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Otra versión poco conocida de la conquista del Arauco Entre las numerosas obras que tratan el tema de la conquista del reino de Chile siguiendo la horma iniciada por Ercilla, no debe olvi- darse la titulada Hechos de Don García Hurtado de Mendoza, del es- escritor vallisoletano Cristóbal Suárez de Figueroa (1571-1644). Este complejo y polifacético escritor asentado durante muchos años en Italia tocó en su no muy extensa producción literaria distintos géneros propios de su momento: el épico, el pastoril, el histórico-biográfico y el de carácter misceláneo, sin contar sus traducciones del italiano y portugués’. Sin duda, la obra más conocida de Figueroa y por la que casi exclu- sivamente se le recuerda es El pasajero 2 libro difícil de encuadrar en un género determinado y que da principio en la vida literaria de este escritor a la etapa más original de su actividad. Sin embargo, antes de este momento, el Dr. Figueroa, para poder subsistir, se había visto obligado a someterse a las órdenes de grandes señores nacionales y extranjeros, simultaneando incluso la ayuda económica que le había prestado Vincencio 1 Gonzaga, duque de Mantua y de Monferrato, con la del poderoso Señor de Cuenca don Juan Andrés Hurtado de Men- doza, quinto Marqués de la Casa de Cañete. Más datos sobre este escritor y su obra completa se encuentra en mi tesis doctoral inédita Cristóbal Suárez de Figueroa: nuevas perspectivas de su obra (Universidad Complutense, 1978). 2 EL PA55AGERO ¡ ADvERTENcIAs / UTILI55IMA5 A LA 1 VIDA HUMANA / Por el Doctor Chri- / tóval Suárez de Figueroa ¡ A la Excelentissima ¡ República de Luca ¡ Con Privilegio / En Madrid. Por Luys Sánchez. Año 1617 ¡ Véndese en la Torre de Santa Cruz. De esta obra estoy preparando actualmente una edición para Clásicos Castalia.

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Otra versión poco conocida de la conquistadel Arauco

Entre las numerosasobrasque tratan el temade la conquistadelreino de Chile siguiendola horma iniciada por Ercilla, no debeolvi-darsela titulada Hechosde Don García Hurtado de Mendoza, del es-escritor vallisoletanoCristóbal Suárezde Figueroa (1571-1644).Estecomplejo y polifacético escritor asentadodurantemuchos años enItalia tocóen suno muy extensaproducciónliteraria distintosgénerospropios de sumomento: el épico,el pastoril, el histórico-biográficoy elde caráctermisceláneo,sin contar sus traduccionesdel italiano yportugués’.

Sin duda, la obramás conocidade Figueroay por la quecasi exclu-sivamentese le recuerdaes El pasajero2 libro difícil de encuadraren un género determinadoy que da principio en la vida literaria deeste escritor a la etapa más original de su actividad. Sin embargo,antesde estemomento,el Dr. Figueroa,parapoder subsistir, se habíavisto obligadoa sometersea las órdenesde grandesseñoresnacionalesy extranjeros,simultaneandoincluso la ayudaeconómicaque le habíaprestadoVincencio 1 Gonzaga,duquede Mantuay de Monferrato, conla del poderosoSeñor de Cuencadon JuanAndrés Hurtado de Men-doza, quinto Marquésde la Casade Cañete.

Más datossobreesteescritor y su obra completase encuentraen mi tesisdoctoral inédita Cristóbal Suárezde Figueroa: nuevasperspectivasde su obra(UniversidadComplutense,1978).

2 EL PA55AGERO ¡ ADvERTENcIAs / UTILI55IMA5 A LA 1 VIDA HUMANA / Porel DoctorChri- / tóval Suárezde Figueroa¡ A la Excelentissima¡ Repúblicade Luca ¡Con Privilegio / En Madrid. Por Luys Sánchez.Año 1617 ¡ Véndeseen la Torrede SantaCruz.

De estaobraestoypreparandoactualmenteunaediciónpara ClásicosCastalia.

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A partir, aproximadamente,de finales dc 1608 o comienzosde 1609—fechaen que escribesu únicanovelapastoril, La constanteAmarilis,con motivo del matrimonio celebradoentre don Juan Andrés y suprima María de Cárdenas—,Suárezde Figueroa aprovechaestaetapade mecenazgo,de la que no pareceestarmuy satisfechoni agrade-cido’, para escribir algunasde sus obras alejado del bullicio de lavida cortesana,que tantas insatisfaccionesle había producido desdesullegadade Italia en 1603.

Don Juan Andrés debió quedar bastantecontento con las obrasde su protegidoescritor—ademásde la citadanovelapastoril le habíaencargadola España defendida, poemaépico en octavas—,y decideconfiarle de nuevounaobra, perono dedicadaasu persona,comolasanteriores,sino en honor de su padre,el héroe en tierras americanasde quien se había olvidado Ercilla en su poema.

Así se gestan,pues,los Hechosde Don García Hurtado de Mendoza,obra que se publica por primera vez en Madrid en 1613. Como todotrabajo de encargo,que MenéndezPelayo duramentecalificó de «mer-cenario>’, la obra deja de seruna simple biografía para convertirseenunaexageradaexaltaciónde la etapaamericanadel cuartomarquésdeCañete. Sin embargo, en esto radica precisamentesu originalidad:mientrasen obrasanterioresdedicadasal mismo episodio—como LaAraucana,de Ercilla, o el Arauco domado,de Oña—los poetasse cen-tran en narrarla duraconquistadel puebloaraucano,Figueroaincluyela victoria de don Garcíacomo un hecho más,aunqueimportante,enla vida de su protagonista.Esta es la causade que nos encontremosanteuna obra pertenecienteal género biográfico y no anteun nuevcpoemaheroico, ya que la victoria sobre los indómitos indios del vallede Arauco se nos presentadentro de toda una serie de datosperso-nales,familiares, políticos,militares e inclusohistóricosquese llevarona cabo duranteel gobierno de Hurtado de Mendoza en América.

Como se sabe, los hechos de esta región central de Chile fueroncantadospor primera vez en La Araucana de Alonso de Ercilla, queparticipó como soldado desdeel comienzode la expedición. La obra,ademásde presentarpoéticamentelos episodios más notables de laguerra, tiene un marcadocarácterhistórico al serdebidosa un testigopresencial.El poemagozó de gran prestigio,pero omitió un hecho queno satisfizo el orgullo de la poderosafamilia de los Hurtado de Men-

3 En plenaetapa de mecenazgo,Figueroa tuvo la osadíade añadirpor sucuenta un fragmento original en la traducción que de la Piazza universale(Venezia,1584), de TommasoGarzoni,hacecon el título de Plaza universal,obraterminadaya en 1612 aunqueno verá la luz bastatres años después.El frag-ixiento va contra los mecenasy contralos escritoresque se ponena las órdenesde éstos (Plaza, Madrid, 1615, DiscursoXXXII «De los que componenlibros ysus Mecenasy protectores»,fol. 128r).

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doza: ignorar por completo a la figura de don García, que «comocaudillo de la expediciónapareceenvueltoen una celosapenumbra,apesarde los indudablesméritos de suscampañasy de su gobierno» “.

Es cierto que Ercilla tuvo motivos personales,al margen de lospuramentebélicos, para no aludir a las hazañasde su jefe; motivosque todos conocían y que Suárezde Figueroa recoge también en susHechos. Mediado el libro III, y ya casi finalizada la conquista deArauco, llegó a conocimiento de todos la subida al trono de Felipe II,apenasapaciguadala ciudad chilena conocidapor la Imperial. Paracelebrarambos acontecimientosordenódon Garcíasuntuososfestejosy un torneo en el que participaron los soldadosmás destacados.Lostesultadosno fueron todo lo claros que cabíaesperary así surgieronlos problemas: «Sobre quien avía herido en mejor lugar, tuvo dife-renciaentredon luan de Pineday don Alonso de Erzila, passandotanadelanteque pusieron mano a las espadas.Desembaynáronleen suinstante infinitas de los de a pie que sin saber la parte que avía deseguir, se confundían unos con otros creciendoel alboroto con ex-tremo>’ ~.

Esteconatode indisciplina entredos buenosy destacadossoldados—extendidala «voz queavía sido derechaparacausarmotín y que yalos dos fingidos émulos le tenían meditado»C no podía permitirlodon García, que, como castigo ejemplar, ordenó que fueran degolla-dos’. Una vez aclaradostodoslos puntosy viendo queno habíahabidomotín, el mismo don Garcíarevocó la ejecuciónpoco tiempoantesdecumplirse~

Ercilla, que debió pasar muy malos momentos, recogió tambiéneste hecho en su obra, pero dandomuchísimosmenosdetalles.Dicecasi al final del canto XXXVI:

Turbéla fiestaun casono pensado,y la celeridaddel juez fue tanta,queestuveen el tapete,ya entregadoal agudocuchillo la garganta;

MARCELINO MENÉNDEZ Y PELAYO, Estudiossobre el teatro de Lope de Vega,tomo VI, Madrid, C. SI. C., 1949, p. 193.

5 Hechos de Don García Hurtado de Mendoza,Madrid, 1613, fol. 103. En unode los ejemplaresde la Biblioteca Nacional (Sig. R.31.648) hay en estepunto unanota manuscritaen el margenque dice con grafíamodernizada:«La causaquetuvo don Alonso de Ercilla para callar los hechosde don Garcíaque con pasiónlo calló todo» (fol. 103).

6 Ibídem, fol. 103.«Prendiéronsepor orden del General que para infundir terror entre los

demáslos condenóa degollar, sabiendosercualquier severidadescasíssimaparaassegurarla milicia» (ibídem, foIs. 103-104).

8 «Sossegóseel tumulto y hechainformación y hallado que había sido casoimproviso el de los dos,se revocó la sentencia»(ibídem, fol. 104).

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el inorinedelitoexageradolavozy famapúblicalo canta,quefue sóloponermanoa Jaespada,nuncasingranrazóndesenvainada~.

Figueroa encuentraaquí la justificación del silencio de Ercilla yno debefaltarle razón: «el convenienterigor con que don Alonso fuetratado, causóel silencio en que procuró sepultarlas ínclitas hazañasde don García.Escrivió en verso las guerrasde Arauco, introduziendosiempreen ellasun cuerposin cabe9a,estoes,un exército sinmemoriade general. Ingrato a muchosfavores que avía recibido de su mano,le dexó en borrón sin pintarle con los vivos colotes que era justo;como si pudieran ocultar en el mundo el valor, virtud, providencia,autoridady buenadicha de aquel cavallero que acompañósiemprelos

lodichos con los hechos, siendo en él admirables unosy otros”

Figueroa,sin embargo,siempretrata de presentarsecomo un hom-bre justo y, a pesar de las críticas dirigidas contra el autor de LaAraucana,no duda en mencionaral comienzode la obra «... entre lospersonagesmás calificados y que más campearoneste día... a donAlonso de Erzila» “.

Como para los contemporáneos,incluyendo a la misma familiaCañete,no era justo el silencio y la indiferencia con que se rodeabala figura de don Garcíaen La Araucana,poco despuésde aparecidalaobrade Ercilla no «habíande faltar a tan poderosomagnate...celosospanegiristasde sus hechos,que en prosay en verso volviesenpor sufama y quemasenen sus aras todos los perfumes de la lisonja>’ 12

El primero en hacerlofue el poetachileno Pedrode Oña, que escribióen su juventud, aunqueno se publicó hasta 1596, el poemaen octavasArauco domado. La obra, dedicadaa don Juan Andrés, primogénitodel protagonista,contiene también alabanzastan excesivas que elmismo poetajustificó la tardía publicación del libro con el hecho dehaber querido esperarel retorno a Españadel Gobernadorde Chilepara que: «el publicar sus loores en presenciasuya no engendrasealgúngénerode sospecha».

Como Oña y Figueroason varios los escritores~ los que tratan elmismo tema dedicándoloa don Juan Andrés Hurtado de Mendoza;

ALoNso DE ERCILLA, La Araucana,introducciónde Ofelia Garzadedel Castillo,México, Editorial Porrúa, 1968. Cito por estaedición, canto XXXVI, p. 496.

~ Hechos,ob. cit., fol. 104.fbidem, fols. 60-61. Hay quereconocer,sin embargo,que cuandose describe

la batalla definitiva llevada a cabo el día de Santa Lucía de 1558, ya no semencionaa Ercilla entre los caballerosmás destacdos(ibidem, fols. 108-109).

12 M. MENÉNDEZ PELAYO, ob. cit., VI, p. 193.13 Entre los escritores que tratan el tema, conviene recordar e1 poema de

Lope Arauco domadoy unos años despuésla comedia en tres actos titulada

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pero, aunquetodos tienenpresenteel modelo de La Araucana,«cuyoprestigioha pesadoy pesaráeternamentesobretodo lo queseescribade las cosasde Arauco y aun sobretodo poemade conquistasultra-marinas»84, cambiansu enfoqueen la consideracióndel eje protago-nizadorde la acción: así,mientrasen la obrade Ercilla el protagonistaes todo el puebloaraucano,en las obrasposterioresla figura de donGarcía destacasobre las demásy casi de forma única.

En cuantoa los Hechosde don García en concreto,se trata de unaobra en prosaque narra minuciosamente,a lo largo de los siete librosen los que está dividida, la biografía del cuarto marquésde Cañetedesdesu nacimientoen Cuenca(1535) hastasu muerte en 1609, pocotiempo despuésdel matrimonio de su hijo cantadopor el propio Fi-gueroaen sunovelapastoril La constanteAmarilis (Valencia, 1609).

De todos los acontecimientosque se presentanen los Hechos, laestanciaen América de don García, en dos etapasdiferentes,y la con-siguiente dominación españolasobre el pueblo araucanoocupan unlugar destacado.Son éstoslos episodiosque creo puedentenermayorinterés, sin olvidar ciertas coincidenciasque se dan entre la vida delGeneral y la del autor de La Araucana.

En efecto,dos añosantesdel nacimiento de don Garcíahabíana-cido en Madrid Ercilla. Desde1548 a 1551 ésteacompañaa FlandesalPríncipe don Felipe, futuro Felipe II, mientrasque,despuésd la cam-pañade Córcega,el joven Hurtado dc Mendozase trasladaa Bruselasy a Rotterdam~ Ambos vuelven a coincidir por las mismasfechasenInglaterra hastaque el impetuosoAlonso se marchaen 1555 como vo-luntario a América en la expedicióndel AdelantadoJerónimoAlderete.Dos años despuésErcilla llega a Chile y, al morir el Adelantado, escuandodon Diego,padre de don Garcíay virrey de Perú,proponea suhijo, cuandoapenascontabaveintidós años,como gobernadordel rei-no de Chile para apaciguara los indios de Arauco ‘~.

Inmediatamentedespuésde la incorporacióndel joven gobernador—y no debeolivdarseque sustituíaal hastaentoncesadmiradojefe deErcilla—, don García recibe a unos mensajerosde paz del GeneralCaupolicánque le piden con buenosmodosque respetela libertad desupueblo. Al no ponersede acuerdoes por lo que comienzala guerracuyadescripciónse extiendepor los libros segundoy tercero.

Algunas hazañasde las muchasde Don García Hurtado de Mendoza,escritapor nueve dramaturgosaunqueaparececomo de Luis de Belmonte Bermúdez.

14 M. MENÉNDEz Y PELAYO, ob. cit., VI, p. 195.‘~ Hechos,ob. cit., fol. 11.U El nombramientode don Garcíapuedeverseen La Araucana,ed. cit., can-

to XIII, p. 189, y en los Hechos,fol. 19.

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Es en estos momentos cuando puedenencontrarseentre ambasobrassemejanzasmuy curiosasy hastasospechosas>~: descripcióndeChile ‘~, presentacióndel valle de Arauco 19 descripciónde sus habitan-

17 En La constanteAmarilis, Figueroa,ademásde copiar unoscuantossonetosde su amigo Luis Carrillo de Sotomayor(ver ERAsMo BUcETA, «Carrillo de Soto-mayor y Suárez de Figueroa»,en RFE, Madrid, VI (1919), Pp. 299-305), habíaprosificado enterosfragmentosde la traduccióndel Aminta de TassohechaporJuan dc Jáuregui(ver JoroulN ARcE, «Un desconcertanteplagio en prosa de unatraducción en verso», en Filología Moderna, Madrid, XIII (1972), núms. 46-47,PP. 3-29). Lvi los Hechosno se llega a los escandalososparalelismosde la novelapastoril pero, como puedeverseen los ejemplossiguientes,se demuestraque obien Figueroatuvo presenteel poema de Ercilla o bien que ambos utilizaronfuentescomunes.

II Dice Figueroa: «Cíñelo el mar casi en torno..- Costéaseen desembocandoel Estrechode Magallanes.Díxose Chile de un valle principal suyo llamadoassí.Comicnga Sur Norte en la altura de cinquentay dos gradosy medio y correhasta el grado veyntey siete. Mas de Levantea Ponienteno es más ancho detreynta y tres leguas: porque de un lado tiene el mar y del otro la gran Cor-dillera» (Hechos,fol. 17).

Y Ercilla:

«Es Chile Norte Surde granlongura,costadelnuevomardel Sur llamado,tendrádelesteal oestede angosturacien millas, por lo más anchotomado;bajo delpoío Antártico enalturade veintisiete grados...» (1, p. 16)

«Digo quenortesurcorre la tierra,y báñaledel oestela marina;a la bandadel esteva unasierraque el mismo rumbo mil leguascamina» (1, p. 16)

Al final del poemahace Ercilla Declaración de algunas cosasdesta obra ydice: «. -. nombraseChile por un valle principal llamadoasí.- -» (cd. cit., p. 515).

19 «Hállase tambiénen treynta y seis gradosel famoso valle de Arauco quecon memorablevalentíaseha defendidotantos añosde tan poderososenemigos»(Hechos, fol. 18).

«Puesenestedistrito demarcado,por dondesu grandezaesmanifiestaestáa treintay seisgradosel Estadoque tantasangreajenay propiacuesta» (1, p. 17)

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tes ‘~, apariciónmajestuosade Caupolicán21 detencióndel jefe indiomediantetraición de uno de los suyosy suconversiónal cristianismopoco antes de su cruel ejecución.

La detenciónde Caupolicánestánarradapor Figueroacon bastan-tes detalles,por lo que la reproduzcoíntegra, dandoen nota los pa-ralelos con los versosde Ercilla:

En estotuvo ReynosonoticiaqueCaupolicánestabainvernan-do en la sierra que llaman Pilmayquen,metido en ciertasque-bradasásperasgrandemente~‘, dondeteníahechaunaranchería24

en queestabarecogido con sus amigosy algunoscapitanessusdeudos de quien más se fiaba. Ofreció don Pedro de Avendañoacometerel puesto con cinquentasoldadosescogidos,no sin cs-peranza de prenderleo matarle. La libertad que dessea-/vanalgunos indios cautivos, obligó a que propusiessensus personaspara guías,dandosusvidas por resguardode sufidelidad. Partiópuesdon Pedrocon sugentea la sierraa la puestade sol. Caminótoda la nochecon riscos y malospasosy llegandojunto a la que-brada donde estavaCaupolicán.-. se apearontodos... Antes que

~ «La gentequeproduze[el valle de Arauco] es sumamentevalerosa,robustay tan ligera...» (Hechos, fol. 18), que son casi las mismas palabrasutilizadaspor Ercilla:

«la gentequeproduceestan granada,tan soberbia,gallaréay belicosa,queno ha sido porrey jamásregidani a extranjerodominio sometida» (1, p. 16)

28 Al mandode uno de los tres escuadronesque atacana los españolesestáel gran caudillo indio: «Hizo éste [escuadrón] alto en cierto cerrillo dondeestavaCaupolicán en un cavallo blanco con una capa de grana, proveyendogallardamentedesdeallá quanto era menester»(Hechos,fol. 71).

‘~ «Cierto religioso... domesticólecon regalos,introduciendoal último la plá-tica de la fe. Permitió Caupolicántratasselargamentedella y satisfechode al-gunas dudas,declaróque queríamorir christiano.Diósele bautismodentro dequatro días, tomandoel nombre de Pedro» (Hechos,fol. 102). Dice Ercilla:

«PeromudóleDios enun momento,obrandoen él su poderosamano,puescon lumbredefe y conocimientose quisobaptizary sercristiano» (XXXIV), p. 472)

~ En La Araucana:

«sobreunaespesay ásperaquebradadieron en un pajizoy granbohío» (XXXIII, p. 464)

24 •... daréisprestoenel sitio y rancheríaqueestáen mediodeun bosquey arbolada» (XXXIII, p. 463)

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amaneciesse asaltaroncon buenconciertoel Tumbo dondees-tava el caudillo... Salió bravo en extremo, empuñadauna ala-barda con quien hizo prodigiosaresistencia.Hallósecercadoportodas partesocasiónde rendirsedespuésde ayerpeleadohastaelalva... Ya presoCaupolicán,les salióal caminounaindia, mugersuyay la másquerida,llamadaGlieden~ con un niño en bragos27

Esta> mirándolecon rostro sañudoy grave, le comen~óa dezir:¿En quéforma te dexasteprender?¿Cómote olvidastede quieneras?¿Porquéno moríaspeleando?...No permitael cielo quedeconmigoreliquia de hombretan infeliz y pusilánime.A tus ojoshe de matar estehijo tuvo, porque creciendo(olvidado como túde su valor) no heredetu desdicha28 Diziendo esto, dio con elmuchachoen una peñadondese hizo peda§os29 Llega-! dos alfuerte los cinquentafueron recebidoscon particular gozo por labuenapresaque trahían.luzgó Reynosoconvenientequitar luegola vida a estebárbaro..- y assiordenóse hiziesejusticia dél. Oyóel presola sentenciacon severosemblantey sólo respondiónofaltaríanotros quecon más dicha y valor supliessensu falta~ yocupassensu cargo» (fols. 101-102).

Llega, pues,el momentode la ejecucióny aquí se separanligera-menteambosautores,Mientras en Ercilla ocupagarn partede su can-to XXXIV, alcanzando,además,en estasoctavasuno de los momentosantológicosdel poema, Figueroapasamuy por alto dicha ejecuciónsindetenerseen mayoresdetalles: «... Caupolicánfue entregadoa minis-tro quebaxamentele despojóde la vida’> ~ Sin embargo,rinde al jefeindio un homenajede respetoy admiración: «Assi fenecióestevarón,

- - y antesqueaclareya el vecinodía,os dadpriesaa llegar...» (XXXIII, p. 463)

26 Aunque el nombrede la mujer no coincide, la situaciónes similar:« ¡Ay, de mí! ¡Cómoandabayo engañadaconmi altivez y pensamientoufanoviendoqueen todoel mundoera llamadaFresia,mujer del gran Caupolicanol• (XXXIII, p. 466)

27 «llevabaun mal envueltoniñoal pechodeedadde quincemeses,el cual eraprendadel presopadredesdichado,con grandeextremo dél y della amado» (XXXIII, p. 465)

28 La reacciónde la mujer de «furia y viva rabia llena» ocupaen La Arau-cana siete octavasy los insultos lanzadoscontra el prisionero son bastanteparecidos(XXXIII, PP. 465466).

29 Este cruel pasajeresulta más suavizadoen los versos de Ercilla (verXXXIII, p. 466).

30 Lo mismo dice el altivo Caupolicána Reinoso (XXXIV, p. 470).“ Hechos, fol. 103, y La Araucana, XXXIV, PP. 472474.

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lustre de su patria y, en razón de gentil, el más digno que entreellosse conocíaentonces,Fue mientrasvivió amadorde lo justo, dessapa-sionadopremiador,templadoenel vino, blandamentesevero,agil, ani-moso y fortíssimopor su persona.Observópocaspalabras.No le al-teró la prósperafortuna, ni le aniquiló la adversa,mostrandohastaen la muertela magnanimidadque tuvo en vida» ~

Despuésde muerto Caupolicán,hechoque no agradóa don Diegocuando llegó al campamento~‘, los araucanosvan siendodiezmadoshastaquea finales de 1558 se «rindenal yugo de su CatólicaMages-tad>’. Don García vuelve entoncesvictorioso a Madrid, se casay viveen Españahastaque treinta años más tarde, en 1588, es nombradovirrey de Perú, cargo que había desempeñadosu padre, el tercerMarqués de Cañete.

Esta nueva estanciaamericanaestá narradaen los libros cuartoy quinto de la obra de Figueroa,mientrasque el libro sexto es unparéntesisinteresantedesdeel punto de vista histórico, geográfico yetnográfico.Se describendos razasdiferentesde indios y sus costum-bres~ y en lo geográfico secuentacon todaserie de detallesla expe-dición de Alvaro de Mendaña~ y la de PedroFernándezde Quirós,queobtiene permiso de Felipe III «para el descubrimientode la Aus-

36tralia” -

Y llegamos al séptimoy último libro de la obra, dondeFigueroamuestralos años finales de la vida de don García que,ya cansadoyviejo, solicita en 1596 permiso para volver a España,donde muereel 15 de octubre de 1609.

A lo largo de toda la obra abundanlas fechas referidasa hechosdocumentadoshistóricamente,nombresy situacionescompletamentereales,cartasdel rey o aél dirigidas,documentosy textos de noticiassumamenteinteresantesy muchosdatosmás. Son éstos,pues,algunosde los motivos quedan interésa la obra, ya quepor sí misma y porlos datos quese aañdena la historia biográfica inicial, no resulta demuy grata y amena lectura.

* . *

32 Hechos,fol. 103. Figueroarepite estasmismas palabrasal final de la bio-grafía, pero en esta nueva ocasión las dedica a don García: «Mostró enmuerte la magnanimidadque tuvo en la vida, ajustadoen todo con la voluntadde su Criador» (fol. 323).

«Sintió mucho el General el resueltoprocederde Reynosoconsiderandolacalidad del sugeto y faltó poco para hacerrigurosa demostración,mas estor-váronla algunos inconvenientesque della podían resultar» (fol. 103).

~ Ibidem, fols. 242 y 275 respectivamente.‘~ Ibidem,fols. 228-291.36 Ibidem, fol. 290. En la Plazauniversal (Madrid, 1615) también se menciona

estehechoen el DiscursoXXXVI «De los cosmógrafos,geógrafos,corógrafosytopógrafos»(fol. 165v).

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Parafinal, y tratándosede unaobra tan poco conocida,he creídoconvenienteplantear el problemabibliográfico de sus ediciones.A laaparecidaen Madrid en 1613 ‘~ siguió, en efecto,una segundaedicióntodavíaen vida del autor38, mientrasque la terceraes ya de la segundamitad del siglo xix

Teniendoen cuenta que las dos primeras edicionespresentabanunaportaday unadedicatoriadiferentes,exigíansercomparadasparaver si habíaentreambasalguna diferencia.A esta curiosidadcontri-buyeron también las opinionesde algunos críticos que sin estudiardetenidamentela cuestión, expusieron,en ocasiones,conclusioneserróneas.

Crawford, uno de los más destacadosestudiososdel escritor va-llisoletano~ hablandoprecisamentede estasdos impresiones,dice:«La primeraedición de estabiografía...está dedicadaal antiguo pro-tector de Figueroa...Es probableque le disgustaseel escasoapreciode Lermahacia su deferencia,y que por estacausacambiasela dedi-catoriaen la edición segunda’>41

Por otro lado, mientras en catálogosbibliográficos como el deSalvá42 no se mencionala existenciade la edición de 1616,en el Reper-torio de Palau se dice lo siguiente: «Tiene la particularidadde estardedicadoel libro [la segundaedición] al V Marquésde Cañeteen laportada, y al Duque de Lerma en la verdaderadedicatoria que, asi-mismo, es diferente de la que puso el autor en los preliminaresdelaño l6l3”’~.

Puesbien, ninguna de estasafirmacionesanterioreses cierta to-talmente,ya que,mientrasen la portadadc 1616 se señalaa don Juan

3~ Huatas ¡ DE DON GARcÍA ¡ Hua-rADo DE MENDOZA, ¡ Quarto Marqués de Ca-ñete. / A Don Franciscode Roxas y ¡ Sandoval,Duquede Lerma, MarquésdeDenia ¡ Por el Doctor Christóval ¡ Suárezde Figueroa¡ En Madrid, / En laImprenta Real ¡ Año MDCXIII II.

38 HEchos ¡ DE DON G~s~cÍA ¡ HuRnnoBE MENOOVÁ ¡ Marquésde Cañete¡ A DonJuanAndrés Hurtadode Mendo9a¡ su hijo, Marquésde Cañete/ Señorde lasvillas de Argete 1 y su partido, Montero Mayor ¡ del Rey nuestroSeñor,Guar-da / Mayor de la ciudad de Cuenga[sic] ¡ Por el Doctor Christóval / Suárezde Figueroa/ En Madrid, en la ImprentaReal ¡ Año 1616 /1.

3~ Hechosde Don García Hurtado de Mendoza...,en Colección de Historiado-res de Chile y documentosrelativos a la historia nacional.- -, vol. V, SantiagodeChile, 1865. En el Catálogode Palause reseñaestareedición en 1864.

~«CRAWFORD, J. P. W., TIte Lije ami Works ot Christóval Suárezde Figueroa,Filadelfia, 1907. Hay traduccióncastellanacon el título de Vida y obras de Cris-tóbal Suárez de Figueroa, de NARcIsO ALONsO CORTÉS, Valladolid, Imprenta delColegio Santiago,1911. Citaré siemprepor estaedición.

41 Ibidem, p. 51.42 PEDRO SALvA y MELLEN, Catálogo de la Biblioteca de Salvá, Valencia, Ferrer

de Orga, 1872.~ ANTONIO PALAU Y DIJcET, Manual del librero hispanoamericano,tomo XXII,

Barcelona,Palau,1948-1975,p. 244.

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Andrés como destinatariode la obra, en la dedicatoriapropiamentedicha no aparecepara nada su nombresino el de don FranciscodeRojas y Sandoval.A la que hay que añadir, además>que ambostextosson idénticos.

Por tanto,lo queaunaprimeraojeadapodríaparecerunasegundaedición de los Hechosde don García motivada por el éxito de la obrao por la famadel autor, no es másqueunareimpresiónde una obraen la queel editor —bien por motivos publicitarios o por presionesdel propio Marquésde Cañeteparadar nuevo realcea la memoriadesu progenitor—cambiaexclusivamentela portada.

Cotejados minuciosametneambos ejemplaresno se observa enellos el más mínimo cambio. En los preliminares se mantienenlaspartesde rigor: la tasa,sumade privilegio, fe de erratas,las dosapro-bacionesde 1612 —una de Fray Alonso Remóny otra de Antonio deHerrera—, la dedicatoria,un interesanteAl lector, de don GabrielCarvajal de Ulloa y un extensísimoPrólogo del mismo Figueroa,en elque haceun resumende la historia de los reyescastellanospara enla-zar el árbol genealógicode los Mendoza con la ramade los Hurtado<c... todos merecedoresde ser celebrados’>.

En el texto, totalmenteen prosay dividido en sietelibros, tampocose observaninguna diferenciaentreambasediciones.Es más, se con-serva el mismo formato e idéntico númerode páginasy, por si todavíacupiera algunaduda, se correspondenincluso paralelamentetodos loserrores de paginacióny las erratasdel texto.

Por tanto, y como conclusiónfinal, la edición de 1616 es una merareimpresióny no edición distinta como siemprese había creído,en laque la imprenta utilizó las mismasplanchassalvo en el frontispicio,que es lo que pudo dar la aparienciade una versión distinta.

ANGELES ARCE MENÉNDEZUniversidadComplutense.Madrid

(España)