Tema 3 curso 2012 2013

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[Escribir texto] LA RACIONALIDAD TEÓRICA: REALIDAD, CONOCIMIENTO Y VERDAD ¿Qué es la realidad?, ¿Qué es esto? Una pregunta a la vez tan genérica como inevitable para un ser humano puede responderse desde la ciencia o ser convertida en un problema filosófico. Como vimos en el tema anterior, desde la ciencia nos interrogamos sobre la estructura y el funcionamiento del mundo físico. A lo largo de la historia de la ciencia tras las respuestas que se han dado subyacen distintos modelos generales de lo que pueda ser la naturaleza (cosmovisiones científicas) que se han ido sucediendo y a veces han coexistido simultáneamente. Se ha concebido al universo como un gran ser vivo donde cada parte tiene su función y una finalidad determinada por el todo; se ha entendido, otras veces, como un gran fractal matemático donde cada parte es una representación a escala del todo y donde todo está atravesado por fuerzas y relaciones de carácter mágico; otras, se ha pensado como una gran máquina donde los engranajes férreamente encadenados siguen un orden preciso y un funcionamiento matemáticamente exacto; para en nuestros días llegar a considerar que la apariencia del mundo que nos rodea depende de nuestro estado de movimiento, es decir, es relativa a este movimiento, y el funcionamiento mismo de la realidad física hace que sea imposible conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula según se afirma, por ejemplo, en el principio de indeterminación de Heisenberg. Cuando de la realidad se hace un problema filosófico nos adentramos en el terreno de una de las disciplinas filosóficas, la metafísica. Aborda ésta el estudio del Ser, no como las ciencias centrándose en un aspecto de él, sino en su máxima generalidad. Se trata de determinar las características generales de todo cuanto existe, ¿qué es lo que hace que lo podamos considerar como real? Se abre aquí una cuestión metafísica fundamental: ¿en qué medida la realidad es fruto del sujeto o lo es con independencia de él?, es decir, ¿en qué medida la realidad es un producto de nuestra mente? También analizaremos algunos de los problemas fundamentales de la metafísica occidental que tradicionalmente han girado en torno a tres grandes objetos: el yo o alma (¿tiene algún sentido la existencia?, ¿somos libres?), el mundo como totalidad (¿existe desde siempre o tuvo un inicio?, ¿reina en él el más férreo determinismo o todo es fruto del azar?, ¿es simple o compuesto?, etc.) y Dios (¿existe?, ¿se puede demostrar su existencia?, ¿qué sentido y qué origen tiene plantearse la existencia de Dios?).¿Se puede llegar a responder de forma definitiva y categórica a estas cuestiones?, ¿Qué sentido tiene hacerse estas preguntas? En todo caso, aquí nos cuestionaremos tanto el valor de las respuestas dadas como el de las preguntas formuladas. TEMA 3 Departamento de Filosofía. IES La Fuensanta Curso 2012-2013

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Ahí teneis los apuntes que vamos a utilizar para estudiar el tema 3: La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad.

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LA RACIONALIDAD TEÓRICA: REALIDAD, CONOCIMIENTO Y VERDAD

¿Qué es la realidad?, ¿Qué es esto? Una pregunta a la vez tan genérica como inevitable para un ser humano puede responderse desde la ciencia o ser convertida en un problema filosófico. Como vimos en el tema anterior, desde la ciencia nos interrogamos sobre la estructura y el funcionamiento del mundo físico.

A lo largo de la historia de la ciencia tras las respuestas que se han dado subyacen distintos modelos generales de lo que pueda ser la naturaleza (cosmovisiones científicas) que se han ido sucediendo y a veces han coexistido simultáneamente. Se ha concebido al universo como un gran ser vivo donde cada parte tiene su función y una finalidad determinada por el todo; se ha entendido, otras veces, como un gran fractal matemático donde cada parte es una representación a escala del todo y donde todo está atravesado por fuerzas y relaciones de carácter mágico; otras, se ha pensado como una gran máquina donde los engranajes férreamente encadenados siguen un orden preciso y un funcionamiento matemáticamente exacto; para en nuestros días llegar a considerar que la apariencia del mundo que nos rodea depende de nuestro estado de movimiento, es decir, es relativa a este movimiento, y el funcionamiento mismo de la realidad física hace que sea imposible conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula según se afirma, por ejemplo, en el principio de indeterminación de Heisenberg.

Cuando de la realidad se hace un problema filosófico nos adentramos en el terreno

de una de las disciplinas filosóficas, la metafísica. Aborda ésta el estudio del Ser, no como las ciencias centrándose en un aspecto de él, sino en su máxima generalidad. Se trata de determinar las características generales de todo cuanto existe, ¿qué es lo que hace que lo podamos considerar como real? Se abre aquí una cuestión metafísica fundamental: ¿en qué medida la realidad es fruto del sujeto o lo es con independencia de él?, es decir, ¿en qué medida la realidad es un producto de nuestra mente?

También analizaremos algunos de los problemas fundamentales de la metafísica

occidental que tradicionalmente han girado en torno a tres grandes objetos: el yo o alma (¿tiene algún sentido la existencia?, ¿somos libres?), el mundo como totalidad (¿existe desde siempre o tuvo un inicio?, ¿reina en él el más férreo determinismo o todo es fruto del azar?, ¿es simple o compuesto?, etc.) y Dios (¿existe?, ¿se puede demostrar su existencia?, ¿qué sentido y qué origen tiene plantearse la existencia de Dios?).¿Se puede llegar a responder de forma definitiva y categórica a estas cuestiones?, ¿Qué sentido tiene hacerse estas preguntas? En todo caso, aquí nos cuestionaremos tanto el valor de las respuestas dadas como el de las preguntas formuladas.

TEMA 3

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Curso 2012-2013

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1. LA REFLEXIÓN FILOSÓFICA SOBRE LA REALIDAD. 1.1. LA PREGUNTA POR LA REALIDAD La pregunta por la realidad es una de las que más han ocupado a los filósofos. El estudio filosófico que pretende abrirse a la totalidad de la realidad, que se pregunta por “lo común y universal de todo” y trata de descubrir los principios últimos que dan razón de lo que hay y de lo que somos, se le denomina metafísica (de lo que nos ocuparemos en el apartado que sigue).

La historia del pensamiento nos ha legado dos modos de definir lo real: uno negativo y otro positivo.

a) Según la definición negativa, realidad es lo contrapuesto a apariencia o también a posibilidad: lo real es lo no aparente y lo que no es meramente posible. Sin embargo, este modo de proceder no es muy fecundo, porque no nos dice qué es la realidad y también porque podemos decir que el ser posible es un modo de ser real.

b) Pero al intentar llegar a una definición positiva de realidad encontramos el inconveniente de que nos lleva a términos que, a su vez, precisan aclaración. Por eso es importante analizar los principales significados filosóficos de este término: b.1. Hablamos de una realidad contingente, cuando nos referimos a algo que es actualmente, pero puede dejar de ser y pudo no haber sido; por ejemplo, mi propia existencia, que es real en este momento, pero que no lo era antes de nacer y que pudo no haberlo sido nunca. Tradicionalmente, la existencia de seres contingentes ha llevado a preguntarse por la causa de su existencia. Este es el caso del mundo en su totalidad, que es, pero podría no haber sido. b.2. Podemos usar la palabra realidad para referirnos a algo necesario, que se define como lo absolutamente real, es decir, como lo que existe y no puede no existir ni ser de otra manera. En nuestra cultura, este modo de realidad se ha atribuido tradicionalmente a Dios: de él se suele decir que es el ser necesario. Pero también se puede entender que las cosas tienen algunas propiedades de modo necesario. Por ejemplo, para que una figura sea un triángulo, la suma de sus ángulos ha de ser necesariamente 180 grados. b.3. En ocasiones llamamos real a lo que percibimos a través de los sentidos: la realidad sensible o física. Cuantos más sentidos certifiquen la presencia de un objeto, más probable es que lo consideremos real. Esto no significa que todo lo que nos muestran los sentidos sea, por eso, real; ni tampoco que solo sea real lo que ellos nos muestran. Podría suceder que todo cuanto percibimos ahora fuera solamente un sueño y, cuando despertemos, nos demos cuenta de ello. Los objetos designados como reales en este sentido los consideramos como existiendo fuera de nuestra mente y con independencia de ella. b.4. También podríamos hablar de realidad psíquica, para designar la realidad de nuestros pensamientos, imaginaciones, deseos, ideas, recuerdos, dudas, etc. Aquí hay que distinguir dos aspectos diferentes: por una parte, la actividad de pensar, imaginar, idear, etc.; por otra parte, el contenido a que se refiere esa actividad. Por ejemplo, si pienso en una montaña de oro es real que la estoy pensando, pero no es real la montaña en la que pienso; es real mi acto de pensar, pero no lo es el contenido de mi pensamiento. Las realidades psíquicas son siempre internas, intramentales. b.5. En la actualidad usamos con frecuencia la expresión realidad virtual para referirnos al conjunto de percepciones y sensaciones generadas con ayuda de un soporte técnico (ordenador o cualquier otro aparato). Pero no solo la tecnología es capaz de generar este tipo de realidad, hay productos de la ficción o la fantasía, como, por ejemplo, una novela, un poema, etc., que también pueden hacerlo. Dicho conjunto de percepciones y sensaciones de carácter imaginario configuran un entorno o mundo nuevo, llamado realidad virtual.

1.2. APARIENCIA Y REALIDAD. POSIBILIDAD Y REALIDAD

La confusión entre lo que es y lo que parece ser es muy frecuente en nuestra vida cotidiana: a menudo nos quedamos perplejos ante algo que nos parecía real y que descubrimos como pura apariencia. Entonces es posible que nos formulemos una pregunta básica de la ontología: ¿qué es la realidad? Hemos visto que oponiendo realidad y apariencia logramos una definición negativa de realidad. Definición que es insuficiente e incluso, para algunos filósofos, inexacta, pues el aspecto de una cosa puede ser también su verdad. Por eso, de manera resumida diremos que la apariencia ha sido concebida de tres formas: a) Como el ser real de las cosas, en cuanto que estas se identifican con los aspectos que presentan. b) Como ocultación del ser de las cosas, pues tal ser está más allá de lo que las cosas parecen.

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c) Como el camino para llegar a descubrir el ser real de las cosas, pues solo a través de su apariencia podemos alcanzar su auténtico ser.

También podemos hablar de realidad en referencia a lo posible. En cierto modo, lo posible aún no es real, aún no existe: mi profesión futura no tiene aún realidad. Pero es algo que podrá llegar a ser, porque actualmente se dan las condiciones para que sea real en el futuro. Por ello decimos que algo es posible cuando está ya previsto o anticipado en el desarrollo de algo. Así como un círculo cuadrado es totalmente imposible, que un día se descubra la causa del cáncer es una posibilidad y, por tanto, tiene algo de realidad.

1.3. LA PREGUNTA POR EL SER: FÍSICA Y METAFÍSICA.

De manera genérica definimos la Metafísica como la disciplina filosófica que intenta responder a la pregunta ¿Qué es

la realidad? Lo que diferencia la metafísica de la física es que ahora esta pregunta por la realidad es convertida en un problema filosófico y no se trata de responder desde la ciencia. Apreciar esta diferencia es más difícil si tenemos en cuenta que el término “metafísica” ha adquirido distintos significados desde su aparición en la historia de la filosofía. Para

orientarnos un poco quizás lo mejor sea ver cuál es el sentido que tenía originalmente dentro de la filosofía de Aristóteles.

1.3.1 EL ORIGEN DE LA METAFÍSICA COMO DISCIPLINA: ARISTÓTELES.

Aristóteles define la metafísica, que él denominó “filosofía primera”, como:

"La ciencia del Ser en cuanto Ser y de los atributos que le corresponden por el solo hecho de ser".

Hay que tener en cuenta que:

1. Se encarga de estudiar la estructura del Ser: lo común a todos los entes. No a un determinado tipo de ellos, sino a todos en cuanto son.

2. No se confunde con ninguna ciencia ya que ninguna de ellas considera en general el Ser en cuanto Ser, sino

únicamente una parte del mismo. 1.3.2 METAFÍSICA Y ONTOLOGÍA.

Como ya vimos en el tema 1 al hablar de las disciplinas filosóficas, la Metafísica formula sus preguntas sobre la

realidad de la siguiente manera:

¿Cómo es? (Material, inmaterial, eterna, creada, con un principio en el tiempo, finita o infinita,...) ¿Qué principios la rigen? (El azar, la necesidad, tiende al orden o al desorden,...) ¿Cómo funciona? (Es como un organismo vivo, o una máquina, mágicamente,...) Pero cuando intentamos concretar, surge una nueva pregunta: ¿De qué elementos está compuesta y qué características tienen éstos? Este es el objeto de estudio de una rama de la Metafísica que se denomina Ontología, que, a su vez, se formula nuevas preguntas: La realidad, ¿está constituida por un elemento o por múltiples, éstos son simples o compuestos, materiales o inmateriales, corruptibles o indestructibles,...?

Un objeto y otro son bien diferentes y sin embargo ambos son objetos y reales: ¿Qué tienen en común todos los objetos que hace que los consideramos como reales?

1.4. METAFÍSICAS ESPIRITUALISTAS Y MATERIALISTAS.

Como hemos visto, una de las preguntas posibles que se pueden hacer en torno a la realidad es si todo cuanto existe

(ente) es puramente material o si en la constitución de lo real intervienen elementos inmateriales. Se puede preguntar también si existen seres reales (entes) de carácter puramente inmaterial, o incluso, llegar a afirmar que no existe nada

material sino que toda la realidad está constituida por entes inmateriales.

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Según postulemos la existencia sólo de lo material o admitamos la existencia de aquello que es inmaterial tendríamos lo que se denominan metafísicas materialistas o espiritualistas, hablando, caso que se admitan ambos tipos de realidades, ya sean en combinación o sean separadas, metafísicas dualistas. La cosa se complica cuando empezamos a identificar aquello que es inmaterial con lo que en la tradición filosófica se ha

denominado "Espíritu", ya que este concepto, además, en la tradición cristiana está vinculado a la idea de alma y en la

filosofía moderna a la idea de sujeto del conocimiento. Por todo ello, haremos una aproximación a aquellas metafísicas que afirman la única existencia de lo material, mientras en el siguiente punto intentaremos clasificar todas las demás posturas agrupándolas bajo el epígrafe de “metafísicas espiritualistas” aunque entre ellas esta denominación haga referencia a concepciones muy diferentes. 1.4.1. METAFÍSICAS MATERIALISTAS. Una metafísica materialista explica el mundo a partir de él mismo sin apelar a ninguna otra realidad que no sea la material y

mundana. La podríamos definir de la siguiente manera: Consiste en afirmar que todo lo real es en última instancia material, es decir, que la materia es el constitutivo último irreductible de toda realidad, sea cual sea la manera en como aquello que es real se estructura y se nos muestra. Puesto que la materia es el único tipo de realidad que existe en la naturaleza no hay lugar para explicaciones que hagan

referencia a almas inmateriales o espíritus, sean divinos o humanos. En el materialismo, cuando hablamos de nuestra mente, no hablamos de algo inmaterial sino que la mente es simplemente una manera de funcionar del cerebro, es decir, en último extremo se reduce a materia. Pondremos un ejemplo de este tipo

de metafísicas en cada época de la historia de la filosofía: 1.4.1.1. El materialismo en la filosofía antigua.

El materialismo atomista de Demócrito de Abdera (460- 370 a. C.) afirma que lo único que existe son los átomos y el

vacío. Los átomos son infinitos en número, materiales, indivisibles, eternos, indestructibles y se diferencia entre sí por la figura, la colocación y la posición. El vacío cabe entenderlo como el espacio en el que se encuentran los átomos, en el que se mueven, se ordenan y se componen entre sí. Todo cuerpo no es más que un agregado de átomos que se ha formado aleatoriamente a partir de los choques que se producen entre los átomos que se mueven libremente en el vacío siguiendo el más férreo determinismo. Sigue un modelo mecanicista en el que el universo no está presidido por ningún plan trazado por una inteligencia trascendente ni hay ninguna finalidad inmanente que ordene el movimiento dando inteligibilidad intencional a los procesos y las relaciones entre los cuerpos. Aquellas realidades que podrían parecer inmateriales como los dioses o la mente humana también están constituidas por átomos. En el caso de la mente o el alma humana por átomos de forma esférica, muy sutiles distribuidos por todo el cuerpo y con una mayor concentración en la cabeza posibilitando el pensamiento y el conocimiento. 1.4.1.2. El materialismo en la filosofía moderna.

Thomas Hobbes (1.588-1679), precursor del empirismo moderno, defiende el materialismo corporal. Sigue también un

modelo atomista, mecanicista y determinista. Afirma, como el atomismo antiguo, que la realidad se reduce a materia y movimiento. La única realidad que existe es el cuerpo y no depende de nuestro pensamiento. La misma alma es de naturaleza material y el cuerpo humano, el conjunto de afectos y pasiones, responden a las mismas leyes causales que el resto de la naturaleza. 1.4.1.3. El materialismo en la filosofía contemporánea.

El materialismo histórico de Karl Marx (1.818-1.883) afirma que toda la realidad se resuelve en materia. Aquello que

entendemos con los términos de conciencia o pensamiento son sólo manifestaciones de la materia. No hay lugar, pues, para cuestiones referidas al alma o a la trascendencia sino que éstas se resuelven en fenómenos derivados de la conciencia y en imposiciones de ideas externas forjadas para el dominio del ser humano. Marx hace hincapié en la dimensión práctica y productiva del ser humano como ser natural. Afirma "La naturaleza del ser humano consiste en la producción de su vida".

Esta producción es por un lado relación con la naturaleza (relación natural), y por otro, relación con los otros seres humanos (relación social) Según su planteamiento la producción y el intercambio de productos son la base de todo orden

social, de manera que la sociedad se configura según cómo se produce y se intercambia aquello que se ha producido. Esto es

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lo que él denomina el plano material, básicamente de carácter económico, y es el que genera y está en la base de las diferentes ideologías. De esta manera todas las producciones culturales (del espíritu) son producidas por el devenir dialéctico

e histórico de la realidad, es decir, la acción productiva del ser humano en la naturaleza y con la naturaleza. 1.4.2. METAFÍSICAS ESPIRITUALISTAS.

Hay otras metafísicas en las que se niega que exista una realidad material o, si se admite su existencia, le otorga menos

realidad, es decir, recibe una valoración ontológica inferior. Se trata de metafísicas que denominamos “espiritualistas” o “inmaterialistas” y que podemos definir de la siguiente manera:

Consiste en afirmar la existencia y posibilidad de conocimiento de realidades "transfísicas" de naturaleza inteligible o

espiritual, es decir, no materiales. Hay que destacar que uno de los elementos polémicos de este tipo de metafísicas consiste en afirmar no sólo este tipo de existencias sino la posibilidad de llegar a conocerlas teniendo en cuenta que suelen estar en muchos casos más allá de nuestra experiencia posible.

Pondremos algunos ejemplos de este tipo de metafísicas en cada época de la historia de la filosofía:

1.4.2.1. Metafísicas inmaterialistas en la filosofía antigua.

El concepto espíritu es un concepto cristiano, por eso sería más correcto asignar el calificativo de inmaterialistas a las metafísicas de este tipo que se dan en el mundo griego. Podemos destacar dos:

La Teoría de las Ideas de Platón (427-347 a. C.) establece la existencia de dos tipos de realidades separadas (dualismo

metafísico) Por un lado el mundo sensible, de carácter material, que es el que percibimos por los sentidos. Por otro, la auténtica realidad que es el Mundo de las Ideas, éstas son inmateriales, inmutables, eternas, universales e incorruptibles y sólo pueden ser conocidas por la razón. El mundo sensible es una mera copia imperfecta del inteligible, y su imperfección proviene de la tendencia natural al desorden que caracteriza a la materia. El alma humana es afín a las Ideas y por lo tanto

también inmaterial. La Teoría hilemórfica de Aristóteles (384-322 a. C.), discípulo de Platón, plantea una única realidad, la que Platón denominaba mundo sensible pero en ella todo cuanto existe está compuesto de materia (Hylé) y forma (morphé) La forma es inmaterial y constituye la esencia de las cosas, es decir, "aquello que hace que una cosa sea lo que es y no otra cosa". Así en la constitución de todo ser (ente) hay una mezcla de elementos materiales e inmateriales que aquí aparecen indisolublemente unidos. Aún así hay una valoración ontológica inferior de la materia, que se considera el grado más ínfimo del Ser, pues al ser pura indeterminación por si sola no puede decirse que sea nada. La forma que es la que determina y hace ser al ente lo que es recibe una valoración superior aunque no existe separada sino sólo en las cosas.

1.4.2.2. Metafísicas espiritualistas en la filosofía medieval.

El cristianismo asimila el concepto de alma al de espíritu asociándolo a ideas religiosas. Tomás de Aquino (1225-1274), filósofo cristiano medieval, retoma la metafísica de Aristóteles cristianizándola. Introduce el concepto de creación, es decir, la procedencia de todo cuanto existe a partir de la nada, que era ajeno a los griegos. Dios no sólo crea el mundo, sino que ocupa la cúspide en la escala del Ser, es el ser más perfecto. Esta escala del Ser establece una jerarquía en la que se sitúan de mayor a menor perfección los distintos tipos de seres. En esta escala inmediatamente a continuación de Dios, Tomás de Aquino, sitúa la existencia de seres puramente inmateriales (seres que son formas o esencias que no se plasman en ninguna materia) a diferencia de Aristóteles en el que todo ser era compuesto de una parte material y otra inmaterial (forma o esencia) Le siguen los seres compuestos de materia y forma en los que el lugar más destacado lo ocupa el ser humano, después los animales, los vegetales, los inanimados y los primeros elementos (agua, aire, tierra, fuego)

1.4.2.3. Metafísicas espiritualistas en la filosofía moderna.

Descartes (1.596-1.650), que es el fundador de la filosofía moderna, es también quién define los tres objetos de la nueva

metafísica. Para él la realidad está constituida por tres sustancias: la sustancia divina o infinita (Dios), la sustancia espiritual o

pensante (res cogitans o alma) y la sustancia material o extensa (res extensa o mundo) Las dos primeras son inmateriales mientras que la última es material. Si dejamos de lado a Dios, Descartes define a las otras dos sustancias como mutuamente independientes. Su intención es que en el mundo natural (res extensa) reine el determinismo (de acuerdo con su visión mecanicista), y en la mente humana (res cogitans) reine la libertad (algo imprescindible desde los postulados cristianos ya que sin libertad no hay posibilidad de juzgar los actos humanos) El problema que se le plantea es el cómo se relacionan ambas sustancias que coexisten en el ser humano. En este caso lo inmaterial y lo material sólo aparecen en conexión (pero no mezclados) en un único ser, el ser humano.

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Berkeley (1.685-1.753) ofrece la postura más radicalmente espiritualista al negar la existencia de la realidad material.

Argumenta diciendo que todo lo que vemos con nuestros ojos y tocamos con nuestras manos no son más que experiencias sensoriales que captamos a través de nuestra alma. Como no podemos estar seguros de la existencia de una realidad material externa a nosotros tan sólo se puede asegurar la existencia de unos espíritus (nuestras almas o mentes) que tienen experiencias sensoriales y la existencia de un espíritu (la divinidad) que nos las envía (ya que no tenemos las que queremos sino que se nos imponen) Su intención al adoptar esta postura metafísica era superar el escepticismo que provocaba la idea común de que nuestras percepciones (que son inmateriales) son causadas por las cosas (que se suponen materiales).

2. LOS GRANDES PROBLEMAS DE LA METAFÍSICA OCCIDENTAL.

La cantidad de problemas planteados por la Metafísica a lo largo de la historia de la filosofía es muy extensa y su grado de complejidad, su evolución y los diversos matices que los diferentes conceptos han ido adquiriendo impiden hacer aquí un seguimiento con profundidad. Por ello, nos limitaremos a introducir algunos de los problemas y a ver algunas de las alternativas más generales que se han planteado. Ello, además, nos servirá de base para una mejor comprensión de la historia de la filosofía de segundo de bachillerato. 2.1. LOS OBJETOS DE LA METAFÍSICA TRADICIONAL. Siguiendo a Kant, se puede considerar que todos los problemas referidos a la metafísica se pueden reducir a tres ámbitos:

1. El ser humano ( yo o alma)

2. El mundo como totalidad. 3. Dios.

Estos tres son los objetos de la metafísica moderna. Pasamos a continuación a ver algunos de los problemas planteados en cada uno de estos tres ámbitos.

2.2. PROBLEMAS EN TORNO AL SER HUMANO, YO O ALMA.

La reflexión filosófica sobre el ser humano se puede centrar en dos problemas: 1. Intentar determinar qué es el ser humano, señalando qué papel tiene el alma en él y cuál es la naturaleza de ésta. 2. Intentar determinar cuál es sentido de la existencia humana. En el tema 6, dedicado a la antropología filosófica, nos ocuparemos de estos dos problemas haciendo un seguimiento

desde la antigüedad hasta la filosofía moderna. Aquí nos ocupamos tan sólo del segundo centrándonos en la filosofía

contemporánea.

2.2.1. SOBRE EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA. ¿Por qué y para qué existimos?, ¿Por qué morimos?, ¿Qué significa la muerte?,

¿Qué sentido tiene nuestra existencia?, ¿Tiene algún sentido? …

Estas preguntas que todas las personas alguna vez nos formulamos, que son inevitables y quizás irresolubles, han sido respondidas por los filósofos de muy diversa manera. En general podemos clasificar las respuestas a la pregunta por el sentido

de la existencia humana en tres tipos:

1. Negar que tal sentido exista, por lo que el pensamiento toma un tono profundamente pesimista. 2. Afirmar que el sentido de la existencia sólo puede hallarse teniendo en cuenta un más allá trascendente, sin el cual

la vida humana carecería de todo sentido. 3. Es posible hallar una finalidad a la vida sin necesidad de recurrir a trascendencia alguna. Una existencia finita puede

colmar una vida humana. Sólo esbozamos, muy superficialmente, las teorías de algunos filósofos representantes de cada una de estas actitudes e intentamos ilustrarlas con algunos textos.

2.2.1.1. No tiene ningún sentido: pesimismo vital.

Arthur Schopenhauer (1.788-1.860) siguiendo la influencia de las filosofías orientales considera que el mundo en su expresión más íntima es simplemente el movimiento ciego de la vida que busca perpetuarse (lo que él denomina la voluntad) Desde esta perspectiva la vida no tiene ningún sentido porque es un simple fruto de su propio devenir ciego. En cambio, el ser

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humano, buscando el sentido de las cosas, no hace otra cosa que desear, establecerse metas, que, una vez satisfechas, llevan a plantear otras nuevas sin alcanzar nunca satisfacción plena porque el sentido que busca no existe. De esta concepción se deriva inevitablemente un profundo pesimismo puesto que la frustración y el dolor son esenciales al ser.

El existencialismo francés, corriente filosófica del siglo XX, nos ofrece una visión también de este tipo. Parte de la idea de que el ser humano no tiene esencia y, por tanto, tiene la necesidad de autodefinirse. Ha de encontrar su propio sentido individual, pero sabiendo que la definición que dé es una pura ficción creada por él. La total gratuidad de la existencia aparece claramente de manifiesto en la novela de Jean Paul Sartre (1.905-1.980) La

Náusea. El ser es contingente, es pero podría no ser, no hay ninguna razón del ser; el ser simplemente es. Es inútil intentar explicarlo mediante un Dios o un ser necesario. Así, eliminada toda la razón de la existencia, se ve llevado a afirmar la absurdidad de todo cuanto existe. Albert Camus (1.913-1.960) considera también que que el mundo es absurdo, o mejor, que no es racional: tan sólo es. De aquí nace en el ser humano el sentimiento de lo absurdo. Pero ante esto debe rebelarse, y querer vivir; el suicidio, el escapismo, lejos de vencer el absurdo, representan someterse a él.

2.2.1.2. Tiene un sentido trascendente: enfoque religioso.

Karl Jaspers (1.883-1.969) es un filósofo alemán también existencialista. Según él, la filosofía es la toma de conciencia que el ser humano hace de su existencia en el mundo. Los sufrimientos, la angustia ante la muerte, nos hacen descubrir que el sentido de nuestro ser sólo puede radicar en una trascendencia divina, que, no obstante, sólo podemos débilmente intuir. Miguel de Unamuno (1.864-1.936), filósofo y escritor español, también está influido por el existencialismo contemporáneo. Su pensamiento se centra en la reflexión acerca del anhelo de inmortalidad que descubre en su ser; este hecho le lleva a afirmar que sólo es posible hallar un sentido a la existencia humana si existe el Dios capaz de colmar su aspiración más profunda. La tragedia de la vida humana es la incertidumbre de la razón a este respecto.

2.2.1.3. La vida es finita y sin sentido predeterminado pero podemos darle un sentido que la haga digna de ser vivida: vitalismo.

Friedrich Nietzsche (1.844-1.900) considera que negar que ésta sea la vida auténtica y el afirmar la existencia de un más allá salvador hace vivir a ser humano de una manera más baja, inferior, pobre. Por eso parte de la crítica a la moral cristiana

porque para él defiende valores contrarios a la vida. Los valores del cristianismo como la humildad, la resignación, la renuncia,… imposibilitan vivir en plenitud. La idea de Dios limita y coarta las posibilidades del ser humano, su realización: "Dios ha sido el vampiro de la vida". Frente al “sentido del cielo”, del más allá cristiano, que niega la vida y la empobrece haciéndonos esclavos de la moral cristiana se ha de afirmar el "sentido de la Tierra" tomar conciencia de que ésta es la única vida que existe.

De este modo los valores fundamentales de la existencia son aquellos que conducen a una afirmación de la vida. Para poder ejercerlos con plenitud hay que reconocer la "muerte de Dios" y esto debe significar el nacimiento de un ser humano nuevo, capaz de decir sí a la vida, con todas sus consecuencias: lo bueno pero también lo trágico y terrible, es lo que él denomina el "amor fati", amor al destino, a la vida.

Desde la conciencia profunda de la ausencia de un sentido, que vaya más allá de la propia tierra, y sabiendo que no

existen valores absolutos, la vida se ha de tomar como un experimento y un juego. La vida consiste en experimentarse a sí

mismo. Desde esta conciencia el “superhombre” nietzscheano afirma la vida de forma radical creando sus propios valores y jugando con la vida como un niño, de forma lúdica y despreocupada, pero también negligente y arriesgada como el funambulista que en la cuerda floja da saltos mortales. Así cada ser humano se define a sí mismo a través de los valores que crea (en el caso del superhombre) o ante los que se

arrodilla y negando su propia vida (en el caso del cristiano). Su propuesta de sentido se concreta en la idea del "eterno

retorno" que implica vivir de modo que se sea capaz de desear la eterna repetición de nuestra existencia. Karl Marx (1.818-1.883) se muestra también crítico con el cristianismo y la religión en general. Considera que han sido el "Opio para el pueblo" porque adormecen las conciencias de los proletarios haciéndoles soñar con un más allá que no existe y justificando su sufrimiento en este mundo que no es fruto de un orden divino sino que es el resultado una situación injusta que se puede y debe cambiar.

2.3. PROBLEMAS EN TORNO AL MUNDO COMO TOTALIDAD. 2.3.1. SOBRE SI EXISTE CON INDEPENDENCIA DEL SUJETO O ES UN PRODUCTO SUYO.

La primera pregunta que nos planteamos es: ¿Cuál es la verdadera naturaleza de eso que llamamos realidad?

Aunque parezca paradójico habremos de preguntarnos ¿existe con independencia de un sujeto que la conozca? Dicho de otra manera: ¿existe, independientemente del sujeto, un objeto a conocer? ¿No será el objeto un producto del sujeto? Hay dos

corrientes de pensamiento según el tipo de realidad que atribuyan a la existencia de las cosas:

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1. El realismo. La realidad existe en sí misma. Es decir, supone que las cosas –el universo-, existen con independencia de

un sujeto que las conozca. Por lo tanto, las cosas son independientes y tienen una existencia propia. 2. El idealismo. La realidad sólo existe en la conciencia del sujeto. Es decir, considera que las cosas sólo son tales, tienen

realidad y existen, si hay una conciencia, un sujeto que las piense. De esta manera, las cosas dependen de los sujetos y, por lo tanto, su existencia es dependiente y siempre relativa a los sujetos. Es el sujeto quien a partir de los datos de la conciencia construye una totalidad que llamamos objeto. Es la conciencia misma la que constituye el mundo. La realidad, el objeto, es objeto conocido.

2.3.2. SOBRE SI TIENE UN PRINCIPIO O EXISTE DESDE SIEMPRE. La segunda pregunta que desde antiguo se ha planteado es ¿Cuál es el origen de lo real? Las respuestas que se han dado han sido dos:

1. Eternidad de lo real. Es la postura defendida por los pensadores griegos para los que siempre ha habido algo, sea en su forma actual o con otra forma, a partir de la cual las cosas han llegado a ser, siguiendo un proceso mecánico o evolutivo, de acuerdo con determinadas leyes, o por simple azar. Desde esta postura lo real existe desde siempre: es eterno.

2. Creacionismo. Es la postura defendida por los pensadores cristianos según la cual las cosas, el universo, han llegado a ser por la voluntad soberana de un Ser que ha creado el universo a partir de la nada. Desde este punto de vista lo real comenzó en un momento determinado y por acción de Dios.

2.3.3. SOBRE SI ES SIMPLE O COMPUESTO. Siguiendo con el intento de aclarar cuál es la naturaleza de lo real nos podemos preguntar ¿Cuál es el componente último de

la realidad? Se trata de averiguar ¿de qué están hechas las cosas?, es decir, ¿hay muchos componentes en ellas o tan sólo

hay uno? También aquí y hay dos alternativas:

1. Monismo. Toda la realidad es, en última instancia, un único elemento; es decir, que está hecha de un único componente, sea materia, sea espíritu, la energía, el agua, el aire, etc. Las cosas, tal y como las vemos, no son más que manifestaciones diversas de esa última y única realidad que se esconde tras los objetos que percibimos. El hecho de que la nieve, el hielo, el vapor, el granizo, la lluvia, etc. no sea nada más que distintos estados de un único elemento, el agua, llevó a muchos filósofos a plantearse que había un principio único del cual todo surge a través de diversas transformaciones.

2. Pluralismo. La realidad es resultado de la combinación de diversos elementos en distintas proporciones que da lugar a todas las cosas que existen. Aquí se admiten varios elementos constitutivos de la realidad. Ejemplo sería las teorías atomistas antiguas o contemporáneas.

2.3.4. SOBRE SI RIGE EN ÉL EL DETERMINISMO O EL INDETERMINISMO.

¿En la realidad todo cuanto sucede es fruto de la causalidad o existe el azar? A un nivel puramente humano, esta pregunta es también una pregunta fundamental: ¿En nuestra vida todo lo que hacemos está determinado por las leyes naturales

siguiendo un orden estricto, único y necesario o existe la libertad?

Si un día yo, que nunca hago campana, la hago y me voy a tomar algo a un bar, al que nunca voy; me encuentro a mi madre tomando un café en él, cuando a esa hora ella tendría que estar llevando a mi hermano al colegio y además ella nunca va a ese café. El hecho que me nos encontremos y me descubra ¿Es fruto de la casualidad o de causalidad? ¿Cuál es el orden de los acontecimientos en el universo y en la vida humana? Un orden estrictamente causal (no existe el azar), hay un determinado orden pero no abarca todos los acontecimientos (hay un cierto orden que es compatible con la existencia del azar) o no hay ningún orden (sólo existe el azar) Las dos posturas alternativas aquí son:

1. Determinismo. Considera que todos los acontecimientos tienen una causa. Están conectados entre sí, son tan dependientes de unos hechos anteriores que si aquellos no se hubiesen dado, ellos tampoco habrían sucedido. El azar

no existe. El orden causal estaría descrito por unas reglas que denominamos leyes científicas. 2. Indeterminismo. Considera que pese a que el mundo físico está supeditado a un orden, en general determinista, no

todos los acontecimientos están sujetos a estas cadenas causales. Implica la aceptación de la existencia del azar y la

libertad.

2.4. PROBLEMAS EN TORNO A DIOS O LO ABSOLUTO. Aquí nos formulamos básicamente dos preguntas: ¿Qué es la divinidad? ¿Se puede demostrar su existencia?

2.4.1. DIFERENTES FORMAS DE ENTENDER LA DIVINIDAD A lo largo de la historia de las religiones y las sociedades ha habido diferentes formas de entender la divinidad. Explicadas

de las formas más primitivas a las más elaboradas tenemos:

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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1. Animismo. Consiste en atribuir vida animada (alma) y poderes a los elementos naturales (agua, fuego, rayo, sol, etc.) El ser humano ha de hacer rituales para ganarse el favor de estas fuerzas.

2. Politeísmo. Afirma la existencia de una pluralidad de dioses que además suelen aparecer personificados (Afrodita la diosa del amor, Marte de la guerra, etc.) Son ejemplos la religión oficial griega o romana.

3. Monoteísmo. Afirma la existencia de un único Dios. Las tres grandes religiones monoteístas son la religión judía, la cristiana y el Islam.

4. Panteísmo. Identifica a Dios con el mundo por lo que todo es divino. Son ejemplos la religión budista o filósofos como Benito Espinosa o Giordano Bruno.

5. Teísmo. Creencia en un dios creador y providente (es decir que interviene en la vida de los seres humanos y puede alterar las leyes de la naturaleza, por ejemplo para provocar fenómenos extraordinarios) Habla de un dios personal

que se comunica con los seres humanos para revelarles su verdad. Es la idea defendida por la mayor parte de los filósofos cristianos como Tomás de Aquino, Descartes o Berkeley.

6. Deísmo. Creencia en un dios que es principio y causa del universo pero que después lo deja a sus propias leyes. No es

un Dios personal. Niega la providencia y la revelación. Es una idea defendida por algunos filósofos ilustrados (como Locke, Voltaire o Rousseau) que buscaban una religión natural basada en la razón que prescindiera de textos sagrados.

2.4.2. ACTITUDES ANTE LA POSIBILIDAD DE LA EXISTENCIA DE LA DIVINIDAD

Se pueden mantener tres posturas diferentes:

1. Creyente o teísta. Es la persona que por diversos motivos, normalmente la educación o la experiencia mística (de algo divino o sobrenatural), afirma la existencia de alguna forma de divinidad. En el punto anterior tenemos las distintas opciones y ejemplos de algunas religiones y filósofos que las han defendido.

2. Agnóstico. Es la persona que considera que no se puede demostrar la existencia de la divinidad pero tampoco se puede

demostrar que no exista por lo que suspende el juicio. Ni cree ni deja de creer. Son ejemplos de filósofos agnósticos Hume o Kant.

3. Ateo. Es la persona que niega la existencia de la divinidad en cualquiera de sus diversas acepciones. Hay una variedad que se denomina ateísmo práctico y que define a aquellas personas que declarándose creyentes actúan en su vida cotidiana como si la divinidad no existiera. Son ejemplos de filósofos ateos Marx o Nietzsche.

3. EL CONOCIMIENTO: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

La teoría del conocimiento o gnoseología es la disciplina filosófica que intenta definir qué es el conocimiento, explicar su

proceso de constitución y establecer sus límites y posibilidades. Conocer es una actividad mental mediante la cual el ser

humano se apropia del mundo que le rodea. Esta apropiación es una captación intelectual del entorno o del propio organismo. El acto de conocer es un proceso complejo en el que intervienen aspectos biológicos, cerebrales, lingüísticos, culturales,

sociales e históricos y no se puede disociar de la vida humana ni de las relaciones sociales. De ahí que conocer sea una necesidad fundamental para el ser humano ya que a partir del conocimiento la persona puede orientarse, decidir y actuar (dimensión práctica o praxis). Explicar la constitución de nuestro conocimiento en todos sus aspectos y con todos los factores que intervienen modelándolo es algo sumamente complejo. Por lo tanto, nos limitaremos a hacer una primera aproximación destacando los aspectos más relevantes:

1. En primer lugar, observaremos los distintos procesos psicológicos que permiten al ser humano ir adquiriendo ese

conocimiento y tener una representación mental de la realidad. 2. En segundo lugar, compararemos la forma en cómo se representan, en cada uno de los distintos niveles de

representación, los objetos. 3. Por último, estudiaremos un poco más a fondo dos procesos psicológicos básicos para la construcción del

conocimiento: la sensación y la percepción.

3.1. ¿QUÉ ELEMENTOS INTERVIENEN EN EL PROCESO COGNITIVO? El acto de conocer se articula a partir de la interacción entre dos polos:

1. El objeto. Es aquella parte de la realidad que es susceptible de ser captada

por nuestras estructuras cognitivas. Es objetivo todo lo que hace referencia al objeto.

2. El sujeto. Es quien conoce y su intención es apropiarse mental o

intelectualmente de un objeto que antes no conocía. Posee unas estructuras

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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cognitivas que limitan y configuran sus posibilidades de conocer el objeto (los umbrales sensoriales, la estructura de nuestra memoria, imaginación, pensamiento, lenguaje y sus limitaciones). Está condicionado, además, por factores de

carácter sociológico, histórico, cultural, práctico, etc. Es subjetivo todo lo que hace referencia al sujeto.

3. El conocimiento. Es el resultado del proceso de apropiación intelectual por parte del sujeto del objeto. Es gnoseológico o cognitivo todo lo que hace referencia al conocimiento.

3.2. PROCESOS COGNITIVOS

Todas las especies animales han evolucionado desarrollando receptores sensoriales que captan determinados estímulos del ambiente, los cuales son transmitidos por el sistema nervioso e interpretados en el cerebro del modo más adecuado para la supervivencia y reproducción del animal. También las personas, a través de nuestros órganos sensoriales, entramos en contacto con el entorno (el mundo físico y el social), adquiriendo y elaborando información acerca del mismo, es decir, adquiriendo y elaborando conocimientos. Los conocimientos se adquieren por medio de los procesos cognitivos, que son los procesos relacionados con percibir, atender, memorizar, recordar y pensar y suponen la especial participación de áreas cerebrales filogenéticamente recientes que se encargan de organizar e integrar las funciones de otras regiones más arcaicas. El acceso a la información nos lo dan los sentidos por medio de las sensaciones, la interpretación de esas sensaciones en el cerebro constituyen las percepciones. La percepción es el primer proceso cognitivo. Ahora bien, tanto la sensación como la percepción se caracterizan por estar sometidas a limitaciones espaciales y temporales. Es decir, podemos sentir y percibir los objetos que se hallan en nuestro campo perceptivo y mientras estimulan nuestros órganos sensoriales. Pues bien, existen otras dos formas de superar estas limitaciones espacio-temporales, bien "recuperando" el pasado, bien "transportándonos" a otros mundos: memoria e imaginación.

3.2.1. ESTÍMULO

Los receptores sensoriales son células nerviosas especializadas que permiten al cerebro entrar en contacto con el medio ambiente externo e interno. Por tanto, son terminales que transforman los estímulos físicos o químicos (luz, sonido, etcétera) en impulsos nerviosos (dendritas de las neuronas aferentes) que llegan al cerebro donde se procesa la información que transmiten y se desencadena la respuesta del organismo. Podemos definir estímulo como:

• Agentes físicos, químicos, mecánicos, etcétera que desencadenan una reacción funcional en el organismo. (Ondas sonoras, reacciones químicas que activan el sentido del gusto, las longitudes de onda de la luz reflejada por la superficie,....)

• Un estímulo es la energía que produce una excitación en un órgano sensorial, por ejemplo, la luz visible en el ojo. Ahora bien, no todos los estímulos que llegan a los sentidos son capaces de provocar sensaciones. Por ejemplo, el ojo humano no percibe las radiaciones de rayos X; lo mismo ocurre con ciertos sonidos muy agudos que sí pueden captar los perros o los murciélagos.

• Se llama umbral mínimo a la mínima intensidad que se necesita para que un estímulo sea capaz de excitar un receptor sensorial.

• El umbral máximo es, en cambio, la mayor cantidad de un estímulo que pueden soportar los sentidos. A partir de dicha cantidad el sentido, o no percibe nada, o puede ser lesionado.

3.2.2. SENSACIÓN

Los sentidos, con sus receptores sensoriales, son canales de información que captan los estímulos y los transmiten al cerebro donde se generan sensaciones. Todo nuestro conocimiento de la realidad, toda la información que poseemos del mundo comienza con las sensaciones: vemos la luz y los colores; oímos sonidos y ruidos; captamos olores y sabores; cuando nuestra piel entra en contacto con los objetos sentimos calor o frío, dureza o blandura. Para que exista una sensación (como la visión de un color) son necesarios tanto los estímulos (en este caso, las ondas de luz reflejadas en las superficies) como la recepción de las ondas por los sentidos (conos y bastones de la retina), la transmisión por las neuronas correspondientes (nervio óptico), y la transformación en una cualidad sensorial (color) por las áreas sensoriales del cerebro implicadas (corteza visual en el lóbulo occipital). Así, entendemos por sensación:

• La respuesta cerebral que da un organismo ante la estimulación del medio

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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interno o externo.

• La recepción y canalización a través de los órganos sensoriales de estímulos externos.

La sensación es el más elemental y básico de los procesos psicológicos ya que es el procedimiento habitual de entrada por el que los organismos detectan e identifican la estimulación interna (de su cuerpo) y externa (del medio), y les capacita para adaptarse y poder sobrevivir en su ambiente natural. Es, pues, el principal suministrador de información del organismo y la conexión fundamental con su entorno habitual. Si no existiera esta conexión por estar los canales cerrados o por no recibir la información necesaria, no sería posible ninguna vida consciente.

3.2.3. PERCEPCIÓN

La percepción es un proceso cognitivo por el que organizamos e interpretamos las sensaciones y captamos conjuntos o formas (gestalt) dotadas de sentido. Es el punto donde la cognición y la realidad se encuentran.

La percepción es la actividad cognoscitiva más elemental, a partir de la cual emergen todas las demás. Se trata de un

proceso sensocognitivo: captamos la realidad a través de los sentidos y la comprendemos, le damos un significado. Gracias a la percepción, la realidad se presenta como organizada, estructurada, plena de sentido y significado. Sus características son:

• Es un proceso constructivo que depende de las características del estímulo (que activa los órganos de los sentidos) y de la experiencia sociocultural y afectiva del sujeto que percibe. El sujeto utiliza esquemas perceptivos y, al percibir, está condicionado por sus aprendizajes previos y experiencia, su personalidad y su cultura.

• Un proceso de información-adaptación al ambiente. El objetivo de la percepción es dotar de sentido a la realidad que vivimos, facilitarnos información sobre el mundo y permitir nuestra adaptación al entorno.

• Un proceso de selección. Como la información que recibimos es excesiva y los recursos del individuo son limitados, percibimos lo que es relevante para nosotros en cada circunstancia. Esta selección de estímulos, de gran importancia para nuestra adaptación y supervivencia, se produce mediante la atención.

Así, no es lo mismo un proceso sensorial que un proceso perceptual:

• El proceso sensorial sólo implica la detección y discriminación de la estimulación a través de los órganos de los sentidos.

• El proceso perceptual requiere ya una cierta interpretación por parte del organismo de una o varias sensaciones.

Ejemplo: imaginemos una persona que tuvo en su infancia un perro Doberman al que tenía cariño. Otra persona fue atacada en su niñez por un perro de esta misma raza. Supongamos que, años después, caminan juntos por la calle y se encuentran con uno de estos perros. La sensación es la misma para los dos (perro Doberman), pero la percepción es muy distinta: a uno le despierta sentimientos positivos mientras que el otro, probablemente salga huyendo. En este caso, una sensación común para ambas personas provoca percepciones muy distintas que se traducen, a su vez, en comportamientos muy diferentes.

En resumidas cuentas la relación y las diferencias entre sensación y percepción son: � Sin estímulo no hay sensación (aunque puede haber alucinación y sueño). Es la materia prima de la sensación (pero

es transformado). � En la sensación somos pasivos: nos limitamos a recoger la información del medio. � Pero entre lo que "sentimos" y lo que "percibimos" existe una diferencia porque en la percepción somos activos:

partiendo de la materia prima que nos proporcionan las sensaciones las ordenamos, interpretamos y damos

significado (sin esa interpretación serían un conjunto de sensaciones inconexas).

A. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PERCEPCIÓN La percepción no es un proceso que venga determinado exclusivamente por los mecanismos fisiológicos de los sentidos y el cerebro. Hay muchos otros factores que intervienen y cuya incidencia es tal que se pueden establecer notables variaciones perceptivas entre los individuos:

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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A.1. Características de los estímulos que condicionan nuestra capacidad perceptiva.

→ Intensidad. Un estímulo de mucha intensidad puede captar nuestra atención y desviarla de lo que estamos haciendo. Por ejemplo, un ruido fuerte cuando estamos leyendo en silencio.

→ Repetición. Muy usado en publicidad, sobre todo en radio y televisión.

→ Tamaño. Los objetos grandes atraerán nuestra atención con mayor probabilidad que los objetos pequeños: vallas publicitarias, tamaño de los anuncios en los periódicos, etcétera.

→ Novedad. Nos llama más la atención lo que resulta original y nuevo para nosotros. A veces, en algunas campañas publicitarias, va acompañado de polémica.

A.2. Características del observador.

→ Fisiología: los aparatos perceptuales de las diferentes especies difieren mucho entre sí. Por ejemplo, las personas no pueden oír los sonidos de tono altísimo que los murciélagos pueden registrar, tampoco tenemos el olfato tan desarrollado como los perros. Incluso los miembros de la misma especie difieren en sus percepciones, presentan variaciones en relación a cómo ven los colores o diferencian los tonos, así como en lo que huelen o gustan.

→ La experiencia anterior: lo que percibimos no es simplemente un conjunto de cualidades, sino un objeto o suceso que tiene algún significado para nosotros: percibimos nubes como amenaza de tormenta, la expresión facial de nuestro jefe como presagio de un mal día. Este "como" de las expresiones utilizadas indica el sentido que tiene para nosotros lo percibido. Incluso cuando apenas somos capaces de reconocer un objeto (de noche, por ejemplo), lo percibimos siempre "como algo": como una sombra, como algo que se mueve, etcétera.

→ La atención: no atendemos a la totalidad de estímulos que llegan simultáneamente al cerebro. A ciertos objetos les prestamos atención, a otros no. Si estamos jugando al ajedrez, nuestra atención está focalizada en el juego y nos pasan desapercibidos otros estímulos que provengan del lugar donde nos encontremos. Esta atención depende en buena medida de nuestros valores, intereses y motivaciones. En un parque natural, un pintor y un botánico percibirán cosas muy diferentes.

→ La cultura. Ejerce un papel fundamental en la percepción; nos han enseñado a percibir (actitudes, valores, etcétera) y este aprendizaje condiciona nuestra perspectiva.

B. TEORÍAS DE LA PERCEPCIÓN.

Se han propuesto distintas teorías para explicar los mecanismos de la percepción. Vamos a ver las dos teorías más conocidas:

El asociacionismo Se trata de un enfoque ligado a la escuela psicológica del estructuralismo (Wundt es su representante más conocido). Según esta escuela se perciben primero sensaciones aisladas (manchas de luz y color, cualidades táctiles como la dureza, la tersura, etcétera). Con posterioridad, el cerebro asocia estas sensaciones entre sí, mediante una suma de elementos aislados hasta llegar a constituir la percepción global del objeto. La percepción es como un todo formado de átomos de sensaciones elementales. Para un asociacionista la percepción de una manzana, por ejemplo, comenzaría con la acumulación de

sensaciones (rojo, sabor agridulce, olor frutal, etcétera), y la posterior asociación de todas ellas produciría en nuestra mente la representación del objeto manzana. En el asociacionismo, el sujeto adopta un papel pasivo, puesto que la suma de sensaciones que configuran la percepción se produce mediante leyes fijas y mecánicas. La Gestalt

La palabra alemana Gestalt significa ¿forma?, por lo que muchos manuales en castellano prefieren denominar a este movimiento como Escuela de la Forma. Su concepción de los procesos perceptivos es opuesta al asociacionismo de Wundt. Para los psicólogos de la Gestalt el todo no puede ser entendido por la suma de los elementos que lo componen, sino más bien por su forma o estructura, es decir, percibimos directamente totalidades organizadas (formas o configuraciones).

El objeto percibido es el resultado de cómo los elementos se ordenan y se relacionan entre sí y respecto del contexto perceptivo. Estos todos estructurados se encuentran organizados según leyes fijas de la percepción. A diferencia de otras escuelas que insistieron en la necesidad del aprendizaje y la experiencia en la percepción, la Gestalt afirmó la existencia de capacidades innatas para percibir las formas.

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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Un ejemplo claro de ello es la percepción auditiva de una melodía, la cual no puede ser identificada simplemente por la captación aislada de notas musicales sino, sobre todo, por la relación armónica y rítmica que los sonidos tienen entre sí cuando un músico la interpreta. C. LAS LEYES DE LA PERCEPCIÓN. Fueron los gestaltistas los que profundizaron en el estudio de la percepción y formularon una serie de principios, sobre todo de fenómenos visuales, que describen como el encéfalo organiza las meras sensaciones en un todo significativo. Éstos son los más importantes: Relación figura-fondo. Dividir las impresiones visuales en figura y fondo es fundamental en la organización de las

percepciones visuales. La figura posee una forma y contornos definidos y se percibe más próxima al sujeto que el fondo. Por el contrario, el fondo carece de contornos precisos y se percibe menos nítido.

No obstante, se puede producir un fenómeno curioso que es la llamada reversibilidad fondo-figura. Existen figuras ambiguas que admiten diversas interpretaciones. Estas figuras muestran que la representación de la realidad está dirigida por el sujeto, al menos en parte: depende de cómo fragmentemos los elementos de la imagen para reconocer una cosa u otra. La distinción figura-fondo atañe a todos nuestros sentidos, no sólo a la visión: Podemos distinguir un solo

de violín contra el fondo de la orquesta sinfónica, o el olor de las rosas en una floristería. Con frecuencia, el sistema perceptivo comete errores: a veces vemos cosas que no hay, otras veces necesitamos tiempo para interpretar la imagen representada, incluso algunas figuras tienen un sentido diferente, según el contexto en que aparecen. Todos estos fenómenos tienen valor para los psicólogos porque los mecanismos de un sistema también se revelan a través de los errores y distorsiones. Leyes de agrupación de estímulos. Veremos algunas de las leyes más importantes que rigen el modo como agrupamos los elementos de la información visual que recibimos. Nuestras percepciones tienden, por un lado, a que la forma se organice de tal modo que la figura percibida sea lo más simple posible; por otro lado, tendemos necesariamente a percibir la figura de la forma más definida posible. En síntesis, podemos decir, según la Gestalt, que en la percepción se impone la llamada buena figura o buena forma sobre algunas otras configuraciones posibles. A. Ley de la proximidad: Ante estímulos semejantes, aquellos que se hallen más próximos entre sí, tenderán a percibirse agrupados, formando un todo o figura. El observador no los considera como figura aislada sino como conjunto o agrupación. B. Ley de la continuidad: Es la tendencia a percibir los elementos en formas que producen una continuidad sin interrupciones. Los elementos que se agrupan en líneas rectas o curvas de forma continua tienden a percibirse como una unidad. Los mismos elementos en la misma posición relativa, pero no organizados linealmente no se perciben como una unidad. C. Ley de la semejanza: Ante una variedad de objetos, el principio de semejanza expresa la tendencia a agrupar aquellos que son parecidos en su forma, tamaño, color o alguna otra propiedad. D. Ley de cierre: Un estímulo abierto o incompleto tiende a ser percibido como si estuviera cerrado o completo. La información es "incompleta", pero suficiente como para poder completar el estímulo (la habilidad del cierre en una persona depende del conocimiento previo apropiado). E. Ley de contraste: La percepción del tamaño de un elemento está influida por la relación que tiene con otros elementos del conjunto. Esta ley (se refiere al tamaño, no a la figura) explica, por ejemplo, la ilusión de Tichtener

ley de la proximidad ley de la continuidad ley de la semejanza ley del cierre ley del contraste

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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D. DISTORSIONES PERCEPTIVAS. Se producen cuando un estimulo que existe fuera de nosotros y es accesible a los órganos sensoriales, es percibido de un modo distinto al que cabría esperar dadas las características del propio estímulo. Veremos brevemente:

• Ilusiones ópticas.

• Trastornos perceptivos.

• Percepción subliminal. ILUSIONES ÓPTICAS

Consisten en una interpretación incorrecta de la realidad, debido a una percepción errónea de los datos sensoriales, por ejemplo, cuando caminamos junto a las vías de un tren y miramos a lo lejos parece que las vías se juntan o cuando una figura vertical nos parece más larga que otra horizontal de la misma longitud. Las ilusiones perceptuales ocurren porque el estímulo contiene señales engañosas que distorsionan el tamaño u orientación de objetos comunes, lo que da lugar a percepciones inexactas o imposibles. TRASTORNOS PERCEPTIVOS La anomalía suele residir en la percepción que la persona elabora a partir de un determinado estímulo. Las distorsiones tienen su origen en trastornos de naturaleza orgánica y que pueden afectar tanto a la recepción sensorial como a su interpretación al nivel del sistema nervioso central. Estos efectos pueden ser transitorios, por ejemplo, por efecto de drogas, o permanentes, por ejemplo, una lesión cerebral. Agnosia Es la incapacidad o interrupción en el reconocimiento de estímulos por un sentido particular, que ya han sido aprendidos, pero la persona no es capaz de recordarlos y carece de la habilidad para aprenderlos. La persona con agnosia visual no puede identificar objetos comunes, como un manojo de llaves, aunque, si se le permite cogerlo, puede reconocerlo por el tacto. Por tanto, no ha perdido su memoria para el objeto, ni ha olvidado su nombre. El sujeto que la padece no presenta trastornos lingüísticos, perceptivos o intelectuales. Las agnosias pueden ser: Visuales, auditivas, táctiles, gustativas, olfativas. Alucinaciones Se trata de una percepción que no tiene correspondencia con la realidad sensorial (no se trata de ver cosas erróneas, sino de ver cosas que no están), sin embargo, la persona siente esa percepción como real. Las alucinaciones pueden ocurrir en cualquier modalidad sensorial: visual, auditiva, olfativa, gustativa, táctil, o varias mezcladas. Por ejemplo, las alucinaciones auditivas son uno de los síntomas de la esquizofrenia paranoide, las gustativas y olfativas se dan en la esquizofrenia, las visuales pueden ser producidas por drogas o trastornos orgánico - cerebrales. PERCEPCIÓN SUBLIMINAL

S e conoce con ese nombre a la percepción que se produce por debajo del umbral de conciencia. De esta manera, la persona no sabe o no es consciente de que está percibiendo ciertas sensaciones, aunque se supone que la estimulación a la que está sometido su cerebro provoca efectos sobre él. Se ha utilizado esta técnica con fines publicitarios e ideológicos.

Durante décadas ha circulado la siguiente historia: En la década de los cincuenta, en un cine de New Jersey,

se llevó a cabo una experiencia sobre percepción subliminal. Mientras se exhibía una película, fueron

proyectadas sobre la pantalla diversas frases publicitarias, tales como "tome Coca-Cola". El tiempo de

exposición de las frases era tan corto (1/300 de segundo) que el público asistente a la proyección no era consciente de la

percepción de dichos mensajes publicitarios. En el descanso de la película se cuantificaron las ventas de Coca-Cola,

comprobándose que, en relación con otras sesiones de cine normales, las ventas se habían elevado en más del 50%. En

realidad, las ventas de refresco no aumentaron.

Se siguen realizando investigaciones para responder a la pregunta: ¿Es posible influir en la gente mediante información de la que no tiene conciencia?. No hay acuerdos. Sin embargo, en publicidad, se utilizan estas técnicas, normalmente asociando el producto a éxito, sexo, etcétera

3.2.4. MEMORIA La percepción presenta una limitación importante como mecanismo de conocimiento del mundo por parte del sujeto: se halla sometida a limitaciones estrictas en cuanto al espacio y al tiempo. Solamente podemos percibir aquellos objetos que están

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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dentro de nuestro campo perceptivo (esto es: limitación espacial) y sólo cuando los estímulos actúan, y mientras actúan, sobre nuestros órganos sensoriales (limitación temporal). Percibir es, pues, percibir aquí y ahora. No obstante, nuestro conocimiento es capaz de desbordar estas barreras gracias a la memoria. La memoria es una de las capacidades mentales más importantes que posee el ser humano. Casi todas las decisiones que se adoptan a lo largo del día se basan en la memoria. Si no tuviéramos memoria seríamos incapaces de percibir, aprender o pensar y, sin recuerdos, nos resultaría imposible sobrevivir en un mundo en constante cambio, ni siquiera tendríamos una identidad personal. Basta observar a una persona que padece la enfermedad de Alzheimer para ver las innumerables limitaciones que causa la falta de memoria. Para su estudio, el modelo más aceptado es el del procesamiento de la información, proceso semejante a la forma en que un ordenador codifica, almacena y recupera los datos, considerando además los factores sociales, emocionales y biológicos que distinguen nuestra memoria de la de los ordenadores. La memoria se define como el proceso por el cual somos capaces de recuperar la información que previamente hemos registrado en nuestro cerebro.

3.2.5. LA IMAGINACIÓN Es otro de los mecanismo por los que podemos superar las barreras del aquí y el ahora, al liberarnos del mundo que nos rodea y transportarnos a "otros mundos". La imaginación cumple funciones como las siguientes:

→ Función compensatoria: la imaginación realiza a menudo una función de compensación cuando nuestros deseos y aspiraciones no se satisfacen en la vida real. Esto ocurre en los sueños y también en las ensoñaciones, cuando "soñamos" despiertos que hemos alcanzado el éxito, el reconocimiento de los demás, etcétera.

→ Función lúdica: es la imaginación o fantasía asociada a los juegos. Tiene especial importancia en los niños como ensayo o preparación para la vida adulta. También tiene importancia en los juegos de los adultos, que generalmente constituyen una evasión frente a la rigidez de las reglas y normas sociales.

→ Función creadora: tiene especial importancia en el ámbito del arte y en el campo de los descubrimientos científicos. El artista y el descubridor nos revelan aspectos de la realidad que, a la mayoría, pasan inadvertidos.

→ Función crítica y utópica: esta doble función consiste en el rechazo del mundo real o algún aspecto del mismo (función crítica) y en la propuesta de un mundo alternativo (función utópica). La función utópica es especialmente importante en el pensamiento político y suele concretarse en forma de utopías que, en muchas ocasiones, orientan y estimulan la acción sobre el mundo real con vistas a transformarlo.

Así, como conclusión: El conocimiento del mundo físico por parte del sujeto es posible gracias a una serie de mecanismos como son la sensación, la percepción, la memoria (gracias a la cual superamos las barreras espacio-temporales de la percepción) y la imaginación (que también nos permite alejarnos de la realidad perceptiva inmediata y transportarnos a otras realidades).

4. EL PROBLEMA DE LA VERDAD Para desentrañar el sentido de la palabra “verdad” es conveniente recordar el significado que tiene en las tres lenguas de mayor influencia en nuestra cultura:

a) En griego se utiliza el término alétheia, que significa “lo que no está oculto”, es decir, “lo que está manifiesto”, y viene a ser “descubrimiento”. La falsedad, el pseudo, es su contrario, el “encubrimiento”. Así pues, verdad en griego es descubrimiento de las cosas, desvelamiento de lo que son.

b) En latín, el término veritas se refiere, concretamente, a la exactitud y el rigor en el decir, que conecta lo que se dice con quien lo dice. Este matiz lo recoge la palabra castellana

“veracidad”, que se opone a mentira o engaño. c) Y, por último, en hebreo, el término emunah expresa la verdad en el sentido de confianza. Un amigo verdadero es

aquel con el que se puede contar. El vocablo emunah remite, pues, a la confianza de que se cumplirá algo que esperamos.

Estos tres sentidos diferentes están presentes y constituyen el origen del término “verdad”, consolidado por la tradición europea. Se trata de un problema que ha ocupado desde siempre a la filosofía y que incluso en nuestros días merece la pena ser discutido. Al decir de algo que es verdadero, se presuponen una enorme cantidad de cosas que deben ser expuestas y discutidas.

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Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad

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Desde las verdades tautológicas de las matemáticas o de la lógica (se trata de verdades autoevidentes) hasta las verdades morales, todas implican presuposiciones (creencias que se aceptan sin discusión). Vamos a discutir estas cuestiones intentando abordar los dos extremos de la cuestión; a qué nos referimos al decir “verdad” (objeto) y quién lo dice (sujeto). Pasaremos por los ámbitos de uso, los estados del sujeto respecto de su conocimiento, las interpretaciones filosóficas de la verdad y su valor. 4.1. USOS DEL TÉRMINO VERDAD Al usar el término “verdad” debemos distinguir claramente el ámbito de ese uso debido a que su significado será distinto en cada caso. - en lógica (ámbito del razonamiento), verdad es coherencia y falsedad, contradicción. Esto es lo que da sentido a las verdades en matemáticas, por ejemplo. - en ontología (ámbito de la realidad), la verdad es lo que es y la falsedad, lo que no. Hace referencia a la existencia de los objetos a los que nos referimos - en epistemología (ámbito del conocimiento), la verdad es la concordancia entre los conocimientos y los hechos; la falsedad, la disconformidad. Se trata de la correspondencia entre los pensamientos y la realidad externa - en ética (ámbito de las decisiones y los valores), la verdad es decir lo que se piensa, la falsedad es el engaño. Este uso tiene que ver con la conformidad entre lo que se piensa y se dice.

En general podríamos decir que “la verdad es una relación de igualdad entre dos extremos: el sujeto que conoce y el objeto

conocido”

4.2. ESTADOS DE LA MENTE CON RESPECTO A LA VERDAD IGNORANCIA: desconocimiento. Sirve de estímulo para el conocimiento; el que ignora que ignora no tiene la necesidad de saber. Recuérdese la máxima socrática: sólo que sé que no sé nada; el sabio es capaz de reconocer su ignorancia y esa humildad le pone en disposición de aprender. ERROR: atribución a un sujeto de un predicado que no le conviene. En este estado el sujeto no tiene voluntad de decir algo falso, sencillamente no sabe hacer corresponder un objeto y una propiedad; como decir de un individuo soltero que está casado por desconocimiento o errar al decir que Cervantes escribió La celestina. DUDA: incertidumbre e indecisión. Imposibilidad de adherirse con firmeza a un juicio o enunciado. Puede ser escéptica o metódica. La primera conduce al silencio (no decimos nada porque no sabemos a qué atenernos con seguridad) la segunda conduce a la verdad (dudo de todo lo dudoso hasta que encuentre aquello indudable, eso será la verdad. Recordemos a Descartes y su “Pienso, luego existo”. OPINIÓN: se acepta algo como verdadero aunque se admite la posibilidad de error. La mayoría de los conocimientos que creemos tener son de este tipo ya que solemos asumir la posibilidad de estar equivocados y las verdades son así provisionales. Esto nos pone en disposición de dialogar e intercambiar saberes. CERTEZA: estado en que nos adherimos a la verdad con firmeza, se trata de una cualidad del pensamiento del sujeto y no del objeto. A menudo aceptamos creencias que no están completamente justificadas de un modo ciego considerándolas verdades inmutables, sin embargo esa seguridad es una cualidad que tiene quien las piensa, no el objeto pensado. MENTIRA: la falsedad en este estado tiene un componente de voluntad; el propio sujeto falsea la realidad con un objetivo, persiguiendo un beneficio o provocando una consecuencia externa al conocimiento mismo. 4.3. CRITERIOS DE VERDAD Se llama criterio de verdad a aquella característica o procedimiento por el cual podemos distinguir la verdad de la falsedad y estar seguros del valor de un enunciado. Podemos mencionar los siguientes: a) La autoridad. Una afirmación se acepta como verdadera por proceder de alguien a quien se concede crédito por su conocimiento en una materia. b) La tradición. Se toma por verdadero aquello que a lo largo del tiempo se ha aceptado como verdadero y goza de un apoyo popular o institucional. c) La correspondencia entre el pensamiento y la realidad. Lo que pensamos será verdadero si al comprobarlo coincide con la realidad empírica. Y como el pensamiento se expresa en el lenguaje, el criterio consiste en establecer la adecuación o correspondencia entre lo que se dice y lo que es. La comprobación experimental es una forma de buscar esa adecuación. d) La coherencia lógica. Es un criterio lógico-matemático, que consiste en comprobar que no existe contradicción entre los enunciados que pertenecen a un mismo sistema. e) La utilidad. Un enunciado será verdadero cuando sea beneficioso y útil para nosotros, cuando nos permita orientarnos en la realidad y avanzar en nuestras investigaciones. f) La evidencia. Es el criterio fundamental. Es evidente lo que se nos presenta como indiscutible, como intuitivamente verdadero, aunque a menudo sea necesario mostrarlo mediante razonamientos. En el orden de la razón, se han considerado

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evidentes los primeros principios, como el principio de identidad y el de no-contradicción (evidencia racional); en el orden de la sensibilidad, los datos de los sentidos (evidencia sensible). 4.4. TEORÍAS DE LA VERDAD Por teorías de la verdad entendemos los diversos intentos producidos a lo largo de la historia para definir, explicar y comprender qué es la verdad. Existe una relación estrecha entre las teorías de la verdad, entendidas de esta manera, y los criterios de verdad mencionados antes, porque cada teoría de la verdad se apoya preferentemente en uno de estos criterios y lo desarrolla al máximo. Vamos a ver las cuatro teorías de la verdad más significativas. A) LA VERDAD COMO CORRESPONDENCIA O ADECUACIÓN

Esta teoría nos proporciona la estructura básica de la verdad, que las demás teorías también mantienen. La formulación clásica la proporcionó Aristóteles: “Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, eso es falso; decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero” (Metafisica, IV, 7). En esta fórmula están contenidos los elementos que intervienen en el acto de conocer: -lo que es: el objeto; -el decir: el sujeto y su representación del objeto. La verdad se entiende como una relación especial de ajuste entre estos dos elementos, a la que se denomina correspondencia o adecuación. Este es el concepto espontáneo de la verdad: la concordancia entre lo que se dice de algo y lo que ese algo es. Esta correspondencia no puede ser material, porque los objetos no entran en

nosotros al ser conocidos, sino que es una correspondencia formal, dado que se establece entre la representación que nos hacemos del objeto y el objeto mismo. B) LA VERDAD COMO COHERENCIA La verdad así entendida consiste en la ausencia de contradicción y no en la adecuación. Esta concepción es válida para la ciencia formal (matemática o lógica) que no necesita recurrir a la realidad sino sólo a sí mismas, pero no para el resto de las ciencias. Una verdad matemática como un teorema o los axiomas de la geometría, lo es a priori, es decir, antes de la experiencia o comprobación y sin necesidad de ella. El axioma de las paralelas (“por un punto exterior a una recta sólo pasa una paralela”) sería un ejemplo de verdad como coherencia, puesto que es verdadero independientemente de la comprobación empírica. El resto de las ciencias (química, física, biología,…) combinan este modo de verdad con la adecuación porque tiene que demostrar lo que afirman contrastándolo con la realidad.

Esta teoría fue formulada por Hegel por primera vez y más tarde se ha expuesto en diferentes versiones. Todas coinciden en utilizar como criterio de verdad la coherencia de la proposición, cuya verdad depende de su posible o imposible incorporación al conjunto de proposiciones que tenemos ya por verdaderas: cualquier nuevo conocimiento, ya sea en ciencia o en la vida cotidiana, ha de efectuarse desde el sistema de conocimientos que ya poseíamos, y lo consideraremos verdadero si podemos integrarlo en él. Se trata, por tanto, de un criterio contextual, en virtud del cual nada es verdadero o falso aisladamente, sino que cada uno de nuestros conocimientos está esencialmente referido y conectado con el resto del sistema del saber en que se integra. Solo así cobra sentido y valor de verdad. C) TEORÍA PRAGMATISTA DE LA VERDAD El pragmatismo acepta la teoría de la adecuación, pero la interpreta tomando en consideración la utilidad de los enunciados para resolver los problemas vitales. Veremos esta posición desde uno de sus más destacados representantes: William James. James entiende adecuación en el mismo sentido en que decimos “esta moto es adecuada para hacer moto-cross”, es decir, en el sentido de que sirve para un determinado fin, o que funciona de modo conveniente en un cierto contexto, o que es útil para un propósito. Por tanto, entiende la adecuación como adaptación: un enunciado es verdadero si es apto para resolver problemas o para satisfacer necesidades. Ahora bien, la verdad referida a la práctica es siempre provisional, porque lo que funciona o es útil (es decir, lo que es verdadero) en un momento determinado, deja de serlo en otro. Se trata, por tanto, de una concepción dinámica de la verdad, porque esta no es una propiedad adquirida de una vez por todas, sino consecuencia de un proceso: una idea se “verifica”, se hace verdadera, si la acción muestra su utilidad o su eficacia. D) TEORÍA CONSENSUAL DE LA VERDAD Esta teoría, defendida por Peirce, Apel y Habermas entre otros, destaca la necesidad del diálogo como marco para ir descubriendo cooperativamente la verdad de las proposiciones. En realidad, cuando decimos que algo es verdadero estamos

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dando a entender que creemos tener razones suficientes para convencer a otros interlocutores de la verdad de la proposición, siempre que podamos dialogar libremente sobre ello, sin presiones externas a la búsqueda misma de la verdad. Por eso, las personas que tienen afán de verdad están dispuestas a dialogar con otras, sin coacciones, sin trampas, para comprobar si pueden llegar a suscitar la adhesión de los demás interlocutores, si pueden generar un consenso en torno a lo que tienen por verdadero. Los argumentos que se aducen en ese diálogo pueden proceder de distintas formas de comprobar la verdad: correspondencia, coherencia, utilidad, etc., pero lo que se trata de descubrir en él es si son capaces de generar el consenso de la comunidad de interlocutores. Así funcionan, a fin de cuentas, las comunidades científicas que buscan cooperativamente la verdad. 4.6. ACTITUDES ANTE LA VERDAD Y LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO

Trataremos brevemente varios puntos de vista que tratan de si merece la pena plantearse la cuestión de la verdad. Si consideramos que no existe, es superfluo hablar sobre ello pero si es al contrario, merece la pena averiguar las condiciones que se deben cumplir para decir que algo es verdad. También existen posiciones intermedias. Veámoslas. A) DOGMATISMO Es la posición filosófica según la cual podemos adquirir conocimiento seguro y universal, y tener

absoluta certeza de ello. Es la actitud más optimista de la filosofía, y fue la defendida por Descartes. Aunque es consciente de los peligros que acechan a la razón, considera que, con un buen método, ésta es capaz de proporcionar conocimiento válido y universal acerca de todo lo que se proponga. B) ESCEPTICISMO Niega la capacidad de la razón para alcanzar verdades absolutas, sólo puede lograr opiniones más o menos probables pero nunca certezas. Como ejemplos de escepticismo podemos nombrar a Pirrón de Elis (360 – 270 a. C.), Gorgias de Leontini (483 – 375 a. C.) que niega la realidad del ser, la imposibilidad de conocerlo y finalmente la imposibilidad de comunicarlo. Los escépticos guardan silencio ante la imposibilidad de dar un juicio definitivo sobre la verdad. Un ejemplo más moderno de este punto de vista sería David Hume (ilustrado inglés) que define los límites del conocimiento apostando por un escepticismo basado en los sentidos, todo lo que sé, pasa o ha pasado por los sentidos, no hay más; no sé nada acerca de la realidad externa a mí y no puedo demostrar otra cosa. C) CRITICISMO Postura intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo. Para pensadores críticos como Kant el conocimiento es posible, pero éste no es cuestionable y definitivo, sino que debe de ser revisado y criticado continuamente para detectar posibles falsificaciones. D) RELATIVISMO. Se trata de una postura intermedia entre el escepticismo y el realismo. Como ejemplo de esta postura podemos tomar a los Sofistas como Protágoras que en el siglo V antes de Cristo ya decía “el hombre es la medida de todas las cosas” indicando que no hay un criterio absoluto de verdad sino que hay que recurrir a la propia subjetividad, que es la que juzga lo que es verdad. Existen muchas formas de relativismo; social, cultural, moral, etc. No hay verdades, sino sólo juicios de valor u opiniones. En conclusión, el relativismo niega la existencia de una verdad absoluta, es decir, válida en sí misma en cualquier tiempo y lugar. Rechaza la pretensión de un conocimiento objetivo y universal y considera que solo existen opiniones particulares y válidas en un determinado contexto sociocultural e histórico. E) REALISMO: Esta postura afirma la distinción entre un sujeto que conoce y un objeto que es conocido. Como vemos, el realismo, por ejemplo el de Aristóteles, afirma la existencia del ser en sí fuera de la conciencia del sujeto, lo que supone que el sujeto puede alcanzar ese ser para conocerlo y, por lo tanto, conocer igualmente la verdad (verdad como adecuación, véase apartado 5.4. del tema). El realismo defiende la capacidad humana para llegar a conocer la esencia de las cosas y, por lo tanto, la capacidad para conocer verdades absolutas e inmutables. F) PERSPECTIVISMO No niega la posibilidad de una verdad teórica absoluta, pero mantiene que cada sujeto que conoce lo hace desde un punto de vista o perspectiva particular, y por lo tanto tiene una visión parcial de la realidad. Esta visión no es falsa, todas las perspectivas son verdaderas y la reunión de todas ellas, si fuese posible, sería la verdad absoluta. Ortega y Gasset ha defendido el perspectivismo.