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El metro se adopta como unidad de medida interna- cional el 10 de diciembre de 1799, basado en la diez- millonésima parte de cuadrante de meridiano terres- tre, denominándose «metro provisional». En 1809, debido a los avances sobre los conocimientos de la tierra, el metro cambia ligeramente su valor pasando a denominarse «metro definitivo», pero no será hasta el 20 de mayo de 1875 cuando se ratifique en París, a partir de una aleación de platino e iridio, denominán- dose «metro internacional». Esto genera un nuevo sistema de medidas en el que no encajan los ladrillos tradicionales basados en medidas «humanas» (pie, palmo, dedo) y provoca los primeros estudios de normalización para adaptar las piezas de fábrica a las nuevas medidas, que coexisti- rán con las anteriores durante el siglo XIX y parte del XX. Este hecho queda reflejado en las Ordenanzas de Madrid de 1820, donde se recogen las condiciones que deben cumplir los fabricantes de ladrillos, y en lo que hace referencia a las medidas dicen «que la gradilla para cortar el ladrillo haya de tener diez y siete dedos de largo, trece de ancho, y tres y medio de grueso» (Ardemans 1820, 108). Esto significaría unas dimensiones aproximadas del ladrillo de 31,5 cm para la soga, 24,0 cm para el tizón, y como máximo 6,5 cm para el grueso. Avanzando en el siglo encontramos algo parecido en las Ordenanzas de Madrid de 1857, donde tam- bién se establecen las condiciones que den cumplir los fabricantes de ladrillos, siendo interesantes las si- guientes: «Que los que trajeron ladrillo y baldosa, no siendo bien cocido, sin venteaduras ni caliches, y que no tenga muy cabal (siendo ladrillo) un pie de largo y una cuarta de ancho, y dos dedos de grueso,...» (Fornés [1857] 1982, 68). De acuerdo con esto, con- siderando la cuarta (mano extendida) como la cuarta parte de la vara castellana (83,6 cm), los ladrillos tendrían unas dimensiones aproximadas de 29,6 cm para la soga, 20,9 cm para el tizón y 3,7 cm para el grueso, con una proporción de 1,41v2 entre sus aris- tas mayores. Estas medidas impiden colocar los ladrillos alter- nando sogas y tizones en la misma o distintas hiladas manteniendo un determinado solapo, al no existir una relación entre sus dimensiones que lo permita, que denominamos «coordinación dimensional». Será durante la primera mitad del siglo XX cuando los Tratados de Construcción recojan indicaciones so- bre la proporción que debe existir entre las dimensio- nes de soga (largo) y tizón (ancho) de los ladrillos, pero nunca relacionándolas con el grueso de la pieza. Ger y Lóbez, aunque sin reflejar medidas, en 1898 ya establece la proporción entre las dimensiones de los ladrillos: «Los ordinarios y más usados son los que tienen forma de un paralelepípedo en donde la longitud es doble de la anchura más el grueso de la junta de mortero que se ha de interponer en la obra: el grueso varía entre el sexto y el octavo de la longi- tud, y cuando ha de emplearse en bóvedas se les da más grueso por un lado que por otro». (Ger y Lóbez [1898] 2000, 1:23) Los estudios sobre la coordinación dimensional del ladrillo y su aplicación en los aparejos de las fachadas de fábrica vista de Madrid durante la primera mitad del siglo XX Antonio Rodríguez Sánchez Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

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El metro se adopta como unidad de medida interna-cional el 10 de diciembre de 1799, basado en la diez-millonésima parte de cuadrante de meridiano terres-tre, denominándose «metro provisional». En 1809,debido a los avances sobre los conocimientos de latierra, el metro cambia ligeramente su valor pasandoa denominarse «metro definitivo», pero no será hastael 20 de mayo de 1875 cuando se ratifique en París, apartir de una aleación de platino e iridio, denominán-dose «metro internacional».

Esto genera un nuevo sistema de medidas en elque no encajan los ladrillos tradicionales basados enmedidas «humanas» (pie, palmo, dedo) y provoca losprimeros estudios de normalización para adaptar laspiezas de fábrica a las nuevas medidas, que coexisti-rán con las anteriores durante el siglo XIX y partedel XX.

Este hecho queda reflejado en las Ordenanzas deMadrid de 1820, donde se recogen las condicionesque deben cumplir los fabricantes de ladrillos, y enlo que hace referencia a las medidas dicen «que lagradilla para cortar el ladrillo haya de tener diez ysiete dedos de largo, trece de ancho, y tres y mediode grueso» (Ardemans 1820, 108). Esto significaríaunas dimensiones aproximadas del ladrillo de 31,5 cmpara la soga, 24,0 cm para el tizón, y como máximo6,5 cm para el grueso.

Avanzando en el siglo encontramos algo parecidoen las Ordenanzas de Madrid de 1857, donde tam-bién se establecen las condiciones que den cumplirlos fabricantes de ladrillos, siendo interesantes las si-

guientes: «Que los que trajeron ladrillo y baldosa, nosiendo bien cocido, sin venteaduras ni caliches, y queno tenga muy cabal (siendo ladrillo) un pie de largoy una cuarta de ancho, y dos dedos de grueso,...»(Fornés [1857] 1982, 68). De acuerdo con esto, con-siderando la cuarta (mano extendida) como la cuartaparte de la vara castellana (83,6 cm), los ladrillostendrían unas dimensiones aproximadas de 29,6 cmpara la soga, 20,9 cm para el tizón y 3,7 cm para elgrueso, con una proporción de 1,41v2 entre sus aris-tas mayores.

Estas medidas impiden colocar los ladrillos alter-nando sogas y tizones en la misma o distintas hiladasmanteniendo un determinado solapo, al no existiruna relación entre sus dimensiones que lo permita,que denominamos «coordinación dimensional».

Será durante la primera mitad del siglo XX cuandolos Tratados de Construcción recojan indicaciones so-bre la proporción que debe existir entre las dimensio-nes de soga (largo) y tizón (ancho) de los ladrillos,pero nunca relacionándolas con el grueso de la pieza.

Ger y Lóbez, aunque sin reflejar medidas, en 1898ya establece la proporción entre las dimensiones delos ladrillos: «Los ordinarios y más usados son losque tienen forma de un paralelepípedo en donde lalongitud es doble de la anchura más el grueso de lajunta de mortero que se ha de interponer en la obra:el grueso varía entre el sexto y el octavo de la longi-tud, y cuando ha de emplearse en bóvedas se les damás grueso por un lado que por otro». (Ger y Lóbez[1898] 2000, 1:23)

Los estudios sobre la coordinación dimensional del ladrillo y su aplicación en los aparejos

de las fachadas de fábrica vista de Madrid durante la primera mitad del siglo XX

Antonio Rodríguez Sánchez

Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

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Con esto queda claramente establecida la coordina-ción que debe existir entre la soga y el tizón para po-der colocar los ladrillos a soga o a tizón en la mismay contiguas hiladas, manteniéndose la misma «ley detraba». El grueso también está relacionado con lasotras dos dimensiones del ladrillo e interviene cuandoexisten ladrillos a sardinel para hacer coincidir un nú-mero exacto de hiladas con el tizón o el doble de hila-das con la soga de la pieza. Profundizando en estesentido, para que el ladrillo pueda colocarse correcta-mente en la fábrica en las distintas posiciones (soga,tizón, sardinel, etc.) debería tener unas dimensionesrelacionadas de la siguiente manera: Llamando

s = soga; t = tizón; g = grueso; j = junta. s = 2t + j = 4g + 3j = 6g + 5j = 8g + 7j.

Esta relación condiciona el valor de la llaga, no asídel tendel que debería adquirir valores próximos.

La coordinación del grueso no será tenida en cuen-ta hasta muy mediado el siglo XX, y las de soga y ti-zón, aunque planteadas en distintas publicaciones, noson recogidas por los fabricantes, que siguen fabri-cando ladrillos con valores del tizón iguales a la mi-tad de la soga. Basegoda (década de 1920) recogeesta cuestión en una interesante tabla que expresa lasdimensiones en milímetros de los ladrillos macizosen las distintas regiones españolas (tabla 1). En ellasolamente en Castilla la Vieja (Sur) aparece un ladri-llo coordinado en las tres dimensiones.

Esselborn (1928) y Schindler (1944) recogen lamisma indicación que Ger y Lóbez hacía casi 50años antes: «se tendrá en cuenta que el doble de laanchura del ladrillo más la junta ha de ser igual a lalongitud del ladrillo». (Esselborn 1928, 1:76)

La fabricación industrial del ladrillo será la queinfluya decisivamente en sus dimensiones. Las pri-meras fábricas se instalan en los años finales de ladécada de 1920 con maquinaria alemana y se em-piezan a fabricar ladrillos con el formato alemán de25 × 12 × 6,5 cm lo que lleva consigo que se pro-duzcan cada vez mas ladrillos con las dimensionesde tabla de 25 × 12 cm y distintos gruesos.

En un intento de regularización dimensional el 13de mayo de 1942 se publica una Orden (B. O. de 15 demayo de 1942) en la que se establece como tamañonormal para ladrillos macizos el de 25 × 12 × 5 cmrecibiendo la denominación de «métrico» (1/4 delmetro).

En Cataluña nunca se aceptó la dimensión de 25 ysiguieron fabricando ladrillos basados en la dimen-sión de 29 cm, consiguiendo la aceptación oficial se-gún resolución de la Secretaría General Técnica delMinisterio de Industria y Comercio de 20 de julio de1942.

Estas dimensiones no convencieron a los profesio-nales de la época y algunos como Javier Lahuerta oGermán Valentín Gamazo analizaron todas las di-mensiones de los ladrillos y su coordinación llegandoa plantear relaciones entre las medidas de la piezaque no serían aplicadas en su totalidad en la fabrica-ción.

Lahuerta (1948) analiza y compara los tamaños de25 y 29 cm, demostrando que los espesores de murosconstruidos con ladrillo de 25 cm, se alejan de frac-ciones del metro al tener en cuenta el espesor de lallaga, así para espesores de 1/2 asta,1 1 asta, 11/2 astas,2 astas y 21/2 astas obtendríamos valores de 12 cm,25 cm, 38 cm, 51 cm y 64 cm. Sin embargo con elladrillo de 29 cm obtendríamos valores de 14 cm,29 cm, 44 cm, 59 cm y 74 cm que para fábricas vis-tas con 1 cm de yeso por el interior dan valores múl-tiplos del decímetro. Basándose en esta medida de 29cm establece distintos gruesos del ladrillo como frac-ciones de la misma coordinadas dimensionalmente(tabla 2).

Gamazo (1948) da un paso más defendiendo unacoordinación modular no solo de los ladrillos sino detodos los elementos que integran el edificio. Respec-to a la fábrica de ladrillo, incorpora el concepto dered modular o nominal (fig. 1) de la siguiente ma-nera:

966 A. Rodríguez Sánchez

Tabla 2 Tipos de ladrillos con el grueso coordinado dimensional-mente con la soga de 29 cm (Lahuerta 1948, 309).

FRACCIÓN DIMENSIÓN DESIGNACIÓN(grueso)2

1/3 asta 9 cm. Tochón

1/4 asta 6,5 cm. Tocho

1/6 asta 4 cm. Mahón

1/8 asta 2,8 cm. Rasillón

1/12 asta 1,5 cm. Rasilla

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La tipificación de la albañilería modulada se realiza in-cluyendo en la dimensión modular o nominal de cadaunidad el tamaño del ladrillo más la mitad de los espeso-res de las juntas por todas sus caras. La diferencia entrela dimensión nominal y la real será del grueso de unajunta para cada una de las tres dimensiones del ladrillo.Siendo distinto el grueso de junta a emplear para cadaclase de ladrillo, las dimensiones actuales serán diferen-tes para cada clase, pero las dimensiones nominalessiempre serán las mismas. (Valentín Gamazo 1948, 452)

Con este criterio debe ser la red modular o nomi-nal la que se ajuste a los submúltiplos del metro, porlo tanto la dimensión de 25 cm debería ser la nomi-nal ó modular y obtener la real descontando el espe-sor de la junta y las demás dimensiones coordinadasdimensionalmente con ella.

Considerando un espesor de junta de 1 cm. obten-dríamos un ladrillo de 24 cm de soga, 11,5 cm de ti-zón y gruesos de 5,25 cm ó 3,2 cm (fig. 2).

El concepto de «aparejo» aplicado a fábricas, sebasa en la coordinación dimensional de la pieza, y se

empieza a aplicar también a finales del siglo XIX.Ger y Lóbez (1898) vuelve a ser uno de los precurso-res en incorporar el término «aparejo» en el sentidorelacionado con la forma de colocar los ladrillos enla fábrica:

La disposición que se da a la colocación de los ladrillos,ó sea su «aparejo», debe sujetarse a la condición de quehaya discontinuidad en las juntas verticales, tanto en elparamento como en el interior del muro. Será mayor sutrabazón y solidez donde mayor sea la interrupción de di-chas juntas; pues que en caso de asientos desiguales, latendencia de los ladrillos a romperse es en la prolonga-ción de sus juntas verticales y esta tendencia encontrarátanto más dificultad cuanto más separadas estén unas deotras dichas juntas. (Ger y Lóbez [1898] 2000, 1:187)

Además hace referencia a la denominación de losdistintos tipos de aparejos:

– Cuando la pared es de media asta, debe cuidarse que enla colocación de los ladrillos las juntas caigan o en me-dio del ladrillo inferior o en su tercio.

– Si la pared es de asta, pueden combinarse de variasmaneras como la sillería … en la primera disposición,que es la seguida en Bélgica, las hiladas están aparejadasuna a tizón y la otra a soga, correspondiéndose vertical-mente las juntas de todas las hiladas a tizón pero no lasde soga que sólo lo verifican una sí y otra no. . . . el apa-rejo, llamado flamenco, tiene todas sus hiladas formadaspor sogas y tizones situando éstos sobre el centro de lassogas inferiores y viceversa.

– El adoptado antiguamente en Inglaterra . . . las hiladasestán dispuestas como en el belga, pero correspondién-dose verticalmente todas las juntas en las sogas y en lostizones: el moderno se forma de dos hiladas seguidas asoga y una a tizón, pero sin corresponderse las juntas deéstas con la inmediata inferior. (Ger y Lóbez [1898]2000, 1:187)

Basegoda entiende por aparejo «La forma y dispo-sición constructiva y decorativa de los ladrillos enuna obra» (Basegoda década de 1920, 154). Es elúnico autor de esta época que recoge soluciones enperspectiva de muros y esquinas para los distintos ti-pos de aparejos, incorporando los ladrillos de facha-da de 1/2 pié de espesor como una hoja doblada quese traba con el resto mediante hiladas de ladrillos atizón, que en muchos casos desvirtúan el aparejo dela fachada. (fig. 3)

Estudios sobre la coordinación dimensional del ladrillo 967

Figura 1

Figura 2

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Esselborn (1928) y Schindler (1944) no definen eltérmino aparejo en sus publicaciones, aunque si de-sarrollan los distintos tipos. El que mas ampliamenteanaliza este tema es Carlos Esselborn, estableciendolas configuraciones de los ladrillos en planta para

distintos espesores de muros con arranques de ladri-llos terciados y módulos de soga y tizón que garanti-zan la traba en todo su espesor (fig. 4).

Para poder colocar los ladrillos con la organiza-ción expresada en la fig. 4, claramente se deduce lanecesidad de que exista coordinación dimensionalentre soga y tizón (2 tizones + 1 junta = 1 soga). Siésta no existiera sería imposible conseguir esa tramaen el alzado sin modificar las dimensiones de los la-drillos.

Para contrastar todas estas consideraciones de losdistintos autores con la realidad se han analizado lasdimensiones de los ladrillos y aparejos de los princi-pales edificios de fábrica vista realizados en Madriddurante los últimos años del siglo XIX y la primeramitad del siglo XX. Los datos obtenidos quedan re-cogidos en la tabla 3, donde se incorpora además unacolumna que refleja la existencia o no de ladrillos asardinel, que tiene incidencia para la coordinacióndel grueso de la pieza.

Desde el punto de vista de la coordinación dimen-sional, en el último cuarto del siglo XIX y primerosaños del siglo XX, se utilizan ladrillos con la sogaigual a dos veces el tizón, predominando el formatode tabla de 27 × 13,5 descrito por Basegoda; pero apartir de 1920 el tizón pierde medio centímetro consi-guiéndose la coordinación entre soga y tizón, que semantendrá de forma generalizada. En la mayor partede los casos la relación entre la soga (s) y el tizón (t)es: S = 2t + j de donde se deduce el valor de la llaga(j) de 1 cm; con este valor se ha analizado la coordi-nación del grueso (g) con las demás dimensiones apli-cando la relación S = 4g + 3j = 6g + 5j = 8g + 7j = …no obteniéndose valores satisfactorios salvo en conta-das ocasiones.

Cuando existen colocaciones a sardinel y no estácoordinado dimensionalmente el grueso, para igualarel valor del tendel al de la llaga se utiliza el recursode utilizar sardineles de canto importante repartiendoentre el número de hiladas necesarias para conseguirvalores de llaga y tendel parecidos (fig. 5).

El único edificio en que existe un ladrillo coordi-nado en las tres dimensiones es la Iglesia Evangélicade San Jorge, donde hemos medido un ladrillo de26,5 × 13 × 4 que está coordinado considerando unajunta de 0,5 cm. Según esto cada tizón es equivalentea 3g + 2j y cada soga a 6g + 5j.

Que el grueso no esté coordinado dimensional-mente no influye en los edificios que no tienen colo-

968 A. Rodríguez Sánchez

Figuras 3 y 4

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Estudios sobre la coordinación dimensional del ladrillo 969

AÑO EDIFICIO/AUTOR LADRILLO

TIPO/JUNTA DIMENSIONES COORD. COORD. APAREJO SARDINEL

SOGA- TOTAL

TIZÓN

1875 ASILO DE HERMANITAS MACIZO 27×13,5×4 NO NO Inglés NO

DE LOS POBRES.

Antonio Ruiz de Salces

1878 PALACETE DEL MARQUÉS PRENSADO / 26,5×12,7×4,8 SI NO Tizones SI

DE NÚÑEZ Emilio Rodríguez A HUESO

Ayuso

1881 MUSEO DE CIENCIAS MACIZO 27×13,5×4,7 NO NO Tizones/ NO

Fernando de la Torriente / Gótico

Emilio Boix

1884 ESCUELAS AGUIRRE PRENSADO / 25×12,2×4,8 SI NO Tizones SI

Emilio Rodríguez Ayuso A HUESO

1886 IGLESIA DE SAN FERMÍN MACIZO 27×13,5×4 NO NO Tizones NO

DE LOS NAVARROS

Carlos Velasco / Eugenio

Jiménez Corera

1889 INSTITUTO VALENCIA PRENSADO / 24,2×12,3×5 NO NO Tizones SI

DE DON JUAN A HUESO

Enrique Fort y Guyenet

1896 INSTITUTO OFTÁLMICO PRENSADO / 28×14×4,7 NO NO Tizones SI

José Urioste y Velada A HUESO

1896 IGLESIA DE LA PALOMA MACIZO 27×13,5×4 NO NO Tizones NO

Lorenzo Álvarez Capra / Dimas

Rodríguez Izquierdo

1900 IGLESIA LA MILAGROSA MACIZO 28×14×4 NO NO Tizones NO

Juan Bautista Lázaro / Narciso

Clavería

1900 FÁBRICA DE CERVEZAS MACIZO 27×13,5×4 NO NO Tizones NO

EL AGUILA

Eugenio Giménez Corera /

Joaquín Sainz de Terreros

1903 ASILO DE SAN DIEGO MACIZO 27×13,5×4 NO NO Tizones NO

Y SAN NICOLÁS

Juan Bautista Lázaro

1904 ICAI (INST. CATÓLICO DE MACIZO 27×13,2×4 SI NO Tizones SI

ARTES E INDUSTRIA)

Enrique Fort y Guyenet

1906 COLEGIO DE LAS DAMAS MACIZO 27×13,5×4 NO NO Tizones SI

NEGRAS

Vicente Lampérez

1910 GRUPO ESCOLAR MACIZO 27×13×4 SI NO Tizones SI

CERVANTES

Antonio Flórez Urdapilleta

Tabla 3Análisis de la coordinación dimensional y aparejos de los principales edificios realizados en Madrid durante el último cuar-to del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

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970 A. Rodríguez Sánchez

1916 VIVIENDAS C/ROMERO MACIZO 26,5×13,5×4,2 NO NO Tizones NO

ROBLEDO 17

1923 GRUPO ESCOLAR MACIZO 28×13,5×4 SI NO Tizones SI

CONCEPCIÓN ARENAL

Antonio Flórez Urdapilleta

1924 DISPENSARIO DE LA CRUZ ROJA MACIZO 27×13×4 SI NO Tizones SI

Manuel Cárdenas y Pastor

1925 IGLESIA DE SAN FRANCISCO MACIZO 25×12×5 SI NO Tizones SI

DE SALES

Joaquín Saldaña

1925 VIVIENDAS C/MIGUEL MACIZO 27×13×4 SI NO Especial SI

ANGEL 18-24

Gustavo Fdez. Balbuena

1926 IGLESIA EVANGÉLICA DE MACIZO 26,5×13×4 SI SI3 Tizones SI

SAN JORGE

Teodoro Anasagasti

1926 CENTRO REGIONAL MACIZO 27×13×4 SI NO Tizones SI

DE PREVENCIÓN Y

RECONOCIMIENTOS

Amós Salvador Carreras

1928 CINE EUROPA MACIZO/ 24×12×4 SI NO Tizones NO

Luis Gutiérrez Soto LLAGA A

HUESO

1928 FACULTAD DE MEDICINA MACIZO- 25×12×5 SI NO Tizones NO

1941 Miguel de los Santos Nicolás PRENSADO / 28×14×5,8

A HUESO

1928 FACULTAD DE FÍSICAS, PRENSADO / 28×14×6,8 SI NO Gótico SI

1941 QUÍMICAS Y EXACTAS A HUESO

Miguel de los Santos Nicolás /

Eduardo Torroja

1929 COLEGIO DEL SAGRADO . MACIZO 25×12×4,5 SI NO Gótico SI

CORAZÓN DE JESÚS

Manuel de Cárdenas y Pastor /

Gonzalo de Cárdenas Rodríguez

1930 CASA DE LAS FLORES MACIZO 25×12×5 SI NO Especial SI

Secundino Zuazo Ugalde 25×12×3

1930 INSTIT. RAMIRO DE MAEZTU MACIZO 24,5×11,5×4,5 SI4 NO Gótico NO

Carlos Arniches Moltó / Sogas

Martín Domínguez Esteban

1931 FACULTAD DE FILOSOFÍA PRENSADO / 28×14×6 SI NO Gótico NO

1941 Y LETRAS A HUESO

Agustín Aguirre López-Carbonel

1933 IMPRENTA MUNICIPAL MACIZO/ 27×13,5×4 SI NO Gótico SI

Francisco Javier Ferrero Llusiá LLAGA A Sogas

HUESO

1935 VIVIENDAS C/MIGUEL MACIZO 25×12×4,5 SI NO Gótico SI

ANGEL 2,4,6

Luis Gutiérrez Soto

1935 VIVIENDAS Pº PINTOR MACIZO 27×13,5×4,5 NO NO Tizones NO

ROSALES 50,52

Ángel Laciana García

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caciones a sardinel; o en los edificios, como la Facul-tad de Ciencias Físicas, Químicas y Exactas, que tie-nen sardineles pero su configuración evita que entes-ten contra hiladas (fig. 6).

Cuando la colocación es a hueso se suelen utilizarladrillos con la soga igual a dos veces el tizón. Estoocurre con ladrillos prensados de 28 × 14 en el Insti-tuto Oftálmico y los edificios de la Ciudad Universi-taria (Medicina, Exactas, Filosofía y Letras) o ladri-llos macizos de 24 × 12 en el Cine Europa ó de27 × 13,5 en la Imprenta Municipal.

Teniendo en cuenta que es imposible colocar losladrillos sin junta aunque sean prensados, estas di-mensiones obligarían a elegir un aparejo que tuvieseel mismo número de llagas en todas las hiladas parano ir acumulando desviaciones por el exceso de jun-tas. Esta cuestión se cumple ya que los aparejos delos distintos edificios son de tizones en el Instituto

Oftálmico, el cine Europa y en Medicina y gótico enExactas, Filosofía y Letras y en la Imprenta Munici-pal que en algunos paños alterna con el de sogas(fig. 7).

Con el ladrillo de 25 × 12 × 5 también se dan colo-caciones con la llaga a hueso que obligan a elegir unaparejo con un mismo número de llagas en hiladasconsecutivas; esto lo podemos comprobar con apare-jo gótico en el Museo de América y con aparejo desogas en la Iglesia del Espíritu Santo.

Respecto a la utilización de los aparejos en los edi-ficios comprobamos que las soluciones reales mu-chas veces no quedan fielmente recogidas en las pu-blicaciones de la época. Para ello analizaremos losdistintos aparejos utilizados en las fachadas de Ma-drid en la primera mitad del siglo XX.

El aparejo a tizones es recomendado por casi todoslos autores para muros de 1 pie de espesor, sin em-

Estudios sobre la coordinación dimensional del ladrillo 971

Años 40 MERCADO DE STO. DOMINGO MACIZO 25×12×5 SI NO Gótico SI

Carlos de Miguel

1940 MINISTERIO DEL AIRE MACIZO 25×12×5 SI NO Gótico NO

Luis Gutiérrez Soto

1941 FACULTAD DE DERECHO PRENSADO 24×11,7×4,7 SI5 NO Gótico NO

Agustín Aguirre López-Carbonell

1942 MUSEO DE AMÉRICA MACIZO/ 25×12×5 SI NO Gótico SI

Luis Moya Blanco / LLAGA A

Luis Martínez Feduchi HUESO

1942 IGLESIA DEL ESPÍRITU SANTO MACIZO/ 25×12×5 SI NO Sogas SI

Miguel Fisac Serna LLAGA

A HUESO

1945 VIVIENDAS VIRGEN DEL PILAR MACIZO 25×12×5 SI NO Gótico NO

Francisco de Asís

Cabrero Torres-Quevedo

1946 IGLESIA DE SAN AGUSTÍN MACIZO 25×12×5 SI NO Gótico SI

Luis Moya Blanco

1948 MINISTERIO DE SANIDAD PRENSADO / 31×8×3 NO NO Sogas NO

Francisco de Asís Cabrero LLAGA A especial

Torres-Quevedo / Rafael Aburto HUESO

1949 CENTRO DE INVESTIGACIONES MACIZO 27×13×3,5 SI NO Tizones SI

BIOLÓGICAS Sogas NO

Miguel Fisac Serna

1949 VIVIENDAS C/ BRETÓN MACIZO 25×12×5 SI NO Gótico SI

DE LOS HERREROS 55,57

Luis Gutiérrez Soto

1953 VIVIENDAS C/ JUAN MACIZO 25×12×5 SI NO Gótico SI

BRAVO 7 y 9

Luis Gutiérrez Soto

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bargo ha sido utilizado con gran profusión y mayoresespesores en la arquitectura desarrollada no solo enMadrid si no en el resto de España durante el últimocuarto del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX,lo que llevó a la denominación como aparejo «a laespañola» o «español».

La disposición de todos los ladrillos a tizón confi-gura, en este aparejo, la retícula mas densa de todaslas posibles, y ha permitido la realización de poste-rior de motivos decorativos basados en el vuelo delos ladrillos de fachada (fig. 8), posteriores su mayordesarrollo durante el último cuarto del siglo XIX ylos primeros años del siglo XX, simplificándose pro-gresivamente en los años posteriores.

La organización de los ladrillos en planta es idó-nea cuando el espesor es de 1 pie, ya que todos losladrillos se colocan enteros, pero los muros en estaépoca tienen espesores mayores. En estos aparecenmedios ladrillos repartiéndose en una o las dos fa-chadas, dependiendo de la solución elegida.

En la fig. 9 vemos dos alternativas de aparejo parados pies de espesor, en la primera todos los mediosse sitúan en el paramento de fachada y en el de tras-dós dentro de la misma hilada sin que exista coinci-dencia de juntas; en la segunda alternan ladrillos en-teros y medios en todas las hiladas configurando lafachada y el trasdós con coincidencias de juntas de ⁄de pie generalizadas a lo largo del muro. Estas con-figuraciones favorecían la ejecución simultánea delmuro por dos albañiles colocados uno en cada cara;el de fachada colocaba los ladrillos «prensados» ode calidad que constituían el paramento visto, en eltrasdós el otro operario colocaba los ladrillos «co-munes» o «toscos» enteros y medios que configura-ban el paramento y rellenaba con ladrillos enteros atizón los huecos que quedaban en el interior delmuro.

Como los ladrillos «prensados» se colocaban conjuntas de 3–4 mm de espesor y los «comunes» conjuntas de 8–12 mm de espesor, se hacía necesario

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Figuras 5, 6 y 7

Figuras 8

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utilizar ladrillos de diferente grueso (los prensadoscon 5–8 mm más de grueso que los comunes) parahacer coincidir las hiladas en el sentido del espesordel muro (fig. 10).

La aparición de gran cantidad de medios ladrillosen el paramento del muro favoreció su utilizacióncomo muro doblado en el que los ladrillos enteros atizón traban las hojas cada 5 o 6 hiladas como

muestra la organización en planta del aparejo de 1,5pies de la figura 9 y la sección de la figura 10. Estose ha podido comprobar en la mayor parte de losedificios construidos con este aparejo entre 1926 y1936.

Del aparejo gótico o flamenco encontramos lasprimeras utilizaciones en 1928, aumentando progre-sivamente su utilización con el transcurso de losaños, al contrario que el aparejo a tizones que verácomo se va reduciendo su utilización hasta 1936.

El aparejo gótico, por su propia configuración, ge-nera coincidencia de juntas de 1/4 de pie y solapos de1/2 pie en planos separados 1/2 pie de los paramentosde fachada y trasdós para espesores enteros en pies(1 pie, 2 pies, etc.) y solamente en el paramento defachada para espesores no enteros (11/2 pies, 21/2 pies,etc.). (fig. 11)

Este hecho favorece la organización constructivadoblada, que se produce en todos los edificios refe-renciados menos en las viviendas de la Colonia Vir-gen del Pilar.

El aparejo inglés permite la construcción de fábricasde cualquier espesor sin coincidencia de juntas. Su uti-lización es muy reducida tanto en el siglo XIX como

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Figura 9

Figura 10

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en la primera mitad del siglo XX. En estos años sola-mente hemos encontrado referencia de su aplicación enel Asilo de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres(1875) y en el Instituto Geográfico Nacional (1930).

Uno de los aparejos que se utiliza por primera vezdurante la primera mitad del siglo XX es el aparejo asogas. El alzado de este aparejo, con todos los ladri-llos colocados a soga, genera siempre una hoja exte-rior de 1/2 pie de espesor que obliga a soluciones do-bladas, incorporando anclajes embebidos en la juntade mortero, o ladrillos interiores a tizón que nuncapueden aparecer en el paramento para no desvirtuarel aparejo.

A partir de 1925 existen dos arquitectos que apar-tándose de las soluciones clásicas crean «aparejos es-peciales» o «únicos» para sus obras, son GustavoFernández Balbuena y Secundino Zuazo.

Fernández Balbuena, en la Vaquería y Viviendasde la calle Francos Rodríguez diseña un aparejo es-pecial con hiladas alternas de 2 sogas-tizón, colocan-do los tizones a eje con la llaga entre sogas de la hi-lada anterior que genera una coincidencia de juntalongitudinal de 3/4 pie alternando con solapos de1/2 pie para espesores de 1 pie y 11/2 pies (fig. 12). Enel mismo edificio introduce otro aparejo especial abase de bandas solapadas de tres hiladas consecuti-vas formadas por soga-2 tizones-soga separadas porladrillos a sardinel de tizón desplazadas 1/2 pie sobrelas anteriores; esto lo repite de manera parecida conbandas de cinco hiladas con sogas superpuestas sepa-radas por ladrillos a sardinel de soga desplazadas 1/2

pie sobre la anterior, en el edificio de viviendas de lacalle Miguel Ángel 18–24 (fig. 13). En estas dos so-luciones es difícil establecer el aparejo en planta yaque no son hiladas sino bandas de varias hiladas,pero sí podemos decir que la primera necesita un es-pesor de 1 pie y tiene coincidencias de 3/8 entre ban-das y la segunda es para un espesor de 1/2 pie sin tra-ba en la propia banda con solapo de 3/8 entre bandas.

Secundino Zuazo en la Casa de las Flores aprove-cha todas las posibilidades que ofrece una piezacomo el ladrillo y, desde el punto de vista de losaparejos, crea aparejos especiales con leyes de for-mación muy interesantes; en el que configura la ma-yor parte de la fachada alternan tres hiladas distintascon el siguiente orden: soga-tizón; dos sogas-dos ti-zones; soga-tizón; dos tizones-dos sogas, que gene-ran cruces de cuatro tizones ordenadas al tresbolillocon coincidencias de juntas de 3/4 de soga alternandocon solapos de 1/2 y 1 soga sucesivamente. (fig. 14)

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Figura 11

Figura 12

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Además utiliza aparejos clásicos con solapos dis-tintos a los establecidos como el gótico con las so-gas superpuestas solapando 3/4 de pie en vez de co-locarlas en el eje del tizón de la hilada anterior, loque genera un efecto de cadeneta ó cremallera verti-cal en la fábrica además de una coincidencia de jun-ta longitudinal de 3/4 de pie alternando con solaposde la misma longitud para espesores de 1 pie y 11/2

pies.Todos estos aparejos, con la gran cantidad de coin-

cidencias de juntas que se producen a una distanciade 1/2 pie del paramento de fachada, generan facha-das dobladas en las que la hoja exterior, de 1/2 pie de

espesor, constituye el revestimiento de la hoja inte-rior portante, consiguiendo la traba entre ambas me-diante los ladrillos a tizón propios del aparejo cada6–8 hiladas, quedando cortados por la mitad en lashiladas intermedias. Estas configuraciones dobladaspermiten una hoja interior con una construcción másirregular, pero los ladrillos de la hoja vista tienen losmismos requisitos dimensionales que los de una fá-brica doblada.

Si analizamos los distintos aparejos desde el pun-to de vista de la configuración de los ladrillos en elalzado, en todos ellos, exceptuando el inglés que

solo ha sido utilizado en un edificio y los de bandasque podríamos no considerarlos como aparejos, po-demos comprobar que existe el mismo número dellagas en hiladas consecutivas, lo que equivale a de-cir que existen el mismo número de ladrillos a sogay tizón en hiladas consecutivas, por tanto podríanhaberse construido aunque los ladrillos no tuviesencoordinación dimensional entre la soga y el tizón(2 tizones +1 junta =1 soga).

De acuerdo con esto podemos afirmar que si bienla aparición de los distintos aparejos se basa en la co-ordinación dimensional de la pieza, en la arquitecturamadrileña de ladrillos del primer cuarto del siglo XXprácticamente todos los aparejos que se utilizaron nola hubiesen necesitado.

NOTAS

1. Javier Lahuerta utiliza el término asta tanto para ladri-llos de 24cm. como de 29 cm. en vez del termino pie.

2. Estas dimensiones del grueso están coordinadas con lasde soga y tizón teniendo en cuenta el espesor de la junta.

3. Considerando llagas y tendeles de 0,5 cm.4. Considerando llagas de 1,5 cm.5. Considerando llagas de 0,6 cm.

LISTA DE REFERENCIAS

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Basegoda Piniés, Sixto. Década de 1920. Tratado prácticode construcción moderna. Barcelona: Feliu y Susanna,editores.

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Figura 13

Figura 14

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