Para qué un año más si no tienes un propósito para vivirlo

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1 Por: Diana Fernanda Vásquez S. Tel: 315 309 9114 Escríbenos: [email protected] *Ilustraciones: Cortesía de Fano Visita Nuestra página web: www.periodicoyosoy.com “Muchos son los planes del corazón del hombre, pero son los propósitos del Señor los que prevalecen” Prov. 19,21. Los 31 de diciembre son como una recarga de baterías; nos invade una energía de esperanza y una alegría tal, que terminamos abrazando y deseando a todos feliz y próspero año nuevo. Pero realmente no tenemos plena conciencia de lo que esto significa; por eso para la mayoría de las personas se queda solo en deseos y sus vidas son iguales o peor año tras año. Voy a transcribir apartes del capítulo: “vive con propósito”, del libro de Rick Warren “Una vida con propósito”, para que puedan entender, que, debemos tener propósitos espirituales de acuerdo a los planes de Dios para nuestra vida, aparte de los terrenales. Ahora le pregunto a usted: ¿ha identificado lo que debe trabajar este año de su vida interior, para generar un cambio que favorezca su carácter, y tenga proyección hacia la vida eterna? ¿Sabe cómo hacerlo? Algo si tengo claro; sino nos fijamos metas de cambio, retrasamos nuestro crecimiento espiritual, como consecuencia nuestro proceso de aprendizaje será lento y repetitivo. Por lo tanto nuestro camino a la santidad será muchísimo más demorado. La pregunta es ¿Con cuánto tiempo contamos?¿Lo sabes acaso? <<Vivir con propósito es la única manera de vivir realmente. Todo lo demás es existir. Una vez que conoces lo que Dios quiere que hagas, la bendición viene al ponerlo en práctica. Tal vez esto signifique dejar algunas cosas que estás haciendo. Desafortunadamente es fácil distraernos u olvidarnos de lo que es importante. Para prevenir esto es necesario desarrollar una declaración de propósito para tu vida, enfocarte, actuar en ella y revisarla regularmente. Las metas son temporales, los propósitos son eternos. Si escribes tus propósitos, te esforzarás en pensar específicamente en el camino de tu vida, recordemos lo escrito en el libro de Isaías: “Preparen en camino al Señor, enderecen sus senderos. (…), Lo torcido se enderezará y lo disparejo será nivelado y todo mortal verá la salvación de Dios”. Lucas 3, 4-6 Puntos de Interés:¿ Cuál es el centro de tu vida? ¿Qué debes trasformar en tu carácter? ¿Das tu vida por servir a otros? ¿Comunicas su mensaje? ¿ cumples su misión?

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Puntos de Interés: ¿Cuál es el centro de tuvida? ¿Qué debes trasformar en tu carácter?¿Das tu vida por servir a otros? ¿Comunicassu mensaje? ¿Cumples su misión?

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1 Por: Diana Fernanda Vásquez S. Tel: 315 309 9114 Escríbenos: [email protected] *Ilustraciones: Cortesía de Fano

Visita Nuestra página web: www.periodicoyosoy.com

“Muchos son los planes del corazón del hombre, pero son los propósitos del Señor los que prevalecen” Prov. 19,21.

Los 31 de diciembre son como una recarga de baterías; nos invade una energía de esperanza y una alegría tal, que terminamos abrazando y deseando a todos feliz y próspero año nuevo. Pero realmente no tenemos plena conciencia de lo que esto significa; por eso para la mayoría de las personas se queda solo en deseos y sus vidas son iguales o peor año tras año.

Voy a transcribir apartes del capítulo: “vive con propósito”, del libro de Rick Warren “Una vida con propósito”, para que puedan entender, que, debemos tener propósitos espirituales de acuerdo a los planes de Dios para nuestra vida, aparte de los terrenales.

Ahora le pregunto a usted: ¿ha identificado lo que debe trabajar este año de su vida interior, para generar un cambio que favorezca su carácter, y tenga proyección hacia la vida eterna? ¿Sabe cómo hacerlo?

Algo si tengo claro; sino nos fijamos metas de cambio, retrasamos nuestro crecimiento espiritual, como consecuencia nuestro proceso de aprendizaje será lento y repetitivo. Por lo tanto nuestro camino a la santidad será muchísimo más demorado. La

pregunta es ¿Con cuánto tiempo contamos?¿Lo sabes acaso?

<<Vivir con propósito es la única manera de vivir realmente. Todo lo demás es existir. Una vez que conoces lo que Dios quiere que hagas, la bendición viene al ponerlo en práctica. Tal vez esto signifique dejar algunas cosas que estás haciendo. Desafortunadamente es fácil distraernos u olvidarnos de lo que es importante. Para prevenir esto es necesario desarrollar una declaración de propósito para tu vida, enfocarte, actuar en ella y revisarla regularmente. Las metas son temporales, los propósitos son eternos. Si escribes tus propósitos, te esforzarás en pensar específicamente en el camino de tu vida, recordemos lo escrito en el libro de Isaías: “Preparen en camino al Señor, enderecen sus senderos. (…), Lo torcido se enderezará y lo disparejo será nivelado y todo mortal verá la salvación de Dios”. Lucas 3, 4-6

Puntos de Interés:¿ Cuál es el centro de tu vida? ¿Qué debes trasformar en tu carácter? ¿Das tu vida por servir a otros? ¿Comunicas su mensaje? ¿ cumples su misión?

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¿Qué es una declaración de propósitos?

“la meta del prudente es la sabiduría; el necio divaga

contemplando vanos

horizontes” Prov. 17,24.

Escribir tus propósitos es hacer una lista de cambios en tu personalidad,

manera de vivir y comportarte, que, favorecerán tus relaciones. Esto significa que lo que consideras importante, no es lo que el mundo considera como tal. Tendrás papeles distintos en tus diferentes etapas de tu vida, pero tus propósitos nunca cambiarán. Ten en cuenta estos 5 pasos y podrás descubrir cuál o cuáles son los propósitos según el Señor para que tu trabajes este año y los que vienen; que te asegurarán una eternidad al lado del Señor.

1- ¿Cuál es el centro de tu vida?

Alrededor de qué estas edificando tu vida. Puede que estés centrando tu vida alrededor de: tu carrera, tu pareja, tus hijos, el dinero, tu trabajo, tu familia o en ti mism@. Todas ellas son buenas, pero no pertenecen al centro de tu vida. Cualquiera que sea el centro de tu vida constituye un dios. Pero

ninguna es suficiente para sostenerte cuando la vida comience a darte malos ratos. (A veces son momentos que te pueden despedazar o sientes desmoronarte). Necesitamos un centro inconmovible. La mejor manera de permitir que Dios sea el centro de nuestra vida es abandonándonos en él. Por eso la preocupación es la señal o esa luz que te advierte que estas empujando a Dios hacia un lado. Cuando lo pongas de nuevo en el centro tendrás paz otra vez. “y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.

2- ¿Cuál será el carácter de mi vida?

“Mantente enfocado en tu carácter y enseñanza. No te distraigas Sigue perseverando”.1Timoteo 4,16 Esta es la pregunta del discipulado. Dios está más interesado en lo que eres que en lo que haces. Recuerda, el carácter te lo llevaras a la eternidad, tu carrera no. Haz una lista de las cualidades de tu carácter que quieres desarrollar. Puedes comenzar con el fruto del espíritu o las bienaventuranzas. Es importante saber que es el carácter: es el patrón de comportamiento o conducta que persiste en el tiempo y define o identifica a una persona. Es el sello de la persona. (Por eso la frase: ahí está pintad@). Esto incluye rasgos y hábitos persistentes. El carácter no es lo mismo que el temperamento. Este es lo heredado (ADN) y mi anatomía. El carácter, en cambio, es el conjunto de las

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disposiciones psicológicas que nacen del temperamento, modificado por la educación y el trabajo de la voluntad y consolidado por el hábito. Conclusión y OJO a esto: aquí está la clave de nuestra salvación; El carácter se puede modificar. La pregunta es: ¿Qué clase de persona quieres ser de ahora en adelante?

3- ¿Cuál será la contribución de mi vida? “Los comisioné para vayan y den fruto, un fruto que perdure” Juan 15,16. Esta pregunta se refiere al servicio. ¿Cuál será tu ministerio en el cuerpo de Cristo? Conociendo tu combinación de dones espirituales, corazón, habilidades, personalidad y experiencias. ¿Cuál será tu mejor papel en la familia de Dios? ¿Cómo puedes hacer la diferencia? Debes conocer tu FORMA:

Formación espiritual.

Oportunidades.

Recursos.

Mi personalidad.

Antecedentes. Aunque fuiste formado para servir a otros, considera que ni Jesús satisfizo las necesidades de todo el mundo mientras estuvo en la tierra. Tienes que escoger donde y a quienes puedes ayudar mejor, basado en tu forma.

4- Cuál será tu comunicación con él. Esto se refiere a la misión con los no creyentes. Tu misión es parte de la lista de los propósitos de tu vida. Esto incluye tu compromiso de compartir el testimonio y las buenas nuevas con otros. Por supuesto nuestras vidas deben dar testimonio y confirmar el mensaje que comunicamos. Antes que la mayoría de los creyentes acepten la biblia como creíble, quieren saber cuan creíble somos nosotros. Debes hacer una lista de lecciones de vida; es decir tus situaciones de oscuridad y la transformación de Dios en ellas. Mientras vas creciendo en Cristo, Dios puede darte un grupo especial de personas para que te enfoques en alcanzarlas. Si eres padre, parte de tu misión es criar a tus hijos en el conocimiento de Cristo, para ayudarlos a entender los propósitos de él para sus vidas y enviarlos a su misión en el mundo.

5- ¿Cuál será la comunidad de mi vida? Esto tiene que ver con el compañerismo y la comunión. ¿Cómo mostrarás tu compromiso con otros creyentes y tu conexión con la familia de Dios? Puedes pensar: ¿Y acerca de la voluntad de Dios para mi trabajo o familia? O ¿Dónde se supone que tengo que vivir o estudiar? , Sinceramente, estos son asuntos secundarios en tu vida, puedes tener muchas posibilidades y todas pueden caber dentro de la voluntad de Dios para ti. La más importante es que tú cumplas los propósitos eternos de Dios,

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independientemente de donde vivas o trabajes, o con quien estés casado. Haz lo eternal y perdurable (propósito de Dios), de una manera contemporánea y oportuna (en tu generación). Esto es la esencia de una vida con propósito. Ni las generaciones pasadas ni las futuras pueden servir al propósito de Dios en esta generación, solo nosotros podemos. Pablo vivió una vida con propósito. Él dijo: “Yo corro hacia la meta con un propósito a cada paso”. Su única razón para vivir era cumplir los propósitos que Dios tenía para él. Dios todavía busca personas para usarlas. ¿Serás tú una de esas personas que Dios quiere usar? Un día Dios revisará tus respuestas a estas preguntas:

¿Pusiste a Jesús en el centro de tu vida?

¿Qué transformación le hiciste a tu carácter?

¿Diste tu vida por servir a otros?

Comunicaste su mensaje y cumpliste su misión.

¿Amaste y participaste en su familia?>>

Ora, piensa en esto, habla con tus amig@s y reflexiona en las escrituras. Que no pase un año más sin enfocarte en tu misión y los propósitos de Dios para tu vida. Recuerda las metas son terrenales, los propósitos de Dios son eternos y algún día llegaremos a su presencia y daremos cuenta de los cambios que le hicimos a nuestro carácter. Tengamos en cuenta: Lo que heredamos de nuestros padres y de nuestra cadena

generacional, ADN, sumado a la situación (historia del mundo,) constituye nuestro temperamento. No podemos modificar una coma de esto. Podemos orar. Pero nuestro carácter sí lo podemos modificar. Los rasgos genuinos y originales de cada uno de nosotros que se convierten en nuestra marca registrada, o en nuestro sello, sí. Examinémonos, miremos que hay que cambiar en él, que hay que eliminar, que se debe adquirir, que debemos reforzar, que

hay que trabajar para ser transformados en Cristo. Esta oración de Pablo hoy se las dedico a ustedes lectores y a los integrantes de mis grupos a cargo:

“Por esta razón no ceso de rogar y pedir a Dios por ustedes, para que sean llenos del conocimientos de su voluntad con toda sabiduría e inteligencia espiritual, y nos comportemos de una manera digna del Señor, intentando complacerle en todo, fructificando en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios, dotados de una fortaleza a toda prueba por el poder de su gloria para así soportar todo con alegría y con paciencia, dando gracias a Dios que nos ha hecho partícipes de la herencia de su pueblo y nos rescató de las tinieblas y nos transportó al reino de su querido hijo en quien tenemos salvación eterna. Col 1, 9-14.