Editorial

La peculiar red de senderos que une al hombre con la palabra es-

crita –libro, revista, suplemento pe-riódico– es más engañosa de lo que en principio uno podría suponer. Pensemos, por dar sólo un ejemplo, que ésta no forzosamente se corres-ponde con los caminos que unen al lector con la lectura, pues no son escasos quienes adquieren con pun-tualidad ritual libros y revistas que jamás leen (volúmenes colecciona-bles para ornato de una habitación o de una mesa de café, libros de moda, títulos especializados que pocos co-nocen y muchos citan).

Es por eso que suele ser tan reve-lador el enfrentarse por primera vez con un texto, un tema, un autor, del que se cree saberlo todo sin haberlo siquiera hojeado (¿cuántas de estas sorpresas estarán aguardando en el Quijote, la poesía de Neruda o Las mil y una noches?). Es por eso, también, que en estas páginas apostamos por contenidos de actualidad y de discusión inacabada, sobre los que seguramente hemos escuchado mu-cho, tópicos que a todos nos incum-ben y cuyo debate es un acto digno de fomentarse.

Así, este Litoral e saluda y se presenta con un texto que es infor-mación pero, sobre todo, invitación a tomar parte de la controversia que surgió a raíz de la remodelación infli-gida al Palacio de Bellas Artes, noto-rio cambio estructural en un edificio emblema de la alta cultura que aquí

es revisado con una visión crítica, sustentada puntualmente. Prosegui-mos con un texto cuya publicación, en particular para nosotros, era una especie de asignatura pendiente: una reflexión sobre los múltiples y aun insospechados roles que pueden te-ner las revistas electrónicas; en este caso, dos que son editadas por la na-rradora argentina Araceli Otamendi, quien habla desde su profunda ex-periencia personal acerca de cómo las publicaciones en internet pueden usarse exponencialmente para unir las voces de creadores y pensadores cuyas palabras –de otra manera, des-conocidas o inconexas– son su carta de presentación.

También palpitantes entre las cuestiones de interés actual están las carencias del sistema educativo na-cional y esa especie de degradación moral que permea el ánimo de las so-ciedades en conflicto; aquí, el primer tema se afronta abriendo una herida reciente y muy concreta: la elimina-ción de la materia de Filosofía de los planes de estudio preparatorianos; el segundo, tomando como punto de partida cierta celebérrima historia de un superhéroe que defiende a una sociedad éticamente indefendible.

De manera complementaria, como siempre, porque la literatura es una inquietud perdurable, un camino que construye sus propios puentes y rodeos para acercarse al centro del laberinto del lenguaje: la poesía. Nos referimos a un análisis (que desde el

primer momento se siente como un redescubrimiento) de la adaptación que el haikú ha recibido en nuestra lengua por tres poetas ejemplares.

Seguimos navegando y en esta ocasión arribamos a un destino in-édito: con orgullo presentamos el primer dossier de ilustraciones de esta revista que, magnífico augurio, se inaugura con la obra de Gastón González César, uno de los más re-nombrados escultores mexicanos, que tuvo la indecible gentileza de permitirnos la serie de dibujos y co-llages que atavía nuestras páginas, y que acompañamos de un breve tex-to que testimonia el asombro ante la obra de este creador, autoría de Luis David Meneses Hernández –que merece toda nuestra gratitud por que este dossier se haya logrado.

Ya del otro lado, en la orilla que pertenece exclusivamente a la litera-tura, la primera ola trae una conver-sación con Agustín del Moral Tejeda, director de la Editorial de la Univer-sidad Veracruzana, activista político desde su juventud y, sobre todo, un narrador comprometido con la bús-queda de un canal de comunicación consigo y con el mundo; después vie-ne un relato de atmósfera tranquila pero subrepticiamente turbadora, con un leve sabor a Raymond Car-ver; proseguimos con las voces ínti-mas, distintivas, de tres poetas que claramente se acercan al lenguaje con la intención previa de mirar cada palabra y readaptarla en su sentido

para expresar más efectivamente un grito o una ironía; un ensayo de George Orwell inédito en español que podría haber sido escrito ayer, por la saludable vigencia de sus ideas principales; y, porque no podíamos cerrar los ojos cuando recién ha falle-cido una de las más increíbles poetas del siglo XX, finalizamos el viaje con el discurso de recepción del Premio Nobel de Wisława Szymborska, quien escribió que en ningún lado hay más cielo que en otro y cuya obra demuestra que en ninguna palabra hay más poesía que en otra.

Costumbre bien guardada, las páginas finales se destinan a un par reseñas literarias; una obra antropo-lógica debida a uno de los más altos especialistas en temas de mitologías y religiosidad popular, y uno de los más recientes títulos del sin duda más conocido autor japonés de este momento, un buen narrador y mejor fenómeno editorial.

Por último, reproducimos un do-cumento de reflexión emanado de los Foros Regionales que el IVEC ha llevado a cabo durante todo el año pasado, alto en el camino para hacer un cómputo objetivo de los logros y los fallos.

La invitación queda extendida, lo mismo que nuestro agradeci-miento por seguirnos y participar de esta conversación mediante una pantalla, intercambio de ideas que tan sólo por el hecho de existir jus-tifica estas palabras.