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Todos hemos sido testigos durante el pasado 2013 de la gran cantidad de  personas que nos visitaron con motivo de la celebración de la muestra “Las Edades del Hombre”. Miles de perso- nas buscando disfrutar de un patrimo- nio cultural, artístico y monumental que se les ofrecía. Aún resuenan también en nuestros oídos las palabras de las au- toridades que se encargaron de repetir una y otra vez, que ese evento debería signicar “un antes y un después en el devenir de Arévalo”.  No nos supone ningún esfuerzo, por lo tanto, entender que el Patrimonio  puede ser un elemento dinamizador de la economía de un territorio. Pero para ello debemos estar preparados, tener dispuestos nuestros edicios emblemá- ticos, acondicionada la ciudad para que resulte agradable a los visitantes; en denitiva, cuidar nuestro más preciado  bien: el Patrimonio. En algunos sectores se cree que el desarrollo industrial de Arévalo es in- compatible con su desarrollo turístico. A nuestro juicio no es cierto, pues en nada afecta la actividad que pueda tener lugar en el Polígono Industrial con una incesante auencia de visitantes a nues- tras iglesias y nuestro casco histórico. Eso sí, es necesario que sean personas sucientemente preparadas para ello las que se encarguen de la debida promo- ción de ambos aspectos. En lo que a nosotros respecta, en “La Alhóndiga”, que como todos saben, es una asociación de cultura y patrimo- nio, nos esforzamos en acercar cada día la cultura y el patrimonio a todos los que quieran saber de ello. Organizando eventos culturales y dando noticia pun- tual del estado en el que se encuentran todos los elementos que conforman el  patrimonio local y coma rcal, e n la me- dida que tenemos conocimiento de ello. Pero creemos que dado que las distan- cias entre la población de esta ciudad y su patrimonio no es tanta, tal vez sea llegado el momento de que cada uno de nosotros tome conciencia directamente del estado en el que se encuentran estos elementos. Así, por ejemplo, ver cómo está el puente de Valladolid, del valor histórico que posee y del entorno en el que se encuentra, no lleva más de cinco minutos a cualquiera de nosotros acer- carnos hasta allí. O hacer eso mismo con la Lugareja o el puente de Medina o el entorno del Castillo, visitar y cono- cer. Al tiempo que veremos las posibi- lidades de mejora que ofrece un trabajo  bien realizado con esos elementos. Todos, o casi todos, hemos viajado  para visitar otros lugares y re corriendo esos parajes hemos establecido compa- raciones con lo que nosotros tenemos. Pues bien, se trata de conocer nuestra ciudad, saber del estado en el que se encuentra, para que podamos aportar nuestras propias ideas para mejorarla. Del mismo modo que, cuando algunos responsables nos cuenten su visión po- damos enfrentar la nuestra propia, sin distorsiones interesadas. En este patri- monio, en su buen estado, están deposi- tadas las razones por las que vendrán a visitar la ciudad y la comarca y disfrutar de ellas. Regresarán pasado el tiempo o animarán a otras personas a visitarla en función de la impresión que se lleven de su primera visita. El encanto que tie- ne un paseo por determinadas calles de Arévalo pese a su abandono, en a lgunos casos, no es impedimento para disfru- tar de ellas. Por eso, creemos llegado el momento de que sean los propios ciu- dadanos de Arévalo los que aprendan a disfrutar de su ciudad, a conocerla, a saber cómo está. Exigir un mejor acon- dicionamiento de calles como la de los Descalzos, la calle Larga o la Principal de la Morería y de todo el casco históri- co en general. El turismo puede ser una buena al- ternativa, complementaria a otras, para que la economía de la ciudad y la co- marca mejore. Pero para ello hay que hacer algo más de lo que se está hacien- do hasta el momento. No creemos que cinco atriles con doscientas palabras en cada uno de ellos sea suciente atracti- vo para recorrer cientos de kilómetros y visitar Arévalo. Los fallos en el sec- tor hostelero, que los ha habido, hay que subsanarlos: mejorar la atención a los visitantes, crear nuevas iniciativas turísticas que atraigan nuevas visitas, solucionar de una vez el problema que existe para visitar la Lugareja, el emble- ma del Mudéjar al sur del Duero, y no se vuelvan a sus tierras con la imposibi- lidad de haberla visitado.  No se t rata, como alguno pueda pen- sar con cierta malicia, de pretender lle- nar nuevamente Arévalo como en 2013. Eso queda aún muy lejos. Se trata de, al menos, impulsar soluciones que pue- dan evitar la agonía de una ciudad, que como la propia región, busca encon- trar soluciones para el despoblamiento y empobrecimiento al que nos vemos abocados por muy diversas razones. Es llegado el momento de afrontar la realidad y para ello nada mejor que to- mar conciencia del estado en el que nos encontramos. Nosotros, los de “La Al- hóndiga”, vemos que hay posibilidades  pero creemos que es mejor que todos y cada uno de los vecinos de Arévalo lo vea por sí mismo. Arévalo tiene futuro  pero hay que trabajarlo. Arévalo tiene  patrimonio pero hay que conservarlo.  Nadie va a venir a hac er lo que a noso- tros y solo a nosotros, los ciudadanos de Arévalo, nos corresponde. AÑO VI TERCERA ÉPOCA — NÚMERO 57 ARÉV ALO — FEBRERO DE 2014 http://lallanura.es Acercarse al Patrimonio

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Todos hemos sido testigos durante

el pasado 2013 de la gran cantidad de personas que nos visitaron con motivode la celebración de la muestra “LasEdades del Hombre”. Miles de perso-nas buscando disfrutar de un patrimo-nio cultural, artístico y monumental quese les ofrecía. Aún resuenan también ennuestros oídos las palabras de las au-toridades que se encargaron de repetiruna y otra vez, que ese evento deberíasigni car “un antes y un después en eldevenir de Arévalo”.

No nos supone ningún esfuerzo, porlo tanto, entender que el Patrimonio puede ser un elemento dinamizador dela economía de un territorio. Pero paraello debemos estar preparados, tenerdispuestos nuestros edi cios emblemá-ticos, acondicionada la ciudad para queresulte agradable a los visitantes; ende nitiva, cuidar nuestro más preciado bien: el Patrimonio.

En algunos sectores se cree que eldesarrollo industrial de Arévalo es in-compatible con su desarrollo turístico.A nuestro juicio no es cierto, pues ennada afecta la actividad que pueda tenerlugar en el Polígono Industrial con unaincesante a uencia de visitantes a nues-tras iglesias y nuestro casco histórico.Eso sí, es necesario que sean personassu cientemente preparadas para ello lasque se encarguen de la debida promo-ción de ambos aspectos.

En lo que a nosotros respecta, en“La Alhóndiga”, que como todos saben,es una asociación de cultura y patrimo-nio, nos esforzamos en acercar cada día

la cultura y el patrimonio a todos losque quieran saber de ello. Organizandoeventos culturales y dando noticia pun-tual del estado en el que se encuentrantodos los elementos que conforman el

patrimonio local y comarcal, en la me-

dida que tenemos conocimiento de ello.Pero creemos que dado que las distan-cias entre la población de esta ciudady su patrimonio no es tanta, tal vez seallegado el momento de que cada uno denosotros tome conciencia directamentedel estado en el que se encuentran estoselementos. Así, por ejemplo, ver cómoestá el puente de Valladolid, del valorhistórico que posee y del entorno en elque se encuentra, no lleva más de cincominutos a cualquiera de nosotros acer-carnos hasta allí. O hacer eso mismo

con la Lugareja o el puente de Medinao el entorno del Castillo, visitar y cono-cer. Al tiempo que veremos las posibi-lidades de mejora que ofrece un trabajo bien realizado con esos elementos.

Todos, o casi todos, hemos viajado para visitar otros lugares y recorriendoesos parajes hemos establecido compa-raciones con lo que nosotros tenemos.Pues bien, se trata de conocer nuestraciudad, saber del estado en el que seencuentra, para que podamos aportarnuestras propias ideas para mejorarla.

Del mismo modo que, cuando algunosresponsables nos cuenten su visión po-damos enfrentar la nuestra propia, sindistorsiones interesadas. En este patri-monio, en su buen estado, están deposi-tadas las razones por las que vendrán avisitar la ciudad y la comarca y disfrutarde ellas. Regresarán pasado el tiempo oanimarán a otras personas a visitarla enfunción de la impresión que se llevende su primera visita. El encanto que tie-ne un paseo por determinadas calles deArévalo pese a su abandono, en algunos

casos, no es impedimento para disfru-tar de ellas. Por eso, creemos llegado elmomento de que sean los propios ciu-dadanos de Arévalo los que aprendana disfrutar de su ciudad, a conocerla, a

saber cómo está. Exigir un mejor acon-dicionamiento de calles como la de losDescalzos, la calle Larga o la Principalde la Morería y de todo el casco históri-co en general.

El turismo puede ser una buena al-ternativa, complementaria a otras, paraque la economía de la ciudad y la co-marca mejore. Pero para ello hay quehacer algo más de lo que se está hacien-do hasta el momento. No creemos quecinco atriles con doscientas palabras encada uno de ellos sea su ciente atracti-vo para recorrer cientos de kilómetrosy visitar Arévalo. Los fallos en el sec-tor hostelero, que los ha habido, hay

que subsanarlos: mejorar la atención alos visitantes, crear nuevas iniciativasturísticas que atraigan nuevas visitas,solucionar de una vez el problema queexiste para visitar la Lugareja, el emble-ma del Mudéjar al sur del Duero, y nose vuelvan a sus tierras con la imposibi-lidad de haberla visitado.

No se trata, como alguno pueda pen-sar con cierta malicia, de pretender lle-nar nuevamente Arévalo como en 2013.Eso queda aún muy lejos. Se trata de,al menos, impulsar soluciones que pue-

dan evitar la agonía de una ciudad, quecomo la propia región, busca encon-trar soluciones para el despoblamientoy empobrecimiento al que nos vemosabocados por muy diversas razones.Es llegado el momento de afrontar larealidad y para ello nada mejor que to-mar conciencia del estado en el que nosencontramos. Nosotros, los de “La Al-hóndiga”, vemos que hay posibilidades pero creemos que es mejor que todos ycada uno de los vecinos de Arévalo lovea por sí mismo. Arévalo tiene futuro

pero hay que trabajarlo. Arévalo tiene patrimonio pero hay que conservarlo. Nadie va a venir a hacer lo que a noso-tros y solo a nosotros, los ciudadanos deArévalo, nos corresponde.

AÑO VI

TERCERA ÉPOCA — NÚMERO 57

ARÉVALO — FEBRERO DE 2014

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Hace ya muchos meses que no lesaburro, queridos lectores de “La Lla-nura”, con las frases que a lo largo deltiempo se han hecho famosas en nues-tro prolijo idioma castellano. Como séque es del agrado de algunos de us-tedes voy a plasmar en estas páginasvarias de estas famosas locuciones queespero sirva para ser recordadas porunos y para ser conocidas por otros.

Atar los perros con longanizas. Parece ser que proviene de un pueblode la provincia de Salamanca dondeexistía un fabricante de chorizos cuyoapellido era Rico. Ni que decir tieneque en el pueblo era conocido como“ El Tío Rico, el choricero”.

Un día una de sus operarias tuvo la“ genial ” idea de atar a la pata de unamesa, con una ristra de longaniza, a un perrito que se había introducido en elobrador. A poco entró un muchacho,hijo de otra empleada, contempló laescena, salió a la calle y no tardó en pregonar la noticia de que en casa del“Tío Rico” se ataban los perros conlonganizas.

La expresión, desde entonces, em- pezó a utilizarse como ponderación de

derroche y opulencia. De tiros largos.Antiguamente cadauno era muy libre de llevar en sus ca-rruajes los caballos que quisiera uncir.

Sin embargo, solo los personajes dealta categoría, como el Rey o algunosaltos dignatarios de la Corte, tenían de-recho a colocar el tiro delantero a cier-ta distancia de los traseros por mediode correas más largas. A este tipo dearreos se le llamaba tiros largos.

El modismo pasó luego, en el argot popular, a designar el vestido de gala ocualquier atuendo de paseo.

Más feo que Picio. Picio era un za- patero remendón que vivió en Granadaen el siglo XIX. Cometió varios delitosy fue condenado a muerte. Cuando ibaa subir al cadalso le fue conmutada la pena. La noticia del indulto le causótal impresión que, en pocos días, per-dió el pelo, las cejas y las pestañas y,además, el rostro se le llenó de bultos.Cuando recobró la libertad, horroriza-do por su aspecto, se refugió en otro pueblo, llevando siempre su rostro cu- bierto con un pañuelo para ocultar susdeformidades. De este suceso surgió eldicho: “Eres más feo que Picio”. Losandaluces, que son dados a las exage-raciones, redondearon la frase así: “Alque dieron la unción con una caña parano asustar al cura”.

Voy a terminar con una frase que esexclusiva de nuestro querido Arévalo.Cosa de Chapa, señor Pepe. Esta

expresión que decimos cuando oímos

un estruendo, ruido de cacharros, un li-gero encontronazo entre dos vehículoso una simple caída de poca importan-cia, viene de una anécdota que ocurrióhace ya algún tiempo.

Sucedió que nuestro paisano EloyMartínez, empleado de la empresa“Materiales de Construcción José Ál-varez”, sufrió un accidente con uncamión de la mencionada empresa.Cuando consiguió ponerse en contactocon el jefe le informó de lo sucedido.Interesado éste por el alcance del si-niestro, la respuesta del empleado fueconcisa: “Cosa de chapa, señor Pepe”.

Lo curioso vino cuando el señor“ Pepe” llegó al lugar del accidente yvio volcado el camión cuya carga ha-

bía sido una partida de tejas, de lascuales no había quedado ni una solacompleta.

Es fácil imaginar la indignación delseñor Álvarez cuando lo vio. Inme-diatamente pro rió una exclamaciónque también se hizo famosa: “¡Cosade chapa! ¡Cosa de chapa! ¡Pero siel trozo más grande de teja lo puedecargar una hormiga!”

Julio Jiménez Martín.

LA LLANURA de Arévalo.Publicación editada por:

“La Alhóndigade Arévalo”,Asociación de Cultura y Patrimonio.

Avda. Emilio Romero, 14-B - 05200 Aré[email protected]

Número 57 - febrero de 2014 Depósito legal:AV-85-09

Director:Fernando Gómez Muriel

Redacción: Ángel Ramón González González Javier S. Sánchez José Fabio López Sanz Juan A. Herranz López Juan C. López Pascual Juan C. Vegas Sánchez Julio Jiménez Martín

En este número: José Félix Sobrino, Ricardo Bustillo Martín, José María García López,Segundo Bragado, María Monjas Eleta y Emilio Romero.

Fotografías: José A. López González, JuanC. López, Web del IES Eulogio FlorentinoSanz, Ricardo Bustillo, Angel R. González, María Monjas y archivo de “La Alhóndiga”.

Diseño y maquetación: “ La Alhóndiga” , Asociación de Cultura y Patrimonio.

Imprime: Imprenta Cid

Más dichos famosos

Una Casa de la Cultura en laque hubiera un programa con-tinuo de actividades serviríano solo para elevar el nivelcultural de la ciudad, además,al estar situada en plena plazade la Villa, ayudaría mucho a potenciar la recuperación dela plaza y de toda esta zonaurbana de Arévalo, que estáabandonada en muchos de susaspectos.

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Aparece un resto de construc-ción en la cuesta entre el Casti-llo y el puente de Valladolid. En pasados días se produjo un socavón enla cuesta que desde el Castillo de Arévalose extiende hacia el puente de Valladolid.En el hueco que se abrió se mostrabanrestos de una construcción de ladrilloy argamasa de arena y cal. Al aparecer,desde el Ayuntamiento de Arévalo se dioorden inmediata de tapar el socavón y serellenó con restos de escombros.Hasta donde sabemos la Ley de Patrimo-nio de Castilla y León recoge que la apa-rición de restos/vestigios arqueológicosdebe ponerse, de inmediato, en conoci-miento del organismo con competenciasen esta materia, en este caso, el ServicioTerritorial de Cultura de Ávila.El casco antiguo de Arévalo está inven-tariado como yacimiento arqueológicoen su conjunto por lo que cualquier ac-tuación del tipo que fuere, que impliqueel movimiento de tierras, debe tener unasupervisión arqueólógica. En este caso yaunque la aparición cabría considerarsecomo accidental, entraría dentro del an-terior presupuesto ya que la proximidada elementos como el Castillo o el Puentede Valladolid, incluidos como bienes eneste yacimiento, hace que sea precisa laevaluación por parte de técnicos en lamateria para valorar su interés.La ocultación de cualquier vestigio im- plica un desacato a la norma pero, másgrave socialmente, es el cercenar la po-sibilidad de saber algo más de nuestrahistoria y sepultar un elemento sin ni si-quiera valorar su importancia.

En el día del Cáncer Infantil.Hoy, 15 de febrero, día en que sale nues-tra revista a la calle, se está desarrollandoen Arévalo el Día Internacional del Niñocon Cáncer bajo el lema: “¡Tu ayudatiene poderes mágicos!”. El programaconsistirá en los siguientes actos:- Por la mañana: Apertura de mesas in-formativas, animación infantil en la pla-za del Arrabal, actuación de la charanga“El Meneito”, suelta de globos con de-seos y clausura de las mesas.- Por la tarde: Lectura de mani estos“Poderes mágicos”, y dos sesiones de laobra de teatro “La Balada de los 3 ino-centes” a cargo del Grupo de Teatro deSinlabajos. Estos actos de la tarde se vana realizar en el Cine Teatro “Castilla”.

Encuentro con autores: Narra-ción de historias cortas y lectu-ra de poemas a cargo de Santos

Jiménez.El pasado Jueves, 16 de ene-ro de 2014, tuvo lugar a las 19,00 horasun acto organizado por la Biblioteca Pú- blica de Arévalo en el que el autor, San-tos Jiménez, se encargó de compartir conlos asistentes historias y poemas perte-necientes a su obra literaria.

Algunas casas en las calles delCasco Histórico de Arévaloamenazan ruina. En números an-teriores de nuestra revista cultural noshemos hecho eco del estado de algunosde los edi cios emblemáticos del Patri-

monio arevalense. Queremos hoy hacernotar que algunas casas del entorno delas calles de Santa María, Hernández Lu-quero y San Martín al Cementerio, entreotras, se encuentran en avanzado estadode ruina. Entendemos la complejidad deestos problemas pero también creemosque como para todo lo demás, para man-tener y potenciar el Casco Histórico hayque tener un proyecto, un proyecto claroy de nido, no solo en materia urbanís-tica sino también en aspectos sociales ysociológicos, económicos y de otro tipo.En lo referido a lo meramente urbanísti-co, ya hemos dicho en muchas ocasionesque el ARI no era un buen instrumentodado que carecía de cualquier norma ni plani cación. Ahora vemos las conse-cuencias. Proponemos, desde estas pági-nas, la creación de un órgano consultivoen el Ayuntamiento de forma que puedan buscarse fórmulas para evitar que, en unfuturo cercano, los barrios de Arévaloque se sitúan entre el Arrabal y el Casti-llo acaben abandonados y convertidos enuna extensa ruina.

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Registro Civil:Movimiento de población enero/2014 Nacimientos: niños 0 - niñas 4Matrimonios: 2Defunciones: 3

Actualidad

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¿Qué fue del antes y después deLas Edades? Desde que el 21 de mayode 2010 Arévalo fuera elegida para ce-lebrar la XVIII edición de “Las Edadesdel Hombre”, el alcalde de la ciudad,Vidal Galicia Jaramillo, no ha paradode manifestar a través de los diferen-tes medios de comunicación que esteevento sería un punto de in exión; esdecir, que habría un antes y un después para Arévalo como atractivo turístico.

Muchos, entre los que me incluyo, pensamos que estas declaraciones su- pondrían para nuestra ciudad una me- jora en el estado de nuestro patrimonio,que nuestros monumentos permanece-

rían abiertos más días y más horas y,sobre todo, que la actividad culturalsería mucho más amplia de forma que pudiera suponer un foco de atracciónde público a la ciudad.

Lo único cierto es que hace ya másde tres meses que ‘Credo’ fue clausu-rado. El lunes 4 de noviembre de 2013,la consejera de Cultura cerraba en laiglesia de El Salvador el último reco-rrido por las sedes de lo que fue la granexposición de 2013. Desde entonces,la ciudad de Arévalo ha perdido variosfocos de atracción cultural que fun-cionaban antes de que comenzara laexposición, e incluso antes de que secon rmara que la ciudad iba a albergaruna de las ediciones de las exposicio-nes de arte sacro de la Fundación que patrocina las diócesis de la comunidad.

De esta forma, es cierto que hay unantes y un después a raíz de Las Eda-des. El problema es que el después quevivimos en la actualidad es mucho másde ciente que el antes. Tres de los edi-

cios que antes eran puntos de atrac-ción, que mantenían una programaciónturística y cultural estable, ahora tie-nen sus puertas cerradas.

El castillo, que tras el convenio r-mado en 2009 entre el FEGA y el mu-nicipio, por primera vez podía ser visi-tado con nes turísticos, y en su patioalbergó la exposición de esculturas deJuan Jesús Villaverde, con la entradadel nuevo año se ha cerrado. Al parecerse van a realizar obras de mejora; pero,de momento, hasta que estas, que nohan comenzado, concluyan, este mo-numento no podrá ser visitado.

La iglesia de San Martín, desdeque fue recuperada por la Fundacióndel Patrimonio Histórico de Castilla yLeón para convertirse en Centro Cul-tural de Caja de Ávila, mantuvo una programación estable, con exposicio-nes de forma continua, además de con-ferencias, conciertos o presentacionesde libros y también talleres de pinturao dibujo. En la actualidad, el templo havuelto a la parroquia. Ha dejado de sergestionado por la Fundación Caja deÁvila, que bien podría llamarse Funda-ción “Caja de la ciudad de Ávila”, puessólo mantiene su actividad cultural enla capital de la provincia, abandonandotoda la programación en la provincia.

También la Casa de los Sexmos de

la Plaza de la Villa se ha cerrado trassu última función como centro de re-cepción de visitantes y de promociónde la comarca durante el tiempo que hadurado ‘Credo’. Anteriormente funcio-nó como Museo, Escuela taller o Bi- blioteca, y en la actualidad permanececerrado al público.

Si nos trasladamos al estado del pa-trimonio histórico-artístico, cada vezva a ser menos atractivo, salvo paraquien lo que quiera ver sean ruinas. Enlos últimos meses se ha visto cómo seestá derruyendo la cubierta del antiguoColegio de los Jesuitas. También se haalertado sobre el aumento del ancho dela grieta del puente de Medina.

Mientras tanto, el Ayuntamientocontinúa dilapidando dinero públicoen el Molino de la Isla, un edi cio quedesde que lo adquirió en 1987, todaslas corporaciones que han ocupadolos sillones municipales han gastadomillones de pesetas y miles de eurosen intentar habilitar y dar uso a un in-mueble cuyo n como establecimientohostelero no deja de ser una utopía.

Fernando Gómez Muriel

¿Este es el antes y después tras las Edades del Hombre?

C/ Palacios de Goda, 7 (Polígono Industrial) · Arévalo

Tfno. y Fax: 920 303 254 - Móvil: 667 718 104

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Es famosa la frase del gran escritorMax Aub: “Se es de donde se hace elbachillerato.”; pues bien, yo lo hice enArévalo. En mi recuerdo aulas, compa-

ñeros y profesores que durante cuatroaños, soy de los del B.U.P y el C.O.U.,tuve la suerte de que me acompañaran.Iniciados mis estudios en el InstitutoEulogio Florentino Sanz pronto me en-cauzaron, por razones que desconozco, por Ciencias dejando las Letras, Latín yGriego a un lado, lo que con el tiempohe lamentado.

Máximo Anzola, mi primer profesorde Matemáticas, me dejó huella, y talvez por eso me creí atraído por los nú-meros. Luego, los siguientes cursos, don

Alfredo Perotas fue mi profesor en esaasignatura, lo que hizo animarme aúnmás a elegir una carrera de números,de muchos números, como es CienciasEconómicas. Con don Alfredo aprendi-mos, entre otras cosas, Trigonometría afuerza de bombardear, de forma imagi-naria claro está, todas las torres de lasiglesias de los pueblos de la comarca, acalcular su altura por la sombra en otroscasos, averiguando a qué distancia seencontraban de nosotros, en de nitiva,todas esas cosas para las que sirve la

Trigonometría; y así cogimos a ción,y en cierto modo cariño, a catetos, hi- potenusas, senos y cosenos, tangentes,ángulos y todo lo demás. Pero ya empe-zaba a notar yo una cierta atracción poraquellos monumentos bombardeados, por sus esbeltas torres.

Triangulando a partir de un puntojo, supimos averiguar las dimensio-

nes de cualquier super cie, algo queal principio me llenó de satisfacción.Cuando se lo conté a mi padre, que ha- bía ido solo hasta los trece años de edada la escuela, me respondió que todo la- brador debe saber la super cie de lo quetrabaja o posee, y recordando me contó,una vez más, las excelencias de aquel buen maestro que tuvo en su niñez, donBelisario Hernández Roldán, y de lasmuchas cosas que les enseñó de Arit-mética, Álgebra y Geometría. Pero alleer el texto de los problemas de mate-máticas, notaba yo una cierta atracciónmás por el texto que por el resultado.Resolvía correctamente los problemas,incluso los de Números Quebrados que

se decía antes, pero me quedaba inva-riablemente pensando en los niños, ta- berneros, comerciantes o cualquiera delos protagonistas del problema, más alláde haberles resuelto satisfactoriamente

su duda. Y si eran de tartas los proble-mas ya no digamos, mi imaginaciónvolaba elaborando suculentas y dulcestartas que luego me daba pena repartir

entre una cuadrilla de zánganos incapa-ces de averiguar cuántas porciones lescorrespondían.

Durante esos mismos años la Físicaque me enseñó Concha, de cuyo ape-llido no consigo acordarme, me hizodisfrutar enormemente, si bien notabaun mayor atractivo a buscar la poéticaen el movimiento curvilíneo uniforme-mente acelerado y extrañaba no saberdel Griego más que unas pocas letras.De la Química que me enseñaron guar-do un recuerdo especial de un tal Her-minio Carrillo, “atenta la batería” erasu forma de captar nuestra atención, loque hizo que me entusiasmara por laasignatura, por formulaciones, ácidos y bases, valencias y electrones; aunque yaentonces empecé a establecer un cierto paralelismo entre Química y Amor.

Y así, curso a curso, con una forma-ción tan racionalista, me quedó claroque los números no mienten, que no haynada más leal que un número. Siempre,en cualquier idioma, al multiplicar dosnúmeros obtienes siempre el mismo re-sultado. Cuando colocas un número enel lugar de las centenas siempre equiva-le a las mismas unidades. Que todo eluniverso obedece a unas leyes Físicasque poco a poco vamos desentrañando,la Humanidad me re ero. Que son lasreacciones químicas las que regulan elfuncionamiento del organismo y queen eso del Amor efectivamente hay uncomponente químico por culpa de lasferomonas. Por eso, cuando escucho aalguno que dice que los números mien-ten, me sonrío. No son las cifras las queengañan, son las interpretaciones quede ellas se hacen lo que nos lleva a dis-crepar.

Da lo mismo que hablemos de lascifras que se manejan sobre asuntos na-cionales o de las que hablan de lo acon-tecido en Arévalo en 2013. Como quieraque el bachillerato hace tiempo que lo pasé, el tiempo me ha dejado encontrarmi verdadera devoción por las Letras.Y por eso, ante la discrepancia al leerlas cifras, a la di cultad que muestran

algunos para leer los números, ante losmanejos que pretenden otros en ejerci-cios más de Magia que de Matemáticaso Economía, surgen en mí preguntas sinespecial afán en encontrar respuestas,

pues como buen romántico, uno de losúltimos por cierto, tenemos costumbrede preguntar al viento o a seres inani-mados, los cuales dan más respuestasque muchas personas.

No se ponen de acuerdo en cuanto

a los que han venido a Arévalo, cuántomás se ha vendido en estos meses y asíun largo etcétera de datos, más núme-ros de nuevo, que intentan contraponerunos a otros. Pero a mí me interesanmás las preguntas, saber lo que han vis-to los que han venido, qué les ha pareci-do la ciudad, qué les ha gustado, cuálesson las cosas que no han agradado anuestros visitantes, cómo valorarían laatención recibida o la información. Ende nitiva, ese tipo de cosas que intere-sa saber a la gente que se preocupa porlos sentimientos, que creo pesa más enalgunas ocasiones que unas cifras. Puesya me dirán ustedes qué puede mover auna familia a realizar un viaje de varioscientos de kilómetros, pagar un peaje enla autopista de más de 12 euros, uno deida y otro de vuelta, esperar una o doshoras, casi 120 minutos, para poder sen-tarse a una mesa antes de degustar untostón, pagar lo que les pidan y regresarsin haber podido visitar ni las muchasiglesias ni lo más emblemático: La Lu-gareja. Si no fuera porque un sentimien-to les atrae, las cifras no parecen animarmucho.

Además, con el tiempo, conocí unviejo eslogan del periodismo anglo-sajón: “ Los datos son sagrados; loscomentarios son libres.”. La realidad la percibo a diario y la frialdad atribuidaa los números es una falsedad, pues noson fríos. El número que indica que es-tamos unos cuantos grados bajo cero noes más frío que los otros, es la tempe-ratura la que es fría. Los visitantes quetodos hemos podido ver no los hemoscontado, de hecho creo que nadie los hacontado en su totalidad, lo han hecho parcialmente; pero les hemos escucha-do. Y a mí, que hace tiempo que descu- brí que me atraían más las letras que losnúmeros, pero sin dejar de respetarles,les con eso que ciertas a rmacionessobre ellos me hacen sonreír, no lo pue-do evitar.

Fabio López

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Siempre fui más de letras

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El escritor leonés Andrés Trapiello(premio Castilla y León de las Letras2011) sostiene que rechazar un premioes en realidad un acto de vanidad, pueses como recibirlo dos veces. Claro quetambién puede suceder que te den dosveces el mismo premio o que te erijandos veces la misma estatua. Así acon-teció con el busto de Emilio Romero,gloria local, esculpido por Juan de Áva-los y situado en la Plaza del Real deArévalo.

Sabemos que el 23 de noviembre delaño 1.969 la escultura todavía se encon-traba en la casa del escritor porque asílo consigna el periodista que le entre-

vista en esa fecha para el diario ABC,quien añade que “Ávalos ha procuradocaptar el gesto altivo y el dinamismo desu gura”. El caso es que, cuando no te-nía otra cosa que hacer, Emilio Romerogustaba de contemplarse en su escultura(cada cual tiene sus manías), según con-

esa en un soneto dedicado a ella (“Ami estatua”), que reproduzco:

Delante de mi estatua me contemploen bronce prorrogada mi gura;tiene altivez el gesto, y la postura podría ser de la arrogancia ejemplo.Hay un fulgor de fe inmoderaday un cansancio asumido en el semblante;se nota la ironía en el talantey el sarcasmo se apunta en la mirada.Tengo un libro en las manos; enhebrado, para decir quién soy diáfanamente,los brazos los tengo remangados.Se ha querido decir muy claramentecómo es mi vida: dura y agitada;y el bronce ha sido el expresamente.

Para compensar, el periodista y

biógrafo Jesús María Amilibia (“Emi-lio Romero, El gallo del franquismo”,ediciones Temas de hoy, 2005) escribeque “El escultor dulci có los rasgos y el

bronce aportó nobleza a un rostro sobreel que parecían pesar todas las amargu-ras y aristas de la patria, el rostro de unhombre esquinado lleno de desdén, elrostro dibujado por un cabreo congénitoy el poso de una seriedad de siglos queno mejoraba ni cuando se reía. El escul-tor, para salvar la fealdad, lo esculpió enactitud de rebeldía, lo hizo gallo”.

Barruntamos que Emilio Romero noacababa de acertar con un sitio dondecolocar la estatua y que además su se-ñora estaba harta de llevarse unos sustosde muerte cada vez que se la tropezabaen la oscuridad del salón. Hay que reco-nocer que tenía que ser un permanentesobresalto encontrarse con su fulgor defe inmoderada entre las sombras de lacasa cada vez que se levantaba desvela-

da a picar cualquier cosilla para intentarcoger el sueño. “Es la última vez quete lo digo, Emilio: O la estatua con sufulgor de fe inmoderada o yo”, debióde advertirle su esposa. A lo que EmilioRomero debió de replicar con un can-sancio asumido en el semblante: “Vale,tú ganas, me la llevo a mi pueblo, queallí hay mucho sitio donde colocarla sinque estorbe a nadie”. Y así se hizo. Porlo tanto la primera erección de su esta-tua fue, en puridad, una autoerección.Como casi todas las primeras ereccio-nes, por otra parte.

Pocos años después Emilio Romerotuvo la suerte de que algunos recalci-trantes iconoclastas quitaran la estatuadel pedestal y la arrojaran a las cuestasdel río. Miel sobre hojuelas. Esta es lamejor cosa que puede pasarte una vezque te han erigido una estatua en tu pueblo, porque tienes la oportunidad desentirte injustamente agraviado y de ha- berte ganado una segunda erección, aúnmás merecida si cabe que la primera.Efectivamente, la estatua fue nalmen-

te repuesta con todos los honores y elultraje quedó convenientemente resar-cido. Amilibia, en la obra citada, da lasiguiente versión del lance: “ (el busto)

cuando murió Franco fue arrojado al río probablemente por algunos que le fue-ron a pedir trabajo a “Pueblo”; luego,mandando ya los socialistas, quizá losmismos que lo tiraron volvieron a co-locarlo en su lugar, porque al n y alcabo, era un hijo del pueblo y su padre,Ángel Romero, un socialista –jefe deTelégrafos- que en la huelga de 1909incomunicó la ciudad de Arévalo delresto de España”.

El propio Emilio Romero remata elasunto al nal de uno de sus artículosen la prensa de aquellos años, titulado“Lo que he pedido a los Reyes”: “ Porlo demás, Reyes queridísimos, devol-visteis mi estatua a la plaza de mi pue- blo y habéis permitido – ya sé que porvuestra distracción- que se incendiara

el Ayuntamiento, los Juzgados y el Re-gistro civil. Se acabó mi partida de na-cimiento. No tengo edad”. El perspicazlector sabrá juzgar si Romero ligó insi-diosamente ambos sucesos o si se tratóde simple casualidad.

Un osado panegirista escribió queEmilio Romero fue al siglo XX lo queLarra al XIX. Ya se sabe que no haynada más dañino para el elogiado queun adulador incontinente. De momentoconvengamos en que alguien que suposacarle tanto partido a su e gie mere-ce todo nuestro respeto. Y, en cualquiercaso, siempre compartiremos con él sudeclarado amor por Arévalo, mantenidoa lo largo de toda la vida con admirable

delidad. Que no es poco.

José Félix Sobrino

La estatua

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Al menos la historia de un pueblo,y sus gentes, que ambos amaron tanto.

Uno, dedicándole varios años de

vida, que raspó aquí y allí de trabajoy familia, como pudo. Otro, llevandosiempre en el recuerdo la tierra de susorígenes. Allí donde el esfuerzo y el ta-lento le condujo.

Por muy lejos que fuera de su Aré-valo del alma.

Arevalenses ambos, por supuesto; pero no solo de nacimiento, sino casi se podría decir “de vocación”.

Ahora que se lleva tan poco esto delas vocaciones desinteresadas y altruis-tas.

Y el único amor del que puede unoalardear sin que le tilden de excéntrico,es el tan extendido de a los colores deun equipo de fútbol.

Personas, y por lo anteriormente ex- puesto hasta “personajes”, que el azar jugando a destino, o a la inversa, quisoque coincidieran en sus trayectorias enun momento determinado, y muy signi-

cativo del tiempo. Por esa condición principal de enamorados de su pueblo.

Que le llevó a uno a la alcaldía, en el primer consistorio democrático (cuan-do aún no se conocía prácticamenteeso que ahora se da en llamar “carrera política”), y a otro a la más que loablecondición de benefactor de aquello quesiempre dijo, y de esta manera demos-tró sobradamente, sentirse admirador yhasta deudor rendido.

Personas cuyo talante similar, y nomenos singular, hizo que empatizaranextraordinariamente bien, desde un principio.

Aunque fuera en la distancia. Y alcalor tan solo de unas letras (ámbito alque ninguno de los dos, aunque en ra-mas distantes, era ajeno).

Con esa con uencia de talantes y ta-lentos que se da tan pocas veces, y quelogra, cuando se produce, el efecto de

una simpatía inmediata. Casi podíamosllamar, hasta “instintiva”.Que suele desembocar, si el tiempo

y las circunstancias son benévolas, enamistad.

Esa or “rara”, y más aún general-mente en la edad adulta.

Talante, “talento” y cordialidad que palpita en todas y cada una de las cartasque acompañan a este artículo, y que elseñor don Julio Escobar, le escribió altodavía recordado por muchos: Don Ri-cardo Bustillo de Partearroyo.

En su condición de primer alcaldeelegido por la urnas, de esa nueva Es- paña, que se quería, y sentía tan frescay diferente.

Tan vitalista y remozada, tras dellargo periplo de duermevela en que sesumió tras de la guerra “incivil” entrehermanos.

Y que se reencontró a sí misma conuna ilusión que hasta, me atrevería adecir, transpira también entre las líneasque escribió nuestro eximio escritor y

periodista.Periodista, drama-turgo y narrador, direc-tor de la segunda (y másgloriosa), etapa de estarevista. De delicada,entrañable y deliciosa prosa; tengo la impre-sión de que ha caído bastante injusta e inex- plicablemente en el ol-vido. Especialmente encomparación con otras

destacadas guras delámbito literario, de lafecunda historia de lavilla.

Teniendo en cuenta sobre todo, elextraordinario gesto de generosidadque tuvo para con su pueblo, al hacerle

principal y destacado benefactor de suconsiderable fortuna y testamento.Como un indiano e intrépido aven-

turero del arte tras del mar de las pa-labras, que enriquecido en su regreso acasa, no tuviera más amor, ni herederodigno al que dejar sus más que esforza-dos bienes, que el del lugar que le vionacer. Y las calles de su infancia y ju-ventud.

Calles que bien podrían haber dedi-cado aunque hubiera sido una mínima parte de la cuantiosa suma que les legó,a digni car y hacer ostentación bienmerecida, de su memoria.

Sirvan estas modestas líneas (y lascartas sobre todo que las acompañan),como testimonio extraordinario de unamor que los arevalenses no deberíandejar caer en el olvido.

Porque, como dicta el castizo refráncastellano: “nunca es tarde, si la dichaes buena”.

Ricardo Bustillo Martín

Un escritor y un alcalde, para la Historia

Fragmento de una carta de Julio Escobar a Ricardo Bustillo

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Permítaseme que antes de entrar enel tema que hoy nos ocupa haga una breve observación lingüística. No es lomismo “huerto” que “huerta”, aunquegeneralmente se usen como sinóni-mos, y en nuestra tierra las diferenciasmás signi cativas son las siguientes:el huerto tiene menor extensión quela huerta, suele estar dentro del recin-to del pueblo o en sus proximidades ygeneralmente cercado o protegido porvallados o tapias. La huerta, en cam- bio, suele ser más grande y se sitúa encampo libre. Ambos coinciden en seruna super cie de cultivo de regadío,de verduras, hortalizas, legumbres, ár- boles frutales, más característicos estosúltimos de los huertos que de las huer-tas. La existencia de un pozo es un datocomún a ambos. De pequeños, en nues-tro pueblo todos distinguíamos perfec-tamente el huerto del tío Gaudencio, fa-moso por sus peras de “Don Guindo”,de la huerta de Abundio famosa por suslechugas o cebollas. Es curioso cómola lengua castellana utiliza en algunoscasos la desinencia “–a” para indicarno solo el género femenino sino tam- bién la cantidad, el tamaño, el volumeno lo colectivo frente a lo individual. No

es lo mismo “cubo” que “cuba”, “leño”que “leña”, “madero” que “madera”.Desde el periodo neolítico hasta

hace poco más de 50 años la huerta hasido un sistema de cultivo fundamentalen una economía de autoconsumo o desubsistencia, por eso muchos hogarestenían incorporado a sus casas un pe-queño huerto para las necesidades delconsumo diario, al igual que muchostenían su corral de gallinas, su horno para cocer el pan, su pocilga para ce- bar al cerdo y hacer la “matanza”, etc…Así ha sido la vida de nuestras aldeashasta no hace mucho tiempo. Muchosde nuestros antepasados, no todos, es-taban acostumbrados a vivir de lo que producían y, si había algún excedente,lo vendían a algún convecino o lo lle-vaban a la feria de los martes a Arévalo.

Como algo inevitable, todo esto hacambiado en los últimos tiempos. Hoy,en nuestros pueblos, la huerta ya no eslo que era, salvo en el caso de algunoshortelanos profesionales que tienen en

la huerta un medio de vida y destinansus productos a la venta. Para muchosde nosotros la huerta se ha convertidoen un lugar de ocio, en una actividadno lucrativa que trata de rellenar el

vacío que deja la inactividad laboral y busca entroncar con nuestros orígenesen el mundo rural, añorados desde ladistancia en el tiempo. Se trata tambiénde una forma de evasión, de huída delmundo complicado de la ciudad plaga-do de tensión, del intenso trá co, delvértigo urbano para refugiarnos en unmundo más tranquilo y natural en plenocontacto con la Naturaleza, en de niti-va con la Tierra de la que procedemosy con la que un día nos volveremos afundir. Se trata de volver a la infancia,de reencontrarnos con nuestro pasado,de evocar aquellos años en los que ayu-dábamos a nuestros hermanos mayores,que sacaban el agua con un caldero delos pozos con ayuda de un cigüeñal. Setrata de observar cada año el eterno ci-clo de las estaciones, iniciar en el mesde marzo la aventura de la siembra delas semillas, ver si germinan y brotan,y sobre todo temblar ante las heladasde los meses de abril y mayo que noshacen resembrar de nuevo.

Cuando llega el mes de junio y hadesaparecido el riesgo de heladas, las plantas empiezan a crecer y a orecer,las ores cuajan en frutos y entonceslas observamos para ver cuándo estosmaduran y podemos probarlos. Ya a

nales de julio las conversaciones enla barra del bar giran en saber quiénha sacado los primeros tomates de suhuerta o quién coge las mejores judías.Diríamos que se entabla una especie derivalidad entre nosotros. También sediscute sobre cuál es el mejor método para combatir la araña roja o el pulgón.Algunos llevan al bar las primicias desus pimientos de “padrón” para servirde aperitivos y acompañar a la cervezao al verdejo de la tierra.

Todos vemos cómo nuestros pue-

blos se quedan semivacíos, cuando lle-ga el otoño. La huerta ya ha dado susfrutos y hasta la próxima primavera noserá necesario preparar la nueva tempo-rada. Nuestras pequeñas aldeas se estántransformando poco a poco en residen-cias a “tiempo parcial”, segundas vi-viendas, y muchas de estas actividadesresiduales son la que hacen que no sequeden totalmente vacías.

Observamos en nuestros días unacreciente vocación hortícola en las pro- pias ciudades. El hombre de la ciudadcada vez está más sensibilizado con la Naturaleza y el cultivo de las plantas.Se habla de “huertos en casa urbana”,asociado generalmente a jardines o te-rrazas y relacionado con prácticas eco-lógicas. El problema mayor que yo veo

aquí es el de la limitación de espacios,la escasez de tierra para soportar plan-tas de cierta envergadura, y tal vez poreso en los campos próximos a las gran-des ciudades se están extendiendo ofer-tas muy variadas: “huertos de barrio”,“huertos comunales”, “huertos urbanosecológicos”, etc. Pero no sólo hay que pensar en las grandes ciudades, sinoen las pequeñas o medianas, donde lasdistancias hasta el campo son mínimas.Aquí existen otras fórmulas que porcierto no son nada nuevas, como lo que

ahora llaman “huertos compartidos”que consiste en lo que antes se llama- ba “a medias”, es decir, el propietario pone la tierra y el hortelano su trabajo ydespués se reparten el fruto, o, más fá-cil todavía, el alquiler o arrendamientodel huerto al hortelano. Como vemos,una gran variedad de sistemas para sa-ciar las necesidades que el ser humano,desde los orígenes de los tiempos, hasentido para relacionarse con la tierra,con la Naturaleza, y extraer de ella susmejores frutos.

Ángel Ramón González González

El huerto o la huerta

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El pasado 20 de enero de 2014 hici-mos entrega, desde nuestra AsociaciónCultural, de una solicitud al Ayunta-miento de Arévalo en la que propone-

mos la creación de una Casa de la Cul-tura en nuestra ciudad.En el preámbulo de esta solicitud

desgranamos algunos de los antece-dentes que consideramos de interés ala hora de valorar esta propuesta. En-tre ellos, hacemos mención a que “ La Alhóndiga”, a lo largo de los meses enlos que, en 2013, han estado en Arévalo“Las Edades del Hombre”, ha sido ca- paz de mantener una sala de exposicio-nes en gestión propia, sin ningún tipode ayuda institucional, en la que hemosrealizado cuatro muestras expositivasde pintura y fotografía y podríamoshaber realizado varias más. Algunos ar-tistas, fotógrafos, pintores, escultores,se acercaron a nosotros proponiendomostrar aquí sus creaciones. El com- promiso con el propietario del local eramantener éste abierto solo mientras du-rara la muestra “Credo”, de forma quealgunas de aquellas personas quedarona la espera de poder disponer de algúnespacio en el que podamos organizaresas muestras.

De la misma manera, la AsociaciónCultural ha desarrollado en los mesesindicados un completo programa deconferencias y presentación de librosde autores arevalenses, estando, aligual que en el caso de las exposicio-nes, pendientes de nuevas presentacio-nes y nuevos ciclos de conferencias queya se están preparando.

La propuesta que hemos dirigido alAlcalde de Arévalo consiste en que elAyuntamiento nos facilite un local paraque podamos mantener, de forma orga-nizada y permanente, un calendario deactividades tales como: exposicionesde pintura, escultura, fotografía, obje-tos etnográ cos, manualidades y todoaquello que consideréis que es Arte yCultura y sea susceptible de exhibirseen un espacio expositivo. Creemos quemuchos artistas de Arévalo y su Tierrano tienen la oportunidad de mostrarsus obras, dado que, y esto no deja deser curioso, las personas que decidenquién expone y cuándo, en las salas

que hay en la actualidad, parecen tenerespecial predilección por gentes de fue-ra de aquí, relegando a los nuestros aun segundo, tercero o cuarto lugar enmuchos de casos. A algunos de ellos

ni siquiera se les da la oportunidad deexponer.

En este lugar podrían efectuarse, asímismo, ciclos de conferencias sobreHistoria, Arte, Patrimonio, Literatura.Se podrían organizar mesas redondasy veladas poéticas y literarias. Por su- puesto, habría una programación anualdedicada a talleres de pintura, fotogra-fía, literarios y poéticos, etc.

Queremos también disponer, Aré-valo ya tiene necesidad de ello, de una pequeña biblioteca que contendría li- bros y documentación referidos a nues-tra Ciudad y a la Tierra. Por supuestose habilitaría un espacio especí co

que nos permitiera digitalizar la enor-me cantidad de documentos históricos(papeles, periódicos, fotografías, etc.)que muchos arevalenses y morañegosnos están prestando a n de que foto-gra emos ese material para que puedaser conservado y puesto a disposiciónde los demás.

Hemos manifestado en nuestra so-licitud que esta Casa de la Cultura de- bería estar en la Casa de los Sexmos.La ubicación y la disposición interiorde este edi cio histórico se prestacomo un guante para servir al uso quenosotros proponemos. Dispone de es- pacios perfectamente dimensionados para acoger sala de exposiciones, salade conferencias, biblioteca, zonas paraimpartir talleres e incluso lo necesario para tener, en un futuro, una emisora deradio de carácter local. A pesar de noestar cerrados a otras posibles opcionesno encontramos ningún otro espacio de propiedad municipal que pudiera serutilizado en este proyecto. Los edi -cios que existen o son naves diáfanassin ningún tipo de condiciones o sonedi cios en avanzado estado de ruina.

Planteamos, por tanto, esta posi- bilidad casi como única, además de prioritaria entendiendo que ese sería,sin duda alguna, el uso ideal para esteedi cio histórico, haciendo menciónademás de que la Casa de los Sexmosha tenido siempre vocación de ser Casa

de la Cultura y cumpliría ciertamente,no os quepa duda, con la función parala que fue concebida.

No vamos a terminar sin antes ha-cer especial reseña sobre algunas delas ventajas que tendría la creación de

esta Casa de la Cultura en la Casa delos Sexmos, en plena Plaza de la Villa.En primer lugar hacer mención a

que el compromiso pasaría por asumir, por supuesto, los gastos en la gestióndel edi cio. Esto quiere decir que elAyuntamiento, no teniendo que sopor-tar ningún gasto, aliviaría en parte elagobio económico que dice tener cadavez que se le propone realizar algunaactividad cultural. No estaría de más, por otra parte, que pudiéramos conocerlos gastos reales que ha tenido la Casade los Sexmos en los últimos cuatroaños. Así sabríamos los arevalenses elahorro que habría con el proyecto que planteamos desde esta Asociación.

De igual forma, a ninguno de no-sotros se nos oculta que la Plaza de laVilla, y, por extensión, todo el espaciourbano que conforma el Casco Históri-co de Arévalo, está en franca decaden-cia. La población ha disminuido en losúltimos años de forma drástica sin queninguna de las puntuales y poco pensa-

das actuaciones urbanísticas y de otrotipo que se han hecho hayan servidomás que para deteriorar aún más, sicabe, este barrio arevalense.

Nosotros estamos completamenteseguros de que la Casa de la Culturacontribuiría de forma efectiva a dina-mizar la plaza de la Villa generando un

ujo permanente de movimiento veci-nal que tendría repercusión en el de-sarrollo social y económico de toda lazona, empezando por el Arrabal.

Estamos convencidos de esto, igualque estábamos convencidos de que“Las Edades del Hombre” debían su- poner una impresionante oportunidad para Arévalo y para la Comarca.

¡Lástima que aquellos que teníanque haber impulsado el proyecto no en-tendieron absolutamente nada!

Juan C. López

Una Casa de la Cultura

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TALA

Bienamadas imágenesentre sauces y álamos durmientes,fronteras del veranocomo un tajo curado en la memoria.Viste aquella región de la espesura bajo nubes y águilasy escuchaste el silencio remansándosedentro del corazón.Renaciste a la calma del fervor estragado por el dolor fundido en el frío del agua,al silbo del vencejo, la oropéndolaque cruzara lo verde,el furtivo arrendajo en la ribera.Allí las criaturas espectralescrecieron con el eco, antiguas nochesde viajes y recuerdos.Allí líneas azules, malvas en las cigarras,abrojos en la bóveda felizde la pobeda, el humuso la densa fragancia donde aún iba tu cuerpo.Y eras intemporal sobre el abismode un lodo que cubriera la tierra,huesos de peces, fósiles y valvas,ahogados en adioses,estremecidas vueltas por la piel de los troncos.Mira bien, ya se cierra la fronda despoblada,se llena el contrapunto de la música

de rumores y brotes,cede el cerco ante el aire codicioso,ante el rastro nocturno del cárabo y la luna.Contempla la venganza, toca el éxtasis por cima de la muerte.Corre de nuevo el río por la arena,asciende por la piedra desde el cauce del alma.

José María García López

Nuestros Poetas RUINAS

¿A qué velocidad se deshacenlas piedras?¿Cómo de lentamente se conviertenen arena?Como las de un relojsin prisa, pero también sin tregua.

Las arenas del sueño,del Mito, y la leyenda.Que moran en las calles de este puebloy pisamos entre ellas.Sin verlas yadespués de tantos años.Sin entender, quizá, la belleza de su historiay su importancia.Sin intentar detener su deterioro.

Sin intentar tapar las rendijas por donde se escapa el tiempoy la memoria.viva de las cosas,que se va perdiendosin remedio.Junto con las piedrasy los conventos,los colegios,los recuerdos…

La historia:esencia sin quererlo

de lo que en el fondo somosy seremos.

Quizá tan solo seaque es que nos pesa el tiempo.Y la sangre se deshace como la piedraen un río de arena,que acabará en la playade un futuro sin historia.De un horizontesin su gloria. A Arévalo

Ricardo Bustillo Martín

A un olmo seco

Sarmiento gigantescode un tiempo no aún lejanode recio tronco y mejor madera...Ácaros, insectos, hongos y bacterias,hoy te asedian, te corroen y lastimany no te quejas...Centenares de pájarosen tu follaje fresco y verde anidarony no te quejas...

Sarmiento gigantescode la mejor madera...Refugio de una pléyadede jóvenes poetas...¿Se ausentó de ti la primavera?También los poetas...Mas como Juan dice:

“Un erizo, dos tortugas,un gato, tres perrosy un olmo seco de la mejor madera”.

Segundo Bragado

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Una tesis doctoral es un trabajoarduo, conlleva lecturas, estudio, re-

exión crítica, investigación, análisis,

su elaboración suele prolongarse variosaños y la media de sus dimensiones ron-da las 500 páginas. Conseguir acabarla,y no todo el que se lo propone lo logra, ydefenderla ante el Tribunal es una gransatisfacción. Yo, personalmente, meconformaba con eso y así creí conclui-do ese periodo en noviembre de 2012.Pero amigos y familiares me anima-ron a publicar la tesis y nalmente meanimé porque la idea coincide con unare exión que vengo haciéndome desdeque comencé a trabajar en la Universi-dad de Valladolid: la necesidad de acer-car el trabajo académico a la sociedad.Y así nació este libro, Patrimonio Cul-tural y prensa. Tratamiento periodísticodel patrimonio en Castilla y León, unvolumen que recoge los principales da-tos y conclusiones de la investigaciónde mi tesis doctoral en poco más de cien páginas, no se asuste el futuro lectorcon lo dicho más arriba.

Volviendo a la tesis, cuando uno se plantea un tema que le va a acompañardurante mucho tiempo y al que va a de-

dicar tanto esfuerzo es necesario que elasunto sea del interés del doctorando. Yyo elegí el Patrimonio Cultural porque para mí es un tema esencial, como loes para vosotros, amigos de la asocia-ción “La Alhóndiga” y lectores asiduosde “La Llanura”. Lo explica muy bienuna frase del Ieoh Ming Pei, el arqui-tecto de la pirámide del Louvre, que leíhace poco: “El patrimonio de un país esesencialmente su identidad cultural, ytanto grande como pequeño, majestuo-so o simple, material o inmaterial, debemantenerse y tener signi cado paracada nueva generación”.

A mi interés personal por las cues-tiones relativas a nuestro patrimonio seunió, a la hora de elegir el tema, mi ex-

periencia profesional que, como sabenlos amigos de La Llanura se desarrollóanteriormente en Diario de Ávila. En mi

trabajo diario pude observar la impor-tancia informativa de los asuntos rela-cionados con el estado de conservación,la intervención en bienes culturales y sudifusión, de ahí que decidiera investigarcon un método cientí co, la relevanciadel patrimonio cultural en la agenda delos medios de comunicación locales.

La investigación que se presenta en“Patrimonio Cultural y prensa” partede una serie de preguntas: ¿Cómo tra-tan los medios de comunicación, con-cretamente la prensa, los asuntos rela-

cionados con el Patrimonio Cultural?,¿Existe una especialización periodísticaen Patrimonio Cultural?, ¿Contribuyenuestra prensa a la difusión y defensadel Patrimonio Cultural? Concretamen-te en nuestra región, Castilla y León,que destaca por la cantidad y calidadde su patrimonio cultural, ¿qué espacioocupa la información sobre estos bie-nes? ¿Cuáles son las fuentes de infor-mación que se utilizan?.

Para responder a esas preguntas serealizó un análisis de contenido de másde mil unidades periodísticas publica-das a lo largo de un año en El Norte deCastillay El Mundo de Castilla y León,además de entrevistas a profesionalesde las secciones de Castilla y León yCultura de ambos diarios. El libro re-coge los datos extraídos de la investi-gación y las conclusiones de la mismacomo un punto de partida para una re-

exión profunda sobre el papel del pe-riodismo como elemento divulgador dela riqueza cultural de nuestra región, un periodismo vigilante con la conserva-

ción de los bienes culturales y que favo-rezca la puesta en valor del importante patrimonio de Castilla y León como unelemento de identidad colectiva.

No piense el lector de “La Llanura”

que este libro es sólo para periodistaso para estudiantes de periodismo. Creoque este libro puede interesar a aque-llas personas que comparten esa idea de patrimonio cultural como un elementoesencial de nuestra identidad.

Por último tengo que señalar queuna tesis doctoral es fruto del traba- jo del doctorando, obviamente, perotambién del apoyo de otras personas.Por supuesto, mis directoras de tesis,y también mi familia, mis amigos. Pre-cisamente aprovecho el espacio en “LaLlanura” para dejar constancia aquí demi agradecimiento a dos arevalenses de pro: a Pedro del Río por las fotografíasque ilustran el libro y a Carmen He-rrero, compañera en la Universidad deValladolid por su ayuda. Espero, quemuy pronto, queridos lectores podamosvernos y así contaros algunas de lasideas y datos de este libro que puedenayudarnos, también como lectores, aser críticos (entiéndase como alabanzade lo bien hecho y censura de lo malo)con la forma en que los medios tratan elPatrimonio Cultural.

María Monjas Eleta

Patrimonio cultural y prensa

AGENDA DE ACTIVIDADESCasa del Concejo (Plaza del Real, 20)Exposición de pintura y escultura deDiego de Giraldez, “ Elmisterio de la realidad ”.Sábados y domingos del 8 de febrero al 2 de marzo, de 12,00a 14,00 y de 17,00 a 19,00 horasOrganizan: Diputación de Ávila y Ayuntamiento de Arévalo Biblioteca Municipal “La Alhóndiga”Talleres de animación a la lectura y escritura creativas.Días 4, 6, 11, 13 y 18 de marzo de 17,00 a 19,00 horas

Organizan: Diputación de Ávila y Ayuntamiento de Arévalo

Cine-Teatro “Castilla”Espectáculo “El festival de los niños”, a cargo de la Compa-ñía SupertelefestivalSábado, 15 de marzo de 2014 a las 18,00 horas.Colabora: Ayuntamiento de Arévalo

Visita Cultural - Calles del casco Histórico de ArévaloDomingo 16 de febrero de 2014 a las 11,30 horas.Organiza: La Alhóndiga, Asociación de Cultura y Patrimo-nio. (Más detalles en nuestra página Web.)

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