07 - LIAHONA Julio 1988

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INFORME DE LA CONFERENCIA GENERAL ANUAL NUMERO 158 DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS LTIMOS DASSermones y acontecimientos de los das 2 y 3 de abril de 1988, verificados en el Tabernculo de la Manzana del Templo en Salt Lake City, Utah. 6 4T a s ran Pruerja ^e ia v ^ a es iaobediencia a Dios. Ji"La gran labor de la vida es averiguar cul es la voluntad del Seor y luego obedecerla. ."El gran mandamiento de la vida es: 'Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas'." (Marcos 12:30.) Con estas palabras el presidente Ezra Taft Benson dio apertura a la primera sesin general de la conferencia de abril de este ao. "Amar a Dios con todo nuestro corazn, alma, mente y fuerza es un sentimiento que nos llena por completo y lo comprende todo. Es un empeo en el que no hay punto medio. Es la consagracin total de nuestro mismo ser", declar el presidente Benson. Durante la sesin para el sacerdocio, el sbado por la noche, el presidente Benson dijo: "Hace ya algn tiempo que quera hablar directamente al gran grupo de mayores solteros de la Iglesia. Muchos de vosotros habis servido como misioneros regulares. Muchos de vosotros prestis un servicio sobresaliente en vuestros propios barrios y estacas . . . "Espero grandes cosas de vosotros y tengo forjadas grandes esperanzas en vosotros. Tenis muchas cualidades que ofrecer al Seor y que aportar al reino de Dios ahora y en el futuro." Luego el presidente Benson dijo::

"Ruego que deis prioridad a lo que sea ms importante". En la sesin de clausura del domingo por la tarde se destac otro mensaje del Profeta actual del Seor: "En los prximos seis meses, el nmero de la revista Liahona en el que se publican los discursos de la conferencia debe estar junto con los libros cannicos, al alcance de la mano, para que lo consultis frecuentemente. As como dijo mi querido amigo y hermano, el presidente Harold B. Lee, debemos dejar que estos discursos de la conferencia 'sean los que guen nuestros pasos y nuestras palabras en los prximos seis meses. Estos son los importantes asuntos que el Seor considera oportuno revelar a su pueblo en este da' " (en Conference Report, abril de 1946, pg. 68). El presidente Ezra Taft Benson presidi los dos das de la conferencia. Condujeron las sesiones el presidente Gordon B. Hinckley, Primer Consejero de la Primera Presidencia, y el presidente Thomas S. Monson, Segundo Consejero. Asistieron todas las Autoridades Generales con la excepcin del presidente Marin G. Romney, Presidente del Qurum de los Doce Apstoles, y el lder John H. Vandenberg. miembro emrito del Primer Qurum de los Setenta, ambos por razones de salud. Se sostuvo a los lderes Robert Edward Sackley, de Bow Island, Alberta, Canad, y Larry Lionel Kendrick, de Greenville, Carolina del

Norte, como miembros del Primer Qurum de los Setenta. Al momento de recibir sus llamamientos, el lder Sackley estaba sirviendo como presidente de la Misin frica Nigeria Lagos, y el lder Kendrick como presidente de la Misin Florida Tampa, en los Estados Unidos. La hermana Michaelene Packer Grassli fue sostenida como Presidenta General de la Primaria; Betty Jo Nelson Jepsen, como primera consejera; y Ruth Broadbent Wright, como segunda consejera. Se relev a la hermana Dwan J. Young como Presidenta General de la Primaria, quien en el mes de julio acompaar a su esposo a la Misin Canad Calgary, donde l presidir dicha misin. Tambin se le dio el relevo como primera consejera de la Primaria a la hermana Virginia B. Cannon. La hermana Grassli era la segunda consejera de la hermana Young. El viernes 1 de abril, durante el da, se llev a efecto un seminario para Representantes Regionales, y en la noche, una reunin de liderazgo para los Representantes Regionales y presidentes de estaca. Durante esta ltima reunin, la Cruz Roja rindi honores a los miembros de la Iglesia de todo el mundo haciendo entrega de una placa a la Primera Presidencia "en gratitud hacia las personas y familias de la comunidad mormona que han ayudado a mitigar el sufrimiento de los dems". Los editores1

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LIAHONAJULIO DE 1988, Ao 34, Nmero 7 Publicacin oficial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, en el idioma espaol, que contiene artculos extrados de las revistas ENSIGN, NEW ERA y FREND. La Primera Presidencia: Ezra Taft Benson, Gordon B. Hinckley, Thomas S. Monson Qurum de los Doce: Marin G. Romney, Howard W. Hunter, Boyd K. Packer, Marvin J. Ashton, L. Tom Perry, David B. Haight, James E. Faust, Neal A. Maxwell. Russell M. Nelson, Dallin H. Oaks. M. Russell Ballard, Joseph B. Wirthlin Asesores: Hugh W. Pihnock, Gene R. Cook, William R. Bradford, Keith W. Wilcpx Editor: Hugh W. Pinnock Director de Revistas de la Iglesia: Ronald L. Knighton Revista Internacional: Editor ejecutivo: Larry A. Hiller Editor asistente: David Mitchell Editora auxiliar: Ann Laemmlen Editora auxiliar/Seccin para los nios: Diane Brinkman Diseo y arte: N. Kay Stevenson, Sharri Cook Produccin grfica: Reginald J. Christensen, Sydney N. McDonald Promocin de ventas: Thomas L. Peterson Coordinacin de traduccin: Alba Trujillo Derechos reservados 1988 por la Corporacin del Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, 50 East North Temple Street, Salt Lake City, Utah, 84150, EE.UU. Las colaboraciones y los manuscritos deben enviarse a las oficinas de la revista Liahona. a la direccin arriba mencionada. Published monthly by the Corporation of trie President of The Church of Jess Christ of Latter-day Saints. Application to irail at second class postage rates is pending at Salt Lake City, Utah. Subscription price $9.00 a year. $1.00 per single copy. Thirty days' notice required for change of address. When ordering a change, include address label from a recent issue; changes cannot be made unless both the od address and the new are included. Send subscriptions and queries to Church Magazines, 50 East North Temple Street, Salt Lake City, Utah 84150, United States of America. Subscription information telephone number 801-531.-2947. POSTMASTER: Send form 3579 to LIAHONA at 50 Est North Temple Street, Salt Lake City. Utah 84150, United States of America.2

Los siguientes temas se tratan en los discursos que aparecen en las pginas indicadas a continuacin. Adversidad 34,59 Amor 4,59,61,76 Arrepentimiento 43, 61, 68 Compasin 30, 61 Creaciones de Dios 55 Desafos 34 Dignidad 43 Ejemplo 13, 24 Enseanza 78 Espiritualidad 78 Estudio de las Escrituras 72, 84 Exaltacin 52 Expiacin 1 6 , 2 1 , 2 7 , 5 9 , 6 4 , 6 8 Fe 13, 34 Gua 81 Hermanamiento 30, 61 Hombres solteros 49 Honradez 81 Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das (La) 10 Inseguridad 24 Jesucristo 16,21,27,30,64,55, 74, 83, 84 Juventud 46 Libre albedro 68 Liderato 72, 74 Mandamiento, El primer y gran 4 Matrimonio 37, 49 Muerte 64 Mujer 37, 76 Nios 78 Obra del Templo 84 Obra Misional 84 Oracin 28 Orientacin familiar 41 Padre Celestial 4, 55 Pastores 14 Perdn 59 Plan de Salvacin 52 Presidencia 41 Prioridades 4, 13, 49 Profeca 7 Reactivacin 61 Responsabilidad 68 Resurreccin 16, 21, 55, 64 Sacerdocio 28, 37, 43, 46 Segunda Venida 7 Testimonio 24, 83 Tribunales de la Iglesia 61

A continuacin, en orden alfabtico, aparecen los nombres de los discursantes que participaron en la conferencia. Abrea, ngel 24 Ashton, Marvin J. 61 Ballard, M. Russell 55 Benson, Ezra Taft 4, 49, 84 Eyring, Henry B. 41 Faust, James E. 37 Haight, David B. 21 Hill, George R., III 72 Hinckley, Gordon B. 46, 64 Hunter, Howard W. 16 Kikuchi, Yoshihiko 76 Lasater, John R. 74 Maxwell, Neal A. 7 Monson, Thomas S. 18, 43, 52 Nelson, Russell M. 34 Oaks, Dallin H. 30 Packer, Boyd K. 68 Paramore, James M. 10 Perry, L. Tom 13 Rudd, Glen R. 28 Scott, Richard G. 59 Smith, Douglas H. 27 Wirthlin, Joseph B. 81 Young, Dwan J. 78 Fotografas de esta edicin: Toda la fotografa de la conferencia es del Departamento de Planificacin y Desarrollo Audiovisuales de la Iglesia, Seccin de fotografa: Jed A. Clark (supervisor), Welden Andersen, Phil Shurtleff, Craig Dimond, John Luke y LaVoy Mann. Participacin adicional: Las oraciones fueron pronunciadas en la sesin del sbado por la maana por el obispo Robert D. Hales y el lder J. Thomas Fyans; en la sesin del sbado por la tarde por los lderes William Grant Bangerter y H. Veran Andersen; en la sesin del sacerdocio por los lderes Hugh W. Pinnock y Adney Y. Komatsu; en la sesin del domingo por la maana por los lderes Charles Didier y George I. Cannon; en la sesin del domingo por la tarde por los lderes Robert L. Simpson y Gardner H. Russell.

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NDICE47

Informe de la Conferencia General Anual nmero 157 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das

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EL SACERDOCIO AARONICO: UN DON DE DIOS presidente Gordon B. Hinckley A LOS MAYORES SOLTEROS DE LA IGLESIA presidente Ezra Taft Benson

Sesin del sbado por la maana EL SEOR EN PRIMER LUGARpresidente Ezra Taft Benson "PORQUE YO OS GUIARE" lder Neal A. Maxwell LAS BENDICIONES DE LA IGLESIA lder James M. Paramore "EN EL MUNDO" lder L. Tom Perry 16 HA RESUCITADO presidente Howard W. Hunter

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Sesin del domingo por la maana52 55 UNA INVITACIN A LA EXALTACIN presidente Thomas S. Monson EL AMOR DE DIOS Y SUS CREACIONES lder M. Russell Ballard AYUDAD AL SER QUERIDO QUE OS NECESITA lder Richard G. Scott Y MIENTRAS ELLOS ESPERAN lder Marvin J. Ashton EL SEPULCRO VACIO TESTIFICO presidente Gordon B. Hinckley

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Sesin del sbado por la tarde18 EL SOSTENIMIENTO DE OFICIALES DE LA IGLESIA presidente Thomas S.. Monson INFORME DEL COMIT DE AUDITORIAS DE LA IGLESIA INFORME ESTADSTICO PARA 1987 NUESTRO SEOR Y SALVADOR lder David B. Haight LA SEGURIDAD QUE DA EL CONOCIMIENTO lder ngel Abrea "QUE PENSIS DEL CRISTO?" lder Douglas H. Smith "ES PORQUE YO ORO POR USTED" lder Glen L. Rudd RECORDAD SIEMPRE AL SEOR lder Dallin H. Oaks "PORQUE NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS" lder Russell M. Nelson

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Sesin del domingo por la tarde68 72 EXPIACIN, LIBRE ALBEDRIO, RESPONSABILIDAD lder Boyd K. Packer SEAMOS FIELES George R. Hill, III LOS PASTORES DE ISRAEL lder John R. Lasater COMO A UNA HIJA DE DIOS lder Yoshihiko Kikuchi ENSEEMOS EL EVANGELIO A LOS NIOS hermana Dwan J. Young SER SIN ENGAO lder Joseph B. Wirthlin EL GOZO DE SERVIR presidente Thomas S. Monson "VENID A CRISTO. Y PERFECCIONAOS EN EL" presidente Ezra Taft Benson CORRELACIN DE LOS DISCURSOS DE LA CONFERENCIA CON LOS MANUALES DE LA IGLESIA NOTICIAS DE LA IGLESIA EN LA PORTADA: La Primera Presidencia: el presidente Gordon B. Hinckley, Primer Consejero; el presidente Ezra Taft Benson, Presidente de la Iglesia; presidente Thomas S. Monson, Segundo Consejero. De fondo se ven los tubos del rgano del Tabernculo.

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Sesin del sacerdocio 3741

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EL MAS ELEVADO LUGAR DE HONORlder James E. Faust EL FRUTO DEL EVANGELIO obispo Henry B. Eyring VOSOTROS SOIS LA CLAVE presidente Thomas S. Monson 89

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SESIN DEL SBADO POR LA MAANA 2 de abril de 1988

EL SEOR EN PRIMER LUGARpor el presidente Ezra Taft BensonPresidente de la Iglesia

Cuando damos a Dios el lugar de preferencia, todos los dems aspectos de nuestra vida pasan a tener la posicin que les corresponde o, de lo contrario, dejan de tener valor.La gran prueba de la vida es la obediencia a Dios. " . . . los probaremos", dijo el Seor, "para ver si harn todas las cosas que el Seor su Dios les mandare" (Abraham 3:25). La gran labor de la vida es averiguar cul es la voluntad del Seor y luego obedecerla. El gran mandamiento de la vida es amar al Seor. " . . . venid a Cristo", nos exhorta Moroni en su testimonio final, "y [amad] a Dios con todo vuestro poder, alma y fuerza" (Moroni 10:32). Este es, entonces, el primero y grande mandamiento: "Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas." (Marcos 12:30; vase tambin Mateo 22:37; Deuteronomio 6:5; Lucas 10:27; D. y C. 59:5.) El Libro de Mormn testifica que el amor puro de Cristo, al que se le llama caridad, es el ms grande de todos: que jams deja de existir, que todo lo soporta, que toda persona debe sentir ese tipo de amor y que sin l no somos nada (vase Moroni 7:44-47; 2 Nefi 26:30). "Por consiguiente, amados hermanos mos, pedid al Padre con toda la energa de vuestros corazones, que seis llenos de este amor que l ha otorgado a todos los que son discpulos verdaderos de su Hijo, Jesucristo; que lleguis a ser hijos de Dios; que cuando l aparezca, seamos semejantes a l .. . " (Moroni 7:48.)

' V ll! q uer 'dos hermanos y hermas / I as, le agradezco al Seor por-*Y Xque en Su bondad El me ha permitido unirme con vosotros en otra gloriosa conferencia general de la Iglesia. Cuntas bendiciones he recibido durante estos ltimos meses como resultado de vuestra fe y oraciones en mi favor! Me he sentido sumamente conmovido al saber de los muchos nios, jvenes y adultos cuya vida est experimentando un cambio positivo por el estudio del Libro de Mormn. De esa manera, vosotros estis limpiando "lo interior del vaso". Que Dios os bendiga por hacerlo as.4

Al finalizar los relatos de los jareditas y de los nefitas, Moroni escribi que, a menos que las personas posean ese amor puro de Cristo, llamado caridad, no podrn heredar aquel lugar que El ha preparado en las mansiones de su Padre ni podrn ser salvos en el reino de Dios (vase ter 12:34; Moroni 10:21). El fruto del que Lehi comi en su visin, y que llen su alma de un gozo extremadamente grande y que era lo ms deseable que poda existir, era el amor de Dios. Amar a Dios con todo nuestro corazn, alma, mente y fuerza es un sentimiento que nos llena por completo y lo comprende todo. Es un empeo en el que no hay punto medio. Es la consagracin total de nuestro mismo ser fsica, mental, emocional y espiritualmente al amor que se siente por el Seor. La extensin, la profundidad y la intensidad de este amor por Dios abarca todos los aspectos de la vida de una persona. Nuestros deseos, ya sean espirituales o temporales, deben estar arraigados en ese amor por el Seor; nuestros pensamientos y nuestros afectos deben estar centrados en el Seor. "Deja que tus pensamientos se dirijan al Seor", dijo Alma; "s, deja que los afectos de tu corazn se funden en el Seor para siempre" (Alma 37:36). Por qu puso Dios en primer lugar el mandamiento de que lo amramos a El por encima de todo y de todos? Porque saba que si verdaderamente lo ambamos, querramos obedecer todos sus otros mandamientos. "Pues este es el amor a Dios" dijo Juan, "que guardemos sus mandamientos" (1 Juan 5:3; vase tambin 2 Juan 6). Debemos poner a Dios en el lugar de preeminencia, sobre todo lo dems de nuestra vida. El debe estar primero, tal como El mismo lo declara en el primero de sus Diez Mandamientos: "No tendrs dioses ajenos delante de m" (xodo 20:3). Cuando damos a Dios el lugar de preferencia, todos los dems aspectos de nuestra vida pasan a tener la posicin que les corresponde o, de lo contrario, dejan de tener valor. Nuestro

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amor por el Seor dirigir nuestros afectos, la forma en que empleemos nuestro tiempo, los intereses que tengamos y el orden de prioridad que demos a las cosas. Debemos poner a Dios por delante de todos los dems en todo lo que hagamos. Cuando Jos se encontraba en Egipto, a qu dio el primer lugar en su vida?, a Dios, a su trabajo o a la esposa de Potifar? Cuando ella trat de seducirlo, l le respondi diciendo: " . . . cmo, pues, hara yo este grande mal, y pecara contra Dios?" (Gnesis 39:9). Jos tuvo que ir a la crcel por haber puesto a Dios en primer lugar. Si tuviramos que enfrentarnos con una decisin similar, cul sera el primer objeto de nuestra lealtad? Podemos poner a Dios por delante de la seguridad, la paz, las pasiones, las riquezas y los honores de los hombres? Cuando Jos se vio obligado a escoger, estaba ms anheloso por complacer a Dios que por agradar a la esposa de su empleador. Cuando a nosotros se nos exige que escojamos, estamos ms dispuestos a complacer a Dios que al jefe, al maestro, al vecino o al novio? El Seor dijo: "El que ama a padre o madre ms que a m, no es digno de m; el que ama a hijo o hija ms que a m, no es digno de m" (Mateo 10:37). Una de las pruebas ms grandes que podemos tener que pasar es vernos obligados a escoger entre complacer a Dios o complacer a alguien a quien amamos o respetamos, particularmente si se trata de una persona de la familia. Nefi se enfrent con esa prueba cuando su buen padre se quej momentneamente contra el Seor (vase 1 Nefi 16:18-25). Y Job mantuvo su integridad ante el Seor aun cuando su propia esposa le dijo que maldijera a Dios y se dejara morir (vase Job 2:9-10). Las Escrituras dicen: "Honra a tu padre y a tu madre" (xodo 20:12; Mosah 13:20). Hay veces en que nos vemos obligados a honrar a nuestro Padre Celestial por encima de un progenitor mortal. Debemos dar a Dios, el Padre de

nuestro espritu, una preeminencia exclusiva en nuestra vida. El derecho paternal que El tiene en nuestro bienestar eterno es anterior y est por delante de cualquier otra ligadura que pueda sujetarnos aqu o en el'ms all. Dios, que es nuestro Padre, Jess, que es nuestro Hermano Mayor y nuestro Redentor, y el Espritu Santo, que es quien nos da testimonio, son perfectos. Ellos son quienes nos conocen mejor y quienes ms nos aman, y no habr nada que no hagan en favor de nuestro bienestar eterno. No debemos amarlos por ese motivo y honrarlos antes que a nadie? Hay muchos miembros fieles que, a pesar de las objeciones de sus familiares, se han unido a la Iglesia. Al haber dado al Padre el lugar de preferencia en su vida, muchos de ellos han constituido el medio que ha conducido a esos seres queridos al reino de Dios. Jess dijo: "Porque yo hago siempre lo que le agrada (al Padre]" (Juan 8:29). En qu condiciones se encuentra nuestro hogar? Nos esforzamos por que en l Dios ocupe el lugar de preferencia? Tratamos de complacer al Seor?

Padres, creis que le complacera al Seor que en vuestro hogar hubiera oraciones familiares y que se leyeran las Escrituras todos los das? Y si tuvierais la noche de hogar semanalmente, y dedicarais a menudo, en forma regular, tiempo para pasar solos con vuestra esposa y con cada uno de vuestros hijos? Y si alguno de vuestros hijos se desviara momentneamente del camino, creis que le complacera al Seor que vosotros continuarais viviendo .en forma ejemplar, constantemente orando y ayunando por ese hijo, y manteniendo su nombre en la lista de oracin del templo? Creis que El respondera a vuestros esfuerzos? Vosotras, las madres, que tenis el cometido especial de criar rectamente a la juventud de Sin, no le dais a Dios el primer lugar cuando honris vuestro divino llamamiento no abandonando vuestras obligaciones en el hogar para seguir los caminos del mundo? Nuestras madres ponen a Dios en primer lugar cuando cumplen su misin ms elevada entre las paredes de su propio hogar. Hijos, oris por vuestros padres? Tratis de apoyarlos en sus nobles esfuerzos? Ellos cometern erro5

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res, como vosotros los cometis, pero, por ser vuestros padres, tienen una misin divina que cumplir en vuestra vida. Estis dispuestos a ayudarles a cumplirla? Estis dispuestos a honrar el nombre que ellos os han dado y a brindarles consuelo y apoyo en sus aos de vejez? Si alguien quiere casarse con vosotros pero no en el templo, a quin os esforzaris por complacer, a Dios o a un ser humano? Si vosotros insists en que slo os casaris en el templo, agradaris al Seor y bendeciris a la otra persona. Por qu? Porque esa persona estar dispuesta a tratar de hacerse digna de ir al templo, lo cual sera una bendicin; o, de lo contrario, se alejar, lo cual podra ser una bendicin tambin, porque ninguno de los dos quema estar unido al otro "en yugo desigual" (vase 2 Corintios 6:14) Debis ser dignos de ir al templo. Y cuando vayis os daris cuenta de que no hay nadie con quien valga la pena casarse en otra parte que no sea la Casa del Seor. Cualquier persona que realmente valga la pena se preparar de manera de poder ir al templo a casarse. Cuando ponemos el primer mandamiento en primer lugar, somos una bendicin para nuestros semejantes. El profeta Jos Smith dijo: "Todo cuanto Dios requiere es justo, no importa lo que sea" (Enseanzas del Profeta Jos Smith, pg. 312). Por eso fue que Nefi mat a Labn; y que Dios le mand a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac. Si Abraham hubiera amado a Isaac ms que a Dios, habra consentido en hacerlo? Y como lo revel el Seor en Doctrina y Convenios, tanto Abraham como Isaac tienen ahora el lugar que les corresponde como dioses (vase D. y C. 132:37). Ellos estuvieron dispuestos a hacer la ofrenda y a ser la ofrenda respectivamente, tal como Dios io requiri; y tienen un amor y un respeto ms profundos el uno por el otro, porque ambos estuvieron dispuestos a poner a Dios en primer lugar. El Libro de Mormn nos ensea que "es preciso que haya una oposicin en todas las cosas" (2 Nefi 2:11), y, efectivamente, esa condicin6

espera antes de que lleguen, como les pas a Job y a Jos. Durante ese perodo, los inicuos piensan que se han salido con la suya. En el Libro de Mormn se nos ensea que los inicuos "gozarn de su obra por un tiempo, y de aqu a poco viene el fin, y son cortados y echados en el fuego, de donde no se vuelve" (3 Nefi 27:11). Al pasar por ese perodo de prueba, los justos deben continuar amando a Dios, confiando en sus promesas y siendo pacientes, y tendrn la seguridad, como dijo el poeta, de que . . . Quien para Dios trabaja tendr Su recompensa, por largo que sea el da y empinada la cuesta. La mano de Dios no puede ningn mortal detener; la recompensa que El da diferente de otras es. No es de tierras ni de oro, ni piedras preciosas es, ni bien alguno que el tiempo pueda un da corromper. El Seor, sapiente y justo, estableci una manera, y quien para El trabaja obtendr su recompensa. (Annimo) Os testifico que la recompensa que Dios da es la mejor que pueda conocerse en ste o cualquier otro mundo. Y la recibirn en abundancia solamente aquellos que amen al Seor y le den a El el lugar de preferencia en su vida. La gran prueba de la vida es la obediencia a Dios. La gran labor de la vida es averiguar cul es la voluntad del Seor y luego obedecerla. El gran mandamiento de la vida es: "Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Marcos 12:30). Que Dios nos bendiga a fin de que podamos poner el primer mandamiento en primer lugar y, como resultado de ello, lograr la paz en este mundo y la vida eterna con la plenitud de gozo en la vida venidera, ruego en el nombre de Jesucristo. Amn. D

existe. El hecho de que exista la oposicin nos obliga a escoger, y el escoger nos trae consecuencias, buenas o malas, segn lo que escojamos. En el Libro de Mormn se explica que los hombres "son libres para escoger la libertad y la vida eterna, por motivo de la gran mediacin para todos los hombres, o escoger la cautividad y la muerte, segn la cautividad y el poder del diablo" (2 Nefi 2:27). Dios nos ama; pero el diablo nos odia. Dios quiere que obtengamos la plenitud del gozo que El tiene. El diablo quiere que seamos desgraciados y miserables como l. Dios nos da mandamientos para bendecirnos. El diablo quiere hacernos quebrantar esos mandamientos para maldecirnos. Diaria y constantemente, por medio de nuestros deseos, nuestros pensamientos y nuestras acciones, escogemos si queremos ser bendecidos o maldecidos, felices o desgraciados. Una de las pruebas de la vida es que generalmente no recibimos de inmediato la totalidad de la bendicin por seguir la rectitud ni la totalidad de la maldicin por seguir la iniquidad. Que la una o la otra llegarn, no hay ninguna duda, pero muchas veces tenemos un perodo de

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"PORQUE YO OS GUIARE"por el lder Neal A. Maxwelldel Qurum de los Doce Apstoles

Estamos en esta vida terrenal y tenemos que seguir adelante con valor; no hay otro camino. Nuestro Salvador nos Ha dicho: " . . . tened buen nimo".16:18). De su segunda venida, Jess dijo: "Mirad . . . [no sea] . . . que . . . venga de repente sobre vosotros aquel da . . . " (Lucas 21:34-35; vase tambin Mateo 24:37-38; Apocalipsis 3:3; D. y C. 45:26.) Pedro escribi de los escpticos que diran: "Dnde est la promesa de su advenimiento?", porque, no es que "todas las cosas permanecen as como desde el principio"? (2 Pedro 3:4). Algunas profecas, como la del regreso del pueblo judo a Israel, se adelantaron dcadas a su cumplimiento (vase Ezequiel 39:27). Otras profecas pueden cumplirse en un corto perodo de tiempo. El llevar el evangelio restaurado "para testimonio" (Mateo 24:14) a todas las naciones del mundo supone generaciones, pero "una plaga asoladora" podra desatarse velozmente en la tierra (vase D. y C. 5:19). Es lamentable, pero ya existe ms de una posibilidad de esas plagas (vase Marcos 13:10; D. y C. 5:19). Si bien el florecimiento del desierto "como la rosa" tard mucho tiempo, una considerable decadencia moral podra acontecer en una sola generacin: ya sea en una nacin o en una familia (vase Isaas 35:1; Helamn 6:32; 11:36; 12:4). El Medio Oriente ha sido tantas veces el centro de la historia humana; y aun ahora las palabras de Zacaras son especialmente descriptivas al decir que Jerusaln ser la "copa que har temblar a todos los pueblos de alrededor" y "piedra pesada a todos los pueblos" (Zacaras 12:2-3).

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racias, presidente Benson, por su exhortacin sobre el primer mandamiento y ms an por la forma en que lo pone en prctica por medio de sus expresiones de amor hacia todos nosotros. Hermanos, a lo largo de la historia cristiana, al concentrarse en unas pocas profecas y pasar por alto otras, algunos creyentes han esperado prematuramente la Segunda Venida. Hoy en da, si bien nos encontramos evidentemente ms cerca de ese momento, corremos el peligro de hacer lo mismo. Por otro lado, la indiferencia es tambin un gran peligro. Del primer advenimiento de Jess, el escptico dijo: " . . . no es razonable que venga tal ser como un Cristo" (Helamn

Por eso es preciso observar ms que el brote de las hojas de ia higuera para saber si el verano est cerca (vase Mateo 24:32). Por analoga, una'cosa es observar las bravas'olas del mar que se estrellan contra las arenas de la playa al anunciar que viene tempestad y otra, muy distinta, advertir los enrgicos movimientos del fondo del mar que anuncian un espantoso maremoto. Eri el contexto de esas advertencias, no vacilo en decir que hay algunas seales aunque ciertamente no todas que indican que "el verano est cerca" (Mateo 24:32). Haramos bien en advertirlo y reflexionar en ello, pero sin preocuparnos demasiado y sin dejar de observar el brote de las hojas por estar "cargados de los afanes de esta vida" (Mateo 24:32; Lucas 21:34). Se nos ha dicho, a modo de ejemplo, que algunas circunstancias que precedern la segunda venida de nuestro Salvador sern "como en los das de No" (vase Mateo 24:37-39) y "asimismo como sucedi en los das de Lot" (Lucas 17:28). En los das de No, reinaban la desobediencia y la maldad, y las gentes "no entendieron hasta que vino el diluvio" (Mateo 24:39; vase tambin Gnesis 6:5; 1 Pedro 3:20). Las inquietudes y los placeres de esta vida condujeron al rechazo general del mensaje proftico de No. Dos palabras en particular se emplean en la Biblia para describir los das de^No: violencia y corrupcin (Gnesis 6:11). La violencia y la corrupcin, nada extraas en este planeta, van en aumento hoy en da. Algo de la aspereza y de la crueldad de los tiempos de No se repetirn, porque "el amor de muchos se enfriar" (Mateo 24:12). Adems, "la paz ser quitada de la tierra" (D. y C. 1:35). Pedro escribi que la paciencia de Dios esperaba en los das de No hasta que, como lo indican otros pasajes, la iniquidad excedi la de todas las creaciones de Dios (vase 1 Pedro 3:20; vase tambin Moiss 7:36). Eran muy crueles, "no tenan afecto" y aborrecan "su propia sangre" (Moiss 7:33). Dada la crueldad entre los seres humanos, la paciencia de Dios7

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esper todo lo que aun El pudo. Los de los das de Lot "coman, beban, compraban, vendan, plantaban, edificaban" en medio de gran iniquidad (Lucas 17:28), abrumando a Lot con su "nefanda conducta", o sea, "angustindole con su abominable proceder" (2 Pedro 2:7) y en su abundancia, hubo a la vez abundante descuido, pues se olvidaron de ayudar a los pobres (vase Ezequiel 16:49). Nuestra poca refleja an otra profeca: "angustia de las gentes", confusin (vase Lucas 21:26). Antes de los tiempos contemporneos; la confusin global no era posible; pero ahora, existe una rpida transmisin de las noticias de un pas a otro: las consecuencias del mal estado econmico de las naciones, la propagacin de enfermedades, los narcticos y quiz, ms que todo, la sensacin de impotencia ante tales problemas. Hoy en da, desfilan ante nosotros las angustias del mundo en las noticias vespertinas.. En los ltimos das, por fortuna, la Iglesia crecer extensamente con sus miembros "dispersados sobre toda la superficie de la tierra" (1 Nefi8

14:14). Sin embargo, sus dominios sern relativamente "pequeos" a causa de "la maldad" que cerrar los odos de muchos al mensaje del evangelio (vase 1 Nefi 14:12, 14). Adems, habr "una gran divisin entre el pueblo" (2 Nefi 30:10; vase tambin D. y C. 63:54), la cual, irnicamente, servir para producir el estremecimiento final de esa extraa confederacin que es "el reino del diablo", a fin de que los de corazn recto, aun ah, puedan recibir la verdad (2 Nefi 28:19). Esa "gran divisin" es lo que tambin el presidente Brigham Young vio; de ello dijo: "Se me revel a m al comienzo de esta Iglesia que sta se extendera, prosperara y progresara; pero que el poder de Satans tambin crecera en proporcin con la difusin del evangelio entre las naciones de la tierra." [Journal of Discourses, tomo XIII, pg. 280.) Felizmente, aunque el mundo empeore a nuestro alrededor, habr muchos, muchos hombres y mujeres excelentes de todas las razas y de todos los credos y aun sin religin

que continuarn llevando una vida decente y til. Y, como lo dijo Mormn, los presagios de las Escrituras sobre las condiciones decadentes del mundo no se nos dan "para apesadumbrarnos", sino para que vivamos de tal manera que Cristo "nos anime" (vase Morn i 9:25). Por eso, lo que he dicho no es para alarmar sino para que estemos atentos y nos preparemos. Las profecas se dan, en parte, para que sepamos y nos acordemos de que estas cosas "se [nos] haban hecho saber de antemano, a fin de que [pudiramos] creer" (Helamn 16:5). Los negligentes de hoy da sern como los insensibles de antao que "[comenzaron] a olvidarse de aquellas seales y prodigios que [haban] presenciado, y a asombrarse cada vez menos . . . de tal modo que comenzaron a dudar de todo lo que haban visto y odo" (3 Nefi 2:1; vase tambin 1 Pedro 3:17). Si somos fieles, hermanos, nada perdemos, aun si, por fortuna, como los de la antigua Nnive, los mortales de hoy se arrepintieran. Volvamos la mirada a nosotros mismos. Para la Iglesia, las Escrituras indican una presta separacin de justos e injustos, y un presto progreso numrico y espiritual; todo eso preceder a los das en que el pueblo de Dios tendr "por armas la justicia" no armas de guerra y en que la gloria de Dios se derramar sobre ellos. (1 Nefi 14:14; vase tambin 1 Pedro 4:17; D. y C. 112:25.) El Seor ha dispuesto que los de su pueblo sean probados y sean puros (vase D. yC. 101:4; 100:16; 136:31) porque "no hay nada que el Seor tu Dios disponga en su corazn hacer que l no haga" (Abraham 3:17). Cmo podemos los miembros de la Iglesia, en forma individual, sobrevivir espiritualmente si no honramos nuestros convenios? Cmo podemos sobrevivir espiritualmente si quebrantamos de lleno los convenios que hicimos al bautizarnos o en el santo templo? Cmo podemos estar del lado del Seor durante la "gran divisin" si copiamos el materialismo y el egosmo del mundo? (Vase 2 Nefi 30:10.) Los miembros de la Iglesia no

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tienen necesidad de ser alarmistas, ni deben serlo; no tienen que abandonar su cotidiano vivir tranquilo y recto, "porque no nos ha dado Dios espritu de cobarda, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2-,Timoteo 1:7). En 1836, el profeta Jos or: " . . . rogamos . . . que confundas, asombres, avergences y llenes de confusin a todos los que han esparcido calumnias por el mundo" (D. y C. 109:29). Como pueblo, hemos visto hace poco un cumplimiento de eso y lo veremos otra vez. Es cierto: los enemigos de la obra del Seor no se aplacarn, slo se reagruparn; aun entre el rebao, aqu y all, de cuando en cuando, hay unos cuantos lobos vestidos con piel de oveja . . . e irnicamente, a las mismas puertas de la temporada de la esquila! Unos cuantos disidentes e "infatuados" "traidores" (2 Timoteo 3:4) aun se van directamente al "edificio .grande y espacioso" a buscar empleo. (1 Nefi 8:26). All festejan a los nuevos hasta que como sus predecesores desaparecen en las negras cinagas de la historia. Como lo dijo el presidente Heber C. Kimball, la justicia divina "exigir al fin que paguen todo lo que deban por todas las angustias que hayan hecho pasar al inocente" {Journal of Discourses, tomo V, pg. 94). Por eso no hay que sorprenderse, ni hay que temer, al sobrevenir ciertas condiciones a la humanidad. Cabe recordar que el Seor nos ha dado notables afirmaciones del Profeta de la Restauracin y de la Iglesia restaurada: "He aqu, el Seor bendecir a ese vidente, y los que traten de destruirlo sern confundidos . . . " (2 Nefi 3:14) "en mi propio y debido tiempo" (D. y C. 71:10). "Y los justos no tienen por qu temer, pues ellos son los que no sern confundidos . . . ms bien . . . los que pertenezcan al reino del diablo son los que debern temer, temblar y estremecerse . . . " (1 Nefi 22:22, 23.) Si somos fieles y obedientes durante nuestra permanencia en este hermoso mundo, un da heredaremos "una tierra de promisin mucho me-

El lder Yoshihiko Kikuchi saluda a visitantes de la conferencia, fuera del Tabernculo.

jor" (Alma 37:45), "la ciudad . . . cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Hebreos 11:10), una ciudad en la cual hay "muchas moradas" (Juan 14:2-3). Pablo escribi: "Cosas que ojo no vio, ni odo oy, ni han subido en corazn de hombre |o sea, que ni siquiera podemos imaginar], son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Corintios 2:9). El espiritualmente sumiso triunfar. La palabra de Dios guiar al hombre y a la mujer de Cristo "por un camino recto y estrecho, a travs de esa eterna sima de miseria que se ha dispuesto para hundir a los inicuos, y depositar su alma . . . a la diestra de Dios en el reino de los cielos" (Helamn 3:29-30), para sentarse "con Abraham, Isaac y Jacob, y los santos profetas que han existido desde el principio del mundo" (Alma 7:25; vase tambin ter 12:4). Los que logren vencer al mundo se regocijarn por la generosidad del Padre, porque "todo lo que el Padre

tiene les ser dado" (vase D. y C. 84:38). Los fieles oirn las palabras: "entra en el gozo de tu Seor" (vase D. y C. 51:19), porque "quienes han soportado la cruz del mundo y menospreciado la vergenza de ello, stos heredarn el reino de Dios . . . y su gozo ser completo para siempre" (2 Nefi 9:18). La luz que recibi Lamoni infundi un inmenso "gozo en su alma" (Alma 19:6) y, s, una luz incomparable yace en lo futuro, porque "vendr el da en que . . . se revelarn . . . todas las cosas habidas . . . y cuantas habr jams" (2 Nefi 27:11). En esta vida terrenal, ya se han conocido momentos en que "por razn de la inmensa bondad de Dios" ha habido un "derramamiento de muchas lgrimas" (3 Nefi 4:33). Nuestro gozo rebosa (vase Alma 26:11) y, sin embargo, no es ms que un sabor anticipado del regocijo final: cuando nuestra copa rebose sin cesar! Los ecos del evangelio nos hacen9

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saber, con las palabras de Jacob, "de las cosas como realmente sern" (Jacob 4:13), cual hermosas postales que nos llegan desde esa "patria mejor" (vase Alma 37:45; vase tambin Hebreos 11:16). Entretanto, quizs "el verano est cerca" (Mateo 24:32; vase tambin D. y C. 35:16:45:37). Estamos en esta vida terrenal y tenemos que seguir adelante con valor; no hay otro camino. Nuestro Salvador nos ha dicho: " . . . tened buen nimo, porque yo os guiar. De vosotros son el reino y sus bendiciones, y las riquezas de la eternidad son vuestras." (D. y C. 78:18.) Mis hermanos, expreso mi testimonio a la Iglesia de que efSeor nos'guiar tal como lo ha prometido. El mantiene el equilibrio entre el proporcionar a la Iglesia y a sus miembros las instrucciones necesarias y especficas y el proveer las pertinentes experiencias de aprendizaje, incluso la de probar nuestra fe y paciencia, con el fin de fortalecernos. De esa manera nos gua; mas desea que durante ese proceso llevemos su yugo sobre nosotros para aprender de El por medio de nuestras experiencias personales. Si bien ciertamente sentimos a veces el peso de ese yugo, el sendero est patentemente sealado. Jess, nuestro Pastor, "la senda de verdad marc con toda claridad . . . " (Himnos de Sin, 168): las huellas de sus pies se ven a primera yista porque estn clara y profundamente impresas en el suelo de esta tierra por el enorme peso que ha llevado sobre s. incluso la terrible carga de todos nuestros pecados. Slo El pudo haber sobrellevado esa carga en su totalidad. Agradezco personalmente al Salvador el haber soportado todo lo que yo agregu a su profuso sangrar por cada poro por toda la humanidad en el Getseman. Le doy las gracias por haber padecido lo que yo aad a la intensidad del penetrante clamor de su alma en el Calvario, en el nombre de Jesucristo. Amn. G10

LAS BENDICIONES DE LA IGLESIApor el lder James M. Paramorede la Presidencia del Primer Qurum de los Setenta

La Iglesia es indispensable para ayudarnos a cambiar, a convertirnos en nuevas criaturas.Das. Estos son algunos de los comentarios que o en esa reunin sobre la Iglesia y su organizacin: Una hermana hizo este comentario: "Nunca olvidar la primera vez que los misioneros me llevaron a la Iglesia en la pequea rama de mi pueblo. Santa Rosa, Filipinas. Nunca haba odo hablar de la Sociedad de Socorro, pero aquellas hermanas me envolvieron 'entre los brazos de su amor' " [2 Nefi 1:15]. Otra hermana dijo lo siguiente: "La hermandad que debe existir entre las hermanas tiene un nuevo significado para m. Hace varios aos, mi esposo muri repentinamente y sent que el mundo se me vena abajo. Pero tambin repentinamente me vi rodeada de un maravilloso grupo de hermanas que me ayudaron a sobrellevar mi carga; y siempre estn dispuestas a ayudarme. Nuestra asistencia semanal al templo tambin me brinda paz y consuelo, y nuestra relacin de hermanas es un gozo para m." En verdad, esas hermanas ya no eran extranjeras, sino que se sentan conciudadanas de los santos (vase Efesios 2:19), miembros de la Iglesia de Dios, de Su reino en la tierra. Durante aquella reunin, pens acerca de lo que ha hecho la Iglesia por m, mi esposa y mi familia, por los miembros de los barrios en los que hemos vivido, por los pobres y necesitados entre nosotros y por toda la raza humana. Esos momentos de aquel da me conmovieron espiritualmente y me sent como un nio que acaba de descubrir un tesoro. Experiment sentimientos que no puedo explicar total-

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ace pocos das asist a un programa para celebrar los ciento cuarenta y seis aos de establecida la Sociedad de Socorro por el profeta Jos Smith. Hasta ese momento no haba sentido ninguna inspiracin sobre lo que deseaba decir en esta conferencia. Pero mientras estaba en aquella reunin; la que asistieron ms de trescientas hermanas, y al ver su extraordinaria presentacin las canciones del coro de madres y jovencitas y los testimonios de varias hermanas que hablaron del gozo y del beneficio que han recibido de la Sociedad de Socorro supe lo que quera deciros hoy: Que tratis de obtener las bendiciones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos

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mente, pero s que reconoc la forma en que me ha bendecido la Iglesia a m y la forma en que ha bendecido tambin a todos los que la han aceptado y han tenido parte activa en ella. El gran poder que recibimos cuando nos acercamos a Cristo por medio de nuestros actos y compasin, y mediante el cambio por el que pasamos para parecemos ms a El, es fundamental para todo lo que El desea que comprendamos y recibamos. Nuestra jornada por esta tierra es una prueba, un perodo de progreso y decisiones, "un tiempo de preparacin para presentarse ante Dios" (Alma 12:24). El nos ha dado su Espritu para guiarnos y su verdad y su Iglesia para ayudarnos a reconocer y utilizar este poder. En la poca del Libro de Mormn, hubo un gran hombre, el joven Alma, que despus de haber luchado contra estos principios y enseanzas, qued mudo y dbil; pasados muchos das en los que los de la Iglesia hicieron ayuno y oracin, recobr las fuerzas y dijo esto: "Porque, dijo l, me he arrepentido d mis pecados, y el Seor me ha redimido; he aqu, he nacido del Espritu. "Y el Seor me dijo: No te maravilles de que todo el gnero humano, s, hombres y mujeres, toda nacin, familia, lengua y pueblo, deben nacer otra vez; s, nacer de Dios, ser cambiados de su estado carnal y cado a un estado de rectitud, siendo redimidos de Dios, convirtindose en sus hijos e hijas; "y as llegan a ser nuevas criaturas; y a menos que hagan esto, de ningn modo pueden heredar el reino de Dios." (Mosah 27:24-26.) Alma se haba convertido en "nueva criatura", haba "nacido del Espritu". Entonces se dedic con conviccin a edificar el reino de Dios sobre la tierra mediante las enseanzas de Cristo y el establecimiento de Su Iglesia: la misma Iglesia de Cristo que l haba condenado y ridiculizado antes. La Iglesia es indispensable para ayudarnos a cambiar, a convertirnos en nuevas criaturas. Al pensar en las bendiciones que lleva la Iglesia a los hijos de Dios, cientos de recuerdos pasan por mi me-

moria, como por ejemplo: El tiempo pasado en la Primaria, la Escuela Dominical, el sacerdocio, la Mutual y el seminario, donde los jvenes crecamos tomando parte en actividades que estaban siempre dentro de los lmites que el Seor ha establecido, y donde se enseaban una y otra vez verdades eternas para, fortalecernos y para proveernos los medios de discernir la verdad del error. La poca, hace ya muchos aos, en que vivamos en un barrio muy grande, con muchos nios, en una zona llamada "Las colinas de la maana". (Nosotros le cambiamos el nombre a "Las colinas de los malestares maaneros", por la cantidad de nios chiquitos que haba y los que seguan naciendo en el vecindario.) Siendo el obispo, tuve la bendicin de entrevistar a sesenta o setenta nios para el bautismo. No recuerdo que haya habido ninguno que no me hubiera dicho que amaba al Salvador y que no hubiera comprendido y obedecido la ley del diezmo. Esta era una bendicin que haban recibido de sus fieles padres y de los maravillosos maestros que tenan en la Primaria y la Escuela Dominical. La vez en que supe del jefe de polica mormn que haba sido reconocido como el oficial sobresaliente de California, y que dijo lo siguiente:

"Todo lo que s sobre organizacin es lo que aprend en la Iglesia. He organizado mis fuerzas policiales de acuerdo con la organizacin de mi estaca. Tengo un sumo consejo y obis- < pados organizados en toda la ciudad. Claro que no tienen esos nombres, pero funcionan exactamente lo mismo." Las ocasiones en que vi a mi esposa y mi hija, y a infinidad de otras mujeres de la Iglesia, ir a una casa regularmente para ayudar a un nio aurista a aprender a gatear. La oportunidad en que vi a un padre de familia que haba sido reactivado ponerse de pie en nuestra conferencia de estaca, con los brazos alrededor de sus dos hijos, y decir entre sollozos: "Qu sera de nosotros sin la Iglesia?" Y podra seguir contando. La Iglesia de Jesucristo es la organizacin que el mismo Salvador estableci cuando estuvo en esta tierra, primero en Palestina y despus en Amrica; la misma que restableci en 1830 con el fin de perfeccionar y exaltar a toda la humanidad. La Iglesia y sus funciones son indispensables en el plan de Dios. La Iglesia provee todas las enseanzas del Salvador. La Iglesia ejerce la autoridad recibida de los cielos, que empieza por la que tiene el Profeta de Dios y se extiende hasta cada una de las fami-

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lias que la componen. La Iglesia provee las ordenanzas salvadoras del evangelio, incluso las investiduras y los sellamientos sagrados y eternos que se efectan en el templo, o sea, la plenitud de todo lo que el Padre tiene. La Iglesia fomenta la hermandad de todos sus miembros, en todas partes de la tierra. Un miembro de la Iglesia inmediatamente pasa a formar parte de una comunidad de Dios, en la que encuentra siempre amigos. Es un refugio del mundo en el que se cuida de cada uno de sus miembros. La Iglesia nos ayuda a eliminar el egosmo y la incertidumbre sirviendo a los dems en diversas formas a travs de toda una vida. Algunos de nuestros ms gratos recuerdos" son los d las veces en que nos relacionamos unos con otros en ese servicio. La Iglesia es un estilo de vida y ha establecido organizaciones y nos provee, a nosotros y a nuestros hijos, oportunidades culturales y educacionales que provocan la envidia del mundo. Lderes y maestros sinceros y afectuosos comunican amistad y seguridad y proporcionan actividades de recreo, msica, teatro y deportes, al igual que las enseanzas del Salvador, para ensearnos a amarlo, a tratar de ser como El y a servir a nuestro prjimo. Uno de mis nietos, de siete aos, aprendi en la Primaria, y por el ejemplo de su padre, a interesarse en el Nuevo Testamento, y ahora lleva su libro consigo, leyndolo a menudo. Nuestras jvenes ponen en prctica la fe, la oracin, el valor individual, el conocimiento, el albedro, la responsabilidad, la integridad,- la naturaleza divina y las buenas obras tratando de comprender algo del futuro que tienen en este mundo y para siempre. Mediante el servicio, dan de s, dan a conocer su testimonio, y ejercen su influencia sobre otras personas para que vengan a Cristo. Hace varios aos, en el estado de Michigan, un joven se enamor de una chica que era miembro de la Iglesia. Con mucho cario pero muy sinceramente ella le dijo que quera tener en su hogar el poder del sacerdocio y las bendiciones de una familia eterna, y que por eso, slo se casara con un12

hombre que pudiera brindrselos. Las enseanzas que haba recibido haban arraigado en ella y las semillas de la fe, del conocimiento y del buen ejercicio del libre albedro se haban desarrollado en su alma y aquella joven saba que eran verdaderas. El muchacho percibi el espritu de ella y quiso que le ensearan el evangelio. Pero despus de tener l un testimonio de que el evangelio es verdadero, su padre no quiso aprobar el bautismo. Entonces el obispo de la joven, un gran pastor, fue a verlo y le hizo ver el valor de la muchacha, de sus normas, de la Iglesia, y comprender lo que es realmente importante en la vida. El da en que el hombre asisti al bautismo de su hijo y vio all a unos veinte hombres y mujeres jvenes de la Iglesia, se qued muy impresionado y "conmovido; despus del bautismo, pidi a los misioneros que fueran a ensearle tambin a l. Y esto pas porque aquella joven haba asumido la naturaleza divina y haba podido as dar a conocer a otras personas las verdades inapreciables que ella posea. Y qu decir de los hombres jvenes, en realidad, de todos los hombres que aprendemos a ejercer el Sa-

cerdocio de Dios? George Romney, que fue gobernador del estado de Michigan y presidente de la compaa automovilstica American Motors, dijo lo siguiente a los jvenes en una conferencia de estaca: "Muchachos, quiero decirles algo. Nunca he recibido un ttulo en administracin de negocios de ninguna universidad. El xito que he tenido en el mundo de los negocios lo debo a la capacitacin que he recibido en la Iglesia." Hace poco, aprendimos de nuestro Presidente, Ezra Taft Benson, una provechosa leccin sobre el valor que la Iglesia ha tenido para l y para algunos muchachos. Despus de casarse, l pas muchos aos como maestro scout, enseando a los muchachos, y aprendiendo y participando con ellos en cientos de actividades. Vimos hace unos meses los resultados cuando casi todos los scouts a quienes l ense se reunieron en el Tabernculo, como testigos vivientes de lo que la Iglesia ha hecho por ellos. S, la Iglesia es el medio del que se sirve Dios, y es esencial en la salvacin de la humanidad. Escuchad lo que dijo el presidente David O. McKay sobre la Iglesia: "Me parece que cada una de las partes [de la Iglesia] se aplica al bienestar de la familia humana. Al considerar los qurumes del sacerdocio, veo en ellos una oportunidad de desarrollar la hermandad y el afecto fraternal esenciales para la felicidad del gnero humano. Tanto en esos qurumes como en las organizaciones auxiliares, veo posibilidades de evolucin intelectual y armona social. En el aspecto judicial de la Iglesia, veo amplios medios de resolver problemas, establecer armona, administrar justicia y perpetuar la paz entre las personas. En la organizacin eclesistica, veo la oportunidad de un beneficio social que no puede encontrarse en ninguna otra organizacin del mundo. "Por ese motivo, la Iglesia de Jesucristo se convirti en mi ideal, en la inspiracin de mi vida. Creo que es

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el ideal ms elevado por el que el hombre pueda esforzarse . . . "No conozco ninguna otra institucin en el mundo que pueda aproximarse siquiera a lo que es a iglesia de Cristo como puerto seguro para el alma." (Treasures of Life, comp. por Clare Middlemiss, Salt Lake City, Deseret Book Co., 1962, pgs. 3-4.) Quisiera exhortar a todos los que os encontris al alcance de mi voz a que tratis de obtener las bendiciones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das; sus bendiciones esenciales y eternas, sus programas y actividades, las oportunidades que ofrece de servir y ser uno de corazn y propsito y de buscar la paz que el Salvador ha prometido. La Primera Presidencia ha extendido una invitacin especial a todos los que, fuera por lo que fuera, os hayis alejado de la Iglesia para que volvis, porque os necesitamos y porque os amamos. El Seor y su Iglesia os bendecirn por ello, a vosotros y a vuestra familia, aun por la eternidad. Aprovechemos toda oportunidad de servir en su Iglesia, con todo nuestro corazn y todas nuestras fuerzas, porque eso es lo que eleva y perfecciona y santifica el alma. Las palabras del Seor, reveladas en febrero de 1829, captan el espritu y la clave para servir en su Iglesia: "Por tanto, oh vosotros que os embarcis en el servicio de Dios, mirad que le sirvis con todo vuestro corazn, alma, mente y fuerza, para que aparezcis sin culpa ante Dios en el ltimo da." (D. y C. 4:2.) Mis queridos hermanos, esta Iglesia a la que tenemos el gran privilegio de pertenecer es la Iglesia del Seor. Nosotros la integramos y ella nos bendice. Que podamos captar el verdadero espritu, el que el Seor desea que captemos, y dedicarnos empeosamente con los dems a lograr las bendiciones de la Iglesia. S con todas las fuerzas de mi alma que es verdadera y que es el instrumento del cual se sirve Dios para ayudarnos a ser ms parecidos a su Hijo. En el nombre de Jesucristo. Amn. D

"EN EL MUNDO"por el lder L. Tom Perrydel Qurum de los Doce Apstoles

Al vivir "en el mundo", aportemos nuestra parte haciendo de l un lugar mejor en el cual pasar la vida por medio de nuestro recto vivir, nuestro servicio en causas justas y nuestra fe en que al final el bien triunfar sobre el mal.

i fuerais del mundo, el mundo amara lo suyo; pero . . . no sois del mundo, antes yo os eleg del mundo . . . " (Juan 15:19.) De las enseanzas del Salvador, hemos adoptado en la Iglesia la mxima "estar en el mundo, pero no ser del mundo". Al usarla, recalcamos que tenemos que mantenernos apartados del pecado y del materialismo que reinan en el mundo en que vivimos. Desde luego que es importante recordarnos de continuo vivir en armona con las leyes del Seor; pero, en esta ocasin, quisiera hablar de la primera parte de esa expresin, o sea: "estar en el mundo". Es "a este mundo" al que hemos tenido el privilegio de venir a vivir las

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experiencias de la vida terrenal. Es "en el mundo" donde somos probados. Es "en el mundo" donde tenemos la oportunidad de tomar parte en las sagradas ordenanzas de salvacin que determinarn nuestra existencia posterrenal. Es "en el mundo" donde tenemos la oportunidad de servir al prjimo y dar nuestro aporte al gnero humano. Es a este mundo al que el Seor vendr. Los profetas de esta poca nos han exhortado a tener presentes nuestros deberes mientras estemos aqu, "en el mundo"'. El presidente David O. McKay dijo: "La responsabilidad de mostrar al mundo que el Evangelio de Jesucristo resolver los problemas de la humanidad yace en los hombres que lo afirman . . . Creo, adems, que todos los problemas del mundo se pueden resolver mediante la obediencia a los principios del Evangelio de Jesucristo . . . "La solucin de los grandes problemas del mundo yace aqu, en la Iglesia de Jesucristo, s, la solucin no slo de los problemas de las personas, sino de los de las naciones y de los de grupos de naciones. Comprendo la gran trascendencia de esta afirmacin . . . Es sencillamente aplicar el plan de Dios a los problemas del mundo. "Vosotros, los poseedores del sacerdocio de la actualidad, tenis ahora una responsabilidad ms grande que nunca, en esta poca de gran inventiva en la historia del mundo. Repito: si afirmamos tener la verdad, es el deber de todo Santo de los ltimos Das vi13

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vir de un modo ejemplar, para que cuando la gente del mundo, al responder al llamado, venga a probar el fruto del rbol, lo encuentre sano y bueno. Que el Seor nos bendiga para probar a los del mundo que poseemos precisamente lo que anhelan y para que, cuando lo vean, sepan, como ustedes y yo sabemos, que el evangelio sempiterno es una luz para el mundo." (Cospel Ideis, Salt Lake City, The Improvement Era, 1953, pg. 5.) En el Antiguo Testamento, encontramos el ejemplo clsico de un hombre que vivi "en el mundo" e influy en l gracias a su recto vivir, un hombre que naci en una poca de la historia en que era muy difcil que un israelita pudiera aportar con mucho al mundo. ' Tras la muerte del rey Salomn en el ao 975 antes de Cristo, las Diez Tribus se sublevaron y se separaron de la tribu de Jud. El Israel dividido no pudo mantenerse en pie en contra de las otras potencias de esa regin. Egipto y Asiria se turnaban para invadir las tierras de Israel. En .el ao 607 antes de Cristo, la misma Asiria y las provincias del norte cayeron en poder de los medos; y Siria, en el de los babilonios. En tanto bullan esas contiendas, Egipto aprovech para atacar a Palestina. El rey de los babilonios envi a su hijo Nabucodonosor a hacer retroceder a los egipcios. Mientras combatan contra los egipcios, muri el rey y Nabucodonosor le sucedi en el trono de Babilonia; ste derrot a los egipcios y lleg a gobernar toda Siria hasta el h'mite con Egipto. Gobern valindose del terror, destruyendo a sus enemigos por el fuego y por la espada, y debilitndolos al deportar a grandes grupos de personas a otras partes de su imperio. Durante aquella poca de guerras, naci Daniel. De joven, a l y a otros hebreos les llevaron a aprender a servir en la corte de Nabucodonosor; les escogieron por motivo de su conocimiento y su capacidad para aprender. As fue que Daniel se encontr en una tierra extraa, de costumbres extraas, en un ambiente extico con tradiciones religiosas muy diferentes (vase Daniel 1).14

La primera prueba de Daniel al estar "en el mundo" se le present cuando el siervo de Nabucodonosor le orden beber del vino y comer "de la comida del rey". Daniel "propuso en su corazn no contaminarse con la porcin de la comida del rey, ni con el vino que l beba" (Daniel 1:8). El encargado replic que el rey le haba encomendado el deber de ensear a los jvenes, ordenndole que stos comieran y bebieran lo mismo que los dems. Si no lo hacan, el rey los vera plidos y demacrados, y de cierto le matara a l. Pero Daniel le rog que les permitiera a l y a sus amigos seguir con sus propias costumbres alimenticias. Le pidi que los pusiera a prueba por diez das durante los cuales se alimentaran de legumbres y beberan agua, y que entonces podran ver si no eran tan saludables como los dems. La estrategia de Daniel fue de lo ms interesante: no objet las creencias de los babilonios, sino que propuso que se hiciera una prueba para determinar qu mtodo era el mejor. El siervo del rey convino en ello y, durante los diez das siguientes, Daniel y sus amigos comieron y bebieron slo lo que saban era lo debido. Al cabo de los diez das, Daniel y sus

amigos se vean mejor y ms robustos que los dems muchachos. Y as, Daniel descubri que no tena que adoptar normas diferentes al estar "en el mundo". Recuerdo que, cuando era yo un joven ejecutivo hace muchos aos, mi trabajo me exiga concurrir a comidas patrocinadas por diferentes grupos de gentes de negocios. A cada cena preceda la hora de los aperitivos, ocasiones en las que me senta muy incmodo. Despus de la primera o la segunda comida, comenc a llegar tarde con el fin de evitar la hora de los aperitivos; pero eso no le pareci a mi jefe una buena prctica porque perda as la valiosa ocasin de relacionarme con los dems. Pero segua siendo difcil para m charlar en grupos en los que yo era el nico que no tena una bebida en la mano. No saba qu hacer con las manos; conclua que poda poner una en el bolsillo, pero que parecera un necio con las dos manos en los bolsillos. Prob entonces a llevar un vaso de soda, pero sta pareca una bebida alcohlica. Por fin, pregunt al que atenda el bar si tena alguna bebida que no se pareciera en nada a ninguna bebida alcohlica. Entonces l fue a la cocina y volvi con una jarra de leche de la

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cual me dio un vaso. Servir un vaso de leche a la hora del cctel era un caso inslito; claro, atrajo la atencin de todos y fui el blanco de las bromas. Aunque me sent cohibido al principio, pronto vi que empezaba a conocer ms gente que nunca. Descubr que no tena que violar las normas de la Iglesia para desempear las funciones sociales de mi profesin. En realidad, prosper gracias a que s me apegu a mis creencias. Poco despus se convirti en costumbre el tener leche en el bar y, al pasar el tiempo, vi con asombro que varios de mis colegas tambin se servan leche. Descubr, al igual que Daniel, que el ser diferente en el mundo suscit interesantes reacciones en los dems. La obediencia a la ley de Dios siempre acarrea Sus bendiciones. Acaso no es se el mensaje de la revelacin de Doctrina y Convenios 130:20-21? ,"Hay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundacin de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; "y cuando recibimos una bendicin de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa." (D. y C. 130:20-21.)' Adems de ser obedientes a la palabra del Seor, tenemos el deber de dar a conocer el evangelio a todos los hijos de nuestro Padre Celestial. En Doctrina y Convenios, leemos: "Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios . . . "Y cuan grande es su gozo por el alma que se arrepiente! "As que, sois llamados a proclamar el arrepentimiento a este pueblo. "Y si acontece que trabajis todos vuestros das proclamando el arrepentimiento a este pueblo y me trais, aun cuando fuere una sola alma, cuan grande ser vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre! "Ahora, si vuestro gozo ser grande con un alma que me hayis trado al reino de mi Padre, cuan grande no ser vuestro gozo si me trajereis muchas almas!" (D. y C. 18:10, 13-16.) No veo cmo podremos experimentar ese gozo si no estamos dispuestos a salir de nuestro crculo de

un gran bien a toda la humanidad. A veces pienso que no participamos porque tenemos miedo de la oposicin que podramos encontrar. He aqu'otra vez el ejemplo de Daniel, que se enfrent con valenta con la oposicin de estar "en el mundo" y pudo ejercer su buena influencia en los que le rodeaban. Al reconocer el rey los talentos de Daniel, le hizo gobernador. Muchos sintieron envidia de la posicin que haba alcanzado ese extranjero y procuraron eliminarlo. Idearon una nueva ley que impedira a Daniel orar a Dios, el Padre Eterno.,El castigo por violar el edicto era s,er echado en el foso de los leones. Y, s, hallaron a Daniel orando y le aplicaron el castigo; pero por la fe de Daniel en Dios, los leones no le hicieron dao alguno. amigos de la Iglesia. Vivimos "en el mundo" durante nuestra vida terrenal. Los principios cristianos que ensea el evangelio hacen falta en todo lo que hacemos y entre todas las gentes. La influencia que podamos ejercer en las personas que conozcamos ser una valiosa aportacin al mundo. El buen ejemplo llevar a otras personas a vivir las normas que ha establecido el Seor para sus hijos en esta vida terrenal; constituir un medio para llevar almas a la luz del evangelio, por lo que algunos se unirn a la Iglesia. El abrazar el evangelio es una decisin personal, por lo que siempre debemos respetar y comprender los derechos de los dems. Pero, cmo podemos esperar que el mundo acepte los principios de la rectitud que el Seor ha instituido para regir a sus hijos en esta tierra si no hacemos sentir nuestra influencia en las otras personas? Cunta falta hacen a los gobiernos los principios de la integridad! Cunto necesitan nuestras colectividades medir la decencia! Cunto necesitan nuestros vecindarios modelos de belleza y limpieza! Cunto precisan nuestras escuelas aliento y ayuda constantes para conservar elevadas normas educacionales! En lugar de quejarnos por el rumbo que siguen esas instituciones, ejerzamos nuestra influencia para enmendar ese rumbo. El pequeo esfuerzo de unos pocos har Pese a las dificultades que Daniel encontr de continuo para vivir su religin, siempre sali adelante y super los obstculos. Y el Seor le bendijo y le protegi en el servicio que prest. La forma en que sirvi Daniel benefici no slo al rey, sino que por la fe que tena en el Seor, benefici a todo el reino: El rey decret que todos los pueblos del reino adoraran al Dios verdadero y viviente, el Dios que Daniel adoraba. Qu inmenso fue el poder del servicio de un hombre justo, el cual lleg a tanta gente, al servir l "en el mundo" en que viva! Qu eficaz ser el fruto de nuestro servicio al servir 'nosotros, cada cual a su manera, "en el mundo" en que vivimos! Ruego que tengamos la fe indispensable para poner nuestra confianza en el Seor y no preocuparnos por las fuerzas que sin duda se opondrn a la rectitud. Que tengamos el valor de seguir adelante en la causa de la verdad. Al vivir "en el mundo", aportemos nuestra parte haciendo de l un lugar mejor en el cual pasar la vida por medio de nuestro recto vivir, nuestro servicio en causas justas y nuestra fe en que al final el bien triunfar sobre el mal. Esta es la obra del Seor en la cual nos hallamos embarcados y es mi testimonio a ustedes, en el nombre de Jesucristo. Amn. 15

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HA RESUCITADOpor el presidente Howard W. HunterPresidente en Funciones del Qurum de los Doce Apstoles

La Resurreccin es el ncleo mismo de la fe de todo cristiano; es el ms grande de todos los milagros hechos por el Salvador del mundo.

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n este hermoso y sagrado fin de semana de la Pascua de Resurreccin, estoy seguro de que ninguna otra doctrina servir de tema para ms discursos ni ser ms exaltada que la del sacrificio expiatorio y la resurreccin literal de nuestro Seor, Jesucristo. Y as debe ser en la poca de la Pascua como en todas las dems pocas del ao, porque no existe ninguna doctrina en las Escrituras cristianas que sea ms importante para toda la humanidad que la doctrina de la resurreccin del Hijo de Dios. Gracias a Cristo, todos los hombres, mujeres y nios que hayan nacido o que vayan a nacer en la tierra tambin tendrn la oportunidad de resucitar. A pesar de la gran importancia que le damos a la resurreccin dentro

de nuestra doctrina, tal vez muchos de nosotros todava no hayamos comprendido en su totalidad el significado espiritual que tiene ni su grandeza eterna. Si la entendiramos, nos maravillaramos de la perfeccin que representa, como lo hizo Jacob, el hermano de Nefi, y nos estremeceramos slo de pensar en lo que hubiramos tenido que enfrentar si no hubiramos recibido ese don divino. Jacob escribi: "Oh, la sabidura de Dios, su misericordia y gracia! Porque he aqu, si la carne no se levantara ms, nuestros espritus tendran que estar sujetos a ese ngel que cay de la presencia del Dios Eterno, y se convirti en el diablo, para no levantarse ms." (2 Nefi 9:8.) La Resurreccin es el ncleo mismo de la fe de todo cristiano; es el ms grande de todos los milagros hechos por el Salvador del mundo. Si El no lo hubiera realizado, estaramos todos sin esperanza. Citar las palabras de Pablo: "Porque si no hay resurreccin de muertos . . . " . . . vana es entonces nuestra predicacin . . . "Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que l resucit a Cristo . . . "y si Cristo no resucit, vuestra fe es vana; an estis en vuestros pecados."(1 Corintios 15:13-15, 17.) Volvamos al pasado y recordemos la descripcin de las escenas finales de lo que sucedi en la Tierra Santa. Se acercaba el fin de la vida mortal de nuestro Seor. El haba curado a los enfermos, revivido a los muertos e interpretado y explicado las

Escrituras, incluso las que se referan a su propia muerte y resurreccin. Cristo dijo a sus discpulos: "He aqu subimos a Jerusaln, y el Hijo del Hombre ser entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarn a muerte; "y le entregarn a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen: mas al tercer da resucitar." (Mateo 20:18-19.) All en Jerusaln, los saduceos lo acosaron con preguntas acerca de la resurreccin. Haban conspirado para hacerlo caer en sus trampas; sin embargo, El les ense las sencillas verdades del evangelio vital. " . . . no habis ledo lo que os fue dicho por Dios", les pregunt. "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. "Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina." (Mateo 22:31-33.) Ms adelante, cuando se juntaron para celebrar la fiesta de la Pascua, Jess y sus Apstoles participaron de los emblemas sacramentales que El inici en esa ltima cena que comieron juntos; y despus se dirigieron al monte de los Olivos. Maestro hasta el final de su ,vida, all continu su discurso sobre el tema del cordero expiatorio. Les dijo que sera herido y que a ellos los dispersaran como a ovejas sin pastor. "Pero despus que haya resucitado", les dijo, "ir delante de vosotros a Galilea." (Mateo 26:32.) Durante las horas siguientes, de los poros le brotaron gotas de sangre, fue martirizado por los mismos lderes que pretendan ser guardianes de Su ley y fue crucificado en compaa de ladrones. Fue como lo profetiz el rey Benjamn en el Libro de Mormn: "Y he aqu, sufrir tentaciones, y dolor del cuerpo, hambre, sed y fatiga, aun ms de lo que el hombre puede sufrir, sin morir; pues he aqu, la sangre le brotar de cada poro, tan grande ser su angustia por la iniquidad y abominaciones de su pueblo. " . . . l viene a los suyos, para que la salvacin pueda llegar a los hijos de los hombres . . . y aun despus de todo esto, lo considerarn como

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hombre, y dirn que est endemoniado, y lo azotarn, y lo crucificarn." (Mosah 3:7, 9.) Al profeta Alma podemos agradecerle el conocimiento que tenemos de todo lo que Cristo tuvo que pasar: "Y l saldr, sufriendo dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases; y esto para que se cumpla la palabra que dice: Tomar sobre s los dolores y enfermedades de su pueblo. "Y tomar sobre s la muerte, para poder soltar las ligaduras de la muerte que sujetan a su pueblo; y sus enfermedades tomar l sobre s, para que sus entraas sean llenas de misericordia, segn la carne, a fin de que segn la carne pueda saber cmo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las enfermedades de ellos." (Alma 7:11-12.) Pensemos en esto: cuando bajaron su cuerpo de la cruz y lo colocaron con prisa en una tumba prestada. El, el que no haba pecado, el Hijo de Dios, ya haba tomado sobre s no slo los pecados y las tentaciones de todo el gnero humano que se arrepintiera, sino tambin todas nuestras enfermedades, nuestras tristezas y nuestros sufrimientos de todas clases. El sufri estas aflicciones como nosotros las sufrimos, de acuerdo con la carne; El las sufri primero para poder perfeccionar su misericordia y su habilidad de consolarnos y elevarnos por encima de toda prueba terrenal. Sin embargo, todava quedaba un conjunto de cadenas que haba de romperse antes de que la Expiacin pudiera ser completa: las ligaduras de la muerte. Los profetas del Antiguo Testamento haban enseado que la resurreccin ocurrira y sera universal. Tambin los profetas del Libro de Mormn ensearon la doctrina de la resurreccin con gran sencillez y claridad. Nefi dijo: "He aqu, lo crucificarn; y despus de ser puesto en un sepulcro por el espacio de tres das, se levantar de entre los muertos, con salvacin en sus alas; y todos los que crean en su nombre sern salvos en el reino de Dios." (2 Nefi 25:13.) Y Samuel el lamanita profetiz a los nefitas: "Pues he aqu, de cierto tiene

Donald Ripplinger, subdirector del Curo del Tubt'maculo.

que morir para que pueda venir la salvacin; s, a l corresponde y se hace necesario que muera para efectuar la resurreccin de los muertos, a fin de que por este medio los hombres puedan ser llevados a la presencia del Seor." (Helamn 14:15.) Enoc recibi una visin en la que se le mostraba el da de la venida del Hijo del Hombre: "Y dijo el Seor a Enoc: Mira; y mirando, vio que el Hijo del Hombre era levantado sobre la cruz, a la manera de los hombres; "y oy una fuerte voz; y fueron cubiertos los cielos; y todas las creaciones de Dios lloraron; y la tierra gimi; y se hicieron pedazos los peascos; y se levantaron los santos y fueron coronados a la diestra del Hijo del Hombre con coronas de gloria; "y salieron cuantos espritus se hallaban en la prisin, y se pusieron a la diestra de Dios; y el resto qued en cadenas de tinieblas hasta el juicio del gran da." (Moiss 7:55-57.) Al tercer da, cuando comenzaba a amanecer, Mara Magdalena y "la otra Mara" haban ido a ver el sepulcro en el cual haban depositado el cuerpo inerte de Jess. Antes de eso,

los principales sacerdotes y los fariseos haban persuadido a Pilato de que pusiera centinelas para guardar la puerta.de la tumba diciendo " . . . no sea que vengan sus discpulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucit de entre los muertos" (Mateo 27:64). Pero dos ngeles poderosos haban removido la piedra que tapaba la puerta de la tumba, y los guardias haban desaparecido aterrorizados por lo que haban visto.. Cuando las mujeres llegaron a la tumba, la encontraron abierta y vaca. Los ngeles haban permanecido all para darles las mejores noticias que podran haber escuchado odos humanos: "No est aqu, pues ha resucitado, como dijo" (Mateo 28:6). La resurreccin de Jesucristo fue seguida inmediatamente por la resurreccin de otras personas justas. Mateo registra: " . . . y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que haban dormido, se levantaron; "y saliendo de los sepulcros, despus de la resurreccin de l, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos" (Mateo 27:52-53). En los das que siguieron a la re17

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surreccin, el Seor apareci a muchos. Les mostr las marcas particulares de los clavos y la herida del costado. Camin, habl y comi con ellos, como si quisiera probar sin duda alguna que un cuerpo resucitado es de veras un cuerpo fsico y tangible, de carne y huesos. Ms adelante, ministr entre los nefitas, a los que mand: "Levantaos y venid a m, para que podis meter vuestras manos en mi costado, y para que tambin podis palpar las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies, a fin de que sepis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he sido muerto por los pecados del mundo. "Y . . . la multitud se adelant; y metieron sus manos en su costado, y palparon las marcas de los clavos en sus .manos y en sus pies; y esto hicieron, yendo uno por uno, hasta que todos hubieron llegado; y vieron con sus ojos y palparon con sus manos, y supieron con certeza, y dieron testimonio de que era l, de quien haban escrito los profetas, que haba de venir." (3 Nefi 11:14-15). Todos los hombres y mujeres de todo el mundo tienen la responsabilidad y el gozo de "buscar a este Jess de quien han [testificado] los profetas y apstoles" (ter 12:41) y de adquirir un testimonio espiritual de su divinidad. Todos los que humildemente lo busquen tienen el derecho y la bendicin de escuchar la voz del Espritu Santo, que da testimonio del Padre y de su Hijo resucitado. Yo, por haber sido llamado y ordenado para dar testimonio de Jesucristo a todo el mundo, testifico en esta poca de Pascua que El vive,, que tiene un cuerpo glorificado e inmortal de carne y huesos. El es el Hijo Unignito del Padre en la carne; es el Salvador y la luz y la vida del mundo. Despus de su crucifixin y muerte, se les apareci como un ser resucitado a Mara, a Pedro, a Pablo y a muchos otros. Se apareci a los nefitas, se apareci a Jos Smith, el joven Profeta, y a muchos otros de nuestra dispensacin. Esta es su Iglesia y El la gua en la actualidad por medio de su profeta Ezra Taft Benson. De esto testifico, en el nombre de Jesucristo. Amn. 18

SESIN DEL SBADO POR LA TARDE 2 de abril de 1988

EL SOSTENIMIENTO DE OFICIALES DE LA IGLESIApor el presidente Thomas S. MonsonSegundo Consejero de la Primera Presidencia

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is hermanos, proceder ahora a presentar los nombres de las Autoridades Generales y oficiales generales de la Iglesia para vuestro voto de sostenimiento. Se propone que sostengamos al presidente Ezra Taft Benson como Profeta, Vidente y Revelador y Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das; a Gordon B. Hinckley como Primer Consejero de la Primera Presidencia y a Thomas S. Monson como Segundo Consejero de la Primera Presidencia.

Los que estn de acuerdo, srvanse indicarlo levantando la mano derecha. Contrarios, si los hay, con la misma seal. Se propone que sostengamos a Marin G. Romney como Presidente del Consejo de los Doce Apstoles; a Howard W. Hunter como Presidente en Funciones del Consejo de los Doce Apstoles y a las siguientes personas como miembros de dicho Consejo: Marin G. Romney, Howard W. Hunter, Boyd K. Packer, Marvin J. Ashton, L. Tom Perry, David B. Haight, James E. Faust, Neal A. Maxwell, Russell M. Nelson, Dallin H. Oaks, M. Russell Ballard y Joseph B. Wirthlin. Los que estn de acuerdo, sr-. vanse manifestarlo. Contrarios, con la misma seal. Se propone que sostengamos a los Consejeros de la Primera Presidencia y a los Doce Apstoles como Profetas, Videntes y Reveladores. Los que estn de acuerdo, srvanse manifestarlo. Contrarios, si los hay, con la misma seal. Se propone que sostengamos a los siguientes hermanos como miembros nuevos del Primer Qurum de los Setenta para servir por un perodo de cinco aos: Robert Edward Sackley y Larry Lionel Kendrick. Los que estn de acuerdo, srvanse manifestarlo. Contrarios, con la misma seal. La hermana Dwan J. Young ha aceptado el llamamiento de acompaar a su esposo en la asignacin de servir como presidente de la Misin Canad Calgary. Por lo tanto, es necesario relevarla como Presidenta Ge-

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neral de la Asociacin de la Primaria. De la misma manera relevamos a sus consejeras, las hermanas Virginia B. Cannon y Michaelene P. Grassli y a todas las hermanas miembros de la Mesa General de la Primaria. Todos los que deseen unirse a nosotros para expresar nuestra gratitud a estas hermanas por el devoto servicio que han prestado en estos respectivos llamamientos, srvanse indicarlo levantando la mano derecha. Se propone que sostengamos a la hermana Michaelene P. Grassli como Presidenta General de la Asociacin Primaria, a Betty Jo Nelson Jepsen como primera consejera y a Ruth Broadbent Wright como segunda consejera. Los que estn de acuerdo, srvanse manifestarlo. Contrarios, con la misma seal. Se propone que sostengamos a todas las Autoridades Generales y oficiales generales de la Iglesia en sus presentes llamamientos. Los que estn de acuerdo, srvanse manifestarlo. Contrarios, con la misma seal. Presidente Benson, todo parece indicar que la votacin ha sido unnime en forma afirmativa. Invitamos a las Autoridades Generales y a la Presidencia General de la Asociacin Primaria que acaban de ser sostenidos a que tomen asiento en el estrado.

INFORME DEL COMITE DE AUDITORIAS DE LA IGLESIApresentado por Wilford G. EdlingPresidente del Comit de Auditoras de la Iglesia

A la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das

A

fn de evaluar la eficacia del control de ingresos y egresos del fondo general de la Iglesia y sus organizaciones dependientes, hemos revisado el sistema de presupuesto, contabilidad y auditora, as como el informe anual de finanzas de la Iglesia, hasta el 31 de diciembre de 1987, y la manera en que se reciben los fondos y se controlan los egresos. Determinamos que de acuerdo con procedimientos presupuestarios la Primera Presidencia autoriz los egresos de los fondos generales de la Iglesia. El presupuesto es autorizado por el Consejo de Disposicin de Diezmos, integrado por la Primera Presi

dencia, el Consejo de los Doce y el Obispado Presidente. El Comit de Presupuesto y Apropiaciones, en sus reuniones semanales, administra los egresos mayores de los fondos incluidos en el presupuesto. El Departamento de Finanzas y Registros se vale de modernos sistemas tecnolgicos para llevar a cabo la contabilidad de las cuentas del fondo general y para mantenerse informados del rpido crecimiento de la Iglesia y de la variedad de actividades de la misma. El Departamento de Auditoras, el cual es independiente de todos los dems departamentos, realiza audito-

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ras financieras, auditoras operacionales y auditoras de los sistemas de computadoras empleados por la Iglesia. Estos servicios se efectan en forma continua para todos los departamentos de la Iglesia y para otras organizaciones dentro de esa misma jurisdiccin cuyas cuentas se fiscalizan en el Departamento de Finanzas y Registros y comprenden operaciones internacionales que incluyen misiones, escuelas, centros financieros y actividades departamentales. El alcance del Departamento de Auditoras en lo que concierne a la salvaguardia de los recursos de la Iglesia est creciendo en proporcin con la expansin e incremento de las actividades de la Iglesia. La auditora de los fondos locales de barrios y estacas la efectan los auditores de estaca. El Departamento de Auditoras de la Iglesia establece la manera de proceder en las auditoras y revisa los informes correspondientes. Las compaas comerciales de propiedad o de control de la Iglesia, para las que no se lleva a cabo la contabilidad en el Departamento de Finanzas y Registros, se someten a la auditora del Departamento de Auditoras, de firmas profesionales o de agencias regulatorias gubernamentales. Basndonos en nuestro anlisis del informe financiero anual as como de otros datos contables, en nuestro estudio de los mtodos de contabilidad y auditora mediante los cuales se controlan las operaciones financieras, y en nuestro contacto continuo con el personal del Departamento de Finanzas y Registros y el de Auditoras, y con representantes legales de.la Iglesia, somos de la opinin de que los fondos generales de la Iglesia, recibidos y expedidos durante el ao 1986, han sido debidamente contabilizados en conformidad con los procedimientos establecidos descritos en este documento. Respetuosamente, COMIT DE AUDITORIAS DE LA IGLESIA Wilford G. Edling David M. Kennedy Warren E. Pugh Merrill J. Bateman Ted E. Davis20

INFORME ESTADSTICO PARA 1987presentado por F. Michael WatsonSecretario de la Primera Presidencia

P

ara la informacin de los miem bros de la Iglesia, la Primera Presisidencia ha emitido el siguiente informe estadstico concerniente al crecimiento y estado de la Iglesia hasta el 31 de diciembre de 1987. Unidades de la Iglesia Total de estaca 1.666 Total de distritos 379 Total de misiones 205 Total de barrios 10.907 Total de ramas en estacas 2.812 Total de ramas en misiones. . . . 2.287

(Estas estadsticas indican que ha habido un aumento de 44 estacas y 687 barrios y ramas durante el ao 1987.) Total de pases soberanos con barrios o ramas 97 Total de territorios, colonias y posesiones con barrios o ramas organizados 25 Miembros de la Iglesia Total de miembros a fines de 1987

6.440.000

Crecimiento de la Iglesia durante 1987 Aumento de nios inscritos 99.000 Bautismos de nios inscritos 75.000 Bautismos de conversos.... . 227.284 Misioneros Misioneros regulares 34.750

Miembros prominentes de la Iglesia que fallecieron desde abril del ao pasado El lder Franklin D. Richards, miembro del Primer Qurum de los Setenta; Camila Eyring Kimball, viuda del presidente Spencer W. Kimball; Elva Taylor Cowley, viuda de Matthew Cowley, que fue miembro del Qurum de los Doce Apstoles; Alexander Schreiner, que fue organista del Tabernculo por 53 aos, y Louise W. Madsen, que fue consejera de la Mesa General de la Sociedad de So-

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NUESTRO SEOR Y SALVADORpor el lder David B. Haightdel Qurum de los Doce Apstoles

Si pudiramos percibir o ser sensibles aun en el ms mnimo grado al amor incomparable de nuestro Salvador y a su buena voluntad de sufrir por nuestros pecados, nos apresuraramos a borrar nuestros errores y a arrepentimos de todas nuestras transgresiones.

H

e orado para que las bendiciones del cielo me acompaen al hablaros en este da. El relato de Mateo que se encuentra en el Nuevo Testamento incluye estas palabras del Salvador: " . . . todo buen rbol da buenos frutos", y " . . . por sus frutos los conoceris", ya sean buenos o malos (Mateo 7: 17,20). Mientras Michael Watson estaba leyendo el Informe Anual confirmando el continuo crecimiento y progreso

de la Iglesia en todo el mundo, con un nmero cada vez mayor de nuevos conversos que hacen posible la creacin de ms estacas y barrios, con el aumento de poseedores del sacerdocio y de mujeres en sus organizaciones, y con el nmero cada vez mayor de misioneros que hacen posible nuevas misiones, sent un ardor en el pecho, un sentimiento de que Dios apoya y dirige esta obra que ha salido "de la obscuridad" (vase D. y C. 1:30). Esta es la iglesia de nuestro Seor Jesucristo, y en verdad trae frutos dignos de El. Su crecimiento continuar sin interrupcin debido a la fe de sus miembros y porque hay cada vez ms hombres y mujeres que descubren los preciosos hilos de oro de verdad, esperanza y salvacin mientras aprenden los principios del evangelio y son "nutridos por la buena palabra de Dios, para guardarlos en el camino recto . . . confiando . . . en los mritos de Cristo, que [es] el autor . . . de su fe" (Moroni 6:4). Fuera de nuestra Iglesia, muchos se asombran de este continuo crecimiento debido a que tienen un espritu mundano. Esperamos que ellos un da conozcan el gozo y la felicidad que tienen los santos que se aferran a la barra de hierro (vase 1 Nefi 11:25) del evangelio verdadero, el que atesoran como a la vida misma y que mantienen con su constante fe. Vemos la luz del evangelio que

va creciendo como la alborada de un nuevo da despus de la intolerable obscuridad. Y contina extendindose en busca de nuevos horizontes, confirmando la revelacin que recibi el profeta Jos Smith de que "la voz del Seor se dirige a todo hombre, y no hay quien escape" porque penetrar todos los corazones (vase D. y C. 1:2). El evangelio trae una vida nueva y una nueva esperanza y una nueva y desconocida santidad a este mundo convulsionado. Lo vemos, vemos la obra crecer y llegar a ser cada vez ms irresistible, mientras se extiende como las aguas del mar que con suavidad refresca la playa. Viendo este milagro que se sigue revelando, lo comparo con el relato que se encuentra en Hechos. All se nos dice que Pedro y otros Apstoles estaban predicando sobre Jess, y que el concilio de los sumos sacerdotes y los saduceos los pusieron en la prisin para impedirles hablar y ensear de Cristo. Entonces un ngel del Seor abri las puertas de la prisin, y otra vez fueron al templo a ensear a la gente. Un fariseo llamado Gamaliel, que era doctor de la ley, habl en el concilio cuando queran volver a poner a los Apstoles en la prisin y dijo: " . . . Apartaos de estos hombres y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecer; "mas si es de Dios, no la podris destruir; no seis tal- vez hallados luchando contra Dios. "Y convinieron con l; y llamando a los apstoles, despus de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jess, y los pusieron en libertad. "Y ellos salieron . . . gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer . . . por causa del Nombre." (Hechos 5:38-41.) Y, fieles a sus llamamientos de testigos especiales de Cristo, los Apstoles fueron "todos los das en el templo y por las casas, [y no cesaron] de ensear y predicar a Jesucristo", que haba sido crucificado. (Hechos 5:42; vase tambin 1 Corintios 1:23.) Los primeros Apstoles continuaron predicando sin temor los prin21

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cipios del evangelio, como lo hacemos hoy, e invitando a la hunTanidad a creer en el Hijo de Dios, nuestro Salvador, y a arrepentirse: a arrepentirse y a bautizarse para la remisin de sus pecados y a recibir el Espritu Santo en preparacin para recibir la administracin de ordenanzas del evangelio an mayores. Esos discpulos de antao dijeron a los que.buscaban la verdad, con claridad, que cuando el Espritu Santo descansara sobre ellos, llenando sus corazones de gozo, sabran por s mismos si la doctrina era de Dios o de los hombres. El Espritu de verdad gua al hombre a la rectitud, pero debemos tener el deseo de buscar la verdad y tomarnos el tiempo para formar hbitos espirituales y ser receptivos a las manifestaciones del Espritu; no es ahora el momento de empezar? Una persona que se haya desarrollado espiritualmente puede sufrir mucho y conocer la frustracin, pero puede seguir mostrando bondad y amor a causa del poder que surge de la base espiritual que gobierna sus acciones y le impulsa a hablar "con nuevas lenguas" (1 Nefi 31:14), como dijo Nefi, y a dar lo mejor de s, pese a los obstculos. Mi deseo es contribuir a la causa de la verdad y la rectitud y, como los antiguos Apstoles, dar testimonio de la divinidad de Jesucristo. Maana es Pascua! Los cristianos de todo el mundo conmemorarn la resurreccin de nuestro Seor Jesucristo. Aunque la fecha del aniversa-

rio no sea exacta, la poca de la Pascua debe inspirarnos a estudiar y a meditar en la infinita y eterna expiacin de Cristo: "primicias de los que durmieron" (1 Corintios 15:20). La resurreccin de Jess es el ms glorioso de todos los mensajes para la humanidad . Creo en Cristo. S, como Santo de los ltimos Das, creo en Cristo con todo mi corazn. Como dijo Moroni: " . . . venid a Cristo, y perfeccionaos en l, y absteneos de toda impiedad" (Moroni 10:32). Declaramos sin reservas que El es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. Jos Smith, el primer profeta de esta dispensacin, escribi: "Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espritu Santo. "Creemos que por la Expiacin de Cristo todo el gnero humano puede salvarse, mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio." (Artculos de Fe 1, 3.) Creemos que Cristo vino al mundo para rescatar a la humanidad de la muerte temporal y espiritual que trajo al mundo la cada de Adn, y que su sangre inocente se virti para que la humanidad resucite en inmortalidad, y para que aquellos que crean y obedezcan sus leyes se levanten para vivir eternamente. La salvacin se ha administrado en los mismos trminos y condiciones en todas las edades. Los hombres deben tener fe en Jesucristo, arrepentirse de sus pecados, bautizarse en su nom-

bre, recibir el don del Espritu Santo y permanecer fieles para lograr la vida eterna. El Seor Dios ha enviado a sus santos profetas entre todos los hijos de los hombres en todas las edades para declarar estas cosas, as como lo hace hoy en da (vase Mosah 3:13). Un ngel enviado por el Seor instruy al rey Benjamn, un profeta del Libro de Mormn, que anunciara a su pueblo la llegada del Mesas,ms de cien aos antes del nacimiento de Cristo, "a fin de que ellos tambin puedan llenarse de gozo" (vase Mosah 3:4). Este santo profeta dijo: "Porque he aqu que viene el tiempo . . . que . . . el Seor Omnipotente, que reina, que era y que es de eternidad en eternidad . . . descender del cielo entre los hijos de lo