59468350-ICONOGRAFIA

16
[ 218 ] CATÁLOGO. PERÍODO VIRREINAL Las imágenes religiosas desempeñaron un papel de gran relevancia en el proceso evangelizador americano, sirviendo a los frailes que cristianizaron a los indios como un elemento auxiliar de su predicación. Franciscanos y jesui- tas adoctrinaron a los indígenas peruanos repartiéndoles estampas, pinturas y esculturas. Sin embargo, la devoción que promovían dichas imágenes no estaba exenta de peligros, como la idolatría y la superstición. Las primeras imágenes de culto fueron, por supuesto, representaciones veneradas de Cris- to y María, encontrándose por doquier. La devoción mariana fue especial- mente importante en el virreinato del Perú. La Virgen María —que engloba los cultos andinos a la Pachamama y al Apu— es titular de numerosas parro- quias, templos, conventos y capillas, algunos levantados sobre antiguos san- tuarios prehispánicos. En muchas de las imágenes cristológicas y marianas apreciamos elementos sincréticos. Así por ejemplo, los Niños Jesús cusque- ños fueron adornados hasta 1675 con símbolos propios del Inca, las vírgenes niña hilanderas son representadas quizá como ñustas imperiales incaicas, y la Virgen de Pomata representa a la Candelaria con tocado de plumas nativo. En Perú, como en México, se propagan leyendas sobre evangelizacio- nes remotas, previas a 1492. Felipe Guamán Poma de Ayala afirma en 1613 que San Bartolomé había viajado a Perú durante el reinado del segundo Inca Cinchi Roca para bautizar algunos indios. También son tempranas las supuestas apariciones celestiales en tierras peruanas: en 1535-1536, y durante el asedio que sufrieron los españoles de Cuzco por parte de incas rebeldes, se aparecieron sucesivamente la Virgen y el apóstol Santiago faci- litando la victoria de los primeros. Se trató en este caso de un culto pro- movido indudablemente por las autoridades españolas para frenar las fre- cuentes rebeliones y los brotes de idolatría en la antigua capital inca. Las imágenes de culto peruanas no se limitaron por tanto a ser una répli- ca de los modelos europeos. Algunas de ellas se adaptaron incluso a las pro- blemáticas específicas del continente americano. Es el caso de la estatua del Crucificado realizada en madera y maguey, venerada en la catedral de Cuzco desde finales del siglo XVI, y conocida a partir de 1650 como «El señor de los Temblores», pues el gran terremoto de ese año concluyó según la tradición cuando la imagen fue paseada en procesión. Pinturas y estampas divulgarán su iconografía y su culto por todo el virreinato. Con algunas variaciones se representa en ellas el Cristo sobre fondo negro entre cirios y ramos de flores locales, tal como preside su altar la imagen original. Otra peculiaridad iconográfica virreinal es la presencia de imágenes prohi- bidas en Europa a partir del Concilio de Trento —decreto sobre el culto y vene- ración debidos a las imágenes sagradas del 4 de diciembre de 1563—, como las trinidades trifaciales o isomórficas. Las primeras muestran a un dios cris- tiano con tres cabezas idénticas; las segundas a las tres personas de la Trini- dad como tres figuras humanas semejantes. Unas y otras tenían una inten- ción profundamente didáctica: poner de relieve la equivalencia del Padre, del Hijo y del Espíritu. Su pervivencia en América pese a las prohibiciones roma- nas puede explicarse como una estrategia para explicar pedagógicamente a los indios uno de los misterios más complejos de la fe cristiana, a la vez que evitar recaer en los cultos politeístas prehispánicos. Otro ejemplo interesante de heterodoxia andina son los ángeles arcabuceros. La devoción a los siete arcángeles, censurada en Europa, se materializó en la región andina a través de su representación como oficiales de las milicias celestiales armados de mosquetes. Pudieron ser una representación del poder militar español, pero también un producto del sincretismo cultural impulsado por los misioneros que reemplazó los cultos cosmológicos andinos por el de los arcángeles. Además y como es lógico, fue especialmente importante en Perú el cul- to a los santos propios del Nuevo Mundo. Hacia ellos se volcó la devoción criolla, una vez eran beatificados o canonizados en Roma. Destacaron Tori- bio de Mogrovejo, Luis Beltrán y Francisco Solano, y sobre todos, dos san- tos limeños y dominicos: Rosa de Lima y Martín de Porres. Santa Rosa de Lima —primera americana canonizada— fue retratada post mortem por Angelino Medoro, cuyo boceto se convirtió en el modelo iconográfico. Cle- mente X la canonizó en 1671, proclamándola patrona de toda la América hispana y por lo tanto baluarte de la fe en el Nuevo Mundo. Su represen- tación junto al monarca Carlos II defendiendo conjuntamente el dogma eucarístico ha de interpretarse en este sentido. San Martín de Porres no fue canonizado hasta el siglo XX. Tal vez por eso su imagen fue menos repre- sentada que la de santa Rosa. Pero el sincretismo religioso y los cultos locales no supusieron que el virreinato del Perú fuera ajeno a los lenguajes simbólicos que triunfaban en Europa como la emblemática o la alegoría. Su alto contenido intelectual los hizo propicios para el arte festivo y también como decoración de los grandes conjuntos monásticos. Es el caso por ejemplo de las pinturas emblemáticas que decoran el claustro de los Naranjos del impresionante monasterio de monjas dominicas de Arequipa, basadas en los grabados del Pia Desideria del jesuita belga Hermann Hugo (1624), uno de los libros más importantes de la Contrarreforma, centrado en las vías de la perfección mística. O tam- bién de las pinturas murales de la celda del padre Francisco de Salamanca en el convento de la Merced de Cuzco, inspiradas en los emblemas cristia- nos editados por Diego Suárez de Figueroa en Camino del Cielo (1738). iconografía y religiosidad VÍCTOR MÍNGUEZ

Transcript of 59468350-ICONOGRAFIA

Page 1: 59468350-ICONOGRAFIA

[ 218 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

Las imágenes religiosas desempeñaron un papel de gran relevancia en el

proceso evangelizador americano, sirviendo a los frailes que cristianizaron a

los indios como un elemento auxiliar de su predicación. Franciscanos y jesui-

tas adoctrinaron a los indígenas peruanos repartiéndoles estampas, pinturas

y esculturas. Sin embargo, la devoción que promovían dichas imágenes no

estaba exenta de peligros, como la idolatría y la superstición. Las primeras

imágenes de culto fueron, por supuesto, representaciones veneradas de Cris-

to y María, encontrándose por doquier. La devoción mariana fue especial-

mente importante en el virreinato del Perú. La Virgen María —que engloba

los cultos andinos a la Pachamama y al Apu— es titular de numerosas parro-

quias, templos, conventos y capillas, algunos levantados sobre antiguos san-

tuarios prehispánicos. En muchas de las imágenes cristológicas y marianas

apreciamos elementos sincréticos. Así por ejemplo, los Niños Jesús cusque-

ños fueron adornados hasta 1675 con símbolos propios del Inca, las vírgenes

niña hilanderas son representadas quizá como ñustas imperiales incaicas, y

la Virgen de Pomata representa a la Candelaria con tocado de plumas nativo.

En Perú, como en México, se propagan leyendas sobre evangelizacio-

nes remotas, previas a 1492. Felipe Guamán Poma de Ayala afirma en 1613

que San Bartolomé había viajado a Perú durante el reinado del segundo

Inca Cinchi Roca para bautizar algunos indios. También son tempranas las

supuestas apariciones celestiales en tierras peruanas: en 1535-1536, y

durante el asedio que sufrieron los españoles de Cuzco por parte de incas

rebeldes, se aparecieron sucesivamente la Virgen y el apóstol Santiago faci-

litando la victoria de los primeros. Se trató en este caso de un culto pro-

movido indudablemente por las autoridades españolas para frenar las fre-

cuentes rebeliones y los brotes de idolatría en la antigua capital inca.

Las imágenes de culto peruanas no se limitaron por tanto a ser una répli-

ca de los modelos europeos. Algunas de ellas se adaptaron incluso a las pro-

blemáticas específicas del continente americano. Es el caso de la estatua del

Crucificado realizada en madera y maguey, venerada en la catedral de Cuzco

desde finales del siglo XVI, y conocida a partir de 1650 como «El señor de los

Temblores», pues el gran terremoto de ese año concluyó según la tradición

cuando la imagen fue paseada en procesión. Pinturas y estampas divulgarán

su iconografía y su culto por todo el virreinato. Con algunas variaciones se

representa en ellas el Cristo sobre fondo negro entre cirios y ramos de flores

locales, tal como preside su altar la imagen original.

Otra peculiaridad iconográfica virreinal es la presencia de imágenes prohi-

bidas en Europa a partir del Concilio de Trento —decreto sobre el culto y vene-

ración debidos a las imágenes sagradas del 4 de diciembre de 1563—, como

las trinidades trifaciales o isomórficas. Las primeras muestran a un dios cris-

tiano con tres cabezas idénticas; las segundas a las tres personas de la Trini-

dad como tres figuras humanas semejantes. Unas y otras tenían una inten-

ción profundamente didáctica: poner de relieve la equivalencia del Padre, del

Hijo y del Espíritu. Su pervivencia en América pese a las prohibiciones roma-

nas puede explicarse como una estrategia para explicar pedagógicamente a

los indios uno de los misterios más complejos de la fe cristiana, a la vez que

evitar recaer en los cultos politeístas prehispánicos. Otro ejemplo interesante

de heterodoxia andina son los ángeles arcabuceros. La devoción a los siete

arcángeles, censurada en Europa, se materializó en la región andina a través

de su representación como oficiales de las milicias celestiales armados de

mosquetes. Pudieron ser una representación del poder militar español, pero

también un producto del sincretismo cultural impulsado por los misioneros

que reemplazó los cultos cosmológicos andinos por el de los arcángeles.

Además y como es lógico, fue especialmente importante en Perú el cul-

to a los santos propios del Nuevo Mundo. Hacia ellos se volcó la devoción

criolla, una vez eran beatificados o canonizados en Roma. Destacaron Tori-

bio de Mogrovejo, Luis Beltrán y Francisco Solano, y sobre todos, dos san-

tos limeños y dominicos: Rosa de Lima y Martín de Porres. Santa Rosa de

Lima —primera americana canonizada— fue retratada post mortem por

Angelino Medoro, cuyo boceto se convirtió en el modelo iconográfico. Cle-

mente X la canonizó en 1671, proclamándola patrona de toda la América

hispana y por lo tanto baluarte de la fe en el Nuevo Mundo. Su represen-

tación junto al monarca Carlos II defendiendo conjuntamente el dogma

eucarístico ha de interpretarse en este sentido. San Martín de Porres no fue

canonizado hasta el siglo XX. Tal vez por eso su imagen fue menos repre-

sentada que la de santa Rosa.

Pero el sincretismo religioso y los cultos locales no supusieron que el

virreinato del Perú fuera ajeno a los lenguajes simbólicos que triunfaban en

Europa como la emblemática o la alegoría. Su alto contenido intelectual los

hizo propicios para el arte festivo y también como decoración de los grandes

conjuntos monásticos. Es el caso por ejemplo de las pinturas emblemáticas

que decoran el claustro de los Naranjos del impresionante monasterio de

monjas dominicas de Arequipa, basadas en los grabados del Pia Desideria

del jesuita belga Hermann Hugo (1624), uno de los libros más importantes

de la Contrarreforma, centrado en las vías de la perfección mística. O tam-

bién de las pinturas murales de la celda del padre Francisco de Salamanca

en el convento de la Merced de Cuzco, inspiradas en los emblemas cristia-

nos editados por Diego Suárez de Figueroa en Camino del Cielo (1738).

iconografía y religiosidad V Í C T O R M Í N G U E Z

Page 2: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 219 ]

l a i n f a n c i a d e j e s ú s

206

207

206 Anónimo, El regreso de Egipto,ca. 1750Óleo sobre lienzo, 105 x 124 cm

Colección BBVA Banco Continental, Lima

207 Anónimo, El regreso de Egipto,siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 66 x 123 cm

Templo de San Juan Bautista de Huaro,

Arquidiócesis de Cusco [Cz-12/V/2.0/B-005/27]

Page 3: 59468350-ICONOGRAFIA

[ 220 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

209

208

210

210 Escuela cusqueña, El Taller de Nazareth, siglo XVII

Óleo sobre lienzo, 84,5 x 60,5 cm

Monasterio de Madres Carmelitas, Ayacucho [42]

208 Anónimo, Virgen con el Niño y San Juanito, siglo XVI

Óleo sobre lienzo, 133 x 106 cm

Instituto Nacional de Cultura (Museo Histórico Regional, Cusco [067-73-MHR-INC-RC])

209 Escuela cusqueña, Dulce convite, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 105 x 82 cm

Instituto Nacional de Cultura (Museo Histórico Regional, Cusco [S.F-687])

Page 4: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 221 ]

213

211

212

211 Anónimo, San Juanito, siglo XVIII

Talla en madera, tela encolada policromada y dorada, 49,5 x 25,5 x 18,1 cm

Orden Carmelita, Perú

213 Anónimo, Premonición de la Pasión, siglo XVIII

Talla en madera policromada, 23,3 x 15 x 10 cm

Instituto Nacional de Cultura (Museo Nacional de Arqueología, Antropología

e Historia del Perú, Lima [1966/504])

212 Anónimo, Niño Jesús triunfante, siglo XVIII

Pasta de maguey y tela encolada policromada y dorada, 44 x 20 x 17 cm

Colección Lambarri Orihuela (Depósito en el Museo Pedro de Osma, Lima [LAMB 119])

Page 5: 59468350-ICONOGRAFIA

[ 222 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

i c o n o g r a f í a m a r i a n a

214

215

214 Anónimo, Virgen niña hilando, siglo XVII

Óleo sobre lienzo, 116 x 84 cm

Museo Pedro de Osma, Lima [82.0.647]

215 Anónimo, Los desposorios de la Virgen, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 67 x 125 cm

Templo de San Juan Bautista de Huaro, Arquidiócesis de Cusco [Cz-12/V/2.0/B-005/18]

Page 6: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 223 ]

216

216 Escuela cusqueña,Nuestra Señora del Rosariode Pomata, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo,

212 x 147,5 cm

Monasterio de Santa Clara,

Ayacucho

Page 7: 59468350-ICONOGRAFIA

217

220

[ 224 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

218

219

Page 8: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 225 ]

t r i n i d a d

221

222

221 Escuela cusqueña, Trinidad antropomorfa entronizada, 1720-1740Óleo sobre lienzo, 151 x 214 cm

Museo de Arte de Lima (Donación Anita Fernandini de Naranjo) [V-2.0-39]

222 Escuela cusqueña, Trinidad trifacial, 1750-1770Óleo sobre lienzo, 182 x 124 cm

Museo de Arte de Lima (Donación Familia Prado) [V-2.0-35]

217 Anónimo, Virgen de Cocharcas, 1767Óleo sobre lienzo, 154 x 116 cm

Museo Pedro de Osma, Lima [82.0.462]

219 Anónimo, Altar de la Virgen, siglo XVII

Óleo sobre lienzo, 166 x 117 cm

Hotel Monasterio, Arquidiócesis de Cusco [Cz-6/V/2.0/B-022/05]

218 Anónimo, Nuestra Señora de Amancay, siglo XVII

Óleo sobre lienzo, 106 x 82 cm

Instituto Nacional de Cultura (Museo Histórico Regional, Cusco [048-169])

220 Anónimo, Virgen de Belén, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 175 x 109 cm

Museo Pedro de Osma, Lima [82.0.454]

Page 9: 59468350-ICONOGRAFIA

[ 226 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

224 225

224 Anónimo, Arcángel san Miguel, siglo XVII

Óleo sobre lienzo, 116,2 x 80,5 cm

Templo del Niño Jesús de Ñeque, Ayacucho

225 Anónimo, Arcángel san Rafael, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 180 x 103 cm

Provincia de Nuestra Señora de Gracia, Santa Fe de Bogotá [10]

a r c á n g e l e s

223

223 Anónimo, Arcángel arcabucero, siglo XVII

Óleo sobre lienzo, 123 x 81,5 cm

Templo del Niño Jesús de Ñeque, Ayacucho

Page 10: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 227 ]

226

226 Anónimo, Arcángel, siglo XVII

Óleo sobre lienzo, 99 x 65,5 cm

Templo del Niño Jesús de Ñeque,

Ayacucho

Page 11: 59468350-ICONOGRAFIA

[ 228 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

h a g i o g r a f í a d e s a n t o s

227

227 Escuela cusqueña, Santo Tomásde Aquino, protector de laUniversidad del Cusco, fulminandocon su pluma al diablo, ca. 1690-1695Óleo sobre lienzo, 161 x 117 cm

Museo Arte de Lima (Donación José

Antonio de Lavalle) [V-2.0-15]

228 Anónimo, San Martínde Porres, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo brocateado, 84 x 50 cm

Colección Manuel Mujica Gallo, Casa

Lorca, Lima

229 Anónimo, María Magdalena,siglo XVI

Talla en madera y barniz, 104,5 x 52 x 12 cm

Convento de Santo Domingo, Lima

231 Diego Rodríguez,San Sebastián, siglo XVI

Talla en madera policromada,

170,5 x 68 x 40,5 cm

Compañía de Jesús, Arequipa [CJ-ES-11]

232 Anónimo, San Juan de Dios,siglo XVII

Talla en madera policromada, paño

bordado con hilo de oro, 35,5 x 9 x 8 cm,

ancho de brazos 17 cm, estandarte 40 cm

Archivo-Museo San Juan de Dios

«Casa de los Pisa», Granada [28]

230 Tomás Tayru Tupac (atribuido),Santiago, siglo XVII

Pasta de maguey y tela encolada,

policromadas, 113 x 70 x 35 cm

Museo de la Catedral, Arquidiócesis

de Cusco [Cz-6/V/2.1/B-01/94]

233 Anónimo, San Isidroy los dos bueyes, san Isidro:siglo XVIII y bueyes: siglo XIX

Madera, pasta y tela encolada,

policromadas, 104 x 49 x 32 cm

Colección Lambarri Orihuela, Cusco

Page 12: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 229 ]

228 229

231 232

230

233

Page 13: 59468350-ICONOGRAFIA

[ 230 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

s a n t a r o s a d e l i m a

234

236 237

235

234 Basilio Pacheco (atribuido), Nacimiento de Santa Rosa de Lima,siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 127 x 170 cm

Colección Manuel Mujica Gallo, Casa Lorca, Lima

235 Escuela cusqueña, Sagrada Familia con la familia de la Virgeny Santa Rosa de Lima, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 130 x 181 cm

Pinacoteca del Banco de Crédito del Perú, Lima [012290]

236 Anónimo, Santa Rosa de Limacon sus dos emblemas criollos: Limasobre un ancla y el Niño eucarísticososteniendo el anillo nupcial entreflores y olivas, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 280 x 142 cm

Colección Manuel Mujica Gallo, Casa

Lorca, Lima

237 Escuela cusqueña, Santa Rosade Lima, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 85 x 66 cm

Museo de Arte de Lima (Donación Pedro

de Osma Gildemeister) [V-2.0-23]

Page 14: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 231 ]

238

238 Anónimo, Santa Rosade Lima con el Niño, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 93 x 69 cm

Museo Pedro de Osma, Lima

[82.0.602]

Page 15: 59468350-ICONOGRAFIA

[ 232 ] C A T Á L O G O . P E R Í O D O V I R R E I N A L

e p i s o d i o s r e l i g i o s o s

239

241

240

239 Anónimo, Representaciónde la Flota de Manila, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 126 x 250 cm

Colección particular, EE.UU.

240 Escuela limeña, Procesiónde Semana Santa: Cristo crucificado,ca. 1660-1665Óleo sobre lienzo, 102 x 466 cm

Santuario de Nuestra Señora de la Soledad,

Lima [V-20/3-51-82]

241 Escuela limeña, Procesiónde Semana Santa: Santo Sepulcro,ca. 1660-1665Óleo sobre lienzo, 101 x 496 cm

Santuario de Nuestra Señora de la Soledad,

Lima, V-20/B-51-91

Page 16: 59468350-ICONOGRAFIA

I C O N O G R A F Í A Y R E L I G I O S I D A D [ 233 ]

242

243 244

244 Diego Quispe Tito, La vocación de los apóstoles,Serie del Zodiaco, Piscis, 1681Óleo sobre lienzo, 142 x 186,5 cm

Museo del Palacio Arzobispal, Arquidiócesis de Cusco [Cz-6/V/2.0/B-01/247]

243 Diego Quispe Tito, San José y la Virgen en busca de posada,Serie del Zodiaco, Aries, 1681Óleo sobre lienzo, 141 x 184 cm

Museo del Palacio Arzobispal, Arquidiócesis de Cusco [Cz-6/V/2.0/B-01/246]

242 Escuela cusqueña, Señor de los Temblores, siglo XVIII

Óleo sobre lienzo, 168 x 128 cm

Pinacoteca del Banco de Crédito del Perú, Lima [012245]