Teología y Magisterio

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7.- EL TEÓLOGO OYENTE DEL MAGISTERIO OFICIAL DE LA IGLESIA. TEOLOGIA, FE Y MAGISTERIO

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  • 7.- EL TELOGO OYENTE DEL MAGISTERIO OFICIAL DE LA IGLESIA.

    TEOLOGIA, FE Y MAGISTERIO

  • Sin ser ella misma la fe ni el Magisterio, la Teologa mantiene mltiples y vitales relaciones con la una y con el otro. No hay Teologa sin Magisterio y fe, y por otra parte la fe y el Magisterio no pueden prescindir de la Teologa

  • La Teologa y el Magisterio se parecen entre s; ambos, en efecto, tienen una raz comn que es la revelacin confiada a la Iglesia, y ambos persiguen la misma finalidad, que es conservar, penetrar cada vez ms, proponer y defender el depsito de la fe, orientando de este modo a la humanidad hacia su salvacin. Por otra parte, la Teologa y el Magisterio tienen funciones y dones diferentes.

  • El Magisterio, en virtud del mandato que ha recibido de Cristo y por un don peculiar del Espritu don de asistencia tiene la misin de conservar el depsito de la fe en toda su integridad protegindolo de error y contaminacin, juzgando con autoridad las diversas interpretaciones de la revelacin que propone la Teologa, y presentando adems por s mismo nuevas consideraciones de la fe.

  • La Teologa tambin recibe un carisma del Espritu de acuerdo con su funcin en la Iglesia; esta funcin consiste en profundizar en la revelacin bajo la gua del Espritu Santo, y en llevar al conocimiento de la comunidad cristiana, en particular del Magisterio, los frutos de su investigacin, a fin de que por la doctrina que ensea la Jerarqua eclesistica sean luz de todo el pueblo. La Teologa tiene adems la tarea de colaborar con el Magisterio en la enseanza y defensa de la fe.

  • En la determinacin de las relaciones entre el carisma del Magisterio y el carisma de la Teologa es preciso subrayar dos puntos: Por un lado, el don del Espritu otorgado al telogo no le dispensa de su sumisin al Magisterio; pero por el otro, la fidelidad al Magisterio no significa pasividad y falta de iniciativa del telogo, como si todo el impulso tuviera que venir del Magisterio.

  • La Teologa ejerce una funcin de mediacin entre el Magisterio y la comunidad cristiana, sobre todo en el sentido de que procura discernir los signos de los tiempos; por eso se mantiene a la escucha de la comunidad para conocer sus postulaciones y sus problemas, y tambin para captar las orientaciones que genera el Espritu Santo en el pueblo de Dios.

  • Sensible a los problemas del pueblo, la Teologa se esfuerza en responder a ellos profundizando en la revelacin, y a la vez presenta sus soluciones al Magisterio para ayudarle en la tarea de conducir a la Iglesia. Sin la Teologa, el Magisterio podra sin duda ensear y conservar la fe cristiana, pero difcilmente llegara a la penetracin de la fe requerida para responder a las necesidades del pueblo de Dios,

  • porque el carisma del Magisterio no es una infusin de conocimientos nuevos, una revelacin, sino una asistencia en la utilizacin de los medios naturales y sobrenaturales puestos a su disposicin.

  • Otra funcin de la Teologa en relacin con el Magisterio consiste en trabajar por la formacin de la fe y de la vida moral del pueblo cristiano. El Magisterio podr impedir que la comunidad cristiana se deje arrastrar por cualquier viento de doctrina, pero sin la Teologa no le sera posible impedir que se marchitara su fe, o que se adormeciera en cierta inmovilidad de pensamiento.

  • Por eso la Teologa tiene la misin de vivificar constantemente la fe cristiana, de iluminarla y darle profundidad; y al hacerlo, la Teologa se convierte en un servicio dado a la Iglesia, a la comunidad, al Magisterio y a la fe. (DIMENSIN PASTORAL DE LA TEOLOGA)

  • Fidelidad y libertad del telogo.

    Al ser un servicio, la Teologa tiene que ejercer su tarea en comunin con el Magisterio, con el pueblo cristiano y con todos los telogos comprometidos en ese mismo esfuerzo de enseanza y de investigacin. El telogo, por tanto, es algo muy distinto de un hombre que trabaja en la edificacin de su gloria personal, sin preocuparse de la turbacin que su palabra pueda sembrar en las conciencias cristianas.

  • El telogo es ante todo un servidor responsable de la Palabra de Dios, que est obligado por una doble fidelidad, a Cristo y la Iglesia.

  • Si el telogo es el profeta del porvenir, el que prepara para el Magisterio las soluciones del maana, le es indispensable disponer de libertad. En las materias nuevas y difciles entre las que se mueve es compatible que haya cierta diversidad de opiniones, no graves, con la unidad de la fe y la fidelidad al Magisterio, ya que la historia demuestra que siempre ha habido lugar en la Iglesia para una gran diversidad de telogos y de teologas.

  • La fe es una, s, pero qu diferencia existe las teologas de Justino, Cipriano, Orgenes, San Agustn o Santo Toms de Aquino! Y esta diversidad tambin trae ventajas para la Iglesia y ha sido fuente de progreso teolgico.

  • Ms todava, en ese trabajo de investigacin al servicio del Magisterio y de la comunidad cristiana, en ese continuo enfrentamiento con los problemas del mundo actual, es evidente que el telogo tambin estar expuesto al error.En su trabajo de interpretacin y actualizacin de los datos de la fe, cmo concebir que no se engae a veces? Ante nuevos acontecimientos puede verse en la necesidad de corregirse, de cambiar de postura

  • Puede ser tambin que algunas de sus opiniones, largo tiempo combatidas por la Iglesia, sean luego reconocidas como verdad, como ya ha sucedido, y esas oscilaciones del pensamiento, esos riesgos de error, son la consecuencia necesaria de una teologa que desea estar en dilogo con el mundo; forman parte de una Teologa sometida a las condiciones de la historia.

  • En un decreto del 21 de abril de 1954, la Comisin Bblica ha pedido para el exgeta comprensin e indulgencia, ya que ste tiene que enfrentarse con cuestiones difciles que incluso algunos expertos de gran renombre no han sabido resolver. No tiene razn el telogo para pedir un trato semejante, ya que los riesgos que corre no son menos considerables?

  • Es verdad que el telogo, como hijo de la Iglesia, tiene que aceptar el juicio de esa suprema instancia que es el Magisterio instituido por Cristo como intrprete infalible de su palabra. entre el telogo y esta suprema instancia existe otra intermedia, constituida por el conjunto de telogos comprometidos en los mismos caminos de la investigacin, por eso es normal que el caso se resuelva en ese nivel, mediante el intercambio fraternal de opiniones.

  • Si el telogo se sintiera siempre bajo la amenaza de un juicio sin apelacin, cmo podra trabajar con toda su alma, con todo su corazn, con todas sus fuerzas, al servicio de la Iglesia que es todo en su vida? En Teologa, como en todas partes, la alegra y el amor son el clima normal de un trabajo verdaderamente fecundo;

  • de no ser as, sucedera lo que demuestra la historia de un pasado reciente: que la Teologa catlica, para librarse del riesgo de la condenacin, se refugiara en el estudio de temas ftiles, dejndose superar en los puntos de importancia capital por la investigacin de la Iglesia Protestante.