Iconografía musical en las portadas bajomedievales: El Organistrum

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AITOR MERINO MARTÍNEZ ARTE DE LA BAJA EDAD MEDIA Grupo 220 ICONOGRAFÍA MUSICAL EN LAS PORTADAS BAJOMEDIEVALES El Organistrum

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AITOR MERINO MARTÍNEZ ARTE DE LA BAJA EDAD MEDIA

Grupo 220

ICONOGRAFÍA MUSICAL EN

LAS PORTADAS BAJOMEDIEVALES

El Organistrum

Aitor Merino Martínez

Desde los pórticos románicos del siglo XII, continuados a principios del XIII, uno de los

instrumentos que más usualmente aparecía era el organistrum, un instrumento muy valorado

en la alta jerarquía1. Por esta razón, además de los típicos ancianos del apocalipsis (intérpretes

de la música celestial), también los monarcas aparecerían usualmente tañendo dicho

instrumento.

Aparece ampliamente relacionado con las esculturas de las portadas de dichos siglos, ya que

posteriormente, en el XIV y XV, quedaría relegado de la decoración religiosa, apareciendo

mayoritariamente en pinturas, tapices y grabados2.

Dicho instrumento, recibiría numerosas denominaciones, siendo organistrum la más antigua,

proveniente del periodo medieval. Posteriormente, evolucionaría desde la cifonía hasta la

zanfona pasando por cinfonía y chinfonía, todas ellas derivativos del término symphonía3,

recogido por el VI tomo del Diccionario de Autoridades como un “instrumento de cuerdas, que

con unas teclas, que salen à fuera, tocándolas con arte con la mano izquierda, y moviendo una

rueda, que tiene interior con la derecha, hace una suave harmonía”. En el ambiente hispano,

recibiría otras denominaciones, tales como: vihuela de rueda, viola de ciego, gaita de rueda o

lira de rueda4.

Como dato curioso, señalar que en algunas versiones bíblicas, existe en Daniel 3:5 una

distinción entre Zanfoña y Symphonía: “Que en la hora en que oyereis el sonido de la

trompeta, y de la flauta, y de la harpa, y del psalterio, y de la zampona, y de la symphonía, y de

todo instrumento músico, postrándoos adoréis la estatua de oro, que hizo levantar el rey

Nabuchôdonosór.”

Una de las ideas más difundidas, defiende organum como término originario, ya que en las

composiciones polifónicas de la Escuela de Notre Dame (en la que destacan las figuras de

Léonin y Pérotin), también se utilizaban notas pedales a las que se superponían melodías libres

de repetitivos patrones rítmico-melódicos.5

Aunque se menciona en el siglo X, no será hasta el XII cuando

aparezcan las primeras representaciones iconográficas. Pese a ser un

instrumento francés, se generalizaría su aparición en las portadas

hispanas, apareciendo por vez primera en el Pórtico de la Gloria de la

Catedral de Santiago de Compostela6.

1 Raimundo GONZÁLEZ HERRANZ, “Representaciones musicales en la iconografía medieval”, Anales de Historia del Arte, Nº 8 (1998), p. 82. 2 Elena LE BARBIER RAMOS. “Evolución de la zanfona a través de las imágenes”, Liño, Nº12 (2006), p. 142. 3 Idem. 4 Idem. 5 Richard HOPPIN, “La Escuela de Notre Dame, I: Organum”, en La música medieval, Madrid, Akal Música, 2000, pp. 231 – 239. 6 Elena LE BARBIER RAMOS, Op. cit p. 144.

Sederunt Principes, Perotín, S. XIII

Aitor Merino Martínez

Tras modificar su nombre y su forma, aparecerá ya en

portadas de concepción gótica del S.XIII, tales como el

Pórtico de la Majestad de la Colegiata de Toro7.

Ya en su portada norte, de origen románico, podemos

observar perfectamente a dos músicos tañendo el

organistrum: uno accionando la manivela que hace girar la

rueda y el otro presionando las teclas.

Por el contrario, en el Pórtico de Majestad, observamos de nuevo un músico tocado con

corona, pero de forma individual. Sostiene en sus piernas una zanfona de características

peculiares, pues la rueda característica del instrumento queda oculta dentro de la caja.

Podríamos pensar que el artista, al considerar que no es visible desde el suelo, ha optado por

no tallarla, pero algunos de los músicos que le acompañan en el pórtico (3 cítolas, 2 arpas, 3

psalterios, 1 aerófono, 1 tambor, 2 gaitas, 3 violas 1 alboka y 1 gaita) poseen elementos sí

representados pese a no ser visibles desde el suelo8.

Esta misma característica, podríamos observarla de igual manera en el Pórtico del Sarmental,

situado en el lado sur del crucero de la Catedral de Burgos. Iniciado en el 1240 por el Maestro

Enrique, posee una clara influencia del gótico francés, principalmente de la Catedral de

Amiens, aunque también apreciamos la influencia de la obra del Maestro Mateo9.

En ella, de nuevo, observamos en las 2 arquivoltas exteriores los Ancianos del Apocalipsis,

afinando y tocando toda clase de instrumentos.

7 Idem. 8 Mª Carmen GARCÍA-MATOS ALONSO, “Algunos instrumentos folklóricos en la Colegiata de Toro”, en Revista Folklore, XIII (1982), p. 15-19. 9 Alain ERLANDE-BRANDENBURG, El arte gótico, Madrid, Akal, 1983, pp. 83 – 84

Réplica

Aitor Merino Martínez

Un último ejemplo de Organistum en el S.XIII lo encontraríamos en la portada de San Juan de

la Catedral de León, unipersonal nuevamente, tañido por un único músico (lo cual vendría

justificado por la disminución del tamaño del instrumento)10.

Aun continuaría teniendo una caja en forma de ocho, con un cuerpo rectangular adosado en el

que se articularían las teclas.

Observamos una clara evolución desde el organistrum recogido en la Cántiga Nº160 de Alfonso

X el Sabio (rectangular y con un teclado de 16 teclas que ocupan toda la caja de resonancia),

hasta este, mucho más estilizado, con 8 únicas teclas y con un cuerpo dividido en 2 secciones.

Como hemos podido ver en estos ejemplos, las representaciones figuradas se humanizan,

asistiendo a una gran evolución en los propios conjuntos instrumentales esculpidos. Pese a

esto, los temas hegemónicos seguirán siendo los 24 Ancianos del Apocalipsis y el Rey David

junto a sus músicos11.

Ya en el S.XIV, son contadas las apariciones de este instrumento en las portadas religiosas. Uno

de los ejemplos más relevantes aparecería en la portada de la Iglesia de Santa María la Real, en

La Hiniesta12. En ella, podemos ver un perfeccionamiento de la caja, con formas circulares que

modifican la apariencia y, por ende, su resonancia.

10 Elena LE BARBIER RAMOS, Op. cit p. 144. 11 Carlos VILLANUEVA, “Música y músicos en el Camino de Santiago”, en Los Caminos de Santiago. Arte, Historia, Literatura, Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, 2005, p. 315. 12 Chany SEBASTIÁN, La Colegiata de Toro y la iglesia de La Hiniesta tienen esculpidas zanfonas [en línea], http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2013/04/12/colegiata-toro-iglesia-hiniesta-esculpidas-zanfonas/671667.html [Consulta: 15 marzo 2015]

Cántiga Nº 160

Músico de la portada de San Juan

en la Catedral de León

Reconstrucción realizada por Antonio Poves Oliván

Aitor Merino Martínez

También en el S.XIV, deberíamos mencionar el Tríptico del Monasterio de

Piedra de Zaragoza13, hoy conservado en la real Academia de Historia de

Madrid, donde ya observamos una apariencia más semejante a la Zanfoña tal y

como la conocemos hoy en día: Clavijero circular, teclado en la sección del

mástil, adornos en forma de estrellas y medias lunas…

Ya a finales del siglo XIV, y principios del XV, con la hegemonía de la pintura frente a la

escultura, se generaliza la posesión de instrumentos a manos de ángeles, mayoritariamente

acompañando a la Virgen, marcando esto una derivación hacia los temas marianos en

detrimento de los apocalípticos (de ahí que las representaciones de los ancianos del

Apocalipsis, que tan usualmente portaban instrumentos, se conviertan en temas menores).

Las zanfoñas, pasan de las manos de reyes y seres celestiales a estratos de clase más baja,

asociándose constantemente a figuras de mendigos y ciegos14, como podemos ver en la mítica

“Parábola de los ciegos” que pintaría Pieter Brueghel el Viejo a mediados del siglo XVI.

Será precisamente de esa asociación de donde surgirá el nombre de viola de ciego, que tan

popular se hará a lo largo de los siglos siguientes.

Aitor Merino Martínez Grado en Historia del Arte (UAM)

13 Herbert GONZÁLEZ ZYMLA, “Consideraciones sobre la iconografía y simbolismos del retablo relicario del Monasterio de Piedra”, Anales de Historia del Arte, Nº 1 (2010), p. 236. 14 Elena LE BARBIER RAMOS, Op. cit p. 146.

Aitor Merino Martínez

AGRADECIMIENTOS

Mª Teresa Delgado Oviedo, profesora de piano y licenciada en Historia y Ciencias de la Música

por la UAM, quien me facilitó varias de las imágenes del documento.

Antonio Poves Oliván, licenciado en Bellas Artes, quien facilitó en su tesis “Iconología del

organistrum en el arte medieval español. Su reconstrucción” imágenes de las reconstrucciones

de algunos ejemplos mencionados en el trabajo.

Al portal digital “Ar. Got” por crear reproducciones de algunas de las imágenes mencionadas

en el trabajo.

BIBLIOGRAFÍA

ERLANDE-BRANDENBURG, Alain, El arte gótico, Madrid, Akal, 1983.

GARCÍA-MATOS ALONSO, Mª Carmen, “Algunos instrumentos folklóricos en la Colegiata de

Toro”, Revista Folklore, XIII (1982).

GONZÁLEZ HERRANZ, Raimundo, “Representaciones musicales en la iconografía medieval”,

Anales de Historia del Arte, Nº 8 (1998).

GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Consideraciones sobre la iconografía y simbolismos del retablo

relicario del Monasterio de Piedra”, Anales de Historia del Arte, Nº 1 (2010).

HOPPIN, Richard, “La Escuela de Notre Dame, I: Organum”, en La música medieval, Madrid,

Akal Música, 2000.

LE BARBIER RAMOS, Elena, “Evolución de la zanfona a través de las imágenes”, Liño, Nº12

(2006).

SEBASTIÁN, Chany, La Colegiata de Toro y la iglesia de La Hiniesta tienen esculpidas zanfonas

[en línea], http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2013/04/12/colegiata-toro-iglesia-

hiniesta-esculpidas-zanfonas/671667.html [Consulta: 15 marzo 2015]

VILLANUEVA, Carlos, “Música y músicos en el Camino de Santiago”, en Los Caminos de

Santiago. Arte, Historia, Literatura, Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, 2005.