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Buenos Aires no existe El tango como elemento sonecdóquico y conformardor del imaginario de la ciudad

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Artículo "Buenos Aires no existe - El Tango como elemento sinecdóquico y conformador del imaginario de la ciudad" de Muñozcoloma

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Buenos Airesno existe

El tango como elementosonecdóquico y conformardor del

imaginario de la ciudad

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Muñozcoloma

[email protected]

Artículo aparecido en la sección «La Casa de Asterión»ESCÁNER CULTURALRevista Virtual de Arte Contemporáneo y Nuevas VanguardiasN° 105 - Junio de 2008

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Hoy desperté de un sobresalto, no por algún sueño opesadilla, ni siquiera por algún ruido (real o imaginario), estacasa es demasiado terrorífica como para tener pesadillasdurmiendo y demasiada silenciosa para sobresaltar. Noobstante, esta mañana, el silencio era abrumador, y no merefiero a ese silencio natural provocado por la ausencia delas personas, no… este silencio era frío, alejado de todo,sospechosamente gélido… y no se limitaba al interior de laconstrucción, sino que incluía lo excluido, me refiero alexterior.

Si bien es paradójico buscar la ausencia en esta casa, que esun prodigio en la producción de soledades, lo hice. Pero la

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normalidad era tan espesa que nada hacía indicar algoexcepcional. La sala de té estaba reluciente (como siempre)señalando la obviedad de no haber sido ocupada en cientosde años. Las habitaciones estaban como siempre, frías ymuy poco acogedoras. El laberinto, sellado. Todo normal.

Pero el silencio se tornaba abrumador, en realidad más queeso, era como que la ausencia de todo inundaba cada espaciode aire. Luego de recorrer escaleras interminables llegué ala ventana que da a la calle, al correr el pesado cortinaje (queno es tal, de hecho ni ventanas hay en esta casa), me percato(sin cierta extrañeza) que donde debería estar la calle Orono hay ¡nada!, absolutamente ¡nada! El almacén dondecompraba la ginebra ¡no está!, todo se torna insoportable…no hay acera, no hay nada, todo es un desierto (como The

Matrix: Welcome to the desert of the real)… como en pocasoportunidades salí de la casa corriendo en medio de la nada.Nada impedía a mi mirada llegar hasta los infinitos posiblesdel ojo, no estaba Santa Fe, ni Godoy Cruz, ni Plaza Italia, niel Kentucky o la Rural, todo el barrio había desaparecido porcompleto, Palermo se había ido, se ha ido. Y lo másdramático, en juego que raya en lo fractal (ecuaciones),infiero, sin equivocarme (lamentablemente) que toda laciudad ha desaparecido, que sólo queda mi casa, esta jaulainverosímil, lo demás es intemperie absoluta, es silenciototal, es ausencia. Buenos Aires ya no está ahí, quizás nuncaestuvo.

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…Si están ajenas de sustancia las cosas

y si esta numerosa Buenos Aires

no es más que un sueño

que erigen en compartida magia las almas,

hay un instante

en que peligra desaforadamente su ser

y es el instante estremecido del alba,

cuando son pocos los que sueñan el mundo

y sólo algunos trasnochadores conservan,

cenicienta y apenas bosquejada,

la imagen de las calles

que definirán después con los otros…

«Amanecer». Jorge Luis Borges

A modo de introducción

Probablemente Buenos Aires no existe. Lo que existe en elterritorio donde debería estar lo urbano es una multiplicidadde ciudades superpuestas y que entre sus fisuras se puedeapreciar las sobreposiciones y yuxtaposiciones de ellas. Porende, como se menciona «la uniformidad de los códigos

dominantes se entremezcla con las subculturas y los sujetos

periféricos llevan todos los discursos sin ser ninguno en

especial» (Ossa). Son muchos los Buenos Airesconformados, sobretodo en la «ciudad letrada», ejemplo deello puede ser el texto de Jorge Luis Borges «FundaciónMítica de Buenos Aires», que a pesar de estar basado en

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aspectos históricos, él sitúa la fundación de la ciudad el díade su propio nacimiento, el 24 de agosto de 1899, y en elmismo sector geográfico donde vivía, en Palermo:.

«…Una manzana entera pero en mitá del campo

expuesta a las auroras y lluvias y suestadas.

La manzana pareja que persiste en mi barrio:

Guatemala, Serrano, Paraguay y Gurruchaga…

…El primer organito salvaba el horizonte

con su achacoso porte, su habanera y su gringo.

El corralón seguro ya opinaba YRIGOYEN,

algún piano mandaba tangos de Saborido…

… A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:

La juzgo tan eterna como el agua y como el aire.»

(«Fundación mítica de Buenos Aires», Jorge Luis Borges)

Definitivamente, en singular, Buenos Aires no existe, no esmás que un palimpsesto donde las nuevas estructuras sontraspasadas, a veces, por las anteriores que se asoman enlos lugares menos esperados.

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«Bar Los Galgos» (Fotografía de Ariel González)

En este texto intentaré desarrollar la idea, o dejar enevidencia, que a pesar de todos los intentos de los burguesesletrados de configurar un imaginario de nación desde arriba(o de ciudad en este caso) a través de literatura en AméricaLatina y particularmente en la Argentina, siempre existió, enel mito sarmientino, la problemática que la barbarie siempreaparecía en medio de la civilización, subvirtiéndola y/uopacándola. No dejando llevar a cabo, en su totalidad, elsueño romántico preformativo en Argentina y en particular,en Buenos Aires, aunque a la larga el mercado terminaríapor vencer (al parecer). Porque los soñadores no sólo sevieron enfrentados a las migraciones que traían a una masa

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ignorante desde el interior del país o «cabecitas negras»,sino que además desde el otro lado del Atlántico comenzarona llegar un sinnúmero de inmigrantes con sus propias cargassimbólicas, (re)configurando el imaginario de lo que sepretendía en esa ciudad. Entonces los deseantes«fundadores» tenían por una parte la oscuridad absolutaque llegaba como un viento pesado desde la pampa y porotro, los barcos que arribaban trayendo «lo blanco» consigoy una brisa fresca que perfumaba el deseo de iluminar labarbarie. Y el tango se transformará en depositario de lasdefiniciones simbólicas de estos recién llegados,transformándose en una síntesis, que si bien está muy ligadoa lo letrado, también lo estará a la periferia, a la barbarie yse ha transformado, en muchas ocasiones, en un medio deresistencia a la normativa generada para homogeneizar ycontrolar.

La conformación del arrabal, los inmigrantes y la carga

simbólica

Luego de la Constitución 1853, en la cual se dejaba claro elinterés del gobierno argentino por propiciar la inmigración,comienzan a llegar a diferentes ciudades (entre ellas BuenosAires) una gran cantidad de europeos, atraídos por el éxitoeconómico que podrían tener en las cercanías al Río de LaPlata, este fenómeno se desarrolla desde 1854 en adelante.Además hay que sumar a esto que luego de la batalla deCaseros (3 de febrero de 1852), y la huida del dictador Rosas,mucha gente del interior se quedó apostada o viajó a BuenosAires con los mismos deseos, cuestión que, a partir de 1930,

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crecería exponencialmente a raíz de la gran depresión del29 y con el fin de las grandes oleadas de inmigraciónproveniente del viejo continente.

Este crecimiento producto del proceso migratorio (interior/exterior) hará que Buenos Aires se transforme en un caldode cultivo que propiciará una serie de tensiones comoprocesos de transculturización que obligó al migrante atransitar de su propia cultura hacia la nueva que la acoge orechaza, dejando atrás (o perdiendo) una serie de prácticasque generarán cierto desarraigo y, a la vez, incorporaráalgunas nuevas que generarán diferentes fenómenosculturales, como es el tango, que se transforma en unproducto, como señala Rama (con respecto a los productos),de la capacidad que tiene Latinoamérica de reelaborar la grancantidad de artefactos simbólicos provenientes desde lasgeografía más diversas, gracias a procesos como la pérdida,la selección, el redescubrimiento y la incorporación. Y el tangoes la resultante de la hibridación producida por larelocalización de las prácticas y producciones simbólicas enel choque de culturas, dentro de una nueva cultura ygeografía, que en muchas ocasiones se apropiará (o será elvehículo) de los sentimientos de nostalgias por la tierradejada.

Silbando

Letra de Cátulo Castillo

Musica de Sebastián Piana

Una calle en Barracas al Sur,

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una noche de verano,

donde el cielo es más azul

y es más dulzón el canto del barco italiano.

Tinta roja

Letra: Cátulo Castillo

Música: Sebastián Piana

Paredón

tinta roja en el gris

del ayer...

… Y aquel buzón carmín,

y aquel fondín

donde lloraba el tano

su rubio amor lejano

que mojaba con bon vin.

El tango no es la Argentina toda, ni siquiera es la provinciade Buenos Aires, el tango es la ciudad, se da en la urbe, entodo lo que queda sujeto dentro de la Avenida General Pazque sirve de límite para excluir su propia barbarie. «El tango

es la comunión de diferentes culturas atiborradas en un

incipiente Buenos Aires, muchos europeos a finales del siglo

XIX y principios del XX venían a estas tierras» (Muñoz) conla promesa y el sueño de acceder de mejor forma a las«bondades» que la estructura ofrecía. Además, desde elinterior, se desplazaban una gran cantidad de trabajadoresque veían en la ciudad una solución a sus problemas

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originados por la decisión de los «forjadores» detransformar el campo argentino en tierra de ganado,despreciando lo cultivable y así generando una cantidad, aúnno estimada con precisión, de mano de obra desempleada.

De la serie «Resistencias» de Ariel González

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Estos inmigrantes del campo traían consigo la cargasimbólica que Hernández había puesto sobre sus cabezas,particularmente luego que su «Martín Fierro» se folcloriza,porque una vez que saca a su personaje (gaucho) de lacaricatura, de lo pastoril, de la comicidad o, simplementedel paisaje y lo transforma en héroe (héroe, pero utilitario ala larga) hablando por él, lo individualiza, constituyéndoloen sujeto y sujetándolo a una ley en nombre de un sujetoabsoluto, que luego de anhelar la barbarie busca la luz de laciudad, vuelve de la oralidad a lo escrito, a la norma. Luegode vivir con la indiada Fierro desea la ciudad, el elementosimbólico del orden, de lo pedagogizante:

«…Hasta los nombres que tienen

son de animales y fieras.

Y son ¿por Cristo bendito!

Los más desasiados del mundo.

Esos indios vagabundos,

Con repunancia me acuerdo,

viven lo mesmo que el cerdo

en esos toldos inmundos…»

(«La vuelta de Martín Fierro», José Hernández)

Estos eran los hombres que llegaban desde el interior, losque volvían a parapetarse en los muros de las palabras, loque querían huir de la oralidad sin darse cuenta que la mismaoralidad era parte de ellos. Estos son los que fueron

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conformando el perfil de la ciudad, junto a los que llegabande ultramar atraídos por aquellos deseos de un orden culto,blanco, letrado y urbanos que habían conformado un textodeseable en el interior de las calles de Buenos Aires. Noobstante el tango servirá para atrapar también la nostalgiade la ruralidad. Por citar algunos fragmentos:

Adiós, Pampa mía

Letra: Ivo Pelay

Música: Francisco Canaro y Mariano Mores

…Adiós, Pampa mía...  me voy,

me voy a tierras extrañas.

Adiós, caminos que he recorrido,

ríos, montes y quebradas.

Tapera donde he nacido...

Si no volvemos a vernos,

tierra querida,

quiero que sepas

que al irme dejo la vida.

¡Adiós!...

Tapera

Letra: Homero Manzi

Música: Hugo Gutiérrez

…Se fue, dirá la gente del pago;

se fue, tal vez detrás de otro sueño...

Al fin, otro ranchito sin dueño;

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al fin, otra tapera tirada

sin tropa ni aguada,

sin gente ni Dios.

Total, otro fogón desdichado,

que un alma ha dejado

sin fuego ni amor…

Pues bien, estos inmigrantes, nacionales y extranjeros, nollegaban para asumir de inmediato las disposicionespedagogizantes que les intentaban imponer, si bien cumplíancon lo básico para respetar la mínima legalidad, suscostumbres, en un principio resistencias, fueron permeandoy permeándose con este cruce de prácticas simbólicas tanvariadas que ofrecía esta nueva geografía. Así como el texto«El matadero» de Echeverría generará «imágenes impuras

de la nación» (Donoso 8) el tango se transformará en ungénero catalizador de todas estas posibles visiones yvivencias, es así que en él descansará el gaucho y el italiano,el pampeano y el compadre que en su situación descentradade inmigrante intentará apropiarse de algunas prácticas ymercancías simbólicas que se le presentaban en esta nuevaciudad. No obstante, según Cornejo Polar, todo procesomigratorio no puede ser minimizado solamente a situacionesque a la larga produzcan síntesis, sino que siempre hay unapérdida que «obliga a la nostalgia, lo que genera un

descentramiento del sujeto, al encontrarse en un nuevo

escenario, a lo menos dicotómico, donde no sintetiza, sino

que se mueve (transita) en el cruce de prácticas, que muchas

veces, son contradictorias (heterogeneidad).» En las propiaspalabras de Cornejo Polar: «… el discurso migrante es

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radicalmente descentrado, en cuanto se construye alrededor

de ejes varios y asimétricos, de alguna manera

incompatibles y contradictorios de un modo no dialéctico.

Acoge no menos de dos experiencias de vida que la

migración ... no intenta sintetizar en un espacio de resolución

armónica; imagino –al contrario- que el allá y el aquí, que

son también el ayer y el hoy, refuerzan su aptitud

enunciativa y pueden tramar narrativas bifrontes y -hasta

si quiere, exagerando las cosas- esquizofrénicas.» (CornejoPolar). Pero esta heterogeneidad no dialéctica puedeencontrar en el tango esa síntesis, esa unicidad de su discursodescentrado, a la que se refiere el autor antes mencionado.

El burgués letrado

El escritor de tangos, inmerso en la urbe y en el arrabalgeográfico de la misma, vivirá en el centro de la lógicamartiniana «como figura ubicada fuera de los límites de esa

representación, una figura marginal, desplazada y

subalterna [en ciertos casos]» (Donoso). Siguiendo estalógica, se podría señalar que este productor de letras, en lamayoría de los casos, trabajará «como contrario a la

tendencia racionalizadora de cierta literatura [la de Borges,por ejemplo], al no poder ocupar un lugar institucional, pues

el escritor [de tangos] convocará la imaginación desde

experiencias vinculadas al padecimiento, a la fragmentación

y a la vacuidad de la vida urbana». (Donoso).

La literatura buscará abrirse paso en medio de la oscuridadque llega a la ciudad (particularmente, del interior), buscando

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conformar y confirmar un proyecto adquirido y heredadode las élites letradas, configurando la modernidad de laciudad a través de modelos de representación ligados a laaristocracia que conformarán los imaginarios de la urbe.Incluso se puede mencionar que Sarmiento cuando imaginasu ciudad ideal moderna en «Facundo», como ejemplo demetáfora, no conoce Buenos Aires, a pesar de haberlafundado en las letras «ese desconocimiento no hace más

que mostrar la funcionalidad ficcional del artefacto ciudad

en el pensamiento sarmientito» (Gorelik). Entonces elescritor se elevará como elegido en medio de la masa que seva integrando a la ciudad. A esta ciudad inventada desde

«Otoño porteño» (2004). Muñozcoloma.Acrílico sobre tela. 85 x 110 cm.

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arriba, pero a diferencia de las grandes historia nacionalesrescatadas por él, el escritor de tangos privilegiará historiasmínimas (subalternas, en muchos casos) que conformaránun cuerpo metonímico que generará un mapa de lecturafuncional de la resistencia, en muchos casos, de BuenosAires, pero que a la larga será absorbido por la «granhistoria», por la hegemonía.

Y si la «literatura fue capaz de movilizar una imaginación

articulada en torno al proyecto de constitución nacional»

(Donoso) el tango configurará el imaginario de Buenos Aires,en él descansarán las múltiples visiones de los inmigrantesque comenzaban a asentarse a las orillas del Río de la Plata,en La Boca, en las cercanías de San Telmo o en cualquier barriode la urbe porteña. Sumando a estos algunos barrios quesoportaban la tradición aristocrática, letrada, europeizante,romántica, blanca y oligárquica como lo fue La Recoleta, yposteriormente el barrio donde Rosas (el dictador) fue ainstalar su «Palacio», configurándolo a su antojo,transformando a Palermo en un barrio que soportará el pesode la palabra escrita, de la legalidad y de lo jurídico. Y es enese mismo barrio desde donde se pueden sacar algunosejemplos de cómo el imaginario de Buenos Aires se ha idoconfigurando a través de la palabra, particularmente de lapalabra de Jorge Luis Borges, quien podría situarse en unpunto intermedio, o más bien como un nexo entre laburguesía decimonónica letrada y el poeta del arrabal queconfigura y confirma una aceptación y una resistencia a lapropia ciudad y a sus habitantes. No obstante, antes de ladifícil aceptación y captura del tango por parte de losletrados, éstos planteaban con respecto a los inmigrantes y

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su obra que «su plebeyismo urbano, su desenfadado

encabalgamiento entre la oralidad y una torpe escritura,

su ajenidad a los círculos cultos, pero más que nada su

incontenible fuerza popular, hacían que fuera imposible

incorporar el tango a los órdenes rígidos de la ciudad

letrada». (Rama)

La literatura cumplirá (en este caso el tango) un doble rol,por una parte será la «ciudad letrada» la que vierta sobre éluna serie de vivencias personales (o no), descripcionesgeográficas o de tiempos pasados, o simplemente, hablarádel «otro», hablará por él, silenciándolo, hablará por el quevive en el arrabal, invisibilizándolo muchas veces (en la ideafoucaultiana), ejerciendo un sesgo de violencia epistémica.Pero a la vez lo hará con la lógica del Romanticismo, de laaventura, de la libertad, desde ese gusto decimonónico porlo exótico; que bañará su texto con un manto de deseo deser parte, justamente de esta amalgama (inmigrantes delinterior y exterior) generando un discurso que, por una partese transformará en elemento de resistencia a lopedagogizante de la ciudad, y por otra, conformará (ydefinirá) con pequeños escritos una cartografía de la urbedonde describirá sus barrios, locales, costumbres,personajes y los elementos de intercambio simbólico;generando una idea de ella y a la vez un deseo. Y al igual queBorges, pero con cierto sesgo contrahegemónico,configurará una producción de imaginarios urbanos en eltango.

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Mi noche triste, el punto de partida

«El tango según [la] versión sentimental, habría nacido en

el suburbio, en los conventillos (en la Boca del Riachuelo,

generalmente, por las virtudes fotográficas de esa zona); el

patriarcado lo habría rechazado, al principio; hacia 1910,

adoctrinado por el buen ejemplo de París, habría

franqueado finalmente sus puertas a ese interesante

orillero» (Borges, Historia del tango, Ficcionario). Referirsea la emergencia del tango, para este escrito, es necesariomarcar dos momentos. El surgimiento del género en elaspecto musical y el surgimiento del tango canción, el queposee letra, el que está inundado por la palabra. Sobre elprimero no hay claridad absoluta sobre su origen, sinembargo la mayoría de los investigadores lo sitúan posteriora la epidemia de fiebre amarilla que atacó a Buenos Aires en1871, por lo que podríamos señalar que su origen bordeaen el año de 1880, cuando la ciudad contaba con 810.000habitantes. De este período es el primer tango conocido,«Dame la lata» de Juan Pérez, un tango melódico como

Daniel e Inés (www.pasiontango.net)

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todos los compuestos hasta 1917, año en que aparece eltango canción, el que comenzara a definir una ciudad quehabía crecido de manera vertiginosa y que en esa época sushabitantes sobrepasaban los 1.200.000 habitantes.

Así las letras del tango, post 1917, dejarán atrás sus efímerasimprovisaciones (muy ligadas a la costumbre de payar traídasdesde el interior) con la aparición de compositores comoPascual Contursi quien incorporará a los textos elementoscomo la traición, el dolor, la melancolía, la muerte, etc. Fueél justamente quien produce el quiebre en el tango alincorporar la letra al tango con «Mi noche triste», quecantará Gardel en Montevideo, en el teatro Urquiza, paraluego llevarlo al teatro Esmeralda de Buenos Aires y grabarloel 9 de abril de 1917, con José Ricardo en la guitarra, en elsello Odeón de la ciudad.

Mi noche triste (Lita)

Letra: Pascual Contursi

Música: Samuel Castriota

Percanta que me amuraste

en lo mejor de mi vida,

dejándome el alma herida

y espina en el corazón,

sabiendo que te quería,

que vos eras mi alegría

y mi sueño abrasador,

para mí ya no hay consuelo

y por eso me encurdelo

pa’olvidarme de tu amor...

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Así Contursi somete la música a la palabra y sobre unamelodía compuesta por Samuel Castriota llamada «Lita»pone sus versos, sin imaginar siquiera que su comenzar:«Percanta que me amuraste…» no sólo sería el inicio de sutango, ni siquiera sólo sería el inicio del tango canción, sinoque sería el punto de partida de una práctica que comenzaríaa (re)fundar otro Buenos Aires.

Relatos metonímicos

Al igual que la novela regionalista donde definirá lo indígenacomo la otredad, el tango conformará una visiónsinecdóquica del arrabal, de la periferia, permeando a todala ciudad, desde la cual se podría inferir que las partesseñaladas en el relato darán las luces necesarias paraconformar el todo, «reemplaza[ndo] las totalidades con

fragmentos» (De Certeau), de la ciudad al igual como lohacen los modelos fractales en la matemática o lasuprasumatividad en el arte. Así mientras se narra un barrio,un café, un personaje, se construye un imaginario de laciudad toda, de un Buenos Aires que quedará definido ypreso por el texto, por la palabra. Y al igual que la literaturaromántica, el interior (de la urbe) va a representar locivilizado, lo privado. Por el contrario, el exterior,representado por el arrabal, será visto como la barbarie, elvacío. Cuestión que a la larga, con el pasar del tiempo elarrabal se transformará en el continente de la ciudad y ella,terminará siendo su contenido. Y será el vacío en el relatodel tango lo que distanciará Buenos Aires de Buenos Airespermitiendo que cada interpretación sea como las

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descripciones que Marco Polo hacía a Kublai, en «Lasciudades invisibles» de Calvino, llenas de vacíos no colmadosde palabras.

El tango recogerá vivencias, deseos, frustraciones,nostalgias, estructurando a las personas que «viven en él»o alrededor de él, transformándose, en cierto sentido, enportador de la esencia de la cultura de la ciudad, queesquizofrénicamente será el resultado de la ficción delimaginario y «el archivo o depósito de relatos y mitos»(González Echeverría) que la definirán como una ciudadarquetípica de firuletes, ochos adelante, sombreros ycódigos de guapos. Donde habitan tanto personajesprovenientes de las bibliotecas como de los arrabales, eltango en su afán sintetizador de discursos se convertirá bajoese prisma en archivo poniendo «en tela de juicio la autoridad

al hacer que discursos en guerra mantengan una

contigüidad promiscua y mutuamente contaminadora, una

contigüidad que a menudo borra las diferencias que los

separan». (González Echeverría).

Dentro de la urbe el escritor emergerá como un ser deexcepción que a través de su mirada podrá ver «el todo»siendo capaz de conformar una suerte de recortesyuxtapuestos de acontecimientos de la ciudad. Los tangosconformarán un archivo de relatos urbanos sindócquicosde una vida que surgirá en el arrabal, en plena marginalidady que poco a poco irán desplazando sus propios límites haciael interior de la urbe, envolviéndola y conformando elimaginario de ésta. Pero estos relatos correrán una suertedoble, por una parte se depositarán en el archivo mítico de

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la ciudad, y por otra se transformarán en una especie decrónica de la urbe, particularmente en los discos,conformando lecturas de historias equivalentes donde laequivalencia no es posible. Así, también, las letras «de valor

desigual, ya que notoriamente proceden de centenares y

de miles de plumas heterogéneas, las letras de tango que la

inspiración o la industria han elaborado integran, al cabo

de medio siglo, un casi inextricable corpus poeticum»(Borges, Historia del tango, Ficcionario).

Jorge Luis Borges (Fotografía de Pedro Meyer)

El tango, al igual que la crónica, idealizará la marginalidad yla heterogeneidad, sobre todo cuando es puesto en unregistro como los discos o en un orden establecido en unrepertorio cualquiera, ya que la selección y organización delos temas hace que las diferencias existentes entre todas

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las temáticas se sometan a una equivalencia desjerarquizadacomo un mosaico que imita un tablero de ajedrez. Simulandoun paseo por la ciudad, un paseo sin rumbo establecidoporque en este viaje no adquiere ninguna importancia ni eltrazado, ni el destino, ya que toda la organización vaconformando una ciudad que es un relato metonímico de símisma. Es decir, estos discos de tango (o repertorios) seránel vehículo de una voluntad integradora de la fragmentaciónde realidades narradas en pequeños segmentos, es ahídonde desaparecen las contradicciones.

Así se puede hacer un parangón entre el cronista y el letristade tango, en el sentido que ambos rescatan elementos de laciudad para sus escritos, particularmente llevando a la letralo excluido, estetizándolo producto de un discurso que buscanormalizar, por ende controlar, como señala Ramos: «La

divagación casi turística hacia los márgenes de la ciudad

será otro gesto distintivo del cronista-paseante. En estos

paseo el cronista emerge nuevamente como un productor

de imágenes de la otredad, contribuyendo a elaborar un

‘saber’ sobre los modos de vida de las clases subalternas y

así aplacando su peligrosidad». (Ramos).

La creciente vida cotidiana y bohemia (que en algúnmomento podría considerarse dentro de la cotidianeidad)del arrabal se va a transformar en el deseo y en la fuenteinspiradora de los poetas o letristas del tango, confiriendoun carácter mitológico no sólo a la geografía, sino también apersonajes que se alejarán cada vez más de la realidad paraterminar viviendo en las letras, siendo parte de la

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configuración de un folclore urbano que aún llega hastanosotros y que es repetido infinidad de veces en un tonocelebratorio que la fiesta (por ejemplo, el turismo) permite.Así se le asignará un «fin» en medio del género al compadre,al compadrito, al guapo, al malevo, al matrero, al garufa,etc. Al igual que su estilo, su moda, sus comportamientosserán transferidos, también a la literatura: la hombría, elorgullo, la mirada al frente, el uso del cuchillo, la memoria,etc., como señala Borges: «Hacia el Maldonado raleaba el

malevaje nativo y lo sustituía el calabrés, gente con quien

nadie quería meterse, por la peligrosa buena memoria de

su rencor, por sus puñaladas traicioneras a largo plazo».(Borges, Evaristo Carriego)

La literatura no sólo someterá al tango a su ámbito (oviceversa) sino que además someterá los elementos deresistencia de éste a la fiesta, y transformará el fenómenode adaptación y resistencia de los primeros tiempos enturismo, en un elemento de consumo, en mercancía. Comoun elemento más relacionado con el folclor, catalogado,jerarquizado, como un bien simbólico más perteneciente ala ciudad y a la vez definiéndola. Inclusive apropiándose degeografías reales existentes a cientos de kilómetros queterminarán siendo parte de Buenos Aires a raíz del tango,ejemplo de ellos es «Caminito» (Letra: Gabino Coria Peñaloza– Música: Juan de Dios Filiberto) que se ha transformado enun hito de la ciudad (letrada y geográfica) sin que a nadie leimporte que el autor lo haya escrito pensando en otrageografía «Caminito se inspira en realidad en un sendero

del pueblo de Oltra, en la Rioja, donde el autor pasó su

infancia…[y]… fue el Intendente Bernardo Gago quien

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bautizó la arteria [porteña] como caminito en homenaje a

Filiberto y a su obra» (Benedetti).

Es a partir del cruce de nativos, inmigrantes, periferia,resistencia donde transitarán los escritores (como Jorge LuisBorges) en Buenos Aires, a partir de ello Beatriz Sarlo señala:«cultivan la sabiduría de la partida, del extrañamiento, de

la lejanaza y del choque cultural, que puede enriquecer y

complicar el saber sobre el margen social y las

trasgresiones» (García Canclini). Además Borges participaráde lleno del tango desde su propio sitial de heredero de losvates santificados, hablará de una ciudad de puñales, dehombres desconfiados y silenciosos, con excelente memoriapara la venganza, de duelos; en fin, generará una síntesisentre el gaucho, el guapo y el compadre. En tangos como:«El Tango», «Jacinto Chiclana», «Alguien le dice al Tango»,«El títere», «A Don Nicanor Paredes», «Oda íntima a BuenosAires» y «El hombre de la esquina rosada»; musicalizadospor Astor Piazzolla. Creará una ciudad mítica basada en lametonimia de relatos que se pueden apreciar en laexplicación que hace sobre sus escritos de su barrio (y mío),Palermo: «Afortunadamente el copioso estilo de la realidad

no es el único: hay el del recuerdo también, cuya esencia no

es la ramificación de los hechos, sino la perduración de rasgos

aislados. Esa poesía es la natural ignorancia y no buscaré

otra» (Borges, Evaristo Carriego).

Los tangos cumplirán entonces la tarea de conformar unimaginario de la ciudad, no sólo para los que la habitan, sinotambién para los que la han conocido a través del género,en tangos que se refieren a la ciudad en general, a sus

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barrios, personajes, etc. Por ejemplo: «Mi Buenos Airesquerido» (Letra de Alfredo Le Pera – Música: Carlos Gardel),«Arrabal amargo» (Letra de Alfredo Le Pera – Música: CarlosGardel), «Corrientes y Esmeralda» (Letra de CeledonioEsteban Flores – Música: Francisco Nicolás Pancránico),«Almagro» (Letra de Iván Diez– Música: Vicente SanLorenzo), «Barrio de tango» (Letra de Homero Manzi –Música: Aníbal Troilo), «Sur» (Letra de Homero Manzi –Música: Aníbal Troilo), «Café La Humedad» (Letra y Música:Cacho Castaña), «Cafetín de Buenos Aires» (Letra de EnriqueSantos Discépolo – Música: Mariano Mores), «BajoBelgrano» (Letra de Francisco García Jiménez – Música:Anselmo Alfredo Aieta), «la canción de Buenos Aires» (Letrade Manuel Romero – Música: Azucena Josefina Maizani yOreste Cúfaro), «A Homero» (Letra de Cátulo Castillo –Música: Aníbal Troilo), «Se lustra, señor» (Letra de Marvil –Música: Enrique Alessio y Eduardo del Piano), «Margot»(Letra de Celedonio Esteban Flores – Música: José Ricardo),entre una infinidad de otros.

Y así Buenos Aires se va multiplicando en los mismos relatosque hablan de él y deja de mirar al exterior con el deseo deser civilizado, así como lo hace con el interior con el deseode la libertad, y comienza a navegar, al igual que lospersonajes descentrados al final de la película«Underground» de Emir Kusturica, separándose de todo,desprendiéndose del continente, en un viaje hacia su propiageografía, quedando anclada, al final de su periplo, sobreun sector geográfico donde se situaba una ciudad muyparecida llamada también Buenos Aires, y al igual queMaurilia de las Ciudades Invisibles «la postales [en este caso

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los tangos] no representan a Maurilia [Buenos Aires] como

[es], sino a otra ciudad que por casualidad se llamaba

Maurilia como ésta».

De la serie «Vías del tren» de Ariel González

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