Colombia Internacional No. 31

41

description

Universidad de los Andes, Colombia Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Política Revista de libre acceso Consúltela y descárguela http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/

Transcript of Colombia Internacional No. 31

Page 1: Colombia Internacional No. 31
Page 2: Colombia Internacional No. 31
Page 3: Colombia Internacional No. 31

Sección:

Política Exterior

de Colombia

El sentido del Movimiento

de Países No Alineados y

el papel de Colombia en

su presidencia

Socorro Ramírez*

El Movimiento de Países No Alineados (NOAL) fue inicial-mente promovido por algunas naciones afroasiáticas que ac-cedían a la escena mundial de manera independiente, tras sus propias luchas anticoloniales y de liberación nacional; y por Yugoslavia, que buscaba una forma de "neutralismo activo". América Latina y el Caribe estuvieron ausentes de los antecedentes del Movimiento y relativamente distantes de su fundación y comienzos. Su presencia posterior fue precaria, dispersa y de bajo perfil.

Colombia es, después de Cuba, el segundo país latinoamericano que asume la presidencia del Movimiento. El papel que desempeñe Colombia estará marcado por la necesaria readecuación del Movimiento a las nuevas circunstancias internacionales, por el compromiso y la participación nacional para desempeñarlo, y por la capacidad que demuestre el país para comprometer a América Latina y el Caribe en esa tarea.

La actual transición interna-cional, los procesos de globalización e interdependencia de los mercados, las nuevas realidades sociales, tecnológicas y económicas del mundo inte-rrogan la vigencia de muchas de las organizaciones interna-cionales, creadas casi todas ellas en la segunda posguerra. En efecto, desaparecidos la bipolaridad y el alineamiento, aunque muchos de los asuntos geopolíticos anteriores man-tienen su vigencia, se han visto desplazados por las cuestiones económicas y comerciales, que han pasado al primer plano de las preocupaciones mundiales. La competencia generalizada de todas las economías en los distintos mercados y la primacía que cobran en este contexto los intereses particulares por sobre los generales, debilitan los vínculos de solidaridad que unían a los antiguos actores sociales y políticos de naturaleza colectiva, tanto en el nivel nacional como en el internacional. Así, el impacto disolvente del mercado lo sufren los sindicatos, los partidos políticos y sus respectivas organizaciones internacionales. Otro tanto acontece con movimientos como el de los No Alineados.

Por eso, vale la pena que con motivo de la presidencia que empieza a ejercer Colombia, nos preguntemos: ¿qué sentido puede tener el Movimiento de Países No Alineados en el actual sistema internacional y bajo qué modalidades y perfiles podría recuperar su vigencia?

* Investigadora del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Colombia.

3

Page 4: Colombia Internacional No. 31

Sentido y perfil del Movimiento

Parecería obvio decir que el nuevo punto de convergencia de todos los miembros y la razón de ser del Movimiento podrían ser la lucha contra el sub-desarrollo y la pobreza, pero esta respuesta no es suficiente. Es necesario definir asimismo de qué forma podría operar la organización para lograr sus objetivos.

Los cambios internacionales han puesto en cuestión los antiguos parámetros políticos que le daban alguna eficacia al Movimiento. Ya no es posible, como sí lo era durante la Guerra Fría, confrontar al mundo industrializado. De hecho, los mecanismos de presión política, que dieron resultados parciales en las épocas de la bipolaridad, han perdido todo vigor. Al desaparecer la confrontación Este-Oeste, la retórica política y la amenaza de inclinarse hacia el campo enemigo han dejado de constituir un recurso de poder.

Tampoco es posible cambiar los mecanismos políticos de entonces por nuevas formas de presión económica, y trans-formar, por ejemplo, las mate-rias primas en armas de com-bate, como en su tiempo se hizo con el petróleo. Los países industrializados han desarrollado en este sentido, o productos sustitutivos, o bien poderosos y sutiles mecanismos de halagos y sanciones económicas que disuelven las solidaridades entre los países productores.

De modo general, se puede decir que la confrontación del Sur pobre con el Norte enriquecido era posible en el pasado gracias al conflicto existente entre el Este y el Oeste del

mismo Norte, de cuya rivalidad se aprovechaba el Sur. Y no se ve cuáles puedan ser hoy los nuevos mecanismos que permitan ejercer alguna presión sobre los países industrializados con el fin de obtener una mejor distribución de los recursos del planeta.

Más aún, si existieran todavía tales mecanismos, el recurso a las presiones y reivindicaciones podría traer consigo, como resultado, un mayor marginamiento de los países del Sur por parte del Norte. Por lo demás, el Norte y el Sur no son entes homogéneos y monolíticos. Ni siquiera cons-tituyen la única línea de división del mundo contemporáneo. Para facilidad en este análisis, se habla de Norte y Sur en general, limitándose a esta división.

Ahora bien, si no existen hoy mecanismos que permitan ejercer presión eficaz sobre el Norte para una distribución más equitativa de las cargas y beneficios del desarrollo, ¿podrá una organización como los No Alineados impulsar formas de relación, ya no de confrontación sino de cooperación sobre asuntos que afectan a todas las naciones del planeta? ¿Podrán los países subdesarrollados encontrar formas de cooperación entre sí y con las naciones industrializadas que les permitan contribuir tanto a la definición de los nuevos problemas globales como a su solución? Nada es menos evidente.

Para efectos del presente en-sayo, no se entiende la coope-ración como sinónimo de asis-tencia. No se considera, por tanto, a los No Alineados como un foro de las naciones más pobres destinado a pedir ayu-

da a los países desarrollados, a cambio de lo cual cederían su poder de decisión sobre los problemas comunes. Tampoco se entiende la cooperación como simple reciprocidad en el libre mercado ni como una necesaria convergencia de intereses, posiciones y expectativas entre el Norte y el Sur, pues la desaparición parcial del conflicto ideológico de la pos-guerra no garantiza por sí sola una armonía plena ni un en-tendimiento total. Cooperar significa participar en un proce-so de negociación en el que to-das las partes implicadas en un mismo asunto puedan expresar sus intereses y expectativas, in-tervenir en su definición, en el diseño de estrategias, en la dis-tribución equilibrada de costos y en la aplicación de medidas para lograr los objetivos globales. Sin embargo, la cooperación así entendida no parece figurar en la agenda del Norte. Los países industrializados, en lo fundamental, no apuntan a la construcción de instrumentos conjuntos de cooperación con el Sur, ni siquiera en temas que les son comunes; por el contrario, perciben los asuntos globales como problemas generados exclusivamente por el Sur y definen la agenda internacional de manera unilateral. Así, se señala como problema global la deforestación de los bosques en los países pobres, pero se olvidan la contaminación del aire, la dilapidación de la energía y el modelo de consumo en las naciones ricas; se definen las migraciones como problema global, pero se olvida lo que las hace incontenibles: el creciente desempleo en el Sur, generado en parte por las desequilibradas condiciones mundiales de intercam-

4

Page 5: Colombia Internacional No. 31

bio impuestas por el Norte; se criminaliza el narcotráfico, pero se deja de lado la producción innecesaria y el contrabando de armas que le da al narcotráfico su poder y que alimenta los conflictos por todo el mundo. Procediendo de este modo, el Norte crea entonces una nueva gama de "enemigos" con los que, al parecer, intenta remplazar la amenaza comunista, relegitimar el tra-dicional intervencionismo y condicionar cualquier ayuda. Por otra parte, los países in-dustrializados, y en particular los Estados Unidos, no parecen hasta ahora muy dispuestos a aceptar la participación de los países pobres en la definición de estos asuntos, y menos aún en forma colectiva y organizada. A veces parece como si la diplomacia norteamericana quisiera seguir exigiendo un alineamiento obligatorio con sus intereses. Conviene recordar cómo el solo hecho de que el Movimiento quiera convertirse en una agremiación de los países del llamado Sur, molesta a ciertos sectores norteamericanos. Valga de ejemplo la reacción negativa de la embajada norteamericana en Bogotá ante el anuncio de que Colombia se aprestaba a asumir la presidencia del Movimiento.

Conviene tener en cuenta, igualmente, que los No Ali-neados enfrentan delicados problemas en temas que no implican sólo a las grandes po-tencias y que le restan fuerza y credibilidad al Movimiento. No pocos de los gobiernos que allí participan son ajenos a la democracia; violan abiertamente los derechos humanos o toleran una notoria impunidad en este campo. Asimismo, muchos de los países miembros son algunos de los mayo-

res compradores de armas y unos cuantos pretenden imponer su hegemonía frente a sus vecinos más débiles. Estas si-tuaciones que han contribuido a crearle al Movimiento momentos críticos han adquirido en la actualidad preocupantes connotaciones derivadas de las últimas guerras (Irán, Irak y Kuwait) y conflictos entre sus miembros, incluidos algunos latinoamericanos; derivadas también de las graves situaciones internas en naciones que han tenido un papel de liderazgo en la organización (Yugoslavia y Cuba), y de las posiciones que enfrentan los países árabes en los conflictos del Oriente Medio. A ello se suma la aproximación de algunos países No Alineados a bloques económicos dirigidos por alguna de las grandes potencias actuales. De la misma manera, no es posible desconocer que a la complejidad de la situación in-ternacional, de la actitud de las grandes potencias y del mismo Movimiento, se suma la ex-traordinaria heterogeneidad de los miembros. Los No Alineados constituyen hoy un verdadero caleidoscopio de culturas, niveles de desarrollo, percepciones e intereses. Es cierto que la heterogeneidad y el pluralismo ideológico fueron para el Movimiento un factor de fuerza: le permitieron atraer a muchos y muy diversos países a su seno, concediéndole una importante vocería en las Naciones Unidas. Sin embargo, la fuerza numérica basada en un perfil difuso podría convertirse en una debilidad frente a los desafíos que se le plantean al Movimiento en los años noventa.

A pesar de las dificultades antes señaladas, por todas las

razones ya indicadas y en par-ticular por la necesidad de en-tendimiento con el Norte, es preciso decir que, en la actual transición internacional, el Movimiento podría desempeñar dos papeles diferentes, uno hacia adentro y otro hacia fuera.

Hacia dentro podría estar dirigido a posibilitar la concertación, cooperación y solidaridad Sur-Sur. Todos los miembros del Movimiento, sean del Asia, el África, el Caribe o América Latina, comparten hoy, en muchos campos, retos y riesgos similares: necesitan estimular su desarrollo científico y técnico; se ven obligados a abrir sus economías, a buscar nuevos recursos y a procurar una inserción exitosa en los mercados internacionales; deben confrontarse más profundamente con el mundo; requieren desarrollar nuevas solidaridades horizontales para defender su soberanía y sus perspectivas frente a los temas de la agenda global, y en torno a la readecuación de las orga-nizaciones intergubernamentales y del nuevo ordenamiento internacional.

Más allá del estímulo a los vínculos puramente económicos y comerciales que son, sin duda, de capital importancia, el Movimiento podría fomentar también el desarrollo de las relaciones culturales entre sus miembros como un dique po-deroso contra los conflictos y las tensiones, y como una forma de fortalecer las posibilidades de acción común. Es preciso, además, que los vínculos sobrepasen las relaciones di-plomáticas intergubernamentales y acerquen a los más amplios sectores sociales, políticos, económicos y culturales en procura de contacto, mutuo

5

Page 6: Colombia Internacional No. 31

conocimiento y acuerdos entre el mundo latinoamericano-caribeño, afroasiático y del Oriente Medio. Éste podría ser un énfasis latinoamericano y caribeño de la presidencia que ejerza Colombia y de la manera de asumirla.

Hacia fuera el Movimiento no debería convertirse simplemente en un vocero de denuncias, expectativas y demandas frente a las potencias de hoy. Más bien podría constituir un organismo de creación de sentido y un punto de referencia ético-político en la construcción del nuevo orden internacional. Para ello podría examinar los temas de la agenda internacional y elaborar consensos positivos y propositivos sobre ellos, privilegiando quizás algunos asuntos como la seguridad no reducida a la defensa, el desarrollo social y el medio ambiente. Podría partir de los acuerdos ganados ya por la comunidad internacional en cumbres como la de Rio y la de Copenhague, y convertirse en un mecanismo de presión en el sistema de las Naciones Unidas, buscando que se apliquen los compromisos y los planes de acción en ellas acordados.

El Movimiento podría servir también de instrumento para la elaboración de un nuevo concepto de soberanía que tenga en cuenta el carácter transnacional de muchos pro-blemas pero que, al mismo tiempo, respete y haga respetar los intereses de las naciones menos poderosas frente al neointervencionismo de las potencias.

De igual manera, los No Ali-neados podrían influir en la re-definición del papel y la es-tructura de las organizaciones

multilaterales como las Nacio-nes Unidas, el Consejo de Se-guridad, la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, con el fin de que en su dirección se logre una representación más democrática del mundo actual, que incluya equitativamente a los países del Sur. El papel del Movimiento en este campo se hace aún más importante en la hora actual si se tiene en cuenta que los más afectados por la parálisis de las Naciones Unidas y de otros organismos multilaterales son, justamente, los países subdesarrollados. La inoperancia de estos organismos le abre la puerta al in-tervencionismo y permite el retorno a los acuerdos bilate-rales en las relaciones interna-cionales, que a su vez facilitan a las grandes potencias la im-posición de su voluntad. El Movimiento podría hacer un esfuerzo mayor para coordinar la intervención de sus países miembros en estos organismos y promover alianzas privilegiadas, por ejemplo, con algunos países de Europa Occidental o del Este.

Cumplir este doble papel no es tarea fácil ni la puede desa-rrollar sola la cancillería nacio-nal. La presidencia colombiana necesitaría, para ello, una participación activa de América Latina y el Caribe.

Papel latinoamericano y de la presidencia colombiana

La participación de regiones y países distintos de los miembros fundadores y centrales del Movimiento podría contar hoy con mejores posibilidades. Estas condiciones podrían derivarse de la pérdida parcial de importancia estratégica de algunas regiones debido a la

desaparición del conflicto Este-Oeste, el "enfriamiento" ideológico de las relaciones in-ternacionales y del predominio de los asuntos económicos, que obliga a todos los países a buscar el fortalecimiento de re-laciones recíprocas. La distensión internacional también podría fortalecer los procesos de concertación y re-agrupamiento entre algunas élites latinoamericanas cuida-dosas de no permitir el renaci-miento de nuevas formas de dependencia política. Ya no parece posible volver a la tra-dicional relación bilateral con la nación del Norte o una su-bordinación política global a los Estados Unidos. No se puede borrar la evolución de los setenta y ochenta, la diversificación económica e ideológica del mundo y la creciente autonomía ya conquistada.

Pero, además, en la nueva si-tuación internacional algunas élites latinoamericanas se ven obligadas a emprender el camino de solidaridad regional en el que hubieran debido avanzar por convicción desde mucho tiempo atrás. Urgidas por la necesidad de sustentar políticas diferentes de las de los Estados Unidos y más acordes con sus propios intereses, se aferran a principios de autodeterminación y soberanía, terreno compartidos con los No Alineados. Colombia podría aprovechar la presidencia para impulsar la más amplia y activa participación y coordina-ción latinoamericana en el Mo-vimiento.

Así, en la doble dimensión hacia dentro y hacia afuera que el Movimiento podría asumir en las actuales circunstancias internacionales, América Latina y el Caribe, y Colombia

6

Page 7: Colombia Internacional No. 31

en particular, tienen la oportu-nidad de desempeñar un papel central.

Hacia dentro, el Movimiento puede ser para los países de América Latina y el Caribe, Co-lombia específicamente, un ám-bito para el encuentro más pro-fundo con el mundo, y en particular con regiones tan ig-noradas tradicionalmente como las de aquellos países que conforman el Movimiento de los No Alineados: el África, el Asia y el Oriente Medio. Tal oportunidad no es despreciable en esta época de internacionalización forzosa y de rehegemonización, al menos hemisférica, de los Estados Unidos. Nadie podría hoy menospreciar las posibilidades que ofrece el Movimiento de intercambio cultural, científico, tecnológico y comercial con países de un desarrollo similar.

La primera tarea de la presi-dencia de Colombia podría ser precisar con sus miembros su orientación fundamental, un núcleo de consensos propositi-vos sobre su papel y su tipo de funcionamiento. En relación con el papel y funcionamiento, las dos últimas cumbres del Movimiento, especialmente la de Indonesia, han venido res-pondiendo a estos requeri-mientos. Será decisivo, sin duda, que Colombia sepa conciliar intereses muy disímiles en fórmulas que permitan a cada participante del Movimiento una percepción concreta de los beneficios a los que puede as-pirar. Por otra parte, ante la amplitud de la organización se hace indispensable construir un funcionamiento democrático y transparente que regule tanto las relaciones entre los miembros como los procesos de toma de decisiones. Esta tarea se facilitaría con una am-

plia participación y colabora-ción latinoamericanas.

En su papel hacia fuera como mecanismo ético-político de creación de sentido y orien-tación, de defensa mancomu-nada de la soberanía de las na-ciones menos poderosas y de participación en la construcción del nuevo orden internacional, el Movimiento también constituye una gran oportunidad. La región podría aprovecharlo para someter a examen su papel en el ordenamiento internacional actual y para estimular la reflexión conjunta sobre las posibilidades de su inserción internacional. A Colombia le podría permitir también asumir una vocería de los países que conforman el Movimiento y participar directamente en la readecuación de las organiza-ciones multilaterales.

En todo caso, los beneficios para América Latina y el Caribe, y para Colombia en particular, son proporcionales al grado y calidad de participación de la región. Dependen en buena medida de la coordinación latinoamericana y caribeña y de la presencia y compromiso de los países con economías más fuertes, con mayor experiencia en negociaciones internacionales, con organiza-ciones privadas y no guberna-mentales más dinámicas.

Oportunidades y riesgos para Colombia en la presidencia de los No Alineados.

Para Colombia, como para cualquier otro país, resultó be-neficioso servir de sede y esce-nario de la XI Cumbre de los No Alineados en octubre del presente año. Ese solo hecho le concedió al país una presencia

y un protagonismo internacional de ningún modo despreciable. A ello se le suma que, durante los tres próximos años, Colombia será el centro de un movimiento tan amplio que hace que el país no pueda ser ignorado. Todo eso contribuye, pues, a rescatarlo del ostracismo al que se lo ha queri-do someter.

Podemos pensar igualmente que un buen desempeño en la presidencia del Movimiento le permitiría a Colombia pro-fundizar las relaciones con todas las regiones a las que pertenece: caribe y atlántica, amazónica y andina, pacífica y sur. Es posible también que de estas nuevas relaciones surjan posibilidades de intercambio o de aproximación, en particular, a países con los cuales Colombia ha querido incrementar sus relaciones, por ejemplo, los del sureste asiático, algunos de los cuales son miembros activos del Movimiento. De ahí la importancia de que participen gremios económicos y organizaciones populares; medios académicos, culturales, empresariales y no gu-bernamentales.

Es una fortuna, además, que muchos de los ejes temáticos de los No Alineados coincidan con las prioridades de la política exterior colombiana: búsqueda de un modelo alternativo de desarrollo, defensa del principio de no intervención ante temas centrales de la agenda internacional como medio ambiente y drogas, frente a los cuales Colombia necesita aliados, socios, solidaridad. Esta coincidencia es enriquecedora y benéfica para el país.

Como es obvio, una respon-sabilidad tan grande es tam-

7

Page 8: Colombia Internacional No. 31

bien un reto que comporta riesgos. El primero se deriva de la forma como la administración Gaviria optó por asumir la presidencia: sólo consultó la decisión a los candidatos presidenciales, y ello lo hizo muy rápidamente. La decisión, por su envergadura, debió haber implicado a los partidos y a buena parte de la sociedad, de tal modo que se transformara en un verdadero compromiso nacional. Por eso, nos encontramos impreparados. Hay que enfrentar a los hechos cumplidos sin que el país haya podido entender suficientemente el compromiso adquirido y las oportunidades

que le brinda. Como no se dio un debate previo, ahora es ne-cesario construir un amplio consenso político y, simultá-neamente, desarrollar la orga-nización necesaria para hacerle frente a este desafío, sin duda el más grande que ha enfrentado la cancillería colombiana en su historia.

Aquí surge el segundo pro-blema: el aprovechamiento de las oportunidades que la presi-dencia ofrece depende de la capacidad de actuación y ne-gociación internacional que pueda demostrar el país, y ésta no se improvisa ni se crea por decreto. Aunque la tarea tras-ciende los límites de un solo

ministerio e incluso del mero gobierno, la cancillería tiene que desempeñar un papel de coordinación de las múltiples iniciativas y actividades que se deberán desplegar, y ésta es una tarea gigante.

El tercer problema se deriva de la actual crisis nacional. Ésta le ha hecho perder al gobierno credibilidad interna y externa, le ha disminuido sustancial-mente su capacidad de convocatoria nacional, le ha hecho concentrar esfuerzos en su defensa y mantenimiento en el poder, le ha estrechado el margen de acción internacional.

8

Page 9: Colombia Internacional No. 31

Sección:

Relaciones Económicas

Internacionales

La

reestructuración del

Estado (retraimiento y

regreso). Apuntes sobre

neoliberalismo,

privatización y

regulación*

María Eugenia Mujica*

Introducción

Entre 1960 y 1980, la interven-ción estatal creció de manera significativa en muchos países desarrollados y menos de-sarrollados1. Durante estas dos décadas, la opinión académica en los estudios de desarrollo favoreció la creación y funcionamiento de empresas públicas, con el convencimiento de que su existencia contribuiría al desarrollo económico, a una mejor distribución del ingreso, y a reducir la dependencia del capital extranjero (Álvarez Rodrich, 1992: 133). En los ochenta, en contraste, los gobiernos redujeron progresivamente el rol econó-mico del Estado y privatiza-ron2 las empresas públicas. De acuerdo con el Banco Mundial, la privatización formó parte de las agendas de por lo menos 83 países (Vuylsteke, 1988). El nuevo debate en torno a la re-ducción de la intervención es-tatal en la economía llevó al florecimiento de otro campo

de economía de las empresas del Estado (públicas), motivado en parte por las experiencias y el programa de privatización de Gran Bretaña (Bishop y Kay, 1989; Kay y Thompson, 1986).

En América Latina, el colapso de los modelos estado-céntricos y dirigistas en la década del ochenta marcó un período de transición económica y política. Las reformas económicas propulsadas por el "Consenso de Washington" (Bresser Pereira, 1992; Smith, Acuña y Gamarra, 1994; Williamson, 1990) se di-viden en estabilización eco-nómica y reforma del Estado. Esta última fue llevada a cabo a través de políticas de priva-tización, liberalización y des-regulación3 (Bresser Pereira, 1993; Przeworski et al, 1993; Williamson, 1990).

Algunos autores argumentan que la empresa pública es el "corazón del asunto" (the heart of the matter) de cómo los Estados, y aquéllos a cargo de formular e implementar las po-líticas estatales, van reformán-dose (Waterbury, 1992:182). Su centralidad radica en el hecho de que concentra gran parte de los recursos asignados por el Estado a sus constituyentes más favorecidos. En este sentido, el sector público ofrece un campo privilegiado para el es-

El presente trabajo contiene partes de una propuesta de investigación sobre Restructuring the State. Regulatory Reforms and Privatization in Peru and Colombia, aceptada por el Institute for the Study of World Politics y recientemente por Colciencias. El trabajo de investigación más amplio y más serio, una vez listo, será presentado como la disertación doctoral de la autora. Investigadora del Centro de Estudios Internacionales y de la Facultad de Economía, Universidad de los Andes. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el gasto público de un gran número de países experimentó tasas promedio de creci-miento anual de 2-3% (Berg, 1987: 23). Paralelamente, entre 1960 y 1980 el número de empresas públicas creció de 150 a más de 500 en México, y de cerca de 50 a 400 en Tanzania (Berg, 1987:23). El término privatización fue incluido por primera vez en la tercera edición 1983 del Diccionario Webster (Hanke, 1988: 2). Más aún, probablemente fue usado por primera vez por The Economist hace aproximadamente 30 años (Macrae, 1991:17). La desregulación se refiere al desmantelamiento de todos los tipos de regulación. Sin embargo, la desregulación total es poco probable. En la práctica, el término incluye diferentes niveles de desregulación, y una variedad de cambios posibles en la forma como opera la regulación. Es mejor utilizar reforma regulatoria, que se refiere a la desregulación económica con el fin de prevenir la acumulación progresiva de regulación y a la remoción parcial de restricciones que obstruyen la competencia.

9

Page 10: Colombia Internacional No. 31

tudio de cambios endógenos en los patrones de asignación de recursos por el Estado. Estos cambios son importantes porque señalan variaciones aún más radicales de la estrategia económica global. Entonces, la privatización es parte de un cambio estratégico hacia la reestructuración del poder es-tatal, el fortalecimiento de las fuerzas de mercado en la asig-nación de recursos, el estímulo de la iniciativa privada y la promoción de la competitividad empresarial en el exterior (Waterbury, 1992:182). El acer-camiento a la reestructuración del Estado a través de la priva-tización trae a escena una serie de temas relacionados con la decisión de privatizar, la sostenibilidad y los problemas de la privatización, básicamente la necesidad adicional de marcos de regulación para garantizar la competencia y, por lo tanto, tener un impacto positivo sobre la eficiencia económica.

Este trabajo representa el es-fuerzo inicial esencialmente, un rudo análisis de la literatura de una investigación mayor sobre la reestructuración del Estado en Colombia y Perú. Estos países fueron escogidos por medio de la estrategia de diseño de casos más diferente (Pzreworski y Teune, 1970): a pesar del pasado colonial común, las bases económicas y políticas posteriores son disímiles, por lo que se emplea esta estrategia para hallar elementos comunes de la reformulación neoliberal y pos-neoliberal del Estado. La idea

central de la investigación es examinar la paradoja ortodoxa de Kahler (1989) la necesidad de fortalecer las instituciones estatales para que el gobierno pueda tener éxito en las medidas económicas neoliberales y ceda roles al mercado en estos países.

El Estado: "Encogimiento"/ "Retraimiento" y "Regreso"

La crisis de la deuda y el colap-so de la matriz estadocéntrica4

(Cavarozzi, 1991) a fines de los setenta y principios de los ochenta tuvieron un impacto en los académicos, analistas de crédito de organismos finan-cieros internacionales, políticos, y el público en general: el Estado era el culpable de todas las enfermedades que atacaban las sociedades de los países en desarrollo. El Estado fue descrito como un "elefante blanco", una entidad absurda-mente grande, incapaz de seguir ejecutando los retos impuestos por el modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) y el populismo debido a corrupción, falta de capacitación de empleados estatales, y una proliferación inútil de buro-cracia, empresas públicas y or-ganizaciones estatales5. El Es-tado de bienestar keynesiano (Offe, 1984), cuyos pilares en los países en desarrollo habían sido el modelo ISI y la media-ción particular del conflicto de clases a través de formas cor-porativas (México) o populistas (Chile, Argentina), no pu-

do lidiar con los nuevos retos y objetivos impuestos por la crisis de la deuda.

Lo "bueno" en los sesenta y los setenta se volvió "malo" en los ochenta, en la medida en que el Estado abandonó su rol protagónico a favor del libre mercado. El desarrollo desde el Estado había sido fuertemente influenciado por variantes de pensamiento keynesiano y kaleckiano originadas en los regímenes posteriores a la depresión de Estados Unidos, y a la segunda guerra mundial de Europa Occidental, así como por los organismos financieros internacionales pro-desarrollistas de la época. El modelo estatista impulsó la creación de grandes números de empresas estatales, que reflejarían el rol empresarial del Estado, y cifras similares de organizaciones públicas del trabajo (sindicatos, federaciones, gremios) que mediarían los conflictos de clase. El Estado se convirtió en el motor de crecimiento y desarrollo (Berg, 1987; Félix, 1992), gracias a préstamos fáciles y de grandes montos de los organismos financieros multilaterales y la banca privada (Frieden, 1991).

Los setenta vinieron acom-pañados de dos shocks del pe-tróleo, y consecuentes problemas económicos domésticos en muchos de los países avanzados industrializados. Como resultado, hubo una crisis de liquidez en las instituciones financieras interna-

La matriz estado céntrica era el conjunto de relaciones económicas, políticas y sociales del período posterior a la segunda guerra mundial en la mayor parte del mundo en desarrollo. En cuanto a aspectos administrativos, Bradford (1994) afirma que la crisis del Estado es económica, política, burocrática y administrativa, implicando probablemente la falta de un presupuesto adecuado y problemas de agente principal en que los agentes buscan maximizar sus propios objetivos privados. Más aún, Evans (1992) señala que hay una suboferta de burocracia, básicamente en lo que se refiere a preparación adecuada y compromiso. En estos sentidos, es necesario fortalecer la capacidad del Estado, instituir una burocracia de tipo weberiano basada en meritocracia y alcanzar el nivel deseado de autonomía arraigada para que el Estado pueda cumplir con sus funciones.

10

Page 11: Colombia Internacional No. 31

cionales, en parte debido a la necesidad de financiar a los países más grandes, por lo que la banca impuso condiciones muy estrictas a la refinanciación y nuevos préstamos de los países en desarrollo. En muchos de estos países, el dinero fácil no había sido destinado solamente a actividades productivas, y no se contaba con las divisas necesarias para amortizar o refinanciar los préstamos. Los bancos no desembolsaron, las condiciones se hicieron aún más duras, y comenzando por México las economías latinoamericanas tuvieron que declarar su bancarrota e inhabilidad para hacer frente a los pagos de deuda externa (Frieden, 1991). Los países se sumergieron en crisis muy profundas, provocando el colapso de los modelos ISI y de los regímenes políticos asociados con éstos; la aproximación al blocco histórico (Gramsci, 1971), que descansaba sobre la solidez del Estado, se derrumbó.

El colapso del modelo dirigista y el empleo de mecanismos neoliberales para impedir la irrupción rápida y súbita de la crisis clamaban por el encogimiento del Estado con respecto a su rol empresarial anterior. Como resultado, los países menos desarrollados, inmersos en situaciones de alta inflación hiperinflación, recesión, crisis fiscales y de balanza de pagos, y caos social y político, se vieron forzados a abrazar reformas que buscaban reestructurar el Estado a través de penosos ajustes; de ahí las reformas que buscaron cambiar las estructuras básicas y las estrategias económicas. Estas reformas fueron pro-

puestas por el llamado Consenso de Washington, formado por el ejecutivo norteamericano, miembros de centros de investigación de derecha en una era republicana, e instituciones financieras internacionales (Williamson, 1990; Bresser Pereira, Maravall y Przeworski, 1993). Las recomendaciones (imposiciones) principales se pueden resumir en: i) liberalización comercial, ii) unificación de tipos de cambio, iii) reforma tributaria, iv) liberación de tasas de interés y precios previamente controlados, v) amortización de deuda exter-na, vi) desregulación de mer-cados, vii) privatización, viii) reestructuración del Estado, y ix) fortalecimiento de derechos de propiedad. En otras palabras, las reformas llevaban el retraimiento del Estado. Como consecuencia de ello, los ochenta se caracteri-zaron por clamores de sacra-mentalización del mercado como el motor del crecimiento, y los nuevos estudios se enfocaron en las maravillas de la asignación de recursos por el mercado, la privatización de empresas estatales como el "corazón del asunto", los efectos de derechos de propiedad claros en áreas ru-rales y otros temas que relegaban al Estado al rol liberal clásico de proveedor de defensa, de bienes colectivos (públicos) poco rentables para el sector privado y supervisor de los derechos de propiedad. Se puede afirmar que en América Latina, el Estado se redujo y se debilitó como medio para alcanzar el crecimiento y desarrollo económicos deseados.

Hacia principios de los noventa, ya era claro que el re-

traimiento radical del Estado del proceso de desarrollo no había dado los resultados esperados (especialmente en materia de crecimiento y desarrollo económico) sino que en muchos casos había causado efectos políticos y sociales adversos (Kahler, 1989; Dahl, 1992; Przeworski, 1993). Se comenzaron a buscar nuevos rumbos para el Estado (Bresser Pereira, Maravall y Przeworski, 1993; Smith y Acuña, 1994; Nelson, 1994), con la inspiración del éxito de las experiencias con Estados fuertes de los países del Este asiático (Haggard, 1990; Gereffi y Wyman, 1990). Ello ha sido seguido cercanamente (y no tan cercanamente) por las recomendaciones de las instituciones financieras internacionales de fortalecer la capacidad del Estado cen-trándose en una burocracia meritocrática weberiana, invertir en rubros sociales, y embarcarse en marcos regulatorios efectivos y políticas sociales eficientes para aliviar a las víctimas del mercado.

Después de un período de abandono y oscuridad, el Estado regresó como tema principal a los estudios teóricos y comparativos del campo del desarrollo (Evans, Skopcol y Rueschemeyer, 1985; Nelson, 1989; Grindle y Thomas, 1991; Evans, 1992; Haggard y Kaufman, 1992; Naim, 1994). Como unidad de análisis, se trata de un nuevo Estado; mientras fue considerado una "caja negra" en trabajos anteriores, los estudios actuales han abierto la caja y reconocido la composición del Es-tado por facciones que pueden existir en contradicción y conflictos permanentes (Gourevitch, 1986), in-

11

Page 12: Colombia Internacional No. 31

fluenciados por presiones in-ternacionales (Stallings, 1992; Kahler, 1992; Ikenberry, 1992) y factores domésticos (Nelson, 1992; Manzetti, 1993; Haggard y Kaufman, 1992), trayendo al foro temas como problemas de agente principal6, información asimétrica y cambio institucional.

¿Qué Estado?7. Aspectos teóricos y metodológicos

El Estado como una caja negra

En su estudio sobre el rol y la implementación de políticas, Hall (1989) identifica tres enfo-ques diferentes para estudiar la influencia de las ideas keynesianas en la decisión de formulación e implementación de políticas: i) economista-centrado, ii) estado-centrado, y iii) coalición-centrado. Se usará esta misma calificación para mostrar la importancia de diferentes niveles de análisis en la explicación de la rees-tructuración del Estado.

Economista-centrado. Este en-foque da una importancia crucial a los equipos de tecnócratas que asesoran al presidente, e implica que las nuevas ideas son adoptadas en primer lugar

por estos técnicos los econo-mistas y luego canalizadas a las personas encargadas de formular políticas. Se adapta perfectamente el enfoque tecnocrático propuesto por Williamson (1994). Los tecnócratas son vistos como individuos racionales, autónomos de los intereses creados, que buscan maximizar el bienestar social. Usualmente son capacitados en las mejores universidades y por lo tanto llevan consigo lo último en el estado del arte en términos de política económica. Se supone que son ingenuos políticamente, incorruptibles e infalibles. Ejemplos útiles incluyen a los Chicago Boys de la era Pinochet, y al equipo económico del segundo gobierno de Belaúnde y del gobierno de Fujimori (Conaghan et al, 1989; Wise, 1994).

Estado-centrado. Se enfoca en factores institucionales y administrativos que influencian la adopción de determinadas ideas (Bradford, 1994). Haciendo un desvío de la cla-sificación de Hall (1989), es pertinente sugerir la división de este enfoque en dos grupos: i) Estado pluralista, haciendo énfasis en problemas de agente principal, insufi-

ciencia presupuestal e infor-mación asimétrica (Nelson, 1992; Kaufman, 1992); y ii) el Estado como una caja negra, abriendo paso a explicaciones sobre la influencia de factores externos. El primer tipo de explicaciones puede servir para sugerir por qué algunas reformas no se adoptan o, si son adoptadas, por qué los resultados reales difieren de los resultados esperados8. Si el Estado es percibido como una caja negra, o como un actor unitario, las influencias externas se vuelven muy importantes: i) inducción (inducement) externa (Ikenberry, 1992; Babai, 1992) o condicionalidad (Stallings, 1992; Kahler, 1992); ii) encadenamiento de políticas (Ikenberry, 1992), por medio del cual un país emula los éxitos de otro; iii) aprendizaje social (Haas, 1992; Kahler, 1992). Colombia representa un buen ejemplo de "inducción", y posi-blemente encadenamiento, puesto que la aplicación gradual de un neoliberalismo moderado puede responder a una relación estrecha con el Banco Mundial (Stallings, 1992)9.

Un problema de agente principal surge cuando el principal (por ejemplo, el dueño de la empresa, en este caso el Estado) contrata un agente (por ejemplo, un gerente) para ejecutar tareas en su nombre, pero no puede asegurarse de que el agente las lleve a cabo exactamente como él/ella hubiera querido. Estos problemas pueden existir en empresas públicas y privadas. En el caso de empresas públicas, surgen porque muchas veces los agentes gubernamentales deben responder a más de un principal; los vínculos entre los insumos (esfuerzo y eficiencia) y los resultados (rentabilidad) son muy débiles; y la prohibición de pagos relacionados con la performance privan a las organizaciones del sector público de un elemento crucial para influir exitosamente en las acciones de los agentes (Adam et al., 1992; Shapiro and Willig, 1992). El socialismo económico, con un Estado maximalista, propietario de todos los medios de producción, no es deseable. Aun cuando Rues-chemeyer, Stephens y Stephens (1992) clamaron por el posible éxito del socialismo económico como modelo de desarrollo, una cantidad considerable de estudiosos del tema —la edición especial del Journal of Democracy de 1992, Przeworski (1993) y Dahl (1993), entre otros—, así como las lecciones obtenidas al colapsar las economías socialistas de la Unión Soviética y sus Estados satélites, señalan que la propiedad privada es necesaria para el desarrollo debido a que provee creatividad para la innovación, producción, y por lo tanto desarrollo. La propiedad privada da a los agentes los incentivos necesarios y promueve su funcionamiento en competencia —deseable desde Adam Smith—, resultando en producción, crecimiento y, por lo tanto, desarrollo. Una ilustración interesante se da en el Perú con Fernando Belaúnde, durante su segundo gobierno (1980-1985); la política económica fracasa debido a la falta de compromiso ideológico del presidente mismo, quien tenía un compromiso instrumental —y artificial— con las medidas neoliberales, pero en realidad aumentó los gastos fiscales para construir redes viales y otra infraestructura relacionada (Wise, 1994). En el caso de condicionalidad (dividida en encadenamiento de temas y poder negociador por Stallings, 1992), Kahler (1992) argumenta que la multiplicidad de temas puede en realidad aumentar el poder negociador de un país deudor debido a que frecuentemente se enca-denan temas contradictorios.

12

Page 13: Colombia Internacional No. 31

Coalición-centrado. Es paralelo al enfoque "partisano" (Bates, 1994) y contribuye a explicar la adopción e implementación de reformas neoliberales. El Estado es una entidad hueca que co-rresponde a presiones de grupos de interés y coaliciones distribucionales. Prácticamente no hay autonomía del Estado con respecto a la sociedad civil o a la comunidad política, por lo que los grupos más fuertes (el poder es una función de espe-cialidad de activos y cohesión de grupos; Frieden, 1991) ejercerán más influencia. El conflicto entre objetivos contradictorios de diferentes grupos de interés puede llevar a una im-plementación de reformas de-masiado superficiales y ligeras (Gourevitch, 1986).

Estados predatorios versus desarrollistas

Evans (1992) estudia el papel del Estado en el desarrollo eco-nómico, usando evidencia em-pírica de Zaire, los tigres del este de Asia, México y Brasil. Estos países son divididos en predatorios y desarrollistas. Los predatorios, liderados usualmente por dictadores per-sonalistas, despóticos y nepotistas, "desarrollan" sus economías por medio de la implementación de actividades rentistas y no productivas, colo-cando al dique de amigos más cercanos del líder en posiciones burocráticas importantes.

Sin duda, los Estados predato-rios "des-desarrollan" sus eco-nomías, hundiendo a las na-ciones en profundas crisis económicas y en un ambiente de terror debido a una dura re-presión. Los Estados desarro-llistas, en cambio, están situados al otro extremo del continuo; los tigres asiáticos son útiles para describir las características de estos Estados: también son fuertes, pero tienen burocracias profesionales que formulan políticas industriales y de exportación efectivas. A pesar de que la burocracia es independiente de los intereses creados y, por lo tanto, autónoma, es ligada a la so-ciedad a través de canales for-males e informales que la ayudan a consolidar políticas con mayor efectividad y menor costo. En este sentido, el Estado tiene una autonomía "enraizada", considerada crucial para el desarrollo sostenido. México y Brasil son Estados a mitad de camino, donde la autonomía enraizada está tan consolidada que puede socavar la capacidad del Estado de establecer e implementar reformas efectivas.

Los mismos países (con ex-cepción de Zaire) son estudiados por Haggar (1990) para examinar el rol del Estado en el desarrollo económico. Este au-tor encuentra que los tigres asiáticos, México y Brasil par-tieron de situaciones iniciales similares el modelo prima-

rio exportador, pero luego tomaron caminos diferentes que llevaron al desarrollo dramático del primer grupo, y dejaron al segundo en algún lugar alejado de la vía. La diferencia principal radicó en que mientras que el primer grupo sólo constituyó una etapa de ISI y luego avanzó al modelo de promoción de exportaciones (dos etapas), el segundo grupo pasó del modelo primario-exportador a ISI I, II y III. El argumento de Haggard es que los países del este asiático tuvieron Estados fuertes y autó-nomos que les permitieron promover el desarrollo econó-mico con la ayuda de algunos factores nacionales e interna-cionales, mientras que México y Brasil tuvieron Estados débiles, demasiado sensibles a los intereses domésticos.

Problemas neoliberales en la reestructuración del Estado

Si el aura de los Estados desa-rrollistas es seguida en América Latina, ¿se convertirán nuestros países en nuevos tigres? Es difícil de aceptar si nos ceñimos a argumentos de tipo path dependency. Sin embargo, es cierto que el tipo de Estado mi-nimalista recomendado por el consenso de Washington no llevará el Estado latinoameri-cano a ningún lugar, con la ex-cepción del posible desenca-denamiento de una crisis orgánica10 (Smith y Acuña,

10 La percepción de la política y las instituciones como factores exógenos puede amenazar el éxito de la reestructuración del Estado. De acuerdo con Smith y Acuña (1994), la implementación de reformas neoliberales en situaciones críticas no es confrontada por disturbios sociales en el corto plazo debido a que la sociedad —especialmente los segmentos más pobres— ha sido duramente golpeada por la crisis anterior, su capacidad para la acción colectiva (Olson, 1965) se ha visto socavada, y hay un sentimiento generalizado de que las cosas no pueden estar peor. Sin embargo, una vez que las reformas se implementan, y que los sectores más prósperos de la sociedad comienzan a ser visiblemente beneficiados —y el resto está peor debido a los altísimos costos sociales por pagar— se crea una subclase alienada (ciudadanía de segundo nivel de Gamarra 1994; ciudadanía de baja intensidad de O'Donnell 1994), se empobrece más a la clase media y surge un sentimiento generalizado de fastidio e injusticia cuando la población nota que sus expectativas han dejado muy atrás la realidad. En este contexto, se genera el desorden social y las protestas alcanzan un pico alto. Un resultado posible es la crisis orgánica, donde los gobiernos usan métodos represivos para silenciar a la oposición, embarcándose en un régimen autoritario, sin crecimiento económico, y donde la economía cae nuevamente en una crisis económica profunda (Smith y Acuña, 1994).

13

Page 14: Colombia Internacional No. 31

1994). Teniendo en considera-ción factores políticos, institu-cionales y económicos, el desa-rrollo capitalista-neoliberal puede no llevar a Europa del Este a lugar alguno (al igual que en el caso latinoamericano) porque las dificultades y los costos impuestos por las refor-mas del mercado en países con mercados escasos y poco desarrollados puede causar sentimientos nacionalistas que obstaculicen los intentos de desarrollo. Los movimientos fundamentalistas del Oriente Medio pueden ser percibidos como protestas hi-pernacionalistas contra la alienación que implican las reformas de mercado. Asi-mismo, el éxito de Estados mi-nimalistas y reformas neoli-berales puede ser erosionado por la formación de "nuevos caudillismos" neopopulistas (O'Donnell, 1994) o alguna otra forma de nuevos movimientos sociales en confrontación directa con los efectos del desarrollo guiado por el mercado.

Las prescripciones económicas neoclásicas no son suficientes (Dahl, 1993) y pueden llevar a una falacia neoliberal (Pzreworski, 1993). El libre mercado no es suficiente para asegurar el desarrollo, menos aún la democracia, puesto que se debe tener en cuenta que i) hay un conjunto incompleto de mercados, ii) hay, por lo tanto, información asimétrica, y iii) debido a estos problemas, los precios relativos pueden no reflejar el costo de oportunidad social. Asimismo, puede haber conflictos entre la asignación de

recursos por el mercado y la arena política los votos, llevando a que se haga necesario algún tipo de regulación. Más aún, los mercados no son el motor del crecimiento, básicamente debido a que la teoría neoclásica es inherentemente estática, abriendo espacio para externalidades como motores del crecimiento, y por lo tanto a teorías de crecimiento endó-geno. En este sentido, el Estado tiene que establecer un marco regulatorio para gobernar las externalidades y asegurar la consecución de óptimos paretianos de primer o segundo orden con respecto al bienestar social.

El espíritu detrás del enco-gimiento/retraimiento del Estado, la teoría económica neoclásica, es estático y no in-cluye provisiones en cuanto a la dinámica del crecimiento (Fanelli et al, 1994). Por lo tanto, el funcionamiento ab-solutamente libre de los mer-cados resultará sólo en movi-mientos a lo largo de una frontera de producción, más no en el traslado hacia afuera de la curva: no en el crecimiento sostenido. En este sentido, se puede hablar de las restricciones smithsiana y keynesiana al crecimiento (Fanelli et al, 1994). La restricción smithsiana busca una tasa de ahorro que asegure el nivel objetivo de crecimiento. La restricción keynesiana, por otro lado, busca las condiciones que aseguren que ese nivel de ahorro sea trasladado a inversión en activos reales. ¿Estas condiciones pueden acaso ser alcanzadas

por mercados libres y Estados minimalistas?

Parece que los debates teóricos y las experiencias de los países en desarrollo nos llevaran a i) un Estado pequeño pero fuerte, con capacidades fortalecidas; ii) proveedor de servicios sociales e infraestructura a las víctimas potenciales del mercado; iii) proveedor de un marco regulatorio activo que previene problemas de información asi-métrica, competencia monopolística (Feigenbaum y Henig, 1994, y Cassese, 1992, entre otros, muestran que la propiedad puede no ser la clave en materiales de privatización), bienestar privado versus bie-nestar social, y agente principal; y iv) que apoya políticas indus-triales activas y de diversifica-ción de exportaciones, que res-ponden a tendencias globales de internadonalización y transnacionalización de producción.

Privatización: "Heart of the Matter"?

Aunque la sabiduría conven-cional enfatiza las bondades de la privatización, estudios teóricos y empíricos sostienen lo contrario. La evidencia negativa es abundante. La privatización puede sustituir viejos problemas por nuevos. En las empresas públicas, los problemas de control interno pueden ser remplazados por problemas de control externo creados por las empresas privadas (Cassese, 1992). Asimismo, problemas de agente principal pueden ser creados entre el oficial público como regulador y la empresa privada (Shapiro y Willig, 1992)11. También se ha argumentado que la privatiza-

11 Análisis estándar identifican los costos asociados con este problema. Lo que puede ser un costo para el principal, el oficial público, puede ser un beneficio para otra parte con un objetivo distinto (Shapiro and Willig, 1992).

14

Page 15: Colombia Internacional No. 31

don per se puede no afectar el desempeño de manera signifi-cativa si la empresa pública que va a ser privatizada es un monopolio (especialmente si es monopolio natural), puesto que la competencia estaría ausente sin importar el tipo de propiedad (Adam, Cavendish y Mistry, 1992). Debido a ello, muchos autores señalan que las políticas para promover la competencia y establecer marcos regulatorios adecuados12 son determinantes cruciales del impacto de la privatización en la eficiencia económica (Adam et al, 1992; Nellis y Kikeri, 1989; Van De Walle, 1989).

Junto con la privatización, la desregulación ha sido uno de los ingredientes más comunes de las reformas estructurales en los países latinoamericanos (Birch y Primo Braga, 1993: 119). La reforma regulatoria ha sido justificada sobre la base de un razonamiento microeconómico: barreras a la entrada y distorsio-nes de precios introducidas por el Estado impiden la provisión eficiente de bienes y servicios (Birch y Primo Braga, 1993: 125). La literatura sobre reforma regulatoria hace énfasis en que el análisis de políticas de regulación y competencia es necesario cuando se estudia la privatización porque estos factores son determinantes importantes del impacto de esta última en la eficiencia económica (Adam et al, 1992: 19)13.

Referencias

Adam, Cristopher, William Cavendish y Percy S. Mistry. 1992. Adjusting Privatization. Case Studies from Developing Countries (London: James Currey).

Álvarez Rodrich, Augusto. 1992. Principios de empresas estatales y privatización (Lima: Universidad del Pacífico).

Babai, Don. 1988. "The World Bank and the IMF: Backing the State versus Rolling It Back", en Raymond Vernon (ed.). The Promise of Privatization: A Challenge for U.S. Foreign Policy (New York: Council on Foreign Relations).

Bates, Robert H. 1994. "Comments", en John Williamson (ed.). The Political Economy of Policy Reform (Washington, D.C.: Institute for International Economics): 29-34.

Berg, Elliot. 1987. "The Role of Divestíture in Economic Growth", en Steve H. Hanke. Privatization y Development (San Francisco: International Center for Economic Growth).

Bienen, Henry y John Waterbury. 1989. "The Political Economy of Privatization in Developing Countries", World Development, 17: 5 (May): 617-632.

Birch, Melissa y C.A. Primo Braga. 1993. "Regulation in Latin America: Prospects

for the 1990s", The Quarterly Review of Economics and Finance, 33:119-133.

Bishop, Matthew R. y John A. Kay. 1989. "Privatization in the United Kingdom: Les-sons from Experience", World Development, 17: 5 (May): 643-657.

Bradford, Jr., Colin I. 1994. "Redefining the Role of the State: Political Processes, State Capacity and the New Agenda in Latin America", en Colin I. Bradford Jr. (ed.). Redefining the State in Latin American (Organization for Economic Cooperation and Development): 17-30.

Bresser Pereira, Luiz Carlos. 1993. "Economic Reforms and Economic Growth: Efficiency and Politics in Latin America", en Luiz Carlos Bresser Pereira, José María Maravall y Adam Przeworski. Economic Reforms in New Democracies: A Social-Democratic Approach (New York: Cambridge University Press).

Campo, Antonio Martín del y Donald R. Winkler. 1992. "State-Owned Enterprise Reform in Latin America", Review, 46 (April).

Cassese, Sabino. 1992. "Public Enterprise after Privatization", en A.A. Zini (ed.). The Market and the State in Economic Development in the 1990s (Amsterdam: Elsevier Science Publishers): 61-77.

12 La privatización y la propiedad pública no necesariamente son contradictorias porque el tipo de propiedad puede ser menos importante que el grado de competencia y la naturaleza de la regulación (Fine, 1990:131). En este sentido se afirma que es mejor mirar la privatización sólo como una política del lado de la oferta, de corto plazo, como un complemento lógico de una estrategia más amlia de desarrollo del sector privado, y no como una panacea para la multiplicidad de males sufridos por los países en desarrollo (Adam, Cavendish, and Mistry, 1992:4).

13 Uno de los aspectos principales de las reformas regulatorias es que el Estado como regulador posee menos información sobre el mercado que la misma empresa, por lo que se traen los problemas de agente estructura e información asimétrica al centro del análisis.

15

Page 16: Colombia Internacional No. 31

Cavarozzi, Marcelo. 1991. "Más allá de las transiciones a la democracia en América Latina", Revista de Estudios Políticos, 74: 85-111.

Conaghan, Catherine M., James M. Malloy y Luis A. Abugattas. 1989. "Business and the Boys: The Politics of Neoliberalism in the Central Andes", Latin American Research Review, 25 (Primavera).

Dahl, Robert. 1993. "Why Free Markets Are Not Enough", en Larry Diamond y Marc F. Plattner. Capitalism, Socialism, and Democracy Revisited (Maryland: The John Hopkins University Press).

Evans, Peter B., Dietrich Rues-chemeyer y Theda Skopcol (eds.). 1985. Bringing the State Back In (Cambridge: Cambridge University Press).

Evans, Peter B. 1992. "The State as Problem and Solution: Predation, Embedded Autonomy, and Structural Change", en Stephan Haggar y Robert R. Kaufman (eds.). The Politics of Economic Adjustment (Princeton: Princeton University Press): 139-181.

Fanelli, José María, Roberto Frenkel y Guillermo Rozen-wurcel. 1994. "Growth and Structural Reform in Latin America: Where We Stand", en William C. Smith, Carlos H. Acuña y Eduardo A. Gamarra (eds.). Latin American Political Economy in the Age of Neoliberal Reform (New Brunswick: Transaction Publishers): 101-126.

Feigenbaum, Harvey B. y Jeffrey R. Hening. 1994. "The Political Underpinnings of Privatization: A Typology", World Politics, 46 (January): 185-208.

Félix, David. 1992. "Privatizing and Rolling Back the Latin American State", Cepal Review, 46 (April). Fine, Ben. 1990. "Scaling the Commanding Heights of Public Enterprise Economics", Cambridge Journal of Economics, 14:127-142.

Frieden, Jeffrey A. 1991. Debt, Development, and Democracy. Modern Political Economy and Latin American, 1965-1985 (Princeton: Princeton University Press).

Gamarra, Eduardo A. 1994. "Market-Oriented Reforms and Democratization in Latin America: Challenges of the 1990s", en William C. Smith, Carlos H. Acuña y Eduardo A. Gamarra (eds.). Latin American Political Economy in the Age of Neoliberal Reform (New Brunswick: Transaction Publishers): 1-16.

Gereffi, Gary y Donald L. Wyman (eds.). 1990. Manufacturing Miracles. Paths of lndustrialization in Latin America and East Asia (Princeton: Princeton University Press). Glade, William. 1989. "Privati-zation in Rent-Seeking Societies", World Development, 17: 5 (May): 673-682.

Gourevitch, Peter. 1986. Politics in Hard Times: Comparative Responses to International Economic Crises (Ithaca: Cornell University Press).

Haas, Peter M. 1992. "Knowledge, Power, and International Policy Coordination", Special Issue, International Organization, 46.

Haggard, Stephan y Robert R. Kaufman. 1992. "Economic Adjustment and the Prospects for Democracy", en

Stephan Haggard y Robert R. Kaufman (eds.). The Politics of Economic Adjustment: International Constraints, Distributive Conflicts, and the State (Princeton: Princeton University Press): 319-350.

Haggard, Stephan. 1988. "Pri-vatization in the Philippines", en Raymond Vernon (ed.). The Promise of Privatization: A Challenge for U.S. Foreign Policy (New York: Council on Foreign Relations).

. 1990. Pathways from the Periphery. The Politics of Growth in the Newly Industrializing Countries (Ithaca: Cornell University Press).

Hall, Peter A. 1989. "Introduction", in Peter A. Hall (ed.). The Political Power of Economic Ideas: Keynesianism across Nations" (Princeton: Princeton University Press): 3-26.

Hanke, Steve H. 1987. Privati-zation and Development (San Francisco: International Cen-ter for Economic Growth).

Hemming, Richard y Ali Mansoor. 1988. "Privatization and Public Enterprises", Ocassional Papers, 56 (Was-hington, D.C.: International Monetary Fund).

Ikenberry, G. John. 1992. "The International Spread of Pri-vatization Policies: Inducements, Learning and "Policy Bandwagoning", en Ezra N. Suleiman y John Waterbury (eds.). The Political Economy of Public Sector Reform and Privatization (Boulder: Westview Press).

Kahler, Miles. 1989. "Orthodoxy and its Alternatives: Explaining Approaches to Stabilization and Adjustment”,

16

Page 17: Colombia Internacional No. 31

en Joan Nelson (ed.). Economic Crisis and Policy Choice (Princeton: Princeton University Press). . 1992. "External Influence, Conditionality, and the Politics of Adjustment", en Step-han Haggard y Robert R. Kaufman (eds.). The Politics of Economic Adjustment: International Constraints, Distributive Conflicts, and the State (Princeton: Princeton University Press): 89-138.

Kay, J.A. y D.J. Thompson. 1986. "Privatization: A Policy in Search of a Rationale", The Economic Journal, 96 (March): 18-32.

Kikeri, Sunita, John Nellis, y Mary Shirley. Privatization. 1992. The Lessons from Experience (Washington, D.C.: The World Bank, 1992).

Macrae, Norman. 1991. "A Fu-ture History of Privatization", The Economist (December-January).

Manzetti, Luigi. 1993. "The Political Economy of Privatiza-tion through Divestiture in Lesser Developed Economies: The Case of Argentina", Comparative Politics (July).

Nankani, Helen. 1990. "Les-sons of Privatization in Developing Countries", Finan-ce and Development (March).

Nellis, John, y Sunita Kikeri. 1989. "Public Enterprise Re-form: Privatization and the World Bank", World Deve-lopment, 17: 5 (May): 659-672.

Nelsonjoan (ed.). 1990. Econo-mic Crisis and Policy Choice: The Politics of Adjustment in the Third World (Princeton: Princeton University Press).

. 1992. "Poverty, Equity, and the Politics of Adjustment", en Stephan Haggard y Robert R. Kaufman (eds.). The Politics of Economic Adjustment (Princeton: Princeton University Press): 221-269.

O'Donnell, Guillermo. 1994. "The State, Democratization, and Some Conceptual Problems (A Latin American View with Glances at Some Post-Communist Countries", en William C. Smith, Carlos H. Acuña y Eduardo A. Gamarra (eds.). Latin American Political Economy in the Age of Neoliberal Reform (New Brunswick: Transaction Publishers): 157-180.

Offe, C. 1984. Contradictions of the Welfare State (London: Hutchinson).

Olson, Mancur. 1965. The Logic of Collective Action. Public Goods and the Theory of Groups (Cambridge: Harvard University Press).

Przeworski, Adam y Henry Teune. 1970. The Logic of Comparative Social Inquiry (New York: John Wiley and Sons).

Przeworski, Adam, 1993. "Economic Reforms, Public Opinión, and Political Institutions: Poland in the Eastern European Perspective", en Luiz Carlos Bresser Pereira, José María Maravall y Adam Przeworski (eds.). Economic Reforms in New Democracies: A Social-Democratic Approach (New York: Cambridge University Press): 132-198.

__ . 1993. "The Neoliberal Fallacy", en Larry Diamond y Marc F. Plattner. Capitalism, Socialism, and Democracy Revisited (Maryland: The John

Hopkins University Press): 39-53.

Reason Foundation. 1990. Pri-vatization 1990. Fourth annual issue (Santa Monica, California).

Rueschemeyer, Dietrich, Evelyne Huber Stephens y John D. Stephens. 1992. Capitalist Development & Democracy (Chicago: The University of Chicago Press): 155-225.

Sappington, David E. y Joseph E. Stiglitz. 1987. "Privatization, Information and Incentives", Journal of Policy Analysis and Management, 6: 4: 567-582.

Schneider, Ben Ross. 1992. "The Politics of Privatization", en Ezra N. Suleiman y John Waterbury (eds.). The Political Economy of Public Sector Reform and Privatization (Boulder: Westview Press).

Shapiro, Cari y Robert D. Willig. 1992. "Economic Ratio-nales for the Scope of Privatization", in Ezra N. Suleiman y John Waterbury (eds.). The Political Economy of Public Sector Reform and Privatization (Boulder: Westview Press).

Smith, William C. y Carlos H. Acuña. 1994. "The Political Economy of Structural Ad-justment: The Logic of Support and Opposition to Neoliberal Reform", en William C. Smith, Carlos H. Acuña y Eduardo A. Gamarra (eds.). Latin American Political Economy in the Age of Neoliberal Reform (New Brunswick: Transaction Publishers): 17-66.

Stallings, Barbara. 1992. "In-ternational Influence on

17

Page 18: Colombia Internacional No. 31

Economic Policy: Debt, Stabilization, and Structural Reform", en Stephan Haggard y Robert R. Kaufman (eds.). The Politics of Economic Adjustment (Princeton: Princeton University Press): 41-88.

Suleiman, Ezra N. y John Waterbury. 1992. "Introduction: Analyzing Privatization in Industrial and Developing Countries", in Ezra N. Suleiman y John Waterbury (eds.). The Political Economy of Public Sector Reform and Privatization (Boulder: Westview Press).

Vernon-Wortzel, Heidi y Lawrence H. Wortzel. 1989. "Privatization: Not the Only Answer", World Development 17: 5 (May): 633-641.

Vuylsteke, Charles. 1988. Techniques of Privatization of Sta-

te-Owned Enterprises. Vol. 1, Methods and Implementation. Technical Papers, 88 (Washington, D.C.: The World Bank).

Walle, Nicholas Van De. 1989. "Privatization in Developing Countries: A Review of the Issues", World Develop-ment, 17-5 (May): 601-616.

Waterbury, John. 1992. "The Heart of the Matter? Public Enterprise and the Adjustment Process", in Stephan Haggard y Robert R. Kaufman (eds.). The Politics of Economic Adjustment (Princeton: Princeton University Press).

Williamson, John. 1990. "What Washington Means by Policy Reform", in John Williamson (ed.). Latin American Adjustment: How Much Has Happened?" (Washing-

ton, D.C.: Institute for Inter-national Economics).

__. 1994. "In Searchs of a Ma-nual for Technopols", in John Williamson (ed.). The Political Economy of Policy Reform (Washington, D.C.: Institute for International Economics): 9-28.

Wise, Carol. 1994. "The Politics of Peruvian Economic Reform: Overcoming the Legacies of State-Led Development" Journal of Inter-american Studies and World Affairs, 36:1 (Primavera): 75-119.

Yatapoulos, Pan A. 1989. "The (Rip) Tide of Privatization: Lessons from Chile", World Development 17: 5 (May): 683-702.

18

Page 19: Colombia Internacional No. 31

Sección:

Temas Globales

Diversidad: camino

hacia la

supervivencia*

Alexis De Greiff**

"Lo que distingue a los hombres de los animales es que los hombres podemos tener uto-pías". Profesor Cario Federici Casa Fundador del Departamento de Matemáticas de la Universidad Nacional de Colombia.

"Miro a las Indias y le pido al Nuevo Mundo que devuelva el equilibrio al Viejo". George Canning (1826) Ministro de Asuntos Exteriores de la Gran Bretaña.

Introducción

En agosto de 1994, la Misión de Ciencia, Educación y Desarro-llo, encabezada por Gabriel García Márquez y por el doctor Rodolfo Llinás (director del Instituto Neurológico de Nueva York), le entregó al entonces presidente de la República de Colombia, César Gaviria Trujillo, una serie de recomendaciones para enfrentar a los retos del siglo XXI. "Colombia: al filo de la opor-tunidad", nombre del documento con un prólogo esquizofrénico respecto al resto del texto, es el resumen de las deliberaciones de los altos comisionados y de discusio-

nes con otros grupos de inves-tigadores nacionales. Las reco-mendaciones se concentran en la necesidad de "endogenizar la ciencia" (MCED, 1995) a través de un sistema de educación masivo en que los medios informáticos deben tener un papel vital.

Las reflexiones siguientes expresan las expectativas frus-tradas por un documento que presenta un mundo actual y futuro al alcance de algunos adultos y no de los niños. Un mundo de éxito garantizado por la iluminación y la práctica de la ciencia y la tecnología.

Ciencia y tecnología como elementos "civilizadores"

El recurso de la combinación "ciencia y tecnología" como al-ternativa a las grandes reformas sociales, políticas y económicas que requieren los países latinoamericanos no es nuevo. De hecho, éste fue uno de los "caballos de batalla" de la Alianza para el Progreso. No es en absoluto casual la coinci-dencia cronológica de la crea-ción de las facultades de cien-cias, así como de los institutos de financiación de investigación científico-tecnológica, en América Latina. En este sentido es acertada la afirmación, un tanto irreverente, del doctor Jorge Arias: "Las facultades de ciencias y los Colciencias1 latinoamericanos son hermanitos bastardos de Punta del Este2". Por lo tanto, no ha de extrañar que los otrora de-

Este artículo ha sido aceptado para ser leído en el Congreso Internacional de Tecnología, Desarrollo Sostenible y Desequilibrios, Terrassa-Barcelona, diciembre 14-16,1995. Agradezco a los profesores Olga Res trepo y Mauricio Nieto por la lectura del texto, comentarios y críticas; a Pilar Jaramillo por muchas de las reflexiones y consideraciones. Quiero manifestar mi total responsabilidad por el contenido del artículo. BSc, MSc, Observatorio Astronómico Nacional, Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá. Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología "Francisco José de Caldas", Colciencias, por donde se canaliza, en términos de número de proyectos y fondos invertidos, la mayor parte de investigaciones en Colombia. Coloquio de Ciencia, Tecnología y Cultura. Hemeroteca Universitaria Nacional, Santafé de Bogotá, diciembre de 1994.

19

Page 20: Colombia Internacional No. 31

fensores de la "Revolución Verde" hoy defiendan la "Re-volución Informática" como el ingrediente que hacía falta para salir del subdesarrollo.

Ahora, el paradigma de la cultura de la competitividad nos ha enrutado a todos los países en la "carrera tecnológica". Una carrera que aunque no garantiza el bienestar de los ciudadanos, requiere que éstos vean en la ciencia y en la tecnología el camino hacia la libertad, la igualdad y la democracia. De esta manera la habilidad técnica para producir los bienes económicos (tecnológicos) que requiere el país para sobrevivir dentro del "nuevo orden internacional" se interioriza como ethos cultural a través de la "endogenización de la ciencia". Sólo así Colombia podría, recuperando el tiempo perdido y "optando por ese camino" (MCED, 1995, 46), "ser socio del sistema mundial" y "competir adecuadamente" (MCED, 1995, 26). En este orden de ideas, "es importante entender, por ejemplo, que los ocho millones de niños colombianos, si han de competir con éxito en las próximas décadas, deben tener la misma educación, si no mejor, que la existente en países más avanzados" (MCED, 1995, 32; énfasis del autor).

El nuevo "proyecto/revolu-ción/ímpetu civilizador" (como lo llama el doctor Llinás) que se propone en Colombia para el plan educativo del siglo XXI responde tanto a los requerimientos de la competitividad internacional como a la ingenua confianza de nuestros "hombres de ciencia" en la cultura científica occidental, como el máximo contexto dentro del cual las demás visiones del mundo son únicamente

subconjuntos. Así las cosas, el "conocimiento positivo" cons-tituye el liberador social y eco-nómico de todas las sociedades, y las reformas sociales son desplazadas por la capacitación tecnocientífica.

No obstante, los estudios de la ciencia como parte integral de la cultura han puesto en tela de juicio la supuesta superioridad del conocimiento occidental. Más aún, Yehuda Elkana (1977) ha afirmado que "no hay diferencia de base, ni en términos de conocimiento ni en términos de lógica, en los modos del pensamiento entre sociedades occidentales y no occidentales, y que así mismo no hay diferencia de base entre el pensamiento científico y no científico". Según Elkana lo que determina el desarrollo del conocimiento es la interacción de tres factores: el conocimiento en cuanto tal; las imágenes socialmente condicionadas del conocimiento; y los valores y las normas incluidas en las ideologías que no dependen directamente de las imágenes del conocimiento. De hecho, de los tres, son mucho más determinantes los dos últimos que las "ideas sin sustancia" que constituyen el "conocimiento científico objetivo".

Entonces, vale preguntarse si es válida la equivalencia entre conocimiento científico oc-cidental y "civilización", y si esta equivalencia no está aten-tando contra las posibilidades de supervivencia que ofrece la diversidad cultural.

Teorías unificadoras y técnicas diversificadoras

Una característica de la educa-ción científica occidental es que presenta a las demás ten-

tativas culturales de la huma-nidad como pasos bien inten-cionados, pero errados, hacia la representación correcta del mundo: la actual. Otra caracte-rística es que pretende, desde Atenas, encontrar una super-teoría, en el sentido que la de-fine José Sanmartín (1990), que englobe todo el conocimiento del universo. En términos de la física contemporánea a éstas se les llama "teorías del todo" (Theory of Everything, TOE) y son la máxima expresión de los intentos de continuar el reinado de la teoría por sobre el de la práctica: el sueño de Einstein de la estructura racional matemática que permite com-prender la realidad (incluso a pesar de la realidad misma).

Sin embargo, el desarrollo de la ciencia ha mostrado que la naturaleza es más complicada que el sistema lógico más poderoso, y a los esfuerzos unificadores de los físicos les han salido al paso los diversifi-cadores del campo de la biología y de las ciencias sociales.

La excursión a través del universo que propone F. Dyson en Infinite in all Directions (1988), comenzando por las supercuerdas y terminando por las mariposas, parece apropiada en este contexto. Mientras las superteorías unificadoras como las de las supercuerdas miran hacia atrás en la escala de tiempo (origen), en el extremo opuesto en el futuro se encuentran las mariposas, pletóricas de complejos mecanismos de supervivencia e imposibles de describir a partir de un número finito y determinado de ecuaciones fundamentales. Pero también en términos de historia de la ciencia esta imagen es correcta: no se cree arriesgado decir que si bien el sueño unificador

20

Page 21: Colombia Internacional No. 31

aún vive en el corazón de algu-nos científicos, en general la esperanza de un sistema unifi-cado que lo explique todo está prácticamente extinta, incluso del campo de la física. Se diría entonces que incluso en el campo científico hoy la diver-sidad desempeña un papel más importante que la unificación. Pero, ¿qué relación tienen las tendencias unificadoras y diversificadoras en la ciencia con los planes educativos en Colombia? La incorporación forzada de la ciencia occidental en los países periféricos (ca-muflada a través de su "endogenización"), atenta contra los saberes locales alternativos, y en consecuencia, también contra los esfuerzos que desde la cultura occidental se pueden ha-cer para acabar con la "cultura del riesgo" (Medina, 1995) en la que vivimos a escala planetaria.

La tesis propuesta se basa en que la práctica científica está fundamentada en el desarrollo de técnicas, de modo tal que más que acuerdo sobre "leyes naturales universales", el cor-pus científico se fundamenta en las normas de configuración instrumental que permiten la reproducción de fenómenos (Medina, 1995). Esto implica, naturalmente, una construcción del saber por encima del descubrimiento de una realidad objetiva.

Podemos decir entonces que si de un lado se tiene a Einstein como el gran teórico y a Rutherford como el gran físico experimentador, me inclino más por la segunda posición, dadas las escasas posibilidades

de éxito que tiene la primera; pero especialmente porque la interpretación teórico-objeti-va de la naturaleza puede ser la justificación epistemológica de quien sólo ve lo que quiere ver. Se puede argumentar que la observación siempre está medida por las expectativas que se tienen del objeto observado, pero al partir de unos supuestos teóricos puros sólo se garantiza que la nueva fenomenología quedará velada por las explicaciones que se den dentro del desarrollo de la "ciencia normal" kuhniana.

Claro que este "método" puede ser apropiado para el desarrollo especializado de un determinado programa de investigación, pero la imposición de una visión única y legítima del mundo a todas las comunidades del planeta constituye un suicidio cognoscitivo a escala mundial. Si el conocimiento se basa en el saber técnico, y todas las culturas humanas por definición poseen sus propias técnicas de interacción con la sociedad y con la naturaleza, es muy probable que en el juego de la competitividad económica y cultural la humanidad pierda una gran cantidad de experiencias que podrían ser semilla de nueva fenomenología en el marco de la ciencia moderna, y siendo más atrevidos, posiblemente de nuevas formas de comprender y convivir con el universo. Pero no sólo eso, también y tal vez aún más importante constituye fluente de conocimiento orientada a las alternativas de desarrollo social (técnicas blandas). En este sentido, se les estarán cerrando las

puertas a la diversidad cultural y a las posibilidades de su-pervivencia en el planeta a tra-vés de un desarrollo más soli-dario y a escala humana.

Lo cierto es que, en términos de desarrollo, el modelo de los científicos occidentales no es viable ni en términos de super-vivencia en el futuro, ni en tér-minos de equidad en el presente. Ello nos obliga a pensar en las posibilidades de la diversidad no sólo buscando su respeto, sino apoyándola como alternativa para ejercer el derecho a vivir otra historia.

Sin embargo, "Colombia: al filo de la oportunidad", tan sólo hace mención explícita a este asunto de forma tangencial (MCED, 1995, 34), casi como un hecho folclórico. Sin un énfasis comparable al de "endogenizar la ciencia", la Misión cumple con su papel de misionero y no de investigador honesto que sabe que Colombia no se parece a Suiza y, tal vez, no quiere parecérsele. Pero la iluminación con la verdad no pregunta por otras alternativas, que existen en América Latina en los campos tecnológico (PNUD, 1986), empresarial (Semler3, 1989), económico (Max-Neef, 1982), entre otros, a pesar del adverso "des-orden internacional".

Adicionalmente, se debe tener presente que la enseñanza de la ciencia occidental, en especial en los países periféricos, ha sido un fracaso en gran parte por el halo de incuestionabilidad que se les da a las teorías modernas. Cuando a un estudiante se le enseña que los conocimientos de todos los pue-

Esta experiencia, realizada en el Brasil con la compañía más grande de maquinaria marina y de procesamiento de alimentos (Cempco S. A.), mostró, a través de una reformulación de políticas y prácticas empresariales, un crecimiento del 900% en diez años.

21

Page 22: Colombia Internacional No. 31

blos son tan sólo mitos que de-ben quedar en el pasado y que el saber objetivo y necesario actual se ha debido a los resultados de los grandes genios, y no al proceso de interacción entre ciencia, técnica, naturaleza y sociedad, entonces se siente completamente excluido de la posibilidad de participar en el desarrollo del saber. En conse-cuencia, la ciencia continúa marcada por el sello de quienes pueden hacerla y quienes deben aprenderla.

Así, incluso en términos es-tratégicos, el intento de iluminar al pueblo con la ciencia y la tecnología está condenado al fracaso dado que el conoci-miento queda, en la repre-sentación colectiva de la ciencia, como privilegio de "los sabios".

Medios computacionales para la educación masiva

Aún más que los mismos su-puestos para "fundamentar un nuevo contexto civilizador", sorprende la gran acogida que ha tenido una de las "herramientas más importantes para la instrucción de alta calidad": los "medios computacionales interactivos" (MCED, 1995,30).

Se debe comenzar por señalar que, desde el punto de vista práctico, el uso de computadores no parece una estrategia viable en un país donde ni siquiera los organismos del Estado están sistematizados. Por consiguiente, en caso de que se decida implementar el ordenador maestro, será una solución restringida a los colegios pri-vados de las principales ciuda-des, e inaccesible para la edu-cación pública de las clases menos favorecidas. Una prueba la exhibe hoy el acceso res-

tringido a Internet en Colombia; las posibilidades de conectarse a las grandes bases de datos están limitadas a una minoría que no sabe lo que tiene entre manos.

Si bien no se ha explicitado que la máquina llegue a remplazar al maestro (aunque algunos así lo anhelan), sí se espera que ella pueda suplir sus "deficiencias", en especial su "falta de eficiencia". Pero la imagen del ordenador maestro es una contradicción porque el grado de interacción se limita al acceso a los datos ordenados por los programadores. En este orden de ideas, el "computador interactivo" es una con-tradicción al menos parcial, dado que implica que todas las preguntas sean contempladas por la máquina, lo que afortu-nadamente es imposible. De otro lado, el maestro humano (vale la tautología) puede, a través del diálogo abierto, plan-tear respuestas, o nuevas y más elaboradas preguntas que amplíen los marcos de refe-rencia del estudiante. Esto sin contar con que el entusiasmo y amor por el conocimiento, má-ximo legado de un profesor, no los puede transmitir ni el com-putador más avanzado de la Microsoft.

Dentro del desarrollo educativo suele suponerse un maestro dador de respuestas. El depositario de una verdad aún no revelada y de la respon-sabilidad de que los estudiantes aprendan. Esta aberrante imagen del "maestro ordenador del mundo" (estructura que luego se traslada al campo laboral y político), infalible y lúcido, es justamente la base para abogar por el ordenador maestro. Con decepción constatamos que nuestros "sabios" no pretenden favorecer la interacción

humana profesor-alumno. Al mundo incierto del maestro, le sale al paso proponiendo la imposición del orden que esta-blece una máquina, un nuevo oráculo. Así las cosas, lo que se presenta como gran avance, en realidad es un retroceso a la luz de los trabajos pedagógicos entre humanos.

Las técnicas duras constituyen un posible medio para el diálogo con la naturaleza. De otro lado, la visión del mundo medida por una pantalla implica una forma particular de ver, una imagen del mundo en la que se proporcionan respuestas a preguntas que nunca se han enunciado, y por consiguiente generalmente inocuas para el acervo intelectual individual.

Aquí un ejemplo de la diferencia entre saber vivencial e instrucción teórica, que muestra hasta qué punto el camino vivencial es fundamental incluso dentro de la ciencia occidental. Se refiere a uno de los primeros ejercicios que hace un ingeniero en clase de física: asignar "órdenes de magnitud" a distintos sistemas, es decir, dimensionar correctamente, logrando establecer el "tamaño" de varios sistemas. Este es un requisito indispensable para la solución de cualquier problema por cuanto determina el rango de tolerancia de las medidas y de los requerimientos técnicos. Sin embargo, el aprendizaje teórico de este tipo de cosas suele ser poco confiable. Por el contrario, la familiaridad con la medición y manipulación instrumental produce una alta capacidad para reconocer la validez de ciertas normas y requerimientos técnicos y, por consiguiente, para establecer escalas de validez de teorías.

22

Page 23: Colombia Internacional No. 31

Sobra decir que el mundo ordenado del computador ex-cluye al usuario de participar en la construcción del mundo y lo margina a la posición del "ilustrado" con habilidades técnicas que responden a necesidades de un ordenamiento mundial incuestionable. En tér-minos políticos, esto es lo más parecido a una dictadura in-quebrantable, por cuanto la explicación de la desigualdad evidente se remite al estado triste, pero inexorable, del de-sarrollo histórico.

La educación así planteada es funcional para un mundo injusto pero en el que se aspira que todos colaboren solidariamente para su mantenimiento. Según esta visión, el mundo hoy —como si se tratara de una caricatura del Estado positivo de Comte— se presenta como ideológicamente aséptico. No obstante, esta objetividad cientificista del proceso histórico es una ideología en sí misma: la funcional-estructuralista que niega el conflicto y aboga por la "colaboración solidaria" de las partes para la preservación del conjunto.

Epílogo

La educación debe ayudar a los seres humanos a construir una realidad menos hostil. La competitividad económica no tiene análogo en el mundo na-tural y no es éste el legado del pensamiento de Darwin. El juego del "nuevo orden interna-cional" tal vez sea el último jue-go humano. Pero ese no tiene que ser un destino inexorable. La educación tiene también esa misión emancipadora. La capacidad de supervivencia de cualquier sistema depende de la diversidad de elementos que lo constituya y le permita adaptarse. ¿Podrá Occidente aprender a dialogar respetuosamente y sin su ca-racterístico "paternalismo cí-nico" con los legados de otros saberes? En mi opinión, sólo en la medida en que contemple otras posibilidades, o al menos permita existir a otras alternativas de vida, se podrá pensar en que aún nos queda alguna oportunidad.

Referencias

Dyson, F. (1988). 1991, Infinito en todas direcciones (Barcelona: Tusquets Editores).

Elkana, Y. 1977. La culture scientifique dans le monde con-

temporaine, en Rossi Mathieu-P. (comp.), Unesco-Scientia, Roma: 275-311. Traducción al castellano de J. Charúm, J. Granes (ed.). 1983. "La ciencia como sistema cultural: una aproximación antropológica", Boletín de la Sociedad Colombiana de Epistemología, III: 10-11:65-80.

Max-Neef, M. (1982) 1992. From the Outside Looking in. Experiences in 'Barefoot Economics' Londres: Zed Books Ltd.

Medina, M. 1995. "Tecnografía de la ciencia", Revista Historia Crítica, 10 (Bogotá: enero-julio).

Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, MCED. 1994. Colombia: al filo de la oportuni-dad (Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio, Colección Mesa Redonda).

PNUD. 1986. Tecnologías para la superación de la pobreza, RLA-86-004.

Sanmartín, J. Tecnología y futuro humano (Barcelona: Editorial Anthropos).

Semler, R. 1989. "La adminis-tración sin administradores", Harvard Business Re-view (Sept.-Oct.).

23

Page 24: Colombia Internacional No. 31

Despotismo ilustrado

para el siglo XXI: el

sueño de un país sin

oportunidad*

Mauricio Nieto**

"En el mundo están ocurriendo cosas increíbles... Ahí mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como los burros". José Arcadio Buendía Cien años de soledad

Gracias a su reconocimiento internacional, Gabriel García Márquez, Manuel Elkin Pata-rroyo, Rodolfo Llinás, junto con otros destacados intelectuales y científicos del país, se han convertido en los símbolos de esa Colombia civilizada y culta que todos soñamos. Algunos de ellos han sido elegidos para esbozar el camino que la nación debe seguir para realizar sus aspiraciones de progreso, civilización y autonomía. El resultado es el documento de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo: Colombia: al filo de la oportunidad1, presentado al gobierno de César Gaviria y más tarde al de Ernesto Samper.

Un proyecto de tal naturaleza debería ser objeto de un debate abierto al mayor número de interesados posible. Con la excepción del texto de García Márquez, "Por un país al al-

cance de los niños", publicado en el diario El Espectador en ju-lio 23 de 1994, y el cual parece ser un mero adorno sin mayor relación con el resto de la pro-puesta de los comisionados, el resultado final de la Misión ha despertado un interés restringido a ciertos medios académicos y oficiales. Nuestro premio Nóbel de li-teratura, autor predilecto de toda reina de belleza, profesor universitario y colombiano que se respete, ha tenido un talento indiscutible para describir nuestro país, nuestro sentimiento de soledad y abandono. Pero cuando su nombre se convierte en bandera de proyectos políticos y planes "civilizadores" y de modernización científica y tecnológica, su inimitable genialidad deja mucho que desear.

El epílogo de Colombia: al filo de la oportunidad es una invita-ción a todos los colombianos a participar en la "Misión". Una invitación que no podemos ig-norar.

Las nociones de ciencia y tecnología que se encuentran a lo largo del documento son en extremo predecibles, para al-gunos demasiado obvias para ser explicadas. Para los comi-sionados parece incuestionable que la modernización científica y tecnológica es el único camino hacia la riqueza, el progreso y el bienestar del país. Pero es en verdad sorprendente la forma como se ha sabido conservar la ingenuidad provinciana de José Arca-

Este artículo ha sido aceptado para ser leído en el Congreso Internacional de Tecnología, Desarrollo Sostenible y Desequilibrios, Terrassa-Barcelona, diciembre 14-16,1995. BA, MSc, PhD. Departamento de Historia, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. Los comisionados son Eduardo Aldana Valdés, Luis Fernando Chaparro Osorio, Gabriel García Márquez, Rodrigo Gutiérrez Duque, Rodolfo Llinás, Marco Palacios Rozo, Manuel Elkin Patarroyo Murillo, Eduardo Posada Flórez, Ángel Restrepo Moreno y Carlos Eduardo Vasco Uribe.

24

Page 25: Colombia Internacional No. 31

dio Buendía y su admiración incondicional por los deslum-brantes conocimientos de los gitanos que visitan Macondo para comercializar sus últimos descubrimientos. A pesar de algunas cifras ac-tualizadas y algunas gráficas dignas de todo trabajo técnico, hay un sospechoso parecido, casi literal, de dicho documento con textos escritos hace dos siglos, cuando la ideología de la Ilustración le permitía a Europa Occidental apropiarse de otros continentes y de sus culturas.

Francisco José de Caldas, el primero de nuestros "sabios", se lamentaba igual que José Arcadio: "Qué triste destino es ser un americano, después de años de investigación, si en-contramos algo nuevo sólo po-demos decir: no está en mis li-bros"2. Desde entonces y antes de que las naciones americanas declararan su "independencia", ya era común entre la élite ilustrada de la colonia identificar los avances científicos y tecnológicos europeos con ideales de civilización, progreso, crecimiento económico y libertad. Al igual que hoy, entonces era común no sólo ignorar sino en ocasiones celebrar que el control y los intereses de esas prácticas es-taban profundamente arraigados y centralizados por fuera del país. Aún más, no sería una exageración afirmar que la his-toria de la ciencia en Colombia no es más que un continuo es-fuerzo por estrechar nuestros

lazos y ganar la aceptación del "mundo civilizado"3.

Tal como lo presenta el doctor Rodolfo Llinás, el panorama de la ciencia y la tecnología en nuestro país es lamentable. Por medio de cifras contundentes y gráficas reveladoras se señala, por ejemplo, que al examinar el porcentaje mundial de científi-cos encontramos que el 94% de éstos pertenecen a naciones in-dustrializadas, que Latinoamé-rica sólo aporta el 1% y Colom-bia el 0,01% de los científicos activos en el planeta4. Llinás y los demás comisionados parecen entender el subdesarrollo como una consecuencia directa de la poca actividad científica de talante internacional que existe en el Tercer Mundo. Partiendo del supuesto de que "el nuevo orden económico mundial está determinado actualmente por el liderazgo en ciencia y tecnología", los comisionados insisten en que "Colombia in-grese en el menor lapso posible al nuevo orden científico y tec-nológico y que emprenda una revolución civilizadora"5. ¿Pero el liderazgo en ciencia y tecno-logía no está acaso determinado a su vez por el nuevo orden eco-nómico mundial? Y como bien lo señala Rodolfo Llinás, "No es una coincidencia que el 94% del número total de científicos per-tenezcan al Primer Mundo"6.

Nuestro ilustre neurólogo no se preocupa por señalar los orígenes de sus datos ni expli-car, por ejemplo, para quién trabaja ni cuál es el motor de la actividad científica en países

como los Estados Unidos, Ale-mania, Japón, que tanto soñamos imitar. No parece relevante tener en cuenta las numerosas publicaciones en el área de estudios sociales sobre ciencia ni señalar lo más obvio, como por ejemplo que las principales fuentes de financiación para la investigación en ciencia y tecnología provienen de la in-dustria militar, las compañías farmacéuticas, la producción de energía nuclear, los mega-proyectos espaciales de carácter político militar, y desde luego la industria privada; las cuales, sobra decir, no sólo hacen posible las más sofisticadas formas de violencia sino que son agentes de los más serios problemas de contaminación ambiental.

Esa imagen de los científicos como un ejército de santos tra-bajando para el bienestar de la humanidad entera no sólo es ingenua sino obviamente dis-torsionada. Las cifras de Llinás, que parecen ser el punto de partida y la justificación de toda la propuesta de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, no son para nada útiles a menos que sean examinadas en una perspectiva más realista en lo que se refiere a la naturaleza de la actividad científica y su relación con nuestra sociedad, con nuestras prioridades y deseos.

Bajo el supuesto de que las diferencias entre los países ricos y pobres son el resultado directo del monopolio de los primeros sobre la producción

2 Francisco José de Caldas, Obras completas, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1966, p. 155. 3 El uso de términos odiosos como "civilizado" es deliberado teniendo en cuenta su repetida aparición en el documento Colombia: al

filo de la oportunidad. 4 Colombia: al filo de la oportunidad, p. 37. (No se mencionan las fuentes). 5 Ibid., p. 32. 6 Ibid., p. 35.

25

Page 26: Colombia Internacional No. 31

industrial y la tecnología que mantiene dicha industria, los países latinoamericanos han luchado por adoptar tecnologías occidentales como una política central en sus programas de desarrollo. En este proceso, en nuestro afán por "ingresar al concierto internacional", podríamos fácilmente heredar los mismos errores de las naciones más industrializadas7.

El carácter del documento no es extraño entre nosotros, como tampoco original. Generación tras generación la ciencia y la tecnología han sido presentadas como actividades intrínsecamente progresivas. (Parece mentira que aún sea necesario repetirlo). La ciencia se ha divulgado y enseñado como una forma de conoci-miento universal, neutro, apo-lítico, libre de intereses parti-culares y como indiscutible fuente de bienestar y desarrollo. Esto es en gran parte innegable. Lo preocupante no es que se fomenten la educación y la investigación científica en el país ¡nada mejor!. Lo aterrador son el desconocimiento y la falta de una reflexión crítica sobre las raíces políticas e intereses que producen y legitiman una práctica científica o una innovación tecnológica. Un proyecto de modernización basado en criterios cientifistas que no incluye un espacio reflexivo no es más que la expresión de una ideología que no sólo define, sino que muchas veces fomenta nuestra condición de subdesarrollo y dependencia.

La historia y, en particular, el mundo moderno nos exigen una posición ambivalente frente a la ciencia y la tecnología, nos obligan a reconocer que éstas llevan consigo elementos tanto progresivos como progresivos, que si bien su institucionalización puede in-crementar el poder y el control de ciertas naciones y ciertos grupos sociales, también puede contribuir a despojar a "otros" del poder que tienen sobre la naturaleza y sobre sus propias vidas.

Si la modernización y la globalización son el único camino posible, y si este proceso está determinado por los intereses de los países industrializados, entonces no podemos como repetidamente lo hacen los promotores de la modernización hablar de autonomía e independencia nacional.

Veamos brevemente algunos de los temas que deben ser examinados con mayor cuidado:

Dentro del plan de moder-nización de los sabios se hace mención a la Constitución Po-lítica de Colombia de 1991. "Colombia es un país pluricultural y multiétnico que podría utilizar con provecho el acceso a los legados occidental, amerindio y afroamericano... e incorporar una variedad de ilus-traciones culturales al dominio de la racionalidad científica y de la tecnología contemporánea"8. Con el debido respeto y la sincera admiración por los autores del documento, pare-cería necesario empezar por educar a nuestros sabios. La

falta de un apropiado entendi-miento de la naturaleza social y política de la ciencia y la tec-nología occidentales hace que la idea de integrar saberes locales e indígenas en un proceso de modernización y competitividad científica a nivel internacional sea contradictoria e irreal.

No es la primera vez que la ciencia occidental se interesa en utilizar saberes locales. Desde el siglo XVIII y con el auge de la exploración científica de la Ilustración española que traería a América personalidades como José Celestino Mutis, uno de los principales propósitos de estas expediciones fue rescatar el conocimiento indígena en botánica y medicina. Pero, ¿cuál fue el resultado? Ciertamente los saberes locales constituyeron una fuente de conocimiento fundamental para los naturalistas europeos, quienes participaron en un proceso de apropiación y traducción de dichos saberes "irracionales" y "supersticiosos" a un lenguaje y una racionalidad más acordes con los intereses europeos. En el proceso se incrementaron el poder y el control de los nuevos portavoces, pero simultá-neamente se despojó a los nati-vos del control que tenían sobre sus recursos naturales y sobre sus cuerpos. Si se examina la función de la ciencia moderna desde el siglo XVIII, cuando Europa vive un creciente proceso de expansión y control sobre la naturaleza y otras culturas, y cuando en el Nuevo Mundo se inicia la creación de una tradición científica, se encuentra con que esa

7 Ver: Margarita Peña Borrero, "Los estudios de ciencia, tecnología y sociedad en el contexto latinoamericano", en Manuel Medina y José Sanmartín (eds.), Ciencia, tecnología y sociedad, Barcelona, Editorial Anthropos, 1990.

8 Colombia: al filo de la oportunidad, p. 71.

26

Page 27: Colombia Internacional No. 31

es la función explícita de las empresas científicas de la Ilus-tración europea. El naturalista que recolecta, clasifica y repre-senta objetos naturales establece cierta relación con la naturaleza que se traduce en posesión y por ende en poder; el cartógrafo y el astrónomo ponen el mundo entero al alcance de Europa; el médico contribuye a legitimar un nuevo orden social, y las universidades en general contribuyen a establecer una nueva jerarquía social y económica. Otro de los temas por revisar es la supuesta relación entre democracia, autonomía y modernización científica. En la tercera parte del documento de la Misión se plantea la necesidad de integrar la ciencia y la tecnología a la sociedad y la cultura colombiana, se habla de un "proceso de endogenización de la ciencia y la tecnología", de una "apropiación social de estas últimas", cuyo primer objetivo es "fortalecer la decisión política de impulsar la ciencia y la tecnología como parte de la estrategia para el desarrollo del país"9.

En nuestro mundo los ciu-dadanos no están en capacidad de entender o participar

de forma activa en la toma de decisiones relacionadas con la ciencia y la tecnología. Se puede ver que mientras más se es-timula el conocimiento de ex-pertos y por lo tanto la especialización, más se centraliza la capacidad de toma de decisiones, facilitando la desinformación. Para darle al ciudadano una participación real en la toma de decisiones con el fin de que el público pueda apropiarse críticamente de la ciencia, no es suficiente una campaña publicitaria de divulga-ción. Como ya lo hemos señalado, la ciencia es insepa-rable de intereses políticos y comerciales. Una educación científica integrada tiene que incluir una comprensión de esos factores e intereses sociales que forman parte de toda actividad humana.

La historia de la ciencia y la historia en general, en dema-siadas ocasiones han sido po-derosos instrumentos para quienes se interesan en legitimar el presente. Es común encontrar reconstrucciones del pasado que se presentan como una cadena de hechos que inexorablemente conducen a la ciencia y tecnología modernas. Se describe una ruta de sucesi-

vos logros tecnológicos y cien-tíficos que constituyen el ascenso del hombre y de paso se legitima una idea de progreso que se suele identificar con la superioridad económica de las naciones industrializadas. Todo lo que conduce a repetir los procesos de industrialización que se han visto crecer y, por qué no, infestar otras naciones se define como avanzado, sin que se permita concebir otras formas válidas para la configuración de la sociedad, la economía o el conocimiento. Cualquier otra alternativa, cualquier otro camino a la luz de dicha "historia túnel" parece utópico, retrógrado o irrealizable. Y es precisamente por eso que una visión renovada y crítica del pasado es tan urgen-te, porque permite explicar los intereses que legitiman las ver-dades de hoy. Aún más intere-sante porque hace posible en-tender el pasado y el presente como encrucijadas que nos lle-van a reconocer y considerar opciones diferentes. El punto es mostrar que nuestra historia pudo ser otra y que no hay razón que nos impida pensar que las cosas pueden ser diferentes.

27

Page 28: Colombia Internacional No. 31

Sección:

Documentos

Discurso de bienvenida del señor

presidente de la República de

Colombia, Ernesto Samper Pizano,

en la sesión inaugural de la XI

Cumbre de Jefes de Estado y de

Gobierno del Movimiento de Países

No Alineados

Cartagena de Indias, octubre 18 de 1995

Bienvenidos a Cartagena, patrimonio histórico de la humanidad; bienvenidos al Caribe y a Colombia, la tierra en la que los sueños se hacen realidad. O mejor, en la que los sueños anuncian los acontecimientos del futuro.

Esperamos que luego de esta reunión los sueños por los que siempre ha trabajado el Movimiento se hagan realidad en los próximos años: la paz, la justicia, el equilibrio en las relaciones in-ternacionales.

Bienvenidos a esta América Latina siempre joven, dinámica y entusiasta, en donde podemos respirar un aire de optimismo que nos invita a hacer posibles las utopías.

Bienvenidos a Colombia, un país cuya búsqueda persistente de la paz nos ha convertido a nivel internacional en amigos declarados de la tolerancia como único camino válido para asegurar la convivencia pacífica entre los pueblos.

Reconocimiento a Indonesia

Quiero brindar un reconocimiento al liderazgo y coordinación que desempeñó Indonesia durante los últimos años como presidente del Movimiento de Países No Alineados. La gestión del presidente Soeharto fue, sin duda, factor definitivo para la modernización de las concepciones y de los métodos de acción del Movimiento.

Gracias al compromiso de Indonesia, hoy recibimos un Movimiento más colectivo en los asuntos mundiales, que ha superado los difíciles obstáculos que se percibían cuando se realizó la Cumbre de Yakarta.

28

Page 29: Colombia Internacional No. 31

Los principios del no alineamiento están vigentes

Las viejas murallas de Cartagena serán, durante estos días, el telón de fondo de las deliberaciones que nos llevarán a confirmar los principios y los ideales del No Alineamiento; ellos, al igual que lo fueron para esta ciudad sus invulnerables fortifi-caciones, siguen siendo la mejor defensa que te-nemos contra las injusticias y la violencia del mundo actual.

Muchas personas me han preguntado, durante el último año, cuál es la razón de mantener el Mo-vimiento de los No Alineados si, al terminar la Guerra Fría, habrían terminado también las razones del no alineamiento.

A todos ellos les he contestado que es cierto, que se acabó la Guerra Fría, pero el final de la Guerra Fría no marcó el fin de la pobreza en el mundo, no acabó con los problemas medioambientales que afrontan nuestros países ni tampoco terminó con los problemas que aquejan nuestros sectores productivos.

A esas mismas personas les he dicho que, al contrario, el final de las barreras que separaban dos mundos divididos en razón de sus ideologías marcó el comienzo de una nueva división en el mundo.

Nuevas barreras

Una división señalada por el aparecimiento de nuevas barreras que se levantan frente a las posi-bilidades de avance de nuestros países.

Barreras comerciales no arancelarias que impiden el acceso de nuestros productos a los grandes mercados.

Barreras tecnológicas que nos están marginando del avance científico y del conocimiento.

Barreras financieras que limitan nuestras posi-bilidades de crédito en condiciones equitativas.

Barreras informativas que han dejado en poder de unos pocos la información sobre lo que les sucede a muchos.

La razón de ser del nuevo alineamiento, hoy como ayer, es superar esas barreras a través de la solidaridad. Nuestro desafío, hoy como ayer, es sumar nuestros esfuerzos para seguir buscando el ideal de ser libres.

Libres de la dependencia tecnológica que está creando, en el mundo en desarrollo, una peligrosa forma de apartheid tecnológico.

Libres, en fin, de la dictadura del atraso, la peor de todas las dictaduras.

Lo primero es la gente

En Colombia estamos poniendo la economía al servicio de la gente. Nos sentimos identificados con el pensamiento del presidente Soeharto cuando planteó en la Cumbre de Yakarta que "el desarrollo nacional debe estar centrado en la gente, ser de la gente, ser por la gente y para la gente".

Creemos firmemente que el núcleo de nuestro Movimiento debe ser la gente. El Movimiento No Alineado, para que sea más fuerte y más legítimo y más democrático debe acercarse más a nuestras gentes. Los ciudadanos de todos nuestros países deben ser los protagonistas del no alineamiento de este fin de siglo y del comienzo del próximo milenio.

El objetivo como movimiento debe ser el bienestar del ser humano.

Nuestra acción política debe dirigirse ahora a acabar con la pobreza, como en su momento acabamos con el apartheid y debilitamos el colonialismo.

Nuestro país ha respondido a la globalización de la economía mundial con medidas de liberalización que, en mayor o en menor grado, nos han acercado a la realidad del mercado mundial.

Pero tenemos comprobado que ni el proteccionismo de hace 30 años ni el neoliberalismo de los últimos diez, han traído más pan a la mesa de nuestros pueblos ni más sosiego en nuestras relaciones internacionales.

En nuestra lucha contra el empobrecimiento tenemos que comenzar a combatir dentro de nuestros países lo que tanto denunciamos a nivel internacional.

Un modelo alternativo de desarrollo

Necesitamos un modelo alternativo de desarrollo acorde con nuestras carencias y posibilidades. Un modelo nuevo para un nuevo Sur.

Un modelo alternativo que nos permita ser competitivos sin dejar de invertir en la gente, combinando adecuadamente las dos palabras mágicas del próximo siglo: competitividad y equidad.

29

Page 30: Colombia Internacional No. 31

Un modelo alternativo que nos permita construir un nuevo ciudadano, preparado para acometer los desafíos del siglo XXI.

Un nuevo ciudadano, más participativo en lo político, más productivo en lo económico, más solidario en lo social, más comprometido con la defensa de su medio ambiente y más universal en sus concepciones pacifistas.

Un modelo alternativo a partir de un nuevo concepto de Estado que combata la corrupción y que funcione bien, independientemente de la discusión sobre su tamaño.

El mito del libre comercio

Sabemos que el desarrollo económico y la lucha contra la pobreza requieren también hacer realidad la práctica del libre comercio.

A pesar de los avances conseguidos por un mundo libre de trabas de comercio y la creación de una organización para el libre comercio, una peligrosa tendencia neoproteccionista se pasea por el mundo como un fantasma.

Con el libre comercio sucede algo parecido a lo que a todos nos pasa con el paraíso: que aunque todos sabemos que debemos llegar allá, ninguno quiere llegar todavía.

Así lo están demostrando las decenas de res-tricciones paraarancelarias, administrativas, aduaneras y sanitarias que impiden hoy el libre acceso de nuestros productos a los mercados más rentables de los países más ricos. La lucha contra el neoproteccionismo debe unir a los países del Sur porque es la verdadera lucha por las posibilidades de vida de nuestros pueblos.

La necesidad de la solidaridad

Nunca antes, como hoy, había sido tan claro que los retos que nos plantea el nuevo equilibrio in-ternacional no los podemos enfrentar individual-mente.

Nuestra inserción en el mundo no puede ser una aventura solitaria y suicida.

La consolidación de nuestras democracias está indefectiblemente ligada a nuestra capacidad y voluntad para cooperar y entendernos. Los retos que tenemos por delante son incluso más complejos que los que debimos enfrentar y superar en el período de la Guerra Fría.

De un mundo que se concebía dividido ideoló-gicamente en blanco y negro, hemos pasado a vivir en una realidad multicolor que nos exige capacidad para imaginar soluciones creativas.

Cooperación antes que confrontación

La cooperación entre los países del mundo en de-sarrollo no es una opción: es un imperativo si queremos ser actores del mundo, pero sobre todo, si queremos perdurar como naciones.

La confrontación es una práctica anacrónica e inútil que debe ser remplazada por un instrumento más realista, pragmático y eficaz como la cooperación internacional.

Nuestra propia solidaridad es la mejor arma que podemos enfrentar al intervencionismo de los poderosos.

Esa solidaridad se debe expresar en la búsqueda de nuevos escenarios globales de concertación que sustituyan los viejos espacios cerrados de la Guerra Fría y eviten la compartimentalización del mundo por bloques económicos.

La búsqueda de la paz

Como hace 40 años, el Movimiento de Países No Alineados ha de seguir teniendo por norte la bús-queda de la paz en el mundo.

Tenemos que concentrar todas nuestras energías en la construcción y no en la guerra. En la creación y no en el aniquilamiento. En la vida y no en la muerte.

Tenemos que recordar siempre que el Movimiento surgió cuando decidimos que no queríamos formar parte de una lucha que no era la nuestra: la lucha de las superpotencias. Hoy más que nunca está vigente el decálogo trazado en Bandung en 1955.

Una agenda de modernización

Modernizar no significa abandonar los principios que inspiraron el Movimiento.

Modernizar significa pasar del campo de las buenas intenciones a las acciones concretas.

Modernizar significa desarrollar la capacidad para apostarle al futuro a tiempo. Modernizar significa, como lo señaló el presidente Mubarak en El Cairo, aceptar la flexibilidad como parte de la naturaleza del Movimiento.

30

Page 31: Colombia Internacional No. 31

Modernizar significa desarrollar un movimiento que no simplemente reaccione sino que también proponga. Un movimiento que jalone como una locomotora en lugar de ser arrastrado como un vagón por la fuerza de las circunstancias. Un movimiento que anticipe los conflictos y tenga respuestas para las preguntas de mañana.

Cuáles son nuestras respuestas a la crisis del medio ambiente, al peligro de la extensión de las drogas en el mundo, a los brotes armamentistas, a los excesos neoliberales. Allí está la clave del futuro para el no alineamiento.

La crisis del medio ambiente

La crisis ambiental nos concierne a todos. El cambio climático, la desertificación, la depredación de los recursos naturales o la destrucción de la diversidad biológica nos están haciendo mucho daño. Cuando secamos una fuente de agua, tumbamos un árbol o matamos un animal estamos destruyendo posibilidades de vida para nuestros hijos y para nuestros nietos.

El desarrollo sustentable, conseguido multilateralmente, y la protección de la biodiversidad deben convertirse en mandatos del Movimiento.

El problema de las drogas

Los No Alineados también deben ocuparse del crimen transnacional, que cada día se constituye en una amenaza peor para la humanidad.

El narcotráfico es un problema multinacional que requiere una solución igualmente multinacional.

Mientras se mantengan los altos niveles de consumo que hay en los Estados Unidos, en Europa y en el Asia, es difícil tener éxito con los programas para reducir la oferta. Mientras haya tolerancia frente al lavado de dinero y la desviación de precursores químicos, los éxitos que se alcancen frente a la producción de drogas sólo serán temporales y apenas se reflejarán en cambios en los precios, en las rutas o en los lugares de producción. Nuestro compromiso de acabar con el narcotráfico es un imperativo ético. Para impedir que se envenenen los jóvenes del mundo. Para agotar la fuente de corrupción que genera sus impresionantes ganancias. Para sacudirnos la acción de las mafias sobre nuestros sistemas de justicia.

El tema del desarme

Algo semejante podríamos decir sobre el desarme. Hace 40 años, los fundadores del Movimiento de Países No Alineados lanzaron una gran acción política contra la carrera armamentista, estimulada en su momento por la Guerra Fría.

Los recursos que se están dedicando a la producción de armas, en un mundo que supuestamente avanzaría hacia la paz al terminar la confrontación bipolar, son recursos que se necesitan con urgencia para calmar el hambre y la sed, para vacunar a los niños, para proteger el agua y los bosques y para que el Sur tenga acceso a la ciencia y la tecnología.

La reforma de las Naciones Unidas

En verdad muchos de los temas que preocupan a los países del Sur requieren que contemos con un instrumento multilateral adecuado para su trata-miento. La reforma de las Naciones Unidas es in-dispensable para que pueda responder al desafío histórico que tiene por delante. Lo que los países en vías de desarrollo esperan de esta reforma es que la ONU sirva para representar al mundo de hoy. Un mundo con 185 países, con graves problemas y de grandes injusticias. Lo que pretendemos es una democratización de los mecanismos y procedimientos de las Naciones Unidas.

El derecho del Sur a una información objetiva

Debemos reflexionar sobre asuntos muy propios de los tiempos actuales y que afectan negativamente a nuestros pueblos. El derecho a la información, por ejemplo. Los conflictos más graves y los problemas más angustiosos son los que aparecen en las pantallas instantáneas del mundo entero.

En cambio, no ocurre lo mismo con la situación de millones de seres humanos que por diversas razones no aparecen en los medios de comunicación de la aldea global. El mundo se está informando con una perspectiva del Norte y está actuando con base en ella.

Pluralidad para una nueva identidad

Nuestra gran riqueza, en los No Alineados, son la diversidad y el pluralismo. Nuestras ricas dife-rencias no deben ser excusa para el conflicto sino motivo para el consenso. Ellas representan opor-

31

Page 32: Colombia Internacional No. 31

tunidades para la cooperación y la solidaridad y no razones para el desencuentro.

Nuestra diversidad es el mejor material para la construcción de una nueva identidad del mundo en desarrollo, basada en la cultura de la tolerancia y la cooperación.

En los próximos tres años, Colombia trabajará sin pausa ni descanso por convertir en realidad los ideales del Movimiento. Para conseguirlo aprovecharemos las únicas armas que podemos utilizar: municiones de solidaridad y fusiles de cooperación.

Los tiempos que vivimos no son los mejores pero son nuestros tiempos. Con esos tiempos podemos escoger la posibilidad de escribir nuestra propia historia o dejar que nos la escriban otros.

De nuestro trabajo dependerá que los próximos años se conviertan en el tiempo de la gente del Sur, una gente que tiene derecho a no estar alineada con la pobreza, a no estar alineada con el sufrimiento, a no estar alineada con la contaminación, a no estar alineada con la droga, a no estar alineada con la opresión, a no estar alineada con las dictaduras.

A nombre de esos miles de ciudadanos del mundo que se merecen, como señalara nuestro premio Nóbel García Márquez, una primera oportunidad de vida sobre la Tierra, les doy nuevamente la bienvenida a la tierra de magia y esperanza que descubrió Cristóbal Colón hace 500 años.

Muchas gracias.

32

Page 33: Colombia Internacional No. 31

Address by president Soeharto of the

Republic of Indonesia as chairman of

the Non-Aligned Movement at the

inaugural session of the Eleventh

Conference of Heads of State or

Government of the Non-Aligned

Countries

Cartagena, Colombia, October 18,1995

Unofficial translation

Your Majesties, Your Highnesses,

Your Excellencies, Distinguished Delegates,

Ladies and Gentlemen,

I should first of all like to extend to our host, Colombia, our heartfelt congratulations and deep apreciation f or the generous hospitality accorded us since our arrival here in this beautiful city of Cartagena. We are confident that the warm reception by the friendly people of Colombia and the thoughtful arrangements for the comfort and convenience of all delegations will engender a conducive atmosphere for our deliberations. My delegation and I stand ready to extend our fullest cooperation to ensure the success of this Confe-rence.

At this time, Indonesia concludes its three-year tenure as chairman of the Non-Aligned Movement. It has truly been an honour for us to un-dertake this responsibility, and I thank you the members for the confidence that you placed in us during these years of global transition and change. Now Colombia will assume that role and Brig. us forward on a steady and certain course. We turn over the chairmanship to our worthy successor.

Your Majesties and Your Highnesses, Excellencies

and Distinguished Delegates,

The Tenth Summit Meeting of our Movement has indeed been a watershed. It established beyond doubt the continuing relevance of Non-Alignment in the post Cold-War era, as validated by subsequent events. Just as important, our Movement emerged from that Summit with a new

33

Page 34: Colombia Internacional No. 31

orientation and a new approach in its relation-ships with the developed countries and with international institutions. The Jakarta Message and the Final Documents of the Tenth Summit were formulated with a realistic perspective, free of acrimonious accusations and recitations of grievances. We emerged with a new emphasis on common understandings instead of disputes and divergent views. Consequently, the international community and international organizations became more receptive to our ideas and initiatives as they too welcomed the new non-confrontational and inclusive approach that we adopted in pursuing the basic principies and ideáis upon which our Movement was founded.

It is a remarkable achievement that our Movement, now comprissing 113 countries of different political, economic, social and cultural back-grounds, has been able to maintain its unity and solidarity over four decades. This has been possible because our founding principies and ideáis are truly universal, and reflect the valúes shared by all humankind. These include respect for the sovereign equality among states, national independence, territorial integrity and sovereignty, non-aggression, non-interference in domestic affairs and the fostering of relations of mutually beneficial cooperation among all nations, especially among the developing countries.

By adhering to these principies, our Movement, in spite of the tremendous diversity of its membership, has not only been able to maintain its solidarity, it has managed to become one of the largest and most effective peace movements in history. For Indonesia, it is a source of pride that the principies of non-alignment and that of unity in diversity have become living national traditions.

Your Majesties and Your Highnesses, Excellencies

and Distinguished Delegates,

The results of our deliberations at the Tenth Summit are now part of the history of our Movement and are therefore well-known to you. As to our activities and initiatives since that summit meeting, we have prepared for your reference a comprehensive report, which includes the latest developments in follow-up activities. This will complement the Progress Reports that Indonesia has presented at the Meetings of our Foreign Ministers during the tenure of Indonesia's Chairmanship. It is therefore not my intention here to give a detailed account of all our undertakings

but to focus on the highlights which, I believe, will serve to guide the Movement over the course of the next few years. Let me recall that the basic rationale for these activities can be traced back four decades to when the leaders of 29 countries of Asia and África, concerned with the paralysis that had gripped the United Nations as a result of the Cold Ward, an the grievous problems at the time, met in Bandung and articulated a new ethos to guide the relations between and among nations. This new ethos, which became known as the Dasa Süa or Then Principies of Bandundg, was to serve as the guiding philosophy of our Movement and thus Indonesia had the honour of serving as the seed-bed of non-alignment. The Jakarta Summit took place against the backdrop of rapid globalization and deepening interdependence. By then it had become clear that the major problems of our time are global in nature and cannot be resolved through short-term relief measures or through piecemeal reforms alone. Indeed, we have pointed out time and again at every appropriate opportunity since then, that the solution to these global problems would require a new global partnership for peace, security and prosperity that would involve all nations, those in the developed North, as well as those in the developing South. Since they acquired political independence, the newly emerged developing countries have recognized the imperative for a more favourable global economic environment and the vital necessity for economic cooperation among developing countries. Unfortunately the world has changed little despite the end of the Cold War and the collapse of the bipolar structure of world politics. In the poorest of the developing countries, too many people still perish each day for want of food and primary health care. To the millions of men, women and children in the developing world who are poorly housed, if not home-less, who are blighted by illiteracy and ignorance, Ufe offers little hope and is often brief. It therefore remains as one of the principal arms of our Movement to help libérate the developing world from the shackles of poverty, ignorance and back-wardness, and thereby give true meaning to their self-determination.

For this reason, the leaders of our Movement placed economic concerns at the top of its agenda during the Fourth Summit in Algiers, and we restored these concerns to top priority at the Tenth

34

Page 35: Colombia Internacional No. 31

Summit in Jakarta. Soon after the Jakarta Summit therefore, I consulted other Leaders of our Movement on a set of high-priority follow up activities that would constitute an economic agenda for the Movement. Their general response was one of encouragement and support. Realizing that social and economic development can only be secured in an environment of peace and stability, our Movement has remained seized with political issues as well as the tensions and conflicts attendant to them. As a result of its endeavours during the past three years in the promotion of peace, security and stability, the Non-Aligned Movement has come to be recognized by the United Nations as well as by other international organizations, as a consistent forcé for dialogue and reconciliation, in an unrelenting quest for peaceful solutions to international disputes. In such endeavours, as Chairman of the Non-Aligned Movement, I often sent a Special Envoy to states and áreas in conflict, and to all other concerned states, on a mission of quiet diplomacy, working behind the scenes. On a day to day basis, the Movement's advocacy for the peaceful solution of conflicts is also being carried out in forums provided by the workings of the United Nations. At every opportunity, we have always sought to créate an atmosphere conducive to the search for peaceful solutions to the conflict.

Thus, our Movement has addressed such grievous problems as the violent upheavals in Rwanda and Burundi, which have exacted a horrible toll in human Uves and has wrought vast economic devastation. We are greatly relieved that the prospects for a comprehensive settlement are now greater than ever, which should ultimately lead to rehabilitan on and reconstruction. Likewise, in Somalia, we remain hopeful of a peaceful, negotiated settlement.

In the Middle East our Movement has continued to extend its support to the just cause of the Palestinian people to realize their inalienable national rights. The Movement also closely monito-red developments in the occupied territories and the progress in the Middle East peace process.

As regards the nuclear issue on the Korean peninsula, as Chairman of the NAM, I have tried through quiet diplomacy to contribute to a mutually satisfactoria solution to the problem. It is gratifying to note that the Democratic People's Republic of Korea has now succeeded in concluding key accords with the United States on this issue.

In the meantime, we have been seized with the tragedy of Bosnia-Herzegovina and have endeavoured to do our utmost to assist in the pursuit of peace in the former Yugoslavia. Considering that the former Yugoslavia has been a co-founder of the Non-Aligned Movement, Indonesia as Chairman of the NAM deems it incumbent to offer its good offices in facilitating a peace process which would lead to a comprehensive, just and lasting settlement of the conflict. I believe that such a process will be successful, provided it is pursued on the basis of direct negotiations by the leaders of the countries involved. These negotiations should be conducted on the basis of certain fundamental principies suchs as peaceful co-existence and non-interference in internal affairs. Any settlement should take into account existing UN resolutions and existing proposals for settlement, and should entail mutual recognition by the states that were components of the former Yugoslavia, respect for internationally recognized boundaries and protection of minorities. Further-more, the process should proceed in stages, from direct negotiations among the leaders themselves to an appropriately structured international conference, to be held when agreement has been reached on the basic elements of a settlement.

Your Majesties, Your Highnesses, Excellencies,

Ladies and Gentlemen.

When our Movement decided at the Jakarta Summit to restore the issue of economic development to the top of its agenda, we also deemed it necessary that the North-South dialogue be res-suscita ted and that this time it will be held on the basis of genuine interdependence, mutual inte-rest and benefits, and equitably shared responsibility. We also stipulated that South-South cooperation be broadened and intensified. The Movement's unrelenting efforts to achieve these goals eventually led to the adoption by consensus in 1993 of UN General Assembly Resolution 48/65, "Renewal of the Dialogue on Strengthening International Economic Cooperation for Develop-ment through Partnership". In the following year, the UN General Assembly at this 49th session adopted, also by consensus, a similar resolution, No. 49/165.

Their adoption heralded a new era in the rela-tionship between developed and developing countries and proved the validity and effective-

35

Page 36: Colombia Internacional No. 31

ness of the Movement's sincere efforts to engage the countries of the North in a dialogue that would lead to a global partnership for development.

Among the most critical and persistent problems of the developing countries is the problem of external indebtness. For many low-income countries the debt crisis is far from over. It started in 1982 as a debt crisis of middle-income countries and as a crisis of commercial debt. The debt crisis continued in a different form. The present one is a debt crisis of low-income countries and a crisis of bilateral and multilateral debts.

The Tenth Summit of the Non-Aligned Movement held in Jakarta in 1992, issued a Resolution on External Debt. As a follow-up, I have, as Chairman of the Movement, established and Ad Hoc Advisory Group of Experts on Debt. The Group submitted a report to the Chairman of the Non-Aligned Movement, entitled "The Continuing Debt Crisis of the Developing Countries".

Subsequently, a "Ministerial Meeting of Non-Aligned Countries on Debt and Development: Sharing of Experience", was convened. The meeting was the first ever high-level meeting on external debt of developing countries from all regions. The meeting was attended by ministers and officials from 25 deb-distressed least-developed countries.

On the eve of the Summit Meeting of the G-7 in Tokyo in July 1993, in my capacity as Chairman of the Movement, I had a presented a memorándum entitled: "A Memorándum on Urgent Actions on Bilateral, Multilateral and Commercial Debts of Developing Countries". Since then, on each eve of the annual summit of the G-7,1 have, as Chairman of the Movement, communicated to them the views and concerns of the Movement on this problem. It is a relief that at this year's Summit Meeting of the G-7 in Halifax, Canadá; the G-7 leaders encourage the Bretton Woods Institutions —the IMF and the World Bank— to assist poor countries with heavy burdens of multilateral debt. Moreover, the World Bank, which up to now has been strongly opposing the settlement of multilateral debt, seems to be in a process of reversing its position. The Non-Aligned Movement has consistently put forward that for the least-developed countries what is needed is not repetitive rescheduling for years. What is needed is a once-and-for-all debt settlement. It means a meaningful reduc-

tion of all categories of debt of the least-developed countries: bilateral debt, commercial debt and multilateral debt. Bilateral and commercial debts of a number of developing countries are al-ready reduced. But to date there is no possibility to reduce multilateral debt. Even rescheduling is not possible.

Therefore, the efforts of the Non-Aligned Mo-vement are concéntrate on multilateral debt reduction, in particular of the least-developed countries. These efforts have been strongly opposed by the multilateral financial institutions and by various industrial countries. At present, how-ever, the World Bank and a number of the major industrial countries seem to reverse their with respect to multilateral debt reduction. The reversal of the World Bank's position and some major industrial countries shows clearly what can be achieved by developing countries through a con-certed effort.

However, there is a strong opposition to the settlement of multilateral debt. Therefore, the members of the Non-Aligned Movement and other developing countries should continué tobe alert. We have to continué our concerted efforts to convince the multilateral financial institutions, the governments of the major industrial countries and also directly the people of the industrial countries in general.

In this regard, our Movement should be watch-ful of the current tendency that long-standing important issues of the developing countries are pushed aside by new issues put forward by the advanced countries. These oíd issues include the issues on debt, capital flows, market access and commodity trade. The solution to these issues rests on the commitments of the advanced countries. These commitments require financial resources. Conversely, the new issues pushed by the developed on the developing countries do not entail any financial commitments on their part. These new issues include issues on governance, social issues, labour and the environment. These issues are also import, but they are domes-tic issues of the developing countries. Solutions to these domestic issues do not require the financial commitments of the industrial countries. However, the industrial countries keep pushing these new issues. In fact, they use these new issues as conditionalities for the flow of funds and for the debt settlement of the developing countries.

36

Page 37: Colombia Internacional No. 31

Our Movement should be able to identify clearly the fundamental problems faced by our people. Our Movement should not be tossed around by the new issues that are being pushed by other parties.

Another issues which I have, as Chairman of the Non-Aligned Movement, transmitted to the Summit Meeting of the G-7 in Halifax this year is the question of the reform of Bretton Woods Institutions, i.e. the IMF and the World Bank. The preparation of the reform requires an overall re-view of the current system of international economic governance and the role of the Bretton Woods Institutions and the regional development banks therein. Such a review to prepare for the reform should have the participation of all parties concerned and carried out through a democratic process. It would be inappropriate if such a reform is carried out by the G-7 alone. Today, the developing countries play an essential role in the world economy. In the years to come their role will become even greater. This fact must be taken into consideration. The developing countries should be fully involved in the reform of the role and responsibility of the IMF, the World Bank and the regional development banks within the overall framework of the United Nations. Such a reform should also include the democratization of the Bretton Woods Institutions, including the reform of their voting rights.

Another matter which I emphazised to the leaders of the G-7 in Halifax is the need to créate an effective multilateral surveillance system to con-tain the global economic upheavals. Such multilateral surveillance should be truly symmetrical. It means that all countries, both developed as well as developing, must fully accept such multilateral surveillance. The indebted developing countries are used to be subjected to multilateral surveillance exercised by the IMF and the World Bank. On the contrary, these institutions are unable to exercise multilateral surveillance over the major industrial countries. Where as in reality, the fiscal and monetary policies of the major industrial countries have brought about global economic upheavals, among others: volatile exchange rates, unstable interest rates and unpredictable capital flows. These upheavals are very detrimental to the economies of the developing countries. Consequently, it is imperative that the industrial countries accept fully the implementation of multilateral surveillance on their economic policies.

Your Majesties, Your Highnesses, Your Excellencies, Distinguished Delegates,

Activities implementing the decisions of the Tenth Summit on South-South cooperation are extensively discussed in my report. I should like to mention a few of them here to give a more concrete idea of their scope.

In May 1993, the NAM convened a meeting of the Standing Ministerial Committee for Economic Cooperation (SMC) in Bali, Indonesia, which, among others, explored ways and means to intensify and give renewed momentum to South-South cooperation.

A meeting of NAM Ministers of Health, held during the 48th session of the World Health Assembly in Geneva, agreed, inter alia, to urge the World Health Organization to be more proactive, efficient and decentralized and less bureaucratic.

The NAM Ministerial Conference on Food and Agriculture, held from 7-11 October 1994 in Bali, adopted "The Bali Declaration on Food Security of the NAM and Other Developing Countries".

The Meeting of NAM Ministers of Manpower/Labour, held in New Delhi in January 1995, expressed deep concern at the realities of the global economy, including the disturbing attempts by the industrialized countries to link international trade with the enforcement of labour standards through the imposition of the social clauses. They vigorously reaffirmed the NAM's position that such a linkage is totally unacceptable.

Furthermore, at the Ministerial Meeting of the Coordinating Bureau in Bandung, April 1995, our Foreign Ministers expressed their deep concern at new concepts and proposals by the ad-vanced countries which sought to establish a link between trade and domestic standards relating to the environment, labour laws, human rights, and other social issues, through the application of trade measures and bilateral pressures, which negate the comparative advantage of developing countries. They strongly urged all concerned to refrain from action which way have the effect of unraveling the carefully negotiated balance of rights, obligations and interests of all parties in the Final Act of the Uruguay Round on the liberalization and expansión of world trade. They called on all NAM Members to remain vigilant to threats posed against the multilateral trading system through the mechanism of discrimina-

37

Page 38: Colombia Internacional No. 31

tion, restrictions, unilateral actions and/or onerous conditionalities.

With a view to generating community self-reliance and promoting people-centered development in the developing countries, Indonesia convened the Meeting of the Expert Group on Pro-motion and Enhancement of the Strategy of Sustainable and Self-Propelling Growth in the Framework of International Cooperación in September 1993. An important activity of the Experts Group is to develop and formúlate programmes that are action-oriented, pragmatic and realistic in order to strengthen South-South cooperation. As a f ollow-up, the Joint Meeting of Experts and Decision-Makers on Self-Propelling Growth was convened in Jakarta in June 1995.

Another key effort of our Movement in the fra-mework of South-South cooperation is our human resources development programme in a number of Non-Aligned countries, including Indonesia, that carried out various technical asístanse programmes. Apparently this cooperation has been considered beneficial, such as the scholarships offered by the Indonesian Government to Non-Aligned and other developing countries ha ve elicited much positive response. We ha ve, therefore, decided to continué offering such assistance on a bilateral basis after Indonesia's tenure as NAM Chairman.

It is my firm belief that these undertakings for development cooperation which our Movement implemented during the 1992-1995 period should be sustained. For we cannot hope to alter the North-South relationship unless the South-South relationship is developed rapidly. By broadening and intensifying South-South cooperation, we can solve many of our development problems and at the same time we escure a major componen of our Movement's strategy for bringing about a new internantional order of peace, social justice and equitably shared responsibility. Likewise, we should make fuller use of Technical Cooperation among Developing Countries (TCDC) as a significant dimensión of the national development process and also as an important catalyst for South-South cooperation. Although our resources are rather limited, we still can promote beneficial South-South partnership.

In sustaining our current efforts at development cooperation, let us also continué to adhere to the philosophy that the best way to help people rise from their poverty is to make sure that they

are not merely the beneficiaries, but also the authors of their own development.

This philosphy is most appropriate to the efforts of developing countries to manage their populations in a way that would efable them to achieve economic growth and sustainable development. Therefore, we have an obligation to support the implementation of the Programme of Action of the Cairo International Conference on Population and Development. We should endea-vour to coordínate our contributions to the implementation of the results of that conference and faithfully adhere to our Movement's commitment to "Partnership for Population and Development, a South-South Initiative". In doing so, we should further intensify our exchanges of in-formation and experience concerning methods, techniques and modalities for accelerated and effective implementation of appropriate population policies.

In the spirit of contributing to an international order of greater social justice, the NAM Ministers gathered in Beijing on the eve of the Fourth World Conference on Women in early September 1995 and drew up a Message to that Conference. The Message expressed the commitment of our Governments to achieve the goals of equality among women and men as a matter of human right and as a condition for economic and social progress, and justice. Henee, they considered it of the greatest urgeney to addresss the problems of women in developing countries not only at the national but also at the international level.

As our Movement strives to address with sustained vigor the varoius complicated global problems of our time, I believe it would be propitious if the leaders of our Movement could already agree on the venue of the Twelfth Summit while we are here in Cartagena. Having agreed on the venue of the next Summit, we would then be able to form a mechanism which has proven very use-ful to our Movement in the past: a triumvirate composed of the current Chairman, the immediate past Chairman and the next Chairman of the Movement. This mechanism will not only strengthen the continuity of our Movement but, I believe, will also be especially useful when our Movement embarks on dialogues at the highest level with advanced countries and various international organizations.

38

Page 39: Colombia Internacional No. 31

Your Majesties, Your Highnesses, Your Excellencies, Distinguished Delegates,

In conclusión, I should like to acknowledge that in discharging its duties as Chairman of the Movement, Indonesia has greally relied on the support and cooperation of its fellow members.

We are truly grateful to you for your support and cooperation and in turn we pledge to work with Colombia, to make ourselves available, and to follow Colombia's lead as the new Chairman of our Movement. Whether ongoing and unfinished activities should be continued, in what form and for how long is a matter for the Movement as

a whole to decide. Whatever will be the decisions, Indonesia stands fully prepared to continué to contribute all it can to the endeavors and initiatives of the Movement.

I am confident that under the guidance of the new Chairmanship, we will, in the next three years, Marc ever closer to our ultímate gol: a new world order of social justice, prosperity and peace. May Good Almighty bestow His divine blessings on our Movement and on all of us. Thank you.

39

Page 40: Colombia Internacional No. 31
Page 41: Colombia Internacional No. 31