Pena de Muerte

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UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO

FACULTAD DE DERECHOESCUELA ACADMICO PROFESIONAL DE DERECHO

INFORME ACADMICO

TTULO

LA PENA DE MUERTE EN EL PERU

AUTORES

Bejarano Cueva MargeeColonia Rodriguez SaritaFlores Rodriguez SheylaJaimes Pereda JavierVeliz Medina Juliza

ASESOR:Victor Garcia Arias

Chimbote-Per

2015

LA PENA DE MUERTE EN EL PER

CARTULA NDICE INTRODUCCIN CAPTULO I: HISTORIA Y VISTAS GENERALES DE LA PENA DE MUERTE1. Contexto histrico de la pena de muerte 2. Puntos de vista en relacin a la pena de muerte2.1 vista internacional3. Argumentos en favor o en contra de la pena de muerte4. La pena de muerte en el Per4.1 Vista Nacional4.2 Vista LocalCAPTULO II: FUNDAMENTACIONES PARA EL PENSAMIENTO DE LA PENA DE MUERTE 5. La desconfianza en las instituciones nacionales e internacionales: las premisas para una restauracin complacientemente aceptada5.1 La desconfianza en el Poder Judicial5.2 La poca informacin sobre los mecanismos judiciales: Una incitacin a la desconfianza en las Instituciones?5.3 La falta de comprensin de parte de las organizaciones y cortes internacionales sobre la situacin peruana5.3.1 Por la ayuda extranjera prestada a los terroristas5.3.2 Los terroristas peruanos suelen ser juzgados en instancia supranacional como prisioneros de guerra/poltico6. La contradiccin con las promesas en los Tratados internacionales (La crisis del Pacto de San Jos): El desprestigio del Per ante la comunidad internacional7. Delitos con posible sancin de pena de muerte 7.1 Terrorismo 7.2 violaciones sexualesCAPTULO III: JUSTIFICACIONES DE PRESERVAR UN ESTADO DEMOCRTICO DE DERECHO 8. Proposiciones para un Per sin pena capital pero libre de violencias8.1Combatir y erradicar la violencia estructural8.2 Comenzar con una verdadera reforma del Poder judicial8.3 Revisar las concepciones sobre el sistema penitenciario

CONCLUSIONES REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS ANEXOS INTRODUCCION

El presente informe acadmico titulado LA PENA DE MUERTE EN EL PER tiene como finalidad dar a conocer el rol que cumple nuestro ordenamiento jurdico con respecto a la pena de muerte y a la vez en que nos beneficiaria como sociedad y a la vez que causara en el pas, si es que llegara a aprobarse dicha peticin.

Hoy en la actualidad el alto grado de crmenes, violaciones, entre otros hechos punibles han hecho tomar decisiones de ltima instancia, pudiendo tener en cuenta la posibilidad de terminar con estos hechos mediante la pena de muerte, lo cual con lo que ya sabemos sera un tema controversial

Para el propsito investigativo de este informe acadmico se presenta 4 captulos los cuales estarn estructurados de la siguiente manera:

CAPTULO I: HISTORIA Y VISTAS GENERALES DE LA PENA DE MUERTECAPTULO II: FUNDAMENTACION PARA EL PENSAMIENTO DE PENA DE MUERTE CAPTULO III: JUSTIFICACIONES DE PRESERVAR UN ESTADO DEMOCRATICO DE DERECHO

Finalmente, con nuestro trabajo de investigacin, queremos motivar a las autoridades que busquen la mejor salida ante estos hechos punibles que se llevan a cabo en nuestro pas, sin vulnerar derechos, para que de este modo terminemos progresivamente con estos actos que perjudican a sociedad, buscando como fin nico el desarrollo social y la seguridad en convivencia.

HISTORIA DE LA PENA DE MUERTE EN EL PERA travs de la historia, es posible observar que la pena de muerte ha reflejado la forma ms violenta de reprimir conductas inadmisibles para el grupo social y luego para el Estado. Actualmente es el Estado el que retiene la capacidad de aplicar justicia con una suerte de legalidad violenta. al concentrar la mnima violencia necesaria para prevenir formas de violencia ilegales, ms graves y vejatorias. La violencia de las penas, su vez legitima solo en cuanto permita prevenir violencias mayores producidas por los delitos y por las reacciones a los delitos que se cometeran si no hubiera derecho. (Ferrajoli, 2000) pg. 54 En la historia peruana, el mbito de la sancin penal, tuvo una amplia gama de normas que conducan a delito como en otros fue evolucionando a casos en concreto; otros se caracterizaron por los tipos de muerte que aplicaban; veamos algunos ejemplos:a. En la poca Incaica sufran de la pena capital Al que asesinaba al Inca o a algn miembro de su familia El traidor El recaudador que cometa defraudacin El que facilite o encubriese incestos El asesino de su padre, madre, abuelos o hijos, etc.Como se observa, una gran caracterstica que se muestra es que era marcadamente intimidatorio, las penas eras sumamente crueles (ya que las penas no ofrecan una muerte rpida, la descuartizacin y el enterramiento de personas vivas eran una de los claros ejemplos de sancin de esta cultura); generalmente, las penas eran crueles y la pena capital era empleada para sancionar casi todos los delitos una realidad jurdica de aquellos tiempos; no se tena una consciencia del conocimiento real para ver que delitos tenan una sancin no tan drstica (una persona que robo no puede ser condenado de igual a uno que asesin).b. Algo de recalcar de la poca indiano o colonial, es que para la aplicacin de las penas, especficamente de la pena de muerte, se mantuvo un rgimen diferenciado con base en el rango o clase social, tnica y econmica que se ostentaba. Cuando surgi el agarrotamiento como pena intermedia, esta se reserv para los delincuentes de raza blanca, mientras que la horca siempre fue para los indios y negros; por lo que, morir degollado o agarrotado, era considerado un privilegio.c. En la poca la naciente Repblica (28 de julio de 1821), la pena de muerte casi siempre imper en situaciones coyunturales, dejando de lado las razones legales. Las tres primeras constituciones del pas (1823,1826 y 1828) establecan la aplicacin de la pena capital solo en los casos que exclusivamente lo merezcan, lo cual permita que las autoridades cometan abusos a discrecin en muchos casos. d. En el siglo XX la pena de muerte se aplic a discrecin en la mayora de las sociedades americanas; sin embargo, la prevalencia del casi cargo poltico, el ejercicio indiscriminado del poder por los dictadores que se encuentran al servicio de las oligarquas nacionales y de ciertas potencias extranjeras, que vieron en esta situacin oportunidades para justificar y consolidar sus pretensiones imperiales sobre pases a dominar, es decir abuso de esta sancin, motivado por la injusticia social, trajo como consecuencia la confusin entre criterios humanistas radicales que pugnan por la necesidad ya no de disminuir su aplicabilidad, sino de lograr su abolicin, desconociendo de esta forma su supuesta utilidad y justificacin; y los que reclaman su aplicabilidad. En enero de 1969 la junta militar presidida entonces por Juan Velasco Alvarado emiti un Decreto Ley que aada al Cdigo Penal el artculo 197, el cual sostena que si la vctima era menor de 10 aos y mora como consecuencia del asalto sexual se aplicaba al autor la pena de muerte. En nuestra actualidad, la Constitucin de 1979 limit las causales de ejecucin a traicin a la patria durante guerra exterior. Es en este contexto que el Per acept la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 1981 y firmo el Pacto de San Jos (Garca, 2008) pg. 252 PUNTO DE VISTA EN RELACIN A LA PENA DE MUERTEEn la mayora de pases la pena de muerte es visto de manera inconstitucional que viola el derecho ms fundamental que es la vida; pases en los cuales es aplicada (En EE.UU por ejemplo en algunos de sus estados) se da para por delitos muy graves ya sea por violacin, genocidio y sobre todo por traicin a la patria. Para un pas primermundista las causas que pueden causar la pena de muerte no pueden ser justificadas, Los que optan por esta medida creen que es una ayuda para controlar la conducta humana y tambin como una medida preventiva para que el resto no cometan los mismos hechos delictivos.ARGUMENTOS EN FAVOR Y EN CONTRA DE LA PENA DE MUERTETENEMOS LOS SIGUIENTES Dentro de los argumentos a favor se encuentra el denominado castigo como fin mismo dnde observamos que:La proporcionalidad del delito es muy importante, ya que ste castigo nos menciona que la retribucin es el justo castigo por el mal que se ha causado y por ende es proporcional al delito.Por otro lado el castigo cmo fin mismo se encuentra a favor de la ley del talin que se reduce a que se considere justo quin ha cometido una accin disvaliosa sufra el mal que ha provocado con ella. La muerte es una exigencia de justicia, es un pago por el mal cometido. Tambin existe el argumento de restaurar la armona social eliminando a quienes la ponen en peligro, ste argumento es una formulacin emanada del tomismo que impone la necesidad del organismo social la presencia amenazante de personas capaces de producir un dao extremo, se hace necesario amputar los miembros infectados del organismo humano para evitar la gangrena: hay que saber cortar a tiempo los miembros podridos, para que no perjudiquen ni afecten a los dems miembros sanos. El buen gobernante pasa a ser remedo del buen cirujano.La permanencia histrica o profesional indica que la permanencia en la historia como pena excluyente la proyecta como lcita y que no puede negarse su legitimidad. El hecho de haber perdurado en todos los pases da suficiente prueba de su utilidad. Las Instituciones judiciales no pueden depender o cobrar aparente prestigio de y por su mayor o menor antigedad, pues ello implica una visin esttica del medio social y del devenir de la civilizacin. (Neumn, 1997) pg. 124ARGUMENTOS A FAVORSegn Lionel Garca, la pena de muerte debe ser establecida por lo siguiente:Razn de Justicia Esta idea se sustenta por un lado, por fundamentaciones religiosas, cuya mxima expresin se encuentra en el Antiguo Testamento, como puede ser la Ley de Talin: "Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente"; Tambin cabe destacar desde fundamentaciones religiosas, que las penas deben tener como base la necesidad de expiacin. En definitiva, el castigo supremo siempre ha estado presente en la sociedad.Utilidad SocialA diferencia de las Teoras absolutas, que respondan al interrogante de porqu castigar, las Teoras Relativas, responden al de para qu castigar. Precisamente, una de las respuestas a esta pregunta, da fundamentacin a la pena de muerte. Concretamente, dentro de las Teoras relativas, se encuentran las Teoras de la Prevencin General y en concreto de la Prevencin General Negativa. stas, se basan de crear ciertas contra motivaciones en los transgresores potencialesSin duda alguna, si el individuo es racional, y hace un balance sobre las ventajas y desventajas de cometer un crimen, la pena de muerte, evitara que el crimen tuviera beneficio alguno. Ejercicio de la legtima DefensaEsta argumentacin se basa en la idea de que el sujeto, vctima del delito, no ha podido ejercer su Derecho a la Legtima defensa, y por lo tanto, es la sociedad quien debe llevarla a cabo. Miedo a la fuga o a la reincidenciaEste sentimiento de pnico y temor, conlleva, apoyar la pena de muerte, puesto que si el sujeto delincuente consiguiera escapar del control penitenciario, podra cometer los mismos delitos. Esta argumentacin fue utilizada por las teoras positivistas, especialmente por Lombroso. Cabe recordar que en la tipologa de delincuentes de este autor, introdujo la del delincuente nato, el cual padeca de algn tipo de patologa. No existe riesgo de sentenciar a un inocenteLa existencia de garantas jurdicas, tales como las apelaciones, la revisin obligatoria de la sentencia de muerte, etc, impide que slo se condene a los culpables reales de los hechos delictivos. No existe pues, riesgo de errores.Costes econmicosLos partidarios de la pena de muerte sostienen que la pena de muerte es, en trminos econmicos, ms rentable, que las alternativas que se presentan a dicha sancin (Blzquez, 1975).

ARGUMENTOS EN CONTRAVolveremos a estructurar este apartado como el anterior, es decir, enumerando las diferentes ideas. Adems, podemos ver que la mayora de las argumentaciones, son las rplicas a las anteriores.Razn de JusticiaHay dos fundamentaciones a esta argumentacin. Por un lado, des de un punto de vista religioso, si bien es cierto que en el Antiguo Testamento se profesan ideas tales como la ley del Talin, como apunta Albert Camus: "Se trata de un sentimiento, particularmente violento, no de un principio. El Talin pertenece al orden de la naturaleza y del instinto. Si el crimen pertenece a la naturaleza humana, la ley no pretende imitar o reproducir tal naturaleza. Est hecha para corregirla."; por otro lado cabe confrontar otras consideraciones dogmticas religiosas, como el amor al prjimo, el perdn, entre otras. Sin embargo, dichas consideraciones dogmticas religiosas, no son suficientes para esclarecer la cuestin de la pena de muerte. Sera necesario acudir a los datos que nos proporcionan las ciencias sociales (criminologa, sociologa, psicologa, etc...).Utilidad SocialNo est demostrado, que la pena cumpla una funcin de prevencin general negativa, o sea de intimidacin a los potenciales infractores. Si fuera as, en primer lugar, ya no existiran delitos. Y en segundo lugar, se parte de que el delito es un acto racional, en el que el delincuente evala los costes y beneficios. Esta premisa si fuera cierta, el sujeto delincuente, espera o bien que no lo descubran, o bien, salir mejor parado del proceso judicial. El hecho de asesinar a una persona, por parte del Estado, puede conllevar que ese acto se copie y provoque as, la violencia que quera disminuir.En relacin con la legtima defensa Es la venganza de la vctima, se le suponen unas intenciones que no pueden ser demostradas. Puede ser posible, que si la vctima pudiera expresarse, no pidiera su venganza, sino el perdn.Irreversibilidad De la pena de muerte respecto del error judicial: Si bien cada da ms, los errores judiciales son menos frecuentes, hay riesgo de condenar a un inocente. Pero adems con el agravante de que en el caso de la pena de muerte no se puede compensar al sujeto por el error.Costes econmicosEn los costes sobre la pena de muerte, no slo hay que computar el coste que tiene en s misma la ejecucin, sino tambin, el coste de todo el proceso judicial, es decir, apelaciones, jueces, y, adems, los costes sociales de esta sentencia. Estos costes sociales, deberan ser estimados, para ver si realmente, la pena de muerte es rentable o no. Por ello, creemos que este tipo de argumentaciones no deberan ser tenidas en cuenta, aunque sin duda, en la sociedad en la que vivimos actualmente, tiene, para el sistema poltico y los ciudadanos un gran inters. (Blazques, 1975) pg. 32LA PENA DE MUERTE EN EL PERVISTA NACIONAL:En el Per la vista popular apoya mayoritariamente esta medida; ante la incapacidad de sus rganos de justicia de aplicar las leyes establecidas para ayudar a la proteccin del estado con el pueblo que lo englomera, prefieren optar por medidas drsticas o con lo comnmente justicia por sus propias manos; esta pena si est explcita en la constitucin que dice que el que traiciona a la patria ser sancionado con pena de muerte al sujeto que haya dado informacin a otro pas, pero no es aplicada debido a que tenemos los derechos que son importantes a la persona como es el bien jurdico vida, nadie puede ir contra ello porque se estara violando este derecho de la persona. VISTA LOCAL:A nivel local no se cambia demasiado con el pensamiento a nivel de todo nuestro territorio peruano; hay que recordar que la educacin es la misma as que el nivel cultural para opinar hacia diferentes supuestos en su mayora ser igual. Ancash en sus aos de famosa riqueza vivi las pocas ms negras de su etapa como regin en progreso, siendo sede la ciudad de Chimbote; peculado, lavado de activos, delincuencia, sicariato, provoco el rechazo total del pueblo de la ciudad de la pesca y el acero; y aunque este tormentoso pasado se est quedando ya en el ayer, sus secuelas se siguen mostrando en el subconsciente chimbotano, que en cada oportunidad aprovecha para ver la pena de muerte como una medida efectiva no solo contra el asesinato masivo que se vivi, sino, incluso para los casos de corrupcin.(Lopez,,2004) pg. 645. LA DESCONFIANZA EN LAS INSTITUCIONES NACIONALES E INTERNACIONALES: LAS PREMISAS PARA UNA RESTAURACIN COMPLACIENTEMENTE ACEPTADA5.1 LA DESCONFIANZA EN EL PODER JUDICIALLos peruanos se ven confrontados a las lecturas periodsticas que retratan algn crimen donde se vulneran bienes jurdicos importantes, violacin, asesinato. Etc. Con mucha frecuencia y lo que les indigna ms es que no se apliquen las penas correspondientes o equivalentes a esos delitos. Para la Dra. Patricia Figueroa:Las leyes existentes son suficientes, y que las y los magistrados del Poder Judicial deben de tomar conciencia que este delito no slo afecta a la vctima, sino tambin a la sociedad en general, por lo que es responsabilidad de las y los jueces buscar los mecanismos necesarios para castigar.Esto contribuye a la desconfianza que se tiene haca el Poder Judicial y la polica. A esta desconfianza han contribuido las dictaduras militares de los aos setenta. Y tambin el soborno a magistrados, congresistas, y dems personajes pblicos. Con respecto a la Polica Nacional, y la rama de sta que trabaja con el Poder Judicial, hay que la corrupcin es algo comn en nuestro da a da. Y aunque sta sea poco organizada, es una prctica corriente para solucionar un problema simple, para no ser capturado o incluso borrar pruebas de delitos. Slo en las noticias de los ltimos meses podemos comprobar esto: Luego de numerosos casos de corrupcin por miles, cientos, y hasta decenas de dlares, la corrupcin lleg a desprestigiar la ms alta magistratura del Poder Judicial, cuando, en septiembre del 2006, el vocal supremo Eduardo Palacios fue descubierto recibiendo un soborno (El Correo, 5/9/06) pg, 5.Con tantos casos destapados ltimamente, el ciudadano debe pensar que esto es la punta del iceberg e incluso podra pensar que el juez y autor de un delito se confabulan para beneficiarse, el primero con dinero y el segundo con la impunidad. (Bacigalupo ,2004) pg. 41 5.2 LA POCA INFORMACIN SOBRE LOS MECANISMOS JUDICIALES: UNA INCITACIN A LA DESCONFIANZA EN LAS INSTITUCIONES?Las razones de la desconfianza, no slo se encuentran en el mal funcionamiento del Poder Judicial o de otras instituciones nacionales. Por ello, sera fcil, y hasta demaggico, decir que aquella es la causa absoluta de la separacin del pueblo con su sistema. Esta es la razn por la cual hay que aadir aqu un aspecto muy importante: la informacin jurdica, que va de par con la educacin cvica.Desde un punto de vista jurdicamente neutral que el sistema debera de funcionar bien en teora. Es por esta razn, que la Dra. Figueroa Valderrama, afirma que las leyes existentes son suficientes.An existe ms confianza popular en las instituciones con respecto a temas como el terrorismo, se han manifestado descontentos populares por dos motivos. Primero, porque a algunos cabecillas terroristas, ya sentenciados hace aos, se les anul la sentencia penal reanudando un nuevo juicio. En segundo lugar, porque las nuevas sentencias hacia estos subversivos no han sido ejemplares.Para la mayora de los Peruanos, estos nuevos juicios representaban una burla hacia el pueblo, ya que se daba nuevamente voz a los lderes terroristas, lo que engendraba publicidad para su causa. Adems, el nuevo proceso tambin provocaba la incertidumbre mecanismo empleado por el Estado para re-sentenciar a los terroristas, podemos concluir que ste se ha comportado justamente como un defensor del Estado de Derecho.En cuanto al problema de las penas aplicadas a los terroristas hay que aadir los problemas de procedimiento jurdico que imposibilitan que las penas se les apliquen a los terroristas. Por ello, aunque la sentencia de la Sala penal antiterrorista, del 13 de octubre del 2006, que condenara a Abimael Guzmn a cadena perpetua, fue un alivio para muchos. Lo que exasper a otros, fue el hecho de saber que siete de los cabecillas fueron condenados slo a veinticinco aos de prisin. La Ley Penal aplicable es la vigente en el momento de la comisin del hecho punible. No obstante, se aplicar la ms favorable al reo, en caso de conflicto en el tiempo de leyes penales.Si durante la ejecucin de la sancin se dictare una ley ms favorable al condenado, el Juez sustituir la sancin impuesta, por la que corresponda, conforme a la nueva ley. (P.53).5.3. POR LA AYUDA EXTRANJERA PRESTADA A LOS TERRORISTAS En lo que tiene que ver con el terrorismo, Sendero Luminoso ha tenido contacto estrecho con China y Europa. En este sentido Abimael Guzmn viaj en varias ocasiones a La Repblica Popular de China y envi en mayo de 1982 a Maximiliano Durand Araujo alias "Ral" como representante en Europa con la meta de formar una cobertura exterior de apoyo a SL. Este se fue en calidad de becado. Otros senderistas junto con la familia de Abimael Guzmn viven en Suecia, desde donde entran en relacin con otras organizaciones comunistas. Es as, como Javier Esparza Mrquez, concuado de Guzmn, form el "Crculo de Estudios Ayacucho" (CEA) con sede en Estocolmo. De esta forma, ante la comunidad internacional, SL continua desprestigiando al Estado peruano, siguiendo as con parte de su estrategia de lucha popular. De esta manera, simulando ser simples idelogos del comunismo se exilian polticamente en Europa (aprovechndose de los avances democrticos de este continente) y dan a entender que no se respetan los Derechos Humanos en el Per, adems de alegar que sus prisioneros son slo prisioneros polticos. Esto tiene como efecto que algunas ONG extranjeras cuestionen al Per por la persecucin hacia los senderistas, lo que indigna en muchas ocasiones a los peruanos victimas del aparato terrorista. Por su parte el MRTA ha desarrollado su propaganda internacional en Amrica central (El Salvador, Nicaragua con la ayuda del FSLN), y ha conseguido diferentes apoyos de las organizaciones y grupos afines, alineados al Movimiento Comunista Internacional (MCI) no sin desprestigiar tambin la imagen del Per, particularmente en Alemania, Francia, Suecia e Italia. 5.4. LOS TERRORISTAS PERUANOS SUELEN SER JUZGADOS EN INSTANCIA SUPRANACIONAL COMO PRISIONEROS DE GUERRA/POLTICO Poco importa que estemos o no de acuerdo con la sentencia de La Corte interamericana de Derechos Humanos del 25 de noviembre del 2006, a favor de los deudos de los terroristas matados en el penal Castro del seis al nueve de mayo de 1992 . Lo que tiene ms importancia aqu es que la denuncia (nmero 11.015) ante la Corte se encuentra firmada por personas que indican ser miembros del Comit de Familiares de Presos Polticos y Prisioneros de Guerra. Esto se entiende en primer lugar como una provocacin hacia el sistema institucional peruano donde se les reconoce como familiares de terroristas y terroristas en lo que respecta a los sentenciados. Esto, no por su pensamiento poltico, pero por sus presuntas acciones sanguinarias en contra de la nacin. Se entiende en segundo lugar, como una deslegitimacin de la posicin que el Estado peruano tiene para con el estatus con el que se les ha juzgado. Entonces el slo hecho de aceptar esta denuncia con las firmas de un comit de este tipo, da mucha desconfianza a los peruanos sobre el fallo que pueda dar la Corte IDH. Podramos pensar que si tan slo se les hubiera reconocido un estatus de prisioneros por terrorismo y no el que se dej entrever, el fallo hubiera sido mejor aceptado porque la Corte hubiera dado un mensaje de comprensin sobre la Historia peruana. Pero vayamos ms all, y veamos que el hecho no est en complacer a los peruanos con un simblico seudo-entendimiento. Sino ms bien, en tener seriedad en la investigacin de estos asuntos preliminares sumamente importantes para el esclarecimiento de la verdad, porque entendamos que esta verdad ya no es tal en su globalidad si la identificacin del denunciante comienza siendo falsa. (Lpez, 2004) pg. 581. LA CONTRADICCIN CON LAS PROMESAS EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES (LA CRISIS DEL PACTO DE SAN JOS): EL DESPRESTIGIO DEL PER ANTE LA COMUNIDAD INTERNACIONALEste es quizs el argumento que ms ha sido difcil de combatir para los que estn a favor de la pena de muerte. En primer lugar porque es una prueba indiscutible de la incompatibilidad de esta pena con el Derecho penal moderno. En segundo lugar, porque la salida de las instancias supranacionales generara un revuelo en las garantas jurdicas del ciudadano y un retroceso en el ordenamiento jurdico peruano. Por esta ltima razn, extenderemos este segmento hasta la interpretacin anticonstitucional de la pena en el enunciado nmero cinco. 1) La relacin entre el Per y la Corte Interamericana de Derechos Humanos:Se recuerda aqu que la pena de muerte (abolida en 1979) ha quedado restringida desde 1993 para ser utilizada solo por traicin a la patria en tiempos de guerra (art. 140 de la Constitucin peruana). Por otro lado, se resalta que el Per es miembro de la Organizacin de Estados Americanos (OEA). Esta Organizacin Internacional posee dos entidades de proteccin y promocin de los Derechos Humanos en las Amricas, que son la Comisin Interamericana con sede en Washington DC, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San Jos de Costa Rica. Esta ltima fue establecida en 1979 y est compuesta por jueces reconocidos por su alta autoridad moral. La Convencin, que se llama tambin Pacto de San Jos por haber sido firmada en esa ciudad en 1969, es lo que une al Per con esta entidad quien se ocupa de poner en aplicacin e interpretacin la Convencin Americana sobre Derechos Humanos y otros Tratados en instancia supranacional luego de haber agotado la jurisdiccin interna del Per (art.205 Constitucin peruana). (Bacigalupo, 2004)2) La incompatibilidad entre la muerte y el artculo 4.2 del PactoPrimero veamos que el Pacto de San Jos comprende tres partes que se subdividen en Captulos y estos en artculos. El artculo 4.2 corresponde aqu a la primera parte del Pacto titulada Deberes de los Estados y derechos protegidos. Dentro de esta, en el captulo dos sobre los Derechos civiles y polticos, figura el artculo en cuestin. Este dispone lo siguiente: En los pases que no han abolido la pena de muerte, sta slo podr imponerse por los delitos ms graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal competente y de conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comisin del delito. Tampoco se extender su aplicacin a delitos a los cuales no se la aplique actualmenteEntonces, tal como se enuncio precedentemente, el Per est dentro de la competencia del pacto de San Jos desde su adhesin el 12 de julio de 1978 y por ello debe de respetar las disposiciones de ste segn lo dispuesto por la Convencin de Viena de 1969. Sin embargo, el problema viene a plantearse aqu entre la incompatibilidad de la pena de muerte que el Per quiere extender y entre la parte final del artculo 4.2 del Pacto de San Jos. En este sentido, consultando informacin, se puede encontrar un precedente de extensin de la pena de muerte del Estado de Guatemala y una opinin consultiva del 8 de septiembre de 1983 sobre las restricciones a la pena de muerte por parte de la Corte IDH . La Corte plantea en este caso en el punto 49 que los tratados deben interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los trminos del tratado en el contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin (artculo 31.1de la Convencin de Viena de 1969). Sobre este punto, la Corte prosigue en el punto 58 diciendo que la Comisin (redactora del Pacto de San Jos) dej constancia, en este artculo, de su firme tendencia a la supresin de la pena de muerte. De modo que, prosigue en el punto 59:al interpretar la parte final del artculo 4.2 de buena fe conforme al sentido corriente () no es posible albergar duda alguna respecto a la prohibicin absoluta contenida en esa disposicin, segn la cual ninguno de los Estados Partes puede disponer la aplicacin de la pena de muerte respecto de delitos para los cuales no estuviese contemplada previamente por su legislacin interna () Finalmente el punto 76 la Corte IDH responder a la pregunta que se le haba hecho que la Convencin prohbe absolutamente la extensin de la pena de muerte y que en consecuencia no puede un Estado Parte aplicar la pena de muerte a delitos para los cuales no estaba contemplada en su legislacin internaPor esta razn es coherente pensar que aplicando la pena de muerte hacia los casos de violacin sexual, el Per seria condenado por la Corte IDH, deteriorando an ms las relaciones con esta Institucin (supra I.C.3.b). Otra opcin ya sustentada, sera que el Per salga de la competencia del Pacto de San Jos totalmente o parcialmente. Pero esto, aunque fuera parcial no hara ms que recortar los derechos fundamentales de cada peruana y peruano, restringiendo sobretodo sus derechos civiles y polticos tal como lo enuncia el Captulo II del Pacto de San Jos. Pero por qu hara esto un gobierno democrtico defensor de los derechos fundamentales? Veremos esto a continuacin. (Constitucin Poltica del Per)3) Jugar con el fuegoVarias respuestas posibles, una de ellas podra ser que se quiere hacer un trueque de algunos derechos contra la aprobacin popular haciendo creer que algo se est haciendo por combatir la delincuencia. Una segunda razn, podra ser tambin que el Gobierno actual no es defensor de los Derechos Humanos. Esto no solo se sustentara con la supuesta intencin de salida del Pacto de San Jos, sino tambin con muchos otros indicios, como el que el Vicepresidente que Garca eligi para acompaarlo en la plancha electoral sea un hombre de armas enemigo declarado de las Organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. Tambin se puede aadir a la lista las sospechas de implicacin de Garca en las matanzas de los penales limeos, la formacin de un comando paramilitar llamado Rodrigo Franco, etc. Y como bien se sabe que las coincidencias en la poltica son como las apariciones de la Virgen Mara, es decir milagrosas, podemos desear que, sin tardar, se expliquen razones honestas y posturas claras al pueblo con respecto a lo que el Gobierno piensa sobre los derechos fundamentales.Por otro lado, algunos crticos sealan una tercera razn que consiste en decir que el Presidente procura introducir el drstico castigo con el fin de vulnerar expresamente el Pacto de San Jos. Esto podra responder a dos imperativos no confirmados pero posibles. El primero podra ser que con la pena de muerte y saliendo de la jurisdiccin de la Corte, esta ltima ya no pueda fallar en contra del gobierno peruano por los presuntos genocidios y matanzas extrajudiciales cometidos durante el gobierno de Fujimori y del propio Garca. La segunda razn, an ms delicada, sostiene que el Presidente Garca no desee desprestigiarse polticamente si se condenan los actos cometidos por el grupo paramilitar autodenominado Rodrigo Franco que oper en el Per durante el primer gobierno de Garca. Oficiosamente se tiene la versin que este grupo funcion con la proteccin del entonces ministro de Interior, Agustn Mantilla, y que era organizado con la ayuda de militantes apristas. Este grupo, asesin a decenas (si no son cientos) de presuntos terroristas, y tambin a estudiantes, sindicalistas, sin nexos terroristas, pero que pertenecan a la izquierda progresista. Entre las decenas de desaparecidos que se cuenta, probablemente existieron tambin errores de ejecucin cuando se equivocaban de persona o cuando se excedan en sus misiones.4) La conviccin de los juristas peruanos frente a la salida del Pacto de San JosEn pleno debate sobre la pena, se comprob la incompatibilidad con el Pacto de San Jos, que no permite de ampliar la pena de muerte al Per.Sin embargo, el legislador del APRA, Mauricio Mulder, en penosas declaraciones, sostuvo que de ser necesario renunciaran a los convenios internacionales para implantar la pena de muerte. Luego de lo cual, las respuestas por parte de los juristas democrticos del Per no se hicieron esperar. A travs de la ONG defensora de los Derechos Humanos APRODEH, el colegio de Abogados de Arequipa, la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de San Agustn y la Facultad de ciencias jurdicas y polticas de la Universidad Catlica de Santa Mara de Arequipa reprobaron la idea del retiro de la competencia del Pacto de San Jos. De igual modo, el Canciller Jos Garca Belaunde, reconoci que sera negativo para la imagen internacional del Per que el gobierno denuncie el Pacto (RPP, 09/08/06). Por su parte la decana del Colegio de Abogados de Lima, Dra. Greta Minaya, afirm que desde una posicin principistarenunciar al tratado significara un retroceso en la administracin de justicia y aun aislamiento. Lo propio hicieron altas personalidades jurdicas como el ex juez ADHoc de la CorteIDH, Fernando Vidal (La Primera, 13/08/06) o la Dra. Delia Revoredo (La Repblica, 13/08/06). Yendo ms all de las discrepancias polticas, se puede decir que con la salida del Pacto de San Jos se va contra la defensa de la seguridad jurdica, porque se atenta contra el derecho a una instancia supranacional que aprecie la situacin del Per en cuanto al respeto del Estado de Derecho: la proteccin legal de la Corte IDH sirve para corregir, frenar excesos, equivocaciones y hasta abusos judiciales o legislativos. Fue esta corte la que dej sin efecto la ley de amnista para el grupo colina (grupo asesino paramilitar) (El Comercio editorial, 13/8/06).5) Una interpretacin anticonstitucional de la pena de muerteSi lo expuesto anteriormente no fuera ya una razn suficiente, se sostiene tambin que la pena capital sera anticonstitucional porque aunque est inscrita en el artculo 140 de la Constitucin, la cuarta disposicin final de la Carta Magna prescribe que las normas referidas a los Derechos Humanos se interpretan de acuerdo a la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, a los Tratados y acuerdos internacionales ratificados por el Per, como es el caso de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos. Siguiendo este proceso, se puede interpretar, que esta disposicin introduce (en el Derecho interno) todos los acuerdos internacionales ratificados por el Per en materia de Derechos Humanos, dando un valor Constitucional a esta introduccin. Lo que implica, que una vez introducidos estos Tratados sobre DDHH, quien los denuncie, va en contra de la Constitucin.Entonces por ejemplo, el que querra denunciar la Convencin Americana sobre DDHH para reinstaurar la pena capital, adems de ir contra la interpretacin del artculo 2 de la Constitucin Toda persona tiene: Derecho a la vida, ira tambin en contra del Pacto de San Jos y en contra de la Declaracin Universal de Derechos Humanos de 1948 en su artculo 3 todo individuo tiene derecho a la vida, los cuales estn introducidos constitucionalmente en Derecho interno.Pero apuntando ms all de cmo se ha venido interpretando la Constitucin peruana hasta hoy, y luego de lo expuesto, una pregunta nos salta a la vista: El artculo 140 de la Constitucin, que reconoce la pena de muerte en tiempos de guerra, no entra en contradiccin con el artculo 2 que defiende el derecho a la vida? Pensamos que existe all una relacin contra natura entre dos conceptos que se oponen (muerte y vida), lo cual amerita una reforma en la Carta Magna con una preocupacin de claridad y sobretodo de humanidad. (Garca, 2010) pg. 21 DELITOS CON POSIBLE SANCIN DE PENA DE MUERTE 7.1 TerrorismoDesde hace ya algunos lustros, el Per est sujeto (hoy menos que antes) a dos grupos terroristas, causando terror y muerte, stos son Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Tpac Amaru (MRTA). Donde all por los aos ochenta, la vida no tena ningn valor en las zonas rurales y los campesinos eran masacrados si no cooperaban entregando dinero, vveres, e incluso a sus hijas e hijos. En la capital, la aristocracia empez a sentir los estragos del terrorismo, primero porque el terrorismo comenz a reflejarse en los ndices econmicos (menos produccin y dificultades de circulacin de los productos agrcolas). Pero ms tarde, comenzaron los atentados terroristas a los alrededores de Lima (cortando la electricidad) y luego los coches bomba en el centro de la ciudad y en los puntos econmicos y comerciales de mayor afluencia (centros comerciales, bancos). A comienzos de los aos noventa se cambi de estrategia y se dio la oportunidad a los terroristas de arrepentirse deponiendo las armas contra beneficios penitenciarios. Por otro lado, se capturaron a los cabecillas de los grupos armados y el 12 de septiembre de 1992 se captur a Abimael Guzmn Reynoso, lder de SL. Das ms tarde, ste fue expuesto en uniforme a rayas ante la prensa y esto provoc una desercin importante entre los senderistas de menor rango. Sendero comenz a perder a sus hombres, perder terreno y perder credibilidad entre sus discpulos intelectuales.En cuanto al MRTA, pareca moribundo desde la captura de su lder, Vctor Polay Campos, y de miembros de la cpula terrorista, pero este segua operando en las zonas amaznicas y en el centro del Per. Como es de costumbre, Lima slo se percat que este grupo terrorista continuaba luchando contra los intereses de la Repblica, cuando el 17 de diciembre de 1996, a las ocho y veintitrs de la noche, un grupo de terroristas del MRTA tomaron por asalto la residencia del embajador del Japn con cientos de personalidades. Entre stas se encontraban vocales supremos, militares y policas que planificaron la lucha anti-subversiva, congresistas, ministros de Estado, embajadores El calvario termin para 71 de los 72 rehenes el 22 de abril de 1997. Despus de esta fecha, los atentados han sido ms discretos, y los grupos terroristas han seguido operando en el Alto Huallaga (zona amaznica en el centro del pas), y los Andes del Sur. Desde esas fechas casi no se escuch hablar de atentados sino hasta marzo del 2002 donde un coche bomba estall frente a la sede de la embajada estadounidense. Un da ms tarde, el Presidente de la Repblica de la poca, Dr. Alejandro Toledo, se comprometi en Monterrey Mxico a aplicar mano dura ante cualquier intento de golpear al pueblo. El ao siguiente, una declaracin dio ms luz a la poblacin sobre el estado del terrorismo en el Per. Fue el jefe de la Direccin Contra el Terrorismo (DIRCOTE), general Miyashiro, quien reconoci que existan alrededor de doscientos senderistas diseminados en los valles cocaleros al este y sur este de Lima (Apurmac, Huallaga y Ene). Dijo tambin que continuaban su lucha popular coludidos con los narcotraficantes de la zona, y que su estrategia estaba volcada en captar adeptos en las reuniones pblicas o de gremios sindicales. Esto nos lleva entonces a confirmar una vez ms que la lucha contra el terrorismo pasa tambin por la lucha contra el narcotrfico ya que estos grupos viven hoy de trfico ilcito de drogas.Las ltimas acciones mediticas de SL se dieron el 26 de diciembre del 2005, cuando el grupo subversivo llam a una guerra popular contra la supuesta democracia del pas y las elecciones presidenciales de 2006, un da despus de que el gobierno decretara el estado de sitio en las citadas regiones del pas por la renovada ola de ataques del grupo subversivo. Por ltimo, en diciembre del 2006, terroristas vinculados al grupo maosta SL asesinaron a cinco miembros de la polica nacional y a tres civiles en la localidad de Machente, departamento de Ayacucho. A raz de este ltimo hecho, el presidente en ejercicio, Dr. Alan Garca, declar el lunes 18 de diciembre del 2006: si hubiramos aprobado la pena de muerte a los terroristas, los responsables de este hecho deberan ser accionados con la pena mxima, fortaleciendo as su defensa a favor de la pena Capital.Finalmente, recordemos que se estima que fueron ms de treinta mil vctimas las que perecieron por causa del terrorismo en el Per.(Lara , 2008 )pg. 227.2 violaciones sexualesSobre este penoso tema hay mucho que decir. Entre una y otra noticia que desde hace varios aos han banalizado las pginas amarillistas de algunos diarios y que han saturado las crnicas locales de otros medios. Lo cierto es que, en todo pas del Mundo existen los atentados sexuales, pero en el Per ha habido desde hace algunos aos un destape masivo de estos casos. Las violaciones son crecientes en lo que respecta a los menores de edad. Estos actos provienen en gran parte de familiares o allegados a la familia, y de personas que conocen al menor. Las noticias ms relevantes son aquellas que provienen de las poblaciones desfavorecidas de Lima o de zonas rurales. Pero se piensa que este delito es tambin cometido en el sector socioeconmico alto donde no es denunciado por vergenza. Por ejemplo, en Lima, segn el Movimiento Manuela Ramos, se registraron, en 1996, un promedio de 38 denuncias cada mes por delitos de violacin contra la libertad sexual de las cuales ms de 58% fueron cometidos contra menores entre los 7 y 14 aos. Ms del 45% de esas agresiones se produjo en la casa de la vctima y alrededor de un tercio ocurri en casa del agresor. Tambin, segn la primera Encuesta de Hogares sobre victimizacin, en Lima Metropolitana, realizada sobre ocho mil personas mayores de doce aos, se estima que la segunda causa de agresin ms frecuente es la violacin sexual, seguida por intento de abuso sexual. Ahora bien, estando ya aterrados por las cifras de las violaciones, nos topamos con noticias, una ms espeluznante que otra, donde los nios no slo son ultrajados, sino que luego son asesinados y su cadver es destrozado por el asesino. Para el que no ha vivido esta situacin, o incluso para el que no ha ledo artculo alguno sobre el tema, la ilustracin que daremos a continuacin bastar para darse una idea de lo que sucede y se siente cotidianamente en el pas andino. Estas son las declaraciones de un violador descuartizador llamado Csar Cabrera (26 aos) quien detalla su crimen Cuando vi que estaba muerta, empec a cortarle una pierna... Us un cincel y una comba, porque los huesos eran muy duros... (Diario El Correo, 9/11/06) . Son artculos como este los que se pueden leer a diario en los diversos peridicos peruanos. Pese a las penas que existen en el cdigo penal peruano, son pocas las veces en las cuales se procesa al delincuente, ya que ste no es localizado o se corrompe a la polica local. Si por suerte, ste llegara a ser procesado, el juez puede liberarlo por falta de pruebas, por prescripcin, o porque las pruebas se borraron con el tiempo e incluso con la ayuda de un soborno. En el caso ltimo en el que el delincuente fuera sentenciado, ste lo es con penas, que la prensa y juristas califican de complacientes. Una ms es, en este sentido, como empieza el artculo sobre la absolucin por la Corte Suprema de Justicia hacia un sujeto acusado de haber ultrajado sexualmente a su hija de 14 aos, al otorgarle el beneficio de la duda pese a que la Sala de Puno le impuso 30 aos de prisin (Diario El Correo, 6/11/06)PROPOSICIONES PARA UN PER SIN PENA CAPITAL PERO LIBRE DE VIOLENCIAS8.1Combatir y erradicar la violencia estructuralConsideramos que sta es la medida ms importante de todas contra la plaga de violadores y delincuentes que afrontan las tierras peruanas. No olvidemos, en este tema, que muchos de estos adultos que ahora tienen alrededor de treinta aos y que violan, eran slo nios de apenas diez aos cuando Alan Garca tuvo la tarea de educarlos como buenos ciudadanos. Qu se nos ha legados luego de su gobierno y los dems gobiernos que le han seguido? No respondamos que el resultado son violadores, porque sera muy fcil, y generalizara la situacin para con muchos ciudadanos que no lo son. Pero, digamos que algo fall en la educacin, que los violadores, los cientos de padres que abandonan a sus familias, etc. son producto de la falta de educacin, o son ms bien producto de la mala educacin/formacin que se les ha dado. Es de esta manera que luego de un estudio llevado a cabo durante diez aos, el Latinobarmetro se expresa as en su informe: Per es uno de los pases que ms preocupa en trminos de su cultura cvica y sus actitudes hacia la democracia que han experimentado un retroceso en los ltimos aos (Lopez, 2004) pg. 64Por ello, pensamos que hay que proceder a una reforma de la estructura curricular que implique una enseanza eficaz de la educacin cvica (no relegada a segundo plano como sucede hoy). El aumento de las horas por semana de esta materia; Que la estructura del curso exija la enseanza de la Constitucin y la visita de un personaje cvico durante el ao (polica, juez, alcalde, regidor). Por otro lado, se puede imaginar la fusin del curso de educacin religiosa con uno de educacin moral, que imparta un modelo de cultura tica que falta en el Per, (el profesor impartiendo antiguamente la religin puede bajo ciertos criterios- ser el mismo de educacin moral si se le capacita).Tambin se deben de reactivar las inspecciones acadmicas a diversos niveles (nacional, regional, local). Alargar las funciones de la Oficina de Supervisin y Coordinacin Regional para que se ocupe de controlar espordicamente las escuelas a nivel local. Por otro lado, crear test annimos donde cada alumno pueda expresarse sobre el sistema educativo, (para evitar presiones, las respuestas a este test deberan de darse con aspas y no con escritura caligrficamente reconocible). Las veintisis Direcciones Regionales de educacin podran hacerse cargo de la organizacin y recuperacin de datos de este sondeo semestral. Vale la pena sealar aqu, que los alumnos pequeos o grandes tambin son nacionales y tienen voz aunque por la minora no tengan voto. Y es posible que en la negligencia, o el hecho de hacer caso omiso a sus pedidos, est uno de los fracasos del sistema educativo peruano. (Baciglupo, 2004)8.2 Comenzar con una verdadera reforma del Poder judicialEste tema planteado es uno de los ms serios y con ms visin hacia el futuro para el estado, ya que da una sntesis propia de la solucin de nuestro Poder Judicial; para dar ms hincapi a un tema organizado, dividiremos en 3 los supuestos para llegar a esta verdadera Reforma que necesito nuestro Poder Constituyente:1) Devolver la independencia institucional a los jueces:Reestablecer la legitimidad de las instituciones dbiles es tarea nacional, y esto debera ser una regla para todos los altos funcionarios con un cargo importante. Esto implica que los otros poderes del Estado no se inmiscuyan en los asuntos judiciales ni en los fallos de los jueces. 2) Empezar una real lucha anti-corrupcin en el PJ (transparencia):Lucha anticorrupcin que no slo implica un control interno de los movimientos, actividades y seguimiento de los casos y de las instancias, pero que tambin se entiende como un refuerzo en la formacin de futuros magistrados de carrera. Quienes deben de ser preparados con un real afn tico. Por ello, sera interesante privilegiar an ms de lo que se hace hoy, el estudio de las Ciencias Humanas en las carreras de Derecho y concursos pblicos para acceder a puestos del Poder Judicial. Sabemos que el Derecho es fundamental para hacer carreras de este tipo, pero pensamos que no hay suficientes bases en filosofa, tica y educacin moral como para realizar desde la formacin que hay lmites que no se pueden transgredir cuando se es juez.3) Modernizar progresivamente e ininterrumpidamente la administracin:Esta reforma es necesaria, para agilizar un Derecho Humano que es el de la justicia rpida y eficiente. Tengamos presente que en el Per la justicia tarda demasiado. Por ello, el 65% de los peruanos consultados expresaba su descontento con la lentitud de la justicia (latinobarometro, 2005) pg 12. La ciudadana sondeada aqu no hace ms que, clamar un derecho que no es nicamente el de los reos, pero que es el de todos. Para darnos una idea de la lentitud de los procesos penales tomemos en cuenta que slo en Lima hay 19.110 reos de los cuales slo 4880 han sido sentenciados. Viendo esto, es evidente que se necesitarn medios econmicos consecuentes con la modernizacin y progreso judicial, pero esto responde a una necesidad que no solo se debe de interpretar como institucional, sino ms bien como social. Hay que recalcar que desde la segunda mitad del rgimen de Fujimori se vieron algunos progresos en las oficinas de los juzgados (computadoras remplazaron las mquinas de escribir, se informatizaron algunos datos del reo). Pero esta reforma debe de continuar e ir en un proceso evolutivo constante que implemente las reas de trabajo de utensilios necesarios (escritorios de talla adecuada, ms sillas en las salas de espera, fotocopiadoras que sirvan). Pero tambin que se implemente el ambiente de descanso de los funcionarios (mquinas de caf, pintura en los muros, baos adecuadamente mantenidos). Si hablamos de los juzgados provinciales, que son los ms marginados, por la centralizacin del Estado en materia judicial, podemos desear incluso menos que esto, ya que ellos no tienen en muchas ocasiones ni siquiera agua en los baos, o vidrios en algunas ventanas. ( Lara, 2008) pg. 328.3 Revisar las concepciones sobre el sistema penitenciarioEl INPE o Instituto Nacional Penitenciario es un Organismo pblico y descentralizado del sector Justicia, rector del sistema penitenciario peruano, con personera Jurdica de derecho pblico y con autonoma econmica, tcnica, financiera y administrativa. Forma pliego presupuestario y se rige por el Cdigo de Ejecucin Penal y su Reglamento. Es importante sealar que aunque se ha comenzado ya con esta reforma trascendental para mejorar la vida en las prisiones, no parece haber las garantas de un buen manejo del Instituto por los mltiples casos, que van desde corrupcin, madre de todos los trficos (de drogas, beneficios) hasta las fugas de prisioneros, pasando por el maltrato a los familiares.En esta ptica se debe de seguir con la reestructuracin y reordenamiento del personal penitenciario, capacitndolos para evitar fugas por ejemplo. Capacitndolos tambin para canalizar la violencia gratuita contra un prisionero. Este tema de la violencia siendo muy importante para que el reo no repita lo que ha visto o vivido en la crcel. Por ello, el despido de agentes penitenciarios violentos o corruptos debe de ser una norma fundamental y respetada ejemplarmente por el cuerpo del INPE. Adems, se debera de crear un ente fiscalizador de las acciones del INPE, con comunicacin directa entre el INPE y el gobierno central a travs del ministerio de Justicia. Las familias de los reclusos de largas penas (y que los visitan regularmente) podran participar en encuestas sobre el funcionamiento de las crceles. Lo cual sera til para conocer las prioridades de reforma, debido a su experiencia en el sistema durante varios aos. Finalmente, se debe de aumentar los medios econmicos a invertir en la seguridad (refuerzo de muros, rejas), pero tambin, en la compra de herramientas para fabricar artesanas, compra de libros, cuadernos, implementacin de aulas, y el pago de profesores de educacin cvica entre otros. (Garca, 2010)CONCLUSIONES

En conclusin podemos decir que las leyes sobre la pena de muerte va ms all de un proceso legal, llega hasta el punto de implicarse con la vida de una persona.La solucin no est en matarlos, sino en lograr que el Estado cumpla con su deber de educar moralmente, sancionar oportunamente y curar hospitalariamente previniendo estas acciones de personas inadaptadas, malvadas y/o enfermas. En el acto criminal sera mejor eliminar la enfermedad del crimen antes que encontrar la cura. Por eso se influencia en ponerla en prctica en el pas ya que podemos terminar los actos vandlicos, violacin, asesinatos, etc.Muchos abogados, psiclogos y polticos argumentaron que la pena de muerte no soluciona el problema de las violaciones debido a que no es una medida disuasiva. Mencionan que ello ha sido demostrado en pases donde la pena de muerte no redund en la disminucin de cifras de violaciones y que estas responden a causas psicolgicas en las que no entra a tallar una evaluacin razonada por parte del violador.

Finalmente podemos decir que la pena de muerte no se puede efectuar ya que el Per firmo el tratado de San Jos y afectara la posicin e imagen internacional del pas y se limitara el acceso de los ciudadanos a la justicia supra nacional. El pas entrara en un conflicto internacional complicado e innecesario. Tendramos que apartarnos de la CIDH, lo cual no es conveniente.

REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

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