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Neo-Colonialismo, resistencia, crisis y transformación del estado José G. Vargas-Hernández. 1 Este artículo hace parte del proyecto de investigación “Relationships of co- operation and conflict between firms, communities, new social movements and the role of government”, financiado por el IURD de la University of California- Berkeley. Introducción Las ciencias sociales se aliaron con el pensamiento del poder colonial para justificar y fortalecer su proyecto expansivo para la apropiación y explotación de recursos naturales y materias primas de las nacientes e indefensas colonias. Las ciencias sociales se corrompieron y prostituyeron hasta convertirse en instrumentos de dominación del sistema colonialista de producción, distribución y consumo de un capitalismo voraz y siempre insatisfecho de lucrar con la dignidad humana despojándola a los sujetos humanos para convertirlos en meros objetos de intercambio. La noción de sistema Westfaliano es una forma de señalar al establecimiento de un sistema de Estados con soberanía territorial a través de tratados que concluyeron la Guerra de los Treinta años en 1648. La Paz Westfaliana señala la fecha de inicio del sistema moderno de los Estados, los estudios históricos han señalado que nunca existió tal punto de inicio del sistema modernos de los Estados y que más bien los tratados de Münster y Osnabrück dejaron algunos principios que han sido más tarde como regulativos y hasta cierto grado constituyen las normas del sistema europeo de los Estados (Aalberts, 2006). 2 Muchas de las normas asociadas con el sistema Westfaliano tales como la noción de soberanía nacional exclusiva y estricta se estableció sobre las bases del principio de nacionalismo que es más característico del sistema de Estados formado en los siglos XVII al XIX. La sociología histórica ha desmitificado el sistema Westfaliano que cuando finalizaba en Europa se iniciaba en otras partes del mundo como una consecuencia de los procesos de descolonización apuntando a que la historia global debe ser escrita como una historia de eventos asincrónicos. En el mundo actual es necesario realizar un análisis normativo del poder productivo que reproduce los discursos colonial y postcolonial. La crítica postcolonial de los análisis del poder de Foucault puede informar n términos de la trayectoria temporal de regímenes de poder y sus implicaciones en la producción de subjetividad, incluyendo las posiciones subjetivas que resisten. La reinscripción de lo imperial, lo colonial y lo racial viene de sugerir una relación mutuamente constitutiva entre lo social y lo internacional, lo social y lo imperial, pero una llamada por el entendimiento diferenciado de ambos, el poder y la resistencia, de tal forma que las elecciones hechas en la resistencia al poder son apreciados en todas sus complejidades. 1 Profesor Investigador miembro del Sistema Nacional de Investigadores - Departamento de Mercadotecnia y Negocios Internacionales - Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas U de G. 2

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Neo-Colonialismo, resistencia, crisis y transformación del estado

José G. Vargas-Hernández.1

Este artículo hace parte del proyecto de investigación “Relationships of co-operation and conflict between firms, communities, new social movements and

the role of government”, financiado por el IURD de la University of California-Berkeley.

Introducción

Las ciencias sociales se aliaron con el pensamiento del poder colonial para justificar y fortalecer su proyecto expansivo para la apropiación y explotación de recursos naturales y materias primas de las nacientes e indefensas colonias. Las ciencias sociales se corrompieron y prostituyeron hasta convertirse en instrumentos de dominación del sistema colonialista de producción, distribución y consumo de un capitalismo voraz y siempre insatisfecho de lucrar con la dignidad humana despojándola a los sujetos humanos para convertirlos en meros objetos de intercambio.

La noción de sistema Westfaliano es una forma de señalar al establecimiento de un sistema de Estados con soberanía territorial a través de tratados que concluyeron la Guerra de los Treinta años en 1648. La Paz Westfaliana señala la fecha de inicio del sistema moderno de los Estados, los estudios históricos han señalado que nunca existió tal punto de inicio del sistema modernos de los Estados y que más bien los tratados de Münster y Osnabrück dejaron algunos principios que han sido más tarde como regulativos y hasta cierto grado constituyen las normas del sistema europeo de los Estados (Aalberts, 2006).2

Muchas de las normas asociadas con el sistema Westfaliano tales como la noción de soberanía nacional exclusiva y estricta se estableció sobre las bases del principio de nacionalismo que es más característico del sistema de Estados formado en los siglos XVII al XIX. La sociología histórica ha desmitificado el sistema Westfaliano que cuando finalizaba en Europa se iniciaba en otras partes del mundo como una consecuencia de los procesos de descolonización apuntando a que la historia global debe ser escrita como una historia de eventos asincrónicos.

En el mundo actual es necesario realizar un análisis normativo del poder productivo que reproduce los discursos colonial y postcolonial. La crítica postcolonial de los análisis del poder de Foucault puede informar n términos de la trayectoria temporal de regímenes de poder y sus implicaciones en la producción de subjetividad, incluyendo las posiciones subjetivas que resisten. La reinscripción de lo imperial, lo colonial y lo racial viene de sugerir una relación mutuamente constitutiva entre lo social y lo internacional, lo social y lo imperial, pero una llamada por el entendimiento diferenciado de ambos, el poder y la resistencia, de tal forma que las elecciones hechas en la resistencia al poder son apreciados en todas sus complejidades.

1 Profesor Investigador miembro del Sistema Nacional de Investigadores - Departamento de Mercadotecnia y Negocios Internacionales - Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas U de G.2

Es precisamente la ausencia de imperialismo, sus prácticas, y los modos de resistencia de los opositores, en el análisis sobre el poder de Foucault, que dio lugar a la crítica postcolonial de su trabajo, a pesar de que dicha crítica simpatiza en lo general. Los trabajos de Foucault que soportan la crítica postcolonial son de significación en la sociología política internacional que busca un entendimiento de las operaciones actuales del poder y sus consecuencias globales. La sociología política describe la complejidad y la fragilidad de la inserción de la sociedad civil en la esfera pública y endereza las criticas hacia el modelo de desarrollo neoliberal impuesto por el Estado.

Cualquier reflexión metodológica sobre la sociología política internacional sugiere el elemento espacial y sus articulaciones con el tiempo. La articulación espacial de lo internacional como un poderoso constitutivo de la modernidad que centra los conceptos políticos de soberanía y poder, pero los vuelve sin significado sin un entendimiento y apreciación de sus connotaciones espaciales. Foucault (2003) pretende cambiar el análisis del poder fuera de la soberanía y hacia la minuta de los trabajos del poder en los intersticios de la vida social. Sin embargo, en su concepción del cambio histórico del poder de la soberanía al biopoder, del derecho de matar para el gobierno a la vida de las poblaciones y su productividad, Foucault enfrenta dificultades relacionadas de su análisis de la guerra, que falla en resolver.

El derecho para matar en el contexto del biopoder es un derecho que es permitido por el racismo para matar a otras especies como una forma de sobrevivencia. Este discurso permitió y justificó las relaciones de la colonización y el genocidio con respuestas conectadas a la locura, la criminalidad y las enfermedades mentales, y en donde reaparece lo espacial y lo internacional. El enemigo ya no es concebido en términos biológicos sino que adquiere una subjetividad política. Cuando Foucault reconoce las continuidades de la soberanía, disciplina, biopoder, entendido en sus connotaciones espaciales es la soberanía que se transforma, no en términos de su disminución sino de su articulación espacial (Walker, 2006, Jabri 2007)

Las concepciones modernas de la política, la organización política y las representaciones políticas son constitutivamente espaciales y por tanto territoriales. Dos factores importantes se agregaron a este proceso. Por un lado, la descolonización de los países del tercer mundo que dio como resultado países nuevos e independientes pero empobrecidos y si viable infraestructura económica, política y social.

Platón (2000:745) en el siglo V antes de Cristo alertó a los legisladores atenienses de que el Estado debe ser salvado de la más grande de todas las plagas que consiste en que no debe existir entre todos sus ciudadanos ni la pobreza extrema ni la riqueza excesiva. A pesar de la alerta de Platón, la creciente desigualdad se ha convertido en el signo de los tiempos y no sorprende que este asunto sea tratado por un gran número de investigadores.

Del juego de la soberanía negativa que emergió de los procesos de descolonización, sobreviven los cuasi Estados que se preservan a pesar de la falta de capacidades y la carencia de elementos esenciales de estatidad y de la falta de habilidad para proveer cualquier tipo de bien común para sus ciudadanos.

Por otro lado, la Guerra Fría que llevó a los Estados Unidos y ala Unión Soviética a cortejar a los países descolonizados para atraerlos a sus áreas de influencia. En la cúspide de la Guerra Fría, las intervenciones de Estados Unidos en los Estados latinoamericanos pudieron haber sido brutales para liquidar a la izquierda con el apoyo de las élites de la derecha y los regímenes militares para mantener la estabilidad y el orden, sin embargo, Kennedy optó por adoptar un acercamiento liberal blando para promover la justicia social y la democratización.

El colonialismo y el dinasticismo como instituciones de los pasados sistemas internacionales casi se borran, al grado que en todas las intenciones y propósitos ya no legitiman las dimensiones de las

prácticas de la formulación de políticas. El concepto de Estado-nación ha sido siempre problemático en el desarrollo postcolonial.

La crítica postcolonial de Foucault (2003) adquiere fuerza precisamente en relación a la cuestión de las connotaciones internacionales del biopoder y la relación entre las prácticas de gobernabilidad dentro del dominio imperial. La crítica postcolonial se enfoca en la ausencia del imperialismo y las implicaciones del análisis del poder de Foucault. La crítica postcolonial del análisis de Foucault sobre el poder viene con la concepción de los efectos del poder globalmente y conceptualiza los modos de resistencia de ese poder, pero puede ser subjetivado para mayor escrutinio y reflexión a la luz de la aventura periférica en la esfera de lo internacional.

La reinscripción postcolonial en el recuento de Foucault de los regímenes de poder, incluyendo la emergencia del biopoder pone sus implicaciones en la esfera de lo internacional y sus transformaciones. Sin embargo, para relocalizar los regímenes de poder que constituyen los análisis de Foucault globalmente es elevar las preguntas relacionadas con la resistencia el segundo elemento relacionado con la crítica postcolonial de Foucault. Mientras que la crítica postcolonial de Foucault es vindicada en sus intentos por reinscribir lo imperial en su análisis del poder. Esta reinscripción de lo postcolonial en lo imperial, lo colonial y lo racial enfatiza las relaciones mutuamente constitutivas entre lo social y lo internacional subrayando la necesidad de un entendimiento diferenciado entre el poder y la resistencia.

Como una consecuencia de que los territorios de las colonias fueron establecidos por los poderes coloniales. En el mundo postcolonial, las naciones son debilitadas por los poderes coloniales permitiéndoles a los Estados comandar su autoridad pero con frecuencia sin la aceptación popular de la población ciudadana política. La construcción del Estado-nación adquiere significancia en estas sociedades como la forma de encontrar el camino hacia las tierras prometidas.

El poder productivo debe entenderse en función del conocimiento y de las comunidades epistémicas. Hay ejemplos de innovación para demostrar que los países menos desarrollados están en desventaja epsitémica y discursiva en las negociaciones técnico-legales en las organizaciones internacionales. Las organizaciones internacionales que se enfocan en el desarrollo con frecuencia facilitan la transparencia y las prácticas efectivas del gobierno entre los miembros. El poder compulsivo se muestra en las medidas típicas de los Estados Unidos que pierden mucho de lo que es importante y que por tanto predispone los debates sobre el imperialismo y el neoimperialismo estadounidense.

El término imperio es usado tanto por los neoconservadores y con la alarma de los críticos. Los neoconservadores confrontan lo que consideran la perversidad étnica de las perspectivas post modernista y post colonialista que con sus formas extremas de relativismo cultural rechazan la objetividad del universalismo que consideran, está debilitando la autoridad política y militar de los Estados Unidos.

El colonialismo y el Estado postcolonial son ampliamente contextualizados en las intervenciones de la modernidad por sobre la tradición, en forma intensa y continuamente en las representaciones postcolonialistas. Mientras que el Estado postcolonial consideró la cultura como una tradición, los movimientos de la era colonial evocaron la solidaridad por la historia y la herencia cultural

La modernidad y sus últimas manifestaciones son experimentadas diferentemente cuando son miradas desde el ángulo de la colonización, post y presente El pasado colonial testimonia las intrincadas conexiones entre el gobierno del espacio social internamente y los métodos de la dominación imperial en las colonias, la reinscripción moderna tardía del poder imperial y el ordenamiento racial del mundo son articulados en la colonización del Siglo XXI y sus desplantes a través del poder militar, el confinamiento, la administración, la adquisición a través de la desposesión, y el entrenamiento de las poblaciones locales en sociedades que son capaces de autorregulación, autodisciplina y autogobierno, muchas de las veces referidas como construcción del Estado o construcción de la nación.

Las intervenciones de la modernidad tardía en sociedades de otros viene finalmente a servir a la lógica adquisición de las estructuras de dominación, ya sea que se expresen regional o globalmente La raza es en gran parte de esta lógica como lo ha sido en el período colonial pasado (Jabri, 2007).

El Estado postcolonial careció de recursos, legitimidad e imaginación para jugar un papel efectivo en la formulación de políticas culturales. Las políticas y el consenso de las élites sobre el desarrollo económico enfatizaron el desarrollo agrícola e industrial asociado a las políticas de industrialización por sustitución de importaciones, políticas de industrialización y políticas culturales que desempeñaron un papel pobre en los esfuerzos de las políticas de modernización.

La mayor parte de los países latinoamericanos adoptaron las políticas de desarrollo del modelo industrialización por sustitución de importaciones (ISI) que se implementó de los años 1970 a 1970 que contribuyeron a controlar la inflación. En un esfuerzo por proteger la industria doméstica no competitiva, los gobiernos impusieron altas tarifas a los productos terminados del extranjero, forzando a los consumidores domésticos a comprar productos a precios altos y a gastar para mantener las metas de sobre vivencia de los políticos estimulando altas de inflación en los ochentas y noventas en los países latinoamericanos

Los efectos de la inflación son con más frecuencia sentidos fuertemente por la más larga porción del electorado con ingresos bajos y fijos, aumentando la pobreza y la presión política. Las diferencias en los efectos de la inflación también agravan la distribución del ingreso, particularmente entre los trabajadores sindicalizados cuyos contratos pueden contener ajustes de costos de vida y el trabajador pobre en los sectores informales de la economía cuyos salarios no se ajustan. La inflación tiene crudos efectos en el incremento de la pobreza y las disparidades que alimentan la inestabilidad política y ahuyenta a los inversionistas extranjeros. Los países tienen que reconocer todavía los efectos de sus políticas en la inflación, pero la privatización, las reformas fiscales y la liberalicen financiera y de capitales nacionales puede no ser críticos para reducir las presiones de los precios. . Sachs and Warner (1995) sostienen que las reformas económicas son importantes en los países en desarrollo donde los procesos de convergencia se unen a la importación de capitales y tecnología moderna proveniente de los países más ricos y cosechando las ventajas del atraso. Las políticas económicas para los países en desarrollo es más abierta que lo que los analistas predicen.

La reforma económica ha progresado al menos en exactamente los lugares donde las libertades civiles y la rotación del gobierno es la menor. Hellman, Jones and Kaufman (2000) señalan que el más grande problema de las reformas económicas es la perpetuación de la conducta de búsqueda de rentas por las firmas captoras quienes compran bienes públicos de baja provisión y ventajas generadoras de rentas directamente del gobierno. Estas empresas, son capaces de dar forma al medio ambiente legal y de negocios a favor de sus propias ventajas a un costo social significante. Desde estas perspectivas, son estas firmas y no el público en general quienes representan el más peligro a las reformas.

El Estado postnacional se marcó fuera de los procesos de modernización como el tono correcto para establecer las aspiraciones culturales del mundo en desarrollo guiado por el paternalismo del Estado. El Estado postcolonial heredó la legitimidad adherida a estar en el frente de los procesos de modernización en el mundo en desarrollo, pero sus recursos primarios fueron dirigidos hacia la agricultura y la industrialización.

En esta era postcolonial, el desarrollo de las expresiones y políticas culturales fueron moldeadas por los procesos de modernización en las que el Estado asumió un rol paternalista en una combinación de dominio sobre la sociedad y su falta de recursos para promover las expresiones culturales resultó en un retroceso cultural.

En el inmediato mundo postcolonial, la voz cultural busca encontrar la resolución institucional en el Estado – nación, mientras que en el mundo globalizado esta voz emerge de entre la interactividad de las redes que sobrepasa al Estado, aunque no necesariamente lo sustituye o lo margina. Aunque las

interacciones de la red sean débiles en los países en desarrollo, permite al Estado dar forma a los significados culturales y a las reglas para su producción.

No obstante, aunque las redes son extra – territoriales muchas interacciones institucionalizadas continúan siendo dominadas por el Estado. Los países en desarrollo tienen ahora más opciones de políticas económicas que pueden reducir las tensiones políticas, bajar los costos del capital que requieren para financiar su desarrollo e incrementar su disponibilidad para las inversiones y el crecimiento.

A diferencia de los antiguos imperios europeos, se ha aceptado la idea de que Estados Unidos es un imperio, definido no en términos de adquisición formal del territorio sino en términos de control económico y político. El legado imperial de Estados Unidos que históricamente inicia en los primeros años de su formación, se consolida globalmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando emergió con mucho poder y auto confidente. Así en la era de la pos Guerra Mundial II los países que están más integrados al mercado mundial generalmente toman las más grandes recompensas económicas vía el crecimiento económico y desarrollo medido en el producto interno bruto y el ingreso per cápita.

Emergencia del neo-colonialismo en la forma del Estado imperial

Para servir a las elites capitalistas transnacionales, las elites capitalistas locales requieren de Estados recolonizados fuertes para salvaguardar los objetivos imperialistas y con capacidad para imponer y garantizar la ejecución de las reformas estructurales y de estabilización económica, a pesar de las movilizaciones populares oponentes.

Los Estados imperiales apoyan directamente a las instituciones financieras internacionales porque les sirven como instrumentos de penetración y control en los Estados neocoloniales, los que a su vez se alinean conforme a los lineamientos requeridos para convertirse en los garantes de la defensa de los intereses de los capitales transnacionales. Las instituciones financieras internacionales son parte de las extensiones de las redes formadas por los Estados imperialistas para mantener la supremacía política y económica sobre los Estados neocoloniales, los cuales se subordinan a sus dictados, siguen el modelo de corte neoliberal y se convierten en los actores más dinámicos a favor del proyecto hegemónico.

Desde principios de los noventas, los países latinoamericanos se han agrupado y fortalecido los bloques comerciales en procesos de integración regional. En los últimos 15 años casi todos los países latinoamericanos han adoptado reformas económicas con la esperanza de atraer al capital externo, pero se están desarrollando presiones contra estas reformas, dividiéndose entre los proponentes y los oponentes a las políticas orientadas al mercado.

Su membresía en las asociaciones comerciales apoya con más credibilidad los compromisos a las agencias crediticias acerca de la aplicación y del mantenimiento de las políticas neoliberales debido a que resulta más costoso renegar a los compromisos adquiridos con dichas agencias. En forma diferente a las reformas financieras domésticas y a las liberalizaciones de capitales que son relativamente fáciles de para iniciar y revertir, las reformas fiscales y la privatización son más difíciles de implementar.

Las privatizaciones sugieren un compromiso a lo privado sobre el sector público. La venta de empresas propiedad del Estado al sector privado provee de recursos frescos y permite la remoción de activos que generan pérdidas, haciendo más atractivos la evaluación de los bonos emitidos por el gobierno. Con las privatizaciones los dos factores más importantes determinantes de las valuaciones de los bonos son macroeconómicos y los políticos, se resulten y contribuyen a incrementar la credibilidad del compromiso para el re pago de las deudas. .

En contraste a otras reformas económicas que se inician unilateralmente, la reforma comercial implica relaciones entre países que apoyan la credibilidad de los compromisos entre las partes. La reforma comercial es más fácil es relativamente menos difícil para iniciarse y retadora para limitarse teniendo mayor significancia para los créditos a diferencia de las reformas para la privatización y la

fiscal que generan una mayor hostilidad social, los cambios en la economía mundial han hecho que Latinoamérica reconozca el valor del comercio y el desarrollo Una preocupación de los inversionistas extranjeros es si el país puede implementar las reformas económicas que propone porque no todas son lo mismo, unas tienen más resistencias que otras para implementarse, y reciben más oposición.

El entendimiento de Foucault (2003) de lo que es la resistencia localizada sugiere la naturaleza intersubjetiva de las matrices de poder d tal forma que el otros está siempre en un sentido presente como un sujeto capaz de resistir que en términos de Spivak (1999: 279) representa un utopianismo peligroso que carece de una teoría de la ideología. Foucault (2003) es correcto en mostrar como el discurso no es solamente lo que se traduce en lucha o sistema de dominación, sino aquello por lo que las luchas se conducen El éxito relativo de los intentos de los contra discursos es mostrar las falsas representaciones del poder discursivo. La violencia hecha a inferiores reprimidos psicológicamente y políticamente en el nombre de una cultura avanzada para después empezar la dificultad del proyecto para formular el discurso de la liberación (Said, 1986: 153).

La interdependencia entre los socios comerciales que permanece con frecuencia se extiende hasta los acuerdos iniciales. Las asociaciones comerciales regionales pueden facilitar la resolución de conflictos entre los miembros y reducir los costos de la ejecución de las leyes y contratos y alentar su creación. Los contratos que fácilmente son exigibles y los canales de resolución de conflictos alientan la estabilidad de las inversiones

La nueva estructura neocolonial del Estado se organiza para la transferencia de valores y recursos a las metrópolis donde se ubican las grandes corporaciones transnacionales, las cuales buscan lograr mayores eficiencias en sus economías de escala y de alcance mediante un nuevo sistema de organización laboral que ha entrado en una etapa de especialización colonial como base de la creación de ventajas competitivas. Latham (1997) critica el papel de las prácticas y los valores liberales en la construcción del orden global, conectando la ideología capitalista, la economía liberal y el militarismo como componentes inseparables del poder de Estados Unidos.

A diferencia del trabajo, el capital transnacional no se encuentra regulado, pero actúa sobre aquél mediante arreglos institucionales que lo sujetan al control directo de los Estados nacionales. Sin embargo, como una visión normativa del nuevo orden global, el enfoque de las redes de gobierno transnacionales de Slaughter (2005) deja sin contestar cuestionamientos inevitables acerca de los términos en los cuales los países menos desarrollados, especialmente las naciones no occidentales se unirán a estas redes.

El enfoque de redes de gobierno transnacionales surge con un cuestionamiento sobre que tan lejos llegará el crecimiento de las redes en un futuro próximo y si abrazar los procesos de globalización como necesarios para el desarrollo y florecimiento de las redes políticas , considerando que los alcances de su potencial para los gobiernos deben ser menores que lo global. Y cómo estas redes eventualmente transformarán las políticas globales como actores de la política internacional.

Walts (1979) ha argumentado para establecer una teoría unificante de la política internacional, que casi por definición asume un cierto grado de consistencia en la motivación y el comportamiento entre las regiones y sus relativos niveles de desarrollo, aunque no deja mucho espacio para las diferencias conductuales fundamentales a través de la homogeneidad de un sistema internacional.

Una conceptualización alternativa del sistema internacional del Siglo XXI es el marco de referencia de los “dos mundos”, discutido por Goldgeier and McFaul (1992:469) que rechaza el supuesto común de uniformidad argumentando que los Estados modernos están divididos en dos sistemas interactuantes separados que operan bajo diferentes conjuntos de normas y reglas. Entre el centro de los Estados poderosos la interdependencia económica, la democracia política, y las armas nucleares debilitan los sistemas de seguridad En la periferia que se entrecruza con el Sur del globo, las opresiones por la expansión están presentes todavía, que resultan de sus metas de creación de riqueza, población y

protección así como de la inestabilidad interna. Para estos académicos, las reglas del realismo estructural no aplica a los Estados del centro que operan de acuerdo a líneas de acción más liberales.

Esto da origen a un Estado neo-colonial que es activo, regulador e intervencionista al igual que el Estado de Bienestar o el Estado populista, pero sus actividades, reglas e intervenciones se orientan a servir los intereses del capital extranjero y de la clase capitalista transnacional (Petras, 2001).

El Estado sigue siendo un actor de la globalidad y de la economía política mundial importante, cuyas funciones son relevantes para la promoción y el control de la estructura hegemónica del sistema capitalista imperial. Los Estados son miembros del sistema internacional, en donde a diferencia de las sociedades nacionales, el poder político, social y moralmente, está en la soberanía de los Estados y no en sus sociedades.

El sistema internacional difiere del sistema doméstico y del contexto local porque el sistema internacional carece de una autoridad central que formule y aplique las leyes. La falta de una autoridad central en la sociedad global significa que el orden y la justicia tienen una forma muy diferente en la comunidad global. El orden internacional necesita no ser designado en la analogía del Estado nación. El poder puede jugar un papel constructivo en el mantenimiento del orden internacional una precondición de la justicia que hace a expensas del principio de igualdad que se sustenta en la Ley de las Gentes,

El sistema internacional anárquico requiere algunas instituciones alternativas para mantener el orden en la ausencia de un gobierno capaz de desempeñar estas funciones. El carácter de la autoridad política y su trayectoria futura se están reconstituyendo al nivel global, como una lucha importante para dar coherencia a un sistema complicado de jerarquías múltiples y entrelazadas, la cual es sustanciada por Grande and Pauly (2005) en una soberanía compleja, como un constructo de la autoridad política global.

La soberanía compleja se enfoca en el espacio global y transnacional más que en el espacio territorial, Se separa el lugar del espacio. Si el Estado es débil o tiene fallas, no se espera encontrar evidencias de la autoridad transnacional sino simplemente un poder externo que impone las políticas de regímenes transnacionales. Las consecuencias de enfrentar realistamente los problemas que confronta la humanidad y pragmáticamente reconstruir la autoridad política transnacional, es todavía un reto.

La soberanía compleja emerge en un mundo que no se corresponde con teorías legales que fueron desarrolladas en un tiempo pasado de imágenes de territorialidad (Grande and Pauly, 2005). La agencia política de las teorías de las relaciones internacionales y las posibles implicaciones de esa agencia en la objetividad de las teorías de las relaciones internacionales. Las nuevas formas de autoridad modifican la soberanía y profundizan su complejidad dando lugar a nuevas formas de estatidad que pueden ser denominados como Estado en cooperación transnacional, Estado – red, etc. Las ganancias de la cooperación internacional típicamente se elevan cuando se involucran más países.

Hay casos en que las teorías han influido en el ánimo de las élites políticas y el público y se convierten en convenciones aceptadas que afectan el entendimiento general del medio ambiente internacional y los intereses nacionales, entonces se convierten en verdaderos formadores de la conducta política, En tales casos se encuentran las teorías realistas del balance del poder en lo más álgido de la Guerra Fría y las teorías de la paz democrática que siguieron al final de la Guerra Fría.

En el sistema internacional se involucran varias entidades en interacciones estratégicas que afectan sus conductas. Para los neorrealistas, las instituciones son reflexiones del poder del Estado y de la relativa distribución de sus capacidades, lo que las hace ligadas a los intereses del Estado en primer lugar y por virtud de ello a la estructura de la anarquía de los sistemas internacionales. Los neorrealistas tienen que explicar el creciente fortalecimiento y densidad de las instituciones en las cuestiones globales. Si las instituciones son endógenas a los intereses del Estado y a las estructuras de los sistemas internacionales, no constituyen por lo tanto un epifenómeno.

En los trabajos de Waltz, el neorrealismo se representa en una circularidad tautológica de la estructura del sistema internacional como variable independiente y la estabilidad del sistema internacional como variable dependiente. La estructura explica la estructura, es decir la distribución del poder y el número de polos como estructura, explica la estabilidad de la estructura y la continuidad de la estructura existente. Waltz (1979:40) definió el sistema como un conjunto de unidades interactuando. Los sistemas contienen unidades y estructuras, en donde la estructura es el más importante factor en explicar la conducta dentro del sistema. El sistema es equiparado con su estructura que Waltz (1979:80) define por el arreglo de sus partes.

El sistema es creado por los Estados y sus interacciones que son necesarias y espontáneas. Para Waltz (1979: 82) los sistemas pueden ser nacionales e internacionales. El primero es jerárquico, con una división del trabajo entre las diferentes unidades y el segundo es anárquico, de auto ayuda, en el que cada Estado aspira a maximizar el poder como un instrumento de sobre vivencia. La sobre vivencia es el factor motivador en cada movimiento del Estado que afecta su comportamiento internacional. Cuando el sistema está en el lugar, la lógica sobrepasa la importancia de los Estados y los elementos individuales de los Estados, como intenciones, intereses, cultura política, etc.

El neorealismo es estático, niega cambios en la estructura profunda del sistema internacional en el tiempo y el espacio. La multiplicidad y el antagonismo de las naciones son los dos factores de la sociedad internacional (Morgenthau, (1967: 166). Los conflictos de intereses son inherentes a la sociedad internacional, al igual que en cada sociedad, que son más difíciles de controlar que los internos.

El contorno de la política mundial contemporánea está intrínsecamente ligada a las prácticas históricas del colonialismo, las limpias étnicas y religiosas.

La existencia de un sistema imperialista tiene sentido en la medida que se comprende la importancia que tienen las actividades de los Estados imperialistas que siguen los dictados de los capitales transnacionales para la apertura de nuevos mercados. Las ineficiencias del Estado neoliberal se manifiestan en las deficientes regulaciones y sistemas de control. Sin embargo, este arreglo estratégico del Estado es deficiente para lograr el bien público y para dar satisfacción a las necesidades y demandas sociales.

Los gobiernos de los Estados imperialistas transnacionales y las instituciones financieras internacionales de mayor influencia comparten un concepto del desarrollo global y del alivio de la pobreza centrado en la expansión económica sin límites de los mercados abiertos y de la liberalización del comercio. Los beneficiarios del libre comercio se movilizan para sostener las políticas de mercado abierto. Cuando los beneficios del libre comercio son difusos y los costos se concentran los proteccionistas tienen mayor capacidad para influir en las decisiones de los políticos. Los países tienen que reconocer todavía los efectos de sus políticas en la inflación, pero la privatización, las reformas fiscales y la liberalicen financiera y de capitales nacionales puede no ser críticos para reducir las presiones de los precios. Las políticas económicas para los países en desarrollo es más abierta que lo que los analistas predicen.

Los programas de ajuste estructural como fueron concebidos y se implementan, debilitan las misiones de las instituciones financieras internacionales porque en vez de aliviar la pobreza en el mundo están generando condiciones que la perpetúan. Los intercambios comerciales entre los países desarrollados y postcoloniales hasta hace poco fueron gobernados por las reglas hechas por los más avanzados. Solo recientemente el mundo en desarrollo empezó a hacer estas reglas en su favor.

La identidad ciudadana se abandona y quiere ser sustituida por la condición de súbditos imperiales y consumidores-clientes. Los constructivistas ven la identidad como una clave para mantener el orden internacional. Los actores crean y sostienen sus identidades e intereses a través de las interacciones sociales con otros actores (Wendt, 1999: 3310-331). Estas identidades e intereses sirven como restricciones a los actores en el sistema internacional. De esta forma, la existencia de una norma contra la

agresión impacta las identidades e intereses de los Estados de tal forma que los constriñen de actuar agresivamente.

La evolución de la identidad cultural de estas sociedades provee de narrativas e imaginarios siempre en un contexto del Estado-nación. El debilitamiento del Estado nación y las presiones sobre la identidad cultural empezaron a llamar la atención de los temas culturales como una prioridad del Estado aunque no siempre se consideró que los esfuerzos contribuyeran a la creación del mismo Estado – nación.

La política cultural implícita en términos de identidad era hacer sentir a la gente como moderna dejando atrás sus formas tradicionales de pensar. El Estado fue visto como entregando el desarrollo más allá de las culturas tradicionales que fueron vistas como retrazadas. García Canclini (1995:2) investiga la incertidumbre acerca del valor y significado de la modernidad que deriva no solamente de lo que separa a las naciones, los grupos étnicos y clases, sino también de los híbridos culturales que mezclan lo tradicional y lo moderno.

Transformaciones de la gobernabilidad y governance del Estado

La gobernabilidad es inherente al funcionamiento del Estado y se refiere a la calidad y tipo de las instituciones, de las políticas y de los arreglos sociales que orientan la evolución del país. La gobernabilidad según Kauffman (2000) es un concepto clave en el dominio de las libertades públicas y se revela indispensable a los ciudadanos que desean pronunciarse sobre la acción del Estado. La gobernabilidad democrática recubre ámbitos complejos, que en lo fundamental tiene que ver con la capacidad del país de producir las regulaciones necesarias para conducir su proceso de desarrollo” (Saldomando, 2002).

Las estructuras de gobernabilidad global son factores exógenos en la economía global porque dan sustento a marcos normativos para las instituciones multilaterales, las grandes corporaciones transnacionales y multinacionales, los Estados nacionales, las cuales tienen impactos directos sobre las regiones y las localidades. Desde la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos en el 2002, además del componente militar con un presupuesto que excede el de todos los países en conjunto, se promueve la economía global y la democracia al estilo norteamericano.

Sin embargo, la hegemonía no elimina las tensiones ideológicas ni tampoco evitan confrontaciones a las políticas de las organizaciones multilaterales como es evidente en los debates sobre la globalización. La hegemonía, para los Neo-Gramscianos, se basa no solamente en los esfuerzos de los Estadios poderosos para imponer su voluntad sino también en las estructuras sociales que crean un consenso compartido por los débiles así como por los fuertes. La expresión de un consentimiento ampliamente basado se manifiesta en la aceptación de ideas apoyadas por recursos materiales e instituciones inicialmente establecidas por las fuerzas sociales que ocupan un papel orientador dentro de un Estado y es proyectado hacia el exterior a escala global (Bieler and Morton, 2004:87). Las normas reflejan el consenso que sirve de interés de la fuerza y perpetuidad de su poder.

El gobierno y la sociedad de Estados Unidos dan forma a las relaciones con el resto del mundo que Agnew (2005) denomina como hegemonía de esa nación sobre las demás y no como un imperio, con sus efectos en los procesos de globalización económica. La hegemonía de Estados Unidos es una forma de dominación y persuasión social que está siendo crecientemente no dominada o respaldada por el Estado, sino que se fundamenta en un poder blando con la habilidad para reproducir las normas culturales y las prácticas de consumo, como elementos esenciales de la globalización. Robinson (1996) y Gill (1997) argumentan que la difusión de la globalización y el neoliberalismo ayudan a perpetuar el dominio de los países en desarrollo contra el mundo desarrollado. Las expectativas señalan que el neoliberalismo estrecha dramáticamente las opciones que los países en desarrollo tienen para integrarse en la economía global.

Estos impactos demuestran las interrelaciones existentes entre los niveles globales, regionales, nacionales y locales y dejen en entredicho el modelo estratificado.

Esta tendencia de transformación regional económico-política y social reconfigura las funciones del Estado y sus capacidades de gobierno que responde al colapso de la gobernabilidad que proporcionaron las ya decadentes instituciones de Bretton Woods. El Estado como articulador de la gobernabilidad en las esferas económicas, sociales y políticas está en constantes transformaciones discontinuas conforme a un nuevo diseño neoliberal.

La forma de gobernabilidad centrada en el Estado nación se encuentra en una relación de transformación con los procesos de globalización económica del sistema capitalista. La dinámica de transformación que está trabajando en los Estado – nación tiene enormes consecuencias en la redistribución de responsabilidades para la producción y distribución de los bienes públicos alentando la emergencia de nuevas formas de gobernabilidad privada y la generación de redes de políticas y asociaciones privadas-públicas. Estas consecuencias no necesariamente significan la desaparición del Estado – nación.

Bajo este nuevo arreglo geoeconómico global, la gobernabilidad centrada en el Estado nacional que no resiste los embates de los procesos de globalización económica pierde control en sus fronteras territoriales sobre los flujos económicos, financieros y tecnológicos en sus fronteras territoriales, para dar lugar a procesos de dependencia-interdependencia.

Bajo un nuevo arreglo geoeconómico que modifica las economías centradas en el estado nación, las unidades de producción territorialmente organizadas son sustituidas por la formación de cadenas de valor agregados que abren la competencia entre los clusters locales, las ciudades y regiones organizadas para generar espacios funcionales de aglomeramientos transfronterizos. Un Estado fuerte y una política industrial que apoye a los gobiernos locales en el desarrollo de clusters sectoriales.

Pero los procesos de globalización económica empujados por la competencia abierta de los mercados globales bajo el modelo neoliberal de desarrollo, desafían las formas de gobernabilidad institucional de los estados nación, presionan para la liberalización y desregulación de los sistemas económicos y financieros, promueven la privatización de amplios sectores de empresas públicas e instituciones de investigación y educación superior, adaptaciones de políticas ambientalistas y sociales, etc. Las privatizaciones y las reformas fiscales enfrentan muchas resistencias y vetos de los actores políticos quienes pueden debilitar o colapsar el proceso. El hecho de que los líderes políticos usen las empresas estatales como formas de patronage, entregando beneficios individuales a los oficiales del gobierno y a sus aliados cercanos, limitan los alcances de las privatizaciones.

La reforma del Estado enfatiza las reformas institucionales que fortalecen la gobernabilidad con base en un sistema democrático y de libre mercado (Prats, 1998).

El neoinstitucionalismo económico analiza las fallas de los mecanismos del Estado y sus ineficacias. El análisis económico neoinstitucional afirma el papel dominante que tienen las instituciones jurídicas y del Estado de Derecho que garantiza los derechos privados para la ejecución de los contratos entre particulares e instituciones públicas.

La economía neoinstitucional demuestra las deficiencias e incapacidades del Estado como mecanismo de gobernabilidad y coordinación que garanticen los acuerdos y compromisos sobre la propiedad. El Estado intervensionista usa el poder para colonizar la sociedad y el Estado neoliberal subyuga a la sociedad al libre juego del mercado, limitando con ello las posibilidades de la sociedad civil para establecer una gobernabilidad democrática. Las disfuncionalidades del Estado en el crecimiento económico y desarrollo social conllevan problemas de gobernabilidad. La protección de las libertades humanas es critica para la promoción del crecimiento económico (Sen, 1999).

Si bien la gobernabilidad de la globalización económica avanza, la gobernabilidad política se rezaga en muchos Estados porque se encuentra con limitaciones institucionales, sociales y de cultura política que inciden en verdaderas crisis de capacidades, las deficiencias tecnológicas que debilitan la legitimidad de los procesos de globalización y la irresponsabilidad para asumir los costos relacionados.

La lógica de la acción política crea tiempos y espacios autónomos en función más que de la contingencia, de la fidelidad a los acontecimientos (Badiou, 2000), es decir, algo imprevisible que perturba el estado de la situación y permite a quienes le son fieles mantenerse a distancia del Estado y medir su poder. La política es actividad de los actores colectivos organizados por la lógica que no busca el poder como objetivo, sino que lo dejan confinado al Estado. La liberación política es un proceso que vuelve efectivos ciertos derechos que protegen a individuos y grupos sociales ante los actos arbitrarios o ilegales cometidos por el Estado o por terceros.

Los procesos de democratización representan un paso significativo para la resolución de problemas del desarrollo económico, social, político y la consolidación de la gobernabilidad mediante cambios profundos que implican la definición de los límites entre los sectores público y privado, principios y procesos de las funciones del Estado.

Durante los últimos diez años se logró determinado nivel de consenso en torno a la delimitación de la complementariedad de las funciones del Estado y el mercado. Como una estrategia de diferenciación de las funciones del Estado, las organizaciones no gubernamentales son agencias de asociación voluntaria cuyas funciones se orientan a la gestión y prestación de servicios de lo público a las comunidades que atienden.

El capital político se refiere a las actitudes y actividades que influencian al Estado. Levi (1996) desconfía de las asociaciones civiles para promover el capital social y argumenta la necesidad que tiene el Estado para crearlo. Un asociacionismo que coordine los intereses entre la comunidad y los sectores privados y público en los tres niveles de gobierno, supera la dicotomía que considera al Estado propietario como opuesto a los intereses del mercado identificado con el sector privado. El desempeño del gobierno local es una función del porcentaje de personas involucradas en asociaciones voluntarias horizontales de acuerdo con la tesis de Putnam (1993). Los países desarrollados adoptan una estructura del Estado que facilita una amplia participación del gobierno local.

Una estructura organizacional del gobierno se basa en una visión acerca de las funciones propias del Estado-nación y las responsabilidades de los diferentes niveles de gobierno. De hecho, las transformaciones en las competencias y funciones del Estado nación ha dado lugar a que también se presenta una nueva formulación de competencias y funciones en los demás niveles de gobierno, sobretodo los locales y municipales. El cumplimiento de las funciones reguladoras del Estado requiere de atributos de fiscalización para exigir el cumplimiento de las regulaciones y normas.

Las actividades altamente especulativas de los sectores financieros que promueven la economía global requiere de las funciones reguladora del Estado para asegurar que la volatilidad de los mercados emergentes de capitales no perjudiquen sus inversiones y garanticen la estabilidad del mercado financiero para lograr el retorno máximo de utilidades sobre las inversiones a pesar de las crisis financieras.

En las últimas tres décadas, los países de Latinoamérica han experimentado un cambio en la forma en que adquieren capital foráneo

La política de la Guerra fría en los sesentas también proveyó de recursos financieros a los gobiernos latinoamericanos reduciendo la necesidad de emisión de bonos soberanos. Como parte de la Alianza para el Progreso, un programa intentó proveer 100 billones de USA Dólares en ayudas, apoyos, préstamos e inversiones al hemisferio occidental para alentar el crecimiento económico y la democracia contra el potencial alternativo soviético por lo que Latinoamérica recibió pocos incentivos para emitir bonos.

En los 60s programas como la Alianza Para el Progreso proveyó apoyo financiero y en los 70s, los bancos comerciales fluyeron petrodólares en préstamos agresivos a los países en desarrollo. La política de la Guerra fría en los sesentas también proveyó de recursos financieros a los gobiernos latinoamericanos reduciendo la necesidad de emisión de bonos soberanos. Como parte de la Alianza para el Progreso, un programa intentó proveer 100 billones de USA Dólares en ayudas, apoyos, préstamos e inversiones al hemisferio occidental para alentar el crecimiento económico y la democracia contra el potencial alternativo soviético por lo que Latinoamérica recibió pocos incentivos para emitir bonos.

Desde los 80s, el Fondo Monetario Internacional y otras agencias internacionales y otras fuentes de capital privado facilitan los recursos financieros que los países Latinoamericanos necesitan a un alto costo económico, político y social.

En un extremo de un continuo normativo del tratamiento a las inversiones extranjeras en el contexto del desarrollo económico, la literatura se refiere a las inversiones especulativas volátiles como

las únicas responsables de las recientes crisis financieras de Latinoamérica, Rusia y Asia que han profundizado los niveles de pobreza y sobre explotación de sus recursos naturales.

La crisis de los ochentas de los Estados latinoamericanos, ligada a tres décadas del mercado cerrado generó la oportunidad para abrir los mercados a una orientación hacia las exportaciones. La consecuente elevación de los sectores orientados a la exportación debería hacer del gobierno en el régimen de dinero circulante más posible de involucrarse en una más amplia cooperación de tasa de cambio.

La crisis del modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) en Latinoamérica alentó la quiebra del proteccionismo y el avance de un modelo orientado a las exportaciones. La literatura sobre proteccionismo es vista como el resultado de un clásico pluralista choque de intereses donde los grupos tratan de influenciar el nivel de proteccionismo del gobierno de acuerdo con sus intereses económicos (Milner, 1995). El gobierno es relegado a ser la caja negra donde se toman las decisiones que favorecen a los más poderosos grupos de interés.

La necedad del proteccionismo que encara a la presión internacional y académica en contra de él, ha llevado a los economistas a buscar explicaciones, La crisis de los ochentas de los Estados latinoamericanos, ligada a tres décadas del mercado cerrado generó la oportunidad para abrir los mercados a una orientación hacia las exportaciones. Orientación a las exportaciones es también cimentada a través de una fuerte asociación comercial regional,

Los acuerdos comerciales iniciales en Latinoamérica datan de finales de los sesentas cuando la Asociación del Libre Comercio del Caribe en 1968, la cual 5 años más tarde evolucionó en la Comunidad de Libre Mercado del Caribe. Desde entonces la membresía en los acuerdos comerciales se compromete a mantener los mercados abiertos que atraen la inversión extranjera. Los gobiernos que firman los acuerdos comerciales lo hacen con el entendimiento de apertura de sus mercados a todos los miembros del acuerdo. Para un país que reniegue de los términos de comercio internacional puede ser muy costoso cuando otros países penalizan al país a través del acceso perdido a loe mercados importantes.

Después de más de 10 años de bajar las tarifas los negocios que se benefician con el comercio libre deben cabildear a los oficiales del gobierno para sostener la reforma comercial. Las políticas de libre comercio llevaron al colapso de muchos negocios no competitivos previamente apoyados por la imposición de tarifas de importación altas y reducción del número de grupos que buscan protección.

La crisis de los ochentas de los Estados latinoamericanos, ligada a tres décadas del mercado cerrado generó la oportunidad para abrir los mercados a una orientación hacia las exportaciones. Muchos gobiernos latinoamericanos dieron inicio a las reformas permitiendo a los negocios orientados a las exportaciones e importaciones y cabildean con los políticos para mantener el libre comercio. La crisis de

los ochentas de los Estados latinoamericanos, ligada a tres décadas del mercado cerrado generó la oportunidad para abrir los mercados a una orientación hacia las exportaciones.

Orientación a las exportaciones es también cimentada a través de una fuerte asociación comercial regional, Los acuerdos comerciales iniciales en Latinoamérica datan de finales de los sesentas cuando la Asociación del Libre Comercio del Caribe en 1968, la cual 5 años más tarde evolucionó en la Comunidad de Libre Mercado del Caribe. Desde entonces la membresía en los acuerdos comerciales se compromete a mantener los mercados abiertos que atraen la inversión extranjera. Los gobiernos que firman los acuerdos comerciales lo hacen con el entendimiento de apertura de sus mercados a todos los miembros del acuerdo.

Se debate actualmente si los pactos del comercio regional son bloques para construir o bloques para tropezar en una liberalización comercial más amplia. Algunos analistas consideran los acuerdos de libre comercio como bloques de construcción del libre comercio mientras que otros analistas los condenan como bloques que obstaculizan la ampliación de la liberalización comercial. La apertura comercial refleja las políticas comerciales y otros factores como la localización geográfica, el tamaño de la economía, etc. Algunos estudios han tratado de atribuir un papel más activo al gobierno para establecer las políticas comerciales enfocándose en las normas e intereses institucionales. Estas teorías asumen que la decisión de la política es elaborada por burocracias establecidas e independientes y que la decisión es acerca de la continuidad del libre comercio frente a la presión societal para establecer barreras.

Richardson (1993) and McLaren (2002) argumentan que la formación de acuerdos de libre comercio conduce a los cambios estructurales para alterar la viabilidad política de la liberalización comercial.

Richardson (1993) argumenta que los acuerdos de libre comercio pueden atraer el apoyo para la liberalización multilateral mediante el fortalecimiento de los sectores orientados a la exportación y debilitando a los sectores que compiten con las importaciones. En el modelo de Richardson, los acuerdos de libre comercio conducen al crecimiento en sectores globales eficientes y por tanto, incrementa el apoyo político para una liberalización comercial amplia.

MacLaren (2002) argumenta que los acuerdos de libre comercio pueden promover el crecimiento en sectores sensiblemente ineficientes lo cual reduce el apoyo para la liberalización comercial. En McLaren, el regionalismo conduce a inversiones reducidas en sectores eficientes globalmente e incrementa las inversiones en sectores con desventajas comparativas globales.Esto reduce las subsecuentes ganancias de los miembros del bloque e incentiva para involucrarse en la liberalización multilateral. En el modelo de McLaren, los acuerdos de libre comercio conducen al crecimiento en sectores globalmente ineficientes y por tanto reduce tal apoyo.

Kono (2007) argumenta que los acuerdos de libre comercio pueden causar que se eleve o decline en el poder económico, y por tanto, en la influencia política del cabildeo pro multilateralista: Fortalecen este cabildeo cuando las ventajas comparativas de los miembros internos y externos al acuerdo de libre comercio son similares y convergentes y se debilitan cuando estas ventajas comparativas son diferentes o divergentes. Su teoría asume que los gobiernos establecen sus políticas comerciales independientemente, en respuesta a las presiones domésticas lo cual aplica a los acuerdos de libre comercio pero no a las uniones de aduanas en donde los gobiernos adoptan una tarifa externa común.Todos los acuerdos pueden alterar el balance doméstico de las fuerzas a favor y en contra del multilateralismo y por tanto, las preferencias de las políticas derivadas de los gobiernos.

Sería interesante determinar si los efectos en las políticas externas en los efectos del comercio., es decir si los acuerdos comerciales que son más políticamente viables son aquellos que traen consigo mayor comercio. Con respecto a los efectos externos de las políticas comerciales algunos académicos argumentan que los acuerdos de libre comercio incrementan el apoyo político para una más amplia

liberalización comercial. (Lazer, 1999; Frankel and Wei, 1998 y Richardson 1993) mientras que otros académicos argumentan que los tratados de libre comercio decrecen este apoyo (McLaren 2002; Krisna, 1998; Levy, 1997) y finalmente un tercer grupo de académicos argumentan que los tratados de libre comercio pueden tener ambos tipos de efectos ( Lavy, 1997 y Westhoff, Yarbrough and Yarbrouh, 1994), lo cual evidencia que se carecen de conclusiones generalmente aceptadas.

Los efectos de los acuerdos de libre comercio también dependen de la importancia económica para los miembros, la cual varía mucho, como por ejemplo, cuando se formó el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), los Estados Unidos tenían menos del treinta por ciento de su comercio exterior con los otros miembros del NAFTA, mientras que la participación de México era de más del 80 por ciento. En el caso de México, las instituciones no representativas creadas por el modelo económico y que permanecen como un legado, han encontrado limitaciones económicas históricas pero especialmente los niveles de salarios bajos y las fallas para promover el desarrollo tecnológico.

Para reconstruir la economía mexicana se requiere de grandes inversiones de capital social y en el desmantelamiento de de los viejos controles corporativistas. Pero no es la solución reemplazar los controles corporativistas con las fuerzas del mercado sino la implementación de formas diferentes de de regular las funciones como limitaciones de los beneficios.

Para un país que reniegue de los términos de comercio internacional puede ser muy costoso cuando otros países penalizan al país a través del acceso perdido a loe mercados importantes.

Desde los ochentas los cambios en el mercado de capitales han hecho a los países en desarrollo importantes actores en el mercado soberano de los bonos financieros. Las altas de primas llevaron a exorbitantes tasas de intereses en los créditos a Latinoamérica, causando la crisis de la deuda y fuga de capitales. Con limitadas reservas de capital, los países latinoamericanos persiguieron nuevas fuentes de capital, como la emisión de bonos soberanos.

Sin embargo, dada la falta de transparencia en los países en desarrollo nunca tuvieron seguridad acerca de qué políticas podría aumentar el valor de sus bonos... Además, las crisis económicas bajo el modelo de desarrollo industrialización por sustitución de importaciones y las presiones de las instituciones financieras internacionales alentaron a muchos formuladotes de políticas económicas latinoamericanos a iniciar las políticas neoliberales favorecidas por los mercados financieros.

Sin embargo, las políticas de libre comercio han llevado al colapso a muchos negocios que no han sido competitivos dando por resultado pocos grupos proteccionistas que cabildeen con los políticos. Las políticas comerciales son siempre reversibles los crecientes ganadores del libre comercio con una declinación en los perdedores tendería a continuar sosteniendo la liberalización comercial. Aquellos ganadores y perdedores típicamente tienen preferencias a favor o contra las cooperación con los que no son miembros de los bloques minilaterales. Los acuerdos minilaterales en un tema específico deberían afectar la subsiguiente cooperación multilateral no solamente en esa área temática sino también en otras áreas que pueden ser exploradas en las investigaciones. Mientras que revertir las reformas basadas en las políticas neoliberales y comerciales es posible, los ganadores del libre comercio son capaces de movilizarse para sostener la liberalización comercial.

Es por lo anterior, considerada como una nueva herramienta de explotación neocolonial (Ahlquist, 2006). Latinoamérica es importante para la política de los Estados Unidos porque geográficamente es su propio patio trasero que debe estar libre de toda influencia externa y constituye un laboratorio para los proyectos de modernización. En agosto de 1961, se estableció la Alianza para el Progreso entre Estados Unidos y los Estados Latinoamericanos para la promoción económica, social y política.

Se culpa a la movilidad del capital y de recursos que tienen las grandes corporaciones transnacionales por la erosión de la protección social y del debilitamiento de la soberanía y autonomía de

los gobiernos locales, a tal punto que se considera a las multinacionales estar involucradas en relaciones estrechas de corrupción, depredación y abuso con los regímenes autoritarios. Los Estados autocráticos en la era moderna de las organizaciones políticas masivas con propósitos para hacer la guerra con fines expansionistas requieren de un consenso y apoyo interno para perseguir estas políticas ofensivas.

El autoritarismo es una de las variables psicológicas del Siglo XX más estudiadas y desarrollado como concepto por Adorno et al. (1950) con la fusión de la teoría psicoanalítica y la teoría crítica de la escuela de Frankfurt con la tecnología de investigación de encuestas. Stenner (2006; 329) clama que el autoritarismo es una entidad fija de la personalidad innata, fundamentalmente y relativamente una predisposición inmutable ala intolerancia o diferencia. Stenner (2006) ha reconceptualizado el autoritarismo como un proceso dinámico en la cual una predisposición autoritaria innata, el deseo por uno mismo o por semejanza, usualmente definido como varianza en la opinión pública o pérdida de confidencia en líderes.

Los efectos interactivos esperados de la interacción autoritaria y amenaza normativa, intolerancia de diferencia o diversidad, tanto del conservadurismo intolerante del cambio o del capitalismo libertario del laissez faire. Estas distinciones ayudan a entender a los moralistas tradicionales autoritarios contra los dueños de la riqueza laissez faire contra los tradicionalistas. El alineamiento autoritarismo – conservadurismo se daría si cambiaran juntos, lo que sería atractivo para los autoritarios pero no para los conservadores, o si se ofreciera la diversidad con el apoyo de los conservadores pero no de los autoritarios.

El análisis de Stenner (2006) sobre el autoritarismo es el resultado de una interacción de predisposición autoritaria y amenaza que lleva a una importante conclusión sustantiva: Los libertarios bajo condiciones de amenaza normativa no evitan la intolerancia. La idea de que el autoritarismo es una disposición latente solamente despliega sus efectos característicos cuando son involucrados por la amenaza. Fromm (1941) argumentó que la amenaza y realidad del caos económico llevó a los germanos a escapar de la libertad en al autoritarismo.

Los procesos de globalización desde la sociología histórica, significan evaluar críticamente el grado en el que en la pos segunda guerra mundial se caracteriza a la soberanía y al nacionalismo. Estos fenómenos están siendo reemplazados en una época definida primeramente por una globalización y una desterritorialización, que como procesos están enraizados en trayectorias históricas a largo plazo que se suceden secuencialmente y no necesariamente en forma lineal hasta la época actual.

Los países se convierten cada vez más en dependientes de las inversiones extranjeras directas como una herramienta del desarrollo económico doméstico. Los gobiernos de los países en desarrollo heredan un historial de grandes riesgos en los préstamos que hacen de los grandes mercados internacionales de capitales que aquellos otros países que tienen mejores historiales crediticios. La competencia de los países en desarrollo por atraer inversiones y los requerimientos de flexibilidad en los sistemas de producción de las grandes corporaciones multinacionales, ha alterado dramáticamente el balance del poder de negociación entre los Estados y las empresas. El impacto que éstas tienen en la gobernabilidad doméstica es significativo como también lo es en la economía global.

Las funciones públicas contingentes toma en consideración aquellas actividades que pueden ser subcontratadas (outsourcing) o privatizadas y que desestructura las principales funciones del Estado moderno a las que Dror (1995: 222) denominó como “las funciones de orden superior” del Estado. Los esfuerzos para alterar la dirección de las actividades del Estado en un movimiento para alterar la centralidad de su función económica que será paralelo con funciones activistas del Estado en los procesos de concentración económica y la jerarquización de las relaciones sociales y económicas.

Contrariamente a la retórica de los empresarios y la clase capitalista transnacional, el Estado seguirá desempeñando un rol importante que requieren el fortalecimiento de sus funciones de regulación, cuya finalidad es eliminar los riesgos que pueden atentar contra sus inversiones y garantizar la reproducción y el acrecentamiento de sus capitales. La autorregulación propuesta por el sistema

capitalista en forma de desregulación que reduce las funciones del Estado al mínimo a partir de la idea de que el gobierno sólo debe hacer lo imprescindible, ha sido solo una fantasía.

Para los proponentes del intergubernamentalismo, el diseño institucional de las nuevas formas y estructuras de gobernabilidad del orden económico global se concentra en la fundación, consolidación y participación de organismos multilaterales creados y controlados por los Estados nación como los actores principales, sin considerar la participación de los actores privados. La importancia que para los intergubernamentalistas adquieren la governance local y regional como base de las normas globales y la competitividad en los procesos de integración económica, se fundamenta en las interacciones locales del mercado, el Estado y los actores sociales.

De acuerdo con este modelo, las conexiones para mejorar la administración y construir una gobernabilidad efectiva son el desempeño administrativo del gobierno, los ciudadanos que se involucran en la medición del desempeño y los ciudadanos que se involucran en las políticas gubernamentales y su implementación y finalmente, el alineamiento estratégico de los tres elementos de governance referidos como tal a la naturaleza y estructura de acceso a las funciones de alto mando del Estado.

Inicialmente el término governance fue utilizado como governing o proceso de gobernar a través de las organizaciones de gobernación y que ha derivado en el concepto de un nuevo estilo de gobierno, distinto del modelo de control jerárquico y caracterizado por un mayor grado de cooperación y por la interacción entre el Estado y los actores no estatales al interior de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado.

De acuerdo a Martínez Nogueira (2001), el concepto de gobernancia o governance, enfatiza “la capacidad de orientar, impulsar y promover comportamientos sociales no sometidos a las relaciones jerárquicas propias del aparato administrativo del Estado. Gobernancia es la capacidad financiera y administrativa para implementar las decisiones políticas. Para Mayntz (2000) el término governance significa un “nuevo estilo de gobierno, distinto del modelo de control jerárquico y caracterizado por un mayor grado de cooperación y por la interacción entre el estado y los actores no estatales al interior de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado”.

De acuerdo a la teoría neoinstitucional de la economía, el subdesarrollo es resultado de las fallas del Estado para proveer las estructuras de governance necesarias para garantizar las instituciones que apuntalan el desarrollo de los pueblos. Sin embargo, el subdesarrollo no fue el pecado de una omisión de países en el margen de la industrialización moderna, sino activamente un proceso viejo en el cual los términos comerciales fueron arreglados en detrimento de los Estados débiles productores de bienes primarios (Portes, 1997).

El neoinstitucionalismo recomienda un Estado fuerte pero limitado en sus funciones. La formación de redes de política pública es una alternativa que tiene el Estado para instrumentar procesos de governace colaborativos y participativos que involucre a los actores en las decisiones y políticas públicas.

La eficacia del control social tiene una relación estrecha con la fortaleza que el Estado tenga para implementar sus políticas públicas. La teoría del interés se divide en la escuela del interés público y el interés privado. La teoría del interés público se centra en los procesos de reforma para fundamentar las respuestas políticas a las demandas de la ciudadanía que justifica el uso de nuevas formas de intervención del Estado mediante políticas públicas que dan respuesta a los servicios demandados al gobierno.

El ordenamiento vertical de las políticas públicas sectoriales pone a prueba la capacidad del Estado, por lo que los procesos de reterritorialización tienden desectorizar la acción del Estado. Las normas básicas y las formas de regulación se refuerzan mutuamente con el Estado de Derecho y con las estructuras institucionales integradas por las redes de los actores políticos estratégicos y por el conjunto de las políticas públicas, económicas, sociales, etc.

Sin embargo, a pesar de las propuestas neoliberales de libre mercado, el Estado sigue siendo un instrumento de control de las transnacionales en contra la tesis de Toni Negri que sostiene la supremacía de las transnacionales en el gobierno global. A pesar de las tendencias neoliberales que limitan las funciones y actividades del Estado, su participación sigue siendo fuerte para regular los procesos económicos.

Implicaciones del Estado Latinoamericano

En América Latina se construyó el modelo de Estado subsidiario en un contexto de dictaduras que reprimen el disenso mediante el control concentrado de los medios de comunicación. Después de años de dictadura militar en algunos países latinoamericanos, las instituciones creadas para el establecimiento de mecanismos del sistema democrático y de la distribución inicial de la riqueza que afecta las inversiones de capital humano y de capital físico, tiene un papel importante en la determinación de los niveles de pobreza y de mercado competitivo han estado en conflicto con las orientaciones ideológicas prevalecientes Por su naturaleza las funciones del Estado son regulatorias, fiscalizadoras y sancionadoras, las cuales se cumplen a través de la emisión de leyes, normas, etc.

El perfil de las burocracias latinoamericanas se aleja del modelo racional de burocracia de Weber para ajustarse a las necesidades del modelo de Estado social democrático. Los países latinoamericanos han transitado por tres reformas de Estado desde mediados del siglo pasado en la que han impulsado tres estrategias de desarrollo.

La primera, denominada modelo de industrialización por sustitución de importaciones, se centro en una estrategia de crecimiento económico basado en la protección de los mercados internos y en una política social dirigida por el Estado de bienestar mediante una administración burocrática que pretendió racionalizar los recursos y las políticas publicas para lograr una distribución justa y equitativa del ingreso de las personas para lograra mejores niveles de vida.

La inminente crisis fiscal del Estado benefactor propicio a mediados de los ochenta las reformas denominadas como de “primera generación” que se orientaron a lograr el crecimiento económico mediante una política de liberalización económica, la redefinición de las funciones y reducción de tamaño del Estado, y por ende de sus costos, transfiriendo la responsabilidad de dirección de la nueva estrategia de desarrollo al mercado y a los particulares.

Después de casi 20 años de liberalización económica, en parte para atraer al capital extranjero, los efectos de las reformas en la evaluación de los bonos todavía reciben poca atención. Hay cinco políticas económicas neoliberales que se espera que alienten las posiciones de los bonos soberanos: Liberalización de capital nacional e internacional, reformas de comercio e impuesto y las privatizaciones. La reforma financiera nacional implica medidas bancarias tendientes a bajar las tasas de interés y atraer a los inversionistas extranjeros. La liberalización del capital internacional es también un incentivo para los inversionistas extranjeros y se espera que mejoren los ratings de los bonos soberanos. La flexibilidad para mover capitales libremente ofrece oportunidades de ganancias y reducen los riesgos a los inversionistas (Ramírez, 2001).

La liberalización económica crea las condiciones sociales para que emerja la liberalización política. La liberalización económica no necesariamente debe tener consecuencias negativas inevitables para las prácticas gubernamentales de los derechos humanos.

La implantación formal de esta perspectiva en los Estados latinoamericanos fue denominada ajuste estructural y consistió básicamente de siete pasos: la apertura unilateral de los mercados foráneos, privatización extensiva de las empresas del Estado, desregulación de bienes, servicios y mercados laborales, liberalización del mercado de capital, con una privatización extensiva de los fondos de pensiones, ajuste fiscal basado en una reducción drástica de del gasto público, reestructuración y

adelgazamiento de los programas sociales apoyados por el Estado con un enfoque de esquemas compensatorios para los grupos más necesitados y el fin de la política industrial y cualquier otra forma de capitalismo de Estado y concentración de la administración macroeconómica (Portes, 1997). Los programas de ajuste estructural no estimulan el crecimiento económico (Vreeland, 2003). Los hallazgos de Abouharb y Congrannelly (2006) ponen serias dudas sobre las presiones para implementar los programas de ajuste estructural neoliberal como la condición principal para otorgar los créditos porque lesionan las libertades humanas. Las agencias reguladoras de los créditos que datan desde los años 1850s en los estados Unidos proveen información para los mercados financieros y son importantes para determinar la disponibilidad de fuentes alternativas de recursos de capital.

Los Estados latinoamericanos se encuentran en procesos de transformación institucional bajo las premisas de que el mercado es mejor asignador de recursos de la economía y de que las funciones del Estado deben lograr una mayor eficiencia, transparencia y probidad en el uso de los recursos orientados a la promoción del crecimiento económico igualdad de oportunidades en la satisfacción de las necesidades y demandas sociales, fortalecer la participación de los ciudadanos y la defensa de sus derechos. Si el Estado falla en la asignación óptima de los recursos entonces se espera que sea el mercado el que lo logre.

La reforma del Estado Latinoamericano incorpora los principios propuestos por el modelo neoliberal tales como delimitación de funciones, uso de contratos, reducción de tamaño del Estado, orientación a los consumidores y usuarios, disminución de intervención en la economía, control y recuperación de costos, incremento de la capacidad de gobierno o governance y de la gobernabilidad, rendición de cuentas, etc.

Con teorías de rendición de cuentas económicas mucha de la literatura de transición económica asume que la reforma exitosa necesita de un gobierno aislado del público a fin de evitar la reversa de las reformas una vez que las crisis se sienten en la sociedad. La existencia de una clase capitalista fuerte e independiente del gobierno y la dispersión del poder político entre muchos actores dentro y fuera del gobierno so dos elementos importantes de la rendición de cuentas económica. Aunque se argumente que hay más instituciones que pueden contribuir a la rendición de cuentas económica, estos dos elementos capturan los aspectos más fundamentales de la tesis de rendición de cuentas. La existencia de una clase capitalista fuerte se refiere generalmente al efecto negativo que la propiedad del gobierno tiene en la liberalización económica.

Cuando el gobierno controla la mayoría de los recursos productivos dentro de un Estado, ese gobierno es más propenso a elegir políticas comerciales proteccionistas, debido a que bajo condiciones de propiedad del Estado la compañías pierden su aislamiento político (Shafer, 1983) y las compañías son esencialmente forzadas a cumplir con las políticas que no son diseñadas para maximizar utilidades sino para maximizar el poder político de los líderes gobernantes. Quinn (2002) argumenta que dados los incentivos de los políticos en los Estados caracterizados por redes de patrón-cliente de industrias o de sectores de exportación mayores que expanden el tamaño de la economía para ser distribuida como patronazgo. Estas fuentes de patronazgo del Estado fueron alargados por la adopción del Estado de políticas de desarrollo orientadas hacia el interior como la sobre valuación de la moneda el proteccionismo y el sobre empleo permitido para una mayor distribución de rentas mientras se reduce la habilidad de estas firmas para competir.

La rendición de cuentas económica se refiere a cuando las instituciones y los actores proveen un cheque sobre el poder del gobierno en la economía. Estas instituciones son importantes para la reforma económica porque fuerzan la política del gobierno a alinearse con los mecanismos del mercado (Quinn, 1999). El modelo de rendición de cuentas económica difiere de otros modelos teóricos de liberalización comercial y reforma económica en que se trae de nuevo al Estado. En términos de liberalización económica, mientras estas fuerzas no son propensas a estar a favor uniformemente del libre mercado, el conflicto entre estos grupos sobre el nivel de tarifas ideal es todavía capaz de promover a un nivel más bajo de restricción comercial en lo general.

Con teorías de rendición de cuentas económicas muchas de la literatura de transición económica asume que la reforma exitosa necesita de un gobierno aislado del público a fin de evitar la reversa de las reformas una vez que las crisis se sienten en la sociedad.

La recesión económica es profunda desde 1998 en muchos Estados latinoamericanos provocada por el descenso de los bienes de consumo y las crisis financieras, con un crecimiento económico menor que en otras partes del mundo. La política exterior de los Estados Latinoamericanos de realismo periférico se basó en la decisión de que la prosperidad económica viene plegada con los intereses económicos y políticos en alineación automática con los centros de poder. Sin embargo, esta estrategia de reincorporación al primer mundo ha debilitado las identidades nacionales y regionales.

Las características de los Estados latinoamericanos débiles que tienen relación con los fallos del Estado están relacionadas con factores tales como la fortaleza del Estado, la estabilidad de la población, el bienestar económico de la población y su posición geoestratégica.

Entre algunos de los factores que influyen negativamente en la implantación de un Estado de Derecho, y que caracterizan al Estado Latinoamericano, Dalton (2002) señala entre otros, en el ámbito político, una soberanía débil debido a la falta de un monopolio efectivo de la fuerza del Estado sobre el territorio, falta de separación entre lo político y lo jurídico que sujeta la práctica jurídica a la lógica política y a las presiones e intereses de los políticos.

La gobernabilidad reluctante se caracteriza por la nula o poca presencia del Estado, por un control difuso territorial y por una diversidad de fuerzas que pretenden legitimar la autoridad. Sin embargo, un grado considerable del poder del Estado y la burocracia gubernamental autoritaria todavía permanece en muchos países de Latinoamérica.

El Estado subsidiario en Latinoamérica difícilmente puede alcanzar la estabilidad democrática aún contando con el apoyo de una sociedad civil fuerte, aunque esta si puede influir en la corrección del rumbo del Estado a través de movimientos sociales y revolucionarios. Sin embargo, en los Estados latinoamericanos es muy difícil determinar que los procesos de democratización sean un efecto de la globalización.

Al parecer, la única disyuntiva para los Estados latinoamericanos es la integración al imperialismo estadounidense o europeo sin que se concrete una resistencia como un gran bloque de naciones. La idea romántica de integración Latinoamérica surgida en el siglo XIX con la concepción de una “Patria Grande” de Bolívar y San Martín y sus iniciativas para crear una Confederación Sudamericana. En el Siglo XX, el Barón de Río Branco en Brasil y Juan Domingo Perón intentaron la integración energética, aduanera, monetaria y de bioceanidad en congruencia en política exterior de “tercera posición” para las relaciones comerciales con todos los países de la tierra.

La integración de bloques regionales de países con instituciones supranacionales en un entorno de mercado global competitivo, puede ser considerada como el último reducto estratégico del Estado de Bienestar que resiste a los procesos de globalización como el caso del cono sur en América Latina. El Mercosur ha planteado una orientación de su política de integración a la recuperación de la agenda en una estrategia alternativa a la impuesta dogmáticamente por el Consenso de Washington de los años noventa sin contemplar las especificidades de cada Estado Latinoamericano.

Resistencia y acción colectiva

Los nuevos movimientos sociales construyen organizaciones y redes de resistencia y se constituye en un poderoso “atractor” para los procesos de transición. Los movimientos sociales surgen de las crisis de legitimidad motivados por una reconstrucción del Estado.

La estrategia orientada a limitar o reducir las funciones del Estado está enfocada a desviar la acción de los movimientos sociales hacia su integración a las organizaciones no gubernamentales, a efecto de poder controlarlas desde la misma estructura del poder del Estado.

Los movimientos sociales que surgen desde abajo se organizan por grupos que se coordinan en función de afinidades de nuevos actores sociales que se oponen a la marginación y exclusión y exigen una ampliación de la ciudadanía asumida a través de un pacto social que explicita obligaciones y responsabilidades frente a un Estado de Derecho. Los esfuerzos para organizar y unir los sectores marginados con el propósito de representar sus intereses en los centro de poder del Estado ha resultado en ser políticamente difícil y muy peligroso.

A partir de los fundamentos teórico-metodológicos de las relaciones entre el desarrollo económico y las instituciones jurídicas que establece la Nueva Economía Institucional, se superan las limitaciones del análisis del “movimiento del derecho y el desarrollo”, y se establecen las bases para la construcción del Estado de Derecho promovente del desarrollo económico.

La teoría de la acción colectiva voluntaria (public choice) explica la provisión de los bienes públicos y fundamenta un orden social sin coerción del Estado en la motivación humana. La acción colectiva se expresa a través del Estado delimitada formalmente por las normas constitucionales que establecen los mecanismos de ejercicio de los procesos políticos y de toma de decisiones del poder del Estado, siempre limitados por la justicia procedimental imperfecta y sustantiva. Los argumentos que se relacionan con la justicia de los fines están inextricablemente ligados s a la justicia de los medios, lo cual hace recordar al campesino que confronta a un soldado que cuenta de sus logros en una devastadora guerra con el cuestionamiento de quien le cree que su causa es justa cuando sus comportamientos son tan injustos.

Las constituciones señalan las interrelaciones ideales entre los poderes autónomos y equilibrados y los derechos civiles contra el Estado, muchas de las veces difícilmente aplicables a la realidad de las situaciones.

Por lo tanto el gobierno de un Estado puede usar la fuerza y la coerción para eliminar las fallas de mercado debido a los problemas de la información asimétrica y la acción colectiva, los impedimentos para la contratación, etc. El Estado totalitario ignora límites y controles democráticos al ejerció del poder, opuesto a los enfoques economicistas, como el de Buchanan (1999) que enfatizan las limitaciones y restricciones en las facultades de la acción colectiva del gobierno nacional. El totalitarismo es el resultado de una peligrosa idea de que una minoría puede mantener una verdad trascendental. Cuando la creencia también se relaciona a un totalitarismo, quienes sostienen esa verdad se consideran inmunes de errores, entonces la puerta queda abierta a un gobierno totalitario y represivo (Morgenthau, 1970:40).

Crisis del modelo de desarrollo

Los mercados internacionales de capital dan forma a un nuevo poder fáctico supranacional que sobrepasa la soberanía de los Estados y les fiscaliza e impone una disciplina de política económica que en varias ocasiones causa crisis. Las instituciones financieras internacionales se encuentran desfasadas con respecto a los avances que realizan los mercados financieros internacionales con altos niveles de inestabilidad y en donde son reales los peligros de la aplicación del fundamentalismo del mercado derivan en profundas crisis financieras que devastan las economías emergentes.

Estas políticas han derivado en graves fracasos: crisis financieras repetitivas de los Estados Nación endeudados y aumento de las desigualdades sociales. En las últimas tres décadas muchos países han experimentado estas crisis: México en 1973, 1982 y 1994-95, Argentina en 78, 81 y 2001, varios países europeos en 1992 y 1993, el Este asiático en 97-98, Rusia en 1998, Brasil en 1999 y Turquía en 2000-01.

El otorgamiento de los créditos a los países pobres llevan como condición que se sometan a un programa de ajuste estructural que implican medidas tales como la liberación de controles a las

inversiones extranjeras y a los flujos financieros, desregulación de los mercados, privatización de empresas propiedad del Estado, reducción de las políticas sociales y control salarial, entre otras. Los procesos caóticos de privatización se justifican con el diseño de un Estado pequeño y eficiente” sin que necesariamente implique funcionar de una forma diferente ya que ignora el fundamento de a quien sirve.

La crisis permanente del Estado social y democrático de derecho y sus funciones más características, contribuyen a acelerar el proceso de descomposición social, el desenraizamiento cultural, y la caída en la anomia y la delincuencia, que sirve de justificación del dispositivo de represión y criminalización. La aplicación de la ley se vuelve difícil en tanto que el Estado redefine su papel, lo cual resulta en un papel de credibilidad. Petras (2001) sostiene que la frecuencia y la creciente intensidad de las crisis han transformado el papel del Estado desde policía a bombero apagando el fuego de las conflagraciones financieras.

Las instituciones del Estado pasan por severas crisis políticas de tal forma que provocan disfunciones y terminan en fallas en las que el Estado no puede garantizar el orden político. Goodson (2001) identifica tres niveles de fallos del Estado: desintegración, fragmentación y colapso. Frye and Mansfield (2003) concluyen que la fragmentación política se implica en un marco teórico de referencia más amplio de la rendición de las cuentas económicas de las instituciones del gobierno, introducen la importancia de la propiedad del Estado en dar forma a los intereses del gobierno e introduce una idea de rendición de cuentas social, no nomás la institucional y propone un punto de vista estatista de la política comercial. Haggard and Kaufman (1995)argumentan que la fragmentación del poder es un impedimento para iniciar y sostener la reforma económica.

La política comercial tiene un papel clave en el mantenimiento de la liberalización económica y política. A escala local, las disfuncionalidades institucionales pueden ser mayores por la falta de coordinación con la burocracia del Estado y la carencia de sensibilidad para detectar las necesidades comunitarias para administrar programas de desarrollo.

La separación de las instituciones del Estado de las dinámicas sociales internas ha colapsado al Estado cuyas funciones han sido absorbidas por redes de transacciones legales e ilegales entre patrones y clientes que dan lugar a una amplia marginalización que se manifiesta en el ejercicio de actividades informales de la economía como una forma de supervivencia.

Los sistemas políticos que no evolucionan están impedidos de hacerlo, entre otros motivos, por las crisis y cambios en las estructuras económicas, o porque su soberanía se limita al supeditarse al diktat de otro Estado u organización transnacional. Las instituciones políticas se vuelven sumisas a las leyes del mercado y más que decisiones electorales, son los caprichos de los mercados financieros quienes rigen los destinos de un Estado cuya principal función es la protección de los intereses de un sistema económico al servicio del capital, así la ideología estadounidense sirve a los intereses del capital. La ideología se refleja en los conceptos clave como propósito social, autoridad moral, enajenación, etc.

La crisis institucional se profundiza por la falta de una ideología de identidad, en parte porque la identidad nacional disociada del Estado se convierte en ideología con corresponsabilidad en el modelo de desarrollo. La crisis de identidad nacional es resultado de la crisis del Estado nación, es decir, de la separación entre ambos, lo que da lugar a que la ideología nacional sea reemplazada por la ideología del mercado.

La identidad comunitaria se expresa como una reacción a las crisis de legitimación e integración del Estado nacional, lo que también implica que los gobiernos nacionales atraviesen por una crisis de legitimidad y por lo tanto requieren del apoyo de actores sociales representativos para lograr su legitimación. Estos conflictos se manifiestan en tal forma que las identidades socioculturales individuales y comunitarias destruyen la legitimidad del Estado transformando sus funciones mediante una nueva forma de organización en redes para desarrollar las capacidades de negociación con las redes globalizadoras de la información, la telecomunicación y la economía.

Hacia un nuevo perfil del Estado

El modelo proteccionista del Estado benefactor y el modelo del Estado neoliberal o de libre mercado están agotados y la socialdemocracia se apresta a proponer la reconciliación entre los anteriores en el modelo de la “tercera vía” para la nación cosmopolita, una nación activa, construida sobre un significado diferente al del Estado nacional. Destacados neoliberales están retomando concepciones más intervensionistas del Estado.

El mejor acercamiento es una amalgama de instituciones de mercado y de Estado. El hecho de que los individuos actúen solos en un mercado no regulado no necesariamente logran maximizar la satisfacción de sus preferencias, aunque tampoco sugiere que el gobierno mejorará o empeorará las situaciones mediante instituciones legales. El paradigma de asignación se basa en ciertos principios, tales como la maximización social puede operacionalizarse, los participantes del Estado tienen conocimientos que son superiores a los participantes del mercado que lo obtienen de los procesos del mercado y los representantes del Estado tienen incentivos para usar sus conocimientos superiores para maximizar el bienestar social (Voigt y Engerer, 2002).

Lamentablemente, hasta ahora algunas experiencias fundamentadas en estos principios han demostrado su inviabilidad, como el caso del programa de “bienestar para trabajar” que el Estado diseña e instituye con dos finalidades aparentemente contradictorias, tanto para proveer asistencia como para motivar al trabajo. El fortalecimiento de las redes sociales de seguridad no son suficientes por sí solas para proteger a los trabajadores en los países en desarrollo, quienes deberían imitar al sistema de seguridad Dutch denominado “Flexiguridad”, epitomizado por un derecho laboral que reconcilia el crecimiento del empleo a través de la flexibilidad con la protección del mercado laboral que respeta los derechos de los trabajadores en todos los sectores laborales.

El rol estratégico del Estado es adoptar políticas que maximicen los beneficios y minimicen los costos de la integración mediante acuerdos estratégicos regionales. Así, la función principal del nuevo Estado regulador es mantener la estabilidad de los mercados financieros para proteger los movimientos especulativos de los capitales de la volatilidad de los mercados emergentes, mediante la movilización de recursos financieros de otras fuentes, pero principalmente los provenientes de mayores cargas impositivas a contribuyentes con ingresos bajos.

Es necesario que las Instituciones Financieras Internacionales se sometan al derecho internacional, especialmente a los protocolos y a los acuerdos que han suscripto la mayoría de los Estados miembros.

En los procesos de consolidación democrática, "las reglas del juego político se institucionalizan". La institucionalización y racionalización de conceptos prevalecientes hasta convertirse en mitos racionalizados, son fuentes de la estructura formal de las organizaciones. La institucionalización puede prescribir normativamente ciertas respuestas o adaptaciones a las nuevas condiciones manteniendo el status quo institucional, a pesar de que las organizaciones no se adhieren perpetuamente a las instituciones.

Las nuevas formas y arreglos institucionales requieren de características y capacidades que absorban las incertidumbres de las acciones corrosivas de los mercados. El mercado en la aplicación de las presiones comerciales y las organizaciones basadas en los miembros (OBM) trabajan juntos por el interés propio, la afiliación local y la solidaridad.

Es en este espacio de lo público en que se desarrolla la vida pública de las instituciones políticas y el Estado. Los procesos de publificación son la extensión de lo público más allá del Estado (Cunill, 1997). Es en la esfera pública donde “se manifiestan necesidades, se expresan demandas, se produce la construcción social de las instituciones y se delibera sobre el alcance y las modalidades de relación

permisibles, legítimas y eficaces entre el Estado, los mercados y las OSC”, de acuerdo a Martínez Nogueira (2001).

De acuerdo al estudio de Campos y Nugent (1998), las instituciones relevantes para el crecimiento económico son modificadas deliberadamente. Un trabajo posterior de Campos (1999) sugiere que existe un grupo de variables institucionales fundamentales para la promoción del desarrollo económico, entre las que destacan la calidad de la burocracia y el Estado de Derecho.

La administración del desarrollo debe superar los viejos esquemas y moldes creados en torno a la dicotomía entre un modelo de desarrollo centrado en una economía planificada, propiedad del Estado y una economía centrada en el mercado y en la privatización de los medios de producción. El Estado es uno de los actores sociales que puede promover un desarrollo más equitativo y justo. Existe un reconocimiento generalizado de que un desarrollo exitoso requiere de un Estado fuerte. El Estado de Derecho de un país es el creador de un conjunto de incentivos que inciden en el desarrollo económico a través de un marco institucional para el control y la accountability del poder público.

Un Estado democrático aplica con legitimidad el monopolio de la fuerza con una relativa independencia de los intereses socioeconómicos de tal forma que facilita y apoya la participación social y protege el ejercicio de los derechos civiles, políticos y económicos. En un Estado democrático de Derecho, señala Acuña (1999), “... los valores democráticos son mucho más que procedimientos para acceder al poder" Por lo tanto, no se trata solamente de que el Estado regule las actividades del mercado, ni tampoco de que el mercado se libere de la acción del Estado, aunque es importante reconocer la legitimidad de la aplicación de ciertas limitaciones sociales y políticas a la acción del mercado.

Hasta ahora, estos Estados democráticos no han sido capaces del todo para resolver los dilemas persistentes creados por la amenaza común que representa la percepción de que la globalización no es independiente de la política, y por tanto de una democracia responsiva y políticamente efectiva, como la clave para una correcta globalización.

El derecho es un instrumento del Estado que constituye un sistema de incentivos y obstáculos que encausan los comportamientos en determinados cursos de acción de conformidad con los objetivos que un sistema económico y social se plantea para su proceso de desarrollo. Por lo tanto, existe una relación de influencia recíproca directa entre el Estado de derecho y los niveles de desarrollo económico, social y político, aunque existen algunos análisis que tratan de explicar algunos impedimentos del desarrollo jurídico en un Estado de Derecho, el cual debe crear las condiciones para el ejercicio de los derechos civiles y político democráticos. Es el mismo Estado uno de los actores sociales que debe impulsar el crecimiento económico y el desarrollo en una forma equitativa y equilibrada entre las diferentes regiones.

En la promoción de la equidad, por ejemplo, el Estado acepta e institucionaliza las diferencias. La equidad es el eslabón perdido entre el crecimiento y la reducción de la pobreza. Pero más que medir el impacto de los procesos de globalización económica en la pobreza, se debe enfocar en cómo las democracias son capaces de resolver los problemas planteados por las desigualdades, tomando en cuanta que la globalización no es in dependiente de la política. La función del Estado está en la elaboración de programas de combate a la pobreza y en el desarrollo de una red de instituciones y de relaciones que faciliten dichos programas.

La política de bienestar socialdemócrata centra la responsabilidad en el Estado para desmercantilizar la provisión de los beneficios sociales sobre la base de principios de universalidad. igualdad y cobertura global. No existe una relación directa entre igualdad y eficiencia porque los pobres carecen de las propiedades necesarias para disparar mecanismos de responsabilidad que controlen el poder del Estado.

A pesar de las limitaciones burocrático-políticas y su incompatibilidad con los objetivos, el Estado puede intentar alcanzar una mayor igualdad sin menoscabo de la eficiencia. Las políticas

redistributivas del Estado tienden a igualar las oportunidades y opciones de elección de los individuos que la desigualdad limita y que se manifiesta en una falta de libertad para tener acceso en igualdad de circunstancias a los bienes.

Este modelo de bienestar es incompatible con el apremiante avance del capitalismo desregulado, ante cuyas presiones de adaptación, la orientación del bienestar social de la socialdemocracia activamente han redireccionado la aplicación de recursos y servicios a las familias jóvenes. El Estado adopta varias estrategias desmercantilizadoras, tales como la individualización de los beneficios, aliento de la solidaridad basada en la familia y redes primarias, delegar las responsabilidades a instancias locales y fomentando la gestión privada del bienestar para atender a la precariedad integrada de los segmentos en situación de vulnerabilidad social.

En muchos Estados no hay acuerdos en torno a su naturaleza y tareas propias, sus funciones, obligaciones y límites frente a los desafíos de la globalización en sus dos vertientes, como proceso y como ideología. Sin embargo, los analistas y teóricos de los procesos de globalización se equivocan cuando sentencian la muerte prematura del Estado nación, cuando en realidad se aprecia fuertes procesos de transformación de sus funciones en la economía política mundial.

Las naciones-estados, organizaciones y administradores son actores que responden a los retos de las instituciones existentes. El estado ya no es concebido como el conjunto de mecanismos de poder y dominación de una sociedad, pero los imbalances de poder entre los Estados pequeños y las grandes corporaciones transnacionales necesitan ser regulados globalmente.

Las variables encontradas a nivel Estado determinan si un Estado amenazado puede balancear contra el poder acumulado, como lo predice la teoría neorelista.

La efectividad de la extracción de recursos, cuestiona la efectividad de la movilidad de recursos, y por lo tanto las operaciones de balanceo son contingentes en las variables relacionadas con el consenso de las élites acerca de la naturaleza y extensión de la amenaza, la cohesión de las élites o el grado de persistencia de las divisiones internas dentro del liderazgo del gobierno central, la cohesión social en el balanceo de la sociedad y la vulnerabilidad del régimen o gobierno a la oposición política (Schweller, 2006) La naturaleza y elecciones de las elites locales determinan los términos bajo los cuales los países menos desarrollados son capaces de negociar su integración a la economía global. En economías menos desarrolladas o en transición, la búsqueda de rentas saca a los recursos escasos fuera de las áreas productivas en la economía usándolos para promover o perpetuar más rentas futuras. Las tendencias globales siempre tienen su impacto más sin embargo, es el frente local la clave del cambio.

La globalización requiere ser impulsada mediante un proyecto multilateral para la recreación del Estado de bienestar por vía neokeynesiana, en el centro del cual debe estar un ambicioso proyecto educativo en todos los niveles, especialmente para los países no desarrollados (Rodríguez Araujo, 2003). El Estado comercial manejado por burócratas del viejo sistema de planeación estatal sobrevivió hasta finales de la década de los noventa

La expansión del gasto bajo el estado de Bienestar es resultado de un efecto combinado del interés creciente de la población de nuevos arreglos institucionales para la protección del ingreso y la provisión de servicios sociales, los cambios de las fuerzas políticas y una movilización gradual de nuevos votantes. El existente sistema de arreglos del estado de Bienestar influye en la conducta de los votantes.

El incremento gradual de la demanda por la protección del ingreso y la provisión de servicios sociales mediante arreglos del Estado de Bienestar, es resultado de la incertidumbre y de las limitaciones en los procesos de toma de decisiones políticas que deben ser secuenciales. La naturaleza secuencial de los procesos políticos dificulta la coordinación de las demandas de los grupos de interés debido a sus presiones.

El modelo coordinativo, desde un enfoque normativo, no se desarrolla a partir de la creación de la comunidad como el integrativo, sino que lo hace a partir de las prácticas y puntos de vista compatibles que logra mediante demandas a los diversos grupos que forman parte del Estado-nación. Así las comunidades locales pueden ser instrumentos de coordinación más eficiente si logran ventajas de eficiencia por sobre los mecanismos del mercado cuando los contratos son incompletos, y del Estado en los casos en que se tiene la información local. En arreglos de Estado de Bienestar universal que cubre a la población total, los grupos de la población compiten por beneficios y dan lugar a conflictos de interés.

La democracia no es garantía del Estado de Bienestar porque los ciudadanos pueden votar por un gobierno que elimine los programas asistenciales. El incremento del gasto del Estado de Bienestar es influido por las normas constitucionales y por arreglos institucionales que resultan más en sistemas donde hay tendencias de votación mayoritaria que tiende a proteger a ciertos grupos más que en sistemas donde hay más proporcionalidad en las votaciones.

Los sistemas de seguridad social del Estado de bienestar se exponen a los riesgos morales del free rider (gorrón) debido a las dificultades para establecer criterios objetivos que discriminen entre los individuos que debido a su mala suerte lo necesitan y aquellos que se aprovechan de las circunstancias como beneficiarios que no lo merecen. La aplicación de normas sociales en el trabajo puede prevenir la obligación moral que tienen los individuos para sacar provecho propio de ciertos beneficios de los arreglos del Estado de Bienestar.

La dinámica del Estado de Bienestar es potencialmente importante para entender la emergencia de nuevos arreglos y su reingeniería cuando tienen problemas financieros y cuando nuevos desarrollos socio-económicos los hacen menos relevantes, tales como crisis económicas, desarrollos demográficos no esperados, bajas tasas de crecimiento de productividad y desempleo que genera disturbios macroeconómicos. Las políticas para restaurar la viabilidad financiera del Estado de Bienestar se orientar a reducir las tasas de la generosidad de beneficios, altas tasas de impuestos y alargamiento de la edad de retiro.

La estructura de los nuevos arreglos del Estado de Bienestar tiende a depender de la estructura anterior. Los procesos de industrialización por los que atravesaron los diferentes países incrementaron la demanda de arreglos formales de protección de ingresos para algunas eventualidades como desempleo, enfermedad y retiro. Los arreglos del Estado de Bienestar pueden contribuir a la estabilidad social y política y por lo tanto, favorece la inversión real y el crecimiento económico.

Ciertos tipos de interdependencia dinámica entre las conductas privadas y los arreglos del Estado de Bienestar puede caracterizarse como espirales virtuosas, al igual que ciertos tipos de políticas del Estado de Bienestar sobretodo cuando operan simultáneamente en otros fenómenos sociales, como por ejemplo las políticas diseñadas para mejorar la calidad y cantidad de capital humano entre los grupos de bajos ingresos.

En un mundo de alta movilidad geográfica laboral se esperaría que el incremento de las demandas para la provisión de servicios asistenciales al Estado de Bienestar se trasladaría desde los mismos Estados hacia los niveles internacionales, las cuales son probablemente más fáciles de satisfacer en los sistemas basados en contribuciones con cuentas individuales atadas a los individuos independientemente de donde vivan.

El riesgo para emprender puede ser reducido por determinados arreglos del Estado de Bienestar los cuales pueden tener serias consecuencias como un elemento importante para estimular la dinámica económica. No obstante, en sistemas de arreglos de Estado de Bienestar universal, los conflictos de intereses que surgen entre los diversos grupos tienen a incrementarse una vez que se despliega el velo de la ignorancia de la posición socioeconómica de los individuos.

Las normas sociales cambian con el número de beneficiarios estableciendo posiciones de equilibrio político diferentes dependiendo de los patrones del gasto del Estado de Bienestar. Cambios inducidos en las normas sociales son importantes en el caso de los Estados de Bienestar selectivos o residuales y en los universales en donde los beneficios se atan más a la ciudadanía o residencia que a los bajos ingresos, lo que no hace evidente que los costos de administración sean menores en el sistema universal que en el selectivo. Mientras que promueven los valores democráticos apoyan dictaduras de los Estados clientes que reprimen movimientos democráticos para beneficiar a sus empresas y productos.

La reforma del Estado debe vincularse con las formas de gobierno y organizaciones de poderes públicos democráticos. La reforma del Estado debe fortalecer los gobiernos para realizar prácticas más efectivas de coordinación, comunicación, flexibilidad y participación, que tienden a la eficiencia adaptativa pública y privada, promueve el aprendizaje social para la formulación e implantación de políticas públicas que garantizan un mejor desempeño del crecimiento económico y desarrollo social. Por lo tanto, la reforma del Estado debe partir de una visión de su papel en el nuevo modelo de desarrollo.

Se propone la formación de un Estado ampliado como una esfera o espacio de acción donde concurran y colaboren en forma sostenida las instituciones de las esferas del Estado y la sociedad civil para impulsar proyectos que sean comunes, sin que ninguna pierda su identidad, la cual se manifiesta y s expresa en las diferentes instancias espaciales.

El Estado resulta ser una entidad económica y política demasiado grande para ser local y demasiado pequeña para ser global. Para atender las diferencias locales, bajo un enfoque de federalismo, el Estado debe formular e implementar políticas diferenciales que consideren sistemas de incentivos al comportamiento de los actores sociales y políticos para desactivar la relación perversa existente entre la clase política y el clientelismo y operen como articuladores del desarrollo económico social local.

La ampliación de la participación de los gobiernos locales en la solución de sus propios problemas, requiere de estructuras político burocráticas diferentes a las actualmente adoptadas por el Estado nación, por lo que será necesaria su transformación para adaptarse a desempeñar un nuevo papel. Los cambios en la política social tienen un impacto desigual en los papeles y responsabilidades del Estado en los diferentes sectores y un impacto moderado en el éxito en el fortalecimiento de la capacidad de administración social de los gobiernos locales.

Habermas (1994) sustituye la identidad nacional por la identidad postnacional con fundamento en el Estado de Derecho y la democracia. El surgimiento de un nacionalismo cosmopolita formador de identidad postnacional es la consecuencia directa de identidades nacionales que están en apertura a entornos que exigen más tolerancia y pluralidad ideológica, y que se basa en los principios universalistas del Estado de Derecho y de la democracia. Para que el Estado nación alcance sus objetivos en esta comunidad imaginada, los extranjeros no se les dejaría en la percepción de patriotas que son residentes y se convierten en autóctonos.

El papel del Estado democrático entra en conflicto con el capitalismo postindustrial globalizador entre los procesos de mercantilización y desmercantilización de la política social. El surgimiento del Estado postnacional evoluciona el concepto de nación como el invento moderno que legitima el dominio de un pueblo politizado sobre un territorio determinado.

De acuerdo a Castells, el Estado-red plurinacional es el Estado real actual que surge de la red de los Estados-nación y que requiere de una nueva legitimidad política. La estructuración flexible del Estado-red en el concepto de Castells (1998) se combinan los principios de subsidiariedad, flexibilidad, coordinación, participación ciudadana, transparencia administrativa, modernización tecnológica, transformación de los agentes y retroalimentación en la gestión.

La ciudadanía ha estado alcanzando nuevos espacios de participación frente al Estado en las últimas décadas, pero además emergen nuevos actores sociales que se reconocen en su ser ciudadano

conscientes para involucrarse como agentes en el nuevo sistema social en prácticas concretas de participación ciudadana que puede ser distributiva, relacional y representacional. El buen gobierno propicia beneficios que facilitan la participación ciudadana, mantienen la estabilidad política, garantizan la transparencia y la existencia de un estado de derecho que crea confianza entre los ciudadanos (Orozco, 2001).

Una ciudadanía activa en el ejercicio de sus derechos políticos, civiles y sociales y un Estado de Derecho legitimado son requisitos de un sistema democrático. La naturaleza del poder político que expresa el Estado se delimita en función del grado de legitimidad alcanzado por la participación ciudadana. La ciudadanía ha estado alcanzando nuevos espacios de participación frente al Estado en las últimas décadas, pero además emergen nuevos actores sociales que se reconocen en su ser ciudadano conscientes para involucrarse como agentes en el nuevo sistema social en prácticas concretas de participación ciudadana que puede ser distributiva, relacional y representacional.

El reconocimiento de los derechos de los ciudadanos en un Estado de Derecho y un sistema democrático, constituyen la base de los procesos de descentralización y el control social. La ciudadanía tiene que participar en la gestión de los servicios públicos para legitimar las acciones de un Estado ágil, con un gobierno que integración y equilibrio social y que atiende a las demandas sociales.

El Estado de Derecho sustentable en una democracia radical se define como el ideal en el que la ley se aplica igualmente a todos los individuos, es decir en forma de isonomia que incluye a gobernantes y gobernados por igual. En la agenda del Estado de Derecho, quedan por resolverse algunas cuestiones importantes, entre las que se destacan, la diversidad de legalidades que coexisten en un mismo territorio y cuyos marcos comunes pueden ser el fundamento para una más avanzada, la institucionalidad informal que sustituye o coexiste con la formal y contribuye al debilitamiento de las instituciones. Los límites de la legalidad no son los mimos de lo legítimo.

La reforma política implica la reforma del Estado y la reforma de las instituciones de gobernabilidad. De hecho, los contenidos de un pacto de gobernabilidad deben quedar trazados en la agenda de la reforma del Estado, de tal forma que vincule la gobernabilidad con la democracia en la transición del Estado, que aliente la participación ciudadana como base de los procesos de democratización. La mayor parte de las actividades económicas pueden estar representadas como procesos continuos con transiciones de Estados a Estados en los cuales los agentes pueden afectar el curso de las transiciones, y la aprobación de algunos agentes se requiere para las transiciones.

El orden político tiene como principios la relación que existe entre los fines legítimos del gobierno y los derechos de los ciudadanos, establecimiento de límites a la toma de decisiones gubernamentales, la relevancia de decisiones políticas sobre derechos que son ampliamente y valiosamente aceptados da lugar a mayores niveles de captura de rentas, por lo que North, Summerhill y Weingast (2002) concluyen que una reducción en la relevancia de las decisiones políticas permite al Estado la creación de compromisos más creíbles, esenciales para mantener los derechos políticos.

Los derechos políticos, cívicos, sociales y jurídicos como elementos de un proyecto de vida social se ejercen en el ámbito del Estado nación, entidad que conforma la voluntad de un pueblo para establecer elementos de relación pacífica, enlace cultural y entendimiento con otras culturas. La teoría de la autoridad –cultura de Eckstein (1996) sostiene que el papel dinámico de la cultura en los procesos de cambio político.

El nuevo modelo de gestión pública requiere que los procesos de formulación e implementación de las políticas públicas están estrechamente vinculados con las capacidades del Estado y sus contribuciones al logro de la gobernabilidad democrática.

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