Reincidente 30

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Año III, Número 30, 1ra. quincena de marzo de 2012 * Reincidente no incluye sección de Sociales E sta imagen parcial, promovida desde el poder, siempre intentó descalificar o desacreditar a las organizaciones y a sus militantes, mostrándolos a la opinión pública con rasgos más cercanos a los de la delincuencia organizada que a los de organizaciones políticas que planteaban un cambio social. Aún entre los más informados, existió la idea de que estas organizaciones surgieron y actuaron de for- ma contestataria por la represión gubernamental en la masacre del 2 de octubre de 1968 y la del 10 de junio de 1971, y que no contaban con una verdadera pro- puesta de cambio social. Estas visiones, en la mayoría de los casos, no co- rresponden a la realidad. Hoy, a pesar de los importan- tes avances en la investigación histórica sobre el siglo XX, las nuevas generaciones casi ignoran la existen- cia de estas organizaciones, a pesar de que tuvieron presencia a nivel continental y constituyeron toda una vertiente de la izquierda mexicana, diferentes a los partidos políticos tradicionales. Los que participamos en alguna de las numero- sas organizaciones político-militares que existieron en México en los años setenta, sabemos que en su gran mayoría contaban con planteamientos teóricos de ori- gen marxista y un programa de acción; sabemos que tenían una estructura, que llevaban a cabo círculos de estudio y discusiones internas que guiaban su acción, y que sus militantes llevaban una vida orgánica basada en la autodisciplina. Las acciones audaces, los enfren- tamientos, entrenamientos y expropiaciones que tanto reseñaron los medios de comunicación, no constituían un fin en sí mismos, sino solo medios en el largo ca- mino del cambio social. No obstante, muchas de estas organizaciones y sus militantes fueron aniquiladas, de- tenidas y desaparecidas en este camino. Hoy sabemos que en estas organizaciones se inte- graron como militantes, simpatizantes o colaboradores, muchos jóvenes del campo y la ciudad en todo el país. Ellos generaron diversas propuestas de cambio social. En estas organizaciones también se construyeron nue- vas formas de militancia basadas en la solidaridad y en la actividad clandestina para lograr un cambio social. Tal fue el caso de Liga de los Comunistas Arma- dos (LCA) organización que fue nacionalmente cono- cida a partir del secuestro del vuelo 705 de Mexicana de Aviación, en el Aeropuerto de Monterrey, el 8 de Noviembre de 1972, acción en la que un comando de esta organización rescató de manos de la policía a 5 de sus miembros. En esta misma nave partieron hacia Cuba donde obtuvieron asilo político. Hasta antes de esta acción tan publicitada, poco se conocía de la LCA. Reseñar la historia de estas organizaciones se difi- culta por la compartimentación de la información que utilizaron como medida de seguridad. Esta medida refleja una vida organizativa compleja, porque com- partimentar implica planificación, división de tareas y la existencia de una estructura organizativa funcional. Hasta donde sabemos, cada organización diseñó su es- tructura propia. Los militantes de base solo debían sa- ber lo necesario para cumplir sus tareas sin dejar rastro alguno. Esto garantizaba la vida y la continuidad de las organizaciones y sus militantes. La compartimen- tación exigía de los militantes voluntad, disciplina y confianza en los otros miembros de la organización. En estas circunstancias, la convivencia generó vínculos solidarios entre sus militantes, lazos que en muchos casos persistieron más allá de la vida organizativa: en la cárcel, el exilio y en la vida normalizada. Paradójicamente, esta medida indispensable en la vida militante, se convierte al momento de elaborar la historia de las organizaciones, en uno de los obstácu- los a sortear, ya que los militantes conocieron solo un fragmento de la historia de su organización y se re- quiere reunir todas las piezas del rompecabezas. Tal es lo que sucede al momento de reconstruir la historia de la LCA. No obstante, existen algunos datos. Se sabe que la LCA fue una organización político-militar que sur- gió en el Monterrey industrioso de los años sesenta del siglo XX. Que tuvo un campo de acción regional y que reivindicaba el socialismo al cual se llegaría me- diante la violencia revolucionaria. Sus integrantes, una docena de hombres y mujeres, en su mayoría maestros y estudiantes universitarios, participaron en diferentes movimientos sociales de la región. Sabemos que para lograr estos objetivos, se valían de la propaganda revo- lucionaria hacia las masas y de las expropiaciones eco- nómicas. Reivindicaban como sujeto revolucionario a la clase obrera y enarbolaban el internacionalismo pro- letario. Esta organización se consideraba parte de un movimiento continental latinoamericano que plantea- ba un cambio social profundo y radical. Se desconoce la fecha exacta de su fundación, sus integrantes inicia- les y si tuvo algún manifiesto fundacional. Se sabe que la LCA, como otras organizaciones de los setenta en México, optó por estructurarse como una organización político–militar y no como un par- tido político tradicional, lo cual muestra la influencia que ejerció en ella la experiencia de la Revolución Cu- bana. También hasta donde se conoce, gran parte de su acción se orientó a reunir fondos y pertrechos para la revolución y no se ocupó demasiado en definir al detalle las características del cambio social por el que luchaba y los rasgos de la futura sociedad. La LCA planteaba como elemento central, junto con la revolución socialista, el advenimiento del hom- bre nuevo que propuso desde Cuba Ernesto Gueva- ra. No solo habría que tomar el poder sino también transformar al ser humano: ser hombres y mujeres con una moral diferente a la capitalista; no enajenados, con una ética basada en la cooperación y la solidari- dad; que practicaran la igualdad entre los sexos y el internacionalismo proletario, entre otros muchos ras- gos. Cabe destacar que en la vida diaria de los militan- tes de esta organización, también se impulsaron estos principios éticos. La Liga de los Comunistas Armados desarrolló con bastante éxito sus actividades en el área metropo- litana de Monterrey durante más de dos años. Ni las policías locales, ni la Dirección Federal de Seguridad, lograron en ese tiempo ubicar a sus militantes, mucho menos capturarlos. Fue un incidente fortuito que pro- vocó una herida de bala en una compañera, lo que dio pistas a los cuerpos de seguridad quienes de pronto tu- vieron en sus manos a algunos de sus integrantes. Sin embargo, la rápida decisión de secuestrar una aeronave de Mexicana de Aviación en la cual, casualmente, via- jaban funcionarios de la Embajada norteamericana en México y dos hijas Luis M. Farias, a la sazón gober- nador de Nuevo León, permitió el rescate de los gue- rrilleros de la LCA apenas capturados y el traslado de todos a Cuba. Como toda actividad humana, esta organización fue producto de su tiempo, tuvo aciertos y errores. Los miembros de la LCA poco después de su llegada a Cuba, en noviembre de 1972, ante la petición de ex- tradición por parte del Gobierno Mexicano, fueron so- metidos a juicio bajo el cargo de entrada ilegal a la Re- pública de Cuba. En este tribunal fueron absueltos del cargo, se les reconoció como luchadores sociales y se les otorgó el asilo político por parte del gobierno Cuba- no. Poco después, sus integrantes en reciprocidad con la Revolución Cubana, solicitaron realizar trabajo volun- tario. Se les asignó el Valle de Picadura en la Provincia de La Habana, un Plan Lechero bajo la administración de Ramón Castro. Ahí trabajaron cerca de un año en la construcción, en el Plan Lechero, en actividades mé- dicas y en labores de re-alfabetización. Algunos de sus miembros decidieron realizar estudios universitarios y de idiomas. La LCA fue disuelta, en común acuerdo con todos sus miembros, en diciembre de 1972. * La autora ingresó a la Liga de Comunistas Arma- dos en marzo de 1972. Estuvo exiliada en Cuba desde noviembre de 1972 hasta mediados de 1980. Doctora en Antropología Social, actualmente se desempeña como docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y en la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán. Edna Ovalle Rodríguez* Las organizaciones político-militares mexicanas que actuaron en los años setenta del siglo XX por un cambio social, casi siempre fueron conocidas por sus contemporáneos a través de la imagen que los medios de comunicación proyectaron de ellas: guerrilleros que realizaban acciones espectaculares, hombres y mujeres violentos que caían en detenciones masivas o que sostenían enfrentamientos con el ejército o la policía. MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA (II) Edna Ovalle Rodríguez José Luis Chagoya Remigio Fabiola Eneida Martínez Ocampo DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista ENGAÑO Enrique Condés Lara DICCIONARIO (poblano) DEL DIABLO Humberto Sotelo Mendoza FRANTASÍAS José Fragoso Cervón REINCIGRAMA Fernando Contreras ZOOCIEDAD ARITMOMANÍA Gabriela Breña ¿CUÁNTOS FUERON? Año III, Número 29, 2da. quincena de febrero de 2012 * Reincidente no incluye sección de Sociales * Reincidente no incluye sección de Sociales E sta imagen parcial, promovida desde el poder, siempre intentó descalificar o desacreditar a las organizaciones y a sus militantes, mostrándolos a la opinión pública con rasgos más cercanos a los de la delincuencia organizada que a los de organizaciones políticas que planteaban un cambio social. Aún entre los más informados, existió la idea de que estas organizaciones surgieron y actuaron de for- ma contestataria por la represión gubernamental en la masacre del 2 de octubre de 1968 y la del 10 de junio de 1971, y que no contaban con una verdadera pro- puesta de cambio social. Estas visiones, en la mayoría de los casos, no co- rresponden a la realidad. Hoy, a pesar de los importan- tes avances en la investigación histórica sobre el siglo XX, las nuevas generaciones casi ignoran la existen- cia de estas organizaciones, a pesar de que tuvieron presencia a nivel continental y constituyeron toda una vertiente de la izquierda mexicana, diferentes a los partidos políticos tradicionales. Los que participamos en alguna de las numero- sas organizaciones político-militares que existieron en México en los años setenta, sabemos que en su gran mayoría contaban con planteamientos teóricos de ori- gen marxista y un programa de acción; sabemos que tenían una estructura, que llevaban a cabo círculos de estudio y discusiones internas que guiaban su acción, y que sus militantes llevaban una vida orgánica basada en la autodisciplina. Las acciones audaces, los enfren- tamientos, entrenamientos y expropiaciones que tanto reseñaron los medios de comunicación, no constituían un fin en sí mismos, sino solo medios en el largo ca- mino del cambio social. No obstante, muchas de estas organizaciones y sus militantes fueron aniquiladas, de- tenidas y desaparecidas en este camino. Hoy sabemos que en estas organizaciones se inte- graron como militantes, simpatizantes o colaboradores, muchos jóvenes del campo y la ciudad en todo el país. Ellos generaron diversas propuestas de cambio social. En estas organizaciones también se construyeron nue- vas formas de militancia basadas en la solidaridad y en la actividad clandestina para lograr un cambio social. Tal fue el caso de Liga de los Comunistas Arma- dos (LCA) organización que fue nacionalmente cono- cida a partir del secuestro del vuelo 705 de Mexicana de Aviación, en el Aeropuerto de Monterrey, el 8 de Noviembre de 1972, acción en la que un comando de esta organización rescató de manos de la policía a 5 de sus miembros. En esta misma nave partieron hacia Cuba donde obtuvieron asilo político. Hasta antes de esta acción tan publicitada, poco se conocía de la LCA. Reseñar la historia de estas organizaciones se difi- culta por la compartimentación de la información que utilizaron como medida de seguridad. Esta medida refleja una vida organizativa compleja, porque com- partimentar implica planificación, división de tareas y la existencia de una estructura organizativa funcional. Hasta donde sabemos, cada organización diseñó su es- tructura propia. Los militantes de base solo debían sa- ber lo necesario para cumplir sus tareas sin dejar rastro alguno. Esto garantizaba la vida y la continuidad de las organizaciones y sus militantes. La compartimen- tación exigía de los militantes voluntad, disciplina y confianza en los otros miembros de la organización. En estas circunstancias, la convivencia generó vínculos solidarios entre sus militantes, lazos que en muchos casos persistieron más allá de la vida organizativa: en la cárcel, el exilio y en la vida normalizada. Paradójicamente, esta medida indispensable en la vida militante, se convierte al momento de elaborar la historia de las organizaciones, en uno de los obstácu- los a sortear, ya que los militantes conocieron solo un fragmento de la historia de su organización y se re- quiere reunir todas las piezas del rompecabezas. Tal es lo que sucede al momento de reconstruir la historia de la LCA. No obstante, existen algunos datos. Se sabe que la LCA fue una organización político-militar que sur- gió en el Monterrey industrioso de los años sesenta del siglo XX. Que tuvo un campo de acción regional y que reivindicaba el socialismo al cual se llegaría me- diante la violencia revolucionaria. Sus integrantes, una docena de hombres y mujeres, en su mayoría maestros y estudiantes universitarios, participaron en diferentes movimientos sociales de la región. Sabemos que para lograr estos objetivos, se valían de la propaganda revo- lucionaria hacia las masas y de las expropiaciones eco- nómicas. Reivindicaban como sujeto revolucionario a la clase obrera y enarbolaban el internacionalismo pro- letario. Esta organización se consideraba parte de un movimiento continental latinoamericano que plantea- ba un cambio social profundo y radical. Se desconoce la fecha exacta de su fundación, sus integrantes inicia- les y si tuvo algún manifiesto fundacional. Se sabe que la LCA, como otras organizaciones de los setenta en México, optó por estructurarse como una organización político–militar y no como un par- tido político tradicional, lo cual muestra la influencia que ejerció en ella la experiencia de la Revolución Cu- bana. También hasta donde se conoce, gran parte de su acción se orientó a reunir fondos y pertrechos para la revolución y no se ocupó demasiado en definir al detalle las características del cambio social por el que luchaba y los rasgos de la futura sociedad. La LCA planteaba como elemento central, junto con la revolución socialista, el advenimiento del hom- bre nuevo que propuso desde Cuba Ernesto Gueva- ra. No solo habría que tomar el poder sino también transformar al ser humano: ser hombres y mujeres con una moral diferente a la capitalista; no enajenados, con una ética basada en la cooperación y la solidari- dad; que practicaran la igualdad entre los sexos y el internacionalismo proletario, entre otros muchos ras- gos. Cabe destacar que en la vida diaria de los militan- tes de esta organización, también se impulsaron estos principios éticos. La Liga de los Comunistas Armados desarrolló con bastante éxito sus actividades en el área metropo- litana de Monterrey durante más de dos años. Ni las policías locales, ni la Dirección Federal de Seguridad, lograron en ese tiempo ubicar a sus militantes, mucho menos capturarlos. Fue un incidente fortuito que pro- vocó una herida de bala en una compañera, lo que dio pistas a los cuerpos de seguridad quienes de pronto tu- vieron en sus manos a algunos de sus integrantes. Sin embargo, la rápida decisión de secuestrar una aeronave de Mexicana de Aviación en la cual, casualmente, via- jaban funcionarios de la Embajada norteamericana en México y dos hijas Luis M. Farias, a la sazón gober- nador de Nuevo León, permitió el rescate de los gue- rrilleros de la LCA apenas capturados y el traslado de todos a Cuba. Como toda actividad humana, esta organización fue producto de su tiempo, tuvo aciertos y errores. Los miembros de la LCA poco después de su llegada a Cuba, en noviembre de 1972, ante la petición de ex- tradición por parte del Gobierno Mexicano, fueron so- metidos a juicio bajo el cargo de entrada ilegal a la Re- pública de Cuba. En este tribunal fueron absueltos del cargo, se les reconoció como luchadores sociales y se les otorgó el asilo político por parte del gobierno Cuba- no. Poco después, sus integrantes en reciprocidad con la Revolución Cubana, solicitaron realizar trabajo volun- tario. Se les asignó el Valle de Picadura en la Provincia de La Habana, un Plan Lechero bajo la administración de Ramón Castro. Ahí trabajaron cerca de un año en la construcción, en el Plan Lechero, en actividades mé- dicas y en labores de re-alfabetización. Algunos de sus miembros decidieron realizar estudios universitarios y de idiomas. La LCA fue disuelta, en común acuerdo con todos sus miembros, en diciembre de 1972. * La autora ingresó a la Liga de Comunistas Arma- dos en marzo de 1972. Estuvo exiliada en Cuba desde noviembre de 1972 hasta mediados de 1980. Doctora en Antropología Social, actualmente se desempeña como docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y en la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán. Edna Ovalle Rodríguez* Las organizaciones político-militares mexicanas que actuaron en los años setenta del siglo XX por un cambio social, casi siempre fueron conocidas por sus contemporáneos a través de la imagen que los medios de comunicación proyectaron de ellas: guerrilleros que realizaban acciones espectaculares, hombres y mujeres violentos que caían en detenciones masivas o que sostenían enfrentamientos con el ejército o la policía.

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Organizaciones políticas que buscaban un cambio social en México del siglo XXEn su gran mayoría contaban con planteamientos teóricos de izquierda; con una estructura e ideología que no coincidía con el discurso gubernamental del momento. Hoy se sabe que estas organizaciones de jóvenes del campo y la ciudad en todo el país, que generaron diversas propuesta de cambio social, con aciertos y errores. Guerrilleros que nunca fueron atrapados …

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Page 1: Reincidente 30

Año III, Número 30, 1ra. quincena de marzo de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Esta imagen parcial, promovida desde el poder, siempre intentó descalificar o desacreditar a las organizaciones y a sus militantes, mostrándolos

a la opinión pública con rasgos más cercanos a los de la delincuencia organizada que a los de organizaciones políticas que planteaban un cambio social.

Aún entre los más informados, existió la idea de que estas organizaciones surgieron y actuaron de for-ma contestataria por la represión gubernamental en la masacre del 2 de octubre de 1968 y la del 10 de junio de 1971, y que no contaban con una verdadera pro-puesta de cambio social.

Estas visiones, en la mayoría de los casos, no co-rresponden a la realidad. Hoy, a pesar de los importan-tes avances en la investigación histórica sobre el siglo XX, las nuevas generaciones casi ignoran la existen-cia de estas organizaciones, a pesar de que tuvieron presencia a nivel continental y constituyeron toda una vertiente de la izquierda mexicana, diferentes a los partidos políticos tradicionales.

Los que participamos en alguna de las numero-sas organizaciones político-militares que existieron en México en los años setenta, sabemos que en su gran mayoría contaban con planteamientos teóricos de ori-gen marxista y un programa de acción; sabemos que tenían una estructura, que llevaban a cabo círculos de estudio y discusiones internas que guiaban su acción, y que sus militantes llevaban una vida orgánica basada en la autodisciplina. Las acciones audaces, los enfren-tamientos, entrenamientos y expropiaciones que tanto reseñaron los medios de comunicación, no constituían un fin en sí mismos, sino solo medios en el largo ca-mino del cambio social. No obstante, muchas de estas organizaciones y sus militantes fueron aniquiladas, de-tenidas y desaparecidas en este camino.

Hoy sabemos que en estas organizaciones se inte-graron como militantes, simpatizantes o colaboradores, muchos jóvenes del campo y la ciudad en todo el país. Ellos generaron diversas propuestas de cambio social. En estas organizaciones también se construyeron nue-vas formas de militancia basadas en la solidaridad y en la actividad clandestina para lograr un cambio social.

Tal fue el caso de Liga de los Comunistas Arma-dos (LCA) organización que fue nacionalmente cono-cida a partir del secuestro del vuelo 705 de Mexicana de Aviación, en el Aeropuerto de Monterrey, el 8 de Noviembre de 1972, acción en la que un comando de esta organización rescató de manos de la policía a 5 de sus miembros. En esta misma nave partieron hacia Cuba donde obtuvieron asilo político. Hasta antes de esta acción tan publicitada, poco se conocía de la LCA.

Reseñar la historia de estas organizaciones se difi-culta por la compartimentación de la información que utilizaron como medida de seguridad. Esta medida refleja una vida organizativa compleja, porque com-partimentar implica planificación, división de tareas y la existencia de una estructura organizativa funcional. Hasta donde sabemos, cada organización diseñó su es-

tructura propia. Los militantes de base solo debían sa-ber lo necesario para cumplir sus tareas sin dejar rastro alguno. Esto garantizaba la vida y la continuidad de las organizaciones y sus militantes. La compartimen-tación exigía de los militantes voluntad, disciplina y confianza en los otros miembros de la organización. En estas circunstancias, la convivencia generó vínculos solidarios entre sus militantes, lazos que en muchos casos persistieron más allá de la vida organizativa: en la cárcel, el exilio y en la vida normalizada.

Paradójicamente, esta medida indispensable en la vida militante, se convierte al momento de elaborar la historia de las organizaciones, en uno de los obstácu-los a sortear, ya que los militantes conocieron solo un fragmento de la historia de su organización y se re-quiere reunir todas las piezas del rompecabezas. Tal es lo que sucede al momento de reconstruir la historia de la LCA.

No obstante, existen algunos datos. Se sabe que la LCA fue una organización político-militar que sur-gió en el Monterrey industrioso de los años sesenta del siglo XX. Que tuvo un campo de acción regional y que reivindicaba el socialismo al cual se llegaría me-diante la violencia revolucionaria. Sus integrantes, una docena de hombres y mujeres, en su mayoría maestros y estudiantes universitarios, participaron en diferentes movimientos sociales de la región. Sabemos que para lograr estos objetivos, se valían de la propaganda revo-lucionaria hacia las masas y de las expropiaciones eco-nómicas. Reivindicaban como sujeto revolucionario a la clase obrera y enarbolaban el internacionalismo pro-letario. Esta organización se consideraba parte de un movimiento continental latinoamericano que plantea-ba un cambio social profundo y radical. Se desconoce la fecha exacta de su fundación, sus integrantes inicia-les y si tuvo algún manifiesto fundacional.

Se sabe que la LCA, como otras organizaciones de los setenta en México, optó por estructurarse como una organización político–militar y no como un par-tido político tradicional, lo cual muestra la influencia que ejerció en ella la experiencia de la Revolución Cu-bana. También hasta donde se conoce, gran parte de su acción se orientó a reunir fondos y pertrechos para la revolución y no se ocupó demasiado en definir al detalle las características del cambio social por el que luchaba y los rasgos de la futura sociedad.

La LCA planteaba como elemento central, junto con la revolución socialista, el advenimiento del hom-bre nuevo que propuso desde Cuba Ernesto Gueva-ra. No solo habría que tomar el poder sino también transformar al ser humano: ser hombres y mujeres con una moral diferente a la capitalista; no enajenados, con una ética basada en la cooperación y la solidari-dad; que practicaran la igualdad entre los sexos y el internacionalismo proletario, entre otros muchos ras-gos. Cabe destacar que en la vida diaria de los militan-tes de esta organización, también se impulsaron estos principios éticos.

La Liga de los Comunistas Armados desarrolló con bastante éxito sus actividades en el área metropo-litana de Monterrey durante más de dos años. Ni las policías locales, ni la Dirección Federal de Seguridad, lograron en ese tiempo ubicar a sus militantes, mucho menos capturarlos. Fue un incidente fortuito que pro-vocó una herida de bala en una compañera, lo que dio pistas a los cuerpos de seguridad quienes de pronto tu-vieron en sus manos a algunos de sus integrantes. Sin embargo, la rápida decisión de secuestrar una aeronave de Mexicana de Aviación en la cual, casualmente, via-jaban funcionarios de la Embajada norteamericana en México y dos hijas Luis M. Farias, a la sazón gober-nador de Nuevo León, permitió el rescate de los gue-rrilleros de la LCA apenas capturados y el traslado de todos a Cuba.

Como toda actividad humana, esta organización fue producto de su tiempo, tuvo aciertos y errores. Los miembros de la LCA poco después de su llegada a Cuba, en noviembre de 1972, ante la petición de ex-tradición por parte del Gobierno Mexicano, fueron so-metidos a juicio bajo el cargo de entrada ilegal a la Re-pública de Cuba. En este tribunal fueron absueltos del cargo, se les reconoció como luchadores sociales y se les otorgó el asilo político por parte del gobierno Cuba-no. Poco después, sus integrantes en reciprocidad con la Revolución Cubana, solicitaron realizar trabajo volun-tario. Se les asignó el Valle de Picadura en la Provincia de La Habana, un Plan Lechero bajo la administración de Ramón Castro. Ahí trabajaron cerca de un año en la construcción, en el Plan Lechero, en actividades mé-dicas y en labores de re-alfabetización. Algunos de sus miembros decidieron realizar estudios universitarios y de idiomas. La LCA fue disuelta, en común acuerdo con todos sus miembros, en diciembre de 1972.

* La autora ingresó a la Liga de Comunistas Arma-dos en marzo de 1972. Estuvo exiliada en Cuba desde noviembre de 1972 hasta mediados de 1980. Doctora en Antropología Social, actualmente se desempeña como docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y en la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán.

Edna Ovalle Rodríguez*

Las organizaciones político-militares mexicanas que actuaron en los años setenta del siglo XX por un cambio social, casi siempre fueron conocidas por sus contemporáneos a

través de la imagen que los medios de comunicación proyectaron de ellas: guerrilleros que realizaban acciones espectaculares, hombres y mujeres violentos que caían en detenciones

masivas o que sostenían enfrentamientos con el ejército o la policía.

MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA (II)Edna Ovalle Rodríguez

José Luis Chagoya RemigioFabiola Eneida Martínez Ocampo

DESDE LA FACULTADMariano Torres Bautista

ENGAÑOEnrique Condés Lara

DICCIONARIO (poblano) DEL DIABLO

Humberto Sotelo Mendoza

FRANTASÍASJosé Fragoso Cervón

REINCIGRAMAFernando Contreras

ZOOCIEDAD

ARITMOMANÍAGabriela Breña

¿CUÁNTOS FUERON?

Año III, Número 29, 2da. quincena de febrero de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año III, Número 28, 2da. quincena de febrero de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales

José Luis Moreno Borbolla*

Año III, Número 28, 1ra. quincena de febrero de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales

César Mauro Enciso*

* Reincidente no incluye sección de Sociales

1932.- El 17 de marzo, por Acuerdo del Lic. Narciso Bassols,

titular de la SEP, fue creada la Escuela Politécnica Nacional

(EPN), con la decidida colaboración de Luis Enrique Erro al

frente del Departamento de Enseñanza Técnica de la Propia

Secretaría. Se integraron a la naciente EPN las escuelas téc-

nicas ya existentes y se transformaron en Escuelas Superio-

res; destacan en ese proceso la Escuela Superior de Ingenie-

ría Me cánica y Eléctrica (ESIME) y la Escuela Superior de

Construcción que luego se convirtió en Escuela Superior de

Ingeniería y Arquitectura (ESIA).

1936.- El 1º de enero fue publicado, en el periódico “El Univer-

sal”, el anteproyecto para la fundación del Instituto Politécni-

co Nacional que el Ing. Juan de Dios Bátiz presentó a consi-

deración del titular de la SEP. Nunca se llegó a expedir ley o

decreto alguno de creación. Ø El 17 de octubre tiene lugar el

primer partido de futbol americano entre el Poli y la UNAM.

1937.- El 20 de febrero se efectuó la ceremonia de inauguración

de los cursos del Instituto Politécnico Nacional en el Palacio

de Bellas Artes, iniciándose el año lectivo con 28 planteles de

los cuales 17 eran prevocacionales, 4 vocacionales y 7 escue-

las superiores. La matrícula era de 15,594 alumnos. ØEl Ing.

Roberto Medellín Osto s fue designado director general del

Instituto Politécnico Nacional. ØEn su edición del 14 de fe-

brero, “El Universal” se refirió el acuerdo presidencial por el

que la carrera de Economía que se impartía en la Universi-

dad Obrera de México pasa a la Escuela Superior de Ciencias

Económicas, Administrativas y Sociales del IPN. ØOficiali-

zado durante el primer congreso de estudiantes en 1937, es

adoptado el lema "La Técnica al servicio de una Patria mejor”, el

cual fue modificado años más tarde a “La Técnica al Servicio de

la Patria”. ØEn la ESIME se instaló la primera estación expe-

rimental de televisión que hubo en nuestro país.

1938.- Se creó la carrera de médico rural en la Escuela Nacional

de Ciencias Biológicas. ØEl Ing. Miguel Bernard fue desig-

nado director general del IPN.

1939.- El Ing. Manuel Cerrillo Valdivia fue nombrado director

gene ral del IPN.1936-1939.- La población escolar promedio de cada año fue de

18,253 alumnos. Los hijos de obreros, campesinos y artesa-

nos representaron el 24%. Los alumnos cuyos padres o tutores

eran empleados de los sectores público o privado, constituían

el 32%; un 3% eran hijos de desempleados y otro 3% tenían

padres que eran sirvientes, mozos o similares. Un 8% traba-

jaba por su cuenta para sostenerse y un 1% dependían de in-

ternados de la beneficencia pública o privada. Los hijos de

amas de casa y de comerciantes, comisionistas, agricultores o

ganaderos, representaban el 26% del total (Archivo Histórico

de la SEP).1940.- En su último informe de gobierno, Lázaro Cárdenas ex-

presó: “Para cumplir con una de las tareas imperativas de la re-

volución, fue creado en 1937 el Instituto Politécnico Nacional,

donde el alumnado, además de aprender artes y ofi cios, estudia

carreras profesionales y subprofesionales, se capacita técnica y

biológicamente para intervenir en el proceso de producción y se

forman especialistas en distintas ramas de investigaciones cien-

tíficas y técnicas, llamadas a impulsar la economía del país, me-

diante una explotación metódica de nuestra riqueza potencial

... “ (1 sept.).1941.- El presidente Manuel Ávila Camacho visitó las instala-

cion es del IPN.1942.- El 6 de marzo estalló la primera huelga estudiantil con-

vocada por la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos,

presidida por el estudiante de la ESIA José Aceves Díaz de

Sandi. La demanda fundamental era el reconocimiento oficial

de los títulos expedidos por el IPN y la expedición de su Ley

Orgánica. El movimiento fue duramente reprimido y, como

producto de ello, fue removido de la Secretaría de Educación

Públi ca el licenciado Octavio Véjar Vázquez

1944.- El 27 de enero el Gral. Ávila Camacho expidió un Regla-

mento Provisional del Instituto Politécnico Nacional, el cual

fue publicado en el Diario Oficial el 17 de febrero del mis-

mo año.

1949.- El 31 de diciembre fue promulgada la primera Ley Orgá-

nica del Instituto Politécnico Nacional, durante la gestión del

presidente Miguel Alemán.

1950.- Se llevó a cabo la segunda huelga es tudiantil politécnica

encabezada por Roberto Robles Garnica, presidente del Co-

mité Ejecutivo Nacional de la FNET; duró 46 días y se nego-

ció la solución de sus demandas el 28 de mayo, tan solo cinco

días después de que la Secretaría de Educación Pública decre-

tara el cierre del Instituto, lo cual enardeció los ánimos de los

huelguistas y sus simpatizantes. Lograron revertir el decreto

de cierre y el de expulsión y órdenes d e aprehensión contra

los principales integrantes del Comité de Huelga. Además, se

obtuvo el acuerdo de iniciar la construcción del edificio pro-

pio para el internado, el cual operaba en las barracas existentes

abajo del graderío del estadio Salvador Camino Díaz. Tam-

bién se logró la promesa de una nueva Ley Orgánica que sus-

tituyera a la que había sido aprobada en diciembre del año

anterior y que no satisfacía las aspiraciones de la comunidad

politécnica expresadas desde 1942.

1952.- Inauguración del internado con capacidad para mil in-

ternos.1956.- Entre abril y junio, más de cien mil estudiantes de todo el

país estuvieron en huelga exigiendo solución a demandas co-

munes, aunque no hubo una coordinación o liderazgo único;

sin embargo, la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos

(FNET), que aglutinaba a los estudiantes del IPN y de de-

cenas de escuelas técnicas existentes en diferentes partes del

territorio nacional, jugó un papel preponderante. ØEl 23 de

septiembre por la madrugada fueron tomadas las instalaciones

del internado del IPN por la Policía y el Ejército; fueron en-

carcelados los dirigentes de la FNET, acusados de disolución

social y, al poco tiempo, fueron cerrados los principales in-

ternados de los centros de educación media y medi a superior

existentes en todo el país. ØEl 31 de diciembre, el presidente

Adolfo Ruiz Cortines expidió una nueva Ley Orgánica del

Instituto Politécnico Nacional.

1958.- El 15 de enero, el presidente Ruiz Cortines emitió el de-

creto de expropiación de los ejidos de Ticomán y Zacatenco

con un total de 255 hectáreas, para construir el área de inge-

niería del IPN. Fungía como director general Alejo Peralta.

Ø El 3 de diciemb re se crea la Subsecretaría de Enseñanza

Técnica y Superior, designándose como titular al Ing. Víctor

Bravo Ahuja, egresado de la ESIME.

1959.- En enero, el Consejo Consultivo General aprueba el Plan

de Vocacional Única de Ingeniería a fin que los egresados de

estos planteles accedan a las escuelas superiores del área co-

rrespondiente. Ø El 2 de marzo inicia sus operaciones XEIPN

Canal 11 al que se le dota hasta diez años después, de un nuevo

trasmisor y una antena que se instaló al norte de la Ciudad de

México. El IPN, es pionero en la implantación y desarrollo de

la televisión educativa y cultural en América Latina. Ø El 19

de marzo fueron inaugurados por el presidente Adolfo López

Mateos los primeros 4 edificios de la Unidad Profesional de

Zacatenco, destinados a la ESIME y a la ESIA, siendo director

general del IPN el Ingeniero Eugenio Méndez Docurro.

1960.- El 5 de noviembre apareció el Decreto de creación del

Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CIEA).

1961.- El 8 de agosto se dio a conocer el resultado del concur-

so para el Himno al Politécnico; la letra es de la maestra

Carmen de la Fuente y la música de Armando González

Domínguez. Ø El 19 de agosto se iniciaron los festejos con-

memorativos por el XXV Aniversario de la fundación del

Politécnico. La ceremonia realizada en el Casco de Santo

Tomás fue presidida por el Lic. Adolfo López Mateos, quien

después se trasladó a la Unidad Profesional de Zacatenco en

donde inauguró el pabellón de Laboratorios Ligeros de ésa

Unidad. Ese mismo año inició sus actividades la Escuela Su-

perior de Física y Matemáticas (ESFM).

1963.- El 5 de julio fueron inauguradas por el presidente López

Mateos las actuales instalaciones del Centro de Investigac ión

y Estudios Avanzados; su primer director fue el Dr. Arturo

Rosenblueth.

1964.- El 17 de agosto, el Lic. López Mateos inauguró los edifi-

cios para aulas de la ESIME, ESIA, ESIQIE y ESIT.

1965.- El 1º de abril inició sus actividades la Orquesta Sinfónica

del Instituto Politécnico Nacional. Su director fundador fue el

maestro Guillermo Orta Velázquez.

1966.- El 28 de marzo fue creado el Centro de Televisión Edu-

cativa que funci onó como circuito cerrado de televisión, pres-

tando servicio a las escuelas superiores de Zacatenco.

1967.- El 2 de enero fue inaugurado por el presidente de la Re-

pública el Planetario “Luis Enrique Erro”.

1968.- El 23 de septiembre fueron ocupadas por el Ejército y la

policía las instalaciones del Casco de Santo Tomás, tras horas

de enfrentamientos con los estudiantes. Hasta hoy se desco-

noce el número de muertos y heridos resultantes.

1969.- El 7 de marzo, Gustavo Díaz Ordaz dispuso mediante De-

creto Presidencial segregarle al Politécnico el ciclo prevocacional.

1971.- En el mes de septiembre, las vocacionales cambiaron su

denominación por el de Centros de Estudios Científicos y

Tecnológicos. El plan de estudios se estructuró por semestres

para cursarse en tres años. 1972.- El 22 de enero fue colocada la primera piedra del edificio

de UPII CSA en terrenos de la Magdalena Mixhuca. El plan-

tel inició sus labores el 4 de septiembre con 2 mil alumnos y su

primer Director fue el Ing. Manuel Rosales González.

1974.- En mayo, el Politécnico recibió del gobierno federal 700

hectáreas de la Ex Hacienda de “Mayorazgo” para ubicar ahí el

Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud y construir

la Ciudad de la Ciencia y la Tecnología. ØEl 13 de dici embre,

el presidente Luis Echeverría expidió el decreto por el cual fue

promulgada la tercera Ley Orgánica del Politécnico.

1976.- El IPN celebró el XL aniversario de su fundación y con

ese motivo fue develada una estatua del Gral. Cárdenas, do-

nada por el gobierno de Michoacán.

1977.- Fue inaugurado el Centro de Televisión Educativa de

Zacatenco mediante una donación del Gobierno Británico y

apoyo de las autoridades del IPN.

1979.- El 20 de mayo falleció el Ing. Juan de Dios Bátiz, ilustre

fundador del Instituto Politécnico Nacional.

1980.- A fines del año, el Consejo General Consultivo aprobó

que a la Unidad Profesional de Zacatenco se le impusiera el

nombre del expresidente Adolfo López Mateos y que la Uni-

dad Cultural llevara el nombre del extitular de la SEP: Lic.

Jaime Torres Bodet. 1981.- El 15 de diciembre, la Cámara de Diputados promulgó la

actual Ley Orgánica del Instituto Politécnico Nacional.

1984.- El 21 de mayo quedó establecido como día del Politéc-

nico, en virtud de que en tal fecha coinciden el natalicio del

Gral. Cárdenas y el fallecimiento del Ing. Juan de Dios Bátiz.

ØXHUPC-FM, El Politécnico en Radio, inició transmisiones

en la Ciudad de México en los 95.7 MHz de FM. Es operada

por la ESIME en su campus Culhuacán. (El 5 de septiemb re

de 1994 se le re-otorgó la frecuencia 95.7 MHz y comenzó a

operar de manera continua).1986.- El 7 de febrero, se llevó a cabo en el Palacio de Bellas

Artes la ceremonia con que se iniciaron los festejos del Cin-

cuenta Aniversario de la fundación del IPN. El evento estuvo

presidido por el presidente Miguel de la Madrid.

1993.- Inició actividades la Escuela Superior de Cómputo.

1994.- A principios de diciembre concluyeron los trabajos de

construcción del actual edificio de gobierno de la Dirección

General del IPN.2000.- Fue inaugurado el Centro Interdisciplinario de Ciencias

de la Salud en Santo Tomás.2009.- El IPN contaba con una matrícula inscrita de 153,027

estudiantes inscritos en 271 programas educativos: 65 carre-

ras técnicas, 78 carreras de nivel superior y 128 programas de

posgrado (26 especialidades, 70 maestrías y 32 doctorados).

2010.- Primera mujer al frente del IPN: Dra. Yoloxóchitl Bus-

tamante Díez.* El autor es Ingeniero en Comunicación y Electrónica por elIPN.

Actualmente es maestro de tiempo completo en la ESIME.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Sin embargo, antes de optar por la vía armada, los

fundadores y la mayoría de los integrantes de

las organizaciones político-militares participa-

ron directamente en las organizaciones agrarias, ma-

gisteriales, populares o estudiantiles que durante años

lucharon en el terreno legal y pacífico por los dere-

chos de sus agremiados. Como respuesta, todos ellos

se toparon no sólo con la indiferencia de las autori-

dades locales y federales sino también con la violencia

de los caciques regionales. Basta recordar la marcha

del hambre de los mineros de Nueva Rosita, Coahuila

en 1952, el asesinato de Rubén Jaramillo en 1962, la

represión a los ferrocarrileros en 1959 y a los médicos

en 1965; los campesinos desalojados por el ejército y

guardias blancas, las agresiones a normales rurales y

estudiantes en distintas ciudades, etc.

Y ante esta realidad, ¿cuál era la alternativa, si la

vía legal y pacífica estaba cerrada? En los años se-

sentas, setentas y ochentas la palabra revolución re-

presentaba la esperanza de transformar radicalmente

las condiciones de vida de los desposeídos, frente a los

infructuosos esfuerzos democratizadores. Y ya desde

mediados de los sesentas se discutía en las distintas

organizaciones la necesidad de emprender la vía arma-

da. Los jóvenes activistas rompimos con los partidos

y organizaciones tradicionales de izquierda, los cuales

no fueron capaces de ofrecer una alternativa a nuestra

inquietud por cambiar al país.

Los precursores del Grupo Popular G

uerrillero de

Arturo Gámiz, militantes del Partido Popular Socialis-

ta, después de años de lucha por tierra y de conformar

la Unión General de Obreros y Campesinos de Méxi-

co (UGOCM) en los estados de Durango y Chihuahua,

realizaron dos reuniones que llevarían por nombre En-

cuentros de la Sierra “

Eraclio Bernal”. E

l primero en oc-

tubre de 1963, el segundo en febrero de 1965. En ellos

discutieron los cinco documentos, que posteriormente se

conocerían como Resoluciones del Segundo Encuentro:

I. El imperialismo, el capitalismo; II. El mundo

colonial y semicolonial; III. Breve resumen - M

edio

siglo de dictadura burguesa; IV. La burguesía incapaz

de resolver los problemas nacionales y V. El único ca-

mino a seguir.

Años antes, el 22 de octubre 1959, en el estado de

Guerrero se constituyó la Asociación Cívica Guerreren-

se (ACG), organismo que desarrolló una intensa lucha

por las libertades democráticas, el reparto de latifundios

y la organización independiente de los campesinos.

El 9 de noviembre de 1966 fue secuestrado en el

Distrito Federal el principal dirigente de la ACG, el

profesor Genaro Vázquez Rojas, y el 16 del mismo

mes fue declarado formalmente preso en el penal de

Iguala, Guerrero. Paralelamente, en el mismo estado

el profesor Lucio Cabañas fue convirtiéndose en un

dirigente importante en la zona de Atoyac de Álva-

rez y el 18 de mayo 1967 se orquestó la masacre en

Atoyac donde murieron siete ciudadanos y resulta-

ron veinte heridos; Lucio fue obligado a refugiarse

en la sierra.

Estos fueron los orígenes del Movimiento Arma-

do Socialista en México. Se inició en el campo donde

la represión es cotidiana y los abusos de las autoridades

y caciques no tienen límites.

En esa escalada de impunidades e injusticias los

campesinos y sus aliados, los estudiantes de las norma-

les rurales y maestros de los estados de Chihuahua y

Guerrero, decidieron conformar grupos de autodefen-

sa y la misma dinámica de la lucha los llevó a trans-

formarse en organizaciones guerrilleras. Éstas fueron

el Grupo Popular Guerrillero (GPG), la Asociación

Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y el Partido

de los Pobres (PDLP).

La Revolución cubana, los movimientos guerri-

lleros en Latinoamérica y las luchas de liberación en

África fueron el factor externo que influyó al movi-

miento armado en nuestro país.

El segundo momento de la conformación del

MAS lo integraron los activistas estudiantiles de las

universidades de Michoacán, Sonora, Jalisco, Distrito

Federal, Nuevo León, Sinaloa, entre otras. El movi-

miento estudiantil de 1968 así como la masacre del 10

de junio de 1971, llevaron a muchos destacamentos

de brigadistas a la guerrilla urbana. Si para los movi-

mientos agrarios los caminos de la lucha legal estaban

cerrados, la represión del Estado a los movimientos es-

tudiantiles no les dejó otra vía para la transformación

radical que no fuera la armada. Ya no se luchaba por

las reformas y la democracia, era el tiempo de la revo-

lución socialista.

Los años que van de 1969 a 1971 se pueden ca-

racterizar por el surgimiento de diferentes organiza-

ciones político-militares, todavía dispersas y con muy

poca coordinación. Destacan: el Movimiento de Ac-

ción Revolucionaria, Guajiros, Lacandones, el Frente

Urbano Zapatista, Unión del Pueblo , Liga de Comu-

nistas Armados, Frente Estudiantil Revolucionario, la

Federación de Estudiantes de la Universidad de Sina-

loa-Enfermos y el Comité Estudiantil Revolucionario

de Monterrey.

A fines de 1970, un grupo integrado por militan-

tes de la Juventud Comunista, de diferentes estados

de la República, se escindió del Partido Comunista

Mexicano; su dirigente, Raúl Ramos Zavala, elabo-

ró el documento “El proceso revolucionario”, que fue

fundamental para el movimiento armado. En dicho

documento se criticaba la política del PCM, se carac-

terizaba a la próxima revolución como socialista y se

fundamentaba la vía armada como el camino para la

toma del poder. Y el grupo que de ahí surgió, conocido

como Los Procesos, se empeño en la unificación de las

nuevas organizaciones dispersas.

No obstante, los esfuerzos por construir la orga-

nización superior se materializaron hasta el mes de

marzo de 1973, en la ciudad de Guadalajara, con la

fundación de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

La agudización de la represión gubernamental no

tardó y tocó a todas las organizaciones armadas. La

madrugada del 15 de febrero de 1974, el Ejército ma-

sacró a militantes del Frente de Liberación Nacional

(FLN) en Nepantla, Estado de México; en abril de

ese mismo año, detuvieron a Ignacio Salas Obregón,

máximo dirigente de la Liga Comunista 23 de Sep-

tiembre, asentando un duro golpe a esta organización.

Por su parte, el Partido de los Pobres secuestró el 3 de

junio de 1974, a Rubén Figueroa, candidato del PRI a

gobernador del estado de Guerrero, acción que dio lu-

gar a la mayor operación militar por parte del Ejército

en el estado, la cual dejó una amplia secuela de desapa-

recidos y culminó con la muerte de Lucio Cabañas el

2 diciembre de ese año. Por otra parte, después del se-

cuestro de José Guadalupe Zuno, suegro del presiden-

te Echeverría, el 28 de agosto de 1974, fue capturada

una parte de la dirección de las Fuerzas Revoluciona-

rias Armadas del Pueblo (FRAP) en Guadalajara. Y el

2 de diciembre 1974, fueron presentados ante la pren-

sa cinco miembros del MAR, organización que había

sufrido ya en marzo de 1971, un fuerte descalabro. Es-

tos cruentos hechos sugieren que las cosas no van bien

para el MAS.

Sin embargo, La Liga 23 de Septiembre llevó la

peor parte. En lo interno, las discrepancias la tenían al

borde de la dispersión de sus militantes en diferentes

corrientes, mientras en lo externo la represión devo-

raba a sus mejores cuadros. Sólo en mil 1975 se cal-

cula que sufrió cerca de noventa bajas entre deteni-

dos, muertos en enfrentamientos, ajusticiados extra-

judicialmente y desaparecidos. El último grupo pre-

sentado formalmente ante las autoridades judiciales, el

17 de enero de 1975, constaba de trece militantes. En

adelante, sólo llegarían a la cárcel ocasionalmente uno

o dos miembros de la Liga, era claro que los gobernan-

tes habían optado por el exterminio.

A partir de 1974 podemos hablar del cuarto pe-

riodo del MAS: la derrota político-militar. Pero dicho

fracaso no significó la desaparición del MAS: la so-

lución militar por parte del Estado no fue la respues-

ta adecuada para llevar la lucha a otros terrenos, ni el

reconocimiento de los propios errores del movimien-

to armado hicieron que éste rectificara en su conjun-

to; al contrario la lucha se hizo más virulenta por am-

bas partes. Y ahí quedaron cientos de presos, exiliados,

muertos y desparecidos de una parte de mi generación,

deseosa por erradicar la injusticia en nuestro país en

forma radical.

Sabemos que no logramos nuestros propósitos,

pero contribuimos a alcanzar los cambios que hoy go-

zamos.

* El autor, egresado de la ESIME, militó en el Mo-

vimiento de Izquierda Revolucionaria Estudiantil en

sus años de estudiante politécnico; se integró al grupo

Lacandones en 1972 y fue miembro fundador de la

Liga Comunista 23 de Septiembre en 1973. Estuvo

preso. Actualmente es investigador del Centro de In-

vestigaciones Históricas de los Movimientos Sociales

A. C.

Existe en casi la totalidad de los sectores de la sociedad desconocimiento

de las causas y de los orígenes del Movimiento Armado Socialista, además de

que muchos creen que tal movimiento armado se encontraba desvinculado

de la sociedad y de la izquierda y que era ajeno hasta de nuestra historia.

MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA

José Luis Moreno Borbolla

Demóstenes Lozano Valdovinos

Carlos Salcedo García

DESDE LA FACULTAD

Mariano E. Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

DICCIONARIO (poblano)

DEL DIABLO

Humberto Sotelo Mendoza

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

ZOOCIEDAD

ALEMANIA Y GRECIA

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Esta imagen parcial, promovida desde el poder,

siempre intentó descalificar o desacreditar a las

organizaciones y a sus militantes, mostrándolos

a la opinión pública con rasgos más cercanos a los de

la delincuencia organizada que a los de organizaciones

políticas que planteaban un cambio social.

Aún entre los más informados, existió la idea de

que estas organizaciones surgieron y actuaron de for-

ma contestataria por la represión gubernamental en la

masacre del 2 de octubre de 1968 y la del 10 de junio

de 1971, y que no contaban con una verdadera pro-

puesta de cambio social.

Estas visiones, en la mayoría de los casos, no co-

rresponden a la realidad. Hoy, a pesar de los importan-

tes avances en la investigación histórica sobre el siglo

XX, las nuevas generaciones casi ignoran la existen-

cia de estas organizaciones, a pesar de que tuvieron

presencia a nivel continental y constituyeron toda una

vertiente de la izquierda mexicana, diferentes a los

partidos políticos tradicionales.

Los que participamos en alguna de las numero-

sas organizaciones político-militares que existieron en

México en los años setenta, sabemos que en su gran

mayoría contaban con planteamientos teóricos de ori-

gen marxista y un programa de acción; sabemos que

tenían una estructura, que llevaban a cabo círculos de

estudio y discusiones internas que guiaban su acción,

y que sus militantes llevaban una vida orgánica basada

en la autodisciplina. Las acciones audaces, los enfren-

tamientos, entrenamientos y expropiaciones que tanto

reseñaron los medios de comunicación, no constituían

un fin en sí mismos, sino solo medios en el largo ca-

mino del cambio social. No obstante, muchas de estas

organizaciones y sus militantes fueron aniquiladas, de-

tenidas y desaparecidas en este camino.

Hoy sabemos que en estas organizaciones se inte-

graron como militantes, simpatizantes o colaboradores,

muchos jóvenes del campo y la ciudad en todo el país.

Ellos generaron diversas propuestas de cambio social.

En estas organizaciones también se construyeron nue-

vas formas de militancia basadas en la solidaridad y en

la actividad clandestina para lograr un cambio social.

Tal fue el caso de Liga de los Comunistas Arma-

dos (LCA) organización que fue nacionalmente cono-

cida a partir del secuestro del vuelo 705 de Mexicana

de Aviación, en el Aeropuerto de Monterrey, el 8 de

Noviembre de 1972, acción en la que un comando de

esta organización rescató de manos de la policía a 5

de sus miembros. En esta misma nave partieron hacia

Cuba donde obtuvieron asilo político. Hasta antes de

esta acción tan publicitada, poco se conocía de la LCA.

Reseñar la historia de estas organizaciones se difi-

culta por la compartimentación de la información que

utilizaron como medida de seguridad. Esta medida

refleja una vida organizativa compleja, porque com-

partimentar implica planificación, división de tareas y

la existencia de una estructura organizativa funcional.

Hasta donde sabemos, cada organización diseñó su es-

tructura propia. Los militantes de base solo debían sa-

ber lo necesario para cumplir sus tareas sin dejar rastro

alguno. Esto garantizaba la vida y la continuidad de

las organizaciones y sus militantes. La compartimen-

tación exigía de los militantes voluntad, disciplina y

confianza en los otros miembros de la organización.

En estas circunstancias, la convivencia generó vínculos

solidarios entre sus militantes, lazos que en muchos

casos persistieron más allá de la vida organizativa: en

la cárcel, el exilio y en la vida normalizada.

Paradójicamente, esta medida indispensable en la

vida militante, se convierte al momento de elaborar la

historia de las organizaciones, en uno de los obstácu-

los a sortear, ya que los militantes conocieron solo un

fragmento de la historia de su organización y se re-

quiere reunir todas las piezas del rompecabezas. Tal es

lo que sucede al momento de reconstruir la historia

de la LCA. No obstante, existen algunos datos. Se sabe que la

LCA fue una organización político-militar que sur-

gió en el Monterrey industrioso de los años sesenta

del siglo XX. Que tuvo un campo de acción regional

y que reivindicaba el socialismo al cual se llegaría me-

diante la violencia revolucionaria. Sus integrantes, una

docena de hombres y mujeres, en su mayoría maestros

y estudiantes universitarios, participaron en diferentes

movimientos sociales de la región. Sabemos que para

lograr estos objetivos, se valían de la propaganda revo-

lucionaria hacia las masas y de las expropiaciones eco-

nómicas. Reivindicaban como sujeto revolucionario a

la clase obrera y enarbolaban el internacionalismo pro-

letario. Esta organización se consideraba parte de un

movimiento continental latinoamericano que plantea-

ba un cambio social profundo y radical. Se desconoce

la fecha exacta de su fundación, sus integrantes inicia-

les y si tuvo algún manifiesto fundacional.

Se sabe que la LCA, como otras organizaciones

de los setenta en México, optó por estructurarse como

una organización político–militar y no como un par-

tido político tradicional, lo cual muestra la influencia

que ejerció en ella la experiencia de la Revolución Cu-

bana. También hasta donde se conoce, gran parte de

su acción se orientó a reunir fondos y pertrechos para

la revolución y no se ocupó demasiado en definir al

detalle las características del cambio social por el que

luchaba y los rasgos de la futura sociedad.

La LCA planteaba como elemento central, junto

con la revolución socialista, el advenimiento del hom-

bre nuevo que propuso desde Cuba Ernesto Gueva-

ra. No solo habría que tomar el poder sino también

transformar al ser humano: ser hombres y mujeres con

una moral diferente a la capitalista; no enajenados,

con una ética basada en la cooperación y la solidari-

dad; que practicaran la igualdad entre los sexos y el

internacionalismo proletario, entre otros muchos ras-

gos. Cabe destacar que en la vida diaria de los militan-

tes de esta organización, también se impulsaron estos

principios éticos.

La Liga de los Comunistas Armados desarrolló

con bastante éxito sus actividades en el área metropo-

litana de Monterrey durante más de dos años. Ni las

policías locales, ni la Dirección Federal de Seguridad,

lograron en ese tiempo ubicar a sus militantes, mucho

menos capturarlos. Fue un incidente fortuito que pro-

vocó una herida de bala en una compañera, lo que dio

pistas a los cuerpos de seguridad quienes de pronto tu-

vieron en sus manos a algunos de sus integrantes. Sin

embargo, la rápida decisión de secuestrar una aeronave

de Mexicana de Aviación en la cual, casualmente, via-

jaban funcionarios de la Embajada norteamericana en

México y dos hijas Luis M. Farias, a la sazón gober-

nador de Nuevo León, permitió el rescate de los gue-

rrilleros de la LCA apenas capturados y el traslado de

todos a Cuba.

Como toda actividad humana, esta organización

fue producto de su tiempo, tuvo aciertos y errores. Los

miembros de la LCA poco después de su llegada a

Cuba, en noviembre de 1972, ante la petición de ex-

tradición por parte del Gobierno Mexicano, fueron so-

metidos a juicio bajo el cargo de entrada ilegal a la Re-

pública de Cuba. En este tribunal fueron absueltos del

cargo, se les reconoció como luchadores sociales y se les

otorgó el asilo político por parte del gobierno Cuba-

no. Poco después, sus integrantes en reciprocidad con la

Revolución Cubana, solicitaron realizar trabajo volun-

tario. Se les asignó el Valle de Picadura en la Provincia

de La Habana, un Plan Lechero bajo la administración

de Ramón Castro. Ahí trabajaron cerca de un año en la

construcción, en el Plan Lechero, en actividades mé-

dicas y en labores de re-alfabetización. Algunos de sus

miembros decidieron realizar estudios universitarios y

de idiomas. La LCA fue disuelta, en común acuerdo

con todos sus miembros, en diciembre de 1972.

* La autora ingresó a la Liga de Comunistas Arma-

dos en marzo de 1972. Estuvo exiliada en Cuba desde

noviembre de 1972 hasta mediados de 1980. Doctora

en Antropología Social, actualmente se desempeña

como docente en la Escuela Nacional de Antropología

e Historia y en la Universidad Intercultural Indígena

de Michoacán.

Edna Ovalle Rodríguez*

Las organizaciones político-militares mexicanas que actuaron en los años setenta del

siglo XX por un cambio social, casi siempre fueron conocidas por sus contemporáneos a

través de la imagen que los medios de comunicación proyectaron de ellas: guerrilleros que

realizaban acciones espectaculares, hombres y mujeres violentos que caían en detenciones

masivas o que sostenían enfrentamientos con el ejército o la policía.

MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA (II)

Edna Ovalle Rodríguez

José Luis Chagoya Remigio

Fabiola Eneida Martínez Ocampo

DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

DICCIONARIO (poblano)

DEL DIABLO

Humberto Sotelo Mendoza

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

ZOOCIEDAD

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

¿CUÁNTOS FUERON?

Page 2: Reincidente 30

2

Si nuestro planeta colapsase hoy en día; si fuese una especie de TiTanic: ¿qué harían los líderes de nuestra comunidad? Al parecer tomarían todas las balsas salvavidas y nos dejarían en el casco que se hunde. Este es un problema real.

Ha habido un cambio radical en el concepto actual sobre el valor del trabajo y las personas que trabajan en todo el mundo. No obstante,

la transformación ha sido tan gradual que muchos aún no se dan cuenta de que esto viene ocurriendo a gran escala, incluso hasta estos momentos en que llegamos a la recesión en la que se encuentra el mundo con una doble crisis. Muchos de nosotros creemos que la me-tamorfosis en la vida profesional solo estaba pasando de manera personal. Nos lo tomamos individualmen-te. Pero si reflexionamos un poco, la necesaria interco-nexión entre todos los aspectos sociales y económicos hace parecer obsoleta, innecesaria y marginal cada vez más la actitud inmediata frente a nuestro entorno. A pesar de que la perspectiva miope frente a los proble-mas contemporáneos es un reflejo de lo que podemos llamar el síndrome del hambre, de un pasado de po-breza y muchas limitaciones, para la cual existían las clásicas consignas de la corruptela: “Dios mismo no me des, nomás ponme donde pueda agarrar”. O las otras fórmulas: “chinga por delante que atrás te vienen chingando”, y “el que no tranza, no avanza”.

Esto tiene que parar. Y nos referimos a muchos “liderazgos” visibles por todas partes, desde Nortea-mérica hasta el medio oriente y luego hasta la región de los “tigres asiáticos”, que son los mundos de los que estamos mejor informados.

El futuro del trabajo profesional ahora para los in-dividuos es un camino en el que hay que hacer frente a

este nuevo paradigma donde hay que empezar a valer-se por sí mismo primero, y luego para las personas que entran en contacto con nosotros a través de nuestro trabajo. El objetivo es crear un futuro sostenible para nosotros y las otras generaciones a través del desempe-ño pleno de nuestro valor innato. El problema muchas veces es la falta de movilidad, el no poder desarrollar todo nuestro potencial ahí donde tenemos un entor-no familiar cómodo aparentemente, pero restringido. Esto sucede por pensar individualmente en nuestro trabajo al tiempo de disociarlo de nuestro entorno so-cial. En otras palabras, nuestro trabajo y la vida fami-liar y afectiva parecen incompatibles; solo se trabaja para sobrevivir mientras nuestra mayor satisfacción y refugio emocional está en relaciones afectivas ajenas.

Es necesario aprender a verse a sí mismo para reorientar el enfoque hacia uno donde se actúe de ma-nera en que se estén compartiendo dones, aquello de lo que somos capaces y que no se debe confundir con lo que actualmente se consideran como “competen-cias” o “habilidades”.

En síntesis, discernir la cultura emergente de la di-versidad y la productividad que razonablemente pue-den participar, se reduce a un concepto muy simple: la creación de resultados medibles en el portafolio de la vida. Necesitamos reafirmar más nuestra individua-lidad para desarrollar nuestra potencialidad y pensar más en nuestra colectividad para una interacción salu-dable y plena. Esta es una fórmula que se puede expre-

sar de manera muy simple aunque se trata en realidad de una metamorfosis compleja que implica un cambio de actitud revolucionario.

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad París I, Pantheon- Sorbonne, y actualmente es inves-tigador en el Programa de Estudios Universitarios Comparados de la BUAP.

Uno de los momentos cumbre de la democracia es el de las campañas electorales. Entonces, los candidatos y sus partidos se dedican a repartir

sueños y todo son sonrisas, buenos modos y promesas, cantidad enorme de promesas de todo tipo. Pero mu-chos de tales ofrecimientos son deliberadamente fal-sos y se hacen para que la gente pueda formarse ilusio-nes o bien para eludir definiciones sobre temas esca-brosos y difíciles. Al fin que prometer no empobrece y una vez en el cargo, los candidatos triunfadores harán lo que de antemano han pensado hacer, como ha sido siempre, sin que nadie pueda removerlos fácilmente del lugar en el que los ponemos, como también ha sido siempre en estos “imperfectos” sistemas.

No obstante, hay ocasiones en las que hablan de cosas que sí piensan hacer. Una de ellas es la relativa a su reelección. En este punto, blanquiazules, trico-lores, amarillos, verdes y panales, en su gran mayoría, comparten la idea de echar abajo las restricciones exis-tentes a la inmediata reelección de senadores, diputa-dos y regidores. “Es una traba para la profundización y perfeccionamiento de nuestra democracia”, han dicho con insistencia.

Como es sabido, actualmente prevalece una reelec-ción moderada o acotada. Desde hace tiempo quedó

atrás la máxima maderista de “Sufragio Efectivo, No Reelección”. No hay posibilidad de reelección inme-diata al mismo cargo, pero sí la de postularse para otro. Por eso aparecieron los candidatos chapulines, esto es, los que brincan de un cargo a otro y que, por cierto, son muchísimos. Quienes terminan ahora su manda-to como diputados, senadores, asambleístas o regido-res, seguramente fueron antes otra cosa: diputados o asambleístas si es que ahora son senadores; senadores si antes fueron diputados, etc. Y como están dispues-tos a seguir trabajando por el bien de todos, sus partidos los postulan a un cargo diferente al que ocupan en es-tos momentos.

Profesionalización es el argumento central que enar-bolan para terminar con tan fastidiosa restricción que los obliga a cambiar de oficinas cada tres o seis años, asegurar nuevos estacionamientos para los vehículos, aprenderse los nuevos números telefónicos, etc. Según esto, los nuevos están apenas conociendo los intrincados y profundos laberintos de la labor legislativa, cuando el período se les acaba. Necesitan, por tanto, más tiempo para saber cómo hacerle y dominar la técnica.

Pero además, nos dicen, diputados, senadores, re-gidores y asambleístas necesitan “acercarse más a los ciudadanos”, requieren “el refrendo de sus electores” y

la reelección los obligará a buscar más a los ciudada-nos, a retomar sus exigencias y a cumplirles, si es que quieren de nueva cuenta conquistar su voto. ¡Si chu-cha, como no! Como si no existieran carretadas de di-nero y medios de comunicación que ayudan a “orien-tar el voto”; como si no existieran acarreos, reparti-ción de despensas, corporaciones clientelares y mil y un chanchullos más que pueden lograr cualquier cosa, menos construir escenarios propicios para que el voto emitido sea en efecto libre.

Después de todos los estragos que han causado; después de la forma en que se han repartido y derro-chado los recursos de la nación; después de todas las mentirotas y justificaciones baladíes que han inventa-do para encubrir sus fracasos; después de todas las ar-bitrariedades y abusos a los que están acostumbrados; ¡todavía quieren más!

No solamente hay que rechazar sus ambiciones reeleccionistas, sino tomar todas las medidas que sean necesarias para atarles las manos (los pies y la boca, es ya mucho pedir). Es necesario hacer todo lo que sea preciso para que dañen menos a la sociedad. Si los políticos profesionales son un mal inevitable, como di-cen algunos, hagámoslos lo más chiquitos e impoten-tes posible.

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Fabiola Eneida Martínez Ocampo*

Los caciques formaron parte del grupo en el po-der que prácticamente controló la vida de la población más desprotegida. En el campo, este

control lo encontramos en la política, en todos los rin-cones del estado incluyendo las pequeñas escuelas ru-rales que a primera vista parecieran insignificantes. Y fue en una de estas primarias, ubicada en el corazón del municipio de Atoyac, donde se inició un movi-miento social encabezado por dos profesores: Lucio Cabañas Barrientos y Serafín Núñez Ramos, al en-frentar al poder caciquil. Dicho “inicio” es un decir, pues Lucio Cabañas ya traía todo un historial de par-ticipaciones de carácter político y social en varias zo-nas de Guerrero. Nacido en 1938 en el poblado El Porvenir (zona cafetalera), ubicado en el municipio de Atoyac de Álvarez, conoció, por su propia condición de procedencia campesina, las penurias y pobreza de los serranos. En sus años de estudiante dirigió su in-terés a su formación como profesor de primaria, por lo cual cursó la Normal de Ayotzinapa.

Cuando Lucio Cabañas era profesor en la escue-la primaria Modesto Alarcón, organizó junto con los padres de familia un movimiento para expulsar a la directora, ya que ésta abusaba de su poder para exigir altas cuotas y hacer otros cobros indebidos a los padres y alumnos. Esta experiencia llevó a Lucio Cabañas a ser un personaje conocido en todo Atoyac y sus alre-dedores, y no era raro, por lo tanto, que tuviera contac-to con mucha gente. No solo la escuela primaria en la cual daba clases padecía los abusos de los caciques (ya que la dirección de la primaria Modesto Alarcón re-presentaba los intereses de éstos); de igual manera, en la escuela Juan N. Álvarez, también ubicada en el cen-tro de Atoyac, se dio un caso muy similar. La directo-ra Julia Paco Pizá, cometía las mismas arbitrariedades y por tal motivo los padres de familia se movilizaron para expulsarla. Asimismo, invitaron al profesor Lucio Cabañas Barrientos para que encabezara un mitin el 18 de mayo de 1967 en la plaza cívica de Atoyac, con el propósito de comunicar a la población lo que esta-ban padeciendo los padres y alumnos.

Sin embargo, la Policía Judicial, que ya preparaba una celada con el fin de intimidar a aquéllos que se pre-sentaran a la reunión, en el momento en que Lucio Ca-bañas se encontraba hablando por el micrófono, irrum-pió violentamente: el comandante de la policía del Es-tado, capitán Enrique Arellano Castro, se acercó al ora-dor y quiso arrebatarle el micrófono. Simultáneamente,

se escuchó un silbatazo dado por Alberto Divicino, que fue la señal para abrir fuego contra los manifestantes. El saldo fue de cinco muertos: Alcadio Martínez, Pricilia-no Téllez, Crecenciano Castro, Regino Rosales e Isabel, quien se encontraba en estado de gravidez.

A partir del 19 de mayo de 1967, la vida de Lucio Cabañas Barrientos cambió radicalmente pues de pro-fesor de primaria pasó a guerrillero; de estar luchan-do abierta y pacíficamente, pasó a la clandestinidad cobijado por la espesura de la sierra y la ayuda de los campesinos. Gracias a sus relaciones y amistades cul-tivadas durante varios años, principal pero no exclusi-vamente con campesinos de la zona, pudo sobrevivir los primeros y más difíciles años. Esa etapa fue de au-todefensa, la de ir informando el propósito de la lucha, la de convencer al pueblo de sumarse. De esta manera nació el Partido de los Pobres (PDLP) que aglutinaba a todos los simpatizantes que apoyaban a la guerri-lla; también se creó la Brigada Campesina de Ajusticia-miento (BCA), brazo armado del Partido de los Pobres y que operó en las entrañas de la sierra de Atoyac y en parte de la de Coyuca de Benítez.

La razón por la que pudo mantenerse la BCA va-rios años actuando en el monte fue, principalmente, por el apoyo de los campesinos serranos, aunque tam-bién por otro lado, algunos grupos armados urbanos y organizaciones civiles brindaron su solidaridad.

La Brigada fue creciendo poco a poco y como se hizo imprescindible organizar a los campesinos, se formaron los Comités de Lucha que posteriormente cambiaron su nombre a Comisiones de Lucha. Estas cé-lulas eran intermediarias, pues tenían el contacto con los barrios e intentaban que los pobladores fortalecie-ran la lucha armada.

La Brigada Campesina de Ajusticiamiento, con apoyo de integrantes del Movimiento de Acción Re-volucionaria entrenados en Corea del Norte, tendió dos emboscadas a efectivos del ejército mexicano: una el 25 de junio de 1972 y la otra el 23 de agosto de 1972, que dieron resonancia nacional al Partido de los Pobres. La segunda emboscada dejó una veintena de soldados muertos, otro tanto de heridos y una consi-derable cantidad de fusiles de asalto y de cartuchos pasaron a manos de los rebeldes. El problema había desbordado el ámbito regional.

Otros recursos que utilizaron los guerrilleros para mantenerse en la sierra fueron las expropiaciones, es decir, los asaltos bancarios y, por otro lado, los secues-tros de personajes adinerados y de algunos pertene-cientes al poder político. Fue el caso de Rubén Figue-roa Figueroa, plagiado por la BCA a finales de mayo de 1974. En el momento de su secuestro, Figueroa era senador por parte del Partido Revolucionario Institu-cional (PRI) y candidato a gobernador del estado de Guerrero.

Este secuestro le costó mucho a la Brigada ya que el Estado Mexicano, con Luis Echeverría Álvarez a la cabeza, mandó al ejército a realizar las operaciones contra la guerrilla que fueran necesarias hasta lograr su total exterminio. Así, las primeras víctimas de la contrainsurgencia serían la población serrana: miles de desplazados, encarcelados, torturados, asesinados y desaparecidos.

Los siguientes meses al secuestro, octubre y no-viembre de 1974, los integrantes de la guerrilla fueron

reducidos a solamente algunos miembros diseminados por la sierra, perseguidos por militares bien armados y con la orden de acabar con los restos de la Briga-da Campesina de Ajusticiamiento. Finalmente, en di-ciembre todo concluyó.

Era la madrugada del 2 de diciembre de 1974, cuando las tropas de las Fuerzas de Tarea comandadas por el general brigadier Jesús Gómez Ruiz cercaron al máximo la zona de enfrentamiento, es decir, El Otatal en el municipio de Tecpan de Galeana. En ese lugar, a las 8:15 de la mañana, entre 200 y 300 soldados rodea-ron y mataron a Lucio Cabañas.

* La autora es licenciada en Historia por la UNAM. Actualmente, cursa el programa de Maestría en His-toria por la UNAM y se desempeña como investiga-dora-ayudante en la Universidad Autónoma Metro-politana-Xochimilco.

El origen del ParTido de los Pobres y su brigada camPesina de ajusTiciamienTo, que encabezó el profesor Lucio Cabañas Barrientos, está inevitablemente ligado a la realidad del estado de Guerrero, es decir, a las

condiciones políticas, económicas y sociales que produjeron, en una buena medida, el constante descontentode los pobladores, principalmente campesinos de la sierra.

ESCRÍBENOS •Paracualquieraclaración •Paraalgúncomentario •Parahaceralgunacontribución •Paraexternarunacrítica •Paraprotestarporalgo •Paraalgunamentada(peroleve) •Paradiscutirelfuturodelahumanidad •Paradudas(quenoseanexistenciales) •Parapreguntas(nocapciosas)Nuestro correo electrónico es:[email protected]

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Es materia conocida para la mayoría de los en-terados en la temática de la lucha armada, de-sarrollada en las décadas de los 60’s, 70’s y en

el amanecer de los 80’s, que el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) tuvo sus orígenes en la des-aparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), más concisamente en la Universidad Patricio Lumumba, que era una institución soviética solidaria, en cuyas aulas estudiaban hombres y mujeres de todas las nacionalidades. Ahí, y como una consecuencia de los sangrientos actos represivos del estado mexicano en diversos lugares del país, entre receso y cátedra, se fue pergeñando la idea de crear un grupo armado, si-guiendo los ejemplos aún frescos de Viet-Nam, Arge-lia o Cuba.

Corea no aparecía en el universo de aquellos con-jurados; por ello el proceso coreano fue relegado a un segundo o tercer términos o simplemente ignorado. En cuanto a los aportes teórico-prácticos de aquella experiencia revolucionaria, se tomaba apenas como un apéndice en la geografía del gigante asiático chino. Nadie o muy pocos, habían oído mencionar a Kim Il Sung. Sin embargo, aquella nación asiática, haciendo gala de un acendrado espíritu internacionalista revolu-cionario, habría de ser la que daría cobijo al núcleo de revolucionarios mexicanos.

La masacre del 2 de octubre fue el suceso que in-clinó a los indecisos, que los había en el grupo, a tomar la decisión de luchar en México para alcanzar un cam-bio mediante el uso de la violencia.

El siguiente paso era encontrar un país que les brindara un entrenamiento militar acorde a los re-querimientos de aquel grupo. Se tocaron las puertas de la URSS, que se negó a proporcionar dicho entre-namiento; sin embargo, jugó un papel de suma im-portancia al permitir el tránsito por su territorio de aquellos conspiradores que, de conspiración no sabían nada.

La negativa cubana fue mucho más tronante que la rusa. Se negaron absolutamente a ventilar el tema, toda vez que se sentían en deuda con México, que era el único país que no había roto relaciones diplomáticas con la isla, como sí lo hicieran el resto de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), a instancias de Estados Unidos, que se sentía sumamen-te agraviado por la presencia del odiado comunismo en las cercanías de su geografía.

Al acudir a la representación diplomática de la Re-pública Democrática y Popular de Corea, los jóvenes revolucionarios encontraron la disposición y la solida-ridad buscada. Así, cuando finalizaba la década de los 60’s, el primer grupo de diez miembros acudió a reci-bir los rudimentos básicos de la teoría y de la práctica de la guerra de guerrillas.

Michoacán, en 1961 y 1963, sufrió la represión del estado que en esa época gobernaba Agustín Arriaga Rivera; represión que al verse rebasada por la base so-cial –solidaria con el movimiento estudiantil ‘Nicolaí-ta’, se extendió hasta la toma militar del Alma Ma-ter de la Universidad Michoacana. Estas políticas de castigo violento llevaron a la supresión de la Escuela

de Agronomía “Hermanos Escobar”, que también al-canzó a las Normales Rurales, consideradas por los gobernantes como nidos de revoltosos. No obstante, el fenómeno represivo no era una novedad. En la se-gunda mitad de los años cincuentas, fue decretada la desaparición de los albergues estudiantiles del Institu-to Politécnico Nacional (IPN). Estos daban cabida a infinidad de jóvenes del interior del país que veían en aquel apoyo gubernamental, la posibilidad de viajar a la ciudad de México para estudiar y lograr un mejor nivel de vida con una carrera profesional.

Así, en un escenario nacional pringado de ejem-plos que no permitían avizorar un futuro halagüeño, fue Chihuahua, estado emblemático que marcó el derrotero de las siguientes generaciones, donde un puñado de jó-venes, hartos de no ser escuchados y cansados de ser re-primidos, optaron por la violencia revolucionaria como opción última, un 23 de septiembre de 1965.

El profesor Arturo Gámiz y el doctor Pablo Gó-mez eran los dirigentes de la asonada en la que perdie-ron la vida al igual que la mayoría de los compañeros que se propusieron, aquella madrugada septembrina, tomar por asalto el cuartel de Ciudad Madera, en la serranía chihuahuense.

Después de ese sangriento suceso y como conse-cuencia de sus propias experiencias ante la represión del gobierno, en el estado de Guerrero los profesores Ge-naro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos, cada cual por su lado, organizaron sendos grupos armados hasta que el Estado logró aniquilarlos y con ellos, de paso, masacró a la población bajo la visión militarista norteamericana de “tierra arrasada” y con la creación de las fallidas “aldeas estratégicas”, técnicas que sufrieron un rotundo e histórico revés en Vietnam.

Este era el caldo de cultivo en que nos aderezá-bamos los jóvenes de esos días, aunque muchos com-pañeros finalmente desistieron y llevaron su existen-cia por otros derroteros. Pero quienes militamos en el MAR, continuamos en círculos de estudio que nos iban permitiendo comprender la situación de nuestro país a la luz de las experiencias de los movimientos ar-mados triunfantes o que se encontraban en pleno pro-ceso bélico. La composición de las filas del MAR fue, principalmente, de personas oriundas de Chihuahua, de Guerrero, del Distrito Federal y de Michoacán.

Tres fueron los grupos que recibieron entrena-miento político-militar en Corea; tres fueron los tiem-pos en que nos movimos hacia el oriente profundo.

Al volver, como parte de nuestras concepciones, se procuró establecer nexos con los grupos armados que ya existían en el país. Con algunas organizaciones, las discusiones prosperaron; con otros grupos, como el que después originaría la Liga Comunista 23 de Sep-tiembre, no fue posible llegar a buen término en las negociaciones, por lo que cada grupo siguió su propio destino. En esa ocasión, el MAR sufrió el desprendi-miento de algunos cuadros, sin embargo, considera-mos como no graves tales desprendimientos.

El Movimiento de Acción Revolucionaria, duran-te su existencia, fue objeto de tres grandes golpes re-presivos: el primero de ellos ocurrió en abril de 1971, durante el cual perdimos importantes cuadros de di-rección. No obstante, tuvimos la capacidad para re-componernos.

Un segundo golpe lo recibimos en septiembre-oc-tubre de 1973. En esa ocasión perdimos 27 cuadros. Tal evento nos llevó a una fuerte autocrítica en rela-ción a la viabilidad de la lucha armada en esos mo-mentos. Al interior del MAR surgieron, como resul-tado del análisis, dos posiciones contrastantes que no se excluían, pero que planteaban un adiós a las armas en poco tiempo.

En estas circunstancias y en pleno repliegue hacia otro tipo de desarrollo político, llegó el tercer golpe en 1979. Éste fue el evento más sangriento en que el MAR se vio involucrado y es, propiamente, el canto del cisne para nuestra organización, que para esas fe-chas tenía nexos con la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), agrupación que perdió tam-bién algunos miembros en esta última reyerta.

*El autor formó parte del segundo grupo de integran-tes del MAR que recibió entrenamiento en Corea del Norte. Cayó preso en septiembre de 1973 y permane-ció encarcelado hasta octubre de 1978. Egresado de la ENAH, actualmente participa en el Centro de In-vestigaciones Históricas de los Movimientos Sociales, A. C.

José Luis Chagoya Remigio*

Objetos decomisados a miembros del MAR

Entrenamiento guerrillero

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HORIZONTALES

1. Normalista guerrerense, encabezó la Unión Cívica Nacional Revolucionaria.

6. (Heladio Hernández), fundador del PROCUP.

11. Echa la red para pescar.13. Del verbo sacar.14. Vaso de la colmena.15. Unión Campesina

Independiente.16. Iguala con el rasero.18. (Fabricio Gómez), fundador

del Movimiento de Acción Revolucionaria.

20. (Arturo), líder del Grupo Popular Guerrillero, organización que asaltó el cuartel de Madera.

21. Dirigirse a un lugar.22. Dispositivo para asegurar la

emisión o recepción de ondas electromagnéticas (pl.).

23. Milicias nacionalsocialistas dirigidas por Röhm (sigla).

26. Organización a la cual pertenecían los Enfermos de Sinaloa (sigla).

27. Grado de elevación de la voz o de un sonido.

30. Símbolos de resistencia eléctrica y gauss.

32. (Cortés), fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, como escisión del Partido de los Pobres.

35. Voz usada para detener a las caballerías.

36. Cachiporra (inv.).38. Ídolo de los moabitas (Biblia).40. Emitir su voz los pollos.41. Grupo Popular Guerrillero

(sigla).42. Se consuma con el fuego.43. Frente Estudiantil

Revolucionario de Guadalajara (sigla).

45. Parte del tejado.

46. Órgano informativo de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

47. Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (sigla).

VERTICALES

2. Equivocación.3. Aúnan, confederan (inv.).4. Instrumento de labranza (inv.).5. Divinidad egipcia.7. Existe.8. Rostros.9. Símbolos del tecnecio y

americio.10. Espacio de vegetación en

medio del desierto.12. Enfermedad de la piel.14. Patria de San Francisco.17. Casualidad, suceso imprevisto.19. Se dice de la que ha nacido en

el mismo país que otra (inv.).20. Estropéala, desgástala.24. Frente Estudiantil

Revolucionario (sigla).25. Organismo que encabezó

Pérez de Cuellar.28. Organización armada

que secuestró al cónsul estadounidense en Guadalajara y al suegro del entonces presidente Luis Echeverría (sigla).

29. Brigada del Partido de los Pobres en donde participaban los hermanos de Arturo Gámiz (sigla).

31. De cabello crespo.32. Trota.33. Representación gráfica de la

superficie de la Tierra o de una parte de ella.

34. Rézalo.35. Trames, maquines (inv.).37. Del verbo raer.39. Pimienta de la India (inv.).44. Abreviatura de gramo.45. Terminación verbal.

Amor.--Abundan las definiciones. Una de las más aceptadas –sin duda la mejor— es la que acuñó Friedrich Nietzsche: “Lo único que está más allá del bien y del mal”.

Un personaje de Shakespeare exclama: “¡Oh amor poderoso!, que a veces haces de una bestia un hombre, y otras de un hombre una bes-tia”.

Algunos machistas mexicanos suelen defi-nir el amor del modo siguiente: “El amor es una cosa esplendorosa… ¡hasta que te sorprende la esposa!” Otra versión dice: “El amor es una cosa esplendorosa… hasta en tanto no te espose tu es-posa”.

Amorosa, República.- Invento de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y asesores, destinado a promover la imagen del “Peje” entre las clases medias, el sector empresarial, y todas aquellas capas sociales que se distinguen por su miedo al cambio.

En San Pedro Garza, NL, el 12 de febrero, AMLO expresó: “Cuando hablamos de una re-pública amorosa con dimensión social y grandeza espiritual, estamos proponiendo regenerar la vida pública de México, una nueva forma de hacer po-lítica aplicando tres ideas rectoras: la honestidad, la justicia y el amor”.

Si bien tal invento busca contrarrestar la influencia de Televisa y de TV Azteca (que se distinguen por su “antiobradorismo”) en di-chos sectores, no pocos seguidores del “Peje” se preguntan si era necesario llegar al extremo de presentar al candidato de MORENA como un “candidato amoroso”.

Amoroso (fragmentos de un nuevo discurso).- Li-bro de Roland Barthes, en el que trata, no tanto de definir al amor, sino más bien de abrir el cami-no o la senda que lleve a esto. En la introducción dice el autor: “el discurso amoroso es hoy de una extrema soledad. Es un discurso tal vez hablado por miles de personas (¿quién lo sabe?) pero al que nadie sostiene; está completamente abando-nado por los lenguajes circundantes: o ignorado, o despreciado, o encarnecido por ellos, separado no solamente del poder sino también de sus me-canismos” (Siglo XXI, México, 1982.)

Según Didier Eribon, “cuando Barthes emprendió este proyecto, el amor no estaba de moda: lo amoroso resultaba vergonzoso y el dis-curso sobre ello estaba condenado, si no al silen-cio, sí al murmullo. Entre los intelectuales de iz-quierdas de la época imperaba la ideología de la liberación sexual y del freudo-marxismo, para los

cuales el sentimentalismo era sinónimo de con-formismo pequeño burgués. Barthes quiso volver a dar voz a aquello de lo que ya no se podía hablar y el éxito espectacular que obtuvieron sus Frag-mentos (y del que siguen gozando hoy en día) constituyó uno de sus logros magistrales”.

Sería conveniente que los autores del pro-yecto de la “RepúblicaAamorosa” que enarbola AMLO leyeran ese libro, el cual o confirma sus tesis, o las desmiente (todo depende de la óptica con que se lea).

Uno de los autores que cita Barthes (Reik) escribe, no sin ironía: “Discurriré bellamente so-bre el amor a lo largo del año, pero no podré atra-par el concepto más que ‘por la cola’, por destellos, fórmulas, hallazgos de expresión, dispersados a través del gran torrente de lo imaginario”. Al respecto, ¿qué dirán los “amorosos” asesores de AMLO?

Amorosos (Los).- Poema espantoso (muy distante de su bellísimo ¡Santifiquemos a las putas!) del celebérrimo bardo chiapaneco Jaime Sabines que sirve como telón de fondo a la tesis de la “Repú-blica Amorosa”, de Andrés Manuel López Obra-dor.

Amor (20 poemas de amor y una canción desespe-rada).- Poemario de Pablo Neruda, que nunca de-bió haber incluido el poema número 20 (aquél que dice “puedo escribir los versos más tristes esta no-che”), ya que es realmente insufrible. Los poemas del 1 al 19 ‒e incluso la “Canción Desesperada”— son formidables. El 20 parece elaborado por al-guno de los responsables del proyecto “República Amorosa” de AMLO.

Amor (Nuevo).- Poemario de Salvador Novo (1904-1974), en el que aparecen algunos de sus mejores poemas de adolescencia y juventud, y no pocos de sus más brillantes poemas de madurez, entre ellos los “Poemas Proletarios” (1934), en los que el autor se burla salvajemente de “los go-biernos emanados de la Revolución Mexicana”. Véase, por ejemplo, el siguiente fragmento: “Los folletos de propaganda revolucionaria/el Gobier-no al servicio del proletariado, los intelectuales proletarios al servicio del Gobierno/ los radios al servicio de los intelectuales proletarios/al servi-cio del Gobierno de la Revolución/ para repetir incesantemente sus postulados/ hasta que se gra-ben en las mentes de los proletarios/ de los prole-tarios que tengan radio y los escuchen”.

* El autor es investigador en el Programa de Estu-dios Universitarios Comparados de la BUAP.

La Abutarda hubara (Chlamydotis undulata) es un pájaro gentil originario de Asia Central, cuya extin-ción en esa zona del mundo está cercana, debido a la caza indiscriminada de que es objeto, a pesar de las leyes que lo protegen.

Por ejemplo en Pakistán, en la provincia de Sin-dh, el Departamento de la Vida Salvaje tiene legal-mente el control total de las prácticas de cacería, sin embargo, personajes poderosos de la zona que de-fienden las tradiciones ancestrales han logrado que las leyes no se apliquen. Esta especie de pájaro es crucial para mantener la biodiversidad de Asia Este y Central, pero se calcula que se habrá extinguido en 15 años si la caza no cesa.

http://ynative77.wordpress.com/2012/02/06/save-pakistans-gentle-desert-bird-the-houbara-bustard/

http://es.wikipedia.org/wiki/Chlamydotis_undulata

Un nuevo estudio llevado a cabo por Daiqin Li de la Universidad Nacional de Singapur, reveló que algu-nas arañas macho se “castran” voluntariamente du-rante el acto sexual para aumentar sus posibilidades de paternidad. Los machos se parten todo el órgano mientras lo tienen dentro de la hembra, lo cual les permite seguir inyectando espermatozoides mucho tiempo después de separarse.

La revista Biology Letters señala que la castración voluntaria evolucionó como respuesta tanto al cani-balismo de la hembra después del acto sexual, como para contrarrestar el deseo de la hembra de contro-lar la duración del coito.

Sin embargo, el equipo no descarta que haya otros beneficios tales como el realce de la agresivi-dad en las arañas castradas, lo cual justifica aún más el costo de la esterilidad.

http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noti-cias/2012/02/120201_aracnidas_copula_paterni-dad.shtml

Puede ser que los perros desciendan de los lobos. Evidencia arqueológica sugiere que los primeros pe-rros pudieron haberse separado de la línea evoluti-va de la familia de los lobos hace alrededor de 15 a 40 mil años, heredando sus jerarquías y comporta-mientos sociales y adquiriendo nuevos, lo que expli-caría su adaptación a los humanos.

Algunas razas de perros como los Alaska Mala-mutes y los Pastores Alemanes han incluso conser-vado su apariencia lobuna.

http://trendsbuzz.com/q/Dogs

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Con el propósito de fomentar el hábito de la lectura y la habilidad en la escritura, la investigación, la disciplina y la creatividad, el Fondo de Cultura Económica con el apoyo de la Secretaria de Educación Pública, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a través de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, convocan a este concurso en la región Centro Sur III: Puebla y Tlaxcala

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en activo, el FCE te invita a participar en el XVII Concurso “Leamos

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4 Sur núm. 303 Planta Alta, Centro Histórico, 72000, Puebla, Pue.Teléfonos: (01 222) 229 55 00 exts. 5729 y 5730;Correo electrónico: [email protected] www.viep.buap.mx

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Benemérita Universidad Autónoma de PueblaVicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado

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Aparece cada quince díasDirector y editor: Enrique Condés Lara

Consejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Jaime Cid Monjaraz, Juan Lozada León,Gloria A. Tirado Villegas, José Fragoso Cervón, María de Lourdes Herrera Feria,

Hugo López Coronel y Enrique Barradas Guevara.Corrección: Gabriela Breña

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*No incluye sección de SocialesSe imprime en los talleres de El Errante, Editor. Priv. Emiliano Zapata 5947,

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Solución alReincigRama de eSte númeRo

Solución alReincigRama de eSte númeRo

Estábamos disfrutando de una roja de Panamá que, en sus quehaceres de proveedor de la fracción pacheca de la revolucionaria flota de los ecomunis-tas, el Chuy Galán había conseguido en el Campo Militar No. 1, con el sargento piedrota, cuando con la mirada perdida en la inmensidad del universo, el Santiago apenas pudo balbucear: “se acerca el día del aniversario del Che Guevara”, sacando de onda a todo el personal que se encontraba en pleno viaje.

De inmediato, las mentes alucinadas empeza-ron a lanzar toca clase de propuestas sobre cómo conmemorar tan celebre fecha, hasta que el mis-mísimo Chuy Galán lanzó una idea digna de ser tomada en cuenta por toda la banda y agregados: “¿Por qué no traemos un conjunto de rock, mi her-mana tiene contacto con el TRI?; si quieren le digo que nos contacte, a ver si vienen a dar una toca-da aquí en la escuela”. Y como todo mundo estuvo de acuerdo, se le comisionó al de la propuesta para que se encargara de hacer los contactos necesarios y también que invitara a su hermana (de muy bien ver, según la opinión de todos los del coro) al con-cierto.

A los pocos días, el comisionado reportó que los contactos estaban hechos y que la banda solo pedía como pago un buen guato de hierba y que nos agenciáramos un camión donde trasladar los instrumentos y a su personal. Por unanimidad se tomó el acuerdo de volver a comisionar al mismísi-mo Chuy, para que consiguiera el vehículo mientras que una comisión encabezada por el grillote Vega, se encargaría de los permisos correspondientes en la escuela.

Faltando un día para el concierto, ya habíamos hecho la propaganda con coloridos carteles y el co-rrespondiente pase a los salones de clase invitando a todo el personal al hipisimo homenaje a tan que-rido personaje, por supuesto, no sin la oposición de los puros (troscos, pescados y maoístas) que se ne-gaban a que mancháramos el auditorio sacramen-tado y purificado en las sesudas y revolucionarias asambleas del comité de lucha durante el movi-

miento estudiantil del 68, arguyendo que el Rock era sólo una arma más del imperialismo yanqui para enajenar a la población juvenil para retardar la toma del poder político por el pueblo explotado.

Pero el concierto fue un éxito. Al llegar el con-junto que encabezaba un chamaquito que llama-ban Loro, Lora o algo así, mientras los ayudantes conectaban los instrumentos, en la parte de atrás del Auditorio (donde había unos cuartos pequeños que en su origen eran camerinos y ahora bodega atestada de bancas y escritorios viejos), los músi-cos se agasajaron con una muestra del pago que se les había entregado, produciendo un fuerte olor a petate quemado y llenando con una nube de humo el local (hornazo masivo). Entonces, cuando salie-ron al escenario y empezaron a tocar, la loquera fue tan desquiciante que hasta los mismísimos miem-bros del revolucionario comité de lucha, con toda la masa de estudiantes en un repleto auditorio, em-pezaron a bailar y a saltar en las bancas al ritmo de las melodías. Con decirles que no dejaban que se fuera el conjunto con el consabido “otra, otra, otra”.

Pero no acabó ahí la cosa. Al primer día de la semana siguiente, nos encontramos con que había un citatorio a una asamblea extraordinaria del co-mité de lucha con un único punto del orden del día: Discusión y en su caso sanción a los integrantes del grupo político ECOMUNISTAS por haber introdu-cido al recinto al representante del enemigo de la clase revolucionaria.

Como el Chuy había trasladado al conjunto en un camión que llevaba en el costado un escudo de la CNC, agrupación integrante del partido en el poder, aunado al hornazo que envolvió el recinto sagrado, y a la música enajenante, el veredicto de la reunión fue implacable: Expulsión de los inte-grantes del grupo político ECOMUNISTAS del comité de lucha, por organizar un concierto con el pinche conjunto de rock “El TRI”.

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachín.

A pesar de ser el 40% de la fuerza de trabajo, las mujeres sola-mente poseen el 1% de la riqueza a nivel mundial.

No es un asunto de falta de educación, ya que las mujeres son la mitad de los estudiantes inscritos en las universidades y llegan a ser mayoría en los colegios de algunas partes del mundo.

Las mujeres asalariadas en Alemania ganan 62 centavos por cada dólar que reciben los hombres; 64 centavos en India y 80 centavos en México y Egipto. Y para las mujeres con pequeños negocios es aún peor en África y algunos países asiáticos: 34 centavos en Etiopía y 12 en Bangladesh por cada dólar para los hombres.

Esta enorme distancia se da por diversas razones pero una de ellas es que el trabajo doméstico ni se reconoce ni se paga y, cla-ro, preferentemente lo hacen las mujeres.

Los hombres por lo general contratan hombres y es necesario que los puestos de decisión sean ocupados por mujeres que con más facilidad elegirán mujeres para ocupar cualquier puesto.

Lo más lamentable del asunto es que al ser las mujeres quienes asumen generalmente la responsabilidad de la manutención fa-miliar cuando las familias se dividen, cada vez más niños vivirán en hogares pobres.

Incluso en los países ricos, la situación de las mujeres es peor que la de los hombres: la tasa de pobreza en Estados Unidos para las mujeres creció de 13.9% en 2009 a 14.5% en 2010. Y entre las latinas y negras tomadas en conjunto la cosa se agrava: 1 de cada 4 vive en pobreza.

Desde 1980 las mujeres en el mundo viven más que los hom-bres y esto no es tan bueno porque la vejez está asociada a la pobreza.

¡Y claro!, en los países pobres y de ingreso medio, las mujeres tienen mayores probabilidades de morir que los hombres.

Y aunque las noticias no sean buenas: ¡Feliz Día de las mujeres!

Fuentes: http://siteresources.worldbank.org/INTWDR2012/Resources/7778105-1299699968583/7786210-1315936245355/Main-Message-Spanish.pdfhttp://blogs.wsj.com/economics/2011/09/18/new-facts-on-the-gender-gap-from-the-world-bank/?mod=e2tw%3Cbr%20/%3E

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Además de la indiferencia internacional y de las muchas mentiras que fueron propaladas sistemáticamente por los gobiernos mexicanos, la reconstrucción de la historia de las guerrillas y de la guerra sucia presenta muchas dificultades.

A diferencia de otros países donde existieron tres, cuatro y hasta cinco organis-mos de lucha armada, en México se formó una veintena de agrupamientos de este tipo; algunos fueron de alcance nacional, otros solamente regional; unos

duraron poco, otros más de diez años. Para los organismos de inteligencia norteamericanos, la cantidad de organizacio-

nes armadas en los años setenta fue menor, aunque considerable. En septiembre de 1974, The National Intelligence Daily de la CIA, aseguró:

Aproximadamente 15 grupos guerrilleros han aparecido desde 1971, pero solo unos cuantos están activos en la actualidad. Los grupos son pequeños y no mantienen una lucha sostenida, bien organizada y coordinada contra el gobierno.

No amenazan la estabilidad de la administración de Echeverría. Sin embargo, tie-nen la capacidad de llevar a cabo espectaculares actos de violencia y terrorismo y son muy molestos.

Es probable que los brotes de violencia continúen por un tiempo debido prin-cipalmente a que la respuesta del gobierno, incrementar los esfuerzos de seguridad, invertir en mejorar las condiciones económicas y sociales y la retórica política, no han sido efectivos hasta la fecha.

Los grupos más activos son el de Lucio Cabañas y la Liga Comunista 23 de Sep-tiembre. Cabañas, el guerrillero más conocido de México, opera principalmente en las montañas, no muy lejos de Acapulco, del estado de Guerrero. Goza de gran apoyo y simpatía de parte de los campesinos.

Su grupo ha realizado numerosos robos, secuestros y al menos tres atrevidos y profesionales ataques contra unidades el ejército. Tiene quizá entre 50 y 72 seguido-res muy apegados, probablemente podría juntar 150 para alguna operación.

La Liga Comunista 23 de Septiembre, a diferencia de la mayoría de los otros gru-pos, opera en diversos estados de la República y absorbe guerrillas de otros grupos del país. Fundada en 1973, tiene una base urbana y está organizada en pequeñas cé-lulas en las cuales cada miembro solo conoce a otros pocos. Sus miembros tienen un origen diverso que va de la oposición política a las actividades criminales. Un buen número son estudiantes o ex-estudiantes, algunos con títulos de medicina y leyes. Su fuerza se calcula en 500 miembros, aunque pudieran ser más.

Todos esos grupos proclaman alguna forma de socialismo marxista. Todos están dedicados a cambiar al gobierno mexicano y al sistema social por métodos violentos. Todos arremeten contra el “imperialismo” y el “capitalismo” y dicen hablar por los pobres y oprimidos de México.

Excepto por la intervención de Corea del Norte en 1971, no hay evidencia sólida de respaldo extranjero para alguno de los grupos.1

1 CIA: The National Intelligence Daily. Published by the Director of Central

Intelligence for Named Principals Only. Volume 1, number 205. Tuesday, sept-

ember 10, 1974. (Traducción: ECB).