Deuda Externa Gambina Garcia Borzel Casparrino

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    Vulnerabilidad externa y dependencia

    de la economa argentina*

    Julio Gambina**, Alfredo Garca***,

    Mariano Borzel**** y Claudio Casparrino*****

    Introduccin

    L a vulnerabilidad de la economa en la Argentina tiene un eje central en elsector externo, y ms particularmente en los condicionantes de la apertu-ra externa que surgen desde la crisis de mediados de los 70. El fenme -no se despliega mediante la apertura importadora y de la cuenta de capitales, de-

    terminando un proceso creciente de dependencia del ingreso de capitales del ex-terior para equilibrar el dficit del balance de pagos. Dicha situacin es conver-gente con el comportamiento de los capitales internacionales excedentes, que co-mo solucin propia a la crisis de rentabilidad operada a fines de los aos 60 ycomienzos de los aos 70, presionaron y an lo hacen, para abrir las cuentas decapital de los pases de menor desarrollo relativo. Esos capitales contaron con elapoyo de los organismos financieros internacionales, que presionaron sobre los

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    * Artculo realizado con las colaboraciones de: Benjamn Hopenhayn, Naum Minsburg, Julio Sevares y Alfredo E.Calcagno.

    ** Integrante del Grupo de Economa Internacional de CLACSO y Coordinador del Comit de Coordinacin deATTAC-Argentina.

    *** Licenciado en Economa. Director del Centro de Estudios Financieros del IMFC. Integrante de la ComisinDirectiva del IADE (Instituto Argentino para el Desarrollo Econmico). Miembro del Consejo Acadmico de

    ATTAC Argentina. Profesor Universitario en UBA, UADE y Universidad de Belgrano.**** Lic. en Economa, Docente UBA, Investigador del Departamento de Economa y Poltica Internacional del

    Centro Cultural de la Cooperacin y del Centro de Estudios Financieros del IMFC.***** Estudiante de la Licenciatura en Economa, Periodista, Investigador del Departamento de Economa y Poltica

    Internacional del Centro Cultural de la Cooperacin y del Centro de Estudios de la Federacin JudicialArgentina.

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    sucesivos gobiernos, de la misma manera que lo hicieron sobre otros pases deelevado endeudamiento, particularmente en Amrica Latina.

    Aparece como necesidad de los capitales dominantes consolidar en el plano jurdico las reformas en el modelo de acumulacin que se fuera construyendodesde la crisis de mediados de los aos 70, y por ello una constante desde la Dic-tadura Militar de 1976 ha sido el aliento a las reformas estructurales, que duran-te el gobierno de facto se materializaron a travs del rgimen financiero (a partirdel cual se instaura un nuevo proceso de especulacin financiera y de endeuda-miento externo, tanto pblico como privado) y de la legislacin sobre inversionesexternas. Pero fundamentalmente, durante la dcada del 90 se concentr en la re-forma estatal, principalmente las privatizaciones, en el rgimen de convertibilidady en la apertura de la economa. Estos fenmenos hicieron acrecentar, en vincu-lacin directa con un capital externo deseoso de incrementar su rentabilidad, elefecto nocivo del endeudamiento externo, descargando sobre la mayor parte de lapoblacin el costo derivado del mismo. La reestructuracin capitalista en la Ar-gentina es una constante en el desarrollo econmico del ltimo cuarto de siglo yes coherente con las transformaciones que se operan en escala global.

    Las tendencias en la perspectiva de la dcada actual confirman la fuerte de-pendencia de la Argentina del ingreso de capitales externos, situacin que deter-min un sendero de alto endeudamiento y ajustes fiscales como nica alternativapara sostener el actual modelo1. Al mismo tiempo se verifican crecientes salidas decapitales, originadas tanto en los dficit de la cuenta corriente como en la coloca-cin de activos en el exterior, dentro de un esquema de libre movilidad de capita-les que favorece la rentabilidad de las inversiones especulativas y que condicionalas soluciones de la crisis social, que hoy es manifiesta en la Argentina y condenaa la no salida de un programa virtuoso de desarrollo econmico que contemple lasnecesidades del conjunto social. Endeudamiento creciente y fuga de capitales re-nuevan un ciclo vicioso de concentracin de la riqueza y extensin de la pobreza.

    Tanto el FMI como el Banco Mundial, garantes principales de las polticas im-pulsadas desde los Estados Unidos, participaron activamente, impulsando el crecien-te proceso de desregulacin y apertura, favoreciendo el libre movimiento de capita-les (ingresos y salidas). Ese proceso desplegado internacionalmente anim en el se-no de la OCDE el abortado Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), que alenta-ba la seguridad jurdica de las inversiones transnacionales. Cdigo que intentaronincluir en la tambin frustrada Ronda del Milenio que deba surgir de la reunin deSeattle de la OMC en noviembre de 1999. Es que el creciente flujo internacional decapitales, acelerado en los 80 y 90 en el marco de la financiarizacin de la econo-

    ma mundial, requiere ser asegurado por los detentores de activos (inversores). Es ala vez una seal de los lmites que los propios inversores transnacionales fijan a susinversiones externas y de los esfuerzos realizados para consolidar jurdicamente lavalorizacin lograda. No es un detalle si se considera la inestabilidad derivada de las

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    crisis de Asia en 1997, en Rusia en 1998 y recientemente en Brasil en 1999. Las fuer-tes cadas del Nasdaq y Wall Street en EE.UU. durante el primer semestre del 2000colocan el problema en el centro financiero de la economa capitalista.

    En base a lo expresado anteriormente, abordaremos el anlisis del caso argentino,pasando revista a las distintas caractersticas del perodo que, comenzando con la lti-ma dictadura militar (76/83) y siguiendo con los sucesivos gobiernos democrticos(83/00), representan un nuevo esquema global de insercin en la economa mundial, elcual privilegi y an lo sigue haciendo, la valorizacin financiera y la concentracin dela riqueza. El trabajo presentar por su parte, a partir de un anlisis del sector externode la economa argentina, algunos indicios que condenan la supervivencia del actualmodelo, y esbozar una serie de recomendaciones que posibiliten la salida de la situa-cin crtica por la que atraviesa el pas, que como dijimos es el producto de una seriede polticas adoptadas deliberadamente desde mediados de los aos setenta.

    El rgimen militar del 76 como instaurador de un nuevo modelo

    Resulta de particular importancia considerar el nuevo modelo de acumulacineconmico que surge con la Reforma del Sistema Financiero en 1977 (Ley de Enti-dades Financieras 21.526), la apertura del mercado de bienes y de capitales y la fi-

    jacin de un rgimen cambiario que impuso un esquema devaluatorio decreciente enel tiempo y prefijado por las autoridades. La liberalizacin alent una etapa de de-sindustrializacin y de especulacin financiera, que termin en un creciente nivel deendeudamiento externo, tanto privado como pblico. Este se increment desde 11,7mil millones de dlares a fines de 1977, ao de la reforma financiera, hasta 45 milmillones a fines de 1983 (Fide, 1994). La toma de deuda del sector privado se vioalentada por las diferencias entre las tasas de inters locales y las internacionales ypor el seguro de cambio asegurado por la tablita, proceso que favoreci la toma decrditos de las empresas privadas con los bancos comerciales del exterior, siendo eldestino de ese financiamiento tanto la creciente tendencia a la importacin y susefectos en la destruccin de la produccin fabril local, como la valorizacin finan-ciera. La deuda del sector pblico tuvo su eje en un estado que funcion como pro-veedor de divisas para intervenir en el mercado de cambios y que particip de ope-raciones de compra (transferencias) de la deuda del sector privado, junto al delibera-do e innecesario endeudamiento de las empresas estatales. La deuda externa funcio-n como el mecanismo econmico que sustent el proyecto dictatorial de reestruc-turacin regresiva del capitalismo local. Se obtuvieron recursos para el financiamien-to del poder militar y el armamentismo, y al mismo tiempo se facilit el crdito del

    sector ms concentrado del capital local, el que se asoci a capitales externos esti-mulados a ingresar en el mercado local debido a la elevada rentabilidad asegurada.

    El clsico mecanismo que funcion durante gran parte del proceso sustitutivo(stop and go) hasta 1976, en el que la necesidad de divisas era consecuencia del au-

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    mento de las importaciones en las etapas expansivas y de la incapacidad de generar-las sin las habituales correcciones cambiarias, las cuales expresaban profundas pujasredistributivas internas, fue reemplazado por otro en el que independientemente delos ciclos econmicos era constante el requerimiento de las mismas para solventar elnuevo patrn de acumulacin, o si se quiere, de desacumulacin interno; que in-sistimos, era y es convergente con el modo actual de acumulacin capitalista en es-cala global, o mejor an, transnacional. No puede entenderse el fenmeno de la eco-noma argentina de los aos 70 (en particular desde la poca de Mara Estela Mar-tnez de Pern, 74-75), sin considerar la situacin operada en el mbito del capita-lismo en escala mundial. A mediados de la dcada del 70 se procesa una crisis delcapitalismo que se expresa como baja de la tasa de ganancia, y que se manifiesta enel mercado financiero, energtico (petrleo) y productivo en general. El tratamientode la crisis confronta a los distintos actores sociales por el reparto de la renta social-

    mente generada. La resolucin de la crisis se tramita en la esfera poltica en un tra-yecto que se inicia con las dictaduras militares en Chile y Argentina, para proyectar-se a Inglaterra y EE.UU. con los gobiernos de Thatcher y Reagan. La historia de losltimos veinticinco aos est construida en la disputa de esas polticas regresivas pa-ra hacerse hegemnicas a fin del siglo. Es curioso que pese a ello y a los profundoscambios acaecidos, la persistencia de la crisis sobrevuele como un fantasma.

    El regular ingreso de fondos del exterior estaba vinculado a la gran cantidad derecursos originados por el reciclaje internacional de los petrodlares, fenmenoque expresar bajo distintas formas una constante del perodo: la particular implican-cia que tienen los capitales excedentes del exterior, al jugar un papel fundamental enla bsqueda de rentabilidad. Para ello, se impone la necesidad de mercados mundia-les cada vez ms abiertos. La presin por la alta rentabilidad de los capitales exce-dentes ha sido y es la principal fuente de desequilibrios ante modificaciones en larentabilidad relativa en el mercado financiero mundial, donde es clave el papel de laReserva Federal norteamericana en la fijacin del nivel de la tasa de inters en losEE.UU. Ejemplo de ello fue la suba inusitada de las tasas norteamericanas ocurridaen 1979 y sostenida en los 80 (a posteriori del reciclaje mencionado y la reagano -mics) que desencaden junto con la moratoria mejicana en 1982, la crisis de la deu-da externa de ese ao. Tales fenmenos tambin explican la tendencia recurrente acrisis financieras internacionales que se aceleraron en el mundo desde 1997. Son cri-sis que determinaron en cada momento la huida de esas inversiones, mayoritaria-mente especulativas, y que exponen a las economas perifricas a las consecuenciasque se derivan de la cada de depsitos bancarios, de las reservas internacionales yla fuga de capitales, es decir, cadas en la produccin, el ingreso y los niveles de em-pleo; se configura de esta forma un mayor deterioro en los niveles de vida de la po-

    blacin, reciclndose las demandas de sectores vinculados a los capitales financierospara lograr la implementacin de ajustes fiscales an ms regresivos.

    Durante los ochenta, el estado argentino fue el encargado de solventar y prote-ger los intereses de los principales grupos econmicos (transnacionales y locales),

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    a travs de un proceso de redistribucin del ingreso que tuvo como principal dam-nificado al sector asalariado. Entre 1970 y 1975, los ingresos promedio de los mis-mos representaban el 42,8% del PBI, llegando en la etapa 1981-1989 a participarcon el 30,2% del PBI (Basualdo, 1999). La transferencia de recursos a travs delimpuesto inflacionario, de la regresividad impositiva y de los distintos mecanismosde prdida de ingresos y de puestos de trabajo que afectaron la masa salarial, faci-lit una amplia gama de beneficios que fluyeron hacia el capital concentrado y quese canalizaron, entre otros, bajo la forma de nacionalizacin (estatizacin) de deu-da privada mediante el seguro de cambio, sobreprecios pagados a los proveedoresy lisa y llanamente transferencia de renta desde los salarios a la ganancia. El sectorasalariado ha sido el principal perjudicado del proceso de transformaciones regre-sivas del capitalismo local. Es un resultado coherente con la bsqueda (originariaen la crisis de mediados de los 70) por modificar las condiciones en que funciona-

    ba la organizacin econmica de la sociedad. Existe una continuidad en la Argen-tina entre la prohibicin de los sindicatos y su accionar, la eliminacin del derechode huelga y la desaparicin de trabajadores; todos fenmenos propios de la dicta-dura militar (76/83) con las sucesivas reformas laborales generadas durante los go-biernos constitucionales (83/00). El resultado es una nueva relacin entre el capitaly el trabajo, la que se extiende a la nueva funcin del estado y la insercin subordi-nada de la Argentina en la divisin internacional del trabajo.

    Una particular paradoja del proceso de endeudamiento argentino de sta dca-da (80) reside en que la inversin interna neta fija debera haberse incrementadocomo consecuencia del mayor crdito obtenido del exterior, tal como ocurriera enel caso de Brasil, que sigui un modelo de crecimiento con endeudamiento. Sin em-bargo no fue as, y la inversin interna neta slo represent en los aos 80 un pro-

    medio cercano al 5% del PBI. Una de las caractersticas de los ochenta (adems dehaberse registrado fuertes cadas en los niveles de produccin y alta inflacin) fueel creciente endeudamiento pblico, tanto interno, que mantuvo el diferencial de ta-sas de inters, como externo, que garantiz el cambio de divisas que los privadosremitieron al exterior. Se estim en 30 mil millones de dlares la fuga de capitalesque se registr en la dcada del 80, superando los 26,9 mil millones de interesespagados netos de nuevo financiamiento. Por cada dlar que ingresaba por endeuda-miento externo durante la gestin de Martnez de Hoz (76/81) sala uno como con-trapartida a travs de la fuga de capitales (Basualdo, 1999). Si considersemos ladeuda externa del ao 1985 (50 mil millones de dlares) descontada por el procesode salida de capitales, el saldo de la deuda hubiese sido en dicha fecha del irrisoriomonto de mil millones de dlares (Morgan Guaranty Trust of New York, 1986: 15).Volvemos a insistir con que la caracterstica fundamental del comportamiento del

    estado fue la transferencia de recursos al capital concentrado interno a travs prin-cipalmente de los seguros de cambio (nacionalizacin de la deuda privada) y de lossubsidios directos, hecho que resultar de vital importancia para lograr el entendi-miento de las polticas adoptadas con posterioridad, las cuales involucraran a los

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    acreedores externos (representados por los organismos financieros internacionales)como agentes de incidencia directa en los lineamientos de las mismas.

    La dcada de los noventa: rasgos fundamentales en un

    contexto de ajuste estructural

    Antes de detenernos especficamente en un anlisis ms pormenorizado acer-ca de los componentes de los movimientos de capitales en el decenio concluido,debemos pasar revista a los principales hechos ocurridos en un periodo en el cuallas polticas de ajuste estructural jugaron nuevamente a favor de una gran concen-tracin econmica, con un impacto social que explica las demandas actuales demillones de desempleados y marginados del empleo, la salud, la educacin, el te-

    cho, etc., y que se expresan en la existencia de 14 millones de pobres segn la es-tadstica oficial (Fuente: Ministerio de Desarrollo Social).

    Debe recordarse que a fines de 1988 se hace imposible seguir cumpliendo conel pago de los intereses de la deuda externa. Fue la excusa esgrimida por los acree-dores externos, mayoritariamente bancos transnacionales en ese entonces, represen-tados por el FMI, para ganar posicin en la puja por la orientacin de la poltica eco-nmica y los beneficios que de ella se derivan. Es que hasta dicho momento el pri-vilegio pareca estar detentado por los grupos econmicos locales ms que por lascorporaciones transnacionales, incluidos los bancos. Esa es la explicacin que mu-chos encuentran al golpe de mercado de febrero del 89. Lo que estaba en juegoera la apropiacin de la renta entre los propios sectores del poder econmico, y tan-to los acreedores como las diferentes expresiones del capital transnacional colocadoen la Argentina no estaban dispuestos a resignarlo en funcin de una alianza polti-ca entre el gobierno del Dr. Ral Alfonsn y los capitanes de la industria local. De-be considerarse que en la primera etapa de la administracin radical y bajo la con-duccin de Bernardo Grinspun en el Ministerio de Economa, existi el nico inten-to del periodo por realizar otro tipo de poltica econmica, que contradijera el pen-sar hegemnico en la reestructuracin econmica de la sociedad. El reemplazo porJuan V. Sourrouille significar el retorno, por el camino heterodoxo del Plan Austral(1985), hacia las polticas hegemnicas. Esa heterodoxia deba cambiarse por orto-doxia, tarea que quedara en manos de la administracin del PJ (1989/99).

    Con la llegada anticipada del gobierno peronista del Dr. Carlos Menem, seinstrumentan nuevas polticas propago de lo adeudado. El trabajo sucio fue rea-lizado en la gestin del Ministro de Economa Erman Gonzlez durante 1990, des-tacndose el Plan Bonex, que sent el precedente para la aplicacin del plan antiin-

    flacionario posterior: la convertibilidad. El plan transform los depsitos a plazo enttulos de la deuda externa para licuar la deuda interna y consisti en una fuertetransferencia de recursos de los pequeos ahorristas hacia el capital concentrado, yaque los pequeos tenedores de ttulos no podan sostenerlos en el tiempo y los ne-

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    gociaron por debajo de su valor en el mercado secundario. Con la llegada de Do-mingo Cavallo al Ministerio de Economa (febrero 91) se fusion el trpode de po-lticas que signaran el desenvolvimiento posterior de la economa: apertura impor-tadora, reforma del estado y Ley de Convertibilidad. El xito obtenido en materiade estabilizacin de precios y el nuevo panorama que se les abra a los capitales in-ternacionales (estimulados por un mayor rendimiento que el ofrecido en los Esta-dos Unidos) actuaron como factores decisivos en la vigorosa entrada que se regis-tr desde entonces. Claro que coadyuv a ello el restablecimiento de la voluntad depago de los intereses de la deuda iniciada en 1990, enmarcada en el compromiso dereestructurar la deuda con los bancos acreedores (Plan Brady), situacin que permi-ti la injerencia indiscriminada de los organismos internacionales, habilitados des-de entonces para imponer las recomendaciones sustentadas en el Consenso deWashington (las que fueron acogidas con entusiasmo por Menem y Cavallo). Las

    mismas, tendieron a la ya mencionada liberalizacin de la economa, a la desregu-lacin y a posibilitar el libre movimiento de capitales, camino por el que se habaempezado a transitar ya por la dcada del setenta. Debe insistirse que junto al cli-ma econmico internacional favorable, derivado de la liquidez internacional (simi-lar a la situacin de los aos 70, a pesar de las diferencias en cuanto al volumen delas transacciones), existan condiciones polticas propicias para favorecer dichas po-lticas, tanto en el mbito mundial como local. En la arena internacional se habadestruido la bipolaridad y se consolidaban las polticas de corte neoliberal, quevale mencionar, nada tenan ni de nuevas ni de liberales. Las mismas se haban ge-neralizado en Europa y se extendan rpidamente en Amrica Latina y en Europadel Este. Ms tarde ocurrira lo mismo en Asia como consecuencia de las crisis definales de la dcada del 90. En el mbito local, el gobierno justicialista lograbaavanzar en una materia que quedaba pendiente desde 1976: el disciplinamiento del

    movimiento obrero. Para ello cont con la complicidad de la CGT y los sindicatos.El ambiente era excepcionalmente favorable para alentar la espiral del endeu-

    damiento externo y de una nueva ola de valorizacin financiera. A los elementosmencionados de la dcada pasada se agrega ahora el proceso de privatizaciones, quecontribuy a valorizar una importante masa de recursos financieros. En el ao 1992termina de cerrarse el acuerdo para la renegociacin del principal (capital) y los in-tereses de la deuda externa contrada con los bancos comerciales (Plan Brady), quesumaban 32,3 mil millones de dlares en dicha fecha, sobre un total aproximado de63 mil millones de dlares de deuda externa total. El resto corresponda a los orga-nismos multilaterales de crdito y a gobiernos (Informe de Coyuntura, 1992).

    La normalizacin y el reconocimiento de la deuda a travs del Plan Brady fuela herramienta mediante la cual los bancos comerciales se deshicieron de la inco-

    brable deuda vieja ya amortizada, y a cambio recibieron ttulos pblicos, bonos yobligaciones garantizados por bonos cupn cero del Tesoro de Estados Unidos. As,pudieron utilizar nuevamente la masa de recursos liberada hacia nuevos negocios.Desde entonces la deuda ha variado sustancialmente su composicin, ya que al es-

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    tar diseminada por los mercados secundarios resulta complejo identificar quinesson los detentores de los ttulos de deuda. La configuracin de la deuda externa, talcomo la muestra el Cuadro 1, se caracteriza por la preponderancia adquirida por losbonos y los ttulos pblicos en el total de la misma, los cuales pasaron de represen-tar el 10,3% en el ao 1991, a hacerlo en un 56,1% a fines de 1999. Tal incremen-to fue producto tanto de la refinanciacin de la deuda pblica enmarcada en el m-bito del Plan Brady, como del financiamiento en el exterior de las empresas perte-necientes al capital concentrado local, que comenzaron a endeudarse desde nivelescasi nulos, precisamente, luego de la refinanciacin del gobierno con los acreedo-res, hecho en el cual tuvieron particular relevancia los procesos de privatizacionesy de apertura de la economa. El endeudamiento privado de los noventa muestra unelevado dinamismo en comparacin con el pblico, en particular los ya menciona-dos bonos y ttulos como as tambin otras formas de financiamiento (lneas de cr-

    dito y deuda bancaria directa entre los principales). Sin embargo, y ms all de aler-tarnos acerca de una futura nueva estatizacin de la deuda privada, el endeudamien-to de dicho sector en trminos absolutos no llega a ocultar el papel y la importan-cia que ha tenido el estado como sostenedor del actual modelo econmico.

    Cuadro 1

    Estimacin de la deuda externa bruta por sector residente(1)

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    (1) Cifras provisorias. (2) La lnea de Bonos y Ttulos Pblicos incluye los Bonos Par y Con des-cuento del ao 1992. (3) No incluye obligaciones con matrices incorporadas en las estimaciones deinversin directa. (4) Fuente: estados contables de las entidades financieras. (5) Incluye ttulos dedeuda emitidos por las entidades financieras. (6) Se incluyen en este rubro, adems de otros concep-

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    Las privatizaciones funcionaron como punto de conexin entre los acreedo-res externos y los grupos econmicos internos, ya que para los primeros era noslo una forma de capitalizar parte de la deuda vieja, sino tambin de participarjunto a los segundos en la obtencin de empresas a bajos precios y con enormesposibilidades de obtener rentas monoplicas. Esta situacin alent en un primermomento la repatriacin de una pequea porcin de los capitales colocados en elexterior en aos anteriores, los que de todas formas revertiran rpidamente sucomportamiento desde 1992. Pero pese a la disminucin inicial de la deuda ope-rada por efecto del Plan Brady, se produjo una inusitada expansin de la misma,la cual expresada por su stock a fines de 1999 alcanzaba la suma de 144,6 mil mi-llones de dlares, situacin que apoya, como a continuacin veremos, el argu-mento de que el endeudamiento, los flujos de IED y la concentracin bancaria,jugaron un papel determinante en la configuracin del actual esquema. Como ya

    lo expresramos, ello tiene su correlato con el quiebre poltico-institucional ma-terializado durante el ltimo gobierno militar.

    Los capitales en los noventa: una mirada desde la balanza de pagos

    El presente anlisis tiene como objetivo hacer un recorrido por la balanza depagos que refleje el desenvolvimiento del sector externo entre los aos 1992 y1999, periodo de vigencia del rgimen de convertibilidad atravesado por las crisisinternacionales de Mxico (94) y las sucesivas a fines de la dcada (97/99).Nuestra primera meta ha sido identificar los principales factores que incidieron enla determinacin del crnico dficit que arrastra la cuenta corriente, y evaluar lascaractersticas de los capitales que financiaron tales desequilibrios. Intentaremos

    tambin demostrar que en las condiciones actuales de poltica econmica (rgimende convertibilidad y apertura) el nico camino posible para sostener el actual mo-delo de acumulacin es a travs del financiamiento externo crnico. Adems, conlas especificidades de nuestro pas y el contexto internacional, la previsin es unarecurrencia de las crisis resultantes del ahogo de financiamiento externo, lo querealimenta un crculo vicioso, que convoca a permanentes ajustes fiscales de ca-rcter regresivo, como nica alternativa para sostener el actual modelo.

    A diferencia de periodos anteriores de la economa argentina, como porejemplo el clsico modelo de industrializacin por sustitucin de importaciones,en el cual los dficits de la cuenta corriente se corregan a travs de recesiones odevaluaciones que llevaron a caracterizar al modelo como de stop and go, en el

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    tos, operaciones de pase y compras y ventas al contado a liquidar que reflejan un derecho y una obli-gacin futura y que se registran contablemente en rubros del activo y del pasivo por igual monto, elque se consigna debajo. (7) Incluidas en obligaciones diversas y en crditos di versos.Fuente: MEyOSP.

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    periodo que comienza a gestarse con el gran endeudamiento del rgimen militar,se perpetan las condiciones que le dan forma al sector externo, condenndolo auna imposible vuelta a una situacin de equilibrio, ni siquiera a travs de las vie-jas recetas ortodoxas del FMI. En ese marco es que se discuten distintas varian-tes de solucin de la crisis econmica y social en el 2000, en la alternativa delajuste permanente o la profundizacin del rgimen de convertibilidad por va dela dolarizacin. La vulnerabilidad externa de la economa argentina cierra con lapermanente transferencia de ingresos desde los trabajadores y sectores pequeosy medianos de la economa, vinculados al mercado interno, hacia los capitalesms concentrados.

    Con las reformas estructurales de principios de los noventa se registran losprimeros dficits en materia comercial, producto de la apertura de la economacon tipo de cambio fijo (91). Sin embargo, el sector externo de la economa noes ajeno a las alteraciones que puedan sucederse en otras latitudes, tal comoocurri con el Efecto Tequila en diciembre de 1994, con la crisis asitica de1997, la rusa del 98 y con la crisis brasilea en enero de 1999. Como se pue-de observar en el Cuadro 2, la balanza comercial (comercio de bienes con el ex-terior) mostr dficits recurrentes, con excepcin de la etapa posterior al tequi-la, donde la recesin contrajo las importaciones y conjuntamente se incremen-taron las exportaciones, motorizadas por las compras brasileas en un marco deexpansin del acuerdo comercial expresado en el Mercosur. Los servicios rea-les, por su parte, nos muestran un dficit que no ha podido ser revertido en nin-gn momento e incluso se incrementaron en un 61% entre los aos 1992 y1999, basado principalmente en los egresos netos bajo el concepto de transpor-te y viajes. Ahora bien, estos dos rubros en forma conjunta (bienes y servicios)

    explicaban un 70% del dficit de la cuenta corriente en el ao 1992, y en el ao1999 lo hacan en un 39,5%, por lo cual debemos concentrar la mirada en losrestantes componentes de la cuenta corriente para explicar el abultado dfi citque se registra. Estamos refirindonos al rubro Rentas de la Inversin, que aca-par en 1999 la parte del egreso de fondos no explicada por las transaccionesde bienes y servicios, y que presenta caractersticas propias que se circunscri-ben al clsico patrn de acumulacin de la dcada, el cual, descargando toda sufuerza en el pago de intereses, utilidades y regalas al ext e rio r, nos circunscriben u evamente al proceso privatizador de las empresas pblicas, al predominio delos conglomerados extranjeros y las empresas transnacionales y a los crecien-tes niveles de endeudamiento que se evidencian a partir del Plan Brady. Enefecto, y a partir del Cuadro 2, en el periodo considerado, el rubro Rentas de laI nversin (Intereses + Utilidades y Dividendos entre 1992 y 1999) origin una

    salida de recursos hacia el exterior de 40 mil millones de dlares (el 53% deld ficit de la cuenta corriente), de los cuales e l 63% (25,3 mil millones) corres-pondi a la salida neta por intereses y el 37% restante (14,8 mil millones) a re-misin de utilidades y dividendos al ex te r io r.

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    Cuadro 2

    El dficit de la cuenta corriente

    Incluye transferencias corrientes y otras rentas.Fuente: MEyOSP.

    Si descontsemos los intereses ganados por el sector privado por activos deresidentes colocados en el exterior, que adems de ser difciles de estimar se acre-

    ditan en la cuenta corriente an sin representar un ingreso efectivo de fondos alpas, la salida alcanzara aproximadamente los 57,6 mil millones de dlares. Deeste modo, la salida neta de capitales en concepto de intereses (25,3 mil millo-nes)2, remesas de utilidades (14,8 mil millones) y el excedente de las colocacio-nes de los residentes en el exterior (aproximadamente 17,6 mil millones), se lle-ga a equiparar con la cifra de deuda externa de 61 mil millones con la que inau-guramos la presente dcada y la negociacin de los pagos a travs del Plan Brady.El corolario que se desprende del anlisis de la cuenta corriente es que en los no-venta, y a travs de las polticas de ajuste y de valorizacin financiera apoyadaspor el estado en sus nuevas funciones, se extrajeron una cantidad de recursos ha -cia el exterior similares al monto de endeudamiento de comienzos de los noven-ta, los que vinculados a los actuales niveles de la deuda externa marcan la volun-tad implcita de sostener el perverso esquema financiero que implicar proseguir

    con una creciente sangra de recursos. Por otra parte, el peso que han adquiridoen el total del dficit los intereses y las utilidades y dividendos (pasaron a repre-sentar el 40% del dficit total en 1999, de un nivel del 70% en 1992), ha relega-do a un segundo plano a los desequilibrios comerciales y de servicios, no dejan-do por eso de ser importantes. Ello nos da una idea de las urgencias que atravie-sa el modelo argentino, urgencias que requieren soluciones que van ms all deuna devaluacin como sostienen algunos sectores en la actualidad (no deberamosdescartar, de este tipo de anlisis, la identificacin de quines sern los sectoressobre los que recaer el peso de dicho financiamiento). An con la solucin de-valuatoria a los problemas externos de competitividad, y suponiendo una reac-cin sumamente rpida de las variables econmicas vinculadas al sector exporta-dor, quedara en pie la bsqueda de un abordaje distinto en lo relativo a los otroscomponentes de la balanza que son los que hoy marcan el mayor dinamismo.

    Las reformas estructurales hicieron posible en los primeros aos de la dca-da un proceso de repatriacin de capitales fugados, que fue insignificante en re-lacin con la salida que se sucedi desde la liberalizacin financiera del ltimo

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    rgimen militar. El stock de activos de residentes colocados en el exterior dismi-nuy desde un nivel de 60,4 mil millones de dlares a 52,9 mil millones en el pri-mer ao de la convertibilidad (1991), para comenzar nuevamente con su crecien-te ritmo de salida a partir del ao 1992. Se estim que en diciembre de 1999 losmismos alcanzaron, segn datos oficiales, los 115 mil millones de dlares. Por lotanto, y a pesar de la estabilizacin que en el primer ao de la convertibilidadmostraron los niveles de endeudamiento y colocacin en activos del exterior (al-tamente relacionado con el proceso de privatizaciones), nos encontramos con queluego del momento inicial del nuevo plan la salida de recursos mencionada en p-rrafos anteriores debi ser financiada de aqu en ms con endeudamiento crecien-te, si quera sostenerse al actual esquema de la convertibilidad y por ende a laapropiacin de parte de la renta a travs del diferencial de tasas de inters localessobre las internacionales. Todo esta situacin se agrava si consideramos el impac-

    to que tuvo que afrontar la economa ante cada etapa de restriccin de la ofertainternacional de crdito, producto de los cambios en la poltica monetaria efec-tuados por los EE.UU. Es que como veremos ms adelante, el estado fue el en-cargado de endeudarse para cubrir la salida de reservas provocada por el sectorprivado. El enorme dficit de la cuenta corriente del perodo bajo estudio requi-ri del financiamiento externo para cubrir las salidas de los rubros de la cuentacorriente y mantener el esquema de la convertibilidad, tal como lo demuestra elCuadro 3 que es una visin muy compacta de la balanza de pagos.

    Hasta ahora, hemos visto cmo el dficit de la cuenta corriente, con los pagosnetos de intereses de la deuda externa en primer lugar, las remesas al exterior en se-gundo lugar y finalmente los egresos va balanza comercial y de servicios, han ju-gado un papel fundamental en la dcada de los noventa. Pero podemos observar apartir del Cuadro 3 y de lo sostenido en el presente trabajo, que en el perodo se dis-puso de un elevado ingreso de capitales del exterior, que permiti financiar no slola salida de recursos, sino tambin incrementar los niveles de reservas internaciona-les en poder del BCRA en un monto de 19,9 mil millones de dlares.

    Cuadro 3

    Fuente: MEyOSP.

    Con relacin a los Errores y Omisiones, slo podemos aclarar que se trata deuna partida encargada de recoger todas las discrepancias estadsticas que surgendel proceso de registracin de las transacciones con el resto del mundo. De todas

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    maneras, no es nuestra intencin abocarnos en el anlisis de este rubro, el cualan as no es capaz de desvirtuar por s mismo el cuadro de situacin que he-mos venido comentando.

    El siguiente paso consistir en analizar brevemente cules han sido los secto-res que recibieron tal financiamiento y la forma en que se materializ el mismo(inversin externa directa, de cartera y otras inversiones).

    Los Cuadros 4 y 5 reflejan el financiamiento recibido del exterior en el pe-rodo considerado, desde dos puntos de vista distintos: desde el ngulo de los sec-tores receptores del financiamiento y desde la forma bajo la cual el mismo se ma-terializ.

    Cuadro 4

    La cuenta capital y financiera (segn sectores internos o institucionales)

    *Incluye BCRA y Otras Entidades Financieras.Fuente: MEyOSP.

    Cuadro 5

    Cuenta capital y financiera (segn tipo de instrumento financiero)

    Fuente: MEyOSP.

    El primero, reflejado en el Cuadro 4, divide en tres sectores a los receptoresdel mismo, de los cuales, si comparamos la serie de punta a punta, el sector p-blico no financiero aparece como el ms dinmico de todos, con una gran parti-cipacin de los ingresos generados por el proceso de privatizaciones. El sectorobtuvo el 54,1% (55 mil millones de dlares) de lo ingresado en la Cuenta Capi-tal y Financiera, financindose en primer lugar con bonos y ttulos pblicos, y en

    segundo lugar a travs de prstamos de los Organismos Financieros Internaciona-les. Los principales socios del Sector Pblico han sido, en forma constante, elBanco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, destacndose el hechode que el Fondo Monetario Internacional comenz desde el ao 1996 a disminuir

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    sus desembolsos hasta hacerlos nulos en el ao 1998 y 1999. A pesar de ello, de-be considerarse que el FMI es el principal aval para los bancos e inversores inter-nacionales, y lo efectiviza a travs de sus desembolsos pendientes, los cuales sir-ven como apoyo al modelo ante situaciones de crisis. Adems, cabe mencionarque se sigui cumpliendo con la amortizacin del capital desembolsado, y que s-ta fue en constante crecimiento desde 1993, alcanzando los 800 millones de d-lares en el ao 1999 (situacin similar a lo acontecido en materia de cancelacio-nes con el Club de Pars). En lo que atae al Banco Central, que se encuentra in-volucrado en la cuenta Sector Financiero que luego comentaremos, podemos de-cir que en el perodo ha tenido un desfinanciamiento neto, producto de las amor-tizaciones peridicas del capital adeudado con el FMI (la cifra alcanza aproxima-damente los 1,5 mil millones de dlares).

    En lo que respecta al sector privado no financiero, tenemos que considerar

    que cont con un financiamiento neto positivo durante el perodo, con la excep-cin lgica que determin el efecto de la crisis mejicana a partir de diciembre de1994, ao en el que se evidenci una salida de recursos que se encuentra explica-da tanto por la colocacin de activos en el exterior, como por la brusca disminu-cin del ingreso de capitales va mercados primario y secundario de acciones. Enel ao 95 se registr una salida neta de capitales de 3,6 mil millones de dlares(vase Cuadro 4).

    Con relacin al sector financiero, integrado por el BCRA y por otras entida-des financieras, notamos una contribucin positiva al financiamiento del dficit dela cuenta corriente del perodo, aunque matizado por el comportamiento ya co-mentado del Banco Central. El aporte de las entidades financieras alcanz los 11,3mil millones de dlares, los que sirvieron para compensar la performance negati-

    va del Banco Central de 1,5 mil millones, determinando un ingreso neto de 9,7 milmillones de dlares (Cuadro 4). Es llamativo que entre los aos 95 y 96 el sec-tor bancario, ms all de la prdida de depsitos y an de la fuga de capitales, ha-ya sostenido un importante ingreso de capitales. En ese sentido, se observa que enel primer ao (95) se hicieron colocaciones de activos en el exterior relativamen-te similares a 1994, y adems, se cont con financiamiento explicado ms por laobtencin de lneas de crdito con el exterior que por la colocacin de ttulos dedeuda, lo cual es representativo del cambio en la composicin del financiamientoante las crisis. En el siguiente ao (96), vemos nuevamente un fuerte incrementoen la colocacin de ttulos de deuda, conjuntamente con la devolucin de una por-cin de las lneas de crdito y un agudo incremento en la colocacin de activos enel exterior (principalmente vinculado a los requisitos de liquidez impuestos por elBanco Central). La crisis determin una rpida concentracin bancaria, dado que

    a diferencia de los bancos conformados por capitales locales, los extranjeros con-taron rpidamente no slo con el financiamiento de sus casas matrices, sino con laactuacin del estado, que sali a sostener el sistema financiero y promovi la cons-titucin de un importante colchn financiero de 2 mil millones bajo la forma de un

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    Fondo Fiduciario, que se transform en el mecanismo de financiamiento de la con-centracin y extranjerizacin bancaria. Durante la dcada de los noventa, los ban-cos de capital extranjero pasaron de manejar el 17% de los activos financieros ahacerlo en un 51%. Otra vez el estado, y no el mercado, sali a sostener un mode-lo que dice sustentarse en el libre mercado.

    Por un lado, el anlisis por sectores institucionales receptores del financia-miento nos da una pauta de la articulacin entre los agentes locales y el capitalextranjero, y nos muestra los distintos comportamientos adoptados durante laconvertibilidad. Tal fue el caso del gobierno como principal tomador de fondosexternos para sostener el actual modelo econmico y del sector privado como elresponsable de un proceso que incluye la toma de crdito para financiar las im-portaciones y la colocacin de recursos en el exterior derivada del proceso de va-lorizacin financiera. Por otro lado, la informacin suministrada por una descrip-

    cin que tenga en cuenta el tipo de inversin que se efectu, nos dar un panora-ma ms amplio acerca de la vulnerabilidad de la economa local ante shocks ex-ternos y situaciones que se presenten tambin en el mbito domstico.

    Por el lado de la Inversin en Cartera, vemos en el Cuadro 5 un saldo de 71mil millones de dlares, el cual nos indica que hubo un incremento de los pasivosnetos contra el resto del mundo. Esto es representativo de que la mayor parte deestas inversiones parecen haber tenido un fuerte sesgo especulativo durante la d-cada, y en particular fueron las destinadas a la compra de ttulos pblicos guber-namentales las de mayor significacin. El financiamiento por medio del mercadoaccionario represent una proporcin pequea con relacin a los ttulos de deudaen el total del financiamiento3. En cuanto a la Inversin en Cartera que se llev acabo en el exterior por residentes locales, se estim la misma en 11,9 mil millones

    de dlares entre los aos 1992 y 1999, la que junto con las entradas de capital efec-tuadas por no residentes por 82,9 mil millones de dlares, determinaron el saldopositivo final de 71 mil millones de dlares. En el anlisis de este rubro queda cla-ro el efecto que las crisis externas provocaron en los flujos de capitales hacia nues-tra economa y desde ella hacia el exterior, al disminuir en proporciones alarman-tes tanto el financiamiento obtenido del resto del mundo, como as tambin por in-crementarse las colocaciones de activos en el exterior. Es as como durante el Te-quila, la Inversin en Cartera (pasivos) disminuye de 9,8 mil millones de dlaresa 4,7 mil millones de dlares, mientras que durante la crisis brasilea la misma pa-sa de 10,1 mil millones a 6,4 mil millones (se excluye la privatizacin de YPF enel 99). Lo mismo podemos decir de los activos que fueron colocados en el exte-rior, ms precisamente de las colocaciones que estuvieron a cargo del Sector Pri-vado no Financiero, las cuales pasaron luego del primer momento de repatriacin

    de capitales de cartera en los aos 1992 y 1993 (1,6 y 0,5 mil millones de dlaresde entrada) a registrar flujos opuestos a partir del ao 1994. Luego del tequila (95)la situacin empeora y se evidencian salidas del orden de los 3 mil millones de d-lares, que seguiran con el mismo comportamiento hasta la actualidad.

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    La financiacin neta entre la Argentina y el exterior a travs de IED fue de47,9 mil millones de dlares entre los aos considerados. En trminos estricta-mente locales, la inversin fue del orden de los 60,9 mil millones de dlares y es-tuvo conformada por: Reinversin de Utilidades (5,9 mil millones de dlares),Aportes (14,8 mil millones de dlares), Deuda con matrices y filiales (4,6 mil mi-llones de dlares) y Cambio de Manos (35,6 mil millones de dlares). Debe en-fatizarse que la mayor parte de la IED es cambio de manos y no implic por lotanto nuevas inversiones. En lo referido a la IED realizada por residentes localesen el exterior, la cifra alcanz los 13 mil millones de dlares.

    El tercer rubro que nos interesa es el denominado Otras Inversiones, quecomprende activos y pasivos tales como deudas comerciales, prstamos, movi-mientos de moneda y depsitos, pero que no incluyen a los ttulos, acciones yotras participaciones en el capital. El desempeo ha sido decididamente desfavo-rable, 17 mil millones de dlares fue la estimacin realizada del egreso que seprodujo hacia el exterior. As, durante el efecto tequila, se puede mencionar alsector privado como al encargado de contribuir a la salida de capitales, situacinque haba comenzado en 1992 y se agudiz a partir del ao 1993, alcanzando unegreso en 1995 (ao posterior al efecto tequila) de aproximadamente 8 mil millo-nes de dlares, siendo dicho ao aqul en el cual las colocaciones en activos enel exterior alcanzaron su flujo mximo. Es uno de los rubros en los que ms cru-damente se manifiesta la mencionada colocacin de activos en el exterior en mo-mentos de crisis; basta decir al respecto que representa el 68% del total de las co-locaciones hechas en el ao 95.

    En breves palabras, la inversin de la dcada de los noventa se caracteriz por

    un lado por una gran afluencia de capitales hacia instrumentos financieros, prin-cipalmente de corto plazo (donde el sector pblico fue el principal colocador), porel financiamiento de operaciones de cambio de manos (que a partir de la polticade privatizaciones y de las fusiones y adquisiciones de empresas privadas acele-raron el proceso de concentracin del capital), y por otro lado por una crecientecolocacin de activos en el exterior. Por lo tanto, y en un contexto como el des-cripto hasta aqu, donde la salida de capitales al exterior est en el centro del de-sequilibrio de la economa, ya sea a travs tanto de los dficits en la cuenta co-rriente como de las colocaciones de activos en el resto del mundo, queda deter-minada la necesidad creciente de endeudamiento como nica alternativa posiblepara sostener no solamente el rgimen de cambio fijo, sino tambin la recurren-cia del proceso de endeudamiento-fuga de capitales que determina un proceso demayor concentracin econmica. El mismo parece haberse constituido en una ca-

    racterstica estructural de la economa local desde la reforma del sistema finan-ciero de la ltima dictadura militar. Todo ello ha tenido en el proceso de transna-cionalizacin de la economa a su ms fiel aliado, y ha posibilitado fabulosos ni-veles de concentracin y exclusin, inditos en la historia de nuestro pas.

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    Caminando por la cornisa

    La descripcin previa nos da una pauta acerca de cules son los rasgos principa-les que caracterizan al sector externo de la economa, pero no alcanza por s mismapara completar el cuadro de situacin. Es necesario por lo tanto comprender hasta qupunto la configuracin actual de endeudamiento, salida de capitales y limitaciones pre-supuestarias del sector pblico determina, junto al contexto internacional, un juegoperverso que se constituye en mayor o menor medida en una bomba de tiempo. Loque queremos sealar es que tal escenario no es otra cosa que la repeticin de una se-rie de situaciones que quedan configuradas a partir de la dictadura militar y que con-forman un crculo vicioso de la economa que se circunscribe a un ciclo largo. Pri-mero se abon el terreno para la realizacin de las grandes reformas (70), y luego seprocedi a su feroz aplicacin (90). Esta ltima parte se materializ bajo el gobiernode Menem y actualmente con el nuevo gobierno de Fernando de la Ra, el que se en-cuentra llevando adelante una etapa de sucesivos ajustes fiscales destinados a reducirel dficit fiscal y las reformas de segunda generacin encaradas en el primer semestrede gobierno, tales como la reforma laboral y la desregulacin de las obras sociales.

    Ya hemos visto que la caracterstica de la cuenta corriente del balance de pa -gos es la recurrencia al dficit, producto del drenaje de divisas ocasionado por elpago de los intereses de la deuda externa en primer lugar, siguiendo luego las re -mesas de utilidades, los servicios reales y el comercio de bienes en ese orden. Esconocido tambin que dicho dficit ha sido hasta el momento financiado con cre-ces por la cuenta capital y financiera, y hasta se produjo un incremento cuantio-so en las reservas internacionales en poder del Banco Central. De esta forma sepudo expandir la cantidad de dinero en la economa en un marco de estricto cum-plimiento de la Ley de Convertibilidad.

    Pero quedarnos solamente con este argumento parecera agregarle poco anuestro anlisis. Lo importante en este caso radica en interpretar el comporta-miento de los distintos sectores de la economa en su vinculacin con tales dese-quilibrios. Para ello, el dato ms importante surgido del anlisis de la balanza depagos es el desequilibrio crnico mostrado por el sector privado de la economa,es decir, que en el transcurso de los noventa los ingresos del sector han sido me-nores que los egresos registrados. Los ingresos, teniendo en cuenta los activosmenos pasivos, ms los errores y omisiones, llegaron a sumar 40,8 mil millonesde dlares contra unos egresos de la cuenta corriente de 53,3 mil millones.

    Cruzando la informacin proporcionada en los Cuadros 2 y 4, podramos ob-servar que el sector pblico no financiero, por su parte, habiendo realizado juntocon el Banco Central pagos en concepto de intereses por 25 mil millones de d-lares, obtuvo 53,4 mil millones de financiamiento (incluye el saldo negativo delBanco Central anteriormente mencionado) que permitieron engrosar el stock dereservas internacionales y aportar el resto para contribuir a paliar la necesidadcreciente de divisas del sector privado (la que se incrementar an ms, en virtud

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    del endeudamiento de los aos noventa y de los mayores pagos por intereses queello representa). De esta forma, si no hubiese existido un estado que intervinie-se en la economa (en este caso a travs de mayor endeudamiento), la prdida dereservas habra llevado a la cada indefectible de la convertibilidad.

    Conviene aqu introducir al anlisis las implicancias que en todo el contexto dedesequilibrio externo y endeudamiento tiene para la economa la poltica de solvenciafiscal, estipulada por ley en la actualidad, con la finalidad de equilibrar las cuentas p-blicas. Tal poltica tiene como objetivo ajustar los gastos de forma tal que el equilibriofiscal implique la posibilidad de pagar los intereses de la deuda sin necesidad de ma-yor endeudamiento. La idea es que solamente se pida dinero en los mercados interna-cionales para hacer frente a las amortizaciones del principal y no para pagar los inte-reses. Suponiendo que pudiera lograrse tal objetivo, la cuenta de capital y financieradel sector pblico tendera a cero, con lo cual, y ante la necesidad creciente de obte-ner divisas para girar al exterior para efectuar los pagos por intereses (el cuadro seagrava con slo realizar las proyecciones de los pagos futuros), deberan extraerse lasmismas del Banco Central y comenzaran as a disminuir con el transcurso del tiem-po, jaqueando de esta forma la estructura actual de la convertibilidad. Esto impone unmarco de inconsistencia en el modelo planteado, debido a que la forma de continuarcon el actual esquema implica depositar todo el peso del financiamiento, no slo desu dficit actual sino tambin el del estado como demandante de divisas, en las espal-das del sector privado (Damill, 1999). Dado el desempeo que ha mostrado dicho sec-tor en lo relativo tanto a su propia necesidad de cubrir sus dficits corrientes (para po-der remitir las utilidades y dividendos al exterior, y para efectuar los pagos de los in-tereses de la deuda con el exterior), como a la dificultad para obtener nuevo financia-miento que posibilite cubrir dicho saldo, consecuencia entre otras cosas del agota-

    miento del proceso de privatizaciones, de la merma experimentada por la IED, y delas implicancias que actualmente tienen las modificaciones de poltica monetaria dela FED-EE.UU. Descansar en el sector privado como base sustentadora del esquemaactual parece contradictorio con el proceso histrico que intentamos describir, e invi-ta a pensar de manera profunda en nuevas alternativas que posibiliten una salida cons-tructiva de la situacin por la que se atraviesa. Ello implica pensar en modificacionesdel funcionamiento del sector externo de la economa argentina, poniendo el eje en uncrculo virtuoso de desarrollo que privilegie las demandas del mercado interno y la sa-tisfaccin de las necesidades de la mayora de la poblacin, y abandone al mismotiempo el eje actual que favorece la concentracin y centralizacin de capitales que sederiva de la valorizacin financiera con fuga creciente de capitales.

    Propuestas alternativas para enfrentar la crisis

    La investigacin y las definiciones realizadas en el trabajo dejan claramenteestablecidos los condicionantes que impone el modelo de ajuste ortodoxo para lo-

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    grar algn grado de independencia en el manejo de polticas activas. Ms an, laslneas principales de este modelo, establecidas a partir de la apertura comercial yfinanciera, en pases como el nuestro, que poseen un elevado endeudamiento, quecomo ya se coment se inici fundamentalmente con la imposicin de la dictadu-ra de 1976, generan un dficit crnico en la cuenta corriente del Balance de Pa-gos, y una dependencia financiera y tecnolgica imposible de resolver dentro delos parmetros fundamentales del modelo. Si a ello le sumamos, en el caso de Ar-gentina, la Ley de Convertibilidad (que ata la moneda al precio del dlar y por lotanto a los ciclos y a la productividad de la economa norteamericana, imposiblede alcanzar por nuestro pas por las limitaciones del modelo), y la dolarizacin deactivos y pasivos financieros y fsicos que se instal como una variable estructu-ral de la economa, derivamos en un cuadro de extrema vulnerabilidad ante lossucesos internacionales.

    A ello debe sumarse la elevada extranjerizacin y transnacionalizacin de laeconoma, fruto del proceso privatizador y de las inversiones extranjeras directas,en la mayora de los casos, que significaron principalmente operaciones de cam-bios de manos sin el correspondiente incremento en el acervo de capital del pas.Ms all de las caractersticas puntuales del pas, el modelo ortodoxo neoliberalimperante en el mainstream econmico, est constituido como pensamiento ni-co que desde organismos multilaterales como la OMC levanta los valores de laliberalizacin financiera y comercial. Son valores que promueven un proceso deliberalizacin de las transacciones reales y financieras desigual, y en donde mien-tras los pases industrializados se toman sus tiempos para liberalizar sus protegi-das economas, se les exige a los pases del tercer mundo una liberalizacin ace-lerada y profunda, que no slo no fomenta sino que evita cualquier perturba-cin que implique la toma de polticas contrarias a la corriente principal de pen-samiento. Tal como explicramos, el diseo del AMI (Acuerdo Multilateral deInversiones) ejemplifica hasta qu punto los capitales internacionales necesitanintervenir en las polticas internas de los pases receptores para garantizar las m-ximas ganancias y continuar con el proceso de revalorizacin financiera. Antecualquier intento de cambio en las polticas, o de desobediencia a los lineamien-tos fijados por el FMI, los capitales abandonan rpidamente las economas, pro-duciendo la desvalorizacin de los activos financieros y fsicos, y provocando elcolapso de sus sistemas bancarios, sumindolas de esta manera en procesos deva-luatorios fuertes y en crisis recesivas profundas que devienen de stos.

    El elevado nivel de endeudamiento de los pases emergentes, que durante losaos 90 ha sido una salida rentstica para los capitales financieros internaciona-les que no encontraban buenos rendimientos en las economas industrializadas,

    acta como el yugo que ata a las economas a los intereses del capital financierointernacional. La fuerza de la deuda externa como elemento coercitivo se ve de-mostrada en el fracaso de los acuerdos de Colonia, en los cuales el G7 + Rusiaacord facilitar la condonacin de la deuda de los pases pobres altamente endeu-

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    dados, reduccin que, en trminos cuantitativos, es insignificante con relacin alas deudas de las economas ms desarrolladas. No slo esta iniciativa se restrin-gi a cuarenta y un pases, sino que tambin dej afuera a gran cantidad de pa-ses pobres muy endeudados, como es el caso de Hait, Per, Jamaica y Ecuador.Luego de dos aos de lanzada la iniciativa, slo han accedido a los programas dereduccin de deuda cinco pases, y el resultado logrado en cuanto a reduccin delas obligaciones ha sido absolutamente magro, el 35% del servicio de su deuda.Por supuesto, estos programas de reduccin han estado atados a la adopcin porparte de las economas supuestamente beneficiadas de fuertes planes de ajusteimplementados desde el FMI.

    La bsqueda de soluciones a la problemtica de la deuda externa est pobla-da de numerosas iniciativas, que van, en sus dismiles caractersticas, desde el pa-go riguroso de los compromisos hasta el cese total e inmediato del pago de inte-reses y capital. An as, puede extenderse una generalidad nada forzada: todas laspropuestas contienen a la deuda externa, su problemtica o virtudes, dentro deuna organizacin determinada de las economas nacionales y mundial. Es decir:bajo ninguna de las distintas pticas se ha omitido la importancia ya sea en for-ma explcita o velada de los procesos de produccin, acumulacin y distribucininternacionales, como ejes centrales de la discusin de los endeudamientos exter-nos crnicos de pases que, como la Argentina, tienen un papel subordinado en ladivisin internacional del trabajo. Resulta de inters pasar revista a las fundamen-tales propuestas de organismos internacionales, la Iglesia y organizaciones socia-les, para la resolucin del problema de la deuda. Distintas manifestaciones de laIglesia Catlica, enmarcadas en los preparativos del Jubileo 2000, incluyeron elproblema de la deuda externa de los pases pobres y esta calificacin ha produ-

    cido controversias por su falta de precisin. En estos documentos y discursos(Centesimus Annus, Incarnationis Mysterium) se inst a organismos internacio-nales y gobiernos a condonar parcial o totalmente los compromisos de los PasesPobres Muy Endeudados (PPME). Estas declaraciones dieron lugar a la forma-cin de distintos movimientos y discusiones sobre el tema. Una de las organiza-ciones que se gestaron en ese marco fue Jubileo 2000 por la anulacin de lasdeudas externas, surgido en Europa y extendido a gran cantidad de pases de to-dos los continentes. Se trata de un movimiento que se suma a otros mltiples for-mados en los ltimos aos y que coinciden en la demanda contra los efectos delendeudamiento externo. En este caso se inscriben el Comit de Anulacin de laDeuda Externa (CADTM) con sede en Blgica y la Asociacin por la Tax Tobinde Ayuda a los Ciudadanos (ATTAC), nacida en Francia y extendida por Europay buena parte de Amrica Latina y Asia y que ha incorporado en su programa el

    rechazo al pago de la deuda externa. A ellos deben sumarse otros movimientos yorganizaciones sociales y polticas que incluyen entre sus propuestas la negativaal pago de intereses y capitales del endeudamiento externo de los pases ms atra-sados. Jubileo Sur, en su cumbre Sur-Sur4, define a la deuda externa como un pro-

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    blema tico, poltico, social, histrico y ecolgico, y la declara ilegtima e inmo-ral5. La Deuda Externa de los pases del Sur es ilegtima e inmoral. Ha sido pa-gada con creces. Un examen cuidadoso de los orgenes, desarrollo, efectos y con-secuencias de esta Deuda no puede llevarnos a conclusin alguna distinta. Por en-de rechazamos el saqueo continuo del Sur perpetrado por medio del servicio deuna supuesta Deuda. Entre las propuestas planteadas por este movimiento socialse encuentran:

    Imposicin de techo o lmites sobre el servicio de la deuda.

    Rechazo de prstamos que vienen con ajuste estructural y otros condiciona-mientos similares.

    Terminar con toda forma de garantas pblicas o gubernamentales hacia elendeudamiento del sector privado.

    Restitucin y reparaciones para las vctimas de la Deuda, incluyendo enparticular la Deuda Ecolgica, y de los programas de ajuste estructural, so-bre todo los trabajadores, los pobres urbanos y rurales, campesinos, las co-munidades indgenas y las mujeres de estos sectores y grupos.

    Establecer un instrumento internacional para regular el flujo mundial de ca-pital especulativo, e imponer trabas a la especulacin con impuestos a las ren-tas del capital y sancionar a los parasos fiscales.

    Oponerse a todo nuevo renunciamiento de la soberana de los Estados ennombre del pretendido derecho de los inversores y de los comerciantes.

    Eric Toussaint propone algunas ideas para la solucin de esta problemtica ysus consecuencias (Toussaint, 1998). Segn el autor el ngulo de observacin yanlisis del problema debe partir del peso que constituye la deuda del Tercer Mun-do para las poblaciones del Sur, las relaciones Norte/Sur, el poder; la desregula-cin financiera; la evolucin de la distribucin de los ingresos en provecho de losposeedores de capitales; el desempleo; etc. Segn Toussaint, el monto total de deu-da, excluyendo la que registran EE.UU., Europa y Japn, alcanza escasamente el10% del total, poniendo en evidencia que el rechazo al pago no culminara en unacrisis financiera global y constituira por cierto un mecanismo de relanzamiento delas respectivas economas locales y por ende en el mbito mundial.

    Como consecuencia de este debate y principalmente de las presiones de lasorganizaciones sociales, los organismos internacionales de crdito y el Grupo delos Ocho desarrollaron, segn lo que ellos entienden por pases pobres, una pro-puesta de condonacin de deudas. Seala el FMI en la Iniciativa de alivio de la

    deuda para los pases pobres muy endeudados (PPME) que El pas que deseeacogerse a la iniciativa deber poner en prctica durante tres aos programas deajuste y reforma respaldados por el FMI y el Banco Mundial. Durante ese pero-do continuar recibiendo asistencia tradicional de donantes e instituciones multi-

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    laterales y alivio de la deuda de acreedores bilaterales (Boletn del FMI, 1999).Cabe aclarar que los pases pobres, que se beneficiaran de las iniciativas del FMIy el BM, son cerca de cincuenta naciones ubicadas en su mayora en frica. Pa-ra numerosos analistas los programas de alivio o anulacin de deuda para estasnaciones altamente empobrecidas implican lisa y llanamente un blanqueo en lascuentas de estos organismos, ya que se trata de pases con nula capacidad de res-puesta a los compromisos externos. As mismo, la propuesta tiene como condi-cin central las reformas estructurales que forman parte del men clsico de es-tas entidades. La evaluacin del cumplimiento de estas metas dara como resulta-do la aplicacin de facilidades. El informe sigue: Al cabo de tres aos se anali-zar la situacin de la deuda externa del pas. Se trata bsicamente de una proyec-cin de la balanza de pagos a mediano plazo en la que se evala la carga de ladeuda del pas y su capacidad para cumplir con el servicio de la deuda. Queda

    claro que el objetivo apunta a crear condiciones de repago de una deuda impaga-ble, del mismo modo que oper el Plan Brady para Amrica Latina. En el mismosentido apunta un comunicado del Grupo de los Ocho (Comunicado del Grupo delos Ocho, 1999) sobre la situacin mundial, que sostiene nuestro firme respaldoa la OMC, as como nuestra identificacin con el objetivo de crear un entornoabierto en las esferas del comercio y la inversin. Instamos a todos los pases aresistir las presiones proteccionistas y abrir an ms sus mercados. Terminan re-comendando eliminar las rigideces estructurales en los mercados de trabajo, ca-pital y productos, promover el espritu de empresa e innovacin.

    Analizando el caso particular del endeudamiento externo argentino, se desta-ca la investigacin de Alejandro Olmos (1995), que lo llev en 1982 a radicar enlos tribunales federales una querella contra los responsables del endeudamiento

    fraudulento, que an hoy sigue en la justicia. En sus estudios econmicos, Alfre-do Eric Calcagno y Eric Calcagno analizan la deuda externa en el perodo actualcomo un elemento estructural de la convertibilidad (1999), y por lo tanto, la reso-lucin del problema de la deuda externa la plantean ligada a modificaciones sus-tanciales de la poltica econmica hegemnica y a la creacin de un modelo pro-ductivo nacional de caractersticas radicalmente diferentes. En el documento titu-lado Ilicitud del alza unilateral de los intereses de la Deuda Externa, presenta-do por Miguel Angel Espeche Gil en el XV Congreso de la IHLADI, se analizael alza unilateral de los intereses de la deuda externa desde el punto de vista delderecho internacional y no se duda en calificarla de usuraria y a no permitirque se cometa ese ilcito contra los pases deudores, al tiempo que se seala lacorresponsabilidad de los acreedores. La cuestin de la deuda externa tambinha sido tratada en el Congreso Nacional de la Repblica Argentina. Se destacan

    un proyecto de declaracin presentado por los diputados Alfredo Allende y JuanPablo Baylac, y un proyecto de ley presentado por el diputado Floreal Gorini. Elprimero exhortaba al gobierno a pedir a la Corte Internacional de Justicia de laHaya una opinin consultiva sobre los aspectos jurdicos de la Deuda Externa. El

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    segundo propone el llamado a una ...Cumbre Mundial por la Deuda Externa, rea-lizada en el marco de las Naciones Unidas, integrada por gobiernos, bancosacreedores, Organismos Financieros Internacionales, partidos polticos, organiza-ciones confesionales histricas, organizaciones sindicales, movimientos socialesy cooperativos y ONGs de todos los pases, que tendra por objeto declarar unaTregua, la que tendra una duracin no menor a cinco aos, e implicar la sus-pensin del pago de intereses y de amortizaciones de capital por el lapso de du-racin de la Tregua.

    En este contexto internacional, con opiniones tan diversas y encontradas, plan-tearnos una poltica econmica y diplomtica que reduzca la dependencia y la vul-nerabilidad de las economas en desarrollo significa un paso sustantivo, pues im-plica enfrentarse al dominio del capitalismo en escala global, y requerir de unacohesin de las fuerzas polticas internas muy fuerte, que implicar seguramentela constitucin de un frente poltico con races muy amplias en la sociedad, y conun decidido apoyo popular. Claro que tambin con la disposicin para articular confuerzas polticas y sociales de contenido similar en la regin y el mundo.

    Cules seran las principales orientaciones de poltica que se deberan per-seguir para reducir la dependencia y vulnerabilidad actual, y que puedan ser unagua para la constitucin de voluntades polticas en funcin de un proyecto co-mn?

    Transformar radicalmente la lgica de acumulacin y distribucin en nuestropas, es decir, definir una nueva y sustancialmente diferente poltica econmica,que transforme el crculo vicioso de desigualdad, recesin, dependencia y endeu-damiento, en un crculo virtuoso de equidad, crecimiento, independencia y desa-

    rrollo social y econmico. En cuanto al patrn de acumulacin, los ejes debernser el fortalecimiento del mercado interno, las pymes y el fomento de las expor-taciones, con una economa nacional fuertemente integrada en la regin. Ello in-cluye una nueva funcin del estado, orientada a redefinir el papel del sector pro-ductivo y un sector social de la economa integrado por empresas estatales, delsector cooperativo y mutuario, comunitario y de autogestin. Todo ello requiere:

    1 Una de las polticas esenciales para desligarse de la fuerte dependencia fi-nanciera es implementar medidas que regulen la entrada y salida de capitalesfinancieros. Estas polticas deben pasar por privilegiar las colocaciones no es-peculativas y a largo plazo. Ello se logra fcilmente a travs de limitacionesal ingreso (actualmente son ampliamente aceptados) y tambin limitacionesal egreso, a travs de encajes, plazos mnimos de permanencia, etc.

    2 En la regulacin de los flujos de capitales, juega un papel esencial la im-plementacin de la Tasa Tobin, aplicable a todas las transacciones financie-ras que se realicen entre la economa domstica y el exterior, a un nivel quedesaliente la especulacin, y que adems genere ingresos para afectar a las

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    polticas activas de desarrollo productivo y bienestar social. Deber impulsar-se su implementacin en el mbito del Mercosur y Amrica Latina, a la vezque se promover su implementacin en escala mundial.

    3 Es esencial producir un cambio profundo en las polticas. Este cambio nopuede producirse si el pas no renuncia a los programas de ajuste y al moni-toreo del FMI. Ello sera el primer paso para poder disear polticas sobera-nas centradas en el inters de la poblacin, y en el crecimiento productivo delpas, el cual pasa necesariamente por el desarrollo del mercado interno, quees severamente atacado por las polticas de ajuste.

    4 La inversin extranjera directa debe ser ampliamente aceptada, pero conuna poltica fuerte de direccionamiento de la misma, favoreciendo aquellasque traigan procesos tecnolgicos innovadores, que impliquen un beneficio

    para el esquema productivo domstico. Debe desalentarse fuertemente la IEDdefinida como cambios de manos, y toda IED que se ubique en sectores enlos cuales compita con las empresas nacionales y ponga en peligro la existen-cia de esas empresas (supermercados, bancos, servicios pblicos, etc.), Se de-ber exigir a las empresas de inversin extranjera directa que dediquen un al-to porcentaje de sus utilidades a la reinversin en la misma empresa, limitan-do los dividendos remitidos hacia el exterior.

    5 Tambin debern denunciarse los convenios de la OMC, que discriminan alos pases en desarrollo, y establecer una proteccin arancelaria efectiva, al ni-vel de la que utilizan los pases industrializados, para proteger a la economadel dumping econmico y social. La proteccin arancelaria debe utilizarse pa-ra fomentar el desarrollo de actividades consideradas esenciales, especialmen-

    te aquellas que sean generadoras de empleo, con un cronograma de reduccina largo plazo que les permita a las empresas realizar las inversiones necesariase ir adaptando la tecnologa a los requerimientos del mercado internacional.

    6 Suspensin por diez aos del pago de intereses y capital, as como tambindel clculo de los servicios de la deuda. Es conveniente que una medida deesta naturaleza sea consensuada tanto con pases de la regin, como a nivelinternacional, particularmente teniendo en consideracin la creciente volun-tad sostenida por organizaciones sociales y polticas, que en diversas cumbresinternacionales sustentan medidas de poltica econmica convergentes conesta propuesta.

    7 Deben implementarse polticas activas para el desarrollo empresarial, privi-legiando el mercado interno y las actividades generadoras de empleo. Ello sig-

    nifica privilegiar la asistencia a las pymes y empresas del sector social a tra-vs de crditos blandos, sistemas de garantas, subsidios a determinadas pro-ducciones, asesoramiento comercial y tecnolgico por parte de organismos es-tatales y de la economa social. En la defensa del mercado interno, y para re-

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    ducir la vulnerabilidad externa, es esencial implementar una poltica de susti-tucin de importaciones, favoreciendo la produccin local de muchos insumosque existen en nuestro pas y que no son extrados y/o producidos porque laapertura importadora llev a la quiebra a las empresas que los transformaban.Programas de fortalecimiento del mercado interno, ya sean por fomento delempleo como por subsidios a desempleados y sectores ms afectados y otros.Polticas de desarrollo de las pymes, como motores fundamentales de la pro-duccin y el empleo nacionales. Reforma financiera, que resguarde la bancanacional, pblica y cooperativa al servicio de la produccin y el empleo. Re-forma tributaria progresiva, basada en la tributacin sobre bienes personales yganancias y una reduccin de los impuestos indirectos.

    8 Es esencial recuperar las herramientas de poltica monetaria, a travs de po-lticas de encaje, subsidios de tasas de inters, fortalecimiento de los bancos

    oficiales y reorientacin de los prstamos de los mismos hacia las pymes,creacin del Banco Hipotecario Nacional y del Banco Industrial o de Desa-rrollo, y limitaciones a los bancos de capital extranjero en sus operaciones.Involucramiento del Banco Central en las polticas de promocin econmica,sin que ello signifique el descuido de su funcin principal de defensa del va-lor de la moneda.

    9 Integracin regional en el marco del Mercosur y de Amrica Latina. Nego-ciacin regional conjunta con organismos internacionales y mercados inter-nacionales.

    Todo ello es posible si se encara una reforma del estado que asegure su fun-cin como ente regulador econmico y social, que abandone su funcin de sos-tn de la acumulacin de ganancias, riqueza y poder del sector ms concentradodel capital. Aunque debe hacerse conciencia que no hay nueva funcin del esta-do y modificaciones de la poltica econmica si no se sustentan en una voluntadpoltica democrtica de carcter popular, que pueda desarrollar su programa enconfrontacin con el poder construido en el ltimo cuarto de siglo. La vulnerabi-lidad de la economa argentina se sustenta en la vulnerabilidad y fragmentacinde su sociedad, acontecimiento que tiene origen en la reestructuracin regresivade la economa, el estado y la sociedad producida desde la ltima dictadura mili-tar. Es necesario comprender que la crisis actual es derivada de un ciclo deveinticinco aos, y que ms all de los matices y an de la ruptura entre dictadu-ra y vigencia constitucional, ha generado una nueva estructura de poder sustenta-da en un ciclo vicioso que alimenta una brecha social de creciente desigualdad.Resolver esa contradiccin implica reestructurar el orden vigente y alentar un ci-

    clo virtuoso que parta de satisfacer las necesidades sociales mayoritarias. Es unatarea de difcil materializacin y que encontrar oposicin en los actuales benefi-ciarios y tributarios del poder.

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    Bibliografa

    El Plan Brady, Informe de Coyuntura, Instituto de Estudios sobre Estado yParticipacin, Mayo de 1992.

    Basualdo, Eduardo 1999Acerca de la naturaleza de la deuda externa y la de -finicin de una estrategia poltica (Buenos Aires: Instituto de Estudios sobreEstado y Participacin de la Asociacin de Trabajadores del Estado).

    Boletn del FMI, volumen 28 nmero 17, pg. 277, 6 de septiembre de 1999.

    Calcagno, Alfredo Eric y Eric Calcagno 1999La deuda externa explicada atodos (los que tienen que pagarla) (Buenos Aires: Editorial Catlogos).

    Comunicado del Grupo de los Ocho, Boletn FMI, volumen 28, nmero 13,12 julio de 1999.

    FIDE 1994 Anuario Estadstico XXXIV, Enero-Febrero.

    Mario Damill 1999 Quin gana reservas?, Diario Clarn, 14/11/99.

    Morgan Guaranty Trust of New York, World Financial Markets, New York,marzo de 1986, pagina 15.

    Olmos, Alejandro 1995 (3 edicin) Todo lo que usted quiso saber sobre ladeuda externa y siempre se lo ocultaron (Editorial de los argentinos).

    Toussaint, Eric 1998 Deuda externa en el tercer mundo: las finanzas contralos pueblos. Comit para la Anulacin de la Deuda del Tercer MundoCADTM (Bruselas) y Convergencia Socialista Agrupacin Poltica Nacio-nal (Mxico). Editorial Nueva Sociedad.

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    Notas

    1 Mientras que en el ao 93 el estado pagaba 2,3 pesos en concepto de suel-dos y salarios por cada dlar o peso girado a los acreedores de la deuda p-blica (interna y externa), se estima que a fines del ao 2000, por cada pesoque pague en concepto de sueldos y salarios, se destinarn 1,30 pesos al pa-go de la deuda (es decir, la relacin estara prxima a invertirse). Esto es re-presentativo del peso adquirido por los intereses de la deuda y del recorte enlos gastos de la administracin pblica como consecuencia de los ajustes im-plementados.

    2 Es importante aclarar que de la salida neta por concepto de intereses (paga-dos menos cobrados), 25.136 millones corresponden al sector pblico y Ban-co Central, mientras que la diferencia es imputable al sector privado (132 mi-

    llones).3 No cambia demasiado el concepto si incluysemos una gran proporcin da-da de baja en 1999 como consecuencia de la venta de acciones de YPF.

    4 Jubileo Sur es la confluencia de los movimientos de Jubileo 2000 prove-nientes de pases de frica, Asia, el Pacfico, Amrica Latina y el Caribe. LaCumbre Sur-Sur fue realizada en el mes de noviembre de 1999 en Gauteng,Sudfrica.

    5 Las citas y conceptos de Jubileo Sur fueron extractados de la declaracinde la Cumbre Sur-Sur de Jubileo.

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