FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS … · Los derechos que como autor me corresponden, con...

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES CARRERA DE DERECHO Las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de Adolescentes Infractores CAI, afectan el cumplimiento de la finalidad del sistema de medidas socioeducativas contempladas en el artículo 77, numeral 13 de la Constitución de la República del Ecuador, en el año 2015 Proyecto de Investigación previo a la obtención del Título de: ABOGADO AUTOR: Muñoz Yánez Carlos Andrés TUTOR: Dr. Marcelo Fabián Almeida Cueva Quito, diciembre 2016

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

CARRERA DE DERECHO

Las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de

Adolescentes Infractores CAI, afectan el cumplimiento de la

finalidad del sistema de medidas socioeducativas

contempladas en el artículo 77, numeral 13 de la Constitución

de la República del Ecuador, en el año 2015

Proyecto de Investigación previo a la obtención del Título de:

ABOGADO

AUTOR: Muñoz Yánez Carlos Andrés

TUTOR: Dr. Marcelo Fabián Almeida Cueva

Quito, diciembre 2016

ii

DERECHOS DE AUTOR

Yo, Carlos Andrés Muñoz Yánez, en calidad de autor del proyecto de investigación

realizado sobre: “Las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de

Adolescentes Infractores CAI, afectan el cumplimiento de la finalidad del sistema

de medidas socioeducativas contemplada en la artículo 77, numeral 13 de la

Constitución de la República del Ecuador, en el año 2015”, por la presente autorizo a

la Universidad Central del Ecuador, hacer uso de todos los contenidos que me

pertenecen o parte de los que contienen esta obra, con fines estrictamente académicos o

de investigación.

Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente

autorización, seguirán vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en los

artículos 5, 6, 8; 19 y demás pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y su

Reglamento.

También, autorizo a la Universidad Central del Ecuador para que realice la

digitalización y publicación de este trabajo de investigación en el repositorio virtual, de

conformidad a lo dispuesto en el Art. 144 de la Ley Orgánica de Educación Superior.

_____________________________

Carlos Andrés Muñoz Yánez

C.C 171787612-0

iii

APROBACIÓN DEL TUTOR DEL

TRABAJO DE TITULACIÓN

iv

DEDICATORIA

Dedico mi proyecto de grado a mi hijo Evo, por

ser mi motivo de vida, por ser razón de lucha y

perseverancia, quien siempre con su amor y apoyo

incondicional me impulsa a salir adelante y

construir un futuro mejor.

Carlos Muñoz Yánez

v

AGRADECIMIENTO

A mi familia por el apoyo que me ha brindado,

A mi papa quien con su vida me dio el ejemplo de ser un hombre de bien, a mi madre

por su permanente cariño y exigencia que permitieron que cumpla mis sueños,

A mi abuelita que desde otro lugar guía mi vida y cuida de mí, a mis hermanos por la

enorme paciencia, y complicidad en mi vida,

A Mishelle por su paciencia, comprensión y amistad que permitió sobrepasar cualquier

impedimento.

A mi querida Universidad Central del Ecuador, por haberme acogido durante mi vida

estudiantil y permitirme ser parte de ella,

A mis maestros, compañeros, amigos y camaradas por las experiencias vividas, los

llevare siempre en mi corazón.

Carlos Muñoz Yánez

vi

ÍNDICE DE CONTENIDOS

DERECHOS DE AUTOR ................................................................................................ ii

APROBACIÓN DEL TUTOR DEL TRABAJO DE TITULACIÓN ............................. iii

DEDICATORIA .............................................................................................................. iv

AGRADECIMIENTO ...................................................................................................... v

ÍNDICE DE CONTENIDOS ........................................................................................... vi

LISTA DE TABLAS ........................................................................................................ x

LISTA DE GRÁFICOS ................................................................................................... xi

RESUMEN ..................................................................................................................... xii

ABSTRACT .................................................................................................................. xiii

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1

CAPÍTULO I .................................................................................................................... 3

1. EL PROBLEMA .......................................................................................................... 3

1.1. TEMA ................................................................................................................ 3

1.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA .......................................................... 3

1.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ............................................................... 7

1.4. PREGUNTAS DIRECTRICES ......................................................................... 7

1.5. OBJETIVOS ...................................................................................................... 8

1.5.1. Objetivo General ........................................................................................ 8

1.5.2. Objetivos Específicos ................................................................................. 9

1.6. JUSTIFICACIÓN .............................................................................................. 9

CAPÍTULO II ................................................................................................................. 11

2. EL MARCO TEÓRICO ............................................................................................. 11

2.1. ANTECEDENTES INVESTIGATIVOS ....................................................... 11

2.2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA ................................................................ 14

2.3. FUNDAMENTACIÓN LEGAL ...................................................................... 15

vii

2.4. HIPÓTESIS ..................................................................................................... 16

2.5. SEÑALAMIENTO DE VARIABLES ............................................................ 17

2.5.1. Variable independiente ............................................................................. 17

2.4.2. Variable dependiente ................................................................................ 17

CAPÍTULO III ............................................................................................................... 18

3. LOS CONTENIDOS SOCIOEDUCATIVOS INTEGRALES QUE DEBEN

AJUSTARSE A LA NUEVA CONSTITUCIÓN .......................................................... 18

3.1. LOS PRESUPUESTOS JURÍDICOS DE TUTELA A LA NIÑEZ UNIVERSAL

.................................................................................................................................... 18

3.2. LAS PRÁCTICAS INSTITUCIONALES SOBRE LAS QUE DEBE OPERAR

EL SISTEMA Y LOS PROCESOS DE SOCIOEDUCACIÓN ................................. 27

3.3. LOS MODELOS QUE DEBEN SER FORMADORES DE IDENTIDADES EN

LA DIVERSIDAD ACORDE CON EL RÉGIMEN DEL BUEN VIVIR ................ 34

CAPÍTULO IV ............................................................................................................... 45

4. CONTENIDOS Y ALCANCES DE LA TITULARIDAD DE DERECHOS DE LA

AGENDA PARA EL DESARROLLO DE IGUALDAD INTERGENERACIONAL .. 45

4.1. LOS ÁMBITOS CONCEPTUALES DE LA AGENDA PARA LA IGUALDAD

INTERGENERACIONAL FRENTE A LA TITULARIDAD DEL RÉGIMEN DE

DERECHOS CONSTITUCIONALES PARA LOS (AS) MENORES ...................... 45

4.2. LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS DE MENOR EDAD Y

LA CORRESPONSABILIDAD DE PARTICIPACIÓN INTERGENERACIONAL.

.................................................................................................................................... 54

4.3. NATURALEZA JURÍDICA-DOCTRINARIA DE LA ATENCIÓN

PRIORITARIA CONSTITUCIONALMENTE ESTABLECIDA. ............................ 61

CAPÍTULO V ................................................................................................................ 70

5. LA TITULARIDAD JURÍDICA DE LOS (AS) MENORES INFRACTORES ....... 70

5.1. LOS DERECHOS AL DEBIDO PROCESO PENAL SUBSTANTIVO,

ADJETIVO Y DE EJECUCIÓN EN CONDENA ..................................................... 70

viii

5.2. LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES DE REHABILITACIÓN

SOCIOEDUCATIVA INTEGRAL PARA EL (LA) ADOLESCENTE INFRACTOR

(A) EN CONCORDANCIA CON SU ATENCIÓN PRIORITARIA ........................ 76

5.3. EL ÁMBITO DE EJES SOCIOEDUCATIVOS PARA LOS

ESTABLECIMIENTOS DEL SISTEMA NACIONAL DE REHABILITACIÓN DE

ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL ................................. 81

CAPÍTULO VI ............................................................................................................... 89

6. MARCO METODOLÓGICO .................................................................................... 89

3.1. MODALIDAD BÁSICA DE LA INVESTIGACIÓN ........................................ 89

3.2. NIVEL O TIPO DE INVESTIGACIÓN ............................................................. 90

3.3. POBLACIÓN Y MUESTRA ............................................................................... 90

3.4. DEFINICIÓN DE LAS VARIABLES ................................................................ 91

3.4.1. Variable independiente ............................................................................. 91

3.4.2. Variable dependiente ................................................................................ 91

3.5. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS Y RECOLECCIÓN DE DATOS ................ 91

3.6. PROCEDIMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN ................................................ 92

CAPÍTULO VII .............................................................................................................. 93

7. ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS .......................................... 93

7.1. DISEÑO Y ELABORACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS PARA LA

INVESTIGACIÓN DE CAMPO ................................................................................ 93

4.2. DATOS OBTENIDOS EN LAS ENCUESTAS.................................................. 96

4.3. INTERPRETACIÓN INFERENCIAL CUALITATIVA DE LA

INFORMACIÓN OBTENIDA ................................................................................. 101

4.4. CONCLUSIONES ............................................................................................. 113

4.5. RECOMENDACIONES .................................................................................... 117

CAPÍTULO VIII .......................................................................................................... 118

8. PROPUESTA ........................................................................................................... 118

8.1. TEMA ................................................................................................................ 118

ix

8.2. DATOS INFORMATIVOS ............................................................................... 118

8.3. ANTECEDENTES DE LA PROPUESTA ........................................................ 118

8.4. JUSTIFICACIÓN .............................................................................................. 119

8.5. OBJETIVOS: GENERAL Y ESPECÍFICOS .................................................... 120

8.5.1. Objetivo general ..................................................................................... 120

8.5.2. Objetivos específicos .............................................................................. 120

8.6. FUNDAMENTACIÓN CIENTÍFICO - TEÓRICA .......................................... 120

8.7. PLAN OPERATIVO DE LA PROPUESTA ..................................................... 123

8.8. ADMINISTRACIÓN ......................................................................................... 124

8.9. PREVISIÓN DE LA EVALUACIÓN ............................................................... 124

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................... 125

x

LISTA DE TABLAS

Tabla 1. Pregunta No. 1 ................................................................................................ 101

Tabla 2. Pregunta No. 2 ................................................................................................ 102

Tabla 3. Pregunta No. 3 ................................................................................................ 103

Tabla 4. Pregunta No. 4 ................................................................................................ 105

Tabla 5. Pregunta No. 5 ................................................................................................ 107

Tabla 6. Pregunta No. 6 ................................................................................................ 108

Tabla 7. Pregunta No. 7 ................................................................................................ 109

Tabla 8. Pregunta No. 8 ................................................................................................ 110

Tabla 9. Pregunta No. 9 ................................................................................................ 111

Tabla 10. Pregunta No. 10 ............................................................................................ 112

xi

LISTA DE GRÁFICOS

Gráfico 1. Pregunta No. 1 ............................................................................................... 96

Gráfico 2. Pregunta No. 2 ............................................................................................... 96

Gráfico 3. Pregunta No. 3 ............................................................................................... 97

Gráfico 4. Pregunta No. 4 ............................................................................................... 97

Gráfico 5. Pregunta No. 5 ............................................................................................... 98

Gráfico 6. Pregunta No. 6 ............................................................................................... 98

Gráfico 7. Pregunta No. 7 ............................................................................................... 99

Gráfico 8. Pregunta No. 8 ............................................................................................... 99

Gráfico 9. Pregunta No. 9 ............................................................................................. 100

Gráfico 10. Pregunta No. 10 ......................................................................................... 100

xii

TEMA: “Las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de Adolescentes

Infractores CAI, afectan el cumplimiento de la finalidad del sistema de medidas

socioeducativas contemplada en la artículo 77, numeral 13 de la Constitución de la

República del Ecuador, en el año 2015”

Autor: Carlos Andrés Muñoz Yánez

Tutor: Dr. Marcelo Fabián Almeida Cueva

RESUMEN

Los procesos de socio-educación de los (as) adolescentes infractores deben tener un

alcance que vaya más allá de la simple labor formal –o “bancaria” como denominaría

Paulo Freire– sino que materialice un verdadero desarrollo integral de ese grupo

doblemente vulnerable, por lo que no basta el simple acceso a los establecimientos

educativos, sino que han de generar una verdadera formación de su personalidad y de su

consciencia identitaria-social, tanto con el sistema productivo –reinserción social para la

vida; y no sólo para la vida sino para el Buen Vivir– como con su Medio Social, es

decir: los ámbitos de su familia, de sus relaciones interpersonales y del respeto a la

diversidad. Esta es la falta de visión jurídico-institucional que se ha detectado en los

llamados Centros de Adolescentes Infractores –CAI–, cuyas medidas socioeducativas

afectan al cumplimiento de la finalidad del Sistema integral socioeducativo,

contemplado en la Constitución de la República, las mismas que deben ser aplicadas en

su totalidad, bajo los principios de sus derechos son inalienables, irrenunciables,

indivisibles, interdependientes y de igual jerarquía.

PALABRAS CLAVE: SOCIOEDUCACIÓN / CONSTITUCIÓN 2008 / BUEN

VIVIR / REINSERCIÓN / REHABILITACIÓN / NEO-CONSTITUCIONALISMO.

xiii

TITLE: "The socio-educational measures given in the CAI Offender Adolescent

Centers affect the fulfillment of the purpose of the socio-educational measures system

contemplated in article 77, number 13 of the Constitution of the Republic of Ecuador, in

2015"

Author: Carlos Andrés Muñoz Yánez

Tutor: Dr. Marcelo Fabián Almeida Cueva

ABSTRACT

Socio-educational processes of infringing teenagers should reach beyond the formal

simple labor –or referred to as “bank” by Paulo Freire– but that indeed implements a

truthful integral development of such doubly vulnerable group; hence, simple entrance

to educational establishments is not enough, but the generation of a true formation of

personality and identity-social conscious, as the productive system –social reinsertion

for life, and not only for life but also for good living– as occurs with the social means;

hence: family atmosphere and personal relations and respect for diversity. Such is the

lack of legal-institutional vision, as detected in so called Centros de Adolescentes

Infractores (CAI), whose socio-educational measures affected attaining the purpose of

the Socio-educational Integral System, provided in the Constitution of the Republic,

which should be fully applied, by following the premise that his rights are irrevocable,

individual, and independent and of equal hierarchy.

KEYWORDS: SOCIO-EDUCATION / CONSTITUTION 2008 / GOOD LIVING /

REINSERTION / REHABILITATION / NEO-CONSTITUTIONALISM.

1

INTRODUCCIÓN

La presente investigación analiza el problema teórico. Doctrinario y jurídico-científico

relativo a las medidas socioeducativas que se imparten en los Centros de Adolescentes

Infractores CAI, las mismas que afectan el cumplimiento de la finalidad del Sistema de

medidas socioeducativas contemplada en la artículo 77, numeral 13 de la Constitución

de la República del Ecuador, y toma como referente temporal el año 2015.

Para el efecto este trabajo, se considera que la Constitución del Ecuador establece

dentro de su normativa la existencia de un Sistema de Medidas Socioeducativas para los

adolescentes infractores, el cual, tiene como finalidad asegurar el desarrollo integral de

tales Adolescentes, a fin de lograr todos los presupuestos inherentes a su reinserción

social completa, holística y plena.

De otra parte, el Código de la Niñez y Adolescencia establece la existencia de

Centros de Adolescentes Infractores a fin de cumplir la normativa constitucional, ya

que los adolescentes son sujetos de medidas socioeducativas, las cuales se consideran

intrínsecamente como no represoras ni imputables en materia penal, pues, debe

cumplirse con este Principio Jurídico substancial: los menores son inimputables.

Mas, en el caso de los llamados adolescentes infractores, bajo tales circunstancias

sub-judice, se hallan, además, frente a una doble vulnerabilidad: tanto por su condición

de menores (a los que el Estado les debe Tutela Jurídica Especial, junto a una atención

preferente y prioritaria) cuanto por su condición jurídica, en vista de las sanciones que

pesan sobre ellos (as). En consecuencia: el Sistema Socioeducativo de tales menores,

por parte del Estado, debe cumplir con todos los presupuestos normativos determinados

en el artículo 35 de la Constitución.

En términos generales, el Estado ha establecido una política pública para los (as)

adolescentes infractores que se ejecuta por el Ministerio de Justicia y Cultos. Esa

Política determina la aplicación de dos tipos de medidas socioeducativas: privativas de

libertad y no privativas de ella. Entonces, se torna necesario investigar la eficacia de

2

tales medidas socioeducativas, para determinar si las mismas cumplen con el objetivo

del desarrollo integral del (la) adolescente para su completa reinserción social. Este es

el enfoque teórico desde el cual se abordará el problema

3

CAPÍTULO I

1. EL PROBLEMA

1.1. TEMA

“Las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de Adolescentes Infractores

CAI, afectan el cumplimiento de la finalidad del Sistema de medidas socioeducativas

contemplada en la artículo 77, numeral 13 de la Constitución de la República del

Ecuador, en el año 2015.”

1.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El problema de la socio-educación de los (as) menores en general, debe partir de un

concepto estrictamente jurídico-político, toda vez que en los Estados, como sociedades

políticas que son, debe primar, e imponerse un sistema de normas jurídicas a las cuales

deben someterse los (as) ciudadanos (as) –súbditos– de ese Estado; pero, si bien los

conceptos, objetivos y sistemas de aquella socio-educación deben estar sujetos a

normas, el problema, o las soluciones reales, operativas y prácticas, no pueden ser de

orden jurídico puro, sino que implica un trabajo conceptual multi-disciplinario y un

sistema multi-institucional que planifique, coordine, atienda, programe y ejecute aquella

“socio-educación”.

En el Ecuador se han hecho importantes y grandes avances en materia político-

normativa, al expedirse una Nueva Constitución, por medio de la cual se instituye un

Estado de Derechos y de Justicia Social; pero, la sola existencia de las normas no logran

cambiar la estructura ideológico-mental ni las creencias perceptivas heredadas

históricamente y reforzadas, a diario, por los sistemas ideológico-mediáticos y

filosófico-religiosos.

Sobre este respecto, en el año de 1902, uno de los reputados filósofos modernistas,

de origen francés y considerado como fundador de la sociología funcionalista, a través

4

de su concepto del “hecho sociológico”, publica su obra “La Educación Moral”, cuyos

conceptos los desarrolla de forma más puntual y específica diez años más tarde, en

1912, cuando publica “Educación y Sociología”. Se puede apreciar que esta última obra

aparece luego de 125 años de haberse realizado la Revolución Francesa; y en ella,

plantea que el Nuevo Régimen, es decir el Nuevo Estado MODERNO, el Estado

Capitalista-Liberal, no había logrado articular un nuevo sistema ideológico-moral ni

ético-conceptual acorde con las nuevas necesidades sociales, con los nuevos modos

de vida del sistema económico-productivo y jurídico-político que se había

instituido; y que, por lo tanto, se seguía educando a la niñez y a la juventud de

entonces, bajo los mismos cánones, esquemas, conceptos, costumbres e ideología de

la religiosidad feudal, correspondiente al Antiguo Régimen. En sus propias palabras

dice:

En cada uno de nosotros puede decirse existen dos seres que, no siendo

inseparables sino por abstracción, no dejan de ser distintos. El UNO, está

hecho de todos los estados mentales que se refieren únicamente a nosotros

mismos y a los sucesos de nuestra vida personal: es lo que podría llamarse el

ser individual. El OTRO, es un sistema de ideas, de sentimientos y de

hábitos que expresan en nosotros, no nuestra personalidad, sino EL GRUPO,

o LOS GRUPOS DIFERENTES, de los cuales formamos parte; tales son las

creencias religiosas, las creencias y prácticas morales, las tradiciones

nacionales o profesionales, las opiniones colectivas de todo género. Su

conjunto forma el ser social. Constituir este ser en cada uno de nosotros,

tal es el fin de la educación…” (DURKHEIM, 2014, pág. 62)

Por consiguiente; y ante esas realidades descritas y concebidas como hecho sociales

evidentes, constata, de otra parte, que es necesario, indispensable y propio DEL

GRUPO o DE LOS GRUPOS que se hallan integrados, y sometidos, bajo la

institucionalidad totalizadora del Estado, que dicho Estado, establezca y canalice los

sistemas educativos bajo las necesidades propias e inherentes a su nueva base

económica estructural –sistema o modo de producción; relaciones de producción; y

correlación objetiva de las fuerzas productivas–, pues, de lo contrario, no va a lograr

que se forjen las mentalidades colectivas –Y TODA LA SÚPER ESTRUCTURA DEL

ESTADO– en sentido acorde con esos nuevos sistemas materiales de economía,

producción y relaciones sociales. Por ello, agrega:

5

… trátase de dar una educación moral, laica racionalista. Esta laicización de

la moralidad está impuesta por el desarrollo histórico. Pero es difícil. La

religión y la moralidad han estado tan íntimamente unidas en la historia de la

civilización, que su disociación necesaria, no podrá ser una operación

sencilla […]

… es necesario determinar nuevas categorías o nociones-madres, centros de

intelegibilidad, que serán los marcos y los útiles del nuevo pensamiento

lógico. Entender con categorías no sólo las formas más abstractas del

pensamiento, la noción de causa, o la de sustancia; sino las ideas, más ricas

de contenido, que presiden a nuestra interpretación de lo real, a nuestra

interpretación actual: nuestra idea del mundo físico, nuestra idea de la vida,

nuestra idea del hombre.

Estas categorías no se ve que sean innatas en el espíritu humano. Tienen su

historia: se construyeron poco a poco, a través de la evolución, de la

civilización y, en nuestra civilización, por el desarrollo de las ciencias físicas

y morales… (DURKHEIM, 2014, págs. 34-35)”

¿Se está cumpliendo con estas finalidades socio-educativas, inherentes al simple

Estado Constitucional de Derecho que fue instituido por la Revolución Francesa, hace

ya 227 años, con referencia al tiempo en que se elabora este trabajo?; o, lo que es más:

¿Se está afrontando realmente con un proceso de “socio-educación”, para un sector de

la niñez –“niñez” en términos generales, porque tanto la Convención sobre los Derechos

del niño, como el Código de la Niñez y Adolescencia determinan que una persona es

niña (o) hasta cuando cumple los 18 años de edad– que ha caído en una situación de

doble vulnerabilidad: 1. Por su propia condición de niño (a); y, 2. Por la condición sub-

judice al ser considerado en conflicto con la ley penal y “adolescente infractor”?

Este es el contenido jurídico-intrínseco del problema, si se entiende que la

normativa jurídica va más allá de la simple declaratoria formal y “pura”, como se

pretende, por una corriente, muy fuerte, que se ha venido imponiendo en el mundo

desde 1936, cuando el alemán-estadounidense Hans Kelsen expuso su “Teoría Pura del

Derecho”. Pero la realidad determina es que las normas jurídicas, incluso en su puridad,

tienen vigencia material y objetiva en los hechos de la vida concreta, es decir, cuando se

cumplen los presupuestos de los hechos y actos previstos en la norma, y, como

consecuencia de ellos, nace el correspondiente efecto jurídico.

6

Por lo tanto, en este trabajo investigativo se confrontarán las normas jurídicas con

las realidades objetivas y si, por ejemplo, el artículo 77, numeral 13 de la Constitución,

dispone que “Para las adolescentes y los adolescentes infractores regirá un sistema de

medidas socioeducativas proporcionales a la infracción atribuida. El Estado

determinará mediante ley sanciones privativas y no privativas de libertad. La privación

de la libertad será establecida como último recurso, por el periodo mínimo necesario, y

se llevará a cabo en establecimientos diferentes a los de personas adultas”, corresponde

ver, analizar y verificar si los contenidos de esta Norma Suprema –y sus normas

concordantes– se ajustan a los objetivos en ellas determinados; si se cumplen o no; y si

se cumplen, ver sus alcances, sus contenidos y la real dimensión de ese cumplimiento;

y, en caso de fallas, o cumplimiento indebido de las normas señaladas, proponer los

correctivos que sean del caso.

- Relación de Causalidad

- Sub-problema 1:

La existencia de un Régimen de Derechos constitucionalmente establecido, en el

que cada norma es jurídico-vinculante.

- CAUSA:

Toda norma jurídico-constitucional debe ser aplicada en forma directa e irrestricta

- EFECTO:

No se cumple la normativa constitucional en toda su extensión con respecto a las

medidas socioeducativas de los (as) menores infractores

- Sub-problema 2:

Al afectar el cumplimiento de la finalidad integral del Sistema de medidas

socioeducativas para menores infractores, se incumple la vigencia plena de la

Constitución

7

Relación de Causalidad

- CAUSA:

No se atiende la doble vulnerabilidad de los (as) menores (adolescentes)

infractores: por ser menores; y por estar en conflicto con las leyes penales

- EFECTO:

Se profundiza la vulnerabilidad de los (as) adolescentes infractores, se impide su

verdadera reinserción social y se afectan a los principios constitucionales del Buen

Vivir.

1.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

No es posible y apegado a los Principios de las Normas Constitucionales, que el

“Sistema de Medidas Socio-Educativas” de los llamados Adolescentes Infractores, se

limite al cuidado de su apremio personal y resguardo del mismo, sin que se atiendan, en

su integralidad, todos los derechos de la niñez y adolescencia determinados en la misma

Constitución, y cuyas disposiciones hoy son vinculantes, inalienables, irrenunciables,

indivisibles, interdependientes, de igual jerarquía y de inmediata y directa aplicación.

1.4. PREGUNTAS DIRECTRICES

¿Las medidas socioeducativas de los adolescentes infractores deben limitarse

a su cuidado disciplinario en el internamiento de apremio personal?

¿Se puede omitir, en los procesos de medidas socioeducativas de los

adolescentes infractores, su atención, cuidado, rehabilitación y tratamiento

bio-psico-social, que es el ámbito ínsito de su integralidad personal afectado

por múltiples factores de su entorno familiar, de su medio social, de la base

socio-económica, de la invasión mediática-alienante y de toda la súper-

estructura cultural del Estado?

8

¿Acaso el proceso de rehabilitación de los (as) menores infractores no debe

abarcar la integralidad holística y dialéctica de su formación para la vida

social, dentro de los parámetros normativos del Grupo y de Los Grupos

conforme a los Principios Constitucionales de “unidad en la diversidad”?

¿Se puede prescindir del acercamiento familiar –o del alejamiento definitivo

de él, según el caso– en los procesos de socio-educación, ya individuales,

porque cada ser humano es un universo?

¿Cómo determinar, y sanear, las distorsiones de la bio-psicología evolutiva en

el proceso de formación de los (as) adolescentes infractores?

¿Cómo, realmente, garantizar que el Estado, la sociedad y la familia

promuevan de forma prioritaria el desarrollo integral de las niñas, niños y

adolescentes, y aseguren el ejercicio pleno de sus derechos; atendiendo al

principio de su interés superior, para que sus derechos prevalecerán sobre los

de las demás personas, según dispone el artículo 44, primer inciso de la

Constitución?

¿Cómo hacer que, de forma concreta y objetiva, las niñas, los niños y los

adolescentes tengan derecho a su desarrollo integral, entendido como proceso

de crecimiento, maduración y despliegue de su intelecto y de sus capacidades,

potencialidades y aspiraciones, en un entorno familiar, escolar, social y

comunitario de afectividad y seguridad; haciendo que este entorno, además,

permita la satisfacción de sus necesidades sociales, afectivo-emocionales y

culturales, con el apoyo de políticas intersectoriales nacionales y locales –es

decir, de los Gobiernos Locales, conforme a lo determinado por el artículo

44, inciso segundo, de la Constitución?

1.5. OBJETIVOS

1.5.1. Objetivo General

Determinar el cómo las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de

Adolescentes Infractores CAI, afectan el cumplimiento de la finalidad del Sistema

de medidas socioeducativas contemplada en la artículo 77, numeral 13 de la

Constitución de la República del Ecuador, en el año 2015.

9

1.5.2. Objetivos Específicos

a) Demostrar las falencias y aspectos no contemplados en la aplicación de

medidas socio-educativas institucionales con respecto a los (as)

adolescentes infractores;

b) Demostrar cuáles son, y debieran ser, las reales finalidades socio-jurídicas y

constitucionales-objetivas, del sistema de medidas socio-educativas de los

(as) adolescentes infractores determinadas en la Constitución; y,

c) Demostrar que el simple manejo de los Centros de Adolescentes Infractores

no permite el verdadero e integral cumplimiento de las garantías

constitucionales de atención preferente y prioritaria, integral, para los (as)

adolescentes infractores.

1.6. JUSTIFICACIÓN

El justificativo de esta investigación radica en su enfoque jurídico-social que atiende la

integralidad del sistema socioeducativo para menores infractores, en vista de que tales

medidas deben contemplar todas las garantías jurídico-constitucionales de este sector

que amerita una atención preferente y prioritaria, pero que, además, bajo las situaciones

de conflicto con la ley penal, coloca a este sector de la población, en condiciones de

doble vulnerabilidad, cuestión que no ha sido contemplada, en estudios anteriores, ni en

los contenidos institucionales de los Centros de Adolescentes Infractores.

Por lo indicado, el tratamiento de las fundamentaciones teórico-doctrinarias será

completamente diverso a la pura descripción casuística o funcional-administrativa, sino

que atiende a sus basamentos jurídicos, a sus alcances del neo-constitucionalismo

implantado en el país que impone la vigencia plena, inmediata y directa de todas y cada

una de las normas constitucionales bajo un régimen en el que todos los principios y los

derechos son inalienables, irrenunciables, indivisibles, interdependientes y de igual

jerarquía.

En consecuencia otro de los justificativos de la propuesta radica en su originalidad

en vista de que no se ha abordado la temática trazada, en otros trabajos análogos, es

decir, bajo un espectro de integralidad jurídica y de viabilidad práctico-objetiva dentro

10

de un ámbito de aplicación institucional concreta; pues, las normas constitucionales, al

menos dentro de un Estado de Derechos y de Justicia Social, dejan de ser simples

declaraciones dogmáticas, para convertirse en disposiciones jurídicas vinculantes.

Finalmente, como producto de la propuesta investigativa, habrán beneficiarios

reales, es decir, toda la población ecuatoriana de los llamados adolescentes infractores o

“en conflicto con la ley penal”, conforme los denomina el Código Orgánico Integral

Penal en su artículo 38, quienes, evidentemente, se hallan en situación e doble

vulnerabilidad, y ameritan la correspondiente atención institucional del Estado, para que

alcancen su desarrollo integral pleno, su rehabilitación, su reinserción social, y todos

los beneficios inherentes a su Buen Vivir.

11

CAPÍTULO II

2. EL MARCO TEÓRICO

2.1. ANTECEDENTES INVESTIGATIVOS

Existen varios trabajos de Tesis sobre la materia a tratar en la propuesta que se sugiere y

en las que abordan el tema desde otros ámbitos cognoscitivos y, como es natural, con

temas análogos; pero también enfoques de: trabajo social, de administración y hasta de

gerenciamiento financiero. Entre estos trabajos antecedentes se puede anotar:

El de Sonia Cornejo Basantes, tesis realizada para la Universidad Central

del Ecuador, Facultad de Jurisprudencia, Ciencias Políticas y Sociales,

carrera de Derecho, fechada en Octubre del 2014, bajo el título: “La

Creación de Centros Especializados de Rehabilitación e Integración

social del Menor Infractor”, en la que se propone “UNA

PLANIFICACIÓN DE CREACIÓN DE CENTROS ESPECIALIZADOS

DE REHABILITACIÓN E INTEGRACIÓN SOCIAL PARA LOS

MENORES INFRACTORES”. Tal propuesta de creación de los Centros

indicados, se realiza cuando la nueva Constitución ya tenía seis años de

vigencia, y cuando, a esa fecha, ya funcionaban ONCE Centros de

Adolescentes Infractores alrededor del país. No obstante, la autora concluye

que “La delincuencia y la violencia ha aumentado y los medios para

contrarrestarla son ineficientes e ineficaces, a tal punto que las brigadas y

grupos especializados de la Policía Nacional se encuentran en desventaja,

tanto en número, como en dotación”, con lo que, se colige que el problema

de la creación de aquellos “Centros Especializados” se circunscribe a un

tema policial, y de mayor dotación de policías, cuando en el Ecuador ya

existía una dotación de 69.000 policías a nivel nacional.

Otro trabajo del Repositorio de Tesis, éste perteneciente a la Pontificia

Universidad Católica del Ecuador Sede Ibarra, es el de Alexandra Reina

Castillo, realizada en el año 2001, que trata sobre el tema de

12

“APLICACIÓN DE LA JUSTICIA RESTAURATIVA EN

ADOLESCENTES INFRACTORES”; en él se propone “realizar reformas

al Libro IV del Código de la Niñez y Adolescencia”, con el fin de introducir

el concepto de “Justicia Restaurativa” para los adolescentes en conflicto con

la ley penal, la misma que consistiría en que dicho menor pague o repare

por el daño causado a sus víctimas. Concluye que ese tipo de justicia

constituye una “respuesta al crimen”, ya que “reconoce –en ese crimen– no

la simple transgresión de la ley; sino que los infractores dañan a la víctima,

a las comunidades… por lo tanto hay que medir, más que el castigo, el

daño que se ha causado y en qué medida éste ha sido reparado”. Por lo

tanto, en este trabajo se aboga por una mayor criminalización en contra de

los adolescentes infractores, y mayores medidas de sanción.

Finalmente, entre los trabajos de tesis que se han explorado, se puede

mencionar a la de Lizzete Magali Suquilanda Alvarado, para la Cerrera de

Derecho de la Universidad Nacional de Loja sobre la “NECESIDAD DE

CREAR EN EL CÓDIGO DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA UNA

INSTITUCIÓN JURÍDICA QUE TIPIFIQUE LA CONDUCTA DE LOS

ADOLESCENTES INFRACTORES COMO PERSONAS ADULTAS”, en

la que, como se puede apreciar a primera vista, se trata de una propuesta

tendiente a privar a los (as) menores de edad, del privilegio jurídico de la

inimputabilidad. La autora concluye que existe una “insuficiente

rigurosidad en el procedimiento de juzgamiento de adolescentes infractores

ocasiona en que los derechos de las víctimas sean vulnerados”; que el

“nivel de rigurosidad en el proceso de Juzgamiento en los adolescentes

infractores, provoca además que se presente una reincidencia, afectando a

la sociedad”; y que por lo tanto se debe implementar una “mayor

rigurosidad en las medidas socioeducativas, ayudará a bajar el nivel de

infracciones de los adolescentes, evitando que los derechos de las víctimas

sean aún más vulnerados”. Se trata, por consiguiente, de otra propuesta

criminalizante.

13

Pero los contenidos de esta investigación se encaminan a objetivos completamente

diversos, como se podrá apreciar y, en consecuencia se han tomado referentes de otras

obras, tratados y trabajos institucionales como los que se enuncian a continuación, sin

perjuicio de la bibliografía consultada que se ubica al final de este corpus investigativo:

AYALA ROMÁN, Pablo, (2014). Política Públicas sobre la Juventud en el

Ecuador, Universidad Autónoma de Barcelona, obra en la que se destaca

los avances de las políticas ecuatorianas para beneficio de la niñez en

materias de: educación –infraestructura, calidad en la capacitación docente

y provisión de materiales, refrigerios y alimentación–; salud: con

incremento notorio de las atenciones y el desarrollo de varias ramas de

especialidades en neonatología, prevención y atención médica; eliminación

del trabajo infantil; eliminación de mendicidad infantil; y varios otros

aspectos contemplados en la Agenda para la Igualdad de Niñas, Niños y

Adolescentes.

CASA ALIANZA, (2007). Adopciones en Guatemala: ¿Protección o

Mercado?, Casa Alianza-Movimiento Social por los Derechos de la Niñez,

Guatemala, documento en el que se denuncia el verdadero tráfico de niños

que se ha implantado en ese país, similar al que se vivió en Ecuador

durante las décadas de 1980 y 1990.

MINISTERIO DE INCLUSIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL, Subsecretaría

de Atención Intergeneracional, (2016) Propuesta de Políticas de Juventud,

Documento Oficial en el que se destacan los aspectos teóricos y ejecutivos

sobre la igualdad y el ciclo de vida en toda América Latina, ya que tratar de

ello, es hablar de la necesidad de políticas públicas centradas en el sujeto de

derechos, sobre todo cuando existen evidencias de que Latinoamérica es

una de las regiones con las mayores desigualdades en el mundo.

14

2.2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

La fundamentación teórica de esta investigación, parte de la nueva normativa

constitucional, propia del Estado de Derechos y de Justicia Social, la cual instituye y

determina que ya no se vean, o contemplen, a las normas constitucionales como una

simple declaración abstracta de lineamientos “dogmáticos”, declarativos, sino como una

real entidad jurídica que asigna titularidades expresas de Derechos, para que éstos sean

acatados, cumplidos, ejecutados e institucionalizados.

Por lo tanto, se superan los viejos, y tradicionales, postulados del Estado

Constitucional de Derecho que dividía sus normas entre “dogmáticas” y

“organizativas”, las primeras de las cuales eran puramente declarativas; pero con el neo-

constitucionalismo se establece, según el artículo 11, numeral 6, de la Constitución, que

“Todos los principios y los derechos son inalienables, irrenunciables, indivisibles,

interdependientes y de igual jerarquía”, por lo tanto deben ser cumplidos y acatados en

su integralidad.

Ahora bien, el Derecho es una integralidad conceptual-normativa que se plasma en

hechos de la vida, que solamente puede tener existencia concreta en lo fáctico-cotidiano,

en su realización objetiva, pues, si bien las normas son supuestos hipotéticos que

contienen previsiones sobre actos, hechos, conductas o relaciones interpersonales de

varios tipos o géneros (de pareja, de procreación, de patrimonios o bienes, de

intercambios de esos bienes –negocios jurídicos–, de seguridad ciudadana, –o de socio-

educación para menores infractores como en el presente caso–) estas eventualidades

solamente pueden tener relevancia jurídica cuando están previstos en la normas y éstas

se cumplen dentro de un marco de realidad.

En consecuencia, dentro de las sociedades jurídico-políticas, como son todos los

Estados en este mundo globalizado, nada puede ocurrir jurídicamente, si las

instituciones, actos, hechos, negocios, conductas, etc., no están previstas (os) en las

normas de los cuerpos constitucionales, legales, reglamentarios, estatutarios, de

ordenanzas, etc. Por consiguiente, el instante en que algo sucede al margen de la

legalidad, o lo que es peor en contra de ella, o cuando no se acatan y cumplen en todas

15

sus dimensiones integrales la normativa jurídica, se desmerece la institucionalidad

misma del Estado.

Por consiguiente, si se produce el manejo inadecuado de instituciones jurídico-

penales, como son los Centros de Socio-Educación, Rehabilitación y Reinserción Social

de los (as) Menores Infractores, , o simplemente “Centros de Atención para Adolescente

Infractores” –CAI– como en el caso específico que se trata en este trabajo, se produce

un quiebre del ordenamiento jurídico-constitucional; y a partir de ese hecho, el Estado

deja de asumir su responsabilidad fundamental en esta materia, como es la de dar

atención preferente y prioritaria a tales adolescentes y de establecer todos los

mecanismos institucionales idóneos para su rehabilitación y formación socioeducativa.

Es necesario, consecuentemente, que se cumpla con las disposiciones

constitucionales en su integralidad, y en todas sus dimensiones o ámbitos, porque tales

contenidos normativos, en un Estado de Derechos y de Justicia Social, son de inmediata

y directa aplicación como corresponde al sentido teórico-conceptual del neo-

constitucionalismo, dentro del cual, todas sus normas, principios y Derechos son,

además, inalienables, irrenunciables, indivisibles, interdependientes y de igual jerarquía,

como se acaba de indicar.

2.3. FUNDAMENTACIÓN LEGAL

La fundamentación legal se enmarca en las normas de los artículos 1, 11 numerales 2, 3

y 6; 76, 77 y 424 de la Constitución, que determinan los contenidos y aspectos del

Derecho Público inherentes a las potestades exclusivas del Estado y a la jurisdicción

ejecutivo penal, para los establecimientos de ejecución de penas –o Centros de

Rehabilitación Social–, porque esta es una responsabilidad jurídica exclusiva que

concierne al Estado y a su institucionalidad esa rehabilitación, tanto más deben aplicarse

esas normas constitucionales si se trata de adolescentes infractores o “en conflicto con

la ley penal”, porque es un grupo social que, también constitucionalmente, amerita la

titularidad de una atención preferente y prioritaria, y un sistema de rehabilitación

integral socioeducativa.

16

De otra parte, el Código Orgánico Integral Penal, entre cuyas normas, la del artículo

672 establece que aquel Sistema es un “conjunto de Principios y políticas de las

instituciones estatales para la ejecución penal”. Por tanto no se puede afectar al

cumplimiento integral de las finalidades de dicho Sistema, de su manejo e interacción

tanto multi-disciplinaria como multi-institucional, a fin de que se cumpla,

efectivamente, con su atención preferente y prioritaria.

Finalmente, el Sistema nacional de Rehabilitación Penitenciaria en términos

generales y socio-educativa, tanto para infractores en general, y con mayor razón

jurídica en tratándose de personas menores de edad en conflicto con la ley penal, o sea

en los alcances legales así concebidos, por disposición del artículo 673 del COIP, debe

tener las siguientes finalidades:

“1. La protección de los derechos de las personas privadas de libertad, con

atención a sus necesidades especiales.

2. El desarrollo de las capacidades de las personas privadas de libertad para

ejercer sus derechos y cumplir sus responsabilidades al recuperar

completamente su libertad.

3. La rehabilitación integral de las personas privadas de libertad, en el

cumplimiento de su condena.

4. La reinserción social y económica de las personas privadas de libertad; y

5. Las demás reconocidas en los instrumentos internacionales ratificados por

el Estado.”

2.4. HIPÓTESIS

Las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de Adolescentes Infractores

CAI, afectan el cumplimiento de la finalidad del Sistema de medidas socioeducativas

contemplada en la artículo 77, numeral 13 de la Constitución de la República del

Ecuador.

17

2.5. SEÑALAMIENTO DE VARIABLES

2.5.1. Variable independiente

Las normativas: constitucional, del Código de la Niñez y Adolescencia, y del Código

Orgánico Integral Penal, que establecen un concepto de integralidad holística para el

Sistema de Rehabilitación Social de menores infractores.

2.4.2. Variable dependiente

La falta de esa institucionalidad del Sistema de socio-educación, rehabilitación y

reinserción social de Menores Infractores que no atiende los ámbitos integrales exigidos

por la normativa legal y constitucional existente en el país.

18

CAPÍTULO III

3. LOS CONTENIDOS SOCIOEDUCATIVOS INTEGRALES QUE

DEBEN AJUSTARSE A LA NUEVA CONSTITUCIÓN

3.1. LOS PRESUPUESTOS JURÍDICOS DE TUTELA A LA NIÑEZ

UNIVERSAL

Se ha vuelto un lugar común en el ámbito de estudio y análisis de las ciencias jurídicas

en torno a la niñez y adolescencia, que la Asamblea General de la Organización de las

Naciones Unidas, ha sido la impulsora de una especie de Derecho Universal en favor de

la niñez; y que esa tutela es, o se ha convertido, en el paradigma Universal de tales

Derechos, y para fundamentar esos supuestos paradigmas jurídicos, se menciona a la

Convención sobre los Derechos del Niño.

Pero, como dice la catedrática, e investigadora jurídica venezolana, Laura García

Leal, “cada vez se hace más necesario no perder de vista que las instituciones jurídicas

son expresión de realidades sociales y que es desde la comprensión de éstas y de los

cambios históricos que las nutren, que es posible construir un orden jurídico con

sentido justo…” (GARCÍA LEAL, 2011, pág. 3), por lo tanto, no se puede, o no se

debe, hacer abstracciones puras con las normas jurídicas y creer que su simple

formulación es la panacea de lo perfecto, de lo único, de lo total, universal e

incuestionable.

Por el contrario, las sociedades políticas, que son los Estados, dentro de las cuales

se hallan insertados todos los seres humanos hasta del último rincón del mundo, hoy

globalizado, son entes materiales objetivos que se integran por clases sociales en cuyo

contexto: un mínimo grupo es dueño absoluto y propietario de la riqueza mundial; y la

gran masa de los 7.000 Millones de seres que pueblan la Tierra, no tiene acceso a los

bienes ni medios de producción; y, de éstos, cerca de dos mil millones de personas vive

bajo los índices de miseria, al punto que, Ruth Alexander, en un reportaje para la BBC

19

(uno de los poderosos monopolios mediáticos del mundo globalizado) señala que “cada

quince segundos muere de hambre un niño alrededor del mundo” (Alexander, 2013).

¿Qué hace la “comunidad internacional” o los organismos supranacionales de

supuesta defensa a la niñez frente a esa realidad objetiva, si diariamente están muriendo,

solamente por hambre, 5.760 niños, por día, alrededor del mundo; lo que daría un

equivalente de 2’102.400 muertes infantiles al año, solamente a causa del hambre?

Como contraparte, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de

Estocolmo, el presupuesto anual de gastos armamentistas, de las principales potencias

mundiales, es muy cercano a los DOS BILLONES Y MEDIO DE DÓLARES (trillones

en el lenguaje numérico de Estados Unidos) $ 2’’464.000’000.000,oo. Si esa cantidad se

la dividiera para las familias de los 2’102.400 niños que mueren, por hambre, cada año

alrededor del mundo, correspondería a cada una la suma de más de un millón de dólares

por cada niño al año; suma que de por sí es una cantidad monstruosa, inimaginable,

cuando a esa gente, para no morir de hambre, les bastaría 365 dólares anuales. Pero

esos son los gastos militares sólo de Estados Unidos, que representa los gastos militares

anuales, de los quince países más militarizados del mundo, con lo que alcanzaría para

financiar por cincuenta y un mil trescientos setenta y cinco AÑOS, la comida de las

familias de esos niños que cada año se mueren por hambre.

Se puede apreciar, sin mucho esfuerzo, que para solucionar el problema de la

muerte infantil, por hambre, alrededor del mundo, y por cincuenta y un mil trescientos

setenta y cinco AÑOS, ya en la materia que ocupa a este trabajo de investigación,

bastaría una norma jurídica de la ONU, el máximo organismo de la supuesta

“gobernanza global”, que diga: “los gastos militares de este año, que corresponden a los

15 países con mayor presupuesto mundial sobre esta materia, se destinarán a dar

alimentación a los niños que, según la UNICEF, mueren por causa de hambre, alrededor

del mundo”.

Pero, como ninguna persona, y ninguno de esos niños va a vivir 51.375 años, se

puede ampliar la disposición jurídica en el sentido de que, ese dinero se lo utilice por el

lapso de cien años, o sea, apenas $1.875’190.259 (UN MIL OCHOCIENTOS

SETENTA Y CINCO MILLONES, CIENTO NOVENTA MIL OCIENTOS

20

CINCUENTA Y NUEVE DÓLARES, EN CIEN AÑOS); y, como el monto de esa

cantidad es tan monstruoso, el saldo se podría destinar a inmensos programas de

desarrollo sustentable a fin de que salgan de la pobreza, los 1.500 millones de personas

que viven en tales condiciones alrededor del mundo.

A primera vista se puede notar que una norma semejante, tan fácil como operativa,

es imposible que se la haga, y que ni se la imagine siquiera, en los cenáculos del

máximo organismo de gobernanza global que es la Organización de las Naciones

Unidas –ONU–, junto a sus “organismos técnicos especializados”, entre los que se

destacan (por su fuerza y potencia para controlar el mundo): el Fondo Monetario

Internacional –FMI–, el Banco Mundial –BM–, la Organización Mundial de Comercio –

OMC– y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual –OMPI–. En materia de la

niñez se tiene a la UNESCO, por sus siglas en inglés: United Nations Educational,

Scientific and Cultural Organization; que traducido al castellano significa

“Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura”.

En esta parte del análisis debe surgir una interrogante obvia, natural e indiscutible

para los supuestos de la lógica jurídica:

¿Por qué a los sabios organismos que tienen en sus manos la “gobernanza global”

no se les ha ocurrido establecer una norma semejante, o parecida a la que se ha

ejemplificado, siendo tan lógica, tan razonable, tan correcta, tan sensata, tan evidente y

fácil?

Y la respuesta sale de esos ámbitos “puros” de la supuesta lógica jurídica (también

“pura”) porque se relaciona con los verdaderos intereses económicos, geopolíticos,

dominantes, utilitarios, pragmáticos y hasta expoliadores de la humanidad, que se hallan

detrás del armamentismo. Es por ello que el abogado-escritor Romaín Gary, ilustre

diplomático judío-lituano –es decir de origen ruso; de allí su pseudónimo–, en su ensayo

que, como alegoría satírica, lo titula “El Hombre de la Paloma”, escrito allá por el año

de 1958, con respecto a la “necesidad de existencia de la Organización de las Naciones

Unidas”, señala:

Para las Naciones Unidas no es indispensable resolver los problemas.

Naturalmente hay que intentarlo. Pero, para nosotros, se trata menos de

21

resolver los problemas que de poder durar más tiempo que ellos. Nuestro

objetivo supremo es la supervivencia. Aun cuando, sin resolver los

problemas, logremos sencillamente sobrevivir a pesar de ellos, al cabo de

cincuenta años se empezará a decir que las Naciones Unidas han logrado

grandes cosas… (ROMAIN, 1984, pág. 3)*1

Los hechos son tozudos, decía el escritor guatemalteco-español Miguel Ángel

Asturias (Asturias, 2009) con respecto a las ventas de armas y al armamentismo; y, hoy,

por ejemplo, ante una masacre supuestamente “terrorista” cometida en Estados Unidos

(una más de tantas), toda vez que ese país está en plena campaña electoral al tiempo de

elaboración del presente trabajo, los candidatos del Partido Demócrata levantan la

bandera de regulación (no prohibición, sino únicamente cierta regulación) de la venta

de armas; y, contra semejante propuesta, hacen coro los propietarios de las empresas

fabricantes de armas, sus comercializadoras y los políticos que las representan, que

básicamente se hallan situados en el “Tammany Hall”*2 del Partido Republicano, no

solamente para oponerse, sino hasta para manifestar que esa masacre estuvo justificada;

además, alguien que funge de Pastor Evangélico, incluso, llegó a afirmar que “ojalá

hubiesen matado a más”.

Ya se puede tener, entonces, el marco ideológico-conceptual y material-objetivo de

la llamada “gobernanza mundial”: no se trata de resolver los problemas a través de esa

Institución Universal, eso no es necesario ni indispensable (como se dice en la cita), se

trata de sobrevivir institucionalmente, a nivel globalizado, de ejercer la dominación y el

control del mundo y de “lograr grandes cosas”, aunque, por lo visto, esas “grandes

cosas”, nada tengan que ver con la satisfacción de las necesidades de los pueblos, ni de

evitar que mueran un niño del Planeta, cada quince segundos. De allí que, Arnaud Blin

y Gustavo Marín, en una obra preparada para el Foro por la Nueva Gobernanza

Mundial, señalen:

1 NOTA PERSONAL: las negrillas son del autor

2 NOTA PERSONAL: El célebre Thammany Hall es una especie de asociación paralela a la

institucionalidad política de los Partidos en Estados Unidos (organización casi clandestina de élite económico-financiera) a donde se puede ingresar en base a considerables aportes económicos, para el sostenimiento de las campañas electorales y las empresas de “marketing político”. Es este entramado “asociativo” el que oficialmente realiza el llamado “Lobby Político”. Allí se decide el precio de las campañas, el precio de las candidaturas, el manejo de las llamadas “Primarias”, el derecho al voto, etc. Es una especie de “pre-requisito” ser miembro de un “Tammany Hall” para poder tener acceso a alguno de los Partidos Políticos oficiales de ese país: el partido Republicano y el Partido Demócrata.

22

Desde su creación al final de la Segunda Guerra Mundial, la ONU se ha

afirmado como uno de los pilares de la nueva gobernanza mundial de la

posguerra. Podemos decir incluso que, en el plano institucional, la

Organización de las Naciones Unidas constituye el pilar de la gobernanza

mundial, puesto que ninguna otra organización internacional puede competir

con ella, tanto a nivel de tamaño como de legitimidad o ambiciones… (Blin

& Marín, 2008, pág. 5)

Concatenando las circunstancias ejemplificadas a propósito de la masacre,

denominada “terrorista” que se ha producido en Estados Unidos, y con el supuesto de

una disposición que emanara de aquel Organismo Supremo de Gobernanza Mundial,

como es la ONU, ordenando que solamente el presupuesto de un año, de los gastos

militares de aquellos quince países que más gastan en armamentos durante un año, se

empleen en salvar las vidas de los niños que mueren, por hambre, alrededor del mundo

(aunque se podría, emplear, con suficiencia en otras necesidades básicas como:

alimentación, cultura, educación, vivienda, vestuario, etc.), ya se podría imaginar el

escándalo mediático que se formaría ante la simple propuesta de que por un año, no

gasten en armamentismo aquellos 15 países: levantaría sus voces contrarias todas las

empresas productoras de armas y todos los sectores industriales, financieros,

comerciales y hasta científicos, porque buena parte de la investigación científica gira

alrededor de la industria de la guerra, de la muerte y de la destrucción.

De allí la necesidad de vincular, siempre, la investigación jurídico-normativa, con

las realidades explícitas y evidentes, para descubrir el trasfondo de los intereses:

económico-sociales, financiero-armamentistas, jurídico-políticos geo-estratégicos y

hasta ideológico-religiosos que están detrás, que se mueven en su interior y que

determinan los contenidos de aquellas normas jurídicas, como enseña la doctora Laura

García Leal (Cit. SUPRA).

Entonces, de primera vista y como uno de los asuntos más evidentes que se

presentan a los ojos del estudioso y analista jurídico más o menos advertido es: ¿Por qué

una organización que al realizar su Foro de Gobernanza Mundial, afirma en sus

documentos oficiales: que no está para resolver los problemas (porque esta no es una

misión indispensable; aunque tendría que intentarlo); y bajo semejante confesión –de

23

que no está para resolver los problemas– promueve una Asamblea Mundial, tendiente

a establecer una Convención Mundial para una, supuesta, tutela de los Derechos de la

Niñez en todo el Planeta?.

Es de entrever que tanto para tratar la interrogante propuesta, como a todas las

temáticas de la ONU, y a sus decisiones por supuesto, habrá que mirarlas con una dosis

de escepticismo, y con alto sentido crítico si no se quiere caer en las trampas del

eufemismo jurídico, del normativismo “puro”, de la supuesta “ciencia pura del derecho”

ni de las valoraciones simplistas, abstractas (gramaticales) de esos contenidos

normativos. Por alguna razón extra-jurídica es que la Teoría Pura del Derecho, se

difundió con fuerza desde los Estados Unidos, hasta posicionarse como “ciencia”

jurídica, a partir de la década de 1940; y hoy se la impulsa como mecanismo

institucional globalizado de estudio, poniendo el contenido de las normas jurídicas al

margen de la realidad.

De allí que no se debe olvidar, jamás, la advertencia profunda de la doctora Laura

García Leal, que bien vale repetirla: “cada vez se hace más necesario no perder de vista

que las instituciones jurídicas son expresión de realidades sociales y que es desde la

comprensión de éstas y de los cambios históricos que las nutren, es posible construir un

orden jurídico con sentido justo…” (Cit. SUPRA). Entonces, frente a las realidades

objetivas que se desprenden de aquel Instrumento del Derecho Público Internacional,

confeccionado como parte de la Gobernanza Global de la ONU, caben dos interrogantes

con pertinencia a esta investigación:

¿Qué hay detrás de la Convención Internacional sobre los Derechos del

Niño, resuelta por la Asamblea General de la Organización de las Naciones

Unidas, y aprobada el 20 de noviembre de 1989, como Resolución N°

44/25, en medio de la gran embestida del neoliberalismo a escala mundial,

de la cual el Ecuador fue uno de los primeros en ratificarla, junto a Argelia,

Colombia, Albania, Alemania, Chile y Angola?; y,

¿Por qué Estados Unidos, país promotor y sede de la mencionada Asamblea

de la ONU en que se aprobó dicho Instrumento, no lo ha suscrito ni lo ha

ratificado, si es una Convención que, se supone, tiene tanta trascendencia y

24

beneficio para la niñez de todo el mundo, incluyendo, claro, la de ese

país?*3

No es posible responder las interrogantes planteadas en toda su dimensión jurídica,

con la respectiva profundidad y las consecuencias que de ese sistema de dominación

globalizada uni-hegemónica se deriva; pero, en torno al problema que concierne a este

trabajo, sí se pueden constatar los hechos precedentes y las experiencias fácticas de este

nuevo ordenamiento jurídico-global que se ha impuesto en torno a la niñez, pues, el

único medio de conocimiento esencial de la juridicidad, o de epistemología jurídica, es

la confrontación de las normas con los hechos.

Ya los antiguos griegos dividieron los ámbitos del conocimiento (que por entonces

era una generalización filosófico-cognoscitiva) en tres categorías, comenzando por: 1.

La lógica o teoría de la ciencia –en cuya disciplina incluían a La Retórica, que así se

llamaban por entonces las ciencias jurídicas– y cuyos lineamientos han sido recogidos

por una de los más grandes epistemólogos contemporáneos como es Karl Popper; 2. La

física o ciencia sobre las cosas del mundo; y, 3. La ética o ciencias de la conducta; bien

entendido que todo este conocimiento filosófico formaba parte holística de la realidad

total, del universo como un conjunto completo, y de los conocimientos sobre él.

Por ello, si al conocimiento de las ciencias jurídicas no se lo vincula con los hechos

a los que se pretende asignarles un efecto jurídico, por medio de las normas legales-

positivas, no se puede tener una objetividad cognoscitiva ni un real conocimiento

científico. Corresponde, entonces, saber cuáles eran las realidades fácticas que

impulsaban a la supuesta “Comunidad Internacional” a preocuparse por los problemas y

por la situación jurídica de la niñez, a nivel globalizado, más allá de los eufemismos y

de las formalidades instrumentales, como los referentes de ciertas Declaraciones

anteriores o las preocupaciones de ciertos personajes, como Eglantyne Jebb, quien,

impresionada por las secuelas de la Primera Guerra Mundial, especialmente para la

3 NOTA PERSONAL: En términos generales Estados Unidos no ha reconocido ni suscrito

ninguno de los Tratados, Convenios, Pactos e Instrumentos Internacionales. Como potencia hegemónica sólo impone dichos Instrumentos, pero no los reconoce ni los suscribe, con lo que, siempre, se pone al margen de la denominada Comunidad Internacional, para someterse a ella; pero, en cambio, asume las sedes, los financiamientos paralelos o extrajurídicos, para imponer condiciones, administradores, contralores y todos los mecanismos de sometimiento a otros países.

25

infancia, promueve a nivel de la que entonces era la “Liga de Naciones”, La

“Declaración de Ginebra de 1924”, con apenas cinco artículos referidos a: 1.

Normalidad del Desarrollo material y Espiritual; 2. Alimentación a los Niños

Hambrientos; 3. Socorros en casos de emergencia; 4. Capacidad para ganarse la vida

(es decir institucionalización del trabajo infantil); y, 5. Educación. Claro que ninguna

de esas referencias declarativas tenía fuerza vinculante, ni siquiera para los Estados que

en ese tiempo formaban la susodicha Liga de Naciones.

Entonces: ¿Qué pasaba a nivel globalizado, en las décadas de 1970 y 1980,

anteriores a la Declaración Universal sobre los Derechos del Niño; aparte de la

profundización de la Guerra Fría; la promoción de la que se denominó “Guerra de las

Galaxias” porque utilizaba los rayos laser para fines militares, con los que se podían

destruir Regiones Enteras y Continentes de La Tierra, desde un satélite colocado en el

Espacio; y, aparte de la institucionalización de un Gobierno Invisible Globalizado que

lo ejercerían empresarios privados, en 1973, –denominado La Trilateral– e integrado

por los más grandes propietarios de Sociedades Multi-Nacionales –SMNs– de Europa,

Estados Unidos y Japón?

En materia específica de los llamados “problemas de la niñez” ocurrían dos

fenómenos matrices y preocupantes para ese Gobierno Invisible:

a) Por una parte: Con la promoción de patrones de comportamiento

globalizado que se impulsaron desde la década de 1960: liberalización

sexual, promoción de la droga a través de gigantescas empresas –caso de

Woodstock, en Nueva York, durante toda una semana, del 14 al 19 de

agosto de 1969, como el más notorio; y su promoción a nivel mundial, con

una película filmada, en vivo, mientras se desarrollaba el evento–;

promoción del Pandillaje juvenil (y la correspondiente delincuencia) –a

través de otras sendas películas; como “Rebelde Sin Causa”, “West Side

Story” (La historia del otro lado de Puerto Rico, Manhattan, donde las

pandillas gozan de “libertad” y de lujos como parte del “American Way of

Life” o “estilo de vida americano”), etc.; pero esta corrupción juvenil,

debidamente impulsada y planificada por los Centros de Poder

Ideológico y de espionaje –como la CIA– se le fue de la mano al sistema

26

o excedió lo que esperaban; o mejor: era lo que esperaban, pues había

logrado desviar a la juventud de sus objetivos de vida y de cambio para

sus pueblos. Entonces, había que reprimirlos, que criminalizarlos; y,

b) Por otra parte: La existencia inminente y amenazadora de una “sociedad

envejecida” o sociedad de viejos, especialmente en el “Viejo Continente”

(Europa), fenómeno al que se denominó “El Ocaso Demográfico” con más

población de mayores adultos que de niños (92.2 Millones de mayores de 65

años; ante 13.1 millones de menores de 15 años). Mientras tanto, en los

Países Subdesarrollados como entonces se los denominaba, porque los

centros del Poder Mundial todavía no habían acuñado la frase de “Mundo

Sur”, para referirse a todo aquel bloque de Estados Empobrecidos y

expoliados por las multi-nacionales, la situación demográfica era

totalmente distinta: se trataba de continentes jóvenes, con mayor

población infantil y de adolescentes que de adultos y viejos. Había,

entonces, que transferirlos, jurídicamente, hacia donde los necesitaban.

Para zanjar los problemas descritos, se implementó la Convención sobre los

Derechos del Niño, la misma que, frente a las realidades descritas, cumple esos dos

objetivos básicos:

Criminalizar a los menores de edad, rompiendo el principio jurídico

universal de inimputabilidad que los favorecía, en vista de que son

incapaces en términos civiles y sus actos son de nulidad absoluta hasta su

pubertad; y, sus actos pueden ser ratificados por sus representantes, en su

adolescencia, es decir, si los han realizado luego de cumplida el período de

su pubertad; y,

Legalizar la trata universal de menores: así, los obtienen desde los Países

Subdesarrollados, por medio de las adopciones, rompiendo la sistemática

jurídico-tradicional del Código Civil, para obligar a que dichos países

introduzcan en sus legislaciones internas la Adopción Irrevocable, y

definitiva, borrando todo vínculos jurídico con su familia consanguínea, e

incluso, desapareciendo de los Registros Administrativos de los Estados –

como el Registro Civil en el caso de Ecuador– y borrando todo vestigio de

su historial consanguíneo y de su nacencia.

27

El Ecuador no tardó en adherirse a tales principios criminalizantes en contra de los

menores, y, aunque de palabra se menciona que son inimputables, en el fondo, bajo la

figura jurídica de adolescente infractor, u otra frase más dulce y actual como “menor en

conflicto con la ley penal”, en la práctica, convierte a las personas de menor edad, en

verdaderos sujetos imputables de delitos, al punto que dentro del sistema policial penal

que existió en el Ecuador, hasta la vigencia del COIP, toda la institucionalidad de

persecución, juzgamiento y la supuesta “rehabilitación social” o “socioeducación”,

estaba en manos policiales o instituciones privadas –ONGs– que habían hecho

convenios con el Estado y el respectivo Ministerio de Policía.

3.2. LAS PRÁCTICAS INSTITUCIONALES SOBRE LAS QUE DEBE OPERAR

EL SISTEMA Y LOS PROCESOS DE SOCIOEDUCACIÓN

Se debe comenzar planteando una serie de interrogantes que convergen hacia un solo

plano u horizonte jurídico-conceptual, pues como se ha indicado en el subtema anterior,

el hecho de que se le denomine a una persona “Adolescente Infractor” –INFRACTOR

de la ley Penal– significa que esa persona es sujeto RESPONSABLE de un hecho o de

una conducta infraccional; y que, por lo mismo, se la reputa como capaz de asumir esa

RESPONSABILIDAD PENAL, aunque, declarativamente, como se hace en el artículo

305 del Código de la Niñez y Adolescencia se diga: “los menores de edad son

inimputables”. Este eufemismo lingüístico, y simplemente vocativo*4, no cambia la

esencia conceptual de la real y verdadera imputación de una responsabilidad penal.

Por consiguiente, y como requisito cognoscitivo esencial para analizar lo intrínseco de

los supuestos –materiales y jurídicos– de la socioeducación, han de formularse estas

interrogantes:

4 NOTA: El vocativo es un recurso gramatical, sintáctico, lingüístico, lógico-expresivo,

recursivo y hasta FALAZ –pues según Aristóteles existen falacias vocativas o expresivas– que, en el fondo, se le puede suprimir y no altera para nada el contenido real de los significados, ni de la proposición, ni de la idea, o del juicio; en cambio, bajo determinadas circunstancias, puede ser falaz, imperativo –ordenador, de mando, enervador de las voluntades, etc.– y, crear falsas apreciaciones de la realidad o mover la voluntad a: aceptar la apariencia como realidad, o incluso, realizar actos que, bajo condiciones o circunstancias normales, no los realizaría. Este ejemplo de Freud es significativo: como cuando la mujer, en el entorno del acto sexual dice a su pareja: “mi vida: te acuerdas de ese collar que vimos en el Almacén de madame René… ¿Me lo compras?; o cuando el maestro en sus clases, ante una observación de inexactitud de sus aseveraciones, dice: “si lo formuló Einstein, luego es exacto”.

28

¿En qué cambia la esencia –LA ESENCIA– de la conceptualidad jurídica

con respecto a esa imputabilidad fáctica, real y objetiva que se asigna a

los llamados adolescentes infractores o “en conflicto con la ley penal”, esas

simples denominaciones externas y formales?

¿O es que un sujeto activo de cualquier infracción penal, es decir cualquier

persona IMPUTABLE de delito, no está “en conflicto con la Ley

Penal”?

¿O quizás, tal vez, ese mismo sujeto mencionado como ejemplo en la

interrogante anterior, no es un “joven o adulto INFRACTOR”?

¿En qué se diferencia LA IMPUTABILIDAD, de una “adulto infractor” con

la de un “adolescente infractor”?

¿En qué consiste la diferencia substantiva, ESENCIAL, de la

responsabilidad penal de un “adolescente infractor”, con la de un “adulto

infractor”?

¿Por qué a un “adolescente infractor” se le procesa penalmente, si se parte

del supuesto –FALSO– de que es “inimputable”?

¿En qué se diferencia los cargos típico-penales que se hacen a un

“adolescente infractor” de los cargos sobre la conducta típica de un “adulto

infractor?

Y PARA NO ABUNDAR MÁS: ¿En qué se diferencia la sentencia PENAL

que se dicta contra los “adultos infractores”; de aquella que condena a los

“adolescentes infractores?

Se suele decir que al primero, a los “adultos infractores”, les impone

una “pena” –que implica rehabilitación y reinserción social–; mientras

que a los adolescentes infractores se les sentencia, PENALMENTE, con

“medidas socio-educativas” –que también implican rehabilitación y

reinserción social–; PERO: ¿En qué se diferencia la “pena” del adulto

infractor, de las medidas “socioeducativas” del adolescente infractor, si,

ambos, deben cumplir la sentencia en establecimientos de internamiento –

aunque también, para ambos, existen medidas alternativas–; y el adulto

infractor también está obligado a tomar medidas socioeducativas, como

parte del cumplimiento de su condena?; o,

29

Finalmente: ¿En qué se diferencian la “medidas socioeducativas” de los

adultos infractores; de las “medidas socioeducativas de los “adolescentes

infractores” “en conflicto con la ley penal”?

Las interrogantes pueden seguir abundando “ad infinitum”, porque la raíz del

problema no radica en la formalidad de las denominaciones, ni en las declaraciones

vocativas, sino en su materialidad objetiva, que expresa lo intrínseco –lo fundamental

del problema; y, en esta parte, nuevamente, hay que remitirse a la doctora Laura Leal

(Cit. SUPRA) no es la norma en sí la que determina los hechos de la realidad o los actos

de los sujetos titulares de él, sino la confrontación de las declaraciones normativas con

las realidades sociales.

Por consiguiente: no basta con decir que a “los delincuentes” se les impone

determinadas penas, en las sentencias penales; mientras que a los “adolescentes

infractores”, solamente (sic!) se les aplica “medidas socioeducativas” que las

pueden cumplir en “Centros de Adolescentes Infractores” –CAI–, donde, al igual

que los adultos, deben permanecer internados, privados de su libertad, separados

de sus familias y bajo un régimen idéntico, similar o análogo a los “Centros de

Rehabilitación Social” de las personas adultas.

Esos son los hechos evidentes, más allá de las declaraciones o enunciados

vocativos, pues, ambos centros de internamiento, privan a los individuos de su libertad;

y si bien suponen distintos regímenes –de “rehabilitación social”, para los adultos; y de

“socioeducación” para los adolescentes infractores, tal “socioeducación” está

encaminada, precisamente a la rehabilitación social de los adolescentes infractores y a

su reinserción social, del mismo modo, aunque con mayor complejidad y

responsabilidad estatal, en este último caso.

Con estas premisas, que ubican los ámbitos jurídico-conceptuales de la materia que

se investiga, para evitar los juegos de palabras y para que éstos no traten de imponer

conceptos falsos ante realidades palmarias, se puede determinar en qué, realmente,

consiste, o debe consistir, la socioeducación –de las personas adultas y de los

“adolescentes infractores” o “en conflicto con la ley penal”– y cuáles serían, o debieran

ser, las medidas de rehabilitación y de reinserción social y familiar, a las que también

30

tienen Derecho, tanto las “personas adultas infractoras de la ley penal”, como los

“adolescentes infractores” y/o “en conflicto con la ley penal”.

Es muy claro que toda persona que ha recibido una sentencia penal, pasa a la

calidad o condición jurídica de DELINCUENTE, por mucho que en el entorno global de

Derechos Constitucionales, se disponga que ninguna persona debe ser discriminada, por

ninguna causa, motivo o razón. Pero, el hecho real y objetivo es que una persona ya

reputada como delincuente, –es decir: que ha recibido una sentencia penal–, queda

con un prontuario que le acompañará por todo el resto de su vida; y si el acaso, la

casualidad o un problema accidental –o hasta involuntario– le lleva a tener un

nuevo “conflicto con la ley penal”, será una persona REINCIDENTE. Esto es lo que

dispone la ley, y concretamente el Código Orgánico Integral Penal –COIP– en sus

artículos 77 y 100; y esto, sin tomar en cuenta la carga jurídica-conceptual de “los

antecedentes policiales” como una forma institucionalizada de estigma penal.

Por consiguiente, si se toma en cuenta, de manera seria lo que se acaba de plantear

en el inciso anterior, se verá que no es un problema la simple declaración –incluso

constitucional o normativa expresa–, acerca de que “no se discriminará a las personas”;

el hecho es que alguien sentenciado penalmente –sea “adulto en conflicto con la ley

penal”; o “adolescente en conflicto con la ley penal”– debe ser rehabilitado y

reinsertado a su medio social y al de su familia. Es necesario, en consecuencia, que se

analice, de forma seria y objetiva, cómo ha de darse esa rehabilitación y reinserción

en términos materiales concretos, tanto más, si se trata de “adolescentes infractores” o

“menores en conflicto con la ley penal”, porque son personas que se hallan ante

situaciones de doble vulnerabilidad.

Se han de materializar, en su realidad concreta, en su integralidad máxima y en su

efectividad y eficacia objetivas: los supuestos Principios Universales de tutela especial

para los Derechos de niñas niños y adolescentes; tratándolos como a personas que, al

entrar en conflicto con la ley penal, se convierten en sujetos de doble vulnerabilidad, a

tiernas edades, en las que necesitan una atención integral superlativa, para que las

institucionalidades del Estado, no dejen de cumplir sus responsabilidades completas,

conforme a expresos mandatos normativo-constitucionales.

31

Entonces, para determinar la manera real y efectiva en que se cumplen los

postulados de la socioeducación para los adolescentes infractores o en conflicto con la

ley penal, es indispensable establecer cuáles han de ser los contenidos de esa

socioeducación, sus alcances verdaderos, los ámbitos de aquella formación integral y

todo el entorno sistemático-institucional que todas las instituciones del Estado deben

cumplir, de acuerdo con los mandatos constitucionales y con las disposiciones de las

leyes, planificaciones, proyectos y programas que fueren inherentes.

Para dicho efecto, se debe entender que si bien cada individuo, es decir, cada

adolescente infractor es un universo, también es, al mismo tiempo, un producto social,

un ente en el que se refleja el mundo que le ha rodeado, el mismo que está constituido

por la base social en que se ha desenvuelto, por el medio social próximo-concreto y por

todo el bagaje de la superestructura estatal que, en el fondo, es lo determinante en todos

sus procesos bio-psicológicos: sensaciones, percepciones, emociones, sentimientos,

inteligencia, memoria, talante y personalidad –factores que determinan su YO integral–;

pues, como dice Víctor A. Giorgi, Presidente del Instituto del Niño y Adolescente de

Uruguay, citando a su coterráneo, el psicólogo Juan Carlos Carrasco:

“… no podemos desconocer que cada época, cada cultura} y cada enclave

social, proporciona imágenes, valores, modelos, zonas de permisibilidad y de

prohibición; habilita experiencias y produce significados en torno a ellas,

todo lo cual contribuye a la producción de una subjetividad singular.

“Esto ha llevado a la psico educación a ampliar sus fronteras incluyendo la

interacción con aspectos sociales y culturales, procurando la aprehensión de

cada hecho y proceso psicológico como fenómeno total, globalizador del

hombre de su mundo (CARRASCO, 1989)… [y agrega]: Esta postura se

articula con los enfoques actuales que proponen al sistema socioeducativo de

interacciones conformado por el ser humano y su entorno como una unidad

de análisis inseparable.

“Época, cultura y lugar social pasan así a ser tres coordenadas centr4ales en

todo abordaje de la subjetividad cognoscitiva humana” (GIORGI, 2010, pág.

7)

32

No basta, como se puede apreciar, con impartir a un adolescente infractor de la

supuesta educación curricular a que tiene derecho intrínseco y de la que no debiera

prescindir ningún Estado, sino ayudarlo, realmente a que supere sus situaciones de

doble vulnerabilidad, por las condiciones y circunstancias en las que se halla inmerso, a

cuyo respecto, María José Becerra M., junto a Felipe Bahamondes y David Sánchez, en

un informe recopilado para la Junta Nacional de Jardines de Infantes de Chile, anotan

que

Desde muy temprano, en la vida de un infante se recogen experiencias y

memorias, y es a través de ellas que los niños y niñas otorgan un sentido

significado y significado a su mundo. Heckman (2006) dice que un niño o

niña está afectado por el ambiente en el que vive ya que este impacta desde

el desarrollo neuro-psíquico del cerebro hasta su capacidad de empatía.

Dicho impacto es relevante debido a la educación temprana, que da un

mayor valor a las habilidades obtenidas y genera una mayor tasa de retorno

al capital humano invertido, de manera comparativa con la educación

primaria, secundaria y superior. Muchas de las desigualdades que se

presentan en la sociedad se deben a inadecuados sistemas relacionales y de

estimulación desde la infancia ya que la carencia de habilidades genera una

pérdida de ventajas en mayor magnitud que la carencia de recursos

financieros. (Becerra & Otros, 2008, pág. 21)

Ahora, es muy claro que se ha avanzado mucho en esta materia de atención a los

adolescentes infractores, y que todo el sistema institucional de este nuevo Estado de

Derechos y de Justicia Social implantado en el Ecuador, ha emprendido gigantescos

proyectos de educación de la infancia en todos los niveles: desde la estimulación

temprana de neonatos, pasando por la educación parvularia hasta la secundaria completa

e incluso la profesionalización de tercer nivel, con gratuidad, –esto frente al millón

doscientos mil niños y adolescentes que quedaban fuera del sistema educativo en el

primer quinquenio del presente siglo: Cfr.: (PREAL, 2006)– pero, el sistema

socioeducativo para la rehabilitación y la resocialización de los adolescentes infractores

–cuyo efecto pasa por su “socioeducación”– todavía resulta insuficiente, en vista de las

condiciones institucionales que no aciertan a brindar la integralidad de una asistencia

que permita superar las deficiencias cognoscitivas y de personalidad –bio-psico-

sociales– que afronta este sector poblacional con doble vulnerabilidad, entendiendo que

33

La educación inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite

abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los

educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje, las

actividades culturales y comunitarias y reducir la exclusión dentro y fuera

del sistema educativo. Lo anterior implica cambios y modificaciones de

contenidos, enfoques, estructuras y estrategias basados en una visión común

que abarca a todos los niños en edad escolar y la convicción de que es

responsabilidad del sistema educativo regular educar a todos los niños y

niñas. El objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al amplio

espectro de necesidades de aprendizaje tanto en entornos formales como no

formales de la educación. La educación inclusiva, más que un tema marginal

que trata sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza

convencional, representa una perspectiva que debe servir para analizar cómo

transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con el

fin de responder a la diversidad de los estudiantes. El propósito de la

educación inclusiva es permitir que los maestros y estudiantes se sientan

cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como

un desafío y una oportunidad para enriquecer las formas de enseñar y

aprender… (UNESCO, 2008, pág. 14)

Por consiguiente, y toda vez que en el Ecuador se halla vigente un Estado de

Derechos y de Justicia Social, con un régimen jurídico en el que todas sus normas deben

ser de inmediata y directa aplicación, bajo los principios de igualdad, inalienabilidad,

irrenunciabilidad, indivisibilidad, interdependencia e igual jerarquía; en el contexto

jurídico del presente trabajo de investigación se deben analizar no solamente aquellos

“modelos inclusivos” de educación propuestos, aprobados y delineados por la

UNESCO, sino la integralidad holística de un Sistema que tienda, a formar las

identidades de tales adolescentes, que se hallan en situaciones de doble vulnerabilidad,

para que puedan lograr una incorporación a los ámbitos materiales y alcanzar los

objetivos del Buen Vivir.

34

3.3. LOS MODELOS QUE DEBEN SER FORMADORES DE IDENTIDADES EN

LA DIVERSIDAD ACORDE CON EL RÉGIMEN DEL BUEN VIVIR

Para tratar este ámbito como subtema de “los contenidos socioeducativos integrales que

deben ajustarse a la nueva constitución”, ya como modelos formadores de identidad, la

misma que debe darse en un ambiente real de diversidad –económica, social, cultural,

conductual, ética, costumbrista, educativa, de lenguas y de lenguajes, etc., y todo

aquello inscrito dentro del amplio concepto jurídico-material del Buen Vivir, es

necesario plantearse algunas interrogantes básicas:

¿Cómo se forma la identidad del sujeto individual con el grupo social o

frente a dicho Grupo?

¿Qué significa formar la identidad en una persona de menor edad –

infantes, niños, adolescentes–, y aun en jóvenes, de una sociedad –vale

decir de un Estado– en la que se crean y desarrollan las estructuras y

superestructuras?

¿Cómo conceptualizar, articular, canalizar, trazar, planificar y ejecutar esa

formación de identidad, tanto más si se trata de adolescentes infractores o

“en conflicto con la ley penal”?

¿Hasta dónde han de llegar los niveles de responsabilidad social –de ese

Estado– que se hallan constitucionalmente determinados, para atender la

doble vulnerabilidad de los (as) adolescentes infractores –o en conflicto con

la ley penal– y formar su identidad?

¿Cómo ha de entenderse la formación de identidad, en la diversidad, toda

vez que el Estado ecuatoriano es unitario, intercultural y plurinacional;

basado en una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y

armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, pero como expresión

del Sumak Kawsay?

Se ha manifestado, y demostrado, en el subtema anterior, que cada adolescente

infractor es un universo, pero que también es, al mismo tiempo, un producto social, un

ente en el que se refleja el mundo que le ha rodeado; ahora corresponde determinar

cómo es que cada individuo, cada persona –y lo que es más cada niño (a) o adolescente–

35

son productos-reflejos de su mundo exterior, de su sociedad, de su Estado, institución

llama da a normar, regular, organizar, planificar y ejecutar todas las políticas públicas,

en torno a la economía, a los modos de producción de esa economía, a las relaciones de

producción dentro de esa base económica; y a establecer TODA la superestructura:

ideológica, cultural, educativa, del Ethos o Valores, e incluso de las creencias religiosas;

dentro de la cual, han de inscribirse las vidas y vivencias de las familias, de los grupos

comunales o comunitarios, de las sociedades o asociaciones locales, territoriales y de

vecindad, etc.

No es lo mismo la convivencia dentro de una sociedad predominantemente

ruralizada, como ocurre bajo el imperio del Modo de Producción Feudal, donde cada

feudo es prácticamente autárquico en el que se impone la voluntad del amo feudal o

dueño del latifundio, que la convivencia dentro de una sociedad burguesa –de lugares

donde se asientan los burgos: propietarios de comercios, agencias financieras,

incipientes industrias, artesanías, servicios; predominantemente citadinos, donde se

desarrollan la urbes–; y que luego se transformará en las grandes metrópolis que

predominan en el mundo globalizado actual.

A ese sistema institucional que se genera por efecto de los modos de producción

predominantes –esclavista, feudal o burgués-capitalista– es a lo que se denomina la

BASE SOCIAL, instituida, pues, por los modos de producción y por las relaciones

sociales de producción que se generan en cada uno de ellos; y que determinan una

forma específica, particular y propia de relaciones sociales en cada sistema o modo de

producción. Así:

a) Dentro del modo de producción esclavista, las relaciones sociales

predominantes serán entre paterfamilias –que significa ser PROPIETARIOS

DE ESCLAVOS; y no “padres de familia” bajo la conceptualización

jurídico-material del mundo moderno– y los esclavos que son propiedad o

patrimonium de aquél*5;

b) Dentro del modo de producción feudal, las relaciones sociales

predominantes que determinan la estructura misma de la sociedad entera, se

5 NOTA: En efecto, “pater est PATRIMONIUM” según consta en el Digesto, al decir de

Guillermo Cabanellas, en su Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual: (Cabanellas, 2012, pág. 158)

36

dan entre los amos propietarios de los feudos –gigantescas extensiones de

tierras, que, por ejemplo, en el caso del Ecuador abarcaban hasta varias

provincias enteras, como el feudo de Vicente León, que se extendían en

ámbitos territoriales de lo que hoy son las provincias de Cotopaxi,

Tungurahua y parte de Bolívar; al punto que en tiempos de la República

llegó a denominarse “Provincia de León”–; y los siervos de la gleba, que en

el caso ecuatoriano eran los “indios huasipungueros”; y,

c) Dentro del modo de producción capitalista, o burgués –en referencia a Los

Burgos que se mencionaron anteriormente–, las relaciones sociales

predominantes se dan entre los propietarios o dueños de capitales –

constituidos por industrias, establecimientos de comercios o de servicios y

del sistema financiero–; y toda la masa de asalariados, quienes no

disponen de otro modo de vida que la de obtener algún peculio, para su

subsistencia, por medio del arrendamiento de su fuerza de trabajo.

¿Dónde quedan, entonces, las familias, que se supone, son “la célula fundamental

de la sociedad”*6, como se consignaba en todas las constituciones anteriores, se sigue

enseñando en todo el sistema educativo-curricular; y hasta se impone cognoscitivamente

a través de todos los sistemas mediático-culturales y religioso-perceptivos?

Pues, aquella, y supuesta, “célula fundamental de la sociedad”, no viene a ser más

que el producto de los señalados sistemas económico-sociales, determinados por los

modos de producción y las relaciones sociales de producción que se dan, y que son

inherentes, para generarse dentro de cada sistema. Las familias y las relaciones de

pareja, dentro de esos sistemas económico-sociales, históricamente determinados, han

tenido el mismo, o similar, proceso evolutivo que los modos de producción, a través de

esa historia humana. Así:

6 NOTA: Entre otras disposiciones constitucionales, y como simple muestreo, es fácil encontrar

la del artículo 37 de la Constitución de 1998, que rezaba: “El Estado reconocerá y protegerá a la familia como célula fundamental de la sociedad y garantizará las condiciones que favorezcan integralmente la consecución de sus fines. Esta se constituirá por vínculos jurídicos o de hecho y se basará en la igualdad de derechos y oportunidades de sus integrantes.”; o el artículo 32 de la Constitución de 1978, que comenzaba manifestando: “El Estado protege a la familia como célula fundamental de la sociedad y le garantiza las condiciones morales, culturales y económicas que favorezcan la consecución de sus fines”. Estas son disposiciones que formulan conceptos FALSOS, indoctrinantes, alienantes; y que, de hecho, cargan sobre las “familias” una responsabilidad social, política, cultural, educativa y jurídica que no la tienen.

37

a) Las relaciones entre esclavo y esclava, no serán, de ningún modo, unas

“relaciones de amor” ni de pareja, sino una parte de la política reproductora de

esclavos, que instituya el amo o duelo de ellos; a quienes los apareará, como se

aparea al ganado, pues, como producto “lógico-racional” de aquella realidad

material, el esclavo es, jurídicamente, un semoviente; de allí que Aristóteles, el

gran sabio, jurista y gobernante griego instruirá en su obra “La Política”,

diciendo que “los esclavos y los animales domesticados son del mismo género”

(Aristóteles, 2014, pág. 16);

b) Las relaciones entre siervo de la gleba y sierva, en el sistema feudal, no es más

que una parte de la política económico-financiera de los feudos porque los

siervos –cuyo ejemplo vivo se los puede hallar en los indígenas huasipungueros

del Ecuador y de toda Latinoamérica– no son más que bienes inmuebles por

destinación, a pesar de la imposición jurídico-teocrática que se da dentro del

feudalismo del mundo occidental y cristiano; de allí que el valor o precio del

feudo, depende, a más de su extensión, del número de siervos; o del número de

indios, en el caso ecuatoriano*7. Es más, el amo feudal no solamente que tiene

el famoso “Derecho de Pernada” o “Derecho de Prima –primera– Noche”,

según el cual debía ser aquél, el amo, quien rompa la virginidad de la sierva

recién casada; sino que, además, tenía pleno derecho sobre la sexualidad de

todas sus siervas, porque, al ser esas personas, simples bienes “inmuebles por

destinación, al igual que el ganado de labranza”, mientras más se reproducían

aumentaban el patrimonium de la hacienda o feudo; y,

c) Las relaciones de pareja en el sistema capitalista, dentro de la cual ya se

manifiesta esta entidad llamada "familia" instituida bajo moldes del llamado

"amor” moderno, la típica pareja del modernismo, a la que todos los textos del

llamado “derecho romano” pretenden asimilarla en su denominación y

concepto, con esta entidad monogámica-contractual denominada “matrimonio”,

–cuestión totalmente falsa como queda demostrada con la cita de Guillermo

7 NOTA: Baste revisar los Anuncios Clasificados de Diario El Comercio, hasta la década de

1960, y muy prolíficos en la década de 1930, donde se ofertan a la venta predios cercanos a Quito, y “el plus” del feudo, finca, terreno o hacienda, es “el número de indios”, o el “número de peones”.

38

Cabanellas– no es más que una relación económica: de subsistencia y

compartimentación sexual entre los asalariados; y de intereses patrimoniales o

de capitales entre los propietarios y propietarias de ellos: de allí la institución

de las capitulaciones matrimoniales, para el caso de que algún (alguna)

niño (a) rico (a) se case con quien no está al nivel de su riqueza-capitalista:

por medio de esas capitulaciones aseguran la exclusión de sus bienes –como

quien dice: “sí, te quiero, pero firma aquí–. Entonces, los asalariados

reproducen asalariados, individuos que no tienen otra forma de vida que la

venta o arriendo de su fuerza de trabajo.

En todos los casos históricamente condicionados de la forma evidente que se acaba

de demostrar, ¿Cómo puede ese tipo común, general y regular de familia, o mejor

“familia” entre comillas, educar a sus hijos, a sus proles en el caso de las salariados o

proletarios, bajo todas las exigencias y presupuestos de integralidad, de identidad

propia y/o de una diversidad acorde con el Buen Vivir –si es una familia que, por

esencia, vive alienada en todos los aspectos: económicos, culturales, educativos, etc.–;

y si, además, tiene un alto nivel de carencias, es víctima de las exclusiones que se han

trazado como políticas de Estado por el liberalismo y el neo-liberalismo clásicos e

imperantes, a través de imposiciones como: la flexibilización laboral, las

“contribuciones voluntarias” en el sistema educativo; aparte de los atracos bancarios,

de las garantías estatales frente a dichos atracos –como se hizo con la Ley de la AGD–

y, en fin, de todo el sistema “rescates bancarios”, de corruptelas institucionalizas, por

ese neo-liberalismo GLOBALIZADO?

Es evidente que aquello de la “célula fundamental de la sociedad” no es más que un

sofisma, es una ficción que se ha impuesto como concepto matriz falso, es decir como

argucia, para descargar en las mentes de los pobres, de los asalariados, de los alienados

y enajenados por el sistema, una responsabilidad que no la tienen. ¿Cómo puede brindar

la asistencia alimentaria, educativa, cultural y de desarrollo pleno una “familia” de

potenciales proletarios, que viven a la espera de conseguir un trabajo para medio

alimentarse, si deben cumplir con tantas responsabilidades que no están a su alcance, ni

están en sus manos?

39

Por lo indicado, es que aquellos conceptos ideológico-jurídicos y teocrático-

religiosos de que “la familia es célula fundamental de la sociedad” han sido eliminados

en el nuevo cuerpo jurídico-constitucional del Ecuador, y se ha normado lo

correspondiente a “las familias”, así en plural, como parte de los Derechos de Libertad.

Es decir, como derecho de esta institución contractual de las relaciones de pareja, para

exigir DEL ESTADO, que es el representante de la sociedad total, aquellos derechos

encaminados a la realización plena de los “derechos de las familias”, entre los que se

cuentan: la educación, la asistencia, la protección, la educación integral de sus proles, y

la materialización de los derechos prioritarios de sus hijos menores.

Entonces, uno de los primeros cambios conceptuales intrínsecos, cuyas

concepciones se derivan a la esencia misma del sistema jurídico neo-constitucional y de

su normatividad positiva, radica en el hecho de que esta Constitución determina LA

RESPONSABILIDAD DEL ESTADO, como centro de la formación de niños, niñas,

adolescentes, e incluso jóvenes, como parte de su atención preferente y prioritaria; pero,

a través de una asistencia efectiva y eficaz a las familias, para que en conjunto con el

medio social propicio, se atienda esa responsabilidad. Así es cómo está concebido el

problema y el planteamiento jurídico-constitucional en el artículo 44 del Estatuto

Supremo vigente:

Art. 44.- Derecho de atención prioritaria integral de niños y

adolescentes. El Estado, la sociedad y la familia promoverán de forma

prioritaria el desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes, y

asegurarán el ejercicio pleno de sus derechos; se atenderá al principio de su

interés superior y sus derechos prevalecerán sobre los de las demás personas.

Las niñas, niños y adolescentes tendrán derecho a su desarrollo integral,

entendido como proceso de crecimiento, maduración y despliegue de su

intelecto y de sus capacidades, potencialidades y aspiraciones, en un entorno

familiar, escolar, social y comunitario de afectividad y seguridad. Este

entorno permitirá la satisfacción de sus necesidades sociales, afectivo-

emocionales y culturales, con el apoyo de políticas intersectoriales

nacionales y locales.

De tal forma que se rompen los clásicos paradigmas falsos, que postulaban

principios anacrónicos –erróneos, equivocados y engañosos– en el sentido de que es el

40

entorno familiar, el lugar intrínseco, fundamental, donde se forma y desarrolla la

individualidad, la identidad, la idiosincrasia, la cultura, la educación y la personalidad

del nuevo sujeto social: niño, niña adolescente o joven, pues, la familia no viene a ser

más que un efecto, consecuencia o imposición de la macro-estructura, de la totalidad

social, instituida, representada e impuesta por el Estado y por las políticas estatales.

Si se detiene un poco el análisis para reflexionar, por ejemplo, en el hecho de por

qué las familias de los Estados musulmanes son POLIGÁMICAS, y consideradas

legales, legítimas, éticas y morales, bajo ese paradigma jurídico-conceptual e

ideológico-religioso de la poligamia, mientras que en cualquier Estado de la llamada

“civilización occidental y cristiana”, el simple hecho de una bigamia es ilegal y hasta

penalizada; o si, por otro lado, se considera, también brevemente, por qué hasta antes de

la vigencia de la Constitución de 1978, estaba penalizado en el Ecuador el

CONCUBINATO, es decir la convivencia de pareja sin que los convivientes estuviesen

casados; o si, retornando un poco más atrás en el tiempo: si se pregunta por qué

González Suarez, al combatir sistemáticamente la institucionalización del matrimonio

civil en el Ecuador, el año de 1903, catalogó a esa entidad jurídica –la del Matrimonio

Civil– como “enemiga de dios” y como “sacralización del concubinato público”; Cfr.:

(GONZÁLES SUÁREZ, 1986); o por qué el doctor y tratadista de Derecho Civil,

Monseñor Juan Larrea Holguín postula que “el Estado no tiene ninguna autoridad ni

poder –moral o jurídico– para normar la vida del matrimonio, toda vez que éste fue

instituido por Dios en el Antiguo Testamento… y El Estado es una invención del

hombre posterior a la creación divina” (LARREA HOLGUÍN, 2010, pág. 186).

Todos esos hechos reales inobjetables e inconcusos, llevan a la demostración de

cuanto se acaba de postular en esta parte del análisis jurídico: que la institución de

la familia, es decir de estas familias como organización celular establecida por una

relación de pareja, con fines de ejercicio de su sexualidad, y quizás, por

consecuencia, también con fines de procreación –aunque no necesariamente; pese a

lo dispuesto por definición del artículo 81 del Código Civil–, no son causa ni

antecedentes para la formación del Estado, ni para convertirse en “células

fundamentales” de él. Las familias son, si se quiere núcleos del aparato estatal,

establecidos bajo sus políticas, las mismas que a su vez reflejan sus ideologías –DEL

41

ESTADO–, sus concepciones religiosas imperantes, y, claro, su normativa jurídica

como materialización de las concepciones anteriores.

Y si aquello sucede con las familias, tanto más, o peor, ocurre con las personas en

términos individuales. Los seres humanos no nacen con nociones conceptuales ni con

criterios o nociones de algo. Es en su proceso de confrontación de sus procesos bio-

psico-sociales, con su realidad material, que van formándose nociones cognoscitivas:

desde la simple “figura” o noción de “mamá”, sensación perceptiva que se da incluso en

los animales vertebrados inferiores, según se ha podido demostrar con

experimentaciones de las ciencias naturales*8.

Pero, mientras tanto, mientras no existe esa confrontación de la mente, valga decir

de LA PSIQUIS, y sus procesos holísticos, con la realidad, a través de las sensaciones,

las percepciones, la memoria, las emociones, los sentimientos, los actos voluntarios, el

talante y la personalidad, la mente humana es una “tabula rasa”, para utilizar el

concepto instituido por el filósofo inglés John Locke, a mediaos del siglo XVIII. Por

consiguiente, ese proceso, o mejor esa serie de procesos holísticos y dialécticos de

formación de los conceptos, incluso de los más ínfimos y que parecerían obvios,

provienen del entorno social; y no de “cualquier entorno”, sino de aquel que está

trazado, diseñado e impuesto por el sistema ideológico-religioso y político-jurídico del

Estado.

De manera que, como ya se indicó en otro contexto y muy brevemente, el

individuo, la persona, es producto de una base social determinada y de la

superestructura ideológica-religiosa, filosófica-cultural y jurídico-política del Estado,

dentro del cual, cada persona tendrá su “medio social” concreto: un tipo de familia (rica

o pobre; de explotadores o de explotados; de propietarios del capital o de simples

asalariados, que deben conseguir trabajo para poder subsistir); y, conforme a sus

potencialidades y capacidades económicas, tendrán un ámbito territorial donde vivir –en

8 NOTA: En múltiples documentales de National Geographic se puede constatar cómo es que

un pollito que no sale del cascarón junto a la gallina, “su madre”, el instinto, ante su necesidad biológica-sensorial de protección, le lleva a “perseguir”, como si fuera figura “materna”, a la persona que le ayudó en su proceso de nacencia. Pero no es que llegue a un nivel de cognoscitividad, conceptual, que la gallina o que la persona en referencia sea su “madre”, porque para esta aprehensión conceptual se requiere el desarrollo del lenguaje, y no de cualquier lenguaje, sino del lenguaje conceptual, generalizador.

42

suburbios o en Barrios Light–, de allí se derivarán sus vecindades, sus parentelas, sus

relaciones sociales; y todo este conjunto de ambientes socio-relacionales constituirán su

MEDIO SOCIAL concreto, específico y determinante de otras consecuencias bio-psico-

sociales.

No se espere, consecuentemente, que un niño, o niña, tenga pleno y equilibrado

desarrollo de sus facultades bio-psico-sociales, si tuvo que nacer en un sitio de

exclusión total, como los barrios suburbanos de Guayaquil –que son donde las carencias

de bienes y servicios son más dramáticas y acuciantes– o en cualquier suburbio de las

grandes urbes que se han desarrollado en el País: Manta, Portoviejo, Santo Domingo de

los Tsáchilas, Esmeraldas, Quevedo, Babahoyo, Milagro, Machala, etc., cuyas familias

ni siquiera tenían para alimentar a sus neonatos e infantes; y que ni tampoco podían

educarlos porque “la contribución voluntaria” que debían aportar como matrículas y

pensiones mensuales en los establecimientos educativos, para esas familias,

representaba una fortuna. ¿O es que se puede seguir creyendo, ante esas evidencias, que

esas familias pueden ser “células fundamentales de la sociedad”?

De otra parte, y si nadie al nacer tiene siquiera el concepto o la noción o idea de

“mamá” ni de “papa”, es muy claro, que, tampoco, nadie nace “haciendo la señal de la

cruz”, ni “rezando”, ni con la biblia bajo el brazo, ni profesando creencia alguna. Todas

esas creencias, todos estos materiales cognoscitivos, son inducidos e impuestos, por

múltiples mecanismos: directos e indirectos, educativos e informativos, culturales y

costumbristas, mediáticos y proselitistas, abiertos y entapujados, expresos y

subliminales.

A estas formas de introducir en la mente humana las percepciones y creencias

fundamentales que se convertirán en “la columna vertebral de su mente”, y que guiarán

sus conductas de por vida, las ciencias psicológicas denominan “el segundo sistema de

señales”, porque las personas aprenden, y aprehenden, –esas creencias– a través de la

palabra, es decir, del lenguaje conceptual que lleva toda una carga de significantes,

simbologías, denotaciones y connotaciones.

De allí que para formar la individualidad de una persona desde sus tiernas edades,

dentro del macro aparataje económico-social e ideológico-superestructural del Estado,

43

ya están hechos los moldes fundamentales de las creencias perceptivas: de los dioses, de

los diablos, de los miedos, de los temores, de los castigos, de los infiernos, etc.; y, en

medio de todas esas imposiciones se fomenta un distorsionado “sentimiento del deber”,

a través de una sistemática ola de prohibiciones, pues, al infante, antes de que ni

siquiera pueda articular una palabra, sus padres arremeten, con el “no hagas eso”; “no

cojas”; “no sueltes”; “no aflojes”; “no botes”… no… no… NO…

¿Qué se puede esperar de un niño, una niña, un (a) adolescente criado y “educado”

bajo tal ambiente de reprensiones, miedos, prohibiciones y con un proceso educativo

vertical de lo que Paulo Freire denomina “Educación Bancaria” (FREIRE, 2011)? Pues,

será una persona desconocedora y ausente de su realidad; y si a ello se agrega toda la

arremetida propagandística y mediática, que no sólo distorsiona las mentes infantiles,

haciéndoles creer en “príncipes azules”, en el “matrimonio feliz” de ese Príncipe con

“La Cenicienta” (que se trasluce, luego, en las telenovelas del niño rico que se casa con

“María la del Barrio”); y toda una gama interminable de motivaciones alienantes, su

desorientación será total.

Lo mínimo que se puede generar en una persona adolescente, es su desadaptación,

ante la realidad de sus carencias: que pueden ser reales e inmediatas, como la falta de

alimentos por su pobreza; o artificiales y creadas, como: la falta de “ropa de marca” y/o

de acceso a las distracciones que, también como paradigmas de “la buena vida” se

imponen mediáticamente: porque no pueda ir a Disney World”, por ejemplo.

De otra parte, por esos mecanismos –que son globalizados– se distorsionan “las

conductas juveniles”, imponiéndoles patrones de agresividad, de irreverencia, de

groserías, de inculturas, de tosquedades, de vocabularios procaces; y de toda una serie

de paradigmas realmente malsanos y hasta viciosos, que, como simple muestreo: se ven

en las “películas para adolescentes”, con actores juveniles prototípicos, etc. Entonces,

ya se puede tener una idea aproximada de cómo el propio sistema, la sociedad entera, el

Estado y los medios de comunicación generan conductas “conflictivas o en conflicto

con la ley penal”.

Y, luego, a las víctimas de toda esa arremetida desde la base social y desde la

superestructura socio-política de los Estados, y del sistema mediático PRIVADO que se

44

ha impuesto en él, es decir en contra los adolescentes; luego, se los ha convertido en

“culpables”, en sujetos de enjuiciamientos y de sanciones penales, por mucho que a

estas imputabilidades penales se las pretenda ocultar, bajo eufemísticas

denominaciones, como se ha demostrado en el contexto del presente análisis

investigativo.

Por ello, una vez que se han eliminado los falsos conceptos ideológico-jurídicos de

que “la familia es la célula fundamental de la sociedad”, y que la nueva constitución, en

sentido acorde con el neo-constitucionalismo y el Estado de Derechos, ha dispuesto que

es responsabilidad del Estado, promover, de forma prioritaria: el desarrollo integral de

las niñas, los niños y los (as) adolescentes, para asegurar el ejercicio pleno de sus

derechos; atendiendo, siempre, al principio de sus intereses superiores, a fin de que tales

Derechos prevalezcan sobre los de las demás personas, conforme se halla dispuesto en

el artículo 44 de la Constitución, cuya norma se ha transcrito anteriormente.

No obstante, esos Principios Jurídicos deben materializarse en el sentido de lo

dispuesto por el segundo inciso del artículo 45 de la Constitución, es decir, que niños,

niñas y adolescentes en general, y tanto más si se trata de adolescentes infractores,

sujetos a doble vulnerabilidad, tengan:

… derecho a la integridad física y psíquica; a su identidad, nombre y

ciudadanía; a la salud integral y nutrición; a la educación y cultura, al

deporte y recreación; a la seguridad social; a tener una familia y disfrutar de

la convivencia familiar y comunitaria; a la participación social; al respeto de

su libertad y dignidad; a ser consultados en los asuntos que les afecten; a

educarse de manera prioritaria en su idioma y en los contextos culturales

propios de sus pueblos y nacionalidades; y a recibir información acerca de

sus progenitores o familiares ausentes, salvo que fuera perjudicial para su

bienestar.

45

CAPÍTULO IV

4. CONTENIDOS Y ALCANCES DE LA TITULARIDAD DE

DERECHOS DE LA AGENDA PARA EL DESARROLLO DE

IGUALDAD INTERGENERACIONAL

4.1. LOS ÁMBITOS CONCEPTUALES DE LA AGENDA PARA LA IGUALDAD

INTERGENERACIONAL FRENTE A LA TITULARIDAD DEL RÉGIMEN DE

DERECHOS CONSTITUCIONALES PARA LOS (AS) MENORES

Bajo las premisas jurídico-conceptuales que se acaban de indicar, y analizar, en el

capítulo anterior, en aras del verdadero alcance y materialización de la titularidad de los

Derechos de niños, niñas y adolescentes, o sea para determinar los reales contenidos

socioeducativos integrales de la niñez y adolescencia, en sentido acorde con la Nueva

Constitución, es que se ha trazado, en el Ecuador, una Agenda para el Desarrollo de

Igualdad Intergeneracional, en la que se determinan una serie de cambios en los

patrones ideológico-conceptuales, educativo-culturales y socio-relacionales, tendiendo a

una mayor equidad y a una mayor inclusión de los grupos prioritarios, que en este caso,

son los niños, las niñas y los adolescentes.

Se trata, por consiguiente, de delinear un cambio en las concepciones intrínsecas

acerca de las realidades que se afronta con el tratamiento mismo a la niñez, en un

ámbito de compartimentación generacional, comunitaria e interinstitucional, pues, como

se podrá inferir por lo hasta aquí tratado, no son los niños ni los adolescentes el

“problema”. El problema radica en la falsa concepción de los roles, de las

responsabilidades y de las consecuencias que se han generado, históricamente, a partir

de esas falsaciones de la realidad y de los supuestos normativos, también falsos, que se

han pretendido aplicar a ellas.

46

Ha ocurrido, entonces, que se ha perdido de vista el sentido propio e intrínseco de

la realidad, se ha falseado la normativa jurídica positiva y constitucional –al afirmar y

disponer que “la familia es la célula fundamental de la sociedad, por ejemplo”–, y se

han invertido el orden de las verdaderas responsabilidades, de los roles institucionales y,

por ende, se ha perdido el sentido de justicia, de equidad, de obligaciones jurídicas, de

titularidades sobre los Derechos y hasta de exigencias ante los verdaderos responsables

que han campeado con su arbitrariedad, pues, han convertido a las víctimas, en

supuestos victimarios. Como dice la escritora chilena Carolina Vásquez Araya, gran

promotora de Proyectos de Desarrollo Humano, en su país y en la Región

latinoamericana, en torno a este problema de inversión de los valores, aunque en otro

contexto (pues se refiere al feminicidio), pero, para el caso, estos principios jurídico-

conceptuales son perfectamente aplicables:

Algo muy malo sucede cuando se pierde de vista el imperio de la justicia,

transformándose los derechos humanos en un concepto relativo y perdiendo

su carácter absoluto. Es entonces cuando se aplican normas diseñadas a la

medida de intereses y percepciones arbitrarias. El ser humano no parece

haber aprendido la lección: la imposición violenta de las creencias de uno

por sobre los demás jamás será el camino para gozar de libertades

básicas y, a partir de ahí, garantizar una relación de respeto para vivir en

paz… (VÁSQUEZ ARAYA, 2016)

El problema jurídico radica en que si no se ponen las cosas en su real materialidad

objetiva, con un baño de verdad sobre esas realidades materiales; y se pretende, entre

otras cosas, que la simple sumatoria de familias –y la simple agregación formal (casi

aritmética) de esas supuestas “células fundamentales de la sociedad”– constituyen el

Estado, están partiendo de una falsedad absoluta que ya fue explicada, desvirtuada y

sistematizada, HACE DOS MIL QUINIENTOS AÑOS, por Aristóteles, el sabio

filósofo y jurista a quien ya se le ha mencionado en este trabajo, y que en su obra

fundamental sobre esta materia: “La Política”, comienza manifestando:

No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de

Rey, Magistrado, padre de familia –entiéndase “pater familias”, en el sentido

conceptual que ya se ha mencionado; y cuya definición fue tomada de

Guillermo Cabanellas– y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que

47

toda la diferencia no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica y

esencial… Toda esta teoría es falsa… (Aristóteles, 2014, pág. 1)

De tal manera que, en la realidad material de las cosas, éstas se articulan y suceden

al revés de lo que se ha postulado, y sigue postulando, pues ocurre que el Estado es una

entidad substancialmente distinta, bajo cuya institucionalidad total y

predominante, han de sujetarse todas las personas, colectivos, entidades,

organizaciones, comunidades e instituciones: públicas, privadas e incluso

religiosas. Sobre esto último, fue precisamente uno de los triunfos del Estado liberal, o

Estado del modernismo, instituido por la Revolución Francesa: hacer que la

organización eclesiástica-teocrática de la época, se separara de las funciones

institucionales del Estado; y sometiera su organización y “jerarquías” al Poder Civil, al

Poder del Estado Constitucional de Derecho.

Ya no se puede seguir subsistiendo, y manipulando, bajo el sustento de falsedades,

de imaginarios inapropiados, no reales ni transparentes. Una familia, o una sumatoria de

familias, jamás podrán trazar ni imponer las políticas culturales, religiosas, filosóficas,

ideológicas y religiosas de un Estado. La realidad material de las cosas demuestra y

enseña todo lo contrario: ¿O acaso no fueron los Estados Neoliberales –dictatoriales o

democrático-constitucionales– vigentes desde la década de 1970, los que impusieron

todo un sistema de segregacionismo –de APARTHEID– educativo, cultural, social y

económico, en contra de los sectores populares, y de LAS FAMILIAS pobres, a las

cuales, por si no bastara, hasta les atracaron sus pírricos ahorros o los pequeños

capitales de sus negocios de subsistencia; y se robaron todo por medio del Feriado

Bancario, sobre el cual, el Presidente de entonces, Jamil Mahuad Witt, dijo en forma

reiterada: “… jamás vamos a congelar depósitos,… jamás vamos a incautar… jamás

vamos a declarar un feriado bancario, jamás vamos a confiscar las cuentas de nadie…”?

(MAHUAD & Jamil, 2015)

Luego, la carga de todo ese atraco cometido por la más rancia burguesía financiera

del Ecuador, fue descargado sobre los hombros y la paupérrima economía de todas las

familias y hogares ecuatorianos. Otra pregunta pertinente: ¿Acaso fueron estas familias

las que quebraron al país, y las que graciosamente, estaban dispuestas a legalizar dichos

atracos gigantescos? NO, Todo aquello fue impuesto, al punto que gracias a los tres

48

millones de familias que emigraron, fue posible sostener la dolarización, porque

enviaban al país, un promedio de dos mil quinientos millones de dólares anuales, que se

enviaban desde 14 países. Cfr. (Banco Central del Ecuador, 2012).

Es en vista de estas realidades objetivas y conceptuales inobjetables, que se ha

emprendido en un cambio de patrones y paradigmas, para enderezar los conceptos y

para dar, como se ha indicado, un baño de verdad a los hechos, a las condiciones y a las

circunstancias; entonces, el Estado ha asumido la responsabilidad que le corresponde,

para salvaguardar la titularidad de derechos, bajo un concepto de intergeneracionalidad,

en cuyo marco jurídico-institucional, se deberán trazar los ámbitos de derechos y

obligaciones recíprocas de las personas y familias involucradas, en el contexto de una

agenda común, donde se comparten responsabilidades bajo una guía –Agenda–

establecida por los entes institucionales –y multidisciplinarios– del Estado. Entonces,

como se dice en el texto matriz de dicha Agenda:

La mayor inversión en lo social de un gobierno como el de la Revolución

Ciudadana ha creado el piso para superar las brechas de una desigualdad

histórica entre sectores. Trabajos como esta agenda apuntan al cambio

cultural del que hablamos. Sumados, estos esfuerzos propenden al Buen

Vivir que es la noción de fondo de la política social del Ecuador de hoy en

día. Trabajar por los derechos supone priorizar al sujeto sobre las visiones

economicistas que atendían solamente la producción y los dominios del

mercado. Mirar al sujeto es observar al ciudadano en su integralidad, no

como un componente aislado de una estructura impersonal sino como un

horizonte de posibilidades que pasan no solo por la satisfacción de

necesidades económicas, aunque su solución sea de primordial importancia

para el Estado.. (Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo; Consejo

Nacional para la igualdad intergenaracional, 2014, pág. 8)

Bajo esta concepción matriz de valores, que no privilegian el lucro ni la exacción

de las familias ni de los sujetos –súbditos– del Estado, y ni siquiera el solo aporte

econométrico de ellas; sino que se atiende a esos sujetos como personas, bajo un fondo

político-social, de una integralidad inserta dentro de una estructura que se encamina

a la satisfacción de necesidades que van más allá de la simple sobrevivencia.

Entonces, se entienden las cosas en su verdadera dimensión, pues, los individuos pasan

a ser considerados como parte de su contexto social, histórico, cultural y político, en el

49

que esa estructura, que es el Estado, debe asumir la responsabilidad de brindar las

correspondientes oportunidades, de acceso al bienestar y al Buen Vivir.

Entonces, las desigualdades de la infancia y de la adolescencia, se la contempla

como una “infantilización de la pobreza… con efectos en las vidas de los niños, niñas y

adolescentes, no sólo coetáneamente, sino con graves consecuencias de larga duración

para el resto de sus vidas y para el logro de la igualdad entre las personas.” (Cit.

SUPRA, pág. 11). Vistas así las cosas, por ejemplo, la deserción escolar o la no

finalización de los niveles curriculares de los niveles secundario y superior, ya no es

“responsabilidad” de los niños. Niñas o adolescentes, sino de las estructura

injustas, porque, se constata que esta fenomenología socio-cultural y educativo-

curricular, afecta al 70% de los quintiles más bajos de la población, es decir, a los

sectores de las familias más pobres.

De allí que la CEPAL –Comisión Económica-Social para América Latina– como

uno de los organismos técnicos especializados de la Organización de las Naciones

Unidas, en un documento oficial elaborado por Daniela Trucco, Directora de Asuntos

Sociales, de la División de Desarrollo Social de dicha Entidad Supra-Nacional,

menciona los siguientes elementos de reproducción intergeneracional de la desigualdad,

en América Latina y en el Caribe:

“-Infantilización de la pobreza;

“-Estratificación en carga del cuidado y sus desigualdades de género y

nivel socioeconómico;

“-Bajo peso de las transferencias intergeneracionales a la infancia y

adolescencia y, concomitantemente, alto peso de las transferencias

privadas familiares, según recursos de las familias;

“-Un sistema educativo que no revierte sino que refuerza desigualdades

de origen por estratificación del acceso, logro, calidad y aprendizajes;

50

“-Inserción laboral diferenciada por niveles socioeconómicos dada la

brecha en conocimientos, certificación y redes sociales.” (TRUCCO,

2013, pág. 15)

La constatación de estos hechos, ya no como simple diagnóstico de una realidad

conocida y evidente, y bajo la nueva esencialidad del Estado de Derechos y de Justicia

Social, es que se reconocen y asignan DERECHOS, para los sectores etarios de niños,

niñas y adolescentes, dentro del marco de RESPONSABILIDADES, de los otros

sectores etarios –adultos– e institucionales, EL ESTADO y la sociedad, –ya entendida

esta última como entes comunitarios, asociativos, colegiados y/o gremiales; y de las

familias, es decir: de los jefes de familias (que ya no es necesaria y únicamente “el

padre” aunque éste sea un energúmeno que jamás se preocupe por el

cumplimiento de sus obligaciones, como todavía se halla dispuesto en las leyes

civiles del país)– al tenor del artículo 83 de la Constitución:

Art. 83.- Deberes y responsabilidades de las personas. Son deberes y

responsabilidades de las ecuatorianas y los ecuatorianos, sin perjuicio de

otros previstos en la Constitución y la ley:

1. Acatar y cumplir la Constitución, la ley y las decisiones legítimas de

autoridad competente.

5. Respetar los derechos humanos y luchar por su cumplimiento...

7. Promover el bien común y anteponer el interés general al interés

particular, conforme al buen vivir…

9. Practicar la justicia y la solidaridad en el ejercicio de sus derechos y en el

disfrute de bienes y servicios.

10. Promover la unidad y la igualdad en la diversidad y en las relaciones

interculturales...

14. Respetar y reconocer las diferencias étnicas, nacionales, sociales,

generacionales, de género, y la orientación e identidad sexual.

15. Cooperar con el Estado y la comunidad en la seguridad social…

16. Asistir, alimentar, educar y cuidar a las hijas e hijos. Este deber es

corresponsabilidad de madres y padres en igual proporción, y

corresponderá también a las hijas e hijos cuando las madres y padres lo

necesiten…

51

Pero estas responsabilidades de las personas, establecidas constitucionalmente bajo

los parámetros de estas nuevas realidades materiales y jurídico-conceptuales, y no como

simple responsabilidad exclusiva y ni siquiera prioritaria de “las familias”, ya que se las

reputaba eufemística y falsamente como “células fundamentales de la sociedad”, –lo

cual era un desacierto objetivo, institucional y jurídico–, es que en el artículo 69 de la

Constitución se determinan las medidas estatales que se deben adoptar para proteger

A LAS FAMILIAS Y A TODOS SUS MIEMBROS integrantes de ella; y en lo atinente

a este tema, dispone:

Para proteger los derechos de las personas integrantes de la familia:

1. Se promoverá la maternidad y paternidad, responsables; la madre y el

padre estarán obligados al cuidado, crianza, educación, alimentación,

desarrollo integral y protección de los derechos de sus hijas e hijos, en

particular cuando se encuentren separados de ellos por cualquier motivo…

3. El Estado garantizará la igualdad de derechos en la toma de decisiones

para la administración de la sociedad conyugal y de la sociedad de bienes.

4. El Estado protegerá a las madres, a los padres y a quienes sean jefas y

jefes de familia, en el ejercicio de sus obligaciones, y prestará especial

atención a las familias disgregadas por cualquier causa.

5. El Estado promoverá la corresponsabilidad materna y paterna y vigilará el

cumplimiento de los deberes y derechos recíprocos entre madres, padres,

hijas e hijos.

6. Las hijas e hijos tendrán los mismos derechos sin considerar antecedentes

de filiación o adopción...

Por consiguiente, tanto la titularidad de los Derechos constitucionales mencionados,

como los deberes y responsabilidades jurídicas que se derivan de esos atributos jurídicos

–bajo el axioma jurídico de que “no existen derechos sin deberes”; y de que “el derecho

de uno termina donde comienza el de los demás”– se impone una correlación dialéctica

entre las personas, las familias, los miembros generatrices de ella –ya porque convienen

en formarla, cuanto porque deciden procrear y reproducirse–, y el propio Estado, como

ente rector de la Sociedad Total, llamado a asumir sus responsabilidades jurídicas

fundamentales, por ser la institución que, en la práctica, debe empoderarse de la

verdadera tutela de Derechos, y de que éstos se cumplan, se materialicen y se ejecuten a

cabalidad.

52

Ya no se trata, como se disponía, por ejemplo, en el primer Código de Menores

expedido en el Ecuador el año de 1938, bajo la Dictadura del General Alberto Enríquez

Gallo, el que básicamente se encaminaba a disciplinar a los menores de edad, desde los

doce años –que por entonces eran considerados niños, ya que eran “menores adultos”

desde su pubertad, es decir a los 14 años– para que se dediquen a trabajar. De modo

que ese cuerpo legal, que estuvo vigente –con ciertas reformas nimias– hasta 1993,

reflejaba los contextos propios de la pre-modernidad –cuando se vendían haciendas con

indios y todo, según se ha indicado–, en que los aprendizajes de oficios, y/o su inclusión

al sistema fabril como obreros o proletarios–, pero, en calidad de meritorios, hasta que

cumplan 18 años, período en el cual debían trabajar GRATIS en las fábricas, Cfr.:

(CUVI, 2011).

Tampoco se trata de aquello que estuvo dispuesto en el Código de Menores de

1993, cuerpo legal que se expidió, ya, al amparo de la Convención Internacional sobre

los Derechos del Niño, y que tenía una concepción esencialmente “caritativa”,

asistencialista y abdicante de derechos, pues, por ejemplo, el artículo 223 de dicho

Código, vigente hasta el año 2003, disponía:

“Las entidades privadas que financien o ejecuten programas de ayuda o

desarrollo en favor de los menores TRABAJADORES o de los menores en

general, con la aprobación de las autoridades competentes, tendrán derecho

a deducir como gastos –es decir imputando a costos de producción para

reducir utilidades y no pagar el impuesto a la renta– los montos que

destinen a estos programas, para efectos del pago del impuesto a la

renta”.

De manera que los “generosos empresarios” que imputaren a sus costos de

producción ciertos recursos para aparecer caritativos, bondadosos, desprendidos,

magnánimos, compasivos, filántropos, sensibles y hasta sacrificados, tenían como

premio la exoneración de impuestos, es decir, la exoneración de pagos que

corresponden AL ESTADO, y, en el fondo, como debiera ser, al pueblo que es el

soberano de ese Estado.

Pero, no, con ese dinero del Estado y de los Pueblos, los empresarios aparecían

como desprendidos y benévolos, lo cual les posicionaba como grandes opcionados a ser

53

candidatos y/o a ocupar los más altos cargos públicos, desde donde tenían las mejores

opciones para el saqueo, para el atraco, para los feriados bancarios, para las

congelaciones de depósitos, para expedir leyes como las de la AGD.

Tal era la estructura material-concreta y jurídica-conceptual del neoliberalismo, que

establecía una estructura del Estado encaminada a distorsionar las realidades y creaba su

tinglado jurídico-positivo para tales fines. Todo estaba armado y articulado para: 1. Por

un lado generar saqueos y corruptelas –verdaderos atracos– en beneficio de esos grupos

empresariales que aparecían como caritativos, para ostentar mayores prebendas y hasta

gozar del aprecio popular “por lo buenos que eran”*9; y, 2. Mientras, por otro lado, se

descargaba en las familias, los supuestos jurídicos de la responsabilidades estatales de

tutela y protección a la niñez y adolescencia, bajo los paradigmas falsos de que eran:

“células fundamentales de la sociedad”.

Y estas conceptualizaciones jurídico-positivas se mantuvieron incólumes en el

vigente Código de la Niñez y Adolescencia, cuyo cuerpo legal establece un Consejo

Nacional de la Niñez y Adolescencia, que hoy se ha transformado en Consejo para la

Igualdad Intergeneracional, pero que en su artículo 301, al determinar las fuentes de

financiamiento de dicho Consejo, en el numeral 8, dispone:

“8. Donaciones, -herencias y legados que se hicieren a su favor. –Del

Consejo que hoy se llama de Igualdad Intergeneracional–: Las donaciones

hechas por los contribuyentes, personas naturales o jurídicas, serán

deducidas del impuesto a la renta.”

En términos de estricta concordancia jurídica, esta disposición estaría derogada por

derogado por el artículo 59 de Decreto Legislativo No. 000, publicado en Registro

Oficial Suplemento 242 de 29 de Diciembre del 2007, que eliminó ese tipo de

contribuciones, ya sea como gastos, como costos o como “deducibles”, determinando

que si alguno de aquellos “generosos” empresarios quieren hacer “sus donaciones”,

9 NOTA: al tiempo en que se elabora el presente trabajo, una ex reina de Quito, que aspira a

ser candidata a Asambleísta por el Movimiento CREO, propiedad de un banquero –y quien a la sazón ya fue concejala de Quito, por el partido Social Cristiano, ya que es sobrina nieta del fundador de dicho Partido: el ex presidente del Ecuador, Camilo Ponce Enríquez– acaba de declarar que su nuevo patrono-auspiciante, quien funge de Candidato Presidencial, siempre ha sido generoso…, Y QUE COMO ES BANQUERO NO NECESITA ROBAR… Cfr.

54

deben hacerlas de sus propios recursos y no articular una supuesta –y “generosa”–

donación con dineros que no les pertenecen.*10

Una vez que se han enderezado las realidades y los conceptos jurídicos sobre la

materia de DERECHOS –y no de generosas caridades–; sobre la efectiva titularidad de

los mismos en las personas destinatarias –niñas, niños y adolescentes–; sobre la

exigibilidad de esos Derechos, como pertenencia subjetiva propia ante los organismos y

entidades del Estado, mas no como graciosa concesión sino como efectivos Derechos,

así con mayúscula según opina la tratadista española Ana Rubio Castro: que debe

escribirse “Derecho” cuando este concepto se refiere a la pertenencia o titularidad de él,

es decir, a aquello que suele llamarse Derecho subjetivo. Cr.: (RUBIO CASTRO, 2012)

Estos son los ámbitos conceptuales de la esencia jurídica que se afrontan y se

contienen en la Agenda para la Igualdad Intergeneracional, y el contenido fundamental,

intrínseco, de cómo se acogen los Derechos Constitucionales, y la titularidad de ellos,

para los niños, niñas y adolescentes, como paradigmas nuevos, o como pináculos

angulares de las cadenas lógico-jurídicas*11

desde los cuales se desprenderán los demás

aspectos que serán analizados más adelante.

4.2. LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS DE MENOR EDAD Y

LA CORRESPONSABILIDAD DE PARTICIPACIÓN

INTERGENERACIONAL.

Una de las primeras cuestiones que deben plantearse para tratar sobre los Derechos

Humanos de las personas menores de edad, o niños en general –mientras no cumplan la

mayoría de edad– como se les denomina en el artículo primero de la Convención

10

NOTA: Curiosamente, cuando se produjo el terremoto del 16 de ABRIL de 2016, en las provincias de Manabí y Esmeraldas, la Presidenta de la Cámara de Comercio de Manabí, propuso que se exoneren todos los impuestos a las utilidades de sus empresas, para “poder donar, generosamente a las personas afectadas y para ‘ayudar a reconstruir’ Manta y Portoviejo”. Cfr.: (González, 2016) 11 NOTA: En su Tratado de Metafísica, Aristóteles, al delinear su teoría sobre el pensamiento

lógico, enseña que existen premisas fundamentales que pueden ser colocadas en un vértice superior, como “eslabón original” de una larga e infinita “cadena lógica”, en la que se irán armando los distintos silogismos que expliquen cualquier asunto cognoscitivo o creencia de la mente humana. Por ejemplo: “la biblia es la palabra de dios”: y a partir de esa premisa –paradigmática y absoluta– se desprenderán todos los razonamientos que justifiquen desde la creencia misma en los dioses allí mencionados, hasta las invocaciones, conjuros, plegarias, rezos, Salmos, etc., etc.

55

Internacional sobre los Derechos del Niño: “Para los efectos de la presente Convención,

se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en

virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad.”, es la

cuestión de los paradigmas ideológico-religiosos que, de manera explícita o

implícita, se han impuesto como osamenta filosófico-cultural en las sociedades

occidentales y cristianas.

En efecto, son muy conocidos y harto difundidos, por ejemplo, los siguientes

versículos del Evangelio de San Mateo –esto es del llamado Nuevo Testamento; porque

en el “Antiguo”, las cosas son peores, ya que, por ejemplo: el propio Rey David, ordena

matar a su hijo legítimo y primogénito Absalón, para que Salomón herede su Reino,

pues el preferido, que lo tuvo en su concubina –Betsabé–, ex mujer del General de sus

ejércitos: Urías, –a quien también lo hizo matar–.

Se toman como muestreo estos versículos de San Mateo, porque reflejan el tipo de

trato que se impone, para los hijos, a los creyentes de todas las sectas que se denominan

cristianas; pero que, al margen de ellas, sus Principios se han impuesto, como

paradigmas del trato a los menores de edad, convirtiéndose no sólo en valores

culturales, sino en conductas generalmente aceptadas:

“8:12… mas, los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí

será el lloro y el crujir de dientes”

10:21 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo…

13:38 El campo es el mundo;… la cizaña son los hijos...

13:40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así

se hará…

18:25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer

e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda…

21:38… cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid,

matémosle, y apoderémonos de su heredad.

21:39 Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron…” (MATEO,

2010)

Esta es la concepción ideológica-religiosa –teocrática en definitiva– que se ha

impuesto como numen, esencia, matriz lógica o paradigma –implícito o explícito– en la

legislación de menores, desde que fue instituida en el Ecuador allá por el año de 1938,

56

con la expedición del primer Código de Menores según se ha indicado. Vale recordar el

axioma educativo prevaleciente hasta finales del siglo pasado: “la letra con sangre

entra”, al amparo del cual se daban una serie de variantes y matices que, en el fondo

tendían a lo mismo; por ello la educación estaba marcada por prácticas autoritarias,

verticales y supuestamente “disciplinarias”*12

, donde la palabra del maestro o de la

maestra son incuestionables: “Magister Dixit”.

Ese rigorismo, que impone una supuesta moral de obediencia y acatamiento

incondicionales a las imposiciones de toda autoridad –por ejemplo: en el Colegio al que

se ha hecho referencia en la Nota del pie de página, hasta los porteros tienen autoridad

sobre las alumnas, y, en consecuencia: pueden perseguirlas, aprehenderlas y

denunciarlas a través de “partes” verbales o escritos–. Esta es la concepción matriz, del

ya señalado “Primer Eslabón de la Cadena Lógica” que motivó, al primer Código de

Menores, a la institucionalización de las “CORRECCIONALES”, también llamadas

“escuelas correccionales”, donde se les internaba a menores “vagos” –a propósito: la

“vagancia” estaba sancionada como delito en el Código Penal de 1938–; pero

permanecían en dichos establecimientos hasta después de haber terminado la escuela

primaria, sin acceso a educación secundaria –que por entonces era un “lujo”–, es decir,

hasta los 18 años, de modo que esas “correccionales” eran, prácticamente, verdaderos

reclusorios.*13

Desgraciadamente, el Código de la Niñez y Adolescencia, expedido t5res años

después de entrado el presente siglo, es decir, en el 2003, no solucionó esos problemas,

y, por el contrario, los ahondó, los profundizó, y hasta violó expresas disposiciones

12 NOTA: Una comunicación dirigida por el vice-presidente del Comité Central de Padres de

Familia al Rector del Colegio 24 de Mayo, en diciembre del año 2000, da cuenta de que el sistema de la Inspectoría, o de inspectoras, del Colegio tenía nominadas, clandestinamente, a ciertas alumnas para que ayuden en calidad de ESPÍAS –así con ese nombre– a fin de que informen subrepticiamente sobre el comportamiento –o “faltas de disciplina”– de sus compañeras. Éstas, las denunciadas por aquellas “ESPÍAS”, eran sancionadas en conducta, sin ninguna otra información, más que el chisme, de la ESPÍA, sin un debido proceso, sin verificación alguna, sin contrastar ni probar la verdad del chisme; es decir, en la forma más subrepticia y violatoria de todo Derecho Humano de las estudiantes afectadas. Se solicita al Rector eliminar dicha institucionalidad, realmente inmoral y atentatoria a la dignidad de las estudiantes. (Una copia de dicha comunicación se hizo pública cuando aquel rector fue destituido y enjuiciado por peculado). 13

NOTA: Se adjunta, como ANEXO, una nota periodística, a manera de REPORTAJE, aparecida en Diario EL COMERCIO, del 25 de julio de 2010, a propósito de una “REVUELTA” protagonizada por los “Internos” de la “CORRECCIONAL JUVENIL, u “Hogar de Tránsito N° 2, de la ciudad de Guayaquil.

57

constitucionales de la época, y no se diga de la Constitución actual, cuando estableció la

imputabilidad penal de los menores de edad, a quienes se los reputó como “adolescentes

infractores”. Esta es otra clara violación de sus Derechos Humanos intrínsecos.

En esta penalización impuesta contra los menores de edad, a través del Código de la

Niñez y Adolescencia, tiene corresponsabilidad la denominada “sociedad civil” que a

través de varias ONGs y otro tipo de “asociaciones”, participaron en las comisiones que

elaboraron el Proyecto de Código, debidamente financiado por oras ONGs de los

Estados Unidos; y que fue aprobado expeditamente por el entonces Congreso Nacional.

Cierto es, como ya se ha indicado, que el artículo 305 del Código de la Niñez y

Adolescencia establece que “los adolescentes son penalmente inimputables”; pero a

renglón seguido agrega, en el mismo primer inciso de dicho artículo 305: “y, por lo

tanto –un “por lo tanto” que a decir de cierto pensador significa “las orejas no crecen

más arriba de la frente”* (ILICH, 2011, pág. 73)– no serán juzgados POR JUECES

PENALES ORDINARIOS –de lo que se infiere que serán JUZGADOS POR JUECES

PENALES, O POR TRIBUNALES PENALES, ESPECIALES, cuestión que se hallaba

prohibida, expresamente por el artículo 24, numeral 11, de la Constitución de 1998, que

disponía:

“11. Ninguna persona podrá ser distraída de su juez competente ni

juzgada por tribunales de excepción o por comisiones especiales que se

creen para el efecto”

De manera que el artículo 305 del Código de la Niñez y Adolescencia, no

solamente que era violatorio de los Derechos Humanos de las personas de menor edad,

sino que era, y sigue siendo, completamente inconstitucional; puesto que no se le puede

juzgar PENALMENTE, a una persona que es inimputable; y esta imposibilidad, o

prohibición expresa de juzgamiento penal a una persona INIMPUTABLE, se extiende a

cualquier tipo de juez o tribunal, pues, como dice el adagio popular impuesto desde los

tiempos de Don Quijote de la Mancha: “el hábito no hace al monje”.

Y es muy claro que una persona de menor edad no puede ser juzgada penalmente –

por ningún tipo de juez ni juzgado penal (ordinario ni especial)– precisamente

58

porque se trata de una persona INIMPUTABLE; y, la inimputabilidad implica, como

dice el tratadista alemán Edmundo Mezger al definirla: “Inimputabilidad es la expresión

técnica para denotar la personalidad, la subjetividad, la capacidad penal” (MEZGER,

2014, pág. p.175)

Resulta, entonces, incuestionable, que la INIMPUTABILIDD, significa e implica la

ausencia de conducta o la carencia de capacidad legal para dar relevancia jurídica a esa

conducta; y, por lo tanto, una persona inimputable no puede ser responsable de

acción ni de omisión penal, de lo cual ha de inferirse que tampoco puede ser

enjuiciada penalmente, POR NINGÚN TIPO DE JUECES PENALES; y cualquier

disposición legal que pretenda y/o imponga lo contrario, es VIOLATORIA DE LOS

DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS DE MENOR EDAD, y evidentemente

inconstitucional. Como dice el doctor Augusto Durán Ponce, ex Presidente de la Corte

Nacional de Menores, y ex decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad

Central del Ecuador:

El legislador ecuatoriano ha sido muy cuidadoso en el tratamiento de los

asuntos de menores, que eran conocidos y resueltos como lo que realmente

son: problemas sociales y NO LITIGIOSOS, hasta cuando se los judicializa

en virtud del nefasto Código de la Niñez y la Adolescencia.

La judicialización de los asuntos de menores, además de ser un atentado a

este grupo humano, ha colapsado la administración de justicia de menores.

Arturo Donoso, ilustre jurista, en forma contundente afirma que “nadie ha

logrado explicar cómo puede ser alguien inimputable y al mismo tiempo

responder ante la Ley Penal con el nombre que le sea dada, con el

maquillaje que se le quiera poner”.

En definitiva es un juego de palabras que no solucionan el problema

fundamental: ¿un menor debe responder ante la Ley Penal como un adulto?

O ¿un menor debe quedar al margen de la Ley Penal?

No existen más que dos alternativas: buscar cambiar con términos las cosas

para hacer que un menor resulte imputable, que no le llamemos inimputable

es manejar los términos y destruir el andamiaje de la teoría de la

culpabilidad, partiendo de la propia responsabilidad”.

Por mucho que se haga, o se pretenda hacer desde los ámbitos jurídico-

institucionales, como el actual Consejo para la Igualdad Intergeneracional, el hecho

59

matriz y generador de la violación de Derechos Humanos de las personas de menor

edad, ya está dado, a través de todo el Libro Cuarto del Código de la Niñez y

Adolescencia, bajo los términos esenciales que se dejan anotados. Por consiguiente, a lo

máximo que puede aspirar la institucionalidad de dicho Consejo, es: a paliar, en algo, y

tangencialmente, esas violaciones jurídico-esenciales ya existentes.

De otra parte, es evidente e inconcuso que una vez comprometida doblemente la

vulnerabilidad, y la atención preferente y prioritaria a que tienen derecho los menores

como parte intrínseca de sus Derechos Humanos y constitucionales, se establece,

antijurídicamente, pero de manera fáctica, a través de la legislación positiva inferior –el

Código de la Niñez y Adolescencia– esos niños, niñas y adolescentes afectado, crecerán

sin ejercer sus legítimos derechos fundamentales; por, ello, a más de enderezar las

cuestiones atinentes a la socioeducación de los menores infractores, se debe revisar el

concepto jurídico mismo de tal ente jurídico, pues: no puede existir un “menor

infractor” de la Ley Penal, si, por esencia, es INUMPUTABLE ANTE DICHAS

LEYES.

En fin, los niños, las niñas y los (as) ado9lescentes, deben tener acceso a todos los

derechos humanos inherentes a las personas en general, pero, además, sus propios

Derechos adicionales y específicos en razón de su edad, de su proceso de desarrollo, de

sus necesidades de formación integral, de las consideraciones de su proceso de

evolución bio-psico-social, en conformidad a cada etapa etaria por la que vaya

atravesando, etc.; y, cualquier afectación a estas consideraciones y realidades

particulares de los as) menores de edad, se deberán contemplar como violatoria de sus

Derechos Humanos.

Nada faculta a la sociedad, es decir al otro grupo etario –los adultos– para que

traten a las personas de menor edad como si fueran “menos humanos”, o “humanos más

pequeños”, y que, por tanto, se les debe dar solamente “una ración” de esos Derechos

Fundamentales inherentes a todo el género humano. Por el contrario: los niños, las niñas

y los (as) adolescentes, son personas que deben ser reputadas –y ya lo han sido: tanto

por la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño; cuanto por la

Constitución vigente– como sujetos de MAYORES DERECHOS HUMANOS, toda vez

60

que ameritan una atención preferente y prioritaria por parte del Estado, de la Sociedad

entera, de las familias, comunidades y colectivos.

Ya en el año de 1959, once años después de aprobada la Declaración Universal de

los Derechos Humanos, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó la

Declaración de los Derechos del Niño, con Diez Principios, a manera de artículos

jurídicos, que, en lo fundamental, reconoce al niño y la niña como seres humanos

capaces de desarrollarse física, mental, social, moral y espiritualmente, con libertad y

dignidad.

El Primer principio, declara que “El niño disfrutará de todos los derechos

enunciados en esta Declaración”; y que serán reconocidos a todos los niños sin

excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo,

idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición

económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia”.

Como se puede apreciar, este principio constituye una especie de copia, o simple

repetición, de lo que se había enunciado en el artículo 2.1., de la Declaración Universal

de los Derechos Humanos, aprobados once años antes, ya que dicho texto anterior

decía:

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta

Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,

opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición

económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Parecería que cuando se concibieron los supuestos del Derecho Internacional

Público –DIP– consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no

estaban considerados LOS NIÑOS, en el concepto de “humanos”, ni de “persona”. De

otro modo, no habría sido necesario repetir el mismo texto con respecto a los niños, en

una Declaración del máximo organismo de a “Gobernanza Globalizada”, que es su

Asamblea General, cuya reunión constituye un gigantesco desgaste de recursos, tiempo

institucional y global, gasto de todo un equipo de asesores, secretariado, personal de

oficina, personal auxiliar, gastos en comunicaciones –ya que en 1959 no existían las

TICs–, etc.

61

¿Era necesario, hacer una Declaración específica, a manera de supuestos derechos

de los niños, en la que se repite lo que ya estuvo establecido para las personas de los

otros grupos etarios: jóvenes, adultos y ancianos (como se los denominaba por entonces

a este último grupo que luego se pasó a denominarlos “personas de la tercera edad”; y,

hoy, “adultos mayores”)? No. En materia de Derechos Humanos, éstos deben abarcar a

toda la especie humana, aunque, claro, es incuestionable que cada grupo etario tiene sus

necesidades particulares, propias y específicas.

Es lógico que no pueden ser iguales, las necesidades materiales de los niños o de las

niñas; y las que correspondan a los adolescentes o jóvenes. Otras, muy otras, serán las

necesidades objetivas de las personas adultas. Esto es claro, pero, precisamente en vista

de esa especificidad, los Derechos que se establezcan, como especiales, para esos

grupos etarios, deberán ser, también, los que se correspondan con su especificidad.

Pero, establecer que los niños ameritan aquellos derechos GENÉRICOS a toda la

especie humana, a todos los seres humanos, esto es un real eufemismo jurídico, peor

que un engaño franco y directo.

4.3. NATURALEZA JURÍDICA-DOCTRINARIA DE LA ATENCIÓN

PRIORITARIA CONSTITUCIONALMENTE ESTABLECIDA.

En función de la especificidad que amerita el tratamiento de los problemas materiales,

bio-psico-sociales y de formación integral de las personas de menor edad, es que se

deben establecer las normativas que cubran todos los ámbitos de titularidad jurídica para

la tutela efectiva de su atención, la misma que en virtud de las necesidades evolutivas de

su crecimiento, desarrollo y cognoscitividad para la vida, ha de enfrentar la integralidad

de los problemas.

Es frente a estas condiciones objetivas que en la ya referida la Declaración de los

Derechos del Niño de 1959, es decir en sus Diez Principios, luego de la evocación

hecha en el artículo primera y que fue analizada en el subtema anterior, se determinó,

como Principio 2, que “el niño gozará de una protección especial y dispondrá de

oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que

pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y

62

normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este

fin, la consideración fundamental a que se atenderá, será el interés superior del niño”.

Por consiguiente, cuando en la Convención Internacional sobre los Derechos del

Niño, que se realiza y acuerda treinta años después, esta nueva evocación al “interés

superior del niño”, no es que constituye un “avance”, ni una institucionalidad jurídica-

conceptual innovadora, sino, apenas, la repetición de un supuesto “Principio” que por

treinta años no se había aplicado a lo largo del continente, pues, por ejemplo, los

Códigos de Menores que imperaban a lo largo de América Latina, aparte de ser

tendientes a “disciplinar” a los (as) menores, sus normas llegaban a constituir meros

enunciados declarativos, como dice a este respecto, la doctora Nelly Luz Cárdenas

Dávila , abogada peruana:

El primer Código de Menores que tuvo el Perú, fue promulgado el 02 de

Mayo de 1962, estuvo vigente desde el 01 de julio del mismo año hasta el 27

de junio de 1993. Ha sido catalogado como uno de los mejores códigos de

menores, en América Latina, sin embargo no llego a implementarse debido a

las muchas normas que se incluyeron y jamás pudieron ser aplicadas. Así

como las doctrinas que lo sustentaban cuyo contenido podía ser hermoso, en

la práctica, muchas veces, eran simples declaraciones líricas. (CÁRDENAS

DÁVILA, 2011, pág. 34)

Esta transcripción no es más que un simple muestreo, se limita a ella por efectos de

la naturaleza de esta investigación; pero lo mismo se podría decir del propio Código de

Menores del Ecuador, pues, por ejemplo, en las reformas que se hizo a dicho cuerpo

legal-positivo en 1976, se establecía que el Estado debe “Determinar las medidas que

deben adoptarse con el fin de proteger al menor que se encuentra en situación de riesgo,

y las medidas que tiendan a la superación de dicha situación; o que se deben Establecer

los servicios, modelos y alternativas de protección al menor que se encuentra en

situación de riesgo, sin perjuicio de las normas orgánicas y de funcionamiento que se

dicten; o que se les dará protección a los menores será integral y se ejercerá en todos sus

períodos evolutivos, inclusive el prenatal. Pero, son debidamente conocidas las pírricas

pensiones alimenticias que se determinaban para los (as) menores de edad, luego de

tormentosos, largos, y prolongados trámites judiciales o jurídico-administrativos.

63

Frente a esos escollos, es que en el Ecuador se instituye el neo-constitucionalismo,

bajo cuyo marco y regímenes jurídicos se da inicio a un sistema de real aplicación de las

normas constitucionales, considerando su espíritu y sus alcances en su proceso continuo

y permanente de aplicabilidad. Dichas normas ya no son más simples declaraciones bien

intencionadas o ambiguamente realizadas para que oculten los reales cometidos –como

en los ejemplos de los Códigos de Menores de Ecuador y de Perú que se han expuesto–;

o que se adapten a las intencionalidades negativas de las políticas opresoras, no que se

han de aplicar dichas Normas Constitucionales, aplicándolas en el sentido que más

favorezca a la persona, grupo o comunidad titular de esos Derechos.

Esa es una verdadera forma de aplicar la normativa en sentido SOBERANO,

conforme ya lo postuló, y estableció en el Estado alemán, Carl Schmitt, desde la década

de 1930, cuando desarrolló su más amplia y vasta polémica con los sustentadores de la

teoría pura del Derecho, a cuya cabeza se hallaba Hans Kelsen –quien en 1936

emigraría a Estados Unidos convertido en el profesor por excelencia de su Filosofía del

Derecho–, y otros como Adolf Merk y de Hugo Krabbe, en su obra “teología Política”, a

quienes los acusó de haber “… transformado todos los conceptos de la moderna teoría

del estado en conceptos teológicos secularizados” (SCHMITT, 2012, pág. 37)

Este planteamiento lo formuló Carl Schmitt, en vista que dentro de un Estado

Constitucional de Derecho, no todo puede estar previsto en las normas jurídicas en su

más mínimo detalle, por lo que, incluso el ordenamiento jurídico expreso, concreto y

manifiesto se puede prestar para interpretaciones antojadizas, o simplemente para

desacatos, inobservancias o actuaciones contra-lege, conforme a los intereses de las

personas que se hallen en el ejercicio del Poder, y tengan a su cargo la aplicación

concreta de dichas Normas en los distintos ámbitos de su gestión: administrativo,

judicial o legislativo, (pues todos deben ceñirse a la Constitución).

Para ejemplificar este complejo intríngulis jurídico-operativo de los regímenes

normativo-constitucionales o de aplicación de las normas positivas, y más que nada para

lograr una adecuada comprensión, se podría mencionar ciertos ejemplos de lo ocurrido

en la última etapa de vida constitucional del país:

64

a) Bajo el amparo de la Constitución de 1978, en el mes de septiembre de 1985, se

produce el secuestro del propietario de FILANBANCO, señor Nahim Isaías

Barquet, por parte de un grupo considerado guerrillero urbano o terrorista como

lo denominaba el gobierno de entonces. Dicho secuestro extorsivo estaba

sancionado por el Código Penal de 1938, con las reformas de 1976 que,

efectivamente tipificaba a dicho acto como “delito de terrorismo”. Los

secuestradores fueron ubicados, rodeados por fuerzas del ejército; se dio la

orden de matarlos; y, claro, también se lo mató al secuestrado, quien, a la sazón,

no tenía herederos, por lo que heredaron sus sobrinos, Roberto y William Isaías,

hoy prófugos de la justicia ecuatoriana. ¿Era procedente dicha matanza? ¿Acaso

no tenían derechos a un debido proceso dichos secuestradores? El hecho es que

se tomó la decisión de matarlos sin proceso alguno. No se está justificando el

hecho delictivo, pero se debió haber cumplido con la normativa constitucional y

legal;

b) El primer de abril de 1999, el presidente Jamil Mahuad firma un acuerdo de

concesión de la Base de Manta. Para que se realice tal hecho, era necesario todo

un trámite exigido por el Derecho Internacional Público, como es la

suscripción, discusión en el Congreso y aprobación de ese cuerpo legislativo,

depósito del Instrumento; y aprobación del cuerpo parlamentario del Estado que

se beneficia de la concesión. Es decir, un proceso similar al que tuvo que seguir

Ecuador para la renovación del ATPDA con EE. UU., y que le fue negada. Pero

nada de aquello se hizo, y todo se suscribió a hurtadillas, violando expresas

normas constitucionales y del Derecho Internacional Público; o,

c) La Constitución de 1978, incluidas las reformas que para efectos de las

privatizaciones se hicieron en el año de 1991, prohibía utilizar fondos de la

reserva monetaria para préstamos o “salvatajes” del sistema financiero.

Entonces, se hi8zo una Constitución a la Carta, la de 1998, en la que, de

soslayo, y sin que fuera aprobado, jamás, por la denominada Asamblea

Constitucional, se introdujo una Disposición Transitoria, la Cuadragésima

segunda, por la cual se facultaba al banco Central del Ecuador, para que otorgue

dichos créditos financieros de salvataje; y, como eso no era suficiente, también

65

se hizo otra Ley, con dedicatoria, la Ley de la AGD; y, con ello, se perfeccionó

el atraco más grande de la historia del país, en beneficio de los banqueros.

A todas las eventualidades que se acaban de ejemplificar, Carl Schmitt las

denomina “estados de excepción” (SCHMITT, 2012, pág. 12), dentro de cuyas

circunstancias, los Poderes del Estado toman decisiones que comprometen La

Soberanía, y dan validez a esos actos y/o disposiciones por encima del ordenamiento

legal o en franca violación de él –e, incluso, en eventualidades de vacíos normativos–;

pero, ocurre que, por lo general, como se acaba de ejemplificar en los tres literales

anteriores, esos “ESTADOS DE EXCEPCIÓN” en que actúan las clases dominantes, lo

hacen en su beneficio, o para obtener réditos, mercedes, prebendas –como las tienen en

Estados Unidos, para su impunidad, los beneficiarios del Feriado Bancario–.

Y es que los gobiernos, o los denominados sistemas democráticos de los Estados

Modernos, y/o post-modernos globalizados, propios del sistema liberal-capitalista

dominante, en el que predomina el capital financiero y agiotista de las gigantescas

Sociedades Multi-Nacionales –SMNs– oculta los reales hilos del Poder, convirtiendo en

apriorismos absolutos a los supuestos de “pueblo” de “igualdad”, de “libertad” y de

“fraternidad” –consignas de la Revolución Francesa que se mantienen vigentes–, de allí

que el ex gerente de espionaje –de Seguridad– de una de las ramas de la Agencia

Central de Inteligencia de los Estados Unidos –CIA–, Edward Snowden, manifieste en

forma explícita que

Estamos empezando a reemplazar un Gobierno” abierto de autoritarismo

puro, un Gobierno basado en el principio del conocimiento informado

otorgado por personas que entienden sus actividades, si no en una confianza

en personalidades, una confianza en afirmaciones, una confianza en la

esperanza… mas, en la realidad eso cambia… Es ese tipo de desafíos los que

estamos enfrentando hoy… (SNOWDEN, 2016)

De allí que Carl Schmitt, en otra de sus obras “El Concepto de lo Político”, en la

que abordan el problema de la juridicidad fáctica, evasora y violadora franca de los

principios y derechos constitucionales por parte de los grupos y clases sociales que

ejercen el Poder Real –o poderes fácticos como se les denomina en el lenguaje jurídico-

político usual–, cuestiona, y señala que debe ser rechazada toda esa tolerancia explícita

66

y/o implícita, que tiene por normales los hechos y actos violatorios de la normatividad-

positiva, con lo que se enerva el ordenamiento jurídico y toda disposición constitucional

–o legal– se convierte en mera declaración. Por ello, acota:

…El modelo dual del Estado se basa en la falta de compromiso de la

burguesía, que ha preferido aceptar la tutela del monarca, apoyado en la

burocracia y el ejército, antes que asumir por sí misma la tarea de configurar

la sociedad y las relaciones con el Estado… [Aquello]… no resulta

aceptable, pues, determinados compromisos y normas sobre aspectos

esenciales, dispuestos en la Constitución, incluyen fórmulas que pueden

interpretarse en direcciones contrapuestas. (SCHMITT, Concepto de lo

Político, 2012, pág. 12)

Este pensamiento de Carl Schmitt ubica las ciencias jurídicas dentro del real

contexto material –socio-económico– y jurídico-político –o ideológico-superestructural,

en el que prima y/o se impone aquello que Antonio Gramsci denomina el “Polo

Hegemónico” de los paradigmas ideológico imperantes–; es decir: más allá de las

simples formulaciones metafísicas y supuestamente ideales –y en el fondo: abstractas–

del Derecho. Por ello uno de los comentadores de su pensamiento, , anota:

Sus escritos son tan significativos que constituyen el equipaje doctrinal de

gran parte de los especialistas en Teoría del Estado y en Derecho

constitucional.

La vuelta a Schmitt, que se percibe ahora en los Estados Unidos (1) y en

Italia (2) y, en parte, en nuestra patria (3), suscita la cuestión acerca de su

sentido: ¿una fascinación por sus siempre sugestivos trabajos?, es decir, ¿una

admiratio? Ahora bien: ¿qué tipo de admiración? ¿Veneración? ¿Sorpresa?

¿Estupor? ¿Utilización?” (VERDÚ, 2014, pág. 26)

Frente a estas realidades materiales objetivas, en las que se producen violaciones,

distorsiones o alteraciones claras y evidentes del ordenamiento jurídico-normativo del

Estado, que comúnmente lo realizan las clases y grupos allegados a los Poderes de

Gobierno de los Estados, es que se ha instituido el neo-constitucionalismo, el mismo

que establece unos Nuevos Regímenes Jurídicos y convierten a cada norma

constitucional en una Titularidad Jurídica efectiva y concreta. Por lo tanto, las normas

constitucionales dejan de ser declarativas; deben aplicarse en el sentido que más

67

favorezca a las personas, grupos, comunidades, etnias, culturas y nacionalidades

titulares de esas normas; y, además, como lo determina el numeral 6 del artículo 11,

de la Constitución vigente: “Todos los principios y los derechos son inalienables,

irrenunciables, indivisibles, interdependientes y de igual jerarquía”.

Esos son los nuevos contenidos jurídico-substanciales del neo-constitucionalismo,

dentro del cual, como dice Robert Alexy, en su obra Teoría de los Derechos

Fundamentales, sometiendo a discusión, y fundamentando, el nuevo sistema del

ordenamiento jurídico-constitucional que impone la aplicación directa de las normas

constitucionales a los hechos o actos inmediatos de la realidad, de modo que esa

normativa tenga aplicación efectiva y deje de ser mera declaración ficta o abstracta:

Las cuestiones acerca de cuáles Derechos tiene el individuo como persona y

como ciudadano de una comunidad; de a qué principios está sujeta la

legislación estatal y qué es lo que exige la realización de la dignidad

humana, la libertad y la igualdad, constituyen grandes temas de la filosofía

práctica del Derecho y puntos polémicos centrales de las luchas políticas

pasadas y presentes*14

. Se convierten en problemas jurídicos cuando una

Constitución –como la ley fundamental de la República Federal de

Alemania– somete la legislación, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial a las

normas de los derechos fundamentales, en tanto derecho de vigencia

inmediata y ejerce un amplio control al respecto a través de un Tribunal

Constitucional. (Alexy, 2014)

Es este nuevo tipo sistemático-jurídico de la normativa constitucional, el que se ha

establecido en el país, y por ello, nadie puede soslayar el sometimiento de los Poderes

Públicos del Estado ecuatoriano, de sus instituciones y de todo el conglomerado

orgánico estatal, a los principios generales, a los lineamientos, a los contenidos y a

todos los alcances que se contengan en cada norma de la Constitución vigente; y, entre

ellos, lo atinente a esta investigación, es decir: la tutela de la atención preferente y

prioritaria de todas las personas de menor edad: niños, niñas y adolescentes; tanto más

si estos últimos llegan a encontrase en condiciones de doble vulnerabilidad, por el

hecho de estar en conflicto con la ley penal, y han caído en un estado jurídico de

demérito, por su calidad de “adolescentes infractores.

14

NOTA: Las negrillas son mías

68

Por consiguiente, deben cumplirse, y aplicarse, ante todo, los principios y normas

constitucionales, en toda su extensión, a cada una de las situaciones concretas en que

se confronten dichas normas constitucionales con la titularidad jurídica de sus

destinatarios; y, por lo tanto: la atención preferente y prioritaria para determinados

grupos sociales, los (as) adolescentes en el presente caso –y tanto más si se trata de

“adolescentes infractores”, por su doble vulnerabilidad– no puede, no debe, quedar en

una simple declaración, como ha ocurrido desde cuando fue acuñada esa frase, con

supuesto tinte jurídico, en el Código de Menores de 1993 y en la Constitución de 1998.

Hoy, aquella atención preferente y prioritaria debe abarcar todos los ámbitos de la

formación y desarrollo integrales en favor de la niñez y de la adolescencia, conforme al

espíritu jurídico, a los Principios constitucionales y a los alcances de las

responsabilidades, sociales, familiares y estatales en esta materia. Este es un deber

ineludible, pero, ante todo una responsabilidad del Estado, como lo dispone el artículo

35 de la constitución vigente:

“Art. 35.- Las personas adultas mayores, niñas, niños y adolescentes,

mujeres embarazadas, personas con discapacidad, personas privadas de

libertad y… El Estado prestará especial protección a las personas en condición

de doble vulnerabilidad.”

Y ya en cuanto a la atención particularizada y específica que el Estado –además de

la familia y la sociedad– deben a niños, niñas y adolescentes, el artículo 44 de la misma

Constitución, establece:

Art. 44.- Derecho de atención prioritaria integral de niños y

adolescentes. El Estado, la sociedad y la familia promoverán de forma

prioritaria el desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes, y

asegurarán el ejercicio pleno de sus derechos; se atenderá al principio de su

interés superior y sus derechos prevalecerán sobre los de las demás personas.

Las niñas, niños y adolescentes tendrán derecho a su desarrollo integral,

entendido como proceso de crecimiento, maduración y despliegue de su

intelecto y de sus capacidades, potencialidades y aspiraciones, en un

entorno familiar, escolar, social y comunitario de afectividad y

seguridad. Este entorno permitirá la satisfacción de sus necesidades

69

sociales, afectivo-emocionales y culturales, con el apoyo de políticas

intersectoriales nacionales y locales.

Todo ello, sin desatender el cuidado, protección y titularidad jurídica-constitucional

de niñas, niños y adolescentes sobre los Derechos Humanos comunes a todas las

personas, como la garantía de sus vidas, incluido el cuidado y protección de los

nasciturus; y los derechos a: la integridad física y psíquica; a su identidad, nombre y

ciudadanía; a la salud integral y nutrición; a la educación y cultura, al deporte y

recreación; a la seguridad social; a tener una familia y disfrutar de la convivencia

familiar y comunitaria; a la participación social; al respeto de su libertad y dignidad; a

ser consultados en los asuntos que les afecten; a educarse de manera prioritaria en su

idioma y en los contextos culturales propios de sus pueblos y nacionalidades; y a recibir

información acerca de sus progenitores o familiares ausentes, salvo que fuera perjudicial

para su bienestar, conforme se determina en el artículo 45 de la misma Constitución.

70

CAPÍTULO V

5. LA TITULARIDAD JURÍDICA DE LOS (AS) MENORES

INFRACTORES

5.1. LOS DERECHOS AL DEBIDO PROCESO PENAL SUBSTANTIVO,

ADJETIVO Y DE EJECUCIÓN EN CONDENA

Existe un criterio muy difundido, y se diría que hasta generalmente aceptado en el foro

ecuatoriano, en el sentido de que el “Debido Proceso” se refiere a asuntos de mero

trámite y/o que, además, sólo tiene que ver con el derecho penal. Pero, este es un

criterio sumamente errado y limitante de los alcances jurídicos universales que tiene

esta entidad jurídica del Debido Proceso, ya que sus contenidos rebasan el simple

contexto de la tramitología e, incluso, de los aspectos generales que pueden integrar de

los procesos judiciales.

En efecto, se debe comprender, primigeniamente, que la ley misma, conforme a la

definición del primer artículo del Código Civil: “Es la declaración de la voluntad

soberana que, manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o

permite”. De manera que si alguna norma jurídica, no ha seguido el debido proceso,

para que esa voluntad soberana se manifieste en la forma prescrita por la

Constitución, no puede llamarse ley.

Lo que se acaba de manifestar, y demostrar, lleva a la conclusión evidente de que la

facción, o hechura, de la ley en sí misma, debe cumplir con un debido proceso; y que,

por lo tanto, si la expedición de una norma no ha cumplido con ese Debido Proceso, no

puede llamarse ley: podrá ser reglamento, estatuto, ordenanza, instrucción, disposición,

pero menos Ley.

En vista de los fundamentos jurídicos que se acaban de exponer es que se ha

dividido al Debido Proceso en dos ámbitos jurídicos fundamentales: Debido Proceso

Sustantivo –que tiene que ver con la legitimidad del órgano Soberano que ha emitido la

norma jurídica, por medio de la forma prescrita en la Constitución; e incluso hay

71

quienes sostienen que esa legitimidad debe ajustarse a los Tratados o Convenios

Internacionales, especialmente en lo relativo a los Derechos Humanos–; y Debido

Proceso Adjetivo, que se relaciona propiamente con los contenidos, aspectos y

circunstancias procesales y procedimentales*15

.

Aquí, es decir en el presente trabajo, se deja cuestionada la propia institución

jurídica que se ha denomina do “menor infractor”, porque, como se ha dicho, bajo tal

denominación se convierte a una persona de menor edad, en imputable y responsable

de un delito; y en sujeto de una acción penal que culmina en sentencia acusatoria e

impositiva de una pena. Por consiguiente, es violatoria del Debido Proceso

Substantivo la sola denominación de “menor infractor” o de “menor en conflicto con la

ley penal” –que viene a ser lo mismo, porque no se trata de significantes sino de

significados, pues, como dice el adagio popular: “El hábito no hace al monje”–.

No obstante y dejando a salvo ese cuestionamiento de principio, substancial e

intrínseco, que si bien atañe a los con tenidos del problema investigado, no es el asunto

central que ocupa al presente trabajo, hay que señalarlo, con firmeza, porque una

institucionalidad jurídica semejante, viola los contenidos del debido proceso

substancial, y las garantías inherentes a esa sustancialidad, porque no se

corresponde con el Estado de Derechos y de Justicia, ni con los Principios

Universales de INIMPUTABILIDAD PENAL de las personas menores de edad.

Y es que si no existiese la imputabilidad penal, que fue instituida por un cuerpo

jurídico que, se supone, fue hecho para tutelar y proteger los intereses superiores,

preferentes y prioritarios de los (as) menores de edad, esas personas, como sujetos

titulares de derechos, no tendrían por qué verse avocados a soportar ningún proceso

penal, y ni siquiera apremios personales de ninguna naturaleza. Este es el principio

ínsito jurídico-universal. No hay para qué discutir absolutamente ningún otro aspecto

inherente al Debido Proceso Sustantivo, en materia del Derecho Penal sobre los (as)

menores de edad; o, como se dice en el argot común: No hay vueltas que darle.

15

NOTA: Los tratadistas del Derecho Procesal, distinguen entre: 1. EL PROCESO, o LO PROCESAL, que se relaciona con el cuerpo total o el concepto global del trámite desde su inicio hasta cuando se dicta la sentencia definitiva y ésta se ejecutoría; y, 2. EL PROCEDIMIENTO, o LO POCEDIMENTAL, que se refiere a las formalidades y secuencias que deben seguir cada uno de esos trámites o formación específica de cada parte de los expedientes procesales.

72

Los (as) menores de edad son inimputables, deben ser considerados como tales en

toda la extensión universal de ese concepto jurídico, pues, como se ha señalado en otros

contextos del análisis, la INIMPUTABILIDAD implica ausencia completa del dolo, es

decir de ese afán directo, consciente, reflexivo y maduro que se encamina a “causar

daño, afrenta e injuria en los bienes o en la integridad personal o patrimonial de otro”,

para decirlo en términos que parodian lo dispuesto por el artículo 27 del Código Civil.

Es precisamente la inmadurez de una persona menor de edad, lo que ha

determinado que en el ámbito del derecho civil, las personas menores sean consideradas

INCAPACES, al punto que pueden ser sujetos derechos, tener la titularidad jurídica de

ellos, pero no tienen ninguna facultad de disposición, ni se les puede imputar

responsabilidad alguna, lo cual acarrea varias consecuencias legales concomitantes: si

han hecho actos o negocios jurídicos de disposición de bienes, ésos pueden ser

rescindidos (o ratificados por quien tenga la patria potestad); y si han cometido algún

cuasi delito –daño en los bienes de propiedad ajena– los responsables de tales daños

pueden ser: los padres, los tutores, los guardadores, los que ejerzan patria potestad e,

incluso, los educadores, por expreso mandato de los artículo 2214 al 2219 del Código

Civil.

Así, mediante una legislación positiva que resguarde, proteja, ampare y preserve los

bienes de los menores se cumplen los presupuestos jurídico-doctrinarios del Debido

Proceso Sustantivo, en los casos ejemplificados: a través de las leyes civiles; pero, se

violan los principios y garantías de ese Debido Proceso Sustantivo, cuando, incluso en

la misma Constitución, se hace constar el concepto jurídico de “menor infractor”, pues

el Derecho Humano Universal a la inimputabilidad penal, ya que, repitiendo las

palabras de Edmundo Mezger: “Inimputabilidad es la expresión técnica para denotar la

personalidad, la subjetividad, la capacidad penal” (MEZGER, 2014, pág. p.175); y,

siendo incapaces las personas menores, o pueden asumir responsabilidades penales.

Este es el punto.

En cuanto al Debido proceso Adjetivo, –y luego de dejar claro que los (as) menores

de edad no debieran ser sujetos de ningún proceso penal, de la naturaleza que fuere– las

personas de menor edad deben haber gozado de todas las garantías inherentes a la

73

institucionalidad jurídica-constitucional, en particular las establecidas por el artículo 46,

cuyo tenor es el siguiente:

Art. 46.- Medidas estatales de atención, protección y prevención para

niños y adolescentes. El Estado adoptará, entre otras, las siguientes medidas

que aseguren a las niñas, niños y adolescentes:

1. Atención a menores de seis años, que garantice su nutrición, salud,

educación y cuidado diario en un marco de protección integral de sus

derechos.

2. Protección especial contra cualquier tipo de explotación laboral o

económica. Se prohíbe el trabajo de menores de quince años, y se

implementarán políticas de erradicación progresiva del trabajo infantil. El

trabajo de las adolescentes y los adolescentes será excepcional, y no podrá

conculcar su derecho a la educación ni realizarse en situaciones nocivas o

peligrosas para su salud o su desarrollo personal. Se respetará, reconocerá y

respaldará su trabajo y las demás actividades siempre que no atenten a su

formación y a su desarrollo integral.

3. Atención preferente para la plena integración social de quienes tengan

discapacidad. El Estado garantizará su incorporación en el sistema de

educación regular y en la sociedad.

4. Protección y atención contra todo tipo de violencia, maltrato, explotación

sexual o de cualquier otra índole, o contra la negligencia que provoque tales

situaciones.

5. Prevención contra el uso de estupefacientes o psicotrópicos y el consumo

de bebidas alcohólicas y otras sustancias nocivas para su salud y desarrollo.

6. Atención prioritaria en caso de desastres, conflictos armados y todo tipo

de emergencias.

7. Protección frente a la influencia de programas o mensajes, difundidos a

través de cualquier medio, que promuevan la violencia, o la discriminación

racial o de género. Las políticas públicas de comunicación priorizarán su

educación y el respeto a sus derechos de imagen, integridad y los demás

específicos de su edad. Se establecerán limitaciones y sanciones para hacer

efectivos estos derechos.

8. Protección y asistencia especiales cuando la progenitora o el progenitor, o

ambos, se encuentran privados de su libertad.

9. Protección, cuidado y asistencia especial cuando sufran enfermedades

crónicas o degenerativas.

74

Si a pesar del cumplimiento de todas estas garantías constitucionales, y ya

asumiendo como consumada la institución jurídica del “menor infractor” o “menor en

conflicto con la ley penal”, se deberán observar, en su favor, todas las garantías del

Debido proceso Adjetivo, que las mismas que se encuentran determinadas por el

artículo 76 de la Constitución, y que se exponen del siguiente modo:

“Art. 76.- Garantías básicas del Debido Proceso. En todo proceso en el

que se determinen derechos y obligaciones de cualquier orden, se asegurará

el derecho al debido proceso que incluirá las siguientes garantías básicas:

1. Corresponde a toda autoridad administrativa o judicial, garantizar el

cumplimiento de las normas y los derechos de las partes.

2. Se presumirá la inocencia de toda persona, y será tratada como tal,

mientras no se declare su responsabilidad mediante resolución firme o

sentencia ejecutoriada.

3. Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un acto u omisión que, al

momento de cometerse, no esté tipificado en la ley como infracción penal,

administrativa o de otra naturaleza; ni se le aplicará una sanción no prevista

por la Constitución o la ley. Sólo se podrá juzgar a una persona ante un juez

o autoridad competente y con observancia del trámite propio de cada

procedimiento.

4. Las pruebas obtenidas o actuadas con violación de la Constitución o la ley

no tendrán validez alguna y carecerán de eficacia probatoria.

5. En caso de conflicto entre dos leyes de la misma materia que contemplen

sanciones diferentes para un mismo hecho, se aplicará la menos rigurosa,

aun cuando su promulgación sea posterior a la infracción. En caso de duda

sobre una norma que contenga sanciones, se la aplicará en el sentido más

favorable a la persona infractora.

6. La ley establecerá la debida proporcionalidad entre las infracciones y las

sanciones penales, administrativas o de otra naturaleza.

7. El derecho de las personas a la defensa incluirá las siguientes garantías:

a. Nadie podrá ser privado del derecho a la defensa en ninguna etapa o grado

del procedimiento.

b. Contar con el tiempo y con los medios adecuados para la preparación de

su defensa.

c. Ser escuchado en el momento oportuno y en igualdad de condiciones.

75

d. Los procedimientos serán públicos salvo las excepciones previstas por la

ley.

Las partes podrán acceder a todos los documentos y actuaciones del

procedimiento.

e. Nadie podrá ser interrogado, ni aún con fines de investigación, por la

Fiscalía General del Estado, por una autoridad policial o por cualquier otra,

sin la presencia de un abogado particular o un defensor público, ni fuera de

los recintos autorizados para el efecto.

f. Ser asistido gratuitamente por una traductora o traductor o intérprete, si no

comprende o no habla el idioma en el que se sustancia el procedimiento.

g. En procedimientos judiciales, ser asistido por una abogada o abogado de

su elección o por defensora o defensor público; no podrá restringirse el

acceso ni la comunicación libre y privada con su defensora o defensor.

h. Presentar de forma verbal o escrita las razones o argumentos de los que se

crea asistida y replicar los argumentos de las otras partes; presentar pruebas

y contradecir las que se presenten en su contra.

i. Nadie podrá ser juzgado más de una vez por la misma causa y materia. Los

casos resueltos por la jurisdicción indígena deberán ser considerados para

este efecto.

j. Quienes actúen como testigos o peritos estarán obligados a comparecer

ante la jueza, juez o autoridad, y a responder al interrogatorio respectivo.

k. Ser juzgado por una jueza o juez independiente, imparcial y competente.

Nadie será juzgado por tribunales de excepción o por comisiones especiales

creadas para el efecto.

l. Las resoluciones de los poderes públicos deberán ser motivadas. No habrá

motivación si en la resolución no se enuncian las normas o principios

jurídicos en que se funda y no se explica la pertinencia de su aplicación a los

antecedentes de hecho. Los actos administrativos, resoluciones o fallos que

no se encuentren debidamente motivados se considerarán nulos. Las

servidoras o servidores responsables serán sancionados.

m. Recurrir el fallo o resolución en todos los procedimientos en los que se

decida sobre sus derechos.”

76

5.2. LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES DE REHABILITACIÓN

SOCIOEDUCATIVA INTEGRAL PARA EL (LA) ADOLESCENTE

INFRACTOR (A) EN CONCORDANCIA CON SU ATENCIÓN PRIORITARIA

Una de las cosas más difíciles de cambiar: es la mentalidad de las personas que

deben fungir como operadores del sistema de rehabilitación socioeducativa integral de

los “menores infractores” o “en conflicto con la ley penal”. Por desgracia toda la

herencia de la “cultura” penal inquisitoria heredada desde los tiempos del teocratismo

feudal de La Colonia, determina que existan lo que Vladimir Ilich denominaba

“osamentaciones conceptuales” (ILICH V. , 2010). Por lo tanto, a pesar de que existe

una normativa jurídica-constitucional que ha revolucionado los conceptos sobre las

garantías para la niñez, la adolescencia y la juventud, y ha determinado una vinculación

eficiente, directa y eficaz de esas normas con la realidad material objetiva, ordenando

que se apliquen esas disposiciones en forma directa e inmediata, realmente, poco se

logra avanzar. El sarro mental está osificado.

En efecto, la Nueva Constitución ha cambiado los paradigmas neo hegelianos, de

los que se valió en neo liberalismo para imponer un sistema declarativo-abstracto de

derechos, bajo supuestos ideales –idealistas– que jamás se aplicaban, tomando a las

simples declaraciones por supuestos “hechos”, como que lo declarado se compagina con

la realidad; o, para decirlo con el lenguaje de Hegel, parodiándolo: como que “el

concepto ideal y subjetivo de libertad”, fuera La Libertad; o como que “el espíritu

absoluto –e inmanente– de la declaración normativa”, fuera la real “trascendencia” –

lo trascendente– de la norma y su “materialización objetiva”, expresada como la

“síntesis”, en su calidad de “espíritu absoluto” y de “objeto del Derecho”.

Mas, el “concepto de libertad”, –mental y abstracto– del esclavo, no lo convierte en

hombre libre, de forma objetiva, material y concreta; ni su “identificación con otros

esclavos que también se “conceptúen libres” les da el “espíritu objetivo y trascendente

de libertad” que los libere, realmente, de su condición tangible, corpórea y jurídica de

reales esclavos; pues, como ya lo dijo Aristóteles, –dos mil años antes que Hegel; y

2.300 antes que los neo-hegelianos y neo-liberales, post modernistas–: “se es esclavo

por naturaleza… en fin, la naturaleza del esclavo y de los animales domesticados es del

mismo género” (Aristóteles, 2014) –Cit. SUPRA–, por lo tanto, aunque un esclavo se

77

conceptuara “libre” no pasaba de ser un semoviente, como ocurre con los proletarios

“libres”, de forma análoga, desde los tiempos en que nació Hegel.

Por lo tanto, la declaración contenida en una norma –o el “espíritu absoluto” de

ella– no es su materialización ni su aplicación real; y, contra estas visiones ideales-

abstractas, y falsas en su materialidad objetiva, es que se ha levantado el neo-

constitucionalismo, pero, desgraciadamente, como se ha indicado al comienzo de este

subtema, cada norma y cada contenido de ella, para su materialización, requiere un

operador, ejecutor, agente institucional que la haga efectiva, que la cumpla, y que la

aplique en cada uno de los ámbitos de su gestión; y allí radica el problema.

Ya la Constitución, en materia de garantías para la rehabilitación socioeducativa

integral de cualquier persona que hubiere recibido una sentencia condenatoria, y tanto

más si se trata de personas con doble vulnerabilidad como los “adolescentes

infractores”, ha determinado en el artículo 77, lo que puede denominarse: las garantías

del Debido Proceso, en casos de privación de libertad, así:

“Art. 77.- En todo proceso penal en que se haya privado de la libertad a una

persona, se observarán las siguientes garantías básicas:

1. La privación de la libertad se aplicará excepcionalmente cuando sea

necesaria para garantizar la comparecencia en el proceso, o para asegurar el

cumplimiento de la pena; procederá por orden escrita de jueza o juez

competente, en los casos, por el tiempo y con las formalidades establecidas

en la ley. Se exceptúan los delitos flagrantes, en cuyo caso no podrá

mantenerse a la persona detenida sin fórmula de juicio por más de

veinticuatro horas. La jueza o juez siempre podrá ordenar medidas cautelares

distintas a la prisión preventiva. [COMENTARIO: El internamiento de los

“adolescentes infractores” para su socioeducación, es un equivalente a la

privación de su libertad, porque no es que ellos deban concurrir a tales

sitios –LOS CAI– por su sola voluntad ni porque lo acepten bajo su

discrecionalidad. Entonces, estos principios generales, que se deben aplicar

incluso para personas adultas, deben imponerse, bajo una tutela específica y

prioritaria, para este grupo de doble vulnerabilidad].

2. Ninguna persona podrá ser admitida en un centro de privación de libertad

sin una orden escrita emitida por jueza o juez competente, salvo en caso de

delito flagrante. Las personas procesadas o indiciadas en juicio penal que se

78

hallen privadas de libertad permanecerán en centros de privación provisional

de libertad legalmente establecidos. [COMENTARIO: Este es un principio

constitucional que no se cumple a cabalidad con las personas “adolescentes

infractoras”, porque no existen unos Centros CAI, provisionales, sino que

todos van a un mismo lugar: quienes ya tienen sentencia penal

condenatoria, y quienes están detenidos o procesados con prisión

preventiva. La siguiente nota de prensa, publicada originalmente por Diario

EL TELÉGRAFO, presenta este dato: “‘Lucho’, de 17 años, fue detenido

por estar involucrado en un robo. El menor de edad permanece en el Centro

de Adolescentes Infractores (CAI) de Guayaquil, ubicado en las calles

Gómez Rendón y Calicuchima. En la llamada ‘edad del burro’ andaba por

las calles con personas que le daban malos ejemplos. Ahora ha encontrado

una actividad que le gusta y que está lejos de cualquier hecho delictivo: la

panadería. El joven elabora panes de dulce, de sal, las conocidas ‘guaguas’

y bocaditos, como orejitas, suspiros. “Es una oportunidad que no puedo

desaprovechar. Con esto puedo ponerme un negocio afuera” (Diario EL

TELÉGRAFO, 2015); también en su portal electrónico:

http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/etiqueta/1/infractores,]

3. Toda persona, en el momento de la detención, tendrá derecho a conocer en

forma clara y en un lenguaje sencillo las razones de su detención, la

identidad de la jueza o juez, o autoridad que la ordenó, la de quienes la

ejecutan y la de las personas responsables del respectivo interrogatorio.

[COMENTARIO: Garantía indispensable para una persona de menor edad,

con lo que se superan las condiciones jurídicas de conminación que fueron

establecidas por el Código de Menores de 1938, y toda esa carga

ideológica-represiva]

4. En el momento de la detención, la agente o el agente informará a la

persona detenida de su derecho a permanecer en silencio, a solicitar la

asistencia de una abogada o abogado, o de una defensora o defensor público

en caso de que no pudiera designarlo por sí mismo, y a comunicarse con un

familiar o con cualquier persona que indique. [COMENTARIO: ya no se

impone en contra de cualquier persona detenida, y tanto más si se trata de

menores, el adagio policial de “habla y te salvas” –te salvas de las

torturas–; sino que los (as) agentes deben proceder garantizando el

Derecho al Silencio de la persona detenida; y tanto más si se trata de

“adolescentes infractores”]

79

5. Si la persona detenida fuera extranjera, quien lleve a cabo la detención

informará inmediatamente al representante consular de su país.

6. Nadie podrá ser incomunicado. [Esta fue una práctica recurrente y

sistemática en el sistema jurídico penal-policial del Ecuador, y en general

de todos los países pertenecientes a “la civilización occidental y cristiana”,

al punto que en los propios cueros constitucionales se determinaba que

“una persona detenida no podrá permanecer incomunicada por más de

veinte y cuatro horas; pero, hasta el Código de Procedimiento Penal de

1983 –vigente hasta el año 2000– en su artículo 173, disponía que: “La

detención de que trata el artículo anterior con incomunicación– no podrá

exceder de cuarenta y ocho horas”. Además el artículo 130, segundo inciso,

de dicho cuerpo legal disponía que “La INCOMUNICACIÓN del

sindicado podrá ser ordenada por el juez…”]

Este es el entorno jurídico central, medular y substancial, que se determinan,

constitucionalmente, como garantías de las personas con apremios personales dentro de

una acción penal, aparte de su derecho a la defensa, como titularidad jurídica ínsita,

propia e insoslayable de toda persona, para cuyo efecto el numeral 7, del mismo

artículo 77 que se analiza, establece:

7. El derecho de toda persona a la defensa incluye:

a. Ser informada, de forma previa y detallada, en su lengua propia y en

lenguaje sencillo de las acciones y procedimientos formulados en su contra,

y de la identidad de la autoridad responsable de la acción o procedimiento.

b. Acogerse al silencio.

c. Nadie podrá ser forzado a declarar en contra de sí mismo, sobre asuntos

que puedan ocasionar su responsabilidad penal.

De otra parte, se establecen limitantes sobre la procedibilidad de declaraciones y/o

testimonios que puedan incriminar a cónyuges y aciertos miembros de la familia dentro

del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad. Esto es: hasta primos

hermanos y cuñados. No obstante, se establecen excepciones para los casos de

tipicidades que contengan violencia intrafamiliar, violencia sexual o violencia de

género, si las víctimas o personas conocedoras del hecho se hallan en dichos grados de

parentesco. Así:

80

8. Nadie podrá ser llamado a declarar en juicio penal contra su cónyuge,

pareja o parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de

afinidad, excepto en el caso de violencia intrafamiliar, sexual y de género.

Serán admisibles las declaraciones voluntarias de las víctimas de un delito o

de los parientes de éstas, con independencia del grado de parentesco. Estas

personas podrán plantear y proseguir la acción penal correspondiente.

Una de las garantías que deben hacerse extensivas a los (as) adolescentes

infractores o menores en conflicto con la ley penal, es la caducidad de su prisión

preventiva, en caso de que pesare sobre ellos (as) una medida cautelar de tal naturaleza,

pues, el numeral 9, del artículo 77 de la Constitución dispone:

9. Bajo la responsabilidad de la jueza o juez que conoce el proceso, la

prisión preventiva no podrá exceder de seis meses en las causas por delitos

sancionados con prisión, ni de un año en los casos de delitos sancionados

con reclusión. Si se exceden estos plazos, la orden de prisión preventiva

quedará sin efecto.

Ya en materia concreta de medidas tendientes a la rehabilitación de las personas

detenidas y/o privadas de su libertad, teniendo en cuenta lo determinado por el numeral

11 del artículo 77, que dispone esa medida cautelar como extraordinaria o de última

ratio, pues: “La jueza o juez aplicará de forma prioritaria sanciones y medidas cautelares

alternativas a la privación de libertad contempladas en la ley. Las sanciones alternativas

se aplicarán de acuerdo con las circunstancias, la personalidad de la persona infractora y

las exigencias de reinserción social de la persona sentenciada”, se establece, a través del

numeral 12, que:

12. Las personas declaradas culpables y sancionadas con penas de privación

de libertad por sentencia condenatoria ejecutoriada, permanecerán en

centros de rehabilitación social. Ninguna persona condenada por delitos

comunes cumplirá la pena fuera de los centros de rehabilitación social del

Estado, salvo los casos de penas alternativas y de libertad condicionada, de

acuerdo con la ley.

81

Entonces, bajo los lineamientos generales que se acaban de indicar, y toda vez que

los “adolescentes infractores”, o “menores en conflicto con la Ley Penal”, a pesar de

que el artículo 305, al más puro estilo hegeliano, declara que “los menores de edad son

‘inimputables’ (¡Sic!)”; en la práctica se los convierte en sujetos de acciones penales, de

sanciones penales, y de reclusiones penales, aunque estas sean, o pretendan ser:

eminentemente socioeducativas. Por lo tanto, el numeral 13 del artículo 77, de la

Constitución, dispone:

13. Para las adolescentes y los adolescentes infractores regirá un sistema de

medidas socioeducativas proporcionales a la infracción atribuida. El Estado

determinará mediante ley sanciones privativas y no privativas de libertad. La

privación de la libertad será establecida como último recurso, por el periodo

mínimo necesario, y se llevará a cabo en establecimientos diferentes a los de

personas adultas.

Como se puede apreciar, y no obstante las observaciones que se dejan

puntualizadas, es incuestionable que se han hecho ingentes esfuerzos, reales, para que

cambien tanto los contenidos jurídico-normativos, como los conceptos de los ejecutores

de esas nuevas normas, las mismas que implican una serie de cambios conceptuales,

que, debieran, producir, también, cambios en la cognoscitividad y en las conductas de

aquéllos. Pero, por desgracia, este es un proceso lento, mientras permanezcan aquellos

sarros mentales, como parte de la herencia y de la cultura penal-policial, existente hasta

antes de la vigencia del nuevo Código Orgánico Integral Penal, esto es, hasta el 10 de

agosto del año 2014. ¡Muy poco tiempo para que las cosas cambien a profundidad!

5.3. EL ÁMBITO DE EJES SOCIOEDUCATIVOS PARA LOS

ESTABLECIMIENTOS DEL SISTEMA NACIONAL DE REHABILITACIÓN

DE ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL

Una vez que se hubo instituido el concepto jurídico universal de “adolescente infractor”,

la Organización de las Naciones Unidas –ONU–, con mucha acuciosidad, suma

diligencia e inmediatez orgánica, procedió a establecer una “Directrices para la

Prevención de la Delincuencia Juvenil”, mediante “Resolución 45/112, del 14 de

diciembre de 1990: apenas al año de que “los países partes” habían completado el

número mínimo de ratificaciones para que entrara en vigencia la “Convención

82

Internacional sobre los Derechos del Niño”. Entre las Directrices señaladas, se

establece:

La creación de oportunidades, en particular educativas, para atender las

diversas necesidades de los jóvenes y servir de marco de apoyo para velar

por el desarrollo personal de todos ellos, en particular de aquellos que se

encuentran en acentuado estado de vulnerabilidad y requieren cuidados

especiales.

“La formulación de políticas, incluida una red de servicios, cuya finalidad

sea reducir los motivos, la necesidad y las oportunidades de comisión de las

infracciones o las condiciones que las propician. (Organización de las

Naicones Unidas-ONU, 2015, pág. 32)

Es muy claro que, por medio de las declaraciones, o “directrices” de la ONU, se

pretende trazar una supuesta “estrategia” que tienda a garantizar, de algún modo, los

derechos y, también, el desarrollo de las capacidades de niñas, niños y adolescentes,

aunque utiliza el término genérico de “jóvenes”, quienes ya no son niños, según la

propia clasificación etaria de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.

Sin embargo, la propia Organización de las Naciones Unidas, a través de sus

organismos de real Gobernanza Mundial, como son: el Banco Mundial –BM–, el Fondo

Monetario Internacional –FMI–, la Organización Mundial de Comercio –OMC– y la

Organización Mundial de Propiedad Intelectual –OMPI–, ha impuesto, a nivel

globalizado, sus políticas que tienden a empobrecer a los Estados, especialmente del

Tercer Mundo, o del Mundo Sur como se los denomina actualmente, por medio de una

serie de compromisos en favor de las grandes Sociedades Multi-Nacionales,

privatizadoras del Planeta, también llamados “Cartas de Intención”, sin las cuales

los países caen en “des-certificaciones”, lo que les condena al cierre de mercados, a

sanciones comerciales, a la confiscación de recursos y hasta de cuentas del tesoro

nacional, etc.

Por consiguiente, los supuestos objetivos de aquellas “Directrices” con respecto a

niñas, niños y adolescentes, presentan, ante todo –en este ámbito de dominación de las

multinacionales y de la famosa “gobernanza mundial de la ONU– un desafío objetivo,

que constituye un dilema a resolver por los gobiernos, especialmente de los países

83

subdesarrollados que son los “Estados-Parte”, por excelencia, pues los Estados Unidos

jamás han suscrito ni, peor, ratificado alguno de los Instrumentos Internacionales sobre

Derechos Humanos, Derechos de Los (as) Niños (as), ni del Medio Ambiente.

Aquel desafío consiste: en someterse a los dictados de los reales organismos de

Gobernanza Mundial que se dejan indicados, o defender su soberanía, trazar sus propias

metas de desarrollo al margen, e incluso en conflicto, de los intereses y dictados de las

Sociedades Multi-Nacionales, el verdadero poder tras de los funcionarios y la

burocracia–bien pagada– de la ONU; o, sucumbir ante los supuestos abstractos de sus

Directrices, entregando toda su riqueza y sus recursos a la voracidad privatizadora de

esas multinacionales, y dejando sin recursos a aquella “creación de oportunidades”, para

que todo quede en las mismas declaraciones de siempre.

De allí que el Gobierno ecuatoriano, bajo los regímenes de derechos de la Nueva

Constitución ha levantado su propia identidad soberana, como Estado que tiene real

identidad frente al mundo, frente a esas multinacionales y frente a las imposiciones de

los organismos supra nacionales de Gobernanza Mundial, cuya estructura institucional –

globalizada– se la ha señalado con frontalidad.

En vista de las consideraciones indicadas, se la expedido la Ley Orgánica de los

Consejos Nacionales de para la Igualdad, la misma que establece una aplicación

obligatoria en todos los niveles de gobierno para los órganos, instancias e instituciones

rectoras y ejecutoras de políticas públicas, los organismos especializados para la

igualdad, protección y garantía de derechos. En consecuencia, las finalidades de tales

Consejos, según lo determinado en el artículo 3 de dicha Ley, son:

“1. Asegurar la plena vigencia y el ejercicio de ls derechos consagrados en la

Constitución y en los Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos.

2. Promover, impulsar, proteger y garantizar el respeto al derecho de

igualdad y no discriminación de las personas, comunas, comunidades,

pueblos, nacionalidades y colectivos, en el marco de sus atribuciones y en el

ámbito de sus competencias, a fin de fortalecer la unidad nacional en la

diversidad y la construcción del Estado Plurinacional e Intercultural.

3. Participar en la formulación, transversalización, observancia, seguimiento

y evaluación de las políticas públicas a favor de personas, comunas,

84

comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos, dentro del ámbito de sus

competencias relacionadas con las temáticas de género, étnicas,

generacionales, interculturales, de discapacidad y movilidad humana,

fomentando una cultura de paz que desarrolle capacidades humanas

orientadas hacia la garantía del derecho de igualdad y no discriminación;

medidas de acción afirmativa que favorezcan la igualdad entre las personas,

comunas, comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos; y, la

erradicación de actos, usos, prácticas, costumbres y estereotipos

considerados discriminatorios.”

Son varios los tipos o ámbitos jurídicos que deben abarcar estos Consejos para la

Igualdad: 1. De Género; 2. Intergeneracional –que es el que atañe al presente trabajo–;

3. De pueblos y nacionalidades; 4. De discapacidades; y, 5. De movilidad humana. Se

debe señalar como uno de los rasgos y contenidos fundamentales de estos Consejos,

es que se elimina la titularidad jurídica de supuesta representación que ostentaban

las Organizaciones No Gubernamentales.

Este hecho es de suma trascendencia, porque uno de los mecanismos fundamentales

de dominación Supranacional de las Sociedades Multi-Nacionales, a través de su

agencia oficial: la Organización de las Naciones Unidas –según se ha demostrado– es el

de dar reconocimiento fáctico –de hecho– a dichas Organizaciones No

Gubernamentales: –ONGs–en calidad de “representantes de la llamada sociedad civil”.

De modo que las Sociedades Multi-Nacionales asignan un fondo suficiente para que

cinco allegados –de los países subdesarrollados– formen una “fundación”, con ello ya

podían arrogarse la calidad jurídico-esencial de “representantes de la sociedad civil”; y,

en consecuencia, los gobiernos estaban obligados a consultarlos y a obtener sus

consensos para tomar decisiones, porque de otro modo pasan a ser “anti-democráticos”,

“dictatoriales”, “despóticos”, “populistas”, etc.

Por lo tanto, el haber eliminado la pseudo representación de tales ONGs de estos

Consejos de Igualdad, es un avance objetivo en el proceso de rescate de la soberanía

estatal, de la identidad como país y de la autoridad constitucional legítima del Estado

ecuatoriano. Por desgracia, y a pesar de que existen plazos, a través de disposiciones

transitorias expresas, en materia de menores, cuyo Código de la Niñez y Adolescencia

había instituido precisamente un “Consejo de la Niñez y Adolescencia”, con

85

representación paritaria de representantes de las ONGs, y del Estado, estos procesos de

cambio no se han cumplido, especialmente en los niveles inferiores, esto es en los

“Consejos de Defensa de Derechos” que son de competencia local, o sea: de los

Gobiernos Autónomos Descentralizados: Municipios y Juntas Parroquiales.

Luego de este breve señalamiento, se debe indicar que la Vicepresidencia de la

República, en un trabajo interinstitucional con el Ministerio de Educación elaboró un

documento guía para la Educación Inclusiva la misma que:

a) Se basa en los principios de equidad, cooperación y solidaridad, teniendo en

cuenta la diversidad como valor predominante;

b) Se trata, por consiguiente, de una propuesta educativa que se base en una

relación dialéctica entre la igualdad y la heterogeneidad; y,

c) Asegura los derechos de todos para que tengan acceso a la educación, con

especial énfasis en aquellos grupos con mayor riesgo y vulnerabilidad.

De otra parte, la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, junto con el

Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia, bajo lineamientos encaminados a cumplir

con las disposiciones legales de los Consejos de Igualdad, prepararon la Agenda para la

Igualdad Intergeneracional 2013-2017, las mismas que:

a) Traza el contexto de la Agenda para la Igualdad Intergeneracional, partiendo

de una constatación y un análisis sobre las desigualdades imperantes en

América Latina en torno a productividad, empleo, competitividad

globalizada y la heterogeneidad estructural, la misma que genera una fuerte

segmentación laboral y una distribución muy desigual de lo que produce el

trabajo como fuente de la riqueza social;

b) Determina, objetivamente, que en ese contexto de desigualdades, la Agenda

Nacional para la Igualdad Intergeneracional n o es más que una herramienta

para buscar políticas y acciones tendientes a equilibrar una mayor equidad e

inclusión, lo cual implica un cambio en los patrones socio-culturales,

86

político-jurídicos y socio-económicos que incidan en las estructuras del

Estado;

c) Es impensable que sin esas consideraciones básicas, de contextualización

sobre las realidades objetivas que deberá enfrentar cualquier institución

estatal –e incluso cualquier institución privada (con o sin fines de lucro)– se

puedan llevar a cabo las supuestas “Directrices” de ningún organismo,

porque donde existe desigualdad, miseria generalizada, de explotación y

saqueo como se impone a través del neo-liberalismo globalizado, se puedan

alcanzar las metas de un mínimo desarrollo y el cumplimiento de políticas

inclusivas a través de la educación, la salud, la seguridad, la alimentación, el

vestuario, el personal capacitado e idóneo y la infraestructura suficiente para

cumplir los objetivos de una formación integral de la niñez y de la

adolescencia;

d) Solamente después de aquellas determinaciones es que, una vez aterrizado

el problema, y puestos los pies sobre la tierra, en la Agenda Nacional para la

Igualdad Intergeneracional ya se puede enmarcar el cumplimiento verdadero

y objetivo de los Derechos establecidos por el artículo 10 de la Constitución,

para el ejercicio pleno de tales Derechos a la Igualdad y para su exigencia de

fiel cumplimiento, ya sea en forma individual o colectiva;

e) Es así como la Agenda Nacional para la Igualdad Intergeneracional se

convierte en un instrumento técnico que determina: tanto las políticas como

los lineamientos para aplicar dicho enfoque, bajo principios rectores de

corresponsabilidad, de participación y de equidad, articulando las indicadas

temáticas de transversalización, planificación afianzada en todos los niveles

–sectorial e intersectorial– y con transparencia;

f) Tales son los contextos en que se debe producir la inter-relación

institucional de los planes, programas y proyectos, en los que intervengan,

multidisciplinariamente, los ministerios y secretarías de Estado, dirigiendo

sus esfuerzos a la formación integral de niños, niñas y adolescentes,

teniendo cuidado de aunar esfuerzos y coordinar adecuadamente, para evitar

87

la disputa de competencias o facultades, ni de trabajos o ejecuciones

determinadas, puesto que, como este concepto jurídico-operativo de

intergeneracionalidad es reciente, no vayan a perjudicar los marcos de

protección integral y de desarrollo sistémico de este sector poblacional o

que, al fin, el simple uso del término “intergeneracional” se convierta en

simple enunciado, como ha sido costumbre de las políticas supranacionales

que se imponen a los Estados subdesarrollados; y,

g) Toda vez que mediante un trabajo como el que se acaba de describir, bajo

estos nuevos paradigmas jurídico-objetivos, en el marco del neo-

constitucionalismo y del Estado de Derechos y de Justicia Social, se podrán

romper los ámbitos de discriminación, de “adultocentrismo”, de

imposiciones, de autoritarismos, de coacciones sin beneficio de inventario,

de paternalismos arcaicos, de maltratos que se legitiman por vías de hecho

bajo supuestos “correctivos”, etc.

Solo bajo el funcionamiento efectivo, eficiente y eficaz de una institucionalidad

como la que se ha creado para enfrentar los problemas reales de la niñez –entendido por

NIÑO a la persona que no ha cumplido los 18 años– se podrán desarrollar los ejes

fundamentales de su formación, educación, cultura y desarrollo bio-psico-social.

Creando su propia individualidad dentro de un marco social en que se vea y se sienta

identificado: “El (la) Niño (a) frente al Otro (a)”, al “otro social”, donde se produzca

una interacción constructiva, porque haya superado sus apremios y miserias; y donde

pueda hallar su Universo simbólico-cultural, su identidad social; o, como diría Hegel: su

trascendencia.

Entonces sí, por ejemplo, la legitimidad de una orden, disposición, advertencia,

regla, norma o mandato, se legitimará, no por la intimidación, sino porque está

garantizada a base de una identificación de su yo, con el entorno. Será, por tanto, un

acatamiento racional, en función de lo que el (la) niño (a) ha asumido como sus valores,

y los expresa con su voluntad, dándole validez en su Yo, y generando su propio

sentimiento del deber. No serán necesarias las intimidaciones, ni la imposición por el

“miedo al castigo”; ni, tampoco, habrá lugar para los supuestos “premios religiosos de

salvación”.

88

Así, se abrirán los caminos para una participación consciente en la vida de su

propia formación, en su proceso de “educación liberadora” como la denomina Paulo

Freire, y se materializará el auto-desarrollo de la evolución de todos los procesos bio-

psico-sociales de la niñez, en un ambiente de equilibrio, de participación, de aportes

concretos para su Yo personal y para el grupo o medio social en que se desenvuelva.

A todos estos aspectos y contenidos, han de tender cada uno de los ejes socio-

educativos en los establecimientos del Sistema nacional de Rehabilitación, para los

adolescentes en conflicto con la ley penal –Adolescentes Infractores–, es decir, al

incentivo de las prácticas matrices vinculantes con la sociedad en su conjunto, y con el

grupo social en que se desenvuelva su vida; a la producción de las subjetividades que se

acaban de indicar –y no solamente a que cumpla la pena; y, más o menos, curse los

grados, o años curriculares de estudios–, entendiendo, sobre todo, que se trata de grupos

adolescentes con doble vulnerabilidad, y que demanda doble o triple esfuerzo, pero que

es responsabilidad ineludible, inexcusable y jurídicamente obligatoria de los

sujetos operadores normativos de los Centros de Adolescentes Infractores –CAI–.

89

CAPÍTULO VI

6. MARCO METODOLÓGICO

3.1. MODALIDAD BÁSICA DE LA INVESTIGACIÓN

La modalidad básica de esta investigación es macro-jurídica-social, porque se han

planteado variables concretas acerca de las medidas socioeducativas que se imparten en

los Centros de Adolescentes Infractores –CAI–, y sobre cómo aquellas afectan al

cumplimiento de la finalidad del sistema de medidas socioeducativas que se hallan

contempladas en la normativa de la Constitución de la República del Ecuador,

particularmente en artículo 77, numeral 13.

Además, y para efectos del alcance de esta modalidad investigativa, se hubo trazado

un eje longitudinal de tiempo-espacio, que se lo ubicó para el año 2015, pero

considerando una sucesión de momentos en los que debieron cumplirse los lineamientos

de las mediadas socio-educativas en favor de los adolescentes infractores, teniendo en

cuenta sus Derechos Humanos Fundamentales, la tutela preferente y prioritaria de esos

Derechos; y, además, sus condiciones circunstanciales objetivas de doble

vulnerabilidad.

Por consiguiente, esta es una investigación cualitativa toda vez que las normas

jurídicas, por su carácter genérico y universal, además de abstracto-hipotético, deben ser

consideradas como un todo en el que se manifiesten los diversos y múltiples fenómenos,

bajo diversas categorizaciones teórico-doctrinarias; pero también se ha orientado a la

medición de opiniones relativas a los contenidos normativos, institucionales y de

cumplimiento sistemático en torno a las medidas socio-educativas en favor de los (as)

adolescentes infractores; y, desde este ámbito cognoscitivo, también abarca una

modalidad cuantitativa.

90

3.2. NIVEL O TIPO DE INVESTIGACIÓN

Esta investigación ha cumplido con tres niveles epistemológicos, desde su planificación

y desarrollo para la presentación del Informe Final, esto es: se realizó un trabajo de

investigación exploratoria, respecto de los aspectos conocidos que se hallan normados

por la Constitución de la República, por el Código de la Niñez y Adolescencia, los

referentes históricos de los Códigos anteriores, esto es: el Código de Menores de 1938;

y el Código de Menores de 1993.

Dentro de este ámbito exploratorio-cognoscitivo, se tomó en cuenta, también, lo

referente a normas complementarias y lineamientos jurídico-políticos y normativo-

institucionales, como: La Agenda de Igualdad de la Niñez 2012-2013 editada por el

Ministerio de Inclusión Económica y Social –MIES–; la Agenda Nacional para la

Igualdad Intergeneracional, elaborada y editada por la Secretaría nacional de

Planificación y Desarrollo, y, el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia; la ley

Orgánica de los Consejos para la Igualdad, cuerpo jurídico dentro del cual se hallan las

disposiciones sobre el Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional; el

Reglamento a la Ley Orgánica de los Consejos Nacionales para la Igualdad; y, el

Instructivo VI de loas Décimo Séptima Convención Iberoamericana sobre los Grupos

Vulnerables.

3.3. POBLACIÓN Y MUESTRA

La población está constituida por profesionales del Derecho, estudiantes de derecho, y,

personas inscritas en el Portal de Compras Públicas o miembros de Organizaciones

Sociales vinculadas al trabajo de socio-educación con menores.

De ellas se tomará una muestra de 15 personas por grupo; lo que representa un total de

45 personas.

91

Cuadro 1. Población y Muestra

POBLACIÓN MUESTRA

Estudiantes de derecho, 15

Profesionales del derecho 15

Miembros de Organizaciones Sociales 15

TOTAL 45

Elaboración: Carlos Muñoz

3.4. DEFINICIÓN DE LAS VARIABLES

3.4.1. Variable independiente

Las normativas: constitucional, del Código de la Niñez y Adolescencia, y del Código

Orgánico Integral Penal, que establecen un concepto de integralidad holística para el

Sistema de Rehabilitación Social de menores infractores.

3.4.2. Variable dependiente

La falta de esa institucionalidad del Sistema de socio-educación, rehabilitación y

reinserción social de Menores Infractores que no atiende los ámbitos integrales exigidos

por la normativa legal y constitucional existente en el país.

3.5. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS Y RECOLECCIÓN DE DATOS

Entre la muestra de la población indicada se aplicará una encuesta, la misma que tomará

en cuenta las variables señaladas, por medio de preguntas cerradas que arrojarán los

datos, con los que se obtendrán las correspondientes inferencias mediante un nivel

analítico de investigación.

92

3.6. PROCEDIMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

Las encuestas, se han convertido en los mecanismos de medición más comunes del

mundo actual, para obtener los datos requeridos por una investigación, al punto de que

las comunidades académicas y científicas, raramente ponen en tela de juicio la idea de

que, por medio de ellas se puede obtener información útil y valedera.

Toda encuesta provee datos, los mismos que en el presente caso han sido obtenidos

en la investigación de campo realizada como parte del proceso de elaboración de este

Informe Final.

Por lo tanto, es indispensable determinar que los datos no son información sino que

ésta se la obtiene por medio de un análisis inferencial cuyos resultados se los presenta

en esta parte del contexto sistemático que se expone dentro del presente capitulo.

Ahora bien, parta determinar el tipo de datos a obtener, es indispensable saber qué se

mide; y esa medición debe estar encaminada a cumplir ciertos objetivos específicos,

pero los objetivos no representan los “objetivos” ni son “los objetivos en sí”; los datos

proporcionan ciertos indicadores que se han extraído de los Objetivos Específicos que,

para el efecto de la presente encuesta, tienen la categoría de “variables”; y que,

conforme se habían delineado, son los siguientes:

a) Demostrar las falencias y aspectos no contemplados en la aplicación de

medidas socio-educativas institucionales con respecto a los (as)

adolescentes infractores;

b) Demostrar cuáles son, y debieran ser, las reales finalidades socio-jurídicas y

constitucionales-objetivas, del sistema de medidas socio-educativas de los

(as) adolescentes infractores determinadas en la Constitución; y,

c) Demostrar que el simple manejo de los Centros de Adolescentes Infractores

no permite el verdadero e integral cumplimiento de las garantías

constitucionales de atención preferente y prioritaria, integral, para los (as)

adolescentes infractores.

93

CAPÍTULO VII

7. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS

7.1. DISEÑO Y ELABORACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS PARA LA

INVESTIGACIÓN DE CAMPO

El instrumento básico para la presente investigación de campo es el formato de una

encuesta, la misma que se ha delineado al tenor de un cuestionario, con diez preguntas

cerradas, a través de las cuales se dirige la investigación para obtener datos concretos

mediante las respuestas directas, precisas y objetivas, de las personas que integran la

muestra señalada en el capítulo anterior.

Se determinó que dichas encuestas sean anónimas, a pesar de que se contactó

previamente con los profesionales de derecho y con los Miembros de Organizaciones

Sociales que se seleccionaron, para efectos de este trabajo de campo. La reserva de

nombres de las personas encuestadas, tiene por objetivo: el evitar senso-percepciones

negativas y/o resistencias a expresar, de forma libre y espontánea, su pensamiento u

opinión en torno al contenido de lo que se les preguntaba.

En cuanto a los estudiantes de derecho, se dividió la población entre personas de la

Universidad Central del Ecuador y de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador:

ocho del primer establecimiento de educación superior –UCE–; y siete del segundo –

PUCE–, y fueron abordados al azar.

El contenido del formato de la encuesta fue el siguiente:

1. ¿Estima usted que existen falencias en el tratamiento socioeducativo a los (as)

adolescentes infractores?

SI…….. NO..…….

94

2. ¿Considera usted que los establecimientos de rehabilitación socioeducativa de los

adolescentes infractores, tienen la capacidad suficiente, para atender la socioeducación y

formación integral de los (as) adolescentes infractores?

Sí ……… No………

3. ¿Estima que se requiere una infraestructura de mayor capacidad e implementación

para que los (as) adolescentes infractores internados, puedan recibir una socio-

educación integral?

Sí ……… No………

4. ¿Qué medidas, componentes o aspectos formativos, considera usted que debe abarcar

una socio-educación integral para los (as) adolescentes infractores?

a) Que terminen su educación curricular

b) Que se preparen para el ingreso a la Universidad

c) Que desarrollen sus capacidades de relación bio-psico-social

d) Que tengan cultivado su talante socio-equilibrado con su medio social

e) Que se preparen para el trabajo de sobrevivencia

f) Que tengan la formación debida para el ejercicio de su ciudadanía

5. ¿Estima que los aspectos señalados en la pregunta anterior pueden ser brindados a

través de una sola institución estatal-pública?

Sí ……… No………

95

6. ¿Sabe usted que, por mandato constitucional, todos los procesos integrales de

rehabilitación y socio-educación de los (as) adolescentes infractores, es responsabilidad

del Estado?

Sí ……… No………

7. ¿Estima usted que se debe delegar a instituciones privadas la gestión, planificación y

control de los Centros de Adolescentes Infractores?

Sí ……… No………

8. ¿Cree usted que la existencia privada de un solo centro de socioeducación viola los

derechos constitucionales de los (as) adolescentes infractores?

Sí ……… No………

9. ¿Estima usted que para el proceso de capacitación, socio-educación, rehabilitación,

resocialización y formación integral de los (as) menores infractores, debe darse un

trabajo multidisciplinario y pluri-institucional?

Sí ……… No………

10. ¿Qué tipo de profesionales, e instituciones estatales, debieran intervenir de forma

multidisciplinaria, inter-relacionada y corresponsable en la capacitación, socio-

educación, rehabilitación, resocialización y formación integral de los (as) menores

infractores?

- Trabajadoras (es) Sociales … - Psicólogas (os) Clínicas (os) …

- Sociólogas (os) … - Planificadores ocupacionales …

- Ministerio de Justicia … - Ministerio de Inclusión MIES…

- Ministerio de Educación… - SECAP …

- Consejos de Igualdad … - Todos los anteriores …

96

4.2. DATOS OBTENIDOS EN LAS ENCUESTAS

Pregunta No. 1. ¿Estima usted que existen falencias en el tratamiento socioeducativo a

los (as) adolescentes infractores?

Gráfico 1. Pregunta No. 1

Pregunta No. 2. ¿Considera usted que los establecimientos de rehabilitación

socioeducativa de los adolescentes infractores, tienen la capacidad suficiente, para

atender la socio-educación y formación integral de los (as) adolescentes infractores?

Gráfico 2. Pregunta No. 2

SI

NO 1%

SI

NO

97

Pregunta No. 3. ¿Estima que se requiere una infraestructura de mayor capacidad e

implementación para que los (as) adolescentes infractores internados, puedan recibir

una socio-educación integral?

Gráfico 3. Pregunta No. 3

Pregunta No. 4. ¿Qué medidas, componentes o aspectos formativos, considera usted

que debe abarcar una socio-educación integral para los (as) adolescentes infractores?

Gráfico 4. Pregunta No. 4

SI

NO

f) Que tengan la formación debida para el ejerciciode su ciudadanía

e) Que se preparen para el trabajo desobrevivencia

d) Que tengan cultivado su talante socio-equilibrado con su medio social

c) Que desarrollen sus capacidades de relación bio-psico-social

b) Que se preparen para el ingreso a la Universidad

a) Que terminen su educación curricular

91,11%

100%

93,33%

95,56%

100%

100%

98

Pregunta No. 5. ¿Estima que los aspectos señalados en la pregunta anterior pueden ser

brindados a través de una sola institución estatal-pública?

Gráfico 5. Pregunta No. 5

Pregunta No. 6. ¿Sabe usted que, por mandato constitucional, todos los procesos

integrales de rehabilitación y socio-educación de los (as) adolescentes infractores, es

responsabilidad del Estado?

Gráfico 6. Pregunta No. 6

SI

NO

NO

99

Pregunta No. 7. ¿Estima usted que se debe delegar a instituciones privadas la gestión,

planificación y control de los Centros de Adolescentes Infractores?

Gráfico 7. Pregunta No. 7

Pregunta No. 8. ¿Cree usted que la existencia privada de un solo centro de socio-

educación viola los derechos constitucionales de los (as) adolescentes infractores?

Gráfico 8. Pregunta No. 8

SI

NO

SI

NO

100

Pregunta No. 9. ¿Estima usted que para el proceso de capacitación, socio-educación,

rehabilitación, resocialización y formación integral de los (as) menores infractores, debe

darse un trabajo multidisciplinario y pluri-institucional?

Gráfico 9. Pregunta No. 9

Pregunta No. 10. ¿Qué tipo de profesionales, e instituciones estatales, debieran

intervenir de forma multidisciplinaria, inter-relacionada y corresponsable en la

capacitación, socio-educación, rehabilitación, resocialización y formación integral de

los (as) menores infractores?

Gráfico 10. Pregunta No. 10

SI

Todos los anteriores

Trabajadoras (es) Sociales

Sociólogas (os)

Ministerio de Justicia

Ministerio de Educación

Consejos de Igualdad

Psicólogas (os) Clínicas (os)

Planificadores ocupacionales

Ministerio de Inclusión MIES

SECAP

100%

101

4.3. INTERPRETACIÓN INFERENCIAL CUALITATIVA DE LA

INFORMACIÓN OBTENIDA

Pregunta No. 1. ¿Estima usted que existen falencias en el tratamiento socioeducativo a

los (as) adolescentes infractores?

SI…….. 44 NO..…….1

Tabla 1. Pregunta No. 1

INDICADORES FRECUENC

IA PORCENT

AJE

Si estima 44 97.8%

No estima 01 2.2%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: Sobre la apreciación respecto a las falencias existentes en el

tratamiento socioeducativo a los (as) adolescentes infractores el resultado de los datos

indica que existe una consciencia clara entre los entrevistados, que en general son

muestra representativa porque se trata de personas vinculadas con el tema materia de la

encuesta, sobre el hecho de que tales falencias son evidentes. El 97.8% de los

encuestados, contestó afirmativamente.

ANÁLISIS: Al margen del dato arrojado por la encuesta en términos numéricos,

que de todas maneras es muy significativo, porque demuestra un criterio sobre ciertos

márgenes de realidad, el hecho es que se deben redoblar los esfuerzos para que estas

falencias se corrijan. Las cosas no son tan fáciles, como ya se ha manifestado en el

contexto del análisis, pues, sí se han articulado las condiciones objetivas jurídicas –

constitucionales, legales e institucionales– sobre esta materia, pero, superar la

mentalidad “cultural” –en los términos de conceptos, conductas, actitudes y costumbres

como lo plantea Talcot Parsons (PARSONS, 2015) de los operadores normativos, es

decir, de aquellas personas que están llamadas a ejecutar los contenidos, los

lineamientos, los orgánico-funcionales de las entidades, etc. Dura es la tarea.

102

Pregunta No. 2. ¿Considera usted que los establecimientos de rehabilitación

socioeducativa de los adolescentes infractores, tienen la capacidad suficiente, para

atender la socio-educación y formación integral de los (as) adolescentes infractores?

Sí ……… 1 No………44

Tabla 2. Pregunta No. 2

INDICADORES FRECUENC

IA PORCENT

AJE

Si considera 01 2.2%

No considera 44 97.8%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: Los resultados sobre esta pregunta de la encuesta aparecen

correspondientemente proporcionales en sentido inverso, o lo que en matemáticas –y

también en estadística– se denomina “inversamente proporcional”, lo que demuestra la

coherencia perceptiva-conceptual de las personas encuestadas; y, claro, la solidez de sus

apreciaciones sobre aquello que se les consulta, pues, en este caso: el 97.8% considera

que los establecimientos de rehabilitación socioeducativa de los adolescentes

infractores, no tienen la capacidad suficiente, para atender su socioeducación y

formación integral.

ANÁLISIS: Es más o menos lógico que si existen falencias en los procesos de

rehabilitación socioeducativa con respecto a los (as) menores infractores, esto repercuta

en la demanda institucional de sus establecimientos, pero, el hecho es que, siendo la

tarea muy compleja, los establecimientos de rehabilitación socioeducativa no son,

precisamente, los Centros donde deben recibir todos los recursos, elementos y procesos

de aquella formación. Por ejemplo, no se pueden poner colegios en cada Centro de

Atención para adolescentes infractores –CAI–.

103

Pregunta No. 3. ¿Estima que se requiere una infraestructura de mayor capacidad e

implementación para que los (as) adolescentes infractores internados, puedan recibir

una socio-educación integral?

Sí ……… 42 No………3

Tabla 3. Pregunta No. 3

INDICADORES FRECUENCIA PORCENTAJE

Si estima 42 93.4%

No estima 03 6.6%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: El 93,4% de la muestra encuestada estima que se requiere

una infraestructura de mayor capacidad e implementación para que los (as) adolescentes

infractores internados, puedan recibir una socio-educación integral, lo que demuestra un

amplio espectro cognitivo sobre la institucionalidad física en al que debe atenderse a

tales adolescentes, para cumplir con las responsabilidades que el Estado debe

afrontarlas, en cumplimiento con la normativa constitucional.

ANÁLISIS: Si bien se torna notoria la necesidad de infraestructura –locales y

lugares adecuados para la permanencia de los adolescentes que deben cumplir con el

internamiento a causa de su apremio personal– esta evidencia se pone ante los ojos de

las personas encuestadas porque se puede apreciar, con claridad, que la infraestructura

de Rehabilitación Social para personas adultas ha sido infinitamente ampliada, al punto

que la generalidad de ellos tienen acceso a los distintos niveles de educación curricular,

al trabajo productivo y a actividades comunitarias diversas.

Aquella situación, y las nuevas condiciones de los Centros de Rehabilitación

Social, para las personas –adultas– privadas de la libertad, contrasta con un informe de

la Organización de las Naciones Unidas emitido en el año 2006, es decir antes de este

proceso político del Ecuador, sobre la población carcelaria de Ecuador, en base a lo que

esa organización supranacional denomina “detenciones arbitrarias”:

104

La ausencia de una real administración en la función judicial, la insuficiencia

de los recursos asignados y la percepción generalizada de falta de

independencia, de politización y de corrupción en las instituciones judiciales,

policiales y penitenciarias han tenido un significativo impacto en el disfrute

de los derechos humanos, afectando principalmente a los más pobres,

quienes constituyen la gran mayoría de la población penal. (ONU, 2006, pág.

98)

Con seguridad, en base a las evidencias que se dejan anotadas, es que las personas

encuestadas, abogan, sugieren y estiman que se requiere una infraestructura de mayor

capacidad e implementación para que los (as) adolescentes infractores internados,

puedan recibir una socio-educación integral

105

Pregunta No. 4. ¿Qué medidas, componentes o aspectos formativos, considera usted

que debe abarcar una socio-educación integral para los (as) adolescentes infractores?

a) Que terminen su educación curricular: todos los 45 encuestados

b) Que se preparen para el ingreso a la Universidad todos los 45

encuestados

c) Que desarrollen sus capacidades de relación bio-psico-social: 43

d) Que tengan cultivado su talante socio-equilibrado con su medio social:

42

e) |Que se preparen para el trabajo de sobrevivencia: todos los 45

encuestados

f) Que tengan la formación debida para el ejercicio de su ciudadanía: 41

Tabla 4. Pregunta No. 4

INDICADORES FRECUENCIA FRECUENCIA

Que terminen su

educación curricular 45 100%

Que se preparen para

el ingreso a la

Universidad

45 100%

Que desarrollen sus

capacidades de relación

bio-psico-social

43 95.6%

Que tengan cultivado

su talante socio-

equilibrado con su medio

social

42 93.4%

Que se preparen para

el trabajo de

sobrevivencia

45 100%

Que tengan la

formación debida para el

ejercicio de su

ciudadanía

41 91.2%

106

INTERPRETACIÓN: Como se trata de personas adolescentes, que se hallan en

proceso de formación integral, se determinaron algunas categorías y variables relativas a

los componentes de dicha Formación, como: la educación regular o curricular; la

preparación para su ingreso a las universidades, el desarrollo de sus capacidades de

relación bio-psico-social, el cultivo de sus talantes socio-equilibrados para la relación

con su medio social, su preparación para el trabajo de sobrevivencia y la formación

debida a su ejercicio de ciudadanía. Sobre cada uno de los aspectos señalados podían

opinar las personas encuestadas.

ANÁLISIS: El resultado de las encuestas realizadas, revela una vez más cierta

homogeneidad de criterios articulados, concurrentes y relacionales de las personas

encuestadas, pues, de entrada, el ciento por ciento de ellas estuvo porque las personas

ado9lescentes infractoras, tengan las facilidades necesarias para la terminación de sus

niveles educativos correspondientes a la secundaria; igualmente, en el mismo porcentaje

de apreciación, estimaron que esos adolescentes, que han terminado la secundaria,

debían recibir preparación para su ingreso a la universidad, sin que sus condiciones

legales se conviertan en óbices para su formación académica de carrera.

Lógicamente, unas personas que se han educado y han recibido una capacitación

curricular normal y que, gracias a su preparación específica ha logrado calificar para su

ingreso a la universidad, va a tener desarrolladas, y equilibradas, sus capacidades de

relación bio-psico-social; y de esa formación evolutiva normal de sus procesos

psíquicos, tendrá, consecuentemente, equilibrado su talante para una efectiva y eficaz

relación con su medio social. O, como suelen decir en el lenguaje vulgar: “se habrá

curado”.

Finalmente, el ciento por ciento de las personas encuestadas abonaron los criterios

de que, además, los (as) adolescentes infractores, debían prepararse para su trabajo de

sobrevivencia, para la vida, para ganarse el sustento, lo cual redundaría en un debido

ejercicio de ciudadanía, como parte de la sociedad y de la sociedad política en que le ha

correspondido vivir.

107

Pregunta No. 5.- ¿Estima que los aspectos señalados en la pregunta anterior

pueden ser brindados a través de una sola institución estatal-pública?

Sí ……… 3 No………42

Tabla 5. Pregunta No. 5

INDICADORES FRECUENC

IA PORCENT

AJE

Si estima 03 6.6.%

No estima 42 93.4%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: Dado el alcance, amplitud y complejidad de lo que implica

la tarea –o mejor la multiplicidad de tareas– encaminada a proporcionar la serie de

atenciones para la educación, cultura, rehabilitación, reinserción y formación integral

para el ejercicio ciudadano de un grupo social que afronta problemas con la justicia

penal, y que por ende se halla en condiciones de doble vulnerabilidad, es un ámbito que

no puede ser cubierto por una sola institución, y, quizás tanto peor, por un solo Centro

de Atención a Adolescentes Infractores –CAI–; y así es cómo lo considera el 93.4% de

las personas encuestadas.

ANÁLISIS: La responsabilidad jurídica del Estado para cumplir con los mandatos

de las normas constitucionales es muy compleja, para que pueda atender todos los

ámbitos de formación integral de los adolescentes infractores –o en conflicto con la Ley

Penal– lo que demanda educación, cultura, preparación para ingreso a las universidades,

desarrollo pleno de sus capacidades, rehabilitación, reinserción social y preparación

para el ejercicio ciudadano, a fin de que sean individuos que conocen, comprenden y

participan en la vida pública, ya que todos esos factores conjuntos posibilitarán que cada

uno asuma su rol dentro del Estado como sociedad política; y, lógicamente, estos

aspectos señalados no pueden ser brindados a través de una sola institución estatal-

pública.

108

Pregunta No. 6.- ¿Sabe usted que, por mandato constitucional, todos los procesos

integrales de rehabilitación y socio-educación de los (as) adolescentes infractores, es

responsabilidad del Estado?

Sí ……… 45 No………

Tabla 6. Pregunta No. 6

INDICADORES FRECUENC

IA PORCENT

AJE

Si sabe 45 100%

No es verdad 00 00%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: El ciento por ciento de las personas encuestadas sabía

perfectamente, que, por mandato constitucional, todos los procesos integrales de

rehabilitación y socio-educación de los (as) adolescentes infractores, es responsabilidad

del Estado, con lo que se manifiesta una asimilación cognitiva sobre la falsedad de

aquello que se ha postulado tradicionalmente, en el sentido de que “la familia es el

núcleo fundamental donde se forman los (as) niños (as) y adolescentes”.

ANÁLISIS: Conforme se ha demostrado en el contexto analítico-exegético y

hermenéutico del desarrollo de este trabajo investigativo, es un sofisma aquello que

constaba como declaración hipotética en las constituciones anteriores a la actual, en el

sentido de que la formación integral es responsabilidad de las familias. Esta apariencia

de realidad y que ya como disposición jurídica es un verdadero engaño, una falacia

constitucional, legal y cognoscitiva –además de una elusión de la responsabilidad

estatal– ha sido superada por la vigencia de la Constitución actual, ya que ninguna de

las personas encuestadas puso en duda el hecho de que todos los procesos integrales de

rehabilitación y socio-educación de los (as) adolescentes infractores, es responsabilidad

del Estado.

109

Pregunta No. 7.- ¿Estima usted que se debe delegar a instituciones privadas la gestión,

planificación y control de los Centros de Adolescentes Infractores?

Sí ……… 4 No………41

Tabla 7. Pregunta No. 7

INDICADORES FRECUENCIA PORCENTAJE

Si estima 04 8.8%

No estima 41 91.2%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: En la confrontación de esta pregunta con la que se buscaba

poner en evidencia material el nivel de vinculación cognoscitiva entre la

responsabilidad del Estado y las posibilidades de delegar a instituciones privadas esa

gestión estatal de planificación y control de los Centros de Adolescentes Infractores, el

8.8% de las personas encuestadas se inclinó favorablemente por esa posibilidad;

mientras el 91.2% consideró que tales responsabilidades jurídico-constitucionales deben

ser indelegables.

ANÁLISIS: Es muy probable que las personas encuestadas hayan considerado el

hecho posible de que la propia Constitución establece la “delegabilidad” de ciertas

atribuciones y gestiones concretas del Estado a determinadas empresas y/o instituciones

privadas, como referente de su apreciación ante esta pregunta; de allí que el 8.8% de las

personas encuestadas, es decir un porcentaje representativo en el contexto de la muestra,

haya considerado que sí estima delegable a instituciones privadas la gestión,

planificación y control de los Centros de Adolescentes Infractores; mientras el 91.2%

dijo que no.

En todo caso, las delegabilidades funcionales, de administración u operativas de

ciertas facultades estatales, deben tener una apreciación de costo beneficio, pero, y

fundamentalmente, de eficiencia: es decir de mediciones estrictas sobre el cumplimiento

cabal de los objetivos que implican la formación integral y la socio-educación de los

adolescentes infractores; y de eficacia, o sea: aquella eficiencia medida en condiciones y

110

circunstancias de rendimiento, beneficio, utilidad y provecho efectivo para los (as)

adolescentes en conflicto con la ley penal.

Pregunta No. 8. ¿Cree usted que la existencia privada de un solo centro de socio-

educación viola los derechos constitucionales de los (as) adolescentes infractores?

Sí ……… 39 No………6

Tabla 8. Pregunta No. 8

INDICADORES FRECUENC

IA PORCENT

AJE

Si cree 39 13.3%

No cree 06 86.7%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: Las categoría y/o variables que se introducen para medir

los niveles cognitivos, en base a los cuales deben darse las apreciaciones de las personas

encuestadas, contrastándolas, para que aquéllas no aparezcan puramente arbitrarias,

llevó a formular esta pregunta, sobre si cree que la existencia privada de un solo centro

de socio-educación –uno solo y privado– viola los derechos constitucionales de los (as)

adolescentes infractores. Se les advirtió, en el proceso de la encuesta que esa es la

realidad infraestructural e institucional del país, donde funciona UN Centro Privado de

esa naturaleza, para la ciudad de Quito.

.ANÁLISIS: Ante las eventualidades señaladas, el 13.3% de las personas

encuestadas consideró que sí cree que la existencia privada de un solo centro de socio-

educación viola los derechos constitucionales de los (as) adolescentes infractores,

seguramente porque, a estas alturas de la encuesta, apreciaban con claridad el vasto

ámbito de responsabilidad estatal sobre esta materia; y, habiendo opiniones en el sentido

de que el manejo privado –delegado– de ciertas atribuciones estatales no afecta los

Derechos constitucionales ni determina un incumplimiento de las responsabilidades

estatales, de allí que el porcentaje de personas que se manifestaron por la delegabilidad

de estas atribuciones del Estado, subió en un 4.7%.

111

Pregunta No. 9. ¿Estima usted que para el proceso de capacitación, socio-educación,

rehabilitación, resocialización y formación integral de los (as) menores infractores, debe

darse un trabajo multidisciplinario y pluri-institucional?

Sí ……… 45 No………

Tabla 9. Pregunta No. 9

INDICADORES FRECUENC

IA PORCENT

AJE

Si estima 45 100%

No estima 00 00%

TOTAL 45 100%

INTERPRETACIÓN: Con suma claridad, y ante las vastas dimensiones que

implica el trabajo y la responsabilidad estatal de atender el proceso de capacitación,

socio-educación, rehabilitación, resocialización y formación integral de los (as) menores

infractores, el ciento por ciento de las personas encuestadas consideró que debe darse

bajo un ámbito multidisciplinario y pluri-institucional.

ANÁLISIS: Se ha generado un buen nivel de consciencia en la ciudadanía, de allí

que la población involucrada y tomada como muestra aleatoria de la presente

investigación, manifiesta de forma rotunda que para atender en su plenitud los procesos

consultados: de capacitación, socio-educación, rehabilitación, resocialización y

formación integral de los (as) menores infractores, no se puede cumplir a través de un

solo grupo de profesionales, ni por medio de una sola institución.

112

Pregunta No. 10.- ¿Qué tipo de profesionales, e instituciones estatales, debieran

intervenir de forma multidisciplinaria, inter-relacionada y corresponsable en la

capacitación, socio-educación, rehabilitación, resocialización y formación integral de

los (as) menores infractores?

- Trabajadoras (es) Sociales … - Psicólogas (os) Clínicas (os) …

- Sociólogas (os) … - Planificadores ocupacionales …

- Ministerio de Justicia … - Ministerio de Inclusión MIES…

- Ministerio de Educación… - SECAP …

- Consejos de Igualdad … - Todos los anteriores …45

Tabla 10. Pregunta No. 10

INDICADORES FRECUENCIA PORCENTAJE

Trabajadoras (es) Sociales 45 100%

Sociólogas (os) 45 100%

Ministerio de Justicia 45 100%

Ministerio de Educación 45 100%

Consejos de Igualdad 45 100%

Psicólogas (os) Clínicas

(os)

45 100%

Planificadores

ocupacionales

45 100%

Ministerio de Inclusión

MIES

45 100%

SECAP 45 100%

Todos los anteriores 45 100%

INTERPRETACIÓN: Las personas encuestadas coincidieron, todas, en un ciento

por ciento, y con respecto a todas las personas profesionales, ejecutores administrativos

e instituciones que pudieren estar vinculadas a la gestión socio-educativa y de

formación integral de los adolescentes infractores, o en conflicto con la ley penal, deben

ser: Trabajadoras (es) Sociales, Psicólogas (os) Clínicas (os), Sociólogas (os),

Planificadores ocupacionales, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Inclusión MIES,

113

el Ministerio de Educación, el Servicio de Capacitación Profesional –SECAP– y los

Consejos de Igualdad.

ANÁLISIS: Es una tarea urgente la que deben cumplir los Consejos para la

Igualdad Intergeneracional, pues sus atribuciones constitucionales, legales y

reglamentarias se hallan inmersas dentro del Plan Integral del Buen Vivir 2013-2017, de

los lineamientos de la Agenda de Educación Inclusiva, de la Agenda nacional para la

Igualdad Intergeneracional, y de todo el marco institucional normativo que se ha

establecido para el cumplimiento de estas labores junto a la responsabilidad de asegurar

la plena vigencia y el ejercicio de los derechos consagrados para los (as) adolescentes

infractores: en la constitución y en sus derechos humanos y en determinados

instrumentos internacionales.

4.4. CONCLUSIONES

Se ha demostrado que los llamados adolescentes infractores, bajo tales

circunstancias sub-judice, se hallan, además, frente a una doble vulnerabilidad:

tanto por su condición de menores (a los que el Estado les debe Tutela Jurídica

Especial, junto a una atención preferente y prioritaria) cuanto por su condición

jurídica, en vista de las sanciones que pesan sobre ellos (as); y que en

consecuencia: el Sistema Socioeducativo de tales menores, por parte del Estado,

debe cumplir con todos los presupuestos normativos determinados en el artículo

35 de la Constitución.

Por lo tanto, que el problema de la socio-educación de los (as) menores en

general, debe partir de un concepto estrictamente jurídico-político, toda vez que

en los Estados, como sociedades políticas que son, debe primar, e imponerse un

sistema de normas jurídicas a las cuales deben someterse los (as) ciudadanos (as)

–súbditos– de ese Estado; pero, si bien los conceptos, objetivos y sistemas de

aquella socio-educación deben estar sujetos a normas, el problema, o las

soluciones reales, operativas y prácticas, no pueden ser de orden jurídico puro,

sino que implica un trabajo conceptual multi-disciplinario y un sistema multi-

institucional que planifique, coordine, atienda, programe y ejecute aquella

“socio-educación”.

114

Se ha determinado, por tanto que no se puede omitir, en los procesos de medidas

socioeducativas de los adolescentes infractores, su atención, cuidado,

rehabilitación y tratamiento bio-psico-social, que es el ámbito ínsito de su

integralidad personal afectado por múltiples factores de su entorno familiar, de

su medio social, de la base socio-económica, de la invasión mediática-alienante

y de toda la súper-estructura cultural del Estado.

Por tanto, el proceso de rehabilitación de los (as) menores infractores debe

abarcar la integralidad holística y dialéctica de su formación para la vida social,

dentro de los parámetros normativos del Grupo y de Los Grupos conforme a los

Principios Constitucionales de “unidad en la diversidad”.

La socio-educación de los (as) menores adolescentes implica, de forma concreta

y objetiva, que tengan derecho a su desarrollo integral, entendido como proceso

de crecimiento, maduración y despliegue de su intelecto y de sus capacidades,

potencialidades y aspiraciones, en un entorno familiar, escolar, social y

comunitario de afectividad y seguridad; haciendo que este entorno, además,

permita la satisfacción de sus necesidades sociales, afectivo-emocionales y

culturales, con el apoyo de políticas intersectoriales nacionales y locales –es

decir, de los Gobiernos Locales, conforme a lo determinado por el artículo 44,

inciso segundo, de la Constitución.

Se ha cumplido con el objetivo general de esta investigación, que consistía en

determinar el cómo las medidas socioeducativas impartidas en los Centros de

Adolescentes Infractores CAI, afectan el cumplimiento de la finalidad del

Sistema de medidas socioeducativas contemplada en la artículo 77, numeral 13

de la Constitución de la República del Ecuador, en el año 2015.

Se han cumplido también los objetivos específicos propuestos, es decir: se han

demostrado las falencias y aspectos no contemplados en la aplicación de

medidas socio-educativas institucionales con respecto a los (as) adolescentes

infractores; se ha demostrado también cuáles son, y debieran ser, las reales

finalidades socio-jurídicas y constitucionales-objetivas, del sistema de medidas

115

socio-educativas de los (as) adolescentes infractores determinadas en la

Constitución; y se ha evidenciado de forma explícita y clara que el simple

manejo de los Centros de Adolescentes Infractores no permite el verdadero e

integral cumplimiento de las garantías constitucionales de atención preferente y

prioritaria, integral, para los (as) adolescentes infractores.

Ha quedado claro que el Derecho es una integralidad conceptual-normativa, el

mismo que se plasma en hechos de la vida, que solamente puede tener existencia

concreta en lo fáctico-cotidiano, en su realización objetiva, pues, si bien las

normas son supuestos hipotéticos que contienen previsiones sobre actos, hechos,

conductas o relaciones interpersonales de varios tipos o géneros (de pareja, de

procreación, de patrimonios o bienes, de intercambios de esos bienes –negocios

jurídicos–, de seguridad ciudadana, –o de socio-educación para menores

infractores como en el presente caso–) estas eventualidades solamente pueden

tener relevancia jurídica cuando están previstos en la normas y éstas se cumplen

dentro de un marco de realidad.

Como consecuencia de lo anterior se ha establecido que dentro de las sociedades

jurídico-políticas, como son todos los Estados en este mundo globalizado, nada

puede ocurrir jurídicamente, si las instituciones, actos, hechos, negocios,

conductas, etc., no están previstas (os) en las normas de los cuerpos

constitucionales, legales, reglamentarios, estatutarios, de ordenanzas, etc.

Por consiguiente, el instante en que algo sucede al margen de la legalidad, o lo

que es peor en contra de ella, o cuando no se acatan y cumplen en todas sus

dimensiones integrales la normativa jurídica, se desmerece la institucionalidad

misma del Estado.

De allí que si se produce el manejo inadecuado de instituciones jurídico-penales,

como son los Centros de Socio-Educación, Rehabilitación y Reinserción Social

de los (as) Menores Infractores, o simplemente “Centros de Atención para

Adolescente Infractores” –CAI– como en el caso específico que se trata en este

trabajo, se produce un quiebre del ordenamiento jurídico-constitucional; y a

partir de ese hecho, el Estado deja de asumir su responsabilidad fundamental en

esta materia, como es la de dar atención preferente y prioritaria a tales

116

adolescentes y de establecer todos los mecanismos institucionales idóneos para

su rehabilitación y formación socioeducativa.

Queda claramente sustentada la necesidad de que se cumpla con las

disposiciones constitucionales en su integralidad, y en todas sus dimensiones o

ámbitos, porque tales contenidos normativos, en un Estado de Derechos y de

Justicia Social, son de inmediata y directa aplicación como corresponde al

sentido teórico-conceptual del neo-constitucionalismo, dentro del cual, todas sus

normas, principios y Derechos son, además, inalienables, irrenunciables,

indivisibles, interdependientes y de igual jerarquía.

Es muy claro que se ha avanzado mucho en esta materia de atención a los

adolescentes infractores, y que todo el sistema institucional de este nuevo Estado

de Derechos y de Justicia Social implantado en el Ecuador, ha emprendido

gigantescos proyectos de educación de la infancia en todos los niveles: desde la

estimulación temprana de neonatos, pasando por la educación parvularia hasta la

secundaria completa e incluso la profesionalización de tercer nivel, con

gratuidad, –esto frente al millón doscientos mil niños y adolescentes que

quedaban fuera del sistema educativo en el primer quinquenio del presente siglo;

pero, el sistema socioeducativo para la rehabilitación y la resocialización de los

adolescentes infractores –cuyo efecto pasa por su “socio-educación”– todavía

resulta insuficiente, en vista de las condiciones institucionales que no aciertan a

brindar la integralidad de una asistencia que permita superar las deficiencias

cognoscitivas y de personalidad –bio-psico-sociales– que afronta este sector

poblacional con doble vulnerabilidad.

Por consiguiente, y toda vez que en el Ecuador se halla vigente un Estado de

Derechos y de Justicia Social, con un régimen jurídico en el que todas sus

normas deben ser de inmediata y directa aplicación, bajo los principios de

igualdad, inalienabilidad, irrenunciabilidad, indivisibilidad, interdependencia e

igual jerarquía; en el contexto jurídico del presente trabajo de investigación se

deben analizar no solamente aquellos “modelos inclusivos” de educación

propuestos, aprobados y delineados por la UNESCO, sino la integralidad

holística de un Sistema que tienda, a formar las identidades de tales

117

adolescentes, que se hallan en situaciones de doble vulnerabilidad, para que

puedan lograr una incorporación a los ámbitos materiales y alcanzar los

objetivos del Buen Vivir.

4.5. RECOMENDACIONES

Se debe emprender en una verdadera coordinación interinstitucional e

intergeneracional para que se superen los viejos y abigarrados –o inconexos–

conceptos de estigmatización, condena social previa y de repulsión ético-moral

ante personas que han cometido alguna falta, o han entrado “en conflicto con la

ley penal, como es el caso de las personas adolescentes infractoras.

Hay que entender, a cabalidad, que toda persona es susceptible de cometer

errores, tanto más si se halla en condiciones de vulnerabilidad o de riesgo

económico-social, pues, como se ha evidenciado, las personas que se hallan

procesadas como adolescentes infractores, no provienen, precisamente, de los

llamados “sectores altos” de la población, es decir de las clases sociales que

tienen sus capitales o que se hallan ubicadas en estratos medios-altos.

Hay que imprimir en la población una ruptura de sus falsas percepciones

inquisidoras, condenatorias, vindicativas y de estigmatización a las personas

que, por diversas circunstancias han entrado en conflicto con la Ley penal, tanto

más si se trata de grupos humanos vulnerables, ya segregados fácticamente del

llamado “orden social”; y que el momento que entran en conflicto con la ley

penal, como es el caso de los (as) adolescentes infractores, se convierten en

personas de doble vulnerabilidad. Contra estas personas no caben

estigmatizaciones, sino una profunda, y real, socio-educación.

118

CAPÍTULO VIII

8. PROPUESTA

8.1. TEMA

“LAS MEDIDAS SOCIOEDUCATIVAS IMPARTIDAS EN LOS CENTROS DE

ADOLESCENTES INFRACTORES CAI, AFECTAN EL CUMPLIMIENTO DE LA

FINALIDAD DEL SISTEMA DE MEDIDAS SOCIOEDUCATIVAS

CONTEMPLADA EN LA ARTÍCULO 77, NUMERAL 13 DE LA CONSTITUCIÓN

DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR, EN EL AÑO 2015.”

8.2. DATOS INFORMATIVOS

Proponente: Carlos Andrés Muñoz Yánez

8.3. ANTECEDENTES DE LA PROPUESTA

La presente propuesta tiene como antecedentes el trabajo de investigación cuyos

contenidos exploratorios, de análisis, interpretación, exégesis y hermenéutica jurídica se

han expuesto en páginas anteriores, a través de las que se ha constatado que existen

falencias y afectaciones en el cumplimiento de las finalidades institucionales que deben

cumplir los establecimientos de apremio personal, llamados Centros de Adolescentes

Infractores –CAI– a lo largo del territorio ecuatoriano, en acatamiento a lo dispuesto

por la normativa constitucional.

Las indicadas falencias y afectaciones al sistema, toda vez que no cumplen, a

cabalidad, con disposiciones expresas de los Regímenes de Derechos determinados por

la Constitución, están dañando la institucionalidad correspondiente a un Estado de

Derechos y de Justicia, inscrito en los Principios del neo-constitucionalismo, dentro de

cuyo marco jurídico-normativo se deben aplicar en forma directa, ineludible y

obligatoria, todas y cada una de las normas Constitucionales, bajo un sistema de:

inalienabilidad, irrenunciabilidad, indivisibilidad, interdependencia e igual jerarquía.

119

Es cierto que con el fin de solventar el problema jurídico-constitucional existente, se

ha realizado varios cambios legales, institucionales y de programación orgánico-estatal,

como los que se contienen en la Agenda Nacional para la Igualdad Intergeneracional

2013-2017, pero, allí, es cuando se tropieza con el problema de los ejecutores

normativos a quienes corresponde materializar los contenidos abstractos de las

prescripciones constitucionales, de las normas legales y de lo que se instruye por medio

de dicha Agenda.

8.4. JUSTIFICACIÓN

La propuesta se justifica por su expeditividad fáctico-material toda vez que con el

desarrollo de la presente investigación quedan evidenciadas las concepciones

equivocadas, impuestas por el intervencionismo supranacional en el sistema jurídico-

normativo del país; pero, como bajo el neo-constitucionalismo es posible aplicar los

contenidos de las disposiciones jurídicas superiores en forma directa e inmediata,

incluso “contra lege expresa”, se abre el camino, jurídico, para que la presente propuesta

tenga viabilidad, objetividad y aplicabilidad directa.

Por consiguiente, es una propuesta innovadora tendiente a que todo el aparato

jurídico-administrativo, que representa al Estado en términos burocrático-soberanos, y

del que depende en la realidad material concreta el que se cumplan con eficiencia y

eficacia los contenidos, alcances, repercusiones y trascendencias de la normativa

constitucional aprobada en Referéndum histórico, se descubre, de forma incuestionable,

que es necesario coordinar los organismos institucionales que pueden, y deben, estar

vinculados al servicio de todos y cada uno de los lineamientos establecidos en la

Agenda Nacional para la Igualdad Intergeneracional.

Esa coordinación intrínseca y esencial, es tanto más necesaria, y específicamente

manifiesta en el manejo de esa Igualdad Intergeneracional cuando se trata de

adolescentes infractores o “en conflicto con la ley penal”, porque se trata de personas

con doble vulnerabilidad que precisan –o requieren– una atención preferente y

prioritaria, dentro de un ámbito de comprensión, de perspicacia, de discernimiento

realmente inclusivo, rompiendo esquemas, venciendo estigmas, despojándose de

prejuicios.

120

8.5. OBJETIVOS: GENERAL Y ESPECÍFICOS

8.5.1. Objetivo general

Trazar un lineamiento de articulación y coordinación inter-institucional, multi-

disciplinaria y en igualdad de condiciones intergeneracionales, sin olvidar las

diferencias, las particularidades de los (as) adolescentes infractores, para lograr una

verdadera socio-educación, como parte de su formación integral, rehabilitación y

reinserción social.

8.5.2. Objetivos específicos

a) Implementar un sistema de aplicación jurídico-normativa a través de la

coordinación interinstitucional para que se cumpla de manera eficiente y

eficaz la Agenda Nacional para la Igualdad Intergeneracional;

b) Delinear un régimen de formación y capacitación de capacitadores, a fin de

que se convierten en sujetos operativos de la optimización del Marco

Normativo de igualdad intergeneracional, socio-educación rehabilitación y

reinserción social de los (as) adolescentes infractores; y,

c) Determinar los lineamientos para que, a más de la comprensión intelectiva

del marco normativo, del régimen del buen vivir, y de la doble vulnerabilidad

por lo que atraviesan las personas adolescentes infractoras, se fortalezcan sus

capacidades y su talante para que afronten todos los procesos integrales de

socio-educación, de aquellos (as) adolescentes en conflicto con la ley penal.

8.6. FUNDAMENTACIÓN CIENTÍFICO - TEÓRICA

El problema que suele omitirse en los análisis jurídicos es el de la abstracción pura. Este

fenómeno tiene su base en aquella corriente de pensamiento que se autodenomina

“teoría pura del derecho” y que de mil formas se introdujo en el tejido social de los

Estados Latinoamericanos, entre los que se cuenta el Ecuador, sin comprender el hecho

de que las normas jurídicas nada significan si no se las confronta con su realidad

material objetiva; o, mejor: ocultándolo deliberadamente.

121

Pero, como se ha señalado, demostrado y verificado a lo largo de la presente

investigación, la norma jurídica en sí no es más que una formulación mandatoria que

espera su cristalización en la vida real, o sea, la materialización de aquello que se

presupone como acto, hecho (humano o natural), relación (de personas; de personas y

cosas; de personas y bienes) o negocio, para que se produzcan los correspondientes

efectos jurídicos.

Fue una vieja data de los colonizadores europeos el tomar a las disposiciones legales

como entes que “se acatan; pero no se cumplen”, y este supuesto o real axioma jurídico

perduró en los, no menos supuestos, Estados Constitucionales de Derecho, luego de la

llamada “independencia”. Así, por ejemplo: en el Libro Sexto, Título II, de la

Recopilación de las Leyes de Indias, se puede ver esta disposición:

“…Es nuestra voluntad encargar a los Virreyes, Presidentes, y Audiencias el

cuidado de mirar por los Indios, y dar las ordenes convenientes, para que

sean amparados, favorecidos, y sobrellevados, por lo que deseamos , que se

remedien los daños, que padecen, y vivan sin molestia, ni vejación,

quedando esto de una vez asentado, y teniendo muy presentes las leyes de

esta Recopilación, que les favorecen, amparan, y defienden de cualesquier

agravios, que les guarden, y hagan guardar muy puntualmente, castigando

con particular, y rigurosa demostración a los transgresores” (DE LA

GUARDIA, 1989, pág. 127)

Sin embargo, una simple ojeada a las denuncias que formula Bartolomé de las Casas

permite hallar realidades como las siguientes:

… todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís por la crueldad y

tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con

qué justicia tenéis en tal cruel y horrible servidumbre aquestos indios? Con

qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban

en sus tierras mansas y pacíficas; donde tan infinitas dellas, con muertes y

estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y

fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades, que de los

excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir,

los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien

los doctrine, y conozcan a su Dios y criador, sean bautizados, oigan misa,

122

guarden las fiestas y domingos? Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas

racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? Esto no

sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos?

Tened por cierto, que en el estado que estáis, no podéis más salvar que los

moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo” (Texto tomado

con la ortografía del castellano romance, correspondiente a la época) (DE

LAS CASAS, 2008, pág. 761)

Y qué decir de la Primera Constitución, aquella que instituye el Estado del Ecuador,

en cuyo artículo 68 se puede leer:

“Artículo 68.- Este Congreso constituyente nombra a los venerables

curas párrocos por tutores y padres naturales de los indígenas, excitando

su ministerio de caridad en favor de esta clase inocente, abyecta y

miserable”

De modo que una realidad es la que describen las normas en sí, en su puridad, en

sus declaraciones hipotéticas, en sus “formulaciones lingüísticas puras”, como diría el

maestro argentino de Filosofía del Derecho Carlos Santiago Nino, fiel seguidor de Hans

Kelsen; pero, otra realidad y otro estado de la situación objetiva es la que se puede

constatar, o establecer, el momento que, como se acaba de manifestar: se analizan esas

mismas normas a la luz de las realidades.

Eso es lo que ocurre en todo ordenamiento jurídico: que las normas

constitucionales, legales, reglamentarias, de planificación, de trabajo, de instructivos,

etc., pueden estar de lo mejor concebidas, pero si sus ejecutores normativos en las

distintas instancias o competencias de los organismos estatales, no cumplen ni aplican, a

cabalidad, esas disposiciones, simplemente quedan en la nada; y, si resucitara

Bartolomé de las Casas, lanzaría otra filípica análoga, reconviniendo a la

institucionalidad del Estado, la real y concreta aplicación de su normativa y de sus

disposiciones.

Esta es la fundamentación que inspira, sustenta y nutre la propuesta.

123

8.7. PLAN OPERATIVO DE LA PROPUESTA

PRIMERO:

Como parte de la ejecución normativa preferente y prioritaria en favor de las personas

adolescentes que se hallan en situación de conflicto con las leyes penales, y en

aplicación de las políticas públicas tendientes a asegurar su socio-educación integral, su

rehabilitación conductual y su reinserción social, Los funcionarios encargados, en todo

nivel u orden, procederán sin discriminación de ninguna naturaleza, sin considerarlos

“delincuentes pequeños” y sin estigmas que los aíslen o pongan en evidencia su

condición de litigio o “conflicto con la Ley Penal”.

SEGUNDO:

Como parte de la transversalización tendiente a asegurar que el Estado, la sociedad y

las familias, deberán coordinar actividades en condiciones de igualdad asumiendo, cada

quien, sus responsabilidades específicas sin elusiones ni justificativos que imperan

desde el coloniaje sin permitir un acatamiento en simple apariencia. Si se entiende la

igualdad intergeneracional en sus reales dimensiones jurídico-materiales y fáctico-

objetivas, no habrá espacio n i posibilidad real de que persista el viejo axioma del

coloniaje: “que las disposiciones se acatan; pero no se cumplen”.

TERCERO:

Como parte de los mecanismos fundamentales de comprensión, aprehensión y

cognoscitividad esencial sobre las atribuciones inherentes a la Agenda nacional para la

Igualdad Intergeneracional, se emprenderá en un amplio programa de capacitación a un

grupo de capacitadores quienes se encargarán de formar, en los distintos niveles

operativos y de ejecución de los programas de socio-educación a adolescentes

infractores, sobre su papel, sus conductas, su tratamiento y la operabilidad de sus

funciones dentro de estas nuevas concepciones institucionales y de socio-educación,

tendientes a la formación integral de los (as) adolescentes infractores; y como personas

llamadas, no a reprimir, sino a vigilar, activas y exigir los derechos individuales y

colectivos de dichos menores.

124

CUARTO:

En todos los niveles de planificación, ejecución y desarrollo de las actividades

administrativas cotidianas, se realizarán permanentes sistemas de evaluaciones,

monitoreos, seguimientos, para retroalimentar y de ser necesario reformular los

contenidos de las políticas públicas de igualdad intergeneracional, en sus respectivos

niveles, sobre una base confiable de datos, actos, flujogramas que sean verificables,

sistemáticos y confiables.

8.8. ADMINISTRACIÓN

La administración de la propuesta y su impulso ante los organismos jurídico-

administrativos correspondientes, deberá estar a cargo de las autoridades universitarias,

de la Carrera de Derecho, Facultad de Jurisprudencia, y a través de los correspondientes

estamentos u organismos estatutarios, quienes deberán llevarlos ante las autoridades

correspondientes, particularmente ante el Consejo Nacional para la Igualdad

Intergeneracional, como aporte comunitario del Trabajo Académico emprendido por la

Universidad Central del Ecuador; y con miras a garantizar una mejor acreditación y

categorización.

8.9. PREVISIÓN DE LA EVALUACIÓN

La evaluación de la propuesta ha de estar determinada por la fundamentación jurídico-

doctrinaria que sustenta esta investigación, por sus ámbitos exploratorios, descriptivos,

analíticos y exegéticos; cuyos contenidos se reflejan en sus referentes bibliográficos de

alrededor de cincuenta autores serios consultados, a los que se les ha citado en forma

precisa y pertinente.

Adicionalmente, en la evaluación de la propuesta, debe tomarse en cuenta que se han

realizado las correspondientes encuestas, también muy serias, luego de una rigurosa

selección de las entidades y personas, las mismas que fueron debidamente planificadas,

estructuradas y monitoreadas en su ejecución para que no existan distorsiones en la

información recopilada.

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