argentina de Teléfonos S.A. y otro s/ acción declarativa de certeza", sentencia del 13/11/90. (56)CNFed. Contenciosoadministrativo, sala III, "in re". "Murúa, María Elena c. Banco Hipotecario Nacional s/ medida de no innovar", sentencia del 10/11/87.

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