UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIV AR FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS SOCIALES EL PROCESO...

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  • UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIV AR FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS y SOCIALES

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    "EL PROCESO SUCESORIO"

    ~:tdérnic~o de

    ABOGADO Y NOTARIO

    Guatemala, Julio de 1983

  • AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIV AR

    Rector

    Vice Rector General

    Vice Rector Académico

    Secretario de la Universidad

    ,Director F..inanciero . Director Adm~strativo

    ; "

    Monseñor Luis Manresa F ormosa

    Lic. Mario Quiñones Amézquita

    Dr. Antonio Gallo Atmosino

    Lic. Gabriel Medrano Valenzuela

    Ing. Alfredo Mury Luna

    Lic. Vicente Chapero García

    AUTORIDADES DE LA }'ACULTAD DE CIENCiAS JURIDICA~ y SOCIALES

    Decano Licda. María "Luisa B. de Padilla

    Vice Decano Lic. Gabriel Medrano Valenzuela

    Secretario Lic. Manuel A. Villacorta Mirón

    Jefe Atea Derecho Publico Lic. Rodolfo Rohrmoser Valdeavellano

    Jefe Area Derecho Procesal Lic. Carlos E. Reynoso Gil

    Jefe Area Ciencias del Hombre Dr. Valentín Elguézabal O.

    Jefe Area Derecho Privado Dr. René Villegas Lara ,

    Representante de Catedráticos Lic. Roberto Cervéuites Granados

    Lic. Jorge Cabrera Hurtarte

    Representante Estudiantil . Bachiller Stuardo S. Alvarado V.

  • TRffiUNALES QUE PRACTICARON EL EXAMEN TECNICO PROFESIONAL

    AREA DE DERECHO PRIVADO:

    Jefe de Area y Presidente del Tribunal Examinador: Secretario Específico del Tribunal examinador: Miembro del Tribunal Examinador:

    AREA DE DERECHO PUBLICO:

    Jefe de Area y Presidente del Tribunal Examinador: Secretario Específico del Tribunal Examinador! Miembro del Tribunal Examinador:

    Lic. Mario Quiñónes Anézquita

    Dr. Enrique Peña Hernández

    Dr. Fernando Estrada Paredes

    Lic. Gabriel Medrano Valenzuela

    Lic. Ramiro de León Carpio

    Lic. Rodrigo Herrera Moya

    AREA DE DERECHO NOTARIAL Y FILOSOFIA:

    Jefe de Area y Presidente del Tribunal Examinador: Secretario Específico del Tribunal Examinador: Miembro del Tribunal Examinador:

    Dr. Valentín de Elguézabal Olabarrieta

    Lic. Emilio Mancilla Navas

    Lic. Sergio Obregón Carrillo

  • *Artículo 40.: RESPONSABILIDAD: Los autores de los trabajos de Tesis de Graduación son los únicos responsables por el contenido del

    mismo.

    * Reglamento de Tesis de Graduación de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael Landivar.

  • Señora Decana de la _Facultad de Ciencias Jurídicas-

    y Sociales de la Universidad "Rafael Landívar" Ciudad de Guatemala

    Licenciada:

    Guatemala, 18 de noviembre de 1982

    Atentamente _ dirijo a usted, con el fin de emit-ir dictamen, en relaci6n al trabajo de tesis que fue elaborado por el Bachiller Luis Urías Moreno, denominado "El Proceso Sucesorio", como requi-sito previo para obtener el grado académico de Licenciada en Cien-cias Jurídicas y Sociales y los títulos de Abogado y Notario.

    La tesis elaborada por el Bachiller Urías Moreno, es un exhas-tivo trabajo que abarca con amplitud gran parte del Derecho Suce-sorio, desarrollando una p~te sustantiva y la procesiva subdividida en general y especial; las cuales han sido seccionadas en temas que tratan desde los conceptos fundamentales de la herencia, cómo se ini-cia el proceso sucesorio, las varias actitudes que pueden tomar los herederos ante la sucesión, los efectos de la misma ante las personas y los bienes, las acciones que pueden ejercitarse tanto dentro del proceso hereditario, como las que se pueden ejercer corno consecuen ... cia del mismo, se estudian los inventarios y avalúos, hasta llegar a la partición; se tratan lós ternas relacionados con la sucesión testamentaria y de las diversas formas de testamentos, hasta desembo-car en el proceso sucesorio intestado; estas formas, tanto en su aspecto judicial corno extrajudicial; la herencia yacente y la va-cante; y se concluye desarrollando aspectos importantes de los impues-tos sobre las herencias, legados y donaciones; el cobro de los ho-norarios respectivos, y la intervención del Ministerio Público.

    La monografía se apoya en la doctrina de autores consagrados, fundamentalmente-de la escuela francesa, y también tiene aspectos relacionados con el derecho comparado, principalmente con institucio-

  • nes del Derecho Francésl en este sentido hubiera sido más completo el trabajo, si también se hubiera comparado con el Derecho Sucesorio de los países hispanoamericanos, y principalmente del área centroameri-c¡ula.

    Hay algunas face~as del trabajo elaborado por el Bachiller Luis Urías Moreno, con las cuales no estoy totalmente de acuerdo, pero eso no resta en ninguna forma las bondades del mismo, ya que fue desarro-llado con profundidad y dedicación; siendo mi opinión que llena con amplitud los méritos necesarios, para que sea aceptado y aprobado, y ulteriormente ordenada su reproducción.

    Sin otro particular, me suscribo como su atento servidor,

  • Av. La Reforma 12-01, Zona 10 Edificio Reforma. Montúfar Oficina 2-05, 20. Piso, Torre A

    ABOGADO Y NOTABIO

    Teléfono 318424 Guatemala, Guatemala, C. A.

    Guatemala, 8 de Marzo de 1983.

    Señora Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad "Rafael Landivar" G U A T E M ALA.

    Señora Decano:

    De conformidad con el oficio de esa Daca natura , atentamente informo a ustéd que revis~ el trabajo de tesis intitulado "EL PROCESO SUCESORIO" del Bachiller Luis Alberto Ur!as Moreno.

    El Bachiller Ur!as ¡.joreno trata de mane-ra amplia todo lo r:;!lacionado con la transmis.i6n -del patrimonio por sucesi6n desde el punto de vis-ta sustantivo como el aspecto procesal, pasando --por todas las fases del proceso, desde la inicia--ci6n o radicaci6n del mismo hasta llegar a la par-tici6n de los bienes de la herencia, lo que da Una idea de la amplitud Con que se trata dicho tema.

    Dentro del desarrollo de la tesis, el sustentante vierte opiniones o CIite~os persona--les, bien funda.nentados le9al y doctrinariamente, y contiene ade~ás inve~tigaci6n personal sobre el tema, aspectos que sumados a la amplitud de su de-sarrollo, le hacen por mi parte como UN BUEN TRABA JO ~ TESIS Y no simplemente una monografía, requr sito indispensable para poder optar a los t!tulos-de Abogado y Notario.

  • 2da.

    En mi calidad de revl.sor, h'ice varias DE, servaciones al Bachiller Ur!as ;,ioreno relacionado con varias partes del trabajo, tales como el índi-ce, las conclusiones, bibliografía y pié de pági--n~s, las que considero fueron atendidas por dicha persona, con la finalidad de desarrollar y presen-tar mejor el trabajo tanto en su fondo ~omo en su forma.

    Como consecuencia de lo anterior. consi-dero que la tesis intitulada -El ~roceso Sucesorio" llena los requisitos reglamentarios para ser discu tido en el evamen opublico respectivo. previo a -;;; qUe la Universidad otorgue al 8achiller VIraS ,/¡ore no, los títulos de Abogado y Notario y el grado a;;; cad~mico de Licenciado en Ciencias Jurídicas y So-ciales.

    Sin otro particular, me suscribo de la Señora Decano atento servidor • .> ........ -

    / '.

  • URL I UnIVH510f¡O Qf¡ff¡EL Lf¡nOIVf¡Q VI"" HI"MOS" DI ZOH"" A~ .. U"OO ~O.TAL" c. TILa .: .'Jt" AL l' - •• ,.a, AL •• - "17.1 AL •• .. U .. T ...... L ... c.... CAaLa: I/HILANO.

    :CION AOMINIIIlATlVA

    Senor Luis Alberto 1J:t'tas .Moreno Pr>esente

    Estimado Senor U:t'tas:

    Guatemala. 20 de junio de 1983

    A continuaci6n 'transcribo a usted el punto ~ptiJllO del Acta 11-83 de la 888i6n celebrada por el Consejo de Facultad el dta jueves 16 de junio de 1983, que copiado 1iteril1JDente dice:

    "SEPTIHO": Con base en 10s artículos 130. y 140. del Reglamento de tI'abajo de Tesis de Graduaci6n. se autoriza la im¡noesi6n del tra bajo de teds desa:t'rOllado por el. estudiante Luis Alberto Orlas Mo=-reno titulado: "EL PROCESO S ESORIO".

    cc: arehi vo exp. l!A..VK/rrb

  • DEDICATORIA

    Dedico este humilde trabajo de tesis a mi Dios y Sefior,

    quién ha sido mi gran maestro, guía y fortaleza durante

    toda mi vida; a quien debo todo lo que soy y todo lo

    que tengo y por quién me siento orgulloso de llamarme

    cristiano.

    , 'H u y e también los deseos juveniles; y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con los que invocan al Sefior de puro corazón. " .

    2 Timoteo 2:22

  • IN DICE

    PROLOGO

    PARTE INTRODUCTORIA

    CAPITULO UNICO

    (~~\

    , l.~ •. i · ) ,

    3.

    4.

    5.

    Introducción

    La transmisión del patrimonio. Orígenes

    La Sucesión Hereditaria Posesión Medidas contra los fraudes fiscales

    La transmisión de los bienes, derechos, acciones y obligaciones

    Bienes y Derechos transmisibles Modo de transmisiones

    La Sucesión

    Derechos entre vivos Derecho por causa de muerte en sentido amplio Derecho por causa de muerte en sentido estricto

    Presupuestos de la sucesión por causa de mueJ!~ .

    El Causante La Herencia Transmisibilidad Título sucesorio Modos de deferirse la sucesión El sucesor Aceptación y repudiación de la herencia Manifestación y partición de herencia Situaciones de herencia

    Página

    1

    5

    6

    6 6 7

    7

    8 9

    10

    10

    11

    11

    13

    14 15 16 17 18 20 20 23 25

  • Página

    PARTE GENERAL

    CAPITULO 1.

    INICIACION DEL PROCESO SUCESORIO 27

    1.

    2.

    3.

    Ley aplicable

    Competenciá

    Apertura del Proceso sucesorio

    Personas que inician el proceso Personas que impulsan el proceso

    La posesión de la herencia a través de su administración

    27

    28

    29

    29 36

    39

    CAPITULO 11

    ACTITUD DE LOS HEREDEROS EN LA SUCESION 43

    1.

    2.

    3.

    Derecho de Opción

    Plazo 45 Nulidad y rescisión de la opción 46 Aceptación 46 Aceptación bajo beneficio de inventario 4$. Renuncia 48 Sucesiones vacantes o no reclamadas 50

    Obligaciones de los herederos

    Pago de las deudas de la sucesión Obligación por las deudas Distribución del pasivo entre los herederos Pago de los legados

    Reducción de Liberalidades

    5(}

    51

    52 S3

    55

  • CAPITULO III

    EFECTOS

    1.

    2.

    En las personas

    En los bienes

    A.

    B.

    Etapas Ordinarias

    Inventario Avalúo Partición Administración

    Etapas Extraordinarias

    CAPITULO IV

    EL DERECHO DE ACCION EN EL PROCESO SUCESORIO

    1.

    2.

    Generalidades

    Clases de Acciones

    Fundadas en derechos patrimoniales extraprocesales Fundadas en derechos patrimoniales sucesorios Fundadas en derechos emanados del Proceso Sucesorio

    CAPITULO V

    LA DETERMINACION DEL PATRIMONIO

    l. Inventario

    Tipos de inventario Persona que autoriza el inventario Modo de faccionarIo Bienes situados fuera de la jurisdicción Oposición

    Págiua

    5'7

    57

    58

    59

    59 60 60 60

    65

    67

    67

    67

    67

    69

    73

    75

    75

    76 77 77 79 79

  • 2. Avalúo

    Tipos de avalúo Persona que los practica Oposición

    CAPITULO VI

    LA PARTICION

    1. 2.

    3.

    4.

    5.

    Generalidades

    Formas

    Efecto Declarativo

    Garantía en materia de partición

    Nulidad

    PARTE ESPECIAL

    CAPITULO I

    LA SUCESION TESTAMENTARIA

    l.

    2.

    3.

    Generalidades

    El testamento

    De los testamentos en particular F armas especiales

    El proceso sucesorio testamentario

    CAPITULO II

    LA SUCESION INTESTADA

    1. Generalidades

    2. \ El Proceso sucesorio intestado

    Página

    80

    80 80 81

    83

    83

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    91

    95 . ~ "- "

    95

    95

    99 101

    105

    113

    113

    113

  • Página

    CAPITULO nI

    LA SUCESION PARTE TESTADA Y PARTE INTESTADA 121

    1. La sucesión vacan te

    ANEXO I

    A.

    B.

    c.

    Impuesto sobre herencias, legados y donaciones

    Honorarios. Arancel

    Intervención del Ministerio Público

    CONCLUSIONES

    BIBLIOGRAFIA

    121

    125

    131

    134

    139

    143

  • 1

    PROLOGO

    Con el propósito que había informado la selección del punto "El proceso sucesorio", se ha tratado en esta monografía de hacer una aportación novedosa al campo del Derecho; de esa cuenta se enfocó el tema desde el punto de vista procesal doctrinal, tratando de hacer siempre una homologación con nuestra legislación, puesto que un trabajo apartado de la misma tendría bases inconsistentes y una aportación efímera. La doctrina, en este caso, nos sirve para entender las figuras procesales que informan nuestro Derecho Sucesorio; de ahí vemos la relevancia que tienen algunas de ellas dentro de esta clase de procesos, así como en otros de distinta naturaleza.

    En un principio consideramos que el hacer un ensayo sobre el proceso sucesorio, constriñéndose a una u otra clase de proceso, daría como resultado la no consideración de tópicos comunes y a consideraciones generales al respecto. Fue preciso aventurarse en el nebuloso tema del proceso sucesorio en general. Ello implicaba hacer a un lado la fácil tarea casuística y entregarse a un estudio más complejo que suponía el conocimiento y el manejo más a fondo de la Institución; de esa cuenta el proyecto presentado abarcará el transunto en su totalidad, sin descuidar ninguna de las características del mismo, es decir, se trató de examinar el problema en la forma más general posible sin descuidar sus particularidades o pecar de ambigüedad. Con un sincero afán didáctico, se pretendió hacer un trabajo idóneo; para tal efecto, a través del estudio, se ha llegado a una depuración del ensayo, que si bien ha eliminado buena parte de la doctrina que lo informaba, ha hecho del mismo una herramienta práctica para aquel que se introduce en el estudio de la fascinante Ciencia del Derecho, no pretendiendo en ningún momento servir más que para una aprehensión del tema y lograr una mayor inteligencia de la Institución.

    Por otro lado, no se ha querido caer en la superficialidad de incluir formularios prefabricados con los que se compondría el expediente del proceso sucesorio, como se ha hecho en los trabajos de tesis que con anterioridad han tocado el tema. La brevedad excesiva de los anteriores trabajos pecaba de inconsistencia en un punto que merecía ser más estudiado y el incluir los formularios les restaba seriedad. Estos formularios o "machotes", son elaborados por cada Profesional del Derecho haciendo uso de un criterio muy personal basado en los conocimientos jurídicos adquiridos.

  • 2

    La forma en que fuera concebido el trabajo ~uponía la reducción de su contenido a niveles inteligibles a toda persona; sin embargo, la necesaria condensación del mismo obligó a que en el ensayo se dieran por sabidos muchos temas y por bien entendidas algunas instituciones; no obstante, el trabajo cuenta con multiplicidad de referencias a' sus fuentes, lo que facilitará su comprensión a todo estudioso. Me atrevería a afirmar que la insistencia que se hace sobre ciertos tópicos, su explicación en repetidas ocasiones y la abundante referencia legal hacen accesible el ensayo a cualquier neófito.

    El ensayo está lejos de ser casuístico; su naturaleza no lo permite. No obstante se ha impregnado con el · criterio de diversos Profesionales, del Derecho que ya desde la judicatura, la notaría, la procuración · o dirección de litigios, han captado cierto cúmulo de conocimientos prácticos que han ayudado a entender la nebulosa normación que el proceso sucesorio significa para el no experimentado. Esta especie de IIJurisprudencia" práctica constituye un instrumento indispensable pará aquel profesional que presta sus servicios a personas con necesidades concretas, permitiéndoles allanar los obstáculos que la prestación del requerido auxilio jurídico implica. Es por ello que el criterio .apresado .• en este ensayo será aquel que, en su forma general, tenga aplicabilidad a la mayoría de casos.

    No está de más recordar que muchas veces se ha tratado el tema de la sucesión tanto en forma general como en forma particular. También se había hecho alusión~.la parte adjetiva de dicha institución. Empero, tocar el punto en una forma retórica y didáctica, que lejos de envolver al estudioso en una multiplicidad de conceptos e ideas confusas, ha logrado dar un toque de belleza y un cariz inquisidor al punto de que trata, dejando en el . lector un deseo de adentrarse en el estudio tanto de la doctrina procesal en general como en la doctrina procesal sucesoria, al mismo tiempo que investigar la forma en que opera el mecanismo sucesorio en nuestro medio.

    A través del estudio realizado se llegó a la concreción de los puntos más relevantes del tema, haciendo necesaria una nueva esquematización del mismo. Habida cuenta de ello, este ensayo incluye un área introductoria, que comprende una síntesis de lo que conforma el proceso sucesorio, dejando entrever los tópicos sobre que versará el resto del estudio; una parte general en la que se pasa a analizar en forma pormenorizada las etapas que componen el proceso sucesorio, lo cual implica la consideración de los sujetos procesales, legislación,

  • 3

    derechos sustantivos, derechos adjetivos, instituciones auxiliares, los fines y los efectos del proceso sucesorio; una parte especial que comprenderá un estudio sobre los tipos de proceso, sus presupuestos, su desarrollo y sus particularidades. Se ha querido no . descuidar aspectos del proceso sucesorio, que si bien no están comprendidos en el proceso "sensu stricto", forma parte integral del trámite que el Profesional del Derecho deberá seguir para que la sucesión produzca materialmente sus efectos. Es decir, en un anexo se incluyó brevemente un comentario a la liquidación del impuesto, el cobro de honorarios y la intervención del Estado a través del Ministerio Público , en otro anexo se incluyeron las conclusiones del ensayo, en las que se quizoplasmar no un resumen, sino más bien un comentario basado en el estudio realizado con motivo de la elaboración del ensayo.

  • 5

    PARTE INTRODUCTORIA

    CAPITULO UNICO

    1. INTRODUCCION

    Con la muerte de una persona se efectúa una alteración en la esfera jurídica de la misma. Aquella persona ha dejado de serlo. Ya no es capaz de adquirir derechos o contraer obligaciones; y, por ende, los negocios que tenía en vida se truncan, los frutos se dejan de percibir por el titular del derecho y sus obligaciones se quedan sin cumplir por él mismo. Ante tal situación el Derecho ha establecido la forma de obviar esas complejas cuestiones: el proceso sucesorio. Este proceso no es más que la cristalización de la sucesión de una persona, es decir, la práctica de una serie de principios de derecho, idóneos para solventar el quebranto que ha sufrido la esfera jurídica del fallecido.

    La sucesión preceptúa que los derechos y obligaciones de una persona no desaparecen con su muerte, sino que pasan a sus herederos o legatarios, quienes ocupan su lugar en la relación jurídica. Téngase en cuenta que el patrimonio de la persona fallecida se compone de diversos bienes (materiales e inmateriales) y de diversas obligaciones, de ahí que se deriven diferentes consecuencias jurídicas que iremos viendo a través de este trabajo. Por otra parte, observaremos si en realidad los herederos ocupan el lugar de su causante o si sólo se hacen cargo de sus negocios jurídicos.

    Como veremos más adelante, en el Derecho Romano los herederos se sucedían en la persona del causante en todas sus relaciones jurídicas, transmitiéndose los derechos tanto como las obligaciones. Hubo cierta resistencia a la idea de la transmisión de las obligaciones, aunque sólo en cuanto a las provenientes de delitos, ya que se admitió que ya fuere sucesión legal o testamentaria, los derechos y obligaciones se transmitían siempre. La dificultad para los jurisconsultos consistió en determinar el mantenimiento de los derechos y obligaciones entre el deceso y la adición de herencia, lo que lograron mediante la teoría de la herencia yacente (1) por la que se afirmaba que la herencia conservaba la personalidad del difunto (J ustiniano ) .

    (1) Ripert, Georges y Boulanger, Jean Tratado de Derecho Civil, Sucesiones . Tomo X. Página 12.

  • 6

    2. LA TRANSMISION DEL PATRIMONIO

    La sucesión hereditaria.

    La doctrina francesa distinguía entre los herederos universales y los legatarios universales, siendo los primeros los herederos legítimos, es decir, los que heredan por parentesco; eran los que no tenían necesidad de acudir al órgano jurisdiccional para que se declarara su derecho. A lo sumo tenían que probar su parentesco con el causante. (2)

    Por otro lado, el legatario universal (lo que hoyes el heredero instituido o testamentario) tenía que tener autorización del órgano jurisdiccional para que se le declarara su derecho y poder ejercitarlo H erga omnes", mientras tanto, (como en la actuali9.ad) entraba en posesión de la herencia para su correcta administración y conservaci6n, en tanto se hacía la declaratoria respectiva (3).

    Los franceses poseen un sistema muy completo y a la vez complejo de sucesiones, que fue tomado básicamente del Derecho Romano.

    Como veremos más adelante, enadici6n y como una parte relevante del proceso, se permitió que ante Notario se radicara el proceso sucesorio como parte de la jurisdicci6n voluntaria y con el sincero afán de celeridad de una materia que necesita de la misma, debido a sus consecuencias con respecto a los bienes y derechos de las diferentes personas que en él intervienen, incluyendo en ellos al Fisco.

    Posesión.

    En el mismo orden de ideas tendríamos que hacer una previa exposición en el sentido de indicar que en el sistema francés existe la llamada sucesión legítima, que es la sucesi6n que la ley prescribe para cierta clase de personas en razón de su parentesco con el causante, a las que deberán pagárselés una parte de la herencia no importando que el causante haya dispuesto de toda. Pues bien, para el caso de administración de los bienes relictos, serán llamados a la administración de los mismos, en primer lugar, el albacea, en segundo el sucesor universal, y en tercer lugar los herederos forzosos. Los demás herederos deberán solicitar al 6rgano jurisdiccional la autorizaci6n para poder

    (2) ldem Pág. 15. (3 ) Ibidem Cap. 1, Sección II

  • 7

    pedir la administración a cualquiera de los anteriores herederos; y deberán probar la ausencia o indolencia de los sucesores privilegiados, además de su carácter sucesible. Indistintamente, cuando se confiere la posesión a alguno de los herederos, la posesión se retrotrae hasta el momento de la apertura de la sucesión (4).

    Este punto de la posesión será analizado ampliamente más adelante, tomando en cuenta lo que nuestra legislación preceptúa al respecto y discutiendo la posibilidad de si es posesión de la herencia o una simple administración de bienes, como muchos versados en la materia opinan, para lo cual estableceremos previamente la diferencia que existe entre ambas instituciones.

    Medidas contra los fraudes fiscales.

    Como veremos en el capítulo correspondiente, algunos de los herederos tratarán de evadir los impuestos hereditarios. Desde que se creó la institución de la sucesión siempre se ha tratado de defraudar al Fisco, contra lo cual el Estado ha adoptado una política fiscal más enérgica. La primera actitud tomada por el mismo fue la de no dar posesión de la herencia a los sucesores antes de haber hecho a correspondiente liquidación del impuesto. Vemos aquí que aunque se puede impedir el entrar en posesión automática de la herencia, por dos razones: porque debe haber un proceso sucesorio que declare el derecho de suceder y porque debe haber una liquidación del impuesto hereditario; la ley ha querido perjudicar lo menos posible los derechos de los herederos, creando al efecto la ficción jurídica de darle vigencia a los derechos sucesorios de los herederos a partir de la muerte del causante (5).

    3. LA TRANSMISION DE LOS BIENES, DERECHOS , ACCIONES Y OBLIGACIONES.

    En el mismo orden de ideas, y tratándose del heredero universal especialmente, la calidad de heredero se transmite al mismo desde el momento del deceso. Esta calidad conforma de los derechos sucesorios al heredero, quien tiene derecho de opción en cuanto a su calidad de tal. A diferencia de en la antigüedad, ahora el heredero es libre de aceptar o no la herencia; la adquisición de los derechos es una consecuencia de la calidad de heredero y estará sujeta en todo caso a

    (4) Ripert, Georges y Boulanger, Jean, Ob. Cit. Pág. 32. (5) Idem. Págs. 38 y 39.

  • 8

    las formalidades y exigencias del lugar donde se verifique la sucesión (6).

    El ejercicio del derecho de opción dentro del proceso sucesorio es uno de los puntos principales del mismo, puesto que de él derivan derechos y obligaciones para el sucesor. De ahí procedería la obligación de administrar la herencia y dar posesión de los bienes a los demás herederos así como rendir cuentas, comparecer a juicio, liquidar el impuesto, etc. Más adelante haremos una consideración específica del punto, comentando brevemente nuestra legislación al respecto.

    Bienes y derechos transmisibles.

    Como mencionaba en la introducción de este trabajo, el patrimonio de una persona comprende además de los bienes personales, las obligaciones y los bienes extrapatrimoniales (Derechos). Bajo esa premisa tendremos que el patrimonio es sucedido en casi su totalidad, puesto que hay derechos personalísimos que no son transmitidos (Uso, Habitación y muchos otros); por otro lado la doctrina sostiene que los parientes pueden ejercitar ciertos derechos en su calidad de tales y que sin embargo no son titulares de estos derechos como en los casos de: acción de nulidad de matrimonio, desconocimiento de la paternidad, acción de impugnación de legitimidad, acción de investigación de paternidad natural contra los herederos del padre. Hay otros derechos personales del causante que sí se transmiten a sus herederos como la revocación de liberalidades por ingratitud, resarcimiento de daños físicos o morales causados al 'fallecido (7).

    La transmisión del patrimonio del causante es sólo posible cuando los bienes que integraban el mismo estaban bajo su titularidad. Sucede algo curioso: no hay transmisión en los casos en que el heredero adquiere los bienes al momento del deceso pues en estos casos los bienes nunca fueron · del fallecido, sino propios como es el caso de las sumas pagaderas al momento del deceso, seguro de vida o cuando el causante tenía el usufructo vitalicio de un bien que es propiedad del heredero. En todos estos casos "el heredero tiene un derecho propio y no un derecho transmitido" (8).

    Dependiendo de la teoría que se aplique, los bienes transmisibles pasarán a formar parte del patrimonio de los herederos al momento del deceso o bien pasarán a formar parte de una masa de

    (6) Ibidem Pág 42 (7) Idem Pag, 43 (8) Ibidem Pág 42

  • 9

    bienes independiente del patrimonio de los herederos. Estas teorías las veremos en el capítulo de la aceptación de herencia. Por el momento nos concretaremos a decir que los bienes transmitidos pasan a formar parte del patrimonio de los herederos luego de haber sufrido el trámite que marca la ley (Proceso sucesorio y liquidación fiscal); así, bien pasarían a los herederos universales todos los bienes del causante menos los bienes dispuestos en legados, o los bienes que hayan servido para el pago de deudas o impuestos.

    En relación a lo que antes habíamos dicho, no hay transmisión de bienes en los casos en que los mismos sean privativos del causante, como en las pensiones por jubilación, pensiones alimenticias, de invalidez, usufructo vitalicio, uso o habitación.

    Modo de transmisiones.

    La transmisión de bienes puede ser de dos modos: a titulo universal y a título particular. El primero es cuando se transmite la totalidad del patrimonio o una parte alícuota del mismo (bienes, derechos, acciones y obligaciones), es el caso de la institución de herederos; el segundo es cuando se transmiten unos bienes determinados ó sólo derechos sobre los mismos o la herencia total se reparte o distribuye en diferentes partes o porciones a cada persona (legados). El heredero a título universal s~ede en todos sus bienes, derechos, acciones y obligaciones del causante, pudiendo ejercitar los mismos en la forma que más convenga a sus intereses, sin que esto implique que tenga más atribuciones de las que marca la ley. El heredero universal sucede al causante desde la muerte de éste , su derecho puede estar condicionado a un hecho futuro e incierto, o a un plazo.

    El heredero a título particular tiene limitado su derecho a uno o varios bienes determinados o derechos, los que sucede al momento de la muerte del testador; y a diferencia del heredero universal, se convierte en acreedor de aquellos, teniendo en nuestro sistema sucesorio preferencia al pago de su legado al igual que los acreedores, tal como lo veremos más adelante.

    En la herencia condicional o a término, y cuando a legados se refiere, éstos se tornan caducos si el posible legatario muere antes de haberse vencido el plazo o llevarse a cabo la condición (9) .

    (9) Art. 1021 CC.

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    En caso de que el legatario muera antes de entrar en posesión del legado heredarán dicho legado los herederos del legatario de conformidad con las disposiciones del Código Civil (10). Cuando el causante sobreviva al legatario no adquirirán el legado los herederos de éste, porque la razón de ser de los legados es beneficiar a una persona en particular. De conformidad con el artículo 1021 del Código Civil, podrían adquirir los herederos del legatario en caso de que el testador así lo dispusiera. Finalizando podríamos decir que el cumplimiento en la entrega del legado implica la renuncia a cualquier impugnación a que tenga derecho el que lo entrega. Si es dinero, la entrega equivale al pago (11).

    4. LA SUCESION

    El Derecho Civil regula las relaciones de carácter privado; pueden considerarse dos amplias esferas en sus normas, una que comprende las relaciones jurídicas entre vivos y la otra que comprende las normas que se refieren a los efectos de las mismas al fallecimiento de su titular. (12)

    Derechos entre vivos.

    Es el derecho que regula y establece las relaciones que el hombre mantiene durante su vida, ordenando su existencia y actividad, y que comprende desde el nacimiento hasta su muerte, momento en que su personalidad jurídica se extingue (13).

    En otras palabras, este derecho va a regular la personalidad del individuo desde su nacimiento hasta su muerte, fijando las características de su personalidad, sus facultades, su capacidad de goce y su aptitud para ser titular de derechos y para contraer obligaciones, imponiendo parámetros de comportamiento en la sociedad para su mejor desenvolvimiento, distinguiendo las actividades a que pueda someterse de acuerdo a su edad, estado civil, sexo, nacionalidad, etc.; regulará su actuación a nivel nacional e internacional, fijará sus relaciones en cuanto a los bienes materiales, derechos y obligaciones, y/o las interpersonales; asimismo normando la forma de modificación

    (10) (11) (12)

    (13)

    Are 929 Ce Ripert, Georges y Boulanger, Jean. Ob. Cit, Pág. 52. Armero Delgado, Mario. Testamentos y particiones, Tftulos Sucesorios. Tomo I, Pago 5, Idem Pág. 5,

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    de los mismos y su transmisión.

    Establece las relaciones jurídicas que dimanan de la pOSlClOn familiar del hombre por el nacimiento, por el matrimonio, paternidad, adopción, etc. En otras palabras, las relaciones paternofiliales, matrimoniales y parentales tanto de orden personal como patrimonial (Derecho de Familia). uEn toda esta trama de relaciones jurídicas entre vivos aparece como esencial la existencia del hombre como sujeto, porque su finalidad es encauzar todas las actividades privadas, desenvolviendo su personalidad en las esferas familiar y patrimonial, creando relaciones jurídicas, ejercitando derechos y cumpliendo deberes para la satisfacción de sus fines durante su vida". (13)

    Derecho por causa de muerte en sentido amplio.

    Otra amplia esfera es la del derecho sucesorio, que se origina por la extinción de la personalidad jurídica de una persona por causa de su muerte, cuyo objetivo es regular aquellas relaciones jurídicas truncadas por la muerte de esa persona, que no pueden subsistir por sí solas y que tampoco pueden extinguirse, pues por razones morales, sociales, políticas y sobre todo económicas, es necesario que perduren más allá de la vida de su titular, en interés general y de aquellas personas que tenían relaciones jurídicas con el difunto. Como ya decíamos antes, todas las relaciones jurídicas son afectadas, pero unas en forma diferente a las otras; dependiendo de la diferencia de la naturaleza de cada una de ellas: se dividen en relaciones jurídicas intransmisibles, que quedan extinguidas; y las transmisibles, que sobreviven a su titular.

    uSerá derecho sucesorio por causa de muerte en sentido amplio el conjunto de normas que ordene y regule todos los efectos que la muerte del hombre produce sus relaciones jurídicas" (14).

    Derecho por causa de muerte en sentido estricto.

    Aunque la muerte de la persona influye en todas sus relaciones jurídicas, ya para transmitirlas o para extinguirlas, el derecho sucesorio propiamente dicho no estudia los efectos jurídicos que se causen en materia de derecho familiar, porque su naturaleza esencial es la de regular los efectos ocasionados en cuanto al patrimonio material del causante y en todo caso los derechos y obligaciones no extinguidos que mediante su transferencia van a continuar existiendo bajo la

    (13) Idem Pág. 5 (14) Ibidem Pág. 6

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    titularidad de otro sujeto- Este derecho no califica la naturaleza de las relaciones transmitidas, sino simplemente va a regular los efectos que produzca el cambio de titular.

    Se define la sucesión por causa de muerte como la subrogación de una persona en las relaciones jurídicas transmisibles de otro a la muerte de éste y por causa de ella (15). Esta sucesión por causa de muerte tiene varias características, se produce con carácter necesario puesto que el solo hecho ~el deceso provoca necesariamente su sucesión, lo que no ocurre 'en el derecho entre vivos. A diferencia del derecho entre vivos el derecho sucesorio por causa de muerte afecta a la totalidad del patrimonio del causante; a través de la sucesión por causa de muerte, no sólo se transmiten derechos y obligaciones del causante sino que se crean nuevos a partir de su muerte; a pesar de que la transmisión es en la totalidad del patrimonio del causante, tiene por peculiaridad que ciertos bienes o derechos van a estar sometidos a un destino diferente (bienes del cónyuge sobreviviente, bienes propiedad de terceros, bienes gananciales, pago de seguro de vida, etc). (16)

    Posición y sistema del derecho sucesorio.

    El derecho sucesorio fue tomado en el sistema romanista como un medio de adquirir la propiedad, pero posteriormente Savigny le da otro cariz, calificándolo como un derecho especial con Caracteres propios, siendo tratado así por el Derecho Civil contemporáneo. Veamos una breve consideración del Derecho Sucesorio en los sistemas romano y germano. La base del Derecho Romano era la solidez, culto y soberanía familiar y con base en ello funcionaba su política estatal; de esa cuenta se transmitían además de los bienes materiales, los derechos y obligaciones políticos del jefe de familia, es decir, que pasaban al heredero tanto los derechos reales y personales del causante como sus obligaciones, comprendiendo entre ellas las de orden patrimonial como las de orden moral y espiritual, no importando que las mismas rebasaran los límites de lo adquirido (Teoría de la continuación de la personalidad del causante).

    Por otro lado, el sistema germánico no considera la suceSlOn como la transmisión de la personalidad del causante, sino simplemente como una transmisión de los bienes del causante al heredero, teniendo éste obligación hasta por el monto en que alcancen a cubrir las deudas

    (15 ) Idero Pág. 7 (16) Ibidero Pág, 8

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    y obligaciones por el activo.

    La diferencia esencial entre los dos sistemas es que en el primero el monto del pasivo puede rebasar el monto del activo, aparejando como legítima consecuencia el perjuicio en el patrimonio de los herederos ante el accidental e inescrupuloso manejo de los bienes por parte del causante. Había, pues, en este sistema una confusión de patrimonios; podría ser en este orden de ideas que el patrimonio del heredero sea más solvente que el patrimonio del causante, pudiendo los acreedores de este último pagarse con los bienes del patrimonio del primero; por ello cayó en desuso este sistema.

    Por otro lado, el sistema germano transmite la herencia siempre bajo beneficio de inventario y el heredero únicamente será responsable hasta donde alcance el monto del activo; de ahí que pudiera ser que la totalidad de la herencia sirviera únicamente para solventar las deudas del causante, pero en ningún monento el heredero saldría perjudicado en su propio patrimonio por deudas que no le corresponden. Asimismo, los acreedores de este último no tendrían preocupación de ver disminuidos sus créditos por motivo de la herencia. Vemos que en el sistema romano es imposible que el heredero pueda garantizar obligaciones con sus derechos hereditarios ante la inseguridad económica que el sistema representa; también puede prestarse a que el causante disponga de muchas liberalidades que en conjunto rebasen la disponibilidad de la herencia con el consiguiente perjuicio al heredero en su patrimonio.

    En la actualidad la posición del derecho sucesorio es básicamente la germana, habida cuenta de los beneficios que conlleva; sin embargo, hay reminiscencias del Derecho Romano por razones históricas, sobre todo en lo atinente a las figuras jurídicas de las sucesiones; se considera que la herencia es un patrimonio y que la sucesión por causa de muerte es un modo de adquirir la propiedad.

    5. PRESUPUESTOS DE LA SUCESION POR CAUSA DE MUERTE.

    La sucesión por causa de muerte acaece cuando la persona fallece y deja sus bienes en manos de sus herederos; sin embargo, la mecánica del sistema de la sucesión se encuentra incompleta, debe existir un llamamiento a los herederos y la capacidad o voluntad adquisitiva de estos últimos; puede sucederse múltiples casos en lo que respecta a este proceso dependiendo de la naturaleza de los llamados a la sucesión, de la forma del proceso, del tipo de bienes que integran la

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    herencia, del tipo de partición de la misma, etc. De esa cuenta analizaremos los siguientes elementos: el Causante, la Herencia, el Título Sucesorio, modos de deferirse la sucesión, el sucesor, aceptación de la herencia y partición.

    El Causante.

    Es uno de los elementos personales de la relación sucesoria; se caracteriza por ser el elemento "sine qua non", de ahí que en donde no haya causante no hay sucesión; por otro lado, es el titular del patrimonio a transmitirse y recibe la denominación de autor, causante o "de cujus" indistintamente (17).

    Como corolario de lo anterior, puede decirse que el supuesto principal de la sucesión por causa de muerte es el fallecimiento de una persona, sin el cual nunca puede haber sucesión y cuyo efecto automático es el inicio de la sucesión. La sucesión implica la ausencia de titularidad de un patrimonio y la necesidad de llenar esa vacante; hay una personalidad que se extingue en la única forma de efectuarse: con la muerte del causante (18). Este momento constituye el momento determinante de la apertura de la sucesión, a los efectos de fijar el contenido y valor de los elementostqq~iiirtegraB la herencia, la aptitud y capacidad de los llamados a la misma y la adquisición de los derechos hereditarios; así está plasmado en nuestra legislación civil "los derechos a la sucesión de una persona se transmiten desde el momento de la muerte ... " (19). Lo anterior conlleva . todo el cúmulo de consecuencias que mencionábamos.

    Debido a la trascendencia de este hecho, la muerte de una persona debe ser fehacientemente acreditada, lo cual se hace, por lo general, por medio de la partida de defunción, (o de su certificación) la que sólo podrá ser suplida por otros medios de prueba en casos muy especiales, o cuando éstas no hubieren existido, desaparecido los libros o cuando los documentos son redargüidos de nulidad o falsedad; de lo anterior deviene como legítima conSecuencia que nuestra legislación procesal expresamente indique que la certificación de la partida de defunción debe presentarse al momento de querer radicar un proceso sucesorio, cuya necesidad a todas luces es evidente (20).

    A pesar de todo esto, hay casos en que la muerte de una persona no puede ser acreditada de esta forma porque sencillamente la

    (17) Idem. Pág, 16 (18) Art. 10, Ce. (19) Art. 918 Ce . (20) Art. 455 CP CyM.

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    misma no ocurrIO a ciencia cierta. Es el caso cuando ha habido ausencia prolongada, la persona ha desaparecido después de un grave accidente o desastre natural; entonces para ello, la ley ha previsto una presunción legal que va a dar por sentado que la persona efectivamente ha fallecido (guardando siempre algunas salvedades en cuanto a ello). Esta figura es la llamada muerte presunta regulada en el libro primero, título primero, capítulo cuarto del Código Civil. El mismo cuerpo legal establece el procedimiento para lograr tal declaratoria y cuya certificación deberá presentarse al momento de radicar el proceso sucesorio con esa causal, dicha declaratoria deberá apuntar la supuesta fecha de la muerte del testador puesto que ello incide en los llamamientos a la sucesión (21).

    La herencia.

    Es el objeto sobre el que recae la sucesión por causa de muerte, y que teniendo carácter eminentemente civil constituirá el patrimonio transmisible del causante. Como decíamos anteriormente, en un concepto lato, la herencia comprenderá el patrimonio del causante; y éste a su vez, comprenderá todos los bienes, derechos, acciones y obligaciones del mismo, de ahí que conceptuaríamos los bienes que componen el patrimonio de acuerdo con la definición del Código Civil: "son bienes las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación y se clasifican en inm ue bIes y muebles" y "pueden ser objeto de apropiación todas las cosas que no estén excluidas del comercio por su naturaleza o por disposición de la ley" (22). Tenemos que la misma ley confiere la naturaleza a los bienes, tal es el caso de las acciones de las sociedades y el de los semovientes. Así de conformidad con lo anterior, habrá bienes que se extinguen con la muerte de su titular y otros que perduran y que se transmiten a sus sucesores.

    Conforme estos lineamientos podríamos hacer una clasificación de los bienes de la herencia en transmisibles e intransmisibles, dependiendo si pasan o no a los herederos. Podría decirse que los bienes transmisibles son los de carácter patrimonial y que los intransmisibles los personales, pero hay bastantes excepciones a la regla que no justificarían dicha presunción. Se considera, en general, con algunas reservas que los derechos de carácter público, los personalísimos o los ligados a una persona por sus cualidades, parentesco, confianza, o sea, aquellas cuya razón de ser está en elementos o circunstancias exclusivas que solo se dan en el titular, son intransmisibles, mientras que por otro lado, todos los demás por

    (21) Arts. 63 Ccy401 CPCyM. (22) Arts. 442 y 443 Ce.

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    exclusión serán transmisibles.

    La herencia es esencialmente un concepto jurídico; sin embargo, la práctica y la necesidad han hecho que se adopte como un concepto más economicista en el sentido de tenerla, en lo que a materia sucesoria se refiere, como una lista del activo y pasivo de cierto patrimonio, que en un momento dado se compara y se extrae de él un patrimonio o herencia líquida. Esta herencia líquida sería aquella masa depurada de toda obligación, incluyendo allí los legados y gastos de última enfermedad y cuyo monto será el que se reparta entre los herederos.

    Por: último, cabría hacer el comentario de las llamadas sucesiones ,m,íomafas; :que son aquellas que por la naturaleza especial de los bienes que la integran necesitan de que se introduzca ciertas modalidades a efecto de la transmisión, verbigracia: la sucesión de títulos nobiliarios, el seguro de vida, la que produce ciertas vinculaciones legales por la protección del patrimonio familiar, etc.

    Transmisihilidad.

    La transmisibilidad depende de la naturaleza de los bienes que integren el patrimonio; aquellos que son de carácter público como los sueldos o emolumentos, pensiones por jubilación o vejez, son intransmisibles por naturaleza; los derechos de la personalidad como el nombre o títulos nobiliarios, se trasnmiten por filiación y con las modalidades del país de que se trate.

    Los derechos y deberes de familia son intransmisibles por su naturaleza personalísima (patria potestad, tutela, autoridad marital, etc.), y sólo encontramos algunas acciones familiares que si pasan a los herederos como la impugnación de la legitimidad y del derecho hereditario y siempre bajo los supuestos que establece la ley. Pasarán a los herederos los derechos y obligaciones ya contraídos cuando tienen contenido patrimonial como en el caso de la tutela y del mandato (23); asimismo en el caso de muerte del cónyuge que tiene la patria potestad, ésta pasará al cónyugre sobreviviente.

    Los derechos patrimoniales son los derechos transmisibles por excelencia y la sucesión se refiere casi con exclusividad a ellos. Generalmente no tienen carácter personalísimo, su adhesión a un sujeto determinado no es esencial porque están destinados al comercio y al tráfico; así serían transmisibles los bienes muebles e inmuebles y

    (23) Arts. 345 y 1725 Ce.

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    los derechos reales sobre los mismos, la propiedad intelectual e industrial; en general, los derechos y obligaciones patrimoniales no tienen más limitaciones que las que se derivan de su naturaleza, pacto o disposición legal (derechos reales de uso, usufructo o habitación, rentas o pensiones vitalicias, contratos de servicios, obra o mandato).

    Por otro lado, la extinción de las relaciones personalísimas que se produce con la muerte de la persona no impide que a los herederos les sean transmitidos derechos y obligaciones patrimoniales derivados de estas relaciones ya nacidos de hechos anteriores a la muerte del causante; esto lo veíamos en el caso del mandato en donde la obligación de rendir cuentas de la administración que haya hecho el mandatario pasa a sus herederos y el mandante puede exigir el cumplimiento de dicha obligación y reclamar el pago de los dafios y perjuicios en caso de incumplimiento (23).

    Como dijimos al principio, hay bienes que a pesar de haber estado en la esfera patrimonial del causante no pasan a sus sucesores, pues su titularidad es específicamente de otras personas; así: los bienes gananciales, bienes ajenos o de terceros, bienes gravados con sustitución fideicomisaria, etc.

    Título Sucesorio.

    Como vimos antes, es el hecho de la muerte de una persona lo que provoca el surgimiento de la sucesión; pero no es inmediata dicha reacción, es necesario que se den ciertos pasos previso, así: debe haber una radicación del proceso, un llamamiento a la herencia, etc., en otras palabras, debe haber lo que se llama delación de la herencia, que puede ocurrir por virtud de causas diferentes: ya sea por voluntad de la ley (sucesión intestada) o bien por voluntad del causante (sucesión testamentaria) .

    La sucesión deferida por la voluntad del de cujus tiene carácter preferente, puesto que la institución de la sucesión (incluye los testamentos) tiene como fundamento básico el de perpetuar la voluntad del causante después de su muerte; de ahí que este sistema tenga como único límite las disposiciones prohibitivas de la ley. En ese orden de ideas podría decirse que debe llenar dos requisitos, el primero es que debe adoptar la forma testamentaria, unilateral y revocable, no admitiendo contrato alguno en sustitución a la misma. Nuestra legislación excluye expresamente este ultimo supuesto e indica que el

    (23) Arts. 345 y 1725 Ce.

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    único límite a la libertad de testar es el derecho que algunas personas tienen a ser alimentadas (24).

    El segundo requisito, netamente doctrinal y que sólo algunas legislaciones foráneas aceptan es la limitación cuantitativa que impone la ley y que llaman legítima, que es la porción de bienes que el testador no puede disponer por haberla reservado la ley a determinados herederos llamados herederos forzosos (25). En nuestro sistema no existe esta limitación y la legislación simplemente hace un listado de los pagos que deben hacerse con los bienes de la mortual, sin que en ningún momento se hable de legítima; a lo sumo podría compararse con los bienes gananciales, por tener una naturaleza parecida, aunque diferirían en que la legítima está compuesta por bienes del causante y los gananciales son bienes que pertenecen al cónyuge sobreviviente.

    Por su lado, la sucesión deferida por la leyes supletoria de" la primera y está dispuesta por la ley con el objeto de que el patrimonio del causante no quede pendiente, es decir, no quede sin un titular, que se haga cargo de los negocios pendientes a la muerte del causante, con el úhico objeto de no perjudicar a los herederos, terceros y al mismo Fisco. Tiene lugar cuando el causante no dispuso de sus bienes por medio de testamento, o bien es declarado nulo; en general, las causas que indica el artículo 1068 del Código Civil.

    En este caso, es la ley la que interviene y designa quiénes son los llamados a la sucesión y les confiere la calidad de herederos. El carácter de esta clase de sucesión es necesario, pues se produce fatalmente al acaecer la muerte de una persona; y sus consecuencias son totalmente previstas y avaladas por la misma ley, supliendo así la voluntad del causante. Con la existencia de la sucesión intestada se evita la herencia vacante, o más bien dicho, trata de evitar la herencia vacante, tal y como lo vemos en las normas atinentes del Código Procesal Civil y Mercantil; en todo momento sustituye la modalidad de vacante a intestada o testamentaria, pues el" objeto de la sucesión también es, en justicia, de darle a las personas que tenían relaciones de proximidad y de sangre con el causante el fruto del trabajo que este último haya podido hacer durante su vida.

    Modos de deferirse la sucesión.

    A partir del momento en que se inicia la sucesión de una

    (24) Arts, 936 y 937 Cc (25) Cabanellas, Guillermo. Diccionario de Derecho Usual, Tomo n, Página 511.

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    persona se crean derechos y obligaciones para los herederos del mismo; vemos que en · el modo en que vaya a ser repartida la herencia, así va a ser la forma en que va a influir en la esfera de la personalidad jurídica de los herederos; básicamente hay dos tipos de transmisión de la sucesión: a título universal y a título particular (26). Podría decirse que la sucesióh a título universal se da cuando al sucesor se le atribuye una universalidad jurídica patrimonial; y se considera a título singular o particular, cuando se sucede en una relación jurídica determinada y concreta. (27)

    En ese orden las ideas y teniendo en cuenta el concepto de patrimonio sucesorio que habíamos vertido sobre este tema, la sucesión a título universal será aquella en donde el sucesor sea llamado a obtener dicha totalidad o bien parte alícuota o ideal de la herencia, sin distinción de bienes y con independencia de su importancia económica; a "contrario sensu" se tomaría la sucesión a título particular o singular, pues ésta sería la sucesión no de la totalidad o parte alícuota de la herencia, sino uno de los elementos particulares que la integran, restringiéndose sus derechos al bien individualmente determinado. Como veíamos con respecto a .la herencia, los conceptos de sucesión universal o singular, no responden a un criterio economicista; ya que la sucesión singular puede tener un gran valor y absorber la mayor parte de la herencia quedando la parte de la sucesión a título universal reducida al mínimoj podría incluso (según la teoría de la aceptación pura y simple de la herencia) absorber un pasivo que sobrepase su activo en evidente detrimento de los intereses del heredero universal.

    Así pues, la sucesión es universal cuando se distribuye en varias partes alícuotas o bien en su totalidad; singular, si se determinan unitariamente los bienes a heredar, pudiéndose repartir toda la herencia de esta forma. También puede repartirse la herencia en forma universal y particular a la vez, es decir, en forma mixta (28). Concluimos, pues, en que tanto la doctrina como la ley regulan dichos modos de repartir la sucesión, llamando herederos a los sucesores a título universal y legatarios a los sucesores a título particular. También podríamos concluir, que por lo general, coincide que la sucesión intestada es a título universal y la testamentaria a título singular o particular.

    Podría decirse que las caractensticas de la sucesión a titulo

    (26) Arts. 918 y 919 Ce. (27) Armero Delgado, Mario, Ob. Cit. Págo 34 (28) Art. 919 Ce.

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    particular son las que dan al legatario derechos exclusivos sobre el bien que herede, ya sea derecho real o de crédito, pero no habrá derecho de acrecer (29), no podrá ejercitar más acciones que las correspondientes a su legado, no puede haber extinción de acreedurías y obligaciones por confusión, no asume las .cargas u obligaciones de la herencia, salvo cuando fueren impuestas por el testador o cuando toda la herencia se haya distribuido en legados (30) y en este 'último caso, habrá obligación de resarcir al heredero instituido (31).

    El sucesor.

    Otro de los supuestos de la sucesión por causa de muerte es la existencia de un sucesor; sin este requisito la herencia se reputará vacante y, como ya vimos, la ley trata en lo posible de que las sucesiones pasen a los parientes legales de los causantes; y no es sino hasta que no hay posibles herederos que concurran a los llamamientos, que el Estado se hace cargo de la herencia.

    El sucesor debe reunir las siguientes características para poder ser catalogado como tal: debe ser persona cierta y determinada, tener capacidad jurídica, debe tener existencia real antes de la muerte del testador hasta el momento en que ésta acaezca; y si es herencia condicional o a término, deberá tener existencia real hasta que la condición se cumpla o expire el término; y por último, estar determinado al menos genéricamente (32).

    Como un corolario, podría hacerse énfasis en que es fundamental a la persona del sucesor que tenga capacidad legal para heredar; de ahí que si no la tiene, la sucesión será nula en cuanto a la persona incapaz. Vemos que la capacidad no consiste en la mayoría de edad, pues en primer lugar, el sucesor puede ser una persona jurídica que no estaría afecta a dicha limitación; en segundo lugar no sería por in terdicción, pues los sometidos a ella heredan a través de sus representantes legales, Habría incapacidad en los casos en que hay prohibición expresa de la ley para que herede; y más corrientemente, en los casos de indignidad (33).

    Aceptación y repudiación de herencia.

    Ya vimos que los derechos a la sucesión por causa de muerte se

    (29) Art. 1022 Ce. (30) Art. 1004 Ce. (31) Art, 1023 Ce. (32) Vrg. los hijos, los parientes, los padres, etc , (33) Arts , 924 y 926 Cc.

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    transmiten a los sucesores desde el momento de la muerte del causante, en que se suceden en todos los derechos y obligaciones de aquél; sin embargo, este sistema no opera automáticamente, es menester que para que eso suceda el heredero acepte la herencia, puesto que por ser un derecho es susceptible de ser aceptado o de ser renunciado, requisito sin el cual no puede transmitirse la herencia.

    Por el acto de aceptación, el heredero adquiere sus derechos hereditarios con todas sus consecuencias y de manera definitiva, es decir, se sujeta a las obligaciones que llevan anejas; y por el acto de repudiación, el heredero que tenía a su favor un derecho potestativo, lo rechaza en forma definitiva, sin que se produzcan para él efectos jurídicos, ni en los derechos ni en las obligaciones.

    Existen, doctrinariamente hablando, dos sistemas de aceptación de la herencia: el primero sería aquel en donde si no se repudia en forma expresa o fehaciente, la herencia se tendrá por aceptada; y el segundo sistema será en donde deberá hacerse una aceptación expresa de la herencia o bien realizar actos (supuestos legales) que indiquen que la herencia fue aceptada. Esta última posición que es la que adoptaron la mayor parte de las legislaciones de origen romanista como la nuestra (34).

    Los caracteres del acto de aceptación son: voluntariedad y libertad, indivisibilidad, retroactividad e irrevocabilidad. Dichas características se explican por si solas, por lo que no es menester agregar explicación alguna. En cuanto al tiempo para aceptar la herencia es de seis meses a partir de la muerte del testador, La doctrina considera que debe ser por tiempo ilimitado; pero, atinadamente, nuestra legislación opta por limitar el tiempo para que la situación de una herencia acéfala sea el menor posible (35) .

    El acto de aceptación en cuanto a sus modalidades y efectos puede ser puro y simple o a beneficio de inventario. El primero consiste en que, siguiendo la antigua teoría romanista de la sucesión en la personalidad del causante, el heredero tomaba el lugar del causante de una manera automática y se hacía cargo tanto de los derechos como de las obligaciones; y por ser un derecho típicamente familiar, éste era irrenunciable, es decir, no se podía repudiar. Como lógica consecuencia, el heredero podía ser perjudicado en su patrimonio

    (34) Arts. 1027 y 1028 Ce. (35) Art. 1031 Ce.

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    puesto que la herencia podía estar compuesta en su mayor parte de obligaciones. Las legislaciones que todavía conservan esta figura dan opción al heredero a repudiarla, puesto que reconocen que el causante pudo haber dispuesto de la herencia en legados más allá de la capacidad económica de la misma, puQiendo interesar los bienes del heredero, cuyo patrimonio pasa a formar parte del patrimonio del causante. Este sistema tiene como características que los acreedores de la herencia se convierten en acreedores del heredero y seqún la naturaleza de sus acreedurías. son o no preferentes a los anteriores acreedores del heredero.

    El segundo sistema es el adoptado por nuestra legislación (36), consiste en que el heredero sólo va a heredar los derechos y obligaciones del causante con la condición de que no haya confusión de patrimonios, es decir, que la herencia hasta antes de. la adjudicación a los herederos será un ente acéfalo independiente sujeto únicamente a administración y que pasará a ser propiedad de los herederos hasta el momento en que se haya hecho pago de todas las obligaciones (incluyendo fiscales) que tenga la masa hereditaria; el heredero pues, recibirá una cantidad líquida. Este sistema trae como consecuencia que al final el heredero puede no recibir ningún bien, pero nunca podrá ser afectado en lo personal por las deudas de la herencia (37)

    En cuanto a la renuncia podría decirse que tiene los mismos caracteres que la aceptación, 'pero que debe hacerse en forma expresa, es decir, mediante instrumento público auténtico. El término para renunciar a la herencia es el mismo que el de la aceptación (38). La única limitación que tiene la renunpia de la herencia es el perjuicio a terceros, es decir, a los acreedores de los herederos; en este caso, pueden estos subrogarse en la persona del heredero y aceptar en nombre de éste para que sean pagados sus créditos hasta el importe máximo de los mismos (39) .

    Los efectos de la aceptación y renuncia de la herencia son obvios. La aceptación provocará la consolidación de los derechos hereditarios latentes del sucesor y la transmisión de los derechos y obligaciones de la herencia en forma retroactiva a la muerte del causante; los de la renuncia serán la de tener por caducado el derecho a la calidad de heredero del causante y por legitima consecuencia, no tener derecho o bien alguno de la herencia y por exclusión, tampoco a

    (36) Art . 920 Ce.

    (37) Ripert, Georges y Boulanger, Jean, Ob. Cit. Pág. 120. (38) Art. 1034 Ce. (39) Arts, 1038 y 1039 Ce.

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    contraer obligación alguna con motivo de la misma.

    Manifestación y partición de herencia.

    Con la aceptación de la herencia se logra el perfeccionamiento de la relación sucesoria; pero en este momento se hace necesario, sobre todo en el caso de que hayan varios herederos, que se haga la liquidación y partición de patrimonio; y esto depende de si se trata de un legatario, heredero único o pluralidad de herederos (40).

    Cuando se trata de heredero único, la totalidad del patrimonio pasará a su titularidad sin necesidad de practicar una partición o liquidación de la herencia. En el caso de que hubiere gananciales habrá liquidación al igual que cuando existan legados, pues se determinará la disminución en el monto de la herencia. En el caso de que exista pluralidad de herederos, es cuando se dan con más tipicidad las figuras de la liquidación y la partición, pues su razón de ser es pagar la totalidad de deudas y del monto líquido resultante hacer una repartición entre los legalmente llamados a la sucesión; en otras palabras, es necesario que al final del pago de las obligaciones se reparta el haber hereditario en forma justa y equitativa, lo que sólo se logra a través de la partición de la herencia.

    El efecto legal de la partición es la transmisión a cada heredero de la propiedad sobre una parte alícuota de la herencia, ya sea sobre derechos a un bien proindiviso o sobre un bien determinado o susceptible "departÍcíón(41). Cuando hay acuerdo entre los herederos y no hay intereses de menores, incapaces, ausentes o del Estado, la partición se podrá realizar en escritura pública con cuyo testimonio se inscribirá en el Registro de la Propiedad; en caso contrario se hará judicialmente y con certificación de aquella se hará la inscripción el citado Registro (42). En cuanto al momento procesal en que deberá verificarse la partición, es después de haberse liquidado el impuesto hereditario, según se desprende de la regulación legal sobre el trámite extrajudicial de la sucesión y sobre la obligación que tiene el albacea de realizar la partición luego de aprobada su gestión (43) .

    En cuanto a su naturaleza jurídica, no hay acuerdo en doctrina de si es traslativa, transformativa, determinativa, atributiva O declarativa de derechos; diversos autores discrepan; sin embargo, las corrientes modernas lo asimilan al contexto del proceso sucesorio, es decir, de naturaleza esencialmente traslativa de dominio, de ahí que

    (40) Armero Delgado, Mario, Ob. Cit. Pág, 58, (41) Arts. 1108 Cc y 512 CP CyM. (42) Art. 223 CP CyM. (43) Arts. 1085 Cc; 496 y 497 CP CyM.

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    podría decirse que "es un acto o negocio jurídico constituido por un conjunto de operaciones, en virtud de las cuales se liquida una herencia, se señala el haber de cada partícipe y se le asignan las o bligaciones y derechos que le corresponden transformando en derechos concretos el ideal y abstracto que tenía sobre la herencia indivisa" (44).

    En cuanto a las clases de partición tenemos que pueden ser extrajudiciales y judiciales. La partición extrajudicial puede tener tres modalidades: primera, por acto entre vivos y por última voluntad, siendo un acto unilateral que no requiere ni la aprobación . ni la participación de los herederos y que el testa dar puede realizar con entera libertad (45) i segunda, por acto entre vivos o por causa de muerte encomendado a un ejecutor llamado comisario, contador o partidor (en nuestro medio albacea) (46); y, tercera, partición efectuada por los herederos con la presencia de todos ellos o un tercero que los represente (47). Cuando no hay disposición del testador o de los herederos en cuanto a la partición procederá judicialmente, forma en que puede ser de dos maneras: la partición efectuada en los juicios universales por los albaceas, consentida por las partes o sin oposición a ellas y la verificada por el juez en defecto, de acuerdo entre las partes o hayan intereses de menores, incapaces, ausentes o del Estado (48).

    En cuanto a las operaciones que comprende, en la doctrina no hay acuerdo sobre el orden de ellas; y, en realidad, depende de cada legislación en particular. El contenido es el siguiente: bases o supuestos de hecho y de derecho con relación a la partición como el fallecimiento del causante, su estado civil, título sucesorio (49); el inventario, que es la enumeración de todos los elementos que integran tanto el activo como el pasivo de la herencia, excluyéndose todos aquellos derechos intransmisibles o que no forman parte de la herencia; avalúo, que seria el valor asignado a cada uno de los elementos que integran la herencia para saber el monto que forma el activo y el pasivo; liquidación, que sería la operación de extraer el pasivo del activo con el objeto de averiguar el caudal líquido resultante; división, que es el señalamiento de la participación de cada heredero en el haber líquido en forma proporcional a su cuota; adjudicaciones, que es la

    (44) Armero Delgado, Mario Ob. Cit. Pág. 60. (45) Arts. 1098 Ce y 463 CP CyM. (46) Art. 1085 Ce. (47) Art. 1102 Ce. (48) Art. 219 CP CyM. (49) Art. 558 CP CyM.

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    operación fundamental de la partición, que transforma el derecho de cada uno de los herederos sobre la herencia indivisa, satisfaciéndolo y concretándolo en los bienes que privativamente se le adjudiquen (50); y, resumen y declaraciones finales, donde para dar mayor claridad se hace un estado de comprobación de:hs operaciones practicadas y algunas estipulaciones o manifestaciones que se fijen sobre determinados aspectos o cuestiones de la partición (49). La partición puede ser solicitada por los herederos, legatarios o acreedores de ambos; y en cuanto al tiempo, derecho y práctica de la partición, puede ser en cualquier tiempo, ya que la acción es imprescriptible (51).

    Situaciones de herencia.

    Conforme lo ya relacionado antes, la doctrina concluye que las distintas situaciones o fases en que la herencia puede encontrarse son: la de herencia yacente, indivisa y adjudicada. La herencia yacente está comprendida entre dos momentos: la apertura de la sucesión y el de aceptación de la herencia por los sucesores, en que éstos adquieren de manera definitiva y perfecta sus derechos hereditarios; por lo general, se acepta que la titularidad de la herencia yacente es de los herederos. (52)

    En cuanto a la herencia indivisa, se sucede entre el momento de la aceptación de la herencia por los herederos hasta el otorgamiento del acto particional. En la herencia indivisa existen derechos hereditarios concretos; mas no materialización de los mismos, de ahí que para que se dé concreción en los derechos hereditarios deberá procederse a la partición y respectiva adjudicación. Es aquí cuando se da la situación de herencia adjudicada, aunque atinadamente, la doctrina insiste en que la categoría de herencia se ha perdido. (53)

    (50) Art. 1008 Ce . (51) Arts. 1088 al 1091 Ce. (52) Cabanellas, Guillermo Ob. Cit. Pág. 297 (53) Armero Delgado, Mario Ob. Cit. Pág. 64

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    PARTE GENERAL

    CAPITULO l. INICIACION DEL PROCESO SUCESORIO

    1. LEY APLICABLE Y COMPETENCIA EN iYlATERIA SUCESORIA

    En primer lugar, cuando se ongma la necesidad de iniciar un proceso sucesorio, ya sea judicial o extrajudicial, habría que ver ante qué juez se plantearía o ante qué Notario. En el primero de los casos se tendría que optar entre las dos vías, dependiendo del acuerdo de los herederos; si hubiere ~e.ru;ié.ni quedaría eliminada definitivamente la vía notarial; por otro lado, hi' competencia de un Notario bajo el supuesto de que fuese iniciado proceso extrajudicial, es en toda la República y no habría necesidad de recurrir a los casos de ' competencia estipulados para los jueces, quienes en todo caso, estarían limitados en cuanto a su competencia.

    En el proceso sucesorio judicial habría que ver la competencia por razón de la cuantía, del territorio, del turno, etc.; sin embargo, nuestra legislación procesal obvia el camino al enunciar en forma taxativa que la competencia para todos los procesos sucesorios corresponde al Juez de Primera Instancia y que en cuanto al conocimiento del proceso deberán hacerse consideraciones con respecto al domicilio del "de cujus" al tiempo del fallecimiento o de la situación de sus bienes (54).

    Al respecto de este punto existen tres sistemas en doctrina que tratan de regular la ley aplicable, El primero es el sistema de unidad sucesoria, que sostiene que la ley aplicable es la de la nacionalidad del causante y que debe ser una sola ley y un solo juez, es decir, propugna por la aplicación de la ley personal del causante, no toma en cuenta el lugar del fallecimiento y situacion de los bienes (55); el sistema de la pluralidad sucesoria, indica que la que rige es la ley de la situaci0n de los bienes, es decir, "tantos juicios y leyes como países distintos en que hayan quedado" (56) y por último, el sistema mixto que propugna por la división de los bienes en muebles e inmuebles, rigiendo para los inmuebles la ley territorial y para los muebles la ley del domicilio Al resp ecto, nuestra legislación es clara y se inclina, en orden de prioridades a la ley domicilio del causante y a la de la situación de los bienes (57).

    (54) Art. 21 CP CyM (55) Romero del Prado. Derecho Internacional Privado E. Assandri. Córdova ,

    Tomo II , Pág. 409. (56) Idem. Pág. 410. (57) Art. 21 CP CyM.

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    Competencia:

    Después de delimitar la legislación aplicable ~;h.bria; : que ver qué juez es el llamado a conocer del asunto que nos ocupa~ 90mo decíamos nuestra legislación lo resuelve muy fácilmente, pero ~ hllhiía, que analizar que estamos excluyendo el conflicto de aplicar la competencia por razón de la persona, pues no hay tribunales especiales para esta materia. Pues bien, nuestra legislación sigue el principio de la ley del domicilio y siendo éste un elemento básico habría que analizar la manera de determinarlo partiendo de dos supuestos: a) que el causante tuvo su último domicilio en el país; y, b) que no lo tuvo en el país. En el primero de los supuestos no habría problema puesto que, si se tratara de domicilio real o legal, de todos modos sería el de Guatemala, por lo que se sigue en el departamento en donde tenga cualquiera de los dos al momento del fallecimiento. Para regular lo relativo al domicilio de la persona del causante nuestra legislación civil dispone al respecto las normas que van a guiarnos (58). En el segundo supuesto, no hay ley que regule el caso; especialmente por lo que se atiene a la regla general de que cualquier juez de Primera Instancia Civil donde el causante haya tenido su último domicilio será el competente, aunque prevalecerán las pautas apuntadas por los·trataaos Internacionales o el Derecho Internacional Privado. La prueba del domicilio se ha de determinar de conformidad con las pautas establecidas por la legislación ordinaria y de conformidad con el tipo de domicilio que se desee probar, pudiendo guiarse por el domicilio que se declare en el testamento, el que surja de instrumentos públicos, del Registro Electoral y fundamentalmente de la partida de defunción (no es prueba del domicilio sino del hecho de la defunción y el lugar donde acaeció, por lo que podría desvirtuarse con prueba testimonial, instrumental o presuncional) .

    . :Recapitulando sobre la competencia, tenemos que en materia sucesoria al igual que en otros casos de materia civil, la competencia por razón del territorio puede prorrogarse con el consentimiento expreso de las partes, (en este caso los herederos y siempre que el Ministerio Público lo considere prudente, cuando no se lesionen los intereses de menores, incapaces, ausentes o del Estado.

    Otra cuestión al respecto de la competencia es el llamado fuero de atracción, que es aquella característica del proceso sucesorio que lo hace atractivo de los demás procesos que se hayan entablado en contra

    (58) Código Civil, Cap. m, Título I, Libro I

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    del causante o por el causante. Sus características especiales las veremos más adelante en una sección específica; sin embargo, podríamos enumerarlos: es excepcional (altera las reglas de la competencia), es parcial (sólo atrae las acciones personales y mixtas, pero no las reales), es unilateral (sólo funciona en cuanto a la sucesión sea demandada pero nunca como demandante), es de orden público (mandado por la ley y no puede ser sustraído a la voluntad de las partes) y es irrenunciable (59).

    En cuanto a la característica de parcialidad, nuestra legislación hace una regulación extensiva; lo que da margen a pensar que las acciones reales quedan incluidas dentro del concepto, con lo cual estamos totalmente de acuerdo; igual regulación se hace con la unilateralidad, con lo que prácticamente ésta deja de existir. En cuanto al procedimiento de los juicios atraídos, seguirán su curso normal, ya que el fuero de atracción no modifica la condición de los juicios atraídos (60).

    2. Apertura del Proceso Sucesorio

    La apertura del proceso sucesorio en lo judicial y la radicación del proceso sucesorio en lo extrajudicial, forman lo que podria llamarse el inicio del proceso sucesorio y tiene lugar cuando los interesados en la sucesión de una persona acuden ante juez competente o ante Notario, en base a normas preexistentes y en virtud de la muerte de una persona comprobable a través de documentos, con el objeto de que se declare reunidos los extremos requeridos por la ley procesal para poner en marcha el procedimiento tendiente a lograr la aplicación de las normas civiles de fondo en relación a la transmisión de bienes del difunto; y aplicándolas al caso particular, poner a los 1 egí timos derecho-habientes en situación de gozar a plenitud del Derecho que les asiste.

    Personas que inician el proceso.

    Como habíamos visto, la diferencia que existe entre un proceso sucesorio judicial y un extrajudicial es el acuerdo o no entre los herederos; incluso en los procesos judiciales .puede haber mucha discusión y, además, iniciación de juicios ordinarios simultáneos o

    (59) Goy ena Copello, Héctor Roberto , Curso de Procedimiento Sucesorío, Pág. 62.

    (60) Art . 451 CP CyM

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    posteriores al sucesorio con motivo de las divergencias entre ellos. Sin embargo, la naturalez~ de este proceso no es contenciosa, de ahí que su naturaleza pertenezca a la jurisdicción voluntaria y la capacidad que tiene el Notario de tramitarlo; de ahí también, que las acciones que se quieran deducir tendrán que hacerse en la vía correspondiente a la naturaleza de cada una. En ese mismo orden de ideas veremos por separado quienes pueden abrir la sucesión (61).

    Obviamente lo normal y lo idóneo es que sean los presuntos herederos los que inicien el proceso sucesorio. El heredero puede no tener demostrado su vínculo con el causante, pero ello no es óbice para que solicite la apertura, basta con el interés; así pues la ley procesal indica que podrán abrir la sucesión los interesadqs, comprendiendo en este concepto a los herederos legítimos y a aquellos a quienes se les reconocerá su categoría posteriormente o bien la probarán en su oportunidad. Todos ellos podrán pedir la apertura dé la sucesión, seguir . todos los trámites judiciales y administrativos para poder gozar de la herencia a que optan. El resultado que el heredero obtenga al final del procedimiento, depende enteramente de cómo se desenvuelva el proceso y de las incidencias que hayan en él (62) ..

    También fuera de lo procesal, la calidad del derecho sucesorio dependerá del modo en que se defiera su sucesión, es decir, si es intestada, testamentaria o una combinación de ambos. Hay entonces tres tipos de personas en las que la calidad de heredero esta latente; los herederos legítimos, los testamentarios, los condicionales y otros interesados.

    El heredero legítimo es aquel que viene a recibir una herencia en virtud del llamado que la ley hace en tan sentido (63) , Doctrinariamente, los herederos legítimos se dividen en varias categorías y entre ellas la más importante es la de los herederos forzosos, que son aquellos que en herencia testamentaria o intestada, deberán heredar una cuota del caudal hereditario; entre ellos están los descendientes legítimos, los ascendientes legítimos (en defecto de los descendiente~ legítimos), cónyuge, descendientes extramatrimoniales y "padres naturales" (64).

    Nuestra leg.islación al respecto unicamente hace una enunciación prioritativa en cuanto a herederos legítimos y d a las

    (61) Art. . 455 CP CyM, (62) Idem (63) Art . 1074 Ce. (64) Goyena Copello, Héctor Roberto, Ob. Cit. Pág, 84.

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    reglas de exclusión en los casos en que no hay determinados herederos; tal es el caso de los herederos colaterales que heredan en Ultima instancia y ante la falta de todos los llamados a suceder (65).

    Corno decíamos, los interesados pueden pedir la apertura de la sucesión sin acreditar fehacientemente el vínculo con el causante; sin embargo, deberán acreditar su interés en alguna forma y con el único objeto de iniciar el proceso, lo que no otorga derecho alguno ni prejuzga sobre la validez o existencia de dicho vínculo; la ley admite cualquier medio de prueba para acreditar el interés, lo que es muy conveniente cuando no existe forma de acreditarlo documentalmente (66) .

    Ahora, los medios idóneos para probar el vínculo son las partidas de nacimiento y de matrimonio. Así también las partidas de defunción serán indispensables para el inicio de cualquier proceso sucesorio, pues con ellas se ha de probar el hecho de la muerte de una persona y su identidad; ello independientemente de que el proceso se inicie por los herederos o personas ajenas a la sucesión. En segundo lugar, en el caso de herederos legitimos, tenemos las partidas de nacimiento que probarán fehacientemente el estado civil de las personas, es decir, su identidad y el hecho de su existencia, las cuales hacen fe, salvo el derecho de las partes de redargüirlas de nulidad o falsedad. En cuanto a estas partidas tenemos el supuesto de que el heredero haya nacido en el extranjero, en este caso debera extenderse certificación en el Registro Civil correspondiente e ingresarse al país con los pases de ley para que surta efectos. También en el supuesto de que no hubiere Registro Civil o anotación en la partida, podrá probarse dicha circunstancia con las partidas eclesiásticas (67).

    En tercer lugar tenemos las partidas de matrimonio, de las que basta certificación con los datos esenciales; y en cuanto a los matrimonios celebrados en el extranjero, rige la regla citada para las partidas de nacimiento.

    Como un caso especial la doctrina indica que hay casos en que fallece una determinada persona y se inicia el proceso sucesorio por el cónyuge y los herederos; en ese momento muere el otro conyuge, los hijos inician un segundo proceso sucesorio, pero la prueba que usan para acreditar el vínculo es la certificación de la declaratoria de

    (65) Art. 1080 Ce (66) Art. 478 CP CyM. (67) Art. 371 Ce.

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    herederos del primer juicio; el problema de dicho medio probatorio es la validez /lerga omnes" de dicha declaratoria, En realidad la ley no dice nada al respecto, incluso dicha declaratoria se hace sin perjuicio del derecho de tercero, pero ello no quiere decir que no sea válida /lerga omnes"; por otro lado, el caso concreto puede justificar la no aceptación como medio fehaciente de prueba, pero en nuestro criterio, para los efectos de iniciar el proceso sucesorio dicha certificación será perfectamente válida, amén de que el caso concreto exija con posterioridad la presentación de los documentos que indica la ley.

    Doctrinariamente, en los casos en que no se pueden aportar los documentos idóneos existe la prueba supletoria que podrá ser aportada por cualquier medio de prueba, siendo la más aceptada, la testifical; sin embargo, la doctrina indica que un medio de prueba muy importante es el reconocimiento de los demás herederos, con lo que en lo particular estamos muy de acuerdo, pues si se puede hacer al momento de la junta de herederos también al inicio del proceso sucesoqo y tenerse como principio de prueba que bajo la condición de ratificación posterior (junta de herederos) sirva para poder iniciar el proceso sucesorio<

    En el mismo orden de ideas la prueba testifical es bastante buena para suplir las partidas de nacimiento; sin · embargo, en el caso del matrimonio no lo es tanto, pues en los casos de que dichos actos hayan sido celebrados mucho tiempo atrás, la fidelidad de la memoria del testigo se pondrá en tela de juicio, La doctrina ve en esos casos, con mejores ojos la posesión notoria de estado y aunque no es prueba de mucho peso se utiliza como prueba corroborante. En la práctica habría que promover diligencias voluntarias de asiento tardío de partida de nacimiento para poder acreditar el vínculo con la partida, único medio probatorio del estado civil en nuestro medio ,

    Hemos venido hablando con especial énfasis del heredero intestado; pero debemos decir en lo que toca al heredero testamentario, que su institución está mejor delimitada y, por ende, privilegiada en cuanto al inicio del procedimiento sucesorio, pues su derecho no está en tela de duda. Este heredero es, pues, el que viene a recibir todo o parte de la herencia del causante, en virtud de un llamado que éste le ha hecho en un acto de última voluntad, revestido de las solemnidades requeridas para ser considerado como testamento, y que tiene vocación al todo de la herencia con derechos de acrecer en la misma ante probables renuncias o indignidades de coherederos o legatarios,

    En este caso la única forma de acreditar el parentesco e interés

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    es con el testamento y las partidas de nacimiento; en el testamento el vínculo puede ser establecido si se menciona a la par del nombre (68). Entre esta 'clase de herederos están los llamados condicionales, que son aquellos cuyo derecho está limitado al acaecimiento de un hecho futuro e incierto que luego de efectuado, consolida el derecho de este heredero. Un heredero condicional es el heredero sustituto quien heredará en los casos en que el instituido no pueda por cualquier motivo. Cualquiera de los dos tiene derecho a pedir la apertura del proceso con el objeto de consolidar su derecho (69).

    El derecho que tiene el cónyuge sobreviviente de pedir la apertura de la herencia se fundamenta en el matrimonio mismo, pues esta institución tiene comouno de sus objetivos la constitución de diversos bienes para la formación, constitución, desarrollo y fecundidad de una familia; al mismo tiempo va a formar vinculos de afinidad que van a unir a la pareja mientras dure la relación, así como cuando alguno de los dos fallezca; de ahí que todo cónyuge, tiene derecho de pedir la apertura de la herencia de su compañero por una razón primordial: para que le sean restituidos los bienes propios aportados durante el matrimonio (gananciales) (70) . Esto sin dejar de considerar que es he~edero legal y a más de la cuota que le pertenece puede tener derecho sobre la otra.

    En cuanto al albacea se refiere, la doctrina considera que por la naturaleza de su cargo (confianza y lealtad) y por la naturaleza de su encomienda (cumplir la voluntad del testador), el albacea está plenamente facultado para iniciar el proceso sucesorio, lo cual concuerda con el espíritu de nuestra legislación (71), Por otro lado, si el testador facultó expresamente al albacea para dicha función, no hay inconveniente alguno para que no se realice (72).

    Algunos tratadistas opinan que el inicio del proceso sucesorio es una facultad exclusiva de los herederos y que en modo alguno el albacea puede realizarlo, La posición más aceptada es que el albacea en general, o bien facultado expresamente, tiene legitimación para solicitar la apertura de la sucesión y seguir su trámite sólo bajo dos supuestos: que no haya herederos o no muestren interés y que en el testamento haya encomiendas que deba cumplir (lo que justificaria su intervencion en el asunto que es competencia de los herederos); ambos supuestos se

    (68) Art. 455 CP CyM. (69) Art. 993 Ce, (70) Art, 1078 Ce. (71) Art. 455 CP CyM; Rebora citado por Goyena. Ob. Cit. Pago 106 (72) Art. 1041 Ce.

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    dan por sentados en nuestra legislación al dar amplias facultades al albacea en este punto (73).

    Según la doctrina argentina, en el caso de los legatarios habría que tener en cuenta la clase de éstos, pues en el caso de los legatarios de cuota sí tendrían derecho de pedir la apertura de la sucesión, ya que su derecho es a una parte de la totalidad de la herencia por lo que su acción es directamente contra la masa; no así el caso del legatario de un bien determinado, pues el derecho sólo incide sobre ese bien y no sobre la masa hereditaria, por lo que la acción debe ser dirigida contra los herederos. Por regla general, los legatarios no pueden pedir la apertura de la sucesión, salvo cuando ésta está dividida toda en legados y no haya herederos o albacea. Esta posición ha ido cambiando y hoy se reconoce el derecho del legatario a defender sus intereses y _a mantener vigentes sus créditos contra los herederos a través de la apertura de la sucesión, que se justifica; pues en su raíz el legatario no es más que otro sucesor, sometido si se quiere, a una modalidad distinta de la universal, pero con la misma naturaleza; y si se quiere ver así, privilegiado, pues no responde por las obligaciones de la herencia; de ahí que no puede vedársele el derecho a abrir el proceso sucesorio (73)

    Los acreedores pueden catalogarse en dos grupos: Los acreedores del causante y acreedores de los herederos; los primeros tendrían interés en la liquidación de la herencia, lo que justificaría su interés; y los segundos tendrían interés en el enriquecimiento del patrimonio del heredero deudor, que _ en el caso de la aceptación pura y simple de la herencia, podrían eje