LIAHONA Marzo 1980

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LAHONA Marzo de 1980Nmero 3 Ao 26LA PRIMERA PRESIDENCIASpencer W. KirnballN. Eldon TannerMarin G. Roniney

CONSEJO DE LOS DOCE

Ezra Taft BensonMark E. Petersen

LeGrand RichardsHoward W. Hunter

Gordon B. Hinckley

Thomas S. MonsonBoyd K. Packer

Marvin J. AshtonBruce R. McConkie

L. Tom PerryDavid B. HaightJames E. Faust

COMIT ASESOR

M. Russell Ballard, Jr.Rex D. Pinegar

Charles A, DidierGeorge P. Lee

EDITOR DE LAS REVISTASM. Russell Ballard, Jr.

REVISTAS INTERNACIONALES

Larry Hlller, Editor gerenteCarol Larsen, Ayudante

EDITORA RESPONSABLE

DE LIAHONA

Raquel i .V: TokarzElizabeth Sman'iJ, Ayudante

DIRECTOR DE ARTE

Roger W. Gylling

PRODUCCIN

Kay Watson

DIRECTOR

ADMINISTRATIVO

Veri F. Scott

ndice

ARTCULOS DE INTERS GENERAL

1 " .. .Servid a Jehov", presidente Marin G. Romney3 Nuestro amigo bienamado, David A. Whetten

7 La vida tiene un propsito, lder Sterling W. Sill8 Las traducc iones . . . con una pequea ayuda de nuestras

computadoras

10 Amor entre padre e hijo, lder Marin D. Hanks14 Un padre y sus hijos, Jay M. Todd16 Preguntas y respuestas, Dr. Clitford J. Stratton18 Tribulaciones, Homer G. Ellsworth29 Amor incondicional, Scott Snow30 El da que empuj un taxi, lder Jacob de Jager32 Un mnibus lleno de desconocidos, Elise Richins36 Guardad los mandamientos a cualquier precio, lder Gene R." ,Cook

38 La revelacin personal, presidente Harold B. Lee

44 Nuestra conversin, Jess Roberto Nftez46 Mi testimonio de la Iglesia, Edilberlo Rodrguez47 Fe y deseos de vivir, Guillermo Fernndez Cerpa48 Las armas de la luz (poesa), Jaime Sandoval A.

SECCIN PARA LOS NIOS

21 La confianza de mi padre, Presidente N. Eldon Tanner22 Esteban encontr la fe, Lois Sprunt24 Dos amigos, Claudia G. Remington28Para tu diversinEn la cubierta: Cuadro de Richard Murray representando al lderHeber C. Kirnball como misionero en Preston, Inglaterra.


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por el presidente Marin G. RomneySegundo Consejero en la Primera Presidencia

El objeto de mi mensaje es elde estimular al lector aobedecer la exhortacin deJosu a los hijos de Israel,

y emular su conviccin y dedicacin ala causa. El dijo:

" .. .temed a Jehov, y servidle conintegridad y en verdad y quitad deentre vosotros los dioses a los cuales

-skyieron vuestros padres al otro ladodel ro, y en Egipto; y servid aJehov.

.. .escogeos hoy a quin sirvis; sia los dioses a quienes sirvieron vues

tros padres, cuando estuvieron alotro lado del ro, o a los dioses de losamorreos en cuya tierra habitis;pero yo y mi casa serviremos aJehov." (Josu 24:14-15.)

Sera imposible decir que hacemosdemasiado hincapi en la importanciade los dos puntos que Josu pone derelieve en esta magistral declaracin.Primero, servir al Seor; y segundo,hacerlo ahora ("escogeos hoy").Analizando la exhortacin y la sumisin de Josu, me viene a la memoria

la gran declaracin de Amulek:"Porque he aqu, esta vida es

cuando el hombre debe prepararsepara comparecer ante Dios; s, el dade es ta vida es el da en que el hombredebe ejecutar su obra.

.. .os ruega, por tanto, que no demoris el da de vuestro arrepentimiento hasta el fin; porque despusde este da debida , que se nos da paraprepararnos para la eternidad, heaqu que si no mejoramos nuestrotiempo duranle esta vida, entoncesviene la nochede tinieblas en la cual

no se puede hacer nada.No podris decir, cuando os hallisante esa terrible crisis: Me arrepentir; me volver a mi Dios. No, nopodris decir esto; porque el mismoespritu que posee vuestros cuerposal salir de esta vida, ese mismo espritu tendr poder para poseer vuestro cuerpo en aquel mundo eterno.

Porque si habis: demorado el dade vuestro arrepentimiento, aunhasta la muerte, he aqui, os habissujetado al espritu del diablo que os

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" . . . . S erv i d a Jeh ov"

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sellar como cosa suya; por tanto, seretira de vosotros el Espritu delSeor y no tiene cabida en vosotros, yel diablo tiene todo poder sobre vo

sotros; y ste es el estado final delmalvado." (Alma 34:32-35.)Tal como se registra en el captulo

doce, Alma revela el fundamento dela declaracin de Amulek cuando diceque "esta vida es cuando el hombredebe prepararse para comparecerante Dios". El recalca que la vidamortal fue dada a nuestros primerospadres mortales, Adn y Eva, y quetambin nos ha sido dada a nosotroscomo un "estado de probacin; untiempo de preparacin para presentarse ante Dios; un tiempo de preparacin para aquel estado sin fin...que llegar despus de la resurreccin de los muertos" (Alma 12:24).

El explica que el plan de redencinque se le ense a Adn, y que tambin se nos ha enseado a nosotros,nos da a todos la oportunidad de ser

admitidos de nuevo en la presenciadel Seor, por medio del arrepentimiento y de la obediencia a las leyesdel evangelio.

Hablando acerca de los hombres,dijo Alma:

" .. .Dios les dio el mandamiento deno cometer iniquidad, so pena de unasegunda muerte, que era una muerteeterna respecto de las cosas pertenecientes a la rectitud; porque el plande redencin no podra influir enellos, pues segn la suprema bondadde Dios, la obra d la justicia nopuede ser destruida,

Pero Dios llam a los hombres, enel nombre de su Hijo, (pues ste erael plan de redencin que se estableci) diciendo: Si os arrepents y noendurecis vuestros corazones, entonces tendr misericordia de voso

tros por medio de mi Hijo Unignito;Por tanto, el que se arrepintiere yno endureciere fim corazn, tendr

derecho a la misericordia, por mediode mi Hijo Unignito, para la remisin de sus pecados; y stos entrarnen mi descanso.

Y el que endureciere su corazn, ycometiere iniquidades, he aqu, juroen mi ira que no entrar en mi descanso." (Alma 12:32-35.)

Sin tener en cuenta la edad quetengamos, es imperioso que cada unode nosotros tome la determinacin deactuar hoy y cada da de acuerdo conlos principios indicados por el Seor,y que cumpla con su propsito.

Alma exhort a su hijo Helamn aque tomara esa decisin durante losaos de su juventud.

"Oh recuerda, hijo mo, y aprendesabidura en tu juventud; s, aprendeen tu juventud a guardar los mandamientos de Dios!

S, y pide a Dios todo tu sostn; s,sean todos tus hechos en el Seor, ydondequiera que fueras, sea en elSeor; s, dirige al Seor tus pensa

mientos; s, deposita para siempre enel Seor el afecto de tu corazn.Consulta al Seor en todos tus he

chos, y El te dirigir para bien; s,cuando te acuestes por la noche,acustate en el Seor, para que El tecuide mientras duermes; y cuando televantes en la maana, rebose tu corazn de gratitud hacia Dios; y sihaces estas Cosas, sers exaltado' enel postrer da." (Alma 37:35-37.)

Alma mencion una gran verdadcuando dijo a su hijo Coriantn: "

"No vayas a suponer, porque se hahablado acerca de la restauracin,que sers restablecido del pecado a lafelicidad. He aqu, te digo que lamaldad nunca fue felicidad." (Alma41:10.)

La manera segura de obtener lapaz y la felicidad en esta vida y en la

venidera, es sirviendo al Seor nosolamente hoy, sino cada da denuestra existencia.

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Tarde o temprano, cada persona que haya vivido en latierra recibir conocimientode la divinidad de Jesucristo. Las Escrituras nos dicen quecuando El venga por segunda vez las

seales de su divinidad sern tanabrumadoras que "toda rodilla sedoblar, y toda lengua confesar" queJess es el Cristo (D. y C. 88:104).

Pero el conocerlo no es suficiente.El conocimiento que salva provienede nuestros esfuerzos personales por

desarrollar una amistad ntima con elSeor, por medio de la oracin y lameditacin. El Salvador declar:

"Y sta es la vida eterna: Que teconozcan a ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has en

viado." (Juan 17:3.)Notad las palabras: alcanzaremos

la vida eterna conociendo a Dios y aJesucristo, y no conociendo algunascosas sobre ellos. Se me ocurre quehay una gran diferencia entre estosdos tipos de conocimiento.

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"La ms grande e importante detodas las condiciones que nuestroPadre Celestial y su Hijo Jesucristonos imponen", dijo Brigham Young,

"es ... creer en Jesucristo, reconocerque es nuestro Salvador, procuraracercarnos a El, aferramos a El, sersus amigos; y hacer lo necesario paraestablecer y mantener una comunicacin abierta con nuestro Salvador."{Journal of Discourses, 8:339.)

Generalmente, nos interesamos enconocer mejor a alguien si lo que senos ha dicho de esa persona, o lo quenosotros mismos hemos observado en

ella, nos indica que podemos teneruna buena relacin mutua. Cuatroatributos de Jess que se puedenobservar por Su manera de tratar alos dems me han convencido deque debo hacer un esfuerzo por procurar una amistad ntima con El ycultivarla constantemente.

El primero de estos atributos es lacapacidad del Salvador para cono

cernos ntimamente. Puesto que Elconoca los deseos del corazn de laspersonas y sus cualidades ntimas yespiri tuales, frecuentemente semostraba amigo de los destituidos, deaquellos que eran despreciados porsus semejantes. Al seleccionar a losque formaran parte del primerQurum de los Doce Apstoles, Jessno fue a las casas de los ricos o de losnobles ni a las importantes cmarasdel Sanedrn, sino que busc los sencillos botes de los pescadores junto ala costa, y la modesta mesa de trabajodel recolector de impuestos que todosdespreciaban.

Prestad atencin a las palabras queel Seor dirigi a una congregacinhace ciento cincuenta aos, en 1831, yque se encuentran registradas enDoctrinas y Convenios:

"He aqu, escuchad vosotros, ohlderes de mi Iglesia que os habiscongregado, cuyas oraciones he odo,

cuyos corazones conozco y cuyos deseos han ascendido a m.

He aqu, he puesto mis ojos en vosotros..." (D. y C. 67:1-2.')

En Doctrinas y Convenios se hallan registradas instrucciones especficas que dio a ms de sesenta personas, llamndolas por su nombre yapellido. El Seor conoce a cada unode nosotros. En muchas ocasiones,durante pruebas que he sufrido, hesentido su influencia sustentadora;cuando sent temor despus de sufriruna dolorosa herida en la rodillamientras estaba en la misin, cuando

sent soledad en la traumtica pocade separacin de mi familia durante laguerra de Vietnam, cuando experiment un terrible vaco despus de lamuerte de un ser amado, en todasestas oportunidades no he encontrado otro blsamo tan calmantecomo la seguridad dulce, pacificadoray reconfortante que se recibe de divina fuente: "No temas", "Sernate",

"Estoy aqu", "Yo s".Otra caracterstica del Salvador esla habilidad que El tiene, por suspropias experiencias y conocimiento,de comprender al mximo todasnuestras dificultades y pruebas; Elsabe lo que es la tentacin, la afliccin, el temor, el ridculo, los malostratos y por consiguiente, tiene grancompasin por quienes lo sufren.Sabemos que El pas por la experiencia que algunos consideran laforma ms intensa del sufrimientohumano: la soledad. Me conmueveprofundamente esta declaracin quehizo cuando ya se acercaba al fin de suvida terrenal:

"He aqu, la hora viene, y ha venidoya, en que seris esparcidos cada unopor su lado, y me dejaris solo; masno estoy solo, -porque el Padre est

conmigo." (Juan 16:32.)Sabemos que el Salvador pas porla experiencia del rechazo y la sol-



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dad, y tambin la tentacin. Pabloescribe que "fue tentado en todosegn nuestra semejanza, pero sinpecado" (Heb. 4:15). Cmo afectaesto nuestra relacin con El? Pablonos responde:

"Pues en cuanto El mismo padecisiendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados." (Heb.2:18.)

La misma vida de Jess lo preparpara tener compasin por los dems.En una ocasin, despus de haberpredicado un largo sermn, les dijo asus discpulos: " . . .enviarlos en

ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino" (Mat. 15:32);luego, procedi a alimentar milagrosamente a cuatro mil personas consiete panes y "unos pocos pececillos",demostrando as su preocupacin porlas necesidades fsicas tanto como lasespirituales de la gente.

Su gran compasin por nosotrospuede ser una fuente de consuelocuando somos tentados y nos preguntamos si seremos dignos de sugran amor y confianza. Estas palabras, dirigidas a algunos de los primeros miembros de la Iglesia, ofrecen seguridad a todos:

"He aqu, escuchad, vosotros, oh,lderes de mi Iglesia, dice el Seor. . .que sabe lo que son las flaquezas de los hombres y cmo socorrer a aquellos que son tentados.

Pues, de cierto os digo... tendrcompasin de vosotros.Existen entre vosotros algunos

que han pecado; pero, de cierto osd igo . . .

Os ser misericordioso..." (D. yC. 62:1; 64:2-4.)

El lder Hugh B. Brown, Apstolde la Iglesia, dijo en una oportunidad:

"Muy frecuentemente he sentido

que poda extender el brazo y tomarme de la mano de Dios. El haestado muy cerca, ha sido muy bon

dadoso, y se ha mostrado deseoso deresponder a mis splicas y ayudarmea transitar por los caminos speros."(ChurchNews, dic. 6 de 1975, pg. 3.)

A este testimonio agrego el mo deque, usando las palabras del granprofeta Isaas, el nio que naci enBeln se converti en el "Admirable"y el "Consejero".

El tercer atributo que nos motivaa acercarnos ms al Salvador es suprofundo y perfecto amor por nosotros, cuya mayor evidencia fue sudisposicin a dar su vida en nuestrobeneficio. Comprendiendo el signifi

cado de la determinacin de aquelHombre divino de sufrir gran dolor, afin de que sus hermanos espiritualesno tuvieran que pasar por un sufrimiento similar, Pablo exclam:

"Por lo cual estoy seguro de que nila muerte, ni la vida, ni ngeles, niprincipados, ni potestades, ni lopresente, ni lo por venir,

ni lo alto, ni lo profundo, ni ningunaotra cosa creada nos podr separardel amor de Dios, que es en CristoJess, Seor nuestro." (Rom.8:38-39.)

Qu extraordinario testimonio dela voluntad que tuvo Cristo de pagarcualquier precio, a fin de ayudarnosen nuestra bsqueda de la felicidadeterna! Ciertamente, la esencia de ladivinidad consiste en la determinacin de sacrificarse por el bien de los

dems. En un mundo gobernado porla filosofa de "ojo por ojo y diente pordiente", hemos sido muy afortunadosporque Cristo estuvo dispuesto a sercrucificado por nosotros, fuera cualfuere nuestro reconocimiento personal por su sacrificio.

El cuarto atributo lo separa detodas las dems personas: Su divinopoder. No solamente est Cristo

profundamente interesado en nuestro desarrollo personal, sino quetambin tiene el poder de hacer algo

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por nosotros, el poder de cambiar lavida de las personas. Todos hemosledos historias sobre la forma en queel Seor ha transformado a algunas

personas de la noche a la maana,como en los casos de Pablo y de Alma;pero a menudo es ms fcil sentirseidentificado con los ejemplos milagrosos de conversin, pequeos, silenciosos, cotidianos.

Una de mis experiencias misionales ms memorable, tuvo lugar en unfro y hmedo apartamento de subsuelo de alguien que no era miembrode la Iglesia, en Edmonton, Canad.

Mi compaero y yo estbamos tratando de ayudarle a un hombre aobedecer la Palabra de Sabidura; eraun fumador empedernido y nos haballamado a su casa esa noche paraconfesarnos que se senta derrotadoen su intento de dejar de fumar; nosdijo lo siguiente: "He hecho todos losesfuerzos que me eran humanamenteposibles y no puedo dejar de fumar.

S que el evangelio es verdadero ydeseo ser bautizado, pero jamspodr deshacerme de este mal hbito".

Nuestra respuesta a aquel hombredesilusionado fue: "No se d por vencido. Usted puede dejar de fumarporque hay un poder sobrehumanoque le puede dar la fortaleza y el valorque necesita".

Despus, le pedimos que leyeraestas consoladoras y reconfortantespalabras de Pablo:

"No os ha sobrevenido ningunatentacin que no sea humana; perofiel es Dios, que no os dejar ser tentados ms de lo que nodis resistir,sino que dar tambin juntamentecon la tentacin la salida, para quepodis soportar." (1 Cor. 10:13.)

Despus, nos arrodillamos con l y

le pedimos al Seor que le diera ladeterminacin y el valor necesariospara poner su vida en orden, a -fin de

que l y su familia pudieran ser bautizados. Fui entonces testigo de loscambios en la vida de aquel hombre, amedida que el Espritu del Seor

acrecent su fortaleza, ayudndolo aresistir la tentacin y a vivir losmandamientos de Dios. Qu experiencia para el testimonio de un jovende diecinueve aos!

Qu extraordinario Amigo, estemaravilloso galileo! Qu otra persona hay que nos conozca tan ntimamente, que haya hecho tanto paraprobarnos su amor, que haya demostrado tal capacidad de miseri

cordia y comprensin, y que tambintenga el divino poder para ayudarnosa cambiar? Por lo tanto, a quin podramos buscar ms anhelosamentepara ser nuestro compaero constante y amigo ntimo?

Por todo lo que omos continuamente hablar de Jesucristo, debemossentirnos suficientemente motivadosa desear una relacin ntima y per

sonal con El. Si dedicamos tiempopara acercarnos a El por medio deuna sincera oracin y una profundameditacin, obtendremos un conocimiento personal del Dios que adoramos y comprenderemos que El es enverdad nuestro Amigo bienamado.Al hacerlo, comenzaremos a comprender mejor las palabras de Pablo,un fiel amigo'de Cristo, que declar:

"Y ciertamente, aun estimo todaslas cosas como prdida por la excelencia del conocimiento de CristoJess, mi Seor, por amor del cual lohe perdido todo...

A fin de conocerle, y el poder de suresurreccin, y la participacin desus padecimientos..." (Fil. 3:8, 10.)

El autor de este artculo es profesor de laUniversidad de Illinois, y obispo en la estacaChampaign, Illinois.



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Si hay algo de lo que estoy seguro, es que la vida tiene un propsito y es el detriunfar. Sera absurdo pensar que Dios nos cre a su imagen, nos dot conuna inteligencia magnfica en potencia, con una personalidad asombrosa, ycon poderes fsicos increbles, para luego esperar que malgastemos nuestra

vida y fracasemos. Y tambin estoy seguro de que el mayor desperdicio de tiempo en elmundo consiste en que vivamos tan por debajo del nivel de nuestras posibilidades.

El Presidente de la Iglesia nos ha pedido que cada uno de nosotros sea un misionerode la Iglesia; pero hasta'ahora la mayora de los hombres adultos de la Iglesia, sonnicamente futuros lderes. Algunos de los que cumplen una misin, mientras se

hallan en ella aumentan su actividad religiosa por dos aos, pero cuando regresanvuelven a sus antiguas costumbres y malos hbitos.El Seor nos recuerda constantemente que el evangelio debe ser llevado a toda

nacin, tr ibu , lengua y pueblo, pero algunos de nosotros a quienes se nos ha pedido quelo hagamos, ni siquiera hemos sido capaces de transmitirlo a nuestro vecino que vive allado de nuestra casa, o al final de la calle en la que vivimos. Frecuentemente, al ir avisitar a los miembros como maestros orientadores, en vez de dejarles un mensajeespiritual nos concentramos en hablar del tiempo o de poltica, y de esta manera su vidapermanece en la obscuridad. Si no somos mensajeros espirituales , jams podremos darun mensaje espiritual. El mensaje es potente cuando la vida del mensajero se hallalibre de pereza, inmoralidad, iniquidad, pecado y fracaso. Debemos insistir paratriunfar en todos los aspectos de nuestra vida.

El Seor nos dio la frmula del xito ms grande que jams se haya dado al mundo,cuando dijo:

"Hay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundacin de estemundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan;

Y cuando recibimos una bendicin de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre lacual se basa." (D. y C. 130:20-21.)

El Seor desea que cada uno de nosotros triunfe en la vida. Todo lo que necesitamoshacer es hallar la ley que gobierna ese triunfo o xito y luego cumplirla. Quisieradestacar una gran verdad: la experiencia ms emocionante es recibir una alta califica

cin en esa importante empresa, en la cual Dios mismo ocupa todo su tiempo: la desalvar a la humanidad.

por el lder Sterling W. Silldel Primer Qurum de Ion Setenta



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1. El Libro de Mormn estactualmente publicado en menos del unopor ciento de los idiomas de todo elmundo.

2. De acuerdo con cierta evaluacin, serequieren en tre cuatro y diez aos par a

traducir este libro.3. Si traducimos El Libro de Mormn

en cuatro idiomas nuevos por ao, serequeriran casi cuarenta aos paracubrir solamente los idiomas que hablangrupos de un milln de personas o ms; yhay ms de 3.000 idiomas y dialectos deimportancia.

La clave para que esta tarea se realicems rpidamente puede ser el Instituto

Cientfico de Traduccin de laUniversidad de Brigham Young, dondese est trabajando con dos diferentesproblemas: (1) Sistema de computacinde palabras y ayudas para traduccin y (2)traduccin con computadoras.

El expresar en espaol lo que estescrito en una pgina en ingls, no es unproceso fcil, ya que el traductor debeconvertir el significado de un idioma a

otro y no simplemente traducir palabras;su traduccin se escribe a mquina, yvuelve a l para correccin; pasa por dosrevisiones, realizadas por dos personasdiferentes y luego se escribe en limpio; sehace la revisin final, pasa a lacomposicin tipogrfica y se imprime. Se

pueden cometer errores en cualquiera deestas etapas y cada una de ellas requieresu tiempo.

El Instituto Cientfico de Traduccinde la Universidad de Brigham Young,est llevando a cabo un estudio del

sistema de computacin de palabras.E sto significa que un traductor traduce elmaterial directamente en lacomputadora, escribiendo a mquina latraduccin, la que aparece escrita en unapantalla colocada sobre el teclado. Amedida que se traduce, se puede corregir,editar y revisar . No ser necesario volvera escribir aquellas palabras que nonecesiten correccin o cambios; por lotan to , no se corre el riesgo de que seescriban mal o con errores. El traductorpuede agregar , borrar o cambiar letras ,palabras, frases, clausulas, prrafos y .hasta pginas si lo desea.

Una vez que ha terminado,simplemente registra la traduccin enuna cinta "cassette" o en un "disco decomputadora". Los revisores a su vez,utilizando la misma computadora, puedenhacer los cambios que crean per tinentes

sin alte rar el res to. La computadora hartambin el trabajo de tipografa. Elinstitu to de referencia no invent elsistema de computacin de palabras (lasimprentas de los peridicos tambin lasutilizan); pero, conjuntamente con elDepartamento de Traducciones de la

El Instituto Cientfico de Traduccin enla Universidad de Brigham Young est

desarrollando un sistema donde lacomputadora hace la mayor parte de la

traduccin, con un mnimo de participacin por parte del operador.



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Iglesia, ha dado el primer paso para lautilizacin de dichas computadoras.

Cules son los resultados obtenidos?La traduccin en s lleva el mismo tiempoque antes, pero los pasos que le siguenpueden hacerse tan rpidamente que eltiempo total se reduce a la mitad.Adems, como la computadora trabajavelozmente, el ahorro de dinero esigualmente considerable.

Hay algo que se pueda hacer paradisminuir el tiempo de traduccin? S, yu de los proyectos actuales es el delsistema de localizacin instantnea, elcual har aparecer en la pantalla lasreferencias que necesitemos dediccionarios y de todas las escr ituras que

hayan sido traducidas, lo cualactualmente toma mucho tiempo buscaruna por una.

Algunos de los sis temas yadesarrollados y que estn listos para suuso, son el acento en la mayora de losidiomas, y la impresin de 10.000smbolos del idioma chino, ademas de lasconcordancias para los libros cannicos.Actualmente, est en desarrollo un

sistema para edi tar el idioma chino el cuales, segn informacin recibida, uno de lospocos proyectos de este tipo en todo elmundo.

Otro sistema de importancia, queparecera ser de ciencia-ficcin, es latraduccin con computadora, lo quesignifica que el hombre "gua" a lacomputadora en su proceso detraduccin. El Instituto Cientfico deTraduccin de la Universidad de BrighamYoung es el nico centro en el pas dondese lleva a cabo este tipo de traduccin.Dicho ins tituto ha recibidoreconocimiento internacional por susesfuerzos pioneros en este campo. Uno delos problemas que siempre ha impedido latraduccin con computadora, es que dichamquina no puede resolver problemas deambigedades, frases coloquiales ypeculiaridades gramaticales. El Dr.

Eldon Lyt le, profesor adjunto en

lingistica y director del mencionadoinstituto, ha desarrollado un sistema deidioma llamado unin de gramtica, elcual "instruye" a la computadora conrespecto a la relacin que existe entre lasdistin tas pa rte s de una frase y tambin le"dice" el equivalente en el idioma al cualest traduciendo; tambin crea laestructura representativa en lacomputadora y genera la correspondienteen el otro idioma.

Adems, cuando surge unaambigedad que la computadora nopuede solucionar, sta se detiene ypregunta al operador, persona altamentecapacitada en el idioma ingls, idiomaoriginal, del cual se hace la traduccin.

Una vez resue lta la ambigedad, lacomputadora finaliza su trabajo y produceuna traduccin en borrador.

Luego la traduccin es revisada por untraductor nativo del idioma al cual setradujo, por medio de otra computadoracon una pantalla especial, en la cualaparecen ambos idiomas. De estamanera, l tiene la decisin final acercadel significado del idioma original y la

traduccin correspondiente, siendo asresponsable por las sutilezas de su propioidioma. Est e doble procedimiento da unamayor exactitud en las traducciones.

Cuan exactas son estas traducciones?Una evaluacin efectuada por SperryUnivac Corporation, una firma decomputadoras, en el mes de junio de 1977,indic un 96% de exactitud en gramtica ,seleccin de palabras y totalidad deltrabajo. Una vez que todos los sistemasestn funcionando, la exactitud ser anmayor.

El Instituto Cientfico de Traduccincomenzar con cinco idiomas, a saber: delingls al alemn, francs, portugus,espaol y chino. Dado que las cincotraducciones se harn en formasimultnea y se requer ir menoscorrecciones despus de la traduccin, untrabajo que necesitaba cinco horas,

podra hacerse en dos.



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A m o r e n tr e p a d r e e h ijopor el lder Marin D. Hanks

de la Presidencia del Primer Qurum de los Setenta

En una de esas raras maanas de domingo en que,por un motivo determinado me encontraba asis

tiendo a mi propio barrio, sentado enla ltima fila de bancos, observ a

nuestro hijo (nico varn), un jovenmuy especial, caminando hacia elpulpito por invitacin del obispo.

Este habl sobre l y lo present a lacongregacin, a fin de que le dieran suvoto de sostenimiento para ser adelantado en el Sacerdocio Aarnico. Elvoto de aprobacin fue unnime yms tarde, habiendo sido invitado por

el obispo, tuve el privilegio de ordenar a mi hijo.Ese mismo da, a la hora de la cena,


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l les cont a sus hermanas cmo sehaba sentido en la reunin, dicin-doles que haba estado bastante nervioso al tener que caminar hasta elpulpito y pararse all con el obispofrente a toda la congregacin; yagreg: "Pero cuando todos votaron,mir hacia donde estaba pap y vi sumano ms alta que todas las dems;entonces me tranquilic".

Tena razn; yo haba levantado lamano tan alta como la extensin de mibrazo me lo permiti, porque l es mihijo y me siento muy orgulloso de l.La relacin entre un hombre y sus

hijos, es muy especial.Tengo en muy alta estima el Librode Mormn y, aunque no recuerdocuando empec a darme cuenta deello, s que lo que ms me gusta de eles la instruccin, la enseanza y lostestimonios que los padres dan a sushijos varones, y que se encuentranregistrados all. El Seor nos ha dadoun cometido muy sagrado a los padres, y nos ha dicho lo que desea que

enseemos y aquello de lo cual debemos testificar. Adems, nos ha indicado que es nuestra responsabilidadensear a nuestros hijos, y nos hadado ejemplos muy particulares en elLibro de Mormn, en el cual hay registros de una cantidad de padres quecumplieron con este cometido, hombres como Lehi, Alma y Mormn.

Os preguntis qu enseaban? 1)

Enseaban la verdad revelada, principios de significado eterno, teologaque es al mismo tiempo bsica y hermosa y que encuentra eco en el corazn de quienes escuchan. 2) Dabanconsejos prudentes y eficaces, inspirados por experiencias personales. 3)Enseaban valores sobre los cualesse poda edificar una vida, un pas,una civilizacin. 4) Y en voz unnime,daban ferviente testimonio personal

de Jesucristo, del Padre Celestial ydel eterno plan de salvacin.

Consideremos primeramente aLehi, cuyo ejemplo e instruccinfueron extraordinarios dones parasus hijos. A uno de stos, Nefi, supadre le particip las grandes visio

nes y las advertencias y promesasque haba recibido del Todopoderoso.sto fue bsico en la formacin deNefi y le dio motivo para el testimoniocon el cual comienza el registro:

"Y s que la historia que escribo esverdadera . . .

S, t sabes que creo todas las palabras de mi padre ." (1 Nefi 1:3; 11:5.)

Cules eran las cosas que Lehi

deseaba que Nefi conociera? Por unaparte, le relat a su hijo la visin quehaba tenido de un rbol en un campo,el fruto en el rbol, un sendero queconduca hasta l, una barra de hierro, un ro y un espacioso edificio.Estos eran simples smbolos. El rbolera el rbol de la vida y representabael amor de Dios; el sendero era el queconduce a la rectitud; el fruto delrbol era precioso y deseable, ms

que cualquier otro; y el edificio representaba el orgullo y la vanidad deeste mundo.

Por medio de esa visin Lehiaprendi, y le ense a su hijo estasrealidades: Hay personas incrdulasque estn determinadas a luchar encontra de la verdad. Hay otras que apesar de encaminarse por el senderoque conduce al rbol del dulce fruto, o

sea, el amor de Dios, encuentran lastinieblas de las tentaciones del maligno, por causa de las cuales andanerrantes y se pierden. Hay algunosque se aferran a la barra de hierro,recorren todo el sendero, prueban delfruto, o sea, participan del amor deDios; pero luego, al ver que otros seburlan de ellos y los ridiculizan, caenen caminos equivocados y tambin seextravan. Finalmente, estn los que

se han aferrado a la barra de hierro,han recorrido el sendero y, despus



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de participar del fruto, miran a sualrededor procurando encontrar asus seres queridos u otras personascon quienes desean compartir la

dulzura del gozo eterno que Dios lestiene reservado.As fue como Lehi ense a sus

hijos que hay oposicin en todas lascosas, y que por medio del libre al-bedro al tomar sus decisiones, elhombre puede determinar el cursoque seguir su vida, tanto mortal


como eternamente; que hay un diabloque atrae a muchos, y que la msdulce de todas las bendiciones es elresultado de nutrirnos con la palabra

de Dios y ayudar a los dems a queparticipen de nuestro gozo.Lehi explic al detalle a sus hijos

todas estas grandes lecciones, ensendoles mediante la revelacin divina y el poder del Espritu.

A menudo nos sentimos muy identificados con el profeta Alma, por laforma que tuvo de confesar sus imperfecciones y la necesidad que tena

de arrepentirse. Sus pecados sonbien conocidos para nosotros: juntocon los hijos de Mosah, se haba dedicado a destruir la Iglesia; habiendoelegido un camino equivocado, sentaplacer en lograr que otros se extraviaran por l. Pero, en medio de esecomportamiento, un ngel habaconseguido que se produjera en l uncambio total, al darle este mensaje:

".. .Alma, sigue tu camino, y notrates ms de destruir la Iglesia...aun cuando t de ti mismo prefierasser desechado." (Mosah 27:16.)

Muchos aos ms tarde, surge lahistoria de la sincera declaracin dedolor de un padre afligido. Sus palabras encierran la instruccin mssignificativa que conozco en cuanto alarrepentimiento, el perdn y la misericordia de'Dios. Este gran men

saje se encuentra en los captulos 39 a42 de Alma. Coriantn, hijo de Alma,haba abandonado la misin a la cualhaba sido llamado, para correr enpos de una prostituta llamada Isabel.Muchos otros se haban ido con l, y altratar de encontrar excusas para loque haba hecho, le dijo a su padrealgo ms o menos as: "Mira, padre,los tiempos han cambiado, no te eno

jes. Esto es lo que todos hacen en elmundo actualmente".

Por todo lo que observamos en elmundo actual, podemos ver clara-


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mente que la situacin de Coriantnes tan comn ahora como lo era entonces. El pecado que haba cometidoera algo muy real, como tambin loera el riesgo que corra; y su dificul

tad para aceptar que haba pecadoera tan seria, que su misma salvacindependa de ello.

Qu hizo Alma por su hijo? Quizspensemos que debera haberse sentido inclinado a ser blando y compasivo con l, por las experiencias que lmismo haba pasado en su juventud.Pero Alma saba que tena que hacercomprender a su hijo la total perdi

cin que le esperaba, si no aceptaba lagravedad de su situacin. Alma ledijo algo que parafrasear de la siguiente manera: "Lo que has hecho,slo el asesinato puede superarlo engravedad ante los ojos de Dios. Hasarriesgado todo lo ms dulce y hermoso que podras haber logrado eneste mundo y en la vida venidera, ypiensas que Dios te castigar un poquito y luego te perdonar, a pesar deque no haces nada por arrepentirte yreconocer tu pecado. Ests totalmente equivocado".

Debe de haber sido una escena muyconmovedora la de aquel padre recordando sus propias malas experiencias, y sintiendo la angustia dever a su hijo en un camino igualmentedesviado y preguntarse si sera capazde arrepentirse como l lo haba

hecho. Pero, finalmente, Coriantnreaccion, se detuvo en su extravo yle dijo a su padre palabras como lassiguientes: "Est bien, padre, aceptar la responsabilidad por mi comportamiento. Reconozco mi culpa ysiento pesar por lo que he hecho". Nose nos dice mucho sobre lo dems quesucedi, pero podemos imaginrnoslo.

Vemos despus cmo Alma enseaa su hijo con fervor y gozo sobre laexpiacin de Jesucristo, su propsito

y significado; y lo insta a seguir losbuenos consejos y a tomar el ejemplode sus hermanos, que han sido obedientes y firmes en la fe. Luego, termina dicindole:

"Y ahora, hijo mo, quisiera quedejaras de inquietarte por estascosas, y que slo te preocuparas portus pecados, con esa zozobra que teconducir al arrepentimiento."(Alma 42:29.)

Coriantn tuvo que aprender abuscar y aceptar el perdn de Dios, ya perdonarse l mismo.

El ltimo padre a quien mencio

nar es Mormn. Las enseanzas queimparti a su hijo, se encuentran registradas principalmente en doscartas que forman los captulos siete,ocho y parte del nueve, de Moroni.Dar un breve ejemplo que quizs osinspire a leer toda la historia. Al escribir Mormn la ltima carta a suhijo misionero, estaban ocurriendomuchos hechos trgicos; el Profetahabla de la maldad y depravacin delpueblo, y dice: ".. .no tienen principios ni sent imientos .. . no me atrevoa encomendarlos a Dios..." (Moroni9:20-21). En cambio, recomienda a sufiel hijo y suplica poder encontrarsecon l otra vez.

Termino este artculo, citando laspalabras de Mormn que contienenun mensaje de esperanza y un resumen de su testimonio:

"Hijo mo, s fiel en Cristo; y no teaflijas por lo que te he escrito... sinoque Cristo te anime, y sus padecimientos y muerte, y la manifestacinde su cuerpo a nuestros padres, y sumisericordia y longanimidad, y laesperanza de su gloria y de la vidaeterna, reposen en tu mente parasiempre."(Moroni 9:25.)

Su ltimo testimonio contena ins

truccin, amor, un ruego y la fe. Poramor, apoyaba a su hijo con todas lasfuerzas de su alma.



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Un p a d r ey s u s h ijo s

por Jay M. Todd

H

ace ya siete aos que loconoc, pero en cualquier

momento que meditesobre mi papel de padre,me viene a la memoria el recuerdo deManuel Cerda, de la ciudad de Mxico.

Conoc al hermano Cerda en agostode 1972, mientras me encontrabatrabajando en su pas durante unaconferencia de rea, la primera quetena lugar all. Yo haba manifestado

el deseo de conocer algunas familiasde la Iglesia, y observar el efecto quetena el evangelio en su vida; plegndose a mis deseos nos condujerona mi intrprete, el hermano JesseTrujillo, y a m, a la casa de los hermanos Cerda, padres de cinco varones, todos ya adultos.

Muy pronto me di cuenta del porqu de haberme llevado all. Su historia como miembros de la Iglesia

haba comenzado diecisiete aosantes, cuando los misioneros habanllegado por primera vez has ta su casaen Tehuacn, a 225 kilmetros dedonde vivan entonces. Al cabo deseis meses ya se haban bautizado lospadres y sus cinco hijos: Vctor, deveintitrs aos; Agustn, de veintiuno; Moiss, de diecinueve; Ramnde diecisiete, y Gilberto, de diecisis.

Menos de un ao ms tarde, los jvenes comenzaron a recibir llamamientos para sus misiones. Hubo una

poca extraordinaria en que duranteseis meses los cinco laboraron simul

tneamente en las distintas misionesde Mxico; tambin todos ellos trabajaron como compaeros de uno desus hermanos por un perodo detiempo.

Al tener a toda su familia en elservicio misional, Manuel Cerda decidi que no era suficiente con haberlos enviado y mantenerlos, sino que ly su esposa, Mara, deban dar el

ejemplo; por lo tanto, resolvieron queellos tambin seran misioneros.Acaso no estaban rodeados de amigos, vecinos y familiares que no conocan la Iglesia?

As fue que en los tres aos quetuvieron a sus cinco hijos en la misin, los hermanos Cerda ayudaron aconvertirse a la Iglesia a setentapersonas. Semanalmente escribana sus hijos, dndoles la noticia de al

guien que se haba bautizado porcausa de ellos. El testimonio de g'ozoy verdad de los padres arda en elcorazn de los hijos; de los padres,trabajando en la obra misional; de lospadres, alentando a sus hijos; de loshijos, trabajando hombro con nombrocomo compaeros.

Al poco tiempo el testimonio deesta familia empez a propagarse,

como un gran fuego de fe, energa yamor, extendiendo sus confines cadavez ms. Al terminar sus misiones,



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los hijos tenan los siguientes bautismos en haber: Vctor y sus compaeros, 140 personas; Agustn y suscompaeros, 106 personas; Moiss ysus compaeros, 160 personas;

Ramn y sus compaeros, 75 personas; y Gilberto y sus compaeros, 233personas; entre padres e hijos, untota l de 784 personas que entraron enlas aguas del bautismo. Cuando losconoc, haban ayudado a convertir aotras 53 personas ms.

Al terminar su relato los observ yvi-que sus rostros brillaban de felicidad. Pensando que aqulla sera mi

ltima pregunta, quise saber qucargos teman en la Iglesia en esemomento. Dos de ellos eran obispos,otro era superintendente de la Escuela Dominical, otro secretarioejecutivo y el otro, consejero delpresidente de la misin. Me di vueltaentonces y le pregunt al hermanoManuel cul era el cargo que l ocupaba; me respondi que era consejeroen un obispado; cuando l dijo esto,

uno de los hijos agreg que el obispode quien era consejero su padre eraVctor, uno de sus hermanos. Volvindome hacia este ltimo, le pregunt:

Qu siente al tener a su padrecomo consejero?

Su respuesta ha sido una de lasconmovedoras de todas las entrevistas que he hecho en mi vida:

Cunto quiero a mi padre! Elsiempre me ha dado buenos consejos,ha sido un ejemplo para m, ha sido miinspiracin, y me ha ayudado siempreque me he visto en dificultades.Quin podra ser un mejor consejeropara m?

Los ojos se me llenaron de lgrimasy me volv hacia el hermano Manuel:

Qu siente usted al servir comoconsejero de su hijo?

Con un tono de emocin en la voz,suave y lentamente, Manuel Cerda

me dijo:Siento un gran amor por todos

mis hijos, y considero un honor el queescuchen mis consejos; tambin mesiento honrado al instar a los miem

bros a que escuchen a mi hijo, suobispo. Creo comprender muy bien loque sentira Dios el Padre cuandodijo: "Este es mi Hijo amado, enquien tengo complacencia; a El od".S lo que es el amor entre padre ehijo.

Nuevamente, volv a dirigirme atodos en general al preguntarlescmo haban logrado ese incompara

ble amor familiar. Y una vez mas, elpadre resumi en pocas palabras lamanera de pensar de todos.

El evangelio cambi totalmentenuestra vida dijo. Nos ense avernos mutuamente como amigoseternos; me ha enseado a expresarmi amor y a estimar a mis hijos.Todos estamos dispuestos a luchar encontra de cualquier cosa que puedadividirnos, que pueda afectar el ca

rio que nos tenemos. La verdadciertamente nos ha cambiado.Despus de conversar un rato ms,

dimos fin a nuestra visita con unaafectuosa despedida y nos alejamosdel hogar de los Cerda. En los aosque han transcurrido, he llegado acomprender que el recuerdo de Manuel Cerda y su familia siempre permanecer vivo en mi memoria. Al

meditar sobre la importancia de lapaternidad, del hogar y el amor familiar, sobre la sociedad y sus diferentes costumbres al respecto, la reminiscencia de este extraordinariopadre me hace recordar tambin elmaravilloso ejemplo del mo, unhombre muy especial, y las enseanzas de nuestro Padre Celestial;adems, me hace pensar en el concepto fundamental de la paternidad,

que trato de comprender y aplicar enmi vida como padre.



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Preguntas yrespuestas

Estas respuestas se dan comoayuda y orientacin para los miembros,y no como pronunciamiento dedoctrina de la Iglesia.

Dr. Clifford J. Stratton, ProfesorAdjunto de anatoma en la Universidadde Nevada y miembro del Sumo Consejode la estaca.

Estn las infusiones dehierbas dentro de la categora

de las "bebidas calientes", prohibidas por la Palabra deSabidura? O es "toda hierbasaludable para laconstitucin... del hombre",

para utilizar "con prudencia yaccin de gracias"? (Vase D. yC. 89:10-11.)

Esta pregunta es muy interesante,aunque muy difcil de contestar,puesto que se ha encontrado ms demil variedades de hierbas, pero notodas se han estudiado lo suficientecomo para conocer su valor medicinal. Afortunadamente, se ha analizado las ms conocidas y de mayorconsumo; pero la riica fuente de in

formacin que yo recomendara esuna biblioteca mdica. He examinadolas descripciones de libros y pros

pectos, y frecuentemente las he hallado poco dignas de confianza.Aunque es imposible describir

todas las hierbas ms conocidas eneste limitado espacio, tratar de hablar de aquellas que son ms populares.*

La salvia, una de las ms conocidas , se ha usado en remedios caserosdesde hace siglos; su ingrediente activo es un aceite voltil, de color

verde amarillento, que tiene elevadocontenido de tanino. Una de las variedades, la salvia reflex, es venenosa; en cambio, el extracto de lasalvia offtcinalis se usa como ingrediente en medicamentos para labronquitis y las inflamaciones degargan ta, y resulta muy eficaz; usadaen gargarismos, evita la excesivaproduccin de saliva y tiene impor

tante efecto antibacterial.El panax o gingseng (ginsen) esconsumido en grandes cantidadesdiarias por millones de personas.Este producto tiene el poder de estimular las glndulas suprarrenales yprovocar un marcado aumento desecrecin de cortisona; esto significaque interfiere con el metabolismo decarbohidratos', protenas y grasas,con el equilibrio electroltico y de loslquidos; afecta el corazn, los rones, algunos msculos y el sistemanervioso central. Se debe recurrir asu uso slo bajo prescripcin facultativa.

Las diferentes variedades dementa o hierbabuena, preparadas en

"'Tngase en cuenta que el autores originariode los Estados Unidos y que (tizas algunas de

las hierbas que menciona no sean conocidasen otras parles, ose conozca)) diferentes variedades.

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infusin, pueden ayudar eficazmentea eliminar gases del estmago e intestino; usadas con moderacin, soninocuas.

Las races del diente de len o ta-raxacum officinale, se usaban en elsiglo pasado en medicina, para tratar

las enfermedades crnicas del hgado; actualmente, no se ha probadoque tengan verdadero valor1 medicinal.

La alfalfa, vastamente usada condiferentes propsitos, puede aumentar la produccin de cortisona ycontiene elementos que en algunaspersonas causan dermatitis (inflamaciones de la piel). No se reco

mienda su uso para aliviar el reumatismo y la artritis, puesto que unmdico puede recetar directamentecortisona, si lo cree necesario, que nocontiene los componentes perjudiciales de esta planta.

El trbol y el sasafrs contienensustancias txicas; por lo tanto, no sedeben tomar. Existen tambin numerosas combinaciones de hierbaspara infusin, que se utilizan por su

sabor agradable o sus propiedadesmedicinales, y que se venden libremente en drogueras y herboristeras; es conveniente que antes de ingerirlas, se determine el efecto quepueden tener, especialmente si sepadece de alguna irregularidad comopresin arterial alta, deficiencia tiroidea, etc.

Los efedrceos, que en el oeste de

los Estados Unidos reciben los nombres populares de "t del desierto","t mormn"_, "t de india" o "t mexicano", no tienen alcaloides pero sun alto contenido de vitamina C lacual, si se ingiere en grandes cantidades, reduce el ritmo cardaco ba

jando al mismo tiempo la presin arterial. Aunque en otros tiempos seafirmaba que esta planta combata lasenfermedades venreas y aliviaba el

dolor de garganta, no se ha encontrado en la actualidad ninguna base

firme para dichas afirmaciones. Unapalabra de advertencia al respecto:no se debe confundir los efedrceoscomunes con el efedrceo chino o bel-cho, que contiene una elevada proporcin de efedrina, alcaloide que estimula fuertemente el sistema ner

vioso y que slo puede usarse bajoprescripcin mdica.Por todo lo anterior, vemos que las

infusiones de hierbas se pueden calificar en algunos casos como "bebidascalientes", aunque muchas de ellas sepueden usar "con prudencia" una vezque sepamos exactamente qu efectotienen en el organismo; hay muchasque no contienen ninguna droga pe

ligrosa y se pueden beber por susabor agradable y su beneficionutritivo. Sin embargo, recordemosque un cuerpo bien nutrido y cuidadono necesita ninguna droga para funcionar adecuadamente, tanto desdeel punto de vista intelectual como delfsico.

El Seor nos ha dado hierbas "paraque se usen con prudencia y accin degracias", para ayudarnos en casos

leves de enfermedad; pero tambinnos ha advertido que debemos usarlas "con juicio", "no en exceso ni porextorsin", y siempre basndonos enla informacin cientfica disponible.(Vase D. y C. 59:17-20, y tambin laseccin 89.)

Con mi experiencia como mdico ylos conocimientos que he adquirido alestudiar las hierbas medicinales,

debo recalcar la importancia de queno nos "prescribamos" ts de hierbascomo medicamentos, ni a nosotrosmismos ni a los dems. Muchas contienen drogas cuyo efecto es desconocido, y de todas maneras, el "folklore medicinal" no es una fuentedigna de confianza. Toda enfermedadque requiera medicinas debe sertr atada por un mdico; y una personaprudente jams consumir grandes

cantidades de ninguna hierba, porningn motivo.



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T r i b u l a c i o n e spor- Homer G. Ellsworth

"Miren, el nio es ciego! No tieneojos!" Incrdulas, las enfermeras seagruparon alrededor para ver al recin nacido, que empezaba a tomar elcolor de la vida despus de su entradaen este mundo. Era cierto; el bebera ciego, el lugar que deban ocuparlos ojos estaba vaco. Habra que decrselo a los padres; la madre era unahermosa enfermera, y el padre unestudiante de medicina. Cmoreaccionaran?

Al igual que el escritor del AntiguoTestamento, yo, como mdico, "hevisto el trabajo que Dios ha dado a loshijos de los hombres para que seocupen en l" (Ecles. 3:10). Tambinhe visto y observado cuidadosamentela forma en que "los hijos de loshombres" han respondido a esostrabajos, a esas aflicciones que Diosha permitido que tuvieran.

Es evidente que el Padre no nos haprometido jamas inmunidad algunacontra la tribulacin; en realidad,

puede que nos haya prometido justamente lo contrario, porque nosdice: "Porque el Seor al que ama,disciplina" (Heb. 12:6). Si estudiamoslas Escrituras pronto veremos quetodos aquellos que han estado cercade Dios, como David que era Suamigo, han pasado por grandes tribulaciones.

Consideremos por un momento aJob, cuyo nombre es sinnimo deafliccin. El haba perdido su tierra,sus riquezas, sus amigos, sus hijos;estaba cubierto de llagas y con la pielllena de gusanos; y sin embargo, noflaque. Aun cuando su misma esposa

al ver su tormento le sugiri quemaldijera a Dios y muriera, su respuesta fue una reaflrmacin de su fe.A pesar de que este Profeta habademostrado una gran fe y rectitud,Dios no lo protegi de las tribulaciones, sino que su promesa a l, como atodos nosotros, consista en bendiciones inconmensurables para toda laeternidad si era capaz de tomar decisiones correctas, mantener la fe yobedecer los mandamientos; tambinlo consolara en sus sufrimientos, losostendra y tranquilizara mientrasse mantuviera firme hasta la muerte .Esta promesa se repite a lo largo delas Escrituras.

Mientras el Salvador estaba en latierra, ense por medio de una parbola la necesidad de pasar porpruebas y salir vencedor. Habl de

un hombre que haba edificado sucasa sobre la arena y de otro que lahaba edificado sobre la roca; cuandosurgieron los problemas, el vientosopl y la tormenta las sacudi, unade las casas cay, pero la otra permaneci. En este caso el factor preponderante eran los cimientos, comolos cimientos de fe que sostuvieron aJ o b .

En nuestra dispensacin, el profeta Jos Smith, un hombre que estaba muy cerca de Dios, tambin fue

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probado a tr avs de la tribulacin. Enla crcel de Liberty haba sido separado de su esposa y su familia, encadenado a la 'pared de su celda pormeses y sujetado a toda clase de privaciones; adems, en dos oportuni

dades se le ofreci para comer carnehumana. Finalmente, clam a suPadre Celestial:

"Oh Dios, en dnde ests? Dndeest el pabelln que cubre tu escondite?

Hasta cundo se detendr tumano...?"(D. y C. 121:1-2.)

En esa oportunidad/Dios no le dijoa Jos que se le dara la libertad ni

que se lo llevara de regreso al senode su familia; pero le prometi que noquedara olvidado ni abandonado, yque "por todas estas cosas ganarsexperiencia, y te sern de provecho"(D. y C. 122:7).

No, nuestro Padre no nos ha prometido inmunidad contra la tribulacin; tampoco se lo haba prometido aaquellos padres y al nio ciego. Peroellos aceptaron al pequeo con amor,y lo cuidaron con ternura; y son mscomprensivos, tienen ms inters enlos dems, son mejores cristianos,por haber respondido en la forma quelo hicieron a tan tremendo problema.

Recuerdo muy bien a una jovenpaciente que vi hace muchos aos, yque haba nacido sin un brazo. Alnotar que en la breve historia quedeben llenar los pacientes, donde

aparece la palabra "ocupacin", habaescrito "secretaria", le pregunt:"Trabaja como secretaria?" "Lesorprende?", me respondi sonriendo. "Con Una sola mano puedoescribir a mquina tan rpido comomuchas personas lo hacen con dos.Tan pronto como tuve el poder delentendimiento, mi madre me dijo quehaba nacido con una deformidad quepodra ayudarme a ser ms fuerte,pero que tendra que aprender a hacerlo todo con una sola mano tan bien

como si tuviera dos. Jams he considerado mi defecto como un impedimento para progresar."

A travs de los aos he observado aesta joven paciente. Desde entoncestuvo que someterse a una operacin

cardaca, despus de lo cual tuvo unhijo al que cuida tiernamente. Su vidaes ejemplo de una hermosa forma deresponder a la afliccin, y estoy seguro de que Dios est complacido conella.

Quisiera relatar ahora la historiade dos personas que reaccionaron endiferentes formas. Una de ellas erauna paciente de treinta y seis aos a

quien llamar Mara; cuando la operamos encontramos un cncer que sehaba extendido por toda la cavidadabdominal. A la maana siguientecuando fui a verla, me pregunt:"Tengo cncer, verdad?" Contrariado, tuve que responderle que s. Acontinuacin me pregunt: "Cuntotiempo de vida me queda?", a lo que lerepliqu que era imposible predecirloexactamente. Ella no quera que in

terpretara mal su pregunta, por loque me aclar que no tena temor demorir.

Mara tena un sentimiento de pazporque acababa de terminar un cursoespecial para los poseedores del Sacerdocio Aarnico que fueran mayores; se llamaba "Proyecto Templo".Me habl de su esposo y de su hijaadolescente, que no haban sido ac

tivos en la Iglesia hasta que los treshaban empezado a asistir a aquellasreuniones especiales, al terminar lascuales el obispo les haba aseguradoque al cabo de seis meses podran ir altemplo a sellarse, si cumplan con losrequisitos necesarios. El mayor anhelo de Mara era permanecer convida en los prximos seis meses, a finde poder ir al templo con su familia yser sellados por la eternidad. "Sipuedo vivir hasta cumplir con esedeseo, entonces morir sin que-



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LIAHONA

jarme", sola decirme.Mi paciente permaneci viva por

seis meses; durante su estada en elhospital siempre estaba alegre y pa

reca no sentir dolor, aun cuando sucuerpo estaba totalmente estropeadopor una enfermedad que por lo general es extremadamente dolorosa yrequiere grandes dosis de narcticos.Pero ella no los necesit, y muri pacficamente y sin una queja. En Doctrinas y Convenios encontramos unadescripcin que hizo el Seor de esteestado:

"Y acontecer que los que mueren

en m, no gustarn de la muerte,porque les ser dulce." (D. y C.42:46.)

Lo que hace que su muerte seadulce, es su fe, su seguridad, su cercana al Padre Celestial.

Al mismo tiempo que atenda aMara, tena otra paciente a la quellamar Juana; tena cuarenta y dosaos y como Mara, tena un cncer en

estado muy avanzado. Apenas seenter de que su enfermedad era incurable, se mud de su casa a un hotely se dedic a un estilo de vida totalmente opuesto a las enseanzas delevangelio; empez a ir a los bares ybeber mucho, y tambin a tomarnarcticos. Segn lo que ella mismadeca, estaba "probando de todoantes de morir". Muri acosada porterribles dolores, gritando y maldiciendo a Dios. Tambin en Doctrinasy Convenios encontramos una explicacin para esto:

"Y los que no murieren en m, ayde ellos! porque su muerte seramarga." (D. y C. 42:47.)

Lo que hace su muerte amarga essu falta de fe y de confianza en suPadre Celestial.

Estos son ejemplos de las formas

de reaccionar de dos personas ante unmismo problema. Una de ellas comprendi la necesidad de que las per

sonas tengan pruebas que les ayudena desarrollar la humildad, la compasin y el aprecio por lo bueno y por lohermoso; la otra, careciendo de esta

comprensin, se alej de su PadreCelestial y con ello hizo que fueranms pesados su carga y su dolor.

El Seor nos ha puesto en la tierraa fin de ser probados, a fin de quetengamos problemas para resolver,para que podamos desarrollar nuestra sabidura y autodisciplina. Laforma apropiada de reaccionar antelas dificultades es parte del desarrollode nuestro carcter y mente eternos;

de ah que cuanto ms maduros seamos y ms conocimiento tengamos,ms cerca estaremos de cumplir conel propsito por el cual vinimos a estatierra. Si recorriramos el camino dela vida sin problemas ni dificultades,haciendo todo lo que quisiramos,seramos dbiles.

Cada uno de nosotros debe tener ladeterminacin de ser mejor, a fin de

ser digno de morar en la sagradapresencia de nuestro Padre Celestialy de servirlo al recibir la vida eterna.Cada vez que nos vemos en seriasdificultades, es indispensable que nosanalicemos ntimamente, determinemos cmo reaccionara Jesucristosi estuviera en nuestro lugar y luegohagamos nosotros lo mismo, sea cualsea el precio momentneo que tengamos que pagar por ello.

No deseamos volver a nuestroPadre Celestial con un alma dbil; porlo tanto, cuando nos vemos enfrentados a la tribulacin, arrodillmonosy pidmosle a Dios que nos d la fortaleza para resolver nuestros problemas, o sobreponernos a ellos ysoportarlos, en lugar de pedirle quenos los resuelva El. Evidentemente,Dios ha tenido un poderoso motivo

para dar " t rabajo . . . a los hijos de loshombres" , a fin de que por medio de ladquieran experiencia.

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Seccin para los nios

por el presidenteN. Eldon Tanner

LACONFIANZADE

MI PADRE

Ln da mi padre, que era obispode nuestro barrio, antes de salirnos encarg a mi hermano y am que hiciramos determinada

tarea. Supusimos que no iba a regresar sinohasta ms tarde de sus ocupaciones en la

Iglesia; pero regres antes de lo que esperbamos y nos sorprendi jineteando losterneros.

Creo que jams olvidar la forma en queme mir cuando nos llam a su presencia yme dijo: "Hijo, cre que poda confiar enustedes".

Fue una gran leccin y un severo castigopara m; en ese mismo momento tom ladeterminacin de que ni l ni nadie tendra

jams razn alguna para repetir esas palabras.Recuerdo perfectamente la forma en que

mi padre se diriga al Seor cuando nos juntaba para ofrecer la oracin familiar. Nose trataba de pronunciar unas pocas palabras y luego mandarnos a trabajar, sino quese arrodillaba a nuestro lado para compartircon el Seor algunas de nuestras debilidades y algunos de nuestros problemas en losque habamos cado en falta:

"Eldon no hizo exactamente lo que debahaber hecho hoy y lamentamos que haya

cometido tal error. Ten a bien perdonarle, yestamos seguros, Padre, de que l tratar dehacer lo correcto. Te rogamos que tu Espritu le acompae y que le bendigas para quepueda ser un buen muchacho."

Por las maanas, pap sola orar di

ciendo: "Te rogamos que tus bendicionesdescansen sobre nosotros al entregarnos anuestros deberes, a fin de que hagamos loque es correcto y podamos regresar por lanoche a brindarte un informe". Estas palabras siempre nos daban mayor fortalezapara hacer frente a las tentaciones y vencerlas, pues sabamos que por la nochetendramos que brindar un informe alPadre.

Esta noche tendr que informar al Seor,sola pensar, y ello me ayudaba a vivirconforme con lo que se esperaba de mdurante el da.

Agradezco a mi padre por haberme enseado a orar y a ser digno de confianza.Hoy en da, cuando con mi familia nos inclinamos a orar, sabemos que estamosofreciendo oraciones a un Dios personalque est interesado en nosotros, que escuchar y responder nuestras oraciones, y

que nos ha dado el evangelio que puedeguiarnos hacia la vida eterna.

LIAHONA/MARZO de 1980


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por Claudia G. Remington

Luis apart con cuidado elalambre de pas y pas a travs de la cerca; luego la sos

tuvo para que pasara Capitn,su perro pastor. Este pas con cuidadosaltando al campo vecino. El sol deabril brillaba en la dorada pelambre delanimal, que era gruesa y espesa, y lohaba protegido del fro invernal.

Ven aqu Capitn! lo llamLuis.

Cuando lo tuvo a su lado, puso lamano sobre la cabeza del perro, ya tibia

por el calor del sol; Capitn era el mejoramigo de Luis, el nico amigo que tenacerca a excepcin de don Andrs. En elpequeo pueblo montas donde lviva, no haba nios de su edad y parair a la escuela que distaba 16 kilmetros, tena que ir en mnibus.

Luis trep por otra cerca para llegarhasta el lugar donde don Andrs tenaencerradas las ovejas; poda or al anciano movindose en el cobertizo,ocupado en sus quehaceres.

Hola! llam mientras entrabaen el lugar poco iluminado.

Entonces distingui a don Andrsmirando a una oveja que lama a sucorderito recin nacido. El nio contempl al animalito con una sonrisa;quera tomarlo en sus brazos y sentir supequeo cuerpecito lanudo.

Ms tarde podrs tenerlo le dijoel granjero tomando dos palas.Ahora tenemos un trabajo menosagradable que hacer. Acompame.

Luis sigui a su amigo fuera del cobertizo, donde Capitn los estaba esperando pacientemente al lado de lapuerta. El nio pasaba casi todos lossbados con don Andrs ayudndole acuidar las ovejas; le gustaba ir all porque e! buen seor era como un abuelopara l.

Qu vamos a hacer? pregunt, corriendo un poco para alcanzarlo.

Bueno ... preferira que no vierasesto, pero creo que es parte de nuestrotrabajo.

Mientras se acercaban a uno de losextremos del campo, vieron una bandada de urracas que aleteaban ruidosas en el aire. Entonces Luis vio dosovejas muertas.

DOSAMIGOS

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Qu ha pasado?Sinti revolvrsele el estmago

mientras miraba los cuerpos despeda

zados de los animales.Don Andrs comenz a cavar unfoso en la tierra mojada, apilando laspaladas de barro a un costado sobre lahierba.- Los perros las mataron dijo sinlevantar la mirada.

Luis no poda entender lo sucedido.Cundo vinieron los perros?

Usted los vio?

Casi desde que empez la obrapara la nueva represa, he visto cuatro ocinco perros corriendo juntos. Loshombres que trabajan all han venidocon sus casas rodantes a establecerseen las cercanas, y todos tienen perrosguardianes que son muy bravos, debido a que tienen que dejar afueramuchos equipos y maquinarias. Enesta forma ya he perdido diez o doce

ovejas.El nio sinti en su interior un granenojo y frustracin.

No puede ir a hablar con los

LIAHONA/MARZO de 1980

dueos y contarles lo sucedido?Ya lo he hecho; pero cada uno de

ellos alega que su perro queda atado

durante la noche, o da alguna otrarazn por la que dice que es imposibleque su perro haya hecho el dao. Ycomo yo realmente no he visto al queha matado las ovejas, no puedo saberquin es el responsable.

Por qu no agarra la escopeta yse queda aqu de guardia toda lanoche? Entonces cuando vea un perroacercarse a este lugar, disprele noms.

Haba pensado en algo as, porque legalmente tengo el derecho dedisparar si un perro extrao est dentrode mi propiedad.

Luis ayud a don Andrs a poner lasovejas en el hoyo y cubrirlas con tierra.Luego caminaron en silencio a travsdel campo hacia los cobertizos, mientras Capitn los segua con paso tranquilo.

El domingo por la maana Luis sevisti rpidamente y en silencio; querair a ver a don Andrs antes de quecomenzara la Escuela Dominical, parasaber si haba sucedido alguna novedad durante la noche.

Cerr la puerta que daba al fondocon mucho cuidado para no hacerruido y silb suavemente para llamar aCapitn. Se sorprendi al no ver salir al

perro de su casilla, pero sin esperarcamin rpidamente por el campo dirigindose a los cobertizos de don Andrs. Mientras pasaba por la ltimacerca vio a ste inclinado sobre algoque haba en la tierra. Parece que le hadisparado a un perro, pens el nio, ycorri hacia su vecino; pero antes dellegar se detuvo, mientras su cuerpo seestremeca de miedo y dolor. Sigui

caminando lentamente con los ojosfijos en la dorada pelambre del perro,

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ya empapada por la lluvia. Don Andrslevant los ojos para mirar a su ami-guito y le puso las manos sobre los

hombros.Luis ... lo siento tanto! Es Capitn.

Luis mir a don Andrs y vio lgrimas mezcladas con gotas de lluvia quecorran por las profundas arrugas de surostro; sus ojos oscuros reflejaban unapena profunda.

El nio estaba como atontadoPero, cmo sucedi? pre

gunt.La noche estaba oscura y el cielomuy nublado; mientras esperaba mequed dormido. Cuando despert vi lasilueta oscura de un perro viniendo atravs del sembrado y dispar. Ni siquiera vine a ver el cuerpo hasta estamaana. Cuando me di cuenta de queera Capitn, no lo poda creer. Seguramente estaba yendo hacia la casa

para ver si le habamos puesto algunasobra de comida para l.Don Andrs hizo un movimiento

para poner sus brazos alrededor delmuchachito, pero ste su puso rgido yse apart.

Cmo pudo disparar a Capitn?Usted lo conoca, lo vea todos los dasle dijo con la voz cargada de enojo,

El anciano fue a buscar una carretilla

para transportar el cuerpo, mientrasLuis se esforzaba por levantar el pesado animal; pero no pudo. Luego

juntos lo levantaron y pusieron en lacarretilla para llevarlo a la casa de Luis.Este caminaba un poco ms atrs sumido en doloroso silencio.

Don Andrs quiso cavar el hoyo;pero el nio insisti en hacerlo lmismo en la tierra blanda; luego ente

rr al perro, mientras don Andrs, depie a su lado, lo miraba sin pronunciarpalabra.

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LIAHONA


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El lunes por la noche lleg el vecinollevando en sus brazos un pequeocorderito para Luis; ste no quiso verlo,y le dijo a su madre que le dijera a donAndrs que l no quera el cordero.Cada da despus de la escuela el niose iba a su cuarto y all se quedaba lamayor parte del tiempo tirado en lacama. Despus de cenar y una vez queterminaba sus tareas de la escuela,volva a encerrarse en su cuarto. Elviernes por la noche, el padre lo siguia su habitacin y se sent al borde de lacama sin decir palabra.

Finalmente Luis dijo:Pap, t crees realmente en el

cielo de los perros, o es slo un cuentopara consolar a los nios?

Yo realmente no s nada acercadel cielo de los perros; pero creo firmemente que toda vida es eterna,porque todas las cosas fueron creadasespiritualmente antes de ser creadasmaterialmente.

Qu quiere decir eso?Es difcil de entender, pero para ti

esto significa que Capitn todava vive.Despus que yo muera, lo vol

ver a ver?No lo s con seguridad, pero creo

que s.Luego mirando fijamente a su hijo

continu.

Hay una cosa que me preocupa;en este lugar ms bien solitario t tenasdos grandes amigos. Debido a un desafortunado accidente has perdidouno; eso es algo que no tiene solucin.Ahora no s por qu has decididoperder tambin el otro. Has pensadosiquiera cmo se debe haber sentidodon Andrs esta semana?

Luis haba tratado de no pensar en

esto, pero todava recordaba las lgrimas y la lluvia corriendo por su rostro.Su conciencia tambin le recordaba

que la idea de disparar a los perros queanduvieran merodeando haba sidosuya.

Bueno, yo no quiero ese corderito. Cmo pudo l pensar que uncordero podra reemplazar a Capitn?

Estoy seguro de que l no pensaba eso, pero' necesitaba hacer algopara demostrarte cunto lo senta. Leests haciendo ms dao del que l teha hecho a ti, porque lo ests haciendointencionalmente.

Luis no haba pensado que su actitudfuera tan mala. Sigui sin mirar a supadre, quien sbitamente se inclinsobre l y le bes la mejilla.

El sbado por la maana Luis se levant temprano, con el mismo nudodoloroso que tena en el estmagocada maana desde la muerte de Capitn. Los rayos del sol penetraban porla ventana. Se visti, sali silencioso dela casa y camin cruzando los camposmientras el roco le mojaba el calzado.Cuando empez a sentir el calor del solen el rostro, comenz a sentir que pocoa poco volva a vivir. Todava senta elcorazn dolorido por la prdida deCapitn, pero al mismo tiempo sentaalgo de consuelo, un sentimiento deternura que l haba pedido en susoraciones poder tener.

Vio a don Andrs en el cobertizo

juntando sus herramientas para esquilar.Creo que si alguna vez voy a tener

mi propia manada, necesitar esecordero le dijo Luis desde la entrada.

Don Andrs se volvi y fue hasta lapuerta, mirndolo con ojos tiernos ybrillantes.

Me alegro mucho de verte, Luisle dijo. Voy a necesitar tu ayuda

para esquilar.Y juntos los amigos entraron al cobertizo.



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A m o ri n c o n d i c i o n a lpor Scott Snow

Como muchos otros estudiantesde diecisis aos que asisten alos seminarios, Kim TaeWhan, un miembro de Corea,

haba estudiado en la Biblia el captulo 10de Lucas, que se refiere a la parbola queel Seor mismo ense sobre el Buen Samaritano.

Cierto da, Tae Whan pidi a su mamque cuando le preparara el almuerzo parallevar a la escuela, pusiera en su paque-tito una porcin extra. Ella as lo hizopensando que su hijo estaba desarrollndose rpidamente y que necesitaba

nutrirse ms; de manera que desde eseda le prepar un almuerzo ext ra para quellevara consigo.

Una maana mientras su padre, eldoctor Kim, estaba en su oficina, recibiuna llamada telefnica de un amigo.

Cmo est doctor Kim? Cmo estsu familia?

Muy bien, gracias contest eldoctor en forma agradable.

Los dos amigos hicieron intercambio desaludos y hablaron por algn rato, hastaque el seor Lee, sin poder contenerse

ms, le pregunt a su amigo:Est seguro de que su familia no

est pasando por alguna dificultad?Haciendo una pausa y con gran curio

sidad, el doctor Kim replic:

Por qu? Qu es lo que pasa?Lo que sucede es que en das pasados' vi a Tae Whan en una de las esquinas delvecindario vendiendo peridicos.

Qu vio a quin? ... Est seguro?Estoy completamente seguro. Es

taba preocupado por el bienestar de sufamilia y por eso es que le he llamado estamaana.

Es a tarde en la oficina, el doctor Kim sepreguntaba qu razones habran llevado a

su hijo a hacer aquello, y cuando la oportunidad se present, le dijo:

Tae Whan, podra hablar contigo unminuto?

Oh, s pap, por supuesto!Hijo, hoy me llam el seor Lee y me

dijo que te haba visto vendiendo peridicos en la calle. Es verdad?

Tmidamente Tae Whan le respondi:S pap, lo hice solamente para ayu

dar a un compaero. El no tiene dineropara comprar su almuerzo y yo le he dadola porcin extra que llevo todos los das;adems, por cada peridico que vendemos ganamos 40 won*.

Hijo, por qu lo has hecho? Primerodeberas haberlo consultado conmigo.

Pero pap, cada vez que ayudo a miamigo, me siento un poco ms como elBuen Samaritano; por eso quiero haceralgo por mis compaeros que no son tan

afortunados como yo. Adems, creo querealmente no estoy haciendo todo lo quepodra hacer por ellos. En mi clase deseminario le esa parbola, y sent queesto era lo que deba hacer.

Tae Whan verdaderamente entiende loque el Salvador dijo:

"Amars al Seor tu Dios con todo tucorazn, y con toda tu alma, y con toda tumente; y a tu prjimo como a ti mismo."

(Lucas 10:27.)*Won: Moneda coreana, equivalente a unoscentavos.

LIAHONA/MARZO de 1980 2 9


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Despus de una gira con los misioneros y los santos de la islade Java, en Indonesia, pagula cuenta y sal del hotel a las

seis de la maana, para tomar el primeravin que parta para Singapur. Sub a untaxi que se hallaba estacionado cerca de laentrada del hotel y le dije al conductorque me llevara al aeropuerto internacional. Cuando trat de poner en marcha elautomvil, ste no hizo ningn sonidocomo si la batera estuviera descargada.

Bien, qu harais vosotros en una situacin similar?

Calcul que posiblemente me tomara

mucho tiempo sacar mis valijas y buscarotro taxi; tambin se me ocurri que elpobre hombre de aquel taxi estara tratando de ganar el dinero suficiente paramantener a su familia y que se sentiradesanimado al perder la oportunidad de

obtener una buena tarifa por ese viajecitode media hora al aeropuerto.

Entonces decid hacer mis ejerciciosmatutinos empujando el taxi, mientras el

conductor se encargaba del volante parapoder hacer andar el auto; sin embargo, lconfi demasiado en la fuerza de mi sangre holandesa y solt el embrague, sindarme tiempo a que le diera el impulsosuficiente; el resultado fue que el vehculose detuvo repentinamente. Trat nuevamente, y esa vez con urj ruido estrepitosodel motor, el taxi comenz a moverse iniciando la marcha; de un salto abr lapuerta, me introduje en l y continuamos

El da

pe empaj

un taxipor el lder Jacob de Jagerdel Primei

1Qurum de loa Setenta



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nuestro camino.Una hora y media ms tarde cuando

suba al avin, la aeromoza me salud yme dijo:

Me sorprende verlo aqu! Usted esel caballero que empujaba el taxi estamaana, frente al Hotel Borobudur.

Luego me cont que todos los miembros de la tripulacin del avin habanpresenciado la escena desde un automvilque se hallaba estacionado en la puertadel hotel, y que durante el trayecto hastael aeropuerto, haban hablado sobre elincidente y se preguntaban: Qu clase dehombre es ste? Si puede hospedarse en

un hotel como se, porqu es que se tomael trabajo de empujar un taxi a las seis dela maana?

Entonces pens: Esta es mi oportunidad para realizar la obra misional entreestas personas. Saqu una tarjetita de mibilletera, se la entregu a ella y le dije:

Nosotros los miembros de la Iglesiade Jesucristo de los Santos de los ltimosDas, creemos en las buenas relaciones

humanas.La joven me dijo que ella no estabarealmente trabajando como azafata, sinoque era la instructora de servicios areosde la firma Cathay Pacific Airways y queestaba all para evaluar la actuacin dealgunos de los alumnos a los que ella habatenido que ensear en la escuela de capacitacin para tripulantes de cabina enHong Kong. Eso me permiti darle otraexplicacin acerca de la Iglesia: En la ac

tualidad la Iglesia de Jesucristo de losSantos de los ltimos Das es la organizacin educativa ms grande del mundo.Hay por lo menos dos millones de personas que una vez por semana se enseanmutuamente materiales de lecciones divinamente inspirados. Luego le expliquque paso la mayor parte del tiempo enseando a los misioneros y a los miembrosde la Iglesia en las nueve misiones del

sudeste de Asia.Ella me coment:Entonces puede que usted sea la

persona que estamos buscando: un via jero experimentado, con habilidad paraensear a nuestro personal la forma deser amistoso con los clientes.

Le contest que lo hara con muchogusto en cualquier momento que planearan iniciar un nuevo curso o dar uno derepaso en Hong Kong, sin esperar ningnpago, siempre que las fechas que eligieran no interfirieran con mis asignacionesen la Iglesia. Al momento pens: Quoportunidad tan esplndida para ensear a estas personas las razones por lasque los mormones actuamos as!

Cuando regres a Hong Kong, se me

acerc el gerente del departamento decapacitacin de la lnea area, quien habarecibido un informe de la instructora deservicios areos. Concertamos una cita ynos reunimos por dos horas en su oficina.El se hallaba muy impresionado por eltrabajo y los logros de la Iglesia.

Estoy seguro de que tendr la oportunidad de llegar a muchas almas en unfuturo cercano, simplemente porque el

mundo vio la Iglesia en accin, una maana temprano en Jakarta, Indonesia.Todos tenemos la oportunidad de hacer

la obra misional. La gente est constantemente vigilndonos; es slo cuestin deencontrar la persona, la hora y el lugarapropiados.

Recordemos todos otra vez que "todava hay muchos en la tierra... que sehallan fuera de la verdad solamente porque no saben dnde hallarla" (D. y C.

123:12).Esta Iglesia fue, es y ser una Iglesia

misionera. No pensemos que cuando semenciona la obra misional es nicamentepara aquellos que han sido llamados oficialmente como misioneros; aprovechemos cada oportunidad para compartir elevangelio con nuestro prjimo.

El evangelio es verdadero. Jess es elCristo. Su Iglesia ha sido restaurada por

el profeta Jos Smith. Compartamoseste mensaje glorioso por todos los medios posibles!



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por Elise Richins

Habamos tenido que esperarun largo rato en la estacin deautobuses y nos alegramoscuando lleg el momento de

salir para subir al vehculo. Mientras nos

adelantbamos en fila, vi dos asientos libres y pens que si mi esposo y yo llegbamos a sentarnos en ellos podramosestar muy cmodos y gozar de nuestroviaje desde Cedar City, Utah, a Salt LakeCity. Los dos estbamos entusiasmadoscon la idea de visitar a mi hermano antesde que saliera para la misin.

Pero mientras nos acercbamos, unaseora que iba delante de nosotros sesent en el asiento doble que yo habaelegido. As que nos hicimos paso entreotras personas que estaban paradas en elpasillo colocando sus bultos en el portaequipaje cerca del techo del mnibus, ymi esposo se sent en el asiento de al ladode la ventana unas filas ms atrs. Sintindose libre de la obligacin de estudiarsus cursos en la universidad, se acomodlo mejor que pudo y empez a leer unanovela. Me sent a su lado en el asiento

que da al pasillo, y empec a mirar a mialrededor. En el asiento adelante delnuestro haba dos nias; y del lado

opuesto al de ellas se sentaban la mam yun hermanito.

"Esta debe ser una familia mormona",me dije. Desde que haba salido de Reno,Nevada, la ciudad en que nac, haba su

puesto que todos los que vivan en Utaheran mormones, o por lo menos que todosestaban familiarizados con la doctrina dela Iglesia; pero en la ltima conferencia deestaca haba cambiado de opinin. Eltema tra taba sobre la obra misional, y unode los discursantes mencion que muchaspersonas eran encaminadas hacia Utahpara que tuvieran la oportunidad de or elevangelio. Otro'dijo que algunos que rioson miembros y viven en comunidadesrodeados de mormones, nunca aprendennada acerca de nuestra Iglesia, porqueesperan que sus vecinos mormones leshagan conocer el evangelio verdadero.

Puesto que mi hermano menor estabapor ir a servir en la Misin de Suiza, laobra misional estaba presente en mimente; pero los discursos de la conferencia me haban hecho pensar ms en laresponsabilidad que todos tenemos de

testificar a los que nos rodean acerca de laveracidad del evangelio; incluso habasentido el impulso de poner en mi valija

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Un m n ib u sl le n o d ed e s c o n o c i d o s

un ejemplar de El Libro de Mormn,aunque lo haba dejado pasar.

Cambi de posicin y mir al otro ladodel pasillo donde vi a dos nios, seguramente hermanos, que estaban discu

tiendo acerca de quin se sentara al ladode la ventana. La madre estaba estiradasobre los dos asientos de atrs de ellostratando de dormir.

"Pareciera que ste va a ser un viajelargo y aburrido", murmur, y como decid ignorar todo lo que me rodeaba,saqu una revista y me puse a hojearla. Alhacerlo encontr un relato acerca de unhombre que entabla conversacin conotros siempre que viaja y los mtodos que

usa para hacerse de amigos. El deca quela amistad est siempre tan cercana comola persona que se sienta a nuestro lado.La lectura estimul an ms mi conciencia y me puse a pensar en que probablemente la mayora de las personas queviajaban en ese mnibus tambin querran entablar conversacin con otros aligual que yo, pero que tendran vergenza de tomar la iniciativa. Todo dependa de m. Trat de armarme de valor,pensando en lo que se haba hablado en laltima leccin de la Sociedad de Socorro

acerca de confraternizar.Me cohiban todos aquellos desconoci

dos, pero haba tratado mucho con nios ystos no me asustaban. Tal vez pudieraempezar entablando conversacin con losdos nios que se sentaban al otro lado delpasillo, y que estaban evidentementeaburridos. Encontr un ovillo de lana enmi cartera, cort una hebra y la at. Entonces me inclin hacia el otro lado del

pasillo, me acerqu al nio, que seguramente haba perdido la discusin porquesu hermana estaba sentada al lado de laventana, y le pregunt si saba jugar conuna hebra entrelazndola entre los dedos;l me contest que "ms o menos", peropareca contento de tener algo para hacery muy pronto empezamos a jugar con elpedazo de lana.

Cuando nos encontramos con una

figura un poco difcil me di cuenta de queyo tampoco saba mucho de este j uego y lania que se sentaba adelante de nosotrosse dio vuelta y nos ofreci ayuda; la hermana del nio que hasta entonces habatratado de ocultar su inters se pusotambin a observarnos.

Poco despus ya sabamos nuestrosrespectivos nombres. Jeanette (despusme enter de que era mormona), estabaayudando a John, que no lo era, a hacer

otro juego con la hebra de lana; as quecort otros pedazos y los pas a los dems.A los pocos minutos estbamos conversando y rindonos como si furamosamigos. John nos cont que l y su hermana, April, viajaban de Las Vegas aNueva York porque iban a visitar a susparientes.

Cuando nos aburrimos de jugar con lalana, empezamos a jugar a un juego quese llama "Adivina qu animal soy". Yo fuila primera y los otros me preguntabancosas que yo poda contestar con un "s" o



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LIAHONA

un "no". Susan adivin, as que le toc el

turno; por fin descubrimos que era uncanguro y nos dijo que haba elegido eseanimal porque su hermano haba sido llamado a una misin a Australia.

Ella est tratando de hacer lo mismoque yo!, exclam para mis adentros. Ahtena una aliada, alguien que me habaganado de mano con deseos de ser misionera; tal vez ella pensara que yo no eramiembro y estuviera tratando de que meinteresara en la Iglesia; por esa razn co

ment que tambin mi hermano prontoira a una misin. Evidentemente John nosaba lo que era una misin; pero s sabaque era su turno en el juego, as que continuamos con nuestro pasatiempo.

Bueno, paso la oportunidad, me dije,aunque saba que era un viaje de cincohoras y que se presentaran otras oportunidades. Mientras tanto podemos hacemos mejores amigos, pens. Al rato

estbamos divirtindonos tanto que otraspersonas en el mnibus empezaron a observarnos; un hombre que estaba sentadoms adelante se dio vuelta y se quedmirndonos jugar, gozando tambin connuestro entusiasmo.

Los tres que no eran miembros de laIglesia, John, April y su madre, parecanestar divirtindose mucho con el juego.Los dos nios tra taban de elegir nombres

de animales que fueran difciles de reconocer, y su madre nos miraba de vez encuando y sonrea. Jugamos un rato largo,hasta que Ralph, el hermanito de Jea-nette y Susan, intervino en el juego hacindonos rer con sus ocurrencias.

Cuando le toc el turno a April otra vez,ella dijo que era un oso koala y hablamosun poco ms de Australia. Aqu tenemosotra oportunidad de hablar del evangelio,me susurr la conciencia; todos estba

mos cansados de jugar, y pareca que erael momento oportuno. Vamos Susan, dialgo, dije para mis adentros; pero saba

muy bien que ella ya lo haba intentado y

que era mi turno de hablarles del evangelio a nuestros nuevos amigos. No puedo, todos me estn escuchando. Lasideas volaban por mi mente pero las palabras no queran salir de mi boca. Derepente mi pensamiento cambi derumbo. Esta es una oportunidad magnfica. Yo empezar a hablar, y entoncesSusan me ayudar e incluso mi esposoque ha ido a una misin, se pondr de pie y dar un maravilloso sermn que har

que todos los viajeros se ofrezcan a recibirlas discusiones de los misioneros cuandolleguen a su casa.

Recobr el valor y empec; como sabaque John y April iban a Nueva York lespregunt si alguna vez haban visto elCerro Cumorah; por supuesto, nunca lohaban odo nombrar. Mir a mi esposocomo diciendo "bueno, es tutumo". Pero,todava absorto en su novela, no se dio por

enterado; Susan tambin estaba en silencio, as que todo corra por mi cuenta.Les cont acerca de Moroni y de Jos

Smith, les mostr las Escr itura s y les di aleer el ttulo, El Libro de Mormn; lesdije quin era Mormn y les expliqu unpoco acerca de los mormones; tambin lescont la historia de Jos Smith, lo cual meresult ms fcil de lo que pensaba. Eracomo contarles n cuento a los nios conlos cuales haba trabajado. Algunos via

jeros tambin se pusieron a escuchar, ysobre todo la madre de John y April.Cuando termin, John me pregunt:"Pero, cmo sabemos que esto que nosdice es verdad?" Con satisfaccin le contes t que podemos encontrar la respuestaa esa pregunta de la misma forma queJos Smith encontr respuesta a la suya:debemos preguntarle a nuestro PadreCelestial. Despus hablamos un poco

acerca de la oracin. Cuando mir a miesposo estaba sonrindome; l saba loque yo estaba tratando de hacer, y todo

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pareca presentarse a pedir de boca. Lesmostramos el Templo de Provo cuandopasamos por all y Susan les prometimostrarles el Templo de Salt Lake Citycon la estatua de Moroni, cuando llegaranal centro de la ciudad, (mi esposo y yo nosbajaramos antes). Todos parecan estartan entusiasmados como nosotros con laidea.

Hicimos una parada de diez minutos enProvo, y yo hice una oracin en silencio:"Por favor, necesito un ejemplar del

Libro de Mormn". Me disculp y baj delmnibus, tratando de encontrar a todaprisa algn lugar donde pudiera comprarlo, pero no tuve sue rte . Sin embargo,sobre el escritorio de uno de los empleados de la estacin alcanc a ver una copiadel libro, igual a la que haba dejado encasa, pero bastante ms usada; supliqual hombre que venda los boletos que melo vendiera, pero me lo regal, siguindome con una mirada de curiosidad hastaque entr al mnibus.

Dentro del libro escrib un breve mensaje dedicado a mis nuevos amigos, luegoJeanette, Susan y yo lo firmamos y escribimos nuestras respectivas direcciones.El pequeo Ralph, de cinco aos, tambinquiso firmar,, y dijo que cuando fueragrande l tambin ira a una misin; lasnias envolvieron el regalo en una bolsitay la decoraron con algunos dibujitos que

hicieron con unos lpices de colores queencontr en mi cartera.

Tratamos de apurarnos y de hacerlomedio a escondidas, pero apenas habamos empezado cuando los diez minutospasaron y John, April y su madre volvieron a subir al mnibus y nos vieron. Me dicuenta de que tenan curiosidad por saberqu pasaba, de manera que les expliquque los nios estaban preparando una

sorpresa para unas personas muy especiales. Ellos se volvieron a sus asientos yparecan un poco desilusionados de que

los hubiramos excluido; as que converscon ellos por unos minutos y para ayudara las nias que estaban dibujando, lespregunt cules eran sus colores favoritos. Cuando Jeanette y Susan terminaronde dibujar el paquete, lo ataron con lamisma lana que habamos usado para iniciar nuestra amistad. Les dimos el regaloentre todos; el deleite se reflejaba en lacara de John y April, y tambin la madrepareca sentirse satisfecha.

Casi sin darme cuenta pasaron los mi

nutos y llegamos a destino; y el viaje quepareca que iba a ser tan largo resultsumamente corto, sobre todo si tomabaen cuenta el hermoso y clido sentimientoque llevaba conmigo. Tanto mis amigui-tos como yo nos sentimos muy bien; sabamos que habamos preparado la tierray plantado la semilla. Haba llegado elmomento de decir adis, un adis feliz ylleno de esperanza, aunque nos embar

gaba un dejo de tristeza.Cuando el mnibus se alej, mi esposo yyo los saludamos con la mano. No pudemenos que imaginar a John, April y suspadres todos vestidos de blanco y esperando para entrar en las aguas bautismales: Espero que algn da lleguen a sermiembros de la Iglesia, y cuando lo sean,s qu

LIAHONA Marzo 1980

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