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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SINALOA FACULTAD DE HISTORIA MAESTRIA EN HISTORIA Entre la salvación del alma y de los bienes: testamentos de la elite sinaloense en el siglo XIX. Tesis para obtener el grado de Maestra en Historia. Presenta: Lic. Venecia Citlali Lara Caldera. Asesor: Dr. Samuel Octavio Ojeda Gastélum. Culiacán Sinaloa, Enero de 2009

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SINALOA FACULTAD DE HISTORIA

MAESTRIA EN HISTORIA

Entre la salvación del alma y de los bienes: testamentos de

la elite sinaloense en el siglo XIX.

Tesis para obtener el grado de

Maestra en Historia.

Presenta:

Lic. Venecia Citlali Lara Caldera.

Asesor:

Dr. Samuel Octavio Ojeda Gastélum.

Culiacán Sinaloa, Enero de 2009

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Entre la salvación del alma y de los bienes: testamentos de la elite sinaloense en el siglo XIX.

Índice:

Introducción. Catalogo de imágenes. Índice de tablas y gráficas. Agradecimientos.

Capitulo I. Las familias de elite en Sinaloa durante el siglo XIX. 1 1.1. La familia para las ciencias sociales 2 1.2. Los rostros de la elite: recorrido teórico. 7 1.3. Definiendo a la familia sinaloense del siglo XIX. 15 1.4. Los hijos y la casa. 17 1.5. Educando a los descendientes: entre las virtuosas señoritas

y los varones de provecho. 20 1.6. Velando por el hijo diferente 22 1.7. Redes de apoyo entre las mujeres de la familia 23 1.8. Ideas románticas previas al matrimonio 25 1.9. Redes familiares 28 1.10. Edad para contraer matrimonio 31 1.11. La economía del matrimonio; cuidados familiares y

aportaciones monetarias 36 1.12. El día de la boda 40 1.13. Confianza en el cónyuge. 44 1.14. Viudez y segundas nupcias 46

Capitulo II. Contextualización económica, social y cultural de la elite sinaloense. 50 2.1. Expansión profesional y cultural antes de la independencia

mexicana. 53 2.2. Independencia de la nación y los años de Sinaloa con

Sonora. 55 2.3. Pelea de familias por la capital de Sinaloa; entre redes

familiares, minas y comercio. 58 2.4. De las familias extranjeras. 61 2.5. La política nacional, comercio y religión; adaptación en

criterios de notabilidad. 62 2.6. Evolución de los recursos culturales a lo largo del siglo XIX. 66

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Capítulo III. El discurso católico alrededor de la muerte en Sinaloa 83 3.1. La lógica de la Santa vida de oración para llegar a la dichosa

muerte. 87 3.2. Las indulgencias y el destino del alma. 90 3.2.1. Infierno. 92 3.2.2. Purgatorio. 93 3.2.3. Cielo o paraíso. 95 3.4. Instrucciones para ganar indulgencias. 95 3.5. Indulgencias para moribundos 100 3.6. La agonía vista desde la esquina más alejada del lecho de

muerte. 103 3.7. Cuidados espirituales: confesión, sagrado viatico y

extremaunción 107 3.8. Cultura jurídica en el imaginario escatológico. 113 3.9. María como abogada y José patriarca ejemplo de buena

muerte. 115

Capitulo IV. Testamentos decimonónicos; de lo celeste a lo terrenal. 119 4.1. Panorama amplio de las invocaciones. 122 4.2. Testamento devoto entendido desde Sinaloa. 129 4.2.1. Invocación religiosa inicial. 132 4.2.2. Declaraciones de fe. 135 4.2.3. Intercesores celestiales. 138 4.2.4. Advocaciones. 139 4.2.5. Lugares y peticiones para el entierro. 142 4.3. El orden buscado por el Estado: Cambio de la finalidad del

testamento sinaloense 148

4.4. Testamentos mixtos. 152 4.5. Influencias extranjeras en la configuración del testamento

patrio. 152 4.5.1. El historial de los bienes como parte del testamento patrio.

157 Capitulo IV. La economía espiritual. 162 5.1. Las facultades de la realeza hispana en el purgatorio: la bula

de la Santa Cruzada. 165 5.2. Silenciando el alma. 168 5.3. La piedad perceptible en obras materiales. 175 5.4. Las herencias espirituales y materiales en los testamentos. 179

4

5.5. Los costos de la muerte. 184 5.5.1. Los gastos del espíritu. 186 5.5.2. Los gastos del cuerpo 187 5.6. El dolor por la muerte en la plaza pública. 188 5.7. Lugares de entierro. 195 5.8. Salta, Buenos Aires y Montevideo; un vistazo a otras

regiones. 208

Conclusión 212

Anexos. a) Índice de testadores en Sinaloa para el siglo XIX. 216 b) Lugar de nacimiento de los testadores. 217 c) Indulgencias, costos y justificaciones papales. 218 d) Muestra de testamento devoto. Juana María Domínguez y

García 221 e) Muestra de testamento mixto. Basilio Aviña 224 f) Muestra de Testamento Patrio. Ramón Aguilar 226 g) Derechos parroquiales del funeral y entierro de Don Pedro

González, habitante del Real de Panuco. 228 h) Cuenta de albaceazgo en el intestado a bienes del Señor

Pomposo de Ibarra. 229

Fuentes Archivos Hemerografia Inmuebles históricos Bibliografía original de la época. Bibliografía.

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Catalogo de imágenes. Fotografía de Rafael J. Almada y Rafaela Almada el día de

su boda en el año de 1885. 29

Fotografía de la Familia Quintero Quintero en 1884. 48 Fotografía de Alejandro Gastélum Álvarez, fechada en 1896. 74 Fotografía de Inés Peiro Orrantia. 76 Fotografía titulada “Señoritas distinguidas de Sinaloa,

México”. 79

Cuadro de Animas, en la Capilla de Valverde, España. 94 "El Árbol Vano" 83 "Soldado Real entregando testamento a Sacerdote" 119 Funerales del Sr. Gobernador Francisco Cañedo. 193 Funerales del Sr. Gral. Cañedo. Frente al Panteón. 195 Monumento mortuorio de “C. de Fitch”. Panteón Número III

de Cópala. Vista desde atrás. 201

Lápida del monumento mortuorio de Saharita. 1899. Panteón Municipal de El Fuerte.

202

Lapida de la tumba de Theodore E. Bissell. 1892. Panteón privado de la Familia Orrantia y Sarmiento en El Fuerte.

203

Detalle en el monumento mortuorio de Don José Manuel Peña, en el Panteón civil de Sinaloa de Leyva.

205

Funerales del Sr. Gobernador Francisco Cañedo. Bajando a la fosa. 1909.

206

Vista general de algunos monumentos mortuorios, El Fuerte. 208

Índice de Tablas y gráficas. Edades de los contrayentes de 1861-1870 34 Bienes heredados por la segunda y tercera generación de la

familia Peiro 54

Tabla de acciones, indulgencias a obtener y justificaciones rezando una parte del “Rosario de Agonizantes”

101

Tabla de Privilegios concebidos a José y lo que se le podía pedir para la hora de la muerte.

116

Tabla de lugar donde se oficializa el testamento para la muestra de 70 casos.

123

Tabla de la ubicación de los bienes inmuebles heredados. 125 Grafica de Oficios y profesiones a lo largo del siglo XIX 126 Gráfica de Tipo de Invocaciones Iníciales. 127

6

Grafica Distribución del tipo de invocación a lo largo del siglo XIX

128

Gráfica Tipo de Invocación Religiosa Inicial 134 Gráfica Intercesores celestiales. 139 Gráfica Advocaciones de María 141 Gráfica Lugar de entierro solicitado 143 Gráfica Distribución en el tiempo del lugar de entierro

solicitado en testamentos a lo largo del siglo XIX. 145

Gráfica Distribución en el tiempo del las menciones sobre peticiones de entierro solicitado en testamentos a lo largo del siglo XIX.

146

Tabla de Bienes inmuebles que Doña Juana Inguanzo recibió como herencia materna y son reportados en el testamento de su esposo Don Basilio Aviña.

158

Gráfica de frecuencia de testamentos por año donde hay alguna especificación sobre el entierro de los restos mortales.

170

Gráfica de testamentos por año donde hay misas solicitadas. 172 Tabla de tipos de donativos. 176 Tabla de tipos de donativos distribuidos en el tiempo. 177 Tabla de gastos del espíritu. 186 Tabla de gastos del cuerpo. 187 Gráfico que muestra la disposición de los monumentos

mortuorios más antiguos al interior del Panteón de Concordia, Sinaloa.

200

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Agradecimientos.

A la Universidad Autónoma de Sinaloa por ser la Institución que me ha dado

educación por tantos años. A Conacyt por el apoyo al posgrado de nuestra

Institución, en especial por el financiamiento que me permitió estudiar

dignamente y por la Beca Mixta que me fue otorgada para estancia en Argentina

con la Dra. Valentina Ayrolo (Universidad Nacional del Mar del Plata). A todos

aquellos que coordinan el programa Ecoes-Santander y al Grupo Santander que

apoyan a estudiantes como yo a alcanzar sus sueños. Se que suena a

comercial, pero es totalmente cierto.

No hay palabras que alcancen a reflejar el profundo agradecimiento al Dr.

Samuel O. Ojeda y a la Dra. Valentina Ayrolo; ambos me apoyaron en todo

momento académicamente y a nivel personal. Fueron una luz contante, ejemplo

de profesionalismo, sencillez y magistral claridad. Gracias al Dr. Samuel conocí

toda la topografía celestial de Dante Alighieri, fue el Virgilio que me mando a

pasear por todos los círculos del infierno y de ahí al cielo académico, pasando

por todas las terrazas del purgatorio. Fue el mejor asesor que podría haber

tenido; A Valentina le agradezco que a nivel profesional y personal haya

cambiado mi vida con la forma en la que me atendió en el corto tiempo que

estuve con ella y la dirección que dio forma a este trabajo.

Gracias al apoyo de mis padres y hermano Bolívar Fernando.

A los comentarios de los lectores en cada momento del desarrollo del trabajo.

A quienes alentaron y fueron ejemplo de trabajo académico: Al Dr. Enrique

Farfán Mejía por aventarme al ruedo; al Dr. Sergio Valerio Ulloa por sus palabras

que fueron de impacto más de lo que le he podido expresar; a la Dra. Beatriz

Arita Watanabe, por tener fe en mí y ser ejemplo; y Al Dr. Arturo Carrillo Rojas

quien desde el principio de la maestría me proporciono los primeros testamentos

que leí del siglo XIX, los cuales están incluidos en este trabajo. Significaron un

buen comienzo.

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Y sobre todo a la familia Lara Salazar, por que con su apoyo y ejemplo he

aprendido a trabajar a donde sea que valla.

A quienes apoyaron desinteresadamente: Al personal del Archivo Histórico del

Estado de Sinaloa y el de Notarias, en especial Don Alfredo (AGNES), Rogelio

Rogers y a Gilberto López Alanís por todas las facilidades que me han

concedido. A Rosa Vesta, Wilfrido Llanes, Diana María Perea, María Anita Félix,

Sofía García López, José Manuel Lozoya Pacheco, Víctor Mendoza, Otoniel

Carranza y Cristian Treviño Guerson.

Aquellas personas que me acompañaron en aventuras de trabajo: Tía Alicia,

familia Caldera Muñoz, Carlos Farrera, Joel Zamora, Bolivar Lara, Edgar

Zazueta, incluso mis padres Jesús Lara y Blanca Caldera.

Aquellas personas que sufrieron el tener que escucharme por varías horas

hablando de historia y mil cosas sin tener vela en el entierro: Sarai Aguirre,

Rebeca Mateos, Socorro Romano, Margarita de Woody, Sabino Carrillo, Olga

Pérez Berelleza, Beatriz Valenzuela y Horacio Cantu. Y aquellos que me

brindaron de su tiempo para hablarme de sus mundos y con ello expandir el mío:

La familia de Valentina Ayrolo, Ana Laura Lanteri, Alejandro Morea, Pedro

Berardi, Laura Mazzoni y muy en especial a Ingrid Attadia. Gracias porque el

cariño y atenciones de todos ustedes me ayudo a encontrar sentido, además de

hacer mi mundo más dichoso y emocionante.

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Introducción.

Esta es una historia sobre Sinaloa un tanto diferente a los relatos

defendidos para tesis, donde los protagonistas se rastrean en vida, con lo que

hicieron estando en la tierra; mientras que a esta historia lo que le interesa es

como se prepararon para bajar a la tierra y la forma en la que planean dejar vida

a partir de disposiciones testamentarias.

Comúnmente se investiga sobre lo hecho y lo producido en vida, es un

buen inicio, pero al final lo que interesa en este trabajo es lo que el protagonista

y sus cercanos hacia con lo que pensaban, lo que el entorno hace pensar sobre

la finitud de la propia existencia. Tal vez no es notorio, no sea algo de lo que se

tenga en cuenta, pero cada actitud que se tiene hacia algo esta condicionada por

factores externos-culturales, que a su vez esta condicionado históricamente.

Es decir, todo lo que se hace para enfrentar un hecho es una respuesta

aprendida a partir de lo que se ha visto, lo que se ha contado, lo que se

acostumbra y lo que se debe de hacer. Cada relato de lo que no conocemos, o

mejor dicho fantasía, esta estructurada como su tiempo y su contexto permitió.

No se imagina, ni se actúa fuera del tiempo y del espacio; en todo caso lo

que hace las fantasías diferentes a la norma es imaginar con elementos y

acciones opuestas, alternas, paralelas a la norma pero siempre en referencia a

ella. Planteando un ejemplo por la mayoría conocido: el mundo imaginado plano

y sobre hombros de seres míticos no era una fantasía creada en oposición a la

realidad de su momento, tenia referentes extraídos de esa misma realidad, de

forma tal que era perfectamente racional y coherente para su tiempo. Cualquier

otra hipótesis individual o colectiva sobre el mundo, en esa misma cultura,

actuaba en función de esa explicación protagonista, ya sea rivalizando, imitando,

alterando en relación a la misma o solo marchando al paralelo pero sin dejar de

ubicarla.

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El presuponer como tema central a la muerte podría sonar que se

trabajará con lo irreal, una historia casi etérea, pero antes de partir a buscar los

racionamientos previos al mundo del “mas allá” se necesita partir del “mas acá”;

pues cualquier cosa que se imagine de otras latitudes universales parte y esta

construida a partir de elementos reales. No se puede imaginar nada que no haya

sido sugerido por lo que si existe en la realidad, toda fantasía necesita pistas

reales.

Es entonces que en este trabajo se parte del “mas acá”, de las formas de

vida, la economía, los vínculos sociales, los grandes conceptos culturales de las

personas que dictaban sus testamentos y los hacían oficiales, donde su

imaginario era principalmente influenciado por las ideas de elite: la idea de la

sangre pura, la importancia de vincularse entre si y la apertura a otros en su

calidad de extranjeros industriosos.

No soy la única persona que ha notado que las familias de elite se

ocupaban de su propia muerte, pues es amplia la bibliografía al respecto y sobre

ella se comentará a lo largo del trabajo. En España, por ejemplo, se ha estudiado

profusamente por Provincias, en función de posición económica, por oficios e

incluso por edades. En el resto de Europa ha sido interesante la investigación

histórica que parte desde la edad media, teniendo como sujetos de estudio los

mas variados grupos sociales, el debate esta entre el proceso de

descristianización y la secularización del acto de morir a largo plazo; mientras

que en América Latina se ha hecho hincapié en la separación de la muerte entre

los ricos y los pobres; pues aunque comparten y se trasmiten mutuamente raíces

culturales, no siempre comparten la misma práctica y si lo llegan a hacer la de

elite resulta ser más llamativa y perdurable. Otras estudian las disposiciones de

distinguidos indígenas, que en el centro de la Nueva España se vieron marcadas

por la influencia hispana.

La mayoría de estas investigaciones centran su atención entre los siglos

XVI y XVIII, donde el mundo cultural esta entre la edad media y, para el caso de

Hispanoamérica y España, esta en el régimen colonial. Estudiar la muerte de

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esos siglos es sinónimo de hablar de grandeza, recargo en las tradiciones,

extremado dramatismo en las cuestiones fúnebres que se convierten en

escenarios públicos; dicho en términos propios a la época: las acciones

relatadas hacia la muerte son de proporciones barrocas, pomposas e ilustres

entre las familias de elite.

Hablar sobre la historia de la muerte entra “en agonía” cuando llega al

siglo XIX como objeto de estudio, con algunas leves palpitaciones por parte de

escasos investigadores. Tal parece que a los historiadores les agrada

complacerse en la muerte barroca, colonial, con aliento a España; entrando las

independencias americanas no solo los españoles son expulsados, si no tal

parece que los países americanos son adolecentes que se forman a si mismos

negando pero al mismo tiempo imitando a los otros. Hablar de la evolución de las

costumbres hacia la muerte resulta entre confuso y poco claro al perder las

connotaciones barrocas e impactantes.

Una de las cuestiones que encuentro sugerente para entender este

trabajo es precisamente esto: que en el siglo XIX fue dejado atrás, de forma

nominal, el colonialismo hispano y el espíritu barroco, para entrar en una

eventual oleada mundial del expansionismo del capitalismo y de revolución

industrial; que como ha sido documentado por la tradición historiográfica inglesa,

tuvo impacto en la estructura socio demográfica y cultural.

En este trabajo se buscará esos cambios manifestados al momento de

prepararse para la muerte, a partir de testamentos, historia que pocos han dado

por viva, tan insípida entre las leyes de reforma, la secularización, el liberalismo

y la modernización, pero que sigue dando muestras de existencia dolida, un

tanto llamativa por su propia naturaleza dramática. Al final, estudiar un proceso

cultural requiere precisamente eso: lenta marcha y lenta agonía, pues no se

puede estudiar como una fotografía descriptiva sobre un periodo de dos años o

diez; la investigación como esta requiere de largo aliento para ubicar lo que

cambia y lo que se queda a pesar de los movimientos superficiales.

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¿Cuándo llegaran los grandes cambios a impactar en los espacios íntimos

como la familia? Este tipo de investigación puede dar cuenta de ello.

Sinaloa es un Estado en el noroeste de México, que para ser más precisa

se encuentra, lo que algunos podrían llamar: entre “el mar y la sierra” por su

condición geográfica; otros más podrían decir que “más cerca de Estados Unidos

que de México” y por mi parte pienso que es una mezcla de ambos durante este

siglo si atendemos que en puertos como Mazatlán era muy probable que por

momentos fuera puerta de entrada a mayor influencia proveniente de Estados

Unidos, vía San Francisco en California, que de México cruzando la sierra antes

de que fueran construidos medios como el ferrocarril.

Fue el Siglo XIX cuando Estados Unidos de Norteamérica hizo del

expansionismo su día a día; entre sangre de nativos y lugares con nombres

hispanos llegaron hasta la costa oeste. Una vez establecidos ahí, entre tantos

extranjeros ingleses, franceses, alemanes y otros tantos más dieron impulso al

puerto de San Francisco, el cual significo un punto importante para el comercio

con los puertos del Pacifico. Lugares como Mazatlán conocieron de forma directa

la influencia de esta nueva oleada de estos extranjeros dispuestos a

comercializar. Acción con la cual internacionalizaron sus costumbres, pues

cuando se comercia no solo se intercambian bienes materiales.

Lo metodológico.

Ha sido privilegiado el testamento como fuente principal de información y otros

tipos documentales que han servido de apoyo para la reconstrucción del

panorama de los vivos ante la muerte en el siglo XIX (informes de párrocos,

edictos, juicios ante la Audiencia, periódicos informativos, códigos civiles,

publicaciones bibliográficas, entre otros); lo que conforma una importante y

sólida base de información.

En general, estas personas que testaban representan una muestra amplia

pues toma en cuenta sectores que en otras historias quedan silenciados, como

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las mujeres y a los niños. Esto es porque evidentemente ellos también mueren,

se les da honras, se tienen preocupaciones por sus “destinos postreros”, “la vida

de su cadáver”, ´por su “morada final”, se les prepara y se les recuerda de forma

tal que dejan huellas en los testamentos no solamente como herederos forzosos,

si no como receptores de beneficios económicos y espirituales en función de su

posición moral ante el testador, el estado de la familia en general y las

condicionantes que en ocasiones eran impuestas.

La recolección de la información en los testamentos se hizo a partir de

documentos completos, sin omitir inicio o firmas de testigos; lo cual, por lo

general, es omitido en otro tipo de investigaciones con las fuentes

testamentarias.

Después de una lectura inicial de varios testamentos completos, de

diferentes décadas del siglo XIX, se considero las variables existentes, ya fuera

que desaparecieran a lo largo de los años o que se mantuvieran constantes y

fueron enlistadas. Una vez hecho esto se diseño una matriz con tales variables

en el programa Excel, agrupando estas en 4 grandes grupos, vaciados en una

misma hoja de cálculo:

1. Datos de identificación: Nombre del testador, referencia del

documento, año y lugar en el que dicto el testamento, nombre de los

padres, nombre (s) del cónyuge(s), número de matrimonios, número

de hijos, situación legal de los mismos (legítimos o naturales), nombres

y cantidad de hijos que han fallecido al momento de testar y estado de

salud del otorgante.

2. Datos culturales-espirituales: tipo de invocación inicial, intercesores

celestiales, advocaciones de María, petición de sepulcro, lugar de

entierro, tipo de pompa solicitada, donativos, misas solicitadas, y

razones para testar.

3. Datos económicos: Bienes, deudas, deudores, albacea, heredero

universal, bienes introducidos al matrimonio por el testador y por el

cónyuge.

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Esto permitió vaciar la información de cada testamento en una forma

organizada susceptible de facilitar el análisis cuantitativo y cualitativo de los

datos según lo requiriera cada momento de la investigación. Aquellos datos que

requerían cuantificación como los lugares de entierro, invocaciones iníciales,

advocaciones de maría y presencia de la piedad en obra materiales fue de

utilidad las funciones del programa que permitió ser más precisos en los conteos

de datos, elaboración de gráficas y tablas de forma tal que ilustraban las ideas

expuestas en texto, permitían ver en de forma gráfica las tendencias de algunos

comportamientos permitiendo así conocer su regularidad y consecuentemente

establecer explicaciones capaces de ser cotejadas con datos cualitativos

provenientes de la misma fuente o de otras.

Mientras que para los datos cualitativos fue necesaria la utilización de

varios métodos, según .lo permitieran los datos y el tema que se trataba. Siendo

el más empleado el método histórico descriptivo para aquellos temas que

requerían explicaciones causales y proporcionaban la base histórico-jurídica de

los fenómenos analizados.

La idea de aplicar el método comparativo fue tomada con cautela por las

limitantes que implica la confrontación de datos entre sí con respecto a

realidades de diferente época y lugar, en todo caso solo fue empleado de forma

breve y concisa en un apartado en el capitulo IV con un vistazo a los resultados

encontrados para el mismo tiempo y las mismas fuentes; pero en países

latinoamericanos diferentes. El resto de los estudios consultados sobre el tema

de la muerte, que no eran pocos, sirvieron como antecedentes metodológicos -

conceptuales, mas que como comparativo, pues analizan siglos distintos y

realidades muy diferentes al presente estudio.

Las fuentes.

Archivo General de Notarias del Estado de Sinaloa y Biblioteca de la Universidad

Panamericana.

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El primero es sin duda la principal fuente de información, al tener bajo su

resguardo las disposiciones notariadas desde 1818 hasta la fecha, organizada

por notarios y por años. La consulta de este archivo fue de vital importancia para

la guía de este trabajo al proporcionar 67 de los testamentos de la muestra

analizada; mientras que la Biblioteca de la Universidad Panamericana, en el

Fondo de la familia Peiro, fue posible ubicar tres testamentos de esta familia que

a lo largo del trabajo fue sobresaliente en sus disposiciones hacia la muerte.

Archivo del Arzobispado de Guadalajara y Archivo de la Arquidiócesis de

Durango.

Los documentos preservados por estos archivos históricos fueron de utilidad

para reconstruir las ideas católicas que llegaron a lo que hoy es Sinaloa durante

el siglo XIX, pues ambos son la jerarquía inmediata superior del obispado,

conformando el noroeste de México parte del mapa obispal de su jurisdicción.

Varias de las disposiciones diocesanas emitidas desde estos lugares tenían

jurisdicción sobre Sinaloa, además algunas de las situaciones reportadas desde

las parroquias y vicarias de esta zona llegaba a estos archivos, de forma que fue

posible encontrar copias de documentos inéditos bastante útiles.

Archivo de la Parroquia de Sagrario de Culiacán y Archivo de la Parroquia del

Sagrado Corazón; El Fuerte, Sinaloa.

Ambas representan el núcleo fuerte de la religiosidad local de las fuentes

consultadas para este trabajo, gracias a la búsqueda entre sus documentos fue

posible ubicar disposiciones diocesanas aplicables a todo el territorios de la

Diócesis de Sonora-Sinaloa, que tiempo después se fragmento en la Diócesis de

Sonora y Diócesis de Sinaloa.

Biblioteca Nacional de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y Biblioteca

Pública del Estado de Jalisco. “Juan José Arriola”.

16

Ambas instituciones publicas poseen fondos reservados donde fue posible ubicar

y consultar publicaciones originales del siglo XIX, con temas variados que

permitieron tener un acercamiento general al tema de investigación. Además del

Fondo Reservado de la Biblioteca Publica del Edo. De Jalisco, también fue de

suma utilidad el consultar el Fondo de la Real Audiencia, que resguarda, entre

otros tantos documentos valiosos, juicios con respecto a testamentos de

españoles y el controversial funeral de una dama en Cosalá, ocurrido en 1803.

Archivo General de la Nación (México), Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada;

(México, D.f), Biblioteca Central del Estado de Durango y Centro Regional de

Documentación Histórica y Científica, Universidad Autónoma de Sinaloa.

Fue en estos archivos donde se logro recopilar una serie de notas de

publicaciones periódicas de Sinaloa, sobresaliendo: La independencia; periódico

político y literario, 1862. (Durango, México); El Domingo, 1884 (Durango,

Durango); La Opinión, 1887 (Culiacán, Sinaloa); La Opinión de Sinaloa; Órgano

del Partido Porfirista, 1892 (Mazatlán, Sinaloa); El Eco Religioso; Periódico de la

Sociedad Católica de Durango, 1876 (Durango, México); y El Correo de la

Tarde,1891 (Mazatlán, Sinaloa)

Inmuebles históricos

En nuevo museo-mirador del Fuerte son resguardadas algunas fotografías y

posesiones particulares de habitantes notables de la localidad, entre ellos la

carroza fúnebre que sirvió para trasportar algunos cadáveres de la familia

Orrantia en el ultimo cuarto del siglo XIX. Esta proporciono una noción grafica

que apuntaría a señalar la socialización alrededor de la muerte, pues como

podrá ser vista más adelante, el tipo de construcción de la misma esta diseñada

para ser un medio de trasporte para el cadáver de tal forma que este sea visto

por todos los angulos y esta hecha de las mejores maderas en color negro; de

forma tal que permite hacer deducciones cotejando con otras fuentes. Por otro

lado, fue utilizado otro tipo de inmueble histórico como fuente de información, se

trata de la visita a algunos panteones locales, la mayoría del ultimo tercio del

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siglo XIX, fue útil para recabas datos sobre las disposiciones que los deudos

tomaban después de la muerte de un familiar cercano para materializar su pena,

status y concepciones ante la muerte. Esto a partir de diversos elementos que

son analizados en el capitulo V. Los panteones civiles visitados fueron: Panteón

familiar Orrantia y Sarmiento y Panteón Municipal ambos de El Fuerte; Panteón

Municipal de Concordia; Panteón Municipal de Sinaloa de Leyva; Panteón I, II y

III de Cópala; y Panteón San Juan de Culiacán

Sobre el desarrollo.

Al final, de lo que se trata es de la búsqueda de la muerte en el contexto y con

los significados que tuvo en el siglo XIX para un lugar que no fue totalmente

prehispánico en el concepto criollo de México, ni tampoco fue totalmente católico

ferviente, ni enteramente abierto al exterior. Ante la muerte hay preparativos, y

estos son susceptibles de analizarse; de forma que revelan la vida, la existencia

material, la cultura, moralidad y espiritualidad de la sociedad decimonónica en

ciertos sectores de Sinaloa: los sectores que tenían el caudal necesario y la

disposición para testar.

Desde el primer capitulo se analiza parte del contenido de los testamentos

para reconstruir la vida familiar del siglo XIX, esto partiendo de la idea que es la

unidad familiar el núcleo central de la sociedad. De forma tal que en el contenido

del testamento fue posible ubicar su uso como parte de una declaración

individual y familiar de las condiciones de vida, información que fue corroborada

y ampliada en base a investigaciones históricas, hemerografia y bibliografía.

En el segundo capitulo se generaliza las condiciones de vida social y

económica que enmarca a estas familias de donde provenían los testadores, que

principalmente eran considerada parte de las elites locales. Este concepto de

elite será una constante a lo largo del trabajo, pues precisamente con esta

categoría se le conoce a las familias a las que pertenecen aquellas personas que

dejaron disposición testamentaria, pues hacer este documento presupone tener

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cierto caudal digno de ser procesado ante la oficialidad o tener conocimientos de

la importancia de tal acto. Las fuentes para este capitulo son nuevamente los

testamentos por ser testimonio directo, la documentación hemerografica y

bibliografía producida en Sinaloa sobre la historia regional. Es en este capitulo

donde se toma en cuenta las aportaciones de los historiadores que dedicaron

sus esfuerzos a Sinaloa, tratando de tomar sus contribuciones como datos de

partida para ir al siguiente nivel: estudiar lo íntimo.

Mientras que el tercer capitulo es una exposición del ideario católico con

respecto a la muerte, que principalmente fue heredado de la Iglesia Católica

Apostólica y Romana de tiempos coloniales, en el cual las políticas reales tenían

mucha influencia en el credo que terminaba llegando a las provincias americanas

y las disposiciones parroquiales. En gran medida es resultado de la herencia

colonial que siguió presente ya entrada la independencia nacional, siendo el

catolicismo por muchas décadas el ingrediente que servía de argamasa de la

sociedad. Este era un argumento efectivo para que en las primeras

constituciones nacionales el catolicismo siguiera siendo la religión aceptada

como única para México; y permitió resistir los embates del reformismo que

hablaba de la libertad de cultos. En fin, en ese tercer capitulo de lo que se trata

es de exponer las principales nociones que dictaba el catolicismo sobre la

muerte, ideas que influenciaron profundamente a la sociedad hasta sus fibras

mas sensibles, gracias al papel hegemónico que tuvo por varios siglos.

El capitulo cuarto expone la evolución del contenido de los testamentos

encontrados en Sinaloa, a partir del análisis de los elementos que constituyen los

el discurso testamentario donde fue posible localizar los ritmos propios que

siguieron tales a lo largo del siglo; siendo plenamente ubicada una ruptura en el

discurso testamentario que no necesariamente coincide tajantemente con los

cambios en las disposiciones legales al respecto. La secularización, entendida

como una separación de los asuntos del Estado y de la Iglesia no fue

necesariamente acatada en el discurso testamentario, si bien los elementos

religiosos fueron desapareciendo, estos tuvieron sus propios ritmos, diferentes al

tiempo de la Reforma juarista.

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En el quinto capitulo, y ultimo, es donde se ubica elementos íntimos y son

enlazados con la realidad de la cual parten, con esto me quiero referir a un

proceso de espiritualizar los bienes materiales y la significación que adquieren

en el trasfondo de la muerte. Esta económica espiritual, como es nombrada, va

modificando su ritmo conforme avanza el siglo XIX por la entrada de nuevos

imperativos que debilitan la intensidad de ideas sobre la muerte que tenían siglos

de expresión, pero se niegan a desaparecer, en ningún momento se pierden, si

no que son mudadas, silenciadas.

Imagen: Cruz con Flor marchita para dar Pésame. Tomado de El Domingo; Seminario Católico dedicado a la excelsa madre de los mexicanos María Santísima de Guadalupe. 29 de Junio de 1884. Tomo I. Núm. 26. P. 3. Durango. Biblioteca Central del Estado de Durango. México.

20

Capítulo I

Las familias de elite en Sinaloa durante el siglo XIX.

“Cuando las mujeres han logrado la fortuna de tener unos padres virtuosos

que les han inspirado sentimientos de honor y religión,

y después unos maridos juiciosos y prudentes que las saben conservar en ellos,

ordinariamente son felices y jamás son notadas de los defectos

de que se acusan al común de su sexo”

José J. Fernández de Lizardi 1

En este apartado es resaltada la familia como unidad domestica, tomando

en cuenta la bibliografía propia para definir el tema, mientras que para rastrear la

información para el caso de Sinaloa han sido usados los testamentos del siglo

XIX como fuente principal, siendo complementando con otras fuentes de diversa

naturaleza. De los testamentos se utiliza la información de identificación y

algunos datos extras redactados al momento de disponer de los bienes, de

forma tal que se encontraron referencias que nos permiten conocer la dinámica

de las familias de elite al interior de sus hogares.

Estos datos extra se tratan de las motivaciones mencionadas en los

testamentos para mejorar a ciertas personas con bienes materiales sin ser

necesariamente donativos, pues los donativos son por lo general otorgados con

finalidades espirituales que serán analizados en capítulos posteriores, por el

momento ponemos especial atención en aquellos gestos de generosidad hacia

una persona viva que son mencionadas con el rubro de mejoras. Esta figura

jurídica se refiere al aumento particular de bienes a una de las personas que ya

1 Jose J. Fernández de Lizardi. (1818) Fragmento de “La Quijotita y su prima”. Editores Mexicanos Unidos. 2001. Novela en la que se revisa la condición de mujer de su época tanto en lo individual como en lo colectivo; los temas tocados van desde el matrimonio, el desarrollo infantil, las labores del hogar, el adulterio, la religiosidad, las obligaciones sociales, entre otros.

21

ha sido beneficiada por derecho propio, era nada mas y nada menos que otorgar

una porción extra sobre lo ya heredado por razones personales que usualmente

eran expresadas en el contenido del testamento; son precisamente esas razones

para privilegiar a cierto heredero las que evidencian ciertos rasgos emotivos y

lazos significativos entre el testador y su mundo sensible en el siglo XIX; que

generalmente era depositado al interior de su hogar, ya sea a su familia directa o

en su defecto a amistades entrañables o trabajadores domésticos de su entera

confianza.

1.1. La familia para las ciencias sociales.

Antes de entrar en materia es necesario definir, de entre las principales

corrientes en los estudios de familia, la conceptualización que sean apropiadas

para el caso de Sinaloa del Siglo XIX.

Para empezar, la familia como objeto de estudio ha sido tema de

investigación principalmente por la sociología, después por otras ciencias

sociales: historia, antropología (que privilegia el tema del parentesco) psicología.,

economía, etc. Desde los inicios de la sociología como ciencia se ha ocupado de

este tema, mostrando una tendencia de desarrollo continua, en la cual sus

investigaciones parten de un momento en el que se conceptualizaba a la familia

como una institución social, pasando después a verla con enfoques grupales y

en la actualidad su estudio es bajo condiciones de una coexistencia de diversos

modelos teóricos, incluyendo una formula que integre diversos marcos

analíticos2.

Considero estos dos enfoques, el institucional y el grupal, como inicio

porque al explicarlos será un ejercicio de reflexión que dará luz sobre el resto del

trabajo, tanto en el aspecto conceptual como en el metodológico. Dicho de otra

manera, al explicar estos dos enfoques y enlazarlos con el Sinaloa del siglo XIX

otorgará una plataforma teórica a partir de la cual explicar los pasos a seguir en 2 Reina Fletas Ruiz. (2003) “El pensamiento sociológico sobre la familia, el parentesco y el matrimonio” En Ana Vera Estrada (Comp.). La familia y las ciencias sociales. Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello. Cuba.

22

la selección y uso de las fuentes para este capitulo. Tanto en la forma de abordar

la realidad del Sinaloa decimonónico como en las conclusiones finales sobre la

muerte será de importancia entender como es que la familia puede ser vista

como una institución y como un grupo.

En la mayoría de las ciencias sociales la familia es definida como una

unidad social básica de toda la estructura social, aunque en una misma oración

repita dos veces la palabra social no encuentro otra manera de explicar de forma

general. La familia para la mayoría de las ciencias sociales es la entidad más

elemental de la cual se desprenden otras formaciones culturales más complejas

de la sociedad moderna. En otras palabras es el embrión de toda forma de

asociación humana, es el entorno en el cual se genera la estructura y vida

emotiva de las personas.

Ver a la familia como una institución significa entenderla como una forma

de organización de las relaciones sociales, las cuales son necesariamente

subsistemas que se integran a una totalidad y se relaciona con un sistema más

amplio, que es la sociedad en general, y con la cual se establecen lazos de

interdependencia. Ninguna familia esta sola en la inmensidad social, siempre

esta adscrita a un sistema mayor como el ser de cierta ciudad, formar parte de

ciertos constructos sociales, de cierta religión y cierta base de pensamientos; la

explicación sobre la familia, su funcionamiento, definición, expansión y vida

intima dependerá de la relación que mantenga con la sociedad en general.

Una vez aceptada esta conceptualización de la familia enfocándola como

una institución, que se integra a una sociedad más amplia, es que podemos

echar un vistazo a lo que podría ser una propuesta metodológica. Si para

entender el desarrollo familiar debemos conocer el vínculo que tiene la familia

con la sociedad en general, entonces es interesante para este fin buscar los

factores externos: económicos, políticos, jurídicos, demográficos, urbanísticos,

morales, la relación entre producción y reproducción humana, etc. De forma tal

que para comprender a la familia se debe entender el orden familiar como una

estructura cuya integración depende de los movimientos económicos generales

23

de su región y país; de la reglamentación jurídica y moral; del desarrollo en los

medios habitacionales y urbanísticos en la población donde radique, entre otros

factores que están en constante vínculo con la unidad familiar. Es pues que dar

un vistazo a los factores externos es útil, pero sin dejar de vista la

correspondencia con la vida diaria familia; en otras palabras se busca los

efectos, de por ejemplo, indicadores económicos en el mercado nacional con la

cotidianidad de la familia.

Es por ello que al entender a la familia como una institución, la cual es

susceptible de ser estudiada a partir de las estructuras sociales más amplias,

que se puede aplicar un modelo conceptual y teórico posiblemente útil para

Sinaloa del siglo XIX. Un ejemplo de ello en forma muy especifica, es que se

puede conocer a la familia sinaloense a partir de las regulaciones civiles de cada

momento, que adaptadas a partir de las constituciones generales para la nación

o reino en cada caso, significan puertas de entrada puntos clave para la familia.

Tal como la edad de matrimonio, responsabilidades familiares, libertad de

elección en diversos momentos de la vida, etc. Pues las regulaciones civiles,

prohibiciones y libertades obedecen a tendencias humanas palpables, en otras

palabras cada condicionamiento civil esta dado por alguna trasgresión inherente

a la condición humana, si algo es prohibido es porque ha pasado en la realidad y

resulto ser un evento condenable para la sociedad en general.3

Mientras que interpretar a la familia bajo un enfoque grupal4 presupone

considerarla como un grupo con raíz sociológica siendo un sistema pequeño de

relaciones intergrupales, íntimas y afectivas. En los estudios de sociología que

se guían bajo este enfoque la familia es definida como un conglomerado

relativamente pequeño, que posee cierta independencia en su desarrollo con

respecto a los demás grupos. No se niega que haya relación con el resto de la

sociedad, lo que sucede es que para efectos de su estudio se aíslan algunas

3 Michael Foucault (2001). Vigilar y castigar. Siglo XIX editores.31a. edición. 4 Fleitas Ruiz. Op. Cit. (2003)

24

variables y se considera la observación al interior del grupo como vía posible de

acceso a información.

Reconoce que la estructura más elemental no esta en la familia o en la

sociedad, si no en la interacción individual e incluso en fenómenos cognoscitivos

como la percepción, motivaciones, capacidad de juicio individual, etc. Y es por

esta importancia a los factores individuales e incluso a fenómenos cognoscitivos

(percepción, motivaciones, capacidad de juicio individual, etc.) es que

comúnmente se le conoce a esta interpretación como psicosocial.

Para la metodología de este tipo de estudios se buscan técnicas que

permitan localizar indicadores de la constitución interna de la familia, tal como: la

comunicación grupal, conflictos de roles, pertenencia, socialización disfuncional,

metas, disfunciones internas más variadas, etc5.

El parentesco es otro concepto que suele acompañar a la explicación

sobre las diversas formas de familias, matrimonios y sus dinámicas de

interacción entre los estudios de historia6. Este término es principalmente

empleado por la antropología, y se refiere al vínculo de consanguineidad y de

afinidad que une a una persona con los miembros de su grupo familiar. En un

sentido estrecho implicaría relación biológica (padres-hijos-abuelos) excluyendo

el nexo político creado con el matrimonio (yerno-nuera-cuñado), incluso el nexo

creado por convenciones religiosas, que sin ser parte estricta de la familia forma

parte de la vida cotidiana (compadrazgo). Es por eso que en un sentido más

general se entiende al parentesco “como producto de relaciones sociales

históricamente condicionadas y por lo tanto, como expresión de la cultura”7.

Para identificar como se vive el parentesco en cada sociedad se puede

optar por estudiar convenciones y practicas, teniendo en cuenta que varían de

5 Ibid. 6 Vera Estrada Ana (2003). “El qué, cómo y el para qué de la historia de la familia”. En Ana Vera Estrada (comp.) La familia y las ciencias sociales. Centro de Investigación y desarrollo de la cultura cubana Juan Marinello. Cuba. 7 Ibid.

25

acuerdo a la sociedad que trate y también al nivel de desarrollo socioeconómico

alcanzado por esa sociedad.

Con respecto a las personas que se unen en matrimonio hay dos

posturas: por un lado Ana Vera Estrada8 considera que estas personas no se

deben incluir en el parentesco y su vínculo sería más bien de “afinidad”, o como

comúnmente se les llama “parientes políticos”; mientras que para Pastor Ramos

estas personas ya son parientes al momento de casarse9. Esto es porque

considera que hay parentesco biológico (basado en las condiciones necesarias

para formar y desarrollar nuevos seres) y parentesco sociológico; este último

apela a la idea de que la denominación de pariente también es una creación

extrabiologica o cultural inventada por la sociedad para regular

convenientemente el funcionamiento de la vida colectiva10, por lo tanto una

persona unida a otra por vínculo matrimonial se convierte en pariente de la

familia del nuevo cónyuge por convención social: basta con que las normas

sociales comiencen a tratarlo como pariente para que este se integre.

A pesar de esta diferencia hay puntos en común entre ambos textos sobre

el parentesco. Para ambos la base del parentesco es la vinculación

consanguínea, en sentido literal esto integra a quienes tienen una relación

biológica, genética; además de esto, aunado a la consideración biológica, hay

que considerar que el parentesco, tal como se había comentado párrafos atrás,

es producto de relaciones sociales históricamente condicionadas, donde hay

prácticas que varían de acuerdo a convenciones sociales y nivel de desarrollo

económico alcanzado en tal sociedad. Al final, el parentesco estaría en función

de la cultura de cada sociedad.

8 Ana Vera Estrada (2003). El qué, el cómo y el para qué de la historia de la familia. En Vera Estrada (comp.) “La familia y las ciencias sociales”. Ed. Centro de investigación y desarrollo de la cultura cubana Juan Marinello. 9 Gerardo Pastor Ramos. (1988). Sociología de la familia. Ediciones Sígueme. España. 10 Ibid.

26

1.2. Los rostros de la elite: recorrido teórico.

Una vez comentado el concepto de familia, quedando una idea sobre el marco

conceptual y metodológico a emplear con respecto a ella sigue la cuestión sobre

el tipo de familia en la que se ha puesto el interés: la familia de elite.

Sobre el particular es pertinente preguntarse ¿Cuáles son los rasgos

distintivos que nos permiten identificar que tal o cual persona forman parte de

una elite? ¿Qué estrategias se pueden seguir para localizar a los grupos de elite

en Sinaloa del siglo XIX?, ¿Se trata de revisar la cantidad de recursos

monetarios? Si esto es así entonces es fácil determinar quien es quien con

inventarios Post Mortem tal como se ha hecho en otros trabajos, construidos

mediante la realización de un testamento y el subsiguiente reparto de bienes

entre los herederos o bien producto de una unión matrimonial que permite unir

bienes ya como pareja o familia,11 pero hay otros factores que se escapan al

simple hecho de amasar fortuna. Esta acción no es condición única para ser

llamado alguien de elite. Cabe preguntarse ¿Qué otro elemento es necesario

considerar?, propongo sea el estilo de vida, hábitos de consumo, y

principalmente su significación.

Esta afirmación será justificada en el desarrollo de este apartado, para ello

se hará un recorrido por las teorías de elites, siguiendo el orden de estas ideas

que dejé planteadas en el párrafo anterior con preguntas retóricas, para señalar

que ese último elemento propuesto a considerar no es un desatino, sino algo con

posibilidad de ser examinado con ayuda de las ciencias sociales.

Lo más básico es partir de la noción de elite que es esbozada en la mayor

parte de los trabajos, casi me atrevo a apostarle que el primer libro que localice

en su biblioteca mas cercana que contenga en el título la palabra “elite” hará

referencia a esta como: un grupo pequeño, bastante unido con una presupuesta

autoconciencia. Y para no errar he revisado un libro al azar, fácil de ubicar en

11 Un ejemplo de lo anterior puede encontrarse en Rodríguez Vázquez Antonio L., (1995). Ricos y Pobres; Propiedad y vida privada en la Sevilla del siglo XVI. Ayuntamiento de Sevilla.

27

cualquier biblioteca universitaria: “Los laberintos del poder; el reclutamiento de

las élites políticas en México 1900 - 1971”12, la interesante temática y contenido

del libro es punto y aparte, lo que en este momento señalo es la noción de elite

que este estudio maneja, siendo tal la de un grupo minoritario, altamente

cohesionado, con cualidades superiores y autoridad mayor respecto al común de

la gente. La idea básica que domina en estos estudios y otros tantos13 es que un

miembro de elite es aquella persona que posee capital, fuertes lazos al interior

de su grupo y goza del desigualmente distribuido poder.

Visto ese punto de partida práctico comencemos el recorrido teórico con el

autor más reconocido entre los estudios históricos revisados, -digamos que si

fuera documental sería el de mayor “rating”-, se trata de el sociólogo Wright

Mills14, con su “teoría elitista”. En su obra se explica que las grandes masas de la

población americana están dominadas por un reducido número de gente que

configuran la elite de poder en la sociedad: los propietarios y managers de las

grandes corporaciones, los políticos y los altos mandos militares. Estos tres

grupos confluyen conjuntamente en las altas esferas de sus respectivas

pirámides institucionales formando una elite de poder con múltiples lazos e

interconexiones entre sus miembros que incluye cierto grado de “celebridad”15.

Esta unidad de la élite de poder se apoya, según Mills, no sólo en las

coincidencias estructurales de las posiciones de mando y de sus respectivos

intereses objetivos, sino también en la acción directa que unos y otros llevan a

cabo para coordinar sus actuaciones conjuntas, al igual que en toda la red de

relaciones sociales que mantienen entre sí los miembros de cada uno de los

12 Peter Smith. (1981). Los laberintos del poder; el reclutamiento de las clases políticas. 1900 – 1971. Colegio de México. México. 13Arturo Carrillo Rojas. (2000). La política de las elites; Sinaloa 1877 – 1909”. Universidad Autónoma de Sinaloa. México. Tesis de doctorado en Ciencias Sociales. [inédita]. Félix Brito Rodríguez. (1996). La elite política en Sinaloa durante: 1877 – 1909. La articulación entre el parentesco y la política. Universidad Autónoma de Sinaloa. México. Tesis de Maestría en Historia. [Inédita] 14 Wright Mills Charles. (1987). La elite del poder. Fondo de Cultura Económica. 15 Termino usado por Mills (Op. Cit) como una expresión de reconocimiento de los grupos de elite ante el resto de la sociedad.

28

sectores de la elite (idénticos orígenes sociales, relaciones familiares y

personales, intercambio de individuos de las posiciones de un sector a otro, etc.)

Con Mills, no se habla de una clase de los mejores, ni tampoco de los

elegidos; el elemento determinante es la estructura donde las personas se

encuentran. Como tesis, la elite del poder no era novedosa, pero los aportes de

este sociólogo están en caracterizar al poder como algo relacional dentro de una

estructura social, a través de las altas posiciones y abandonar así la línea de las

biografías como base para el estudio de las minorías.

Básicamente se trata de mirar a la sociedad como una estructura donde

las decisiones claves recaen entre los hombres de alta jerarquía dedicados a la

política, negocios y la milicia. Estas personas constituyen un grupo eslabonado

que sostiene una compacta y poderosa elite. Aquí lo importante no es

preguntarse ¿quién eres? ¿cuánto tienes? si no más bien ¿en dónde estás y con

quién te relacionas?

Una segunda postura con respecto a las elites sería la de Vilfredo

Pareto16, quien en uno de los trabajos sociológicos hace interesantes incursiones

en la historia17. Para empezar él conceptualiza a la sociedad como un sistema de

partes que están en interacción para producir cierto equilibrio social, tal como él

lo llama.

Su clasificación va mas allá de una oposición entre clase gobernante y no

gobernante, o ricos y pobres; se trata de tomar en cuenta factores económicos,

políticos y culturales que obran en la vida de un grupo social para que algunos

de sus integrantes desarrollen cierta conformación intelectual y psicológica.

16 Es famoso por su observación de que en Alemania el 20% de la población poseía el 80% de la propiedad; posteriormente Joseph Juran y otros populizarían como el Principio de Pareto. Otro término derivado de su trabajo intelectual sería el Índice de Pareto, que es la medida de desigualdad de la distribución del ingreso. 17 Vilfredo Pareto. (1916). The mind and society, S.E.

29

La distinción básica que hace es entre la elite de los leones y la elite de

zorros18. Los primeros son aquellos hombres que perciben ingresos fijos, son

idealistas, conservadores y burocráticos; mientras que los zorros son aquellos

hombres que persiguen siempre mayores beneficios materiales, son

calculadores y con gusto por correr riesgos para apoderarse de bienes.

Sostiene que las dos elites tienen una función social diferente: los zorros

promueven cambios y los leones los resisten. Ambas funciones son necesarias

para mantener un equilibrio, si uno de los dos dominara nos encontraríamos con

una sociedad en caos o estancada. Cabe aclarar que las elites persiguen sus

propios intereses y no aspiran al equilibrio social, pero el equilibrio social se da

como resultado de la interacción de ambas. Es decir, cada grupo tiene objetivos

conscientes que afectan a la sociedad, pero ninguno de los dos grupos tiene

conciencia de sus funciones sociales.

Sobre la dinámica de estas elites Pareto considera que existe cierto

movimiento o circulación a lo largo del tiempo y que este fenómeno tiene varios

mecanismos que da por resultado la sustitución de individuos dentro de los

propios integrantes de la elite.

Es entonces, considerando la lógica de intencionalidad de las acciones y

conformación psicológica, podemos señalar que si queremos aceptar que

alguien pertenece a una elite no es determinante solo preguntarse ¿con quién se

relacionan? -como sería en la teoría de la elite de Mills- si no que además debe

agregarse la pregunta ¿cómo juegan su papel dentro de su grupo?, ¿qué

hacen?, ¿invierten en negocios o resguardan un lugar dentro de la burocracia?

En caso de ambas, ¿cuál de las dos actividades es más sobresaliente su

desempeño?

Siendo esto comentado entramos al asunto de la intencionalidad del

sujeto cuando realiza alguna acción. Es decir lo que una presunta persona de

elite pretende conscientemente hacer y eventualmente lo que esto significa. Para

18 Expresiones que tomo de Maquiavelo para referirse a grupos militares, políticos y económicos.

30

explicar esto revisemos las interesantes ideas de Thorstein Veblen19 sobre la

elite vista desde un punto de vista antropológico.

Este autor emprendió investigaciones sobre el estilo de vida y hábitos de

consumo de la sociedad de Estados Unidos a fines del siglo XIX, en plena edad

de expansión dorada del capitalismo norteamericano. Para Veblen los grupos de

elite siempre han existido en el marco de sociedades donde la propiedad privada

existe. La gente adinerada sería un espécimen antropológico, cuya conducta

resulta interesante y más visible que el resto de la sociedad por la posesión de

dinero y propiedades.

Dicho con un ejemplo: Poco o nada diferencia los despliegues de

consumo de la actual familia millonaria Hilton, Bill Gates (o más atrás y local

como los Almada, De la Vega entre otros) con respecto a un cacique papú en

una tribu alejada de la occidentalización. Los atuendos, festividades, ritos y

artefactos de los primeros son más complejos, pero eso no significa que su móvil

sea distinto de algún modo con respecto al de sus equivalentes “bárbaros”. Lo

que hay de similar es el esfuerzo por establecer precedencia para sí mismos y el

afán por el resultante reconocimiento y aplauso, que terminan siendo señaladas

como tendencias humanas universales.

Una vez identificada esta propiedad inmutable básica en las ideas de

Veblen es necesario explicar también la idea de llamar a la elite como “la clase

ociosa”. Para Veblen la distinción entre un grupo de elite y el resto de las

personas es a partir de la división del trabajo, esta separación sería en función

de labores dignas, que pueden ser clasificadas como hazañas, y las labores

indignas, como las ocupaciones de la vida cotidiana en las que no entra ningún

elemento apreciable de proeza. Los conceptos de dignidad, valor y honor

aplicados a las personas o a las conductas tienen una importancia de primer

orden en el desarrollo de las clases y las distinciones de clase.

19 Thorstein Veblen. (2005). Teoría de la clase ociosa. Fondo de Cultura Económica. tercera reimpresión.

31

Entre los grupos de elite se practican las actividades que al momento

dado de la cultura sea valorado como de alta dignidad. ¿Cuáles serán las

actividades dignas? Son aquellas que según el grado de desarrollo de la cultura

posean características que se reconocen como sobresalientes y decisivas de

una serie de actividades. Por ejemplo la figura de caballero medieval incluye la

de guerrero en las cruzadas y ser buen cristiano, mientras en otros momentos el

tener un título universitario como médico resulta de honorabilidad. Contrario a

profesiones y actividades dejadas para las personas que no son de elite, como el

pastoreo de ganado, empleado farmacéutico o cualquier ramo de servicio al

público.

Hay por tanto una evolución entre lo que se considera actividad digna y

actividad de poca valía. Las características que se reconocen como

sobresalientes y decisivas de una serie de actividades o de una clase social en

un estadio de la cultura no conservarán la misma importancia relativa para los

propósitos de la clasificación en ningún estadio subsiguiente.

Otro elemento en Veblen que podemos traer a este recorrido (y creo es el

que más debe ser resaltado por lo relacionado que estará con este trabajo) es la

fortuna económica como una puerta de entrada al consumo de objetos que se

pueden considerar como capital simbólico. Con esto hago referencia a la

adquisición de objetos que no tienen una relación directa con el consumo

indispensable para la vida diaria pero cubren necesidades espirituales y

estéticas. Es precisamente este gasto que se torna excesivo ante algunos, es

reinterpretado como un consumo suntuario producto de la ideología y las

necesidades de las personas de elite. Esto quiere decir que al consumir, este

estrato social busca enviar un mensaje al resto de la sociedad, el hacerla

partícipe o testigo de que su estilo de vida no sólo es una decisión de tipo

personal para alcanzar cierto confort sino que se busca “testimoniar” su

ostentación no simplemente como una postura hipócrita sino para ganar

aceptación y reconocimiento. Es decir, la autorepresentación de su estilo de vida

público, puesto en franca exposición o exhibición, trasmite una serie de

32

“sensaciones” tendiente a configurar un “modelo humano” como paradigma de

conducta.20 La realidad social radica precisamente en el rango y el prestigio que

concedía al hombre su propia sociedad. Dicho en palabras de Norbert Elias,

donde la fundamentación de la existencia social sobre la base de oportunidades

monetarias y los rasgos individuales, la estimación y el respeto con los demás

hombres que se relaciona desempeña siempre un papel más o menos

importante, pues les brinda honor y etiqueta, es decir es una oportunidad de

adquirir cotización social y prestigio, lo que significa una modalidad de ostentar

poder.21

Entonces en Veblen encontramos que la pregunta central para distinguir a

alguien de elite sería el cuestionarse no solamente por su profesión, si no que

tipo de hábitos de consumo tiene, que significación adquieren sus actividades y

como se inserta su mundo laboral con respecto a su tiempo y cultura, así como

las imágenes que proyecta hacia el resto de la sociedad mediante un esquema

de manifestaciones públicas articulado mediante formas exteriores donde

etiqueta, protocolo y la vida disipada conectada al ocio articulan un discurso

complejo y rico de significados que expresaba el modelo de vida de [elite], su

ideario de conducta22, dotado de gran simbolismo.

Realizado este breve recorrido entre Mills, Pareto y Veblen podemos

rematar con ideas más afinadas sobre la elite, agregando elementos que

configuren a este grupo en una dimensión más justa y no solamente como

amasadores de dinero con una serié de compadres igualmente ambiciosos. Las

personas del grupo de elite establecen identidades y conductas configuradas a

partir de sus relaciones sociales.

En conclusión, y barajando más con mayor precisión, el señalamiento de

Mills sobre la estructura interrelacionada en las grandes capas norteamericanas 20 Rodríguez Vázquez Antonio L., (1995). Ricos y Pobres; Propiedad y vida privada en la Sevilla del siglo XVI. Ayuntamiento de Sevilla. España. p. 87. 21 Elias Norbert (1996). La sociedad cortesana. México. Fondo de Cultura Económica. p. 128-136. 22 Adolfo Carrasco Martínez (2000) Sangre, honor y privilegio. La nobleza española bajo los Asturias. Ariel. España. p. 80.

33

nos puede dar cuenta de esa posibilidad en las relaciones sociales. El sistema

de Pareto, su equilibrio social y la circulación de elites concuerda con una elite

cambiante, que posee una ideología trabajada en su identidad y acciones. Otro

elemento a integrar es su concepción es que a través del tiempo los grupos de

elite no perduran, tienden a degenerarse y eventualmente a ser sustituidos. Esto

ultimo nos puede enseñar cierta luz sobre la gama de familias Sinaloenses que

entró al cuadro de honor durante el siglo XIX y explicar porque otras dejaron de

brillar, “No hay mal que dure cien años ni familia de elite que lo aguante”

aplicado en algunos casos.

En tanto que en Veblen encontramos que el gasto y amasamiento de

dinero tienen una función y es reconfigurado estas nociones con una dimensión

más precisa. Sus hábitos de consumo no son anécdotas lúdicas para ejemplificar

el prolífero engrandecimiento del Estado, hay en todo esto elementos que

revelan la ideología y necesidades creadas (status, dignidad, valoración social,

etc.) entre las personas de los grupos de elite.

Como podemos ver, un viaje entre la utilización de los conceptos ayuda a

entender las características que incluyen hablar de elite. Pero, prosigamos con

estos referentes conceptuales e historiográficos.

Uno de los estudios en historia que han utilizado estas

conceptualizaciones, mas no necesariamente los mismos autores, sería el de

Jacques Le Goff con “La bolsa y la vida”23. El tema central es sobre el usurero

medieval, los prestamos con intereses a en plazos de tiempo y el pecado que es

visto sobre esta actividad, pues el tiempo es algo gratuito otorgado por Dios y los

préstamos a interés están vedados a una comunidad supuestamente fraternal.

En suma, al momento de morir un usurero debería ir al infierno según el

cristianismo, pero la teología medieval salva al usurero del infierno al inventar el

purgatorio. De manera que el usurero alcanza así un doble beneficio: hace

23 Jacques Le Goff. (1999). La bolsa y la vida; economía y religión en la Edad Media. Ed. Gedisa. Segunda reimpresión. México.

34

engordar la bolsa de dinero pero sin perder la vida eterna; objetivo tal que hace

juego con el titulo del libro.

El libro en general no posee referencias explicitas a cierta teoría

empleada, sin embargo es posible entender que las nociones económicas, como

la equivalente a acumulación de capital monetario por parte de usureros y

clientes potenciales tiene una estrecha vinculación con la ideología, prácticas y

costumbres medievales. Además podemos hacer notar que mucho del juego de

palabras y figuras, tal como la aplicación del estereotipo de usurero pecador,

víctima cristiana, es derivada de la construcción de identidades al interior de la

sociedad medieval.

1.3. Definiendo la familia sinaloense del siglo XIX.

Tal como hemos visto es posible tomar en cuenta varias acepciones de

familia, mientras que en algunos estudios sociales (de corte histórico,

sociológico, psicológico, entre otros) se habla de la familia como el grupo

integrado por todas aquellas personas que comparten un parentesco derivado

del compartir un apellido en común y antepasados, pero que no necesariamente

hay un lazo de cierta intimidad cotidiana; en otros estudios lo que se hace es

hablar de la familia delimitada en función de la estructura nuclear (padre-madre-

hijos), siendo estas dos acepciones las más comunes.

Sin embargo para estudiar la realidad del siglo XIX en Sinaloa ninguna de

las dos acepciones anteriores tomada de forma pura y por si sola resulta ser la

más útil si se considera que la familia que convive en la cotidianidad sinaloense

del siglo XIX esta integrada por varias generaciones que viven bajo un mismo

techo (abuelos -padres-hijos-ahijados-cuñados); incluso en algunos casos es

integrada ala vida cotidiana, mas no a la red familiar, los trabajadores

domésticos (fieles capataces, administradores, niñeras, chichihuas24, etc). Estos

tienen, solo en algunos casos, papeles importantes en el mundo sensible de la 24 Empleadas que se encargan de dar alimentación de pecho a los bebes de la familia por la cual fue contratada. La diferencia con la niñera es que solo se encarga del bebe los primeros meses de vida y la niñera lo educa en la infancia.

35

familia decimonónica, pero no se integran a la red de la familia para la vida

pública, negocios ni adquieren sus apellidos.

Es entonces que para el caso de Sinaloa del siglo XIX optaré por hablar

de familia haciendo referencia a este concepto en el sentido de unidad

domestica, siendo esta conceptualización empleada para enriquecer y al mismo

tiempo hacer especificaciones en el concepto que como hemos visto puede ser

muy amplio. Lo que se estaría trabajando sería un enfoque mixto entre los dos

grandes grupos de acepciones que se han empleado en las ciencias sociales

(institucional y grupal). Siendo más concreta, el sentido que se le dará a la

familia incluye las ideas ya revisadas hasta el momento, siendo agregada esta

especificación en la que se tomará en cuenta a la familia como una unidad

domestica que habita en un hogar, que usualmente comparte apellidos en

común y lazos emotivos; que además mantiene redes con otros grupos sociales

y se enlaza a otras familias para conformar grandes bloques familiares que

llamaremos redes de familia.

Es a partir del testamento que la visión de esa familia esta dada en

función del patriarca o matriarca que hereda a las personas que tiene bajo su

cuidado en línea descendiente (hijos-ahijados) y laterales (hermanos,

ocasionalmente cuñados, compadres y amigos fuera del hogar). Estas unidades

domesticas están constituidas de manera diferente acorde con los imperativos

culturales y económicos que pueden ser muy diferentes en una misma época en

lugares distintos con poca o nula relación.

Conocer la estructura de estas familias y las redes permite entender sus

dinámicas, siendo una de ellas sus actitudes ante la muerte, que es lo que nos

interesan en este trabajo, en especial las disposiciones testamentarias de los

integrantes de familias; y no cualquier familia, si no aquellas que en su dinámica

de vida toman decisiones acertadas en sus negocios, manejan sus relaciones,

crean nuevas necesidades culturales (status, dignidad, prestigio, etc), tienen

gastos suntuosos en referencia a cultura, posibilidades económicas y a su

momento histórico. Son estas las que principalmente dejaban tales

36

disposiciones notariales como preparativo para su muerte, lo cual es el objeto de

este trabajo.

1.4. Los hijos y la casa.

Estas familias notables del siglo XIX en Sinaloa tenían entre cinco y

quince hijos, tendencia que es sostenida en todo el siglo. En cambio, donde si

hay variaciones es en la cantidad de hijos que han fallecido y son declarados en

testamentos, principalmente entre los años de 1872-78 (falleciendo el 61.11% de

los hijos); en 1884 (falleciendo el 33.33% de los hijos) y 1889-99 (falleciendo el

40% de los hijos mencionados en testamentos durante estos años) 25.

Lo interesante es que esta tendencia corresponda a las epidemias y no a

los momentos en los que la historiografía mexicana y la sinaloense señala de

tensiones militares (independencia-intervención extranjera - guerra de reforma);

esto nos indica que entre los hijos de las familias de elite, que eran las que

dejaban disposición testamentaria, no era común participar activamente en

movimientos militares y en cambio estaban susceptibles a padecer

enfermedades comunes, ya sea porque había contacto constante con el resto de

la sociedad o simple y llanamente, tal como sucedió en Europa central durante el

siglo XII: las enfermedades, como la peste negra, no respeta a nadie.

En los años previos a estos señalados como de alta mortandad, nos

podríamos remitir a la idea de que había buen nivel de salud entre estas familias,

o si somos pesimistas podríamos sospechar que habría hijos fallecidos que no

eran mencionados para evitar que al momento de la partición de bienes se

considerará la parte de los hijos fallecidos para ser dividida y su uso entrara a

debate por parte de los jueces o entre los coherederos sobrevivientes.

25 Dato tomado a partir de la revisión de 70 Testamentos del siglo XIX, Archivo General de Notarias del Estado de Sinaloa.

37

Volviendo a la composición del hogar, la cantidad de hijos señalada

concuerda con una de los indicaciones hechas en estudio de Anne Kuznesof

sobre la composición del hogar y su relación con los cambios de producción en

Sao Paulo, entre el siglo XVIII y XIX. En tal trabajo es señalado que la familia

extendida no era tan usual en los siglos pasados como en algún momento se

pensó, salvo entre ricos y poderosos26. Siendo común en áreas urbanas que tres

generaciones familiares compartieran una unidad habitacional, que podía ser

fraccionada en función de la cantidad de hijos de la segunda generación27. Así

al momento de fallecer la figura principal de la primera generación, dueño(a) de

al finca, los herederos que no sentían afinidad con la familia podían tomar su

parte y hacer una entrada a la calle de forma tal que diera cierta independencia

con respecto al resto de los hermanos y sobrinos.

Todo esto sucedía entre las familias notables en Sinaloa, por ejemplo, en

el testamento de Josefa Sarmiento, prominente dama de El Fuerte menciona lo

siguiente:

“…es mi voluntad legar, como en efecto lego al referido hijo D.

Jesús una pieza del frente de la plaza de la citada Casa de mi

habitación, que hace esquina con la parte de la Casa de los

Señores Figueroa… Compadecida natural y materialmente del

estado de orfandad en que por mi fallecimiento debe guardar mi

hija D. Clara tengo a bien legar… todas mis alhajas…; así mismo

una pieza del frente de la plaza de la indicada casa de mi

habitación que hace esquina por la parte de la casa de arcos…”28

Por estos años El Fuerte era uno de los centros urbanos más importantes

de Sinaloa, donde vivían las prominentes familias Sarmiento y De la Vega, con

quien Josefa emparento por vía matrimonial. Eso seguramente sirvió para 26 Anne Kuznesof Elizabeth. Household Composition and Headship as Related to Changes in Mode of Production: Sao Paulo 1765 to 1836. CSSH núm. 22. 1980 27 Esta afirmación considerando las disposiciones de distribución en casa habitación entre los descendientes heredados. 28 AGNES. Juzgado de Primera Instancia de El Fuerte. 1851. Foja 85. Testamento de Josefa Sarmiento.

38

remediar el hecho de que Josefa haya sido hija natural del Señor Presbítero

José Ramón Sarmiento, cura de la Parroquia local y de Doña Camila

Bustamante. Parece curioso encontrar este tipo de información rebelada entre

los datos de identificación de la testadora, sin embargo, si atendemos las

características espirituales de los testamentos indianos29, que en capítulos más

adelante serán comentadas, podemos entender que este hecho puede obedecer

al uso del documento para el descargo de conciencia final y declaratoria de su

procedencia; o simplemente se trata de un hecho visto con naturalidad como

verdad ya conocida de dicha persona y que formaba parte de la identificación de

Josefa Sarmiento en particular.

Volviendo al estudio de las familias en el siglo XIX, entre los nombres más

usados para nombrar a los hijos por aquellos que han testado fue el de José

(4.86%), Jesús (2.99%), Francisco (2.24%), Manuel (2.62%) e Ignacio (1.87%);

para el caso de los hijos varones; mientras que para las hijas los más elegidos

fueron el de María (5.99%), Carmen (1.87%), Agustina (1.49%), Josefa (1.12%) y

Gertrudis (1.12%), siendo extendido el uso del nombre María antes de cualquier

nombre femenino. El resto de los nombres son diversos y se repiten cuando

mucho una sola vez. Hasta en la elección de los nombres podemos ver palpable

la presencia del catolicismo en la región.

En todo momento del siglo XIX se localiza la tendencia de nombrar a uno

de los hijos con el mismo nombre que el padre, compartiendo así apellidos y

primer nombre. Lo que evoluciono es el hecho de que en las primeras seis

décadas se elegía al hijo mayor para llevar el nombre del padre; después se

encuentra en mayor incidencia el elegir al menor para esto, tendencia que hoy

en día ha sido modificada en Sinaloa, siendo el hijo mayor quien repite el nombre

de su padre. Lo interesante es que en el trascurso del siglo XIX no se

29 María Isabel Seoane (1985) “Sentido espiritual del testamento Indiano”. Fundación para la educación, la ciencia y la cultura. Argentina; Y Tao Anzoástegui Víctor (1982) “Esquema histórico del derecho sucesorio; del Medievo castellano al siglo XIX”. Ediciones Macchi. Segunda Edición. Argentina.

39

encontraron principios de esta práctica actual, por lo que se puede sospechar

que inicio en algún momento dado del siglo XX siendo traída de otra región.

Los nombres de la madre no son comunes de repetirse en las hijas,

mientras que el de la abuela paterna si podía ser dado a una de las hijas

acompañado de otro nombre como: María, siendo escaso el “…de Jesús” que

es común en otras regiones. Esta tendencia de nombrar a una de las hijas con

el nombre de la abuela no es abundante, pero es tiene presencia en lugar de

nombrar a la hija con el mismo que la madre.

1.5. Educando a los descendientes: entre las virtuosas señoritas y los

varones de provecho.

En casi todos los testamentos se mencionaba, como motivo para testar, el

“evitar pleitos” entre los descendientes; esto después de expresar ampliamente

sus convicciones religiosas y sus motivaciones espirituales; sin embargo había

ocasiones en los que era importante hacer mayor hincapié en la importancia de

evitar discusiones entre los hermanos, cualidad que seguramente era buscada

diligentemente por las madres de estas familias acomodadas:

“Podrá por bien ser, que las cuentas en que comenta mi

haber no están tan claras y precisas, que no puedan dar a lugar a

algún equivoco, pero yo espero de las buenas máximas que

expreso. He procurado inculcar a mis hijos, que esto no sea motivo

nunca de disgusto y ratos de discordia entre ellos. Yo se los

encargo, yo se los exijo como madre, se los pido y se los ruego; y

bajo co[…] al sepulcro creyendo que no serán desobedientes e

ingratos a mi voluntad, todo mi amor hacia ellos…”30

30 AGNES. 1851. El Fuerte. Juzgado Primero de Instancia. Foja 85. Testamento de Josefa Sarmiento.

40

Expresando el deseo, como buena madre virtuosa del siglo XIX, que el

amor fraternal inculcado triunfe sobre posibles discordias que deriven en

escarnio público: “Ojalá y el acuerdo entre ellos sea tan perfecto, que todo

termine fraternal y amigablemente, sin que Juez alguno tenga que intervenir en

este negocio”31

Otra obligación de la madre hacia los hijos era la educación diferencial

entre varones y mujeres; siendo valorado que las hijas tuvieran una figura

femenina superior a la cual admirar y sean respetables ante la sociedad, de

forma tal que si la madre fallecía se hacia mención de alguna señora respetable

a la cual dejaba en poder y cargo de las hijas menores de edad y aún solteras32.

Estas señoras tenían la obligación de cuidar, educar e infundir las máximas de la

religión, moralidad y otras obligaciones que eran consideradas propias a su

sexo, de forma tal que era incluida la gama de actividades a trasmitir para que a

su vez estas hijas posibles huérfanas aprendieran los oficios de buenas madres.

En ocasiones estas señoras eran buscadas fuera del círculo familiar

inmediato, pues la idea central era la preservación de las cualidades femeninas

de las pequeñas mas que un apego a la familia, esta afirmación la hago a partir

de lo dispuesto en el testamento de Josefa Arrieta de Tirado, quien otorga el

cuidado de sus dos hijas a dos señoras diferentes que se encuentran en puntos

urbanos distintos al de su habitación.33 La Señora Arrieta declara abiertamente

que toma esta opción fuera de la familia al considerar que los únicos que podrían

hacerse cargo de sus hijas al interior de su casa serían los abuelos paternos,

pero son una opción que no toma argumentando que estos tienen avanzada

edad y además gran número de familia a la cual cuidar.

En el caso de la educación para los hijos varones en el testamento de

Josefa Sarmiento, la siempre iluminadora en estas cuestiones domesticas,

manifiesta las cualidades de su hijo Jesús: 31 Ibid. 32 AGNES. El Fuerte. 1847. Escribano Pedro Pablo Peláez. Foja 63. Pagina 10. Testamento de Josefa Arrieta de Tirado. 33 AGNES. Mazatlán. 1847. Foja 63. Pagina 10. Testamento de Josefa Arrieta de Tirado.

41

“Atendiendo el celo, actividad y esmero con que ha llevado y

lleva el peso de todos los negocios de la Casa mi hijo Don Jesús

desde antes y después del fallecimiento de mi predio. Finado

Esposo, es mi voluntad legar….”34

Son esas tres palabras iníciales mencionadas las que revelan las

cualidades para los hijos varones que una madre de familia de elite sinaloense

podría reconocer como admirables en él. Un joven de familia de elite debía ser

trabajador, diligente para atender los asuntos de la Casa que su padre ha

delegado y sobre todo saber afrontar los retos del negocio familiar.

1.6. Velando por el hijo diferente.

Las cualidades deseables para ambos sexos han sido mencionadas, pero

¿Qué sucedía cuando por cuestiones físicas los hijos no pudieran valerse por sí

mismos para desarrollarlas? Este es el caso de aquellos con alguna

discapacidad, que para la cuestión de la que hablamos solo se mencionan

algunos casos, siendo notable que haya mayor incidencia de referencia de hijos

discapacitados que a los fallecidos. Esto nos haría señalar que era más probable

entre las familias de elite en la primera mitad del siglo XIX que haya un hijo con

discapacidad que un hijo fallecido.

Para dar un nombre a la discapacidad se hacia referencia a la demencia,

siendo esta una palabra para englobar varios tipos de disfunciones mentales y

físicas que actualmente conocemos con varios nombres.

En estos casos lo que se hacia era mejorar las herencias de estos hijos,

es decir, otorgar la parte que les corresponde como a todos los hijos, pero se

dejaba una cantidad extra. Para que esto tuviera efecto se hacia nombramiento

de curadores para administrar estos bienes y otra persona, o la misma, era

nombrada tutor de este hijo con demencia. En el caso del testamento de Ysidora 34 AGNES. El Fuerte. 1851. Foja 85. Testamento de Josefa Sarmiento.

42

Ravago, madre de dos gobernadores del Estado y también dos hijos con

demencia, la opción tomada es dejar como tutor de su hijo Fernando al cuidado

de uno de sus hijos políticos Don Agustín Martínez de Castro y para la segunda

hija con estado de demencia, llamada Trinidad, nombra a su otra hija Jesús.35

1.7. Redes de apoyo entre las mujeres de la familia.

Atendiendo lo que hasta aquí hemos visto, podemos afirmar que las

madres redactando testamentos son un punto de entrada interesante a la

sensibilidad de los habitantes de Sinaloa durante el siglo XIX. Es ahí donde

demuestran el cuidado especial que hacen tanto por los bienes materiales como

por el futuro de los hijos, resaltando particular atención en las hijas

argumentando la debilidad de su sexo. Esto es interesante en tanto que los

padres de familia que testan no redactan tales previsiones y no hacen

diferencias marcadas entre los hijos en función del sexo. Cosa más interesante

aún, pues esto podría ser la punta de lanza que manifieste redes de apoyo entre

mujeres al interior de los hogares; a partir de esto podríamos tener evidencias

que nos hagan sospechar una vida cotidiana de complicidad entre las mujeres

de una misma casa e incluso con las damas de otros lugares. La confianza

apoyada en otras damas de diferente familia es manifestado en la entrega de los

posibles huérfanos y las peticiones solicitadas sobre el esmero en la educación

propia que debe aleccionar para la edificación de las señoritas, sobre todo para

asuntos de su formación espiritual.

Las mujeres del siglo XIX en Sinaloa no eran para nada estériles en

cuestiones de productiva económica, ellas también cooperaban para sacar

adelante a la familia, apoyándose entre ellas y sirviendo como punto importante

de estrategias comerciales. Por ejemplo en Mazatlán, que era una sociedad con

mayor dinamismo, más práctica en comparación a otros puntos, encontramos el

35 AGNES. Culiacán. 1840. Juzgado de primera Instancia de Primera Instancia. Foja 146. Testamento de Ysidora Ravago.

43

caso de María Antonia Oballes36, quien en 1864 dicta en su testamento lo

interesante que puede ser la vida de una mujer activa, que hoy llamarían más

bien emprendedora y moderna. Pero no es justo dar adjetivos que no existían

para la época, seguramente en su mundo ella era una mujer diligente, entendida

en el crecimiento de su familia y sus negocios, con una vida inclusive poco

comprendida y que apoyándose con las integrantes de su propia familia pudo

salir adelante.

Pero vamos en detalle, para empezar ella se casa con Don Agustín

Arenas, ninguno de los dos aportó recursos monetarios ni bien alguno al

matrimonio; solo dos hijas naturales cortesía de María Antonia, de padre no

mencionado, podrían ser hijas del propio Agustín Arenas, sin embargo son

mencionadas las dos hijas naturales con el apellido de la madre. En el

matrimonio Arenas Oballe procrean 4 hijos legítimos. Para el momento que

María Antonia dicta su testamento ella ha pasado varios años de viudez sin

hacer referencia de cuantos, pero lo que si hace constar es que los bienes que

poseen fueron obtenidos a base del trabajo realizado por ella, en compañía de

una de sus hijas legitimas y dos nietas. De forma tal que sus bienes los divide

entre las dos nietas que tanto ayudaron. Lo que hereda a uno de sus

descendientes varones es simplemente una deuda contraída por uno de sus

nietos de la cual ella fue aval; esa misma deuda solicita sea pagada por ese

nieto.

En general la figura de la mujer es la más limitada socialmente hablando,

pero, ya para concluir este punto, es la que presenta mayor profundidad en los

rasgos espirituales y el cuidado por la familia: incluso de la familia ausente.

Veamos el testamento de Doña Ascensión Pérez de Mendoza, esposa de Don

Francisco Peiro Gramón:

36 AGNES. Mazatlán. 1864. Notario Juan Maria Yturrios. Foja 6. Testamento de María Antonia Oballes.

44

“… [lego] 2000 pesos a favor del Convento de San Francisco

de esta ciudad para las animas benditas del purgatorio, de

preferencia para la de mis padres, Esposo y demás…”37

¿Qué mas ausencia que la muerte y el purgatorio? Este tipo de

disposiciones económicas para un fin espiritual será tema de comentarios más

detallado en otros apartados, por el momento lo interesante es el cuidado puesto

en la familia ausente; por supuesto es necesario revelar que su esposo Don

Francisco Peiro y Gramón también solicita 300 misas para el mismo fin y dirigida

al perdón de la anima de sus Padres y su Esposa38. Por lo tanto el cuidado por la

familia ausente no es un rasgo privativo a la feminidad del siglo XIX, mas

adelante veremos pruebas que muestran que no necesariamente esto es

preocupación femenina por la familia ausente, si no que este tipo de rasgos

revela todo un imaginario sobre el purgatorio y el perdón de pecados.

1. 8. Ideas románticas previas al matrimonio.

La vida de una familia inicia con el matrimonio entre dos personas, que se

supone por mutuo acuerdo unen sus vidas para formar una familia independiente

a las familias de origen. Para el Sinaloa del siglo XIX esta concepción del

matrimonio no necesariamente podía ser la única, aunque para la elite y las

señoritas letradas de bien seguramente ese “mutuo acuerdo” era un ideal que

inspiraba románticas ideaciones. Para prueba esta la nota publicada en el diario

local, sobre la novela “María”, la cual tiene como eje central el amor entre dos

jóvenes entre las dinámicas de una familia acomodada.

“Jorge Isaacs, el poeta colombiano autor de María, ese libro

que hanleído todas las niñas enamoradas, hace cuatro años que

37 Biblioteca de la Universidad Panamericana. Fondo Histórico de la Familia Peiro. 1820. Doc. 340 CAFP. Testamento de Doña Ascensión Pérez de Mendoza 38 Biblioteca de la Universidad Panamericana. Fondo Histórico de la Familia Peiro. 1818. Doc. 339. Testamento de Don Francisco Peiro y Gramón.

45

era sumamente pobre. Pero ahora cuenta con un capital que no

baja de $200,000, no ganados por cierto con su libro, si no con

unas hulleras que descubrió en Santa María y la cuales tiene en

explotación”39.

El género de la novela ha llamado la atención en estudios históricos, este

no se emplea como una fuente de datos susceptibles de dar razón de la realidad

en la que fue escrita, es decir, no se toman de ella informes ni tiene una función

comprobatoria la realidad descrita y las situaciones. Lo útil en la lectura de este

tipo de novelas es que las situaciones ficticias en ella descritas guardan la

estructura de los deseos del público, mediados por el autor. Sobretodo en las

obras que fueron éxito entre los lectores podemos encontrar más descriptores

sobre la estructura de pensamiento de esos lectores que del mismo autor. Es

decir, lo que llama la atención de las novelas es el apasionamiento que el público

vuelca en el ella, el cual habla del mundo imaginario y sentido de los mismos.

En el caso de la novela “María” hay una sobrevaloración de motivación

personal y la disposición de amar. Los personajes principales son jóvenes que

siendo separados en la pubertad vuelven a encontrarse en la casa paterna,

donde ambos compartieron la infancia y una familia que los crió casi como

hermanos; a pesar de que María, la protagonista, era huérfana recogida por la

familia y el protagonista, Efraín, es el hijo mayor de la casa y futuro heredero de

las propiedades. El drama comienza cuando la joven es diagnosticada con

epilepsia, un mal incurable que se teme la llevará a la muerte y son las

emociones fuertes lo que la podrían trastornar hasta ese desenlace. En todo

momento la familia hace advertencias sobre el estado de salud, pero el joven se

obstina en seguir a su enamorada y casarse con ella llegado el momento sin

importar que podría quedar viudo en poco tiempo; siendo esta determinación

alabada por los padres pero contrariada en los hechos. Efraín es enviado a

estudiar, por segunda vez, a Europa mientras se complica la salud de María, y

39 Centro Regional de Documentación Histórica y Científica de la Universidad Autónoma de Sinaloa. “El Correo de la Tarde”. 2 de Mayo de 1891. Vol. IV. Núm. 1784. p. 2

46

como casi toda novela romántica el desenlace es una muerte y el protagonista

visitando la tumba de su enamorada.

En este momento no interesa tanto procurar analogías entre una María

vivida en Colombia y una señorita sinaloense de mas o menos lo mismos años.

Ni tampoco distinguir encuadres históricos y buscar la ficción que suene

agradable; si no más bien, tal como se ha hecho en otros estudios de este tipo,

poner atención a esos grandes temas focales que impactaron en el imaginario

local y dan cuenta de una sensibilidad40.

Este tipo de fuentes literarias han sido foco de atención por

reformulaciones que se han producido en los últimos años en el campo de la

historia de las ideas; tanto la escuela de mentalidades francesa como la historia

intelectual desarrollada en Estados Unidos, quienes han abierto la gama de

nuevas fuentes posibles; donde consideran desde las tradiciones populares, la

literatura de ficción y la iconografía para investigar sobre la sensibilidad y

pensamiento del pasado.

Es pues que nos podríamos cuestionar, si en un ambiente de constante

evolución social como lo que es hoy Sinaloa del siglo XIX41 ¿Es posible que este

tipo de historias como la de “María” existiera en las familias de elite? Si el

periodico local hace notar que a las señoritas de ese momento había interés por

este tipo de dramas al menos nos hacen señalar que en el imaginario este era el

tipo de historia romántica con la que se soñaban vivir; ¿será posible que el

enamorarse y casarse con alguien cercano a lo largo de la vida sea un hecho

idealizado? Es entonces que no hay un tiempo de noviazgo como el que ahora

conocemos, si no una infancia compartida, vínculos de familiaridad y un posterior

compromiso en edad considerada adecuada por los padres.

40 Laura Malosetti Costa (1998) “Rapto de cautivas blancas; Un aspecto erótico de la barbarie en la plástica rioplatense del siglo XIX” Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Buenos Aires. Serie Hipótesis y discusiones. 2da. Edición. Argentina. 41 Aspecto que será descrito en el siguiente capitulo.

47

Dejando aun lado las preguntas, es interesante contrastar este tipo de

dudas con ciertas situaciones cotidianas documentadas por un viajero que visitó

Sinaloa en la tercera década del siglo XIX, esto será comentado a continuación.

1.9. Redes familiares.

Gracias a los escritos del Coronel Bourne42 tenemos ciertas impresiones de la

vida para las familias de elite en la primera veintena del siglo XIX, quien fue un

viajero ingles que paso por Sinaloa. Se dedicó a tomar algunas notas que fueron

publicadas por el diplomático, también Ingles, Henry G. Ward.

Ambos corresponden a una oleada de viajeros del extranjero que visitaron

el país con finalidades diplomáticas, de asentamiento o de placer. Se cuenta con

el registro de sus relatos43 donde comentan algunas descripciones urbanas,

paisajistas y relatos sobre las prácticas de los habitantes.

Explica El coronel Bourne que conoció tres o cuatro familias de Culiacán

que ensalzaban la antigüedad de sus apellidos: los Espinoza de los Monteros,

los Vega, los Rojo y los Martínez. Incluso ante esta consideración de la calidad

de sus apellidos tenían cierto temor de mezclar su sangre con otras familias,

siendo señalado por este visitante que cuatro hijos de los Martínez se casaron

con cuatro hermanos Vega y la hija más joven estaba esperando a otro Vega

que aún era joven para casarse44.

42 Escrito de Herny G. Ward, México en 1827. Fondo de Cultura Economía (Biblioteca Americana), México, (1981). Traducción de Ricardo Haas, Ver Coronel Bourne. Tomado de Castro Osuna Carlos, Cuevas Arámburo Mario. (1996). Sinaloa visto por los extranjeros: Siglo XIX (1824 – 1866). En Revista Clío. UAS. Vol. 4, Núm. 17. 43 Carlos Castro Osuna, Mario Cuevas Arámburo. (1998). “Mazatlán en 1838. Los mazatlecos vistos por un austriaco: Isidore Lôwenstern”. En Revista Clío. UAS. Vol. 6, núm. 23/24; Carlos Castro Osuna, Mario Cuevas Arámburo. (1996). “Sinaloa visto por los extranjeros: Siglo XIX (1824 – 1866)”. En Revista Clío. UAS. Vol. 4, Núm. 17; y de los mismos autores (2002). “Juego, pasión y muerte en Cósala, Sinaloa, a mediados del siglo XIX. La visión de un Francés: Paul Duplessis”. En Revista Clío. UAS. Vol. I. Núm. 28. 44 El mismo Coronel Bourne describe la población culiacanense como muy orgullosa, simpática, con tendencias a mostrar la ultima moda mexicana, afición por la música y el baile; seguramente hacia referencia a las familias de elite que podían ostentar tales vestidos.

48

Resulta interesante el señalar que en caso de ampliar tales lazos

matrimoniales podrían redimensionar la influencia política de la red familiar, era

una posibilidad de traer fuerza física de jóvenes a la familia con diferentes

profesiones: soldados, médicos, ingenieros hijos de otras familias afines.

Además de la posibilidad de atraer el capital financiero de empresarios

comerciales y la cooperación o al menos neutralidad de una red familiar de otra

ciudad rival. En especifico, por mencionar un ejemplo y continuando con el dado

por el Coronel Bourne: La red de los Vega tenía lazos familiares con notables de

las familias Martínez de Castro, Verdugo y algunas comunidades del centro y

norte de Sinaloa45; sin embargo es señalado que optaron tener numerosas

conexiones con menos familias siendo esto señal de que tal vez eran exigentes

en su selección. Situación que no fue favorable en la década de la Guerra de

Reforma y durante la Intervención Francesa que es cuando las circunstancias

cambiaron de forma tal que se enfrentaron a familias y clientes resentidos de su

exclusión.

Fotografía de Rafael J. Almada y Rafaela Almada el día de su boda en el año de 1885.

Fuente: Nuevo Museo-Mirador de El Fuerte de Montesclaros, Sinaloa.

45 Como es el caso del parentesco que la Familia de la Vega guarda con el gobernador Placido Vega, originario del El Fuerte, quien es reconocido como integrante de una rama ilegitima de la Familia de La Vega asentada en Culiacán.

49

Los personajes de la fotografía eran habitantes de El Fuerte

pertenecientes a la familia Almada, una de las más importantes de la región, el

grado de parentesco entre estos cónyuges es desconocido. El entrelazamiento

matrimonial selectivo entre algunas familias no solo sucedía en Culiacán; como

podemos ver en El Fuerte también se práctica esta selección de los candidatos

al matrimonio entre un número reducido de familias.

Aparte del miedo de mezclar la sangre, también se puede hacer un

análisis en el sentido económico, donde podríamos sostener la afirmación de

que estas eran estrategias matrimoniales con motivaciones económicas; tal vez

sugeridas por los padres.

En suma es posible sospechar que se manipulaban ciertas estrategias

matrimoniales como mecanismo a través del cual las familias notables se

relacionaban con otras y establecían vínculos duraderos, de tal forma que

creaban una red, donde a su vez había una jerarquía de poder.46 Siendo hasta

después del segundo tercio del siglo XIX que los notables encontraron más

ventajoso los casamientos fuera de la red establecida entre las mismas familias.

Sin embargo, ¿Cómo podríamos asegurar que el elegir cónyuge era

solamente una estrategia económica tan planeada?. Contrastemos por un

momento con otra posibilidad: que el círculo de amistades era reducido, en

ciertas décadas no había movilidad social entre las familias de elite de diferentes

ciudades ¿no es lógico pensar que los jóvenes se enamoraban de aquellos con

quienes mas convivían? Aunque fueran criados en un ambiente de fraternidad

¿no resulta probable que terminen enamorándose después de asistir juntos a la

iglesia, compartir juegos, fiestas familiares, paseos, educación, entre otras

actividades cotidianas por tantos años?. Para el segundo tercio del siglo XIX

hubo mayor apertura a los extranjeros y al contacto con el resto de la nación,

¿no sería lógico pensar que esa apertura sea la causa de que los jóvenes

tendieran a crear vínculos de nuevo tipo de vínculos con una gama más amplia

46 Stuart F. Voss, Diana Balmori y Miles Wortman. (1990). Las Alianzas de familias y la formación del país en América Latina”. Fondo de Cultura Económica. México.

50

de personas? En caso de que esto sea así, ahí quedaría explicado el porque

hasta ese momento, el segundo tercio del siglo, los descendientes de notables

comenzaron a casarse también fuera de la red establecida.

1.10. Edad para contraer matrimonio.

En los testamentos hay pocas referencias sobre las edades de los cónyuges,

mucho menos la edad en la que hicieron la unión. Este dato solo es importante y

es declarado cuando se trata de un cónyuge menor de edad que requiere de

medidas especiales ante la muerte del testador para cuidar sus bienes. La edad

señalada en cuatro testamentos es la de 14 años para el caso de la Esposa,

localizados entre 1840-1880 por lo que pareciera casos aislados a razón de un

matrimonio donde la joven se case a los 14 años una vez por década.

Sin embargo, la posibilidad de matrimonio a la edad de 14 años no era tan

extraña considerando dos pistas: tanto en el código civil vigente para 188447,

como en las cartas del Obispo Ballesteros de 184148 encontramos referencias a

prohibiciones con respecto a la minoría de edad; siendo señalados por ambos 14

años para los varones y 12 para las mujeres. Si seguimos con la lógica de que lo

que se regula y lo que se prohíbe es porque se ha presentado con cierta

47 “Ley que se adopta en el Estado los códigos civil y de procedimientos civiles expedidos para el distrito Federal y Territorio de Baja California en 31 de Marzo de 1884”. Aceptado y adaptado para el Estado de Sinaloa en la siguiente publicación: “Ley que se adopta en el Estado los códigos civil y de procedimientos civiles expedidos para el distrito Federal y Territorio de Baja California en 31 de Marzo y 15 de Mayo de 1884, y que señala el día en que han de comenzar a regir”. Culiacán. Tip. De Retes y Diaz, Calle Rosales, Núm. 122. Año 1892. 48 Lázaro De la Garza y Ballesteros. (1851) Varias cartas sobre diversas materias que el Ilmo. Sr. Dr. D. Lázaro de la Garza y Ballesteros, Arzobispo de México, siendo Obispo de Sonora dirigió al clero de aquella Diócesis y hoy dedica a la Iglesia Mexicana. Imprenta de la voz de la Religión. Calle San Agustín número 11. En una de estas cartas el tema central es el bautizo y matrimonio, son enumerados los requisitos que deben atender. Para el matrimonio la mayoría son sobre el inicio de los tramites en la parroquia donde habiten los contrayentes, que es advertido que de no atenderlos se presentaran mayores dificultades y malas consecuencias para las contrayentes a lo largo de su vida matrimonial. Lo interesante de esta carta es que esta fechada el 11 de Marzo de 1841 en Culiacán, lo cual aporta un referente concreto del lugar y momento en el que el Obispo escribió estas epístolas dirigidas a los curas y demás eclesiásticos de la mitra de Sonora, que comprendía en ese momento el actual Sinaloa.

51

regularidad, podríamos sospechar que el inicio de la edad en la que se podía

contraer matrimonio era precisamente esa: entre los 12 y los 14 según el sexo

del contrayente, claro que no habría en ese caso una distinción entre las clases

sociales de elite y popular, pues es una norma general para ambos. Lo que

podría señalar simplemente es que había casos con relativo uso común que las

personas contraían matrimonio a partir de los 14 años para varones y 12 años

para las mujeres.

Por supuesto estos eran notados como casos especiales, pues la libertad

para contraer matrimonio por mera voluntad se consideraba a partir de los 25

años para los hombres y 21 para las mujeres. Cualquier soltero menor de 25

años y 21 para las damas necesitaba presentar una licencia de parte del padre o

la figura que hoy conocemos como tutor (madre, abuelo paterno, materno, etc).

Es pues que entre los 14 y los 25 años un varón podía contraer

matrimonio con una joven de entre 12 y 21 años siempre y cuando ambos

contaran con una licencia. Tal como es citado por el Obispo Ballesteros, esta

medida esta tomada a partir de la cédula de 10 de Abril de 1803, cuya

observancia es general para toda la República en ese entonces49.

Dicho sea de paso, en el mismo documento se señala que desde 183750,

en caso de que los padres no autorizarán el matrimonio, los señores prefectos

tenían autoridad para que pudieran suplir el consentimiento paterno en caso de

que consideren irracional la negativa de los mismos. Con esto podemos

sospechar que la posibilidad de casarse en los rangos de edad mencionados era

una opción aceptable siempre y cuando hubiera justificantes que se

considerarán razonables.

49 Ibid. Los argumentos de esta carta están sacados de las leyes y cánones vigentes para el momento con el fin de dar una norma a seguir y “uniformar la disciplina en toda la mitra”. Por lo que a lo largo del documento son citados acuerdos y normas desde el siglo XVIII con vigencia para el orden eclesiástico, aunque correspondan a disposiciones hechas en el tiempo del Imperio Español. Pues recordemos que son dos ordenes diferentes y responden a regulaciones independientes. 50 Ibid.

52

Para no hablar de sospechas a partir de normar, si queremos hablar de

matrimonios en la primera mitad del siglo XIX es necesario remitirse a fuentes

eclesiásticas, sin embargo no se cuenta con registros amplios sobre las edades

de matrimonio para la primera mitad del siglo XIX, pues la instancia que

documentaba los matrimonios no siempre considero este un dato importante y

además para el caso de Sinaloa no es sencillo localizar la secuencia completa

de estos registros eclesiásticos dado los cambios que se hacían de la sede del

obispados, donde sería posible en estos días encontrar los archivos que guarden

estos documentos.

Para la segunda mitad del siglo XIX es posible investigar las tendencias

sobre el matrimonio gracias a la introducción del registro civil como instancia que

avale las uniones matrimoniales. Un estudio sobre el impacto que tuvo este acto

del asistir al registro civil en la sociedad es el de Margarita Armenta Pico, quien

tomo una década interesante de Mazatlán para el siglo XIX, ella analiza las

tendencias en el matrimonio y una de estas es sobre la edad de las personas

que solicitaban los primeros tramites para avalar el matrimonio. De ahí saca la

siguiente grafica en la que demuestra que la posibilidad del matrimonio para las

mujeres empezaba desde los trece años, siendo mayor la cantidad de jóvenes

que se casaban a los 17 y comúnmente se casaban hasta antes de los 40 años.

A partir de los 40 años eran escasas las mujeres que seguían casándose, pero

lo hacían por segunda ocasión.

53

Edades de los contrayentes de 1861-1870

Fuente: Libros de matrimonio civil 1861-1870.51

Es pues, que a partir de esta gráfica podemos afirmar que entre 1861-

1870 la mayoría de las mujeres se casaban entre los 17 y los 27 años; en tanto

que los hombres lo hacían entre los 21 y los 34 años. El hecho de que las

mujeres se casaban a menor edad que los hombres, en cuanto alcanzan la

adolescencia, es explicado por Margarita Armenta como una muestra más de la

educación de la mujer para el matrimonio.

En casi todo el trabajo citado no hay una visión de clase económica,

Armenta se refiere a la sociedad en general y que hayan asistido al registro civil,

asi que no refleja la tendencia de la clase de elite. Sin embargo hay un caso

comentado ahí mismo que me parece reflejaría la naturaleza del matrimonio

hasta ahora comentado:

Se trata de una dispensa52 solicitada en 1869 por Moisés Howell de 36

años, edad apropiada y perfectamente normal para casarse en esos años. El

51 Armenta Pico Margarita L. (2006). Matrimonios en Mazatlán: una mirada socio demográfica (1860-1870). Universidad Autónoma de Sinaloa. México. Tesis de Maestría en Historia. [inédita] 52 Las dispensas son una petición de acelerar el tramite, en este caso matrimonial, pues había una presentación que se hacia ante el juez, quien tomaba los datos de los pretendientes,

54

declaro ser originario de Nueva York y ser propietario, lo cual es una profesión y

origen común cuando hablamos de elite decimonónica de Sinaloa. El pretendía

casarse con su sobrina Mariana Howell, de 15 años de edad, quien era hija

natural de su hermano Jorge Howell y de Juana Rodríguez; casarse con una

sobrina no suena tan alarmante como ahora si se considera lo que antes ha sido

comentado sobre las redes familiares. La joven había nacido en Tepic, ciudad al

sur de Sinaloa que ahora es la capital del Estado de Nayarit, tenia dos años de

haberse mudado a Mazatlán, tal vez esta mudanza tenia algo que ver con el

hecho de que había ella enviudado hace 3 años de Faustino Siqueros53.

De lo que estamos hablando es de una joven que a los 12 años ya estaba

casada por primera vez, que enviuda y para los 15 años de edad esta en la

posibilidad de casarse nuevamente con alguien cercano a su familia. Una familia

que no era nada desprotegida económicamente en Mazatlán, pues

probablemente era la misma familia de donde venia Alfredo Howell, conocido en

el puerto por haber sido director y socio de la Fabrica “La Bahía” y fundador de la

compañía de gas que daba luz a las calles mazatlecas.54

Pero por favor, suplico no se entienda que entre las familias de elite era

practicado el incesto, antes bien eran relaciones de consanguinidad examinadas

por la Iglesia y el Estado para que estas no estuvieran demasiado cerca. Había

ciertos elementos que hacían imposible que una unión se llevara a cabo ante

estas dos instancias. Por un lado la iglesia rechaza aquellos contrayentes que

hayan hecho el “voto simple de religión o de castidad; la afinidad ilícitamente

contraída, el impedimento de crimen y la consanguinidad”55.

publicaba los mismos y se esperaban dos semanas para que la sociedad pudiera denunciar si alguno de los contrayentes tenían algún impedimento para realizar el enlace. En caso de que no hubiera ningún impedimento se proseguía con el tramite de matrimonio. Pedir una dispensa es solicitar que esas dos semanas sean omitidas, las causas eran examinadas caso por caso y autorizadas por las autoridades locales. 53 Ibid. 54 Ibid. 55 Ballesteros Op. Cit.

55

Mientras que el código civil en el artículo 159 enumera los impedimentos

para celebrar el contrato de matrimonio, entre ellos esta el inciso IV niega el

matrimonio cuando haya:

“…parentesco de consanguinidad legítimo o natural, sin

limitación de grado en la línea recta ascendente y descendente. En

la línea colateral igual, el impedimento se extiende de a los

hermanos y medios hermanos. En la misma línea colateral

desigual, el impedimento se extiende solamente a los tíos y

sobrinas, y al contrario, siempre que estén en el tercer grado y no

hayan obtenido dispensa. La computación de estos grados se hará

en los términos prevenidos en el capitulo II de este titulo56”

En caso de presentarse casos donde uno de estos impedimentos se

presente serán valorados por el juez y advierte en el mismo código que solo son

dispensables con los trámites correspondientes que uno de los pretendientes a

matrimonio le falte edad y el parentesco de consanguinidad en la línea colateral

desigual. Por lo tanto un tío y una sobrina se podían casar siempre y cuando el

caso sea valorado por un juez y hayan obtenido una dispensa.

1.11. La economía del matrimonio; cuidados familiares y aportaciones

monetarias.

Y ya que hablamos de trámites, vallamos a otra cuestión interesante entre las

familias de elite. Este es el papel que la mujer podría jugar ante la posibilidad del

matrimonio y su relación con la preservación de bienes. Lo cual podemos ubicar

en las disposiciones legales de sus padres en testamentos. Es una tendencia

común en el siglo XIX que las herencias a sobrinas y hermanas se otorgaban

56 Código civil. Op. Cit.

56

con la condicionante de que permanezcan solteras, y en todo caso, que gozarán

de dicha herencia hasta el momento de casarse57.

Esta es evidentemente una disposición para asegurar que los bienes

permanecerán dentro de la familia y que en caso de casarse la heredera no

traspase estos bienes a la cuanta común con el nuevo cónyuge sin que el padre

pudiera asesorar tal acción. Más interesante aún es la preferencia por hacer

mejoras a las herederas del sexo femenino, tendencia que se va marcando

conforme avanza el siglo XIX.

Pero ya que esta visto el matrimonio y que se ha determinado que la

señorita habrá de casarse, se hacían disposiciones para que llegara al

matrimonio con cierto caudal para aportar al nuevo hogar, de igual forma los

varones, pero la hay ciertos elementos de diferencia en este punto que tiene

diferentes matices a lo largo del siglo XIX.

En los testamentos también se dejaba constado esos bienes que cada

cónyuge introducía al matrimonio; esto era una manera de separar los caudales

ganados antes y después de esposarse con alguien y hacer constar los

derechos que el cónyuge que quedará vivo tuviera sobre la parte del fallecido.

Pues no en todos los casos se nombraba como heredero universal al cónyuge, si

no que gozaba de cierta parte y la mayor de estas era otorgada, por lo general a

uno de los hijos o a todos en misma proporción.

A través de la mención de caudal introducido al matrimonio podemos

estudiar la responsabilidad que cada contrayente podía tener ante la

manutención del nuevo hogar y el papel que su familia nuclear de origen

otorgaba al contrayente ante el compromiso nupcial.

En la mayor parte del siglo XIX la igualdad económica de bienes

aportados al matrimonio era constante, con algunos casos excepcionales donde

la familia de uno de los futuros contrayentes aportaba mayor cantidad. Pero es 57 Tendencia encontrada en el análisis de 80 testamentos de habitantes sinaloenses entre 1818- 1899. Archivo General de Notarias del Estado de Sinaloa.

57

una tendencia superior que se intenten nivelar en la igualdad ambas familias y

cada contrayente aporte casi la misma cantidad. Por ejemplo Francisco Gramón

y Peiro58 aporta exactamente los mismos bienes que su segunda esposa Doña

María Ascensión Pérez de Mendoza59; de igual forma Don Santanna Lizarraga60,

casado con Doña Gertrudis López, elaboró su testamento en 1840, no precisa el

año de su matrimonio, pero para el momento de testar ya tiene doce hijos con

Doña Gertrudis y fueron casados legítimamente por la iglesia, por lo que se

puede presumir que su enlace matrimonial 1828 si es que tuvieron un hijo por

año. Como sea lo que si podemos constar es que dicha boda fue realizada en

las primeras cuatro décadas del siglo XIX y los contrayentes aportaron la misma

cantidad de bienes materiales: 50 reses de fierro y tres caballos. En ese

momento se consideraba en buena estima poseer ganado caballar y vacuno, de

forma tal que eran una inversión estable, al igual que los bienes inmuebles.

En 1869 aún era una tendencia dominante la igualdad de bienes

aportados, pero es en este año donde encontramos un testamento donde esa

igualdad se ve despuntada por aportaciones mas detalladas de parte de la

mujer, acto que no es privativo a este testamento, pues se ve en otros más, pero

por la importancia del testador y lo gráfico de la característica a resaltar es que

se hace mención en especial de este testamento. Se trata de la disposición

dictada por Don Francisco Camilo Orrantia61, quien al momento de contraer

nupcias con Antonia Sarmiento, el aporta a ese matrimonio 11,000 pesos, casa

habitación y efectos de comercio; mientras que su esposa trajo al matrimonio

una casa con una huerta y cuatro platos hechos de plata en tamaño común en

esta clase de útiles. La cantidad de bienes aportada por Don Francisco C.

Orrantia puede considerarse superior, pero es curioso que los efectos de

comercio no se especifique más allá sobre ellos, mientras que sobre los platos 58 Biblioteca de la Universidad Panamericana. Fondo Histórico de la Familia Peiro. 1818. Doc. 339. Testamento de Don Francisco Peiro y Gramón. 59 Biblioteca de la Universidad Panamericana. Fondo Histórico de la Familia Peiro. 1820. Doc. 340 CAFP. Testamento de Doña Ascensión Pérez de Mendoza 60 AGNES. 1840. Juzgado de Primera Instancia de Culiacán. Foja 223. Testamento de Don Santana Lizárraga. 61 AGNES. Juzgado de Primera Instancia de El Fuerte. 1869. Foja 174. Testamento de Don Francisco Camilo Orrantia.

58

se mencione el material y el tamaño. Esto habla del valor que estos tenían como

únicos y especiales para la herencia, la mujer entonces es quien hacía

aportaciones en alhajas, enceres domésticos de alto valor y vestidos finos. Estos

son detallados e incluso heredados con especial cuidado a que quedarán para

las hijas y nietas.

Son artículos suntuosos que para las familias de elite tenían especial

valor, mas allá del valor monetario, pues como vimos los efectos de comercio

que siendo costosos no eran especificados, pero los artículos suntuosos de la

casa y de uso para el adorno femenino si eran considerados con ciertas

especificaciones.

En el testamento de Don Basilio Aviña62, dictado en 1883, es la esposa de

este quien trae mayor cantidad de bienes al matrimonio, pero estos son

seccionados. Es decir, son propiedades que sus padres heredaron a todos sus

hermanos y ella, gozando solamente de fracciones de casas, terrenos y huertas.

Aunque ella este aportando más bienes de forma cualitativa, a la hora de hacer

cuentas nada de ello es enteramente suyo, pues tiene que compartir la casa

habitación con el resto de sus hermanos. De nuevo tenemos aquí la estructura

que delimita la vida domestica diaria, tal como al principio de este capitulo fue

comentada.

Lo que podemos concluir preliminarmente es que había cierta igualdad

entre las familias que entregaban hijos al matrimonio, pero era la mujer la que

llegaba a este compromiso con partes de la herencia de sus padres, que eran

derechos sobre propiedades, ganado, artículos de lujo para la casa y algunas

alhajas; mientras que la familia del esposo otorgaba para el matrimonio de su

hijo casas habitación completas, ganado, artículos de comercio y terrenos. Es

pues que podemos afirmar que en el siglo XIX las aportaciones previas al

matrimonio tendían a la igualdad entre los sexos, y mas importante aún, entre las

familias de los padres.

62 AGNES. Culiacán. 1883. Notario Lic. Domingo Uriarte. Foja 56, Escritura 19. Testamento de Basilio Aviña.

59

Analizando lo que en especie aportaba cada contrayente podemos

separar y sostener que la mayor aportación monetaria la presentaba el varón,

mientras que la aportación al matrimonio por parte de la mujer tenia mayor valor

suntuario, dicho de paso sentimental si se quiere llamar a si a los vasos de plata

y alhajas familiares.

Esta situación, de introducir bienes al matrimonio, era una oportunidad

para las familias de elite para dar constancia de su posición al no entregar a sus

hijos desvalidos ante los nuevos vínculos familiares que se forman, o que en

todo caso se consolidan, pues tal vez había antes otras ramas familiares que se

emparentaban y un nuevo matrimonio consolidaba aún mas las redes familiares.

1.12. El día de la boda.

Pero el momento de afirmar la posición de la familia por excelencia es en el día

de la boda, por fin hemos llegado a ese punto, después de pasar por las ideas

románticas previas al cortejo, seleccionar al cónyuge y disponer los bienes que

serán entregados por la familia para iniciar el matrimonio. Es momento en que

las familias notables de Sinaloa tenían oportunidad de demostrarse a si mismas

y a los demás el cariño y los buenos deseos a los pretendientes a través de

gestos ostentosos que tanto esperan nuestra imaginación.

Esta ostentación ya existía en algunas iglesias, por lo que solo había que

hacer algunos arreglos para el momento especial; tal como sucedía en Cósala.

En tal lugar se comenta que la iglesia contaba con cuatro campanas muy finas

por su aleación de metales preciosos, tres de ellas actualmente se encuentran

desaparecidas sin conocerse su destino, quedando solamente una de ellas

teniéndose como año de su fundición el de 1821, evidenciado así la bonanza del

lugar y el interés de sus habitantes por engalanar la iglesia.

Se dice que en esta iglesia se llevó a cabo la boda de la hija de Don

Francisco Iriarte Conde alrededor del año de 1827 donde se cuenta que fue

dispuesto un camino de barras de plata de la casa del padre de la novia a la

60

puerta del la iglesia. Estos relatos son muy frecuentes en todo el siglo XIX, como

aquel que cuenta a finales del siglo que en las fechas que se caso la hija de

Estanislao González en El Fuerte “se tendieron desde su casa hasta la iglesia,

que estaba próxima, no solo alfombras persas si no hasta barras de plata, para

que pasará la pareja”63

Caso similar sucede con la familia fundada por el Español Don Francisco

Peyró y Gramón, quienes en sus primeras décadas de vida familiar en Sinaloa, a

finales del siglo XVIII, tienen el reconocimiento como practicantes de una fé

religiosa digna de recordarse y el evidente espíritu empresarial que los ayudo a

desarrollar su hacienda64. Para prueba de ellos esta que su primer descendiente

optó por el sacerdocio, dando esto una primera señal de su religiosidad.

Lo que en este momento nos interesa para el caso del día especial de la

boda es que al acercarse el enlace matrimonial de una de sus hijas, la Señora

Josefa Pérez, esposa de Don Francisco Peyro y Gramón, pide sea construida

una capilla dentro de la hacienda, la cual no vería terminada en 1802 porque se

adelanto el fallecimiento de la señora en 1795.

En las actas de matrimonio otorgados ante el la iglesia católica se hace

mención del acto de velación como parte que se integra a la ceremonia religiosa:

“…examinados por palabra del presente sobre su

consentimiento mutuo que unánimes dedujeron sin que asomase

ningún impedimento previa confesión y comunión, case y vele

63 Filiberto Leandro Quintero. (1978) Historia integral de la Región del Río Fuerte. Ediciones de El Debate. México. p. 519 64 Samuel O. Ojeda Gastelum, Rigoberto Jiménez Lauren. (2005). “Los Peiro: Propiedad y hegemonía en el agro sinaloense”. En Historia de familia, riqueza y poder; memoria del XVIII Congreso Nacional de Historia Regional. Editorial Universidad Autónoma de Sinaloa. México.

61

infacie ecleccie a los referidos Don Angel Urrea y Doña Rafaela

Hass…”65

De igual forma, en los testamentos se hace mención de esta ceremonia

de velación, en especial los testamentos posteriores a la puesta en marcha del

registro civil, pues al hablar de estar casados los testadores hacían distinción de

ser casados por “las leyes” y/o por la iglesia; y en algunos casos para decir que

estaban casados por la iglesia dictaban estar “casados y velados”.

Me parece interesante comentar sobre esta ceremonia que resulta ser

propia del siglo XIX, al menos en los documentos aparece constantemente. El

estar velado hace referencia a una ceremonia en la que intervenía el uso de una

vela y los padrinos de los novios. Estos se colocaban a ambos lados de los

novios, tanto ellos como los novios sujetaban velas en sus manos. Los novios

eran cubiertos con mantos, la mujer totalmente y el hombre dejando la cabeza al

descubierto, lo cual representaba el ser libre y remite al pasaje de la biblia donde

se hace la metáfora sobre la importancia de que la cabeza de la mujer este

cubierta:

“Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el

cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o

raparse, que se cubra. Porque el varón no debe cubrirse la cabeza,

pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del

varón”66

65 Archivo de la Parroquia de Sagrario de Culiacán. Partida de Matrimonios. Libro No. 2 de Agosto de 1865 a 30 de Junio de 1883. Volumen número 12. 66 1 Corintios, Cap. 11:6-7. “La Santa Biblia; antiguo y nuevo testamento” Versión Reina Valera 1960. Sociedades Bíblicas en América Latina.

62

Sobre ambos novios se tendía un cordel que representaba el yugo y la

unión. Esta ceremonia no siempre coincidía con el día de la boda, por lo que se

puede encontrar actas matrimoniales donde se asiente que ya fueron velados,

pero no se podía pasar por alto esta ceremonia, pues era un requisito para que

se efectuara el matrimonio, junto con la confesión de ambos novios, que tomarán

comunión y demostrar conocimiento básico de la doctrina67.

Es pues que esta ceremonia del velado, que podía ser independiente a la

misa donde se bendecía la unión, fuera el paso previo a los actos que hoy en día

se practica en las ceremonias católicas de matrimonio. Solo falto el elemento de

las aras para completar el cuadro que hoy en día se práctica en Sinaloa para

todas las clases sociales que se acercan a la iglesia católica para realizar este

sacramento del matrimonio.

Y para ceremonias decimonónicas hablar no puede faltar la lectura de la

Epístola de Melchor Ocampo, que ha sido criticado en la actualidad y se ha

rechazado su uso desde el 2006. Esta acción de leer la “Epístola de Melchor

Ocampo” se trataba de dar a los contrayentes por el civil algunas

recomendaciones sobre la seriedad del acto que acaban de llevar a cabo,

algunas directices a considerar para el futuro con respecto a su relación como

pareja y la posibilidad de ser padres. En todo momento el lenguaje de esta

epístola esta marcado con señalamientos sobre la libertad, independencia y

algunos valores religiosos; es pues que este texto de cuatro párrafos contiene en

gran medida el imaginario liberal que surgió en el siglo XIX, siempre respetando

las formas de la religiosidad heredadas de siglos atrás.

Para el caso de Sinaloa debo ser sincera al decir que no localice algún

hecho que de cuenta de reacciones por parte del pueblo acerca de esta pequeña

ceremonia de lectura de la Epístola una vez consumada la unión civil, sin

embargo no podía dejar de mencionarla al ser el sello distintivo del matrimonio

legal.

67 Armenta Picos. Op. Cit.

63

Pero veamos a donde se equilibra el peso en lo que hoy es Sinaloa, entre

el matrimonio civil y el eclesiástico. De los testamentos revisados 14 % de ellos

habla de ser velados según la religión, por supuesto este porcentaje se presenta

en aquellos redactados en las ultimas tres décadas del siglo, cuando el debate

entre el matrimonio civil y eclesiástico ha comenzado. Es en esos momentos

donde los testadores hacen claramente la distinción entre estar casados por la

iglesia o en el registro civil. Antes de ese momento solo se dice estar casado sin

mayor referencia, por supuesto esto quiere decir que estaban casados por la

iglesia a menos que también hagan referencia con “estar casado” al hecho de

vivir en concubinato. Por lo tanto, habiendo esta duda, opto por quedarme con

ese 14% de los testadores que abiertamente afirmaron estar casados y velados

según la religión y el resto quienes solo dijeron estar casados sin afirmar bajo

que régimen los dejamos en duda, en honor a la critica de fuentes que la historia

seria merece.

Otro indicador sobre el impacto que pudo haber cobrado la ceremonia civil

contra la católica lo tenemos en el estudio de Armenta Picos, ella analiza la

aceptación de la ceremonia civil para los matrimonios en Mazatlán, concluyendo

que el ingreso de extranjeros de diversas creencias no católicas tuvo un fuerte

impacto entre las familias de elite, quienes adaptaron sus costumbres en esta

mezcla y triunfo la propagación de ideas liberales que apoyaron el dar

legitimidad a las uniones matrimoniales. Lo curioso es que a lo largo del estudio

de Margarita los pretendientes que contraen matrimonio suelen ser jornaleros,

albañiles, labradores y empleados; en general clases económicas mas

vulnerables. Siendo solo uno de ellos licenciado y otros más militares durante el

tiempo de la intervención militar extranjera en el puerto de Mazatlán.

1.13. Confianza en el cónyuge.

En las disposiciones testamentarias encontramos una situación que se

presta para ser señalada como otra estrategia para garantizar la preservación de

los bienes dentro de las familias del siglo XIX. Se trata de la lógica tendencia a

nombrar como heredero universal, en primer lugar, al cónyuge. Comúnmente el

64

esposo hereda a la mujer y esta al testar hereda con mayor regularidad a los

hijos antes que a su cónyuge, aun en los casos en el que este le sobreviva.

En aquellos casos donde no hubo descendencia y cónyuge haya fallecido,

la opción más recurrida era la de nombrar heredero a un ahijado, sobrina o

hermana solteras. En tercer lugar tenemos la herencia para personas fuera de la

familia que se especifican son de entera confianza. Casualmente con apellidos

de familias que todos sabemos son ahora consideradas entre las familias de elite

sinaloense con nexos matrimoniales entre ellas, (para el caso de Culiacán, por

decir un ejemplo, los apellidos más mencionados para heredar son De la Vega,

Redo, Martínez de Castro, Almada, entre otros). Podemos suponer que si la

herencia no se podía quedar entre la familia nuclear se recurría a familiares en

segundo grado o en su defecto a amigos del mismo grupo social cercanos a las

familias. Perpetuando así las redes familiares y el capital económico.

Esta formula de preservación de los bienes familiares permanece intacta a

lo largo del siglo, e incluso podemos sospechar que en los últimos años se

intensifica. Lo señalo a raíz de un curioso hecho localizado en seis testamentos

de los últimos dos años del siglo que corresponden a tres parejas de

matrimonios que hicieron su testamento el mismo día que el cónyuge, donde

nombran como herederos universales el uno al otro, pero sin hacer la mas

mínima especificación sobre sus bienes68. Sería interesante ubicar si ese mismo

día en el que ambos cónyuges hacen oficial su testamento corresponde a cierta

amenaza que consideran cercana para la preservación de la vida, la

contrastación de datos para este fin se hará en el próximo capítulo.

En estos seis casos encontramos la particularidad de la discreción con

respecto a los bienes y deudas. Considerando que son testamentos abiertos es

curioso que dejaran especificado que su albacea y heredero universal fuera su 68 AGNES. Culiacán. 1898. Foja 51. Esc. 16. Testamento de Antonio Uriarte. AGNES. Culiacán. 1898. Foja 52. Esc. 17. Testamento de Francisca Rojo de Uriarte AGNES. Culiacán. 1899. Foja 1. Esc. 1.Testamento de Domingo Uriarte. AGNES. Culiacán. 1899. Foja 2, Esc. 2. Testamento de Ventura Rojo de Uriarte. AGNES. Culiacán. 1899, Foja 5, Esc. 9.Testamento de Jorge Tellaeche. AGNES. Culiacán. 1899. Foja 6, Esc. 3. Testamento de Mariana Salmón de Tellaeche

65

cónyuge pero en los apartados sobre bienes y deudas se limiten a declarar que

este mismo heredero universal tiene conocimiento a detalle de cuales son.

Sin embargo, esta misma confianza con respecto a los bienes materiales

en ocasiones venia condicionada por la fidelidad, en especial para las mujeres.

En ciertos momentos del siglo XIX, sobre todo entre la tercera y la quinta década

encontramos condicionantes por parte de los esposos para el disfrute de la

herencia y de la tutela de los hijos por parte de sus esposas. Siendo requisito

que permanezcan en el estado de la viudez o siendo puestas bajo el cuidado de

su albacea, que corresponde a un amigo del testador. Curioso que confíe la vida

de su esposa en el cuidado del amigo; hoy en día este tipo de acuerdos no es

más que una manera encubierta de dar permiso para que se geste un vínculo

más intimo entre ellos, si es que antes no lo hubo por supuesto.

1.14. Viudez y segundas nupcias.

La muerte siempre es susceptible de llegar, en especial si se habita en una

región donde hay pocos médicos, vives durante una época vulnerable a cambios

políticos-militares y agregas la posibilidad de pasar por una de las tres grandes

pestes que hubo en el siglo XIX. No se trata de entrar de lleno al tema de la

muerte, si no que hablemos del estado en el que se queda aquella persona más

cercana: la viudez.

Una persona viuda podía permanecer en tal estado el tiempo que quisiera,

no hay registros sobre regulaciones para viudos, ni prácticas culturales que

obliguen a cambiar su estado, en todo caso el casarse en estado de viudez fue

siempre aceptado por la Iglesia católica en el obispado de Sonora y Sinaloa, esto

se deduce a partir de que en las actas matrimoniales están registrados algunos

viudos y viudas sin que contengan mayor novedad o indagación mas allá de

mencionar su estado. Sin embargo, antes de que la boda proceda había que

seguir algunos trámites.

66

En las cartas del Obispo Ballesteros es señalado que si alguno de los

contrayentes fuera viudo no se dará inicio a los tramites para solicitar matrimonio

eclesiástico hasta que no haya constancia de la muerte del anterior cónyuge: ya

sea por libros de la parroquia, la partida de entierro u otro documento confiable

en caso de que haya fallecido en otra parroquia69.

En los testamentos se hace detallada mención sobre los hijos del primer

matrimonio y la disolución del mismo, por supuesto los 12 casos encontrados se

trata de la muerte de uno de los cónyuges, pues para el siglo XIX no estaba el

divorcio legalizado en el código civil y para la iglesia este era impensable. En

todo caso lo que se podría encontrar son casos de hijos naturales fuera del

matrimonio legitimo, estos al final gozaban de parte de la herencia del testador.

En realidad no eran tan marginados como se podría suponer, pues son

mencionados abiertamente. Claro hay casos sospechosos donde el testador deja

parte de sus bienes reservados aclarando que solo su albacea conoce en que

consisten estos bienes y el destino que estos tendrán; podemos suponer que

algunos de estos eran para manutención de una familia ilegitima que sería

vergonzoso mencionar en testamento.

No hay edades registradas para las primeras y segundas nupcias, así que

no conocemos el intervalo de tiempo que pasaba en promedio entre en la muerte

del primer cónyuge y un segundo matrimonio.

69 Ballesteros Op. Cit.

67

*

A partir de lo escrito tenemos una visión amplia de la familia de elite al interior

del hogar y las redes familiares sinaloenses de elite, encontramos que en este

sentido lo que predomina a lo largo del Siglo XIX es aquella familia definida a

partir del hogar, que guarda estrechos vínculos con redes familiares compuestos

por otras pocas familias donde hay un intercambio activo de relaciones sociales.

Fotografía de la Familia Quintero Quintero en 1884. Habitantes distinguidos de El Fuerte. En ella aparece Doña Gertrudis Quintero López, D. Jesús Quintero Trasviña y sus hijos María Jesús,

Próspero, Rosa y Placida. Fuente: Nuevo Museo-Mirador de El Fuerte de Montesclaros, Sinaloa.

Aunque los testamentos sean escritos mediados por el uso de

expresiones propias de los formularios, es posible percibir el dolor por la

ausencia, el reconcor por el mal comportamiento, las faltas al honor y el deber de

los hijos; otras ocasiones es posible ver el cariño proferido hacia uno de ellos y

las atenciones hacía los hermanos, sobrinos, nietos, ahijados y servidores; todo

el mundo familiar cotidiano del siglo XIX donde se desenvolvían los afectos.

Con esta mirada a la vida intima de los sinaloenses que testaban, a partir

del acto de beneficiar a un familiar, fue posible localizar sus afectos e intenciones

con respecto a sus dinámicas familiares. Ubicar este tipo de elementos ayuda a

68

contextualizar las disposiciones cercanas al momento de la muerte y el vínculo

que estas tenían con los que serían los deudos. Por ejemplo, al conocer la

educación diferencial otorgado a los distintos sexos permite crear un contexto

de referencia que permite entender el significado que tendría el dejar a

disposición de los hijos o de tal o cual hermano, en función del sexo, las

decisiones sobre el lugar de entierro y exequias.

Pues como vimos las mujeres de las familias de elite sinaloense tenían

una educación diferencial, siendo ellas educadas en los valores religiosos,

albaceas de los bienes suntuosos domésticos y portadoras de alhajas familiares;

mientras que los varones sinaloenses se educaban en el trabajo y cuidado de los

bienes materiales. Conforme avanza el siglo los varones tienen la posibilidad de

no solo dedicarse a los negocios, si no también educarse a nivel superior. Por lo

que tal vez delegar la decisión sobre entierro y exequias a determinado familiar

tenga que ver con esta educación diferencial, situaciones como esta serán

exploradas en los siguientes capítulos.

En general la dinámica de vida entre esas familias las hace estar

preparadas para buscar tomar decisiones acertadas en sus negocios, manejar

sus relaciones y dicho sea de paso crean nuevas necesidades culturales (status,

dignidad, prestigio, etc), tienen gastos suntuosos en referencia a cultura,

posibilidades económicas y a su momento histórico. El impacto de las

costumbre extranjeras a la vida familiar será algo de lo que hablaremos en el

siguiente capitulo. El matrimonio de algún hijo de familia significaba un momento

crucial para demostrar, ante la sociedad y ante los nuevos familiares políticos, la

posición de la familia por medio de actos suntuosos que salían de la cotidianidad

y otorgando a sus hijos algunas aportaciones económicas para introducir bienes

al nuevo matrimonio, pero guardaban cierto protocolo en este asunto, pues estas

aportaciones al matrimonio eran hasta cierto punto iguales entre el novio y la

novia, de tal forma que había cierto momento en el que se ponían de acuerdo

para que ambos contrayentes aportarán partes iguales al iniciar la vida

matrimonial.

69

Capítulo II:

La elite sinaloense del siglo XIX: Sus rasgos económicos,

sociales y culturales.

La idea general de este capitulo es el de ubicar estas condiciones en lo que hoy

es Sinaloa, por supuesto entre las familias de elite antes de que la muerte les

llegue. Para la selección de lugares a considerar, dentro de Sinaloa, en este

capitulo se ha tomado en consideración aquellos donde hasta el momento se

han localizado huellas70 sobre las conductas ante la muerte de parte de familias

pertenecientes a algún grupo de elite. Pues tal como ha sido comentado, en uno

de los enfoques a emplear sobre la familia para las ciencias sociales, si

queremos abordar a la familia de elite es necesario ubicar los vínculos existentes

entre la composición de la familia y la sociedad en general en su momento

dado71.

70 Testamentos, obras funerarias, menciones en misales, etc. 71 Ver capitulo 1: La familia para las ciencias sociales.

70

Podría pasar todo el capitulo hablando en términos económicos formales,

pero estos tendrían que ser complementados con la vida diaria de la familia de

elite para que cobren un sentido “a la hora de la muerte”, que sería a partir del

próximo capitulo. Es por eso que el producto final de este capitulo se apego al

objetivo de buscar ese vínculo cotidiano a lo largo del siglo y en todo Sinaloa,

enlazando la historia económica publicada con los datos cotidianos encontrados

en los testamentos, relatos de viajeros decimonónicos y algunas publicaciones

hemerográficas .

Para empezar debo comentar las particularidades de la zona geográfica y

su formación como espacio social (condicionado por un proceso regional-

económico72), dotado de algunas características propias para el desarrollo

cultural.

El Noroeste de México, que es donde se localiza Sinaloa, es una zona

que comparte una experiencia histórica común y peculiar con varios Estados

actuales: entre otras cosas porque su historia se ha caracterizando por el papel

periférico que ha jugado, excepción de la Revolución Mexicana de 1910. Más

allá del sentido puramente geográfico73, podría decirse que esta particularidad

periférica en su historia se debe a que los Estados (en otros momentos

provincias o territorios) del Noroeste estaban, durante el siglo XIX, doblemente

alejados del centro del país: Por un lado se debe a un relativo aislamiento en las

rutas de comercio colonial y la debilidad general de las conexiones con el

gobierno central de la Ciudad de México y en su momento de España; por otro

lado es una región que siempre ha encontrado relativa facilidad para entrar en

contacto con el extranjero, principalmente con los Estados Unidos de

Norteamérica.

72 Se trata de desarrollar la configuración de Sinaloa como parte de una región amplia en el que se presenta la influencia norteamericana y el expansionismo comercial, es decir partir de la explicación sobre los afanes norteamericanos por anexionar mas territorio. Se tendría que ampliar en este punto partiendo del supuesto central que la llegada de extranjeros a Mazatlán desde San Francisco tuvo que ver con esta oleada expansionista. Ver Weber sobre la Económica y el protestantismo. 73 Donde también comparte rasgos comunes como relativa homogeneidad de clima y suelo, e incluso aislamiento con respecto al centro del país por el paso de la Sierra Madre Occidental.

71

La primera generación de familias sinaloenses de elite, detectadas con

vida activa durante el siglo XIX, proviene en su mayoría de inmigrantes

peninsulares que arribaron a estas tierras desde las ultimas décadas del imperio

Español, en el siglo XVIII. Se hicieron de tierras, bienes de trabajo y

subsistencia; con frecuencia empezaron a combinar operaciones agrícolas con

especulaciones mineras y negocios mercantiles74.

La historiografía local suele llamar a estas familias con el termino de

notable; palabra empleada porque, tal como es explicado por Stuart Voss,75

cuando se habla de Hispanoamérica se utiliza el concepto de “notabilidad” para

referirse a las familias de elite, esto es porque la palabra “notable” abarca una

conceptualización especifica en el mundo hispánico donde hay un valor social y

económico atribuido a una familia o persona. Termino también empleado por

Sergio Ortega Noriega para referirse a las personas y parte de sus familias que

jugaron papeles importantes en las primeras décadas de la configuración del

Estado76. Es pues un término que ha servido para adaptar el concepto de elite a

una realidad con raíces hispanoamericanas.

Tal como veremos en este capitulo, conforme avanza el siglo arriban a lo

que hoy es Sinaloa algunos extranjeros provenientes de Alemania, Estados

Unidos, Francia, Canadá, España, entre otros países. Ellos conforman una

nueva clase de familias de elite; su arribo y contacto con el exterior constante a

través del comercio ayudó al desarrollo de prácticas culturales.

Es importante aclarar que en este capitulo es omitida la discusión de la

influencia de los debates políticos del momento (centralismo-federalismo,

monarquía-república liberal) Pues el tratarla con la profundidad que se merece

para este trabajo será tema de otro capitulo. No es que se demerite la influencia

de las ideas de conformación del Estado Nacional y el debate que ocasiono

entre aquellos que optaban entre las propuestas federalismo-centralismo en 74 Stuart F. Voss, Diana Balmori, Miles Wortman. (1990). Op. Cit. 75 Ibid. 76 Sergio Ortega Noriega. (1999). Breve historia de Sinaloa. Fondo de Cultura Económica, Colmes y Fidecomiso Historia de las Américas. México.

72

Sinaloa, por supuesto tuvo una influencia tal que la historia mas consultada

sobre el Estado77 no deja de emparentar el desarrollo social con las pugnas

entre familias enarbolando banderas de tendencias políticas como medios para

asegurar sus intereses económicos.

2. 1. Expansión profesional y cultural antes de la independencia

mexicana.

En los primeros años del siglo XIX la política imperial instrumentada por la

casa Borbón estaba siendo un motor de cambios y reacomodos en los grupos

coloniales notables. Esta política, aunque comenzada a ser aplicada desde

mediados del siglo XVIII, comenzó a operar modificaciones en las relaciones

entre monarquía española y los pequeños grupos coloniales que habían

gobernado la Nueva España. Cambios como estos tuvieron eco en toda la

Colonia, pero para el caso regional que nos ocupa tuvo efectos específicos que

derivaron en beneficios para el desarrollo de las nuevas familias notables.

Los primeros beneficios fueron para los trabajos de minas y en el

comercio, pues con esto los dueños tenían a su disposición más trabajadores

indígenas, acceso a la propiedad de tierra y agua. Primeramente por la

expulsión de los jesuitas, quienes representaban la más importante fuerza

económica y política de la región al poseer tierra y la mano de obra necesaria

para trabajar. Otro beneficio con las políticas borbónicas fue respecto a la

burocracia económica78, que benefició a la minería y al comercio local de forma

directa.

Tales políticas influyeron para el asentamiento y crecimiento de haciendas

agrícolas como las de la familia Peyró en el hoy municipio de Mocorito79. Su

77 Ibid. 78 David A. Brading A., 1976. Mineros y Comerciantes en el México Borbónico (1763 – 1810). Fondo de Cultura Económica, sección obras de Historia. Tr. Roberto Gómez Ciriza. México. 79 Ojeda Gastelum Samuel O., Jiménez Lauren Rigoberto. (2005). Op. Cit.

73

fundador Francisco Peyró y Gramón era de origen Español, llegó en la segunda

mitad del siglo XVIII y para principios del siglo XIX su hacienda en el valle de

Pericos tuvo una extensión para tierras de cultivo de 44,000 hectáreas.

Eventualmente creció y se diversificaron las áreas productivas de su hacienda,

convirtiéndose en una importante sociedad mercantil cuna de algunos hombres

de política y emparentada a algunos nuevos extranjeros por vía matrimonial.

En la siguiente tabla podemos tener una idea de la expansión con

respecto a las propiedades, mientras que Don Francisco Peyro y Gramon otorga

para heredar principalmente hacienda, bienes de campo y una capilla; su hijo en

la siguiente generación recibe solo una parte, pues el resto es compartido con

sus hermanos, pero expande sus propiedades por medios judiciales obteniendo

derechos en la participación de otros ranchos productivos. Mientras que su

segunda esposa recibe herencia por parte de sus padres y con ese caudal inicia

la vida económica de casi toda buena mujer de elite de principio del siglo XIX,

con ello continua y aumenta a su herencia.

Tabla. Bienes heredados por la segunda y tercera generación de la familia Peiro, sin especificaciones.

Don Francisco Peiro y

Gramon80

(primera generación)

Doña María Ascensión Pérez

de Mendoza81

(2ª. Esposa de Francisco Peiro

y Gramon.)

Don Estanislao Peiro82

(Hijo mayor del primer

matrimonio, segunda

generación.)

− La Hacienda de Nuestra

Señora de las Angustias

que se compone de las

tierras

− con casa capilla y bienes

de campo

− Ganado mayor, caballada

− Dinero en efectivo,

producto de la herencia

de sus padres y esposo.

− Derechos sobre la

Hacienda propiedad

familiar

− Semovientes, muebles y

raíces.

− Parte de la Hacienda, de

Pericos y anexos.

− Derechos sobre

propiedades de algunos

Ranchos por adquisión

judicial.

80 Biblioteca de la Universidad Panamericana. Fondo Histórico de la Familia Peiro. 1818. Doc. 339. Testamento de Don Francisco Peiro y Gramón. 81 Biblioteca de la Universidad Panamericana. Fondo Histórico de la Familia Peiro. 1820. Doc. 340 CAFP. Testamento de Doña Ascensión Pérez de Mendoza 82 Biblioteca de la Universidad Panamericana. Fondo Histórico de la Familia Peiro. Testamento de Don Estanislao Peiro.

74

Este caso de los Peyro es tan solo un ejemplo, pero hablando en general

podemos señalar sobre los grupos prominentes del noroeste del país, a

principios del s. XIX, que eran pequeños en número pero con poder económico y

político. Estos grupos se encontraban formados por autoridades, comerciantes,

mineros, capitanes de presidio y muy pocos religiosos que fácilmente se pueden

contar con los dedos de la mano83. Este grupo prominente, que fue beneficiado

por las reformas borbónicas, no es correcto nombrarlo como “nobleza”, pues

hasta donde se tienen noticias no fue otorgado ningún titulo nobiliario por esta

región en el siglo XIX.

2. 2. Independencia de la nación y los años de Sinaloa con Sonora.

La historiografía más conocida84 habla de la independencia como un

evento que repercutió en todo el ámbito de la Nueva España, pero con un

limitado impacto regional en el aspecto militar e incluso político85. En todo caso

los efectos más notables fueron de tipo económico, pues las comunicaciones

terrestres de esta región al centro del país quedaron interrumpidas entre 1810 y

1817, provocando el aumento del comercio de contrabando marítimo que ya

existía antes86.

En este sentido, recordemos que durante la Colonia, y más en los años

finales, el comercio oficial tuvo un carácter monopolista87, toda mercancía del

83 Con respecto al poder clerical, la expulsión de los jesuitas décadas atrás, redujo la presencia del clero y su riqueza, que como ya fue comentado, dejó un vacío de poder político y económico que en otros lugares del virreinato ocupaban con gran gala. En este sentido difícilmente podemos hablar de elite religiosa en los primeros años del siglo XIX en Sinaloa. 84 Ortega Noriega S., (1999) Op. Cit. 85 En tanto que solo José María González de Hermosillo fue comisionado para propagar la insurrección en estos territorios no tuvo el éxito esperado; y hubo otro movimiento de insipientes resultados en Badiraguato. Por otro lado, Francisco Camilo y Orrantia de familia notable del El Fuerte, participó en la campaña contra el insurgente Javier Mina. Después de una serié de combates Mina cayó prisionera de las fuerzas al mando de Orrantia en Guanajuato el 27 de Octubre de 1817. 86 Miguel Domínguez. (1949) La guerra de independencia en las provincias de Sonora y Sinaloa. Ed. Gobierno del Estado. Hermosillo. p. 14 - 38 87 Arturo Román Alarcón (1990). La actividad comercial en México durante el Siglo XIX. En Revista Clio. UAS. Volumen I Número 1.

75

exterior tenia que pasar legalmente por la ciudad de México, Veracruz y Puebla;

por la lejanía de estos puntos el comercio de lo que hoy es Sinaloa se realizaba

por vía marítima, de contrabando, principalmente.

En comparación con la Nueva España en su conjunto, la región del

noroeste fue de las más alejadas del centro del poder político y económico, esto

es por la evidente lejanía, deficientes comunicaciones y la escasa población. De

aquí que se podría explicar porque los grupos dominantes de la región no tenían

quejas contra del gobierno metropolitano, por tanto se entiende la no adhesión a

los movimientos independentistas gestados en el centro88.

Quizás por esta autosuficiencia en el comercio de contrabando y la lejanía

de la autoridad colonial es que la elite sinaloense se sumo al plan de Iguala y a

la desaparición del control colonial con tanta facilidad89.

En suma, la independencia en Sinaloa se consumó sin la participación

directa de la población en gran escala, iniciando la etapa del México

independiente con las mismas autoridades locales que habían fungido como tal

en la etapa colonial.

Comenzó la creación de ayuntamientos y diputaciones en todo México,

este era un sistema que ya tenía antecedente práctico en el pasado,

específicamente en los últimos años de la colonia por la falta de rey debido a la

invasión de Francia a España. Pero al pasar a un México Independiente este

sistema de ayuntamientos significo la base por la cual los mineros, comerciantes

y otros personajes locales importantes empezaron a ejercer funciones políticas

reconocidas plenamente por la autoridad90. Sin duda este es un antecedente de

88 Sergio Ortega. Op. Cit. 89 El 16 de julio de 1821, el teniente coronel Fermín de Tarbé y el párroco fray Agustín José Chirlín juraron el Plan De Iguala en el Real de El Rosario, después, en menos de tres meses la gente importante de la intendencia de Arizpe se había adherido a este plan. El objetivo de esté era declarar la independencia de México con tres principios fundamentales: Independencia de México, establecimiento de la religión Católica como única y declarar la unión de todos los grupos sociales. 90 Ibid. 156

76

lo que se consolidaría como un sistema de elites familiares que poseen poder

económico y político reconocido.

A inicios de la vida independiente de México, lo que hoy es Sinaloa

continuaba unido a Sonora formando una sola provincia, hasta 1831 en la que el

Congreso de la Unión nombra a Sinaloa y Sonora como estados separados. El

lugar donde residían los poderes militares, gubernamentales y eclesiásticos era

susceptible de movimientos a lo largo del siglo, se daba el caso de conflicto de

intereses91.

Lo que hoy es Sinaloa, a principios del siglo XIX tenían una economía

basada en la minería, con estrecha relación al asentamiento humano, haciendas

y la agricultura para comercialización de productos de primera necesidad.

Podríamos decir que la vida giraba en torno a la minería, puesto que alrededor

de las minas se localizaban haciendas, incipientes industrias y campos

agrícolas92. Ejemplo de ello es el desarrollo desde años coloniales de Cósala, El

Rosario, Cópala y Concordia, que resultan ser los lugares con mayor

prosperidad para inicios del siglo XIX, por lo tanto lugar donde estaban

asentadas varias familias de elite.

Sin embargo, para la tercera década del siglo XIX el esplendor minero de

estos lugares ya estaba en franca decadencia, además la mayor concentración

de Sinaloenses para 1826 estaba en primer lugar en Culiacán (once mil

habitantes), en segundo lugar en El Rosario (seis mil) y tercero El Fuerte (cinco

mil)93, puntos donde en la primera mitad del siglo XIX se reunieron las redes de

familias notables.

91 José García Becerra. (1992). “Las primeras décadas de Sinaloa como estado autónomo: 1830 – 1877”. En Revista Clío. Universidad Autónoma de Sinaloa. Vol. I. Núm. 7 92 Biblioteca Nacional. Universidad Nacional Autónoma de México. Fondo Reservado. (1823) No. Sist. 00538591. Clasif. RLAF 190 LAF. 93 Escrito de Herny G. Ward. México en 1827. Fondo de Cultura Economía (Biblioteca Americana). México. (1981). Traducción de Ricardo Haas, Ver Coronel Bourne, apéndice C, p. 774. Tomado de Castro Osuna Carlos, Cuevas Arámburo Mario. 1996. “Sinaloa visto por los extranjeros: Siglo XIX (1824 – 1866)”. En Revista Clío. Universidad Autónoma de Sinaloa. Vol. 4, Núm. 17.

77

Sobre la organización eclesiástica el Obispado de Sonora, que era el que

comprendía lo que hoy es Sinaloa y Sonora, tenía grandes problemas para

abarcar una zona geográfica tan extensa94, sobre todo por los con pocos clérigos

y frailes repartidos en el área. A pesar de existir algunos ingresos estos eran

escasos para la construcción de edificios eclesiásticos o algún seminario95. Fue

hasta 1837 que, el séptimo Obispo de Sonora Don Lázaro de la Garza y

Ballesteros, funda el Seminario de Culiacán.

Aunque eran pocos los ministros eclesiásticos se puede hablar que tenían

poder político durante las primeras décadas del siglo XIX, pues tenían

participación activa en la toma de decisiones políticas. Algunos sacerdotes eran

nombrados diputados, hecho que parecía explicarse a partir de su pertenencia a

ciertos grupos familiares96 más que a su posición religiosa.

2.3. Pelea de familias por la capital de Sinaloa; entre redes familiares,

minas y comercio.

Tras el surgimiento de Sinaloa como estado autónomo, se dio una

competencia entre las familias de elíte, el “trofeo” era el nombramiento de su

ciudad como capital del nuevo Estado, con ello garantizaban una puerta de

entrada a puestos políticos y el control de vías económicas.

Para este entonces, los grupos en medio de esta discusión estaban

concentrados en el sur y centro del Estado97. Del lado sur estaban los

comerciantes y mineros que habitaban en Cósala y Rosario, posteriormente se

unen los comerciantes extranjeros de Mazatlán. En tanto que en Culiacán estaba 94 Hoy Sinaloa, Sonora, península de Baja California, al norte lo que hoy es Estados Unidos por toda la costa de California hasta llegar al puerto de San Francisco. 95 María del Carmen Azalia López González. (2002). “La iglesia decimonónica en Sinaloa”. En Revista Clío. Universidad Autónoma de Sinaloa. Vol. I, Núm. 28. 96 Sonia Bouchez Caballero. (1998). “Culiacán en el siglo XIX, una sociedad en proceso de secularización”. En Revista Clío. UAS. Vol. 6. Núm. 23/24. 97 Arturo Carrillo Rojas, Ofelia Chávez Ojeda J. (2005). Pugnas por el poder y familias notables en Culiacán (1831 – 1840). En Historia de familia, riqueza y poder; memoria del XVIII Congreso Nacional de Historia Regional. Editorial UAS.

78

el grupo de familias conformado por los apellidos De la Vega, Fernández Rojo y

Martínez.

La red de los Vega, por llamarle así al vínculo creado entre las familias

mencionadas, estaba encabezada por los nietos más prominentes del fundador

de la familia, los cinco hijos de José Maria de la Vega e Ysidora Ravago. A

mediados de la década de 1830, con respaldo de sus parientes notables

(principalmente las familias Martínez y Verdugo) ocuparon varios cargos

estatales, en especial en el área de rentas, y se hicieron de una numeroso

clientela proveniente de Culiacán y pequeñas cabeceras de distrito. Por medio

del control del aparato del gobierno estatal la red de la Vega abrió el puerto de

Altata al comercio costero, importó grandes cantidades de contrabando, rivalizo

con los comerciantes de Mazatlán en este sentido y empleo la rama judicial.

La fortaleza económica de los distritos del sur radicaba en la minería y el

comercio. Hablemos de un caso desde su principio: sobre la bonanza

económica adjudicada al municipio de Cósala en las primeras décadas del siglo

XIX. Imaginemos a las familias de elite en el escenario de ricas villas que desde

la Colonia eran imán de otros tantos poblados serranos, sus atractivos estaban

colocados entre su riqueza minera y su estabilidad como punto eclesiástico.

En este sentido podemos señalar que Cósala tuvo ocho haciendas de

beneficio, la mayor de todas era la de Francisco Iriarte Conde. Entre las

propiedades que estaban a nombre de la familia Iriarte esta la mina Guadalupe

de los Reyes, considerada la más grande que se ha descubierto en el occidente

del país. Para 1830 rendía un millón de pesos de plata anuales, esa producción

la conservó desde 1816 año de sus primera gran bonanza hasta 1943 en que

cerró sus puertas durante la guerra mundial98.

A fines de la década de 1850 fue introduciéndose una cambiante realidad

geopolítica impulsada por la Guerra de Reforma y la intervención Francesa, de 98 En importancia después de Guadalupe de los Reyes estaban las minas de: San José de las Bocas, Santa Cruz de Alayá, el pueblo de Alayá, Tlapacoya, Nuestra Señora. La Ciénega y El Cajón de Tlapacoya, ninguna de las cuales esta siendo explotada en la actualidad.

79

igual forma hubo reordenamientos entre las familias notables mismas y un gran

número de recién llegados se agregaron al proceso. Eventualmente hubo

cambios en las localidades de tal forma que algunas se habían estancado o

decaído. Varias familias notables seguían siendo prominentes en sus

localidades, pero estas ya no tenían tal prestigio99.

En este sentido el escenario comercial que se desarrollo más

vertiginosamente por encima de varías localidades fue el puerto de Mazatlán, por

su situación geográfica fue muy útil para los pobladores de los centros mineros

del sur de Sinaloa (Cósala, San Ignacio, San Sebastián hoy Concordia y El

Rosario). Para fínales del siglo XIX logró ser el puerto mexicano más importante

de la costa del pacífico gracias a su intenso tráfico comercial, fue ahí donde se

asentaron las principales casas comerciales de importación y exportación100.

El auge más destacado del comercio mazatleco se produjo a partir de la

cuarta década del siglo XIX, gracias al asentamiento de comerciantes

extranjeros europeos y norteamericanos. Mazatlán significaba la puerta de

entrada a varios centros mineros con suficiente población de tal manera que los

comerciantes podían negociar su abastecimiento.

Para 1874 había 34 casas comerciales, de las cuales 11 eran

consideradas de primera clase101: Echeguren Hermanos y Cia.; J. Kelly y Cia.;

Melcher Sucesores; J. Somellera y Cia.; Barthing Hermanos; Redo Hernández y

Cia,: Miguel Careaga y Cia.; Peña y Cia.; Charpentier y Reunaud; T. Heymann y

Cia.; J. De la Quintana y Cia. Y entre las de segunda clase figuraban: Elorza y

mendía; Goldschmindt y Gavica; Juan Lewels; Edmundo y Cardinault; Fermín

Irigoyen; Rosa Arriola; Domingo Rey, etc. Todas ellas con los apellidos de las

familias más notables del puerto.

99 Stuart F. Voss, Diana Balmori, Miles Wortman. Op. Cit. p.148. 100 Arturo Román Alarcón. (1992). “Comerciantes extranjeros de Mazatlán y sus relaciones en otras actividades 1880 – 1910”. En Revista Clío. Universidad Autónoma de Sinaloa. Vol. I. Núm. 5. 101 Ibid. p. 45

80

Entre 1880 y hasta entrado el siglo XX las principales casas comerciales

seguían siendo propiedades de extranjeros establecidos en el puerto102:

Francisco Echeguren, Hermanos y Sobrino; Hernández Mendía y Sucesores;

Elorza Lejarza y Cia; Melchers Sucesores; Goldschmidt Sucesores; Marcelino

Herrerías y Cía.; Somellera Hermanos; Charpentier Mathiey y Cia. Nótese que

en la mayoría de los nombres esta implicado el apellido de los dueños y el

vínculo económico entre la familia.

2.4. De las familias extranjeras.

Es pues que después de la segunda mitad del siglo encontramos ya

arraigada en Sinaloa la figura de las familias de elite provenientes del exterior,

donde el integrante fundador llegó décadas antes con capital a invertir o tenía un

título universitario que lo acreditaba para trabajar en una prestigiosa vocación.

Caso concreto de en este ultimo sentido es el de la Familia Clouthier.

En el año de 1851 llegó a Sinaloa el Medico Canadiense Juan Augusto

Clouthier, venía como integrante de una expedición de médicos para combatir la

peste bubónica que ese año azotaba en Mazatlán y San Sebastián. Ese año se

casó con Guadalupe Cañedo de Rojo, señorita de Culiacán que pertenecía a una

de las familias más notables. A la muerte del médico, la familia que había

ubicado su residencia en Mazatlán se trasladó a Culiacán en la década de los

setenta y su hijo Manuel se establece como comerciante al inaugurar un

establecimiento al que denominó El emporio. Los negocios fueron fructificando y

se han ido diversificando hasta nuestros días, que la familia sigue contando con

alta jerarquía entre las familias del Estado103.

102 Ibid p.46 103 Teófilo Frías Lara. (1997). “La fortuna de los Clouthier Andrade a finales del Porfiriato”. En Revista Clío. Universidad Autónoma de Sinaloa. Vol. V, Núm. 20. México.

81

Similar caso, con diferente desenlace es el de varios de los médicos

llegados a El Fuerte, quienes tuvieron una prestigiosa vocación, pero poca

fructificación al final de sus días104.

Otro tipo de familia que viene a Sinaloa a desarrollar comercio, es el del

fundador de casa Almada105. Debido a infortunios que en la época de la

revolución de Reforma y la intervención francesa la familia Almada tuvo que

emigrar fuera de su natal Álamos, Sonora. Algunos viajaron a Sinaloa, donde se

establecieron como comerciantes, mineros o incursionaron en la administración

pública. Entiéndase que no eran unos sencillos viajeros en búsqueda de

pequeñas oportunidades de trabajo, había un espíritu de negocios y la

posibilidad de hacer inversiones iníciales. Entre los primeros de esta familia en

tener propiedades en Sinaloa fue Jorge E. Almada en 1880, quien tenía varías

casas comerciales en Culiacán y Mazatlán.

Por cierto, cabe señalar que el sistema de Casa Comercial era muy

popular en estos años, antes del establecimiento de un sistema bancario en

México. Estos negocios desempeñaban el papel de lo que hoy conocemos como

bancos, supliendo en parte, el vació que la iglesia había dejado al disminuir su

potencial económico.

2.5. La política nacional, comercio y religión; adaptación en criterios de

notabilidad.

En los años que corresponden a la República Restaurada, según la

historiografía mexicana, 1867 – 1877 apareció un nuevo desafío político con la

aceptación de las leyes de reforma y la constitución de 1857. Entre los cambios

104 Roberto López de la Garza. (2001) “Médicos extranjeros en la historia de El Fuerte” En “18 encuentros con la historia” En Figueroa José Ma. y López Alanís Gilberto. 18 Encuentros por la historia; El Fuerte. Tomo I. Colecc. Presagio. Editado por el Gob. del Estado de Sinaloa, Revista cultural Presagio y Academia Cultural “Roberto Hernández Rodríguez”. A.C. México. 105 Gustavo Aguilar Aguilar. (1991). “Los Almada y los Redo en Sinaloa: Origen de dos grandes fortunas”. En Revista Clío. Vol. I. Núm. 4. Universidad Autónoma de Sinaloa. México.

82

que afectaron directamente a las familias notables106 sería el establecimiento de

nuevos criterios de notabilidad política. Esto es porque los límites entre la región

y la nación eran mucho más fijos y claros, de tal forma que los notables de zonas

periféricas del país estarían comprometidos con una nueva realidad política. Esta

realidad significo que un notable tendría que estar al pendiente de los aspectos

regionales y ahora también nacionales e incluso internacionales con mayor

esmero.107

Sobre el centro del Estado, Culiacán, siempre fue un foco principal del

movimiento familiar, dos de los elementos que lo hacían un imán para las

familias notables era que la capital casi siempre estuvo ubicada ahí hasta (salvo

breves periodos) y que además contaba con la sede del Colegio donde muchos

de sus connotados profesionistas realizaron sus estudios. Por supuesto en estos

años mantuvo constante esa rivalidad comercial y familiar en importancia con

Mazatlán, que no me corresponde juzgar si es necesariamente era una relación

de mera rivalidad o se trataba de complementariedad eventual, pues sospecho

que para algunas familias de elite había focos de interés más allá del celo

comercial y posiblemente había puntos de atracción entre ambas ciudades. Esto

lo puedo sugerir a partir del atractivo que pudo haber sido para las familias de

Culiacán viajar a Mazatlán para compras diversas y en días de Carnaval a fin del

Siglo XIX; mientras que no se puede descartar viajes de estudio para jóvenes

mazatlecos de clase media a Culiacán.

En Culiacán hubo movimiento comercial constante en el siglo XIX y

familias notables que circulaban el capital económico. Lo que podemos comentar

del desarrollo económico es amplio y estoy segura de que podría llenar muchas

páginas comentándolo con el detalle que se merece. Sin embargo, usando el

derecho del escritor a elegir los puntos a resaltar según su propio criterio, creo

que es momento de traer a colación un escenario más donde las familias de elite

106 Otras repercusiones directas e indirectas serán analizadas en próximos capítulos: Como las nuevas disposiciones urbanísticas para el deposito de cadáveres (campo santo-panteón), matrimonio y legalidad. 107 Stuart F. Voss, Diana Balmori, Miles Wortman. Op. Cit. p. 149

83

construían su identidad. Así que para reconstruir y presentar uno de los

escenarios de las familias notables de Culiacán, que posteriormente será telón

de fondo de los actos ante la muerte, es que comentaré su papel en la Iglesia

como lugar donde se hacia manifiesto su desarrollo político y comercial. Sin

duda las organizaciones piadosas para recolectar fondos para beneficio de la

iglesia significo un espacio de acción para las familias de Elite y dicho sea de

paso la iglesia de Culiacán fue la que mayor inversión en obras materiales tuvo

en el siglo XIX de todo Sinaloa.

Desde el año de 1842 es cuando podemos localizar más elementos sobre

el inicio de una etapa constante en el incremento en obras materiales del

catolicismo y las organizaciones piadosas entre la población, pues fue el año en

el que inicio la construcción de la Basílica – Catedral en Culiacán, trabajo que

fue detenido, pero vuelto a poner en marcha en 1848 gracias a una junta de

vecinos encabezada por Pomposo Verdugo108. Fue por estos años que también

se construyo el Panteón de San Juan en Culiacán, los Colegios de San Juan

Nepomuceno y Santo Tomas de Aquino.

El incremento en Culiacán de estas obras alrededor de la quinta década

del siglo es el reflejo de una mejora en la actividad económica en el distrito, que

hasta entonces se encontraba reducida casi al autoconsumo. Gracias a la

apertura del puerto de Altata a la navegación de altura y a la creación de la

primera fábrica de hilados y tejidos el comercio se incremento notablemente.

Consecuentemente hubo mayor inversión en obras materiales para la ciudad y la

iglesia.

En general las familias de notables que vivieron el las últimas décadas del

siglo XIX lograron cumplir expectativas de progreso más amplias que sus

predecesores. Lograron prosperar económicamente y llegaron a un nivel de

refinamiento social y de prestigio que les permitió alto grado de control sobre la

vida pública sin precedentes en la región. Fue en estas décadas donde se noto

108 Oscar Lara Salazar. (1997). Vida y pasión de un prelado. Universidad Autónoma de Sinaloa. p. 30. México.

84

la influencia de las fuerzas políticas y económicas extralocales, de tal forma que

fueron agentes principales que apoyaron a extender la infraestructura local.

Mediante financiamiento directo, subsidios, garantías de créditos,

exenciones de impuestos y otros favores estimularon la creación de líneas de

ferrocarril, transporte marítimo (como es el caso del desarrollo de Los Mochis y

el puerto de Topolobampo), comunicaciones por telégrafo, redes de caminos,

prisiones, parques, plazas públicas, luz eléctrica, tranvías, hospitales y

bibliotecas109.

Algunos de estos servicios no fueron instalados al total de la población

exclusivamente en los años del siglo XIX, por ejemplo el servicio público de luz

eléctrica se estableció en la Villa de El Fuerte en 1904. Al igual que el agua

potable y una fábrica de hielo estas eran instalaciones industriales que en

realidad eran propiedad de la familia Orrantia y Sarmiento, aunque no

desapareció el aprovisionamiento de agua por parte de los boteros este servicio

de agua potable por tubería significa un gran avance y refinamiento para los

habitantes del El Fuerte, una de las villas más acaudaladas del siglo XIX que vio

rendir frutos significativos en la segunda mitad del siglo110.

Según un informe de 1893 se había empedrado las calles adyacentes de

a la plaza de armas de esta misma localidad de El Fuerte. Se hicieron mejoras a

la plaza como banquetas circundantes dotadas de bancas fijas hechas de

cantera labrada, fue construida una calzada y se instalaron veinticinco faroles

para el alumbrado público, sufragándose el gasto correspondiente a partir del

ramo de multas solamente111.

Los anuncios en los diarios, las guías comerciales, las memorias del

gobierno y los informes consulares extranjeros revelan la medida en que los

intereses extranjeros penetraron en los distintos sectores de la economía. A los

extranjeros se les unían un número significativo de emigrantes internos. 109 Stuart F. Voss, Diana Balmori, Miles Wortman. Op. Cit. p. 151. 110 Quintero Filiberto Leandro. (1978). Op. Cit. 111 Ibid. p. 519.

85

Para finales del siglo Mazatlán y Culiacán mantuvieron su preeminencia

en Sinaloa, mientras que las demás ciudades del distrito norte y en el centro

surgieron finalmente como algo más que simples comunidades locales de

mercado. Los centros mineros de Cósala, en el centro, y Rosario, en el sur,

experimentaron un resurgimiento.

2.6. Evolución de los recursos culturales a lo largo del siglo XIX.

La primera generación de habitantes reconocidos con el mote de

notables, para la historia de Sinaloa en el siglo XIX, pertenece a aquellas

cabezas de familia que llegaron desde finales del siglo XVIII. Estos ganaron

prominencia al llegar a dominar sus actividades económicas, dirigir sus

asuntos públicos, además de establecer y mantener un significativo nivel de

refinamiento cultural112. Por lo general se trataban de inmigrantes

peninsulares con tendencias emprendedoras que arribaron a estas tierras en

las últimas décadas del imperio, algunos de ellos ya estaban inmersos en una

orientación familiar que valoraba el refinamiento cultural, tal como podrían

indicarnos la complejidad de sus nombres: Baltasar de la Vega Colón y

Portugal; más sencillo es el nombre de Francisco Peyró y Gramón. Si tal vez

no poseían los recursos culturales que formaban parte de la tradición notable

al menos conocían la importancia que estos tenían.

Uno de estos al que podemos hacer alusión es el de la idea de

“sangres puras”113, que resultaba ser valorado con alta estima, manifestado

en la elección para entrelazamiento matrimonial y el espíritu de casta de las

viejas familias peninsulares.

112 Stuart F. Voss, Diana Balmori, Miles Wortman. Op. Cit. 113 Esteban Ruiz Martínez (2005). La villa de Culiacán en el siglo XVIII: Demografía, Economía y Sociedad. Universidad Autónoma de Sinaloa. México. Tesis de maestría en historia regional. [inédita]. México.

86

En general el desarrollo cultural de la región fue considerable en las

ultimas décadas del imperio Español, pues al final en las comunidades más

importantes de la región noroeste la vaga distinción entre gente de razón e

indios había cedido el paso a otra donde había cabida a mayor diversidad:

notables, gente decente (los de origen respetable, generalmente blancos y

con recursos económicos), clases populares (la restante gente de razón) e

indios tribales (del norte de Sinaloa y territorio de Sonora).114

En otro tema, tal como se ha comentado en el primer capitulo, en el

caso de las familias notables del siglo XIX en Sinaloa, la mayor parte de ellos

tenían entre cuatro y trece hijos115. A pesar de lo variable que podía ser la

cantidad de hijos, el desarrollo económico de estas familias y sus recursos

culturales que permitieron valorar el sentido de los estudios, es por eso que

varios padres de familia apoyaron la expansión de los horizontes

profesionales de sus integrantes. De tal forma que podían enviar a sus hijos a

estudiar en Guadalajara, México o al extranjero; principalmente Estados

Unidos de Norteamérica e Inglaterra. Los destinos dentro del país fueron los

dominantes hasta que la educación pudo ser tomada en un colegio en

Culiacán en 1838 y más formalmente en el Colegio Rosales al final del siglo

también asentado en la villa de Culiacán. Entre las profesiones más

socorridas eran las relacionadas a la ingeniería y estudios de minas, leyes,

medicina y teología. Con respecto a la carrera de las armas, contrario a lo

que se podría ver en otras regiones del país, esta fue una profesión que los

jóvenes notables llegaron a ejercer temporalmente al frente de unidades de

milicia o de fuerzas voluntarias en diferentes revueltas del siglo XIX, sin tener

una preparación profesional.

Para hablar de otras facetas de la vida cultural entre las familias de

elite podemos volver a los escritos del Coronel Bourne, que en el capitulo 114 Stuart F. Voss, Diana Balmori, Miles Wortman. Op. Cit. 115 Dato tomado de la base de datos elaborada para esta tesis con los Testamentos sinaloenses del siglo XIX.

87

anterior fueron útiles116, el describe la población culiacanense como muy

orgullosa, simpática, con tendencias a mostrar la ultima moda mexicana,

afición por la música y el baile; seguramente hacia referencia a las familias de

elite que podían ostentar tales vestidos.

Por otro lado resulta lógico aceptar sus afirmación sobre lo agradable que

le parecía la población del Rosario al hallarla mas organizada y habitable que

Mazatlán en 1826; esto se debe a su desarrollo minero, mientras que Mazatlán

en ese momento solo eran unas cuantas casas juntas, como comentaba párrafos

atrás. Sobre este puerto explica que le parecía un lugar miserable, mal protegido

y con un centenar de casas, casi chozas, construidas de palos atados unos con

otros; un tanto cerca del Presidio de Mazatlán, con una plaza rodeada de casas

comerciales. Esta población hoy muy cerca de Mazatlán, llamado Villa Unión, era

el lugar que también servía de deposito de mercancías y donde habitaba el

administrador de la aduana. Situación previa al empuje que cobro décadas

después según fue comentado en el apartado anterior y que se convirtió en un

centro comercial de gran importancia para la llegada de extranjeros.

Al paso del Coronel por Cósala le asombraron las potenciales ganancias

extra que se podían obtener de la minería, sin embargo esta era trabajada por

familias, como la Iriarte, que consideraban no tenían el suficiente espíritu

capitalista de reinversión de la ganancia conforme a las estrategias de la

revolución industrial de aquella época. Para su compañero de Viaje, W. H.

Hardy, la forma empleada por los mineros de la región para obtener una inmensa

riqueza era por “un golpe de suerte”.

Otra fuente de información la encontramos en el informe del Cura

Francisco Gómez, quien en 1836 comunicaba sobre las condiciones en que

recibía la parroquia de Mazatlán. En dicho escrito hacia evidencia de las

carencias materiales para suministrar los servicios de la Iglesia Católica a las

116 Herny G. Ward. Op. Cit.

88

cuatro mil almas que componían el lugar117. En este documento es mencionado

que no había iglesia en el puerto, por lo que se efectuaban las misas en un altar

portátil, además denuncia la falta de un campo santo cercano al puerto para

evitar la práctica de sepultar los cadáveres en los montes abiertos sin las

ritualidades de la iglesia, reconociendo así la indiferencia hacia la religión por

parte de los habitantes, tanto de lo que hoy es Mazatlán como Villa Unión.

Caso contrario a lo que sucedía en Cósala, se comenta que la iglesia

contaba con cuatro campanas muy finas por su aleación de metales preciosos,

tres de ellas actualmente se encuentran desaparecidas sin conocerse su destino,

quedando solamente una de ellas teniéndose como año de su fundición el de

1821, evidenciado así la bonanza del lugar y el interés de sus habitantes por

engalanar la iglesia.

El separar cierta cantidad de las ganancias en beneficio de obras

materiales para exaltar la religiosidad es una práctica común entre las familias

notables desde la época colonial en Iberoamérica. Por ejemplo se puede

comentar el caso de la familia fundada por el Español Don Francisco Peyró y

Gramón, quienes en sus primeras décadas de vida familiar en Sinaloa, a finales

del siglo XVIII, tienen el reconocimiento como practicantes de una fé religiosa

digna de recordarse y el evidente espíritu empresarial que los ayudo a

desarrollar su hacienda118. El Sr. Peyro contrajo matrimonio con Doña Josefa

Pérez, vecina del poblado de Capirato. Su primer descendiente optó por el

sacerdocio, dando esto una primera señal de su religiosidad.

Recordemos también que en otro momento, al acercarse el enlace

matrimonial de una de sus hijas, la Señora Josefa Pérez pide sea construida una

capilla dentro de la hacienda, la cual no vería terminada en 1802 porque se

adelanto el fallecimiento de la señora en 1795.

117 Francisco Gómez. (1836 [1996]). “La religiosidad de los Mazatlecos en 1836”. En Revista Clío. Universidad Autónoma de Sinaloa. Vol. 4, Núm. 17. México. 118 Ojeda Gastelum Samuel O., Jiménez Lauren Rigoberto. (2005).Op. Cit.

89

Una vez concluidas las obras del templo el cuerpo de la esposa de Don

Francisco Peyró y Grammón fue inhumada y trasladada al altar de la capilla, tal

como se acostumbraba como señal de que recibiría misas y oraciones de fieles y

párrocos; todo lo cual es señal del prestigio de la difunta y religiosidad de la

familia.

Otra práctica común era que los personajes más importantes de la

localidad contribuyeran activamente con los proyectos de la iglesia y buscaban

motivar la participación de todos los habitantes, al menos como por medio de

mano de obra.

Una prueba de ello fue que a fin de reunir fondos para continuar con la

construcción de Catedral de Culiacán se realizó una reunión presidida por el

gobernador en la que se nombró una comisión compuesta por José Francisco de

Orrantia, Rafael De la Vega, Agustín Hass y Cosme de la Vega; todos ellos

integrantes de importantes grupos familiares con influencias en el sistema

político. Además se propuso que los diputados formaran comisiones para

recaudar fondos de diversas áreas de la ciudad y solicitaran la ayuda de los

pueblos de indios para que enviaran gente a trabajar en la mano de obra y

colaborará con animales para los fletes de material119. Otra obra como esta fue

la realizada en El Fuerte, donde en la década de los sesenta se construyo la

capilla de Ocolome, enteramente de ladrillo edificada por Don Cirilo Ibarra, quien

pagaba con esta obra una manda que ofreció con motivo de una enfermedad

que lo obligo a ir a México para atender una enfermedad120.

Otro indicador que demuestra la contribución activa de los personajes

más importantes de la localidad lo encontramos entre los años de 1840 y 1856,

donde se empiezan a fundar mayor número de capellanías. Estas funcionaban

con la finalidad de administrar bienes o garantizar que fueran celebradas por

119 Bouchez Op. Cit. p.24 120 Quintero. Op. Cit. p. 569.

90

muchos años cierta cantidad fija de misas por el alma de algún difunto o el

perdón de ciertos pecados121.

Este sistema de las capellanías incluía a un clérigo-capellán que recibía

cierta cantidad que era invertida en algún negocio local y recibía la renta que

producía la inversión. El fundador obtenía el beneficio espiritual de que el

capellán rezara por su alma y definía los términos en los que el convenio sería

llevado a cabo.

Sobre los habitantes de Cósala en la quinta década del siglo XIX y la

función de la iglesia en la cotidianidad de las familias de Elite se puede localizar

breves pasajes en los relatos del viajero Paul Duplessis122 de 1848, quien los

describe como ricos indios advenedizos con falta de espíritu capitalista y falta de

lucro moderno para reinvertir las ganancias obtenidas. Opinaba que los

habitantes viven el día a día con la sencillez de sus criados y reconocían como la

única autoridad la del cura del lugar, quien también tiene costumbres sencillas y

resulta ser el organizador de sus holgazanerías y despilfarros en el juego.

Por supuesta esta afirmación necesita ser matizada, al tomar en cuenta

que fue en Cósala el primer lugar donde se asentó la primera capital del estado

de Sinaloa, además se adquirió la primera imprenta que fue utilizada para

publicar el primer periódico del noroeste, ese mismo año, llamado El espectador

Imparcial. Esta iniciativa requiere de nivel educativo, interés cultural y cierto

grado de espíritu capitalista que contrastaría con las afirmación de Duplessis

sobre la afición al ocio, e incluso las afirmaciones de Bourne y Hardy123 sobre los

esquemas de trabajo poco desarrollados de los habitantes de Cósala.

Otro visitante que hablo de las aficiones por la juerga y el juego fue el Dr.

Enrique González Martínez124, quien las circunscribió a El Fuerte en la última

década del siglo XIX. Esta población que le pareció de millonarios con mala fama

121 Ibid. p. 26 122 Castro Osuna Carlos, Cuevas Arámburo Mario. (2002) Op. Cit. 123 Comentado unas paginas atrás. 124 Quintero, Op. Cit. p. 575.

91

por sus costumbres, fue un ambiente que consideró podría ser de perdición para

un joven como él, por lo que opto por radicar en la Villa de Sinaloa, lugar donde

encontró una sociedad fina, elegante y sencilla. Más tarde se traslado a Mocorito

donde residió muchos años, se caso e imprimió sus primeras poesías en la

imprenta de Don José Sabás de la Mora.

Otro tema que debemos tratar es el de la masonería como influencia

cultural, que parece haber sido introducida por Mariano de Urrea en un año

incierto. Según Nakayama125 Francisco de Iriarte y otros políticos pertenecían a

la logia escocesa, mientras que Juan Manuel Riesgo, José María Gaxiola y otros

eran miembros de la Logia de York. Será interesante investigar el impacto que

estas nuevas ideas podrían haber tenido en la estructura de la sociedad

sinaloenses, según Sonia Bouchez126 este fue muy limitado. Mas adelante

analizaremos esto último a partir de los ritos funerarios masónicos en Mazatlán.

En este mismo artículo es comentada la reacción de los funcionarios del

Gobierno sinaloenses cuando se les pidió jurar la polémica Constitución de 1857,

pero el Obispo Pedro Loza y Pardavé prohibió su juramento con la condicionante

de privarlos de los sacramentos y la entrada a misa. La cuestión estuvo difícil

para los funcionarios, pues la mayoría de ellos pertenecía a familias de elite

donde era una marca de preeminencia social el estar sentado en la parte

delantera de la iglesia en cada misa, justo hasta adelante era el lugar donde se

colocaba el gobernador y su familia, al lado el vicegobernador con la suya.

En 1877 se tomaron medidas para establecer la obligatoriedad de la

enseñanza laica, antes de eso las familias más pudientes eran las que enviaban

a sus hijos a pequeños colegios donde la enseñanza era principalmente

religiosa. Durante el porfiriato se inicia un proceso de reconciliación del Estado

con la Iglesia, roto en los años de la Reforma. Esta reconciliación es manifestada

en la década de los ochenta cuando se permitió el restablecimiento del

Seminario y la instalación de un colegio católico.

125 Nakayama Antonio. (1973). Juárez: rumbo y señal de Sinaloa. SLSE. Culiacán. p. 8. 126 Bouchez Caballero Sonia. Op. Cit. 1998. p. 33

92

A riesgo de sonar repetitiva con la cita, es importante mencionar lo

señalado por Bouchez para la segunda mitad del siglo, esto es sobre la poca

presencia de nuevas sociedades llamadas “de ideas”, por decirle de alguna

forma. Se refiere a los clubes liberales, sociedades protestantes, grupos

espiritistas y sociedades mutualistas que en el centro del país tuvieron un

número necesario como para crear mayor impacto. A excepción de Mazatlán que

contaba con influencias extranjeras, podemos hablar que en general Sinaloa

representa una sociedad tradicional, con dificultad para organizarse en búsqueda

de promover valores diferentes, aún cuando en lo privado para la segunda mitad

del siglo hubiese personas que pensaran distinto.

Hay registros de algunas sociedades y clubes que habían surgido en el

último cuarto del siglo XIX para apoyar al Gobernador Cañedo. Algunos clubes

funcionaban dentro de las residencias familiares, estos eran centros de la vida

social de la red y las conexiones familiares donde los casamientos, la riqueza, la

educación y la influencia eran cartas fuertes para establecer el status social

necesario para formar parte de un determinado club.

Ahora veamos un punto sumamente interesante y creo de los más

atractivos: se trata del retrato como fuente de información. En primer lugar

presento el de Alejandro Gastelum Álvarez, joven habitante del Fuerte

perteneciente a una familia notable del lugar.

93

Fotografía de Alejandro Gastélum Álvarez, fechada en 1896.

Fuente: Nuevo Museo-Mirador de El Fuerte de Montesclaros, Sinaloa.

El género del retrato (captado en pintura, escultura o fotografía) tiene

como finalidad conservar y exaltar la personalidad de un individuo,

representando sus rasgos físicos, su constitución ósea y la clase social a la que

pertenecía. Según la escuela en la que se formó el artista, el momento histórico

y los medios materiales es como varía los elementos a considerar para

manifestar la clase social a la que pertenece y las disposiciones particulares del

retratado127. En el caso de la Imagen 3 podemos ver elementos que demuestran

el gusto por el refinamiento cultural y la disposición por la educación, ciencia y

elegancia.

127 Rocio Gamiño Ochoa. La pintura del retrato en el Siglo XIX. Colección Imágenes del Arte Mexicano. Instituto de Investigaciones Estéticas. Universidad Nacional Autónoma de México. 1994. México.

94

Ese gusto por los libros como elemento de refinamiento cultural también

tiene una manifestación en el testamento de Don Francisco Camilo Orrantia128,

quien en 1869 hereda a sus hijos Francisco y Darío su biblioteca personal y

algunos estantes nuevos. Esto lo considera una mejora extra a parte de heredar

bienes raíces y dinero en efectivo entre todos sus hijos. Sin embargo solo da

este beneficio a dos de sus los hijos varones, exceptuando a Roberto, el mayor.

El hecho de especificar el contenido de las mejoras es una señal de valor

de que se trata de artículos suntuosos con importancia. En otro momento hemos

hablado de la cuidado que se le daba a la especificación en los detalles

descriptivos en alhajas, vestidos y algunos muebles; en ese comentario fue

señalada que tal cuidado especial refleja la importancia y el sentido de

particularidad que dichos elementos tenían; es decir, por ser raros, curiosos,

valorados en extremo es que eran sometían a toda esa reseña para describirlos.

Tal como podemos corroborar hasta el momento, además de ser artículos

dignos de ser heredados como mejoras especiales, los libros eran también un

emblema que manifiesta cierto grado cultural digno de ser mostrado en los

retratos.

128 AGNES. Juzgado de Primera Instancia de El Fuerte. 1869. Foja 174. Testamento de Don Francisco Camilo Orrantia.

95

Fotografía de Ines Peiro Orrantia.

Fuente: Samuel O. Ojeda Gastélum (2006). El Mezcal en Sinaloa; una fuente de riqueza durante el Porfiriato. El Colegio de Sinaloa. México.

Ahora bien, revisemos el retrato fotográfico de Ines Peiro Orrantia, en el

cual podemos ver manifestadas algunas de las tendencias en moda para

caballero durante el porfiriato. Entre estas disposiciones para el caballero

estaban los productos para rizar el bigote, las redes para sujetarlo mientras

dormía, fijadores para el cabello, los manuales de urbanidad, uso de accesorios

como el sombrero corto, bastón, cremas para afeitarse, almidón para los cuellos

y puños de camisas,. Tanto la moda como la higiene fueron un distintivo de

elegancia en la denominada “epidemia de belleza” disparada por los catálogos

de moda y el comercio extranjero.129

129 Lidia Lavín y Gisela Balassa. (2002) “Museo del traje Mexicano; el siglo del Imperio y la República”. Volumen V. Revista Clío. p. 376

96

Tal como fue comentado en párrafos anteriores, el retrato es un género

donde se pone de manifiesto los rasgos elegidos por el “cliente-modelo” y

“artista-fotógrafo”, la selección de lo que es retratado es consciente y planeada

para el caso del género del retrato del siglo XIX. Lo que podemos ver en las

imágenes mostradas hasta el momento y la próxima es que hay cierto patrón de

consumo ostensible digno de mostrarse (binoculares, bastón, libros, trajes

formales, suntuosos).

El uso de estos artículos de lujo, que no son necesarios para las funciones

básicas de la vida, se considera como una actividad propia de la clase alta que

en palabras de Veblen130 es la clase ociosa.

Este tipo de actos se convirtió en un hábito de consumo, donde se puede

localizar cierta proyección de la auto imagen personal motivada tanto por la

naturaleza humana como por el grado de civilización alcanzado por la sociedad.

Siendo más especifico, la gama de motivos se puede desglosar en estos

tres principales:

1. Un deseo de conformidad a los usos establecidos, de evitar

observaciones y comentarios desfavorables, apegándose a los

cánones de decoro aceptados para las clases, cantidad y grado de

bienes poseídos. De igual forma esto se aplica al tiempo libre y

esfuerzos.

2. La emulación; la necesidad de superar a las personas con las que

hay identificación de clase, o imitar a la clase situada por encima de

ella en la escala social.

3. Como forma simbólica de imposición autoritaria, condicionado en

un grado variable por el “instinto del trabajo eficaz”131. También

130 Veblen. Op. Cit. 131 Ibid. Se refiere a la necesidad por el poco esfuerzo y amplia ganancia por parte de las clases altas.

97

derivado del principio de la naturaleza humana hacia el ánimo

depredador.

Son estos motivos que impulsan la conducta del consumidor para buscar

el derroche ostensible, especialmente en el que se realiza a la vista de

espectadores. Dicho de esta forma puede sonar áspero para la sensibilidad del

lector y ofensivo para referirse a los sujetos de estudio; sin embargo cabe aclarar

que estas motivaciones no son explicitas de forma consciente, de tal forma que

las personas aludidas no se les pude acusar directamente de frívolos, imitadores

y banales. Para ellos sus hábitos de consumo cubren necesidades que

consideran totalmente justificables, lógicos y dignos de ser valorados en alta

estima.

El refinamiento del tiempo libre se puede ver también en los paseos

dominicales y las distinciones que se hacían entre la sociedad. Por ejemplo en El

Fuerte la plaza de armas tenía una banqueta que se dividió en derredor de dos

secciones o pistas mediante una valla o tubos de hierro. La pista interior estaba

reservada para el paseo de la clase prominente y el exterior para el resto del

pueblo. Esta disposición material estuvo hasta 1905, momento en el que fue

remodelada la plaza y se hicieron adiciones como el quisco y nuevas bancas.

Para fiestas y tiempo libre en el siglo XIX Mazatlán nos puede dar la

panorámica más rica con su carnaval, que año tras año era sin duda el

escaparate que permitía derrochar alegría en todos los estratos sociales.

Cada año la plazuela Machado, en el centro del puerto, y las calles

principales se llenaban de personas que con alegría y música vitoreaban el paso

de las distinguidas reinas y señoritas que desfilaban. Con los años fue señalado

el carnaval como un momento propicio para el desorden público entre los

jóvenes y la mezcla de clases sociales, sobre todo cuando sucedían los

llamados juegos con harina; para 1898 se constituyo una Junta del Carnaval que

emprendió una campaña para lograr que el festejo fuera civilizado y cosmopolita.

Fue entonces que a partir de 1898 hay un carnaval moderno, con programa

98

determinado y los reyes, tal como la usanza alemana de Prinzharnewal de los

carnavales del Rhin132.

Fotografía titulada “Señoritas distinguidas de Sinaloa, México”. Fuente: Southworth J. R. (1898). El Estado de Sinaloa, México. Sus Industrias

Comerciales, Mineras y Manufactureras. Gobierno del Estado de Sinaloa. Press of the Hick-Judd Company. San Francisco.133

Esta fotografía corresponde al inicio del “carnaval moderno” en la época

porfiriana, donde había un peculiar gusto por los ornamentos y vestuario del

mundo fantástico y la estética de la Bella Época.

132 Leopoldo Reyes Ruiz. “Aquellos carnavales inolvidables”. En Figueroa José Ma. y López Alanís Gilberto. 18 Encuentros por la historia; Mazatlán. Tomo I. Colecc. Presagio. Editado por el Gob. del Estado de Sinaloa, revista cultural Presagio y Academia Cultural “Roberto Hernández Rodríguez”. A.C. p. 87 2003. 133 Publicada en el Sinaloa Ilustrado de 1898 como parte de las imágenes del carnaval de Mazatlán. De Izquierda a derecha tenemos a la Srita. Lottie, a Flora Sowerbutts, a la Srita. Hidalgo en el centro, luego la a Emilia Sowerbuttas y por último a Inez Rocha. La primera de ellas se caso con Jorge Claussen, comerciante alemán con gran desempeño en la organización del Carnaval y empresas privadas

99

Según la tradición, los martes de carnaval la reina encabeza un desfile de

alegorías disfrazada lujosamente, el resto de las señoritas encontraba cabida

para disfrazarse en los eventos de la Plazuela Machado. Era en este lugar donde

se daba píe a los juegos de confeti, serpentina, disfraces y cantos134.

Entre otros de los entretenimientos para las familias de elite estaba los

espectáculos teatrales, siendo significativo el papel que jugo el teatro Apolo de

Culiacán y giras artísticas como la hecha por la prestigiosa cantante Ángela

Peralta con desenlace estremecedor que en siguientes capítulos será

comentado.

*

Con esto cubriría los escenarios posibles del siglo XIX donde se desarrollaban

las familias de elite. Lo importante de este capitulo es recalcar que las familias

de elite se desarrollaron en varios lugares: El Fuerte, Mocorito, Culiacán, Cósala,

Mazatlán y El Rosario; y que a su vez se desarrollaron en varios escenarios: Las

minas, los puertos comerciales, las haciendas, tiendas, la iglesia. Además, a lo

largo de este capitulo tuvimos oportunidad de ubicar ciertos vínculos entre la

economía y las posibilidades de desarrollo cultural para las familias de elite.

En lo que respecta a este desarrollo cultural y económico de Sinaloa

podemos resaltar la herencia ibérica, adaptada con las tendencias

americanizadas, que para el caso de regiones como esta, conforme avanza el

siglo XIX va haciendo más notoria la influencia extranjerizante. Esto es porque

las familias de extranjeras que llegaron a Sinaloa se desarrollaron entre los 134 Ibid.

100

vínculos de elite, teniendo relaciones con las familias que representaban a esa

elite ya existente, estas relaciones fueron ya sea de rivalidad, competencia o

emparenta miento fraternal demostrarán ser después puntos clave de influencia

cultural.

Es pues que la elite Sinaloense del siglo estudiado tiene en su formación

en raíces iberoamericanas con la unión de nuevas tendencias extranjeras,

principalmente alemanas, inglesas, francesas que con la formación del estado

nacional de Norteamericano se configuro las tendencias comerciales que hoy en

día reconocemos como propias del mazatleco y posteriormente otras

localidades.

La historia más reconocida del Estado de Sinaloa ha hecho referencia del

siglo XIX como un momento en el que los protagonistas de la historia local se

entendían a partir de las familias a las que pertenecían y héroes político-

militares. Es por ello que en muchos textos se analiza el desarrollo de las

políticas del naciente Estado Nacional, con todo y su vaivén en torno a modelos

de configuración (monarquía – federalismo - centralismo) como influencias que

tuvieron representantes en Sinaloa y que estos pertenecían a familias de elite.

Esto hace que leer sobre el desarrollo político de Sinaloa sea equivalente a

estudiar los intereses económicos de la región. En muchas ocasiones se ve

emparejada la cuestión republicana y la formación del Estado Nación con la

identificación de las familias elitistas de Culiacán; mientras que las familias

extranjeras y ramas alejadas de las familias de Culiacán se ven emparejadas

con las influencias del tipo liberal. Todo esto será tema que seguirá permeando

en los siguientes capítulos como flujos que dan pie a cambios en las prácticas

alrededor de la muerte y que sirven como marea impulsora de nuevas ideas en

tornos a ella.

Dicho todo esto y haciendo una idea general de la información comentada

a lo largo del capitulo, podemos decir que en este panorama del siglo XIX nos

encontramos con un rica gama de familias de elite, y digo rica no solamente en

el sentido económico, entiéndase en el sentido temático y de contenido que en

101

los siguientes capítulos nos permitirán una amplia gama de posibilidades para

ilustrar la naturaleza humana ante la muerte.

En definitiva y en términos concretos, encontramos en Sinaloa aquellas

características generales de las familias de elite: comparten una combinación de

cálculos oportunos para los negocios, toman en cuenta los influjos políticos

nacionales, disposición para desarrollar estrategias familiares de preservación de

bienes y el gusto por diversiones, artículos novedosos de lujo que estén al

alcance de su mano. Fue este capítulo una oportunidad de conocerlos “en vida”

a grandes rasgos que se concretaran en elementos más detallados en los

próximos capítulos.

102

“El Árbol Vano”

Fuente: Hermana Juana Beatriz de la Fuente. (1805) “El árbol vano”. Museo de Arte de San Antonio Texas. Estados Unidos.

Capitulo III

El discurso católico alrededor de la muerte en Sinaloa.

Esta pintura El árbol vano, fue realizada en 1805 y su título hace referencia al

árbol del pecador o de la vanidad. Al pie de este hay un joven vestido al estilo de

la primera mitad del siglo XVII que dormita con la mano en la mejilla. Varios

personajes lo rodean: Cristo y la Virgen por el lateral izquierdo, un ángel lo

abraza, mientras la personificación del diablo intenta tirar el árbol y la muerte con

su hoz desea por fin cortar el tronco del árbol, aunque este ya este cortado de la

parte e abajo; el inocente bello durmiente no escapará de su suerte a pesar de la

campana que Cristo quiere sonar para despertar su conciencia. Esta imagen

evoca la larga tradición que enfrenta al bien y el mal, el vicio y la virtud

103

representados en Cristo, el Diablo y la Muerte135. Curioso ver a la muerte

representada como posteriormente lo harán las artes plásticas mexicanas y se

convierte en un tema recurrente para los próximos dos siglos.

Lo que interesa en este punto es concentrar nuestro interés en el

imaginario y la actuación sugerida ante la muerte que es localizada en el

discurso católico, teniendo como fin aquellas nociones que con mayor

probabilidad llegaron al noroeste de México e impactaron a lo que hoy

corresponde con Sinaloa a lo largo del siglo XIX. Digo esto pues el ahondar en el

discurso católico sobre la muerte en general remite a todo un universo

conceptual lleno de variantes y que si pretendo remarcar la historia de cada

concepto o cada idea tendría que abarcar la historia desde el Medievo

castellano, la época visigoda, los primeros papas, la inquisición y su evolución en

cada punto. Lo cual haría de este trabajo un extenso tratamiento que abarcaría

mas allá de los alcances para los fines propuestos del objetivo general. Es pues

que lo que interesa en particular es describir el estado del discurso católico sobre

la muerte en el noroeste de México, tomando en cuenta los elementos más

notables y explicando a lo que se refiere dentro de su propio universo semántico.

Para esto se hizo una revisión de algunos textos notables que fueron

difundidos entre la Arquidiócesis de Jalisco y el Arzobispado de Durango, sede

de la alta jerarquía católica, que desde la Colonia se distribuían información

desde ahí a los Obispados de reciente creación en el Noroeste de la Nueva

España136. Tanto la provincia que comprende Sonora y Sinaloa, con las dos

Californias, estuvieron en sus principios dependientes de Guadalajara en lo

espiritual y lo temporal: posteriormente lo estuvieron a Durango, y desde el año

de 1782 se formo el Obispado de Sonora y Sinaloa que comprendía también el

135 Rebeca Kraselsky (2006). “Notas sobre la muerte en la pintura mexicana del siglo XIX”. En Correo del Maestro. No. 126. Año 11. México. 136 Los Obispados tienen a su cargo la estructura parroquial y las iglesias de su jurisdicción, que en un principio correspondía con el territorio de las Provincias del Imperio Romano, de ahí que por lo general tengan concordancia entre el territorio civil y el eclesiástico.

104

territorio de las Californias137. Sin embargo, aunque siendo Obispado

independiente, seguía teniendo la sede de su representatividad ante el Papado

en Durango o en Guadalajara según sea el caso. Pues ambos eran puntos de

mayor jerarquía a nivel de organización138.

Fue hasta 1883 cuando se marca la separación entre la Diócesis de

Sinaloa y la de Sonora-Californias; esto sirve para aclarar que las estructura

organizativa del territorio en la Iglesia Católica no necesariamente coincide

organización del territorio político del Estado o del Reino.

Desde tiempos coloniales Puebla, Oaxaca, Valladolid, Guadalajara y

Durango eran en orden las sedes episcopales que seguían a la Ciudad de

México en cuanto a sermones ahí pronunciados y posteriormente mandados a

prensa y a circulación publica, de forma tal que eran centros culturales con

influencia en el resto de las regiones eclesiásticas. En particular Guadalajara, en

su calidad de Arquidiócesis, tenía cierto liderazgo con respecto a las

publicaciones y la enseñanza de los nuevos párrocos. Es por ello que las ideas

en términos católicos pasaban primero por ahí antes de pasar al resto de los

Obispados.

Además de ser la sede de la Arquidiócesis de Jalisco, Guadalajara fue

una metrópoli a la cual se recurría para organizar los asuntos de la Real

Audiencia, en especial aquellos que se salían de las manos de los

representantes del Rey en las regiones que hoy comprenden el noroeste de

México.

137 Biblioteca Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fondo Reservado.Espinoza de los Monteros Carlos. (1823) “Exposición que sobre las Provincias de Sonora y Sinaloa escribió el Diputado Carlos Espinoza de los Monteros Ontiveros”. Imprenta de Don Mariano Ontiveros. No. Sist. 00538591. Clasif. RLAF 190 LAF. 138 Esto es porque el territorio del arzobispado, también denominado provincia eclesiástica, comprende varías diócesis (sufragáneas), y está comprendido en el del primado, que comprende varios obispados. Los arzobispados son continuación de las antiguas provincias romanas, las que primitivamente abarcaron y en las que fueron establecidos Arzobispos, radicando su capital en las metrópolis

105

El hecho de buscar información sobre Sinaloa en el Arzobispado de

Durango se debe que siendo de mayor jerarquía eclesiástica se trataban algunos

asuntos relativos al Obispado de Sonora y Sinaloa ahí. En todo caso los

Obispados son unidades independientes, sin embargo los Obispos deben

obediencia a la figura del Papa, que por medio de los Arzobispados que es

también una Diócesis, pero es la principal de esa Provincia eclesiástica y es por

medio de ella que se hacen llegar al Papa las necesidades de la Iglesia en esa

zona139. Es pues un elemento de representatividad ante el Vaticano.

Es entonces que tanto el Arzobispado de Durango como en la

Arquidiócesis de Guadalajara encontramos centros culturales que tenían

influencia sobre el orden eclesiástico de la región Noroeste de la Nueva España

y posteriormente México. Incluso muy avanzado el siglo sigue teniendo una

influencia directa, ya sea por el traslado de publicaciones o por medio de la

educación a los sacerdotes en formación. Pues recordemos que eran los

conventos más cercanos a Sinaloa hasta avanzado el siglo cuando es construido

y puesto en marcha el Seminario en Culiacán, donde en todo caso los

sacerdotes - docentes podrían tener parte de su formación en aquellos centros

urbanos.

Entre las publicaciones de la época, dirigidas a los feligreses de estas

regiones, se pueden localizar aquellas que tenían el objetivo de exhortar a una

vida santa como camino para llegar a una bella y dichosa muerte, que era un

momento de transición clave para definir el destino del alma en tiempos

postreros. Esta era una idea constante en el imaginario católico desde tiempos

medievales que ha sido colada a la época moderna tal como podemos ver en los

manuales que prescriben abiertamente una serie de consejos para llegar a estos

fines.

El objetivo general planteado por estos manuales, es que se debe

alcanzar una buena muerte, de tal forma que en ese momento se pueda estar

139 Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. (1991) Ed. Espasa-Calpe. Tomo VI. España.

106

apto para buscar el camino y la misericordia de Dios para alcanzar el derecho de

ser admitido en lo que se entendía por Cielo

.

3.1. La lógica de la Santa vida de oración para llegar a la dichosa muerte.

El precepto básico difundido, desde varios siglos antes, es que al tener

una vida santa se aseguraba el tener acceso a una dichosa muerte, que se

reduce al momento clave del momento de la muerte140. Este momento

preferentemente debía ser en la cama particular141 sufriendo la agonía física,

rodeado de cuidados familiares y principalmente espirituales de parte de un

párroco que pondría al agonizante en contacto con los seres celestiales para el

trance a una postrera existencia y para que este momento fuera propicio se

recomendaba llevar una vida con ciertos elementos. En el libro de “Consejos

Utilísimos para una Santa Vida y Dichosa muerte”142, publicado en 1850,

recomienda que en cualquier estado del vivir (refiriéndose con esto a posiciones

económicas, sociales y de salud) se deben seguir tres pasos básicos para tener

esa vida santa y de esta forma garantizar un camino a la dichosa muerte, pues

con la revisión de otros textos veremos que hay varios caminos. Entre las

140 Para algunas civilizaciones prehispánicas la otra existencia después de la vida dependía de la forma en la que el individuo había muerto; las exequias, por tanto, estaban diseñadas de acuerdo con dichos parámetros. [Miguel Portilla (1997) “La filosofía náhuatl” Universidad Autónoma de México. P. 213-216]. Por ejemplo, a los que morían ahogados, los que habían muerto fulminados por un rayo eran enterrados completos, mientras que sus almas iban a disfrutar el paraíso acuático llamado Tlalocan. A los que morían de muerte natural los incineraban y sus almas terminaban en el Mictlán; también incineraban a los que morían en la guerra, o a las parturientas, aunque tal vez con mayor solemnidad. [Fray Bernandino de Sahagún (1979) “Historia general de las cosas de Nueva España”. Porrua. Cuarta edición. P. 208. México]. La gran diferencia del pensamiento cristiano con el indígena pre-cristianizado radica en que éste se centraba en la forma de muerte y el pensamiento católico en la forma de vida, con algunos elementos en la forma de la muerte que hace variar el resultado de esa forma de vida. 141 Era costumbre que las personas de elite que enfermaban o las mujeres daban a luz, fueran asistidas en sus domicilios. El doctor, parteras, enfermeras y sacerdotes, según fuera el caso, asistían a la casa del paciente y ahí administraban los cuidados necesarios. Solo los pobres, indios y sectores menos privilegiados asistían a Hospitales, que para el tiempo colonial eran lugares que ofrecían malolientes y sucios lugares para morir. 142 Anónimo. (1850). “Consejos utilísimos para una santa vida y dichosa muerte”. Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Areola”. Ramo: Miscelánea. Núm. 386. Doc. 3. Los únicos datos sobre el autor que aparecen es que es un Sacerdote de la Orden de San Pedro Alcántara.

107

indicaciones para vivir una vida Santa se puede encontrar que se trata de

hechos prácticos, con resultados visibles:

1. Ejercitar la paciencia, la fe, esperanza y caridad. La paciencia entendida

como tolerancia ante los eventos exteriores, siendo afrontados con las

virtudes cristianas de la fe, esperanza y caridad.

2. Confesar semanalmente, oír misa diario, rezar el Rosario a San José143 y

San Juan Nepomuceno144.

3. Mostrar devoción a María Santísima de Guadalupe, hecho que vernos

más adelante y junto con el culto a San José remite a un preparativo

importantísimo para el momento de la muerte.

Estos puntos llaman a los feligreses a llevar una vida de oración, en la que se

recomendaba dedicar tiempo diario, lo cual era una recomendación reiterada en

esta época, dejando de lado pereza y distracciones por considerarlas ataques

del enemigo. El producto inmediato de esta actividad sería en primer lugar y a

corto tiempo: consuelo de las penas; y a largo plazo: la salvación del alma.

Es recomendado el uso de recursos materiales, como crucifijos y

lecciones escritas para estimular la imaginación, de forma tal que si no se puede

orar de forma fluida se puede hacer meditaciones libres sobre la vida de Jesús y

de Dios. En caso de que haya “oscuridad” mental145 como obstáculo para la

oración fluida, se recomienda considerar dos opciones: aceptar esta obstrucción

como una cruz que hay que cargar y por tanto es una situación de sufrimiento no

deseable que encaminará a “una luz” a manera de meta y recompensa146; y la

otra opción es hacer uso de jaculatorias. Estas son oraciones sumamente breves

143 Padre adoptivo de Jesús, esposo de María. Es considerado como el patrono de la buena muerte, pues al momento de morir lo hace acompañado de las dos personas más Santas sobre la tierra: María y Jesús. Creeencía que será comentada más delante. http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Jos%C3%A9.htm 144Párroco de Bohemia en el siglo XI, confesor de la Reina del momento, se negó a romper el voto de secreto de confesión y recibió martirio por ello. Es considerado por la Iglesia Católica como el protector contra las calumnias, del derecho de confesión y de la buena fama de los penitentes. 145 Termino empleado en el mismo escrito. 146 Ibid. p. 13.

108

y fervorosas que se suelen hacer de forma repetida por ser aprendidas de

memoria, es recomendado en este manual que las jaculatorias sean dichas

hasta mil veces, aunque no sea recibido el consuelo, pues si a pesar dela

incesante insistencia no llega ese consuelo es porque aun no lo merece y tiene

que hacer uso de la jaculatoria por más tiempo, mirar un crucifijo o una imagen

que mueva a la meditación.147

Otra de los obstáculos para el tiempo de oración es el sueño, este en caso

de ser injustificado debe de ser combatido de cualquier manera, incluyendo el

uso de cilicios que causen “un dolor sensible que modere el vicio” Si es que ese

sueño es producto del trabajo entonces aconseja, de forma contradictoria a lo

anterior, socorrer enhorabuena esa necesidad, pues el cuerpo ayuda al alma

para el trabajo y para el vínculo celestial.148

Es el momento de oración el que es señalado como uno de los más

propicios para la tentación demoníaca149, esta noción evoluciona y tarda en

desaparecer, pues es constante su manifestación. La idea es que el infierno se

une para ir a tentar aquel que hace oración, siendo en la literatura de la época

puesto en letra las descripciones de intensas fuerzas demoníacas que pretenden

acobardar al creyente, siendo necesario conocer de antemano la violencia de

sus embates para identificar y resistir en ese momento. Se comenta como

síntomas externos desde burlas de otras personas, sueño, miedo, ansiedad

hasta temblores corporales. La diferencia del sufrimiento por cargar cruz de

preocupación y el sufrimiento por tentaciones demoníacas es resuelto así: “La

mano de Dios hiere y mortifica; mas con otra consuela y vivifica”150. De forma tal

que el sufrimiento sentido acarreado por Dios conlleva un consuelo inmediato.

147 Ibid. p. 15. 148 Ibid. p. 16. 149 Fernando Cervantes. (1997) “El demonismo en la espiritualidad barroca novohispana”. En Manifestaciones religiosas en el mundo colonial americano. (Cord.) García Ayluardo Clara y Ramos Medina Manuel. Instituto Nacional de Antropología e Historia - Centro de estudios de Historia de México CONDUMEX-Universidad Iberoamericana. México. 150 Ibid. p. 25

109

Estas son las recomendaciones y señalamientos para la oración en

general, pero cuando se trata única y específicamente de ejercicios para la

buena muerte se recomienda nuevamente hacer diariamente la oración, con la

diferencia de que se debe hacer manifestación reiterada de las llagas, culpas y

mortificaciones; esto repitiendo las oraciones que estos manuales tienen

impresos entre cada reflexión sobre la vida y la muerte. En algunos de estos

escritos se recomienda la adoración y encomendación a santos en específico,

especialmente a San José por ser ejemplo a seguir de santidad y buscando sus

favores como el Santo que ha tenido la mejor muerte: acompañado en su agonía

por Jesús y María151. En el caso de los Rosarios, que son otra forma de ejercitar

la oración en vida con miras a preparar el momento de la muerte, estos eran

ejercicios repetitivos extensos, que se recomendara fueran dichos como

intercesión por otra persona, no para la muerte personal. En caso de la persona

aún estuviera viva y no agonizante era una forma de suplicar porque llegado el

momento fuera atendido por los seres celestiales de la mejor manera y alcanzará

la muerte acompañado de cuidados familiares y espirituales, de forma tal que en

su trance a la otra vida fuera victorioso al recibir la misericordia de Dios. Este tipo

de ejercicios para otra persona viva se hacia una vez al mes152.

3.2. Las indulgencias y el destino del alma.

Para comprender este término es necesario entender la noción del pecado

y el perdón novohispano. Pecar tenía una doble consecuencia: la pena eterna

(que era el alejamiento de Dios y consecuentemente siguen los castigos físicos

por parte de los demonios en función de los pecados cometidos) y la pena

temporal (consecuencia directa del pecado, que aunque la pena eterna sea

perdonada siempre habrá una pena temporal, como un pendiente que mortificará 151 Anónimo (1881) Devotas oraciones al glorioso patriarca San José y consideraciones para el ejercicio de la buena muerte. Ant. Tipografía de Rodríguez. Biblioteca Publica del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Fondo Misc. 529. Doc. 6. p. 47. 152 Anónimo (1851). “Rosario de agonizantes. Modo devoto de auxiliar a los moribundos”. Biblioteca Publica del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Fondo Miscelánea. Núm. 424, Doc. 8, p. 48.

110

la existencia). Cualquiera de las dos puede reducirse o cancelarse, en el mejor

de los casos, gracias a la realización de buenas obras, mediante la oración, por

la aceptación cristiana del sufrimiento y, adicionalmente, mediante las

Indulgencias. Estas Indulgencias serían el perdón ante Dios de la pena temporal

(pendientes penosos como consecuencias de las faltas cometidas) por las

pecados ya perdonados; es decir, no basta ser perdonado por los pecados

graves a través de la confesión, si no que había que ser exonerado de las

consecuencias penosas del mismo.

Eran estas consecuencias penosas del pecado las que hacían impura al

Alma, y por lo tanto no podía entrar a la Gloria Celestial, teniendo que

permanecer en el Purgatorio en un tiempo de purificación hasta ser digno de

salir de ahí a través de las mencionadas las indulgencias como actos de perdón

por los pecados cometidos en vida.

Según un documento localizado en el Archivo Parroquial de el Fuerte, los

curas de la Diócesis estaban facultados para otorgar las indulgencias a

cualquiera de los fieles que se hallare en artículo de muerte153, previa confesión

y comunión del enfermo; dejando a criterio del mismo la idea del fervor y

arrepentimiento que debe de haber en el feligrés para recibir tal beneficio.

En una de las cartas pastorales154, escrita por el Obispo de Sinaloa José

María de Jesús Portugal155, hace mención de la muerte y la relación con el

pecado. El punto central de la segunda mitad de la carta es manifestar a la

muerte como punto clave para evaluar el destino del alma, y este destino

dependía directamente de la vida llevada a lo largo de los años.

153 Archivo parroquial de El Fuerte. Libro de Disposiciones Diocesanas. 1838. Doc. 11. 154 Parte del género epistolar, son mensajes escritos de forma sencilla dirigidos a los párrocos y sacerdotes de las iglesias que comprenden el Obispado, con la encomienda de que debían ser leídas a los feligreses, especialmente los domingos en forma de sermón antes de recibir el sacramento de la comunión. 155 José María de Jesús Portugal. (1891). Carta Pastoral de Jesús Ma. De Jesús. Obispo de Sinaloa para ser leída en todas las parroquias de la Diócesis. Archivo del Arzobispado de Guadalajara. Sección Gobierno. Serie Otras Diócesis. Lugar: Sonora-Sinaloa. Expediente 14. Caja 1. Sala 2.

111

El destino de las almas después de la muerte podrían ser dos definitivos:

el cielo y el infierno; mientras que el purgatorio era un lugar de penas, con la

característica de ser transitorio.

3.2.1. Infierno.

Es el lugar del eterno castigo a donde van las almas de los hombres que

mueren en pecado mortal. Se le representa como un sitio en llamas en cuyo

espacio se manifiesta el humo, el fuego eterno y la separación de Dios; en las

representaciones gráficas se muestra a las almas de los hombres con forma

humana, desnudas en las fauces de un demonio, que es aludido con la imagen

de animales grotescos156.

En muchas ocasiones esta imaginería del infierno coincide más con los

tratados de tortura medievales, la teratología y los manuales llamados bestiarios

que con las enseñanzas bíblicas. Al respecto las visiones del infierno donde son

mencionados personajes políticos tiene connotaciones de critica política, este

tipo de visiones pueden ser entendidas como tales, y derivarse en la disidencia,

que a su vez aparecía en la sociedad del Antiguo Régimen bajo la forma de la

herejía, lo locura o algún otro tipo de delito, principalmente los sancionados por

el tribunal inquisitorial157, posteriormente solo enjuiciados como locura entre las

personas “de bien”.

156 Para conocer más sobre las imágenes del Infierno clásicas ver: Dante Aliguiere. Divina Comedia. 157 Natalia Silva Prada (2006) “El disenso en el siglo XVII hispanoamericano: formas y fuentes de la crítica política” En Riccardo Forte y Natalia Silva Prada (Coordinadores) Cultura política en América. Variaciones Regionales y temporales. UAM-Grupo de Estudios de Historia de la Cultura Política en América (GEHCPA)-Casa Juan Pablos. México.

112

3.2.2.Purgatorio.

Es representado como un lugar de penas, con la característica de ser transitorio

y no eterno como el infierno. Las Almas que llegaban ahí habían muerto en

gracia de Dios y tenían la salvación segura, lo que hacían ahí era purificarse, sin

embargo esta era dolorosa y por lo general los familiares y amigos deseaban

evitarle el dolor de permanecer mucho tiempo a sus difuntos. Sobre este tema ha

sido ampliamente estudiando por Le Goff 158, y quien señala de forma amplia los

dos conceptos fundamentales de la idea de la purgación: La posible salvación

espiritual aún siendo pecador y el de la intercesión de los vivos159.

Sobre el purgatorio existe una interesante manifestación en las artes

gráficas, se trata de el genero llamado “cuadros de ánimas”, en el que se

representa a la virgen María o a alguna intercesora conocida en medio del

cuadro, orando por las animas que se encuentran en la parte inferior envueltas

en llamas; mientras que en la parte superior del cuadro se representaba el cielo

y el destino de las almas que encontraban gracia ante Dios.

Uno de estos cuadros esta presente en el interior de la Iglesia de Cópala,

en el municipio de Concordia, antes San Sebastián, en Sinaloa. En el cuadro

esta representado el purgatorio con la Virgen María al centro, parada sobre el

purgatorio donde, entre llamas de la purificación, están representados varios

personajes con importancia en la dinámica política de la estructura colonial de

poder: Obispo, sacerdote, juez y la Anima Sola.

158 Jacques Le Goff. Op. Cit. 159 María Concepción Lugo Olín. (2006) “El purgatorio en los ejemplos tridentinos y postridentinos”. ponencia presentada en el coloquio El Más Allá cristiano, siglos XVI al XVIII. Instituto de Investigaciones Históricas, Instituto de Investigaciones Estéticas, Centro de Estudios de Historia de México CONDUMEX.

113

Cuadro de Animas, en la Capilla de Valverde, España. Empleado aquí como un ejemplo de un cuadro de ánimas.

El culto al Anima Sola fue extendido entre la Nueva España por los

jesuitas, se trata de el alma de un desconocido que llego al purgatorio y no hay

quien rece por él. Entre los feligréses se acostumbraba hacer oraciones para la

salvación de esa alma desconocida, pues una vez que salía del purgatorio con

ayuda de sus rezos, este subiría al cielo y sería agradecida con sus benefactores

desconocidos aún vivos. Se creía que esta anima sola era milagrosa y eficaz en

abundancia por los favores hechos. En los cuadros de animas esta representada

como la imagen de un humano envuelto en fuego, por lo general en una de las

esquinas inferiores de la pintura, volteando hacia el lado opuesto de la figura

central.

Esto no reitera la idea comentada sobre el imaginario del infierno, donde

hay claras señales de una conciencia política, disfrazada de discurso místico que

enfatizaba en las faltas y conductas de personajes claves en la vida social y

política de la Nueva España, como lo eran los virreyes.

114

3.2.3. Cielo o paraíso.

Era pensado como el lugar donde se gozaba de la presencia de Dios, el Reino

de los cielos, donde las almas estarían incorruptibles gozando de paz espiritual

absoluta entre otros seres celestiales que gozaban de la gracia de Dios160. La

representación general incluía ángeles, astros cósmicos, luces, almas levitando.

En los trabajos sobre el imaginario católico postmortem han sido ampliamente

comentados los elementos del infierno, siendo el cielo descrito de forma más

breve. De forma análoga sucede incluso desde las descripciones de Dante

Alighieri, en “La divina comedia”, donde el infierno es el primero de los lugares

visitados por los protagonistas, dedicándole detalles cada círculo, mientras que

al llegar al cielo tiende a ser repetitivos los comentarios sobre cada orbita en la

que se gira alrededor de Dios. Esta tendencia es quizá porque al hombre le es

más fácil concebir y representar atrocidades que delicias.

Las instrucciones para ganar indulgencias.

Para aquellos que se encontraban en perfecto estado de Salud se podían

remitir a lo que era llamada “Bula de la Santa Cruzada”, que era una disposición

que el Papado concedida al Rey de España en turno, para ser aplicada a los

“Vivos, Difuntos, Composición y Lacticinios para todos los fieles” 161. Era difundía

entre las Diócesis con la finalidad de que llegará a los párrocos primeramente, y

ellos hicieran del conocimiento de “todos los fieles y habitantes en las Ciudades,

Villas, Pueblos y lugares de la Diócesis y Partidos de las Provincias de la Nueva

España” por medio de la predicación162. De forma que ambos tendrían la

información y la autorización necesaria que les permitía aplicar las enseñanzas

católicas y así ganar indulgencias plenarias en vida. Esta Bula era esperada

160 Alicia Mayer (2006) “Cielo, purgatorio e infierno en sermones novohispanos”. Ponencia presentada en el Coloquio de El más allá cristiano; siglos XVI al XVIII. UNAM-COLMEX. México. 161 Archivo histórico del Arzobispado de Durango. 1813. Expediente sobre las bulas de la Santa Cruzada. AHAD 227. Frame 531. legajo 61. Foja 2. 162 Ibid.

115

cada dos años, pues era el tiempo que tenía vigencia y después quedaban

anuladas las indulgencias recibidas en el bienio anterior. Para los centros

urbanos con alta influencia católica significaba un motivo de fiesta, pues llegaba

una forma de tener acceso a un perdón total que garantiza la vida eterna163.

Una manifestación de la relación entre los asuntos espirituales del cielo y

los asuntos de la tierra mediados por pagos monetarios e incluso la oficialidad.

Esto será hecho a partir de comentar una Bula localizada en el Archivo General

de la Nación que fue destinada para los difuntos de los Reynos de Indias en

1803164, en ella encontramos en forma simplificada una explicación sobre

imaginario cristiano con respecto al más allá y la puesta en marcha de políticas

papales. Estas al final apoyaron a la recaudación monetaria por la Corona

española, que se ostentaba como salvaguarda del catolicismo.

Inicialmente el termino Bula hacia referencia a un sello de plomo utilizado

en las cartas oficiales de los papas para sellar documentos hasta llegar a su

destino, esto era porque el contenido resultaba de suma importancia y definía lo

relativo a cuestiones de fe, arreglos judiciales o administrativos, concesiones de

gracia y privilegios. A partir del siglo XIII cambia el empleo del termino, ya no se

trataba de elementos exteriores, si no que se refería al contenido a todo el

documento oficial, luego desde el siglo XV podía ser expedida tanto por el Papa

como por altos jerarcas de la iglesia Católica. Las bulas oficiales comienzan con

dos palabras en latín que hacen referencia de lo que tratará el documento.

El caso de la Bula localizada se trata de una indulgencia plenaria165

concedida por la silla Apostólica para que sea aprovechada a modo de

sufragio166 de las Almas del Purgatorio de aquellos que habitaron en los Reynos

y Provincias de India. Las personas que adquirieron esta bula separaron de entre

sus bienes la cantidad de dos y medio reales, esta cantidad era admitida como 163Ricardo Lesser (2007). “Vivir la muerte; historias de vida y de muerte entre 1610 y 1810”. Editorial Longselles. Argentina. 164 Archivo General de la Nación. Bienes nacionales. Vol. 181. Exp. 30. Año. 1803. 165 Entiéndase como un perdón absoluto, sin limitantes. 166 Sufragio se refiere a las oraciones que los vivos hacen para interceder por los dolientes, en este caso los del Purgatorio.

116

limosna para la Guerra Santa emprendida por la Corona y obtener el perdón de

sus pecados una vez que hayan fallecido o por los pecados de familiares y

amigos que han muerto y se presume que están en el purgatorio limpiándose de

sus pecados. Tal gesto de aportar a la Guerra santa era entendido por el Papa

como una obra de caridad.

Con respecto a la estructura general del documento del cual hablamos se

trata de un impreso en letra molde con caracteres góticos, a modo de plantilla,

donde se dejaba un espacio en blanco para que fuera escrito el nombre de la

persona doliente, ya sea que aportaba limosna y quería recibir la indulgencia

plenaria o por aquella persona a quien se le compraba esta indulgencia para que

saliera del purgatorio.

Pero vallamos paso por paso si queremos llegar a algo: primeramente el

Purgatorio, para salir de esta penuria pronto había dos caminos, en ambos era

importante la compasión de quienes viven: Por medio de sus buenas obras

ofrecidas o por medio de rezos que los dolientes ofrendaban por el perdón de los

pecados de cierta Alma167.

El primero de estos caminos es el que representa el documento

comentado. La idea es que gracias a esa compasión se podía aliviar y socorrer a

tal Alma que se encontraba en el Purgatorio y eventualmente saldría librada de

las deudas por causa de sus pecados.

El segundo camino para salir pronto del Purgatorio era que los dolientes

de aquella Alma rezarán por el perdón de sus pecados, en función a las faltas

cometidas en vida sería la cantidad de misas y rezos necesarios para que fuera

introducida al Cielo como destino final y glorioso. Incluso había Cofradías, es

decir asociaciones de fieles, mixta en conformación étnica y sexual, con sus

propias reglas canónicamente instituidas que se dedicaban exclusivamente al

167 Marcela García. (2006) “La idea del purgatorio entre los carmelitas novohispanos”. ponencia presentada en el coloquio El Más Allá cristiano, siglos XVI al XVIII. Instituto de Investigaciones Históricas, Instituto de Investigaciones Estéticas, Centro de Estudios de Historia de México CONDUMEX. México

117

rezo por las Almas de aquellos conocidos y desconocidos que se encontraran en

el Purgatorio168. Entre sus reglas estaba la de rezar en ciertos días de la semana

y efectuar prácticas católicas para ofrendar al perdón de las Almas del Purgatorio

(Misa de Réquiem, Misa con responsorios, sermones, rezo del Rosario,

recolección de limosnas, colocación de cera en altar y túmulo) 169.

Pero regresemos al documento de la Bula que nos ocupa en este artículo,

que estaría en la clasificación del primer camino para acortar el tiempo en el

Purgatorio. En este caso, tal como es expresado, los dolientes podían ofrecer “a

su divina Majestad” representada en la figura del “Vicario de Christo” o Papa

ciertas “buenas obras de caridad” para que animara a los fieles en los Reynos y

Dominios del Rey a que consuelen las Almas afligidas, de forma tal que

encontrarán pronto desahogo de sus penas gracias a los Dones espirituales de

los Tesoros de la Iglesia. Estos Dones se refiere a la “Indulgencia Plenaria por

modo de sufragio” a las referidas Almas del Purgatorio. Y para ganar tal bien

espiritual había que otorgar dos reales y medio a la Corona real para la guerra

contra los infieles.

Las indulgencias eran concedidas por la Iglesia, o por el Rey católico,

quien era uno de los representantes de la Iglesia. Estas solo se podían obtener

en vida para sí mismo o para un Alma en Purgatorio. La restricción sería que no

se pueden obtener para otra persona que siga viva. Todo esto era una verdad

irrefutable que desde el Concilio de Trento se mantenía y era condenado todo

aquel que sostenía que la iglesia no podía conceder Indulgencias en la forma

que mejor pareciera o era una práctica inútil170.

168 Ana María Martínez de Sánchez. (2006) “Cofradías y obras pías en Córdova de Tucumán, Córdoba”. EDUCC. Argentina. 169 José Luis Campos Benítez y Viridiana Vera García. (2007). “Acercamiento histórico-teológico a la Cofradía de las Benditas Animas del Purgatorio de la Parroquia de Santa Cruz, Tlaxcala, Siglos XVI al XX”. Memoria del Primer Congreso: Actitudes, prácticas y creencias ante la muerte. Siglos XVI-XX” UNAM-Facultad de Filosofía y Letras. México. 170 María Concepción Lugo Olín. (2006) “El purgatorio en los ejemplos tridentinos y postridentinos”. ponencia presentada en el coloquio El Más Allá cristiano, siglos XVI al XVIII. Instituto de Investigaciones Históricas, Instituto de Investigaciones Estéticas, Centro de Estudios de Historia de México CONDUMEX. México.

118

Para el caso que nos ocupa, la indulgencia como perdón de pecado era

obtenida en la modalidad de sufragio entendido para esta ocasión como una

participación en los objetivos del Papa y de los Santos Reyes Católicos. Esto

era contribuyendo para la Guerra que era sustentada por el Católico Monarca en

contra de los infieles, sin detallar que tipo de infieles o a quien se referiría en

especifico con tal termino.

Dentro del imaginario novohispano se conoce como infiel a cualquier

persona que sea ajena al catolicismo, que haya conocido los preceptos del

mismo pero que los haya dejado de lado. Por lo tanto la guerra emprendida

podría bien referirse aquellas en contra de potencias extranjeras que

amenazaran los intereses de la Corona o reductos al interior del país con

tendencias judías y árabes. Tal como mencione en este caso la limosna

otorgada era de dos y medio reales de plata acuñada y común a favor del Alma

de Pomposa Salas, nombre escrito en caligrafía diferente al resto del documento

sobre un espacio dejado en blanco en medio de la redacción.

El hecho de que existan plantillas como esta en las que se escribe el

nombre del donador era una forma de recabar capital a través de los preceptos

de la Iglesia Católica, justificándose en la Guerra Santa. Para comprender

porque la finalidad de estos donativos sea la defensa del catolicismo por vía del

Rey y no del Papa se debe a cuestiones a las que hay que atender el contexto

histórico.

España se encontraba en medio de una situación guerra en la que cubría

varios frentes al interior de Europa, se encontraba agotado y con

endeudamiento exterior; de antaño contaba con el apoyo de la silla papal, pero

aún así se gesto un proceso de confiscación de los bienes eclesiásticos y su

venta171.

171 Jan Bazant Jan.(1977) “Los bienes de la Iglesia en México (1856-1875): aspectos económicos y sociales de la Revolución liberal”. El Colegio de México. México.

119

Es pues que este tipo de comercio de indulgencias, ocultadas en el

nombre de Bula y todo lo que representa, que significa una forma transformada

de recibir fondos para cubrir los gastos de guerra; en otras palabras

legislaciones y normas que modulan una necesidad de Estado por medio del

uso de preexistentes necesidades culturales y imaginarias que pervivieron

desde siglos atrás.

Aunque no hay datos para conocer “en vida” a Pomposa Salas, a quien

era concedida la indulgencia en el documento en cuestión, su acto de fe nos ha

permitido la entrada a un mundo imaginario donde la participación del vivo

novohispano y sus monedas afectan el mundo de aquella alma que ha dejado su

cuerpo en la tierra de la que fue creado y necesita al doliente vivo con un

corazón dispuesto para orar y una bolsa con apertura capaz de sacar dos pesos

de ahí para alcázar la pronta felicidad eterna en el Cielo. De no ser por aquella,

Alma caritativa en vida, el tormento del Purgatorio podría durar hasta el Juicio

Final.

3.5. Indulgencias para los moribundos.

Para aquellos que se encontraban en el lecho de muerte había que aplicar

ejercicios de oración, los cuales se aplicaban preferentemente completos,

ganado de esta forma indulgencia plenaria, pero por si alguna razón solo se

podía rezar por partes, estas partes eran rezadas en intervalos de un misterio172

por día o por hora; pero sin repetir ninguna; de esta forma ganaba cierta cantidad

de indulgencias.

Las indulgencias otorgadas eran posibles de cuantificarse en términos de

días y de años, de forma tal que se acumulaban para ser gozadas en la vida

postrera. El tiempo obtenido por rezar el Rosario de agonizantes por partes esta

regulado en función de la posición del feligrés dentro de la estructura católica (si 172 Entendiendo misterio como acontecimientos o momentos significativos de la vida de Jesús y María que inspiran el contenido del Rosario.

120

es miembro o no de una cofradía, el tipo de cofradía, si es un parroquiano o un

cardenal, etc), además de los medios materiales usados como parte del fervor y

auxiliares para desarrollar la devoción; además si han testado o no173; incluso el

lugar donde se decía el Rosario y algunas disposiciones extra como mencionar

en cierto momento el nombre de algunos personajes de la escatología católica.

En la siguiente tabla se muestra la acción del creyente, el tiempo que

gana de Indulgencia para después de la muerte y la justificación de esta norma.

Si bien la publicación de esta información corresponde al año de 1851, los

tiempos de indulgencia fueron definidos desde siglos atrás, durante el pontificado

de los papas mencionados.

Tabla de acciones, indulgencias a obtener y justificaciones rezando una parte del

“Rosario de Agonizantes” (Parcial. Para mayor referencia consultar Anexo B):

Acción Tiempo de indulgencia

que se gana.

Papa que justifica.

Los cofrades rezando una

parte

5 años y 5 cuarentenas. Sixto IV. (siglo XIV)

A los que traen Rosario

(preferentemente oculto en

el cuello) se agrega…

100 años y 100

cuarentenas (40 000 días)

Sixto IV. (siglo XIV)

Por un cardenal legado 100 días más. Sixto IV. (siglo XIV)

Por un cardenal legado en

Alemania

100 días más Sixto IV. (siglo XIV)

Si al final del “Amén”, se

añade “Jesús”

5 años más y 5

cuarentenas

Innocencio VII. (siglo XIV)

173 Recordemos que el acto de testar refiere en el imaginario católico a una obligación terrenal para dejar en orden las cosas y disponer con libertad del destino de su alma, para suplicar así por la remisión de sus pecados en el momento de la muerte. No había paz para aquellos que no redactaran testamento antes de la hora de la muerte.

121

Cada parte del Rosario 8 años y 85 días. Urbano IV (siglo, XIII)

Juan XXII (siglo XIV),

duplico la cantidad de

tiempo.

Cada pronunciación de

Jesús en el Ave María (que

son dos oportunidades)

30 días Urbano IV (siglo XIII),

Juán XXII (siglo XIV)

duplico la cantidad de

tiempo.

Cada vez que se dice Jesús

o María dentro y fuera del

Rosario

7 días Pio V. (siglo XVI)

Cada vez que se dice Jesús

o María dentro y fuera del

Rosario si no se puede rezar

en la Iglesia de la Cofradía

50 años de indulgencia

Adriano VI. (siglo XVI)

Cada vez que se dice Jesús

o María dentro y fuera del

Rosario con Rosario bendito

por Religioso del Orden de

predicadores, que tienen

facultad.

100 días en cada Ave

María y en cada Padre

Nuestro.

Benedicto XIII (siglo XVIII)

Fuente: “Rosario de agonizantes. Modo devoto de auxiliar a los moribundos”. (1851) Biblioteca

Publica del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Fondo Miscelánea. Núm. 424. Doc. 8.

La idea central es que el perdón era algo susceptible de ser contabilizado

en función de algunas acciones realizadas que eran definidas de una forma

estandarizada. Esta idea de contabilizar el perdón tenía fundamento en el

122

pasado medieval de la Iglesia católica y fue una noción que pervivió durante

varios siglos, mientras el purgatorio tuvo vigencia, y que dicha idea tuvo

presencia en los lugares a los que el adoctrinamiento católico español llegó. Por

lo pronto, por medio de este libro Rosario de agonizantes localizado en Jalisco y

publicado a mediados del siglo XIX nos demuestra la difusión que esta noción

pudo haber tenido, considerando que tal lugar era un centro urbano de

importancia para las Diócesis del Noroeste de México.

3.6. La agonía vista desde la esquina más alejada del lecho de muerte.

La muerte de un fiel católico es descrita como un momento familiar, donde

los dolientes están alrededor la cama del moribundo, unos atentos contando las

bocanadas de aire que exhala, el movimiento de su pecho y los sonidos al pasar

el viento por la nariz o por la boca. Para la tradición griega, judía y otros pueblos

la verdadera característica de la vida no eran las palpitaciones del corazón, si no

la respiración (pneuma). Si el soplo de la vida se realizó a Adán a través de la

boca o de la nariz, es natural que en estas mismas partes del cuerpo el alma se

abra paso a la hora de la muerte174.

Otros están en esa misma habitación murmurando desde las esquinas de

la pieza, ya sea de la vida, o de la enfermedad, o de las costumbres del

moribundo. Para muchos ese era un momento de reunión, en el que uno que

otro comentario indiscreto era formulado desde la misma pieza, por ignorancia o

por afán de compartir información sobre el moribundo; para otros ese era el

momento el moribundo esta en una batalla interior, donde esta en juego su

espíritu y es precisamente ese momento cuando mayores cuidados y guía

requiere175. En algunos manuales se describe que es en ese momento que sobre

174 Julia Santa Cruz Vargas y Enrique Tovar Esquivel. (2004) “Los intangibles caminos del alma”. En Iconografía Mexicana V: Vida, muerte y trasfiguración”. (Cord.) Beatriz Barba de Piña Chan. Instituto Nacional de Antropología e Historia. Colección Científica. Serie Antropología Social. 175 Op. Cit. Rosario de Agonizantes. 1881. P. 6

123

esa cama esta el “Tribunal del Divino Juez”176, que desciende del cielo

acompañado de numerosos seres espirituales, convirtiéndose así esa cama en

un lugar de reunión de los mortales insolentes, de los devotos dolientes

preocupados por la vida, de los ángeles y demonios acusadores para ser parte

del juicio de esa alma. El percibir la presencia de tales entidades no es claro,

pues algunos manuales describen tal momento como solo perceptible por el

agonizante177, mientras que en otros ese momento solo es perceptible por ese

mismo agonizante solo hasta que su alma abandona al cuerpo y llega a un lugar

espiritual donde se lleva a cabo tal juicio178.

En lo que coinciden todas las publicaciones es que ese momento es de

angustia profunda para el agonizante, y es precisamente esa la batalla interior

que el agonizante pelea entre considerarse digno de recibir la misericordia de

Dios y entrar al cielo; o sentirse profundamente culpable y arrepentido de haber

llevado una vida relajada con poco acercamiento a la santidad que tanto es

recomendada para la buena muerte. Es en ese momento que el moribundo

cambia “su pensamiento”, donde las riquezas y afanes de la vida son valoradas

en poco en comparación con la virtud perdida179.

Para las personas que presencian esa escena y se encuentran en las

equinas de la habitación, atendiendo los últimos respiros del agonizante, sus

actitudes ante él era de considerarlos pobres y lastimosos; sobretodo aquellos

de los que se sabía tenían una vida de pecadores, pues su estado de agonía se

pensaba era de extremo dolor con imágenes ante ellos de las llamas del infierno

que ya les esperaban, pues su ser ya era considerada estopa lista para arder180.

Es en ese discurso católico difundido entre el pueblo que podemos

localizar evidencias de evolución con respecto a la noción de “arrepentimiento

del moribundo” que es sostenida alrededor de los cambios políticos-ideológicos.

176 Ibid. 177 Op. Cit. Consideraciones para la buena muerte. 1881. 178 Ibid. 179 Op. Cit. Consideraciones para la buena muerte. 1881. 180 Op. Cit, Carta Pastoral de Jesús Ma. De Jesús. Obispo de Sinaloa.

124

Pues en casi toda la literatura católica sobre el tema es retirado el

arrepentimiento del agonizante por su vida llevada de forma licenciosa,

alejándose por ignorancia o por pereza de las obligaciones de un buen creyente

que posee pecados inherentes a su condición humana, de los cuales hasta el

último momento y diariamente tiene que pedir perdón. A principios del siglo XIX

la muerte más espantosa es la muerte violenta (que muere sin los cuidados

espirituales, ni tiempo para ser ministrado) o la muerte del pecador (que muere

sin arrepentirse, en el engaño y la necedad, teniendo por destino directo y sin

escalas el infierno). Pero conforme avanza el siglo XIX se agregan nuevos

pecados y peligros para el alma pecadora por naturaleza que se impresiona ante

los afanes de siglo vivido.

Fue precisamente el siglo XIX un momento propicio para el ingreso de

nuevas ideas del exterior del emergente México, una persona estaba en riesgo

de escuchar de tales, aceptarlas y eventualmente comenzar a defender

férreamente. Tal como sabemos muchas de estas nuevas ideas eran

consideradas como anti-clericales, ateas, peligrosas y altamente nocivas para

salvaguardar el alma; así que aquellos que eran victimas y luego defensores de

tales “depravaciones del pensamiento” serían considerados como impíos.

En algunas publicaciones se hace referencia del liberalismo181 como una

de estas tendencias nocivas que ocasiona que las personas no crean en el

camino del alma, pero que al final de sus días, estando en trance de muerte

sobre su cama llegará momentos de angustia, remordimiento y miedo.

Tales personas eran reconocibles por una serie de síntomas182, algunas

señales susceptibles de ser vistas por los acompañantes en el lecho de muerte,

otros tantos que eran parte del mundo sensible183 del moribundo:

181 Biblioteca Central del Edo. De Durango Lic. José I. Gallegos Caballero. Fondo: Hemeroteca. Autor con el pseudónimo El pájaro Verde(1876) “La muerte del impío” En El Eco Religioso; Periódico de la Sociedad Católica de Durango. 14 de Enero de 1876. Tomo III. Núm. 2. p. 4 182 Ibid. 183 Op. Cit. Portugal. p. 19.

125

• Lengua que se traba.

• Estado de su entendimiento ofuscado.

• Memoria confundida

• Corazón deshecho.

• Alma consumida de dolores

• Poco movimiento de lo que ya se considera “cadáver” por ausencia de su

alma ya siendo devorada por las primeras llamas del infierno.

• Imposible arrepentimiento de su corazón de forma sincera, pues tan solo

llega a la intención de arrepentirse este luego regresa a ideas necias.

Llegado ese momento el mundo católico además tenía reservado su

“santoral” de personajes bíblicos considerados impíos y dignos de muertes

horrorosas por sus hechos en vida. Recordar tales ejemplos era reservado para

aquellos desviados similares a los liberales y otros tantos seguidores de ideas

contrarias al catolicismo: Acab el impío, los hijos de Eli sacrílegos, Jezabel

deshonesta, Baltasar afeminado, Saúl vengativo y Herodes incestuoso184.

Con respecto a aquellos que afirmaban que todo terminaba con la muerte,

que no había más destino para el alma después del último palazo del

sepulturero, también había comentarios sobre ellos. En los diarios185 se

exhortaba a no seguir tales doctrinas, pues en primer lugar aquellos que decían

tales cosas no eran personas con noble conducta, por tanto negaban a Dios

como una manera de no sentir culpa por las atrocidades que cometían y el

alejamiento de las buenas costumbres. Ninguno de ellos eran señalados como

hombres honrados, devotas madres, señoritas prudentes, padres de familia

responsables; es pues que se trataba de personas con conducta desordenada

que hablando así intentaban evadir su responsabilidad ante el juicio de Dios.

184 Ibid. 185 Biblioteca Central del Edo. De Durango Lic. José I. Gallegos Caballero. Fondo. Hemeroteca. Monseñor Segur. “Todo acaba cuando uno muere”. El Eco Religioso; periódico de la sociedad Católica de Durango. Sábado 30 de Octubre de 1875. Tomo II, Núm. 44. Pag.4.

126

3.7. Cuidados espirituales: confesión, sagrado viatico y extremaunción

En todo caso, tanto para el ferviente católico como para el impío, la figura

del sacerdote y los cuidados espirituales son básicos para el momento de

agonía, lo ideal es que sea el sacerdote más cercano quien ministre los cuidados

espirituales, en caso de faltar este que sea un feligrés de buena fama conocida

quien rece el Santísimo Rosario, algunos Ave María en honor a la Virgen María y

santos de la devoción del agonizante.

Para considerar que alguien agoniza se atiende los parámetros médicos

del momento; pero también se aplicaban cuidados espirituales para personas en

“articulo de muerte” que no necesariamente se encontraban en ese estado por

cuestiones de salud. Es decir, la legislación católica también contempla los

casos de aquellos que están esperando la pena de muerte por algún delito

cometido que así lo amerite según las normas de la nación que habite, de

aquellos que por alguna razón se ha dispuesto deben de fallecer o se

encuentran en peligro de que los maten por alguna falta cometida entre

particulares186, y aquellos a quien amenaza próximamente la “locura perpetua”.

Otro tipo de casos son aquellos que están en peligro de muerte porque están a

punto de entrar en batalla, tienen una enfermedad peligrosa, harán un viaje

riesgoso, navegaciones largas y aquellos que atienden a enfermos de alguna

peste187. Incluye en peligro de muerte a las mujeres que están a punto de parir,

sobretodo las primerizas, aquellos que se hallen en peligro de cautiverio o

destierro hacia territorios donde no se encuentren Sacerdotes188.

Esto ultimo podría dar pie a posible campo de análisis interesante sobre

los posibles temores a los viajes largos en la cultura católica ibérica, sin embargo

se aventuraban hasta tierras desconocidas por ellos, ¿será a acaso que los

186 La práctica del Duelismo era usual entre las elites del siglo XIX de las ciudades grandes, ante una ofensa personal se acordaba una cita para pelear con armas hasta la muerte, y asi restaurar el honor del ofendido. 187 Francisco Xavier Lazcano. (1753) “Indice Practico Moral, para Sacerdotes, que confiessan moribundos” (ortografía original) .Imprenta de Antonio Marín. En la biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. España 188 Ibid.

127

conquistadores eran hombres con poco temor por la muerte?¿tomarían

precauciones previas a sus expediciones en caso de no llevar sacerdotes?. En

tiempos posteriores, una vez colonizadas y españolizadas los territorios lejanos,

¿seria común que al moverse de un lugar a otro se tendría como preparativo

previo el confesarse y recibir cuidados espirituales previos a la muerte?. Para el

caso de Sinaloa no se ha localizado elementos que permitan responder estas

preguntas. Lo único que podría indicar ciertas referencias a esto es que

avanzado el siglo XIX eran extranjeros provenientes de países protestantes y

personas con ideas liberales quienes hacían viajes de placer o por fines

diplomáticos a Sinaloa, siendo escasos los provenientes de países con raíces

hispanas, lo que podría mostrar que podría haber cierta relación entre las raíces

religiosas y ciertas consideraciones con respecto a los viajes largos y cuidados

espirituales.

Entre estos cuidados espirituales previos a la muerte eran ministrados por

un sacerdote consistían en una serie de pasos a seguir para recibir la bendición

final. Se empieza por una confesión sacramental, donde el moribundo hace

recuento de sus faltas y se arrepiente manifiestamente de ellas. Para esto se

requiere de entendimiento y voluntad por parte del feligrés, de tal forma que

pueda reflexionar sobre las faltas cometidas. Es por ello que se considera que

este paso es delicado e incluso polémico efectuarlo en algunos casos ante el

lecho de muerte, pues algunos agonizantes ya no pueden articular palabra o en

caso de hacerla no tienen conciencia de lo que hablan. Además en caso de

considerar que tiene poco tiempo de vida, el agonizante que puede hablar es

víctima de una prisa nociva que le podía impedir exponer con claridad sus

culpas. En algunos textos es polémica la sinceridad del acto de conversión hacia

la hora de la muerte de aquellos que han pecado y de aquellos que no conocían

del evangelio, se desata un estado de desconfianza189

Para algunas publicaciones basta con haya un golpe en el pecho por parte

de aquel feligrés que por causa de su mal no puede hablar como señal de

189 Op. Cit. Consideraciones para el ejercicio de la buena muerte. p. 13-16

128

arrepentimiento de sus pecados y por tanto merecer los deleites de la

confesión190; mientras que otras, un siglo después, son recelosas de los gestos

que manifiestan los angustiados moribundos y no creen tan fácilmente en el

arrepentimiento por sus pecados, pero no dicen señales para determinar si es

creíble o no los gestos del moribundo o cuales se consideran culposos y cuales

son simplemente formulismos.191

Como podemos ver en los textos empleados para hablar de este tema hay

una variación en la apertura y tolerancia hacia quienes pueden recibir este

cuidado espiritual, principalmente el texto emitido en España en 1753 donde la

confesión se realiza a cualquier feligrés y se le otorga el perdón de sus pecados

ante cualquier mínima señal con muchas facilidades; Mientras que en uno de los

textos impresos en la Arquidiócesis de Guadalajara un siglo y medio después

muestra una actitud más desconfiada hacia la conversión y la culpa por los

pecados antes de la muerte, pero no niega las atenciones espirituales. Esto se

puede deber a la distancia en el tiempo y la evolución de las estrategias de

aplicación de los sacramentos; incluso por ser lugares diferentes de publicación.

Sin embargo hay otra diferencia que se puede considerar: el hecho de que

tienen diferentes públicos a los que va dirigido, pues el primero, el tolerante, es

para Sacerdotes; mientras que aquel que muestra relativa desconfianza es para

feligreses. Esto se podría justificar con la lógica de que para los feligreses era

necesario aplicar cierto grado de firmeza para que en ellos obrara el temor.

Una vez que se había hecho la confesión y el perdón de los pecados, se

procedía a administrar “el sagrado viatico”, que es lo que hoy conocemos como

la comunión, o tomar hostia. En la oblea se simbolizaba el cuerpo y la sangre de

Cristo que solo podía entrar en el cuerpo que estuviera libre de pecado para

recibir los favores y guía en el camino de la luz, siendo el mismo Jesucristo

sacramentado quien guiaba y acompañaba al feligrés.

190 Op. Cit. “Indice práctico moral para sacerdotes que confiessan moribundos” (versión en línea) 191 Op. Cit. Consideraciones para el ejercicio de la buena muerte. p. 16

129

Por el hecho de ser administrada, físicamente, la oblea sacramentada en

la boca del feligrés había ciertos cuidados para que en caso de enfermedad que

obligue a vomitar, la oblea no fuera expulsada. Se hacia una prueba con una

oblea no sacramentada, si el feligrés la ingería y retenía entonces se le daba la

sacramentada. En caso de no poder ingerir sólidos esta era disuelta en un

medio líquido adecuado para su mal. Lo curioso es cuando es ingerido el viatico

o ostia sacramentada y el feligrés vomita hay dos opciones adecuadas para

salvaguardar la santidad del viatico. La primera opción es en caso de que la ostia

sea visible y entera, entonces se hace una separación del resto de los fluidos, el

feligrés se vuelve a comulgar y se le administra, si este no acepta se disolvía la

hostia en agua bendita hasta disolverse completamente. La segunda opción era

cuando la hostia no era reconocible del resto de los fluidos, en ese caso se ha de

recoger todo el fluido y se procede a quemarlo, las cenizas eran puestas en un

lugar decente192. Una vez administrado el sagrado viatico se afirmaban que los

peligros y tormentos infernales se acercarían para hacer dudar de la fé. 193

La importancia de ingerir y mantener el sagrado viatico dentro del cuerpo

del moribundo fue explicada a partir de sencillas formulas, en las cuales al

feligrés se le decía que comiendo el cuerpo de Jesús, simbolizado en esa hostia,

podría ser ayudado para llevar su alma al cielo, pero antes tiene que perdonar a

todos los que lo han hecho enojar y ya no hacer enojar a la gente194

Una vez que ha sido administrado en sagrado viatico se considera que ya

esta en comunión con Jesucristo, si no tiene una situación de muerte inmediata

hasta este momento llega el servicio del alma; es hasta que esta en sus últimos

momentos cuando se aplica la extremaunción. Este era el sacramento que hoy

se conoce como unción de los enfermos, a partir del Concilio Vaticano II en el

192 Op. Cit. “Índice práctico moral para sacerdotes que confiessan moribundos” (versión en línea) 193 Op. Cit. Consideraciones para el ejercicio de la buena muerte. p. 20 194 Fray Bartolomé García. (1760) “Manual para administrar los santos sacramentos de penitencia, eucaristía, extremaunción y matrimonio: y dar gracias después de comulgar y ayudar a bien morir a los indios de las naciones…,”. Imprenta de los herederos de Doña María Rivera. p. 50

130

siglo XX. Se le conocía como “extremaunción” porque solo se administraba in

extremis, es decir ante la cercanía muy próxima de la muerte.

Este sacramento tenía la función de que “el alma se pondrá valiente para

que el demonio no te engañe… te limpiará el alma, y Dios te ayudará para que

vallas al Cielo”195. El Concilio Tridentino lo llamó Exeuntium: “de los que salen de

este mundo, y acaban su vida temporal; porque así como el bautismo es

sacramento de los que entran en la iglesia militante; así la extremaunción es de

los que salen de ella y entran en la [iglesia] triunfante”196. Con esto se lograba

contrarrestar la desordenada prontitud e inclinación a lo malo que queda del

pecado original y actual.197 Una vez que este sacramento era aplicado no había

marcha atrás, en caso de sobrevivir y aliviarse de la enfermedad física el feligrés

en cuestión debía tomar medidas drásticas sobre su vida.198

Si el enfermo se había arrepentido de sus pecados y se le había

ministrado el sagrado viático, pero no daba señales de morir pronto, la

extremaunción se postergaba hasta que el agonizante o sus familiares

consideraban que había llegado el momento. Llegado el momento se avisaba y

se mandaba traer al ministro, o si la distancia era larga el mismo día de la

confesión se aplicaban todos los cuidados espirituales. Por su puesto todo esto

en casos ideales en los que hubiera un ministro católico cercano, pues había

lugares a los que no se tenía acceso a los servicios espirituales, entonces con

solo las oraciones de los familiares se brindaba servicios para el alma y el bien

morir. Pero volvamos al caso de la muerte ideal católica para el tiempo del que

hablamos, donde hay cerca un sacerdote, una vez que este llegaba frente al

agonizante se acercaba al lecho de muerte y ofrecía una cruz para que fuese

195 Ibid. 196 Presbitero Antonio Lobera y Abio. (1770) “El porqué de todas las ceremonias de la Iglesia y sus misterios”. Imprenta Real de la Gaceta. España. p. 509. 197 Ibid. p. 512. 198 Algunos comentan que el feligrés al que se le hubiere aplicado la extremaunción y lograse sobrevivir, debía apartarse de la comunidad, enclaustrarse en un convento, pues el perdón por los pecados que había recibido y la “limpieza” de su alma era algo que debía conservar intacta, pues en caso de tener un pensamiento o un acto contrario a la santidad la mancha que le traería no sería lavada con nada más.

131

besada, se aseguraba de que se hubiera arrepentido de sus pecados y recibiera

el sagrado viático. Hecho esto se pedía a todos los presentes, considerando que

el cuarto estaba lleno de familiares y amigos cercanos, que se arrodillarán para

rezar un “Padre Nuestro” y “Ave María” para que Dios tuviera misericordia del

enfermo. Se hacían oraciones por parte del ministro pidiendo el perdón por los

pecados de cada uno de los sentidos: pecados de la vista, pecados de los oídos,

pecados del olfato, pecados del gusto y del tacto199; mientras el sacerdote va

haciendo señales de la cruz sobre las partes del cuerpo del enfermo donde

radican tales sentidos: ojos, oídos, nariz, boca y manos; siendo incluidos en

ocasiones la espalda y los pies.200 Todo esto mientras el sacerdote reza en latín

suplicar para el perdón de los pecados y que reciba bendiciones de Dios201.

Una vez hecho esto y si el agonizante no moría aun se le explicaba que

ha sido perdonado, que debe adorar a Dios, María y a Jesús. Se le explica que

en caso de ser aliviado de sus dolencias y llegase a sobrevivir no debe de hacer

enojar a Dios, ni pecar de ninguna manera, esto es que es invitado a llevar una

vida en santidad: “No te mezcles en ningún negocio de este siglo, no desees

ninguna cosa temporal: vive ya como un muerto para este mundo”202

Lo que ahora queda es ayudar a bien morir como acto final: se rocía agua

bendita y se le da al enfermo un crucifijo que pueda adorar, si es que entiende se

le pide que con su propia voz diga una serie de oraciones como señales

explicitas: en primer lugar sobre su fe: esto es que dijera que creía en Dios, el

cielo, temor al infierno, la trinidad, misterios de María, el sacrificio de la cruz y la

segunda venida. Luego dijera palabras que manifiesten esperanza pidiendo sea

aceptado en el cielo, para seguir con actos de amor a Dios diciendo una y otra

vez cuanto a ama a Dios; si es que sigue con vida, se le pidiera que hablara de

tal forma que sirviera como manifestación de amor por el prójimo, esto es

diciendo que amaba a las personas a su alrededor y perdonaba todos sus 199 Op. Cit. Consideraciones para la buena muerte. p. 23-25 200 Op. Cit. “Manual para administrar los santos sacramentos. p.59 201 Ibid. Oraciones en latín completas en esta edición. 202 Liber Ordinum. col. 90. En Ariel Guiance. (1998) “Los discursos sobre la muerte en castilla medieval”. Junta de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura. España.

132

pecados hacia el. Seguía un acto de conformidad y resignación; si aun seguía

vivo se le pedía hiciera peticiones a afectuosas María, a José Patriarca, al Ángel

Custodio y por ultimo se entrega manifiestamente el alma a Jesús. Después un

silencio…. por muerte o en espera de ella.203

3.8. Cultura jurídica en el imaginario escatológico.

Una vez que ese silencio ha llegado, y mas palabra no puede decir el

agonizante, solo queda esperar la muerte, que su alma deje el cuerpo corruptible

pues ya lo esperaba un juicio espantoso en el que se daban cita los ángeles y

demonios esperando la presencia del alma del feligrés. Para algunos ese juicio

ya había empezado desde antes de que el alma dejará el cuerpo, pues encima

de la cama del agonizante ya estaban las presencias espirituales debatiendo por

el caso en forma de lo que se llamaba “Tribunal del Divino Juez”204.

Todas esas presencias espirituales estaban alrededor del difunto,

apretándose entre los familiares y colándose al lado de la cama para poder

susurrar al oído del agonizante e influir en sus últimos actos, pues estos eran

vitales para el destino de su alma, según el imaginario católico. No bastaba con

todos los cuidados espirituales, la oración, la vida en santidad y los constantes

rezos acumulativos tiempo de indulgencia, si no que además estaba la

importancia de las últimas palabras dichas por el agonizante.

“…-¿Desde cuando estás aquí?

-Lo ignoro.

-Pues yo te diré. Has muerto hace dos días, y tu última

palabra ha sido el nombre de una mujer en lugar de ser el del

203 Ibid. 204 Op. Cit. Rosario de Agonizantes. p. 6

133

Señor. Tonto, que tu cuerpo sería de Satanás si Satanás quisiese

llevárselo…?” 205

A mediados del siglo XIX seguía presente en el imaginario que los deseos

del cuerpo y principalmente de las entidades espirituales seguían traicionando al

pobre feligrés aun con su comunión sagrada y la extremaunción. Ya que ha

exhalado el último suspiro inicia el juicio particular del alma, escena que es

descrita utilizando términos legales a todas luces: juicio, tribunal, abogados,

sentencia, apelación, entre otros.

El mundo semántico del derecho es reunido con la tradición cristiana para

formar un discurso católico romano, donde el Juez que definirá el veredicto final

es Dios206, o en algunas descripciones es Jesucristo207. En ese juicio se utilizaría

un libro escrito por el dedo de Dios, donde el mismo acusará todo sin reservas,

pues tenía que juzgar con justicia y rectitud. Una vez que haya dado su

veredicto, decidiendo entre el infierno o la gloría del cielo (curiosamente se

descarta en esta publicación la mención del purgatorio), no habría apelación

posible en la sentencia208.

Por otro lado considerar a Jesucristo como es Juez es justificado con la

idea de que el fue nombrado rey de los pecadores, con una coronación hecha

con espinos y soporto el escarnio del publico siendo el mismo rey de los judíos.

En consideración a esto, la misma publicación recomienda hacer rezos

solicitando a Jesucristo sea igualmente paciente y misericordioso como lo fue en

vida humana. La parte acusadora se creía que eran los demonios, quienes

defienden el derecho sobre esa alma, para que sea concedida a Satanás y el

205 Biblioteca Central del Edo. De Durango Lic. José I. Gallegos Caballero. Fondo. Hemeroteca. Alejando Dumas. (1862) “Historia de un muerto contada por sí mismo” (Fragmento de la novela) La independencia; periódico político y literario. 14 de Julio de 1862. Tomo I. Núm. 25. p.4. 206 Op. Cit. Consideraciones para el ejercicio de la buena muerte. p. 36. 207 Op. Cit. Rosario de agonizantes. p. 17 208 Op. Cit. Consideraciones para el ejercicio de la buena muerte. P. 36-37.

134

infierno sea su morada eterna; mientras que por defensora esta la Virgen

María209.

La unión de los conceptos del derecho con el mundo cristiano se pude

explicar considerando que en la formación educativa se tomaba con importancia

el entender el derecho como disciplina, que junto con la teología, eran base de la

educación superior. Por lo que no sorprende que el imaginario de las personas

letradas, sin importar la profesión especifica, compartían una serie de términos

propios del vocabulario letrado del momento y este vocabulario estaba basado

en las leyes, jurisprudencia y normas.

3.9. Evocaciones para la de buena muerte: María abogada y José patriarca

En los testamentos sinaloenses de los tres primeros cuartos del siglo XIX

es constante el uso de la formula católica donde incluye la petición de tener a

María como abogada intercesora, a la luz de las descripciones anteriores, sobre

el juicio particular en el momento de la muerte, es que se entiende el sentido de

llamarla abogada.

Los ejercicios de la buena muerte210 recomiendan acercarse a ella a

través de la constante invocación a su nombre durante los rezos, pues ella podía

lograr que Jesucristo, su hijo en la tradición cristiana, tuviera misericordia del

alma por la cual se hacen los rezos y que además ella ahuyentaría a los

demonios que desconsuelan los últimos momentos de vida. Ahí queda justificada

la formula que hasta la fecha es mencionada en los Rosarios para varias

ceremonias católicas: “Ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de

nuestra muerte”. Es pues, que tener sus favores y su atención en esos últimos

momentos era una cuestión clave para que ayudará a aplacar la ira y severidad

del Juez, de forma tal que puedan librarse de “la muerte segunda”, que era el

otro término para el infierno alejado de la luz del cielo. 209 Op. Cit. Rosario de agonizantes. p. 7 210 Ibid. p. 8

135

Por otro lado José, el esposo de María, era considerado como el ser que

ha tenido la muerte más bella. El de ante mano tenía 7 privilegios

importantísimos concedidos por Dios, a partir de ellos es que se le pide algo en

específico para gozar al igual que el, de una buena muerte. Estos eran

recordados antes de hacer los rezos de ejercicio para gozar de una buena

muerte211.

Tabla de Privilegios concebidos a José y lo que se le podía pedir para la hora de la muerte.

Privilegios concedidos por Dios a José,

el patriarca.

Lo que se le pide para la buena muerte

en base a sus privilegios.

Ser guía del hijo Unigénito y de su

Santísima Madre en todos los caminos y

viajes.

Alcanzar misericordia, tener tiempo de

purificar alma en el sacramento de la

penitencia.

Guardar y defender de Herodes a Jesús. Poder recibir el sagrado Viatico.

Fortaleza en el cuerpo y alma por el

contacto diario con Jesús.

Alcanzar Extremaunción, así aliviar el

cuerpo de la enfermedad y el alma del

pecado.

Creer en la concepción del Espíritu Santo Renovar protestación de fé.

Tener custodia de Jesús durante su infancia. Tener el ángel custodio como guía.

Llevar al limbo la noticia sobre la llegada

del Redentor.

Preparación para las penas infernales del

purgatorio y salir pronto.

Resucitar junto con los ángeles y santos. Hallarse en estado de posesión de aquel

reino.

Fuente: Anónimo (1881) “Devotas oraciones al glorioso patriarca San José y consideraciones paran el ejercicio de la buena muerte”. Ant. Tipografía de Rodríguez. Biblioteca Publica del

Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Fondo Misc. 529. Doc. 6.

211 Op. Cit. Devotas oraciones al glorioso patriarca San José y ejercicios para la buena muerte. p. 4-6

136

En general la idea es que el ha sido el ser que ha tenido la mejor y más

deseable muerte, pues fue al lado de las personas más santas que han existido:

María y de su hijo Jesús.

Pedirle favores para la muerte ejemplar y bienaventuranza en la hora del

juicio eran actividades que se podían hacer invocando a José y María en el

imaginario católico, pero siempre y cuando fuera antes de que fuera emitida la

sentencia final del juicio, pues una vez dada no habría nada que hacer, ni María,

José, ni tampoco los ángeles podían apelar las resoluciones finales.212

*

Lo que permanece constante en todas las publicaciones es el terror ante

la muerte impía, propia de los pecadores que en todo momento tendrán

angustias y dolor ante la idea de que su juicio se acerca irremediablemente, que

podrán ver a Dios, pero como un Dios vengador al que deben de temer por su ira

devastadora y la irrevocable decisión de ser enviado a consumirse en las eternas

llamas del infierno.

En cualquier parroquia de Sinaloa de esa ultima década del siglo XIX se

leía el contenido de la carta pastoral que anteriormente fue comentada, del

Obispo José María de Jesús Portugal, que aunque habla del infierno, la muerte

del cuerpo, el juicio contra los pecadores y otros temas escatológicos que

comúnmente podrían asustar a los legos, resulta relativamente suave el

tratamiento que se da; podría decirse que el Obispo hasta es benévolo al decir

las cosas con tal sencillez y practicidad en comparación con otros discursos que

resultan ser más violentos, resolutivos sobre el bien y el mal. El Obispo muestra

que después de pecar hay oportunidad para el arrepentimiento, con el elemento 212 Op. Cit. Consideraciones para la buena muerte. p. 39.

137

de aumentar la caridad para poder así recibir la gracia de Dios antes de morir, la

muerte ideal es aquel momento en el que el alma se encuentra en comunión, sin

hacer mención de las prisas por los cuidados espirituales pero si mencionando

constantemente la importancia del temor a Dios como forma de guardar sus

estatutos. Ese temor a Dios es el que trae la vigilancia de las costumbres y por

tanto evitar las ocasiones de pecado, para así evitar llevar una vida indigna y

muerte impía. El saber si se había llevado una vida en santidad se sabría en el

momento de la muerte y sería un conocimiento que solo esa alma del difunto

podría tener.

Este giro con respecto al dramatismo que podemos ver en las otras

publicaciones donde se prepara Rosarios para agonizantes y ejercicios de la

buena muerte marca una evolución, no en el contenido, pero si en la intensidad

de los recursos simbólicos empleados, es ahí que en este siglo XIX el discurso

católico evoluciona de posturas que invitan al acto publico-familiar a preferir

nociones del interior del alma y el auto examen de conciencia.

138

Fuente: José de Vicente y Caravantes. Miniatura de “Anales dramáticos del crimen y causas celebres españolas” Tomo 3. 1858-1866. Biblioteca en línea PixeLegis; de la Biblioteca de la

Universidad de Sevilla. España.

Capitulo IV.

Testamentos decimonónicos: de lo celeste a lo terrenal.

En aquellos días Ezequías enfermó de muerte.

Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así:

Ordena tu casa, porque morirás y no vivirás.

Isaías 38.1

“Me despido de todos mis buenos amigos y de todos los que me han favorecido

en poco o en mucho y muero creyendo que he hecho por el servicio de mi país

cuanto he creído en consecuencia que era bueno… Lego mis libros al Colegio de

San Nicolás de Morelia, después de que mis señores albaceas y Sabás Iturbide

tomen de ellos los que gusten”

Fragmento del testamento de Melchor Ocampo.

139

Algunos documentos oficiales de la tradición ibérica heredada a las colonias

americanas, estaban empapados de alegorías y referencia a dogmas de fe; en

su contenido lo que hacían en muchas ocasiones es que podían otorgar

legitimidad para acciones en la tierra que supuestamente tendrían eco en la

gloria celestial y en el aterrador infierno. Este tipo de documentos “públicos” y

oficiales tenían acceso limitado, pues presupone tener alguna diligencia con la

Corona, con la Iglesia o algún asunto entre privados. Es entonces que las

personas que podías participar en este lenguaje oficial era un sector limitado de

la población con acceso a la cultura escrita, en el amplio sentido del concepto.

Este vinculo entre la documentación terrenal y lo celestial es trasmitido a

América justificado por el Derecho Indiano, que es un ajuste del Derecho

Romano y Canónico. Al final, el Derecho Indiano estuvo basado en adaptaciones

de la ley a la nueva realidad encontrada por los juristas castellanos en la tarea

de organizar el imperio ultramar213.

Una de las áreas del derecho indiano donde se palpa esta tradición de

vincular lo celestial con lo terrenal es en el caso del derecho sucesorio, pues a

partir del estudio de testamentos y otros documentos como las escrituras de

capellanías y censos se ha logrado tener una puerta de entrada a este vínculo

entre el poder que se creía tenía un asunto terrenal sobre lo espiritual.

En el derecho romano y bajo medieval que permeaba la cultura jurídica de

los reinos de España, desde el siglo XII, el testamento era conceptualizado como

una obligación religiosa, en tanto que ponía al alma en paz con respecto a sus

posesiones, de forma que al llegar la muerte, aquella persona que haya puesto

en orden sus bienes y dispuesto una parte para donaciones tendría una buena

muerte que aseguraría su entrada a la gloria celestial. Este esquema fue

213 Víctor Tau Anzoátegui. (1982) Esquema histórico del derecho sucesorio; del medievo castellano al siglo XIX. Ediciones Macchi. Segunda edición. Buenos Aires, Argentina.

140

trasladado al derecho indiano, que regulaba las acciones civiles en los territorios

españoles en América214.

Es amplia la bibliografía215 que se ha escrito sobre la mentalidad medieval

que fue trasmitida por toda Europa y los territorios de sus imperios estudiando el

contenido de las disposiciones testamentales. En la mayoría de éstos la idea

básica es que se puede localizar que el temor a la muerte y la condenación del

alma es un rasgo propio de la mentalidad medieval siendo esto reflejado en el

hecho de que llevo a muchos miembros de la elite a renunciar de forma total o

parcial a las fortunas acumuladas en vida, a favor de la iglesia con muchas

variantes, como vía para acceder al perdón de los pecados y a la salvación de su

alma. Variantes que desglosaré más adelante.

La situación después de la independencia de las naciones americanas,

fue que se reorganizaron las aplicaciones del derecho sobre la combinación de

las viejas bases del derecho indiano y nuevas ideas reformistas. De modo que el

resultado, para el caso de la práctica testamentaria, fue el cambio en el

contenido que revelaba una nueva mentalidad jurídica y una expulsión de lo

religioso en los documentos notariales de este tipo. Estos cambios no

necesariamente guardan una correspondencia directa con los ritmos políticos,

pues la separación del testamento de entre las funciones de la Iglesia comenzó

antes de que el imperio español cayera y los primeros bosquejos de proyectos

políticos nacionales comenzarán. Esto lo digo a raíz de una cedula emitida en

214 María Isabel Seoane (1985) “Sentido espiritual del testamento Indiano”. Fundación para la educación, la ciencia y la cultura. Buenos Aires, Argentina. 215 En Europa: Adriana Ferreira Esparza Carmen. (2001) La economía espiritual entre lo terrenal y lo espiritual; pamplona XVIII. Universidad Industrial de Santander. Centro de Estudios Regionales CER-UIS. España; Michael Vovelle (1997). Piété Baroque et Déchristianisation en Provence au XVII sicle. Comité des Travaux Historiques et Scientifiques. Francia. En Argentina: Alejandra Bustos Posse (2005). Piedad y muerte en Córdoba; siglos XVI y XVII. Editorial de la Universidad Católica Córdoba. Colección Tesis 5. Córdoba, Argentina; Ana María Martínez de Sánchez. (1996) Vida y “buena muerte” en Córdoba durante la segunda mitad del siglo XIX. Centro de Estudios Históricos. Argentina; María Isabel Seoane (1995). Forma y contenido de los testamentos bonarenses del siglo XVIII; estudio iushistoriográfico. Argentina. En México: Verónica Zárate Toscano (2000). Los nobles ante la muerte en México; 1750 - 1850. El colegio de México y Instituto Dr. José María Luis Mora. México. Alma Victoria Valdés (2000) Testamentos, muerte y exequias; Saltillo y San Esteban al despuntar el siglo XIX. Universidad Autónoma de Coahuila y Centro de Estudios Sociales y Humanisticos, A. C. México.

141

1801 donde se hace referencia a otra anterior de 1784 en la que le fue retirado el

permiso para que la Iglesia fuera la administradora y juez en los casos donde

haya controversias en la ejecución de obras pías de testamentos216. Esto lo

hacía a partir de Juzgados particulares de Obras pías, que se encontraban en

cada una de sus Diócesis, con un Vicario conocer del tema.

En la cedula del 25 de Noviembre de 1801 se comunica que a partir de

entonces no se permitía a los tribunales eclesiásticos tomar conocimiento sobre

la validación o nulidad de los testamentos, formación de inventarios, ni deposito

de los bienes que dejasen los testadores, aun que estos fueran Eclesiásticos, y

también sus herederos, ó hubiesen instituido a sus almas ú obras pías por

corresponder la ejecución de todo a las Justicias Reales 217.

Con el paso de las décadas el testamento, que buscaba a la muerte

portentosa, como Luis Bolaños la nombro al hablar de sus presumidos afanes

para atormentar a los vivos, perdió una de sus vías de manifestación. El

testamento ya no era una vía para aligerar la carga del espíritu en búsqueda de

un ticket de entrada al cielo, si no que en todo caso lo que podría hacer es tener

gestos piadosos con los familiares y amigos cercanos, tal vez heredar buenas

obras, pero nunca más se vería la incursión del “alma” como un heredero

universal, tal como sucedía en varias ocasiones para decir que se heredaba el

caudal para decir misas y salvar así el alma del purgatorio.

4.1. Las invocaciones: Un vistazo panorámico

Al analizar los testamentos sinaloenses de tales años podemos observar

el desarrollo de esta evolución, ubicando momentos de ruptura y continuidad en

el tipo de discurso notarial. Para esto se consideraron 70 testamentos completos

desde 1818 de lo que hoy es el Estado de Sinaloa218. Tomando en consideración

216 Archivo del Arzobispado de Durango. 1801. Validación o nulidad de testamentos. AHAD 206. Frame 0840. Leg. 10. Foja 2. 217 Ibid. 218 En el fondo histórico de la Familia Peiro, en la Biblioteca de la Universidad Panamericana fue localizado el testamento de tres de sus integrantes, habitantes de Sinaloa, que testaron entre 1818 y 1820. En tanto que el Archivo General de Notarias del Estado de Sinaloa, se encuentra

142

los principales lugares de mayor movimiento económico, que fueron comentados

en el capitulo II, por suponer que serían sus habitantes los que tendrían acceso a

la cultura escrita219 y a bienes que heredar.

Lugar donde se oficializa el testamento para la muestra de 70 casos

estudiados.

Culiacán 22

Mazatlán 20

El Fuerte 10

Cósala 9

Mocorito 4

Durango 3

Concordia 1

Badiraguato 1

Total 70

La muestra se integro buscando que estuviera acorde a la situación

económica y social de los lugares, tal como fue comentado en el Capitulo II del

presente trabajo. Fue hecha una selección de testamentos procedente de los

lugares que representaban mayor movilidad económica en orden descendente

considerando en los primeros lugares a Culiacán, Mazatlán, El Fuerte y Cósala

por tres razones: eran los lugares de mayor auge económico y por tanto había

mas personas con posibilidad de heredar bienes; son lugares en los que había

acceso a la cultura escrita; y en tercer lugar porque el registro notarial tuvo mejor

control de los documentos. Mientras que Mocorito, Concordia y Badiraguato son

una serie de documentos desde 1818 de todo el estado de Sinaloa y fue de ahí donde se obtuvieron los otros 67. 219 No todas las personas que dictan sus testamentos saben leer y escribir, incluso algunos solicitan que alguien más firme el documento por no saber como hacerlo. Con cultura escrita hago referencia, en el sentido amplio, a que al menos había accesibilidad a personas que supieran escribir y conocían la importancia de la redacción de este tipo de documentos notariados.

143

considerados lugares con movimiento económico importante para el siglo XIX

donde habitaron personas con disposición a dictar testamentos, pero que no

necesariamente permanecían ahí y se movían a otras notarias para registrar sus

testamentos. El hecho de que solo haya sido utilizado un testamento para

Conconcordia y otro para Badiraguato no significa que tales lugares no hayan

desarrollado interesantes puntos para el presente trabajo, pues algunos

otorgantes desarrollaban su vida cotidiana en ciertos lugares, pero acudía a

centros urbanos más desarrollados para oficializar este tipo de documentos

notariales, por lo que en los testamentos de Mazatlán y de Culiacán se pueden

ver reflejadas las disposiciones de las personas que habitaban en Concordia,

Badiraguato y zonas cercanas.

Para aclarar el punto, en la siguiente tabla es desglosada la cantidad de

testamentos donde el otorgante posee algún bien inmueble en lugares que el

nombra, este tipo de bienes (haciendas, terrenos o solares, casas habitación y

establecimientos mercantiles) por definición, son posesión fijas que revelan los

lugares donde habitaban y tenían vida productiva los otorgantes.

Demostrando con la variedad de lugares establecidos, que había

movilidad entre estos sinaloenses, que principalmente tenían posesiones rurales

y acudían a centros urbanos para convenir algunos asuntos y comercializar

posiblemente, ya que, como podemos ver en esta misma tabla, los

establecimientos mercantiles estaban en los principales centros urbanos.

144

Ubicación de los bienes inmuebles heredaros. Haciendas Mocorito 2 Terrenos o

Solares Mazatlán 8

Rosario 1 Culiacán 5 Cópala 1 El Fuerte 3

Industrias Altata (una salinera)

1 Mocorito 2

Casas habitación

Culiacán 12 Mucurimi 2 Mazatlán 10 Zapotillo 2 El Fuerte 7 Presidio 1 Cósala 5 La Meseta 1

Mocorito 3 Mineral de las

Higueras

1

Zavala 1 Concordia 1 Rosario 1 Higuerita 1 Ayune 1 Badiraguato 1 Altata 1 Palmar 1

Las Trancas 1 Tepantita 1 La Meseta 1 Llano

hoyoso 1

Choix 1 Palmitas 1 Chinabampo 1 Bocas 1

Panuco 1 Establecimientos mercantiles

Mazatlán 7 Batopito 1 Culiacán 3

Rancho el Tule

1 Fuerte 2

Badiraguato 1 Cosala 1 Rincon de

Urias 1

Es decir, había hacendados, agricultores, comerciantes y mineros que

hacían fortuna y vida en cierto lugar principalmente rural, pero su

representatividad política esta en la ciudad. Podría interpretarse que al momento

de necesitar hacer un trámite oficial, compras mayores, o asuntos domésticos si

es que podrían llamarle así en aquel momento, acudían a centros urbanos para

estas cuestiones. Estos centros eran principalmente Culiacán, Mazatlán, El

Fuerte y Cósala. Es decir, los bienes inmuebles que son valiosos como para

heredarse se encuentran fuera de los centros urbanos principales, estas

personas asistieron con el escribano o notario para oficializar sus disposiciones

llendo a un centro urbano no necesariamente el mas cercano, pues aunque la

mayoría de los testamentos fueron ubicados en los Juzgados Primero de Distrito

de Culiacán, Mazatlán y El Fuerte las casa habitación están distribuidas por

145

poblados que se encuentran en todo el área de Sinaloa. Demostrando que la

fortuna susceptible de heredarse se puede amasar en cualquier lugar de Sinaloa,

pero el oficializar asuntos solo en los centros urbanos.

Mencione profesiones y oficios sin mencionar mayores datos, este resulta

ser todo un tema, puesto que no en todos los testamentos es mencionado

explícitamente. Excepto por algunos del ultimo cuarto del siglo XIX (11.42%) que

dentro de los datos de identificación hacen mención del oficio o profesión a la

que se dedican. En el resto de los testamentos se hizo un análisis de los bienes

que poseían siendo posible en algunos identificar oficio o profesión (37.14%);

esto se hizo analizando el tipo de bienes materiales, con tal información se pudo

inferir a que se dedicaba la persona.

Ahora bien, volviendo al tema de la evolución en el contenido, para

analizar tal variante se considero como primer indicador a la presencia del

término invocación inicial que fue útil para separar cuantitativamente entre los

testamentos que pertenecen a la idea devota del bien espiritual y aquellos que

poseían nueva estructura reformada en tiempos de México como nación.

Hasta 1878, que representa la mayor parte del siglo XIX, la invocaciones

inicial es representada con la formula: “En el nombre de Dios todo poderoso.

Amen. Yo...”, continua el nombre del testador y sus datos generales. En otras

146

palabras, en la mayor parte del siglo XIX las familias de elite se apoyaban en la

entidad de Dios todopoderoso y otros intercesores celestiales220 para dar peso a

las palabras que eran mencionadas en sus testamentos. Es esta formula la que

se considera para cuantificar si pertenece o no a los testamentos devoto, siendo

encontrado que el 46.03% de los testamentos analizados inician de esta forma.

Después de 1878 la invocación inicial es cambiada por la formula: (ej.) “

En Cósala, Villa de Valenzuela, Estado de Sinaloa, República Mexicana...”221

seguida de la hora, fecha, nombre del servidor publico que toma el testamento y

hasta después los datos generales del testador. A este tipo de invocación la he

llamado Patria, por hacer referencia a elementos ciudadanos y ser parte de la

tradición cívica de la reforma, tal como más adelante será detallado.

La distribución de los 70 casos en función de separar por tipo de

invocación quedo de la siguiente manera:

220 La Beatísima Trinidad; misterios y sacramentos de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana; La Virgen madre Reina de los Ángeles; El Ángel custodio de su nombre y demás corte celestial; y Jesucristo. 221 Variando según el lugar donde se hace el testamento.

147

Esta división entre invocaciones religiosas y patrias no fue tajante, ya que

fueron localizados algunos que contenían ambas invocaciones, que

provisionalmente nombre como mixtos. Estos iniciaban describiendo el lugar,

hora, fecha y nombre tanto del servidor publico que tomaba parte en la redacción

del documento, como del otorgante. Normalmente era la voz del funcionario

publico, entiéndase notario, escribano o el Juez de Primera Instancia, o Juez de

Distrito; una vez que terminaba esta descripción general daba voz al testador, y

para el caso de estos testamentos mixtos, iniciaba con parte de la invocación

religiosa, haciendo hincapié en la alusión a Dios Todopoderoso. 222

Para ver su distribución en el tiempo la siguiente gráfica puede ayudar,

posibilitando así notar que el uso del testamento con invocación religiosa fue un

contenido con lenta tendencia a desaparecer, superpuesto con invocaciones

mixtas e incluso patrias.

222 “En la Ciudad de Culiacán… ante mi el licenciado Domingo Rubi, escribano publico y testigos que al fin se expresaran compareció el Sr. Lic. Basilio Aviña, mayor de edad de éste domicilio cuya persona doy fe de conocer y dijo: que en el nombre de Dios Todopoderoso creador de todas las cosas; y disfrutando de cabal salud que la Divina Providencia le concede, temiendo la muerte que natural otorga y ordena su testamento de la forma siguiente…”AGNES. Culiacán. 1883. Foja 56. Escritura 19. Notario José Verdugo. Fragmento de testamento otorgado por Basilio Aviña.

Distribución de los tipos de invocación en testamentos a lo largo del siglo XIX.

0

1

2

3

4

5

6

7

8

18

18

18

22

18

26

18

30

18

34

18

38

18

42

18

45

18

49

18

53

18

57

18

61

18

65

18

69

18

73

18

77

18

81

18

85

18

89

18

93

18

97

Años del siglo XIX

Fre

cue

nci

as

Religiosa

Mixta

Patria

148

En algún momento, en el ultimo cuarto del siglo XIX, la formula fue

modificada de una invocación religiosa a una invocación civil sobre los datos

generales del instrumental testamentario; estamos hablamos de que dos

décadas después de las leyes de reforma aún seguía invocándose en el nombre

de Dios dentro de documentos oficiales. Recordemos que las leyes de Reforma

de 1857 separaron los asuntos religiosos de los civiles, quedando por ley fuera el

discurso religioso de los documentos notariales223. Además, este tipo de dato

nos revela que después de 50 años de independencia se seguía utilizando

formulas heredadas por la legislación española. Siendo esta tardanza en el

cambio un elemento sumamente significativo que sugiere una mentalidad

religiosa con resistencia desaparecer.

Es pues que a partir de un solo indicar podemos notar diferencias y

evolución en los testamentos del siglo XIX, a partir de este se hizo una

separación y un estudio más detallado de las características de cada uno, siendo

llamado “testamento devoto” el que tiene la invocación religiosa, mientras que el

otro se le denominará “testamento patrio”. A lo largo de este capitulo se

comentará a detalle las especificidades de cada uno.

4.2. Testamento devoto entendido desde Sinaloa.

Es clásico en la tradición testamentaria medieval imperará el lenguaje de

estilo barroco hablando de invocaciones a figuras celestiales y formulismos

católicos. Tal como ha sido comentado, esta tradición llego a iberoamerica

gracias al derecho sucesorio indiano que impregno de estos elementos a las

disposiciones testamentarias durante la colonia. A este tipo de documentos de

ahora en adelante se conocerá como “testamento devoto”. Esta definición en

todo caso se toma a partir del contenido del testamento, de forma tal que

nombramos como testamento devoto aquel documento notarial que contiene

223 Liliana Díaz (2004) “El liberalismo militante”. En Historia General de México. El Colegio de México. México.

149

permanencias propias del Antiguo régimen en su redacción, aunque haya sido

redactado muy avanzado el siglo XIX. Es decir, la definición se hace en función

al contenido y no al tiempo en el que haya sido escrito.

Veamos más afondo ese aspecto religioso en la naturaleza del testamento

en el Antiguo Régimen, heredero de la tradición medievalista; en aquel entonces,

se trataba más bien de un acto católico, cuyo uso fue impuesto por la Iglesia,

como si se tratara de un sacramento más224. Es comentado en la literatura más

respetada en historia de las mentalidades, que en cierto momento para el caso

de Francia se podía llegar hasta tal extremo que quien moría ab intestato225 era

castigado con la pena de excomunión y no podía ser enterrado en la iglesia ni en

el cementerio226. En el testamento devoto de Ysidora Ravago, madre de dos

gobernadores sinaloenses, encontramos una referencia a esa vinculación entre

un encuentro celestial después de la muerte y el testamento en vida como un

camino para facilitar ese episodio glorioso.

“…temerosa de la muerte que es tan natural y precisa a toda

criatura humana como incierta su hora para esta prevenida con

disposición testamentaria y reflexionar con maduro acuerdo todo

lo concerniente al descargo de mi conciencia, evitar dudas y

diferencias, que pudieran suscitarse después de mi fallecimiento

entre mis herederos y no tener a la hora de esta cosa pedir a

Dios de todas mis penas la remisión que espero de mi piedad,

otorgo y ordeno mi testamento de la forma siguiente…”227

224 María Isabel Seoane (2006) “Un salvoconducto al cielo; prácticas testamentarias en el Buenos Aires indiano”. Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho. Argentina. 225 Sin testamento. 226 Aries Phillipe. (1983) El hombre ante la muerte. Taurus. México. 227 AGNES. Culiacán. 1840. Juzgado primero de distrito. Foja 146. Notario José Verdugo. Fragmento de testamento otorgado por Ysidora Ravago.

150

Esta idea de usar el testamento como una forma organizar los asuntos

terrenales, de forma tal que al momento de la muerte se goce de cierta descarga

de conciencia, siendo una especie de preparativo para el encuentro con una

entidad celestial con la cual negociar el perdón de los pecados fue empleada con

diferentes palabras en el 15.87% de los casos estudiados.

El testamento devoto era concebido entonces como un ritual de salvación,

obligado y casi sacramental, que garantizaba a los fieles mediante un acto

público, escrito “ad pías causas”, la reconciliación eterna y el camino hacia la

otra vida a cambio de una serie de legados piadosos228. No cabe duda de que se

trataba de un contrato de seguridad suscrito entre Dios y los hombres en el que

durante muchos siglos la iglesia actuó de mediadora, en los que incluso se hacia

participe a los aquellas personas que no necesariamente eran las más ricas en

posesiones materiales.

Para el caso de Sinaloa encontramos el testamento devoto de Juana

María Domínguez y García, en el cual menciona sus posesiones que siendo

comparadas con el promedio reportado para la zona central en los tiempos de la

transición de la Nueva España a México no resultan ser los más lustrosos.

“Declaro por mis bienes una casa con comedor techado de

palma de buen hilo y cocina techada de lo mismo, con su

correspondiente solar cercado de varias especies de ramas y

cartón ubicada en el punto del azafrán, al mismo tiempo tiene 7

árboles de naranjos, cinco agrios y dos dulces, un cualitote y un

cirgüelo”229.

228 María del Carmen Mena García (2004). Un linaje de conversos en tierras americanas; los testamentos de Pedrarias Dávila, Gobernador de Castilla del Oro y Nicaragua. Universidad de León. España. 229 AGNES. Cósala. 1829. Foja 12. Notario José Felipe Roncal. Testamento de Juana María Domínguez y García.

151

Al mismo tiempo el testamento devoto fue también un permiso para pasar

por la tierra y gozar de los bienes temporales, sin tener que renunciar a la

salvación del alma, ya que la Iglesia católica legitimaba y autorizaba su disfrute

mediante el pago de un canon espiritual que era satisfecho en moneda temporal

para misas, fundaciones de caridad y otras mandas piadosas. Se conciliaban

entre si, por la vía del testamento, dos sentimientos en principio contrapuestos

en la teología cristiana tradicional: la vinculación con las cosas temporales y el

deseo de ganar la salvación eterna. Por eso, al menos hasta mediados del siglo

XVIII, la escritura de los testamentos se componía de dos partes obligadas y

bien diferenciadas: primero, las cláusulas con rasgos espirituales y luego, la

trasmisión de los bienes a los herederos. Formula que siguió siendo empleada

muy avanzado el siglo XIX en Sinaloa.

Los temas que se tocan en estas clausulas con rasgos espirituales son los

siguientes230:

1. Invocación religiosa inicial y procesión de fe iníciales.

2. Disposiciones sobre el entierro del cuerpo.

3. Disposiciones sobre celebraciones de misas.

4. Mandas forzosas, con fines piadosos.

5. Otras mandas piadosas, por ejemplo a la iglesia, monasterios, capillas,

dote de alguna religiosa.

6. Fundación de capellanías.

7. Clausulas de descargo de conciencia. Por ejemplo el reconocimiento de

hijos ilegítimos y de deudas, libertad de esclavos, legados a favor de

indios o restitución de algún despojo.

El primer rasgo se refiere a un llamado a través de palabras a una entidad

superior que avale y sea sustento de lo que se dirá, en este caso Dios

Todopoderoso. Es en nombre de esta entidad superior, en función de lo que

230 Abelardo Levaggi (1987) “Manual de historia del Derecho Argentino”. Tomo II: Judicial, civil y penal. Ediciones Palma. Argentina.

152

representa y la seguridad que delega, que utilizan los escribanos para constar el

peso de las palabras que serán dichas por el testador.

4.2.1. Invocación religiosa inicial.

Para el caso del testamento devoto, la formula básica es: “En el nombre de Dios

todo poderoso. Amen. Yo...”, continua el nombre del testador y sus datos

generales. Estas eran parecidas en todas las escribanías lo que variaba eran

ciertas supresiones y agregados provenientes, tal vez, del propio escribano o de

la voluntad del testador. En caso de que sea el escribano resulta interesante ya

de por si, esto al considerar una franca actuación como simples mortales que

manifiestan de esa manera algunos factores de transformación del pensamiento

en la comunidad.

Si algo tienen en común la invocación inicial a lo largo del siglo XIX y a lo

ancho de la muestra es que hay brevedad de una oración y es uniforme, con

algunas leves variaciones susceptibles de ser resaltadas. Todas las

invocaciones religiosas eran dirigidas en primer lugar a Dios, al que, siguiendo

con lo acostumbrado se lo calificaba frecuentemente como Nuestro Señor o

Todopoderoso231.

Las variaciones radican en incluir inmediatamente después a la invocación

de Dios, y antes de la presentación del otorgante, a otros celestiales personajes

como las “apariciones” de la Virgen en el 27% de los testamentos devotos, en los

que se invoca su nombre junto con el de Dios para hacer constar las palabras

que serán dichas a lo largo del testamento. Un ejemplo de ello esta en el

testamento de la Señora María del Carmen, habitante de El Fuerte que en 1850

declaro: “En el nombre de Dios Todopoderoso y de la siempre virgen María

231 “En el nombre de Dios Todopoderoso, yo...”. AGNES. Cósala. 1838. Foja 16. Juzgado Primero de Distrito. Testamento de María Josefina de Bustamante.

153

Señora Nuestra concebida sin la culpa original yo María del Carmen

Manjarrez…”232.

Por otro lado, en uno ubicado Mazatlán hace la invocación en nombre de

la Santísima Trinidad usando la formula definida con el lenguaje del Concilio de

Trento (“En el nombre de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo tres

personas distintas y un solo Dios verdadero)233. En la siguiente gráfica puede

verse representados los porcentajes de aparición de estas formulas, siendo esta

última llamada “trinitaria”.

El más parecido al trinitario es el aparece con el nombre “ciencia y primo”

234. Este tipo de invocación, aunque hace referencia directa al Misterio de la

Trinidad, al hacer alusión a la idea de la unanimidad de la persona de Dios como

una de sus características, no es empleado en los mismos años que el tridentino,

sugiriendo variaciones en la doctrina que lo sustenta y que llego al conocimiento 232 AGNES. El Fuerte. 1850. Foja 29. Protocolo de Instrumentos Públicos del Juzgado de Primera Instancia del Distrito de El Fuerte. Testamento de María del Carmen Manjarrez. 233 AGNES. Mazatlán. 1838. Foja 1. Juez Segundo de Paz Joaquín Peñuelas. Testamento de María Jacques. 234. “En el nombre de Dios Todopoderoso, uno en ciencia y primo en persona, yo Ignacio López...”. AGNES. Cósala. 1870. Foja 135. Notario Pedro P. Padilla. Fragmento del testamento de Ignacio López.

154

ya sea del otorgante o del notario; que dicho sea de paso comenzó a

presentarse en 1870, lo cual es bastante tardío, digamos que le toco solo la cola

de la tendencia devota en los testamentos, llego tarde y justo antes de bajar el

telón de la religión en las notarias.

Todas las formulas, las comunes y las particulares, finalizaban con la voz

hebrea Amén, la que, considero, potenciaba el sentido religioso del acto de

testar.

4.2.2. Declaraciones de fe.

Una vez que se ha invocado a esta entidad superior y se ha presentado la

persona, este dicta una declaración de fe donde hace explicito desarrollo de

aquellos elementos católicos en los que cree. En ocasiones estas eran las

palabras a las que mayor espacio se les dedicaba, incluso más que la

descripción de los bienes, si es que los había para heredar. Pues el hecho de

dar legados patrimoniales no era el motivo único que movía a una persona a

testar, si no dar descanso a la conciencia, dejar dicho de una vez por todas la

postura personal ante Dios y los hombres, entre otras cosas:

“aunque Hierática a los beneficios de Dios yo soy cristiana,

católica, apostólica y romana por la divina gracia de Dios de que

me precio. Por lo cual creo y confirmo todo aquello que Dios ha

revelado y creo y confirma y propone Nuestra Santa Iglesia

Romana de cuyo cuerpo soy miembro. Y por más claridad, gusto

mis creyeran testimonio digo: expreso que creo en el misterio de la

mismísima trinidad, padre, hijo y espíritu santo, una misma

persona: así mismo creo y agradezco por el bien que logro el

misterio amoroso de la encarnación del Divino Verbo que siendo

hombre por las purísimas entrañas de María Santísima: creo en el

Augusto Ministerio del Cisma Sacramento del Altar donde esta

155

Cristo Dios y hombre verdadero todo entero no sólo en señal y

figura, si no en su misma Real Abstinencia: creo que de esta

manera Dios es remunerador, esto es, que premia a los buenos y

castiga a los malos. Creo que hay gloria, la cual espero gozar por

toda la eternidad: Creo que hay un infierno del cual van los que

mueren en pecado mortal y que así esto, como los que mueren en

gracia han de resucitar para nunca más morir; he vivido, vivo y

viviré y quiero morir temiéndome de la muerte que es natural, y

deseando salvar mi alma. Otorgo este mi testamento para sosiego

de mi conciencia y por del único heredero que tengo que es mi

sobrino José Simón Tarín”.235

El caudal de bienes que hereda a su sobrino consiste en su casa

habitación, hecha de palma, varias imágenes, algunos arboles frutales y unos

pocos animales; caudal que para la economía del momento eran de valía. Pero

vayamos por partes, en primer lugar esta Señora declara ser hieretica, siendo

que tal vez se quería referir a un estado derivado de la palabra hereje, como

signo de humildad al reconocerse como una católica aislada o fuera de la gracia

de la mano de Dios por hallarse en ese momento en un alejada del cumplimiento

en los preceptos católico. A partir de esa afirmación suelta otras más en los que

da declaración confirmatoria de todo aquello en lo que cree. Lo que puede llamar

la atención sobre este, es que hace referencia al pecado, infierno y al castigo

eterno; además de que reconoce ser temerosa a la muerte, condición que si

aparece en otros más; pero sigue siendo curioso que concluye su declaración tal

como la inicio: insinuando que su conciencia la acusa de no ser tan buena

católica en los hechos, o todo lo contrario, es creyente bastante afanosa que

desea garantizar por todas las vías posibles la salvación de su alma.

Precisamente ese era uno de los fines que tenía el acto de testar en este

tipo de documentos, a partir de la afirmación de “estar temerosos ante el

235 AGNES. “Testamento de Juana María Domínguez y García”, en Notario José Felipe Roncal, libro unico, foja 12, Cosala, 1829.

156

momento de la muerte, que es incierta y natural a cualquier criatura”, luego

dictaban que ante tal temor a la muerte furtiva es que dejaban sus disposiciones

para “descargo de la conciencia y no tener pendiente al momento de pedir a Dios

por el perdón de sus pecados y gozar de su presencia”; ambas frases muy

comunes en los testamentos con algunas variaciones. Ante tal situación lo que

literalmente buscaban con el acto de testar era otorgar legitimidad a la solicitud

de que María fuera su abogada en el momento justo de la muerte (34.61%)236 sin

mención de otro personaje más, pues tal como fue comentado en el capítulos

previos, en el imaginario de la muerte católica estaba la idea de que

inmediatamente después de la muerte se sucedería una especie de tribunal en el

mas allá donde contenderían el diablo como fiscal acusador y los intercesores

celestiales, principalmente María, ante Jesús que sería el juez. En el 23.07% de

los casos hacían referencia a esta idea completa del tribunal divino precedido

por Jesús, independiente al 34.61% anteriormente mencionado que hablaba de

María.237

Si nos atenemos a lo que dicen los testamentos, al parecer el miedo a la

muerte se debía mas a ese momento inmediato posterior a ella, por esa

constante mención de disposiciones para estar protegido por “buenos

abogados”. Pues es solo el 7.69% de los casos los que sugieren que una vez

terminado tal juicio lo que desean es gozar de “la gracia del Espíritu Santo” y de

“de la presencia de Dios”238, el resto no habla mas sobre el fin ultimo del alma

después del trance de la muerte. La preocupación es pues: un buen abogado

celestial al momento de la muerte para que obtenga el perdón de los pecados

por parte ya sea de Jesús (23.07%) o de la Divina Misericordia (11.53%).

236 Porcentaje con referencia al total de testamentos con invocación inicial religiosa, a partir de este momento todos los porcentajes en este apartado serán dados de esta forma. 237 “…temeroso por lo mismo de la muerte tan natural a toda humana creatura y creyendo como firmemente creo… en María Santísima, Madre de Dios, Señora y Abogada nuestra, a cuyo patrocinio me acojo para que con el Santo Ángel de mi guarda y todos los demás de mi devoción me asista en el trance de mi muerte…” AGNES. El Fuerte. Foja 174. Fragmento del testamento de Francisco Camilo Orrantia (1869). 238 “…pidiendo que rueguen a Dios nuestro Señor por mi, que me perdone mis pecados y lleve mi alma a que le goce en la bienaventuranza…” AGNES. El Fuerte. 1878. Foja 72. Fragmento del testamento de José Orduño.

157

4.2.3. Intercesores celestiales.

Estos personajes son lo que se conoce como intercesores celestiales, de

los cuales se solicitaba su intervención expresamente en el testamento,

pudiendo tener uno o más intercesores. El más recurrente era María en sus

diferentes advocaciones (88.46%)239, luego la corte celestial integrada

ambiguamente por Santos o por Ángeles (53.84%), en tercer lugar por “el santo

ángel de mi guarda” (34.61%); quién era diferente al “santo de mi nombre”

(19.23%)240 este era el santo que correspondía con el nombre de la persona y se

creía que cuidaba la vida de tal persona. En quinto lugar el intercesor celestial

mas socorrido era “el santo de mi devoción” (15.38%) aunque no se especificará

cual santo. El resto de la información podría apuntar a que se trataba de San

Francisco, pues el 11.11% de las disposiciones de entierro solicitaban ser

enterrados con el habito de tal Santo, lo que podría respaldar a que este era un

santo popular en la región de Culiacán y Cosalá, que es de donde corresponde

los testamentos que hacen tales menciones.

239“…abogada Reyna de los Angeles Maria Señora Nuestra y madre de pecadores, a quien humildemente le suplica se digne a interceder por mi con su preciosísimo hijo para que perdone la gravedad de mis culpas, y lleve mi alma a eterno descanso con su escogido, bajo cuya protección suplica y divina invocación…” AGNES. Mazatlán. 1853. Foja 56v. Notario Pedro Peláez. Fragmento del testamento otorgado por Eugenio Celle. 240 “…esperando [que] la divina misericordia me perdonará mis pecados por la intersección de María Santisima de cuyo patrocinio me acojo, para que con el Santo Angél de mi Guarda y demás santos de mi devoción me amparen y favorezcan en el transe de mi muerte…” AGNES. Culiacán. 1864. Foja 32. Notario Pedro J. Padilla. Fragmento de testamento otorgado por Jesús Vega.

158

Los que menos eran elegidos como intercesores celestiales eran la

Santísima Trinidad (7.69%), San José, el patriarca (3.84%) y Espíritu Santo

(3.84%). Lo que resulta curioso, pues eran personajes importantes de la

cosmología católica, pero que no eran intercesores recurrentes para pedir

perdón al mismísimo Dios.

4.2.4. Advocaciones.

El pensamiento católico ha exaltado algunas figuras y ha otorgado

importancia a la idea de las apariciones en ciertos lugares físicos, otorgándoles

dones o atributos sobrenaturales tanto al lugar, como a la figura y ciertos

elementos rituales alrededor de la misma. Una de ellas es la imagen de María, el

personaje bíblico que dio a luz a Jesús, a quien oficialmente se le reconocen

dones, atributos y misticismo alrededor de lugares reportados como sede de sus

apariciones. Una advocación sería precisamente la forma de referirse los

159

diferentes nombres que adquiere María a partir de estos elementos místicos a

los cuales se rinde culto.

Se podría decir que hay dos tipos de advocaciones: aquellas que se

refieren a atributos, dones, misterios y actos sobrenaturales que ocurrieron

durante la vida de María: La Anunciación 241, la Asunción, la Presentación, etc. El

otro tipo son las apariciones en ciertos lugares que dan pie a nuevos nombres de

la Virgen, como la del Pilar (en Zaragoza, España), la de Fátima (en el poblado

de Fátima, Portugal), la de Guadalupe (en el cerro del Tepeyac en México), la de

Lourdes (en Lourdes, Francia), etc242. Entre las personas que profesan la religión

católica existía la confusión de creer que eran varías vírgenes, cuando según la

Iglesia estos son nombres con los cuales referirse a una misma.

Entre los testamentos de Sinaloa advocaciones ubicadas estaban,

principalmente, entre las oraciones que confirmaban las creencias de los

otorgantes. En otros estudios, las advocaciones son analizadas a partir del

inventario de bienes de los otorgantes, dentro de estos son detalladas las

posesiones de imágenes de imágenes y figuras talladas con las diferentes

advocaciones de la virgen, en ocasiones son referidos el lugar donde se tiene el

nicho para adorarlas dentro de la casa de la morada o en capillas privadas;

incluso son comentados los enseres y vestimentas que poseen para el cuidado

de las figuras.243 Sin embargo, entre los testamentos sinaloenses no fueron

ubicados listados detallados como tales, por lo que al hablar de advocaciones en

estas disposiciones se hace alusión a las ubicadas en las declaraciones de fe.

Siendo posible que cada testador mencionara una o mas advocaciones en una

misma disposición, y otros más solo se limitan a decir el nombre de María al

241 Es el momento en el que un Ángel baja del cielo y anuncia a María que tendría en su vientre el fruto del Espiritu Santo. 242 Igualmente, las advocaciones suelen dar lugar en muchos casos a nombres propios femeninos, compuestos del nombre María y su advocación: María del Carmen, María de los Dolores, María de Lourdes, etc. 243 Alejandra Bustos Posse. (2005) “Piedad y muerte en Córdoba; siglos XVI y XVII”. Editorial de la Universidad Católica de Córdoba; Ana María Martínez de Sánchez. (1996) Vida y “buena muerte” en Córdoba durante la segunda mitad del siglo XIX. Centro de Estudios Históricos. Argentina; Teresa Rojas Rabiela, Elsa Rea López y Medina Constantino (2000) Vida y bienes olvidados. Testamentos indígenas novohispanos. CIESAS-SEP-CONACYT. México.

160

referirse a ella sin hacer uso de alguna advocación. El hecho de que en un solo

testamento se puedan mencionar varias advocaciones explica porque el número

de advocaciones en las siguiente grafica sobrepasa la cantidad de testamentos

devotos.

Llamar, principalmente, a María como Reina de los Angeles tiene lógica al

considerar que estos eran los segundos intercesores con mayor mención. La

creencia en los ángeles tendría pues mayor aceptación en el imaginario

sinaloense, mas que los Santos. Prueba que confirma esto sería el hecho de que

una de las ciudades principales de Sinaloa, Culiacán, tenga como figura patrona

a San Miguel Arcangel, incluso hoy en día la Iglesia Catedral ostenta la figura de

este Ángel justiciero sobre la entrada y otras más en el retablo mayor, coronando

la parte superior con su espada en el aire a punto de atacar demonios.

Además, tal como hemos comentado, la invocación a María en los

testamentos era principalmente una busqueda de una excelentisimo apoyo ante

el divino tribunal, como podemos ver llamarla “Señora nuestra” y “Abogada”

tienen el segundo lugar de mención como formas de llamar y cualidades

atribuidas a la Virgen. Dentro de las declaraciones de fe no son encontradas

ninguna advocación de lugar, solo cualidades.

161

4.2.5. Lugares y peticiones para el entierro.

El espacio para la última morada del cuerpo adquirió una relevancia

trascendental para el catolicismo a partir del terror al cuerpo insepulto, que es

desagradable a los sentidos si se tiene alcance al mismo, pero que a la larga,

aunque no fuera visto, esa persona no gozaría de la resurrección. Pues era

entendido que con la segunda venida de Jesús habría una resurrección de los

difuntos, teniendo como condición básica estar dispuestos los restos juntos, en

un lugar conocido. De lo contrario la resurrección sería imposible al no haber

restos que revivir; o en todo caso, al estar en un lugar desconocido sería muy

confuso para tal cristiano entender su situación.244

En los testamentos se podía tener la libertad que el bolsillo permitiera para

elegir el lugar de entierro, situación que analizaremos en el siguiente capitulo.

Por lo pronto lo importante es que en el testamento devoto había clausulas

donde el otorgante podía comentar el lugar de entierro de su elección, en

especial dentro de las iglesias, que era el lugar más privilegiado para los

creyentes, todo esto amparado bajo la legislación indiana, que tuvo en cuenta

esa libertad de elección: “que los vecinos y naturales de las Indias se puedan

enterrar en los Monasterios o Iglesias que quisieren”.245

Para el caso de los testamentos decimonónicos de Sinaloa 21 de ellos

hace referencia a el lugar entierro que el otorgante dispone, lo que representa el

33.33% de la muestra total.

De estos 21 testamentos que hacen referencia a lugares de entierro se

encuentran polarizados, algunos especificaban que desean ser sepultados al

interior de una iglesia (19.04%) o que dejarán explícitamente tal disposición a

elección de los albaceas (14%). La diferencia entre solicitar ser enterrado en el

Interior de una Iglesia y el campo santo o cementerio es que esta segunda

244 Philippe Aries. (1983). “El hombre ante la muerte”. Taurus. Madrid. 245 “Recopilación de las leyes de estos Reynos de Indias hecha por mandado de la Majestad Católica del Rey Felipe Segundo” (1741). Libro I. Título XVIII. Ley I. En Alejandra Bustos Posse (2005). Op. Cit.

162

opción significaba estar en terrenos de la iglesia anexos a la nave principal o un

terreno adquirido a las afueras de la traza urbana, pero santificado y dispuesto

para recibir los cadáveres.

Porcentaje a partir de 21 testamentos que hacen esta disposición.

Tal como fue comentado, estar enterrado dentro de una iglesia era una

condición especial que revestía de dignidad y de acercamiento con las

celebraciones litúrgicas, de modo que se tenía acceso a los privilegios

concedidos al escuchar las oraciones constantes de los feligreses. Era pues un

privilegio, que inicialmente estaba concedido para “los Santos Padres de la

Iglesia”, que en el discurso estaba prohibido que cualquier persona fuera

enterrada dentro de la iglesia. Tal como ha sido ampliamente documentado por

Martínez de Sánchez246, las advertencias sobre lo inapropiado de tener

cementerios vecinos a las Iglesias o como parte de la construcción, fueron

creciendo como parte de un discurso ilustrado mientras la Iglesia, como

institución, mantuvo la prohibición de enterrar dentro de ellas. La hispanísima

tradición de acatar pero no obedecer fue una constante con respecto a las

disposiciones de los restos, pues a pesar de prohibirse, el hecho es que las

246 Ana María Martínez de Sánchez (2005 b). ¿Secularización de la sepultura? En V Congreso Argentino de Americanistas. Asociación Argentina de Americanistas. Tomo II. Argentina.

163

iglesias de la Nueva España estaban atestadas de cadáveres de los fieles

quienes deseaban los auxilios espirituales y protección física que podían obtener

estando entre los muros de la Iglesia.

Esto de especificar el lugar de sepultura solía ser un tema en el que

algunas veces se comentaban detalles exactos entre las disposiciones antes de

la muerte, y no era para menos, pues era ahí donde esperarían hasta la

Resurección. Es por ello que se establecía un arancel para ser enterrado en

ciertos lugares especiales al interior de las iglesias. El piso de la iglesia se usaba

como panteón, en función del lugar donde deseará ser sepultado el cuerpo había

una cuota que la familia debía de cubrir. Los costos variaban en función de la

cercanía al altar mayor, que era el lugar más costoso por ser a donde iban

dirigidas las oraciones de los feligreses. Todo esto será comentado a mayor

amplitud en el siguiente capitulo.

Lo que en este momento interesa es que habla de dos lógicas diferentes

el solicitar ser enterrado dentro de la iglesia o fuera de ella en el cementerio o

campo santo. Una era la situación de legalidad, que era un discurso al que solo

tenían acceso entre los funcionarios de la fé y para estos años estaba en pleno

debate entre los Obispados latinoamericanos247. Algunos Obispados tomaron

medidas al respecto, cambiaron la práctica del enterramiento al interior de las

iglesias por lugares a las afueras de la traza urbana, pero procurando los

elementos indispensables para santificarlos248; de forma tal que aunque

estuvieras extra muros de la iglesia estos lugares garantizarán el descanso de

los restos mortales.

247 Ana María Martínez de Sánchez (2005 b). ¿Secularización de la sepultura? En V Congreso Argentino de Americanistas. Asociación Argentina de Americanistas. Tomo II. Argentina. 248Arzobispado de Durango. 1814. Decreto sobre el Reglamento para utilizar los dos cementerios situados junto a la Iglesia de Santa Ana. AHAD 229. Frame 0115. Leg. 64

164

Si analizamos la frecuencia de elección del lugar para ser sepultado,

encontramos que 4 de las personas que dispusieron un lugar de entierro

eligieron hacerlo dentro de una iglesia (representando el 19% lugares elegidos;

0.71% de la muestra total), y estas 4 personas lo hicieron en la primera mitad del

siglo, distribuidos de forma bastante espaciada tal como se puede ver en la

siguiente gráfica donde son representados con un circulo azul.

Ser enterrado extramuros, pero en un lugar santificado como el

Cementerio anexo a la Iglesia o en el Campo Santo de la localidad fue solicitado

entre 1838 y 1873. Correspondiendo con la creación del Cementerio San Juan

Nepomuceno en Culiacán, construido por iniciativa del Obispo en turno tal como

fue comentado en el Capitulo II de este trabajo.

Esta opción de solicitar ser enterrado en el campo santo desapareció

como petición, dejando a voluntad de los que aún quedasen vivos. Situación que

puede ser interpretada como una prueba desvanecimiento gradual de la voluntad

del testador o en todo caso, como otra posible interpretación es que ya no se

consideraba importante como agregarlo al testamento este tema.

Distribución en el tiempo de los lugares de entierro solicitados en testamentos a lo largo

del siglo XIX.

0

0.5

1

1.5

2

2.5

3

3.5

4

4.5

18181822

18261830

18341838

18421845

18491853

18571861

18651869

18731877

18811885

18891893

1897

Años del siglo XIX

Fre

cue

nci

as

Interior de Iglesia o Parroquia.

Cementerio Extra muros

Donde disponga Albacea o familiares

165

Situación similar sucede con las peticiones que se hacían para el entierro

durante el siglo XIX, según podemos atestiguar con esta muestra de

testamentos, es que pedían tener entierros humildes, o a voluntad de un albacea

que solía ser un familiar de confianza. La petición más devota resulto ser

amortajada con el habito de San Francisco de Asís y portarlo hasta el final de los

días del corruptible cadáver.

El resto de los elementos que integran el contenido de un testamento

devoto se trataban de donativos otorgados a para la beneficencia social y para

cubrir los gastos por misas dichas a favor de la salvación del alma a través de

una salida pronta del purgatorio a donde iban las almas de los difuntos antes de

pasar al cielo. De este rubro se solía obtener considerables ganancias para la

iglesia local y de otros puntos (donde haya nacido el testador, la parroquia del

lugar de procedencia de sus antepasados, la catedral de la Nueva España o

incluso lugares de Europa con el que el testador siente conexión emocional).

Este tema será comentado en el siguiente capitulo.

Distribución en el tiempo de las menciones sobre peticiones de entierro en testamentos

a lo largo del siglo XIX.

0

0.5

1

1.5

2

2.5

18

18

18

21

18

24

18

27

18

30

18

33

18

36

18

39

18

42

18

44

18

47

18

50

18

53

18

56

18

59

18

62

18

65

18

68

18

71

18

74

18

77

18

80

18

83

18

86

18

89

18

92

18

95

18

98

Años del siglo XIX

Fre

cue

nci

as

Mortaja con el habito de

San Francisco de Asis

Entierro Humilde

A voluntad de alguien más.

Sin pompa ni aparato

alguno.

166

El ser dictar y guardar los testamentos era una facultad ejercida por la

Iglesia, y principal beneficiada, esto se debió a que durante mucho tiempo fueron

los tribunales eclesiásticos quienes controlaron exclusivamente los asuntos

testamentarios, de forma tal que si el testador al momento de dictar sus

disposiciones omitía alguno de estos puntos, los eclesiásticos explicaban a la

persona la importancia capital de hacer donativos con la finalidad ultima de

obtener beneficios escatológicos para el otorgante. La figura del notario

supuestamente imparcial surgió varios siglos después, por lo que el único

interventor en la redacción del testamento era algún eclesiástico.

Aunque ya existieran notarios, los funcionarios eclesiásticos tuvieron por

muchos siglos la prevalencia por el carácter religioso que tenía la cercanía de la

muerte y el testamento. En el Concilio de Trento la figura del Obispo tiene, entre

sus múltiples funciones, el de ser “ejecutores de todas las disposiciones

piadosas hechas, ya en testamentos, ya entre vivos… sin que obste costumbre

alguna contraria, aunque sea inmemorial, privilegio, ni estatuto”249. En otras

palabras hacia cumplir la voluntad ultima del testador para con ello obtener el

descargo de conciencia del cristiano en el trance de la muerte. Para ello el

Obispo debía visitar las escribanías para informarse del estado de los juicios

testamentarios, de forma tal que si un albacea testamentario no mostraba

cuentas claras y diligentes debía ser invitado a cumplir con cada una de las

clausulas del testamento que fue encargado, de otra forma sería remplazado por

el propio Obispo o alguna otra persona de católica instrucción y conocida

reputación honesta.

Esta idea de las misas por el descanso del alma y las causas pías, que

venia de la tradición medieval, fue recogida por los juristas españoles y

trasladada al derecho indiano, es decir, a las reglamentaciones oficiales para los

249 Documentos del Concilio de Trento. En Biblioteca Electrónica Cristiana. http://www.org/docs2/d000436/index.html

167

territorios americanos de la corona española250. Las antiguas mandas por anima

fue entendida como una herencia otorgada ad pías causas251; es decir, lo que

inicialmente era un donativo a favor de la salvación del alma, se torno en un

legado para obras pías, que inicialmente eran del tipo católico (apertura de

cofradías, edificación, ornamentación y edificación de iglesias, etc). Son todos

estos rasgos los que contienen los testamentos denominados devotos, que para

el caso que nos interesa de Sinaloa, tiene presencia hasta muy avanzado el siglo

XIX en la séptima y octava década.

4.3. El orden buscado por el Estado: Cambio de la finalidad del testamento

sinaloense.

La configuración de la Nación Mexicana desde el nivel constitucional tomo

varias décadas, en las cuales el derecho civil, y con este el sucesorio, fue

mutándose en función del proyecto político del momento y la visión sobre las

bases ideológicas para formar la soberanía de las leyes; si es que se puede

hablar de soberanía, pues la búsqueda de esas bases ideológicas estaba

basada en la revisión de códigos extranjeros y muchas veces de otras épocas.

Pero este punto, sobre la influencia ideológica del extranjero será un punto que

se intentará analizar más adelante.

Por lo pronto cabe señalar que fue la naturaleza secularizadora de la

segunda mitad del siglo XIX la que dio pie a testamentos con finalidades

diferentes, siendo necesario dejar de lado las invocaciones religiosas para dar

formalidad a nuevos protocolos de testamentos, de modo que los testamentos

patrios fueron redactaron siguiendo otros patrones, como es el hecho de

redactar en función a la declaración de la información básica del testador.

250 Victor Tao Anzoástegui. (1997) “Nuevos horizontes en el estudio histórico del derecho indiano” En memoria del XI Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano. Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho. Argentina. 251 Abelardo Levaggi. Op. Cit.

168

“En la ciudad de Culiacán a los siete días del mes de Enero de

mil ochocientos noventa y nueve ante mi Ramón L. Corona,

Escribano Publico y los testigos instrumentales que al fin se

expresaran, compareció en su casa habitación calle de Rosales N.

34 el señor licenciado Domingo Uriarte, mayor de edad, hábil para

obligarse, casado, natural de Badiraguato, de éste Estado y vecino

de esta Capital a quien doy fé conocer y dijo: Que se encuentra en

su cabal juicio y buen estado de salud pero que deseando tener

arreglada su disposición testamentaria para caso ofrecido por el

presente instrumento252”

Interesante fragmento para iniciar un testamento, en él podemos señalar

el estilo de redacción más veloz donde se otorga importancia a proporcionar los

datos básicos de identificación del testador para ese momento. Sin números de

elector, ni cartillas militares la mejor forma de identificar a alguien es el nombre,

profesión, domicilio, estado civil y lugar de nacimiento. Inmediatamente después

encontramos la declaración sobre el estado de salud del testador, haciendo

hincapié en la mayor parte de los testamentos de estas últimas décadas del

siglo XIX que el estado de salud es bueno y con cabal juicio mental. Dicho lo

cual otorga seriedad y claridad al testamento, siendo dejadas de lado las

invocaciones religiosas y mencionar lo que se hará “En el nombre de Dios

Todopoderoso”. La instancia que otorga seriedad al testamento ya no es la

divinidad de Dios y la palabra eterna, si no la intervención de un notario que

representa al Estado, la cabalidad del juicio del testador y la perfecta

identificación del mismo.

Además de esto, fueron integrados nuevos elementos solemnes para

evitar fraudes, trampas, malentendidos y falsificaciones; tal es el caso de estos

elementos especiales:

252 AGNES. Culiacán. 1899. Foja 1, Escritura 1. Notario Ramón L. Corona. Fragmento de testamento otorgado por Domingo Uriarte.

169

a) Unidad de contexto. Esto se refiere a que todos los datos y contenido del

testamento era redactado en un mismo momento, de modo que no se

interrumpieran el acto de testar por episodios. Pues anteriormente eran

permitidos el uso de codicilos que ampliaban, modificaban y eliminaban

algunas clausulas de un testamento ya otorgado; digamos que eran

anexos que podían ser dictados tiempo después y tenían validez para su

ejecución.

b) Presencia de testigos. La cantidad varia según la situación en la que sea

redactado, el número varia entre tres, cinco y siete; cuyo testimonio,

incluyendo al del escribano, dotaba de mayor orden y formalidad al

testamento. Para el caso de los testamentos abiertos o nuncupativos

requerían tres testigos y un escribano público, en caso de no haber

escribano público la cantidad de testigos debía aumentar a cinco. Por

ultimo, para los testamentos cerrados debía contar con siete testigos y la

intervención del escribano.

A este tipo de testamento lo llamaremos “testamento patrio” 253, con estos

términos no se hace referencia a una delimitación a partir de fechas como la

consumación de la independencia como parteaguas entre este y el testamento

devoto; lo que otorga la diferencia entre uno y otro testamento son los elementos

en el contenido enunciados. El testamento patrio tenía la función de ordenar y

regular el acto de sucesión de los bienes, deudas a cobrar y a ser saldadas con

el fin de dar orden. Dicho sea de paso la organización del testamento era una

actividad por la cual hay percepciones monetarias por diversos conceptos. Una

vez que se ha separado la Iglesia del Estado en términos jurídicos, la facultad de

intervención en los asuntos testamentarios pasa a manos de las instancias

gubernamentales, al igual que la regulación por el cobro de servicios.

En caso de no haber sido redactado tal testamento, por el que había

cobro de servicios del escribano o notario por la protocolización del mismo, se

253Nombres provisionales acuñados para este trabajo, sin intención de hacer una categorización exhaustiva.

170

podía tramitar lo que se conocía como herencia directa. Correspondía a los hijos

y espósales la trasmisión de los bienes, sin embargo se tenía que hacer un

cobro para liberar los bienes que quedaban a salvaguarda del Estado. En todo

caso la intención era la de regular y dar orden a los traspasos, el punto central

era controlar la legalidad entre privados, de forma tal que se evitaran los malos

entendidos y mal uso de los bienes. Si un ciudadano no hacia testamento al

morir, los familiares directos debía cubrir un monto de dinero tal que permitiera

hacer uso legal de los bienes del difunto, se procedía a un juicio para legitimar el

derecho del demandante y se procedía según el resultado. Por supuesto resulta

ser una medida polémica si consideramos que la cultura considera al huérfano y

al viudo (a) como victima del cruel destino, despojada y con un futuro incierto. Si

alguien no redactaba y protocolizaba su testamento podría ser causado por no

tener conciencia de la finitud de la vida, como un acto evasivo del momento de la

muerte o simplemente porque no contaba con el caudal necesario para contratar

los servicios de notarios y protocolización. Valla simplemente podría haber sido

desconocimiento de tal gravamen que se cobraba por herencias directas y daban

por hecho que tal o cual hijo se quedaría con la propiedad que el en vida

señalara oralmente. En un diario de Sinaloa, publicado en 1887 podemos ver

parte de las facultades del aparato de Estado con respecto a la regulación de las

herencias y al mismo tiempo una impresión breve de la opinión social:

“Acaba de pasar el Ejecutivo del Estado para su revisión,

después de votarse en el Congreso, una ley sobre trasmisión de

herencia de padres a hijos y consortes entre si; declarándolas libres

de todo gravamen, y sin injerencia del Ministerio Publico. La

sociedad ha acogido con aclamación de regocijo esa noticia, y es

de esperarse, atendiendo a los tristes antecedentes que han hecho

aborrecible la vigente ley”254

254Tomado del diario: “La Opinión”. 24 de Septiembre de 1887. Tomo I. Número 12. Biblioteca Lerdo de Tejada. México D.f.

171

4.4. Testamentos mixtos.

En cierto momento apareció lo que ha sido denominado como “testamento

mixto”, este tenía parte de las invocaciones iníciales patrias, en el que

inicialmente hablaba era el escribano público o el notario y posteriormente daba

voz citando lo que el otorgante disponía. En este caso el testador iniciaba

invocando el nombre de Dios y continuaba con una breve declaración de fe.

“En la Ciudad de Culiacán a los veintitrés días del mes de

Octubre de mil ochocientos ochenta y tres, ante mi el licenciado

Domingo Rubi, escribano publico y testigos que al fin se expresaran

compareció el Sr. Lic. Basilio Aviña, mayor de edad de éste

domicilio cuya persona doy fe de conocer y dijo: que en el nombre

de Dios Todopoderoso creador de todas las cosas; y disfrutando de

cabal salud que la Divina Providencia le concede, temiendo la

muerte que natural otorga y ordena su testamento de la forma

siguiente…”255

Tal como vimos en la segunda gráfica de este capitulo (titulada

“Distribución sobre los tipos de invocación inicial en testamentos a lo largo del

siglo XIX”) en esta muestra fueron encontrados este tipo de testamentos entre

1864 hasta 1889 y representan el 6.34% de la muestra total.

4.5. Influencias extranjeras en la configuración del testamento patrio.

Cuando se habla del fin de la Colonia española inevitablemente se toca el

tema de las Reformas Borbónicas y para el caso del derecho civil también se

hará. En su caso muy específico la circulación exitosa de estas nuevas ideas

durante la segunda mitad del siglo XVIII significo una trasformación a estructura

social de largo plazo y cambios en la naturaleza del pensamiento jurídico.

255 AGNES. Culiacán. 1883. Foja 56. Escritura 19. Notario José Verdugo. Fragmento de testamento otorgado por Basilio Aviña.

172

Aunado a la entrada de otras corrientes de pensamiento e ingreso de nuevas

tradiciones culturales con respecto a la sucesión testamentaria hicieron todo un

bosquejo para configurar lo que sería posteriormente el testamento patrio.

Tal como ha sido documentado para el caso de la estructura social, la

realidad de los territorios dominados por el imperio Español fue sometida a

cambios que buscaban soluciones a problemas de recaudación de bienes de la

Corona en territorio hispanoamericano, en pocas palabras: hubo una

trasformación en términos de configuración geográfica, estructuras organizativas

de la religión católica e inserción de nuevas ideas con respecto al pensamiento

cultural, político y jurídico con el fin de hacer más eficiente el aparato

recaudatorio256. Esto coadyuvo a debilitar el sistema imperante y eventualmente

configurar cambios más profundos en los territorios independizados a principios

del XIX, que pasaron procesos de conformación de su nacionalidad a partir de la

contraposición de estas ideas borbónicas y otras más del extranjero. Esta idea

es desarrollada en la postura de Tao Anzóastegui, quien comenta que ante la

infiltración de ideas heterodoxas, el cambio que implico las reformas borbónicas

y las políticas de inmigración posteriores se produjeron procesos de asimilación

en lo que conocemos como cultura jurídica257 y que tiene relación directa con el

derecho sucesorio formal258.

Por varios siglos España mostro una actitud defensiva con respecto a la

invasión de ideologías extrañas al Catolicismo Romano, lo cual declino en esa

segunda mitad del siglo XVIII, y aunque aquellos valores continuaron rigiendo en

la Península y en los territorios americanos, la política de inmigración permitió el

ingreso de extranjeros de las más diversas confesiones religiosas, y aun sin

ninguna, por lo que el panorama religioso de la segunda mitad del siglo XIX fue

proclive a la difusión, tal como sucede en el puerto de Mazatlán en Sinaloa,

donde la masiva llegada de extranjeros a partir de la cuarta década del siglo XIX 256 Sergio Ortega Noriega. “Breve historia de Sinaloa”. Op. Cit. 257 Cursivas mías, pues el termino no es algo que el Tao Anzoástegui maneje, si no que es un concepto agregado para este ensayo. 258 Victor Tao Anzoástegui. (1982) “Esquema histórico del derecho sucesorio; del Medievo castellano al siglo XIX”. Ediciones Macchi. Segunda Edición. Argentina.

173

diversifico el panorama ideológico de la región. Basta con señalar que la

cantidad de testamentos cerrados documentados en los protocolos de notarios

aumento de manera exponencial.

En estos documentos cerrados eran redactados por el testador, legalizado

por el notario y resguardado ya sea por el notario o uno de los testigos de

confianza. Tal documento sería abierto al público interesado una vez que el

testador haya muerto, sobre el contenido era un asunto privado en el que podría

hacerse mención de bienes a traspasar, cuestiones de la vida privada,

declaraciones de fe a partir de legados y distribución en función la libre voluntad

del testador. Usualmente este tipo de testamentos requiere de varios testigos

que avalen las condiciones necesarias de autenticidad y legalidad del mismo, así

como un escribano y el notario que otorga su consentimiento para protocolizar el

documento.

La protocolización del mismo era necesaria si se quería de dotar de base

legal a las disposiciones del testador, pero a diferencia del testamento abierto

este podía quedarse en manos del testador y su contenido sería algo privado,

con la posibilidad de expresar sus ideas y voluntad con el amparo de la ley. Lo

que queda de estos testamentos en el libro de protocolos de notarios es una

breve descripción conocida como “razón del testamento cerrado de…” que no

contiene razones, mas que la ley misma. Para muestra se lee lo siguiente como

motivo para tener testamento cerrado:

“En la Ciudad de Mazatlán a las once y media de la mañana del día

dieciocho de mayo de mil ochocientos ochenta y cuatro; hago

constar, en cumplimiento del articulo tres mil setecientos ochenta y

nueve del Código civil, que hoy autorice la cubierta de un pliego

cerrado que me presento el Sr. Dr. H. M. Halton, casado, mayor de

edad, originario de Belfast, Irlanda, de este domicilio y ciudadano

de los Estados Unidos de América, hábil para obligarse,

expresando ante los testigos instrumentales [nombres y estado civil

174

de 3 testigos] contener su testamento, cuyo pliego cerrado y

autorizado en forma devolví al testador en presencia de los mismos

testigos…”259

Para el último tercio del siglo XIX incrementaron notablemente la cantidad

de testamentos cerrados, donde permanecía en el protocolo de notarios una

declaración como la anterior y no queda una copia del testamento, contrario a los

anteriores donde se quedaba una copia en un sobre sellado. Resulta interesante

que además de este incremento en la cantidad, este sea mayormente empleado

entre los extranjeros de origen europeo y norte americano avecindados en

Mazatlán. Estos no fue posible tomarlos en cuenta en el estudio por el hecho de

ser documentos cerrados de los cuales no quedaba copia en los libros de

Notarias, su existencia se conoce por haber dejado un documento breve avalado

por el notario, donde solamente se hace mención de su existencia y que el

otorgante lo posee.

La discreción podría considerarse un rasgo extranjerizante en los

testamentos, puesto que como ha sido señalado, el testamento cerrado es la

modalidad que mayormente emplean los extranjeros, siendo una minoría de

ciudadanos mexicanos los que optan por este medio. Considerando la faceta

espiritual que puede tener el testamento como preparativo a la muerte se podría

suponer que el contenido de dichos documentos cerrados contenía disposiciones

y declaraciones de fé diferentes al catolicismo, las cuales no estaba prohibido

manifestar, pero en ningún testamento abierto hay referencias a elementos de

otras convicciones religiosas.

En los testamentos abiertos de todo el siglo XIX hay un espacio

progresivamente menor para manifestar la convicción católica, al principio del

siglo esta parte era todo el inicio que abarcaba entre una y dos fojas con

anotaciones amplias de elementos católicos; avanzado el siglo este especio se

reduce a la primera clausula, donde se limita únicamente a mencionar la 259 AGNES. Mazatlán. 1884. Foja 4v, Escritura 5. Notario Francisco Salcedo. Razón del Testamento cerrado del Sr. Dr. H. M. Halton.

175

pertenencia al iglesia católica: “Primera. Declara que profesa la religión católica,

apostólica romana, y en caso de su fallecimiento encarga a su albacea el arreglo

de sus funerales”260. Estos representan el 20.63% de la muestra total.

La libertad de culto estaba permitida legalmente, pero en la práctica

testamentaria no hay mención sobre cultos distintos al catolicismo, ni

disposiciones para después de la muerte o herencias en pos de beneficiar al

culto, podría ser que esta discreción en los testamentos cerrados se debiera a la

intención por manifestar arreglos y actos que manifiesten otra convicción

religiosa, por supuesto esto es solo una posible relación.

Recordemos la celosa actitud observada anteriormente por España en la

defensa de los valores religiosos durante el siglo XVI y XVII, pero esta declinó en

esta centuria, y aunque aquellos valores continuaron rigiendo en la Península y

en los territorios americanos hasta muy avanzado el siglo XIX, la infiltración de

ideas heterodoxas y aun algunas contrarias a la religión católica, fueron

debilitando las creencias y practicas tradicionales. Sin embargo podría darse el

caso que en ciertos aspectos de la práctica legal aún era conservada esa celosa

actitud, lo cual es poco probable para el caso de Mazatlán, en el que era común

la llegada y residencia de extranjeros que asentaron las bases de cultos

diferentes al catolicismo de manera publica: como el protestantismo y

mazonismo. Quedando así frágil la hipótesis del testamento cerrado de

extranjeros como medio de manifestación de creencias diversas al catolicismo.

El surgimiento del testamento cerrado entre los extranjeros avencindados

en Mazatlán y el Fuerte podría deberse a que responde a nuevas maneras de

practicar las normas, estas maneras son más libres e individuales, lo cual

obedece a las transformaciones radicales de la sociedad, con alto impacto sobre

el mundo jurídico. Nuevamente Tao Anzoasteguí261 puede hablarnos al

respecto, cuando explica que a fines de la colonia había pensadores españoles

260 AGNES. Mazatlán. 1982. Foja 23, Escritura 9. Notario Jesús Río. Fragmento del testamento abierto de Ignacio de la Vega. 261 Tao Anzoastegui. Op. Cit. 1986.

176

que sentían lo que el llama inquietud con respecto al desarrollo de nuevas ideas

jurídicas en el resto de Europa con influencias en el Renacimiento pagano, el

estimulo científico y la Reforma Protestante que respondían al común

denominador del Derecho Natural Racionalista. Pasado el tiempo estas ideas

encontraron algunas vertientes adecuadas para entrar en el imperio español, y

aunque la defensa de los valores religiosos tradicionales demoró y cercenó esa

penetración de ideas, lo cierto y comprobable es que muchos de esos principios

fueron asimilados por el derecho patrio del siglo XIX, de una u otra forma, con

intensión o sin ella262.

A un nivel mas general y despegando otra vez de las prácticas es

necesario que resalte otro de los cambios mas notorios en términos de nuevas

influencias ideológicas extranjeras, es sobre la critica ala sociedad estamental,

que a la luz de las nuevas corrientes igualitarias, principalmente de influencia

francesa, parten del supuesto de la igualdad de todos los hombres con respecto

a los derechos y obligaciones sociales. Esta noción se extendió a otros aspectos

del orden privado; para el caso que nos ocupa se puede ver reflejado en el uso

de la categoría ciudadanos en los testamentos patrios como palabra que

describe la condición de aquel sujeto consiente de sus derechos y obligaciones

hacia la nación a la cual pertenece.

4.5.1. El historial de los bienes como parte del testamento patrio.

Todo aquel lenguaje barroco para hablar de invocaciones divinas había

sido dejado atrás en este tipo de testamentos patrios, lo que ocupaba mayor

cantidad de aclaraciones era el conteo de los bienes materiales, la procedencia y

el historial de compra venta de los bienes inmuebles, principalmente, pues de las

alhajas, vestuario, herramientas y armas no se hacía tales comentarios extra.

262 María del Refugio González (1991). “Estudios sobre la historia del derecho civil en México durante el siglo XIX”. Universidad Nacional Autónoma de México- Instituto de Investigaciones Jurídicas. México.

177

Tendencia que recuerda los documentos de fundación de capellanías, donde el

lenguaje económico gana espacio para aclarar fines espirituales.263

Por ejemplo en el testamento de Basilio Aviña (Anexo b) comenta los

bienes que su esposa Doña Juana Inguanzo trajo al matrimonio como parte de la

herencia que le correspondió por la muerte de su señora madre Doña Emilia

Espinoza de Inguanzo. A lo largo de cuatro clausulas Don Basilio Aviña hace

referencia con detalle de los bienes de su esposa y lo que sucedió con ellos, los

precios y compras recientes264.

En la siguiente tabla son mencionados los bienes inmuebles que Don

Basilio Aviña ayudo a su esposa a vender y que por tanto recibe gananciales,

por haberse casado por bienes mancomunados:

Bienes inmuebles que Doña Juana Inguanzo recibió como herencia materna y son reportados en el testamento de su esposo Don Basilio Aviña.

Bienes inmuebles. Venta posterior Compras Cuarta parte de lo que es ahora el rancho de Mucurimi

Adquirió el resto del rancho

Cuarta parte de la casa que era de Doña Emilia en Culiacán.

En 500 pesos a Doña Guadalupe Inguanzo de Salmón.

Cuarta parte de un terreno en la Higuerita.

En 341 pesos 67 centavos a Don Policarpo Espinoza

Ganado vacuno en Mucurimi y en El Fuerte

Derechos de terrenos en rancho del Tule.

En 900 pesos a Don Policarpo Espinoza.

263 Victoria Valdés Alma (2000). Op. Cit. 264 AGNES. Culiacán. 1883. Notario Lic. Domingo Uriarte. Foja 56, Escritura 19. Testamento de Basilio Aviña.

178

Otro caso es el caso ocurrido en Concordia en 1878, donde José Antonio

Cañedo comenta los bienes que introdujo a su matrimonio, señalando las

perdidas que tuvo a lo largo de los años, siendo interesante la mención incluso

de los motivos por las perdidas:

“…y no hago mención del ganado que entonces tenia en el

rancho de "La mesa" porque en mil ochocientos sesenta y seis

entre franceses y el ejercito republicano lo concluyeron

todo…”265

Lo que señalo en este apartado es que en el testamento patrio había

mayor mención no solo de los bienes, si no de la forma en la que fueron

adquiridos y en caso de ya no poseerlos al momento de testar si estos fueron

vendidos o perdidos en algún incidente violento.

*

Es de aceptarse que el testamento es un documento oficial, donde las

especificaciones básicas eran dictadas por el testador y era un escribano o

notario quien daba letra a las palabras, siguiendo formulas ya preestablecidas.

Ante esta consideración que podría revelar uniformidad en los testamentos creo

que en la presente capitulo se han ubicado elementos suficientes para demostrar

que a pesar de esa uniformidad se puede obtener información valiosa para la

investigación cultural del acto de morir. Considero que el discurso testamentario

va evolucionando a lo largo del s. XIX y permite ubicar continuidades y rupturas

que nos revelan las actitudes ante la muerte.

265 AGNES. 1878. Juzgado Primero de Distrito de Concordia. Foja 16. Testamento de José Antonio Cañedo.

179

Estos cambios no necesariamente coinciden con la secularización de los

bienes eclesiásticos de 1857, si no que son parte de una primera oleada

secularizadora de las funciones de la Iglesia, por llamarle de alguna manera, que

en realidad se trato de un traspaso de algunas de sus funciones a manos de

juzgados civiles sin que el nombre de Dios saliera de ellos. Esto lo comento a

raíz de la cedula de 1801 comunicada por la Real Audiencia de Guadalajara al

Arzobispado de Durango266, donde le informan que será la Audiencia quien se

encargaría desde ese momento de validar o anular los testamentos, hacer

inventarios y ejecutar las disposiciones. Fue una facultad que hasta ese

momento únicamente ejercía la Iglesia con apoyo de los familiares y albaceas.

Esto significa una intromisión en las facultades que hasta ese momento ejercía la

iglesia, pero sin que necesariamente sea una secularización del acto de testar,

pues aún décadas después el nombre de Dios seguía presente en el contenido

del testamento.

Es pues que en todos estos elementos que han sido comentados como

presentes en el testamento del siglo XIX podemos señalar que la salvación

eterna entre las familias de elite sinaloense era un asunto en el que se

ocupaban; y que conforme evoluciono el siglo con sus detonantes cambios

políticos, económicos y sociales, el discurso testamentario que revela nociones

con respecto a la muerte se torno en un sentido racionalizado de los bienes y

con esto del acto de morir por medio de pompas fúnebres menos vistosas y

disposiciones para el entierro menos estrictas. En lugar de todo esto los

testadores se dedicaron a detallar con más cuidado las disposiciones que

dejaban sobre sus posesiones materiales y el fin último que deseaban darles

después de algunos condicionantes para sus herederos. Sin embargo es

interesante resaltar que esta transición tuvo diferentes ritmos que los cambios

políticos, económicos y sociales.

266 Archivo del Arzobispado de Durango. 1801. Validación o nulidad de testamentos. AHAD 206. Frame 0840. Leg. 10.

180

Entre los elementos que cabe resaltar esta la menor mención de

elementos cristianos en el discurso testamentario y su eventual desaparición,

que fue lenta hasta que en 1978 desaparecen, pero no necesariamente por

prohibirlos, pues en 1899 por voluntad del testador, encontramos las

disposiciones de Doña Bernabe Ríos267, quien solicita misas y hace mención

sobre el tipo de entierro que desea para sus restos mortales. Situación que

revela que la posibilidad de seguir incluyendo este tipo de referencias cristianas

privadas, que en sus predecesores inmediatos eran dejadas dichas a los

albaceas o familiares alejando lo privado del documento publico.

267 AGNES. 1899. Notario Lic. Pedro F. Cañedo. Foja 4. Escritura 3. Testamento de Doña Bernabe Ríos.

181

Capitulo V

La economía espiritual.

“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo

que ateres en la tierra será atado en los cielos…” Mateo 16:19

“Y siendo como sabéis, el imperio de la Muerte el más dilatado

que se extiende de polo a polo y de cabo a cabo, y abrasa todas las monarquías del mundo,

y domina sobre todo el genero humano […] es mi voluntad que todos, sin lograr alguno el privilegio de exclusiva

me habéis de pagar el tributo de vuestras propias vidas, que es el único manjar con que se alimenta mi flaqueza”

Fray Joaquín Bolaños.268

268 “Decreto imperial que manda publicar La Muerte en todos sus estados y señoríos”. Sin la ortografía original del Español antiguo. En La portentosa vida de la muerte. (1992). Edición Crítica. El Colegio de México.

182

Es amplia la bibliografía que se ha escrito sobre la mentalidad medieval

que fue trasmitida por toda Europa y los territorios de sus imperios estudiando el

contenido de las disposiciones testamentarias269. En la mayoría de éstos la idea

básica es que el temor a la muerte y la condenación del alma es un rasgo propio

de la mentalidad medieval, dominada por el catolicismo, trasmitida a América,

siendo esto reflejado en el hecho de renunciar a las fortunas acumuladas en

vida, a favor de la Iglesia con muchas variantes270, como vía para acceder al

perdón de los pecados y a la salvación de su alma.

En estos trabajos citados, es documentada la idea de la vinculación de los

asuntos terrenales con los del más allá, vínculo que era cotidiano y real; de

forma que la política del papado autorizaba a sus representantes a cuidar de tal

vínculo y mediar con los creyentes cualquier asunto que tuvieran pendiente con

el mas allá. En el mundo occidental ¿quien mejor que la Iglesia Católica para

mediar en los asuntos entre la tierra y las regiones espirituales (cielo, infierno y

purgatorio)?

En el presente capitulo se pretende hacer una exposición de los factores

susceptibles de ser entendidos como una economía espiritual, partiendo del

sentido amplio de la definición de lo que estudia la economía:

las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de

producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y

269 En Europa: Adriana Ferreira Esparza Carmen. (2001) La economía espiritual entre lo terrenal y lo espiritual; pamplona XVIII. Universidad Industrial de Santander. Centro de Estudios Regionales CER-UIS. España; Michael Vovelle (1997). Piété Baroque et Déchristianisation en Provence au XVII sicle. Comité des Travaux Historiques et Scientifiques. Francia. En Argentina: Alejandra Bustos Posse (2005). Piedad y muerte en Córdoba; siglos XVI y XVII. Editorial de la Universidad Católica Córdoba. Colección Tesis 5. Córdoba, Argentina; Ana María Martínez de Sánchez. (1996) Vida y “buena muerte” en Córdoba durante la segunda mitad del siglo XIX. Centro de Estudios Históricos. Argentina; María Isabel Seoane (1995). Forma y contenido de los testamentos bonarenses del siglo XVIII; estudio iushistoriográfico. Argentina. En México: Verónica Zárate Toscano (2000). Los nobles ante la muerte en México; 1750 - 1850. El colegio de México y Instituto Dr. José María Luis Mora. México. Alma Victoria Valdés (2000) Testamentos, muerte y exequias; Saltillo y San Esteban al despuntar el siglo XIX. Universidad Autónoma de Coahuila y Centro de Estudios Sociales y Humanisticos, A. C. México. 270 A las obras pías, a oraciones por el bien del Alma, por medio de sufragios para el Alma de alguien más, como donativo para la manutención de religiosos, huérfanas, dotes matrimoniales, edificación de templos y monasterios, cuidado de reliquias, Cofradías, etc.

183

servicios, estos como medios de satisfacción de necesidades

humanas, creadas como resultado individual y colectivo de la

sociedad271.

Lo que señalamos es la inversión tanto monetaria como de esfuerzo físico

por parte de las personas, para satisfacer cierta necesidad, en este caso

derivado de un razonamiento experimentado en términos espirituales. Al hacer

una inversión se intenta hacer un balance entre las ganancias y las perdidas

internas que solamente podrían ser medidas en función de la tranquilidad que es

adquirida por parte del creyente. Para tal variable no hay indicador posible por el

momento, pero si es factible ver sus inversiones en términos monetarios.

Cabe señalar que la noción de economía moral de Thompson es un

interesante antecedente para estructurar una noción de la economía de corte

espiritual, pues aporta la certeza de que es factible relacionar el comportamiento

económico con lo subjetivo de la sociedad, en el caso de Thompson las

costumbres culturales. En general el termino de economía moral es utilizado

para explicar el comportamiento popular de los motines de subsistencia del siglo

XVIII como parte del comportamiento económico, que también puede ser

definidos a partir de los valores morales o normas culturales que delimitan el

sentido del bien y del mal al momento de modular el trato social y la economía

principalmente, de los artículos de primera necesidad272.

En el caso que pretendo documentar sería la noción de la espiritualidad

decimonónica, que estaba investida del imaginario, sensaciones y conocimientos

enlazados a elementos católicos y nuevas vertientes científicas y económicas

que surgen desde finales del siglo XVIII y son cristalizadas en el XIX. Lo que se

entiende por espíritu -sin duda- cambió en el siglo XIX con la invención del

capitalismo mundial, los cambios sociales emergentes, el desarrollo del

conocimiento científico; en fin, la entonación del hombre como rey de mundo, un 271 Miguel Ángel Gallo (1996). “Introducción a las ciencias sociales”. Ediciones Quinto Sol-Textos Universitarios. 2da. Reimpresión. México. 272 Edward Parlmer Thompson. (2000 [1971]). “Costumbres en común. Estudios en la cultura popular tradicional”. Editorial Crítica. España. p.213-394

184

nuevo renacimiento en términos de pensamiento y de entenderse a si misma la

especie humana. Al final, como seres sociales, los anhelos y cuestiones más

intimas están directamente influenciadas, incluso determinadas, por el mundo

que nos toca vivir.

Lo que interesa es ver la forma en la que cualquier persona podía invertir

en su “paz” y “tranquilidad” para obtener cierto alivio a sus temores; sus

inversiones están hechas en términos monetarios e incluso libidinales, si no

queremos darle la espalda a Freud, por supuesto esta vertiente freudiana es algo

que no será tocado por el momento por estar fuera de los objetivos de este

trabajo. Lo que intento en este capítulo es describir el comportamiento

económico de la sociedad decimonónica de Sinaloa para alcanzar una paz

espiritual conforme al razonamiento imperante del momento, la evolución que

este comportamiento tuvo, de tal forma que al final del siglo todo apunta a que la

finalidad espiritual fue desvaneciéndose pero no desaparece por completo,

dejando lugar al comportamiento económico acorde al las nuevas corrientes que

desde tiempo atrás circulaban el mundo occidental.

5.1. Las facultades de la realeza hispana en el purgatorio: la bula de la

Santa Cruzada.

Analicemos con más calma una manifestación de la relación entre los asuntos

espirituales del cielo y los asuntos de la tierra mediados por pagos monetarios e

incluso la oficialidad.

Tal como fue comentado en el capitulo sobre las ideas católicas, cada dos

años se emitía una conocida Bula de la Santa Cruzada, que otorgaba a quienes

atendían sus disposiciones una indulgencia plenaria273 concedida por la silla

Apostólica para que sea aprovechada a modo de sufragio274 de las Almas del

273 Entiéndase como un perdón absoluto, sin limitantes. 274 Sufragio se refiere a las oraciones que los vivos hacen para interceder por los dolientes, en este caso los del Purgatorio.

185

Purgatorio de aquellos que habitaron en los Reynos y Provincias de India. En

ellas era posible dar facultad a los ministros de la Iglesia para que otorgarán

documentos que probaban la obediencia de cada uno de los feligreses al atender

al llamado hecho por la causa de la Santa Cruzada; una de estas fue localizada

en el Archivo General de la Nación275, se trataba de una indulgencia plenaria.

Era un impreso en letra molde con caracteres góticos, a modo de plantilla, donde

se dejaba un espacio en blanco para que fuera escrito el nombre de la persona

doliente, ya sea que aportaba limosna y quería recibir la indulgencia plenaria o

por alguien que ya había fallecido y se le compraba esta indulgencia para que

saliera del purgatorio.

Las personas que adquirieron esta bula separaron de entre sus bienes la

cantidad de dos y medio reales, esta cantidad era admitida como limosna para la

Guerra Santa emprendida por la Corona y obtener el perdón de sus pecados una

vez que hayan fallecido o por los pecados de familiares y amigos que han

muerto y se presume que están en el purgatorio limpiándose de sus pecados.

Tal gesto de aportar a la Guerra santa era entendido por el Papa como una obra

de caridad. La idea es que gracias a esa compasión se podía aliviar y socorrer a

tal Alma que se encontraba en el Purgatorio y eventualmente saldría librada de

las deudas por causa de sus pecados.

Los dolientes podían ofrecer “a su divina Majestad” representada en la

figura del “Vicario de Christo” o Papa ciertas “buenas obras de caridad” para que

animara a los fieles en los Reynos y Dominios del Rey a que consuelen las

Almas afligidas, de forma tal que encontrarán pronto desahogo de sus penas

gracias a los Dones espirituales de los Tesoros de la Iglesia. Estos Dones se

refiere a la “Indulgencia Plenaria por modo de sufragio” a las referidas Almas del

Purgatorio. Y para ganar tal bien espiritual había que otorgar dos reales y medio

a la Corona real para la guerra contra los infieles. La única restricción sería que

no se pueden obtener para otra persona que siga viva. Todo esto era una verdad

irrefutable que desde el Concilio de Trento se mantenía y era condenado todo

275 Archivo General de la Nación. Bienes nacionales. Vol. 181. Exp. 30. Año. 1803.

186

aquel que sostenía que la iglesia no podía conceder Indulgencias en la forma

que mejor pareciera o era una práctica inútil276. Además, una vez obtenido este

documento, se podía acceder a el Jubileo concedido por las estaciones en

Roma, este jubileo se refiere a un privilegio que la Santa Sede extendía a los

que teniendo la bula visitasen, además, 5 iglesias o 5 altares, o en defecto de

ellos cinco veces uno, rogando a Dios por la Unción y victoria de los Príncipes

Cristianos contra los infieles277. Era una forma más de asegurar la salida del

purgatorio.

Para el caso de la bula de la Santa Cruzada, la indulgencia como perdón

de pecado era obtenida en la modalidad de sufragio entendido para esta ocasión

como una participación en los objetivos del Papa y de los Santos Reyes

Católicos. Esto era contribuyendo para la Guerra que era sustentada por el

Católico Monarca en contra de los infieles, sin detallar que tipo de infieles o a

quien se referiría en especifico con tal termino278.

Tal como mencioné en este caso la limosna otorgada era de dos y medio

reales de plata acuñada y común a favor del Alma de Pomposa Salas, nombre

escrito en caligrafía diferente al resto del documento sobre un espacio dejado en

blanco en medio de la redacción.

El hecho de que existan plantillas como ésta en las que se escribe el

nombre del donador era una forma de recabar capital a través de los preceptos

de la Iglesia Católica, justificándose en la Guerra Santa. Para comprender

porque la finalidad de estos donativos sea la defensa del catolicismo por vía del

Rey y no del Papa se debe a cuestiones a las que hay que atender el contexto

histórico.

276 María Concepción Lugo Olín. (2006). Op. Cit. 277 Archivo del Arzobispado de Durango. (1802) “Expediente sobre el repique de campanadas, fechas especiales y pompas fúnebres”. AHAD 206. Frame 0848. Legajo 10. 278 Dentro del imaginario novohispano se conoce como infiel a cualquier persona que sea ajena al catolicismo, que haya conocido los preceptos del mismo pero que los haya dejado de lado. Por lo tanto la guerra emprendida podría bien referirse aquellas en contra de potencias extranjeras que amenazaran los intereses de la Corona o reductos al interior del país con tendencias judías y árabes.

187

España se encontraba en medio de una situación guerra en la que cubría

varios frentes al interior de Europa, se encontraba agotado y con

endeudamiento exterior; de antaño contaba con el apoyo de la silla papal, pero

aún así se gesto un proceso de confiscación de los bienes eclesiásticos y su

venta279.

Es pues que este tipo de comercio de indulgencias, ocultadas en el

nombre de Bula y todo lo que representa, que significa una forma transformada

de recibir fondos para cubrir los gastos de guerra; en otras palabras

legislaciones y normas que modulan una necesidad de Estado por medio del

uso de preexistentes necesidades culturales y imaginarias que pervivieron

desde siglos atrás.

Aunque no hay datos para conocer “en vida” a Pomposa Salas, a quien

era concedida la indulgencia en el documento en cuestión, su acto de fe nos ha

permitido la entrada a un mundo imaginario donde la participación del vivo

novohispano y sus monedas afectan el mundo de aquella alma que ha dejado su

cuerpo en la tierra de la que fue creado y necesita al doliente vivo con un

corazón dispuesto para orar y una bolsa con apertura capaz de sacar dos pesos

de ahí para alcázar la pronta felicidad eterna en el Cielo. De no ser por aquella,

Alma caritativa en vida, el tormento del Purgatorio podría durar hasta el Juicio

Final.

5.2. Silenciando el alma.

Ahora bien, tal como fue comentado anteriormente, para los testamentos

sinaloenses posteriores a 1878 aún se siguen mencionando cuestiones

religiosas, pero solo como una declaratoria de la fe, que se reduce a la primera

cláusula con breves palabras, que con el pasar de los años y acercándose a

1899 se hace aún efímera280. La función de esta mención no es ya de sustento

279 Jan Bazant.(1977) “Los bienes de la Iglesia en México (1856-1875): aspectos económicos y sociales de la Revolución liberal”. El Colegio de México. México. 280 Se limita a declarar que “...profesa la religión católica, apostólica y romana, sin mezcla ni tolerancia alguna...”.

188

para las palabras que serán dichas, como en el caso de la invocación, si no que

es una dato que marca una pertenencia al grupo y nuevamente son las

reminiscencias de una mentalidad persistente, manifestada en una practica

común entre notarios, escribanos y testadores que se niega a desaparecer por

completo, aun a pesar de la ley.

Esta situación de afirmar ser católico con tanta claridad tal vez tendría que

ver con el hecho de la entrada de nuevos cultos, que para los sectores de la

sociedad conservadora era un acto escandaloso. Tal como es visto en la

manifestación escrita de 1848 que las Señoras de Durango hacen dirigida al

Presidente de la nación y al Congreso para intentar persuadir y refirmar su

postura con respecto al debate sobre la libertad de cultos281. Estas damas veían

como pernicioso y peligroso para la Nación la incursión de nuevas sectas, como

eran nombradas, considerando que por un lado eran inestables e idolatras

aquellas que emanan del “gentilismo antiguo” para hacer referencia a las

tradiciones prehispánicas de la gente del pueblo; y por otro lado las protestante

que consideraban habían cometido daños irreparables al tejido social y

económico de las naciones Europeas a lo largo de su historia. El argumento

principal para negar la entrada al protestantismo es que sus integrantes primero

desean libertad de credo para hacer públicas sus desviaciones y luego se

inmiscuyen en los puestos políticos y gerenciales de alto nivel con el fin ultimo de

caer en el ateísmo. Estar en una familia de bien y pertenecer a la clase social

conservadora significaba ser “católico, apostólico y romano sin mezcla ni

tolerancia de ninguna otra religión”, tal como afirma el 78.46% de los

testamentos patrios, cuando el debate de la libertad de cultos es manifiesto. El

resto, omitía sus creencias.

Solo en algunos pocos casos la cláusula de declaración de fe, en

testamentos posteriores a 1878, que al mismo tiempo de hacerse presentar

281 Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Autores varios. (1848) “Representación que las señoras de Durango hacen por el órgano del Supremo Poder Ejecutivo de la nación al Soberano Congreso, con el fin de que no se introduzca en ella la libertad de cultos religiosos”. Misc. 359. Doc. 15.

189

como Católico, Apostólico y romano, también hacen una breve oración donde

deja las disposiciones para el entierro y funerales dejando las decisiones a sus

albaceas, encargando omitir toda poma y procuren la humildad posible en su

entierro (9.52%). Hay limitadas donaciones a los pobres y solo una a favor de un

par de instituciones de beneficencia282. Muy diferente al panorama que se

encontró en las tres primeras cuartas partes del siglo, donde las indicaciones

sobre el lugar del entierro y el tipo de funerales eran precisados como una orden

a los herederos. Tal situación es graficada a continuación, donde se pude ver

que las manifestaciones con respecto a detalles en el entierro y funerales son

hechas en los tres primeros cuartos del siglo XIX.

Es pues que el testamento perdió su estructura devota muy avanzado el

siglo XIX, el objetivo de salvación del alma se redujo a su mínima expresión

hasta desaparecer al final del período y a la vez se tornaron las repetidas

medidas para buscar seguridad jurídica mediante el perfeccionamiento legal del

282 José de la Vega, 1896, Cul. En un gesto un tanto religioso y un tanto civil, Lega 500 pesos

en efectivo a favor del Hospital del Carmen y otros 500 pesos más a favor a la casa de asilo. Ambos en Culiacán.

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Años del siglo XIX

Frecuencia de testamentos por año donde hay alguna especificación sobre el entierro

de los restos mortales. Mortaja con habito de San Francisco.

Entierro Humilde

A volutad de albaceas/familiares

190

documento y la descripción-distribución de la riqueza entre los herederos, casi

siempre familiares directos del testador.

El testamento devoto era un documento que rebelaba una sensibilidad

religiosa, las angustias, culpas y escrúpulos de una conciencia, una historia

intima que era confesada a la familia y en ocasiones se antoja para ser una

plataforma de exhibición publica de la fe y caridades del testador. En cambio el

testamento patrio tendió a convertirse en un documento jurídico-económico que

solo interesa a la familia directa del testador. En todo caso lo que podemos

conocer de la intimidad del testador patrio es algunas pistas de los afectos y los

lazos personales a través de la distribución de la riqueza material.

Ya nadie hereda al “alma” porque la esposa, hijos, sobrinos y amigos la

han sustituido. Esta expresión de heredar al alma no es original de este trabajo,

era una expresión usada en algunos testamentos devotos que se empleaba al

momento de designar a un heredero universal. Esto significaba que se repartía el

caudal económico entre iglesias, conventos y parroquias para que se pagará

cantidades determinadas de misas, esto con el fin ultimo de que el alma del

testador se viera beneficiada y alcanzará la gloria eterna. Verónica Zarate

documenta la cantidad de misas solicitadas por los nobles mexicanos entre 1750

y 1850, localizando que en 15 testamentos se solicitan menos de 100 misas, 15

entre 100 y 1000; y 59 de estos documentos solicitan más de mil misas dichas

inmediatamente después de la muerte del otorgante283. Esto es interpretado

como una búsqueda inmediata por el descanso del alma y el caudal requerido

para esto era amplio, por lo que se invertían verdaderas fortunas para decir

hasta 57 700 misas en nueve años después de la muerte, como lo reporto en el

testamento del Conde de Regla en 1775 al hablar de las disposiciones que hizo

por el descanso eterno de su difunta esposa284.

283 Verónica Zarate. Op. Cit. 284 Ibid. p. 276.

191

En Sinaloa esta el caso de Francisco Antonio De la Riva, quien en 1781

dispuso tu testamento en el Real del Rosario285 quien al momento de nombrar

heredero universal lega todo a beneficio de su alma, esto al hacer referencia de

que aportaba sus bienes repartidos a la fábrica de la Capilla de Nuestra Señora

del Camino en la ciudad de Pamplona; a la Iglesia de la Parroquia del Señor de

San Miguel en Baraybar, a Nuestra Sra. del Rosario de los Reinos de Castilla,

Villa de Laredo, Obispado de Santander, todas en España; y el pago por su

entierro a la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario en el Obispado de Sonora

y Sinaloa, lugar donde murió de la Nueva España.

Solo tuvo un hijo legitimo que falleció, al momento de dictar el testamento

ya había quedado viudo, por lo tanto parecería normal para el momento que sus

bienes los dispusiera de esta manera, ojalá su hija natural que le sobrevivió haya

pensado igual y haya sido tan devota como para aceptar con cristiana

resignación los beneficios que su padre buscaba para el alma y el descanso

eterno.

Este fue el único caso ubicado de nombrar al Alma como heredera

universal, y este caso se encuentra fuera de la muestra para este estudio, lo

curioso y es el motivo por el cual señalo esto es porque heredar al alma era una

salida empleada en los testamentos hechos durante la colonia y que las

personas de elite usaban para asegurar su descanso y que los vivos no

olvidarán la encomienda de orar por su alma.

285 Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Real Audiencia de Guadalajara. Ramo Bienes de difuntos. 1781. “Testamento de Don Francisco Antonio de la Riva”. Caja: 381. Expediente 21.

192

En el Sinaloa decimonónico nadie utilizo tan devotísima acción, se

limitaron a pedir misas de forma más discreta, hasta que tal tendencia

desapareció al menos en el discurso testamentario. Que representa el 17.14%

de la muestra total, distribuidos en el tiempo como lo muestra la gráfica.

La idea central por el momento es que la noción devota del buen morir

presuponía organizar y disponer de los bienes de forma piadosa, pensando en

los fines espirituales. Esta era la mejor forma de manejar la economía monetaria

antes de morir, garantizando así el pasaje directo al cielo con menor tiempo

posible de estancia el purgatorio si es que el caso no ameritaba evitar tal dolor.

Con el paso de las décadas, en el siglo XIX, la presencia de la Iglesia fue

polarizada: nuevas posturas políticas y la entrada de nuevas influencias

extranjeras el imaginario cristiano de la muerte tardo en evolucionar. En todo

caso lo que paso es que hubo una adaptación y manifestaciones diferentes,

donde la piedad ya no era a la iglesia, si no a obras civiles y de justicia social.

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as

Frecuencia de testamentos por año donde hay misas solicitadas .

193

En todos estos elementos presentes en el testamento del siglo XIX

podemos señalar que la salvación eterna entre las familias de elite era un asunto

en el que se ocupaban; y que conforme evoluciono el siglo XIX con sus

detonantes cambios políticos, económicos y sociales, la mentalidad imperante

con respecto a la muerte se torno en un sentido de racionalizar el acto de morir

por medio de pompas fúnebres menos vistosas y disposiciones para el entierro

menos estrictas. En lugar de todo esto los testadores se dedicaron a detallar con

más cuidado las disposiciones que dejaban sobre sus posesiones materiales y el

fin último que deseaban darles después de algunos condicionantes para sus

herederos. Sin embargo es interesante resaltar que esta transición tuvo

diferentes ritmos que los cambios políticos, económicos y sociales.

El alma como expresión del gasto para con fines espirituales queda

silenciada en los testamentos conforme avanza el siglo; sin embargo, la

capacidad afectiva de sentir no es acallada, esto lo comento en base a lo

encontrado en los estudios por Teresa Pereira286, quien analiza las cartas

privadas, que representa otro tipo de fuente, la más sugerente para el estudio de

la sensibilidad familiar. Con respecto a la muerte durante la segunda mitad del

siglo XVIII y XIX en Santiago de Chile, encuentra que cuando hay una perdida

del cónyuge quedan desbloqueados los sentimientos, estos tienen a fluir sin

pudor y tienen a valorizar a la familia que queda sobreviviente. En tiempos de

guerra donde las separaciones son inciertas el vínculo matrimonial se fortalece,

en términos de que sus comunicaciones tienden a ser más abiertas, al menos en

el caso de Chile de aquellos años donde a pesar de la guerra el trabajo de

Pereira sugiere que había buen sistema de correspondencia de forma tal que los

conyugues podían escribirse cartas estando en diferentes localidades. En este

trabajo es localizada una evolución del matrimonio en dirección al amor conyugal

y a la sexualidad sin culpa derivada de la espiritualización del matrimonio y del

temor a la muerte.

286 Teresa Pereira Larráin. (2007). Op. Cit.

194

En los testamentos sinaloenses son comentadas algunas situaciones de

guerra, por ejemplo Zacarías Ochoa, quien habla de haber estado casado tres

veces, dos de ellas ya difuntas con las que en total tuvo 16 hijos (ocho con su

primera esposa Emiliana Félix; cuatro hijos con Fulgencia Félix; y cuatro más

con su ultima esposa Altagracia Inzunza). De los cuales fallecieron 11, quedando

para el año de 1898, cuando hizo su disposición testamentaria, solo 5 hijos

vivos. Cantidad nada sorprendente considerando que en el siglo XIX llegaron

varias epidemias a Sinaloa que atacaban principalmente a párvulos y ancianos.

Lo que al momento de testar poseía era resultado de sus afanes como

comerciante, pues en los años de su juventud no poseyó nada, porque, como

afirma “se dedico a la carrera de las armas”287

5.3. La piedad perceptible en obras materiales.

Otro indicador para ver analizar el decline de los actos devotos y el incremento

de una racionalidad práctica esta en la piedad ejercida en forma de donativos. El

impacto de los gastos hechos en torno a la muerte durante el periodo virreinal

fue tan grande que influyó en la economía general del reino; verdaderas fortunas

se gastaron en los sepelios de los novohispanos, no sólo en los de los

españoles, si no en los de los indios también, como lo ha demostrado la

etnohistoria a través de la documentación de las cofradías, pero sobre todo en

los testamentos indígenas novohispanos, en los que saltan a la vista las fuertes

cantidades invertidas por los indios en el difícil trance de la muerte288.

El rublo donde se hacían mayores gastos, en búsqueda de la paz

espiritual, era en la piedad, la cual era perceptible en obras materiales y misas

póstumas. Estas son un indicador que se puede localizar en los testamentos,

principalmente en los devotos, siendo uno de los indicadores más significativos,

287 AGNES. 1898. El Fuerte. Notario Ramón Corona. Foja 20. Escritura 7. Testamento de Zacarías Ochoa. 288 Teresa Rojas Rabiela, Elsa Rea López y Constantino Medina. (2000) “Vida y bienes olvidados. Testamentos indígenas novohispanos”. CIESAS-SEP-CONACYT. México.

195

pues enlaza lo terrenal de los bienes económicos con lo celestial, para este

caso, entre los testadores sinaloenses. Para el caso de los testamentos

sinaloenses fueron ubicados varios tipos de donativos, estos fueron clasificados

según la función que tenía y la persona a la que estaba destinado. Fueron

ubicados en 5 tipos de donativos: Justicia, familiares, religiosos, al municipio y

caridad.

Tipo de Donativos. Justicia Hijos naturales 2

Atención por servicios recibidos

2

Familiares Ahijados (as) 1 Sobrinas 1 Esposa 1 Hijos (as) 4 Nietas 3

Religiosos Muebles a la iglesia 1

Conservación de lugares santos

1

Misas 3 Imágenes religiosas 1

Al Municipio Bibliotecas 1 Hospital del Carmen 1 Escuela Normal 1 Escuela Agrícola 1 Asilo de Culiacán 1

Caridad Anciano sin hogar 1 Limosna a los pobres 2

Los donativos del tipo justicia se refieren aquellos que el testador hacía

para enmendar una situación inconclusa en vida, que requería de su intervención

que le posibilite enmendar alguna falta, principalmente moral, pues los

compromisos económicos derivados de actividades lucrativas estaba dicha tal

cual, como deudas. En este caso se considero como acto de enmendar una falta

a dos situaciones: Aceptar un hijo natural (que al no poder dejar como heredero

se podía legar algo como donativo) y retribuir a un trabajador o pariente por los

servicios que presto al testador en vida, principalmente en enfermedades largas.

Esta situación se encontró en cuatro casos que se encuentran distribuidos de

196

forma continua a lo largo del siglo XIX sin mostrar tendencia al cambio o

alejamiento en el tiempo.

Lo cual no es el caso de las donaciones religiosas, donde fue posible

ubicar la tendencia a presentarse en la primera mitad del siglo donde es posible

encontrar deslumbrantes donativos a obras pías, a favor de las animas del

purgatorio, los pobres del lugar, construcción de capellanías y parroquias; e

incluso hasta la donación, de parte de un habitante de Tacuichamona, cerca de

Culiacán, que deja para la conservación de Jerusalén y tierra Santa289.

A partir de la segunda mitad del siglo es menor la frecuencia de donativos,

y estos tienden a ser más sencillos, pero con destinos muy diferentes a los de la

primera mitad. Es de recalcarse que se trata de obras sociales como al Hospital

del Carmen y el asilo de esta ciudad290. En pocas palabras, los donativos hechos

como previsión ante la muerte no se dejan de hacer en todo el siglo, lo que

debemos señalar es que el destino, el tipo de donativo y la cantidad evolucionan

a lo largo de esos años.

Son escasos los donativos para la iglesia en los últimos años del siglo

XIX, y cuando los había eran en especie, como cuatro espejos de la sala

289 AGNES. Culiacán. 1878. Foja 16. Escritura 7. Testamento de Santana Lizarraga. 290 AGNES. Culiacán. 1896. Notario Lic. Luis Rivas García. Foja 23..

197

particular para la Catedral de Culiacán291. La tendencia a solicitar misas y dar

donativos tiende a bajar hasta desaparecer al final del siglo, sugiriendo que tal

vez el gasto de la limosna directa a los pobres y otros gestos altruistas resultaba

poco práctico y fuera de contexto para este tipo de documentos notariales, o

simplemente tenía resultados inseguros para la nueva racionalidad capitalista

que incluso pudo valorar estos gestos como absurdos. Tal vez las personas que

deseaban hacer este tipo de donativos dejaban instrucciones privadas a sus

albaceas, pues el testamento ya no era ese documento capaz de rebelar la vida

intima y creencias del otorgante, ahora habría que confiar en la familia y la

privacidad de las redes sociales si se quería hacer alguna disposición fuera de

lugar para la nueva estructura testamentaria.

A la familia directa se le podía dejar herencia de forma legítima, como

herederos universales, pero en ocasiones el testador quería beneficiar a un

miembro de su familia con una porción extra de su caudal, esto se practicaba

principalmente a los miembros vulnerables de la familia por su condición de sexo

o de minoría de edad292, por lo que llame a este tipo de donaciones como

familiar. Este donativo podía consistir en muebles, joyas y ropaje para las

mujeres de la familia; para los nietos con minoría de edad en dos de los cuatro

casos localizados el donativo consistía en semovientes que serían entregados al

cumplir la mayoría de edad.

Comenzó a ocurrir cada vez con más frecuencia que el testador, en lugar

de detallar cuestiones específicas en misas, empezó a detallar con cada vez

más sus créditos, derechos sobre propiedades y deudas hacia su persona. En

todo caso para al hablar de donación independientes a la herencia, y estos en el

caso de los familiares, se razonaban en función de la vulnerabilidad del familiar

al que se deseaba beneficiar.

291 AGNES. Culiacán. 1897. Foja 15. Escritura 7. Notario Domingo Uriarte. Testamento de Gertrudis Orrantia Viuda de Tamayo. 292 Al respecto ver Capitulo I.

198

Sucediendo que al final del siglo XIX la inversión del patrimonio en misas,

donaciones a la Iglesia y “descargos de conciencia” era un comportamiento

anacrónico, fuera de lugar, improductivo e ilógico; tal vez para el Lic. Pedro

Cañedo resulto inusual cuando en sus funciones como notario oficializo las

disposiciones testamentarias de Doña Bernabé Ríos y ella dispuso lugar de

entierro, como quería que fuera su funeral y las misas que deseaba fueran

dichas para el descanso de su alma en un momento (1899) en el que ya nadie

hacia eso, o desde 1878 no había testamentos con tales disposiciones293.

Ahora lo racional de ese momento era invertir el patrimonio en “el más

aquí” (opuesto al “mas allá”); en primer lugar para el disfrute de la familia y en

segundo, si es que había posibilidad, a gestos altruistas con una sensibilidad

social muy diferente: legaban a las bibliotecas o a los hospitales, los cuales son

clasificados como donaciones al municipio, quien era la encargada de regular

tales instituciones.

Esto nos revela una conciencia burguesa en progreso de un hombre de

negocios que ha dejado la moral culpabilizadora al estilo católico, aunque tal vez

no al catolicismo como creencia.

5.4. Las herencias espirituales y materiales en los testamentos.

Ahora bien, tanto las donaciones como las herencias universales son parte de un

caudal de objetos materiales, ambos son elementos susceptibles de

razonializarse como bienes de consumo, intercambio y producción para cubrir

necesidades espirituales es en los legados materiales. En especial en aquellos

que contienen referencias a figurillas religiosas representantes de santos y

advocaciones de María. Por ejemplo, en el testamento de Juana María

Domínguez y García, en 1829 hace una descripción de sus bienes más

importantes: 293 AGNES. Mazatlán. 1899. Foja 4. Escritura 3. Notario Lic. Pedro F. Cañedo. Testamento de Bernabé Ríos.

199

“… una casa con comedor techado de palma de buen hilo y

cocina techada de lo mismo, con su correspondiente solar

cercado de varias especies de ramas y cartón ubicada en el punto

del azafrán, al mismo tiempo tiene 7 árboles de naranjos, cinco

agrios y dos dulces, un cualitote y un cirgüelo. una yunta de

bueyes, dos vacas paridas y una vaquilla de 4 años. una casa con

chapa y llave con 6 imágenes conservadas, 4 en papel, una en

lienzo y una refugiada en vitrina, 2 tazas grandes de talavera y un

jarro de guarda tajara con más 2 tazas calderas...”294

Esta dama menciona en su disposición testamentaria lo que considera

digno de valor y por lo tanto capaz de ser traspasado después de su muerte;

siendo estos bienes de alto valor para aquel momento, pues recordemos que la

economía de lo que hoy es Sinaloa se basaba en la ganadería, posesiones de

tierras y comercio. Resulta curioso al leer este tipo de enumeraciones de bienes

hacer un recordatorio de aquellos testamentos estudiados por Zarate

Toscano295, donde predominaba la idea barroca de detallar cada uno de los

bienes, desde la ubicación de los terrenos o casas habitación, hasta el material

de sus ropas y los títulos de los libros que pudieran tener en su biblioteca

personal, incluyendo la mención del tipo de material con que estaban adornados

los ajuares de uso corriente.

Juana María Domínguez y García, como toda persona que dicta su

testamento, hace mención de lo que considera valioso entre sus posesiones,

resaltando particular la mención de la cantidad y tipo de árboles que posee en el

terreno de su casa. Esto posiblemente sea una descripción que permita ubicar la

casa y el valor de la misma, o podría revelar que en Cósala de aquellos años era

de valor tener arboles frutales a disposición del dueño.

294 AGNES. Cósala. 1829. Foja 12. Notario José Felipe Roncal. Testamento de Juana María Domínguez y García. 295 Verónica Zarate Toscano. Op. Cit.

200

Lo que en este momento interesa es el detalle de mencionar las 6

imágenes conservadas que posee: “4 en papel, una en lienzo y una refugiada

en vitrina”. Las imágenes que representaban advocaciones de la Virgen María o

de Santos significaban un vínculo especial con tales seres celestiales, en

especial si estaban bendecidas por algún ministro de la iglesia, eran tan

importantes para la espiritualidad que incluso poseerlas brindaba protección en

momentos de angustia como la muerte y el incierto destino postrero. Esta es una

situación prevista en 1838 de las disposiciones dictadas por el Obispado de

Sonora para todas las parroquias de la jurisdicción, incluidas las que hoy son

parte del Obispado de Sinaloa:

“Consetuamos, así mismo, a todos los párrocos la facultad de

bendecir medallas, imágenes de cobre, plata u oro de Nuestro

Señor Jesucristo, María Santísima o de cualquier santo canonizado

y Rosario de la Santa Virgen; y conceda indulgencia plenaria a los

dueños de estas medallas y Rosarios, sin culpa que confesar y

comulgar en cualquiera de las festividades siguientes:[menciona

festividades]”296

Esto de la indulgencia plenaria era un asunto de extremo importante para

el momento de la muerte, tal como fue visto algunos capítulos atrás. Alcanzar

una indulgencia plenaria era una puerta directa de entrada al cielo después de la

muerte, sin tener que pasar por el purgatorio. Entonces tener imágenes

religiosas en casa no es solamente cualquier adorno o material didáctico para

enseñar y recordar las doctrinas; si no que también significa salvaguardar el

destino del alma.

Párrafos mas adelante, que en el discurso testamentario son más bien

clausulas más adelante, la Señora manda traspasar todos estos bienes a su

heredera universal María Gertrudis Heredia, eliminando a su sobrino del goce y 296 Archivo Parroquial de El Fuerte. 1838. Disposiciones Diocesanas 1835–1926. Doc. 15. Foja 3.

201

disfrute de tales ventajas (tanto de los bienes económicos, incluidos los

espirituales). Lo cual incluye cierta comodidad económica para María Gertrudis,

pero también un tanto espiritual, pues 9 años antes de que Doña Juana María

dictará su testamento en la iglesia local se predico durante varios domingos de

pascua y en algunas celebraciones que aquellos que tuvieran posesión de

imágenes religiosas, medallas y rosarios adquirirían indulgencias; pero que se

perderían si estos artículos eran pasados ilegítimamente o prestados a otras

personas297; por lo tanto una vez que Doña Juana María ha hecho uso de las

indulgencias ganadas por tales posesiones, le tocaba a María Gertrudis, como

legitima heredera universal, entrar en posesión de los beneficios económicos y

espirituales de los bienes heredaros.

Lo cual permite apuntar que los bienes materiales son susceptibles de

espiritualizarse, en tanto que cubren una necesidad creada, por medio de su

circulación, para alcanzar un bien espiritual, que para este caso fue el descanso

para el alma de quien los otorgo y de quien los recibió.

Esta fue una acción espiritualizadora que se fue perdiendo conforme

evolución el siglo, de forma tal que el acto de testar dejo de ser una vía para

garantizar las salvación del alma propia y familiares al otorgar artículos que a

esos herederos les pudiera garantizar un bien espiritual.

Al finalizar el siglo el desarrollo de la estructura comercial en Sinaloa se

intensifico, situación que se ve reflejada en el tipo de herencias y el significado

que se imprime en ella. Por ejemplo, en el testamento de Zacarías Ochoa (1898)

no solo especifica sus bienes de mayor valor como la Sra. Juana María

Domínguez y García (1829), si no que también se toma la molestia de

condicionar la forma de repartir y heredar tanto en tiempo como en forma los

beneficios de su capital:

“Su capital se dividirá en 2 partes. Una para su Esposa como

pago a sus gananciales y otra mitad se dividirá en ocho porciones

297 Ibid.

202

iguales que pertenecerán una a su expresada esposa, otra a cada

uno de sus hijos…. Que la voluntad testamentaria se liquide y se

haga división correspondiente hasta veinticinco años después de

su muerte, pues dispone y ordena que la casa siga establecida y

girando durante este periodo de tiempo bajo la razón social de

“Zacarías Ochoa Sucesores” imponiendo a sus herederos esa

obligación… Se hará anualmente división de los gananciales

dando una acción para su esposa y otra para cada uno de sus

hijos. Si alguno de los descendientes interpone una demanda de

inconformidad quedará desheredado, en la inteligencia que la

parte del capital que correspondiera del diciente se repartirá por

partes iguales entre los demás herederos. Si fallece su nieto

Jesús Ochoa, será su madre Rosanda López de Ochoa”298

Con este orden y especificaciones podemos señalar que lo que Don

Zacarías Ochoa busca es salvar sus bienes, que no se pierdan al menos por

conflictos entre herederos o sean repartidos de forma abrupta sin rendir los

gananciales que a la larga podrían redituar. Tal cual y de forma directa, no hay

mas que la salvación a largo plazo de los bienes que tantos afanes le costo

ganar en vida a Don Zacarías.

Para llevar todas las cuentas de las posesiones que deja, solicita que

como albaceas queden en el mismo orden que antes ha repartido los bienes

todos los respresentantes de la sociedad “Zacarias Ochoa Sucesores” y por su

encargo y buen manejo dictan que tendrán además de sus honorarios la

cantidad de doscientos pesos mensuales libres de todos gastos. Lo cual era una

suma nada despreciable considerando que con 15 pesos se podía pagar el

sueldo mensual de un sirviente (ver Anexo h: Lista de gastos de Pomposo Ibarra,

1891)

298 AGNES. 1898. El Fuerte. Notario Ramón Corona. Foja 20. Escritura 7. Testamento de Zacarías Ochoa.

203

5.5. Los costos de la muerte.

Al momento de llegar la muerte había ciertos gastos que los deudos

debían cubrir, estos eran primarios, después de cubrirlos podrían pagar deudas

que haya dejado en vida y “con el remanente de los bienes” 299 se disponía las

particiones de las herencias.

Los primeros gastos derivados de la muerte era el tratamiento del cuerpo

y los cuidados espirituales que requiere el difunto, dicho sea de paso también los

familiares para llevar el duelo de la forma más decorosa posible. Después

podrán ver los cuidados con respecto a la repartición de bienes para la hijuela de

los hijos, o dicho en otras palabras la herencia de cada uno y del conyugue,

quienes eran por lo general los que investían la figura del “heredero universal”.

Pasado un tiempo razonable después de la muerte se hacia los

inventarios, aprecios y remantes; lo cual se podía hacer judicial o

extrajudicialmente. En cualquiera de los casos el albacea, o en su defecto el

alcalde ordinario o la persona especialmente comisionada se dirigía a la casa

mortuoria, tal como era llamada a partir de ese momento al lugar donde

habitaba el difunto. Estando ahí inventariaba lo que éste había declarado como

perteneciente en los bienes del testamento para evaluar el estado de los mismos

A ese listado de los bienes inventariados se le restaba lo que se había

gastado a cuenta del funeral, o en caso de que ya haya sido vendido para cubrir

tal necesidad se dejaba constancia de ello para que tal bien vendido ya no se

contará como parte de la herencia300.

Una vez pagadas las deudas, mandas y donaciones dictadas por el

otorgante, ahora difunto, se podía calcular lo que correspondería a cada uno de

los herederos. Esos primeros gastos al momento de la muerte se pueden

299 Frase empleada en los testamentos. 300Biblioteca Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (1861) Ley que reglamenta los juicios de testamentaria y ab-intestato. Mazatlán. Fondo Reservado. RLAF 94. México.

204

separar entre el cuidado de la muerte física, aquella del cuerpo y los gastos para

el cuidado del alma, necesarios para dar tranquilidad al espíritu del difunto o de

los deudos al darles la tranquilidad de haber otorgado al difunto todo lo necesario

para su nuevo estado.

En los juicios testamentarios llevados a cabo cuando alguna parte legítima

lo promovía, quedaba constancia de estos gastos; estos documentos están

conformados en primer lugar por el listado y avaluó de los bienes del difunto y la

lista de gastos derivados de la muerte del finado, ambas listas llevadas a cabo

por el Albacea301.

Un análisis de los gastos hechos inmediatamente después de que el

testador ha fallecido nos revela lo que se invertía en los funerales, exequias,

entierro y primeras misas o rosarios según sea el caso y si este fue católico.

Para esto se tomaron en cuenta la lista de gastos de Don Pedro González,

muerto en el Panuco en 1781 y la de Pomposo Ibarra, quién falleció

exactamente 100 años después (ver Anexo g y h).

A partir de una revisión de estas cuentas de gastos se ha encontrado una

división tentativa de los mismos para los fines de esta investigación: los del

espíritu y los del cuerpo.

301 Ibid.

205

5.5.1. Los gastos del espíritu:

Son aquellos que fueron elaborados culturalmente para cubrir necesidades

derivadas del espíritu. Por un lado para que el difunto puedan acceder a un

descanso eterno y su alma encuentre el reposo en lugares celestiales; por otra

parte, que la familia pueda llevar con decoro y respeto tales exequias, de forma

tal que lleven de manera adecuada el acto del duelo con el sentido social que

ello conlleva y el sentido intimo de superar la perdida:

Peso/Real Equivalente a pesos

Conversión a reales

Gastos espirituales de Don Pedro González (Panuco, 1781)302 Por la ofrenda 3 3 Por la vela de a libra del cura 6 6 Por la misa de cuerpo presente y vigilia 10.6 10.75 Por las 4 posas en la calle, las del féretro después de misa y responso después del entierro 76.6 76.75 Por el novenario de misa cantada con vigilia 97 97 Por la cera del novenario de 8 días que se puso en la mesa y del altar de tres libras cada una. 18 18 Por la ofrenda del día de las honras 6 6 Por los 9 responsos cantados en el novenario 3.3 3.375 Por el doble, incensario, cruz alta y capa. 3 3

223.875 223 pesos y 7 reales

Gastos espirituales de Pomposo Ibarra. (El Fuerte, 1881)303 Sacristán 5 pago al cura por funerales 55 Velas para el entierro 5 Al cura por 9 misas 18 Ropa de luto familiar 103.23

186.23 pesos

302 Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Real Audiencia de Guadalajara. Ramo: Bienes de Difuntos. 1782. Derechos parroquiales del funeral y entierro de Español. Caja 122. Esp. 3. foja 27 303 AGNES. Juzgado de Primera Instancia de El Fuerte.1881. Cuenta de Albaceazgo en el intestado de bienes del Señor Pomposo de Ibarra. Foja 124. Apéndice No.6.

206

5.5.2. Los gastos del cuerpo:

Todos aquellos gastos derivados de tratar el cuerpo que debe ser sepultado, es

decir a los restos mortales que eran depositados en tierra.

Gastos en pesos

Gastos de Don Pedro González (Panuco, 1781)304

Por entierro de Español 20

Capa del referido 1

Fabrica del lugar de entierro 50

Por el ataúd y enterrado de caja 3

Por dos gradas del túmulo 2

76 pesos

Gastos de Pomposo Ibarra. (El Fuerte, 1881)305

Materiales para la tumba comprados a varios 15

Construcción de la tumba, albañil y peones trabajando de noche 20

Madera para el ataúd 5

Hechura del ataúd 9

Menino cinta Familiar para el mismo 8.25

Veladores y cargadores 6

Asistencia en la ultima enfermedad 80 143.25 pesos

Podemos ver que en la primera tabla que los gastos hechos con fines

espirituales de la familia y albacea de Don Pedro González fueron superiores

tanto en cantidad total en pesos, como en variedad de los artículos y servicios

adquiridos. Siendo más inquisitivos, lo que aumento en todo caso fue la precisión

los gastos, pues cabría dudar si hubo otros gastos para los funerales de

Pomposo Ibarra que no fueron registrados en el listado por no considerarlos

valiosos y de costo considerable dignos de aparecer en el avalúo o que fueron

pagados por otro familiar cercano. En cualquiera de los casos la situación es que

304 Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Real Audiencia de Guadalajara. Ramo: Bienes de Difuntos. 1782. Derechos parroquiales del funeral y entierro de Español. Caja 122. Esp. 3. foja 27 305 AGNES. Juzgado de Primera Instancia de El Fuerte.1881. Cuenta de Albaceazgo en el intestado de bienes del Señor Pomposo de Ibarra. Foja 124. Apéndice No.6.

207

en los avalúos oficiales fue registrado un gasto con fines espirituales superior en

la primera muestra.

Mientras que en la segunda tabla podemos ver que los mayores gastos

fueron hechos para el difunto Pomposo Ibarra, ascendiendo a 67.25 pesos la

diferencia entre uno y otro.

Diferencia que podría explicarse al hecho de que en el tiempo que murió

Don Pedro González, todos esos artículos y servicios eran proveídos por la

fabrica de la Iglesia local, mientras que los familiares de el Señor Pomposo

Ibarra tuvieron que echar mano de diversos trabajadores que prestarán servicio y

diferentes proveedores, por lo que pudo haber hecho que el costo se elevara.306

Lo que es interesante es que en es en el avaluó hecho a los bienes del

Señor Pomposo Ibarra donde se registran no solo mayores gastos derivados del

tratamiento de los restos mortales, si no que esos gastos son más especificados

que los espirituales. Situación que se invierte en los gastos de Don Pedro

González.

5.6. El dolor por la muerte en la plaza publica.

En abril de 1802 falleció Doña Margarita Avilés, dama distinguida de Cósala, el

funeral que organizaron en su casa fue una ocasión de tumulto en las calles, en

especial cuando había que organizar la procesión que la conduciría al Campo

Santo307. Pocos se esperaron lo que en ese momento estaba por suceder; Don

Pelayo Thomas y el Subdelegado de ese Real se acercaron a presto que 306 La diferencia en el prefijo Don y Señor antes del nombre propio de las personas es una de las cuestiones interesantes a analizar que significan una pequeña manifestación de la creación del concepto de Ciudadanía en el siglo XIX para Latinoamérica; al parecer el prefijo Don viene de una raíz ibérica pues es marcado su uso en los últimos documentos de la Colonia; mientras que el prefijo Señor comienza a aparecer exclusivamente y de forma regular en las ultimas cuatro décadas del siglo XIX en los archivos locales. 307 Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Real Audiencia de Guadalajara. Ramo Civil. 1802. “En el entierro de Margarita Avilés no tomaron lugar los delegados donde les correspondía, fueron llamados ignorantes y los excomulgaron”. Caja: 381. Expediente 21.

208

conducía el cadáver para tomar el lugar de atrás que creían les correspondía

para acompañar el cuerpo de una forma digna, ante los ojos del pueblo. Ese era

el lugar de honor, que correspondía a la autoridad de mayor honorabilidad. Sin

embargo se toparon ante el Lic. Don Manuel Velarde, Cura y Vicario de Real de

Cosala, quien portaba en ese momento la Capa que lo investía como tal. Este

les señalo que el lugar le correspondía a él y les solicito que tomarán el lugar de

adelante, junto con el resto del pueblo.

Los funcionarios reales se negaron a tal petición, a lo que el Cura y

Vicario les cuestiono quien les daba tal lugar que pretendían tomar. Ellos

respondieron que el mismísimo Rey y la costumbre. Tal respuesta enfado al

Cura Manuel Velarde, delate de la gente ahí reunida los llamo ignorantes,

desconocedores de las verdaderas ordenes superiores y ante tal situación que el

consideraba desacato invito a toda la gente a que los considerada como

excomulgados si estos funcionarios reales insistían en ir atrás de la procesión y

no adelante como el resto de las personas.

Y valla que había gente, pues los funerales de aquellos años eran

ocasiones donde se reunían desde los más distinguidos habitantes hasta los

más pobres; ya que en el trascurso de esos tres días que duraban los funerales

había todo un despliegue de elementos ostentosos atractivos para todos y el

beneficio extra para los pobres de que recibían comida a modo de Sacrificio308.

Por eso este tipo de situaciones entre el Cura de Cósala y los funcionarios

reales significo toda una vergüenza delante del cadáver de Doña Margarita, y

peor aún, delante de toda la gente; los funcionarios optaron por seguir las

lecciones de prudencia y retirarse a sus casas para no participar más en tal

funeral. Esa misma semana enviaron al Señor Intendente Don Alejo García

Conde una carta informándole de lo sucedido, para que en su autoridad emita

una decisión justa sobre el lugar que en próximos funerales los funcionarios

deban tomar. Don Alejo no entro en controversias, envió directamente la queja a

308 Claudio Fleurt. (1803). Op. Cit. p. 155

209

la Audiencia de Guadalajara y solicitó que fueran ellos quienes decidieran y

aprovecho la situación para hacer diplomacia con el Obispado.

Alejo García Conde comenta a la Audiencia que los jueces de lugares

como Cósala no son instruidos en ese tipo de protocolos y los disculpa diciendo

que su posible ignorancia se debe a que no hay instrucciones claras sobre la

conducta tomar para estos casos, desde Arizpe aclara, que los 4 Obispos

anteriores, contando al actual de ese momento, no toman tal ciudad por asiento

del Obispado, por lo cual no ha tenido alguna reunión con ellos en los que se

establezcan tales protocolos con claridad.

Por su parte el Obispo de Sonora, Sinaloa y las Californias Don Fray

Francisco Rouset de Jesús responde que todos los Jueces Reales del Obispado

tienen no solo el derecho, si no la obligación, de asistir a las Procesiones

Publicas, considerando abiertamente el encaminar a un cadáver de su funeral al

Campo santo como una Procesión Publica. Pero estos funcionarios, según el

Obispo Rouret, deben ocupar el ultimo lugar después del clero, y cerrando la

procesión detrás de todos los que la componen con arreglo a las leyes y

costumbre constante de los Obispados de las Indias. Que para el caso del

funeral de Margarita Aviles, el Cura y Vicario Velarde era quien debía ir tras el

cadáver, pues iva cumpliendo una función de su ministerio; pero que este debió

ser más preciso y exhortar antes de invitar a la excomunión, explicando que a los

funcionarios reales les correspondía presidir a los seglares que concurrieron a

ella y no al párroco que iba haciendo de preste.

Lo que al cura Manuel Velarde le preocupaba es que tales muestras de

aspiración a la preeminencia publica se extendiera a otros lugares del Obispado

si permitía tal insulto a las buenas prácticas católicas en público. Si bien, no

fueron excomulgados estos dos oficiales Reales, lo que a ellos preocupaba era

que ante el pueblo su legítima autoridad fuera cuestionada. El asunto de la

amenaza de la excomunión para cualquier católico es preocupante, por ello

optaron por retirarse a su casa antes de que el Cura cumpliera con tal, y junto

con ellos regreso su ego herido, por el desaire del Padre y puede ser que talvez

210

por no acompañar a Margarita a su ultimo lugar de reposo eterno. Que para ser

sinceros, por la importancia que investía la procesión, dudo que esto ultimo haya

sido motivo de preocupación; al menos no es reflejado en ningún momento del

juicio.

Este tipo de hechos posiblemente solo sucedía en los funerales de

personas distinguidas, entre ellos Padres de la Iglesia, destacados funcionarios

reales y sus familias. Desde los elementos permitidos solo para sus funerales y

procesiones había diferencias con respecto al del resto de las personas. Puesto

que se consideraba que toda presentación en público merecía el lucimiento para

infundir entre los vasallos y feligreses la admiración, respeto y amor que les es

debido a su tiempo, que el común no sabe distinguirla cuando no la ve revestida

de su ornamento. En los demás entierros, exequias y cabo de años, por ninguna

otra persona que las nominadas por cualesquiera calidad, condición o

preeminencia aunque sea de titulo o de dignidad no se podían encender en luces

sobre 12 cirios, o hachas, ni hacerles túmulo, ni mas de una tumba regular con

un paño de luto u otra cubierta309.

Tampoco se recomendaba el uso de paños ni el luto a franjas de plata y

oro que adornen el ataúd; ni enviar pajes con centros enlutados que escolten el

camino del difunto esto por considéralo en perjuicio de la económica de los

deudos, en especial de aquellos humildes que intentan seguir la practica, ya sea

como sátira a los ricos por su proceder innecesario o por considerarlo necesario

para el descanso del alma del difunto. En todo caso lo que podría haber

molestado a la iglesia era el afán por dar entierros magníficos, que reflejaban la

gloria del muerto y del que queda aún en vida, para después olvidar el asunto;

dejando de lado las misas que el difunto había dejado ordenadas en sus

testamentos.

El carácter del buen Cristiano no debía tender a la opulencia, pues había

renunciado a los placeres del mundo, con la poma y vanidad que esto

309 Archivo del Arzobispado de Durango. 1802. AHAD 206. Frame 0848. Leg. 10

211

representaba. En todo caso, lo que era permitido emplear, oficialmente, era un

mero artificio para poder educar el corazón de los mortales en respeto y

admiración de aquellas distinguidas personas a las que si se les colocaban mas

de 12 cirios, sobre túmulos con telas luctuosas al momento de su procesión

publica.

En ese mismo año, 1802, llego al Arzobispado de Durango, un edicto que

fue enviado a toda la estructura de la Iglesia en las Colonias Hispanas, con el fin

de que la noticia sobre su tema fuera conocido por cada Vicaria general, Vicaria

foránea, Prelados de Ordenes Regulares, Superioras de Monasterios,

Sacristanes mayores y menos, campaneros y demás fieles de los Obispados310.

Este era una denuncia sobre el abuso en el uso de las campanadas y el exceso

durante las pompas fúnebres con que se realizaban entierros, exequias y cabos

de año que se había registrado en algunas parroquias.

Llenaban el espacio publico de estruendosos ruidos que no guardaban el

respeto necesario, llegando al punto en que algunos muchachos y gente de la

plebe usaba las campanadas de forma lastimera, como juguetes, procurando

imitar los sones profanos e incluso inquietando a los vecinos con señales

indecentes, tal como sucedía en la Havana y fue evidenciado por el Dr. Don

Felipe José de Trespalacios y Verdeja; Obispo de la Havana y Provincias de la

Florida y Luisina311.

Este exceso y desorden en el toque de campanas creaba un efecto

contrario al deseado, de forma tal que el fiel no podía tener la tranquilidad

necesaria, el recogimiento a la oración por el bien final de las almas y la

necesaria paz del enfermo.

Con las décadas la religiosidad evoluciono en otras manifestaciones, a la

hora de la muerte, el luto público fue entendido bajo otros referentes en lugares

como Mazatlán, donde la entrada de nuevos cultos y formas de religiosidad

310 Ibid. 311 Ibid.

212

ganaron espacio entre las prácticas de las personas. En Durango fue conocida la

noticia de que en todas las escuelas públicas de Mazatlán habían sido filiadas a

la masoneria, afirmación copiada textualmente de la nota de periódico que así lo

informa312. Probablemente se refería a que ante la libertad de cultos establecida

como parte de la Constitución federal y local, las escuelas públicas permitieron la

entrada de nuevas religiosidades, coincidiendo en Mazatlán la llegada con

extranjeros que practicaban activamente la masonería y fueron ganando

espacios sociales hasta conformar una red solida y mayoritaria, de tal forma que

la mayoría de los espacios públicos escolares estaban ocupados por maestros

masones, hijos de masones y por lo tanto había cabida a las enseñanzas con

base a tal práctica. Como manifestación de ello, es comentado que en el

entierro del Sr. Valade, conocido masón mazatleco, los niños habían concurrido

a la ceremonia llevando una siempre viva en una vela que portaba cada uno en

su mano. Tal elemento es un signo masónico313.

Funerales del Sr. Gobernador Francisco Cañedo.

Fuente: Archivo Histórico del Estado de Sinaloa. Fototeca.

312 Hemeroteca de la Biblioteca Central del Edo. De Durango Lic. José Gallegos Caballero. (1870). Tomado de “La Luz; periódico exclusivamente dedicado a la educación de la juventud”. Junio 1 de 1870. Tomo I. Núm. 5. 313 Ibid.

213

Lo que hasta ese momento no varío fue el carácter respetuoso y sacro del

momento de conducir al cadáver a su ultimo lugar de reposo, ya sea por un culto

o por otro, esta ceremonia fue revestida de significados. Aunque el siglo

evoluciono y con ello trajo las ideas secularizadoras del Estado; y con ello un

nuevo discurso higienista nunca dejo de tratarse con respeto al cadáver.

En el Código Civil aprobado durante el periodo en turno del Gobernador

Pomposo Verdugo para el Estado de Sinaloa hay una ley para uso y

establecimiento de los cementerios314 . Para el caso del traslado de los

cadáveres esta previsto en el Articulo 13 que esto se haga en carros cerrados,

nunca en hombros, entre las nueve y las diez de la noche. Eso significo un

cambio para la tradición de llevar al difunto entre las calles mostrando su último y

perfecto estado de reposo adornado de elementos fúnebres. Tal cambio es

dispuesto bajo argumentos de higiene y salud publica.

Para su traslado era necesario el previo conocimiento y permiso de la

policía, que “guardándoles el respeto debido habrá de conducirlos y operar con

ellos”. El discurso tiende a la higiene antes que al sacralidad, sin dejar totalmente

fuera la solemnidad.

Art. 14. Los cadáveres dispuestos o depositados para ser

conducidos fuera de la población y á distancia que exceda de

cinco leguas, se inyectarán precisamente por el método de

Sueguet con el cloruro de zinc, y se colocará en una caja también

de Zinc, cerrada herméticamente, la cual se colocará dentro de

una de madera igualmente cerrada, en la que se pondrán los

sellos de la policía, cuyo reconocimiento ha debido proceder.315

314 Colección de Leyes, Decretos y Circulares y demás disposiciones sobre el Registro Civil, expedidas en el Estado de Sinaloa. Formadas de orden superior por Ignacio M. Gastelum. (1885) Culiacán. Imprenta de Tomas Ramírez. Calle Rosales. 315 Ibid.

214

El discurso de la ciencia, la higiene y la pureza del aire entran en contacto

con las practicas de la muerte en Sinaloa, un nuevo ambiente más iluminado y

práctico ronda entre las cajas de la inevitable y constante muerte.

Funerales del Sr. Gral. Cañedo. Frente al Panteón.

Fuente: Archivo Histórico del Estado de Sinaloa. Fototeca.

5.7. Lugares de entierro:

Un punto del que tenían opción de elegir en el testamento era el lugar donde

deseaba ser enterrado el otorgante, o en todo caso dejar designada la persona

que tomaría estas decisiones una vez fallecido; y que dicho sea de paso es

susceptible de entrar en los elementos económicos susceptibles de

espiritualizarse.

Para el catolicismo el lugar de entierro tomo importancia a partir de la idea

de la muerte física y su relación con la resurrección y la salvación del alma que

esos cuerpos habían contenido. En los inicios de la comunidad cristiana, los

muertos fueron depositados en catacumbas, generalmente de modo anónimo

215

para la sociedad, solo los propietarios del terreno sabían quienes estaban

enterrados, pues era costumbre comprar la catacumba y enterrar a familiares,

personas de confianza y allegados a la familia con los que hubo afinidad en vida.

“Mientras que los bárbaros siguieron la costumbre de los romanos y enterraron a

las afueras de las ciudades”316. Con la propagación de la doctrina de Cristo en

tierras europeas, los cristianos fueron ganándose lugares de entierro dentro de la

traza urbana porque anhelaban ser enterrados junto a las tumbas de sus

primeros mártires inmolados en las primeras décadas y siglos del cristianismo.

Con la promulgación del Edicto de Milán fueron reconocidas las libertades

religiosas, ya que se habían construido grandes basílicas alrededor de los

lugares de reposo de los restos de los santos.317

Es así que los cementerios dejaron de estar a las afueras de las ciudades

como dictaban las disposiciones hebreas del antiguo testamento y costumbres

romanas previas al catolicísimo. La ciudad era museo de la fe y martirios

cristianos, donde se construyeron iglesias, parroquias y monasterios dentro de

los cuales se enterraba. Tiempo después, el Concilio de Trento había aprobado

el dogma de la existencia del purgatorio, que como hemos visto es el tercer lugar

intermedio entre el cielo y el infierno, donde moraría el alma hasta su purificación

definitiva. Y en base a este concepto se activó la noción de preservar los restos

mortales en lugares plenamente identificados donde puedan recibir los rezos

piadosos de los vivos que los hará salir del purgatorio para subir al cielo, esto

como hemos visto fue todo un mecanismo de salvación que evidentemente

modificó el significado del espacio sepulcral318.

316 Fleurt Claudio. (1803). “Costumbres de los Christianos escritas en Francés por el Sr. Abad Claudio Fleurt Prior de Argentevil, y Confesor del Rey Christianísimo Luis XV.” Imprenta de Cruzado. Traducidas al español por Don Manuel Martínez. Madrid. 317 Susana Royer de Cardinal (S/F). “Morir en España (La Castilla Baja Edad Media). Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires”. Buenos Aires. 318 Ana María Martínez de Sánchez (2005 a) La resurrección de los muertos: significado del espacio sepulcral. En “Hispania Sacra”. Consejo Superior de Investigaciones científicas. Volumen LVII, Núm. 115.

216

Las Partidas dejaron en claro las razones que tuvieron los Santos Padres

para que las sepulturas de los cristianos estuvieran cerca de las iglesias:

1) Para que los cristianos estén más cerca de Dios por la fe.

2) Para que los que las visiten hagan oración por los amigos y parientes

muertos.

3) Para que quienes puedan rueguen a Dios y a los Santos por ellos.

4) Para que el Diablo no se acerque al cementerio.319

Sin embargo, en el discurso estaba prohibido que cualquier persona fuera

enterrada dentro de la iglesia, solo era un privilegio para “los Santos Padres”, tal

como ha sido ampliamente documentado por Martínez de Sánchez, las

advertencias sobre lo inapropiado de tener cementerios vecinos a las Iglesias o

como parte de la construcción, fueron creciendo como parte de un discurso

ilustrado mientras la Iglesia, como institución, mantuvo la prohibición de enterrar

dentro de ellas.320 La hispanísima tradición de acatar pero no obedecer fue una

constante con respecto a las disposiciones de los restos, pues a pesar de

prohibirse, el hecho es que las iglesias de la Nueva España estaban atestadas

de cadáveres de los fieles quienes deseaban los auxilios espirituales y

protección física que podían obtener estando entre los muros de la Iglesia.

Esto de especificar el lugar de sepultura solía ser un tema en el que

algunas veces se comentaban detalles exactos entre las disposiciones antes de

la muerte, y no era para menos, pues era ahí donde esperarían hasta la

Resurección.

Es por ello que se establecía un arancel para ser enterrado en ciertos

lugares especiales al interior de las iglesias. El piso de la iglesia se usaba como

319 Partida I, Título XIII, Ley 2. En Alejandra Bustos Posse (2005). Piedad y muerte en Córdoba; siglos XVI y XVII. Editorial de la Universidad Católica Córdoba. Colección Tesis 5. Argentina. 320 Ana María Martínez de Sánchez (2005 b). ¿Secularización de la sepultura? En V Congreso Argentino de Americanistas. Asociación Argentina de Americanistas. Tomo II. Argentina.

217

panteón, en función del lugar donde deseará ser sepultado el cuerpo había una

cuota que la familia debía de cubrir. Los costos variaban en función de la

cercanía al altar mayor, que era el lugar más costoso por ser a donde iban

dirigidas las oraciones de los feligreses.

Para el caso de lo que hoy conforman las iglesias antiguas del Estado de

Sinaloa, según lo publicado el nueve de mayo de 1827 por el Lic. Francisco de

Orrantia, Vicario de la sede vacante del Obispado de Sonora., el territorio de la

Iglesia se dividía en cinco partes, y los costos de los derechos de sepultura eran

los siguientes:

“Primera parte: De las gradas del altar mayor para

abajo. 50 pesos.

Segunda parte: Desde la mitad al crucero mayor.

Veinticinco pesos.

Tercera parte: Desde la puerta mencionada, hasta la

mitad de la iglesia: diez

pesos.

Cuarta parte: Desde el coro hasta la puerta del costado:

cinco pesos.

Quinta parte: Debajo del coro: Tres pesos”. 321.

Bajo esta lógica lo mas valioso era estar en el altar mayor pues ahí era

donde se encontraba el sacerdote en cada misa oficiando el servicio y

bendiciendo la ostia, además de que los feligreses dirigían sus oraciones hacia

ese lugar; sin embargo se desarrollaron algunas prácticas que permitían bajar

los costos de forma inteligente, por ejemplo, había algunos que pedían estar

enterrados “junto a la pila de agua bendita”, espacio concurrido por los fieles que

efectuaban la señal de la cruz siendo salpicado por el agua que se les

321 Crónica. 2da. Época. No. Especial sobre “El panteón San Juan Nepomuceno”. Marzo 2004.

218

derramaba. Esta, sin duda sería una maniobra que valdría mucho “rédito

espiritual con menor inversión material”.

Ahora bien, en caso de que eligieran un lugar fuera de la parroquia a la

cual pertenecía, estaba establecido por los sagrados cánones que debería pagar

a la parroquia la llamada “porción canónica o cuarta parroquial”, que estuvo

fijada en la mitad, la tercera o cuarta parte de las obligaciones que por entierro y

funeral se daban a otra iglesia, según fuera la costumbre.322

Este tipo de situaciones sucedía en el espacio de la iglesia usado como

lugar de entierro, lo cual cambio cuando las leyes prohibieron la exhumación en

estos lugares y dispusieron la construcción de panteones civiles fuera de la traza

urbana por cuestiones de higiene y secularización323. Siendo algunos panteones

construidos previamente por iniciativa de la iglesia, como el Panteón de san Juan

Nepomuceno, en Culiacán. Fue inaugurado por El Dr. Obispo Lázaro de la Garza

el 13 de mayo de 1834. El lugar lleva el nombre de ese santo, porque el Obispo

destinó los ingresos de la venta de terrenos para sepulcros a un fondo destinado

a la construcción del Colegio religioso de San Juan Nepomuceno y Santo Tomas

de Aquino324.

Aunque el lugar de entierro de los cuerpos haya sido sacado de las

iglesias, siguió siendo un punto susceptible de espiritualizarse; Pues en todo

caso el discurso republicano hablaba de constituir al panteón como un espacio

secularizado, pero jamás desacralizado, fue en todo momento capaz de dar

elementos que perfectamente podían ingresar en la economía espiritual.

322 Op. Cit. Seoane, “Sentido espiritual…..”. p.52 y 53. 323 Esto coincide con las disposiciones clave de Ley de Secularización de Cementerios dictada el 31 de Julio de 1859: “...Que estén fuera de las poblaciones, pero a distancia corta; que se hallen situados, en tanto cuanto sea posible, a sotavento del viento reinante; que estén circuidos de un muro, vallado o seto y cerrados con puertas que hagan difícil la entrada a ellos; y que estén plantados en cuanto se pueda de los arbustos y árboles indígenas o exóticos que más fácilmente prosperen en el terreno...” Cita tomada del Instituto Nacional de Estudios Políticos A. C. http://www.inep.org/content/view/1031/44/ 324 Op. Cit. Especial sobre “El panteón San Juan Nepomuceno”.

219

A partir de un recorrido en algunos de los panteones décimononicos de

cinco ciudades-comunidad de Sinaloa (el Panteón municipal y el Panteón

Privado de la Fam. Orrantia y Sarmiento de El Fuerte; el Panteón San Juan

Nepomuceno en Culiacán; el Panteón municipal de Concordia; los panteones I, II

y III de Copala; y el Panteón Municipal de Sinaloa de Leyva) se lograron ubicar

alguno de estos elementos materiales susceptibles de ser espiritualizados. Por

ejemplo, era permitida la construcción de monumentos mortuorios que seguían

motivaciones religiosas, con este término se hace referencia a la construcción de

estructuras con materiales sólidos (ladrillo, mezcla, concreto, entre otros) dentro

de panteones o cementerios, estos se realizaban sobre el área que ocupa el

cuerpo del difunto y son visible al exterior.

Por lo general el monumento mortuorio más antiguo y aparentemente de

mejores materiales, pues hasta hoy se conservan, se encuentra en el centro del

Panteón. A excepción del Panteón de San Júan Nepomuceno en Culiacán, en el

que el monumento mortuorio de Rafael de la Vega de 1846 se encontraba en el

fondo de panteón. Para ejemplificar esta tendencia muestro un gráfico que

realice donde se ubica la disposición de los monumentos mortuorios de uno de

los panteones, esto como un intento de hacer una generalización de los demás

panteones.

Gráfico que muestra la disposición de los monumentos mortuorios más antiguos al interior del Panteón de Concordia, Sinaloa. La estrella representa el monumento

mortuorio más antiguo y el arco es la entrada del panteón.

G

E

D F

H

B D C

A

220

La estructura de los monumentos mortuorios tomados en cuenta para este

estudio es variable, lo que tienen en común es que sobresale del nivel de la

tierra entre uno y tres metros, la mayoría tienen la cruz cristiana hecha de

herrería. Las formas más recurridas es la de torre recta y piramidal (ver

monumento mortuorio de C. De Fith, panteón III de Copalá). Algunas son

escalonadas, puestas en bases y con terminación amplia en la punta. Hay otras

forma que denomino rectangular. Estas formas recuerdan la estructura de las

Iglesias, tal vez era una permanencia en la búsqueda de acercamiento espiritual

a potestades divinas que se ubicaban, según la topografía espiritual enseñada

siglos atrás en las religiones occidentales, en el cielo, es decir en las alturas,

arriba de nuestras cabezas.

Monumento mortuorio de “C. de

Fitch”. Panteón Número III de Cópala. Vista

desde atrás.

En esta toma se puede apreciar que la estructura del monumento

mortuorio es elevada sobre el nivel del suelo, posee una forma de torre piramidal

con terminación superior amplia. Independientemente al color que ha tomado por

221

la humedad y falta de mantenimiento, podemos comparar la estructura de este

monumento con las tumbas que se ven en el fondo de la fotografía, las cuales

corresponden a la segunda mitad del siglo XX.

Varios de los monumentos mortuorios tienen los nombres legibles, la

mayoría tienen apellidos que pertenecen a las familias que son consideradas de

elite por la historia sinaloense, se encontraron similar cantidad para hombres que

para mujeres y una pequeña cantidad para niñas e inferior para niños. En el caso

de los monumentos mortuorios indicados para infantes la edad no era

especificada en varias ocasiones, pero si su condición como pequeños, o gracias

al calculo a partir de las fecha de nacimiento y muerte. En estos había mayor

cantidad de imágenes alusivas a temas sobre la naturaleza, inscripciones y

cambios de colores. Podría señalar que las lapidas que contienen la información

básica para el caso de los monumentos de niños son hechas de materiales de

excelente calidad (mármol blanco, negro y cantera rosa) con algunos toques

extra en el tipo de litografía con la que se inscribe los datos básicos y es

precisamente a ellos a quien cabe la posibilidad de inscribirles algunas palabras

extra, como una frase o una dedicatoria. Lo cual pareciera ser un elemento que

manifesta cariño y ternura hacia tales difuntos, que en vida requerían de

atención y cuidados que son cambiados en muerte por estos detalles en sus

lapidas.

Lápida del monumento mortuorio de Saharita. 1899. Panteón Municipal de El Fuerte.

222

Lapida de la tumba de Theodore E. Bissell. 1892. Panteón privado de la Familia Orrantia y Sarmiento en El Fuerte. Hecha de mármol negro, inscrita la edad del infante que es de 6 meses y agrega...“Dice Jesu christo: de los tales es el reino de los cielos”

Tanto en la lapida de la niña Saharita como en dos monumentos

mortuorios de el panteón civil de Concordia fueron dibujados elementos

vegetales, que van de flores a ramificaciones de guirnaldas. Las cuales están

asociadas con los rituales relacionados con la muerte; las flores por su olor, color

textura y delicadeza han sido señaladas como un medio de expresión de honra y

respeto a la corta duración, representando lo efímero, pasajero, la inconstancia

de la vida y la propia naturaleza. Mientras que las guirnaldas son señaladas

como una representación de la victoria, la fuerza y alegría de la vida325.

En la mayor parte de los monumentos mortuorios hay una cruz cristiana,

donde la presencia o ausencia del cuerpo de Jesús crucificado es variable. El

material con el que generalmente se construye es de metal, manejado en la

técnica propia de la herrería. La importancia de hacer la cruz cristiana de

materiales sólidos, resistentes y que estuviera generalmente en la parte superior

de los monumentos mortuorios pareciera ser una forma de identificación del

difunto que yace en el lugar. Tal como sucedía en los testamentos todo el siglo y

con especial hincapié en los del último cuarto, era muy importante identificarse

como Católico, Apostólico y Romano en aquellos días cuando los herejes

abundaban.

325 David Eduardo Vázquez Salguero, Adriana Corral Bustos (2004). Monumentos funerarios del Cementerio del Saucito, San Luis Potosi; 1889-1916.El Colegio de San Luis. México.

223

El único panteón en el que parece haber monumentos mortuorios que nos

hagan sospechar de personas con diferentes convicciones religiosas es en

Sinaloa de Leyva, pues fueron localizados algunos ausentes de imágenes

católicas y guardan similitud con las pirámides que los mazones usaban en sus

emblemas. No sería una gran sorpresa comprobar que las personas ahí

enterradas en vida eran miembros de un club mazonico, o tal vez el encargado

de hacer tales monumentos mortuorios. Caso concreto el monumento mortuorio

de Don José Manuel Peña, en el Panteón civil de Sinaloa de Leyva, en el cual

hay una lapida de mármol en el que se lee que fue vecino del Mineral de San

José de Gracia, pero que falleció en Sinaloa de Leyva en 1891. Literalmente dice

“He aquí sus restos mortales que imploran vuestras preces al Eterno”. Siendo

curioso que en la frase no use derivados de la palabra “oración”, o “Dios”,

“Jesucristo” u otra figura del catolicismo como la mayoría de las lápidas.

El monumento mortuorio en general tiene forma de pirámide escalonada,

lo cual es algo que comparte con muchos otros, pero lo que es de mayor

singuralidad en este son las decoraciones que posee en la parte alta del mismo,

antes de iniciar la ultima elevación. Se trata de una traza de triangulo con una

figura grabada en el interior con ojo al centro y rayos luminosos que salen del

mismo lo que tal vez es un signo mazonico. El monumento mortuorio no tiene

cruz en la terminación superior, solo una esfera de tamaño pequeño hecha del

mismo material que el resto del monumento; en total el monumento debe de

medir unos 4 metros de altura, es el más alto del panteón y sobresale hasta

afuera del panteón.

224

Detalle en el monumento mortuorio de Don José Manuel Peña, en el Panteón civil de Sinaloa de Leyva.

Hay otra variedad de elementos externos en la disposición de los

panteones decimonónicos, se trata de los embovedados, que son paredes que

alojan espacios para colocar los ataúdes de forma horizontal. Estos permiten que

la organización del espacio sepulcral se organice de tal forma que se pueda

acomodar mayor número de cadáveres en áreas limitadas.

Fue empleado en el Panteón Civil de Culiacán “San Juan Nepomuceno”

antes de 1909, pues como podemos ver en una de las fotografías del funeral del

Sr. Gobernador Francisco Cañedo ya estaba la estructura del embovedado. Este

estaba construido en la barda perimetral del Panteón, quedando justo en seguida

de la puerta principal que es resaltada en la foto por un portal arriba de las

personas de sombrero.

225

Funerales del Sr. Gobernador Francisco Cañedo. Bajando a la fosa. 1909.

Fuente: Archivo Histórico del Estado de Sinaloa. Fototeca.

La mayoría de las bóvedas están abiertas, solo siendo selladas 3,

posiblemente ya ocupadas. Y de esas, aparentemente solo una tiene inscripción,

su ubicación es debajo de nicho que tiene a la entrada mayor adorno, al parecer

es la bóveda central esperando por el cuerpo de alguien distinguido o

simplemente es el adorno central de todo el embovedado.

En esa misma foto, frente al embovedado se ve un monumento mortuorio

ya erigido, con las características de los monumentos antes señalados,

agregándole una pequeña cerca perimetral aparentemente de herrería; con lo

que podemos ver que en la construcción de estos monumentos mortuorios había

varios oficios que se ponían en función.

Con respecto a los materiales con que se hacían estos monumentos

mortuorios, en lugares como Mazatlán, se anunciaban en los periódicos los

talleres que eran capaces de realizar estos trabajos. En un mismo taller se hacia

226

los monumentos, lápidas y cajas mortuorias donde era depositado el cadáver del

familiar que contrataba el servicio de tales profesionales. Estos tenían

conocimiento en los ramos necesarios para el trabajo: Pintura, doradura,

marmolería y carpintería; de esta forma en un mismo taller se podía mandar a

elaborar al gusto de los familiares lo que sería la ultima morada de los restos

humanos.326

Este asunto de “elegir” era tomado en cuenta para contratar los servicios

de tales profesionales, pues en los anuncios se ofrece diferentes tipos de cajas

mortuorias con variantes en sus clases, tamaños, forros y blancos desde le

precio de $3.50 hasta $150.00. El rango tan amplio entre el menor costo y el más

alto abre toda una gama de posibilidades decorativas, que no son especificadas

del todo en los anuncios, pero en uno de ellos se hace mención del manejo

profesional en el desempeño y buen gusto de forma tal que podía “competir con

los extranjeros y demás a la última moda”327. Con esto podemos ver que la

influencia de los preceptos estéticos extranjeros estaba presente entre los

elementos a elegir al momento de enterrar a un familiar difunto y que estos eran

valorados en alta estima, pues significaban estar a la última moda. El integrar

materiales y nuevas técnicas de trabajo, como complemento o sustituto de otras

formas tradicionales, en todo necesario para el difunto fue una situación que

sucedió en gran medida a los movimientos derivados de la expansión del

capitalismo y el comercio exterior que alcanzo mayor auge y variedad durante el

siglo XIX328. Esta de más comentar que no siempre lo extranjero es sinónimo de

moda, pues en ciertas sociedades esto pertenece a la categoría de inaceptable y

marginal.

Dicho esto cabe resaltar que los construidos en el panteón municipal de El

Fuerte poseen alto grado de ornamentación con el propio material del

326 Biblioteca Sebastián Lerdo de Tejada. “La opinión de Sinaloa; Organo del partido porfirista”. 8 de Mayo de 1892. Tomo I. Núm. 13. 327 Ibid. 328 Mónica Silva Contreras (2005). “Hierro fundido y cementerios del siglo XIX: Caracas y Valencia entre incontables ciudades”, En Revista Apuntes. Vol 18. Núms 1-2. ISSN 1657-9763. Pontificia Universidad Javeriana, Colombia.

227

monumento y no tienen un tema definible (naturaleza o dibujos religiosos), si no

que se trata de formas continuas que generan efectos visuales.

Vista general de algunos monumentos mortuorios.

Fuente: Panteón Municipal de El Fuerte

5.8. Salta, Buenos Aires y Montevideo; un vistazo a otras regiones.

Una vez comentado este estudio de Pereira Larraín sobre la sensibilidad

chilena del siglo XVIII y XIX se antoja echar vistazo a otras regiones, aceptando

por supuesto que es imposible por el momento intentar hacer un comparativo

con regiones tan alejadas. Tal como propongo en el titulo con la Provincia de

Salta y Buenos Aires, en Argentina; la Ciudad de Montevideo, en Uruguay; y

Santiago de Chile. Aunque como naciones hispanoamericanas compartimos un

pasado colonial no hubo el mismo desarrollo; cuestiones como la situación de

trasfondo social, político e incluso demográfico no es compatible, por lo tanto una

posible comparación tendría que tomarse con detalle y profundidad. Sin embargo

es interesante como ejercicio mental hacer un repaso de investigaciones que se

han hecho en aquellos lugares compartiendo temporalidad y algunos indicadores

a analizar.

228

José Pedro Barran329 comenta sobre el comportamiento de los testadores

de Montevideo, Uruguay entre 1845 y 1890, estos siguieron pautas similares a la

de los sinaloenses: declaración de fe católica, no dejaban legados a la Iglesia ni

dinero especifico para misas pero sí dos reales a cada una de las “mandas

forzosas”. Señala Barrán que en esos años había elementos en desuso que ya

no eran tan dominantes y en algunos se encontraban de forma aislada: testaron

“enfermos en cama” y siguieron redactando encomendaciones del alma. En la

muestra analizada el comportamiento económico secularizado comenzó mucho

antes de que en esa nación se percibiera el liberalismo anticlerical doctrinario y

los conflictos de la Iglesia con el Estado (a partir de 1860).

Una situación sociopolítica externa al testamento que pudo haber sido

detonante de este cambio fueron las crisis que ocasionaron la Revolución y las

guerras de independencia, que para el caso de Uruguay resultaron más intensas

para la sociedad de Montevideo que en la Nueva España - México. Pues ellos

pasaron por manos españolas, porteñas, artiguistas, portuguesas, inglesas y

brasileñas en el lapso de 1811 a 1828. Lo que el dedujo es que el problema

histórico a explicar no era tanto el del nacimiento de la racionalidad económica

moderna sino el de la desaparición paulatina de la otra racionalidad, la religiosa.

Pues la influencia católica fue probablemente menos densa en la Banda Oriental

que en otras regiones de América Colonial330.

Mientras que Barran encontró que en la muestra de Salta, provincia al

norte de Argentina, entre 1701 y 1826 el 16% de los testadores legó y donó a

iglesias y conventos, porcentaje que ascendió al 18% entre 1840 y 1891. Lo que

en Montevideo se interpreta como consolidación del cambio secularizador, en

Salta es continuación de la tradición colonial. Por supuesto Pedro Barran refiere

a que un comparativo tal, entre un puerto como Montevideo con una ciudad

329 José Pedro Barran. (1998) La espiritualización de la riqueza; catolicismo y economía en Uruguay: 1730-1900. Ediciones de la Banda Oriental. Uruguay. 330 La tardía colonización española de la Banda Oriental en el siglo XVIII, y la temprana expulsión de los jesuitas en 1767, se combinaron para debilitar los cimientos de la sociedad colonial. Los embates y sacudidas de la Revolución, la guerra y desde 1806-07 el contacto acelerado con el mundo no hispano, hicieron el resto.

229

mediterránea y aislada como Salta es probablemente inadecuada. Por lo que

prefiere hacer el comparativo de las conductas económicas de los testadores de

Montevideo con los de Buenos Aires. Para esto localizo el estudio de Susan

Socolow, quien concluyo que el 45% de los comerciantes coloniales bonarenses

“dejaban más de 1,000 pesos a las organizaciones religiosas” 331

Ambas muestras estudiadas, la bonarense y la montevideana, tienen en

común que los testadores revelan tener riqueza invertida en tierras, saladeros,

esclavos y comercio; de ellos el 25% donó parte importante de sus bienes a

iglesias y conventos entre 1730 y 1820.

*

Los bienes materiales invertidos en los gastos derivados a la muerte son

susceptibles de ser “espiritualizados”, por supuesto bajo una racionalidad que ya

no compartimos actualmente. Espiritualizar un bien material significa utilizar para

lograr determinados beneficios espirituales y en cierto grado materiales que al

final servirían al alma de su dueño.

La racionalidad de principios del siglo XIX, sobre administrar bienes

económicos para ganar el cielo y la salvación eterna, es una lógica que no

compartimos actualmente, porque tanto aquella tomada como cierto, como la

nuestra no es una racionalidad si no una forma histórica y determinada por el

contexto. Tal como menciona Pedro Barran podemos encontrar que la noción de

lo que es útil pasa necesariamente a través de la cultura de cada época y esta la

331 Susan Socolow. (1991). Los mercaderes del Buenos Aires virreinal. Familia y comercio. Editorial de la Flor. Buenos Aires. En Pedro Barran “La espiritualización de la riqueza; catolicismo y economía en Uruguay: 1730-1900” Ediciones de la Banda Oriental. Uruguay.

230

modela332. Cuando estos comportamientos privados se les juzgue, primero como

equivocados, y finalmente, absurdos, es que nace otra racionalidad y es a esa

forma nueva de sensatez a la que se puede atribuir esa tendencia conocida

como “secularización” de los comportamientos y tal vez el resto de los hechos

sociales que se autonomizaron del catolicismo como el matrimonio, los

nacimientos, el trabajo, los tiempos para el desarrollo personal, la fiesta, el dolor

entre otros eventos.

Entre los elementos que impactaron durante el siglo XIX y cambiaron la

sensibilidad a la muerte fue la entrada de una nueva lógica capitalista, que mas

que nueva es intensificada, la practicidad que eso conllevo y los nuevos

discursos científicos que explicaban la necesidad de la higiene.

332 Pedro Barran. Op. Cit.

231

Conclusión:

Cuando se habla de imaginario e ideas en Hispanoamérica se toma en cuenta el

tema de la religión como marco de referencia para el periodo Colonial y los

primeros años de independencia. Esto es porque resulta necesario abarcar el

concepto de sociedad católica para puntualizar sobre cultura, para lo cual es

importante partir de tener en cuenta que el catolicismo no solo significo un

sistema organizado de dogmas y prácticas, si no que también remite a una

atmosfera cultural que tenía y/o contextualizaba (según el caso) a las formas

jurídicas, políticas, económicas, sociales y estéticas que afectan de forma

inmediata las ideas, concepciones, valores, hábitos y costumbres. En todo

momento de la historia de la Iglesia católica se confunde con el entorno al que

llega y permite ciertas adaptaciones culturales (lo jurídico, político, económico,

social y estético), es decir, están en una constante interacción entre estos

elementos de forma tal que es permanente la imposibilidad de separar lo

sagrado de lo profano.

En otras palabras, la cercanía tan intima de los aspectos religiosos con

toda la historia medieval de la que procede del Viejo Mundo, en particular

España, y los modelos conceptuales prehispánicos se mezclan de tal forma que

configuraron una amalgama en lo que posteriormente es la herencia trasmitida

durante generaciones a América hispánica haciendo imposible separar los

asuntos jurídicos, militares, económicos de la vida diaria, entre otros de la

influencia de los preceptos católicos tal como se puede ver en los testamentos

del siglo XIX y la evolución del derecho civil mexicano.

A partir de lo escrito sobre los principales puntos habitados de lo que hoy

es Sinaloa tenemos una visión amplia de la familia de elite al interior del hogar y

las redes familiares sinaloenses de elite, encontramos que en este sentido lo que

predomina a lo largo del Siglo XIX es aquella familia definida a partir del hogar,

232

que guarda estrechos vínculos con redes familiares compuestos por otras pocas

familias donde hay un intercambia activo de relaciones sociales.

Cualquier momento ritualizado de cambio en la vida familiar era una

situación aprovechada para demostrar status, entre ellos estaba el matrimonio, el

nacimiento de un nuevo hijo y la muerte de alguno de ellos. Era la muerte un

momento clave para demostrar ante la sociedad y la misma familia, las

cualidades personales del difunto, su caridad, gracia, incluyendo de paso la

posición de la familia por medio de actos suntuosos que salían de la

cotidianidad.

Con respecto a las diferencias entre los géneros podemos concluir que las

mujeres de las familias de elite sinaloense tenían una educación diferencial,

siendo ellas educadas en los valores religiosos, albaceas de los bienes

suntuosos domésticos y salvaguardas de alhajas familiares; mientras que los

varones sinaloenses se educaban en el trabajo y cuidado de los bienes

materiales. Conforme avanza el siglo los varones tienen la posibilidad de no solo

dedicarse a los negocios, si no también educarse a nivel superior, ampliar sus

horizontes profesionales y desarrollar un sentido burgués de la muerte; en donde

lo que importa no es tanto el destino del alma, si no el destino de lo ganado en

vida.

Este panorama abre paso a un momento de impacto en las costumbres

cotidianas, por parte de las ideas extranjeras adquiridas por la vía de la salida de

los hijos para estudiar o por medio de la expansión comercial que tuvieron los

puertos del Pacifico, en especial Mazatlán.

El desarrollo del puerto de Mazatlán como zona de embarque comercial

fue un punto atractivo para extranjeros, que no solo intercambiaron con los

locales mercancías, si no prácticas culturales e ideas que fueron socavando la

poca o nula resistencia al cambio en el actuar, pero no necesariamente en el

pensar. Es decir, si bien las familias de elite dejaron de emitir conductas

tendientes a cumplir con los preceptos catolicismo ibérico, esto no quiere decir

233

que hayan dejado de creer y funcionar en concordancia con las estructuras

religiosas.

Aunque el alma haya sido silenciada del discurso testamentario, no

necesariamente quiere decir que se haya dejado de creer en su existencia

después de dejar de funcionar el cuerpo. Lo que sucedió es que los bienes

materiales tuvieron otros fines, más prácticos, más confiables y visibles: dejarlos

a la familia directa o en todo caso a obras piadosas visibles, con fines altruistas y

sociales.

Lo invisible dejo de ser confiable, ya no se hereda para comprar misas y

salvar el alma del purgatorio; si no que se hereda para la familia, para bienes

sociales, ampliar bibliotecas y hospitales, de forma tal que lo que se salva no es

la existencia “mas allá”, si no la del “mas acá”.

Sinaloa del siglo XIX es una región con mayor contacto con San

Francisco, California que con Guadalajara o la Capital Mexicana, es natural que

se vea en mayor contacto con el capitalismo protestante y el liberalismo.

Veamos otro punto de entrada para analizar estos resultados: La

referencia obligada para todos los que estudiamos fenómenos relacionados con

la historia de la muerte y los testamentos es el estudio de Michel Vovelle en el

cual analizó 1,000 testamentos franceses. Localizo un fenómeno similar de

silenciamiento de alma, el cual se le conoció como un pasaje de la muerte

barroca a una muerte austera. Esto a partir de que los testadores heredaban

menor cantidad de bienes del estilo espiritualizado y dictaban menor cantidad de

disposiciones para sus exequias. Vovelle explica esto como un proceso de

descristianización, partiendo de la idea de que los preceptos cristianos se

estaban disipando entre la población francesa por diversos motivos.

Considero que lo que pasa en Sinaloa no es una descristianización, pues si

bien en los testamentos ya no hay referencias a preceptos cristianos, la sociedad

aún manifiesta apego a las costumbres mortuorias e ideas enseñadas por el

234

catolicismo pero que tienen otra válvula de escape diferente al testamento: esto

es en las disposiciones hechas a oídos de sus familiares más cercanos, o que

simplemente no se hacían disposiciones y eran los deudos quienes hacían

elecciones sobre mortajas, exequias, tipos de entierro, etc.

Las ideas católicas alrededor de la muerte siguieron teniendo importancia

entre los sinaloenses en la vida privada, prueba de ellos esta en hacer populares

los novenarios como siguiente paso inmediato al entierro de un difunto, la

elección del tipo de monumento mortuorio y la presencia de imágenes católicas

en los panteones.

En todo caso los cambios registrados desde el siglo XIX, más que a una

descristianización, como la descrita por Vovelle, considero que los cambios se

debieron a una 4 factores: la nueva racionalidad económica derivada de los

cambios productivos en Sinaloa; la difusión de la cultura escrita; el vinculo

inmigración-cambio de actitudes y mentalidades; y el embate directo del

liberalismo y conflictos Iglesia-Estado.

235

Anexos Anexo a) Índice de testadores en Sinaloa para el siglo XIX (tomados en cuenta para este trabajo:

1. Don Francisco Peiro Gramon 2. Doña María Ascensión Pérez de Mendoza 3. Miguel Joaquín Roncal 4. Juana María Domínguez y García 5. Antonio Virea 6. María Josefina de Bustamante 7. María Jacques. 8. José María Ibarra 9. Felipe Espinoza 10. María Concepción Gutiérrez 11. Josefa Arrieta de Tirado 12. María del Carmen Martínez. 13. Josefa Sarmiento 14. Estanislao Peiro. 15. Ysidora Urdían 16. Eugenio Celle. 17. Petra Gastelum 18. Catalina Lugo. 19. Antonio de la Vega 20. Jesús Vega 21. José de Abarva. 22. María Antonia Oballes. 23. Ramón Félix y Buelna. 24. Francisco Camilo Orrantia. 25. Jesús Espino. 26. Ignacio López. 27. Veran Pleindoux. 28. Pedro Valenzuela. 29. Antonio Vega y Beltrán. 30. María Josefa Fajardo. 31. Gertrudis Aragón. 32. Cosme de la Vega. 33. José Orduño. 34. José Antonio Cañedo. 35. Felipa Vega de Martínez de Castro.

36. Rafael Gil. 37. De la Vega Ignacio. 38. Rosalía Uriarte de Cuen. 39. Basilio Aviña. 40. Manuel Inzunza y Castro. 41. Andrés Vasavilbaso. 42. Candelaria Villaseñor de Raygoza. 43. Camilo Andrade. 44. Rosa Arriola de Quevedo. 45. María Raymunda Silva de López. 46. Miguel Buelna. 47. Prudencia Romero. 48. Teresa Vega. 49. Francisco Corrales. 50. José María Zazueta y Rodríguez. 51. Manuela Vega Viuda de Amescua. 52. Obispo José María Gámez Portugal. 53. Trinidad Inzunza. 54. Miguel Martínez. 55. Teresa Urrea de Verdugo. 56. José María Hernández. 57. Ramón Aguilar. 58. Ignacio Orrantia. 59. José De la Vega. 60. Gertrudis Orrantia Viuda de Tamayo. 61. Zacarías Ochoa. 62. Francisca Rojo de Uriarte. 63. Antonio Uriarte. 64. Domingo Uriarte. 65. Ventura Rojo de Uriarte. 66. Jorge Tellaeche. 67. Mariana Salmón de Tellaeche. 68. Fortunato De La Vega. 69. Tarquino Peláez. 70. Bernabé Ríos.

236

Anexo b) Lugar de nacimiento de los testadores.

Lugar de Nacimiento de los testadores. Sinaloa San Sebastian 1 Chihuahua 1 Badiraguato 4 Jalisco Acaponeta 1

Chametla 1 Josepic 1 Copala 1 Teuamastlán 1

Cósala 1 Guadalajara 1

Culiacán 10 Sonora Alamos 1 El Fuerte 7 Durango Tamazula 2 Elota 1 México (capital) 1 Mazatlán 2 España Castilla 1 Mocorito 5 Pueblo de

Sopeloma. 1

Rosario 4 Reino de Aragon

1

Aguacaliente 1 Francia Paris 1 Buena Vista 1 Naute Loire 1

San Miguel 1 Inglaterra 2 Queretaro 1 Indefinido o no menciona 13

237

Anexo c) Indulgencias, costos y justificaciones papales. En “Rosario de agonizantes. Modo devoto de auxiliar a los moribundos”. (1851) Acción Tiempo de

indulgencia que se gana.

Justificación Situación en la que se suele emplear.

El enfermo que con vela de Rosario bendita, teniéndola en la mano muere333.

Indulgencia plenaria.

Adriano VI, Cap. 10. Núm. 2

La que los papas piden al general de la Orden, en la hora de la muerte

Por rezar una parte del Rosario334

Acción Tiempo de indulgencia que se gana.

Justificación Situación en la que se suele emplear o datos extra.

Los cofrades rezando una parte

5 años y 5 cuarentenas.

Sixto IV. Cap. 3. Núm 2

Por un legado á latere

40 días más (a lo anterior)

Cap. 3. Núm. 2

Los cofrades rezando una parte

60,000 años y 60,000 cuarentenas.

Innocencio VIII. Cap. 3. Núm. 3

,,, ,,,, ,,, ,,, ,,, 120,000 años de perdón

Bula Illius qui, por el papa Alexandro VI (1494)

A los que traen Rosario (preferentemente oculto en el cuello) se agrega…

100 años y 100 cuarentenas (40 000 días)

Misma anterior. Cap. 3. Núm. 3

es bueno llevar el Rosario en el cuello ocultamente.

Por un cardenal legado

100 días más. Misma. Cap. 3. Núm. 4

Por un cardenal legado en Alemania

100 días más Misma. Cap. 3. Núm. 5

333 P. 41 334 P. 42-45

238

Si al final del “Amén”, se añade “Jesús”

5 años más y 5 cuarentenas

Innocencia VII. Cap. 3. Núm. 3

,,, ,,, ,,, ,,, ,,, Duplicado Por Alejandro VI Cada parte del Rosario

8 años y 85 días. Urbano IV, Juán XXII duplico

Cada pronunciación de Jesús en el Ave María (que son dos oportunidades)

30 días Urbano IV, Juán XXII duplico

,,, ,,, ,,, ,,, ,,, 40 días Pío V. Cap. 3. Núm. 9

Cada vez que se dice Jesús o María dentro y fuera del Rosario

7 días Pio V. Cap. 4. Núm. 5

Total posible de acumular: 4 años y 40 días.

,,, ,,, ,,, ,,, ,,, si no se puede rezar en la Iglesia de la Cofradia

50 años de indulgencia

Adriano VI. Cap.3, Núm. 7

,,, ,,,, ,,, ,,, ,,, 5 años y 50 cuarentenas

Sixto IV.

,,, ,,,, ,,, ,,, ,,, 50 años Clemente VII. Cap. 3. Núm. 7

,,, ,,,, ,,, ,,, ,,, 10 años y 10 cuarentenas

León X. Cap. 3. Núm. 7.

,,, ,,,, ,,, ,,, ,,, con Rosario bendito por Religioso del Orden de predicadores, que tienen facultad.

100 días en cada Ave María y en cada Padre Nuestro.

Benedicto XIII (1726)

,,, ,,,, ,,, ,,, ,,, Dos años mas Clemente X. núm. 8

24 años y 261 días

Juan XXII (1319)

Total: para cada parte del Rosario se pueden ganar 133, 507 años y 206 días de perdón de los pecados (indulgencia)

239

Rosario entero335. Si el Rosario tiene tres partes, al sumar el total para cada parte el resultado es 400 522 años y 262 días. Acción Lo que se gana. Justificación Situación en la

que se suele emplear o datos extra.

(Además) Rezar la Corona de Nuestra Señora (en “Desengaños místicos”, del Padre Arbiol Libro 2, cap.1 y 3. Siglo XVIII)

Indulgencia plenaria.

Paulo V e Inocencia XI

Rezar corona “Illmo. Manero, vida de la Reina D. Juana Valois.

60 000 días Julio II

Rezar delante de la imagen de la Piedad, llamada de San Gregorio.

No se sabe Alejandro VI

,,, ,,,, ,,, ,,, ,,, 7 años y 7 cuarentenas (280 días)

Pio V. Cap. 3. Núm. 10

Rezado en vida Indulgencia.

Rezado por los difuntos

Sacar alma del purgatorio

Fuente: Biblioteca Pública del Estado de Jalisco. Miscelanea Núm. 424, Doc.: 8, Pags. 48.

335 p. 45-46

240

ANEXO d: Muestra de testamento devoto. Testamento de Juana María Domínguez y García ante el Notario José Felipe Roncal. 25 de Abril de 1829. Ortografía original. “En el nombre de Dios Todopoderoso y a la siempre Virgen María, sepan que yo Juana Ma. Domínguez y García, nativa de la villa de Chihuahua y vecina en éste mineral de Cosalá, casada en segundas nupcias con Manuel Sebreros de ésta vecindad en cuyo matrimonio no hemos tenido hijos. Hallándome como me hallo enferma en esta cama, pero estoy en mi sano juicio, cabal memoria, entendimiento y voluntad. Por lo mismo quiero disponer y impongo mi última disposición testamentaria a presencia del Sr. presente Juez Ciudadano José Felipe Roncal, los testigos de mi asistencia con quienes firmo y de los instrumentales que al fin se nombrarán digo: que aunque he sido hierata a los beneficios de Dios, soy cristiana, católica, apostólica romana. Por la divina gracia de dios, de que me precio. Por lo cual creo y confirmo todo aquello que Dios a revelado, y creo y confirma y propone Nuestra Madre la Sta. Iglesia Romana de cuyo cuerpo soy miembro. Y por más claridad, gusto mis creyeran testimonio digo: expreso que creo en el ministerio de la mismísima trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres personas, si mismas y un solo Díos verdadero: así mismo creo y agradezco por el bien que logro el misterio amoroso de la encarnación del Divino Verbo que siendo hombre por las purísimas entrañas de María Santísima: creo en el Augusto Ministerio del Cisma. Sacramento del Altar donde esta Cristo Dios y hombre verdadero todo entero no sólo en señal e figura, sino en su misma Real Abstinencia: creo que de esta manera Dios es remunerador, esto es, que premia a los buenos y castiga a los malos. Creo que hay gloria, la cual espero gozar por toda la eternidad. Creo que hay infierno del cual van los que mueren en pecado mortal y que así esto, como los que mueren en gracia han de resucitar para nunca más morir; he vivido, vivo y viviré y quiero morir temiéndome de la muerte que es natural, y deseando salvar mi alma. Otorgo este mi testamento para sosiego de mi conciencia y por del único heredero [legitimo, pero no obligatorio336] que tengo que es mi sobrino José Simón Farín.

336 Por vía sanguina se considera su heredero, sin embargo no necesariamente es “heredero universal” en el sentido de traspaso de sus bienes. En otras palabras, los bienes pueden ser traspasados a la figura de “heredero universal” para su disfrute a una persona ajena a la familia, aunque haya herederos en el sentido de la descendencia en la sangre que no ameriten el beneficio ante los ojos del testador.

241

Primera. Demando y encomiendo mi alma a Dios Nuestro señor que la crió y la redimió con el intimable precio de la sacratísima sangre y la lleve conmigo a su gloria para donde fue criada y del cuerpo mando a la tierra de que fue formado. Segunda. Mando que cuando Dios Nuestro Señor fuere servido de llevarme para sí de esta presente vida, mi cuerpo sea sepultado en esta Santa Iglesia Parroquial de San Francisco Xavier de Cosalá, humilde entierro de 3 pesos, con mortaja de corto precio. Tercera. Declaro por mis bienes una casa con comedor techado de palma de buen hilo y cocina techada de lo mismo, con su correspondiente solar cercado de varias especies de ramas y cartón ubicada en el punto del azafrán, al mismo tiempo tiene 7 árboles de naranjos, cinco agrios y dos dulces, un cualitote y un cirgüelo. Cuarta. Declaro por mis bienes una yunta de bueyes, dos vacas paridas y una vaquilla de cuatro años. Quinta. Declaro por mis bienes una casa con chapa y llave con seis imágenes conservadas, cuatro en papel, una en lienzo y una refugiada en vitrina, dos tazas grandes de talavera y un jarro de guarda tajara con más dos tazas calderas. Sexta. Declaro que Antonio Apodaca me debe por venta de una vaca que vendí tres pesos y dos pesos que son finas. Séptima. Declaro que Lorenza López me debe dos pesos y mi hermana Josefa un peso. Octava. Declaro un documento que esta encerrado en mi caja otorgado que me debe ciento treinta y cinco pesos que le en moneda en el año de la insurrección. Novena. Declaro que le debo una vaca parida al citado Apodaca, declaro lo anima que se pague con las que tengo. Décima. Declaro que en nuestro matrimonio no introdujo nada mi marido, ni menos me ha ayudado en fincar todo lo que tengo el habido por mis agencias y diligencias y introducido por mí en mi matrimonio, declarolo así para que conste. Undécimo. Declaro a mis albaceas de estos bienes el primero lo nombro a Don José Ochoa, el segundo Don Guadalupe Alarid y el tercero Don Manuel Pérez del Castillo de ésta vecindad, quienes doy y concedo todo mi poder personal y nacional para que después de mi muerte entren y se apoderen en todos mis

242

bienes y de ellos se saquen y pagaren los derechos de mi entierro, fábrica, mortaja como tengo declarado. Y de lo que sobrara le encargo a todos mis albaceas se los den a María Gertrudis Heredia en compensación de todos los buenos servicios que me ha hecho y por haberlos criado desde la infancia edad que por los mi lo hace y declaro por mi única legítima heredera y suplico al señor presente Juez de que mantenga intervención en las disposiciones retenidas de los albaceas. Duodécimo. Declaro que José Simón Farín mi sobrino lo excluyo de que goce de mis dichos bienes. Decláralo así para que conste. Decimatercia. Y ultimo. Declaro que mis albaceas cobren todas las deudas que me deben, como al mismo tiempo declaro que a ninguno le debo nada. Hallándome presente yo el presente Juez, los testigos presénciales, Don Regino Álvarez, Don Trinidad Dehsa, y Don Rafael Calderón con los de mi asistencia con quienes autorizo y firmó el presente testamento en éste Mineral de Cosalá a los veinte y cinco días del mes de Abril de mil ochocientos veinte y nueve años doy fé”.

Fuente: AGNES. Cósala. Notario José Felipe Roncal. 25 de Abril de 1829. Foja 15.

243

Anexo e) Muestra de testamento mixto. Testamento de Basilio Aviña, ante el Notario Domingo Uriarte. “En la ciudad de Culiacán a los veintitrés días del mes de octubre de mil ochocientos ochenta y tres. Ante mi el licenciado Domingo Uriarte, escribano publico y los testigos que al fin se expresaran compareció el Señor licenciado Basilio Aviña, mayor de edad de éste domicilio cuya persona doy fe conocer y dijo: que en el nombre de Dios Todopoderoso creador de todas las cosas; y disfrutando de cabal salud que la Divina Providencia le concede, temiendo la muerte que natural otorga y ordena su testamento en la forma siguiente: Primero. Declara que es católico, apostólico romano y cree en la religión de Jesucristo en la cual ha de vivir y morir. Segundo. Declara que es hijo legítimo de Don Macedonio Aviña ya finado y de Doña Bibiana Godinez que vive. Tercero. Declara que es casado según la ley civil y conforme a las de la iglesia católica apostólica romana, con la señora Doña Juana Inguanzo, que vive; y en cuyo matrimonio no ha tenido hijos. Cuarto. Declara que cuando contrajo matrimonio ningunos bienes introdujo, ni hizo capitulaciones matrimoniales y la sociedad conyugal debe regirse por las disposiciones del código civil relativas a la sociedad legal. Quinto. Declara que su esposa introdujo al matrimonio la herencia que le correspondió por la señora su madre Doña Emilia Espinoza de Inguanzo, que consisten en la cuarta parte de lo que es ahora el rancho de Mucurimi: una cuarta parte en la casa que era de Doña Emilia en ésta ciudad; una cuarta parte de un terreno en la Higuerita, de los conocidos por Don Pedro Antonio Espinoza y algún ganado vacuno en Mucurimi y en el Fuerte, con un pequeño derecho en los terrenos de ese rancho del Tule. Sexto. Declara que la parte de la casa fue vendida en quinientos pesos a Doña Guadalupe Inguanzo de Salmón para adquirir, en convenio la parte que dicha señora tenía en Mucurimí, según consta de la escritura respectiva. Séptimo. Declara que el terreno de la Higuerita fue vendido a Don Policarpo Espinoza en trescientos cuarenta y un pesos sesenta y siete centavos y el ganado y derecho del Tule en la cantidad de novecientos pesos. Independientemente del

244

que se había adquirido por compra a Doña Jesús Inguanzo de Farias, que también se vendió por cantidad igual, que ésta incluida en los gananciales que existen. Octavo. Declara que no habiéndose hecho reconocimiento del ganado que su esposa tenía en Mucurimi y que introdujo al matrimonio debe reputarse como el número de ese ganado, la tercera parte del que existe actualmente; y respecto de ganado caballar sólo tenía su referida esposa al tiempo del matrimonio, tres yeguas una mula y cinco caballos. Noveno. Declara que también recibió en Mayo último por herencia paterna de su esposa la suma de mil quinientos nueve pesos. Décima. Declara que sacando lo introducido por su esposa Doña Juana Inguanzo todos los demás bienes que existen en la sociedad conyugal y que su referida esposa conoce bien, son gananciales; de los cuales su repetida esposa debe llevar la mitad, para pago de la cual su esposa así lo quiere, dispone se le aplique la casa que existe en ésta ciudad, y que actualmente este rentada a la empresa del Ferrocarril de Sinaloa y Durango. Undécima. Declara que tiene dos hijos naturales reconocidos, llamados Antonio uno y Juan Francisco el otro, menores de edad y que llevan su apellido, los cuales a falta de otorgante, entraron bajo la patria potestad de la madre del mismo otorgante conforme a la ley. Duodécimo. Declara que de la parte de libre disposición de sus bienes nombra herederos a su hermana Concepción Aviña, que permanece soltera, y a su esposa Doña Juana Inguanzo por mitad. Decimotercera. Declara que el resto de sus bienes, es decir, la parte de herencia forzosa la deja a quien la ley llamó a ella cuyas personas son la señora su madre Doña Bibiana Godinez de Aviña y los dos hijos naturales de que ha hecho mérito en la cláusula undécima en la parte que la ley señala. Decimocuarta. Declara que llamando la ley a la señora su madre al albaceazgo a ella confiere ese encargo y si faltara nombra para que la sustituya a su esposa Doña Juana Inguanzo. Decimoquinta. Declara que su esposa tiene perfecto conocimiento de las deudas activas y pasivas y dispondrá se cobren unas y paguen las otras dando a mi albacea las noticias necesarias, sobre el particular”. Fuente: AGNES. 1883. Notario Domingo Uriarte. Foja 56. Escritura 19.

245

Anexo f) Muestra de Testamento Patrio.

Testamento de Ramón Aguilar, ante el Notario Dionisio Rodríguez. 21 de Abril de 1894. En Cosalá, Villa de Valenzuela, Estado de Sinaloa, República Mexicana, a las seis de la tarde de hoy veintiuno de Abril de mil ochocientos noventa y cuatro; ante mi el Licenciado Dionisio Rodríguez, en funciones de escribano, y ante los testigos que al fin se expresarán, fue presente en el local de éste juzgado, el señor Ramón Aguilar, vecino de ochenta y dos años de edad. Originario y vecino de Elota, y accidentalmente en esta Villa, hijo legítimo de los finados señores Vicente Aguilar y Juana Antonia Prado, apto para obligarse según expreso a quien doy fé de conocer, y dijo: que, encontrándose en su cabal conocimiento y perfecto uso de sus facultades intelectuales ha determinado formalizar su testamento, en el fin de arreglar sus cosas para después de su muerte; y poniendo en ejecución por el presente instrumento y su tenor, en la forma que más arreglada sea, le otorga bajo las siguientes cláusulas. Primera. Declara, que profesa la religión católica, apostólica, romana, sin mezcla, ni tolerancia de ninguna otra. Segunda. Declara que es viudo de la finada señora Narcisa Millán, de cuyo matrimonio tuvieron tres hijos que viven y son mayores de edad, y se llaman Ramón, Fernando y María Jesús Aguilar; y otros dos hijos ya finados, llamados Abraham y Carlos, que no dejaron sucesión. Tercera. Declara por universales herederos de todos sus bienes, derechos y acciones, a sólo sus dos hijos Ramón y María Jesús Aguilar ya expresados; y no a su hijo Fernando por virtud de que éste tienen tantos bienes como los que tienen el otorgante, quien se los ha dado, y los ha protegido para que los conserve y aumente. Cuarta. No obstante los bienes que tiene y posee su e hijo Fernando Aguilar, recibirá en varias mesadas la suma de quinientos pesos, que como para alimentos le suministrará el albacea, y se las afianzará en los términos que se requieren por derecho. Quinta. En virtud de su cariño y oportunos servicios que su hija María Jesús le ha prestado en su vejez a la voluntad de este que sea mejorada y se mejorará con la quinta parte de todos sus bienes.

246

Sexta. Declaro que nombrará por su albacea en primer lugar a su hijo Ramón y en segundo lugar a su hija, para que los dos juntos, o cada uno de los dos, ejecuten y cumplan la voluntad del otorgante que deja expresada para lo cual le confiere amplio poder para que desde luego, que fallezca y en el término que la ey señala y la prorroga que les concede, concluyan su testamento, entrando desde luego en todos sus bienes, derechos y acciones, los inventaríen y vendan los que fueran necesarios para llenar todos los compromisos y gastos que se sobrevengan y los faculta especialmente para que puedan delegar sus oficios a otras personas para que lo lleven a su debido efecto. Séptimo. Declara que no ha hecho otra disposición antes de esta… (anula otras posibles disposiciones, hace mención de los testigos, edades y lugares de residencia)… Desde el principio hasta el fin de este testamento ha estado, según lo muestra su razón en su cabal juicio y libre de toda evacción, yo el juez doy fe…

Fuente: AGNES. 1894. Cósala. Notario Dionisio Rodríguez. Foja 15. 21 de Abril.

247

Anexo g) Derechos parroquiales del funeral y entierro de Don Pedro González, habitante del Real de Panuco. 1781. Real de Cópala. Diciembre 17 de 1781. Memoria de los derechos parroquiales del funeral y entierro de Don Pedro González que hice de cuenta de Don Manuel Blanco como apoderado de dicho finado del tenor siguiente: Por el entierro del Español 20 pesos Por la ofrenda 3 pesos Por la vela de a libra del cura 6 reales De la capa al referido 1 peso Por la misa de cuerpo presente y vigilia 10 pesos, 6 reales Por las cuatro posas en la calle, las del féretro después de misa y responso después del entierro.

76 pesos, 6 reales

Por el novenario de misas cantadas con vigilia

97 pesos

Por la cera del novenario en ocho días que se puso en la Mesa y en el Altar tres libras cada una

18 pesos

Por la ofrenda de el día de las honras 6 pesos Por los nueve responsos cantados en el novenario

3 pesos, 3 reales

Fabrica del lugar de la tierra 50 pesos Por el Doble, incenciario, cruz alta y capa 3 pesos Por el ataúd y enterrado de caja 3 pesos Por dos gradas del túmulo 2 pesos Cuya cuenta es sacada del arancel al que me remito, y para que conste lo firme en dicho día, mes y año. Juan Inocencio Balderrama y Rodero Fuente: Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Colección: Real Audiencia de Guadalajara. Ramo: Bienes de Difuntos. Año: 1782. Caja 122. Esp. 3. foja 27

248

Anexo h): Cuenta de albaceazgo en el intestado a bienes del Señor Pomposo de Ibarra. Archivo General de Notarias del Estado de Sinaloa. Juzgado Primero de Instancia de El Fuerte. Apéndice No. 6 Foja 124. 27 de octubre de 1881. Cuenta sobre los gastos mortuorios que rinde José Rentaría de la administración de su poderdante la Señora Maria A. de Ibarra, representante legitima de la niña Maria Ibarra, albacea nombrada a bienes del intestado Señor Pomposo Ibarra. . Materiales para la tumba comprados a varios 15.00 Construcción de la tumba, albañil y peones trabajando de noche 20.00 Madera para el ataúd 5.00 Hechura del ataúd 9.00 Menino, cinta Fa. para el mismo 8.25 Veladores y cargadores 6.00 Pagado al sacristano (documento n.1) 5.00 Pagado al Cura por funerales 55.00 Velas para el entierro 5.00 Pagado al juzgado civil por derechos de inhumaciones (doc. no. 2) 17.60 Pagado al cura por nueve misas 18.00 Pagado al doctor Gutiérrez por asistencia en la ultima enfermedad del finado (documento no. 3) 80.00 [suma] 243.85 pesos Alimentos. Sueldos de los sirvientes domésticos en cinco y medio meses, a quince pesos mensuales 82.50 Gastos de mesa en el mismo tiempo, a cuarenta pesos mensuales 220.00 Ropa para luto Fa. tomada de los efectos de las partidas numeral 1 a 671 103.25 [suma] 405.75 pesos Gastos del intestado Honorarios pagados al representante del Ministerio Publico Adolfo Ibarra (documento no. 4, 5 y 6) 117.00 Cuenta del juzgado de primera Instancia por poder otorgado a José Rentaría (documento no. 1) 27.15

249

Estampillas para información de herederos para diligencias de enajenación de carruaje y mulas fa. 2.50 Pagado al Juzgado de primera instancia por escritura de fianza del interventor (documento número 8) 26.10 Estampillas para las diligencias de Albaceazgo 4.50 Edictos y portes de cartas 7.75 Derechos y escritura de fianza según cuenta del interventor 4.50 Estampilla para la misma fianza 8.00 Pagado al escribiente que hizo el inventario 5.00 Copia simple del mismo inventario 5.00 Pago al valuador Napoleón Rojo (no. 9) 45.95 Papel de los libros para el albacea 0.75 sello de los libros del albacea 3.60 Cuenta pagada del valuador Jesús Álvarez (documento no. 10) 70.86 Estampillas para el inventario 9.00 Copia del poder otorgado a José Rentaría 1.50 Honorarios del interventor Adolfo Aragón abonado a su cuenta. 72.34 Honorarios del apoderado José Rentaría (documento n. 11) 500.00 Honorarios pagados al valuador Pablo Verdugo no. 12 30.24 Honorarios de la albacea 72.34 Cantidad que queda a reserva para gastos ulteriores 120.00 Gastos de administración Pagos de gastos de la Higuerita y San José de los Hornillos según memorias 476.50 Arados, vaquetas para coyundas, compostura de herramienta fa. 34.50 Remesas al administrador para la hacienda de Mochicahui Herculano Barboa para rayas y otorgamiento de aquella negociación. 283.88 Contribución sobre propiedad, raíz y giro mercantil según (documentos 13 a 32) 233.74 Portes de cartas, estampillas fa. 16.38 Comisión cobrada por Torres y Goyenechi en Ajiabampo 9.75 Fletes 66.50 Situación de dinero en Álamos para pagos a comerciantes de Mazatlán pagada a Pablo Verdugo 10.37 Pagos A José María Soto 39.00 Jesús Cota 3.25 Leonardo Ibarra 2.00

250

Zacarías Ochoa (doc. no. 33) 190.53 Blas Ibarra 5.25 Martín Vega (doc. no. 34) 25.00 Herculano Barboa (doc. no. 35) 176.00 Refugio López (doc. no. 39) 39.00 Crispín Barboa (doc. no. 37) 24.00 Roberto Orrantia (doc. no. 38) 140.00 Robinson Bours e hijo abono 18.00 Isac Ayon. (doc. no. 39) 700.00 Jesús Escobar (doc. no. 40) 227.50 Isac V. Coppel (doc. no. 41) 79.50 Tamis Hermanos (doc. no. 42) 221.05 Charpentier Reynaud y O. (doc. no. 43) 334.88 Suman los egresos 5141.08 Resumen Importe de los ingresos 5141.08 pesos Importe de los egresos 5141.08 pesos Igual

Fuerte, Octubre 27 de 1881.

251

Fuentes

Archivos

− Archivo de la Arquidiócesis de Durango.

− Archivo del Arzobispado de Guadalajara.

− Archivo de la Parroquia del Sagrado Corazón; El Fuerte, Sinaloa.

− Archivo de la Parroquia de Sagrario de Culiacán.

− Archivo General de la Nación. México

− Archivo General de Notarias del Estado de Sinaloa.

− Biblioteca Central del Estado de Durango.

− Biblioteca de la Universidad Panamericana.

− Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada; México.

− Biblioteca Nacional de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Fondo

Reservado.

− Biblioteca Pública del Estado de Jalisco. “Juan José Arriola”.

− Centro Regional de Documentación Histórica y Científica, Universidad

Autónoma de Sinaloa.

Hemerografia:

• El Correo de la Tarde,1891 (Mazatlán, Sinaloa)

• El Domingo, 1884 (Durango, Durango).

• El Eco Religioso; Periódico de la Sociedad Católica de Durango, 1876.

(Durango, México)

• La Independencia; periódico político y literario, 1862. (Durango, México)

• La Opinión, 1887 (Culiacán, Sinaloa)

• La Opinión de Sinaloa; Órgano del Partido Porfirista, 1892 (Mazatlán,

Sinaloa)

252

Inmuebles históricos

− Nuevo Museo-Mirador de El Fuerte de Montesclaros, Sinaloa.

− Panteón I, II y III de Cópala, Sinaloa.

− Panteón Familiar Orrantia y Sarmiento, El Fuerte, Sinaloa.

− Panteón Municipal de El Fuerte, Sinaloa.

− Panteón Municipal de Concordia, Sinaloa

− Panteón Municipal de Sinaloa de Leyva.

− Panteón San Juan de Culiacán, Sinaloa.

Bibliografía original de la época

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Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Areola”. Ramo:

Miscelánea. Núm. 386. Doc. 3. Pags. 32.

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Rodríguez. Biblioteca Publica del Estado de Jalisco “Juan José Arriola”. Fondo

Misc. 529. Doc. 6. Pags 47.

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Fondo Miscelánea. Núm. 424. Doc. 8. Pags. 48.

Autores varios. (1848) “Representación que las señoras de Durango hacen por

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con el fin de que no se introduzca en ella la libertad de cultos religiosos.”

253

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00538591. Clasif. RLAF 190 LAF.

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procedimientos civiles expedidos para el distrito Federal y Territorio de Baja

California en 31 de Marzo y 15 de Mayo de 1884, y que señala el día en que

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