Patricia Safa-Reseña Wacquant

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    Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Occidente

    2009-03

    Los condenados de la ciudad. Una reflexin

    sobre la marginalidad avanzada de Loc

    Wacquant

    Safa, Patricia

    Safa, P. (2009) "Los condenados de la ciudad. Una reflexin sobre la marginalidad avanzada de Loc

    Wacquant ". En Renglones, revista arbitrada en ciencias sociales y humanidades, nm.60.

    Tlaquepaque, Jalisco: ITESO.

    Enlace directo al documento: http://hdl.handle.net/11117/250

    Este documento obtenido del Repositorio Institucional del Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de

    Occidente se pone a disposicin general bajo los trminos y condiciones de la siguiente licencia:

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    Repositorio Institucional del ITESO rei.iteso.mx

    Publicaciones ITESO PI - Revista Renglones

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    Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C.

    Perifrico Sur Manuel Gmez Morn 8585,

    Tlaquepague, Jalisco, Mxico, CP 45604

    ISSN 0186-4963

    Nm.60, Marzo - Agosto 2009

    RESEAS

    Los condenados de la ciudadUna reflexin sobre la marginalidad avanzada de Loc WacquantUrban outcastsReflections on Loc Wacquants advanced marginalityPatricia Safa Barraza

    Profesora investigadora del Centro de Investigaciones Econmicas, Administrativas y Sociales, Mxico

    [email protected]

    Palabras clave: Obreros, Estado de bienestar, polticas sociales, resea, marginalidad, gueto, banlieu, urbano, ciudad, po-

    breza, racismo, precario, sociologa, etnografa, Wacquant, Mxico.

    Key words: Workers, welfare State, social policies, review, marginality, ghetto, banlieu, urban, city, poverty, racism, preca-rious, sociology, ethnography, Wacquant, Mexico.

    Resumen

    En su libro de reciente aparicin, Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado, Loc Wacquant explora

    el origen de la marginalidad avanzada, un rgimen de relegacin predominantemente urbano, producto de

    las desigualdades en el desarrollo y de la extincin del Estado de bienestar. El estudio de Wacquant tiene lugar

    en sociedades urbanas de Estados Unidos y Europa Occidental, en especial en los barrios y territorios donde se

    rene el precariado. El desempleo, la estigmatizacin, el desamparo por parte del Estado y la extincin de las

    redes de apoyo vecinales e institucionales ha puesto en relieve el resurgimiento de profundas desigualdadesen las sociedades; una nueva pobreza nutrida tambin por el racismo, con diferencias de matices entre un pas

    y otro pero con muchos puntos en comn. A partir de los hallazgos de Wacquant, la autora hace una reflexin

    sobre cmo surge la nueva marginalidad en pases como Mxico, donde el desarrollo no ha llegado del todo

    y aparecen ahora nuevas formas de segregacin e inequidad. Las formas especficas que la pobreza urbana

    toma en el contexto latinoamericano tienen que ver con factores histricos y endmicos, con claras diferencias

    respecto de lo que sucede en el gueto negro norteamericano o en la banlieuobrera francesa.

    Abstract

    In his recently published book, Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado, Loc Wacquant explo-

    res the source of advanced marginality, a predominantly urban segregation regime generated by inequities in

    development and by the extinction of the welfare State. Wacquants study takes place in urban societies in the

    United States and Western Europe, especially in neighborhoods and territories where the precariat gathers.

    Unemployment, stigmatization, State negligence and the extinction of neighborly and institutional support

    networks has emphasized the resurgence of deep inequities within societies; a new poverty also fed by racism,

    with differences between countries but with much in common. Departing from Wacquants findings, the

    author presents a reflection on how this new marginality arises in countries like Mexico, where development

    has never fully materialized and now new modalities of segregation and inequity are occurring. The specific

    patterns of urban poverty in the context of Latin America are related to historic and endemic factors, with clear

    differences in relation to what is happening in the American black ghetto or the French working-class banlieu.

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    L oc Wacquant (2007), en el libro Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado, analiza los pro-cesos econmicos, polticos, sociales y culturales que han dado lugar a lo que denomina la marginali-dad avanzada, que se vive sobre todo en las grandes ciudades de los pases occidentales. Una marginalidadque caracteriza como el nuevo rgimen de relegacin socioespacial y de cerrazn excluyente [...] que se hacristalizado en la ciudad posfordista como efecto del desarrollo desigual de las economas capitalistas y de ladesarticulacin del Estado de Bienestar [...] (Wacquant, 2007: 15). Para realizar este ejercicio, Wacquant estudialos nuevos espacios de segregacin socioespacial en las sociedades de Norteamrica y Europa Occidental.El trabajo de campo lo lleva a cabo en un gueto de poblacin afroamericana en la parte sur de la ciudad deChicago y en los suburbios de Pars, o banlieue,en donde habitan obreros y familias de migrantes de pasesposcoloniales. Lugares a los que se conoce como las zonas de no derecho, los sectores en problemas o ba-rrios prohibidos de la ciudad a los que, por ser territorios de privacin y abandono, de violencia y conflictossociales, se les teme y evita (p. 13).

    Los medios de comunicacin y la mayora de los debates pblicos presentan los disturbios en lossuburbios de las ciudades francesas como estallidos raciales en reaccin a la animosidad de que son objeto lasminoras tnicas o inmigrantes. Los ven como disturbios de los underclass, grupo decadente y amenazanteque concentra sobre s todas las patologas urbanas (Wacquant, 2007: 37). De la misma manera, el gueto ne-

    gro norteamericano, o hipergueto a finales del siglo XX, se presenta como un lugar en donde, por la presenciade pandillas, el miedo fsico, y la aguda sensacin de inseguridad reina en sus calles (Wacquant, 2007: 73); unlugar despreciado y vergonzoso del que todos buscan huir desesperadamente (Wacquant, 2007: 83).

    La teora de la underclass, explica Wacquant, nace en la interseccin entre raza y pobreza, al transfor-mar las condiciones sociales en rasgos psicolgicos y, por lo mismo, se vuelve til como ideologa justificativade polticas sociales y urbanas pero sirve de poco para dar cuenta sobre la nueva marginalidad en los pasesoccidentales de finales de siglo. Para explicar la nueva marginalidad, puntualiza el autor, es necesario ver la rela-cin entre la restructuracin del sistema de fuerzas econmicas y sociales, el carcter de las polticas socialesdel Estado y la configuracin particular de las nuevas formas de segregacin social y urbana (Wacquant, 2007:65). Es un error, aclara, explicar la existencia de estos espacios urbanos empobrecidos como un fenmeno detercermundializacin de los pases ricos por la migracin y las divisiones etnorraciales provenientes de lahistoria colonial. Por el contrario, es el resultado del desarrollo desigual de los sectores ms avanzados de lassociedades capitalistas. El crecimiento econmico no benefici a todos, aade, sino que ampli la brecha entrericos y pobres, y entre aquellos que detentan un empleo estable en los sectores protegidos y calificados dela economa y todos aquellos [...] que se encuentran atrapados en los empleos precarios de los sectores malremunerados de la industria y los servicios (Wacquant, 2007: 41-42). El desempleo, nos recuerda, se concentraen las zonas populares degradadas, lo que ha acentuado la polarizacin espacial y social de las ciudades (Wac-quant, 2007: 45).

    Para dar cuenta de la nueva marginalidad en los pases avanzados propone tomar en cuenta lo siguien-te: reubicar el estado y destino de un barrio en la serie diacrnica de las transformaciones histricas de las cua-les es expresin material; practicar la observacin etnogrfica para correr el velo de los discursos tremendistasacerca de los territorios de perdicin urbana y comprender las relaciones y las significaciones vividas queson constitutivas de la ciudadana marginal en lo cotidiano; establecer una mnima distincin entre condicinsocial caracterstica de una zona de relegacin y los condicionamientos que implica su posicin en una estruc-tura jerrquica de lugares, tanto en lo material como en lo simblico; establecer el grado y la forma de penetra-cin estatal en los barrios de relegacin y, por ltimo, analizar el papel de la polica que busca afirmar el nuevoorden social compuesto de vertiginosas desigualdades y enfrentar las turbulencias y los conflictos sociales

    que nacen de una miseria aterradora y una riqueza insolente engendrada por el capitalismo neoliberal en lasciudades de los pases avanzados (Wacquant, 2007: 21-24).

    Tambin considera que es un error pensar que la pobreza urbana en los regmenes europeos se en-cuentra en vas de norteamericanizacin ( Wacquant, 2007: 267). La periferia obrera francesa y el gueto afro-americano, afirma Wacquant, siguen siendo dos constelaciones socioespaciales claramente diferentes, porqueson legados de distintas historias urbanas y porque el Estado de bienestar, el mercado y el espacio fsico res-pectivos se articulan de manera diferente. El hipergueto (cinturn negro) es una configuracin espacial de finde siglo, caracterizada por la doble segregacin de raza y clase, un universo tnica y socialmente homogneo,caracterizado por una dbil densidad organizacional y una menor penetracin del Estado en sus componen-tes sociales y, por lo tanto, por una inseguridad fsica y social muy fuerte (Wacquant, 2007: 17). En cambio, laperiferia urbana francesa (cinturn rojo) se caracteriza por una poblacin profundamente heterognea segn

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    la procedencia etnonacional (y por la posicin de clase) cuyo aislamiento resulta mitigado por una fuertepresencia de las instituciones pblicas.

    En Estados Unidos, Wacquant describe el gueto comunitario de la posguerra como un lugar compacto ydelimitado que acoga un abanico de clases sociales negras, vinculadas por una conciencia colectiva unificada.

    Un lugar relativamente autosuficiente en la medida en que se desarrollaba un conjunto de actividades quedaban trabajo a una poblacin de una gran diversidad socioprofesional y familiar. El cambio decisivo de estoslugares, aade, se debe a la decadencia de la poblacin empleada como resultado del xodo continuo de lasfamilias negras en ascenso social y al creciente desempleo que golpea a quienes quedaron en el lugar (Wac-quant, 2007: 78). El desempleo ha afectado sobre todo a los jvenes quienes, frente a la falta de oportunidades,se han unido a las pandillas estrechamente vinculadas al crimen organizado, lo que ha provocado que reine lainseguridad y la violencia en las calles.[1] El crecimiento sin freno de la economa informal y criminal tiene unaexplicacin directa en la combinacin de la debilidad en la demanda de trabajo no calificado y las insuficien-cias de la ayuda social (Wacquant, 2007: 83). Lo anterior ha permitido el debilitamiento de la infraestructuraorganizacional la iglesia, los clubes sociales, las escuelas que daba al lugar su carcter y fuerza comuni-taria. Las escuelas pblicas, por ejemplo, han quedado reducidas al estado de establecimientos escolares devigilancia ms que de enseanza, que buscan almacenar pobres ms que abrirles alguna oportunidad (Wac-quant, 2007: 109). El hipergueto de finales del siglo, aade, es un lugar despreciado y vergonzoso del que todos

    buscan huir desesperadamente, un lugar de esperanzas abortadas y aspiraciones extinguidas, una ciudad delmites en la cual la nica ambicin realista es la de sobrevivir (Wacquant, 2007).En Norteamrica, la revuelta de mendigos es contra la miseria cotidiana y el deterioro de las condicio-

    nes de vida causados por la recesin econmica y la reduccin de los presupuestos sociales (Wacquant, 2007:39). Es el resultado de una violencia estructural masiva desencadenada por una serie de transformaciones eco-nmicas[2] y polticas que se refuerzan mutuamente (Wacquant, 2007: 40). En cambio, lo que ha rediseado elaspecto de las ciudades europeas durante las dos dcadas pasadas es el resurgimiento de mltiples desigual-dades y la consolidacin de nuevas formas de marginalidad socioeconmica nutridas por el elemento tnico,lo que da lugar a la segregacin espacial y a los desrdenes pblicos (Wacquant, 2007: 195).

    A diferencia del gueto negro norteamericano, las banlieues obreras son universos altamente heterog-neos en los cuales las categoras etnorraciales gozan de una eficacia social limitada (Wacquant, 2007: 215). Laexpansin de ideologas racistas y de tensiones xenofbicas nutre las estructuras de esta nueva pobreza perose genera por el aumento incesante del desempleo. Los jvenes de los barrios populares, nacionales y extranje-ros, son los protagonistas de las revueltas en las ciudades francesas, por estar marginados del trabajo y de todaforma de autosuficiencia econmica (Wacquant, 2007: 219). Demandan empleo decente, escuelas adecuadas,viviendas accesibles, acceso a los servicios pblicos y un trato justo por parte de la polica y otros organismosdel Estado ( Wacquant, 2007: 3940). Ante la falta de respuesta de la sociedad y de las autoridades, encuentransu salida en un discurso nihil ista que glorifica la depredacin y la violencia para lograr acceso al consumo(Wacquant, 2007: 220). En este caso, a diferencia de lo que sucede en el gueto negro de las ciudades norte-americanas, las relaciones de sociabilidad entre adolescentes no estn determinadas por la pertenencia tnica(Wacquant, 2007: 221). Los hijos de los inmigrantes que llegaron en los sesenta han adoptado los modelosculturales europeos y han fracasado en establecer una comunidad diferente, constituida alrededor de su he-rencia cultural (Wacquant, 2007:224). No por esto el autor minimiza los prejuicios discriminatorios que golpeande manera cotidiana a un nmero creciente de jvenes citadinos de ascendencia (nor)africana, o la hostilidad yviolencia basada en la discriminacin racial de la que son objeto (Wacquant, 2007: 226). Sin embargo, consideraque la manera como la pertenencia tnica y racial influye en la configuracin de las desigualdades socioes-paciales es cualitativamente diferente entre los dos pases. En Francia el estigma es residencial y en Estados

    Unidos es racial, porque la oposicin blanconegro es el marco constitutivo de la organizacin de la economa,de la sociedad y de la poltica del pas desde hace ms de tres siglos (Wacquant, 2007: 210 y 211).

    La globalizacin de la economa, bajo la hegemona del modelo neoliberal, ha generado en las socie-dades avanzadas desempleo de larga duracin, proliferacin de puestos de trabajo precarios y mal pagados, yuna acumulacin de privaciones dentro de los mismos hogares y los barrios. Tanto en Estados Unidos como enFrancia, considera Wacquant, la clausura del horizonte econmico explica la atmsfera apagada, de aburri-miento y de desesperacin que reina en los barrios pobres de las ciudades de la Europa occidental y el climade temor e inseguridad que envenena la vida cotidiana en los espacios urbanos segregados en el gueto nor-teamericano (Wacquant, 2007: 46). La respuesta de los poderes pblicos al retorno de la pobreza y la violenciacolectiva tambin vara de un pas a otro en funcin de sus instituciones, la ideologa nacional de la ciudadanay la coyuntura poltica (Wacquant, 2007: 51).

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    En Estados Unidos, la guerra contra el Estado de Bienestar se impuso en el periodo de Ronald Reagan.A partir de este momento, muchos de los males sociales fueron explicados por el abuso de los pobres de laayuda social (welfare) para no trabajar (Wacquant, 2007: 61). Bajo esta premisa se justific la transformacinde la relacin entre la dominacin racial, las desigualdades de clase y la pobreza. La pobreza fue explicada

    en trminos de la falta de motivaciones personales para progresar, por el resquebrajamiento de las normasfamiliares y por la ausencia de valores colectivos de los habitantes de los barrios pobres. Sin embargo, paraWacquant, el gueto pas por una crisis no porque las microestructuras de la familia y las conductas indivi-duales se hubieran derrumbado de repente, o porque el ethos del asistencialismo (walfare ethos) se hubieraapoderado misteriosamente de sus habitantes, sino porque el desempleo y la exclusin econmica, al alcanzarniveles muy agudos sobre el fondo de una rgida segregacin racial, desencadenaron un proceso de hipergue-tizacin, en el sentido de exacerbacin de la lgica excluyente del gueto (Wacquant, 2007:119). La retraccinde las polticas urbanas nacionales y locales durante las dos dcadas pasadas se ha traducido en el retrocesoplanificado de las instituciones y los servicios pblicos en los barrios negros histricos.

    Luego de una dcada de problemas urbanos, el gobierno francs, en cambio, respondi incrementandolos programas sociales de ayuda en los barrios empobrecidos: instaur un programa de proteccin social y unplan de garantas de sostn mnimo (el rmi), extendi el seguro de desempleo y los dispositivos de formacinde jvenes sin calificacin, estableci un mecanismo de transferencia de los ingresos fiscales de las ciudades ri-

    cas a las ciudades pobres y despleg un vasto programa de rehabilitacin urbana para mejorar las condicionesde vida en los barrios populares en todo el pas (Wacquant, 2007: 52). Los problemas sociales en los suburbiosfranceses se atienden con la intervencin de los responsables polticos ( Wacquant, 2007: 169). En Estados Uni-dos, en cambio, la prioridad principal frente a los disturbios urbanos, por ejemplo el acontecido en Los ngeles,California, a principios de los noventa, fue enviar un equipo especial de fiscales y aumentar los fondos disponi-bles para hacer caer todo el peso de la ley penal sobre los miles de personas arrestadas durante los disturbios(Wacquant, 2007:53).

    Este juego de contrastes entre las banlieues obreras francesas y el gueto negro norteamericano esun eje central en el anlisis que propone Wacquant para explicar la marginalidad avanzada por la modalidadespecfica que adquiere en cada pas de acuerdo a los diferentes contextos y momentos histricos particulares:

    La marginalidad urbana no est en todos lados tejida con las mismas fibras y, si se lo piensa bien, no esalgo sorprendente. Los mecanismos genricos que la producen, as como las formas especficas que reviste, sevuelven plenamente inteligibles cuando uno se toma el trabajo de ubicarlas en la matriz histrica caracte-rstica de cada sociedad en una poca dada de las relaciones entre las clases, el Estado y el espacio. Es decir,debemos ocuparnos de desarrollar imgenes ms complejas y ms diferenciadas de los condenados de laciudad si pretendemos comprender correctamente su situacin y elucidar su destino colectivo en los diferen-tes contextos nacionales (Wacquant, 2007:14).

    Este planteamiento supone un reto si deseamos preguntarnos sobre la manera como se ha reconfi-gurado la nueva marginalidad social y urbana en las grandes ciudades Latinoamericanas, especficamenteen Mxico, ya que exige tomar en cuenta los contextos del desarrollo social y urbano particulares, como lopropone Wacquant.

    Los cambios experimentados por las sociedades latinoamericanas no han estado alejados de losacontecimientos del orden mundial. En las ltimas dos dcadas del siglo xx, por ejemplo, la sociedad mexica-na experiment, de modo desigual y diferencial, cambios de carcter estructural en la esfera econmica. Alamparo de una poltica de ajuste neoliberal, tambin hemos vivido un proceso de desindustrializacin y elincremento del mercado informal de trabajo y de la economa subterrnea. Como lo describe Wacquant enlos pases avanzados, en el mercado de trabajo predominan los empleos de tiempo parcial, el subempleo y el

    desempleo. El papel que histricamente haban jugado los sindicatos ha cambiado, en la medida en que sehan impuesto procesos de desregulacin, flexibilidad laboral y depreciacin de las calificaciones profesionales.Despus de recurrentes y continuas crisis, el salario ha perdido su capacidad de compra, con lo que se incre-menta no slo esa pobreza histrica que afecta a una gran parte de la poblacin mexicana sino tambin la delas clases medias.

    La concentracin del ingreso en pocas manos y el empobrecimiento de los pases latinoamericanos yde su poblacin ha llevado a estudiosos de la materia a repensar las condiciones en donde surge y se gesta lanueva marginalidad en pases como los nuestros,[3] que han vivido procesos de modernizacin inconclusos yparciales, que nunca han podido alcanzar las metas del desarrollo y en donde a la pobreza histrica se sumanahora nuevas formas de segregacin e inequidad econmica, social, cultural y urbana.

    El modelo del Estado de Bienestar entr en crisis, no por el abuso de las instituciones encargadas de26

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    los programas sociales (welfare), como lo seala Wacquant para Estados Unidos, sino por la carga de la deudaexterna y el incremento de demandas de nuevos bienes y servicios que obligaron a reestructurar el gasto p-blico. Lo anterior explica los cambios en las polticas sociales del Estado implementados a partir de los ochenta,cuando se pasa de una concepcin tutelar del Estado en la cual las polticas sociales estaban directamente

    articuladas a un proyecto nacional de desarrollo, a formas de asistencia dirigida [...] para ocuparse de aquellosque el nuevo modelo de crecimiento deja en el camino (Prvot Schapira, 2001: 37).

    Al igual que en todo el mundo, Mxico es ahora un pas predominantemente urbano. Pero, en contrastecon dcadas pasadas, las ciudades ya no representan la alternativa integradora y de promocin social para lapoblacin empobrecida que busc en las ciudades mejores oportunidades de vida (Prvot Schapira, 2001: 34).Por el contrario, en la nueva configuracin de las grandes ciudades se refuerzan viejas formas de segregacinsocioespacial que ahora se trenzan con las nuevas desigualdades sociales.

    A diferencia de los pases capitalistas occidentales, en donde la miseria en las metrpolis no resulta delestancamiento, el debilitamiento o la decadencia econmica sino de la separacin de la escala de las desigual-dades en un contexto general de prosperidad y progreso de la economa (Wacquant, 2007: 302), la pobreza enlas ciudades mexicanas es un hecho histrico, estructural y de larga duracin; son ciudades fragmentadas porla creciente y cada vez ms visible heterogeneidad y diferenciacin sociocultural a partir de la cual se ordenanlas nuevas jerarquas urbanas. Pero, a diferencia del gueto negro norteamericano, la pobreza urbana no puede

    explicarse en trminos de enclaves claramente delimitados sino como un fenmeno que se extiende en el con-junto de los territorios de las grandes ciudades.Durante dcadas, las necesidades habitacionales de los sectores populares urbanos no fueron satis-

    fechas por el mercado inmobiliario sino gracias a la autoconstruccin de la colonia y la vivienda, sobre todoen terrenos ilegalmente invadidos en las periferias de las grandes ciudades; lugares que, durante muchosaos, carecieron de los ms elementales servicios urbanos, como agua y drenaje (Duhau y Schteingart, 1997:29). Estas estrategias de invasin ilegal y autoconstruccin fueron toleradas y, en algunos casos, promovidaspor el mismo Estado a travs del Partido Revolucionario Institucional (pri), partido oficial en el poder en esemomento, por la incapacidad de responder a la creciente demanda de vivienda de los sectores populares. Sinembargo, a partir de los ochenta se buscaron nuevas alternativas de intervencin estatal orientadas ms ala privatizacin de los servicios pblicos y a la inversin en vivienda, en conformidad con los mecanismos demercado. Estas nuevas condiciones incrementaron las dificultades de la poblacin empobrecida para teneracceso a la vivienda en la medida en que, por el tipo de trabajo y la carencia de un ingreso estable y suficiente,no son sujetos de crdito privado o de los mismos programas oficiales de gobierno. En la actualidad no sloes ms difcil tener acceso a una vivienda propia, tambin se han deteriorado las condiciones de vida en lascolonias populares por lo limitado del presupuesto de los gobiernos locales para la inversin en obra pblicabsica y el funcionamiento de servicios como la recoleccin de basura y el transporte pblico (Ziccardi, 2001:106). Lugares empobrecidos e inseguros por la proliferacin de pandillas juveniles, estrechamente vinculadas alas organizaciones criminales. Una alternativa para los jvenes ante la falta de empleo, educacin o futuro. Estoha dado lugar a la criminalizacin de la pobreza sobre todo hacia los jvenes que sufren el acoso cotidiano dela polica a pesar de que, a diferencia de los guetos y suburbios de las ciudades europeas descritas por Wac-quant, la polica muchas veces se ha convertido en cmplice de grupos criminales, dejando en una situacin deabandono y sin salida a la mayora de sus pobladores.

    Bibliografa

    Duhau, Emilio y Martha Schteingart (1997). La urbanizacin popular en la ciudad de Mxico, en Martha Schteingart (coord.), Pobre-za, Condiciones de vida y salud en la ciudad de Mxico, El Colegio de Mxico, Mxico.Gonzlez de la Rocha, Mercedes (2004). De los recursos de la pobreza a la pobreza de los recursos, en Mercedes Gonzlez de laRocha, et. al., From the marginality of the 1960s to the new poverty of today: A LARR Research Forum, en Latin American ResearchReview, Vol. 39, No. 1, Febrero 2004.Prvot Schapira, Marie-Frances, Fragmentacin espacial y social: conceptos y realidades en Revista Perfiles Latinoamericanos, Ao10, Nm. 19, FLACSO, Mxico.Wacquant, Loc (2007). Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado, Editorial Siglo XXI, Argentina.Ziccardi, Alicia (2001). Las ciudades y la cuestin social en Alicia Ziccardi (compiladora), Pobreza, desigualdad social y ciudadana,CLACSO, Buenos Aires, Argentina.

    Notas[1] En 1980, tres de cuatro personas de 16 aos o ms estaban desempleadas (pg. 78).

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    [2] Para Wacquant, las races econmicas y polticas de la hiperguetizacin se deben, a nivel macrosocial, a la transicin de la econo-ma estadounidense de un sistema cerrado, basado en la produccin industrial estandarizada y el consumo masivo, de sindicatosfuertes con un contrato social entre las grandes empresas y su mano de obra estable, a un sistema abierto, basado en la predomi-nancia del empleo en servicios, la sumisin del capital industrial al capital financiero y a la erosin de las economas regionales, lareorganizacin del mercado de empleo y el deterioro de los salarios.[3] Sobre la manera como vuelve a discutirse el tema de la marginalidad en Amrica Latina, vase el trabajo coordinado por Mer-cedes Gonzlez de la Rocha (2004) que se public en Latin American Research Review, en donde participan diversos autores comoPeter Ward, Helen Safa, Janice Perlman, Elizabeth Jelin y Br yan R. Roberts.

    Ficha bibliogrfica

    Wacquant, Loc (2007).Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y EstadoSiglo XXI, Argentina.

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