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Parte I: La situación del hambre y la salud en el mundo

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El hambre y la salud están íntimamente relacionadas.No es posible mejorar la salud sin abordar el problemadel hambre; a su vez, el hambre acarrea falta de salud,y muchas de las causas que originan el hambrecontribuyen también a una salud deficiente.

En la Parte I se examina la situación actual del hambre y la salud y se analizan los progresos realizados en el camino

hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM). En el Capítulo 1 se exponen las relaciones

recíprocas que se establecen entre el hambre y la salud deficiente, a la vez que se demuestra que es difícil mejorar

de forma apreciable la salud de una persona sin eliminar el hambre en todas sus formas. En el Capítulo 2 se explica

el aspecto que presenta un mundo en el que se padece hambre y un mundo con poca salud, y se incluye una

descripción de los rasgos peculiares que caracterizan a los grupos más vulnerables al hambre y a los problemas de

salud. Se presentan, además, los desafíos que nos esperan en el camino hacia el desarrollo, se examinan la causas

múltiples del hambre y de la salud deficiente, y el devastador efecto que los conflictos y los desastres naturales

tienen en los intentos de reducción del hambre. En el Capítulo 3 se pone al corriente de los últimos avances hacia

el cumplimiento de los ODM relativos al hambre y la salud, y se demuestra que los progresos realizados siguen

siendo insuficientes. En el Capítulo 4 se plantean algunas decisiones que los gobernantes podrían adoptar para

acelerar el avance hacia la consecución de los ODM.

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Introducción

“¿Por qué sigue existiendo el hambre enun mundo que nada en la abundancia?Una de las preguntas trascendentales denuestro tiempo es también una preguntaque pertenece a otras épocas. … la historiadel hambre es indisoluble de la historia dela abundancia”.

Sara Millman y Robert W. Kates, 1990

Los procesos de transición sociales y económicos quese han producido a lo largo de la historia ponen demanifiesto interesantes pautas de progresión yregresión. Desde la perspectiva del siglo XXI resultafácil presuponer que dichos procesos constituyenpasos agigantados para lograr que el mundo enteroesté bien alimentado y protegido contra lasenfermedades. En los últimos 200 años se hanproducido avances importantes en la reducción delhambre; en este mundo, no obstante, 854 millones depersonas que padecen hambre siguen luchando porsobrevivir y más de 16.000 niños muereninnecesariamente cada día por afecciones relacionadascon el hambre. El camino hacia un mundo en el queno exista el hambre está lleno de baches y, comoresulta evidente, también de importantes obstáculosque frenan los avances en la lucha contra este flagelo ylos problemas de salud relacionados con él.

Varios modelos de desarrollo sugieren que la mejora dela dieta y de la nutrición conlleva una mejoría de lasalud, de lo que se obtiene como resultado un repartomás justo (Semba, 2001). Sin embargo, por lo querespecta al alcance y al tipo de hambre que padece, y alas causas que provocan sus principales problemas desalud, cada país se enfrenta a su propio y exclusivoconjunto de retos. Las causas interconectadas delhambre y la salud deficiente hunden profundamentesus raíces en las condiciones sociales, económicas ypolíticas.

Por lo tanto, el hambre y la salud deficiente estánestrechamente relacionadas con las decisiones políticasy económicas que, a su vez, reflejan las prioridades quese establecen en las asignaciones de presupuestos, lacalidad de los servicios sociales y los valores de lacomunidad. Las personas que pasan hambre encualquiera de sus formas no son precisamente losdirigentes responsables de la toma de decisiones, ytampoco están necesariamente bien representadas porellos.

En la Serie de informes sobre el hambre en el mundo2007 se examinan las relaciones múltiples que seestablecen entre el hambre y la salud deficiente, cómoafectan éstas al crecimiento fisiológico y psicológico delas personas y la forma en que restringen el desarrollosocial y económico de las naciones.

Existen muchos debates en torno al hambre. Condemasiada frecuencia, sin embargo, los análisis sobreesta lacra se centran exclusivamente en susmanifestaciones físicas, en la descripción yrepresentación de niños extremadamentesubalimentados de vientres hinchados, o niños conretraso del crecimiento, cuyo desarrollo físico se havisto afectado en periodos críticos de sus vidas. Lascausas se suelen buscar en una escasa producción dealimentos o en unos ingresos insuficientes paraadquirir la comida de calidad que una familia precisa.Si bien estos temas son fundamentales en cualquierestudio sobre el hambre, es importante hacer hincapiéen que el debate sobre el hambre presenta todavíalagunas conceptuales. La Serie de informes sobre elhambre en el mundo trata de esclarecer algunas de lasáreas que se suelen pasar por alto en dichos estudios.Concretamente, en esta edición se analizan lasrelaciones existentes entre el hambre y la salud. Lapresente publicación de la Serie de informes sobre elhambre en el mundo explora las consecuenciasprofundas que tiene el hambre en la salud, incluida laprevención y tratamiento de enfermedades, y prestaatención especial a la absorción y utilización de losnutrientes.

El informe también plantea las cuestiones y lasacciones sanitarias imprescindibles para ganar la luchacontra el hambre: cómo se pueden compaginar mejorlas respuestas sanitarias y las respuestas contra elhambre, y de qué manera se pueden aplicar lasacciones estratégicas fundamentales para limitar lasconsecuencias perjudiciales que tiene el hambre en lasalud y el bienestar.

En la Serie de informes sobre el hambre en el mundo2007 se sostiene que los factores que ponen en peligrola salud y agudizan el hambre son, por lo general, bienconocidos y las soluciones asequibles son fáciles deconseguir. El informe constituye una llamada a laacción y un elogio al trabajo sin precedentes que se harealizado en todo el mundo para enfrentarse alproblema del hambre y la salud deficiente. Y, además,

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Introducción

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pone de relieve la abundancia de oportunidades queexisten para concentrar los recursos en planteamientosde colaboración coordinados, en línea con los marcosde actuación nacionales y regionales. Cinco mensajessubyacen en la Serie de informes sobre el hambre en elmundo 2007:

• El hambre y la salud deficiente son problemasmundiales relacionados.

• Afectan de manera desproporcionada a las personasmás pobres y más vulnerables, reduceninnecesariamente las expectativas y la calidad de vidade cientos de millones de seres humanos.

• El hambre y la salud deficiente afectanespecialmente a las mujeres y a los niños.

• La salud deficiente y el hambre repercuten en eldesarrollo de las naciones, en la actualidad y en lasgeneraciones futuras.

• El hambre y la salud deficiente son problemas quetienen solución; no obstante, los planteamientosactuales no conducen a soluciones que seanaccesibles ni sostenibles equitativamente.

En la edición de 2006 de la Serie de informes sobre elhambre en el mundo, titulada El hambre y elaprendizaje, se partía de la premisa de que lasdecisiones políticas están directamente relacionadascon la persistencia del hambre. En el informe de 2007se analiza en mayor profundidad la manera en la quelas decisiones políticas influyen en los progresos haciala disminución del hambre y la conquista de la salud, ycómo se suelen pasar por alto en esas decisiones losprocesos que conducen a la marginalización y a lasdesigualdades, que restringen el acceso de laspersonas más vulnerables a los alimentos de buenacalidad y a los servicios sanitarios.

En este informe se ponen de relieve los beneficiosprofundos y mutuamente fortalecedores que puedenreportar a las personas y a las naciones las inversionesen la erradicación del hambre. Se ofrece además unprograma de acciones concretas en el seno de las

comunidades, en el ámbito nacional y en elinternacional. En este mundo globalizado, elsurgimiento de nuevas alianzas y de un nuevomovimiento asociacionista es cada vez más evidente, yesta nueva coyuntura conlleva nuevas oportunidadespara entrar en acción. Fundamentalmente, se trata deque los diversos protagonistas de este nuevo orden semovilicen para trabajar juntos en la misma dirección, yla Serie de informes sobre el hambre en el mundoofrece su modesta contribución para lograr ese fin. Elinforme que contiene la presente edición de 2007 seorganiza en cinco partes principales:

• La situación del hambre y la salud en el mundo— Se pasa revista al estado actual del hambre y lasalud deficiente en todo el mundo.

• Desnutrición y enfermedad: repercusiones en elciclo vital — Se exploran las relaciones recíprocasque se establecen entre el hambre y la salud duranteel ciclo vital, y se identifican las lagunas quepresentan los conocimientos actuales, que sedeberían llenar si se desea ampliar los trabajosactuales encaminados a conseguir la disminución delhambre.

• Desarrollo nacional: compromiso y decisiónpolítica — Se presentan las razones que inducen acomprometerse mucho más en la lucha contra elhambre y la salud deficiente. Se analizan también laincidencia que tiene la disminución del hambre enlos programas sanitarios y el desarrollo de lasnaciones. Además, se presentan las pruebas quedemuestran que hay soluciones rentables al alcancede todo el mundo y que éstas han contribuido ya aconseguir resultados muy positivos en el campo de lasalud.

• El camino a seguir: hacia un mundo sin hambre— Se establecen las actuaciones concretas queservirán para conseguirlo, mediante solucionesarmonizadas e integradas en los marcosgubernamentales.

• Un Compendio de recursos en el que figuran losdatos acreditativos.

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1.1 Hambre, salud y bienestar

“Las causas que originan el hambreabarcan desde las sequías, inundaciones ydemás catástrofes naturales que restringenla producción de alimentos hasta laestructura social jerárquica, con sus reglasde inclusión y exclusión, que pone límites ala distribución de los alimentos y de lariqueza…”.

Lucile F. Newman et al., 1990

Los cimientos del hambre

Desde los albores de la humanidad, el ser humano haluchado por alejar la amenaza del hambre de su vida y,por el camino, ha atravesado períodos de abundanciay épocas de escasez de alimentos, de auge y dedeclive. Desde el Paleolítico tardío (30.000-9000 aC),las comunidades de cazadores y recolectoresperseveraron en el control de la rica biodiversidad desu entorno, por lo que alcanzaron una estatura mediaque no se ha conseguido igualar en toda la historia, nisiquiera en nuestros días.

Hacia el tercer milenio antes de Cristo, la estaturamedia se había reducido en 11 centímetros en el caso

de los hombres y en 14 centímetros para las mujeres(Cohen y Armelagos, 1984). Durante esta época deasentamientos y aumento de la población, cambiaronlas dietas: la gente consumía muchos cereales,extraídos de una cantidad de especies botánicasespectacularmente reducida, y comía menos carne(Barnes, 2007). Los poblados permanentes y el paso dela caza a la recolección posibilitaron el almacenamientode los alimentos y la especialización de las labores enlas diferentes sociedades. No obstante, estos cambiosllegaron acompañados de la estratificación social y elhambre (Milton, 2000).

El paso del Paleolítico al Neolítico es sólo una de lasmuchas transiciones que cambiaron las dietas yacabaron afectando a la salud con el paso del tiempo.Estas transformaciones coincidieron con innovacionestecnológicas, transiciones demográficas y cambiossociales; cada una de ellas trajo consigo el progreso ytambién escaseces de alimentos y hambre para ciertosestratos de la población.

Otro proceso de cambio, la Revolución Industrial deprincipios del siglo XIX, creó una nueva riqueza ymejoró la situación nutricional de las clases medias yaltas de varios países, lo que trajo como consecuenciauna mayor esperanza de vida y un aumento de laestatura: la esperanza de vida se amplió a 40 años; laestatura media se situó en 157 centímetros para lasmujeres y 170 centímetros para los hombres (Cohen yArmelagos, 1984). Sin embargo, la sociedad tambiénse estratificó mucho más y no todos sus grupos sebeneficiaron de estas mejoras: de hecho, las clases másbajas quedaron más marginadas todavía con ladistribución no equitativa de la riqueza, y el hambredominó.

Actualmente, observamos pautas similares con elproceso de “transición nutricional”: la coexistencia de la sobrealimentación y la desnutrición. Vivimos en un mundo de inmensas riquezas, enormesdisparidades y desigual acceso a los servicios sanitariosy a la comida, aunque en todo el planeta hayaalimentos suficientes para alimentarnos a todos. En lospaíses ricos y prósperos, se aprecia en hombres ymujeres un incremento continuo de estatura y deesperanza de vida: esta última ha aumentado hastallegar a los 75 años para los hombres y los 80 añospara las mujeres en los países desarrollados; la estaturamedia es de 163 centímetros para las mujeres y

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Esta

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180

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Figura 1 – Evolución de la estatura media y la esperanza de

vida1

Fuente de los datos: OMS, 2007e; CDC, 2004; Cohen y Armelagos, 1984

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1.1 Hambre, salud y bienestar

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176 centímetros para los hombres (OMS, 2007a; CDC,2004).

Pero, de nuevo, observamos grandes diferencias entrelos países ricos y los pobres. En los países más pobres ycon mayor inseguridad alimentaria (países de bajosingresos y con déficit de alimentos, PBIDA) laesperanza de vida de hombres y mujeres sigue siendoinferior a los 50 años, como consecuencia de laescasez prolongada de alimentos, enfermedades,conflictos armados y un acceso desigual a la asistenciamédica de calidad. Además, en el proceso detransición nutricional actual se combinan el hecho detener mayor cantidad de alimentos de mala calidad alalcance y tasas de sobrepeso cada vez más altas, ytodo esto con una prevalencia elevada y continua de lainsuficiencia ponderal. Y, lo que es más importante,una persona que ha sufrido desnutrición en el vientrede su madre corre mucho más riesgo de presentarsobrealimentación en el futuro. Un estudio elaboradoen China demostró que uno de cada cinco niños quetenían sobrepeso antes de los 9 años de edad habíapadecido un retraso del crecimiento como resultadodel hambre crónica experimentada en sus primerosaños de vida (Banco Mundial, 2006).

Las causas del hambre

Las causas que originan el hambre abarcan desde lascatástrofes naturales que disminuyen la producción dealimentos hasta las estructuras sociales jerárquicas querestringen la distribución de la comida y la riqueza.Actualmente, los cientos de millones de personas queconviven con el hambre se enfrentan a unacombinación de factores que les impiden satisfacer susnecesidades de alimentación más básicas y perpetúanel hambre de una generación a otra. Entre esosfactores se incluyen el cambio de modelos agrícolas,los precios de los alimentos, los ingresos, la escasez delos alimentos de temporada, las preferenciasalimentarias, las dinámicas culturales y de los sexos, laurbanización, conflictos, catástrofes naturales, cambiode los patrones climáticos y decisiones políticas, comolas que anteponen el gasto en defensa a lasasignaciones presupuestarias en sanidad yprotecciones sociales que tengan como base laalimentación. “La producción mundial de alimentos esmás que suficiente para alimentar a todos loshabitantes de la Tierra; y, sin embargo, en la mayor

parte del mundo reina el hambre, que siguerepresentando una amenaza constante para lahumanidad” (Salleh, 2001).

Aproximadamente el 10% de las personas que pasanhambre en el mundo son víctimas de las gravesescaseces de alimentos que provocan las crisis. La difícilsituación en que se encuentran los 2 millones dedesplazados de Darfur, en Sudán, es tan sólo una delas tragedias de esta primera década del nuevomilenio. El 90% restante de personas que padecenhambre de este mundo convive con un hambrecrónica: un hambre persistente que nunca desaparece.Las personas que padecen continuamente el hambreno pueden obtener con regularidad alimentos debastante calidad y su salud suele ser deficiente. Sus

Las pruebas empíricas demuestran que la altura humanaes un indicador de bienestar y salud. En el caso de losniños, la altura ayuda a predecir la supervivencia ymantiene una correlación con el rendimiento en laescuela y en el mercado laboral. La altura que tenga unniño hacia los 4 años de edad indica bastante bien laestatura que alcanzará de adulto (Martorell y Habicht,1986); por lo tanto, se puede establecer que la talla deun adulto está predeterminada desde la primera infancia(Schultz, 2002).

Doctores en medicina y nutricionistas, como Nevin S.Scrimshaw, realizaron los primeros estudios sobre lasrelaciones que existen entre la estatura y el desarrollosocioeconómico. En sus trabajos, evidenciaron que losniños de Centroamérica y Panamá eran más bajitos quelos niños de Estados Unidos y arguyeron: “… que eldaño nutricional que el niño sufre después del desteterepresenta para el país una pérdida humana yeconómica muy grave… desde el punto de vista de lasalud y de la resistencia a las enfermedades y, porconsiguiente, en lo tocante a la capacidad para aprendery trabajar” (Scrimshaw et al., 1959).

G. B. Spurr fue el primero que midió las relaciones quese establecen entre estatura y productividad en suestudio sobre la productividad de los cortadores de cañade azúcar colombianos con edades comprendidas entrelos 18 y 34 años. Spurr descubrió que la estatura, comoindicador sustitutivo del historial del estado nutricional,favorecía la productividad. Sus resultados indicaban quela desnutrición repercute muy negativamente en laseconomías subdesarrolladas (Spurr et al., 1977).

La estatura como indicador sustitutivo delcrecimiento y el desarrollo

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medios de subsistencia básicos se deterioranprogresivamente hasta que, al final, la supervivencia seconvierte en su principal preocupación. Por lo queparece, lo único que consiguen muchas políticassociales y económicas es que el hambre y la falta desalud arraiguen.

Los recursos asignados a las operaciones de ayudahumanitaria hacen que, en comparación, losestipulados para luchar contra el hambre crónicaparezcan realmente exiguos. Sólo en 2006, el PMAdestinó 742 millones de dólares EE.UU. a la ayuda a 15países que se encuentran inmersos en las situacionesde hambre crónica más alarmantes. Además, el PMAproporcionó a Sudán 558 millones de dólares EE.UU. elmismo año, dos ejemplos que ponen de manifiesto elaltísimo precio que los conflictos se cobran en lassociedades que los padecen, el nivel de recursos que seprecisan para salvar vidas en situaciones de crisis y lospoquísimos que quedan al final para destinarlos a lalucha contra el hambre crónica.

Las calorías no bastan

El “hambre oculta” afecta a más de 2.000 millones depersonas, incluso a aquéllas que consumen calorías yproteínas apropiadas (Proyecto del Milenio de lasNaciones Unidas: Grupo de acción contra el hambre,2005). El hambre oculta se presenta cuando la personacarece de un único micronutriente o de unacombinación de micronutrientes. Las carencias demicronutrientes acarrean graves problemas de saludpública, principalmente porque ponen en peligro elsistema inmunológico y, por lo tanto, facilitan laaparición de infecciones.

Madres y niños se cuentan entre los grupos másvulnerables y afectados, aunque lo más probable esque todos ellos acusen una reducción de laproductividad y de oportunidades socioeconómicas.Como reconocen los expertos en nutrición, el hambreoculta “… es un tipo de hambre que no se manifiestaen forma de vientres hinchados ni cuerpos escuálidos.Y, sin embargo, ataca de lleno la salud y la vitalidad delas personas” (Gautam, 2006)2.

¿Cuántas calorías se necesitan?

Nadie puede asegurar con precisión cuántas caloríasnecesita una persona para sobrevivir, para no pasarhambre o para llevar una vida saludable. Diversos

factores (como la constitución física de esa persona enconcreto, los rigores del entorno en el que vive, susniveles de actividad y su salud general) se conjuganpara establecer cuál es la ingesta de energía apropiadapara cada persona. Por regla general, los habitantes depaíses tropicales precisan menos energía que los de lospaíses de inviernos crudos, o los que están situados amucha altitud. La enfermedad también incide en laingesta calórica, puesto que, por un lado, incrementalos requisitos energéticos y, por el otro, inhibe elapetito.

Casi todos los expertos coinciden en que 2.100 kcal aldía proporcionan energía suficiente a la mayoría de laspersonas; por eso, la cifra se ha convertido en unparámetro del consumo calórico medio. No obstante,el promedio real de consumo calórico varíaespectacularmente de un país a otro. Una persona queviva en Estados Unidos puede tener a su alcance unamedia de 3.800 kcal al día. El consumo calórico enEritrea es de aproximadamente 1.520 kcal al día,menos de la mitad que el de Estados Unidos.

Visto en otro contexto: la ración habitual de unrefugiado en un campamento de Kenya es de 2.100kcal al día (PMA, 2007). Las organizacioneshumanitarias han ido modificando su política, desde laimperante en la década de 1970 que consistía enproporcionar raciones de “supervivencia” de unas1.200–1.800 kcal, pasando por la de “estándaresmínimos” de 1.900 kcal en el decenio de 1980, hastael objetivo de 2.100 kcal a lo largo del decenio de1990. La cantidad requerida de 2.100 kcal, pese a queno se alcanza en ocasiones, proporciona un nivelmínimo de la cantidad suficiente de calorías.

Independientemente de la altura a la que estécolocado el nivel de calorías, es evidente lo que leocurre a un niño o a un adulto que no puede ingerirsuficientes alimentos y gasta más calorías de las queconsume. El desequilibrio, si se prolongara, obligaría alorganismo a consumirse a sí mismo y extraer de suspropios tejidos la energía que necesita, lo queconllevaría la pérdida gradual de las defensas y elarraigo de la enfermedad (Russell, 2005).

Un antropólogo que trabajaba en la década de 1930con los pueblos bantúes del sur ofreció una primerainterpretación del fenómeno del hambre: “El hambrehace que, en primer lugar, toda la energía del cuerpo

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Intermezzo 1: Perspectiva general de las carencias de micronutrientes

La posibilidad de conseguir y de absorber los micronutrientes es uno de los factores más decisivos para la salud.El hambre oculta, y muy especialmente la carencia de vitamina A, hierro, cinc y ácido fólico, es la que contribuyecon una carga mayor al costo de la enfermedad en el mundo. Las carencias de micronutrientes y la enfermedadforman un círculo vicioso, ya que debilitan el sistema inmunológico y predisponen a los niños pequeños a lasinfecciones. A su vez, la infección disminuye el apetito, reduce la ingesta de alimentos y priva al organismo demicronutrientes, esenciales para el crecimiento y el desarrollo adecuados. Las devastadoras secuelas de estascarencias (por ejemplo, ceguera, anemia, bajo peso al nacer, reducción del desarrollo cognitivo y reducción de laproductividad) son bien conocidas.

Carencia de micronutrientes El costo de las carencias

Carencia de vitamina A Casi 800.000 muertes de mujeres y niños en todo el mundo se pueden atribuir a una carencia de

vitamina A. A esta carencia se atribuye el 20% de los casos de la mortalidad materna que se

registran en el mundo. El sudeste asiático y África presentan la más alta incidencia de este tipo de

carencia. Rice et al., 2004

Anemia por carencia de hierro La carencia de hierro contribuye al 18,4% de la mortalidad materna y a un 23,5% de las muertes

perinatales. Sanghvi et al., 2007

Se atribuye la responsabilidad de 115.000 muertes de mujeres por causas relacionadas con el

embarazo y 591.000 muertes perinatales en el mundo. La cifra total de muertes cuya causa se

atribuye a la anemia por carencia de hierro es de 814.000 en todo el planeta.Stoltzfus et al., 2004

Carencia de cinc La prevalencia de la carencia de cinc que se calcula para todo el mundo es de un 31%. La carencia

de cinc contribuye a aumentar el riesgo de incidencia de enfermedades propias de la infancia,

principal causa de muerte infantil.Caulfield y Black, 2004

Se calcula que 665.000 muertes infantiles, un 5,5% del total, están relacionadas con la carencia de

cinc. Sanghvi et al., 2007

Carencia de ácido fólico Se cree que la administración de ácido fólico como complemento dietético reduce la incidencia de

los defectos del tubo neural, que afectan a 5 de cada 1.000 bebés nacidos vivos en todo el mundo.

El 95% de los casos se producen durante la primera gestación. Gupta y Gupta, 2004

Carencia de vitamina A La vitamina A tiene una importancia capital para elcrecimiento saludable, especialmente de bebés yniños pequeños. Regula una serie de procesosbiológicos, como el crecimiento, la visión, lareproducción y la diferenciacióncelular. Una persona no puedesobrevivir sin vitamina A. La dietadebe proporcionar la cantidad devitamina A necesaria para que elorganismo satisfaga susnecesidades fisiológicas.

Las últimas tendencias parecenapuntar a un descenso generalde la prevalencia de la carenciagrave de vitamina A; no

obstante, varios estudios han demostrado que lacarencia leve de vitamina A tiene una fuertepresencia en la mayor parte de los países endesarrollo. En esos países, es la principal causa deuna ceguera infantil perfectamente evitable. Se trata

CARENCIA DE VITAMINA A

Etapa del ciclo vital Riesgos para la salud/hambre

Gestación Involucrada en la mortalidad materna.

Bebés y niños pequeños Aumenta el peligro de mortalidad por diarrea, sarampión y otras

enfermedades.

Aumenta el riesgo de padecer ceguera, infección crónica de

oído y dolencias respiratorias.

1.1 Hambre, salud y bienestar

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además de un problema cada vez másevidente entre las mujeres de extracciónrural de muchos países y se supone que esuna de las principales causas subyacentesde la mortalidad materna. Los reciénnacidos y las mujeres que presentan unacarencia de vitamina A corren un mayorriesgo de sufrir enfermedades. Laadministración de complementos dietéticosde vitamina A a las madres justo despuésdel parto facilita el aumento de la vitaminaA en el organismo del bebé durante lalactancia (Basu et al., 2003).

Carencia de hierro

El hierro sirve para producir energía porquetransfiere el oxígeno a los glóbulos rojos. Lacarencia de hierro es uno de los trastornosnutricionales más habituales en todo elmundo, arrebata la vitalidad a los jóvenes y a losancianos y afecta al desarrollo cognitivo de laspersonas subalimentadas.

Los grupos con más alto riesgo de padecer carenciade hierro son los bebés prematuros y los quepresentan poco peso al nacer; los niños pequeños ylos que están en edad escolar durante los periodosde crecimiento rápido; las mujeres en edad fértil, enla premenopausia y embarazadas. Es importante quelas mujeres comiencen una gestación con suficientesniveles de hierro en el organismo y los mantengandurante todo el embarazo; una carencia de hierrocrónica también puede provocar una anemia en lasmujeres lactantes (Dugdale, 2001).

Los recién nacidos y los niños en edad preescolarcorren el peligro de que la anemia les cause lesionescerebrales y déficits cognitivos que dejen secuelaspara toda la vida. La anemia está tambiénrelacionada con la anquilostomiasis.

Carencia de ácido fólicoEl ácido fólico es fundamental para las mujeresembarazadas y los recién nacidos: reacciona con lavitamina B12 para formar glóbulos rojos sanos. Elácido fólico contribuye a reducir el riesgo dedefectos neurológicos en el feto y es esencial para eldesarrollo del sistema nervioso del bebé (Green,2002). Si la madre sufre de insuficiencia ponderal

durante la gestación, con una grave escasez deconcentraciones de folatos, el feto corre el riesgoprogresivo de un nacimiento prematuro, depresentar poco peso al nacer y de sufrir retraso delcrecimiento (Johnson et al., 2005).

Carencia de cincLa mayoría de los niños de los países en desarrolloconsume cantidades muy pequeñas de proteínasanimales (la fuente dietética del cinc que posee lamás alta biodisponibilidad), lo que explica la razónde que la carencia de cinc sea uno de los trastornosnutricionales de más prevalencia entre los niños delos países en desarrollo.

La carencia de cinc está en buena parte relacionadacon una ingesta o una absorción inadecuada de cincen la dieta, aunque es habitual que se produzca unapérdida excesiva de cinc durante los accesos dediarrea. Se considera que causa dificultades duranteel embarazo y el parto, pone en peligro lasrespuestas inmunológicas y aumenta el riesgo depadecer enfermedades infecciosas (la carencia decinc es un factor importantísimo en lasenfermedades diarreicas, la neumonía y la malaria, elbajo peso al nacer y el retraso del crecimientoinfantil). Por lo tanto, una ingesta apropiada de cinces fundamental para los niños, pues, generalmente,todos ellos tienen muchísimas más probabilidades decontraer enfermedades infecciosas (OMS, 2002).

ANEMIA POR CARENCIA DE HIERRO

Etapa del ciclo vital Riesgos para la salud/hambre

Gestación Peligro progresivo de retraso del crecimiento

intrauterino, bajo peso al nacer, parto prematuro, y

morbosidad y mortalidad perinatal.

Bebés y niños Desarrollo y coordinación motriz alterados; desarrollo

pequeños del lenguaje y rendimiento escolar alterados; secuelas

psicológicas y en el comportamiento; descenso de la

actividad física; riesgo progresivo de sufrir infecciones

respiratorias agudas.

Niños en edad Descenso de la capacidad de aprendizaje; aumento del

escolar y adolescentes riesgo de sufrir infecciones respiratorias agudas.

Adultos y ancianos Baja productividad y letargo; aumento del riesgo de

sufrir infecciones respiratorias agudas.

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se concentre en el problema de conseguir comida.Todos los pensamientos y las emociones de la personaque padece hambre se concentran en esta únicanecesidad primaria. La imposibilidad de obteneralimentos suficientes debilita gradualmente toda lavitalidad del organismo” (Richards, 2003).3

Una perspectiva más amplia del hambre trasciende alinstante la escasez de calorías o el hambre fisiológicaprolongada. Incluye aspectos socioeconómicos queengloban el acceso a los alimentos y su producción, laabsorción y la utilización de nutrientes, los métodosalimentarios y de puericultura. Se basa en las más de35 definiciones o conceptualizaciones del hambre queha proporcionado la investigación aplicada, con elobjetivo de ahondar en nuestra comprensión colectivade por qué la gente pasa hambre. Incorpora ademásuna disquisición sobre la forma en la que los gobiernosdel mundo pueden hacer frente al desafío degarantizar que todos los ciudadanos tengan a sualcance alimentos suficientes y de buena calidad yjamás pasen hambre en toda su vida.

La ingesta alimentaria influye en el humor, en elcomportamiento y en la función cerebral, aunqueestos efectos resultan difíciles de cuantificar. Es probable que una persona que pasa hambre semuestre irritable, inquieta, apática o de mal humor

1.1 Hambre, salud y bienestar

La Organización Mundial de la Salud define la saludcomo un estado de completo bienestar físico, mental ysocial, y no simplemente como la ausencia de laenfermedad o las dolencias. El bienestar completo haceposible que las personas lleven vidas social yeconómicamente productivas. Este concepto de la saludreconoce los desafíos excepcionales que se plantean enla lucha por alcanzarla en un mundo lleno de injusticiasy desigualdades, y por consiguiente intenta situar lasalud en el contexto de los derechos individuales y de laresponsabilidad universal de hacer que se cumplan esosderechos en todo el planeta. En esta perspectiva másamplia, la salud reúne aspectos mentales y físicos. Estosvalores de “salud para todos” sostienen los aspectoscompletos de la política sanitaria y se basan en cuatropilares primordiales (Yach, 1998):

• el reconocimiento del más alto estándar desalud alcanzable como derecho fundamental;

• la aplicación continua y reforzada de la éticaen la política sanitaria, en la investigación y enla prestación del servicio;

• la aplicación de políticas orientadas hacia laequidad; y

• la incorporación de una perspectiva deigualdad de género en las políticas yestrategias sanitarias.

¿Qué es la salud?

Kca

l

4.000

3.500

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

0Eritrea Tayikistán Estados

Unidosde América

1990–1992 2001–2003

RepúblicaDemocráticadel Congo

Burundi Etiopía Portugal Austria Irlanda Grecia

2.100

Fuente de los datos: FAO, 2006a

Figura 2 – Consumo diario per cápita (kcal)

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durante mucho más tiempo. Las carencias denutrientes múltiples, y no la privación de un úniconutriente, son las responsables de las modificacionesde la función cerebral, que, si se prolongaran, podríanproducir lesiones en los nervios del cerebro.

Los trastornos de la salud mental han aumentadoespectacularmente en los países en desarrollo yconstituyen una causa incipiente de morbosidad. Losniños son más susceptibles a las impresiones fuertesque los adultos, debido a que no tienencompletamente formado el sistema nervioso, y todavíaes muy sensible.

Entre las impresiones se incluyen sucesos directamentetraumáticos, como una guerra o una hambruna, o bienotros menos impactantes, como un retraso delcrecimiento o una desnutrición grave que causeproblemas cognitivos (Margallo, 2005).

Directamente vinculados con una vida exentade hambre se encuentran la salud y elbienestar de una persona (Holben, 2005).

Salud y bienestar

En los últimos 50 años, el mundo ha sido testigo de unaumento de la salud sin precedentes. En todo elplaneta se ha producido un descenso importante de la

tasa de mortalidad infantil, los índices de vacunacióninfantil han crecido espectacularmente y el acceso a losservicios sanitarios primarios, incluidas el agua y lascondiciones higiénicas y de salubridad, siguemejorando, aunque más lentamente en la últimadécada que en las anteriores. Muchos aspectos físicosde la salud han mejorado considerablemente: laspersonas viven más años y, por lo general, con menostrastornos en la infancia y a principios de la edadadulta.

Avances, pero con progreso desigual

A pesar del rápido aumento de los resultadossanitarios conseguidos, el progreso no es equitativo,especialmente para los pobres y marginados. Porejemplo: casi 10 millones de niños menores de 5 añosmueren cada día, víctimas sobre todo deenfermedades que se pueden prevenir, como laneumonía y la diarrea; y el paludismo mata a un niñoen el mundo cada 30 segundos, con grandesproporción en el caso de los países pobres.

Menos del 60% de los niños del África subsaharianareciben vacunación contra enfermedades curables(UNICEF, 2006b).

Sorprendentemente, la mortalidad materna siguesiendo inaceptablemente alta. En líneas generales, enel África subsahariana, 1 de cada 16 mujeres morirá

29

Figura 3 – Número de profesionales de la sanidad en países

en desarrollo y en transición (número por 1.000 habitantes)

mer

o

3,5

3,0

2,5

2,0

1,5

1,0

0,5

0En los 15 países en

desarrollo y entransición más pobres

Médicos

En los 15 países endesarrollo y en

transición más ricos

Enfermeros

Fuente de los datos: OMS, 2007e

0,1

0,4

1,2

3,4

Porc

enta

je

100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0En los 15 países en

desarrollo y entransición más pobres

En los 15 países endesarrollo y en

transición más ricos

Tasa de vacunación(vacuna triple)

Asistencia prenatal(al menos 4 visitas)

Fuente de los datos: OMS, 2007e

84,9

92,1

79,1

43,2

Figura 4 – El acceso a los servicios sanitarios en países en

desarrollo y en transición

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por causas relacionadas con la gestación (UNFPA,2005). Las desigualdades a la hora de alcanzar lascondiciones propicias para una maternidad sin riesgosy un acceso suficiente a los servicios sanitarios son másevidentes en las zonas rurales. Por ejemplo, es tresveces más probable que una mujer embarazada en unentorno urbano reciba la asistencia de profesionalescualificados que una mujer de regiones rurales. Estatendencia queda especialmente patente en los paísesdel África subsahariana, donde la fuga deprofesionales de la salud es mayor que en otras zonasdel mundo. Menos del 5% de los profesionalessanitarios se encuentra en los países africanos; menosdel 15%, en los países del sudeste asiático (OMS,2006).

Persisten los desafíos

Los desafíos siguen ahí, a pesar de las formidablesinversiones y de los impresionantes adelantos encuestiones de salud que se han producido en lasúltimas décadas. Las personas que padecen hambre ylos pobres no suelen ser los principales beneficiarios deninguna mejora. Las decisiones políticas correctasdeben integrar la salud en esos sectores que sededican a la lucha contra el hambre y contra las demáslimitaciones para el desarrollo que sufren los pobres.

La reciprocidad entre el hambre yla salud

El hambre y la salud están íntimamente relacionadas:no se puede mejorar la salud sin afrontar el problemadel hambre; y, a su vez, el hambre mina la salud.Muchas de las causas que originan el hambre tambiéncontribuyen a la falta de salud.

El hambre trae como consecuencia bajosniveles de energía, una disminución de lainmunidad y un aumento de la propensión apadecer una salud deficiente.

La reciprocidad entre el hambre y la salud deficientehunde sus raíces en factores determinantessuperpuestos (Schroeder, 2001). Las causas másdirectas del hambre son la dieta inadecuada y laenfermedad; éstas están íntimamente vinculadas conel acceso a los alimentos y su utilización. Relacionadoscon ellas están los métodos de atención a la infancia,el insuficiente acceso al agua limpia y a la higiene. En

especial, la falta de salud en el caso de las madres defamilia hace que se reduzca la prestación de cuidadosadecuados a sus hijos. Por último, la coyuntura políticay socioeconómica influye en las causas subyacentes delhambre y la salud deficiente.

El hambre incrementa la gravedad de lasenfermedades infecciosas y, por lo tanto, el riesgo demuerte por enfermedad una vez que se han contraído.Las personas que sufren una enfermedad sonincapaces de utilizar bien los nutrientes y, comoconsecuencia, se encuentran en un estado dedebilidad que afecta a la reacción del sistemainmunológico a las infecciones.

Además, el hambre y la salud deficiente acarreanconsecuencias sociales y económicas de gran alcance yafianzan mucho más el arraigo de la pobreza y lainjusticia. El hambre y la salud deficiente reducen lacapacidad para aprender y trabajar, disminuyen laproductividad y crean cargas de dependencia. Loscostos de la asistencia sanitaria se disparanvertiginosamente y consumen los ingresos familiares,por lo que se reducen considerablemente lasposibilidades de adquirir cantidades suficientes dealimentos de buena calidad y se degrada la calidad devida de las familias pobres. Los estudios realizados enel seno de los hogares y comunidades de pueblospequeños demuestran que la enfermedad constituyeun revés importantísimo para los ingresos procedentesdel trabajo y es una de las principales causas de que lasfamilias se vean arrastradas a la pobreza (Krishna et al.,2004).

El hambre y la mala salud incrementan la confianza enpeligrosos mecanismos de defensa contra la situación.Un acceso insuficiente a los alimentos y los constantesgastos en médicos y medicinas originaninmediatamente la necesidad imperiosa de conseguirdinero. Un mecanismo de defensa consiste en reducirla cantidad y la calidad del consumo de alimentos, yasea por parte de toda la familia o por algunos de susmiembros. Las personas pobres poseen pocos activosdisponibles que puedan usar en ese tipo deemergencias, así que posiblemente se vean obligadas avender la tierra o los enseres que les sonimprescindibles para mantener su provisión de comidao ganarse el sustento. Otra de las estrategias máshabituales para hacer frente a la situación consiste ensacar a los niños de la escuela y ponerlos a trabajar,

1.1 Hambre, salud y bienestar

30

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31

con lo que se les priva de las aptitudes y técnicasnecesarias para evadir un futuro de pobreza (PMA,2006b). Otra más pasa por emprender actividades que

aumenten la propensión a padecerenfermedades infecciosas, como, porejemplo, el comercio sexual.

Cuando el hambre y la salud deficiente seabaten sobre una familia, los niñospequeños son los más afectados:padecerán en mayor grado y todas a lavez las consecuencias de esa mezcla deescasez de alimentos, menos cuidados ymás propensión a sufrir enfermedadesinfecciosas. Por lo tanto, la comprensiónde las relaciones que se establecen entreel hambre y la salud deficiente requiereuna perspectiva de futuro más amplia: loque sucede en una etapa de la vida afectaa las etapas posteriores, y lo que sucedeen una generación afecta a la siguiente.

Identificar las relaciones entre la salud y elhambre a lo largo del ciclo vital es uno de losobjetivos de este informe.

Figura 5 – Los factores determinantes del hambre y la salud deficiente

Hambre Salud

Coyuntura socioeconómica y política

• Dieta inadecuada

• Acceso insuficiente a losalimentos

• Mala utilización de losalimentos, incluida la absorción

• Enfermedad

• Métodos de puericulturapoco recomendables

• Acceso insuficiente a asistenciasanitaria de calidad, aguae higiene

Salud Hambre

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Fuentes de los datos: OMS, 2007; la Iniciativa sobre Micronutrientes y UNICEF, 2004

Mapa 1 – El hambre oculta en el mundo

Menores de 5 años con insuficiencia ponderal

Más del 20%

Menores de 5 años con carencia de hierro

Menores de 6 años con carencia de vitamina A

Menos del 40%

Superior o igual al 40%

Más del 50%

Datos no disponibles o no analizados

Los límites y nombres indicados y las denominaciones empleadas en este mapa no entrañan, por parte de las Naciones Unidas, aprobación o aceptación oficial alguna.Mapa elaborado por la Dependencia de VAM del PMA.

C a n a d á

E s t a d o s U n i d o sd e A m é r i c a

Groenlandia(Dinamarca)

San Pedro yMiguelón(Francia)

Bermudas(Reino Unido)

Bahamas

Islas Turcas yCaicos (Reino Unido)

Haití

Jamaica

Islas Caimán (Reino Unido)

Bel

ice

Gua

tem

ala

El Salvador

Honduras

Nicarag

ua

Costa RicaPanamá

Islas Vírgenes Británicas (Reino Unido)

Antigua y BarbudaGuadalupe (Francia)

Anguila (Reino Unido)Islas Vírgenes de los Estados Unidos

St Kitts y NevisMontserrat (Reino Unido)

Dominica

Martinica (Francia)Santa Lucía

Barbados

Granada

Trinidad y Tabago

San Vicente ylas Granadinas

AntillasNeerlandesas

Marquesas

Polinesia Francesaélago de la Sociedad

Islas Australes

Islas Gambier (Francia)

Pitcairn (Reino Unido)

Islas Malvinas (Falkland)(Reino Unido)

Georgia del Sur(Reino Unido)

Uruguay

B o l i v i a

B r a s i l

Ecuador

Colombia

Venezuela

Gu

ya

na

Suriname

Guayana Francesa

Ascensión(Reino Unido)

Santa Elena(Reino Unido)

Tristán da Cunha (Reino Unido)

Gough (Reino Unido)

N a m i b i a

A n g o l a

R eD e m

d e

Gabón

Santo Toméy Príncipe

GuineaEcuatorial

Camerún

Repú

Centroa

C h a

N i g e r i a

N í g e r

Ben

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go

Ghana

Burkina Faso

M a l í

Côted’Ivoire

Liberia

Sierra Leona

GuineaGuinea-Bissau

Gambia

Senegal

Cabo Verde

M a u r i t a n i a

SaharaOccidental

A r g e l i a

M a r r u e c o s

Gibraltar(Reino Unido)

ne

z

Malta

JamahiriyaÁrabe Libia

Grecia

Albania

Bu

Ruman

U

BelaFederación de Rusia

Letonia

Estonia

FinlandiaSuecia

Noruega

DinamarcaPaíses Bajos

Islandia

Irlanda Reino Unido

de gran Bretañae Irlanda del Norte

BéligicaLuxemburgo

Francia

AndorraMónaco

España

Port

ugal

Estado de laCuidad del Vaticano

Italia

SanMarino

SuizaLiechtenstein

AlemaniaPolonia

República ChecaEslovaquia

Austria HungaryEslovenia Croacia

Bosnia yHerzegovina

Serbia yMontenegro

Macedonia,ex RepúblicaYugoslava de

RepúblicaDominicana

S

Repúb

lica

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Lituania

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ge

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a

Paraguay

Ch

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Pe

xi c

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Cuba

A l a s k a ( E E . U U . )

PuertoRico

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Mauricio

Reunión (Francia)

Seychelles

Lesotho

Swazilandia

Comoras

Zimbabwe

Z a m b i a

Botswana

RepúblicaUnida deTanzanía

Burundi

Rwanda

Uganda Kenya

E t i o p í a

Djibouti

EritreaS u d á n

p ú b l i c am ó c r a t i c a

l C o n g o

ública

africana

a d

E g i p t o

Jordania

IsraelLíbanoChipre

RepúblicaÁrabe Siria

I r a q

Kuwait

A r a b i aS a u d i t a

Emiratos ÁrabesUnidos

Qatar

Bahrein

T u r q u í a

ulgaria

ia

Moldova

r c a n i a

rús

K a z a j s t á n

F e d e r a c i ó n d e R u s i a

Georgia Azerbaiyán

Armenia

Kirguistán

Tayikistán

I r á n , R e p ú b l i c aI s l á m i c a d e l

AfganistánJammu y

Cachemira

P a k i s t á n

I n d i a

M o n g o l i a

C h i n a

República PopularDemocrática

de Corea

Repúblicade Corea Japón

Taiwán

Bhután

Bangladesh

MyanmarViet Nam

RepúblicaDemocráticaPopular Lao

Tailandia

Camboya Filipinas

Palau

Guam (EE.UU.)

Islas Marianas del Norte (EE.UU.)

Estados Federados de MicronesiaKiribati

Nauru

BruneiDarussalam

M a l a s i a

Singapur

Indonesia

Timor-Leste

PapuaNueva Guinea Islas Salomón

Tuv

Islas Wallis yFutuna (Francia

Vanuatu

Nueva Caledonia(Francia)

A u s t r a l i a

Nueva Zelandia

Sri Lanka

Maldivas

Sudáfrica

Moz

ambi

que

Malaw

i

Mad

agas

car

Som

ali

a

Yemen

Omán

Turkmenistán

Uzbekistán

Nepal

Territorio de laIsla de Navidad

(Australia)Islas Cocos (Keeling)(Australia)

Hong Kong (China)

Macao (China)

Territorio palestinoocupado

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1.2 ¿Cuáles son las personas más vulnerables?

34

“Los niños son los mensajes vivientes queenviamos a una época que nosotros noveremos”.

John W. Whitehead, 1983

El hambre y la salud deficiente no están repartidasequitativamente entre todas las personas; la carga máspesada recae principalmente en los pobresmarginados, entre los que, de nuevo, se apreciandiferencias por sexos, edades y orígenes étnicos. Lasrepercusiones que tienen el hambre y la saluddeficiente en el ciclo vital pueden ser profundas si elmal estado de salud se perpetúa durantegeneraciones. Las mujeres subalimentadas tienen másprobabilidades de dar a luz a niños de bajo peso,quienes a su vez tienen menos probabilidades desupervivencia y son más propensos a padecer unasalud deficiente a lo largo de sus vidas (McCormick,1985; Barker, 1998). Los efectos acumulativos delhambre y de la salud deficiente durante la infancia sedejan sentir más tarde en la vida y, en la edad adulta,se caracterizan por una prevalencia de las carencias demicronutrientes, de las enfermedades crónicas, comola diabetes, la obesidad y la hipertensión, y otrasdolencias. Las repercusiones que tiene el hambre entodo el ciclo vital se prolongan por lo tanto desde laconcepción hasta la vejez, con la mengua de laformación del capital humano y del bienestar en todasy cada una de las etapas de la vida.

Mujeres y madres

Las mujeres suelen tener un acceso distinto y variable alos recursos sanitarios básicos y también un usodiferente de los mismos, incluidos los servicios deasistencia primaria para la prevención y el tratamientode las enfermedades. A menudo, no se otorgaprioridad suficiente a la asistencia sanitaria para lasmujeres y sus necesidades nutricionales. Su escasa onula participación en la toma de decisiones en el hogary en la comunidad imposibilita todavía más que sesatisfagan las necesidades nutricionales y sanitariasque tienen las mujeres, quienes carecen con frecuenciade la nutrición adecuada para su crecimiento,desarrollo y supervivencia.

Las mujeres en edad fértil presentan necesidadesnutricionales y sanitarias mucho mayores que los

demás grupos de edad y sexo, básicamente por lasimportantes exigencias psicológicas propias delembarazo y el parto. Paradójicamente, por culpa detendenciosos mitos culturales y sociales, se suele darpor sentado que las mujeres tienen menos necesidadesnutricionales. Existe la tendencia a infravalorar lasactividades físicas que llevan a cabo y su consecuentegasto calórico, de ahí que se declare que “ellas comenmenos y en último lugar”. También se pasan por altomuy a menudo las necesidades de micronutrientes quetienen las mujeres, especialmente las que seencuentran en edad fértil.

La nutrición inadecuada durante el embarazorepercute en el crecimiento y el desarrollo del niñodurante todo el ciclo vital. Está demostrado que laestatura de la madre, su estado nutricional antes ydurante la gestación y el peso que gane a lo largo delembarazo tienen repercusiones importantes en elcrecimiento y la formación del feto. La escasa estaturaentre las mujeres, síntoma de hambre sufrida en elpasado, está relacionada con un mayor riesgo departos prematuros y difíciles (Siega-Riz et al., 1994;Nestel, 2000). La salud de la madre afecta también a laformación del feto, especialmente si ha sufridoenfermedades diarreicas, paludismo, infeccionesparasitarias o infecciones respiratorias durante elembarazo.

Se ha atribuido el alto e incesante índice de mortalidadmaterna que presentan los países en desarrollo a las“tres tardanzas”: tardanza en reconocer que lascomplicaciones son lo bastante graves como pararequerir ayuda; restricciones de medios de transportepara desplazarse a un centro sanitario que estépreparado para urgencias obstétricas; y tardanza enrecibir tratamiento, debida a la falta de personalsanitario disponible y bien preparado, medicamentos oequipamiento adecuado para salvar vidas (GlobalHealth Council, 2007).

Erradicar el hambre entre mujeres y madres es laclave para romper el ciclo intergeneracional deeste problema.

Bebés y niños pequeños

Los niños de edades comprendidas entre los 6 meses ylos 3 años son especialmente vulnerables al hambre. La

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vulnerabilidad aumenta conforme se reduce elconsumo de leche materna y se introducen alimentoscomplementarios (Banco Mundial, 2006). La cantidad yla calidad del alimento en esta etapa crítica sonfactores decisivos para el crecimiento del niño.

Los métodos de atención y los cuidados que un niñorecibe son tan fundamentales como la propia comida.Dichos métodos de atención y cuidado correspondenprincipalmente, aunque no exclusivamente, a lasmujeres; abarcan desde preparar y almacenar lacomida, y amamantar y alimentar a los niños muypequeños, hasta los hábitos higiénicos, la conductaencaminada a procurar la salud y la estimulaciónpsicosocial del niño (Engle, 1999). La lactancia, deimportancia fundamental, es la práctica que consisteen proporcionar alimento (leche materna), salud(transferencia de inmunidad activa) y cuidados(estimulación, seguridad y protección) al lactante(Lindstrand et al., 2006).

El acceso a los recursos también es fundamental.Cuando las mujeres controlan los ingresos domésticos,

por ejemplo, tienen la posibilidad dedestinar grandes proporciones dealimentos a sus hijos. La cantidad detiempo que las madres pueden dedicar alas tareas de atención y cuidado de loshijos es también muy importante. Elhecho de que el trabajo de la madrerepercuta positiva o negativamente en lanutrición del niño depende de variosfactores, incluida la existencia de otroscuidadores.

Los bebés y los niños pequeñosconforman el grupo prioritario en laestrategia de intervención pararomper el círculo del hambre.

Niños en edad escolar yadolescentes

Entre los niños menores de 5 años depaíses en desarrollo, la escasa estatura oel retraso del crecimiento presentan unaalta prevalencia y afectan a uno de cadatres, es decir, a aproximadamente 178 millones de niños (OMS, 2007e). Las

oportunidades para recuperarse de ese retraso durantela infancia y la adolescencia son mínimas,especialmente si los niños permanecen en el mismoentorno. Como quedó suficientemente explicado en la Serie de informes sobre el hambre en el mundo 2006, la salud deficiente y la nutrición durante laprimera infancia repercuten también en el desarrollocognitivo y en el rendimiento escolar, y susconsecuencias negativas se perpetúan hasta la edad adulta.

La adolescencia secaracteriza por unintenso desarrollofísico, psicosocial ycognitivo. Losadolescentes sonespecialmentevulnerables al hambre,debido a los efectosque tiene en ellos lacombinación de unamayor actividad física,

35

• Las mujeres embarazadas y las que están amamantando a sus hijosingieren muy pocas calorías y proteínas, padecen infecciones que nohan sido tratadas y que provocan en el niño un bajo peso al nacer, ono descansan lo suficiente.

• Las madres tienen muy poco tiempo para dedicarse al cuidado desus hijos más pequeños o a ellas mismas durante la gestación.

• Las madres de niños recién nacidos desechan el calostro, la primeraleche, que refuerza el sistema inmunológico del niño.

• Las madres dan de comer a sus hijos menores de 6 meses alimentosdistintos a la leche materna, a pesar de que la lactancia exclusiva esla mejor fuente de nutrientes y la mejor protección contra muchasinfecciones y enfermedades crónicas.

• Los cuidadores comienzan a introducir alimentos sólidos comocomplemento demasiado tarde.

• Los cuidadores dan muy poca comida a los niños menores de dosaños, o bien alimentos que no poseen un alto contenido energético.

• No se satisfacen las necesidades de mujeres y niños pequeños,aunque haya comida disponible, debido a una adjudicacióninapropiada de los alimentos en el hogar, ni sus dietas suelencontener las proteínas o los micronutrientes adecuados.

• Los cuidadores no saben alimentar a los niños durante o después deuna diarrea o de una fiebre.

• La falta de métodos higiénicos contamina la comida con bacterias oparásitos.

Fuente: Banco Mundial, 2006

Los adolescentes sonaquellas personas cuyasedades estáncomprendidas entre los10 y los 19 años;representan el 20% de lapoblación mundial (OMS,UNFPA y UNICEF, 1995).

Entre los 10 y los 19 años de edad

El hambre y la salud deficiente desde el nacimiento:factores más habituales

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1.2 ¿Cuáles son las personas más vulnerables?

36

malos hábitos alimentarios o problemas para conseguiralimentos nutritivos, y un disfrute desigual deoportunidades exentas de riesgos que les sirvan paramejorar sus medios de subsistencia. No obstante, porregla general, los adolescentes experimentan tasasmenores de morbosidad y menos propensión a lasenfermedades. Además, sufren menos dolenciasmortales que los niños menores de 5 años.

La salud de los adolescentes está íntimamente ligada alhambre, especialmente en aquellas situaciones en lasque:

• El proceso de transición nutricional se vincula con unaumento de los índices de obesidad y enfermedadescrónicas.

• Predominan los conflictos y las guerras. Losmuchachos se ven obligados a alistarse en el ejércitoo a entrar a formar parte de grupos rebeldes, y lasmuchachas sufren violaciones o se ven obligadas auna esclavitud sexual prolongada.

• La pandemia de SIDA se ha convertido en una fuerzadescontrolada; la crisis de los huérfanos a causa delSIDA, una manifestación trágica de la pandemia entodo el mundo, merece especial atención: esos niñosson extremadamente vulnerables a toda una serie deriesgos nutricionales, sanitarios, psicosociales yeconómicos.

• La urbanización acelerada del mundo en desarrolloestá dando como resultado una proliferación debarrios marginales y altos índices de desempleo,suicidios y delincuencia entre la juventud (Blum,1991).

• El tráfico de seres humanos, sobre todo para elcomercio sexual y el servicio doméstico, está muyextendido.

La adolescencia es un momento crucial para laintervención desde la perspectiva del hambre y lasalud: un periodo durante el cual se puedenrealizar importantes progresos en la mejora de lasalud materna e infantil, y crear el marco parallevar una vida adulta sana.

Los ancianos

El siglo XX ha sido testigo de un proceso de cambiossin precedentes y de alcance global: el paso de un altoíndice de natalidad y mortalidad a bajísimas tasas defertilidad y fallecimientos. Aunque la gente vive másaños, la reducción de su presencia en el mercado detrabajo coarta a los ancianos. Las limitacioneseconómicas pueden arrastrarles a obtener alimentosinadecuados y de mala calidad. Las personas que sehacen viejas sufren también un menoscabo de suprestigio social que influye en sus posibilidades deobtener una asistencia sanitaria oportuna, lo quepuede ser perjudicial, ya que los ancianos tienentendencia a presentar exigencias sanitarias másimportantes y sistemas inmunológicos más débiles y,por lo tanto, son más propensos a sufrir infeccionesnuevas.

En un trabajo de investigación que llevaron a cabo laFacultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres yHelpAge International se descubrió una altaprevalencia de la desnutrición entre los adultos de másedad; y la más alta se daba entre las personas másancianas de la India, Malawi y Rwanda (Ismail yManandhar, 1999). Además, se sabe muy poco sobreel estado nutricional con respecto a la ingesta yabsorción de micronutrientes en que se encuentran laspersonas más ancianas de los países en desarrollo. Eltipo de problema nutricional que afecta a las personasmayores depende de la prosperidad relativa del país,de la distribución equitativa de los recursoseconómicos y de hasta qué punto se usen los recursospúblicos para llevar a cabo programas de salud y debienestar social, especialmente aquellos quecontemplen la nutrición (Bermúdez y Dwyer, 1999).

Las jóvenes adolescentes que sufren insuficienciaponderal posiblemente no hayan llegado al término desu propio crecimiento antes de su primer embarazo.Entre las adolescentes en edad de crecimiento seproduce una mayor tendencia a dar a luz bebés demenor tamaño que entre las mujeres maduras con unmismo estado nutricional, debido a una funciónplacentaria más insuficiente y a la competición paraadquirir los nutrientes que se establece entre elorganismo de la adolescente, en fase de crecimiento, yel del feto, que también está creciendo (Gillespie, 2001).

La insuficiencia ponderal y las adolescentes

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El papel que desempeñan los abuelos está cambiando,y esta situación podría afectar a su salud y a su estadonutricional. En los hogares pobres, los abuelos suelendesviar los recursos que tienen adjudicados para susnecesidades personales y reasignarlos para satisfacerlos requisitos básicos de sus nietos. Por consiguiente,los miembros más ancianos de la familia corren másriesgos de padecer una salud deficiente y de que sualimentación no sea la adecuada.

La idoneidad para cuidar de los niños y de una familianumerosa se ve reducida en el caso de las personasmayores. Y, sin embargo, el cuidado de los afectadospor el VIH/SIDA suele corresponder a los ancianos,cuya capacidad para asumir más responsabilidades vamenguando poco a poco. Especialmente las mujeresmayores desempeñan una labor fundamental en elcuidado de los huérfanos a causa del SIDA (UNICEF,2004).

No se debe olvidar a los ancianos a la hora deplanificar intervenciones contra el hambre ysanitarias.

Poblaciones de refugiados ydesplazados

Entre los años 2000 y 2007 se sucedieron unas 3.300catástrofes naturales. Tan sólo en 2006, 426 desastresnaturales afectaron a más de 143 millones de personas(CRED, 2007a). También los conflictos se cobran unalto precio: 20,8 millones de personas,predominantemente en África y Asia, siguendesplazadas. De los 10 países que poseen los índicesmás altos de mortalidad de menores de cinco años,siete están inmersos en conflictos o sufren susrepercusiones (UNICEF, 2006b). Las repercusionesreales y en potencia de las crisis son enormes; elsufrimiento humano es inmenso, y se produce undescenso del ingreso nacional bruto (INB).

Los conflictos y las catástrofes naturales ocasionangraves trastornos en el suministro de alimentos y en losservicios sanitarios y provocan el desmoronamiento delos sistemas de abastecimiento de agua y de losservicios de saneamiento. También provocan un altogrado de tensión en las familias y en las comunidades.Las poblaciones de refugiados y desplazados secuentan entre las más vulnerables, porque estas

personas han abandonado su tierra, su medio de viday sus propiedades, y no disponen de recursos parasatisfacer sus necesidades de alimentación o sanitarias.

Incluso aquellas personas desplazadas internamente(PDI) y los refugiados que buscan cobijo encampamentos no tienen garantizados servicioscompletamente apropiados. En muchos casos, suestado de salud y nutricional decae como resultado deun alojamiento inadecuado, el hacinamiento, laescasez de medicinas y servicios de abastecimiento deagua y de saneamiento insuficientes.

En contadas ocasiones, los fallecimientos estándirectamente relacionados con la escasez de alimentos.Las causas más habituales hay que buscarlas en lainterrelación entre enfermedades infecciosas y unadesnutrición previa. En concreto, la falta de alimentocontribuye a la mortalidad porque los nutrientesinadecuados hacen que las personas sean más

37

Figura 6 – Las catástrofes naturales en el mundo

mer

o d

e ca

tást

rofe

s n

atu

rale

s

3.500

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

01970–1979 1980–1989 1990–1999 2000–2007

Inundaciones Sequías

Fuente de los datos: CRED, 2007b

Epidemias Otras

265

7959

402

537

133

122

797

795

72

347

1.200

1.213

145

483

1.213

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1.2 ¿Cuáles son las personas más vulnerables?

38

propensas a sufrir recaídas periódicas y cada vez másgraves de su enfermedad. Una concentración degente, especialmente de extracción rural, expone a susintegrantes a una serie de enfermedades infecciosascontra las que no se han hecho inmunes. Impedir losdesplazamientos de población a gran escala esfundamental para evitar el hambre, la enfermedad, lapérdida de los medios de subsistencia y el sufrimiento

humano. Las causas principales de morbosidad ymortalidad entre los refugiados son el sarampión, lasenfermedades diarreicas, las infecciones respiratoriasagudas, el paludismo y la desnutrición (Mason, 2002).Juntas representan sistemáticamente entre el 60% y el95% de todas las causas de fallecimientos certificadasentre los desplazados (Waldman, 2005).

Liberia, una nación maltrecha tras la guerra civil que la azotó desde 1989 a 2003, recorre actualmente el largo camino quellevará al país a la recuperación. Para planificar su restablecimiento total es fundamental comprender las condiciones dehambre y salud en que se encuentra su pueblo, las causas de su inseguridad alimentaria y desnutrición, los patrones de susmedios de subsistencia y las restricciones de su agricultura.

Para identificar a las personas más vulnerables al hambre, entre febrero y junio de 2006 se puso en marcha un Estudioexhaustivo sobre seguridad alimentaria y nutrición conjunto, que dirigió el Gobierno de Liberia, en colaboración conorganismos de las Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales (ONG). El estudio descubrió que el 39% de losniños menores de 5 años padecen un retraso del crecimiento o tienen una estatura demasiado escasa para su edad; el 6,9%de los niños menores de 5 años sufren de emaciación o están demasiados delgados para su altura; y el 27% de los niñosmenores de 5 años presentan insuficiencia ponderal. Además, el 50% son muy vulnerables al hambre o a sufrir inseguridadalimentaria.

En 9 de las 15 comarcas sondeadas, el índice de retraso del crecimiento es superior al 40% (los índices superiores al 40%ponen de manifiesto una situación crítica), mientras que las zonas restantes presentan peligrosos niveles de malnutricióncrónica (30%–40%). En las regiones del centro y del sureste del país, la tasa de emaciación entre los menores de cinco añoses superior al 10%, lo que indica que existe una necesidad imperiosa de pasar inmediatamente a la acción. En todas lascomarcas, el 12% de los niños de edades comprendidas entre 12 y 24 meses sufrían una malnutrición aguda y una elevadaprevalencia de las enfermedades que se asocian a ella, incluida la diarrea, el paludismo y las infecciones respiratorias agudas.Los métodos incorrectos de alimentación de bebés y niños eran práctica habitual.

Las familias que regresan a sus hogares son especialmente vulnerables al hambre cuando comienzan a restablecer los mediosde ganarse el sustento que la guerra había destruido. Entre los hogares que experimentan especiales dificultades paraobtener alimentos suficientes, ya sea mediante su compra o por producción propia, se encuentran aquellos:

• que gobiernan mujeres y ancianos;

• cuyos miembros padecen alguna enfermedad crónica o están inválidos;

• muy numerosos, y en los que sus miembros viven hacinados;

• con medios de subsistencia vulnerables (incluidos los productores de aceite de palma y los braceros); y

• sin acceso a las tierras cultivables.

Las comunidades reciben prestaciones limitadas de servicios sanitarios. En total, el 90% de las comunidades informaron deque no poseían instalaciones de salud en su localidad. Las comunidades que no poseen instalaciones de salud en sulocalidad manifestaron que sus habitantes debían caminar durante una media de tres horas para llegar a las instalacionesmás cercanas.

Aunque son propiedad del Gobierno, las instalaciones sanitarias están financiadas y gestionadas por organizaciones nogubernamentales; el 18% funcionan gracias a instituciones privadas o particulares, y el Gobierno dirige o financia el 14%.Los resultados del estudio no pueden sorprender a nadie, si se tiene en cuenta que los conflictos previos habían destruidobuena parte de las infraestructuras rurales y habían reducido de forma considerable la capacidad que tenía el Gobierno deprestar una asistencia sanitaria adecuada.

Fuente: extracto del PMA, 2006a

Estudio exhaustivo en Liberia sobre seguridad alimentaria y nutrición

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Prestar más atención al problema del hambre comoparte de las labores de alerta temprana, auxilio yreinserción puede contribuir a mejorar los resultadosde la asistencia humanitaria. Los conocimientos de lascondiciones nutricionales de partida que presentaba lapoblación afectada son críticos para impedir lamorbosidad y mortalidad relacionadas con el hambre,y las decisiones capaces de mejorar la cobertura de losservicios sanitarios y de nutrición pueden reducir lavulnerabilidad a la enfermedad y los fallecimientos enépocas de crisis.

La vigilancia de la nutrición como parte de laprevención de crisis y la mitigación de catástrofespuede servir para establecer con exactitud cuálesson las zonas geográficas más vulnerables a lascrisis y contribuir a concentrar eficientemente laayuda en el momento en que alguna poblaciónquede afectada.

Pueblos autóctonos

Pese a que el estado nutricional y la esperanza de vidahan experimentado una mejoría en los países endesarrollo, los grupos autóctonos no han progresado almismo ritmo que el resto. La alta mortalidad de bebésy niños pequeños que registran revela injusticias en elacceso a alimentos adecuados y a la asistencia sanitariapara muchos de ellos.

Por ejemplo, la prevalencia nacional de la desnutricióncrónica en Guatemala es del 46,4%, pero los índicesvarían espectacularmente en las diferentes zonas delpaís, donde resulta fácil localizar importantes focos dehambre. El porcentaje de retrasos del crecimiento(altura para la edad) entre los niños menores de 5 añosalcanza el 94% en algunos departamentosdistantes y, sin embargo, en las zonasmetropolitanas, la cifra cae hasta el35,7%, aunque sigue siendo alta. Laszonas que presentan las tasas más elevadasde desnutrición crónica suelen ser las másaisladas y también las más pobladas porgrupos marginados o autóctonos.

Guatemala posee las brechas de ingresosmás grandes del mundo: el 10% queintegra la cima de la pirámide social de lapoblación recibe el 50% de la renta

nacional, mientras que el 50% de la población situadoen la base recibe poco más del 10% (BID, 1999).Guatemala no lleva camino de alcanzar la meta fijadapara el hambre en los ODM de reducir a la mitad laproporción de personas subalimentadas para el año2015. Es también uno de los únicos cuatro países de lazona de América Latina y el Caribe que, con todaprobabilidad, no van a conseguir el objetivo de reducira la mitad el número de niños menores de 5 años quesufren insuficiencia ponderal. (Existían datos de 22 delos 33 países de la zona).

Otros ejemplos de poblaciones autóctonas que seestán quedando rezagadas son (OPS, 2007):

• El Salvador: el 91,6% de la población autóctonaobtiene el agua de los pozos, ríos o ambos. Sólo el33% de los pueblos autóctonos cuentan conelectricidad; el 64% emplea lámparas de aceite ovelas para alumbrarse.

• México: la mortalidad infantil entre la poblaciónautóctona era de 59 por cada 1.000 nacidos vivos en1997, dos veces superior a la tasa de mortalidadinfantil nacional.

• Zona del Amazonas peruano: el 32% de lapoblación de las comunidades autóctonas esanalfabeta, contra el 7,3% de la población total.

• Estados Unidos de América: los miembros de lospueblos autóctonos tienen más probabilidades quela población general de fallecer como consecuenciade la diabetes mellitus relacionada con la obesidad yde enfermedades hepáticas provocadas por elalcoholismo.

• Australia: los pueblos aborígenes y de las islas delestrecho de Torres tienen una esperanza de vida

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DESNUTRICIÓN CRÓNICA/RETRASO DEL CRECIMIENTO ENTRE LOS GRUPOS AUTÓCTONOS DE

GUATEMALA

Departamento Porcentaje de Porcentaje de población autóctona retraso del

crecimiento en niños menores de 5 anõs

Huehuetenango 69,3 72,0

Quiche 64,5 80,0

Totonicapán 72,9 94,5

Quetzaltenango 60,0 68,2

Fuente de los datos: PMA, 2005

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mucho más corta que la población australiana engeneral. Se calcula que los miembros de laspoblaciones autóctonas de Australia nacidos entre1996 y 2001 podrían vivir casi 20 años menos que elresto de la población (Instituto Australiano de Saludy Bienestar, 2007).

A los gobiernos se les presentan nuevas obligacionesrelativas al reconocimiento, la promoción y la garantíade los derechos individuales y colectivos de los pueblos

autóctonos que sigan la línea de los criteriosinternacionales.

Para cerrar las brechas y alcanzar los ODM conequidad, se requiere una perspectiva interculturalque incremente la cobertura de todos lossistemas de asistencia sanitaria y respete losdiferentes sistemas alimentarios de los pueblosdel mundo.

1.2 ¿Cuáles son las personas más vulnerables?

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Mapa 2 – El hambre y las catástrofes naturales

Menores de 5 años coninsuficiencia ponderal

Número de personas afectadaspor catástrofes naturalesentre 2000 y 2007

Más del 20%

Datos no disponibles o no analizados

Menos de 100.000

Más de 1.000.000

Del 100.000 a 1.000.000

Los límites y nombres indicados y las denominaciones empleadas en este mapa no entrañan, por parte de las Naciones Unidas, aprobación oaceptación oficial alguna.Mapa elaborado por la Dependencia de VAM del PMA.

Fuentes de los datos: Centro para la Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres, 2007; OMS, 2007

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1.2 ¿Cuáles son las personas más vulnerables?

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El sometimiento, la marginalización y la pérdida depoder que sufren las mujeres son especialmentegraves en aquellos países donde persiste al hambre.El vínculo es mucho más ostensible en el sur de Asia.

Actualmente, la India tiene almacenadas millones detoneladas de reservas de alimentos y, pese a todo, enella habita el mayor número de personas quepadecen hambre del mundo. De hecho, la India yBangladesh representan casi un tercio de la restantepoblación que padece hambre del mundo. El sur deAsia cuenta con el índice más alto de malnutricióninfantil del mundo: casi un tercio de los bebésnacidos en la zona presentan insuficiencia ponderal y

malnutrición, frente al 14% que registra el Áfricasubsahariana.

Para explicar esta anomalía, el Fondo de las NacionesUnidas para la Infancia (UNICEF) publicó en 1996 unestudio fundamental, obra del más destacadonutricionista de la India, titulado “El enigmaasiático”. El trabajo llega a la conclusión de que“…los índices excepcionalmente altos demalnutrición que presenta el sur de Asia hunden susprofundas raíces en la tierra abonada de ladesigualdad entre hombres y mujeres”.

El estudio descubrió que las niñas y las mujeres delsur de Asia reciben menos cuidados que las delÁfrica subsahariana. En el sur de Asia, las mujeres ylas niñas son las últimas que comen y son las quecomen menos: comen después de los hombres y losniños de la familia y únicamente las sobras que ellos

les han dejado. A menudo, hombres y niñosconsumen el doble de calorías que las mujeres yniñas, aunque ellas se encargan de la mayor parte delos trabajos pesados. Es bien sabido que la salud y elestado nutricional de las gestantes influyeenormemente en la salud de su bebé. Los nuevosdatos científicos dejan claro que no sólo se trata dela salud de la madre durante el embarazo, ni siquieradurante toda su vida: se retrotrae a cuando ellamisma estaba en el vientre de su madre. Es yaevidente que existe un insidioso “ciclo de lamalnutrición” en las zonas donde persiste elhambre. Y esta situación se da especialmente en elsur de Asia.

Este ciclo demalnutricióncomienza con elnacimiento deuna niña de bajopeso ymalnutrida. A ellase la amamantadurante menostiempo que a suhermano y se leofrecen alimentosmenos nutritivosque a él. No suelerecibir asistenciasanitaria nieducación. Estáobligada atrabajar ya desdemuy pequeña. Su

carga laboral aumenta considerablementeconforme se hace mayor, aunque estéembarazada. Se casa y se queda encinta muyjoven, a menudo cuando es todavía unajovencísima adolescente. Sufre insuficienciaponderal y malnutrición al dar a luz a sus hijos,que nacen con bajo peso y también malnutridos. Y,de esta manera, el ciclo continúa.

Las privaciones que padecen las mujeres y las niñasrepercuten profundamente en la sociedad. Cuandolos bebés nacen malnutridos o con poco peso, todoslos aspectos de su desarrollo personal, de su salud yde su capacidad cerebral corren un gran riesgo. Sondébiles físicamente y carecen de resistencia aenfermedades como la tuberculosis o el paludismo.Les espera una vida de minusvalías, con unadisminución de la capacidad de aprendizaje y unaproductividad limitada.

Intermezzo 2: Las mujeres y la erradicación del hambre, un vínculo inextricable

Malnutridas en laadolescencia

Casadas demasiadojóvenes

Con bajo peso alnacer

Amamantadas durantemenos tiempo

Es la última quecome, es la que

come menos

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Las investigaciones más recientes demuestran quelas privaciones que sufre la madre antes y durante lagestación también hacen que el organismo de esamujer sea propenso a las enfermedades queasociamos con la prosperidad, por ejemplo lahipertensión, los trastornos cardiovasculares y ladiabetes del tipo II. Las cifras actuales dejan bienclara la magnitud del problema: por ejemplo, eltrastorno cardiovascular es la causa principal demortalidad en la India; y, en los próximos 20 años, laIndia tendrá la mayor cantidad de pacientesdiabéticos de todo el planeta: 79.440.000, casi el22% del total de diabéticos del mundo.

La investigación sobre el sometimiento, lamarginalización y la pérdida de poder que sufren lasmujeres a lo largo de su vida pone de relieve elvínculo innegable que existe entre la falta deatención y la discriminación que se produce contralas mujeres y las niñas, y las consecuencias negativasque esto tiene en la salud y en la supervivencia detodos.

Está claro que las reacciones tradicionales ante lamalnutrición infantil, como proporcionarcomplementos dietéticos a las embarazadas, no sonlas adecuadas. Para romper el ciclo de lamalnutrición, hay que mejorar la salud y la nutriciónde las mujeres a lo largo de toda su vida. Esto pasapor cambiar el trato que reciben mujeres y niñas en lafamilia y en el conjunto de la sociedad.

El vínculo que se establece entre la pertenencia a ungénero determinado y el hambre trasciende lanutrición. Las mujeres cargan con casi toda laresponsabilidad de las labores relativas a la salud, laeducación, la nutrición y, cada vez más, a losingresos familiares. Y, sin embargo, a ellas se lesniega sistemáticamente la educación, los recursos yla participación en las decisiones, que necesitan paracumplir con sus responsabilidades. Y, a la inversa,cuando las mujeres consiguen avances sociales,educativos y políticos, mejora el bienestar de toda lafamilia. Un estudio de los progresos efectuados en elcampo de la nutrición durante los últimos 25 añosdemostró que la educación de las mujeres era elfactor único más importante.

Hace mucho tiempo que la pertenencia a uno de losdos géneros se había reconocido como un factorimportante en el problema del hambre. Pero ahoraestá claro que es la causa fundamental de la mayorparte del hambre que se padece todavía en elmundo.

Colaboración de Joan Holmes, presidenta delProyecto Hambre, a la Serie de informes sobre elhambre en el mundo. Fotografía de Andrea Booher,Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD).

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1.3 Seguimiento de los ODM para el hambre y la salud

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“Conseguir los ODM para una nación no eslo mismo que conseguir los ODM paratodos: la comunidad por el desarrollomundial se ha centrado principalmente enlos aspectos nacionales a la hora deinformar de la situación mundial. Dentrode los países existe la necesidad imperiosade encauzar los progresos por entre gruposy áreas concretos”.

Davidson R. Gwatkin, 2005

Los ODM son metas medibles para la lucha contra lapobreza en las varias formas que ésta adopta:hambre, ingresos, enfermedad y falta de vivienda, y lapromoción de la igualdad entre los géneros, laeducación y la sostenibilidad medioambiental.También comprenden los derechos humanos básicos ala alimentación, la salud, la educación, la vivienda y laseguridad. El primer ODM se refiere explícitamente a

la disminución del hambre. Los beneficios quecomporta la consecución de las reducciones delhambre que contempla el ODM 1 se dejarán sentirdirectamente en todos los demás, en especial entodos los relativos a la salud. En el cuadro que seincluye a continuación se ilustran las relacionescapitales que existen entre la erradicación del hambrey la consecución de los ODM.

Progresos en el cumplimiento de los ODM

Los progresos que se están realizando actualmente enel cumplimiento de los ODM son desiguales einsuficientes. En todo el mundo hay países que seestán quedando atrás, y en todas las naciones haypersonas pobres y que pasan hambre: mujeres y niñas,refugiados, desplazados dentro del propio país y otrosgrupos vulnerables que viven en zonas olvidadas, que

LOS ODM Y EL HAMBRE

ODM Su relación con la salud y el hambre

1. Erradicar la pobreza El hambre debilita el capital humano, a menudo de forma irreversible, a lo largo de todo el ciclo vital.

extrema y el hambre Daña la salud y reduce las posibilidades de ganarse el sustento. El hambre unida a la enfermedad es una

causa importante de mortalidad y morbosidad durante los conflictos y las catástrofes naturales.

2. Lograr la enseñanza El hambre influye en las posibilidades de que un niño vaya a la escuela, asista regularmente a clase y su

primaria universal rendimiento escolar sea óptimo. Son bien conocidas sus consecuencias a largo plazo y sus repercusiones

intergeneracionales.

3. Promover la igualdad El hambre y la desnutrición afectan negativamente a la salud de las mujeres y a su capacidad para cuidar

entre los géneros y la de sus hijos y de sus familias. Limita sus oportunidades de ganarse el sustento. Conseguir la autonomía

autonomía de las mujeres de las mujeres es esencial para alcanzar los ODM.

4. Reducir la mortalidad infantil La malnutrición que resulta de la combinación del hambre con las enfermedades infecciosas es la causa

principal de mortalidad infantil.

5. Mejorar la salud materna El hambre está relacionada con la mayoría de los factores de riesgo principales de la morbosidad y la

mortalidad materna. Los retrasos del crecimiento y las carencias de micronutrientes comportan para las

madres un alto riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo.

6. Combatir el VIH/SIDA, El hambre aumenta el riesgo de transmisión del VIH, pone en peligro los tratamientos antirretrovirales y

el paludismo y otras acelera la aparición del SIDA. Además, aumenta las posibilidades de padecer una infección de

enfermedades tuberculosis y rebaja los índices de supervivencia al paludismo.

7. Garantizar la sostenibilidad La reducción del hambre y el aumento de la salud están ligados a un mejor acceso al agua potable y

del medio ambiente limpia y al saneamiento. Las personas que padecen hambre son menos capaces de proteger el medio

ambiente de una forma sostenible. Posiblemente se vean obligadas a explotar al máximo sus recursos

naturales para satisfacer su necesidad perentoria de obtener comida.

8. Fomentar una asociación Es preciso luchar sistemáticamente contra el hambre en el contexto de los demás ODM, en programas

mundial para el desarrollo internacionales humanitarios y para el desarrollo y con respeto hacia el comercio internacional.

Fuentes: información basada en el PMA, 2006b; la FAO, 2005; y el Banco Mundial, 2006

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no pueden acceder adecuadamente a unaalimentación, asistencia sanitaria, educación, agua ehigiene apropiadas.

Si bien se llevan a cabo seguimientos de los progresosque consiguen las diferentes naciones de camino alcumplimiento de los ODM, no siempre resulta fácilcontrolar los avances conseguidos en las unidadessubnacionales o los progresos que se han alcanzadopara determinados grupos vulnerables. Los datosdisponibles no se actualizan anualmente, ni siquiera loscorrespondientes al control nacional; por lo tanto, lasevaluaciones de las unidades subnacionales se debenbasar en los estudios disponibles sobre ese país enconcreto. El ejemplo de Guatemala expuestoanteriormente demuestra a la perfección que las cifrasnacionales tienden a encubrir las desigualdades queexisten en el interior de los países, así como lastendencias y los cambios (tanto positivos comonegativos) que existen dentro de las naciones y entreellas. Además, las fuentes no permiten un desglose delos datos nacionales para analizar quién se estábeneficiando de los programas sociales y quién se estáquedando atrás.

El enfoque de “puntos conflictivos” que ha adoptadoel Grupo de Acción contra el Hambre del Proyecto delMilenio de las Naciones Unidas constituye un métodoinnovador para identificar las unidades subnacionalesen las que más del 20% de los niños en edadpreescolar presentan insuficiencia ponderal. Esta formade abordar el tema confirma la premisa de que se debemedir y analizar el hambre en aquellas unidadessubnacionales (estados, provincias o distritos) dondeesté más profundamente arraigada (Proyecto delMilenio de las Naciones Unidas: Grupo de Accióncontra el Hambre, 2005).

Otra herramienta útil para identificar las poblacionesvulnerables al hambre en el ámbito subnacional es elanálisis y cartografía de la vulnerabilidad (VAM) delPMA. El VAM, a la vez que útil para centrarse en laspoblaciones necesitadas y decidir cuáles son lasintervenciones más apropiadas, también ofrece unabase de referencia para el seguimiento de losindicadores de los ODM. El VAM contribuye a ampliarlos análisis sobre el hambre en los ámbitossubnacionales y distingue cuáles están más necesitadosde ayuda.

“Entre 5 y 6 millones de niños mueren cadaaño víctimas de enfermedades infecciosasque no los habrían matado si hubieranestado bien nutridos. La cifra semanal deniños víctimas mortales del hambre y ladesnutrición excede con mucho a lacantidad de muertes causadas por losdesastres naturales más catastróficos... Seha alcanzado el consenso político mundialde que la necesidad de luchar contra elhambre es fundamental para cumplir conlos ODM”.

Iniciativa encaminada a poner fin al hambre y la desnutrición entre los niños, 2006

Los progresos en la lucha contra elhambre: ¿en curso decumplimiento?

Estamos a mitad del camino para el plazo deconsecución de los ODM fijado para 2015, y ya se hanrealizado varias evaluaciones para comprobar si losprogresos están al día. Los resultados varía según lasfuentes de los datos y el contexto de preparación parala investigación efectuada, incluida la agrupación depaíses en zonas (FAO, 2006a; UNICEF, 2006a; OMS,2005; y Banco Mundial, 2007).

Aunque en algunos países y en los grupos selectos, seaprecian muchas tendencias que muestran un avancede la disminución del hambre, estas evaluacionesindican que la consecución mundial de la meta 2 delODM 1 no está al día. Más penoso todavía es el hechode que, en algunas partes del mundo, se handilapidado los progresos realizados en el pasado y faltatodavía demasiado para que las soluciones sostenibleslleguen a las personas que padecen más hambre. El surde Asia y el África subsahariana son las zonas que sehan quedado más rezagadas en este camino.

Esta sección presenta un análisis actualizado de losprogresos hacia el cumplimiento de la meta 2 del ODM1 (en ocasiones llamada “la meta del hambre”) y de ungrupo de objetivos para la salud que entroncandirectamente con la meta del hambre. El análisis, quemaneja los datos de la Organización Mundial de laSalud (OMS) de 2007 y de la Organización de lasNaciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación

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1.3 Seguimiento de los ODM para el hambre y la salud

46

(FAO) de 2006, presta especial atención a los PBIDA,debido a su alto grado de vulnerabilidad al hambre y alos problemas particulares a los que se enfrentan estospaíses para cumplir con el objetivo 1 de los ODM4.

Los resultados, que están en completa consonanciacon otras evaluaciones efectuadas, confirman que, entodo el mundo, existe una mezcla de distintastendencias y que los avances siguen siendoinsuficientes para cumplir con el plazo del año 2015(véase el Cuadro 10 del Compendio de Recursos paraconsultar los datos específicos de cada país). Enconcreto, los PBIDA presentan una tendencia a ir a lazaga de los demás países en desarrollo en laerradicación de la insuficiencia ponderal y lasubalimentación, los dos indicadores principales que seusan para controlar el progreso.

La prevalencia de la insuficiencia ponderal entre losniños menores de 5 años sigue en África un patrónparecido, y es en concreto la zona subsahariana la quepresenta un mayor porcentaje. Sin embargo, en el surde Asia, la insuficiencia ponderal es mucho peor que lasubalimentación. Si bien las cifras que arrojan estosdos indicadores demuestran de forma abrumadora quelos países más pobres se enfrentan a los mayoresdesafíos en la lucha contra el hambre, esta lacrapersiste todavía en las naciones más ricas del mundo.

Descensos por zonas de la insuficienciaponderal en niños menores de 5 años

La prevalencia de la insuficiencia ponderal en los niñosmenores de 5 años se redujo del 33% al 27% en lospaíses en desarrollo entre 1990 y 2005 (NacionesUnidas, 2007). Sin embargo, el progreso no esuniforme: la prevalencia de la insuficiencia ponderalinfantil en los PBIDA sigue situada en torno al 30%, y13 de los 54 PBIDA de los que se poseían datospresentan una regresión en este indicador en concreto.Los países que están realizando los progresos más

importantes son Bhután y China; Albania y Yemenevidencian los progresos más lentos. La cantidad totalde niños menores de 5 años con insuficiencia ponderalen los PBIDA es de 121 millones, en contraste con los143 millones en el conjunto de países en desarrollo.

Existen variaciones importantes en el interior de lasdiferentes regiones, especialmente en Asia, donde larapidez a la que avanza China para alcanzar elindicador compensa la lentitud de los progresos en laIndia y el resto de países. En los PBIDA del sudesteasiático, la insuficiencia ponderal en los niños menoresde 5 años es casi del 45%, la más alta del mundo. Lacifra absoluta de niños que la padecen sigue siendotambién inaceptablemente elevada.

En los PBIDA africanos, la prevalencia de niñosmenores de 5 años que padecen insuficiencia ponderalgrave o moderada es del 30%, muy por encima delobjetivo del 10% o inferior. El 64% de los PBIDAafricanos que han informado sobre el indicador de lainsuficiencia ponderal no avanzan de acuerdo con loprevisto. En los PBIDA de América Latina, la prevalenciaha descendido hasta quedar en un 15%.

Descensos de la subalimentación porregiones

Se calcula que hay 854 millones de personas cuyaingesta alimentaria no es suficiente para satisfacer susrequisitos de energía básicos: 820 millones en paísesen desarrollo, 25 millones en países en transición y 9millones en países industrializados (FAO, 2006a). Másde la mitad de los adultos y niños subalimentados seencuentran en Asia y el Pacífico, mientras que el Áfricasubsahariana arroja el porcentaje más alto. Lastendencias a largo plazo registradas muestran que elporcentaje de personas subalimentadas ha descendidonotablemente: del 37% del total de la poblaciónmundial en 1969–1971 hasta el 20% en 1990, y el17% en 2001–2003 (FAO, 2006b). Sin embargo, el

Meta 2: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre.

Dos indicadores permiten medir esta meta:

• La prevalencia de niños menores de 5 años que presentan insuficiencia ponderal.• El porcentaje de población que se encuentra por debajo del nivel mínimo de consumo energético en la dieta

(subalimentación).

ODM 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre

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86% de la población subalimentada del planeta viveen los PBIDA, lo que se traduce en la existencia de 726 millones de personas subalimentadas en los paísesmás inseguros del mundo desde el punto de vistaalimentario.

Los progresos hacia este objetivo de los OMD sontambién desiguales. Se han producido avances entodas las zonas y en la mayoría de los países, perovarias naciones han registrado una regresión y algunashan sufrido graves reveses. Entre esas últimas PBIDA seencuentran: Burundi, la República Democrática delCongo, Gambia, Tanzanía y Yemen. Catorce PBIDApresentan cierto incremento del porcentaje depersonas subalimentadas.

En el África subsahariana, el crecimiento de lapoblación ha truncado los avances, lo que haprovocado un gran incremento en la cifra absoluta depersonas subalimentadas y variaciones subregionalesmuy importantes. “Las tendencias totales zonales, sinembargo, oculta diferencias subregionalessignificativas. Dentro del África subsahariana, el Áfricacentral registra los progresos más escasos en lareducción de la prevalencia de la subalimentación”(FAO, 2006b).

Según la FAO, los avances más importantes en la luchacontra la subalimentación se han producido en Asia yel Pacífico, que arrojan una reducción del 66%. Entrealgunos de los factores que obstaculizan el progresoen los dos indicadores del hambre se cuentan laelevada tasa de infecciones de VIH/SIDA, lainestabilidad política, los conflictos armados y elaumento de las catástrofes naturales en los últimosaños. Los conflictos y el forzoso desplazamiento de losrefugiados o desplazados en el interior de sus propiospaíses acrecientan la vulnerabilidad al hambre quetiene África.

Por el contrario, entre las características nacionales queestimulan el progreso hacia el cumplimiento delobjetivo del hambre se cuentan el crecimiento delsector agrícola, la apertura al comercio equitativo y laestabilidad política.

Progresos generales de la lucha contra elhambre

De los 70 países en desarrollo estudiados mediante losdos indicadores de control del cumplimiento delobjetivo del hambre, 47 de los cuales son PBIDA:

• 19 países en desarrollo (10 de los cuales son PBIDA)están bien encaminados para cumplir con los dosindicadores del hambre;

47

Porc

enta

je

50

45

40

35

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25

20

15

10

5

0África

Objetivo para 2015 Prevalencia en menores de 5 años

Fuentes de los datos: OMS, 2007e; División de Población de las Naciones Unidas, 2007

AméricaLatina yel Caribe

Sudesteasiático

Europa Mediterráneooriental

Pacíficooccidental

Figura 7 – Prevalencia de la insuficiencia ponderal infantil en los PBIDA por regiones

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1.3 Seguimiento de los ODM para el hambre y la salud

48

• 2 PBIDA experimentan retrocesos en ambosindicadores: Burundi y Yemen;

• 7 países están quedándose retrasados en el caminohacia la meta de la subalimentación, y todos ellosson PBIDA; y

• 11 países experimentan un retroceso en la meta dela subalimentación; 7 de los cuales son PBIDA.

Los progresos en el cumplimientode los ODM relativos a la salud

Los últimos datos que ha facilitado la OMS demuestranque los progresos hacia el cumplimiento de los ODMrelativos a la salud, al igual que los del hambre, sondesiguales. Los países más favorecidoseconómicamente están mejorando su salud a mayorvelocidad que los menos favorecidos.

ODM 4: Reducir la mortalidad infantil. Losprogresos realizados en pos de este objetivo van a lazaga de los demás ODM. En 2005, sólo 84 de 163 países llevaban una buena marcha hacia elcumplimiento de las metas de reducción de lamortalidad infantil que establece el ODM 4, yavanzaban a la velocidad suficiente como para haberalcanzado una reducción del 67% hacia el año 2015.

Aquí también se observan grandes variacionesregionales:

• El 45% de todas las muertes infantiles se produjo enlos países del África subsahariana. Cada año, 4,8 millones de niños mueren en el Áfricasubsahariana antes de haber cumplido los cincoaños. Es la única zona del mundo donde estáaumentando la cantidad de muertes infantiles(PNUD, 2005).

• La cifra de niños africanos en peligro de muerte esactualmente un 35% más elevada que hace 10 años(Gordon et al., 2004).

• Entre los PBIDA de peor desempeño se encuentranCamboya, Côte d’Ivoire, Iraq, Swazilandia yZimbabwe.

• Por el contrario, la supervivencia infantil haaumentado en América Latina y el Caribe, el sudesteasiático y el norte de África, donde los índices demortalidad infantil han descendido en más de un3%. Albania, Egipto, Indonesia, Siria y Timor-Lesteestán haciendo rápidos progresos y avanzan por laruta correcta para cumplir con el ODM 4.

Se calcula que el 63% de las muertes infantiles sepodrían haber evitado con asistencia y trata-mientos sanitarios básicos (Banco Mundial, 2007).

Porc

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je35

30

25

20

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10

5

0África

Objetivo para 2015 Prevalencia en el total de la población

Fuentes de los datos: FAO, 2006a

AméricaLatina yel Caribe

Sudesteasiático

Europa Mediterráneooriental

Pacíficooccidental

Figura 8 – Prevalencia de la subalimentación en los PBIDA por regiones

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ODM 5: Mejorar la salud materna. Las tendenciasindican mejoras generales en todas las regiones; noobstante, el 99% de las muertes maternas (500.000 alaño) se producen en países en desarrollo (BancoMundial, 2007). La recopilación de datos sobre lamortalidad materna es muy desigual, y ésta es la razónde que algunas veces se emplee el indicador sustitutivo“asistencia profesional cualificada durante el parto”.Según el Banco Mundial, las brechas en el acceso a laasistencia profesional son mayores que para ningúnotro servicio sanitario o educativo. Pocos países poseensuficientes datos para demostrar un progreso biendocumentado.

No obstante, de los 136 países analizados, 91 presentan progresos, aunque están intensamenteconcentrados en las naciones y hogares más ricos.Entre los PBIDA, 24 países están experimentandoretrocesos y 25 muestran progresos, aunque noestán lo suficientemente bien encaminados paracumplir el ODM 5. Azerbaiyán, Malawi, Mongolia,Tanzanía y Zimbabwe se encuentran en el grupo delos que muestran peores resultados. Bhután,Indonesia, Marruecos, Papua Nueva Guinea yVanuatu son los países que están avanzando a másvelocidad, bien encaminados para cumplir con elODM 5.

Tan sólo el 46% de los partos reciben asistencia deprofesionales sanitarios en el África subsahariana,donde la cifra de muertes maternas constituye más del50% de los casos mundiales (UNICEF, 2006a).

Es imprescindible prestar más atención a losrequisitos alimentarios y sanitarios de lasmujeres: antes, durante e inmediatamentedespués de la gestación.

ODM 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo yotras enfermedades. A pesar del empeñointernacional y nacional, la carga del VIH aumentó de37,1 millones de personas en 2004 a 39,5 millones en2006, en clara desviación del ODM 6. La situación delVIH/SIDA es demoledora: sólo en 2006, murieron 3 millones de personas, más que nunca antes y másque de cualquier otra enfermedad infecciosa. El virusinfectó a otros 4,3 millones de personas en 2006(ONUSIDA, 2006; OMS, 2007b).

La epidemia de VIH/SIDA está extremadamenteconcentrada en los países del África subsahariana; el64% de todas las personas seropositivas y el 90% delos niños menores de 15 años portadores del VIH vivenen el África subsahariana. Mientras que la propagaciónde la enfermedad ha disminuido en el África

49

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0África

Menores de 5 años subalimentados (PBIDA)

Menores de 5 años con insuficiencia ponderal(todos los países en desarrollo y en transición)

Fuentes de los datos: OMS, 2007e; FAO, 2006a

América Latinosy el Caribe

Sudesteasiático

Europa Mediterráneooriental

Pacíficooccidental

Subalimentación en la población total (PBIDA)

Subalimentación en la población total(todos los países en desarrollo y en transición)

Figura 9 – Indicadores del hambre por regiones

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1.3 Seguimiento de los ODM para el hambre y la salud

50

subsahariana, la epidemia de VIH/SIDA está creciendoa gran velocidad en Europa oriental y el Asia central(Banco Mundial, 2007). Los programas de prevención ytratamiento son todavía limitados: sólo el 8% dequienes precisan de terapia antirretroviral en los paísesen desarrollo la recibe; sólo el 4% recibirá tratamientoen el África subsahariana, y sólo al 8% de lasembarazadas se les ofrece asistencia para prevenir latransmisión a sus hijos.

La tuberculosis causó 1.600.000 muertes en 2005,incluidos 195.000 pacientes infectados de VIH, y lascifras siguen creciendo. En 2005 se produjeron casi 8,8 millones de nuevos casos de tuberculosis, 7,4 millones en Asia y en el África subsahariana (OMS,2007d). Cada persona con tuberculosis activa infectaráa un promedio de 10 a 20 personas al día (OMS,1997). La cantidad total de pacientes diagnosticados yen tratamiento en 2006 fue parecida a la de 2005(OMS, 2007e). Aproximadamente un tercio de los 40 millones de personas que viven con VIH/SIDAtambién están infectadas de tuberculosis. Las personascon VIH tienen más de 50 veces más probabilidades decontraer tuberculosis activa en cualquier año (OMS,2007c).

Pese a la incidencia de la tuberculosis, parece que suprevalencia e índices de mortalidad estándescendiendo actualmente, aunque los porcentajes nose reducen a tanta velocidad como para que sealcancen las metas impuestas para 2015; en África, losporcentajes cayeron espectacularmente entre 1990 y2005.

Aproximadamente el 40% de la población mundial,principalmente aquellas personas que viven en lospaíses más pobres del mundo, corren el riesgo decontraer paludismo. Cada año, más de 500 millonesde personas se enferman gravemente y más de 1 millón muere por culpa de esta enfermedad(también llamada malaria), principalmente bebés,niños pequeños y embarazadas del África subsahariana(UNICEF, 2007). Asia, América Latina, Oriente Medio ypartes de Europa también están afectados. Lasepidemias más devastadoras y de gran magnitud

pueden surgir en aquellas zonas donde sus habitanteshan estado escasamente en contacto con el parásitode la malaria y, por lo tanto, tienen muy poca oninguna inmunidad. Determinadas condicionesclimáticas pueden provocar dichas epidemias, que sepueden agravar todavía más por situaciones deemergencia complejas o catástrofes naturales.

Si bien se han incrementado la obtención detratamientos eficaces y los métodos de prevención, lastendencias actuales de la morbosidad y mortalidad delpaludismo no presentan suficientes progresos hacia laconsecución de las metas para el año 2015.

Es preciso intensificar la recopilación de datospara incrementar y rastrear los progresos de losindicadores de todos los ODM, especialmente delos ODM 5 y 6.

ODM 4: Reducir la mortalidad infantil. ODM 5: Mejorar la salud materna.ODM 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otrasenfermedades.

Este informe repasa el siguiente grupo de indicadores dela salud que mantienen una relación directa con elhambre y la salud deficiente:

• el índice de mortalidad de menores de 5 años(ODM 4);

• el índice de mortalidad infantil (ODM 4);• la proporción de mortalidad materna

(ODM 5); • el porcentaje de partos asistidos por personal

sanitario cualificado (ODM 5);• la prevalencia del VIH entre las gestantes de

edades comprendidas entre 15 y 24 años(ODM 6);

• la prevalencia e índices de mortalidad delpaludismo (ODM 6); y

• la prevalencia e índices de mortalidad de latuberculosis (ODM 6).

La Declaración del Milenio de las NacionesUnidas establece tres objetivos principalesrelativos a la salud:

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Progresos hacia el ODM 1

0,0 0,5 1,0 1,5–0,5–1,0–1,5

China

Ecuador

Mongolia

Honduras

República del Congo

Haití

Egipto

Indonesia

República Unida de Tanzanía

Gambia

Sri Lanka

Filipinas

Mauritania

Bangladesh

Senegal

Angola

Ghana

Rwanda

Nicaragua

Kenya

Etiopía

República Árabe Siria

Côte d’Ivoire

Nigeria

Malawi

Pakistán

Mozambique

India

República Centroafricana

Uganda

República Democrática Popular Lao

Camboya

Eritrea

Chad

Nepal

Madagascar

Lesotho

República Democrática del Congo

Zimbabwe

Camerún

Níger

Marruecos

Burkina Faso

Sudán

Zambia

Burundi

Yemen

Figura 10 – Progresos en la insuficiencia ponderal: ODM 1

para los PBIDA en desarrollo, 1990–20065

Progresos hacia el ODM 10,0 1,0 2,0 3,0–1,0–2,0–3,0

Ghana

Chad

Ecuador

República del Congo

Angola

Indonesia

Mauritania

Malawi

Mozambique

Nigeria

Lesotho

Haití

República Democrática Popular Lao

Filipinas

China

Egipto

Etiopía

Camerún

Camboya

Côte d’Ivoire

Níger

Sri Lanka

Uganda

Kenya

República Árabe Siria

India

Burkina Faso

Mongolia

Rwanda

Nepal

Bangladesh

Sudán

Nicaragua

República Centroafricana

Honduras

Pakistán

Zambia

Marruecos

Zimbabwe

Senegal

Eritrea

Madagascar

Yemen

República Unida de Tanzanía

Gambia

Burundi

República Democrática del Congo

Figura 11 – Progresos en la subalimentación: ODM 1 para

los PBIDA en desarrollo, 1990–20035

Progresando y en curso Progresando, pero no en curso Retrocediendo

Fuentes de los datos: FAO, 2006a; UNICEF, 2006b; División de Estadística de las Naciones Unidas, 2007; OMS, 2007e

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1.3 Seguimiento de los ODM para el hambre y la salud

Progresos hacia el ODM 4

0,0 0,5 1,0 1,5–0,5–2,0–2,5 –1,5 –1,0 2,0

ZambiaChadCamerúnTurkmenistánLesothoRepública CentroafricanaRwandaGuinea EcuatorialKenyaCôte d’IvoireCamboyaSwazilandiaZimbabweIraq

EgiptoRepública Árabe Siria

Timor-LesteIndonesia

AlbaniaSri LankaEcuador

MarruecosBhután

MongoliaIslas Salomón

ArmeniaRepública Democrática Popular Lao

BangladeshNepal

MalawiEritrea

FilipinasNicaragua

ChinaTayikistán

Cabo VerdeComoras

IndiaVanuatu

MozambiqueGuinea

HondurasTuvalu

Bosnia y HerzegovinaBelarús

MadagascarYemen

Papua Nueva GuineaKiribati

TongaSudán

República Unida de TanzaníaPakistán

Guinea-BissauHaití

NígerEtiopía

BeninDjibouti

KirguistánNigeria

AzerbaiyánUganda

UzbekistánMalí

GambiaBurkina Faso

TogoGhana

SenegalSierra Leona

MauritaniaGeorgia

República del CongoAfganistán

SomaliaRep. Popular Democrática de Corea

Santo Tomé y PríncipeLiberia

República Democrática del CongoBurundiAngola

Figura 12 – Progresos en la mortalidad infantil: ODM 4 para

los PBIDA en desarrollo y en transición, 1990–20055

Progresos hacia el ODM 5

0,0 1,0 2,0 3,0–3,0 –2,0 –1,0

VanuatuBhután

Papua Nueva GuineaIndonesia

MarruecosYemen

UzbekistánBangladesh

EritreaGuinea

GambiaNepal

EgiptoCamboyaHondurasComoras

TurkmenistánRepública del Congo

SenegalChina

EtiopíaSri Lanka

SwazilandiaMozambique

HaitíSomaliaFilipinas

GhanaUganda

ChadTayikistán

BurundiZambiaNigeria

IraqAlbania

Côte d’IvoireBenin

EcuadorRepública Árabe Siria

SudánLesotho

IndiaRep. Popular Democrática de Corea

GeorgiaBelarús

Rep. Democrática Popular LaoKirguistán

MalíTimor-LesteGuinea EcuatorialMauritaniaBurkina FasoRwandaArmeniaAfganistánMadagascarAngolaRepública Democrática del CongoGuinea-BissauDjiboutiCamerúnNígerLiberiaNicaraguaPakistánKenyaRepública CentroafricanaMongoliaZimbabweRepública Unida de TanzaníaMalawiAzerbaiyán (–4,36)

Figura 13 – Progresos en mortalidad materna: ODM 5 para

los PBIDA en desarrollo y en transición, 1990–20005

Progresando y en curso Progresando, pero no en curso Retrocediendo

Fuentes de los datos: FAO, 2006a; UNICEF, 2006b; División de Estadística de las Naciones Unidas, 2007; OMS, 2007e

52

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1.4 Aceleración de los progresos: adopción de decisiones correctas

53

“Los grupos más pobres se quedanrezagados incluso cuando sus paísesavanzan en general. …Es preciso que todaslas intervenciones lleguen a los pobres parareducir la brecha”.

Proyecto para las Prioridades en el Control de las

Enfermedades, 2007

Los ODM han obligado al mundo a enfrentarse aalgunos de los problemas más graves de nuestrotiempo. Nuestros hijos dependen de que las decisionesque adoptemos hoy les entreguen un mundo en el quetengan la posibilidad de convertirse en adultos sanos yproductivos, donde puedan contribuir al desarrolloeconómico y social, y por el que puedan guiar a lageneración siguiente hacia un futuro prometedor.Alcanzar los ODM, o progresos considerables en elcamino hacia su consecución, serviría para poner loscimientos de ese mundo. Lamentablemente, los paísesmás pobres se están quedando muy atrás en esecamino. Una de las cosas más importantes esasegurarse de que se cumplan en general todas lasmetas nacionales, pero nunca a costa de excluir mástodavía a las personas más vulnerables. Además, si

bien es importante aumentar y ampliar los servicios, esimprescindible que mejore su calidad, o como mínimoque no se deteriore, para mantenerse a la altura de lasmetas numéricas.

Para varios ODM, y para muchos países, la falta dedatos dificulta la medición de los progresos en pos dela disminución del hambre y de la salud deficiente.Como no se dispone de datos anuales, es difícilestablecer con certeza cuán lejos se debe llegar paracumplir con todos los ODM. Sin embargo, tan sólopara la meta del hambre, hay que acelerar la velocidadde reducción anual hasta alcanzar, al menos, los 26 millones de personas por año. Actualmente tansólo una doceava parte, es decir 2,1 millones depersonas, se zafa del hambre cada año (FAO, 2003).

Se han realizado algunos cálculos del costo quesupondría no alcanzar los ODM para 2015, desde elpunto de vista del crecimiento económico perdido, delas vidas que no se han podido salvar y de lainsuficiente reducción de la desnutrición infantil. Sicontinúa la lentitud actual, cada año se perderán lasvidas de 3,8 millones de niños que se podrían habersalvado. De aquí al año 2015, los 50 millones de niñosque podrían escapar de las consecuencias demoledorasque acarrea la desnutrición, no lo conseguirán (UNICEF,2006a).

Por el contrario, si nos ponemos manos a la obra, losbeneficios serán inmensos. La reducción de laprevalencia de la anemia por carencia de hierromediante complementos dietéticos tiene un cocienteexcepcionalmente alto de beneficios en términos decostos: un ahorro aproximado de 12.000 millones dedólares EE.UU. De la misma manera, el dinero que hayque invertir para impedir 30 millones de nuevasinfecciones de VIH/SIDA es considerable: unos 27.000 millones de dólares. No obstante, elrendimiento posible de esta inversión es mucho mayor:prevenir el hundimiento de sociedades enteras (Mills yShillcutt, 2004).

El cumplimiento de las metas de mortalidad infantil ymaterna supone un índice de reducción media anualdel 4,3% y del 5,4% respectivamente (Proyecto paralas Prioridades en el Control de las Enfermedades,2007). Los avances siguen siendo muy lentos: no sehan efectuado progresos considerables en la reducciónde la mortalidad infantil en África, donde el índice ha

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0

Insuficiencia ponderal en menores de 5 años (%)

Mortalidad de menores de 5 años (%)

Fuentes de los datos: OMS, 2007e; OCDE, 2007

PIB per cápita basado en la paridad del poderadquisitivo (miles de dólares EE.UU.)

En los 15 países máspobres en desarrollo

y en transición

En los 15 países másricos en desarrollo

y en transición

Mile

s d

e d

óla

res

EE.U

U.

16

14

12

10

8

6

4

2

0

26,42

18,12

1,05

5,47

5,02

14,22

Figura 14 – Producto interno bruto (PIB), mortalidad

infantil e insuficiencia ponderal en países en desarrollo

y en transición

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1.4 Aceleración de los progresos: adopción de decisiones correctas

54

descendido únicamente un 10% desde 1990. En lasdécadas de 1970 y 1980 se alcanzaron progresosmucho mayores.

Los objetivos tan elevados para paliar el hambre y lasalud deficiente, o al menos conseguir uniformementelos ODM, sólo se pueden alcanzar con asociacionesmás sólidas entre los gobiernos, las organizaciones ylos donantes internacionales, la sociedad civil, el sectorprivado y, quizás lo más importante, las propiaspersonas que pasan hambre. Para que los diferentespaíses cumplan con los ODM, se precisa una mezcla deasignaciones presupuestarias de mayor cuantía porparte de los gobiernos con la contribución de losdonantes. Sabemos cuáles son las soluciones quepodrían servir para conseguir todos los ODM, pero no

se emplean con la debida eficacia, ni los gobiernos sonsiempre capaces de aplicar programas con la amplitudrequerida.

Es importante que, en el seno de estas alianzas cadavez mayores, los donantes financien a los países ycolaboren con ellos en la reasignación de fondos parareducir el hambre, mejorar la salud y afianzar políticasy programas que sirvan para alcanzar de formasostenible los ODM. Sólo si se da prioridad a la luchacontra el hambre, y muy especialmente de mujeres yniños, y se protegen los principios de inclusión,igualdad, facilidad de acceso y transparencia, laspersonas que padecen hambre podrán beneficiarse delas innovaciones tecnológicas que estántransformando el mundo.

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Los límites y nombres indicados y las denominaciones empleadas en este mapa no entrañan, por parte de las Naciones Unidas, aprobación oaceptación oficial alguna.Mapa elaborado por la Dependencia de VAM del PMA.

Fuentes de los datos: OMS, 2007; UNICEF, 2006

Mapa 3 – La desigualdad del hambre en el mundo

Emaciación

Más del 20%

Retraso del crecimiento

Más del 15%

Menos del 20%

Del 20% al 30%

Del 30% al 40%

Más del 40%

Datos no disponibles o no analizados

Menores de 5 años:

Insuficiencia ponderal

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A pesar del aumento, en cantidad y en escala, de lamayor parte de crisis humanitarias de todo tipo quese han producido en los últimos años, se haregistrado un descenso paulatino de la “mortalidadexcesiva” en situaciones de emergencia6. Entre 1900y 1960, hubo una década en la que el total demuertes relacionadas con catástrofes superó la cifradel millón de personas por año (CRED, 2005). Losconflictos armados de Bosnia y Timor-Leste crearoncondiciones que condujeron a una hambruna amediados de la década de 1990, pero se evitó lamortalidad en masa de las personas no combatientes(aunque no se evitaron las otras catástrofes militaresy morales). De igual manera, las graves sequías queasolaron África meridional en 1991–1992 y2001–2002 provocaron una carestía enorme dealimentos, pero el desastre no produjo muertes quese pudieran achacar claramente a la hambruna,gracias a intervenciones rápidas, con un objetivodefinido y multisectoriales.

Estos éxitos se sustentan sobre el reconocimientopaulatino de la importancia que tienen losmicronutrientes a la hora de establecer cómo sedesarrollan los desastres de gran magnitud, y cuál esla mejor manera de reaccionar ante ellos conintervenciones de auxilio. Cuando hay vidas enpeligro, se necesitan acciones que tengan objetivosdefinidos para hacer frente lo más rápidamente quesea posible a los síntomas más graves. En unaintervención de urgencia, hay que solucionar dosproblemas: cómo corregir en cada personaindividualmente la aparición de un trastorno porcarencia de micronutrientes y reducir así lamortalidad entre los enfermos más graves; y cómoimpedir que esa situación siga deteriorándose entoda la población y, por lo tanto, evitar una infecciónepidémica a mayor escala. Con lo cual se habránvinculado las mejoras con avances sosteniblesulteriores a la crisis. A este respecto, hay dosenfoques principales para tratar las situacionesrelativas a los micronutrientes: la administración demicronutrientes a las personas que los necesiten, yotorgar autonomía a la comunidad mediante latransmisión de nociones sobre los trastornoscarenciales y sus posibles soluciones.

Tener “algo que comer” no basta para conseguirbuenas condiciones nutricionales, ni tampoco essuficiente para prevenir la malnutrición. Por ejemplo,en épocas de escasez de alimentos generalizada, serecurre invariablemente a buscar comida en las

basuras y al consumo de productos que no formanparte de una dieta convencional. Durante lahambruna que padeció Europa en 1817, losalemanes y suizos, desesperados, comían aserrínhorneado en el pan, carroña, hierbas, raíces eincluso se comieron a sus perros (Webb, 2002).Durante la hambruna que azotó el sur de África en1896–1897, los funcionarios coloniales informaronde que la gente “… sufría enfermedades, causadas,estoy seguro, por comer… pellejos podridos y raícessalvajes, que tenían considerables efectospurgantes…” (Iliffe, 1990). Esos purgantesprovocaban a menudo una muerte más rápida quela que se buscaba evitar con el consumo de esas“comidas”.

Incluso en aquellos lugares donde se consumenalimentos convencionales, la dependencia de unadieta indebidamente equilibrada puede establecerlas bases de la morbosidad y la mortalidad. Sinembargo, una suficiencia dietética de energía yproteínas no garantiza el consumo suficiente de lascantidades recomendadas de vitaminas y minerales.Por lo tanto, si bien el consumo de maíz ycacahuetes llenará el vientre y mitigará el hambre,una dieta de ese tipo no es suficiente para satisfacertodo el espectro de requisitos mínimos diarios denutrientes.

Las carencias de micronutrientes suscitan nuevas eimportantes cuestiones sobre las características delos derechos a los alimentos. El “hambre oculta”,un carencia que pasa desapercibida a las personasque la sufren, pero que conocen muy bien todos losque participan en intervenciones públicas, cuestionael sencillo concepto de derecho, porque el “acceso”en su sentido estricto está relacionado con nocionesinmateriales, como el conocimiento, el cambio decomportamiento y aportes microscópicos, todasellas necesarias para conseguir una nutrición plena,pero que no solicitan quienes más las necesitan.Cuando se satisfacen, como en el caso deemergencias, forman parte de una campaña generalde abastecimiento, no se entregan a petición de losinteresados.

La intervención pública para remediar y prevenir laaparición de trastornos de carencias demicronutrientes no es fundamental únicamente en elcaso de emergencias: constituye el cumplimiento deuno de los “derechos morales del hambre” (Sen,1997). Los derechos quedan garantizados cuando laspersonas que padecen hambre se imponen como

1.4 Aceleración de los progresos: adopción de decisiones correctas

56

Intermezzo 3: El hambre y la enfermedad en situaciones de crisis

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57

propietarias de una cantidad adecuada de alimentos,o cuando su derecho moral a la comida se traduceen un “derecho práctico”. La acción humanitariarepresenta precisamente eso: hacer que se cumplaen la práctica el derecho moral a no morir por faltade alimentos. El imperativo humanitario exige que seproporcione una ayuda incondicional a todos los quesufren, sean quienes sean y dondequiera que estén(Webb, 2003).

Dicho esto, imponer el derecho a la comida significacada vez más entregar en circunstanciasextremadamente difíciles no sólo la cantidadadecuada de alimentos, sino también la calidadadecuada de alimentos. Buscar solución a lascarencias de vitaminas y minerales es un aspectobásico de la ayuda humanitaria. La comunidadinternacional se ha comprometido a respetar ydefender el derecho moral de las personas que

padecen hambre no sólo a sobrevivir, sino a hacerlocon los nutrientes necesarios y con dignidad. Peroesto plantea interrogantes acerca de los límitesactuales de las actividades públicas en situaciones deemergencia. La entrega de alimentos terapéuticosque lleva a cabo el personal de asistenciahumanitaria en situaciones de emergencia salvavidas, y de ahí que se pueda calificar de“imposición” del derecho moral a la comida del quehablaba Sen, pero se hace de una forma confinadaen el tiempo. El acceso a los alimentos enriquecidoscon micronutrientes suele terminar una vez que lapersona deja de recibir la alimentación terapéutica obien cuando se termina una actividad de socorro deurgencia. Por lo tanto, este uso novedoso de losmicronutrientes para salvar vidas contribuye muypoco a otorgar autonomía para el futuro a lapersona cuya vida se ha salvado. Normalmente, esapersona no adquiere ni conocimientos acerca de los

HITOS EN LA EVOLUCIÓN DEL INTERÉS POR LA NUTRICIÓN EN SITUACIONES DE EMERGENCIA

Década de 1960 • Respuestas basadas en alimentos disponibles

• La oferta más que la idoneidad nutricional decidía qué alimentos se donaban

• Reconocimiento limitado de la importancia del contenido nutricional en las raciones

Década de 1970 • Atención centrada en la carencia de proteínas (en la malnutrición por energía proteínica)

• Más variedad de alimentos; se incluyen frijoles y aceite vegetal

• Mezcla de alimentos enriquecidos, usados únicamente en la alimentación con complementos

Década de 1980 • Las principales organizaciones aumentan la cifra de planificación de raciones de 1.500 a

1.900 kilocalorías por persona y día

• La mezcla de alimentos enriquecidos se incluye en la mayoría de raciones para las poblaciones

totalmente dependientes de la ayuda alimentaria

• Las canastas de alimentos se basan cada vez más en seis artículos principales: cereales, legumbres secas,

aceite, azúcar, sal y mezclas de alimentos enriquecidos

Década de 1990 • Algunas organizaciones (incluido el PMA) aumentan la cifra de planificación de raciones para todas las

poblaciones completamente dependientes de la ayuda alimentaria, de 1.900 a 2.100 kilocalorías

• Los avances científicos desembocan en la producción de alimentos terapéuticos para tratar la

malnutrición aguda (F100, F75)

• Limitaciones más estrictas del uso de productos lácteos y preparados para biberones durante las crisis

• Exigencia de que el aceite, la sal y la harina que se repartan internacionalmente deben estar

enriquecidos

• La producción nacional de alimentos compuestos enriquecidos se amplía a algunos países en desarrollo

• Amplio uso de las galletas de alto valor energético, enriquecidas con proteínas de gran energía

Década de 2000 • Mayor uso de los medios nacionales de molienda y del enriquecimiento de cereales para la distribución

de ayuda

• El propio país en desarrollo procura las mezclas de alimentos enriquecidos para su uso en terceros países

• Creación de alimentos terapéuticos listos para usar en el tratamiento “en los hogares” de la

malnutrición aguda

• Más atención a los vínculos entre el tratamiento de la malnutrición aguda y la prevención de la

malnutrición crónica

Fuente: adaptación de Toole y Waldman, 1988

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micronutrientes y la salud, necesarios para solicitareficazmente los nutrientes que precisa; ni alimentos,o la capacidad de asegurarse el acceso sistemático alos alimentos ricos en micronutrientes en el mercadoo a través de otros canales cuando la crisis hayaterminado.

Se precisan nuevos enfoques para definir las formaséticamente aceptables de la intervenciónhumanitaria, que no sólo salven vidas, sino quetambién incrementen la demanda de acceso a lanutrición, no sólo a los alimentos. La defensa de losderechos de las personas que padecen hambre no sepuede conformar con asegurar el acceso a lacomida, puesto que la adecuación a losmicronutrientes exige un acceso a los alimentosapropiados y el derecho al conocimiento, lo quecomporta cambios de conducta en los hogares, no

solamente un mayor acceso a los mercados o máspoder adquisitivo. Las soluciones al fracaso en laadjudicación de derechos deberán ocuparse, por lotanto, de los precios y los mercados, y actuar de lamisma manera en el ámbito de la salud y la nutriciónpública. Las soluciones centradas exclusivamente enla cantidad de alimentos y no en su calidad dietéticatienen muchas probabilidades de fallar en el intentoy de no estar a la altura de nuestrasresponsabilidades más importantes.

Colaboración a la Serie de informes sobre el hambreen el mundo de Patrick Webb, decano para asuntosacadémicos de la Facultad Friedman de Ciencias yPolíticas de la Nutrición, Universidad de Tufts, yAndrew Thorne-Lyman, Oficial de Nutrición de laSanidad Pública, PMA.

1.4 Aceleración de los progresos: adopción de decisiones correctas

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