Por: Horacio Germán García

Cómix Underground

El término, originalmente, hace referencia a los canales de distribución y no a los contenidos. Posteriormente, sin embargo, se convirtió en la denominación

de un estilo.

Cómix Underground

Underground significa subterráneo y, menos literalmente, podría traducirse como “clandestino”. De modo tal que cómix underground significaría historieta

clandestina o subterránea.

Cómix Underground

En qué momento la palabra comic se convirtió en cómix es difícil de precisar. Pero la subversión ortográfica es una constante en ámbitos contraculturales y

alternativos por lo menos desde la eclosión del punk.

Cómix Underground

El cómix es anterior, sin embargo. Viene de fines de los años 60, cuando la marea hippie comenzaba a bajar y el declinar del Verano del amor permitía percibir algunas sombras en lo que, hasta entonces, parecía sólo un paisaje

luminoso y optimista.

Cómix Underground

Quizás “feísmo” es la palabra que define el estilo del cómix. Feísmo, es decir el cultivo deliberado de lo feo y lo grotesco. No lo inventó el cómix (lo

grotesco ha existido siempre en el arte, veáse, por ejemplo, el arte flamenco) pero una nueva generación de historietistas norteamericanos lo comenzó a

practicar masivamente, a la vez que se enfocaba en temas de violencia urbana, drogas o cruda sexualidad.

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El autor más emblemático de esta corriente, probablemente, sea Robert Crumb (1943), creador de El pícaro gato Fritz, de Mr. Snoid y del curiosamente más optimista Mr. Natural. Por chocantes que puedan resultar sus creaciones, es innegable que Crumb es un excelente historietista, tanto en el dibujo como

en el guion.

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De hecho, Matt Groening, el creador de Los Simpson y Futurama, puede considerarse como parte de esta tendencia. Es verdad que los rasgos más agresivos de dibujo y argumento se suavizaron progresivamente. Pero el

pasado cómix esta ahí, en el color mostaza de los personajes, en el retrato despiadado de los ancianos, en los chistes sobre contaminación nuclear.

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El éxito de Los Simpson, precisamente, trajo como consecuencia la aparición de un montón de series animadas inspiradas en esta estética (o “antiestética”,

como se prefiera), como La vaca y el pollito o El perro-gato, que han terminado banalizando lo que, en principio, fue un grito de protesta y rebeldía contra

ciertos aspectos deshumanizados de la sociedad moderna.

Cómix Underground

El éxito de Los Simpson, precisamente, trajo como consecuencia la aparición de un montón de series animadas inspiradas en esta estética (o “antiestética”,

como se prefiera), como La vaca y el pollito o El perro-gato, que han terminado banalizando lo que, en principio, fue un grito de protesta y rebeldía contra

ciertos aspectos deshumanizados de la sociedad moderna.

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