Resiliencia

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| RESILIENCIA YO TENGO, YO SOY, YO ESTOY, YO PUEDO UNIVERSIDAD PRIVADA “ANTONIO GUILLERMO URRELO” FACULTAD DE PSICOLOGÍA III. Practicar: Ponerlo a practicar: Al principio hay que ofrecedle muchas ocasiones de práctica. Recordarles los pasos que tiene que seguir: “primero mojarte la cabeza, después el champú...” Elogiarle los primeros avances Poco a poco disminuir la ayuda Las prisas no son buenas, por eso es necesario organizarse para disponer de tiempo suficiente. IV. Supervisar: Hay que revisar cómo va realizando lo que se le ha encomendado. Si un niño está aprendiendo a peinarse, debes revisar que ha quedado bien y si no está del todo bien, decirle en qué puede mejorar. Elogiarlo y valorar su realización. Y ADEMÁS Algunos padres suelen decir que sus hijos saben hacer las cosas, pero que finalmente, prefieren hacerlo ustedes mismos por prisa o inseguridad. A la larga, esa forma de actuar hace que efectivamente los niños no tengan autonomía: cuando deseen que lo hagan ellos solo, o ya no sabrá hacerlo, o se negarán. En otros casos los niños se niegan a hacer las cosas. En este caso hay que valorar si no quieren hacerlas porque no están a su alcance o por su propia comodidad. Por lo general, si se lo ofreces como un privilegio (“ya eres mayor...”) lo aceptará mejor que El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos. Ernest Hemingway.

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RESILIENCIA

YO TENGO,

YO SOY,

YO ESTOY,

UNIVERSIDAD PRIVADA “ANTONIO GUILLERMO URRELO”

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

III. Practicar:

Ponerlo a practicar: Al principio hay que ofrecedle muchas ocasiones de práctica.

Recordarles los pasos que tiene que seguir: “primero mojarte la cabeza, después el champú...”

Elogiarle los primeros avances Poco a poco disminuir la ayuda Las prisas no son buenas, por eso es necesario organizarse para disponer de

tiempo suficiente.

IV. Supervisar: Hay que revisar cómo va realizando lo que se le ha encomendado. Si un niño

está aprendiendo a peinarse, debes revisar que ha quedado bien y si no está del todo bien, decirle en qué puede mejorar.

Elogiarlo y valorar su realización.

Y ADEMÁS… Algunos padres suelen decir que sus hijos saben hacer las cosas, pero que

finalmente, prefieren hacerlo ustedes mismos por prisa o inseguridad. A la larga, esa forma de actuar hace que efectivamente los niños no tengan autonomía: cuando deseen que lo hagan ellos solo, o ya no sabrá hacerlo, o se negarán.

En otros casos los niños se niegan a hacer las cosas. En este caso hay que valorar si no quieren hacerlas porque no están a su alcance o por su propia comodidad. Por lo general, si se lo ofreces como un privilegio (“ya eres mayor...”) lo aceptará mejor que si lo haces como un mandato sin más.

Si no lo hacen por comodidad, decirle que ya es mayor, que debe hacerlo por sí sólo e ignorar las quejas.

La mayoría de los niños pequeños, entre los dos o cuatro años, sí quieren hacer las cosas solos y son los propios padres los que no los dejan, por los motivos indicados. Por eso, es importante aprovechar esos años para impulsar y animar la autonomía personal.

El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares

rotos. Ernest Hemingway.

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Fuente: http://familiaycole.com/folletos-para-padres/

Interna de Psc. Cecilia del Pilar Cerquín Bustamante