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Tít. e rreb Orgapo äe su Veperable Oräep Cercera y (ofraöías Dirección y Administración: Silva, 39. ,-Madrid (12).-Teléf. 12803 15 DE MARZO DE 1932 <> NÚM. 3 S 0". M _A_ 1 :Z. 10 LOS VIAJES DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, pof Fr. Serafín Solaegui.—LA SANTÍSIMA VIRGEN EN LAS BODAS DE CANÁ DE GALILEA -EL CÓDIGO DE HAMMURABI, por Fr. Guillermo VáZCII:EZ. -SONETO AL SAGRADO CORAZÓN EN EL CERRO DE LOS ANGELES, por F. José Cereijo.— EL V. P. FR. ANTONIO RENDÓN, por Fr. Guillermo Vázquez.—PÁGINA MISIONAL. MOLINICO, ¿POR QUE NO MUELES?, por Tirso de Molina.— LAS ABSOLUCIONES GENERALES DE LA MERCED, por Fr. Juan G. Castro.—LA PROCLAMACILSN DE LAS VIRTUDES HEROICAS DE LA SIERVA DE DIOS GEMA GALGANI. -LA EXPULSIÓN DE LOS JESUÍTAS, por Uján.—NoTAs RÁPIDAS. ¿QUIÉN TIENE LA CULPA?, por García.—VILLARROYA DE LOS PINARES, por Fr. José M guélEz.—ESTLIDIO DEL ROMANCE GALLEGO: LA FLOR DEL AGUA, por Fr. Gumersindo Placer.—RADIOGRAMAS, por liján.—NoticiAs.—NECROLOGÍA.—BIBLIOGRAFÍA. -••••• LOS VIAJES DE NUESTRO SEÑOR (CONTINUACIÓN) El ministerio de Jesús en Galilea. Ocupa éste la mayor parte de la vida pública del Salvador; mejor di- cho, con pequeñas ausencias se des- envolvió toda ella en Galilea. ¿Cau- sas? Es cierto que en esta provincia podía hablar y obrar con algo más de libertad que en la de Judea. Hemos podido observar en otra ocasión, qué pronto se pusieron en guardia contra el Señor los Príncipes de los sacer- dotes y fariseos con ocasión de la expulsión de los vendedores de ani- males, del templo de Jerusalén. Ade- más, los galileos, no estando tan co- r rompidos por la hipocresía y levadu- ra farisaicas como sus nermanos de l a Judea, eran más dóciles a la verdad. Por otra parte quizá el público fuese más numeroso y más variado en Ga- lilea, sobre todo en la región del Tiberíades, entonces sembrada de poblaciones muy florecientes a causa de su situación ventajosísima en las grandes rutas comerciales entre el Oriente y los puertos del Mediterrá- neo. Va, pues, Jesús a comenzar su divi- na misión entre los hombres. Para ello, dejando Nazaret, en cuya sina- goga declaró cumplida la profecía de Isaías respecto de su persona, bajó a Cafarnaún acompañado de sus discí- pulos, donde se estableció definitiva- mente, y que desde ahora le servirá como de centro de operaciones. Esta

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Tít. e rrebOrgapo äe su VeperableOräep Cercera y (ofraöías

Dirección y Administración:Silva, 39. ,-Madrid (12).-Teléf. 12803

15 DE MARZO DE 1932 <> NÚM. 3

S 0". M _A_ 1:Z. 10LOS VIAJES DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, pof Fr. Serafín Solaegui.—LA SANTÍSIMA

VIRGEN EN LAS BODAS DE CANÁ DE GALILEA -EL CÓDIGO DE HAMMURABI, por Fr. GuillermoVáZCII:EZ. -SONETO AL SAGRADO CORAZÓN EN EL CERRO DE LOS ANGELES, por F. JoséCereijo.— EL V. P. FR. ANTONIO RENDÓN, por Fr. Guillermo Vázquez.—PÁGINA MISIONAL.MOLINICO, ¿POR QUE NO MUELES?, por Tirso de Molina.— LAS ABSOLUCIONES GENERALESDE LA MERCED, por Fr. Juan G. Castro.—LA PROCLAMACILSN DE LAS VIRTUDES HEROICAS DELA SIERVA DE DIOS GEMA GALGANI. -LA EXPULSIÓN DE LOS JESUÍTAS, por Uján.—NoTAsRÁPIDAS. ¿QUIÉN TIENE LA CULPA?, por García.—VILLARROYA DE LOS PINARES, por Fr. JoséM guélEz.—ESTLIDIO DEL ROMANCE GALLEGO: LA FLOR DEL AGUA, por Fr. GumersindoPlacer.—RADIOGRAMAS, por liján.—NoticiAs.—NECROLOGÍA.—BIBLIOGRAFÍA.

-•••••

LOS VIAJES DE NUESTRO SEÑOR(CONTINUACIÓN)

El ministerio de Jesús en Galilea.Ocupa éste la mayor parte de la

vida pública del Salvador; mejor di-cho, con pequeñas ausencias se des-envolvió toda ella en Galilea. ¿Cau-sas? Es cierto que en esta provinciapodía hablar y obrar con algo más delibertad que en la de Judea. Hemospodido observar en otra ocasión, quépronto se pusieron en guardia contrael Señor los Príncipes de los sacer-dotes y fariseos con ocasión de laexpulsión de los vendedores de ani-males, del templo de Jerusalén. Ade-más, los galileos, no estando tan co-rrompidos por la hipocresía y levadu-ra farisaicas como sus nermanos del a Judea, eran más dóciles a la verdad.

Por otra parte quizá el público fuesemás numeroso y más variado en Ga-lilea, sobre todo en la región delTiberíades, entonces sembrada depoblaciones muy florecientes a causade su situación ventajosísima en lasgrandes rutas comerciales entre elOriente y los puertos del Mediterrá-neo.

Va, pues, Jesús a comenzar su divi-na misión entre los hombres. Paraello, dejando Nazaret, en cuya sina-goga declaró cumplida la profecía deIsaías respecto de su persona, bajó aCafarnaún acompañado de sus discí-pulos, donde se estableció definitiva-mente, y que desde ahora le servirácomo de centro de operaciones. Esta

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ciudad de una sorprendente actividadcomercial, sede de la pequeña cortedel tetrarca Herodes Antipas, conpretensiones de aristocrática, estabahabitada en su mayoría por paganos.Poseía una sinagoga espléndida, qui-zá la construida por el centurión ro-mano. Ella será teatro de grandesmilagros obrados por Jesús y presen-ciará las enconadas luchas de éstecon sus enemigos. Poco después desu llegada a Cafarnaún, entró en lasinagoga, y había allí un hombre queestaba poseído del demonio, cosamuy corriente entonces, y lo curó. Elmismo día de acaecer este hecho (asíse deduce de San Lucas) salió Jesúsde la sinagoga y entró en casa deSimón, sanando a la suegra de éste,que se hallaba enferma. Y añade SanMateo: «Con lo que corrió su famapor toda la Siria, y presentábanletodos los que estaban enfermos yacosados de varios males: los ende-moniados, los lunáticos, los paralíti-cos, y los curaba, e íbale siguiendouna gran muchedumbre de gentes...»(Math., IV-24).

Por este tiempo llama al apostoladoa los cuatro primeros discípulos: Pe-dro, Andrés, Santiago y Juan. Pocodespués hace lo mismo con Leví oMateo. Este llamamiento aún es dis-tinto de aquel otro solemne que harámás tarde en el monte.

Las turbas estaban atónitas por loque veían y se empeñaban en retenera Jesús en los alrededores de Cafar-naún para gozar exclusivamente desus beneficios; pero El les decía sernecesario también la evangelizaciónde otros pueblos. Efectivamente, dice

San Mateo, que «Circuibat totam Ga-lileam docens in synagogis , (Math.,IV-23). Tomando como centro a Ca-farnaún, la provincia de Galilea seextendía hacia el Norte, de 25 a 30kilómetros y algo más de 60 hacia elSur; pero la mayor parte de la pobla-ción se hallaba diseminada a las ori-llas del mar o lago de Genezaret, yalgo más al interior hacia el Suroeste,se encontraban las poblaciones deNazaret, las dos de Caná, Naim,Endor, etc. Así pues, este radio debióde ser el teatro de la actividad delSalvador.

No todas las noches volvería apernoctar a su residencia habitual,dada la distancia que separaba a mu-chas de esas ciudades de aquel cen-tro, sino que pasaría las noches o delimosna en casa de alguna familiapiadosa o a la intemperie, como cla-ramente lo hacen notar los Evange-listas y el mismo Señor podrá decir,sin que nadie le arguya de lo contra-rio, que no tiene siquiera donde recli-nar su divina cabeza para descansarde las fatigas evangélicas.

Aunque San Mateo dice que predi-caba en las sinagogas, como estas nose abrían todos los días sino en algu-nos determinados, se veía obligado ahacerlo en las plazas y sobre todo enlos campos y caminos. Dadas nues-tras costumbres actuales nos extraña-ría mucho ver a un individuo errantepor montes y labradíos, seguido de ungrupo de aldeanos ignorantes, pasan-do necesidad él y los suyos, haciendonoche donde ésta les sobreviniese, sinmás esperanzas que un reino pura-mente espiritual, muchos motejarían a

este tal de alucinado y loco. Pero entre de cimentación: Se reune el grupo delos judíos y aun en muchos pueblos hombres que ha de formar el principalorientales, era éste un espectáculo núcleo, y se ponen las bases funda-corriente. Tenemos ejemplos de esta mentales, con la doctrina sobre elcostumbre, en los famosos maestros «reino de los cielos». Con los hechosde espíritu, de los mahometanos, en que acabamos de relatar, podemostodas las épocas. En la misma Igle- considerar como terminado poco mássia, aunque de distinta forma, fue fre- o menos el primer año de la vidacuente la existencia de predicadores pública del Señor.ambulantes, siendo ello principio de El segundo, que empieza con laalgunas Ordenes religiosas, celebración de la Pascua en Jerusalén,

En estas excursiones debió emplear es el ario de la consolidación o deJesús la mayor parte del primer año estructuración, pudiéndosele llamarde su vida pública. Aunque muchos también el ario de las parábolas, todasautores dejan para el segundo año el las cuales tienden, en mayor o menorhecho trascendental de la elección de grado, a dar idea de la naturaleza ylos Apóstoles, sin embargo es muy vitalidad de ese mismo reino celestial.Posible que la efectuase hacia fines El único incidente que conocemos dedel primero; siendo esto muy natural, este viaje de Jesús para celebrar lapues que la inscripción de hombres segunda Pascua, es la curación del

tan rudos requería su tiempo y era paralítico de la piscina de Bezatha,necesario se imbuyesen bien de la hecha en sábado, por cuyo motivodoctrina del Maestro, para después (dos judíos perseguían a Jesús». Perocomunicarla a los demás. Tenía cos- éste viendo las malas disposicionestumbre Jesús de salir con frecuencia a en que se hallaban para recibir su

orar al monte, quizá al situado cerca doctrina, se volvió a Cafarnafin, don-y al Noroeste de Cafarnaún. Allí de de con más docilidad le seguían lasentre la multitud llamó a los doce turbas.Privilegiados; los que desde entonces Los viajes que tuvieron lugar estequedaron unidos al Salvador con año pueden relatarse en el siguientelazos muy estrechos. Todo hace pen- orden:sar que después de tener reunidos los De Cafarnaún se dirigió, acompa-Apóstoles y cuando ya su fama había fiado siempre de los doce, a Naim,recorrido las regiones vecinas a Cali- situada a unos ocho kilómetros al Surlea, y hacia fines también del primer de Nazaret, donde resucita al hijo deario, hubiese tenido lugar el admirable una viuda. Allí mismo recibe la emba-Sermón de la Montaña, código funda- jada del Bautista, en cuya presencia yMental de la nueva Ley. De este pare- como contestación a la pregunta de sicer es Lagrange, el cual pone dicho era El el Mesías, obra varios mila-sermón al principio de la predicación gros. Es invitado a comer en casa deevangélica y como su portada. Pode- un fariseo llamado Simón, perdonan-Mos considerar este primer ario como do allí a una mujer pecadora. ¿Qué

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ciudad era ésta? Muchos quieren quesea Magdala, pequeña villa situadano lejos del lago de Genezaret y aunos 10 kilómetros al Sur de Gafar-naún. ¿De qué mujer se trata? Esosmismos autores la llaman María Mag-dalena, por el hecho de que pocodespués San Lucas habla de las mu-jeres piadosas que «seguían a Jesús,entre las cuales iba María, que sellama Magdalena, de la cual habíaechado siete demonios». Me pareceéste un argumento muy débil y sigocreyendo que esa pecadora no es laMagdalena, sino, a lo más, la her-mana de Marta y Lázaro.

En las cercanías del lago y ante lasmultitudes, pronuncia y explaya lasparábolas del sembrador, de la ciza-ña, del grano de mostaza, del tesoroescondido, etc. En estas predicacio-nes y cuando se hallaba a las orillasdel mar, tenía costumbre de hacerlosubido a una barca, lugar que le pro-porcionaba algo más de desahogo ycomodidad. En esos momentos solíahallarse siempre rodeado de los doce,los que muchas veces le interrumpíanel discurso, para hacer alguna pre-gunta sobre puntos obscuros. Uno deesos días, «subió a una barca y losdoce con El» y se trasladaron al otrolado del mar, es decir, a la regiónque está frente a Cafarnaún, llamadaGerasa. Allí libró a un desgraciadoque estaba poseído del demonio. Perolas gentes de aquel lugar (eran paga-nos) le rogaban para que se apartasede ellos, porque se hallaban sobreco«gidos de gran temor por lo que habíanvisto; y era que Jesús permitió al de-monio expulsado de aquel hombre,

entrar en los cuerpos de unos anima-les inmundos que allí se encontraban,los que inmediatamente se precipita-ron en el mar.

Según los deseos de aquellos habi-tantes, Jesús volvió a embarcar, tras-ladándose a Cafarnaún. Las distan-cias de las dos orillas del lago en sumayor anchura, no excede de diezkilómetros. Durante la travesía ibaJesús dormido, lo que no tiene nadade extraño, pues ésta podía durarvarias horas, sobre todo si el vientono era favorable, como parece en estecaso, y se levantó una gran tempes-tad, de forma que los Apóstoles cre-yéndose que se hundía la barca, des-pertaron a Jesús, el cual levantándoseincrepó al viento al mismo tiempo quereprendía la poca fe de sus discípu-los.

Al llegar a la orilla le esperaba unagran muchedumbre y entre ella el ar-chisinagogo Jairo, cuya hija se hallabaen la agonía y que poco despuésmurió. Pero el Señor, viendo la fe deaquel buen israelita, devolvió la vida ala joven. Después de esto Jesús volviópor segunda vez a Nazaret. En estaocasión, fue mal recibido y despre-ciado por sus paisanos, quienes sedecían en tono de burla: «¿Acaso noes éste hijo de un carpintero a quienconocernos todos?» El Salvador, sinhacer allí milagro alguno, se volvió.

En la primavera ya del segundoaño, un día llama Jesús a los doce ydespués de darles las oportunas ins-trucciones y con poderes incluso dehacer milagros, los manda a predicar.Ellos, después de recorrer las villas yaldeas predicando el Reino de Dios,

se volvieron junto al Señor. Es posi-ble que esta predicación hubiese du-rado por espacio de varios días y aunde varias semanas, pues al terminarsu misión, Jesús los lleva a descansara un desierto. San Lucas dice que esedesierto se hallaba en las cercaníasde Betsaida. No parece haber existidomás que una ciudad de este nombre;se asentaba en una llanura al Nordes-te del lago de Tiberíades, no lejos dela desembocadura del Jordán en dicholago. Aunque distaba poco de Gafar-naún, sin embargo pertenecía ya a latetrarquía de Filipo y no a la de Hero-des An tipas. Jesús y los suyos se ha-bían trasladado a aquel lugar, pormar, a fin de no llamar la atención delas gentes, pero las turbas les siguie-ron por tierra y al desembarcar vieronun gran gentío que les esperaba. AJesús « enternecieronsele las entrañascon tal vista.., y se puso a instruirlosen muchas cosas». Como se hiciesetarde y el lugar era desierto, multipli-có cinco panes para alimentar a cincomil hombres.

No habiéndose podido cumplir losdeseos del Señor en dar un brevedescanso a los Apóstoles, los obligóa embarcar otra vez y trasladarse almismo sitio de donde habían salido;El después de despedir a la gente,fuese a orar al monte. La desgracia

no dejaba de perseguir aquel día a losfatigados Apóstoles; después de unatrabajosa predicación intentan des-cansar en un desierto, y allí les per-siguen las turbas: en vista de ello, alanochecer emprenden el camino haciaCafarnaún, y se ven obligados a re-mar durante toda la noche y defender-se contra una tempestad deshecha.Por fin, a la madrugada, llega Jesús ala barca, andando sobre las aguas,y... se produce la calma.

Al día siguiente de los sucesos quequedan narrados, las turbas, cuandovieron que Jesús y los discípulos sehabían trasladado de allí, fueron ensu busca y lo hallaron cerca de Gafar-naún. Este es el momento escogidopor Jesús para la gran promesa de laEucaristía. Es un discurso relativa-mente largo, lleno de vida y dramatis-mo. Al final 'muchos discípulos dije-ron: dura es esta doctrina, y ¿quiénpuede escucharla?.., desde entoncesdejaron de seguirle y ya no andabancon El. Por lo que dijo Jesús a losdoce: Y vosotros ¿queréis tambiénretiraros? Respondióle Simón Pedro:Señor, ¿a quién iremos? Tú tienespalabras de vida eterna». Y estabacerca la gran Pascua de los judíos.

FR. SERAMN SOLAEGUI

Monasterio de San Juan de Poyo.

(Continuará).

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LA SANTÍSIMA VIRGEN EN LASBODAS DE CANÁ DE GALILEA

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Me ciño en este milagro de la con-versión del agua en vino a la sola inter-vención de la Santísima Virgen, quees la historia de sus intervencionesen todo, según la doctrina de su me-diación universal.

San Juan, II, 1. «Se celebraban unasbodas en Canä de Galilea, y allí esta-ba la Madre de Jesús».

2. «Y fué también convidado Jesúsy sus discípulos a las bodas».

Quiere el Evangelista con estas pa-labras presentar, por lo menos, a losque se hallaron a este milagro: aMaría que lo pide, a Jesús que lohace, «manifestando su gloria», y alos discípulos que creen.

«Allí», lo mismo puede designar aCaná de Galilea que a las bodas, peropor lo que sigue se ve claramente quese refiere a las bodas. Estaba «allí»,a saber, en las bodas, la Madre deJesús, porque, continúa el Evangelis-ta, «fue también invitado Jesús», y nopodía decir también, si no hubiesementado antes quien en la mismacondición de convidado asistiese alas bodas. Estaba, pues, la Madre deJesús convidada en aquellas bodas, yfué también convidado Jesús.

Las palabras citadas indican la se-rie de las invitaciones: primero, la dela Madre de Jesús; después, la deEste; y, por fin, la de los discípulos;pero, por mucho que se miren y re-miren, no dicen el motivo ni tampocola dependencia, que también sería mo-tivo de unas de otras de estas invita-

dones. El motivo de estar invitadaMaría a aquellas bodas, parentesco oamistad, pudo ser el mismo para in-vitar después a Jesús, cosa muy natu-ral por la unión estrechísima y laconvivencia inseparable de Jesús yMaría durante treinta años hasta en-tonces, sin que hubiese mediado tiempo para que se enfriasen antiguasamistades de Jesús, o María las con-trajese nuevas, por lo cual las amista-des eran comunes a Madre e Hijo.

No faltan comentaristas, y de mu-cha nota, que dicen que Jesús fué in-vitado a estas bodas en atención a suMadre, como los discípulos lo fueronen atención al Maestro; y ésta parececomo una insinuación latente delEvangelista.

Sea lo que quiera del motivo de lainvitación, Jesús lo tenía y bastantepara aceptarla en que estaba allí suMadre; porque donde está María, allí.está Jesús, por lo menos con el cora-zón, que lo tiene siempre en la mejorde las criaturas, que es su Madre. Sialgunas veces, como la de cuandoaquella mujer del pueblo a grandesvoces aclamaba bienaventurado elseno que había llevado a Jesús ybienaventurados los pechos que lehabían amamantado, y las otras decuando le dijeron que su Madre y pa-rientes le buscaban, con despego co-rrespondió a aquellas aclamaciones yrespondió de la misma forma, másque indiferente fría, al que le anuncia-ba la presencia de su Madre, fue para

rectificar el sentido bajo y grosero deaquellas muchedumbres, incapaces decomprender las palabras de estima yafecto que Jesús podía decir de suMadre.3. «Y faltando el vino». Estas pa-

labras que en su sentido propio sig-nifican la falta total de vino, puedensignificar y suelen significar tambiénque no había vino bastante para losconvidados, aumentados imprevista-mente por Jesús y sus cuatro discípu-los, Pedro, Andrés, Felipe y Natanael,o que empezaba a faltar, cosa quepudo ser notada por las personasmás advertidas, como la SantísimaVirgen, en la parsimonia de los cria-dos en servirlo, o el aspecto preocu-pado de los esposos.

No hay palabra en el relato evan-gélico que haga creer ni sospecharque la falta de vino ni siquiera suescasez fuese notada de todos loscomensales, ni aun del maestresala,ignorante de lo que había pasadofuera del lugar del convite, escenariode la conversión del agua en vino,pues cuando cató el vino milagroso,llamó al esposo y le dijo: «Tú hasreservado el buen vino para el últi-mo»; palabras que no podía decir sisupiese que ya no había vino en casao que sólo había el que escasamentese estaba sirviendo.

Este sentido, más que verosímil, delas palabras «Y faltando el vino», esel más conveniente para la delicadezade María que, o por su natural pers-picacia, o por estar en las interiori-dades de aquella familia, acudió alremedio antes que el sonrojo abo-chornase a los esposos en presencia

de los convidados, algunos de loscuales, por lo menos los cuatro dis-cípulos del Señor, no eran de la inti-midad. Intervención muy propia de laque por ser Madre de todos está enlodo; gozosa de nuestros bienes, pe-sarosa de nuestros males y solícitaen nuestro remedio. Ve que falta elvino, o que va a faltar, siente comosuya la vergüenza que van a pasarlos recién casados, y sin que nadie selo pida, basta que se lo pida su cora-zón de madre, se dirige a Jesús y ledice: «No tienen vino».

Esta súplica de la Santísima Virgenes también para mí más que indiciode que la falta de vino no había sidoaún notada por los comensales. Conlo que había herido su corazón ma-ternal, la falta de vino, quería Maríamover el corazón de su Hijo a que laremediase; y, claro está, una necesi-dad ya vista y sentida, pierde por fal-ta de novedad mucho de la eficacia ymoción, en cuyo caso, mejor que lasúplica «No tienen vino», estaría lade «Sácalos de este sonrojo».

4. «No tienen vino». El sentido esel mismo de «Y faltando el vino»; asaber, no tienen vino bastante, les vaa faltar el vino.

La súplica es sencilla y breve, perovehemente, como lo son las interjec-ciones, modo propio de orar del queama y sabe es amado; sobran las pa-labras donde hablan los corazones.

5. « Respondióle Jesús: Mujer, ¿quétenemos yo y tú (hay que sobreenten-der) en que no haya vino? Aún no hallegado mi hora».

«Mujer, ¿qué tenemos yo y tú?»,frase muy indeterminada en sí misma

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y que por lo mismo puede tener unavariedad riquísima de sentidos y ma-tices, que sólo por las circunstanciasy hasta por el tono con que se pro-nunció podría precisarse.

Tres sentidos pueden dársele y nocreo haya ningún otro que pueda aña-dírsele que no sea de puro matiz.¿Qué tengo que ver contigo, muier?¿Qué me importa a mí y a tí, mujer?¿Qué podemos hacer, o qué puedohacerte en esto, mujer?

¿Qué tengo que ver contigo, mujer?Si tiene este sentido que Padres ycomentaristas católicos admiten, perono la generalidad, la frase es dura yde despego grandísimo.

Admitieron este sentido, dándole,además, torcida interpretación, losherejes que negaron la divina mater-nidad diciendo que con estas palabrasnegaba Jesús toda relación de filiación con María, y los que negaron suvirginal pureza, suponiendo que Jesúsafeó y zahirió la conducta de su Ma-dre y la trató de mujer vulgar; signi-ficación falsa, incompatible con lasdefiniciones dogmáticas de la divinamaternidad y virginidad perpetua deMaría.

De los Padres y comentaristas ca-tólicos que vieron en esta frase ciertogénero de reprensión y repulsa, diso-cian, y mejor, contraponen estas pa-labras c.on las que siguen: «Aún noha llegado mi hora». Según esta ver-sión, que data, por lo menos, de SanIreneo, y fue muy seguida en Orientey Occidente, aunque creo no tiene lasdotes para ser tomada como tradicio-nal inteligencia del pasaje, Jesucristovino a decir a su Madre: «En cuanto

Dios, que es como puedo hacer elmilagro que pides, nada tengo quever contigo (evidente, María puracriatura, y como tal nada tiene decomún con Dios, esencialmente inco-municable); y, en cuanto hombre, to-davía no llegó mi hora de reconocertecomo Madre, que lo haré cuando pa-dezca». «Esta es aquella hora, diceSan Agustín solemnemente, de lacual Jesús, cuando estaba para con-vertir el agua en vino, dijo a su Madre:¿Qué tengo que ver contigo, mujer?Aún no ha llegado mi hora. Predecíaesta hora, que entonces aún no habíallegado, en la que moribundo debíade reconocer a aquella de quien habíanacido mortal. Pero entonces, cuandoiba a obrar cosas divinas, rechazabaa la Madre, no de su divinidad, sinode su humanidad, como a persona aquien no conocía; pero al padecercosas humanas, con afecto humanoencomendaba a aquella de quien ha-bía nacido hombre».

Este sentido que, para ser digno deCristo, debía estar motivado, suponeen las palabras de María alguna in-conveniencia, contrapone las dos fra-ses, de las que más bien parece lasegunda razón de la primera, y no seaviene con lo que la Santísima Virgendijo a los criados, ni con lo que Jesúshizo accediendo a la súplica de suMadre, ni siquiera tiene el fundamen-to de tomarse en otros pasajes deéste y de los demás Evangelistas lapalabra hora como hora por antono-masia de su Pasión y Muerte, ni en lapalabra mujer, que lo es de respeto yhasta de tratamiento, ni en la igual-dad o analogía de la primera frase

con otras de la Escritura, como enJos. XXII, 24; 2 Reg. XVI, 10 y XIX, 22;4 Reg. IX, 18-19; Matth. VIII, 29 yXXVII, 19, que por su misma indeter-minación deben tomar no sólo el co-lorido, sino la significación mismade las circunstancias en que se di-jeron.

Estos reparos, en mayor o menorgrado, pueden hacerse a las versio-nes que se funden en la aspereza dela frase y en el tono de reprensión,como la de San Bernardo, de queJesús declara a su Madre que está yaemancipado de su obediencia y que esinoportuna la súplica.

«¿Qué me va a mí y a tí, mujer?Aún no ha llegado mi hora». Si nadale importa, nunca llegará la hora; nohabía, pues, por qué añadir: «Aún noha llegado mi hora».

Mejor gramatical y lógicamente po-día tener este sentido: «No puedo ha-cer lo que pides, porque no llegó mihora ' ; pero la conducta de María conlos criados y la de Jesús haciendo elmilagro, rechazan este sentido.

Queda, pues, el de concesión y deanticipación de la hora, o mejor di-cho, de que María es la hora de Dios.Este sentido se columbra, pero es imposible precisar su color y matiz.Nada impide dentro de él dar a lasPalabras de Jesús un sabor agridulcede repulsa y acogida, de denegaciónque concede, tan distinguido y propiode los que se aman.

«Aún no ha llegado mi hora». Horade una cosa, en concepto general, esla oportunidad para hacerla.

No parece aceptable la explicaciónde que no había llegado la hora cuan-

do María pedía y Jesús hablaba, peroque llegó momentos o momento des-pués cuando Jesús hizo el milagro;porque se aparta del modo de hablary de entenderse y de proceder loshombres; la Virgen pedía ahora paraque Jesús accediese después a la pe-tición, y la petición y la concesión, sise obtenía, tenían una misma hora, esdecir, una misma conveniencia. Era,pues, la hora, si se concedía el favor;no la era si se negaba. María enten-dió que Jesús concedía el milagro,era, en consecuencia, su hora, comolo había sido de ella en pedirlo.

Teológica mente, según la doctrinade la mediación universal, María esla hora de Dios, porque todo lo pusoDios en sus manos y nada se concedesin su mediación.

«No ha llegado aún mi hora»; perola hora de la necesidad había sonadoen aquellas bodas, la hora de la com-pasión maternal había sonado en elcorazón de María que intercede, yJesús, aunque aún no había llegado suhora, hace el nUlagro; y como no sepuede decir que lo hizo a destiempo,es preciso decir que la hora de Jesúses la hora de su Madre como de cora-zones tan acordados. Esto es lo quecon sus palabras y con su obra quisodecir vivísimamente Jesús; así lo en-tendió María al decir a los criados:«Haced lo que os diga».

Resumiendo, María es la hora deDios en sus obras ad extra, y, porconsiguiente, la hora de María en nos-otros es la hora de Dios en nosotros.

Abre, pues, María con su interce-sión la serie de los milagros, comocon su intervención abrió la serie de

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DE SAGRADA ESCRITURA

El Código deEs uno de los grandes hallazgos

arqueológicos de nuestros tiempos,realizado en 1901 en SUSd, la antiguacapital de Persia, por la misión fran-cesa que dirigía Morgan.

El monumento, sin embargo, pro-cede de Sippar, cerca de Babilonia,donde Hammurabi reinó por el ario2000 antes de Jesucristo. Casi nadieduda ya de que Hammurabi es el Am-rafel Rey de Sennaar o Babilonia,que, vencido el Rey de Sodoma, sellevó cautivo a Lot, al que hubo derescatar Abraham sorprendiendo denoche al Norte de Siria a los babilo-nios que regresaban a su tierra con lapresa.

El bloque de diorita negra en queestán grabadas las leyes de Hammu-rabi hubo de ser llevado como trofeopor alguno de los conquistadores ela-mitas. Ahora está en París. Mide 2,25de alto, 1,65 de circunferencia en laparte superior y 1,90 en la base y estácubierto de menuda y hermosa escri-tura cuneiforme, que fue leída y publi-cada en seguida por el Dominico Pa-dre Scheil. En la parte alta el diosShamash, sentado, dicta sus leyes aHammurabi.

Para los racionalistas que juzgaban

(1) Ya se dijo algo de él en LA MERCED hace dosaños.

Hammurabi (1)

imposible que fuese del tiempo deMoisés la legislación hebraica, hasido una gran sorpresa el hallazgo deun Código entero, auténtico, del tiem-po de Abraham, o sea anterior al mo-saico en más de quinientos años.

El de Hammurabi consta de 282 ar-tículos, algunos de ellos borrados in-tencionadamente. Es pasmosa sucoincidencia con las costumbres queel Génesis supone vigentes en tiempode Abraham; el ambiente general re-cuerda extraordinariamente el códigomosaico, donde están reproducidas alpie de la letra no pocas leyes de Ham-murabi.

Y esto a pesar de la diferente situa-ción de babilonios y hebreos, puesmientras los primeros constituían unamonarquía sólidamente adherida a latierra, los segundos andaban todavíanómadas en el desierto, guiados porel caudillo que Dios les había seña-lado.

La semejanza de las leyes puedeexplicarse por el fondo común de cos-tumbres ancestrales, pues no ha deolvidarse que Abraham era tambiéncaldeo, nacido en Ur (ciudad mencio-nada por Hammurabi) al mediodía deBabilonia.

Su código debió alcanzar gran bo-ga, pues se han hallado copias dealgunos de sus artículos en diferentes

— 90 —— 91 —

las justificaciones en la obrada porJesucristo en la persona de su Precur -sor, como se abrió la era de las espe-ranzas de la reparación humana en el

mismo día de la caída con la promesade María inseparablemente unida aJesús.

Es, pues, María la hora de Dios.FR. J. CASTRO

lugares. Comienza por una invoca-ción al dios Shamash, y puede consi-derarse dividido en treinta capítulospor el orden siguiente:

1.—De los hechizos y de la pruebadel agua.

2.—Del juicio y de la corrupción detestigos.

3.— Del hurto sencillo y sacrílego;•de los objetos perdidos.

4.—Robo de personas libres y deesclavos.

5.— Asalto de casas y rapiña.6.—De los ministros reales y de

otros oficiales.7. Del cultivo de los campos8.— Leyes del riego.9.—De los pastos.10.—De la corta de árboles.11.—Cultivo de los huertos.12.—Comercio y mercancías,13.—De la tabernera.14.—Contrato de porte.

• 15.—De la compensación oculta,secuestro y arresto personal.

16.—De la venta de personas pordeudas.

17.—Del depósito.18.—Organización de la familia (ar-

tículos 127-177, muy detallados).19.— De la sacerdotisa y mujer pú-

blica (equiparadas, pues ambas sededicaban a la misma vida infame).

20.—De la adopción.21.—De la nodriza.22.—Del que hiere a su padre.23. —Ofensas personales y ley del

talión.24.—De las riñas.25.—De los cirujanos, veterinarios

y marcadores de esclavos.26.— Responsabilidad del maestro

albañil, del constructor y conductorde naves.

27.—Préstamos de animales.28.—Del toro que cornea.29.--Alquiler de animales, mano de

obra, salarios de diferentes oficios.30.—De la compra de esclavos.La religión ocupa menor espacio en

el código de Babilonia que en el mo-saico. Es notable, sin embargo, elrespeto que se tiene al j uramento quebasta muchas veces para librar alacusado.

Las penas son tanto y más terriblesque en el código de Moisés y el taliónalcanza a veces aplicaciones absur-das. Así, por ejemplo: si la casa malconstruida se derrumba y mata unhijo del dueño, debe morir también elhijo del albañil que la construyó (ar-tículo 230). Si un hombre hiere a unamujer y ésta muere, se matará tam-bién a la hija de! agresor (art. 210).Si un comerciante detiene al hijo deun hombre libre, por deudas, y el de-tenido muere por malos tratamientosen casa del comerciante, se matará alhijo de éste (art. 116).

En las riñas y heridas cabe la com-pensación en dinero: la herida delhombre libre vale media mina; la delesclavo un tercio.

El que ocultaba a un esclavo fugiti-vo era reo de muerte. Entre los he-breos, por el contrario, era una obli-gación el ocultar al pobre fugitivo.(Deut. 23, 15.)

Si uno se ve obligado a vender sumujer o hijos para el pago de deudas,el comprador los libertará al cuartoaño. (Entre los hebreos, en el añodel jubileo, que podía tardar siete, alo más.)

El que abre un boquete en una casapara robar, debe ser muerto y ente-rrado allí ante el agujero. El que seaprovecha de un incendio para robar,debe ser arrojado al mismo fuego. Dela rapiña cometida contra el forasteroson responsables los habitantes de laciudad o de la región y deben resti-tuir solidariamente si el ladrón es-capa.

Por el hurto de animales debíanrestituirse cinco bueyes por un bueyy cuatro ovejas por una, como en elExodo (22,1). Si el ladrón no teníabienes era vendido él mismo.

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— 92 —

Los oficiales del rey no podían sus-tituir a otros en su lugar, so pena dela vida.

Se atiende extraordinariamente a lafunción social de la propiedad. El quedejaba sin cultivar su campo tresaños, lo perdía. Por el contrario, elque plantaba árboles frutales en terre-no arrendado adquiría la propiedadde la mitad, pudiendo el antiguo due-ño escoger entre las dos partes.

El colono quedaba excusado depagar el arriendo si la cosecha seperdía sin culpa suya.

La adquisición o compra debía sersiempre ante testigos, so pena de serreputada como hurto; el depósito he-cho sin testigos no podía reclamarse.

El comercio en Babilonia lo hacenpequeños vendedores con el dinero degrandes capitalistas, como en la pa-rábola evangélica de los talentos. Laganancia es para el vendedor, pagan-do a su amo los intereses. Si no hayganancia cumple devolviendo el capi-tal. Si fué robado en los caminos, sejustifica jurándolo.

Curiosa es la prevención contra lastaberneras, a quienes el legisladortrata duramente. Si ocultan a los re-beldes son condenadas a muerte. ¡Noes de ayer el mal! La sacerdotisa quepone taberna o entra en ella a beberserá quemada viva.

Está prohibida absolutamente lacompensación oculta por daños reci-bidos.

La ley hebraica condena a muerteal amo que mata a su esclavo, aunquele absuelve si no muere en el mismodía. Si el amo deja tuerto a su esclavoo le rompe un hueso o sólo un diente,debe libertarlo. (Exod. 21, 2027.) Na-da semejante hay en Hammurabi.

Este, en cambio, castiga sólo condesheredarlo al hijo rebelde, que Moi-sés condena a muerte si sus padres ledenuncian.

El matrimonio, como todos los con-tratos, debe ser público para ser váli-do. La prometida tiene para su futurolas mismas obligaciones que la espo-sa, y el que la viola es reo de adulte-rio y de muerte, como entre los he-breos. La adúltera debe ser arrojadaal río, que es el ejecutor de muchaspenas.

La ley mosaica es más dura contralos violadores del matrimonio. Elcaso de las mujeres de Jacob que die-ron a su marido sus esclavas (lomismo que Sara a Abraham) estáregulado en los artículos 144 6. Sarase quejó de que Agar la despreciaba;Abraham deja a la esclava en manosde su mujer, pero se niega a despe-dirla, conforme a la ley babilónica.

Miserable era en Babilonia la con-dición de los cirujanos y veterinarios:si de la operación moría el hombrelibre, se le cortaban las manos aloperador. Si moría un esclavo debíadar otro. El fracaso en la operacióndel veterinario era castigado tambiéncon fuerte multa,

Coinciden el código hebreo y elbabilonio en las leyes sobre el prés-tamo de animales y sobre la respon-sabilidad de su pérdida, y se aseme-jan en la del buey que cornea.

Inútil parece decir que el haber sidoinspirado por Dios a Moisés su códi-go no excluye el que muchos de susartículos estuvieran ya en uso entrelos hebreos. Lo extraño sería que to-dos fueran nuevos.

A pesar de eso el código mosaicoaparece siempre a mayor altura: exigela misericordia para el débil, la viuda,el pupilo, el huérfano y el extranjero,y amenaza con la ira divina al elefalta a sus deberes, mientras Hammu-rabi se mantiene en el terreno de lamera justicia humana, a pesar de laintervención del dios Shamash.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

Sobre un Cerro bendito, ya famoso,que se yergue en el suelo castellano,'alzó un trono a su Dios el pueblo hispanoy ante El rindió su frente, fervoroso.

El Corazón sagrado, bondadoso,sobre el llano sin fin tendió su mano,y el rincón de la Patria* más lejanosintió de Dios el ósculo amoroso...

Campos alegres de mi madre España:¿por qué nació en vosotros la cizañasi en el seno llevais buena semilla?.:.

Si un día tu justicia, Dios clemente,quisiera castigar..., tened presenteque ante Vos han doblado la rodilla.

Fr. JOSE CEREIJO MUIÑOS

Madrid, Marzo de 1.932.

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El Venerable Padre Antonio Rendón.

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El Venerable Padre Antonio Pendón t por 1595

— 95 —

Es una de las grandes figuras de laMerced en Chile, a donde llegó en1551, después de residir en TierraFirme (Panamá) y en el Cuzco algúntiempo. En la primera región le cono-ció Hernando de Alvarado, uno de lostestigos de la información de 1571,ante la audiencia de Concepción, quenos proporciona interesantes datossobre nuestro misionero (I).

El mismo afirma en carta de 27 defebrero de 1573, que había gastadoveintisiete años en las Indias (2).Debió ser, por tanto, uno de los vein-te religiosos que pasaron en 1546 conel Visitador P. Francisco de Cuevas,gente escogida toda.

No creo segura, sin embargo, suid mtificación con el P. PresentadoAntonio Rendón, nacido a fines delsiglo XV, profeso en Jerez en 1511,editor de libros en 1521 y Comenda-dor de Burgos en 1534. El nuestro te-nia casi sesenta años en 1575 y estabaviejo y enfermo, según declara el Go-bernador de Chile Martín Ruiz deGamboa, pero le vivía aún en Jerezsu anciana madre, para quien pideuna limosna al Rey (3). Todo ello seconcilia difícilmente con la edad quedebía tener el otro P. Rendón, quizátío suyo. El de ahora se firma siempre

(1) Gazulla: Los Primeros Mercedarios en Chi-le, pág. 430.

(2) Pérez: Religiosos de la Merced, 264,(3) Gazulla: Ob. c. 62.

Fray Antonio Sarmiento y Rendón,aunque fuera más conocido por el se-gundo apellido.

Así su vida en España se reduciríaal estudio y prácticas monásticas has-ta los treinta años en que pasó aAmérica.

Todos, altos y bajos, admiraban sugran doctrina y no menor actividadapostólica, aunque tal vez no se sin-tieran con ánimos para imitarla. Loque él hizo en cuarenta años, bastaríapara llenar la vida de varios religio-sos de regular energía.

El P. Rendón, lo mismo predicabaante lo mejor de la sociedad colonialque enseñaba a los indios los rudi-mentos de la doctrina cristiana o lesdaba de comer en épocas de hambre;alentaba a los cristianos en los durí-simos asedios a que se vieron some-tidos, curaba sus heridas y en lancesapurados vestía la cota y peleaba asu lado haciendo un enorme esfuerzopecuniario para comprarse un caballoque costaba alrededor de mil pesosde oro.

Fue el primero que organizó el cul-to solemne en las ciudades del Surcon canto llano y figurado, o de órga-no, y dió seriedad a las casas de suOrden, estableciendo en ellas la clau-sura y recogimiento, imposibles acausa de las continuas guerras, hastaque él fue Provincial en 1573.

«Según esto (dice con razón

P. Gazulla), no será para el lectoruna sorpresa ver al P. Rendón, hoysitiado en el fuertecillo de Puren,mientras a cuatro pasos de allí, en lasinmediaciones de Tucapel, moría elheroico Valdivia con los valientes quelo rodeaban, y mañana sitiado en laImperial, donde por espacio de un

año se sufrió lo indecible; y luego ir aVilla Rica, donde no había sacerdoteque quisiese habitar, y después que-darse en Osorno por Cura y Vicarioal fundarse aquella ciudad; y más tar-de en Cañete, hasta que, arrasada esaciudad, con los habitantes logró llegaral fuerte de Arauco, en donde quedócon noventa defensores para soportaraquellos dos cercos que inmortaliza-ron el nombre de esa región, y salir

después con los sobrevivientes haciala ciudad de Angol...»

«Difícil es seguir los pasos delapóstol de Arauco, de quien los testi-gos que lo vieron y conocieron, dicenque no hubo en Chile en todo esetiempo otro sacerdote que lo igualase.Así lo dice el mariscal Martín Ruiz de

Gamboa: «Este testigo ha visto que enlas partes que se ha hallado el dichoFray Antonio Rendón, ha servido yvivido como muy buen sacerdote, quepor tal lo tiene este testigo y en talreputación es habido y tenido en estereino, e merece que S. M. le hagacrecidas mercedes, porque de ordina-rio lo más del tiempo después questetestigo le conoce, desde el 1551, le havisto residir en fronteras e pueblos de

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mucha guerra e necesidades, pade-ciendo excesivos trabajos, mostrandobuen pecho e animando a los solda-dos porque procurasen fuese enaumento la santa fe católica, lo cualha fecho el dicho Fray Antonio Ren-dón de condición e manera que eneste reino no conoce este testigo nin-guno que lo haya fecho tan bien comoél» (1).

Apenas llegado a Chile, se dirigióel P. Rendón al Sur en Compañía deValdivia, que por vez primera exploróaquellas regiones, fundando castillosy ciudades; en éstas daba solarespara conventos de la Merced, aunqueno fuera posible ocuparlos por en-tonces; el P. Rendón se fijó en la Im-perial.

En la información de 1575, declaraCristóbal Varela «que havia tiempode veinte e dos años, poco más omenos, queste testigo vido que eldicho Fray Antonio Sarmiento Ren-dón, llegó a la ciudad Imperial, es-tando en ella este testigo, y en aqueltiempo no habia en aquella ciudad nien todo este reino otra Orden funda-da más que la de Nuestra Señora delas Mercedes, y vido este testigo queldicho Fray Antonio Sarmiento Ren-dón, se ocupaba en administrar losSacramentos a españoles y naturales,en lo cual tuvo gran cuidado, e algu-nas veces servia el oficio de cura enla dicha ciudad, en lo cual hizo granservicio a Nuestra Señora, porquebautizaba a los indios infieles y losdoctrinaba y enseriaba las cosas denuestra santa fe catolica» (2).

(1) Gazulla: Ob. c. 62.(2) Ibid. 127.

Afirman igualmente los testigos,que «en la dicha ciudad en aqueltiempo no había oro ni plata, ni losacaban los naturales, y había muchapobreza, a cuya causa los españolespasaban muchas necesidades, y den-de poco tiempo los naturales se alza-ron y mataron al gobernador D. Pedrode Valdivia, por lo cual los de ladicha ciudad, vecinos e sustentadoresdella, pasaron muchos trabajos y pe-ligros para sustentalla, donde sehalló el dicho Fray Antonio Rendón,animando y consolando a los dichosespañoles a la defensa de la dichaciudad, y así compró armas y caba-llos, valiendo un caballo mil pesos deoro, para favorecer los que estabanen la dicha ciudad y ayudar a defen-derla de los naturales alzados; y asiestaban los de la dicha ciudad muyconsolados y animados en compa-ñia del dicho Fray Antonio Ren-dón» (1).

Ocurrida la muerte de Valdivia enTucapel y el desastre de Villagra enMarigüeñu (25 de diciembre del 53 y26 de febrero del 54) los contadosdefensores de la Imperial, abandona-dos a sus fuerzas hubieran sucumbi-do ante la presión de los indios sin lamediación de la Santísima Virgen, quevestida de blanco, se les apareció,obligándoles a retirarse. Ellos mismoslo contaron a los españoles y Ercillalo refiere cuatro años más tarde enlos magníficos versos de su «Arau-cana». Las oraciones del P. Rendón yde los soldados postrados ante laVirgen de la Merced, diariamente la

(1) 1bid. 128,

habían alcanzado de nuestra celestialMadre (I). Fué esto el 23 de abril de1554. Así, contra toda esperanza,Francisco de Villagra los encontrósanos y salvos al llegar a la Imperialcon refuerzos en diciembre de aquelaño.

Sobrevino luego una gran peste yhambre entre los indios, y el P. Ren-dón «hizo gran limosna a los natura-les, de comidas, y en ello hizo granservicio a Dios Nuestro Señor y fuécausa de que no muriesen muchosindios de hambre por la gran mortan-dad que hubo dellos aquel año en ladicha ciudad y sus términos... y edifi-có un monasterio de su orden, dondeadministró los Sacramentos, asi a losespañoles como a los naturales, e losdoctrinó, donde hizo gran fruto, y fuedel dicho Fray Antonio en aquellaciudad el primero que los oficios divi-nos celebró cantados, y asi en cantollano como en canto de órgano s congran solemnidad las pascuas e víspe-ras solemnes», según declaran lostestigos de la información del año1571 (2).

En 1562 se trasladó a la ciudad deCañete, edificada sobre las ruinas deTucapel, que «estaba sin sacerdote alpie de un ario, por lo cual sentían losespañoles gran trabajo y desconsuelo,Porque fallecían, así españoles comonaturales cristianos, sin confesión ysin los demás Sacramentos, lo cual,visto por el gobernador Francisco deVillagra y oficiales reales, encargaronal dicho P. Fray Antonio Rendón, que

(1) Gazulla, 132.(2) Ibid. 167.

por servicios de Dios Nuestro Señorsupliese aquella necesidad, puessiempre havia socorrido y favorecidoa las demás ciudades; lo cual, vistopor el dicho Padre, fue al pueblo yentró en él por tierra de guerra congran riesgo de la vida, y estuvo en ladicha ciudad consolando y animandoa los dichos españoles y administrán-doles los Santos Sacramentos,.. y elsacerdote que allí estaba se les salióde temor y por estar aquel pueblo muypobre y de guerra» (1).

Un revés sufrido por los defenso-res de Cañete en 1563, les obligó adespoblarla, retirándose al fuerte deArauco. Allí un centenar de valientessoportó dos cercos de los más horri-bles que registra la Historia; el párro-co los abandonó también, pero lesustituyó el P. Rendón que, siempreanimoso, iba de cubo en cubo exhor-tando a los que peleaban. Durante unpequeño respiro concedido por losindios, se trasladó el Mercedario aConcepción para buscar refuerzos,pero volvió inmediatamente al puestode honor. Por fin, desbaratados losaraucanos, se retiraron los españolesa Concepción, donde fueron recibidoscon indecible alegría.

A pesar de todos estos servicios,los mercedarios no recibían ayudaalguna temporal para sus conventos,ni siquiera el vino para la misa yaceite para la lámpara del Santísimoque solía darse a los mendicantes. Aobtener esos socorros, se dirigían lasinformaciones de 1571 y 1575.

Los méritos del P. Rendón, su vir-

(1) GazuIla, 199.

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tud y ciencia, lo elevaron al Provin-cialato en 1572. Era natural que unhombre de su temperamento procura-ra imprimir a todos los religiosos elritmo acelerado que él llevaba en suvida, y muy humano también que al-gunos lo encontraran excesivo. Así setrasluce en la información de 1575,donde los testigos afirman que el Pa-dre Rendón tenía a sus religiosos muyreformados y bien ocupados en ser-vicio de los españoles y en la ense-ñanza de los indios, razón por la cualalgunos estaban descontentos.

En el Capítulo de 1576 fue elegidoProvincial el P. Juan de Zamora y elP. Rendón continuó trabajando enChile hasta 1578. Volvióse luego alCuzco, de donde había salido veinti-

La guerra del Japón y de la China

Nada nos puede ser indiferente,hasta por egoísmo, de lo que sucedea las naciones, por alejadas que esténde nosotros, y la actual guerra chino-japonesa tiene, además, para los ca-tólicos importancia grandísima porlas muchas misiones establecidas enambos países, y para nosotros laparticular de que en Japón y China,en ésta última casi en el mismo teatrode la guerra, tienen los misionerosMercedarios de Berriz casas reciénfundadas.

La guerra en que el Japón estáempeñada con la China, puede tener

ocho años antes, y los religiosos deesta provincia lo eligieron dos vecesProvincial. Eralo ya en 1580(1).

Murió en el Cuzco después de 1590y está enterrado en nuestra iglesia.Tirso, en su (=Historia General de laOrden», le dedica un grande elogio,consignando ya estos datos, confor-me a la relación enviada por el PadreSimón de Lara.

También el P. Juan de Zamora, quele sucedió en el gobierno de los Mer-cedarios de Chile, vino a ser Provin-cial del Cuzco y allí murió antes de1605 (2).

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

(l) Pérez: Religiosos de la Merced, 303.(2) 'bid. 268.

salpicaduras con Rusia que vengan aacabar también en guerra. Japón es lacalidad y la técnica contra el númeroy la masa que es la China.

La guerra es, por inevitable, unafatalidad entre los hombres, y pensaren su extinción es esperar que loshombres, por evolución, se conviertanen peces y hagan su vida en los senosde los mares, porque tan difícil esque se hagan ángeles y se entiendande modo angélico.

La guerra es una polarización delas energías nacionales, de sacrifi-cios máximos, como el de la vida,orientada a la defensa del bien que setiene o a la prosecución del bien que

se desea. Providencialmente, comolas fiebres en los organismos, es laeliminadora de elementos perturbado-res y la despertadora de las activida-des sanas de las naciones. Abriendoel camino al progreso va siempre lamortificación, y la guerra, aun ganada,es la gran mortificación de los pue-blos. En el estruendo del combate, enlos mortíferos duelos de la artillería,en las horripilantes cargas a la bayo-neta, en medio de cadáveres, entrelos ayes de los heridos y estertoresde los moribundos, florece la espiri-tualidad y las virtudes, que se mar-chitan y mueren en la vida muelle,quieta y ociosa de la paz.

Durante las guerras, ya por la auto-dictadura que la nación ejerce sobresí misma, ya por el embargo de laatención pública en los sucesos de lamisma y en sus dolores, se suspen-den las propagandas de ideas socia-les o políticas, así como se intensi-fica la vida espiritual, y germinan yfructifican, mejor que inesperada, des-esperadamente, cuando el desastresurge, las ideas de propagandas ante-riores que se fomentaron como salva-doras.

Porque las naciones en guerra sePonen al rojo, en completa fusión,dispuestas, pues, a ada ptarse almolde de una victoria que la haga olvi-dar los dolores de la guerra o los dePor bien compensados, con lo cualse robustece más en su propia perso-n alidad, o se desbordan de los anti-guos moldes buscando los de lasdoctrinas nuevas con tanta mayori nquietud e inestabilidad cuanto aúnPerdura, más o menos, el furor bélico

y el sentimiento del desastre es másvivo y doloroso.

¿Qué se puede esperar? El Japónque, a pesar de las apariencias, severá asistido con la simpatía y lasayudas económicas de las nacionescapitalistas, siempre que sus ambicio-nes no sean demasiadas y exclusivas,ganará tal vez la guerra, pues sabráaprovecharse del descontento y deseode emancipación de grandes regioneschinas, que se pondrán a su lado.Rusia hará lo im posible para no mo-verse a una aventura externa, la tieney no pequeña en casa, por temor deque se le venga abajo el tinglado quetiene montado y que artificialmentesostiene por medio de la tiranía. Conlo que, si las previsiones salen verda-deras, tendríamos un Japón triunfantecon ampliaciones territoriales, unaChina desmembrada y a Rusia aco-rralada por el Oriente, y después deun compás de espera, motivado por laguerra y sus inmediatas consecuen-cias, un ambiente propicio para lapropagación a banderas desplegadasdel Evangelio. Quiera Dios que paraentonces España pueda ser la evan-gelizadora de ambos países; no haríaotra cosa que continuar la labor ini-ciada, hace tres siglos, tan gloriosa-mente por San Francisco Javier, don-de los católicos, después de la SantaSede, lo que más aman es a España,a quien consideran por antonomasiacomo la nación católica.

Estado del catolicismo en China

Tiene 73 circunscripciones o zonaseclesiásticas, en las que se compren-

PAGINA MISIONAL

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Molinico, ¿por qué no mueles?Porque me beben el agua los bueyes.

Por los desiertos del mundoCaminaba un peregrinoA la ciudad de Montaho,Provincia de Puerto P;co.

Hambr ento va de la graciaEntre temor y peligros,Buscando el pan t7 ireadoQue se amasa con suspiros.

Llegó al horno del amorDonde es el dolor molino,Que en les presas de su llantoAfectos muele contrito;

Fa taba el agua a sus ojos,Que la beb'eron sus vicios,Y viendo parar las ruedasDe su penitencia, d jo:

Moliníco, ¿por qué no mueles?Porque nie beben el agua los bueyes.

Mundanos empleos

Apetitos feosQue mis cu lpas brotan, Les virtudes truecanRaudales agotan

Y las presas secanDe buenos deseos. Con que moler sueles.

Molinico, ¿por qué no mueles?Porque me beben el agua los bueyes.

Lloró el caminante hambriento,Y llegando arrepentidoA las puertas de la Igiesia,Cantando y llorando dijo:

Al llegar a la mesaDel pan divinoLos pesares del almaSe me han perdido.

Sin Vos, Pan sagrado,Todo me da enojos:M s viéndoos mis ojosQuedo consolado.

Mi pena y cuidadoPongo en olvidoAl llegar a la mesaDel Pan Divino.

TIRSO DE MOLINA

— 100 —

den la diócesis de Macao, coloniaportuguesa, 63 vicariatos apostólicos,y nueve prefecturas con 67 obispos, delos que son indígenas seis. El total delos católicos se acerca a millón ymedio.

Asisten a centros de enseñanza re-gidos por religiosos 282.802 estudian-tes. Centros de cultura superior sonla Universidad católica de Pekín, elInstituto Superior de Tien-Tsin y laUniversidad de Shangai; escuelaselementales hay 18.910.

Obras de beneficencia hay enChina: 94 hospitales con 54.732 en-fermos; 110 hospicios con 8 113 aco-gidos y 334 orfelinatos con 19.502huérfanos.

La Obra de la Santa Infancia reco-gió por la época de 1926-1927 60.575niños, y 480 dispensarios y farmaciasdespacharon más de 3.253.493 medi-camentos.

La actividad del puñado de misio-neros es verdaderamente asombrosa.En 1926 a 1927, 380.438 bautismos;47.090 confirmaciones; 26.117 extra-maunciones; 6.961.644 confesiones, delas que anuales son 1.220.255, y16.706.920 comuniones, de las que sonanuales 1.075.368.

Estado del catolicismo en el Japón

«En 1891, Roma establece en elJapón, que contaba entonces con50.000 católicos, la jerarquía eclesiás-tica con el arzobispado de Tokio, losobispados de Nagasaki, de Osaka yde Hakodate. En 1919, una delegaciónapostólica es creada en Tokio. Hoy

el Imperio del Sol naciente tiene100.000 católicos.

Al lado de los 100 misioneros fran-ceses, muy pocos para una poblaciónde 60 millones de habitantes, trabajandominicos españoles, franciscanosalemanes y canadienses, jesuitas ypadres del Verbo Divino alemanes.Los maristas franceses tienen seisestablecimientos prósperos; los tra-penses franceses tienen dos fundacio-nes; las franciscanas misioneras deMaría, las Hermanas francesas deChauffailles, de Saint Maur, de SaintPaul de Chartres, del Sagrado Cora-zón, de la Caridad de Nevers, formanuna red de instituciones que abrazanal país por completo. Los hijos deSan Ignacio trabajan con éxito en lafundación de una Universidad católicacon una competencia y una perseve-rancia dignas de una obra tan impo-nente.

La formación del clero indígena,primer fin de la Sociedad de las Mi-siones extranjeras de París, de lacalle de Bac, ha comenzado a la des-cubierta de los cristianos. Tenemoshoy 43 sacerdotes indígenas y 70 se-minaristas. En fin, como consagra-ción suprema de una labor de 62 años,el Soberano Pontífice, recogiendo elfruto en su madurez, erige la diocésisde Nagasaki, que sólo ella cuenta conmás de 50 000 católicos, 39 sacerdotes indígenas, 200 religiosas japone-sas, obras prósperas, un porvenirasegurado. (En «Angeles de las Mi-siones», 3eptiembre 1927, MonseñorChambón, Arzobispo de Tokio).

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ee)ee las absülllciones generales en la 3Ierced

ceeLa Absolución general es una in-

dulgencia plenaria.La de las Ordenes religiosas inclu-

ye dos cosas: absolución, de lo quedice la fórmula para los que la reci-ben e indulgencia plenaria, aplicablesolamente a los difuntos.

La de los demás fieles, sean o noterciarios seculares, y la de congre-gaciones religiosas, que no sean ter-ceras Ordenes, es simplemente unaindulgencia plenaria, aplicable a losdifuntos, pero pueden lucrarla para sílos que la reciben.

Fórmulas y cuäl ha de usarse

Hay tres fórmulas prescritas porLeón XIII ea breve del 7 de julio de1882; la primera empieza: «Ne remi-niscaris», para los regulares de cual-quier Orden; la segunda: (Intret oratiomea», para los seglares, y la tercera,para los moribundos.

Abrogadas las antiguas fórmulas yseñaladas para regulares y seglaresfórmula propia, no pueden emplearselas antiguas ni las en vigor indistin-tamente, porque sería inválida la apli-cación de la indulgencia («Caeremo-niale Ordinis» a Fr. Petro Valenzue-la, lib. XI, n. 106, y Ferreres, en«Las Religiosas, según la disciplinavigente»).

La Sagrada Congregación de In-dulgencias resolvió que para dar laAbsolución general a religiosos ter-ciarios que viven en comunidad y ha-

cen votos simples, se use la fórmula(Ne reminiscaris», propia de la pri-mera y segunda Orden (Resp, del día11 de noviembre de 1903, en De Peli-

tom. II, de A. Vermeersch,página 608). La razón es obvia, el serla Congregación de Terciarios partede la Orden.

Las demás Congregaciones de vo-tos simples, que no sean Ordenes ter-ceras y tengan derecho a esta ben-dición, deben emplear la fórmula delos terciarios seculares (P. Santia-go López de Pego, «IndulgenciasAuténticas», t. II, pág. 441, en la nota),según una decisión de la SagradaCongregación de Indulgencias del 19de diciembre de 1885.

Hay en esto muchos descuidos. EnVascongadas es donde he visto queprocedían debidamente, dando la ab-solución a las monjas según la pri-mera fórmula, y después a los fieles,según la fórmula general de los ter-ciarios seculares.

También he visto en opúsculos dereligiosas terciarias que se hace unamixtificación de la primera y segundafórmula, cuando la única que debeemplearse es la de la primera Orden,tal cual se encuentra en el Ritual Ro-,mano.

Quién puede dar la Absolución

En las iglesias y casas religiosas elsuperior, o su delegado, y en estasiglesias y en las que esté erigida la

tercera Orden o Cofradía sus directo-res. A las religiosas el delegado desu Obispo, sea confesor, capellán osimple sacerdote, aunque no tengalicencias para confesar.

El superior que la da a sus súbdi-tos, la recibe él también, sin que seanecesario que otro se la dé; cuandoun sacerdote secular la da a monjas oreligiosos o religiosas de tercera Or-den, no la gana, porque no es la fór-mula conveniente, y la ganará al darlaa los terciarios seculares o cofrades,cuando tenga de quién recibirla; y,según parece, aunque tenga de quienrecibirla (Ferreres, obra citada).

Aunque el ceremonial de la Ordendice (que públicamente debe darsepor el superior o por sacerdote, sudelegado, una vez solamente, en eldía señalado, antes o después demisa, presentes en común religio-sos y pueblo, y no a cada unoseparadamente» («Caeremoniale Or-dinis» a Fr. Petro Valenzuela, lib. XI,n. 109); lo cierto es,, que puede darsevarias veces en el día, no sólo a pe-queños grupos que tengan derecho arecibirla, sino también, según Ferre-res, a uno solo.

Para dar la absolución se ha deusar siempre estola morada

Los confesores de la Orden puedendar la indulgencia plenaria, inmediata-mente después de la confesión sacra-mental, dnuestros terciarios, cofradesy a todos los que tengan derecho per-sonal, usando la fórmula siguiente, yaaprobada antes para otras Ordenes:« Auctoritate a Summis pontificibusmihi concessa, plenariam omniumPeccatorum tuorum Indulgentiarn tibi

impertior. In nomine Patris et Filii et

Spiritus Sancti. Amen». (Decreto de laSagrada Congregación de Ritos del28 de junio de 1911).

Si se traslada la solemnidad y celebración externa de una fiesta que ten-ga aneja la absolución general, setraslada también la absolución, aun-que de la festividad trasladada nopueda decirse misa (Can. 922 y Epí-tome Juris Can. A. Vermeersch etCreusen, t. II, pág. 121). Lo cual comogracia la teníamos concedida porPío X desde el 9 de diciembre de 1909.

En este mismo decreto se concediótambién la gracia de que los tercia-rios y cofrades de la Merced que im-pedidos legítimamente no pudiesenacudir a la iglesia para recibir la ab-solución asignada a fiestas que nocaen en domingo, puedan recibirla eldomingo siguiente. Donde haya ter-ciarios y cofrades en estas condicio-nes, harían bien los Comendadoresseñalar hora en que den a los tales laabsolución, y los que a esa hora noestén en la iglesia, podrán recibirlaen particular después de la confesión.

Días de Absolución

Para fijar los días de absolucióny sus condiciones, teng,a presentes:Summarium Indulgentiarum et Gra-tiarum Confraternitatibus O rd n is,B. M. V. de Mercede canonice erectisa S. Sede in perpetuum coneessa-rum, aprobado por la Sagrada Con-gregación de Indulgencias en decretodel 30 de julio de 1868, y las con-cesiones de nuevas absoluciones con-cedidas posteriormente por la SantaSede.

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Según estos documentos, hay cua-tro grupos de absoluciones, que en latabla de absoluciones señalaré con sunúmero respectivo:

Primer grupo. Absoluciones gene-rales del Sumario que se pueden darno sólo en las iglesias y oratorios dela Orden y de la Cofradía, sino tam-bién en cualquier otra iglesia, aun demonjas. De las once del Sumario sonsiete las que tienen este privilegio(Sum., etc., publicado en el cuadernode los Santos de la Orden de 1898).

Segundo grupo. Absoluciones delSumario que pueden darse a todoslos fieles, pero sólo en nuestras igle-sias y oratorios y en las iglesias delas Cofradías de la Merced ((bid).

Tercer grupo. Absoluciones gene-rales concedidas el 17 de agosto de1923, primeramente por siete años ydespués perpetuamente por breve dePío XI del 7 de agosto de 1930. Lapueden ganar todos los fieles y le hande dar los rectores de las iglesiaspost Sacra missarum solemnia (Bo-letín de la Orden, año 1923, pág. 100y año 1930, pág. 184).

Las absoluciones generales perpe-tuas concedidas últimamente a la Or-den por Pío Xl con fecha 7 de Agostodel año pasado se han de dar por elRector de la iglesia post missarumso/ema/a. El Rector puede delegar,claro está,, y me parece que, a pesarde las palabras suscritas, podrán dar-se como las demás absoluciones,siempre que convenga.

Cuarto grupo. Absoluciones ge-nerales que sólo pueden ganar nues-tros religiosos y terciarios. Son tem-porales, están concedidas con fecha

5 de noviembre de 1927, Por sieteaños; caducan, por tanto, el año 1934(Boletín de la Orden, año 1927, pá-gina 122).

Hay otro grupo del que para lapráctica ya no hay que hacer mérito,por estar caducadas, concedidas anuestros terciarios seculares por sie-te años con fecha 30 de junio de 1924,y que esperábamos ver convertidasen perpetuas (Boletín de la Orden,año 1924, pág. 163).

Hay una absolución fuera de grupo,la de Santa María de Cervellón, con-cedida a 8 de abril de 1908, a soloslos religiosos, terciarios y cofrades.

Absoluciones anejas a fiestasmovibles

Santísimo Nombre de Jesús (3).Miércoles de Ceniza (1).Primer Domingo de Cuaresma (4).Domingo de Pasión (4).Domingo de Ramos (4).

Jueves Santo (1).Domingo de Resurrección (3).Festividad de San José (4).Ascensión del Señor (3).Domingo de Pentecostés (3).Domingo de Trinidad (3).Festividad de Cristo Rey (4).Primer Domingo de Adviento (4).

Absoluciones anejas a fiestas fijas

Enero

17.--San Antonio Abad. Aniversa-rio de la aprobación Pontificia de laOrden, año 1235 (1).

18,-Cátedra de San Pedro (4).

31.-Nuestro Padre San Pedro No-lasco (1).

Febrero

2.-La Purificación (3).

Marzo

19.-San José, Esposo de María (3).25.-La Anunciación de Nuestra

Señora (3).

Abril

17.-La Beata Mariana de Jesús (2).27.-San Pedro , Armengol, már-

tir (3).

Mayo

3.- La Invención de la Sta. Cruz (4).8.-La Aparición de San Miguel.

Aniversario de la fundación de la Re-colección de la Merced (3).

Junio

24.-La Natividad de San Juan Bau-tista (3).

29.-Los Santos Apóstoles San Pe-dro y San Pablo (3).

Julio

15.-El Santísimo Redentor (3),25.-Santiago Apóstol (4).

Agosto

10.-San Lorenzo. Aniversario dela fundación de la Orden, año 1218 (1).

15.-La Asunción de Nuestra Se-ñora (3).

31. -San Ramón Nonato (2).

Septiembre

12.-El Dulcísimo Nombre de Ma-ría (4).

14.-La Exaltación de la SantaCruz (4).

19.-Santa María de Cervellón.24.-Nuestra Santísima Madre (1).29. - La Dedicación de San Mi-

guel (3).

Octubre

23.-San Pedro Pascual, obispo ymártir (3).

Noviembre

13.--Todos los Santos de la Or-den (4).

14.-San Serapio, mártir (2).25.--Santa Catalina, mártir.

Diciembre

8.-La Inmaculada Concepción (2).25.-La Natividad del Señor (3).

FR. JUAN G. CASTRO

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La proclamación de las virtudes heroicasde Gema Galgani

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SU VIDA

Esta niña angelical nació el 12 demarzo de 1878 en el pueblo de Cami-gliano, no lejos de la ciudad de Luc-ca, de los piadosos y virtuosos pa-dres Enrique, de la prosapia del BeatoJuan Leonardi, y Aurelia Landi; el díasiguiente fue bautizada en la iglesiaparroquial de San Miguel Arcángel,imponiéndosele el nombre de Gema.

Por su piísima madre le fueron pro-fundamente grabados en el alma los

primeros rudimentos de la religión yde la piedad, así como los gérmenesde las virtudes, especialmente el amora Jesús Crucificado; hasta tal puntoque desde su más tierna edad sentíaun deseo insaciable de meditar y aunde contemplar la Pasión del Señor.

Su padre, admirando en su corazóntanta piedad, obediencia y candor enla niña, tan angélica modestia que lellevaba hasta evitar sus caricias y susbesos, la amaba con amor singularmás que a sus otros siete hijos, y

presagiaba de ella grandes cosas.Enrique se trasladó con la familia aLucca, donde Gema a los siete años,el 26 de mayo de 1885, recibió el Sa-cramento de la Confirmación. Habien-do quedado huérfana de madre pocosmeses después, la niña fué confiada,para ser educada e instruida, a ElenaGuerra, fundadora del Instituto de lasOblatas del Espíritu Santo, llamadasvulgarmente Hermanas de Santa Zita.Bajo aquel Magisterio hizo admirablesprogresos, no sólo en las letras, sinotambién en la piedad. Era además tanardiente su deseo de recibir la Sagra-grada Eucaristía, ,que parecía enfer-mar de no recibirla, Admitida a la pri-mera comunión, quiso hacerla prece-der de diez días de ejercicios espiri-tuales, con las Hermanas de SantaZita, y los empleó lodos en contem-plar la pasión de su Amado y en re-flexionar sobre la admirable comuni-dad de vida sobrenatural del alma conCristo en el Misterio Eucarístico. El17 de junio de 1887, fiesta del SagradoCorazón de Jesús, vió finalmente sa-tisfechos sus deseos, recibiendo porvez primera con indecible alegría elPan de los Angeles. A partir de ello,animada de un ardor más intenso deProgresar en la virtud, emprendió elarduo camino de la perfección bajo laguía del Divino Maestro.

Pero la vida de los santos es nece-sario que vaya marcada con el sellode la Cruz; en efecto, toda la vida deGema fue llena de dolores. Se puedemuy bien decir de ella que fue «unlirio entre espinas» (Cant., 2, 2): unlirio que esparcía el olor suave de lasv irtudes entre las muchas espinas de

tribulaciones que, apretándola portodas partes, la punzaban agudamen-te. Y su padre, reducido por variasdesgracias a la pobreza, y arrebatadopor muerte prematura, dejó los hijosen extrema indigencia. Gema, ponien-do sólo en Dios su confianza, conánimo invicto soportó la muerte delpadre y las pérdidas de los bienes. Alos veinte años, herida por gravísimaenfermedad, que puso en peligro suvida, recuperó la salud de manera, alparecer, no natural. Sin embargo,aunque arrancada entonces de la garrade la muerte y .vuelta en cierto modo asus ocupaciones, sentíase afligida porcontinuos y acerbísimos dolores queella abrazaba con insaciable ardorcomo preciosos dones de Cristo, orapara hacerse más semejante al Espo-so Celeste. ora para satisfacer gene-rosamente la Divina justicia y librar aa los pecadores de la eterna perdi-ción.

En el año 1900 fue caritativamenterecibida por la piadosísima familiaGiannini; teniendo así más libertadpara atender a las prácticas de la vidaespiritual, con todo el fervor de sualma se entregó a contemplar la pa-sión de Cristo y aun sintió más vivoel deseo, ya de mucho antes concebi-do, de consagrarse a Dios en lasmonjas Pasionistas, fundadas porSan Pablo de la Cruz, pero por divinadisposición, surgiendo muchas difi-cultades para el cumplimiento de susdeseos, ella, viviendo aun que contrasu. voluntad en el siglo, ofreció almundo un luminoso ejemplo de vidareligiosa. Igualmente Gema se apro-pió el espíritu de S. Pablo de la Cruz,

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— 108 —es,J'e.

LA EXPULSIÓN DE LA COMPAÑÍADE JESÚS DE ESPAÑAel cual puede llamarse su maestro y

guía en el camino de la santidad. Yen efecto, mientras la filosofía de losenciclopedistas subvertía con nuevasorientaciones las inteligencias y lascostumbres de los hombres apartadosde la doctrina y de la moral cristiana,preparando aquella funestísima revo-lución que aportó tantos daños a laIglesia y a la civilización, este nuevoPablo, enarbolando el estandarte dela Cruz como una señal de victoria,hizo resonar largamente su voz apos-tólica para predicar al mundo que seprecipitaba en la ruina «a Cristo cru-cificado, escándalo para los judíos,estulticia para los gentiles, a Cristovirtud de Dios y sabiduría de Dios».(I. Cor., 1, 23-24). Ella, confirmandoesta predicación con el ejemplo de susanta vida, podia muy bien repetir conel Apóstol: «Con Cristo estoy inmo-lada en la Cruz y vivo no ya yo, sinoque Cristo vive en mí». (Gal. 2, 19-20).

Este amor ardiente a la pasión deCristo dejado por el fundador comosagrada herencia a sus hijos e hijas,prendió en el ánimo de la piísima vir-gen de Lucca, que reprodujo en síuna viva imagen del Crucificado,crucificando, como exhorta el Após-ml, su carne con los vicios y concu-piscencias. Ella dominó con fortalezaIodo afecto natural desordenado, por

por lo que en ella refulgió una pro-fundísima humildad, una extrema po-breza voluntaria, desprecio de todaterrenal delicia, angélica pureza, infan -ti( simplicidad, perfectísima obedien-cia, filial e ilimitada confianza en Dios,admirable ecuanimidad aun con aque-llos que la trataban duramente y es-

pecialmente una ardentísima caridadhacia el prójimo. Amaba con ternurafilial a la bienaventurada Virgen Ma-dre de Dios y deseaba vivamente aso-ciarse en el llanto a Ella, tan afligidadebajo de la Cruz de su Hijo.

A más de los Santos, veneró conparticular devoción a su Angel Custo-dio para hacerse digna de resplande-cer como su emuladora en la pureza,vivía en la tierra con el cuerpo, perosu alma era ciudadana del cielo: tantoera en efecto el ardor del amor quetenía a Dios esta inocentisima joven,que parecía ya libre del peso delcuerpo, extraña a todas las cosascaducas del mundo. Y ya se apresu-raba a entrar en los eternos ,Tabernáculos. En efecto, el día 11 de abrilde 1903, víspera de la Pascua, des-pués de haber sufrido acerbisimostormentos en el alma y en el cuerpo,a semejahza de Jesús paciente, con-sumida más por el amor de Dios quepor la enfermedad, voló hacia su Es-poso Celestial.

Cuando entregábamos el originalpara nuestro último número de febre-ro, estaba poniendo en ejecución elGobierno el decreto del 23 de enerodel ministro de Justicia señor Albor-noz, incautándose, con las naturalesprotestas de los jesuitas, de sus casasy bienes para «nacionalizarlos».

Esto, aunque lamentabilísimo, notiene nada de particular conocidas lasideas e intenciones del Gobierno y de

las Cortes; pero lo tiene y mucho quequienes se llaman católicos y se ofen-derían si no se les tuviese por tales,hayan visto con buenos ojos, y hastaalgunos con regocijo, este hecho. Noes extraño: son almas pequeñas quetienen sus pasioncillas y resentimien-tos por norma de conducta, o lectoresasiduos de periódicos difamadores dela Compañía y de las demás Ordenesreligiosas.

No somos cándidos, ni queremosque se nos tenga por cándidos, ni quenadie sea cándido. La cabeza debeservir para algo más que para llevarlasobre los hombros como una cargainútil.

Hay una hostilidad marcada y unaguerra de ideas, de normas entre loscatólicos y sus enemigos. Tenemosnuestra política y nuestro gobierno:la Política de Dios y el Gobierno deCristo; y como prógrama de nuestraacción, que es el de nuestras peticio-nes, el Padrenuestro.

La Iglesia no tiene canonizado comorégimen de gobierno ni la monarquía

ni la república; ni tiene doctrinal-mente preferencia conocida por una uotra forma; se aviene a cualquier ré-gimen y manda a sus hijos, por razónde conciencia, el acatamiento a lospoderes constituidos; pero tiene susnormas de conducta, que nada tienende «oportunismo», pues obligan, hoycomo ayer, a perder la vida antes quequebrantarlas. Pruebas de esta exi-gencia, los mártires.

Según estas normas de conducta,surge a veces el estado de intransi-gencia irreductible del fiel hijo de laIglesia; no puede tener al bien por malni al mal por bien; y en estos casosde conciencia que se presentan, losdirectores de almas, sea en el fueroexterno de la predicación, sea en elinterno del confesonario, no puedenpermanecer neutrales; tienen que de-cidir, según la doctrina católica, elgrado de la obligación del deber; tie-nen que fomentar el bien público reli-gioso estableciendo la obligación delos particulares de contribuir a él. Yl os jesuitas, como todos los sacerdo-tes, en el desempeño de sus ministe-rios tienen que enseñar y a veces im-poner con coacción espiritual a losfieles el cumplimiento del deber, ejer-ciendo una influencia cristiana que ne-cesariamente, ¡dejémonos de tapujos!,debe ser contraria a la de los que noson cristianos o, con más razón toda-vía, enemigos declarados de Cristo.

Si hay, pues, en uno u otro régi-men (los jesuitas como las otras Or-

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denes , padecieron persecución departe de monarquías y de repúblicas)enemigos de la Religión, lo han de serpor lo mismo de sus defensores, ytanto más enemigos cuanto más fer-vorosos y eficaces defensores.

No, pues, por enemigos de la repú-blica son expulsados los jesuitas, nipor enemigos de la república se lesimpone a las Ordenes que quedan «laprohibición de ejercer la industria, elcomercio o la enseñanza» y la limita-ción de la capacidad de adquirir yconservar, y de la libertad de admi-nistración; hay otra causa más pro-funda.

Causa de la expulsión

San Pedro en su primera carta. IV,15-16, dice: «Ninguno de vosotrossufra por homicida, o ladrón, o mal-diciente, o codiciador de lo ajeno;pero si padece por cristiano, no seavergüence, al contrario, glorifique aDios por ello».

Recuerda el Sr. Nuncio en nota pre-sentada al Gobierno y que hizo públi-ca la prensa, «sus peticiones insisten-tes y repetidas de que le fuesen seña-lados los presuntos delitos, o hechosconcretos, o, por lo menos, la recla-mación, observaciones o deseos sobrelos que pudiese basarse la disolución,proyectada según el principio jurídico:nemo praesumitur reas nisi probetur,peticiones que nunca fueron contesta-das específicamente puesto que a lasrespuestas dadas, aparte de los elo-gios para los padres de la Compañía,no eran, después de todo, sino expre-siones vagas que revelaban, no cul-

pas concretas y determinadas, sinosólo el estado de ánimo de cierto sec-tor de la opinión pública.

Motivo

«El art. 26 de la Constitución de laRepública española declara disueltasaquellas órdenes religiosas que esta

-tuariamente. imponganimpongan además de lostres votos canónicos, otro especial deobediencia o autoridad distinta de lalegítima del Estado, debiendo ser na-cionalizados sus bienes y afectados afines benéficos y docentes... Y refi-riéndose concretamente al preceptoconstitucional de la Compañía de Je-sús, que se distingue de todas lasdemás Ordenes religiosas por la obe-diencia especial a la Santa Sede, comolo demuestra entre innumerables do-cumentos la bula de Paulo III, que sir-ve de fundamento canónico a la Insti-tución de la Compañía y las propiasConstituciones de ésta, que de modoeminente la consagran al servicio dela Sede Apostólica».

«Es verdad, sin embargo, comentael Nuncio en la nota mencionada, quelo que constituye delito en las pala-bras del decreto, es el mayor título degloria para la Compañia de Jesús,consagrada de modo especial a labo-rar, según la bula citada de Paulo III,por los altísimos intereses espiritua-les morales de las almas, y a difundircon la luz de la fe cristiana el nom-bre, el idioma, la historia y la gloriade España en las más lejanas regio-nes del mundo».

El Romano Pontífice proclamó a losjesuitas corno mártires del Papa y de

la honra del Salvador divino y declarasu deber incluirlos en el orden del díade la Iglesia y de todo el reino deDios».

No hay, pues, otro motivo que elSupuesto de la obediencia especial alPapa: si los hubiera los habrían adu-cido. Todo, pues, lo que corre por laprensa impía y de burdel, son las rue-

Diálogo entre el señor Beunza,diputado católico, y otro diputadoextremista en los pasillos del Con-

greso

—¿Que no es católica España?Vamos a verlo sobre el terreno.¿Cuántos de entre ustedes no estánbautizados?

—Lo hicieron sin nuestro consenti-miento.

—¿Y cuántos de los casados pre-sentes han contraído matrimonio ca-nónico?

—Ya ve usted.., las convenienciassociales... la familia de la novia quelo exigía...

-,-¿Y por qué no exigió lo contrariola familia del novio?

Pero dejemos a los vivos, a losmuy vivos de la cámara. Yo os digoque cuando os llegue la hora de lamuerte, que es la hora de la verdad,cada uno de vosotros querrá tener asu lado a un cura, y tal vez le parezcaPoco, y querrá un cura y un fraile.

das de molino con que comulgan a losignorantes. Si tuviesen algo de ver-dad, los tan interesados en documen-tarse contra los jesuitas le hubiesendado estado jurídico y parlamentario.

Esto basta para su defensa y paralos que, de buena intención, estánengañados.

LIJAN

—Hombre, en esos momentos nosabe uno lo que hace...

—¡Que no lo sabe! ¿Y por qué nopide nunca lo contrario? Porque enEspaña todos somos católicos a pesarde las negligencias de muchos, ycuando llega «la hora de la verdad»todos queremos morir al amparo dela cruz y que nos entierren en el ce-menterio católico, ese cementerio quequieren suprimir, porque—como ledije a un diputado de la izquierda—hay tan pocos entierros civiles, que aellos mismos les da vergüenza, yquieren evitar ese plebiscito perpetuoen contra suya.

La secularización de los Cemente-rios.—Estadistica elocuente

Durante la discusión del dictamende la secularización de los Cemente-rios, el conde de Romanones salió alos pasillos y se encontró en el pasillocircular con el diputado señor GilRobles.

NOTAS RÁPIDAS

EL CATOLICISMO EN ESPAÑA

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Hablaron de la discusión empeñadaque se sostenía en el hemiciclo res-pecto a un problema que a nadie acu-ciaba, y que se ha desenterrado conmiras a la galería.

—En este asunto—dijo con su pe-culiar gracejo el conde de Romano-nes—los interesados son los muer-tos, y por eso conviene interrogarlos.Yo lo he hecho, porque he tenido elbuen humor de dirigirme al Ayunta-miento de Madrid en solicitud de unascifras, que son elocuentísimas. Aquíestán. Desde el primero de julio al31 de diciembre del año pasado, esdecir, cuando el régimen en plenotriunfo podía garantizar las mayoreslibertades de conciencia, han tenidotierra en los Cementerios católicos7.859; en el Cementerio civil han sidosepultados 134.

Con esto basta. ¿Para qué vamosa entretenernos en discursos, des-plantes, gestos y demás garambainas?Aquí está el hecho elocuentísimo, yya pueden decir lo que quieran losdiputados secularizadores.

Puede añadirse: teniendo en cuentala numerosa colonia extranjera resi-dente en Madrid, no cristiana o desectas disidentes, cuyos muertos ne-cesariamente han de enterrarse en elCementerio civil, ¿cuántos habránsido los españoles enterrados fueradel Cementerio católico? ¿Y no sien-do, como no es, Madrid el índice delcatolicismo en España, para quién selegisla al secularizar los Cemente-rios?

Jesucristo arrojado de lasEscuelas

-*u ¡,Quién tiene la culpa?

A mi amigo don X. val no hará sino fijarlo más en latierra.

lamento su mal humor, no del todo estuviéramos juntos un rato! DentroQuerido amigo: Recibo su grata y ¡Cuántas cosas le podría decir si

justificado, pues cuando el carro da de unos meses podrá ser, con la ayii-tumbos, es natural que todos los da de Dios. Entonces podremos estu-sintamos. Sin embargo, usted no es diar y medir la parte de responsabili-hasta hoy de los más traqueteados. dad que a la Universidad y sus ale-

Lo que no acepto, ni en broma, es daños corresponde en el actual extra-que los excesos de los jesuitas sean vío d e l populacho. Habremos dela causa de la convulsión que padece considerar no sólo lo que pervirtió,España. Para mí es evidente que no sino lo que dejó de educar.procede de exceso, sino de falta de Esto no quiere decir que los cléri-cumplimiento de su deber en una par- gos estemos enteramente limpios dete de los ciudadanos. culpa. Creo que todos debemos hacer

Así se formó la masa bárbara y un serio examen de conciencia ysalvaje que amenaza arrasarlo todo. poner la enmienda.Reducir la conmoción actual a un mi- Pero niego en absoluto que los quenúsculo pleito entre universitarios y trabajaron sean los culpables. Sonj esuitas o frailes, es una síntesis que víctimas de su abnegación, pero suharía sonreir a mi paisano el señor sacrificio no será estéril. Crecerán enministro de la Gobernación. ¡Ojalá no prestigio e influencia, y cuantos abo-hubiera más que eso, diría él. rrezcan la barbarie .les prestarán su

A los jesuitas los aborrecen mas, apoyo. Vea usted cuán diferente esPor ser los principales defensores de ahora la actitud del Papa hacia ellosla civilización cristiana, o de la civili- con respecto a Clemente XIV.zación en absoluto; pero tras ellos irá Dios sacará de los males bienes.lo demás. Esto no es hacer profecías, Antes iban al extranjero algunos estu-Sino tener los ojos abiertos. Pensar diantes jesuitas y volvían con bríos.otra cosa sería tan inocente como Ahora van todos y regresarán concreer que los anarquistas se iban a energías centuplicadas para renovarcontentar con derribar la Monar- este viejo tinglado. No me refiero sóloquia. a la cultura, sino también a la acción

Afortunadamente, para los que se religiosa, tan deficiente entre nosotros.P reocupan sólo de recoger sus frutos, Por mi parte (ya se lo dije a ustedel árbol de la civilización cristiana en los primeros días de la revuelta)tiene raigambre más profunda de lo no he dejado de trabajar en cuantoque piensan sus enemigos; el venda- alcanzan mis modestas fuerzas, y he

«¿Qué se va a poner donde estabael tradicional Cristo agonizante? ¿Unahoz y un martillo? ¿Un compás y unaescuadra? ¿O qué otro emblema pro-fesional?

Porque hay que decirlo claro y en

ello tendremos que ocuparnos: lacampaña contra el crucifijo en lasEscuelas nacionales es una campañade origen profesional, claro que deconfesión anticatólica y anticristiana,porque lo de la neutralidad es una

engañifa. \>(Don Miguel de Unamuno, presi-

dente del Consejo de Instrucción Pú-blica y rector de la Universidad deSalara anca.)

Muchos españoles ignoraban o lotenían olvidado que presidiendo todasnuestras escuelas estaba el Crucifijo;pero no son indiferentes, ni los que loparecen más, a este destronamientodel Señor. ¿Que van a ser? Si aquítodos veneramos, aun sin saberlo, aJesucristo en la Cruz; es por lo menosnuestra última esperanza, y aunqueparece extraño no está lejos; ya ve-réis qué pronto recobra su puesto.Por ahora lo ha cambiado por otromejor; ya que no en la pared, estasobre el pecho del maestro y maestra,y, más hermoso aún, sobre los pe-chos de los niños, que lo paseantriunfante por las calles a veces depopulosas ciudades, y tenemos ya lafiesta del Crucifijo, que será el día de

la Ascensión. ¡Día oportunísimo!

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procurado que lo mismo hicieran losdemás.

Si nos cerrasen los Colegios, que-dan otros medios de educación y aellos nos lanzaríamos con denuedo.¿Que por ello seremos aborrecidos yperseguidos? Esa es la herencia queJesucristo dejó a los que le siguen decerca. No es en la tierra donde espe-ramos la recompensa definitiva.

Por de pronto, y mientras se dis-

\M'arroya deEl primer proyecto que acaricié al

tener en perspectiva este viaje fue re-gistrar los archivos municipal y pa-rroquial en busca de noticias referen-tes al origen y a la historia del puebloque ahora considero como mi patriachica, y así lo comuniqué a mi respe-tado y querido jefe político, el alcaldede la «villa» (así se la denomina enlos documentos) D. Miguel Calvo Pa-lenciano, y al Sr. Cura Párroco donModesto Falo, el que yacía en camaya con la enfermedad que en brevehabía de conducirle al sepulcro, cosaque ocurrió el día 3 de enero.

Pude satisfacer mi curiosidad en lotocante al archivo parroquial, perono por lo que atañe al municipal, elcual desapareció hace cosa de cin-cuenta años a causa de un incendio.Cosa que lamento de veras, puesjuzgo que debía contener cosas inte-resantes.

Los libros parroquiales comienzan

cute pausadamente si los planes deenseñanza se han de renovar o conti-nuar como están; si las Universida-des han de emprender nueva vida oseguir con la vieja, nosotros estudia-remos todo lo que podamos, y allá severán los resultados.

¡Que Dios nos bendiga a todoscomo diariamente pide su afectísimoamigo

GARCÍA

los Pinaresen el año 1561, y aparte de los libros,no encuentro documentos más anti-guos. Por ellos, y también por algu-nos edificios que aún quedan en pie,veo que este pueblo ha tenido en otrostiempos una importancia relativa mu-cho mayor que en nuestros días. Elnúmero de habitantes era en el sigloXVIII de unos mil cuatrocientos, entrelos que había algunas familias derango elevado, las que de algunosaños a esta parte fueron desapare-ciendo del todo. Hoy sólo cuenta conla mitad de aquellos tiempos y tiendea disminuir.

Por lo que me cuentan estas buenasgentes, y por lo que veo además con-firmado en un documento de Felipe V,él vivía entonces con desahogo, gra-cias a la industria textil muy desarro-llada aquí y muy acreditada en la re-gión, pues el citado documento deFelipe V viene en defensa de esa bue-na fama que algunos concurrentes de

pueblos comarcanos explotaban, pre-sentando en el mercado sus pro-ductos como procedentes de Villa-rroya.

De todo aquel florecimiento textilno queda hoy más que tres o cuatrotelares, y aun de éstos no trabaja másque uno, y raras veces, para satisfa-cer algún encargo determinado.

¡Cosas que trae consigo la trans-formación de la vida moderna!

Estas gentes no son malas; perohace todavía poco tenían una vidaparroquial mucho más intensa, y esmuy sensible que aquel fervor hayadesaparecido, y me esfuerzo en ponertodo lo que está en mí para conseguirque esto vuelva a ser lo que fue. Ten-go la firme esperanza de que así seráantes de que pase mucho tiempo.¡Cuánto más dulce y llevadera es lavida, con todos sus trabajos, sus do-lores, sus amarguras, cuando la santareligión vive vida intensa en el hogardel labrador, del campesino, del cris-tiano!

Una sorpresa extraordinariamenteagradable me asaltó cuando, llegadola víspera de la Inmaculada, me dicen:« Mañana se estrenará usted, pues alas diez hay Misa mayor, y usted enel organico...» —¡Hombre!, y ¿quiénla canta? —El pueblo la canta. Enefecto, lodos los domingos y díasfestivos se canta aquí, y por el pue-blo, la misa de las diez. Cuando porla escasez de personal no hay orga-nista que acompañe por tener éste quecelebrar, cosa que ahora me ocurre amí, y muchas veces le ha ocurrido ami colega el Sr. Coadjutor, el pueblose basta para hacer coro que cante la

Misa. ¿No es esto una cosa bien sim-pática?

La iglesia, cuya parte más antigua,la nave, lleva la fecha de 1459, empezómás tarde a ser reedificada a expen-sas del que aquí llaman CardenalPeña, dignidad que yo no encuentroconfirmada por ninguna parte. Lanave es de estilo gótico primitivo, yel crucero, reedificado entre los añosde 1605 y 1609, ofrece una mezcla deneoclásico (paredes, arcos y retablos)y de gótico (las bóvedas), que causa,por la inconsecuencia, una impresiónharto desagradable. Por el falleci-miento del Sr. Peña, acaecida en 1612,quien proyectaba, sin duda, renovartodo el edificio, quedó la nave en elestado primitivo.

D. Francisco Peña, por aquel en-tonces Arcediano de Zaragoza, edifi-có también para sí un palacio, quesubsiste en buen estado, y que llamanla casa de Peña. Fue Auditor de laRota y Consultor del Santo Oficio deRoma. La riquísima colección de reli-quias que dejó a este templo indicaque era personaje influyente.

Un rasgo de infantilismo de su ca-rácter puede apreciarse en la profu-sión con que esparció su escudo entodos los rincones de la parte reedifi-cada gracias a su munificencia. Y envista de tal escudo es precisamentepor donde yo comencé a sospecharde la veracidad de la tradición que lehace Cardenal, sospecha que luegovino a corroborar más y más un do-cumento referente a fundación de al-gunas capellanías, en el cual no seobserva vestigio alguno de tal digni-dad, ni he llegado tampoco a ver

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ESTUDIOSGALLEGOS ROMANCES

4.—La flor del aguaMadrugada de San Juan

madrugada a mais garridaque baila o sol cando nace

r: cando morre o día.—Onde vai Nosa Señoraonde vai Santa María?—Vai cara â banda do mar,val cara a banda da ría.—¡,Qué díz a Virgen, qué diz,qué dice Santa María?—Cal será a menifia, cal,que colla a flor d'auga fría.Non será dama, nin deuda,quo será a princesa Aldina,a princesa namoradafilla do rey de Galicia.No hay outra como ela,tan feitiña e tan bonita;c'aqueles seus ollos crarosdo color d'agua da ría.Soyo tí, Aldina, serásquen leve a fror d'auga fría;érguete do leito, nena,ven cara a banda do mar,qu'anque ti veñasen compaña h as de tornar.érguete do leito, nena,ven cara a banda da ría,qu'anque ti soiria veñas,tornarás en compañía.Na torre do real palacio,duque inda está lonxe o día,móvense os liños d'un leito,algunha xente s'erguía.

a princesa ¡Dio-1 a garde!era a moi garrida Aldinaque val dia de San Xoancatar a flor d'auga fría (1).

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otras cosas que me hagan volveratrás de mi sospecha.

El escudo contiene como únicasfiguras cinco pinos, alusión indudableal nombre del pueblo, nombre que, asu vez, es debido a los pinares queen otros tiempos existieron, pero quede tal modo han desaparecido, porfalta de gobierno en los de arriba ysobra de rapacidad en los de abajo,que hoy no queda el menor rastro deeste árbol en el término municipal.

El capelo de Cardenal lleva, comoes sabido, quince borlas pendientespor cada lado del escudo, diez el deArzobispo y seis el de Obispo, aligual que otras dignidades menor s,si bien éstas usan diferentes colores.El escudo de Peña o lleva más queseis borlas...

En 1 sacristía hay un cuadro conu retrato, en el que consta su nombre

con el tratamiento de Muy Ilustre. Suedad, setenta y dos años, y el ario desu muerte, 1612.

El órgano es obra de Juan Pascualde Longas, en Luna, 1705, y su caja,así como la tribuna en que está colo-cado, son de un churriguerismo cru-do, estilo que también cuenta con al-gunos de los retablos pequeños.

Por aquellos tiempos había recita-ción coral en esta iglesia, y los cléri-gos quizá no bajasen de catorce odieciséis.

Sobre la puerta de una casa se vetodavía el símbolo de la Inquisicióncon la leyenda: Defensio fidel.

Por aquí pasa una carretera, hechahace como unos cinco años, que vade Teruel a Castellón, y describe através de la serranía un número enome de vueltas y revueltas. La distan-cia que le separa de la capital provin-ciana es de 61 kilómetros.

Los ueblos que atraviesa hasta11 gar aquí son: Corbalán, Cedrillas,Ababug, Monteagudo y Allepuz, ysiguen luego Fortanete y Cantavieja,interesante este último por su situa-ción sobre una roca y amurallado,con caracteres de inexpugnable paralas luchas de aquellos tiempos.

Como es cosa que despierta interésen mí, me dicen que las iglesias detodos estos pueblos, sujetos a la ju-risdicción de las Ordenes Militareshasta mediados del siglo pasado, sonmagníficas.

FR. JOSE MIGUALEZ

Villarroya de los Pinares y febrerode 1932.

(1) Literatura Gallega, por E. Carre Aldao.2. ed. Barcelona. 19l1, pág. 185.

Después de dar la muestra de algu-nos romances en lengua castellana,corrientes en mi tierra, no me resistoa publicar éste netamente gallego, deuna sabrosa antigüedad y sencillez.Es un bello poema que trasciende amúsicas de alborada, y exhala per-fumes mañaneros.

Todo en él agrada, desde el lengua-je que, si bien mezclado de algunoscastellanismos, se conserva puro yfeliz en frases y palabras, hasta lavariedad de consonancias que contri-buyen a la eufonía final. El diálogodel comienzo da vida y movimiento ala composición; y la estrofa paralelís-tica que aparece al duodécimo verso,entronca al creador de este romancecon los poetas de los Cancioneros.La fecha precisa de su composiciónpudiera hallarse aquilatando algunosdatos históricos de las diversas va-riantes.

No por ser este romance una adap-tación cristiana, deja de contener res-tos de antiguas supersticiones. Toda-vía hoy en Galicia, la víspera y fiesta,del Bautista llevan consigo una cortede mil supercherías.

En mis estudios folklóricos tropecécon varios refranes, narraciones ycantares, que guardan mucha relación,con la materia de este romance.

No hallé la versión castellana, nien Durán, ni en la Primavera; sóloentre los tradicionales de Asturias,donde parece estar muy difundido,cita varios M. Pelayo:

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(NOTICIA5

FERROL

«Mañanita de San Juanmañanita linda y clara,cuando las perlas preciosassaltan y bailan en agua...» (I)

Conozco otra versión gallega quepublicó el benemérito Marcial Valla-dares, cuyo comienzo es:

«Mañancifia de San Juananda a auga enamorada,e, estando Nosa Señoracollendo na flor da auga... (2)

y en la cual pueden verse las extrañasadiciones que chocaban al docto con-tinuador de Wolf; por ejemplo:

Casadiña, miña filia,e mais ben afortunadacasadiña con tres fillostodos de capa e d'espada.

(1) Obra cit., t. III, pág. 146.(2) Biblioteca de las tradiciones españolas. Se-

villa 1884, t. IV, pág. 107. Puede hallarse el co-mienzo en «La Iglesia», obra cit , t. III, pág. 118.

LaiComunidades religiosas per-dieron su personalidad por habér-

seles quemado sus conventos

Ni canónica ni civilmente perdieronsu personalidad jurídica; tienen, portanto, en ambos órdenes el eclesiás-tico y civil, todos los derechos y elde exigir sanciones y reparacionespor los perjuicios sufridos.

Canónicamente la Comunidad, aun-que diseminada, perdura, y sólo elvoto de las religiosas y el permiso dela Santa Sede puede extinguirla.

Un será rey de Sevillaoutro o sera de Granada,outro será para o Ceopara Dios, qu'así Ile agrada.

En todas las copias de este roman-ce se encuentran las mismas reminis-cencias de paganismo y superstición.Y es que su origen mitológico seadaptó, como dejo dicho, a la tradi-ción cristiana, y ahora es la Virgenquien bendice a flor d'auga fria, quetiene. «según la creencia popular, lavirtud de hacer que se case dentro deun año la primera doncella que larecoge en la mañana de San Juan».Así como en la versión de Valladaresse introduce a Jesús hablando con suMadre, aquí se precisa quién es lajóven: la princesa Aldina, hija de unrey de Galicia.

El título del romance se inserta enel Cuestionario.

FR. GLIMERSINDO PLACERMercedario.

Poyo 20 11-1932.

Por lo cual hay que distinguir elhecho de la disolución del derecho.El hecho fué brutalmente impuestopor la violencia, el derecho puedeocurrir del modo anteriormente dichoo por el transcurso de un centenar deaños.

Tienen las religiosas de los con-ventos quemados obligación de

entrar en otros conventos

Si dependen de superioras provin-ciales y generales, tienen obligación

de ir a los conventos a que sus supe-rioras mayores las destinen.

Si son de conventos de pleno de-recho sin dependencia de otras supe-rioras mayores a las locales y sinrelación con otros conventos, pareceno tienen obligación de entrar enotros conventos en que no profesaron;pero sí de reunirse si es posible y lascircunstancias lo permiten en casadonde puedan seguir la vida de co-munidad, porque el edificio materialni da ni quita la personalidad jurídica,ni por consiguiente sus derechos yobligaciones. También la Santa Sede,si lo hace, puede obligar a las religio-sas a que se reunan aun en otro lugar.¿Qué privilegios tienen los milita-res en la ley de ayunos y absti-

nencias?Los soldados hasta sargentos in-

clusive, en activo, no están obligadosa ningún día de abstinencia ni ayuno.

Igual privilegio gozan todos losmilitares jefes y oficiales si están enguerra o expedición.

En los tiempos normales, desdealférez hasta las más altas graduacio-nes, estando en activo, están obliga-dos a la abstinencia sólo el miércolesde ceniza y todos los viernes de cua-resma y el de Semana Santa, y al ayu-no el miércoles de ceniza, todos losviernes y sábados de cuaresma ytoda la Semana Santa, el sábadosanto sólo hasta el mediodía.

Las familias de estos militares y loscriados que habitualmente comen desu mesa, participan del privilegio dela abstinencia, pero no del ayuno.

Si estos militares quieren gozar delos privilegios espirituales de la Bula,tienen que tomar la de Cruzada, y siquieren estar dispensados de la abs-tinencia el miércoles de ceniza y delayuno el lunes, martes y jueves de laSemana Santa, además de la Bula deCruzada, tienen que tomar el Sumariode abstinencia y ayuno.

IMÁN

Regresó a Poyo el P. Gumersindo Pla-cer, que durante cuatro meses estuvo su-pliendo clases en este colegio y ejercitan-do además la predicación. Su palabrafácil y cálida le conquistó grandes simpa-tías entre los fieles que se explican el inte-rés con que lo reclama el convento deorigen, donde hará un papel importante.

Vino a sustituirle de Sarria, el P. JoséSaavedra, recién ordenado que a la vezcumplirá el servicio militar. Los domingoscelebra la santa misa a sus compañerosdel Arma de Artillería, que asisten enmasa, a pesar de todo lo que se diga. Seha estrenado ya en el púlpito y muy bien.

Aumenta cada día la matrícula de nues-tro colegio donde se trabaja con entusias-mo y abnegación. Se han disipado yaaquellas leyendas necias de la magníficaindustria de la enseñanza, explotadas porlos periódicos de la izquierda. Para susti-tuir a los frailes se necesitan muchos mi-llones, dice el Sr. Ministro de Instrucción,pues un humilde maestro cobra tres vecesmás que ellos.

El culto en nuestra iglesia, lejos de de-caer, es cada día más fervoroso y lascomuniones se acercan a ciento veinte milcada año.

Prosigue en esta ciudad la organizaciónde las derechas para la lucha electoral,tomando parte muy activa en los trabajoslas señoras, fervorosas católicas, casi ensu totalidad. Dirigen el movimiento el abo-gado D. Fernando Barreiro y el tambiénabogado y presbítero D. Vicente Mayor,con el catedrático de este Instituto donEnrique Montenegro, a los que acompañanuestra simpatía, ya que otra cosa no nospermita la Constitución libérrima votadaúltimamente.

. Son muchas las personas que se pre-

1 RADIOGRAMAS

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ocupan de organizar cuanto antes la ense-ñanza diaria del Catecismo que ha de su-plir con ventaja la que se daba en lasescuelas.

SARRIA

El P. Provincial.—Cerrada la santa

visita salió para Oviedo el 26 de febrero

nuestro M. R. P. Provincial, después dehaber pasado con nosotros un mes im-

pulsando y c rientan do las múltiples obras

religiosas y sociales que esta Comunidad

tiene.Tuvimos también entre nosotros, con

motivo de venir a hacer ejercicios, alR. P. Vicente Fernández Comendador, dela nueva casa de Junquera de Ambía.

Adoración Nocturna.—Con un dona-tivo del M. R. P. Provincial, comenzóse elarreglo para darle el confort suficiente deuna sala para la Adoración nocturna a laque su nuevo Director el P. Carlos Car-nevali está comunicando nueva vida.

Juventud Católica.—También en bre-ve tendremos en esta villa organizada la

Juventud Cató'ica por el mismo P. Carlosque ha sido nombrado su director. El Co-

rresponsal.

..- ..^...,,..,-,,...,...,,,,,,,,NV,NN.,,..,,..,,N,-"..,•..,,..,V,-.......yn.."._.,J-n.,

ECl2OLOGIA 51 LIOGRAFIA.En Sarria

El 23 del pasado febrero, a la edad desetenta y nueve años, falleció en Compos-tela, a donde había ido para operarse,doña Aurelia Macía, vocal de la Junta Di-rectiva de la Venerable Orden Tercera de/a Merced desde su fundación en el año1908.

Su muerte, eco de su santa vida, fuéedificantísima, sin exhalar una queja y conencendidas jaculatorias al Señor y a suSantísima Madre, de quien fui devotísima.Fuese la mujer buena dejándonos el ejem-plo de su vida y la fundada esperanza deque tenemos en el cielo una nueva inter-cesora.

Su cadáver fui trasladado al Cemente-rio de esta villa, y en la Iglesia conventualse celebraron los funerales con enormepúblico.

Nuestro sentido pésame a sus hermanosdon Eugenio, don Amadeo y especial-mente a doña Paulina, viuda de Pérez-Batallón, que en el término de dos mesesvió bajar al sepulcro a su esposo y a ésta,su hermane.

MANUAL DE HISTORIA DE LA OR-DEN DE NUESTRA SEÑORA DE LAMERCED, POR FRAY GUILLERMOVÁZQUEZ, DE LA MISMA ORDEN,DOCTOR EN FILOSOFÍA Y LE-TPAS.-Torno I (1218-1574). Toledo,Est. Tip <Editorial Católica Toleda-na», 1931.

De verdadero acontecimiento puedecalificarse la aparición de esta Historia,tan ansiada por todos los mercedarios.Escrita según todas las exigencias de lacrítica, puede decirse que sus afirmacio-nes históricas son inconmovibles y pun-to de partida para ulteriores investiga-ciones y ampliaciones. Esperamos quehablen los especialistas en la materia.Mientras no llegan sus criticas que deantemano se pueden augurar elogiosas,felicitamos al Padre Guillermo, autori-dad ya consagrada en asuntos históri-cos, y nos congratulamos con toda la-Orden de esta su hermosa obra.

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS

Editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.

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