Nº23 The Way Out Magazine

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NúMER0 23 - diciembre 2014 - WWW.THEWAYOUTMAGAZINE.COM FREEDONIA, NOTAS DE LIBERTAD Y SOUL_DAVE GROHL QUIERE SER UN TODOTERRENO_BURTON ABRE LOS OJOS (DE TODOS)_ SORKIN INTENTA UN KAPUSCINSKI_LLENAS HABITACIONES VACÍAS_MANCHAS REIVINDICATIVAS EN LAS PAREDES the way out mag

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Edición Diciembre 2014 con una entrevista al grupo Freedonia, un reportaje sobre la serie 'The Newsroom', un perfil del polifacético Dave Grohl, una mirada a la última película de Tim Burton, un reportaje fotográfico de Pablo Lecroisey y los diseños de Néstor Travieso.

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el calladode

nirvana

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sumario

Edición gráfica y diseño_ Fernando Santise i Edición y comunicación_ Alejandra Garcés i diseño web y redacción_ juan pablo merchán | Redacción_ Montserrat de la Iglesia y Alberto López i Colaboraciones_ auxi campos, paula de aguirre, pablo lecroisey, david rafael martínez, elvira rilova y néstor travieso i foto de portada_ freedonia

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miedomedia

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POR MONTSERRAT DE LA IGLESIA

EL MEJOR

OFICIODEL

MUNDO

Aaron Sorkin finaliza su serie The Newsroom con la tercera temporada, que ha suscitado curiosidad entre sus fans. también entre sus detractores, que sentenciaron el producto televisivo desde su primer capítulo. Jugando con la realidad ficcionada, Sorkin acerca al gran público la redacción de noticias de un canal de tv.

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PERIODISMO

Los acontecimientos de The Newsroom arrancan en 2010, cuando el uso de algunas herramientas digitales no estaba tan extendido como en la actualidad. En la mayor parte de la serie aparecen relegadas a un segundo plano y es notable la batalla que presentan los periodistas de

la antigua escuela, que miran con recelo estos nuevos recursos, a los jóvenes que exprimen las posibilidades de Internet para obtener información y fuentes. En concreto es el personaje de Neal Sampat el que ilustra al resto de la redacción sobre las posibilidades 2.0.

HERRAMIENTASD I G I T A L E S

Toda información ha de ser contrastada antes de publi-carse. En numerosos capítu-los se observa cómo la llega-da de una noticia no se emite hasta no ser confirmada por varias fuentes. Aunque es en la segunda temporada cuan-do el periodismo de investi-gación está más presente al

desarrollarse, paso por paso, la recopilación de datos y su posterior publicación en ante-na. También las consecuen-cias de haber dado por fiables fuentes que no lo son al 100%, aunque las consecuencias de semejante fallo se vean muy atenuadas, inexistentes de he-chos, en la serie.

P E R I O D I S M O DE

INVESTIGACIÓN

Ese gran unicornio que apare-ce en la teoría, pero no en la práctica resulta casi imposible de conseguir ya que, el mero hecho de escoger un titular o unas palabras para hablar de una noticia hacen que la opinión del periodista quede plasmada en su redacción. En el caso de Will McAvoy su au-sencia resulta más que eviden-te. El protagonista comienza siendo un periodista aséptico, que no se implica en sus in-

formaciones. Con la incorpo-ración de Mackenzie McHale, da un giro de 180º situándo-se en el lugar de una posición completamente opuesta. Los informativos que presenta es-tán cargados de opinión y sin aviso de ello. Además, su su-puesta objetividad, sus ganas de buscar la verdad y su ca-pacidad para contrastar datos parecen olvidados a la hora de analizar la labor del Partido Demócrata.

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este artículo contiene spoilers!

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Un periodista debe saber hacia dónde enfocan las luces. No tiene que ser la noticia, sino transmitir la noticia. El personaje interpretado por Jeff Daniels goza de popularidad y dinero. Posa ante sus fans y firma autógrafos a la salida del trabajo. Parece una estrella de rock. Desprecia a sus subordinados, de los que desconoce el nombre y otros datos personales. Pero camina por una cuerda floja. Cuando no goce de la aprobación del público o la dirección, caerá en el olvido. Como tantos otros.

LA F IGURAMEDIÁTICA

PERIODISMOEl periodismo es un negocio. Si no hay audiencia, no hay anunciantes y, sin ellos, no hay dinero. La presión del share está muy presente en la línea argumental de la primera tem-porada. El público manda y puede encumbrar o hacer caer

a un profesional de la televi-sión. En el caso de Will McA-voy resultará molesto para los intereses políticos y económi-cos de la directora del grupo, Leona Lansing, quien intentará desprestigiarle públicamente para poder despedirle.

P R E S I O N E S E X T E R N A S

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LA SERIEDESENLACES

ÉPICOS

Como si de una batalla se tratara, el equipo de noticias de ACN se enfrenta en cada capítulo a las adversidades más variadas empuñando la espada de la dignidad y la responsabilidad de contar la verdad. Aunque, en ocasiones, parezca sólo su verdad y presten más atención a intereses personales que a la historia que les ocupa.

Sin excepción. Todos y cada uno de los personajes feme-ninos parecen haberse dete-nido en la adolescencia más recalcitrante y se muestran volubles, huecas y sensible-ras. Incluso Sloan Sabbith. Cuando parecía ser la única en salvarse comienza a entrar en la dinámica sentimentaloide y sensiblera del resto de mu-jeres y acepta sin desagrado

algunas referencias machistas y despectivas con las que lla-man su atención. Se salvan de la crítica algunos roles secun-dario como el de Hallie Shea o Rebecca Halliday, durante la segunda temporada. En un in-tento de defensa, decir que los personajes masculinos tampo-co salen demasiado airosos de una inteligencia emocional más propia de un teenager.

M U J E R E S E S T Ú P I D A S

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LA SERIE

En las conversaciones en-tre McAvoy con McHale, pero sobre todo con Charlie Skinner, se entrevén unos gustos culturales muy con-cretos. Referencias litera-rias, musicales y cinemato-gráficas plagan los diálogos

de conversaciones poco corrientes, que resultan un guiño fácilmente reconocible por bibliófilos, melómanos y cinéfilos. Algunas alusiones históricas y a los cómics, completan los comentarios didácticos.

CULTURALMENTE EDUCADOS

Desde el primer capítulo, queda más que patente el gusto patriótico que despren-de toda la serie. El monólo-go inicial con el que McAVoy deja pasmada a la “pijita” comienza como una crítica al sistema estadounidense, pero se torna esperanzador y amable: “América no es el

mejor país del mundo, pero puede serlo”. Cada una de las tramas que tienen más o menos que ver con la política, dejan un regusto nacionalis-ta con algo de arrogancia y superioridad. Obviamente, el capítulo dedicado al asesina-to de Bin Laden eleva el tono devoto.

ESE GRAN PAÍS

Exageradas, almibaradas y poco creíbles. Así son las per-sonalidades que Aaron Sorkin elige para todos los personajes de The Newsroom. En cada capítulo las conversaciones grandilocuentes recurren a fi-guras de la literatura clásica -Don Quijote parece el leitmo-tiv del protagonista- para rea-firmar su posición ante las ad-

versidades. Pero de pronto, se tornan ñoñas e inconexas en un sinsentido que convierte a cada personaje en inverosímil e irritante. ¿Es necesario que Mackenzie McHale grite tanto y tan a menudo? Y la pedida de mano con la que termina la segunda temporada, ¿no po-día haberse evitado? Quiza la mezcla esté desequilibrada.

PERSONALIDADES I R R E A L E S

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Gabriel García Márquez defi-nió el periodismo como el me-jor oficio del mundo. Pese a las críticas negativas, Aaron Sorkin parece haber querido hacer un homenaje a los pro-fesionales de la comunicación. Desde la intro de la primera temporada –cuyo tono pa-reció suavizar después tan-to en la música, como en las imágenes- rendía admiración por aquellos informadores de gafas de pasta negra, cafés

sobre la mesa y bolígrafo en mano, que contaban la actua-lidad diaria a través de la pe-queña pantalla. Aunque erró en las formas. Demasiadas in-congruencias narrativas y en la construcción de unos persona-jes que no han convencido al público desde su llegada. Aun-que sí a la crítica, que no ha dudado en nominar a la serie y otorgar sendos premios a Jeff Daniels y Jane Fonda por sus respectivas interpretaciones.

TERCERA TEMPORADATERCERA TEMPORADA

PERIODISMO.. .PESE ATODO

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Pese a la mala praxis puesta de manifiesto en la segunda temporada con el Caso Géno-va, ninguno de los implicados presentó finalmente su dimi-sión. Después de semejante final, pocas expectativas se levantan en torno a la tercera temporada. A excepción de las sentimentales. La nueva pare-ja formada por Sloan Sabbith y Don Keefer; la eterna rela-ción amor-odio entre Margaret Jordan ‘Maggie’ y Jim Harper; y por supuesto, la boda de Will McAvoy y Mackenzie McHale.

El primer capítulo de la última temporada se titula Boston. La acción se sitúa en los atenta-dos que tuvieron lugar al fina-lizar la maratón, el 15 de abril de 2013. Pero tras los crédi-

tos, el episodio abre con una conversación entre los dos protagonistas sobre los prepa-rativos del enlace. Suerte que la narración deja a un lado ese hilo argumental y entra de lle-no en el despliegue informati-vo que se realiza para cubrir la noticia. Recuerda al arranque del primer capítulo de la pri-mera inicial, en el se observó la puesta en marcha de la re-dacción de ACN News por pri-mera vez.

Los altibajos, de los que está plagada la serie, son más que evidentes en este nuevo arranque. Si la última entrega dejará o no con buen sabor de boca a quienes decidan visio-narla, será noticia sólo al final de The Newsroom.||

TERCERA TEMPORADATERCERA TEMPORADA

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cocheras

EL SOUL DELA CLASE

TRABAJADORA

Tras lanzar su segundo trabajo, Dignity and Freedom, Freedonia sigue la estela de la música soul tradicional, dando un portazo a las discográficas y proclamando revoluciones que van más allá de las de los vinilos de siete pulgadas.

POR PAULA DE AGUIRRE | IMÁGENES CEDIDAS POR FREEDONIA

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“Nosotros No somos Marca España. Somos la gente que Nos apoya. Nos queremos hacer abuelos tocando juntos, y si esto tiene que suceder en otro país, que así sea”

Está claro que no hace falta haber nacido en el mid-west de Estados

Unidos para componer funk y soul de calidad. Una apoteósi-ca escena madrileña da cuen-ta de ello en la última década. Tan solo hay que echar un vistazo a las agendas de ocio y a la programación de los clubes de la capital –El Junco, Tempo, Marula, Café Berlín, etc.- para comprobar que son cada vez más los proyectos musicales inspirados por un sonido old school que parece haber surgido en el Detroit de los años 50 y 60. Nuevas edi-ciones de los festivales Cultu-ra Inquieta en Getafe o Black is Back en Matadero Madrid se suceden año tras año, eri-

giéndose como citas de obli-gado cumplimiento para cual-quiera con ganas de mover un poco el esqueleto o disfrutar de un buen directo.

En mitad de este panorama ocupa un lugar destacado Freedonia, una big band de diez músicos españoles que empezó a hacer sus pinitos en los chiringuitos de la cos-ta gaditana. Una gran familia en la que no falta una front woman a la altura con nuevo rostro –el de Mayka Sitté- que amenice los conciertos a gol-pe de cadera y virtuosismo vocal.

Canciones de tinte vintage grabadas íntegramente en

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“Nosotros No somos Marca España. Somos la gente que Nos apoya. Nos queremos hacer abuelos tocando juntos, y si esto tiene que suceder en otro país, que así sea”

analógico y un apasionado directo son las mejores armas de este grupo, el cual ha conseguido colgar el cartel de ‘Aforo completo’ en repetidas ocasiones. Una prueba más de que este tipo de música no deleita únicamente los oídos de aquellos nostálgicos por el vinilo.

Más allá de la palabra que da nombre al país ficticio lidera-do por un delirante Groucho Marx en Sopa de ganso, Free-donia conceptualiza toda una

filosofía cooperativista e inde-pendiente que sus miembros enarbolan con orgullo y que se apoya en el trabajo colecti-vo, tanto en la escritura de las letras como en la composición de las melodías: “Somos una working class de músicos em-prendedores […] No aposta-mos por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), seguimos el camino de la au-togestión y dividimos las dife-rentes áreas de trabajo entre los distintos miembros de la banda”, asegura el batería

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Israel Checa. “En una forma-ción horizontal como la nues-tra no intervienen los egos. Todos nos implicamos al mis-mo nivel.” secunda el trombo-nista Israel Carmona.

Ante tal pensamiento, surge de manera irremediable el in-terrogante sobre si es posible asegurar, de este modo, la sostenibilidad de una banda tan numerosa. No obstante, un recorrido por la breve his-toria de Freedonia pone de manifiesto la importancia del público y su gusto por los pro-yectos arriesgados: del pri-mer disco se vendieron más de 5.000 copias tras haberse financiado por crowdfunding, y en la publicación del recién estrenado Dignity and Free-

dom han seguido los pasos del anterior, protegiéndolo con licencias Creative Commons. “Puedes compartir y copiar nuestra música sin ánimo de lucro. No te vamos a conside-rar un pirata por ello. Además, si a la gente le gusta cómo sonamos, nos apoyará vinien-do a los conciertos”, explica un confiado Israel Carmona.

Dignity and FreedomCon el Café Central al borde de la clausura y la reciente renuncia de dos premios na-cionales de las artes por parte de Lupita y Jordi Savall en tan solo una semana, el ecosiste-ma cultural patrio se ha visto impregnado de un malestar generalizado. En este contex-to, el último disco de Freedo-

“Puedes compartir y copiar nuestra música. No te vamos a considerar un

pirata por ello“

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nia presume de unas melo-días que, a pesar de ser más pausadas respecto a las del primero, transpiran revolución e inconformismo por los cua-tro costados. Reminiscencias a heroínas del manga y al arte constructivista soviético alu-den en la gráfica del álbum a un momento actual en el que, según los componentes de la banda, se hace necesario lu-char por las aspiraciones per-sonales y reclamar esa dig-nidad perdida en los últimos tiempos: “Nosotros no somos Marca España. Somos la gen-te que nos apoya. Nos que-remos hacer abuelos tocan-do juntos, y si esto tiene que suceder en otro país, que así sea”. Afortunadamente, no pa-rece que vayan a marcharse

por el momento, sobre todo a juzgar por la calurosa acogida que recibieron el pasado vier-nes 5 de diciembre en la Joy Eslava, donde cientos de se-guidores fueron incapaces de mantener el trasero quieto y contener su entusiasmo.

En conciertos como éste, el espectador cae en la cuenta de que Freedonia es el ejem-plo más de una banda que se crece ante la adversidad en periodos convulsos. Su pa-sión por la música y la lucha constante por dignificar la pro-fesión remiten a aquella céle-bre frase de la activista Emma Goldman. Porque una revo-lución en la que no se pueda bailar carece totalmente de interés.||

“En una formación horizontal como la nuestra No intervienen los egos. Todos

Nos implicamos al mismo nivel”

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Néstor Travieso

APARICIONESMARIANAS

De la necesidad nace el arte, de la pobreza el ingenio, de las ganas de aplastar fantasmas se origina y se impregna la obra de Néstor Travieso. Al ver la obra de Travieso, uno entra en un profundo trance evocador de iconografías que simbolizan la historia, nos enfrenta a nuestro pasado desde una visión actual y nos enseña, que el hombre es quién es a pesar de su historia, que cambian los entornos, los medios y las formas, pero la esencia humana se graba en papel, haciéndonos conscientes de nuestros errores y que éstos pueden ser efímeros a la vez que

reiterativos, entendiendo la vida como una espiral. Nos damos cuenta así, que nuestra existencia se conforma de un único objetivo: trascender. Apariciones Marianas nos va diluyendo en un sueño lleno de brutalidad, de impacto, que nos subvierte en un pensamiento vital de querer algo nuevo o bien con ganas de irte al bar y diluirte en alcohol, en un vaso de whisky y formar parte de su obra. Sin duda, Néstor Travieso en sí, es una aparición mariana en el panorama del arte contemporáneo en nuestro país, y lo está demostrando a cada pulsión.

por Auxi Campos f a c e b o o k | f l i c k r

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sección

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perfil de frente

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DAVE GROHL,MEGALOMANÍA

DE ESTADIO

integrante de una de las bandas más importantes de la historia. Cabeza pensante de uno de los grupos más grandes del rock ‘n’ roll actual. Revientataquillas en los estadios más gigantescos del planeta. Ahora le toca consagrarse como director de documentales musicales. reinvención.

POR ALBERTO LÓPEZ

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El año que toca a su fin, y en particular su último ter-cio, puede que haya sido

el más relevante en la biogra-fía de Dave Grohl (Warren, Ohio, 1969). El pasado 10 de noviembre publicaba su oc-tavo disco de estudio con su banda Foo Fighters, un mes antes HBO estrenaba su mas-todóntico proyecto audiovisual titulado –al igual que el álbum- Sonic Highways y el 2014 ha supuesto el vigésimo aniver-sario del nacimiento del grupo que le ha consagrado como le-yenda viva del rock ‘n’ roll. Y a la vuelta de la esquina espera un año de girar sin parar lle-nando estadios.

VOSOTROS, NIRVANASobran las palabras cuan-do se trata de la banda que revolucionó la música alternativa en los noventa. Kurt Cobain y los suyos no sólo vendieron millones de discos y transformaron la forma de pensar de una generación, también perfeccionaron un estilo musical y se convirtieron en leyenda. A principios de año entraron, por fin (hasta ahora no había sido posible), en el Rock ‘N’ Roll Hall Of Fame donde varios artistas de la talla de St. Vincent o Lorde rindieron homenaje a la banda.

Durante el discurso de aceptación eran varias las

personas que subieron a recibir el galardón -incluida una Courtney Love que pocos amigos tenía en ese escenario- pero fue Dave Grohl quien se llevó los mayores vítores y el foco centralizado del público. “Yo era el callado”, así comenzaba el discurso de agradecimiento el que fuese el quinto batería del grupo pero sin duda el más conocido. Esos días en los que aparecía siempre en un segundo plano, alejado del protagonismo de Cobain parecen ahora extrañamente lejanos teniendo en cuenta quién representa Nirvana para los melómanos, Novoselich a un lado.

En aquellos tiempos, Grohl era un tipo tímido, con ínfulas de compositor que dejaba para su hogar los momentos de creatividad, con intención de no entrometerse en la dinámica compositiva de sus compañeros de banda. Un tipo que sentía vergüenza al dejar al líder del grupo escuchar su propio material personal.

YO, FOO FIGHTERSSin embargo, tras la repentina muerte de Kurt Cobain en 1994, no sólo la música se quedó paralizada, también sus compañeros en el grupo, que afrontaban un momento de fama y éxito por el que

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muchos artistas matarían ante el que no podían doblegarse. Nirvana ya no existía y era momento de hacer otras cosas.

Grohl decidió entonces salir del caparazón y grabar, en colaboración con Greg Dulli, su repertorio privado. Tras un par de demos que llamaron medianamente la atención de su círculo más próximo, editó en 1994 Foo Fighters, álbum de debut de la banda homónima con la que el gran público pudo ver una nueva faceta del batería de Nirvana.

Un año más tarde editaría The Colour and The Shape, considerado como el mejor disco de la banda hasta el momento y en el que ya sería parte integrante Nate Mendel, único miembro actual que ha permanecido de forma ininterrumpida a lo largo de los cuatro lustros del grupo. Durante los años siguientes las salidas de miembros, los jugueteos de compañeros con las drogas, la amenaza constante de una posible separación y siete discos de estudio han forjado el álter ego del Grohl celebrity que es hoy.

Además de dirigir todos y cada uno de los pasos de Foo Fighters, Grohl ha seguido entregado a la música en

otros proyectos. Grabó las baterías de uno de los mejores discos de la década pasada, Songs for The Deaf (2004) de Queens of The Stone Age; creó Probot, un proyecto en el que consiguió reunir a sus músicos favoritos de heavy para que tocasen con él, y junto con Josh Homme y John Paul Jones forma parte de Them Crooked Vultures, quizá el más respetado de los tan en boga últimamente supergrupos, esas bandas que alinean a astros en sus filas.

Todo el mundo quiere colaborar con él, incluso los detractores tienen que admitir que es uno de los mejores baterías de la historia. Ha creado un particular estilo compositivo reconocible en un par de segundos, cada nuevo lanzamiento de su banda es un acontecimiento mundial. ¿Qué más queda por hacer?

SUPERYO, SONIC HIGHWAYSEl ego no tiene límites, sea una persona afable o no la que lo posea. Y con los años Grohl ha demostrado primero, ser risueño, amable y un tío encantador, pero también ser una persona megalomaníaca con grandes aspiraciones artísticas.

Esa necesidad de crear sin parar le llevó en 2013 a dirigir

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Sound City, un documental centrado en un estudio de grabación mítico del mismo nombre. Para ello, no solo se entrevistaba a sí mismo (delirios) sino también a leyendas vivas como Paul McCartney, Trent Reznor, Frank Black o Tom Petty entre otros muchos. Como todo proyecto en el que se involucra, resultó faraónico, con una gran campaña de marketing (incluidos los Grammys, donde Grohl es un habitual), conciertos y banda sonora de lujo compuesta para la ocasión. El resultado, más allá de su valor musical, es un documental muy bien trazado que demuestra un talento natural para narrar historias potentes.

Aunado el éxito de su debut cinematográfico con la necesidad de reinventar a Foo Fighters tras el aclamadísimo Wasting Light (2011), el originario de Ohio se embarcó en la epopeya de su carrera. Sonic Highways, una magistral serie de televisión que dibuja un mapa sin igual sobre las raíces de la música americana. Sonic Highways, un disco que acompaña a esas imágenes grabado en ocho ciudades distintas del país. La idea es simple pero

impresionantemente atractiva: cada nueva canción de Foo se graba en un estudio de una ciudad mítica de Estados Unidos; durante la semana previa a la grabación, Dave entrevista a celebridades de la música local que, a través de sus declaraciones, forman parte de la propia canción a través de las letras. Todo ello registrado y coordinado bajo la dirección de Grohl.

El resultado, sin embargo, es desigual. Por separado, funcionan de maravilla. El octavo disco de estudio es rock ‘n’ roll puro, ocho canciones que destilan confianza y estilo propio. La serie es una obra que encumbra a su director. Pero en el árbol que pretende que crezca no se aprecian las semillas de la cultura americana.

Millones de discos vendidos, genio del marketing, leyenda viva, cuarto mejor batería de la historia, genial director de cine, y además, cae bien. Dave Grohl debería ser odiado por la envidia que corroe estos tiempos, sin embargo, no es así. Y es que es de esas pocas personas que aprietan lo mismo que abarcan.||

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GROHl HA dEmOSTRAdO SER RISUEñO, AmAblE Y UN

TíO ENCANTAdOR, PERO TAmbIéN SER UNA PERSONA

mEGAlOmANíACA

AdEmáS dE dIRIGIR TOdOS Y CAdA UNO dE lOS PASOS dE FOO FIGHTERS, GROHl HA SEGUIdO ENTREGAdO A lA múSICA EN OTROS

PROYECTOS

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reflex_on

PABLO LECROISEYHABITA-ACCIONES

Habita-acciones reflexiona sobre la inte-racción entre los espacios inusitados y la des-contextualización de los personajes que los habitan, explorando así las diferentes acciones que son susceptibles de ocurrir en estos am-bientes inesperados. Así pues, la serie de Pa-blo Lecroisey explora como los entornos funcio-nan como un elemento clave en la construcción de la identidad de los retratados en las fotogra-fías y de las situaciones que estos crean.

La fotografía convencional de estudio se saca aquí de contexto invadiendo complejos esce-narios (desde una sala de un centro cultural o un restaurante de lujo hasta el estudio de un pintor o una decrépita mansión señorial). La calma y la inspiración del estudio son sustitui-das por escenografías insospechadas que dan lugar a situaciones de todo tipo, desde de imá-genes vibrantes, transmisoras de energía y mo-

vimiento hasta escenas de corte intimista, que en cualquier caso, llenan el espacio, dotándolo de un nuevo significado.

Todas sus fotografías incluyen retratos de per-sonajes que interaccionan, bien entre ellos, bien con su entorno, en un excesivo teatro re-pleto de energía.

Lecrosey activa en sus fotografías un mecanis-mo por el cual sus personajes pueden inventar-se una manera de proyectarse a ellos mismos según la narrativa que quieran representar en ese momento. El resultado son objetos y situa-ciones extraídas de su contexto habitual y con-vertidas en escenas reales, plenas de concep-tos, donde la luz que los baña (esa luz lechosa, de corte barroca) es otra protagonista más de la efectista imagen. Habita-acciones es la ente-lequia en estado puro.

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por Elvira Rilova

KUCHIFM

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sala cinco

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TIM BURTON,COLECCIÓN DE RETINAS

Walter keane supo venderse bajo la corriente pictórica big eye art, aunque refugiado en el embuste del marketing engañoso y el oportunismo. Como regalo de Navidad, Tim Burton promete con Big Eyes desenmascarar al supuesto artista que ganó millones sin pintar ninguno de los cuadros que promovió.

POR DAVID RAFAEL MARTÍNEZ | IMÁGENES CEDIDAS POR EONE FILMS

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Como es habitual en su obra, Burton vuelve a fragmentar la reali-

dad dividiéndola en mundos paralelos para presentar su nuevo film, Big Eyes. Si Alicia tuvo que atravesar el espejo para poder relatar todo lo que allí encontró, y la Novia Cadá-ver se debatió entre los vivos y los muertos con el único fin de conquistar a su amor, el naci-do en Burbank, California, acu-de en esta ocasión a la turbu-lenta biografía de la retratista Margaret Keane y la peculiar relación que mantuvo con su esposo Walter, ofreciendo al espectador dos puntos de vista muy diferentes de lo que es el éxito profesional.

Margaret ya pintaba antes de contraer matrimonio con Wal-ter en 1955, pues el nacimien-to de su primera hija −fruto de una boda anterior− le supone el punto de partida en la ico-nografía que posteriormente le concederá la fama interna-cional: niños y, mayormente niñas, de rostros tristes y me-lancólicos, cuyos globos ocu-lares están desproporcionados en tamaño con respecto a su cuerpo.

Aunque igualmente estuvie-se interesado en la ocupación de pintor, el talento de Walter era muy distinto: un seguidor de las técnicas de venta, con las que logró convencer a los consumidores para que ad-quirieran sin recelos dichas obras de temática pueril y du-

doso valor artístico. Durante la actividad comercial Mar-garet permanecía en casa, mientras Walter ofrecía el producto como suyo propio, adjudicándose la autoría de los lienzos, pues aseguraba haber contemplado esas mis-mas decadentes expresiones que aparecen en los cuadros tras su visita al Berlín de 1946 para estudiar Bellas Artes. Así tocaba la fibra sensible de los que se acercaban curiosos al improvisado stand callejero del que se valía como puesto de transacción.

Su viaje migratorio entre Norteamérica y Alemania era cierto, pero jamás pintó aquellos muchachos desvalidos víctimas de la guerra. La artífice era Margaret, que pasaba 16 horas diarias encerrada en el hogar marital creando más y más ejemplares.

La noche que ella decide acompañar a Walter en una de sus tantas jornadas de venta ambulante en el entorno del The Hungry i Nightclub, derivó en el descubrimiento de la trama perpetrada por su marido. Pese a quedar atónita, no lo delató ante los que allí se congregaban, obviamente superada por la decepción.

Con el fin de que la mentira nunca saliera a la luz, Walter obligó a su mujer a trabajar tan duramente que no le quedaba tiempo para mantener

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amistades ni desempeñar el ocio. La excusa era la gran fortuna que estaban amasando, y como sedante psicotrópico, el farsante de la paleta y los pigmentos compró para su familia una lujosa residencia al más puro estilo estrella de Hollywood.

Walter disfrutaba de la popularidad y el codeo con las celebridades, tanto en el exterior como en el interior del hogar, organizando alocadas fiestas en la piscina privada a las que acudían sugerentes féminas y personalidades del momento. Ajena a todo este desenfreno, Margaret continuaba pintando y pintando recluida en su habitación.

Burton concibe el universo de Walter (Christoph Waltz) y la vida en pareja durante los momentos felices bajo los tonos pastel, la moda sixties, el sol californiano y las buenas vistas económicas de un país que no paraba de crecer desde el estallido del conflicto armado en Europa. Sin embargo, cuando Margaret (Amy Adams) aparece en solitario, absorta en sus quehaceres pictóricos, el director le reserva una tenue y perspicaz apariencia lúgubre, presente tanto en

su rictus y en su corazón como en los elementos escenográficos que la circundan: un triste, hermético y casi oscuro habitáculo en el que desempeñar su oficio, rodeada de grises y demás colores planos que bañan las efigies inmaduras y los espacios de las pinturas colgadas en el estudio, y esos tremebundos ojos protagonistas de las anteriores que la miran con lástima. Se crea así una atmósfera tétrica solo quebrantada por el rubio platino de los atusados cabellos de Margaret.

Burton rinde tributo a una de sus artistas predilectas a partir de estos juegos cromáticos tan frecuentes en su filmografía, los cuales, más que simbólico, interpretan un papel estético que embellece la narración de la historia, convirtiéndose en la herramienta potencial del largometraje. Recurre a la versión directa de los hechos por parte de la misma Margaret, quien incluso aparece sutilmente en pantalla cual octogenaria figurante.

Como coleccionista de la obra de Margaret, es loable que Burton evidencie en el filme cómo el primigenio renombre devino. No por la apreciación de la crítica, sino gracias a

Los grandes ojos lacrimosos pintados por Margaret causaron

furor en artistas venideros

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la campaña publicitaria que Walter proporcionó a los óleos, atento a difundirlos mediante el merchandising en forma de reproducción a escala postal de recuerdo, ésta, accesible al bolsillo de todo tipo de beneficiarios: la cultura de masas.

El boca a boca hizo llegar el apellido Keane a los oídos de los más influyentes, y creyéndose una genuina pero encarcelada Tamara de Lempicka, Margaret llevó al lienzo los perfiles de la élite social de la época, siempre dispuestos sus integrantes a subirse al carro de cualquier tendencia en alza con tal de seguir perteneciendo al selecto círculo.

En el instante en que la vida marital se interrumpe y, tiempo después, la autora se arma de valor para contar la verdad y solventar el embrollo ante

los tribunales allá por los 80, es cuando estas pinturas nada virtuosas cargadas de mojigatería adquieren un sentido, representando el trauma de una mujer maltratada psicológicamente.

Los grandes ojos lacrimosos pintados por Margaret causaron furor en artistas venideros como Mark Ryden, anclándose en lo kitsch, la siniestralidad de la sangre y la vinculación del sexo, la política y la religión a figuras infantiles, traspasando el puritanismo de Margaret hasta rozar el esperpento. Eso sí, superándola técnicamente.

Mejor descubrir la historia a través de la experiencia plástica brotada de las manos y el ingenio de Tim Burton. Seguro que visualmente tiene muchas más cosas que ofrecer que una pintura de Margaret Keane.||

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