01 Lacticinios Enero Marzo (Revista Canilec)

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Consejo Directivo NacionalPresidente

Director General

DELEGACION OCCIDENTE

Primer Vicepresidente

Segundo Vicepresidente

Tercer Vicepresidente

Tesorero

Secretario

Consejeros

Lic. Raúl Riquelme Cacho

Lic. José García González

CÁMARA NACIONAL DE INDUSTRIALES DE LA LECHE

Benjamín Franklin No. 134 Col. Escandón11800 México, D.F. Tel. (55) 5271-2100 /5271-2884 Fax (55) 5516-6040Contacto: [email protected]ágina web: www.canilec.org.mx

Av. Patria No. 1347, oficina 28 Col. Mirador del

Sol 45050 Guadalajara, Jal.

Tel. y Fax (33) 3620-8993

Contacto: [email protected]

Lic. Juan Carlos Pardo Bejarano

Ing. Alfonso Moncada Jiménez

Lic. Alfonso Gutiérrez Vega

C.P. Diego D. Montemayor López

M.A. Ricardo Villavicencio Contreras

Sr. Rodolfo Pérez-Cortes de la FuenteIng. Miguel Ángel García ParedesDr. Rafael Varela MeléndezLic. Luis Musi LetayfLic. Miguel Ángel Canseco CamachoIng. José Luis Castillo HerreraIng. Mario Pérez OrtizLic. Eugenio Salinas MoralesSr. Miguel de la Parra y de la ParraIng. Mariano Salceda Servín de la MoraLic. Eugenio Álvarez GilDr. Héctor Enrigue Loera

Es una publicación trimestral, editada por la Cámara Nacional de Industriales de la Leche, Benjamín Franklin No. 134,

Col. Escandón, 11800 México, D.F. Número de Certificado de Licitud de Contenido 7161. Número de la Revista al Título

en Derechos de Autor (002382/97). Distribuido gratuitamente por CANILEC.

CONTENIDO• EDITORIAL

• LOS PRODUCTOS LÁCTEOS DE MAYOR CONSUMO EN MÉXICO. ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS. TABLAS DE COMPOSICIÓN DE ALIMENTOS: PARTE 1

• ARTICULO BIOTECNOLOGÍA AGRÍCOLA Y AGROECOLOGÍA, COMPLEMENTARIAS U OPUESTAS?

• THE DAIRY SHOW INTERNATIONAL 2013

• PERSPECTIVAS DE LA AGRICULTURA Y DEL DESARROLLO RURAL EN LAS AMÉRICAS: 2013 UNA MIRADA HACIA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE PARTE 1

Lacticinios

Enero - Marzo

Diseño Gráfico.

Impresion.Impresor Soila Irma Bustos y NarváezJuan A. Gutiérrez No. 3 Col. Moctezuma 1ª Sección 15500 México, D.F.Tel. (55) 5784-6458e-mail: [email protected]

Marco A. Estrada Martínez55-1292-7741 [email protected]

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Lic. Raúl Riquelme CachoPresidente del Consejo Directivo Nacional

Edi

torial

Estimados industriales.

Estamos al inicio de un nuevo año, que trae consigo una serie de circunstancias especiales.

Un nuevo Presidente de la República, un nuevo gabinete, un nuevo compromiso sexenal, un pacto por México que implica el ofrecimiento de una nueva forma de ver y hacer las cosas, es decir, para nuestro país y en especial para CANILEC, estamos convencidos que esto nos implica que tenemos ante nosotros nuevos retos para nuestra industria lechera, por lo que el esfuerzo, permanencia, constancia y trabajo continuo será la herramienta más importante para buscar lograr el éxito que como hasta ahora se ha logrado.

Estamos claros que México requiere de una renovación general y de un rumbo y un sentido que nos permita volver a recuperar la senda del crecimiento y del desarrollo; es un tema que se antoja responsabilidad del nuevo gobierno, pero es un hecho que llego el momento de poner manos a la obra todos juntos para que este deseo que tenemos, se haga realidad.

Ante este panorama, en esta primera edición de Lacticinios, hemos preparado una serie de artículos que pretenden presentar los desafíos para la superación de la crisis económica sin olvidar o dejar de lado lo que corresponde a la responsabilidad social que todos los sectores industriales deben tener.

Agradecemos de manera especial al Dr. Miguel Pérez de la Mora, Director de la Revista de la Academia Mexicana de Ciencias, su apoyo para poder integrar y publicar en LACTICINIOS© el artículo de Alejandra Bravo: Biotecnología agrícola y agroecología.

Además, contamos con la gran aportación que nos hace la Dra. Claudia Delgadillo Puga asi como el M.N. Ángel Ledesma Solano, ambos investigadores de la Dirección de Nutrición, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán con el desarrollo del tema: “Los productos lácteos

de mayor consumo en México: antecedentes y perspectivas”, mismo que por su amplitud, estamos publicando solo la primera parte en esta edición.

Aprovecho la oportunidad que estamos en contacto de nuevo, para hacerles la invitación a que nos acompañen, inscriban a sus empresas y acudan al The Dairy Show International 2013, magno evento de la industria de la leche de nuestro país que se estará llevando a cabo del 17 al 19 de abril en las instalaciones del Polifórum León, en la bella ciudad de León Guanajuato, esperando que éste sea el gran escenario de negocios del mundo lácteo, brindando excelentes oportunidades de concretar nuevos negocios, ampliar sus estrategias comerciales y actualizarse sobre las últimas tendencias de la industria.

Finalmente, como ya es conocimiento de todos ustedes, continuamos reforzando nuestra campaña “Toma un Buen Consejo, Toma Leche y sus Derivados”, con la finalidad de seguir incrementando la conciencia de los líderes de opinión y de los públicos que influyen sobre la decisión de nuestros consumidores, y así potencializar las capacidades de las características y beneficios de la leche y sus derivados. Con esta iniciativa se han logrado importantes acciones positivas para la industria lechera, pero aún falta mucho por hacer y para esto es relevante que te sumes al esfuerzo y que ayudes a que esto sea cada dia más una realidad, ¡Súmate a este esfuerzo!

Agradezco su atención y apoyo, y como siempre, reitero mi disposición y compromiso de seguir haciendo el mejor de los esfuerzos para buscar que nuestra industria y nuestros afiliados, tengan en este nuevo 2013, un mejor desempeño y mejores resultados.

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Los Productos Lácteosde mayor consumo en México.

Antecedentes y Perspectivas.Tablas de Composición de Alimentos: Parte 1

Dra. Claudia Delgadillo Puga

y M.N. Ángel Ledesma Solano.

Investigadores de la Dirección de Nutrición. Instituto Nacional

de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Las bases de datos nutrimentales nacionales e internacionales han sufrido importantes cambios, han evolucionado constantemente gracias a los esfuerzos de diversas organizaciones, instituciones y grupos académicos, quienes reconocen la necesidad de divulgar los adelantos en materia científica acerca de la composición nutrimental de una gran variedad de alimentos; donde, la leche y sus derivados participan activamente. Entre las acciones más relevantes en las que se aplican estos conocimientos han sido las de elaborar, adecuar, modificar o proponer dietas o menús individuales o colectivos; servir de apoyo a los planes y programas de planificación nutrimental; contribuir a la evaluación nutrimental de la población; influir en la toma de decisiones a nivel industrial, al informar sobre los cambios que experimentan los alimentos en su aporte nutritivo; recomendar la ingesta de ciertos alimentos en particular, por su aporte específico de algún o algunos nutrimentos o por el contrario, limitar su consumo. De manera adicional, las bases de datos nutrimentales han contribuido de manera relevante a la creación de una herramienta práctica, que facilita la selección de una alimentación saludable como son las guías alimentarias. Las cuales han sido definidas como un instrumento educativo; que adaptan los conocimientos científicos sobre requerimientos nutricionales y composición de alimentos.

En este sentido, a lo largo del tiempo se han realizado, diferentes esfuerzos para la creación, desarrollo y mejora de las bases de datos. En 1890 surgen en los Estados Unidos de Norte América las primeras tablas. En 1942 en Latinoamérica aparece la primera edición de

la tabla Argentina de composición química centesimal y mineral de aproximadamente 600 alimentos. Para 1953 el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP), inició la integración de datos sobre composición de alimentos, dentro un suplemento del Boletín de la Oficina Sanitaria Panamericana. Ya en 1960 se público como una obra independiente con el título de Tabla de Composición de Alimentos de Centro América y Panamá. Esta tabla incluyó el contenido de macronutrimentos y micronutrimentos de 565 productos; las fuentes de datos fueron los laboratorios propios del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) complementados con valores de

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otras fuentes, principalmente del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; más tarde el INCAP junto con el Comité Interdepartamental de Nutrición para la Defensa Nacional de los Estados Unidos (ICNND) realizaron una compilación de datos originales de laboratorios de países de América del Sur. Con estos datos se elaboró una tabla sobre composición de alimentos para aplicación en América Latina, la cual fue publicada en 1961, tanto en castellano como en inglés. En este mismo año en Chile, bajo los auspicios de la organización para la Alimentación y la Agricultura, dependiente de las Naciones Unidas, FAO se publicó la primera edición de una base de datos que incluía 112 alimentos, más tarde ya para la octava edición, estas tablas incluyen 396 alimentos. Además de las recomendaciones de la Organización Internacional INFOODS (International Network of Food Composition Data System). Cabe

señalar que este, organismo que actualmente engloba los esfuerzos de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Uruguay, Ecuador, México y Guatemala entre otros; en una organización conocida como Red Latinoaméricana de Composición de Alimentos (LATINFOODS). La creación, desarrollo y mejora de las bases de datos de nutrimentos, se extendió por toda América. Es importante mencionar que los enormes esfuerzos

que se han señalado, son el producto de un gran número de análisis de cada uno de los componentes de un alimento; análisis que son muy costosos, deben repetirse un número de veces determinados y exige una infraestructura instrumental muy amplia, diversa y especializada, el respaldo de un control de calidad, la disponibilidad de patrones de referencia adecuados, el uso de técnicas plenamente validadas, personal capacitado y experimentado. Los centros que cuentan con todos estos elementos y menos los que cuentan con un financiamiento específico para dedicarse al análisis de alimentos son muy limitados. Sin embargo, en México desde 1955 se trabaja en este sentido; centrándose los esfuerzos en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, por más de 40 años, aun lo coloca como una institución de referencia. Paralelamente, en México se desarrollan productos de divulgación plenamente avalados por la FAO y la Universidad de las Naciones Unidas a través del organismo regulador conocido como INFOODS.

No obstante frente a este panorama, los estudios de la composición de los alimentos se realizan de poco en poco, enriqueciendo gradualmente las bases de datos. No solo en número de alimentos, sino también en el tipo y cantidad de nutrimento. Los cuales con el paso del tiempo han sido cada vez más detallados, surgiendo así tablas donde los esfuerzos estaban encaminados a divulgar la presencia de nutrimentos como carotenoides, aminoácidos, fibra dietaria y almidón en alimentos fresco y procesados. La necesidad por disponer de una información concreta sobre la calidad nutritiva de los alimentos que habitualmente se consumen alrededor del mundo, demanda mayor celeridad en la respuesta. Sin embargo, es necesario entender que está es altamente dependiente de la aportación de recursos económicos.

Como ya se menciono, en muchos países se publica periódicamente esta información, cuya extensión, conformación y usos son muy variables. La información nutrimental que se reporta ha evolucionado constantemente, poniendo a disponibilidad del usuario cada vez más detalles acerca de la composición de los alimentos.

En este sentido, se reporta información que se relaciona

Los Productos Lácteos de mayor consumo en México.

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positivamente con la salud, tal es el caso de los “compuestos biológicamente especiales” haciéndose referencia a los compuesto polifenólicos como las flavonas. Otro importante avance, es la información sobre el perfil de los ácidos grasos, donde la presencia de los conocidos como omega 3 y omega 6, es cada vez más relevante. En el terreno de las vitaminas, resulta innovador contar con la información acerca del tipo y la concentración de los isómeros de la vitamina E; es decir alfa, beta, gama y delta tocoferol, así como sus respectivos tocotrienoles. De manera adicional los isómeros (cis-9, trans-11 y trans-10, cis-12 C18:2) del ácido linoleico conjugado conocido por sus siglas en Inglés como CLA. Así mismo, la presencia de algunos antioxidantes como: lactoferrina, vitamina C, Vitamina E, carotenos y Coenzima Q, además de enzimas como superoxidodismutasa (SOD), catalasa y glutation peroxidasa (GHSPX) son y siguen siendo objeto de gran interés de un sin número de investigaciones; debido a sus implicaciones en el desarrollo del sistema nervioso, la visión, su actividad antioxidante, así como por su relación con la inhibición de varios procesos cancerígenos; además del control del sobre peso y la respuesta inmunológica, entre otros procesos.

De manera paralela, la presencia de algunos de estos compuestos en los alimentos, particularmente en los productos de origen animal y por supuesto en la leche y sus derivados, son considerados como importantes indicadores de trazabilidad con una influencia directa sobre la calidad; donde el desarrollo de marcas comerciales basadas en atributos nutricionales estrictamente evaluados pueden constituir una alternativa. Así mismo es importante señalar que los esfuerzos en las mejoras genéticas, de manejo, alimentación y salud animal, han impactado positivamente sobre la calidad de los productos lácteos. Información que ha sido expuesta a través de diversos medios de comunicación en los que se destacan las revistas científicas de alto impacto. Es imperativo reconocer, que la información nutrimental de la leche y sus derivados hasta ahora resumida en las distintas bases de datos es insuficiente, sin embargo para fines prácticos resulta muy valiosa. Esto permite identificar la calidad nutrimental de una amplia variedad de productos.

Por otra parte, es urgente establecer o en su caso fortalecer los lineamientos para una participación directa y activa, entre las entidades de gobierno, los institutos de investigación, las universidades y los industriales de la leche, con la participación de infraestructura, recursos humanos y sobre todo de aportaciones económicas para continuar generando, compilando y divulgando los beneficios de la leche y sus derivados a favor del consumidor.

Antecedentes y Perspectivas. Tablas de Composición de Alimentos: Parte 1

Albers, R P J van der Wielen, E J Brink, H F J Hendriks, V N Dorovska-Taran, I C M Mohede. 2003. Effects of cis-9, trans-11 and trans-10, cis-12 conjugated linoleic acid (CLA) isomers on immune function in healthy men European Journal of Clinical Nutrition 57: 595–603.

Bruno Peres, Nicolas Barlet, Gérard Loiseau, Didier Montet. 2007. Review of the current methods of analytical traceability allowing determination of the origin of foodstuffs. Food Control 18 (3): 228-235.

Ledesma J A, Chávez V A, Pérez-Gil R F, Mendoza, M E, Calvo C C. 2010. Composición de los alimentos Miriam Muñoz de Chávez. Valor nutritivo de los alimentos de mayor consumo. Mc Graw Hill Interamericana. México D.F. 364 pp.

Lindmark-MaÊnsson, H B. AÊ kesson. 2000. Antioxidative factors in milk British Journal of Nutrition 84, Suppl. 1, S103±S110

Morales De León J, Babinsky V. Bourges, R H, Camacho, P M E. 2004. Tablas de composición de alimentos mexicanos. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. 233 pp.

Pariza MW, Park Y, Cook ME. 2001. The biologically active isomers of conjugated linoleic acid. Prog Lipid Res. 40 (4): 283-98.

Souci S W, Fachmann W, Kraut H. 2000. Food composition and nutrition tables. Edi. CRC Press. USA: New York.1182 pp

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La generación de plantas transgénicas resistentes a insectos o con to-

lerancia hacia los herbicidas puede ser , bajo ciertas circunstancias y en

contextos previamente evaluados que garanticen sustentabi l idad, una al-

ternativa para al imentar a mil lones de personas.

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ste es un tema importante que fue abordado en este simposio dentro delevento Ciencia y humanismo, organizado por la Academia Mexicana deCiencias en enero 2012. El tema ha desencadenado polémica en México,debido a que nuestro país es uno de los centros de origen del maíz y a que

existe mucha desinformación sobre el tema.A continuación trataré de hacer un resumen de lo que me pareció más rele-

vante.La pregunta de esta mesa: ¿la biotecnología agrícola y agroecología son com-

plementarias, u opuestas? Tiene varias respuestas, según la consideremos desde elpunto de vista científico, técnico o político. Es posible sostener que actualmenteel enfoque adecuado para contestar la pregunta debe ser el de sustentabilidad, en particular desde el punto de vista de la seguridad alimentaria de la poblaciónmexicana. El análisis de sustentabilidad requiere integrar la interacción de los pro-cesos ecológicos, económicos y sociales, y no implica que alguna técnica se des-carte a priori bajo argumentos ideológicos.

La agroecología se definió como la ciencia que estudia la agricultura desde el punto de vista ecológico. Las tecnologías agroecológicas son las prácticas quecontribuyen a una agricultura ecológica, en busca del desarrollo y gestión de sis-temas agrícolas sostenibles. Así, el movimiento agroecológico busca el cambio social en la forma que producimos alimentos y en nuestra alimentación. Existe

É

Ale jandra Bravonnnnnnn

¿complementarias u opuestas?y agroecología,

Biotecnología agrícola

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una preocupación de los efectos nocivos que puede ge-nerar en el ambiente el uso de maíces transgénicos, asícomo el uso indiscriminado de productos químicos enla agricultura.

Un objetivo de la agroecología es la disminucióndel uso de agroquímicos como herbicidas, insecticidas,fungicidas, nematicidas y fertilizantes. También buscadisminuir o evitar el monocultivo, hacer un uso susten-table de recursos naturales y disminuir el efecto de laagricultura sobre la biodiversidad que existe en un lu-gar determinado. En la agroecología se pretende adaptar las tecnologías agrícolas a las constricciones ecológicas de las regiones, apoyándose en la diversi-dad biológica (desde genes hasta eco-sistemas) para desarrollar tecnolo-gías agrícolas sostenibles.

Por la otra parte, en un senti-do amplio, la biotecnología es laaplicación de tecnología en siste-mas biológicos y organismos vivoso sus derivados para crear produc-tos o procesos. Desde este puntode vista, la biotecnología agríco-la es muy amplia, ya que inclu-ye aspectos tan diversos comocultivo de tejidos vegetales, lamicro-propagación, el uso de mar-cadores moleculares para el mejo-ramiento genético, la genómica y lautilización de organismos genética-mente modificados (OGM) o plantastransgénicas, que expresan genes prove-nientes de otros organismos, adquiridos enformas que no ocurren naturalmente por cruza o recombinación natural. Sin embargo, la controversiasobre si la biotecnología es o no complementaria a laagroecología se da en la acepción más restringida decreación de organismos genéticamente modificados.En lo sucesivo, el concepto de la biotecnología agríco-la será empleado en este sentido particular.

Desde el punto de vista científico se puede decirque la biotecnología agrícola y la agroecología tienenamplias posibilidades de complementariedad. Existen ar-gumentos filosóficos y éticos que cuestionan si la bio-tecnología es natural y si los humanos tenemos derecho

a realizar cambios en el genoma, pero no sólo son difíci-les de resolver, sino que posiblemente son irresolubles.

Para seguir adelante es necesario discutir con másdetalle qué son los organismos genéticamente modifi-cados: organismos a los cuales se ha introducido unmaterial genético propio o extraño por métodos de la-boratorio que involucran el uso de técnicas de ácidodesoxirribonucleico (ADN) recombinante, o ingenieríagenética. El desarrollo de esta tecnología surgió porquela información hereditaria (los genes) de todos los organismos vivos es químicamente idéntica (están for-mados por moléculas de ADN) y funcionalmente muy

parecida. Con el desarrollo de técni-cas de ingeniería genética, la bio-

tecnología alcanzó una nueva dimensión, ya que fue posible aislar genes de un organismo y transferirlos a otro, generando así organismos genéticamente

modificados. Éstos se diseñan yconstruyen para crear una nueva ca-pacidad en el organismo receptor, la cual reside en el material genético transferido. El objetivo es ayudar a resolver problemas específicos.

El ser humano ha manipulado y modificado genéticamente a losorganismos vivos que utiliza para

su alimentación desde hace muchotiempo: las plantas desde hace más de

10 000 años, con la domesticación delmaíz, frijol, tomate, cacao, chile y otras.

También ha incidido en el mejoramiento de animales desde hace más de 5 000 años. Desde

hace cientos de años ha modificado genéticamente aestos organismos utilizando mutágenos (sustancias quecausan mutaciones), aun sin conocer la estructura delADN. Estas técnicas de mutagénesis y los organismosgenerados no fueron cuestionadas como hoy lo son los organismos transgénicos; ni siquiera se consideróque pudiesen ser nocivos al ambiente. Después de quese descubrieron efectos nocivos en los insecticidas yotros compuestos químicos agrícolas, los cuestiona-mientos en relación con su uso en agricultura han sidomás severos.

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Ciencia y humanismo

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Actualmente, los organismos genéticamente modi-ficados han sido muy seriamente cuestionados en cuan-to a su potencial efecto negativo sobre el ambiente ysobre la biodiversidad, debido a que los genes extrañospueden pasar a otras especies (flujo génico) vía polini-zación cruzada. El monocultivo que conllevan tambiénha sido criticado, por su impacto negativo en la ecolo-gía y la biodiversidad.

Existen muchos genes que comparten bacterias,plantas y animales, incluyendo al humano. El 98% delgenoma humano es similar al del chimpancé, y el 40%es similar al de la mosca. En el caso de las plantas, seha demostrado que del 30 al 35% de sus genesson de origen bacteriano. Los eventosde transferencia horizontal de ma-terial genético ocurren cotidia-namente en la naturaleza, y han sido parcialmente res-ponsables de la evolución delas especies.

Los virus y las bacteriasson los principales responsa-bles del fenómeno de trans-ferencia horizontal de materialgenético. Este fenómeno ocurrecotidianamente en las bacterias,que incorporan nuevo materialgenético de diferentes organismosdel suelo, mediante el proceso llama-do transformación genética. Tambiénse ha demostrado la transferencia gené-tica de bacterias a plantas, como la bac-teria Agrobacterium tumefaciens, que trans-fiere ADN propio a plantas de tabaco. Además,las plantas tienen gran cantidad de genes de origenbacteriano proveniente de bacterias fotosintéticas quedieron lugar a los cloroplastos.

En el genoma de los organismos hay material ge-nético repetido, probablemente de origen bacteriano o viral: los llamados transposones, que representan almenos 30% del genoma humano. En maíz, los transpo-sones constituyen el 85% de su genoma. Los trans-posones son secuencias de ADN que pueden cambiar deposición en el genoma; por ello han jugado y siguen jugando un papel importante en la reorganización y

evolución de los genomas. De hecho, pueden inclusi-ve causar mutaciones de manera natural en las plantas,al transportar genes de un lugar a otro.

Otro tipo de material genético repetido es el retrovi-ral, el cual probablemente se estabilizó en los genomasmediante mecanismos de infección viral y posterior incorporación al genoma. Así, podemos concluir quela transferencia horizontal de ADN no es un fenómeno“antinatural”.

Para generar una planta transgénica existen dosmétodos principales. El primero utiliza a la bacteria A.tumefaciens, ya mencionada, la cual naturalmente in-

troduce fragmentos de ADN en plantas, con la fina-lidad de hacer que la planta produzca sustancias

llamadas opinas, que son substrato para la alimentación de la bacteria. De

esta manera, los genes que estabacteria introduce en la plantacausan la formación de tumo-res en donde se fabrican las opinas. La ingeniería genética utiliza este mecanismo de

transferencia de material gené-tico, pero en vez de introducir los

fragmentos que normalmente utilizaesta bacteria, ahora se introduce cual-quier otro fragmento de ADN, que pue-

de ser de origen bacteriano, vegetal o deotro organismo. La otra estrategia es la

introducción de ADN a las células vege-tales por medio de un sistema de bombar-

deo directo con macropartículas envueltas enADN. Éste se incorpora por un fenómeno de re-

combinación genética, mediante el que el transgén seincorpora dentro del genoma. En caso de que esta inser-ción se realice dentro de un gen que codifica para unafunción importante en la planta, es decir una funciónvital para la célula vegetal, el organismo transgénico nosobreviviría. Hipotéticamente, este mismo evento podríasurgir por inserción de un gen viral en una infeccióncon un retrovirus o por la inserción de un transposón.

El primer reporte de expresión de genes heterólogos(de otra especie) en plantas fue en 1983 (Herrera-Es-trella y colaboradores, 1983); la primera patente para la producción de plantas transgénicas fue presentada

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• B iotecno log ía agr íco la y agroeco log ía , ¿complementar ia s u opuestas?

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por la Universidad de Gante, en Bélgica. Después deun litigio de cerca de 20 años y un costo de más de 25millones de dólares, la patente fue otorgada a la com-pañía Monsanto, que desarrolló plantas transgénicasresistentes a insectos o tolerantes a herbicidas que sonlas que actualmente se utilizan comercialmente en to-do el mundo, incluyendo a México. Hoy más de 134millones de hectáreas se cultivan con plantas transgé-nicas en 27 países, y los organismos genéticamentemodificados y sus productos son consumidos en más de50 países por más de 300 millones de personas.

Para seleccionar una planta transgénica se produ-cen más de 200 líneas transgénicas con el mismo gen,a fin de poder seleccionar la planta que tenga las ca-racterísticas esperadas; por ejemplo, una mayor resis-tencia a insectos. Se seleccionan mínimo 50 líneas, yse eliminan las que tengan defectos. De las 50 selec-cionadas, se escogen las 10 o 15 mejores, que presen-tan las mismas características que sus progenitoras, y seprueban en campo para examinar su productividad,tiempo de desarrollo y fenología (respuesta al clima).De las líneas evaluadas en campo, se seleccionan dos otres para hacer pruebas de campo en diferentes locali-dades, y se elige la planta que presente mayor resisten-cia a insectos sin afectar ninguna de sus característicasrespecto a las plantas progenitoras. Finalmente, se ha-cen análisis de alergenicidad y toxicidad para otros or-ganismos, antes de su aprobación para uso comercial.

La mejor manera de evitar la selección de mutacio-nes en la planta es iniciar con un gran numero de lí-neas y seleccionar aquéllas cuya inserción esté en un“sitio silencioso” que permita el correcto desarrollo de

la planta. Nunca se han comercializado plantas quemuestran aberraciones en su fenotipo: todas han sidodesechadas. Es importante mencionar que en la natu-raleza existen muchos agentes que pueden causar mu-taciones en todos los organismos vivos, incluyendo alas plantas; por ejemplo, los transposones y retrovirusmencionados anteriormente, pero también agentes fí-sicos y químicos como por ejemplo la luz ultravioleta,que pueden producir variantes con mutaciones en elgenoma.

Las plantas resistentes a insectos expresan a unaproteína de origen bacteriano (de la bacteria Bacillusthuringiensis) que destruye las células del intestino delos insectos. Esta proteína, llamada Cry, no es tóxicapara los mamíferos, y es altamente específica para losinsectos contra los que se dirige; ni siquiera es tóxicapara todos los insectos lepidópteros, dípteros o coleóp-teros del mundo. Además, es completamente biodegra-dable y se ha utilizado por más de 60 años de maneracomercial como insecticida tipo spray sin causar nin-gún daño en humanos.

Las plantas que expresan esta proteína eliminan lanecesidad de aplicar masivamente insecticidas quí-micos para contender con el insecto particular quepueden controlar. De esta manera se reducen los costosde producción y se evitan pérdidas cuando el ataque deinsectos es severo. Esta tecnología puede ser muy efi-caz y poco dañina al ambiente, ya que permite evitar el uso de insecticidas químicos. Se ha reportado que enausencia total de insecticidas, la producción agrícola sepuede ver afectada de 20 a 30% cuando hay un ataquesevero por insectos. Las toxinas Cry de B. thuringiensistambién se utilizan como insecticidas tipo spray encampos agrícolas, estrategia que no daña el ambientedebido a su alta especificidad y a que son biodegrada-bles. Sin embargo, en general las prácticas actuales uti-lizan sobre todo insecticidas químicos, que en generalson de amplio espectro de acción y resultan tóxicospara muchos organismos, incluyendo mamíferos, y sonrecalcitrantes; es decir, necesitan periodos de tiempomuy largos para degradarse.

Existen otros ejemplos de plantas transgénicas queen el futuro podrían aportar grandes beneficios a losproductores, como plantas resistentes a hongos queutilizan el gen rpi-bt1, que proviene de papa silvestre y

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Actualmente, los organismos genéticamente modi-ficados han sido muy seriamente cuestionados en cuan-to a su potencial efecto negativo sobre el ambiente ysobre la biodiversidad, debido a que los genes extrañospueden pasar a otras especies (flujo génico) vía polini-zación cruzada. El monocultivo que conllevan tambiénha sido criticado, por su impacto negativo en la ecolo-gía y la biodiversidad.

Existen muchos genes que comparten bacterias,plantas y animales, incluyendo al humano. El 98% delgenoma humano es similar al del chimpancé, y el 40%es similar al de la mosca. En el caso de las plantas, seha demostrado que del 30 al 35% de sus genesson de origen bacteriano. Los eventosde transferencia horizontal de ma-terial genético ocurren cotidia-namente en la naturaleza, y han sido parcialmente res-ponsables de la evolución delas especies.

Los virus y las bacteriasson los principales responsa-bles del fenómeno de trans-ferencia horizontal de materialgenético. Este fenómeno ocurrecotidianamente en las bacterias,que incorporan nuevo materialgenético de diferentes organismosdel suelo, mediante el proceso llama-do transformación genética. Tambiénse ha demostrado la transferencia gené-tica de bacterias a plantas, como la bac-teria Agrobacterium tumefaciens, que trans-fiere ADN propio a plantas de tabaco. Además,las plantas tienen gran cantidad de genes de origenbacteriano proveniente de bacterias fotosintéticas quedieron lugar a los cloroplastos.

En el genoma de los organismos hay material ge-nético repetido, probablemente de origen bacteriano o viral: los llamados transposones, que representan almenos 30% del genoma humano. En maíz, los transpo-sones constituyen el 85% de su genoma. Los trans-posones son secuencias de ADN que pueden cambiar deposición en el genoma; por ello han jugado y siguen jugando un papel importante en la reorganización y

evolución de los genomas. De hecho, pueden inclusi-ve causar mutaciones de manera natural en las plantas,al transportar genes de un lugar a otro.

Otro tipo de material genético repetido es el retrovi-ral, el cual probablemente se estabilizó en los genomasmediante mecanismos de infección viral y posterior incorporación al genoma. Así, podemos concluir quela transferencia horizontal de ADN no es un fenómeno“antinatural”.

Para generar una planta transgénica existen dosmétodos principales. El primero utiliza a la bacteria A.tumefaciens, ya mencionada, la cual naturalmente in-

troduce fragmentos de ADN en plantas, con la fina-lidad de hacer que la planta produzca sustancias

llamadas opinas, que son substrato para la alimentación de la bacteria. De

esta manera, los genes que estabacteria introduce en la plantacausan la formación de tumo-res en donde se fabrican las opinas. La ingeniería genética utiliza este mecanismo de

transferencia de material gené-tico, pero en vez de introducir los

fragmentos que normalmente utilizaesta bacteria, ahora se introduce cual-quier otro fragmento de ADN, que pue-

de ser de origen bacteriano, vegetal o deotro organismo. La otra estrategia es la

introducción de ADN a las células vege-tales por medio de un sistema de bombar-

deo directo con macropartículas envueltas enADN. Éste se incorpora por un fenómeno de re-

combinación genética, mediante el que el transgén seincorpora dentro del genoma. En caso de que esta inser-ción se realice dentro de un gen que codifica para unafunción importante en la planta, es decir una funciónvital para la célula vegetal, el organismo transgénico nosobreviviría. Hipotéticamente, este mismo evento podríasurgir por inserción de un gen viral en una infeccióncon un retrovirus o por la inserción de un transposón.

El primer reporte de expresión de genes heterólogos(de otra especie) en plantas fue en 1983 (Herrera-Es-trella y colaboradores, 1983); la primera patente para la producción de plantas transgénicas fue presentada

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naturales como el agua, entonces la biotecnología agrícola, entendida como el uso de plantas transgéni-cas, podría ser complementaria a la agroecología.

Los análisis de sustentabilidad del maíz transgénicoen el mundo indican que podría representar eficienciaproductiva, con posible reducción del uso de insectici-das si se usan plantas resistentes a insectos, pero conincremento en el uso de herbicidas si se usan plantastolerantes a éstos, lo cual podría generar otros efectosderivados del uso de glifosato y la generación de resis-tencia en malezas, además de los posibles efectos no-civos en humanos producidos por este herbicida. Eluso de organismos genéticamente modificados podríapresentar un incremento en el número de insectos be-néficos no susceptibles a las toxinas Cry, insecticidasnaturales utilizadas en estas plantas, pero también ge-neraría resistencia en insectos hacia las toxinas Crypresentes en los transgénicos (Franke y colaboradores,2011).

Actualmente, las variedades transgénicas disponiblesno tienen un aumento intrínseco de rendimiento enpaíses desarrollados, aunque sí generan una reducciónde costos. Por otro lado, en el caso de nuestro país,existen externalidades (monitoreo, control de movi-miento de semilla y otros) que aparentemente tendránque ser pagadas socialmente. Carecemos de claridad

legal respecto a las responsabilidades en casos de dis-persión inadvertida, y el grupo de agricultores que sepueden beneficiar pudiera ser reducido. Todos estos aspectos deben tomarse en cuenta. Las “tecnologíasagroecológicas” tampoco son necesariamente de apli-cación generalizada a cualquier condición, y podemosencontrar prácticas con sustento científico endeble yhasta inexistente. Desde el punto de vista técnico, lacomplementariedad de la biotecnología y la agroecolo-gía no es generalizada, y requiere análisis específico delos casos.

Como tecnologías, no es posible darle carta blancaa la biotecnología agrícola ni a la agroecología; am-bas deben ser evaluadas en sus aplicaciones específi-cas para determinar su contribución, o falta de ella, ala sustentabilidad. Las posibilidades de aplicación de labiotecnología son increíblemente amplias, y es prác-ticamente imposible que todas las aplicaciones seanbenéficas para la sustentabilidad. Aplicaciones que enalgunos países o regiones tienen sentido, en otras con-diciones pueden no tenerlo. En México, el maíz trans-génico está en esta situación: la importancia de los recursos genéticos nativos, el manejo de las semillas,sus formas de uso y la historia e importancia social delcultivo introducen condiciones distintas al resto de los países, que requieren ser consideradas en su espe-cificidad. Es por eso que en la Ley de Bioseguridad deOrganismos Genéticamente Modificados y en su Re-glamento se propone analizar caso por caso.

Es en los aspectos sociales y políticos donde la con-troversia se torna áspera, y donde la complementariedaddesaparece. En México la controversia y disputa por lasiembra de maíz transgénico ha adoptado característicasde imposición autoritaria. Del lado del discurso pro-transgénico se busca despolitizar el debate moviéndolosólo al ámbito científico. Por otro lado, el control casicompleto de la agenda biotecnológica y de los derechosintelectuales por las corporaciones multinacionales,con las instituciones públicas prácticamente subordina-das a ellas, no sugiere sustentabilidad de largo plazo. Porsu parte, la prensa exagera los riesgos, creando percep-ciones públicas mal informadas. Los efectos a largo plazoson desconocidos; sin embargo, el monocultivo tambiénafecta a la biodiversidad, y su uso no ha sido severamen-te criticado. Ya existe la percepción de que científicos

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Ciencia y humanismo

E n M é x i c o l a c o n t r o v e r s i a y d i s p u t a

p o r l a s i e m b r a d e m a í z t r a n s g é n i c o

h a a d o p t a d o c a r a c t e r í s t i c a s d e

i m p o s i c i ó n a u t o r i t a r i a …

P o r o t r o l a d o , e l c o n t r o l c a s i

c o m p l e t o d e l a a g e n d a b i o t e c n o l ó g i c a

y d e l o s d e r e c h o s i n t e l e c t u a l e s

p o r l a s c o r p o r a c i o n e s m u l t i n a c i o n a l e s ,

c o n l a s i n s t i t u c i o n e s p ú b l i c a s p r á c t i c a m e n t e

s u b o r d i n a d a s a e l l a s , n o s u g i e r e

s u s t e n t a b i l i d a d d e l a r g o p l a z o

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Lacticinios 15

de instituciones públicas actúan como voceros de lascompañías biotecnológicas y se alían con éstas en con-tra de la sociedad civil. Esta percepción no es correcta,y pudiese tener efectos contraproducentes. Esto ya co-mienza a suceder, al confundirse los transgénicos conlos híbridos convencionales. El problema principal esla pérdida de confianza en los biotecnólogos y los cien-tíficos en general. Si la disputa continúa en los tér-minos actuales, existe el riesgo de que esta visión se extienda.

La disputa entre las plataformas discursivas de losbiotecnólogos y el movimiento agroecológico se inscri-be en términos ideológicos que no parecen tener puntode acuerdo. El rechazo generalizado a toda la biotec-nología por parte del movimiento agroecológico estambién un ejemplo de lo anterior. Continuar con lassiembras de maíz transgénico en medio de un amplio

rechazo social de agricultores y otros grupos socialestambién es ejemplo de lo anterior. Es posible caracteri-zar conflictos de interés en las posiciones y argumentosde ambos discursos, más preocupados por llevar ade-lante su agenda que por el bien común de los mexica-nos. Nos arriesgamos a que amplios grupos socialespierdan confianza en los científicos, al percibirlos co-mo aliados de las compañías agroindustriales. La bio-tecnología requiere, en particular, mayor sensibilidaden aspectos sociales, y su regulación necesita incorpo-rar procesos democráticos si se busca tener una acepta-ción social menos impugnada. Se requiere una legis-lación que permita el control democrático y libertadde decisión del público en cuanto a la selección de susalimentos.

La agricultura es un proceso que requiere de un con-junto de técnicas; ninguna es suficiente en sí misma.

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Como ciencias, ambas disciplinas, la biotecnología y la agroecología, tienen el gran potencial de ser com-plementarias para buscar la sustentabilidad de la agri-cultura.

No hay una sola tecnología que por sí misma re-suelva la seguridad alimentaria del país. La biotecno-logía agrícola no es innatamente buena o mala. Tieneel potencial de mejorar la actividad agropecuaria y deproteger el ambiente, pero el reto es desarrollar, prove-er y manejar la biotecnología en beneficio del ser hu-mano protegiendo la biodiversidad y el ambiente.

Se requiere de una sociedad bien informada quepueda analizar todas las alternativas tecnológicas paracontender con los problemas específicos y con las demandas de producción. Se requiere además de un de-cidido apoyo a la comunidad científica para poder evaluar y aprovechar todas estas tecnologías disponi-bles. La concentración excesiva de inversión en bio-tecnología, en menoscabo del resto de las tecnologíasnecesarias para la agricultura, puede producir retro-ceso en lugar de avance. La inversión debe hacerse enproyectos de los dos lados.

Es importante realizar investigacióncientífica interdisciplinaria sobre lostransgénicos para realmen-te entender las res-puestas que los trans-genes podrían generaren la planta, y que noson evidentes. Se hadebatido sobre los pro-blemas de coexistencia deorganismos genéticamentemodificados junto con plantas nativas,y de la posibilidad de contaminacióngenética vía polinización cruzada. Los maíces nativos de México son do-minantes en el centro y sur del país, perotambién los hay en el norte. No cono-cemos si los transgenes pudiesen tener interacciones genómicas negativas con losfondos genéticos de las variedades nativas de Mé-xico. Existen estudios de simulaciones con mode-los computacionales que muestran que lacontaminación en plantas no modifi-

cadas puede ser un problema serio para la biodiversi-dad si se adoptara el uso de organismos genéticamentemodificados de manera excesiva y sin control de fron-teras con las plantas nativas (Belcher y colaboradores,2005). Sin embargo, también existen estudios experi-mentales en los que se muestra que el flujo génico me-diado por polen en maíz puede reducirse a niveles muybajos si se toman precauciones como el desfase en lasincronización de la floración y con una cierta distan-cia; así, en España se demostró que 10 días de desfaseen la floración y 25 metros de distancia reducen signi-ficativamente el flujo génico en campos experimenta-les (Messeguer y colaboradores, 2006). Este tipo de es-tudios deberían ser realizados en nuestro país, dondelas condiciones ambientales son diferentes.

También es importante incorporar estudios socialesy económicos del uso de esta tecnología, tomando encuenta aspectos bioéticos y sociales, así como los posi-bles beneficios a los agricultores. La adopción de labiotecnología agrícola implicaría cambios en el mane-jo de semilla, ya que no se podría utilizar la semilla ob-

tenida por los productores, y esto es algoque no es fácil de cambiar, ya que ha for-

mado parte de las prácticas de los pe-queños productores por

generaciones. En Mé-xico, 70% del área de cultivo de maíz está

asignada a pequeños y medianos productores

en comunidades indígenas y ejidos. Actualmente, 25%

del maíz en México se siem-bra con semillas comerciales, y 75% essemilla de la cosecha de los agricultores.Esto complica mucho la aplicación de

técnicas biotecnológicas, al restringir elmovimiento de semillas. Existe incertidum-

bre sobre los efectos de la coexistencia demaíces, así como de efectos en la res-ponsabilidad legal y económica que pu-

dieran inclusive afectar el empleo y salario familiarpara quienes no adopten la tecnología. Se debe

evaluar el costo de la tecnología contra losbeneficios para estos agricultores. En India

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Ciencia y humanismo

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Lacticinios 17

y Sudáfrica han reportado efectos benéficos en cuantoa producción y reducción de uso de insecticidas. EnMéxico también, ya que el algodón transgénico ha ge-nerado ganancias en productividad y reducción sig-nificativa del uso de insecticidas químicos (Traxler yGodoy-Ávila, 2004). Después de 10 años de uso de es-ta tecnología, se ha demostrado que la principal plagadel algodón, el gusano rosado, ha sido suprimida en lazona algodonera del norte del país. Éstos son datosalentadores, pero cada caso debe ser tomado con mu-cha precaución, y todos los elementos deben ser anali-zados. México podría desarrollar sus propias variedadestransgénicas buscando contender con problemas de in-sectos que son particulares de nuestro país, así comooptimizar el uso de terrenos desérticos y de recuperartierras contaminadas.

Se requiere que los legisladores y responsables delas áreas administrativas cuenten con información ac-tualizada sobre el tema y con la asesoría de personaltécnico para poder tomar decisiones sobre la libera-ción de transgénicos de acuerdo con la Ley de Biose-guridad de Organismos Genéticamente Modificados yde su Reglamento.

Aún es necesario desarrollar investigación sólida yoriginal en agroecología y en biotecnología. Para estoes indispensable tener una estructura nacional de inves-tigación agrícola de primer nivel, y complementarlacon mecanismos eficientes de extensión y distribuciónde los productos de investigación.

Alejandra Bravo es doctora en investigación biomédica básica

por el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autó-

noma de México (UNAM) e investigadora del mismo. Su especialidad

es el estudio del mecanismo de acción de las proteínas insectici-

das producidas por Bacillus thuringiensis .

[email protected]

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• B iotecno log ía agr íco la y agroeco log ía , ¿complementar ia s u opuestas?

L e c t u r a s r e c o m e n d a d a sBelcher y colaboradores (2005), “Genetically modified

crops and agricultural landscapes: patterns of contami-nation”, Ecological economics, 53: 387-401.

Bolívar Zapata, Francisco y colaboradores (coord., 2011),“Por un uso responsable de los organismos genética-mente modificados”, México, Academia Mexicana deCiencias.

Franke y colaboradores (2011), Sustainability of current GMcrops, based on the cases of soybean, maize and cotton.Report 386, Wageningen UR.

Herrera-Estrella y colaboradores (1983), “Expression ofchimaeric genes transferred into plant cells using a Ti-plasmid-derived vector”, Nature, 303: 209-213.

Messeguer y colaboradores (2006), “Pollen-mediated geneflow in maize in real situations of coexistence”, Plantbiotechnology journal, 4: 633-645.

Traxler y Godoy-Ávila (2004), “Transgenic cotton in Me-xico”, AgBioForum, 7: 57-62.

Agradecemos el Articulo a la Revista CIENCIA de la Academia Mexicana de Ciencias, A.C.

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19Una mirada hacia América Latina y el Caribe

Hechos

Una combinación de sobreendeudamiento públi-* co, bancario y externo en varios países europeos desafía la sobrevivencia de la eurozona.

En los mercados financieros internacionales, las * ayudas condicionadas a varios países de la zona del euro se interpretan como expectativas de bajo crecimiento, vinculado a medidas como: aumento de impuestos, control del gasto público y amplias reformas laborales.

La crisis de la deuda en la zona del euro no es * un fenómeno aislado, sino que se acompaña de situaciones similares en economías avanzadas y de repercusiones en las principales economías emergentes.

Las economías de América Latina y el Caribe ex-* hiben condiciones macroeconómicas que, aunque con diferencias entre los países, les permitirían ejercer políticas fiscales contracíclicas y reforzar las redes de protección social.

Contexto macroeconómicoNuevos desafíos para la superación de la crisis económica global

La incertidumbre respecto a la recuperación del crecimiento en las economías avanzadas enciende la alerta sobre la necesidad de establecer medidas de políticas adicionales para mantener el crecimiento en la Región.

Tendencias

La evolución de las tasas de crecimiento de las econo-mías avanzadas ha presentado dos fases distintas en los últimos años

En comparación con la recesión de 2009, el desempe-ño de la economía mundial en 2010 parecía indicar el restablecimiento del crecimiento en la mayor parte de los países, con la recuperación del consumo privado y del comercio internacional. Asimismo, ese año marcó el retorno de la tendencia alcista de los precios de los pro-ductos básicos, interrumpida por la crisis de 2007/08.

Tales tendencias, que perduraron hasta mediados de 2011, exigieron de las economías emergentes respuestas de políticas para controlar el alza de los índices de precios internos, la afluencia de capitales externos y la tendencia a la apreciación del tipo de cambio (cepal-fao-iica, 2011; cepal, 2011a).

A partir del segundo semestre de 2011, las dudas respecto al logro de una solución sostenible de la crisis de la deuda en la zona del euro y el riesgo de que la desaceleración de esas economías afectase a otras regiones, comenzaron a mermar las perspectivas de crecimiento de la economía mundial.

El escenario incierto de la Unión Monetaria Europea, sumado a la fuerte alza de las tasas de los bonos soberanos de los países europeos más golpeados por la crisis, ha afectado incluso a las economías más robustas de la ue, tanto por el lado financiero, con la pérdida de confianza de los inversores y el aumento de las primas de riesgo, como por el lado real, con la rebaja de la actividad eco-nómica y del comercio intra-bloque.

En el segundo trimestre de 2012, el pib de los países que comparten el euro se redujo 0,2% respecto al trimestre anterior, que había sido de estancamiento. Un tercio de los 17 países de la zona del euro se encuentran en esta situación. Además, España, Italia, Chipre, Portugal y

fuente:© Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),© Organización de las naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO),© Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA),

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20 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 21Una mirada hacia América Latina y el Caribe

Grecia acumulan dos o más trimestres consecutivos de retroceso en el pib, desde fines de 2011. La recesión en esos países ha llevado a un retroceso del pib en el con-junto de los 27 países de la ue en el segundo trimestre de 2012 y es uno de los principales componentes que presiona a la baja del crecimiento de la economía mun-dial en 2012 y 2013.

Fuera de la ue, otras tendencias también han presio-nado el crecimiento global a la baja. Estados Unidos manifiesta una gran incertidumbre, acrecentada por la cercanía de las elecciones presidenciales, sobre el acuerdo político necesario para que el país financie en el largo plazo el déficit público de 8% del pib. En el sector real, Estados Unidos se enfrenta a una recuperación de la crisis excepcionalmente lenta, con tasas de desempleo persistentemente elevadas y creciente desigualdad.

A su vez, Japón presenta mejores perspectivas de cre-cimiento para los próximos años que otras economías avanzadas, aunque el elevado déficit presupuestario se mantiene. Por otro lado, en el segundo trimestre de 2012 la economía nipona creció 1,4% (tasa anualizada), una ralen-tización importante frente al 5,5% del trimestre anterior. Tal reducción refleja en parte el efecto de la crisis del euro en la apreciación del yen y el consecuente impacto sobre la competitividad de las exportaciones japonesas.

En países emergentes que hasta ahora habían presenta-do pujantes tasas de crecimiento, como Brasil, China e India, se vislumbra también una desaceleración del creci-miento. En China, además, la primera rebaja de los tipos de interés desde 2008 deja de manifiesto la preocupación del Gobierno por la reducción del crecimiento.

Los siguientes párrafos analizan cómo esas tendencias han impactado a América Latina y el Caribe y cuáles han sido los ajustes necesarios en la política macroeconómica regional para hacer frente a la evolución de las variables fundamentales de la economía mundial.

Aunque 2010 fue el año de la recuperación del crecimiento económico en la mayor parte de los países, dicha recuperación ha sido desigual

En el año 2010, el conjunto de las economías desarro-lladas pudo volver a presentar tasas positivas de creci-miento; sin embargo, su nivel de expansión fue inferior al observado en las economías emergentes: 3,2% contra 7,5% en promedio (Figura 1).

Al interior de este último grupo de países las diferencias de desempeño fueron también importantes, destacán-dose aquellas que se establecieron entre países expor-tadores e importadores de los productos básicos que sufrieron alzas en las cotizaciones internacionales, sobre todo metales e hidrocarburos. En América Latina, esto significó un crecimiento más intenso en Sudamérica que en Centroamérica y el Caribe.

Sin embargo, más allá del alza en los precios de los pro-ductos básicos y de la elevada demanda externa, que impactaron positivamente el volumen exportado por la región, las tasas de crecimiento regionales en 2010 y comienzos de 2011 fueron también influenciadas por el dinamismo de la demanda interna. Esta se vio estimula-da por las políticas contracíclicas aplicadas para enfrentar el impacto de la crisis y por la abundante liquidez en los mercados financieros internacionales.

Tras un breve período de recuperación, la eco-nomía mundial volvió a desacelerar, con reper-cusiones en América Latina y el Caribe

La tasa de crecimiento del pib global alcanzó a 3,9% en 2011, constatándose una reducción importante frente al incremento de 5,1% del año anterior (Figura 1). Esas tasas reflejan la incertidumbre de los mercados internacionales respecto al logro de una solución sostenible a la crisis de la deuda en la zona del euro y a la consolidación fiscal en los Estados Unidos.

Tal reducción fue más pronunciada en las economías avanzadas, en especial en los Estados Unidos, que en el conjunto de las economías emergentes y en desarrollo. Al interior de este último grupo, América Latina y el Caribe presentó una desaceleración importante de la tasa de crecimiento del pib en 2011, en comparación con el repunte de 2010. No obstante, el desempeño de la región alcanzó niveles superiores al promedio de las economías centrales.

En América Latina, la desaceleración observada a fines de 2011 respondió también, más allá del contexto internacio-nal desfavorable, a una política monetaria restrictiva que tuvo por objetivo el control de la inflación, y al agota-miento de algunos programas y políticas fiscales adoptados como respuesta a la crisis financiera en años previos.

Entre octubre de 2010 y septiembre de 2011, el índice de precios al consumidor (ipc) promedio en América Latina mostró una tendencia ascendente, reflejando el alza de los precios de los alimentos y otros productos básicos a nivel internacional (minerales, metales e hidrocarburos). Dado el peso de esos productos como insumos en la producción industrial, y como referencias para los ajustes de precios en el sector servicios, la inflación subyacente tendió también a acelerarse en ese período, sobre todo en los países sudamericanos (Figura 2).

Figura 1 Tasas de crecimiento y proyecciones del Producto Interno Bruto (%)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del World Economic Outlook, fmi

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Mundo Economías avanzadas Estados Unidos Area Euro Econ. Em. y en Des. China India Am.Latina y Caribe

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Figura 2 Índice de precios al consumidor por componentes, Tasas de variación en 12 meses (%) Promedio simple de las subregiones

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IPC General Alimentos Otros Subyacente

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal

20 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 21Una mirada hacia América Latina y el Caribe

Grecia acumulan dos o más trimestres consecutivos de retroceso en el pib, desde fines de 2011. La recesión en esos países ha llevado a un retroceso del pib en el con-junto de los 27 países de la ue en el segundo trimestre de 2012 y es uno de los principales componentes que presiona a la baja del crecimiento de la economía mun-dial en 2012 y 2013.

Fuera de la ue, otras tendencias también han presio-nado el crecimiento global a la baja. Estados Unidos manifiesta una gran incertidumbre, acrecentada por la cercanía de las elecciones presidenciales, sobre el acuerdo político necesario para que el país financie en el largo plazo el déficit público de 8% del pib. En el sector real, Estados Unidos se enfrenta a una recuperación de la crisis excepcionalmente lenta, con tasas de desempleo persistentemente elevadas y creciente desigualdad.

A su vez, Japón presenta mejores perspectivas de cre-cimiento para los próximos años que otras economías avanzadas, aunque el elevado déficit presupuestario se mantiene. Por otro lado, en el segundo trimestre de 2012 la economía nipona creció 1,4% (tasa anualizada), una ralen-tización importante frente al 5,5% del trimestre anterior. Tal reducción refleja en parte el efecto de la crisis del euro en la apreciación del yen y el consecuente impacto sobre la competitividad de las exportaciones japonesas.

En países emergentes que hasta ahora habían presenta-do pujantes tasas de crecimiento, como Brasil, China e India, se vislumbra también una desaceleración del creci-miento. En China, además, la primera rebaja de los tipos de interés desde 2008 deja de manifiesto la preocupación del Gobierno por la reducción del crecimiento.

Los siguientes párrafos analizan cómo esas tendencias han impactado a América Latina y el Caribe y cuáles han sido los ajustes necesarios en la política macroeconómica regional para hacer frente a la evolución de las variables fundamentales de la economía mundial.

Aunque 2010 fue el año de la recuperación del crecimiento económico en la mayor parte de los países, dicha recuperación ha sido desigual

En el año 2010, el conjunto de las economías desarro-lladas pudo volver a presentar tasas positivas de creci-miento; sin embargo, su nivel de expansión fue inferior al observado en las economías emergentes: 3,2% contra 7,5% en promedio (Figura 1).

Al interior de este último grupo de países las diferencias de desempeño fueron también importantes, destacán-dose aquellas que se establecieron entre países expor-tadores e importadores de los productos básicos que sufrieron alzas en las cotizaciones internacionales, sobre todo metales e hidrocarburos. En América Latina, esto significó un crecimiento más intenso en Sudamérica que en Centroamérica y el Caribe.

Sin embargo, más allá del alza en los precios de los pro-ductos básicos y de la elevada demanda externa, que impactaron positivamente el volumen exportado por la región, las tasas de crecimiento regionales en 2010 y comienzos de 2011 fueron también influenciadas por el dinamismo de la demanda interna. Esta se vio estimula-da por las políticas contracíclicas aplicadas para enfrentar el impacto de la crisis y por la abundante liquidez en los mercados financieros internacionales.

Tras un breve período de recuperación, la eco-nomía mundial volvió a desacelerar, con reper-cusiones en América Latina y el Caribe

La tasa de crecimiento del pib global alcanzó a 3,9% en 2011, constatándose una reducción importante frente al incremento de 5,1% del año anterior (Figura 1). Esas tasas reflejan la incertidumbre de los mercados internacionales respecto al logro de una solución sostenible a la crisis de la deuda en la zona del euro y a la consolidación fiscal en los Estados Unidos.

Tal reducción fue más pronunciada en las economías avanzadas, en especial en los Estados Unidos, que en el conjunto de las economías emergentes y en desarrollo. Al interior de este último grupo, América Latina y el Caribe presentó una desaceleración importante de la tasa de crecimiento del pib en 2011, en comparación con el repunte de 2010. No obstante, el desempeño de la región alcanzó niveles superiores al promedio de las economías centrales.

En América Latina, la desaceleración observada a fines de 2011 respondió también, más allá del contexto internacio-nal desfavorable, a una política monetaria restrictiva que tuvo por objetivo el control de la inflación, y al agota-miento de algunos programas y políticas fiscales adoptados como respuesta a la crisis financiera en años previos.

Entre octubre de 2010 y septiembre de 2011, el índice de precios al consumidor (ipc) promedio en América Latina mostró una tendencia ascendente, reflejando el alza de los precios de los alimentos y otros productos básicos a nivel internacional (minerales, metales e hidrocarburos). Dado el peso de esos productos como insumos en la producción industrial, y como referencias para los ajustes de precios en el sector servicios, la inflación subyacente tendió también a acelerarse en ese período, sobre todo en los países sudamericanos (Figura 2).

Figura 1 Tasas de crecimiento y proyecciones del Producto Interno Bruto (%)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del World Economic Outlook, fmi

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Proyecciones En / Para

Mundo Economías avanzadas Estados Unidos Area Euro Econ. Em. y en Des. China India Am.Latina y Caribe

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Figura 2 Índice de precios al consumidor por componentes, Tasas de variación en 12 meses (%) Promedio simple de las subregiones

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IPC General Alimentos Otros Subyacente

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal

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20 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 21Una mirada hacia América Latina y el Caribe

Grecia acumulan dos o más trimestres consecutivos de retroceso en el pib, desde fines de 2011. La recesión en esos países ha llevado a un retroceso del pib en el con-junto de los 27 países de la ue en el segundo trimestre de 2012 y es uno de los principales componentes que presiona a la baja del crecimiento de la economía mun-dial en 2012 y 2013.

Fuera de la ue, otras tendencias también han presio-nado el crecimiento global a la baja. Estados Unidos manifiesta una gran incertidumbre, acrecentada por la cercanía de las elecciones presidenciales, sobre el acuerdo político necesario para que el país financie en el largo plazo el déficit público de 8% del pib. En el sector real, Estados Unidos se enfrenta a una recuperación de la crisis excepcionalmente lenta, con tasas de desempleo persistentemente elevadas y creciente desigualdad.

A su vez, Japón presenta mejores perspectivas de cre-cimiento para los próximos años que otras economías avanzadas, aunque el elevado déficit presupuestario se mantiene. Por otro lado, en el segundo trimestre de 2012 la economía nipona creció 1,4% (tasa anualizada), una ralen-tización importante frente al 5,5% del trimestre anterior. Tal reducción refleja en parte el efecto de la crisis del euro en la apreciación del yen y el consecuente impacto sobre la competitividad de las exportaciones japonesas.

En países emergentes que hasta ahora habían presenta-do pujantes tasas de crecimiento, como Brasil, China e India, se vislumbra también una desaceleración del creci-miento. En China, además, la primera rebaja de los tipos de interés desde 2008 deja de manifiesto la preocupación del Gobierno por la reducción del crecimiento.

Los siguientes párrafos analizan cómo esas tendencias han impactado a América Latina y el Caribe y cuáles han sido los ajustes necesarios en la política macroeconómica regional para hacer frente a la evolución de las variables fundamentales de la economía mundial.

Aunque 2010 fue el año de la recuperación del crecimiento económico en la mayor parte de los países, dicha recuperación ha sido desigual

En el año 2010, el conjunto de las economías desarro-lladas pudo volver a presentar tasas positivas de creci-miento; sin embargo, su nivel de expansión fue inferior al observado en las economías emergentes: 3,2% contra 7,5% en promedio (Figura 1).

Al interior de este último grupo de países las diferencias de desempeño fueron también importantes, destacán-dose aquellas que se establecieron entre países expor-tadores e importadores de los productos básicos que sufrieron alzas en las cotizaciones internacionales, sobre todo metales e hidrocarburos. En América Latina, esto significó un crecimiento más intenso en Sudamérica que en Centroamérica y el Caribe.

Sin embargo, más allá del alza en los precios de los pro-ductos básicos y de la elevada demanda externa, que impactaron positivamente el volumen exportado por la región, las tasas de crecimiento regionales en 2010 y comienzos de 2011 fueron también influenciadas por el dinamismo de la demanda interna. Esta se vio estimula-da por las políticas contracíclicas aplicadas para enfrentar el impacto de la crisis y por la abundante liquidez en los mercados financieros internacionales.

Tras un breve período de recuperación, la eco-nomía mundial volvió a desacelerar, con reper-cusiones en América Latina y el Caribe

La tasa de crecimiento del pib global alcanzó a 3,9% en 2011, constatándose una reducción importante frente al incremento de 5,1% del año anterior (Figura 1). Esas tasas reflejan la incertidumbre de los mercados internacionales respecto al logro de una solución sostenible a la crisis de la deuda en la zona del euro y a la consolidación fiscal en los Estados Unidos.

Tal reducción fue más pronunciada en las economías avanzadas, en especial en los Estados Unidos, que en el conjunto de las economías emergentes y en desarrollo. Al interior de este último grupo, América Latina y el Caribe presentó una desaceleración importante de la tasa de crecimiento del pib en 2011, en comparación con el repunte de 2010. No obstante, el desempeño de la región alcanzó niveles superiores al promedio de las economías centrales.

En América Latina, la desaceleración observada a fines de 2011 respondió también, más allá del contexto internacio-nal desfavorable, a una política monetaria restrictiva que tuvo por objetivo el control de la inflación, y al agota-miento de algunos programas y políticas fiscales adoptados como respuesta a la crisis financiera en años previos.

Entre octubre de 2010 y septiembre de 2011, el índice de precios al consumidor (ipc) promedio en América Latina mostró una tendencia ascendente, reflejando el alza de los precios de los alimentos y otros productos básicos a nivel internacional (minerales, metales e hidrocarburos). Dado el peso de esos productos como insumos en la producción industrial, y como referencias para los ajustes de precios en el sector servicios, la inflación subyacente tendió también a acelerarse en ese período, sobre todo en los países sudamericanos (Figura 2).

Figura 1 Tasas de crecimiento y proyecciones del Producto Interno Bruto (%)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del World Economic Outlook, fmi

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Proyecciones En / Para

Mundo Economías avanzadas Estados Unidos Area Euro Econ. Em. y en Des. China India Am.Latina y Caribe

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Figura 2 Índice de precios al consumidor por componentes, Tasas de variación en 12 meses (%) Promedio simple de las subregiones

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal

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22 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 23Una mirada hacia América Latina y el Caribe

El comportamiento del ipc entre mediados de 2010 y el tercer trimestre de 2011 trajo como respuesta el aumen-to de las tasas de política monetaria en los países de la región o, al menos, la interrupción de su tendencia a la baja (Figura 3). Tal ajuste fue más inmediato e intenso en Sudamérica, en especial en las economías que trabajan con metas de inflación.

Desde mediados de 2009, las expectativas relativamente optimistas en cuanto a la evolución de la economía la-tinoamericana y los diferenciales de las tasas de interés respecto de las prevalecientes en los mercados financieros globales, estimularon entradas de capital que contribu-yeron a mantener los procesos de apreciación real de las monedas de la región. Tal apreciación fue mucho más intensa y sostenible en los países sudamericanos que en Centroamérica, México y el Caribe, reflejando en parte el impacto del alza de los precios de los productos básicos en las exportaciones y en el ingreso de divisas de las diferentes subregiones (Figura 4).

La apreciación del tipo de cambio se tradujo en una menor competitividad de las exportaciones regionales no beneficiadas por las alzas de los precios internacionales. Esto ha llevado a los gobiernos a adoptar políticas para

mejorar la productividad y reducir costos en los sectores productivos.

En el campo de la política monetaria, los Bancos Cen-trales de los países de la región han aumentado las re-servas monetarias internacionales para hacer frente a la entrada de divisas y contener la apreciación cambiaria. Ambas medidas han generado, como efecto secundario, un fortalecimiento de las economías regionales frente al contexto de turbulencia en los mercados mundiales, como el que se detectó a partir del segundo semestre de 2011 (cepal, 2011a).

En el segundo semestre de 2011 y comienzos de 2012, la situación internacional se deterioró por el aumento del riesgo en las economías avanzadas. En Europa, las nego-ciaciones en torno a un acuerdo para dotar de recursos suficientes a las economías en mayores dificultades (Gre-cia, Portugal, Italia, España e Irlanda), han enfrentado variados obstáculos.

Por el tamaño de algunas de esas economías, una decla-ración de insolvencia probablemente acarrearía una crisis sistémica con repercusiones dentro y fuera de la ue, por lo cual una solución colectiva fue definida como la mejor

opción, aunque políticamente difícil de sostener en los países acreedores. Al mismo tiempo, la imposibilidad de contar con una política de devaluación para hacer frente a algunos de los problemas de competitividad terminó por sobrecargar los ajustes fiscales, cuyos impactos en la contracción de las economías continuarán constatándose en los próximos años.

En el caso de los Estados Unidos, a las dificultades del ac-tual gobierno para alcanzar un acuerdo fiscal que le per-mita seguir financiando la deuda pública, se han sumado los problemas estructurales en los sectores inmobiliario y bancario, y la persistencia de un alto nivel de desempleo que presiona al alza los gastos en previsión social.

De este modo, la incertidumbre respecto a las tasas de crecimiento de las economías centrales en los próximos años ha llevado a una reevaluación de las expectativas globales, con impactos en los sectores real y finan-ciero.

El cambio en el escenario internacional ha suscitado nue-vas direcciones de política macroeconómica en América Latina y el Caribe.

La menor liquidez y la incertidumbre en los mercados financieros ha reducido la entrada de capitales en los países emergentes, con impactos en los tipos de cambio. Así, a mediados de 2011 y en el segundo trimestre de 2012 (no graficado), la tendencia a la apreciación cambiaria en la región cedió levemente. Además, con la menor presión al alza sobre las cotizaciones internacionales de los productos básicos, los índices de inflación también han empezado a reducirse, abriendo espacio para cortes en las tasas de interés real.

Es interesante notar que, a pesar de la devaluación re-ciente de los tipos de cambio real, el impacto sobre la inflación regional ha sido muy pequeño, producto de las expectativas a la baja en las economías centrales y su correspondiente efecto ralentizador en la importación de bienes industriales y en la inversión en general.

Por otro lado, como consecuencia de la apreciación de los tipos de cambio, y tras varios años de exposición a la competencia con bienes importados, algunos segmentos de la industria regional han ganado suficiente compe-titividad para absorber parte del alza de los precios de los insumos importados, en lugar de transferir dicho aumento a los precios de los bienes finales.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal

Figura 3 Mediana de la Tasa de Referencia de Política Monetaria, por Subregiones (%) Figura 4 Índice de la Tasa de Cambio Efectiva Real Mensual (%)Año base 2005 = 100

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal

22 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 23Una mirada hacia América Latina y el Caribe

El comportamiento del ipc entre mediados de 2010 y el tercer trimestre de 2011 trajo como respuesta el aumen-to de las tasas de política monetaria en los países de la región o, al menos, la interrupción de su tendencia a la baja (Figura 3). Tal ajuste fue más inmediato e intenso en Sudamérica, en especial en las economías que trabajan con metas de inflación.

Desde mediados de 2009, las expectativas relativamente optimistas en cuanto a la evolución de la economía la-tinoamericana y los diferenciales de las tasas de interés respecto de las prevalecientes en los mercados financieros globales, estimularon entradas de capital que contribu-yeron a mantener los procesos de apreciación real de las monedas de la región. Tal apreciación fue mucho más intensa y sostenible en los países sudamericanos que en Centroamérica, México y el Caribe, reflejando en parte el impacto del alza de los precios de los productos básicos en las exportaciones y en el ingreso de divisas de las diferentes subregiones (Figura 4).

La apreciación del tipo de cambio se tradujo en una menor competitividad de las exportaciones regionales no beneficiadas por las alzas de los precios internacionales. Esto ha llevado a los gobiernos a adoptar políticas para

mejorar la productividad y reducir costos en los sectores productivos.

En el campo de la política monetaria, los Bancos Cen-trales de los países de la región han aumentado las re-servas monetarias internacionales para hacer frente a la entrada de divisas y contener la apreciación cambiaria. Ambas medidas han generado, como efecto secundario, un fortalecimiento de las economías regionales frente al contexto de turbulencia en los mercados mundiales, como el que se detectó a partir del segundo semestre de 2011 (cepal, 2011a).

En el segundo semestre de 2011 y comienzos de 2012, la situación internacional se deterioró por el aumento del riesgo en las economías avanzadas. En Europa, las nego-ciaciones en torno a un acuerdo para dotar de recursos suficientes a las economías en mayores dificultades (Gre-cia, Portugal, Italia, España e Irlanda), han enfrentado variados obstáculos.

Por el tamaño de algunas de esas economías, una decla-ración de insolvencia probablemente acarrearía una crisis sistémica con repercusiones dentro y fuera de la ue, por lo cual una solución colectiva fue definida como la mejor

opción, aunque políticamente difícil de sostener en los países acreedores. Al mismo tiempo, la imposibilidad de contar con una política de devaluación para hacer frente a algunos de los problemas de competitividad terminó por sobrecargar los ajustes fiscales, cuyos impactos en la contracción de las economías continuarán constatándose en los próximos años.

En el caso de los Estados Unidos, a las dificultades del ac-tual gobierno para alcanzar un acuerdo fiscal que le per-mita seguir financiando la deuda pública, se han sumado los problemas estructurales en los sectores inmobiliario y bancario, y la persistencia de un alto nivel de desempleo que presiona al alza los gastos en previsión social.

De este modo, la incertidumbre respecto a las tasas de crecimiento de las economías centrales en los próximos años ha llevado a una reevaluación de las expectativas globales, con impactos en los sectores real y finan-ciero.

El cambio en el escenario internacional ha suscitado nue-vas direcciones de política macroeconómica en América Latina y el Caribe.

La menor liquidez y la incertidumbre en los mercados financieros ha reducido la entrada de capitales en los países emergentes, con impactos en los tipos de cambio. Así, a mediados de 2011 y en el segundo trimestre de 2012 (no graficado), la tendencia a la apreciación cambiaria en la región cedió levemente. Además, con la menor presión al alza sobre las cotizaciones internacionales de los productos básicos, los índices de inflación también han empezado a reducirse, abriendo espacio para cortes en las tasas de interés real.

Es interesante notar que, a pesar de la devaluación re-ciente de los tipos de cambio real, el impacto sobre la inflación regional ha sido muy pequeño, producto de las expectativas a la baja en las economías centrales y su correspondiente efecto ralentizador en la importación de bienes industriales y en la inversión en general.

Por otro lado, como consecuencia de la apreciación de los tipos de cambio, y tras varios años de exposición a la competencia con bienes importados, algunos segmentos de la industria regional han ganado suficiente compe-titividad para absorber parte del alza de los precios de los insumos importados, en lugar de transferir dicho aumento a los precios de los bienes finales.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal

Figura 3 Mediana de la Tasa de Referencia de Política Monetaria, por Subregiones (%) Figura 4 Índice de la Tasa de Cambio Efectiva Real Mensual (%)Año base 2005 = 100

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22 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 23Una mirada hacia América Latina y el Caribe

El comportamiento del ipc entre mediados de 2010 y el tercer trimestre de 2011 trajo como respuesta el aumen-to de las tasas de política monetaria en los países de la región o, al menos, la interrupción de su tendencia a la baja (Figura 3). Tal ajuste fue más inmediato e intenso en Sudamérica, en especial en las economías que trabajan con metas de inflación.

Desde mediados de 2009, las expectativas relativamente optimistas en cuanto a la evolución de la economía la-tinoamericana y los diferenciales de las tasas de interés respecto de las prevalecientes en los mercados financieros globales, estimularon entradas de capital que contribu-yeron a mantener los procesos de apreciación real de las monedas de la región. Tal apreciación fue mucho más intensa y sostenible en los países sudamericanos que en Centroamérica, México y el Caribe, reflejando en parte el impacto del alza de los precios de los productos básicos en las exportaciones y en el ingreso de divisas de las diferentes subregiones (Figura 4).

La apreciación del tipo de cambio se tradujo en una menor competitividad de las exportaciones regionales no beneficiadas por las alzas de los precios internacionales. Esto ha llevado a los gobiernos a adoptar políticas para

mejorar la productividad y reducir costos en los sectores productivos.

En el campo de la política monetaria, los Bancos Cen-trales de los países de la región han aumentado las re-servas monetarias internacionales para hacer frente a la entrada de divisas y contener la apreciación cambiaria. Ambas medidas han generado, como efecto secundario, un fortalecimiento de las economías regionales frente al contexto de turbulencia en los mercados mundiales, como el que se detectó a partir del segundo semestre de 2011 (cepal, 2011a).

En el segundo semestre de 2011 y comienzos de 2012, la situación internacional se deterioró por el aumento del riesgo en las economías avanzadas. En Europa, las nego-ciaciones en torno a un acuerdo para dotar de recursos suficientes a las economías en mayores dificultades (Gre-cia, Portugal, Italia, España e Irlanda), han enfrentado variados obstáculos.

Por el tamaño de algunas de esas economías, una decla-ración de insolvencia probablemente acarrearía una crisis sistémica con repercusiones dentro y fuera de la ue, por lo cual una solución colectiva fue definida como la mejor

opción, aunque políticamente difícil de sostener en los países acreedores. Al mismo tiempo, la imposibilidad de contar con una política de devaluación para hacer frente a algunos de los problemas de competitividad terminó por sobrecargar los ajustes fiscales, cuyos impactos en la contracción de las economías continuarán constatándose en los próximos años.

En el caso de los Estados Unidos, a las dificultades del ac-tual gobierno para alcanzar un acuerdo fiscal que le per-mita seguir financiando la deuda pública, se han sumado los problemas estructurales en los sectores inmobiliario y bancario, y la persistencia de un alto nivel de desempleo que presiona al alza los gastos en previsión social.

De este modo, la incertidumbre respecto a las tasas de crecimiento de las economías centrales en los próximos años ha llevado a una reevaluación de las expectativas globales, con impactos en los sectores real y finan-ciero.

El cambio en el escenario internacional ha suscitado nue-vas direcciones de política macroeconómica en América Latina y el Caribe.

La menor liquidez y la incertidumbre en los mercados financieros ha reducido la entrada de capitales en los países emergentes, con impactos en los tipos de cambio. Así, a mediados de 2011 y en el segundo trimestre de 2012 (no graficado), la tendencia a la apreciación cambiaria en la región cedió levemente. Además, con la menor presión al alza sobre las cotizaciones internacionales de los productos básicos, los índices de inflación también han empezado a reducirse, abriendo espacio para cortes en las tasas de interés real.

Es interesante notar que, a pesar de la devaluación re-ciente de los tipos de cambio real, el impacto sobre la inflación regional ha sido muy pequeño, producto de las expectativas a la baja en las economías centrales y su correspondiente efecto ralentizador en la importación de bienes industriales y en la inversión en general.

Por otro lado, como consecuencia de la apreciación de los tipos de cambio, y tras varios años de exposición a la competencia con bienes importados, algunos segmentos de la industria regional han ganado suficiente compe-titividad para absorber parte del alza de los precios de los insumos importados, en lugar de transferir dicho aumento a los precios de los bienes finales.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal

Figura 3 Mediana de la Tasa de Referencia de Política Monetaria, por Subregiones (%) Figura 4 Índice de la Tasa de Cambio Efectiva Real Mensual (%)Año base 2005 = 100

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24 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 25Una mirada hacia América Latina y el Caribe

La competitividad de la industria regional se ha visto beneficiada por las políticas de créditos y subsidios a la inversión aplicadas en la región en los años post crisis. En efecto, como resultado de esas políticas, la formación bruta de capital fijo en la región alcanzó en 2011 el nivel de 22,8% del pib, constituyendo un nuevo máximo para las últimas décadas (cepal, 2011a).

En el mercado laboral, el empleo y los salarios continua-ron creciendo en 2011 y los primeros meses de 2012 en la mayoría de los países de la región, y se espera que esta tendencia se mantenga. La tasa de desempleo se redujo 0,5 puntos porcentuales para el conjunto de la región, alcanzando 6,9%. Asimismo, aumentó el empleo asala-riado y los empleos cubiertos por la seguridad social y se mantuvo la tendencia ascendente de los salarios medios reales del sector formal (cepal, 2012a).

También en 2011, América Latina se benefició de un aumento de la recaudación fiscal, pasando de un déficit primario en años anteriores a un ligero superávit de 0,3% del pib. Eso ha permitido a la región como un todo, aunque con diferencias importantes entre países, reducir la deuda pública a un nivel inferior al mínimo histórico de las últimas décadas (cepal, 2011a).

Estos cambios favorables de la situación macroeconómica regional en los últimos dos años han permitido proveer a la región de recursos (financieros e institucionales) y reducir la vulnerabilidad de la economía regional frente a posibles choques externos, como los que se están ba-rajando en las previsiones de las agencias internacionales para los próximos años.

Se identifica también un importante proceso de apren-dizaje de las economías regionales en el manejo de las cuentas públicas y de las políticas anticíclicas en situa-ciones de volatilidad de los mercados financieros, como las experimentadas recientemente.

Perspectivas

Las expectativas respecto al desempeño de la economía mundial se ajustan progresivamente a un escenario cada vez más desfavorable

Las proyecciones para 2013 (Figura 1, lado derecho) in-corporan en forma positiva, pero con precaución, los esfuerzos de la ue para lograr acuerdos sobre las ayudas a las economías más afectadas de la zona del euro, lo cual se interpreta como un signo de apoyo de los países del

bloque a la Unión Monetaria. La precaución se debe a la fragilidad de los logros alcanzados hasta el momento y a la necesidad de seguir aplicando políticas que permitan reducir paulatinamente el riesgo en los mercados (fmi, 2012). Además, se espera que las medidas de consolida-ción fiscal que vayan aplicando las economías más afec-tadas de la zona del euro tengan un impacto significativo en el crecimiento de la ue, sobre todo en 2013.

No se descarta tampoco un escenario aún más desfa-vorable, en el cual una crisis profunda de la zona del euro incidiría negativamente en los mercados mundiales, tanto por los canales reales como financieros, afectando las perspectivas económicas más allá de Europa.

En cualquiera de esos escenarios, con la reducción del crecimiento en las economías avanzadas, las tasas de crecimiento en América Latina y el Caribe se manten-drían moderadas, aunque con importantes diferencias entre los países.

Las perspectivas para los países de la región dependen de la vulnerabilidad de sus econo-mías frente al deterioro del escenario inter-nacional

En el caso del comercio internacional, la vulnerabilidad de las economías regionales se explica por la importancia de la ue como mercado para las exportaciones de los países de América Latina y Caribe. En forma adicional, por la participación de los bienes primarios – de mayor volatilidad en las cotizaciones internacionales – en el total de exportaciones.

Aún en el ámbito de las cuentas externas, habría que considerar la importancia que tienen las remesas de los inmigrantes para algunas economías de la región, y el impacto del limitado crecimiento económico de las eco-nomías avanzadas sobre esa fuente de recursos.

En lo que respecta a la situación fiscal, la participación de los ingresos fiscales provenientes de los productos básicos constituye una fuente de inestabilidad y por lo tanto, de vulnerabilidad frente a un escenario internacional desfa-vorable. Asimismo, un alto nivel de deuda pública, sobre todo aquella financiada con recursos externos, implica una elevada vulnerabilidad frente a la volatilidad de los mercados financieros internacionales.

La Figura 5 muestra los valores de esos indicadores de vulnerabilidad frente a la situación internacional de los

países de América Latina y el Caribe para los cuales se dispone de información. Los países se encuentran orde-nados según el promedio de los cuatro indicadores.

El peso de Europa como destino de las exportaciones de América Latina y el Caribe descendió progresivamente en la década de 1990, estabilizándose en torno a 13% a partir del año 2000. Tal reducción ha sido intensa para los países de Centroamérica y más suave para los de Sudamérica. México constituye una excepción en la región, observándose un ascenso de las exportaciones en la última década.

En términos absolutos, la participación de los 27 países de la ue como destino de las exportaciones subregionales alcanza 19% en el caso de Sudamérica, 13% en el Caribe, 10% en Centroamérica y 5% en México (promedio 2000-2011). Brasil, Chile, Honduras, Argentina y Uruguay son los países con mayor dependencia del mercado europeo para

sus exportaciones. Aunque habría que considerar también la naturaleza de los productos exportados a Europa (y la probabilidad de que sean redireccionados a otros merca-dos), en términos generales las exportaciones de estos países podrían verse particularmente perjudicadas en caso de que la crisis de la deuda europea se siga extendiendo.

Aun cuando no existen datos disponibles según el país de origen de los recursos, la información relativa a la importancia de las remesas revela el impacto diferen-ciado de una de las vías de transmisión de la crisis internacional hacia las economías regionales. Hon-duras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, República Dominicana, Bolivia y Ecuador son los países en los que las remesas inciden en mayor magnitud sobre el pib. El impacto final sobre esos países dependerá, obvia-mente, del desempeño de las economías donde residen los inmigrantes y de las políticas específicas hacia ese conjunto de la población.

Figura 5 Países de América Latina: Indicadores de Vulnerabilidad frente a la Crisis en la Zona del Euro (%)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos cepal (2011).

0102030405060708090Nicaragua

Bolivia

Venezuela

Ecuador

Uruguay

Paraguay

Honduras

Chile

ArgentinaColombiaPerú

Brasil

El Salvador

Costa Rica

Guatemala

México

R.Dominicana

Panamá

AMLAT

Participación EU27 como mercado exportaciones (Promedio 2007-10)

Participación bienes primarios en las exportaciones (Promedio 2007-10)

Participación ingresos fiscales primarios en ingresos fiscales totales (Promedio 2007-09)Deuda externa total/PIB (2011)

Remesas/PIB (promedio 2008-09)

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Lacticinios 27

24 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 25Una mirada hacia América Latina y el Caribe

La competitividad de la industria regional se ha visto beneficiada por las políticas de créditos y subsidios a la inversión aplicadas en la región en los años post crisis. En efecto, como resultado de esas políticas, la formación bruta de capital fijo en la región alcanzó en 2011 el nivel de 22,8% del pib, constituyendo un nuevo máximo para las últimas décadas (cepal, 2011a).

En el mercado laboral, el empleo y los salarios continua-ron creciendo en 2011 y los primeros meses de 2012 en la mayoría de los países de la región, y se espera que esta tendencia se mantenga. La tasa de desempleo se redujo 0,5 puntos porcentuales para el conjunto de la región, alcanzando 6,9%. Asimismo, aumentó el empleo asala-riado y los empleos cubiertos por la seguridad social y se mantuvo la tendencia ascendente de los salarios medios reales del sector formal (cepal, 2012a).

También en 2011, América Latina se benefició de un aumento de la recaudación fiscal, pasando de un déficit primario en años anteriores a un ligero superávit de 0,3% del pib. Eso ha permitido a la región como un todo, aunque con diferencias importantes entre países, reducir la deuda pública a un nivel inferior al mínimo histórico de las últimas décadas (cepal, 2011a).

Estos cambios favorables de la situación macroeconómica regional en los últimos dos años han permitido proveer a la región de recursos (financieros e institucionales) y reducir la vulnerabilidad de la economía regional frente a posibles choques externos, como los que se están ba-rajando en las previsiones de las agencias internacionales para los próximos años.

Se identifica también un importante proceso de apren-dizaje de las economías regionales en el manejo de las cuentas públicas y de las políticas anticíclicas en situa-ciones de volatilidad de los mercados financieros, como las experimentadas recientemente.

Perspectivas

Las expectativas respecto al desempeño de la economía mundial se ajustan progresivamente a un escenario cada vez más desfavorable

Las proyecciones para 2013 (Figura 1, lado derecho) in-corporan en forma positiva, pero con precaución, los esfuerzos de la ue para lograr acuerdos sobre las ayudas a las economías más afectadas de la zona del euro, lo cual se interpreta como un signo de apoyo de los países del

bloque a la Unión Monetaria. La precaución se debe a la fragilidad de los logros alcanzados hasta el momento y a la necesidad de seguir aplicando políticas que permitan reducir paulatinamente el riesgo en los mercados (fmi, 2012). Además, se espera que las medidas de consolida-ción fiscal que vayan aplicando las economías más afec-tadas de la zona del euro tengan un impacto significativo en el crecimiento de la ue, sobre todo en 2013.

No se descarta tampoco un escenario aún más desfa-vorable, en el cual una crisis profunda de la zona del euro incidiría negativamente en los mercados mundiales, tanto por los canales reales como financieros, afectando las perspectivas económicas más allá de Europa.

En cualquiera de esos escenarios, con la reducción del crecimiento en las economías avanzadas, las tasas de crecimiento en América Latina y el Caribe se manten-drían moderadas, aunque con importantes diferencias entre los países.

Las perspectivas para los países de la región dependen de la vulnerabilidad de sus econo-mías frente al deterioro del escenario inter-nacional

En el caso del comercio internacional, la vulnerabilidad de las economías regionales se explica por la importancia de la ue como mercado para las exportaciones de los países de América Latina y Caribe. En forma adicional, por la participación de los bienes primarios – de mayor volatilidad en las cotizaciones internacionales – en el total de exportaciones.

Aún en el ámbito de las cuentas externas, habría que considerar la importancia que tienen las remesas de los inmigrantes para algunas economías de la región, y el impacto del limitado crecimiento económico de las eco-nomías avanzadas sobre esa fuente de recursos.

En lo que respecta a la situación fiscal, la participación de los ingresos fiscales provenientes de los productos básicos constituye una fuente de inestabilidad y por lo tanto, de vulnerabilidad frente a un escenario internacional desfa-vorable. Asimismo, un alto nivel de deuda pública, sobre todo aquella financiada con recursos externos, implica una elevada vulnerabilidad frente a la volatilidad de los mercados financieros internacionales.

La Figura 5 muestra los valores de esos indicadores de vulnerabilidad frente a la situación internacional de los

países de América Latina y el Caribe para los cuales se dispone de información. Los países se encuentran orde-nados según el promedio de los cuatro indicadores.

El peso de Europa como destino de las exportaciones de América Latina y el Caribe descendió progresivamente en la década de 1990, estabilizándose en torno a 13% a partir del año 2000. Tal reducción ha sido intensa para los países de Centroamérica y más suave para los de Sudamérica. México constituye una excepción en la región, observándose un ascenso de las exportaciones en la última década.

En términos absolutos, la participación de los 27 países de la ue como destino de las exportaciones subregionales alcanza 19% en el caso de Sudamérica, 13% en el Caribe, 10% en Centroamérica y 5% en México (promedio 2000-2011). Brasil, Chile, Honduras, Argentina y Uruguay son los países con mayor dependencia del mercado europeo para

sus exportaciones. Aunque habría que considerar también la naturaleza de los productos exportados a Europa (y la probabilidad de que sean redireccionados a otros merca-dos), en términos generales las exportaciones de estos países podrían verse particularmente perjudicadas en caso de que la crisis de la deuda europea se siga extendiendo.

Aun cuando no existen datos disponibles según el país de origen de los recursos, la información relativa a la importancia de las remesas revela el impacto diferen-ciado de una de las vías de transmisión de la crisis internacional hacia las economías regionales. Hon-duras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, República Dominicana, Bolivia y Ecuador son los países en los que las remesas inciden en mayor magnitud sobre el pib. El impacto final sobre esos países dependerá, obvia-mente, del desempeño de las economías donde residen los inmigrantes y de las políticas específicas hacia ese conjunto de la población.

Figura 5 Países de América Latina: Indicadores de Vulnerabilidad frente a la Crisis en la Zona del Euro (%)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos cepal (2011).

0102030405060708090Nicaragua

Bolivia

Venezuela

Ecuador

Uruguay

Paraguay

Honduras

Chile

ArgentinaColombiaPerú

Brasil

El Salvador

Costa Rica

Guatemala

México

R.Dominicana

Panamá

AMLAT

Participación EU27 como mercado exportaciones (Promedio 2007-10)

Participación bienes primarios en las exportaciones (Promedio 2007-10)

Participación ingresos fiscales primarios en ingresos fiscales totales (Promedio 2007-09)Deuda externa total/PIB (2011)

Remesas/PIB (promedio 2008-09)

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Lacticinios28

26 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 27Una mirada hacia América Latina y el Caribe

Otra fuente de vulnerabilidad para las economías regiona-les es la elevada participación de los bienes primarios en las exportaciones totales de algunas economías. El riesgo aquí va asociado a la fuerte volatilidad de los precios de esos productos, cuyo comportamiento se vincula tanto a variables reales (la tasa de crecimiento de la producción industrial, por ejemplo), como financieras (el nivel de riesgo en los mercados globales, entre otras variables). En los últimos años, varios países latinoamericanos han aumentado su especialización comercial en bienes prima-rios, dada la tendencia ascendente de los precios y de la demanda por materias primas a nivel global.

Las cotizaciones internacionales de esos productos, sobre todo de los hidrocarburos, dependen fuertemente de las perspectivas de crecimiento de las economías avanzadas y de su impacto sobre la demanda global. A lo largo de la última década, los precios de los principales productos básicos aumentaron consistentemente en respuesta al crecimiento de la demanda mundial (cepal-fao-iica, 2010). Tal crecimiento fue apenas interrumpido por las repercusiones de la crisis económica sobre la actividad económica de los países avanzados y, en menor medida, de los emergentes.

En los últimos meses, el resurgimiento de los temores sobre la negociación de la deuda soberana de los paí-ses de la zona del euro ha empujado una vez más a la baja los precios de los productos básicos, incluyendo el petróleo y sus derivados.

El alza de los precios del petróleo en el primer trimestre de 2012 respondió a las turbulencias geopolíticas en al-gunos países productores del Medio Oriente. En los úl-timos meses, no obstante, las perspectivas desfavorables de crecimiento en las economías centrales han llevado los precios a un nivel inferior a los us$ 100 el barril (wti), situación no observada desde febrero de 2011.

Según indican las agencias especializadas, el valor del barril de petróleo ligeramente debajo de us$ 100 parece constituir un nuevo punto de equilibrio que ya incor-pora las perspectivas de desaceleración en las princi-pales economías avanzadas. Si tal desaceleración y los consecuentes riesgos sobre la economía mundial no se cumplen totalmente, el repunte de la demanda podría elevar los precios a un rango entre us$ 100 y us$ 110 por barril hacia fines de 2012 (Morse, 2012).

Se espera que las cotizaciones de otros productos básicos de gran peso en las exportaciones regionales – como

algunos minerales, metales y productos agropecuarios – sean incluso más afectadas por las perspectivas de bajo crecimiento en las economías avanzadas que el precio del petróleo. Eso, debido a que en los demás productos no inciden, por el momento, las presiones que han es-tado afectando las perspectivas de aumento de la oferta del crudo en el corto plazo, sobre todo las turbulencias geopolíticas en algunos de los principales países produc-tores del Medio Oriente, como Irán e Irak.

En 2011 los precios de los productos básicos (excluido el petróleo) tendieron ya a la baja, en respuesta al escenario incierto de desarrollo de la crisis en las economías avanza-das y a algunos indicios de desaceleración del crecimiento en las economías emergentes, incluyendo China.

Otras variables, como la apreciación del dólar frente al euro y el aumento del riesgo en los mercados internacio-nales, tendieron también a reducir la presión al alza que predominaba sobre los precios de los productos básicos en años anteriores.

Para el año 2012 el fmi prevé una reducción de los precios del conjunto de los productos básicos (excepto petróleo) de cerca de 10% respecto a los niveles de 2011, en el cual se observó un incremento de 18%. Para el año 2013, la retracción en los precios alcanzaría a un 2%. Los precios del petróleo, en cambio, cerrarían el año 2012 con una variación positiva de 10% y para 2013 presentarían una reducción de 4% (fmi, 2012).

cepal (2012a) incorpora esas tendencias en sus predic-ciones para los países de América Latina, con un em-peoramiento de los términos de intercambio en general y especialmente en el Mercosur, como también en los países exportadores de hidrocarburos.

Si se concreta el escenario de estancamiento de las eco-nomías de la zona del euro y de bajo crecimiento en los Estados Unidos, la perspectiva para los precios interna-cionales de los productos básicos en 2012 y 2013 sería de volatilidad con tendencia a la baja. La volatilidad provendría, en ese caso, de la incertidumbre en cuanto a la evolución de la oferta global del crudo, del resultado de las elecciones en Estados Unidos (sobre todo de su impacto sobre la consolidación fiscal) y de las negocia-ciones sobre los rescates y las reformas institucionales en los países de la zona del euro.

En los países de América Latina y el Caribe, cuyos re-sultados fiscales dependen en forma importante de la

evolución de los precios de los productos básicos (como Venezuela, Bolivia, Ecuador y México), en ausencia de mecanismos anticíclicos, la volatilidad de los precios in-ternacionales puede afectar la efectividad y sostenibilidad de las políticas públicas.

Impactos adicionales de la volatilidad de los precios internacionales sobre los mercados internos incluyen la variación de los índices de precios y del tipo de cambio real, con repercusiones sobre la competitividad de otros sectores exportadores (cepal-fao-iica, 2011).

El último indicador de vulnerabilidad de los países de la región frente a un agravamiento de la crisis se refiere al nivel de la deuda externa como proporción del pib. De modo general, la región redujo consistentemente su nivel de deuda externa a lo largo de la última década, pero con diferencias subregionales importantes. Mientras los países de América del Sur, México, Centroamérica, Re-pública Dominicana y Haití redujeron la deuda externa desde 40% del pib a comienzos de los años 2000 a cerca de 20% en 2011, la subregión Caribe aumentó el nivel de deuda en el período post crisis, de 40% a 50%, en promedio, entre 2008 y 2011 (cepal, 2011a).

La Figura 5 muestra además diferencias importantes entre los países. En América del Sur, Chile, Uruguay, Argentina y Venezuela continúan con un nivel de en-deudamiento externo por encima del promedio subre-gional, así como Nicaragua, El Salvador y Panamá en Centroamérica.

Algunos autores asocian un nivel elevado de la deuda pública a una ralentización del crecimiento económico. Reinhart et al. (2012) demuestran que los episodios de elevado endeudamiento ocurridos desde 1800 se relacio-nan con una tasa de crecimiento inferior en más de un punto porcentual a la tasa típica de los períodos con ni-veles de deuda menores. Esto se explica por la necesidad de los gobiernos con alto nivel de deuda de aumentar los impuestos y reducir los gastos de inversión para hacer frente al pago de intereses.

Además, dado que el financiamiento de la deuda en el largo plazo se hace normalmente con préstamos conse-cutivos de vencimiento limitado, la posibilidad de que un alza en las tasas de interés se convierta rápidamen-te en mayores costos constituye un riesgo real para los países que cargan con un alto nivel de endeudamiento. En ese sentido, la situación actual de incertidumbre y volatilidad en los mercados internacionales es particular-

mente riesgosa para aquellos países que deben renegociar constantemente el financiamiento de su deuda con los acreedores externos.

Un punto positivo en las cuentas externas es aporta-do por el notable dinamismo de los flujos de inversión extranjera directa (ied), variable que ha alcanzado el primer lugar como fuente de financiamiento externo en la región en 2011, correspondiente a 2,4% del pib (cepal, 2012a). No obstante, esos flujos también son susceptibles de ser afectados por la desaceleración del crecimiento en los principales países de origen de los recursos hacia la región, aunque por otro lado, la región también podría tornarse un destino más atractivo para la inversión, de-bido a las crisis de las economías centrales.

Recomendaciones de políticas

Con el estancamiento de la economía mundial, la región debe apostar al fortalecimiento de los mercados internos y del comercio intra-regional

En los próximos meses, las economías de América Latina y el Caribe se enfrentarán a un escenario de estancamiento en algunos de sus principales mercados, Europa y Estados Unidos, más allá de una tendencia a la baja en las coti-zaciones de algunos de sus principales productos básicos de exportación. El impacto de esas variables en las tasas de crecimiento de las exportaciones regionales, sumado a la disminución del ingreso debido a un empeoramiento de los términos de intercambio, podría dar lugar a un crecimiento más lento de la inversión.

Dicha ralentización podría intensificarse, dependiendo del comportamiento de los mercados financieros inter-nacionales. Estos podrían acentuar su volatilidad, dados los riesgos en el mercado del petróleo y la incertidumbre sobre el proceso de consolidación fiscal en las economías avanzadas, lo que también afectaría el volumen y esta-bilidad de los flujos de capital hacia la región. En un escenario más pesimista, en el cual la crisis de la zona del euro se profundice y se contagie hacia otras economías, los flujos de capital hacia la región podrían reducirse en forma ostensible.

En cualquiera de esos escenarios, el dinamismo de los mercados internos y el comercio intra-regional cobrarían importancia en la mantención de las tasas de crecimiento del pib regional, como ha ocurrido desde que la situa-ción internacional empezó a deteriorarse, en el segundo

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26 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 27Una mirada hacia América Latina y el Caribe

Otra fuente de vulnerabilidad para las economías regiona-les es la elevada participación de los bienes primarios en las exportaciones totales de algunas economías. El riesgo aquí va asociado a la fuerte volatilidad de los precios de esos productos, cuyo comportamiento se vincula tanto a variables reales (la tasa de crecimiento de la producción industrial, por ejemplo), como financieras (el nivel de riesgo en los mercados globales, entre otras variables). En los últimos años, varios países latinoamericanos han aumentado su especialización comercial en bienes prima-rios, dada la tendencia ascendente de los precios y de la demanda por materias primas a nivel global.

Las cotizaciones internacionales de esos productos, sobre todo de los hidrocarburos, dependen fuertemente de las perspectivas de crecimiento de las economías avanzadas y de su impacto sobre la demanda global. A lo largo de la última década, los precios de los principales productos básicos aumentaron consistentemente en respuesta al crecimiento de la demanda mundial (cepal-fao-iica, 2010). Tal crecimiento fue apenas interrumpido por las repercusiones de la crisis económica sobre la actividad económica de los países avanzados y, en menor medida, de los emergentes.

En los últimos meses, el resurgimiento de los temores sobre la negociación de la deuda soberana de los paí-ses de la zona del euro ha empujado una vez más a la baja los precios de los productos básicos, incluyendo el petróleo y sus derivados.

El alza de los precios del petróleo en el primer trimestre de 2012 respondió a las turbulencias geopolíticas en al-gunos países productores del Medio Oriente. En los úl-timos meses, no obstante, las perspectivas desfavorables de crecimiento en las economías centrales han llevado los precios a un nivel inferior a los us$ 100 el barril (wti), situación no observada desde febrero de 2011.

Según indican las agencias especializadas, el valor del barril de petróleo ligeramente debajo de us$ 100 parece constituir un nuevo punto de equilibrio que ya incor-pora las perspectivas de desaceleración en las princi-pales economías avanzadas. Si tal desaceleración y los consecuentes riesgos sobre la economía mundial no se cumplen totalmente, el repunte de la demanda podría elevar los precios a un rango entre us$ 100 y us$ 110 por barril hacia fines de 2012 (Morse, 2012).

Se espera que las cotizaciones de otros productos básicos de gran peso en las exportaciones regionales – como

algunos minerales, metales y productos agropecuarios – sean incluso más afectadas por las perspectivas de bajo crecimiento en las economías avanzadas que el precio del petróleo. Eso, debido a que en los demás productos no inciden, por el momento, las presiones que han es-tado afectando las perspectivas de aumento de la oferta del crudo en el corto plazo, sobre todo las turbulencias geopolíticas en algunos de los principales países produc-tores del Medio Oriente, como Irán e Irak.

En 2011 los precios de los productos básicos (excluido el petróleo) tendieron ya a la baja, en respuesta al escenario incierto de desarrollo de la crisis en las economías avanza-das y a algunos indicios de desaceleración del crecimiento en las economías emergentes, incluyendo China.

Otras variables, como la apreciación del dólar frente al euro y el aumento del riesgo en los mercados internacio-nales, tendieron también a reducir la presión al alza que predominaba sobre los precios de los productos básicos en años anteriores.

Para el año 2012 el fmi prevé una reducción de los precios del conjunto de los productos básicos (excepto petróleo) de cerca de 10% respecto a los niveles de 2011, en el cual se observó un incremento de 18%. Para el año 2013, la retracción en los precios alcanzaría a un 2%. Los precios del petróleo, en cambio, cerrarían el año 2012 con una variación positiva de 10% y para 2013 presentarían una reducción de 4% (fmi, 2012).

cepal (2012a) incorpora esas tendencias en sus predic-ciones para los países de América Latina, con un em-peoramiento de los términos de intercambio en general y especialmente en el Mercosur, como también en los países exportadores de hidrocarburos.

Si se concreta el escenario de estancamiento de las eco-nomías de la zona del euro y de bajo crecimiento en los Estados Unidos, la perspectiva para los precios interna-cionales de los productos básicos en 2012 y 2013 sería de volatilidad con tendencia a la baja. La volatilidad provendría, en ese caso, de la incertidumbre en cuanto a la evolución de la oferta global del crudo, del resultado de las elecciones en Estados Unidos (sobre todo de su impacto sobre la consolidación fiscal) y de las negocia-ciones sobre los rescates y las reformas institucionales en los países de la zona del euro.

En los países de América Latina y el Caribe, cuyos re-sultados fiscales dependen en forma importante de la

evolución de los precios de los productos básicos (como Venezuela, Bolivia, Ecuador y México), en ausencia de mecanismos anticíclicos, la volatilidad de los precios in-ternacionales puede afectar la efectividad y sostenibilidad de las políticas públicas.

Impactos adicionales de la volatilidad de los precios internacionales sobre los mercados internos incluyen la variación de los índices de precios y del tipo de cambio real, con repercusiones sobre la competitividad de otros sectores exportadores (cepal-fao-iica, 2011).

El último indicador de vulnerabilidad de los países de la región frente a un agravamiento de la crisis se refiere al nivel de la deuda externa como proporción del pib. De modo general, la región redujo consistentemente su nivel de deuda externa a lo largo de la última década, pero con diferencias subregionales importantes. Mientras los países de América del Sur, México, Centroamérica, Re-pública Dominicana y Haití redujeron la deuda externa desde 40% del pib a comienzos de los años 2000 a cerca de 20% en 2011, la subregión Caribe aumentó el nivel de deuda en el período post crisis, de 40% a 50%, en promedio, entre 2008 y 2011 (cepal, 2011a).

La Figura 5 muestra además diferencias importantes entre los países. En América del Sur, Chile, Uruguay, Argentina y Venezuela continúan con un nivel de en-deudamiento externo por encima del promedio subre-gional, así como Nicaragua, El Salvador y Panamá en Centroamérica.

Algunos autores asocian un nivel elevado de la deuda pública a una ralentización del crecimiento económico. Reinhart et al. (2012) demuestran que los episodios de elevado endeudamiento ocurridos desde 1800 se relacio-nan con una tasa de crecimiento inferior en más de un punto porcentual a la tasa típica de los períodos con ni-veles de deuda menores. Esto se explica por la necesidad de los gobiernos con alto nivel de deuda de aumentar los impuestos y reducir los gastos de inversión para hacer frente al pago de intereses.

Además, dado que el financiamiento de la deuda en el largo plazo se hace normalmente con préstamos conse-cutivos de vencimiento limitado, la posibilidad de que un alza en las tasas de interés se convierta rápidamen-te en mayores costos constituye un riesgo real para los países que cargan con un alto nivel de endeudamiento. En ese sentido, la situación actual de incertidumbre y volatilidad en los mercados internacionales es particular-

mente riesgosa para aquellos países que deben renegociar constantemente el financiamiento de su deuda con los acreedores externos.

Un punto positivo en las cuentas externas es aporta-do por el notable dinamismo de los flujos de inversión extranjera directa (ied), variable que ha alcanzado el primer lugar como fuente de financiamiento externo en la región en 2011, correspondiente a 2,4% del pib (cepal, 2012a). No obstante, esos flujos también son susceptibles de ser afectados por la desaceleración del crecimiento en los principales países de origen de los recursos hacia la región, aunque por otro lado, la región también podría tornarse un destino más atractivo para la inversión, de-bido a las crisis de las economías centrales.

Recomendaciones de políticas

Con el estancamiento de la economía mundial, la región debe apostar al fortalecimiento de los mercados internos y del comercio intra-regional

En los próximos meses, las economías de América Latina y el Caribe se enfrentarán a un escenario de estancamiento en algunos de sus principales mercados, Europa y Estados Unidos, más allá de una tendencia a la baja en las coti-zaciones de algunos de sus principales productos básicos de exportación. El impacto de esas variables en las tasas de crecimiento de las exportaciones regionales, sumado a la disminución del ingreso debido a un empeoramiento de los términos de intercambio, podría dar lugar a un crecimiento más lento de la inversión.

Dicha ralentización podría intensificarse, dependiendo del comportamiento de los mercados financieros inter-nacionales. Estos podrían acentuar su volatilidad, dados los riesgos en el mercado del petróleo y la incertidumbre sobre el proceso de consolidación fiscal en las economías avanzadas, lo que también afectaría el volumen y esta-bilidad de los flujos de capital hacia la región. En un escenario más pesimista, en el cual la crisis de la zona del euro se profundice y se contagie hacia otras economías, los flujos de capital hacia la región podrían reducirse en forma ostensible.

En cualquiera de esos escenarios, el dinamismo de los mercados internos y el comercio intra-regional cobrarían importancia en la mantención de las tasas de crecimiento del pib regional, como ha ocurrido desde que la situa-ción internacional empezó a deteriorarse, en el segundo

26 Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica– 27Una mirada hacia América Latina y el Caribe

Otra fuente de vulnerabilidad para las economías regiona-les es la elevada participación de los bienes primarios en las exportaciones totales de algunas economías. El riesgo aquí va asociado a la fuerte volatilidad de los precios de esos productos, cuyo comportamiento se vincula tanto a variables reales (la tasa de crecimiento de la producción industrial, por ejemplo), como financieras (el nivel de riesgo en los mercados globales, entre otras variables). En los últimos años, varios países latinoamericanos han aumentado su especialización comercial en bienes prima-rios, dada la tendencia ascendente de los precios y de la demanda por materias primas a nivel global.

Las cotizaciones internacionales de esos productos, sobre todo de los hidrocarburos, dependen fuertemente de las perspectivas de crecimiento de las economías avanzadas y de su impacto sobre la demanda global. A lo largo de la última década, los precios de los principales productos básicos aumentaron consistentemente en respuesta al crecimiento de la demanda mundial (cepal-fao-iica, 2010). Tal crecimiento fue apenas interrumpido por las repercusiones de la crisis económica sobre la actividad económica de los países avanzados y, en menor medida, de los emergentes.

En los últimos meses, el resurgimiento de los temores sobre la negociación de la deuda soberana de los paí-ses de la zona del euro ha empujado una vez más a la baja los precios de los productos básicos, incluyendo el petróleo y sus derivados.

El alza de los precios del petróleo en el primer trimestre de 2012 respondió a las turbulencias geopolíticas en al-gunos países productores del Medio Oriente. En los úl-timos meses, no obstante, las perspectivas desfavorables de crecimiento en las economías centrales han llevado los precios a un nivel inferior a los us$ 100 el barril (wti), situación no observada desde febrero de 2011.

Según indican las agencias especializadas, el valor del barril de petróleo ligeramente debajo de us$ 100 parece constituir un nuevo punto de equilibrio que ya incor-pora las perspectivas de desaceleración en las princi-pales economías avanzadas. Si tal desaceleración y los consecuentes riesgos sobre la economía mundial no se cumplen totalmente, el repunte de la demanda podría elevar los precios a un rango entre us$ 100 y us$ 110 por barril hacia fines de 2012 (Morse, 2012).

Se espera que las cotizaciones de otros productos básicos de gran peso en las exportaciones regionales – como

algunos minerales, metales y productos agropecuarios – sean incluso más afectadas por las perspectivas de bajo crecimiento en las economías avanzadas que el precio del petróleo. Eso, debido a que en los demás productos no inciden, por el momento, las presiones que han es-tado afectando las perspectivas de aumento de la oferta del crudo en el corto plazo, sobre todo las turbulencias geopolíticas en algunos de los principales países produc-tores del Medio Oriente, como Irán e Irak.

En 2011 los precios de los productos básicos (excluido el petróleo) tendieron ya a la baja, en respuesta al escenario incierto de desarrollo de la crisis en las economías avanza-das y a algunos indicios de desaceleración del crecimiento en las economías emergentes, incluyendo China.

Otras variables, como la apreciación del dólar frente al euro y el aumento del riesgo en los mercados internacio-nales, tendieron también a reducir la presión al alza que predominaba sobre los precios de los productos básicos en años anteriores.

Para el año 2012 el fmi prevé una reducción de los precios del conjunto de los productos básicos (excepto petróleo) de cerca de 10% respecto a los niveles de 2011, en el cual se observó un incremento de 18%. Para el año 2013, la retracción en los precios alcanzaría a un 2%. Los precios del petróleo, en cambio, cerrarían el año 2012 con una variación positiva de 10% y para 2013 presentarían una reducción de 4% (fmi, 2012).

cepal (2012a) incorpora esas tendencias en sus predic-ciones para los países de América Latina, con un em-peoramiento de los términos de intercambio en general y especialmente en el Mercosur, como también en los países exportadores de hidrocarburos.

Si se concreta el escenario de estancamiento de las eco-nomías de la zona del euro y de bajo crecimiento en los Estados Unidos, la perspectiva para los precios interna-cionales de los productos básicos en 2012 y 2013 sería de volatilidad con tendencia a la baja. La volatilidad provendría, en ese caso, de la incertidumbre en cuanto a la evolución de la oferta global del crudo, del resultado de las elecciones en Estados Unidos (sobre todo de su impacto sobre la consolidación fiscal) y de las negocia-ciones sobre los rescates y las reformas institucionales en los países de la zona del euro.

En los países de América Latina y el Caribe, cuyos re-sultados fiscales dependen en forma importante de la

evolución de los precios de los productos básicos (como Venezuela, Bolivia, Ecuador y México), en ausencia de mecanismos anticíclicos, la volatilidad de los precios in-ternacionales puede afectar la efectividad y sostenibilidad de las políticas públicas.

Impactos adicionales de la volatilidad de los precios internacionales sobre los mercados internos incluyen la variación de los índices de precios y del tipo de cambio real, con repercusiones sobre la competitividad de otros sectores exportadores (cepal-fao-iica, 2011).

El último indicador de vulnerabilidad de los países de la región frente a un agravamiento de la crisis se refiere al nivel de la deuda externa como proporción del pib. De modo general, la región redujo consistentemente su nivel de deuda externa a lo largo de la última década, pero con diferencias subregionales importantes. Mientras los países de América del Sur, México, Centroamérica, Re-pública Dominicana y Haití redujeron la deuda externa desde 40% del pib a comienzos de los años 2000 a cerca de 20% en 2011, la subregión Caribe aumentó el nivel de deuda en el período post crisis, de 40% a 50%, en promedio, entre 2008 y 2011 (cepal, 2011a).

La Figura 5 muestra además diferencias importantes entre los países. En América del Sur, Chile, Uruguay, Argentina y Venezuela continúan con un nivel de en-deudamiento externo por encima del promedio subre-gional, así como Nicaragua, El Salvador y Panamá en Centroamérica.

Algunos autores asocian un nivel elevado de la deuda pública a una ralentización del crecimiento económico. Reinhart et al. (2012) demuestran que los episodios de elevado endeudamiento ocurridos desde 1800 se relacio-nan con una tasa de crecimiento inferior en más de un punto porcentual a la tasa típica de los períodos con ni-veles de deuda menores. Esto se explica por la necesidad de los gobiernos con alto nivel de deuda de aumentar los impuestos y reducir los gastos de inversión para hacer frente al pago de intereses.

Además, dado que el financiamiento de la deuda en el largo plazo se hace normalmente con préstamos conse-cutivos de vencimiento limitado, la posibilidad de que un alza en las tasas de interés se convierta rápidamen-te en mayores costos constituye un riesgo real para los países que cargan con un alto nivel de endeudamiento. En ese sentido, la situación actual de incertidumbre y volatilidad en los mercados internacionales es particular-

mente riesgosa para aquellos países que deben renegociar constantemente el financiamiento de su deuda con los acreedores externos.

Un punto positivo en las cuentas externas es aporta-do por el notable dinamismo de los flujos de inversión extranjera directa (ied), variable que ha alcanzado el primer lugar como fuente de financiamiento externo en la región en 2011, correspondiente a 2,4% del pib (cepal, 2012a). No obstante, esos flujos también son susceptibles de ser afectados por la desaceleración del crecimiento en los principales países de origen de los recursos hacia la región, aunque por otro lado, la región también podría tornarse un destino más atractivo para la inversión, de-bido a las crisis de las economías centrales.

Recomendaciones de políticas

Con el estancamiento de la economía mundial, la región debe apostar al fortalecimiento de los mercados internos y del comercio intra-regional

En los próximos meses, las economías de América Latina y el Caribe se enfrentarán a un escenario de estancamiento en algunos de sus principales mercados, Europa y Estados Unidos, más allá de una tendencia a la baja en las coti-zaciones de algunos de sus principales productos básicos de exportación. El impacto de esas variables en las tasas de crecimiento de las exportaciones regionales, sumado a la disminución del ingreso debido a un empeoramiento de los términos de intercambio, podría dar lugar a un crecimiento más lento de la inversión.

Dicha ralentización podría intensificarse, dependiendo del comportamiento de los mercados financieros inter-nacionales. Estos podrían acentuar su volatilidad, dados los riesgos en el mercado del petróleo y la incertidumbre sobre el proceso de consolidación fiscal en las economías avanzadas, lo que también afectaría el volumen y esta-bilidad de los flujos de capital hacia la región. En un escenario más pesimista, en el cual la crisis de la zona del euro se profundice y se contagie hacia otras economías, los flujos de capital hacia la región podrían reducirse en forma ostensible.

En cualquiera de esos escenarios, el dinamismo de los mercados internos y el comercio intra-regional cobrarían importancia en la mantención de las tasas de crecimiento del pib regional, como ha ocurrido desde que la situa-ción internacional empezó a deteriorarse, en el segundo

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semestre de 2011 (cepal, 2012a). Además, será necesario fortalecer las políticas micro y macroprudenciales imple-mentadas en la región en los últimos años, para hacer frente a la acentuada volatilidad de los mercados, sobre todo aquellas que regulan el funcionamiento de las insti-tuciones financieras.

El impacto de la esperada recesión internacional en las economías regionales incluye, asimismo, una posible desaceleración de la apreciación de los tipos de cambio y de los índices de precios al consumidor. Ese escenario abriría espacio para una política monetaria menos res-trictiva, con reducción de las tasas reales de interés para incentivar el crecimiento de la demanda interna.

Habiendo superado la crisis de 2008, la región se encuen-tra en una posición macroeconómica razonablemente só-lida como para enfrentar el esperado empeoramiento de la situación económica internacional, aunque con diferen-cias entre los países, conforme se ha ilustrado en la sección anterior. No obstante, frente a una situación de caída en los precios de sus productos básicos de exportación, con posible incremento en la volatilidad de los flujos de capi-tal, la región podría tener dificultades en seguir aplicando las políticas anticíclicas que le permitieron superar en forma relativamente rápida la crisis financiera mundial.

Las principales fortalezas regionales construidas en los últimos años incluyen a las elevadas reservas monetarias internacionales y el bajo nivel de endeudamiento público y externo. Sin embargo, si la caída en los precios de los productos básicos se consolida como una tendencia de largo plazo, los países de América Latina y el Caribe más dependientes de esos productos tendrán que adecuarse a un nivel de ingresos fiscales más bajo, lo que al menos en los primeros meses puede llevar a un deterioro de las cuentas públicas, con aumento de la deuda.

La manutención del sesgo social en las políticas pú-blicas debe ser entendida como una herramienta para fortalecer las economías regionales

Algunos países aprovecharon la crisis para reorientar sus políticas públicas, utilizando el espacio fiscal que se había creado en los años previos hacia el fortalecimiento del desarrollo económico y social de mediano y largo plazo, con un enfoque en la reducción de la pobreza y la desigualdad (cepal, 2011b). En los últimos años, tal espacio fiscal se ha reducido, pero sigue existiendo, a excepción de los países del Caribe, cuyo endeudamiento relativo y situación fiscal continúan ubicándose en peor situación que la del resto de la región.

En una situación de deterioro de la situación fiscal gene-rada por un agravamiento de la crisis en las economías avanzadas, aumenta la presión por eliminar gastos y re-ducir los programas de ayuda que han permitido a la región recuperar los niveles de empleo y consumo en el período post crisis. No obstante, en la definición de las prioridades de la política fiscal en los próximos años, los gobiernos deberían considerar el potencial de los progra-mas sociales para dinamizar los mercados internos, claves, como ya se señaló, en un período de desaceleración de la economía global.

Si bien la mayoría de los países de la región aún no ha anunciado medidas específicas para hacer frente a un con-texto de pronunciada desaceleración mundial, algunos (Brasil, Chile, Perú, México, Colombia, Uruguay) ya las aprobaron o anunciaron la alerta y la disposición de to-mar nuevas medidas frente a un enfriamiento severo de la economía mundial (cepal, 2011b). Una posibilidad para los demás países es monitorear y aprender de esas expe-riencias, así como fomentar en lo posible una respuesta articulada a nivel regional.

Sección ii:Análisis sectorial

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