Santa Teresa · Santa Teresa sus pasos y los caminos por la provincia de Valladolid. Cuaderno de...

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

sus pasos y los caminos

cuaderno de campoteresiano

P O R L A P R O V I N C I A D E V A L L A D L I D

Santa Teresa

“No pongo en estas fundaciones los grandestrabajos de los caminos, con fríos, con soles, connieves, que venía vez no cesarnos en todo eldía de nevar, otras perder el camino, otras conhartos males y calenturas; porque veía claro

que nuestro Señor me daba esfuerzo””




Santa Teresa

SA

NTA

TE

RE

SA

, SU

S P

AS

OS

Y L

OS

CA

MIN

OS

PO

R L

A P

RO

VIN

CIA

DE

VA

LL

AD

OL

ID

- C

UA

DE

RN

O D

E C

AM

PO

TE

RE

SIA

NO




Santa Teresa

Santa Teresa sus pasos y los caminospor la provincia de Valladolid.Cuaderno de campo teresiano.

Edita:Diputación de ValladolidPatronato de Turismo

© de los textos: Javier Burrieza© de las fotografías: sus autores© de las ilustraciones: realcecomunicacion.com

Depósito legal: VA 70-2015ISBN: 978-84-606-5842-9

Todos los derechos reservados. Queda prohibidala reproducción total o parcial de la obra encualquier medio sin el consentimiento explícitode sus autores.

Las obras de Teresa de Jesús están plagadas de referencias,estancias y moradas a la que es hoy nuestra provincia, especialmentepara Valladolid y Medina del Campo, pero también para otras locali-dades que disponen de un amplio sabor teresiano. “Mi espíritu dabaprisa para que fuese a fundar la casa de Valladolid”; “entré enValladolid el día de san Lorencio” o “partiré el lunes, con el favor denuestro Señor, sin falta para Medina”, son algunos ejemplos denuestra premisa geográfica.

Por eso, en este gozoso Quinto Centenario del nacimiento de unagran mujer castellana, la Institución provincial quiere mostrar loscaminos de nuestra tierra por los que discurrió Santa Teresa de Jesús.Para ello, hemos recurrido a las propuestas que desde el análisis delos archivos y de las obras de esta monja viajera, nos ofrece elprofesor Javier Burrieza. Él ha avalado con autoridad ese acentovallisoletano en la existencia de la reformadora del Carmelodescalzo, escritora profunda de nuestras cosas.

Habrá lugares que tendremos que ir intencionadamente pararecordar a sus contemporáneos. En otras rutas, reviviremos suscircunstancias y sus inquietudes. No son únicamente propuestas quequedan en el aire sino también palabras para conservar, para profun-dizar, para perder el miedo al castellano bien escrito del siglo XVI yadentrarnos en sus obras.

En definitiva, páginas en las que encontraremos a la mujer ade-lantada a sus días, en búsqueda de lo profundamente amoroso que estranscendente y eterno. Por ella no ha pasado el tiempo; por labelleza de nuestros caminos y lugares tampoco.

Jesús Julio Carnero GarcíaPRESIDENTE DE LADIPUTACIÓN DE VALLADOLID

ÍNDICE

Saluda .................................................................................. 3

Introducción ......................................................................... 5

Los caminos seguidos por Santa Teresa

1er camino ................................................................. 10

2º camino .................................................................. 22

3er camino ................................................................. 26

4º camino .................................................................. 30

5º camino .................................................................. 36

Principales lugares teresianos

de la provincia de Valladolid .............................................. 43

El actual ámbito provincial deValladolid, inexistente comoentidad administrativa en el

siglo XVI, resulta imprescindible en eldesarrollo de los trabajos de la reforma delCarmelo por parte de la madre Teresa de Jesús.Existen dos FUNDACIONES bien tempranas y próximas, la deMedina del Campo —iniciada en agosto de 1567— y la deValladolid —que comenzó un año después aunque se trasladó a laubicación urbana actual en febrero de 1569—. Ambas fundacioneshan llegado hasta la actualidad. Posteriormente, se han desarrolladootras. La de Medina de Rioseco fue también muy temprana, a princi-pios del siglo XVII, en una ciudad de prosperidades, dinamismoentre las órdenes religiosas y centro de los estados nobiliarios de losalmirantes de Castilla. Por eso, será la duquesa viuda VitoriaColonna la impulsora de esta fundación. Después otras dos localida-des han dispuesto de conventos de carmelitas descalzas: Villagarcíade Campos y Tordesillas, ambas fundaciones realizadas por las mon-jas de Medina del Campo. En el segundo de ellos, la comunidad reli-giosa ya se ha reintegrado a su casa madre, es decir, a Medina.

En los ORÍGENES FAMILIARES DE SANTA TERESA DEJESÚS existen dos localidades de gran papel histórico entonces, quedeben ser reseñadas. La abuela paterna, Inés de Cepeda, habíanacido en Tordesillas, la villa del Tratado que había repartido lasáreas de influencia entre Castilla y Portugal en las Indias y donde,desde 1509, vivía en su palacio, la reina propietaria de la corona,

SUS PASOS Y LOS CAMINOSSanta Teresa

4_ POR LA PROVINCIA DE VALLADOL IDSanta Teresa

5_

primera, en estas tierras, aunque nosotros tenemos que aceptar la pri-mera documentada: el camino a la fundación de Medina del Campo.Tras descansar, y recibir malas noticias en la posada de Arévalo, lajornada del 14 de agosto de 1567 fue intensa. Entrando, probable-mente por el camino de Salvador de Zapardiel y Lomoviejo, llegó aFuente el Sol donde se entrevistó con la señora de aquella localidad,María Suárez, dispuesta a venderla una casa donde iniciar elconvento de Medina. Continuó en esa jornada a Olmedo, probable-mente por Ataquines, para entrevistarse allí con el obispo de Ávila,uno de sus protectores, Álvaro de Mendoza. Para llegar a Medina delCampo, ya en coche y en la víspera de Nuestra Señora de Agosto —aunque fuese a las doce de la noche— pudo haber pasado antes porPozal de Gallinas, casi sin enterarse por las horas nocturnas.

En los sucesivos viajes de Medina del Campo a Valladolid, elcamino ofrecido por los Repertorios —Villuga en 1546 o Menesesen 1576— se desarrollaba por Rodilana, Ventosa de la Cuesta—LaVentosa indicaba el texto, señorío de Alonso Berruguete—,Valdestillas —para cruzar por su puente el río Adaja— y PuenteDuero, para atravesar este último río. Si en otras ocasiones, venía deÁvila y Arévalo y no pasaba por Medina —pues traía prisa pararesolver cierto asunto— el Repertorio indicaba que el camino másadecuado continuaba por Ataquines, Olmedo, Mojados, Boecillo,

doña Juana I de Castilla, ajena a todos los cambios políticos hasta sumuerte el Viernes Santo de 1555. Los abuelos maternos —JuanDávila y Teresa de las Cuevas—, así como su madre Beatriz deAhumada, habían nacido en Olmedo, localidad que había tenidotanta importancia en los enfrentamientos civiles de Castilla a lo largodel siglo XV y que se había convertido en una notable localidadlevítica, con numerosas fundaciones religiosas masculinas y femeni-nas —entre ellas una de las más tempranas de las concepcionistasfranciscanas de Beatriz de Silva—.

Distintas localidades fueron espacio de MORADA DE PERSO-NAJES DESTACADOS EN LA VIDA DE TERESA DE JESÚS. EnVillagarcía de Campos se establecieron desde los años setenta delsiglo XVI los jesuitas, tan próximos a la reformadora carmelita,como confesores, impulsores de vocaciones y ayuda de losconventos. Era el colegio de San Luis, establecido gracias a la gene-rosidad de Magdalena de Ulloa. En esta nueva casa, como lo habíahecho antes en Medina, vivió el padre Baltasar Álvarez, uno de losconfesores más señalados de la reformadora, mientras ejercía estosministerios en el colegio de Ávila. Medina del Campo también fue lacuna de nacimiento de Ana de Jesús (Lobera), una de las primeras

colaboradoras, tan eficaces, de la madre Teresa. EnValladolid vio su primera luz fray Jerónimo Graciánde la Madre de Dios, carmelita descalzo, que ejer-ció notable influencia en la trayectoria de lasfundaciones, especialmente en la última etapa.En la iglesia de la Asunción de Tudela deDuero está enterrado Alonso Velázquez,obispo de Osma y arzobispo de Compostela,además de confesor de Teresa de Jesus.

En cuarto lugar, tenemos que hablarde los LUGARES DE PASO DE LAMADRE TERESA, por lo que hoy cono-cemos como provincia de Valladolid. Nosabemos cuándo puso sus pies, por vez


6_ POR LA PROVINCIA DE VALLADOL IDSanta Teresa

7_

Teresa de Jesús ante el Cristo atado a la Columna, GregorioFernández, Convento de Santa Teresa. Ávila.

Sagrada Familia con San Juanito, Il Bagnacavallo,Convento de la Concepción del Carmen de Valladolid.

En Alba deTormes deVenancioBlanco.

habría de atravesar el río Duero, Laguna y entrada a Valladolid. Siestando en Arévalo, pasaba por Medina, el Repertorio indicabaAtaquines y San Vicente del Palacio hasta Medina, continuando porel camino habitual de Rodilana, en el caso de proseguir haciaValladolid.

Por último, también hay que considerar los caminos que utilizabala madre Teresa desde Medina camino de Alba de Tormes ySalamanca. El Repertorio de Meneses es claro: Carpio, Fresno elViejo y Las Villorías hasta Alba. En el último viaje, en septiembre de1582, desde Medina a Alba, ya en disposición de acudir al parto dela nuera de la duquesa de Alba, pasaron por Peñaranda deBracamonte. Esto en lo que se refiere a las rutas del sur.

Otra cosa será cuando la madre Teresa se dirigió a fundar aPalencia (1580) —donde han situado posteriormente un pasoapócrifo por Medina de Rioseco— y Burgos (1582). La salida deValladolid era buscando Cabezón, por donde se podía atravesar elPisuerga desde hacía siglos; probablemente pasó por delante delmonasterio de Palazuelos, cabeza de la Congregación cisterciense,como lo hizo el emperador Carlos camino de Valladolid en su viajede retiro hacia Yuste; proseguía por Dueñas hasta alcanzar Palencia.Un día la llevó hacer esta ruta en el diciembre de 1580. En lasegunda ocasión que realizó la ruta de ida desde Valladolid, y enenero de 1582, se volvió a detener en Palencia aunque continuabahacia la fundación de Burgos. Los Repertorios aconsejaban enlazardespués por Magaz y Torquemada. El regreso, en ese mismo añohacia Valladolid, lo pudo hacer por la misma ruta en sentidocontrario y quizás fue entonces cuando pudo ver la ermita de SanAlejo donde habría de establecerse el convento vallisoletano de car-

melitas descalzos ala entrada de la villa—actual CarmenExtramuros—.

POR LA PROVINCIA DE VALLADOL IDSanta Teresa

9_

Grabado del convento de laConcepción del Carmen.

Santa Teresa de Jesús, GregorioFernández, 1625. Museo Nacionalde Escultura. Valladolid.

Santa Teresa

Deseaba la madre Teresa deJesús realizar una entrada lla-mativa en Medina del Campo,

con una fundación mucho menos dis-creta que la de San José de Ávila en1562. La empresa era calificada comode “locura y disparate”. Los pasoshacia la villa de las ferias se iniciaronen la madrugada del 13 de agosto de1567. Los jesuitas, que todo lo veían y

estaban dispuestos a contarlo, así lonarraron, en este caso por boca delpadre Luis Ruiz Caballero: “vio salirde Ávila a la dicha madre Teresa deJesús a hacer la fundación del monaste-rio de Medina del Campo, e iba ella ysus monjas en unos jumentos, porqueno hallaron otras cosas en que ir, e ibancon sus velos cubiertas y con gran reli-gión” (Procesos 3, 276). Años mástarde, cuando demostraba la suficienteexperiencia en el arte de viajar, confir-maba fray Jerónimo Gracián que ellacaminaba en mula “tan bien e iba tan

POR LA PROVINCIA DE VALLADOL IDSanta Teresa 13_SUS PASOS Y LOS CAMINOS

Santa Teresa12_

la fundaciónRuta de la

1er CAMINO14 agosto 1567

“Acordé deayudarme de lospadres de laCompañía, queestaban muyaceptos en aquellugar, en Medina”(Fundaciones 3,1)

Cuaderno de campo teresiano

Orando ante el Ecce Homo, Amberes 1613.

dicaría enormemente en la recepción delimosnas. Julián de Ávila describió cómoTeresa de Jesús asumió esta primera eimportante contrariedad: “era mujer va-lerosa y fuerte y determinada en lasobras de Dios, dióse a la oracióny a tomar consejo de lo que sehabía de hacer”. Con todo,aquella fue una noche deinsomnio. Si decidían re-gresar a Ávila, las mur-muraciones contra lareforma recién empren-dida por la Madre se in-tensificarían. Por otraparte, entrar en Medina sindisponer de morada queocupar, resultaba arriesgado.

Supo Teresa de Jesús queen Arévalo se encontraba, en

ese momento, su amigo dominico, frayDomingo Báñez. El religioso quitóimportancia a la oposición que habíanmanifestado los agustinos, aunque eltiempo se planteaba excesivamentecorto para disponer de otra casa ade-cuada. A través del carmelita frayAntonio de Heredia, consiguieron unavendedora en la señora de la localidad

segura como si fuera en coche”: “acae-ció una vez —relata el mencionadocarmelita vallisoletano— dispararse acorrer espantada la mula en que iba, yella, sin dar voces ni hacer aspavientosde mujer, la dominó”.

Cuando se encontraba en la llanurade la Moraña, por el camino de las Burraso Calzada de Ávila, pasaron por Pajaresdonde tomaron la Cañada Real que habríade conducirlos a Aré-valo, entrando por la er-mita de la Lugareja.Allí habían fijado des-canso, en la localidadque había sido residenciade Isabelde Portugal, se-gunda esposa de JuanII y madre de la ReinaCatólica, y donde el ca-mino se cruzaba con elitinerario de Zamora aSigüenza. Habrían depasar la noche en casade unas devotas mujeresconocidas del sacerdoteAlonso Esteban, puesse encontraban “cansa-das por el mal aparejoque llevábamos”, es de-cir el incómodo y pre-cario medio de transporte. No debíacontar aquella morada con el ambientehabitual de las ventas y posadas que seestaba generalizando para prestar servicioa los transeúntes, caminantes y viajerosque a lo largo del siglo XVI se habíanmultiplicado por los itinerarios. LosReyes Católicos habían impulsado laconstrucción de ventas, precisamente en

los despoblados —que tampoco era elcaso de Arévalo—, con el fin de facilitarlas etapas intermedias y las condicionesde seguridad del peligroso viajar. La ani-mación de estas ventas debía ser grande,como nos describen algunas obras lite-rarias que bien responden a la realidadhistórica y no únicamente a la ficción,con incidentes numerosos y con una pi-caresca —pensemos en nuestro género

del Siglo de Oro— queutilizaba estos lugarescomo escenario de susaventuras.

Lo cierto es que enaquella posada de Aré-valo empezaron losproblemas serios e in-mediatos de la funda-ción de Medina,cuando llegó un en-viado de Alonso Álva-rez, el administradordel hospital de la Con-cepción, arrendatariode la casa que iban aocupar en Medina. Erauna carta dirigida al ca-pellán y colaboradorintenso de Teresa deJesús, Julián de Ávila

—sacerdote que había tratado todas lascuestiones materiales y eclesiásticas parafundar en la localidad—. En sus palabrasse pedía que las monjas no hubiesen sa-lido de Ávila, pues los frailes agustinosque se hallaban próximos a la casa quetenían pensado ocupar, habían manifes-tado su malestar por la fundación de estemonasterio de pobreza, ya que les perju-


Santa Teresa14_

Iglesia San Juan Bautista de Ataquines

“Llegadas a la casa,entramos en unpatio. Las paredesharto caídas meparecieron, mas notanto como cuandofue de día se pareció[…] la noche eracorta” (F 3,8)

Torre de la iglesia de Fuente el Sol.

provisionalmente la iglesia del nuevoconvento, en aquellas casas y portalque encontraron.

Continuó camino este grupo haciaOlmedo por Ataquines, sin salirtodavía de la diócesis de Ávila, dondeTeresa de Jesús se iba a entrevistar unavez más con su obispo, Álvaro deMendoza —perteneciente a una familiaque mucho habría de proteger a lareformadora—. Éste les proporcionóun coche para que pudiesen entrar condignidad en Medina del Campo, encompañía de su mencionado capellánJulián de Ávila. El uso del coche, enmanos de privilegiados como era esteprelado, facilitaba y multiplicaba losviajes, proporcionando rapidez, mayorseguridad y una cierta protección paracon las inclemencias meteorológicas,sobre todo cuando se caminaba o se ibaa lomos de caballería. No siempre loscoches fueron contemplados conacierto por las gentes, lo que obligó endistintos momentos, a que Carlos V yFelipe II promulgasen pragmáticas pararestringir y limitar su utilización.

El coche de don Álvaro permitióaprovechar intensamente a la madreTeresa de Jesús aquel día 14 de agostode 1567 y encontrarse en Medina a tra-vés, probablemente, del camino quepasaba por Pozal de Gallinas, en la vís-pera de Nuestra Señora de Agosto,como ella misma dice, a las doce de lanoche. Una llegada, a la villa de lasferias, sorprendente, como también lofueron las primeras horas transcurridasen ella. “Apeámonos en el monasteriode Santa Ana [carmelitas calzados] por

no hacer ruido, y a pie nos fuimos a lacasa. (Fundaciones 3,7).

Julián de Ávila complementa lodescrito por la Madre —y lo hace enlos procesos de beatificación de Teresade Jesús—: “Yo me adelanté parallegar primero a prevenir a los padrescarmelitas [todavía no se había iniciadola reforma masculina], y a la medianoche estaba yo dando golpes a lapuerta, que al fin despertaron y meabrieron. Y diciendo a lo que venía, yque la Madre estaba ya cerca,empezóse a dar orden para haceraquella misma noche todo lo necesariopara que a la mañana amaneciesehecho el monasterio en la casa deaquella señora [de Fuente el Sol].Como llegó la nuestra Madre y en estascosas era tan determinada, tomamosaderezos de altar y ornamentos paradecir misa y, sin más pararnos, vamosa pie las monjas y los clérigos [el cape-llán Julián de Ávila y el enviado por elobispo de Ávila] y el prior [el mencio-

de Fuente el Sol, María Suárez, sin queésta exigiese un pago inmediato. Condisponer de la palabra del mencionadocarmelita, era suficiente. Eso sí, habríaque obrar con cautela en la entrada enMedina. No era conveniente queentrase todo el grupo que había salidode Ávila.

La Madre Teresa, acompañada deMaría de los Ángeles y de su sobrinaMaría Bautista —ambas procedentesde la clausura abulense de San José—,junto con la postulante que les acompa-ñaba, se encaminaron en la mañana del14 de agosto a visitar a María Suárez,en su casa de Fuente el Sol —por elcamino de Salvador de Zapardiel yLomoviejo— mientras que otrascuatro monjas del grupo fundacional sequedaron en la cercana localidad aArévalo de Villanueva del Aceral —

perteneciente hoy a la provincia deÁvila—, en casa de su primo Vicentede Ahumada, párroco de la localidad.La aristócrata María Suárez las recibiócon gran contentamiento. La madreTeresa contempló aquel castillo que seencontraba encumbrado sobre uncerrete, que se hallaba a la entrada dela localidad en el camino que seiniciaba de Cervillego de la Cruz. Todoun recinto de gran tamaño, de plantarectangular, “de recias murallas, concubos cilíndricos en los ángulos”, confábrica de tosca sillería “dorada por lalumbre de tantos soles” desde que fueconstruida en el primer tercio del sigloXV. María Suárez las entregó una cartapara que su administrador en Medina,colaborase intensamente con ellas, laspreparase colchas y tapices necesarioscon los que configurar


Santa Teresa16_

“Aquella señora tenía muchos tapices deella en casa y una cama de damasco azul,y había dicho nos diese lo que quisiéra-mos, que era muy buena”. (F 3, 8)

Convento de la Concepción Olmedo.

Crucero de Pozal de Gallinas.

nado padre Antonio Heredia] y otrosdos frailes; y fuímonos por de fuera dellugar, porque era aquella hora el ence-rrar de los toros, que a la mañana sehabían de correr; y todos íbamos carga-dos, que parescíamos gitanos que habí-amos robado alguna iglesia, que, cierto,a toparnos la justicia, estaba obligada allevarnos a todos a la cárcel, hasta ave-riguar a dónde iban a tal hora clérigosy frailes y monjas. Y aun no estabanobligados a creernos, pues las aparien-cias, y la hora que era, y tanta gentecomo andaba por las calles que, por lamayor parte, con tal ocasión, suelen serlos que entonces andan los muy perdu-larios y vagamundos del lugar, quisoDios que, aunque topamos gente, comono fue la justicia, nos dejaban pasarcon decir algunas palabras, cuales se

suelen decir de tal gente y a tal hora.Nosotros, como no osábamos chistar,alargábamos el paso y dejábamos decirlo que querían”. Ni se toparon con nin-guna barrera seria de la justicia, ni conninguno de los mencionados toros:“con el embebecimiento que llevába-mos, no había acuerdo de nada; mas elSeñor, que siempre le tiene de los quedesean su servicio, nos libró”(Fundaciones 3,7).

El mayordomo de doña María sesorprendió al ver aquellas monjas, clé-rigos y frailes a tales horas, aunquetodo lo comprendió cuando leyó lacarta de su señora. Aquel portal ruinosose convirtió en una iglesia en unaspocas horas, gracias a los mencionadostapices y una colcha de damasco azul,piezas que permitieron recubrir aquella

SUS PASOS Y LOS CAMINOSSanta Teresa18_

Entrada Santa Teresa en Medina en la víspera del 15 de agosto de 1567.Copia del retrato de Santa Teresa por fray Juan de la Miseria.Convento Concepción del Carmen Valladolid

antes la casa ruinosa que tenían de-lante de sí. Mientras, podrían vivir enuna de alquiler que les ofreció, trasocho días de búsqueda, el mercaderBlas de Medina en la Plaza Mayor,junto a la Colegiata en construcciónbajo la advocación de San Antolín. Yano eran los tiempos de la prosperidadeconómica del emperador Carlos. Contodo, se apreciaba una escasez de vi-viendas. A finales de agosto se unieronlas cuatro hermanas que habían per-manecido en Villanueva del Aceral. La

reconstrucción de la casa de la Señorade Fuente el Sol permitiría edificar elconvento actual de las carmelitas des-calzas, en la antigua calle de Santiago,hoy de Santa Teresa. Después llega-rían los tiempos de las ampliacioneshasta redondear una finca con huertay sus ermitas, que resultó lo suficien-temente grande. Se sucederían las mu-chas solicitudes de jóvenes quedeseaban convertirse en monjas des-calzas de acuerdo a la reforma de Te-resa de Jesús… en Medina del Campo.

POR LA PROVINCIA DE VALLADOL IDSanta Teresa 21_

paredes bien indecentes: “estábamos,unos a barrer, otros a colgar paños,otros a aderezar elaltar, otros a ponerla campana”, segúncontinúa relatandoel capellán de laMadre. Amanecíaaquella fiesta deNuestra Señora deAgosto cuando setañía a la primeramisa. Los que acu-dieron a la llamada,se sorprendieroncon lo que anteshabía allí y ahorapodían ver. Lasmonjas se ocultarony se asomaron antela improvisada igle-sia por la única zonaque no se encon-traba arruinada. Elcelebrante de aquella primera misa fueel mencionado padre Antonio de Here-dia, el prior de los carmelitas de Me-dina. Todo se plasmaba en el actanotarial de la fundación: “a las cinco dela mañana poco más o menos, estandoen unas casas que fueron y son de doñaMaría Xuárez, señora de Fuente el Sol,paresció ante mí el muy reverendopadre fray Antonio de Heredia, priordel monasterio de Señora Santa Ana[…] y me pidió le diese por testimoniocómo en la dicha casa […] había mo-nasterio de monjas religiosas de ladicha Orden de Nuestra Señora delCarmen, que es de las Descalzas, y

cómo en la dicha casa se decía misa yhabía Santísimo Sacramento y lo pen-

saba haber y residiren el dicho monaste-rio como en casa ymonasterio santo ybueno, y a los pre-sentes rogó de ellosean testigos. Eluego, el dicho padreprior, en señal de po-sesión, me tomó porla mano y me llevó aun cuarto donde viciertas mujeres, queme dijo ser las reli-giosas de la dichacasa, con mucha ho-nestidad y recogi-miento que en ellashabía; y luego en unportal de la dichacasa, que es en lo de-lantero de ella, es-

taba hecho un altar entapizado conmuchos aderezos y tapices, en el cualdijo el dicho prior misa”.

Aquel convento en Medina, la se-gunda de las fundaciones de la Re-forma, recibió también la advocaciónde San José. La autoridad con la quepretendían entrar en esta villa se leshabía vuelto del revés. Ni aquel en-sayo de convento disponía de clausuraadecuada para poder vivir y, además,temía Teresa de Jesús que alguien pu-diese robar por la noche el SantísimoSacramento. Por eso, disponía de al-gunos hombres para vigilarlo y ve-larlo. Era menester reconstruir cuanto


Virgen del Carmen llamada Napolitana,antigua propiedad de los carmelitasdescalzos de Medina y ahora en elconvento de San José.

De camino a Medina del Campo

El carmelita Teófanes Egido haconfirmado la probable sospechade que la madre Teresa de Jesús

manejase el citado y única guía queexistía para los caminos: la del valen-ciano Pedro Juan Villuga bajo el título“Repertorio de todos los caminos deEspaña hasta agora nunca visto, dondese señalan las leguas entre lugares, lasventas y posadas”. En 1576 se comple-tan estos conocimientos con la nuevaobra de Alonso de Meneses. No sabe-mos si esta segunda lo conoció lareformadora. Muy probablemente, laprimera vez que Teresa de Jesús salvó elcamino entre Medina del Campo yValladolid fue entre el 9 y el 10 deagosto de 1568, cuando vino a fundarsobre una casa de recreo donada porBernardino de Mendoza, hermano delobispo de Ávila y cuñado de Fran-cisco de los Cobos, el que fuetodopoderoso secretario del empera-dor Carlos. Hablar del camino entreMedina y Valladolid, es hacerlo delcentro de prosperidad económica —unas ferias que empezaban a decaer—y el de la gestión política y los servi-cios —una antigua Corte ausente deRey—. Aquel viaje lo realizó, en lamencionada fecha, con seis monjas,una postulante y fray Juan de la Cruz,al que había conocido en su nuevoconvento medinense de San José.

Las etapas de este nuevo caminoeran Rodilana, Ventosa de la Cuesta —La Ventosa, el señorío que habíacomprado el escultor Alonso Berru-guete y en cuya iglesia fue enterrado—,Valdestillas atravesando el río Adaja yPuente Duero —La Puente Duero—,hasta llegar a Valladolid, probablementepor la Cañada Real. La propiedad delmencionado, ya difunto, fundador Ber-nardino de Mendoza se encontrabaalejada de la entonces villa del


Santa Teresa22_

ValladolidValladolidIda y vuelta entre

y Medina

2ºCAMINO


Iglesia de Ventosa de la Cuestadonde fue enterrado su señor

Alonso Berruguete.

mis padres en vn carro alquilado ynadye cuidaba deuer si lleuaba gente ootras cosas de trajenería; y agora entromirado de todos y acompañado de tan-tos, entonces en carreta agena y oy encarroza propia; yua tan señoreado enesta consideración que al entrar en lascassas episcopales, oyendo los clarinesy trompetas con que le reciuían volvióa comparar aquella primera entrada conesta vltima, ponderando la diferenciaque auía entre vna a otra”. En este espa-cio de los carmelitas, se habría deubicar con el tiempo —en la esquinadel actual Paseo Zorrilla y la Avenidadel Hospital Militar— la Puerta delCarmen, derribada en 1873 durante la IRepública.

Volvamos a la madre Teresa deJesús. Sin duda, la ubicación alejada dela antigua propiedad de Bernardino deMendoza —lo que conocemos como

Río de Olmos— no era la adecuada paraque llegasen las limosnas destinadas aun monasterio de pobreza: “era tan lejosque me dobló más la pena”, escribe enel Libro de las Fundaciones. Esa lejaníay la falta de salubridad junto al ríoPisuerga en los meses del verano yotoño de 1568 —enfermando buenaparte de las monjas— obligó a la funda-dora “de hecho” del conventovallisoletano, María de Mendoza, a aco-gerlas en sus casas de la Corredera deSan Pablo desde el 31 de octubre, mien-tras buscaba una nueva ubicación enesta villa. La adquisición de las vincula-das con su administrador, Juan Bernardode Argüello, posibilitó el traslado de laincipiente comunidad en la festividad deSan Blas de 1569. Concluía ahí la estan-cia más prolongada de Teresa de Jesússobre esta ciudad, de la cual llegaría aser “vecina de honor”.


Pisuerga, en el actual barrio del “Cuatrode Marzo”. Cuando Teresa de Jesúshacía narración de esta entrada, en elLibro de las Fundaciones, mencionabael primer edificio que se encontró, unconvento de frailes carmelitas: el quehabría de conocerse como Carmen Cal-zado, en la actual Consejería deSanidad de la Junta de Castilla y León,“a la entrada del lugar”. Allí pudo oírmisa la reformadora, acompañada —suponemos— del grupo fundacional.Desde ese mismo punto se disponía

habitualmente la entrada del presidentedel tribunal de la Real Audiencia yChancillería y la del obispo que llegabaa esta diócesis vallisoletana. FranciscoSobrino, el canónigo, profesor de Uni-

versidad y obispo deValladolid —ademásde hermano de doscarmelitas descalzasmuy conocidas— quese tuvo que encargarcon los años, por dis-posición de Felipe II,de reunir los manus-critos de las obras dela santa, recordabacómo fue su primeraentrada en Valladolidpor este mismo lugar.La primera, la de lafamilia de un hombresde leyes con sus hijos,inmigrantes en estavilla del Pisuerga queatraía. La segunda,mucho más solemne,como cuarto obispode su diócesis: “Laprimera vez que entréen esta Ciudad poresta misma entrada,venía pobrezito con


“[Bernardino de Mendoza] me agradeciólo que había puestopor él para quesaliese delpurgatorio yfuese aquel almaal cielo”. (F 10,5).

Celda de Santa Teresa en el Convento de la Concepción del Carmen de Valladolid.

La salida del purgatorio de Bernardino de Mendoza, François Langot. Convento de la Concepcióndel Carmen Valladolid.

Procedía de Ávila y no pasó estavez por Medina. Ya había estadoen marzo de 1574 cuando todavía

era, por obediencia, priora del monaste-rio de la Encarnación. Había cesado el 6de octubre y regresado a su primer “pa-lomarcico” de San José. Sin embargo,poco habría de parar en él pues en Valla-dolid tenía que resolver un problemagrave: la vocación de Casilda de Padilla,la joven aristócrata que deseaba sermonja carmelita y que no se sentía apo-yada por su familia, la cual pensaba otrohorizonte para ella. Era hija del fallecidoadelantado de Castilla y de la condesa deBuendía, María de Acuña, muy próximaespiritualmente a la Compañía de Jesús,que tanto había apoyado también a lamadre Teresa en estas empresas. Aquelmatrimonio habían tenido tres hijas y unhijo. Este último, Antonio, profesarácomo jesuita —otro noble como Fran-cisco de Borja, el padre Antonio de Pa-dilla—. Sus hermanas deseaban entrar endistintos monasterios. Al menos una deellas, tenía que contraer matrimonio paraposibilitar que su descendencia heredasetítulos. Así lo hizo Luisa de Padilla, aun-que después profesó. Casilda logró li-brarse de estos objetivos matrimonialesinicialmente planteados. La dote desti-nada para el convento de descalzas, el je-suita confesor de su madre la creía másconveniente a una fundación que bene-

ficiase a la Compañía de Jesús. Esteasunto levantó gran preocupación y dis-gusto en la madre Teresa, desengañadade los comportamientos de los “señoresque todo lo podían”. Así lo narró en dis-tintos capítulos del Libro de las Funda-ciones, lo que provocó que estemanuscrito se tardase mucho en publicar.Demasiados personajes poderosos y con-temporáneos estaban aún vivos.


Santa Teresa26_

prisas haciaCon muchas

3er CAMINODiciembre 1574


Valladoliden el caso de Casilda de Padilla

“María deMendoza, mujer delcomendador Cobos,madre del marquésde Camarasa, muycristiana y degrandísima caridad;que yo la habíatratado” (F 10, 6).

a Beas de Segura en Jaén, atravesandoGuadarrama y Despeñaperros en plenoinvierno. Antes pasó por Medina y allídio el hábito de descalza a la niña decatorce años Jerónima de Villarroel,componiendo aquellas coplillas que de-cían: “¿Quién os trajo acá, doncella, delvalle de la tristura? / Dios y mi buenaventura”.

“A mi querida Casilda me enco-miende mucho; por no la ver también mepesa”, la escribía lamadre Teresa a lapriora de Vallado-lid, María Bautista,desde Segovia y enseptiembre de1574. Había prisapor llegar y, poreso, continuó ca-mino hacia Aré-valo, Ataquines,Olmedo —la loca-lidad natal de susabuelos maternos yde su madreBeatriz de Ahumada— y entrada en elámbito de Valladolid, por Boecillo y La-guna. Serán sus segundas Navidades enla villa del Pisuerga, con el entusiasmoque ponía en la celebración de las mis-

mas, con poesías y música. Una Navidadque despertaba la alegría en su ánimo. Su

compañera Ana deJesús (Lobera) laconocía muy bien yconfesaba que eneste tiempo de la lle-gada de Cristo, senotaba en la Madrehasta un cambio ensu aspecto exterior:“particularmente enla noche de Navidadcantando en losmaitines el evange-lio de San Juan, fuecosa celestial de la

manera que sonó, no teniendo ella natu-ralmente buena voz”. Con todo, poco ha-bría de parar, como era costumbre enella, porque en enero de 1575 proyectabaun largo viaje que la habría de conducir

Virgen del Carmen protegiendo a sus monjas, siguiendo ungrabado de Schelte a Bolswert.

Refectorio del Convento de la Concepción del Carmen de Valladolid

“Que me envíe el arquilla y si algunospapeles más míos fueron en los líos, queme parece fue una talega con papeles;venga muy cosida” A Lorenzo de Cepeda, Ávila 2 enero 1577).

Pasó su tercera Navidad en Valla-dolid, tras haber llegado a aquelconvento el 8 de agosto de 1580.

En los últimos meses no se había atre-vido a culminar la fundación proyectadade Palencia. Susobrina y prioradel convento,María Bautista, yel jesuita Jerónimode Ripalda, lapicaban indicandoque aquella cobar-día era más propiade la edad —teníasesenta y cincoaños— que de sucarácter. Necesitóen su intensa vidaespiritual, escuchar la confirmacióndivina. Ella misma lo cuenta en el Libro

de las Fundaciones: “¿Cuándo te he yofaltado? El mismo que he sido, soyahora?” Siendo palabras puestas en laboca de Cristo todo estaba decidido.

Encaminándose hacia Palencia,había que cruzar elrío Pisuerga, por elantiguo puente deCabezón, existenteincluso antes que elpropio de Vallado-lid. Continuará,aquel 28 de diciem-bre de 1580,probablemente pordelante del monas-terio de Palazuelos,cabeza de la Con-gregación Cister-

ciense de Castilla aunque la fundaciónse remontaba a la Plena Edad Media.


31_SUS PASOS Y LOS CAMINOSSanta Teresa

30_

fundacinesA lasdel norte

Palencia y Burgos

4º CAMINO1580-1582


Tras su abdicación, losmonjes cistercienses dePalazuelos recibieronun 20 de octubrede 1556 a supaso haciaValladolid alemperadorCarlos V.Felipe II pernoctóen el mismo un25 de agostode 1592.

Puente de Cabezón de Pisuerga.

lo hacía, según Gracián, uno de los frai-les —“la Madre reía mucho y lasmonjas se acongojaban viendo que nopodían regalarla”—. También echabamano de los frailes si los aposentos notenían puerta. Incluso, la situación podíaser más complicada para la clausurapues había ventas que no tenían habita-ciones y colgaban mantas de jerga quellevaban en los carros en los que setransportaban, para que las monjas“siempre quedasen encubiertas”. Endefinitiva, de lo que se trataba es que losmesones y ventas reprodujesen la vidaconventual, sin faltar el sonido de lacampanilla que tañía a su tiempo, esdecir, para llamar al silencio y a la ora-ción “y a decir sus Horas como siestuvieran en el convento”.

El convento de Palencia se abrió elmismo 29 de diciembre de 1580. Hastaque la comunidad no encontró casadefinitiva, para su Carmelo de San Joséde Nuestra Señora de la Calle, en mayo


Precisamente, los cronistas del viaje deregreso del emperador Carlos V, tras lasabdicaciones de 1556, antes de entrar enValladolid, se detienen en Palazuelos.Antes de llegar a Dueñas, nos indicanlos Repertorios que se pasaba por LasVentas. Posadas y ventas que llevará lamadre Teresa, según lo vivido, alterreno de lo espiritual, cuando hablabade la salvación al concluir su obra“Camino de Perfección”. En sus pági-nas comparaba el infierno con estasinfraestructuras de los caminos: “¿Quéserá de la pobre alma que, acabada desalir de tales dolores y trabajos comoson los de la muerte, cae luego en ellas?¡Qué mal descanso le viene!; ¡qué des-

pedazada irá al infierno!; ¡qué multitudde serpientes de diferentes maneras!;¡qué temeroso lugar!; ¡qué desventu-rado hospedaje! Pues para una nocheuna mala posada se sufre mal si es per-sona regalada (que son los que másdeben de ir allá); pues posada de parasiempre, para sin fin, ¿qué pensáis sen-tirá aquella triste alma? Que noqueramos regalos, hijas; bien estamosaquí; todo es una noche la mala posada”(Camino de Perfección 40, 8).

Años después, el vallisoletano frayJerónimo de la Madre de Dios aportabamuchos datos de las vivencias de lareformadora en las posadas. Acompa-ñada o acompañadas su grupo de

monjas por algunos frailesy seglares, procuraba lamadre Teresa que uno deellos se adelantase parapreparar el habitáculo y lascondiciones del mismo.Trataba que todas las mon-jas estuviesen juntas,formando una pequeñaclausura en dos o tres habi-taciones a las que seaccediese por la mismapuerta —“hacía poner todolo necesario para que notuviesen las monjas quepedir nada, ni las hospede-ras tuviesen motivos paraentrar adonde ellas esta-ban”—. En estos viajes, suscondiciones de salud nosolían ser las más adecua-das. Las monjas no sabíandónde guisarla la comida y


Manuscrito de Camino de Perfección conservado en el Convento de la Concepciónn del Carmen de Valladolid.

“Bien creo tiene vuestra majestadentendido el ordinario cuidado quetengo de encomendar a vuestramajestad a nuestro Señor en mispobres oraciones. Y aunque esto, porser yo tan miserable, sea pequeñoservicio, en despertar para que lohagan estas hermanas de monasteriosde descalzas de nuestra orden, esalguno, porque sé que sirven a nuestroSeñor” (Teresa de Jesús a Felipe II,Ávila, 11 junio 1573).

En alguna de esas salidas o entradasa Palencia pudo conocer la madreTeresa el paraje de la ermita de SanAlejo, donde habría de establecerse elconvento de los frailes carmelitas des-calzos. De él habla en varias ocasiones,en sus cartas al padre Jerónimo Gra-cián, su superior de confianza en losúltimos años. En julio de 1579 leindica: “Si Dios nos diese recaudos,cierta tenemos la licencia de SanAlejo”. Ya cuando había llegado aPalencia, y tras pasar por allí a la salidade Valladolid camino de Cabezón, leinsistía al fraile descalzo —a Gracián—a finales de febrero de 1581: “mire queno ponga inconveniente en lo de SanAlejo que para de presente, aunque seaun poco lejos, no hallarán tan buenpuesto”. Naturalmente, se encontrabaalejada del núcleo de población. Casiera un desierto como el de los SantosPadres antiguos de la Orden. Pero ellalo había visto y quizás se había detenidosemanas atrás, en aquella salida haciaPalencia el 28 de diciembre de 1580:“contentóme mucho cuando pasé porallí […]. Este monasterio querría fueseel primero, y el de Salamanca, que sonbuenos lugares”. Valladolid y Sala-manca eran dos ciudades universitarias—fray Juan de la Cruz lo sabía bien porla segunda—. El establecimiento de losfrailes en Valladolid se realizaría envida de la madre Teresa, en aquel añode 1581. Hoy, encontramos numerosashuellas carmelitanas en esa Campiñadel Carmen y en el Santuario de Extra-muros donde bien podría decirse: poraquí pasó Santa Teresa.


de 1581, no prosiguió la madre Teresade Jesús hacia Soria, donde tardó enllegar cinco días. A Valladolid, regre-sará por Medina, el 10 de enero de1582. Las pocas jornadas que permane-ció junto al Pisuerga, se entrevistó conun rico mercader que deseaba fundarun colegio de doncellas, gobernado pormonjas carmelitas. La intención leagradó a la reformadora aunque no ladependencia del abad de la Colegiatade Valladolid. Dice su capellán Juliánde Ávila que “puso silencio y continuóviaje” hacia la fundación de Burgos,realizada por mandato de fray Jeró-nimo Gracián.

Siempre escasos de ornamentospara aquella casa de Burgos, impulsadapor doña Catalina de Tolosa, esposa delcomerciante Sebastián de Muncharaz,el grupo fundador cogió algunos de lasacristía de este convento sin informara la priora María Bautista, la sobrina dela Santa, sabiendo que ésta no se lo iba

a entregar. Teresa de Jesús ignorabaesta estratagema. Lo cuenta fray Jeró-nimo Gracián: “y cuando en Palencialo descubrimos a la Santa Madre, fuetanta la risa y la gracia con que hacíacontar a las monjas los sobresaltos quehabían pasado que era harta recrea-ción”. El camino hacia Burgos fue elhabitual de Cabezón —cruzando elPisuerga—, monasterio de Palazuelos,dejando a lo lejos Cigales, Dueñas,deteniéndose diez días en Palencia porlo delicado de su salud —entre el 14 yel 24 de enero—. En estas jornadasfueron compañeros del camino losfríos, las lluvias y las nieves, que con-vertían en intransitables los caminos,más bien transformados en un mar. Loconfirmaban, los viajeros en aquellacircunstancia: el mal era mayor porquelos cocheros eran “mozos y de pococuidado”. Les faltaba experiencia paratanta adversidad, “mundo de aguas sincamino ni barco”.


San Alejo fue una ermitaanterior a la actualubicación del CarmenExtramuros, donde seestableció definitivamenteel convento de carmelitasdescalzos en Valladolid:“Mire que no pongainconveniente en lo de SanAlejo, que para de presente,aunque sea un poco lejos,no hallarán tan buenpuesto. Contentóme muchocuando pasé por allí”(Teresa de Jesús a JerónimoGracián, Palencia 27febrero 1581).

Santa Teresa, Gregorio Fernández, 1615. Santuariodel Carmen de Extramuros, Valladolid.

Siempre ponerse en camino habíasido una aventura, pero en estaocasión, por el delicado estado de

salud de la madre Teresa de Jesús,mucho más. Ella misma lo había escritoen su Libro de las Fundaciones, cuandoiba describiendo cada una de ellas, asícomo sus fatigas para culminarlas: “nopongo en estas fundaciones los grandestrabajos de los caminos, con fríos, soles,con nieves; que venía vez no cesarnostodo el día de nevar, otras perder elcamino, otras con hartos males y calen-turas” (18,4). Venía de Burgos herida demuerte. Se dirigía a Ávila, a su conventode San José, para dar la profesión a susobrina carnal Teresita, hija de su her-mano Lorenzo de Cepeda. Antespasaron por Valladolid y Medina delCampo.

En la primera localidad, los asuntosfamiliares por la herencia de su her-mano, habrían de complicar mucho lascircunstancias. La esperaba Beatriz deMendoza, la suegra de su sobrinoFrancisco. Su comporta-miento

POR LA PROVINCIA DE VALLADOL IDSanta Teresa 37__36

Santa TeresaSUS PASOS Y LOS CAMINOS

AlbaHacia tierras de

Último viaje

5º CAMINOSeptiembre 1582


“Ni dejará nuestro Señor padecer a susesposas, si ellas le sirven como estánobligadas. Para esto las dé su Majestadgracia por su gran misericordia ybondad” (F 31,50)

Iglesia de San Juan Bautista deFresno el Viejo

de la Cruz. Solicitaba la aristócrata lapresencia e intercesión de la madreTeresa en el parto de su nuera María deToledo y Colonna, hija del marqués deVillafranca, con la que se había casadosu segundo hijo Fadrique Álvarez deToledo en secreto y en 1580. El matri-monio vivía en la villa ducal de Alba deTormes. No había otra elección. Mástodavía, cuando la estaba esperando conla carroza de la casa el mencionadovicario provincial de los descalzos, paraconducirla con mayor comodidad yrapidez. En nuestro primer camino se lohabía ofrecido para llegar presto aMedina, debido a la caída de aquella

tarde del 14 de agosto de 1567, el obispode Ávila. Ahora era la duquesa de Alba.Ella que había probado el mulo, a vecesen “jumento de aguador”; que lo máscorriente había sido la carreta de bueyes,muy propia para la vida comunitaria aunen el camino disponiendo de la discre-ción del toldo; ahora en el último viajevolvía al vehículo de lujo. Pero no nosengañemos, como ha subrayado Teófa-nes Egido, era ideal en un trayecto corto,para un terreno llano y seco, pero enplena marcha invernal o en agonía deenfermedades, como ocurrió en esteviaje de Medina a Alba, fue todo unsuplicio.


descubriría el auténtico rostro de aquellasupuesta “familia bien” con la quehabían emparentado. La realidad de losCepeda era harto complicada. Sus sobri-nos vivían por encima de susposibilidades. Aquella señora la ame-nazó con ponerla pleito ante laChancillería tras no conseguir manejarla herencia que su consuegro Lorenzode Cepeda había destinado al conventode San José de Ávila. Para mayor abun-damiento, la priora de Valladolid, MaríaBautista, otra de sus sobrinas —con laque había mantenido gran confianzadesde los principios de la reforma— sepuso del lado de sus contrarios. Estocondujo a que la despedida de esta casa,cuando se ponían inicialmente encamino hacia Medina y Ávila el 15 deseptiembre fuese extremadamente tensa,tras haber descansado en el mismo casiun mes: “váyanse ya, y no vengan másacá”. En aquella jornada, indica uno delos estudiosos de la santa, la madreTeresa “sintió tanto la soledad de la tie-rra”. Con todo, las últimas palabras yabrazos, dirigidos a las monjas de Valla-dolid fueron de intensa belleza. Todo untestamento espiritual.

Cuando pasó por Medina delCampo, para continuar a Ávila, aparecióel mensaje de una de las “grandes seño-ras”, la duquesa de Alba, MaríaEnríquez, y la orden dispuesta del padreAntonio de Heredia para prestarla aten-ción. Este último era el fraile que yahabía estado presente en la fundación deMedina de 1567 y compañero del pri-mer establecimiento de los frailesdescalzos en Duruelo, junto a fray Juan


LA LLAMADA DE LA DUQUESA DE ALBA.

“Y a la mañana nos partimos [de Medina] —escribe su secretaria y enfermera Ana de SanBartolomé— sin llevar ninguna cosa para elcamino, y la Santa iba ya mala del mal de lamuerte; y todo este día por el camino no pudehallar ninguna cosa para darla de comer. Y enuna noche estando en un pobre lugarillo, nose halló cosa que comer, y ella se halló congran flaqueza y díjome: “Hija, deme si tienealgo, que me desmayo”; y yo no tenía cosa sinounos higos secos, y ella estaba con calentura.Yo di cuatro reales, que me buscasen dos hue-vos, costasen lo que costasen. Yo, cuando vique por dinero no se hallaba cosa y que me lovolvían, no podía mirar a la Santa sin llorar,que tenía el rostro medio muerto […] se mepartía el corazón, y no hacía sino llorar deverme en tal aprieto, que la veía morir y nohallase cosa para acudirla. Y ella me dijo conla paciencia de un ángel: “No llores, hija estoquiere Dios ahora”. Y cuando en aquellanoche las dos descansaban en una posada cer-cana a Peñaranda de Bracamonte, nació el he-redero de la Casa de Alba. Al tener noticia deello, afirmó Teresa de Jesús: “¡Bendito seaDios, que ya no será menester esta santa!”.Amanecía el 20 de septiembre de 1582, lajornada en la que alcanzaron Alba de Tormes,al atardecer.

Iglesia de Santiago de Carpio

Los problemas que traía de Vallado-lid continuaron en cierta manera enMedina. “La noche que llegamos aMedina —narra su secretaria y enfer-mera en su Autobiografía, Ana de SanBartolomé— tuvo alguna cosa queadvertir a la priora que no iba bien.Tomólo la priora con disgusto, y laSanta, viendo que la descomponía a sushijas el demonio,habiéndola sidotan obedientes, ledio muy gran penay se retiró a suaposento y lapriora a otro. Y laSanta estaba deesta novedad tanabatida, que nocomió ni durmiósueño en toda lanoche; y a lamañana siguientenos partimos sinllevar alguna cosapara el camino”.Algún otro testi-monio indica que no tenían qué cenar lahermana Ana de San Bartolomé y lamadre Teresa, tan sólo unos higos, queesta última consideró un banquete parapobres.

Antes de partir de Medina, el 19 deseptiembre, en la noche antes, la Madretuvo un vómito de sangre en la manta dela cama, recogido como auténtica reli-quia por las hermanas. Ese último viajepudo ser por Carpio y Fresno, haciaPeñaranda de Bracamonte —donde amediados del XVII se habría de estable-

cer un Carmelo, fundado por el virrey deNápoles, Gaspar de Bracamonte— hastaalcanzar Alba de Tormes en el atardecerdel 20 de septiembre. Allí vivió los últi-mos quince días de su existencia. Enesos momentos, María de Toledo paría asu hijo primogénito, heredero de la casade Alba, bautizado con el nombre de suabuelo, Fernando, el Gran Duque. El

niño daba muestrasde gran debilidad.La madre Teresamurió el 4 de octu-bre de 1582, elpequeño FernandoÁlvarez de Toledoen septiembre de1584 con tan sólodieciocho meses, loque obligó a cam-biar los planessucesorios de lacasa de Alba. Conlos años, la duquesaviuda, María deToledo, sería la fun-dadora del convento

de Las Lauras de Valladolid, pertene-ciente a la recolección dominicana.Doña Teresa de Ahumada, Teresa deJesús, fue beatificada en 1614 y canoni-zada en 1622. Hoy es la primera santaque ha sido proclamada doctora de laIglesia, patrona de esta archidiócesis,copatrona de Medina del Campo yvecina de honor de la ciudad de Vallado-lid. “Bendito sea el Señor —escribe enel último renglón del Libro de las Fun-daciones— que con tanto cuidado miralo que toca a sus siervas”.


Muerte de Santa Teresa. Convento San JoséMedina del Campo.

Jesús atado a la columna, Gregorio Fernández, 1615.Convento de la Concepción del Carmen. Valladolid.

TeresianosE N L A

P R O V I N C I A D E V A L L A D O L I D


45_

E stamos en una de las dos loca-lidades familiares de Teresa deJesús, por la cual la hemos

visto pasar en sus caminos hacia Valla-dolid o Medina del Campo. Hoyhablamos de un importante centro dearquitectura mudéjar —San Andrés,San Miguel o San Juan— pero tambiéndebemos señalar que fue un núcleolevítico, con un importante número deconventos y monasterios, masculinos yfemeninos. Contaba, por ejemplo, conuna de las fundaciones más tempranasde las concepcionistas franciscanas deBeatriz de Silva, el convento de la Con-cepción, fundado en 1516, aunqueperdió su función a principios del sigloXXI. Francisca de Zúñiga cedió suscasas en 1528 a las monjas dominicaspara el establecimiento del monasteriode la Madre de Dios. Hoy su iglesia esbarroca. También en el XVI Gaspar deTordesillas ensambló un bellísimo reta-blo para la iglesia de Santa María delCastillo. En este templo se conserva elretablo relicario que, en forma de cajo-nería y con cuarenta y nueve bustos,donó Felipe II al convento de los frailesjerónimos de la Mejorada.

Olmedo


44_

En la imagen superior la Iglesia de Santa María. A la izquierdael Arco de la Villa. A la derecha, arriba, la Espadaña de lasconcepcionistas y abajo Monasterio Madre de Dios.

PARADA Y FONDAQQ

D

%2

Oficina de TurismoParque Temático del Mudéjar. Arco deSan Francisco, s/n. 47410 Olmedo.

www.olmedo.es

Teléfono: 983 623 222

Desde Semana Santa hasta 30 Sept: 10.00a 14.00h y de 16.00 a 21.00h.

Del 1 de Oct. Hasta Semana Santa: 10.00a 14.00 y de 16.00 a 19.00h.

Iglesia de San Andrés


47_

E s la segunda localidad familiarvinculada con doña Teresa deAhumada, pues allí nació su

abuela paterna Inés de Cepeda. En laprimera mitad del siglo XVI había sidoresidencia, en su palacio real, de lareina propietaria de Castilla, doñaJuana I, que murió el Viernes Santo de1555. Aquel siglo XVI fue el de laconstrucción y ampliación de sus dife-rentes templos. A la nave de la iglesiade San Antolín, se adosaba la capilla delos Alderete, de acuerdo con la estéticagótico-flamenca, trabajando Juan deJuni para el mismo con un retablo coro-nado por un bellísimo Calvario. En lamisma trayectoria constructiva semanifiestan las iglesias de San JuanBautista, San Pedro o Santa María —larenovación de la de Santiago se llevaráa cabo en el XVII, la misma centuria enque llegan los franciscanos—. El ejecentral de la vida de la localidad se fuetrasladando a su Plaza Mayor, donde seacogían actividades mercantiles, feste-jos taurinos, comedias y juegos. Unámbito rodeado de soportales, con dospisos en los edificios, con balcones yventanas. Se dispuso su construcción

por orden de los Reyes Católicos, aun-que los siglos XVI y XVII fueron degran importancia para otorgarle suaspecto actual. Desde 1945, y hasta2010, en el antiguo convento de lascomendadoras de San Juan se estable-cieron las carmelitas, bajo el impulsodel arzobispo Antonio García. Pero elconvento por antonomasia desde elsiglo XIV son las Claras, vinculadascon los reyes de Castilla.


46_

En la parte superiorel Duero a su pasopor Tordesillas.A la izquierda elReal Monasterio deSanta Clara y a laderecha las Casas delTratado.En la parte inferior laPlaza Mayor.

PARADA Y FONDAQQ

D

%2

Oficina de TurismoCasas del Tratado, s/n. 47100 Tordesillas.

www.tordesillas.net

Teléfono: 983 771 067

Martes a sábado 10.00 a 13.30 y de 16.00a 18.30h. Domingos y festivos: 10.00 a14.00h. Tardes en verano de 17.00 a19.30h.

Tordesillas

Iglesia de SanAntolín


49_

E s una de las diecisiete ciudadesteresianas, sede de la segundafundación de la madre Teresa

de Jesús, adonde la atrajeron los jesui-tas que se habían establecido en la villade las ferias en 1551, protegidos pri-mero por el hombre de negociosRodrigo de Dueñas —del Consejo deHacienda— y posteriormente, por elmatrimonio Pedro Cuadrado y Fran-cisca Manjón. Rodrigo de Dueñas fuepropietario de un bello palacio en laantigua calle de Santiago —hoy deSanta Teresa— y fundador del con-vento de la Magdalena de las agustinas.En esta casa se alojó el emperador Car-los aunque fue edificado por orden del


48_

De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Castillo de la Mota,Museo de las Ferias, Colegiata de San Antolín y Palacio RealTestamentario.

Medinadel Campo

PARADA Y FONDAQQ

D

%2

Oficina de TurismoPlaza Mayor de la Hispanidad, 48.47400 Medina del Campo.

www.medinadelcampo.es

Teléfono: 983 811 357

Lunes de 8.00 a 15.00h. Martes a viernesde 08.00 a 15:00 y de 16.00 a 19.00h.Sábados de 10.00 a 14.00h y de 16.00 a19.00h. Domingos y Festivos de 10.00 a14.00h.

Balcón de la Virgendel Pópulo en la Colegiata de

San Antolín


51_

C uando llegó la madre Teresa deJesús, Valladolid ya no eraCorte y residencia de Felipe II

y de las instituciones de gobierno de laMonarquía de España pero sí un impor-tante centro de servicios que se fue recu-perando de esta ausencia. Contaba coninstituciones como la Real Audiencia yChancillería —de la que se tuvo quevaler la santa para validar el testamentode su hermano Lorenzo de Cepeda, porejemplo—, un tribunal del Santo Oficiode amplia jurisdicción territorial —fue-ron estos inquisidores los que tomaronpara sí el manuscrito del Libro de la Vidaque atesoraba el obispo Álvaro de Men-doza—, además de una Universidad biendotada y valorada por la monja reforma-dora. Además, en aquellos años, la toda-vía villa —el título de ciudad se alcanzóen 1596 después de la creación en sep-tiembre de 1595 de la diócesis— sehabía consolidado como centro de pro-ducción artística de la escultura. Juan deJuni y Teresa de Jesús serán vecinos deValladolid al mismo tiempo. Los canó-nigos de la Colegiata encargaron al ar-quitecto del monasterio de San Lorenzode El Escorial las trazas de una nueva

Valladolid


50_

consejero de Indias, Diego de Beltrán,entre 1528 y 1543, según el proyectodel arquitecto realLuis de Vega. Ade-más, Rodrigo deDueñas construyó unavilla de recreo a lasafueras de Medina, laCasa Blanca, confuentes y estanques,ejemplo de cómo seconcebían estas pro-piedades desde elRenacimiento.

A don Rodrigo leinteresaban los jesui-tas como predicadoresy confesores, pero nocomo profesores, quelo fueron por ejemplodel niño pobre lla-mado Juan de Yepes,futuro fray Juan de laCruz. Pasó por aquelcolegio de San Pedro y San Pablo, delque hoy existe solamente la iglesia,puesta bajo la advocación de Santiagoel Real desde la expulsión de la Com-pañía de Jesús en 1767. Templo encuya construcción participó uno de losjesuitas más reconocidos por Teresa deJesús en el Libro de su Vida: Franciscode Borja; aunque fue trazado por elarquitecto, también de la Compañía,Bartolomé de Bustamante. Era laMedina que iba contemplando eldeclive de sus negocios pero que ibaconstruyendo su Iglesia Mayor, laColegiata de San Antolín, con ansiascatedralicias. Por algo, su Cabildo

aceptó de mala gana, a finales de siglo,la creación de la diócesis de Vallado-

lid. Colegiataabierta a la PlazaMayor, una de lasmás grandes deEspaña, asentadasobre un cruce decañadas, a la que seabren también elPalacio Real —donde testó y murióIsabel La Católicaen noviembre de1504— y la CasaConsistorial. Nopodemos olvidar alhombre de negociosinternacional quefue Simón Ruiz,con el que tuvo grancontacto Teresa deJesús —una sobrinasuya fue monja car-

melita descalza primero en Medina ydespués en Salamanca—. Se preocupópor los negocios, también, que lepodían ayudar en la salvación de sualma, según se plasmó en el muy dete-riorado —actualmente— HospitalGeneral de Simón Ruiz. Villa bienprovista monetariamente, requeridapara el establecimiento de religiososque se hacían la competencia, perotambién alimentada. Uno de los pocosejemplos que subsisten de arquitecturade abastecimiento son las Reales Car-nicerías, proyectadas por Rodrigo Gilde Hontañón y construidas entre 1550y 1562.

“Bien parece haber estado encompañía tan buena, pues así haentendido la verdad” (A Simón Ruiz,18 octubre 1569)

PARADA Y FONDAQQ

D

%2

Oficina de TurismoPabellón de Cristal, Campo Grande. Acerade Recoletos. 47004 Valladolid

www.info.valladolid.es

Teléfono: 983 219 310

Del 1 de Julio al 17 de Sept, Semana Santay puentes: de lunes a sábado de 9.30 a14.00 y de 17.00 a 20.00h. Domingos de9.30 a 15.00h. Resto del año: de lunes a sá-bado de 9.30 a 14.00 y de 16.00 a 19.00h.Domingos de 9.30 a 15.00h.

Iglesia de Santa María La Antigua.


Iglesia Mayor, con una orientación dife-rente y con aspiraciones. Se convirtió encátedra del primer obispo, Bartolomé dela Plaza, a finales de la centuria. Edificiohoy todavía inacabado pero que res-ponde al espíritu del estilo tridentino enel que se desarrolló la Reforma del Car-melo. En el capítulo de las obras, la villahabía perdido, pasto de las llamas, sucentro comercial y el rey Felipe II pusotodo el empeño, además de los dineros,para reconstruirlo gracias a Francisco deSalamanca, con una concepción renacen-tista, de creación deimportantes pers-pectivas y eminen-temente práctico: lacalle de AlonsoNiño o de la Pa-sión, la PlazaMayor con susCasas Consistoria-les, Fuente Dorada,Cebadería o Espe-cería, además de lamuy elogiada Pla-terías y su Plaza delOchavo.

En Valladolid,se habían fundadocofradías peniten-ciales como la Vera Cruz, Pasión y lasAngustias. Todas ellas estaban constru-yendo sus templos propios. En los añosochenta lo harán las dos primeras y enel tránsito hacia el XVII el hombre denegocios y cofrade que fue Martín Sán-chez de Aranzamendi sufragó la iglesiade las Angustias frente al palacio de losAlmirantes de Castilla: un bellísimo

ejemplo de arquitectura clasicista. Hacia1570, entregaba el mencionado maestroJuan de Juni la importante talla proce-sional de la Virgen de las Angustias.Frente a los dominicos de San Pablo ypróximo al palacio donde había nacidoFelipe II, el secretario de su padre Fran-cisco de los Cobos y su esposa María deMendoza —de abolengo aristocrático—habían construido sus casas principales,en la Corredera de San Pablo, dondefueron alojadas las monjas descalzastras salir de Río de Olmos. No muy

lejos el banqueroFabio Nelli de Espi-nosa mandó cons-truir su palacio,símbolo de supoder, riqueza ycultura, aunque eldebate humanista lodesarrolló en mayormedida su hermanocanónigo. Estos son,pues, algunos ras-gos del Valladolidteresiano, cuandolos jesuitas constru-yeron su iglesia delColegio de San An-tonio —después de

San Ignacio y hoy parroquia de San Mi-guel—; el obispo Pedro de La Gasca pa-trocinaba su iglesia de la Magdalena,que además es su panteón funerario o elabogado de la Chancillería, Franciscode Butrón mandaba construir sus casasentre 1565 y 1572, las cuales se conver-tirán a partir de 1637 en convento de lasbrígidas.


“En torno a esa Platería —escribeBartholome Joly—, hay otras callespasables, hechas en galerías sostenidasde columnas para ir por cubierto si sequiere, como en la Tonelería de París,y ese barrio es el más mercantil deValladolid”.

De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Entrada de SantaTeresa en Valladolid (azulejo del zaguán del Palacio dePimentel), sede de la Diputación de Valladolid, monasterio deSan Benito, ventana plateresca de Diputación y soportales de laPlaza de la Rinconada.


55_

E l siglo XVI será un tiempo esen-cial en la trayectoria del centrode los estados de los A lmirantes

de Castilla y duques de esta localidad.Tres grandes iglesias encontraron sumomento culminante en la centuria. Laprimera, la de Santa María de Mediavillafue construida en el tránsito de los siglosXV al XVI, concluida en 1516 y con unretablo mayor posterior que responde alos más importantes escultores de la cen-turia: Gaspar Becerra, Juan de Juni yEsteban Jordán. Fue el cambista Álvarode Benavente el que patrocinó la cons-trucción de una capilla adosada —la delos Benavente, calificada por EugenioD’Ors como la “Capilla sixtina de Cas-tilla”—, destinada al enterramiento de sufamilia. En la conclusión de su retablo,participó Juan de Juni con una magníficaimagen de la Inmaculada Concepción.

La de Santiago de los Caballeroscomenzó su construcción en 1553, consu planta de salón y las trazas de RodrigoGil de Hontañón, con tres portadas y tresestilos: la plateresca del mediodía, la cla-sicista principal y la gótica flamígera delnorte. La iglesia de Santa Cruz, en la rúamayor, responde al clasicismo herre-


54_

En la parte superior la puerta de San Sebastián, debajo a laizquierda el convento de San Francisco a la derecha la capilla delos Benavente de la Iglesia de Santa María de Mediavilla y laRúa Mayor.

Medinade Rioseco

PARADA Y FONDAQQ

D

%2

Oficina de TurismoMuseo de San Francisco. Plaza de SanFrancisco, 1. 47800 Medina de Rioseco.

www.medinaderioseco.com

Teléfono: 983 720 319

Martes a Viernes de 10.00 a 13.30 y de16.00 a 18.00h. Sábados de 11.00 a 13.00 yde 16.00 a 18.00h. Domingos de 11.00 a13.00h.

Iglesia de Santa María de Mediavilla.


57_

L uis de Quijada y Magdalena deUlloa eran los señores de Villa-garcía. Cuando ella enviudó

—la que fue conocida como “la Limos-nera de Dios”—, convirtió a laCompañía de Jesús en el elemento prin-cipal de definición de esta localidad deTierra de Campos, con el estableci-miento del colegio y seminario de SanLuis. En esta casa se va a manifestar elpoder académico de los jesuitas —espe-cialmente a través de la enseñanza de lagramática latina— y como lugar de for-mación y cantera de estos sacerdotes yhermanos que componían el Institutoreligioso fundado por San Ignacio deLoyola. Villagarcía fue desde los añossetenta del siglo XVI noviciado, casa deprobación, de muchos de los jesuitas —también misioneros— que van a laborarpor Castilla y por las Indias. En los pri-meros momentos del mismo, vivió,trabajó como rector y maestro de novi-cios, el padre Baltasar Álvarez, confesorque había sido de la madre Teresa deJesús, mientras que años atrás habíavivido en el colegio de Ávila. Despuéspasó también por Medina del Campo,donde conocemos cómo los jesuitas

Villagarcíade Campos


56_

riano, construida a finales del siglo XVI,con gran influencia de lo realizado enRoma. Centro de las devociones de losalmirantes, los Enríquez —aunque noajenos a lo edificado en otras partes deesta villa que se convertirá en ciudad conFelipe IV— es el convento de San Fran-cisco, concluido en 1520 y con unadimensión funeraria para toda una dinas-tía nobiliaria que vivía en el palacioadosado. Precisamente, la viuda de LuisIII Enríquez de Cabrera y Mendoza,Vitoria Colonna, será la fundadora en1603 del Carmelo de la localidad, elmonasterio de San José.

Fue el 2 demarzo de 1603cuando las monjascarmelitas se esta-blecieron en lascasas de Luis deGamboa, con laoposición inicialdel Concejo y elapoyo de la provi-sión real. Enaquellos momen-tos, entre 1600 y1617, la mencio-nada duquesaadministraba losestados y era tutorade su hijo JuanAlfonso, ejer-ciendo como patrona del conventoaunque de manera efectiva no se recono-ció hasta 1620. Muy pronto, seadquirieron nuevos terrenos, donde sehabría de construir la iglesia y la casa,inaugurándolo la comunidad en 1608. El

convento fue patronato de la casa ducal,hasta que en 1702 la corona confiscótodos los bienes del almirante JuanTomás Enríquez de Cabrera, por haberapostado éste por la sucesión del archi-duque Carlos al trono de España.

Sin duda, la prosperidad de Medinade Rioseco y su sociedad —por la abun-dancia de hombres de negocios ycomerciantes, esos burgueses que se lle-vaban bien con esta fundadora—hubiesen sido las coordenadas idóneaspara el establecimiento de un Carmelo.Fue menester buscar una vinculacióncon la madre Teresa de Jesús. Y desde

estas circunstanciasse entiende el episo-dio apócrifo en elcual, en unasupuesta ruta de lamonja reformadorahacia Palencia —sabemos que en1580 tardó un solodía en salvar la dis-tancia entre ambasciudades, entre el 28y el 29 de diciem-bre— por Medinade Rioseco, y no porCabezón y Dueñas,afirmó supuesta-mente al conocer eldinamismo de esta

capital de los estados de los Almirantes:“qué bien estaría en este lugar unMonasterio de Nuestra Señora”. Así seplasmó en una placa reciente a la puertadel convento, deshabitado desde los pri-meros años del siglo XXI.

Había que buscar un episodio apócrifopara situar a Teresa de Jesús en Medinade Rioseco aunque la mujer esencial en lafundación será la duquesa viuda VitoriaColonna, nunca ajena a la administracióny gestión de sus estados, intensificadacuando lo tuvo que hacer en nombre desu hijo Juan Alfonso Enríquez.

PARADA Y FONDAQQ

D

%2

Oficina de TurismoJuan de Austria, 21. 47840 Villagarcía deCampos.

www.turismovillagarcia.es

Teléfono: 983 717 003

Viernes de 17.30 a 19.30h.

Sábados, domingos y festivos de 10.00 a13.30 y de 17.00 a 19.30h.

Colegita de San Luis


59_

fueron piezas claves para el estableci-miento de la Reforma carmelitana. Porúltimo, para esteámbito vallisole-tano, leencontramos enVillagarcía. Des-tacó no solamentecomo directorespiritual sino tam-bién como maestrode espiritualidad,en la oración —donde tuvoimportantes pro-blemas dentro dela Compañía— ycomo hombre degobierno de lamisma. Esa vincu-lación tan cercanacon la monja refor-madora, nos permite incluir a estalocalidad entre las que tienen sabor tere-

siano de la provincia, sancionada ade-más por la fundación de un convento de

carmelitas descal-zas bajo laadvocación delSagrado Corazónde Jesús —todavíaexistente—, reali-zado desde lacomunidad deMedina del Campoen 1958. Un con-vento que nació conuna cierta mentali-dad misioneracomo se plasmó endos fundacionesque salieron de estesencillo claustro poriniciativa de Teresadel Niño Jesús(Calero): el de Las

Medianías-Telde en Gran Canaria y elde Reyes en Bolivia.

“Harto me holgado haya tenidovuestra merced a mi padreBaltasar Álvarez algunos días,porque haya alivio de tantostrabajos” (A Ana Enríquez,Valladolid, 23 diciembre 1574)


58_

Castillo de Villagarcía, en proceso de restauración y retablo de la Colegiata de San Luis.

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &

& && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && && &




Santa Teresa

“No pongo en estas fundaciones los grandestrabajos de los caminos, con fríos, con soles, connieves, que venía vez no cesarnos en todo eldía de nevar, otras perder el camino, otras conhartos males y calenturas; porque veía claro

que nuestro Señor me daba esfuerzo””




Santa Teresa

SA

NTA

TE

RE

SA

, SU

S P

AS

OS

Y L

OS

CA

MIN

OS

PO

R L

A P

RO

VIN

CIA

DE

VA

LL

AD

OL

ID

- C

UA

DE

RN

O D

E C

AM

PO

TE

RE

SIA

NO

Santa Teresa · Santa Teresa sus pasos y los caminos por la provincia de Valladolid. Cuaderno de...

Documents

Transcript of Santa Teresa · Santa Teresa sus pasos y los caminos por la provincia de Valladolid. Cuaderno de...