Resúmenes Libros Valle-Inclán

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  • RAMN MARA DEL VALLE-INCLN

  • RAMN M DEL VALLEINCLN

    La obra de Ramn M del ValleIncln se ha agigantado, con el transcurso del tiempo, hasta adquirir las dimensiones de un fenmeno irrepetible en las letras hispnicas.

    Por la riqueza y el prodigio de su prosa, por su vena pica y dramtica, por su genial invencin del esperpento y en suma por la altura de su creacin literaria, ValleIncln es un autntico clsico de obligada lectura para los lectores en lengua castellana.

    ValleIncln nace en Villanueva de Arosa, provincia de Pontevedra, en el ao 1.866, y muere en Santiago de Compostela, en 1.936. Setenta aos de vida fructfera, dedicada con exclusivo empeo a la literatura. Representa, por tanto, a la persona entregada a su vocacin de escritor, que se mantiene firme en ella, desechando solicitaciones sociales y polticas (las pocas veces que desempe algn cargo en la vida oficial fueron muy breves en el tiempo)

    En el mbito de nuestra historia literaria, ha quedado incluido en el difuso grupo de la Generacin del 98, que agrupa tambin a Miguel de Unamuno, Po Baroja, Antonio Machado y Azorn.

    Al finalizar el siglo XIX y comenzar el XX, el movimiento literario que se ofreca a cualquier joven escritor era el llamado Modernismo, personificado en la figura de Rubn Daro. Es evidente que en el ambiente literario reinante durante la Generacin del 98 reson con fuerza la voz fascinadora del poeta nicaragense. ValleIncln se entreg a esa corriente por entero, y hoy podemos afirmar que sus cuatro Sonatas constituyen la mxima manifestacin de la prosa modernista en Espaa.

    Su vida y su obra

    Nace ValleIncln en una familia culta, gallega por los cuatro costados. De sus aos mozos han dejado recuerdo algunos crticos, literatos y eruditos gallegos, dejando claro el gran conocimiento que tena sobre leyendas, supersticiones y mitos populares, que con tanta frecuencia encontramos en sus escritos.

  • Ley insaciablemente en la biblioteca familiar, estudi latn con un sacerdote y termin el Bachillerato en el Instituto de Pontevedra, pasando despus a la Universidad de Santiago de Compostela, donde curs Derecho. All se dej fascinar por el hechizo de esta extraordinaria ciudad, la cual quedar reflejada ms tarde en sus escritos, especialmente en la Sonata de Primavera.

    Finalizados sus estudios, se traslada a Madrid (1.891), el Madrid de la Regencia de Mara Cristina de Habsburgo. Hemos de imaginar al joven Valle, en este tiempo madrileo, yendo de redaccin en redaccin, gastando el tiempo en el Museo del Prado y en las bibliotecas, procurando entablar contactos con los polticos de su comarca natal, y consagrando sus ratos de ocio a disfrutar del gnero chico que, por aquel entonces, colmaba los teatros. Valle acumula experiencia, lenguaje y actitud vital. Pero sobre todo, va desmenuzando en su mente los supuestos bsicos de una sociedad vieja y caduca

    En 1.892 realiza su primer viaje a Amrica, trabajando en varios peridicos de Veracruz y Mxico. En el viaje de regreso a Espaa pas por Cuba, permaneciendo algunos das en una plantacin propiedad de una familia amiga. Ya en Espaa, se asienta en Pontevedra, donde redonde su conocimiento de las corrientes literarias europeas y ensanch el horizonte de sus lecturas.

    Valle sobrevive algn tiempo en esta Pontevedra provinciana de cortos horizontes, estrenando all su inocente mana de destacarse del comn de las gentes con llamativas vestiduras y otros rasgos del atuendo personal: ropas, barba, melena, sombrero y su eterno poncho mejicano (provinciana imitacin de lo que ocurra en otros lugares europeos con los escritores del momento y que las revistas ilustradas comenzaban a ensear al mundo).

    Esta audacia escandalosa del escritor gallego, significa un afn de ruptura con la placidez municipal del fondo social. Valle pone en circulacin su barba, su barba de chivo que comentara Rubn Daro en uno de sus poemas, y que Juan Ramn Jimnez y Ortega y Gasset consideraron llamativas cuando hablaron de nuestro escritor.

    Es natural que una personalidad como la suya no cupiese en el alicorto ambiente de Pontevedra. Repitiendo el camino de otros escritores (Unamuno, Baroja, Mir, Azorn, Machado y Juan Ramn Jimnez), cae en Madrid con la franca decisin de alcanzar la gloria literaria (1.8961.897).

  • El Madrid de este tiempo es el Madrid del gnero chico, de la alternancia de Partidos de la Regencia, donde las mejores cabezas viven reunidas en torno a los teatros y a las tertulias de los cafs.

    Antonio Machado mostr siempre una gran admiracin por nuestro escritor, a quien conoci en una de estas tertulias: All me presentaron a Don Ramn del ValleIncln, el primer gallego de su siglo y el mejor escritor de Europa.

    Machado dedicara numerosos poemas y escritos a Valle, de quien afirmaba que era un santo de las letras, el hombre que sacrifica su humanidad y la convierte en buena literatura, la ms excelente que pudo imaginar

    Tambin Juan Ramn Jimnez admir sin reservas a Valle, escritor cuya lengua fue llama, martillo, yema y cincel de lo ignoto.

    En 1.899, su figura acaba de perfilar su caracterstica silueta que le har inconfundible, aadiendo a lo que ya conocemos la manquedad. En una discusin, en el Caf de la Montaa, las palabras subieron de tono. La polmica con Manuel Bueno, un destacado periodista, acab en agresiones fsicas. Un bastonazo que Valle trat de detener con el brazo, golpe sobre su mueca izquierda, incrustando el gemelo del puo en la carne. La pequea herida, a la que no le concedi importancia en un principio, creci y creci, acabando por infectarse y gangrenarse, teniendo el cirujano que proceder a la amputacin.

    En 1.902 apareci su Sonata de Otoo, a las que sucedieron las de Esto, Primavera e Invierno, cuando en las novelas de aquel tiempo perduraba el impulso realista en el gusto colectivo. Libros como Peas arriba y Misericordia eran los ms citados y ledos. Alarcn, Valera y Pardo Bazn continuaban en candelero (no escatimando alguno de estos escritores desdenes y menosprecios para los jvenes modernistas)

    El arte realista se mova dentro de un implacable descripcionismo, en el que el escritor mira la realidad desde fuera y nos la cuenta. El modernista, en cambio, la siente desde dentro y nos la canta As, gracias a la prosa potica de las Sonatas, la lengua espaola inici una trayectoria nueva, como no haba hecho tal vez desde Quevedo. Cambio del que an hoy da dependemos y del que conviene no olvidarse.

  • En 1.906 se estrena, en el Teatro de la Princesa, el Marqus de Bradomn. En la compaa figura la joven Josefina Blanco, que se convertir en la esposa de ValleIncln en el ao siguiente.

    En la biografa de ValleIncln es de destacar su viaje a la Argentina. Con motivo de las fiestas conmemorativas del centenario de su independencia, se desplaza all la Compaa en la que figuraba Josefina Blanco. En Buenos Aires pronuncia Valle algunas conferencias sobre la situacin literaria espaola, obteniendo sealado reconocimiento. En esta ocasin, el matrimonio se une a la Compaa de Mara Guerrero, visitando con ella otros pases de Sudamrica (Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia).

    De siempre, haba manifestado nuestro autor su simpata por el carlismo. La figura de Carlos VII ejerci sobre l un poderoso atractivo. Valle dese conocer a viejos combatientes, especialmente carlistas, e hizo un viaje a Navarra para conocer el escenario de la lucha. En estas circunstancias podemos colocar las bases de su triloga sobre la guerra carlista.

    Valle no fue personaje de esa guerra, pero su nombre s son en algunas maniobras polticas de los primeros aos del siglo, siempre bajo los colores de D. Carlos. De ah que intentara ser diputado tradicionalista en las Elecciones Generales de 1.910 (de las que sali derrotado), y que su nombre fuera asociado a actividades pblicas del Partido.

    El mismo Valle expuso claramente su simpata por el carlismo en el siguiente prrafo de la Sonata de Invierno, en boca del Marqus de Bradomn:

    Yo hall siempre ms bella la majestad cada que sentada en el trono, y fui defensor de la tradicin por esttica. El carlismo tiene para m el encanto de las viejas catedrales, y an en los tiempos de la guerra, me hubiese contentado con que lo declarasen monumento nacional

    Andando el tiempo, sin embargo, cambi rotundamente de credo poltico, aunque siempre le perder, en su conducta y en sus gestos, algo del gran seor autoritario y casi feudal que llevaba dentro. A ValleIncln le habra gustado perder su brazo en un barranco de las quebradas navarras, puesta su vida al servicio de ese oscuro rey sin reino

  • Mientras tanto, la guerra europea (la primera Guerra Mundial) haba dividido en dos grandes bandos a los espaoles. Las tertulias y los peridicos gastaban el tiempo en inacabables combates de palabrera, haciendo y deshaciendo estrategias a favor unos de los imperios centrales, y otros, de los aliados.

    En 1.916 el Gobierno francs invita a Valle a visitar los frentes de guerra, confraternizando nuestro escritor con los combatientes. De su paso por Pars y de sus relaciones durante este tiempo permanecen testimonios muy significativos

    En la triloga de las conocidas Comedias Brbaras, ya participa Valle en gran manera del esperpento. En ellas pone como fondo a una Galicia arcaica y feudal, junto con un trasfondo de mendigos, tullidos y marginados, pretendiendo darnos el espectculo de la franca decadencia, en trance de desaparicin, de la nobleza aristocrtica. La vieja casta seorial camina hacia su propia destruccin

    Antes de continuar reflejando aspectos sueltos de su azarosa vida, hay que hablar del esperpento. Este trmino (inventado por nuestro escritor) aparece utilizado por primera vez en Luces de Bohemia. Su origen hay que buscarlo en la intencin consciente de ValleIncln de crear un gnero adecuado a la realidad espaola, ya que Espaa es una deformacin grotesca de la civilizacin europea

    En el diccionario se define al esperpento, como persona o cosa extravagante, desatinada, deformada, absurda y ridcula... De ah que Valle insista en sealar que el esperpento es la nica posible realidad entre nosotros.

    Aparte de la referida Luces de Bohemia pueden considerarse esperpnticas las siguientes obras de ValleIncln: Martes de carnaval, El ruedo ibrico, Tirano Banderas, Divinas palabras, Las galas del difunto, Los cuernos de Don Friolera, La hija del capitn y su famosa triloga sobre la guerra carlista

    La obra teatral de Valle es copiosa. Incluso en toda su creacin en prosa, la teatralizacin es una caracterstica totalmente inherente. Sin temor a exageraciones, se puede asegurar que el teatro est en lo ms hondo de la sensibilidad literaria de nuestro autor. Su mencionada obra Divinas palabras, por ejemplo, es una de las ms altas creaciones de la literatura teatral de nuestro siglo.

  • En 1.921 Valle vuelve a Mxico, invitado personalmente por el Presidente de la Repblica. Viaja por el pas e interviene en multitud de actos literarios y culturales, dejndose subyugar por el espectculo de la revolucin.

    A la vuelta a Madrid, la voz de nuestro escritor son y reson con vivos ecos, llenos de contenido protestatario, contra la dictadura del General Primo de Rivera. Su actitud ante esta dictadura fue siempre de manifiesta y abierta oposicin. En 1.929 fue encerrado en la crcel Modelo de Madrid durante quince das, por haberse negado a pagar la multa de 250 pesetas que se le haba impuesto.

    La nota oficial que emiti el tribunal finalizaba diciendo: Ha proferido contra la autoridad tales insultos y contra todo el orden social establecido ataques tan demoledores, que se ha hecho imposible eximirle de sancin, como era el propsito

    En 1.926 sale a la luz Tirano Banderas, la ms noble y conseguida novela de nuestro siglo. Qu largo recorrido haba realizado Valle desde la Nia Chole y la Sonata de Esto, hasta esta fantasmal repblica hispanoamericana! En el derrocamiento y muerte del tirano Santos Banderas reconocemos un gran paralelismo con la revolucin mejicana

    En esta gran novela no podemos hablar ya de lengua espaola, sino de lengua hispnica que representa a todos los hispanohablantes, una lengua en la que todos podemos reconocernos (llena de mexicanismos, argentinismos y antillanismos)

    En el ao 1.932. el Gobierno de la Repblica lo nombra conservador del Patrimonio Artstico Nacional, confindole la custodia y direccin de los Reales Sitios. Pero, ante la desidia en el cuidado de los palacios y de los museos, Valle se enfrent con el Ministerio correspondiente y dimiti ruidosamente.

    Fue elegido Presidente del Ateneo en este mismo ao, fecha tambin de su divorcio con Josefina Blanco (sus cuatro hijos quedaron a su cargo tras el divorcio con su mujer). En 1.933 fue nombrado Director de la Escuela de Bellas Artes de Roma.

  • Por estas fechas la enfermedad le acompaa y le incomoda sin descanso. As, en la primavera de 1.935, se retira a Santiago de Compostela, instalndose en el sanatorio de un viejo amigo. All le alcanz la muerte, el 5 de enero de 1.936. Se extingua con l la voz ms decididamente literaria de su tiempo, la voz ms renovadora de una generacin de grandes escritores.

    En la primera pgina del diario Heraldo de Madrid, correspondiente al 6 de enero, los espaoles pudieron leer las siguientes y rotundas afirmaciones: Ha muerto Don Ramn Mara del ValleIncln. Espaa pierde al ms destacado e ilustre artfice moderno de su idioma.

    Heraldo de Madrid se honra en proponer a la Academia Espaola que incorpore a los nombres esclarecidos de los inmortales al del insigne novelista, gloria cumbre de las letras espaolas. En Santiago Compostela, donde ha fallecido, se ha dado cita toda la intelectualidad para rendir al escritor eximio el ltimo ttulo de su admiracin y de su cario

  • DIVINAS PALABRAS (RAMN M DEL VALLE INCLN)

    Juana la Reina tiene un hijo idiota, Laureano, un enano gracias al cual vive de la caridad. Cuando muere la madre, el enano pasa a ser propiedad de los hermanos de Juana la Reina: Pedro Gaila, sacristn de San Clemente, su mujer MariGaila, su hija Simonia, y Marica del Reino.

    Un juicio salomnico de un alcalde pedneo decide la herencia, segn la cual los beneficios sacados pidiendo limosna con el subnormal, se dividir entre unos y otros.

    Gracias a esta situacin, MariGaila, mujer del sacristn, pasa a ganarse la vida (a descubrir que puede ser una mujer de la vida), caminando por esos mundos arrastrando el carretn de Laureano.

    MariGaila entra as en el mundo de los personajes que van y vienen, en la picaresca de los peregrinantes. Entre stos destacan Sptimo Miau y Migueln el Padrons.

    El subnormal es, por tanto, el bien ms preciado de toda una familia. MariGaila, imaginativa, pecadora, nota de ternura en la Galicia negra, se da cuenta de que mostrando las desmedidas vergenzas de Laureano obtiene ms dinero.

    Cae en el hechizo del titiritero Sptimo Miau y mientras ellos pecan, Laureano muere emborrachado por Migueln.

    MariGaila vuelve a su casa con el cadver del idiota, y en un escenario entre simblico y surrealista, es poseda por el Trasgo Cabro.

    Pedro Gaila, entretanto, se emborracha y, para venganza de su mujer, quiere hacer el amor con su hija Simonia. Pero sta, nica voz sensata en la tragicomedia, logra hacerlo dormir.

    Llega MariGaila con el cadver y la familia acuerda devolvrselo calladamente a Marica del Reino.

    Simonia deja el carretn frente a su puerta y, durante la noche, los cerdos devoran la cara y las manos del cadver del idiota. Marica del Reino vuelve con los despojos a casa de los Gailos.

  • Simonia se decide a pedir limosna para el entierro, exponiendo el cadver en la puerta de la iglesia donde su padre oficia de sacristn.

    Sptimo Miau acude a buscar a MariGaila. Los vecinos descubren a la pareja pecando en los caaverales, y llevan a la mujer desnuda sobre un carro de heno para que la castigue su marido.

    ste intenta suicidarse, pero al final logra apaciguar a todos repitiendo en latn las divinas palabras del evangelio: Qui sine peccato est vestrum, primus in illam lapidem mittat.

    Los vecinos deciden sosegarse para no meterse en cosas de justicia. Todo el pueblo y no slo Laureano ha mostrado sus vergenzas

  • TIRANO BANDERAS (RAMN M DEL VALLEINCLN)

    A fines de 1.926 apareci Tirano Banderas, obra que elev a ValleIncln a la cumbre de la fama. Con toda justicia es considerada como una de las mejores novelas de nuestro siglo en lengua castellana.

    En ella se cuenta la historia de una dictadura, en un imaginario pas de la Amrica hispanoparlante, y se hace en una lengua de extraordinaria riqueza de matices, lengua hispnica, habla poseedora de mltiples y bellos rasgos ValleIncln nos sorprende con el conocimiento y el uso de esta lengua. Por primera vez en la historia del espaol como lengua escrita se alcanzaba esa fusin de innumerables geografas, al servicio de una trama de hondo dramatismo.

    En esta ilusoria repblica dominan los elementos lingsticos mexicanos. ValleIncln conoca bien Mxico, ya que haba observado en sus viajes la realidad poltica y social de la revolucin mexicana y haba tomado buena cuenta del ambiente, de las gentes y del idioma. Este idioma, junto con todos los modismos americanos de todos los pases de lengua espaola, es lo que ms llama la atencin en la lectura.

    La prosa de ValleIncln, enriquecida en los dilogos con los referidos y numerosos modismos americanos, est puesta al servicio de una causa muy concreta: condenar el abuso de poder personal, legado por Espaa a sus colonias atlnticas.

    Tirano Banderas es una stira feroz contra la figura del tirano, y tambin contra todo el medio que le rodea: diplomticos, coroneles, licenciados, aduladores, gachupines ValleIncln inicia con Tirano Banderas el camino de la novela del compromiso, al adoptar una postura crtica frente al poder y la sociedad de su tiempo

    La novela se desenvuelve en una imaginaria repblica, Santa Fe de Tierra Firme, sometida a la dictadura de un General, Santos Banderas, en el que es fcil reconocer los rasgos de otros muchos dictadores.

    Hombre obsesionado por la pasin del mando, utiliza una justicia rudimentaria y una crueldad absurda, ingredientes que conducen a fusilamientos de los presos polticos y a la degradacin del ser humano.

  • Al lado del personaje central (momia indiana como le lama ValleIncln), se mueve la pequea corte de aduladores serviles que aumentan la dimensin nefasta del caudillo (con ellos juega a la ranita)

    En contrapunto a la figura del tirano encontramos a las de la oposicin: D. Roque Cepeda, Filomeno Cuevas, el Coronelito de la Gndara etc... Pero estos dos polos, el tirano y la oposicin, no son ms que los motivos sobre los que baila su pattica danza la sociedad que soporta esa estructura de poder.

    El personaje real de Tirano Banderas es la triste colectividad de los indios, los presos polticos, los soldados, las prostitutas, los vividores En general, la palabra dictador es un vago pretexto para explicar el proceso en marcha de la revolucin, basada en un ancho lago de sangre y desencanto

    La figura del dictador es slo un pretexto para que ValleIncln exponga su amarga visin de una realidad sociopoltica que necesita una urgente ciruga. La novela condena abiertamente las lacras y males, as como la propia estructura de esa sociedad.

    El pretexto del imaginario pas hispanoamericano le sirve a ValleIncln para fustigar cualquier tipo de dictadura o sistema poltico que degrade o rebaje la condicin humana, reducindola a las fronteras de la animalidad.

    Las numerosas dictaduras hispanoamericanas deban pesar sobre la mente de ValleIncln, especialmente la de Porfirio Daz en Mxico, a la que conoci directamente, y de la que manan numerosos recuerdos concretos en cada pgina de la novela. Tambin la realidad espaola, y la figura del General Primo de Rivera, jefe del Gobierno espaol entre 1.923 y 1.929, pudo servirle de acicate, a la vez que de universalizacin del tema.

    ValleIncln denuncia claramente a la colonia espaola y a su diplomacia, y muy particularmente al prestamista usurero D. Peredita, que muere a manos de Zacaras el Cruzado (los cerdos se haban comido a su hijo)

    La escena de Zacaras el Cruzado, desbordado por el dolor de la muerte de su chamaco, devorado por los cerdos tras el abandono forzado de la madre, es la de ms garra de toda la novela

  • La obra participa de la esttica esperpntica propia de ValleIncln: la narracin se va desarrollando en una serie de cuadros que van enmarcando sucesivamente a los personajes, dentro del voluntario desenfoque del esperpento

    Personajes

    Santo Banderas (el tirano). Filomeno Cuevas (revolucionario). El Coronelito Domiciano de la Gndara (revolucionario). Zacaras el Cruzado (revolucionario). El Dr. Alfredo Snchez Ocaa (revolucionario). D. Roque Cepeda (revolucionario). El Mayor Abilio del Valle (gachupn). D. Celestino Galindo (colonia espaola). El Barn de Benicarls (ministro espaol afeminado). Seor Peredita (prestamista usurero, casa de empeos). El Coronel Licenciado Lpez de Salamanca (jefe de polica). Nacho Veguillas (adulador gachupn). D Rosita y D Lupita etc Fuerte de Santa Mnica (prisin de los revolucionarios).

    Algunos modismos americanos del relato

    Seor Peredita, corrs de mi cargo! Corrs de mi cargo, Seor Peredita!

    Sin alterar su paso de rata fisgona, subi a la recmara.

    Filomeno, no macanees.

    Santa Fe de Tierra Firme, arenales, pitas, manglares, chumberas, en la carta antigua, Punta de las Serpientes.

    No me haga pendejo, D Lupita.

    Pregntele, vieja, el gusto a los circunstantes, y sirva la convidada.

    Me chingo en las bragas.

    No ms me conviene en cincuenta bolivianos, sesenta con el aparejo

  • Zacaras el Cruzado, luego de atracar el esquife en una maraa de bejucos, se alz sobre la barca, avizorando el chozo.

    Algunas frases sueltas

    El ideario revolucionario es algo ms grave, porque altera los fundamentos sagrados de la propiedad. El indio, dueo de la tierra, es una aberracin demaggica, que no puede prevalecer en cerebros bien organizados.

    Sucesivos grupos con banderas y bengalas, aplausos y amotinados clamores, gritaban: viva D. Roque Cepeda!, viva el libertador del indio!, muera la tirana!, mueran los gachupines!

    No se ha intentado la redencin del indio que, escarnecido, indefenso, trabaja en los latifundios y en las minas, bajo el ltigo del capataz. Y esa obligacin redentora debe ser nuestra fe revolucionaria, ideal de justicia ms fuerte que el sentimiento patritico, porque es anhelo de solidaridad humana.

    ltima frase de la novela

    Tirano Banderas sali a la ventana, blandiendo el pual, y cay acribillado por las balas revolucionarias. Su cabeza, befada por sentencia, estuvo tres das puesta sobre un cadalso con hopas amarillas, en la Plaza de Armas

  • SONATADEPRIMAVERA

    MEMORIAS DEL MARQUS DE BRADOMN (RAMN M DEL VALLEINCLN)

    Las Sonatas de ValleIncln son cuatro (Primavera, Esto, Otoo e Invierno). Publicadas sin guardar el orden normal de las estaciones, cada una de ellas nos presenta una estrecha relacin entre la edad del hroe (el Marqus de Bradomn), y un episodio erticosentimental de su vida: primaverajuventud; estoplenitud; otoomadurez; inviernovejez y decadencia

    Un hroe comn mantiene el hilo conductor de las cuatro Sonatas, pero la lectura de las mismas puede ser totalmente autnoma. Este hilo conductor es el Marqus de Bradomn (feo, catlico y sentimental), que reencarna, en bonita prosa modernista, el mito de D. Juan.

    Las Sonatas se nos ofrecen como unas memorias fragmentarias del Marqus de Bradomn. ste, obsesionado en su papel donjuanesco, nos cuenta en cada una de ellas una aventura ertica, lograda o no, de su azarosa vida.

    En la Sonata de Primavera el objeto del asedio amoroso es una novicia, M del Rosario, princesa cndida e inocente, de pura y profunda fe, contrastando la ingenuidad de esta mujer casi adolescente y su destino religioso con las malas artes del seductor, a quien M del Rosario identifica con el propio Satans

    La aventura se desarrolla sobre el fondo deslumbrante de un palacio del Renacimiento, donde M del Rosario vive con su madre la princesa Gaetani y sus cuatro hermanas. Este palacio, con jardines en laberinto, fuentes de mrmol, espectaculares salones con paredes cubiertas de cuadros, morada casi de ensueo, est poblado por princesas de leyenda, prelados, telogos y el sobrecogedor silencio de la visita de la muerte.

    En este fondo asistimos a la identificacin del Marqus de Bradomn con Satans, con el mal mismo que tienta la ingenuidad y la pureza de aquella nia angelical.

  • Poco a poco, tras conversaciones y tropiezos aislados entre el seductor y su vctima, la figura del joven y audaz Marqus se va revistiendo de perfiles demoniacos en la confundida mente de la novicia inexperta.

    Las palabras con las que finaliza la Sonata (fue Satans, fue Satans), desenlace de la atrayente historia, sealan estremecedoramente esa identificacin entre Bradomn y el propio demonio. Este final es la ms alta cima, en la literatura en espaol, del satanismo postromntico.

    La Sonata comienza con Bradomn camino de la ciudad italiana de Ligura, llevando el capelo cardenalicio para Monseor Gaetani, a quien encuentra gravemente enfermo.

    Esta ciudad de Ligura es una emocionada recreacin de Santiago de Compostela, la ciudad que marc indelebles huellas sobre el ValleIncln juvenil, estudiante de Derecho en la Universidad.

    Impresiona el vitico dado a Monseor Gaetani, su confesin y su muerte. Tambin impresionan las artes del mayordomo Polonio, y la intriga que envuelve toda la obra; intriga que obliga al lector a no cerrarla en ningn momento y a leerla de un tirn

  • SONATADEESTO

    MEMORIAS DEL MARQUS DE BRADOMN (RAMN M DEL VALLEINCLN)

    Como ha quedado reflejado en la Sonata de Primavera, la tetraloga de las Memorias del Marqus de Bradomn abarca los cuatro periodos vitales de un ser humano, y cada uno de estos periodos est identificado con las estaciones del ao que simbolizan las mismas etapas en el desarrollo del ciclo anual.

    As, la primavera es la juventud de Bradomn; el esto, su plenitud; el otoo, su madurez y el invierno, la vejez. A cada estacin corresponde una Sonata.

    En la Sonata de Primavera pretendi conseguir los favores de una joven novicia (M del Rosario), pero no lo logra, debido tal vez a la impericia del muchacho que era entonces Xavier de Bradomn.

    S lo consigue, en cambio, en la Sonata de Esto, con la sensual criolla la Nia Chole, haciendo clara demostracin de sus seductoras dotes. Esas mismas dotes se repetirn en la Sonata de Otoo, si bien en esta ocasin no seducir a ninguna desconocida, sino a una mujer con la que ya haba mantenido relaciones en la juventud.

    Y en la Sonata de Invierno su capacidad de seduccin se hallar en la experiencia acumulada y en la atraccin que produce su aristocratismo galante, incluso con su deformidad fsica (la manquedad), pero ya est lejos de su plenitud sensual, de la que haba hecho gala en las Sonatas precedentes.

    Volviendo a la Sonata de Esto, encontramos al Marqus huyendo de una historia amorosa precedente. En dicha huida marcha de viaje a Mjico donde conoce y enamora apasionadamente a la Nia Chole, belleza criolla llena de juventud y sensualidad.

    La Nia Chole es la voluptuosidad convertida en mujer, es la pasin sensual ardiente y placentera que ValleIncln recoge en una de sus ms bonitas novelas.

  • El amor de Bradomn hacia la bella criolla no es un amor romntico, sino humano y carnal. No es el corazn de la Nia Chole el que conquista al Marqus, sino su cuerpo y su voluntad. La Nia Chole, la amante de Xavier, es la mujer del General Diego Bermdez, su propio padre que vive incestuosamente con ella, y que amenaza al Marqus con la muerte cada vez que ste pretende seducirla

    La Nia Chole era una belleza bronceada, extica, con esa gracia extraa y ondulante de las razas nmadas, una figura hiertica y serpentina, cuya contemplacin evocaba el recuerdo de aquellas princesas antiguas hijas del sol. Me parece que de aquel cuerpo bruido por los ardientes soles criollos se exhalaban lnguidos efluvios, y que yo los aspiraba, los beba, que me embriagaba con ellos

    Al contacto de la carne, florecan los besos en un mayo de amores. Rosas de Alejandra, yo las deshojaba sobre sus labios. Nardos de Judea, yo los deshojaba sobre sus senos. Y la Nia Chole se estremeca en delicioso xtasis, y sus manos adquiran la divina torpeza de las manos de una virgen.

    La Nia Chole se estrech a mi pecho. Palpitante de miedo, se refugiaba en mis brazos. Mis manos, distradas y doctorales, comenzaron a desflorar sus senos. Ella, suspirando, entorn los ojos, y celebramos nuestras bodas con siete copiosos sacrificios que ofrecimos a los dioses como el triunfo de la vida. Call sollozante. Yo, tembloroso de pasin, la bes en los ojos, y la bes en los labios. Aquellos labios sangrientos, aquellos ojos sombros tan bellos como su historia!

    Aparte de los encuentros carnales descritos podemos resaltar:

    Un indio asalta al Marqus. Xavier se enfrenta en la oscuridad a un ladrn hbil que, con su fino cuchillo, pretende robarle.

    En la iglesia del convento de las Comendadoras, donde pernoctan, unos mercenarios intentan hacerse con el capitn de bandidos Juan de Guzmn, y acude en su auxilio el Marqus matando con su pistola a dos de ellos.

    El negro cazador de tiburones, que pretende cobrar una pieza para la Nia Chole, es devorado en pleno mar

    Preciosa novela (autntica poesa en prosa). La ms bella que se haya escrito durante el Modernismo y una de las ms grandes de la prosa castellana!

  • SONATA DE OTOO MEMORIAS DEL MARQUS DE BRADOMN

    (RAMN M DEL VALLEINCLN)

    El esperpntico ValleIncln, el de las barbas de chivo, pelo largo, lentes redondas, delgado como l solo, con su poncho recubrindole el cuerpo, es conocido mundialmente por los amoros del Marqus de Bradomn...

    Las Memorias del Marqus, uno de los personajes ms afamados de ValleIncln, son narradas en las cuatro Sonatas, publicadas ininterrumpidamente, ao por ao, desde 1.902 a 1.905.

    Para los crticos ms acadmicos constituyen la cumbre modernista del gnero Pero especialmente, la Sonata de Otoo, la primera en el conjunto, que, sin desmrito de las otras tres, resulta la de mayor logro y eco literario

    En ella nos relata ValleIncln un nuevo apasionamiento amoroso del Marqus, en el que quedan contrapuestos, como en la Sonata de Primavera, el pecado y la santidad

    Junto a las sensaciones otoales que sirven de fondo (llovizna, bancos de piedra cubiertos de hojas, flores marchitas, campos verdes y hmedos), se suceden las melancolas de memorias y de recuerdos. Con la estacin otoal corre parejo el aire de la nostalgia.

    En la Sonata de Otoo hay una historia trgica de amor, prolongada hacia el pasado, hacia la juventud donde fue rota. Dicha historia de amor es recuperada en el presente, ante la amenaza de una inminente y definitiva separacin

    El fro otoal, la cada de las hojas y la lluvia se entremezclan con la palidez enfermiza y los tristes movimientos de una protagonista moribunda, Concha, melanclica y nostlgica de aquellos aos saludables de amor y de vida joven.

  • Y junto a Concha, un Marqus sentimental que deseara consumar, sin prdida alguna de tiempo, los sentimientos interrumpidos durante la juventud, pero que se ve frenado por quien se debate entre la vida y la muerte y el decidir entre dicha consumacin o la ruptura de la misma. La decisin que debe tomar la enferma no es fcil: caer en adulterio o morir sin mcula ni falta al orden divino

    Vete!... Las emociones me matan y necesito descansar. Te escrib que vinieses, porque ya entre nosotros no puede haber ms que un cario ideal. Comprenders que, enferma como estoy, no es posible otra cosa. Morir en pecado mortal! Qu horror

    As es el final trgico de la Sonata: magistral batalla entre amor y muerte, deseo y refreno. Florecer de un amor para deshojarse sobre la tumba

    Los dos amantes se ven obligados a separarse a causa de la sinceridad y la moral. Tan pronto se abrazan, se rozan y se acarician, como existe entre ellos la dictadura de un marido y unos hijos Ya se juntan en la noche como se separan, antes de dejarse llevar por el pecado de adulterio.

    Y la batalla no puede terminar sino con la blasfemia hereje de Bradomn y en la resistencia de Concha, que le reprende como si fuera el mismo demonio

    Concha fallece en los brazos del loco blasfemo, reconvertido en Satn

    Estamos ante un D. Juan? S, pero un D. Juan decadente, envejecido en sus correras amorosas y venido muy a menos

  • SONATADEINVIERNO

    MEMORIAS DEL MARQUS DE BRADOMN (RAMN M DEL VALLEINCLN)

    El 31 de agosto de 1.905 sala de la imprenta Sonata de Invierno, ltima novela de las cuatro que componen las Memorias del Marqus de Bradomn, iniciadas con la Sonata de Otoo, a la que siguieron las Sonatas de Esto y de Primavera respectivamente Aunque las Memorias del Marqus de Bradomn son unitarias, no impide sin embargo la lectura autnoma de cada una de las cuatro novelas.

    La estacin del ao a la que hace referencia el ttulo (invierno) no slo corresponde al momento en el que se desarrolla la accin, sino tambin a la edad del protagonista y narrador, Javier de Bradomn, as como al tono de acabamiento, derrota y muerte que impregna todas sus pginas

    En las otras tres Sonatas hallamos al donjuanesco Bradomn, ms joven y seductor, mientras que en sta (aunque an enamorado) ya se encuentra al final de su vida

    Yo senta el acabamiento de todas las ilusiones, un profundo desengao de todas las cosas. Era el primer fro de la vejez, ms triste que el de la muerte.

    El invierno, ltima estacin del ao, toma cuerpo total en uno de los ltimos prrafos de la novela: una melancola como si la nieve del invierno cayese sobre mi alma, y mi alma, semejante a un campo yermo, se amortajase con ella.

    Tambin el invierno est presente en la Corte de Estella, donde finaliza sus ltimos das el Marqus, sirviendo a la causa de Carlos VII. El pretendiente Carlos haba establecido su Corte en Estella en el transcurso de la ltima guerra dinstica (guerra carlista), que acabar muy pronto.

    En efecto, la guerra finaliza, consolidando la restauracin monrquica en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII, y enviando al exilio al pretendiente y a sus ms fieles partidarios, entre ellos al propio Marqus de Bradomn.

  • La ltima conquista amorosa de Xavier (ya haban blanqueado mis cabellos cuando inspir amor tan funesto) es su propia hija Maximina, a la que no conoca, habida con una antigua bailarina que reaparece ahora en Estella como Duquesa viuda de Ucls.

    Maximina, monja de un convento, es seducida por su propio padre a quien atiende convaleciente (prdida de un brazo al realizar una misin de Carlos VII). Sor Simona le revela, escandalizada, que la ltima de las seducidas es su propia hija

    El Marqus contina teniendo relaciones amorosas, a pesar de su decrepitud, con su antigua amante Mara Antonieta

    An manco, Bradomn se recrea en su donjuanismo y, cuando visita a la Reina D Margarita despus de su desgracia, es calificado as: eres el ms admirable de los Donjuanes: feo, catlico y sentimental. An maltrecho, contina representando la vida aprovechndose de su seductora y gallarda manquedad.

    Es derrotada la causa carlista con la toma de Estella en 1.876 por el General Martnez Campos, restaurador de la lnea isabelina o alfonsina. En contrapunto, el Marqus escribe desde la tristeza del destierro, la amargura de la vejez y la proximidad de la muerte.

    Hoy, despus de haber despertado amores muy grandes, vivo en la ms triste y ms adusta soledad del alma, y mis ojos se llenan de lgrimas cuando peino la nieve de mis cabellos.

    A lo largo del volumen, Bradomn defiende la causa carlista, lo que nos hace pensar que ValleInclnestabaideolgicamentemuycercadeella

    El final de la ltima Sonata concluye con la muerte de Maximina, su propia hija, a quien llorar todos los das de mi vejez.

    Aparte de los personajes citados, es de destacar Fray Ambrosio Alarcn, fraile que coge las armas para defender la causa del pretendiente, y otros de menos importancia

  • CARA DE PLATA (COMEDIA BRBARA 1)

    ( RAMN M DEL VALLEINCLN

    ValleIncln sita el conjunto de su obra en muchos medios geogrficos (por ejemplo, Mxico en Tirano Banderas), pero sobre todos ellos destaca Galicia por su considerable importancia: son 31 las obras de tema gallego, exactamente la mitad de sus creaciones. De ah, la importancia que tiene Galicia en la produccin de este importante escritor.

    Galicia sirve de marco para el estudio de la aristocracia, la clase media urbana, la clase media rural y el pueblo. Tambin para un nmero importante de personajes: aristcratas rurales, campesinos humildes, mendigos, ciegos, mujeres pblicas, ladrones, clrigos sacrlegos etc

    Valle pinta una sociedad gallega totalmente arcaica, en la que resuenan an los ecos medievales de siglos ya pasados.

    Las Comedias brbaras, con estructura teatral, son una triloga que constituye su obra central y ms importante de tema gallego. La triloga brbara comenz con la segunda obra en relacin con la cronologa de la historia narrada, guila de blasn. Sigui la tercera, Romance de lobos, y despus la primera, Cara de plata.

    La triloga recoge una Galicia muy especial, enraizada en la Edad Media y dominada por pasiones que el autor nos ofrece al desnudo

    Tal es el caso de Cara de plata: un mayorazgo, D. Juan Manuel Montenegro, ejerce una autoridad casi absoluta sobre sus tierras y quienes las trabajan.

    Amo desptico, caprichoso, paternal y cruel, con un primognito (Cara de Plata), que heredar todo su capital, segundn abocado a la aventura como los viejos caballeros andantes.

    Y frente a este poder semifeudal, el abad poderoso y desptico de Lantan, que entra en conflicto con Montenegro al no permitirle ste el paso por sus tierras para auxiliar con el vitico a un enfermo

  • Y aparece tambin el pueblo sufrido que acepta la privacin de paso por el dominio de Lantan, aunque no faltan quienes critican y se alzan en armas contra semejante poder feudal.

    As se expresa Pedro Abun: Con sentencia o sin sentencia, no tiene poder contra todos el Montenegro. En Lantan parece ser que sacan ahora el fuero de negar el paso a los que transitan para la feria de Viana. Estis conformes en ello?

    La nobleza rural queda en entredicho, apareciendo la decadencia de estas viejas familias. Soberbia, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula y pereza merodean en esta decadencia, mientras los campesinos y mendigos contemplan atnitos el rudo espectculo de esa tragedia, respecto a la cual realizan sus comentarios y sus lamentos

    El personaje central, por tanto, es D. Juan Manuel Montenegro, simblico representante de esta decadente aristocracia rural. Y junto a l, su hijo Cara de Plata, D. Miguelito, llamado as en razn de su belleza fsica.

    Las dos tensiones bsicas de la accin son stas:

    El enfrentamiento de D. Juan Manuel y de Cara de Plata con el abad de Lantan, a quien apoya el pueblo.

    El enfrentamiento de D. Juan Manuel y de su propio hijo en relacin con la joven ahijada de aqul, Sabelita.

    Sabelita aparece angustiada por la fidelidad que debe a sus tos (el abad y su hermana D Jeromita), y la atraccin amorosa contradictoria que le empuja primero hacia Cara de Plata y luego hacia D. Juan Manuel.

    El abad, contrario a la servidumbre de paso, defiende al pueblo, utilizando su propio poder eclesistico frente al despotismo del brazo secular, y llega a degradarse en su ministerio, hasta el sacrilegio y la sumisin al diablo, por tal de lograr su objetivo.

    Otros personajes: el sacristn Blas de Mguez, Pichona la Bisbisera, el loco Fuso Negro etc

  • GUILA DE BLASN (COMEDIA BRBARA 2)

    (RAMN M DEL VALLEINCLN)

    Las Comedias Brbaras de ValleIncln son una triloga, con estructura teatral, que constituyen su obra central en tema gallego. La triloga est compuesta por Cara de plata, guila de blasn y Romance de lobos.

    Las tres tienen como protagonista al mayorazgo D. Juan Manuel Montenegro, figura altiva, aristocrtica y neofeudal, en una Galicia enraizada en la Edad Media y dominada por pasiones extremas.

    Si el ttulo de la primera comedia brbara Cara de Plata recoga el apodo que la gente daba, por su belleza, al hijo segundo de D. Juan Manuel, el ttulo de sta, guila de blasn, simboliza la figura del propio mayorazgo.

    La estructura de la obra contina siendo dialogada, aunque no por eso podamos considerarla como teatral. Hay momentos que no se dramatizan en absoluto, y se exponen como simples aseveraciones. La obra, por tanto, puede ser considerada como teatro para leer o novela dialogada.

    La figura que preside la obra es, como ha quedado dicho, D. Juan Manuel Montenegro: mayorazgo autoritario que no reconoce otra ley que la de su propia voluntad; espritu netamente feudal, egocntrico, caprichoso, hedonista, mujeriego y cruel, sin otros lmites para el placer que los de su propio gusto.

    Capaz, no obstante, de amor, incluso con pasin, y de inesperados movimientos compasivos y hasta justicieros. El pueblo lo estima por su espritu caritativo: Hay otro que lleve su vara ms derecha lo mismo con ricos que con pobres? Hay puerta de ms caridad que la suya? Las puertas del Rey no son ms caritativas.

    De los seis hijos de D. Juan Manuel destacan tres en la obra:

    El primognito, D. Pedrito, en el que se agigantan todos los vicios del mayorazgo y no se manifiesta ninguna de sus virtudes. Llega a convertirse en un delincuente vulgar, que se alza en armas contra su mismo padre.

  • D. Miguelito (Cara de Plata), el segundn, el ms semejante a su padre y cmplice de l (entre los dos existe un vivo afecto callado). Representa la aventura, con su caballo del que nunca se separa y su compromiso con la causa carlista.

    D. Farruquio, el vstago destinado a la iglesia, pcaro, cnico e irreverente, que no presta ningn respeto por la religin a la que pretende servir un da.

    Junto a ellos, y apoyndolos frente a su padre, aparece la madre, D Mara, dama sensible y digna que ha abandonado la casa paterna por no sufrir la humillacin que le impone el mayorazgo con Sabelita, su barragana.

    Si vuelve a ella es para interceder por los hijos que el padre expuls de la casa y que quiere desheredar. A pesar de ello, se muestra todava enamorada, comprensiva e incluso compasiva para con l.

    Por otro lado, aparece Sabelita, ahijada de ambos, y amante o barragana del amo, que se debate entre la rivalidad, la vergenza, el arrepentimiento y el afecto con D Mara, y el amor y los celos hacia D. Juan Manuel.

    La rival ocasional de Sabelita es la molinera Liberata, que no hace otra cosa que prostituirse con la complicidad del molinero, su marido.

    Entre el resto de los personajes destaca D. Galn, el criado ocurrente que el mayorazgo utiliza como bufn. Menos inters tienen los dems criados, como La Roja.

    La prostituta La Pichona se destaca en un momento macabro y profanatorio en el que est gozando del amor de Cara de Plata, mientras el seminarista D. Farruquio, en la misma habitacin, trata de desnudar de su piel momificada el esqueleto de una vieja (robado de un cementerio), para venderlo a su seminario

    Como representante de la ley se introduce fugazmente el personaje ridculo del Escribano y la imagen del Marqus de Bradomn, que convence a Cara de Plata para que se enrole en el bando carlista.

    Los actos bsicos de la obra son los siguientes:

  • El robo en casa del mayorazgo.

    La violacin de Liberata, la molinera, por parte de D. Pedrito.

    La llegada de D Mara a la casa para interceder por sus hijos.

    La huida de Sabelita de la vivienda del mayorazgo, motivada por los celos y el arrepentimiento al mismo tiempo.

    La introduccin de Liberata en la casa, como nueva querida de D. Juan Manuel.

    El suicidio frustrado de Sabelita.

    Entre todos los personajes, y a travs de estos actos bsicos y de otros ms secundarios, se confrontan y luchan grandes pasiones elementales

    Y en el fondo Galicia, con sus mitos y costumbres, con su habla, con su erotismo reflejado mil veces, con sus supersticiones medievales an presentes Brujas y trasgos patizambos cabalgan entre las morcillas puestas al humo, al calor de la lumbre.

    Llama la atencin la libertad sexual del pueblo gallego reflejada en la obra, con mano maestra, por ValleIncln. Un ejemplo de esta libertad es que el molinero prostituye a su mujer por avaricia, y la violacin de la propia Liberata entre las burlas y manoseos encendidos de los mozos y la cara de risa de los viejos

    Y al lado, siempre presente la nota caricaturesca y esperpntica: D. Galn hace una cabriola y re con su risa pcara y grotesca, la gran risa de una careta de cartn

  • ROMANCE DE LOBOS (COMEDIA BRBARA 3)

    (RAMN M DEL VALLEINCLN)

    Con Romance de lobos finaliza la triloga que ValleIncln dedica al mayorazgo D. Juan Manuel de Montenegro. En este teatro dialogado con el que finaliza la triloga, la muerte es la verdadera protagonista, acompaada del clima nocturno y macabro al que Valle nos tiene acostumbrados.

    El carcter trgico que la muerte da a la obra contrasta con la avaricia de los hijos del mayorazgo (los lobos del romance), que saquean la casa y se pelean entre s estando su madre de cuerpo presente. El propio D. Farruquio, destinado a la iglesia, profana, roba y saquea la capilla

    Comienza la obra con la visin, por parte de D. Juan Manuel, de la Santa Compaa o procesin de las nimas, que le anuncian la muerte de D Mara: Se oyen las cadenas que arrastran, en la noche oscura, las nimas en pena que vienen al mundo para cumplir penitencia.

    Las nimas en pena llaman pecador a D. Juan Manuel, y le animan a rezar y a arrepentirse de sus muchos pecados.

    El desarrollo de la obra podra ser el siguiente:

    El anuncio del fallecimiento de D Mara.

    La travesa martima del mayorazgo, en noche de tormenta, para acudir al entierro.

    El saqueo de la casa por los cinco hermanos.

    La deriva de la barca en la que va D. Juan Manuel, lo que le obliga a hacer el viaje a pie con los mendigos que va encontrando.

    El enfrentamiento de D. Pedrito con su padre.

    Introduccin de los mendigos en la casa por parte de D. Juan Manuel.

    El robo de D. Farruquio en la capilla.

  • La decisin del mayorazgo de repartir sus bienes entre sus hijos.

    La pelea de los chalanes con los segundones.

    La decisin del caballero de morirse de hambre y su abandono de la vivienda.

    Su arrepentimiento por haber dado mala vida a D Mara.

    La expulsin de los criados de la casa por parte de los hijos de D. Juan Manuel.

    El regreso de ste, capitaneando a los mendigos, para hacer justicia en un territorio donde los vstagos se pelean entre s.

    El personaje central, como en las otras dos comedias brbaras, es D. Juan Manuel, impresionado por la visin de la muerte de D Mara y de su propia muerte.

    Ante el fallecimiento de su esposa, el mayorazgo manifiesta con sollozos su encendido amor por ella, y se confiesa sinceramente arrepentido de cuanto le haba hecho sufrir.

    Tenemos, pues, en la comedia a un prcer vencido por el peso del dolor, claudicante, convencido de su muerte inmediata, y arrepentido. Ello no impide que an tenga restos de energa para continuar enfrentndose a sus hijos, rebelando contra ellos a mendigos y criados.

    Y frente al mayorazgo, sus vstagos, los lobos, reducidos a cinco porque Cara de Plata est combatiendo con los carlistas.

    Entre los cinco destaca D. Pedrito, el primognito, egosta e insensible al dolor humano, y sobre todo D. Farruquio, an ms cnico e impo que en las dos obras anteriores. Aqu ya ha sido consagrado sacerdote, pero ello no le impide robar en la misma capilla del pazo.

    Junto a los cinco hijos de D. Juan Manuel, destaca poderosamente el personaje colectivo de los mendigos. Sobre todos se alza la figura del pobre de San Lzaro, el leproso, verdadera conciencia de tales mendigos, que defiende la divisin entre ricos y pobres, como ley de Dios que responde a la mentalidad tradicional campesina.

  • Y tambin destaca el loco Fuso Negro: En todas las villas tiene que haber un loco y un mayorazgo; loco ste que opone un contrapunto grotesco a los lamentos del caballero Otros aspectos a destacar:

    La supersticin. La magia. El misterio de las fuerzas ocultas . La lujuria, El hambre. La avaricia. El despotismo. La servidumbre.

    Y todo en el marco de una Galicia mgica en la que reina el misterio y la proyeccin al ms all, con una sociedad resueltamente abierta al milagro

  • LOS CRUZADOS DE LA CAUSA LA GUERRA CARLISTA I

    (RAMN MARA DEL VALLEINCLN)

    Los cruzados de la causa inaugura la triloga novelesca de la Guerra Carlista, de la que forman parte asimismo El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antao. Todas juntas conforman una visin de la Espaa tradicional, representada por los carlistas, enfrentada a la Espaa liberal durante la Guerra Civil de 1.8721.876.

    Los carlistas eran partidarios de la rama dinstica representada por el infante D. Carlos Isidro de Borbn (Carlos V) y sucesores del mismo. El derecho al trono de este infante (hijo de Carlos IV y hermano de Fernando VII) era defendido por quienes negaban validez a la Pragmtica Sancin del 29 de marzo de 1.830, por la que Fernando VII estableca a su muerte la sucesin de las mujeres al trono que, en consecuencia, ocupara su hija, la infanta Isabel (Isabel II), en lugar del citado D. Carlos.

    Este hecho fue considerado como una usurpacin por parte de los legitimistas, tambin llamados carlistas. Segn ellos, la ley sucesoria de 1.713 exclua a las hembras del trono, y tal ley no haba sido derogada por la Pragmtica Sancin de 1.830. Por consiguiente, la rama isabelina de Isabel II y sus descendientes haba ocupado ilegtimamente el trono de Espaa.

    Junto a Carlos Mara Isidro se agrup la Espaa absolutista, descontenta de lo que les pareca excesiva moderacin de Fernando VII, oponindose a la Espaa liberal que representaba Isabel II.

    La 1 Guerra Carlista, llamada tambin Guerra de los 7 aos (1.8331.840) enfrent a las dos ramas de los Borbones espaoles: los carlistas (por el nombre del pretendiente Carlos V), y los cristinos (por Mara Cristina, que fue regente durante estos aos hasta la mayora de edad de Isabel II).

    La 2 Guerra Carlista, tambin llamada Guerra de los Madrugadores, se desarroll principalmente en Catalua desde 1.846 a 1.849, al fracasar la boda entre Isabel II y el pretendiente Carlos VI.

  • La 3 Guerra Carlista fue una contienda civil (1.8721.876) entre las fuerzas que apoyaban al pretendiente Carlos VII y las de los Gobiernos de Amadeo I, la 1 Repblica y Alfonso XIII. En esta 3 Guerra Carlista se encuadra la novela de ValleIncln.

    Los cruzados de la causa: la causa naci histricamente a la muerte de Fernando VII, como pleito entre la sucesin dinstica antes comentada, constituyendo un movimiento polticoideolgico que se presentaba como reaccin y alternativa ante la situacin econmica, poltica y social derivada de la llamada revolucin liberalburguesa.

    La lucha por la causa del rey legtimo y lo que ste representaba de conservadurismo y oposicin a las ideas liberales, la plantearon los carlistas en trminos de cruzada. De ah que ellos mismos se autodenominaran cruzados de la causa.

    El esqueleto argumental de la obra de ValleIncln es el siguiente: un alijo de armas oculto en un convento de monjas con destino a los carlistas, la ayuda econmica que stos reclaman para sostener la insurreccin y las vicisitudes para que el ejrcito liberal no descubra el armamento e impida que llegue a su destino, son los motivos argumentales centrales de esta primera novela de la triloga.

    Los protagonistas de la historia son personajes ya conocidos: el marqus de Bradomn, D. Juan Manuel Montenegro, su hijo Cara de Plata, Sabelita, Micaela la Roja, el bufn D. Galn y el prestamista el Sr. Ginero

    A ellos se suman otros personajes que hacen su aparicin por primera vez, representativos de la ideologa y los valores de los dos bloques enfrentados. Como es lgico, reaccionan ante los acontecimientos de acuerdo con su mentalidad y creencias (por ejemplo, la abadesa del convento, Isabel Montenegro).

    A Galicia slo llegaron los ecos mitigados de la contienda carlista, la cual se propagaba en el norte de Espaa con enorme rapidez y tena un fuerte arraigo popular, inexistente en aquellas tierras. Se nota esta marginalidad de la guerra en Galicia, aunque no podemos decir que todo lo relatado sea ficticio o no histrico.

  • El novelista es, por tanto, fiel a la historia al indicar las dificultades econmicas que afrontaban los carlistas: lo es tambin al referirse a la existencia de partidas, como la capitaneada por el sacristn de las monjas; y lo es, por ltimo, en la utilizacin del cercano Portugal como refugio de dichas partidas y a la frecuente detencin de cabecillas en la raya fronteriza del pas vecino

    En cuanto al episodio del alijo de armas oculto en un convento no es un hecho puramente imaginario. Los historiadores de la guerra dejan constancia de sucesos similares que demuestran la colaboracin del clero con los carlistas

    Algo parecido ocurre con el barco ingls anclado en la costa gallega y encargado de transportar el cargamento de fusiles, y con el registro del convento de las monjas llevado a cabo por los liberales, que no fue un hecho excepcional en el transcurso de la guerra.

    La accin se desarrolla en un pueblo imaginario gallego, Viana del Prior, en el que siguen perdurando instituciones semifeudales, cuya rigurosa organizacin estamental empieza a resquebrajarse ante el empuje de la incipiente sociedad liberal.

    Es una Galicia arcaica, en la que el tiempo histrico se desarrolla a un ritmo ms lento que en otras zonas de Espaa, en la que las fuerzas sociales se resisten ante un proceso histrico irreversible: la crisis del Antiguo Rgimen, que da paso al nacimiento de las sociedades capitalistas contemporneas.

    Tanto el pueblo, como el clero y la aristocracia rural (marqus de Bradomn, D. Juan Manuel, Cara de Plata, monjas etc.) se aglutinan bajo la bandera del carlismo, ltimo intento de resistencia activa ante la revolucin liberalburguesa y lo que ella implicaba

    Los ncleos narrativos que Valle presenta estn protagonizados alternativamente por carlistas y liberales. La presencia de los liberales se centra en el registro del convento de Viana y en la muerte del marinero desertor. Despus se alude a ellos de manera indirecta

    En estas escenas los liberales quedan mal parados, ya que aparecen como personas ebrias, groseras, indisciplinadas, impas y profanadoras: Mi comandante, quiere usa que afusilemos a la gach? Los sacrlegos representantes del gobierno liberal profanan el convento y la iglesia de las monjas de Viana

  • El descontento popular se advierte en el episodio del marinero muerto a tiros por los liberales El joven marinero sirve en el ejrcito liberal en contra de su voluntad. Su madre le insta a abandonarlo por razones de ndole religiosa, de donde se deduce que el pueblo tena un sentimiento de amenaza a sus creencias religiosas siempre que pensaba en las nuevas ideas revolucionarias.

    No tena otro hijo en el mundo, pero mejor lo quiero aqu muerto, como lo vedes todos agora, que como yo lo vide esta tarde, crucificando a Dios nuestro Seor.

    Con independencia del factor religioso, el pueblo perciba confusamente las razones de la contienda. Su visin del conflicto entre liberales y carlistas se converta en una dicotoma muy simplista: liberalismo/satanismo; carlismo/ cristianismo, personificada en dos reyes de distinta ley

    La ignorancia popular atribua al pretendiente carlista, Carlos VII, todas las virtudes que deban adornar al representante de la monarqua catlica, contrastndolo con el paganismo y el libertinaje que se imputaba a su adversario

    Frente a este pueblo inculto y pasivo, vemos que los colaboradores ms fervorosos y eficaces del carlismo pertenecen a los sectores del clero y la nobleza, reticentes a medidas liberalizadoras en el mundo campesino. Estas medidas atentaban contra su tradicional hegemona social La Guerra Carlista est, pues, integrada por los sectores privilegiados que vean en el pretendiente un defensor de sus ancestrales intereses

    Muchos partidarios de D. Carlos pertenecen al clero. Desposedo ste de buena parte de su patrimonio y privilegios por el liberalismo, reacciona abiertamente contra su doctrina y el Estado que la asume, y se adhiere a un ideario y a un partido que postulaba la monarqua cristiana y un Estado confesional en el que la Iglesia tena que continuar desempeando un papel de primer orden.

    Como sacerdotes, somos cruzados de la milicia cristiana, y el rey legtimo defiende la causa de Dios.

  • Todo el sector clerical se identifica con el carlismo, incluida la madre abadesa que oculta las armas en el altar de su convento. Isabel de Montenegro se muestra como ferviente partidaria de D. Carlos. Ella misma confiesa haber ayudado al sacristn a levantar la partida que ms tarde delatar el escondite de los fusiles.

    La madre Isabel, aristcrata de origen y defensora de las viejas tradiciones, es tan fiel a la Iglesia como a su familia y a su casta, y su carlismo es el resultado de esa triple combinacin. Dentro del sector religioso, la monja se destaca por su desinteresada generosidad, su fe en la causa y su fidelidad al pretendiente.

    El otro sector en el que se apoya el carlismo gallego es la aristocracia, representada por el marqus de Bradomn, y la hidalgua, representada por D. Juan Manuel Montenegro y su hijo Cara de Plata.

    Bradomn es un carlista modlico dispuesto a sacrificar por la causa todo lo que posee en tierras gallegas: su palacio y la renta de sus tres mayorazgos.

    El marqus llega a su tierra manco y herido de la guerra con el objetivo de conseguir armas y dinero para ayudar a la insurreccin. Rpidamente despliega su actividad y entra en contacto con aquellos sectores que sabe fieles al carlismo Todas las intervenciones de Bradomn responden a sus convicciones carlistas: apologa del pasado imperialista, ensalzamiento de la tradicin, el encomio de la raza, la glorificacin del linaje, de la vieja aristocracia y de la hidalgua

    D. Juan Manuel Montenegro y su hijo representan la hidalgua clsica, heredera de un pasado que les otorg blasones y privilegios, que pierden su vigencia y protagonismo al ser desplazados por la nueva clase en ascenso: la burguesa.

    Aunque D. Juan Manuel no es carlista, colabora coyunturalmente con la causa, pero sin sumarse a sus filas. Su individualismo le lleva a marginarse de cualquier opcin poltica concreta. No reconoce jerarqua, ni cdigos ni leyes que no sean los suyos. Acta, pues, como un autntico seor feudal, al margen de posturas polticas codificadas, aunque coincide con los carlistas en puntos fundamentales.

  • Cara de Plata es su contrapunto y complemento. Para l, la guerra es una frmula de salvacin personal. La rivalidad por Sabelita, amante de D. Juan Manuel, es la causa directa de su decisin de unirse a los carlistas: quiere huir del enfrentamiento con su padre. Otra causa, no obstante, le impulsa posteriormente a la guerra: la desintegracin de su clase y de su mundo, que convierte a la hidalgua rural en parsito de una sociedad que no los incorpora.

    Cara de Plata se pone al mando de la operacin de salvamento de los fusiles. La ejecucin del plan corre, pues, a cargo del segundn que asume la responsabilidad que le corresponde como noble. La pasividad de D. Juan Manuel se convierte en el hijo en operatividad Miguel Montenegro ya no es slo el digno continuador de su padre, sino el hombre que trasciende el caso individual para convertirse en smbolo de esperanza para un mundo que, pese al carcter irreversible de su proceso histrico, se resiste a su desintegracin

  • EL RESPLANDOR DE LA HOGUERA LA GUERRA CARLISTA II

    (RAMN MARA DEL VALLEINCLN)

    En El resplandor de la hoguera, segunda novela de la triloga sobre la Guerra Carlista, ValleIncln abandona la regin gallega y se introduce en las provincias vasconavarras, en el corazn mismo de la guerra.

    Va siguiendo ValleIncln el itinerario de tres personajes ya conocidos (Cara de Plata, la monja Isabel de Montenegro y la novicia Eladia) que se dirigen a la villa de Otan para reunirse con los carlistas.

    En el camino se detienen en un casero donde encuentran a Roquito (exsacristn del convento de las monjas de Viana del Prior), en compaa de Josepa la de Arguia (viuda de un combatiente carlista) y su hijo de pecho, los cuales ejercen de confidentes del famoso cabecilla carlista Manuel Santa Cruz, el Cura.

    Posteriormente entran en contacto con la partida de Miquelo Egoscu, que acude a la convocatoria hecha por el cura Santa Cruz a todos los cabecillas carlistas para unirse bajo su mando y poder conquistar Otan, en poder de los liberales.

    Estos dos encuentros dan origen a una serie de sucesos protagonizados por los mencionados personajes, alrededor de los cuales se mueven numerosas gentes del pueblo.

    Roquito, llevado por un deseo de redencin personal, (l haba sido el delator del escondite de los fusiles en Los cruzados de la causa), decide emprender una idea heroica e incendia el cuartel de las tropas liberales. Apresado, es llevado a la crcel junto con otros prisioneros. Si bien la costumbre era fusilarlos en el camino, la presencia de Josepa impide la ejecucin del sacristn, que consigue fugarse ms tarde y se esconde en un casero donde, tras varias vicisitudes, tambin se hospedan la madre Isabel, Eladia y la propia Josepa de Arguia.

    Para evitar ser descubierto e implicar a los dueos de la casa, Roquito se oculta en la chimenea y resiste heroicamente el fuego encendido, hasta que por fin puede abandonar su escondite, cuando ya se ha quedado ciego.

  • Por otro lado, la partida de Egoscu, que se dirige a reunirse con Santa Cruz, sirve de escolta a los personajes mencionados con anterioridad. En el camino reciben aviso de que la caballera enemiga ocupa varias localidades prximas y se teme un ataque nocturno que pronto es descartado.

    Poco despus, la partida de Miquelo sorprende a las tropas del capitn Garca y se entabla una rpida escaramuza en la que destaca por su valenta temeraria Cara de Plata. Los carlistas huyen ante el contraataque de la columna liberal, y la madre Isabel, llevada por su espritu caritativo, cura a los heridos enemigos.

    Las tropas del ejrcito liberal estn concentradas en Otan y esperan impacientes las rdenes del Estado Mayor para salir en persecucin de Santa Cruz, el guerrillero carlista ms temido por la eficacia de sus rpidos e inesperados ataques.

    El general Espaa, responsable de dichas tropas, es partidario de enviar una expedicin contra el cabecilla Santa Cruz, y discute con sus subalternos los problemas tcticos del plan que pueda facilitar su captura (los oficiales liberales estaban divididos: unos eran partidarios de la Repblica y otros, defensores de la restauracin de la Monarqua borbnica en el hijo de Isabel II, Alfonso XII).

    La novela contina mostrando el conflicto blico entre carlistas y liberales, en sus respectivos mbitos y con sus correspondientes protagonistas

    Cuando ValleIncln se ocupa del sector liberal pone de relieve los conflictos internos de dicho ejrcito, sus movimientos, sus sistemas de ataque y defensa, as como las actitudes y comportamientos de la poblacin civil de abolengo liberal que habita en las localidades vasconavarras.

    En relacin con el sector carlista, la convocatoria de Manuel Santa Cruz es el punto de partida para hablarnos de las partidas, sus componentes, el sistema de espionaje que utilizaban, la colaboracin de la poblacin civil, las relaciones entre los distintos jefes de dichas partidas y entre stos y los militares profesionales etc

    La accin se desarrolla en un tiempo que no excede de cinco das y concretamente en las provincias de Guipzcoa y Navarra, en los primeros meses de la insurreccin carlista (primavera de 1.873).

  • Aunque hay personajes que destacan sobre los dems (Egoscu, Cara de Plata, Roquito, Josepa y la madre Isabel), podemos decir que el protagonista verdadero es la insurreccin del pueblo, partidario incondicional de Carlos VII y lo que ste representa y colaborador de la guerrilla en todo momento.

    ValleIncln no se centra, por tanto, en los militares profesionales ni en las batallas clebres que se sucedieron, sino en las guerrillas, en las partidas y en las gentes del pueblo partidarias de la causa, que colaboran en todo momento con las fuerzas carlistas.

    Los cuatro aspectos ms importantes de la novela son los siguientes:

    1.- Las partidas

    ValleIncln pone especial nfasis en las partidas, compuestas de un nmero variable de voluntarios procedentes del mundo rural. Las partidas de Egoscu y Santa Cruz estn formadas por molineros, pastores, vendimiadores, gente sencilla y valiente, perfectos conocedores del terreno que transitan.

    Son lobos que conocen las madrigueras del monte, y lo corren de noche con toda seguridad.

    Estas partidas atacan de improviso, burlan de continuo la persecucin del ejrcito y se refugian en campamentos inaccesibles. Los voluntarios de Egoscu tienen su cuartel general en la cueva de una montaa, y los partidarios de Santa Cruz en un rincn desconocido.

    El valor, la resistencia, el espritu religioso, el entusiasmo, la lealtad y la entrega son algunas de las cualidades que definen, colectiva e individualmente, a sus componentes, aparte de la lealtad al jefe o cabecilla

    La tctica de las partidas es combatir slo cuando la relacin de fuerza les es favorable, atacando en el momento y lugar que ms sorprenda al adversario, y huir cuando ste se rehaga y se disponga a hacerles frente.

    Las partidas son el exponente de un pueblo celoso de su independencia y defensor a ultranza de sus costumbres.

  • ValleIncln se manifiesta claramente a favor de este pueblo, empeado en mantener celosamente sus tradiciones frente a los cambios que conlleva la revolucin liberalburguesa contra la que se levantan en armas (los liberales son tachados de falta de nobleza y de dignidad, de ausencia de ideales y de rivalidades envidiosas)

    2.- Los cabecillas

    Al frente de las partidas de combatientes estn los cabecillas, sus jefes naturales. Sobre ellos recae la responsabilidad de la organizacin interna y el sistema tctico de la guerrilla, adems del cuidado de sus hombres. Frente a la autoridad del cabecilla, existe el respeto, la lealtad y la admiracin necesaria para mantener la disciplina.

    En la novela son mencionados varios cabecillas: Miquelo Egoscu, Santa Cruz, el Sangrador, el Manco, Pero Mingo etc., cuyas hazaas son contadas en las lumbres de los hogares de esta sociedad tradicional encomiada por ValleIncln.

    3.- El apoyo popular a la guerrilla

    En torno a las partidas se mueven los confidentes y los colaboradores de las mismas. Con frecuencia se alude en la novela a estos enlaces que transmiten informacin fidedigna sobre los movimientos del enemigo.

    En la novela son Roquito el sacristn y Josepa la de Arguia los que representan a estos confidentes. Son mendigos que se visten de harapos para engaar a los liberales y cumplir su cometido sin levantar sospechas.

    As, Josepa, con su nio de pecho a cuestas, desempea eficazmente su papel de espa, introducindose en los campamentos del enemigo, y preguntando con ingenuidad el nombre de los batallones, el nmero de soldados que los integran y sus tcticas ms inmediatas.

    Esta ayuda que el confidente individual presta a la guerrilla puede hacerse extensiva a toda la poblacin carlista. El entusiasmo colectivo se traduce en una ayuda multiforme por parte de la poblacin civil, legitimando a los combatientes.

  • 4.- El odio a los liberales y a las ideas que stos encarnan

    El odio a los liberales es el denominador comn de toda la poblacin carlista, sin distincin de edad, sexo o condicin. Esta animadversin colectiva se transforma en solidaridad hacia los carlistas.

    La Guerra de la Independencia contra los franceses es semejante a la que hacen los carlistas contra los liberales, ya que los dos defienden una causa nacional frente a un adversario que es considerado como extranjero.

    Los carlistas son recibidos con cordialidad en las villas y pueblos, compartiendo los habitantes fraternalmente con ellos sus escasos bienes. La lealtad al carlismo se transmite de padres a hijos, al igual que la hostilidad a los liberales. De ah que los hombres en edad de combatir se unan a la guerrilla, siendo los propios padres quienes animan a sus hijos a presentarse voluntarios.

    Y la razn principal es el factor religioso: los carlistas ven en sus adversarios a los enemigos de la religin. El pueblo ve a los liberales como encarnaciones del mal, de Satans. De ah el odio casi instintivo que provocan y el paralelo deseo que suscitan de eliminarlos, como si se tratase de una plaga malfica.

    La lucha contra ellos adquiere el valor de cruzada. Se trata de una guerra de religin, en la que se combate por sentimientos y creencias arraigadas secularmente.

    Todos los personajes carlistas aparecen definidos por un fuerte sentimiento religioso que contrasta con la impiedad que se atribuye a los liberales.

    Todo un pueblo se levanta en armas contra el liberalismo para defender, a sangre y fuego, una sociedad patriarcal, arcaica, no contaminada ni degradada an por el proceso de modernizacin que supuso la revolucin liberalburguesa.

    Pero, aparte del factor religioso que defiende unas creencias ultrajadas y perseguidas por el liberalismo, tambin entra en juego la defensa del rey legtimo, Carlos VII, que tiene como misin suprema el triunfo de esa fe, y la reivindicacin de los fueros, que constituyen la manifestacin de unas formas de vida peculiares que hunden sus races en la sociedad de la Espaa tradicional

  • GERIFALTES DE ANTAO LA GUERRA CARLISTA III

    (RAMN MARA DEL VALLEINCLN

    En Gerifaltes de antao, tercera de las novelas de la triloga de la Guerra Carlista, ValleIncln prosigue la accin de la ltima guerra entre carlistas y liberales (1.8721.876), fijndose sobre todo en las partidas y sus colaboradores, muy particularmente en la figura del cabecilla Manuel Santa Cruz.

    El escenario contina siendo el mismo, las provincias del norte de Espaa, y los mismos combatientes y personajes: Cara de Plata, el sacristn Roquito, Miquelo Egoscu etc., pero sobre todos resplandece la figura del cura de Hernialde.

    En la novela quedan patentes los enfrentamientos del cura Santa Cruz con las tropas liberales en primer lugar, con el propio ejrcito carlista despus, a cuyos mandos es rebelde, y finalmente con los restantes cabecillas cuyas partidas pretende reunificar bajo su mando.

    Tambin quedan patentes la preocupacin del sector liberal por perseguir y capturar a Santa Cruz, los conflictos internos del ejrcito gubernamental con los altos mandos del Estado Mayor, y los preparativos de un ataque contra Estella, destacndose siempre la progresiva desventaja de los liberales frente al rpido avance de los carlistas.

    La obra comienza con el ataque por sorpresa de Santa Cruz a la villa de Otan, donde las tropas liberales slo haban dejado una pequea guarnicin. sta resiste el asalto de la partida del cura, parapetada en un viejo convento convertido en fortaleza.

    El guerrillero somete a represalias a la poblacin de Otan por considerarla traidora a la causa, mientras que, sin que l lo sepa, sus hombres empluman a la anciana marquesa de Redn, como castigo ejemplar por su abolengo liberal.

    El general liberal Espaa, enterado de la delicada situacin de Otan, pretende socorrerla, pero las rdenes del Estado Mayor de aproximarse a Estella para conquistarla, se lo impiden.

  • Las tropas liberales, al mando del general Moriones, son distribuidas en una amplia lnea geogrfica, por lo que el auxilio a Otan no resulta factible. Los carlistas reconquistan as posiciones ganadas antes por los gubernamentales.

    Pese a todo, el general Espaa, desobedeciendo rdenes, enva refuerzos a la villa. Santa Cruz, avisado por sus confidentes, concibe el siguiente plan: salir rpidamente de Otan, dejando a unos cuantos hombres para hacer creer al enemigo que continuaba el acoso a la fortaleza, para acto seguido atacar por sorpresa la columna de socorro enviada por Espaa y regresar inmediatamente a la villa, volar la fortaleza y refugiarse en los montes prximos, antes de que llegara el grueso de las refuerzos enemigos.

    Este proyecto, sin embargo, no es llevado a cabo por las desavenencias surgidas entre los cabecillas de las partidas carlistas, partidarios de unirse al general Lizrraga, mientras Santa Cruz, rebelde contra l, pretende hacer la guerra sin adaptarse a la estrategia conjunta dictada por los responsables del ejrcito carlista.

    Dado que Miquelo Egoscu es partidario de unirse a la tropas de Lizrraga, Manuel Santa Cruz lo manda fusilar, acusndolo de traicin. Algunos de los hombres del cabecilla asesinado se suman a los del cura y otros, como Ciro Cernn y Cara de Plata, huyen. (Es trgico el captulo en el que el cabrero Ciro Cernn, descubre el cadver de su capitn Miquelo Egoscu y se lo disputa al lobo que ya casi lo ha destrozado)

    Los liberales regresan a Otan, libre ya del asedio del cura, y preparan una gran operacin militar con vistas a tomar Estella, en donde Carlos VII ha instalado su cuartel real y ha llamado a Santa Cruz, que se niega a comparecer ante su rey.

    Esta actitud le vale la declaracin de rebelde y la decisin de Antonio Lazrraga de proponer a su adversario, el general Espaa, la colaboracin de ambos ejrcitos para capturar al cabecilla insurrecto.

    Pero ste se zafa de la persecucin, trasladndose de unos lugares a otros en marchas rpidas. Impulsado por el deseo de reunir bajo sus rdenes a todas las partidas de Guipzcoa, se entrevista con Pedro Menda, un viejo y enfermo guerrillero, que se doblega finalmente ante l dejando que los hombres de su partida se integren en la del cura.

  • Cercado Santa Cruz por sus dobles perseguidores, una orden del Gobierno, que ve en Santa Cruz a su mejor aliado, obliga a los liberales a abandonar su captura, lo que salva finalmente al sacerdote, que huye y abandona la lucha.

    Santa Cruz y su partida

    La partida de Santa Cruz, compuesta por unos cientos de hombres en su mejor momento, lleg a movilizar en su contra a la mayor parte de los jefes militares de Guipzcoa.

    El cura era el ms cualificado representante de la tctica de la guerrilla: ataques por sorpresa, gran movilidad, red de espas bien informados, refugios inaccesibles al enemigo etc

    Santa Cruz se convierte en el principal adversario del ejrcito gubernamental, que le persegua sin tregua. Todos teman al guerrillero por sus represalias, por la frrea disciplina que impona a sus hombres y por la severidad con que castigaba la menor complacencia con el enemigo.

    A la fama de Santa Cruz contribuye tambin el conflicto con el general carlista, Antonio Lizrraga, debida a la conviccin del cabecilla de que la tctica blica de las partidas era ms operativa que la postulada por los jefes militares nombrados por Carlos VII.

    El conflicto con Lizrraga no era, pues, debido a una animadversin personal, sino a las divergencias existentes entre sus respectivas concepciones y formas de hacer la guerra.

    La lucha popular de las partidas, de las que Santa Cruz es el mayor exponente, tuvo lugar al principio del alzamiento carlista, pero poco a poco fue surgiendo un ejrcito regular, creado e impulsado por los militares profesionales, que desplaz el protagonismo de las partidas, integrndolas en unidades y batallones de dicho ejrcito.

    La tenaz resistencia del cura a este proceso de integracin se concreta en la mencionada hostilidad hacia Lizrraga, principal promotor del ejrcito carlista. Ninguno de los intentos del general para reducir por mtodos persuasivos al indmito cabecilla tuvo xito. De ah la causa comn hecha con los liberales para perseguirlo

  • ValleIncln ha recreado la figura histrica de Santa Cruz, convirtindolo en un hroe popular, carismtico, rebelde, fantico, temerario, que adquiere para el lector el valor de smbolo.

    A los liberales, sin embargo, beneficiaba la figura del cura guerrillero, rentabilizando a su favor los excesos cometidos por ste. Estos excesos proyectaban una imagen negativa del carlismo fuera y dentro de Espaa.

    Aunque la figura del cura guerrillero es ambigua a lo largo de todo el relato, parece estar claro que ValleIncln es partidario de ella, mostrndonos ms los aspectos positivos que los negativos en este controvertido guerrillero, hroe popular de la causa

  • LA CORTE DE LOS MILAGROS EL RUEDO IBRICO

    (RAMN MARA DEL VALLEINCLN)

    La corte de los milagros es la primera de las tres partes que componen El ruedo ibrico, junto con Viva mi dueo y Baza de espadas.

    La gnesis de El ruedo ibrico

    ValleIncln concibi la idea de componer una historia, que cabra parangonar con Los Episodios Nacionales de Benito Prez Galds. La obra proyectada tena estructura ternaria: tres trilogas, con tres volmenes cada una (nueve en total), que abarcara el periodo de tiempo que va desde los momentos previos a la revolucin de septiembre de 1.868, hasta las luchas mantenidas en Cuba, aos antes de la prdida de la isla antillana.

    De las nueve obras slo aparecieron completas La corte de los milagros y Viva mi dueo. La tercera parte, Baza de espadas se qued incompleta. La quebrantada salud de ValleIncln no le permiti terminar su proyecto

    Las dos primeras partes de la triloga (La corte de los milagros y Viva mi dueo) mantienen un estrecho nexo entre s, siendo la segunda a modo de continuacin de la primera. Ambas se desarrollan entre febrero y julio de 1.868, y las dos exponen la visin que tena Valle de las dos Espaas: la que permaneca aferrada al antiguo rgimen, la cual no quera perder sus privilegios, frente a la otra ms liberal que propugnaba unas ideas de mayor igualdad entre las gentes.

    El fondo histrico: la Espaa isabelina

    ValleIncln haba escrito ya una triloga sobre la guerra carlista, parte de la historia de Espaa en el siglo XIX. Ahora trata de esbozar otro momento de la vida espaola de ese mismo siglo: las postrimeras del reinado de Isabel II.

    A travs, pues, de La corte de los milagros podemos reconstruir la historia espaola moderna del siglo XIX y, en concreto, la del reinado de Isabel II.

  • Para la comprensin del volumen es necesaria la siguiente exposicin histrica: muerto Fernando VII (1.833), y tras el periodo de regencia de su esposa Mara Cristina, es proclamada reina Isabel II a los trece aos de edad.

    La soberana, con buena voluntad pero con escasas dotes de gobierno, se encontr en difciles y comprometidas circunstancias, entre facciones de opuestas tendencias polticas.

    Espaa, que haba estrenado cierta apertura liberal a raz del fallecimiento del monarca, careca an de la madurez y del equilibrio poltico necesarios. El pas se debata entre la guerra carlista por una parte (mantenida por el pretendiente Carlos, representante de la tendencia del gobierno ms absoluto) y por otra parte, continuas intentonas y pronunciamientos de una u otra significacin poltica.

    Hay que aadir la rivalidad entre moderados y progresistas, partidos que se turnaban en el poder. Los moderados otorgaban mayor poder a la corona, en tanto que para los progresistas el poder resida en la soberana nacional

    El reinado de Isabel II

    Durante los primeros aos del reinado de Isabel II se estableci un gabinete moderado, al que suceder el general Espartero (1.8411.843), con un gobierno de ndole progresista.

    Al periodo progresista de Espartero sucede la llamada dcada moderada, hasta 1.854. Un nuevo acceso al poder del otro bando dar lugar al llamado bienio progresista (1.8541.856).

    De 1.856 a 1.863 gobernar un nuevo partido poltico (los unionistas de la Unin Liberal), que agrupaba a los elementos ms avanzados de los moderados y a los menos radicales de los progresistas. Su figura ms destacada es el general O, Donnel.

    A partir de 1.863 se acentuar el moderantismo, del que el general Narvez ser la figura ms representativa, hasta su fallecimiento en 1.868, en que le suceder el civil Gonzlez Bravo. (De Narvez se hacen muchsimas referencias en esta volumen. Isabel II vislumbraba que, con la muerte del Espadn de Loja, se le acababa el reinado)

  • El futuro de la monarqua de Isabel II se vea cada vez ms problemtico tras las reuniones y acuerdos, en 1.866 y 1.867, entre progresistas, demcratas y republicanos

    En septiembre de 1.868, se sublevan en Cdiz los generales Prim y Serrano y el contraalmirante Topete, los cuales le imponen a Isabel II la renuncia al trono y la marcha al destierro, en Francia.

    Si bien en el reinado de Isabel II no faltaron figuras liberales (Espartero, Olzaga, Bravo Murillo, Prim, Lpez de Ayala), los historiadores insisten en la presencia en palacio de una camarilla de ideas retrgradas, formada por carcas y melanclicos, amn de aristcratas y cortesanos ineptos.

    Fuera del ambiente de palacio, el pas estaba realmente atrasado en relacin a gran parte de Europa, con una clase media inmadura, mientras que la burguesa de las ciudades y el campesinado se movan en violentas convulsiones, encendidos unos y otros ante las nuevas doctrinas Las clases bajas se resistan ante el desigual e injusto trato recibido.

    La reina, aconsejada por frailes y monjas (particularmente Sor Patrocinio) quera purificar Espaa de la contaminacin masnica: Cuntos tendrn que condenarse por sus ideas extraviadas de progreso! Extirpada la impiedad liberal tornara a la ruta de sus grandes destinos la nacin espaola

    Desconoca Isabel II que los elementos populares suspiraban por la revolucin social, y que el republicanismo era ya un hecho en Espaa

    La trama histrica y la novelada

    Plano histrico de la obra: periodo comprendido entre el 12 de febrero y el 27 de abril de 1.868, fechas que corresponden a la imposicin de la Rosa de Oro a la soberana por parte del Papa, y a la muerte del general Narvez respectivamente. Este plano histrico aparece inseparablemente unido a la ficcin novelada

    Se inicia el volumen con el ceremonial de la imposicin de la Rosa de Oro pontificia a la soberana (hecho rigurosamente histrico) y la recepcin y baile celebrados con tal motivo.

  • La accin prosigue con una serie de pormenores novelados en los que se describe la vida de la nobleza, vista desde la mansin de unos imaginarios palaciegos, los marqueses de TorreMellada, adonde acuden diversos personajes de la alta sociedad.

    Otros datos histricos son la enfermedad del general Narvez, el Espadn de Loja, presidente del Consejo de Ministros, y las cbalas e intrigas polticas en torno a su sucesin. Estos elementos histricos van dando paso de nuevo a la parte novelada, la cual va creciendo en importancia poco a poco.

    En uno de los captulos nos presenta Valle a las gentes del campo y a los ambientes rurales, con motivo del secuestro de un muchacho y el rescate exigido para poner en libertad al raptado.

    Tras esta parte se nos habla en el volumen de una reina y de unos palaciegos atemorizados ante la inminente muerte de Narvez y la incertidumbre de un futuro amenazado por la subversin.

    La muerte de Narvez y el cortejo fnebre que acompaa hasta la estacin de Atocha los restos mortales del Espadn, ocupan los ltimos captulos y sirven de cierre a la obra

    La ideologa

    Frente al esteticismo que caracteriz a Valle en sus Sonatas, el escritor toma partido en El ruedo ibrico. Frente a las ideas que triunfaron en la Revolucin Francesa, defendidas en Espaa por la invasin napolenica, se situ la Iglesia y una parte de la aristocracia con su conservadurismo y apego a las ideas tradicionales, y con ambos estamentos, el propio pueblo que desconoca que estaba optando por el inmovilismo y por quedarse anclado en el pasado.

    Valle, en cambio, se va haciendo eco de las nuevas maneras de pensar, convirtiendo y transformando en la obra a los secuestradores (Pinto Viroque, el To Blas de Juanes y el Tullido) en abanderados de estas nuevas ideas. Son nuevos vientos que abogan por la igualdad entre los hombres.

  • Frente a estos secuestradores de los que Valle se pone de parte, nos encontramos con los aristcratas y miembros ms altos de la sociedad (y an con los mismos palaciegos) que quedan peor parados. Sus hijos o allegados forman una juvenil cuadrilla de chulos parsitos que en una juerga dan muerte a un guardia

    El esperpento

    Casi todos los personajes de La corte de los milagros aparecen transformados esperpnticamente. Reyes, eclesisticos, militares y cortesanos son caricaturizados y satirizados, en un lenguaje de difcil comprensin, como el utilizado en "Luces de bohemia (sarcasmo irnico muy propio de la obra de Valle).

    Todos (la reina, su marido Francisco de Ass, el marqus de Torre Mellada y su esposa Carolina, la monja Patrocinio, el Padre Claret etc.) son deformados por el espejo cncavo del esperpento. Las imgenes ms bellas, segn Valle, son absurdas en un espejo cncavo.

    Y la deformacin del espejo convierte a los personajes en marionetas, tteres y peleles; fantoches deformados que son ridiculizados y caricaturizados sin piedad

    La caricatura abarca a todas las clases sociales (reina, aristcratas, eclesisticos, militares), e incluso a la clase media, el honrado pueblo. Tal vez los elementos del pueblo que quedan mejor parados sean las clases de ms humilde condicin, por los que Valle muestra especial simpata.

    El lenguaje

    Hay que mencionar la gran riqueza lingstica que aparece en la obra: galleguismos, andalucismos, asturianismos, catalanismos, vasquismos, americanismos, que introducen la lengua de los diferentes estratos sociales, con palabras populares que representan el lenguaje de la calle.

    Si a este lenguaje de difcil comprensin se une el esperpento o deformacin antes mencionado, no es de extraar que el volumen sea duro de leer y aburrido en algunos momentos, por lo que se echa de menos el realismo de Prez Galds y el inters con el que se leen sus Episodios Nacionales

  • El trueno dorado

    Obra que aparece al final y que representa una ampliacin de ciertos captulos de La corte de los milagros.

    Adolfito Bonifar y Gonzaln TorreMellada, junto con otros amigos aristcratas, se refugian en un tablao flamenco (tras el robo de unas capas a unos carcamales) y organizan una juerga. En el transcurso de la misma arrojan por la ventana a un guardia, que iba en busca de los autores de la tropela.

    Carolina TorreMellada y Feliche Bonifar visitan a la viuda del guardia, a la que quieren socorrer, comprando al mismo tiempo su silencio, con una ayuda econmica.

    Las clases humildes, con Fermn Salvochea al frente, se oponen a que sean inculpados los autores de la muerte del guardia (enfrentamiento de los ms humildes contra las clases altas de la sociedad).

    Frente a la vida ociosa de las clases altas, con todas sus necesidades cubiertas, el escritor nos presenta a las gentes que se mueven en ambientes de penuria, pasando mil esfuerzos y humillaciones para poder salir adelante.

    Frente a una intil e irresponsable aristocracia, Valle contrapone el idealismo y filantropa de personas imbuidas de las nuevas ideas (los anarquistas); gentes del pueblo que representan un alegato de encendida protesta

  • LUCES DE BOHEMIA (RAMN MARA DEL VALLEINCLN)

    En Luces de bohemia nace lo que conocemos como esperpento: actitud de agria crtica so