Sesion Ca MAMA
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CÁNCER
DE
MAMA
2º EIR ENFERMERÍA FAMILIAR Y COMUNITARÍA
MARÍA ÁNGELES GARCÍA LOZANO
LAURA LOPEZ SUREZ
ÍNDICE
ANATOMIA Y FISIOLOGIA DE LA GLANDULA MAMARIA
FUNCIONES DE LA MAMA DEFINICIÓN DE CÁNCER DE MAMA
EPIDEMIOLOGÍA ETIOLOGÍA
DIAGNÓSTICO TRATAMIENTO
PAPEL DE ENFERMERÍA EN LA CONSULTA DE ATENCIÓN PRIMARIA APOYO EMOCIONAL
CURA POST-CIRUGÍA CONTROL DE EFECTOS SECUNDARIOS
PREVENCIÓN LINFEDEMA ADMINISTRACIÓN DE MEDICACIÓN PARENTERAL
ANATOMIA Y FISIOLOGIA DE LA GLANDULA MAMARIA
La glándula mamaria es de origen ectodérmico y constituye la característica fundamental de los mamíferos, quienes alimentan a sus crías con el producto de su
secreción, la leche. En casi todos los mamíferos la vida del recién nacido depende de la capacidad de su madre para amamantarlo, por lo tanto, una lactancia adecuada es
esencial para completar el proceso de la reproducción y la supervivencia de la especie. En general la leche de una especie no permite asegurar la supervivencia de las crías de
otra especie.
Las glándulas mamarias están presentes en ambos sexos. En el hombre se mantienen
rudimentarias toda la vida, en cambio en la mujer están poco desarrolladas hasta antes de la pubertad, cuando empieza el proceso de maduración. El máximo desarrollo de
éstas glándulas se produce durante el embarazo y especialmente en el período posterior al parto, durante la lactancia.
Las mamas están situadas en la parte anterior del tórax y pueden extenderse en
medida variable por su cara lateral. Su forma varía según características personales, genéticas y en la misma mujer de acuerdo a la edad y paridad. La mayor parte de la
masa de la mama está constituida por tejido glandular y adiposo. Durante el embarazo y la lactancia el tamaño de la mama aumenta debido al crecimiento del tejido
glandular.
La base de la glándula mamaria se extiende, en la mayoría de los casos, desde la segunda hasta la sexta costilla, desde el borde externo del esternón hasta la línea axilar media. El área superexterna de cada glándula se extiende hacia la axila y se denomina “prolongación axilar”. La cara profunda de la mama es ligeramente cóncava y se encuentra en relación con el músculo pectoral mayor, el serrato anterior y la parte
superior del oblicuo externo del abdomen. La mama está separada de estos músculos por la aponeurosis profunda. Entre ambas hay un tejido areolar laxo denominado espacio retromamario, éste permite que la mama tenga cierta movilidad sobre la aponeurosis profunda que cubre al plano muscular.
La glándula mamaria está formada por tres tipos de tejidos: glandular de tipo túbulo-
alveolar, conjuntivo que conecta los lóbulos, y adiposo que ocupa los espacios
interlobulares. El tejido celular subcutáneo rodea la glándula sin que exista una cápsula
claramente definida, desde éste se dirigen hacia el interior numerosos tabiques de
tejido conectivo. Estos tabiques constituyen los ligamentos suspensorios de la mama o
ligamentos de Cooper.
Un conjunto de quince a veinte lóbulos mamarios conforman la glándula mamaria,
cada uno con su aparato excretor, que se abre en el pezón por medio de un conducto
lactífero. Los lóbulos mamarios están constituidos por numerosos lobulillos que se
encuentran unidos entre sí por tejido conectivo, vasos sanguíneos y por su sistema
excretor, los conductos lactíferos.
Los lobulillos están formados por diez a cien acinos, cada cual con su conducto excretor denominado conducto terminal. Los acinos están estructurados por un
conjunto de células secretoras que producen la secreción láctea y conforman una cavidad a la cual vierten esta secreción, están rodeados de células mioepiteliales y
capilares sanguíneos de singular importancia en el proceso de secreción y eyección de la leche.
El sistema de conductos lactíferos que vacía la glándula mamaria es el siguiente: el
acino se vacía a través de un conducto terminal, el cual converge con sus congéneres para formar el conducto lobulillar, que recoge la secreción láctea de todos los acinos de un lobulillo. Los conductos lobulillares se reúnen para formar el conducto interlobulillar, que al unirse con otros conductos de éste tipo, forma el conducto lobular o segmentario, de mayor calibre que los anteriores, que se dirige al pezón y
antes de llegar a él, bajo la areola mamaria, se dilata formando el seno lactífero, el que se angosta nuevamente al desembocar en el pezón.
Los conductos están revestidos por epitelio cuboideo o cilíndrico. Por fiera de este
epitelio, entre él y la membrana basal, existe una capa de células mioepiteliales muy ramificadas, que envuelven a los conductos y acinos. En los conductos de mayor
tamaño el epitelio consta de dos o más capas de células que cerca del orificio externo del pezón se transforman en epitelio plano estratificado.
La estructura de la glándula mamaria varía con la edad y es influenciada por el embarazo y la lactancia. Antes de la pubertad, la mama posee unos pocos conductos rudimentarios cubiertos en su interior epitelio plano y envuelto en tejido conectivo. Después de la pubertad, debido a la influencia de las hormonas ováricas, especialmente los estrógenos, los conductos se comienzan a ramificar y en sus extremos se forman pequeñas masas sólidas, esféricas, de células poliédricas, que constituirán los alveolos. Durante el estado de reposo, el epitelio glandular está separado del estroma vascularizado vecino por una fina zona de fibroblastos, a través de los cuales no penetran vasos. Esta unión epitelio-estromal, posiblemente, ejerce un control sobre el paso de sustancias a las células secretoras. Los alveolos activos sólo aparecen durante el embarazo, período en el cual, los conductos se ramifican y en su parte terminal se forma un lumen que aumenta de tamaño a medida que se va cargando de secreción.
FUNCIONES DE LA MAMA
Lactancia.
La producción de leche en las mamas comienza inmediatamente después del parto. Al
cabo de 12 a 24 horas la mama segrega calostro, un líquido espeso al que se atribuyen
propiedades laxantes (tiene un contenido en colesterol elevado) que facilitaría la
evacuación del meconio del intestino del recién nacido. Pocas horas después la mama
deja de producir calostro para secretar leche normal.
La composición de la leche normal incluye proporciones elevadas de agua. Aunque
podría parecer que esta circunstancia limita el aporte de nutrientes al feto es
importante considerar que una osmolaridad elevada no es fácil de equilibrar por parte
del riñón del lactante que, en sus primeros meses, debe extraer el agua que necesite
de la leche y sin aportes adicionales.
En la leche se encuentran numerosos nutrientes así como vitaminas y minerales y otras
sustancias diversas, destacando las inmunoglobulinas. Estas moléculas actúan como
anticuerpos que proporcionan al niño una protección importante ante potenciales
infecciones. Las llamadas leches maternizadas, elaboradas a partir de leche de vaca,
carecen de este componente. Esta es una de las razones por las se recomienda que las
madres recurran a la lactancia materna durante, al menos, los primeros cuatro meses
de vida.
La lactancia materna natural parece reforzar de manera particular el vínculo emocional
madre - hijo de una manera tan sólida como primaria, lo que proporciona una
satisfacción particular a ambos. De hecho algunas madres prolongan la lactancia de su
hijo durante dos años o más, aún a pesar de que el niño toma ya una alimentación muy
variada y completa. En teoría, la prolongación de la lactancia tiene además otra
consecuencia: durante la misma los niveles de prolactina en sangre se mantienen
elevados, lo que impide que se produzca una secreción adecuada de hormona folículo
estimulante FSH y luteínica LH con lo que no se produce la ovulación. Durante ese
período la mujer queda funcionalmente infértil de modo que durante la lactancia de
un hijo no se produce un nuevo embarazo. En la práctica este mecanismo no se
cumple al 100%, de manera que no es eficaz como método anticonceptivo natural.
Función sexual.
Debido a que la función fisiológica de la mama reconocida clásicamente es la
producción de leche, con frecuencia se olvida que la misma juega un papel en la
función sexual en muchas culturas humanas.
En las sociedades occidentales tecnológicamente desarrolladas muchos varones se
sienten atraídos, sobre todo, por los senos de gran tamaño. Otros, sin embargo, los
prefieren de un tamaño limitado aunque muy turgentes y firmes. En realidad, el
tamaño y la forma, así como la consistencia, no predicen en absoluto la capacidad de la
mama para producir eficazmente leche. De hecho, gran parte de la mama es tejido
adiposo, que, en parte, tiene funciones estructurales y de sostén y que contribuye muy
eficazmente a proporcionar atractivo sexual a la mujer, pero en absoluto a la lactación.
En la actualidad, sin embargo, las mujeres perciben como una necesidad la
conservación de una figura atractiva (y parece indiscutible que las mujeres atractivas
tienen más oportunidades de promoción profesional y social).
DEFINICIÓN DE CÁNCER DE MAMA
El término "cáncer de mama" hace referencia a un tumor maligno que se ha
desarrollado a partir de células mamarias. Los tipos de cáncer de mama más
frecuentes son el carcinoma ductal, que empieza en el revestimiento de los conductos
galactóforos (tubos delgados que llevan leche desde los lobulillos de la mama hasta el
pezón) y el carcinoma lobulillar, que empieza en los lobulillos (glándulas lácteas). Con
menos frecuencia, el cáncer de mama puede originarse en los tejidos estromales, que
incluyen a los tejidos conjuntivos grasos y fibrosos de la mama.
Con el paso del tiempo, las células cancerígenas pueden invadir el tejido mamario sano
circundante y llegar a los ganglios linfáticos (pequeños órganos que eliminan
sustancias extrañas del cuerpo) de las axilas. Si las células cancerígenas llegan a los
ganglios linfáticos, obtienen una puerta de acceso hacia otras partes del cuerpo. El
cáncer de mama invasivo es el que se diseminó desde el sitio en que empezó en los
conductos mamarios o lobulillos hasta el tejido normal circundante.
Los estadios del cáncer de mama hacen referencia a lo lejos que se han propagado las
células cancerígenas más allá del tumor original.
El cáncer de mama siempre se origina por una anomalía genética (un "error" en el
material genético). No obstante, solo un 5-10% de los casos son producto de una
anomalía heredada de la madre o el padre. En cambio, el 85-90% de los casos de
cáncer de mama tienen su origen en anomalías genéticas vinculadas al proceso de
envejecimiento y el "desgaste natural" de la vida.
El cáncer de mama se presenta tanto en hombres como en mujeres, aunque el cáncer
de mama masculino es poco frecuente.
EPIDEMIOLOGÍA
El cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer, representa el 20-30% y
continúa siendo la primera causa de muerte por cáncer en mujeres Europeas.
Este cáncer está considerado como una enfermedad del mundo desarrollado, la
mayoría (69%) de las defunciones por esta causa se regis tran en los países en
desarrollo según la OMS.
La edad de máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero aproximadamente
un 6% se diagnostica en mujeres menores de 35 años.
La incidencia varía mucho en todo el mundo, con tasas normalizadas por edad de hasta
99,4 por 100.000 en América del Norte. Sin embargo en Europa Oriental, Ámerica del
Sur, África Austral y Asia Occidental presentan incidencias moderadas. Y la incidencia
más baja se da en países Africanos.
En Europa, el pronóstico es relativamente bueno con una supervivencia a 5años del
77%.
Las tasas de supervivencia del cáncer mamario varían mucho en todo el mundo, desde
el 80% o más en América del Norte, Suecia y Japón, pasando por un 60%
aproximadamente en los países de ingresos medios hasta cifras inferiores al 40% en los
países de ingresos bajos.
La bajas tasas de supervivencia observadas en los países poco desarrollados pueden
explicarse principalmente por la falta de programas de detección precoz, que hace que
un alto porcentaje de mujeres acudan al médico con la enfermedad ya muy avanzada,
pero también por la falta de servicios adecuados de diagnóstico y tratamiento.
ETIOLOGÍA
Con respecto a la etiología del cáncer de mama, todavía no está aclarada aunque sí se
han identificados ciertos factores de riesgo:
Edad: el riesgo aumenta al aumentar la edad. La mayoría de casos ocurre en
mujeres mayores de 60 años
Raza: más frecuente en mujeres de raza blanca
Alcohol: su consumo excesivo aumenta el riesgo.
Aparición temprana de la primera regla
Menopausia tardía
Historia familiar: aumenta el riesgo si un familiar de primer grado (madre,
hermana o hija) ha padecido la enfermedad. Si la enfermedad apareció en
familiares más lejanos, el riesgo es menor.
Antecedentes personales: una mujer que ha tenido cáncer de mama, tiene más
riesgo de padecer otro cáncer en la mama contralateral.
Enfermedades previas de la mama: algunas enfermedades de la mama como la
hiperplasia atípica o el carcinoma lobulillar in situ pueden aumentar el riesgo.
Primer embarazo tardío
Nuliparidad
Terapia hormonal sustitutiva prolongada: Durante el tratamiento hormonal
sustitutivo existe un mayor riesgo de carcinoma de mama, si bien depende de
los tipos de preparados, y vuelve al riesgo habitual una vez que cesa el
tratamiento.
Se conocen bien varios factores de riesgo del cáncer de mama. Sin embargo en la
mayoría de las mujeres afectadas no es posible identificar factores de riesgo
específicos.
Los antecedentes familiares de cáncer de mama multiplican el riesgo por dos o tres.
Algunas mutaciones, sobre todo en los genes BRCA1, BRCA2 y p53, se asocian a un
riesgo muy elevado de ese tipo de cáncer. Sin embargo, esas mutaciones son raras y
explican solo una pequeña parte de la carga total de cáncer mamario.
Los factores reproductivos asociados a una exposición prolongada a estrógenos
endógenos, como una menarquía precoz, una menopausia tardía y una edad
madura cuando el primer parto, figuran entre los factores de riesgo más
importantes del cáncer de mama. Las hormonas exógenas también conllevan un
mayor riesgo de cáncer de mama, por lo que las usuarias de anticonceptivos orales
y de tratamientos de sustitución hormonal tienen más riesgo que las mujeres que
no usan esos productos. La lactancia materna tiene un efecto protector.
Se ha calculado la contribución de diversos factores de riesgo modificables,
exceptuando los factores reproductivos, a la carga global de cáncer de mama y se
concluye que el 21% de todas las muertes por cáncer de mama registradas en el
mundo son atribuibles al consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, y la falta
de actividad física.
DIAGNÓSTICO
La OMS promueve la lucha contra el cáncer de mama en el marco de programas
nacionales amplios de control del cáncer.
La sensibilización de la población en general sobre el problema del cáncer de mama
y los mecanismos de control, así como la promoción de políticas y programas
adecuados, son estrategias fundamentales para el control poblacional del cáncer de
mama.
Detección precoz
La detección precoz sigue siendo la clave del control de este tipo de cáncer con
vistas a mejorar el pronóstico y la supervivencia del cáncer de mama.
Hay dos métodos de detección precoz:
el diagnóstico precoz o el conocimiento de los primeros signos y síntomas
en la población sintomática, para facilitar el diagnóstico y el tratamiento
temprano, y
el cribado, es decir, la aplicación sistemática de pruebas de tamizaje en una
población aparentemente asintomática. Su objetivo es detectar a las
personas que presenten anomalías indicativas de cáncer.
Independientemente del método de detección precoz utilizado, dos aspectos
esenciales para el éxito de la detección precoz poblacional son: una atenta
planificación y un programa bien organizado y sostenible que se focalice en el grupo
de población adecuado y garantice la coordinación, continuidad y calidad de las
intervenciones en todo el continuum asistencial.
Diagnóstico precoz
El diagnóstico temprano sigue siendo una importante estrategia de detección
precoz, particularmente en los países de ingresos bajos y medios, donde la
enfermedad se diagnostica en fases avanzadas y los recursos son muy limitados.
Algunos datos sugieren que esta estrategia puede dar lugar a un "descenso del
estadio TNM" (aumento de la proporción de cánceres de mama detectados en una
fase temprana) de la enfermedad, que la haría más vulnerable al tratamiento
curativo.
Mamografías de cribado
La mamografía es el único método de cribado que se ha revelado eficaz. Si su
cobertura supera el 70%, esta forma de cribado puede reducir la mortalidad por
cáncer de mama en un 20%-30% en las mujeres de más de 50 años en los países de
ingresos altos.
El tamizaje basado en esta técnica es muy complejo y absorbe muchos recursos, y
no se ha hecho ninguna investigación sobre su eficacia en los entornos con recursos
escasos.
Autoexploración mamaria
No hay datos acerca del efecto del cribado mediante autoexploración mamaria. Sin
embargo, se ha observado que esta práctica empodera a las mujeres, que se
responsabilizan así de su propia salud. En consecuencia, se recomienda la
autoexploración para fomentar la toma de conciencia entre las mujeres en
situación de riesgo, más que como método de cribado.
TRATAMIENTO
Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de mama y se han realizado las
pruebas necesarias para conocer en qué fase está la enfermedad, se debe determinar
cuál es el tratamiento más adecuado para ti.
El especialista recomendará y explicará las posibilidades del tratamiento más
adecuadas en cada caso, para que una vez que la paciente haya recibido la suficiente
información pueda, junto con el médico, tomar una decisión.
El tratamiento del cáncer de mama, como ocurre en la mayoría de los tumores, es
multidisciplinar. Distintas especialidades trabajan juntas para combinar terapias y
ofrecer al paciente las mayores posibilidades de curación.
Protocolo o plan terapéutico
En el tratamiento del cáncer de mama se sigue un protocolo, es decir un conjunto de
normas y pautas (plan de tratamiento), establecidas en base a la experiencia científica
que se tiene en el tratamiento de este tumor.
Estos protocolos, que se emplean de forma generalizada en todos los hospitales,
recogen las indicaciones o limitaciones del tratamiento en función de los siguientes
factores:
Edad del paciente.
Estado general.
Estado hormonal (premenopausia, menopausia).
Localización del tumor.
Fase o estadio en la que se encuentra la enfermedad (TNM).
Receptores hormonales del tumor.
Grado de las células.
Positividad para algunos factores biológicos.
Probablemente, el médico también tendrá en cuenta si además del cáncer de mama,
existen otras enfermedades importantes que puedan dificultar la realización de algún
tratamiento específico. Por tanto, el tratamiento propuesto por el especialista no va a ser el mismo en todos los pacientes.
Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer de mama son la cirugía,
la radioterapia, la quimioterapia y la hormonoterapia.
TRATAMIETO QUIRÚRGICO
La cirugía es la primera opción de tratamiento en los cánceres de mama en estadios precoces.
La cirugía a nivel de la mama es una intervención quirúrgica mayor, por lo que es necesario un ingreso hospitalario durante un tiempo que puede variar de una enferma
a otra, pero por lo general suele ser menor de una semana. Asimismo, es necesaria
una anestesia, que siempre será de tipo general.
Antes de la intervención, es preciso realizar un estudio denominado estudio
preoperatorio que consiste, generalmente, en un análisis de sangre y de coagulación,
un electrocardiograma y una radiografía de tórax.
Tipos de cirugía
El tipo de cirugía dependerá del tamaño, localización y extensión del tumor.
Cuando se extirpa sólo el tumor se llama tumorectomía.
Cuando lo que se extirpa es el cuadrante donde se localiza el tumor, hablamos
de cuadrantectomía.
Cuando se extirpa la mama entera, se denomina mastectomía.
Técnicas quirúrgicas
Cirugía conservadora
Este tipo de intervención consiste en la extirpación del tumor con un margen de tejido
mamario sano, más o menos amplio, manteniendo intacto el resto de la mama. Puede
ser una tumorectomía (extirpación del tumor y un margen de tejido sano), o
una cuadrantectomía (extirpación de un cuadrante de tejido mamario en el que se
incluye el tumor).
La cirugía conservadora siempre se ha de complementar con un tratamiento de
radioterapia, con el objetivo de destruir las células tumorales que puedan quedar en la
mama. En caso de que la paciente necesite tratamiento adyuvante con quimioterapia,
la radioterapia puede ser necesario aplazarla.
La realización de la cirugía conservadora, depende de una serie de factores como es la
localización del tumor, el tamaño de las mamas, la estética tras la intervención, etc. El
cirujano, junto con el paciente, valorará esta posibilidad.
La tendencia actual es que cada vez se emplee más la cirugía conservadora para el
tratamiento del cáncer de mama.
Mastectomía
Consiste en la extirpación de toda la mama. Puede ser de dos tipos:
Mastectomía radical modificada: Es la más utilizada. En ella se extirpa la mama.
Mastectomía radical (también denominada mastectomía tipo Halsted): consiste en la
extirpación de la mama, de los músculos pectorales y de los ganglios axilares. Esta
técnica se utilizaba mucho en el pasado, pero no en el momento actual. Los efectos
secundarios de alteración de la imagen corporal, alteraciones en la movilidad del
miembro superior, edema etc... son muy frecuentes.
Existe la posibilidad de que sea necesario un tratamiento con radioterapia tras la
mastectomía, aunque esto ocurre en un porcentaje bajo de pacientes.
Cirugía axilar
Sea cual sea el tipo de intervención, debe realizarse la valoración del estado de los
ganglios axilares.
Dependiendo del estado clínico de la axila se realizará una biopsia selectiva del ganglio
centinela (muy frecuente en la actualidad) o una linfadenectomía.
Linfadenectomía
El paquete ganglionar axilar es grande. Dependiendo de la accesibilidad se suelen
extirpar entre 10 y 40 ganglios linfáticos.
Actualmente solo se realiza linfadenectomía cuando existe una sospecha clínica
fundada o se ha confirmado infiltración tumoral de los ganglios axilares mediante una
punción de los mismos.
Ganglio centinela
Es una técnica, cada vez más empleada, cuyo objetivo es identificar el ganglio axilar sobre el que, en primer lugar, drena la mama. Si este ganglio está afectado por el
mismo, en general es necesario realizar un estudio del resto de los ganglios de la axila.
Si no está afectado no se puede realizar linfadenectomía.
De esta manera, en los casos en que no se realice vaciamiento axilar, el riesgo de
efectos secundarios derivados de la extracción de ganglios linfáticos es mínimo.
La base de esta exploración es la siguiente:
Si el GC es negativo (sin invasión tumoral) el resto de la cadena también lo será,
con las implicaciones pronósticas y terapéuticas que ello conlleva.
Si el GC es positivo, el resto de la cadena puede o no serlo, pero se debe
proceder a la linfadenectomía de la zona y a las actuaciones terapéuticas
adicionales que procedan.
RADIOTERAPIA
La radioterapia se emplea siempre tras la cirugía conservadora y ocasionalmente tras
la mastectomía con el objetivo de eliminar de la zona de la cirugía las posibles células
tumorales que hayan podido quedar. Si tras la cirugía es necesario añadir
quimioterapia, la radioterapia se administra después de la misma.
Según la finalidad con que se emplee, la radioterapia en el cáncer de mama puede ser
profiláctica para reducir el riesgo de recidiva local (mama o pared) y/o regional
(ganglios) o paliativa para aliviar síntomas provocados por el cáncer de mama o las
metástasis.
Tipos de radioterapia
En el cáncer de mama se utiliza tanto la radioterapia externa como la interna, aunque
la más frecuente es la externa. En cualquier caso es el oncólogo radioterápico el que
prescribe y planifica el tratamiento con radioterapia.
El tratamiento con radioterapia siempre es individualizado, es decir, cada enferma
tendrá su tratamiento específico y distinto al de otra paciente.
Radioterapia externa
Es el tipo de radioterapia más común. La radiación procede de una fuente que se
encuentra fuera del organismo (acelerador lineal).
Radioterapia interna o braquiterapia
La radioterapia interna se administra colocando un material radiactivo (isótopo) en el
tumor o la zona donde estuvo situado, con el objetivo de administrar altas dosis de
radiación a cortas distancias, de tal forma, que llega muy poca dosis a los tejidos sanos.
En el cáncer de mama este tipo de técnica se suele emplear, fundamentalmente, tras
la cirugía conservadora, para dar en la zona del tumor más dosis de radiación
(sobreimpresión) o para realizar irradiación parcial acelerada de la mama. La
colocación del material radiactivo se hace con sedación.
Mientras se tengan colocados los implantes es necesario permanecer en una
habitación con paredes plomadas, preparada especialmente para tal fin, ya que las
fuentes radiactivas implantadas son emisoras de radiación. La duración del
tratamiento es de varios días en caso de braquiterapia de baja tasa y de minutos en
caso de braquiterapia de alta tasa (más empleada en la actualidad). Estarás controlada
y en comunicación, en todo momento, a través de un monitor de televisión y un
micrófono con el personal sanitario responsable de tu tratamiento.
Una vez extraído el material podrás hacer tu vida normal, ya que no emite ningún tipo
de radiación por lo que tu vida familiar, social o laboral no tiene por qué cambiar.
QUIMIOTERAPIA
La quimioterapia es una de las modalidades terapéuticas más empleada en el tratamiento del cáncer. Su objetivo es destruir, empleando una gran variedad de fármacos, las células que componen el tumor con el fin de lograr la reducción o desaparición de la enfermedad.
A los fármacos empleados en este tipo de tratamiento se les denomina fármacos
antineoplásicos o quimioterápicos.
Estos fármacos llegan a prácticamente todos los tejidos del organismo y ahí es donde
ejercen su acción, tanto sobre las células malignas como sobre las sanas. Debido a la
acción de los medicamentos sobre éstas últimas, pueden aparecer una serie de
síntomas más o menos intensos y generalmente transitorios, denominados efectos secundarios.
La mayoría de los fármacos que se emplean en el tratamiento quimioterápico están
diseñados para poder destruir las células mientras se dividen. Cuanto más rápido se
dividen, más sensibles son al tratamiento. Con el tiempo, esto se traduce en una
disminución del tamaño o desaparición del tumor.
En general, en el cáncer de mama, la quimioterapia se administra tras la cirugía como
tratamiento complementario, con el objeto de prevenir la aparición de metástasis
(quimioterapia adyuvante). En otras ocasiones, se administra como primer tratamiento
con la finalidad de disminuir el tamaño del tumor (quimioterapia neoadyuvante).
También se administra en pacientes con cáncer de mama avanzado o metastásico.
Puede ser muy beneficioso que antes de iniciar el tratamiento con quimioterapia
hables con tu oncólogo. Te explicará los beneficios que se esperan del tratamiento y
sus riesgos.
Generalmente, para el tratamiento del cáncer de mama se emplea la combinación de
varios fármacos. Lo más frecuente es que se administren por vía intravenosa.
La quimioterapia se administra en forma de ciclos, alternando periodos de tratamiento
con periodos de descanso. Los ciclos pueden ser semanales, quincenales, trisemanales,
dependiendo del tipo de fármacos a administrar.
Antes de iniciar un nuevo ciclo es necesario realizar un control de sangre para
asegurarse de que la quimioterapia no está dañando los riñones o alterando los niveles
de hematíes, leucocitos o plaquetas de la sangre.
Si esto fuera así, sería necesario retrasar la administración del siguiente ciclo de quimioterapia hasta que se haya recuperado la función renal y los valores del
hemograma.
En ocasiones, para evitar pinchar repetidamente una vena, se emplea un tubo muy
fino, largo y flexible, llamado catéter por donde se administran los fármacos. El catéter se introduce en una vena de grueso calibre y permanece, sin ser retirado, durante todo
el tratamiento. Con frecuencia está unido a un porta-cath (disco redondo de plástico o
metal que se introduce bajo la piel), siendo en este caso por donde se realiza la
infusión de la quimioterapia. Es posible que pienses que llevar colocado un catéter o
un porta-cath puede resultarle molesto, sin embargo, lo más habitual es que no
provoque ningún tipo de dolor o sensación desagradable.
HORMONOTERAPIA
Consiste en la administración, generalmente por vía oral, de hormonas que bloquean
la acción de los estrógenos sobre las células malignas de la mama, impidiendo su
proliferación, por lo que el tumor puede disminuir de tamaño o incluso desaparecer.
Existen diversos fármacos disponibles hoy día. El más conocido es el Tamoxifeno, que
actúa bloqueando los receptores de estrógeno en las células de mama, por tanto
impiden que crezcan y se dividan.
En mujeres con tumores en estadios precoces que posean receptores hormonares
positivos y sean pre menopáusicas, el Tamoxifino se suele administrar durante 5 a 10
años tras la cirugía con el objetivo de reducir el riesgo de recidiva en la enfermedad, en
la otra mama o en otros órganos.
Los efectos secundarios más comunes de este medicamento incluyen fatiga, sofocos,
sequedad vaginal o sangrado y cambios de humor.
En caso de hemorragia vaginal es fundamental consultar con el oncólogo.
Los Inhibidores de la Aromatasa como el Anastrozol, Letrozol y Exemestano (bloquean
la enzima aromatasa que se encuentra en la grasa y es el responsable de la elaboración
de os estrógenos en las mujeres postmenopáusicas, por lo que solo se emplean en
mujeres con cáncer de mama menopáusicas.
Como con el Tamoxifeno, son útiles en mujeres con cáncer de mama con receptores
hormonales positivos y se deben administrar al menos durante 5 años.
Los efectos secundarios de los inhibidores de la aromatasa son cansancio, sofocos,
dolores musculares y articulares y osteoporosis.
Otros fármacos hormonales utilizados en el cáncer de mama son los antiestrógenos
puros (Fulvestrant, Toremifeno). Para las pacientes premenopáusicas existen fármacos que producen una castración química como el Goserelin y el Leuprolide. Por último
también existen fármacos derivados de la progesterona, otra hormona femenina.
PAPEL DE ENFERMERÍA EN LA CONSULTA DE ATENCIÓN PRIMARIA
APOYO EMOCIONAL
El personal de enfermería en contacto con este tipo de pacientes debe potenciar ciertas habilidades:
Tener una buena capacidad de empatía y escucha activa con las pacientes afectadas, con el fin de ser capaz de proporcionar el apoyo necesario en el proceso de
adaptación emocional a la enfermedad.
Ser capaces de detectar respuestas emocionales desadaptativas para poder derivarlas a los recursos específicos.
Búsqueda de apoyo familiar.
Ser capaces de tener un manejo razonable de la información, lo cual se consigue a través de la experiencia y la formación.
EFECTOS SECUNDARIOS DE LA CIRUGÍA
La cirugía de la mama, como ocurre en la mayoría de las intervenciones quirúrgicas, no
está exenta de complicaciones y de efectos adversos, los cuales pueden presentarse
con mayor o menor frecuencia tras la intervención. A veces pueden suponer un
problema que puede alterar la calidad de vida.
Dolor
En el despertar de la anestesia, es normal que se sienta dolor en la zona de la
intervención. Generalmente, el cirujano deja pautados fármacos que te aliviarán. Si el
dolor no cede es importante que lo comentes con el personal de enfermería o con el
médico. El dolor, en este caso, no indica problemas de recuperación sino simplemente que hay una herida.
Cicatrización
Evidentemente, tras la cirugía aparece una cicatriz que será diferente en función del
tipo de intervención realizada. Esta cicatriz requerirá los mismos cuidados que
cualquier otra. Mientras no se hayan retirado los puntos, el cuidado y limpieza de la
cicatriz correrán a cargo del personal sanitario del hospital o del centro de salud. Una
vez retirados los mismos, es importante mantener una higiene similar a la del resto del
cuerpo: lavado con agua y jabón.
Alteraciones sensitivas locales
Uno de los síntomas más frecuentes tras la intervención es la disminución de
sensibilidad o acorchamiento de la zona de la intervención. Esta pérdida de
sensibilidad mejorará con el tiempo y suele desaparecer, aproximadamente, un año
después de la cirugía.
Seroma
Aunque no es frecuente, en algunos casos puede aparecer una acumulación de líquido
en la zona de la cicatriz. Esta acumulación se denomina seroma, es relativamente
blanda a la palpación y ligeramente molesta. En ocasiones, puede ser necesario
drenarla cada cierto tiempo para retirar el líquido acumulado y mejorar los síntomas.
Suele desaparecer unos meses después de la cirugía sin dejar secuelas.
Linfedema
El problema más importante y a tener en cuenta, a pesar de que no aparece en todos
los casos, es el derivado de la extirpación de los ganglios linfáticos de la axila: el
linfedema en el miembro superior homolateral.
La incidencia es del 10 y 30% de los casos, para más información ver sección
de Linfedema.
El riesgo de linfedema es mínimo tras la biopsia de ganglio centinela.
EFECTOS SECUNDARIOS RADIOTERAPIA
La radioterapia, al mismo tiempo que elimina células enfermas, puede afectar a los
tejidos sanos cercanos al área de tratamiento y como consecuencia aparecen efectos
secundarios en la zona que ha recibido el tratamiento.
Cansancio (astenia)
En general, el tratamiento con radioterapia en el cáncer de mama es bien tolerado y
suele producir poco cansancio. Cuando esto ocurre, suele ser consecuencia del propio
tratamiento, de otros tratamientos asociados y del desplazamiento diario al hospital.
Esta sensación es temporal y desaparece algún tiempo después de finalizar la
radioterapia. Aunque algunas personas continúan realizando sus tareas normales, es aconsejable descansar unas horas tras recibir la sesión de radioterapia.
Reacciones en la piel
La piel del área tratada puede sufrir alteraciones muy similares a una quemadura
solar. Tras dos o tres semanas de radioterapia aparece una coloración rojiza (eritema).
Según avanza el tratamiento va adquiriendo una coloración más pigmentada y oscura,
que desaparecerá en uno o dos meses tras finalizar la terapia.
Caída del pelo (depilación)
La radioterapia destruye el folículo piloso, por lo que aproximadamente, a las dos o
tres semanas de iniciar el tratamiento se aprecia, exclusivamente en la zona irradiada,
una caída de pelo. En el tratamiento del cáncer de mama, esta depilación aparece sobre todo en la zona de la axila.
Edema en la mama
Es relativamente frecuente que durante o tras el tratamiento la mama se inflame
ligeramente y aparezcan pinchazos ocasionales. No suele tener importancia y
desaparece semanas o meses después de finalizar la radioterapia.
Linfedema
La asociación de cirugía y radioterapia sobre la axila incrementa el riesgo de linfedema
del miembro superior homolateral. Para más información ver la sección
sobre Linfedema.
Efectos a largo plazo sobre la mama
La mama radiada puede hacerse más pequeña y consistente tras el tratamiento.
Recomendaciones radioterapia
Es importante que antes de iniciar la radioterapia le preguntes a tu oncólogo
radioterápico las dudas que tengas sobre cualquier aspecto del tratamiento, ya que él
te podrá responder y asesorar de forma individualizada sobre el mismo.
Cuidados de la piel
La piel es el órgano que primero recibe la radiación, por lo que es fundamental tener
un cuidado especial desde el momento que se inicia el mismo.
No te apliques ningún tipo de crema, pomada o loción sobre la zona de tratamiento sin consultarlo previamente con el personal sanitario de
radioterapia.
No te cubras la zona de tratamiento con esparadrapo, tiritas, etc., ya que al
tratar de despegarlos, con frecuencia se lesiona la piel.
Lávate esa zona con jabones indicado por tu médico. Cuando te seques, hazlo
suavemente con pequeños toques.
En general, es importante que evites lesiones como rasguños y cortes en la piel
del área de tratamiento.
No utilices desodorantes sobre la axila a radiar.
Estas recomendaciones solamente hacen referencia al área tratada; el resto del cuerpo
se cuidará normalmente.
Ropa
En general, es aconsejable utilizar ropa poco ajustada. Evita prendas con elásticos
sobre la piel del tratamiento (el roce continuo podría erosionarla fácilmente).
Utiliza ropa de fibras naturales, ya que son más cómodas y menos irritantes.
Exposición al sol
Las áreas tratadas con radioterapia se vuelven muy sensibles al sol, y por lo tanto, es
conveniente no exponerlas al mismo, al menos durante el primer año tras finalizar el
tratamiento. Una vez pasado ese tiempo, es imprescindible la utilización de cremas
solares de alta protección sobre la zona que haya sido irradiada.
EFECTOS SECUNDARIOS DE LA QUIMIOTERAPIA
Síntomas digestivos: pérdida de apetito, alteración del gusto y del olfato,
boca seca (xerostomía) y dificultad para tragar (Disfagia), naúseas, vómitos,
diarrea, estreñimiento e intolerancia a la lactosa. La inapetencia,
inflamación de la boca, alteración del gusto de los alimentos, nauseas,
vómitos o diarreas pueden tener un efecto negativo importante en la
nutrición y en el estado general del paciente. Mantener una alimentación
adecuada durante el tratamiento puede ser de gran ayuda, ya que permitirá
estar más fuerte para tolerar mejor el tratamiento y los efectos
secundarios. Por esta razón, se debe informar al oncólogo radioterápico o
médico cuando comiencen a aparecer los síntomas.
Cansancio
Caída del pelo
Alteraciones de la piel
Alteraciones en la médula ósea
Otros efectos secundarios: Alteraciones neurológicas, alteraciones
cardíacas, ascitis, alteraciones sexuales y de fertilidad
Recomendaciones quimioterapia
Nauseas y vómitos
Si aparecen estos síntomas o sientes cierto malestar, puedes poner en práctica los
siguientes consejos:
Reparte la comida en pequeñas cantidades, 5-6 veces al día. Come despacio,
masticando bien los alimentos.
Evita olores desagradables y comidas ricas en grasas (frituras, salsas, quesos
grasos, leche entera, etc.) ya que dificultan la digestión.
Bebe líquidos fríos a pequeños sorbos a lo largo de todo el día. Es preferible no
beber durante las comidas, ya que favorece la sensación de llenado e hinchazón.
Descansa después de cada comida, preferiblemente sentada, al menos durante una hora.
Evita que la ropa te apriete a la altura del estómago.
No olvides tomar la medicación que te haya recetado el médico.
Aún así, si durante el tratamiento tienes náuseas o vómitos puedes poner en
práctica estas recetas de cocina que te ofrecemos
Diarrea
Puedes notar un aumento en el número de las deposiciones diarias con emisión de
heces de menos consistencia de lo normal. Esto puede ser debido a la
quimioterapia administrada. Consúltalo con tu médico en cuanto te sea posible.
Algunos fármacos pueden ayudar a controlar este síntoma.
Estreñimiento
Por el contrario también puedes notar estreñimiento debido a la quimioterapia o a
los fármacos que se administran conjuntamente con ella, para evitar náuseas o vómitos. Consúltalo también con tu médico para buscar una solución.
Alteraciones en la percepción del sabor de los alimentos
Es aconsejable que modifiques determinadas costumbres a la hora de preparar la
comida:
Prepara comidas con buen aspecto y olor agradable. Emplea especias o
condimentos suaves en su preparación.
Realiza enjuagues antes de comer.
En el caso de que tengas sabor metálico, sustituye los cubiertos habituales por
unos de plástico.
Una modificación del gusto puede favorecer que dejes de disfrutar de la comida,
incluso, que te resulte desagradable. Prueba estas recetas que ofrecemos.
Alteraciones en la mucosa de la boca
Es fundamental mantener una buena higiene bucal y dental para reducir el riesgo
de complicaciones:
Evita cualquier comida que pueda irritar la mucosa, como los ácidos (naranja,
limón.), alimentos muy aderezados o salados y alimentos duros, como el pan
tostado, snacks, etc..
Utiliza un cepillo con cerdas suaves (preferiblemente infantil) para evitar lesionar
las encías. Utiliza pasta de dientes suave.
Cepíllate los dientes después de cada comida (incluido almuerzo y merienda).
No utilices colutorios que contengan alcohol que puedan irritar la mucosa.
Utiliza el hilo dental para limpiar la placa entre los dientes.
No fumes.
No consumas bebidas irritantes como alcohol o café.
Si tienes dentadura postiza, evita su uso continuado, ya que podrías dañar más la
mucosa. Empléala sólo en casos necesarios (para comer o sali r a la calle).
Alopecia
Córtate el cabello muy corto antes de que se inicie la caída del pelo.
No utilices tintes ni moldeados o permanentes.
Utiliza crema hidratante sobre el cuero cabelludo.
Descenso de los glóbulos rojos
Aunque la anemia aparece independientemente del estilo de vida que lleve, alguna
de estas recomendaciones puede servirte de ayuda para sentirte mejor:
Descansa todo lo que necesites. Duerme por lo menos 8 horas por la noche y
duerme la siesta.
No hagas esfuerzos, ahora no es el momento de demostrar que puedes con todo.
Limita tus actividades. Haz sólo lo que sea más importante para tí.
Recuerda que el cansancio es debido a la anemia, no a que la enfermedad
evoluciona desfavorablemente.
Descenso de los leucocitos
Durante el tiempo que tengas los leucocitos disminuidos es importante que
extremes los hábitos higiénicos y tomes una serie de precauciones con el fin de
disminuir el riesgo de infección:
Evita el contacto con personas que pudieran tener algún tipo de infección (gripe,
catarro, varicela…)
Existen vacunas que están elaboradas con virus vivos atenuados como la de la
gripe. Antes de ponerte cualquier vacuna, comenta a tu médico que estás en
tratamiento con quimioterapia. La administración de estas vacunas con las
defensas disminuidas puede causarte una infección seria.
Asimismo, evita el contacto con personas, incluidos niños, que hayan recibido una
vacuna con virus vivo atenuado (gripe, polio, rubéola, sarampión…).
Procura tomar medidas para evitar lesiones en la piel, ya que pueden ser un punto
de entrada de bacterias:
Evita cortar las cutículas.
Utiliza guantes cuando estés preparando la comida (pueden protegerte
frente a quemaduras y cortes).
Si tienes alguna herida en la piel lávala con agua y jabón y añade
antiséptico.
Lávate las manos frecuentemente y mantén una buena higiene bucal.
Descenso de las plaquetas
Cuando esto ocurre es importante adoptar una serie de medidas o
recomendaciones:
Ten mucho cuidado con utensilios cortantes, como tijeras, cuchillos etc.
Procura evitar las quemaduras como las ocasionadas al cocinar, o con la plancha.
No realices deportes de contacto o de riesgo.
Evita la depilación con cera o con cuchilla.
Si aprecias una temperatura superior a 38ºC o la aparición de hematomas
espontáneamente (sin golpe previo), debes consultarlo con tu oncólogo y acudir al
hospital de forma inmediata.
LINFEDEMA
Las medidas preventivas para evitar la aparición del linfedema son fundamentales, ya que una vez que se establece no existe un tratamiento curativo eficaz.
La prevención del linfedema debe comenzar inmediatamente tras la cirugía y requiere
una serie de cuidados diarios por tu parte, así como un seguimiento regular por parte
del fisioterapeuta que será el encargado de educar a la paciente en los hábitos
higiénicos sanitarios adecuados.
Inmediatamente tras la intervención el fisioterapeuta debe iniciar un programa de
ejercicios respiratorios y movilidad de la mano y del brazo afecto. Progresivamente, se
irán introduciendo un mayor número de movimientos, que deberás llevar a cabo con
suavidad y de forma repetitiva, y que pueden ser de utilidad, y siempre como
complemento al tratamiento fisioterapéutico, ya que movilizan la cicatriz.
Es imprescindible que sigas las pautas de tu fisioterapeuta. La mejor manera de
prevenir el linfedema es evitar en lo posible todo aquello que obstruya o dificulte la
circulación de retorno del brazo. Además, un diagnóstico precoz es la mejor manera de
impedir su evolución.
Ejercicios respiratorios
Diafragmáticos
Toma aire por la nariz intentando hinchar el abdomen, retén el aire unos segundos y a
continuación expúlsalo lentamente por la boca. El movimiento del abdomen se
controla colocando las manos sobre él.
Torácicos bajos
Inspira el aire expandiendo la parte inferior del tórax, mantenlo durante unos
segundos y a continuación expúlsalo lentamente por la boca. Coloca las manos a nivel de las últimas costillas para apreciar el movimiento de las mismas al tomar el aire.
Torácicos altos
Inspira el aire expandiendo la parte superior del tórax. Retén el aire unos segundos y expúlsalo lentamente por la boca. Sitúa las manos en la parte alta del tórax.
Ejercicios básicos para favorecer el flujo linfático
Sentada en un taburete, eleva lentamente el brazo hacia delante abriendo y
cerrando la mano.
En la misma posición separa el brazo lateralmente abriendo y cerrando la
mano.
Sentada frente a una mesa, con el tronco recto, coloca la mano con un libro
bajo ella sobre la mesa. Desliza el libro lentamente hacia delante hasta el
momento que comiences a sentir una molestia. Vuelve a la posición inicial.
Sentada lateralmente a la mesa, desplaza el brazo hacia delante y hacia atrás
colocando un libro bajo la mano para facilitar el desplazamiento.
Sentada sobre un taburete, sujeta una toalla por la espalda. Con una mano por
arriba y otra por debajo, realiza movimientos hacia ambas manos.
Una vez que te hayan dado de alta, se establecerá un calendario de visitas para
su seguimiento. Estas visitas ser aprovecharán para realizar medidas del diámetro
del brazo, de tal forma que si aparece un linfedema pueda ser diagnosticado
precozmente. Asimismo, el fisioterapeuta iniciará un plan de nuevos ejercicios y
de educación para modificar determinados hábitos.
Ejercicios de prevención de linfedema
Estos ejercicios se deben realizar 2 ó 3 veces a lo largo del día durante unos 30
minutos, aproximadamente, y no deben ser vigorosos.
Coge un palo horizontalmente y levántalo todo lo que puedas.
Pon los brazos en cruz y elévalos juntando las palmas de las manos.
Coloca ambas manos entrecruzadas en la nuca, junta los codos delante y luego
sepáralos al máximo sin soltar las manos.
Coloca las manos entrecruzadas en la espalda lo más altas que puedas y lleva
los brazos atrás.
Sitúate frente a una pared. Con el brazo afecto dibuja un círculo lo más grande
posible, primero en un sentido y luego en el otro.
En la misma posición haz que los dedos índice y anular suban por la pared lo
más alto posible.
Con los brazos extendidos hacia delante, a la altura de los hombros, flexiona los
codos a la vez que cierras el puño. Posteriormente estira el brazo a la vez que
abres las manos.
Mueve los brazos como si nadases a braza.
TRATAMIENTO DEL LINFEDEMA
FASE I – DESCOMPRESION
También denominada fase de ataque o choque. En esta fase se consigue la mayor reducción posible de volumen independientemente de la antigüedad del linfedema y
de su evolución clínica.
Está compuesto por:
Drenaje linfático manual
Vendaje compresivo adaptado al caso concreto
El drenaje manual sin vendajes no es eficaz, al igual que los vendajes sin drenaje
manual. El razonamiento clínico del fisioterapeuta para adaptar el tratamiento al caso
en cuestión y la combinación de drenaje más vendajes garantiza la disminución y el
control del linfedema.
Dura entre dos y tres semanas. El tratamiento debe ser diario (de lunes a viernes).
Existen algunas situaciones en las que no se debe realizar drenaje y vendaje del
linfedema.
Drenaje linfático manual (maniobras suaves que no friccionan)
Debe ser realizado por un fisioterapeuta con experiencia en el tratamiento del
linfedema.
El objetivo del mismo es la reabsorción del linfedema y la activación de la circulación
linfática superficial.
Vendaje compresivo adaptado al caso concreto .
Es un paso esencial en el tratamiento del linfedema y se coloca inmediatamente
después del drenaje linfático manual. El vendaje no debe de causar ninguna molestia
en el brazo y es fundamental que quede firme incluso después de una actividad física.
Los objetivos del vendaje son incrementar la absorción de linfa de los tejidos, disminuir
el flujo del sistema venoso y aumentar su retorno.
Durante esta fase el fisioterapeuta enseñará a la paciente cómo debe colocarse la
venda ya que ella tendrá que hacerlo en la fase II del tratamiento.
Existen algunas situaciones en las que no se debe realizar drenaje y vendaje del
linfedema:
Si tienes infecciones generalizadas (gripe, bronquitis…) o locales (linfangitis). En
este caso, lo primero es instaurar un tratamiento para la infección y
posteriormente, una vez resuelto el cuadro infeccioso, se puede reiniciar el
tratamiento del linfedema.
Cuando aparece un cuadro de trombosis o tromboflebitis en el brazo afecto, ya
que la manipulación del mismo puede movilizar el trombo y causar problemas en
otros órganos.
Lesiones en la piel como puede ser un eczema o dermatitis, ya que pueden
empeorar con el drenaje.
Si en el momento de realizar el drenaje linfático existe tumor en la axila y/o la
piel del brazo.
FASE II - MANTENIMIENTO
Las medidas de compresión se realizan con recursos ortoprotésicos.
Recursos ortoprotésicos
En esta fase la compresión del brazo se consigue empleando medias de compresión,
adaptada al tamaño del brazo, que debe llevarse puesta siempre durante el día.
Los ejercicios deben realizarse con la media de compresión puesta para conseguir
mayores beneficios. Serán los mismos que se realizan en la prevención del linfedema.
En los casos en que sea necesario la utilización de productos ortoprotésicos (vendajes,
medias de compresión, etc.) debes saber que puedes solicitar al Sistema de Sanidad
Pública correspondiente una ayuda económica para cubrir el coste de las mismas
siempre por indicación del médico especialista o médico de cabecera. El período de
renovación es de 12 meses desde la solicitud del material.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.upch.edu.pe/ehas/pediatria/lactancia%20materna/Clase%20301%20-%2010.htm
http://enciclopedia.us.es/index.php/Fisiolog%C3%ADa_mamaria
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http://www.breastcancer.org/es/sintomas/cancer_de_mama/que_es_cancer_mama
http://www.cancer.gov/espanol/tipos/seno
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