Tratamiento Local de Las Ulceras de Presion o Escaras Un Estudio Longitudinal
LAS ULCERAS DE PRESION O ESCARAS
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Una úlcera de presión es toda
lesión de la piel que se produce
en cualquier parte del cuerpo
que sufre una presión
prolongada sobre un plano duro.
Es conocida también por úlcera
por decúbito, escara o llaga.
La presión producida no debe
ser intensa y es independiente
de la posición en la que se
encuentre el paciente.
Sobre todo por la presión directa, es decir,porque el peso del cuerpo aprieta los tejidosentre la cama y el hueso.
Por la fricción, es decir, al subir al pacientehacia la cabecera de la cama arrastrándolo
Por el deslizamiento, es decir, cuando elpaciente está sentado y se va resbalando pocoa poco.
La presión alargada en el tiempo provoca unbloqueo del riego sanguíneo en la zonaafectada y produce la lesión.
Las úlceras por presión pueden
aparecer en cualquier lugar del cuerpo
dependiendo de la zona de piel que
este sometida a mayor presión y de la
postura más frecuente del paciente.
En los siguientes dibujos señalaremos en
rojo las zonas que con más frecuencia
sufren de estas úlceras, dependiendo de
la posición que adopte el paciente.
• Espalda a la altura de
los omoplatos
• Nalgas
• En los codos
• Detrás de las rodillas
• En los pies
• Parte trasera de la cabeza
• En la espalda
• En el sacro
• En las nalgas
• En talones
• En la planta del pie
• Parte lateral de la cabeza
• Hombro
• Codo
• Cadera
• Detrás de las rodillas
• Talones
• Pies
Principalmente en aquellas personas que sufren en su piel una presión prolongada y que además puedan tener algunos de estos factores predisponentes: Edad avanzada
Inmovilidad y encamamiento prolongado
Incontinencia urinario y/ o fetal
Bajo nivel de conciencia o estado mental
Uso de medicamentos
Alteraciones varias (obesidad, diabetes, anemia, hipotensión…)
Afectación mecánica: yesos, tracciones…
Factores psicosociales: depresión, falta de higiene, falta del cuidador…
Agravar el estado general del paciente
Disminución de la autonomía
Disminución de la autoestima
Mas trabajo para el cuidador
Incrementar los gastos económicos
Pero en muchos casos, se pueden evitar o
retrasar su aparición
Los cambios posturales permiten evitar o aligerar la presión prolongada
El cuidador ha de realizarlos si el usuario no es capaz de cambiar de postura por sí mismo
En pacientes encamados, cada 2-3 horas, siguiendo una rotación programada
En pacientes sentados, cada hora. Si el paciente puede realizarlos por si solo, cada 30-45 minutos descargar el peso de las nalgas moviéndose de un lado a otro.
En pacientes colaboradores, hay que
fomentar y facilitar la movilidad y la
actividad física en la medida de sus
posibilidades
En pacientes no colaboradores, se debe
aprovechar a realizar movilizaciones
pasivas a las articulaciones cuando se
hacen los cambios posturales, al menos
4 o 5 veces al día.
Aprovechar el aseo diario para examinar el estado de la piel en busca de zonas que sigan enrojecidas o de pequeñas heridas, rozaduras, ampollas…
Hay que poner especial atención en el sacro, talones, caderas, rodillas, tobillos y codos.
Si se detectara alguna, PROTEGER LA ZONA, favorecer los cambios posturales y consultar con su enfermera/o
Hay que mantener la piel limpia y seca en todo momento.
Lavar la piel con agua tibia
Utilizar jabones de pH neutro
Aclarar y secar meticulosamente sin friccionar.
Tratar la incontinencia de orina y/o heces, con absorbentes, y extremar aún más las medidas de higiene
No utilizar alcoholes sobre la piel
Aplicar cremas hidratantes hasta su absorción, excepto donde haya heridas.
Evitar el arrastre al movilizar el paciente, para no friccionar la piel sobre la ropa de la cama
Utilizar sábanas suaves, de tejidos naturales, como algodón hilo…
Las sábanas debes estar bien estiradas, sin pliegues, limpias, secas y sin restos de alimentos.
Si hubiera que levantar la cabecera de la cama, hacerlo lo mínimo posible y durante el menor tiempo posible.
Según el riesgo y la situación clínica del paciente se utilizarán superficies especiales de apoyo como, colchones, colchonetas o cojines.
También se pueden usar otros dispositivos como apósitos protectores, almohadas, cojines, vendajes almohadillados…
Evitar el contacto de las prominencias óseas entre sí
NO UTILIZAR FLOTADORES.
Proporcionar una alimentación rica y
variada al paciente, intentando tener
en cuenta sus gustos y preferencias,
pero también sus limitaciones.
Debe proporcionarle de 1,5 a 2 litros de
líquidos: agua, zumos, infusiones…
Proporcionar un ambiente agradable
para la hora de las comidas.
Colocar una almohada pequeña o una toalla enrollada bajo la región lumbar.
Situar una almohada bajo la región superior de los hombros, cuello y cabeza
Mantener los pies en ángulo recto poniendo un cojín entre las plantas y los pies de la cama
Situar almohadas bajo los brazos, manteniéndolos paralelos al cuerpo.
Debe utilizarse un sillón adecuado, cómodo, con el respaldo un poco inclinado.
Colocar un cojín o almohada pequeña en la región cervical, en la zona lumbar y bajo las piernas.
Mantener los pies en ángulo recto
Cuidar la posición de los brazos y el alineamiento del cuerpo
Poner al paciente de costado
Colocar almohada bajo cabeza y cuello del paciente.
Colocar ambos brazos ligeramente flexionados
Colocar una almohada paralela a la espalda y girando al paciente apoyarlo sobre ella; sacar el hombro sobre el que apoya.
Poner una almohada entre las piernas desde la ingle hasta el pie.
Girar al paciente sobre sí mismo hasta quedar bocabajo, colocando la cabeza de lado sobre una almohada pequeña.
Colocar otra almohada pequeña bajo el abdomen.
Situar una almohada bajo la porción inferior de las piernas situando los pies en ángulo recto.
Colocar los brazos en flexión
Dejar libres de presión: los dedos del pie, rodillas, genitales y mamas.