LECTURA - Dº DE SUCESIONES

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INDIGNIDAD Y REPRESENTACIÓN SUCESORIA DE LOS HIJOS EXTRAMATRIMONIALES ¿Tienen derecho a la representación sucesoria los hijos extramatrimoniales del viudo declarado indigno respecto a la sucesión de su fallecida esposa? Emilia BUSTAMANTE OYAGUE (*) CAS. N° 2811-2007-PIURA (**) Lima, cuatro de marzo de dos mil ocho La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República; vista la causa número dos mil ochocientos once guión dos mil siete, con los acompañados, en audiencia pública de la fecha y producida la votación correspondiente de acuerdo a ley; de conformidad con lo opinado en el Dictamen Fiscal Supremo, emite la siguiente sentencia: 1. MATERIA DEL RECURSO: Se trata en el presente caso del recurso de casación interpuesto por el demandado Freddy Hermes Panta Ginocchio, contra la sentencia de vista contenida en la resolución número dieciséis, de fojas ciento veintidós, su fecha diecisiete de abril de dos mil siete, emitida por la Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, que Confirma la sentencia apelada de fojas noventa y tres a noventa y cinco, su fecha cuatro de octubre de dos mil seis, en cuanto declaró fundada en parte la demanda sobre declaración de indignidad; y, la Revoca en cuanto ordenó que los derechos sucesorios que pierde el indigno pasen a sus descendientes, así como que, para el otorgamiento de pensión de viudez a favor del menor demandante haga valer su derecho directamente ante la Administradora de Fondos de Pensiones que corresponda; Reformándola en dicho extremo, declara improcedente que los derechos sucesorios pasen a los descendientes extramatrimoniales del demandado declarado indigno; disponiendo que se otorgue al menor Freddy Ronald Panta Cardoza (hijo matrimonial del demandado) el derecho de pensión de viudez que pudiera corresponderle a dicho emplazado. 2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: Esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha seis de julio de dos mil siete, ha estimado procedente el recurso de casación por las causales de: a) Interpretación errónea de una norma de derecho material, bajo el supuesto de que la Sala de mérito no ha tenido en cuenta que conforme a los artículos 681 y 683 del Código Civil, al haberse declarado al recurrente indigno, corresponde heredar a todos sus hijos, por representación sucesorio, sean hijos matrimoniales o extramatrimoniales; y, b) Inaplicación de una norma de derecho material, sosteniendo que conforme al artículo 670 del Código Civil acotado, la indignidad tiene carácter personal, y que los derechos sucesorios que pierde el indigno corresponden a sus descendientes, habiéndose dejado de aplicar el artículo 818 del mismo Código Sustantivo, en cuanto establece que todos los hijos tienen iguales derechos sucesorios respectos de sus padres, por lo que no se habría considerado que al fallecer su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, y al haberse declarado al recurrente indigno por la causal respectiva, heredan por representación sucesoria sus hijos matrimoniales y extramatrimoniales. Análisis y crítica jurisprudencial La presente sentencia casatoria emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia se pronuncia sobre un interesante tema de derecho sucesorio, que permite vincular a un caso concreto las nociones dogmáticas y legales de indignidad para suceder con las referidas a la representación sucesoria. TEMA RELEVANTE (*) Profesora de área civil de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, así como profesora asociada de la Academia de la Magistratura. (**) Publicada en la Separata de Sentencias de Casación del diario oficial El Peruano, el 30/06/2008.

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INDIGNIDAD Y REPRESENTACIÓN SUCESORIA

DE LOS HIJOS EXTRAMATRIMONIALES

¿Tienen derecho a la representación sucesoria

los hijos extramatrimoniales del viudo declarado indigno respecto a la sucesión de su fallecida esposa?

Emilia BUSTAMANTE OYAGUE (*)

CAS. N° 2811-2007-PIURA (**)

Lima, cuatro de marzo de dos mil ocho

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República; vista la causa número dos mil

ochocientos once guión dos mil siete, con los acompañados, en audiencia pública de la fecha y producida la votación

correspondiente de acuerdo a ley; de conformidad con lo opinado en el Dictamen Fiscal Supremo, emite la siguiente

sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO: Se trata en el presente caso del recurso de casación interpuesto por el

demandado Freddy Hermes Panta Ginocchio, contra la sentencia de vista contenida en la resolución número

dieciséis, de fojas ciento veintidós, su fecha diecisiete de abril de dos mil siete, emitida por la Segunda Sala

Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, que Confirma la sentencia apelada de fojas

noventa y tres a noventa y cinco, su fecha cuatro de octubre de dos mil seis, en cuanto declaró fundada en parte la

demanda sobre declaración de indignidad; y, la Revoca en cuanto ordenó que los derechos sucesorios que pierde el

indigno pasen a sus descendientes, así como que, para el otorgamiento de pensión de viudez a favor del menor

demandante haga valer su derecho directamente ante la Administradora de Fondos de Pensiones que corresponda;

Reformándola en dicho extremo, declara improcedente que los derechos sucesorios pasen a los descendientes

extramatrimoniales del demandado declarado indigno; disponiendo que se otorgue al menor Freddy Ronald Panta

Cardoza (hijo matrimonial del demandado) el derecho de pensión de viudez que pudiera corresponderle a dicho

emplazado.

2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: Esta

Sala Suprema, mediante resolución de fecha seis de julio de dos mil siete, ha estimado procedente el recurso de

casación por las causales de: a) Interpretación errónea de una norma de derecho material, bajo el supuesto de que la

Sala de mérito no ha tenido en cuenta que conforme a los artículos 681 y 683 del Código Civil, al haberse declarado

al recurrente indigno, corresponde heredar a todos sus hijos, por representación sucesorio, sean hijos matrimoniales

o extramatrimoniales; y, b) Inaplicación de una norma de derecho material, sosteniendo que conforme al artículo

670 del Código Civil acotado, la indignidad tiene carácter personal, y que los derechos sucesorios que pierde el

indigno corresponden a sus descendientes, habiéndose dejado de aplicar el artículo 818 del mismo Código

Sustantivo, en cuanto establece que todos los hijos tienen iguales derechos sucesorios respectos de sus padres, por lo

que no se habría considerado que al fallecer su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, y al haberse

declarado al recurrente indigno por la causal respectiva, heredan por representación sucesoria sus hijos

matrimoniales y extramatrimoniales.

Análisis y crítica

jurisprudencial

La presente sentencia casatoria emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia se pronuncia sobre un interesante tema de derecho sucesorio, que permite vincular a un caso concreto las nociones dogmáticas y legales de indignidad para suceder con las referidas a la representación sucesoria.

TEMA

RELEVANTE

(*) Profesora de área civil de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, así como profesora asociada de la Academia de la

Magistratura. (**) Publicada en la Separata de Sentencias de Casación del diario oficial El Peruano, el 30/06/2008.

3. CONSIDERANDO

Primero.- Examinado el presente proceso en los términos casatorios denunciados, es del caso efectuar las siguientes

precisiones: 1) La demandante María Esther Cardoza Queneche, en calidad de tutora del menor Freddy Ronald

Panta Cardoza, postula la presente demanda obrante de fojas dieciséis a veintidós y subsanada a fojas treinta, con la

finalidad de que se declare la indignidad del demandado (padre de dicho menor tutelado por la actora), y que, en

consecuencia, se otorgue al citado menor el derecho de pensión de viudez que le habría correspondido al emplazado,

respecto de su finada cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, habiendo fallecido esta a causa del delito

contra la vida el cuerpo y la salud –parricidio– perpetrado por el demandado, según el proceso penal seguido en su

contra, en el cual se le ha impuesto una pena privativa de la libertad de quince años, más el pago de una reparación

civil. Asimismo, se ha seguido en contra del demandado la acción de pérdida de la patria potestad de su citado hijo

matrimonial, el menor Freddy Ronald Panta Cardoza, así como se ha seguido el proceso de sucesión intestada,

concluyendo este último con sentencia que declara a este menor de edad como único y universal heredero de su

madre, la causante Marcela Esperanza Cardoza Queneche. 2) Tramitado el presente proceso por los cauces que a su

naturaleza corresponde, el Cuarto Juzgado Especializado Civil de Piura, ha declarado fundada en parte la demanda

interpuesta; y, en consecuencia, al demandado Freddy Hermes Panta Ginocchio indigno para suceder como heredero

de quien en vida fuera su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, debiendo pasar a sus descendientes los

derechos sucesorios que le corresponden al demandado respecto de su referida cónyuge. 3) La Segunda Sala

Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Piura emitió sentencia confirmatoria en la parte que declara al

demandado indigno para suceder a su cónyuge fallecida; revocando la apelada en el extremo que ordena que los

derechos sucesorios que pierde el demandado pasan a los descendientes de este; y en cuanto al otorgamiento de la

pensión de viudez a favor del menor, que se haga valer su derecho directamente ante la Administración de Fondos

de Pensiones que corresponda; y, reformándola, ha declarado improcedente dicho extremo de la sentencia apelada, y

dispone que se le otorgue al mencionado menor Freddy Ronald Panta Cardoza, el derecho de pensión de viudez que

le hubiera correspondido al emplazado.

Segundo.- Estando a los fundamentos de la recurrida en casación y del presente medio impugnatorio, se llega a la

conclusión de que el tema materia de la controversia radica en determinar si los derechos sucesorios que pierde el

indigno pasan a todos los descendientes del demandado, sin excepción, es decir a su citado hijo matrimonial y a sus

dos hijos extramatrimoniales, o solamente al primero.

Tercero.- Conforme señala la Doctrina en Derecho de Familia y en Derecho Sucesorio, la indignidad sucesoria

viene a ser la sanción civil que en materia hereditaria corresponde a aquel heredero o legatario que es excluido de la

sucesión por actos o hechos cometidos en agravio del causante; por lo que tal criterio se encuentra vinculado

jurídicamente a la figura de la representación sucesoria, principalmente por razón de parentesco con el causante.

Cuarto.- En cuanto a la denuncia casatoria relativa a la interpretación errónea de los artículos 681 y 683 del Código

Civil, dispositivos legales que regulan la representación sucesoria genérica y la representación sucesoria en línea

recta descendente, respectivamente; la Sala de mérito ha determinado que, si bien los derechos sucesorios que pierde

el heredero indigno pasan a sus descendientes; quienes le heredan por representación, según los supuestos previstos

por los citados artículos 681 y 683 del Código Sustantivo, dentro de los cuales deben encontrarse los hijos del

indigno para poder heredar por representación; y que, conforme se advierte de las partidas de nacimiento de fojas

cuarenta y dos y cuarenta y tres, presentadas por el demandado en su contestación de demanda, estos documentos

corresponden a los menores titulares Maritza del Pilar y Freddy Natalie Panta Herrera, hijos extramatrimoniales del

demandado, por lo que este solicita que, en caso de ser declarado indigno para suceder a su cónyuge fallecida, la

pensión de viudez que le correspondería en su calidad de cónyuge supérstite de la causante Marcela Esperanza

Cardoza Queneche, pase también a sus referidos hijos extramatrimoniales por representación sucesoria, además de

su hijo matrimonial Freddy Ronald Panta Cardoza; empero, que en ese sentido, dicho Colegiado Superior considera

que es menester precisar que, por efecto de la representación, los descendientes tienen derecho a entrar en el lugar y

en el grado de su ascendiente, respecto al causante de la herencia, siempre y cuando exista vínculo familiar entre el

sucesor representante y el causante, lo que no sucede en el caso de autos, toda vez que los hijos extramatrimoniales

del indigno no se encuentran dentro de los presupuestos normativos cuya interpretación errónea se denuncia, al no

ser herederos de la causante Marcela Esperanza Cardoza Queneche, ni en línea recta ni colateral, por tanto no les

corresponde heredar en representación de su padre, el demandado; por ende, se concluye que la denuncia de

interpretación errónea de dichas normas deviene sin asidero legal.

Quinto.- Al respecto cabe señalar que la interpretación de las normas que regulan la representación sucesoria, a

decir de Augusto Ferrero, tienen como presupuesto que en caso de pérdida del derecho a heredar por indignidad,

dicha figura se aplica para los casos en que existe vínculo familiar entre el representante y el causante; pues la

representación sucesoria es una figura que solo funciona en el caso de descendientes, cuando se trata de línea recta

del causante y en la línea colateral cuando se trata de hijos del hermano del causante, es decir sus sobrinos (citado

por Guillermo Lohmann Luca de Tena; en: Derecho de Sucesiones; Tomo I, Segunda Edición, Pontificia

Universidad Católica del Perú - Fondo Editorial, mil novecientos noventa y seis, página ciento noventa y cuatro).

Sexto.- Que, bajo ese contexto dogmático, se puede establecer que, para los efectos de la representación sucesoria,

la calidad del heredero por representación debe provenir de la vinculación del sucesor con el causante, por

parentesco consanguíneo o por matrimonio; mientras que, en el caso de autos, el demandado pretende que los

derechos sucesorios que normalmente le hubieran correspondido en su calidad de cónyuge de la causante, pasen a

los hijos extramatrimoniales de este, con los cuales no existe vínculo de descendencia parental respecto de la

causante (ni en línea recta ni colateral); en cambio, tal vínculo parental sí ocurre con el hijo habido dentro del

matrimonio de la causante y el demandado, y por tanto, este menor es el único que sí tiene representación sucesoria

en línea recta descendiente. Por consiguiente, la denuncia por el supuesto error in judicando debe desestimarse por

infundada.

Sétimo.- Con relación a la denuncia casatoria relativa a la inaplicación de una norma de derecho material, sostiene

el impugnante que el artículo 670 del Código Civil dispone que la indignidad tiene carácter personal, y que los

derechos sucesorios que pierde el indigno pasan a sus descendientes, habiéndose dejado de aplicar el artículo 818

del citado cuerpo normativo, en cuanto esta norma establece que todos los hijos tienen iguales derechos, por lo que

no deben diferenciarse entre hijos matrimoniales y extramatrimoniales; empero, analizados los fundamentos de este

agravio, se advierte que esta norma cuya inaplicación se denuncia, relativa a la igualdad de los derechos sucesorios

entre los hijos es impertinente al presente caso, toda vez que la Sala de mérito, al establecer en el cuarto

considerando de la sentencia de vista que los hijos extramatrimoniales del demandado no se encuentran dentro de

los supuestos que podrían beneficiar el hijo o a los hijos del indigno para heredar, por no ser herederos de la

causante ni en línea recta ni colateral, como se ha anotado en el considerando precedente, lo que implica que el

Colegiado Superior ha efectuado la exclusión de los hijos extramatrimoniales del demandado, habiéndose formado

esa convicción no en función de tal condición (de hijos extramatrimoniales sino que ha sido sustentada en el hecho

de no ser descendientes de la causante Marcela Esperanza Cardoza Queneche, máxime si el menor Freddy Ronald

Panta Cardoza (hijo de la causante y del demandado) ha sido declarado heredero único y universal de la causante, lo

que se acredita con la sentencia contenida en la resolución número cuatro, su fecha quince de noviembre del dos mil

cuatro, recaída en el proceso de sucesión intestada acompañado; concluyéndose, además, que el recurrente no ha

explicado de qué manera la aplicación de la norma denunciada como inaplicada podría hacer variar el sentido del

fallo emitido por la Sala de mérito; por consiguiente, la denuncia casatoria planteada por esta segunda causal in

judicando también deviene en infundada.

4. DECISIÓN: Por tales consideraciones y de conformidad con el artículo 397 del Código Procesal Civil: a)

Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandado Freddy Hermes Panta Ginocchio,

mediante escrito de fojas ciento treinta a ciento treinta y tres, y en consecuencia NO CASAR la sentencia de vista

de fojas ciento veintidós a ciento veintitrés, su fecha diecisiete de abril de dos mil siete, emitida por la Segunda Sala

Especializada Civil de la Corte Superior de Piura. b) CONDENARON al recurrente a la multa de tres Unidades de

Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos del recurso. c) DISPUSIERON la publicación de la

presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por doña María Esther

Cardoza Queneche en representación del menor Freddy Ronald Panta Cardoza, sobre declaración de indignidad;

interviniendo como Vocal ponente el Señor Caroajulca Bustamante; y los devolvieron.

SS. SÁNCHEZ-PALACIOS PAIVA; CAROAJULCA BUSTAMANTE; MANSILLA NOVELLA; MIRANDA

CANALES; VALERIANO BAQUEDANO

ANÁLISIS Y CRÍTICA JURISPRUDENCIAL

I. PRESENTACIÓN

Como se señaló en la sumilla de este comentario, nos parece muy interesante el tema que aborda la sentencia casatoria analizada. Esta sentencia casatoria es emitida en un proceso de declaración judicial de indignidad, siendo el demandado quien interpone el recurso de casación contra la sentencia de vista que confirma lo resuelto en primera instancia, en la parte que declaró fundada en parte la declaración de indignidad, revocándola en la parte que ordenó que los derechos sucesorios que pierde el declarado indigno pasen a sus descendientes, así como en cuanto a que para el otorgamiento de pensión de viudez a favor del menor demandante haga valer su derecho directamente ante la Administradora de Fondos de Pensiones que corresponda; reformándola en dicho extremo, se declaró que los derechos sucesorios pasen a los descendientes extramatrimoniales del demandado declarado indigno.

La sentencia casatoria pronunciada por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia es importante porque desestima el recurso de casación, el cual es declarado infundado.

II. ANTECEDENTES DEL CASO

Del texto de la sentencia casatoria se tiene como hechos establecidos en el presente caso, los siguientes:

a. Freddy Hermes Panta Ginocchio estuvo casado con Marcela Esperanza Cardoza Queneche, con quien tuvo un hijo matrimonial Freddy Ronald Panta Cardoza.

b. Freddy Hermes Panta Ginocchio fue procesado penalmente, por haber cometido el delito contra la vida, el cuerpo y la salud –parricidio– contra su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, por el cual se le impuso una pena privativa de la libertad de quince años, más el pago de una reparación civil.

c. Se sigue un proceso de pérdida de la patria potestad contra Freddy Hermes Panta Ginocchio, de su citado hijo matrimonial, el menor Freddy Ronald Panta Cardoza, siendo designada tutora del referido menor doña María Esther Cardoza Queneche.

d. También se ha seguido un proceso de sucesión intestada en el que se expide sentencia declarando al menor Freddy Ronald Panta Cardoza como único y universal heredero de su madre, la causante Marcela Esperanza Cardoza Queneche.

e. La tutora del menor, doña María Esther Cardoza Queneche es quien interpone demanda solicitando que se declare la indignidad del demandado para suceder a la fallecida Marcela Esperanza Cardoza Queneche, y que se otorgue al citado menor el derecho de pensión de viudez que le habría correspondido al emplazado, respecto de su finada cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche.

f. El Cuarto Juzgado Especializado Civil de Piura, por sentencia de fecha 4 de octubre de 2006 declara fundada en parte la demanda sobre declaración de indignidad; y, en consecuencia, al demandado Freddy Hermes Panta Ginocchio indigno para suceder como heredero de quien en vida fuera su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, y se ordenó que los derechos sucesorios que pierde el indigno pasen a sus descendientes, así como que para el otorgamiento de pensión de viudez a favor del menor demandante haga valer su derecho directamente ante la Administradora de Fondos de Pensiones que corresponda.

g. El 17 de abril del 2007, la Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Piura emitió sentencia confirmatoria en la parte que declaró fundada la demanda y, por consiguiente, declara al demandado indigno para suceder a su cónyuge fallecida; revocando la apelada en el extremo que ordena que los derechos sucesorios que pierde el demandado pasen a los descendientes de este; y en cuanto al otorgamiento de la pensión de viudez a favor del menor, que se haga valer su derecho directamente ante la Administración de Fondos de Pensiones que corresponda; y, reformándola, ha declarado improcedente dicho extremo de la sentencia apelada, disponiendo que se le otorgue al mencionado menor Freddy Ronald Panta Cardoza, el derecho de pensión de viudez que le hubiera correspondido al emplazado.

h. El demandado Freddy Hermes Panta Ginocchio interpone recurso de casación. i. Por resolución suprema de fecha 6 de julio de 2007, se declara procedente el recurso de casación

por las causales de: a) Interpretación errónea de una norma de Derecho material, bajo el supuesto de que la sala de mérito no ha tenido en cuenta que conforme a los artículos 681 y 683 del Código Civil, al haberse declarado al recurrente indigno, corresponde heredar a todos sus hijos, por representación sucesoria, sean hijos matrimoniales o extramatrimoniales; y, b) Inaplicación de una norma de Derecho material, sosteniendo que conforme al artículo 670 del Código Civil acotado, la indignidad tiene carácter personal, y que los derechos sucesorios que pierde el indigno corresponden a sus descendientes, habiéndose dejado de aplicar el artículo 818 del mismo Código Sustantivo, en cuanto establece que todos los hijos tienen iguales derechos sucesorios respecto de sus padres, por lo que no se habría considerado que al fallecer su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, y al haberse declarado al recurrente indigno por la causal respectiva, heredan por representación sucesoria sus hijos matrimoniales y extramatrimoniales.

j. La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema emite sentencia de casación con fecha 4 de marzo del 2008, declarando infundado el recurso de casación interpuesto por el demandado, y no casa la sentencia de vista impugnada mediante recurso de casación.

Para entender el problema jurídico que analiza y resuelve la sala casatoria, debemos tratar los siguientes temas, primero, los efectos jurídicos de la declaración de indignidad para heredar del cónyuge demandado; y segundo, analizar la institución de la representación sucesoria, determinar qué personas pueden invocar el derecho de representación sucesoria, en particular, si los hijos extramatrimoniales del declarado indigno pueden recibir conjuntamente con su hijo matrimonial, la herencia que le hubiera correspondido a él de su fallecida esposa. A continuación, pasaremos a tratar cada uno de estos aspectos.

III. LA DECLARACIÓN DE INDIGNIDAD PARA HEREDAR Y SUS CONSECUENCIAS JURÍDICAS

En el derecho de sucesiones se distinguen los ámbitos de la sucesión legal y testamentaria, mediante la primera, sucesión legal o intestada, se atribuye la herencia por mandato de la ley, esta opera supletoriamente a falta de testamento otorgado en vida por el causante; mientras que por la segunda, sucesión testamentaria, resulta de aplicación lo dispuesto en el testamento del causante. En ambos casos, la herencia se defiere a quienes son llamados a la adquisición sucesoria, ya sea por el testamento o por la ley, en caso de no haber testamento vigente y válido. Este llamamiento es conocido como la vocación hereditaria1.

En suma, los derechos sucesorios tienen dos fuentes: en primer lugar, el testamento, como expresión de última voluntad del causante, y en segundo lugar, la ley, en ausencia de un testamento válido, vigente y aplicable a la sucesión de una persona.

1. Los órdenes sucesorios

Es una norma establecida en derecho sucesorio que el sistema de llamamientos hereditarios lo establece la ley mediante una sucesión de órdenes. Refiere Domínguez Benavente que se entiende como

1 ZANNONI, Eduardo A. Manual de derecho de las sucesiones. Cuarta edición actualizada y ampliada, Editorial Astrea,

Buenos Aires, 1999, p. 20. Por su parte, Maffia distingue la capacidad para suceder de la vocación hereditaria, así, mientras que la primera consiste en la aptitud para recibir por transmisión mortis causa, por la segunda se entiende al llamamiento de un sucesor a una sucesión determinada, llamamiento que presupone necesariamente como sustento previo la capacidad del llamado. MAFFIA, Jorge O. Manual de derecho sucesorio. Tomo I, segunda edición actualizada y aumentada. Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1985. p. 74.

concepto de orden al conjunto de parientes que, considerados colectivamente, excluyen a otros parientes del causante; o son excluidos, a su vez, por otro grupo o categorías de parientes del de cujus2.

Como en la sucesión intestada es la ley la que establece el llamamiento sucesorio en el Perú, tenemos el artículo 816 del Código Civil de 1984 que regula la sucesión de órdenes del modo siguiente:

“Son herederos del primer orden, los hijos y demás descendientes; del segundo orden, los padres y demás ascendientes; del tercer orden, el cónyuge; del cuarto, quinto y sexto órdenes, respectivamente, los parientes colaterales del segundo, tercero y cuarto grado de consanguinidad. El cónyuge también es heredero en concurrencia con los herederos de los dos primeros órdenes indicados en este artículo” (el resaltado es nuestro).

Y esta relación de órdenes sucesorios en parte es reproducida en sucesión testamentaria, en efecto, conforme al artículo 724 del Código Civil, los herederos forzosos son las mismas personas que se comprenden en los tres primeros órdenes sucesorios que prevé el artículo 816 del Código Sustantivo, esto es, los hijos y demás descendientes, los padres y demás ascendientes y el cónyuge.

Como ya hemos señalado en anteriores comentarios jurisprudenciales resulta pertinente distinguir los conceptos de vocación actual y eventual con relación a los órdenes sucesorios. En efecto, toda vocación hereditaria existe en cabeza de cada llamado desde el momento mismo de la muerte del causante. La vocación hereditaria del llamado en primer lugar y de los sucesibles en grados ulteriores coexiste simultáneamente desde la apertura de la sucesión, aunque solo aquel poseerá un llamamiento actual a la herencia que le otorga el derecho de aceptar (delación). La vocación del llamado en segundo o ulterior grado es, pues, una vocación eventual, sin delación, que se encontrará sujeta a la pérdida del llamamiento sucesorio del llamado en primer lugar que otra u otras personas.

De ahí, que este sistema de las vocaciones simultáneas explique cómo por renuncia o muerte del sucesible llamado en primer lugar, la herencia pasa a ser deferida a los sucesibles de orden o grado ulterior, la que opera, tal como señala Zannoni, no desde o a partir de la renuncia o muerte de aquel (el llamado en primer lugar), sino retrotrayéndose en todo caso al momento de la apertura de la sucesión3.

2. Los principios del llamamiento ab intestato

En doctrina se conocen los principios fundamentales que rigen el llamamiento ab intestato, esto es, la vocación legítima cuando estamos en el plano de la sucesión intestada, y que son4:

a. La vocación legítima constituye fuente de un llamamiento a la adquisición hereditaria, sin atender de los bienes que componen la herencia.

b. La sucesión se basa en la prelación o sucesión de órdenes de llamamiento que agrupan a determinados herederos (descendientes, ascendientes y colaterales), y dentro de cada orden, el grado de parentesco con el causante.

c. Dentro de cada orden se hereda según el grado de parentesco, cuando varios herederos pertenecen a un orden determinado (como se mencionó: ascendientes, descendientes, o colaterales), la prelación se establece en razón de la proximidad del grado. De manera tal que, por ejemplo, los padres desplazan a los abuelos, los hijos a los nietos, los hermanos a los tíos, etc. Entonces, por este principio se establece que el pariente más cercano en grado excluye al más remoto, salvo el derecho de representación. Dado que los órdenes son excluyentes, la prelación del grado opera dentro de cada orden. Así, si en el momento de la apertura de la sucesión

2 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ ÁGUILA, Ramón. Derecho sucesorio. Tomo II,

Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1990, p. 10. 3 ZANNONI, Eduardo. Ob. cit., p. 22 4 ALBADALEJO, Manuel. Curso de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones. Tomo V, cuarta edición, José María Bosch

Editor, Barcelona, 1991, p. 402; MAFFIA, Jorge. Ob. cit., T. I, p. 5; ZANNONI, Eduardo. Ob. cit., pp. 423, 428.

sobreviven al causante parientes de un orden ulterior que se encuentran en grado más cercano al de otros parientes de un orden preferente, solo actualizan su vocación estos últimos.

d. Los parientes que integran un orden ulterior en la prelación no actualizan su vocación sino a falta de todo pariente en el orden preferente.

Debe puntualizarse que de todos estos principios destaca “el principio del mejor derecho a heredar” que resulta de aplicar concordantemente los artículos del Código Civil: artículo 816 (órdenes sucesorios) con el artículo 817 (regla de exclusión sucesoria).

En efecto, conforme al artículo 817 del Código Civil, se tiene que:

“Los parientes de la línea recta descendente excluyen a los de la ascendente. Los parientes más próximos en grado excluyen a los más remotos, salvo el derecho de representación”.

En consecuencia, como se podrá concluir de lo expuesto precedentemente, cuando el causante es uno de los cónyuges, el cónyuge supérstite tiene reconocido su derecho a heredar por derecho propio.

Y este reconocimiento al derecho hereditario del cónyuge supérstite se presenta tanto en sucesión intestada como en sucesión testamentaria. Así, en sucesión intestada está reconocido el derecho a heredar del cónyuge, al estar comprendido en el tercer orden sucesorio, pero que tiene derecho concurrente con las personas comprendidas en el primer y segundo órdenes sucesorios. Y en sucesión testamentaria, el derecho hereditario del cónyuge también está reconocido en su calidad de heredero forzoso.

3. La declaración de indignidad y sus efectos jurídicos

En doctrina de derecho sucesorio se concibe la capacidad sucesoria como la aptitud legal para poder recibir herencias o legados. Dicha capacidad sucesoria la tienen, en principio, todas las personas físicas o jurídicas. Sin embargo, a contrario sensu, se define la incapacidad para suceder como no tener esa aptitud o posibilidad de heredar o suceder.

Expresa Rómulo Lanatta que la indignidad consiste en haber incurrido, el heredero o legatario, con respecto al causante o a los herederos de este, en los actos delictuosos o vituperables previstos por la ley, por cuyo motivo el sucesor puede ser excluido de la herencia, por demandarlo así alguno de los otros sucesores y mediante la sentencia judicial correspondiente5.

Entonces, mediante el proceso de declaración judicial de indignidad se obtiene la exclusión de la herencia, autorizada por la causal expresamente prevista en la ley, como una sanción civil contra determinados sucesores cuando incurren en algunos actos que la propia ley precisa. Cabe indicar que se requiere sentencia judicial a instancia de parte para que surta efectos la indignidad sucesoria.

Las causales de indignidad sucesoria que prevé el Código Civil peruano están contenidas en el artículo 667, que señala que:

“Son excluidos de la sucesión de determinada persona, por indignidad, como herederos o legatarios:

1. Los autores y cómplices de homicidio doloso o de su tentativa, cometidos contra la vida del causante, de sus ascendientes, descendientes o cónyuge. Esta causal de indignidad no desaparece por el indulto ni por la prescripción de la pena.

2. Los que hubieran sido condenados por delito doloso cometido en agravio del causante o de alguna de las personas a las que se refiere el inciso anterior.

5 LANATTA, Rómulo. Derecho de sucesiones. Tomo I, Editorial Desarrollo, Lima, 1978, p. 262.

3. Los que hubieran denunciado calumniosamente al causante por delito al que la ley sanciona con pena privativa de la libertad.

4. Los que hubieran empleado dolo o violencia para impedir al causante que otorgue testamento o para obligarle a hacerlo, o para que revoque total o parcialmente el otorgado.

5. Los que destruyan, oculten, falsifiquen o alteren el testamento de la persona de cuya sucesión se trata y quienes, a sabiendas, hagan uso de un testamento falsificado”.

De los hechos expuestos en la sentencia casatoria, materia del presente comentario jurisprudencial, se tiene como un hecho acreditado que el ahora demandado en este proceso de declaración judicial de indignidad, don Freddy Hermes Panta Ginocchio, ya había sido procesado penalmente, por haber cometido el delito contra la vida, el cuerpo y la salud –parricidio– contra su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, en el cual se le sentenció y se le impuso una pena privativa de la libertad de quince años, más el pago de una reparación civil.

Con este hecho acreditado se tiene que las instancias inferiores declararon que en este caso se había presentado la causal contenida en el numeral 1 del artículo 667 del Código Civil, al haber sido declarado el demandado el autor del delito de parricidio contra la causante, su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche. Entonces, habiéndose configurado la causal de indignidad para suceder del esposo de la fallecida Marcela Esperanza Cardoza Queneche, como consecuencia de ello, el demandado pierde todos los derechos sucesorios que le hubiera correspondido en calidad de cónyuge sobreviviente.

Ello está de acuerdo con los efectos jurídicos que produce la declaración judicial de indignidad que, según el artículo 670 del Código Civil, establece el carácter personal de la indignidad, pues expresamente refiere que “La indignidad es personal. Los derechos sucesorios que pierde el heredero indigno pasan a sus descendientes, quienes los heredan por representación. El indigno no tiene derecho al usufructo ni a la administración de los bienes que por esta causa reciban sus descendientes menores de edad”; y conforme al artículo 671 del Código Civil: “Declarada la exclusión del indigno, este queda obligado a restituir a la masa los bienes hereditarios y a reintegrar los frutos. Si hubiera enajenado los bienes hereditarios, la validez de los derechos del adquirente se regirá por el artículo 665 y el resarcimiento a que está obligado por la segunda parte del artículo 666”.

Como se aprecia, la declaración judicial de indignidad tiene efectos personalísimos: solo en cuanto a la persona del declarado indigno de suceder. En primer lugar, se pierde el derecho a herencia o legado. En caso del heredero, este pierde su derecho a heredar como heredero y los efectos de la indignidad se retrotraen a la fecha de la muerte del causante. En segundo lugar, si el indigno ya asumió los bienes hereditarios, él debe restituirlos. Existe la obligación de reintegrar los frutos, y si se llegó a disponer de los bienes hereditarios, entonces rigen las reglas establecidas en el artículo 665 y segunda parte del artículo 666 del Código Civil. De otro lado, también se sanciona la pérdida de los derechos de administración y usufructo de los bienes hereditarios que reciban los hijos menores de edad.

Ahora, hay que precisar que en caso de que el indigno tenga descendientes, estos tienen derecho a recibir la herencia que le pudo corresponder al indigno mediante la representación sucesoria que, como se verá más adelante, es un caso de excepción establecida en el derecho sucesorio. Pero, aquí se deben hacer precisiones en cuanto al alcance de quiénes son los que pueden recibir por representación sucesoria. Tema que se va a desarrollar a continuación.

IV. EL DERECHO DE REPRESENTACIóN Y LOS DERECHOS DE LOS DESCENDIENTES DEL INDIGNO A SUCEDER

1. El derecho de representación

Refiere Héctor Goyena Copello que la prelación de grados significa que no todos los parientes que se encuentran en un orden han de heredar al causante necesariamente, sino que dentro de un mismo orden,

el de grado más próximo excluye al de grado más lejano, y que una excepción al principio de prelación de grados es el derecho de representación6.

Por su parte, el reconocido maestro español Manuel Albadalejo refiere que, según una terminología tradicional, el heredero puede serlo por derecho propio o por derecho de representación. Cuando el llamamiento a suceder se dirige a alguien para que haciendo las veces de otra persona que no hereda, suceda al difunto en puesto de ella y desempeñando su papel, se dice que se le llama por derecho de representación, o representado a aquel cuyo lugar ocupa. En otro caso se dice que el heredero es llamado por derecho propio, porque lo es, en atención a él mismo, omisión hecha de su vinculación con el que no sucedió. Por ejemplo, si A, persona sin hijos, nombra heredero a B, este le sucederá por derecho propio, aunque el motivo de haberlo nombrado haya sido que B era hijo del mejor amigo de A, y que, muerto su padre, A ha querido dejarle la herencia que deseaba fuese para aquel. Pero si A muere intestado con dos hijos vivos y dos nietos de otro que murió, la ley llama a sucederle a cada hijo en un tercio, y a los dos nietos juntamente en el tercio que habría correspondido a su padre, de vivir. Y se dice que sus hijos heredan a A por derecho propio, y sus nietos en representación de su difunto padre7.

De ese modo, se tiene que el derecho de representación se configura como una excepción al principio según el cual el pariente más próximo en grado del difunto excluye al más remoto, por el principio del mejor derecho a suceder.

En cuanto al derecho de representación, Maffia sustenta que este es un remedio imaginado para evitar los perjuicios originados por el fallecimiento prematuro, ya que los descendientes serían desplazados por los parientes del mismo grado del premuerto, contrariando así el orden de la naturaleza y alterando la organización de la familia. De tal modo que los hijos son colocados en el lugar que ocupaba su padre en la familia del difunto a fin de suceder la parte que hubiera correspondido aquel8.

Así, el derecho de representación sucesoria se conoce como una excepción al principio de mejor derecho a suceder, siendo que otra excepción es la indicada por Fernández Arce quien menciona que una segunda excepción al principio general del derecho preferencial está dada por el derecho del cónyuge sobreviviente, que no siendo pariente del causante y estando ubicado en el tercer orden, pueden sin embargo, heredar en concurrencia con los herederos de los primeros órdenes9.

Acerca de la sucesión por derecho propio y por derecho de representación (iure proprio y iure representationis), Zannoni señala que cuando la herencia se defiere a los sucesores que fundan o reconocen su vocación legítima en la circunstancia de ser, todos, parientes más cercanos en grado del difunto, el llamamiento es, por así decir, originiario. Si, en cambio, uno –o varios– de esos parientes ha prefallecido o por otra circunstancia resuelve su llamamiento, sus descendientes concurren con los otros parientes unificando su vocación en la cuantía y extensión de su ascendiente, recibiendo un llamamiento derivado de la vocación originaria inexistente o resuelta10. Según Maffia, la representación tiene lugar cuando el representado no puede o no quiere aceptar la herencia, ya sea por haber fallecido o por otra causa. Así, la representación será posible, de acuerdo con la doctrina, en los siguientes casos: a) cuando el representado hubiere fallecido; b) cuando hubiere renunciado a la herencia; c) cuando hubiere sido declarado ausente con presunción de fallecimiento; d) cuando hubiere sido declarado indigno; y, e) cuando hubiere sido desheredado11.

6 GOYENA COPELLO, Héctor R. Tratado del derecho de sucesión. Las formas de suceder. Tomo II, 2ª edición

actualizada y ampliada. La Ley, Buenos Aires, 2007, p. 439. 7 ALBADALEJO, Manuel. Ob. cit. T. V., pp. 66-67.

8 MAFFIA, Jorge. Ob. cit., T. II, p. 5.

9 FERNÁNDEZ ARCE, César y ZAMBRANO COPELLO, Verónica. Derecho de sucesiones. Materiales de

enseñanza. Lima, PUCP, Facultad de Derecho, 1996, p. 144. 10

ZANNONI, Eduardo. Ob. cit., p. 431. 11

MAFFIA, Jorge. Ob. cit., T. II, p. 8.

2. El derecho de representación en nuestro Código Civil

El Código Civil peruano en el artículo 681 regula la representación sucesoria del siguiente modo:

“Por la representación sucesoria los descendientes tienen derecho de entrar en el lugar y en grado de su ascendiente, a recibir la herencia que a este correspondería si viviese, o [a] la que hubiera renunciado o perdido por indignidad o desheredación”.

El jurista peruano Juan Guillermo Lohmann en una impecable fundamentación refiere que tal definición es imprecisa: en primer término, porque en cuanto a los descendientes, esto no se limita solo a los descendientes directos del causante, ya que de acuerdo con el numeral 683, la representación se reconoce en la línea colateral en algunos casos; segundo, que no es que los descendientes tengan un derecho, sino que por voluntad legal los descendientes son colocados, lo quieran o no, en la situación sucesoria de su directo antecesor, y solo cuando estén colocados en tal posición entra en juego la voluntad y pueden ejercer los derechos respectivos como si hubiesen sido llamados ab initio y sin solución alguna de continuidad; tercero, que no es correcto que los descendientes tengan derecho a recibir a la herencia, pues a lo que tienen derecho los descendientes, por efecto de la representación, es al mismo derecho del ascendiente. Y el derecho del ascendiente no es a recibir la herencia, sino a decidir si la recibe o no, esto es, si la acepta o la renuncia, entonces, concluye, que por la representación no se recibe la herencia, sino que una persona queda situada en la posición jurídica que otra persona ha dejado vacante. Es esa posición jurídica la que, a su vez, contiene la mera posibilidad de recibir la herencia. Posibilidad, pues, pero nada más.12

El artículo 684 del Código Civil establece la distribución de la herencia por estirpes, entre quienes concurran por representación sucesoria, pues el representante al suceder por derecho propio se coloca en el lugar y grado de su representado, así, cuando el representante es solo uno –por ser único descendiente del sujeto que representa– no se ofrece mayor problema: al ser colocado en la posición de su ascendiente tiene lo mismo que él13.

Al respecto, Albadalejo refiere que se llama suceder “por estirpes”, porque así como a los que suceden por derecho propio les corresponden tantas partes iguales como personas sean, a los que suceden por representación (es decir, a la estirpe del hijo que no sucede) les corresponde una parte igual a la de cada una de aquellas, parte que, a su vez, se divide en partes iguales (por cabezas) entre los representantes que formen la estirpe que sea14.

12 LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. Derecho de sucesiones. sucesión en general. (Comentarios a la sección

primera del libro cuarto del Código Civil). Tomo I, Vol. XVII, Biblioteca para leer el Código Civil, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1995, p. 285.

13 Al comentar el artículo 684 del Código Civil señala Lohmann que el asunto se complica cuando el representado

tiene varios descendientes, y si se toma al pie de la letra el principio de que todos los descendientes acceden al lugar y grado de su ascendiente ocurriría que cada uno de ellos heredaría individualmente lo mismo que el ascendiente, lo que eventualmente puede producir consecuencias visiblemente injustas. Con el objeto de evitar esto, la regla prevista en el artículo 684 del Código Civil sienta que todos los representantes forman una unidad ante los demás sujetos que concurran a la herencia, permitiendo así que a efectos divisorios del caudal tengan en conjunto y sumadas las respectivas participaciones, lo mismo que hubiera tenido el representado. Con base en este régimen, la herencia no se divide per cápita en función del número total de herederos, sino en función de los autores de la estirpe. Cita un caso Lohmann: muere un abuelo que tuvo dos hijos, uno de los cuales premurió dejando a su vez cinco hijos. Si no hubiera premuerto, ese hijo hubiera heredado la mitad igual que su hermano de manera que la herencia del abuelo se dividiría en dos partes. Pero, si no existiera la regla de las estirpes que recoge el numeral 684, cada uno de los cinco nietos se colocaría en el lugar de su padre, de modo que la herencia habría que distribuirla entre seis, y no entre dos. Con lo cual se advierte que el hijo sobreviviente del abuelo, hermano del heredero premuerto, quedaría en desventaja, ya que de vivir su hermano recibiría la mitad, pero por haber muerto este solo recibe un sexto. LOHMANN, Guillermo. Ob. cit., T. I., pp. 304-305.

14 ALBADALEJO, Manuel. Ob. cit., T. V, p. 70.

Como ejemplo, el maestro Albadalejo dice: Si los representantes son todos parientes del único descendiente que tenía el causante (por ejemplo, este tuvo un hijo único que murió, dejándole varios nietos), como también en ese caso suceden por representación, dividen la herencia por partes iguales, ya que esta corresponde entera a una sola estirpe y dentro de ella se divide por cabezas. Si los representantes lo son de varios descendientes de igual generación, que tenía el causante, que faltan todos, los representantes de cada estirpe dividen entre sí por cabezas la parte que habría correspondido al ascendiente del que la estirpe proceda15.

En cuanto a la representación en línea colateral, el Código Civil en su artículo 683 expresa:

“En la línea colateral solo hay representación para que al heredar a un hermano, concurran con los sobrevivientes los hijos de los hermanos premuertos que tengan derecho a representarlo en los casos previstos en el artículo 681”.

Entonces, la representación sucesoria tendrá lugar en el Derecho peruano solo ante dos supuestos: en línea recta descendente y en la línea colateral únicamente en caso de los hijos de hermanos.

El siguiente punto a tratar es el que es materia de análisis por la sala casatoria, en cuanto a si los hijos extramatrimoniales del cónyuge (demandado y declarado indigno para suceder) pueden o no pueden recibir por representación sucesoria lo que le hubiera correspondido al demandado como heredero de la sucesión de su fallecida esposa.

3. ¿Pueden heredar por representación sucesoria los hijos extramatrimoniales del declarado indigno a suceder respecto a la sucesión de su cónyuge fallecida?

Tal como se ha presentado la institución de la representación sucesoria en doctrina y en la legislación peruana, es de concluir que no se ha comprendido el caso de los hijos extramatrimoniales del indigno para recibir por representación sucesoria lo que el indigno pudo recibir de la sucesión de su fallecida cónyuge.

En efecto, nuestras normas sobre derecho de representación del Código Civil no prevén esta situación, pues como se ha indicado, el derecho de representación sucesoria es una excepción al principio de la prelación de órdenes sucesorios y como excepción que es, solo está concebida para la línea descendente como en la línea colateral del causante.

El Código Civil peruano regula la representación sucesoria en el Libro IV de Derecho de Sucesiones, más precisamente, en el artículo 681 estableciendo que “Por la representación sucesoria los descendientes tienen derecho de entrar en el lugar y en grado de su ascendiente, a recibir la herencia que a este correspondería si viviese, o la que hubiera renunciado o perdido por indignidad o desheredación”. En el caso de la jurisprudencia comentada, de los datos de hecho se tiene que quien puede invocar el derecho de representación sucesoria de la causante, es únicamente el hijo matrimonial que tuvo el indigno con su fallecida esposa.

El recurrente en casación, el indigno a suceder, no tiene sustento alguno para invocar las normas de representación sucesoria a favor de sus hijos extramatrimoniales, pues la causante es su fallecida esposa y el demandado ha sido declarado indigno a sucederle por haber sido condenado por el delito de parricidio en agravio de la fallecida.

La representación sucesoria está concebida en la ley peruana a favor de los hijos y demás descendientes del indigno, para ocupar el grado o lugar necesario para concurrir a la herencia de la causante, conforme al artículo 681 del Código Civil. Quienes tienen derecho a heredar por representación sucesoria en línea descendente serán los descendientes habidos en la unión matrimonial de la causante con el indigno ¿quiénes son estos descendientes? Los parientes consanguíneos como los hijos, nietos, y así

15

Ibíd. T. V, p. 71.

sucesivamente, habidos en el matrimonio del esposo declarado indigno y la fallecida esposa, causante de la sucesión hereditaria.

Ahora bien, seguramente que podrá surgir la pregunta de por qué no se comprenden a los hijos extramatrimoniales del esposo declarado indigno. La respuesta es porque los hijos extramatrimoniales del esposo indigno de suceder no tienen vínculo consanguíneo en línea recta descendente con la fallecida esposa del indigno, quien es la causante de la sucesión.

Por ello, coincidimos con lo expuesto por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia casatoria dictada en la Cas. N° 2811-2007-Piura, en el sexto considerando, cuando señala:

“Que, bajo ese contexto dogmático, se puede establecer que, para los efectos de la representación sucesoria, la calidad del heredero por representación debe provenir de la vinculación del sucesor con el causante, por parentesco consanguíneo o por matrimonio; mientras que, en el caso de autos, el demandado pretende que los derechos sucesorios que normalmente le hubieran correspondido en su calidad de cónyuge de la causante, pasen a los hijos extramatrimoniales de este, con los cuales no existe vínculo de descendencia parental respecto de la causante (ni en línea recta ni colateral); en cambio, tal vínculo parental sí ocurre con el hijo habido dentro del matrimonio de la causante y el demandado y, por lo tanto, este menor es el único que sí tiene representación sucesoria en línea recta descendiente. Por consiguiente, la denuncia por el supuesto error in judicando debe desestimarse por infundada”.

Encontramos, así, que la interpretación que adopta la Sala Suprema está acorde a la noción de representación sucesoria que regula nuestro Código Civil. De modo que, declarada la indignidad para suceder del demandado, la única persona que tiene derecho a recibir por representación sucesoria la herencia que le pudo corresponder a su padre (el indigno) es el único hijo matrimonial habido en el matrimonio del esposo declarado indigno y la causante. De modo que la sala superior al emitir la sentencia de vista en el caso comentado no había incurrido en interpretación errónea del artículo 681 del Código Civil, que norma la representación sucesoria en la línea recta descendente.

Por otro lado, se advierte que el demandado invoca como sustento de su recurso de casación que se habría incurrido en la sentencia de vista, en la inaplicación de una norma de Derecho material, sosteniendo que conforme al artículo 670 del Código Civil, la indignidad tiene carácter personal, y que los derechos sucesorios que pierde el indigno corresponden a sus descendientes, habiéndose dejado de aplicar el artículo 818 del mismo Código Sustantivo, en cuanto establece que todos los hijos tienen iguales derechos sucesorios respectos de sus padres, por lo que el demandado alegó que no se habría considerado que al fallecer su cónyuge Marcela Esperanza Cardoza Queneche, y al haberse declarado al recurrente indigno por la causal respectiva, heredaban por representación sucesoria tanto sus hijos matrimoniales como los extramatrimoniales.

Tal como se puede colegir, la invocación a la igualdad de derechos sucesorios de los hijos, ya sean matrimoniales o extramatrimoniales, que regula el artículo 818 del Código Civil, es una norma impertinente al caso, ya que aquí no se trata de un trato distinto a hijos de la causante, pues de los hechos solo hubo un hijo habido en el matrimonio de la causante con su esposo declarado indigno para suceder. También se aprecia que esta norma no se puede aplicar ante la invocación del demandado, ya que no se está dilucidando el proceso sucesorio de su persona, sino de su fallecida esposa, y está claro que lo que pretende el demandado al interponer el recurso de casación es que, además de representarlo sucesoralmente su hijo matrimonial, también solicita que sus hijos extramatrimoniales sean incorporados en la sucesión de su fallecida esposa, pero tal como ya se ha explicado, los hijos extramatrimoniales del indigno no tienen derecho alguno a invocar la representación sucesoria de su padre frente a la sucesión de la fallecida esposa de su padre.

En suma, nosotros estamos conformes con el pronunciamiento de la Sala Civil Suprema en la sentencia de casación bajo comentario, pues es un fallo acorde a la normativa de la institución de la representación sucesoria. Por ello, consideramos que la Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, al emitir la sentencia de vista que confirmó la sentencia apelada, de fecha 4 de octubre de

2006, hizo bien al declarar fundada en parte la demanda sobre declaración de indignidad; y, al declarar improcedente que los derechos sucesorios pasen a los descendientes extramatrimoniales del demandado declarado indigno.

Que un tema aparte, y que no debe dejar de ser analizado, es que si bien no ha sido materia de impugnación vía casación el extremo de la sentencia de vista en la que se dispuso que se otorgue al menor Freddy Ronald Panta Cardoza (hijo matrimonial del demandado) el derecho de pensión de viudez que pudiera corresponderle a su padre demandado, y estando a que si bien no hay información suficiente sobre el régimen de pensiones que tenía la causante, así como el de pensión de viudez del esposo indigno, sin embargo, es pertinente dejar planteada una cuestión: que dependerá del régimen legal de pensiones para determinar los supuestos de pérdida de derecho de tener pensión de viudez, y si en la legislación aplicable se exige una sentencia judicial de declaración de indignidad para sustentar la pérdida de derecho a recibir pensión de viudez para el demandado.

Pero, no obstante lo anterior, es de señalar que los derechos a tener pensión, ya sea de viudez u orfandad, dependerán del régimen legal aplicable, de modo que habrá que estar a lo que disponga cada legislación de pensiones para el otorgamiento de pensión de viudez u orfandad, debiéndose precisar que los montos de las pensiones de viudez u orfandad se regulan por las normas específicas, de ahí que, para el derecho sucesorio las pensiones no son comprendidas como parte de la herencia; siendo un presupuesto para invocar cualquier legislación pensionaria que los beneficiarios sean declarados vía judicial o por testamento, como herederos en aplicación de las normas del Libro IV de Derecho de Sucesiones del Código Civil.

V. CONCLUSIONES

Entre las conclusiones derivadas del análisis desarrollado en el presente comentario jurisprudencial, tenemos:

a. La sucesión hereditaria se basa en la prelación o sucesión de órdenes de llamamiento que agrupan a determinados herederos (descendientes, ascendientes y colaterales), y dentro de cada orden, el grado de parentesco con el causante.

b. En sucesión intestada, los órdenes sucesorios de quienes tienen derecho a heredar por derecho propio están regulados en el artículo 816 del Código Civil del modo siguiente: “Son herederos del primer orden, los hijos y demás descendientes; del segundo orden, los padres y demás ascendientes; del tercer orden, el cónyuge; del cuarto, quinto y sexto órdenes, respectivamente, los parientes colaterales del segundo, tercero y cuarto grado de consanguinidad. El cónyuge también es heredero en concurrencia con los herederos de los dos primeros órdenes indicados en este artículo”.

c. En sucesión testamentaria, los órdenes sucesorios de quienes tienen derecho a heredar por derecho propio están regulados en el artículo 724 del Código Civil, cuando señala: “Son herederos forzosos, los hijos y demás descendientes, los padres y demás ascendientes, y el cónyuge”.

d. Destaca “el principio del mejor derecho a heredar” que resulta de aplicar concordantemente los artículos del Código Civil: artículo 816 (órdenes sucesorios) con el artículo 817 (regla de exclusión sucesoria).

e. En el proceso de declaración judicial de indignidad se obtiene la exclusión de la herencia del indigno, autorizada por la causal expresamente prevista en la ley, como una sanción civil contra determinados sucesores cuando incurren en algunos actos que la propia ley precisa.

f. El derecho de representación es una excepción al principio según el cual el pariente más próximo en grado del causante excluye al más remoto, por el principio del mejor derecho a suceder.

g. Mediante la representación sucesoria, los descendientes tienen derecho de entrar en el lugar y en grado de su ascendiente, a recibir la herencia que a este correspondería si viviese, o a la que hubiera renunciado o perdido por indignidad o desheredación.

h. Según nuestro Código Civil la representación sucesoria opera únicamente en dos supuestos: en línea recta descendente y en la línea colateral (hasta el segundo grado).

i. Declarada la indignidad para suceder del demandado, la única persona que tiene derecho a recibir por representación sucesoria la herencia que le pudo corresponder a su padre (el indigno) es el único hijo matrimonial habido en el matrimonio del esposo declarado indigno y la causante.

j. Los hijos extramatrimoniales del indigno no tienen derecho alguno a invocar la representación sucesoria de su padre frente a la sucesión de la fallecida esposa de su padre.

SOPORTE VIRTUAL

http://dataonline.gacetajuridica.com.pe/CLP/contenidos.dll/Dialogo_con_la_Jurisprudencia/raiz00000.htm/tomo14134.htm/seccion14151.htm/tema14170.htm/sub-tema14171.htm/articulo_nivel14172.htm Consultado: 25OCT11 – 01:45 am NOTA: Ingreso al sistema con código PIN Nº 210469657367.

SOPORTE FÍSICO

Diálogo con la jurisprudencia. Número 122. Gaceta Jurídica. Lima, Noviembre 2008.

La cónyuge sobreviviente puede participar

de la masa hereditaria por representación sucesoria del

cónyuge premuerto

Si el heredero premuerto no ha dejado descendencia debe facultarse a su cónyuge supérstite, para que por vía de la representación sucesoria, participe de la masa hereditaria que le correspondía a aquel (Cas. Nº 904-2005-Cajamarca. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 104. Entre corchetes).

CRÓNICAS

JURISPRUDENCIALES