PwC Perú - Orlando Marchesi - Rumbo Minero
Transcript of PwC Perú - Orlando Marchesi - Rumbo Minero
Modificación Encubierta a los Convenios de Estabilidad Tributaria
Orlando Marchesi – Socio PwC
La cláusula sexta de los Convenios de Estabilidad Jurídica de las empresas receptoras de
inversión bajo el régimen de los Decretos Legislativos 757 y 662, cuya garantía mas
relevante es la estabilidad tributaria, otorgan el derecho a la empresa que recibe la
inversión de renunciar al régimen de estabilidad jurídica, debiendo formalizar la renuncia
mediante una comunicación por escrito dirigida a Proinversión, la misma que produciría
efectos desde la fecha de recepción de la comunicación.
Ahora bien, mediante Ley No. 30296, publicada el 31 de diciembre de 2014, se modificaron
las tasas de impuesto ala renta aplicables a las rentas de la tercera categoría de forma
escalonada por tramos, del 30% vigente en 2014, a 28% en 2015 y 2016; 27% en 2017 y
2018, hasta un 26% a partir de 2019. A su vez, la tasa aplicable a los dividendos se verá
incrementada del 4.1% vigente en 2014 a 6.8% en 2015 y 2016, 8% en 2017 y 2018 hasta
un 9.3% de 2019 en adelante. La medida buscaría incentivar la reinversión en las
empresas nacionales, sin afectar la tasa global determinada por la combinación de las
tasas aplicables a las rentas de tercera categoría y a los dividendos.
Del mismo modo, la referida norma legal, en su Octava Disposición Final y Transitoria,
establece que la renuncia de las empresas que tuvieran convenios de estabilidad al
amparo de los Decretos Legislativos Nos. 757 y 662, y/o al amparo de leyes sectoriales;
para efectos de acogerse a las disposiciones de la Ley No. 30296, en lo que corresponda,
requerirá a su vez de la renuncia de los convenios y/o contratos de estabilidad que tuvieran
suscritos sus accionistas o inversionistas por las por las inversiones realizadas en las
empresas que opten por renunciar a la estabilidad.
La finalidad de dicha disposición sería evitar que los inversionistas con convenios de
estabilidad vigentes pudieran verse beneficiados por una menor carga tributaria global en
caso la empresa receptora de su inversión sea la única que renuncie a su convenio. Es
decir, bajo esta hipótesis si en 2015 una empresa renuncia al convenio receptor su tasa de
Impuesto a la Renta será 28%, y la de su inversionista 6.8%, es decir una tasa tributaria
combinada de 32.89%, tasa combinada muy similar a la vigente en 2014 de 32.87%, pero
diferente a la de 30.95% que resultaría aplicable de sólo renunciar al convenio la empresa
receptora de la inversión y por tanto mantener su accionista la estabilidad sobre la tasa de
4.1% sobre sus dividendos.
Sobre el particular, cabe señalar que los Convenios de Estabilidad Jurídica son Contratos-
Ley celebrados con la finalidad de generar seguridad para los inversionistas y
predictibilidad en la aplicación de la normativa tributaria.
Los Contratos-Ley cuentan con protección constitucional, en la medida que el segundo
párrafo del artículo 62 de la Constitución ha establecido que mediante éstos, el Estado
puede establecer garantías y otorgar seguridades, no pudiendo ser modificados
legislativamente.
De lo anterior se colige que la característica principal de los Contratos-Ley es su
inmutabilidad, la cual permite generar seguridad jurídica al inversionista y predictibilidad en
la aplicación de las normas estabilizadas. Asimismo, dicha inmutabilidad no puede ser
variada unilateralmente por el Estado, en virtud de prohibiciones explícitas establecidas por
la Constitución y normas infraconstitucionales, y la prohibición implícita que establece el
principio de pacta sunt servanda.
Tal posición ha sido respaldada por el Tribunal Constitucional, quien señaló en la
Sentencia No.005-2003-AI/TC que:
“(…) la legislación a cuyo amparo éste se suscribe, “no puede ser modificada
legislativamente” como lo prescribe la última parte del artículo 62 de la Constitución. Dicho
de otro modo; aunque el legislador pueda modificar el régimen legal de suscripción de un
contrato-ley, tal modificación no alcanza a quienes, con anterioridad a ella, hubieran
suscrito dicho contrato-ley.”
En virtud de lo hasta aquí señalado, consideramos que la Octava Disposición Final y
Transitoria de la Ley No. 30296, presenta una invalidez de fondo, al contravenir lo
dispuesto en la Constitución por pretender modificar legislativamente lo establecido en un
Contrato-Ley.
De otro lado, en cuanto a los convenios de estabilidad tributaria sectoriales, podemos
señalar que en el caso de la Ley General de Minería, ésta sólo contempla convenios de
estabilidad para la empresa receptora, por lo que en el caso de accionistas de éstas, que a
su vez hayan suscrito convenios de inversión bajo los Decretos Legislativos Nos. 757 y
662, dichos accionistas deberían seguir gozando de la estabilidad tributaria (4.1% sobre
sus dividendos) al margen de la renuncia de la empresa receptora de la inversión al
convenio sectorial minero. De no contar los accionistas con convenio de estabilidad, y dado
que los convenios sectoriales llevan 2 puntos porcentuales por encima de la tasa vigente
de impuesto al renta, lamentablemente la carga se incrementará para 2015 y 2016 a
36.64%, para 2017 y 2018 a 37.44% y para 2019 en adelante a 38.12%. Ello, asumiendo
que la distribución de dividendos se efectuará en el mismo periodo, lo cual normalmente no
ocurre.
Sin embargo, tratándose de la estabilidad tributaria otorgada bajo la Ley de Hidrocarburos,
ésta contempla en su artículo 4 que las Garantías de Estabilidad Tributaria alcanza al
titular, socio o accionista, nacional o extranjero, por las rentas por dividendos o cualquier
otra forma de distribucion de utilidades, provenientes de cada contrato. Por lo que en este
caso la renuncia de la estabilidad tributaria del receptor de la inversión sí en efecto
implicará la renuncia del inversionista o accionista.
En ese sentido, consideramos que el Congreso debería rápidamente modificar la Ley No.
30296 en lo que respecta al condicionamiento de renuncia al convenio de inversionista
para efectivizar la renuncia de la empresa receptora. En caso contrario, tendría que
plantearse una acción de inconstitucionalidad, con lo complicado que sería conseguir las
firmas necesarias o en todo caso cada empresa tendrá que recurrir en su oportunidad al
poder judicial para hacer valer sus derechos dado que en cede administrativa no
conseguirá que se declare la inaplicabilidad de dicha disposición para su caso.
Rumbo Minero Ed. 84