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._, . i. 1 · ... _' • I I , .. s ·J· " 'l -- $ ESPECTROS DRAMA FAMILIAR EN TRES ACTOS (x88t) NOTA PRELIMINAR A-pareci6 en volumen este drama por - primera vez el 12 de diciembre de 1881, en· Copenhogue, y a consecuencia de la polvareda de escandalo que levant6 al punta la criiica, fue. rraducido .desde lue- go a todos .los "idiomas. · No se llev6, en cambia, ·a la escena hasta unos dos anos despues. Pm: lo pronta hubo un estreno -a titulo de en- sayo en la pequeiia ciudad SJ.leca de H el- singborg, el 22 de agosto ile 1_883; el 9 de septiembre siguienteJ .se est1'enaba de un modo aficial en el T eatro Real, de Estocolmo, y a continuacion Jo difundie:- ron . par toda Bscand{navia, en diversas tci1,1rnees; las compaiiias de Lindberg, de Olaus Olsen y otras, · alcanzando gran cant(dad de representaciones; en el tro Noruego, de Cristiania, se estren6 el 17 · de octubre .del mismo aiio, y el 20 de marzo de 1890,. lo montaba el Teatro Central, de esta capital, asi como par el 1900 figuraba en el Teatro Nacional, que Jo repiti6 el 1925 en solemne repo- sici6n; el Teatro Noruego, de Bergen, lo di6 a conocer al pUblico en lengua ver- micula el 2 de diciembre de 1890, y el ana 1903, se ponia en el Teatro Real, de Copenhague. Alem.ania, antes de levan- tarse la prohibici6n, Jo represent6 de cuando en cuando a taquilla cerrada, en alguna ocasi6n con asistencia de Ibsen, y despues menudedron las representaciones en diversos teatros; Inglaterra, que no revoc6 el veto, lo ha conocido solo por sesiones privadas; aderruis, se ha divul- gado en Austria, Suiza, Italia, Francia, Rusia, Espana, Rolanda, Armenia, China y ambas Americas, interpreui:ndolo acto- res tan famosos como Zacconi, Novelli,. Antqine y Tallavi. Se han hecho no pocas parodias de esta obra, que provoc6 primero violentas censuras, y tras de Ia primera marejada critica y de las ccmtzroversias subsiguien- tes, se ha estudiado y analizado con mas serenidad en inconi_ables revistas y vo- ·zumenes del mund '\ entero.

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ESPECTROS DRAMA FAMILIAR EN TRES ACTOS

(x88t)

NOTA PRELIMINAR

A-pareci6 en volumen este drama por - primera vez el 12 de diciembre de 1881,

en· Copenhogue, y a consecuencia de la polvareda de escandalo que levant6 al punta la criiica, fue . rraducido .desde lue-go a todos .los "idiomas. ·

No se llev6, en cambia, ·a la escena hasta unos dos anos despues. Pm: lo pronta hubo un estreno -a titulo de en­sayo en la pequeiia ciudad SJ.leca de H el­singborg, el 22 de agosto ile 1_883; el 9 de septiembre siguienteJ .se est1'enaba de un modo aficial en el T eatro Real, de Estocolmo, y a continuacion Jo difundie:­ron . par toda Bscand{navia, en diversas tci1,1rnees; las compaiiias de Lindberg, de Olaus Olsen y otras, · alcanzando gran cant(dad de representaciones; en el Te~ tro Noruego, de Cristiania, se estren6 el 17 ·de octubre .del mismo aiio, y el 20 de marzo de 1890, . lo montaba el Teatro Central, de esta capital, asi como par el 1900 figuraba en el Teatro Nacional, que Jo repiti6 el 1925 en solemne repo-

sici6n; el Teatro Noruego, de Bergen, lo di6 a conocer al pUblico en lengua ver­micula el 2 de diciembre de 1890, y el ana 1903, se ponia en el Teatro Real, de Copenhague. Alem.ania, antes de levan­tarse la prohibici6n, Jo represent6 de cuando en cuando a taquilla cerrada, en alguna ocasi6n con asistencia de Ibsen, y despues menudedron las representaciones en diversos teatros; Inglaterra, que no revoc6 el veto, lo ha conocido solo por sesiones privadas; aderruis, se ha divul­gado en Austria, Suiza, Italia, Francia, Rusia, Espana, Rolanda, Armenia, China y ambas Americas, interpreui:ndolo acto­res tan famosos como Zacconi, Novelli, . Antqine y Tallavi.

Se han hecho no pocas parodias de esta obra, que provoc6 primero violentas censuras, y tras de Ia primera marejada critica y de las ccmtzroversias subsiguien­tes, se ha estudiado y analizado con mas serenidad en inconi_ables revistas y vo­·zumenes del mund'\ entero.

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1304 HENRIK ffiSEN.-TEATRO COMPLETO

PERSONAJES

ELENA. AI.VING, . viuda del capi~n I El PASTOR MAND_BRS. A•lvmg, gentilhombre de ca- ENGSTRAND, carpmtero. · mara. REGINA ENGSTRAND, doncella de

0SWALDO ALVING, SU bijo, pintor. Ia senora Alving.

La acci6n se desarrolla en Ia casa de campo de "Ia seflora Alving, a orillas de un gran fjord, en el oeste de Noruega.

ACTO PRiMERO

ENGSTRAND. Sala espaciosa con tJistas a un jardin. A Ia izquierda, una puerta, )I otras dos a Ia de­recha. En m edio de Ia habitacion, mesa re­donda con sillas alrededor. Sobre Ia mesa, libros, ret~isras )I diarios. Mds cerca, en el lateral izquierdo, una .._tJentana, )I al !ado de Ia misma, un sofa con un costurero delame. El salon comunica al foro con un , int~erna­dero encristalado. A Ia derecha del intJerna­dero, puerta que conduce al jardin. A tratJes de los cristales se diflisa el paisaje sombrio

cDurmiendo a estas horas, en pleno dia?

del fjor~, tJelado por una llutJia continua . .

El carpintero ENGSTRAND permanec~ junto a Ia puerta que da al jardin. Tiene Ia pier­na izquierda algo corta, por )() cual lleva una gruesa suela de madera cl)mo suplemento de la bota. · REGINA, con una regadera vacia en

Ia mano, le 'impide la entrada. ·

REGINA. cY que te importa eso?

.ENGSTRAND. Anoche fui de parranda . ..

REGINA. Lo creo sin esfuerzo.

ENGSTRAND. r

·v

somos de-REGINA (En voz baja.)

·.:Que quieres? ·jNo pa!!es! rreando!

Hija mia... los hombres . , biles .. :

jEstas cho-

. ENGSTRAND. Es la lluvia de~ Seiior, hija mia ..

REGINA. Querras decir de~ diablo.

ENGSTRAND. i Jesus, que manera de hablar, Re­

gina! (Da algunos pasos cojeando.) Lo que queria decir •..

REGINA. jNo hagas

hombre! El arriba.

tanto ruido con ese pie, sefiorito esta durmiendo

REGINA. Asi parece.

ENGSTRAND. ... y como sabes, no faltan tentacio­

nes. en este. mundo. Pero, a pesar de todo, esta ina.fiana a las cinco y media estaba trabajando ya.

REGINA. Bueno, bueno; · a vev si te

de- una vez. Np · qui~ro seguir rendez-vous (1) contigo . .

march as aqui de

(1) gina!.

Cita, entrevista: En frances en el ori-

..... }>

\.

t I

I I.

'

ESPECTROS.-ACTO i 1305

ENGSTRAND. I REGINA. (Mirandole con fijeza.) ·.:C6mo? .:De que no quieres seguir ,:Que nueva supercberia vas a ha-

conmigo? · c;er tragar al pastor Manders?

REGINA. No quiero qu~ te encuentren aqui

de charla. jVamos, marchate!

ENGSTRAND.-(Avanzando· dos pasos.) Pues no pienso marcharme basta ha­

berte hab)ado. Esta tarde acabo de tra­bajar en la escuela, y esta misma noche tomo el vapor y nie Vlielvo a .la ciudad.

REGINA. (Entre dientes.) i Buen viaje!

ENGSTRAND.

ENGSTRAND. jCalla! ,:Estas ~oca? c:Engaiiar yo al

pastor Manders? i Por Dios ! i ~ un hombre tan bueno l . :. En fin, a lo . que ibamos ... Ya te he dicho que esta noche me vue~vo · a casa.

REGINA. Cuanto antes lo hagas, mejor.

ENGSTiwm. Si; pero deseo llevarte conmigo, Re­

gina.

Gracias, hija mia. Maiiana va a ser REGINA. (Estupefacta.) la inauguraci6n del orfanato y es de es- · (Llevarme •.. ? .:Que estas diciendo? perar que haya comilona · y se em pine el · · ~o, < eh? Pues bien: me propongo que ENGSTRAND. nadie diga que Jacobo Engstrand no Estoy diciendo que vengas a casa con-sabe · mantenei:se a pane cuando ,surge la migo. tentaci6n. ·

REGINA. jBah! ·

ENGSTRAND. . Porque vendra ·manana mucha gente

eh!gante. Tambien se aguarda " a! pastor ~~ders; llegarli de la ciudad.

REG·IN~ . Llega hoy,

ENGSTRAND. Ya lo ves. j Que demonio ! no quiero

que tenga nada que decir de .mi, .:com-prendes?. ·

REGINA. i Ya ! Esta ·bien.

ENGSTRAND. Pero . ..

R:EGINA. (Desdefiosa.) Jamas en la .vida conseguiras tener­

me contigo en casa.

ENGSTRAND . Eso, ya lo veremos.

REGINA. .:Que te has creido? (.Yo, que me he

educado en casa de la viuda del gentil­hombre Alving; yo, que estoy conside­rada aqui · casi como una hija, irme a vi­vir contigo, a una casa como la tuya? j Quita, hombre I

ENGSTRAND. · . < C6mo se entiende? G Vas a desobede­

cer a tu .padre?

REGINA. (Munnurandc, sin ~rarle.) Ba&tantes veces. me has di~ho que no

hay nada de comlln .entre -nosotros ..

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:1 YV }J0..1c;l UUJU"-jlo'"' ,....,-.~ .., ..,._......, .. ...,..,.... -.... -- -

estaba con remilgos. (Remedandola.) y, sueltame, Engstrand l (2). i No te ques! Acuerdate de que he servido

afios en casa de un gentilhombre, senor Alving de Rosenvold" (3).

os mio! No podia olvidar ni ·un solo nento que el capitan fue nombrado tilhombre cuando ella estaba sirvien~ en la casa.

HNA. Pobre madre! Conseguiste martiri­a lo bastante para quitarle la vida.

iSTRAND. Claro, c),aro I Por lo vista, yo ten-

(Que va a nacer un paare l.vu ~u Lllll'-"

hija? (No soy viudo... solo ... y aban­donado?

REGINA. i Dejate ya de tonterias!

quieres llevarme contigo?

I

(Por que

ENGSTRAND. Pues mira : he pensado dedicarme a

algo nuevo ...

REGINA. (Rezongando.) i Si, si! No es la primera vez que

lo piensas ; pero · ya conocemos el re­sultado.

~a culpa de todo. -- I ENGSTRAND. '?ruuFrase de repulsi6n. En frances en el Esta vez 1u lo veras, Regina. .. i El :) En Noruega es muy frecuente entre I diablo me lleve si. :.! clase humilde que Ia mujer Uame a su >SO por e1 apell.ido. I (1) Pie de carnero. En frances en el ori-1) Rosenvold, nombre de Ia linea. gina!.

l

ENGSTRAND. .r

Vamos, una posada de lujo, (com­prendes? Nada de esos tabucos indecen­tes para marineros, ·sino '\lila especie de albergue para cap~ta11es y oficiales ... gente de ~:ategoria, (te enteras?

REGINA. ~y ptetendes .que yo.' .. ?

ENGSTRAND.

Eso es ; tu me ayudaras. Es decir, s6lo en apariencia, como. supondras. No vas a trabajar sin descanso, sino lo qqe te de Ia gana.

REGINA. Me lo figuro.

ha~ 'ili~r;~d~?r -- ·- .

ENGSTRAND. En total, llegara quiza a unas.. . se­

tecientas u ochocientas coronas.

REGINA. No esta del todo mal.

ENGSTRAND. Lo suficiente para empezar, hija mia.

REGINA. (Y no piensas darme nada de ese di­

nero?

ENGSTRAND. i Que he de pensar! Eso si que no.

ENGSTRAND. I REGINA. Porque no cabe Ia menor duda de que (Ni siquiera vas a enviarme un cor-

en el establecimiento hace falta una mu- te de vestido?

J .

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Urt:, JiU J.V UUU.\o.O)• lvc.u. _..,. -"'1-.r --.r - · - -

(Empujandole lwcia 1!1 puer_ta que da al jardin.). Y no ' des portazos, pues el seiiorito ...

ENGSTRAND. · Esta du,rmiendo. Mucho te pre<X:upas

del seiiorito... (Bajando la voz.) PeJ:O, ahora caigo, pue,de que el. 0 0 •

REGINA. · i Sal de aqui en seguida I ,:Estis bo­

rracho, hombre? ['Cui dado I por ahi no, que viene el pastor Manders. Anda. vete por Ja puerta de la cocina . .

ENGSTRAND. (Pasando a 1.(: d'erecha.) Si, si; ya me voy. Pero no dejes de

hablar con quien viene. El sabra !ie­cirte lo que debe una hija a su padre. Porque, a pesar de todo, soy . tJ.1 pa­dre, (entiendes? Se puede comprobar en Jos ll.bros de la parroquia. (Vase por la segunda puerta de 1!1 derecha, que REGINA ha abierto y vuelve a cerrar. Esta se mira, presurosa, al espefo, aba­~candose con el pafiuelo ·y ajastando · el

..................... ~ .. -. REGINA. (Siguieridole.) · Pues para los tampesinos es una ben­diciqn, seiior pastor.

. PASTOR . MANDERS. ·

Tiene usted raz6n.-. Los que vivimos en la ciudad no' nos a:cordamos de' eso. (EmPieza a quitarse ~~ abrigo.)

C~.IJ

REG IN Si, .

qqe t Ha v es dec po. c as£ qu bajo.

REGINA'. PASTO Permitame ... . i Aiaja! , i I:J:ios mio, que i Ct

mojado viene! Voy a colgar,lo. (Sale con las pTenclas par la REGI!\

segunda 'werta · de la derecha. El pastor . d'eja el saco .;de . 'l!iafe y el sombrero encima . de una silla. Vuelve REGINA.) . · '

PASTOR MANDERS. · i Ah'! da gozo estar bajo techado . ..

I! Y i:narcha todo pbr ~qui bien?

REGINA. Sf, gr~cias,_

PASTOR . M.\m>ERS. Pero habra mucho oue hacer con roo-

mes Sie1

gase ; REGir­'j-Asi! !Oi'?

PAST( ·.Gn

(Cant crecic

REGn · . lL

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1310 HENRIK IBSEN .-TEA TRO.. COMPLETO

PASTOR MANDERS. ~Engordado? ... Si... un poco ... lo su­

ficiente. (Carta pausa.)

REGINA. ~Qui ere usted que a vise a la se­

nora?

PASTOR MANDERS. Reconocido; pero no hay prisa, hi­

ja mia... Y digame, querid.a Regina, <c6mo le va a su padre?

REGINA. Le va bastante bien; gracias, seii.or

pastor.

PASTOR MANDERS. Fue a verme la ultima vez que es­

tuvo en )a ciudad.

REGINA. i Ah! (si? Siempre se pone muy con­

tento cuando puede hablar con el seii.or pastor.

PASTOR MANDERS. c: Y usted, va a verle a menudo?

REGINA. c:Yo? ... Si, en cuanto tengo un mo­

rnento para ello.

PASTOR MANDERS. Su padre, por desgracia, no es un

caracter fuerte, Regina. Necesita una rnano que le guie.

REGINA. Acaso. Es muy posible.

PASTOR MANDERS. Necesita cerca de el aJguien en quien

poder depositar su cariii.o, y que sea a la vez un consejero. El mismo i:ne lo confes6 ingenuamente la ultima vez que estuvo a verme.

REGINA. Si, a mi tambien me ha hablado de

eso; pero no se si la senora Alving que­rra prescindir de pll... sobre todo ahara que vamos a tener mas trajin con el nuevo orfanato. Por mi parte, no quisie­ra dejar a la senora Alving, que ha sido siempre tan buena conmigo.

PASTOR MANDERS. Pero (Y su deber de hija, criatura? Por

de contado, debem6s obtener el consen­tirniento de la senora Al.ving.

REGINA. Aparte de que no se si estara bien

que una muchacha de mi edad lleve Ia casa de un hombre solo .. .

PASTOR MANDERS. i COmo! Pero, querida nina, i se tra­

ta de su propio padre!

REGINA. Pues de todas maneras... Si entrara

en una casa buena y con un verda­dero senor ...

PASTOR MANDERS. i Vamos, Regina!

REGINA. ... alguno por quien pudiera sentir

apego y respeto, como si fuese hija suya.

PASTOR MANDERS. Si; pero tenga en cuenta ...

REGINA. Entonces iria de buena gana a la

ciudad. j Aqui estoy tan sola! ... Usted mismo sabe, seii.or pastor, lo que es estar solo en el mundo. Por lo demas, me atrevo a decir que soy dispuesta y trabajadora. c:No conoce usted al­guna colocaci6n asi para mi?

$ ESPECTROS.-ACTO I 1311

PASTOR MANDERS. I esas benditas juntas y comisiones de (Yo? A_ fe mia, no conozc9 ninguna. que formo parte ...

REGINA. Senor pastor, acuerdese de mi si tu­

viera noticia de alga.

PASTOR MANDERS. (Levanumdose.) _No dejare de_ hacerlo, Regina.

REGINA. Es porque si yo ...

PASTOR MANDERS. (Me hace el favor d_e avisar a la

senora?

REGINA. En seguida vendra, senor pastor. (V~

se por la izquierda.)

PASTOR MANDERS. (Va de aca para alld por la estancia. Se detiene unos ins­tances al fondo cinte la vidriera, para mirar al jardin, con las manos . arras. Luego se acerca de nuevo a la mesa, toma un libro, lee el titulo y se que­da perplejo, como extrafiado de -en­contrar alli aquella obrt! La deja, , mi­r_a otra y la deja tambien.) i Hum! el ca&o es que .. :

(La SENORA .Al:.VING entra por la puerta de la izquierda, segui­da de REGINA, que sale por la primera de la derecha_.)

SENoRA ALVING. (Estrechdndole las rna-nos.) · Buenos dias, seii.or pastor ...

PASTOR ·MANDERS. Buenos dias, senora. Aqui me tiene,

como habia prometido. ·

SENORA ALVING. · Usted, siempre tan puntual.

PASTOR MANDERS. No puede usted figurarse el trabajo

que me ha costado escaparme ... Todas

SENORA ALVING. Raz6n de mas para agradecerle que

haya venido tan temprano. Asi podre­mos concluir nuestros asuntos antes de almorzar. Pero (d6nde tiene usted su maleta?

PASTOR MANDERS. (Precipitadamente.) Mi equipaje esta en la hosteria. Me

quedo alli esta noche.

SENORA ALVING. (Disimulando una son­risa.) c:De modo que tampoco esta vez ha­

bra media de que pase Ja noche en mi casa?

PASTOR MANDERS. No, no, senora. Muy agradecido; pe­

ro prefiero quedarme alli, como de cos­tumbre. Es mas practico para volver a tomar el vapor.

SENORA ALVING. Bien; como usted guste. Aunque, fran­

camenie, entiendo que dos viejos como nosotros ...

PASTOR MANDERS. jValgame Dios, que cosas · dice us­

tedJ Claro que hoy tiene motivos pa­ra estar de buen humor. En primer Iu­gar, por Ja fiesta de_ manana, y despues, por hallarse ·oswaldo de regreso.

SENORA ALVING. Si, imaginese Ia a)egria que supone

para mi. Race mas de dos anos que: faltaba de casa. Pero me ha prometido quedarse corimigo todo el inviemo. '

PASTOR MANDERS. c:De veras? Pues ha sido un rasgo

ejemplar de su hijo, sobre todo pensan­do en lo incomparablemente atractiva que

-es para un joven la vida de Paris o de Roma.

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1312 .HENRIK IBSEN .-TEATRO COMPLETO

SENORA ALVING. Si; pero a qui esta su madre. i Ah,

bendito hijo! . j El si que · tiene para su madre buen coraz6n!

PASTOR MANDERS. Seria demasiado triste que la ausen­

cia · y sus · ocupaciones de artista hubiera adormecido tan ·naturales sentimientos.

SENORA ALVING. Bien puede qsted decir)o. Pero. con

el, no · hay cuidado. Tengo verdaderas ganas d) ver si es usted capaz de re­conocerle. lJaj.ara luego; ahora esta arri­ba descansando un poco en el sofa . .. Pero sientese, senor pastor.

PASTOR MANDERS. Entonces, · ~n? estorbo?

SENORA ALVING. Todo Jo contrario. (Se sienta junto

a lamesa.)

PASTOR MANDERS. En ese ·caso, vera usted ..... (Se dirige

a '!a silla··Jonde ha dejado el saco de via;. je, saca un legajo de papeles y se sien-: ta al orro· lado de fa mesa, haciendo. para los papeles sitio.) Ante todo tenemos .. :. (1nterritmpiendose:) pigame, senora, ~co­mo estan estos )ibros aqui?

SENORA ALVING. {Estos )ibros? Son libros que leo yo.

PASTOR MANDERS. {Lee usted ,emejantes cosas?

SENORA ALvn.m. Si, 'por cierto_.

PASTOR MANDERS. i Que curio so! ( Y c6mo es. eso?

SENORA AL'iiNG. Vera us ted : en elias creo epcontrar ·

la explicaci6n y la confirmaci6n de mu­chas .cosas que pienso yo misma·. Si, porque. 1o extraiio, pastor Manders, es que esos libros no dicen nada nuevo en realidad; no dicen sino 1o que la mayoria de )a geme pi~sa y opina; Lo que pasa es que no se dan cuenta de ella o no quieren reconocerlo.

PASTOR MANDEnS . . i Por Dios! <Cree us ted en serio' que

la II}ayoria . . . ?

SENORA ALVING . . Claro que lo creo.

P<\STOR MANDERS. Concedido; pero presumo que ·no en

este pais, o al menos, no aqui · entre noso'tros ...

SENORA ALVING. Seguramente, aqui como en todas par­

tes. . '

PASTOR MANDERS. . Pues yo debo objetar ...

SENORA ALVING. Pero, en resumidas cuentas, (que tie­

ne . usted . que oponer contra estos . Ii­bros?

PASTOR MANDERS. ( Oponet? . iEs que. cree usted que

yo me ocupo de estudiar tales engen­dros?

. ( se' siente usted mejor y mas feliz Eso significa que condena usted lo PAS'l'OR MANDERS.' I SENORA ALVING.

leyendo obras de esta clase? · que desconoce. . .

SENORA ALVU;lG. . Me hago la ilusi6n tranquila.

PASTOR MANDERS. de sentirme .mas I . • ;He leido lo, suficiente sobre estas

obras para desaprobar}as.

·I

k ESPECTROS.-ACTO 1313

SENORA ALVING. Bien; pero su opini6n personal. ..

PASTOR MANDERS. Querida senora, en la vida hay in­

finidad de ocasiones en que ha de re­mitirse uno al juicio de otras personas. En este mundo las cosas son asi, . y ;lSi

deben ser. <Ad6nde iria a parar, si no, la sociedad?

SENORA ALVING. Quiza tenga usted raz6n.

PASTOR MANDERS. No niego, como es )6gico, que las

lecturas en cuesti6n puedan resultar bas­tante atractivas. Y tampoco voy a censu­rar que desee usted conocer )as corrien­tes intelectuales que, segun dicen, se propagan entre esa sociedad... la so­ciedad que usted ha perrnitido que fre­cuen~e su hijo durante tanto · tiempo. Pero ...

SENORA ALVING. Pero <que?

PASTOR MANDERS. (B(ijando la voz.) Pero no se debe habJar de ello, se­

nora.· Si bien se mira, no hay ningtma necesidad de rendir CUI!ntas a nadie de lo que uno piensa y }ee dentro de su propia casa.

SENORA ALVING. No, i que ha de haber! Yo tainbien

sustento ese criterio.

PASTOR MANDERS. Piense, por ende, 'en las considera­

ciones que debe al orfanato que decidi6 fundar tiempo atras, cuando sus ideas sobre las cosas espirituales eran muy diferentes de las que tiene usted hoy ... seglin veo, al menos.

SENORA ALVING. Si, si; estoy conforme. Pero, es ·del

tal orfanato ...

lBSEN.--42.

PASTOR MANDERS. Jus to; del orfanato· es de }o que de­

biamos hablar .. , Asi, pues... i pruden­cia, querida senora! Y ahora, trate­mos de nuestros asuntos... (AbTe el legajo y saca algunos papeles.) ~Ve us­ted esto?

• SENORA ALVING.

(Los documentos? I

PASTOR MANDERS. Todos y en regia. Ya ca)culara las

.vueltas . que he dado para conseguirlos a tiempo. He Jenido que insistir mucho. Las autoridacfes llegan a hacerse inso­portablcs con su escrupuJosidad si hay que tomar decisiones. Pero al cabo es­tan aqui. (Hojeando el legajo.) Mire us­ted : este es el titulo de propiedad de la hacienda de Solvik, dependencia del do~ minio de Rosenvold, incluida en el re­gistro con los nuevos edificios-la es­cuela, }a casa del maestro y }a capilla-; y esta, Ja ratificad6n del lega_do y la aprobaci6n de los estatutos del estable­cimiento. (Le interesa? (Lee.) "Estatu­tos del orfanato a Ia memoria del capi­tan Alving."

SENORA ALVING. (Observando dezenida-mente el papel.) · ('Conque esto es ... ?

PASTOR MANDERS. ' He preferido el. titulo de capitan al

de gentilhombre. Capitan parece me­nos pretencioso.

SENORA ALVING. . Si, si; como us ted quiera.

PASTOR MANDERS. Y aqui tiene usted la libreta de Ia

Caja de Ahorros, con el capital e in­tereses destinados a cubrir los gastos del orfanato.

' I

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~i;~~o ··; ;;is --;;;~se~·.-· Si nui& tarde :ramos de una buena obligacion hi­:aria-tendria que ser, por supues­ma primera hipoteca de seguridad . uta-, podriamos hablar mas . des­) de la cuestion.

)RA ALVING. , si; us ted, querido pastor, en­ie mas que yo de estas cosas.

~OR MANDERS. :~ todo caso, estare a Ja mira. Pe­tambien hay otro detalle que he ·ido · preguntarle a usted muchas s.

ORA ALVING. Y que es~

TOR MANDERS. i conviene asegurar los inmuebles orfanato ·o no ...

lORA ALVING. ndudablemente, conviene asegurar-

;TOR MANDERS. !..guarde un poco, senora. Debemos :ar el asunto qm mas detencion.

~ORA ALVING. {o )o tengo asegurado todo: edifi­s, mobilia rio, cosecha, ganado ...

a~ULJ.V !o..U .t'4'"'"""""1'-4&•...,u ----- --~.,.- --

eventualidad . . .

SENORA ALVING. Eso es )o que quiero decir .

PASTOR MANDERS. Pero lSabe uste~ en que disposici6n

esta la gente de )a comarca? Usted la conoce mejor que yo,

L SENORA ALVING.

1 Hum! su disposicion: ..

PASTOR MANDERS. Hay aqui 'un gran I'nJmero de per­

sonas con opini6n autorizada que pu­dieran tomar a mal nuestra 'decision.

SENORA ALVING. c: Que considera usted como opinion

autorizada?

PASTOR MANDERS. Vamos, me refiero a las personas que

tienen una posicion independiente e in­fluyente. No podemos menos de atribuir cierta trascendencia a su punto de vista.

SENORA ALVING. Tal vez haya varias de ,esas personas

que se escandalizarian si ...

PASTOR .MANDERS. (l.o · ve usted? En la ciudad se dan

muchisimos casos de estos. Piense us­ted solo en todos )os feligreses de ini colega. No es de extraiiar que lo to­5TOR MANDERS. '

'-A""' n~tnr~ 1 ~ son sus bienes oriva- I maran como si ni usted ni yo tuvie-

pretac10nes. r esas mterprerac10nes pue­den ejercer influencia sobre la misma obra del orfanato.

SENORA ALVING. Verdad es .. .

PASTOR MANDERS. Tam poco puedo . pasar enteramente

por alto lo falsa que resultaria entonces mi situaci6n.. . me atrevere a decir que la mas penosa en que podria encontrar­me. Los circulos dirigentes de la ciuc;lad se ocupan mucho del orfanato. Porque, .al fin y al cabo; el asilo tambien se ha instituido en beneficio de ella, y es de esperaf que eso dismirruya en una pro­porcion considerable los gastos de la Beneficencia Publica. Como yo he sido su consejero y e1 encargado de la direc­cion administrauva de tal obra, temo ser e) primer blanc,o de las envidias ...

SENORA ALVING. Efectivamente, no debe usted expo­

nerse a ello.

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PASTOR MANDERS. . I SEi Sin contar los ataques que, de se- 1

guro, me dirigirian en ' ciertos peri6dicos y revistas, como... - I PA~ SENORA ALVING. .

Basta, querido pastor; sus ra~nes son I SE: de todo p1Jnto decisiv~k . (

PASTOR MANDERS. PA

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1316 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

SENORA ALVING. Lo que no comprendo es

ha aguardado u sted b asta hoy blarme de ello ...

PASTOR MANDERS.

por que para 'ha-

Varias veces h e tenido el prop6sito d e pregunu\rselo .. .

mas remedio, a causa de su pierna. L a Ultima vez que estuvo en Ia ciudad, me conmovi6 a fonda. Fue a verme, y a dar­me las gracias por haberle encontrado . trabajo aqui, a fin de que pudiera ver a Regina.

SENORA ALVING. Pues no viene a ver)a apenas.

SENORA ALVING. Ayer, sin ir m as lejos,

tuvo que no hubiera un abajo.

e n poco es- ~ P ASTOR MANDERS. incendio alia Si, habla con ella todos. )os dias;

el mismo me lo ha d.icbo.

PASTOR MANDERS. c. Que me dice?

SENORA ALVING. Por fortuna, fue algo sin importancia:

unas virutas que se h abian prendido en el taller de carpinteria.

PASTOR MANDERS. c.Donde trabaja Engstrand?

SENORA ALVING. Si. Parece que es muy imprudente con

las cerillas, y . ..

PASTOR MANDERS. i Tiene tantas casas .en l a cabeza ese

hombre, y tantas tribulaciones! A Dios gracias, a! presente s'e esfuerza por llevar una vida intachable, segU.n dicen .

SENORA ALVING. c.Si? c:Quien Jo dice?

PASTOR MANDERS.

SENORA *ALVING. Entonces, puede ser . .

PASTOR MANDERS. Se da perfecta cuenta de que le bace

falta a)guien que le contenga cuando llegue la tentaci6n. Lo que atrae de Ja­cobo E ngstrand es que, en los mementos de d eb ilidad, acude a uno para dolerse y acusarse por si de sus caidas. Re­cientemente vino a hablar conmigo ... Oiga, senora Alving: _seria una felicidad para el .que Regina volviera a su lado .. .

SENORA ALVING. (Levanttindose brusca-mente) jRegina!

PASTOR M ANDERS. . .. y no debe u s ted oponerse.

SENORA ALVING. i Como no h e de oponerme! Ade­

mas, Regina va a desempeiiar un em­plea en el orfanato.

M e lo ha asegurado el rnismo. Se­gU.n mis informes, es un buen obrero. I PASTOR MANDERS.

Tenga usted en padre .. .

cuenta que es su

SENORA ALVING. Si, cuando no bebe.

SENORA ALVING. PASTOR MANDERS. I Se muy bien que clase de padr.e ha

i Oh, que lamentable d ebilidad ! Pe- sido para ella. i No I jamas ira Regina ro afirma que con frecuencia no tiene a su )ado con mi consentimiento.

-....

'-

ESPECTROS.-ACTO 1317

P ASTOR MANDERS. (Se levanta a su vez.) Pero, querida senora, no lo tome tan

a pecho. Es muy do)oroso ver el con­cepto que ha formado usted del car­pintero. Se diria que teme usted ...

SENORA ALVING. (Calnuindose.) No importa. He recogido en mi casa

a Regina, y en mi casa se quedara. (Acechando.) i Chis ! senor pastor, ni una palabra mas de esto. (Se ilumina su semblante.) i Escuche ! Ahi viene Os­waldo . Ahora no vamos a pensar mas que en eL

(Se alrre Ia puerta de la iz­quierda, y aparece OSWALDO AL­VING con alrrigo y sombrero en mano, fumando en una gran pi­pa de espuma -de mar.)

0SWALDO. (Deteniendose a la puerta.) i Ah ! perdon. Crei que estabais en

e l despacho. (Acercandose.) Buenos dias, senor pastor.

PASTOR MANDERS. (Mirandole, pasma­do.? i Oh! es increible .. .

SENORA ALVING. {Que dice us ted a esto, senor pastor?

SENORA ALVING. Oswaldo se acuerda de cuando usted

se oponia tanto a que fuese pintor.

PASTOR MANDERS. A los · ojos del hombre hay actos

que parecen temerarios, y con todo, ~as tarde ... (Estrechando fu ertemente la ma­no de OswAt.DO.) j Vaya! sea usted bien venido. Creame, querido Oswaldo ... supongo que me permitini. llamarle asi, c.verdad? ...

OSWALDO. Pues c_c6mo iba usted a llamarme?

P ASTOR MAl-<'DERS. Bueno. Lo que pretendia decir, que­

rido Oswaldo, es... que no piense us­ted que yo condeno en redondo Ia pro­fesi6n de artista. Supongo que en ella, como en todas las demas, se puede con­servar el espiritu sin macula.

0 SWALDO. Es de esperar :

SENORA ALVING. (Radiante de alegria.) Yo se · de uno que se ha conservado

sin m acula de cuerpo y alma. No tiene usted mas que mirarle, pastor Man­ders.

0SWALDO. (PIIlSearuiose.) PAS~OR M~DERS. , I Vamos, querida madre; hablemos de

D1go ... d1go... j No! <::Es el en carne otra cosa. y hueso?

0SWALDO. Si, es en carne y hueso eL hijo pr6-

d igo, senot pastor.

PASTOR MAJ\'DERS. Pero, querido .. . arniguito ...

0SWALDO.

PASTOR M ANDERS. Si, en efecto. No se puede n egar.

Ademas, empieza usted a crearse un nombre. Los peri6dicos han hablado a menudo de usted, y en terminos muy favorables. Y eso que, si no me enga­fio, a Ultima hora se ha hecho un poco de silencio ...

0 el hijo recobrado, si us ted.

lo prefiere I OswALDO. (A proximandose a las flares.) A ultima bora no he pintado tanto.

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>o c::s. vyt:, u~au•t:, (. v<uuu~ " ... vu•"• I barla. De chico, fume una vez en eua, 1to? y ...

ORA ALVING. ·~ntr~ de media bora. Lo que es I SENO~ ALVING. . 1to po le falta, gracias a Dios. c:Tu?

TOR MANDERS. 'i afici6n al tabaco.

VALDO. ncontre la pipa de mi padre arriba mi habitaci6n, y ...

,•,· l r• ' •

TOR MANDERS. Ah! si, ya me lo explico.

lORA .Al:.VING. Que?

TOR MANDER~. :uanao yi a Oswa}do ahi a Ja puer­coh la pipa en la boca, se me antoj6 .r viendo a su padre en persona.

;.

WALDO. _H _abla -~n serio?

~ORA _.ALVING.

OswALDO. Si; a la saz6n era muy pequeiio.

Pero recuerdo que una noche subi a · la habitaci6n de rni padre, quien esta­ba inuy animado, muy gozoso .. .

SENORA ALVING: j Oh ! · no puedes recordar nada de

aquellos . aiios.

0SWALDO. Pues · lo recuerdo perfectamente. Me

cogi6, me sent6 sobre sus rodillas, y me hizo furnar en la pipa. '~Furna, mu­chacho-decia-, fuma con fuerza." y yo fume todo Jo que pude, hasta que senti qtie me estaba poniendo palido y el sudor empezaba a correrme a go­tas gordas por la frerite. Luego se ech6 a reir con todas sus ganas.

Oh, que casas tiene usted I asemeja Oswaldo es a mi.

PASTOR MANDERS. A quien I Es de lo mas singular.

iTOR MANDERS. ~i; pero ese gesto de la. boca, esos ios, me recuerdan .a Alving... sobre lo asi. .. ' con 1a pipa.

NORA ALVING. i Ni po~ asoi:no! Oswaldo tiene mas :n la boca un tanto sacerdotal.

SENORA ALVING. Sera un sueiio que habra tenido

Oswaldo.

OswALOo. No, no; estoy bien seguro de que

no. La prueba es q1,1e-,:no te acuer­das ?-entonces entraste tu y me Jle-

buenas y (niles en este mundo, a des­pecho de} poco tiempo que vivi6.

PASTOR MANDERS • Positivamente, 'ha heredado usted el

apellido de un hombre digno y traba­;ador, querido Oswa}do. Confio en que esto le servira_ de estimu}o.

0SWALDO. Debiera servirme, sL ' .

PASTOR MANDERS •. · Por }o. promo; ya . es un rasgo loable

que haya venido aqui para ce}ebrar el di~ consagrado a su memoria.

0SWALDO. _ i Que menos· puedo hacer por ri1i pa-

-dre'! ·'

SENORA ALVING. i Y · yo que voy a tenerk aqui tanto

tiempo ! . . . Ese es un rasgo mas loable tod.avia. ·

PASTOR MANDERS. Por lo _que he oido, se quedara a-qui

todo e} irivierrio.

OS WALDO. Me quedo por tiempo iqdeterrnina­

do, seiior pastor .. ,·· jAb, que gusto da estar en casa!

SENORA ALVING. (Satisfecha.) c:Verdad que si, hijo?

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ero ecomo es posible que un horn­Y una mujer,· aunque solo sea con minimo de educaci6n, puedan vi­en esa forma a los ojos de todo el ndo?

.VALDO. Que.quiere usted que hagan? Un ar­a pobre, UI).a muchacha pobre ... a casarse se necesita mucho dinero. ue quiere usted que hagan?

>TOR MANDEBS. :Que quiero que hagan? Pues se lo ~. Lo que deben hacer es apartarse . ? de otro d'esde un principia... Eso ,lo qu~ deben hacer.

WALDO. :::on frases asi no iria usted muy Js, tratandose de j6venes enarnora­; y apasionados.

NORA ALVl.NG. :-:l'o, no iria usted ~uy lejos.

STOR MANDERS. (Insistiendo.) j Y que )as autoridades lo toleren ... e permitan esa cond.ucta en publico! irigiendose a la SENORA ALVING.) (Ve :ed c6mo tenia razones para estar Jfundamente pr~<?cu~ad? ~or su hi·

una palabra indecorosa, -ni menos he sido testigo de nada que cupiera cali­ficar de depravado. No. ,:Sabe usted cw1ndo y d6nde he tropezado con la depravaci6n en ,los circulos de artis.- · tas?

PASTOR MANDERS. j No, alabado sea Dios!

0SWALDO. Pues bien: me perrnitire .decirselo.

He tropezado con ella cuando alguno de huest~os rnar~dos y padres de fami­lia modelos se _presentaban alli a · pasar u~os · dias ,libremente, y se dignaban vi­sitar a los artistas en sus tabeinas bara­tas. j Entonces si que aprendirnos lo que es bueno! Aquellos caballeros nos hablaban de sitios y de cosas que nos­<>tros no habianios ni presentido.

PASTOR MANDERS. i Como I .: !menta · u s t e d hacerme

creer que los hombres honrados de es­te pais ... ?

0SWALDO. · c:No ha ofdo usted a esos hombres

honrados de vueha ·a 'su ' casa? c:No les ha ofdo opinar sob~e )a inrnoralidad

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1322 HENRlK mSEN.-TEATRO COMPLETO

m~ ale~ro ahora. Mi hijo hablara par 011.

PASTOR MANDERS. ~ · E.~ · 'i.isted muy digna de compasi6n, ~enora. Pero voy a dirigirle palabras llenas · de gravedad. En este memento no tiene ·delante a su administrador, ni a su consejero, ni a su amigo, ni al ami­gO ·de· ··juventud de su marido; quien e:;ta aqui es el sacerdote, que va a amonestarla, como lo hizo en el trance mas desolado de su vida.

SENORA AI.viNG. . <. Y que tiene que decirme el sacer­

dote?

PASTOR MANDERS. Primero deseo refrescar su recuerdo,

senora. Es el momenta mas oportuno. Manana hara diez anos que muri6 su esposo; manana se va a inaugurar el monumento erigido a su memoria; ma­nana voy a hablar a todos los concu­rrentes... pero hoy quiero hacerlo solo a usted.

S ENORA AI.VING. En fin, senor pastor, hable ya.

PASTOR MANDERS. <. Recuei'da c6mo, despues de un aiio

de matrimonio, se encontr6 usted a~ borde del abismo... huy6 de su ho­gar... abandon6 a su marido? Sf, se­nora, 'le abandon6, y se neg6 a volver, a pesar de sus ruegos, a pesar de todas sus suplicas.

SENORA AI.VING. (. Olvida usted lo inmensamente des­

graciada que fui durante aquel primer ano?

colo. ,:Que derecho. tenemos a la feli­cidad?. :. No, senora ;··hemos de cumplir con nuestro deber. Y el deber suyo era seguir viviendo con el hombre que us­ted misma ·habia elegido, a quien estaba unida por vfnculos sagrados.

SENORA Al.VING. Harto sabe usted que vida llevaba

Alving entonces, y las aberraciones que cometia.

PASTOR MANDERS. Se de sobra _los rumores que corrian,

y nada mas opuesto a mi animo que aprobar su comportamiento en la iu­ventud, si tales rumores estaban en rea­lidad justificado$. Pero una esposa no se halla autorizada para constituirse en juez de su marido. Su deber hubiera sido llevar humi~demente 1a cruz que un poder mas alto consider6 oponuno imponerle. Usted, no obstante, arroj6 Ia cruz y abandon6 al ser debil a quien debia haber sostenido; arriesg6 us ted su buen nombre, su reputaci6n, y estu­vo a punto de perder la de los demas, para colino.

SENORA Al.VING. ~De los dernas? De uno, querra usted

decir.

PASTOR MANDERS. ,:Acaso no fue algQ mas que descon­

siderado venir a mi casa en busca de refugio?

SENORA AI.VING. ,:A casa de nuestro pastor, de nues­

tro mejor amigo?

PASTOR MANDERS. Precisamente par eso. Puede usted

dar gracias a Dios de que yo tuve Ia fumeza necesaria y logre apartarla de

PASTOR MANDERS. · I sus locas intenciones, restituyendola al Buscar la felicidad aquf en este mun- camino del deber y a la casa de su le­

do denota un espiritu demasiado dis- gftimo esposo.

s ESPECTROS.-ACTO 1323

SENORA AI.VING. I tidioso ser madre, envi6 a su bijo al Si, pastor, esa fue su obra, lo con- extranjero.

firma. ·

l>ASTOR MANDERS. No' fui mas que un pobre instru­

mento en ll}anos del Todopoderoso: Y es de agradecer que eJ hecho de haber yo conseguido dob!egar)a a la obedien­-cia se haya tranSformado en una ben­dici6n para el resto de sus dias. .:No se arregl6 todo como yo predije? .:No xectific6 Alving sus descarrios, confor-. me cuadra a un hombre digno?... Y desde entonces, .:no vivi6 con usted sin cometer Ia menor falta? <No lleg6 a ser un bienhechor del distrito, y no la elev6 a usted misma hasta el punto de convertirla en una colaboradora de 1:odas sus empresas? Una magnifica co­laboradora, si. i Oh ! lo se muy bien 1:odo, senora, y debo tributarle este e!o­gio. Pero luego viene e) segundo gran error de su vida. ·

SENORA AI.VING. c: Que qui ere us ted decir?

PASTOR MANDERS. · us ted tarde

SENORA ALVING. Sf, es verdad; lo he hecho.

PASTOR MANDERS. Y' de esa guisa ha llegado usted a

converrirse en una extraiia para el.

SENORA AI.VING. No, no; no )o soy.

PASTOR MANDERS. Lo es usted, y debe serlo. <COmo ha

vuelto Oswaldo a su hogar? Pienselo 'bien, senora Alving. Cometi6 usted un gran delito con su esposo, y lo recono­ce levantando un monumento a su me­moria. Reconozca tambien el delito que ha cometido con su hijo. Todavia ·es posible que estemos a tienipo de hacer­le reintegrarse a la buena senda. Vuel­va usted sobre sus pasos, y regenere lo que alln puede regenerarse en el. Par­que (Alzando el dedo indice.) Ia ver­dad es, senora, que ha sido usted una madre culpable. Creo un deber decir­selo.

'· SENORA AI.VING. (Despacio,· reprimien-­

dose.)

Lo rnismo que un dia reneg6 de sus deberes de esposa, mas xeneg6 de sus deberes de madre.

SENORA AI.VING. jAh!.:.

PASTOR MANDERS. Toda su vida ha . estado usted domi­

nada por una tendencia fatal a rebe­larse, dispuesta siempre a rehuir to­da prohibici6n y toda ley. Jamas ha querido ·soportar yugos de ninguna cla­se; todo lo que la estorbaba en Ia vida lo ha rechazado usted sin pie'dad ni vacilaci6n, como si se tratara de una carga de Ia cua~ podia disponer a su albedrio. AI no agradarle ser esposa, se )..ibr6 de su marido; al hacersele fas-

Ha hablado usted ya, senor pastor, y manana lo hara oficialmente • para honrar )a memoria 'de rni marido. Yo no · hablare manana; pero hoy quiero hacerlo con usted, como )o ha hecho usted conmigo. ·

PASTOR MANDERS. . Es de suponer que q uerra usted dis­culpar , su conducta.

SENORA ALVING. No; s6)q voy a referirle ciertos he­

chos.

PASTOR MANDERS. Veamos.

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1324 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETU

SENORA ALVING. De cuanto acaba de decir usted de

mi, de mi marido y de nuestra vida conyugal, desde que, seglin frase suya,

· me restituy6 al camino del deber; de todo esto no ha sabido usted nada por s{ mismo, dado que, desde aquel me­mento, no volv~6 a poner los pies en nuestra casa el amigo a quien veiamos a diario.

PASTOR MANDERS. Como se marcharon ustedes en se­

guida a ·~a ciudad ...

SENORA ALVING. Si, y mientras vivi6 mi marido, ia­

mas vino usted a vernos aqui... Han sido Jos asuntos del asilo los que le han ,obligado a visitarme.

PASTOR MANDERS. (<;;on voz insegura.) Elena, si eso es un reproche, le pido

que reflexione ...

SENORA ALVING. .. . que reflexione sobre las conside­

raciones que· debe usted a su estado. Y asimismo sobre el hecho de que yo er!l una mujer que habia abandonado su hogar. Con mujeres :,tsi, nunca se esta a bastante distancia.

PASTOR MANDERS. . Querida... senora, creo que exagera usted extraordinariamente.

SENORA ALVING. Si, si, si; admitarnoslo. S6lo queria

decirle que, cuando juzga mis relacio­nes conyugales, no hace usted mas que asociarse a ~a opinion publica.

PASTOR MANDERS. No lo niego. (.Y que?

SENORA ALVING. Pero hoy, Manders, quiero decirle la

verdad. Me he jurado a mi misma que algun dia la sabria usted... usted solo.

PASTOR MANDERS. (.. Y cual es la verdad?

SENORA ALVING. Esa verdad es que mi esposo muno

en el mismo estado de corrupci6n en que habia vivi'do siempre.

P,t\STOR MANDERS. (Buscando el respal­do de una silla para apoyarse.) (Que dice usted?

SENORA ALVING. El mismo estado de corrupci6n, des­

pues de diecinueve aii.os de matrimo­nio, como en visperas de casarnos.

PASTOR MANDERS. <A esos' extravios juvenUes, a esos

des6rdenes, a esos excesos, si quiere, llama usted corrupci6n? ·

SENORA ALVING. Nuestro medico de cabecera emplea­

ba esa palabra .

PASTOR MANDERS. Ahora no }a comprendo· a usted.

SENORA ALVING. Ni es necesario tampoco.

PASTOR MANDERS. Casi se me va la cabeza. c:De modo

que ese matrimonio, toda una vida en comun durante· tantos aii.os, no era sino un velo corrido sobre el abismo?

SENORA ALVING; Ni mas ni menoso Ya lo sabe usted.

PASTOR MANDERS. j No.. . no puedo acostumbrarme a

esa idea ! No paso a creerla ni vuelvo de Jni asombro. Pero ;c6mo ha sido posible .. . que . .. ? 'Como oha podido per­manecer ignorada una cosa asi?

.1

t

..

s ESPECTROS.-ACTO I 1325

SENORA ALVING. Para conseguirlo he tenido que man­

tener una Jucha incesante. Cuando na­cio Oswaldo, me parecio notar en Al­ving cierto cambio favorable; pero- no duro mucho. Y hube de luchar doble­mente para que nadie averiguase que c),ase de hombre era el padre de mi hijo. Y. ademas, le consta como se cap­taba Alving . todos los corazones. Nadie se sentia capaz . de pensar algo malo

· de el. Era una de esas personas cuya vida no perjudicaba a su reputaci6n. Pero entonces, Manders-quiero que tambien sepa usted esto-----, vino lo mas abominable.

PASTOR MANDERS. {Mas abominable a1ln?

SENORA ALVING.

0 Todo se lo habria consentido, a pe­

sar de conocer 0 al detalle lo que pa­

saba fuera__, de casa. Pero cuando se in­trodujo el escandalo entre estas cua­tro paredes ...

PASTOR MANDERS. <Que dice us ted? '(En esta casa?

SENORA ALVING. Si, aqui, en el propio hogar. Ahi

( S eiialando la primera' puerta de la de­recha.), en el comedoi:, fue donde me di cuenta por primeora vez. La puerta estaba entreablierta y vi entrar a l3 doncella que venia del jardin con agua para las flores.

PASTOR MANDERS. c:Y que mas?

SENORA ALvrNG. • Poco despues entr6 t!jmbien Alving.

Oi c6mo deda a Ja muchacha algo en voz baja. Y luego oi... (Con una risa aguda.) i Ah I todavia resuenan en mi memoria aquellas palabras desgarrado-

ras y grotescas a Ia vez . .. Oi a mi pro­pia doncella murmurar : "i Suelteme. us­ted, ·senor; dejeme en paz!"

PASTOR MANDERS. Ligereza inexcusable por parte de el,

pero ligereza a' }a postre; creame, se­nora.

SENORA ALVING. . No tarde mucho en saber lo que de­

bia creer. El gentilhombre logr6 sus fi­nes con Ia muchacha, y el hecho, pas­tor, trajo consecuencias.

PASTOR MANDERS. (Como petrificado.) j Y todo en esta casa, en esta casa!

SENORA ALVING. En esta casa he tenido que soportar

much,as cosas. Para que se quedase por la noche, tuve que convertirme en su companera de orgia, alia arriba, en su habitaci6n,; tuve que sentarme y heber con· el; tuve que escuchar sus inde­cencias, sus palabras sin seatido; tuve que pelear cuerpo a cuerpo inclusive para arrastrarle a Ia cam a ...

PASTOR MANDERS. (Emocionado.) · <Como ha podido usted sufrir todo

eso?_

SENORA ALVING. Hube de hacerlo por mi hijito. Pero

cuando supe . aquel ultimo escarnio, cuando supe que mi propia criada ... me jure a mi misma que acabaria todo aquello. Asumi el mando de la casa, el mando sobre todo... sobre el rnis­mo. Porque, como ya tenia un arma contra el, (.comprende? no se .airevia a recli.istar. Fue entonces cuando saque· · a Oswaldo· del 'hogar. Habia cumplido siete aii.os, y oempezaba a fijarse y a ha­cer preguntas, como cualquier otro .niii.o de esa edad. Yo no podia tolerar aquella situaci6n, Manders. .. Pensaba que d

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1326 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

mfio se envenenaria solo con respirar la atmosfera de esta casa mancillada~ y por eso le envie afuera. Al -cabo cornpren­dera usted por que no le he dejado po­ner los pies aqui mientras ha vivido su padre. Nadie sabe lo que me ha cos­tado.

PASTOR MANDERS. Pues ha estado usted muy acertada,

senora.

SENORA ALVING. Habia otra razon mas. Yo no queria

que mi buen Oswaldo heredara nada de su padre.

PASTOR MANDERS. I PASTOR MANDERS. Hay que conve~ir en que la ha pro- c:De manera que con }a fonuna de

bado a usted Ja v1da. Alving ... es con Ia que ... ? SENORA ALVING. '

Nunca . lo habria resistido, si no fue­se por tener una tarea que cum.Plir. Porque, eso si, puedo decir que he. trabajado. Las obras _ beneficas, el au­men to de las tierras, las mejoras, todas las cosas utiles cuya gloria recogi6 Al­ving, . ,:cree . usted que fueron por la menor iniciativa suya? iEl, que se pa­saba el dia entero tendido · en un sofa, leyendo \.m anuario atrasado! No, y aun le dire otra cosa; yo era la que fomentaba ·sus mementos de lucidez, y Ia que soportaba tod~ la carga cuando volvia a sus excesos o caia en un ma­rasmo quejumbroso.

PASTOR MANDERS. ,:Y levanta usted un monurnento .a Ia

memoria de ese hombre?

SENORA ALVING. Vea usted basta donde puede llevar

una mala conciencia. ·

PASTOR MANDERS. <Una mala ... ? 'Que quiere usted

decir?

SENORA ALVING. Siempre me ha parecido que Ia ver­

dad habia de llegar inevitab.lemente a descubrirse, que vendria un· momenta en que todo el mundo la creyera. El orfanato, basta cierto pun to, tiene por ., objeto . apagar todos los rumores y evi­tar cualquier sospecha.

SENORA ALVING. Si; )as sumas que todos los anos he

consagrado al orfanato ascienden-lo he calculado meticulosamente-a una can­tidad por la cual se consideraba en sus tiempos af teniente Alving ·como un buen partido.

PASTOR MANDERS. Ya comprendo ...

SENORA ALVING. Fue el precio de compra .. , No quiero

que e~e dinero pase a rnanos de Oswal­do. Mi hijo debe recibir todo de mi. (Por la segunda puerta de Ia de'l'echa llega OSWALDO ALVING que ha dejado en el vestibulo su . abrigo y su som­brero. La SENORA ALVING, avanzando hacia el:) · ,:Ya estas de retorno, hijo .. ) rruo.

OS WALDO. Si, ,:Que quic;r~s que h!lga uno fue­

ra, con esta lluvia constante? Pero hay indicios de que vamos a comer. j Santa palabra!

REGINA. (Saliendo del comedor con un paquete.) Ha llegado este paquete para Ia se­

nora. (Se lo entrega.)

SENORA ALVING. (Dirigie1;1d0 una mira­da al PASTOR MANDERS.) Presume que seran Jas canciones para

Ia fiesta de manana.

::1

.,

ESPECT:ROS.-ACTO 1 1327·

PASTOR MANDERS. jHum!

REGINA. Y la · senora esta . servida.

SENORA ALVING. Bien; vamos al ins tame. Solo quie~

ro ... (Empieza a alnir el paquete.)

REGINA. (A 0SWALDO.) {Desea e} · senorito , oporto . blanco o

tinto?

0SWALDO. Uno y otro, ~egi.na.

REGINA.

SENORA ALVING. (En voz baja tambien, aunque firme. ) ' · ··- ,,_ No; pero.. . ya ha Jlegado la bora

de terminar esta odiosa comedia. Desde pasado manana me comportare como si nunca hubiera vivido eJ difunto -. en e&­ta casa. No habra ·nadie mas que rni hijo y su madre.

(Se , oye la caida de una silla ¢1n el r:omedor y una illn · tispsTa a la par que ahogadp.)-: . h<"; , ·.

LA Voz DE REGINA. Pero, Os'Waldo, .: estas loco? .... . i SueJ-

tame! · · : <·: : (} ' '

Tres bien -(1), seficirito. (Pasa al co- SENORA ALVING. (Estremeciendose, ho-medor.) . rrorizada.) . ' \ . . ..

jOh! ... (Se queda con la , _VIS(a }tJjz OSWALDO. en la puerta eritreabierta.) · ' ·

Voy a ayudarle a .descorchar las bo- . (Se oye toser y canturrear a tellas... (Pasa ' igualmente al" comedor, 0 s wALDo, mientras descorcha dejando la puerta entonuuia.) una botella.)

SENORA ALVING. (Que acaba de abrir el p M. fJnd' ·· -~ ) paquete.) . ASTO~ .U:DERS. I t~TouuO. •

Sf, eso es; a qui est an las canciones Pero <.que es eso, senora Alvmg? para Ia fiesta, seiio! pastor.

PASTOR MANDERS. ('Juntando las rna-nos.) _ ,. ·

SENORA ALVING. (Con voz ronca.) Espectros ... . La pareja d'el comedor .. :

<C6mo voy a tenet niaiiana brios pa­ra pronunciar JIJi discurso?

SENORA ALVING. i Oh! ya se ingeniara usted .

· que rea parece .. .

PASTOR MANDERS. .: Que dice us ted?

ella ... . ? [Regina .. . ! cEs

PASTOR MANDE~S. (En voz . baja para SENORA ALVING. no ser oido en el comedor.) · .j .Si. Venga usted. jNi una palabra! El caso es que no -debemos provocar

1

(Coge del brazo al PASTOR MANDERS y ninglln escandalo. ·. . se encamina al comedor con paso _vaa-

(I) En frances en el / original. lante.)

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1328 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

ACTO SEGUNDO

La misma habitacion. Como antes, el paisa­je se esfuma tras un ~elo de lluvia.

El PASTOR MA!jDERS y Ia SENORA ALVING salen del comedor.

SENORA ALVING. (A la puerta todavia.) Venga a la sala, senor pastor. (Vol­

viendose hacia el comedor.) lNo vie­nes, Oswaldo?

0SWALDO. (Desde dentro.) No, gracias; voy a dar un paseito.

SENORA ALVING. Races bien. Parece que ha parado de

Hover un momento. (Cierra la puer­ta· del comedor,- y se dirige hacia la del invernadero.) i Regina!

REGINA. (Dentro.) Mandemc;, seiiora.

SENORA ALVING. Baja al cuarto de plancha para arre­

glar las coronas.

REGINA. Bien, senora.

(La SENORA ALVING; cercioran-

SENORA ALVING. (Se pasea de un lado a otro, tratando de dominar su in-_quietud.) , Lo mismo yo. Pero <que hacer?

PASTOR MANDERS. Si, <que hacer? Por mi parte, no lo

se; no tengo la menor experiencia en casos como este ...

SENORA ALVING. Estoy convencida de que todavia no

ha ocurrido nada... ·

PASTOR .MANDERS. No, j Dios nos libre! Pero no por

eso dejan de ser fami)iaridades un tan­to iridecorosas ...

SENORA ALVING. . ·Puede usted tener la certeza de que

todo esto no es sino un capricho de Oswaldo.

PASTOR MANDERS. Ya le he dicho hace un. momento que

estoy muy poco versado en este gene­de cosas. No obstante, se me figura que ...

dose de que · ha salida REGINA; _ cierra la puerta.) I SENORA ALVING.

Ella debe abandonar Ja casa, y sin MANDERS. (Aludiendo a OSWAL- tardanza. Eso eSta claro como la luz. PASTOR

DO.) <No

esta? puede oir nada desde donde I PASTOR MANDERS.

Si, por supuesto.

SENORA ALVING. SENORA . ALVING. Con Ja puerta cerrada, no. Ademas Pero <ad6nde ha de ir? Nosotros no

va a salir en seguida. · ' podemos asumir )a responsabilidad de ...

PASTOR MANDERS. . P.ASTOR MANDERS. Aun estoy a turdido; no se c6mo he { Ad6nde? A casa de su padre, como

podido pasar bocado. es natural. -

. .,..

,

't

. t "

$ ESPECTROS.-ACTO 11 1329

SENORA ALVING. <A' casa de quien, dice usted?

PASTOR MANDERS. A casa de su .. , Mejor dicho, no, es

verdad: Engstrand no es su... Pero i por Dios, senora! .:, COmo es posible? Estara usted aquivocada.

SENORA ALVING. No, no estoy eql,livocada, por des­

gracia. Juana tuvo que confesarmelo to­do, y Alving no )o pudo negar. Asi, pues, no quedaba mas remedio que echar tierra al asunto. -

PASTOR MANDERS. Sin duda, no . se podia · hacer otra

co sa.

SENORA ALVING. La muchacha fm\ despedida en el

acto, y recibi6 una suma considerable, como precio de su -silencio. I;:lla misma se. encarg6 de l<> demas cuando J.\e~6 a J,a ciudad. Renov6 su antigua amis­tad con el carpintero Engstrand, y su­pongo que Je di6 a entender el mucho dinero que tenia, haciendo)e creer una historia respecto a un , extranjero . que, al parecer, habia estado aqui con un yate de recreo aquel verano. Y asi fue como se cas6 Engstrand con ella de la noche ·a ~a manana. Si, los cas6 usted mismo. •.

PASTOR MANDERS. J,>ero <c6mo se explica ... ? .Recuerdo

petfectamente la actitud de Engstrand cuando vino a arreglar la boda. Esta­ba tan compungido, acusandose con tanta amargura por la ligereza de_ que se habian hecho .culpables el y su no­via ... '

SENORA ALVING. Claro;, · el tenia que cargar con Ia

culpa .

PASTOR MANDERS. j Y tpda aquella hipocresia conrni­

go! . . . Era a~go que no hubiera espe­rado de Jacobo Engstrand. Pero me oira; ya puede prepararse. i Unas re­laciones tan deshonestas! i Y por di­nero! <De que cantidad disponia la muchac;ha?

SENORA ALVING. De trescientos dalers.

PASTOR MANDERS. j Y pensar que por trescientos des­

preciables da)ers se cas6 con una mu­jer perdida l

SENORA ALVING. .Pues <que opinara usted de mi, que

me deje casar con un hombre per­dido?

PASTOR MANDERS. Pero, i valgame Dios! <que esta us­

ted dicfendo? i U n hombre perdido ! ...

SENORA ALVING. <Cree us ted que Alving era mas pu­

ro, cuando yo le acompane al altar, que Juana cuando · se cas6 con Engstrand?

PASTOR MANDERS. Hay una gran diferencia ...

S~ORA ALVING. No tanto. La fulica diferencia estaba

en e) precio. Por un )a_do, trescientos dalers, y por el otro, una fortuna en­tera ...

PASTOR MANDERS. l C6mo puede comparat cosas tan

distintas? Usted, al menos, hab1a con­sultado con ,su 'coraz6n... y , con sus parientes.

S.ENOM ALVING. (Sin mirarle.) Crei que ·habia usted comprendido

c6mo se ex~ravi6 entonces lo que lla­ma mi coraz6n.

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1330 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

PASTOR MANDERS. (Extraiiado.) Si hubiera sabido semejante cosa, no

habria visitado a diario la casa de su esposc>. ·

SENORA ALVING. En fin, el . caso es que estuve muy

lej<>s' de consultarme a mi misma.

PASTO-R MANDERS. · Pe'ro, de todos. modos, sigui6 usted el . ·.eonsejo de sus parientes mas cer­canos.~ ._ su :1~1aQ-re y ,s1,1s dQ~ . tias. ,,._ ' i-'···· SENORA· }\r.VJloiG.

· Si, P9X: _ciet;t~. ~ntre las tres resol­vieron el 'problema por mi .. i Oh! es in~ creib1e ·lo'·· faci).mente que llegaron. a la cohdusi6n -~ que seria ptifa locura re­chazar \iiia proposiCi6n como aquella. s~ .. mi madre }evan,tara 1a cabeza ahora y v:ier a en que ha parado todo aquel esplendot. .. · ·

Pt<STOR MANDERS. No . se .pu¢de hacer · responsable del

res~~do a _nadie. Siri embargo, es un heeho que su matrimonio se contrajo estrictament:e con los requisitos debi­dos.

PASTOR MANDERS. (Que qui ere us ted decir?

SENORA ALVING. (Tamborileando con los dedos en el cristal.) Nunca debiera haber ocultado la- vi­

da ·que hacia Alving.' Pero no me atre­via a obrar de otro modo... ni aun por mi misma : . i tan c.obarde fui !

PASTOR MANDERS. ,:Cobarde?

SENORA ALVING. . ,Si . se hubiera sabido algo, habrian

dicho: "i Pobre hombre! Es c6mpren­sible que lleve una vida tan disoluta quien tiene una mujer que le aban-aona." . .

PASTOR MANDERS. · Y no les faltaria algo de raz6n.

' SENORA ALVING. (Mirandole con fijeza.)

Si yo fuese como debiera, llamaria a Oswaldo aparte y le manifestaria·: "Escucha, hijo mio; tu padre era -un hombre perdido" . ..

PASTOR MI,NDERS. jPor Dios!

SENORA ALVING.

SENORA tana.)

ALVING. (Al lado. de 4z ven- 1 ... y }e contada todo lo que acabo de contarle a usted, sin ocu}tar nada.

j Cuantos requisitos ·y cuantas conve­niencias! Muchas veces creo que son la causa de t:odas las desventuras· del mundo.

PASTOR MANDERS. Semora, ahora esta usted

do un pecado.

SENORA ALVING.

cometien-

Puede · ser; pero no soporto mas to­das estas trabas y estas consideracio­nes. i No puedo I Tengo que luchar por mi li bertad.

PASTOR MANDERS. Estoy a punto de indignarme . con

usted, senora.

SENORA ALVING. Si, ya lo se, i lo se ! Yo misma me (

indigno pensando en ello. (Alejandose ~ de 'la ventana.) i Que cobarde soy! ·

PASTOR MANDERS. Llama usted cobardia a cumplir con

su obligaci6n. ~Ha o}vidad<? c6mg un hijo tiene que amar y honrar a su pa­dre y a su madre?

--...

\J •

')

I ~

~. f'

ESPECTROS.-ACTO II 1331

SENoRA ALVING. I quiero tolerar ning1ln enredo con Re-No debemo& general-izar tanto. Una gina. No puedo permitir que . haga in­

pregunta : ,: debe Oswaldo amar y hon- · feliz a ~a pobre muchacha. rar a! gentilhombre Alving?

PASTOR MANDERS. (No . oye usted dentro de su cora­

z6n una voz de madre, ·que le prohibe derrumbar los id~aJes de su hijo?

SENORA ALVING. Pero ,: y Ia verdad?

PASTOR MANDERS. Pero ,: y los ideales?

PASTOR MANDERS. j No, Dios ·mio! Eso seria terrible.

SENORA ALVING. Si yo estuviera segura

intenciones eran forma}es, en ello su felicidad ...

PASTOR MANDERS.

de que sus de que iba

i Como! .: De ser asi. .. ?

SENORA AINING. SENORA ALVING.

j Oh, los idea~es, los ideales! fuese tan cobarde como soy .. .

Pero no hay tal, porque, desgracia­Si no I daniente, Regina no se prestaria a ello.

RASTOR MANDERS. No rechace usted · los ideales, seno­

ra; ~so se paga muy caro, sobre todo tratandose de · Oswaldo. Por desdicha, Oswa~do no debe de' tener muchos idea­les, Pero,-· cuando · 10enos, he· podido darme cuenta de que su padre consti-tuye un ideal par~, el. -'

SEl~ORA· 'ALVING. En eso th!rie usted· i!!z6n. _

PASTOR MANDERS. Y lia despertado . usted misma . ese

sentirnien:to por medio de· sus cartas.

SENORA ALVING. Si :. estaba esclavizada por el deber

y las consider~eiories; ~he nientido a mi hijo ano tras ano, i .Ah, cuari cobar:.. de, cuan cobarde he sido!

PASTOR MANDERS. Vamos, concrete. ,:Que quiere usted

decir?

SENORA ALVING. · Si yo no fuese tan ~amentablemente

cobarde '.como soy~ le diria : "Olsate con ella, o arreglaos como querais; pe­ro nada . de· ~nganos."

PASTOR ' MANDERS. i Dios misericordioso ! . . . i Legalizar

,un matrimonio asi!... j Es horrendo, inaudito!

SENORA ALVING. Pero ~~Q estima ,tan inaudito? Con la

mano en el coraz6n, pastor Manders, 6nO Cree U~ted que aqui hay bastantes matririlonios eritre consanguineos no menos ·cercanos?

PASTOR MANDERS. PASTOR MANDERS. . I , No · Je comprendo a . us ted.

Ha erigido usted una i}usi6n en el · alma de su hijo, senora, y eso no se debe menospreciar.

SENORA .ALVING. i Hum! i Quien sabe si hab_ra sido

un acierto! De cualquier m,anera, rio

SENORA ALVING. j Oh, si que me comprende!

PASTOR MANDERS. En surria, se imagi!la usted el proba­

. ble caso de que .. , Si; para nuestro mal,

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.L.L~.L .... V .t:-'~.1.~ !o...,."'.LJ ,....,.V .:t""'-.-..f).I.L" ""'.::J!J\..~L.I.V;:)

entre las Hneas. Me imagino que llenan todo el pais, que debe de haber tantos como granos de arena. i Y todos tene­mos un rniedo rnisero a la luz!

PASTOR MANDERS. He aqui el fruto de sus lecturas.

j Buen fruto, a fe rnia! i Oh, esas obra1> tendenciosas y aborninables !

SENORA ALVING. Se engaiia, querido pastor. Es usted

rnismo quien me ha inducido a 'refle­xionar, y se lo agradezco.

PASTOR MANDERS. (Yo?

SENORA Al.VING. Si. Cuando . me c6ndujo par lo que

·Uamaba el camino del deber, cuando ensalz6 como razonable y jus to lo que . sublevaba mi espiritu, empece a exa­minar .Ia trama de sus conocimientos. Solo queria .tocar ·un pun to; pero ' en cuanto ese estuviera suelto,· todo · se desharia. Y entonces me percate de que todas sus costuras estaban hechas a maquina.

PASTOR MANDERS. (Dolido, en voz baja.) (Tal es el premio de lo que fue Ia

batalla mas dura de mi vida?

SENORA Al.VING. Mejor diria usted su derrota mas ver­

gonzosa.

PASTOR MANDERS. Fue )a victoria Iru\YOr de mi vida,

Elena; la victoria sobre mi mismo.

SENORA ALVING. Fue· un crimen contra nosotros dos.

PASTOR MANDERS. (Crimen que, cuando un dia vino us­

ted a casa completamente descarriada,

n

. I. l_j

J ~

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.&.!..&. .... "' J ,LU VV.I.&..f)U.;II.... U • .....,f • .,.... .....:1: _... .... ....,....., --

su legitime esposo? ... /

SENORA ALVING. Si, seg\ln mi criterio ...

PASTOR MANDERS. Nosotros dos- no nos ' entenderemos

nunca.

SENORA Al.VING. Por lo menos, no nos entendemos ya.

PASTOR MANDERS. . Jamas.,. jamas, ni en mis pensamien­tos mas rec6nditos, Ia he considerado de distinta manera que como la esiJ9sa de otro. "

SENORA ALVING. c:Esta -usted seguro?

PASTOR MANDERS. jElena!

SENORA Al.VING.

\

j Llegamo's a .olyidarno.s de nosotros mismos · con tanta facilidad !

PASTOR MANDERS. Yo, no; soy el de siempre.

SENORA ALvrNG. (Cambianito de tono. ) Si, si, si; no haJ>lemos mas . de los

tiempos pasados. Ahora esta usted me­tide basta el cuello · en cornisiones y adrninistraciones, y yo estoy aqui lu­chando contra es'pe'ctros de dentro y de fuera. ·

·PASTOR MANDERS. Le ayudare a veneer a los de fuera,

Despues de todo lo que 'hoy, con tanto horror, he tenido que escuchar· de us­ted, mi cqnciencia no me permite que una muchacha inaefensa permanezca en su casa.

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1334 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

PASTOR MANDERs. (Pasetindose.) ted con el animo dispuesto para una c:Que? c:Quiere usted hablar conmi- reuni6n de esa clase? 'Tiene la ·con-

go? · Ciencia ).i_bre y tranquila?

, ENGSTRAND. Si, tengo mucho in teres en ello ...

PASTOR MANDERS. (Detenieru:lose delan­te de el.)

ENGSTRAND. jAy, Dios me am pare 1... Mas vale

no hablar de la conciencia, senor pas­tor. ·

Bien; cde que se trata? I PASTOR MANDERS. Pues de . eso· hablaremos justamente.

ENGSTRAN~. _ . ·Que tiene usted que alegar? Pues nure, senor pastor: ya estan < · pagando alia abajo. ( Dirigiendose a la SENORA A.LVING.) Muchisimas gracias, seilQra. Y ahora que hemos acabado, me parece que seria muy conveniente que Jos que hemos trabajado juntos to­do este tiempo.. . pudieramos terminar q>n una pequeiia reuni6n piadosa.

PASTOR MANDERS. ·c:una reunion? c:En el orfanato?

ENGSTRAND.

ENGSTRAND. j Oh! la conciencia... a veces puede

estar empecatada ...

PASTOR MANDERS. Menos mal ql,le lo reconoce usted.

Pero <_quiere decirme sin rodeos que historia es esa de Regina?

SENORA ALVING. j Pastor Manders!

Eso es, siempre que lo juzgue opor-1 PASTOR MANDERS. (Tranquilizadar.) ~uno el seiior pastor... Dejeme usted obrar.

PASTOR MANDERS. · Si, ciertameQte, lo juzgo oportuno;

pero.. . j Ejem!

ENGSTRAND. Yo niismo soJia organizar algunas

reUniones por la noche .. .

SENORA .ALVING. c:Usted?

ENGSTRAND. Si, de cuando en cuando; algU.n ejer­

cicio devoto. Pero soy l.lD hombre in­significante y ordinario, y no tengu las dotes necesarias... De modo que he pensado que, como el pastor Manders esta aqui, pues ...

PASTOR MANDERS. Vera usted, Engstrand; primero ten­

go que hacerle una pregunta. c:Esta us-

ENGSTRAND. <Regina? iJesus! me .da usted mie­

do... (Mirando a la SENORA ALVING.) c! No le habra sucedido nada malo a Regina? ...

PASTOR MANDERS. Eso esperamos. Pero hablo de su si­

tuaci6n con resp~to a ella. Usted pasa por su padre <no?

ENGSTRAND. (lnseguro.) Si... bueno... e~ senor pastor ya sa­

be lo que ocurri6 entre mi difunta Jua­na y yo.

PASTOR MANDERS. No bace fa}ta ocultar la verdad por

mas tiempo. Su mujer inform6 a la senora Alving de todo antes de dejar su servicio.

I

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I

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l'~

ESPECTROS.-ACTO ll 133S

ENGSTRAND. j Ah! 'conque ... ? (Hizo eso?

ENGSTRAND. (Con un suspiro.) Si, ya lo veo.

PASTOR MANDERS. PASTOR MANDERS. Esta usted deserunascarado,

trand. Engs- I Porque (c6mo podria usted justifi-

carse? ·

ENGSTRAND. ENGSTRAND. j y ella, que juraba por lo mas sa-

grado que ... I

PASTO~ MANDERS. 'Por Jo mas sagrado?

Pero ( es posible que ella se haya rebajado . aUn mas confesando su ver­g\ienza? Senor 'p'ast6r, suponga por un momento que esta en el caso de rni di­fimci Juana ...

i) ~ . .

ENGSTRAND. I PASTOR MANDERS. No, j~ab~ solam~nt~; pero cualquie- ' ' p{o?

ra ~reena que era smcera ....

PASTOR MANDERS. Y durante todos estos anos ):la est3-,

do oculnindome usted la verdad. Me la ha ocultado a mi, que tenia una con­fiaqza absoluta en usted.

ENGSTRAND. . Lo he hecho,_ si, por mi malaventura.

, i.·.···

PASTOR MANDERS. <Es eso Jo que yo he merecido de

usted, Engstrand?. ~No he· estado' siem­pre propicio -~. ayudad~ con consejos y de hecho basta donde me ha sido po­sible? jResponda_! (No es asi?

ENGSTRAND. · No habria sido !acil para mi salir de apuros . muchas , veces si no hubie­ra tenido al senor· pastor . .

PASTOR MANDERS. Y a pesar de ello; me paga ustei:l

haciendome registrar falsas inscripcio­nes en los libros de Ja parroquia, y des­pues, ocultando durante afios }as infor­maciones que debia a Ja verdad y a mi. Su conducta ha 'sido de todo punto inexcusable, Engstrand, y desde ahora hemos terminado.

E~GSTRAND. . ··vamos, 'es una' 'figuraci6n. Quiero de­~ir que, por ejemp}o, si el senor pastor iuviese algo de que . avergonzarse, algo que ocu.ltlii' a los ojos de los demas, como tantos ... Nosotros los hombres no debell}OS ju1.gar con demasiada severi­dad a un~ . muj_~r caida.

PASTOR ·~ERS. P~ro si . no , acuso a

a usted ~ .quien acuso!

ENGSTRAND. (Me permite hacerle

gui1ta, senor pastor?

PASTOR MANDERS. Hagala ya. ·

su mujer; jes

una sola pre-

ENGSTRAND. (No tiene un hombre el 'deber de

levan tar al caido?

PASTOR MANDEHS.' Si, evidentemente.

ENGSTRAND. <_Y no esta obligado un hombre

cumplir · su 'palabra?

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1336 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

PASTOR MANDERS. Si, en efecto; pero ...

ENGSTRAND. Cuando su percance con aquel in­

gles, americana, ruso o lo que fuera, Juana march6 a la ciudad. La pobre me habia rechazado un par de veces, porque ella solo t enia ojos para lo bo­nito, y yo, clara, con el defecto este de Ja pierna... Un dia; ya lo sabe el senor pastor, me di6 la ·idea de ir a un baile · donde habia unos marineros de jarana y emborrachandose. Cuando, a la vista de aquel espectaculo quise arnonestarlos para que cambiasen de vida ...

SENORA ALVING. (Desde la ventana.) . jHum! ...

PASTOR .MANDERS. Lo se, Engstrand : aquellos hombres

soeces le tiraron por . Ja escalera. Me lo ha contado usted, que lleva su · de­fecto con honra.

ENGSTRAND. No es que· presuma de ello, senor

pastor. Lo que queria 'decir es que· en­tonces lleg6 ella y se confi6 a mi, llo­rando y rechinando los diente·s: Cn!a­me, senor pastor, que me daba mucha pena oir sus quejas.

PASTOR MANDERS. (De veras, Engstrand? (Y que mas?

ENGST RAND. Entonces le dije: "El americana na­

vega por esos - mares de Dios, y tu, Juana, has cometiqo un pecaao y te has perdido. Pero a qui esta Jacobo Engs­trand-anadi-, aqui esta, firme sobre su s dos pies.'' ·Vamos, lo decia en sen­tido figurado, senor pastor.

PASTOR MANDERS. Me lo supongo. Siga usted.

I

ENGSTRAND.

Asi, pues, la levante y nie case con ! ella ante todo el mundo, para que na­: die supie-ra su caida con un extran­_iero.

PASTOR MANDERS. Todo eso ha sido una acci6n muy

meritoria de usted. Lo Unico que no · puedo aprobar es que se rebajase a aceptar dinero ...

ENGSTRAND.

<Dinero? <Yo? i Ni por asomo !

PASTOR MANDERS. (Con una mirada in­terrogativa (J Ja SENORA ALVING.) Pero .. . '

ENGSTRAND. i Ah,: si! ... Aguarde; ahara recuerdo.

Juana tenia algtin' dinerillo. Pero yo .no quise saber nada de aquello. "i Quita! -dije-; ese es el .precio del pecado. Ese oro miserable, o esos billetes, o lo que fuese ... eso se· devuelve al america­no." Pero el estaba lejos y habia des­aparecido sabre el mar bravio, senor pastor.

PASTOR MANDERS. c:Es cierto eso, mi buen Engstrand?

ENGSTRAND. Por de contado, senor pastor. Y a la

saz6n Juana ·y yo acordamos que aquel dinero tenia que ,emplearse en la crian­za de Ja nina. · Asf fue, y puedo rendir cuentas basta del ultimo skilling (I).

PASTOR MANDERS. · Eso ya modifica el ,asunto conside­

rablemente.

ENGSTRAND. Pues asi fue, senor -pastor. Y a la

postre me atrevo a decir · que he sido

(1 ) Moneda infima.

'? I

I. I ...

ESPECT~OS.-ACTO II 1337

un buen padre para Regina, hasta don­de han llegado mis fuerzas, clara es­ta ... , porque soy un hombre invalido, por mi mala suerte.

PASTOR MANDERS. Vamos, vamos, querido Engstrand ...

ENGSTRAND. Y puedo asegurar que he educado a

la nina y he vivido en compafiia de mi difunta Juana con toda decencia y hq_nestidad, como esta escrito. Pero ja­mas habria querido ir al senor pastor alabandome de haber llevado a cabo una buena acci6n por mi cuenta en este mundo. No; cuando le pasan' esas ca­sas, Jacobo ·Engstrand se calla. Desdi­chadamente, no· acontece eso ~rnuy a menudo, y cliando voy a ver al se­nor pastor tengo .mas que bastante con hablar de mis malas acciones y debili­dades. Porque, repito lo que dije . hace poco: · la conciencia puede encontrarse empecatada a_lguna que o.tra vez.

PASTOR MANDERS. Deme usted ·su mano, 'Engstrand.

ENGSTRAND . ..

i Jesus mio, senor pastor !

PASTOR MANDERS. Nada de pretextos. (Estrechand~le la

mano.) i Vaya !

ENGSTRAND. (Y si pidiera humildemente perd6n

al senor pastor?

PASTOR MANDERS. (Usted? No; todo lo contrario: soy

yo el que debe pedirselo · a usted ...

ENGSTRAND. j No, santo Dios! Eso,. ~o.

paz de juzgade tan err6neamente. Y si pudiera mostrarle mi sincero arre­pentimiento y mi confianza ...

ENGSTRAND. (Lo haria usted, senor pastor?

PASTOR MANDERS. Con mucho gusto.

ENGSTRAND. (Si? Es que ahora tendria usted oca­

si6n de hacedo. C6n el bendito dinero que he ahorrado aqui, pienso fundar un hogar marino en Ja ciudad.

SENORA ALVING. . <Qui ere us ted ... ?

.ENGSTRAND. ' Si, una especie de a silo. i Los mari­

neros estan expuestos a taritas tenta­ciones cuando ponen pie en tierra! Pero en .mi hogar podrian estar como bajo la vigilancia de un· padre, he pensado.

PASTOR MANDERS. . c:Qve dice· usted a eso, senora Al­

ving?

ENGSTRAND. No dispongo de mucho; pero si, Dios

mediante, consiguiera una ·ayuda cari­tativa, pues ...

PASTOR MANDERS. Si, si; ' lo estudian!mos despacio. Su

proyecto me agrada· sobremanera. Pero por el momenta vaya usted adelante y prepare esa reunioncita; enciendan ve­las para que todo sea lo mas jubiloso posible. Vamos a pasar un rato edifi­cante junto~, · mi querido Engstrand, porque ya si creo ,que esta usted en buena disposici6n.

Le digo que si, y lo hago con toda Eso me parece tam bien. i Ea! adios, PASTOR MANDERS. . I ENGSTRAND.

el alma. Perd6neme que haya sido ca- senora. Muchas gracias por todo, Y

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1338 HENRI~!; mSEN.-TEATRO COMPLETO

cuideme bien a Regina. (Secandose una ltigrima.) Es extraiio ... ' pero la bija de m..i pobre Juana ha echado raices en mi coraz6n. jYa lo creo que si! (Saluda y vase por donde 1uJ venido.)

PASTOR MANDERS . .: Que dice usted ahora de este hom­

bre, senora? La explicaci6n que ha da­do es bastante cUferente de la obra.

SENORA ALVING. Si, efectivamente.

PASTOR MANDERS.

' Hasta dentro de un rat9,. No deje de vigilar a Oswa)do cuando vue)va. No tardare mucho. (Tcnruz su sqmbrer_p y vase por .la puerta del vestibulo.)

SENORA ALVING. (Da un suspiro, mira un nwmento par la ventana, arregla un poco la habitaci6n y se dirige al comedor; pero , se detiene a la pu.erta ahogmulo un grito.) j Oswaldo! c:Todavia a la mesa?

OswALDO. (Desde el comedor.) Estoy apurando ini cigarro, nada

mas. Y a ve us ted 1a extremada prudencia

que conviene tener antes de juzgar a) I SENORA ALVING. pr6jimo. Pero, en cambio, i que ale- Crei que habias gria poder reconocer la propia equivoca- la carretera.

ido a pasearte por

ci6n! .:No lo cree usted asi?

SENORA ALVING. Creo que es usted un niiio grande,

Manders.

PASTOR MANDERS. .:Yo?

SENORA ALVING. (Poniendo su manos sobre los hombros del pastor.) Y digo, por aiiadidura, que me en­

tran unos deseos locos de echade los brazos al cuello.

PASTOR MANDERS. (Retrocediendo viva­mente.) j No, no; Di~s no lo · quiera! i Que

ocurrencias Jas suyas ! ...

SENORA . ALVING. (Con una sonrisa.) 'No debe usted asustarse de mi.

P.ASTOR MANDERS. (Acercandose a. la ~sa.) · · . A veces tiene usted un modo tan

exagerado de expresarse. . . Voy a re­coger los documentos y a guardarlos en Ja cartera. (Lo hace seQ14n dice.)

0SWALDO. .:Con este .tiempo? (Se oye un cho­

que de vasos. LA SENORA ALVING dejq la . puerta abierta y · se sienta con su labor de punto en el sojd cerca de la ventana. OsWALDO IUJb'a desde dentro.) .:No e& el pastor Manders · quien ha sa-lido hace \m mom en to? '

SENORA ALVING. Si; iba al orfanato.

OSWALDO. j Hum! ... (Se _oye el tintineo de una

botella y un vaso.)

SENORA ALVING. (Mirando con inquie­tud.) Queriqo Oswaldo, deberias tener cui­

dado coo ese licor; es fuene.

OswALDO. Es bueno para la humeda·d.

SENORA ALVING. .:No quieres venir aqui conmigo?

OSWALDO. CQmo no puedo fumar ahi dentro ...

( ~

"''I-

$ ESPECTROS.-ACTO II 1339

SENORA ALVING. Sabes de sobra que puedes fumar

un cigarro.

0SWALDO. Bien, bien; ahora voy. Solo una go-

. ta mas... (Entra en el salon, cerran­do la puerta. Corta pausa.) 'D6nde es­ta el pastor?

SENORA ALVING. Acabo de decirte que ha ido al or­

fanato.

0SWALDO. jAb, · sf! Ya me acuerdo.

0SWALDO. No, madre.; era forzoso.

SENORA ALVING. Prefiero mil veces prescindir de la

dicha de tenerte conmigo a verte asi...

OswALDO. (Parandose a~ Jado de la m.esa.) Pero dime, madre: c;es realmente

una dicha tan grande vo}ver a tener­me contigo?

SENORA ALVING. Si ; para mi es una dicha.

SENORA ALVING. No deberias quedarte

a )a mesa, Oswaldo.

0SWALDO. (Arrugando un peri6dico.) tanto tiempo 1 .A mi entend.er, debiera dane casi lo

m1smo que este yo como que no.

OSWALDO. (Con el cigarro a la esp{ll-1· SENORA: ALVING. , da.) c:Y tlenes corazon Pero si es muy agradable, madre. tu madre, Oswaldo?

para ·decir eso a

(Acariciandola.) ' Piensa en 1.o que sig-nifica para mi, recien llegado a casa, sentarme a la' mesa.· de mi madre, en el comedor de mi madre, saboreando los deliciosos guisos de mi madre ...

SENORA ALVING. j Hijo de mi vida!

OswALDO. (Impaciente, paseando de un lado a otro.) Ademas, .: en que voy a entretener­

me .aqui? No puedo hacer nada.

SENORA ALVING. c:Tu crees?

0SWALDO. c:Con un tiempo tan triste? c:Sin un

rayo de sol en todo el dia? (Paseando­se.) j Oh, no po'der trabajar ... !

0SWALDO. Pues bas podido muy bien vivir c;in

mi hasta hoy.

SENORA - ALVING. Si, he podido vi vir ·sin ti, es verdad.

(Silencio. Empieza lentamente ~ anochecer. OsWALDO sigue pa­

, setlndose. Tira el cigarro.)

OswALDO. (Detemendose junto· a la SE-NORA ALviNG.) ·

. Madre, .:me dejas sentarme a tu lado en el sofa?

SENORA ALVING. (Haciendo sitio a OS­WALDO.) Sf; ven aEJ.ui, hijo mio.

OSWAhDO. (Se sienta.) Tengo que dec~rte algo, madre.

SENORA ALVING. .:No te habras precipitado al regre-1 SENORA ALviNG.- (~ntrigada.)

sar? · . ,Que? ·

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1340 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

OSWALDO. (Mirando vagamente si.) . . No puedo resistir mas.

SENORA ALVING. c:Resistir? c:Que hay?

0SWALDO. (Como antes.)

ante 1 hecho! jSoy hombre perdido! jJamas podre volver a trabajar! (Se cubre el rostro con las manos y se echa en el ·regazo de su madre sollozando.)

SENORA ALVING. (Pdlida y temblorosa.) i Oswaldo! i Mirame! No, no; eso

no puede ser. No he tenido vaJor para escribirtelo,

y desde que vine a casa ...

SENORA ALVING. (Cogiendole un ln-azo.) c:Que es, Oswaldo?

OSWALOO. (Mirdndola con desespera- , cion.)

0SWALDO. Ayer y hoy he procurado )ibrarme de

:mis pensarnientos ... deshacerme de ellos. Pero en bald e . ..

SENORA ALVING. (Levantandose.) i Oswaldo, vas a hablarine con tod·a

franque~a!

OSWALDO (La obliga a sentarse otra vez.)

Me

iJamas volvere a trabajarl jJarnas, jamas ! j Estar como enterrado en vida! · Madre, (puedes imaginarte aJgo mas horrible?

SENORA ALVING. i Pobre · hijo mio! ( C6mo ha · podido

~;obrevenirte ese horror? ·

OsWALDO. (lrguiendose en su asiento.) Eso mismo es lo que no puedo des­

entraiiar. Yo no he llevado una vida borrascosa en ningU.n sentido. Creeme madre. Nunca lo he hecho.

Quedate sentada. Lo intentare ... he quejado ·de cansancio despues viaje ...

del l SENORA ALVING.

SENORA ALVING. Si, C:Y que?

0SWALDO. Pero no es eso )o que me aqueja;

no es un cansancio ordinaria ...

SENORA ALVING. (Intentando levaniar­. se.)

Pero si te creo, OswaJdo.

0SWALDO. Y a pesar de todo, estoy asi. i Es

una desventura terrible !

SENORA ALVING. i Oh ! eso se pasara, hijo de mi alma.

Solo es un exceso · de trabajo, no lo dudes .

i Por Dios, Oswaldo! fermo?

,:No estaras . en- I OswALDO. (Gravemente:)

0SWALDO. vo.)

Yo tambien lo crei de primera in­tenci6n; pero no es lo que sospechaba.

(Haciendola sentarse de nue- '

Quedate sentada, madre. T6malo con calma. No es una enfermedad deter­minada. .. )o que se llama una enfer­medad. (Juntando las manos sobre la cabeza.) i Madre, estoy mora!.mente des-

SENORA -ALVING . . Cuentamelo todo, desde el principia

basta e~ fin.

0SWALDO. Iba a hacerlo.

• ,

-.·~

ESP~CTROS.-ACTO II 1341 s

SENORA ALVING. ( y cuando lo notaste por . prim era

vez?

0SWALDO~ Cuando llegue a Paris, despues de

mi ultima estancia aqui . . Empece a sen­tir ·unos doJores fortisimos de cabeza, en eJ occipucio principalmente, como si me hubieran ajustado al craneo un es­trecho aro de hierro desde la nuca has­ta Ia coronilla.

SENORA ALVING. c:Y que mas?

0SWALDO. AI pronto crei que no era otra cosa

SENORA ALVING. Continua.

0SWALDO. Termin6 por decirme : "Tiene usted

algo vermoulu (1) desde su nacimien­to." Es )a palabra francesa que em­ple6.

SENORA ALVING. (Ansiosa.) (Que querria decir con eso?

0SWALDO. · Yo tampoco )o entendi, y le rogue que me lo aclarara con mas detalle. AI cabo el yiejo cinico me dijo... (Ce­rrando eL puiio.) j Oh! ...

que e) do)or de cabeza que me habia J SENORA ALVING. hecho sufrir· tanto durante mi creci- ,: Que te dijo? miento.

SENORA 'ALVING. · .Si, si...

0SWALDO. Pues bien: · no era eso. En breve lo

comprendi. No podia trabajar ·ya. Que­ria empezar un gran cuadro; pero fue cual si me hubiesen abandonado mis facultades; mis fuerzas todas estaban como paraJizadas; no podia concentrar­me en nada fijo. Me daban vertigos ... todo lo veia confuso. i Oh! era una si­tuaci6n dep)orable. ,Por fin mande ve­nir al medico, y el me lo explic6 todo.

SENORA ALVING. 'Que quieres decir?

0SWALDO. Era uno de los primeros medicos de

alii. Hube de · puntualizarle cuanto sen­ria, y entonces empez6 a hacerme una

-porci6n de pr~guntas que, a mi juicio, no tenian nada que ver con ' mi estado. No comprendia ad6nde queria i,r a pa­rar con aquello.

0SWALDO. Dijo: "Los hijos pagan los pe<:ados

de los padres." ·

SENORA ALVING. (Levantcindose lenta,... mente.) j Los pecados de los padres! ...

0SWALDO. Ganas me daban de abofetearle ...

SENORA ALVING. (Paseandose.) Los pecados de los padres ...

OSWALDO. (Sonriendo con tristeza.) Si, 'que te parece? NaturaJw.ente,

le asegure que no se podia pensar se­mejante. cosa. e, Crees que se di6 por vencido? Nada de eso; se mantuvo en lo que habfa dicho, y . solo cuando }e enseiie tus cartas y Je traduje todos !os parrafos que .trataban de mi padre ...

SENORA ALVING. c:Entonces ... ?

(1) Carcomido." En frances en el original.

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1342 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

OSWALDO. Si, entonces no tuvo mas remedio

que confesar que se habia equivocado. Y asi fue como logre saber la verdad, Ia increible verdad. Hubiera debido abs­tenerme de aquella alegre vida de ju­ventud ... jHabia abusado de mis fuer­zas ! · De modo que . por mi propia culpa ...

SENORA ALVING. j No, Oswaldo, no lo creas !

0SWALDO. SegUil e!, no habia Otra explicaci6n,

y eso es lo terrible. j Perdido sin · re­medio para toda la , vida, por . mi propia ligereza ~ Todo lo que yo habia logra-· do realizar... ya no me atrevo a espe­rarlo, ni aun a sofiarlo. · 'j Ah, si pudie­se volver a vivir, hacer que nada hubiera pasado! (Se arroja de bruces en el sofa. La SENORA AiVING se retuerce las manos y pasea par la estancia en una lucha muda. OSWALDO, transcurri­dos unos instari.tes, levanta la cqbeza y permanece apoyado en el codo.) . j Si hubiese sido siquiera una herencia ... algo de lo que yo no tuviera "' )a culpa ! Pero esto .. _, haber . derrochado Ja pro­pia felicidad, la salud, todo... el · por-

, venir, la vida. .. j Y de una man er a tan vergo_nzosa, tan irreflexiva!

SENORA ALVING.

. No, ,no, hijo rnio .. . · eso es iml}<isible. (lnclinciridose luicia 'el.) · No es ·e l caso tan desesperado como crees. .

OSW.t\LDO.

i Ah! tu no sabes ... (Se ·zevanta de un sal·to-.) i Y. para coJmq, m=?-dre, · cau­sarte a ti este dolor! Muchas veces he sentido deseos ·de que, en -e) fonda, no me qUisieras mucho.· ·

SENORA ALVING. cYo, Oswaldo? iMi · Unico hijo, lo

U.nico que tengo en este mundo, mi unico Carino !

OswALDO. (Toma las manos de su ma­dre y las besa.) Si, si; bien lo ,veo. Cuando estoy en

casa, lo veo. Y eso es lo mas triste para ' mi ... Pero ya lo sabes, y no _vol.:. veremos a hablar de ella por hoy. No; me abrurna consider"ar!o mucho tiempo seguido. (Pasedndose.) Buscame algo de beber, madre.

SENORA ALVING. < Beber? ,: Que de seas heber a estas

horas?

OsWALDO. Lo que S\!a. (. \ienes ponche frio en

casa?

SENORA ALVING. Si; pero querido Oswaldo .. .

0SWALDO. . j No te. opongas, madre! Por favor,

necesito algo para · poder ahogar todos estos p~nsamientos 'que me consurrien. (Entra en el invernadero.) jY por ana­didura, esta oscuridad , que siempre rei_: na aqui! ' (La SENORA .1~.LVING tira del cordon de li:z campanilla, que esta en el lateral derecho.) j Y esta · lluvia per-, tinaz ! . . . Durante semanas y meses en­teros, sin parar. i Ni uri rayo de sol · nunca ! De todas las· veces que he es­tado aqui, no recuerdo un dia e~ ,que haya hecho sol.

SENORA ALVING. Oswaldo, <. estas pensando en rnar­

charte?

0SWALDO. <Eh? . .'. (Respira . dificultosamente.)

No pienso en naqa. No · quiero' pensar en ·n.ada. (Bajando la ·voz.) Renuncio -a todo.

ESPECTROS.-ACTO ·II . 1343

REGINA. (Que - sale del comedor.) <_ Ha llama do Ia senora?

SENORA ALVING. Si; traenos la ).am para.

REGINA.

OSWAU>O. jChis! ...

REGINA. (Colocando sabre 1a mesa una bandeja · con una botella de champa- · fia y dos capas.) c La descorcho?

En seguida, senora. Ya esta encen-dida. (Vase.) J OSWALDO.

No, gracjas; yo mismo Io bare. (REGINA vuelve a irse.) SENORA ALVING. (Acercandose.)

Oswaldo, no seas reservado conmigo. 1

_ . ' SENORA ALVING. (Simttindose a Ia mesa.)

I 0SWALDO.

No lo soy, madre. (Se dirige ,a la mesa.) Cr,eo que te h\! contado bastan­tes cosas. · (REGINA trae la ' ldmpara y la

dejq sabre Ia' mesa.)

SENORA ALVING. Oye, ·Regina, (.quieres serv~rnos me­

dia botella de champafia?

REGINA. Si, senora. (V a5e otra .vez.)

0SWALDO. (Tomando entre sus ~os la cabeza de la SENORA ALVING.) Asi debe ser. Ya sabia yo qqe

madre no podia _dejar que . tuviera mi sed.

su hiio.

SENORA ALVING. i Pobre Oswaldo'! <.Como iba yo a

negarte nada ahara? ' ·

0SWALDO. (Animmulose.) <.De veras, madre? <_En serio?.

SENORA ALVING. i COmo! <.Que?

0SWALDO. <.Que no me negaria's nada? ·

SENORA ALVING. Pero, querido Oswaldo ...

· <.COmo ctecias? . .. <.Que no debia yo negarte nada?

OswALoo, (Oeupado en abrir Ia bote-&J . . Por 16 pronto, una.,. o dos copas.

(Salta el corcho. Llena una copa e in­te1Jta llenar la otra.)

SENORA ALVING. (TapaTuiola mana.) . . No, gracias. .. para mi, no.

0SWALDO.

con la

Pues para mi, copa, la lleoo de ciarla y luego se

entonces. (V acia la nuevo, vuelve a va­sienta a la .mesa.)

SENORA ALVING; (A Ia expectativa.) Y ahota, <que?

0SWALDO. (Sin mirarla.) Oye: me ha parecido que tu y el

pastor Manders estabais muy extrafios a Ia mesa ... tan callados los dos . ..

SENORA' ALVING. <_Lo has notado?

0SWALDO. · Si. ('fras de un. corto intervalo.) Di~ me ... {que op~nas de Regina?

SENORA ALVING. c Que que opino?

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1344 HENRIK IBSEN .-TEA TRO COMPLETO

0SWALDO. Si; ,:verdad que es soberbia?

SENORA ALVING. Querido Oswaldo, ru no la conoces

tan a fondo como yo.

0SWALDO. cY que?

SENORA ALVING. Para desg,\acia suya, ha permaneci­

do demasiado tiempo en su casa. Del;li acogerla a·ntes aqui.

0sWALDO. Si; pero ,:no es soberbia, madre?

(Llena su copa.) .

SENORA ALVING. Regina tiene muchos y grandes de­

fectos ...

0SWALDO.

0SWALDO. Si, eso pabia esperado, y por lo mis­

mo vine a casa contigo. Pero veo que no puede ser de esta manera. j No pue­do r,esistir estar aqui toda mi vida!

SENORA AI.VING. jOswaldo!

OSWALDO. Tengo que vivir de otro modo, ma­

dre. Por eso es necesario que me vaya d e tu !ado. No puedo perrnitir que es­tes presenciando de continuo este es­pecnkulo.

SENOR~ ALVING. j Pobre hijo! Pero, Oswaldo, mien­

tra s· estes tan enfermo ...

0SWALDO. S i s6lo se tratara de la enfermedad,

me quedaria ccintigo, madre, porque tu eres el mejor amigo que he tenido en el mundo.

i Y~, ya! <.Y que importa eso? (Bebe I SENoRA ALVING. . .

rodavuz.) ~ Verdad que st, Oswaldo? i S1 que SENORA Al.VING.

A pesar de" todo, la quiero y soy res­ponsable de ella. Por nada del muhdo contribuiria a que le sucediera nada malo. ·

lo soy!

OswALDO. (Paseandose, intranquilo.) Pero hay, ademas, todas estas tortu­

ras3 estos arrepentimientos... y en· fin, una angustia mortal, tan grande. .. j Oh> esta angustia espat;ltosa ! ... OSWALDO. (Le'IXlntandose bruscamente.)

i Madre, Regina es mi. Un.ica salva-j SENORA ALVING. (Siguiendole.) ci6n ! c: Angustia? .: Que angustia? <.A que

SENORA ALVING. c: Que intentas decir?

OS WALDO. Yo no puedo estar · aqui, soportando

a solas este tormento.

SENORA ALVING. c No tienes aqui a tu madre para

soportarlo contigo?

te refieres?

0SWALDO. j Ay I no me preguntes mas. No Io

se. No puedo explicartelo. (La' SENO­RA ALVING se dirige a la derecJuz y ti­ra deJ cordon de la campanilla.) ,:Que quieres?

SENORA ALVING. Quiero que mi hijo este . contento.

No quiero que !o vea negro todo. (A

.....

~ r

I. 'i

ESPECTROS.-ACTO II 1345

REGINA, que aparece a la puerta.) Una I acuerdo-le rc;plique yo-; a lo me­botella entera. jor... i quien sa be! ... " o algo por el

(Vase REGINA.) estilo.

0SWALDO. jMadre!

SENORA ALVING. .: Crees. que no sabemos vi vir aca?

0SWALDO. ,:No es soberbia? jY que bien for­

mada ! Respira salud por todos sus poros.

SENORA ALVING. (Senttindose a la me­sa.) Sientate, Oswaldo, y vamos a hablar

tranquilamente.

OSWALDO. (Se sienta.) Es que tu no sa\jes, madre; tengo

que reparar una injusticia cometida con Regina.

SENORA ~VING. ,:Tu?

0SWALDO. · 0 una pequeiia imprudencia, como

quieras llamarla. ·Muy inocente, por Io demas. La ultima vez que estuve eri casa ... ·

SENORA ALVING. ,:Eh?

0SWALDO. . .. me preguntaba ella con frecuen­

cia cosas de Paris, y le COnte algona historia que otra a ese respecto. Re­cuerdo . que un dia acabe por' decirle : ",:No le · gustaria a usted ir alla ?"

SENORA ALVING. c.Y ella?

0SWALDO. Se puso toda encarnada y afirm6:

"Si, me gustaria muchisimo." "De

IBSEN.-43.

SENORA ALVING. ,:Y que mas?

0SWALDO. Yo, como es ·natural, lo habia olvi­

dado todo; pero, cuando anteayer le .pregunte si estaba contenta porque yo iba a quedarme tanto tiempo en casa ...

SENORA ALVING. ,:Si?

0SWALDO. . .. me mir6 con una mirada muy ex­

trafia, interpelandome: "c: y que sera ~e mi viaje a Pari~?"

SENORA ALVING.' .:Su viaje?

0SWALDO. Por fin comprendi que Jo habfa to­

rnado en serio, y supe que todo este tiempo habia estado pensando en mi, y que hasta se habia dedicado a aprender frances ...

SENORA ALVING. .:De modo que por eso ... ?

OS WALDO. Madre ... , al ver a es.a soberbia mu­

chacha, tari sana y tan guapa... No me habia fijado mucho en ella antes; pero despues, cuando Ia he visto casi COD ~OS brazos abiertos para reci­birme ....

SENORA ALVING. jOswaldo!

0SWALDO. . .. me di cuenta de que en ella es­

taba la salvaci6n. Lo que tenia yo delante de mi era, Ia alegria de vivir.

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1346 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

SENORA ALVING. (Extraiiada.) OswALDO .. Si, la alegria de vivir. En este pais

la conoceis apenas. Yo nu'nca la he sentido aqui.

,:La alegria de vivir? (Puede haber salvaci6n en eso?

REGINA. (Saliendo del ccnnedor con una botella de chmnpafia.) Perdone que haya tardado tanto; pe­

ro tuve que bajar a la bodega. (Deja la botella sobre la mesa.)

OswALoo. y ahora trae una copa mas.

REGINA. (Mirandole, sarprendida.) Aht esta la copa de )a senora, se­

fiorito.

0SWALDO. Si; pero trae una copa para ti, Re­

gina. (REGINA se ·estrtnnece y mira C0?1 tintidez a la SENORA ALVING.) i Vamos!

REGINA. (Vacilante, en voz baja.) c Con permiso. de la senora?

SENORA ALVING. Trae la copa, Regina.

(REGINA. pasa al comedor.) ·

OswALDO. (Siguiendola con la mirada.) (Has notado que andares? ,_Tan fir­

roes y tan resueltos ...

SENORA ALVING. i Eso no pued~ ser, Oswaldo !

0SWALDO. Esta decidido, · ya lo ves. Es inutil

coiuradecirme. (Entra . REGINA con una copa, que conserva en la mano.) Sien-. tate, Regina. ,

(REGINA interroga con la mi­rada a la SENORA ALVING.)

SENORA ALVING. Sientate. (REGINA se sienta junto a

la puerta dd comedor, con la copa· en la mano.) O swaldo, (.que decias antes de la ale~ria de vivir?

SENORA ALVING. .:Ni cuand.o estas conrnigo?

OswALDO. Ni aun estando contigo. Pero tu no

lo comprendes.

SENORA ALVING. Si, si ;· hoy creo que lo comprendo ...

OsWALDO. i Y Ia alegria del trabajo! En el fon-· ·

do, es lo ffiismo; pero tambien la ig-norais vosotros. .

SENORA ALVING. Acaso tengas· r11z6n, Oswaldo. Vuel­

ve . a hablarme de eso.

0SWALDO. Oye: · creo que aqui esta la gente

acostumbraba a . considerar el trabajo como una maldici6n, como el castigo de nuestros pecados, y la vida, como algo do}oroso, de 1o cual debemos li­br?-rnos cuanto antes.

SENORA ALVING. Si, un valle de 1agrimas. Y bien mi­

rada, somos nosptros 1os que la hace · ITlOS asi.

0SWALDO. Pues alla la gente ~o quiere saber

nada de eso, y no hay nadie que crea ciegamente en tales doctrinas. El me­re hecho de . existir en este mundo se considera alla como una verdadera fe­licidad. Madre, (no has advertido que cuanto he pintado se relacionaba con la alegiia de vivir? Alegria de vivir siempre y por doquiera. Alla todo es luz, sol y aire de fiesta. Toclas 1as ~ caras. estan radiantes de placer. Por eso tengo . miedo de queaarme en casa.

i!r

r

ESPECTROS.-ACTO II 1347

. SENORA ALVING. (Miedo? ... (De que tienes miedo en

casa?

0SWALDO. Tengo miedo de que todo, lo bueno

que llevo dentro · se trueque aqui en malo ...

SENORA ALVING. (Mircindole fija.) <Crees que pOdria ocurr~r eso? 1

OS WALDO. Estoy segu'ro por completo. Aun Vl­

viendo ·aqui la misma vida que_ alla, no. seria lo inismo.

0SWAl.DO. Nosotros tambien.

PASTOR MANDERS. Hay que ayudar a Engstrand en ese

hogar de marinos. Regina tiene que ir con e~ para serle util.

REGINA. No; gracias, senor pastor.

PASTOR MANDERS. (Reparando en la presencia de REGINA.) jC6mo! ... c:Aqui? ... jY con una co­

pa en la mano!

REGINA. (Solti:indo al punto la copa.) irerd6n!

SENORA ALVH{G. (Que ha escuchado abriendo l!'nos ojos pensativos, se le-~ OswA~DO. vanta y dtce:) . Regma ·se Ya veo todo el encadenamiento. pastor.

CC!nmigo, senor march.a

0SWALDO. <Que es lo .que ves?

PASTOR MANDERS. .:Que se ·marcha con usted?

SENORA At.VING. . . I OSWALDO. Por primera vez ~o veo, y ahora pue- ~i, en calidad de esposa, si ella lo

do hablar. ex1ge ...

0SWALDO. (Levantandose.) No te entiendo, madre.

PASTOR MANDERS. Pero j bendito sea Dios ! ...

. REGINA. REGINA. (Que tambien se ha levantado.) I Yo no tengo la culpa, senor pastor. .

(Sera mejor que .me vaya? . ' 0SWALDO .

SENORA ALVING. No; qu6date aqui. Ahora pliedo ha­

blar. Ahora, hijo mio, vas a saberlo to­do. Y podras tomar una decision. i Oswaldo ! j Regina! . .. ·

0SWAl.DO. i Callatd EI pastor ...

. . . o se quedara a qui, si quedo.

REGINA. (Involuntariamenie.) ,:Aqui? · -

PASTOR MANDERS.

yo me

Me deja usted pas.mado, sefiora Al­ving.

PASTO~ MANDERS. (Enrrando vestibula.) ·

por ell SENORA ALVING.

j Vaya, vaya! Acabamo·s cje rato sumamepte agradable. '

No acontecera ni lo uno ni lo otro, pasar un 1 porque ahara puedo habiar con toda

franqueza_.

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1348 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

PASTOR MANDERS. PASTOR MANDERS. Pero i no }o hara us ted!

no! i No, no, I (Fuego? i Es imposibJe! Si vengo de

alli ...

SENORA ALVING. Puedo y quiero. A pesar de todo, no

se derrumbara ningl!n ideal.

0SWALDO. - Madre, (que me ocultan aqui?

' 0SWALDO. ~DOnde esta mi sombrero? jBahl

es igual.. . i El orfanato de n'li padre 1 (Sale corriendo por la p11;erta del jar­din.)

SENORA ALVING. REGINA.

Sefrora, i escuche! Hay gente tando fuera. (V a al invernadero y ra hacia el exterior.)

i Mi chal, Regina ! E). edificio arde gri- I por los cuatro costados ... mi-

OsWALDO. (Dirigiendose a la ventana de lei izquierda.)

PASTOR MANDERS .. rEspantOsO! Senora... es e1 castigo

que cae sobre esta casa de perdicion.

SENORA ALVING. (Que pasa?.. . (De d6nde viene ese resplandor? · Si, seguramentr. Ven; Regina.

(V anse a la carrera por el vernadero.)

in:.

REGINA. (Gritando.) i El orfanato esta ardiendo!

SENORA ALVING. (Se asoma a la ven­tana.) jFuego!

PASTOR MANDERS. nos.) i Y sin asegurar!

ma puerta.)

(1untando lr.s nul-

(Vase pm la mis-

ACTO TERCERO

La misma habitacion. Todas las puer!~, abier­ras. Sabre Ia mesa continua encendida Ia Iam­para. Fuera es de noche rodavici. Solo un debil resplandor del incendio brilla al fonda del jar-

din, a Ia izquierda.

La SENORA ALVING, con un chal sobre Ia: ca­beza, mira por los cristal es del invernadero. REGINA, con un chal tambien, se halla a corta

distancia de ella.

SENORA ALVING. Ha ardido todo. De arriba abajo.

REGINA. Aun hay fuego en los sotanos.

REGINA. ( Debo ir a llevar}e ·.el sombrero?

SENORA ALVING. (No tiene sombrero ~iquie~a?

REGINA. (Seiialando al vestibula.) ~o, senora; mirelo colgado ahi.

SENORA ALVING. Dejalo, entonces. No puede tardar ya.

V oy a ver yo misma. (Vase por la puer-ta del jardin.) ·

PASTOR MANDERS. (Entrando por el SENORA ALVING. · i Y Oswaldo sin venir, aunque

no hay nada que salvar ! ya 1 vestibula.)

.: No esta · Ia senora? •

......

"(

~

i .

\

,..

ESPECTROS.-ACTO III 1349

REGINA. Acaba de salir por e} jardfn.

salido con ).a nuestra, hija mia. (En voz. alta.) j Y que sea yo el culpable de que e~ pastor haya quemado ... !

PASTOR .MANDERS. Es la noche mas terrible que1he pa-l PASTOR MANDERS.

sado en mi vida. Le doy mi pa}abra, Engstrand ...

REGINA. I ENGSTRAND. . i Que desdicha tan grande! ,:Verdad Nadie ha tocado las velas mas que

senor pastor? ' usted abajo.

PASTOR MA~-<DERS. i Ay!, no me hab).e de eso. j No me

atrevo ni a pensar)o!

REGINA. Pero .: como ha _podido <icurrir?

PASTOR MANDERS. jNo me pregunte ·nada! (Acaso. lo

se yo? c:Tambien quiere usted ... ? .:No es bastante que s~ p~dre ... ? · -

REGINA. (Que ha he_cho mi padre?

PASTOR MANDERS. (Volviendose, asus­tado.) ,:Me persigue usted basta aqui?

ENGSTRAND. condene! .. : i Jesus !

PASTOR MANDERS. (Deteniendose.) Si, usted insiste en eso. Pero yo no

recuerdo ni por asomo haber tenido una vela en la mano. ·

ENGSTRAND. Pues yo vi muy bien como cogia el

senor pastor una para despabilarla en­tre los dedos y tiraba Juego el pabilo en las virutas ...

PASTOR MANDERS. ~ ( Vio us ted -eso?

PASTOR MANDERS·. -.No me lo explico. Por lo demas,

nunca acostumbro despabilar las velas con los dedos.

ENGSTRAND. Si ;. no parecia muy prudente,

cierto. Pero (ha sido tan grave el no?

por da-

Si... i Dios · me q ueria decir. i Es nor pastor! alg9 tremendo, se- 1 PASTOR MANDERS. (Que va y viene, in-

.tranquilo. )' · PASTOR MANDERS. (Pas.eandose nervfo-

sarnente.) . i Dios mio, Dios mfo!

REGINA. .:Que pasll,?

ENGSTRAND. . i Oh!, todo se debe a .esa reunion pia­

dosa. (Aparte, a REGINA.) Nos · hemos

i No me 1o pregunte !

ENGSTRAND. (Siguiendole.) Ademas, ,:no habia hecho usted

seguro?_ un

PASTOR . MANDERS. (Sin dejar de an-dar.) . i No, no, y no! Ya }o sa be usted de

sobra .

Page 25: . i.smjegupr.net/wp-content/uploads/2012/06/Espectros.pdfde los cristales se diflisa el paisaje sombrio cDurmiendo a estas horas, en pleno dia? del fjor~, tJelado por una llutJia continua

1350 HENRIK lBSEN.-TEATRO COMPLETO

ENGSTRAND. (Andando con el.) i Sin asegurar! Y prenderse asi eJ .tin­

glade... i Jesus, Jesus, que Jastima!

PASTOR MANDERS. (Secand.ose el sudur . de lcz frente.) Bien puede vsted decir!o, :J?.ngs-

trand._ ..

ENGST.RAND. j Y q1,1e hay!l pasado esto en una ins­

tituci6n benefica que iba a ser tan util a la ciudad y al campo, segtin parece! Me terno que la prensa no trate muy bien al senor pastor.

PASTOR MANDERS. Justamente en eso estoy pensando.

Es casi lo peor de todo. i Cuantos a tu­ques 'y acusaciones llenos de odio . .. i Oh, me horripila imaginarlo!

SENORA ALvniG. (Viniendo del jardin.) No se le puede convencer de que

abandone los escombros.

·PASTOR MANDERS. · i Ah ! 'Esta us ted aq ui, senora?

. SENORA ALVING. Usted, al menos, se ha evitado el

discurso de inauguraci6n, pastor Man­ders.

PASTOR MANDERS. i Hubiera tenido tanto gusto 1 • . . ~

SENORA ALVING. (Con voz ronca.) Mas vak. que haya sido asi. De este

orfanato rto habria 8alido nada bueno.

PASTOR MANDERS. cUsted cree?_

SENORA Ar.VING. cLo duda?

PASTOR MANDERS. No obstante, ha sido un desastre in­

menso.

SENORA ALVING. Hablaremos de ·euo como de una

cuesti6n de intereses.".. tEsta usted aguaidando al pastor, Engstrand?

ENGSTRAND. (A la puerta del. vestibula.)' Si, senora. ·

SENORA ALVING. Pues si~ntese.

ENGSTRAND. Gracias; estoy bien de pie.

SENORA ALVING. (Al pastor,) Se marcha usted ahora, en el vapor,

~eh?.

PASTOR MANDERS, , Si; dentro de una hora.

SEN'OitA ALViNG. . En ese caso, -'sera us ted tan amable

que se lleve otra vez todos los do­cumentos? No _ quiero saber una pa­labra mas de este asunto. Por el ins­tant:e tengo otras cos~s . en que pen­sar.

PASTOR MANDERS . · Senora ...

SENORA ALVING. Despues le enviare un poder para

que arregle todo como quiera.

PASTOR MANDERS. . Me e.ncargare de hacerLo muy . gus­

tos9. Desgraciadamente, tendra que cam­biarse . )a disposici6n primitiva del le­gado.

SENORA ALVING Por supuesto.

PASTOR MANDERS.

• r .

En cu:mto a rni, creo ql.ie debemo~ v5:ntilar Ia cuesti6n de suerte que la finca de Solvik correspon9a a Ia pa-

-...,..

"·~

, •,

"

s ESPECTROS.-ACTO III 1351

rroquia. Como el terreno representa alglln valor, siempre puede ser util pa­ra algo. Y por lo que atane a los inte- · reses del capital que queda en Ia Caja de Ahorros, sera_ lo mas' converuente emplearlos en apoyar alguna empresa de provecho para Ia ciudad.

PASTOR MANDERS. Si; pero, querido Engstrand, 'de que

modo ... ?

ENGSTRAND. Jacobo Engstrand es como el angel

de Ia salvaci6n, seiior pastor.

SENORA ALVING. I PASTOR MANDERS. Como us ted guste. Todo me es ya No, no; de ninguna manera puedo

iridiferente por completo. consentir · eso.

ENGSTRAND. i Piense us ted en mi hagar de IIJ.ll·

rinos, senor pastor!

PASTOR MANDERS. Si, a fe mia, es una buena idea. En

fin, habra que meditarlo despacio.

ENGSTRAND. i No, diablo; nada de meditarlo! ...

_ ( Refrenandose.) i Jesus-!

PASTOR MANDERS. Y · a parte de eso, no se, por mi mal,

cuanto tiempo tendre que ocuparme de estes pleitos. Es posible que la opi­nion, publica me obligue a retirarme. Todo depende del resultado de las in­vestigaciones sobre el incendio.

SENORA ALVING. 'Que · esta usted diciendo?

ENGSTRAND. A pesar ' de todo, asi s~ra.. . Yo se

de alguien que ya carg6 con la culpa de otra persona en cierta ocasi6n.

PASTOR MANDERS. j Jacobo! (Estrechdndole la mano .).

Es usted un hombre excepcional. iVa­ya ! , puede contar con toda Ia ayuda que ~"a necesaria para su hagar de marinos. (ENGSTRAND iritenta dar las gracias; pe­ro se lo impide la emoci6n. El pastor se tercia la correa de su. saco de viaje por ericima del hombre.) Y ahara.. . i en marcha ! Nos vamos los dos. -

ENGSTRAND. (Pasando junto a REGINA, que estci a la puerta del comedor. ) Ven conmigo, chiquilla ; estaras a tus

anchas.

REGINA. PASTOR MANDERS. . I Merci (1). (Sale al ve§tibulo para bus-

y no es posible calcular de antema- car el abrigo del pastor.) no el resultado.

EN-GSTRAND. (Acercdndose.) r

i Pues clara que se puede calcular! Para eso esta aqui Jacobo Engstrand.

PASTOR MANDERS. Si, si; perc . . .

ENGSTRAND. (Mas bajo.) _ Y Jacobo Engstrand no es hombre que

traicione a un digno bienhechor en el momento del peligro, como quien dice.

PASTOR MANDERS. - H asta la vista~ senora. i Y quiera e1

cielo que entre pronto en esta casa el_ espiritu de) ·orden y de )a regulari­dad!

SENORA ALVING. Adi6s, Manders. (Ve a OswALDO en­

trar por el jardin, y se dirige al in­vernadero)

(1) En frances en el original.·

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1352 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

ENGSTRAND. (Ayudando a REGINA a

1

OSWALDO. (Con indiferencia.) , poner el abrigo al PASTOR MANDERS.) Gracias, madre. . Adi6~, hija mia. Y si ocurriera al- 1 •

go, ya sabes d6nde esta Jacobo Engs- ., SENORA ALVING. trand. (Aparte.) Calle del Puerto jejem!... (No estas cansado, Oswaldo,? c:Quie-(A la SENORA AI..VING y a OsWALDO.) res dorrnir quiza? Y el hogar de Jos rnarinos se llamara Hogar del Gentilhombre AJ,ving, · reso es! ... Y si me permit en regen tar esa casa como espero, no vacilo en prome­ter que sera digna del gentilhombre, que en paz descan~e.

PASTOR MANDERS. ( A la .·puerta.) j Hum! Vamos, queri~9 Engstrand,

i Adios, adios 1 ... (Salen ambos por el vestibula.)

0 SWALDO. (Con terror.) jNo, no! ... jDorrnir,·no! No d,uer­

mo nunca; solo hago que duermo. (Tristemente.) Pronto me llegara mi hora.

SENORA ALv'ING. (Mirandole con inquie- . tud.) Si, verdaderamente, estas enfermo,

por lo vista, hi}o mio.

OswALDO. (Acercandose a la mesa.) c:Que . hogar es ese de que habla- 1 REGINA. (lntrigadd.)

ban? , f_ Esta enfermo e~ senor Alving? -

SENORA ALVING. Es una especie de - asilo que quieren

fundar el y el pastor Manders.

0SWALDO. Ardera como este.

SENORA ALVING. c:Por que supones eso? -

0SWALDO. Todo desaparecera. No restara nada

que recuerde la memoria -de -mi padre. Yo a mi vez me estoy . consumiencJ.o.

SENORA ALVING. i Oswaldo I No debiste haberte que­

dado tanto tiempo alla abajo. j Pobre hijo!

OswALDO. · (Impaciente.) j Que cierren todas las ventanas! Es:.

ta angustia mortal ...

SENORA ALVING . . Cierra, Regina. (REGINA - Cierra y se

_queda a la puerta deL. "Vestibula._ La SENORA ALVING se quita el chal. REGINA hace lo mismo. ba SENORA ALVING arri­ma una silla y se sienta junto a Os­w ALJ?O.) i Ea!, me · sentare a tu -!ado.

OswALoo. · Si, muy bien. Y que tambi~n ,se' que­

de Regina. ~egina debe estar siempre conmigo. Tu vendras en mi auxilio, c verdad, Regina?

(REGINA le mira,

OsWALDO. (Senuindose al rt~esa.)

extraiiada.) I R · EGINA. lado . de la No comprendo ...

SENORA . ALVING. cEn tu auxilio?

Creo que tienes raz6n.

SENORA ALVING. Dejame secane la cara; estas todo

mojado. (Le seca con su pafiu'elo.) . OswALDO.

Si... cuando sea necesario.

....

.. r

')

• ESPECTROS.-ACTO III 1353

SENORA ALVING. I OSWALDO. Oswa~do, c:no tienes ·a tu madre para Si, ya lo se.

auxiliarte?

' 0SWALDO. c:Tu? (Sonriendo.) Tu no puedes

prestarme ese · quxilio. (Con risa for­iada.) i Tu 1 i Ja, ja 1 ... (Mirandola gra­vemente.) Aun cuando eres la que de­bfa hacerlo. (Gem violencia.) Regina, c:por que no me tuteas? cPor que no me llamas Oswaldo?

REGINA. (En voz baja.) Creo que no ~e gu~taria a la senora~

SENORA 'ALVING. Dentro ~de poco te estara permirido.

Sientate aquf con nosotr-os ... (REGINA se sienta, silenciosa y· con cierta v'acilaci6n, al otro lado de la mesa.) Y ahara, pobre hijo mio, voy a quitarte · el peso que lie­vas sabre tu alma ...

' 0SWALDO. c: Tu, ·madre?

SENORA ALVIN(,. Todo lo que -llamas pesares, remordi­

mientos, arrepentimiento ...

0SWALDO. c: Te crees capaz de eso?

SENORA ALVING Si, Oswaldo; ahara ·soy capaz. Cuan­

do hace poco se te ocurrio hablar de la alegria de vi vir, se · me repr~sent6 con toda claridad lo que era' mi vida.

(

OswALDO. (MeneCmdo .la cabeza.) No entiendo nada de eso.

SENORA ALVING. Debieras haber conocido a tu padre

mientras todavia era un joveo tenien­te... jEl si . que desbordaba alegria de vi vir!

SENORA ALVING. Su sola presencia contagiaba el albo­

rozo. Y por aiiadidura, aquella fuerza, aquella vitalidad indomable: ..

OS WALDO. <Y que mas?

SENORA ALVING. Aquel nino alegre-porque entonces

era enteramente un nino--se instalo en una pobjacion con pretensiones de gran ciudad, que no podia ofrecer.le sino pia­ceres en 'Vez de verdadero regocijo. Alii llevaba una vida sin objeto, desprovisto de una ilusion a que entregarse de lleno, ocupado solo en su empleo y en nego­cios, sin amigos capaces de sentir la ale­gria de vivir, rodeado de. holgazanes y juerguistas ...

0SWALDO. jMadre. ~ .!

SENORA ALVING. Y paso Jo que ·tenia que pasar ...

0SWALDO. c:Que tenia. que pasar?

SENORA ALVING. Tu mismo. lo expresabas esta noche,

al presagiar lo que seria de ti si te quedaras en casa.

0SWALDO . . (lnsinuas con eso que mi padre ... ?

SENORA ALVING. Tu padre no. encontro nunca ocasion

de desahogar su indomable alegria de vivir. Yo taf!lpoco la lleve a -su casa;

OSWALDO. I

(f\l' tampoco?

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1354 HENRIK IBSEN.-TEATRO COMPLETO

. SENORA .ALVING. SENORA .ALVING . Me habian inculcado algunas ense­

iianzas, en las cuare~ no existian mas que obligaciones. Y por elias me he re­gido durante largo tiempo. Todo en la vida giraba en torno a deberes : mis deberes, sus · deberes. .. Hoy temo . haber hecho insoportabl.:! el hogar a tu · padre, Oswaldo.

Tu madre tenia muchas ·cualidadc:s buenas, Regina.

REGINA. Si; pero de todas maneras... Muy a

menudo lo he pensado asi, aunque ... Bueno, senora i (.me permitira usted que me marche en seguida?

OswALDO. I SENO'RA .ALVING. c.Y por que no me has hablado nun- c.De veras quieres irte, Regina?

ca de eso en tus cartas? '

SENORA .ALVING. Hasta ahara no lo he visto bajo un

REGINA. Si~ claro que quiero.

aspecto que me impulsara a confesarte- ·1 SENORA .ALVING. lo a ti, su hijo. Naturalmente, · puedes hacer tu vo-

0SWALDO. (Y c6mo Jo veias?

SENORA .ALVING. (Lentamente.) S6lo se me alcanzaba una cosa, y es

que tu padre era u n hombre p<;rdido antes que tu nacieses . .

0SWALDO. (Con voz apagada.) j Oh! ... (Se levanta y se dirige a la

vent ana.)

SENORA ALVING. Despues de reflexionar mucho tiem­

po, saque la conc}usi6n de que Regina habitaba esta casa . . . con tanto motivo como mi propio hijo.

OswALDO. (Volviendose precipitadamen­te.)

. j Regina!

REGINA. (Sobresaltada y moderando · su rono.) · c. Yo?

SENORA .ALVING. · Si; ya Jo sabeis los dos.

luntad; pero... '

0SWALDO. (Avanzando hacia REGINA.) <Marcharte ahara ... ahara que estas

en tu casa?

REGINA. ,. "Merci, senor -Alvi,ng.,. Bu,eno; es ver:.

dad; ahara podre . llamarle Oswaldo. Pero francamente, no. es. asi como .. yo habia esperado decirlo. · ·

• SENORA ALVING.

Regina, no he -sido franca COJ;ltigo . .. .

REGINA. Por supuesto, no se puede . decir otra

cosa. Si hubiera sabido que' Oswaldo · estaba enfermo... Ademas, ahara que no puede haber nada serio entre nos­otros.:. No, no puedo quedarme aqui para cuidar enferrnos;

OswALDO. · (.Ni siquiera por uno que esta tan

estrechamente Jigado a ti?

REGINA. • REGINA. (Como para si.) I No puedo, no. Una muchacha pobre

<De modo que mi madre era una ... ? ha de aprovechar su juventud, porque,

··~

~

I

t

I

ESPECTROS.-ACTO III 1355

si no, puede encon~rarse alg\ln dia sin tener donde caerse m'uerta. i Y tam­bien yo siento la alegria de vivir, se­nora!

SENORA .ALVING.

SENORA ALVING. (.Cual?

REGINA. El Hogar del Gentilhombre Alving.

Si, por desgracia~ pero no te eches SENORA ALVING. a perder, Regina. j Regina! Ahara lo veo claro ... Vas

REGINA. a echarte a perder.

i Oh i si me pierdo, sera ~rque asi REGINA. tenia que ser ... Puesto qu.e .Oswaldo se i Bah! Adieu! (1). (Saluda y vase por parece a su pa~e, es · logtco que yo el vestibulo.) me parezca a m1 madre. (.Puedo pre-·. guntar a Ia senora si el pastor Manders esta ente.rado de esto?

SENORA ALVING. El pa,.stor Manders lo sabe todo.

REGINA: (Poniendose su dull.) Bien; pues yoy ·a · darme prisa para

alcanzar e} vapor. · Es facil convencer al pastor, tail amable, y creo que ten­go tanto derecho al dinero como... co­mo ese carpintero repugnante.

SENORA ALVING. No te lo negaran, Regina.

REGINA. (Mirandola con dureza.) Ya podria haberme educado Ia senora

como· hija de un hombre de condi­ci6n: eso hubiese sido lo .justa. (Con un ademan desdefiosq.) i Puaf! i Me da iguall (Mirando la botella de champa­fw sin descorchar.) Despues de todo no tendrfa nada de particwar que acabara un dia· bebiendo champana entre gente de rango.

SENORA ALVING. Si alguna vez necesitas un hogar, Re­

gina, ven aqui conmigo.

REGINA. No; muchas gTacias, senora. Segura­

. mente, el pastor Manders se ocupara de mi. Y si ten go que acabar ·mal, ya se Ja casa que me corresponde.

OSWALDO. (1unto a la ventana, miran­do hacia afuera.) (.Se ha ido?

SENORA ALVING. Si.

0SWALDO. (Entre dientes.) Creo que eso esta mal hecho.

SENORA ALVING. (Acercandose a el por detras y poniendole fas manos sobre los hombros.) Oswaldo, querido hijo, ,:te ha afec­

tado mucho? \

OSWALDO. (Volviendo el rostro hacia ella.) ( Por lo que se refiere a mi padre,

quieres decir?

SENORA ALVING. Si, a tu infeliz padre. Tengo miedo

de que te impresionara con exceso.

0SWALDO . ~Por que lo piensas.? Sio duda, todo

esto ha sido una sorpresa para mi; pero, bien mirada, me da igual.

SENORA ALVING. (Retirando las manos.) < Te da igual que tu ~adre haya sido

a tal extrema infeliz? --- ' ~o) · Adios. En frances ep el original.

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y puedes serme tan util. 0 0

SENORA . ALVING. < Verda_d que si, Oswaldo? j Oh! casi

podria bendecir· la enfermedlJ.d que te ha hecho · volver ·a mi lado. Porque al cabo me percato de que no ~res mio, de que he de ganarte.

OswALDO. Si, si; pero ~odo eso se reduce a

pa~abras. Debes 'recordar, madre, que soy ·un enferrtJ.o. No puedo. ocuparme de los demas; bastante tengo con pen­sar en mi mismo.

SENORA ALVING. (Bajando la voz.) Sere humilde y paciente.

0SWALDO. j ·y alegre, madre!

SEFfcmA ALvrNG_. . Si, hijo mio, tienes · raz6n. (Acercan­

dose. a el.) <!No te . lie J,i.brado ya· de to- _ _dos- tus pesares y remo'rdimientos?

OSWALDO. Si, lo has hei::ho. Pe~ <! quien me

librara de la angustia al presente?

SENORA ALVING. <De la angustia?

o'swALDO. (Pasetindose.) Regina lo habria logrado con una so-

la frase. ·

SENORA Al..VING. No deduzco que re}aci6n -puede te­

ner )a ailgusria con Regina.

IH"U.~I V oJ ~ Q '-'.l,U}'J.'-'£.U Q "'!l:a.l. .... c.4.&. ..,.til """._.. ....

entre las cumbres. j Hara buen tiem­po, Oswaldo! i Dentro de poco veras el sol!

OS WALDO. Me alegro. j Todavia hay algunas ·co­

s as que · pueden a!egrarme e invitarme a vivir!

SENORA ALVING. jYa lo creo!

0SWALDO. Si no puedo trabajar ...

• SENORA ALVING. j Oh I, podras volver a trabajar pron­

to, hljo mio. Ya no existen aquellos pensamieritos inquietantes que te ator­mentaban.

OS WALDO. Por fin has conseguido librarme de

mis alucinaciones. Y como de momen­ta he salvado el mal paso ... (Se sienta en el sofa.) Vamos a hablar, madre ...

SENORA ALVING. Si, de acuerdo. (Acerca un sill6n y

se sienta junto a OswALDO.)

0SWALDO . . Mientras sale e! sol, lo sabras todo, y

asi se me ira esa angust"ia.

SENORA ALVING. (Que es lo que voy a saber?

OSWALDO. (Sin escucharla.) c:No me dedas anoche que no hay

nada ei;l el mundo que no hicieras por mi y si yo te }o pidiese?

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ra que pueda permacener aurante anos en ese estado, que pueda envejec.er y encanecer en semejante situaci6n... •y entre tanto, tU. podrias morir, dejando­me so)o. (Se sienta en el ·sill6n de su tnildre.) Porque no acaba por fuerza en una muerte 1 repentina, seg1ln inclic6 el medico. Deda que es· una especie de reblandecimiento cerebral... o aJgo por el estilo. (Sonriendo con tristeza.) Me suena muy bien la expresi6ri. Hace pensar ep terciopelos de · seda color guinda ... . algo delicado y de)icioso, P!!-ra acariciar... ·

SENORA ALVING. (Gritando.) jOswaldo!

0SWALDO. (Levantdndose d~ improvi­soJ · -i Y me has quitaqo a Regina! Si la

tuv~ese junto a mi... ella habria sa­bido acuclir en mi auxi.)..io ...

SENORA ALVING. (Yendo hacia el.) . (Que quiere~· decir, hijo mio? . (Es

que puede haber en e) 'lllundo un auxi­lio que yo no sepa prestarte?

OsWALDO. Cuando me recobre, despues del pri­

mer ataque, me dijo · el. medico que, si se repetia-y· se rep.etira_:_, ya no habria espera~a. ·

SENORA ALViNG. <.Y fue ta_n · cruel, que ... ?

OSWALDO. Le obligue yo. Le dije que tenia que

tomar algunas ~posiciones. (Sonrie maliciosamente.) Y asi era. (Saca una cajita (lel bolsillo interior de su cha­queta.) Madr~, (.ves, esto?

SENORA ALVING: <Que es?

) e I OSWALDO.

Polvos de morfina

< (

I •

".r..NU!<A ~Y.&.1'1iu. \£,.-£•• -··-..., .. .,._,

zada.) i Oswaldo... hijo mio!

0SWALDO. · He conseguido reunir doce papelillos.

SENORA ALVING. (Intentando arrebatar­selos.) i Dame esa caja, Oswaldo!

'~

0SWALDO. Todavia no, madre. (Vuelve a guar­

darse lp caja en el qolsillo.)

SENORA ALVING. No podre sobrevivir a esto.

OS WALDO. Hay que sobrevivir. Si ahora estu-

. viera aqui Regina, Je habria ·explic11do lo que me pasa... y le habria pedido esta suprema ayuda, se_guro de que no me Ia negaria.

SENORA ALVING. iJ~mas!

OSWALDO. Cuando me sobreviniera el ataque en

presencia suya y me viera ·tendido en el sue)o con menos energia que un niiio, desahuciado... sin esperanza... sin sal-vaci6n posible... ·'

SENORA ALVING. No; Regina no lo h a b r i a hecho

nunca.

0SWALDO. Regina l.o habria hecho; Regina te­

nia un coraz6n tan encantadoramente ligero ... . Se habria cansado muy pron­to de cuidar a un enfermo como yo.

SENORA ALVING. En ese caso, demos gracias a Dios

de que no este aqui.