Teoría Del Conocimiento

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Materia: Teoría del conocimiento Autor: Sánchez Sugía Gabriel Salvador “¿QUÉ ES EL CONOCIMIENTO?” ¿Qué es el conocimiento? Sobre ésta pregunta se han dado infinidad de definiciones, dependiendo la respuesta en gran medida de la postura que se esté tomando, pues un creyente muy probablemente diría que el conocimiento es el conjunto de enunciados centrales (que más bien ellos admitirían como leyes) de su doctrina, religión, etc.; por el contrario un escéptico radical tendería más a una neutralidad hacia cualquier tipo de inclinación epistémica, alegando la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre la verdad referente a fenómenos y teorías, aunque su misma postura la consideren un conocimiento. 1 La historia, desde la antigüedad hasta nuestros días, está llena de ejemplos sobre las diversas respuestas que se han dado a la pregunta planteada. Teniendo en cuenta que las posiciones epistemológicas son tan variadas, tanto que nos perderíamos en abstracciones si no delimitamos lo que se considera como conocimiento en la esfera de la que se quiere hablar, debemos de optar por tomar postura no desde una simple inclinación ciega sino a partir de ciertas consideraciones metodológicas que deberían ser tomadas en cuenta. 1 Selección de lecturas, Teoría del conocimiento. Pedro Stepanenko, “Esbozos pirrónicos de Sexto Empírico”. Universidad Nacional Autónoma de México.

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Materia: Teoría del conocimientoAutor: Sánchez Sugía Gabriel Salvador

“¿QUÉ ES EL CONOCIMIENTO?”

¿Qué es el conocimiento? Sobre ésta pregunta se han dado infinidad de definiciones,

dependiendo la respuesta en gran medida de la postura que se esté tomando, pues un

creyente muy probablemente diría que el conocimiento es el conjunto de enunciados

centrales (que más bien ellos admitirían como leyes) de su doctrina, religión, etc.; por el

contrario un escéptico radical tendería más a una neutralidad hacia cualquier tipo de

inclinación epistémica, alegando la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre la verdad

referente a fenómenos y teorías, aunque su misma postura la consideren un

conocimiento.1La historia, desde la antigüedad hasta nuestros días, está llena de ejemplos

sobre las diversas respuestas que se han dado a la pregunta planteada. Teniendo en cuenta

que las posiciones epistemológicas son tan variadas, tanto que nos perderíamos en

abstracciones si no delimitamos lo que se considera como conocimiento en la esfera de la

que se quiere hablar, debemos de optar por tomar postura no desde una simple inclinación

ciega sino a partir de ciertas consideraciones metodológicas que deberían ser tomadas en

cuenta.

Ahora bien, de acuerdo a lo mencionado es necesario definir “conocimiento”,

tradicionalmente, en epistemología, se le define como “creencia verdadera y justificada”,

definición que ya se insinúa en el “Teeteto”,2partiré de esta tesis para intentar aclarar la

pregunta que se ha planteado. Siguiendo la anterior exposición, creencia se puede entender

de dos maneras principales; la primera está relacionada con la fe,3 la segunda se relaciona

con el saber, pues todo saber tiene como base una creencia, pero en éste caso se tiene como

algo verdadero y justificado.4 Para aclarar mejor esto veamos unos ejemplos, porque ¿cuál

es la diferencia fundamental entre creer en Dios (lo que llamamos fe) y creer en cierta

regularidad en los hechos? Se dice, creo que cada persona tiene un ángel que lo cuida, algo

que realmente nunca se ha comprobado de alguna manera; por otro lado, al decir, creo que

1 Selección de lecturas, Teoría del conocimiento. Pedro Stepanenko, “Esbozos pirrónicos de Sexto Empírico”. Universidad Nacional Autónoma de México.2 Platón. Diálogos-V, Teeteto. Editorial Gredos. Madrid, España. 1988. Pág. 296. 201d3 Luis Villoro. Creer, Saber, conocer. Siglo XXI editores. México. 2008. Pág. 15.4 Ibídem. Pág. 17.

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si me mojo enfermaré estoy enunciando algo que corresponde a un conjunto de hechos en

el mundo que se pueden corroborar mediante la experiencia, tiene un uso práctico conocer

las consecuencias de mojarse en ciertas circunstancias; mientras que la primera solo se

queda en una mera creencia, que si bien podría ser verdad que existieran los ángeles no hay

razones suficientes para asegurarlo, al igual que a la pregunta de si el universo tuvo un

principio o a la existencia del alma, pues todas estas cuestiones obligan a una metafísica de

por medio, la cual no puede ser concebida como conocimiento debido a su alejamiento de

la experiencia, por tanto se quedan en meras especulaciones o enunciados carentes de

sentido desde el punto de vista epistemológico. Así, saberes tan obvios, como es el advertir

que mojarse en la lluvia tenga como consecuencia una pulmonía, tienen una “atadura” con

la realidad,5una creencia verdadera y justificada. Es a partir de razonamientos como el

anterior que nuestras creencias tienen una referencia empírica, por más que se insista en

ciertas tesis metafísicas el valor de una proposición siempre termina inclinándose hacia lo

evidente, lo que tiene un sostén efectivo.6 Con esto no quisiera que se entienda que al

hablar de “teoría del conocimiento” solamente se hace referencia a lo “científico” sino a

todo un conjunto de saberes y conocimientos que tienen una base real manifiesta. Por lo

expuesto se debe observar que existen dos principales formas de intentar conocer el mundo

o al menos explicarlo, desde lo racional y desde lo irracional y especulativo, es de la

primera postura de la que nos ocuparemos en éste ensayo y que se aclarará más adelante.

Siguiendo lo anterior lo más sensato es adoptar un “criterio de verdad” del cual sea

posible partir e intentar clarificar el tema que nos ocupa. La necesidad de un criterio en el

conocimiento hasta los mismos pirrónicos la aceptaron: “ […] que el filósofo escéptico, en

efecto, si no quiere estar completamente inerte e inactivo en las actividades de la vida,

debe tener por necesidad algún criterio de elección y a la vez de rechazo […]”,7 es cierto

que de acuerdo a su pensamiento este criterio solo sería tomado en “las actividades de la

vida”, pero esto mismo se lleva a lo teorético, pues, ¿cómo podríamos pensar nada y como

consecuencia actuar si no es porque en todo momento se tienen en cuenta criterios de

verdad al enfrentar lo que concebimos como realidad? Criterios que dirigen las actividades

5 Ibídem. Pág. 18.6 David Hume. Tratado de la naturaleza humana. Ediciones Orbis. Madrid, España. 1984. Pág. 353. Sobre éste punto Hume habla de manera mucho más extensa en la obra citada.7 Sexto Empírico. Contra los dogmáticos. Editorial Gredos. Madrid. 2012. Pág. 80.

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de los hombres. A partir de estos criterios el pensamiento toma alguna dirección pues de

alguna manera unifica el pensamiento, es más, se podría asegurar que todo criterio tuvo

necesariamente que surgir a partir de la experiencia en el mundo, por ende al hablar de un

criterio de verdad aplicado a lo teórico hay necesariamente una involucración de la

experiencia en el mundo. Algunos pensadores como Gorgias llegaron a afirmar la

imposibilidad del conocimiento, de la verdad y por consiguiente de algún criterio,8 esto es

insostenible debido a que cualquiera se percata de que el desarrollo de la civilización ha

seguido su marcha.9 Si las afirmaciones de Gorgias fueran correctas la historia hubiera

quedado en suspensión debido a la falta de un criterio de verdad, por el cual, los hombres se

han relacionado con el mundo. Es fácil abrir un libro para observar que los seres humanos

han podido tener contacto con el mundo y a la vez comunicar el conocimiento sobre éste a

sus semejantes, es más Gorgias mismo se refuta si observamos que sus argumentos parten

de una proposición contradictoria, por la cual afirma que nada existe, lo cual tiene como

consecuencia que su misma aseveración se nulifique. La anterior cita de Gorgias demuestra

la separación que se puede hacer entre realidad y pensamiento, pues éste último al hacer

uso de la razón pura, como más adelante advertirá Kant, se puede perder en nociones que se

salen irremediablemente de lo que concebimos como realidad empírica, en donde la tesis de

Gorgias lo ejemplifica.

Por consiguiente es necesario un criterio de verdad para tratar de allanar el camino

hacia el conocimiento y evitar el nihilismo epistemológico que acarrea el negar la

existencia de alguno, en este caso es la razón en relación con las percepciones el criterio de

verdad con cual se argumentara a continuación. Esta tesis es similar a lo que se plantea en

el “Teeteto” donde se dice lo siguiente: “[…] que ninguna cosa tiene un ser único en sí

misma y por sí misma, sino que siempre llega a ser para alguien.”10 Con esto quiero

subrayar la necesidad de un sujeto y un objeto si de lo que se quiere hablar es de

conocimiento, que en estos momentos supongamos en alguna parte del universo ciertos

“fenómenos” no quiere decir que estos se puedan considerar como “siendo” si no hay un

8 Estos son sus tres argumentos principales: Que nada existe, aunque existirá sería incognoscible, y que aunque esto fuera cognoscible sería incomunicable.9 Entiéndase que este avance no debería de ser necesariamente lineal y en progresión hacia un fin último

10 Platón. Diálogos-V, Teeteto. Editorial Gredos. Madrid, España. 1988. Pág. 205. 157a.

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espectador o ser dotado de percepción y algo de entendimiento que los capte.11 Es posible

que exista una realidad en sí independientemente de un sujeto que la aprehenda, pero si lo

que nos interesa es el conocimiento y cómo surge debemos suponer esta interacción

(sujeto-objeto) como necesaria. Ahora intentare explicar por qué mencione anteriormente la

razón como una parte de lo que considero un criterio de verdad. En primer lugar a la razón

la suponemos común a todos los hombres, muchas críticas se han hecho hacia ella por su

instrumentalización o subordinación hacia lo que llaman instintos, esto es algo que no se va

a discutir, más el problema surge cuando se pone a ésta como un peligro del que los

hombres se deberían alejar, la distinción entre el animal hombre y los demás es que

suponemos en el concepto del primero una “superioridad” en el intelecto, en el

razonamiento, que lo ha colocado en la cúspide de las especies en la tierra. Esto ciertamente

recuerda el fragmento de Heráclito: “Debemos seguir lo común; sin embargo, a pesar de

que la razón es lo común, los más viven como si fueran poseedores de sabiduría propia.”12

Por consiguiente aunque esto aparenta ser un llamamiento a los menos tiene pretensiones

universales, si bien al parecer históricamente han sido pocos los que contribuyeron y

contribuirán en el avance del conocimiento. Esto no es con un afán de indicar que la razón

es el instrumento de la elite, sino que se corrobora en los hechos que la gran mayoría de los

hombres sea por causas externas como lo es el restringido acceso a la instrucción, sea por

su propia constitución caen en lo que Leibniz llego a señalar como el sofisma de

la“[…]razón perezosa, porque conduce a no hacer nada, o al menos a no ocuparse de

nada, y a no seguir más que la inclinación a los placeres presentes[…]”.13 Ahora, en

segundo lugar están las percepciones que son lo más inmediato al intelecto, algo que desde 11 Si se me permite, hare una pequeña división entre entendimiento y razón, considerando al primero como presente en la mayoría de los seres vivos con cierto grado de desarrollo y que tienen la posibilidad de interactuar con su entorno, con lo que parece en un intento de semejanza, haciendo un uso de ciertas categorías como la causalidad con fines bien delimitados como son la supervivencia en cierto entorno. Ahora, a la razón la considerare como un estado más avanzado del entendimiento, pero que de cierta forma se aleja a lo que parece su objetivo “evolutivo” centrándose ciertamente en temas puramente cognoscitivos sin muchas veces un fin concreto. Kant en la “Crítica de la razón pura” hace una distinción entre entendimiento y razón, donde es esta última la que tiene la característica de perderse en nociones que se alejan de la experiencia, nociones que a mi consideración es la diferencia más remarcable entre un ser humano y la mayoría de los demás seres, siendo estas posiblemente el origen de los intentos de conocer el mundo desde la antigüedad con la teología, pasando por la metafísica, hasta algo aparentemente tan riguroso como es la ciencia.

12 Heráclito. Fragmentos. Folio. Barcelona. 2007. Pág. 2613 G. W. Leibniz. Obras filosóficas y científicas, Ensayos de teodicea. Editorial Comares. Granada. 2012. Pág. 11-12.

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la antigüedad se ha preguntado es si las primeras nos pueden ofrecer un saber cierto o si es

más bien la razón la productora del verdadero conocimiento. A grandes rasgos este

problema entre racionalistas y empiristas surgido desde los griegos y continuado en la

época moderna pareció resolverse con el criticismo de Kant donde en una famosa cita reúne

la idea principal de su sistema: “Pensamientos sin contenido son vacíos, intuiciones sin

conceptos son ciegas”,14 con esto queda claro que siempre debe haber una conjunción entre

un sujeto y el objeto que aquel aprehende para que surja lo que llamamos conocimiento. La

materia del pensamiento se toma desde el exterior, mientras que la forma es algo que da el

sujeto desde su constitución racional-reflexiva, pues en este caso estamos hablando del

hombre. Como hemos visto el criterio de verdad es necesario si hay un objetivo

epistemológico, el anterior es aquel mediante el cual algo es reconocido como verdadero

dentro de cierta esfera de conocimiento, entendido este último como algo perfectible más

no absoluto.

Por lo dicho hasta el momento entendemos que “saber” tiene una relación estrecha con

el conocimiento empírico, hasta verdades matemáticas que algunos racionalistas toman

como eternas o universales tienen necesariamente un uso en la experiencia,15 o de otra

manera ¿podríamos asegurar que las matemáticas tendrían algún valor si no existiera

ningún ser humano? Para aceptar eso necesitaríamos admitir que el cosmos está hecho

matemáticamente y que el 2+2=4 existía antes de que se creara el universo, esta postura cae

en un conflicto si se miran otros ángulos del problema. Desde otra perspectiva podríamos

solo concebir que concluimos que el cosmos está hecho matemáticamente porque es la

única manera en que los hombres lo pueden entender, más no la única forma en que algún

ser pensante podría, recuérdese a Protágoras: “ ‘el hombre es medida de todas las cosas,

tanto del ser de las que son, como del no ser de las que no son’ “.16 De esta forma las

14 Immanuel Kant. Crítica de la razón pura. Fondo de cultura económica, UNAM, UAM. México. 2011. (A51) pág. 100.15 Experiencia se puede prestar a diversas interpretaciones, pues como ejemplo podríamos hablar de experiencia subjetiva, o por otra parte de la experiencia científica, que intenta dejar a un lado la individualidad por estar sometida a cierto método, por no hablar de otras formas, como la experiencia del común de los hombres al interactuar con su entorno y que se transforma en saber práctico.16 Platón. Diálogos-V, Teeteto. Editorial Gredos. Madrid, España. 1988. Pág. 193, 157a. El significado de la famosa frase de Protágoras tiende a interpretarse de dos principales formas; en la primera sostendríamos que cada hombre como individuo sostiene la verdad en cuanto al ser, con esto claramente se cae en un relativismo radical; la segunda forma tendería a verse como una especie de antropocentrismo, si bien esta postura es criticable es la más sensata de las dos, si observamos que nuestro horizonte de conocimiento

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matemáticas solo serían condiciones de posibilidad del conocer en el hombre (entendido

como especie) más no podríamos argumentar que es la única en la línea de todos los seres

posibles. Nos encontramos con objetos mentales que vistos desde una perspectiva

racionalista toman un carácter eterno, pues las relaciones de ideas que implican auto-

evidencia como en la matemática pura, contrario a las cuestiones de hecho, nos tientan a

creer que estamos ante verdades perennes que son independientes de la experiencia. El

valor del álgebra y la aritmética proviene de lo efectivo y necesario que es tener tal sistema

como uno de los principales pilares para el entendimiento del mundo.

Aceptando que la experiencia es necesaria para que surja un conocimiento verdadero

tenemos que definir que se está entendiendo por experiencia, de acuerdo a lo que se ha

dicho podríamos comenzar definiéndola como sigue: “confirmación de los juicios sobre la

realidad por medio de una verificación, por lo usual sensible, de esta realidad”.17 Ahora el

significado de “realidad” se dividiría en tres principales posiciones distintas, primero si

entendemos que la realidad tiene un fundamento externo tendremos que aceptar que las

cosas existen independientemente si se encuentra un observador que pueda aprehender los

objetos, las cosas seguirían su rumbo aunque hoy desaparecieran todos los seres dotados de

percepción; en segundo lugar si fundamentamos la realidad en la subjetividad, eso no

ocurriría así, pues la realidad desde esta visión es una construcción perceptiva que aunque

podría depender de alguna realidad exterior esta última no subsistiría sin un observador,

pues el sujeto juega el papel principal en este plano; por último tenemos lo que se podría

concebir como una combinación de las dos anteriores algo que se asemeja a la “filosofía

trascendental” de Kant donde a partir de las condiciones de posibilidad del sujeto se

construye la realidad con lo dado en el exterior. Lo cierto es que existe la realidad, negarla

es una contradicción manifiesta, sea que ésta dependa del ámbito subjetivo (donde teorías

como la de cerebros en cubetas y la Matrix tienen cabida), de lo dado en el exterior, o por

último, pueda ser una conjunción de estas dos. Recordando a Hume “[…] que en realidad

nada hay presente a la mente sino las propias percepciones de ésta […]”,18tendríamos una

base desde la cual concebir la realidad o al menos el material con el que la concebimos,

difícilmente saldrá de ciertas condiciones de posibilidad que inevitablemente dirigen al antropocentrismo. Este último término no necesariamente debería entenderse en forma peyorativa, pues de esta manera se abren posibilidades epistemológicas perdidas en el relativismo de la primera interpretación.17 José Ferrater Mora. Diccionario de filosofía. Editorial sudamericana. Buenos Aires. Pág. 618.18 David Hume. Tratado de la naturaleza humana. Ediciones Orbis. Madrid, España. 1984. Pág. 332.

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pues nada hay más inmediato a la mente que aquellas, indistintamente de si existen las

cosas tal y como las percibimos o no. Esto pareciera estar en contradicción con lo dicho

antes sobre la experiencia, pero solo es en apariencia pues nada impide que nuestros juicios

se puedan corroborar en el mundo aunque se siga creyendo que es solo una ilusión que

algún diablo nos ha impuesto a los sentidos, la relación sujeto-objeto no se rompe, las

ciencias exactas como la Física demuestran esto al seguir teniendo éxito donde doctrinas

con principios falsos fracasan. Llamemos realidad al resultado de la interacción entre un

sujeto-activo y las percepciones, que son producto de lo dado en el exterior y cierta

estructura interna del individuo, esto no quiere decir que las percepciones se les deba de

concebir como algo meramente subjetivo, pues volviendo a algo dicho más arriba, si las

distintas ciencias y demás saberes han progresado se debe a que la objetividad juega un

papel importante en el conocimiento del mundo.

¿Por qué esta inclinación de concebir el conocimiento de una manera sujeto-objeto?

Como respuesta tengo que hacer notable la inutilidad del “conocimiento”, del cual, una

hipotética mente no hiciera el más mínimo uso activo, sea reflexivo o práctico. A eso

tenemos que agregar que el conocimiento es dinámico pues hay una aprehensión (actividad)

hacia la realidad. Como ejemplo pongamos lo siguiente: en cualquier disciplina aunque se

esté discutiendo muchas veces de conceptos abstractos estos tienen un uso directo o

indirecto en la experiencia, un ejemplo son los valores que aunque es imposible encontrar

un objeto concreto que se adecue a él, si podríamos señalar la situación en que se haga uso

de aquel, es decir concebimos una situación en la que un sujeto aprehende un objeto

(abstracto en este caso).19Y como se mencionó más arriba las matemáticas mismas

funcionan por tener un uso práctico, una aplicación que no se queda en las meras

abstracciones de la matemática pura sino que estos conceptos se aplican en el mundo. Así,

según la concepción anteriormente planteada todo conocimiento necesariamente debe

surgir de una interacción entre un sujeto y un objeto.

II

19 Claro si quisiéramos hablar de universalidad en ciertos valores se tendrían que aplicar distintos criterios y por tanto abordar el tema de la justificación, pero en este caso podemos suponer cualquier definición que se le haya asignado a cierto concepto, justicia por ejemplo, en una sociedad determinada para señalar como se hace un uso de éste en lo práctico.

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En este punto, donde se ha adoptado una inclinación epistemológica en que lo empírico

tiene un papel fundamental, se origina una cuestión bastante difícil de responder, ¿Qué

sucede con los estados mentales? Pues estos últimos se quedan en datos privados que

aparentemente son imposibles de descifrar por medio de las acciones de los otros, nos

veríamos obligados a aceptar junto con los conductistas que tales estados pueden estudiarse

y por tanto llegar a un conocimiento verdadero de aquellos desde la pura observación.

Ciertamente cada individuo tiene una relación sujeto-objeto para con sus mismas ideas,

sensaciones y hasta cierto punto para con su mismo “Yo” más estas no se pueden transmitir

inmediatamente a los otros, tenemos un lenguaje en común con el cual nos comunicamos

pero difícilmente dos personas tendrán un concepto exactamente idéntico de una misma

palabra, solo hay semejanza, pues este conocimiento incluye las experiencias individuales

de cada persona. Estados como el de las alucinaciones demuestran lo difícil que es esto,

pues las proposiciones que un sujeto haga en un estado así solo serán válidas para él

mismo, en este caso el lenguaje se invalida si lo que distingue a éste es su carácter

comunitario. En el caso de los datos privados ciertamente que hay algo imposible de

transmitir inmediatamente, alguien puede mencionar que le duele el estómago pero esta

proposición solo tiene valor si la comparo con mis propios datos privados (mis experiencias

con un dolor de estómago), además podría ser que la persona que lo dice este mintiendo en

cuanto a sus sensaciones.

La posición anterior, nos mete en una encrucijada, un subjetivismo radical del que

difícilmente se puede salir, por tanto debemos de mirar en otras direcciones e intentar

dilucidar este punto desde aquellas. Como se mencionó anteriormente “la razón” es común

a todos, y ésta junto con la experiencia en el mundo es la que nos debería guiar en la

perfección del conocimiento. Es a partir de nuestra experiencia con el mundo como

aceptamos cierto conjunto de creencias que fungen como criterios para aceptar algo como

verdadero. Esto nos lleva a la posición de la creencia como una disposición a actuar y no

como un mero estado mental,20de esta manera el creer no sería un estado independiente del

mundo que nos rodea, creemos porque actuamos y actuamos porque creemos, el término

creencia dejaría de ser un objeto puramente intelectual como lo conciben los racionalistas.

Ahora bien, con lo anterior me refiero a las creencias verdaderas y justificadas, las cuales

20 Luis Villoro. Creer, Saber, conocer. Siglo XXI editores. México. 2008. Pág. 31.

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serían aquellas que se corroboran y son útiles en el mundo que nos rodea. Es de esta manera

como concebimos la verdad, como un conjunto de creencias verdaderas y justificadas, con

esto no entiendo a la verdad como algo absoluto y estático que se pueda alcanzar sino como

algo mutable que está cambiando todo el tiempo, como ejemplo podemos ver los

paradigmas científicos que han cambiado a lo largo de los siglos modificando no solo una

parte de lo que concebimos como realidad sino la totalidad, pues la verdad como se viene

explicando es un conjunto de proposiciones que se encuentran entrelazados de tal modo que

el cambio de alguna trae como consecuencia una transformación que afecta al todo.

Regresando al tema que nos ocupa, la verdad o más bien nuestro conjunto de verdades

estarían en potencia para ser usadas, esto es lo mismo que William James expone de la

siguiente manera: “[…] es evidente la ventaja de poseer una reserva general de verdades

extra, de ideas que serán verdaderas en situaciones meramente posibles. […]”.21De

acuerdo a esto tendemos a actuar con la creencia de que ciertas proposiciones son

verdaderas (como si “p” fuese verdadera).22 Una postura así sigue teniendo varios puntos

objetables, pero es realmente útil el pensar de tal manera, cualquiera que reflexione sobre

esto aceptara que todo el tiempo la proposición “como si ‘p’ fuese cierta” resuena como un

imperativo. En cuanto al problema de los datos privados y la justificación (razones

suficientes) para aceptar tales verdades, disciplinas como la psicología, las ciencias

cognitivas, la física y demás ciencias empíricas en conjunción con las meditaciones que

tradicionalmente se hacen en las humanidades tal vez tendrán en un futuro una respuesta

exacta para este problema, pues un problema de tal magnitud no puede ser resuelto con un

simple experimento de laboratorio o con un original pensamiento que surge de las

abstracciones que tengo junto a la chimenea.

Ahora de acuerdo a todo lo expuesto, tengo que hacer nuevamente la pregunta ¿Qué es

el conocimiento? Si bien se ha defendido una postura en donde se exalta el uso de la razón

y las ciencias empíricas, esto no quiere decir que se haya hecho tal demarcación con un

propósito autoritario y de querer señalar aquella como una verdad infalible, sino más bien

como la más adecuada a lo real, pues lo que se discute es un saber que se apega a lo

racional y lo “útil”. Como se mencionó al inicio, por conocimiento podemos entender un

21 William James. La concepción de la verdad según el pragmatismo. Aguilar. Argentina. 1975. Pág. 28.22 Luis Villoro. Creer, Saber, Conocer. Siglo XXI editores. México. 2008. Pág. 17

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sinnúmero de saberes. Como un caso, observemos lo siguiente: la religión y la filosofía

pese a que no tienen los mismos límites epistemológicos funcionan de manera semejante,

pues son un conjunto de creencias que se toman como verdaderas, la diferencia principal es

su actitud hacia lo que se nos presenta como verdad, pues mientras que la primera tiende al

dogmatismo, la segunda es más bien crítica al fundamentar sus principios. En este ensayo

se bosquejó una postura epistemológica dentro de la tradición filosófica en occidente con el

propósito de esclarecer lo que es el conocimiento. A todo esto, si bien hay límites

cognoscitivos en la tradición misma, queda la experiencia como evidencia del contacto con

lo real. Con eso quiero señalar la gran equivocación en que se cae cuando la tentación de

perderse en un mar de abstracciones triunfa por sobre la evidencia de lo ordinario, en

conexión con lo anterior hay una cita de Hume que señala lo precedente: “Se filósofo, pero

en medio de toda tu filosofía continúa siendo un hombre.”.23

23 David Hume. Investigación sobre el conocimiento humano. “OPERA MUNDI”. Biblioteca universal del círculo de lectores. España. 1995. Pág. 42.