Mitos y verdades sobre la situación de los
adolescentes en conflicto con la ley penal en Perú
MITO 1: “Los menores de edad que cometen infracciones no tienen ninguna sanción
por el simple hecho de tener menos de 18 años (inimputabilidad)”
VERDAD: Los adolescentes no son inimputables. Es decir, se les reconoce una
responsabilidad penal atenuada. No se les puede juzgar como un adulto, porque son personas
en proceso de crecimiento y desarrollo que no han alcanzado las condiciones para darse
cuenta de todas las consecuencias de sus actos. Por esta razón se les aplica sanciones con
una duración menor a la de los adultos.
MITO 2: “Se debe conocer el rostro de los adolescentes en conflicto con la ley penal
para que la población esté alerta y que todos los reconozcan”
VERDAD: Ningún medio de comunicación debe publicar imágenes del rostro o cualquier otro
detalle que permita identificar al adolescente en conflicto con la ley penal con la finalidad de
evitar su estigmatización y darle la oportunidad de cambio. Además, es importante recordar
que así también lo recomiendan los instrumentos nacionales e internacionales.
Por ejemplo, el 'Código de los Niños y Adolescentes' señala lo siguiente: "Cuando un niño o
adolescente se encuentren involucrados como víctimas, autores, partícipes o testigos de una
infracción, falta o delito, no se publicará su identidad ni su imagen a través de los medios de
comunicación"
Cabe mencionar que el gobierno peruano ha firmado una Declaración de Principios sobre los
Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes en los medios de comunicación.
MITO 3: “En el Perú, el índice de delincuencia juvenil ha aumentado drásticamente en
los últimos años, hay más actos violentos y homicidios perpetrados por adolescentes
que por adultos”
VERDAD: Si bien es cierto que el índice de infracciones cometidas por adolescentes ha
aumentado en los últimos años, la mayoría de estas infracciones son contra el patrimonio
(40%) y no revisten de gravedad; es decir que los casos graves representan un porcentaje
bajo respecto a otro tipo de infracciones.
Los adolescentes que cometen infracciones tan sólo representan el 0.9% de los adolescentes
comprendidos entre los 14 y 18 años de edad. No es cierto, como suele aparecer, que una
gran proporción de adolescentes están involucrados en actos delictivos1. De igual modo, las
1 Según el Instituto nacional de Estadística (INEI) el 2011, las personas entre los 14 y 18 años, adolescentes que se encuentran en edad de responsabilidad penal, suman alrededor de 2’333,440 a nivel nacional. De acuerdo al anuario estadístico del Ministerio Público, en el 2011, se han registrado 21,222 denuncias de infracciones a la ley penal.
infracciones cometidas por los adolescentes sólo representan el 4.8% de los delitos cometidos
por los adultos2.
MITO 4: "Las normas relacionadas a adolescentes en conflicto con la ley penal deben
ser más duras, aquellos que se encuentren privados de libertad en Maranguita y que
cumplan 18 años de edad deben ser trasladados a penales comunes de alta
peligrosidad"
VERDAD: No se puede juzgar y sancionar a los adolescentes como adultos. El Derecho Penal
impone una sanción en función de la capacidad de discernimiento que se alcanza a los 18
años de edad.
El internamiento es una medida para los casos más graves y por el menor tiempo posible. Es
destacable también mencionar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el
informe sobre Justicia Juvenil y Derechos Humanos (2011) recomendó a los Estados
“asegurar la adecuada clasificación de los niños privados de libertad conforme su sexo, edad,
personalidad y tipo de delito y su separación de los adultos. Los niños que cumplan la mayoría
de edad mientras están cumpliendo una pena dentro del sistema de justicia juvenil, no podrán
ser transferidos a las cárceles de adultos, sino que deberán ser puestos en centros específicos
dentro del sistema de justicia juvenil separados de los niños, o bajo un régimen especial”
MITO 5: “Gringasho no tiene solución, siempre será un delincuente, lo lleva en la
sangre”
VERDAD: Las personas que cometen delitos graves en forma reiterada son casos
excepcionales. Hay factores vinculados a la personalidad y otros asociados al ambiente en el
que se desarrolla. Si hay una persona que desde que nace manifiesta una serie de dificultades
y problemas, y es expuesto o sometido a situaciones de violencia, maltrato o abandono, o que
vive en un ambiente asociado a la trasgresión, es bastante probable que desarrolle un
comportamiento violento y delictivo.
Por todo esto, es conveniente mencionar la importancia de promover una política de
prevención de la violencia en escuelas y en la comunidad. Es necesario implementar un
programa de prevención, a nivel colegios y espacios locales, para identificar y tratar
oportunamente a los niños y adolescentes y sus familias que se manifiestan conductas
antisociales. La prevención siempre es más barata y permite lograr mejores resultados si se
previene oportunamente.
2 De acuerdo a los datos estadísticos del Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público, las infracciones cometidas por adolescentes a nivel nacional durante el 2010 ascendieron a 17,426, mientras que los delitos cometidos por adultos, a 427,624
MITO 6: “Las normas son muy permisivas y hay que cambiarlas para un tratamiento
más efectivo”
VERDAD: No es necesario cambiar la legislación para un tratamiento efectivo de
adolescentes que infringen la ley, en realidad lo que se necesita es implementar lo que el
Código y la Convención señala:
Las medidas socioeducativas no significan un castigo, tienen un carácter educativo.
Es importante ampliar y descentralizar el Servicio de Orientación al Adolescente. Los SOA
son Centros Juveniles a cargo del Poder Judicial, responsable de aplicar las medidas
socioeducativas no privativas de la libertad, como por ejemplo la libertad asistida, la
prestación de servicios a la comunidad. En la actualidad hay diecisiete SOA en el Perú.
Debe promoverse la desjudicialización a través de la aplicación de la remisión fiscal, en
aquellos casos que no representan gravedad. La desjudicialización implica una reducción
de la carga judicial y la posibilidad que los jueces se concentren en las causas que
revisten mayor gravedad. La aplicación de la remisión implica dar un tratamiento a los
adolescentes y sus familiares sin recurrir a procedimientos judiciales. En el Perú el
Ministerio Público tiene un Programa de Justicia Juvenil Restaurativa que poco a poco
está ampliando su intervención a nivel nacional.
Es importante precisar que la intervención debe ser especializada, se requiere una
policía, fiscales, jueces y equipos técnicos especializados. Por otro lado, debe
establecerse una efectiva coordinación entre las instituciones que conforman el sistema
de justicia juvenil.
Es destacable mencionar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el
informe sobre Justicia Juvenil y Derechos Humanos (2011) recomendó a los Estados
“Asegurar la adecuada clasificación de los niños privados de libertad conforme su sexo,
edad, personalidad y tipo de delito y su separación de los adultos. Los niños que cumplan
la mayoría de edad mientras están cumpliendo una pena dentro del sistema de justicia
juvenil, no podrán ser transferidos a las cárceles de adultos, sino que deberán ser puestos
en centros específicos dentro del sistema de justicia juvenil separados de los niños, o
bajo un régimen especial”
Lima, julio de 2015
Para mayor información escribir a: Angela Osorio Angulo: [email protected] Responsable de Comunicación – Fundación Terre des hommes
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